ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

108
Nueva serie / Autobiografías de prestigiosos investigadores argentinos ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO DE LAS CIENCIAS Ciencia e CI Investigación CI e Reseñas Reseñas ISSN 2314-3134 TOMO 7 N°1 - 2019

Transcript of ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

Page 1: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

Nueva serie / Autobiografías de prestigiosos investigadores argentinos

ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO DE LAS CIENCIASASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO DE LAS CIENCIAS

Ciencia e CI Investigación

eCIeReseñas

Reseñas

ISSN 2314-3134

TOMO 7 N°1 - 2019

Page 2: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …
Page 3: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

SUMARIO

EDITORIAL

Editorial ........................................................................................................3

Recuerdo de Eduardo Charreau ....................................................................4

ARTÍCULOS

Semblanza de Susana Böckmann de Cianciarulo por Nina Mischkovsky ...... 6Una vida dedicada a la economía minera y a la geología ambientalSusana Böckmann de Cianciarulo ................................................................ 8

Semblanza de Ernesto Calvo por Fernando Battaglini y Mario Tagliazucchi ......................................................................................25Una pasión por la químicaErnesto Calvo ..............................................................................................27

Semblanza de Claudio Cuello por Florencia Iulita y Martín Bruno ............45Mi inesperada aventura en las neurociencias, siguiendo la ruta menos transitadaClaudio Cuello ............................................................................................47

Semblanza de Edmundo Dante Ramos por Victoria Bekeris ........................71Mysterious Are The Ways Of The Lord… Edmundo Dante Ramos ..............................................................................73

Semblanza de Hebe Vessuri por Pablo Kreimer ...........................................87Las culturas de la ciencia. Una aproximación a su estudio desde América LatinaHebe Vessuri ...............................................................................................89

INSTRUCCIONES PARA AUTORES ...........................................................104

TOMO 7 Nº 12019

EDITOR RESPONSABLEAsociación Argentina para el Progreso de las Ciencias (AAPC)

CUERPO EDITORIALNidia Basso (editora en Jefe); Miguel A. Blesa (Editor Responsable de Reseñas); Juan Carlos Almagro; Gerardo Castro; Alicia Fernández Cirelli; Juan Xammar Oro

COMITÉ CIENTÍFICO ASESOR Sara Aldabe Bilmes (Química)María Cristina Añón (Alimentos)Miguel de Asúa (Historia y Filosofía de la Ciencia)Silvia Braslavsky (Química)Raúl Carnota (Matemáticas Aplicadas e Historia de las Ciencias)Juan José Cazzulo (Bioquímica)José Carlos Chiaramonte (Historia) Eduardo Charreau (Ciencias Biomédicas)Francisco de la Cruz (Física)Susana Finquelievich (Sociología)Gilberto Gallopín (Ecología) Víctor Ramos (Geología)Carlos Reboratti (Geografía y Hábitat)Edmundo Rúveda (Química)Catalina Wainerman (Sociología y Educa-ción Superior)Roberto J.J. Williams (Materiales)

ASISTENCIA TÉCNICAAlelí Jait

DIAgRAMACIóNGabriel Martín Gil

CIENCIA EINVESTIgACIóNPrimera Revista Argentinade información científica.Fundada en Enero de 1945.Es el órgano oficial de difusión deLa Asociación Argentina para el Progreso de las Ciencias.A partir de 2012 se publica en dos series, Ciencia e Investigación y Ciencia e Investigación Reseñas

Av. Alvear 1711, 4º piso, (C1014AAE) Ciu-dad Autónoma de Buenos Aires, Argentina.Teléfono: (+54) (11) 4811-2998Registro Nacional de la Propiedad Intelec-tual Nº 82.657. ISSN 2314-3134.

Lo expresado por los autores o anunciantes, en los artículos o en los avisos publicados es de exclusiva responsabilidad de los mismos.

Ciencia e Investigación se publica on line en la página web de la Asociación Argentina para el Progreso de las

Ciencias (AAPC) www.aargentinapciencias.org

Page 4: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

Asociación Argentina para el Progreso de las Ciencias

Asociación Argentina para el Progreso de las Ciencias

COLEgIADO DIRECTIVO

PresidenteDra. Ester Susana Hernández

SecretariaDra. Alicia María Sarce

TesoreroDr. gerardo Daniel Castro

ProtesoreroDr. Alberto Antonio Pochettino

Miembros TitularesIng. Juan Carlos Almagro

Dr. Alberto BaldiDra Nidia BassoDr. Miguel Blesa

Dra. María Cristina CambiaggioDr. Eduardo Hernán CharreauDra. Alicia Fernández Cirelli

Dra. Lidia HerreraDr. Marcelo Jorge Vernengo

Dr. Juan Roberto de Xammar Oro

Miembros Institucionales:Sociedad Argentina de Farmacología Experimental:

Dra. graciela Noemí BalerioUnión Matemática Argentina:

Dra. Ursula Maria MolterSociedad Argentina de Hipertensión Arterial:

Dra. Ana María PuyóSociedad Argentina de Investigaciones Bioquímicas:

Dr. Luis Alberto Quesada AlluéSociedad Argentina de Microscopía:

Dr. Raúl Antonio Versaci

Miembros FundadoresDr. Bernardo A. Houssay – Dr. Juan Bacigalupo – Ing. Enrique Butty

Dr. Horacio Damianovich – Dr. Venancio Deulofeu – Dr. Pedro I. ElizaldeIng. Lorenzo Parodi – Sr. Carlos A. Silva – Dr. Alfredo Sordelli – Dr. Juan C. Vignaux –

Dr. Adolfo T. Williams – Dr. Enrique V. Zappi

AAPCAvenida Alvear 1711 – 4º Piso

(C1014AAE) Ciudad Autónoma de Buenos Aires – Argentinawww.aargentinapciencias.org

Page 5: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

EDITORIAL

Presentamos el primer número de 2019. Este es el Año Internacional de la Tabla Periódica (de los elementos quí-micos, en conmemoración de los 150 años de su presentación por Dmitri Mendelejev); como químico me resulta especialmente satisfactorio que se reconozca, de esa forma, el impacto de una construcción de la química en el devenir de nuestras sociedades.

AAPC busca albergar en su seno a científicos, tecnólogos y a otras personas interesadas en la promoción de todas las ciencias, y vale entonces preguntarse qué nombre podríamos ponerle a 2019, en función del devenir de AAPC. Es mi esperanza que podamos lograr que 2019 sea El año del despegue de AAPC. Va siendo hora de que AAPC sea un cabal representante de los intereses, anhelos y esperanzas de los miembros de la comunidad de cien-cia y técnica y, para ello, es necesario ir cobrando gradualmente mayor independencia de la financiación oficial. Estoy convencido de que podemos, entre todos, fortalecer a AAPC y lograr a través de ella una voz que resuene en la sociedad, centrada en el análisis, desde el punto de vista de la ciencia y la técnica, de los grandes temas nacionales de mediano y largo plazo. Para ello necesitamos mecenas, socios protectores que puedan generar un cambio cualitativo en las finanzas de AAPC; pero también necesitamos Socios Titulares y Adherentes que hagan sus aportes, en parte monetarios (la cuota es casi simbólica), pero también en tiempo y en ideas, para que podamos ir construyendo think tanks que piensen a nuestra sociedad y elaboren propuestas concretas.

Este número de Reseñas presenta cinco biografías que cubren las ciencias geológicas (Böckmann), químicas (Calvo), médicas (Cuello), físicas (Dante Ramos) y sociales (Vessuri). Hay una variedad de generaciones, de disci-plinas y de trayectorias que ilustran esa universalidad que debe tener AAPC. Como suele ocurrir, encontramos tra-yectorias signadas por las turbulencias políticas y socio-económicas que llevaron a tantos investigadores argentinos a emigrar (Cuello, Vessuri), o a abandonar el ambiente académico (Ramos). Mención especial merece la biografía de Susana Böckman de Cianciarulo, una de las diez primeras geólogas argentinas, que nos describe el ambiente de la Universidad de Buenos Aires en la década de 1940, hace casi ochenta años. El quinto artículo, el de Ernesto Calvo, también refleja un interregno en el exterior, enriquecedor científicamente, pero vinculado a la irrupción de la dictadura militar en la década de 1970.

Los logros científicos de los cinco autores son ricos y los ubican en el pequeño grupo de argentinos que cons-truyeron una ciencia que no tiene nada que envidiar a la de otras regiones. Y la continuidad se nota: aparecen en estas reseñas Bernardo Houssay, Jorge Sabato, Amílcar Herrera, Juan José Giambiaggi, los pioneros de las ciencias geológicas y tantos otros que pusieron los cimientos de lo que tenemos actualmente.

Que lo disfruten.

Dr. Miguel Ángel Blesa

Buenos Aires, marzo de 2019.

Asociación Argentina para el Progreso de las Ciencias

Page 6: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 20194

EDUARDO CHARREAU

Cuando estábamos compaginando este número, Eduardo “se fue de gira”. En AAPC y en

muchas otras instituciones, como el CONICET, su nombre será siempre recordado como el gran

hacedor de institucionalidad.

Yo aquí quiero simplemente contar el papel que Eduardo jugó en la gestación de Reseñas.

Con la idea incipiente, cuando debíamos tocar timbres para conseguir fondos que permitieran

concretar esa idea en una realidad, Eduardo entusiastamente puso su prestigio en las gestiones,

y gracias a él pudimos certificar la seriedad del proyecto. No es exagerado decir que sin su apo-

yo en esas etapas, difícilmente hubiéramos podido concretar el proyecto.

Vaya pues nuestro recuerdo emocionado.

Gracias, Eduardo.

Miguel A. Blesa

Page 7: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …
Page 8: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

SEMBLANZA

Allá por 1963 cuando ingresé a la Dirección de Geología y Mine-ría, mientras todavía estaba cursan-do los últimos años de mis estudios en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires en la antigua sede de Perú 562, la conocí. La Facultad y la Dirección estaban a pocas cuadras, ambas sobre la calle Perú, situación que permitía un fuerte intercambio de docentes y alumnos que apro-vechaban las instalaciones de la dirección para realizar estudios de laboratorio y análisis químicos y pe-trográficos en esa institución.

La recuerdo con sus poco más de 40 años, muy elegante y atenta, en especial con las jóvenes ayudantes geólogas recién incorporadas. Am-bas estábamos trabajando en la Di-visión de Petrografía de la Dirección de Geología y, en aquel entonces, estaban Roberto Caminos, Eduardo Llambías, Mabel Costa, Luisa Vi-llar, Noemí Feliú, Norma Pezzutti, Beatriz Coira, Magda Koukharsky, Melba Guerstein, Fernando Sesa-na, entre otros, que trabajaban en diferentes temas de investigación y hacían servicios. Yo, formada en la Facultad, hacía estudios petrográ-ficos convencionales tratando de clasificar las rocas que nos traían los geólogos regionales como parte de sus trabajos de levantamiento de campo. La Dra. Bockmann hacía es-

SUSANA BÖCKMANN DE CIANCIARULOpor Nina Mischkovsky

tudios mineralógicos y petrográficos de apoyo a la industria.

Ella era la más antigua de la Divi-sión y su experiencia estaba asocia-da a recuerdos de tiempos pasados, desconocidos para nosotros. Había sido alumna de Groeber, Pastore, Harrington, entre otros, que para nosotros eran como los próceres de la geología. Había estudiado en el Colegio (se sobreentiende que ha-blamos del incorporado Burmeister) donde Carlos Storni la había intro-ducido con mucho entusiasmo en los primeros pasos de la geología. El Dr. Storni era para nosotros la “Aso-ciación Geológica Argentina”, un anciano que tenía una pequeña ofi-cina en el tercer piso de Perú 222, en condiciones muy lamentables por lo inhóspita y era el presidente de la asociación, y director de la Revista encargado de recibir, revisar, editar y publicar los artículos presentados.

Su tesis doctoral fue pionera en

la determinación de minerales por Rayos X en nuestro medio, técni-cas que le sirvieron a través de los años para su estudio de minerales industriales. Sus estudios fueron en su mayor parte de asesoramiento de minerales para la industria. A mediados de la década del seten-ta dejó la Dirección de Minas para trabajar en el Senado de la Nación como asesora en problemas mineros e industriales. En esa década inició su preocupación por los temas am-bientales y la minería, después de una estadía en Suecia y a partir de ese momento siguió preocupada en temas de economía minera y geolo-gía ambiental, esta última asociada a los problemas de la explotación minera.

A través de los años, su curiosi-dad geológica y sus deseos de cono-cer los lugares más remotos de los cinco continentes la ha llevado a vi-sitar los más diversos ambientes geo-lógicos, en especial aquellos aso-ciados con los paisajes volcánicos. Desde su navegación por el interior de la caldera de la Isla Decepción en la Antártida con sus fumarolas y solfataras, y sus numerosas visitas a diferentes lugares de la Antártida, se sorprende por el rápido retroceso de los hielos y el paulatino incremento de la temperatura estival. Sus más de ocho viajes a las Islas Malvinas, antes y después de la guerra, le han

Page 9: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

7Semblanza

permitido aprender del potencial de los hidrocarburos de las cuencas ve-cinas, que en nada tienen que envi-diar a los del Mar del Norte.

Sus experiencias en las rocas vol-cánicas y volcanes de Islandia o de Japón, sus visitas al volcán Etna o a los de Lanzarote, junto con los de Hawaii y Nueva Zelanda, se eclip-san con la actividad volcánica exa-minada en el Yellowstone Park de los Estados Unidos. Sin embargo,

su experiencia más vívida y geoló-gica ha sido el haber estado en la ciudad de México el 19 de setiem-bre de 1985 cuando se despertó con los remezones del gran terremoto, casi 8 en la escala de Richter. Aún hoy cuando le preguntamos por esta experiencia que destruyó una par-te importante de la ciudad y causó miles de muertos, con más de 2.800 edificios destruidos, su emoción lle-ga a un máximo y le surgen una ca-tarata de vívidos recuerdos.

Después de muchos años nos hemos vuelto a encontrar numero-sas veces, tanto en la sede de la Aso-ciación Geológica Argentina, como en la celebración asociada a los premios Strobel en el aula magna de la Facultad. Cada vez que la veo y conversamos me sorprende y me llena de admiración su sólida me-moria, su lucidez y rapidez mental, a las que no les han “hecho mella” sus jóvenes 96 años.

Page 10: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

UNA VIDA DEDICADA A LA ECONOMÍA MINERA Y A LA GEOLOGÍA AMBIENTALPalabras clave: Minería, Geología Ambiental, Minerales industriales.Key words: Mining, Environmental Geology, Industrial minerals.

1. MIS ESTUDIOS UNIVERSI-TARIOS

Soy una de las primeras diez geólogas argentinas egresadas de la Universidad de Buenos Aires, en una época en que la carrera de geología era poco conocida. ¿Qué motivos tuve para seguir esa profesión? Po-siblemente mi admiración por la na-turaleza, el haber concurrido a una escuela primaria alemana, la Hum-boldt Schule, donde nos hablaban de la vida y obra de Alexander von Humboldt, o en el secundario (ba-chillerato) el Colegio Incorporado Burmeister donde también nos ense-ñaban sobre los importantes traba-jos de Burmeister. Todo pudo haber influido pero lo definitorio fue que, en los planes de estudio de 5º año, figuraba la materia “Mineralogía” y el profesor fue el Dr. Carlos Storni, excelente geólogo y persona. Nunca lo olvidaré, llegaba los días de cla-se cargando cajas y bolsos, con un microscopio, muestras de minerales y rocas, cortes delgados, nos enseñó cristalografía, a reconocer minerales

y rocas, macro y microscópicamen-te, eran clases extraordinarias. Cuan-do en 3er. año de la Facultad cursé Mineralogía, parte del curso ya lo sabía. Tampoco olvidaré la frase con que se despedía cada clase: “Por hoy es suficiente, no quiero cansar vuestras mentes juveniles”. Finaliza-do el secundario, le pregunté al Dr. Storni dónde podía cursar Geología y me respondió, en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Perú 222, Capital Federal. Allí me dirigí y en marzo de 1941 ingresé a la Facultad. En ese entonces la ca-rrera se denominaba “Doctorado en Ciencias Naturales” y duraba cuatro años; justamente ese año (1941) se dividió en “orientación geológica” y “orientación biológica” incremen-tándose con materias específicas cada una de las carreras pasando a durar cinco años. Desde luego elegí la geológica. Ese año, ignoro si por la división en dos especialidades, ingresamos muchos más estudiantes de lo habitual, alrededor de cien, la mayoría para biología. El primer día de clase nos recibió en el Aula

Magna el Decano de la Facultad, el Ingeniero Luis María Igartúa, a su vez, profesor de Análisis Matemá-tico, materia que Geología cursaba junto con Ingeniería. Nos miró un momento y nos preguntó si todos éramos para las carreras que se aca-baban de abrir, respondimos que sí y… contestó: “con buena suerte unos quince de ustedes se recibirá”. La bienvenida fue más bien un poco gélida, pero tengo que reconocer que tenía razón. Empezamos unos cuarenta y terminamos, creo que 12. Las deserciones ocurrieron entre 1º y 2º año.

Mis estudios doctorales fueron financiados por mis padres, quienes siempre me apoyaron en mi carrera profesional. Ambos eran argentinos y habían nacido en 1888. Mi pa-dre, hijo de alemanes, estudió en la Universidad de Buenos Aires, donde se recibió de Contador Público Na-cional. Fue empresario y presiden-te del directorio del Grupo Staudt-Bromberg, filial de una empresa ale-mana. Mi madre, descendiente de

Susana Böckmann de CianciaruloServicio Geológico NacionalH. Senado de la NaciónSecretaría de Ciencia y TecnologíaMuseo Minero Segemar

[email protected]

Page 11: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

9Una vida dedicada a la economía minera y a la geología ambiental

italianos, al terminar el secundario como bachiller y perito mercantil, dio las materias complementarias para ingresar en la Facultad de Me-dicina. Pero la familia no le permitió ingresar a la Facultad porque “una mujer no podía estar entre hombres estudiando el cuerpo humano”. Eran otras épocas. La otra pasión de mi madre era la astronomía, que es también la mía. Fuimos socias de la Asociación Astronómica Argentina y juntas asistíamos a conferencias, cursos y observaciones por telesco-pio al Observatorio Astronómico de Parque Centenario y al de La Plata.

Los dos últimos años de Facultad (4º y 5º), por mis calificaciones de 3º año, fui eximida del pago de las matriculas para los cursos. Los años de Facultad transcurrieron normal-mente, los cursé sin atrasarme. Tuve excelentísimos profesores: Dr. Pablo Gröber, Dr. Horacio Harrington, Dr. Franco Pastore, Prof. Martín Doello Jurado, Dr. Alberto Castellanos, Dr. Teófilo Isnardi, para mencionar al-gunos.

Cuando ingresé a 4º año la Dra. Edelmira Mórtola, Jefa de Trabajos Prácticos de Mineralogía y Petro-grafía, me ofreció la Ayudantía de Cátedra de Mineralogía en 3º año, y al año siguiente la de Petrografía de 4º año. Abarcaba los doctorados en Geología y Química.

A fines de 1945, por razones po-líticas, la Facultad estuvo clausura-da durante tres meses, se reabrió en marzo de 1946 y se comentaba que iba a estar cerrada por un año. Esto no ocurrió, pero como había termi-nado de cursar todas las materias, me apresuré a rendir los exámenes finales. El último lo di en mayo de 1946. Ese día uno de mis compa-ñeros, Jorge Villar Fabre, también rindió su último examen. Fui la pri-mera Doctora en Ciencias Naturales orientación geológica en terminar la

Facultad. Ahora había que abocarse al trabajo final, la tesis.

Mi padrino de tesis fue el Dr. Ho-racio Harrington, el que me propuso varios temas entre los que elegí el “Estudio de los Volcanes Terciarios de la Provincia de San Luis”. La zona abarcaba desde La Carolina hasta La Toma e incluía el estudio del yaci-miento de mármol ónix “Santa Isa-bel”. Hice dos campañas de tres me-ses cada una, además de los trabajos de laboratorio. Mi reconocimiento al Dr. Harrington por todo el apo-

yo brindado a través de sus conoci-mientos y consejos.

Deseo destacar que por primera vez en la Argentina aparece en mi tesis estudios sobre “Difracción de Rayos X aplicados a la determina-ción de minerales”. En ese momento se trabajaba muy poco al respecto, pero en el Gabinete de Física de la Facultad había un aparato de Rayos X, donde el Ingeniero Ernesto Gallo-ni realizaba estudios.

En la zona de estudio, en Los

En La Carolina, San Luis, durante la campaña de tesis.

Page 12: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 201910

Cerros Tomolasta y de Los Pájaros aparecían gran cantidad de crista-les monoclínicos, perfectamente cristalizados, de tres a cinco cen-tímetros de largo, aparentemente un feldespato, provenientes de la alteración de las rocas volcánicas componentes de los cerros men-cionados. Algunos se presentaban maclados, siendo las más comunes las maclas de penetración de Carls-bad y de Manebach. La microscopía óptica daba como resultado que se trataba de una sanidina, pero como la única diferencia notable entre la sanidina y la ortosa es el valor del ángulo de los ejes ópticos y habien-do en la zona ortosa proveniente de rocas ígneas quise tener la seguridad de la clasificación. Era importante porque la sanidina define si se trata de una traquiandesita o de una tra-quita. Por lo tanto, decidí clasificar el mineral mediante difracción por Rayos X. Con tal fin, le propuse al in-geniero Galloni, me enseñara a cla-sificar esos minerales por Rayos X. Con su ayuda aprendí a obtener los difractogramas y luego aplicando el sistema de Bragg, para el cálculo de líneas, obtener la clasificación exac-ta de ambos minerales. Es decir, no se clasificó por superposición con difractogramas provenientes de mi-nerales similares, sino por medio del cálculo de líneas, lo que brinda ma-yor seguridad en la determinación al trabajar sobre el difractograma del propio mineral. El resultado fue que se trataba de sanidina. Posterior-mente, con el Ingeniero Galloni hice un curso más intensivo sobre difrac-ción por Rayos X aplicados al reco-nocimiento de minerales.

2. MIS TRABAJOS EN LA DIREC-CIóN NACIONAL DE MINERÍA Y gEOLOgÍA

En enero de 1947 ingresé a la entonces Dirección Nacional de Mi-nas, Geología e Hidrogeología, Se-cretaría de Industria y Comercio. Al

poco tiempo integré una comisión con la Dra. Verena Kull y el Dr. Félix González Bonorino para realizar un estudio geológico y muestreo en la quebrada de El Condorito, provin-cia de Córdoba. Mi primera salida a campaña y mi reconocimiento a esos dos geólogos cuyos conoci-mientos y experiencia en las labores de campo me ayudaron mucho para los estudios que estaba realizando para mi tesis.

El 27 de Julio de 1948 recibí el título de Doctora en Ciencias Natu-rales – Orientación Geológica.

En la antes mencionada reparti-ción trabajé hasta jubilarme, salvo entre los años 1974 y 1976 que Pre-sidencia de la Nación me adscribió como Asesora en la Comisión de In-dustria y Minería del H. Senado de la Nación.

En el año 1948 tuve que renun-ciar a la Ayudantía de Cátedra en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales por incompatibilidad horaria con la repartición donde trabajaba. Inicié mis labores como petrógrafa. Se analizaban y clasifi-caban los minerales y rocas que los geólogos traían de sus campañas, como así también el material apor-tado por productores mineros, in-dustriales y otras reparticiones como por ej. la Aduana. Con el fin de agi-lizar el trabajo ideé un formulario en el cual se detallaban todos los datos concernientes a la clasificación del mineral o roca; aprobado el mismo, fue impreso y utilizado durante mu-chos años en petrografía.

Entonces no contábamos con demasiado instrumental, los micros-copios petrográficos eran monocu-lares y debíamos recurrir al análisis químico, sobre todo en los casos de minerales metalíferos opacos la cal-cografía apareció después. Desde luego, con el tiempo se fue adqui-

riendo todo el instrumental necesa-rio y moderno.

Como mencioné anteriormente, también se clasificaban minerales y rocas que traían industriales, ex-portadores o productores mineros, los cuales evidenciaban un absoluto desconocimiento sobre los minera-les que existían en el país, su uso, comercialización, etc. Viene a co-lación un caso: “Un fabricante de perfumes, trae una muestra de un producto importado con un nom-bre comercial. Esta persona utiliza-ba ese producto en la fabricación de perfumes para la clarificación y fijación de aroma. La empresa euro-pea que lo elaboraba, le comunicó que dejaba de trabajar y por lo tanto no podía adquirir más el produc-to. Este fabricante hacía años que lo utilizaba y no sabía cómo reem-plazarlo. Analicé la muestra que traía y se trataba de cuarzo molido a malla 250, no tenía ningún tra-tamiento, únicamente molienda, y hasta contenía algunas impurezas, por ej. laminillas de mica. Por des-conocimiento, un mineral que po-dría haber sido adquirido en el país lo importaba a más alto precio, por creer que era un producto elaborado y agravado por toda la tramitación aduanera que debía realizar. A par-tir de ese momento lo adquirió en las Moliendas de Minerales y pudo seguir trabajando”. Este y muchos otros casos fueron las evidencias que faltaba información y conexión entre lo que se producía en el país y la industria. Esto hizo que cambiara de orientación y que me dedicara a poner en contacto productores e in-dustriales, a dar asesoramientos y a producir estudios económico-mine-ros, basados en nuestra producción minera, el uso de los minerales, co-mercialización, normas industriales, importación y exportación, decretos y leyes, especificaciones técnicas, nomenclatura arancelaria, etc.

Page 13: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

11Una vida dedicada a la economía minera y a la geología ambiental

Desde luego que nunca abando-né los estudios por microscopía ópti-ca, calcografía, difracción por Rayos X, todo esto era necesario para la clasificación de los productos mine-rales que requería la industria. Pero mi orientación iba dirigida a la par-te económica minera y no hacia la investigación pura. Eso me costó la discriminación por parte de algunos geólogos que consideraron que mi trabajo no revestía importancia. No fue óbice para que continuara. Era otra forma de investigación y para la geología la apertura en nuestro país, a nuevas disciplinas. Estoy hablando del año 1950, lógicamente que en la actualidad todo es diferente.

En 1954 me casé con Miguel A. Cianciarulo, Licenciado en Econo-mía de la Universidad de Buenos Aires y becado varias veces por el Banco Central de la República Ar-gentina para seguir cursos de perfec-cionamiento bancario en la Univer-sidad Argentina de la Empresa.

3. MIS APORTES A LA ECONO-MÍA MINERA Y MI FORMACIóN DE POSgRADO

Solicité mi pase al Servicio de Economía Minera, en ese entonces abocado al estudio de yacimientos, pero no a lo que yo proponía. Entré como Jefa de Estudios Económicos donde actué hasta 1957. Los nom-bres y organigramas de la repartición fueron cambiando y fui nombrada Jefa de División de la Dirección Na-cional de Economía Minera y a los pocos meses 2da. Jefa de Departa-mento a/c del Departamento Estu-dios de Comercialización Minera y, simultáneamente, Jefa interina de la División Estadística y Registros.

Posteriormente me presenté a dos concursos abiertos a toda la Ad-ministración Pública para los cargos de la 2da. Jefatura en los Departa-mentos de “Promoción de la Pro-

ducción Minera” y de “Estudios de Comercialización Minera” ganando ambos cargos. Estas designaciones no dependían de la repartición sino de la Administración Pública.

Asistí a varios cursos de postgra-do y seminarios de especialización, algunos de los cuales a continua-ción detallo:

- “Difracción por Rayos X apli-cado al reconocimiento de minera-les” dictado por el Ingeniero Ernesto Galloni en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, Buenos Aires, 1949 a 1951.

- “Calcografía”, curso de cuatro meses dictado por el Dr. E. Rayces en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, Buenos Aires, 1952.

“Geología Estructural”, curso dictado por el Dr. Walter Stoll en la Facultad de Ciencias Exactas y Natu-rales, Buenos Aires, 1958.

- “Economía minera” dictado por el Dr. Ballivián Calderón de Bolivia, en la Facultad de Ciencias Exactas, Física y Naturales, Buenos Aires, 1959.

- “La experiencia exportadora argentina”, Coloquio de Comercia-lización Internacional, Universidad Argentina de la Empresa, Buenos Ai-res, septiembre 1970.

- “Proyecciones de la minería ar-gentina, oportunidades de inversión y desgravación fiscal”, Seminario Fundación Banco de Boston, Bue-nos Aires, agosto 1980.

- “Geología de fundaciones: mecánica de suelos y rocas”, curso organizado por el Consejo Superior Profesional de Geología- Buenos Ai-res, noviembre 1982.

- “Curso de sensores remotos”, organizado por la Comisión Nacio-nal de Investigaciones Espaciales y auspiciado por la Subsecretaría de Medio Ambiente, Buenos Aires, abril –mayo 1983.

- “Análisis y evaluación de im-pacto ambiental”, curso-taller diri-gido por la Ingeniera María Teresa Estevan Bolea de España, organizan-do por la Subsecretaría de Medio Ambiente y auspiciado por la Ofi-cina Sanitaria Panamericana de la Organización Mundial de la Salud, Buenos Aires, septiembre-noviem-bre 1983.

- “Primeras Jornadas Gemológi-cas”, curso organizado por el Ban-co de la Ciudad de Buenos Aires, Buenos Aires, noviembre-diciembre 1984.

- “Curso internacional sobre tra-tamiento de efluentes industriales”, organizado por la Secretaría de Recursos Hídricos (INCYTH), Cen-tro de Tecnología del Uso del Agua (CTUA) y Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Buenos Aires, ju-nio 1985.

Además de estos cursos, tuve oportunidad mediante una beca otorgada por Naciones Unidas (UN) para el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), de participar en La Paz, Bolivia del siguiente curso:

“Gestión ambiental en minería y metalurgia”, curso-seminario orga-nizado por el Centro Internacional de Formación en Ciencias Ambien-tales (CIFCA), proyecto conjunto del PNUMA y el Gobierno de España, en colaboración con los Ministerios de Planeamiento y Coordinación, Minería y Metalurgia y la Academia Nacional de Ciencias de Bolivia, La Paz, 1979.

Page 14: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 201912

Estos cursos me fueron de mu-cha utilidad para solucionar los problemas que se iban presentando. Comencé con el estudio económi-co-minero de diversos minerales mucho de los cuales fueron publi-cados a partir de 1950 en la revista Industria Minera perteneciente a la Cámara Argentina de Minería. Asi-mismo, durante cuatro años tuve una sección fija en esa revista, la Cartilla Minera.

Cambiando de tema y en oca-sión de regresar el Dr. Jorge Oliveri de una campaña a la provincia de Catamarca, trajo un mineral esca-moso de color verde fuerte, brillan-te, para que lo analizara. Se trataba de fuchsita una mica de cromo que por primera vez en 1952 se la loca-lizaba en el país. No sé porqué no dimos publicidad a esto, pero debe haber quedado registrado en el in-forme del Dr. Oliveri.

Comencé a integrar comisiones interministeriales en las que se tra-taban productos procedentes de la minería, en su forma de importación y exportación, comercialización, re-cursos en el país, etc. Como hasta ese momento no contaban con la presencia de un geólogo, esos temas se trataban con bastante desconoci-miento.

El estudio económico minero re-quiere en primer término, conocer la producción nacional, si el mine-ral se puede tratar en el país median-te molienda, concentración, lavado, etc., para ponerlo apto para su uti-lización por la industria; por ej., en el caso de minerales metalíferos del aumento de la ley del elemento me-tálico. Hay que tener en cuenta si la industria nacional lo usa, si está en condiciones de absorber la totalidad de la producción o quedan rema-nentes exportables. Prácticamente para todos los minerales, las distin-tas industrias como ser: farmacéuti-

ca, química, cerámica, entre otras, exigen el cumplimiento de normas preestablecidas con respecto a cali-dad y porcentaje de los elementos componentes del mineral de acuer-do a su destino. En todo esto tiene que intervenir el geólogo.

Respecto a la comercialización en lo referente a exportación e im-portación hay que considerar la pro-ducción nacional, si el mercado in-terno está abastecido, si el producto hay que importarlo o se produce en el país con igualdad de calidad. Tenemos que ayudar, salvar y dar a conocer nuestra Minería, ese fue siempre mi propósito.

Integré la Comisión Interministe-rial para el Estudio de los Aranceles Aduaneros. Había que adaptar a la denominada Nomenclatura Arance-laria de Bruselas de aceptación y uso mundial, todos los productos que el país importaba y exportaba con una diferente agrupación de la mundial-mente aceptada, eso traía compli-caciones. Desde luego estaban los minerales y todos los subproductos derivados de los minerales que im-portaba sobre todo la industria quí-mica. Era necesario separar los me-talíferos, los no metalíferos, las ro-cas de aplicación y en el caso de los subproductos agruparlos teniendo en cuenta su fórmula química y su destino. Todo esto se ubicaba bajo números y letras que facilitaban su localización. Aún hoy Aduana usa esta nomenclatura.

La entonces Subsecretaría de Mi-nería me nombró Delegada Titular ante la Comisión Asesora de Impor-taciones donde actué entre 1959 y 1964. Simultáneamente participé como Delegada en la Comisión Nacional Asesora de la Asociación Latino Americana de Libre Comer-cio (ALALC) durante seis años. Era similar a lo que hoy es el Mercosur, las deliberaciones finales anuales

se realizaban en Montevideo (Uru-guay) de octubre a diciembre con la presencia de todos los países sig-natarios. El tema minero era muy importante porque algunos de los países integrantes tenían una mine-ría bastante desarrollada y otros no, y el problema consistía, que con el posible intercambio de productos minerales, no se afectaran las pro-ducciones nacionales. Por ejemplo, en ese momento Uruguay, lo único que podía enviarnos como producto era canto rodado pero la produc-ción de nuestro país abastecía y aún superaba el consumo interno. Si se permitía la importación, se afectaba al producto nacional. Ahí está la in-tervención del geólogo, sí permite o rechaza la importación. En el caso de minerales que se producen, pero no se usan en el país o con rema-nente exportables, el problema es buscar un mercado comprador o el intercambio con otros productos.

Intervine en muchas comisiones, en su mayoría interministeriales, siempre en representación de la Se-cretaría o Subsecretaría de Minería -nombre de acuerdo a la época, y si menciono las comisiones es porque están íntimamente ligadas a la con-fección de los estudios económico- mineros y a la defensa de nuestra Minería.

Como representante de la Se-cretaría de Minería en la Comisión Mixta Boliviano-Argentina de Coo-peración, asistí a las negociaciones que se realizaron en la ciudad de La Paz, Bolivia, entre Junio y Julio de 1963. En esta ocasión se trató el intercambio de distintos productos. Con respecto a minería, figuraba únicamente el estaño, pero no se pudo llegar a un acuerdo.

Otras comisiones estuvieron vin-culadas al estudio sobre Reintegros a la exportación y sobre Normas de verificación de calidad para produc-

Page 15: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

13Una vida dedicada a la economía minera y a la geología ambiental

tos de exportación.

En el año 1972 tuvo lugar en Es-tocolmo (Suecia) la primera reunión mundial para tratar los cambios am-bientales que estaban afectando al mundo. La Secretaría de Estado de Minería me propuso intervenir en el tema en lo concerniente a mine-ría; acepté y me dediqué a interiori-zarme en lo concerniente a conta-minación ambiental y en especial minera. Me puse en contacto con la entonces Secretaría de Estado de Recursos Naturales y Ambiente Hu-mano, asistí a la Primera reunión de Ambiente Humano y traté de conse-guir la poca información que había al respecto.

Tuve que interrumpir mis funcio-nes en el Servicio Geológico Nacio-nal para cumplir con mi designación como Asesora en la Comisión de In-dustria y Minería en el H. Senado de la Nación. Debía brindar aseso-ramiento tanto a senadores, como a empresarios y productores mineros que presentaban todo tipo de pro-blemas, tanto legales, aplicación del Código de Minería, pago del canon minero, como de comercialización, reintegros, ubicación de plantas de concentración que alguna provincia no permitía, cierre o apertura de cu-pos de importación y/o exportación, en los cuales debía intervenir el Se-nado.

4. UN CASO TESTIgO, EL CAO-LÍN DE LA PROVINCIA DE CHU-BUT

Un caso concreto a mencionar es cuando se presentó un empresario e industrial con yacimientos de caolín en la provincia de Chubut. Le ha-bían informado que Agua y Energía Eléctrica, proyectaba construir en la localidad de Las Piedras (Chubut) un dique regulador del Florentino Ame-ghino, cuyo emplazamiento deter-minaría la formación de un espejo

de agua que cubriría una importante zona caolinera. Por gestiones reali-zadas por el empresario, la Secre-taría de Informaciones del Estado (SIDE) solicitó, al Senado, un infor-me al respecto.

Me enviaron a la zona donde comprobé el lugar de cierre del fu-turo dique, en Las Piedras, la super-ficie que las aguas del lago iban a cubrir y que efectivamente se per-derían importantes yacimientos de caolín. Fui varias veces al lugar y presenté un informe sobre la zona minera, las minas en producción y las posibilidades de futuros yaci-mientos, la calidad del mineral y sus usos. Como son recursos no renova-bles había que salvarlos. Era nece-sario cubicarlos para demostrar su importancia. Se consiguió, con par-ticipación del Ministerio del Interior, formar un grupo de trabajo para ins-peccionar la zona caolinera del Va-lle Inferior del Río Chubut, cubicar el mineral y evaluar la posible pérdi-da de caolín. Integré el grupo de tra-bajo con L. Favero, R. Sarudiansky y C. Scheffield. El problema radica-ba en que se pretendía incrementar en 100.000 hectáreas la superficie de riego para la agricultura. Con-sultado el INTA informó que, dado los fuertes vientos del lugar, cultivar iba a ser muy difícil. Con respecto a aumentar el potencial hidroeléctri-co Agua y Energía Eléctrica no dio información. Pero se insistía con la construcción del dique.

Trabajamos partiendo de la base, que la cota de 60 m s.n.m sería la máxima que alcanzaría el nivel del embalse a formarse y se efectuó el relevamiento de los yacimientos y depósitos que quedarían por debajo de dicha cota y de los que estando inmediatamente sobre ella podrían ser afectados en su explotación y ac-ceso. Se contó con un relevamiento planialtimétrico a escala 1:5000 que incluía parcialmente la zona y otro

a escala 1: 25.000 con la totalidad del área a afectarse. La empresa hizo algunas perforaciones y se trabajó también con perfilaje eléctrico para obtener la mejor cubicación.

Analizadas las muestras de dis-tintos yacimientos, mediante aná-lisis químico, microscopía óptica y electrónica y difracción por Rayos X, arrojaron en promedio los siguientes resultados: caolinita de 70 a 75 % y un bajo contenido de 3% de Fe2 03. Hay que tener en cuenta que el mineral no fue seleccionado y se lo utilizó en bruto, es decir, no fue so-metido a ningún tipo de tratamiento.

La microscopía electrónica re-veló la presencia de partículas la-minadas de caolinita, de contornos geométricos en su mayoría hexago-nales y muy bien definidas. El tama-ño predominante era de 2 micrones. Se trataba de un caolín de excelente calidad que además de su uso en la fabricación de porcelana eléctrica y cerámica podría tener otros em-pleos; por ejemplo, para papel no solamente como carga.

La cubicación y evaluación arro-jaron los siguientes resultados: el to-nelaje que sería afectado alcanzaría a 2.700.000 toneladas de arcillas y 30.400.000 toneladas de caolines de primera calidad, y considerando calidades restantes el total es del or-den de las 38.000.000 de toneladas.

El grado de perjuicio mínimo al-canzaría a $ 108.000 millones (U$S 269,7 millones) considerando sola-mente el valor del material extraí-do. El perjuicio máximo sería de $ 386.000 millones (U$S 925.3 millo-nes) que surge de los valores de los productos lavado en el país y el be-neficiado a grado cobertura; en este último caso se sustituirían importa-ciones por U$S 397 millones posi-bilitando las exportaciones. Demos-trado los perjuicios que ocasionaría

Page 16: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 201914

la construcción de un dique en ese lugar, en lo referente al mineral por su calidad y por tratarse de un recur-so no renovable, como así también en el orden económico, finalmente se decidió no llevar a cabo la obra.

A raíz de todo este problema, decidimos con la Dra. Natalia Rossi profundizar el estudio sobre la cali-dad del mineral y su utilización. So-bre nueve muestras correspondien-tes a los principales yacimientos, se hicieron estudios exhaustivos por microscopía electrónica y ensayos tecnológicos. Los resultados fueron que se trata de un caolín de exce-lente calidad, apto para ser utilizado en la industria del papel en particu-lar para cobertura o satinado. Esta aplicación requiere un tratamien-to previo del material natural para eliminar los minerales accesorios, primordialmente la sílice libre. La importancia radica asimismo en las grandes reservas que se observan en la zona muestreada, máxime si se tiene en cuenta que este tipo de caolín, grado “coating”, está consi-derado como material crítico, por la escasez de yacimientos existentes en el mundo. La información completa figura en el trabajo titulado “Impor-tantes yacimientos de caolín grado cobertura para la industria papelera” publicado en el IIº Congreso Ibero-Americano de Geología Económica, diciembre de 1975.

Continuando con mis asesora-mientos en el Senado, intervine res-pecto a la instalación de una planta para la obtención de carbonato de sodio (Soda Solway); problemas pre-sentados por productores de fluorita; estudio económico-minero sobre la posibilidad de explotación de un ya-cimiento de caolín en la provincia de Neuquén; presentación de Obras Sanitarias de la Nación por dificul-tades para obtener sulfato de alu-minio tanto el natural (producción nacional) como el importado. A raíz

de un problema de exportación de compuestos minerales de baja ley presentado por la Empresa Minera Aguilar con minas de plomo y cinc en el departamento de Humahuaca en Jujuy, tuve la oportunidad de vi-sitar la mina Aguilar a 4000 metros de altura.

Presenté un proyecto de modifi-cación de la ley Nº 9.080 “Ruinas y Yacimientos Arqueológicos y Pa-leontológicos”, el que incluía la pro-hibición de venta y exportación de Meteoritos, el que fue posteriormen-te aprobado.

Como ya estaba interviniendo en problemas ambientales, presenté un plan de trabajo sobre “Asenta-mientos Mineros” y un estudio sobre “Contaminación de Aguas”. A título informativo cité algunos temas.

Finalizada la asesoría en el Se-nado regresé al Servicio Geológico Nacional, y continué con mis traba-jos a los que ya había incorporado los concernientes a la contamina-ción minera. Me contacté con la Di-rección Nacional de Ordenamiento Ambiental donde se trataban todos los temas referentes al Medio Am-biente.

5. MIS EXPERIENCIAS EN SUD ÁFRICA

Se presentó la oportunidad de concurrir a un Simposio sobre “Application of Mineralogy to Ex-tractive Metallurgy” organizado por el National Institute for Metallurgy y el Geological Survey of South Africa, que tuvo lugar en la ciudad de Ran-dburg, Sud África. Allí me dirigí y finalizado el simposio me invitaron a visitar y realizar estudios, en cola-boración con geólogos, en la mina Kloof de oro, la mina Premier de dia-mantes y la mina Foskor de fosfatos, cobre y circonio, como asimismo interiorizarme de la Organización

de Empresas Estatales Mineras y la Legislación Minera Sudafricana. Or-ganizaron todo el itinerario con una estadía de dos meses en Sud África. De regreso a Buenos Aires, solicité al Servicio el permiso para aceptar esta invitación, me autorizaron y re-gresé a Sud África.

La mina de oro Kloof está ubica-da a 48 km al oeste de la ciudad de Johannesburgo en el área denomina-da Far West Rand en el Transvaal. Es una mina subterránea que en 1977 trabajaba a profundidades de 3.100 metros. La mineralización aparece en cuarcitas y en conglomerados de cuarzo con tobas y pirita aurífera. Las vetas se presentan intercaladas por cuarcita y el mencionado con-glomerado, con espesores muy va-riables desde pocos centímetros a más de 3 metros. La inclinación va-ria de 20° a 40° y con fracturas que las van incrementando. La roca de superficie es dolomita. La ley del mi-neral es de 13,7 gramos de oro por tonelada métrica y aún más alta.

El material extraído es tratado en una moderna planta de cianu-ración y luego enviado a fundición y refinación. La refinería recibe de la planta de fundición un “ladrillo” de oro verdoso que pesa 31 kg con un contenido de 88% de Au, 9% de Ag y 3% de Zn, Fe, Cu y Pt. De la refinación sale el lingote con una ley de 99,99 % de oro. Para reserva bancaria y uso monetario está mun-dialmente aceptado el lingote con 99,5% de oro y 0,5% de plata. Es el de mayor demanda. El lingote pesa 12,5 Kg.

Merecen destacarse las instala-ciones de la mina Kloof en 1977, al momento de estar allí se trabaja-ba en el nivel 31 (3.100 metros de profundidad), y hasta allí llegué. Se bajaba por ascensores que en tres oportunidades se detienen en las lla-madas salas de aclimatación, donde

Page 17: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

15Una vida dedicada a la economía minera y a la geología ambiental

hay que permanecer un rato y beber agua, esto es obligatorio para poder continuar descendiendo a mayor profundidad. El mismo sistema se usa para la salida. Hay que tener en cuenta que a 3.000 o más metros bajo tierra la temperatura alcanza los 50°C y aún más, muy superior a la temperatura exterior. Me proveye-ron de una campera de cuero forrada en piel con la obligación de poner-la antes de salir a la superficie, esto contrarresta el enfriamiento brusco a la salida y evita enfermedades. Todo el personal que trabaja dentro de la mina la tiene. Como ya dije llegué hasta la galería más profunda, nivel 31 donde estaban realizando por medio de martillos neumáticos las perforaciones para colocar los ex-plosivos y poder seguir avanzando. Trabajaban sobre una veta de cuarzo con pirita aurífera. La ventilación se mantiene por un perfecto sistema de chimeneas que inyectan y extraen el aire y llegan hasta los niveles más bajos, en ningún momento se siente falta de aire, calor sí.

El sistema de galerías en todas direcciones, túneles cortavetas, es-caleras entre diferentes niveles, es-tán en perfecto estado de manteni-miento y seguridad. Por un sistema de vías instaladas a distintos niveles, circulan las vagonetas cargadas de mineral y arrastradas por locomoto-ras. La limpieza es perfecta, los resi-duos tienen su propio sistema de ex-tracción. Las salas de aclimatación tienen los pisos embaldosados. En cuanto a las instalaciones externas, viviendas, escuelas, supermercados, etc., conforman una ciudad al lado de la mina y todo el personal goza de las mismas comodidades.

Lo mismo sucede con la planta de cianuración, los residuos tóxicos son absolutamente eliminados y no producen ningún tipo de contami-nación. La producción anual de la mina Kloof es de 30.000 kg de oro

fino.

La mina Premier está ubicada en la localidad de Cullinan a 75 km de la ciudad de Pretoria. Es una importante mina de diamantes. La kimberlita, una roca volcánica, es la portadora de los diamantes. Se trata de un antiguo “pipe” y la ex-tracción se realizaba entre 500 y 538 metros de profundidad, y una vez más bajé hasta la última galería. Aparecen cuatro tipos de kimberli-ta, la gris, la negra, la castaña y la verde. La gris contiene numerosos megacristales de olivina fuertemente serpentinizada, piroxenos alterados, granate, diópsido con contenido de cromo, ilmenita y vestigios de mica. La kimberlita negra por su textura y la menor cantidad de inclusiones de otros minerales, se acerca a una tí-pica kimberlita basáltica. La olivina serpentinizada puede estar presente. En cuanto a las kimberlitas castaña y verde, su coloración está siempre ligada a la proporción de minerales accesorios, como olivina, piroxe-nos, granate, diópsido, ilmenita y su grado de alteración.

Estos cuatro tipos de kimberlita se presentaban indistintamente en toda la zona de explotación. Las rocas de caja son cuarcitas, noritas, gabbros y felsitas. Aparecen carbonatitas en forma de diques. El material extraí-do, que alcanzaba a 19.000 tone-ladas diarias de roca, se lo trata en una importante planta de flotación. Se obtienen 7.000 quilates (1 qui-late=205 mg) de diamantes. El 75% son para uso industrial y el 25% de mayor tamaño y mejor calidad se los utiliza en joyería.

La mina Foskor es una mina de fosfatos, cobre y otros minerales tra-bajados a cielo abierto. Se encuen-tra en la localidad de Phalaborwa a 500 km al norte de la ciudad de Johannesburgo, en el Transvaal. Hay caminos que llegan a la zona de la-

boreo, el mineral extraído es trans-portado en camiones a la superficie. Trabajé en el área mineralizada.

El depósito es un “pipe” que cu-bre un área de aproximadamente 2.000 ha. La roca circundante es un granito y a medida que se des-ciende a distintos niveles aparece piroxenita de composición variable y cubriendo el 95% del lugar del afloramiento; en una depresión del afloramiento se presenta la foskorita en un 3% y el núcleo central de car-bonatita cubre el 2%. En otro nivel y sector aparece vermiculita.

La piroxenita contiene más o menos el 17% de apatita, la fosko-rita aproximadamente 25% de apa-tita, 30% de magnetita y minerales de cobre (valleriita) y de circonio (baddeleyita). La carbonatita incluye minerales de hierro y cobre y en es-casa proporción minerales radioac-tivos como la uranothorialita. La va-lleriita, uno de los minerales compo-nentes de la foskorita, es un sulfuro de cobre de fórmula muy compleja, con MgO, Al2O3 y H20. La ley en Cu es de 22,9 %. El material extraído se trata de una moderna planta de flotación la que trabaja en forma continua a razón de 2.000 toneladas hora. Hay además dos plantas piloto donde se controla calidad y canti-dad de reactivos con el fin de evitar paralizaciones en la planta princi-pal. La planta piloto más antigua tra-ta 1 tonelada/hora del mineral y la más moderna 4 toneladas/hora.

El material extraído entra a la planta de flotación principal por vías distintas, por su diferente composi-ción. La piroxenita, una vez molida, flotada y filtrada, es decir, obtenido el concentrado de fosfato, es mante-nida en depósitos. Por otra parte, la foskorita, una vez molida pasa a dis-tintas celdas de flotación, donde se separan los concentrados de fosfato, los concentrados de cobre y por se-

Page 18: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 201916

paradores magnéticos, la magnetita, que una vez flotada pasa a la planta de minerales pesados. De las carbo-natitas se obtienen concentrados de cobre y concentrados de hierro. En la foskorita y en las carbonatitas hay presencia de minerales de titanio, circonio y uranio, los que, aunque en pequeña cantidad y dado el gran tonelaje de roca que se extrae, son económicamente recuperables. Se los trata en la planta de minerales pesados.

Tanto los concentrados de fosfa-tos obtenidos de la piroxenita y de la foskorita pasan por un secado final antes de su despacho. La producción anual es de 3.000.000 de toneladas de concentrados de fosfatos con una ley de 36,5% en P2O5. Se recupera-ban en 1977 además, 20.000 tone-ladas anuales de cobre metálico. No se consideran las cantidades de hie-rro y otros metales. La vermiculita es otro producto de extracción y venta.

Al lado de las plantas, funcionan los laboratorios con un equipamien-to de alta tecnología, para realizar toda clase de estudios mineralógi-cos, petrográficos y químicos ne-cesarios para determinar si se man-tiene la calidad y leyes de los pro-ductos extraídos. Con respecto a la geología se continúa estudiando el área con miras al desarrollo de nue-vas zonas de explotación.

La Empresa Minera Foskor cons-truyó en la cercanía de la mina, una ciudad jardín, su nombre es Phala-borwa, donde se aloja el personal directivo y los profesionales geólo-gos, ingenieros, médicos y otros. Di-cha empresa me ofreció un contra-to de trabajo bajo condiciones más que óptimas, pero no pude aceptar por motivos familiares.

En las tres minas mencionadas, recorrí las zonas mineralizadas en explotación y las que están en estu-

dio, efectuando muestreos y el traba-jo de laboratorio consistió en el aná-lisis de rocas y minerales con miras a nuevas utilizaciones de acuerdo a su calidad. Todos los datos suminis-trados por los distintos profesionales se reúnen en un informe general.

Continuando con mi progra-ma de trabajo, me dirigí a Pretoria donde funciona el Geological Sur-vey. Me contacté con los directivos y geólogos, los que me dieron toda clase de información sobre la geolo-gía sudafricana. Visité los laborato-rios equipados con un instrumental tecnológico de avanzada. Es un país con gran desarrollo minero, tanto en explotación como en producción y técnica.

Con respecto al rol que cumple el estado como contralor de las ex-plotaciones mineras es estricto. Lo realiza por medio de distintos orga-nismos dependientes del Ministerio de Minas. La extracción de minera-les está a cargo casi exclusivamen-te de empresas privadas, salvo una mina de diamantes ubicada en la desembocadura del río Orange, que la explota el estado desde 1928. Las cuatro principales leyes mineras es-tán proyectadas para alentar el de-sarrollo minero, pero bajo rígidas condiciones en lo que respecta a la explotación de la mina, manteni-miento, comercialización y medio ambiente. Un equipo de inspectores ejerce la función de fiscalización.

6. LOS MINERALES INDUS-TRIALES

Terminada mi estadía en Sud África y al regresar al país, conti-nué con mis estudios de minerales y especialmente el yeso. El desa-rrollo industrial del denominado Yeso Alfa de gran utilización en la construcción, presentaba altibajos en su comportamiento, estos yesos provenían de diferentes yacimien-

tos. Realicé numerosos estudios de laboratorio e industriales y llegué a la conclusión que las diferencias en el comportamiento se debían al ori-gen del mineral, al tipo de agregado cristalino, a la granometría y al tra-tamiento térmico utilizado. Tenien-do en cuenta lo señalado se podría obtener un Yeso Alfa más estable. Analicé yesos de distintas proceden-cias y los más aptos fueron los de El Sosneado y Malargüe, provincia de Mendoza. Continuando con las in-vestigaciones pude establecer que era factible obtener un Yeso Alfa de mejor calidad, al que denominé Sú-per Yeso Alfa. Para obtenerlo debía tenerse especialmente en cuenta el tipo de agregado cristalino obser-vable al microscopio y el procesa-miento por calcinación húmeda. Se obtiene un producto de gran resis-tencia a la compresión, la que pue-de superar los 500 kg/cm2.

Este Súper Yeso Alfa puede ser empleado sólo o combinado con numerosos materiales como ser: granulados volcánicos, vermiculita, fibras de vidrio, virutas de madera, perlita expandida, etc. El material obtenido es liviano y muy resistente. Es excelente para su uso en cons-trucción.

El informe titulado “Super Alpha Gypsum” fue publicado en el III Congreso Internacional de Geología del Ingeniero (I.A.E.G.) en Madrid, España. Continué investigando otros minerales, baritina y pirofilita. Los resultados indicaron que el tipo de agregado cristalino y la granometría, debían tenerse en cuenta de acuer-do con las distintas utilizaciones. El estudio por microscopía óptica y, en algunos casos electrónica, es abso-lutamente necesario. El agregado cristalino y el tamaño de los cristales inciden en el resultado final del pro-ducto. Todo esto es válido tanto para la baritina como para la pirofilita.

Page 19: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

17Una vida dedicada a la economía minera y a la geología ambiental

Tuve la oportunidad de volver a Johannerburgo, Sud África y de con-currir a la International Conference on Applied Mineralogy in the Mine-ral Industry (ICAM 81) organizado por el National Institute for Meta-llurgy y la Geological Society de Sud África. El estudio sobre baritina y pi-rofilita fue publicado en dicho even-to con el nombre de “Relationship between mineral textures and their industrial behaviour”.

En esta ocasión me nombraron miembro integrante en el Consejo Permanente del International Coun-cil for Applied Mineralogy (ICAM) en Radburg, donde actué de 1981 a 1989 como única representante por Argentina. Mi función consistía en analizar los trabajos sobre mineralo-gía aplicada a los Minerales Indus-triales, que se presentaban para los congresos o para su publicación en Sud África. Los enviaban vía emba-jada.

Con el Dr. Eduardo Dirazar, geó-logo argentino radicado en Sud Áfri-ca, colaboré en la confección de un informe sobre Minería que fue pu-blicado en dicho país.

7. MINERÍA Y MEDIO AMBIENTE

En el Servicio Geológico Nacio-nal me nombraron en 1978 como representante por la Secretaría de Estado de Minería en el Comité Na-cional para el Programa sobre “El Hombre y la Biósfera” (Man and the Biosphere) de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Este era un programa internacional de investigación científica y de for-mación. Su objetivo era de proveer los conocimientos científicos y el personal calificado necesario para el manejo racional y a largo plazo de los recursos naturales. Con tal fin, el programa estudiaba no sólo el im-pacto del hombre en el medio am-

biente, sino también las repercusio-nes ambientales sobre la población humana. La UNESCO había comen-zado el programa en noviembre de 1971. La Argentina por Decreto N° 1798/78 se incorporó al programa como Comité Interministerial inte-grado por representantes de distintas áreas con competencia en el tema ambiental.

El Comité Nacional analizaba los proyectos presentados al Programa MAB y asesoraba sobre su viabili-dad. Para su mejor funcionamiento operaba a través de sub- comités es-pecializados en los distintos temas. Actué en el Programa MAB de 1978 a 1986 con una interrupción de al-gunos meses para dar cumplimiento a una beca en Bolivia.

Esta beca ya mencionada del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente se otorga-ba una por país, para el estudio de problemas ambientales en Minería y Metalurgia. Gané la beca y me trasladé a La Paz, Bolivia, donde se dictó el curso. Habían elegido Bo-livia por ser un país con alta con-taminación minera; los profesores provenían de España, Francia, Esta-dos Unidos y Bolivia, estos últimos para ponernos en antecedentes so-bre la Geología de los Yacimientos. Los cursos se llevaron a cabo en la ciudad de la Paz en el Auditorio de la Academia Nacional de Ciencias del Servicio Geológico Boliviano. La parte práctica consistió en visitas a plantas metalúrgicas en Oruro, al Distrito Minero de Estaño y Plata de Catavi (minas Siglo XX, La Salvadora y otras) ubicado a 400 Km al SE de la ciudad de La Paz y a la mina Matilde de plomo y cinc situada a 13 km del Lago Titicaca en la zona de Chahua-ya, aproximadamente a 50 Km al oeste de La Paz. El curso fue intensi-vo, se trataron los problemas prove-nientes de la contaminación provo-cada por la explotación minera en

sí (aire, agua, polvo, residuos, suelo, asentamientos mineros, poblaciones cercanas, destrucción paisajística, etc.). Con respecto a las plantas de concentración, fundición, molienda, transporte y residuos, los problemas a tratar eran: ubicación de la planta, estudios de los vientos predominan-tes a tener en cuenta para instalar la chimenea, humos, aguas residuales y tratamiento de las mismas, recupe-ración de partículas metálicas en los humos, ventilación entre otros.

Incluía la parte humana en lo que respecta a la salud y seguridad de los obreros tanto en explotacio-nes subterráneas como a cielo abier-to y todas las etapas posteriores para el tratamiento del mineral. Abarcaba gran cantidad de temas a tenerse en cuenta como el uso obligatorio de máscaras anti-polvo, cascos, ropa adecuada; ventilación, humo, pol-vo, temperatura, explosivos, enfer-medades como la silicosis y la be-riliosis por inhalación de sustancias que contengan sílice cristalizada u otros elementos. El problema de contaminación ambiental derivada de las explotaciones mineras y sus industrias conexas es muy importan-te y requiere tener en consideración muchos aspectos.

Con los antecedentes obtenidos en la visita realizada a la mina de estaño Siglo XX, se hizo un trabajo práctico consistente en la aplicación de una matriz de identificación para la evaluación de impactos ambien-tales (Matriz de Leopold). Los resul-tados de dichos estudios indicaron; contaminación de aguas y atmósfe-ra, cambios geomorfológicos, ero-sión y problemas para la elimina-ción de residuos sólidos.

Lo mismo se efectuó para el complejo metalúrgico de Vinto, per-teneciente a la Empresa Nacional de Fundiciones (ENAF) comprobándo-se contaminación atmosférica por

Page 20: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 201918

polvos en los depósitos de concen-trados de minerales; humos tóxicos provenientes de las secciones de tostación, refinación y fundición. Los principales contaminantes eran: anhídrido carbónico, anhídrido sul-furoso y sulfúrico y algo de arsénico.

En la mina de plomo y cinc Ma-tilde se comprobó contaminación del suelo, mala ventilación y lo que es peor que situada a 13 km del Lago Titicaca, está contaminando las aguas de dicho lago. Efluentes cargados de residuos llegan hasta al lago, han formado una especie de cauce. Se completó el curso con estudios teóricos que ofrecieron una visión integral del medio ambiente, destacando en particular sus interre-laciones con el proceso de desarro-llo minero-metalúrgico.

Cuando nos referimos a la ges-tión ambiental, entendemos que ésta no debe limitarse exclusivamente a analizar una serie de procedimien-tos teóricos encaminados a tomar determinadas medidas correctivas. El concepto tiene una dimensión más amplia puesto que incluye aquellos otros aspectos que se rela-cionan con la utilización racional de los recursos mineros y con el proble-ma de la calidad de vida que pueda derivarse del propio crecimiento del sector, es decir, el minero. Es preciso relacionar los aspectos técnicos con los socioeconómicos e institucio-nales, los cuales fueron tratados en el curso, mediante la aplicación de una metodología interdisciplinaria y en el marco de un análisis integrado.

La beca me fue de mucha utilidad para mis informes y al reincorporar-me al Servicio Geológico Nacional continué con mis funciones en el Programa MAB y me designaron, para integrar el sub-comité para aná-lisis del proyecto MAB 6 “Impacto de las Actividades Humanas en los Ecosistemas de Montaña”, y para el

sub-proyecto “Andes Meridionales Áridos y Montañosos Extra Andinos, Pachón – Achala, San Luis, Córdoba, San Juan, La Rioja y Catamarca”.

Este último sub-proyecto abar-caba la zona de El Pachón, provin-cia de San Juan, lugar de ubicación del yacimiento homónimo de cobre y oro. Se estaba trabajando para la puesta en marcha del mismo, en lo referente a caminos, dique de co-las, ubicación de la planta de con-centración. Me comisionaron para controlar si se estaban cumpliendo las condiciones requeridas para evi-tar la contaminación ambiental. Lo que se construía estaba en orden, pero a pesar de eso solicité un estu-dio sobre Impacto Ambiental, el que posteriormente fue presentado. Se-ñalé algunos detalles que debían ser solucionados previo a la puesta en marcha del yacimiento. Por proble-mas internos, la empresa se disolvió y las obras quedaron paralizadas. Como integrante del Comité Na-cional en el MAB intervine en mu-chos de los proyectos presentados. Nuevamente asistí a un curso-taller sobre “Análisis y Evaluación de Im-pacto Ambiental” organizado por la Subsecretaría de Medio Ambiente y auspiciado por la oficina Sanitaria Panamericana de la Organización de la Salud. Lo dictó la Ingeniera María Teresa Estevan Bolea de Es-paña, entre septiembre y noviembre 1983. Buenísimo curso en el que se consideraron todos los factores pro-venientes de distintas industrias, in-cluida minería y que afectan el me-dio ambiente. Para la evaluación del “impacto ambiental” se utilizaron distintas matrices causa-efecto que relacionan listas de factores ambien-tales. La más utilizada es la Matriz de Leopold. En esta matriz figuran 100 acciones del hombre que pue-den alterar el medio ambiente y 88 factores ambientales que dan por re-sultado 8.800 interacciones. La ex-periencia indica que para evaluar un

impacto ambiental basta considerar unas 50 interacciones.

Otro curso fue sobre “Medio Am-biente y Educación” organizado por el Instituto Superior Docente Carlos María Biedma en Buenos Aires.

En los estudios económico-mine-ros incorporé el problema ambien-tal. Tengo trabajos inéditos y otros publicados en congresos y revistas especializadas, sobre Minería y Me-dio Ambiente. El tema es muy com-plejo y largo, la minería como toda industria es contaminante, pero sí la explotación en sí, la fundición, la planta de concentración, se instalan en las debidas condiciones, la con-taminación se reduce a un mínimo. Los estudios sobre impacto conviene hacerlos en la etapa de pre-factibili-dad, es mejor “prevenir que curar”.

Por lo que antecede creí oportu-no que este problema y sus solucio-nes se estudiaran en la Facultad. En 1983 presenté en el 2do. Congreso Nacional de Geología Económica organizada por la Universidad de San Juan el trabajo titulado “Educa-ción Ambiental - Geología Ambien-tal” y en él proponía el nombre de una nueva materia Geología Am-biental para que se incorporara a los planes de estudios universitarios.

En agosto de 1984 presenté otro trabajo sobre el mismo tema en el “2º Congreso Argentino del Ambien-te” y en septiembre de 1984 en las “4tas. Jornadas Argentinas de Pro-yectación Ambiental”, ambos even-tos organizados por la Universidad de Belgrano.

Continué mis gestiones ante au-toridades nacionales y la Univer-sidad de Buenos Aires, la tarea fue ardua pero finalmente, para mi sa-tisfacción, la materia Geología Am-biental fue incorporada a los planes de estudio de la Carrera de Geología

Page 21: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

19Una vida dedicada a la economía minera y a la geología ambiental

de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales. Muy pocos conocen mi intervención, ahora lo informo.

Deseo aclarar que, a pesar de dedicarme a los problemas de con-taminación derivados de explotacio-nes mineras, como geóloga apoyo la extracción de minerales, pero evi-tando el deterioro ambiental, máxi-me teniendo en cuenta que existen medios para hacerlo. El hombre necesita de los minerales, posible-mente más de lo que cree o conoce. El 75% de lo que usamos a diario está fabricado con minerales (vajilla, artefactos del hogar etc.). Lo mismo pasa en la construcción de edificios y la industria farmacéutica que lo utiliza en muchísimos remedios y en los excipientes, y no nos olvidemos de un mineral: la sal, posiblemente el más simple y el más usado.

8. OTROS ESTUDIOS ECONó-MICO-MINEROS

Mis estudios económico-mineros sobre distintos minerales continua-ron, cuyos informes, en parte perma-necen inéditos. En una oportunidad,

el Ministerio de Cultura y Educación solicitó al Servicio Geológico mi co-laboración para integrar un grupo de trabajo con representantes de la Se-cretaría de Estado de Educación para la confección de un plan de estudios sobre un “Curso de Capacitación de Operarios para Minas y Canteras”. Un grupo de empresarios mineros se había dirigido al mencionado minis-terio solicitando que en las regiones mineras se instalaran escuelas, o en las ya en funcionamiento se dictaran cursos cortos para capacitar a obre-ros y capataces mineros, dado que la Minería experimentaba una ca-rencia de mano de obra calificada.

Redacté un proyecto en lo con-cerniente a los conocimientos que debe tener el personal obrero que trabaja en una explotación minera. El curso consistía en un año de es-tudio para obreros y dos años para capataces. Los temas a desarrollar comprendían conocimientos ele-mentales de geología y minería, téc-nicas de muestreo, labores subterrá-neas y a cielo abierto, y sobretodo el uso de máquinas, herramientas y el manejo de explosivos, como tam-

bién lo concerniente a seguridad en el trabajo y preservación del medio ambiente. Sobre la base de estos temas se asignaron un mínimo de horas para las clases teóricas y prác-ticas. Si cursaban un año recibían el título de “Operario Especializado en Minas y Canteras”. Los que comple-taban los dos años el título era de “Capataz de Minas y Canteras”. Para asistir a estos cursos debían tener es-colaridad primaria completa.

Retrotrayéndome en el tiempo, tuve la oportunidad de estar presen-te en las reuniones donde se gestio-naba la fundación del Centro Argen-tino de Geólogos y posteriormente integrar la Comisión Directiva en calidad de Secretaria. Asimismo, in-tervine en la redacción de la Regla-mentación Profesional, hoy vigente.

Con respecto a los congresos y seminarios, asistí a numerosos, tan-to en el país como en el exterior. En algunos presenté trabajos y en tres intervine en su organización inte-grando el Comité Ejecutivo como secretaria y fueron el “Primer Con-greso Argentino de Geólogos”, el

Una sesión del 5ª Congreso Latinoamericano de Geología en 1982 (a mi lado los doctores Francisco Nullo, Albino Okretic (?), Jorge R. Cuomo, Oscar Ruiz Huidobro y Roberto L. Caminos).

Page 22: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 201920

“Primer Congreso Latinoamericano de Empresarios Mineros” y el “5to. Congreso Latinoamericano de Geo-logía”, donde actué como coordina-dora en el Simposio “Factores Am-bientales en Explotaciones Minero-Industriales”.

En 1986 me jubilé pero continué trabajando ad-honorem en la Secre-taría de Estado de Ciencia y Tecno-logía (SECYT), en el H. Senado de la Nación, en la Comisión de Recursos Naturales y Ambiente Humano, y en el Museo Minero (MUMIN) del SE-GEMAR.

En la SECYT integré las reuniones de Consulta sobre Lineamientos de Política Nacional en Ciencia y Tec-nología. Se trataban temas referidos a los “Ecosistemas Frágiles”, “Con-taminación Ambiental”, “Recursos Hídricos” y “Recursos Naturales”. Presenté algunos informes concer-nientes a los problemas de contami-nación ambiental.

En la Comisión de Recursos Na-turales y Ambiente Humano del H. Senado de la Nación presenté un “Proyecto de Reorganización de la Minería Nacional”, otro sobre “San-ciones aplicables a empresas que contaminan el ambiente”. Además, junto con profesionales, analizamos los proyectos presentados por los se-ñores senadores y su factibilidad an-tes de ser tratados en la Cámara Alta.

Presté asesoramiento en el Mu-seo Minero (MUMIN) y me dedi-qué a redactar en forma sencilla, accesible a los alumnos de escuelas primarias y secundarias, los conoci-mientos básicos que había que tener para reconocer un mineral y en qué forma estaban presentes en el uso diario.

Este trabajo con el título de “Re-conociendo Minerales” fue publica-do por el Servicio Geológico Minero

Argentino” (SEGEMAR), Secretaría de Minería. Se distribuía en el ám-bito del Museo y se lo envió a las bibliotecas de escuelas primarias y secundarias de todo el país. Esta publicación fue mi última contribu-ción para dar a conocer que es un mineral.

Entre 1986 y 2002 asistí a con-gresos, seminarios y simposios or-ganizados por distintos organismos, como ser, Centro Argentino de In-genieros, SECYT, OEA, Fundación Banco de Boston, Instituto Goethe, Embajada de Alemania, Embajada de Francia, Embajada de Estados Unidos de América, Naciones Uni-das (ONU), etc. En todas las reunio-nes se trataban temas referentes a re-cursos naturales, minerales para in-dustrias básicas, desechos industria-les, erosión costera, contaminación minera, medio ambiente, tecnología moderna, ecología y presenté algu-nos informes todos relacionados con el tema Minería y de Medio Ambien-te.

9. VIAJES RELACIONADOS CON gEOLOgÍA

Siempre he tenido una atracción por conocer los más diferentes pai-sajes geológicos, en especial los volcánicos. Ya sea por trabajo, con-gresos o turismo, puedo decir que en el mundo quedan pocos países o lugares de interés que no conozca. No voy a entrar en detalles, pero sí destacar lugares relacionados con geología y medio ambiente.

Primero recorrí la Argentina des-de La Quiaca (Jujuy) hasta Ushuaia (Tierra del Fuego). En la provincia de Santa Cruz estuve en el Glaciar Pe-rito Moreno justo en el momento de un rompimiento. Este glaciar que en-frenta el Lago Argentino avanza ha-cia el lago, hasta chocar con la falda del Cerro Buenos Aires producien-do un taponamiento entre el Brazo

Rico y el Canal de los Témpanos. Las aguas del Brazo Rico comienzan a elevarse y en un momento, dado la presión de las mismas, empiezan a socavar la base del glaciar, en el lugar del cierre contra el Cerro Bue-nos Aires. Se va formando un arco hasta que las paredes laterales y el techo caen en forma estrepitosa y los témpanos que se forman se di-rigen por el Canal de los Témpanos hacia el Lago Argentino. La primera vez que estuve, marzo de 1972 la altura de embalse de las aguas en el Brazo Rico se había elevado a 38 metros sobre el nivel del Canal de Los Témpanos, altura máxima regis-trada hasta la fecha, provocando el anegamiento de las zonas aledañas al Brazo Rico. El proceso de la rup-tura dura dos o tres días, pero el mo-mento de la caída del arco formado, es indescriptible. Con anterioridad a la fecha indicada las rupturas eran casi anuales, posteriormente y debi-do al cambio climático el avance del glaciar se hizo más lento y las rup-turas cada dos o cuatro años y aún más. Posteriormente, he estado en la zona y los glaciares como el Upsala, el Spegazzini, el Onelli, entre otros, los que están en franco retroceso.

En la Antártida estuve ocho ve-ces, la primera en 1971 con per-manencia en las Bases Esperanza y Almirante Brown. Recorrí diversos lugares, desde luego en barco y lle-gué a la Isla Decepción ubicada en las Shetland del Sud. Se trata de un volcán en actividad, del cual emerge el borde del cráter, que fue invadido por el agua de mar por un estrecho canal abierto en la pared del cráter. En 1967 y 1969 la actividad volcá-nica en forma de fuertes temblores causó grandes daños en las bases científicas. Navegué dentro del crá-ter, donde se pueden observar nu-merosas manifestaciones de fumaro-las y solfataras.

En sucesivos viajes conocí otras

Page 23: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

21Una vida dedicada a la economía minera y a la geología ambiental

bases como Palmer (EE.UU.), Artct-wsi (Polonia) muy cerca de Jubany (Argentina), entre otras; navegué por los canales Lemaire y Neumayer, el Estrecho McFarlen y el de Gerlache, las Bahías Maxwell y Admiralty, las islas Cuverville y Elefante y traspasé el Círculo Polar Antártico. Este itine-rario lo menciono, por las diferen-cias que pude observar a través de los años. En primer término, el cam-bio de la temperatura, en enero de 1971 hubo días con mínimas de 25º C bajo cero y en enero 2015, última vez que estuve, la mínima no pasó los 7º C bajo cero. Conversando con el personal de las bases me infor-maron que el promedio de aumen-to de la temperatura de los últimos 12 años es de 10º C, por efecto del cambio climático. También he ob-servado menor presencia de fauna marina y aumento de residuos en las cercanías de algunas bases extranje-ras, con el consiguiente peligro de contaminación de las aguas.

En las Islas Malvinas estuve dos veces antes de la guerra y seis veces después. En Puerto Argentino hay un Servicio Geológico donde me brindaron toda clase de información respecto a las cuencas petrolíferas submarinas que rodean las islas. Las reservas potenciales dan cifras muy superiores a las del Mar del Norte.

Una atracción especial brinda a los geólogos Islandia, esa isla vol-cánica con muy intensa actividad situada en el Océano Atlántico, don-de su costa septentrional roza el Cír-culo Polar Ártico. El 77% de la isla está cubierto por lava, rocas volcáni-cas y glaciares. La actividad se ma-nifiesta en numerosísimos geysers y fumarolas, importantes fuentes de energía geotérmica para la produc-ción de electricidad, y para proveer de agua caliente y calefacción a las viviendas e invernaderos donde se cultivan toda clase de verduras y fru-tas, hasta las tropicales, ya que por

el clima y la aridez del suelo la pala-bra “agricultura” no existe en Islan-dia. Pude observar lagos en medio de un campo de hielo con sus aguas a una temperatura de 40º C. El sue-lo está cruzado por numerosas fallas de varios kilómetros de extensión. Se han descubierto yacimientos de bauxita cuya explotación es posible a escala industrial por los recursos energéticos que dispone Islandia.

Vía Noruega y por Finlandia lle-gué a Cabo Norte, ubicado en No-ruega cercano al Círculo Polar Ártico (latitud 70º). Es el punto más al norte que se puede llegar por Noruega al pie del Mar de Barento. Con pris-máticos, en la lejanía, se podía ob-servar la banquisa formada por los hielos provenientes del Polo Norte, pero ya no se veía; el calentamiento global los fue alejando.

En la cercanía la localidad de Ka-goshima, en Japón pude observar el Monte Sakurajima. Un volcán que está en actividad, emana continua-mente humo y en alguna oportuni-dad cenizas. Durante mi visita al pie del volcán comenzó a echar cenizas a elevada temperatura, calcinando todo lo que tocaba. Desde un lugar seguro pude observar la erupción y escuchar las explosiones, luego la columna eruptiva a gran altura de cenizas y humo; se tranquilizaba, y minutos después recomenzaba el proceso con la expulsión de ce-nizas. Este volcán hasta el siglo XX ocupaba una isla en la Bahía de Ka-goshima, pero una violenta erupción en el año 1914 que arrojó unos tres billones de toneladas de lava al mar, unió la isla con el territorio, convir-tiéndola en una península.

He podido observar en Sicilia, Italia, hacia el este de la isla el vol-cán Etna de gran actividad. En los períodos inactivos se puede llegar a las cercanías del volcán por caminos construidos sobre la lava volcánica,

con todo tipo de rocas volcánicas, bombas, lapilli, mantos de ceniza y las coladas de lava de diferentes erupciones. Todas tienen textura y coloración distinta, de acuerdo a su composición. Se puede distinguir la superposición de las coladas, unas llegan al pie del volcán y otras a un par de kilómetros de distancia y aún más. Extraje cantidad de muestras que después analicé con resultados muy variables. El azufre y las puzzo-lanas provenientes del volcanismo son intensamente explotadas.

La isla volcánica de Lanzarote, integrante del archipiélago de Las Canarias, sorprende por su perfil abrupto y accidentado, con profun-dos barrancos y volcanes de forma cónica. Son muy frecuentes otras formas volcánicas, como calde-ras, cráteres rotos, coladas de lava, acumulaciones de ceniza y distin-tos tipos de roca. No hay actividad volcánica, pero si manifestaciones postvolcánicas, como la que apare-ce en la denominada “Montaña de Fuego” donde la temperatura super-ficial es muy elevada, casi imposible acercarse. Se trata de un volcanismo residual interno. Se espera utilizarlo como fuente de energía.

En esta reseña de paisajes volcá-nicos que he tenido la oportunidad de visitar y examinar no podía faltar el Yellowstone National Park. Este parque está situado entre los esta-dos de Wyoming, Idaho y Montana, EE.UU. Es mundialmente famoso por sus manifestaciones postvolcánicas en forma de manantiales de agua ca-liente, fumarolas, ollas de barro ca-liente y los geysers. Toda la zona de Yellowstone sufrió hace millones de años un intenso volcanismo y hace aproximadamente 600 mil años una violenta erupción volcánica hizo colapsar una parte central de lo que hoy es el parque, formando una cal-dera o depresión de más o menos 45 x 75 km. Las manifestaciones pos-

Page 24: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 201922

tvolcánicas actuales, provienen de esa poderosa erupción. Hay zonas termales donde las caídas de agua caliente emanan de los bordes de las coladas de lava. Las ollas de barro hirviente se forman en las cercanías de las fumarolas, cuyos gases ácidos descomponen las rocas en arcillas y otros materiales alterados. En el área abundan los geysers, pero el más fa-moso es el Old Faithful, por su exac-ta periodicidad en las emanaciones. A través de los años la expulsión de vapor de agua fue variando entre 30 a 120 minutos, una de las últimas era cada 65 minutos, pero un sismo reciente modificó el tiempo a 78 mi-nutos. Estuve presente, pude corro-borar su exactitud y apreciar el gran chorro de vapor de agua que lanza a gran altura. El río Yellowstone cavó un espectacular cañón que nos pro-vee de una visión de parte interior de la Tierra, similar pero no tan pro-fundo como el Gran Cañón del Co-lorado, cavado por el río homónimo en el estado de Arizona, EE.UU.

Otro interesante archipiélago volcánico el de Hawaii, compues-to por ocho islas en el medio del Océano Pacífico. La Isla Hawaii, la de mayor tamaño tiene tres vol-canes, el Kilahuea, el Mauna-Loa, y el Mauna-Kea, los dos primeros en actividad. El más activo es el Ki-lahuea, este volcán de poca altura, chato, vierte continuamente algo de lava y humos. Hay un camino de circunvalación en el Kilahuea por el que se puede transitar, cuando está en mínima actividad. La caldera es muy ancha y el cráter poco pro-fundo. En la gran erupción del año 1959-60 que duró 36 días, destruyó una amplia superficie y se abrie-ron nuevos cráteres, el Kilahuea Iki y el Halemaumau. El primero por las grietas que se produjeron sigue echando humo y el segundo arroja humos fuertemente sulforosos, que se huelen a distancia. En las cerca-nías del Kilahuea visité el Thurston

Lava Tube. Es un túnel de lava que se forma cuando la lava que arroja el volcán, se enfría en su superficie exterior y se endurece formando un techo debajo del cual la lava líquida caliente continúa fluyendo montaña abajo. El hueco que se forma cuan-do la lava deja de fluir se denomina túnel de lava.

En otra ocasión navegando de noche, cerca de la isla Hawaii, el Kilahuea había entrado en erupción y ríos de lava hirviente llegaban a la costa. Se precipitaban al mar levan-tando una columna de vapor a gran altura, cuando la lava se enfriaba rá-pidamente al contacto con el agua. La lava se veía gris en superficie y rojo vivo por debajo. Las coladas de lava están continuamente mo-dificando la costa. Todas las demás islas del archipiélago son volcánicas y tienen volcanes extinguidos o apa-rentemente inactivos. En las playas de algunas islas se observan arenas muy obscuras, casi negras y grue-sas, provenientes de la destrucción de las lavas y rocas volcánicas. Se encuentran incluidos cantidad de lapilli. En la isla Maui, en el puerto cercano a la capital Lahaina, las are-nas son prácticamente negras.

Otra región muy interesante del punto de vista geológico es Nueva Zelanda, con sus islas Norte y Sur. La Norte se caracteriza por su vol-canismo, dado que forma parte del “círculo de fuego” del Pacífico, to-das las cimas son volcanes activos o apagados. Hay grandes lagos, el mayor en Rotorua tiene 616 km2 y ocupan antiguos cráteres o valles cerrados por efecto de las coladas de lava. Fenómenos postvolcánicos afectan toda la isla, geysers, fuen-tes termales, fumarolas y se observa gran cantidad de incrustaciones de azufre. Donde aparecen con más intensidad es en las cercanías de Ro-torua, incluidas las “ollas de barro” calientes. Toda esta actividad geotér-

mica se la utiliza para dar agua ca-liente y calefacción a Rotorua. Los antiguos pobladores indígenas, los maoríes, ya utilizaban esta energía para cocinar y calentarse.

En Australia sólo deseo mencio-nar el Museo Geológico y Mineraló-gico de Sidney. Es un paseo geológi-co desde el Big Bang hasta nuestros días, además está correctamente ex-plicado con lujo de detalle la forma de extraer un mineral hasta su últi-mo destino. Merece visitarse.

Otra vivencia geológica la he te-nido en la Ciudad de México, el 19 de septiembre de 1985, a las 7.30 hs. de la mañana: mi cama comien-za a sacudirse, intento ponerme de pie, pero el movimiento es cada vez más fuerte y me tira al suelo. A mi marido le pasa lo mismo, sujetán-donos llegamos a ubicarnos bajo el marco de una puerta y entrelazando los brazos nos apoyamos en los mar-cos. Había comenzado el gran terre-moto que destruyó gran parte de la ciudad, y nos encontrábamos muy cerca del epicentro. Empezó con un movimiento ondulatorio, la intensi-dad iba en aumento, luego sentí dos fuertes movimientos verticales, me empujaban hacia arriba. El sismo continuó un tiempo más hasta que fue amainando. Habían transcurrido exactamente cinco minutos desde el comienzo. El terremoto más lar-go ocurrido desde que se llevan re-gistros, y su grado 7.9 en la escala de Richter. Algunas informaciones dieron un grado de 8.1 en esta es-cala. A las 24 horas la réplica, de grado 7.1 pero más corta. Durante los cuatro días posteriores al sismo, que permanecimos en la ciudad de México, el suelo tembló continua-mente. Con respecto a lo ocurrido el comienzo del terremoto ondula-torio, se produjo por el choque entre las placas norteamericana y la de Cocos, lo que provocó la reactiva-ción de la falla de Michoacan, que

Page 25: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

23Una vida dedicada a la economía minera y a la geología ambiental

cruza el territorio mexicano. Esta reactivación motivó los dos fuertes movimientos verticales que percibí. Por otra parte, la larga duración del terremoto se debió a que tuvieron lugar dos movimientos sísmicos se-guidos. Detalles posteriores a esta catástrofe no deseo dar, sólo diré que fue una experiencia inolvidable.

10. REFLEXIONES FINALES

Cuando miro hacia atrás, y veo todo lo vivido desde ese 7 de octu-bre de 1922, cuando nací en esta ciudad de Buenos Aires, me surgen algunas consideraciones finales. En mi trayectoria profesional hubo dos situaciones que me produjeron profunda satisfacción. La primera es el haber podido contribuir a que se salvaran los yacimientos de cao-lín de la provincia de Chubut con su inmenso valor económico, y su potencial para reactivar la actividad de esa postergada región. La segun-da es que la materia Geología Am-biental se incorporara a los planes de estudio universitarios. Siempre bregué por una minería responsable que considere el cuidado del Medio Ambiente como una de sus priorida-des, para permitir su desarrollo sus-tentable.

Agradezco el haber estudiado geología que, a lo largo de estos 70 años de profesión, me ha dado la oportunidad de aprender y ser útil a la sociedad mediante la interacción entre la industria y la aplicación de este conocimiento. A través de la Economía Minera bregué para acor-tar la brecha entre el saber académi-co y las necesidades de los distintos emprendimientos industriales.

Con respecto a la educación y divulgación en materia geológico-minera, a pesar de haber trabajado en su difusión, todavía queda un lar-go camino por recorrer, “las riendas quedan sueltas para que alguien las

tome”…

ALgUNAS PUBLICACIONES

Böckmann, S. 1950. “Berilio- Un metal estratégico”. Cámara Ar-gentina de Minería. Revista In-dustria Minera Nº 102. Buenos Aires.

Böckmann, S. 1950-1953. Carti-lla Minera. Cámara Argentina de Minería. Revista Industria Minera Nº 104 al 140. Buenos Aires.

Böckmann, S. 1952. “Azufre”. Cámara Argentina de Minería. Revista Industria Minera Nº 120. Buenos Aires.

Böckmann, S. 1953. “Vermiculi-ta”. Cámara Argentina de Mine-ría. Revista Industria Minera Nº 132. Buenos Aires.

Böckmann, S. 1953. “Grafito”. Cámara Argentina de Minería. Revista Industria Minera Nº 134. Buenos Aires.

Böckmann, S. 1953. “Bismuto”. Cámara Argentina de Minería. Revista Industria Minera Nº 137. Buenos Aires.

Böckmann, S. 1953. “Minerales de Wolframio”. Dirección Na-cional de Minería, Serie Divulga-ción Minera Nº 1. Buenos Aires.

Böckmann, S. 1954. “Calizas – su utilización en la industria del Cemento”. Revista La Argentina. Córdoba.

Böckmann, S. 1957. “Plomo, sus minerales, yacimientos e indus-trialización”. Dirección Nacio-nal de Minería. Serie Divulgación Minera Nº 2. Buenos Aires.

Böckmann, S. 1961. “Litio”. Bole-tín Asociación Argentina de Em-

presarios Mineros Nº 6. Buenos Aires.

Böckmann de Cianciarulo, S. 1963. “Materias Primas Minerales: Tungsteno”. Revista Duperial. Volumen XXII Nº 146. Buenos Aires.

Böckmann de Cianciarulo, S. 1963. “El Tugsteno en la República Ar-gentina”. Facultad de Ciencias Económicas de La Plata. Instituto de la Producción. Serie contribu-ciones Nº 138. La Plata.

Böckmann, S. y Rossi, N. 1975. “Importantes yacimientos de Caolín grado cobertura para la industria papelera”. IIº Congre-so Ibero-Americano de Geología Económica Tomo II: 71-94. Bue-nos Aires.

Böckmann de Cianciarulo, S. 1976. “Minerales para la Industria de los Refractarios – Sillimanita, Cia-nita, Andalucita y Dumortierita”. Unión Minera Argentina. Revista Promoción Minera Latinoameri-cana. Nº 1. Buenos Aires.

Böckmann de Cianciarulo, S. 1978. “Super Alpha Gypsum”. IIIº International Congress, Inter-national Association of Enginee-ring Geology, Sec. II, Vol 2, 168-174, Madrid.

Bóckmann de Cianciarulo, S. 1982. “Minería y Medio Ambiente”. 5º Congreso Latinoamericano de Geología, Tomo III, 281-292, Buenos Aires.

Böckmann de Cianciarulo, S. 1982. “Medidas de prevención relacio-nadas con la Minería y el Medio Ambiente”. 5º Congreso Latinoa-mericano de Geología, Tomo III, 311-316, Buenos Aires.

Böckmann de Cianciarulo, S. 1983.

Page 26: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 201924

“Relations between mineral tex-tures and their industrial beha-viour”. International Conference on Applied Mineralogy in the Mineral Industry (ICAM81). The Geological Society of South Afri-ca, Special Publication Nº 7, 239-243. Johannesburg.

Böckmann de Cianciarulo, S. 1984. “Evaluación de Impacto Ambiental en Explotaciones Mi-neras”. Noveno Congreso Geo-lógico Argentino. Actas VII, 178-190. San Carlos de Bariloche.

Böckmann, S. 1985. “Legislar en Materia de Contaminación Ambiental derivada de Explota-ciones Mineras”. IIIº Congreso

Argentino de Políticas de la Inge-niería. Tomo II. Buenos Aires.

Böckmann, S. 1985. “Evaluación de Impacto Ambiental en una Ex-plotación Minera”. III Congreso Argentino de Políticas de la Inge-niería. Tomo II. Buenos Aires.

Böckmann, S. 1986. “Efectos de la Minería Sobre el Medio Ambien-te”. Congreso Latinoamericano de Áreas Metropolitanas. AMBA. Ecología y Medio Ambiente en las Grandes Ciudades. La Plata.

Böckmann, S. 1986. “Environ-mental impact derived from the mining exploitation”. Fifth Inter-national Congress, International

Association of Engineering Geo-logy (IAEG). Tomo VII. Buenos Aires.

Böckmann, S. 1992. “Impacto Ambiental provocado por ex-plotaciones mineras – Causas y Soluciones”. Revista Panorama Minero Nº 166. Buenos Aires.

Böckmann, S. 2011. “Recono-ciendo Minerales”. Servicio Geológico Minero Argentino (SE-GEMAR) Secretaría de Minería. Buenos Aires.

Page 27: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

SEMBLANZA

Por Fernando Battaglini

A mediados de 1985 había ter-minado de cursar todas las materias de la licenciatura en ciencias quími-cas y me restaban rendir unos pocos finales. En ese momento, no tenía muchas ganas de hacer un trabajo rutinario en una fábrica pero tampo-co me convencía la idea de hacer una tesis por el conocimiento mis-mo. En esos días apareció un carteli-to en la puerta del departamento de química inorgánica de la FCEN don-de se solicitaba un estudiante próxi-mo a recibirse para realizar tareas de investigación en el INTI. Como la T es de “tecnología” supuse que sería algo un poco más concreto y aplicado.

Así conocí a Ernesto Calvo, un joven científico de 30 y pico de años que había estado trabajando en el exterior durante cinco años y, con el regreso de la democracia, al igual que muchos otros, creía que todo sería posible. En la realidad las cosas fueron más difíciles de lo que esperábamos… el INTI le negó lugar de trabajo a Ernesto y nos mudamos al Dpto. Química Inorgánica, Ana-lítica y Química Física que en ese momento dirigía el Dr. Fernández Prini.

Lo que me sorprendió de Ernesto fue su visión realista de la ciencia y

ERNESTO CALVOpor Fernando Battaglini y Mario Tagliazucchi

de su entorno. “Si entendés cómo son las cosas, la probabilidad que te vendan vidrios de colores decrece notablemente” decía, a veces usan-do un lenguaje más soez. En los dis-tintos temas que estudió en su carre-ra siempre eligió ese balance entre un objetivo tecnológico (biosenso-res, pasivación de metales, electró-nica molecular, celdas de litio, etc.) y entender lo que está pasando (por los temas, generalmente relaciona-do con mecanismos de transferen-cia electrónica y propagación de cargas). Pero la carrera de un cien-tífico no es solo entender el sistema que estudia, sino también el medio que tiene a su alrededor. Lamen-tablemente, en estos 30 años en la Argentina se han dado más épocas de restricciones que de bonanza. Ernesto siempre las supo sobrellevar consiguiendo los medios para reali-zar el trabajo de investigación que se proponía y logrando que sus doc-torandos puedan realizar una tesis acorde a estándares internacionales. Así, por ejemplo, terminé mi tesis en

1991 con 4 trabajos publicados en el medio de dos hiperinflaciones. Esa visión de la realidad y su olfa-to por la gente capaz le sirvió para llevar a cabo una relevante carrera científica con reconocimiento inter-nacional.

Algún lector que lo conoce esta-rá pensando, todo bien pero no es un tipo fácil de tratar. Si, tiene razón pero, al mismo tiempo, demostró una gran virtud, tener la voluntad de cambiar la realidad y no dejarse abrumar por la coyuntura. Tal vez, en este momento, esta sea su ense-ñanza más importante para la comu-nidad científica.

Por Mario Tagliazucchi

En el año 2004, Ernesto Calvo dirigía un grupo grande y un labo-ratorio muy bien equipado. En esa época, él buscaba un técnico quí-mico para un proyecto de desarro-llo para la empresa Techint. Yo me encontraba cursando el cuarto año de la Licenciatura en Química en Exactas, y el puesto me resultaba muy interesante desde el punto de vista de mi desarrollo profesional, ya que deseaba seguir una carrera en la industria una vez finalizada la Licenciatura en Química. Gracias a Ernesto, ese objetivo cambiaría en el transcurso del año siguiente, en el cual me embarcaría en una tesis

Page 28: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 201926

doctoral.

En el primer año en el grupo realicé tareas técnicas relacionadas con el proyecto mencionado pero la situación cambio cuando Ernes-to me propuso realizar mediciones de impedancia sobre multicapas autoensambladas. Medí un set de datos, sobre el que nos juntamos a discutir múltiples veces. Planteamos hipótesis y escribimos modelos y, en ese momento, decidí que quería quedarme en su grupo para realizar el doctorado. Tuve la suerte de com-partir ese tiempo con muchos in-vestigadores, postdocs y estudiantes del grupo: Doris Grumelli, Victoria Flexer, Miguel Vago, Edgar Völker, Silvina Rotacher, Alejandra Ricci, Pablo Scodeller, Cecilia Bonazzo-la, Lucila Méndez de Leo, Mariano Bossi y muchos más. El grupo rea-lizaba actividades de investigación en electroquímica que abarcaban proyectos muy diversos, incluyendo problemas muy fundamentales de la electroquímica de los electrodos modificados, pasando por investiga-ciones más aplicadas en sensores, nanofabricación y celdas de com-bustible y, finalmente, distintos pro-yectos científico-tecnológicos con empresas, por ejemplo, en electro-síntesis. La estrella del laboratorio eran los electrodos modificados con multicapas de enzima y polímero redox. Esta gran variedad de temas de trabajo obedecía, por supuesto, al carácter inquieto y emprendedor de Ernesto, y sobre todo a su energía

inagotable. Casi 15 años después, esa capacidad de trabajo de Ernesto y devoción al mismo, no dejan de sorprenderme.

Ernesto era un director exigente y demandaba esfuerzo pero, como mencioné más arriba, él siempre tra-bajó mucho más que cualquiera de nosotros. Siempre tomó seriamen-te la formación de sus estudiantes. Recuerdo en particular el primer paper que escribí, el cual Ernesto me devolvió corregido. Lo había acortado a la mitad y el texto rema-nente estaba casi completamente reescrito pero discutimos cada uno de los cambios, hecho que resultó muy formativo. El grupo realizaba reuniones en forma periódica don-des Ernesto discutía con nosotros (¡a veces demasiado extensamente!) todos los aspectos de cada presenta-ción, desde la ciencia hasta la forma de presentar resultados o hablar al público. Por otro lado, Ernesto había logrado equipar muy bien su labora-torio y teníamos a disposición una gran variedad de técnicas electro-químicas y de caracterización de superficies. Nunca faltaron los re-cursos para llevar adelante una idea y recuerdo claramente la sensación de estar realizando ciencia compe-titiva. Aunque el grupo era grande, mantenía conmigo conversaciones periódicas con sobre el avance de mi tesis. De estas discusiones re-cuerdo, en particular, su capacidad para generar ideas originales y tam-bién su gran “intuición química” (o

tal vez en su caso, “intuición elec-troquímica”), es decir, la capacidad de resolver problemas complejos en química usando conceptos cua-litativos simples. Aprendimos la im-portancia de la discusión y de cues-tionar resultados. Sobre todo, nos enseñó a no perder de vista el “big picture”, a preguntarnos porqué ha-cemos la investigación que hacemos y buscar temas de trabajo en áreas de importancia.

En el año 2009 terminé mi te-sis doctoral y luego de unos meses partí hacia el exterior con el fin de realizar una estadía posdoctoral, la cual se extendería por los siguientes cinco años. Al momento de irme, Er-nesto había asumido la dirección del INQUIMAE y el esfuerzo que esto le demandaba había impactado en su grupo, cuyo tamaño se había redu-cido considerablemente. Al retornar al país en el 2015, me sorprendí con el cambio radical que había sufrido su laboratorio. En unos pocos años había cambiado completamente su foco de estudio, pasando de los electrodos modificados a la electro-química del Litio. Me encontré con un grupo consolidado en este últi-mo tema, con reconocimiento in-ternacional y varias tesis doctorales en curso. La inmensa capacidad de trabajo de Ernesto, su visión única para elegir temas de relevancia y, principalmente, su carácter inquie-to, lo habían hecho posible.

Page 29: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

UNA PASIÓN POR LA QUÍMICAPalabras clave: Eletroquímica, oxigeno, litio, electroquímica molecular.Key words: Electrochemistry, oxygen, lithium, molecular electrochemistry.

1. LOS COMIENZOS

Me es difícil precisar cuándo comenzó mi interés por la quími-ca, quizás fue a los 5 años cuando estando internado mi padre por un accidente, las enfermeras me rega-laron una caja llena de frasquitos de penicilina vacíos. Hay una foto en que se me ve jugando con botellas en la terraza de mi casa (mi primer laboratorio). Luego me regalaron un juego de química y también fui ar-mando un laboratorio en el fondo de la casa de mis padres, lo llamába-mos “La Química”. Recuerdo haber comprado, aún pequeño, reactivos químicos y materiales de laboratorio en “Droguería Retiene” en la calle Sarmiento y en “Científica Central” en la Calle San José, así como anti-guos libros de química en plaza La-valle. Todo lo que llegaba a mis ma-nos relacionado con la química iba a “La Química”. En una oportunidad una amiga de mi madre, cuyo mari-do había sido bioquímico, me rega-ló antiguos materiales de laboratorio que incluían una centrífuga manual. Una tía me regaló una retorta, como la que usaban los alquimistas, que compró en la antigua casa “El Sople-

te” de Av. San Martín y el puente.

2. FERIA DE CIENCIAS

Ya en cuarto año del colegio secundario Justo José de Urquiza

presenté en la Feria de Ciencias de Capital Federal el trabajo ¿Sabe Ud. qué es un Colorante? Al año siguien-te, en 1969, presenté en la 2da. Fe-ria de Ciencias de Capital Federal el trabajo “Síntesis de Monosacáridos”

Ernesto Julio CalvoDoctor en Ciencias Químicas, Universidad Nacional de La PlataProfesor Titular Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, UBAInvestigador Superior CONICETDirector INQUIMAE (UBA-CONICET)

[email protected]

Figura 1. En mi primer laboratorio

Page 30: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 201928

sobre la base de los trabajos de Cyril Ponamperuma del Ames Research Center de la NASA, en Estados Uni-dos, relacionados con la teoría del “Caldo Primigenio” (Nature, 216, 1967, 453-455).

El trabajo obtuvo el primer pre-mio y consistía en la condensación aldólica de formaldehído en solu-ciones de hidróxido de bario y se-paración por cromatografía en papel y columna de pentosas y hexosas formadas en el licor resultante con olor a caramelo. En ese momento, me acerqué al Departamento de Química de INTI donde conseguí muestras de monosacáridos que usé como patrones en cromatografía. Destaco que en dicha Feria de Cien-cias realizada en el Colegio Nicolás Avellaneda estuvo el Dr. Bernardo

Houssay. También conseguí utilizar las facilidades del antiguo laborato-rio de química del Colegio Nacio-nal Buenos Aires. Haber obtenido el primer premio de la Feria de Cien-cias de Capital Federal me permitió participar de la Feria Nacional de Ciencias en Córdoba ese año junto a estudiantes de todo el país.

3. LABORATORIOS DE OBRAS SANITARIAS DE LA NACIóN

Como autodidacta, habiendo estudiado el bachillerato sabía casi tanto como un técnico químico y fue así que en 1970 ingresé como laboratorista en los Laboratorios de Obras Sanitarias de la Nación, en Figueroa Alcorta y Pampa. Aprendí mucho de química analítica instru-mental en paralelo con el curso de

ingreso a la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales ese año, siguien-do hasta terminar la Licenciatura en Química en 1975. Recuerdo de esa época ingresar a las 6 de la maña-na y titular cloruros en 200 frascos Erlenmeyer, medir sedimento en co-nos Imhoff o determinar amoníaco, nitratos, nitritos y nitrógeno total por Kjeldahl en muestras de líquidos re-siduales o cloacales y aguas del Río de la Plata y Río Paraná.

4. FACULTAD DE CIENCIAS EXACTAS Y NATURALES. UBA

Durante la carrera en la Facultad, aquel laboratorio en casa se fue so-fisticando y llegamos a reunirnos los sábados con mis compañeros para desentrañar las muestras de quími-ca analítica “cuali”. Con Sergio Ka-pusta nos conocimos en una clase en el viejo edificio de Perú 222 y seguimos estudiando juntos hasta el último final en enero de 1975, seguimos luego juntos en INTI. En docencia, fui ayudante de Segunda en Química Analítica en 1973, y en Química Física 1974-75. A partir de 1976, luego de la intervención Ota-lagano-Ivanisevich en la UBA pasé a desempeñarme como Ayudante y Jefe de Trabajos Prácticos en la Uni-versidad Tecnológica Nacional, Re-gional Buenos Aires. Departamento de Química.

5. LA ETAPA DE INTI Y EL DOC-TORADO

En febrero de 1976 ingresé al Sector Electroquímica Aplicada de INTI dirigido por David Schiffrin, Carlos V. D´Alkaine y Roberto Fer-nandez Prini. Fue una experiencia enriquecedora ya que allí confluía-mos gente de Exactas junto con in-genieros. Así descubrí las normas ASTM e IRAM. La atmósfera del grupo era muy especial y el espíri-tu de tratar de resolver problemas concretos de la industria, grandes

Figura 2. Feria de Ciencias de Capital Federal en 1969 “Síntesis de Mono-sacáridos”.

Page 31: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

29Una pasión por la química

estaño. Hacía experimentos de elec-troquímica complementado con metalografía y microscopía electró-nica de barrido que en el país estaba en sus comienzos.

En noviembre 1979 defendí mi tesis doctoral en la Universidad Na-cional de La Plata sobre “Estudios electroquímicos de la reacción de reducción de oxígeno sobre metales pasivados en diversos medios acuo-sos”, bajo la dirección de David Schiffrin y la tutoría de Alejandro J. Arvía.

6. IMPERIAL COLLEgE, LONDRES

Poco después viajé con María del Carmen, mi esposa desde enero de 1978, a Londres como “Posdoctoral Research Fellow” en el Departamen-

to de Química bajo la dirección de W.J. Albery, y en el Departamento de Ciencia de los Materiales bajo la dirección de B.C.H. Steele. La si-tuación de tener dos jefes me daba mucha libertad en el trabajo. Fue un período muy formativo, con dos enfoques complementarios: la fisi-coquímica con Albery, y la química de sólidos y métodos cerámicos en la Royal School of Mines con Brian Steele. Recuerdo que en esa época Peter Atkins dio el seminario de Na-vidad 1980 al que la mayoría de los estudiantes asistieron por el jerez que se convidó luego de la confe-rencia. Atkins comenzó diciendo “sabemos que los átomos existen porque los podemos ver” y mostró evidencias de espectroscopías de iones. Fue tan sorprendente escu-char esa afirmación como ver los “lattice fringes”, hileras de átomos, en oxídos perovskita LaN+1NiNO3n+1

que preparábamos por métodos ce-rámicos como catalizadores para cátodos de oxígeno. John Drennan, microscopista australiano, me mos-traba por microscopía electrónica de alta resolución cómo se aco-modaba la no estequiometría. Era un fascinante mundo nuevo que se abría ante mis ojos.

Como relata Horacio Corti en su Reseña, en 1981 nos casamos con María en segundas nupcias en la “Holy Trinity Church” de Hammers-mith; con Horacio y Norma, nues-tros padrinos, (las primeras nupcias habían sido en el registro civil en Buenos Aires el 6 de enero de 1978). La foto de la boda con la novia em-barazada se perdió. En 1981 nació María Florencia, nuestra primera hija británica.

La experiencia científica en Lon-dres fue muy buena, dado que era el centro de encuentro de norteame-ricanos, japoneses, europeos, rusos. Conocí personalmente a muchos científicos: Mi primer encuentro con

obras hídricas, etc., empleando co-nocimientos básicos y, al mismo tiempo, desarrollando temas de in-vestigación de buen nivel fue toda una revelación.

Luego del golpe militar el 24 de marzo de 1976 las cosas se fue-ron complicando, el grupo recibió ataques que culminaron al año si-guiente con la separación de Carlos D´Alkaine y David Schiffrin por apli-cación de la ley de prescindibilidad. Con este último había comenzado a realizar mi trabajo doctoral sobre “Electroreducción de oxígeno sobre hierro pasivado en medio alcalino”, tema relacionado a la corrosión metálica. Con Carlos D´Alkaine hi-cimos un trabajo aplicado sobre la hojalata que en Somisa (hoy Techint) se obtenía por electrodeposición de

Figura 3. “La química” el laboratorio en el fondo de la casa paterna. En la foto se ve parcialmente a Sergio Kapusta en nuestra época de estudiantes universitarios en Exactas.

Page 32: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 201930

un premio Nobel fue con Ilya Prigo-gine quien dio una serie de confe-rencias a poco de llegar a Londres. Luego, conocí a Levich, Dogonad-ze, Parsons, Bruckenstein, Bockris, y otros. Vi en persona la primera oleada de chinos con el traje Mao en Europa en esos primeros años 80 y pude disfrutar de seminarios en Londres y en Oxford donde John Goodenough era Profesor de Quími-ca Inorgánica.

Pero al año siguiente, 1982, pasa-mos la guerra de Malvinas viviendo en Londres, “una leve diferencia de opiniones entre ambos gobiernos”, como escribió John Albery al orga-nizador de un congreso en Canadá al que debía concurrir al excusarme porque si salía de Gran Bretaña con pasaporte argentino no podría rein-gresar.

Finalmente, sobre el epílogo de la experiencia en Londres, escribi-mos con John el artículo “Ring Disc Electrodes Part 21. pH Measurement with the ring” que se publicó al año siguiente en el Journal of the Chemi-cal Society, Faraday Transactions 1.

7. CASE WESTERN RESERVE UNIVERSITY, CLEVELAND, ESTA-DOS UNIDOS

Luego de 3 años en Londres tomé contacto con el Profesor Ernest B. Yeager de Case Western Reserve University, Cleveland, a quien había conocido en un Taller de Electroca-tálisis en el INIFTA, La Plata, y vuelto a encontrar en Dubrovnik (entonces Yugoslavia) en la Reunión de la So-ciedad Internacional de Electroquí-mica en 1981.

Yeager me invitó como “Senior Research Associate” en 1983-1984. Así como aprendí mucha ciencia en Londres, en Estados Unidos aprendí sobre el gerenciamiento de la cien-cia dado que tenía que supervisar estudiantes, escribir proyectos e informes para el Departamento de Energía (DOE) y la NASA-Lewis.

Un día, Karen -la secretaria de Yeager- estaba por tirar a la basura unos viejos informes de 1959-60 y al darme cuenta de que eran del trabajo realizado a principios de los ´60 para la U.S. Steel Corpora-

tion sobre el desarrollo del método Ferrostan para fabricar hojalata, se los pedí y aún los conservo. Era el trabajo que en INTI habíamos rea-lizado con Carlos D´Alkaine para Somisa (hoy grupo Techint). Somisa había comprado, llave en mano, el proceso Ferrostan de la U.S. Steel sobre electrodeposición de estaño. Claramente esos informes no publi-cados, que describían los mismos experimentos que hicimos en INTI más de una década más tarde, fue-ron una evidencia experimental de que las ideas que se desarrollaban en el Sector Electroquímica Aplica-da no eran tan erradas. Desgraciada-mente, el golpe militar de 1976 puso fin a esa extraordinaria experiencia científico-tecnológica.

En marzo de 1984 nació Claudia Eve, nuestra segunda hija, nortea-mericana esta vez.

8. DE VUELTA AL PAgO

Con la vuelta de la democracia, ya a un año del gobierno del Presi-dente Alfonsín, decidimos con Ma-ría regresar al país con nuestras dos

Figura 4. Con Fernando Battaglini, Susana Sánchez, Marcela Vázquez y Carlos Wexler en 1987 en el Congreso de Fisicoquímica de Mar del Plata. Se ven los equipos fabricados en INTI.

Page 33: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

31Una pasión por la química

hijas. Como investigador adjunto de CONICET, volví al laboratorio de Electroquímica de INTI en 1985. Ya a fines de 1982, en un corto viaje de la familia a Argentina, había tenido oportunidad de conversar con Jorge Sábato, pionero de metalurgia en Latinoamérica desde la CNEA, que en aquel momento escribía en la Re-vista Humor y era crítico del gobier-no militar. Fue a pocos meses de la derrota en Malvinas que le pregunté su opinión sobre volver al país con la situación económica de la explo-siva deuda externa. Jorge Sábato me dijo “No se preocupe por la plata, preocúpese por tener ideas. Si tiene ideas va a conseguir los recursos”, y así fue. Desgraciadamente Sábato falleció antes de mi regreso al país. Creo que hubiese sido un importan-te colaborador del Presidente Alfon-sín y quizás la ciencia y la tecnolo-gía hubiesen tenido otro rumbo si él hubiera sido protagonista de aquella etapa.

En 1986 comencé a dirigir la te-sis doctoral de la Lic. Marcela Váz-quez en Mar del Plata, para lo cual viajaba cada mes o dos a esa ciudad y colaboraba con Marcela y con la Dra. Susana Sánchez en INTEMA. Marcela terminó su doctorado en 1990 con el estudio de la reducción electroquímica de oxígeno sobre co-bre y sus aleaciones, trabajo relacio-nado a la corrosión de intercambia-dores de calor en la Central Térmica 9 de Julio de Mar del Plata. Fue mi primera tesista, de los 20 que luego dirigí hasta la fecha. Luego comen-zó Fernando Battaglini, primero en INTI y luego en la Facultad, también Carlitos Wexler fue nuestro técnico electrónico y construimos poten-ciostatos y electrodos rotatorios. Fue un período de grandes esfuer-zos pero también de muchos logros. Como sólo obteníamos subsidios de poco monto “por ser jóvenes” com-prábamos componentes electróni-cos y fabricábamos el instrumental

necesario para los experimentos de electroquímica. Fue fundamental la experiencia en Londres donde había aprendido a armar potenciostatos y electrodos rotatorios. Fue una eta-pa muy dura, sin fondos ni siquiera para fotocopias.

9. VUELTA A LA FACULTAD

En 1991 completó su doctorado Fernando Battaglini, con quien co-menzamos a trabajar con electrodos enzimáticos amperométricos en so-lución y en hidrogeles. Con Fernan-do aprendimos a hacer simulaciones digitales de los procesos altamente no lineales de difusión acoplada a cinética enzimática de Michaelis-Menten, y logramos algunas publi-caciones. Así iniciamos el tema en Argentina y Latinoamérica.

Sin embargo, no se daban las condiciones para un trabajo crea-tivo y fructífero en INTI y en 1987 comencé como Profesor Adjunto In-terino, primero, y luego Regular en el Departamento de Química Inor-gánica, Analítica y Química Física de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Bue-nos Aires donde aún continúo como Profesor Titular. De una colabora-ción con César Pallotta, que ya había regresado a la Facultad, surgieron un par de trabajos que publicamos en revistas internacionales.

En ese período se unió al inci-piente grupo Cecilia Bonazzola y comenzamos a trabajar con poli-pirrol y electrodos modificados, de modo que con Fernando y Carlitos constituíamos un grupo de trabajo en electroquímica. Cecilia completó su doctorado y continuó por muchos años en el grupo.

Por esa época comenzó su doc-torado también Claudia Danilowicz, bioquímica de la UBA que trabajó con enzimas redox ahora inmovi-

lizadas en hidrogeles sobre elec-trodos, y lo terminó en 1996. Otro tesista, Ernesto Vago trabajó en la cinética de electro-reducción de oxígeno sobre electrodos de magne-tita. Con una piedrita de Fe3O4, que nos dieron en el departamento de geología y que presentaba bastante conductividad eléctrica, fabricamos electrodos de disco rotatorio y dis-co y anillo. Estos resultados fueron complementarios a los de mi tesis doctoral, también con óxidos de hie-rro, y encontramos -en ambos casos- un mecanismo similar al reportado por Yeager y Zagal con electrodos de carbono modificados con ftalociani-nas de hierro. El proyecto continuó con una colaboración con Martin Stratmann con quien habíamos sido posdoctorandos de Ernie Yeager en Cleveland. Mediante esta cola-boración obtuvimos dos subsidios “Volkswagen Stiftung”, por 120.000 marcos alemanes, que permitieron adquirir instrumental y visitas al Ei-senforschung Institut en Dueseldorf, Alemania en 1987 y 1992. Ernesto Vago hizo luego una estadía con Martin y, posteriormente, ingresó a Johnson Matthey Argentina como responsable de calidad, hoy trabaja en Toyota Argentina. Martin Strat-mann es actualmente el Presidente de la Max-Planck Gesselschaft en Alemania.

En el tema de electrodos enzimá-ticos colaboramos también con Phil Bartlett, con quien nos conocíamos del grupo de Albery y del equipo de fútbol 5 de los miércoles en Brixton, Londres.

El intercambio de estudiantes con la Universidad de Southampton fue fructífero (Roberto Etchenique viajó a Southampton con la balanza de cristal de cuarzo que había dise-ñado y construido en Buenos Aires, y Kavita Singhal trabajó 3 meses en nuestro laboratorio). Además, logra-mos equipamiento a través de sub-

Page 34: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 201932

sidios de la Fundación Antorchas y el British Council en los ´90. En ese período, José Hodak trabajó un año con nosotros y publicamos -en cola-boración con Phil, Kavita y Rober-to- un trabajo en Langmuir (1997, 13, 2708-2716) donde describimos, por primera vez, un sistema mole-cular autoensamblado de reconoci-miento molecular y generación de señal amperométrica con la enzima glucosa oxidasa “cableada” por un polímero de ferroceno. El trabajo fue ampliamente citado; con 485 citas constituye el trabajo más citado a la fecha del DQIAyQF.

En este período Pablo Castro también realizó su trabajo doctoral como continuación del de Ernesto Vago con óxidos de hierro, y tam-bién hizo una corta pasantía en el Ei-senforschung Institut der Max-Planck Gesselschaft con Martin Stratmann. Destaco que Tenaris lo contrató an-tes de terminar su doctorado por sus

conocimientos sobre la electroquí-mica de óxidos de hierro, aunque puso como condición que terminara su doctorado.

En 1992 un grupo de profesores del Departamento de Química Inor-gánica, Analítica y Química Física, liderados por el Prof. Roberto Fer-nández Prini, buscaron financiación de la Agencia Alemana de Coopera-ción (GTZ) logrando un importan-te apoyo económico para comprar equipamiento, insumos y viajes de los primeros tesistas de la nueva eta-pa inaugurada en el Departamento por Roberto en 1983. Así fue que apoyamos la creación de un Insti-tuto de Química de los Materiales, Ambiente y Energía, INQUIMAE, primero en el ámbito de la Univer-sidad de Buenos Aires, luego como programa de CONICET y, finalmen-te, como unidad Ejecutora de CONI-CET. Profesores como Miguel Blesa, Enrique San Roman, Horacio Corti,

Daniel Batistoni, entre otros, fueron clave en este período.

Con Horacio Corti codirigimos la tesis de Liliana Trevani (1997) quien desarrolló “El chorrito”, electroquí-mica en sistemas hidrotérmicos a alta P y T con control de transporte de masa, trabajo pionero ya que en ese momento sólo en el laboratorio de A.J. Bard se hacían este tipo de estudios electroquímicos a alta tem-peratura y presión.

10. LA ETAPA DE gESTIóN ACA-DÉMICA

El Decano Héctor Recondo, lue-go de escuchar mis quejas sobre el mal funcionamiento de la biblioteca arcaica de la Facultad, me designó en 1994 Secretario Académico Ad-junto de Biblioteca. Acepté el cargo con algunas condiciones: que fue-se ad-honorem, que contratasen a la bibliotecaria Nancy Gómez, que

Figura 5. Equipo de fútbol del Imperial College. Londres.

Page 35: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

33Una pasión por la química

de I+d con la Facultad, evaluación externa de Departamentos, etc.

11. NANOTECNOLOgÍA Y BIO-SENSORES

En 1999 visitó la Facultad un gru-po de personas de Motorola Semi-conductor Sector de Arizona y unos meses más tarde nos ofrecieron fi-nanciar un proyecto en nuestro la-boratorio. Luego supimos que ellos habían visitado también el Instituto Balseiro, la Universidad de La Plata y la Universidad de San Pablo, Bra-sil, antes de decidir financiarnos. El proyecto “New Molecular Materials for Electronics, Biomolecular Electro-nics and optoelectronics” comenzó en febrero de 2001 y fue financiado con 270.000 dólares por Motorola. Durante 3 años realizamos investi-gación básica, varios trabajos doc-torales, un importante número de publicaciones científicas internacio-nales de alto impacto e inspiró las primeras actividades de Nanotec-nología en Argentina. La contribu-ción de Motorola ayudó a equipar el laboratorio y realizar un proyecto,

bajo contrato con una empresa del exterior. Este salto vino acompañado por una gran exposición mediática, con periodistas y fotógrafos y una importante ceremonia en el Recto-rado de la Universidad de Buenos Aires.

En el año 2000 recibí la beca John Simon Guggenheim de 35.000 dólares que quedaron congelados en el corralito bancario en 2001 durante varios años. En esa época contamos con la colaboración de Érica Forzani quien vino de la Uni-versidad de Córdoba a realizar una estadía posdoctoral de dos años; y Alejandro Wolosiuk, Doris Grume-lli, Marcelo Otero eran becarios de CONICET y tesistas doctorales. Ale-jandro desarrolló electrodos enzimá-ticos amperométricos con glucosa oxidasa ensamblada capa por capa; perfeccionando el trabajo de José Hodak de 1997, logró comprender los mecanismos de propagación de carga resultando en importantes pu-blicaciones en JACS, Analytical Che-mistry, etc. Marcelo Otero continuó el trabajo con la balanza de cristal

la bibliotecaria de CNEA preparara un proyecto de biblioteca, y que en la Comisión de Biblioteca tuviera miembros menores de 30 años. Re-condo aceptó y Nancy Gómez, a los 29 años, desarrolló el proyecto de biblioteca que luego consiguió 1,6 millones de dólares de FOMEC para modernizar y automatizar la biblio-teca Central de la FCEyN con acce-so directo al estante, búsquedas en línea, etc.

Durante un breve período (1987-1988) fui elegido Director de Depar-tamento (DQIAyQF), cargo que dejé cuando el Decano Pablo Jacovkis me ofreció ser Secretario de Investiga-ción y Planeamiento de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, en el período 1988-2002. En esta función de gestión académi-ca aprendí mucho sobre el funcio-namiento de la Facultad de Ciencias más grande del país, sus diversas dis-ciplinas, tradiciones, y la evaluación de su producción científica y pros-pectiva. Tuve que interactuar con otras facultades, con el rectorado y con empresas que tenían contratos

Figura 6. Escuela de Electroquímica 2000 con la Universidad de Southampton. Claudia Danilowicz, Phil N. Bart-lett, Peter Birkin, John Owen, Guy Denuault, Sara Bilmes, Ernesto J. Calvo (primera fila).

Page 36: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 201934

12. LOS ORÍgENES DEL gRUPO DE ELECTROQUÍMICA. VISITA DE ROgER PARSONS

En 1961 el Profesor Roger Parsons de la Universidad de Bristol, Reino Unido, fue invitado por la UNESCO a una estadía -de cuatro meses- en nuestro Departamento para organizar un laboratorio de investigación en electroquímica. Un entusiasta y activo grupo de jóvenes comenzó el primer grupo de investigación en elec-troquímica. Varios de ellos realizaron estadías doctorales y posdoctorales en reconocidos laboratorios del exterior y alcanzaron prominentes posiciones académicas y en la industria, en el país y en el exterior. 

Algunos años más tarde, fruto de la intolerancia política, el grupo se disolvió en 1966 -como muchos otros laboratorios de la Facultad de Ciencias- con la intervención de la Universidad por el gobierno militar. Sin embargo, la semilla plantada por Roger Parsons dio frutos con nuevas generaciones de electroquímicos en diversos laboratorios y universidades en Argentina y Brasil. 

En 1983 con el retorno a la democracia se produjo la normalización de la Universidad de Buenos Aires y la vida académica del Departamento fue restablecida. Un nuevo grupo de electroquímica se formó con la incorporación de profesores e investigadores y la realización de tesis doctorales en electroquímica. 

En la foto se ve un momento de dicha reunión con varios integrantes del grupo de electroquímica en sus orígenes y en la actualidad: Jorge Galli, Eduardo Passeron, Carlos V. D´Alkaine en primera fila; Ernesto Gon-zález y Roberto Lugo (ausentes David Schiffrin y Gerardo Razumney radicados en el exterior).

Entre los nuevos miembros estuvieron Horacio R. Corti, Fernando Molina, Fernando Battaglini, Claudia Danilowicz, Cecilia Bonazzola, Gabriel Gordillo, Roberto Etchenique, Pablo Mandelbaum, Sara Aldabe, Pa-blo Castro. Ernesto J. Calvo, entre otros. También estuvo presente Roberto Fernández Prini, quien desde 1983 reorganizó el Departamento de Química Inorgánica, Analítica y Química Física.

de cuarzo y con sistemas anticuer-po-antígeno ensamblados capa por capa, en colaboración con Claudia Danilowicz. Marcelo participó ac-tivamente de una colaboración con Antonio Arnau de la Universidad Po-litécnica de Valencia, España, y de la Red Europea ALFA sobre el sensor de cristal de cuarzo.

En esa época, Mariano Bossi y Liliana Trevani -como posdoctoran-dos- desarrollaron un trabajo apli-cado para la empresa Tenaris que resultó en una patente sobre “Lubri-cación molecular en uniones rosca-das”, por la cual Tenaris pagó a CO-NICET 50.000 dólares en 2005 por la presentación de la patente en los Estados Unidos. Mario Tagliazucchi estaba terminando su licenciatura y se incorporó, primero, como técnico químico del grupo en este proyecto

y, luego de recibirse, continuó como becario y realizó su doctorado.

Luego de la crisis de 2001 Clau-dia Danilowicz y Liliana Trevani dejaron el país, la primera hacia Harvard University, y Liliana hacia la Universidad de Guelf en Canadá. Siguieron sus carreras con éxito pero fue una gran pérdida para Argentina que contribuyó al cíclico éxodo de cerebros.

En el año 2000 realizamos un curso de Electroquìmica con colegas de la Universidad de Southampton, sobre la base de la Escuela de Verano de Electroquímica de Southampton que se viene realizando anualmente desde 1961. La participación de in-vestigadores británicos fue financia-da por el subsidio de British Council-Fundación Antorchas, y asistieron

estudiantes de todo el país quienes participaron de clases teóricas y 10 experimentos de laboratorio.

Otra actividad importante reali-zada en ese año 2000, fue la organi-zación de una reunión internacional de Biosensores luego de la Escuela de Electroquímica, con los colegas británicos, Ana María Brett (Univ. Coimbra, Portugal), Salvador Alegret (Universidad de Barcelona, España), Marco Massini (Universidad de Flo-rencia, Italia) y George Wilson (Esta-dos Unidos).

En medio de la crisis de 2001, Phil Bartlett llamó por teléfono para ver cómo ayudarnos a que nuestro laboratorio pudiera continuar. Así fue que presentamos un proyecto a Wellcome Trust que fue financiado con 200.000 libras esterlinas y que

Page 37: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

35Una pasión por la química

permitió adquirir equipos e insumos, pero más importante fue que permi-tió contratar a estudiantes y posdoc-torandos (entre otros Verónica Ielmi-ni y Hongyu Zhang de China). Poco tiempo después, el Director de CINI,

del Grupo Techint, Dr. Eduardo Dvorkin, nos ofreció a cuatro grupos de la UBA un subsidio de 10.000 dólares al año durante dos años para que estudiantes de licenciatura y de ingeniería hicieran pasantías de in-

vestigación en nuestros laboratorios (además del nuestro, participaron Oscar Martínez en Física y Exactas; y Adriana Calvo y Marta Rosen en la Facultad de Ingeniería, UBA).

Figura 7. Visita del Prof. Roger Parsons, en agosto de 1997, a nuestro Departamento por segunda vez. La Univer-sidad de Buenos Aires le otorgó el Doctorado Honoris Causa.

Figura 8. Estudiantes financiados por Tenaris y Motorola para hacer pasantías de investigación en el Laboratorio de Electroquímica Molecular en 2003: Pablo Perna, Leandro Bronstein, Martín Bellino, Alejandra Calvo y Victoria Flexer.

Page 38: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 201936

Un nuevo grupo de estudiantes de doctorado se incorporó: Doris Grumelli venía de la Universidad de Río Cuarto y desarrolló un transistor molecular enzimático, y en colabo-ración con César Barbero publica-mos varios trabajos sobre balanza de cristal de cuarzo y “Deflexión de haz”. También tuvimos una fruc-tífera colaboración con Francisco “Chico” Nart de la Universidad de San Carlos, Brasil. Cecilia Bonazzo-la viajó a Brasil y montó en nuestro laboratorio la espectro electroquími-ca infrarroja SNIFTIRS, que Chico había desarrollado en Alemania con Teresa Iwasita. En 2006 Chico falle-ció en un trágico accidente de avia-ción en Brasil.

También se incorporó con beca de CONICET Victoria Flexer, que comprobó experimencialmente el

modelo de Phil Bartlett de electro-dos enzimáticos amperométricos con glucosa oxidasa autoensambla-da capa-por-capa sobre oro y “ca-bleada” con un polímero de osmio, variando en forma controlada espe-sor de la película, concentración de mediador redox inmovilizado, y de glucosa en solución. Victoria realizó una importante contribución, me-diante simulación digital usando el método “Simplex” con ajuste no li-neal de los datos experimentales. El trabajo resultó en varias publicacio-nes y un capítulo en el libro Bioelec-trochemistry editado por P.N. Bart-lett y publicado por Wiley en 2008. Victoria completó su doctorado en 2007 y luego de posdoctorados en Francia, Australia y Bélgica regresó al país en 2013 para liderar el Cen-tro de Litio en Jujuy.

Paralelamente, en 2003, recibí la Medalla al Mérito Konex en De-sarrollo Tecnológico; y en 2004, el Premio Funprecit por Innovación Tecnológica como resultado de los trabajos mencionados anteriormen-te.

También, en el período 2003-2004, me tocó coordinar la Comi-sión de Ciencias Químicas de CO-NICET y ser Miembro del Consejo Asesor de la Fundación Argentina de Nanotecnología. En 2005 tuve el reconocimiento de ser incorporado como Fellow de la Royal Society of Chemistry (FRS), del Reino Unido.

Otra ayuda durante la crisis fue el aporte de Joseph Michl, de la Universidad de Colorado en los Es-tados Unidos, quien nos ayudó a organizar la Escuela de Nanociencia

Figura 9. Escuela de Nanociencia y Nanotecnología en las Ruinas de Quilmes, valles Calchaquíes en Tucumán. Pan American Study Institute financiado por la National Science Foundation de Estados Unidos y CONICET, (2004). Organizada por Joseph Michl y Ernesto J. Calvo reunió a profesores y estudiantes de Estados Unidos, Argentina y Brasil.

Page 39: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

37Una pasión por la química

Figura 10. Grupo en 2006 durante la visita del Prof. A.J. Bard al Laboratorio de Electroquímica Molecular. Atrás: Mario Tagliazucchi, Federico Nores, Miguel Vago, Claudio Rolli. Adelante: Silvina Rothacher, Alejandra Ricci, Ve-rónica Ielmini, A.J. Bard, E.J. Calvo, Doris Grumelli, Victoria Flexer.

Figura 11. Escuela de Nanopartículas del Centro Binacional Argentino-Brasilero de Nanociencia y Nano-tecno-logía en 2006. David Schiffrin, Daniela Sanchet y Mathias Brust dieron las clases a las que asistieron numerosos estudiantes de diversas universidades de Argentina y Brasil. Organizada por E.J. Calvo, coordinador del Centro Binacional, en 2006 la escuela tuvo clases y prácticas de laboratorio.

Page 40: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 201938

y Nanotecnología en las Ruinas de Quilmes, Tucumán. Fue financiada por la National Science Foundation (EE.UU.) y CONICET.

En el año 2005 se crea el Centro Binacional Argentino Brasilero de Nanotecnología, siendo el primer coordinador. Este Centro permitió el intercambio de investigadores y becarios y la realización de escuelas como la de Nanopartículas en 2006.

Con Carlos Balseiro, Roberto Salvarezza, Oscar Martínez, Félix Requejo, Galo Soler Illia, Federico Williams, y Alex Fainstein presenta-mos un proyecto de Centro (virtual) de Nanociencia y Nanotecnología en 2006, que permitió formar una red de investigadores y facilidades de investigación trabajando juntos físicos y químicos. INQUIMAE pudo comprar con este subsidio el Espec-trómetro Fotoelectrónico XPS que fue instalado en 2009 y facilitó la

incorporación de Federico Williams con dedicación exclusiva. A Fede-rico lo había conocido en Tesalóni-ca, Grecia, durante un Congreso de Electroquímica y facilité su regreso al país al Centro de Investigaciones del Grupo Techint, CINI en 2005. Fue el inicio de una fructífera cola-boración con Federico que continúa actualmente.

En 2006 me otorgaron el Premio Bernardo Houssay en Ciencias Exac-tas y Naturales, categoría Investiga-dor Consolidado del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología.

Siguiendo con los electrodos mo-dificados por películas delgadas au-toensambladas, Mario Tagliazucchi realizó un extensivo estudio experi-mental y de modelado computacio-nal de sistemas moleculares autoen-samblados capa por capa durante su tesis doctoral, en colaboración con Igal Szleifer de Urbana Cham-

pain. Junto a Miguel Vago, Mario Tagliazucci y Federico Williams ob-tuvimos el Premio Innovat por “In-vestigación Aplicada en Nanocatá-lisis”, en 2008, con nanopartículas de paladio para la hidrogenación catalítica de fármacos. En parte, esta investigación fue financiada por los Laboratorios Temis Lostaló.

El tema de electrodos enzimáti-cos fue continuado por Pablo Scho-deller. En 2008 publicamos “Wired-Enzyme Core-Shell Au Nanoparticle Biosensor” (Jacs, 130 (38), 12690-12697) en colaboración Alex Fains-tein del Instituto Balseiro. También estudiamos la enzima de hongos Lacasa ensamblada capa por capa en multicapas por Pablo Scodeller, que finalizó su tesis en 2011. En 2010 junto con Rafael Czamoc-ki (posdoct francés) y el grupo de Micología del Departamento de Ciencias Biológicas publicamos en Jacs, “Layer-by-layer self-assembled

Figura 12. Despedida de Elizabeth Garfias García (México), 2007, en “Siga la Vaca”. De izquierda a derecha: Mario Tagliazucchi y Paula, Ernesto J. Calvo, Cinthya Toro Salazar, Alejandra Ricci, Verónica Ielmini, Victoria Flexer, Elizabeth Garfias, Cecilia Bonazzola, Edgar Volker, Hongyu Zhang. Atrás: Claudio Rolli (Alemania).

Page 41: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

39Una pasión por la química

osmium polymer-mediated laccase oxygen cathodes for biofuel cells: The role of hydrogen peroxide” (132 (32), 11132-11140). Este trabajo fue continuado años más tarde por un estudiante italiano, Matteo Grattieri.

En 2008 fui elegido Vicepresi-dente de la Sociedad Internacio-nal de Electroquímica (ISE), para el período 2009-2011. En 2010 me incorporé como Fellow de la Inter-national Union of Pure and Applied Chemistry (IUPAC).

La Fundación Motorola financió, en 2008-2009, con 48.000 dólares la contratación de estudiantes (Ma-tías Bobbio, Federico Di Vruno, San-tiago Herrera, Adrian García, Lucila Méndez de Leo), equipamiento y consumibles para el desarrollo de electroquímica molecular. Lucila se incorporó al grupo a su regreso de los Estados Unidos y desarrolló junto a Cecilia Bonazzola el sistema de espectroscopía infrarroja por mo-

dulación de la polarización de la ra-diación, PM-IRRAS en colaboración con Jacek Lipkowski de la Universi-dad de Guelph en Canadá.

En 2008 concursé como Direc-tor de INQUIMAE (UBA-CONICET), continuando por dos períodos hasta la fecha y que concluirá en los próxi-mos meses con el concurso de reno-vación en marcha. Una de las pri-meras acciones fue la presentación de un Proyecto de Infraestructura y Equipamiento Tecnológico (PRIE-TEC) a la ANPCyT en 2009 que per-mitió una reforma edilicia integral durante 2010-2011. Participamos también del proyecto Europeo EU-LASUR coordinado desde el Instituto de Materiales de Barcelona que per-mitió el intercambio de estudiantes y posdoctorados. En ese contexto, Romain Clarenc de Burdeos, Francia realizó una estadía posdoctoral en nuestro grupo y luego se incorporó Matías Villalba con beca doctoral de CONICET en 2011. Matías continuó

el trabajo iniciado por Miguel Vago sobre hidrogenación electroquímica de cetonas utilizando nanopartícu-las de paladio, que concluyeron con varias publicaciones y su tesis doc-toral en 2015.

Otro tema de interés científico, en nuestro grupo, fueron los meca-nismos de transferencia de carga en-tre electrodos y sistemas molecula-res. Alejandra Ricci encaró estudios con microscopía de túnel (STM) que concluyeron con varias publicacio-nes internacionales, incluyendo una que fue tapa de JACS y su tesis doc-toral en 2010. Más recientemente, este tema fue desarrollado por San-tiago Herrera en su tesis doctoral (2018). Mediante estudios de AFM y STM electroquímicos describió el notable efecto catalítico de nano-partículas de oro en la transferencia de carga a complejos inorgánicos inmovilizados.

Figura 13. Fernando Battaglini, Pablo Castro, Ernesto J. Calvo, Marcelo Otero, Cecilia Bonzzola, Ernesto Vago, Roberto Etchenique, Pablo Scodeller (agosto 2011, en la reunión académica por los 60 años de E.J. Calvo).

Page 42: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 201940

13. LA ERA DEL LITIO

En el verano de 2011 escuché a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner anunciar desde Dubai que Argentina exportaría litio. Mi reacción inmediata fue escribir un e-mail a mi ex-compañero de estu-dios, en ese momento Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Lino Barañao, advirtien-do sobre la necesidad de agregar valor al recurso. Esto motivó que se organizara una reunión sobre Litio en Jujuy en abril de ese año. Varios especialistas en electroquímica par-ticipamos de esa reunión y ahí to-mamos conciencia de la magnitud y consecuencias ambientales de la explotación del litio de los salares a gran escala.

Organizamos una Reunión Inter-nacional sobre Baterías de Litio-Aire en setiembre 2011 y comenzamos

a elaborar la idea de desarrollar un método de extracción de litio utili-zando la tecnología electroquímica de las baterías de ion litio, es decir, por intercalación de litio en mate-riales de cátodo de baterías. La Lic. Florencia Marchini inició estudios electroquímicos en nuestro labora-torio en base al óxido mixto de es-tructura espinela LiMn2O4 para cap-tar iones litio por intercalación, y polipirrol para captar iones cloruros. La prueba de concepto fue exitosa por lo cual se presentó una solicitud de patente a través de CONICET en Estados Unidos. En la mesada de la-boratorio el proceso de dos etapas de captura de LiCl de la salmuera y recuperación en una solución de recuperación resultó muy exitoso. El método es más rápido que el actual evaporítico, altamente selectivo, con bajo consumo energético -por ser una batería- la etapa de extracción y sin necesidad de agregar sustancias

químicas ni generar residuos.

El Simposio Internacional sobre Baterías de Litio-Aire para Vehícu-los Eléctricos se realizó los días 17-19 de septiembre en INQUIMAE/ DQIAyQF. Participaron varios es-pecialistas internacionales: el Dr. Nenad Markovic (Argonne Natio-nal Lab., USA), el Prof. John Owen (Univ. Southampton, UK), el Prof. David Schiffrin (Liverpool Univer-sity, UK), el Dr. Bryan McCloskey (IBM Research Division, Almaden, CA. USA), el Dr. Laurence Hardwick (Liverpool University, UK), el Dr. Pe-ter Hall (Sheffield University, UK), , Prof. Sanjeev Mukerjee (Northeas-tern University, USA), Prof. Roberto Torresi (Depto. Química, USP, Bra-zil), Prof. José Zagal (Universidad de Santiago, Chile), Dr. Ezequiel Leiva (Universidad Nacional de Córdo-ba), Prof. César Barbero (Universi-dad Nacional de Río Cuarto), Galo

Figura 14. Reunión Internacional sobre Baterías Avanzadas de Litio-Aire, en julio 2011, organizada por E.J. Calvo con la financiación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.

Page 43: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

41Una pasión por la química

Soler Illia (CNEA), Raúl Carbonio (Universidad Nacional de Córdoba). Luego del Simposio en INQUIMAE, la comitiva viajó a Jujuy y visitó los salares ricos en litio y la Universi-dad Nacional de Jujuy. La iniciativa permitió la asistencia de becarios y posdoctorandos de diversas univer-sidades argentinas.

En Diciembre 2016 David Schi-ffrin me comentó que la empresa holandesa Royal DSM organizaba un concurso internacional “Bright Minds Challenge” cuya presenta-ción mediante un video explicativo vencía en febrero 2017. Nos presen-tamos y en una primera etapa, por votación internacional, quedamos en segundo lugar; por lo que fui-mos a una entrevista con el jurado en Cambridge, Massachusetts y es-tuvimos entre los tres finalistas. El 17 de junio de 2017 en Amsterdam obtuvimos el primer premio por la

propuesta de extracción sostenible de litio empleando un método elec-troquímico y energía solar. https://www.sciencecanchangetheworld.org/

El premio consistió en 500 ho-ras de asesoramiento de ingeniería, mercados, patentes, etc., por valor de 100.000 dólares. Recibimos re-conocimiento de Diputados y Sena-dores y una Mención de Honor de la Comisión de Ciencia y Tecnología del Honorable Senado de la Nación. También nos recibió el presidente de la Nación a quien le expresamos la necesidad de apoyar fuertemente la Ciencia y Tecnología como ventaja competitiva de Argentina.

Entre otras repercusiones, en oc-tubre recibí el Premio Perfil 2017 en Ciencia y Tecnología. A fines de ese año tuve el honor de recibir el Premio Dr. Hans Schumacher que

la Asociación Química Argentina otorga cada 5 años en el área de la Química Física.

A lo largo de los años, un núme-ro de posdocts del país y del exterior nos acompañaron,entre otros: Caro-lina Santa María (España), Mathias Brust (1995 Reino Unido), Érica Forzani (2000-2001), Carlota Gon-zález Inclhauspe, Jackeline Argue-llo, Mariano Bossi, Liliana Trevani, Veronica Ielmini, Lucila Méndez de Leo, Rafael Czamocki (Francia), Ro-main Clarenc (Francia) 2011-2012, María del Pozo Vázquez (España, 2014-2016), Álvaro Tesio y Cathe-rine Adam (Francia, 2014-2016). También un importante número de estudiantes pasaron por nuestro grupo: Emanuel Liaudet (Francia), Valeria Molinero, Ian Wheldon (Ca-nadá). Ema Reta Nurmi (Finlandia). Kavita Singhal (Reino Unido). Lean-dro Bronstein. Edgar Volker, Miguel

Figura 15. Grupo de Electroquímica Molecular en 2014. De izquierda a derecha: Federico Williams, Nataliia Mo-zhzhukhina (Ucrania), Santiago Herrera, Lucila Méndez de Leo, Ernesto J. Calvo, Matías Villalba, María del Pozo Vázquez (España). Sentados: Leandro Missoni, Catherine Adam (Francia), Álvaro Tesio, Matteo Grattieri (italia).

Page 44: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 201942

Vago, Claudio Rolli, Silvina Rotha-cher, entre otros. En el grupo hubo varios técnicos químicos: Johnathan, Nestor Filliel, Matías Villarreal, Leandro Missoni, etc.

Actualmente son becarios de CONICET: Federico Davia, Valeria Romero (Univ. Nac. Jujuy) cofinan-ciados por Y-tec y Daniel Córdoba (Univ. Nac. Catamarca).

Varios proyectos se financiaron mediante contratos con empresas: PPG Industries (Pittsburg, EE.UU.), Motorola Semiconductor Sector, PPG Industries de Estados Unidos, Techint, Y-TEC, Laring SRL, etc.

En cuanto a la docencia, como profesor adjunto en 1987, luego asociado en 1992 y finalmente ti-tular de la Universidad de Buenos Aires, en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales desde 1996, la ejercí en todas las áreas de la quí-

mica inorgánica, analítica y química física (Química general e inorgánica I, Análisis Instrumental, fisicoquími-ca de sólidos en Complementos de Química Inorgánica y Analítica, y en Química Física I y II).

Entre los logros obtenidos men-cionaré haber alcanzado reconoci-miento internacional en electroquí-mica desde nuestro país, habiendo sido elegido vicepresidente de la So-ciedad Internacional de Electroquí-mica (ISE) en el período 2009-2011, acreditar más de 180 publicaciones internacionales con revisión de pa-res, índice h = 48 (Google Académi-co) y haber dirigido 20 Tesis Docto-rales

14. EPÍLOgO

La química fue primero un jue-go, luego un hobby y finalmente una pasión de toda la vida. Tuve la suer-te de encontrar la guía de científicos

que fueron modelo e inspiración en toda mi carrera y de discípulos que me acompañaron en la aventura del conocimiento. El camino recorrido no fue fácil y requirió mucho traba-jo y perseverancia. Volver al país a fines de 1984 fue un gran desafío, sabiendo las cosas que dejaba atrás y fijando metas realistas pero con la enorme satisfacción de formar gente joven en Argentina, quienes a su vez continuaron el camino.

La renovación periódica de te-mas de trabajo respondió al agota-miento de una etapa y al encuentro de nuevos desafíos en la actividad científica motivada por la curiosidad y las necesidades de la sociedad. La investigación científica ha sido y sigue siendo una actividad muy di-vertida.

Mi reciente incorporación a la Academia de Ciencias de Latinoa-mérica me hizo reflexionar lo difícil

Figura 16. Valeria Romero, Walter Torres, Santiago Herrera, E.J. Calvo, Florencia Marchini, Federico Davia y Fede-rico Williams.

Page 45: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

43Una pasión por la química

que es construir en nuestra región de inestabilidad permanente y crisis cíclicas y lo importante de no cesar en el intento.

Agradezco a la Universidad Pú-blica y gratuita el permitir al nieto de inmigrantes gallegos recorrer un camino que ellos nunca imaginaron.

14.1 DISCÍPULOS, 20 TESIS DOC-TORALES DIRIgIDAS Y CONCLUI-DAS:

Marcela Vázquez, UNMdP (1990). Kinetics of the oxygen reduction reaction on copper and its alloys”.

At present: Prof. UNMdP. Asoc. Prof, Inv. Principal CONICET.

Fernando Battaglini, UBA (1991). ,”Electrochemical study of ampe-rometric enzyme electrodes”.

At present: Associate Prof., UBA. Inv. Principal CONICET

Ernesto R. Vago, UBA (1993) .”Study of the oxygen electroreduction re-action on well characterized iron oxide electrodes”.

At present: Johnson Matthey Argenti-na, Senior Chemist.

Claudia Danilowicz, UBA (1996). “Study of amperometric enzyme electrodes designed with redox hy-drogels”.

Harvard University, Physics De-partment.

Liliana Trevani, UBA (1997). Co-supervised with Prof. H.R. Corti, “Electrochemistry under high pres-sure and temperatura”.

At present: University of Ontario. Ins-titute of Technology. Asociate Prof.

Roberto A. Etchenique, UBA (1998). “Analytical applications for the

Quarzt Crystal Microbalance: Mi-crogravimetry and Reology”.

At present: Prof. Titular UBA. Inv. Prin-cipal CONICET.

Cecilia Bonazzola, UBA (1998). “Spectroelectrochemistry of mole-cular recognition systems of biolo-gical active compounds”.

At present: Prof. UBA.Pablo Castro, UBA (2001). “Molecular and elec-tronic characterization of iron oxi-de surfaces (Fe3O4) and surface modification in contact with elec-trolytes”.

At present: Tenaris Corp.

Alejandro Wolosiuk, UBA (2002). “Supramolecular organized sys-tems by self-assembly of enzyme and redox polymers”.

At present: CNEA. Inv. Independiente CONICET.

Marcelo Otero, UBA (2003). “Cons-truction and characterization of complex biomolecule structures with application to biosensor de-sign”.

At present: Inv. Independiente CONI-CET.

Doris grumelli, UBA (2006). “Study of polymeric systems and self-as-sembled poly-electrolyes for mole-cular recognition devices”.

At present: Inv. Adjunto CONICET.

Victoria Flexer, UBA (2007). “Expe-rimental studies and modelling of self-assembled enzyme systems for the generation of electrochemical biosensor signals”.

At present: Univ. Nac. Jujuy. Inv. Ad-junta CONICET.

Mario Tagliazucci, UBA (2009). “Stu-dy of nanostructured films obtai-ned by Layer-by-Layer self-assem-bly technique”.

At present: Inv. Adjunto CONICET.

Alejandra Ricci, UBA (2010). “Surface Redox Modification for Molecular Electronics and Electrocatalysis”.

At present: Aluminio Argentino, S.A. (Aluar).

Pablo Scodeller, UBA (2011). “Aplica-tions of enzymatic electrodes and enzymatic multilayers in biosen-sors and biofuel cells”.

At present: Sanford Burnham Pre-bys Medical Discovery Institute, EE.UU.

Matias Villalba, UBA (2015).”Confi-nement of metal ions in self-assem-bled multilayers for the synthesis of nanoparticles and application to electrocatalytic hydrogenation”.

At present: Univ. Arizona, EE.UU., Posdoctoral Fellow.

Nataliia Mozhzhukhina, (Ukraine) UBA (2017). “Fundamental studies of oxygen electroreduction reac-tion in non-aqueous electrolytes for the development of Lithium-air battery technology”.

Santiago Herrera UBA (marzo 2018). “Transferencia de carga y Electro-catálisis en Superficies Nanoes-tructuradas”. Sobresaliente.

Florencia Marchini UBA (marzo 2018). “Recuperación electroquí-mica de LiCl en electrodos de LiM-n2O4 desde salmueras naturales de la Puna Argentina”. Sobresaliente.

Walter Torres, U.N. Tucumán (abril 2018). “Mecanismo de reacciones del electrodo de oxígeno en bate-rías de litio-aire”. Sobresaliente.

Page 46: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

(5411) 4518-1715/4518-1716 - 25 de Mayo 1021. C.P. 1650. San Martín. Provincia de Buenos Aires. Argentina - www.fan.org.ar - [email protected]

Page 47: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

SEMBLANZA

Dicen que un buen maestro es aquel que “señala hacia donde mi-rar sin decir qué ver”. Es por ello un inmenso placer escribir esta sem-blanza para Claudio Cuello, quien además de ser un gran mentor es también un brillante científico.

Ambos conocimos a Claudio como director de PhD en la Univer-sidad McGill en Canadá y debemos nuestros éxitos científicos a la sólida relación y rol cercano que ha teni-do en nuestra carrera. Desde el co-mienzo del doctorado, Claudio nos trató como colegas asignándonos desafíos -participar activamente en la redacción de sus subsidios cientí-ficos- y dándonos total libertad para diseñar y dirigir nuestros proyectos de investigación, incluso cuando uno no estaba tan seguro de qué ha-cer ni cómo.

Como mentor siempre se ha pre-ocupado por nuestro bienestar y de-sarrollo intelectual, siendo nuestra familia fuera de casa, en las buenas y en las malas. Durante el tiempo que estuvimos en su laboratorio, nos dio numerosas oportunidades para conectarnos y trabajar con otros científicos importantes de todo el mundo. Nos permitió dirigir esas co-laboraciones e, incluso, nos brindó un gran apoyo cuando propusimos y abrimos otras nuevas. También nos dio la oportunidad de supervisar es-

A. CLAUDIO CUELLOpor Florencia Iulita y Martín Bruno

tudiantes (y así descubrir nuestras propias capacidades como mento-res), nos enseñó a revisar artículos de investigación, escribir nuestros propios artículos y reseñas de temas especiales, preparar conferencias, asistir a importantes reuniones cien-tíficas y cursos; lo cual nos ha for-talecido como científicos y nos ha permitido desarrollar nuestra propia visión como investigadores.

Muchos de sus estudiantes de Cambridge, Oxford y McGill han al-canzado logros profesionales nota-bles. Por ejemplo, Marina del Fiacco dirigió la Cátedra de Anatomía en la Universidad de Cagliari (Cerdeña, Italia), Erika Jaffé se convirtió en Di-rectora de Neuroquímica del IVIC en Venezuela, Adriana Consolazione se convirtió en Directora de Investiga-ción Internacional en Fidia, Italia; Erik Pioro, actualmente Director de la Clínica ALS de Cleveland; John V Priestley, ex Director de Biología Celular en la Escuela de Medicina

de St Barts, Universidad de Londres; Michael Sofroniew, profesor titular en UCLA (EE.UU.); Lorella Garofa-lo, Directora de Asuntos Médicos en Pfizer Canadá; Daniel Herrera, psiquiatra y profesor del Hospital Brigham and Women’s, Facultad de Medicina de Harvard, por nombrar algunos.

Las contribuciones importantes y pioneras de Claudio a los campos de la neuroanatomía, neurofarmacolo-gía y neuroquímica le han valido muchos reconocimientos interna-cionales y doctorados honorarios, incluida la reciente nominación como miembro de la Academia de Ciencias Médicas del Reino Unido, la Medalla del Jubileo de Diaman-te de la Reina Isabel II, la Orden de Canadá y el prestigioso premio LSU Chancellor Lecture Award en neurociencia, otorgado previamen-te a otros científicos de alto calibre como Francis Crick, Julius Axelrod, Eric Kandel, Stanley Prusiner, Tho-mas Südhof, Susumu Tonegawa, entre otros. También ha sido recono-cido con la distinción de neurocien-tífico altamente citado (ISI, EE.UU.), con una invitación a escribir su autobiografía para la Sociedad de Neurociencia de EE.UU. (La historia de la neurociencia en autobiografía, 2001). Su índice H actual es de 88 con casi 28,000 citas.

Page 48: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 201946

Sus innovaciones metodológicas también han sido excepcionales en toda su trayectoria. Su estandariza-ción de los protocolos de inmuno-histoquímica para microscopía de luz y electrónica, publicados en “Inmunohistoquímica I y II” (1983 y 1993), permitió la difusión de esta valiosa técnica tanto a sus alumnos como al campo de la neurociencia en general. Fue bajo la tutoría de Claudio que tanto Peter Somogyi y George Paxinos fueron entrenados en esta técnica, lo que no sólo dio lugar a importantes descubrimientos sino también permitió la creación de los atlas cerebrales de Paxinos que son ampliamente utilizados. El desarrollo de ensayos radioenzi-máticos altamente sensibles para la detección de monoaminas que llevó a cabo durante su estancia en San Francisco también permitió nuevos análisis detallados de la microana-tomía y la farmacología regional de las catecolaminas. El procedimiento benefició a muchos, incluido el Dr. George Koob (Director actual de

la Sección de Neurobiología de la Adicción, NIH), quien utilizó el en-sayo para caracterizar el papel de las catecolaminas en la adicción. Final-mente, Claudio fue uno de los pio-neros en introducir anticuerpos mo-noclonales en el campo de la neu-rociencia y en desarrollar, junto con su colaborador y gran amigo César Milstein, anticuerpos monoclonales “bi-específicos”, que actualmente se están investigando para su aplica-ción terapéutica.

Sinceramente, hemos conocido pocas personas con la dedicación y la pasión por la ciencia que tiene Claudio. Admiramos el hecho de que ha explorado tantas facetas di-ferentes de la neurociencia (investi-gación de Alzheimer, del dolor, bio-logía de catecolaminas, desarrollo de tecnología de anticuerpos mono-clonales, biología circadiana) y ha hecho contribuciones sobresalientes para todas ellas. Él transmite esta pa-sión a todos sus estudiantes, junto con la convicción de que nuestros

objetivos pueden convertirse en lo-gros si disfrutamos de lo que hace-mos y damos lo mejor de nosotros.

Como puede apreciarse, su ca-mino en ciencia ha sido largo, pro-ductivo, con una dedicación entra-ñable a la formación de numerosos y no menos exitosos profesionales, abocados a la ciencia y generación de nuevos conocimientos. Amerita resaltar, que detrás de tan destacado científico, hay un hombre sencillo, sincero y de mirada calma, carácter aplomado y de temple diplomático, con el cual siempre fue un placer hablar de temas mundanos con la sencillez y calidad que lo describen. Caminatas por la montaña helada, el amor por su patria, sus recuerdos respecto al liceo militar, anécdotas y estudios en la Antártida, la dicta-dura militar, sus exilios, innumera-bles viajes alrededor del mundo, sus amigos, el amor incondicional por su esposa Martha, sus hijas y nietos. Un ejemplo de ser humano.

Page 49: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

MI INESPERADA AVENTURA EN LAS NEUROCIENCIAS, SIGUIENDO LA RUTA MENOS TRANSITADAPalabras clave: Neurotransmisores sinápticos, anticuerpos monoclonales , péptidos neuromodulatorios, sistema colinérgico del cerebro anterior, factor de crecimiento nervioso, patología de la enfermedad de Alzheimer.Key words: Synaptic transmitters, monoclonal antibodies, neuroactive peptides, forebrain cholinergic system, nerve growth factor, Alzheimer’s pathology.

1. PREFACIO

Escribo con mucho placer esta reseña, invitado por Daniel Cardina-li, testigo de mis primeros pasos en la investigación científica. El placer es incremental por referirse a la Aso-ciación Argentina para el Progreso de las Ciencias, que, en mi infancia científica, me otorgó el Premio “Es-tela A. de Goytia” por un trabajo de divulgación sobre la glándula pineal (Fig. 1). Escribir una memoria perso-nal y científica es un muy apreciado privilegio, dado que proviene de co-legas del país natal.

Comienzo señalando que mi aventura científica fue fortuita. Paso a describir esa aventura en forma coloquial y espontánea. Son mis re-flexiones sobre la ruta menos tran-sitada que me llevara a la ciencia, problemas de investigación, ines-peradas amistades e, igualmente, a inesperadas culturas y geografías.

Elijo este subtítulo sobre mi historia profesional basado en el conocido poema de Robert Frost (1916): “The road not taken”; el cual termina con

las líneas “dos rutas se separaban en un bosque y yo tomé la menos transitada, y ello hizo toda la dife-rencia”.

A. Claudio CuelloOC, MD, DSc, FRSC, FMedSci.Charles E Frosst/Merck Chair in PharmacologyProfessor Pharmacology and Therapeutics, McGill UniversityVisiting Professor, Pharmacology, Oxford Uni-versity

[email protected]

Figura 1. Entrega del Premio Estela A. de Goytia, por la Fundación Argen-tina para el Avance de las Ciencias por el mejor artículo de divulgación científica publicado en Ciencia e Investigación. Una reseña de lo conocido sobre la anatomía y fisiología de la glándula pineal en el momento. Recibi-do en compañía de mi flamante esposa, Martha Kacs. Buenos Aires, 1968.

Page 50: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 201948

1.1 NO SE SUPONÍA QUE FUERA UN CIENTÍFICO

Este subtítulo fue usado en mi autobiografía, solicitada por la So-ciedad de Neurociencias de Estados Unidos (EE.UU.), publicada en la se-rie “The History of Neuroscience in Autobiography” (Ed. Larry R. Squire, Academic Press, NY, 2000) y aquí narrado más directamente relacio-nado con nuestra historia nacional.

La influencia familiar profunda-mente hispánica y con fuertes raíces en la historia de España y de Argen-tina me inculcaron un acento histó-rico-patriótico, religioso y militar. En breve, los Cuellos de tradición gau-cha, llegan a la colonia del Río de la Plata en el 1500 (probablemente judíos escapados de la Inquisición).

Del lado materno desciendo de españoles “cristianos viejos”, lle-gados a Argentina a principios del 1900, poco después del fallecimien-to de mi bisabuelo, Baldomero Sa-garra, médico decorado por la Reina Regente de España, por su papel en la epidemia del cólera de fines del 1800. Mi abuelo materno, Augusto Sagarra, entre historias familiares, lecturas de poemas y cantando ex-tractos de Zarzuelas con su guitarra, en el muy español patio de Parque Centenario, me transmitió su orgu-llo de descender de los Álvarez de Cienfuegos y Plasencia, cuyo escu-do de armas luce en mi escritorio.

El primer Cienfuegos fue un tal García Quirós, quien, en el siglo XIV, batió a invasores árabes con 100 caballeros con antorchas y es-padas; por ello el Rey Don Pedro (“El Cruel”) de Asturias declaró que se llamaría “Cienfuegos”. Los Álva-rez de Cienfuegos me descubrieron y participé en 2011 a una celebra-ción en Granada con descendientes identificados del primer Cienfuegos, mayormente de Asturias, Madrid,

Granada, Sevilla y nosotros de Mon-treal. Reunión que tuviera una adhe-sión del Rey Juan Carlos, entonces Rey Borbónico de España, por ser una de las familias más antiguas del país.

Por el otro lado, mi abuelo pa-terno, Juan Argentino Cuello, hijo de un resero puntano, era un pro-gresista inspirado en el iluminismo francés-inglés. Un hombre muy ilus-trado que llegó a ser Gran Master y Grado 33 de la Logia Masónica de San Nicolás de los Arroyos. Era el jefe de Correos y Telégrafos de esa ciudad y un personaje influyente. Se casa con Delfina Freyre Basaldua, de una familia tradicional de San Nicolás y Santa Fe. Mi abuela, Del-fina Freyre Basaldua de Cuello, jun-to con su hermana Mercedes Freyre Basaldua de San Martín donaron, en 1947, a la ciudad de San Nicolás la mesa familiar en la que se firmó el primer acuerdo constitucional de la Confederación Argentina.

Los Cuello y los Freyre partici-paron en todos los conflictos que hicieron al país. Mi padre me llevó de pequeño a ver el mármol en el cementerio de San Nicolás, el cual recuerda a Pedro Cuello, fusilado por las tropas de Rosas. También me leyó los comentarios de la Campa-ña del Desierto y de la fundación de Guaminí por Marcelino Freyre. Estas tradiciones paternas y maternas tu-vieron mucha impresión en mí.

Mi padre era periodista, fundó diarios, fue Jefe de Redacción del diario La Razón en los años 30 y uno de los fundadores de la Academia de Periodismo. Mi madre aspiraba a ser médica pero mis abuelos ma-ternos no consideraban ello apro-piado para una dama. Mi madre fue maestra de escuela primaria, estudió psicología y terminó dirigiendo una escuela para niños con problemas de aprendizaje.

Mi infancia fue un cambio conti-nuo de escuelas y amigos; también alternando desde el privilegio a la estrechez económica. Vivimos suce-sivamente en Buenos Aires, Patago-nia (Comodoro Rivadavia), La Plata, Córdoba, La Paz (Bolivia) y Santa Fe, para regresar a Avellaneda luego de la desatrosa pérdida de la fortuna familiar en una apuesta empresarial en Bolivia. De las instituciones edu-cativas primarias, el colegio LaSalle de Córdoba tuvo en mí la mayor in-fluencia.

Los antecedentes y la “mitolo-gía” familiar no eran conducentes a una carrera científica. Me llevan, en cambio, a la fantasía infantil de una gloria militar. Para mis estudios secundarios ingreso al Liceo Militar “General San Martín” que entonces fuera una institución de primera lí-nea con profesores de nivel universi-tario y oficiales con los que se podía hablar de historia y literatura; una institución que generó dos presiden-tes democráticos. De varios miles de aspirantes, sólo 400 fuimos seleccio-nados luego de extensos exámenes. Nos incorporamos como cadetes a un régimen militar y de estudios intenso y competitivo. Al tercer año teníamos “status militari”; o sea éra-mos considerados como fuerza de combate y sujetos al código militar. De acuerdo con nuestros méritos académicos y militares teníamos un número que definía nuestro rango y posición en la camada. La selección continuaba cada año y sólo 100 lle-gamos a recibir el título de Bachiller y el grado de Subteniente de Reser-va. En ese ambiente tan inesperado descubrí las neurociencias y mi pa-sión por la investigacion científica.

En los dos últimos años del Liceo tuve tres profesores espectaculares: Jaime Greenberg de Lógica, Argeo Binda de Psicología y Carlos Tejero de Anatomía, quienes me inculca-ron los fundamentos del pensamien-

Page 51: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

49Mi inesperada aventura en las neurociencias, siguiendo la ruta menos transitada

to científico y las bases de la estruc-tura y función del sistema nervioso. El Liceo, entonces, tenía un carác-ter cultural no característico de una institución militar. Su director (Ge-neral Turulo) me permitió abrir una sala para escuchar música clásica y crear una revista de los cadetes del Liceo, Ariel, donde me permitieron publicar, entre otros, poemas de Pablo Neruda y Paul Elouard. Ariel ganó un concurso a la mejor revista estudiantil de América Latina. Termi-nado el secundario militarizado, no abandono la amistad y hermandad que se originó con mis compañeros de camada; con los cuales aún me reúno en almuerzos, cenas y viajes conjuntos. La gran mayoría de ellos eligió carreras civiles tradicionales en las cuales se destacaron. Por mi parte, a los dieciocho años, solo pensé en dedicarme al estudio del cerebro, con la idea de que toda nuestra existencia, comprensión del entorno y emociones son fundamen-talmente procesos neuronales y bio-químicos, y que no hay “más allá”. Sigo pensando lo mismo.

2. LOS PRIMEROS PASOS

Comencé medicina en la Univer-sidad de Buenos Aires (UBA), pero

perdí mucho tiempo en tratar de cambiar el mundo. Trabajé part-time como periodista, escribí cuentos y poemas, ayudé a refugiados de su-destadas, descubrí las villas miserias y participé en programas de Exten-sión Universitaria para ayudar a los más necesitados (siendo yo mismo bastante pobre). Entré en política estudiantil por la defensa de la en-señanza laica y la protección de las universidades estatales. Un año aca-démico perdido por mi reencuentro con la “caótica” vida civil.

Dada mi interrumpida vida uni-versitaria, decidí explorar Suramé-rica con una mochila buscando un encuentro conmigo mismo. Hice un viaje maravilloso por Chile, Perú y Bolivia con grandes experiencias y encuentros con artistas, intelectua-les, campesinos, industriales y mi-neros. Esto incluye un encuentro en Santiago de Chile con Violeta Parra y una invitación de Pablo Neruda para un encuentro en Isla Negra. Un año más tarde, como comprometido es-tudiante de medicina, viajé nueva-mente en aventura por Bolivia, Perú y Brasil con dos compañeros del se-cundario acampando en las ruinas de Machu Picchu (entonces no era destino turístico) y llegando a vivir

con indios ‘Chipibos” en medio de la selva Amazónica (Fig. 2).

Al regreso de mi primer viaje solitario y de búsqueda personal por Surámerica comprendí que mi inquietud existencial sólo se podía satisfacer en la escuela de medici-na. Eso hice, luego de que mi tutor, Humberto Tramezzani, me dijera: “Cuello, si quiere cambiar el mundo primero termine medicina”.

En la Facultad de Medicina des-cubrí la ciencia y la investigación científica. Las clases de De Rober-tis, temidas por mis compañeros, me fascinaron. Ellas daban el panorama de la naciente biología celular y mo-lecular. Luego de sacar la nota más alta en Histología tuve la fortuna de ser aceptado como ayudante ad ho-norem en la materia y más tarde, ser remunerado. Eduardo De Robertis fue mi mentor oficial de la beca de la UBA la cual aseguró el resto de mis estudios. En Medicina disfruté tanto la parte científica como la clí-nica. Al graduarme y ser llamado a la plataforma del Aula Magna veo a De Robertis quien se aproxima y me entrega el diploma universitario. Fue un momento inolvidable. (Fig. 3).

Figura 2. A la izquierda, Claudio “mochilero. Al centro, viviendo con indios Shipibos en la Amazonia peruana, frente a una típica choza lacustre y ( a la derecha) navegando por un rio tributario del Ucayali, remando al frente de una canoa primitiva, entre lagartos y pirañas.

Page 52: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 201950

Desde el segundo año de la ca-rrera hasta su final estuve en “la Cá-tedra de De Robertis”. Era el período de la primera aislación de vesículas sinápticas. En este tiempo, De Ro-bertis incorpora a Fernando Orio-li, proveniente del grupo de Fred Mettler (famoso neuroanatomista de EE.UU.). De Robertis le pide a Orioli que cree un curso moderno de neuroanatomía y sugiere que Da-vid Zambrano y yo generemos una colección histológica para comple-mentar la colección ya existente de Orioli de microscopía de cerebro humano, teñidos con la clásica téc-nica de Weigert. En el grupo funda-dor del nuevo curso de neuroanato-mía estaba también Guillermo Jaim-Etcheverry (futuro Rector de la UBA). Aprendimos y enseñamos neuroana-tomía humana a gran nivel, lo cual me ayudó más tarde para educar a estudiantes de Medicina en Oxford.

El ambiente intelectual en Histo-logia era riquísimo. Disfruté mucho la amistad con “Coco” Gerschenfeld (más tarde exiliado en Francia), las clases de Sabatini (más tarde direc-tor de Biología Celular de NYU), las intensas discusiones, lecturas y críti-cas de las últimas publicaciones en Cell, Nature y otras. Las instalacio-nes y equipos de laboratorio eran excelentes y comparables con el primer mundo. Amanda Pellegrino de Iraldi, recién regresada de Suecia del laboratorio de Carlsson, me ini-cia en microscopía electrónica y en la farmacología de catecolaminas. Investigo las vesículas densas de ter-minales adrenérgicos en la glándu-la pineal. Habiendo sido entrenado por Amanda me sentí “biznieto” de Ramón y Cajal, dado que su discí-pulo Pío del Río Hortega, a su vez, entrenara a Amanda en histopatolo-gía. La etapa formativa inicial con Amanda se interrumpió para iniciar

una aventura científica en la Antár-tida.

3. EL INTERLUDIO ANTÁRCTICO

Pienso que la glándula pineal, con un ritmo circadiano controlado por los ciclos de luz y obscuridad, podría tener un ritmo “circa-anual” en animales de altas latitudes, cu-yos ciclos de luz y obscuridad duran meses. Discuto la idea con Otto Sch-neider, biofísico alemán de geomag-netismo lunar y de auroras australes, entonces Director Científico del Instituto Antártico Argentino. Le in-teresa el problema y me ofrece una posición de científico en la cam-paña Antártica de 1966 en la base Almirante Brown, con laboratorios y reactivos prontos para estudios de histoquímica. La experiencia Antár-tica fue excepcional. La base Brown está ubicada en una roca en la her-mosa Bahía Paraíso entre montañas

Figura 3. Izquierda: recibiendo mi diploma de médico en el Aula Magna de la Facultad de Medicina de la UBA en manos de mi Tutor y modelo de científico, “el Maestro”, Don Eduardo Patricio DeRobertis. Derecha: años más tarde, fotografía suya dedicada en la ocasión de mi “autoexilio” con insertos de sus palabras y la imagen de la fascinante primera aislación de las vesículas sinápticas.

Page 53: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

51Mi inesperada aventura en las neurociencias, siguiendo la ruta menos transitada

(los Andes Antárticos) y rodeada por dos glaciares. La base fue organiza-da con sólo doce miembros. El com-ponente científico estaba integrado por su director, el geólogo César Lisignoli, un médico-fisiólogo, Jorge Bernaldez, un bioquímico, un me-teorólogo, un miembro del British Antarctic Survey: el escocés Graham Wilson y yo (Fig. 4).

El resto era personal de apoyo y todos dedicados con gran entusias-mo por la campaña. Trabajé en la histoquímica de la glándula pineal de la foca de Weddell durante ese año, leí abundante literatura funda-mental, escuché mucha música clá-sica, aprendí a esquiar con un film instructivo y jugué al bridge todas las noches. Aprendí a navegar con un pequeño velero por la hermosa ba-hía… a veces rompiendo hielos con

un pico, acostado sobre la proa. Ten-go el magnífico recuerdo de haber buceado bajo témpanos de hielo. Hablaba por radio con Martha, mi futura esposa, una vez por semana. Le escribí muchísimas cartas (que aún ella guarda en su mesa de luz). Por las noches subía, a menudo, a la montaña para ver las estrellas y “escuchar” el silencio impoluto del Antártico, solo interrumpido por el crujido de los glaciares.

4. REgRESO A BUENOS AIRES

Al regreso a Buenos Aires, mi amigo y colega antárctico Graeme Wilson, vestido con su kilt escosés da una serenata a Martha, quien es-cucha y ve la escena (desorientada) desde su balcón de la calle Pasteur. Me caso con Martha Kacs, mi com-pañera de siempre, quien cambia y

enriquece mi vida. Ingreso al Insti-tuto de Neurobiología (IdeN) bajo la dirección de Juan H. Tramezzani que, cuando yo era estudiante uni-versitario, me dio muchos de sus libros de medicina. El laboratorio funcionaba en el mismo edificio del Instituto de Biología y Medicina Experimental (IByME), liderado por Houssay y del laboratorio de la Fun-dación Campomar cuyo “Dire” era Leloir. En esa época nace nuestra primera hija, Paula, experiencia que transformó nuestra filosofía de vida.

Conozco allí y hablo a menudo con “Don Bernardo”, quien me so-lía invitar a su despacho a tomar un café en sus intervalos de trabajo de laboratorio. Ello provocaba en mí aprensión y deleite en igual medi-da. Establecí contacto con Federico Leloir y con sus colegas, intensos y

Figura 4. Vista general de la base científica “Almirante Brown” dependiente del Instituto Antártico Argentino, loca-lizada sobre una gran formación rocosa en la Península antártica. Hacia la derecha se ve el estrecho Lemaire y al fondo la isla Amberes. A la izquierda, en el invierno de 1966, Dr. Graeme Wilson (miembro del “British Antarctic Survey”) cantando temas folclóricos argentinos mientras yo observo preparaciones histoquímicas en el microsco-pio. Ambos “barbados.” Abajo, unas de mis caminatas “filosóficas” al tope de la montaña a finales de la Campaña Antárctica. Febrero de 1967.

Page 54: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 201952

ambiciosos científicos. De las mu-chas máximas de ambos, a menudo recuerdo de Don Bernardo: “si quie-re lograr algo importante aspire a lo máximo posible, si aspira a algo me-nor el resultado será mediocre” y de Leloir, en respuesta a mis “ansieda-des cientifícas” fue: “Mire Cuello, en la investigación científica el secreto reside en encontrar la punta del hilo y cuando la encuentra tirar de ella hasta que surja el descubrimiento”. Otras máximas de Don Bernardo se-rían “políticamente incorrectas” al presente.

Desde el IdeN, describo la pineal de la foca Antárctica de Weddell y su ciclo histoquímico circa-anual. Esto fue publicado en una revista de endocrinología comparada y la his-toria fue suficiente para ser invitado a una reunión de Biología Antárctica en el “Scott Polar Research Institute” en Cambridge, Inglaterra. Me en-contre allí con Leslie Iversen, quien recién regresaba del NIH. La visita a Cambridge me sacudió. Al regreso le

comento a Martha: “No sé cuándo ni cómo, pero sueño con trabajar en Cambridge”.

Durante mi período en el IdeN escribí con Daniel Cardinali (Da-niel hoy autoridad internacional en pineal y melatonina) un artículo en la revista Endocrinology sobre el control de la función testicular por la glándula pineal de las aves. Me interesaba la Neuroendocrinología, hormonas, neurotransmisores y ca-tecolaminas en particular.

Mi trabajo sobre la foca de Weddell no fue olvidado por los zoólogos. Años más tarde, mi estu-diante de Oxford, John Priestley me comenta riendo sobre el absurdo: “Anoche cené con un zoólogo, al cual le conté que trabajaba contigo. Me preguntó si eras el experto en focas antárticas: ¡Qué locura!, ¡Qué confusión!”. Sin responder, le mos-tré el libro Seals of the World de J.S King, que dedica un par de páginas a mis primeros estudios antárticos.

Aspiro a estudiar con William Ganong en la Universidad de Ca-lifornia, en San Francisco (UCSF). Envío simultáneamente solicitudes de becas externas al CONICET y al programa Fogarty del NIH (EE.UU.). Me entero que resulté quinto en el ranking argentino para la beca del NIH, acepto entonces la beca del CONICET y vuelo a San Francisco con Martha y nuestra hija Paula, de meses.

5. ESCUELA DE MEDICINA DE LA UNIVERSIDAD DE CALIFOR-NIA EN SAN FRANCISCO (UCSF)

William Francis Ganong (“Fran”), quien era el autor del texto de Fisio-logía Médica que educó a generacio-nes de médicos americanos, y su es-posa Ruth nos recibió con los brazos abiertos. Al poco tiempo de arribar a UCSF me comunican que el comité del NIH de EE.UU. modificó el ran-king y yo resulté el primer candida-to. Me otorgaron la prestigiosa beca postdoctoral del Programa Fogarty.

Figura 5. El laboratorio en Oxford: arriba a la izquierda el histórico lab de Hugh Blaschko en Farmacología y a la distancia, las ventanas de mi laboratorio en Human Anatomy. Ambos edificios no existentes al presente. A la derecha, despedida de Fran Ganong cuando completa su visita sabática en Oxford con algunos miembros del grupo. En sus manos una foto similar con dedicatorias del grupo. Abajo, Martha y yo regresando de un típico tea con frutillas celebrando el fin del año académico. Foto espontánea, con un café en mano, discutiendo en nuestros “Monday-morning-meetings”. Tradición que perdura en McGill.

Page 55: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

53Mi inesperada aventura en las neurociencias, siguiendo la ruta menos transitada

Ganong tenía un gran respeto por la ciencia argentina y admiraba superlativamente a Bernardo Hous-say. “Fran” me propone que investi-gue la contribución de la noradrena-lina del hipocampo en el control de la liberación de ACTH. Me otorgan recursos extraordinarios: un espa-cio en Fisiología, un laboratorio en Bioquímica para determinar cateco-laminas por fluorometría y otro en Anatomía para mis estudios de mi-croscopía electrónica.

Mi laboratorio en Anatomía era el de Jack De Groot, distingui-do neuroanatomista holandés, en-tonces director del Departamento, quien produjo uno de los primeros atlas del sistema nervioso central (SNC) de la rata.

En San Francisco nace Karina, nuestra segunda hija, con la conse-cuente conmoción familiar. Aparte de la exitosa colaboración con mi director de beca, Fran, Ruth, Martha y yo desarrollamos una amistad que duro décadas, incluyendo visitas a Cambridge, luego a Oxford y nues-tras a San Francisco hospedados en nuestras casas respectivas. Más tar-de, Fran fue “mi discípulo” por unos meses en Oxford en uno de sus sa-báticos (Fig. 5).

En San Francisco aparecen mis primeras publicaciones y presen-taciones en congresos sobre un rol de noradrenalina en el control de ACTH y de la existencia de una pro-yección noradrenérgica penetrando el hipotálamo medial y terminando en la eminencia media. Como tal, noradrenalina participando en el control de la hipófisis (Cuello et al 1974). En un congreso de la Socie-ded de Neurociencias en Chicago, me encuentro con Leslie Iversen, quien me ofrece la posibilidad de una segunda estancia postdoctoral en Cambridge, en su flamante Unit of Neucrochemical Pharmacology

(NCPU) del Medical Research Cou-ncil (MRC).

Dejamos la hermosa ciudad de San Francisco, el UCSF Medi-cal Center y grandes amigos, entre ellos: los Ganongs, Bogomolnis y los Bulkaczs. Cruzamos todo EE.UU., de oeste a este, dando seminarios en el camino incluyendo en el labora-torio de Andrew Schally en New Or-leans. También visitamos sitios her-mosos y algunos muy desconocidos en la época, tales como reservas in-dígenas y Mesa Verde en Colorado. Llegamos a Canadá invitados por Henry Shizgal, cirujano exitoso de McGill e investigador postdoctoral contemporáneo nuestro en UCSF. Durante la visita Martha me comen-ta: “Ésta es una ciudad en la cual po-dría vivir”. Se hizo cierto años más tarde. Martha, Paula, bebé Karina y yo volamos a Londres.

6. CAMBRIDgE - PRIMERA FASE

La familia Cuello llega en tren a Cambridge, con la beca del CONI-CET (no usada en UCSF). En la esta-ción nos esperaban Sue y Les Iver-sen. Habían ya alquilado para noso-tros un departamento en Clare Co-llege. Mi inmersión en el laboratorio de Iversen fue rápida. La unidad funcionaba en el Departamento de Farmacología de la Universidad de Cambridge, pegado al edificio del MRC Laboratory of Molecular Biolo-gy (LMB), el cual tenía al menos “un premio Nobel por piso”. Le digo a Les que quisiera investigar la inerva-ción noradrenérgica en el hipotála-mo. Me dice, al llegar, que primero debo desarrollar un método radioen-zimático para medir catecolaminas con gran sensibilidad, usando la enzima catechol O-metil-transferasa (COMT). Protesto: “Les, yo no soy bioquímico” a lo cual me responde: “Para mí alguien que ha podido me-dir catecolaminas con fluorescencia es por definición un bioquímico”.

Vuelvo a contestar: “Pero jamás aislé una enzima”. Leslie, calma-mente, responde: “Claudio, como Julius Axelrod me dijera a mí en el NIH, lo único que se necesita para trabajar con enzimas es mantenerlas en frío”. No discuto más, guíado por Les me enseño a mí mismo purifica-ción de enzimas, cómo trabajar con radioisótopos y desarrollar nuevos sistemas de cromatografías. En poco tiempo tenemos la primera técnica radioenzimática capaz de detectar catecolaminas a nivel picomolar (Cuello et al 1973).

En mi segunda experiencia postdoctoral, esta nueva técnica me permitió investigar la neurofarma-cología de las terminaciones nora-drenérgicas en la minúscula emi-nencia media de la rata, rompiendo barreras tecnológicas de la época. Un estudio entonces de avanza-da que fue mi primera publicación en la revista Nature (Cuello et al 1973). Cambridge fue un paraíso. En once meses resultaron cinco pu-blicaciones, grandes amistades con los Milstein y los Lew, entre otros. Luego de un “tour” europeo, en un Austin 1100 que se caía a pedazos, la familia Cuello vuelve a Argentina desde Génova en el barco Cristoforo Colombus.

7. BREVE RETORNO A ARgENTINA

Regresamos con aprensión. Cambridge nos había seducido. La situación en Argentina era incier-ta. Le comunico a Tramezzani que aceptaba una invitación de David Zambrano para tomar una posición de Profesor Asistente en el nue-vo Departamento de Histología en Farmacia y Bioquímica (FyB) de la UBA. Tramezzani, con quien tuve diferencias de la visión de la cien-cia y del país, no tomó muy bien mi decisión.

Page 56: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 201954

La experiencia en Argentina fue corta (finales del ´73 a inicios del ´75) y muy extraña. Pude establecer en FyB las técnicas desarrolladas en EE.UU. e Inglaterra, gracias al apoyo de Salomón Langer y de De Robertis quienes me permitieron libre acceso a las facilidades de sus Institutos.

Mi permanencia en Argenti-na sólo duró el año académico de 1974. No obtuve subsidios del CO-NICET. El ambiente político dentro y fuera de la universidad era intoleran-te y “tóxico”. No había mucho in-terés por desarrollar la investigación científica. Estaba frustrado y desea-ba emigrar. Logré llegar al entonces vicepresidente de la República, So-lano Lima, amigo de la familia, para expresar mi desilusión de no poder organizar un laboratorio propio por falta de recursos. Me puso en con-tacto con Julio Olivera, entonces Secretario de Ciencia y Tecnología. El encuentro con Julio Olivera fue muy estimulante. Era un verdadero “renacentista”. Alguien quien co-nocía literatura clásica Greco-Ro-

mana, tanto como contemporánea. Un economista académico con una clara idea del papel de las ciencias en las sociedades modernas. Olivera tenía un pasado en Cambridge y en-tendía mi predicamento. En nuestro encuentro me dice: “No puedo per-mitir que un científico que tenga un apellido tan argentino como Cuello, entrenado en Cambridge y con una publicación en Nature abandone el país”. Promete buscar soluciones a mi situación y, a la vez, me pre-gunta si quiero pertenecer a su gru-po de asesores, a lo cual respondo positivamente. Ninguno de sus ase-sores aceptamos un nombramiento oficial. Soñábamos con facilitar un sistema de meritocracia con mo-vilidad personal-científico a través del país. La relación con Olivera y sus proyectos de desarrollo de las ciencias nacionales dura poco. Un médico de extrema derecha, Oscar Ivanissevic, es nombrado Ministro de Educación. Olivera me llama por teléfono y me dice: “Cuello queda li-bre de tomar la decisión de emigrar, yo enviaré mi renuncia esta tarde”.

Poco después, una bomba mata al bebé del Rector Interino de la UBA, Raúl Laguzzi. Quedo cesante junto con muchos distinguidos colegas, incluyendo a Federico Leloir.

En suma, era una situación impo-sible con mesianismos políticos de toda índole. No era realista empezar un laboratorio. Yo era sospechado de pertenecer a la extrema derecha por la izquierda militante y “cripto-comunis-ta” por los derechistas, mientras que yo sólo pertenecía a la ciencia. A pe-sar de mi neutralidad política fui ad-vertido que estaba en la lista negra de la llamada “triple A”, dado que Lopez Rega había tomado como un ataque personal mi crítica a la “medicina má-gica”, en una entrevista para el diario Mayoría que me hiciera Horacio Sa-las, un viejo amigo quien fuera más tarde, en democracia, Secretario de Cultura de Buenos Aires y luego di-rector de la Biblioteca Nacional. No tengo apoyo para la investigación y mi vida y la de la familia peligra. No hay futuro en Argentina.

Figura 6. La época de Cambridge, de izquierda a derecha: “punting” en el río Cam con el director de la Unidad del MRC, Les Iversen, y pasado director de beca en UCSF, “Fran Ganong”. Toma espontánea discutiendo ciencia con Les. Izquierda arriba con mi grupo inicial de Cambridge: Marina del Fiacco, Erica Jaffe, Sven Tagerud y mi asis-tente de laboratorio “Angie”. Abajo la graduación de Sven con un “First degree” de Cambridge. Sven es presente-mente “Full Professor” en el Departamento de Química y Ciencias Biológicas de la Universidad Linneus de Suecia.

Page 57: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

55Mi inesperada aventura en las neurociencias, siguiendo la ruta menos transitada

Escribo a muchas instituciones internacionales buscando oportuni-dades. Recibo respuestas de apoyo y cuatro ofertas concretas. Floyd Bloom (luego editor de Science) me invita a su nuevo Laboratorio del Instituto Salk, en la La Jolla. “Fran” Ganong me envía un telegrama ofre-ciendo apoyo económico inmediato para emigrar; Geoffrey Burnstock, una invitación a la Universidad de Londres; y mi anterior Director de Beca del CONICET, Leslie Iversen, una invitación a incorporarme como Scientific Staff del MRC de Inglate-rra. No dudo, vendemos nuestro muy anhelado semipiso en Peña y Ayacucho. Pido licencia al CONI-CET y volamos a Inglaterra en marzo de 1975. Estando ya en Cambridge, en abril de 1976, el gobierno militar me despide por decreto de la Carre-ra de Investigador del CONICET. No lo pude creer. ¿Estaba organizando una subversión desde Cambridge? Si era así yo no lo sabía. No hay retor-no.

8. CAMBRIDgE: SEgUNDA FASE Y EL DESPEgUE CIENTÍFICO

Fue fácil reintegrarme a Cam-bridge y comenzar como investiga-dor independiente del MRC NCPU dirigido por la inspiradora figura de Les Iversen. La densidad intelectual y riqueza científica del conjunto MRC LMB y MRC NCPU era excep-cional. Participé tanto en la vida de la universidad, en mi unidad como en el LMB. Con el tiempo, el NCPU se convirtió en la actual División de Neurobiología del LMB. Mi labora-torio era pequeño, vecino al de Les, con quien interactuaba casi a diario (Fig. 6). Estaba en la ciudad de gran-des pensadores científicos del pasa-do y del presente. Se podía charlar de igual a igual con gigantes de las ciencias. O sea, estaba en un paraí-so científico en donde en los fines de semana se podía hacer picnics sobre el césped, asados con César

(Milstein) o “punting” sobre el río Cam (Fig. 6).

En el NCPU desarrollamos técni-cas de almacenamiento y liberación de neurotransmisores ex vivo, perfe-cionamos métodos de microdisec-cíon del SNC, di los primeros pasos en immunohistologia, investigamos nuevos péptidos con funciones neu-romodulatorias del SNC y periferia, y comencé mi colaboración con Ce-sar Milstein.

Mi primer estudiante de tesis fue Erica Jaffe, proveniente de Vene-zuela, con una tradición científica familiar que se remontaba a su tío abuelo, Otto Meyerhoff, descubri-dor de la glicólisis y la respiración celular. El director de Farmacología de Cambridge, Gustav Born (hijo de Max Born, Premio Nobel, pionero de la física cuántica) le aconsejó a Érica que eligiera mi laboratorio. Érica empezó su tesis en Cambrid-ge y la completó en Oxford demos-trando la liberación de GABA de las clásicas sinapsis dendro-dendriticas del bulbo olfatorio (Jaffe and Cuello 1981), trabajo posible gracias a las técnicas de microdisection de áreas anatómicamente definidas del SNC (Cuello 1983) y de las técnicas de almacenamiento y liberación de neurotransmisores desarrolladas en el NCPU de Cambridge.

En el NCPU hicimos un estudio pionero en el cual demostramos por vez primera que dendritas además de las sinapsis clásicas también libe-ran neurotransmisores: liberacion de dopamina por dendritas de la subs-tancia nigra, pars compacta. Trabajo desarrollado en mi flamante labora-torio del NCPU con la visita sabática de Laurie Geffen y con Tom Jessell, entonces un brillante estudiante de Les Iversen (Geffen et al 1976). Esta publicación en Nature abrió nuevas vistas de la fisiología y farmacología neuronal. Con Laurie Geffen tam-

bién ensayé los primeros pasos en immunohistoquímica, una técnica todavía en su infancia, la cual hizo crecer mi interés sobre immunolo-gía. En mi período de Cambridge y Oxford elaboré nuevas ideas sobre formas no convencionales de libera-ción de transmisores (Cuello 1982, Cuello 1983).

La visita al NCPU de Masanori Otsuka de la Universidad de Tokyo y sus trabajos pioneros en péptidos neuroactivos despertó en la unidad gran interés en investigar la no-exis-tente neurobiología de la Substancia P (SP), y más tarde de las encefali-nas (EK); estas últimas recién des-cubiertas por Hans Kosterlitzt y su estudiante John Hughes. Kosterliitzt, parte de la generación brillante de judíos alemanes emigrados al Rei-no Unido, era de una personalidad seductora, quien me trató como un igual y me introdujo, en su casa de Aberdeen, muy didácticamente al “single malt whisky”.

Ichiro Kanazawa, futuro Jefe de Neurología de la Universidad de Tokyo y médico personal del Em-perador, era un nuevo investigador postdoctoral del NCPU. Ichiro de-sarrolló un excelente anticuerpo po-lyclonal contra la SP, una molécula entonces recién identificada como undecapéptido por Susan Leeman (Harvard). SP fue descubierta en Cambridgeshire (en Brabaham) como un “factor P” proveniente de nervios sensoriales por Gaddum, en cuyo laboratorio trabajó Celia Milstein. Con Ichiro y Les Iversen demostramos la presencia de SP en la fracción subcelular sináptica, si-guiendo la tradición "DeRobertiana" de aislar vesículas sinápticas por fraccionamiento subcelular (Cuello et al 1977).

Con Ichiro también demostramos el circuito striato-nigral de neuronas conteniendo SP y publicamos el pri-

Page 58: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 201956

mer atlas neuroanatómico de los sis-temas neuronales y fibras immuno-reactivas conteniencdo SP en el SNC (Cuello and Kanazawa 1978).

Con la llegada de George Paxi-nos y Piers Emson nos embarcamos en una serie de estudios para definir los circuitos neuronales expresando SP ello facilitado por el conjunto de técnicas disponibles y la extraordi-naria habilidad de George Paxinos (graduado en McGill) para inte-rrumpir proyecciones axonales con increíble precisión stereotáxica. Así generamos la primera evidencia que las neuronas expresando EK no esta-ban limitadas a circuitos locales sino que también estaban involucradas en proyecciones striato-pallidales (Cuello and Paxinos 1978). George, con formación de psicólogo experi-mental, se convirtió en el más exi-toso neuroanatomista del mundo. Años más tarde me dedica uno de sus atlas estereotáxicos con estas palabras: “To my favorite neuros-cientist Claudio Cuello. Cajal would have been proud of your work. With affection and admiration, George Paxinos”.

La experiencia de aplicar anti-cuerpos para localizar moléculas previamente desconocidas en el cerebro y la creciente amistad con César Milstein aumentó aún más mi interés en inmunología como instrumento para definir la química del SNC. Tomo en consecuencia un curso teórico- práctico avanzado de Inmunología en la Universidad de Londres, con el Profesor Ivan Roitt (autor del clásico libro de “Inmuno-logía: Fundamentos”). Curso exce-lente en el cual aprendimos bases teóricas y prácticas de las técnicas inmunológicas del momento. Pude entonces tener un lenguaje en co-mún con César Milstein.

César estuvo de acuerdo conmi-go en que los métodos inmunoló-

gicos abrirían puertas en la neuro-ciencia. César y su post-doc George Kohler habían resuelto un problema -la “piedra filosofal”- de la inmuno-logía: crear hibridomas de mielomas con linfocitos hiperimmunes (codifi-cando una immuglobina específica a un solo epítope), resultando en la primera generación de anticuer-pos monoclonales de vida infinita y perpetualmente expresando un anti-cuerpo con la misma especificidad. Le pregunté a Les si tendría alguna objeción en mi colaboración con César a lo cual respondió que nin-guna, agregando: “Claudio, lo que hacen los anticuerpos monoclonales lo pueden hacer los conejos”. Les, quien fue y sigue siendo mi mode-lo a seguir, con toda su genialidad y claridad de pensamiento se equi-vocó, sólo en esa ocasión. También se equivocó el NRDC (National Re-search Development Corporation) de Inglaterra declinando la protec-ción intelectual de la tecnología en una carta firmada en octubre de 1976, de la cual guardo una copia. Tecnología que pudo haber gene-rado billones de libras esterlinas al MRC y al país en general. Episodio que me recuerda la visión de Leloir quien en una reunión en los institu-tos de Obligado hizo una apología a la transferencia científica como una posible ambición nacional. Dio como modelo el triángulo de Cha-pel Hill-Durhan-Raleigh de EE.UU. No pudo haber estado más correc-to. La historia presente lo confirma: las sociedades más prósperas son las que retienen y utilizan su propiedad intelectual.

El NCPU estaba adyacente al MRC LMB y al Hospital Adden-brooks. Nuestra primera casa en Inglaterra estaba a metros del labo-ratorio y de la casa de los Milstein. La circulación entre los Cuellos y los Milstein era intensa: charlas de laboratorio, discusiones científicas y filosóficas, libros, reuniones fami-

liares, caminatas, asados históricos y cenas con César o Martha como “chefs” y teatro en Londres y en Cambridge. Nuestra raíz argentina ayudaba. Por encima de todo, nos unía nuestra compartida pasión por la ciencia. De nuestra colaboración nace el primer anticuerpo monoclo-nal de aplicación en neurociencia: el anticuerpo dirigido a la identifica-ción de la SP, nacido en Cambridge y completado en Oxford (Cuello et al 1979).

En Cambridge nos hicimos muy amigos de Marthe Vogt, científica pionera de la neuroquímica, a quien enseñé a microdisecar la substancia nigra en cortes de tejido fresco. Sus padres, Oskar y Cecilia Vogt hicie-ron contribuciones importantes a la neuropatología. En su instituto de la Selva Negra protegían a científi-cos judíos como Jerzy Olszewski. A pesar de ello, los Vogt fueron to-lerados por Hitler y protegidos por la famosa familia Krupp. Olszweski, al terminar la segunda guerra, se in-corporó a McGill produciendo con Donald Baxter el atlas más autorita-tivo de la citoarquitectura del tronco encefálico humano. Con las vueltas de la vida, el Instituto Neurológico de McGill me invita a dar unas de las “Conferencias Olszewski”. Otra conexión con el legado de los Vogts ha sido estudiar material de su ban-co de cerebros, en el cual estuvo el cerebro de Lenin. Esto, a pedido de Jurgen Mai y mi entonces Rhodes Scholar en Oxfod, Erik Pioro, con quien establecimos las áreas y cir-cuitos neuronales immunoreactivos a SP en el SNC humano (Pioro et al 1990). Erik, mi estudiante de docto-rado y Rhodes Scholar en Oxford y luego postdoc en mi laboratorio de McGill, es hoy el director de la Clí-nica de Esclerosis Lateral Amiotrófi-ca de Cleveland, EE.UU.

La vida en Cambridge era per-fecta. Martha y nuestras hijas Pau-

Page 59: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

57Mi inesperada aventura en las neurociencias, siguiendo la ruta menos transitada

la y Karina estaban muy contentas. Queríamos quedarnos en Cambrid-ge por el resto de nuestras vidas; hasta que colegas de la Universidad de Oxford me insisten que debo aplicar a un nuevo cargo a crearse conjuntamente en los Departamen-tos de Farmacología y de Anatomía Humana (como se llamara enton-ces). Martha y nuestras hijas estaban muy contentas en Cambridge. Traté de asegurarles que no había muchas posibilidades para mi candidatura. Yo también tenía mucha aprensión, pensando en que tendría que ense-ñar a “la crème de la crème” de la juventud inglesa con mi fuerte acen-to latinoamericano.

9. OXFORD

Para mi sorpresa, fui elegido para ocupar el cargo “fundador” de Lec-turer in Neuropharmacology and

Neuroanatomy, posición equivalen-te a la de Profesor Asistente y luego, 5 años de Asociado. El proceso de selección fue complicado e inten-so. Hubo cerca de cien candidatos y cinco fueron seleccionados: un sueco, tres británicos y un “bloody Argentinean”. El jurado estaba com-puesto por líderes de medicina de Oxford. En un momento, el jurado me dice que están inclinados por invitarme a tomar el cargo, pero te-men que regrese a Argentina luego de que la universidad invierta en re-cursos y equipos para mi futura acti-vidad en Oxford. Tuve que confesar que no había un futuro para mí en la Argentina de entonces.

Se espera que todo académico de Oxford pertenezca a un College, los cuales son históricamente las entidades “madres” de la universi-dad. La admisión de estudiantes a

Oxford y a Cambridge es a través de los colleges. La educación es dual: curriculum formal en la universidad y tutorial en los colleges. Acepté el cargo universitario pero rechacé la invitación de”Fellowship” a un pres-tigioso college que esperaba que diera excesivas horas semanales de “tutoriales”. Fue el primer rechazo a un Fellowship en ese College en 500 años. La universidad me espe-ró hasta que surgiera otra posición. Se abrió el cargo de “E. P. Abraham” Senior Research Fellow and Tutor in Medicine” en Lincoln College, el cual obtuve; desarrollando luego una amistad con Sir Edward Abra-ham, quien aislara cefalosporina y donara los fondos para mi posición en College. El College, fundado en 1427 por el Obispo de Lincoln, te-nía una gran tradición en Medici-na, incluyendo al Premio Nobel Sir Howard Florey. Tuve una rápida inte-

Figura 7. Izquierda vista del Hall Principal del College con retratos de pasados miembros lustres, incluyendo Mark Pattison, quien tuvo gran influencia en la modernización de la Universidad de Oxford. La bien preservada estruc-tura de madera soportando el techo es uno de los mejores ejemplos que se preservan de arquitectura medieval en Oxford. A la derecha, la exquisita biblioteca del Lincoln resultado de la deconsecración de la Iglesia de “All Saints” de Oxford. Contiene un largo número de magníficos “incunables” de Medicina y de Teología.

Page 60: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 201958

gración al magnífico Lincoln College (Fig. 7) con prestigiosos miembros investigadores en medicina y otras disciplinas. Fui muy feliz allí y aún que me comunico con mis pasados “Lincoln medics”, quienes hoy ocu-pan prestigiosas posiciones clínicas, entre ellos Gideon Lack que muy re-cientemente ha resuelto el problema pediátrico de alergia al maní.

Oxford y Cambridge tienen cul-turas y reglas no escritas, y aunque sutiles, muy diferentes e igualmen-te importantes. Nos adaptamos rá-pidamente. Heredé el laboratorio de Hugh Blaschko, exiliado de la Alemania nazi y padre de la sínte-sis de catecolaminas. Hugh, antes de incorporarme a Oxford, me dijo en una recepción en Trinity College (Cambridge): “Claudio, los privile-gios que tendrás no eran accesibles a mi generación”. Muy cierto, aún en-tonces sólo había (que yo recuerde) dos latinoamericanos “Lecturers” en Oxford: Simon Altman en Física y yo en Farmacología, ambos argentinos. Luego otro argentino se incorpora a unidad de Patología de Oxford: Francisco “Tito” Baralle, gran ami-go de siempre, discípulo de George Brownlee, co-descubridor con César del “signal peptide”. Hugh y su es-posa nos apoyaron muchísimo y nos presentaron a Hans Krebs, del famo-so ciclo de Krebs. El departamento de Farmacología era dirigido por Sir William Paton, descubridor de los “bloqueadores ganglionares”.

La universidad compró el equipo necesario y tuve éxito inmediato en lograr subsidios del MRC y del We-llcome Trust. Había acceso a exce-lentes estudiantes y técnicos. Érica Jaffé (quien llegó a ser la Directora de Neuroquímica del Instituto Ve-nezolano de Investigaciones Cien-tíficas -IVIC- en Venezuela), Marina Del Fiacco (quien llegó a ser jefa del Departamento de Anatomía en Ca-gliari, Italia) y Adriana Consolazione

(graduada del Instituto Mario Negri de Milán) me acompañaron en el cambio de universidad y laborato-rios.

Al laboratorio se incorpora más tarde John V. Priestley quien venía de la industria farmacéutica, luego que fuera estudiante de licenciatu-ra en mi laboratorio de Cambrid-ge. John, estaba oscilando entre la ciencia y el clero. Ganó la ciencia. Culminó su carrera como director de Cell Biology de Queen’s Mary en la Universidad de Londres. Con John publicamos una serie de estudios

sobre neuropéptidos en vías senso-riales nociceptivas, incluyendo tra-bajos con Peter Somogyi. Peter lle-gó a ser el brillante Director de una nueva unidad del MRC en Oxford y en su biografía, por el 2011, “Brain Prize”; Peter reconoce mi influencia en sus primeros pasos.

Nuestra colaboración con César Milstein continúa en Oxford y lue-go en McGill. Aparte de las primeras demostraciones de la utilidad de an-ticuerpos monoclonales (Mabs) en immunohistoquímica y radio-immu-noensayo, más tarde demostramos

Figura 8. Una noche inolvidable. La celebración del Nobel de César con una gran cena y baile Salón Azul del Ayuntamiento de Estocolmo. En el sentido del reloj brindando por César con Champagne; César y su orgullo-so padre, César bailando con Celia y bajando las escaleras del brazo de la reina de Suecia. Estocolmo, 1984

Page 61: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

59Mi inesperada aventura en las neurociencias, siguiendo la ruta menos transitada

que los Mabs se pueden convertir en agentes radioactivos de investiga-ción como moléculas, incorporan-do aminoácidos marcados durante su biosíntesis (Cuello et al 1982). El logro mayor de nuestra colabo-ración es el desarrollo de la técnica de hibridomas híbridos resultando en la generación de Mabs con do-ble especificidad, o sea anticuerpos monoclonales que poseen dos sitios diferentes de unión de antígeno-an-ticuerpo a los cuales denominamos “anticuerpos bi-específicos” (Mils-tein y Cuello 1983). La publicación produjo mucho interés y Immuno-logy Today nos solicitó una revisión sobre el nuevo concepto en 1984 y Methods in Enzymology, un capítulo metodológico en 1986. El concepto de “anticuerpos bi-específicos” que-dó firme en la literatura científica y al presente, con diferentes estrate-gias, los anticuerpos bi-específicos

son investigados para la terapéutica de cáncer. Mi experiencia en desa-rrollar métodos en Immunohisto-química hoy usados en todas partes fueron detallados en dos volumes que editara en 1983 y 1993 (Cuello 1983, Cuello 1993).

La colaboración e intensa amis-tad con Cesar duró por siempre. Nuestras charlas y caminatas en nuestras visitas a Cambridge dura-ban bien pasada la medianoche para preocupación de Celia y Martha, y el placer de “Garufa”, el último pe-rro de los Milstein. Nuestra colabo-ración en el nacimiento de la tecno-logía de hibridomas fue reconocida recientemente por Lara Marks en su libro The Lock and Key of Medicine (Marks 2017).

Los recuerdos personales con César son aún más profundos. Tuve

el privilegio de ser invitado a la cere-monia de su Premio Nobel en Esto-colmo (Fig. 8), ocasión en la cual Cé-sar mencionó nuestra colaboración en su discurso de aceptación. Con César y Celia celebramos la vida de muchas maneras, incluyendo vaca-ciones en el Caribe, los casamientos de nuestras hijas y navegando juntos en veleros por islas griegas y la Cos-ta Dálmata (Fig. 9). Mi mejor regalo ha sido que en una entrevista filma-da expresó que yo era la persona en quien él más confiaba, era mutuo.

En Oxford, Érica termina su Tesis de Cambridge; con Marina Del Fiac-co en 1980 demostramos que las fibras periféricas immunoreactivas a SP pertenecen a procesos sensoria-les periféricos: de estructura axonal pero “dendríticos” en su naturaleza. Con un estudiante postdoctoral de Canadá, Rejean Couture, hoy Pro-

Figura 9. César, monoclonales y yo. Desde la derecha arriba, en la dirección de las agujas del reloj: César al asador en su jardín de Cambridge, al lado César señalando a Claudio el camino a los anticuerpos monoclonales. Abajo derecha “la trágica e histórica” despedida del viejo asador metálico herrumbrado foco de épicos asados. A la izquierda, celebrando nuestros primeros monoclonales navegando con un velero en la costa Dálmata con Celia y Martha. El “inset” representa garabatos tempranos describiendo el protocolo de los nacientes hibridomas.

Page 62: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 201960

fesor en la Universidad de Montreal, demostramos in vivo la liberación “dendrítica-antidrómica” de SP de terminales sensoriales y el bloqueo de la clásica vasodilatación antidró-mica con los primeros antagonistas de SP (Couture and Cuello 1984); y con Margaret Matthews, la primera demonstración de la existencia de sinapsis sensoriales immunoreacti-vas a SP sobre neuronas de ganglios simpáticos (Matthews and Cuello, 1982).

Michael Sofroniew ingresa a nuestro grupo en Oxford. Desarro-llamos una serie significante de tra-bajos sobre la organización del sis-tema colinérgico cerebral. Demos-tramos la degeneración retrógrada de las neuronas del nucleus basalis luego de infartos corticales y efectos reparativos de gangliósidos. Publi-camos una revisión sobre el sistema colinérgico proponiendo que en la enfermedad de Alzheimer (EA), la atrofia de las neuronas colinérgicas del cerebro basal anterior, no es causativo de la patología (como pro-puesto en la “hipótesis colinérgica”) sino consecuencia de lesiones pri-

marias en la corteza cerebral (Cue-llo and Sofroniew 1984). Con Sofro-niew, Priestley y Consolazione des-cubrimos una vía colinérgica ponto-talámica, la cual hoy es importante en la patología de la enfermedad de Parkinson (Sofroniew et al 1985).

En esa época, trabajando en es-tereotaxia, una voz femenina a mis espaldas me dice que quiere dis-cutir conmigo. Le expreso que no la puedo atender al momento. Me responde: “Soy Rita Levi Montalci-ni y quería…”. No termina su frase. Abandono el experimento y la voy a ver. Me propone un trabajo en cola-boración que requería nuestra com-petencia en immunohistoquímica (entonces una técnica no universal-mente aplicada). Rita envía un cola-borador, Luigi Aloe. Luigi completa el estudio en Oxford del cual resulta una publicación de la que borro mi nombre. Rita me llama por teléfono con cierta aprensión para decirme: “Dr. Cuello, gracias por sus correc-ciones del manuscrito… ¿pero por qué borró su nombre? ¿No le gus-tó el trabajo?”. Le expliqué que fue un placer ayudarle pero que yo sólo

entrené a Luigi. Rita, luego de un si-lencio responde: “Nunca me paso una cosa así”. Fue el comienzo de una larga amistad con frecuentes visitas a nuestras mutuas casas. Con Rita tuvimos largas charlas y apren-dí mucho de su historia personal y científica, narrada brillantemente en su libro Elogio de la Imperfección. Era irónico que Rita, echada de la Universidad de Torino por las leyes raciales del régimen fascista, tuviera su balcón mirando a la ex-villa de Mussolini. Otra revancha histórica fue celebrar su cumpleaños número 100 en el Capitolio de Roma, ¡con una estátua de Julio César a sus es-paldas!

Con los años, fui invitado a las celebraciones en Roma por su 100 aniversario y dos años después tuve el Honor de ataviar a Rita con la capa de Doctor Honorario de McGill. Este fue el único grado honorario dado por McGil fuera de sus precintos, a excepción de grados otorgados a W. Churchill and F. Roosevelt durante la segunda guerra mundial (Fig. 10). Muy recientemente he sido invitado (2018) a dar una Presentación Plena-

Figura 10. De izquierda a derecha: de la mano de Rita celebrando su centenario aniversario. Al medio, escena de la entrega a Rita de su Doctorado Honorario en Ciencias otorgado en forma excepcional (el único otorgado fuera de Canadá). Mi misión ceremonial fue investir a Rita con la capa Doctoral de la Universidad de McGill. A la dere-cha el libro dedicado a Martha y a mí, el cual describe sus grandes desafíos para continuar una carrera científica en dificultosas circunstancias políticas y sociales. Libro el cual invito su lectura a mis doctorantes.

Page 63: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

61Mi inesperada aventura en las neurociencias, siguiendo la ruta menos transitada

ria sobre: “Rita, NGF y la patología de Alzheimer” en Torino, su ciudad natal, en ocasión de la inauguración del Congreso Internacional de Avan-ces in la Terapéutica de la EA.

En la época de Oxford fui consul-tado acerca de si estaría interesado en la dirección del Brain Research Institute de Aarhus en Dinamarca. La condición de tener que enseñar en danés luego de dos años no era atractiva. En el mismo período, en una reunión Internacional de Neu-rociencias en Torremolinos, una representación del Consejo Supe-rior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España me consulta si es-taría interesado en la dirección del Instituto Cajal en Madrid. Contesté que sí dado mis raíces hispánicas y la gloria del nombre de Cajal. A ello surge la pregunta de qué es lo primero que haría como director, a lo cual contesté: “Renovar todo el personal, construir un nuevo edifi-cio y re-equipar el instituto”. Quedó claro que no sería posible. Pensé que mis respuestas radicales y un comentario provocador que publi-camos con Alan Cowey en Nature entitulado “Reflexiones españolas y Cajal” (Cuello y Cowey 1984) los habría irritado. El CSIC, en cambio, me invitó a formar parte de un co-mité internacional para facilitar la reforma y modernización del Insti-tuto Cajal, resultando en un nuevo edificio y reclutamiento de jóvenes investigadores. Joaquín del Río fue electo director e hizo cambios im-portantes asegurando el futuro del instituto. Formé una amistad dura-dera con Joaquín y con colegas del Cajal, entre otros Martínez Murillo quien fue entrenado en mi laborato-rio de Oxford y, más tarde, director del Cajal.

Todo iba bien en Oxford. Martha y las “chicas” muy contentas. Hasta que recibí un llamado de Canadá. La voz me dice: “Soy Richard Cruess,

Decano de Medicina de McGill, he visto su CV y estoy muy impresiona-do”. Continúa: “¿Sabe que la Cáte-dra de Farmacología de McGill está abierta? Le respondo que sí. Richard Cruess me pregunta: “¿Es usted mo-vible? En la cultura inglesa era una pregunta inusitada. Respondo no lo sé. En suma, soy invitado a visitar, dar una charla y entrevistar numero-sos comités de selección. Martha no está entusiasmada. La conformo di-ciéndole que hay fuertes candidatos, que iremos para ver a nuestros ami-gos canadienses y regresar. Luego de un proceso de selección de cuatro días en los cuales propongo cambios radicales de personal, equipamiento y espacio. Para mi sorpresa, surge la invitación a tomar la dirección de McGill Pharmacology & Therapeut-cis con el apoyo del Decano y del Rector de la Universidad.

Martha se espanta con la idea de dejar Oxford e Inglaterra, las chicas lloran, están en escuelas excelentes y con muy queridas amigas. Dejar Oxford no fue fácil. Aún guardamos recuerdos inolvidables de colegas y amigos. Recuerdo la caballerosidad de Sir William Paton (Chair de Far-macología), la cordial acogida del entonces Rector del Lincoln, Lord Trend (Burke Frederick St John Trend, Baron Trend), la vibrante persona-lidad del Reverendo Vivian Green, historiador y modelo para el perso-naje “George Smiley” en los famo-sos libros de su estudiante John Le Carre. Vivian escribió un libro titu-lado The Commonwealth of Lincoln College 1427–1977 (1979), donde figuro como flamante Fellow. Las memorias de Oxford son muchas. Me da placer saber que hay placas en Oxford con mi nombre. Una en la casa de estudiantes de grado del Lincoln College, en Museum Road y otra en la pared de la escalera al primer piso de la Escuela de Patolo-gía “Sir William Dunn”, en recono-cimiento a mis contribuciones para

la creación de la Cátedra “César Milstein in Molecular Oncology” en la Universidad de Oxford y en el Lincoln College. Una iniciativa que presidí a pedido de Herman Wald-mann (quien introdujo el primer an-ticuerpo monoclonal a la clínica) y con el apoyo de Celia Milstein, Sir Greg Winter (Laureado Nobel), Sal-vador Moncada y George Bronlwee.

10. CANADÁ, NUESTRO PAÍS Y DESTINO ACCIDENTAL:

Acepto la oferta de la prestigio-sa Facultad de Medicina de McGill, con la impronta de William Osler quien dejara legados en Johns Ho-pkins y como “Regius Professor” en Oxford. McGill es la Universidad de William Penfield, Juda Hirsch Quas-tel, Brenda Milner, Donald Hebb, “Hank” McIntosh, “Kris” Krnjević y Theodore Sourkes quienes estable-cieron las bases de la organization de la corteza cerebral, el nacimiento de la neuroquímica, la formación de memoria, bases de neurotransmisión química y el concepto de “transmit-ter replacement therapy” (L-DOPA).

El departamento es quizás el más antiguo de Farmacología de Nortea-mérica. Fue iniciado, como “Mate-ria Médica” por Andrew F. Holmes, coincidentemente con la fundación de McGill en 1824. Contaba en su historia con el descubrimiento de “spare receptors” por Mark Nicker-son, quien a mi arribo a McGill aun permanecía como Profesor Emérito.

10.1 MI AVENTURA ACADÉMICA Y CIENTÍFICA EN MCgILL

El Departamento de Farmacolo-gía estaba anticuado y mal equipado pero era aún académicamente fuerte y con potencial de crecimiento. Fui atraído por el entusiasmo y la visión del Decano de Medicina, Richard Cruess, cirujano ortopédico, quien conocía bien las contribuciones de

Page 64: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 201962

nuestro famoso Carlos Ottolenghi.

Remodelé físicamente y moder-nicé el departamento. Los nuevos núcleos de tecnologías y equipos importantes fueron centralizados y con libre acceso. Incoporé profeso-res que aumentaron el nivel cientí-fico del departamento poseyendo

ideas y metodologías de avanzada, en particular biología molecular, entre ellos Moshe Szyf quien ha de-jado un legado en epigenética. Fui el único Jefe de Departamento de la Facultad de Medicina de McGill elegido por tres términos.

Reorganizamos el Programa de

Doctorado, el cual creció en forma exponencial con excelentes nuevos estudiantes de todo el mundo lle-gando a 500 solicitudes por año. En su pico, el programa llegó a generar cerca del 5% de todos los PhD en Farmacología de América del Norte. De las 20-30 publicaciones por año, a mi arribo llegamos a 100 triplican-do el factor de impacto promedio de ellas. Logramos traer a Montreal el exitoso XII Congreso de la IUPHAR (International Union of Pharmacolo-gy) en 1994. Pude atraer numerosos premios Nobel. Entre ellos, Julius Axelrod, Rita Levi-Montalcini, John Vane, nuestro César Milstein y Max Perutz. Cuando le pregunté a Max por teléfono en qué hotel le gusta-ría hospedarse, luego de un silencio, me respondió: “Claudio, ¿qué pro-blema hay con tu casa?”. Fue un tre-mendo placer recibir tanto a César y Celia Milstein como a Max Perutz en casa en distintas ocasiones. Los profesores y estudiantes de Farma-cología disfrutaron sobremanera el privilegio de conversaciones infor-males con “gigantes” de la ciencia. (La Fig. 11 illustra la recepción ofi-cial a Julius Axelrod).

Figura 11. Ocasión de la visita oficial a McGill para la Serie de Conferen-cias que entitulamos “Fundaciones Científicas de la Medicina”. Encuentro previo a una cena de “black tie” con Julius Axelrod y Richard Cruess, el excepcional Decano de la Facultad de Medicina del momento.

Figura 12. La conferencia inaugural “Theodore L Sourkes” con la presencia en vida de “Ted” Sourkes, un gran científico, no suficientemente reconocido, quien más contribuyera al concepto de la terapia de reemplazo con L-DOPA en la enfermedad de Parkinson. Presentes al centro Ted y su esposa Shena, sus hijas Myra (izquierda) y Barbara Sourkes. Presentes también el primer “Sourkes conferencista”, Etienne Hirsch (ICME, París) (detrás de Shena Sourkes), el principal donante del “endowment” y pasado doctorante de Ted Sourkes, Moussa Youdim, y autoridades universitarias.

Page 65: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

63Mi inesperada aventura en las neurociencias, siguiendo la ruta menos transitada

Desde su fundación en 1824 no había “endowments” (fondos de do-naciones para una actividad perma-nente) en nuestra unidad académi-ca. Generé, a través de donaciones industriales y privadas, premios para estudiantes y series de seminarios en tributo a Marck Nickerson, Charles E. Frosst, Hank McIntosh, Kenneth Melville y, finalmente, un nuevo fondo de donaciones para una serie de seminarios honrando a Theodore L. Sourkes. Este último gracias a la generosidad de Moussa Youdim (dis-cípulo de Sourkes y ex Director de Farmacología del Technion, Haifa) (Fig.12). El departamento continúa como una referencia científica signi-ficativa internacionalmente.

Mi ciencia no sufrió con el de-safío de la administración académi-ca. Pude establecer un laboratorio multidisciplinario comprendiendo biología molecular, biología celu-lar, inmunología, neuroquímica, neuroanatomía-bioquímica y com-portamiento animal, disciplinas to-das ellas aprendidas y desarrolladas a través de los años. En períodos de sabático, me entrené en biología molecular como si fuera un post-doc en los laboratorios de César (Cambridge), Francisco “Tito” Bara-lle (Trieste), Jesús Ávila (Madrid) y Mona Soreq (Jerusalén).

Continué en McGill la historia de SP y EK en los circuitos senso-riales de dolor en particular con Al-fredo Ribeiro da Silva (inicialmente postdoctoral) quien progresó a ser Profesor titular y líder en investiga-ción del dolor. Con Alfredo hemos mantenido una filosofía de “puertas abiertas” entre nuestros laboratorios, protocolos y equipos. Uno de los primeros trabajos de esa cosecha fue la confirmación directa, electrofisio-lógica y ultraestructural de la par-ticipación de las fibras sensoriales expresando SP en los mensajes de nocicepción (dolor) con la participa-

ción de James Henry y su entonces estudiante, Yves De Koninck, (hoy líder canadiense en neurociencias) (De Koninck et al 1992). Con Alfre-do también demostramos la comple-jidad de las terminaciones sinápticas de transmisores específicos usando señales immunohistoquímicas di-rectas y simultáneas con la aplica-ción de anticuerpos monoclonales convencionales, bi-específicos (SP) e internamente radiomarcados (EK); demonstrando que las interacciones entre los transmisores de SP y EK en la medula espinal son de carác-ter post-sináptico a la entrada de la información nociceptiva (Ribeiro-da-Silva et al 1991), contrariamente a la idea aún prevalente en algunos libros de texto.

Mi primer estudiante de grado de McGill, Lorella Garofalo (hoy Jefe de Asuntos Regulatorios de Pfizer) fue entrenada por Rita Levi-Montalcini en la aislación del factor de creci-miento nervioso (NGF, por sus siglas en inglés); material que utilizamos en muchos estudios previos a la aparición de formas recombinantes. Mi amistad con Rita Levi Montalcini e interacciones con la industria far-macéutica italiana me llevó a tomar un interés en el rol de NGF y en la acción de gangliósidos en la repara-ción del SNC. Como resultado, nos embarcamos en estudios para inves-tigar las consecuencias de la aplica-ción de NGF exógeno, gangliósido GM1 o ambas moléculas en la re-cuperación del fenotipo colinérgico de las neuronas del cerebro basal anterior, luego de la atrofia neuro-nal retrógrada provocada por infar-tos corticales (Cuello et al 1989). En esos estudios demostramos que los gangliósidos GM1 actúan sinérgica-mente en las respuestas tróficas de NGF exógeno in vitro y en el cerebro adulto, in vivo (Cuello et al 1989) .

Revisé, entonces, el tema de las posibilidades terapéuticas-reparati-

vas de gangliósidos respondiendo a una invitación de la revista Advan-ces in Pharmacology (Cuello 1990). Lamentablemente el “momentum” de la farmacología de gangliósidos y su posible aplicación terapéutica ha quedado como una historia inte-rrumpida, dada la retirada de FIDIA Pharma (Italia), institución pionera que apoyaba este campo de inves-tigación y proporcionaba gangliósi-dos purificados de alta calidad. Más recientemente he relatado mi expe-riencia en farmacología experimen-tal con gangliósidos y NGF en tribu-to a Robert Leeden, antiguo colega y uno de los padres de la neurobio-logía de gangliósidos (Cuello 2012).

En ese período, nuestros trabajos en McGill demostraron que el NGF exógeno no sólo previene la atrofia de neuronas colinérgicas del ce-rebro basal anterior, sino que, más allá de ello, provoca una “sinapto-génesis” compensatoria en las áreas corticales remanentes (Garofalo et al 1992). Nuestras ideas de la época sobre la neurobiología y patología del NGF fueron reflejadas en varios artículos de revisión (Cuello 1993, Cuello 2010).

Nuestra investigación en McGill sobre neurotrofinas nos llevó a de-mostrar que cantidades mínimas de NGF endógeno, o sea originado continuamente en el cerebro, son responsables de mantener el núme-ro y tamaño de las sinapsis colinér-gicas de la corteza cerebral. Esto fue demostrado secuestrando el NGF endógeno en el espacio extracelu-lar con nuestros anticuerpos mono-clonales anti-NGF o bloqueando su receptor de alta afinidad (TrkA) uti-lizando moléculas NGF-miméticas, desarrolladas por el colega argen-tino Uri Saragovi. Así demostramos que la immuno-neutralización de NGF endógeno o de su receptor de alta afinidad resultaba en la pérdida y atrofia significativa de las sinapsis

Page 66: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 201964

colinérgicas corticales pre-existentes (Debeir et al 1999, demonstrando que NGF endógeno es responsable del mantenimiento del “día a día” de conexiones colinérgicas. Hallaz-go en línea con el clásico concepto de Donald Hebb de plasticidad si-náptica y fortalecimiento de circui-tos por la actividad nerviosa (Morris 1999).

Nuestro interés en rol de NGF en la fisiología y patología del SNC ha sido posible gracias al trabajo se-minal que hicimos con un talento-so estudiante de doctorado de San Juan, Martín Bruno. Con Martín, re-establecimos en McGill el sistema de superfusión de tejido nervioso que usara en Cambridge. Con Mar-tín descubrimos que, contrario al dogma precedente, el precursor de NGF (proNGF) y no NGF maduro (mNGF) es la molécula liberada en forma dependiente de la actividad nerviosa en la corteza de la rata (Bruno and Cuello 2006).

Entender cómo, una vez libe-rado, el proNGF se convierte en mNGF y luego resolver por qué es difícil detectar mNGF en el cerebro adulto nos llevó dos años. Cuando lo resolvimos propusimos una vía me-tabólica explicando la conversión de NGF de inmaduro a maduro en el espacio extracelular y la posterior inactivación del material remanente de mNGF no internalizado por sus receptores de alta afinidad. Some-timos la evidencia de este camino metabólico a “track II” de la revis-ta PNAS (o sea revisado por pane-les independientes). Hans Thoenen resultó ser el editor seleccionado por PNAS. Hans había propuesto la idea prevalente de que proNGF se metabolizaba intracelularmente y que NGF era liberado en su forma madura. Fue escéptico de nuestros resultados y nos pidió evidencias adicionales antes de someter la su-misión a revisión por expertos, así

lo hicimos. Las respuestas de los “reviewers” fueron muy positivas y Thoenen fue un ejemplo de caballe-rosidad intelectual y de integridad profesional recomendando su publi-cación. El trabajo (Bruno and Cuello 2006) nos dio muchas satisfacciones posteriores. Así demostramos con Martín la desregulación de dicha vía metabólica en la EA, significan-do un compromiso de la conversión de proNGF a mNGF y explicando la atrofia de las neuronas colinérgi-cas del cerebro anterior totalmente dependientes de la presencia de mNGF endógeno (Bruno et al 2009).

Posteriormente demostramos far-macológicamente (bloqueando la maduración de NGF o su degrada-ción) que este camino metabólico controla el fenotipo colinérgico de terminales nerviosas en la corteza cerebral (Allard et al 2012) y más re-cientemente, del soma de las neuro-nas colinérgicas del cerebro anterior y basal (Allard et al 2018)

El arribo más tarde de otra es-tudiante argentina, Florencia Iulita, nos permitió extender el concepto de desregulación de la vía metabó-lica de NGF a la patología de Alzhe-imer en individuos con síndrome de Down (SD). Con ella y excelentes colaboradores de nuestro labora-torio y de EE.UU., entre ellos Jorge Busciglio -otro argentino- pudimos demostrar la desregulación del ca-mino metabólico de NGF en células corticales fetales humanas, en mo-delos genéticos de SD en ratón y en cerebros humanos de SD con pato-logía de Alzheimer, como es de es-perar por la trisomía del cromosoma 21 codificando por la proteína APP (amyloid precursor protein) (Iulita et al 2014). Más allá de ello, y en cola-boración con Filippo Caraci (Univer-sidad de Catania, Italia), estudiamos las moléculas de la vía metabólica de NGF y también marcadores de inflamación en sangre de individuos

con SD en un estudio longitudinal, demostrando que en individuos en los cuales el valor de proNGF en sangre se eleva en un año predice un deterioro cognitivo importante subsiguiente, durante la etapa de la patología “silenciosa” de Alzheimer (Iulita et al 2016). Nuestras ideas sobre el progreso de la patología de Alzheimer y el metabolismo de NGF fueron reflejadas en una revisión en Trends in Pharmacological Sciences (Iulita and Cuello 2014)). Por sus trabajos en SD, Florencia obtuvo el premio “Annette Karmiloff-Smith” a la mejor tesis sobre SD, otorgado por un grupo internacional de in-vestigadores (T21 Research Society). El camino metabólico de la libera-ción, maduración y degradación de NGF y su deregulación en la EA esta representado en un video: https://meetings.ami.org/2018/project/ngf-metabolism-in-alzheimers-disease/

Nuestro laboratorio de McGill desarrolló un número de modelos transgénicos de la patología ami-loidea de la EA en ratón y en rata que expresan formas mutadas de la proteína APP presente en formas genéticas de la enfermedad. Fue la primera rata transgénica expresando APP humano (codificada UKU25) con expresión intraneuronal pato-lógica del péptido amyloidogénico Aβ, componente central de EA. Tra-bajo -en colaboración con el Insti-tuto Virtanen de Finlandia y con mi amigo de Cambridge y Oxford, Fran-cisco Baralle (entonces Director del ICGEB de Trieste)- el modelo, per-mitió demonstrar que Aβ intraneuro-nal es suficiente para provocar dete-rioro cognitivo. Concepto más tarde reforzado con la generación de una nueva rata transgénica (McGill-R-Thy-APP) produciendo la patología amiloidea completa de la EA, inclu-yendo placas amiloides maduras, procesos neuríticos distróficos y in-flamación alrededor de las placas.

Page 67: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

65Mi inesperada aventura en las neurociencias, siguiendo la ruta menos transitada

Con Valentina Echeverria y más tarde con Dina Arvanitis demostra-mos in vitro (Arvanitis et al 2007) que un contenido intracelular mo-derado del péptido Aβ puede tener un rol fisiológico en plasticidad sy-náptica y, por el contrario, un rol negativo cuando la acumulación es excesiva. Con mi entonces estudian-te “Ted” Wilson, en una publicación en Cerebral Cortex, que la acumu-lación intraneuronal de Aβ in vivo bloquea la movilización de CRTC1 al núcleo impidiendo la ligazón de CREB activado en el dominio del DNA nuclear CRE para la expresión de proteínas claves de la plasticidad sináptica.

Este concepto de la patología amiloidea intraneuronal fue defen-dido por nosotros y un número de laboratorios líderes en USA y Euro-pa. Sin embargo, este concepto fue seriamente desafiado en 2010 con una publicacin en el Journal of Neu-roscience por un grupo prestigioso de EE.UU. En un trabajo publicado en Acta Neuropathologica Commu-nications (Iulita et al 2014) nuestro grupo demostró, con microscopía confocal y de alta resolución, evi-dencia indiscutible sobre la presen-cia simultánea e independiente de immunoreactividades al péptido Aβ y la proteína APP, en nuestra rata transgénica modelo de la EA, así como también la existencia real de Aβ en etapas previas a placas ami-loideas utilizando espectrometría de masas (Iulita et al 2014). Nuestra pu-blicación aparece, al mismo tiempo, que los editores del Journal of Neu-roscience deciden retraer el artículo contradictorio sobre Aβ intraneuro-nal. Este episodio lleva a comenta-rios extensos en un portal electróni-co especializado en Alzheimer (Al-zForum), página web dependiente de la Asociación de Alzheimer de EE.UU.

Muy recientemente publicamos

similar evidencia de acumulación intraneuronal de Aβ en material de la corteza enthorinal de individuos sin compromiso cognitivo, en te-jidos con una preservación post mortem, excepcional. Vimos que la presencia intraneuroral del péptido Aβ amiloideo es in crescendo con la edad de los sujetos, precediendo la clásica patología de la proteína tau (Welikovitch et al 2018). Un trabajo que además desafía el dogma que tau inicia la patología de Alzheimer en la corteza entorhinal en ausencia de Aβ, tema fundamental que re-quiere futuras investigaciones.

La excesiva acumulación del péptido Aβ, en particular en forma oligomérica, nos llevó también a pro-poner su rol en desatar un fenómeno pro-inflamatorio muy temprano e independiente de la clásica inflama-ción del SNC como consecuencia de las placas amiloideas (Ferretti et al 2012). Un fenómeno que demos-tramos como acelerador de la pato-logía de Alzheimer independiente-mente de la clásica inflamación tipo Metchnikoff circundante a las placas amiloideas. Proponemos más tarde que el estrés resultante de la acu-mulación intracelular de péptidos Aβ convierte a las neuronas mismas en “agentes inflamatorios” (Hanzel et al 2014). Más recientemente he propuesto formalmente en un artí-culo en Trends in Pharmacological Sciences (Cuello 2017) la existencia de dos procesos inflamatorios extre-mos en el continuum de la patología de Alzheimer: uno temprano y agra-vante de la enfermedad, ocurriendo al inicio de la patología de la EA y, en el otro extremo, una inflamación tardía con componentes dominantes de actividad immunitaria y de reso-lución de lesión que es coincidente con la manifestacion clínica de Al-zheimer. Estas ideas explicarían por qué las drogas anti-inflammatorias disminuyen la incidencia de Alzhei-mer, mientras que su uso terapéutico

luego de la presentación clínica es inefectivo o aún agravante -estrate-gia terapéutica fallida que ha costa-do billones de dólares a la industria farmacéutica-. Nuestras ideas han sido enfáticamente compartidas por Joseph Rogers, uno de los “padres” del concepto de inflamación del SNC en Alzheimer en una publica-ción reciente (“Alzheimer’s & De-mentia”, 2018), invitando a la crea-ción de un consorcio internacional de expertos.

Nuestro interés en la patología amiloidea de la EA, los procesos acompañantes a esa patología y te-rapéutica experimental nos llevó a generar nuevos modelos transgé-nicos tanto en ratón como en rata. Nuestra rata transgénica, conocida como McGill-R-Thy1-APP, ha sido de uso experimental en academia e in-dustria en Canadá, EE.UU., Argenti-na, Alemania, Irlanda, Noruega, Re-pública Checa, Bélgica y otros paí-ses. Las ventajas de la rata para estos estudios han sido discutidas por no-sotros en una revisión en Molecular Neurodegeneration (Do Carmo and Cuello 2013) y sus ventajas para in-vestigaciones de neuroimágenes en Trends in Neurosciences (Zimmer et al 2014).

Estos modelos nos han permiti-do una serie de trabajos que ilustran diversas posibilidades terapéuticas tempranas, más allá de la clásica in-munoterapia que aún no ha obteni-do éxito en la clínica. Por ejemplo, hemos explorado los efectos de mi-nociclina, una tetraciclina con efec-tos anti-inflammatorios en el sistema nervioso, demostrando que atacan-do la inflammación temprana, antes de la aparición de placas amiloi-deas, se disminuye la carga amiloi-dea cerebral así como la actividad de BACE1, la enzima que inicia la formación del péptido Aβ (Ferretti et al 2012). Asimismo, los efectos anti-inflamatorios de una droga multi-

Page 68: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 201966

blanco denominada M30 disminu-yeron la respuesta microglial con notable recuperación de la pérdida cognitiva previa a la intervención farmacológica. Por otro lado, el ra-tón APP transgénico de McGill nos permitió demostrar que la conoci-da hypometilación del DNA en el Alzheimer clínico no es necesaria-mente un fenómeno estocástico. Por lo contrario, con mi colaborada cercana, Dra. Do Carmo, hemos demostrado que la acumulación anormal de Aβ intraneuronal es su-ficiente para generar una hypometi-lación del DNA, particularmente en las neuronas de la corteza cerebral y del hipocampo (Do Carmo et al 2016). Muy notablemente, este tra-bajo ilustró que la administración de S-Adenosil metionina, la molécula que ubicuotamente provee el grupo metilo a procesos bioquímicos, es suficiente para re-establecer el equi-librio de metilación del DNA cere-bral. Así, metilando el gen bace1, y por lo tanto disminuyendo la pato-logía amiloidea y restableciendo la pérdida de memoria manifiesta en los ratones transgénicos (Do Carmo et al, 2016).

Nuestro laboratorio permanece interesado en la terapéutica experi-mental de la EA. Exploramos las po-

sibilidades terapéuticas de “micro-dosis” de litio en la rata transgénica APP. Para ello, usamos una nueva formulación nanoencapsulada que penetra fácilmente el cerebro. Las dosis fueron entre 100 y 400 veces menores a las dosis convencionales de litio empleadas para el tratamien-do de trastorno bipolar en la clíni-ca. Esta microdosis de litio fue su-ficiente para recuperar alteraciones cognitivas, disminuir la patología cerebral amiloidea y estimular la re-generación neuronal en el hipocam-po (Wilson et al 2017). Una oportu-nidad que merece atención clínica.

Presentemente, la terapia coli-nérgica en Alzheimer está despres-tigiada porque no cura la enferme-dad; lo cual es un error, dado que el tratamiento con inhibidores de acetilcolinesterasa es lo único que mejora la memoria en forma tran-sitoria en estadios sintomáticos de Alzheimer, cuando el daño neuro-nal es irreversible. En nuestra rata transgénica, utilizando una droga experimental (denominada AF710B) que estimula simultáneamente re-ceptores colinérgicos muscarínicos y de sigma-1, con la Dra. Helene Hall hemos demostrado que su apli-cación resulta en un efecto modifi-cador de la enfermedad; dado que la

mejora cognitiva y disminución no-table de la patología se mantienen luego de un mes de interrupción del tratamiento (equivalente a tres años humanos) (Hall et al 2018).

Estos resultados prometedores de farmacología experimental son sig-nificativos porque señalan que exis-ten posibilidades de monoterapia o de terapia combinada que podrían demorar la progresión de la patolo-gía “latente” de Alzheimer antes de su presentación clínica. La identifi-cación inequívoca de la progresión de la patología de Alzheimer 10 ó 15 años antes de su presentación clí-nica es el mayor desafío presente en nuestro campo de investigación. Su resolución, antes de la aparición de trastornos cognitivos, permitiría tra-tamientos efectivos. Se calcula que demorar la patología por solo 5 años disminuiría la incidencia de la enfer-medad en un 50%.

Nuestro grupo actual se con-centra hoy en la identificación de nuevos biomarcadores revelando patología preclínica de Alzheimer y su terapia experimetal. El éxito del grupo está basado en la excepcional calidad de sus miembros, de Cana-dá, Italia, Francia, Australia, China, México y Argentina. Destaco la con-

Figura 13. Nuestro presente grupo de investigación en McGill. Arriba en el atrio del edificio de Ciencias en el 2018. Abajo nuestra reunión anual de Navidades en una residencia en la montaña perteneciente a McGill.

Page 69: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

67Mi inesperada aventura en las neurociencias, siguiendo la ruta menos transitada

tribución de argentinos tales como Adriana Ducatenzeiler, mi fiel y efi-ciente “Senior Technician”, y la de los ex-doctorantes Martín Bruno y Florencia Iulita, profesionales inde-pendientes; así también como el li-derazgo de mis presentes “Research Associates” Drs. Sonia Do Carmo y Helene Hall. (La Fig. 13 illustra nuestro grupo de investigación en McGill en invierno y verano).

11. EL PASADO Y EL FUTURO

Debo a mi esposa Martha mi gratitud por el apoyo incondicional a mi carrera científica que significó muchas privaciones en los años ini-ciales. El mayor regalo de la vida ha sido Martha, nuestras hijas Paula y

Karina, nuestros hijos políticos Ri-chard y Marcus, y nuestros seis fabu-losos nietos. Del pasado debo decir que si he tenido éxito en la ciencia es en gran parte debido a la exce-lente calidad de la formación se-cundaria y universitaria recibida en Argentina. Tengo aún en mi oficina los retratos firmados de De Robertis, Leloir y Houssay, quienes fueron mis primeros héroes y maestros cientí-ficos. Debo mucho al ambiente de libertad de expresión de California y a “Fran” Ganong por su generosidad científica y personal. A Inglaterra por ofrecerme (en mi “auto-exilio”) un “hogar” y ambientes excepcionales y privilegiados para la investigación científica, en un momento crítico de crecimiento profesional. Debo mu-

cho a la estimulante colaboración con mi gran amigo César (Milstein) y al ambiente del NCPU de Cambrid-ge y a su director, Les Iversen, por ofrecerme mi primera posición de investigador independiente cuando las puertas se cerraban en Argentina y por su claridad de pensamiento. A la Universidad de Oxford le debo el privilegio de ofrecerme la creación y liderazgo de una nueva iniciativa académica de fusionar neurofarma-cología con neuroanatomía, en los Departamentos de Farmacología y de Anatomía Humana. Al Lincoln College de Oxford debo agradecer la amistad y riqueza intelectual de los Fellows de todas las disciplinas en un verdadero ambiente de “Univer-sitas”. A McGill debo el apoyo reci-

Figura 14. Ocasión de mi investidura como “Officer of the Order of Canada” en el 2010. En presencia del enton-ces Gobernador General de Canadá, en representación de la Reina Elizabeth II, su Excelencia el Honorable David L. Jonhston. Con la gratificante compañía de mi esposa Martha Kacs y de nuestras hijas (a la izquierda) Paula Cuello-Wolffe y (a la derecha) Karina Cuello-Kaeller.

Page 70: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 201968

bido para implementar “sueños pro-fesionales, el privilegio de dirigir un grupo de doctorantes y profesionales excepcionales y al país por recono-cer mis contribuciones académicas y científicas con el nombramiento (de “nation builder”) como “Officer of the Order of Canada”, el segundo máximo honor otorgado en el país por el Gobernador General de Ca-nadá, en nombre de la Reina Eliza-beth II (Fig. 14), dado que Canadá es una monarquía parlamentaria.

Es importante reconocer que nada pudo haber sido construído sin el privilegio de tener colaboradores científicos establecidos y estudiantes excepcionales en las universidades de California, Cambridge, Oxford y McGill.

El futuro es imposible de prede-cir. Sin embargo, puedo anticipar que seguiré cultivando a “tiempo completo” la pasión por la ciencia, los amigos y, por sobre todo, la fa-milia por el tiempo que mi cerebro y mi cuerpo lo permita. Con respecto a la ciencia mantendré la dicta de Leloir de “seguir tirando de la punta del hilo” para la mejor comprensión de las etapas iniciales de la EA, con el objetivo de contribuir a su diag-nóstico y tratamiento temprano. Cierro esta reseña personal con mi aplauso y admiración por los cien-tíficos argentinos, quienes siguen contribuyendo a la ciencia en forma significativa, aún en condiciones es-tructurales y sociales difíciles a tra-vés de etapas históricas cambiantes.

BIBLIOgRAFÍA

Allard, S., Jacobs, M. L., Do Carmo, S., Cuello, A. C., (2018), “Com-promise of cortical proNGF ma-turation causes selective retrogra-de atrophy in cholinergic nucleus basalis neurons”. Neurobiology of aging 67, 10-20.

Allard, S. et al., (2012), “Impact of the NGF maturation and degra-dation pathway on the cortical cholinergic system phenotype”. The Journal of neuroscience : the official journal of the Society for Neuroscience 32, 2002-2012.

Arvanitis, D. N. et al., (2007), “High intracellular concentrations of amyloid-beta block nuclear translocation of phosphorylated CREB”. Journal of neurochemis-try 103, 216-228.

Bruno, M. A., Cuello, A. C., (2006), “Activity-dependent release of precursor nerve growth fac-tor, conversion to mature nerve growth factor, and its degradation by a protease cascade”. Procee-dings of the National Academy of Sciences of the United States of America 103, 6735-6740.

Bruno, M. A. et al., (2009), “Amyloid beta-induced nerve growth fac-tor dysmetabolism in Alzheimer disease”. Journal of neuropatho-logy and experimental neurology 68, 857-869.

Couture, R., Cuello, A. C., (1984), “Studies on the trigeminal anti-dromic vasodilatation and plas-ma extravasation in the rat”. The Journal of physiology 346, 273-285.

Cuello, A. C., (1982), “Storage and release of amines, amino acids and peptides from dendrites”. Prog Brain Res 55, 205-224.

Cuello, A. C., (1983), Brain Micro-dissection Techniques. IBRO Handbook Series: Methods in the Neurosciences, Vol. 2: , In-ternational Brain Research Or-ganization and John Wiley and Sons, 1983. £11.50 (p/b)/£23.00 (h/c) (x + 186 pages) ISBN 0 471 90019 2 (p/b)/ISBN 0 471 10523

6 (h/c). Trends in neurosciences 6, 399.

Cuello, A. C., (1983), “Nonclassical neuronal communications”. Fed Proc 42, 2912-2922.

Cuello, A. C., (1983), Immunohis-tochemistry I; (1993), Immuno-histochemistry II. John Wiley & Sons, New York.John Wiley & Sons, New York.

Cuello, A. C., in “Advances in Phar-macology”, T. August, M. W. Anders, F. Murad, A. Nies, Eds. (Academic Press, 1990), vol. 21, pp. 1-50.

Cuello, A. C., (1993), “Trophic res-ponses of forebrain cholinergic neurons: a discussion”. Progress in brain research 98, 265-277.

Cuello, A. C., (2012), “Gangliosides, NGF, brain aging and disease: a mini-review with personal reflec-tions”. Neurochemical research 37, 1256-1260.

Cuello, A. C., (2017), “Early and Late CNS Inflammation in Alzheimer’s Disease: Two Extremes of a Con-tinuum?” Trends Pharmacol Sci 38, 956-966.

Cuello, A. C., Kanazawa, I., (1978), “The distribution of substance P immunoreactive fibers in the rat central nervous system”. The Journal of comparative neurology 178, 129-156.

Cuello, A. C., Paxinos, G., (1978), “Evidence for a long Leu-enkephalin striopallidal pathway in rat brain”. Nature 271, 178-180.

Cuello, A. C., Sofroniew, M. V., (1984), “The anatomy of the CNS cholinergic neurons”. Trends in neurosciences 7, 74-78.

Page 71: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

69Mi inesperada aventura en las neurociencias, siguiendo la ruta menos transitada

Cuello, A. C., Cowey, A., (1984), Spanish reflections and Cajal. Nature 312, 499.

Cuello, A. C., Hiley, R., Iversen, L. L., (1973), “Use of catechol O-methyltransferase for the enzyme radiochemical assay of dopami-ne”. Journal of neurochemistry 21, 1337-1340.

Cuello, A. C., Shoemaker, W. J., Ganong, W. F., (1974), “Effect of 6-hydroxydopamine on hy-pothalamic norepinephrine and dopamine content, ultrastructu-re of the median eminence, and plasma corticosterone”. Brain re-search 78, 57-69.

Cuello, A. C., Galfre, G., Milstein, C., (1979), “Detection of subs-tance P in the central nervous system by a monoclonal antibo-dy”. Proceedings of the National Academy of Sciences of the Uni-ted States of America 76, 3532-3536.

Cuello, A. C., Priestley, J. V., Mils-tein, C., (1982), “Immunocyto-chemistry with internally labeled monoclonal antibodies”. Procee-dings of the National Academy of Sciences of the United States of America 79, 665-669.

Cuello, A. C., Horn, A. S., Mackay, A. V., Iversen, L. L., (1973), “Let-ter: Catecholamines in the me-dian eminence: new evidence for a major noradrenergic input”. Nature 243, 465-467.

Cuello, A. C., Jessell, T. M., Kana-zawa, I., Iversen, L. L., (1977), “Substance P: localization in sy-naptic vesicles in rat central ner-vous system”. J Neurochem 29, 747-751.

Cuello, A. C., Garofalo, L., Ke-nigsberg, R. L., Maysinger, D.,

(1989), “Gangliosides potentiate in vivo and in vitro effects of ner-ve growth factor on central cho-linergic neurons”. Proceedings of the National Academy of Scien-ces of the United States of Ameri-ca 86, 2056-2060.

De Koninck, Y., Ribeiro-da-Silva, A., Henry, J. L., Cuello, A. C., (1992), “Spinal neurons exhibiting a spe-cific nociceptive response recei-ve abundant substance P-contai-ning synaptic contacts”. Procee-dings of the National Academy of Sciences of the United States of America 89, 5073-5077.

Debeir, T., Saragovi, H. U., Cuello, A. C., (1999), A nerve growth factor mimetic TrkA antagonist causes withdrawal of cortical cholinergic boutons in the adult rat. Proceedings of the National Academy of Sciences of the Uni-ted States of America 96, 4067-4072.

Do Carmo, S., Cuello, A. C., (2013), Modeling Alzheimer’s disease in transgenic rats. Molecular neuro-degeneration 8, 37.

Do Carmo, S. et al., (2016), Rescue of Early bace-1 and Global DNA Demethylation by S-Adenosyl-methionine Reduces Amyloid Pathology and Improves Cogni-tion in an Alzheimer’s Model. Scientific reports 6, 34051.

Ferretti, M. T., Bruno, M. A., Duca-tenzeiler, A., Klein, W. L., Cuello, A. C., (2012), “Intracellular Abe-ta-oligomers and early inflam-mation in a model of Alzheimer’s disease”. Neurobiology of aging 33, 1329-1342.

Ferretti, M. T., Allard, S., Partridge, V., Ducatenzeiler, A., Cuello, A. C., (2012), Minocycline corrects early, pre-plaque neuroinflam-

mation and inhibits BACE-1 in a transgenic model of Alzheimer’s disease-like amyloid pathology. Journal of neuroinflammation 9, 62.

Garofalo, L., Ribeiro-da-Silva, A., Cuello, A. C., (1992), “Nerve growth factor-induced synapto-genesis and hypertrophy of corti-cal cholinergic terminals”. Proce-edings of the National Academy of Sciences of the United States of America 89, 2639-2643.

Geffen, L. B., Jessell, T. M., Cuello, A. C., Iversen, L. L., (1976), “Re-lease of dopamine from dendrites in rat substantia nigra”. Nature 260, 258-260.

Hall, H. et al., (2018), “AF710B, an M1/sigma-1 receptor agonist with long-lasting disease-modi-fying properties in a transgenic rat model of Alzheimer’s disea-se”. Alzheimers Dement 14, 811-823.

Hanzel, C. E. et al., (2014), “Neu-ronal driven pre-plaque inflam-mation in a transgenic rat model of Alzheimer’s disease”. Neuro-biology of aging 35, 2249-2262.

Iulita, M. F., Cuello, A. C., (2014), “Nerve growth factor metabolic dysfunction in Alzheimer’s disea-se and Down syndrome”. Trends Pharmacol Sci 35, 338-348.

Iulita, M. F. et al., (2014), Intrace-llular Abeta pathology and early cognitive impairments in a trans-genic rat overexpressing human amyloid precursor protein: a mul-tidimensional study. Acta neuro-pathologica communications 2, 61.

Iulita, M. F. et al., (2014), “Nerve growth factor metabolic dys-function in Down’s syndrome

Page 72: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 201970

brains”. Brain, 860-872.

Iulita, M. F. et al., (2016), “An in-flammatory and trophic discon-nect biomarker profile revealed in Down syndrome plasma: Relation to cognitive decline and longitudinal evaluation”. Alzheimer’s & dementia: 12, 1132-1148.

Jaffe, E. H., Cuello, A. C., (1981), “Neuronal and glial release of [3H]GABA from the rat olfactory bulb”. Journal of neurochemistry 37, 1457-1466.

Marks, L. V. (2017) The Lock and Key of Medicine, Monoclonal Antibo-dies and the Transformation of Healthcare, Yale University Press, NY

Matthews, M. R., Cuello, A. C., (1982), “Substance P-immuno-reactive peripheral branches of sensory neurons innervate guinea pig sympathetic neurons”. Proce-edings of the National Academy of Sciences of the United States of America 79, 1668-1672.

Milstein, C., Cuello, A. C., (1983), “Hybrid hybridomas and their use in immunohistochemistry”. Nature 305, 537-540.

Morris, R. G., (1999), D.O. Hebb: The Organization of Behavior, Wiley: New York; 1949. Brain re-search bulletin 50, 437.

Pioro, E., Mai, J. K., Cuello, A. C., “in The Human Nervous Sys-tem”. London, Academic Press, G. Paxinos, Ed. (1990), pp. pp 1051–1094.

Ribeiro-da-Silva, A., Pioro, E. P., Cuello, A. C., (1991), “Substan-ce P- and enkephalin-like immu-noreactivities are colocalized in certain neurons of the substantia gelatinosa of the rat spinal cord: an ultrastructural double-labeling study”. The Journal of neuros-cience : the official journal of the Society for Neuroscience 11, 1068-1080.

Sofroniew, M. V., Priestley, J. V., Consolazione, A., Eckenstein, F., Cuello, A. C., (1985), “Choliner-

gic projections from the midbra-in and pons to the thalamus in the rat, identified by combined retrograde tracing and choline acetyltransferase immunohisto-chemistry”. Brain research 329, 213-223.

Welikovitch, L. A. et al., (2018), “Evidence of intraneuronal Abe-ta accumulation preceding tau pathology in the entorhinal cor-tex”. Acta neuropathologica 136, 901-917.

Wilson, E. N. et al., (2017), BACE1 inhibition by microdose lithium formulation NP03 rescues me-mory loss and early stage amyloid neuropathology. Translational psychiatry 7, e1190.

Zimmer, E. R., Parent, M. J., Cuello, A. C., Gauthier, S., Rosa-Neto, P., (2014), “MicroPET imaging and transgenic models: a blueprint for Alzheimer’s disease clinical research”. Trends in neuroscien-ces 37, 629-641.

Page 73: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

SEMBLANZA

“Siglos de siglos y sólo en el pre-sente ocurren los hechos; innume-rables hombres en el aire; la tierra y el mar, y todo lo que realmente

pasa me pasa a mí»

J. L. Borges en El jardín de sen-deros que se bifurcan.

La historia de Dante Ramos en la ciencia comenzó, a mi entender, cuando él junto a su hermano ge-melo Víctor ingresaron a Exactas en 1961, con tan solo 15 años.

Esa precocidad convalida lo que pensé de Dante el día en que lo conocí, dos años después de su regreso de Estados Unidos en 1972: se trataba de alguien brillante. Pero sus comienzos en la academia estu-vieron plagados de obstáculos. Fue lo opuesto a “estar en el lugar ade-cuado, en el momento adecuado”. De hecho, el conjunto de circuns-tancias trágicas como “la Noche de los Bastones Largos” del ´66 que lo hace viajar a Estados Unidos para doctorarse, la misión Ivanisevich que lo deja cesante en septiembre de 1974 y el golpe de la dictadura militar del ´76, impidieron el de-sarrollo de una carrera académica y fueron años muy, muy oscuros. Dante privilegió su familia y su país. Encontró, después de unos años, un lugar en la industria donde fue un protagonista con grandes aportes

EDMUNDO DANTE RAMOSpor Victoria Bekeris

en investigación y desarrollo. No me cabe duda que también hubie-ra tenido una carrera brillante en la academia.

Conocí a Dante siendo estudian-te de la licenciatura en física. A co-mienzos de 1974, tenía que elegir dónde cursar mi última materia que consistía en realizar durante 1 año un trabajo de investigación, teóri-co o experimental, en algún grupo acreditado de investigación. Quería hacer algo vinculado a la mecáni-ca cuántica y casi seguro en teoría. Pero corría la noticia por los pasillos de la facultad que dos investigado-res jóvenes, Dante Ramos y Daniel Sánchez, recién llegados de la Uni-versidad de Rutgers buscaban alum-nos y ofrecían propuestas novedosas e interesantes para el trabajo final en un laboratorio que ellos estaban creando: el Laboratorio de Bajas Temperaturas, el LBT. Acordamos una tarde visitar el laboratorio. Éra-mos varios (Victoria Carrilho, Gui-

llermo Martí, Gerardo Strejilevich -desaparecido unos años después durante la dictadura militar- y otros más) y allí Dante y Daniel nos di-vidieron en grupos y nos entrevista-ron, nos describieron los proyectos que ofrecían y sutilmente nos exa-minaron. Me impresionó de Dante la seriedad, la calidad científica de las propuestas y cómo jerarquizaba la física experimental. Pasé “el exa-men” y me ofrecieron un tema de trabajo: el estudio de la emisividad de películas delgadas a bajas tem-peraturas. Tenía un ingrediente adi-cional que me atrajo. La finalidad era construir un termo de Nitrógeno líquido de fabricación nacional, y usar esas películas metálicas como parte de la súper-aislación térmica. Comencé enseguida y fueron mu-chas horas semanales en el LBT, aun después que Dante y Daniel fueran cesanteados en septiembre de 1974. Finalmente el trabajo se terminó y publicamos un artículo, V. Bekeris, E. D. Ramos and D .H. Sanchez, “Apparatus to measure emissivities of metallic films between 90 K and room temperature”, Revista Brasile-ra de Tecnología 6 (1975) 235. Me-díamos desde 90 K porque comprá-bamos oxígeno líquido, lo presuri-zábamos o bombeábamos, todo un acto de cuidadosa valentía, con un mínimo de instrumental.

Lo recuerdo a Dante trabajando

Page 74: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 201972

con un halo de felicidad, de buen humor y parecía que todo le resulta-ba fácil. Se acercaba a ver si tenía-mos algún problema, traía propues-tas y nos dejaba trabajar. Un forma-dor de recursos humanos, sin duda.

Lo volví a ver muchos años des-pués en Ciudad Universitaria, un día en algún evento relacionado con su hermano Víctor, ya prestigioso geó-logo. Lo invité a que viniese a ver el

Laboratorio. Habían pasado más de 30 años, y quería mostrarle el resul-tado de su piedra fundamental, un laboratorio en funcionamiento, con investigadores, estudiantes, varios (Phys. Rev. Lett. y App. Phys. Lett.) para entonces pero no vino. Sí lo hizo en 2015, cuando habían pasa-do 40 años. Fue emocionante para ambos, entrar juntos en el laborato-rio, muy cambiados nosotros y muy renovado el laboratorio pero ningún

cambio borrará, al menos para mí, los esfuerzos, los dolores y la pasión que esconden sus paredes.

Sigo sintiendo que él es uno de los responsables a quien agradecer que se haga investigación experi-mental en bajas temperaturas en el Departamento de Física de Exactas y también hay que agradecerle los lo-gros en la empresa que lo contrató y permitió que despliegue su talento.

Page 75: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

MYSTERIOUS ARE THE WAYS OF THE LORD…

Palabras clave: laboratorio de bajas temperaturas, superconductividad inducida, diseños de plantas por computadora, laboratorio de nanofluídica.Key words: low temperature lab, superconductivity proximity effect, computer plant design, nanofluidics lab.

Edmundo Dante RamosSecretaría de InvestigacionesUniversidad de la Marina MercanteUDEMM

[email protected]

Cuando me propusieron escribir mi reseña, volcando en ella mi ex-periencia y vicisitudes con la Física, lo primero que pensé fue en las pa-labras con las que, acertadamente, describieron mis primeros intentos en una recopilación de la historia de Exactas1. Allí describen mis pasajes por el Departamento de Física como “lo más parecido a la Maldición de Sísifo…”. Es así que a esta Reseña no la puedo titular, como lo hicie-ron otros autores, “50 años de…”, o “Una vida dedicada a…”.

Sin embargo, y a pesar de lo que pareciera por esas experiencias, he disfrutado y he estado orgulloso a lo largo de mi vida de ser físico. Esa mentalidad formada en los años de Exactas, y más tarde en Rutgers2, in-fluyó muchísimo en mi forma de ver y encarar los desafíos en mis traba-jos aunque aparentemente no haya ejercido esa profesión a lo largo de mi vida.

1. MI INFANCIA

Nací en 1945 en el barrio de San Cristóbal. Tuve el poco frecuente re-galo de tener un hermano mellizo (gemelo), Víctor, lo que me permi-tió compartir toda mi infancia con

él; desde el vientre de mi madre a las comidas, los juguetes, las peleas, los paseos, la ropa de Julio (nuestro hermano mayor), los estudios en los primeros años de nuestra formación.

Para los tres hermanos fue muy importante la influencia de nuestro padre. Él era el mayor de sus her-manos, hijo de españoles reciente-mente llegados a la Argentina. La hambruna que asolaba España al comienzo del siglo pasado fue la causa por la que mis cuatro abue-los, que eran campesinos, se em-barcaran para buscar una vida más digna en nuestro país. Vinieron so-los y muy jóvenes, sin sus padres, sin educación, sin documentos, sin nada… a trabajar. Es así que mis pa-dres fueron educados en un ambien-te donde el mandato era progresar con el esfuerzo, trabajando y aho-rrando (“hay que valorar la comida”, “hay que tener casa propia”...). Mi padre tuvo que trabajar desde muy pequeño pero cuando terminó la primaria pudo ir a la Escuela Me-cánica de la Armada, donde recibió una muy buena formación técnica. Cuando le faltaba muy poco para graduarse, en la época de la revolu-ción del General Uriburu, cerraron la Escuela. Opinaban que era perder

el tiempo enseñarles a los marineros maquinistas trigonometría, termodi-námica o mecánica. Pero él ya había saboreado el gusto de aprender, y si-guió estudiando por su cuenta, y lo hizo siempre hasta sus últimos años. Esta experiencia lo llevó a transmitir a sus tres hijos el ansia de estudiar y el gusto de saber cosas nuevas. Desde muy chicos nos incentivó para aprender a leer, escribir, hacer cuentas, aplicar geometría. Nos en-señó la demostración del teorema de Pitágoras, con tiza y sobre las baldosas rojas del patio, hasta que pasamos el “puente de los burros” como él lo llamaba.

Cuando cumplimos cuatro años, nos mudamos a Villa Lugano donde mi padre había logrado comprar su casa. Cuando mi padre no nos en-contró lugar en la escuela para em-pezar el primer grado, tuvimos oca-sión de utilizar lo ya aprendido. Fue así como, a los cinco años, dimos nuestro primer examen, de dictado y de cuentas, para ingresar direc-tamente a Primero Superior. Unos años después con Víctor preparamos juntos el examen de ingreso al Na-cional Urquiza de Caballito y, poco después, alentados por nuestro her-mano Julio que había dado libre el

Page 76: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 201974

quinto año, nos pusimos a estudiar y dimos libre el tercer año. Pronto tuvimos que elegir qué íbamos a es-tudiar.

A mí siempre me gustó entender el funcionamiento de las cosas. Las desarmaba para saber por qué no andaban y, a veces, las lograba arre-glar. Aprovechando que mi padre era radio aficionado, estaba pendiente de cómo se manejaba el equipo y, cuando él no estaba, lo prendía y jugaba a que yo también lo era. Mi padre sabía que era yo cuando en-contraba algo fuera de lugar pero me explicaba el funcionamiento sin recriminarme demasiado. En esa época estaba fascinado también por la energía atómica, leía con mucho interés libros sobre el átomo, la bom-ba atómica y el futuro de la energía nuclear. También era fanático de las aventuras de ciencia ficción: tenía-mos la colección completa de la revista Mas Allá. Y cuando el Sput-nik3 empezó a dar vueltas alrededor de la Tierra, escuchábamos con mi padre, en silencio, en el receptor de onda corta, los pip-pip-pip que emi-tía, sin poder imaginar lo que estaría contando desde el espacio.

2. EXACTAS

Cuando llegó el momento de de-cidir qué carrera seguir, mi hermano Julio ya estaba terminando medici-na, Víctor decía que estudiaría abo-gacía, y yo estaba convencido que iba a anotarme en ingeniería. Una amiga de Julio, Inés Gómez, que estudiaba Biología en Exactas, nos alcanzó un librito muy ameno so-bre las carreras de esa facultad4. De más está decir que las desconocía. Cuando leí todas las cosas que in-vestigaba un físico, encontré que era lo que estaba buscando y no lo dudé más. Víctor también descubrió allí la Geología, y ambos, junto con quinto año, hicimos el curso de ingreso. En 1961, con 15 años, entramos los dos

Figura 1. 1961 Víctor y Dante Ramos, primer año de Exactas.

Figura 2. 1961 Aula Magna - Perú 222 - Dra. Fernández Rubio dictando Geometría Analítica.

a Exactas.

Ya desde el curso de ingreso empecé a disfrutar de mi elección. Me divertía mucho con el docente que dictaba Física, todavía recuer-do sus bromas y su manera informal de explicarnos la 2ª ley de Newton. Cuando un año más tarde cursé Físi-ca I con el Dr. Juan Roederer, que in-troducía los conceptos con detalle, demostrando todo y sin imponerlos, comencé a entender la física en se-rio, como él nos decía. Al usar las herramientas de cálculo diferencial me sentía poderoso para resolver-lo todo. Creo que ese curso fue mi

“puente de los burros”, como men-cionaba mi padre.

No puedo dejar de recordar el ambiente que se vivía en las viejas aulas de Perú 222, en las galerías que daban al patio central, el encuentro con mis compañeros con los que ter-minaría compartiendo tantos cursos, y las largas discusiones en las sesio-nes de resolución de problemas. Al-gunos de ellos me acompañaron toda la carrera y en mis primeros trabajos como graduado: Daniel Sánchez, Néstor Gaggioli, Pepe Ure, Celia Di-var, Carlos Dasso, Marcos Sarraceno, Enrique Zieger.

Page 77: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

75Mysterious Are The Ways Of The Lord…

Para el segundo año nos espera-ba inaugurar el Pabellón I de Núñez, donde todo lucía nuevo, los labo-ratorios de física impecables y muy modernos para su época, gracias a la donación de la Fundación Ford. Recuerdo llegar a Ciudad Universi-taria de mañana y pasar todo el día allí, entre las teóricas y las prácticas, las consultas a los ayudantes y a los profesores que estaban allí todo el tiempo. Se formó, así, un grupo muy cercano de compañeros con los que terminamos juntos casi todas las ma-terias, estudiando y discutiendo en un clima muy especial. También ar-mamos el equipo de volley de física y jugábamos al mediodía en las can-chas de Ciudad Universitaria.

Tuve el placer de cursar Mecá-nica I y II con Juan José Giambiagi, Electromagnetismo con Carlos Bo-llini, Mecánica Estadística con Felix Cernucci (nos íbamos a la facultad de Ingeniería en Paseo Colón para asistir a sus clases), Mecánica Cuán-tica con Daniel Bess, Física Nuclear con Anthony Evans. Los jefes de tra-bajos prácticos que tuve acababan de volver al país después de termi-nar sus doctorados en el exterior, o estaban terminándolos en Exactas. Entre ellos estaban Aberto Pignotti, Naren Bali, Roberto Perazzo, Mario Mariscotti, Ernesto Maqueda, Jorge Broglia, Gustavo Dussel, Miguel An-gel Virasoro… el nivel de los cursos era muy bueno y la exigencia en las prácticas y los parciales era altísima.

Más adelante comprendí que en esos años estaba disfrutando lo que se conoció como “la Edad de Oro de Exactas”, donde los concursos eran convocados sin proscripciones, y los profesores, nombrados por mérito. Casi todos los docentes tenían dedi-cación exclusiva, lo que permitía el contacto tan intenso con los alum-nos. Reinaba un ambiente de entu-siasmo y de mucho trabajo.

Figura 3. 1962 Campaña para las elecciones en Perú 222.

Figura 4. 1962 Dante Ramos votando autoridades para el Centro de Es-tudiantes.

Figura 5. 1964 Equipo de voley de Física: N. Gaggioli, Juan Simon, D. Sán-chez, C. Dasso, E. Díaz de Vivar, J.F. Vilas - Ciudad Universitaria.

Page 78: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 201976

Mi primera experiencia docente fue en el curso de Física del Ingre-so a Exactas de 1963. Había gana-do un concurso de ayudante bajo la dirección de Eduardo Flichman, promotor de la enseñanza por CCTV y coordinador del curso de Física. Antes de empezar nuestro trabajo frente a los alumnos, nos dio unas clases de dinámica, haciendo énfa-sis en los conceptos fundamentales. La profundidad de los mismos, por sus asociaciones con la filosofía y

con la epistemología de la física, fue una nueva sorpresa. Mi primera cla-se la di en el Aula Magna de Perú 222, frente a más de un centenar de alumnos de ingreso. Pese a sentirme superado al principio, para cuando terminaba el cuatrimestre creo que lo hacía bastante mejor.

Otra de las experiencias crucia-les en mi formación se la debo al Dr. Manuel Sadosky, quien en esos años había creado el Instituto del Cálcu-

lo. Él fue el responsable de la com-pra e instalación de la primera com-putadora traída a la Argentina, una Mercury de Ferranti, Inglaterra. Fue conocida familiarmente en Exactas como la Clementina. Pude tomar los cursos de programación Auto-code (todavía conservo el manual y la guía de problemas que debíamos resolver) y, al año siguiente, 1965, el curso de Convencional, más cerca-no al lenguaje absoluto de la máqui-na. No imaginaba en ese entonces la importancia que tendría la computa-ción en mi carrera profesional.

Al terminar todas las materias de la licenciatura empecé a pensar el trabajo final. Quería dedicarme a la investigación y hacer una carrera académica en Física. Estaba fascina-do con la idea de hacerla en física teórica, en especial sobre partículas elementales. En aquellos años, ese campo era apreciado por nosotros como el más deslumbrante porque, si bien la formación académica de todo el departamento de física era excelente, el nivel de los profesores y docentes auxiliares que nos daban física teórica en los últimos cursos se destacaba mucho.

Cumplía entonces 19 años de edad y, en la parada del barrio, donde diariamente me tomaba el colectivo para ir a la facultad, via-jaba también una hermosa vecina, Ester, quien estaba terminando sus estudios para ser profesora de físi-ca y matemáticas. Me ofrecí a ayu-darla con los problemas de física, y ahora llevamos mas de cincuenta años de casados. En aquellos años, ambos compartíamos la convicción de que mi futuro estaba en la Físi-ca así como, la decisión de cons-truirlo en Exactas dedicándome a la investigación. Tenía entonces un cargo de ayudante de segunda pero aspiraba a ganar un concurso de ayudante de primera con dedi-cación exclusiva. Estaba cursando

Figura 6. 2014 Charla de Juan Roederer "El Depto. de Física en los tiem-pos de Ñaupa" Exactas (cincuenta años después).

Figura 7. 2014 Entre los asistentes: Narem Bali, Roberto Perazzo, Daniel Bes, y Miguel Angel Virasoro (cincuenta años después).

Page 79: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

77Mysterious Are The Ways Of The Lord…

una materia de posgrado en Teoría Cuántica de Campos, que dictaban Bollini y Giambiagi. En una charla con Bollini sobre mi futuro en el de-partamento, me comentó el impulso que le estaban intentando dar a la física experimental. Me convenció de la necesidad de contar con más físicos experimentales para desa-rrollar los nuevos laboratorios que, con fondos de la Fundación Ford, ya empezaban a estar equipados y en funcionamiento. Me recomendó que visitara especialmente el labora-torio de bajas temperaturas, porque entendía que allí era donde hacía falta más gente. Hablé con el Dr. Fe-derico Westerkamp quien también me alentó a formar parte de ese la-boratorio y me presentó a Horacio Ceva y Almanto Scrizzi, quienes ya estaban trabajando en Bajas Tempe-raturas. Me captó lo que hacían con nitrógeno líquido (me congelaron la corbata), y el desafío de acercarme a los 0°K absolutos. No había dudas, ese era mi lugar.

Horacio Ceva me ayudó a elegir el tema para mi Trabajo de Semina-rio. Empecé haciendo las compras y, con la ayuda de Osvaldo Facal -el experto del taller en construir cosas que siguieran funcionando a esas temperaturas- encaré la construc-ción del aparato que iba a utilizar. El Ing. Carlos Graham, quien se había especializado en esa tecno-logía en Upsala, me ayudó con la producción de nitrógeno líquido. El proyecto había empezado a estar en marcha. Pero, para terminar las me-diciones en el rango de temperaturas del He líquido, me había quedado solo: Horacio se había ido a Upsala, Almanto a Grenoble y Carlos a Chi-le. Fue la ayuda de Paco de la Cruz, investigador del Balseiro que esta-ba de visita en Exactas, y de Aníbal Gavini, investigador del Laboratorio de Sólidos, la que me permitió ter-minar las mediciones a 4°K con las que concluí mi Trabajo de Seminario

y rendí el examen final con Bollini. Poco después, a fines de 1965, ob-tenía por concurso el cargo de ayu-dante de primera full-time, junto con Daniel Sánchez, con quien había cursado toda la carrera, y que tam-bién decidió acompañarme en el La-boratorio de Bajas Temperaturas.

Con Daniel hicimos un plan de trabajo para terminar de equipar el laboratorio con fondos del depar-tamento, hicimos los pedidos de compras, los llamados a licitaciones y nos pusimos a estudiar. Estaba ter-minando un curso de posgrado en Estado Sólido con Norberto Majlis,

Figura 8. 1965 Equipo para el Trabajo de Seminario. LBT Pabellón 1 Exac-tas.

Figura 9. 1965 Dante Ramos terminando las mediciones. LBT Pabellón 1 Exactas.

Page 80: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 201978

con miras a juntar créditos para ha-cer mi doctorado, cuando todo se derrumbó.

3. LA NOCHE DE LOS BASTO-NES LARgOS

Ya es muy conocido lo que ocu-rrió ese día5. El golpe del General Onganía y la intromisión de la poli-cía en la Facultad en Perú 272 provo-caron la respuesta en bloque de casi todos los docentes de Física, más de 80 renunciamos a nuestros cargos en septiembre de 1966. Por la tras-cendencia que tuvo el hecho de que un importante profesor extranjero fuera irracionalmente golpeado esa noche, tuvimos la solidaridad de la comunidad científica internacional.

Después de varios meses a la de-riva, y de aplicar a varias universida-des que tenían la especialización en Bajas Temperaturas, Daniel Sánchez y yo obtuvimos una beca de la Na-tional Science Foundation para ha-cer el doctorado en Rutgers Univer-sity, con el Prof. Bernard Serin, un físico experimental de reconocido prestigio internacional, pionero en superconductividad. Además con-seguí una beca Fullbright para cu-brir el pasaje de avión. Cuando fui a retirar el pasaje recibí otro golpe de Onganía: me comunican en Full-bright Buenos Aires que acababan de prohibirles el pago de pasajes a científicos que estaban yéndose del país, bajo pena de cerrar sus oficinas en Argentina. Tuve que endeudarme pero, finalmente, viajé a Estados Unidos en enero de 1967. Como compensación, Fullbright me ofre-ció pagar el futuro viaje de regreso al país y, casi cinco años más tarde, cumplía con ese ofrecimiento.

4. RUTgERS UNIVERSITY

Me radiqué en New Brunswick, en el campus histórico de Rutgers, y unos meses después me casé con Es-

Figura 10. 1967 Laboratorios de Física (actualmente "Prof. Bernard Serin Labs") en University Heights - Rutgers University.

Figura 11. 1970 Equipo usado en la tesis de PhD. LBT en University Heights - Rutgers University.

Page 81: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

79Mysterious Are The Ways Of The Lord…

ter. Ambos teníamos 21 años y em-pezábamos nuestra vida juntos con mucho entusiasmo. Ella inició sus estudios de posgrado en una nueva carrera, Literatura, en el Romance Language Department de Rutgers.

Vivíamos dentro del campus, en las casas de la universidad, a unas pocas cuadras del lugar donde yo trabajaba. El contraste no podría ser mayor. No solo por los cambios en mi vida personal, sino, sobre todo, por lo modernas que eran las insta-laciones del departamento de Física. Los laboratorios de Bajas Temperatu-ras se sucedían uno tras otro, ocu-pando la mayor parte de la planta baja. Todos muy bien equipados, con servicios de nitrógeno y helio líquido, que permitían diseñar ex-periencias en cualquier rango de temperaturas hasta llegar incluso a unas milésimas de grados Kelvin. Otra cosa que me impresionó era la figura de Bernard Serin, mi advi-ser. Él se ocupó desde mi plan de estudios hasta de mi mantenimiento económico y mi futuro, casi como un padre. No hizo ningún caso a mis certificados de estudios. Me quedé con la impresión de que no eran necesarios. Unos seis meses después, cuando me preparaba para el examen de ingreso al doctorado, entendí que lo que importaba era mi desempeño en esas pruebas. Estas se prolongaron durante una sema-na completa, mañana y tarde, en la que pasamos las horas resolviendo temas en todo el amplio espectro de la física. Allí me destaqué con res-pecto a otros graduados americanos, y eso se debió a la excelente forma-ción teórica que recibí en Exactas. Pero, cuando empecé a trabajar en los laboratorios, me di cuenta del pobre conocimiento de tecnología con el que egresamos, y de la escasa familiaridad que tenía con el equi-pamiento que necesitaba dominar. Me ayudaron mucho los cursos de computación realizados en Exac-

tas. Aquí el departamento de física contaba con una PDP-6 de Digital, y tomé cursos de Fortran II que me permitieron hacer mis propios pro-gramas para realizar los experimen-tos en el laboratorio. Teníamos que cargar nuestro programa en cintas DEC en el centro de cómputos, pero después teníamos un teletipo al lado de nuestro crióstato con el que in-teractuábamos durante el desarro-llo de la experiencia para registrar las mediciones, y analizar los datos mientras avanzábamos con la mis-ma. Trabajábamos online.

El programa de estudio de la li-cenciatura en Exactas no tenía ma-terias de Física de Sólidos, que eran las que entonces empezaban a ha-cerme más falta. Por ello, durante dos años, tomé unos cuantos cursos en el tema, a los que sumé, por pura curiosidad, otros en Relatividad Ge-neral, con el Dr. E. Lynton, del grupo de relatividad de Rutgers.

Todas las semanas Serin reunía a su grupo de trabajo, y cada uno mostraba sus avances y las dificulta-des con las que se encontraba. Pre-sentábamos, de forma alternada, los temas nuevos que íbamos abarcan-do para seguir juntos todos los as-pectos de nuestras investigaciones. Los temas en los que trabajé esos años, todos en el rango de las bajas temperaturas, fueron variados:

– Preparación de muestras por de-posición de films delgados para estudiar el Efecto Túnel entre superconductores inducidos por proximidad (thin films induced superconductivity).

– Fenómenos de transporte en el Efecto Túnel en uniones de con-tacto puntual (point contact Nb-Nb and Ta-Nb junctions) entre dos superconductores y la pre-paración de las puntas metálicas por métodos electroquímicos.

– Conductividad térmica en el Efec-to Túnel entre semiconductores y superconductores (GaAs(Zn)-Nb) y entre dieléctricos y super-conductores (GaAs(Cr)-Nb) en contacto puntual. Estudio de la resistencia de Kapitza en dichos sistemas, con integración numé-rica de la conductividad térmica en el modelo de Maki.

– Efecto Kondo en films con su-perconductividad inducida y su conductividad térmica con el agregado de impurezas magnéti-cas muy diluidas que presenten momentos magnéticos localiza-dos (Pb(Bi)/Ag(Mn)/Pb(Bi)).

– Efecto Kondo en el sistema Ag(Mn) mediante le resistividad en films y en muestras sólidas en un crióstato refrigerador en el rango 0,25°K a 1,5°k construido especialmente para esta expe-riencia.

Algunos de estos trabajos fueron publicados en revistas americanas y europeas6-10, y el último fue utiliza-do en mi tesis doctoral que presenté en diciembre de 1971. Cuando ter-minaba mi tesis, Bernard Serin me propuso buscar juntos un lugar para continuar mi carrera en Estados Uni-dos, incluso me ofreció la posibili-dad de ir a AT&T Bell Laboratories en Murray Hill, New Jersey, con quie-nes trabajábamos en colaboración en la preparación de las aleaciones durante mi estadía en Rutgers. No acepté su ofrecimiento porque que-ría volver a la Argentina para aplicar mis conocimientos en el Laborato-rio de Bajas Temperaturas, y porque queríamos que mi primera hija, ya en camino, naciera allá. Yo me había presentado unos meses antes a un concurso de Profesor Adjunto full-time en Exactas. Tengo que destacar el apoyo de Ester en esta decisión, ya que estaba haciendo una buena carrera en Literatura; había ya obte-

Page 82: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 201980

Figura 12: 1973 De vuelta en Exactas.

nido un Master, y estaba trabajando en su doctorado. Prometió a su di-rector de tesis volver para defender-la pero, ya en Buenos Aires, cambió su futuro académico para disfrutar a nuestros cinco hijos.

5. EXACTAS - SEgUNDA PARTE

Cuando llegué en enero de 1972, el Dr. Máximo Barón, en ese momento jefe del departamento de Física, me ofreció en forma interina un cargo de Jefe de Trabajos Prácti-cos para trabajar en Bajas Tempera-turas. Daniel Sánchez volvió poco después, y de nuevo estábamos arrancando juntos, casi de cero, y en iguales condiciones que hace cinco años atrás. En uno de los depósitos del laboratorio, encontramos unas cajas con los dewars que habíamos encargado construir en el 1966 al Centro Atómico de Bariloche. Se ha-bía producido el retorno de algunos profesores (Bali, Pignotti, Virasoro, Pinczuk, etc.), gracias a los concur-

sos de 1971, resultantes de un cli-ma político de mayor apertura y de la convocatoria a futuras elecciones del General Lanusse.

Daniel y yo éramos los únicos graduados que estábamos en el la-boratorio de Bajas Temperaturas.

Pedimos y obtuvimos subsidios del CONICET para construir un refri-gerador de 3He, ($600.000 para el período 1972-73 y $1.200.000 para el período 1973-74). Con estos fon-dos empezamos a equipar el labora-torio. Ambos ingresamos también a la carrera de Investigador Científico del CONICET, y pudimos viajar con becas de la OEA a las Escuelas Lati-noamericanas de Física en Caracas (1972), y en México (1974) donde tomamos cursos de Estado Sólido y discutimos nuestros proyectos con profesores del exterior. En esos años publiqué algunos trabajos en bajas temperaturas en revistas internacio-nales8-9 pero siempre basados en lo hecho en la Universidad de Rutgers. También participé en las reuniones de la AFA en el interior donde divul-gamos nuestra experiencia en bajas temperaturas y los primeros trabajos realizados en el laboratorio, y en un congreso en Belo Horizonte (1973), Brasil.

Figura 13. 1974 Escuela Latinoamericana de Física - UNAM Ciudad de México.

Page 83: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

81Mysterious Are The Ways Of The Lord…

De esa época recuerdo a los pri-meros graduados que hicieron con nosotros sus trabajos finales. Omar Caporaletti fue el primero en termi-nar, y lo ayudamos a obtener una beca de doctorado con el Dr. Jim Daniels en Vancouver, Canadá. Al terminar su PhD, ya en la época del General Videla, decidió quedarse y seguir su carrera profesional fuera del país. Entre otros alumnos, empe-zaron su seminario en esos años: Ri-cardo Juárez, Nelly Cortés, Victoria Carrilho, y Victoria Bekeris. También recuerdo al entusiasta Gerardo Stre-jilevich que estaba construyendo un crióstato para medir conductividad térmica para su trabajo final, que nunca terminó. Tiempo después su-pimos que era uno de los desapare-cidos de la época del proceso11.

Todos estos planes, proyectos y trabajos en curso se vieron interrum-pidos abruptamente en septiembre de 1974 con la misión Ivanisevich12. El Dr. Alberto Ottolagano, rector in-terventor de la UBA después de la muerte del General Perón, nos en-vió un telegrama diciendo “…tengo el agrado de comunicarle..” que nos dejaba cesantes. Por si nos quedaban dudas, el decano Zardini nos envió un segundo telegrama “ratificando” la cesantía. Nos prohibieron el ac-ceso al Pabellón 1. Hasta nos dieron el último recibo de sueldo en unas mesas que sacaron afuera, frente a la entrada principal, para no dejar-nos entrar. No volví a pisar el depar-tamento de Física hasta después de 1983, y el laboratorio hasta julio del 2015, cuarenta años después.

6. UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PAMPA

Yo seguía perteneciendo a la Ca-rrera de Investigador en el CONI-CET, pero no tenía lugar donde de-sarrollar mis investigaciones porque tenía prohibido el acceso a Exactas. Fue por ese entonces que la Univer-

sidad de La Pampa quiso crear su propia Facultad de Ciencias Exactas, y organizó un encuentro para discu-tir la posibilidad de atraer profeso-res y conseguir asesoramiento para su formación. La coordinación de la convocatoria fue delegada en dos matemáticos españoles, republica-nos exiliados en Argentina, muy re-conocidos por su labor en la Univer-sidad de Buenos Aires donde habían sido docentes: los doctores Luis San-taló y Manuel Balanzat. Ellos fueron quienes nos invitaron al encuentro. Junto con mi compañero Néstor Ga-ggioli partimos en tren a Santa Rosa, formando parte de una comitiva nu-merosa, comentando la propuesta, y deseando conocer la Universidad.

Acepté la propuesta sabiendo que, una vez más, tendría que em-pezar de cero. Pero no quería vol-ver a emigrar como muchos de mis compañeros, quienes, para seguir sus carreras como físicos, tuvieron que rehacer sus vidas fuera del país. Privilegié seguir formando mi familia en la Argentina y poder arraigar só-lidamente a mis hijos en esta tierra. Fui nombrado Director del Depar-

tamento de Física y profesor titular full-time. Teníamos una importante carga de cursos para dictar porque éramos responsables de todos los cursos de Física que se dictaban en la Universidad.

La experiencia pronto confirmó mis temores. Si bien empecé dictan-do un curso de Relatividad para los docentes de Física, con la esperanza de interesarlos, los fondos para la investigación nunca existieron. Fui-mos a visitar un destilador solar que la UNDLP había instalado en una es-cuela rural, para conocer y desarro-llar esas tecnologías. En ese contex-to participamos en un congreso de energía solar que se hizo en Salta, y buscamos un lugar para levantar un laboratorio taller para construir una línea de prototipos. Con Néstor Ga-ggioli sólo conseguimos un galpón de la estación Cachirulo, a 5 km de Santa Rosa, de 400 metros cuadra-dos. Nuestra desilusión fue gran-de cuando fuimos a conocerlo. Era todo de chapa y las paredes estaban picadas por el óxido hasta casi un metro de altura. El viento patagóni-co corría a través con toda libertad.

Figura 14. 1976 Dr. A. P. Calmels (C. Naturales), Prof. J. Zabala (Química), Prof. H. Iervasi (Matemáticas) y Dr. E.D. Ramos (Física) - Directores de Departamento de la Facultad de Ciencias Exactas UNLP - Santa Rosa.

Page 84: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 201982

En 1975 publiqué mi último tra-bajo en bajas temperaturas con de-sarrollos realizados en Rutgers10. Fue mi despedida del tema ya que, con el golpe de estado del General Vide-la en marzo de 1976, el Coronel Ra-món Camps tomó bajo su control la provincia de La Pampa. En octubre de 1976, después de la desaparición de varios profesores compañeros de esta universidad, decidí renunciar y dejar la vida académica.

7. TECHINT INgENIERÍA

Cerca de un año atrás los doc-tores Naren Bali y Alberto Pignotti habían ingresado al departamento de Ingeniería de Techint S. A. bajo la dirección del Ing. Eduardo Baglieto. Nadie sabía bien qué podrían apor-tar físicos en una empresa de inge-niería y construcciones, pero el Gru-po Techint quería contar con profe-sionales del mayor nivel para resol-ver sus problemas de ingeniería. En julio de1966 ya habían realizado aportes importantes a los cálculos de estructuras para la construcción del puente Zárate-Brazo Largo. Cuando los contacté buscando trabajo, lo primero que me dijeron, y repitieron varias veces, era que estaba renun-ciando a una carrera en Física. Una vez que se convencieron que lo en-tendía, me contaron los proyectos que estaban encarando… así inicié una larga trayectoria de casi 30 años en la empresa, hasta mi retiro.

Como no podía despedirme del todo de la Física, y no podía volver a la UBA, dos meses después me pre-senté a un llamado a concurso de la Universidad de la Marina Mercante para un cargo de profesor titular part-time, y desde fines de 1976 sigo enseñando Fisica ininterrumpida-mente en la Facultad de Ingeniería de la UDEMM.

En Techint, el primer proyecto fue desarrollar una tecnología que

sólo poseían las más importantes empresas de ingeniería del mun-do dedicadas a la construcción de plantas petroquímicas. Era un siste-ma resguardado por estas empresas puesto que consistía en una de sus ventajas competitivas y la razón por la que eran excluídas las que no lo poseían. Esto obligaba a Techint a asociarse con ellas para poder parti-cipar en plantas que desarrollaba en Latinoamérica y el resto del mundo. Nos llevó más de dos años a los tres físicos desarrollar el sistema de cóm-putos de materiales MTO (material take-off system) con la inteligencia necesaria para entender qué compo-nentes necesitaba una determinada cañería de agua a alta presión, u otra para desagüe de productos químicos contaminantes. Poder hacer el cóm-puto, saber cómo comprarlas, alma-cenarlas, y finalmente, en qué línea se debían colocar, aún cuando mi-les y miles de componentes estaban bajo constantes revisiones de inge-niería. Fue todo un éxito y durante 12 años se usó en las plantas que Techint construía con autonomía, y se llegó a usar hasta en Techint Italia.

Así siguieron otros proyectos, que esta vez realizamos solos Naren

y yo. Lo que más me impactaba era el respeto que se tenía por nuestros conocimientos y por nuestras pro-puestas, y la fe con que se invertía lo necesario. En 1980 propusimos, jun-to con el Ingeniero Basilio Jezienie-ki, adquirir un plotter para confec-cionar los planos automáticamente a través de la parametrización del diseño. Propuesta que fue aceptada, pero el Ing. Baglieto no conforme con eso, nos pidió además hacer toda la producción de planos de for-ma computarizada. Conformamos entonces un grupo de ingenieros y proyectistas, con el que fuimos a la empresa CADAM Inc, en Burbank, California. Con el fin de adquirir el skill necesario, estuvimos una tem-porada allí, donde veteranos pro-yectistas, que diseñaban los aviones de la Lockheed, nos enseñaron los secretos del diseño computerizado. Ya de vuelta, y después de una muy importante inversión, y no sin pro-blemas, implantamos esa tecnolo-gía en Ingeniería, desde donde fue extendiéndose hasta abarcar toda la producción. Fuimos líderes en el tema tanto en el país como en el res-to de Latinoamérica. Fundamos la Asociación Argentina de CAD/CAM para dar a conocer esta tecnología,

Figura 15. 1991 Dante Ramos, Alberto Pignotti, Roberto Rocca - Techint S.A.

Page 85: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

83Mysterious Are The Ways Of The Lord…

de la que fui su Presidente por va-rios períodos. Pocos años después retiramos el último tablero de dibujo manual de Techint, porque cientos de proyectistas ya hacían todos los planos por computadora.

Con el desarrollo de la tecnolo-gía computacional y la capacidad de procesamiento de los mainframes, implementamos la maqueta elec-trónica en tres dimensiones donde podíamos construir virtualmente la planta con un grado de detalle en el cual cada componente, cada válvu-la y cada accesorio podía ser iden-tificado de modo unívoco. Esta vez contamos con la ayuda de otros dos físicos de Exactas, Margarita Diaz y Mario Weber, con quienes desarro-llamos un sistema que interrogaba la maqueta virtual para identificar en cada línea todas sus componentes. Esto permitía casi instantáneamente tener automatizado el cómputo de materiales, los pedidos de compra, el stock en los depósitos. Fui invita-do a dictar conferencias en Estados Unidos para mostrar nuestra expe-riencia: una vez armada la maque-ta, todos los planos salían como un subproducto de la misma. Cientos de planos emitidos automáticamen-te con todo el detalle para ser mon-tados. También me invitaron al Ins-tituto Tecnológico de Monterrey en México para dar cursos y conferen-cias, actividades que se replicaron en Río de Janeiro.

7.1 TEChinT SiSTEmAS

En 1992, 16 años después, ha-bía dejado la ingeniería en segundo lugar y, ya desempeñándome como gerente de sistemas, vi la necesidad de modernizar la arquitectura IT de la empresa. En mis viajes a congre-sos de la especialidad, y a través de todo lo que se publicaba especial-mente en Estados Unidos, empecé a discutir ideas que eran muy innova-doras para los estándares del Grupo-

Techint12, y para la realidad del país. Iba muy temprano a trabajar a la mañana para poder estudiar tranqui-lo un par de horas lo que estaba pa-sando en el mundo IT. Cuando hice la propuesta a la Gerencia General recibí como respaldo: “Adelante, si nos equivocamos nos equivocamos juntos…”. Hicimos benchmarks en varias casas matrices de los provee-dores en Estados Unidos y, aprove-chando el uso de las computadoras personales, adoptamos la arquitec-tura Client/Server. Fue así que fui-mos la primera empresa en el país en abandonar la tecnología main-frame de IBM y pasarnos a sistemas abiertos.

El siguiente desafío fue evitar el caos que se produce cuando más de dos mil usuarios distribuidos en la sede, en las obras de la Argentina y en el mundo, querían independizar-se y trabajar en sus computadoras personales con soluciones locales e independientes. Implementamos un sistema ERP (Enterprise resource planning) para integrar la gestión y el control de la administración de la empresa de forma centralizada con una única base de datos relaciona-

les. Esta integración nos permitió automatizar funciones back office como servicios y recursos humanos. Nuevamente fuimos reconocidos como la primera empresa argentina en usar las aplicaciones distribuidas por Latinoamérica y el mundo. La red privada estaba basada en una red local con tecnología de swit-ching y una red extendida con en-laces de microondas punto a punto y satelitales. De más está decir que más adelante, con la llegada del ac-ceso global a Internet, a través de VPN (virtual private network) po-tenciamos esta tecnología casi sin costos.Toda esta experiencia la pude ir compartiendo a través de las con-ferencias, congresos internaciona-les y seminarios que organizaba en la sociedad de informática SADIO, con la cual colaboré muchos años y fui su Presidente en varios períodos.

8. CONSIDERACIONES FINALES

En la actualidad, ya jubilado, además de seguir disfrutando la en-señanza de la física en la UDEMM, dirijo también la Secretaría de Inves-tigaciones. Con el apoyo del CONI-CET implementamos un convenio,

Figura 16. 1999 Dante Ramos, F. Shortrede - Gerencia de Sistemas, Te-chint S. A.

Page 86: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 201984

con la participación del Dr. Ing. Gui-llermo Artana, para el asesoramiento y desarrollo de la investigación en la UDEMM. En este marco, solicitamos subsidios al MINCYT para la repa-triación de científicos (Programa Raíces), y, con el apoyo económico del ministerio, construimos y equi-pamos el primer laboratorio de mi-crofluídica del país. Gestionamos también la participación de investi-gadores de la carrera de CONICET en los proyectos de nanotecnología en fluidos que se desarrollan en ese laboratorio.

No puedo dejar de mencionar el logro más importante, el haber formado junto con Ester una mara-villosa familia. Pude transmitir a mis hijos el mismo impulso que recibí de mi padre: Ana (46), doctora en antropología de la UBA/ investiga-dora del CONICET, Lila (43), licen-ciada en turismo de la USAL y en educación en UNSAM, Andrés (41), profesor de física en la UBA y mas-ter en sistemas del ITBA, Elsa (37), arquitecta de la UBA, y Miguel (34), doctor en geología de la UBA / in-vestigador del CONICET. Esperamos con entusiasmo la llegada de mi 14 avo nieto, Bernardo, para febrero, mientras Juan (17), el mayor de mis nietos, se está inscribiendo en el curso del CBC de la UBA para en-trar a diseño de imagen y sonido. No dudo que lo seguirán muchos nietos más.

Ahora, y con la perspectiva de todos estos años, miro los momentos críticos de mi vida. Tomé decisiones consciente de que me apartaban de una carrera académica en la física tal como la planeaba de joven. Creo tam-bién que pude devolver la inversión realizada en mi educación científica, tanto con el desarrollo de tecnologías que, en otras áreas, ayudaron al pro-greso de mi país, como contribuyen-do para que una nueva generación de argentinos lo pueda seguir haciendo.

Figura 17. 2011 Inauguración del Laboratorio de Microfluídica – UDEMM.

Figura 18. 2017 Dante y Miguel Ramos - Graduación de Doctor en Geo-logía, Exactas.

Page 87: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

85Mysterious Are The Ways Of The Lord…

Guardo la esperanza que no vuelvan a repetirse episodios trau-máticos, como lo fue el golpe de estado del General Uriburu para mi padre, o todas las calamidades por las que pasamos todos estos años: golpes de estado y arbitrariedades

políticas. Tantas capacidades, es-fuerzos y grupos formados de cien-tíficos que fueron dispersados y/o obligados a emigrar… y el atraso de muchos años en la ciencia de nues-tro país.

Figura 19. 2017 Con nuestros hijos: Elsa, Andrés, Ana, Ester, Dante, Lila, y Miguel.

Cuando pienso sobre las deci-siones que he tomado, me suelo preguntar si estas fueron buenas pero viendo que a pesar de todo he sido bendecido, como dice el Antiguo Testamento, “con una lon-geva y próspera vida, rodeado de

Figura 20. 2017 Mis nietos.

Page 88: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 201986

una numerosa descendencia”, me respondo como el sabio chino del cuento13,“¿Qué es bueno, qué es malo, quién sabe?”.

9. BIBLIOgRAFÍA

1. Calzetta Esteban, 2016. 150 Años de Exactas.Buenos Aires, FCEN UBA - Eudeba.

2. Graduate School of Rutgers Uni-versity, New Brunswick, 1966-1971, New Jersey.

3. https://www.space.com/17563-

sputnik.html

4. “888 palabras sobre la ciencia”, 1960, FCEN.

5. Ruptura y Reconstrucción de la Ciencia Argentina, Seminario, 2007, MINCYT.

6. Ramos E. D. 1972. Dissertation Abstracts International, Vol 32, Num 12.

7. Ramos E. D. y Sanchez D. H. , 1974. Criogenics, junio.

8. Ramos E. D. 1974, Solid State Communication, Vol15, pp1161,.

9. Ramos E. D. 1975. Journal of Low Temperature Physics, Vol 20, Num 5/6. 10. Ramos E. D. 1976.Solid State Communication, Vol17, pp. 363. 11. El Cable 678, 26/3/2008, Exactas UBA.

12. Information Technology, vol 8, pp. 52, Dic 1996.

13. http://www.universoyoga.com/cuentos/bueno_y_malo.pdf

Page 89: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

SEMBLANZA

Conocí a Hebe en Campinas, Brasil. Debe haber sido en 1987. Ella había llegado desde Venezuela, aceptando la invitación de Amíl-car Herrera, un prócer del llamado “Pensamiento Latinoamericano en Ciencia, Tecnología y Sociedad” que había promovido allí la creación de un Departamento de Política Cien-tífica y Tecnológica. Creo que al-guna vez me dijo que aceptaron ir allí (junto con Santiago Bilbao, su marido) porque estaba más cerca de Buenos Aires, algo así como “ir volviendo de a poco” de un exilio que había comenzado hacía mu-chos años. Me habían encargado de la UNESCO hacer un catálogo de los programas de estudios sociales y políticos sobre la ciencia en Amé-rica Latina. Recuerdo de ese primer encuentro, la naturalidad de Hebe para hacer todas las cosas como si no le resultara ningún esfuerzo y que sentimos una inmediata empa-tía. Sobre todo porque unas horas antes había tenido un frustrante diá-logo con Amílcar Herrera, a quien con la ignorancia de la juventud se me ocurrió tutear. Él me trató seca-mente y de usted, para remarcar mi desubicación, y me mandó a hablar con Hebe.

Tiene razón Hebe en que es raro pensarla como argentina. Es más, en el mundo académico “del Norte” al-guna gente no sabe “de dónde es”. Y

HEBE VESSURIpor Pablo Kreimer

me parece que lo más justo es pen-sar que es latinoamericana. Incluso su acento es latinoamericano, con modismos de muchos países que se le fueron pegando, y que se mezclan en las conversaciones.

Aunque Hebe haya llegado al es-tudio de la ciencia por casualidad, me parece que estos temas están en continuación con una preocupación suya que es anterior, diría incluso que es “pre-científica” y que tiene que ver con el conocimiento huma-no. Ya sea que se trate de los modos de organización del lenguaje, de la organización social o productiva de diversos grupos humanos, o de los saberes ancestrales, finalmente la pregunta es más o menos la misma: ¿cómo se relacionan los hombres y mujeres con el mundo físico, natural y social? ¿Cómo interactúan, cómo lo representan, cómo lo modifican?

Y pensado así, el tránsito de la antropología ocupada de socieda-

des y grupos más o menos desarro-llados, hacia la ciencia como con-junto ordenado y propio de cierto tipo de sociedades, parece ir modu-lando notas de una misma y com-pleja partitura.

En relación con la ciencia, a Hebe le interesaron e investigó mu-chas cuestiones (la universidad, las relaciones entre saberes formales y saberes tradicionales, las relaciones entre ciencia e industria, el desarro-llo de campos del conocimiento, etc.). Pero creo que hay una que sobresale de las demás, y es la que encierra más interrogantes: aquella de la “ciencia periférica”. Por un lado, la ciencia periférica puede ser pensada como una mera repe-tición, copia o transferencia de la verdadera “ciencia moderna” (Wes-tern Science, dicen nuestros colegas del Norte). Ciencia subordinada, en otros términos. Y es allí en don-de Hebe se esforzó en mostrar que, dentro de una práctica tan universal y universalizada como la ciencia, había espacios para la actividad de investigación que se hacía en países no centrales, en centros periféricos, para un “modo propio” de hacer ciencia que, sin ser comparable con los grandes centros hegemóni-cos, tenía un valor importante y que debía ser rescatado. Dicho de otro modo, que había allí un material para desarrollar un vasto programa

Page 90: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 201988

de investigaciones desde las cien-cias sociales.

Hace unos pocos años termina-mos juntos un artículo largo (¡muy largo, según los editores!) sobre la ciencia latinoamericana, desde la independencia (y aún antes) hasta la actualidad. Y allí queríamos mostrar que, aún siendo periférico (o tal vez precisamente por eso mismo) ese conocimiento generado localmente tenía valores que necesitaban ser puestos de relieve, que atravesaba tensiones propias y que nos interpe-laba, no sólo como científicos, sino sobre todo como ciudadanos.

Es preciso señalar el camino que ella abrió hace varias décadas: po-der hablar de la ciencia latinoame-ricana generando, al mismo tiem-po, conceptos y teorías que puedan dialogar con la “ciencia mundial”; es decir, hablar de la periferia pero no desde un lugar periférico. Ello permitió ir generando un diálogo de pares con los colegas que estudian la ciencia y la tecnología en los paí-ses desarrollados, y que estos -de a poco y con mucho esfuerzo- reco-nocieran los desarrollos en el estu-dio social de la ciencia en América Latina.

El reconocimiento de nuestros colegas latinoamericanos fue unáni-

me ya que, de algún modo, han re-conocido en la trayectoria de Hebe a quien nos marcó un puente entre una generación de pioneros que pensaron críticamente la ciencia allá en la década del ´60 del siglo pasado (el llamado “Pensamiento la-tinoamericano”), con las nuevas ge-neraciones. Cuando la Sociedad La-tinoamericana de Estudios Sociales de Ciencia y Tecnología (ESOCITE) instituyó en 2014 el Premio Oscar Varsavsky (otro prócer del “pensa-miento latinoamericano”) a la tra-yectoria destacada en este campo, la primera que lo recibió, natural-mente, fue Hebe Vessuri. El nombre del premio y de quien lo recibe nos ofrecen una buena síntesis de aquel puente, que es generacional, pero que también refiere a valores com-partidos.

El reconocimiento va más allá de nuestra región, ya que -entre otras distinciones que recibió- la Society for Social Studies of Science (4S) le otorgó el Premio John Bernal a la trayectoria en este campo, hace un par de años. Fue la primera vez que dicho premio (que se entrega desde hace 3 décadas) correspondió a un investigador que no fuera de Europa o de América del Norte.

Como parte de los puentes que Hebe fue tendiendo, nos encontra-

mos juntos en muchísimos lugares insólitos del mundo (Hebe vive en los aviones). En cada uno de esos lugares nosotros, es decir, la genera-ción que no tuvo más remedio que tomar la posta, nos sentimos más seguros sabiendo que Hebe iba a es-tar allí ayudándonos a explicar qué cosa es América latina, su sociedad y su ciencia.

Otro aspecto del “puente” tiene que ver precisamente con las gene-raciones más jóvenes, aquellos que recién se inician en estos temas. Cuando defendí mi tesis de doctora-do en Francia (hace ya muchos años) me sugirieron que invitara como ju-rado a alguien de América Latina, a lo que respondí “Hebe, claro”. No había otra posibilidad. Con los años la invité como jurado de tesis de muchos de mis discípulos, y recuer-do que alguna vez dijo con mucho cariño “son como los nietos y aún biznietos científicos”.

Me gustaría terminar este breve texto recordando lo que me dijo al oído hace bastante tiempo un presti-gioso historiador de la ciencia fran-cés, en alguna reunión internacio-nal que Hebe estaba coordinando: “C’est vrai qu’elle est une grande dame!”. Me parece una justa defi-nición.

Page 91: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

LAS CULTURAS DE LA CIENCIA. UNA APROXIMACIÓN A SU ESTUDIO DESDE AMÉRICA LATINA

Palabras clave: culturas de la ciencia, socioantropología de la ciencia, América Latina.Key words: science cultures, socioanthropology of science, Latin America.

1. INTRODUCCIóN

Me resulta raro definirme como argentina, pues he vivido más de dos terceras partes de mi vida fuera del país, sin extrañarlo. Y sin embar-go, percibo que en lo que soy, como soy, algo me ata: paisajes, olores, una cotidianidad que me resulta profundamente familiar y me da un sentido de pertenencia que no creía que pudiera llegar a tener.

Cursé la primaria en tres escue-las públicas de Buenos Aires, ter-minando en el Normal Nro. 10, en Barrancas de Belgrano, donde tam-bién hice los tres primeros años de la secundaria. Recuerdo que siem-pre acababa siendo abanderada, lo cual me producía una sensación de incomodidad marcada. No me gus-taba diferenciarme del resto de mis compañeras. Cuarto y quinto años decidí rendirlos libre, es decir, sin cursarlos regularmente sino prepa-rando los exámenes finales yo sola. Como mi madre sentía que era un

capricho de mi parte, me dijo que tendría que trabajar al mismo tiem-po y así lo hice. Mis primeros traba-jos rentados los tuve entre los 16 y los 17 años, primero como celadora y maestra de inglés en una escueli-ta privada en Munro y, después en una editorial muy simpática en la que aprendí a trabajar en equipo y conocí a personas muy cálidas. Sus dueños eran italianos, romanos, y la editorial, que se llamaba Fascina-ción, publicaba revistas de fotono-velas y de cowboys en dibujitos. A mí me encargaron las secciones de recetas de cocina, belleza, y horós-copos, además de colaborar en la corrección de los textos que otras personas transcribían en globitos so-bre las fotografías de las fotonovelas que se hacían con producción pro-pia. Muchas veces, los textos a tra-ducir teníamos que reinventarlos en español porque trabajábamos con materiales comprados de Suecia u Holanda y no conocíamos esos idio-mas. Por supuesto, no tenía ninguna experiencia en esas actividades pero

me desenvolví lo mejor que pude. Recuerdo que una de las muchachas de la redacción estudiaba en Filoso-fía y Letras y había participado con Gino Germani en un proyecto que, desde la carrera de Sociología, algu-nos profesores y estudiantes adelan-taban con grupos populares en Isla Maciel, Dock Sud, incluyendo vehí-culos de comunicación similares a los que trabajábamos nosotros.

Cuando ingresé a la Universidad dudaba entre Antropología, que era una carrera nueva, y Arquitectura, que me atraía mucho y me identi-ficaba con mi padre, ingeniero civil italiano graduado en Bologna, con quien tenía una muy buena comu-nicación. Visité esa Facultad varias veces porque un profesor de dibujo de la secundaria, que era jefe de tra-bajos prácticos allí, me invitó a que frecuentara su taller de diseño a ver si me decidía a estudiar la carrera. Pero finalmente ingresé en Letras y cursé las cuatro primeras materias con estupendas profesoras como

Hebe VessuriInvestigadora visitante del Centro de Inves-tigaciones en Geografía Ambiental (CIGA)-UNAM, MéxicoInvestigadora Emérita del IVIC, Venezuela

[email protected]

Page 92: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 201990

Aida Barbagelatta y Ana María Ba-rrenechea. Cuando cursaba Intro-ducción a la Literatura, con esta últi-ma, me deslumbró la lectura de Fray Luis de León y decidí hacer mi tesis de grado sobre Los nombres de Cris-to. Admito que nunca hice esa tesis ni seguí estudiando Literatura pues, a los pocos meses, viajé a Inglaterra recién casada sin tener demasiado claro qué podría hacer allá, con mi cello, mis manuales y pinceles de chino -que estudiaba por esos tiem-pos con el agregado cultural en la embajada de Taiwán-. Simplemente, la idea de investigar -sistemática y rigurosamente- sobre temas parti-culares la empecé a disfrutar desde esos días tempranos de la carrera de Letras en la UBA aunque el tema de la vocación me resultó siempre algo elusivo ya que me gustaban muchas cosas, distintas unas de otras.

2. LA ANTROPOLOgÍA

Las primeras investigaciones las hice en Oxford, como estudiante de antropología social. Fueron sobre la mitología Bororo y la organización del parentesco y alianzas matrimo-niales en esa sociedad dualista del Mato Grosso. Ese fue el tema de mi tesis de maestría. Mi supervisor durante ese tramo de formación fue Rodney Needham. Mientras la hacía, visité a Claude Lévi-Strauss en l’École Pratique des Hautes Étu-des en París, quien también visitó nuestro Instituto de Antropología en Oxford en ese tiempo, donde reci-bió un Doctorado Honoris Causa de la Universidad. Los estudios de Lévi-Strauss sobre los Bororo y su mitología fueron unas de las lecturas centrales de mi investigación, junto con la Enciclopedia Bororo de los padres misioneros Albisetti y Ventu-relli, que acababa de ser publica-da en 1962. Tuve oportunidad de conversar y hacerle leer parte de mi tesis a David Maybury-Lewis, quien recientemente había hecho su inves-

tigación doctoral sobre los pueblo Gê parlantes de Brasil obteniendo el doctorado de Oxford en 1960. Da-vid fue, más tarde, mi co-tutor en el doctorado. Todavía guardo varias de sus cartas acuciosas con comenta-rios a los varios capítulos de mi tesis sobre la vida en el Río Dulce. En la tesis doctoral mi tutor principal fue el historiador Raymond Carr, quien para entonces dirigía el Instituto de Estudios Latinoamericanos en el St. Anthony’s College, del cual también era el Rector o Principal.

Sin embargo, quien me introdu-jo a la antropología, a una forma de trabajo antropológica y a las socie-dades y culturas africanas, especial-mente las sociedades segmentadas de los pueblos nilóticos y nilo-hamí-ticos del África oriental, fue Evans-Pritchard, mi tutor inicial en el curso de Diploma. A él me unió una re-lación estrecha con sesiones de tra-bajo individuales, cada semana, du-rante un año intensivo. Después de mi primer año en el Instituto de An-tropología, que cursé sin financia-

Día de lavado de ropa. Trabajo de campo, Sgo. Del Estero, 1968.

Enfardando alfalfa. Trabajo de campo, Sgo. Del Estero, 1968

Page 93: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

91Las culturas de la ciencia. Una aproximación a su estudio desde América Latina

miento, para el segundo ya obtuve un grant de una ONG, la Gentlewo-men Help Society de Manchester en 1963, con recomendación de Evans-Pritchard; y en 1964, el Comité de Estudios Avanzados de la Universi-dad de Oxford me dio una beca de estudios que me permitió terminar la maestría. Para el doctorado conté con el apoyo de una beca doctoral del Canadá Council. En Canadá viví cinco años mientras trabajaba como docente en universidades locales, lo que me permitió hacer mi trabajo de campo para el doctorado en San-tiago del Estero en los cinco meses de primavera y verano de cada año. Esa experiencia me marcó muchísi-mo pues conocí personas increíbles, con hondura filosófica y sabiduría inmensa, que me llenaron de res-peto hacia mis congéneres menos afortunados que yo en términos de bienes materiales pero que me en-señaron sobre la dignidad humana. Recuerdo, también, con afecto de ese período de mi vida en Cana-dá, la gran amistad que me unió a Ruth y Herb Gamberg (en Halifax, N.S), él era mi colega en Dalhou-sie University. También en 1972-73 obtuve desde Argentina un grant del Research Committee on Social Sciences del International Institute of Education de la Rockefeller Foun-dation (New York-Buenos Aires) para iniciar un programa de investigación en Tucumán.

Mis primeras publicaciones cien-tíficas fueron resultado de mis estu-dios de campo en Argentina para la tesis de doctorado: “Brujas y estu-diantes de magia en una comunidad rural de Santiago del Estero;”1 “As-pectos del catolicismo popular de Santiago del Estero: Ensayo en cate-gorías sociales y morales”2 y “Tenen-cia de la tierra y estructura ocupa-cional en Santiago del Estero”.3

Regresé a Argentina en 1971 como Directora del Centro de In-

tigador independiente abriendo mi propia línea de investigación sobre la organización social de la pobla-ción agrícola en la caña de azúcar tucumana, con interés específico en el rol de atracción estacional que la industria azucarera ejercía sobre las poblaciones de las provincias veci-nas, en particular, las santiagueñas que había conocido durante mi in-vestigación doctoral. Pero también la investigación respondía al interés de proporcionar una base compa-rativa con el estudio del proceso de transformación que se venía dando en el marco del programa del INTA-Famaillá de Cooperativas de Traba-jo, a partir de las experiencias de Campo de Herrera, Isca Yacu y Finca Mayo. Empecé a producir publica-ciones en seguida, sola y con colegas agrónomos, como Carlos León, y mi esposo Santiago Bilbao, antropólogo del INTA en el programa de coope-rativas de trabajo. En ese mismo pe-ríodo desarrollé un estudio sobre un programa de colonización agrícola del Banco Hipotecario Nacional en la Ramada de Abajo, con agriculto-res de origen español que encon-traban limitaciones al crecimiento en la segunda y tercera generación por el tamaño de los predios y bus-

vestigaciones Sociales de la Uni-versidad Nacional de Tucumán, centro que dependía directamente del Rectorado, en esa época a cargo del interventor Ciapuscio. En 1972 gané un concurso de oposición y antecedentes en la Facultad de Agronomía y Zootecnia de la UNT, y pasé a dirigir el Departamento de Sociología Rural en esa Facultad. En 1973, como parte del programa de investigación que comencé a ar-mar en el Departamento, obtuve un subsidio de investigación de la Sub-secretaría de Ciencia y Técnica del Poder Ejecutivo Nacional (SUBCYT), como jefa de programa. En 1974 lo renové en lo que para ese año pasó a conocerse como la Secretaría (ex Subsecretaría) de Ciencia y Técnica (SECYT).

Desde que regresé a Argentina, poco tiempo antes de obtener el doctorado en Oxford, me tocó diri-gir un centro y más tarde un Depar-tamento de Facultad. Como las au-toridades con frecuencia eran perso-nas con edad madura o avanzada, algunos amigos me hacían bromas por mi juventud y decían que había nacido Directora. Ya desde el inicio, en la UNT adquirí el perfil de inves-

Trabajo de campo, Sgo. Del Estero, 1969.

Page 94: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 201992

caban expandirse en unos campos aledaños en La Virginia, donde por razones de clima y suelo empezaron a producir porotos y soja, en lugar de caña de azúcar. En ese estudio, como también en el que hice con trabajadores del surco, tractoristas y cosecheros en Ingenio Lules, involu-cré a estudiantes de agronomía para que se familiarizaran con dimensio-nes sociales complementarias a las técnico-agronómicas que veían en otras asignaturas. Mis primeros es-tudiantes fueron de la Universidad Nacional de Tucumán. No recuerdo sus nombres, pero sí los de los jó-venes agrónomos con quienes armé un muy buen equipo de docencia e investigación, como Lucio Yazlle y Julio Santillán. Con ellos traté de es-tudiar las características sociales de la producción agrícola en Tucumán.

Sin embargo, a pesar de la crea-tividad y riqueza de la investigación

y la docencia en esos años, que también fueron fundamentales en mi desarrollo personal, lo iniciado en Tucumán se vio frustrado por los duros acontecimientos políticos del país desde finales de 1974. Mi espo-so y otros colegas del INTA fueron detenidos a disposición del Poder Ejecutivo y después de varios meses en los que tuve que deambular entre distintas cárceles del país a las que lo trasladaron para poder visitarlo (mi hijo dio los primeros pasos du-rante una visita al Penal Villa Urqui-za en Tucumán) conseguí que le per-mitieran irse del país en agosto de 1975. El período tucumano fue muy productivo, pero dejé sin publicar resultados que consideraba impor-tantes de mi investigación porque al cambiar de país tuve que dedicar-me a otras cosas.4 Inclusive mi tesis doctoral la publicó la antropóloga Rosana Guber recién en 2011 por el IDES/Editorial Al Margen, con el

título Igualdad y jerarquía en Anta-jé. Mi investigación sobre Tucumán quedó inconclusa y en buena medi-da inédita.

Entre las inquietudes que me quedaron de todo ese primer perío-do, antropológico, de mi vida estuvo la preocupación histórica. Durante mucho tiempo, cuando en la antro-pología social, especialmente con investigadores como Rodney Nee-dham y Claude Lévy- Strauss, pre-dominaba el enfoque estructuralista que establecía una fuerte disocia-ción entre la antropología y la histo-ria, la impronta que me dejó Evans-Pritchard fue más fuerte. Él insistía en la naturaleza humanística de la antropología, y se preocupó siempre en reconstruir la historia de pueblos como los Azande, los Shilluk y los Nuer. Me inquietaba entonces y me siguió interesando después el por qué y qué es lo que hace que existan

De paso por Campo de Herrera con amigos de Alemania y América Latina, Famaillá, Tucumán, 2010.

Page 95: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

93Las culturas de la ciencia. Una aproximación a su estudio desde América Latina

colectividades y cómo se elabora la idea de “nosotros” y la de “otros” en las conciencias de las personas. Lo que se me planteaban como reconfi-guraciones constantes en el tiempo, claramente para mí significaba re-cuperar la historia de esos procesos. Por eso también cuando conviví en el campo santiagueño quise enten-der las raíces rurales del peronismo. Luego, en Tucumán habría de revisar los protocolos de investigación del trabajo de campo, y lo que signifi-caba proponer una antropología de grupos humanos pertenecientes a la propia sociedad del investigador, tratando de indagar en las formas y dinámicas de articulación social y política en el cuerpo de la nación en momentos históricos de profun-da conflictividad.5 Más tarde visua-licé los orígenes modestos de las disciplinas científicas en Venezue-la (con frecuencia negados por los científicos nacionales que eran mis contemporáneos, quienes conside-raban que todo lo anterior a su ge-neración formada en programas de posgrado en el exterior era espúreo, no científico y por tanto no valía la pena recordar), incluyendo en mis indagaciones las experiencias de in-migrantes europeos que habían sido profesores de enseñanza media en sus países de origen, integrantes de la pequeña burguesía europea con una educación general sólida o, al menos, mayor que la que estaba dis-ponible localmente y que ayudaron a fundar y desarrollar los primeros años de programas de educación científica en el país. Sus preocupa-ciones, frustraciones, dolores, resis-tencias, las transformaciones que se iban dando y la historicidad en el tiempo y el espacio, siempre me resultaron movilizadoras y me ayu-daron, creo, a entender mejor.

3. LA RECONFIgURACIóN EPISTÉMICA EN EL EXILIO: EL ES-TUDIO SOCIAL DE LA CIENCIA

En Venezuela tuvimos que rede-finir nuestro perfil de trabajo. No fue algo pensado sino un hecho obvio de la nueva realidad. Apenas llega-da, me invitaron a concursar en la Escuela de Antropología y Sociolo-gía de la Universidad Central de Ve-nezuela y comencé a dictar clases allí. Al poco tiempo, Fernando Tra-vieso (Director del CENDES), José Agustín Silva Michelena (coordina-dor de Investigaciones) y Manuel Sa-dosky (investigador argentino exilia-do) me invitaron a que ingresara al CENDES contratada con un nivel de Asociado, más acorde con mis ante-cedentes, ya que los concursos de la UCV se rendían a nivel de Instructor. Después de un tiempo, en el CEN-DES me encargaron organizar una mención del Programa de Posgrado en Desarrollo, en lo que resultó ser la primera maestría y luego doctora-do en Política y Planificación de la Ciencia y la Tecnología de América Latina.

En esa institución trabajé once años, en el Área de Ciencia y Tec-

nología, en un ambiente estimulan-te, creativo, jovial, que me permitió experimentar y atreverme a hacer cosas nuevas. Allí encaré diversas lí-neas de investigación, motivada por los intereses del grupo al que me in-tegré, más interesados en las temá-ticas de la innovación tecnológica y el desarrollo económico y social. Entre mis compañeros de esos años estuvieron Getulio Tirado, Miguel Génova, Carlos Añez, Jorge Gior-dani, Lourdes Yero, Yolanda Texera, Elena Díaz, Arnoldo Pirela y Alexis Mercado.

Del CENDES me fui a Brasil, a la UNICAMP, en 1987, invitada por Amílcar Herrera y Renato Dagnino. Allí dirigí el Departamento de Polí-tica Científica y organicé el primer programa de posgrado en esa área en la Universidad. Tuve muchos es-tudiantes, dirigí varias tesis varias de las cuales, como decidí regresar a Venezuela en 1991, fueron termi-nadas con otros tutores. Me quedan muy gratos recuerdos de esos años, que confirmé recientemente cuando participé en la celebración de los 30 años de la creación del posgrado y me encontré con viejos colegas y estudiantes. En 1991 regresamos a

Panel sobre ciencia y periodismo ambiental. Congreso Nacional de Eco-logía, Veracruz, 2011.

Page 96: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 201994

Venezuela pues nuestras hijas se habían quedado estudiando en la Universidad en Caracas pero ya no volví al CENDES sino que acepté la invitación de Marcel Roche, director fundador del Departamento de Estu-dio de la Ciencia, a seguir sus hue-llas tras su jubilación y, en seguida, la invitación del director del IVIC Horacio Vanegas para crear un pro-grama de posgrado sobre Estudios Sociales de la Ciencia en el Centro de Estudios Avanzados del Instituto. Estuve formalmente en el IVIC hasta el 2010 cuando me jubilé. Los últi-mos años los pasé primero en Méxi-co, en el CIGA-UNAM como miem-bro N3 del SNI-CONACYT, gracias a la generosidad de su director Gerar-do Bocco y, más recientemente, del director actual Antonio Vieyra. En estos últimos años estuve adscripta al CENPAT-CONICET en Puerto Ma-dryn en los inicios del nuevo Institu-to de Ciencias Humanas y Sociales, donde me recibieron calurosamente su director, Rolando González José, y Julio Vezub; y pude compartir con investigadoras estupendas como Ana Palma y Ana Cinti, y jóvenes investigadores llenos de promesa como Juan Emilio Sala, Sergio Ka-minker y Marcos Sourrouille.

4. LÍNEAS DE INVESTIgACIóN: UNA TEMÁTICA CON DIVERSAS VERTIENTES

Mi orientación de investigación en Venezuela cambió, primero, a las dinámicas tecnológicas y rasgos so-cioproductivos de diferentes grupos socio-productivos en la agricultura, especialmente formas tradiciona-les y modernas sui generis como la explotación agrícola familiar. Ese interés en la agricultura y las cien-cias agrícolas lo seguí manteniendo en el tiempo como una línea de in-vestigación, e hice varios estudios relacionados con la temática en esos años del CENDES y luego en el IVIC.6 Me fui concentrando en

las características y dinámicas de la ciencia que se iba institucionali-zando en esa sociedad sin tradición científica. Si bien había comenzado estudiando tanto formas de produc-ción campesina como industrial en la caña de azúcar, el algodón, alfal-fa y soja en Argentina; en Venezuela empecé a analizar la relación de la agricultura agrícola familiar y cam-pesina con los desafíos de un patrón agrícola tropical para la enseñanza e investigación de la agronomía y la producción animal, en la perspecti-va de la dinámica internacional de producción.

Desde el inicio observé que la actividad científica en Venezuela se movía en un contexto distinto al de los países con larga trayecto-ria de culturas científicas, y que su desarrollo no podía reconstruirse y entenderse en base a recetas con-vencionales. En esos años comencé a hacerme preguntas, ante mi sor-presa de no encontrar respuestas en la literatura. Sin darme mucho cuen-ta estaba siendo pionera en el estu-dio social de la ciencia en América Latina y otros contextos periféricos del Sur global. Lo que me permitía comparar con otras realidades en otras regiones del mundo eran los estudios del desarrollo pero éstos no discutían la ciencia como fenómeno social sino, en todo caso, como un aspecto de los temas de transferen-cia de tecnología y los programas internacionales de ciencia para los países en vías de desarrollo.

La línea de investigación que pu-diera sintetizar como Ciencia, Tecno-logía y Universidad en América Lati-na abarcó una gama de temas que percibí siempre como estando muy relacionados y que pasaban por el estudio de la pertinencia de la edu-cación superior, que se instituciona-lizaba y evolucionaba en la región: estudié las publicaciones científicas y las estrategias de publicación de

los científicos latinoamericanos para hacerse más visibles en el ámbito in-ternacional; las formas de medición de la productividad de la investiga-ción que se iban implementando en las instituciones públicas; la evolu-ción de la evaluación académica en las universidades y centros científi-cos de América Latina; los usos de la universidad pública; las capaci-dades científicas y técnicas que se fueron generando; la evolución de las disciplinas en las estructuras de facultades, aciertos y distorsiones; el papel de las ciencias sociales y del estudio social de la ciencia en una visión crítica de la academia.7

La ciencia de los laboratorios: La catálisis en Venezuela fue otra línea a partir de un estudio sobre las dis-ciplinas científicas en Venezuela. Como desdoblamiento de la línea “paragua” recién mencionada, me concentré en las ciencias de labora-torio complementando el análisis de algunas de las ciencias de campo, como las agrícolas y veterinarias y algunas ciencias biológicas. Estudié fundamentalmente la evolución his-tórico-social de la química y la in-geniería química y, dentro de ellas, la catálisis en Venezuela; algunas de las tecnologías asociadas desarrolla-das por la industria nacionalizada del petróleo a lo largo de 30 años y su papel en la evolución de la capa-cidad innovativa de esa industria en el país. En particular, estudié la Ori-mulsión y tecnologías relacionadas. Igualmente, estudié el crecimiento en paralelo de una comunidad aca-démica orientada en teoría a vincu-larse con la industria petrolera y una investigación industrial sin contacto estructural con la academia y explo-ré distintos sitios de conocimiento cruciales en la industria petrolera, frecuentemente ignorados por la po-lítica CyT por ser diferentes de las capacidades de investigación clási-cas de científicos e ingenieros: las capacidades gerenciales en la indus-

Page 97: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

95Las culturas de la ciencia. Una aproximación a su estudio desde América Latina

tria, las capacidades de las empresas del sector conexo, las capacidades de los técnicos medios y demás tra-bajadores de la nómina menor en la industria, las capacidades instaladas en las universidades.8 En esos años aumenté mis conexiones con inves-tigadores del Centro de Química del IVIC, de la Escuela de Catálisis en la Facultad de Ciencias de la UCV y en el INTEVEP, además de otros centros y grupos en otras instituciones como la USB, LUZ, UC y ULA.

Género, ciencia y tecnología en Venezuela fue una línea de trabajo que desarrollé desde finales de los años de 1990 en relación con el pa-pel de las mujeres en la ciencia y la tecnología venezolana, como res-puesta a inquietudes planteadas por algunas estudiantes y la ausencia de información sobre el tema en el país en ese momento. Mostramos cómo desde los ochenta empezó a haber más mujeres que varones entre los egresados de ciencias en universida-des públicas venezolanas, y cómo mujeres con títulos universitarios en química e ingeniería química co-menzaban a participar con frecuen-cia en plantas industriales, ocupan-do posiciones más allá de las prác-ticas convencionales de un empleo en la docencia universitaria o post secundaria que había sido más fre-cuente en el intento de compatibili-zar los roles familiar y profesional.9

Ambiente, ciencia de la susten-tabilidad/Riesgo: si bien había em-pezado a incursionar sobre temas ambientales en los años de 1980 y comienzos de 1990, (con un par de publicaciones en iniciativas co-lectivas con colegas pioneros en la región como Enrique Leff10) fue en la primera década del 2000 que re-tomé ese interés participando en un proyecto sobre el riesgo de reduc-ción de hábitats en el Parque Nacio-nal Canaima y herramientas para el desarrollo sostenible, como forma

de poner a prueba nuevas propues-tas teórico-metodológicas con las que me familiaricé en mis años de colaboración con la Universidad de las Naciones Unidas, el International Human Development Program for Global Change (IHDP), ICSU,11 el In-ternational Risk Governance Council (IRGC), y el Millenium Ecosystem Assessment (MA). Participé en la de-finición y coordinación del primer estudio que se hizo en Venezuela, en diálogo con esas y otras propues-tas en un equipo inter y transdisci-plinario. Fue un estudio pionero que nos dejó muchos aprendizajes aun-que se realizó en un período muy complicado del país, con retrasos e interrupciones en el financiamiento, dificultades de movilidad a la zona de investigación que fueron cada vez mayores, problemas crecientes de la población con la que traba-jábamos con el gobierno, los mili-tares, los emprendimientos mineros legales e ilegales en la región, etc.12 Entre los colegas venezolanos con quienes trabajé más estrechamen-te estuvieron Bibiana Bilbao, Judith Rosales, Isabelle Sánchez-Rose, Bécker Sánchez. Asimismo, fueron muy gratificantes las conversaciones e intercambios con Robert Corell, Jose Mariano Gago, Barbara Gobel, Khotso Mokele, Heidi Hackman.

Las asimetrías de la cooperación científica internacional: el tema de la cooperación internacional, primero, a través de la noción de transferen-cia de tecnología y, más tarde, con el estudio de las distintas formas de colaboración asimétrica entre los centros hegemónicos y grupos, ins-tituciones e individuos en regiones del Sur global ocupó intermitente-mente mi atención y cada vez más fui haciendo reflexiones relaciona-das tanto con el desarrollo de capa-cidades CyT en la región latinoame-ricana; más específicamente, de las ciencias agrícolas; las actividades de la industria petrolera; la nanotecno-

logía; las formas de evaluación de la investigación académica; las diná-micas y tensiones de las ciencias so-ciales en contextos de globalización; la ciencia local, nacional y mundial en transformación; las historias de la ciencia y el conocimiento en distin-tas regiones latinoamericanas, com-parándolas con las experiencias que observaba en distintos contextos del Sur Global.13

La investigación científica en la Patagonia: paisajes en claroscuro: cuando empecé a regresar física y emocionalmente a Argentina, qui-se conocer una región del país de la que sabía muy poco, como es la Patagonia.14 Me interesa entender mejor los dilemas de la política CyT para una región como esa, mínima-mente poblada, intermitente prome-sa de grandes riquezas naturales y ciclos productivos que en el tiempo acabaron dejando secuelas de aban-dono y pobreza, con inquietudes inconstantes desde el estado, con resultados mixtos de los intentos de establecer capacidades CyT en la región. Me gustaría entender mejor por qué y cómo hay personas que eligen hacer carreras de ciencia en la Patagonia. Por eso, en estos años finales de mi vida, viajo y trato de conversar con distintas personas que residen en las provincias patagóni-cas, sobre sus formas de vida, inte-reses de conocimiento, actividades más o menos institucionalizadas de investigación, formaciones docen-tes, capacidades institucionales exis-tentes, las falencias, las distancias entre muchos proyectos que se con-ciben en las zonas metropolitanas, y las inquietudes y necesidades que se perciben en los rincones donde se asientan instituciones e investigado-res en el sur. El estudio se apoya en tres marcos interconectados de los estudios sociales de la ciencia: (a) la co-producción del conocimiento donde la ciencia, la sociedad y las políticas se entienden como estando

Page 98: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 201996

inextricablemente comprometidas y transformándose mutuamente; (b) los estándares de calidad de la in-vestigación y el conocimiento ro-busto, dado el propósito de hacer ciencia usable; y (c) las tensiones y conflictos potenciales entre agendas regionales, nacionales e internacio-nales de investigación que plantean prioridades muchas veces contradic-torias. Pero a esos ejes convenciona-les agrego el de otros saberes, temas de identidades étnicas y culturales, las interacciones entre los imagina-rios y la realidad.

5. LA COLABORACIóN CIENTÍ-FICA

Con respecto a las colaboracio-nes científicas con investigadores del exterior y del país comencé a establecer vínculos desde mis días en Venezuela. Entre las primeras estuvo la Unión Internacional de Antropología y Ciencias Etnológi-cas (IUAES), en tiempos de Cyril Belshaw y Eric Sunderland, cuando participé como miembro del Con-sejo Ejecutivo y, en seguida, como Vicepresidente entre 1976 y 1984. Asistí a eventos de asociaciones como la Society for the Social Stu-dies of Science (4S) desde 1984 y la Society for the Social History of Technology, el Grupo de Trabajo sobre Núcleos de Política Científica y Tecnológica de la OEA, el Comité de Análisis Conceptual y Terminoló-gico (COCTA) de la UNESCO. Fui una de las coordinadoras en el Pro-yecto Prospectiva Tecnológica para América Latina (PTAL), de la UNU-IDRC dirigido por Amílcar Herrera. Daniel Samoilovich solía decir que mi querido amigo, el alemán, Ulrich Teichler y yo éramos la “S” del Pro-grama Columbus, basado en París, significando los “scholars”.

En América Latina colaboré des-de el inicio con la Red de Estudios de Postgrado en Planificación, Ges-

tión y Estudios Sociales de la Ciencia y la Tecnología en América Latina de la UNESCO. Colaboré varios años con el NUPES (Núcleo Universitario de Políticas de Educación Superior) de la Universidad de Sao Paulo, con el ORSTOM luego redefinido como IRD en París, con quienes mantuve una larga y fructífera relación con investigadores como Roland Waast, Jacques Gaillard y Rigas Arvanitis, a quien me une una profunda amistad desde los días que llegó al CENDES a finales de 1986 para trabajar con-migo. El Rockefeller Archive Center en North Tarrytown, N.Y., la Red CYTED de Gestión de la Innovación y Desarrollo Tecnológico con base en Sao Paulo, en la que participé primero como coordinadora del Pre-mio que otorgaba dicha red y más tarde en otras redes; la Asociación de Estudios Sociales Latinoamerica-nos de Ciencia y Tecnología (ESOCI-TE), organizando la segunda reunión de su historia, en Caracas en 1996; el Instituto de Nuevas Tecnologías de la Universidad de las Naciones Unidas (UNU-INTECH) bajo la di-rección de Charles Cooper, de Sus-sex, y más tarde de Lynn Mytelka. Participé en Venezuela en algunas acciones de los Programas Coope-

rativos de Postgrados Franco-Vene-zolanos, especialmente en relación con el desarrollo de la investigación en catálisis.

Durante 6 años, entre 2003 y 2009, fui vicepresidenta del comité internacional del Foro Mundial de la UNESCO sobre Educación Supe-rior, Investigación y Gestión de la UNESCO, actuando como presiden-ta del comité latinoamericano de di-cho foro.

También estuve ocho años en el Comité Ejecutivo de Scidev.net, compartiendo con periodistas cien-tíficos y científicos sociales como David Dickson y Geoff Oldham y con los editores de Nature y Scien-ce. Eso me permitió tener una visión más desde el interior de la cocina de la producción del periodismo cientí-fico y de las asimetrías y desigualda-des en ese ámbito de la comunica-ción internacional.

La experiencia en los años de vinculación con la Universidad de las Naciones Unidas (UNU) (2004-2009) fue muy enriquecedora. Ade-más de conocer Japón, fueron años de una profunda internacionaliza-

Hebe Vessuri presidiendo la Reunión del Consejo de la Universidad de las Naciones Unidas (UNU). Tokio. 2009.

Page 99: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

97Las culturas de la ciencia. Una aproximación a su estudio desde América Latina

ción donde pude intervenir en ac-ciones que tenían que ver con los centros y programas de la UNU en distintos países del mundo, y que me permitieron conocer más a fondo los desarrollos ambientales tanto a nivel de lo geográfico, como de lo cultu-ral y lo político, y las complejidades, sutilezas y estilos de la diplomacia, especialmente con el rector Hans Van Ginkel aunque también con su antecesor Heitor Gurgulino de Souza y su sucesor Oscar Osterwal-der. Mi vinculación previa con el INTECH-UNU en Maastricht como miembro de su consejo directivo y de BIOLAC, el único programa de la UNU en América Latina, ubicado en Caracas bajo la dirección de Ra-fael Ramírez, me sirvieron de base para entender la lógica del funcio-namiento de centros y programas, y esa visión se expandió al conocer el corazón de la estructura institucio-nal de la UNU.

También estuve vinculada a ICSU (el Consejo Mundial de la Ciencia) en el que participé varios años como integrante de su Comité de Evalua-ción y Prospectiva, un comité cen-tral en la organización pues por allí pasaba todo, y debían hacerse suge-rencias de acción a las instancias de

gobierno del Consejo. El Secretario Ejecutivo de ICSU en esos años, Tho-mas Rosswall, transformó el peso re-lativo de la secretaría Ejecutiva res-pecto a las Uniones Científicas. Allí conocí a colegas de gran solvencia intelectual como Roberta Balstadt, Catherine Cesarsky, Chris Leaver, Khotso Mokele, Kari Raivo, Hans Schnellnhuber y Paul Ritchie. Como representante de ICSU y de la UNU participé en el Comité Científico del IHDP, que era el Programa Interna-cional de Desarrollo Humano para

el Desarrollo, programa promovido tanto por el Consejo Internacional de Ciencias Sociales como por el Mundial de la Ciencia. Este fue un programa pionero y central en el desarrollo de la comprensión de y atención a los problemas relaciona-dos con el desarrollo sostenible y la sostenibilidad, en los que la colabo-ración y amistad con Coleen Vogel y Barbara Gobel, quienes fueron directora y secretaria ejecutiva del Programa, fue duradera y decisiva. Dicho programa, junto con otras or-

Doha, Qatar. Reunión de la Comisión de Etica de la CyT, UNESCO, 2011.

Doha, Qatar, Auditorio. Reunión de la Comisión de Etica de la CyT, UNESCO, 2011.

Page 100: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 201998

ganizaciones internacionales, con-formaron más tarde el Future Earth Program y sus desdoblamientos.

En mis seis años en la Comisión de Ética de la Ciencia y la Tecnolo-gía de la UNESCO (COMEST), de la que fui vicepresidente en el período de Alain Pompidou, adquirí mayor sensibilidad a los desafíos éticos de la ciencia contemporánea, participé en la redacción de varios de los do-cumentos de la Comisión y conocí a personas y grupos estupendos.

La vinculación, a través de la per-tenencia a su Comité Científico, con la red en torno al Programa de Des-igualdades Interdependientes entre Europa y América Latina, coordina-do por la Freie Universität de Berlin y el Instituto Interamericano de Ber-lín, entre otros, me permitió seguir a un conjunto de investigadores e investigaciones en una gama de te-mas de actualidad que habían sido menos trabajados hasta entonces y me dio la oportunidad de familiari-zarme más con la comunidad cientí-fica alemana.

La docencia universitaria la tuve siempre concentrada en el nivel de posgrado después del breve periodo inicial como docente en el pregra-do en Tucumán, relacionada con la formación de investigadores. Contri-buí a formar más de 100 doctores y magísteres, como directora de tesis tanto en la UNICAMP, como en el

CENDES y el IVIC. La relación con los jóvenes fue casi siempre exce-lente, aprendiendo de ellos, de sus preguntas, de sus inquietudes, pues llegaban y siguen llegando siempre con nuevos intereses que han ali-mentado los míos, de modo que he quedado siempre agradecida ante su confianza y demandas.

Jornadas Latinoamericanas de ESOCITE México, 2012.

Miembros del Comité de Planificación y Revisión (CSPR). Consejo Mun-dial de la Ciencia-ICSU. París. 2010.

Page 101: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

99Las culturas de la ciencia. Una aproximación a su estudio desde América Latina

Los temas de gestión siempre los tomé como herramientas para hacer realidad distintos proyectos, ya fue-ra un convenio CENDES-CONICIT que me permitió contratar personal de investigación, o hacer un Centro

de Documentación Científica y Tec-nológica vinculado a la Biblioteca del CENDES, como dirigir el Depar-tamento de Política Científica en la UNICAMP o el Departamento de Estudio de la Ciencia en el IVIC, las

varias comisiones de CONICIT a las que estuve vinculada, etc.

Desde el inicio de mi vida profe-sional conocí algunos de los intrín-gulis del desarrollo tecnológico y la

Cuarto encuentro de rectores de Europa y América Latina. Programa COLUMBUS. Monterrey, 1992

Encuentro de rectores de Europa y América Latina. Programa Columbus. Salamanca, 1991.

Page 102: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 2019100

vinculación con el sector productivo al familiarizarme con las actividades del INTA, en la Estación Experimen-tal de Famaillá, en la Facultad de Agronomía de la UNT, y luego en el CENDES que era un centro dedi-cado a los temas del desarrollo. En particular, en el Área de Ciencia y Tecnología el desarrollo tecnológico y productivo era un área de proble-matización teórico-práctica.

La disponibilidad de equipa-miento e infraestructura en un país

como Venezuela, en la época en que estuve más activa, se tradujo en la posibilidad de contribuir al desa-rrollo y/o implementación de nue-vas tecnologías de la información y comunicación en la red institucional universitaria REACCIUN (en los años en que se estaba implementando en el país el uso del Internet como he-rramienta de trabajo cotidiana para la investigación). Así, por ejemplo, publicamos con Irene Plaz-Power algunos resultados del proceso de informatización de la Biblioteca

Marcel Roche del IVIC, que era la biblioteca científica más importan-te de Venezuela. Como anécdota de esos años recuerdo que cuando viajamos a Brasil en 1987, alguien abrió un hueco en el contenedor de nuestro equipaje en el barco y, algu-nos días después de instalarnos en Campinas, nos llamaron de parte del capitán del barco para avisarnos que habían aparecido algunos objetos sueltos en el “porão do navio”. Entre esos objetos estaban algunos ejem-plares de la colección de la revista Minerva de historia de la ciencia y el disco duro y teclado de nuestra ¡¡EPSON!! En esos años la comu-nicación por Internet todavía era sobre pantalla negra y los mensajes de correo electrónico eran públicos, compartidos con otros colegas del Departamento.

La exploración de la naturaleza social del conocimiento científico y técnico, sus circunstancias espacia-les localizadas al mismo tiempo que articuladas por las dimensiones in-ternacionales de la organización de la ciencia y la economía, se fueron combinando a lo largo de mi vida profesional con colaboraciones que fueron mucho más allá de América Latina y que fueron retroalimentan-do mis reflexiones y exploraciones sobre manifestaciones culturales ligadas a la producción del conoci-miento científico y otras formas de conocimiento.

Los desarrollos del presente, cuando los estudios CTS cruzan las fronteras nacionales para avanzar en la comprensión de los procesos entre diferentes regiones del mundo, parecen obvios pero revisando el ca-mino recorrido me reconozco como una de las voces tempranas que des-de Suramérica bregamos por rom-per barreras que nos parecían que impedían una mejor comprensión y análisis de las intensas interacciones internacionales epistémicas, socia-

Con estudiantes venezolanos en la UNICAMP, diciembre 2018.

Conferencia en Filosóficas-UNAM, con Carlos López Beltrán, 2103.

Page 103: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

101Las culturas de la ciencia. Una aproximación a su estudio desde América Latina

les y políticas que caracterizaron la construcción del mundo moderno. Los cambios que experimenté, al mismo tiempo que cambiaban las disciplinas y áreas de estudio, me hicieron pensar diferente sobre mí misma y a menudo a actuar de ma-nera diferente. En este sentido, me siento profundamente una integran-te de la segunda mitad del siglo XX y de estas primeras décadas del XXI.

NOTAS

1 Revista Latinoamericana de So-ciología, Nueva Serie, No.3: 443-458, Buenos Aires, 1970.

2 América Latina, 14(1-2): 40-69, Río de Janeiro, 1971.

3 Desarrollo Económico, 12(46): 351-385, Buenos Aires, 1972.

4 En el período tucumano publi-qué, además del grueso de los tra-bajos mencionados previamente, los siguientes: Vessuri, H.“La explota-ción agrícola familiar en el contex-to de un sistema de plantación: Un caso de la provincia de Tucumán,” Desarrollo Económico, 15 (58): 215-238, Buenos Aires, 1975; Ves-suri, H. Familia: Ideología y prácti-ca en un contexto rural argentino, Etnia, 16(70): 7-19, Buenos Aires, 1973; “Técnicas de recolección de datos en la antropología social”. Etnia, 18 (75): 3-20, Buenos Aires, 1973; “La colonización de la Rama-da de Abajo: Campesinado y em-presarios”, Cuadernos del CICSO, pp.1-30, Buenos Aires, 1974.Ya en el exilio todavía publiqué algunos resultados de los trabajos de esos primeros años en Argentina: Vessuri, H. y S. Bilbao, Campo de Herrera, “Tucumán, the first cooperative for agricultural work in Argentina, five years after its creation”. En: J.Nash, N.Hopkins y J.Dandler (Eds.) Popu-lar participation in social change. Cooperatives, collectives, and natio-nalised industry, pp.211-231, Mou-ton, Holland/Francia, 1976; “Family,

Curitiba, Jornadas Latinoamericanas de ESOCITE 2016.

Con estudiantes venezolanos en ESOCITE 2014. Buenos Aires.

Page 104: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

CIENCIA E INVESTIGACIÓN - RESEÑAS - TOMO 7 Nº 1 - 2019102

kinship and work among rural prole-tarians in Tucumán, Argentina”. En: A.Marks y R. Romer (Eds.) Family, kinship and work in middle America and the Caribbean, The Royal Lin-guistics and Anthropology Institute, pp.181-226, Leiden, Holland, 1978; y también con Santiago Bilbao “La experiencia rural de Campo de He-rrera”. En: F.Iturraspe (Compil.) Parti-cipación, cogestión y autogestión en América Latina, 1986 (1):124-145. Editorial Nueva Sociedad, Caracas-San José, 1986.

5 Vessuri, H. “La observación par-ticipante en Tucumán 1972”, Revis-ta Paraguaya de Sociología, No.27: 59-76, Asunción, 1973; Vessuri, H. “Procesos de transición en comuni-dades de obreros rurales y articula-ción social”. En: E.Hermitte y L. Bar-tolomé (Eds.) Procesos de articula-ción social. Amorrortu, pp.196-237, Buenos Aires, 1977.

6 En particular un proyecto con la Fundación Polar de Venezuela, en-tre 1996 y 1998, de “Evaluación de la estructura cognitiva de la docen-cia y entrenamiento en la ingeniería agrícola y de producción animal en Venezuela en la perpectiva de la di-námica productiva internacional”, resultó en varias publicaciones.

Entre las publicaciones resultantes de esta línea, mencionaré Vessu-ri, H. “Introducción. La evaluación académica”. En: Vessuri, H.(Ed) La Evaluación Académica, 1993: 5-12. 2 Volúmenes. Documentos Colum-bus sobre Gestión Universitaria. CRE-UNESCO, París; Vessuri, H. “The institutionalization of Western Science in developing countries”. In: J.J.Salomon, F.R.Sagasti y C.Sachs-Jeantet The uncertain Quest: Scien-ce, Technology and Development. 1994: 168-200, United nations Uni-versity Press, Japón. Re-publicado en: H.Nowotny y K. Taschewer The sociology of the Sciences, Volumen

II. The International Library of Cri-tical Writings in Sociology, Edward Elgar Publishing Ltd., Londres. Ves-suri, H. “Science for the South in the South. Exploring the role of local lea-dership as a catalyst of scientific de-velopment”. En: T.Shinn et.al. (eds.) Science and Technology in a Deve-loping World. The Sociology of the Sciences Yearbook 1997: 299-321, Kluwer Academic Publishers, Dor-drecht; Vessuri, H., “La revista cientí-fica periférica. El caso de Acta Cien-tífica Venezolana”. En Interciencia, mayo-junio 1987, 12 (3): 124-131; Vessuri, H. 1989 “Una estrategia de publicación científica para la fisiolo-gía latinoamericana: Acta Physiolo-gica Latinoamericana”, 1950-1971. Interciencia, 14(1): 9-13, Caracas.

7 Entre las publicaciones resultan-tes de esta línea, mencionaré Vessu-ri, H. “Introducción. La evaluación académica”. En: Vessuri, H.(Ed) La Evaluación Académica, 1993: 5-12. 2 Volúmenes. Documentos Colum-bus sobre Gestión Universitaria. CRE-UNESCO, París; Vessuri, H. “The institutionalization of Western Science in developing countries”. In: J.J.Salomon, F.R.Sagasti y C.Sachs-Jeantet The uncertain Quest: Scien-ce, Technology and Development. 1994: 168-200, United nations Uni-versity Press, Japón. Re-publicado en: H.Nowotny y K. Taschewer The sociology of the Sciences, Volumen II. The International Library of Cri-tical Writings in Sociology, Edward Elgar Publishing Ltd., Londres. Ves-suri, H. “Science for the South in the South. Exploring the role of local lea-dership as a catalyst of scientific de-velopment”. En: T.Shinn et.al. (eds.) Science and Technology in a Deve-loping World. The Sociology of the Sciences Yearbook 1997: 299-321, Kluwer Academic Publishers, Dor-drecht; Vessuri, H., “La revista cientí-fica periférica. El caso de Acta Cien-tífica Venezolana”. En Interciencia, mayo-junio 1987, 12 (3): 124-131;

Vessuri, H. 1989 “Una estrategia de publicación científica para la fisiolo-gía latinoamericana: Acta Physiolo-gica Latinoamericana”, 1950-1971. Interciencia, 14(1): 9-13, Caracas.

8 Ver por ejemplo, “Latin Ameri-can Catalysis: As Seen through the Ibero-American Catalysis Sympo-sia”. Vessuri, H. y M.V.Canino, en Science, Technology & Society 7 (2) 2002: 340-363. López, M. S., A. Has-my & H. Vessuri. “Nanoscience and Nanotechnology in Venezuela”. En: Journal of Nanoparticles Research. 2011, DOI 10. 1007/s1 1051-011-0434-8; Vessuri, H. “Laboratorios y experimentos. Democracia y polí-tica en la investigación industrial”. Cuadernos del CENDES, 2005 (50) (nueva serie): 73-95, Caracas.

9 Un resultado que reúne varios de los productos de esta línea de tra-bajo con estudiantes y colaborado-res puede apreciarse en el volumen compilado por Vessuri, H. y M.V. Canino La otra: el mismo, mujeres en la ciencia y la tecnología en Vene-zuela, Fundación Editorial El perro y la rana, 2016, Caracas.

10 Vessuri, H. Antropología y am-biente. En E.Leff (Ed.) Los Problemas del Conocimiento y la Perspectiva Ambiental del Desarrollo. 1986: 203-222, Siglo XXI Editores, S.A de CV, México; Vessuri, H. 1995 “La formación en antropología ambien-tal a nivel universitario”. En: E.Leff (Org.) Las ciencias sociales y la for-mación ambiental a nivel universita-rio. GEDISA-UNESCO-UNAM, Mé-xico.

11 Corell, R., H. Vessuri, et al. Har-nessing Science, Technology, and Innovation for Sustainable Develop-ment. ICSU-TWAS-ISTS, 2005, París.

12 Russell-Smith, Jeremy, Catheri-ne M Monagle, Margaret Jacobsohn, Robin L Beatty, Bibiana Bilbao, Hebe

Page 105: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

103Las culturas de la ciencia. Una aproximación a su estudio desde América Latina

Vessuri, Isabelle Sánchez, Adriana Millán. Can savanna burning pro-jects deliver measurable greenhouse emissions reductions, and sustaina-ble livelihood opportunities for in-digenous and local communities, in fire-prone settings? Climatic Chan-ge. An Interdisciplinary, International Journal Devoted to the Description, Causes and Implications of Climatic Change. ISSN: 0165-0009 (print ver-sion) ISSN: 1573-1480 (electronic version). Journal no. 10584, 2013.

13 Algunos productos en esta li-nea son Vessuri, H. “Intercambios internacionales y estilos nacionales periféricos. Aspectos de la Mundia-lización de la Ciencia”. En A. La-

fuente, A. Elena y M.L. Ortega (Eds.) Mundialización de la ciencia y cul-tura nacional. 1993: 725-733, Edi-torial Doce Calles, Madrid.Vessuri, H. “Scientific Cooperation among Unequal Partners: the Strait-Jacket of the Human Resource Base”. En: J.Gaillard (Ed.) Coopérations Scienti-fiques Internationales. 1996 (7): 171-185. Les Sciences Hors D’Occident au XXe.Siècle. Serie bajo la dirección de Roland Waast. Ediciones ORS-TOM, París. Vessuri, H., «La coo-peración científica internacional, la política y la negociación de la eva-luación «experta»». En: H.Vessuri (Ed.) Ciencia, Tecnología y Sociedad en América Latina, 1994: 101-111. XIX Congreso de la Asociación Lati-

noamericana de Sociología (ALAS). Edición Nueva Sociedad, Caracas; Arvanitis, R. y Vessuri, H. «La coo-pération franco-vénézuélienne dans le domaine de la catálisis. Revue in-ternationale des sciences sociales». Dossier: La science et sa culture. 2001 (168): 221-238.

14 Un tiempo antes de volver a Ar-gentina, coordiné un volumen con G. Bocco (eds.) Conocimiento, pai-saje, territorio. Procesos de cambio individual y colectivo, UNPA-CIGA/UNAM-CENPAT/CONICET-UNRN, 2015, con trabajos presentados en una reunión un par de años antes en Comodoro Rivadavia, para empezar a conocer la Patagonia.

Page 106: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

INSTRUCCIONES PARA LOS AUTORES

CIENCIA E INVESTIGACIÓN RESEÑASLa Asociación Argentina para el Progreso de las Ciencias (AAPC) presenta esta nueva revista on line, cuyo objetivo es el de publicar reseñas escritas, por invitación, de prestigiosos investigadores argentinos sobre su trayectoria y sus logros científicos. Los artículos describen en el cuerpo central del mismo aquellos aspectos que cada investigador considera más relevantes tanto en su producción científica como en el tema. Dicho cuerpo puede incluir reflexiones sobre las razones que impulsaron a elegir una determinada línea de investigación, o a seguir una determinada línea de razonamiento, así como consideraciones sobre el marco institucional y la época en el que se desarrollaron las tareas. El lenguaje debe ser preciso, y apuntar a lectores que pueden ser colegas investigadores, educadores, profesionales o estudiantes universitarios que no necesariamente están familiarizados con los temas tratados. Puede incluirse opcionales boxes o recuadros que elaboren temas que se desea separar del cuerpo principal. Para ello se pueden emplear cuadros de texto, o texto normal con bordes externos.El artículo se complementa con una Semblanza, escrita idealmente por un colaborador cercano o discípulo, que sirva como presentación del investigador. Debe evitarse la rígida formalidad de un currículo, pero debe contener la información importante sobre la trayectoria del investigador.Las reseñas se publicarán por invitación, tras análisis por parte del Comité Científico, constituido por prestigiosos investigadores de diversas disciplinas. La AAPC recibe con agrado sugerencias sobre investigadores a invitar, dado que uno de los objetivos es la creación de un archivo de las tareas de investigación que se llevaron a cabo en el país. En la primera etapa se contempla especialmente publicar contribuciones de investigadores mayores de 70 años.Las instrucciones para los autores se dan a continuación.

Presentación del manuscritoEl artículo podrá presentarse vía correo electrónico, como documento adjunto, escrito con procesador de texto word (extensión «doc») en castellano, en hoja tamaño A4, a doble espacio, con márgenes de por lo menos 2,5 cm. en cada lado, letra Times New Roman tamaño 12. No se dejará espaciado posterior adicional después de cada párrafo, y no se indentará el comienzo de los párrafos. Las páginas deben numerarse (arriba a la derecha) en forma corrida. La primera página deberá contener: Título del trabajo, nombre del autor, institución a la que pertenece o última que perteneció y correo electrónico. Es conveniente incluir en esta primer página al menos tres palabras claves en castellano y su correspondiente traducción en inglés para facilitar su obtención a través de los buscadores de internet. A partir de la segunda página se desarrollará la reseña correspondiente. De ser posible es útil iniciar el escrito con un resumen o introducción que rápidamente ubique al lector en la persona y tema que trata la reseña. De querer agregarse una lista de citas de los trabajos publicados en su trayectoria la misma se colocará al final del texto siguiendo las instrucciones que se dan más abajo, y bajo el título BIBLIOGRAFÍA (Times New Roman 12, negrita alineado a la izquierda). La extensión del manuscrito total no excederá las 30 páginas a doble espacio, salvo consulta previa con los Editores.En caso de ser necesario incluir ilustraciones, hacerlo al final y de no ser original deberá citarse su procedencia en la leyenda correspondiente. Es responsabilidad del autor asegurarse de contar con los permisos necesarios para su reproducción. En el texto del trabajo se indicará el lugar donde el autor desea ubicar la ilustración (haciéndolo en la parte media de un renglón en negrita y tamaño de letra 14). Es importante que las ilustraciones sean de buena calidad. Se pueden incluir cuadros de texto con información que se desea separar del texto principal. Los cuadros de texto se escribirán en Times New Roman 12 con espaciado simple, y contendrán un borde sencillo en todo su perímetro; alternativamente pueden armarse usando la facilidad cuadro de texto de Word. Se puede agregar un título a cada cuadro de texto, en negrita, Times New Roman 12, alineado a la izquierda.

Page 107: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …

Por la naturaleza de las reseñas, es poco probable que se incluyan tablas. De presentarse esta situación, la misma debe contener un título en Times New Roman 12, negrita + bastardilla, centrado, arriba de la tabla. La lista total de trabajos citados en el texto se colocará al final y deberá ordenárse alfabéticamente de acuerdo con el apellido del primer autor, seguido por las iniciales de los nombres, año de publicación entre paréntesis, título completo de la misma, título completo de la revista o libro donde fue publicado, volumen y página. Ejemplo: Benin L.W., Hurste J.A., Eigenel P. (2008) The non Lineal Hypercycle. Nature 277, 108-115.La reseña debe enviarse como documento word adjunto por correo electrónico a la Secretaría de la revista, [email protected] con copia al miembro del Comité Editorial de la revista o del Colegiado Directivo de la AAPC que formulara la invitación, y que actuará en la etapa de adecuación del manuscrito para asegurar que el mismo cumpla con todas las pautas editoriales. El material adicional (fotos, figuras, etc) se enviará también como adjuntos en el mismo mensaje.

Precisiones complementarias1. El Titulo, en la página 1, irá en negrita, mayusculas pica 14, seguida, a doble espacio del nombre

del autor, negrita, pica 12, seguida a doble espacio del nombre la institución o institutciones a las cuales quiere asociar su nombre, negrita, pica 12, seguida a doble espacio de la dirección de correo electrónico del autor, pica 12. Todo esto irá centrado. A continuación se dejarán tres renglones y se colocarán en renglones seguidos, espaciado sencillo con espaciado posterior de 6 puntos palabras clave y keywords en renglones separados. Ejemplo:

Palabras clave: Física nuclear; problemas de muchos cuerpos; coordenadas colectivas; teoría de campos nucleares; cuantización BRST.

Keywords: Nuclear physics; many-body problems; collective coordinates; nuclear field theory; BRST quantization

2. En caso que el manuscrito presente secciones y subsecciones, se procederá de la siguiente forma. Las secciones se numerarán 1., 2., etc, y el título de cada sección irá en negrita, mayúsculas, pica 12. Las subsecciones se numerarán 1.1., 1.2., etc, y el título irá en negrita, pica 12, con formato de oración (sólo comienza con mayúsculas). En la eventualidad de un nivel adicional de secciones, se numerarán 1.1.1., 1.1.2., etc, y el titulo ira en negrita + bastardilla (italics), pica 12, con formato de oración (sólo comienza con mayúsculas).

3. En el cuerpo del texto, las referencias se indicarán entre paréntesis, con el apellido del autor y el año de publicación. Si son dos autores, con los apellidos de los dos autores mediados por “y” y el año de publicación. Si son más de dos autores, con el apellido del primero seguido por “y col.” y el año de publicación.

4. Las palabras en idioma extranjero (incluyendo el nombre de instituciones en su idioma original extranjero) se escribirán en bastardilla.

5. Las citas textuales se escribirán en bastardilla6. Las figuras podrán numerarse y contar con una leyenda. La leyenda se escribirá en Times New

Roman pica 10, siguiendo el formato del ejemplo siguiente:Figura 1. Fotografía tomada en ocasión del X Congreso Argentino de Fisicoquímica,San Miguel de Tucumán, abril de 1997. De izquierda a derecha: Albert Haim, NéstorKatz y José A. Olabe 7. Se debe proveer una foto del autor para ilustrar su artículo, y se debe sugerir el nombre de la

persona que puede escribir la Semblanza.8. El listado de referencias se escribirá con espaciado sencillo y espaciado posterior de 6 puntos.9. Las notas al final se escribirán en espaciado sencillo, pica 10. Las notas al final se indicarán en

el texto correlativamente, numerándolas 1,2, 3,… Si se usa Microsoft Word 2010, la inserción de notas al final se logra pulsando Referencias, Insertar nota al final, cuidando que el formato sea 1, 2, 3,… El formato se puede establecer pulsando Notas al pie (dentro de Referencias). Versiones anteriores de Word poseen opciones equivalentes.

Page 108: ISSN 2314-3134 ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL PROGRESO …