¡JUÉGATELA POR TODOS!...8 Octubre 26 Misionamos en nuestra comunidad (Guía libro 4, p. 79) ... de...
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POR TODOS! <
CATEQUESIS
PARA ANIMAR LA MEGAMISIÓN
TEMA 3
DIOS NOS INVITA A ALIVIAR EL
HAMBRE Y LA POBREZA
QUÉ ES LA MEGAMISIÓN
El Papa Francisco ha convocado a todos los fieles a realizar un mes
misionero extraordinario en octubre próximo.
En respuesta a la convocatoria del Santo Padre, el Cardenal Carlos Aguiar
Retes, llama a toda la Arquidiócesis de México a realizar una Megamisión en
la Ciudad.
De esta manera se quiere reavivar la conciencia misionera de todos los
agentes, y a través de ella se pretende llegar a los ambientes socioculturales
de la Ciudad, donde la acción de Dios se torna muy necesaria.
Esta misión nos ayudará a detonar un proceso de constante acercamiento,
presencia, escucha y testimonio misericordioso en cinco ambientes
prioritarios, visitaremos a personas:
con alguna discapacidad,
que viven en situaciones de pobreza,
privadas de libertad,
enfermas,
así como a las comunidades y zonas de nuestra urbe que sufren algún
daño ecológico.
2
El logo está conformado por varios elementos:
Círculo: significa unidad; tiene espacios abiertos, porque queremos invitar a la
sociedad a ser parte de esta unidad.
Color amarillo. Simboliza la luz que Dios nos da para lograr la misión encomendada.
Una barca (al centro del círculo): Recuerda a Jesús, invitándonos a “remar mar
adentro”, salir de nuestra comodidad para acercarnos a nuestros hermanos más
vulnerables.
Rosa de los vientos: Es el elemento más fuerte, significa que nuestra caminar tiene un
objetivo claro que nos guía como brújula. Es de color azul, como el mar, representa las
dificultades que viven muchos de nuestros hermanos, a quienes estamos llamados a
acompañar.
La Rosa cuenta con un Norte, Sur, Este, Oeste, tal como la Ciudad; refiere a nuestra
área de acción; caminaremos por todas las direcciones, pero siempre encontraremos
nuestro rumbo.
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HOJA DE RUTA
DE LA MEGAMISIÓN
El domingo 29 de septiembre, a las 12:00 horas, en la Basílica de
Guadalupe habrá una Misa presidida por el Cardenal Aguiar
para poner el proyecto misionero en manos de nuestra madre
María de Guadalupe.
El sábado 19 de octubre, de las 18:00 a las 20:00 hrs, Rosario
misionero y eucaristía (pedir por los misioneros), en el Templo
Expiatorio Cristo Rey (Antigua Basílica de Guadalupe).
El 20 de octubre, en todas las parroquias se llevará a cabo el
Domingo Mundial de las Misiones (Domund).
72 horas de Misión: El viernes 25 de octubre, se invita a realizar acciones de manera
personal, familiar, en comunidad...
El sábado 26, los voluntarios inscritos que tomaron la
capacitación, misionarán en organizaciones e instituciones
registradas.
El domingo 27 de octubre, culmen de la Megamisión, cerraremos
con un Rally y la celebración de la Santa Misa en Catedral (12
horas).
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CATEQUESIS
PARA ANIMAR LA MEGAMISIÓN EN LAS PARROQUIAS
Con la alegría del Señor Resucitado, ponemos en sus manos este instrumento de reflexión que
prepara la Megamisión de nuestra Arquidiócesis.
Anima la participación activa en cada parroquia para unirnos como Iglesia, decididos de
impregnar todas las acciones y estructuras eclesiales con el espíritu de sinodalidad misionera.
Las catequesis parten de la experiencia de las personas, esperanzas y temores como forma
de entender la comunidad humana, cuyo centro es su relación con Dios, con los otros y con
los bienes comunes del planeta.
En conjunto, son un aporte para que los fieles de nuestra Arquidiócesis sean capaces de
construir, desde la conciencia de bautizados, una cultura del encuentro y docilidad al Espíritu
Santo, para sumarse al desafío de ir a espacios, físicos y virtuales, donde están quienes
necesitan ser escuchados, acogidos, aliviados en sus necesidades.
Nuestro Arzobispo, afirma:
También hoy la Iglesia sigue necesitando hombres y mujeres que, en virtud de su
bautismo, respondan generosamente a la llamada a salir de su propia casa, su
propia familia, su propia patria, su propia lengua, su propia Iglesia local. Ellos son
enviados a las gentes en el mundo que aún no está transfigurado por los
sacramentos de Jesucristo y de su santa Iglesia. Dejemos que el espíritu misionero
lleve el mensaje de la misericordia de Dios a tantas almas, que anhelan sentirlo
cercano y que vivifique nuestra fe al dar testimonio de nuestro propio encuentro
con Dios Padre (Cardenal Carlos Aguiar Retes, 2019).
PROPÓSITO
Sensibilizar a los fieles sobre la importancia de vivir y compartir la espiritualidad y caridad
evangélica, que se traduzca en acciones de acompañamiento en diferentes ambientes:
la discapacidad, la pobreza, los hospitales, la ecología y las cárceles; y reflexionar sobre
los aspectos que los integran para definir un plan de acción y participar como voluntarios.
Convocar en la parroquia, a las familias para compartir en la modalidad de taller, la
información contenida en cada una de las catequesis, reflexionar y articularla a sus
experiencias, de tal modo, que los animen a realizar acciones concretas.
Elegir uno o dos de los ambientes prioritarios y realizar un plan de acción para los tres días
señalados (25, 26 y 27 de octubre) que exprese actitud de “salida”, al que pueda darse
seguimiento después de la Megamisión.
Reconocer nuestro compromiso misionero de fe en Jesucristo, fe recibida como don en el
Bautismo, de ser enviados a predicar el Amor que transforma al mundo desde dentro.
Proponemos que este material sea utilizado por los sacerdotes y sus equipos de pastoral,
para animar a las familias de sus parroquias y a todas las personas a participar en la
Megamisión en la Arquidiócesis.
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ORACIÓN
POR LA MEGAMISIÓN
Padre amoroso, que en tu Hijo Jesucristo
nos muestras tu rostro lleno de misericordia,
movidos por el Espíritu Santo, te pedimos:
Danos un corazón generoso
para poder compartir la riqueza de los dones
que Tú nos has dado gratuitamente
con los más pobres y vulnerables.
Concédenos la gracia de ser
como el buen Samaritano y
visitarte en los enfermos
con un corazón humilde y caritativo.
Infúndenos el deseo de acompañar
a nuestros hermanos con discapacidad,
déjanos ver tu rostro en cada uno
y acogerlos en tu nombre.
Permítenos llevar la Buena Nueva
a nuestros hermanos que están privados
de su libertad,
para que te conozcan y por tu gracia,
florezca en ellos la esperanza
a la Vida Nueva y Eterna.
Que la sabiduría de tu Espíritu
nos enseñe a cuidar y proteger la naturaleza,
este planeta que has puesto en nuestras manos.
Te lo pedimos por intercesión
de la Santísima Virgen de Guadalupe,
Madre nuestra.
Amén
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CATEQUESIS INFANTIL
EN FAMILIA
EN LA RUTA DE LA MEGAMISIÓN DE LA SERIE INICIACIÓN A LA VIDA CRISTIANA CON NIÑOS
Programa para desarrollar las catequesis infantiles, siguiendo el orden de la reflexión sobre
los ambientes prioritarios de la Megamisión.
A estas sesiones de catequesis se sugiere invitar a la familia del catequizando para que
todos estén en la misma ruta y vayan despertando el interés por misionar en algún ambiente
específico en la comunidad parroquial.
Se le sugiere a las catequistas de la Catequesis regular, que adapten sus sesiones de
catequesis de acuerdo a la siguiente propuesta, utilizando los temas que se les indican, de
tal modo que, las familias y los niños de la catequesis, se animen a participar en las acciones
misioneras de las 72 horas propuestas.
1 Septiembre 7 En el camino de la Megamisión, sensibilización
(Sesión 12, libro 4)
2 Septiembre 14 Ambiente: Personas con discapacidad
(Descargable en la página web de la Arquidiócesis)
3 Septiembre 21 Ambiente: Pobreza (Sesión 10, libro 1)
4 Septiembre 28 Ambiente: Centros de reinserción – valor de la libertad
(Sesión 16, libro 4)
5 Octubre 5 Ambiente: Ecología (sesión 1, libro1)
6 Octubre 12 Ambiente: Hospitales (Sesión 11, libro 1)
7 Octubre 19 Envío misionero (Celebración p.175, libro 2)
8 Octubre 26 Misionamos en nuestra comunidad (Guía libro 4, p. 79)
Todas las sesiones estarán tomadas de los manuales, tanto de las guías para el catequista,
como de los libros para el niño, de la Serie de iniciación a la vida cristiana de niños de
nuestra Arquidiócesis.
Se requiere creatividad de parte del catequista para adaptar los temas y poderlos
compartir con las familias, si es necesario pueden hacer uso de otros recursos y apoyos para
reforzar la vivencia de los contenidos.
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CATEQUESIS PARA ADULTOS
PARA REFLEXIONAR EN LOS GRUPOS Y EN GENERAL CON LOS FIELES INTERESADOS EN LA MEGAMISIÓN
Las siguientes catequesis están preparadas para el público en general, sobre todo jóvenes y
adultos. Se pide a los párrocos que promuevan este material entre sus grupos de
apostolado y movimientos, para que ellos, una vez estudiados los temas, sean quienes los
compartan en grupos a modo de talleres o charlas informales, motivando la participación
de los fieles en las acciones de la Megamisión.
METODOLOGÍA PARA LAS SESIONES ETAPAS ACTIVIDAD FACILITADOR PARTICIPANTES TIEMPO
1 Inicio: saludo y oración Saluda y guía la sesión Saludan y oran 2 minutos
2 Título y objetivo de la
sesión Lee en voz alta Escuchan 2 minutos
3 Experiencia: preguntas Hace las preguntas y
anima al diálogo
Responden y
comentan 10 minutos
4 Ver: lectura del
apartado sobre la
realidad
Guía la lectura
participativa
Leen en voz alta un
párrafo por persona,
se hacen algunos
comentarios
10 minutos
5 Juzgar: lectura de
aquello que nos permita
orientar la reflexión
hacia la acción
Pide a un participante
vaya haciendo la
lectura y se motiva la
participación de
algunos comentarios
Escuchan y hacen
algunos comentarios 10 minutos
6
Actuar: se motiva sobre
los compromisos que
pueden asumir en la
Megamisión, ya sean
de manera individual,
grupal o en alguna
organización
Motiva la lectura
personal en silencio y
comentarios breves
Leen y comentan 10 minutos
7 Nos comprometemos:
preguntas para la
concreción de la
participación activa
Anima a los
participantes a
comprometerse en
acciones concretas
Sugieren acciones y
seguimiento 10 minutos
8 Oración y despedida Guía la oración Oran en grupo 3 minutos
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3 DIOS NOS INVITA A ALIVIAR
EL HAMBRE Y LA POBREZA
Hay que subrayar la inseparable relación entre amor a Dios y
amor al prójimo, que invita a todos a suprimir las graves
desigualdades sociales y las enormes diferencias en el acceso a
los bienes (Benedicto XVI, Discurso inaugural Aparecida).
Objetivo
Promover respuestas concretas al reto de la pobreza en nuestra Ciudad, para que
quienes la sufren accedan a: alimentos, servicios y bienes necesarios que posibiliten
una vida digna a todos, como hijos de Dios.
Experiencia
¿Qué situaciones de hambre y/o pobreza enfrentan las personas en los ambientes cercanos
a ti: familias, niños, enfermos, sin empleo, adultos mayores, migrantes?
¿Qué acciones contra el hambre y la pobreza conoces? ¿Quién las organiza y quién las
realiza? ¿Dónde?
VER
El hambre y la pobreza: flagelo de muchos
La Ciudad de México es el principal motor económico de nuestro país, en ella operan
importantes centros financieros; los más reconocidos centros educativos y de investigación
científica; donde residen la mayoría de quienes ostentan el poder económico, político,
cultural, intelectual y artístico del país.
En contraste, un sector importante de la población en nuestra ciudad padece pobreza y
hambre. El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL,
2018) reporta, en la Ciudad de México:
30.6 % de población en situación de pobreza, de los cuales 1.7% viven en pobreza
extrema.
20.1 % de personas, carecen de acceso a servicios de salud.
48.3 % carecen de seguridad social.
8.1 % tiene rezago educativo.
5.1 % presentan carencia por calidad y espacios de la vivienda
13.9 % ¡no tienen acceso a la alimentación!
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Se observa también un creciente número de niños, adolescentes y adultos en situación de
calle. Si invitáramos a las personas que no tienen qué comer al Estadio Azteca, lo
llenaríamos ¡10 veces!
¿Qué entender por pobreza?
El CONEVAL establece algunos criterios para definir, identificar y medir la pobreza: ingresos,
rezago educativo, acceso a: servicios de salud, seguridad social, servicios básicos en la
vivienda, alimentación; calidad y espacios de la vivienda y grado de cohesión social.
Quienes sufren pobreza:
Tienen ingresos que pueden ir de los 37 a los 100 pesos diarios (para con ellos intentar
cubrir las necesidades familiares).
No han terminado su educación básica y un porcentaje pequeño (menos del 3 %,
según datos de la UNAM) no sabe leer ni escribir.
No cuentan con seguridad social ni facilidad para los servicios públicos de salud.
Sus viviendas resultan inadecuadas en materia de higiene y sana convivencia.
No poseen servicio de agua potable.
Muchos no pueden cubrir su propia alimentación, lo cual genera desnutrición y
enfermedades, bajo desarrollo cognitivo y otras problemáticas: deserción escolar,
violencia, delincuencia.
No tienen acceso a redes de apoyo que les ayuden: a ser atendidos en la
enfermedad, conseguir trabajo, obtener dinero, cuidar a sus hijos, realizar mejoras en
su domicilio o en su colonia.
JUZGAR
Dios escucha el clamor de los pobres
Dios es sensible al sufrimiento de los pobres y necesitados:
¡He visto la opresión de mi pueblo en Egipto, he oído el clamor que le arrancan sus
opresores y conozco sus angustias! Voy a bajar para librarlo del poder de los egipcios. Lo
sacaré de este país y lo llevaré a una tierra nueva y espaciosa, a una tierra que mana leche
y miel […] El clamor de los israelitas ha llegado hasta mí (Ex 3,7-9).
“Cuando el humilde invoca al Señor, Él lo escucha y lo salva de todas sus angustias” (Sal 34).
Los profetas denuncian y condenan las injusticias contra los pobres. Elías se enfrenta al rey
Ajab que manda asesinar a un súbdito para adueñarse de su viña (cf. 1 Rey 21,1-29). Amós
acusa a los poderosos de vender al pobre (cf. Am 2,6-8). Isaías condena la opresión a los
humildes (cf. Is 1,10-16). Jeremías señala la hipocresía de aquellos que celebran el culto y al
mismo tiempo oprimen a los pobres (cf. Jr 7,1-11). Ezequiel anuncia lo que le espera al que
oprime al pobre y comete injusticias (cf. Ez 18,11-13).
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Si el Señor escucha el clamor de los pobres, condena la injusticia y la opresión, todos
aquellos que han establecido una alianza con Él, están llamados a hacer lo mismo.
Dios alimenta a su pueblo
La historia de la salvación es historia de la ternura que Dios experimenta por su pueblo, al
que no deja de alimentar. Desde la Creación, hace brotar toda clase de árboles buenos
para comer (cf. Gn 2,9).
Yahvé sacia el hambre del pueblo en el desierto, haciendo llover codornices y maná (cf. Ex
16,4.13). El pueblo se sabe bendecido con alimento al llegar a la tierra prometida: tierra de
trigo y cebada, de la viña, la higuera, olivares y miel (cf. Dt 8,7-9). En la alianza que Dios
establece con su pueblo se compromete a que a nadie le faltará alimento (cf. Is 55,1-2). Por
eso, María proclama llena de gozo, alabando al Señor: “Engrandeció a los humildes. Colmó
de bienes a los hambrientos” (Lc 1,52-53).
Jesús se hace uno con los pobres
Jesús hizo suya la cercanía de Dios con los pobres. Él mismo vivió pobre y en medio de los
pobres... Al inicio de su ministerio Jesús proclama: “El espíritu del Señor está sobre mí, porque
me ha ungido para anunciar la buena noticia a los pobres” (Lc 4,18). Jesús dirige su
ministerio, sus obras y enseñanzas a los pobres, a los oprimidos, a los enfermos y a los
cautivos, como a sus principales interlocutores.
La multiplicación de los panes es una expresión viva y concreta de la compasión y
misericordia de Jesús hacia los pobres. Él invita a todos a participar del gran banquete y a
ser solidarios, poniendo en común lo que cada uno trae; este es el verdadero milagro, ¡la
puesta en común!
El hambre y la pobreza contradicen el proyecto divino
Las condiciones de vida de muchos abandonados, excluidos e ignorados en su miseria y
dolor, contradicen el proyecto del Padre y nos interpelan a un mayor compromiso a favor
de la cultura de la vida. El Reino de vida que trajo Cristo, es incompatible con esas
situaciones inhumanas. Los defensores de la vida del Reino no podemos cerrar los ojos ante
estas realidades, de lo contrario, nos situamos en el camino de la muerte: “Nosotros
sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a los hermanos. El que
no ama permanece en la muerte” (1 Jn 3,14) [cf. Documento de Aparecida 358].
El ser humano tiene una altísima dignidad, al estar hecho a imagen y semejanza de Dios (cf.
Gn 1,27), y es criatura amadísima de Dios (Sal 139, 13-15). El hambre y la pobreza son
realidades contrarias a una vida digna, como corresponde a los hijos de Dios. Los creyentes
estamos llamados a ser solidarios y colaborar para cuidar la vida de los más pobres,
procurándoles los medios necesarios para vivir, a través de programas sociales, educativos,
culturales (cf. Compendio de Doctrina Social1 132).
1 Pontificio Consejo de Justicia y Paz. Compendio de Doctrina Social de la Iglesia, 2014. De aquí en adelante
CDS,
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Solo el reconocimiento de la dignidad humana hace posible el crecimiento común y
personal de todos (cf. Sant 2,9). Para favorecer un crecimiento semejante es necesario, en
particular, apoyar a los últimos, asegurar efectivamente condiciones de igualdad de
oportunidades entre el hombre y la mujer, garantizar una igualdad objetiva entre las
diversas clases sociales ante la ley (CDS 145).
ACTUAR
La Iglesia ante el desafío de la pobreza
Desde León XIII hasta nuestros días, el Magisterio social de los papas ha insistido en el
compromiso hacia los pobres, enseñando cuatro principios fundamentales una vida digna y
equitativa:
El destino universal de los bienes. Los recursos de la tierra deben ser disfrutados por
todos.
La solidaridad. El compromiso de compartir los bienes y ayudar al que tiene menos.
La subsidiaridad. Es promover a las personas a salir por sí mismas, y hacerse cargo
de las carencias que dejan el Estado y la sociedad.
El bien común. Es trabajar para que todos puedan alcanzar su desarrollo pleno (cf.
CDS 449).
También el Magisterio Latinoamericano, desde Medellín hasta Aparecida, ha insistido en la
opción preferencial por los pobres, partiendo de la realidad de injusticia social que se vive
en la región.
El papa Francisco instituyó la Jornada Mundial de los Pobres al terminar el año de la
Misericordia (2017); los pobres son maestros que nos ayudan a vivir la fe de manera
coherente.
Si deseamos ofrecer nuestra aportación efectiva al cambio de la historia, generando un
desarrollo real, es necesario que escuchemos el grito de los pobres y nos comprometamos a
sacarlos de su situación de marginación (I Jornada Mundial de los Pobres, 4).
El Papa nos anima a amar y servir a los pobres como Jesús; tenderles la mano, encontrarlos,
mirarlos a los ojos, abrazarlos, hacerles sentir el calor del amor. “Si quieres honrar el cuerpo
de Cristo, no lo desprecies cuando está desnudo; no honres al Cristo eucarístico con
ornamentos de seda, mientras que fuera del templo descuidas a ese otro Cristo que sufre
por frío y desnudez” (San Juan Crisóstomo).
Acciones por una vida digna y equitativa
El compromiso de salir al encuentro y ponerse al servicio de los más pobres, supone en
primer lugar: Aliviar sus necesidades vitales como alimento, atención médica, vestido,
vivienda, escucha, amor; trabajar por su promoción humana, favoreciendo su crecimiento
integral. Trabajar e impulsar cambios estructurales, colaborando con y desde las
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instituciones para que los que sufren hambre y pobreza sean capaces de tomar en sus
manos su propio desarrollo y transformen su realidad, dejando atrás la condición de
pobreza. El compromiso para con los pobres, supone atravesar todas las estructuras, para
favorecer la solidaridad y la justicia (cf. Documento de Aparecida 395-396)…
COMPROMETERNOS ¿Qué acciones podemos realizar como grupo, movimiento o parroquia en nuestra
comunidad para aliviar el hambre y la pobreza?
¿Qué acción realizaremos en esta Mega Misión?
¿Cómo podremos darle seguimiento a las acciones que realicemos en la Mega Misión?
ORAR Benditas las manos que se abren para acoger a los pobres y
ayudarlos: Son manos que traen esperanza.
Benditas las manos que vencen las barreras de la cultura, la religión y
la nacionalidad derramando el aceite del consuelo en las llagas de la
humanidad.
Benditas las manos que se abren sin pedir nada a cambio, sin peros ni
condiciones: Son manos que hacen descender sobre los hermanos la
bendición de Dios.
Papa Francisco
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FUENTE: Arquidiócesis Primada de México, Testimoniar el Evangelio de la vida, Comunicamos amor
por la vida, PPC, 2019.
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