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116 La filosofía a contrapelo: Estudios fenomenológicos y hermenéuticos Jean Orejarena Torres** La crisis del hombre contemporáneo se hace cada vez más evidente en el con- texto de la sociedad industrial globalizada. Más allá de algunas concepciones que comparten cierto entusiasmo ante la tendencia totalizante de la revolu- ción digital y de la industria cultural, entre otros procesos, lo cierto es que los cambios operados por esta tendencia han transformado considerablemente el modo de comprender el entorno del hombre y su modo más íntimo de habi- tar en la tierra. La existencia de estos procesos ha obligado a buscar una forma de entender el sentido de esta era histórica a partir de una conexión existen- te con la manera acostumbrada en la que el hombre ha construido su perma- nencia sobre la tierra. Con esta búsqueda, surgida principalmente a partir de la extrañeza que genera la creciente pérdida de puntos de referencia del mun- do contemporáneo, la tarea de la filosofía consiste en penetrar a partir de un preguntar pensante por el sentido de esta era. La fenomenología y la herme- néutica son dos modos en los que este preguntar mantiene viva a la extrañeza ante el sentido del mundo contemporáneo. El movimiento propio de la feno- menología y la hermenéutica –dirigido a un ámbito más allá de los prejuicios incuestionados por algunas concepciones filosóficas entusiastas– se dirige ha- cia la cosa misma del mundo contemporáneo. Con este pensar cuestionante la cotidianidad del hombre se abre hacia una posible fenomenología del presen- te, hacia una “hermenéutica contemporánea”. ¿De qué forma la fenomenolo- gía y la hermenéutica abren estos caminos? ¿Qué lugar ocupa la filosofía con este pensar cuestionante? El libro La filosofía a contrapelo: Estudios fenomenológicos y hermenéuticos busca abrir una serie de impulsos que permitan pensar nuestro mundo desde la ex- trañeza ante la “vorágine trivial” que caracteriza nuestros días. Construida con la intención de “ejemplificar formas en las que se mantiene la extrañeza ante el mundo” (p. 13), esta obra, editada por el Cuerpo Académico “Fenomenología, hermenéutica y ontología” de la Benemérita Universidad Autónoma de Pue- bla, se divide en tres capítulos con diez contribuciones que procuran tematizar el problema mencionado desde algunas regiones específicas: El primer capítu- lo está dedicado a la “Técnica”; el segundo a la “Filosofía”; y el tercero, en un ámbito más abierto, se titula “Historia, Arte y Religión”. En suma, a partir de la idea de mantener y abrir impulsos para la extrañeza ante lo que sucede, una de las ideas más sugestivas de este libro consiste en ver a la filosofía como pos- tura crítica ante la realidad. En su justo distanciamiento, este modo de conce- * Gibu, R., Xolocotzi, Á., Godina, C. (coords.) (2012). La filosofía a contrapelo: Estudios fenomenológicos y herme- néuticos. Ítaca/BUAP. Puebla. ** Estudiante de la Maestría en Filosofía, BUAP

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    La filosofía a contrapelo: Estudios fenomenológicos y hermenéuticos∗

    Jean Orejarena Torres**

    La crisis del hombre contemporáneo se hace cada vez más evidente en el con-texto de la sociedad industrial globalizada. Más allá de algunas concepciones que comparten cierto entusiasmo ante la tendencia totalizante de la revolu-ción digital y de la industria cultural, entre otros procesos, lo cierto es que los cambios operados por esta tendencia han transformado considerablemente el modo de comprender el entorno del hombre y su modo más íntimo de habi-tar en la tierra. La existencia de estos procesos ha obligado a buscar una forma de entender el sentido de esta era histórica a partir de una conexión existen-te con la manera acostumbrada en la que el hombre ha construido su perma-nencia sobre la tierra. Con esta búsqueda, surgida principalmente a partir de la extrañeza que genera la creciente pérdida de puntos de referencia del mun-do contemporáneo, la tarea de la filosofía consiste en penetrar a partir de un preguntar pensante por el sentido de esta era. La fenomenología y la herme-néutica son dos modos en los que este preguntar mantiene viva a la extrañeza ante el sentido del mundo contemporáneo. El movimiento propio de la feno-menología y la hermenéutica –dirigido a un ámbito más allá de los prejuicios incuestionados por algunas concepciones filosóficas entusiastas– se dirige ha-cia la cosa misma del mundo contemporáneo. Con este pensar cuestionante la cotidianidad del hombre se abre hacia una posible fenomenología del presen-te, hacia una “hermenéutica contemporánea”. ¿De qué forma la fenomenolo-gía y la hermenéutica abren estos caminos? ¿Qué lugar ocupa la filosofía con este pensar cuestionante?

    El libro La filosofía a contrapelo: Estudios fenomenológicos y hermenéuticos busca abrir una serie de impulsos que permitan pensar nuestro mundo desde la ex-trañeza ante la “vorágine trivial” que caracteriza nuestros días. Construida con la intención de “ejemplificar formas en las que se mantiene la extrañeza ante el mundo” (p. 13), esta obra, editada por el Cuerpo Académico “Fenomenología, hermenéutica y ontología” de la Benemérita Universidad Autónoma de Pue-bla, se divide en tres capítulos con diez contribuciones que procuran tematizar el problema mencionado desde algunas regiones específicas: El primer capítu-lo está dedicado a la “Técnica”; el segundo a la “Filosofía”; y el tercero, en un ámbito más abierto, se titula “Historia, Arte y Religión”. En suma, a partir de la idea de mantener y abrir impulsos para la extrañeza ante lo que sucede, una de las ideas más sugestivas de este libro consiste en ver a la filosofía como pos-tura crítica ante la realidad. En su justo distanciamiento, este modo de conce-

    * Gibu, R., Xolocotzi, Á., Godina, C. (coords.) (2012). La filosofía a contrapelo: Estudios fenomenológicos y herme-néuticos. Ítaca/BUAP. Puebla.

    ** Estudiante de la Maestría en Filosofía, BUAP

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    bir el filosofar “representa un oasis para aquellos que llevan la contraria, para aquellos que no les basta con las trivialidades de la cotidianidad y buscan de-tenerse a pensar lo que son las cosas” (p. 12). Con esta indicación, se entiende de forma más nítida el título de este libro: La filosofía a contrapelo es una invita-ción a observar lo propio del filosofar como un mantener viva la capacidad de la reacción, como un estar a contrapelo ante la superficialidad actual que avan-za en todos los comportamientos humanos (cf., p. 11). A partir de esta noción del filosofar, este libro surge como muestra de agradecimiento y como home-naje “a un hombre que con su ejercicio pensante ha contribuido a impulsar el quehacer filosófico” (p. 13): Jesús Rodolfo Santander.

    En la primera parte del libro, Hans-Helmuth Gander1 propone una reflexión acerca de la relación interpretativa con el mundo en el contexto de una percep-ción multimedial de la realidad. Así, a partir de la idea nietzscheana del mun-do como interpretación, en la era multimedial no surge la pregunta por relación con éste a partir del esquema moderno sujeto-objeto. En el contexto de las inter-conexiones mediales, nuestra comprensión de la realidad implica un juego de comunicaciones determinado por el modelo de la red. En este punto, tal como sostiene Gianni Vattimo, “se consuma la despedida final de las representacio-nes de una imagen del mundo tradicional y mecanicista” (p. 19). Gander par-te de la idea de que en esta “era multimedial” nuestra relación con el mundo viene dada por un modelo distinto al de la autoposesión de la conciencia, al de los hechos en el sentido nietzscheano, siendo este modelo el que caracterizó el impulso filosófico desde Descartes hasta Husserl. Con el modelo de la red, el mundo se presenta a partir de las comunicaciones mediales estructuradas de manera policéntrica. Citando a Wolfgang Welsch,2 Gander evidencia el distan-ciamiento y la incompatibilidad entre ambas “representaciones” del mundo. Así, en la era multimedial:

    (…) nuestras formas de percepción se vuelven crecientemente mediales: los medios electrónicos dictan la manera de nuestra comunicación cotidiana hasta en los de-talles de estilo. Como prueba de esto puede servir la interface (sic) del e-mail (co-locada entre el medio oral y el medio escrito), que, a su manera, mutatis mutandis, confirma la tangible afirmación de Nietzsche respecto del uso de su máquina de escribir: “nuestra máquina de escribir […] colabora con nuestros pensamientos” (pp. 19-20).

    La medialidad (Medialität), en su intimidad, ofrece una visión completa-mente diferente a la ontología tradicional de la sustancia y de la cosa (cf., p. 21). Con esto, se hace patente que un distanciamiento de tal magnitud exige una nueva forma en que la naturaleza de los fenómenos de la medialidad puedan ser aprehendidos. El esfuerzo de Gander va encaminado hacia una descripción de nuestra era desde los elementos que permiten configurar una interpretación alterna a la de la ontología de la presencia. A partir de la creciente influencia de los medios electrónicos, la medialidad acontece con una tendencia hacia la momentaneidad (Augenblichkeit), la representación (Dastellung) y la relaciona-lidad (Relationalität). Con este movimiento, se genera una forma sui generis de comprensión de nuestra propia relación con el mundo. “Interpretación”, “si-

    1 “Interpretación-situación-interconexión: Reflexiones hermenéuticas sobre la relación-con-el-mundo y la relación-con-uno-mismo en la era multimedial”, ibíd., pp. 17-35.

    2 La cita de Gander a Welsch se encuentra referenciada en: Welsch, W. (1998). “Die Doppelnatur der Gegenwart: Virtualisierung und Revadilierung”, Medien-Welten-Wirklichkeiten. München, Fink.

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    tuación” y “conexión” son los momentos de una relación simultánea en la que se estructura el modo en que el hombre se comprende a sí mismo y a su entor-no en la era de las comunicaciones digitales multimediales.

    Siguiendo el camino hacia una comprensión acerca de la naturaleza de nuestra era, Ángel Xolocotzi3 aborda el problema de la esencia de la técnica moderna en el pensamiento de Heidegger. En su pensamiento tardío Heidegger distinguió tres representaciones comunes y habituales de la técnica: la instru-mental, la antropológica y la técnica. Xolocotzi describe estas representaciones de la siguiente forma: “La primera concibe a la técnica como un medio a través de la intervención de la razón, la segunda procura enfocarse en el carácter de beneficio y de uso que proporciona mediante el énfasis en su hacer, y la tercera se centra en pensar la máquina a partir de la mecanización y su desarrollo” (p. 39). Con esta descripción, Xolocotzi hace frente a las apreciaciones que obser-van la propuesta heideggeriana como una “visión limitada y caduca”, así como aquellas que critican su estilo y su auténtico impulso filosófico.

    Estas críticas, producto de una interpretación que se encuentra sostenida a partir de la relación entre medios y fines, olvidan el trasfondo de la propues-ta filosófica de Heidegger: Desde Ser y tiempo y, posteriormente, en “Die Frage nach der Technik” y en el tomo setenta y seis de la Gesamtausgabe, entre otros escritos tardíos, se establecen los criterios sobre los que Heidegger concentra su visión de la esencia de la técnica más allá de una posible essentia, de una quidditas, De esta forma, la pregunta por la esencia de la técnica, si bien no se dirige al ámbito de sus tres representaciones comunes, tampoco lo hace inte-rrogando, tal como lo ha hecho la tradición occidental, por el qué de una cosa (ente) específica, sino por el cómo ha acontecido históricamente ésta. Con esto último, Xolocotzi rastrea el sentido de la pregunta por la esencia de la técnica moderna en el marco del llamado “pensar ontohistórico” (seynsgeschichtliches Denken) y en la diferenciación que establece Heidegger entre historia (Geschi-chte) e historiografía (Historie). A partir de la indicación definitiva de la técni-ca como Ge-stell, y que Xolocotzi traduce como com-posición, la esencia de la técnica moderna es vista a partir del poner. Heidegger resalta de esta forma el movimiento de exigencia planetaria hacia el poner (stellen) y el disponer (bes-tellen) que caracteriza al fenómeno, hoy más vigente que nunca, de la sobreex-plotación –la puesta en stock– de lo ente. La acuñación de la palabra Ge-stell al modo de acontecer de la técnica moderna ejemplifica perfectamente la apertu-ra de nuevos caminos en el pensamiento heideggeriano. El sentido de la técni-ca moderna, lo que hace aparecer la palabra Ge-stell, dice algo nuevo y que va más allá de las concepciones tradicionales que representan la técnica desde un ámbito previamente delimitado.

    En la segunda parte del libro, siguiendo el camino hacia una comprensión de la esencia hombre, Luis Cesar Santiesteban se interroga en su trabajo4 por el papel de la hermenéutica en los análisis que Ser y tiempo efectúa acerca de la tematización del Dasein como comprender. Para Santiesteban, la intención her-menéutica de la obra de 1927 se pone de manifiesto desde el momento en que Heidegger establece que la pregunta por el sentido del ser debe plantearse a partir de la comprensión propia del ser del Dasein (cf., p. 97). Con esto, Hei-degger ha pensado el lugar de la hermenéutica de un modo diferente al de la

    3 “¿Qué es la técnica? Sobre la relación entre la composición (Gestell) y la metafísica”, ibíd., pp. 37-51.4 “Heidegger y la hermenéutica. Comentario a los parágrafos 31-33 de Ser y tiempo”, ibíd., pp. 97-113.

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    tradición de las ciencias del espíritu, que veía a la hermenéutica estrechamente ligada al trato y a la exégesis de textos. En Ser y tiempo, plantea Santiesteban, la reflexión hermenéutica se halla subordinada a la pregunta por el ser del Dasein, y ésta a su vez por la pregunta por el ser (cf. p. 98). El paso más importante de Ser y tiempo, en esta dirección, consiste en poner el lugar del comprender como un existencial del Dasein. Junto a la disposición afectiva (Stimmung), Heidegger abrirá un camino para entender el fenómeno de la comprensión, no sólo des-de un ámbito puramente intelectualista; la pertenencia y cooriginariedad entre el comprender y la disposición afectiva abrirá el lugar para un análisis de toda comprensión como comprensión afectiva. El reconocimiento de este doble mo-vimiento en Ser y tiempo (la pregunta por el ser del Dasein, y por consiguiente la pregunta por el sentido del ser) implica una ardua tarea de interpretación de los problemas inherentes a la tradición filosófica occidental. En el trabajo de Santiesteban, se ejemplifica esto con el problema del lugar de la hermenéutica y las ciencias del espíritu, con la transformación de la praxis en “trato”, y con el modo en el que Heidegger opera al observar a la existencia como la esencia del Dasein, entre otros tópicos.

    En relación con el planteamiento de la hermenéutica, Ricardo Gibu tema-tiza5 por su parte el problema del giro hermenéutico en el marco de la filosofía de Emmanuel Levinas. De esta forma, Gibu inicia su trabajo declarando que hay razones para pensar que la filosofía levinasiana no ofrece una propues-ta relevante a la reflexión hermenéutica y que sus aportes a este ámbito se cir-cunscriben a sus escritos religiosos (cf., p. 129). No obstante esta delimitación, la definición del rostro como “significación sin contexto” en Totalidad e infini-to, así como el reconocimiento del empleo de un lenguaje ontológico en esta obra, abre una serie de impulsos para observar de manera más nítida el interés de Levinas por cuestiones relativas al lenguaje y a la significación (cf., p. 129). Con esto, sumado a la publicación reciente de Palabra y silencio y otras conferen-cias inéditas y Notas sobre la metáfora, se abre un nuevo camino para abordar el interés levinasiano en la hermenéutica.

    Gibu interpreta el acercamiento de Levinas a la hermenéutica a partir de la exposición que hace éste de la fenomenología husserliana en su tesis doctoral Teoría de la intuición en la fenomenología de Husserl. En este trabajo, Levinas con-sidera que Husserl asume “una perspectiva intelectualista por la que el objeto pasa a convertirse en objeto para la conciencia a través de la intencionalidad”.6 Esta crítica a Husserl, extendida también a toda la filosofía occidental salvo contadas excepciones, expresa en Totalidad e infinito un punto de vista median-te el cual la tradición ha neutralizado la trascendencia y la exterioridad del otro (cf., p. 130). De esta forma, y a partir del intento de acercamiento hacia lo pro-pio del otro, la pregunta que conduce toda una reflexión acerca de la natura-leza de la significación es: ¿cómo la alteridad puede sustraerse al orden de lo presente sin dejar de significar? (cf., p. 133). Gibu busca una respuesta a este interrogante analizando la forma en que Levinas aborda la cuestión de la signi-ficación. De esta forma, procede analizando la estructura temporal de la sensa-ción, así como su estado interpretativo. Por otra parte, se tematiza el problema de la significación cultural y de la metáfora. Desde este análisis, y a partir de

    5 “Existe un giro hermenéutico en la filosofía de Levinas”, ibíd., pp. 129-148.6 Ibíd., p. 130. La referencia de la tesis doctoral se halla en: Levinas, E. (1984). Théorie de l’intuition dans la phéno-

    ménologie de Husserl. Paris, Vrin, pp. 88-90.

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    un estudio minucioso de la metáfora, el estado conclusivo de esta investiga-ción mostrará que Levinas observa al lenguaje como respuesta al otro (cf., p. 147), como exigencia ética.

    La tercera parte del libro está compuesta por cuatro contribuciones que ver-san sobre la historia en Heidegger, la estética y la fenomenología del arte en Husserl, acerca del cine, y sobre el papel de la nada en la filosofía de Bernhard Welte. En su artículo, Pilar Gilardi aborda el problema de la historia como po-sibilidad fáctica en Ser y tiempo.7 En la obra de 1927, Heidegger considera que la historicidad se inicia a partir de la indicación de que “el ser del Dasein tiene su sentido en la temporalidad” (p. 151). Sin embargo, el origen de esta apre-ciación heideggeriana se halla en la noción de la temporalidad en Ser y tiempo. Para Heidegger, “el tiempo es horizonte de posibilidad para toda comprensión del ser en general” (p. 151).

    Gilardi propone unas consideraciones metodológicas en las que se destaca el lugar de la hermenéutica como “la articulación de lo que no se deja concep-tualizar teóricamente” (p. 151). La facticidad se encuentra, precisamente, en este ámbito. La versión heideggeriana de la hermenéutica de la facticidad conlleva en sí misma una serie de implicaciones frente a la tradición filosófica. En Ser y tiempo esta idea aparece mediante la tarea de la destrucción de la ontología. Es por esta razón que la interpretación heideggeriana de la historicidad propia del Dasein implica un distanciamiento de las concepciones antropológicas del tiempo y del hombre. Gilardi sostiene en su contribución el enunciado de que “La historia lo es sobre el futuro” (p. 152). Con ello, se afianza una interpre-tación acerca del Dasein y sus modos cooriginarios de apertura, en tanto que implican un “(…) deslindarse de esa linealidad característica del pensamien-to occidental” (p. 153). Esta interpretación acerca del Dasein lo tematiza como posibilidad fáctica. Esta posibilidad, en consonancia con una descripción de la temporalidad, implica una anticipación: “El Dasein siendo es anticipadamente, porque ya antes de ser ésta o esa otra posibilidad, en la que ya es, es en sí mis-mo posibilidad de serlo” (p. 156). Esta posibilidad se encuentra determinada por una concepción de la temporalidad en la cual la anticipación obedece a una in-terpretación del tiempo y del destino, en la que, más allá de la concepción tra-dicional, el futuro es visto como un poder-ser y el pasado como un haber-sido.

    En un marco común, todas estas investigaciones, vinculadas al preguntar fenomenológico y hermenéutico, se detienen a pensar diversos tópicos que se encuentran relacionados con la esencia del hombre. Es importante señalar que en este libro han sido publicadas cinco contribuciones que, por motivos estric-tamente formales, no pudieron ser incluidas en esta reseña. Estas contribucio-nes, que componen una parte muy importante del libro, están firmadas bajo la autoría de Luis Ignacio Rojas,8 Alberto Constante,9 Román Chávez,10 Víctor Gerardo Rivas11 y Carlos Gutiérrez.12 Vale la pena resaltar que la importancia de esta obra –unida a una serie de publicaciones por parte de los miembros del Cuerpo Académico “Fenomenología, hermenéutica y ontología”– se halla en dos razones que justifican eminentemente su publicación. La primera razón con-

    7 “La historia como posibilidad fáctica”, ibíd., pp. 151-164.8 “Platón y Husserl: origen y destino de la relación entre praxis y teoría”, ibíd., pp. 55-95.9 “Fenomenología y hermenéutica y el otro comienzo”, ibíd., pp. 115-127.10 “El carácter y el fundamento metódicos de la estética fenomenológica y la fenomenología del arte en Edmund

    Husserl”, ibíd., pp. 165-182.11 “De la existencia, el cine y el olvido de la finitud”, ibíd., pp. 183-206.12 “El papel de la nada en la filosofía de la religión de Bernhard Welte”, ibíd., pp. 207-216.

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    siste en el esfuerzo que desde el mencionado Cuerpo Académico se ha hecho en aras de establecer un diálogo filosófico con profesores e investigadores re-conocidos internacionalmente por su amplia trayectoria académica.13 Con esto, se garantiza un intercambio de ideas que enriquece el quehacer filosófico. La segunda razón consiste simplemente en la invitación que este libro extiende al lector: mediante el filosofar a contrapelo, el pensamiento se mantiene vigente y en plena resistencia ante ciertas posturas filosóficas que preconizan un modo de pensamiento que compromete su reflexión frente a teorizaciones que ensal-zan sin más la actualidad. El filosofar a contrapelo, o el filosofar sin más, va más allá de las tendencias en boga, su lugar es el movimiento incesante y persisten-te hacia las cosas mismas.

    13 De esta iniciativa han sido publicadas las siguientes obras: Xolocotzi, Á., Godina, C., (coords.) (2009). La técnica: ¿orden o desmesura? Puebla, Los libros de Homero/BUAP; Xolocotzi, Á., Gibu, R., (coords.) (2009). Actualidad hermenéutica de la prudencia. Puebla, Los libros de Homero/BUAP; Xolocotzi, Á., Gibu, R., Godina, C., Santander, J. R., (coords.) (2011). La aventura de interpretar: Los impulsos filosóficos de Franco Volpi. Puebla, EÓN/BUAP; Xolocotzi, Á., Gibu, R., Godina, C., Santander, J. R., (coords.) (2011). Ámbitos fenomenológicos de la hermenéutica. Puebla, EÓN/BUAP.