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Aso II.—l1.1 ÉPOCA. MÉXICO, SEPTIEMBRE 15 DI¿ 1001. j TOMO II.—NU.M. «VI.

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11» nortl y & U pts póbllc*. (Ar t . t .* 4« U CootUtudóa.) --*£!* - i -*-^ .

d u n d o I* lUpdbtlc* promuioU gil vct . tobflltU, Mi l foiXOSO WCDetÉllt d 4k ' m i U r - - " "** - « * * • -

Hieardo ¡Worts Jtíágón.

j f ó d r a ^ a F.) Te lé fono;^ Jtdminisirádúri fycardo flores Jlfagón.

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CONDICIONES.

-nKOHüBHAütoN*4 falo los días 7, 10, 23 y último lio cailh mee y 1«» pieeios 'e subscripción 8>n: PA'° la Captal trimestre adelantado $i 50 parn ka Estados id ' M $2 00 para el Extrangero id Id ni oro .$2 00

Ntfmems sueltos 16 ot» Números atrasado»25 es. 8e entenderá aceptada la subscripción, en cav>

de que no 8" devuelva el portadlo y eegirara per el importe de un trimestre

A tas\ gentes se los ab.mara el j5 por ciento Nn se ueviwlven originales Para lo» Miundoa en el periódico pídanse tariías.

NOTA El precio de subscripción en tualq iltr país de América es de DOS PB SOS PT,4TA WKXIOANA por cada tri m-stre, • *

L*s personas q ie reciban nuestro perió dic'o en los Estados Unidos de América, debii á \ ri initir el importe de sus Mibs-crlpclones al SR. D. NEMESIO GAR-CEA, LAREOO, TEX S. U. A.

Los pueblos dignos, no pueden sopor-tur cadenas. Cuando los despotas opri­men, los pueblos parece como que se conforman con la opresión, pero en rea­lidad, en los cerebros germina, incons­cientemente, la noción de algo que se opone A la opresión, de algo que esta en abierta pugna con la tiranía, y ese algo imposible de definir cuando esta en eni-brióií, se ineandeee en todos los cerebros cuando una voluntad superior lanza po­tente y viril la idea redentora.

Hidalgo fué la vokndUid viril que di­fundió la.idea de nuestra independencia

que alumbró todas las inteligencias v tuvo eco simpático en los'pechos de los buenos mexicanos. La idea prosperó, porque los pueblos dignos no pueden so­portar cadenas, no pueden ser esclavos y estallan, y en su explosión arrastran los viejos solios de los déspotas. *

El poder del pueblo no puedo ser a va­sal lado por nadie. La tiranía más ruda y feroz tiene que someterse á la volun­tad del pueblo porque el pueblo es el so­berano. Y cuando los tiranos se oponen á que el pueblo haga su voluntad; cuan­do poseídos los cesares de un delirio enorme do poderío y grandeza, so atre-ven, en su locura, á contrariar las aspi­raciones populares, los cetros son destro­zados y hechos astillas los tronos, ir-guiéndosc sobre las regias ruinas y las quebrantadas cadenas, la libertad, que es la aspiración suprema de las democra­cias.

AL PUBLICO. f

Ayer en la tarde, 10 de Agosto se orga­nizó entre los Señores Estudiantes del Instituto una manifestación de gratitud al Sr. Lie. Ignacio Urquijo en la que so le mostró que el corazón de la Juventud Estudiosa es fértil pensil para el desarro­llo de los sentimientos que ennoblecen al

hombre-

- • ;

REGENERACIÓN.

E l Sr. Lie. Urquijo filé e r patrono de los Estudiantes atropellados en las tardes del 18 y 30 de Julio próximo pasado,, asumiendo una actitud franca y honrosa, como hombre independiente y abogado de conciencia.

Hicieron uso de la palabra por parte de los Señores Estudiantes los Sres. Alien, Jaso y Cravioto. Contestó elocuentemente el Sr. Urquijo y hablaron además los Sres. Navarro y Muñoz. Para hacer más públi­ca su manifestación de gratitud los Seño­res Estudiantes nos encargan de hacer la publicación en hoja suelta de uno de los discursos pronunciados.

VARIOS ESPECTADORES.

Señor Licenciado:

No os traigo el afiligranado concepto

que brota de la magistral peñóla, fina­

mente pulido al empuje del genio que

chispea en el privilegiado cerebro; no os

traigo aurino verso que surge alado y ca­

noro del estro del bardo, al beso de la

inspiración que arrebata; sin embargo me

he atrevido á dirijiros mi palabra torpe y

macilenta, porque de no hacerlo, toda la

juventud que palpita en mi organismo se

erguiría tormentosa para cruzarme el ros­

tro con el formidable reproche del no

cumplimiento del deber; pues esa juven­

tud que hierve en mis venas, que golpea

en mis músculos, que palpita en mi cora­

zón y que vibra en mi -cerebro, siempre

ha puesto á mi alcance un aromado bú.

caro de flores que deshojar ante el ara su.

blime del hecho magno y un laurel para

ornar la nimbada testa del hombre digno;

asi como también ha colocado entre mis

manos, una fusta y un látigo para casti­

gar á los detractores de la razón y á los

asesinos de la justicia; y entre mis labios

una sonrisa volteriana que ha sido y se­

rá mi única respuesta á los anatemas ho­

rriblemente ridículos que á diario lanzan

desde los pulpitos, un fárrago de canallas

que quieren opacar las fiílgurecencias que

brotan de mi credo jaeobino, con la in­

creíble virginidad de una mujer macula­da y con la complacencia, verdaderamen­te maravillosa, de un carpintero imbéciL digno émulo de Devars y de Barajas!

Os habéis hecho grande porque grande es la causa que perseguimos; porque al defender á algunos estudiantes tan des­provistos de elementos como ricos en ele­vación de ideas y fuerza de espíritu, no defendíais á ninguna personalidad, de­fendíais á la Razón, que á gritos pedía Justicia; defendíais á la Constitución trai-doramente vejada; defendíais al Derecho pisoteado y defendíais por último, á la Libertad que yacía aherreojada soportan­do la tremenda humillación de recibir las carcajadas de júbilo que emitían las cebadas y rechonchas gargantas de los holgazanes de sacristía!

Vos habéis aumentado el número de soles esplendentes que brillan en el cielo purísimo de nuestros afectos; vos habéis completado la sublime trilogía que siem­pre ha imperado en nuestros actos: ¡La Libertad, la Razón y la Justicia! pues de hoy en adelante, para nosotros, no sedéis un hombre, seréis un símbolo, como sím­bolos son los insignes maestros Navarro y Muñoz Lumbier!

El maestro Navarro defendiendo á la mujer liberal con una energía que raya en lo sublime, no era el hidalgo manche-go desfacedor de entuertos, no era el hom­bre recto que al impulso del deber, se yergue pletórico de flameante cólera ante el espectáculo siniestro de las injusticias tremendas, era la Libertad, la misma Li­bertad, que se levantaba vibrante de su ebúrneo trono, esgrimiendo el estoque fla­mígero, para defender el nombre sin man­cha que ella ha legado á sus hijas, las mujeres liberales!

¡Por eso en el maestro Navarro, vemos á la Libertad!

El maestro Muñoz Lumbier, arrancan­do de la gema divinísima del verbo, sea la carcajada que mata, sea el concepto empapado en positivismo que recuerda

REGENERACIÓN.

a l inmortal Barreda, sea la estrofa pletó-riea de poesía, dulce como la miel hiblea, que hace soñar en el estallido del beso y en la explosión del suspiro al llenar loe espacios de armonías que conmueven, y que.se hace soñar en refulgencias de es. cudos/en choques -de bayonetas y en vi­braciones de clarines al llenar los espa­cios de estridencias que enardecen; no es el hombre de potente, intelecto que riega la luz de sus pensamientos inmortales; no es el genio que anuda y desanuda la pa­labra para deslumhrar á la humanidad con las refulgencias multicoloras de la idea, es la Razónala misma Razón que en­treabre loa labios para dejar escapar un torrente luminoso de conceptos que con­vencen porque fascinan, que fascinan por­que conmueven!

¡Por eso en el maestro Muñoz Lum-bier vemos á. l a Razón!

Y vos, a l luchar contra los fuertes, al defender una causa justa pero erizada de peligros, no erais eL simpatizador de una juventud noble; no erais el fanático arre­batado por-la sublimidad de un ideal; erais l a Justicia, la -misma Justicia, que besaba la frente de una juventud grande porque es libre, fuerte porque piensa!

¡Por eso en vos» vemos á la Justicia!...

Si queréis comprender lo inmenso de nuestra gratitud, pasead vuestras mira­das sobre estos rostros que os contemplan y los veréis enternecidos; colocad vuestra mano sobre los corazones nuestros y los sentiréis palpitar, mas no como de ordi­nario, al impulso del esfuerzo vital; nó, palpitan batiendo e l acelerado redoble que produce la admiración de lo grande, «I espasmo de lo bello y el arrebato de lo sublime; pues encontrándonos frente á vos, nos encontramos frente á la grande­za de vuestra alma, frente á lo bello de vuestros hechos y frente á lo sublime de vuestra conducta para con nosotros!

Recibid, pues, Señor Licenciado, el vo­

to de gratitud eterna, que os hace esta juventud que os aprecia, que os admira y que os bendice !!

Pachuca, Agosto 11 de 1901. ALFOSSO CRAVIOTO.

Toda la abnegación y todo el desinte­rés que se albergan en los pechos juveni­les, está manifestado en el anterior dis­curso. La gratitud es u n sentimiento que solo cabe en los corazones nobles. £1 Sr. Lie. Urquijo ha recibido el mejor de los pagos por sus hábiles gestiones, ha obte­nido el mejor de los honorarios: la grati­tud de los jóvenes estudiantes de Pachu­ca, de esos valientes jóvenes que saben protestar cuando se les ultraja en su dig­nidad, cuando se a tropelía su honor.

Pero el sentimiento de la gratitud no puede albergarse en los corrompidos co­razones de la clerecía insolente, porque es sabido que las mariposas no se posan en los estercoleros. Unos libelistas fanáticos, sin valor civil para afrontar una situa­ción franca y noble, han amasado la in­mundicia de sus ruindades con el deleite que experimenta el escarabajo en su in­fecta labor sobre todas las defecaciones, y la han echado á rodar como una mues­tra de su nauseabunda condición. H a aparecido una hoja en la que unos libes-tas clericales se burlan de la gratitud de los jóvenes estudiante». Los conservado­res están en su papel de ingratitud y de infamia.

£1 Sr. Ing. D. Baltazar Muñoz Lum-bier, distinguido liberal residente en Pa­chuca, ha contestado como se merece al libelo clerical

El Asesinato en el Estallo de Yeracraz.

H a circulado en Túxpam. Ver., una

Carta Abierta a l Procurador de Justicia

- * • EGENESRACION.

del Estado, firmada por el Sr. Dr. Julio Martín Font, que tiene el empleo de Mé­dico Cantonal. Esa carta abierta viene á descubrir algo sombrío que ya había llegado á nuestras noticias.

El 5 del actual, entre siete y ocho de la noche, el Comandante de Policía Mu-nicipal de Túxparn, u n tal Amado Ugal-de, a.1 efectuar la aprehensión de D. Fa­bián Vázquez, persona honorable y muy estimada, hizo uso de sus armas y el Sr. Vázquez quedó muerto en el lugar de los sucesos.

Conoció del asunto el Juez de 1 ^ Ins­tancia, y tras las primeras diligencias se ordenó la autopsia del cadáver, que practicó el Sr Dr. Alberto Hueso. Por su parte el Sr. Dr. Font. con su carácter de Médico cantonal y Como Miembro de la Junta de Sanidad del Cantón y Delega­do del Consejo de Salubridad del Estado, concurrió á la autopsia, deseando, ade­más, saber hasta que grado eran funda­dos los rumores que circulaban en públi­co, sobre que se había cometido un ase­sinato en la persona del Sr. Vázquez.

El dictamen que se formó el Dr. Font, no discrepó del que á su vez, y en cum­plimiento de su encargo, formuló el Dr. Hueso, dictámenes que llenan de clari­dad las sombrías dudas sobre este asunto y de los que aparece que se trata de un asesinato, como lo preveía el sensato pú­blico Tuxpeño; pero el Juzgado, desde, ñando esos informes y pasando sobre las dos personalidades referidas, comisionó á otro Doctor para que dictaminase.

Esta volubilidad del Juez de 1 ^ Ins­tancia, lo hacen sospechoso en este caso y es forzoso que las autoridades superio­res tomen nota de ello, para descubrir la verdad.

En Túxpam se sostiene en público que se trata de u n asesinato y no de un acto de legítima defensa, en el cual él policía Ugalde pudiera haber hecho uso de sus armas. Se dice también, que el Jefe Político del Cantón, juntamente con

el Juez de 1 ^ Instancia y del Secreta­

rio de los Juzgados de Paz, están intere­

sados en salvar á Ugalde, porque este in­

dividuo, que es de la absoluta confianza

de esos funcionarios, cuida sus personas

y sus intereses, descuidando las personas

y los intereses de los tiranizados habitan­

tes de Túxpam.

Esperamos más datos sobre este asun­

to, los que revelarán lo que hemos dicho^

multitud de veces: que en Veracruz se

dispone arbitrariamente de la vida de

los ciudadanos haciéndose correr torren­

tes de sangre que caerá sobre las empe­

dernidas conciencias de tantos déspotas

sanguinarios disfrazados de autorida­

des.

M

I

i

*4a

Pongo en conocimiento de las personas que s» han servido ó se sirvan aceptar mis servicios profesionales, que todo asunto rela­tivo á mi profesión, puede tratarse-, ya con el Idc. Eugenio L. Arnouxf en su despacho situado en la Calle de Montealegre ném. 12, ó ya directamente conmigo, pues debido á la actividad y talento de mi mencionado compañero, en nada ha perjudicado á mis asuntos profesionales la prisión á queme ha redundóla arbitrariedad del Juez Wistano Velázquez.

• Lie. J. Flores Mogón:

Funcionarios oposicionistas.

Nos ha extrañado leer en el núrn. 5115, correspondiente al 22 de Julio próximo pasado, de nuestro colega El Co-rreo de la

Tarde, de Mazarían-, Sin., un artículo ti" rulado "El Escándalo.—Cristo y Juárez," en el que se hacen serios reproches á la Administración actual, y nos ha extra-^

REGENERACIÓN. 5.

: nado, porque el referido periódico cuen­c a entre el grupo de sus redactores, á em­

pleados y funcionarios públicos de la Ad­ministración sinaloense. Esto nos hace suponer que el descontento que produce la política de nuestros gobernantes, ya comienza á traducirse en censura por parte de los funcionarios públicos.

Nos veneeinos á la tentación de dar á conocer íntegro er artículo mencionado. Dice así:

"Así como es necesario ir hasta Cristo para encontrar la democracia del catoli­cismo, es necesario ir hasta Juárez para hal lar la democracia de la política que gobierna á la República. Los dos refor­madores pretendieron, aunque por distin­tos caminos, llevar esas masas de pasivi­dades que constituyen los pueblos hacia la realización de los principios, utópicos tal vez, que han sido el ideal de la hu­manidad desde que tuvo fuerza.suficien-te para pensar en sí misma.

"Ahora bien, ése escándalo que el cle­ro de México ha dado á la faz del mun­do, y por medio del cual se han descu­bierto no sólo las llagas pestilentes que llevan en la conciencia los hombres de sotana, sino la asquerosa conculcación del dogma, de la fe, del derecho canóni­co, de la moral cristiana, en una palabra, es el mismo que daría, á poco que se qui­siera, la política maqueavélica que impe­ra del uno al otro confín del país. Si los evangélicos han sido hollados por esa falange de simoniacos que serían capa­ces de vender hasta su alma para la con­secución de sus miras personalistas, y no las de la religión colocada en último tér­mino, también los principios que llovie­ron sagradas promesas sobre el pueblo y las leyes que condensaron las ambicio­nes del patricio, han sido holladas, man­cilladas y pospuestas á las miras perso­nales de los otros que también son ca­paces de" vender su alma al primer con­cesionario que enseñe sus millones.

" E s preciso ser honrados para atacar

los vicios en donde quiera que se hallen. Ahora hace falta que de las filas del bando político surja el Flanchet que arro­je al rostro del mandón todo el fango con que se han cubierto todos los dere­chos, y haga brotar la verdad de entre ese légamo en que se agitan como los gérmenes de la putrefacción, el servilis­mo y la bajeza. Hace falta un escánda­lo político que haga pettdattt á ese escán­dalo clerical, que ya apesta á fuerza de manosearlo.

Los políticos de México, hasta el in­significante de Distrito ó de pueblo, han ojeado y aprendido de momoria el Tra­tado del Príncipe para saber que, de la propia suerte que la actitud beatífica de­be ser la fisonomía de los hombres ne­gros, las palabras buena fé, justicia, cle­mencia y humanidad, como decía el po­lítico florentino, deben estar en la len­gua, pero nunca en el corazón de los go­bernantes. Porque así como la religión es el velo que cubre la porquería que des­tila el clero, la república debe ser el biombo que tape las desnudeces de la política militante, y si la sotana levanta un templo recamado de amarillo ó esta­blece un asilo para huérfanas de quince á veinte años, de manera de simular

. piadosa realización de las máximas cris­tianas, los políticos construyen ferroca­rriles y conrocan á elecciones populares para simular progreso y democracia. ¡Qué importa que nadie se acuerde de investigar cuánta miseria y cuánto per­jurio han precedido y acompañado £ ese simulacro, si tampoco nadie se acordaba de penetrar al templo y al asilo para in­vestigar lo que se hacía en nombre de una religión tan grande, tan pura y tan santa como los principios del otro refor­mador!

"Nos hemos alarmado ante ese espec­táculo que ha mostrado el maquiavel V mo del clero, y ni siquiera nos conmove­mos ante el oteo maquiavelismo que

I suelda la espada á la mano de los déspo-

t t

é REGENERACIÓN.

tas y perpetúa hombres en el poder; h e ­mos levantado la sotana al cura para aplicarle el flagelo del desprecio público, y no nos acordarnos de arranear las condecoraciones que cubren muchos pe­chos para herir de muerte siquiera con la palabra á cada uno de esos que, en nombre de la democracia, se yergúen con altivez insolente en el solio á que fueron llevados por la traición, por la adulación, por el crimen, o por el éxito de la revuelta política.

"En el clero hay gerarquías, según el. P. Planchet: verdugos y víctimas, seño­res y lacayos, arzobispos y frailes medi­cantes que dan su sangre al vampiro, clero rico y clero pobre separados por una barrera de muy difícil traspaso; pero en­tre los políticos no hay más que proce­res, grandes y pequeños, mas siempre proceres, que convierten la casa del pa­tricio en el vil mercado en que venden sus favores y beben la sangre de sus sier­vos

"Hace falta el escándalo político si­quiera para que de una vez se sepa que el poder no es una cosa propia que se se vende á fragmentos y para que salga á luz la simonía civil de los que nos hacen el favor de gobernamos."

Felicitamos cordialmente á nuestro co­lega por su valor civil.

La Publicará novelas sensacionales, por

entregas diarias, de 16 páginas, primo­rosamente ilustradas, que valdrán un centavo en la capital y dos en los Esta­dos. Al principio de cada novela se re­galarán siempre las pastas, ligeras y mo­dernas, propias para encuadernar en ca­sa. Al mes son 480 páginas. Obras que

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Subscripción mensual foránea sesenta centavos, pago precisamente adelantado al Sr. Abraham Sánchez Arce, Apartado-Postal 25 bis:—México,

CARTA ABIERTA — A L —

6. Pachuca, Agosto 25 de 1901.

Señor:

Habéis sido elevado á la primera ma-; gistratura de este infortunado suelo, "tío por el voto público precisamente de vues­tros conciudadanos; sí, por la voluntada del Arbitro Supremo. Es este el sistema^ automático, plantado á partir de u n a era -novelesca: 1876 que en México se lla­ma sufragio, en Rusia autocracia y en fo-jj do el mundo, Dictadura.

Vuestra elevación hizo renacer «spe-^ ranzas, crear confianza y robustecer idea-* les, que un pueblo- dócil vejetaba abyec­to hacía dos décadas, bajo la presión de^ una tiranía. Había perdido ese rebañ»5

con su fé, quizá su vergüenza. Venisteisjjl vos y os creyó bueno.

Símbolo de orden, moralidad y j u s t i ^ cia, pareció entrañar vuestro Gobierno^ Saliendo vos de la burguesía, popula?! por nuestras costubres y carácter, se ere« yó que estaría llanamente representado!" el Estado y que debía esperarse conocido-í vuestro sentido práctico, fresco en mu-g cho el ejemplar del antecesor, que ei hu­mo de la adulación y el vaivén del man^i do, no harían vacilar al hombre y ma-; rear al gobernante, por más que el hon^s bre estuviese despojado de masa eneefiüi; ca y el gobernante se iniciara en los* cretos de la política militante.

Vos mismo, Señor, habéis dicho e ^ vuestro primer mensaje y confirmado « t ó los subsecuentes, que traíais emblemas t paz, orden, moralidad y justicia.

R E G E N E R A C I Ó N . 7.

¿Habéis pesado el valor de esas pro­mesas? ¿Tenéis la conciencia de haber­las cumplido?

No ha sido, es cierto, el voto público la base de vuestra magistratura, pero sa­bed, Señor, que este pueblo tan dócil es­taba contento de vos, y en sus aplenti-simos deseos creyó llegada su era de re­dención. No había que esperar mucho ni pronto, que el desquiciamiento era to­tal. Pero vos el oscuro burgués, el hon­rado proletario, al poner todas vuestras energías en la brecha, pudisteis por ese entonces conquistar una sana porción de la confianza pública y fué merecida.

Hoy? habéis olvidado con esas promesas, vuestros deberes de hom­bre honrado y de gobernante justo, que un hombre honrado no es seducido por nadie y un gobernante justo no arma la fuerza pública para lanzarla contra inermes é inofensivas masas . Por ven­tura, así se gobierna?

¡Habéis sido joven y nacido bajo un cielo de clásica libertad! Épicas luchas han ensangrentado vuestro suelo y obs­curecido sus horizontes. Os atrevéis a lla­maros liberal y á la personali­dad á quien dabais honores , poder y bo­nanza, así le l laman. En cambio de que El ha dado ejemplo de cordura y virili­dad vos encadenáis á una juventud que ejercita derechos y acuchilláis á una mul-tu t id que pide enseñanzas.

Así defienden el pr incipio de autori­dad los Czares rusos y los sul tanes tur­cos, pero los gobernantes honrados , ja­más ¿lo oís?

No sois vos el encargado de la defensa de creencias ni religiones, que no sois apóstol n i mi t rado . Sois el seglar, el lai­co depositario del orden y la confianza pública.

Vuestro apostolado se concierne al cumplimiento de la LEY y si cumplie­rais con ella, sabríais respetar el derecho. No es cumpli r con la ley amordazar el pensamiento, ni respetar el derecho, en­carcelar al que se agrupa.

Si depositáis como se pregona, el or­den y la confianza ¿por qué tenéis la pu­nible debilidad de oponer esos bélicos apa­ratos que han trastornado hoy el orden pú­blico, el concierto de Nuestra Paz misma? Ah Señor, habéis herido injusto, la digni­dad del ciudadano pacífico. Habéis ultra­jado la persona del extranjero amigo, lan­zando sobre ellos, sin piedad, las hordas brutales de vuestra fuerza armada con la fortuna de la impunidad.

¿Qué os han hecho las mujeres y los

niños? Habéis retrocedido un milenio en la civilización. Sois vos y los vuestros quienes trastornáis el orden y aviváis las hogueras.

Si queréis orden, dad vos mismo el ejem­plo, pero dejad la fusta y empeñad la ley.

Si queréis respeto, respetad al pueblo que os cree bueno y honrado, os brinda obsequios y os paga un sueldo, pues sois su servidor y no su amo.

Vuestra misión debe ser la de la jus­ticia y no es justicia desposeer á un gru­po de niños del pobrísimo mendrago [...-ca, que no vos, sino el Estado paga y es­tá obligado á darles. Si os repugna, si os duele la lucha entablada, la resurección surgida, las demostraciones viriles de una juventud que pugna por la desopresión de la conciencia, no sabréis gobernar con imparcial honradez.

Marchad Señor, al claustro ó des d d al hogar, que así será más leal el tránsfu­ga que el apóstata.

¿Qué daño os podrá hacer ese mezqui­no grupo de niños y esa turba indefen­sa de ignaros?

La lucha es desigual. Señor: ellos no tienen más armas que su valor y su pala­bra, y vos tenéis el poder y las bayo­netas.

El triunfo de vuestra fuerza púb l i ca , festinado por los malos mexicanos y pa­seado por los arroyos, no es victoria, Señor, es derrota, y la bar­barie de los vuestros pequeños.

El último de vuestros conciudadanos, Francisco Bracho.

Insertamos con gusto esta hermosa carta, con cuyo contenido estamos de acuerdo, excepto en lo que se refiere á la cordura y virilidad de que según el Sr. Bracho, ha dado ejemplo al Gral. Díaz. No nos guía la pasión al despojar al Pre­

sidente de esos merecimientos . Bastante sabemos los que tenemos la desgracia de vivir en la capital de la República, que no se distingue el Gral. Díaz por su cor­dura ni por su virilidad cuando se trata de manifestaciones de carácter democrá­tico. El ha impedido el ejercicio de la democracia ó al menos si no ha sido él, lo han sido sus esbirros, sin que él hu­biera objetado la conducta de ellos, y por lo mismo, él se ha hecho solidario de los procedimientos de sus esbirros al no re­pr imir los atentados de éstos.

¿Qué manifestaciones democráticas ha

8. REGENERACIÓN.

jwrmitido el Gral Díaz? Bastante cono­cidas son precisamente porque no han H-do democráticas, sino manifestaciones de nn servilismo fangoso. Entre estas se en­cuentran las que el servil Círculo de Ami­gas del Presidente organiza en toda oca­sión y con cualquier pretexto, ya porque se trata del santo del ídolo, ya porque se ha reelegido al Hombre Necesario, como lu llama la bajeza, ó por cualquiera otro motivo tan insignificante como los ano­tados. Estas con las únicas manifesta­ciones que permite el Presidente.

Recuérdese bien, que cuando los es­tudiantes de la capital protestamos en 1892 contra una de tantas reelecciones como ha tenido el Gral. Díaz, cayó sobre los que aventuramos la protesta la más odiosa de las persecuciones y se nos en­cerró en la cárcel de Belem. Tal atrope­llo no puede llamarse cuerdo ni viril.

Después de este ataque á la democra­cia, otros muchos se han ejercitado, sien­do uno de los más notables, el atropello de que fueron objeto, también lo • estudian­tes, cuando en ejercicio de un derecho le­gítimo se propusieron manifestar su des­agrado por la intervención que el elemen­to extranjero tomó en los asuntos políti­cos del país, con motivo de la última reelección del Presidente. Esta vez también se encarceló á los estudiantes. '

Ponemos como ejemplo de atentados á la democracia, los más notables, pero si se desea saber el sinnúmero de ellos, estamos prontos á divulgarlos, no hacién­dolo hoy por horror á una prolijidad harto aburrida, porque todos han sido semejantes. En todos ellos se vé el abu­so de la fuerza contra el derecho y el pa­vor que infunden á la tiranía las mani­festaciones democráticas, cuando éstas no se informan en el servilismo ni en la ba­jeza.

La última manifestación estudiantil ¿saben uuestros lectores corno se organi­zó? En uno de nuestros números ante­riores, el correspondiente al. 7 de Julio, hicimos referencia á dicha manifestación; pero para demostrar que nó hay tal car-dura ni tal virilidad, vamos á dar á co­nocer .aunque sea un detalle. Los es­tudiantes se dirigieron á la autoridad en solicitud de permiso para organizar una manifestación. La autoridad, saliéndose de la órbita de sus funciones, ordenó á los estudiantes que la manifestación fue­se puramente anticlerical, sin aludir pa­ra nada á la actual política, conminán­dolos con tal ó cual pena en caso de transgresión á la despótica orden. Como

se vé no hay virilidad ni cordura, puesto que se llega á restringir el derecho de los ciudadanos para que no se aluda á la ao tual funesta política, De ahí provino que los estudiantes congregados pafa protestar contra el clero que oprime^ que embrutece y que explota, hubiesen aplau­dido al Gral. Díaz que sintetiza la polí­tica de oprimir, de embrutece", de per-S3guir:la de conciliación

Hay otro dotill ;; á lo i estudiantes, tn dicha manifestación, se les rodeó de po­licía hosca y rada para que no protasta-ran contra la política de conciliación, que es la que soít'e íe al fraile y pospone á la libertad la clerecía corrompida. La virilidad y la cordura quiso que ee ataca­se al producto de la política sin tocar esa política. Y así sucedió. Se denigró el efecto y se adoró, se glorificó la causa

Vé el apreciable Sr. D. Francisco Bra-cho, que aquí no ha habido ni virilidad ni cordura por parte de la autoridad.

Por lo demás, repetimos, salvando ese punto de la carta, estamos completamen­te de acuerdo con lo que dice el estima­ble caballero, á quien admiramos por su

• indiscutible valor civil, tan raro hoy que todo se plega á la voluntad de los déspo­tas sin que los debilitados pechos osen proferir una protesta, con la arbitrarie­dad y el abuso.

Miopía de los funcionarios.

Se contrae de dolor el corazón al ver á que grado de extravío hemos llegado gra­cias á los veinticinco años de. dura opre­sión que se ha ejercido sobre las coneien--¿~-cias de los ciudadanos.

La libertad del pensamiento ha sido burlada en todo ese lapso de tiempo, en el que, para disculpar tan inaudito aten- . ' tado, la prensa gobiernista ha torcido el criterio de los hombres honrados dando la razón á la sinrazón. La prensa gobier­nista ha prostituido el criterio, y ahora, no faltan individuos de escaso seso qne digan que es sano oprimir.

En la vista, que se efectuó el 28 de Agosto, del incidente de libertad bajo caución que solicitamos, libertad que nos negó la inquina del inepto Veláz-quez, el Agente del Ministerio Público^

Gonzalo Espinosa, aventuró conceptos disolventes eontra la libertad del pensa­miento.

Sabido es que nuestra Constitución otorga dicha libertad, y han estado de acuerdo los comentadores de los artícu­los 6? y 7? de la Carta Magna en que no debe oponerse traba alguna á la Ubre emisión del pensamiento. Pero para des­gracia de los principios liberales, debe­ría haber en esta época de corrupción política un Agente del Ministerio Públi­co, como Gonzalo Espinosa que se rebe­lase abiertamente contra nuestras liber­tades, y lanzase desde la tribuna de la 2? Sala del Tribunal Superior de Jus­ticia del Distrito, las más disolventes doctrinas contra la libre emisión de las ideas.

Este funcionario, por estrechez cere­bral ó por ignorancia, manifestó que no era lícito denunciar los malos actos de los funcionarios públicos, porque con la denuncia se desprestigia á los malos funcionarios...,.: ,....

Tan inmoral teoría, sostenida con el aplomo de las inteligencias vulgares ó nulas, produjo entre los que oyeron de­sarrollarla la más desconsoladora impre­sión. Por esa teoría vemos- que nada te­nemos que esperar de esta administra­ción totalmente corroída por el vicio de las monarquías absolutas.

¿Negar al escritor el libre examen de los actos de los íuncíonaríos. públicos, es democrático? ¿Desque modo se podrá exhi­bir al Juez que vende la justicia, si no se le llama venal? ¿Qué denomina-cióxi podrá darse al funcionario que ro­ba, si no es la de ladrón? ̂ k>n qué pala­bra hay que señalar ai mandatario que oprime, que sofoca, si -«s ¡que no se le pue­de llamar tirano? ¿Al que asesina no .se le llama asesino? ¿O-se-quíere que á los funcionarios que venden: Ja justicia, que roban, que oprimen ó que asesinan, no se les llame ni venales, a i ladrones, ni tíranos, ni asesinos? »

Necesitaríamos que de tina vez nau­fragaran nuestras instituciones liberales, que de una vez se efectuara la bancarro­ta de la República para dejar de llamar déspota a l déspota, ladrón al la­drón y asesino al que asesina. Necesitaría­mos que de una vez se declara &e que no hay Constitución, para dejar de atacar á los que oprimen al pnebloj á los que á nosotros mismos nos oprimen como par­te integrante que somos del escarnecido y befado pueblo! .,*,„«*— Y aun con todo, todavía preíesteríamos y luehatíamo!»

9 .

contra la pujanza bestial de la tiranía que quisiese ponernos el grillete.

Pero mientras no se deroguen nues­tros principios liberales, mientras nos quede como un tablón al que asirnos en el revuelto mar de las iniquidades ofi­ciales, ese principio salvador que es co­mo un bálsamo para las democracias, y que se llama libertad del pensamiento, no dejaremos de luchar por la integri­dad de las instituciones ultrajadas por cuantos han oprimido ó pretendido opri­mir al pueblo. Así podría rebelarse toda la historia de los Agentes del Ministerio Público, que nosotros no cesaremos de llamar bandidos á los qne lo son.

Hay algo hondamente doloroso tam­bién. El Presidente de la Sala, Lie. Sal­vador Medina y Ormaechea, todo sobre­cogido de temores serviles, en la vista anterior á la que nos referimos [tam­bién en nuestro proceso] hizo oir varias veces su temblorosa voz para imponer si­lencio á nuestros defensores, los distin­guidos abogados Francisco A. Serralde y Faustino Estrada, porque tan dignos ca­balleros, en ejercicio de su deber profe-

J sional externaron algunas opiniones acerca del actual opresor Gobierno, opi­niones encaminadas á robustecer la bri­llante defensa que hacían de nosotros. El anciano Presidente de la Sala, mani­festó que no era permitido aludir al Go­bierno, como si el Gobierno fuese algo in­tocable, algo misterioso que debiera es­tar siempre oculto, como las necedades que los sacerdotes de todos los cultos cu­bren con un velo de místico misterio, ó el nauseabuudo cocodrilo de la religión egipcia hecho dios á fuerza de misterios y de paparruchas.

El Presidente de la Sala quiere ese misterio para el Gobierno, tal vez porque el anciano, nacido en la época de la prostituida tiranía del odioso Santa Ana, tiene algunos recuerdos de como <*e per­siguió al ciudadano, que tan nefanda etapa se encaraba al tirano para exigir­le el cumplimiento de sus deberes.

Pero si exigente estuvo con nuestros defensores el Presidente de la Sala Medi­na y Oinaecbea, porque se mostraron al­tivos, "independientes y serenos d' hos abogados, complaciente en grado sumo estuvo en la última vista. En la prime­ra, interrumpió á los orad res ind pen­dientes, sinceros y honrados, por que se­gún él, aludían al Gobierno, v en la se­gunda, asómbrense nuestros lectores, el mismo ancian de persistentes reminis­cencias mmUmisiw, dejó ha lar cuanto

10. , REGENERACIÓN.

quiso al Agente Espinosa que deificó á la tiranía y sometió á su escuálido crite­rio de intelecto enano, nuestras liberta­des ensalzadas por hombres de grandes vuelos y de reconocido talento.

El Agente Espinosa abofeteó despia-damente nuestros principios liberales consignados en la Constitución, y á pesar dal ultraje, el Presidente de la Sala per­maneció impasible, como si no supiera ó . no comprendiera que _ los derechos del hombre son la base y el objeto de las ins­tituciones sociales, y que todas las auto- • ridades del país y todas las leyes deben respetar y sostener las garantías que otorga la Constitución (Art. 1? de nues­tra ultrajada Constitución Política.)

A los defensores se les interrumpió con exasperante terquedad porque en sus oraciones aludían al Gobierno ó á sus in­tegrantes los funcionarios públicos y no se impuso silencio al Agente Espinosa que ultrajó á la libertad del pensamiento tan­to como se lo permitió* su afasia j la po­breza de su meollo.

Vemos, pues, que el Presidente de la Sala se sintió molesto cuando -los defen­sores, en cumplimiento de su deber, alu­dían á la pésima administración de Jus­ticia ó al Gobienno en general, y sin em­bargo, oyó con tranquilidad y casi con beatitud la liberticida peroración produc­to de la miopía ó ceguera intelectual del Agente Espinosa, que negó á los escrito­res la facultad de emitir sus opiniones.

Hay una consideración acerca de tan desastroso acontecimiento. Los funciona­rios públicos al tomar posesión de los cargos con que se les agracia, protestan cumplir y hacer cumplir la Constitución etc. El Agente Espinosa y el Presidente Ormaechea, deben haber hecho tal protes­ta, y sin embargo de haberlo hecho, Es­pinosa, (el Agente) y Ormaechea (el Pre­sidente,) la han dejado sin efecto, el pri­mero, por exponer ideas contrarias á la Constitución,. y el segundo, por haber permanecido indiferente al ultraje, que de palabra, infirió Espinosa á la libertad del pensamiento.

Se puede hacer otra consideración. Pa­ra los funcionarios públicos, como Espi­nosa y Ormaechea, los principios consti­tucionales están subordinados al despo­tismo, puesto que se les injuria y se les ultraja en los actos oficiales (como el de nuestra vista) y no se permite, en cam­bio, que se discutan los actos del Gobier­no. Esto si no es escandaloso y disolven­te, no sabemos como llamarle. Deben sa­ber el Agente y el Presidente de la Sala,

que, como dijo el Sr. Iglesias, contra la Constitución nada, sobre la Constitución nadie.

Esta lección se la damos á esos dos funcionarios, para que la aprovechen, no para que la olviden. ¡Ojalá que siempre la tengan presente! Al pueblo le presen­tamos á esos funcionarios, para que se apresure á ejercitar sus derechos á fin de vernos libres de tanto pésimo mandatario, que nos lleva á la ruina con sus torpes procedimientos.

Y todavía, el mismo Presidente de la Sala, dijo á uno de nosotros, en la prime­ra vista, que no era conveniente que se supiera en el Extranjero el modo de pro­ceder de nuestras autoridades. ¿Por qué no se corrijen? ¿Por qué no aplican la ley? '

Las autoridades están obligadas á cum­plir con su deber, ya porque han protes­tado cumplirlo, ya también porque el de­coro de la Patria lo exige así, para que el Extranjero no se forme pésima idea (JÉ nuestra Patria. Pero estamos viendo que los funcionarios no se preocupan por na-, da de lo anterior y hacen su voluntad.

¿Qué nos queda por hacer á los que nos preocupamos, más que las autorida­des, por el prestigio y honra de la Na­ción?

Debemos desenmascarar, sin temores ni cobardías, el abuso cualquiera que sea la autoridad que lo cometa, para que el pueblo proceda á ejercitar sus derechos á fin de que cesen dichos abusos, y el Ex­tranjero no crea que somos una horda de . bárbaros á los que se pueden vejar cuan- . to se quiera, sino que somos un conjun­to de ciudadanos dignos y patriotas que sabemos hacernos respetar.

Cumplan los funcionarios con su de­ber, que de ellos depende el prestigio de la Nación. No se prestigia al país ultra­jando las instituciones.

U ÜPDC¡A\f A que remita á la Adminis-f LÍUWiU tración de REGENERA- -

CION el importe de cinco subscripciones por un trimestre ($ 10.00) recibirá una SUBSCRIPCIÓN GRATIS POR UX SEMESTRE.

Manifestación liberal» Los jóvenes estudiantes de la Escuela

de .Jurisprydeneift de Monterrey, N. I¿.

REGENERACIÓN. 11.

no h a n permanecido indiferentes á la marcada sensación de malestar que ha producido la política de conciliación,

x Ellos también han protestado con la energía que solo es capaz de abrigarse en los pechos de los hombres libres, contra la corrupción clerical que se ha desbor­dada al amparo de una política malsana.

El 18 del mes de Agosto, los estudian­tes se reunieron en el Teatro Juárez, de Monterrey, en el mismo en que el vergon­zante Círculo Unión y Progreso se reu­nió para vociferar en contra nuestra.

Reunidos los jóvenes/Ttos oradores de­signados para el imponente acto, desarro­llaron sus ideas liberales.

i o s oradores que hicieron uso de la palabra, fueron los Sres. Antonio de la Paz Guerra, Arturo Guajardo, Adolfo Vi-llarreal y Miguel Treviño. Todos los ora­dores desempeñaron á conciencia su co­metido y fueron calurosamente aplaudi­dos por el público que ocupaba el salón, y que se hace ascenderá más de tres mil personas.

Esta reunión resultó espléndida, y fué •presidida por el-joven estudiante Sr. José Guajardo,

•Enviamos nuestras felicitaciones á tan patriotas jóvenes, que-tan bien saben hon-

. rar la memoria deouestros padres, defen­diendo Jos principios por los que ellos lu­charon.

E l Partido Liberal se-alza á pesar de todo», y de ello nos congratulamos, porque-el triunfo no se hará esperar mucho tiem­po, á despecho, de los opresores del pue­blo.'

SE SOLHM AGENTES PARA NUESTRO PERIÓDICO EX TODAS LAS

POBLACIONES ©E BA SEPUBIJCA HONO­RARIOS 15 p g LIBRE D E GASTOS.

ELASUNTODE LAMPAZOS.

H a n sido puestos en libertad los pa­

triotas liberales lampacences, Sres. Ing. Francisco Naranjo hijo, Vidal Garza Zu­bia, Luís G. Avila, Antonio Cepeda y Delfino Martínez.

Gomo saben nuestros lectores, estos dis­tinguidos ciudadanos fueron infamemen­te calumniados por la plebe de cuartel y salieron absueltos de los cargos que se les hicieron; pero como el actual Gobierno quiere á todo trance aparecer como justi­ficado en sus actos, sin lograrlo, viendo que los lampacenses saldrían limpios de toda mancha, ideó la manera de hacerlos culpables y se les condenó por un supues­to delito por el que ni siquiera habían sido juzgados. De ese modo, aparentemen­te, el Gobierno obró con justificación, y el que ignore los antecedentes del nego­cio, aplaudirá tal conducta. Pero nosotros que hemos seguido con atención todos los detalles, á cual más sucio, de la intriga oficial, estamos en disposición de protes­tar contra tales actos, que nos han con­firmado la idea de que en México no hay justicia y que los ciudadanos están á mer­ced de funcionarios quisquillosos y vio­lentos.

De todos modos, enviamos nuestra fe­licitación á los honrados lampacenses, no porque se les haya hecho justicia, sino por haber recobrado su libertad injusta­mente arrebatada por los cesares. Con nuestra felicitación, hacemos también presente nuestro deseo, de que el "Club Liberal Lampacense" continúe trabajan­do con vigor, ajeno á necios temores. No queremos inferir la ofensa á nuestros dig­nos amigos, de pensar que pudieran aco­bardarse con la persecución sufrida, pero sí deseamos que no desmayen y que con­tinúen trabajando por el porvenir de nuestra infortunada Patria.

Ahora que deben estar convencidos tan estimables correligionarios de que no hay justicia, porque no se respeta la ley, como no se respetó con ellos, deben procurar porque las autoridades respeten esas le­yes, para que pueda haber ciudadanos, p a n que pueda haber libertad.

12. REGENERACIÓN.

LOS VERDUGOS DE CUCARAN.

En uno de nuestros números anteriores dimos á conocer el atentado de que ha si­do víctima en Cuicatlán, Oax., el distin­guido liberal Sr. D. José Escalante, Se­cretario del Club Liberal Regenerador "Benito Juárez."

Ahora vamos á complementar nuestra información anterior con-los siguientes datos.

El ex-Jefe político Altamirano, es con­servador, y cuando desempeñaba sus fun­ciones vivía en harmonía perfecta con el Juez Lie. Carlos Rueda Ramírez, que tam­bién es clerical. Los dos funcionarios pú­blicos oprimían á su sabor al pueblo, ayu­dando á su fanatización.

Por tal motivo, ambos personajes no podían ver con tranquilidad los progre­sos del Club Liberal Regenerador "Beni­to Juárez," porque esta agrupación pa­triótica era y es un peligro para los opre­sores del pueblo, al trabajar por la recon­quista de sus derechos atropellados y de su soberanía infamada por los déspotas.

El Club denunció parte de la confabu­lación del Jefe, el Juez y el elemento cle-iácal de Cuicatlán, elevando su queja al Gobierno del Estado contra el. Preceptor seminarista Emiliano Gómez, y entonces la inquina de las autoridades clericales se hizo manifiesta contra el Club, porque además de ser Emiliano Gómez un ar­diente correligionario del retroceso, ese in­dividuo estaba apoyado por el elemento conservador de Oaxaca.

Sin embargo, ni el Juez, ni el Jefe Po~ lítico, ni el Preceptor, creyeron que los trabajos del "Club tendrían un resultado satisfactorio para el Partido Liberal, y se burlaron de-la patriótica asociación, eon-

. viniendo en negar todo lo dicho por el Club Liberal.

Así sucedió. Todos esos funcionarios negaron los hechos denunciados por el

Club, y el inepto Gobierno de Oaxaca oyó á las autoridades y no hizo aprecio de la denuncia, como lo declaró por medio de una comunicación dirigida al Club y en el Órgano Oficial del Estado.

No cejaron los liberales de Cuicatlán y publicaron una carta abierta al Goberna­dor Martín González, y entonces el Go­bierno no pudo seguir sosteniendo á los clericales y destituyó al Jefe Político Al­tamirano y al Preceptor. Todos esperaban que sería igualmente destituido el Juez Rueda Ramírez, toda vez que confabula­do éste con el Jefe, el Preceptor y el Cu- -ra, había rendido, como Presidente de la Junta Corresponsal de Instrucción Públi­ca, un informe que por su falta de ver­dad, puso en conflicto al Gobierno. Pero precisamente por ese conflicto, la inquina del Gobierno contra el Club se hizo pal­pable, y por lo mismo, no se destituyó á Rueda Ramírez, quien podía en todo ca­so servir de instrumento á la venganza oficial.

Por ese tiempo apareció la carta falsifi­cada, lo cual era un buen pretexto para iniciar una serie de asquerosas vengarT-zas; y como pudo haberse denunciado á cualquiera otro, se denunció al Sr. Esca­lante, que como sabemos, se encontraba en esos momentos luchando con una pe­nosa enfermedad en la ciudad de Oaxa­ca. Tal vez se tuvo en cuenta, que dado el estado delicado de la salud del Sr. Es­calante, el patriota moriría en el fondo

. de una bartolina y de ese modo se des­embarazarían de un liberal sincero y de­cidido.

Estos son los datos complementarios de la preparación de este negocio, que no es más que una venganza que se ha tratado de ejercitar por el elemento clerical efi­cazmente ayudado por autoridades arb? trarias.

Ahora vamos á ver hasta qué grado ha llegado el encono del Juez Rueda contra el Sr. Escalante.

En nuestra anterior información vimos

T-l ' • i I

que se había negado-todo- auxilia al Sr. Escalante, Se volvió á insistir en la liber­tad bajo<le"nanza por enfermedad, y el Juez resolvió después de mil dilatorias, que se remitiera al enfermo, por conduc­to del Jefe Político y con la seguridad correspondiente, al Juzgado f? de lo Cri­minal de Oaxaea, para que éste lo remi­tiera al Director del Hospital General para su reconocimiento.

Tan imbécil resolución no fué aceptada porque era tanto como consentir en el violento asesinato del Sr. Escalante, en atención al penoso estado de su salud y al salvaje trato que le darían sus guar­dianes.

Los amigos del Sr. Escalante llamaron á un entendido Médico de Oaxaea y -se pidió que se practicara un reconocimien­to. El fanático Juez no aceptó al Doctor, porque dijo que era pariente suyo, (del Juez) y nombró en su lugar, de acuerdo siempre con eí ex-Jefé Altamirano; á Un curandero, un tal Feliciano Alarcón, hom­bre rudo y analfabeta»

Este sujeto deelaró, que el Sr. Escalan­te, "estaba bieh en lajmsfám, que su enfer­medad no era grave ni contagióme que LA INMENSA CANTIDAD DE SANGRE

• QUE ARROJA POR LA BOCA LE BE­NEFICIA, PORQUE PADECE DE PU­JOS DE SANGRE!!!... "

Tan estupido dictamen foé acogido con placer por el Juez verdugo y por Alta­mirano, porque -con ello, esas fieras pue­den cubrir su responsabilidad, sin hacer aprecio á la voz ¡dé su conciencia, toda vez que los monstruos lio kt tienen.

Tan infame declaración fué ratificada por otros individuos, «ntre los que se en­contraba Valerio- Rojas, Secretario del Municipio, que aunque parece tener Sen­tido coman, habló por él eí estomagó, ru­gió la bestia al ver delante: de eSa un cuadro de miseria y de hambre si se atre­vía á contradecir; y estrujando su ente-rio y tortorando sn sentido meraL se hi­zo á un lado-el hombre para dar pase i -

13.

la bestia, que aulló complicándose en la maldad

Volvemos á excitar á loo club» libera­les y á la prensa liberal para que protes­te contra el salvajismo de que es víctima el Sr. Escalante, y nosotros, por nuestra parte, no cesaremos de protestar enérgi­camente contra tal atentado.

Es necesario que se moralice la admi­nistración pública; es forzoso que haya justicia. Estamos á merced de las mons­truosidades oficiales.

El Sr. Escalante es inocente y solo se ha tratado de ejercitar una venganza, em­pleando la calumnia y la violencia, úni­cas manchadas armas con que cuentan nuestros enemigos, pero que tendrán que embotarse contra las nuestras que son la verdad y la justicia

El Sr. Escalante muere á manos de sus verdugos, de sus monstruosos verdu­gos que acechan la vida de un hombre digno, de un hombre honrado. Pero la muerte del Sr. Escalante caerá como una maldición sobre los que se la han procu­rado con sus inquisitoriales procedimien­tos.

El decoro de la Patria requiere que se castigue á esos verdugos, para que en el extranjero no se nos tache de salvajes. La civilización también quiere que se casti­guen esos atentados, propios de paises primitivos, y con los que la barbarie mis ma siente pavor.

U PFPQflYA que remita á la Adminis-ILIUMJiXA tmción de REGENERA­

CIÓN el importe de cinco subscripciones por un trimestre ($ 10.00) recibirá una SCBSCRTPCIÓK GRATIS POR C3Í SEMESTRE.

fiemos recibido. El obsequio de los Sres. Rafael Ay mar-

do é hijos, propietarios del Molino de San Jerónimo, consistente en un folleto

Í4. REGENERACIÓN.

abundante en buenos grabados é intere­sante texto sobre la historia del Molino de Gafé de San Jerónimo, precedido de un breve estudio sobre el café.

El alegato producido por el Sr. Lie Conrado Pérez Aranda en el amparo pro­movido ante el Juez 2? de 1* Instancia de Alamos, Son., por José T. Otero é hi­jos en Liquidación contra actos del Ayuntamiento de Huatambo.

Enviamos nuestros agradecimientos á los remitentes.

EL SR. LIC.

La muerte se ha llevado á un distin-tinguido liberal. Acaba de fallecer en la-ciudad de Pachuca, Hgo. el caballeroso abogado Sr. D. Gabriel Barranco Pardo-

El Sr. Barranco Pardo fué un lucha, dor infatigable, un ciudadano de levan, tados principios liberales.

"El Gran Partido Liberal de la Repúbli­ca está de duelo, porque ha muerto uno de, sus miembros más queridos.

Este buen liberal fué fiel á sus princi­pios en el trance difícil en que muchos espíritus débiles sienten que sus convic­ciones se enfrían.

Hacemos presente á su distinguida fa­milia nuestra sincera—condolencia por tan 'triste . acontecimiento, que arrancó de su seno al miembro querido y al Par­tido Liberal uno de sus más distinguidos servidores.

SE S0IMM AGENTES PARA NUESTKO PERIÓDICO EN TODAS LAS

POBLACIONES DE LA REPÚBLICA. HONO­RARIOS 15 p g LIBRE DE GASTOS.

Amenazas de los caciques.

En esta época de falta de respeto á la ley, las autoridades gustan de ser arbi­trarias, pero se encolerizan cuando el pe­riódico independiente, guiado por el no­ble deseo de mejorar la administración pública, por exigirlo así la salud del pueblo, desenmascara déspotas y descu­bre manejos turbios de las personalida­des sospechosas.

En uno de nuestros anteriores núme­ros hablamos del Juez local de Castaños, Coah., un tal Benigno Cárdenas, que co­mo saben bien nuestros lectores es incon­dicional aliado del clero. Ese funciona­rio dice que se ha de vengar de lo que dijimos acerca de su pésima gestión ofi­cial.

Hay ea todo ésto un detalle, que re­vela la incapacidad del Gobernador Mi­guel Cárdenas para gobernar un Estado. No solo por nosotros conoce el Goberna­dor la ineptitud del -Juez Cárdenas, sino que también por las quejas de los veei" nos de Castaños y la denuncia que nues­tro querido colega La Unión Liberal, de Monclova, ha hecho, diciendo que en Castaños se infringen las Leyes de Re­forma á ciencia y paciencia del beato funcionario, que tiene por autoridad al famoso cura Arpón, de Monclova, ¡ese que anda á caza de palabras soeces, por las encrucijadas, para vomitarlas desde el pulpito sobre los dignos liberales del Club Miguel Blanco, solo porque -esos ciudadanos son patriotas y no apetecen ni la tiranía del fraile ni la opresión de los cesares/ El Gobernador, sin embargo, no destituye al Juez Cárdenas.

Ahora, el ideal de Cárdenas (Benigno) consiste en que Castaños tenga un fraile. Los liberales se oponen, y con razón, porque temen que su honor y sus bienes sean atropellados por esos faunos de re­pugnante obesidad.

REGENERACIÓN- 15.

Tenemos algo jqneioonsigBar acerca de lols abusos del jesuítied^ Cárdenas, come­tidos a l amparo de su investidura oficial-Tomás Hernández sostenía relaciones amorosas con la joven Leonarda Gonzá­lez. Parece que los padres de la joven se oponían á esas relaciones y los novios re­solvieron fugarse^ presentándose después al Juez del Estado £&vit para que auto­rizara su matrimonio. Entre tanto la no­via fué depositada en la casa del funcio­nario Cárdenas.

E l padre de* la joven<«©nsintió al fin en el matrimonio de su bija con Tomás Hernández, y el Jucs del Estado Civil autorizó la unión. Pero al presentarse Hernández á recoger á su esposa de la casa del beato Cárdenas, éste se opuso, porque no se había celebrado la necia ceremonia religiosa por Ja que los frailes explotadores cobran Tmsá regular suma de dinero.

E l esposo ultrajado elevó "su queja al Juez del Estado CiviFy este funcionario ordenó á Benigno Cárdenas que entrega­se inmediatamente á Leonarda, y q u e . defa-Ot hacerlo así, informaría de lo oeu" rrido á l a superioridad.

Cárdenas no obsequió la orden, sino quería devolvió y dijo: rfque en Casta­ños no h a y más autoridad que él y no entregaba á l a depositada." Tal acto de rebeldía merece un duro castigo, so­bre todo para moralizar á esos sultanci-llos que se sueñan señores de horca y cu­chillo, erecida como está su magnifican" cia con los cargos que la superioridad complaciente les da. Hasta se llega á presumir, en atención á la rebeldía del Juez Cárdenas, que éste recibe del fraile Arpón ^un tanto por eiento por ayudar al clero en su explotación. Hay otro funcionario que pesa sobre Castaños como una plaga. Se llama Ma­nuel de* Hoyos y es Juez 2? locaL Este Juez^ h a Jiebido los -alientos á su colega, como vulgarmente se dice, porque impo­ne mal tas á todo el que le t iene en gana.

Este funcionario es el encargado de la limpia de las acequias que «arten de agua a l a s tierras de labor y al vecindario de Castaños. Con el pretexto de limpiar esas acequias, Manuel de Hoyos manda citar a los vecinos para que sin excusa ni pretex­to se presenten en el Juzgado, que-á la vez es la casa habitación de Hoyos, y allí se imponen multas de cinco pesos á los que se rehusan á trabajar en la limpia aunque los renaentes-«o tengan derechos de-agua y agostadero.

Aparte de estos atropellos, cometidos por Manuel de Hoyos, éste individuo en ejercicio de la arbitrariedad encarcela á pacíficos ciudadanos en un corralón al que se le dá el nombre de cárceL

Manuel de Hoyos es insoportable co­mo funcionario, y si no habíamos denun­ciado antes los atropellos que ^omete^ha sido porque no los conocíamos; pero aho~ ra lo hacemos para jfaue*e^jGobernador Cárdenas, en bien del pueblo, destituya de su empleo á ese pésimo funcionario, así como á Benigno Cárdenas. Es nece­sario moralizar la administración.

Manuel de Hoyos, cuando vio que en bien del pueblo denunciamos á su colega Benigno, dijo: 'SSS de mí se llega á ocupar em periódico (REGENERACIQX) meto á 1% eárcel á sus Directores."

A nosotros nos tiene muy «in cuidado esa baladronada. Cumplimos con nues­tro deber de periodistas independientes al denunciar los malos actos de los fun­cionarios públicos, porque deseamos la felicidad del pueblo. Si Manuel de Ho­yos se portase bien en sus funciones* na­da tendríamos que reprocharles, pero co­mo es arbitrario, eoino abosa de su pues­to para tiranizar á los vecinos de Casta­ños, tendremos que denunciar esos abu­sos y esas arbitrariedades para conse­guir un fin: la moralidad administrativa.

Corríjase H yos y déjese de amenaiais qUe no tememos* Cumpla con su deber vJ9éjese de valentías que se estrellan en

, maestra firmeza, porque * nosotros n*dte.

16 . - - R E G E N E R A C I Ó N ; . .

ó iga lo bien Hoyos , n a d i e ri"os i n funde te­

m o r ; noj=otros n o conocemos el miedo ,

p u e s n o nos a t emor i za ni el júnior o m n í ­

m o d o del misuro Pres iden te dv la Re­

púb l i ca , c u a n d o se t r a ta d e c u m p l i r nues ­

t ro deber , como lo b n b n í vis to Hoyo?. De

m o d o cpie ¿obran a i s necias a m e n a z a s ,

p o r q u e á nad i e t ememos . Nos ave rgonza ­

r í a m o s de ser cobardes?.

I l PPR^ÍlXM ^ u ^ rc-mita á la A d m i n i s -b¡\ I D Í I Í ) U Í \ / \ ímciói i d c R K í J E N K U A -C I O N el iiujtorte ile c inco sulfíirijH.-íonesí {x»r tin t r imes t re (§ 10.00) recibirá u n a í í tMKCHIPC'lÓN ÍÍKATI.S I*Olt CN SK.M KSTK K.

DUELO. Nues t ro q u e r i d o colega JAI Corregidora,

de Laredo, Texas , nos a n u n c i a la m u e r ­

te de la respe tab le d a m a Doña Franc is ­

ca Garc ía de ( tá re la , acaecida ú l t ima­

m e n t e <*n Lampay-o*, N. L.

I J I Sn i . Garc ía d e Garc ía en» a b u e l a

m a t e r n a de nues t ro buen a m i g o el Sr.

Ing . í). Franc isco Naran jo hijo, q u i e n tu-

vo el do lor d<» no t.<star ccrpit d«» la mnr i -

b u n d a , en v i r tud dt* encon t r a r se pre­

so en Monte r rey v í c t ima d e la infamia

<li« -la ir» »Jdadcs«-n.

l.«it «Sn». tic Oareia, tenía e^jn-rial pr»*di, lección ¡ » r cu nie to , al que. en v a n o U n . ' m ú c u a n d o s<- s i m i o s o r p r e n d i d a por la intu-rtv; 1« t i r an ta le l en ta pr i s ionero y no p u d o el la d a r «d u l t i m o lw-»> al n i d o t juer ido

líecU«a la «prec iab le famil ia Naran jo

nues t r a muuifcüia>;iÓ!i d e condolenc ia y

m u y tripecta h í t en te uutsfltx» qtwriú'o a m i "

go Franc i sco Naran jo , hijo.

LA CORREGIDORA. Semanario Upe-ral que s« (dita en jAtre-

do f o w í . E. U. A. Intio la inteligente di­rección dr' la Sriia. Sar>x /v. Ramírez.

l-jslc j>eriódico dcltc ser ¡¿ido ¡>or lodo fnien mexicano, pues en ¿l se ¡raían axnn-Inx de ¡Hilpilanle Ínteres para el "Oran Par­tido Lifurral.

"í IA% I orregidortt*' es uno de los potas

¡h-l-ir'xlico^ que. nti(,(//'ii llamarse verdadera­

mente. I ¡Itera les- su.* idea-* avanzadas ilus­

tran á la fez que fortifican las ron ficciones,

1/ el &uft patriotismo que ¡nínrma sus artí­

culos entusiasma aumentandn el amor tí la

Patria qv sufre tanto /«yo tt i/ugo de i'ts

déspota*.

ÍAt ruhseri/trión rale por un año un pe­

so ctro. /'ara todo asunto dirigirse á la

Srita. Seira IC. Ramírez. Avenida de Sali­

na* No. $07 ÍMredo 'Ieras, K. U. A.

A nuestros subscriptores. T e n e m o s el g u s t o d e nmiuc in r á nues­

tros a m a b l e s sub-c r ip to res míe desde el p r ó x i m o n ú m e r o , el ">ó, eorresfxmdienio al 2-i d e S e p t i e m b r e , rec ibi rán R K O l v X K R A Í ' I O N en --u fs-eba y «-on toda re­g u l a r i d a d |«»nt lo sucesivo. Son indecible»" las d i i i eu l íades q u e Memos ten ido jmm j*>-tierno* al cor r i en te j^,?ro al fin lo coiu*e* g i i imos , gn ic ins al apoyo «pie n<w* pn«staii ma-xtrt*1 jiíitrií 'tas «•iislx:ripl'»pii» y á |>«.-?iitr d" t iucstra prL-iót».

SB S Ai»K>'TK!i t'AttA Nt'RVTKO l'Ktf tot>tCO tZS TUl*AJ» I.AJ»

l-UUt-VCIO.VK.'» Mt I.A HKf't'ULILM. I I O N O -HARÍO.S l ó p g U B R K DKCiA&TOS.

TJP, DE J, S» T O B H E S ,

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