Jornadas sobre violencia de género en el Jornadas sobre ámbito … · 2010-12-21 · 9 Prólogo...

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CONSELLERIA DE SANITAT Jornadas sobre violencia de género en el ámbito sanitario PONENCIAS

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Jornadas sobreviolencia de género

en elámbito sanitario

PONENCIAS

Jornadas sobreviolencia de género

en elámbito sanitario

PONENCIAS

JORNADAS SOBRE VIOLENCIA DE GÉNERO EN

EL ÁMBITO SANITARIO

JORNADAS SOBRE VIOLENCIA DE GÉNERO EN

EL ÁMBITO SANITARIO

PONENCIAS

Octubre, Noviembre 2005

Edita: Generalitat Valenciana. Conselleria de Sanitat© de la presente edición: Generalitat Valenciana© de los textos: los autoresEdición: 2006Coordina: Servici de Salut Infantil i de la Dona.Direcció General de Salut PúblicaDL.: V-1705-2006Imprime: Empresa Editorial Gráficas Izquierdo

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Índice

Índice

Presentación 7

Prólogo 9

Mesa Redonda

Atención a la salud de las víctimas de violencia de género 11Manuel Escolano Puig, Javier Criado Juárez, Eduardo Alonso Echabe

La violencia de género desde el sistema sanitario 19Vicenta Escribà Agüir, Carmen Barona Vilar, Ana Fullana Montoro

El ciclo de la violencia y las repercusiones en la salud 39Purificación Beltrán Aleu, M Carmen Bellido Rodríguez, Mar Pastor Bravo

Detección y asistencia sanitaria de la víctima de violencia de género 49Rosario González Candelas

Mesa Redonda

Coordinación con los servicios judiciales y cuerpos de seguridad 63Julia Lozano Martínez, Vita Arrufat Gallén, Elena Pérez Sanz

Actuación de la Administración de Justicia tras la recepción del Informe Médico y tras la denuncia 69Matías Vicente Mendoza, Mario Ventura Álvarez, Rafael Bañón González

Actuación de los Cuerpos de Seguridad en la violencia de género 77Estanislao García Moreto, Mª Rosario Pérez Carretero, Mª Paz Prieto Pis

Mesa Redonda

Coordinación con los servicios sociales 89Eduardo Pla Ernst, Matilde Pallarés Molina, Mercedes Carrasco González

Recursos sociales para la atención a las víctimas: 95Trabajador social en los servicios de saludMª Ángeles Celada Pérez, Eufemia Marcos González, Lidón Baquero Toledo, Lledó Procar Boix, Manuela Rocamora Parres

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Índice

Recursos sociales para la atención a las víctimas: Fundación 115para las Víctimas del Delito y el Encuentro Familiar (FAVIDE)Javier Senabre Arolas, Irene Adelantado Solsona, Roberto Galiana Cantó

Recursos sociales para la atención a las víctimas de 127la Dirección General de la MujerRosa M Marín Torrens, Carmen Gonzalvo Cebrián, Lolis Prats Landaluce, Clara Abellán García

Casos Prácticos

Atención desde Atención Primaria 151Rosario González Candelas

Asistencia social por Unidades de Trabajo Social de Centros Sanitarios 157Mª Ángeles Celada, Lledó Porcar, Manuela Rocamora

Asistencia desde el Centro Mujer 24 Horas 167Carmen Bort, Patricia Calvo, Rebeca Serrano

Cumplimentación del Informe Médico por Presunta 175Violencia Doméstica (Adultos)Fernando Rodes

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La violencia contra las mujeres es un problema de grandes dimensiones y graves consecuencias. Representa un verdadero atentado contra el dere-cho a la vida, la seguridad, la libertad, la dignidad y la integridad física y psíquica de las mujeres, y por lo tanto representa un atentado hacia una sociedad democrática como la nuestra.

Se trata de un problema que no es nuevo, aunque haya sido a partir de las dos últimas décadas del siglo XX cuando se han intensificado los esfuerzos en muchos países del mundo, con la finalidad de visibilizarlo. En este sentido, el logro ha consistido en conseguir que haya pasado de ser un asunto privado a una cuestión social. Por ello, su erradicación requiere el compromiso del conjunto de la sociedad, ciudadanos y ciudadanas, po-deres públicos, sociedad civil, medios de comunicación y administraciones públicas en todos sus niveles.

La Generalitat Valenciana, consciente de que la violencia contra las muje-res es la manifestación más dramática de las desigualdades existentes entre mujeres y hombres, viene implementando “Planes Específicos para comba-tir la Violencia que se ejerce contra las Mujeres” desde 2001. Ello ha dado paso ha la creación de una Comisión Interdepartamental para combatir la Violencia Doméstica, con la idea de unificar y coordinar las intervenciones de las diferentes administraciones públicas. Asimismo las actuaciones em-prendidas, se refuerzan por las recomendaciones que van surgiendo desde el “Foro de la Comunidad Valenciana contra la violencia de Género y per-sonas dependientes en al ámbito de la familia”, como órgano consultivo y asesor, creado en 2004.

El impacto de la violencia sobre la salud y la calidad de vida de las mu-jeres es profundo y tiene devastadores efectos que se traducen en muertes, mutilaciones, torturas y problemas en su salud física y psicológica. Por ello la implicación del sistema sanitario en la detección y asistencia de las vícti-mas resulta incuestionable. Son especialmente importantes los servicios de urgencia como punto de referencia donde acuden las mujeres en busca de

Presentación

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asistencia en momentos de crisis, y los centros de atención primaria como referentes de la atención a la salud a lo largo de toda la vida de las mujeres.

Pero la actuación de los profesionales sanitarios necesita en muchas oca-siones la confluencia de otros recursos para dar salida a la situación que viven muchas de las víctimas. Es por ello que el objetivo de las jornadas que han dado origen a esta publicación ha sido sensibilizar al personal fa-cultativo de servicios de urgencia y centros de atención primaria, sobre el problema de la violencia contra las mujeres, al tiempo que darles a conocer los recursos existentes desde otros ámbitos, con los que pueden establecer una coordinación.

Es una satisfacción para mí presentar esta publicación, que espero re-sulte una herramienta de utilidad para las y los profesionales entre cuyas actividades cotidianas se encuentra la atención a las mujeres víctimas de violencia de pareja.

Rafael Blasco CastanyConseller de Sanitat

Presentación

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Prólogo

En julio de 2004, el Comité de Naciones Unidas que vigila el cumpli-miento de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, al examinar el quinto informe periódico presentado por el Estado español, expresó preocupación por “la prevalen-cia de la violencia contra la mujer, en particular el número alarmante de denuncias de homicidios de mujeres a manos de sus cónyuges o parejas actuales y anteriores”. Y es que en España, despertar con las noticias de que el día anterior otra mujer ha sido asesinada por parte de su pareja o ex pareja, se ha convertido en un asunto estremecedoramente familiar.

La realidad es que muchas de las víctimas soportan y padecen durante años malos tratos sin acudir a ninguna autoridad para denunciar los hechos. Sin embargo, la mayoría de las mujeres establecen contacto con el sistema de salud en algún momento de sus vidas. Por esta razón, los centros de salud y las urgencias hospitalarias son un lugar importante para detectar a las mujeres maltratadas, brindarles apoyo y enviarlas, si fuera necesario, a los servicios especializados. Lamentablemente, los estudios revelan que en la mayor parte de los países los médicos y las enfermeras rara vez preguntan a las mujeres si han sido maltratadas y ni siquiera buscan signos obvios de violencia. La falta de formación o experiencia en el tema y el miedo a empeorar la situación de la víctima son algunos de los motivos que podrían explicar esta actitud.

La formación y sensibilización de los profesionales del ámbito sanitario fue uno de los ejes de actuación en los que se comprometió la Conselleria de Sanitat en el seno de la Comisión Interdepartamental para combatir la Violencia Doméstica, creada en 2002 por el Gobierno Valenciano. Desde entonces, además de incorporar cursos sobre violencia en los planes de for-mación continua y continuada de la EVES se han llevado a cabo jornadas de sensibilización dirigidas a colectivos especialmente implicados, como son trabajadoras sociales y personal de los SAIP, a los que se suman estas jorna-das dirigidas específicamente a médicos de centros de atención primaria y servicios de urgencia.

Las jornadas de Castellón, Valencia y Alicante que han dado origen a esta publicación, han tenido en cuenta el abordaje multidisciplinar que re-

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quiere el problema de la violencia doméstica. Por ello se han estructurado en tres mesas redondas que recogen diferentes enfoques y puntos de vista a tener en cuenta desde el ámbito de los servicios de salud. La primera mesa centra su contenido en el abordaje de la violencia como problema de salud pública, fijando su atención en la importancia de los profesionales sanita-rios en la detección precoz y la asistencia a las víctimas, teniendo en cuenta el maltrato psicológico que en el ciclo de la violencia suele ser la carta de presentación de consultas reiteradas por síntomas inespecíficos.

La segunda mesa recoge el importante papel de los servicios judiciales y cuerpos de seguridad en el abordaje de la violencia doméstica. Ambas insti-tuciones juegan un papel fundamental en el complejo cometido de ayudar a la mujer víctima de violencia a sentirse útil, a que sea respetada su dignidad como persona y a abandonar la condición de víctima. Que los profesionales sanitarios conozcan estos recursos y la manera de coordinarse con ellos , se convierte en el objetivo de esta segunda mesa.

La tercera mesa centra su atención en dar a conocer los recursos sociales procedentes de los ámbitos sanitario, judicial y de bienestar social, en los que los profesionales sanitarios pueden encontrar una fuente de apoyo. Su objetivo es que se establezca una coordinación con las trabajadoras sociales que trabajan en los centros sanitarios (hospitales y centros de atención pri-maria), y con otros recursos específicos como la “Fundación para la Aten-ción a las Víctimas del Delito y el Encuentro Familiar” y los específicos que dependen de la Dirección General de la Mujer, entre los que merece especial mención el “Centro Mujer 24 Horas”.

Confío en que esta publicación sea una contribución más a la tarea de sensibilización de los profesionales sanitarios que tiene encomendada la Conselleria de Sanitat, y que pretendemos sea reforzada con la implemen-tación de nuevos cursos de formación a lo largo de 2006.

Rafael Peset PérezSubsecretario de la Conselleria de Sanitat

MESA REDONDA

Atención a la salud de las

víctimas de violencia de género

MODERACIÓNManuel Escolano-Puig.

Director General De SaluD Pública

Javier Criado-Juárez. Director Del centro De SaluD Pública De caStellón

Eduardo Alonso-Echabe. Director Del centro De SaluD Pública De elche

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La violencia contra las mujeres se ha convertido en un problema de gran trascendencia a nivel internacional, y así lo han entendido diferentes orga-nismos e instituciones. De este modo, la Organización Mundial de la Salud lo reconoció como un problema de Salud Pública en 1996, dadas las graves consecuencias sobre la salud de las mujeres y también las repercusiones que sobre el sistema sanitario acarrea este problema social.

Las consecuencias de la violencia contra las mujeres son muy amplias e influyen en todos los aspectos de sus vidas, su salud y la de sus hijos, y además se extienden al conjunto de la sociedad. La mujer maltratada presenta síntomas de sufrimiento psíquico como disminución de su autoes-tima, ansiedad, depresión..., además de las lesiones físicas. El estrés crónico que implica el maltrato favorece la aparición de diferentes enfermedades y empeora las existentes. Es decir, los síntomas físicos que muchas veces tienen un carácter crónico e inespecífico (cefaleas, cansancio, artralgias...) se entremezclan con los psíquicos. Por ello, las mujeres víctimas de violencia suelen acudir a los servicios sanitarios con mayor frecuencia, resultando así las consultas de atención primaria un espacio privilegiado para el abordaje de este problema. Nos referimos tanto a las consultas médicas como a las de enfermería, matronas y trabajadoras sociales, dada su accesibilidad, la continuidad en la atención, el conocimiento del contexto familiar y la alta frecuentación.

La complejidad del problema hace necesario que el abordaje desde el ám-bito sanitario no pueda realizarse de una manera aislada, sino que requiere de la coordinación con otros recursos provenientes de los ámbitos jurídico y social. Este enfoque multidisciplinar es el que ha venido impregnando el es-píritu de los diferentes Planes de Acción que se han puesto en marcha tanto a nivel del Estado Español como en las diferentes comunidades autónomas, sin duda respaldados por importantes medidas legislativas, entre las que cabe citar la que regula la Orden de Protección de las víctimas (Ley 27/2003 de 31 de julio) y la Ley Orgánica 1/2004 de medidas de protección integral contra la violencia de género.

Mesa redonda

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En la Comunidad Valenciana, los diferentes planes de acción contra la violencia que se ejerce contra las mujeres han planteado, en el ámbito sanitario, la necesidad de garantizar una adecuada asistencia a las vícti-mas, incluyendo la coordinación con los servicios sociales y judiciales. Ello pasa por sensibilizar a los profesionales sanitarios a través de una oferta formativa para mejorar el conocimiento y las posibilidades de intervenir sobre el problema. A lo largo de los tres últimos años la oferta formativa de la Conselleria de Sanitat se ha orientado por un lado a través de la oferta anual de cursos de formación continuada, a la que pueden optar los pro-fesionales sanitarios de los diferentes niveles y perfiles profesionales. La otra línea de formación que se ha llevado a cabo, ha consistido en realizar jornadas específicas para sensibilizar a colectivos profesionales concretos, y en la que se enmarcan estas jornadas específicas para médicos realizadas en Castellón, Valencia y Alicante.

De manera complementaria a las acciones formativas, con el objeto de facilitar la comunicación entre el sistema sanitario y el judicial, se ha implantado en la Comunidad Valenciana un nuevo Informe Médico por Presunta Violencia Doméstica (Adultos) para notificar a los jueces los casos de sospecha. Esta medida facilita la comunicación de los casos detectados en el sistema sanitario a la Administración de Justicia, contribuyendo a que se garantice la actividad probatoria de este tipo de delitos. Este informe, que por otro lado es pionero en el Estado Español, sustituye al parte de lesiones convencional y permitirá además disponer de datos epidemiológi-cos sobre la evolución de la magnitud del problema y del perfil de los casos de violencia doméstica en nuestra comunidad. Es uno de los aspectos que contempla entre sus recomendaciones la Organización Mundial de la Salud en su Resolución de 2003 y también la Comisión de Violencia de Género del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud creada en consonan-cia con la Ley Orgánica 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género.

El objetivo de la primera mesa de esta jornada para médicos no es otro que enmarcar la violencia de género como problema de salud, conocer sus

Manuel Escolano, Javier Criado, Eduardo Alonso Mesa redonda

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repercusiones y la manera de detectarla desde las consultas de atención pri-maria. El conocimiento de los principales recursos sociales y judiciales con los que es necesario coordinarse desde el ámbito sanitario, que serán objeto de revisión en las dos mesas siguientes, facilitará que el ámbito sanitario responda y contribuya de la manera más adecuada para la resolución de este importante problema que es la violencia de pareja.

Mesa redonda

PONENCIAS

La violencia de género desde el sistema sanitario

Vicenta Escribà-Agüir, Carmen Barona-Vilar, Ana Fullana-Montoro.Servici De Salut infantil i De la Dona. Direcció General De Salut Pública. conSelleria De Sanitat. Generalitat valenciana.

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1. Introducción

La violencia contra las mujeres por parte de su pareja es un importante problema de salud pública, tanto por la magnitud de las lesiones produci-das, como por sus consecuencias a corto y a largo plazo sobre la salud física y mental.1-3 Los profesionales sanitarios desempeñan un importante papel en la detección, tratamiento y orientación de este complejo problema, el cuál requiere un abordaje multisectorial y mutitidisciplinar por parte de la administración sanitaria, bienestar social, judicial, policial, educación, etc.

La violencia ejercida contra las mujeres ha sido un problema al que se le ha dado poca visibilidad hasta el inicio de los años noventa, tanto en España como en el resto de los países de la Unión Europea. Este problema permane-cía oculto, porque suscitaba incredulidad o vergüenza y porque las propias mujeres lo percibían como algo que pertenecía a la esfera privada.4,5

La votación, por parte de la asamblea general de las Naciones Unidas, en 1979 de la convención sobre la eliminación de la discriminación de las mujeres, ha abierto una nueva aproximación de los derechos humanos y ha permitido reforzar los dispositivos legislativos y jurídicos para la eli-minación de las desigualdades de género. La ONU, en 1995, estableció entre sus objetivos estratégicos la lucha contra la violencia dirigida a las mujeres. Posteriormente, la OMS, en 1998, declaró la violencia de género como una prioridad internacional para los servicios sanitarios. Por ello y en vistas a disponer de datos mundiales que permitan conocer la magnitud del fenómeno, la OMS en 2002 publicó un informe mundial sobre violencia y salud.6 En este se indica que la violencia, en su conjunto, es una de las principales causas de muerte y lesiones no mortales en todo el mundo, así mismo incluye una exposición actualizada de las repercusiones de la vio-lencia en la salud pública, a la vez que formula recomendaciones para su prevención. En este informe se define la violencia como “el uso de la fuerza física o el poder contra uno mismo, hacia otra persona, grupos o comunidades y que tiene como consecuencia la posibilidad de aparición de lesiones de tipo físico, daños psicológicos, alteraciones del desarrollo, abandono e incluso la muerte”. Dentro de

Vicenta Escribà-Agüir, Carmen Barona-Vilar, Ana Fullana-Montoro

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este concepto se incluye la violencia familiar (doméstica), definida como las malos tratos o agresiones físicas, psicológicas, sexuales u de otra índole, infligidas por personas del medio familiar y dirigidas, generalmente, a los miembros más vulnerable de la misma: niños, mujeres y ancianos. Cuando el agresor, generalmente varón, tiene una relación de pareja con la víctima se denomina violencia de pareja. Dos elementos deben de tenerse en cuenta en esta definición: a)la reiteración o habitualidad de los actos violentos y b)la situación de dominio del agresor que utiliza la violencia. En función de la naturaleza de los actos violentos se distinguen tres formas de violencia (física, psicológica y sexual). En la violencia física el agresor produce en la víctima lesiones corporales infligidas de forma intencionada (golpes, quemaduras, agresiones con armas, heridas, etc.). La violencia psicológica incluye humillaciones, desvalorizaciones, críticas exageradas, lenguaje soez y humillante, insultos, amenazas, culpabilizaciones, aislamiento social, con-trol del dinero, impedir la toma de decisiones, etc. La violencia sexual con-siste en actos que atentan contra la libertad sexual de la persona y lesionan su dignidad (relaciones sexuales forzadas, abuso sexual, violación, etc.).6 En la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, se habla de la violencia de género como “la violencia específica contra las mujeres, utilizada como instrumento para mantener la discriminación, la desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres y se ejerce por los cónyuges o quienes hayan estado vinculados a las mujeres por relaciones de afectividad”.

2. Magnitud del problema

La ausencia de datos epidemiológicos homogéneos y fiables, tanto de ámbito nacional como internacional, constituye una limitación importante para la toma de decisiones públicas en materia de ayuda a las víctimas y sobre todo para poder establecer medidas de prevención efectivas. Por ello, la plataforma de acción de Pekín de 1995 invitó a los Estados a: “promover la investigación, organizar la recogida de datos y elaborar estadísticas sobre la prevalencia de las diferentes formas de violencia contra las mujeres, en particular

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la violencia doméstica y fomentar la realización de estudios de investigación, que permitan indentificar las causas, el tipo, la gravedad y las consecuencias de esta violencia, así como evaluar la efectividad de las medidas que se tomen para prevenir esta violencia”. El plan de acción de la OMS adoptado en 1997, contempla la realización de estudios científicos en materia de salud pública, que permi-tan orientar las políticas de prevención frente a la violencia ejercida, princi-palmente, contra las mujeres y los niños.7

Para poder caracterizar el fenómeno de la violencia familiar, de género y de pareja, se requiere la disponibilidad de datos periódicos, fiables y estan-darizados, que permitan determinar su frecuencia (incidencia y prevalencia), distribución e identificación de sus factores de riesgo. Así mismo, se requiere la realización de estudios epidemiológicos de seguimiento, que permitan evaluar las repercusiones de la violencia en la salud a corto y largo plazo.

En la actualidad y a nivel del Estado español se disponen de datos secun-darios procedentes del Ministerio del Interior (denuncias por malos tratos), administración de justicia, bienestar social y sanitaria (registros hospitala-rios), etc. En el gráfico 1 se muestra la evolución de las mujeres muertas por sus parejas o exparejas en España y la Comunidad Valenciana. En España, la tendencia desde el año 1999 al 2004 es creciente, en cambio a nivel de la Comunidad Valenciana es más o menos constante. Ahora bien, estos datos no permiten conocer la magnitud real del fenómeno, dado que incluyen sólamente los casos de violencia declarados como consecuencia del pro-cedimiento que se inicia cuando la víctima (generalmente mujer) acude a la administración pública (judicial, policial, bienestar social, sanitaria). Por ello, durante las dos últimas décadas diversos estudios epidemiológicos realizados, tanto transversales como de cohorte, han permitido caracterizar mejor este problema.

La mayor parte de los estudios, sobre la incidencia y prevalencia de la violencia de pareja, han sido realizados en América del Norte y Canadá y muestran importantes diferencias en la magnitud del fenómeno. Normal-mente, los estudios encuentran una prevalencia entre el 25% y 30% a lo largo de la vida de la mujer, pero la prevalencia anual se sitúa entre el 2 y 12%.8

Vicenta Escribà-Agüir, Carmen Barona-Vilar, Ana Fullana-Montoro

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En un país de la UE del área mediterránea (Francia) se realizó un estudio, en el año 2000, sobre una muestra representativa, de ámbito nacional, de 6970 mujeres de 20 a 59 años de edad. El objetivo del mismo fue determinar la prevalencia de la violencia contra las mujeres durante los 12 últimos me-ses; así como, identificar los factores de riesgo y las repercusiones en la salud de las mujeres. El 9% de las mujeres había sufrido algún tipo de violencia, durante el último año y en un 2,3% se trataron de casos muy graves. El 4% de las mujeres fue víctima de violencia física y el 1% de violencia sexual. La distribución de la prevalencia de la violencia física varía en función de la edad de la mujer, siendo mayor en las más jóvenes (20-24 años) y menor en las de mayor edad (45-60 años), con un 7% y 3%, respectivamente. Del mismo modo, un 2% de las mujeres de 20-25 años habían sufrido violencia sexual, frente a sólo un 0,6% en las de 45 a 60 años.7

Así mismo, el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales (Instituto de la Mujer) realizó una encuesta transversal sobre una muestra representativa a nivel del Estado español. La prevalencia de mujeres maltratadas (según indicadores objetivos de maltrato) en el año 1999 fue de 12,4% y 11,1% en el año 2000. En la Comunidad Valenciana estas prevalencias son de 11,6% y 11,1%, respectivamente. La prevalencia fue mayor en el grupo de edad de 45 a 64 años (15,6% en el año 1999 y 15,1% en el año 2000) y menor las mujeres de más de 65 años (9% y 8,2%, en el año 1999 y 2000, respectivamente).9

Ahora bien, la interpretación de los datos sobre incidencia y prevalencia de la violencia contra las mujeres, se tiene que hacer con cautela, dado que la gran variabilidad en la estimación de la frecuencia del fenómeno puede ser debida a: a)la variabilidad en la definición del concepto (si se considera sólo la violencia física o se incluye también la psicológica), b)la procedencia de la muestra estudiada (poblacional, hospitalaria, atención primaria), c)el periodo de recogida del fenómeno (toda la vida, último año, etc.) y d)si se refiere al último compañero o incluye los anteriores.8 Todo ello explica la variabilidad en la magnitud de la violencia contra las mujeres según los distintos estudios.

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3. Factores de riesgo asociados a la violencia de pareja

Los resultados de los estudios etiológicos realizados para determinar los factores de riesgo que influyen en la aparición de casos de violencia de pareja, no son consistentes. Los principales factores de riesgo, vinculados a las características del agresor, identificados en la literatura científica han sido: la situación de pobreza, bajos ingresos económicos, desempleo, ante-cedentes de maltrato familiar durante la infancia, edad (joven), consumo de alcohol, consumo de drogas ilícitas, mayor número de relaciones de pareja anteriores, etc.7,10 Así mismo, la literatura ha identificado una serie de patro-nes de conducta más frecuente en los agresores (tabla 1) .

4. Repercusiones en la salud de la violencia de pareja

Las mujeres víctima de violencia de pareja tienen un mayor riesgo de sufrir lesiones de tipo físico, psicológico e incluso la muerte. Por ello, pre-sentan una amplia gama de problemas de tipo físico, emocionales y socia-les. Estas mujeres tienen un incremento del 50 al 70% en la probabilidad de presentar trastornos de tipo físico (trastornos ginecológicos, digestivos, del sistema nervioso central y relacionados con el estrés). En lo referente a los trastornos de la esfera psicológica cabe destacar: ansiedad, depresión, incremento de la tentativa de suicidio, síndrome de estrés postraumático, trastornos alimentarios, mayor consumo de sustancias psicoactivas, perso-nalidad antisocial, etc.8,11

En la encuesta francesa sobre la violencia contra las mujeres, se muestra que en aquellas mujeres, que habían sufrido durante los últimos 12 meses más de un episodio de violencia física, un 43% presentaban un nivel eleva-do de distrés psicológico (medido por el GHQ-12), un 5% declaraba haber tenido una tentativa de suicido, un 25% había consultado un psiquiatra y un 30,5% consumía de forma regular medicamentos psicotropos.12

Un tema de especial interés es la violencia de pareja ejercida contra las mujeres embarazadas.13,14 El abuso de la mujer embarazada, por su com-pañero íntimo, está asociada a la presencia de trastornos en la salud de la

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mujer y del futuro recién nacido. En la mujer se han evidenciado lesiones de tipo físico, particularmente heridas y traumatismos abdominales y de tipo psicológico (síndrome de estrés postraumático, alteraciones del bienestar psicológico, etc.); así como, una reducción del número de visitas prenata-les. En cuanto a las consecuencias en la salud perinatal, en un metanálisis reciente muestra que, las mujeres víctimas de violencia de pareja tienen mayor probabilidad de tener un bebé con bajo peso. La prevalencia de la violencia de pareja en mujeres embarazadas, en Estados Unidos y otros países desarrollados, varía entre el 0,9% y 20,1%, pero el rango mayoritario se encuentra entre el 4 y 8%.13,15 Los datos disponibles a nivel de Europa son escasos. En un estudio realizado en 16 países de Europa, en el que participó España y en concreto la Comunidad Valenciana, la prevalencia fue del 1,7% y en la Comunidad Valenciana del 0,9%.16,17

El diagnóstico por parte del personal sanitario de casos de violencia de pareja resulta complejo, dado que la posible sintomatología es amplia e inespecífica, así como la forma y posible localización de las lesiones físicas. En la tabla 2 se muestran algunos posibles indicadores clínicos indicativos de casos de violencia de pareja y en la tabla 3 se muestran algunas caracte-rísticas de las lesiones físicas, causadas por la violencia de pareja.5

5. Respuesta del sistema sanitario frente a la violencia de

la pareja

La violencia de pareja es un importante problema de salud pública, por ello, se requiere un esfuerzo multisectorial para poder implementar medidas de prevención primaria. El sector sanitario puede colaborar en la prevención primaria de este problema, si bien su principal función aparece en la prevención secundaria y terciaria. La detección precoz de casos de violencia, puede reducir la consecuencias negativas en la salud de la mu-jer y prevenir la aparición de episodios de maltrato ulteriores. Debido a ello, en los últimos años, muchas asociaciones profesionales han elaborado protocolos clínicos, que sirven de guía a los profesionales sanitarios para identificar casos de violencia de pareja. El uso, en este contexto, del término

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cribado puede ser potencialmente confuso. El cribado universal de casos de violencia de pareja, consistiría en formular una serie de preguntas, a todas las mujeres que acuden al sistema sanitario y que no presentan síntomas específicos de violencia de pareja. Ahora bien, para instaurar un programa de cribado universal de una determinada condición, se tiene que reunir una serie de requisitos: a)existencia de un test diagnóstico sensible y específico, b)alta incidencia del problema, c)existencia de medidas de intervención y apoyo adecuadas, que permitan la reducción de la exposición, así como las consecuencias negativas en la salud de la mujer y d)el test debe ser acepta-ble por parte de las mujeres a la que va dirigido y por los profesionales que los aplican. En un estudio de revisión, realizado para evaluar la evidencia científica de la efectividad de los programas de cribado de la violencia de pareja, se concluye que, actualmente, es prematuro proponer una progra-ma de cribado universal en el sistema sanitario. Los programas de cribado instaurados hasta la actualidad, conducen a un incremento en la detección de casos de violencia, pero normalmente sólo a corto plazo. Ahora bien, la principal limitación, es que no existe evidencia científica de la efectividad de las medidas de intervención, que se puedan llevar a cabo tras la detec-ción del caso, en vistas a reducir la exposición y las consecuencias negativas en la salud de la mujer. Tampoco, se conoce muy bien los posibles efectos negativos de la identificación de casos de violencia.1,8

Sin embargo, ello no quiere decir que el personal sanitario no deba de es-tar alerta frente a este problema, y en este sentido el enfoque recomendado en estos momentos se basa en realizar un cribado selectivo, en aquellas mu-jeres que presenten determinados síntomas sospechosos de violencia (por ejemplo síntomas de estrés crónico, una contusión en el abdomen en una mujer embarazada...), o que tengan un perfil que las haga vulnerables. Por ello, muchas asociaciones profesionales y algunas administraciones sanita-rias han elaborado protocolos sanitarios, para orientar este cribado selectivo de casos de violencia de pareja; así mismo han organizado actividades de sensibilización y de formación, para mejorar el abordaje de la detección de casos. Estudios realizados para evaluar el proceso de implantación de estos

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protocolos de cribado selectivo, muestran que, un 50-75% de las pacientes de atención primaria indican que el cribado de la violencia de pareja por el personal sanitario es aceptable, con un porcentaje de aceptabilidad mayor entre las mujeres que habían sufrido violencia. En cambio, sólo una mino-ría de médicos y un 50% de enfermeras(os) están a favor del cribado. Las principales barreras que limitan la aceptabilidad del cribado por parte de los médicos son: 1)falta de formación o experiencia para realizar el cribado, 2)miedo a ofender o empeorar la situación de la víctima, 3)frustración por falta de efectividad de las medidas de intervención, 4)falta de tiempo y de recursos, etc.1,18

6. Informe medico por presunta violencia doméstica

La valoración de las repercusiones sobre la salud como consecuencia de la violencia ejercida contra las mujeres, requiere su detección precoz, así como su constatación en los registros sanitarios habituales (historia clínica de atención primaria, registros hospitalarios, etc.). No obstante, dado que la demanda explícita de asistencia sanitaria por las víctimas, se realiza ma-yoritariamente en momentos de crisis, es importante que los partes de le-siones emitidos por los facultativos que las atienden, reúnan la información necesaria para facilitar las actuaciones judiciales a favor de las víctimas. Por ello, en la Comunidad Valenciana se ha elaborado un modelo unificado para declarar los casos de presunta violencia doméstica (adultos), que sirve como parte de lesiones específico para estos casos. Se le ha denominado “Informe Médico Por Presunta Violencia Doméstica (adultos)”. Este parte está basado en el modelo elaborado por el Consejo Interterritorial del Sis-tema Nacional de Salud. En su elaboración ha intervenido una comisión técnica compuesta por representantes de médicos de atención primaria y de urgencias y emergencias, médicos forenses, juristas y personal de la administración sanitaria. Su implementación ha sido regulada por la Circu-lar 1/2005 del Director Gerente de la Agencia Valenciana de la Salud. Este informe incluye un original, que sirve de documento médico-legal para ser enviado a la autoridad judicial y tres copias (una para la víctima, otra

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queda en el centro sanitario donde se atiende la víctima y otra se remite a la

administración sanitaria).

7. Resultados del análisis de los informes médicos por

violencia doméstica (adultos)

El proceso y análisis de los datos del informe médico por presunta vio-lencia doméstica (adultos), se lleva a cabo en la Dirección General de Salud Pública (Servicio de Salud Infantil y de la Mujer). Desde la implantación, a inicios de junio de 2005, del informe médico para declarar casos de violen-cia doméstica (adultos) hasta 31 de octubre de 2005, se han recibido y pro-cesado 500 informes de personas atendidas en centros sanitarios de la red sanitaria pública de la Comunidad Valenciana. Un 68% de los partes han sido emitidos por los médicos de atención primaria y un 32% por médicos hospitalarios (normalmente del servicio de urgencias y emergencias). Con respecto a las características sociodemográficas de los casos, cabe destacar que el mayor número se da en mujeres (90,2%) y en la edad de 20 a 39 años (60,3%), en las edades extremas se aprecia un menor número de casos. Ma-yoritariamente se aprecian en personas casadas o que conviven en pareja (46,5%) o bien solteras (32,7%). Con respecto al nivel de estudios, los casos se dan en mayor medida en personas con estudios primarios (45,3%) o se-cundarios (32,6%) y solamente un 7,7% tiene estudios universitarios. Como cabía esperar, el país de origen de los casos es mayoritariamente España (65,2%), pero en un 18,3% es América Latina. En un 45,9% de casos la per-sona tenía un trabajo remunerado y entre los casos producidos en mujeres un 3,3% estaban embarazadas. En lo referente al tipo de lesión, los casos presentan mayoritariamente daño físico (31,9%) o bien daño físico y psíqui-co (62,4%), mientras que en solamente un 4,8% tienen sólo daño psíquico y un 0,8% daño físico, psíquico y sexual. Del mismo modo y en cuanto a los antecedentes de maltrato, un mayor porcentaje presenta antecedentes físicos y psíquicos (44,9%) o bien sólo físicos (22,6%). Cabe destacar que sólo un 16,8% de los casos no presentan antecedentes de maltrato (tabla 4, gráficos 2 a 5).

Vicenta Escribà-Agüir, Carmen Barona-Vilar, Ana Fullana-Montoro

30

En los gráficos 6 y 7 se muestra la frecuencia del agente causal productor de la lesión de tipo físico, así como la tipología de daño psíquico. El daño físico es causado mayoritariamente por partes del cuerpo del agresor, se-guido por un objeto contundente. No se observa ningún caso producido por arma de fuego. Los causas de daño psíquico más frecuentes son los insultos y las amenazas de muerte.

8. Referencias

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9. Instituto de la Mujer. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. [citado 13 de noviembre 2005]. Disponible en: http://www mtas es/mujer/mujeres/cifras/violencia/macro-encuesta_violencia htm 2005.

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12. Saurel-Cubizolles MJ. Violences envers les femmes et état de santé mentales: résultats de l’enquête Enveff 2000. BEH. 2005; 9-10:36-37.

Ponencias

31

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15. Cokkinides VE, Coker AL, Sanderson M, Addy C, Bethea L. Psysical Violence Du-ring Pregnancy: Maternal Complications and Birth Outcomes. Obstet Gynecol. 1999; 93(5):661-666.

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Vicenta Escribà-Agüir, Carmen Barona-Vilar, Ana Fullana-Montoro

32

Tabla 1. Ejemplos de comportamientos abusivos5

TIPO DE COMPORTAMIENTO

RESULTADO

Agresivo Destruye muebles o propiedades, maltrata animales domésticos.

Controlador o coercitivoRetiene dinero, vehículo o seguro de enfermedad; se niega a pagar facturas; sabotea las tentativas de las víctimas de ir a trabajar o al colegio.

AcosadorNo acepta visitas, llamadas de teléfono, o cartas; acosa sexualmente; humilla a la víctima en público.

DestructivoAbofetea, golpea, da patadas, pellizca, muerde, agarra, estrangula, sujeta, o tira del pelo de la víctima; abusa sexualmente.

Intimidatorio

Amenaza oralmente, implícita o directamente, o crítica a la víctima; usa armas; lanza objetos, permanece en la entrada, o arrincona a la víctima mientras discuten; grita; utiliza tacos para hablar; conduce imprudentemente.

AisladorLimita y persigue las actividades y el uso del teléfono que hace la víctima.

AmenazadorAmenaza con quitarle la custodia o raptar a los niños, matar a la víctima o a sí mismo.

Ponencias

33

Tabla 2. Indicadores clínicos de abuso5

Uno o más de estos factores pueden estar presentes

Hallazgos físicosTraumatismo dentalAlguna lesión, especialmente en la cabeza y cuello (incluso con una

aparente buena explicación) y alguna lesión mortal

Hallazgos generales

Trastornos abdominales, pélvicos o torácicos crónico.Trastornos de tipo somáticosSíndrome del colon irritableSíntomas ginecológicos crónicosEnfermedades de transmisión sexual y exposición al VIH mediante

coacción sexualAgravamiento de los síntomas crónicos de enfermedades como la

diabetes, el asma o la coronariopatíaDaño crónico en articulaciones o espalda, cefaleas, entumecimiento

y hormigueo producido por lesionesInconformismo con el régimen médico

Síntomas psicológicos

Depresión e ideación suicidaSíntomas de ansiedad y trastorno de pánicoTrastornos de la alimentaciónAbuso de sustancias psicoactivasTrastorno por estrés post-traumático

Hallazgos durante el embarazo y la etapa perinatal

Cualquiera de los anterioresEmbarazo no deseadoComplicaciones como aborto espontáneo, bajo peso al nacimiento,

abruptio placentae, ruptura prematura de membranas y hemorragia preparto

Carencia de atención prenatal

Hallazgos incidentales

Retraso en solicitar tratamiento o explicaciones incoherentes de las lesiones

Repetidas visitas a urgencias hospitalarias o a consultas externasEvasiva de las pacientes al mostrarse nerviosas, temerosas, o a llorarDemasiada cortesía por parte del compañero o verbalmente abusivoAislamiento social identificableAbuso a niños o jóvenes adultos en el hogar

Tabla 3. Características de las lesiones causadas por violencia doméstica5

Distribución central de las lesionesLesiones en la cabeza, cuello y bocaLesiones defensivas en los antebrazosLesiones que no parecen haber sido justificadas adecuada o coherentementeLesiones en múltiples áreasHematomas en distintos procesos de curaciónSíntomas neurológicos como pérdidas de audición y visión, cefaleas, entumecimiento y hormigueo

(incluso con una aparente buena justificación)Golpes injustificados en una mujer jovenCualquier tipo de lesión causada por una agresión sexual

Vicenta Escribà-Agüir, Carmen Barona-Vilar, Ana Fullana-Montoro

34

Tabla 4. Características sociodemográficas de los casos de violencia doméstica,

tipo y presencia de antecedentes de violencia doméstica (adultos)

CARACTERÍSTICAS SOCIODEMOGRÁFICAS N %

SexoMujer 435 90,2

Hombre 47 9,8

Edad

<20 años 30 6,6

20-29 años 150 33,0

30-39 años 124 27,3

40-49 años 83 18,3

>49 años 67 14,8

Estado civil

Soltera(o) 151 32,7

Viuda(o) 11 2,4

Casada(o)/convive en pareja 215 46,5

Separada(o)/divorciada(o) 85 18,4

Nivel de estudios

Sin estudios 62 14,4

Primarios 195 45,3

Secundarios 140 32,6

Universitarios 33 7,7

País de origen

España 320 65,2

Otro País de la UE 23 4,7

Europa del Este 37 7,5

América Latina 90 18,3

Norteamérica 1 0,2

Norte de África 12 2,4

Resto de África 6 1,2

Asia 2 0,4

Trabajo remuneradoSí 206 45,9

No 243 54,1

EmbarazoSí 13 3,3

No 377 96,7

Ponencias

35

Tabla 4. Características sociodemográficas de los casos de violencia doméstica,

tipo y presencia de antecedentes de violencia doméstica (adultos) (CONT.).

TIPO DE VIOLENCIA Y ANTECEDENTES DE MALTRATO N %

Tipo de violencia

Daño físico 158 31,9

Daño psíquico 24 4,8

Daño físico y psíquico 309 62,4

Daño físico, psíquico y sexual 4 0,8

Antecedentes de maltrato

Ninguno 79 16,8

Físico 106 22,6

Psíquico 55 11,7

Físico y psíquico 211 44,9

Sexual 1 0,2

Daño físico, psíquico y sexual 18 3,8

Gráfico 1. Mujeres muertas por violencia de género a manos de su pareja o expareja

Fuente: Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia

0

10

20

30

40

50

60

70

80

1999 2000 2001 2002 2003 2004

España C. Valenciana

Vicenta Escribà-Agüir, Carmen Barona-Vilar, Ana Fullana-Montoro

36

Gráfico 2. Caractereísticas sociodemográficas (I).

Gráfico 3. Caractereísticas sociodemográficas (II).25

Gráfico 1. Mujeres muertas por violencia de género a manos de su pareja o expareja

Fuente: Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia

Gráfico 2. Características sociodemográficas (I)

Gráfico 3. Características sociodemográficas (II)

54

63

50 53

71 72

6 7 9 9 7 9

0

10

20

30

40

50

60

70

80

1999 2000 2001 2002 2003 2004

España C. Valenciana

Estado Civil

33%2%

47% 18%

Soltera(o) Viudada(o)Casada/Convive Separada/divorciada

Estado Civil

33%2%

47% 18%

Soltera(o) Viudada(o)Casada/Convive Separada/divorciada

6,6

3327,3

18,314,8

0

10

20

30

40

Edad

< 20 años 20-29 años 30-39 años40-49 años > 49 años

6,6

3327,3

18,314,8

0

10

20

30

40

Edad

< 20 años 20-29 años 30-39 años40-49 años > 49 años

Nivel de Estudios

14%45%

33%

8%

Sin estudios PrimariosSecundarios Universitarios

Nivel de Estudios

14%45%

33%

8%

Sin estudios PrimariosSecundarios Universitarios

Sexo

90%

10%

Mujer Hombre

Sexo

90%

10%

Mujer Hombre

26

Gráfico 4. Tipo de violencia

País de Origen

65,2

4,7 7,518,3

0,2 2,4 1,2 0,40

10203040506070

España

OtroPaís UE

Europa Este

América Latina

Norte América

Norte Africa

RestoAfric

aAsia

%

Trabajo Remunerado

46%

54%

Trabaja No trabaja

Embarazo

3%

97%

Embarazada No Embarazada

País de Origen

65,2

4,7 7,518,3

0,2 2,4 1,2 0,40

10203040506070

España

OtroPaís UE

Europa Este

América Latina

Norte América

Norte Africa

RestoAfric

aAsia

%

Trabajo Remunerado

46%

54%

Trabaja No trabaja

Trabajo Remunerado

46%

54%

Trabaja No trabaja

Embarazo

3%

97%

Embarazada No Embarazada

Embarazo

3%

97%

Embarazada No Embarazada

32%5%

62%

1%

Físico PsíquicoFísico y psíquico Físico, psíquico y sexual

32%5%

62%

1%

Físico PsíquicoFísico y psíquico Físico, psíquico y sexual

32%5%

62%

1%

Físico PsíquicoFísico y psíquico Físico, psíquico y sexual

Ponencias

37

Gráfico 4. Tipo de violencia

Gráfico 5. Antecedentes de maltrato

32%32%32%5%5%5%

62%62%62%

1%1%1%

FísicoFísicoFísico PsíquicoPsíquicoPsíquicoFísico y psíquicoFísico y psíquicoFísico y psíquico Físico, psíquico y sexualFísico, psíquico y sexualFísico, psíquico y sexualFísico, psíquico y sexualFísico, psíquico y sexualFísico, psíquico y sexualFísico, psíquico y sexual

1 7 %2 3 %

4 4 %

4 %

1 2 %

N in g u n o F ís ic o sP s íq u ic o s F ís ic o s y P s íq u ic o sF ís ic o s , P s íq u ic o s y S e x u a le s

1 7 %2 3 %

4 4 %

4 %

1 2 %

N in g u n o F ís ic o sP s íq u ic o s F ís ic o s y P s íq u ic o sF ís ic o s , P s íq u ic o s y S e x u a le s

1 7 %2 3 %

4 4 %

4 %

1 2 %

N in g u n o F ís ic o sP s íq u ic o s F ís ic o s y P s íq u ic o sF ís ic o s , P s íq u ic o s y S e x u a le s

Vicenta Escribà-Agüir, Carmen Barona-Vilar, Ana Fullana-Montoro

38

Gráfico 6. Antecedentes de maltrato

Gráfico 7. Agente causal del daño psíquico

27

Gráfico 5. Antecedentes de maltrato

Gráfico 6. Agente causal del daño físico

1 7 %2 3 %

4 4 %

4 %

1 2 %

N in g u n o F ís ic o sP s íq u ic o s F ís ic o s y P s íq u ic o sF ís ic o s , P s íq u ic o s y S e x u a le s

1 7 %2 3 %

4 4 %

4 %

1 2 %

N in g u n o F ís ic o sP s íq u ic o s F ís ic o s y P s íq u ic o sF ís ic o s , P s íq u ic o s y S e x u a le s

1 7 %2 3 %

4 4 %

4 %

1 2 %

N in g u n o F ís ic o sP s íq u ic o s F ís ic o s y P s íq u ic o sF ís ic o s , P s íq u ic o s y S e x u a le s

4,2 08,2

78,8

12,2

01020304050607080

Arma blanca

Arma de fuego

Objeto contundente

Partes cuerpo

Otro

28

Gráfico 7. Agente causal del daño psíquico

59

30,6

10,4 11,24,8

0

10

20

30

40

50

60

InsultosAmenaza Muerte

Impedir Rel Sociales

Otro

59

30,6

10,4 11,24,8

0

10

20

30

40

50

60

InsultosAmenaza Muerte

Impedir Rel Sociales

OtroImpedir Rel Sociales

El ciclo de la violencia y las repercusiones en la salud psíquica de la víctima

Purificación Beltrán-Aleu. inStituto De MeDicina leGal De valencia

M Carmen Bellido-Rodríguez.inStituto De MeDicina leGal De caStellón

Mar Pastor-Bravo. inStituto De MeDicina leGal De alicante

Ponencias

41

1. Maltrato y ciclo de la violencia

La violencia en el hogar ha experimentado un desarrollo espectacular en las últimas décadas, quizá porque ha aumentado de forma notable, quizá porque ahora emerja más al exterior o quizá por una mezcla de las dos cosas. No es algo meramente metafórico decir que se trata de un fenómeno epidémico cuando ha crecido a un ritmo más rápido incluso que los acci-dentes de tráfico, las agresiones sexuales y los robos. En realidad, la familia es el foco de violencia más destacado de nuestra sociedad.

Por extraño que pueda parecer, el hogar –lugar, en principio, de cariño, de compañía mutua y de satisfacción de necesidades básicas para el ser hu-mano– puede ser un sitio de riesgo para las conductas violentas. Las situa-ciones de cautiverio, y la familia es una institución cerrada, constituyen un caldo de cultivo apropiado para las agresiones repetidas y prolongadas. En estos casos las víctimas pueden sentirse incapaces de escapar del control de sus agresores al estar sujetas a ellos por la fuerza física, por la dependencia emocional, por el aislamiento social o por distintos tipos de vínculos econó-micos, sociales y legales. Es tal el grado de violencia presente en la familia que algunos autores como Gelles y Straus llegan a decir que la familia es la institución más violenta de nuestra sociedad, con excepción del ejército en tiempos de guerra.

Las desavenencias conyugales no son sinónimo de violencia. Los conflic-tos en sí mismos no son negativos y son consustanciales a cualquier relación de pareja. Lo que diferencia a una pareja sana de una pareja violenta es que la primera utiliza formas adecuadas de solución de problemas, mientras que la segunda recurre a la violencia como forma más rápida y efectiva de zanjar –provisionalmente– un problema. Se trata en este caso de una herida cerrada en falso.

Constituyen, sin duda, un grave problema médico-legal y social, al que se deben aportar soluciones que trasciendan la actualidad y se dirijan ha-cia una prevención eficaz y real para el futuro. Se necesita una actuación conjunta de diferentes estamentos, de tipo policial, sanitario y judicial para

Purificación Beltrán, M.Carmen Bellido, Mar Pastor

42

poder afrontar el problema. La actuación médico forense se contempla como un eslabón más, de nexo médico-jurídico para poder luchar frente a esta situación.

La reciente reforma del Código Penal en materia de violencia domestica, implica la calificación de este tipo de violencia como un delito. Así mismo, la entrada en funcionamiento de los Juzgados específicos de Violencia Do-mestica, pone de manifiesto la importancia de la actuación conjunta de to-dos los profesionales que tienen contacto con las víctimas de estos delitos.

La violencia en la pareja puede revestir diversas formas. Se habla de maltrato físico cuando las conductas implicadas (puñetazos, golpes, pata-das, amagos de estrangulamiento, etc...) son reflejo de un abuso físico. Sería pues entendido como toda acción voluntaria realizada que provoque o pue-da provocar lesiones físicas a la mujer. La situación de máximo riesgo para la integridad de la mujer puede ser el momento de la separación, cuando el agresor se da cuenta de que la pérdida es algo inevitable.

Se puede dar también el maltrato sexual, referido al establecimiento forzado de relaciones eróticas y sexuales, sin la más mínima contrapartida afectiva, o la imposición de conductas percibidas como degradantes por la víctima. En definitiva, se entendería el maltrato sexual como cualquier contacto sexual practicado contra la voluntad de la mujer.

El maltrato psicológico se genera por una conducta del agresor hacia su víctima que la va originando una pérdida de su bienestar emocional y a la larga un desajuste mental. Es un maltrato más sutil y de difícil percepción. En resumen sería entendido como el conjunto de comportamientos inten-cionados que provoquen o puedan provocar daño psicológico a la mujer. Su estudio requiere una valoración pormenorizada y exhaustiva de las víctimas en un entorno y momento adecuado.

La conducta violenta en casa supone un intento de control de la relación y es el reflejo de una situación de abuso de poder. Resulta, por ello explicable que el maltrato lo protagonicen los hombres y se cebe en las mujeres, los niños y los ancianos, que son los sujetos más vulnerables en el seno familiar.

Ponencias

43

El término violencia domestica, se utiliza como violencia de género en el ámbito domestico o familiar, que comprendería “todas aquellas situaciones de amenazas, malos tratos físicos o psíquicos, y agresiones sexuales, ocasio-nadas a la mujer dentro del ámbito familiar, de pareja o de cualquier tipo de convivencia, así como a los hijos o hijas menores de aquellos”.

En los últimos años se ha producido una profunda modificación del papel de la mujer en la sociedad, se ha incorporado al mundo del trabajo, con un status social más elevado y una mayor independencia. Pero el maltrato no sólo ocurre en la sociedad actual, sino que ha existido en muchas épocas y culturas. Por una parte puede tener origen en la inca-pacidad del hombre de comprender la adquisición de esta pretendida igualdad, como un intento desesperado de recuperar el control perdido o, sin embargo, en la propia desigualdad, en la dependencia económica y en la consideración de la mujer como una propiedad más del marido. Además muchos de los valores que son asignados tradicionalmente al hombre, como la dureza, el afán de dominio, la represión de la empatía, la competitividad extrema, juegan un papel importante en la violencia doméstica.

El ciclo de la violencia, descrito por la doctora Leonore Walker, autora del libro “The battered Woman” (La mujer maltratada), quien ha encontrado, después de entrevistar a un gran número de parejas sobre sus relaciones, que existe un marcado ciclo de la violencia que cada pareja lo experimenta en su propia manera. Se basa en el concepto de refuerzo conductual y esta compuesto por tres fases fundamentadas en la hipótesis de la “reducción de la tensión, estas son:

- Primera fase: Acumulación de la tensión. Se produce una sucesión de pequeños episodios que provocan roces permanentes entre los miembros de la pareja, con un incremento constante de la ansiedad y de la hostilidad.

- Segunda fase: Episodio agudo. Tiene lugar una explosión de violencia mediante la cual se descarga toda la tensión acumulada con anterioridad. Suele acabar cuando, distendida la tensión, se toma conciencia de la grave-

Purificación Beltrán, M.Carmen Bellido, Mar Pastor

44

dad de los hechos, que pueden ser de diversa consideración. El agresor sue-le intentar justificar la agresión, quitarle importancia o negar el incidente.

- Tercera fase: Luna de miel. Hace referencia a un resurgimiento de la relación. Suele producirse con el arrepentimiento del agresor, que reconoce su culpa, pide perdón y promete no volver a ser violento. Se deben conocer los factores de riesgo que procedan del agresor para la prevención de nue-vas violencias.

Llama la atención los cambios que se producen en la duración de estas fases, de manera que la explosión de la violencia acontece cada vez por mo-tivos más insignificantes y se requiere un menor estímulo para la descarga de agresividad. La violencia es cada vez mayor y se acorta la luna de miel.

2. Maltrato psicológico

El maltrato psicológico se da en la primera fase del ciclo de la violencia. Es un periodo largo que dura entre unos dos y diez años, donde el maltra-tador se convierte en el director de una obra trágica y monótona en la que la actriz principal es la víctima. En esta fase de roces permanentes entre la pareja se va generando gran hostilidad y ansiedad que lleva irritabilidad hasta llegar a la agresividad. El agresor intenta en esta fase el control de la relación a través del abuso de poder que lo consigue por medio de la fuerza, la dependencia económica de la víctima, la dependencia emocional que se puede dar tanto por parte de la víctima como por parte del agresor y por la fuerza de algunos tipos de vínculos como los legales, familiares, religiosos... entre otros. Es premisa fundamental que frente a cualquier tipo de vínculo, debe primar la seguridad de la víctima.

Tras este período llega el estallido de la violencia, con toda la tipología lesional característica y es el momento en que se denuncian los hechos y se constata la existencia de unas lesiones de tipo físico. Se acude al centro sanitario, se interpone la denuncia y se acude al Juzgado. Los ánimos están crispados; hay rencor, odio, inseguridad en ambos implicados. No es el momento de establecer si la víctima presenta una situación de maltrato psi-

Ponencias

45

cológico, ya que en muchas ocasiones un estado ansioso depresivo puede ser compatible con la situación judicial y a veces puntual de la agredida.

Una mala relación de pareja no es igual a maltrato psicológico. El maltra-to psicológico se define como una violencia psíquica, mucho más intensa y permanente, caracterizada por unas conductas por parte del agresor y que genera consecuencias sobre la salud y el bienestar emocional de la víctima.

2.1 Estudio de la víctima

Se valorarán las lesiones físicas y se preguntará sobre la existencia de posibles somatizaciones y las llamadas lesiones encubiertas.

Se debe realizar un estudio de la llamada curva vital premórbida y un es-tudio psicopatológico para valoración de todas y cada una de las funciones mentales. Siempre que se valora alguna patología mental o desajuste emo-cional en la persona reconocida se deberá conocer la relación entre el estado actual con posibles estados patológicos previos y tratamientos a los que está siendo sometida. Las patologías más frecuentes suelen ser: Trastornos de ansiedad, trastornos del estado de ánimo, trastornos adaptativos, trastor-nos por estrés postraumático y trastornos relacionados con sustancias.

Eliminadas verdaderas patologías mentales se debe estudiar la persona-lidad de la mujer víctima del maltrato. Ciertas características de personali-dad, como una baja autoestima, una asertividad deficiente y una capacidad escasa de iniciativa, facilitan la cronificación del problema y la adopción de conductas de sumisión, reforzadas por la evitación de consecuencias desagradables (bofetadas, broncas, humillaciones...). La habituación al maltrato crónico no preserva, sin embargo a la víctima –más bien ocurre lo contrario– de las repercusiones emocionales negativas.

Del estudio realizado se pueden extraer situaciones de alteración emo-cional en forma de conductas de ansiedad extrema que son fruto de una situación de amenaza incontrolable a la vida y a la seguridad personal. La violencia repetida e intermitente, entremezclada con periodos de arrepen-timiento y de ternura, suscita en la mujer unas respuestas de alerta y de

Purificación Beltrán, M.Carmen Bellido, Mar Pastor

46

sobresalto permanentes. Se acompaña de depresión y pérdida de autoesti-ma, así como sentimientos de culpabilidad. Los síntomas de depresión, la apatía, la indefensión, la pérdida de esperanza y la sensación de culpabili-dad, contribuyen a hacer aún más difícil la decisión de buscar ayuda o de adoptar medidas adecuadas.

Los sentimientos de culpa están relacionados con las conductas que la víctima ha realizado para evitar la violencia: mentir, encubrir al agresor, tener contactos sexuales a su pesar, consentir en el maltrato a los hijos, no educarles adecuadamente, etc... Casi la mitad de las mujeres se atribuyen a sí mismas la culpa de lo que les ocurre. Esta culpa puede referirse a conduc-tas concretas o a la propia personalidad de la mujer.

La mujer puede presentar aislamiento social y dependencia emocional del hombre dominante. La vergüenza social experimentada puede llevar a la ocultación de lo ocurrido y contribuye a una mayor dependencia del agresor, quien, a su vez, experimenta un aumento del dominio a medida que se percata del mayor aislamiento de la víctima.

2.2 Estudio del comportamiento del agresor

El mismo se debe llevar a cabo por medio del relato libre de la víctima. Son frecuentes las desvalorizaciones (críticas y humillaciones permanen-tes), posturas y gestos amenazantes (amenazas de violencia, de suicidio o de llevarse a los niños), conductas de restricción (control de las amistades, limitación del dinero o restricción de salidas de casa), conductas destruc-tivas (referidas a objetos de valor económico o afectivo o al maltrato de animales domésticos) y, por último, culpabilización a ella de las conductas violentas de él.

Este tipo de maltrato puede ser reflejo de diversas actitudes por parte del maltratador: Hostilidad, que se manifiesta en forma de reproches, insultos y amenazas; desvalorización, que supone un desprecio de las opiniones, de las tareas o incluso del propio cuerpo de la víctima; e indiferencia, que re-presenta una falta total de atención a las necesidades afectivas y los estados de ánimo de la mujer.

Ponencias

47

Rotas las inhibiciones relacionadas con el respeto a la otra persona, la utilización de la violencia como estrategia de control de la conducta se hace cada vez más frecuente.

2.3 Instrumentos de evaluación

- Entrevista Semiestructurada para Víctimas de Maltrato Doméstico que permite evaluar las características demográficas de la víctima, la historia de victimización y de trastornos psicopatológicos y las circuns-tancias del maltrato doméstico, así como la expresión emocional de la víctima y la reacción del entorno familiar y social ante los acontecimien-tos vividos.

- Escala de Gravedad de Síntomas del Trastorno de Estrés Postraumático. Es una escala de evaluación heteroaplicada, a modo de entrevista estructu-rada, que sirve para evaluar los síntomas y la intensidad del trastorno por estrés postraumático según los criterios del DSM-IV.

- Escala de Inadaptación que refleja en qué medida la situación de maltra-to afecta a diferentes áreas de la vida cotidiana trabajo, vida social, tiempo libre, relación de pareja y convivencia familiar.

- Inventario de Depresión de Beck, que consta de 21 ítems y mide la intensidad de los síntomas depresivos, sobre todo en lo relacionado con las alteraciones cognitivas.

- Escala de Hamilton para la Depresión que siendo semejante al instru-mento anterior le da mayor importancia a los síntomas somáticos y com-portamentales de la depresión.

- Escala de autoestima de Rosenberg que tiene por objeto evaluar el sentimiento de satisfacción que una persona tiene consigo misma. Es muy útil para valorar el nivel de interferencia del maltrato en la au-toestima del sujeto. La mitad de los ítems están planteados en forma positiva y la otra mitad en forma negativa con el objeto de controlar la aquiescencia.

Purificación Beltrán, M.Carmen Bellido, Mar Pastor

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3. Conclusiones

- La violencia en el hogar es destructiva para la víctima y para el agresor.

- Esta violencia se puede proyectar hacia los hijos repercutiendo en su posterior personalidad y formas de comportamiento.

- Aflora la violencia de género por una mayor dignidad en la mujer.

- Los nuevos modos de relación actual se prestan menos a la violencia porque se basan en expectativas de igualdad.

- Se cuenta con un mayor apoyo social, jurídico y económico para estas víctimas.

4. Bibliografía

1. José Sanmartín. La violencia y sus claves. Ariel. 3ª Edición, 2004.

2. Centro Reina Sofía para el estudio de la Violencia. Violencia contra la mujer. Serie Documentos nº 2, 2000.

3. Echeburúa y Corral. Manual de Violencia Familiar. Siglo Veintiuno de España Editores, 1998.

4. Leonore Walter. La mujer maltratada. New York: Harper and Row, 1979.

5. Consejo General de Poder Judicial. Encuentros de violencia doméstica, 2004.

6. Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales. DSM-IV-TR. Masson, 2002.

Detección y asistencia sanitaria de la víctima de violencia de género

Rosario González-Candelas.centro De SaluD SalvaDor Pau. SeMfyc

Ponencias

51

1. Introducción

La violencia contra la mujer en la pareja es un importante problema social que tiene mucho que ver con los valores reinantes en nuestra sociedad, por lo que su erradicación requiere esencialmente cambios sociales y culturales. No obstante, las repercusiones negativas que acarrea sobre la salud física y mental de las mujeres y sus familias, lo han convertido en una prioridad para los servicios de salud.

Desde los servicios sanitarios, con los que la mayoría de las mujeres contactan en algún momento de su vida, se puede desempeñar un papel decisivo para ayudar a las que son objeto de violencia. Existen determi-nadas circunstancias como el embarazo, parto, anticoncepción, cuidado de los hijos, que suponen un obligado contacto de la mujer con los profe-sionales sanitarios. Además, la evidente repercusión de los malos tratos sobre la salud de las mujeres, va a condicionar su necesaria frecuentación de los servicios sanitarios.1 Es posible, pues, que el profesional sanitario sea la única persona al margen de la familia, a la que la mujer acuda en busca de ayuda.

Aunque la atención primaria es el nivel asistencial fundamental para la detección del maltrato, también hay que tener en cuenta que las reper-cusiones que conlleva sobre la salud física y psíquica determinan que las víctimas de violencia pueden buscar asistencia sanitaria, no sólo en los servicios de urgencia o en atención primaria, sino en las unidades de sa-lud mental u otros servicios específicos como ginecología, reumatología, gastroenterología, etc.2

El principal reto para los profesionales de la salud es aprender a detectar los casos de maltrato y ofrecer a la mujer apoyo y seguimiento, contando con el refuerzo y la coordinación de todos los recursos disponibles para afrontar este complejo problema.

Rosario González Candelas

52

2. Identificación del maltrato por el médico de familia

El abordaje y resolución de las consecuencias de la violencia debe comen-zar por su detección. Se ha investigado la frecuencia con que las víctimas de abusos consultan al médico de familia y cuándo el médico identifica el maltrato. Sólo en un 28% de los casos en un estudio y un 40% en otro se identificaba el abuso por el médico.

Además, se sabe que casi la totalidad de las víctimas visitaron a su médi-co general en el año siguiente a la agresión y además con un incremento de la frecuentación a la consulta del médico.

Los motivos de esta falta de detección por parte de los sanitarios son diversos: Falta de formación o experiencia, miedo a empeorar la situación de la víctima, frustración por la falta de efectividad de las medidas de inter-vención, falta de tiempo y recursos...3

También es cierto que la mayoría de las mujeres no comentan el proble-ma, a pesar de su carácter reiterado, que lo suele convertir en algo crónico, hasta el punto de que resulta habitual que cuando la mujer decide hablar o denunciar los hechos ya han transcurrido varios años. Entre las razones que explican esta actitud de la mujer se encuentra su esperanza de que la situa-ción cambie, el miedo a las represalias sobre ella o sus hijos, la vergüenza ante la sensación de fracaso o culpa, la tolerancia a comportamientos vio-lentos, su dependencia económica o psicológica, los sentimientos de ambi-valencia e inseguridad, su situación psicológica, miedo al aparato judicial, no saber a quién dirigirse, falta de apoyo familiar, social, económico...

La identificación de las víctimas no es pues, una tarea fácil para el mé-dico, cuya sospecha inicial en muchos casos deberá partir de consultas por síntomas inespecíficos, que hacen difícil identificar situaciones de maltrato en las que el resultado no sean lesiones físicas. La propia hiperfrecuenta-ción en una consulta de atención primaria, puede constituir la única lla-mada de atención de la mujer ante un problema que no se atreve a revelar directamente.

Ponencias

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Tabla 1. Recomendaciones del PAPPS ante la Violencia Doméstica

• Estar alerta ante la posibilidad de maltrato. • Identificar personas en riesgo. • Identificar situaciones de riesgo y mayor vulnerabilidad. • Estar alerta ante demandas que pueden ser una petición de ayuda no expresa. • Una vez diagnosticado el maltrato, poner en marcha estrategias de actuación con la víctima, con los hijos y con el agresor. • Identificación de trastornos psicopatológicos en la víctima y en el agresor. • Coordinar nuestra actuación con el trabajador social, los servicios especializados y el pediatra, si fuera preciso, e informar sobre la red social disponible. • Realizar el informe médico legal si procede. • Registrar los hechos en la historia y en la hoja de problemas.

Nota: los documentos del PAPPS sobre violencia doméstica están accesibles en [email protected].

3. Papel de los profesionales sanitarios en los diferentes

niveles de prevención

A) Prevención primaria.

Es responsabilidad de toda la sociedad, pero los profesionales sanitarios pueden contribuir mediante:

1. Colaboración en las actuaciones educativas basadas en la igualdad, la tolerancia y la no violencia y a la promoción de una cultura más igualitaria entre géneros y clases.

2. Identificación de personas con mayor riesgo de sufrir maltrato: Mujeres con gran dependencia, baja autoestima, aislamiento, historia de maltrato en la familia de origen, etc. Los factores de riesgo más frecuentemente vincu-lados al agresor son el desempleo, bajos ingresos económicos, situación de pobreza, con historia de malos tratos en la familia de origen, consumo de alcohol y de drogas ilícitas.4

3. Identificación de situaciones de riesgo: el embarazo, la separación y los conflictos de pareja.

Rosario González Candelas

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B) Prevención secundaria: detección precoz.

Aunque por el momento no hay suficientes evidencias científicas que permitan aconsejar el cribado sistemático a la población general para la detección del maltrato, se aconseja al médico de familia que esté alerta ante situaciones de riesgo, indicios o síntomas de violencia doméstica.5 6

La identificación de víctimas de maltrato es una tarea difícil, pues la mujer con frecuencia no está dispuesta a dar voluntariamente información sobre el abuso. La información que proporciona la anamnesis, exploración física e historia social y familiar de la paciente pueden orientar a los profesionales sanitarios, quienes deberán estar atentos a los signos de alerta (tabla 2)

Las mujeres que consultan por una agresión física son sólo una pequeña parte de las que sufren violencia. Muchas acudirán a la consulta, quizá con síntomas inespecíficos, consultas reiteradas por motivos banales, quejas somáticas o trastornos psicológicos poco específicos, y quizá no lleguemos ni a atisbar el mensaje oculto de esas quejas, que pueden ser la carta de presentación, la llamada de atención ante un problema que la mujer no se atreve a revelar directamente, pero que a la vez nos está pidiendo ayuda. A veces estará explorando nuestra actitud, nuestra receptividad, y en función de nuestra respuesta expondrá o no su problema.

Ante la existencia de señales de alerta, el médico o la enfermera pueden formular alguna pregunta facilitadora y esperar la respuesta de la mujer. Si ella se muestra receptiva se podrá seguir preguntando y profundizando en el problema de una forma gradual. Este ritmo lo marcará siempre la propia mujer. Es posible que inicialmente la mujer no conteste o no quiera hablar sobre su problema, sin embargo el sólo gesto de que le hayan preguntado puede interpretarlo como un apoyo y, en ese caso se habrá dejado una puer-ta abierta para futuras ocasiones en que la mujer acuda a la consulta.

Ponencias

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Tabla 2. Signos y señales de alerta de maltrato 7 8

Síntomas Físicos: cefalea, dolor torácico, palpitaciones, dolor osteoarticular de diferentes localizaciones, transtornos digestivos, parestesias, mareos inespecíficos, transtornos del sueño, astenia.Lesiones o Daños Físicos traumatismos, fracturas, hematomas en diversos estadíos evolutivos, quemaduras, erosiones, heridas, discrepancias entre características y descripción del accidente, demora en la solicitud de atención,enfermedades de transmisión sexual.Síntomas Psíquicos: ansiedad, depresión, confusión, agitación, síndrome de estrés postraumático, intentos de suicidio, transtornos de la alimentación, abuso de sustancias (tóxicos, psicofármacos).Señales Sociales: Aislamiento social, bajas laborales de repeticiónSeñales en embarazadas: retraso en el acceso al control prenatal, depresión, abuso de sustancias, abortos espontáneos, partos pretérmino.Actitudes y estado emocional:• Actitudes de la víctima: temor, nerviosismo, ausencia de contacto visual, inquietud, sobresalto al menor ruido, miradas inquietas a la puerta, pasividad, ensimismamiento, tendencia a culpabilizarse y a exculpar a su pareja, reticencia a responder preguntas o a dejarse explorar, incapacidad para tomar decisiones.• Estado emocional: tristeza, miedo a morir, ideas suicidas, ansiedad extrema. Si acude el cónyuge explorar también su actitud: excesiva preocupación y control, o bien excesivo despego y despreocupación, intentando banalizar los hechos. Debe de entrevistarse a los miembros de la pareja por separado.

C) Prevención terciaria.

Si se llega al diagnóstico, es decir al conocimiento de la existencia de una situación de maltrato, es preciso hacer una valoración inicial de la situación de riesgo inmediato: riesgo vital por las lesiones, riesgo potencial de homici-dio o de nuevas agresiones y riesgo de suicidio. Valorar si se trata de una situación aguda o crónica, y establecer un plan de actuación (teniendo en cuenta la opinión de la mujer, la situación de los hijos, los apoyos con los que cuenta).

En caso de que se valore que la mujer presenta un riesgo inmediato se emitirá el correspondiente parte de lesiones, si procede. Si las lesiones lo re-quieren, la mujer será derivada a un centro hospitalario. Del mismo modo, se establecerá comunicación con los Cuerpos de Seguridad, que pondrán en marcha las medidas de protección pertinentes.

Si la situación no presenta un riesgo inmediato, se establecerá un plan de actuación integral y coordinado, contando con la ayuda de la trabajadora social. Tras escuchar, tranquilizar y desculpabilizar a la víctima, favorecien-do que exprese sus angustias y miedos, habrá que conocer su situación per-

Rosario González Candelas

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sonal y los recursos con los que cuenta. Hay que indagar sobre su estructura familiar, apoyos en su entorno próximo, recursos económicos, documenta-ción, etc. y ayudarla en la toma de decisiones. Si tiene hijos pequeños, habrá que comunicárselo al pediatra. Es importante informar sobre el valor de la denuncia, pero en definitiva es la mujer quien debe decidir cuando está preparada para ello.

4. ¿Qué actitud debe tener el profesional ante la víctima?

La actitud que adopte el profesional influirá en gran medida en el resul-tado de la entrevista. Si se establece un clima de empatía y acercamiento, un ambiente de confidencialidad e intimidad unido a una actitud de com-prensión y seriedad sin emitir juicios de valor, la comunicación será mucho

más favorable.

Es recomendable que la entrevista se lleve a cabo en privado, separando a la mujer de cualquier posible acompañante. Si el profesional le demues-tra su apoyo y confianza, será más fácil obtener una actitud positiva de la mujer. Establecer una escucha activa permitirá a los profesionales captar mejor lo que expresa, la carga emocional y las demandas implícitas en la comunicación. 8 9

– Debe tener siempre presente la posibilidad de malos tratos, escucha activamente y aceptar el relato de la paciente, insistiendo en que la vio-lencia nunca es justificable y que nadie merece recibir malos tratos, físicos, emocionales o sexuales, y que en modo alguno estos conflictos afectan ex-clusivamente al ámbito de lo privado.

– Cuando alguien acude a la consulta está demandando ayuda; la obli-gación del personal facultativo es dársela.

– Las preguntas sencillas y directas sobre malos tratos demuestran ser las más eficaces.

– Desde el mismo ambiente neutro de escucha activa, confidencialidad y evitando emitir juicios, indagar la posibilidad de malos tratos a otros miembros de la familia; en caso de sospecha los citaremos y comprobare-

Ponencias

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mos dicha posibilidad. Aún y cuando la respuesta sea negativa, hay que abrir una puerta a la supuesta víctima, ya que ésta tenderá, generalmente, a la negación del problema.

– Evaluación del riesgo.

– Realizar un seguimiento.

5. ¿Qué medidas y actuaciones debe emprender?

En cualquier caso hay que establecer un plan de actuación, comenzando por derivar al trabajador social de referencia, garantizando la confidencia-lidad de todas las actuaciones. En aso de estimarse oportuna se remitirá al especialista para completar el reconocimiento y tratamiento. Todo ello se hará constar en la historia clínica de la paciente.

Si se realza un informe de lesiones hay que ser extremadamente cuidado-sos, detallando todas las marcas actuales y anteriores. Hay que mencionar específicamente el estado psico-emocional de la presunta víctima, recomen-dando en cualquier caso, en el mismo informe, que se derive al psicólogo del centro de Salud Mental de referencia. Una vez rellenado el informe se leerá en voz alta, repasando las lesiones a fin de que la descripción sea lo más exacta posible y puedan determinarse futuras secuelas. Hay que hacer referencia a las afirmaciones de la paciente, ya que las lesiones pueden pro-ducirse en lugares no visibles y que, en ocasiones, no dejan huella.

Una vez repasado el informe se le entregará una copia firmada y sellada a la paciente, informándola que debe acudir con él (preferiblemente con testigos) al Juzgado o a la Policía.

¿Con qué instituciones debe ponerse en contacto?

En cualquier caso se le informará de los recursos existentes, derivándola al trabajador social de referencia. No debe recomendarse mediación fami-liar, que en estos casos está contraindicada.

Rosario González Candelas

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6. Actuación en centros sanitarios

En caso de que una mujer que haya sufrido malos tratos, físicos o psíqui-cos o agresión sexual acuda directamente a un Centro Sanitario (hospitalario o extrahospitalario) se actuará de acuerdo con las siguientes normas.10 11

1º. Se atenderá a la mujer de forma urgente a través de los servicios sanitarios que se requieran. En caso de que el Centro no contara con los servicios adecuados (Urgencias, Traumatología, Ginecología, Psiquiatría, etc.) se le acompañará al Centro Sanitario más próximo.

2º. Evitar que la víctima esté sola en todo momento, aunque vaya acompa-ñada de un familiar. Es recomendable que sea acompañada por el Trabajador Social del centro sanitario, quien elaborará una valoración/diagnóstico de la situación personal, familiar y social de la víctima y de los hijos a su cargo, en caso de que los hubiera. En casos de urgencia se ocupará de facilitar una casa de acogida y de informar sobre el proceso legal que se inicia.

3º. Asistir a los posibles daños y lesiones físicas y psíquicas que sufra la persona.

4º. Actuar igual que cualquier otra actividad sanitaria, pasando por la apertura de la Historia Clínica correspondiente o la inscripción de los datos de la asistencia por malos tratos en la historia ya abierta.

5º. Iniciar el plan de actuaciones terapéuticas que corresponda.

6º. Se deberá comunicar, en atención a su urgencia y gravedad al Juzga-do de Guardia, tanto en el caso de malos tratos físicos y/o psíquicos como de agresión sexual, para que facilite la presencia del médico forense y de la autoridad policial, al objeto de que queden cumplimentados de una sola vez los aspectos médicos, policiales, judiciales y específicamente:

– Para proceder a la recogida de la denuncia.

– Para prever el aseguramiento de pruebas y realizar la recogida de muestras.

– Para garantizar la protección de la mujer.

Ponencias

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7º. Se deberá expedir el parte de lesiones, que será elaborado con letra legible, con identificación del facultativo y utilizando de base el protocolo existente al efecto. En dicho parte se recogerá, obligatoriamente, el alcance de las lesiones, tanto físicas como psíquicas, y su valoración, así como posi-bles antecedentes de agresiones y lesiones, facilitando copia del mismo a la mujer, dejando una copia en la Historia Clínica y enviando una 4ª copia a la Dirección General de Salud Pública.

8º. Se le informará, antes de darle el alta, de los recursos existentes en la zona.

En todas las visitas el profesional deberá tener presentes estas siete reglas:

– Escuchar y creer la experiencia de malos tratos que relata la paciente.

– Asegurarle que no está sola y que no es culpa suya.

– Defender su derecho a vivir sin el temor a la violencia.

– Aplazar la prescripción excesiva de medicaciones sedantes.

– Animarle a buscar servicios de apoyo a la comunidad.

– Responder a sus necesidades de realizar un plan de seguridad.

– Apoyarla y asistirla en sus decisiones.

7. El parte de lesiones

Según el código deontológico Capítulo X y el artículo 45 del Código Penal el conocimiento o sospecha por parte del médico de un maltrato le obliga a ponerlo en conocimiento de la autoridad, y de no hacerlo puede incurrir en responsabilidad penal.

Descripción

Es un documento oficial a través del cual los profesionales sanitarios, en el ejercicio de sus funciones, comunican a la autoridad competente cual-

quier daño producido a la persona por causa externa.

Rosario González Candelas

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Su cumplimentación es obligatoria en todos los casos y para ello se utilizará el formulario correspondiente, debiéndose incluir la siguiente información:

• Lugar, fecha y hora de la asistencia. Datos de filiación de la mujer.

• Resumen de la historia clínica: descripción de las lesiones observadas, existencia de lesiones con diferente data, así como el estado emocional y la realización de pruebas complementarias realizadas y/o solicitadas.

• Valoración avance de un posible pronóstico.

• Tratamientos aplicados, especificando si precisó hospitalización e indi-cando número de días de estancia.

• Otros datos y antecedentes recabados que se consideren de interés y que hagan referencia a las circunstancias sociales personales, patológi-cas, malos tratos o agresiones reiteradas, coexistencia con malos tratos a hijos, etc.

• Personas que la acompañan.

• Médico que emite el informe (nombre y nº de colegiado) y firma.

Se realizará a modo de informe clínico y se harán de él cuatro copias:

• Para entregar a la interesada.

• Para remitir al Juzgado correspondiente.

• Para adjuntar en la Historia Clínica.

• Para la Dirección General de Salud Pública

8. Recursos sanitarios

Los Servicios de Urgencia, tanto hospitalarios como extrahospitalarios, tienen un destacado papel por ser el lugar en que la mujer recibe su primera

asistencia sanitaria. Desde allí, si es preciso, será dirigida a otros servicios.

Ponencias

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Los Centros de Salud constituyen el servicio más próximo al usuario, de ahí la importancia de la detección por parte de los profesionales de los

malos tratos y del conocimiento de los indicadores anteriormente citados.

Los Hospitales ofrecen una atención especializada que cubre todas las

necesidades de asistencia médica a las víctimas del maltrato.

En general se considera deseable que la Atención Primaria detecte y atienda el mayor número posible de casos.

En los casos en que se sospeche agresión sexual la derivación al Servicio de Ginecología Hospitalaria es inexcusable. Además se avisará al forense.

9. Bibliografía

1. Plazaola-Castaño J, Ruiz Perez I. Violencia contra la mujer en la pareja y consecuencias en al salud física y psíquica. Med Clin (Barc). 2004; 122(12):461-467.

2. Ruiz-Perez I, Blanco-Prieto P, Vive-Cases C. Violencia contra la mujer en la pareja: determinantes y respuestas sociosanitarias. Gac Sanit. 2004; 18(Supl 2):4-12.

3. García Moreno C. Dilemas and opportunities for an appropriate health-service respon-se to violence against women. Lancet 2002; 359:1509-1514.

4. Jewkes R. Intimate partner violence: causes and prevention. Lancet. 2002;359:1423-29.

5. Canadian Task Force. Canadian guide to clinical preventive health care. Ottawa: Cana-da Comunication Group 1994:320-22.

6. US Preventive Services Task Force. Screening for family and intimate partner violence: Recommendation statement. Ann Fam Med 2004; 2:156-160.

7. Fernández Alonso MC, et al. Violencia en la pareja: papel del médico de familia. Aten Primaria 2003;32(7):425-33.

8. Protocolo de actuación en atención primaria para mujeres víctimas de malos tratos. Consejeria de Sanidad de Castilla-La Mancha, Dirección General de salud pública y Participación, 2005.

9. La Violencia de Género y la Salud: Manual para la Sensibilización y la Prevención. Gobierno de Canarias, Consejería de Sanidad y Consumo, Consejeria de Empleo y Asuntos Sociales, 2001.

Rosario González Candelas

62

10. Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud. Protocolo sanitario ante los malos tratos domésticos. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Instituto de la Mujer, 2000.

11. Plan de medidas del Gobierno Valenciano para combatir la violencia que se ejerce contra las mujeres (2005-2008). Generalitat Valenciana. Consellería de Bienestar So-cial, 2006.

MESA REDONDA

Coordinación con los servicios

judiciales y cuerpos de seguridad

MODERACIÓNJulia Lozano-Martínez.

eScuela valenciana De eStuDioS Para la SaluD (eveS)

Vita Arrufat-Gallén.centro De SaluD Pública De caStellón

Elena Pérez-Sanz.centro De SaluD Pública De alicante

65

En toda la historia de la humanidad, el ser humano ha sido siempre, de todos los seres de la naturaleza, el que ha ejercido más violencia y crueldad sobre sus semejantes. Los animales ejercen la violencia instintiva, la de la supervivencia; el hombre, ataca y destruye a otro ser humano, sin que haya ningún motivo para ello; el impulso de la violencia nace de la crueldad, del desprecio por el otro, del afán de control, de posesión, de dominio; estas tres últimas premisas son las que juegan un papel más importante en la vio-lencia contra la mujer; en este proceso, llamémosle de “desnaturalización”, el maltratador despliega todo su “ingenio” en el ejercicio de sometimiento de su víctima, con el objetivo de negarle cualquier acción de independencia o de autoestima, pues si ella se reconoce independiente y segura, le abando-naría, creándole un grave problema: el de contra quien ejercitaría su labor de destrucción.

Para estos depredadores, la mujer es un mero instrumento de descarga de la violencia y de satisfacción de sus instintos.

Las cualidades femeninas de ternura, sensibilidad, afectuosidad, per-suasión, inteligencia, compasión, consuelo, AMOR, por sus hijos, por todo lo que le rodea e incluso por el mismo sujeto maltratador, son interpretadas por él como signos de debilidad y, en determinados casos, hasta represen-tan un estímulo ”provocador” para que descargue sus anormales impulsos de crueldad y violencia sobre su víctima.

¿Qué podemos hacer para que esto no suceda? Las mujeres debemos ocupar en la sociedad el lugar que nos corresponde, en igualdad de condi-ciones, tener las mismas aspiraciones y oportunidades que los hombres, el derecho a ser tratadas y respetadas en nuestra dignidad y condición y a que se nos considere y valore por lo que realmente somos. Debemos luchar por ello, desde la autenticidad, sin demagogias ni discriminaciones que a nada conducen.

Y desde esta perspectiva integradora contar con que los hombres, a quie-nes no representan estos depredadores, son nuestros compañeros, con ellos

Mesa redonda

Julia Lozano, Vita Arrufat, Elena Pérez

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compartimos nuestra existencia y debemos contar con su ayuda y apoyo para culminar nuestras aspiraciones como mujeres, madres y trabajadoras.

Resulta especialmente importante que los profesionales que trabajamos en el ámbito sanitario podamos escuchar e intercambiar impresiones con profesionales de otros sectores, como son los jueces y policías, que en el ejercicio de sus funciones, luchan y trabajan en el día a día para que todo lo expuesto aquí sea posible. Ambas instituciones juegan un papel funda-mental en el complejo trabajo de ayudar a la mujer víctima de la violencia, a sentirse persona útil, respetada en su dignidad y a dejar de ser víctima. En ello se vuelcan y ponen todos los medios a su alcance, aunque muchas veces no se hayan rebelado suficientes. Aunemos nuestros esfuerzos, traba-jemos todos juntos para dar a la víctima todo el apoyo y la comprensión que necesita, no nos olvidemos ni por un momento de quien es la víctima y de quien es el agresor, utilicemos todos los medios disponibles, para volcarnos con ella en devolverle su autoestima y la fortaleza necesaria para escapar de su maltratador.

La Conselleria de Sanitat es especialmente sensible a estos temas y quiere dotar a sus profesionales de todos los instrumentos posibles para la detección y el reconocimiento lo más precozmente posible de estos problemas, partici-pando así en su resolución. La formación es una de las bases fundamentales para alcanzar este objetivo, y a la que van destinadas estas jornadas.

PONENCIAS

Actuación de la Administración de Justicia tras la recepción del informe médico y tras la denuncia

Matías Vicente-Mendoza.inStituto De MeDicina leGal De valencia

Mario Ventura-Álvarez.inStituto De MeDicina leGal De caStellón

Rafael Bañón-Gozález. inStituto De MeDicina leGal De alicante

Ponencias

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1. La intervención sanitaria inicial

La intervención sanitaria ante la violencia doméstica requiere un co-nocimiento integral del caso, para ello no sólo ha de atender al problema inmediato de salud que se plantea, sino conocer la situación que se encuen-tra tras el hecho constatado y poder colaborar en la prevención de nuevas agresiones.

Para ello, la respuesta asistencial inicial ha de acomodarse a la proble-mática que se va revelando a través de la consulta: lesiones físicas, lesiones psicológicas, sexuales o desajuste social. Algunas de estas consultas tienen salida a través del sistema sanitario convencional, pero en otros casos habrá que recurrir a derivaciones hacia otros profesionales.

Al final de todas las actuaciones sanitarias y sociales acompañantes se encuentra, en no pocas ocasiones, la comunicación al Juzgado, de modo que se ponga en conocimiento de la Administración de Justicia los datos conocidos en la asistencia, ya que además de aportar un valioso elemento de prueba, servirán para la respuesta judicial en cuanto a prevención y pro-tección. Esta comunicación se realiza mediante el Parte de Lesiones que, recientemente, la normativa autonómica valenciana ha modificado especí-ficamente cuando de las mismas se puede inferir la existencia de violencia de género.

Los partes son documentos claros y sencillos, empleados por el médico en sus relaciones con las autoridades, los organismos oficiales o el público. Pese a que el Parte ha de ser breve, en el caso que nos ocupa ha de tener la extensión y profundidad suficiente para poder contener los diversos ha-llazgos en los casos de violencia doméstica. A diferencia de otros Partes que contienen sucintas descripciones de lesiones en un contexto temporal, ahora se describen situaciones en un contexto vivencial. La obligación legal viene recogida en el art. 355 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal (L.E.Cr.) y afecta a los médicos en cualquier forma de ejercicio que atiendan a un herido, de modo que la Autoridad Judicial alcance un conocimiento del hecho y de sus

Matías Vicente, Mario Ventura, Rafael Bañón

72

consecuencias, lo que le permitirán iniciar las investigaciones oportunas o

adoptar las medidas pertinentes con respecto al autor.

2. La intervención medico forense

La Administración de Justicia es un eslabón más dentro de la cadena de respuesta social ante estos casos. Desde el punto de vista jurídico, es novedad legislativa que el estudio forense del caso ha de ser integral, según dispone la L.O. 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violen-cia de Género, enfocando el fenómeno desde distintas perspectivas y disci-plinas. En primer lugar, como prueba pericial, ha de tener rigor suficiente que permita al Juez formarse un criterio cabal de lo que sucede. En segundo lugar, se persigue obtener datos de utilidad que faciliten el tratamiento glo-bal de la víctima. En tercer lugar, se busca proteger a la persona de nuevas agresiones. Para ello, normalmente la entrada en el sistema de valoración forense habrá de ser el antes mencionado Parte, de ahí la necesidad de su correcta cumplimentación.

Corresponderá al médico forense realizar la valoración de aquellos datos, hechos o elementos que admitan un enfoque científico médico con el rigor necesario para constituir una prueba pericial que facilite la reso-lución judicial. La pericia médica tiene su fundamento legal en la Ley de Enjuiciamiento Civil, donde se define qué es un perito, las condiciones que debe reunir y cómo se regula su intervención ante la Justicia. Su actuación ante la jurisdicción penal figura en la L.E.Cr, siendo el médico forense un perito de los denominados “oficiales” y contemplado específicamente en esta regulación como “facultativo encargado de auxiliar a la administración de justicia” (art. 344 de la L.E.Cr.). El mismo texto legal confiere a cualquier detenido el “derecho a ser reconocido por el Médico Forense o su sustituto legal y, en su defecto, por el de la Institución donde se encuentre o por cualquier otro dependiente del Estado o de otras administraciones públicas (art. 520 de la L.E.Cr.). La Ley Orgánica del Poder Judicial integra a estos profesionales en los Institutos de Medicina Legal.

Ponencias

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La complejidad de la violencia doméstica, con manifestaciones conduc-tuales muy diversas, con terceros implicados o con resonancias afectivas de difícil predicción, impiden configurar un protocolo específico que no contenga demasiadas variables. Es por ello que el legislador introduce en la valoración de la víctima la condición que sea integral, invocando la intervención de diversos profesionales que conjuguen sus conocimientos sociales hacia una comprensión global del caso concreto. El fenómeno de la violencia doméstica contempla tal diversidad de expresiones como relacio-nes interpersonales profundas son posibles.

Para circunscribirnos al campo de actuación específica médico forense, la prueba pericial que éste proporciona comienza por las implicaciones médico-legales de las lesiones, para pasar por la valoración del “entorno violento”, el riesgo de nuevas agresiones, medidas específicas que puedan adoptarse con agresor y víctima, hasta el resultado eventual de fallecimien-tos vinculados a este fenómeno.

2.1. Lesiones

Habitualmente constituyen el primer elemento de análisis, puesto que desvelan el fenómeno y constituyen la puerta de entrada a la Administración de Justicia. Las lesiones resultan reveladoras no sólo por su manifestación corporal, expresión de un acontecimiento único y determinado, sino por los medios y las formas de lesionar implicados que exteriorizan el carácter violento de quien las produce. Las lesiones físicas son fácilmente asequibles y, por tanto, las que permiten una valoración más sencilla de acuerdo con los presupuestos recogidos en el Título correspondiente del Código Penal. En el mismo Título se mencionan las lesiones psíquicas, cuya comprensión integral requiere más información, y, por consiguiente, tiempo.

1. En cuanto a las lesiones físicas, la información que precisará el juzga-dor puede recogerse en las siguiente enumeración:

• Descripción de las lesiones.

• Mecanismo causal referido por la víctima.

Matías Vicente, Mario Ventura, Rafael Bañón

74

• Compatibilidad de la anterior relación de causalidad.

• Necesidad de asistencia y tratamiento médico/quirúrgico.

• Consecuencias temporales de curación y ocupacionales.

• Posibles secuelas.

2. En lo referente a las lesiones psíquicas, más complejas, los objetivos perseguidos se resumen en:

• Valoración del estado psicológico.

• Necesidad de asistencia y tratamiento médico/quirúrgico.

• Consecuencias temporales de curación y ocupacionales.

• Posible daño psíquico permanente.

• Diagnóstico diferencial con otras causas de síntomas psicológicos y –lo que es aún más difícil- con las consecuencias propias de la ruptura de una relación sentimental duradera.

Las formas y los medios de lesionar constituyen información comple-mentaria diagnóstica y pronóstica de la conducta del agresor que será de utilidad en apartados valorativos siguientes. No obstante, sirven en esta primera valoración como forma de corroborar las lesiones físicas y psíqui-cas comprobadas en la víctima y aproximarnos al posible uso de conductas intimidatorias, amenazas directas o mediatizadas a través de los hijos, etc.

2.2. El entorno violento

Los artículos 153 y 173.2 del Código Penal sitúan como segundo objetivo de la valoración médico forense la investigación del clima violento en el medio doméstico y la reiteración en los hechos agresivos. Así lo confirman diversas Sentencias del Tribunal Superior (S.T.S.) cuando aluden a “ambien-te de dominación y temor sufrido por los miembros de la familia” (S.T.S. de 24 de junio de 2000), “estado permanente de agresión” (S.T.S. de 7 de julio de 2000) o “clima de sistemático maltrato” (S.T.S. de 7 de septiembre de 2000). Es un elemento además que permite discriminar acerca de la habitua-

Ponencias

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lidad de estos delitos, el mayor desvalor de la acción y, consecuentemente, el reproche social traducido en la aplicación de agravantes. Tampoco es des-deñable su papel en la adopción posterior de medidas penales o sociales, habida cuenta sus repercusiones en el desarrollo de los menores implicados, entre otros.

2.3. El riesgo de nuevas agresiones

La L.O. 13/2003, de 24 de octubre, modifica el art. 503 de la L.E. Cr. permitiendo acordar prisión provisional para “evitar el riesgo de que el imputado cometa otros hechos delictivos... Para valorar la existencia de este riesgo se atenderá a las circunstancias del hecho, así como a la gravedad de los delitos que se pudieran cometer”.

La Ley 27/2003, de 31 de julio, reguladora de la Orden de Protección de las víctimas de violencia doméstica, establece que es necesaria una acción integral y coordinada que aúne tanto las medidas cautelares penales sobre el agresor, orientadas a impedir la realización de nuevos actos violentos, como las medidas protectoras de índole civil y social que eviten el desam-paro de las víctimas. Para ello reforma el art. 544 de la L.E. Cr. de modo que el Juez puede dictar Orden de Protección en los casos en que existan fundados indicios de delitos o faltas afectando a algunas de las personas mencionadas en el art. 173.2 del Código Penal y resulte una situación ob-jetiva de riesgo para la víctima que requiera la adopción de alguna de las medidas de protección.

Para valorar el riesgo de nuevas agresiones, es preciso analizar, tanto los hechos concretos que dan origen al procedimiento judicial, como los factores de riesgo que se puedan encontrar en agresor y agredida. Existen escalas al respecto que facilitan esta prueba pues no dejan de ser eventos de difícil tratamiento estadístico al tratarse del comportamiento humano.

Una prueba de riesgo no puede asumir un valor total basado en un mé-todo exacto pero al menos puede aportar una alternativa enfatizando aque-llos indicadores de peligro ante el Tribunal, asumiendo el nivel de riesgo de error. Como muestra de dichas herramientas encontramos la escala de

Matías Vicente, Mario Ventura, Rafael Bañón

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Campbell de Valoración del Peligro de Muerte empleada en Estados Unidos o la Valoración del Riesgo de Violencia en el contexto doméstico de Tyagi.

2.4. Medidas específicas para adoptar con agresor y victima.

La L.O. 1/2004, en su apartado dedicado a las Medidas Judiciales de Protección y Seguridad de las Víctimas, obliga al Juez competente a “pro-nunciarse en todo caso sobre la pertinencia de la adopción de medidas cautelares y de aseguramiento contempladas en el capítulo IV, Título V”(art. 61.2). La misma Ley, en su disposición adicional segunda, relativa a protocolos de actuación, llama a organizar tales protocolos en los servicios forenses de modo que cuenten con unidades de valoración forense integral en los casos de violencia de género. Por consiguiente, un objetivo más de la intervención forense puede estar constituido por el asesoramiento al Juez sobre las medidas específicas.

Actuación de los Cuerpos de Seguridad en la violencia de género.

Estanislao García-Moreto.uniDaD De Prevención, ayuDa y Protección contra MaloS tratoS a la Mujer

Mª Rosario Pérez-Carretero.uniDaD De DelitoS, cuerPo nacional De Policía De caStellón

Mª Paz Prieto-Pis.GruMe-SaM De briGaDa Provincial, Policía juDicial De alicante

Ponencias

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1. Introducción

Hablando a profesionales de la salud, es imposible no hacer la equipara-ción, casi matemática, entre enfermedad y delito.

El aspecto que, de la violencia de género, compete a las FF y CC de Segu-ridad, es el delictual y, al igual que en toda enfermedad, el éxito total sólo está en la prevención absoluta, que supone no alterar la “normalidad” con efectos no deseados.

En la Violencia de Género, en tanto que delito-enfermedad, el primero en detectar los síntomas suele ser, aunque no siempre, el enfermo-víctima. Y también, en ambos casos, es frecuente que no sepa interpretarlos como señales que anuncian la posterior evolución, que sí conocen los profesiona-les avezados.

Un diagnóstico acertado permite detectar la agresión en sus estadios menos lesivos y el tratamiento específico en actuación temprana, conduce frecuentemente a una recuperación más rápida y extensa. Y, en aquellos casos en que no es posible la cura, procuramos mantener al mal crónico, en unos niveles de calidad de vida aceptable para el enfermo-victima.

Finalmente, y aquí termino la fase comparativa de los dos aspectos, también en la forma de actuar contra el delito y contra la enfermedad, se procura optimizar recursos con la aplicación de protocolos, rutinas de tra-bajo en el mejor de los sentidos, nacidas de la experiencia, evitan errores y extienden aciertos.

La Policía sólo puede perseguir hechos punibles, pero se pueden detectar actitudes y predisposición al delito con actos externos que, siendo impunes, rayan la ilicitud o la “mala educación” según se mire, pero nos tienen que poner sobre aviso, para estar atentos y actuar, con esa tolerancia cero, que permita evitar la escalada en el nivel de violencia y en su resultado lesivo.

Esa actuación “represora” de actos de escasa entidad, es beneficiosa tan-to para la victima, que sufre escasa incomodidad, como para el agresor que soporta una leve pena pero toma conciencia de que, su ilegítima actuación,

Estanislao García, Mª Rosario Pérez, Paz Prieto

80

se enfrenta con un sistema protector eficaz, de aquella persona, a la que sabiéndola mas débil, se consideraba con derecho a dominar. Y también reúne menor riesgo para el que aplica la norma porque, generalmente, la reacción será de menor intensidad.

Tolerancia cero y observación integral, son la vocación de la Ley Orgáni-ca 1/2004, pero también toda la legislación, que se ha dictado desde el 2003 y especialmente para la Policía, el contenido del Protocolo de actuación y coordinación con la Autoridad Judicial y otras instituciones sanitarias, asis-tenciales y educativas.

Fijado el ilícito penal, en los Arts. 153, 173 y concordantes del Código Penal, cuando llega a conocimiento policial, bien por propia investigación, bien a requerimiento de víctimas o testigos, la respuesta de las fuerzas y cuerpos de seguridad de seguridad será proporcionada al riesgo y a la gra-vedad del hecho.

Esa respuesta viene dirigida por una profusa y cambiante legislación desde Leyes Orgánicas (Código Penal o L. O. 1/2004) a Leyes ordinarias (Ley 27/2003 reguladora de la Orden de Protección). Legislación cuya apli-cación ha requerido de una práctica reglamentación, tanto general con el R.D. 355/2004 del Registro Central de Violencia doméstica que regula las comunicaciones entre Jueces y Policías, como específica con protocolos y circulares.

Para conseguir el mejor aprovechamiento de los recursos, por resolución de 28 de Junio 2005, un día antes de la plena entrada en vigor de la L.O. 1/2004, la Secretaría de Estado de Seguridad acuerda la publicación del “Protocolo de actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y de coor-dinación con los órganos Judiciales, para la protección de las víctimas de violencia doméstica y de género”, actualizando el de 1 de julio de 2004 de acuerdo con la nueva Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la violencia de género.

Ponencias

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..Y ¿qué hace la policía?

El conocimiento, por la Policía, de los hechos de violencia de género, como en todo delito, se plasmará en un atestado, destinado al Juzgado. Sin embargo, el protocolo antes citado, fija unos “contenidos mínimos”, que lo hacen particularmente extenso y detallado, procurando facilitar el más exacto conocimiento de lo acontecido.

Cuando intervienen funcionarios policiales en el episodio de violencia, su relato, en la comparecencia, dará inicio al atestado, buscando marcar una línea objetiva de profesionalidad, dando paso a otras actuaciones policiales, inspección ocular técnico policial para fijación y recogida de pruebas, inves-tigación de los hechos, para identificación de autores y testigos, etc.

Entre tanto se estará prestando asistencia a la víctima, a quien se infor-mará del derecho a solicitar la defensa jurídica especializada, y en su caso gratuita, tomándole declaración, con la exacta descripción cronológica de los hechos y la identificación del autor. Fecha o fechas en que se produjeron y motivos esgrimidos por el autor.

Tipo de maltrato, físico, psicológico o moral. El maltrato ocasionado debe relatarse con todo tipo de detalles, huyendo de expresiones genéricas y reflejando lo más fielmente posible las palabras utilizadas, los insultos, las amenazas, etc..., así como las acciones que se hayan producido y medios utilizados.

Las afirmaciones de las partes se procurarán documentar policialmente, mediante fotografías u otros medios técnicos (vídeo, etc) que permitan a la Autoridad Judicial una mayor inmediatez en la apreciación de los hechos y las circunstancias concurrentes.

Asímismo, se le preguntará sobre la existencia de lesiones y, en caso positivo, si ya ha sido asistida en algún centro sanitario y dispone de parte médico de asistencia, se adjuntará a la denuncia y se actuará para incautarse de las armas que pudieran haber producido las lesiones.

Estanislao García, Mª Rosario Pérez, Paz Prieto

82

En otro caso, se le ofrecerá la posibilidad de ser trasladada a un centro sanitario para recibir atención médica, adjuntando a la denuncia el parte médico que se emita y/o fotografías de las mismas.

Si la víctima no desea ser trasladada a un centro sanitario, se reflejará por escrito, mediante diligencia, las lesiones aparentes que puedan apreciarse y se solicitará a la víctima la realización de fotografías de las mismas para unirlas a la denuncia.

La Unidad Policial, al igual que el resto de entidades intervinientes, dis-pondrá lo necesario para evitar la concurrencia en el mismo espacio físico del agresor y la víctima, sus hijos y restantes miembros de la familia.

También se le preguntará si ha sido asistida en los servicios sociales (servicios sociales municipales, centros de atención a la mujer, oficinas de atención a la víctima) y, en caso afirmativo, se adjuntarán al atestado los informes elaborados por los trabajadores sociales y psicólogos de estos ser-vicios que faciliten la actividad probatoria, si son aportados por la víctima o facilitados por los servicios sociales, dejando constancia expresa de la autorización de la víctima a tal efecto.

Es muy importante, para la investigación policial y dictamen judicial, te-ner datos sobre el estado de salud de la víctima (enfermedades, tratamientos médicos, etc) y si algún otro miembro de la unidad familiar o conviviente ha sido, igualmente, objeto de malos tratos por el denunciado. En caso po-sitivo, se le informará de la posibilidad de solicitar testigos que puedan corroborar los hechos denunciados (familiares, amigos, vecinos, etc.).

Se verificará la existencia de intervenciones policiales y/o denuncias anteriores en relación con la víctima o el presunto agresor, así como los antecedentes de este último.

Información de los vecinos y personas del entorno familiar, laboral, escolar, Servicios Sociales, Oficinas de asistencia a la víctima, etc., acerca de cualesquiera malos tratos anteriores por parte del presunto agresor, así como de su personalidad y posibles adicciones y tramitaciones de partes de lesiones de la víctima remitidos por los servicios médicos.

Ponencias

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Se comprobará la existencia de medidas de protección establecidas con anterioridad por la Autoridad Judicial en relación con las personas impli-cadas, a través de la consulta de los datos existentes en el Registro Central para la Protección de las Víctimas de la Violencia Doméstica, del Ministerio de Justicia o Base de Señalamientos Nacionales del Ministerio del Interior.

Todo lo expuesto tiende al examen individualizado del riesgo existente en cada caso para graduar las medidas aplicables a las distintas situacio-nes que puedan presentarse, tanto en el primer momento de la actuación policial, como en el control de las medidas de protección dictadas por la Autoridad Judicial, que como veremos, obliga a una fluida y permanente relación durante la duración de esas medidas

En el atestado se reflejan las medidas policiales que se adopten en cada caso, valorados los hechos y la situación de riesgo existente, así como el orden de prioridad que deba asignarse al seguimiento de las mismas, desde protección personal a la utilización de medios técnicos adecuados.

Se asignará dicha función a personal con formación especializada en la asistencia y protección de las víctimas de violencia doméstica, se facilitará a la víctima un teléfono de contacto directo y permanente con el/los funcio-narios asignados para su atención individualizada.

2. Comunicaciones policiales a los órganos judiciales

Toda denuncia penal en materia de violencia de género o doméstica o solicitud de una medida de protección o de seguridad de las víctimas pre-sentada en las dependencias policiales, deberá ser cursada y remitida por conducto urgente y seguro, telemático, entrega ordinaria, fax, etc. a la Auto-ridad Judicial competente acompañada del preceptivo atestado policial.

3. Comunicaciones judiciales a las fuerzas y cuerpos de

seguridad

La Ley Orgánica 1/2004 (artículo 69), establece que la Autoridad Judicial comunicará a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad territorialmente compe-

Estanislao García, Mª Rosario Pérez, Paz Prieto

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tentes, aquellas resoluciones que decreten una orden de protección, medidas cautelares u otras medidas de protección o de seguridad de las víctimas, así como su levantamiento y modificación, dictadas durante la fase de instruc-ción, intermedia en procesos por delito, así como aquellas que se mantengan en la sentencia y durante la tramitación de los eventuales recursos.

Por otra parte, el RD 355/2005 que se regula el Registro central para la protección de las víctimas de la violencia doméstica, ordena la remisión, a la Policía Judicial, de la nota impresa de condena (pena o medida de segu-ridad impuesta en sentencia firme) y de las medidas cautelares, órdenes de protección dictadas y medidas de protección y seguridad. Mediante unos modelos de impreso con unos campos que necesariamente deben cumpli-mentarse, a la espera de que se encuentre operativo, el sistema telemático de intercambio documental. También se comunicará, a la Policía Judicial, cualquier modificación de las medidas cautelares, de protección y seguri-dad dictadas, a fin de mantener actualizada, la información del estado del procedimiento.

Informacion en ambos sentidos: En una constante retroalimentación, el protocolo de actuación prevé intercambio de información entre las partes implicadas.

a.- Informes policiales: La Policía Judicial mantendrá informada, en todo momento, a la Autoridad Judicial, al Ministerio Fiscal y, en su caso, a las Oficinas de Atención a la Víctima, de las incidencias de que tenga cono-cimiento y que puedan afectar al contenido o alcance de las medidas de protección adoptadas, siempre que el órgano judicial lo solicite o cuando se considere necesario por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, especial-mente las reconciliaciones, quebrantamientos consentidos o propiciados o circunstancias que orienten a un incremento del riesgo (fin de condenas, acercamiento a personas del entorno, etc.), para que el Juez dicte las medi-das que considere adecuadas.

b.- Informes judiciales: El órgano judicial también remitirá a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad territorialmente competentes, copia de los informes

Ponencias

85

obrantes en el proceso penal que se refieran a circunstancias personales, psicológicas, sociales o de otro tipo de la víctima, del imputado o de su núcleo familiar.

c.- El órgano judicial podrá encomendar al Equipo Forense la elabora-ción de un informe sobre la concurrencia de indicadores de riesgo aten-diendo a las circunstancias de la víctima, denunciado, en los hechos y en el grupo familiar.

d.- Asimismo, el órgano judicial valorará la posible emisión de informes en este ámbito por parte los trabajadores sociales y psicólogos que presten sus servicios en las Oficinas de Atención a la Víctima, Equipos Psicosociales y otros organismos que pudieran existir al servicio de la Administración de Justicia.

Competencia Policial: Se hace constante referencia a la competencia, porque se trata de evitar lagunas de actuación, se tiende a que cualquier Unidad Policial, que conozca un caso de violencia de género, o reciba una comunicación Judicial, médica, de servicios sociales o de particulares, la acepte y la tramite, como dice el Protocolo: “La Unidad policial que reciba la comunicación dará traslado de ella, sin dilación, a la Unidad correspon-diente de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad competente en materia de violencia doméstica (Cuerpo Nacional de Policía - SAM, UPAP, Guardia Civil EMUME, Policía Autonómica o Policías Locales). La unidad policial que haya recibido de la Autoridad Judicial la comunicación de la orden de protección o de la adopción de una medida de alejamiento, así como su levantamiento y modificación, procederá a su inclusión, sin dilación, en la Base de Datos de Señalamientos Nacionales (BDSN), si bien a esta base solo pueden acceder las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.

Las competencias en materia de investigación de delitos y protección penal de la violencia de género, corresponde a los poderes Legislativo, Judicial y Ejecutivo Estado, manifestándose este último a través de las Uni-dades especializadas de la Guardia Civil (EMUME) y del Cuerpo Nacional de Policía (SAF-SAM-UPAP).

Estanislao García, Mª Rosario Pérez, Paz Prieto

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Las Leyes Orgánicas que Aprueban los Estatutos de Autonomía del País Vasco y Cataluña, en estos territorios, han transferido estas competencias también a la Ertzaintza y Mossos D’Esquadra.

De la colaboración para optimizar resultados, conociendo las limita-ciones de actuación de cada institución, se encargan las Juntas locales y

provinciales de Policía Judicial.

4. Control de medidas judiciales de protección

Recibida la comunicación y contenido de la resolución del órgano judi-cial, la unidad operativa responsable de su seguimiento y control, se aten-drá a los siguientes criterios:

1.- Nuevo examen individualizado del riesgo.

2.- Análisis del contenido de la resolución judicial. Para determinar qué elementos pueden contribuir a incrementar la seguridad de la/s víctima/s resulta imprescindible el conocimiento preciso del contenido de la parte dispositiva de la resolución judicial (número de metros o ámbito espacial de la prohibición de aproximación, instrumentos tecnológicos adecuados para verificar el incumplimiento....).

3.- Adopción de medidas de protección adecuadas a la situación de ries-go que concurra en el supuesto concreto: custodia policial de 24 horas, vigi-lancia electrónica del imputado, asignación de teléfonos móviles, vigilancia policial no continuada, etcétera.

Teniendo en cuenta que en ningún caso las medidas de protección pue-den quedar al libre albedrío de la víctima y, siempre que sea posible, se hará recaer en el agresor el control policial del cumplimiento de la orden de protección o medida de alejamiento.

Espacio y Tiempo de las Medidas: El Protocolo, recomienda una distan-cia de 500 m., en el alejamiento entre víctima y agresor y debe quedar, per-fectamente claro el tiempo de vigencia de la medida fijándolo por término, plazo o condición.

Ponencias

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Quebrantamientos: En caso de incumplimiento doloso por el imputa-do, de la medida de alejamiento, se produce un incremento objetivo de la situación de riesgo para la víctima, por lo que se procederá a la inmediata detención del infractor, que será puesto a disposición judicial de forma ur-gente, acompañado del correspondiente atestado.

5. Actuación “policial” del médico

No, no es un contrasentido, ni esta afirmación la extraigo de un manual de “Estado Policíaco”. El derivado politès o ciudadano insiste en la solida-ridad con el vecino; la politeia era el derecho y el deber de participar en el destino de esa comunidad, en un acto permanente.

Recuerdo que, cuando hacía la “mili”, me llamaba la atención que todos los días había una actividad, en el cuartel, que se llamaba “revista de poli-cía” que consistía en la revisión la limpieza de locales y material, orden de taquillas, camas correctamente hechas, etc.

Parece que, en nuestra sociedad, sólo se está obligado a respetar las nor-mas legisladas y que sólo la policía, es la obligada a cumplirlas y hacerlas cumplir. Este criterio tan extendido, no resiste el más mínimo análisis social serio, pero nos está llevando a niveles de agresividad y “pésima educa-ción”, que obligan a legislar cosas que debieran ser normas de convivencia (buena educación), general e íntimamente aceptadas por todos o al menos una amplia mayoría.

Cuando un docente dice que su función no es “imponer” la disciplina en el aula, que él no es policía, está olvidando aquel primigenio concepto de “or-den ciudadano” que permita, a quien quiere aprender, ejercer su derecho.

Con la Violencia de Género, se quiere reivindicar aquella unión frente a la agresión ilegítima, que debe existir en toda la sociedad y que afecta especialmente a la profesión médica, tanto por moral ciudadana como por mandato legal (LECRIM Art. 259 y ss), que obliga a quien presencie un de-lito, a comunicarlo inmediatamente al Juez Municipal, o Funcionario fiscal más próximo. Y el Art. 262 obliga a comunicar el delito público conocido,

Estanislao García, Mª Rosario Pérez, Paz Prieto

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por razón del cargo, profesión u oficio, al Juez, Fiscal o Policía más próximo, en caso de delito flagrante y expresamente afecta al profesor de Medicina, Cirugía o Farmacia y al empleado público, por hechos relacionados con el ejercicio de su profesión.

Lo dispuesto en este artículo se entiende cuando la omisión no produjere otra responsabilidad con arreglo a las leyes, como Código Penal por Omi-sión del deber de socorro y del deber de impedir determinados delitos.

No es una idea policial sino que la Sociedad Española de Medicina Ru-ral y Generalista (SEMERGEN), en su Curso interactivo sobre el Manejo de Maltrato en Atención Primaria, que orienta a médicos para detectar y actuar ante una situación de maltrato y recomienda prudencia, visitar el domicilio de la familia o contactar con un trabajador social para que se en-cargue del caso”. Aunque, si se trata de un caso claro de violencia física, “el médico tiene la obligación moral y legal de denunciarlo a las autoridades competentes, incluso ante una pequeña sospecha”.

MESA REDONDACoordinación con

los servicios sociales

MODERACIÓNEduardo Pla-Ernst.

uniDaD De SaluD Sexual y reProDuctiva. conSelleria De Sanitat

Matilde Pallarés-Molina.centro Mujer 24 horaS De caStellón

Mercedes Carrasco-González.Servicio De eMerGenciaS SanitariaS De alicante

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En 1995, la Organización de Naciones Unidas reconoció que la violencia contra las mujeres es una manifestación de las relaciones de poder históri-camente desiguales entre mujeres y hombres.

Desde este planteamiento, corresponde analizar la violencia contra las mujeres dentro del conjunto de la sociedad, teniendo en cuenta los cam-bios culturales y sociales que lleva implícito la evolución histórica de las mismas.

La comprensión de esta problemática que afecta principalmente a las mujeres no puede ser abordada como un hecho aislado, porque podemos caer en la búsqueda de soluciones parciales o/y la implantación de mo-delos rígidos, que no ayuden a las mujeres a romper con los diferentes impedimentos, normas, reglas no escritas, etc. que lleven a una sociedad de igualdad real entre la mujer y el hombre.

Siendo generalmente reconocido que la violencia de género no es un problema que afecte al ámbito privado, la reciente Ley 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género está encaminada a pro-porcionar una respuesta global a este tipo de violencia y su ámbito abarca aspectos preventivos, educativos, sociales, asistenciales y de atención a la víctima. Se adopta un enfoque integral y multidisciplinar, por lo que la Ley contiene medidas en el ámbito sanitario de sensibilización y formación, que habrán de plasmarse en planes de colaboración que garanticen la actuación de los poderes públicos en la prevención, asistencia y persecución de los actos de violencia de género y que deberán implicar a las Administraciones Sanitarias, a la Administración de Justicia, a las Fuerzas y Cuerpos de Segu-ridad del Estado y a los Servicios Sociales.

Por ello es no sólo necesaria sino imprescindible la cooperación entre to-dos ellos para que la lucha contra la violencia de género alcance una eficacia que aún no hemos conseguido.

El Servicio de Salud Infantil y de la Mujer de la Dirección General de Sa-lud Pública, está aportando con la realización de estos talleres y con la pre-

Mesa redonda

Eduardo Pla, Matilde Pallarés, Mercedes Carrasco

92

sencia de distintos profesionales y experiencias, algo que es fundamental, el análisis social y dentro de la esfera médica plantearlo como una cuestión de salud pública.

PONENCIAS

Recursos sociales para la atención a las víctimas: Trabajador social en los servicios de saludMª Ángeles Celada-Pérez. centro De SaluD PicaSent

Eufemia Marcos-González. hoSPital General De caStellón

Lidón Baquero-Toledo. centro De SaluD barranquet, caStellón

Lledó Porcar-Boix.centro De SaluD alMazora, caStellón

Manuela Rocamora-Parres.centro De SaluD alMoraDí, alicante

Ponencias

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1. Introducción

El maltrato doméstico y las agresiones sexuales son dos formas concre-tas de violencia contra las mujeres que se producen en todas las edades, grupos sociales, culturas y países y suponen un problema social y familiar de enorme magnitud debido a su incidencia, a la gravedad de las secuelas tanto físicas como psíquicas producidas en las víctimas, así como al alto coste social y económico que supone para el conjunto de la sociedad.

La naturaleza de estas agresiones-fundamentalmente el hecho de que se produzcan mayoritariamente en el ámbito familiar y que tradicionalmente haya existido una amplia tolerancia social ante estas conductas-hace que las víctimas, en muchos casos, se encuentren en una especial situación de indefensión. Por ello, es fundamental la intervención coordinada y el esta-blecimiento de procedimientos homogéneos de actuación por parte de los poderes públicos, de modo que se garantice una protección integral (sanita-ria, policial, judicial y social a las víctimas).

La Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral, contra la Violencia de Género, establece que desde el ámbito sani-tario se contemplan actuaciones de detección precoz, apoyo asistencial a las víctimas, así como la aplicación de protocolos sanitarios ante las agresiones derivadas de la violencia objeto de esta ley, que se remitirán a los tribunales con el objeto de agilizar el procedimiento judicial.

En nuestra Comunidad Autónoma, recientemente se ha difundido a todos los centros sanitarios la Circular 1/2005, de 17 de Mayo, del Direc-tor Gerente de la Agencia Valenciana de Salud, sobre “Regulación de los documentos oficiales y trámites a cumplimentar por el personal facultativo en los supuestos de prestación de asistencia sanitaria por presunta violen-cia doméstica a personas adultas”. Una de las actuaciones a realizar por el personal sanitario es derivar a la persona agredida al trabajador social del centro sanitario, quien le asesorará sobre sus derechos y sobre las medidas sociales y de protección, además que como profesional cualificado iniciará una intervención social inmediata con la víctima y sus allegados, en especial

Mª Ángeles Celada, Eufemia Marcos, Lidón Baquero, Lledó Porcar, Manuela Rocamora

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con los hijos menores, a los que se les garantizara, al igual que a la víctima,

una atención social preferente.

2. La intervención del trabajador social

El trabajo social como profesión, promueve el cambio social, la resolución de problemas en las relaciones humanas y el fortalecimiento y la liberación de esas personas para incrementar el bienestar (Definición de la Asamblea General, Julio 2000, Montreal).

La intervención social en situaciones de violencia doméstica debe ser un proceso facilitador en el que la mujer pueda entender lo que le está suce-diendo y decidir qué cambios quiere para su situación.

La realidad social que podemos encontrarnos es diversa y por ello, para hacerle frente necesitamos multiplicidad de respuestas, las más adecuadas a cada caso. No será lo mismo intervenir en una situación de urgencia o cri-sis reconocida, que en una primera atención en una consulta ordinaria, con una mujer que plantea una situación de maltrato de larga duración, o con otra mujer que no reconoce la situación de maltrato que como profesional estamos objetivando claramente.

En ocasiones, el episodio agudo de malos tratos en el que la mujer visita el servicio de urgencia, será el punto de partida a partir del cual se inicie el proceso de denuncia y de cambio. En otras ocasiones, como profesionales haremos seguimiento del caso hasta que ese momento llegue.

El trabajador social en los servicios de salud, tanto Centros de Salud como Hospitales, es el profesional social más cercano y accesible dentro del sistema sanitario, conocedor de los recursos sociales existentes, y por am-bas cosas útil a la hora de prestar una atención integral a la mujer víctima

de malos tratos.

Aspectos prácticos a tener en cuenta en el proceso de atención en el cen-tro sanitario (Prevención Primaria):

• Establecer cribados generales.

Ponencias

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• Establecer protocolos de actuación concretos (horarios, formas de derivación...).

• Colocar puntos de información visibles en todos los servicios de urgen-cia y puntos de atención de urgencia en primaria.

• Sensibilización y formación de profesionales de atención primaria.

• Conocer y coordinar con los recursos de la zona.

Normas para la entrevista clinica a la mujer ante la sospecha de

maltrato:

• Recepción: despacho o lugar adecuado, privado.

* Ver a la mujer sola, asegurando la confidencialidad.

• Utilizar el tiempo adecuado para la entrevista.

• Observar las actitudes y el estado emocional ( a través del lenguaje verbal y no verbal).

• Facilitar la expresión de sentimientos.

• Mantener una actitud empática, facilitadora de la comunicación, con una escucha activa.

• Hacerle sentir que no es culpable de la violencia sufrida.

• Expresar claramente que nunca está justificada la violencia en las rela-ciones humanas.

• Abordar directamente el tema de la violencia, con intervenciones facilitadoras.

• Creer a la mujer, tomarla en serio, sin poner en duda su interpretación de los hechos, sin emitir juicios, intentando quitar miedo a la revelación del abuso.

• Alertar a la mujer sobre los riesgos que corre.

• Respetar a la mujer, y aceptar su ritmo y su elección.

Mª Ángeles Celada, Eufemia Marcos, Lidón Baquero, Lledó Porcar, Manuela Rocamora

100

• Ayudarle a pensar, a ordenar sus ideas y a tomar decisiones.

• Registrar estos hechos con precisión en las historias. (ABUCASIS II, en los diagnósticos del trabajador social están codificados los malos tratos tanto fisicos como psíquicos).

• Confidencialidad: no dar datos al “agresor”. En Hospital, anular el

ingreso. Cuidar las visitas y llamadas de teléfono.

3. Protocolo básico de actuación

La finalidad del protocolo es orientar a los profesionales en las interven-ciones a realizar cuando se presenta un caso de violencia de género. Tiene como objetivo fijar las pautas de actuación del personal sociosanitario ante una situación de una paciente víctima de maltrato, que acude a la consulta de un servicio sanitario, bien sea de atención primaria, urgencia o a Hospital.

Como trabajador@s sociales de sanidad, debemos intentar conseguir los objetivos en función de la gravedad del maltrato, y de la fase en que se encuentre, como norma general:

- Situación Urgente:

Evaluar y mitigar daños.

Ofrecer protección.

- Sospecha o Evidencia de Maltrato:

Detección maltrato encubierto.

Estrategias de acercamiento.

Seguimiento social.

En cada centro se debería establecer el procedimiento de derivación al trabajador social, cuando la atención médica detecte una de estas situacio-nes. Si es posible la atención social urgente por el horario, y si no, derivar a consulta, para intervención y seguimiento social. En el protocolo se debe de indicar los factores de riesgo de ser mujer maltratada para captar, prevenir

Ponencias

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e intervenir en su caso. También se debe incluir los factores de riesgo de ser varón maltratador y las consecuencias del maltrato para la mujer, los hijos

y para el propio maltratador.

Factores de riesgo de ser mujer maltratada

• Vivencia de violencia doméstica en su familia de origen.

• Bajo nivel cultural.

• Bajo nivel socioeconómico.

• Aislamiento psicológico y social.

• Baja autoestima.

• Sumisión y dependencia.

• Embarazo.

• Desequilibrio de poder en la pareja.

• Consumo de alcohol y drogas.

Consecuencias del maltrato para la mujer

• Físicamente: Lesiones de todo tipo, traumatismos, heridas, quema-duras, relaciones sexuales forzadas, enfermedades de relación sexual, embarazos de riesgo y abortos, muerte.

• Psicológicamente: Trastornos por estrés postraumático, ansiedad, depresión, intentos de suicidio, abuso de alcohol, drogas y psicofár-macos, trastornos por somatización, disfunciones sexuales y uso de la violencia con sus propios hijos.

• Socialmente: Aislamiento social.

Mª Ángeles Celada, Eufemia Marcos, Lidón Baquero, Lledó Porcar, Manuela Rocamora

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Consecuencias sobre los hijos como testigos de violencia doméstica

• Riesgo de alteración de su desarrollo integral.

• Sentimientos de amenaza (su equilibrio emocional y su salud física en peligro ante las escenas de violencia y de tensión).

• Dificultades de aprendizaje.

• Dificultades en la socialización.

• Adopción de comportamientos violentos con los compañeros.

• Mayor frecuencia de enfermedades psicosomáticas y trastornos psicopatológicos secundarios.

• Con frecuencia son víctimas de maltrato por el padre o la madre.

A más largo plazo:

• Violencia transgeneracional: se ha establecido relación entre los niños maltratados y la violencia familiar en el futuro.

• Alta tolerancia a situaciones de violencia.

Consecuencias para el agresor

• Incapacidad para vivir una intimidad gratificante con su pareja.

• Riesgo de pérdida de esposa e hijos.

• Riesgo de detención y condena.

• Aislamiento y pérdida de reconocimiento social.

• Sentimientos de fracaso, fustración y resentimiento.

• Rechazo familiar y social.

• Dificultad para pedir ayuda psicológica o psiquiátrica.

Ponencias

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Factores de riesgo de ser varón maltratador

• Experiencia de violencia en su familia de origen.

• Alcoholismo.

• Desempleo o empleo intermitente.

• Pobreza, dificultades económicas.

• Varones violentos, controladores y posesivos.

• Baja autoestima.

• Concepción rígida y estereotipada del papel del varón y la mujer.

• Aislamiento social ( sin amigos ni confidentes).

• Vida centrada exclusivamente en la familia.

• Varones que arreglan sus dificultades con violencia y culpan a otros de la pérdida de control.

• Trastornos psicopatológicos.

3.1. Intervención social urgente

Cuando una mujer rompe con el ciclo de violencia, bien sea por decisión propia u obligada por un hecho violento y ante una situación de riesgo, acude en busca de ayuda y apoyo. En este caso, es fundamental que las Fuerzas de Seguridad y las Instituciones Sanitarias realicen una adecuada acogida y atención a la demanda de la mujer, de manera que se faciliten futuras intervenciones encaminadas a la ruptura de la dinámica familiar violenta. Para ello es importante efectuar un buen contacto con la víctima, de modo que la mujer se sienta escuchada, se comprendan los hechos y los sentimientos, se comunique interés, así como informar lo mejor posible de los recursos existentes, proponiendo alternativas, ayudándole a redefinir el problema y las posibles acciones concretas y actuar rápidamente ante la situación de emergencia que se presenta. Para lo cual es importante, la ela-boración lo más completamente posible de la denuncia, la emisión del parte

Mª Ángeles Celada, Eufemia Marcos, Lidón Baquero, Lledó Porcar, Manuela Rocamora

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de lesiones, atención médica, retorno al domicilio sin riesgo o derivación al recurso pertinente (Casa de Acogida, Centro mujer 24 horas, Servicios So-ciales Municipales...) de manera coordinada para actuar eficazmente ante la situación de riesgo.

Objetivos:

• Atención Médica, psicológica y social.

• Establecer el apoyo y protección inmediata.

• Resolver las necesidades más inmediatas.

• Garantizar la información y utilización de sus derechos.

• Restaurar el desarrollo cognitivo y mejorar las capacidades perso-nales para desarrollarse lo más autónomamente posible en su faceta personal, familiar y social.

Finalidad:

Facilitar los recursos y acciones coordinadas e integrales de atención a la mujer, victima de violencia, en el momento de crisis y proporcionar las me-didas urgentes y necesarias que posibiliten la resolución de sus problemas inmediatos.

Metodología:

• Tomar contacto psicológico y establecer relación de ayuda.

• Restablecer la capacidad cognitiva, movilizando recursos persona-les que permitan afrontar nuevas situaciones.

• Valoración de la situación. (Identificación del problema).

• Priorización de medidas urgentes:

– Necesidad de atención sanitaria urgente.

– Situación de riesgo o posible desamparo de menores.

– Salidas urgentes de domicilio.

– Ingreso en centro de protección de mujeres.

– Derivación a otros servicios. Coordinación y seguimiento.

Ponencias

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Intervención social:

Se trabajará en conjunto, trabajad@r social–mujer maltratada y en la in-tervención de se deben de tener en cuenta:

• Los recursos propios de la mujer.

• Los recursos con los que cuenta la institución, servicio.

• Los recursos comunitarios.

La intervención en los casos de malos tratos requiere una capacidad para tomar decisiones adecuadas a la situación de forma ágil y rápida, siguiendo un proceso metodológico:

Estudio_________Valoración_______Orientación/Derivación

Es proponer, las acciones adecuadas en los momentos adecuados (agre-sión reciente) de la manera más adecuada (atención y entrevista, respetan-do los principios básicos del trabajo social) a la situación real de la persona (recursos propios y recursos sociales).

Todo esto sin olvidar, que en muchas ocasiones el objeto prioritario es

salvaguardar la integridad física de la mujer maltratada.

La intervención social debe contemplar los siguientes aspectos:

• Estudio y valoración de la situación de maltrato. Repercusiones y necesidades personales y familiares.

• Acompañar a la mujer a que descubra su propia situación.

• Información sobre sus derechos y recursos existentes (a interesada o a allegados, que en ocasiones son los que consultan).

• Respetar decisiones.

Mª Ángeles Celada, Eufemia Marcos, Lidón Baquero, Lledó Porcar, Manuela Rocamora

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3.2. ¿Qué hace el trabajador social de salud ante un caso de malos

tratos?

1- Lo primero es ayudar a la mujer a que explique su problema, para ello la entrevistamos a solas en nuestro despacho, para crear un clima de confianza.

2- Le asesoramos de la existencia del Centro Mujer 24 horas, le propor-cionamos la información por escrito del documento y nosotras llamamos por teléfono, para el primer contacto inicial, para solicitarle una primera cita. Es mejor que nosotras llamemos, porque la mujer agredida esta “para-lizada por el miedo”.

3- Si el estado psicológico y emocional de la mujer, se lo permite, ella hablará con las profesionales por teléfono, y se iniciará el proceso de ayuda especializada que requiere la mujer (apoyo jurídico, psicológico, social...)

4- Además le informaremos de la existencia de la Oficina de Ayuda a las Victimas del Delito, facilitándole una tarjeta con dirección y teléfono, le expli-caremos brevemente sus funciones de apoyo a la mujer.

5- Por último, nos coordinaremos con Servicios Sociales Municipales, para información de caso y para que inicien, como nostras seguimiento conjunto del caso y se valore la asignación preferente de ayudas sociales. Se las expli-caremos a la víctima1, si procede:

• Renta activa de inserción (INEM).

• Prestación economica reglada (Servicios Sociales).

• Teleasistencia móvil.

- Programas municipales dirigidos a la mujer (Ayuntamiento)

- Acceso preferente a viviendas sociales (Instituto Vivienda).

1 Se le explicará que para acceder a estas ayudas debe denunciar a su agresor y solicitar una orden de protección (se le explicará en qué consiste y cómo y dónde solicitarla).

Ponencias

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- Becas para comedor y guardería de los hijos.

- Apoyo del SEAFI (servicios sociales).

Valoración social de la situación

• Destacar los aspectos personales, familiares, sociales y judiciales que pueden ser facilitadores o posibles obstáculos para el proceso de tratamiento.

• Identificar y clasificar la forma del maltrato que sufre.

• Valorar inicialmente alcance de los daños físicos y psicológicos.

• Identificación y localización de la persona agresora.

• Evaluar niveles de riesgo en la repetición del maltrato y el grado de conciencia de la víctima.

• Valoración social inicial. Valoración familiar. Situación de los hijos.

• Recursos personales y familiares. Red de apoyo.

• Valoración del nivel de maduración de decisiones relativas a la con-tinuación a la convivencia con el agresor.

Trabajar con la decisión de mujer maltratada

Respetar la decisión y apoyarla. Reducir riesgos.

• Medios y recursos existentes para apoyar esta decisión.

• Diseñar estrategias y recursos que aumenten su seguridad.

• Apoyo emocional. Reconocer habilidades y esfuerzo. Afrontar los sen-timientos de pérdida y duelo en caso de separación.

4. El maltrato a mujeres inmigrantes

Estas mujeres presentan una situación de vulnerabilidad especial y ma-yor riesgo de sufrir malos tratos, debido a la falta de apoyo familiar, la con-

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dición administrativa de ilegalidad, situación personal (prostitución), etc... que les dificulta pedir ayuda porque piensan que van a ser denunciadas.

Cuando tengamos casos de mujeres maltratadas inmigrantes, hay que informarles de que pueden solicitar un interprete a la policía y el Centro Mujer 24 horas, también puede proporcionárselo, derivándolas al servicio adecuado. También hay que derivarlas a los Centros de Atención Integral de Inmigrantes, donde se les informará de sus derechos y de la legislación y medidas que la protegen, así mismo hay que derivarlas a los Servicios Sociales Municipales para garantizarles una atención integral.

Barreras:

• Idioma (El intérprete no debe ser la pareja ni un familiar).

• Percepción del maltrato: Significado del maltrato y de la actuación de denuncia para su cultura.

• Presión del sistema de soporte de la víctima.

• Situación administrativa.

• Menos recursos socio-familiares.

4.1. Recursos para las víctimas de la violencia de género

en Valencia

• Trabajadores sociales de centros de atencion primaria y especializada.

• Centros municipales de servicios sociales de Valencia y provincia.

• Centro Municipal de Información y Orientación a la mujer (CMIO)

C/ Plaza Polo de Bernabé S/N. Tfno: 96 3981821. Fax: 96 3981822

E:[email protected]. www.valencia.es/bienestarsocial

• Dirección General de la Mujer de Valencia.

C/ Naquera. Nº9. Tfno: 96 3985600.

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• Centro Mujer 24 horas.

C/ Guillem de Castro Nº 100-102. Tfno: 900 580888.

• Cuerpo Nacional de Policía de Valencia. Tfno: 96 353 95 39

• Servicio de Atención a la Mujer (S.A.M). Tfno: 96 3539643

• Guardia Civil

• Equipo Mujer y Menor de la Guardia Civil (EMUME). Tfno: 062

• Juzgados de Guardia:

Avda. Navarro Reverter, Nº 1, 46004 Valencia. Tfno: 963878102

• Fiscalía: Tfno: 96 3878615

• Instituto de Medicina Legal:

C/ Palacio de Justicia s/n, 46003 Valencia. Tfno: 963878122

• Oficina de Ayuda a Victimas del Delito:

Ciutat de la Justícia, Avda. del Saler Nº 24. Tfno: 961927154

E-MAIL: [email protected]

4.2. Recursos para las víctimas de la violencia de género

en Castellón

• Trabajadores sociales de centros de atención primaria y especializada de Castellón y provincia.

• Trabajadores sociales de Centros municipales de servicios sociales de Castellón y provincia.

• Servicio de Igualdad de Oportunidades del Excmo. Ayuntamiento de Castellón:

Paseo Ribalta 21, entresuelo A, Tfno: 964 355 322/964 355 100

• Policia Local. Unidad de violencia domestica, UVIDO.

Mª Ángeles Celada, Eufemia Marcos, Lidón Baquero, Lledó Porcar, Manuela Rocamora

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• Central de Policía Local de Castellón.

Cuadra tercera, Partida Bovalar. Tfno: 964355400 092

• Policía Nacional, Servicio de Atención a la Familia, SAF

• Comisaria Provincial de Castellón:

Ronda Magdalena, 92 Tfno: 964342296 091

• Guardia Civil, equipo para la atención a la mujer y al menor, EMUME

• Comandancia de la Guardia Civil de Castellon:

C/ Benicarló, 21 D. Tfno: 062

• Centro Mujer 24 horas, de la Dirección General de la Mujer de Con-selleria de Bienestar Social:

C/ Mayor 100, 2º. Tfno: 900 580 888

• Oficina de Atención a las Victimas del Delito:

Palacio de Justicia. Pza. Juez Borrull, 10 Planta baja. Tfno: 964356148

• Dirección General de la Mujer de Castellón:

C/ Enseñanza 10. TFNO: 964 228 014

• Casa de acogida de mujeres de Castellón

• Vivienda tutelada mujeres de Castellón

4.3. Recursos para las víctimas de la violencia de género

en Alicante

• Trabajadores sociales de centros de atención primaria y especializa-da de Alicante y provincia

• Trabajadores sociales de centros municipales de servicios sociales de Alicante y provincia

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• Centro Mujer 24 horas, de la Dirección General de la Mujer de Con-selleria de Bienestar Social:

C/ Oscar Esplá, 33. Tfno: 900 580 888

• Dirección General de la Mujer de Alicante:

C/ Oscar Esplá, 33. Tfno: 965929748

• Guardia Civil, equipo para la atención a la mujer y al menor, EMUME:

C/ San Vicente, 52. Tfno: 965145660

• Policia Nacional, Servicio de Atención a la Mujer (SAM):

C/Médico Pascual Pérez, 27. Tfno: 965 14 88 97

• Juzgado de Guardia:

Avda. de Aguilera, 53. Tfno: 965 93 58 16 / 965 93 58 74

• Juzgado de violencia domestica:

Avda. de Aguilera, 53. Tfno: 965 93 57 42

• Fiscalía:

Avda. de Aguilera, 53. Tfno: 965 93 57 50

• Oficina de Atención a las Victimas del Delito:

Avda. de Aguilera, 53. Tfno: 965 93 57 14

• Departamento de la mujer (Concejalia de accion social del Excmo. Ayuntamiento de Alicante):

Avda. Catedrático Soler,46. Tfno: 965105086 / (Fax) 965 11 41 78

• Area de la mujer de la Diputación Provincial:

Avda. de Orihuela, 128. Tfno: 965 10 64 00

• Servicio de Orientacion y Mediacion Familiar:

C/ Pintor Velázquez, 59, 1º Drcha. Tfno: 965 91 64 54

Mª Ángeles Celada, Eufemia Marcos, Lidón Baquero, Lledó Porcar, Manuela Rocamora

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4.4. Recursos comunes a toda la Comunidad Valenciana

• Teléfono de emergencias 112

• INFOSALUD 900161161

• Teléfono del mayor 900100011.Conselleria Bienestar Social

• Teléfono del menor 900100033. Conselleria de Bienestar Social.

• Servicio jurídico de la Conselleria de Bienestar Social de Valencia. INFODONA. Tno: 902 011 029

• Teléfono de información de la Generalitat Valenciana (PROP) 012

• Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales

• Instituto de la Mujer

C/ Condesa Benadito 34, 28027 Madrid. Tfno: 900 191 010

• Centro de Información de los derechos de la mujer:

C/Genoveva 11, 1D 28004 Madrid. Tfno: 917 001 910

• Asociación de mujeres juristas THEMIS

C/ Almagro 28 28010 Madrid. Tfno: 913 084 304

• Teléfono de emergencia para la mujer que sufren malos tratos. Tfno 900100009

• Instituto Universitario de estudios de la mujer de la Universidad Literaria de Valencia. Tfno: 96 398 31 35

• Seminario interdisciplinar de estudios de género:

Edificio Torreblanca. Tfno: 966 65 86 48

• Universidad Miguel Hernández. Elche: www.umh.es

• Centro de estudios sobre la mujer. Universidad de Alicante:

Campus San Vicente del Raspeig, Apdo. Correos 99. Tfno: 965 90 94 15. E-mail:[email protected] www.ua.es/cem

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• Universidad Jaume I de Castellón.

• Fundación Isonomia para la igualdad de oportunidades de la mujer: Tfno: 964 72 91 32. http:// www.isonomia.uji.es

• Seminario de investigación feminista

• Centro Reina Sofía de Valencia para el estudio de la violencia Tfno: 96 391 97 64. http:// www.gva.es/violencia

• Observatorio de violencia doméstica y de género

• Consejo General del Poder Judicial: www.poderjudicial.es

• Comisión para la investigación de malos tratos a mujeres. Madrid. Tfno: 91 308 27 09. http:// www.malostratos.org

Recursos sociales para la atención a las víctimas: Fundación para la Atención a las Víctimas del Delito y el Encuentro Familiar (FAVIDE)

Javier Senabre-ArolasIrene Adelantado-SolsonaRoberto Galiana-Cantó.Oficina de ayuda a las Víctimas del delitO. cOmunidad Valenciana

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1. Introducción

Las Oficinas de Ayuda a las Víctimas del Delito se configuran como un servicio público y gratuito, actualmente gestionado por la Fundación para la Atención a las Victimas del Delito y Encuentro Familiar (FAVIDE, favide.org), fundación creada por la Generalitat Valenciana a fin de expandir y desa-rrollar en toda la Comunidad Valenciana la importante función social que supone la atención integral a las víctimas de cualquier delito o falta.

Su objetivo primordial es ofrecer a las víctimas de cualquier delito o falta una atención especializada e interdisciplinar, a fin de paliar los efectos de la victimación primaria (la derivada del hecho delictivo sufrido) como la vic-timación secundaria (la derivada del contacto de la víctima con el sistema jurídico penal), poniendo a su alcance los recursos existentes, a fin de hacer efectivos tanto sus intereses en el marco del proceso penal en el que se ven inmersas, como cubrir las necesidades de todo orden que el hecho delictivo les ha ocasionado, antes, durante y tras el paso de la víctima por los órganos jurisdiccionales.

Las Oficinas de Ayuda a las Víctimas del Delito cuentan con un equipo humano multidisciplinar: letrados, trabajadores sociales, administrativos y otros profesionales colaboradores, como son los psicólogos. Al tiempo que se proporciona una actividad de colaboración con la Administración de Justicia, no se pierde la perspectiva de que el punto central del servicio es la persona que ha resultado perjudicada por la comisión de un delito o falta.

2. Programas

Programas que se ponen en marcha para dar cumplimiento de los citados fines:

1.- Programa de Asistencia a las Víctimas

Este programa consiste en la atención personalizada e individualizada de la víctima, dirigida a paliar o minimizar los efectos con relación al hecho delictivo que ha sufrido. Se desarrolla en dos niveles:

Javier Senabre, Irene Adelantado, Roberto Galiana

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- Nivel asistencial: es la respuesta inmediata y proporcional al estado de necesidad de la víctima, se atiende a la urgencia.

- Nivel de información y asesoramiento: se informa a la víctima de to-dos los derechos que le asisten y de cómo hacerlos efectivos, así como de todos los recursos sociales y psicológicos existentes.

2.- Programa de Acompañamiento a Víctimas y Testigos

Este Programa trata de evitar que el paso de la víctima por los órganos judiciales suponga un padecimiento añadido al hecho delictivo que ha su-frido. Por ello se trata de:

- Informar a la víctima o al testigo, de manera comprensible, del acto o diligencia en la que va a participar.

- Utilizar los medios materiales y humanos necesarios para evitar la confrontación víctima-inculpado.

- Cooperar con la Administración de Justicia para que toda la diligen-cia se lleve a cabo sin dilaciones innecesarias y que se practique con el absoluto respeto al marco legal.

3.- Programa de Mediación

El objetivo de este programa es desarrollar una fórmula alternativa al proceso penal, donde víctima y autor resuelvan el conflicto que ocasionó dicho proceso mediante un pacto o acuerdo voluntario, que permita la re-paración global de la víctima y la resocialización del autor.

Se inicia a petición de la víctima o a instancias del órgano judicial y es imprescindible el reconocimiento de los hechos por el autor. Se utiliza en delitos o faltas menos graves.

4-.-Programa de Cooperación Institucional

Consiste en la colaboración entre las Oficinas de Ayuda a las Víctimas del Delito y el Poder Judicial, Fiscalía, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del

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Estado, Centros de Salud, Servicios Sociales y otras organizaciones, tenden-tes a mejorar el trato y el conocimiento de la víctima.

3. Diferencia entre la violencia de género y violencia

doméstica

Nos encontramos ante un supuesto de violencia de género:

• Cuando la víctima:

− Sea o haya sido la esposa del agresor.

− Esté o haya estado ligada con el agresor por análoga relación de afectividad, aún sin convivencia.

− Cuando el acto de violencia se cometa contra descendientes propios o del conviviente, menores e incapaces que convivan con el autor o que se hallen sometidos a la potestad, tutela, curatela, acogimiento o guarda de hecho de la esposa o conviviente, siempre que además se haya producido un acto de violencia contra la mujer.

• Cuando el agresor sea un hombre.

En los demás casos nos encontraremos ante un supuesto de violencia doméstica: agresiones o violencia cometida por y contra hermanos, ascen-dientes, descendientes, etc.

Dicha distinción es importante tanto desde un punto de vista penal (ya que las penas que se pueden imponer al agresor son mayores en el caso de violencia de género) como desde un punto de vista procedimental (ya que en los casos de violencia de género la competencia se atribuye al Juzgado de Violencia Contra la Mujer (JVCM) y en los demás casos al Juzgado de Guardia).

Javier Senabre, Irene Adelantado, Roberto Galiana

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Manifestaciones de la violencia de género que se castigan

penalmente:

- Violencia Física: entendiendo por tal cualquier acto de fuerza contra el cuerpo de la mujer, con resultado o riesgo de producir lesión física o daño a la víctima.

- Violencia sexual: entendiendo por tal la imposición por la fuerza de relaciones o prácticas sexuales que atenten contra su libertad sexual.

- Violencia psicológica: entendiendo por tal toda conducta que pro-duzca en la víctima desvalorización o sufrimiento, a través de insul-tos, amenazas, control, aislamiento, anulación, humillaciones o veja-ciones, limitación de la libertad, exigencia de obediencia o sumisión, abuso económico, etc.

La LO 1/2004 de 28 de diciembre ha endurecido las penas, fundamental-mente, de aquellas conductas que se producen con mayor frecuencia: mal-trato simple, algunas lesiones, amenazas y coacciones leves; manteniéndose las penas previstas para los delitos contra la vida, libertad sexual, lesiones más graves y violencia habitual. Por ejemplo se han convertido en delito, las amenazas y coacciones leves, que hasta la LO 1/2004 se consideraban como falta.

4. Procesos penales y violencia de género

Los procedimientos penales, en general, y en concreto en los casos de violencia de género se inician, generalmente, por denuncia de un particu-lar, por querella, por atestado realizado por agentes de la autoridad o bien directamente cuando el juez tenga personal conocimiento de la posible comisión de un hecho delictivo (supuesto poco frecuente).

La DENUNCIA es el acto de declaración por virtud de la cual una per-sona comunica a la autoridad o sus agentes el conocimiento que la misma tiene de la perpetración de un hecho que reviste caracteres de delito perse-guibles de oficio. La denuncia puede presentarse ante las Fuerzas y Cuer-

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pos de Seguridad del Estado, en el Juzgado de Guardia o ante el Ministerio fiscal. La denuncia se impone como obligación a todo el que presenciare la perpetración de un delito público y a todos los que por razón de sus cargos, profesiones u oficios, tuvieren noticia de su existencia, sancionándose su incumplimiento con la imposición de una multa. Como simple deber cívico, desprovisto de sanción, se establece para quienes por cualquier medio dife-rentes de los antes mencionados tuvieren conocimiento de la perpetración de un delito público.

La QUERELLA es el acto de parte por el que se ejercita la acción penal, lo que implica poner en conocimiento del Juzgado competente la perpetración de un hecho que reviste los caracteres de delito, y manifestar ante el mismo la voluntad de constituirse parte acusadora en el proceso penal.

El ATESTADO son las diligencias que practican los funcionarios de po-licía como consecuencia de haber tenido conocimiento de la existencia de hechos aparentemente delictivos de naturaleza pública, ya sea directamente en el ejercicio de sus funciones, ya en virtud de denuncia que se presenta ante los mismos.

Junto a la denuncia la víctima de violencia de género puede solicitar una orden de protección. (Existe un formulario elaborado por el Observatorio de Violencia Doméstica que se puede descargar en Internet en la página web del CGPJ- www.poderjudicial.es).

¿Qué es una orden de protección?

La víctima del maltrato familiar, en sus diversas modalidades, violencia física (maltrato de obra, golpes, empujones) y psíquica (amenazas, injurias y vejaciones constantes), está sufriendo un ataque que afecta a la propia dig-nidad de la persona, a su integridad moral y física, englobándose algunas de las conductas que la integran en los tratos inhumanos y degradantes.

La orden de protección es una resolución judicial que constata la exis-tencia de una situación objetiva de riesgo para la víctima de violencia de género, ordenándose su protección, durante la tramitación de un proceso penal por delito o falta, mediante la adopción de medidas cautelares pe-

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nales o penales y civiles y su puesta en comunicación a la Administración para que, por ésta, se adopten las medidas de asistencia y protección social procedentes.

La orden de protección es un instrumento que pretende dar una respues-ta integral a las necesidades de la víctima y de la familia, siendo su objetivo primordial que se recupere la sensación de seguridad frente a las posibles amenazas o represalias del agresor. Por lo tanto, como señala el Protocolo para la implantación de la orden de protección, el acceso a la misma se constituye en un derecho de la víctima.

Así, con la orden de protección, no sólo se logra la protección física y psíquica de la víctima, al poder acordar el Juez tanto medidas cautelares penales y civiles.

MEDIDAS PENALES:

- El alejamiento.

- La prohibición de residir en un determinado lugar.

- La prohibición de acercarse a la residencia de la víctima o a los luga-res frecuentados por esta y por sus hijos.

- La prohibición de comunicarse por cualquier medio con la víctima, sus hijos o familiares.

- Cualquier otra medida cautelar prevista en la legislación procesal criminal, cuyo incumplimiento, llevará aparejada la prisión para el agresor, con lo que la víctima se encuentra protegida frente a las ac-titudes violentas del agresor, amenazas y represalias, prácticamente desde el momento en que fórmula la denuncia, ya que la ley prevé, incluso, que la declaración de la víctima y del agresor durante la au-diencia se realice por separado, con la finalidad de evitar la confron-tación entre ambos.

Además, el Juez, a petición de la víctima o de su representante legal, o del Ministerio Fiscal, si existen hijos menores o incapaces, puede adoptar una serie de medidas civiles, siempre que no existan otras previas acorda-

Ponencias

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das por la Jurisdicción Civil, que vienen a anticipar las medidas a adoptar en un proceso de separación. Así, el Juez puede acordar:

MEDIDAS CIVILES:

- La atribución del uso y disfrute del domicilio conyugal a la víctima, con expulsión del agresor del mismo. Evitando aquellas situaciones, en que era la propia víctima la que tras denunciar la agresión se veía obligada a salir del domicilio familiar para evitar nuevas agresiones, o aquellos en que la víctima se veía obligada a convivir con el agresor, lo que sin duda venía a aumentar el proceso de victimación.

- Determinar el régimen de custodia, visitas, comunicación y estancia con los hijos, pudiendo establecer un punto de encuentro donde llevar a cabo dichas visitas, evitando así, en consonancia con las medidas cautelares penales adoptadas, cualquier encuentro entre víctima y agresor, o excluir dicho régimen temporalmente, en atención al inte-rés de los hijos.

- Fijar y regular desde un primer momento, la pensión de alimentos a satisfacer por el agresor en el caso de existir menores e incapaces.

- Adoptar cualquier otra medida que se considere necesaria para apartar al menor de un peligro o evitarle perjuicios.

Adelantando las medidas a adoptar en un proceso de familia de manera rápida y eficaz, como máximo, en el plazo de setenta y dos horas desde la presentación de la solicitud, sin perjuicio de tener que iniciar el corres-pondiente procedimiento de familia en vía civil dentro de los treinta días siguientes a que se adopten dichas medidas, ya que si no se inicia la vía civil las mismas quedarían sin efecto.

Junto a las medidas de índole judicial, se prevé una serie de medidas económicas y sociales que se materializan en la renta activa de inserción, en proporcionar a la víctima tele-asistencias, casas de acogida, asistencia jurídica gratuita, derechos laborales; poniendo asimismo a su disposición, un operativo asistencial formado por trabajadores sociales, psicólogos,

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abogados, y un dispositivo policial que facilitan la recuperación de la paz familiar, dando lugar a lo que se ha venido a denominar estatuto integral de protección para la víctima.

5. Las OAVD como punto de coordinación de las órdenes

de protección

Desde finales del año 2003 las Oficinas de Ayuda a las Víctimas del De-lito de Valencia, Castellón y Alicante fueron designadas por la Generalitat Valenciana como Punto de Coordinación de las órdenes de protección, en virtud de lo dispuesto por la Ley 27/2003, de 31 de julio, reguladora de Orden de Protección de las víctimas de violencia doméstica y el Real De-

creto 355/04, de 5 de marzo, por el que se regula el Registro Central para

la protección de las víctimas de violencia doméstica.

En concreto, se encomienda a las Oficinas de Ayuda a las Víctimas del Delito de la Comunidad Valenciana la tarea de ejercer funciones coordinado-ras en relación a las Órdenes de Protección que se dicten en el ámbito territorial de la Comunidad. La fundamentación legal es lo que la propia Ley de Or-den de Protección prevé en su artículo segundo apartado 8: -La orden de protección será notificada a las partes, y comunicada por el juez inmediata-mente, mediante testimonio íntegro, a la víctima y a las Administraciones públicas competentes para la adopción de medidas de protección, ya sean éstas de seguridad o de asistencia social, jurídica, sanitaria, psicológica o de cualquier otra índole. A estos efectos se establecerá reglamentariamente un sistema integrado de coordinación administrativa que garantice la

agilidad de estas comunicaciones-. Este sistema integrado de coordinación administrativa sería lo que denominamos punto de coordinación de las órdenes de protección.

Con la entrada en vigor del Real Decreto 355/04, de 5 de marzo, por el que se regula el Registro Central para la protección de las víctimas de violencia doméstica, se concreta la función de los denominados puntos de coordinación, así como el trámite por el que se ha de dar traslado a los

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125

mismos de la información relativa a situaciones de violencia doméstica con medidas de protección: es la Disposición adicional única la que especifica que los secretarios de los juzgados y tribunales han de comunicar las reso-luciones correspondientes a los puntos de coordinación designados por la comunidad autónoma, que constituyen el canal único de notificación de estas resoluciones a centros, unidades, organismos e instituciones compe-tentes en materia de protección social en relación con estas víctimas.

Ello supone que las Oficinas, como Punto de Coordinación de las Órde-nes de Protección, asumen la función de encauzar y posibilitar una adecua-da asistencia, sobre todo social, a la víctima, y esto desde la perspectiva de un servicio pro-activo, es decir, desde las Oficinas se toma la iniciativa de contactar con la víctima desde que se recibe la Orden de Protección remitida a tal efecto por el órgano jurisdiccional que la dicta.

En concreto, las funciones que se están desarrollando en las OAVD como Punto de Coordinación de las órdenes de protección son las siguientes:

- Coordinar actuaciones, en relación con la situación de la víctima, con las Fuerzas del Orden Público (Policía Local, Policía Nacional, Policía autonómica).

- Supervisar el efectivo cumplimiento y ejecución de la orden de protección.

- Informar a la víctima de la forma de hacer efectivos los derechos que le asisten.

- Informar al Juzgado que emite la orden sobre su efectivo cumplimiento.

- Velar por detectar y orientar otras necesidades de la víctima no cu-biertas por la orden de protección, como son en muchos casos, las eco-nómicas (solicitud Renta Activa de Inserción o ayudas de emergencia de ayuntamientos).

- Coordinar la actuación de otros recursos, como servicios sociales, CM 24 horas... y realizar, en su caso, las correspondientes derivacio-nes a los citados recursos.

Javier Senabre, Irene Adelantado, Roberto Galiana

126

- Acompañamiento a la víctima a aquellas diligencias judiciales en las que no se cuente con asistencia letrada, siempre que sea requerida para ello.

- Atención jurídico-social inmediata en situaciones de crisis.

- Comunicación de cualquier acto que afecte a la seguridad de la víc-tima relacionado con el imputado.

Desde el inicio hasta el final de nuestra actuación, la víctima tiene el

derecho a ser creída y a ser tratada como sujeto activo de su proceso de

recuperación vital.

Como Letrados, ¿qué supone esta afirmación? Llevar a cabo la mejor protección y defensa de los intereses de la víctima, esto desde el punto de vista de los imputados no ha lugar al menor atisbo de dudas, y parece que sí existen cuando se trata de la víctima.

La víctima, por otra parte, tiene derecho a decidir qué quiere hacer, por supuesto, teniendo a su alcance toda la información y recursos para tomar la mejor decisión de las posibles. La víctima es una persona rota, pero no in-capaz, y es por ello que los que cooperamos en su proceso de recuperación vital debemos dar voz a la víctima, a que exprese y manifieste qué quiere, qué necesita de nosotros y de las instituciones. Para comprender lo que nos quiere transmitir debemos ser capaces de iniciar un proceso de escucha activa, dejando de lado los prejuicios y centrándonos en esa historia única que requiere nuestra intervención.

Recursos sociales para la atención a las víctimas de la Dirección General de la Mujer

Rosa M. Marín-TorrensCarmen Gonzalvo-CebriánLolis Prats-LandaluceClara Abellán-García.Dirección General De la Mujer.conSelleria De bieneStar Social.Generalitat valenciana.

Ponencias

129

1. Introduccion:

La violencia contra las mujeres es la manifestación más dramática de las desigualdades existentes entre mujeres y hombres, que se han ido arrastran-do a lo largo de los siglos. La ONU la considera la primera causa de muerte de las mujeres entre 18 y 45 años a nivel mundial.1 2 La OMS la considera como un problema prioritario de salud pública desde 1996.3

La Conferencia Mundial de la Organización de las Naciones Unidas es-tablece que “los derechos humanos de la mujer son parte inalianable, inte-grante e indivisible de los derechos humanos universales...........la violencia y todas sus formas de acoso y de explotación sexuales..... son incompatibles con la dignidad humana y deben ser eliminadas”.1

La IV Conferencia mundial sobre las mujeres de Beijing (China) celebra-da en 1995, aborda también el problema de la violencia contra las mujeres y establece algunas medidas concretas que han de adoptarse para prevenir y eliminarla asumiendo que “La violencia contra las mujeres es una manifes-tación de las relaciones de poder históricamente desiguales entre hombres y mujeres...que tiene su origen en pautas culturales, que han perpetuado durante siglos, la condición inferior asignada a las mujeres en la familia, en el lugar de trabajo, en la comunidad y en la sociedad”. Así mismo se reconoció que la violencia contra las mujeres es un obstáculo para lograr los objetivos de igualdad, derecho y paz.4

La violencia contra la mujer es “todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tienen como resultado posible o real un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la coacción o la privación arbitraria de libertad, ya sea que ocurra en la vida pública o en la vida privada”.2 Lo que diferencia a este tipo de violencia de otras formas de agresión, es que el principal factor de riesgo es el hecho de ser mujer.

La Organización mundial de la Salud en su 49ª Asamblea Mundial, ce-lebrada en 1996 reconoce la violencia contra las mujeres como un problema prioritario de Salud Pública, poniendo de manifiesto las graves consecuencias que sobre la salud y el sistema sanitario tiene este enorme problema social.1,5

Rosa Mª Marín, Carmen Gonzalvo, Lolis Prats, Clara Abellán

130

Es este un fenómeno complejo, con dos dificultades claras: el estable-cimiento de criterios universales de definición y la estimación real de su magnitud.

En el primer caso, los organismos Internacionales han hecho esfuerzos importantes en estos últimos años para establecer criterios claros y consen-suados de definición.1,5

Por otro lado, la infodeclaración existente, en parte es debida a que to-davía es considerada en todo el mundo, por amplios sectores de la pobla-ción como un problema privado, también por la tolerancia social que aún existe frente a este fenómeno, y muchas veces por miedo a las represalias del agresor, y/o desconocimiento de los recursos asistenciales y de apoyo existentes.

Así pues, la OMS insta a todos los países miembros a evaluar la dimen-sión del mismo, así como a elaborar estrategias adecuadas de prevención y

atención con el fin último de su erradicación.5

2. Estrategias de intervención en la Comunidad

Valenciana

Dada la complejidad de este problema, y la implicación de distintos es-tamentos en el mismo, consideramos imprescindible que desde todos los ámbitos: político, social, judicial, sanitario, educativo, cultural, etc diseñe-mos, implementemos y evaluemos, estrategias coordinadas de actuación para combatir esta lacra social, que debería ser inexistente.

La Dirección General de la Mujer de la Consellería de Bienestar Social, es el organismo encargado de velar por las políticas generales de igualdad de oportunidades en el Gobierno Valenciano y al mismo tiempo de llevarlas a cabo, impulsando y promoviendo distintas actuaciones, dirigidas a conse-guir la participación plena de la mujer en todas las esferas, políticas, econó-micas, culturales y sociales en igualdad de condiciones que el hombre.

Ponencias

131

Aunque hemos avanzado mucho en los últimos 40 años, todavía existen diferencias importantes entre los hombres y mujeres, como se evidencian en los distintos estudios sociológicos financiados e impulsados por la Di-rección General de la Mujer.6,7 Presentamos algunos ejemplos en las tablas nº 1-5 y en las gráficas nº 1-2, de las diferencias educativas, laborales, de representación política o del empleo del tiempo entre hombres y mujeres.

Como principales líneas de actuación desde la Dirección General se han impulsado los Planes de Igualdad de Oportunidades entre Hombres y Mujeres de la Comunidad Valenciana 1997-2001, 2001-2004 y actualmente esta pendiente de aprobación el 2005-2008. Estos planes han desarrollado distintas líneas de actuación que han implicado a todas las Consellerias, trabajando en las mismas por la incorporación tanto del análisis de género como de actuaciones dirigidas a las diferencias entre hombres y mujeres.8,9

Para llevar a cabo el seguimiento de estos Planes, se creó en 1997, la Comisión Interdepartamental de Igualdad de Oportunidades, en la que están representadas todas las Consellerías del Gobierno Valenciano. Cada miembro de esta Comisión coordina, supervisa y evalúa el grado de cum-plimiento del Plan en cada Consellería, así como el presupueto asignado en la misma.

Además de esta evaluación interna, se lleva a cabo una evaluación externa tanto cuantitativa como cualitativa del Plan por una de las Universidades de la Comunidad Valenciana. El de 1997-2001, se evalúo por la Universidad de Valencia y el 2001-2004 por la Universidad Miguel Hernández de Elche.10

Para abordar de forma coordinada las actuaciones de la Generalidad Valenciana ante la violencia de género, además de las líneas recogidas en los Planes de Igualdad, destacaremos en estos últimos años el desarrollo de las siguientes Planes y actuaciones:

• Plan de Medidas para combatir la Violencia que se ejerce contra las Mujeres 2001-2004: aprobado el 15 de enero del 2002. Se elabora como es-trategia articulada, que ofrece una respuesta más específica a través de la coordinación interinstitucional y sectorial, fundamentada en distintos pro-

Rosa Mª Marín, Carmen Gonzalvo, Lolis Prats, Clara Abellán

132

tocolos, recomendaciones y medidas concretas de actuación, en el ámbito Jurídico, Sanitario, Asistencial y Policial.

En este Plan se recogen por primera vez en la Comunidad Valenciana, Guías de actuación dirigidas a los y las profesionales que trabajan en estos cuatro ámbitos.11

Creación de la Comisión Interdepartamental para combatir la Violencia Doméstica, mediante el Decreto 143/2002 de 3 de septiembre, modificada a través del Decreto 202/2003 de 3 de octubre, cuya finalidad es impulsar cuantas medidas sean necesarias para dar respuesta inmediata a las ne-cesidades más acuciantes de las mujeres víctimas de malos tratos. En ella están representadas, bajo la presidencia del Presidente de la Generalitat, las Consellerias de Bienestar Social, Empleo, Economía y Hacienda, Educa-ción, Sanidad, Justicia y Administraciones Públicas y Territorio y Vivienda. Algunas de las intervenciones y logros conseguidos a raíz de la puesta en marcha de esta Comisión, se comentan a lo largo de este artículo.

Creación del “Foro de la Comunidad Valenciana contra la violencia de Género y personas dependientes en el ámbito de la familia”, como órga-no colegiado, consultivo y asesor. Es un foro de reflexión, intercambio y comunicación entre los organismos públicos y la sociedad, con el objeto de estudiar, investigar y promover actuaciones tendentes a la prevención y erradicación de la violencia de género y personas dependientes en el ámbito de la familia. (Decreto 52/2004 de 2 de abril del Gobierno Valenciano).

Una de las funciones que está llevando actualmente el Foro, mediante grupos de trabajo, es la revisión y actualización de los distintos Protocolos de actuación en las distintas Consellerías, contando con los profesionales que en ellas trabajan este tema.

Para reforzar más eficazmente las políticas de Igualdad, se promulga la Ley 9/2003, de 2 de abril, de la Generalitat, para la Igualdad entre Mujeres y Hombres (DOGV nº 4.474 de 4 de abril de 2003). Su capítulo VI está dedicado exclusivamente a la violencia que se ejerce contra las mujeres. Impulsando

Ponencias

133

acciones encaminadas a la investigación, prevención, sensibilización de la población, así como a la asistencia integral a las víctimas.12

En esta línea, la Dirección General de la Mujer ha llevado a cabo dife-rentes actuaciones durante estos últimos años encaminadas a combatir la violencia que se ejerce contra las mujeres, de un modo integral y multidis-ciplinar, que se podrían resumir en 9 grandes bloques:

I) Investigación y publicaciones:

• Elaboración de los estudios anuales sobre “Intervención con las mu-jeres Víctimas de Violencia de Género”. A partir de los datos recogidos en los Centros mujer 24 horas, y publicación de los mismos.13

• Publicación del “Manual sobre la Violencia Contra las Mujeres”, dirigida a profesionales.14

• Edición del CD “Educando en concordia de Género”. Tras un estudio de evaluación del impacto de talleres educativos con adolescentes, desarrollado con el Instituto Espill de Valencia.15

• Publicación de la Guía “Ante los malos tratos no estas sola”, dirigida a mujeres.16

• Edición del Manual para periodistas sobre la Violencia doméstica. Noticias con lazo blanco, en colaboración con la unión de Periodistas de la Comunidad Valenciana.17

• Edición del Informe Internacional 2003. Violencia contra la mujer en las relaciones de pareja. Estadística y Legislación, con el Centro Reina Sofía de estudios contra la Violencia.18

• Publicación del Manual “Violencia doméstica. Legislación y Juris-prudencia”, con la Consellería de Justicia.19

• Mediante Convenio establecido entre la Universidad de Valencia y la Consellería de Bienestar Social, se ha llevado a cabo la investi-gación “Consecuencias de la Violencia Doméstica en la Salud de las Mujeres”.

Rosa Mª Marín, Carmen Gonzalvo, Lolis Prats, Clara Abellán

134

• Mediante Convenio establecido entre el Centro Reina Sofía y la Consellería de Bienestar Social, se está llevando a cabo un estudio de aproximación a los costes de la Violencia Doméstica en la Comunidad Valenciana.

II) Prevención y sensibilización:

• Ayudas anuales, destinadas a la realización de programas y/o ac-tividades para combatir la Violencia que se ejerce contra las Mujeres dirigidas a la subvención a las Asociaciones. y Entidades locales y entidades sin ánimo de lucro.

• Charlas dirigidas al movimiento asociativo femenino de la Comu-nidad Valenciana, dirigidas a sensibilizar e informar a la población femenina sobre el grave problema que constituye la violencia de gé-nero y sus consecuencias sociales, emocionales, así como sus aspectos legales.

• Con motivo de la celebración del 25 de noviembre “día internacional contra la violencia”, la Dirección General viene celebrando diversos actos de sensibilización: Jornadas, conferencias, talleres.

• Campañas anuales de sensibilización en Medios de Comunicación.

• Creación del logotipo “NO ESTÁS SOLA”, a imprimir en todas las publicaciones que hagan referencia a la violencia de Género.

• Impresión y difusión de trípticos “Que hacer frente a la violencia contra las mujere”; “Que hacer ante los malos tratos”; “Que hacer ante las agresiones sexuales”; “Que hacer ante el acoso sexual”.

• Conferencias en Institutos de Secundaria.

• Durante el curso escolar 1999-2000, se puso en marcha un Progra-ma de Sensibilización en el Ámbito Escolar para la prevención de la Violencia de Género que consistió principalmente en impartir talleres “Educando en Concordia de Género” por profesionales expertos en 19 centros docentes de las tres provincias.

Ponencias

135

III) Atención Integral:

• Los Centros Mujer 24 horas, se crearon en Valencia en 1996 y en Cas-tellón y Alicante en 1997, como un recurso especializado en la atención a mujeres víctimas de malos tratos físicos y/o psíquicos, agresiones sexuales, abusos sexuales y acoso sexual en el ámbito laboral.

Funcionan las 24 horas del día, los 365 días del año y están atendidos permanentemente por una trabajadora social, una psicóloga, y por una abogada, ofreciendo una atención integral desde los diferentes enfoques profesionales: social, psicológico y jurídico.

En ellos se lleva a cabo tanto una intervención psicosocial individual tanto en momentos de crisis, como en asesoramiento y/o terapia continua-da. También se llevan a cabo diversos talleres en grupo sobre: técnicas de búsqueda de empleo, auto-cuidados, autoestima... Siempre bajo un proto-colo de actuación integral, que incluye tanto la acogida inmediata, como la escucha, atención y seguimiento periódico de la situación de la mujer, teniendo en cuenta su realidad y considerando tanto sus necesidades e in-tereses como su ritmo de asunción y afrontamiento de la problemática.

• Además se elaboran informes anuales y estudios promoviendo la inves-tigación sobre cuestiones relacionadas con la violencia contra las mujeres, elabora y difunde folletos y publicaciones sobre materias que contribuyan a formar, informar y sensibilizar a la opinión pública.

Los Centros Mujer 24 horas disponen de un servicio de atención telefónica gratuita 900 58 08 88, dirigido a las mujeres, cuya finalidad es atender, infor-mar y mitigar angustias a través del anonimato que este medio garantiza.

Desde su apertura y hasta el 1º semestre del año 2005, se han atendido en los Centros a 17.758 mujeres, de las que han denunciado 7.613, y se han atendido 204.954 llamadas en la Comunidad Valenciana.

• Además de los Centros Mujer 24 Horas, cuando la mujer víctima de violencia de género necesita protección debido a la situación de riesgo en la que vive, la Dirección General de la Mujer de la Consellería de Bienestar So-

Rosa Mª Marín, Carmen Gonzalvo, Lolis Prats, Clara Abellán

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cial, dispone de 22 Centros de Servicios Sociales Especializado Mujer (Casas de Acogida y Viviendas Tuteladas), propios o concertados con 315 plazas, de carácter residencial, donde se presta asistencia integral a las mujeres y a sus hijos, respondiendo a las diferentes situaciones que presentan, al mismo tiempo que se trabaja con ellas y en coordinación con otras Instituciones, la resolución de los distintos problemas que puedan plantear: sanitarios, formativos, laborales, judiciales, sociales, etc.

Tanto los requisitos de autorización de estos Centros como su funciona-miento, así como número y cualificación de profesionales que deben tener según las plazas de mujeres y niños a atender, están regulados median-te Orden de la Consellería de Bienestar Social del 17 de febrero del 2003 (DOGV Nª 4.447, del 25 de febrero del 2003). Durante estos tres último años se ha hecho un esfuerzo importante tanto por incrementar la formación de los profesionales, como para regular de forma consensuada con ellos, el proceso de intervención con las mujeres y sus hijos, así como la recogida de información del mismo, mediante protocolos de actuación. Este último año se ha informatizado todo este proceso y vamos a iniciar la puesta en marcha de un Sistema de Control de Calidad.

A estos Centros se accede de dos maneras: a través de los Centros Mujer 24 Horas, en casos de urgencia, y en el resto de los casos, a través de las Secciones de la Mujer de las Direcciones Territoriales de Bienestar Social de las tres pro-vincias, desde donde se estudia cada caso con los profesionales que las hayan derivado y se tramita el ingreso. Normalmente son los trabajadores sociales

de base, los que contactan y derivan a la mujer a la Dirección Territorial.

• Además, la Generalitat Valenciana, a través de la Dirección General de la Mujer, cuenta con 25 centros INFODONA repartidos por las principales comarcas, como puntos de información y asesoramiento para la mujer, pres-tados por una profesional, Agente de Igualdad. El pasado año se atendieron a 19.010 mujeres, de las cuales 409 atenciones fueron a mujeres víctimas de malos tratos, muchas de las cuales se derivaron a los Centros Mujer 24

Horas, para recibir su atención especializada.

Ponencias

137

IV) Medidas de inserción socio laboral y vivienda:

• Desde la Dirección General de la Mujer a través de una Orden de la Consellería de Bienestar Social convoca ayudas destinadas a financiar pro-gramas de formación ocupacional dirigidos a colectivos de mujeres familias monoparentales, en riego de exclusión social y víctimas de malos tratos en el marco de la misión confiada al Fondo Social Europeo. Entre los años 2001-2004 se realizaron un total de 30 cursos en los que participaron 356 mujeres.

• Tras un acuerdo de la Comisión Interdepartamental de lucha contra la Violencia, la Conselleria de Economía, Hacienda y Empleo en la Orden por la que se regulan y convocan subvenciones destinadas a la implantación de Planes Integrales de Empleo, incluye a las mujeres víctimas de malos tratos como beneficiarias de los mismos.

• A través de la Conselleria de Territorio y Vivienda, se da prioridad a las mujeres víctimas de malos tratos en las medidas de financiación de actuaciones protegidas en materia de vivienda y suelo 2002-2005.

• También tras un acuerdo de la Comisión Interdepartamental de lucha contra la Violencia se inició en el 2003 y se ha actualizado este año, un Con-venio de colaboración firmado en Valencia el 13 de octubre de 2005 entre la Conselleria de Bienestar Social y el Instituto Valenciano de la Vivienda S.A, por el que se facilita el acceso a 150 viviendas en alquiler a mujeres víctimas

de malos tratos.

V) Formación para profesionales:

• Desde la Dirección General de la Mujer se impulsan, organizan y subvencionan, cursos, congresos y foros de discusión propios o en coor-dinación con Universidades y otras Consellerias e Instituciones, dirigidos a sensibilizar y formar a profesionales de distintos ámbitos: judicial, sani-tario, policial, social, educativo, etc para que presten una atención integral y coordinada a las mujeres víctimas de violencia. Se han formado más de 4.200 profesionales en estos últimos cinco años.

Rosa Mª Marín, Carmen Gonzalvo, Lolis Prats, Clara Abellán

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• Esta formación se ha acentuado más, desde la creación de la Comisión Interdepartamental de lucha contra la Violencia, especialmente a través de

las Conselleries de Sanitat, Educación, Justicia y Administraciones Públicas.

VI) Sistemas de protección:

En el 2002 se puso en marcha el Sistema de protección de Telealarma que tiene como objetivo y finalidad:

• Permitir la localización inmediata de la víctima y conocer cuál es el estado real de su situación.

• Dar asistencia inmediata en situaciones de riesgo real, grave e inmi-nente para la integridad física de la mujer y de sus hijos/as.

• Transmitir seguridad a aquellas mujeres que tras haber denunciado una situación de violencia en el Centro Mujer, han decido rehacer su vida poniendo fin a la relación sentimental que les unía con el agresor. Debemos tener en cuenta que en los momentos de crisis donde se agudiza el senti-miento de inseguridad, soledad y abandono puede jugar un papel clave el sistema de telealarma.

• Este sistema tiene en estos casos una función complementaria de re-fuerzo al tratamiento terapéutico que se articularía como garantía adicional contribuyendo al logro de la verdadera recuperación de la víctima. Cuando éstas mujeres generan la alarma, ésta es recibida por una profesional del Centro Mujer 24 horas quien puede visualizar la posición de la mujer ame-nazada en el Sistema de Información Geográfica (mapa), a través de un sistema GPS.

Toda alarma genera un Plan de Actuación Personalizado, a partir del cual se pone en marcha una carta de llamada que es recibida en el Centro de Coordinación de Emergencias (112), que se encarga de movilizar a los ser-vicios de emergencia (policía, ambulancia, etc). Al remitir la alerta al 112, se les comunica la posición de la mujer, para que los servicios de emergencia acudan exactamente al lugar donde se ha producido la alarma.

Ponencias

139

En la actualidad, la Dirección General de la Mujer dispone de 90 telea-larmas. Son las profesionales de los Centros Mujer 24 Horas las que tras valorar la situación de peligrosidad de la mujer, proponen el uso de la te-lealarma a la misma. No se requiere al respecto haber solicitado una Orden de Protección.

Desde este año 2005, a raiz de la puesta en marcha de la Ley Integral contra la Violencia, el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales ha puesto en marcha un sistema de telealarma similar al utilizado en nuestra Comuni-dad, al cual se accede a través de los Servicios Sociales de cualquier Ayunta-miento. En este caso se requiere tener dictada una Orden de Protección para

poder acceder a este recurso.

Por último, informaremos que la Consellería de Bienestar Social, ha puesto en marcha el plan llamado “El Pacto Social contra la Violencia”. Este es un Plan de sensibilización poblacional, mediante el cual se están impartiendo charlas y conferencias en los distintos Ayuntamientos de la Comunidad Valenciana, con dos objetivos fundamentales, informar y sensi-bilizar a los ciudadanos del porque se produce el fenómeno de la violencia contra las mujeres, de cómo identificarlo y prevenirlo, y de que recursos institucionales existen a los que se puede recurrir caso de necesitarlo.

Este programa se ve reforzado por la puesta en marcha desde este último 25 de noviembre del Centro Mujer 24 Horas Itinerante, que recorrerá toda la geografía de la Comunidad Valenciana para difundir estos objetivos.

Existe una página Web, a través de la cual puede acceder cualquier ciudadano y firmar un manifiesto elaborado “contra la violencia tolerancia cero”, que forma parte de este Plan. www.toleranciacero.gva.es

3. Conclusiones

La violencia contra las mujeres, representa un grave problema social y no un fenómeno aislado, ya que se da en todas las clases sociales y en todos los niveles socio-educativos, pasando de ser un problema privado a una cuestión social.

Rosa Mª Marín, Carmen Gonzalvo, Lolis Prats, Clara Abellán

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Por eso, la resolución de esta problemática nos atañe a todos: ciudadanos y ciudadanas, poderes públicos, sociedad civil, medios de comunicación y a la Administración en todos sus niveles.

Se han dado pasos sumamente positivos, pero, es preciso mantener las medidas puestas en marcha mejorándolas, concretándolas, potenciándolas y emprendiendo otras nuevas.

Estas medidas de intervención, tienen que ir encaminadas, fundamen-talmente, a erradicar la violencia, mediante la prevención de actos violen-tos, a través de la educación basada en la igualdad y la no discriminación por razón de sexo, a sancionar las conductas violentas, como otra forma preventiva por su fuerza persuasiva, y a paliar los efectos que los actos violentos producen en las víctimas.

A pesar de los cambios legislativos tan importantes que se han dado estos últimos años, sabemos que es necesario continuar elaborando estrate-gias de actuación adecuadas a la realidad de estos momentos.

Nuestra meta final se vislumbra lejana, porque sólo los cambios de men-talidades, estereotipos, actitudes y valores nos llevarán a la solución final.

Que el progreso sea más o menos acelerado depende de todos nosotr@s.

4. Bibliografia

1. Naciones Unidas 1993. Viena Declaration; Part II/C. The Equal Status and Human Rights of Women.

2. Naciones Unidas. Declaración Sobre La Eliminación De La Violencia Contra La Mujer. Nueva York, 1994. Resolución Nº. A/RES 48/104, de 20 de diciembre de 1993.

3. OMS. Resolución 49.25 de la Asamblea Mundial de la Salud. WHA 49.25. Prevención De La Violencia Una Prioridad En Salud Pública. Ginebra 1996.

4. Naciones Unidas 1995. IV Conferencia Mundial Sobre La Mujer. A/CONF.177/L.5/Add.20. 15 de septiembre de 1995.

5. Krug EG, Dahlberg LL, Mercy JA, Zwi A, Lozno-Ascensio R. World report on violence and health. Geneva: World Health Organitation; 2002.

Ponencias

141

6. Generalitat Valenciana. Conselleria de Bienestar Social. Las mujeres valencianas ante el siglo XXI. Informe sociológico de una evolución (1986-1999). Valencia: Generalitat Valenciana. Consellería de Bienestar Social, 1999. (Serie informes, nº2)

7. Generalitat Valenciana. Conselleria de Bienestar Social. Las mujeres valencianas ante el siglo XXI. Informe sociológico de una evolución (1986-1999). Valencia: Generalitat Valenciana. Consellería de Bienestar Social, 2005. (en prensa)

8. Generalitat Valenciana. Conselleria de Bienestar Social. Dirección General de la Mu-jer. Plan de Actuación del Gobierno Valencian de la Generalitat Valenciana para la Igualdad de Oportunidades entre hombres y mujeres 1997-2000.Valencia: Generalitat Valenciana. Conselleria de Bienestar Social, 1997.

9. Generalitat Valenciana. Conselleria de Bienestar Social. Dirección General de la Mu-jer. Plan de Actuación del Gobierno Valencian de la Generalitat Valenciana para la Igualdad de Oportunidades entre hombres y mujeres 2001-2004. Valencia: Generalitat Valenciana. Conselleria de Bienestar Social, 2001.

10. Serra Yoldi. I., y colab. Evaluación de Políticas Públicas: Los Planes de Igualdad. Valencia: Generalitat Valenciana. Consellería de Bienestar Social. 2003.

11. Generalitat Valenciana. Consellería de Bienestar Social. Direcció General de la Dona. Plan de Medidas del Gobierno Valenciano para combatir la Violencia que se ejerce contra las mujeres. 2001-2004. Valencia: Generalitat Valenciana. Consellería de Bien-estar Social. 2002.

12. Ley 9/2003 de 2 de abril, de la Generalitat Valenciana, para la Igualdad entre Mujeres y Hombres (DOGV nº 4474 de 4 de abril de 2003)

13. Generalitat Valenciana. Conselleria de Bienestar Social. Direcció General de la Dona. Intervenciones en mujeres víctimas de violencia de género. Valencia: Generalitat Va-lenciana. Conselleria de Bienestar Social, 2001 (Serie Informes, nº 5).

14. Generalitat Valenciana. Conselleria de Bienestar Social. Direcció General de la Dona. Manual sobre la Violencia contra las Mujeres. Valencia: Generalitat Valenciana. Con-selleria de Bienestar Social, 2001.

15. Generalitat Valenciana. Consellería de Bienestar Social. Direcció General de la Dona. CD “Educando en Concordia de Género”. Valencia: Generalitat Valenciana. Conselle-ría de Bienestar Social. 2001. (2ª Edición).

16. Generalitat Valenciana. Consellería de Bienestar Social. Direcció General de la Dona. Guía “Ante los Malos Tratos: No estás sola”. Valencia: Generalitat Valenciana. Conse-llería de Bienestar Social. 2003.

Rosa Mª Marín, Carmen Gonzalvo, Lolis Prats, Clara Abellán

142

17. Generalitat Valenciana y Unión de Periodistes Valencians. Notícies amb llaç blan. Manual per a periodistes sobre la violència domèstica. Valencia: Unión Periodistas Valencians, 2002.

18. Generalitat Valenciana. Centro Reina Sofía. Informe Internacional. Violencia contra la Mujer en las relaciones de Pareja (Estadísticas y legislación). 2003. www.gva.es/vio-lencia/

19. Generalitat Valenciana. Consellería de Justicia y Administraciones Públicas. Violencia Doméstica. Legislación y Jurisprudencia. Valencia: Generalitat Valenciana. Conselle-ría de Justicia y Administraciones Públicas. 2002.

Ponencias

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ANEXO

Tabla nº 1. Población de la Comunidad Valenciana según sexo y

estudios realizados

TOTAL MUJERES HOMBRES

Analfabetos 77.559 55.864 (72’02%) 21.695 (27’97%)

Sin estudios 405.318 230.756 (56’93%) 174.562 (43’06%)

Fue a la escuela 5 años pero sin completar E.G.B oEquivalente.

777.619 407.449 (52’39%) 370.170 (47’60%)

Estudios Primarios,E.G.B o equivalente 784.338 382.722 (48’79%) 401.616 (51’20%)

E. Secundarios 459.553 218.530 (47’55%) 241.023 (52’44%)

E. Superiores 344.481 175.976 (51’08%) 168.905 (49’03%)

Fuente: Censo de población 2001, INE Elaboración Propia.

Tabla nº 2. Evolución de las tasas de actividad por sexo

Comunidad Valenciana España

1977 1987 1998 2004 1977 1987 1998 2004

Mujeres 29,5 34,1 38,3 45,8 28,0 32,1 37,9 44,0

Hombres 75,4 68,8 64,4 69,1 75,0 67,6 63,2 67,3

Total 51,4 50,8 51,1 57,1 50,5 49,2 50,0 55,3

Fuente: EPA I Trimestre 2004, IVE; INE.

Rosa Mª Marín, Carmen Gonzalvo, Lolis Prats, Clara Abellán

144

Tabla nº 3. Índices de salario medio por hora, según sexo (en %)

BASE MUJERES HOMBRES BRECHA

TOTAL ASALARIADOS 100 89,8 106,6 16,8

POR NIVEL DE ESTUDIOSSin estudios y primariosSecundarios – 1er nivelFP-IFP-IISecundarios - 2º nivelUniversitarios - cortosUniversitarios – largos

80,477,183,696,0106,9130,1148,4

61,465,473,879,588,5119,9124,9

87,982,191,3107,5120,1146,2169,9

26,516,717,528,031,626,345,0

POR SECTOR ECONÓMICOAgriculturaIndustriaServicios

68,594,7104,5

65,376,493,2

69,499,2116,1

4,122,822,9

POR TIPO DE PROPIEDADSector privadoSector público

92,4130,3

77,7126,7

101,0133,6

23,36,9

POR TAMAÑO DE LA EMPRESA(sector privado)De 1 a 4 trabajadores5 – 1920 – 4950 – 99100 – 499500 y más

82,089,497,9108,5128,5141,3

72,779,791,487,398,0

108,5

92,194,1

101,3118,0144,6156,3

19,414,49,930,746,647,8

Fuente: INE, Panel de Hogares de la Unión Europea, 2001

Ponencias

145

Tabla nª 4. Personas que realizan la actividad en el transcurso del día y

promedio de tiempo dedicado a la misma (en%)

COMUNIDAD VALENCIANA

Ambos sexos Hombres Mujeres

Actividades% de Participantes

Duración media diaria

% de Hombres

Duración media diaria

% de Mujeres

Duración media diaria

Cuidados personales 100,0 11:11 100,0 11:05 100,0 11:17

Trabajo remunerado 36,0 7:45 45,2 8:18 27,2 6:52

Estudios 16,5 5:21 17,6 5:37 15,4 5:04

Hogar y familia

83,8 3:25 74,1 1:52 93,2 4:37

Tr. Voluntario y reuniones 13,3 1:53 10,5 2:39 16,0 1:23

Vida social y diversión 68,7 2:00 66,1 2:01 71,2 1:59

Deportes y act. aire libre 33,7 1:46 36,4 1:56 31,1 1:35

Aficiones y juegos 18,0 1:51 24,1 2:01 12,2 1:32

Medios de comunicación 89.0 2:47 89,8 2:58 88,2 2:36

Trayectos y T no especif. 87,5 1:26 90,3 1:29 84,8 1:22

Fuente: INE, Encuesta de empleo del tiempo, 2002/2003.

Rosa Mª Marín, Carmen Gonzalvo, Lolis Prats, Clara Abellán

146

Tabla nº 5. Evolución diacrónica de la presencia de mujeres en altos

cargos de la administración de la comunidad valenciana.Elecciones Mujeres Hombres % Mujeres

1987199119992004

4101529

59636286

6,815,924,225,2

Fuente: Cortes Valencianas. Elaboración propia.

Tabla nº 6 Atenciones centros de mujer 24 horas de Valencia, Castellón

AlicanteAÑO VALENCIA CASTELLON ALICANTE TOTAL

1996 1.118 1.118

1997 944 30 69 1.043

1998 1.172 255 686 2.113

1999 1.070 294 651 2.015

2000 1.155 360 624 2.139

2001 981 313 681 1.975

2002 1.056 363 691 2.110

2003 1.103 338 681 2.122

2004 1068 371 741 2.180

1º Semestre 2005 443 173 327 943

TOTAL 10.110 2.497 5.151 17.758

Tabla nº 7 Llamadas recibidas a través de la Linea 900-58.08.88,

AÑO TOTAL

1996 6.127

1997 9.101

1998 15.784

1999 21.860

2000 27.679

2001 23.940

2002 16.127

2003 33.690

2004 35.303

Primer semestre 2005 15.343

TOTAL 204.954

Ponencias

147

Gráfico 1. Evolución de la presencia de la mujer en las Cortes

Valencianas, porcentajes sobre el total de escaños, 1983- 2004.

Fuente: http://www.cortsvalencianes.es/Diputados

Gráfico 2. Evolución de la presencia femenina en el Parlamento Europeo.

Fuente: La mujer en cifras (2004) Instituto de la Mujer, Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Para año 2004. Elaboración propia. www.ipso.cec.be/civis/election/resulspa.htm

118

GRÁFICO 1. EVOLUCIÓN DE LA PRESENCIA DE LA MUJER EN LAS CORTES VALENCIANAS, PORCENTAJES SOBRE EL TOTAL DE ESCAÑOS,

1983- 2004.

Fuente: http://www.cortsvalencianes.es/Diputados

Gráfico 2. EVOLUCIÓN DE LA PRESENCIA FEMENINA EN EL

PARLAMENTO EUROPEO.

Fuente: La mujer en cifras (2004) Instituto de la Mujer, Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Para año 2004. Elaboración propia. www.ipso.cec.be/civis/election/resulspa.htm

0102030405060708090

1983 1987 1991 1995 1999 2004

HombresMujeres

15

32,8 32,8 33,3

05

101520253035

1989 1994 1999 2003

Líneas 1

118

GRÁFICO 1. EVOLUCIÓN DE LA PRESENCIA DE LA MUJER EN LAS CORTES VALENCIANAS, PORCENTAJES SOBRE EL TOTAL DE ESCAÑOS,

1983- 2004.

Fuente: http://www.cortsvalencianes.es/Diputados

Gráfico 2. EVOLUCIÓN DE LA PRESENCIA FEMENINA EN EL

PARLAMENTO EUROPEO.

Fuente: La mujer en cifras (2004) Instituto de la Mujer, Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Para año 2004. Elaboración propia. www.ipso.cec.be/civis/election/resulspa.htm

0102030405060708090

1983 1987 1991 1995 1999 2004

HombresMujeres

15

32,8 32,8 33,3

05

101520253035

1989 1994 1999 2003

Líneas 1

CASOS PRÁCTICOS

Atención desde Atención Primaria

Rosario González-CandelasSeMfyc

153

Caso clínico:

María es una mujer de 45 años que acude con frecuencia a nuestro Cen-tro de Salud fundamentalmente para recoger recetas prescritas por su psi-quiatra. Hace varios años fue diagnosticada de depresión y desde entonces presenta recaídas con frecuencia.

María está casada con José, de 47 años, y tienen una hija de 16 años de edad. Procede de otra comunidad autónoma y vino a vivir a Valencia cuan-do se casó. Hasta su boda trabajaba en un colegio, pero dejó el mismo al casarse.

Al ser interrogada sobre su estado de ánimo María relata que está apáti-ca, sin ganas de hacer las tareas domésticas y sin ilusión por las cosas.

En la visita actual su médico, que ese día tiene más tiempo, habla so-bre las vacaciones estivales próximas a comenzar, preguntando si va a ir a visitar a su familia de origen (hasta la fecha su médico de familia atribuía las depresiones a un problema de desarraigo). Ante su sorpresa la paciente relata que ya apenas va a su tierra natal ya que su padre, al enviudar, se trasladó a vivir cerca de Valencia, y su hermana vive en Madrid.

Al realizar un interrogatorio más profundo María confiesa que lo que realmente le apetece es hacer algo útil ya que su hija ha crecido y cree que no la necesita, y tiene muchas horas de ocio al día. Al preguntarle sobre el tema María manifiesta que le gustaría volver a trabajar en una escuela (es maestra) o al menos dando clases particulares, pero en su casa su marido y su hija opinan que no será capaz de hacerlo después de tantos años.

La relación con su familia la define como buena, aunque reconoce que es ella la que se encarga de todo el trabajo de la casa y que no recibe ninguna ayuda ni siquiera los fines de semana. Disculpa a su hija porque tiene que estudiar, pero no le parece correcto que su marido, además de no ayudar en nada, se pase las mañanas del fin de semana con los amigos y luego no quiera salir con ella por estar cansado.

Casos Prácticos

Rosa González

154

PREGUNTAS

1. Con todos estos datos, ¿es posible realizar un diagnóstico de malos tratos?

El maltrato psicológico, es una humillación verbal o no verbal de tipo reiterado que produce temor, humillación, miedo y que acaba perjudicando la estabilidad emocional de la mujer que lo sufre.

Se manifiesta en amenazas, vejaciones, exigencias de obediencia ciega, coacción verbal, aislamiento, sentimiento de culpabilidad, descalificación, ridiculización, no tener en cuenta los deseos de la pareja, control del dinero, de las salidas, etc...

Como consecuencia de este maltrato se puede afectar la salud mental o autoestima de la víctima.

El maltrato psicológico es difícil de demostrar. En este caso tenemos a María con alteración de su estado emocional y en tratamiento psiquiátrico, pero nos falta responder a si la causa es un problema de relación con su pareja y generacional/educacional con su hija, o bien estamos ante una situación de maltrato psicológico.

A favor de este último tendríamos lo siguiente:

- Se siente desvalorizada por su marido e hija.

- Siente que no la tienen en cuenta, no respetan sus gustos y sus nece-sidades afectivas.

- No recibe ayuda.

2. ¿Qué indicadores te orientan hacia este diagnóstico?

Podríamos sospechar maltrato psicológico por la presencia de los si-guientes indicadores:

- Cuadro depresivo.

- Disminución de la autoestima.

- Escasas relaciones sociales.

155

- Dificultad para tomar decisiones.

- Tratamiento psiquiátrico.

- Alta frecuentación.

3. ¿Qué preguntarías y cómo abordarías este tema?

Sería importante intentar llegar a un diagnóstico acerca de qué es lo que provoca las alteraciones de María. Para ello debemos conocer el inicio de los síntomas, a qué lo atribuye y cómo piensa que podría mejorar.

4. ¿Cómo orientarías este caso?

Aunque no sepamos a ciencia cierta si estamos ate un caso de maltrato o no, lo que si debemos tener claro es que María necesita nuestra ayuda.

En este momento parece importante que busquemos la forma de mejorar su autoestima. Desde la consulta de Atención Primaria podemos intervenir del siguiente modo:

- Aconsejar ejercicio físico moderado si es posible en compañía (puede iniciar pequeños ejercicios jugando con globos o pelotas en el propio domicilio).

- Técnicas básicas para mejorar su autoestima: arreglarse aunque sea para estar en casa, valorar los aspectos positivos que han tenido lugar a lo largo del día,...

- Incluir a la mujer en el programa de Atención a la Mujer de Mediana Edad (antes programa de Atención a la Mujer climatérica), en el que:

• Se realiza Educación para la Salud sobre estos aspectos.

• Se forman grupos de mujeres que actúan como grupos de autoayuda.

- Citar con la Trabajadora Social del Centro.

Además, podemos derivar a la mujer a diferentes niveles:

- Planificación Familiar, que suele tener psicólogos que abordan temas relacionados con desavenencias de pareja.

Casos Prácticos

Rosa González

156

- Salud Mental.

- Centros de orientación e información a la mujer: municipales (ej. CMIO), INFODONA, y todo aquel que tengamos a nuestro alcance en el medio en que se desarrolla nuestro trabajo.

5. ¿Dirías directamente a la mujer que sospechas que es víctima de maltrato?

No. Como hemos dicho es un diagnóstico difícil y si la mujer no lo sospe-cha no ganamos nada diciéndoselo, es más podemos perder su confianza.

Es preferible esperar y ayudar a la mujer a mejorar su situación y dejar que sea ella misma quien llegue a esa conclusión, si es que en realidad existe.

En este caso, tras varios meses, María abordó directamente el tema di-ciendo que consideraba que sufría maltrato psicológico.

6. ¿Cuál sería tu actitud hacia María, Antonio y su hija?

Lo primero que debemos tener en cuenta es que no se debe iniciar terapia familiar sin estar preparado para ello.

Dado que María considera que esta siendo maltratada podemos ayudar-le a que tome sus decisiones.

7. ¿Qué recursos tienes en Atención Primaria para abordar este tema?

Además de los ya mencionados podemos derivar a la mujer al Centro Mujer 24 Horas.

8. ¿Podría su médico haber llegado antes al diagnóstico de malas tratos? ¿Cómo?

Lo importante de este caso es identificar que hay factores de riesgo de maltrato psicológico. Una vez reconocidos estos aspectos es importante que actuemos (PREVENCIÓN PRIMARIA) para cortar esta situación lo más precozmente posible.

Asistencia social por unidades de trabajo social de centros sanitarios.

Mª Ángeles Celada.centro De SaluD PicaSent

Lledó Porcar.centro De SaluD alMazora

Manuela Rocamora. centro De SaluD alMoraDí

159

Caso clínico:

A la consulta de un médico de atención primaria, acude una mujer de 32 años, casada, con dos hijos, una niña de 5 años y un niño de un año. El motivo de la consulta es porque se encuentra muy cansada, dice no poder dormir, esta muy nerviosa y le “duele todo el cuerpo”, piensa que puede tener una enfermedad mala, como un cáncer y le solicita a su médico, si puede hacerle la baja y enviarla a un especialista del hueso, para que le haga pruebas... Tiene miedo de que algo malo le suceda porque dice no tener a nadie para que le cuide a sus dos hijos, su familia vive en Andalucía, al igual que la de su marido... Según relata, su marido es camionero y pasa días sin acudir a casa, además le relata que “él no tiene paciencia con los niños”. Su médico le pregunta sobre su estado de ánimo y ella le contesta que se encuentra muy triste y con ganas frecuentes de llorar, desde que nació su hijo, el pequeño, comenta que es muy infeliz, que discute mucho con su esposo porque no le deja salir con sus amigas y cuando salen a cenar juntos, la humilla en público y se muestra muy celoso con sus amigos de toda la vida. Ella ante esas situaciones, se siente muy humillada y desde hace meses no quiere salir de casa. Su marido, sale por su cuenta y cuando bebe se pone muy agresivo con ella, últimamente se gasta mucho dinero y cada vez se muestra más violento con ella. A la pregunta de su médico, sobre si le ha pegado en alguna ocasión, ella no contesta y se pone a llorar de forma desesperada...

María trabaja como dependienta en unos grandes almacenes, tiene reali-zado hasta segundo curso de bachiller, no terminó porque su familia es de origen humilde y necesitaban dinero en casa.

Casos Prácticos

Mª Ángeles Celada, Lledó Porcar, Manuela Rocamora

160

Resolución caso

1. Elabora un listado de los indicadores de riesgo físico, psíquico y

social que aparecen en este caso.

a. ¿Consideras que María presenta el perfil de mujer maltratada?.

Indicadores físicos

-Patología mal definida (cansancio, insomnio, dolores generalizados).

Indicadores Psíquicos

- Nerviosismo.

- Somatizaciones.

- Miedo al futuro.

- Depresión.

Indicadores sociales

- Humillaciones y escenas de celos.

- No le deja salir con las amigas. Aislamiento social.

- Asume crianza de los hijos sola.

- La pareja sale sola.

- Alcoholismo y episodios de agresiones.

- Gastos desmesurados.

Otros que podrían indagarse:

- Situación de los menores, ¿Han sufrido maltrato?.

- Familia o conocidos a los que pueda acudir.

- Ha pedido ayuda anteriormente ¿Qué ha pasado?.

Ponencias

161

2. Ante la sospecha de un supuesto caso de malos tratos hacia María

por parte de su marido, y con la información que su médico tiene del

caso. ¿Con qué profesionales sociosanitarios consideras que se debería

coordinar y reunir para obtener mayor información del caso?

Ya que no ha existido demanda explícita hacia la situación de maltrato, y sí hacia el “malestar” que presenta, se le ofrecerá ayuda a María, y se le expondrá que es necesario contar con otros profesionales para ayudarla a mejora su situación.

Se coordinará básicamente con el pediatra de los niños y con el trabaja-dor/a social.

• Si existe Trabajador Social en el Centro, se derivará a la mujer a éste, el cual coordinará con su médico y pediatra la estrategia a seguir para ayudar a María, así como con otros profesionales socio-sanitarios (maestro, departa-mento de Servicios Sociales) en la medida que existan o surjan necesidades.

Si no se mostrara de acuerdo con ver a otros profesionales, se coordinará con el TS y Pediatra, a fin de diseñar una estrategia de acercamiento y se monitorizarán controles periódicos para prevenir situaciones de riesgo, siempre con el objetivo de garantizar la confianza de MARÍA hacia el Servicio Sanitario, en este caso sería el médico el profesional de referencia

• Si NO existe Trabajador Social en el Centro, se mantendrá coordinación con el pediatra de los niños y se derivará al TS del Centro Social.

Es conveniente que exista un profesional de referencia en el caso, que bien podría ser el trabajador social, como profesional que sigue todo el pro-ceso de atención, como el médico, que ha sido al que ha acudido la mujer, y en quien ha depositado la confianza.

Mª Ángeles Celada, Lledó Porcar, Manuela Rocamora

162

3. Elabora un listado con las actividades que cada profesional debería

realizar para elaborar conjuntamente un plan de intervención individual

con María.

Médico: (Es el primer profesional al que María ha expuesto su situación)

- Tranquilizar, hacer ver que la situación es un problema que ocurre a muchas mujeres y necesita ayuda especializada. Ofrecer apoyo.

- Valoración inicial del riesgo para la integridad física María y de sus hijos.

- Valorar si se trata de una situación aguda o crónica.

- Cumplimentar El Informe Médico por Presunta Violencia Doméstica.

- Informar a María de la existencia y finalidad del citado Informe.

- Coordinar con otros profesionales (TS y Pediatra).

- Derivar a María con el TS para orientación y asesoramiento.

- Hacer constancia en la Historia clínica de la situación, así como de las medidas que se toman.

- Citar a María para seguimiento.

Pediatra:

- Valorar situación de los menores.

- Monitorizar controles para detectar posibles consecuencias en el desarrollo integral de los menores.

- Colaborar con el Médico y el TS en el diseño de estrategias para prevenir riesgos en la situación de maltrato que presenta la familia.

- Hacer constancia en la Historia clínica de la situación, así como de las medidas que se toman.

Ponencias

163

Trabajador Social:

- Valoración de la situación familiar, a través de la primera entrevista (nece-sidades, percepción que tiene María de su situación, recursos existentes).

- Ofrecer apoyo.

- Cubrir necesidades de información (ayudas sociales, información sobre derechos legales...).

- Ayudar a María a elaborar el análisis de su propia situación, de los recursos de los que dispone, de sus prioridades.

- Diseñar el plan conjuntamente.

- Respetar decisiones (romper o no romper con el agresor) valorando riesgos (de ella y los menores).

- Ayudar a prevenir riesgos.

- Derivar a otros servicios con ofertas informativas, formativas.

- Seguimiento y evaluación de las decisiones y actuaciones realizadas.

- Hacer constancia en la Historia clínica de la situación, así como de las medidas que se toman.

4. ¿Qué actividades de promoción y prevención primaria consideras que

podrían realizar los médicos de atención primaria y del servicio de urgencias

para evitar y en su caso captar precozmente los casos de violencia de género?

- Establecer cribados generales, a través de preguntas facilitadotas.

- Establecer protocolos de actuación (elaborar hoja de detección de maltrato hacia la mujer).

- Colocar puntos de información visible en todos los servicios de ur-gencia y puntos de atención de urgencia en primaria.

- Sensibilización y formación de profesionales de atención primaria.

- Conocer y coordinar con los recursos de la zona (Servicios Sociales, Infodona….).

Mª Ángeles Celada, Lledó Porcar, Manuela Rocamora

164

5. ¿Conoces la Circular 1/2005, de 17 de mayo, del Director Gerente de

la Agencia Valenciana de Salud, sobre “Regulación de los documentos

oficiales y trámites a cumplimentar por el personal facultativo en los

supuestos de prestación de asistencia sanitaria por presunta violencia

doméstica a personas adultas”?

6. ¿Utilizas el modelo de informe de la Conselleria de Sanidad?

Preguntar sobre ventajas e inconvenientes (el resultado se comunicará a la Administración).

7. Por último, ¿Conoces la intervención que realiza EL/LA TRABAJA-

DOR/RA SOCIAL, cuando le derivas un caso de supuestos malos tratos?

- Estudio y valoración de la situación de maltrato. Repercusiones y necesidades personales y familiares.

- Destacar los aspectos personales, familiares, sociales y judiciales que pueden ser facilitadores o posibles obstáculos para el proceso de tratamiento.

- Identificar y clasificar la forma de maltrato que sufre (historia del maltrato e historia judicial si la hubiere).

- Valorar inicialmente el alcance los daños.

- Identificar y localizar a la persona agresora.

- Acompañar a la mujer a que descubra su propia situación.

- Información sobre sus derechos y sobre los recursos existentes.

- Evaluar niveles de riesgo en la repetición del maltrato y el grado de conciencia de la víctima.

- Valoración de los recursos personales y familiares. Red de apoyo.

- Derivar a otros servicios.

- Seguimiento.

- Evaluación

Ponencias

165

8. ¿Conoces con qué profesionales se coordina y para qué?

Se coordina para que exista una conexión y comunicación entre las activi-dades de los profesionales que trabajan dentro y fuera del centro sanitario, pero que están atendiendo a la misma mujer.

Personal sanitario: (Abordar una atención sanitaria integral)

Médico, Pediatra, Enfermería

Salud Mental y COF

Otros profesionales sociosanitarios (Abordar una atención integral, en base a las necesidades que existan de órden económico, legal..)

Servicios Sociales Municipales, Centro Escolar

Centro Mujer 24 Horas, Infodona,

9. RECURSOS JURIDICOS, POLICIALES, EDUCATIVOS, LABORA-

LES y de SERVICIOS SOCIALES que existen en la Comunidad Valencia-

na para atender a las mujeres víctimas de malos tratos.

Recursos

Centro Mujer 24 Horas

Centro de información de la mujer. Infodona

Servicio de Orientación y Mediación Familiar

Oficinas de Ayuda a la Víctima del Delito

EMUNE

Servicios Sociales Municipales

Centros de Educación Permanente de Adultos

Servicio Valenciano de Empleo y Formación (SERVEF)

Asistencia desde el centro mujer 24 horas

Carmen Bort.PatriciaCalvo.Rebeca Serrano.centro Mujer 24 horaS

Ponencias

169

Caso clínico:

M.J. de 40 años acude al Servicio de Urgencias de un Centro Hospitalario tras sufrir una agresión física por parte de su marido. Aunque ha acudido en otras ocasiones esta es la primera vez que reconoce ser víctima de malos tratos. Otras veces ha dado explicaciones falsas para justificar las agresio-nes. Tras el reconocimiento médico correspondiente se redacta el parte de lesiones donde se refleja que sufre rotura de un dedo de la mano izquierda, contusiones en los brazos y un hematoma en la cara y labio.

M.J. está casada desde hace 15 años, tiene dos niñas de 9 y 7 años.

Respecto a la situación de malos tratos durante la convivencia, las agre-siones físicas comenzaron hace 9 años tras el nacimiento de su primera hija. No se han dado de forma habitual pero su frecuencia ha aumentado en los últimos tres años. Los malos tratos físicos han consistido en patadas, empujones, golpes en la cabeza y tirones de pelo. Normalmente cuando éstas se producían sus hijas no estaban delante. La violencia psicológica comenzó antes. Su marido es una persona colérica y fácilmente irritable. Siempre le ha molestado que pasara tiempo con su familia y que saliera con amigas. De hecho en la actualidad prácticamente no tienen vida social. Controla su tiempo y sus horarios mediante llamadas telefónicas sucesivas, la culpa de todo lo que sucede y llega a convencerla de que es culpable. La insulta y menosprecia tanto en público como en privado (la llama “loca”, “inútil”, “mala madre”). Es violento en las relaciones sexuales y se enfada si ella en algún momento se niega. La acusa injustamente de coquetear o verse con otros hombres y ha llegado a acusarla injustamente de “acostarse con otros”.

M.J. trabaja en un negocio familiar junto con su madre y hermana. Su fa-milia sabe que existen “problemas” en casa aunque M.J siempre ha tratado de minimizar y justificar las reacciones de su marido. En un par de ocasio-nes se ha marchado a casa de sus padres durante algunos días pero siempre ha vuelto a su domicilio ante las insistencias y amenazas de su esposo.

Carmen Bort, Patricia Calvo, Rebeca Serrano

170

Con respecto a la familia extensa de su marido, sus padres y un hermano menor residen fuera de la Comunidad Valenciana. El contacto con ellos es esporádico.

Resolución caso

1- ¿Con qué recursos y/o profesionales se puede contactar al conocer

este caso?

Trabajador/a social del Centro Hospitalario

Recurso especializado de atención a víctimas de malos tratos: Centro Mujer 24 Horas.

2-¿Qué plan de actuación se llevaría a cabo desde el Centro Mujer 24

Horas?

El caso que hemos presentado se trata de una intervención en situación de crisis. Esta intervención se considera necesaria llevarla a cabo en aque-llas circunstancias en que la mujer se ve incapaz de poner en marcha los mecanismos de afrontamiento y resolución de problemas necesarios para superarlos con éxito.

Personación: Tras el contacto de los/as profesionales del Centro Sanita-rio con el Centro Mujer 24 Horas se puede valorar la conveniencia de que ante una situación de crisis una profesional de este Centro se desplace hasta el Hospital durante el tiempo que dura el reconocimiento médico con el objetivo de ofrecer respaldo y apoyo.

Intervención en el CM24H: Se procede a realizar una primera entrevista con la trabajadora social y la psicóloga. Es importante tener en cuenta que la primera entrevista con una víctima de violencia doméstica supone la nece-sidad de intervención inmediata. Independientemente de los instrumentos que utilices hay que dar prioridad a la intervención.

Acogida: Esta fase tendrá como objetivo fundamental facilitar la expre-sión y comprensión de su situación de malos tratos.

Ponencias

171

- Animar a la víctima a que hable sobre la situación de malos tratos, no juzgar, sólo escuchar.

- Hacerle saber que las reacciones que tiene son normales, que tiene derecho a sentirse como se siente. Son reacciones normales ante situa-ciones anormales.

Valoración y evaluación de la peligrosidad: Lo que se pretende en esta fase será evaluar el riesgo de que se produzca una nueva agresión y adoptar las consiguientes medidas de protección. Para ello será necesario evaluar:

- La situación de violencia (episodio actual e historia previa de mal-trato, frecuencia, duración del maltrato).

- Percepción de los malos tratos (si minimiza o justifica las conductas de malos tratos, si se culpabiliza por ellas).

- Grado de dependencia emocional.

- Si han existido intentos previos de ruptura y reacción del agresor.

El objetivo será apoyar y ayudar a evaluar la dimensión del problema teniendo en cuenta las circunstancias concretas y los recursos personales y familiares de los que dispone.

Acompañamiento a interponer denuncia: Se procede a acompañar a la mujer a interponer denuncia ante las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. A la hora de inter-poner una denuncia las mujeres suelen estar nerviosas y se olvidan de detalles por lo que consideramos importante nuestra presencia para que se sientan respaldadas y se tomen su tiempo a la hora de la declaración.

Elaboración de un plan de intervención individualizado en función de las nece-sidades de la mujer: Este plan debe garantizar la seguridad de la mujer por lo que se valorará la conveniencia de que continue en su medio habitual o que ingrese en una Casa de Acogida.

Carmen Bort, Patricia Calvo, Rebeca Serrano

172

3- ¿Qué indicadores se pueden utilizar para medir la gravedad de la

situación?

Respecto a los indicadores de gravedad hay que señalar que la forma de medir la gravedad o urgencia de los malos tratos no es sencilla, dado que no existe un medidor con el que podamos establecer niveles de gravedad. Sin embargo hay ciertos indicadores que nos ayudarán a detectar el riesgo existente, basándonos fundamentalmente en la:

- Frecuencia de los incidentes violentos, ante mayor habitualidad más riesgo de peligro.

- Severidad y gravedad de las lesiones físicas o consecuencias emocio-nales producidas en anteriores ocasiones.

- Percepción de la gravedad que manifiesta la mujer, mayor riesgo ante la minimización.

- Reacciones anteriores del agresor ante tentativas de ruptura.

- Abuso de sustancias tóxicas.

- Posesión de armas o antecedentes penales por conductas violentas.

- Primera tentativa de ruptura firme o primera denuncia.

- Amenazas del agresor con descripción de la acción o acciones de maltrato.

- Cuando la víctima ha manifestado al agresor su propósito de aban-donarle, ha puesto fin a su convivencia o se encuentra en proceso de finalizarla.

4- Qué medidas de protección se podrían poner en marcha desde el

Centro Mujer 24 Horas?

Ingreso en una Casa de Acogida: Se realiza en aquellas situaciones en las que exista un riesgo para la integridad física de la mujer y sus hijos/as. Además debe haber interposición previa de denuncia y decisión de ruptura con el agresor.

Ponencias

173

Sistema de telealarma: Otro tipo de respuesta ante una situación de peligro es articular el sistema de telealarma que consiste en el seguimiento durante las 24 horas del día de las mujeres en situación de riesgo.

Tiene como objetivos fundamentales:

- Permitir la localización inmediata de la mujer y conocer cual es el estado real de su situación.

- Dar asistencia inmediata en situación de riesgo real, grave e inmi-nente para la integridad física de la mujer y de sus hijos/as.

- Transmitir seguridad a la mujer. En no pocas ocasiones este sistema puede tener una función complementaria de refuerzo al tratamiento terapéutico contribuyendo a la recuperación de la víctima.

Cumplimentación del Informe Médico por Presunta Violencia Doméstica (adultos)

Fernando Rodes.inStituto De MeDicina leGal De alicante

Ponencias

177

Caso clínico:

Juana R., de 37 años, casada desde hace 15 con Juan M., tiene 2 hijos, de 7 y 5 años.

Acude a su médico de cabecera, refiriendo que, desde hace unas sema-nas tiene dolor abdominal, inespecífico, con sensación de náuseas. Unas veces, nota palpitaciones y otras, le “falta el aire”. Desde hace tiempo, duerme muy mal, le cuesta conciliar el sueño. También refiere dolor de cabeza frecuente.

La exploración física del médico revela:

- Erosiones “de forma semicircular” (estigmas ungueales) en cara externa de brazo derecho, cerca de la axila.

- Equimosis “digitadas” en hemicara derecha, de coloración rojiza.

- Un hematoma, de 3 x 4 cm, de coloración rojo oscuro, en la pierna izquierda.

- Varios hematomas, en fase de resolución, de coloración amarillenta, en la región cubital de ambos antebrazos.

- Una quemadura, redondeada, de 0.5 cm de diámetro, supurada, en dorso de mano derecha.

Preguntada por la causa de estas lesiones, contesta, que son debidas a una caída casual, que tuvo ayer en su domicilio, al tropezar con una silla y que además, cuando estaba planchando, se quemó en la mano derecha.

La exploración psíquica denota:

- Ansiedad, nerviosismo, cierta confusión ante las preguntas del médico.

- Ciertos rasgos depresivos, “no tiene ganas de nada”.

Niega sufrir, ni haber sufrido nunca, ningún tipo de maltrato por parte de su pareja, ni siquiera maltrato psicológico. Considera que su relación de pareja es “normal”, aunque reconoce que él tiene el carácter “algo fuerte”.

Se procede a la cura local de las lesiones y se pauta medicación ansiolítica.

Fernando Rodes

178

Se remite al médico especialista en psiquiatría.

Resolución caso

1. Aunque la paciente atribuye a las lesiones un origen accidental,

¿Crees que está siendo objeto de maltrato?

Tanto la localización, como la forma y el estadío evolutivo de las lesiones sugieren que la etiología no coincide con la referida por la paciente, y sí que pueden ser debidas a maltrato.

2. ¿Consideras necesario emitir un parte judicial de lesiones?

Sí, es obligatorio, por ley, emitir un parte judicial de lesiones.

3. ¿Cómo se justifican las erosiones semicirculares que presenta en el

brazo derecho?

Son “estigmas ungueales”, provocados por la presión de las uñas sobre la piel, y por su localización sugieren un mecanismo de sujección (cara ex-terna de brazo derecho).

4. ¿Cuál crees que es la datación del hematoma de la pierna izquierda?

Es un hematoma “reciente” (rojo oscuro).

5. ¿Cuál crees que es la datación de los hematomas de los antebrazos?

Son hematomas “antiguos” (amarillentos).

6. ¿Crees que tienen la misma datación?

Son de diferente datación. La evolución de la coloración, habitual de los hematomas es la siguiente: rojo, negro, azul, verde y amarillo.

7. ¿Qué te sugiere la localización de los hematomas de la región cubital

de ambos antebrazos?

Son lesiones “de defensa”, producidas en una maniobra de protección ante la agresión, con los antebrazos elevados.

Ponencias

179

8ª. ¿Crees que el origen de la quemadura de la mano derecha es el

que refiere la paciente? En caso negativo: ¿Qué te sugiere la forma de la

quemadura?

La morfología de la quemadura se corresponde a la que produce la punta de un cigarrillo encendido y no a la referida por la paciente (planchando).

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Jornadas sobreviolencia de género

en elámbito sanitario

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