Junio 2009

32
IN URO JUNIO 2009 Nº 33 REVISTA MARXISTA ELECTRÓNICA DEL PARTIDO OBRERO REVOLUCIONARIO Se difunde por suscripción gratuita. Si deseas recibirla en tu dirección de correo electrónico, suscríbete en: http://www.netpor.org /esp/sinmuro.html [email protected] www.netpor.org Fundador: Arturo van den Eynde (Aníbal Ramos) Las fotografías de este número son de Dorothea Lange (1895-1965). LAS ESTRECHECES DE VIVIR EN LA IZQUIERDA CARLOS GIRBAU p. 2-10 UN ANÁLISIS HISTÓRICO-ECONÓMICO CLÁSICO DE LA ACTUAL CRISIS ROBERT BRENNER p. 11-23 El despido sin causa del trabajador en situación de incapacidad temporal ALBERT TOLEDO OMS p. 24-29 Club Sportiu Júpiter. El equipo de los obreros que hicieron la revolución ANDREA SCERESINI p. 30-32

description

Las recientes elecciones europeas han dado la victoria a la derecha, tanto en Europa como en el Estado español. La izquierda socio-liberal (la socialdemocracia) ha sido una de las grandes derrotadas. Pero no le ha ido mucho mejor a la izquierda alternativa, transformadora o revolucionaria.

Transcript of Junio 2009

Page 1: Junio 2009

IN URO J U N I O 2 0 0 9 N º 3 3

REVISTA MARXISTA ELECTRÓNICA DEL PARTIDO OBRERO REVOLUCIONARIO

Se difunde por suscripción gratuita.Si deseas recibirla en tu dirección de correo electrónico, suscríbete en:

http://www.netpor.org/esp/sinmuro.html

RO [email protected]

Fundador:Arturo van den Eynde(Aníbal Ramos)

Las fotografías de este número son de Dorothea Lange (1895-1965).

LAS ESTRECHECES DE VIVIR EN LA IZQUIERDA

CARLOS GIRBAU

p. 2-10

UN ANÁLISISHISTÓRICO-ECONÓMICO

CLÁSICO DE LA ACTUAL CRISISROBERT BRENNER

p. 11-23

El despido sin causadel trabajador en situación

de incapacidad temporalALBERT TOLEDO OMS

p. 24-29

Club Sportiu Júpiter.El equipo de los obreros

que hicieron la revoluciónANDREA SCERESINI

p. 30-32

Page 2: Junio 2009

SinMuro, núm. 33 (junio 2009) 2

LAS ESTRECHECES DE VIVIR EN LA IZQUIERDA

Carlos Girbau

Las recientes elecciones europeas han dado la victoriaa la derecha, tanto en Europa como en el Estado español.La izquierda socio-liberal (la socialdemocracia) ha sidouna de las grandes derrotadas. Pero no le ha ido mucho

mejor a la izquierda alternativa, transformadorao revolucionaria. De nuevo surge la pregunta ¿qué hacer? ante una situación de crisis económica capitalista y ante

la dificultad de reorganizar el espacio político a la izquierda de los socialistas. Publicamos una aportación a ese debate.

A veces los obreros triunfan; pero su triunfo es efímero. El verda-dero resultado de las luchas no es el éxito inmediato, sino launión cada vez más extensa de los obreros.

Esta organización del proletariado en clase y, por tanto, enpartido político, vuelve sin cesar a ser socavada por la competen-cia entre los propios obreros. Pero resurge, y siempre más fuerte,más firme, más potente. Aprovecha las disensiones intestinas de

Page 3: Junio 2009

SinMuro, núm. 33 (junio 2009) 3

los burgueses para obligarles a reconocer por la ley algunos inte-reses de la clase obrera.

La condición de existencia del capital, es el trabajo asala-riado. El trabajo asalariado descansa exclusivamente sobre lacompetencia de los obreros entre sí. El progreso de la industria,del que la burguesía, incapaz de oponerse es agente involuntario,sustituye el aislamiento de los obreros, resultante de la compe-tencia, por su unión revolucionaria mediante la asociación. Así,el desarrollo de la gran industria socava bajo los pies de la bur-guesía las bases sobre las que ésta produce y se apropia de lo pro-ducido. La burguesía produce, ante todo, sus propiossepultureros. Su hundimiento y la victoria del proletariado sonigualmente inevitables.

Manifiesto del Partido Comunista 1848

En España vivir políticamente a la izquierdadel PSOE es una tarea llena de trabas. Lacorriente bipartidista que nos invade achicainexorablemente los espacios que orillanese gran río central ocupado por PP y PSOE. Las elecciones del 7 de junio al ParlamentoEuropeo confirman, una vez más, esa ten-dencia. Ese mar de fondo bipartidista tienesu primera razón de ser en profundas basesobjetivas. Obviamente, quienes viven en esaestrecha franja a la izquierda no se resignana su suerte y procuran constantementeampliarla, reinventarse. Buena prueba deesos intentos, más allá de las dificultadesreales que encuentran para su desarrollo, desus diferencias y de su peso específico enafiliados y votos, son, por ejemplo, la pro-puesta de refundación que IU surgida de suúltima asamblea, el nacimiento deIzquierda Anticapitalista y las 17 mil firmasrecogidas para lograrlo, o la nueva perspec-tiva en la que trabaja la izquierda interna-cionalista. A pesar de todos esos intentos, ladivisión parece perpetuarse ajena a ellos.¿Estaremos condenados como Sísifo?

DEL 86 AL 2004,OTAN VERSUS GUERRA

Antes de llegar a los proyectos antes cita-dos, deberemos forzosamente echar unamirada al pasado, a años en los que se pro-dujeron los cambios que nos han traído

con ellos la irresuelta división, más malque bien, hasta hoy.

En 1986 se celebró el referéndum sobrela entrada de España en la OTAN. El resul-tado fue la victoria del Sí. La derrota del Nosignificó una importante modificación en lavida del estrecho espacio que nos ocupa. Deun lado, sentenció la suerte de los grupos deextrema izquierda que habían crecido sobrela espuma de la potente ola de moviliza-ción social y política que acompañó el fin dela dictadura y los primeros pasos del actualrégimen constitucional. El resultado delreferéndum significó el fin tanto de esaespuma como de sus moradores. La posibi-lidad de provocar el descarrilamiento delplan de la transición expiró junto al sí a laOTAN. La vía parlamentaria, burguesa,lenta, pacífica y disolvente de la opciónrevolucionaria en la ciudadana habíaganado por mucho tiempo.

No es sólo que varios de tales gruposrevolucionarios no siguieran existiendo,sino que su lugar quedó relegado cada vezmás a la simple propaganda. A pesar deello, aún hubo intentos de resistir. El másamplio, aunque no exento de muchas limi-taciones, fue la fallida unificación del MCEcon la LCR1.

1. Para más información: http://uruguay.indymedia.org/news/2003/06/15446.php.

Page 4: Junio 2009

SinMuro, núm. 33 (junio 2009) 4

Por otra parte, el referéndum fue el findel PCE tal y como la transición lo habíapuesto en escena. Nacía entoncesIzquierda Unida, una izquierda nucleadaalrededor del PCE, pero que ya no era sóloPCE2.

La movilización contra el ingreso enla OTAN representó un medio para cons-truir tejido social y para movilizar al queluchó contra el franquismo. La parte másconciente de lo que se forjó en la luchacontra la dictadura vio en el esfuerzo del86 una oportunidad y la aprovechó. Secrearon comités anti-OTAN en cada rin-cón; nada quedó al margen de esa pelea,incluso el PSOE felipista llegó a divi-dirse.

El triunfo del Sí a la OTAN no terminócon la deriva neoliberal y pro imperialistadel gobierno de González, sino que la pro-fundizó. Hubo importantes movilizacio-nes, incluidas varias huelgas generales,que permitieron llenar de aire (diputados)las velas de la recién nacida IzquierdaUnida, pero que a la vez llevaron el propiogermen de su división.

Cegada la posibilidad de una vía revolu-cionaria, la presión a favor del parlamenta-rismo y las reformas como el único métodode medir los avances ganó incluso entrelos defensores del No a la OTAN. Fuerontales sectores, con IU como máximo expo-nente, quienes capitalizaron el ciclo demovilización que acompañó al felipismo.

Tres lustros después el escenario fuedistinto. El bienio 2002-2004, marcadopor un continuado proceso de movilizacio-nes, comparable sólo al del final de la dic-tadura y determinante para desalojar al PPde la Moncloa, no llegó a insuflar fuerzamilitante a prácticamente ningún espacio.Era como, si de repente, la montañahubiera parido un ratón. Hubo muchamovilización y muy masiva, pero su crista-lización fue casi exclusivamente electoral.De ahí también la dificultad para llegar atransformar la derrota electoral del PP enuna derrota inapelable para la derecha ensu conjunto.

En resumen, se logró desalojar delpoder al PP a través del PSOE deZapatero, pero no se consiguió refor-zar ningún espacio a la izquierda másallá de ese hecho. Se revelaron asívarios problemas: la falta de nuevotejido social, el agotamiento deltejido “siempre”, así como el de lasfuerzas crecidas al calor del esfuerzopor responder por la izquierda al feli-pismo y el manteniendo, en un marcode general caída, de la división de lasfuerzas más pegadas a la idea de larevolución. En definitiva, reinven-tarse empezó a ser de nuevo la urgen-cia. Pero ¿cómo hacerlo y con quiéncuando el tejido social se encoge y ladivisión permanece? Tales cuestiones,determinantes e irresueltas hoy, se hallanen el fondo de la tela de araña bipartidistade la que hablábamos al principio.

NUEVO Y VIEJO

La globalización y su política, el neolibera-lismo, han representado una recuperaciónde la iniciativa por parte de la burguesía dela mano de un crecimiento económico aso-ciado a una recuperación clara de la tasa debeneficio del capital. Lo primero que debe-mos señalar es que hoy ese modelo está encrisis. Tal hecho, que objetivamente debi-lita el dominio burgués, no puede llevarnos

2. Participaron en la fundación de IU: PCE(Partido Comunista de España), PASOC(Partido de Acción Socialista), IR (IzquierdaRepublicana), FP (Federación Progresista), PH(Partido Humanista), PCPE (PartidoComunista de los pueblos de España). Otrosgrupos como el PST o Unificación Comunistadesistieron de formar parte de la misma. ElPOR intentó participar en varias asambleas debase, sobre todo el Madrid, encontrándose coninnumerables obstáculos y vetos que, en aquelmomento, le llevaron a desistir de formar partede ese proyecto. Más información en: http://www.izquierda-unida.es/federal

Page 5: Junio 2009

SinMuro, núm. 33 (junio 2009) 5

a la conclusión de que los años pasados nohayan dejado sus réditos en las concienciaso la organización de la clase. Es más, van amarcar y, de hecho marcan ya, los diversosintentos de respuesta a esta situación y losdiferentes esfuerzos de la izquierda trans-formadora y revolucionaria por reinven-tarse.

En estos momentos, “lo viejo” aún tienemucho peso en la situación, mientras “lonuevo” a penas deja verse.

El parlamentarismo combinado con lamovilización por ciertas reformas siguesiendo el eje de la política. Para ser másprecisos: la correlación parlamentariaocupa aún el primer puesto, mientras lasmovilizaciones, que apenas se inician, secentran más en no perder (empleo, sobretodo) y en pedir más dinero al Estado (pla-nes especiales para salvar empresas y ban-cos, prolongación de subsidios) que enpropuestas claras contra los causantes dela crisis: los grandes capitalistas. Así,medidas como subidas de impuestos a losricos, mayor control del Estado, recupera-ción de lo público o el combate contra laeconomía sumergida no van todavíamucho más allá de los escritos y discursos.

En segundo lugar, estos años de globa-lización han tenido un valor disolvente enlas conciencias y en las organizaciones. Losinstrumentos para la defensa de los traba-jadores y oprimidos (partidos, sindicatos,asociaciones) han demostrado una capaci-dad bastante limitada para hacerle frente ala avalancha neocon. Para empezar, lossocialistas no han dudado en defender cri-terios socialiberales que, lejos de frenar elataque globalizador, se han limitado aadaptarlo. Por su parte, los sindicatos, a lapar que han ido ganando espacios en lavida oficial, han visto como buena parte delos elementos que los hacían fuertes per-dían peso. La política de pactos y regula-ciones, sometida a la lógica del Estadomenguante que nos ha traído el neolibera-lismo y sus privatizaciones, ha perdido efi-cacia, de la misma manera que han

perdido poder los gobiernos y lo hanganado las grandes empresas. En otraspalabras: la separación creciente entregobierno y poder ha ido vaciando talescaminos de resultados positivos.

Un tercer elemento es que la fuerza detrabajo ha crecido en este período a granvelocidad, tanto que ha sido inclusonecesaria la llegada de un númeroimportante de inmigrantes. No fue sufi-ciente, ni siquiera, el aumento habido enla tasa de ocupación femenina. Elnúmero de trabajadores hoy es superioral de hace 20 años, pero su fragmenta-ción, su diferenciación en contratos yderechos, también lo es.

En cuarto lugar, múltiples problemas sehan agolpado en este tiempo y lo hanhecho bajo el prisma de la descentraliza-ción propiciada por las autonomías. Así,los problemas de siempre (sanidad, educa-ción, empleo, vivienda...) ya no se vivenigual que hace 20 años. Además, los cam-bios poblacionales y los efectos del modelode desarrollo han ido grabando la piel detoro con nuevas cuestiones como lasambientales, el agua, los cultivos, la nuevapoblación y otras culturas y religiones.Ciertamente, tales problemas han gene-rado a su vez un cierto tejido social nuevoque, a pesar de su combatividad, por logeneral no supera el carácter de reducidosnúcleos y casi siempre de naturaleza localo regional.

Un quinto aspecto tiene que ver en loideológico. La presión globalizadora haextendido la idea de que no hay más allá;de que el capitalismo es un horizonte nosuperable. Todo ello ha ido acompañadode un amplio descrédito del marxismo y delas teorías revolucionarias en general y,por tanto, de un cierto aislamiento de quie-nes se reclaman de ello.

Sexto, ante las dificultades de avanzaralternativas a la globalización y sus efectos,ante el desprestigio de la política, ante lafalta d entro de la izquierda transforma-dora y revolucionaria han buscado salidas

Page 6: Junio 2009

SinMuro, núm. 33 (junio 2009) 6

más ideológicas que prácticas que, par-tiendo de una realidad concreta cada vezmás deslavazada, les impide resolver ladivisión que en estos años de falta de resul-tados se ha ido generando.

SÍSIFO ATACA

La Mitología griega señala como en elinfierno Sísifo fue obligado a empujar unapiedra enorme cuesta arriba por unaladera empinada, pero antes de que alcan-zase la cima de la colina la piedra siemprerodaba hacia abajo y Sísifo tenía que empe-zar de nuevo desde el principio. La historiaque nos ocupa nos recuerda el mito.Hemos caminado 20 años atrás en esteartículo para señalar, de un lado, loimpregnadas de pasado y de viejos méto-dos que aún están las propuestas de rein-vención de la izquierda transformadora yrevolucionaria y, del otro, la falta de savianueva en la que viven. Sabedores de queesta crisis económica capitalista va a traermás y buenas movilizaciones, los actualesintentos de la izquierda por ampliar sulugar representan, en realidad, intentosque anuncian cambios. Si bien, no por ellodejan todavía de estar dominados por fal-sos espejos, más exactamente, por caminosque, bajo su forma actual, difícilmentedarán mucho más de sí. 3

Con todos los respetos, empezando porel que nos merecemos nosotros mismos,que estamos metidos de hoz y coz en lalucha por la refundación de IU, lo que ver-daderamente está en juego es la “refundi-ción” del conjunto del espacio, más que larefundación de uno de sus polos. Cierta-mente, la forma del debate parte de la exis-

tencia de varios polos y de variosproyectos, pero ello no cambia el fondo delproblema, sino que condiciona la forma deldebate.

En este sentido, empujar por esarefundición a partir de IU tiene másventajas que hacerlo desde cualquierotro marco, dado que en IU sesuman varias potencias de fuego,desgastadas y castigadas pero realesy muy necesarias hoy: cargos elec-tos, sindicalistas y relación recono-cida con la vanguardia.

Al comienzo del artículo señalábamosla existencia de distintos intentos derecomponer este estrecho espacio en elque vivimos aquellos que nos situamos ala izquierda del PSOE. Hacíamos refe-rencia a su diversidad para resaltar,sobre todo, la división y las dificul-tades de las que se parten y no porconsiderar que todas esas iniciati-vas vayan a pesar lo mismo en esareorganización necesaria. Al con-trario, en Izquierda Unida más queen ningún otro sito está la clave,posibilidad y margen de ese estre-cho espacio a la izquierda del PSOE.La suerte de IU marcará la de eseespacio por mucho tiempo. El pesopolítico, numérico, institucional y,sobre todo, su naturaleza referen-cial para los trabajadores más con-cientes del Estado que se hallanmayoritariamente unidos a los sin-dicatos hacen de IU el campo en elque se va a jugar la parte del leóndel partido por la izquierda trans-formadora. En otras palabras, elfuturo de quienes vivimos a laizquierda de la izquierda, estén o noen IU, no pasará al margen de lasuerte de los afiliados, votos, conce-jales o diputados de esta formación.No es una profesión de fe, sino unhecho objetivo que viene precisa-mente del desarrollo los últimos 20años, años en los que IU ha agru-

3. Los resultados de las elecciones europeas2009, abundan en lo indicado: IU mantienesus dos diputados, si bien sigue en una lentapérdida de voto. Por su parte, IzquierdaAnticapitalista logra el 0,16%. Por último,Izquierda Internacionalista no logra, fuera delPaís Vasco, dejar de ser una fuerza muymarginal.

Page 7: Junio 2009

SinMuro, núm. 33 (junio 2009) 7

pado y representado, con matices,al sector determinante de la van-guardia. O sea, el sector politizado ysu relación viva y directa con laclase trabajadora.

En resumen, si la fundación de IU o elintento de unificación del MCE y la LCR nopasaron al margen, sino que directamenteatravesaron el movimiento anti-OTAN, esdecir, cabalgaron y nacieron entre lo viejoy lo nuevo de esa lucha de sus tendencias yfuerzas políticas, ahora no será diferente.Aunque esa izquierda se halle hoy en suconjunto más débil, aunque aún la movili-zación sea escasa, el futuro de ese espaciopasará por lo viejo agrupado y por susconexiones con lo nuevo. Es decir, pasará,sobre todo, por IU.

En su IX asamblea federal IzquierdaUnida lanzó su propuesta de refundación.Reconoció así el agotamiento de las basesque la vieron nacer (la OTAN) y postulópor buscar otras nuevas. En la resoluciónadoptada por su Presidencia Federal seseñala que se persigue: “Un movimientopolítico- social que apuesta por la IIIrepública y el socialismo del siglo XXIcomo marco superador de las deficienciase incumplimientos del actual modelo cons-titucional4”. Por su método, la refundaciónpretende unir lo que existe en los movi-mientos sociales y darles voz, eso sí, sobrela base de ayudar al cuerpo programáticode IU representados por ese socialismo yesa república.

Llama la atención que el lanza-miento a la “refundación” no hayadetenido la crisis de IU. Poco antesde la propia asamblea, EspacioAlternativo, el vertebrador de laactual Izquierda Anticapitalista,abandonaba esta formación, desvin-culándose de esa perspectiva. Mesesdespués, Esker Batua Berdeak, separtía y para concluir, Rosa Aguilar

entraba en el gobierno andaluz delPSOE. En consecuencia, lo primero quedebemos señalar es que no ha sido sufi-ciente con proclamar la necesidad derefundar para frenar la división y la crisisen IU.

Lo segundo es el poco “entusiasmo” queha generado en el castigado tejido social lapropuesta. Ambos hechos, demuestran loslímites de la iniciativa en su forma actual:discursiva, ideológica e interna.

Si hablamos de otras iniciativas comola referida de Izquierda Anticapitalista,observamos que nacen aún más domina-das que IU por criterios ideológicos pre-vios, asumidos sólo por algunoscentenares de activistas en el Estado.Independientemente de la voluntadde quienes impulsan ese agrupa-miento, su pequeño tamaño y sufalta de incidencia no les ayudan asuperar el mal común que tambiénse halla en IU: el empeño porreunir en torno a un polo progra-mático previamente definido aque-llo que ya existe. Hablando en plata:se pone el carro antes que los bueyes. Nose trata de rehuir de las ideologías, o dedisolverlas, sino de ponerlas en contactovivo con la lucha tal y como aparece yayudar así a que ésta gane, probándolas,reforzándolas con las conquistas y elaporte de una nueva generación.

Primero se minusvalora la mala situa-ción ideológica en la que estamos tras 30años de neoliberalismo. Es decir, el descré-dito del marxismo, la desconfianza en lapropia política y en la posibilidad de uncambio profundo de la sociedad.

En segundo lugar la llamada extremaizquierda parece no haber sacado balancealguno de por qué en etapas con muchamás movilización, activismo y conciencia,por ejemplo la lucha contra Franco o lapropia lucha contra la OTAN, ese caminovisto con la perspectiva de loa años, no diomás resultado que estallidos, reducción ala propaganda e incapacidad práctica para

4. Más información en: http://www.izquierda-unida.es/federal

Page 8: Junio 2009

SinMuro, núm. 33 (junio 2009) 8

crear un polo estatal revolucionario quemereciera tal nombre.

Tercero: en el caso de Izquierda Unidatampoco se lleva hasta el final el balance dela etapa anguitista y su “programa, pro-grama, programa”. Esa fue otra variante dereunir bajo un programa previamente defi-nido, el de IU, al poderoso movimiento sin-dical y de rechazo al PSOE felipista. Dichointento, acabó en un sonoro fracaso. GanóAznar y se demostró que ese “programa” ysu método, estricto recuento parlamenta-rio, resultó incapaz de ofrecer expresiónpolítica a toda esa izquierda que salía a lacalle rechazando la política de González,incluso de mantener la unidad en IU.

Cuarto: se trabaja como si existiera unmovimiento que nos está esperando conlos brazos abiertos y buscando propuestasy polos que lo agrupen, cuando en realidadlo que existe es una profunda división queninguna de esas iniciativas resuelve.

La falta de victorias, la desconfianza enlas propias fuerzas han debilitado a todoslos movimientos, especialmente a los de laizquierda. Los ha ido reduciendo a unespacio de vanguardia. Un espacio que, asu vez, se halla dividido en múltiples luga-res y frentes que defienden con uñas ydientes su matiz y soberanía. Unos espa-cios que no esperan programa alguno queles “salve”, sino que y como mucho, quie-ren ayudar a construir un programa.

Quinto: no se tiene en cuenta la escasamovilización actual, tampoco su caráctermayoritariamente ciudadano, no organi-zado y escasamente conectado con esetejido social plural, diverso y bastanteideológico existente hoy.

Alguien puede entonces pregun-tar: ¿Y el programa? La respuesta esde nuevo otra pregunta: ¿podemosavanzar más en la claridad de eseprograma y el fortalecimiento de

Page 9: Junio 2009

SinMuro, núm. 33 (junio 2009) 9

marxismo revolucionario sin consi-derar como un problema central:

a) el peso de una división existenteen el seno de la izquierda de laizquierda que se alarga durantelustros y

b) la falta de conexión del conjuntode la izquierda revolucionaria ytransformadora con los trabaja-dores?

Aprendimos que el programa es lacompresión común de las tareas y laorganización es el medio. A pesar deello en el marco de la movilizaciónque acompañó el fin de la dictaduray sirvió para que floreciera la polí-tica revolucionaria en parte de lajuventud y la clase trabajadora, nollegamos los revolucionarios a cons-truir un programa que respondiera alas tareas, ni siquiera la base comúnde muchos de ellos fue suficientepara transformar ese esfuerzo enuna organización estatal, plural ycentralizada. Así cada opción, empu-jada por la movilización, tendía apensar que sus logros militantesexplicaban la fuerza revolucionariade su matiz ideológico, más que lafuerza ante la tarea del propio movi-miento en su conjunto, incluidas suspartes más reformistas. Bastó que seesfumara la posibilidad de transfor-mar el fin de la dictadura en una cri-sis revolucionaria, para que todosesos grupos revolucionarios y susmatices empezáramos, al igual queel marxismo, a pasarlo mal. 30 añosdespués podemos decir que esecamino no ha sido útil para el avancedel marxismo, ni tampoco para el desus matices más revolucionarios;por el contrario, sí ha demostrado sueficacia a la hora de mantener unadivisión que empobrece a todos ysigue dificultando acercarse al

núcleo central de los trabajadores ysu mentalidad.

REFUNDAR,UNA NECESIDAD

Señalamos anteriormente los límites de lapropuesta refundadora que IU y del restode propuestas que empiezan a estar sobrela mesa. Ahora bien, más allá de su formaactual, todas y cada una de ellas intentanresponder a un problema objetivo que noes otro que la necesidad real y profunda derefundar, de regenerar la izquierda de laizquierda.

Cualquier cambio político que merezcael nombre de tal sólo puede darse con laparticipación de la clase trabajadora y, den-tro de esa clase, sabemos que su corazónrepresenta la parte determinante. Aquellosque bombean la sangre del movimientoobrero constituyen el núcleo principal paracualquier política transformadora. Su evo-lución es lo que definirá el ritmo real de esarefundación y regeneración de la izquierdade la izquierda.

Hoy, ese sector, igual que el conjuntode los trabajadores y la mayoría de secto-res progresistas, sienten que el parlamentoes la base de la política. La acción reivindi-cativa, la movilización representa, sobretodo, un medio para mejorar esa realidadlegal y parlamentaria, y no al revés. Esdecir, la movilización se ve exclusivamentecomo presión sobre el parlamento.

Por tal razón, todo aquel que no tengaun pie mirando a esos parlamentos y a serposible, metido en ellos, y el otro piepisando la calle no jugará papel alguno enel corazón de esa refundación, más allá dela formación en la que esté.

La base sobre la que sostener elcambio de conciencia necesario parapasar a la ofensiva, para inclinar lascosas, no ya hacia el socialismo, sinosimplemente hacia una izquierdacon fundamento comienza por agrandar elactual sustrato social sobre el que nos

Page 10: Junio 2009

SinMuro, núm. 33 (junio 2009) 10

movemos de la única manera en que ello esfactible: a partir de victorias parciales.Tales victorias permitirán recuperar con-fianza e ir abriendo la puerta a un pro-grama. Esa es la puerta a la refundación yesas “pequeñas cosas”, la llave necesariaque abre esa puerta.

En este sentido, el documento de laPresidencia Federal de IU acierta, a pesarde su fatal y confuso redactado, con elfondo de la cuestión al afirmar que con larefundación se busca: “un marco supera-dor de las actuales deficiencias e incum-plimientos constitucionales”. Dicho deotra manera: la refundación dará sus pri-meros pasos de la mano de un movimientopor reformas, por mejoras y cambios en losocial y en lo político del actual ordenconstitucional.

Ahora bien, el documento hierra en suproclamación a favor del socialismo delsiglo XXI y la III república. No por la nece-sidad, evidente y deseable de ambas cosas,sino porque no es el papel el lugar donde seproduce esa fusión, sino la movilización, lacalle, el tejido social y éstos se encuentranmuy lejos hoy de ambas cosas. Por tanto,proclamarlas no como objetivo, sino comotarea, supone cerrar el saco antes de que lapieza esté dentro.

Por supuesto, refundar exige tambiénregenerar ideológicamente a la izquierda yexige definir qué será ese socialismo delsiglo en el que estamos. Sin embargo, estatarea no puede hacerse al margen delactual descrédito del marxismo, de la difi-cultad por ir más allá del capitalismo, nidel montón de condicionantes que pesancomo verdaderas losas en el movimiento ysu pequeñez.

A pesar del dinamismo que nos aportael esfuerzo “refundador” del Nuevo PartidoAnticapitalista en Francia, no podemos porello ignorar otra lección que en estos 30años hemos visto en Brasil, Argentina o enel propio Estado español y que podemos

resumir en la siguiente máxima: el con-trario no desaparece, no muere. Enotras palabras, todo éxito de una partetraerá forzosamente la reorganización delespacio y del resto, pero no logrará resol-ver el fondo de la división. Ésta revela unay otra vez la necesidad de la comprensióncomún de las tareas, no la de cada uno, nisiquiera la simple suma de varias, y marcade manera inexorable los límites actualesde todos y cada uno de los esfuerzos.

Refundar es construir algo nuevo y paraello hay que permitir probar caminos másallá de la posición ideológica de cada uno.Hay que buscar la confluencia, aceptandouna diversidad que obligatoriamenteactuará durante un tiempo en paralelo..

Trabajar la refundación en esa senda(refundición/regeneración de todo elespacio) representa el mejor medio paralograr que el marxismo revolucionariotenga el lugar que le corresponde. Deste-rremos definitivamente a Sísifo y supesada roca.

Carlos Girbau

Page 11: Junio 2009

SinMuro, núm. 33 (junio 2009) 11

UN ANÁLISISHISTÓRICO-ECONÓMICO

CLÁSICO DELA ACTUAL CRISIS

Necesitamos conocer las razones de la actual crisis capita-lista, para comprenderla y sobre todo para poder convertirel fracaso del neoliberalismo en una palanca para la trans-formación de la sociedad. Esta entrevista a Robert Brennernos ofrece la ocasión para entender y profundizar en ella.

La mayoría de analistas calificanla presente crisis como crisis financiera.

¿Está usted de acuerdo con esta denominación?

Es comprensible que los analistas de la crisishayan situado el punto de partida en labanca y el mercado de valores. Pero el pro-blema es que no han ido más allá. Empe-zando por el propio secretario del Tesoro,Paulson, y el presidente de la Reserva Fede-ral, Bernanke, han sostenido que la crisispuede explicarse en simples términos deproblemas en el sector financiero. Al mismo

tiempo, aseveran que la economía real sub-yacente es fuerte, que los llamados funda-mentos están en forma. La desorientación nopodría ser mayor. El principal origen de lacrisis actual está en el declive del dinamismode las economías avanzadas desde 1973 y,especialmente, desde 2000. El crecimientoeconómico en los EEUU, Europa occidentaly Japón se ha deteriorado seriamente en

Page 12: Junio 2009

SinMuro, núm. 33 (junio 2009) 12

cada ciclo en términos de indicadoresmacroeconómicos muy estándar: PIB, inver-sión, salarios reales, etc. Aún más, el cicloeconómico recién acabado, desde 2001 hasta

2007, ha sido, con mucho, el más endebledesde el período de posguerra, y ello a pesardel mayor estímulo económico público de lahistoria de los EEUU en tiempo de paz.

¿Cómo explicaría el debilitamiento a largo plazode la economía real desde 1973,

lo que usted llama la larga caída?

Lo que lo explica es sobre todo un decliveprofundo y duradero de la tasa de rendi-miento en inversión de capital desde finalesde los sesenta. La incapacidad de recuperarla tasa de beneficio es lo más destacable a lavista de la enorme caída de los salarios rea-les durante el período. La causa principal,aunque no la única, del declive de la tasa debeneficio ha sido una tendencia persistentea la sobrecapacidad en las industrias manu-factureras mundiales. Lo que ha ocurrido esque nuevos poderes industriales fueroningresando, uno tras otro, al mercado mun-dial: Alemania y Japón, los nuevos paísesindustrializados del noreste asiático, lostigres del sureste asiático y, finalmente, elLeviatán chino. Esas economías de desarro-llo tardío producían los mismos bienes queya producían las economías más temprana-mente desarrolladas, pero más baratos. Elresultado ha sido un exceso de oferta enrelación con la demanda en una industriatras otra, y eso ha implicado precios y, por

lo mismo, beneficios bajos. Las empresasque han sufrido reducción de beneficios,además, no han abandonado dócilmentesus industrias. Han intentado conservar sulugar recurriendo a la capacidad de innova-ción, aumentando la inversión en nuevastecnologías. Huelga decir que eso no hahecho más que empeorar la sobrecapaci-dad. A causa de la caída de su tasa de rendi-miento, los capitalistas obtenían plusvalíascada vez menores de sus inversiones. De ahíque no tuvieran más opción que aminorar elcrecimiento en maquinaria, equipo yempleo; y, al tiempo, a fin de restaurar larentabilidad, contener las indemnizacionespor desempleo, mientras los gobiernosreducían el gasto social. Pero la consecuen-cia de todos estos recortes de gasto ha sidoun problema de demanda agregada a largoplazo. La persistente endeblez de lademanda agregada ha sido el origen inme-diato de la endeblez a largo plazo de la eco-nomía.

La crisis, en realidad, ha sido provocada por el estallidode la histórica burbuja inmobiliaria, que se ha estado inflando

durante toda la década. ¿Cómo juzga su importancia?

La burbuja inmobiliaria debe entenderseen relación con la sucesión de burbujas deprecios de activos que ha sufrido la econo-mía desde mediados de los noventa y,especialmente, con el papel de la ReservaFederal estadounidense en alimentardichas burbujas. Desde el principio de lalarga caída, las autoridades económicaspúblicas han intentado capear el pro-blema de una demanda insuficienteincentivando el aumento del préstamo,

tanto público como privado. De entrada,recurrieron al déficit presupuestario, evi-tando así recesiones verdaderamente pro-fundas. Pero, con el tiempo, los gobiernosconseguían inducir cada vez menos creci-miento económico de lo que tomaban apréstamo. En efecto, a fin de conjurar eltipo de profundas crisis que han acosadohistóricamente al sistema capitalista, hantenido que aceptar la tendencia hacia elestancamiento. Durante los primeros

Page 13: Junio 2009

SinMuro, núm. 33 (junio 2009) 13

noventa, los gobiernos en los EEUU yEuropa, encabezados por la administra-ción Clinton, intentaron célebrementeromper su adicción al endeudamiento,poniendo todos proa de consuno hacia elterritorio de los presupuestos equilibra-dos. La idea era dejar que el mercado libregobernara la economía. Pero, como aúnno se había recuperado la rentabilidad, lareducción de los déficits asestó un durogolpe a la demanda y contribuyó a produ-cir, entre 1991 y 1995, la peor de las rece-siones y el más bajo crecimiento de la erade posguerra. Para lograr que la economíavolviera a una senda de crecimiento, lasautoridades estadounidenses acabaronadoptando un enfoque aplicado por pri-mera vez en el Japón de fines de losochenta. Mediante la imposición de tiposde interés bajos, la Reserva Federal facili-taba el préstamo al tiempo que incenti-vaba la inversión en activos financieros.Al dispararse los precios de los activos, las

empresas y familias obtendrían enormesaumentos de riqueza, al menos sobre elpapel. Estarían, por tanto, en condicionesde tomar préstamos a una escala titánica,de incrementar infinitamente la inversióny el consumo y, así, conducir la economía.El déficit privado, pues, vino a sustituir aldéficit público. Lo que podría llamarsekeynesianismo de precios de activos susti-tuyó al keynesianismo tradicional. Portanto, durante la última docena de añoshemos asistido a un extraordinario espec-táculo en la economía mundial, y es que lacontinuación de la acumulación de capitalha dependido literalmente de unas olea-das de especulación de dimensiones his-tóricas cuidadosamente alimentadas yracionalizadas por los diseñadores y regu-ladores de las políticas públicas: primero,la burbuja del mercado de v de finales delos noventa, y después, las burbujas de losmercados inmobiliario y crediticio de losprimeros años 2000.

Usted fue profético al prever la actual crisis, así como la recesión de 2001.

¿Cuál es su perspectiva respecto a la economía mundial? ¿Empeorará o se recuperará antes del final de 2009?

¿Espera que la actual crisis sea tan severacomo la gran depresión?

La crisis actual es más seria que la peor delas recesiones previas del período de pos-guerra, la que se dio entre 1979 y 1982, y esconcebible que rivalice con la Gran Depre-sión, a pesar de que no hay modo de saberlorealmente. Quienes se dedican a la realiza-ción de pronósticos económicos subestima-ron su virulencia porque sobreestimaron lasolidez de la economía real, sin comprenderhasta qué punto dependía ésta de una acu-mulación de deuda fundada en las burbujasde los precios de los activos. En los EEUU,el crecimiento del PIB durante el recienteciclo económico de 2001-07 ha sido, conmucho, el más bajo de la época de posgue-rra. No ha aumentado el empleo en el sectorprivado. El incremento de maquinaria y

equipo ha sido cerca de un tercio más bajoque el de la posguerra. Los salarios reales sehan mantenido prácticamente estancados.Por primera vez desde la Segunda GuerraMundial, no se han registrados aumentosen el ingreso medio familiar. El crecimientoeconómico ha ido a parar íntegramente alconsumo personal y a la inversión en resi-dencia, lo que ha sido posible por el créditofácil y el aumento de los precios de lavivienda. El resultado económico ha sidoesta endeblez, aun a pesar del enorme estí-mulo de la burbuja inmobiliaria y de losenormes déficits federales de la administra-ción Bush. La vivienda por sí sola sumó casiun tercio del crecimiento del PIB y cerca dela mitad del aumento del empleo entre 2001

Page 14: Junio 2009

SinMuro, núm. 33 (junio 2009) 14

y 2005. Era, por tanto, esperable quecuando reventara la burbuja inmobiliaria,

cayeran el consumo y la inversión en resi-dencia y se hundiera la economía.

Muchos sostienen que la actual es una típica "crisis Minsky", no una crisis marxiana, aduciendo

que la explosión de la burbuja financiera especulativaha jugado un papel central en ella. ¿Cómo les respondería?

Es ocioso contraponer así los aspectos rea-les y financieros de la crisis. Como he resal-tado, es una crisis marxiana: hunde susraíces en una caída a largo plazo de la tasade beneficio y en la incapacidad de recupe-ración de la misma, lo que está en el origenprincipal de la disminución de la acumula-ción de capital hasta ahora. En 2001, la tasade beneficio de las empresas no financierasfue la menor del período de posguerra, conla excepción de 1980. Las empresas no hantenido, por tanto, otra opción que contenerla inversión y el empleo, pero eso ha agra-vado el problema de la demanda agregada,nublándose así el clima económico. Esto eslo que explica el extremadamente bajo cre-cimiento observable en el ciclo económicoque acaba de terminar. Sin embargo, paracomprender el colapso actual hay quedemostrar la conexión entre la endeblez dela economía real y el desplome financiero.El vínculo principal es la que se da entre lacada vez mayor dependencia del préstamopara que la economía siga funcionando y lapredisposición pública, todavía mayor, aconfiar en las subidas de los precios de losactivos para lograr mantener vida la diná-mica del préstamo. La condición básica delas burbujas en los mercados inmobiliario ycrediticio era la perpetuación de un costebajo del préstamo. La endeblez de la econo-mía mundial, especialmente después de lascrisis de 1997-98 y 2001, además de lasenormes adquisiciones de dólares por partede gobiernos asiáticos para mantener almismo nivel sus divisas y el crecimiento delconsumo estadounidense, provocó unostipos de interés insólitamente bajos. Almismo tiempo, la Reserva Federal mantuvolos tipos de interés a corto plazo más bajos

que nunca desde los años cincuenta. Comoprestaban tan barato, los bancos estabandispuestos a conceder préstamos a especu-ladores cuyas inversiones provocaban unprecio cada vez más alto de activos de todotipo y un rendimiento en el préstamo (tiposde interés de los bonos) cada vez menor.Sintomáticamente, los precios de lavivienda se dispararon y el rendimiento entérminos reales de los bonos del tesoro esta-dounidense se hundió. Pero como los rendi-mientos cayeron cada vez más, a lasinstituciones del mundo que dependían delos rendimientos del préstamo les resultócada vez más difícil obtener beneficios sufi-cientes. Los fondos de pensiones y las com-pañías de seguros fueron golpeados deforma particularmente dura, pero tambiénse vieron afectados los fondos hedge decobertura y los bancos de inversión. Esasinstituciones se mostraron más que dis-puestas a realizar enormes inversiones enunas obligaciones respaldadas por hipote-cas subprime más que dudosas a causa delos insólitamente elevados rendimientosofrecidos y con desprecio de unos riesgos nomenos insólitamente elevados. Lo cierto esque no lograron sacar tajada suficiente. Sumasiva adquisición de obligaciones hipote-cariamente respaldadas es lo que facilitó alos institutos bancarios generadores dehipotecas seguir realizando préstamos aprestatarios cada vez menos calificados. Laburbuja inmobiliaria alcanzó proporcioneshistóricas y permitió que prosiguiera laexpansión económica. Ni que decir tiene,eso no podía durar mucho. Cuando cayeronlos precios de la vivienda, la economía realentró en recesión y el sector financiero sedesplomó, porque el dinamismo de una y de

Page 15: Junio 2009

SinMuro, núm. 33 (junio 2009) 15

otro se fundaba en la burbuja inmobiliaria.Lo vemos ahora es que la recesión estáempeorando el desplome, porque contri-buye a exacerbar la crisis inmobiliaria. Yque el desplome está intensificando la rece-sión, porque está dificultando el acceso alcrédito. Precisamente es esa interacción

entre una crisis de la economía real y unacrisis del sector financiero que se alimentanmutuamente lo que hace que el despeña-dero hacia la depresión se resista a todas laspolíticas intentadas por las autoridades yque el potencial de catástrofe resulte tanevidente.

Aun concediendo que el capitalismo de posguerrahubiera entrado un período de larga caída en los años setenta,

parece innegable que la ofensiva capitalista neoliberal ha impedido el empeoramiento de la caída de la producción desde los ochenta

Si por neoliberalismo se entiende el girohacia las finanzas y la desregulación, noveo cómo puede haber ayudado eso a laeconomía. Pero si por neoliberalismo seentiende el desmedido asalto de los empre-sarios y los gobiernos a los salarios obre-ros, a las condiciones laborales y al estadodel bienestar, la cosa ofrece pocas dudas:se ha impedido que la caída de la tasa debeneficio haya sido todavía peor. Con todo,la ofensiva de la patronal no esperó hastala denominada era neoliberal de los

ochenta. Comenzó con el despertar de lacaída de la rentabilidad, iniciada a princi-pios de los setenta, de la mano del keyne-sianismo. No condujo, empero, a larecuperación de la tasa de beneficio, y nohizo sino exacerbar el problema de lademanda agregada. El debilitamiento de lademanda agregada terminó por obligar alas autoridades económicas a adoptar for-mas de estímulo económico más potentes ytemerarias: el "keynesianismo de preciosde activos" que condujo al actual desastre.

Hay quien ha defendido que un nuevo paradigmade "financiarización" o "capitalismo financiero" ha provocado

un llamado "resurgimiento del capital" (Gerard Dumeneil)desde los ochenta hasta el presente.

¿Qué piensa de las tesis de la "financiarización"o "capitalismo financiero"?

La idea del capitalismo financiero es unacontradicción en los términos, porque,genéricamente hablando hay excepcionessignificativas, como el préstamo al consu-midor, el beneficio financiero sostenidodepende de la obtención de beneficios sos-tenidos en la economía real. Para respon-der a la caída de la tasa de beneficio,algunos gobiernos, encabezados por el delos EEUU, incentivaron el giro hacia lasfinanzas mediante la desregulación delsector financiero. Pero, como la economíareal seguía languideciendo, el principalresultado de la desregulación fue la inten-sificación de la competencia en el sector

financiero, lo que hizo más difícil la obten-ción de beneficios e incentivó una especu-lación aún mayor y la adopción de riesgos.Destacados ejecutivos de bancos de inver-sión y fondos hedge estaban en condicio-nes de obtener fabulosas fortunas, ya quesus remuneraciones dependían de losbeneficios a corto plazo. Podían asegurarsetemporalmente altos rendimientosmediante la expansión de sus préstamosbasados en activos e incrementando elriesgo. Pero esa forma de hacer negocio,tardara más o menos en verse, era a expen-sas de la salud financiera a largo plazo delas propias empresas, y en el caso más

Page 16: Junio 2009

SinMuro, núm. 33 (junio 2009) 16

espectacular, condujo a la caída de los ban-cos de inversión más importantes de WallStreet. Todas y cada una de las sedicentesexpansiones financieras habidas desde losaños setenta han terminado rápidamenteen una desastrosa crisis financiera y hanprecisado de enormes rescates públicos. Loque vale para el boom crediticio del tercermundo en los años 70 y principios de los80, no menos que para el auge del ahorro y

el crédito, la manía de compra apalancadade empresas y la burbuja de los bienes raí-ces comerciales de los 80, o para la bur-buja del mercado de valores de la segundamitad de los 90 y, huelga decirlo, para lasburbujas inmobiliaria y crediticia de losprimeros años 2000. El sector financieroparecía dinámico sólo porque los gobier-nos estaban dispuestos a hacer lo quehiciera falta para apoyarlo.

El keynesianismo o estatismo parece presto a volvercomo el nuevo Zeitgeist [espíritu de la época].

¿Cuál es su valoración general del keynesianismoo estatismo renaciente? ¿Puede contribuir a resolver o,

cuando menos, aliviar la actual crisis?

Los gobiernos actualmente no tienen otraopción que la de volver al keynesianismo yal estado para intentar salvar la economía.Después de todo, el libre mercado se hademostrado totalmente incapaz de impediro hacer frente a la catástrofe económica, porno hablar de asegurar la estabilidad y el cre-cimiento económicos. De aquí que las elitesdel mundo político, que todavía ayer cele-braban la desregulación de los mercadosfinancieros, se hayan vuelto de un día paraotro y sin excepción keynesianas. Pero hayrazones para dudar de que el keynesia-nismo –en el sentido de enormes déficitspúblicos y crédito fácil para hinchar lademanda— pueda llegar a tener el impactoque muchos esperan. Lo cierto es quedurante los últimos siete años, y merced a laburbuja inmobiliaria cebada por el prés-tamo y el gasto de la Reserva Federal y porlos déficits presupuestarios de la adminis-tración Bush, hemos asistido a lo que pro-bablemente sea el mayor estímuloeconómico keynesiano de la historia entiempos de paz. Y sin embargo, no ha alcan-zado sino para lograr el ciclo económicomás endeble de la época de posguerra.Ahora el desafío es mucho mayor, todavía.A medida que colapsa la burbuja inmobilia-ria y que la obtención de crédito se hacemás y más difícil, los hogares reducen el

consumo y la inversión en residencia. Porconsecuencia, caen los beneficios empresa-riales. Lo que trae consigo recortes salaria-les y un ritmo acelerado de despido detrabajadores, lo cual, a su vez, genera unaespiral descendente de demanda y rentabi-lidad a la baja. Las familias han contadodurante largo tiempo con el aumento de losprecios de la vivienda para estar en condi-ciones de que les presten más y han aho-rrado para ello. Pero ahora, forzadas por aacumulación de deudas, tienen que reducirel préstamo y aumentar el ahorro; y eso, en

Page 17: Junio 2009

SinMuro, núm. 33 (junio 2009) 17

el preciso instante en que la economía másnecesita que consuman. Lo presumible esque le grueso del dinero que el estado pongaen manos de las familias será destinado alahorro, no al consumo. Si el keynesianismoa duras penas logró activar la vida econó-mica en la fase de expansión, ¿qué puedeesperarse que haga en medio de la peorrecesión desde los años treinta? Para obte-ner un efecto significativo en la economía,la administración Obama tendrá probable-mente que pensar en una enorme oleada deinversiones públicas directas o indirectas;en realidad, en una forma de capitalismo deestado. No obstante, acometer esa tarea enserio exige superar enormes obstáculospolíticos y económicos. La cultura política

estadounidense es tremendamente hostil ala empresa pública. Por otro lado, el nivel degasto y endeudamiento que todo eso impli-caría podría amenazar al dólar. Hastaahora, los gobiernos del Este asiático hanfinanciado alegremente los déficits externosy públicos estadounidenses, a fin de mante-ner, a un tiempo, el consumo estadouni-dense y sus propias exportaciones. Pero conuna crisis que está llegando a afectar hasta aChina, esos gobiernos podrían ver men-guada su capacidad de financiación de losdéficits estadounidenses, sobre todo porqueestos últimos se han disparado a una mag-nitud sin precedentes. La perspectiva ver-daderamente aterradora que asoma en elhorizonte es el desplome del dólar.

¿Cuál es su valoración general de la victoria de Obamaen las últimas elecciones a la presidencia?

¿Piensa que Obama es el "mal menor",comparado con la administración Bush?

Muchos consideran a Obama el Franklin D. Rooseveltdel siglo XXI. Obama promete un "nuevo New Deal".

¿Cree usted que los progresistas anticapitalistas puedendar apoyo crítico a algunas medidas de este "nuevo New Deal"?

El triunfo de Obama en las elecciones debeser bienvenido. Una victoria de McCainhabría sido una victoria para el PartidoRepublicano y habría dado un enormeimpulso a las fuerzas más reaccionarias de laescena política estadounidense. Se habríavisto como un aprobado al hipermilitarismoy al imperialismo de la administración Bush,así como a su programa explícito de elimina-ción de lo que queda de sindicalismo, estadode bienestar y protección ambiental. Dichoesto, Obama es, como Roosevelt, un demó-crata de centro, de quien no puede esperarseque, por sí propio, haga gran cosa en defensade los intereses de una inmensa mayoría queseguirá estando sometida a un desapode-rado asalto empresarial empeñado en recu-perar sus menguantes beneficios mediantela reducción del empleo, de las indemniza-ciones, etc. Obama apoyó el titánico rescate

del sector financiero, que acaso represente elmayor expolio al contribuyente estadouni-dense de la historia norteamericana, sobretodo porque se concedió sin contrapartidaspara poner brida a los bancos. Tambiénapoyó el rescate de la industria automovilís-tica, aun a sabiendas de que estaba a enor-mes reducciones de las indemnizacionespara los trabajadores. El balance es deObama, como de Roosevelt, sólo puedeesperarse que tome acciones resueltas endefensa del pueblo trabajador si se leempuja por la vía de la acción directa desdeabajo. La administración Roosevelt sóloaprobó el grueso de la legislación progresistadel New Deal, incluyendo la Ley Wagner y laSeguridad Social, arrastrado por la presiónde una gigantesca y masiva oleada de huel-gas. Algo parecido puede acaso esperarse deObama.

Page 18: Junio 2009

SinMuro, núm. 33 (junio 2009) 18

Según Rosa Luxemburg y, más recientemente, David Harvey,el capitalismo supera su tendencia a la crisis

mediante la expansión geográfica.Según Harvey, ello a menudo se incentiva mediante inversiones

enormes en infraestructura para apoyar al capital privado, a menudo a la inversión extranjera directa.

¿Cree usted que el capitalismo puede encontrar una solucióna la crisis actual, en la terminología de Harvey,

mediante un "arreglo espacio-temporal-espacial"?

Ésta es una cuestión compleja. Para empe-zar, creo que es verdadera –y de importan-cia decisiva— la afirmación, según la cual laexpansión geográfica ha sido un elementoesencial en todas las oleadas de acumula-ción de capital que registra la historia Puededecirse que el crecimiento del volumen de lafuerza de trabajo y el crecimiento del espa-cio geográfico son condiciones sine quanon, esenciales, del crecimiento capitalista.El auge de la posguerra es un buen ejemplo,porque se dieron espectaculares expansio-nes del capital en el sur y el suroeste de losEEUU y en una Europa occidental y unJapón devastados por la guerra. Las inver-siones de los EEUU jugaron un papel deci-sivo, no sólo en los propios EEUU, sinotambién en la Europa occidental de laépoca. Sin duda, la expansión de la fuerzade trabajo y del área geográfica capitalistaera indispensable para las altas tasas debeneficio que hicieron tan dinámico elboom de posguerra. Desde un punto devista marxista, éste fue un ciclo clásico deacumulación de capital, e implicó, necesa-riamente, tanto la integración de enormesmasas de trabajadores fuera del sistema,especialmente del agro precapitalista enAlemania y en Japón, como la incorpora-ción o reincorporación de espacios geográfi-cos adicionales a una escala enorme. Sinembargo, yo creo que, vista en perspectiva,la pauta mostrada por el largo declive al quehemos venido asistiendo desde finales delos sesenta y principios de los setenta, hasido diferente. Es cierto que el capital harespondido a la rentabilidad menguantemediante la expansión exterior, intentando

combinar técnicas avanzadas con mano deobra barata. Se calla por sabido que el Esteasiático constituye el caso principal: repre-senta indudablemente un momento dealcance histórico-universal, una transfor-mación esencial, del capitalismo. Pero apesar de que la expansión al Este asiáticopuede interpretarse como respuesta a unarentabilidad menguante, no ha sido, en miopinión, una solución satisfactoria. Porque,a fin de cuentas, la nueva producción indus-trial que tan espectacularmente ha surgidoen el Este asiático, a despecho de que pro-duzca más barato, se solapa demasiado conlo que se produce en el resto del mundo. Elproblema es que, a escala sistémica, esoexacerba más que resuelve el problema desobrecapacidad. En otras palabras: la globa-lización ha sido una respuesta a la rentabili-dad menguante; pero como las nuevasindustrias, lejos de ser esencialmente com-plementarias en la división mundial del tra-bajo, son redundantes, el resultado ha sidola persistencia de los problemas de rentabi-lidad. El balance, creo yo, es que para resol-ver realmente el problema de rentabilidadque ha asolado durante tanto tiempo al sis-tema lenta acumulación de capital y genera-ción de niveles de préstamo cada vezmayores para mantener la estabilidad, elsistema necesitaba una crisis que había sidodurante tan largo tiempo aplazada. Y comoel problema es la sobrecapacidad, enorme-mente agravada por la acumulación dedeuda, lo que aún se necesita, según lavisión clásica, es una depuración sistémica,esto es, la purga de las empresas de costesaltos y beneficios bajos, con el consiguiente

Page 19: Junio 2009

SinMuro, núm. 33 (junio 2009) 19

abaratamiento de los medios de produccióny la reducción del precio de la mano deobra. Ésta de la crisis es la vía histórica porla que el capitalismo ha logrado restaurar latasa de beneficio y sentar las bases necesa-rias para una acumulación de capital más

dinámica. Durante el periodo de posguerrase logró evitar las crisis; el coste de evitarlasfue la incapacidad para reactivar la rentabi-lidad, lo que llevó a empeorar la situaciónde estancamiento. La crisis actual es ladepuración que nunca sucedió.

Entonces, ¿cree usted que sólo la crisis puede resolver la crisis? Ésta es una respuesta marxiana clásica

Creo que es lo más probable. La analogíasería como sigue. De entrada, a principiosde los años treinta, el New Deal y el keyne-sianismo resultaron ineficaces. En realidad,a pesar de la amplitud temporal de toda unadécada, no lograron sentar las bases de unnuevo boom, como se vio con la caída en laprofunda recesión de 1937-38. Pero, final-mente, como resultado de la larga crisis delos treinta, se llegó a la purga de los costesaltos y de los medios de producción conbeneficios bajos, lo que terminó por sentarlas bases para unas tasas de beneficio altas.De manera que, a fines de los años treinta,

podía decirse que la tasa potencial de bene-ficio era alta y que todo lo que se necesitabaera un estímulo de la demanda. Esademanda, huelga decirlo, vino a proporcio-narlas el enorme gasto armamentístico de laSegunda Guerra Mundial. Así pues, durantela guerra se obtuvieron tasas de beneficioaltas, y esas tasas altas sentaron las basesnecesarias para el ulterior boom postbélico.Pero yo creo que, aun si se hubieran ensa-yado, los déficits keynesianos no habríanpodido funcionar en 1933, porque antes eranecesario, por decirlo en términos marxis-tas, una crisis que saneara el sistema.

¿Cree que la actual crisis supondrá un desafíoa la hegemonía de los EEUU?

Teóricos del sistema-mundo como Immanuel Wallerstein,también entrevistados por Hankyoreh,

sostienen que la hegemonía del imperialismo americanoestá en declive

Ésta es una cuestión muy compleja. Tal vezande yo muy errado, pero pienso quemuchos de los que creen que ha habido undeclive de la hegemonía estadounidensetienden a ver esa hegemonía en términos depoder geopolítico, y al final, como capacidadmilitar norteamericana. Desde este punto devista, es principalmente el predominio esta-dounidense lo que produce el liderazgo ame-ricano, es el poder estadounidense sobre ycontra otros países lo que mantiene a losEEUU en la cumbre. Yo no veo así la hege-monía estadounidense. Yo veo a las elites delmundo, especialmente a las del núcleo capi-talista en el sentido lato de la palabra, muysatisfechas con esa hegemonía norteameri-

cana, porque eso significa que son los EEUUquienes asumen el papel y el coste de poli-cías del mundo. Eso vale también, en mi opi-nión, incluso para las elites de los países máspobres. ¿Cuál es el objetivo de los policíasdel mundo norteamericanos? No es atacar aotros países. Es, sobre todo, mantener elorden social a escala mundial, crear condi-ciones estables para la acumulación de capi-tal global. Su principal propósito eserradicar cualquier desafío popular al capi-talismo, proteger las relaciones de clase exis-tentes. Durante la mayor parte del periodode posguerra, hubo desafíos nacionalistas-estatistas, especialmente desde abajo, allibre albedrío del capital. Fueron, desde

Page 20: Junio 2009

SinMuro, núm. 33 (junio 2009) 20

luego, sometidos por los EEUU con la fuerzamás brutal, con las expresiones más descar-nadas de la dominación estadounidense.Aunque dentro del núcleo lo que había hege-monía norteamericana, fuera de ese núcleohabía dominación. Pero, con la caída de laUnión Soviética, la entrada de China y Viet-nam en la vía capitalista y la derrota de losmovimientos de liberación nacional en luga-res como Sudáfrica y Centroamérica, laresistencia al capital en el mundo en vías dedesarrollo fue, al menos temporalmente,debilitada. Así, actualmente, los gobiernos yelites no sólo de Europa occidental y orien-tal, Japón y Corea, sino también de Brasil, laIndia y China la mayoría de países quepueda usted nombrar prefieren el manteni-miento de la hegemonía estadounidense. Lahegemonía norteamericana no caerá por elsurgimiento de algún otro poder capaz decompetir con ella por el dominio del mundo.China, más que nadie, prefiere la hegemoníaamericana. Los EEUU no planean atacar aChina y, hasta la fecha, han mantenido sumercado completamente abierto a las expor-taciones chinas. Con los EEUU en el papelde policías del mundo y asegurando uncomercio y unos movimientos de capitalcada vez más libres, China puede competiren términos de costes de producción en uncampo en igualdad de condiciones, y eso esincreíblemente beneficioso para China;mejor, imposible. ¿Puede seguir la hegemo-nía estadounidense con la actual crisis? Éstaes una pregunta harto más ardua. Pero creoque, en el primer caso, la respuesta es sí. Laselites del mundo quieren por encima de todomantener el actual orden globalizado y losEEUU son la clave para ello. Nadie, entre laselites del mundo, intenta explotar la crisis ylos enormes problemas económicos de losEEUU para desafiar a la hegemonía norte-americana. China sigue diciendo "no vamosa seguir pagando para que los EEUU siganderrochando", en alusión a los actualesrécords en déficits por cuenta corrientesufragados por China durante la pasadadécada y a los titánicos déficits presupuesta-

rios que están generando actualmente losEEUU. Pero ¿cree usted que China cortaráahora con los EEUU? En absoluto. Chinatodavía está vertiendo todo el dinero quepuede en los EEUU para intentar que man-tegan a flote su economía y poder ella man-tener así su vía de desarrollo. Claro está quesiempre es posible todo lo que se desea. Laprofundidad de la crisis china puede llegar aser de tal calado, que ya no le permita finan-ciar por más tiempo los déficits de losEEUU. O la política de la Reserva Federal deembarcarse en unos déficits cada vez mayo-res e ir imprimiendo moneda podría termi-nar llevando al hundimiento del dólar yprovocando una verdadera catástrofe. Seaello como fuere, los dados están echados. Sitales cosas llegaran a suceder, habría cons-truir un nuevo orden. Pero en condicionesde crisis profunda sería extremadamentedifícil, porque en circunstancias así, losEEUU, lo mismo que otros estados, podríanfácilmente deslizarse por la pendiente delproteccionismo, el nacionalismo o inclusode la guerra. Creo que en este momento laselites del mundo están todavía tratando de

Page 21: Junio 2009

SinMuro, núm. 33 (junio 2009) 21

evitar esa deriva: no están preparadas paraeso. Lo que quieren es mantener los merca-dos, el comercio, abiertos. Y ello porque hancomprendido que la última vez que el estadorecurrió al proteccionismo para resolver elproblema fue durante la Gran Depresión, loque no sirvió más que para empeorarla, por-que cuando algunos estados iniciaron políti-cas proteccionistas todo el mundo hizo lopropio y el mercado mundial se cerró.Luego, por supuesto, vino el militarismo y laguerra. En la actualidad, el cierre de los mer-cados mundiales sería evidentemente desas-troso; por eso elites y gobiernos se afanan deconsuno en impedir salidas proteccionistas,estatistas o militaristas. Pero la política no essólo la expresión de lo que las elites quieren,y además, las elites son tornadizas, y lo quequieren puede cambiar de un día para otro.Por lo demás, las elites suelen estar dividi-das, y la política tiene autonomía. Demanera que, por poner un ejemplo, difícil-mente puede descartarse que, si la crisis se

pone muy fea lo que llegados a este punto nosería una gran sorpresa, asistamos alregreso de políticas derechistas de carácterproteccionista, militarista, xenófobo onacionalista. Este tipo de políticas podríatener no sólo un amplio atractivo popular.Sectores crecientes del mundo empresarialpodrían llegar a verla como la única salida,puesto que si ven a sus mercados hundirse yal sistema en depresión, pueden considerarnecesaria la protección contra la competen-cia y subvenciones públicas a la demandamediante el gasto militar. Ésta fue, huelgadecirlo, la respuesta que prevaleció en granparte de Europa y Japón durante la crisis delperiodo de entreguerras. Tenemos ahora auna derecha apabullada por los fracasos dela administración Bush y por la crisis. Perosi la administración Obama no es capaz deimpedir el hundimiento económico, podríavolver fácilmente… sobre todo porque losdemócratas no ofrecen la menor alternativaideológica real.

Ha hablado de una crisis potencial en China.¿Qué piensa del estado actual de la economía china?

Creo que la crisis china irá a peor, muchopeor de lo que la gente espera. Por dosrazones esenciales. La primera es que lacrisis norteamericana, y la crisis globalmás en general, es mucho más grave de loque la gente esperaba, y en última instan-cia, la suerte de la economía china dependeinextricablemente de la suerte de la econo-mía estadounidense y de la de la economíaglobal. No sólo porque China depende engran medida de sus exportaciones al mer-cado estadounidense; también porque lamayor parte del resto del mundo dependea su vez mucho de los EEUU, y eso incluyeespecialmente a Europa. Si no voy errado,Europa se ha convertido recientemente enel mayor mercado de las exportaciones chi-nas. Pero como la crisis originada en losEEUU ha llegado a Europa, el mercadoeuropeo se contraerá también para los bie-nes chinos. De modo, pues, que la situa-

ción es para China mucho peor de lo que lagente esperaba, porque la crisis económicaes mucho peor de lo que se esperaba. Lasegunda razón es ésta: el entusiasmo con elcrecimiento realmente espectacular de laeconomía China ha llevado a mucha gentea ignorar el papel desempeñado por lasburbujas en curso seguido por la economíachina. China ha crecido básicamente conlas exportaciones, y señaladamente, mer-ced a un creciente excedente comercial conlos EEUU. A causa de ese excedente, elgobierno chino ha tenido que tomar medi-das políticas para mantener baja sumoneda y competitiva su industria. Con-cretamente, ha comprado a gran escalaactivos denominados en dólares estado-unidenses imprimiendo enormes cantida-des de renminbi, la moneda china. Pero elresultado ha sido la inyección de enormescantidades de dinero en la economía china,

Page 22: Junio 2009

SinMuro, núm. 33 (junio 2009) 22

haciendo cada vez más fácil el créditodurante un largo periodo. Por un lado, lasempresas y gobiernos locales han utilizadoeste crédito fácil para financiar inversionesen masa. Pero esto ha hecho cada vezmayor la sobrecapacidad. Por otro lado,han usado el crédito fácil para comprar tie-rras, casas, acciones y otros tipos de acti-vos financieros. Pero eso ha contribuido agenerar grandes burbujas de precios deactivos, las cuales, lo mismo que en los

EEUU, han contribuido a su vez a dispararpréstamos y gastos. Cuando estallen lasburbujas chinas, el calado de la sobrecapa-cidad se hará más evidente. El estallido delas burbujas chinas representará, tambiénen gran parte del resto del mundo, un durogolpe para la demanda de consumo e indu-cirá una dañina crisis dañina. En suma: lacrisis china puede llegar a ser una cosamuy seria, y podría hacer que la crisis glo-bal tomara un rumbo todavía más grave.

Así, usted cree que la lógica capitalistade superproducción se da también en China

Sí, como en Corea y en gran parte del Asiaoriental a finales de los noventa. No es tandistinto. Lo único que no ha ocurridotodavía es el tipo de revaluación de la

moneda que mató, que liquidó realmentea la expansión industrial coreana. Elgobierno chino está haciendo todo porevitarlo.

Por lo tanto, no está usted de acuerdo con la definiciónde la sociedad china como

"economía de mercado no capitalista"

No, en absoluto.

¿Cree usted, pues, que China es actualmente capitalista?

Creo que es totalmente capitalista. Acasopudiera haberse dicho que China tenía unmercado no capitalista durante los ochenta,cuando experimentaba un impresionantecrecimiento merced a las empresas urbanasy aldeanas. Eran de propiedad pública, delos gobiernos locales, pero operaban en elmercado. Esa forma económica puededecirse que iniciaba la transición al capita-

lismo. Así, tal vez hasta principios de losnoventa, se mantuvo un tipo de sociedad demercado no capitalista, especialmente por-que había un gran sector industrial de pro-piedad y dirección del estado central. Peroa partir de entonces lo que ha habido esuna transición al capitalismo que, a día dehoy, puede darse por completamente col-mada.

¿Espera usted que los recientes fracasos del neoliberalismoabran puertas a los progresistas de todo el mundo?

El fracaso del neoliberalismo ofrece, desdeluego, importantes oportunidades que noteníamos antes. El neoliberalismo nuncaresultó atractivo para buena parte de lapoblación. El pueblo trabajador jamás se haidentificado con mercados libres, finanzaslibres y todo eso. Pero creo que la mayor

parte de la población se había convencidode que era la única opción, de que no habíaalternativa. Pero ahora la crisis ha reveladola bancarrota total del modelo neoliberal deorganización económica, y puede vislum-brarse el cambio. Se ha manifestado eso convigor en la oposición del pueblo trabajador

Page 23: Junio 2009

SinMuro, núm. 33 (junio 2009) 23

americano a los rescates de los bancos y delsector financiero. Dicen, sobre poco más omenos: "nos han contado que salvar las ins-tituciones financieras, los mercados finan-cieros, es la clave para restablecer laeconomía, la prosperidad. Pero no nos locreemos. No queremos que ni un centavomás de nuestro dinero vaya a aquellos queno hacen más que robarnos". De modo quehay un gran vacío ideológico y se ha abiertoun importante flanco para la penetración deideas de izquierda. El problema es que haymuy poca organización del pueblo trabaja-dor; está solo, carece de expresión política.Así que puede decirse que hay grandesoportunidades creadas por el contexto polí-tico o por el clima ideológico, pero que eso,por sí mismo, no proporcionará solucionesprogresistas. De modo que, nuevamente, lamáxima prioridad para los progresistaspara cualquier activista de izquierda, allídonde deberían ser más activos, es en elintento de reavivar las organizaciones delpueblo trabajador. Sin resucitar el poder dela clase obrera, poco progreso podrá

hacerse, y el único modo de revivir esepoder es la movilización para la accióndirecta. Sólo mediante la acción, colectiva ymasiva, del pueblo trabajador se podrácrear la organización y acumular la energíanecesaria para proporcionar la base socialpara una transformación, por así decirlo, desu propia conciencia, para la radicalizaciónpolítica.

Robert Brenner, miembro del ConsejoEditorial de SINPERMISO (www.sin-permiso.org) es director del Center forSocial Theory and Comparative His-tory en la Universidad de California-Los Ángeles. Es autor de The Boom andthe Bubble (Verso, Londres, 2002), unlibro imprescindible para entender lahistoria económica del último mediosiglo, el origen de la llamada "globaliza-ción" y la situación presente. (Hay unaexcelente versión castellana de JuanMari Madariaga: La expansión econó-mica y la burbuja bursátil, Akal,Madrid, 2003).

Page 24: Junio 2009

SinMuro, núm. 33 (junio 2009) 24

El despido sin causa del trabajador en situación

de incapacidad temporal

Tenemos la satisfacción y el orgullo depresentar este libro a los lectores. Elautor, Albert Toledo, es un joven abo-gado colaborador práctico y teórico ennuestras publicaciones y que ha dedi-cado esta su primera incursión en elmundo editorial a las razones y reper-cusiones de lo que significa el despidodel trabajador o trabajadora cuando seencuentra en situación de incapacidadtemporal.

Es una de las más graves razonespor las que un empresario puede des-pedir a un empleado. Estás enfermo yte despido, y además la ley me ampara.Es una de esas leyes que demuestra elpunto en el que se encuentran las rela-ciones laborales en nuestro país. Por-que a esa disposición se le puedellamar de todo menos democrática. Yes que las leyes que en nuestro país re-gulan las relaciones laborales son bas-tante poco democráticas, en el sentidode que están determinadas por dar todotipo de ventajas a los empresarios, enel terreno de la organización del traba-jo, en el de la movilidad del trabajador yen el despido, tanto el tratado en estetrabajo, como que en general cuandohay despido, incluso aunque sea im-procedente, es el empresario quien tie-ne la última palabra, lo único que tieneque hacer es indemnizar.

El trabajo de Albert abre un caminopara la profundización del estudio, des-de diferentes ámbitos, del derecho, le-gislativo, sindical, etc., para conocermejor y lograr cambiar la legislaciónsobre las relaciones laborales en nues-tro país.

En una época como la presente, de fuertesconvulsiones económicas, se pone derelieve la endeble protección jurídica de laque gozan los trabajadores en situación deincapacidad temporal, es decir, la protec-ción de aquellos trabajadores que a conse-cuencia de su precario estado de salud noestán en condiciones de prestar serviciospor un tiempo, que puede ser más o menoslargo. Cuando la empresa, ante una situa-ción económica realmente adversa (o,incluso, pretendidamente negativa) decidedisminuir el tamaño de la plantilla, opta,obviamente, por seleccionar aquellos traba-jadores que considera menos rentables,aunque sea a corto plazo. En dichas situa-ciones es frecuente que los trabajadores sepregunten hasta qué punto el ordenamientojurídico laboral, ya sea la Constitución, yasean las leyes ordinarias, protege la situa-ción de unas personas que están condicio-

Colección: Cuadernos de Aranzadi Social

Editorial: Thomson - Aranzadi

Autor: Albert Toledo Oms

Edición: (Julio de 2008) |

Páginas: 592

Encuadernación: Rústica

ISBN: 978-84-8355-709-9

Page 25: Junio 2009

SinMuro, núm. 33 (junio 2009) 25

nadas por dos elementos debilitadores, unoestructural y otro de naturaleza coyuntural.

El elemento estructural es de sobraconocido. Téngase en cuenta que en todarelación laboral interviene necesariamenteuna parte que ocupa una posición fuerte porsu estatus económico, el empresario; y otraque se encuentra subordinada a la contra-parte ocupando una posición de dependen-cia, el trabajador por cuenta ajena. Unaparte recibe los frutos de la prestación deservicios y otra vende su fuerza de trabajo acambio de un precio (salario) del quedepende él y su familia. A dicha debilidadestructural, pieza clave del sistema capita-lista, se le debe añadir una coyuntural. Estano es más que la incapacidad temporal de lapersona para poder trabajar. De este modo,el trabajador a consecuencia de su precarioestado de salud ve su contrato suspendidoy, por lo tanto, en lugar de percibir su sala-rio, percibirá una prestación, claro está, sicumple los requisitos regulados en la nor-mativa de Seguridad Social.

Los medios de comunicación alertaronde un supuesto particularmente grave.Una empresa dedicada a la comercializa-ción de pescado despidió por repetidas fal-tas de asistencia al trabajo eimpuntualidad a una empleada que estabaen coma como consecuencia de un acci-dente de circulación. Naturalmente, laempresa era conocedora de las circunstan-cias, pues la trabajadora llevaba en comaun mes hasta que fue despedida disciplina-riamente y su familia había entregadotanto el parte de baja médico como los pos-teriores partes de confirmación. Además,según parece, la trabajadora había substi-tuido en muchas ocasiones a compañerasde otras tiendas de la empresa cuando seencontraban asimismo de baja, sin impor-tarle tener que desplazarse en beneficio desu empresa. A consecuencia del revuelomediático que causó en los medios decomunicación la actitud empresarial, lacompañía se avino a readmitir a la trabaja-dora. Pero siempre quedará la duda de qué

respuesta hubiese ofrecido el ordena-miento laboral en caso contrario.

A la hora de examinar la protección deltrabajador temporalmente enfermo, nodebe perderse de vista que el despido enEspaña no es puramente causal; o lo que eslo mismo, en nuestro país la regulación deldespido puede calificarse de libre indemni-zada o, como mínimo, la causalidad es muyatemperada. Tradicionalmente, el empre-sario estaba obligado a alegar una causalegalmente prevista y, en su caso, acredi-tarla para poder proceder a la extinciónunilateral del contrato de trabajo. En casocontrario, el trabajador no podía ser des-pedido. Así, un despido contrario al Dere-cho puede ser calificado comoimprocedente o nulo. En el primer caso elempresario puede optar, en la mayoría deocasiones, entre reincorporar al trabajadoro extinguir la relación laboral y, en esecaso, pagarle una indemnización. En elsegundo caso, cuando hay nulidad del des-pido, mucho más grave y que concurrebásicamente cuando se produce la vulnera-ción de un derecho fundamental, el orde-namiento jurídico rechaza que el despidoproduzca ningún tipo de efecto. Asimismo,los despidos pueden dividirse en dos tipo-logías básicas, los basados en la conductadel trabajador (despido disciplinario) o losfundamentados en hechos ajenos a las par-tes (despido objetivo). Un despido discipli-nario sería el que se justifica porque eltrabajador, por ejemplo, ha robado mate-rial de la empresa o llega reiteradamentetarde al trabajo. Por otro lado, la extincióndel contrato por causas objetivas encuen-tra su fundamento fuera de la órbita de laspartes, como es, a modo de ejemplo, laextinción de un contrato porque el pro-ducto de la empresa deja de tener una aco-gida favorable en el mercado y, porconsiguiente, dicha empresa sufre fuertespérdidas. Por el momento, baste recordarestos sencillos conceptos cuyo conoci-miento constituye una condición esencialpara comprender el estado actual de la

Page 26: Junio 2009

SinMuro, núm. 33 (junio 2009) 26

cuestión. Sin embargo, con anterioridad esdel todo necesario realizar una breveincursión en la evolución histórica delDerecho laboral.

Históricamente la necesidad de que laextinción de la prestación de servicios de untrabajador se base exclusivamente en cau-sas tasadas en la ley, lo que llamamos cau-salidad del despido, va ligada a la mismagénesis del Derecho del Trabajo, por lo quees necesario examinar la prehistoria de estarama del Derecho, que encuentra su origenen los procesos de industrialización de losdiferentes países europeos. Como afirma elinsigne iuslaboralista Alfredo Montoya,“con anterioridad al advenimiento de lallamada sociedad industrial falta elsupuesto histórico que habría de dar lugaral nacimiento del Derecho del trabajo, asaber, la generalización del trabajo volun-tario, dependiente y por cuenta ajena,como factor fundamental de los procesosde producción”.

Como se acaba de afirmar, la aparicióndel Derecho del Trabajo es relativamentemoderna, pero, naturalmente, la prestaciónde servicios por una persona en favor deotra no lo es (por ejemplo, régimen deesclavitud en el mundo clásico o adscrip-ción a la tierra en la época medieval). Deesta forma, desde un punto de vista histó-rico, el milenario Derecho Civil fue el encar-gado de regular este tipo de relacionesjurídicas. Y, como es sabido, el DerechoCivil se caracteriza por la libertad de laspartes, por lo que bajo dicha regulación elpatrono podía extinguir la relación jurídicasin causa alguna, por su simple voluntad.No se pierda de vista que el Derecho Civil,que regula relaciones entre sujetos priva-dos, parte de la base que las dos partes con-tratantes son iguales, aunque ello no dejeser un elemento puramente formal, esdecir, frecuentemente alejado de la reali-dad. Así, la evolución de las sociedades, conla generalización del trabajo por cuentaajena y la deficiente regulación civilista delllamado “arrendamiento de servicio” pro-

vocó el nacimiento del Derecho del Trabajoy la progresiva causalización de una de susprincipales instituciones: el despido. Lacausa del despido no tiene otro fundamentoque el de intentar equilibrar en lo posible laoriginal desigualdad de las partes.

En los diferentes Estados, según la evo-lución de sus sistemas económicos y, porsupuesto, de la madurez de su clase obrera,la causalización ha seguido diversas ten-dencias y ha evolucionado a diferentes velo-cidades. Los Estados Unidos de América, amodo de ejemplo, han sido tradicional-mente el paradigma del despido libre y, porlo tanto, de la extinción acausal del contratode trabajo. Paradójicamente, por motivosvarios, en al actualidad la regulación legaldel despido está evolucionando lentamentea una progresiva causalización, aunque lostrabajadores allí no gozan, ni de lejos, de lamisma protección que los trabajadoreseuropeos.

En cambio, España parece haberseguido una tendencia contraria a la estado-unidense. En nuestro país el despido fuecausalizándose poco a poco hasta llegar a supunto culminante con una norma que lostrabajadores más veteranos, sin duda,recordarán: la Ley de Relaciones Laboralesde 1976. A partir de dicha ley, adoptada enplena transición política y en un contexto defuerte crisis económica, la antedicha evolu-ción se ha visto marcada por una fuerte des-regulación de la relación laboral y un abusodel concepto de flexibilidad. No se pierda devista que dicha ley, debido a su proteccio-nismo, fue duramente atacada por las aso-ciaciones patronales, por lo que su vigenciafue efímera. A pesar de ello, el Estatuto delos Trabajadores de 1980, promulgado pocodespués de la Constitución, preveía unaespecial protección frente al despido de lostrabajadores con el contrato suspendido,entre ellos, los trabajadores en situación debaja por su estado de salud.

En el año 2002 el denominado popular-mente “Decretazo” del Gobierno conserva-dor presidido por José María Aznar supuso

Page 27: Junio 2009

SinMuro, núm. 33 (junio 2009) 27

un punto de inflexión en la descausalizacióndel despido. Dicha norma, después de unadura oposición sindical y de los partidos deizquierda, se materializó en una ley que, agrandes rasgos, ha configurado hasta hoyen día el despido en España como un des-pido libre indemnizado o, como mínimo,con una causalidad muy atenuada, princi-palmente limitada a los motivos de nulidaddel despido. A partir de entonces se hangeneralizado los despidos en los que elempresario no alega causa alguna o alegauna causa que no puede acreditar, pues enla inmensa mayoría de casos no existe.¿Quién no ha sido despedido o conoce aalguien que ha sido despedido sin que sehaya acreditado una causa legal, simple-mente, a cambio de una indemnización máso menos cuantiosa según el salario y eltiempo de prestación de servicios? Dichanorma generalizó precisamente los despi-dos acausales, limitó su control judicial y,en definitiva, institucionalizó lo que cabecalificarse como un verdadero fraude de ley,pues se utiliza abusivamente el despido dis-ciplinario cuando el trabajador no ha infrin-gido sus deberes laborales.

En el caso de los trabajadores enfermossu protección se debilitó en mayor medida.La entrada en vigor de la ley induce que lostrabajadores en situación de incapacidadtemporal con poca antigüedad y bajo sala-rio, con mayor razón en épocas de crisiseconómica, sean el blanco habitual de des-pidos supuestamente basados en causasdisciplinarias en los que nunca se acredita,porque no existe, un incumplimiento gravey culpable del trabajador (téngase en cuentaque en estos casos ni siquiera se devenganlos llamados salarios de tramitación, por-que el trabajador es preceptor de la presta-ción de la Seguridad Social). Ni lossindicatos, ni la Inspección de Trabajo, nilos Jueces de lo Social pueden hacer nada alrespecto, porque la ley ha “normalizado” loque no deja de ser una utilización desviadade la norma jurídica.

Sería legítimo preguntarse si en elsupuesto de hecho descrito, despido sincausa de un trabajador en situación de inca-pacidad temporal, podría concurrir la vul-neración de algún derecho fundamental.Ello tendría importancia, pues el despidosería nulo y, como se ha dicho antes, noproduciría ningún efecto (el empresario nopodría optar por la extinción de la relaciónlaboral a cambio de una indemnización).Por lo tanto, sería un factor a tener encuenta por el trabajador afectado o los sin-dicatos como medida de defensa ante actua-ciones arbitrarias de la empresa.

En este punto cobra especial importan-cia la prohibición de toda discriminación enlas empresas. La tutela antidiscriminatoriatiene que ser aplicada de manera lo sufi-cientemente flexible como para castigar yeliminar todo conato de segregación en loscentros de trabajo; debe adaptarse a laconstante evolución social y no quedar rele-gada a proteger solamente a los trabajado-res en aquellos supuestos de discriminaciónclásicos: raza, religión, género, afiliaciónsindical, etc., ya que las sociedades avanza-das presentan nuevas situaciones potencial-mente discriminatorias (piénsese, porejemplo, en una posible discriminación porrazones genéticas). De hecho, son habitua-les las discusiones sobre supuestas discri-minaciones en los centros de trabajo, perodebe quedar claro que no toda desigualdades constitutiva de discriminación. No debecaerse en la banalización de los términos,porque en dicho caso la tutela antidiscrimi-natoria se convertiría en un instrumentoinservible. Así, ante todo, es necesario saberqué es discriminatorio y qué no. Se puedeentender por discriminación todo trato des-favorable que se produzca por la adscrip-ción de los trabajadores en categoríassociales cuando existe una afectación de sudignidad. De la misma definición el lectorpodrá inferir fácilmente que no todo tratodesigual es discriminatorio. De una someralectura del artículo 14 de la Constitución se

Page 28: Junio 2009

SinMuro, núm. 33 (junio 2009) 28

desprende que dicho precepto contienerealmente dos normas distintas.

Por lo antedicho, nos podríamos pre-guntar legítimamente si el despido moti-vado por la situación de incapacidadtemporal del trabajador podría ser califi-cado como atentatorio a la prohibición dediscriminación. Al respecto, el TribunalSupremo ha considerado que no es discri-minatorio el despido de un trabajador moti-vado por la falta de rentabilidad que suponeestar en situación de incapacidad temporal.En opinión de dicho Tribunal sólo será dis-criminatorio si concurre algún tipo desegregación. Naturalmente nadie discuteque, asimismo, también sería discriminato-rio el despido de un trabajador por su con-creta dolencia, por ejemplo, despido de untrabajador por ser portador del VIH. Másproblemático puede ser cuando el origen dela incapacidad temporal está directamenterelacionado con una situación particular-mente protegida, como puede ser los malostratos sufridos por una mujer en manos desu pareja. Ejemplo de ello fue el supuestoque fue objeto de algunos titulares deprensa en el mes de octubre, cuando laempresa NISSAN tuvo que readmitir a unatrabajadora que había sido despedida disci-plinariamente cuando se encontraba ensituación de incapacidad temporal por laansiedad causada por los malos tratos de supareja. El Tribunal Superior de Justicia deCataluña declaró entonces, con buen crite-rio, la nulidad del despido.

El problema reside en que el TribunalSupremo (ni el Tribunal Constitucional enel único caso en el que se ha pronunciado)nunca ha apreciado la concurrencia del ele-mento de segregación cuando se ha despe-dido a un trabajador o diversostrabajadores en situación de incapacidadtemporal, concepto que, por otro lado, nodebe ser confundido con el de discapacidad.Por ejemplo, muchos lectores recordarán eldespido de más de 40 trabajadores en lafábrica de la empresa SEAT en Martorell enel año 2005. Se trataba de trabajadores que

estaban en situación de incapacidad tempo-ral o que habían estado en situación de bajaen varias ocasiones. Todos recibieron lamisma carta de despido en los que se justifi-caba la extinción unilateral del contrato porsu bajo rendimiento, aunque se citaban losartículos correspondientes al despido disci-plinario. Dadas las características delsupuesto de hecho, el Tribunal Superior deJusticia de Cataluña consideró que el des-pido era discriminatorio, conclusión a laque se llegó mediante una votación en laque participaron todos los Magistrados dela Sala Social, aunque muchos de los Magis-trados votaron en contra (once de veinti-cuatro). Para el Tribunal “se identifica unfactor de segregación con el que laempresa configura una auténtica catego-ría colectiva o clase de trabajadores carac-terizada exclusivamente por dichacircunstancia, la enfermedad, clase a laque se reduce o niega importantes dere-chos, incluido el de ocupación, y a la queda, en consecuencia, un trato de inferiori-dad que, a nuestro juicio, debe encontrarseentre los vedados por la prohibición” detoda discriminación.

El Tribunal Supremo no dudó en dar altraste con la interpretación revolucionaria dedicha sentencia, con unos argumentos muydiscutibles desde un punto de vista jurídico.Para el máximo órgano jurisdiccional delpaís no hubo segregación en la actuación dela empresa, como tampoco la ha apreciadoen los otros casos que le han sido planteadoshasta la actualidad.

Retomando el concepto de discrimina-ción antedicho, no puede perderse de vistaque para que pueda hablarse de verdaderadiscriminación debe examinarse si el traba-jador despedido ha visto extinguido su con-trato como consecuencia de su adscripcióna una categoría social formada por los tra-bajadores que están impedidos temporal-mente para trabajar por su estado de salud.Asimismo, tiene que existir una relacióndirecta entre dicha adscripción al gruposocial de los trabajadores enfermos y la

Page 29: Junio 2009

SinMuro, núm. 33 (junio 2009) 29

diferencia de trato recibida. Es decir, seproduce una verdadera segregación si laempresa diferencia entre “trabajadoressanos” y “trabajadores temporalmenteenfermos”. Pero eso no es suficiente, ensegundo lugar es necesario ver si el trata-miento recibido por el trabajador o trabaja-dores en situación de incapacidad temporal,los que constituyen la segunda categoría, hasido desfavorable para él o su grupo colo-cándolos en tal situación que se lesione sudignidad.

En muchos casos de despido concurri-rán los anteriores elementos, por lo que eldespido debería declararse nulo por discri-minatorio, y no sería posible extinguir larelación laboral a cambio de una simpleindemnización a elección del empresario.Es más, sería posible solicitar unaindemnización adicional por la vulneraciónde un derecho fundamental. Téngase encuenta que el trabajador en situación deincapacidad temporal no es despedidoporque su perfil profesional no sea idóneo(formación, pericia, o experienciainsuficientes o inadecuadas) o por suconducta en el trabajo, sino que ladiferenciación de trato se fundamenta enuna característica personal, en unapeculiaridad temporal, como puede ser elembarazo o la pertenencia a un sindicato.Es decir, por una razón ajena a su conductao formación se le cierra una puerta a supromoción profesional y, por lo tanto,también a su desarrollo como persona. Se lecoloca en una posición de inferioridad, dedesigualdad de oportunidades respecto alos “trabajadores sanos” o aptos físicamentepara el trabajo. Cuanto más sistemática seala política de la empresa (despidoscontinuos o despidos en grupo como en elcaso de la SEAT), mayor será el proceso deestigmatización de esta categoría detrabajadores.

Desde un punto de vista marxista, sepuede afirmar que el despido sistemático detrabajadores en situación de incapacidadtemporal motivados por la falta de rentabi-

lidad que suponen para la empresa confi-gura al trabajador como un elemento másdel proceso de producción, lo cosifica, loconvierte en mera mercancía. De allí que elempresario esté dispuesto a pagar un pre-cio, una indemnización por el despido queno incluye los méritos profesionales (estáprefijada por la ley según salario y antigüe-dad exclusivamente), a cambio de desha-cerse de un trabajador que antaño eraproductivo, pero que presuntamente hadejado de serlo a causa de su estado desalud. El trabajador ha sufrido un procesode obsolescencia y tiene que ser sustituidopor otro de iguales características, se con-vierte en un bien fungible, en un medio, enun elemento instrumental. En definitiva, seataca la dignidad del trabajador y, de formarefleja, es una afrenta a la clase obrera, a laque, mediante una actuación tan reproba-ble como la descrita, se intenta fragmentarartificiosamente.

La utilización del despido de trabajado-res en situación de incapacidad temporalcomo medida disuasoria y sistemática pro-fundiza el desequilibrio existente entre laspartes en el contrato de trabajo, ya que seafecta decisivamente al poder de negocia-ción del trabajador, que está en una situa-ción más desprotegida. Pero además, ycomo efecto no menos desdeñable, se puedeproducir una afectación negativa en la inte-gridad física de los trabajadores y en laspolíticas de prevención de riesgos laborales.Muchos trabajadores sin estar en condicio-nes físicas para trabajar procurarán no ir almédico por miedo a ser despedidos, lo quepuede ser una fuente inusitada de riesgoslaborales. Por último, cabe mencionar queeste tipo de despidos afectarán principal-mente a colectivos con humildes retribucio-nes y poca antigüedad, como pueden ser lasmujeres, los jóvenes y los trabajadoresinmigrante, lo que puede causar de formaestructural indeseables exclusiones y mar-ginación en el mercado de trabajo.

Albert Toledo Oms

Page 30: Junio 2009

SinMuro, núm. 33 (junio 2009) 30

Club Sportiu Júpiter.El equipo de los obreros

que hicieron la revoluciónAndrea Sceresini

Durante estas semanas el fútbol ha estado en primera líneade actualidad, cuando no son los éxitos del Barça son losmillones de euros pagados para contratar a futbolistas, enlo que no deja de ser un negocio capitalista más. Pero hubootra época en la que las cosas eran distintas Todavía existeen el campeonato regional de Catalunya el Club EsportiuJúpiter que en 1925 fue campeón de España que participóen palucha contra la dictadura, en la revolución de losaños 30 y que en el que deporte formaba parte de la forma-ción de la juventud para cambiar el mundo. El texto quereproducimos está publicado por la Fundación Nin(www.fundanin.org)

Primero la dictadura, después la guerracivil. Al final el advenimiento del fútbolmillonario, la explosión de los grandes clu-bes, el consumismo de la movida y del lujodesenfrenado. Hoy, de ese viejo estadio noqueda nada; sólo algunos recuerdosenmarcados en las fotos en blanco y negro.La estructura fue demolida, en 1948, pororden del Régimen. En su lugar están hoylos lugares de moda, las discotecas y lasplayas para los Vips. Una lenta invasiónque ha borrado, en pocos decenios, granparte de la antigua cara proletaria deBarcelona.

El equipo, sin embargo, sigue jugando.No en el Poble Nou, sino en una manzanamás al norte, donde las calles siguensiendo pobres y los chavales corren sudo-rosos, como en su momento, sobre el áridoterreno a la sombra de los bloques deviviendas populares. El Cub Esportiu Júpi-ter se ha mudado de sitio, pero no hadejado de vivir. En un tiempo era la Selec-

ción Obrera. Su nombre no significaba sólodeporte sino también rebelión, anar-quismo y lucha de clases.

«Era niño en los sesenta –cuenta JulioNacarino, ex presidente y memoriahistórica del grupo, mientras fumaarropado en su chaqueta de piel– elequipo ya estaba en decadencia yFranco nos había quitado tanto elescudo como los colores, pero el mitoresistía y nos fascinaba. Aún hoy, quejugamos en el campeonato regional yhemos sido olvidados por todo elmundo. Sin embargo, en 1925 fuimoscampeones de España. Hicimos larevolución, estuvimos en la cárcel.Este ha sido nuestro Júpiter».

Historias lejanas; de un fútbol dife-rente que predicaba el compromiso y lajusticia social y que hoy en día, quizás,haya dejado de existir en verdad. Es en

Page 31: Junio 2009

SinMuro, núm. 33 (junio 2009) 31

1909 cuando dos chavales ingleses deci-den fundar el club. Poble Nou, a la orilladel mar, es el barrio libertario; fábricas,establecimientos, calles obreras. La fe fir-memente republicana y, no por casuali-dad, los primeros socios son casi todosanarquistas. Como escudo se adornan conla bandera del independentismo catalán:cinco rayas amarillas y cuatro rojas, coro-nadas por la estrella azul de cinco puntas.«Después, con el transcurrir de los años,las connotaciones políticas se hicieroncada vez más marcadas –continúa Naca-rino– el club se afilió a la CNT, el sindi-cato revolucionario, y más tarde alSocorro Rojo Internacional. También elnúmero de socios fue en aumento. En losaños veinte eran ya más de 2000».

Cada domingo, el pequeño estadio de lacalle Lope de Vega se llenaba de mujeres ytrabajadores. Las tribunas eran de maderay no siempre conseguían acoger a todo elmundo.

En 1923 llega el Golpe de Miguel Primode Rivera y también para el “Júpiter”empieza la temporada de las persecucio-nes: «Tuvimos que cambiar de nombre. Elclub pasó a llamarse “Hércules”. Fueimpuesto también un nuevo símbolo, mássobrio, y coronado por una corona real.Muchos miembros del club fueron encar-celados, otros continuaron luchando».

Dos años después, sorprendentemente,ganan el título de Campeones de España;suena la Marcha Real, pero a los aficiona-dos les desagrada y empiezan a pitar. Esta-lla el escándalo; por respuesta, elgobernador militar de Cataluña instiga unanueva oleada de detenciones, castigandocon seis meses de suspensión al club.

Son tiempos duros para el fútbol y paralos trabajadores. En toda Cataluña se des-atan los pistoleros patronales; verdaderasbandas de sicarios organizadas, pagadaspor los empresarios. También la CNT recu-rre a la lucha armada. Sus lideres sonDurruti, Ascaso y Garcia Oliver: «los Soli-darios», un nombre que muy pronto

entrará en la leyenda. Huelgas, tiroteos yatentados acompañan cada concentración.

El “Júpiter”, desde luego, no se quedamirando: «El club daba al movimientogran parte de sus ganancias –explica el expresidente, sin esconder una orgullosasonrisa– en breve espacio de tiempo elestadio se transformó en un arsenal. Laspistolas eran desmontadas y escondidasdentro de los balones cuando jugabanfuera de su campo. De esta manera, obre-ros, futbolistas y anarquistas llevaron susbatallas uno al lado del otro». Sólo la huidadel rey y el advenimiento de la Repúblicaconseguirán, de algún modo, poner fin a lamasacre.

Es 1931, el 25 de septiembre, el estadiodel Poble Nou recibe a Francesc Macià,líder de la izquierda catalana; viejo, con elpelo blanco, también acababa de salir de lacárcel. La muchedumbre se aglomera con-movida, mientras un fotógrafo improvi-sado inmortaliza el histórico momento. Letoca al viejo combatiente devolver alequipo su antiguo escudo: Cuatribarradocon la estrella azul. El mismo que la dicta-dura había obligado a quitar.

De todos modos esto durará sólo algu-nos años. El 19 de julio de 1936 al amane-cer, todo Poble Nou se despiertasobresaltado. Las fábricas hacen sonar lassirenas y los obreros salen de prisa, mien-tras por las calles se va difundiendo unaimpresionante noticia: Los militares deFranco acaban de abandonar sus cuarte-les. También en Barcelona ha empezadola guerra civil. «Nuestros viejos se acuer-dan muy bien de ese día. La muchedum-bre se dirigió al campo; todo el mundoestaba presente, incluso algunos futbolis-tas. Hacía calor y el terreno hervía dehombres. Las armas escaseaban, pero derepente se empezó a cantar. Era una viejamelodía, el himno de la rebelión de Astu-rias: “¡A las barricadas!”. Al final, los tra-bajadores recogieron los fusiles y sealinearon ordenadamente, en el espacioentre las dos porterías. Fue desde allí,

Page 32: Junio 2009

SinMuro, núm. 33 (junio 2009) 32

desde el campo del Júpiter, de dondesalieron para hacer la revolución». Notodos, sin embargo, consiguieron volver.Para muchos, después de pocos meses, seabrirían otra vez las puertas de la cárcel.Para otros las del exilio. La victoria delfascismo significará, también para el“Júpiter”, el principio del fin.

Hoy en día el equipo se entrena en lazona de La Verneda. Llegar allí, desde elcentro, resulta muy complicado; hay quecoger el metro y después caminar hasta lasgradas de color gris que dan a las vías delferrocarril. El barrio se llama San Martí ycuando el club fue exiliado allí, en los añoscuarenta, no era nada más que un campoabierto.

En una salita, debajo de las tribunas, seapiñan decenas de trofeos. Está la foto conMacià y, en un rincón, también un polvo-riento estandarte, cosido por las mujeresdel barrio durante la época de las rebelio-nes. «Tenemos que arreglar esto un poco»,confiesa un chico con un gorro blanco. Suscolegas, mientras, acaban de terminar dejugar el partido. Están satisfechos, porqueeste domingo la jornada ha transcurridobien; han ganado 2-0 al Sitges, otro equipode la Regional. Muchos, mientras pasan,echan un vistazo a las viejas medallas. Losmás jóvenes sonríen; hay quien sueña conel Barça, quien con el Real Madrid. Ellostambién, de alguna manera, quieren cam-biar el mundo.