La Danza de Los Signos (1)

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l i nclusiones: categorías Victorino Zecchetto La danza de los los signos Nociones de semiótica general lar inclusiones

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  • li inclusiones: categoras

    Victorino Zecchetto

    La danza de los los signos

    Nociones de semitica general

    lar inclusiones

  • Zecchetto, Victorino La danza de los signos : nociones de semitica general . - la ed. 2a reimp.

    - Buenos Aires : La Cruja, 2010. 360 p. ; 20x14 cm. - (Inclusiones. Categoras / Damin Fernndez Pedemonte)

    ISBN 978-987-1004-19-5

    1. Semitica. I. Ttulo. CDD 401.41

    Director de la coleccin Inclusiones Damin Fernndez Pedemonte

    Primera edicin. Segunda reimpresin: abril 2010

    Victorino Zecchetto La Cruja Ediciones

    E-mail: editoriallacrujialibros.com.ar www.lacrujiaediciones.com.ar

    Derechos reservados en todos los idiomas

    Produccin intregral: Graphia Correccin: Jimena Timor

    ISBN: 978-987-1004-19-5

    Impreso en Argentina

    Este libro se termin de imprimir en el mes de Mayo de 2010,

    en Primera Clase Impresores, California 1231, Buenos Aires, Argentina.

    A mis alumnos de semitica.

  • NDICE

    PRESENTACIN 1 3 CAPTULO 1: Qu es la semitica? 15 1. Discusin sobre los trminos 15 2. Motivo y finalidad de la mirada semitica 18

    a) Una primera descripcin 18 b) Lenguaje comn y lenguaje cientfico 19 c) El punto de vista semitico 20

    3. Las generaciones de la semitica 22 a) Las semiticas de primera generacin 23 b) Las semiticas de segunda generacin 25 c) Las semiticas de tercera generacin 28

    4. La divisin de la semitica en tres ramas 3 0 a) La semntica 30 b) La pragmtica 3 2 c) La sintctica 33

    Palabras clave para recordar 3 3 Bibliografa sugerida para este captulo 34

    CAPTULO 2: Lo dado, lo creado y lo adquirido: naturaleza y cultura 3 5 1. Dos dimensiones de un mismo inundo 35 2. El mundo natural y la impronta cultural 3 6

    a) Naturaleza 3 7 b) Cultura 38

    3. Proyecciones del concepto de cultura

    39 a) La cultura como estructura y modelo

    39 b) La cultura como actividad expresiva de sentido de grupos sociales 42

  • 6. Ordenando los signos a) No hay signos naturales b) Signos verbales y no verbales c) Creacin y movilidad de los signos

    7. Las dinmicas combinatorias de los signos

    Palabras clave para recordar Bibliografa sugerida para este captulo

    b) Las coordinadas del sintagma y el paradigma a) El despliegue temporal del signo: su sincrona y diacrona ... 110

    115

    110 114

    CAPTULO 5: Revelaciones del cdigo

    2. El nivel del cdigo 3. Funcin dinmica del cdigo

    1. Seales y signos 117

    122 119

    4. Pragmtica de los cdigos, los mensajes criptogrficos 124

    y los lmites del cdigo 124

    a) Los sub-cdigos la comunicacin oculta 12.5 b) Los mensajes criptogrficos y

    129 c) Los lmites del cdigo

    129 5. Cdigo y doble articulacin 139

    a) La primera articulacin 131 b) La segunda articulacin 133 6. Clasificacin de los cdigos 134

    a) Los cdigos de significacin 135 b) Los cdigos de conducta 136

    Palabras clave para recordar 137 Bibliografa sugerida para este captulo

    CAPTULO 6: La trama denotativa y connotativa

    1. El espacio de la denotacin 2. Los recorridos de la connotacin 3. Denotacin y connotacin, mitos e ideologas Palabras clave para recordar Bibliografa sugerida para este captulo

    CAPTULO 7: El lenguaje no verbal del cuerpo 149

    150 151

    10 1 105 107 108

    109

    117

    1 39

    142 14'+.

    147 147

    119

    1. Aclaraciones de trminos 2. La competencia comunicativa 3. El cuerpo: una torta de mil hojas

    4. Los juegos semiticos de los lenguajes culturales 44

    a) Los universos semnticos 44

    b) Lenguaje y sentido 46

    c) Cultura y fuerza pragmtica del lenguaje 50

    d) Criticas a la cultura meditica 52

    Palabras clave para recordar 55

    Bibliografa sugerida para este captulo 56

    CAPtruLo 3: Los vericuetos histricos del signo 57

    1. Los signos en la filosofa griega a) Platn

    b) Aristteles

    c) Lovbstoicos

    2. Pensadores del Medioevo

    a) San Agustn (354-430)

    b) El Medioevo

    3. Siglos XVII y XVIII a) Descartes y Port-Royal

    b) El empirismo ingls

    c) La excepcin: Giambatista Vico d) El iluminismo francs y alemn

    4. Hacia Peirce y Saussure

    Palabras clave para recordar

    Bibliografa sugerida para este captulo

    CAPITULO 4: Esas cosas llamadas signos 1. La cuestin semitica de los signos

    85 1. Naturaleza, rasgos y vocacin de los signos

    87 3. Dos enfoques sobre el signo

    89 a) La postura lingstica de Ferdinand de Saussure

    89 b) El modelo tridico de Charles S. Peirce

    91 c) Un esquema complementario

    95

    4 Lo oculto y lo manifiesto de los signos

    98 a) Los signos disimulan

    98 b) Entidades culturales

    99 c) Las palabras

    101 5. Las funciones de los signos

    101 a) Las funciones segn Roman Jakobson (1896-1982)

    102 104

    57 57 58 60 61 61 63 67 68 70

    (1668-1744) 73 74 77 82 83

    85

    b) La postura de Karl Buhler (1879-1963)

  • 3. La estructura compleja de la imagen

    b) En las imgenes confluyen diversos elementos que producen a) La imagen es un fenmeno epifnico

    c) La imagen se rige tambin por convenciones icnicas significados icnicos

    d) Qu decir de las imgenes que reflejan los espejos?

    231 232

    233 234 236 238 4. La imagen como texto y discurso

    240 a) El tema y los estilos de la imagen 240 b) La interpretacin de los discursos visuales

    241' c) El smbolo y los imaginarlos 243 Palabras clave para recordar

    243 Bibliografa sugerida para este captulo

    CAPTULO 10: Los discursos sociales 1. La corrida estructuralista 2. En los confines del sentido 3. Los discursos y sus perfiles

    a) Caractersticas de los discursos b) El proceso de produccin y reconocimiento discursivos

    4. Las marcas de los discursos a) Las marcas semnticas b) Las marcas retricas c) Las marcas enunciativas d) El contrato de lectura

    5. Los gneros Palabras clave para recordar Bibliografa sugerida para este captulo

    CAPTULO 11: La valija de las narraciones 1. Realidad, memoria y narracin 277 2. En busca de esquemas de comprensin 280

    a) El movimiento formalista ruso 281 b) La Escuela de Praga 282 c) El estructuralismo francs 283

    3. Enfoques narrativos 284 a) La morfologa de Vladimir Propp 284 b) La teora estructuralista de A. J. Greimas 286 c) La narratologa de Gerald Prince 294

    la

    245 245

    247 252 252 253 256 258 262 270 272 273 275 275

    277

    4. Cinsica y proxmica

    a) Conceptos y esquema

    b) La cinsica

    c) La proxmica 5. Aspectos semiticos Palabras clave para recordar

    Bibliografa til para este captulo

    CAPTULO 8: La irrupcin del lenguaje corriente: pragmtica lingstica ... 167 1. En las huellas de la filosofa del lenguaje

    168 a) El hablar neopositivista

    168 b) Ludwig Wittgenstein (1889-1951)

    171 2. Hacia nuevos enfoques de la pragmtica

    174 a) Componiendo las piezas del lenguaje

    175 b) Dos postulados pragmticos

    177 c) Descripcin de las tareas pragmticas

    178 3. Algunos investigadores

    181 a) John. L. Austin (1911-1960)

    181 b) Los actos de habla en la teora de J. L. Searle

    186 c) H. Paul Grice y el principio de cooperacin

    191 d) Dan Sperber y Deirdre Wilson: teora de la relevancia

    196 e) Observaciones crticas

    203 4. Pragmtica argumentativa

    205 5. Tres facetas del lenguaje corriente

    207 a) El lenguaje y los sexos

    207 b) Hablar con metforas

    210 c) Las expresiones de cortesa

    213 Palabras clave para recordar

    215 Bibliografa sugerida para este captulo

    216 CAPTULO 9: La imagen visual

    217 1. Las imgenes que vemos y las imgenes que creamos

    218 2. Qu es el iconismo?

    220 a) El iconismo como "semejanza" segn Charles Peirce

    220 b) Las "propiedades" en la posicin de Charles Morris

    222 c) Las imgenes mediante el concepto de analoga

    223 d) Los estmulos sucedneos de Umberto Eco

    225 e) El iconismo segn el Grupo II.

    227

    155 155 156

    157 158 165 166

  • 4. Otros aspectos de la narratividad

    301 a) El suspenso y la sorpresa

    302 b) La narracin ficcional

    305 Palabras clave para recordar

    308 Bibliografa sugerida para este captulo

    309

    CAPTULO 12: Semitica de la recepcin 311

    1. El momento de la recepcin 311

    2. La relacin emisor/receptor 315

    3. La estrategia de la interpretacin

    318 a) Hermenutica: la disciplina de la interpretacin

    318 b) Hermenutica y semitica

    3 19 4. El texto

    321 a) El valor del texto 322

    b) El crculo hermenutico 323

    c) La intertextualidad 325

    d) Temas y actantes, mundos posibles, cdigos y subcdigos 328

    5. Las competencias del receptor 333

    a) La reaccin deconstructivista

    333 b) Competencias especficas: sintcticas, semnticas y pragmticas 335

    6. El contexto y la interpretacin 338

    7. La funcin de las ideologas 342

    a) Dos significados de "ideologa" 343

    b) La interpretacin ideolgica

    347 Palabras clave para recordar

    349 Bibliografa sugerida para este captulo

    350

    A MODO DE CIERRE 351

    REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS 353

    PRESENTACIN

    Este libro

    1-4 a danza de los signos ha sido escrito con la finalidad de servir como breve manual o texto-gua para estudiantes que se inician en el estu- dio de la semitica general. Presenta nociones fundamentales, reflexiones e ideas sobre temas y asuntos semiticos relacionados con la estructura de los signos, la funcin de los cdigos, el lenguaje corriente, las imgenes, los discursos, los textos narrativos y su interpretacin. En una palabil., se ocupa de los fenmenos ms generales y globales de la semiosis.

    Le corresponde a la semitica aplicada indagar aquellos fenmenos especficos y particulares de la comunicacin como, por ejemplo, la semi-tica del teatro, de la radio, del cine, de la televisin, de la publicidad, de la cancin, de las historietas, etctera. Estos estudios particulares demandan una aplicacin especial y puntual, sostenida no slo en las nociones gene-rales sino, adems, en investigaciones sociosemiticas.

    El ttulo de la obra pone el acento en la metfora de la dan a para aludir a los signos. La danza es libertad, movimiento, innovacin, crea-cin y expresividad. Tambin los signos aparecen en los lenguajes orno expresin de creatividad, plasticidad, fantasa y libre dinamismo. La danza es igualmente orden y seguimiento de pautas, tiene una normativa, com-bina ritmos y coordina sus movimientos no en forma arbitraria, i o de acuerdo con ciertos cdigos. Tambin los signos estn sometid, f a re-glas, a gramticas y cdigos; siguen un orden en el modo de integrarse y coordinarse. Los signos danzan en mltiples espacios mediticos, pero dentro de los lmites de normas establecidas. La semitica muestra las

  • 14 1 VICTORINO ZECCHETTO relaciones que se establecen entre la creacin de los signos y las leyes que guan su vida.

    La forma y el estilo

    Los temas abordados poseen un lenguaje relativamente sencillo y claro; aun siendo necesario el uso de trminos tcnicos que en su momento, son siempre explicados. Se evit entrar en detalles tericos que dificultan intil-mente la comprensin de los conceptos centrales y ms importantes. Cada tanto se exponen esquemas y cuadros de sntesis que ayudan didcticamente el aprendizaje. Al final de los captulos hay una lista de palabras clave y una breve bibliografa relativa a la materia tratada, para que nadie se contente slo con leettste texto. Al trmino del libro presentamos un elenco biblio-grfico ms amplio, sobre todo en lengua castellana.

    Mi deseo es que los estudiantes, al perderle el miedo a la semitica, tambin capten su utilidad para comprender mejor la realidad de las co- municaciones sociales.

    El autor Buenos Aires, marzo 2003

    CAPTULO 1

    -Qu es la semitica?

    En la semitica... todo se relaciona con el lenguaje y los signos. Johann Lamben, 1763

    -I 1 a semitica es una ciencia que depende de la "realidad de la comu- nicacin". Primero vivimos y nos comunicamos; en un segundo momento, reflexionamos sobre su sentido, su estructura y funcionamien-to. Eso es la semitica.

    En ciertos estudiantes, el lenguaje de la semitica y su lgica hacen surgir el temor de hallarse ante un fantasma inasible. Pero no debera ser as; slo se trata de comprender sus pretensiones y su enfoque. Esto es lo que queremos explicar en este breve captulo. Y comenzaremos precisan-do la terminologa.

    1. Discusin sobre los trminos

    El estudio de los signos tiene un largo historial, prcticamente desde el origen mismo de la filosofa; pero este tema relacionado con la historia lo abordaremos en un captulo posterior. Ahora nos interesa referirnos a la terminologa usada para designar el estudio y la teora de los signos. Ha tenido sus vaivenes y discusiones slo en poca relativamente reciente.

    La teora de los signos fue bautizada con el nombre de semiologa por Saussure y, despus de l, por varios estudiosos del lenguaje. Pero pronto el trmino entr en colisin con la palabra semitica, ya utilizada con ante-rioridad. En el siglo XVII, John Locke habl de una doctrina de los signos con el nombre de semiotik, y Johann Lambert (1764) escribi un tratado que inclua una parte llamada Semitica. Sin embargo, ambos pensadores

  • VICTORINO ZECCHETTO 14

    relaciones que se establecen entre la creacin de los signos y las leyes que guan su vida.

    CAPTULO 1

    -Qu es la semitica?

    La forma y el estilo

    Los temas abordados poseen un lenguaje relativamente sencillo y claro; aun siendo necesario el uso de trminos tcnicos que en su momento, son siempre explicados. Se evit entrar en detalles tericos que dificultan intil-mente la comprensin de los conceptos centrales y ms importantes. Cada tanto se exponen esquemas y cuadros de sntesis que ayudan didcticamente el aprendizaje. Al final de los captulos hay una lista de palabras clave y una breve bibliografa relativa a la materia tratada, para que nadie se contente slo con leer este texto. Al trmino del libro presentamos un elenco biblio-grfico ms amplio, sobre todo en lengua castellana.

    Mi deseo es que los estudiantes, al perderle el miedo a la semitica, tambin capten su utilidad para comprender mejor la realidad de las co-municaciones sociales.

    El autor Buenos Aires, marzo 2003

    En la semitica... todo se relaciona con el lenguaje y los signos. Johann Lambert, 1763

    4 a semitica es una ciencia que depende de la "realidad de la comu- nicacin". Primero vivimos y nos comunicamos; en un segundo momento, reflexionamos sobre su sentido, su estructura y funcionamien-to. Eso es la semitica.

    En ciertos estudiantes, el lenguaje de la semitica y su lgica hacen surgir el temor de hallarse ante un fantasma inasible. Pero no debera ser as; slo se trata de comprender sus pretensiones y su enfoque. Esto es lo que queremos' explicar en este breve captulo. Y comenzaremos precisan-do la terminologa.

    1. Discusin sobre los trminos

    El estudio de los signos tiene un largo historial, prcticamente desde el origen mismo de la filosofa; pero este tema relacionado con la historia lo abordaremos en un captulo posterior. Ahora nos interesa referirnos a la terminologa usada para designar el estudio y la teora de los signos. Ha tenido sus vaivenes y discusiones slo en poca relativamente reciente.

    La teora de los signos fue bautizada con el nombre de semiologa por Saussure y, despus de l, por varios estudiosos del lenguaje. Pero pronto el trmino entr en colisin con la palabra semitica, ya utilizada con ante-rioridad. En el siglo XVII, John Locke habl de una doctrina de los signos con el nombre de semiotik, y Johann Lambert (1764) escribi un tratado que inclua una parte llamada Semitica. Sin embargo, ambos pensadores

  • 16 17 VICTORINO ZECCHETTO

    no se apartaron del enfoque gramatical y lingstico propio de su tiempo. El estatuto cientfico de una disciplina de los signos, y tambin el proceso diacrnico de la etimologa, slo se plante en el siglo XX, cuando se publicaron los estudios sistemticos de Saussure y de Peirce.

    Ferdinand de Saussure (1857-1913), desde la vertiente lingstica, reivindic el derecho a una ciencia "que estudie la vida de los signos en el seno de la vida social... la denominaramos semiologa (del griego semeion, `signo'). Ella nos enseara en qu consisten los signos, qu leyes los regulan".' Segn Saussure, la semiologa no era an reconocida como ciencia autnoma porque se crea que la lengua era ms apta para comprender los problemas semiolgicos. Sin embargo, la lengua es un sistema ms entre otros sistemas de signos. Por consiguiente segn Saussure, la lingstica es slo una parte de la ciencia general de los signos, o sel, de la semiologa.

    Desde la vertiente de la filosofa del pragmatismo y de manera para-lela a Saussure, el filsofo norteamericano Charles Peirce (1839-1914), agudo investigador de los signos, haba introducido el trmino semiotics para indicar el estudio de los signos. 2 Este autor, a pesar de la riqueza de su pensamiento, hasta hace pocos aos tuvo escasos lectores por lo dificil que resulta entender su lenguaje. Peirce concibi la semitica como un campo cientfico articulado en torno a reflexiones de carcter lgico-filosfico que tuviera como objeto especfico de su investigacin la semiosis, es decir, el proceso de significacin donde participan "un signo, su objeto y su interpretante".

    Histricamente se instalaron entonces dos tradiciones etimolgicas, cuyas dos palabras representaban una mirada de doble foco: la de Saussure, que us el trmino semiologa, y la del filsofo Peirce, que opt por la palabra semitica. La corriente saussureana ha tenido su base sobre todo en Europa, se difundi hasta Rusia y, en parte, tambin en Amrica Latina. Hablan de semiologa Roland Barthes (1964), Louis Hjelmslev ( 1 957), Luis Prieto (1966) y Pierre Guiraud (1971), aunque cada uno la

    En Curso de lingstica general, Planeta-Agostini, Buenos Aires, 1994. Introduccin, cap. III, 3.

    2

    Peirce, en una carta a Lady Welby, habla de "... la ciencia de la semitica (semiotics) (semeiotike), o ciencia cenoscpica de los signos...", The Correspondence Ultimen Charles S. Peirce and Victoria Lady Welby, Bloomington, Indiana University Press, 1977 (ao 1908). La traduccin es nuestra.

    CAPTULO 1: QU ES LA SEMITICA?

    entiende desde posturas tericas diferentes. Barthes, por ejemplo, in-virti la posicin de Saussure y, segn l, la semiologa forma parte de la lingstica, porque "parece cada vez ms difcil concebir un sistema de imgenes u objetos cuyos 'significados' pudieran existir fuera del lenguaje". Por consiguiente, concluye: "La lingstica no es una parte, aunque privilegiada de la ciencia general de los signos; es la semiologa la que es parte de la lingstica". Tambin el lingista Hjelmslev sostu-vo que la semitica debe ser considerada ms bien como el estudio terico de las relaciones que se dan en los procesos universales de significacin y estar calcada sobre el modelo lingstico. Eso mismo afirmar ms tarde Greimas, aadiendo que la semiologa de los signos lingsticos entr en crisis, y que es preciso ensanchar las fronteras para llegar a la "semitica de los procesos semnticos".

    Es legtimo preguntarse: a la diferencia terminolgica correspon-den tambin contenidos diferentes? Ciertamente hubo concepciones dis-tintas en el origen histrico de ambas palabras. Saussure consider la semiologa cmo relacionada con la psicologa social y asociada a los pr3ce-sos que de ella se derivan, pero siempre dentro de los lmites de la lings-tica. Es comprensible, pues, que los seguidores de Saussure asumieran los principios de la semiologa con una visin lingstica, para trasi3darla analgicamente a otros campos de la cultura.

    En cambio, la perspectiva de Peirce, basada en la lgica filosfica, fue ms general. Para l todo est integrado en el campo de las relaciones comunicativas, donde la realidad entera se articula como un sistema total de

    semiosis, amplio e ilimitado, previo a cualquier descripcin posterior. Esto explica que la tradicin semitica afirmara la importancia de abarcar el con-junto de los fenmenos de la semiosis como parte integrante de una teora del conocimiento.

    A pesar de ser contemporneos, Saussure y Peirce no se conocieron en vida y slo posteriormente despus de la muerte de ambos los teri-cos de la comunicacin plantearon el problema de los trminos.

    En 1938, Charles Morris, en un clsico trabajo sobre los signos, .re-ocupado por demarcar los lmites de las ciencias, us la palabra semitica refirindose a ella de esta forma: "La semitica tiene un doble vnculo con las ciencias: es una ciencia ms y a la vez un instrumento de las ciencias. La significacin de la semitica como ciencia estriba en el hecho de suponer un nuevo paso en la unificacin de la ciencia, puesto que aporta los funda-mentos para cualquier ciencia especial de los signos, como la lingstica, la

  • 18 1 VICTORINO ZECCHETTO

    lgica, la matemtica..."! El propsito de Monis y del grupo de empiristas cientficos era lograr la formacin de un lenguaje general para la unificacin de las ciencias, y la semitica deba ser un eslabn importante para ello.

    Ms tarde, Thomas Sebeok vuelve sobre la palabra semiotics (en plural) para sealar su caracterstica de ciencia. 4

    Finalmente, en 1969, al instituirse en La Haya (Holanda) la Asocia-cin Internacional de Estudios Semiticos, se convino en unificar las posiciones y se adopt el trmino semitica. Sin embargo, hasta el presente se hallan todava estudiosos que gustan distinguir entre semiologa y semi-tica para indicar diferentes espacios de estudio de los sistemas de signos, reservando para la semiologa la descripcin terica y general del funciona-miento de todos los sistemas simblicos, sin especificaciones ni particulari-dades; mientras que a la semitica le estara reservada la indagacin ms especfica de los sistemas particulares (semitica del cine, de la publicidad, de la moda, etc.). A nosotros nos parece superflua tal distincin, adems de estimarla contraria a los sentidos estrictamente originales de los trminos. Es verdad que ambas tradiciones no son excluyentes pero, precisamente por ello, consideramos ms clara y prctica la postura unificada asumida en La Haya, que le otorg existencia oficial a la disciplina institucionalizando universalmente el nombre de semitica.

    2. Motivo y finalidad de la mirada semitica

    Las fronteras y los objetivos de la semitica como hoy son propuestos por la comunidad cientfica no son ajenos a la historia de esta disciplina y estn dictados por la reflexin cientfica como proceso diacrnico.

    a) Una primera descripcin

    Qu es la semitica? De qu se ocupa? De qu trata? Cul es su campo de estudio? De entrada conviene mantener la descripcin ms sim-ple sobre el objeto primario de la semitica, que la define como la teora de

    3 Charles Morris: Fundamentos de la teora de los signos, Planeta-Agostini, Barcelo-

    4 na, Mxico, Buenos Aires, 1994, p. 24. Cfr. Approaches to Semiotics, Moutoo, 1964.

    CAPTULO 1: QU ES LA SEMITICA? \ 1 9

    los signos, y cuyo propsito es estudiar los conceptos bsicos y generales que ataen a la problemtica sgnica. Segn esto, a la semitica le corres-ponde verificar la estructura de los signos y la validez que pueden tener en las percepciones culturales, procurando, adems, enfrentarse con explicaciones tericas que den razones coherentes de esos fenmenos que involucran la comunicacin humana. A partir de esta acepcin pue-den ir perfeccionndose ulteriormente los contornos del concepto, pero manteniendo ese ncleo fundamental.

    Entendemos que la semitica est relacionada con el problema del conocimiento y con el modo mediante el cual podemos llegar a l a travs del vehculo ineludible de los signos. Representa un punto de vista sobre la realidad, una mirada acerca del modo en que las cosas se convierten en signos y son portadoras de significado. Su radio de accin, sin embargo, no abarca slo la descripcin de los signos y sus significados, sino que incluye y presta atencin a la sentiosis; es decir, a la dinmica concreta de los signos en un contexto social y cultural dado. La semiosis es un fenmeno operativo contextualizado en el cual los diversos sistemas de significaciones transmi-ten sentidos, desde el lenguaje verbal al no verbal, pasando por los len-guajes audiovisuales, hasta las ms modernas comunicaciones virtuales. Las reas que investiga la semitica tienen que ver, pues, con las nociones fundamentales y generales que rigen el conjunto ms relevante de signos y de semiosis. Ello no interfiere con los objetivos de otras disciplinas que se ocupan de esos temas, ya que se trata de perspectivas diversas.

    b) Lenguaje comn y lenguaje cientfico

    Otra observacin atae al lenguaje. La semitica no se elabora a espaldas de los lenguajes que corrientemente se usan, corno si las inter-pretaciones que proporciona fuesen totalmente ajenas a las prcticas comunicativas de los individuos. Existe cierto desarrollo en continuidad entre uno y otro aspecto, teniendo presente, sin embargo, que la semi-tica es obvio utiliza un lenguaje y un instrumental metodolgico especficos para darle consistencia a su investigacin. Como toda cien-cia, tambin ella est sujeta a reglas de verificacin (o de falsedad, si queremos estirar hasta ac la posicin de Popper) y sus hiptesis deben sostenerse en certezas proporcionadas por argumentos de realidad, aun-que no siempre es fcil demarcar tajantemente los lmites entre las posi-bles evidencias o pruebas plausibles.

  • 20 VICTRINO ZECCHETT

    CAPTULO 1: QU ES LA SEMITICA? 21.

    De todos modos, no hay razn para suponer (tal vez piensen as mu-chos estudiantes) que hay una ruptura profunda entre las teoras serniticas y la razn comn aplicada a la comunicacin. Aunque nos topemos con teoras distintas para explicar un mismo fenmeno, los modelos tericos ayu-dan a iluminar siquiera alguna parte de realidad comunicativa. Y si una hiptesis se abandona, es porque se hallan motivos para refutarla, general-mente por ser demasiado reduccionista y no poder abarcar una cantidad de fenmenos extensionalmente relevantes. Las discrepancias entre hiptesis y resultados esperados slo pueden establecerse a posteriori, una vez que se verificaron las explicaciones aportadas. Prque es preciso repetirlo-- las ciencias operan y funcionan con hiptesis, y eso rige tambin para la semi-tica. Esto da lugar a que a veces surjan "paradojas" cuando se rompe el equilibrio entre el mundo real de la comunicacin y su teorizacin. Aparen-temente cada' realidad se rige con nociones a escalas diferentes. Y es bueno que as sea, porque la realidad constituye una resistencia para cualquier ciencia, pero eso permite una continua renovacin de interacciones entre los fen-menos reales y las representaciones cientficas. El lenguaje de stas se vincu-la con los niveles de la realidad desde el estatuto del observador (del semilogo investigador), el cual aplica su inteligencia (un punto de vista terico y el desarrollo de un mtodo) a la descripcin y comprensin de los fenmenos. La utilizacin de hiptesis funciona al mismo tiempo como argumentos heursticos y como guas que orientan la marcha de la investigacin.

    c) El punto de vista semitico

    El conjunto de mundos reales o ideales es susceptible de ser analiza-do desde mltiples puntos de vista. Tambin la semitica tiene el suyo. Ella presta atencin a la multitud de objetos, de seres y de hechos que llenan nuestra realidad, especialmente aquellos que son fruto de la cultura humana. Pero lo propio de la semitica es considerar los fenmenos y los hechos de

    .

    cultura sub specie communicationis, esto es, desde el ngulo o el punto de vista de la comunicacin. Es ajeno a su inters incursionar o analizar la cultura con ciencias que barajan intereses, mtodos y explicaciones etnogrficas, fsicas, biolgicas, etc. y que no tienen una conexin lgica interna con la semitica, que analiza especficamente la red de signos y de hechos de semiosis que se tejen en las culturas, con sus dimensiones de significados comunica-dos. Fijmonos en la siguiente nota de prensa con una informacin acerca del genoma humano:

    En el ao 2001 haba ms de dos mil colaboradores internacionales (i-doajan-do en la construccin del gran libro del genoma humano, es de, n, del

    enorme mapa de . todas las combinaciones posibles de nuestro alfabeto gen-tico, cuyas letras bsicas son cuatro: ATGC. Se estima que una vez concluido el libro del genoma, una persona demorara 32 aos en leerlo, siempre que lo hiciera a la velocidad de lectura de 200 pginas diarias. El clculo cientfico arroja la cifra de 3,5 billones de caracteres que componen el cdigo gentico contenido en el ncleo de cada clula humana. En la actualidad slo del 5 al 10% de esos caracteres forman las frases susceptibles de ser entendidas .

    Estos datos tienen ante todo un inters cientfico para la medicina. Pero tambin es un texto susceptible de ser analizado semiticamente; es decir, como un discurso cientfico y social que circula en la sociedad, vi( u t ador de significados para especialistas y para los ciudadanos en general. Los bilogos lo leern e interpretarn desde su ciencia, y para los ciudadanos comunes ser un dato de divulgacin cientfica con un componente ideo-lgico de importancia, que afecta el imagina rio colectivo por su referencia a la estructura profunda del ser humano. A la semitica le interesa esto ltimo; es decir, averiguar el valor y el significado que tiene esa informacin en la semiosis social.

    Los rasgos peculiares que caen bajo la mirada especfica de la semi-tica tienen que ver con el estudio de los fenmenos de semiosis en cuanto generadores de significados o, en otras palabras, con el anlisis de los hechos de comunicacin en relacin con la comunicabilidad de sus significantes. Un cartel publicitario ser analizado por la semitica no como un fenme-no econmico o de marketing, sino a partir de su estructura de lenguaje y de su iconismo, poseedor de formas estticas (imagen, colores, text )) que fungen de significantes productores de significaciones en la sociedad y en la cultura urbana de hoy. Si queremos teorizar un poco este punto, hemos de afirmar que la semitica tiene la tarea de buscar leyes y otras generali-dades relativas a su objeto de estudio; o sea, debe ser una ciencia ce las representaciones sgnicas y de los fenmenos de semiosis.

    Vista desde esta ptica, aparece otra caracterstica de la semitica, y es que ella basa su conocimiento en la construccin de modelos para que sirvan de marcos referenciales en la tarea de anlisis y estudio de los fenmenos de comunicacin. Mediante ese instrumento terico, Ne ,-on-fronta y se evala la validez de la investigacin. En rigor, pues, no existe un mtodo semitico nico, sino mltiples modos de realizar los

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    CAPTULO 1: QUA ES LA SEMITICA? 23

    estudios de los hechos que interesan. En cierto modo, un modelo semitico es como una categora a priori, de carcter ms bien hipottico y con posibilidad de circunscribirlo a un determinado objeto de estudio. De hecho, constatamos que as ha sucedido: se crearon modelos y se aplicaron al anlisis de ciertos procesos o fenmenos comunicativos par-ticulares. Surgi la oposicin binaria, el cuadrado semitico, las constan-tes estructurales de Lvi-Strauss, los cdigos de normas y desviaciones icncas, etctera. Cada modelo debe verificarse, perfeccionarse, modificarse o abandonarse.

    Resumiendo, el espacio semitico incluye todos los aspectos que to-can las formas y las relaciones sgnicas de las cosas. Por lo tanto, es como si todo fuera materia significante de semiosis, o sea, signos y lenguajes que alimentan fenmenos de significacin. Se pas, pues, de la semitica en-tendida como ciencia de los signos, a la semitica comprendida como ciencia de las significaciones. Pero ambos aspectos van unidos, no pueden separar-se. De este modo, la semitica permanece como la ciencia de los signos que circulan y producen sentido en el mbito de las culturas y sociedades huma-nas, tomando en cuenta sus lenguajes, lo que ellos revelan, lo que dicen y cmo dicen las cosas que la gente hace.

    Como todo estudio de la cultura, tambin el anlisis semitico es slo un aspecto de las mltiples miradas sobre la realidad. Presta atencin a aquellos espacios de sentido que se crean mediante el uso de los objetos y lenguajes. Ms all y al fondo todava quedan los horizontes de la filosofa que indaga los criterios hermenuticos para interpretar los contenidos y la verdad o falsedad del lenguaje humano.

    3. Las generaciones de la semitica

    Desde que comenzaron los estudios cientficos de las comunicacio-nes sociales en el siglo XX, surgi la necesidad de echar mano a marcos o enfoques tericos que dieran razn de cierto conjunto de fenme-nos. De all surgen las preocupaciones propias de cada disciplina.

    Desde la perspectiva sociolgica, se organiz la indagacin en torno a las mltiples relaciones existentes entre comunicacin (medios de co-municacin) y sociedad, los modos de recepcin de los medios, las ex-pectativas del pblico, los efectos de los medios masivos en los grupos, sus repercusiones educativas, familiares, grupales, sociales.

    La vertiente psicolgica, en cambio, abord las comunicaciones so-ciales centrndose en las personas y los individuos, sus experiencias estticas, su valoracin de los mensajes, las imgenes que de s mismos se forjan los sujetos ante el espejo meditico y las repercusiones que tienen en sus imaginarios.

    Los enfoques ms filosficos, por su parte, se centraron en el anlisis de la naturaleza y del sentido de la comunicacin. Las preguntas y las cuestiones fueron: en qu consiste realmente la comunicacin? Cul es su esencia y su verdad profunda?

    Es obvio que el conjunto de las teoras utilizadas por cada rama cientfica representa un mapa diversificado. Con ellos se han implementado no slo distintos niveles de estudio, de lectura y de investigacin, sino que se obtuvieron tambin resultados a veces difci-les de conciliar. 5 A menudo los trabajos se han llevado a cabo con total independencia entre un enfoque y otro, sin ninguna interdisciplinarie-dad, de modo que la sensacin producida es la de quien se halla delante de un rompecabezas.

    Por lo que atae a la semitica, los recorridos tericos que se han desarrollado a lo largo de su relativamente breve historia, suelen clasificarse en tres etapas, una divisin que representa tan slo un inters didctico de poner orden en un terreno que demanda ser constantemente esclarecido, precisado y actualizado.

    a) Las semitcas de primera generacin

    Tuvo origen en la dcada de 1950, cuando apenas se iniciaban los estudios de semiologa. En un principio, los enfoques fueron eminen-temente lingsticos, en la lnea de la tradicin saussureana. La pre-gunta bsica era acerca de la "arquitectura de un texto". Desde ese planteo, el acercamiento a los problemas de la comunicacin consista en hallar y descomponer los elementos constitutivos de cada texto o discurso. Una vez encontrada su estructura fundamental y los elemen-tos que la conforman, el problema semitico se consideraba resuelto.

    5 Como ejemplo de esto, vase la descripcin de los diferentes enfoques en las investigaciones de los efectos de los medios que reportan D. McQuail (1980, 1983) y Mauro Wolf (1992).

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    No haba an preocupacin por analizar otras cuestiones conceptuales bsicas, que surgieron despus, a medida que la semitica asumi un perfil ms definido en la dcada de 1960 con la aparicin del estructuralismo.

    La semitica estructural asumi el postulado segn el cual todo lector es un decodifzcador y el mensaje, una obra. Roland Barthes, uno de los exponentes ms conocidos de esta semitica, afirmaba, en efecto, que toda obra es un fragmento de una sustancia que tiene un cuerpo y ocupa un espacio, lleva en s misma un significado y es fruto de una tarea de produccin. Ahora bien, todo texto se organiza en torno al concepto central de estructura.`'

    En sentido general, cuando se habla de estructuralismo se entiende un mtodo de estudio que permite introducir un orden explicativo en un con-junto o serie de fenmenos aparentemente desconectados entre s. Su objeto de estudio es, por consiguiente, el anlisis de las relaciones que sur-gen entre sus elementos. En este contexto, la idea de estructura puede remitir a uno de estos dos significados: como un sistema de relaciones, es decir, como una totalidad no reducible a sus partes y, por lo tanto, dichas relaciones son susceptibles de estudio y anlisis. En segundo lugar, desde un punto de vista operacional, una estructura es la interdependencia de elementos de un conjunto de dinmicas que interactan recprocamente. La idea de estructuralismo result til para indagar una gran variedad de fenmenos: C. Levi-Strauss la us para estudiar las estructuras parentales de los grupos tnicos,' mientras que R. Jakobson la aplic a la lingstica." En fin de cuentas, fue posible buscar la estructura de cualquier fenmeno, y por esta razn se acu la expresin anlisis estructural, aplicable tanto al campo cinematogrfico como al anlisis de obras pictricas, de una novela o incluso de un fenmeno poltico-social.

    Las semiticas de primera generacin se remitieron a este bagaje conceptual estructuralista. Y con ese instrumental de trabajo ellas se han detenido de modo particular en el anlisis de los objetos significantes de

    fi Ver de Roland Barthes: La aventura semiolgica, Paids, Buenos Aires, 1994. 7 En 1955, Claude Lvi-Strauss escribi Tristes trpicos y en 1958 public Antro-

    pologa estructural; en 1963, El pensamiento salvaje; en 1964 comenz a publicar sus Mitologas.

    8 La obra de R. Jakobson abarca ms de quinientos ttulos. Su enfoque estructu-

    ralista se refleja, por ejemplo, en su importante trabajo Ensayos de lingstica general (Seix Barral, Barcelona, 1981).

    CAPTULO 1: QUE ES LA SEMITICA?

    los lenguajes y en los procesos de comunicacin, entendidos corno el flujo informativo entre emisores y receptores mediante un desarrollo regular y lineal.

    A pesar de sus lmites, estas semiticas de primera generacin han tenido el mrito de ensanchar el horizonte restringido de la vieja lingisrica y se han preocupado por abarcar no slo el lenguaje verbal, sino tambin las formas audiovisuales de comunicacin.

    b) Las semiticas de segunda generacin

    A partir de los aos 70, los estudios semiticos sufrieron un viraje hacia nuevas posturas tericas y metodolgicas. La semitica postestructuralista se abri camino a medida que fueron desapareciendo los modelos tericos dominantes que pretendan acaparar la totalidad de las explicaciones, como suceda con el funcionalismo y el estructuralismo. Progre-sivamente se impusieron hiptesis ms pluralistas que contribuyeron a cam-biar los enfoques de los estudios y los proyectos de investigacin. En semitica, se revisaron las formas en que s : relacionaban entre s los signos, los individuos o actores y las redes sociales. Entre esos elementos ya no exista aquella unidad que aparentemente se pretenda. Por lo cual se empezaron a indagar otros hechos extra-lingsticos y otros procesos comunicativos. En las semiticas de esta nueva generacin hallamos di-versos pensadores que se interesaron por el anlisis de textos concretos de los lenguajes. No se trat de un horizonte completamente homogneo, ya que aparecieron concepciones tericas diversificadas; pero todas, de una manera u otra, confluyeron en la indagacin semitica. En sntesis, podemos nombrar las siguientes tendencias principales:

    1. El deconstruccionismo, que tuvo en la figura de J. Derrida su ,iz. - 2-nte principal. 9

    Este pensador de origen argelino propugn que al estuch,i- un determinado texto es necesario descentralizarlo, apartarse de sus smbo-los centrales y reconstruirlo en torno a otros temas que han sido margina-dos. La reinterpretacin de un texto significa poner en el centro al lector; el cual puede "reconstruirlo" incluso desde los elementos excluidos. En un

    9 Jacques Derrida, con Gramalologa y La escritura y la diferencia (1967), dio a conocer su pensamiento, que modificaba el modo de enfocar y de leer la realidad, mediante la deconstruccin.

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  • 26 VICTOKINO ZECCHE1TO CAPTULO 1: QU ES LA SEMITICA? 27

    nivel ms amplio, se postulaba una cultura que se deba constantemente desintegrar y volver a combinar. Esta hiptesis propia de reflexiones en sociedades desarrolladas tuvo matices diferentes en Europa y en Esta-dos Unidos. Por cierto que en Amrica Latina se privilegi un enfoque social del deconstructivismo.

    En el surco de estas reflexiones, tambin R. Barthes aport valiosas ideas para la concreta lectura de los textos.

    2. La hermenutica cuyos mximos exponentes fueron el filsofo alemn H.-G. Gadamer y el francs P. Ricoeur analiz los factores que intervienen en la interpretacin de los lenguajes y de los mensajes. Se trata, por lo tanto, de interpretar al mismo ser humano. Gadamer explica el distanciamiento alienante que se da en el hombre respecto de su expe-riencia de pertenencia. En ese espacio se produce tambin la experiencia hermenutica, que l divide en tres esferas: la esttica, la histrica y la lings-tica. Esta ltima permite dominar las estructuras de los textos de nuestra cultura; por eso atraviesa las dos esferas anteriores." )

    P. Ricoeur, por su parte, habla de la mutua interdependencia que se establece entre las explicaciones de los fenmenos y la comprensin de los mismos, creando, de esa manera, el "crculo hermenutico": "... la correla-cin. entre explicacin y comprensin y viceversa, entre comprensin y explicacin, constituye el crculo hermenutico". 11 Esta nocin puede acla-rarse si aadimos que el "orden hermenutico" es uno de los cuatro rde nes de la semntica de los textos (junto al orden sintagmtico, el orden paradigmtico y el referencial). El crculo hermenutico incluira un movi-miento en torno a cada uno de esos rdenes.

    3. Las teoras del lector implcito, que incluyen autores como J. Lotman, Iser, Booth y Chatman afirman la hiptesis de que el verdadero lector de un texto no es el individuo concreto, sino una instancia simblica que se activa en el interior del texto. Debe aclararse que el trmino texto no debe ser referido solamente a los escritos literarios, sino que se extiende a cualquier produccin audiovisual y meditica.

    i Ver de Hans-Georg Gadamer: Verdad y mtodo. Paul Ricoeur: Del texto a la accin. Ensayos de hermenutica II, Fondo de Cultura Econmica, Mxico, Buenos Aires, 2001. Es la traduccin de Du texte l'Action. Essais d'hermneutique II (1986), una recopilacin de trabajos como continua-cin del anterior de 1969: Le conflit des interprtations.

    El nuevo problema que estas semiticas deban enfrentar era el del funcionamiento del texto. Pero, al mismo tiempo, tenan pendientes an los interrogantes conceptuales no resueltos por las semiticas de la primera generacin; ms concretamente, la nocin de estructura, ya que ella se revelaba insuficiente y demasiado esttica para dar razn de la dinmica del texto. ste, en efecto, no refleja exactamente las ideas que el autor ha queri-do expresar; eso es empobrecer el texto. El lector tiene tambin un rol activo, no es un simple decodificador; su tarea es ms creativa e inteligente.

    Al plantearse estas nuevas cuestiones, las teoras semiticas de se-gunda generacin reelaboraron su base conceptual, asumiendo otros referentes. Aparece la figura del lector como un interlocutor y el mensaje es considerado un texto, es decir, un campo metodolgico que se lee en forma transversal, no cerrado sino abierto a nuevas significaciones que desbordan la intencionalidad del autor y que abarcan otros espacios y experiencias ldicas.

    En el nivel metodolgico, surge la nocin de contrato para aludir al pacto enunciativo que interviene como lazo de unin simblica entre el autor y el lector del texto.

    Con estas nuevas prescripciones, las teoras de esta segunda tradi-cin semitica aparecen con dos rasgos distintivos: en primer lugar se indaga el proceso generativo del texto y se considera el relato como el lugar de intercambio y de contrato; esto es notorio en la corriente fran-cesa, con exponentes como A. J. Greimas, Brmond, Genette,, E. Vern (durante su investigacin en Francia). En segundo lugar, hay "un acerca-miento interpretativo al texto, considerado como objeto de fruicin y lugar de interaccin. Aqu se ubica el aporte de investigadores italianos con las teoras de la cooperacin textual de U. Eco, de la conversacin audiovisual de G. Bettitini y las pasiones de los hablantes sugeridas por Paolo Fabbri. En Amrica Latina, ambas corrientes dejaron sentir su influjo en los estudios de la comunicacin. Consideramos pertinentes a esas lneas algunos trabajos de Guillermo Orozco, Mabel Piccini (Mxico), J. Mar-tn-Barbero (Colombia), Oscar Steimberg, Lilia Chamberlani (Argenti-na), Mara T. Quiroz (Per), Faustino Prez (Repblica Dominicana) y Ana Mara Fadul (Brasil), entre otros.

    En resumen, en estas teoras aparece claro el inters por decir no slo qu es un texto, sino tambin cmo comunica.

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    c) Las semiticas de tercera generacin

    A mediados de 1980 vemos aparecer un nuevo escenario semitico ms complejo an. Las semiticas anteriores haban aportado el inters por los "actores" que desarrollaban roles sociales. Ahora se plantean dos nuevos problemas: en el nivel emprico se quiere responder a la pregunta: cmo interacta un texto en su contexto de recepcin? En el plano textual, se trataba de disear el perfil y el rol del interlocutor a partir de los lmites que el mismo texto sugiere, pero yendo ms all. Esta nueva tendencia emergente traa implcita la pregunta acerca de los actores sociales y cul sera la perspectiva con la cual haba que postular su estudio.

    Para responder a estas cuestiones, era necesario abrir la semitica al cognitivilmo de otras disciplinas que ayudaran a redefinir algunos n-cleos centrales de la indagacin sobre los sujetos de la comunicacin, analizar su postura mental, las estrategias de sus acciones y las situaciones en que la desarrollaban. De manera general, podemos afirmar que se instal un nuevo paradigma, pero con un enfoque plural: el interaccionismo. ste se caracteriza por la descripcin de la comunicacin en sus mltiples aspectos, de las formas discursivas y el anlisis de los enunciados ubicados en sus contextos empricos: 2

    Diversas disciplinas contribuyen a definir contenidos y mtodos semiticos: la sociolingstica, la psicologa social, la sociologa cognitiva, la kinsica y la proxmica, los estudios etnogrficos, etctera. El postulado epistemolgico de base consisti en aceptar que los textos y discursos son construcciones sociales realizadas por mltiples actores. En adelante, para la semitica, el lector es considerado como un interlocutor que el texto halla delante de s; el texto, a la vez, construye a su lector o espectador dndole un espacio activo y guindolo por cierto reco-rrido. Este enfoque general ha sido asumido aun con matices diversospor diversas escuelas y autores. La llamada Escuela de Costanza aport fecundas reflexiones, lo mismo que las teoras de la interaccin social estu-diada por la escuela de Palo Alto; por su parte, la Escuela de Birmingham analiz las relaciones procedimentales de los dilogos y la estructura de sus lxicos; y la Escuela de Ginebra propuso una tipologa de los intercambios

    12 Ver, por ejemplo, de Catherine Kerbrat-Orecchioni: "Les cultores de la conversation", en Le Langage Sciences Humanines, n 27, Pars, Dc. 1999 Jan. 2000, pp. 38-41.

    CAPTULO 1: OU ES LA SEMITICA?

    entre actores de diferentes rangos." Lo mismo hizo M. Hallida; que estudi cmo se usa el lenguaje dentro de las diversas situaciones s ,cia-les." En Espaa se destaca Ana Mara Vigara T por sus aportaciones al estudio del espaol coloquial, desde el chiste hasta los estilos conversacionales. 5

    Como podemos constatar, en lo metodolgco emergi la figura te-rica del contexto y sus circunstancias enunciativas. Con esto se sala de las ambigedades de los enunciados abstractos y se tomaba en cuenta la interaccin pragmtica de la comunicacin. Los trabajos de la pragmtica lingstica inaugurada por J. Austin (1962) tuvieron amplia repercusin en el desarrollo de otras indagaciones sobre la interaccin comunicativa y las condiciones de la enunciacin. Al acentuar la importancia de los contextos de la enunciacin, se pusieron de relieve las implicaciones particulares que se crean en las situaciones concretas de la comunicacin lingstica, don-de los enunciados asumen determinadas significaciones que desbordan los cdigos estrictamente semnticos. El mapa de las teoras que di ec-ta o indirectamente se apoyan en estos postulados de investigacin es muy rico, variado y complejo. Aqu hallarnos los grandes estudios de la pragmtica del lenguaje de Searle, Grice, Sperberg y Wilson, Anscoinbre, Ducrot, 16 R. Odin y su semioanlisis, la semiopragrntica de Casetti, U. Eco y sus circunstancias enunciativas.

    Ala vez, toda la corriente de la semitica social o sociosemitica concedi un nuevo espacio al estudio de los contextos, mostrando que en la pro& lecin social de sentido no slo actan como agentes los emisores de los m( tajes ni tampoco slo las audiencias, sino que ambos tejen una red, de mo(1( r que los medios y el pblico perceptor se interrelacionan activamente en la cons-truccin de signos y discursos de donde emergen los sentidos de la vida cotidiana al circular en las estructuras de la sociedad."

    Cabe nombrar a E. Roulet, perteneciente a esta escuela. Michael Halliday: Langage and Social Senziotic, University Park Press, Baltiraore, 1978. Cfr. T Ana Mara Vigara: Morfosintaxis del espaol coloquial. Esbozo estilstico, Gredos, Madrid, 1992. En el captulo sobre la pragmtica del lenguaje retomaremos a estos invtst iga-dores para explicar sucintamente su pensamiento respecto del lenguaje. Ver el valioso trabajo de Klaus Bruhn tensen: La semitica social de las comunica-ciones de masa, Bosch Comunicacin, Barcelona, 1997.

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  • Resumiendo: estas semiticas de tercera generacin, adems de pre-ocuparse por indicar cmo se comunica un texto, prestan atencin al modo en que los actores mediticos interactan en los ms diversos contextos.

    4. La divisin de la semitica en tres ramas

    A partir del siglo XX la semitica se ha sistematizado y se ha dado un estatuto cientfico. Como otras ciencias, se subdivide en varias disciplinas. La divisin propuesta por Morris es an ampliamente aceptada. l distin-

    gue tres ramas en la semitica: la semntica, la pragmtica y la sintctica. (R< la una de ellas posee objetivos y mtodos especficos. Esto no quiere decir que cada disciplina sea independiente o que se instale como un compartimento estanco; las tres se refieren a un mismo proceso de comu-nicacin y tienen, en definitiva, un mismo objeto de estudio: la serniosis. De modo que semntica, pragmtica y sintctica son tres puntos de vista o iferentes orientados al estudio y al anlisis de la estructura y de los procesos de comunicacin.

    Sobre la base de qu criterios se establece esta triple divisin de la semitica? El punto de partida son las relaciones tridicas que establecen los signos.

    a) La semntica

    En primer lugar pueden estudiarse las relaciones de los signos con los objetos a los que son aplicables; es decir, a lo que los signos quieren significar al referirse o al denominar cualesquiera tipos de seres o de entidades. Esta relacin se denomina dimensin semntica de la semiosis y su estudio se llama sencillamente "semntica". La semntica, por este motivo, es considerada una rama emprica de la semitica, ya que el estudio del sentido y de los significados del lenguaje humano hace referencia a las relaciones concretas de los signos con las cosas. Como vemos, ac la semntica se considera como una "teora de la significa-cin", cuyo enfoque es distinto de la semntica como la entiende la filosofa del lenguaje, que la vincula con "las condiciones de verdad de las proposiciones". Esta distincin la tomamos de U. Eco y resulta clarificadora en el momento de sealar los lmites de esta disciplina: "La denominada semntica estructural trata del significado, y por lo

    tanto, de una teora de la significacin, mientras que la filosofa del lenguaje anglosajona habla de la semntica a propsito de un enfoque vinculado a las condiciones de verdad de las proposiciones". 18

    El conocimiento de los significados de los signos supone, pues, pres-tar atencin a las res designata; es decir, a los objetos, a los hechos y a los fenmenos que los signos sealan. As, por ejemplo, los hablantes de una lengua, al usar los signos lingsticos o los enunciados, proceden a indicar cosas, situaciones, eventos, sentimientos, conceptos, etctera. Todo ello presupone la presencia de criterios de ndole semntica para el uso de los signos y sus significados. Hay, por lo tanto, una doble pers-pectiva en la prctica semntica: una "intensional", por cuanto todo signo o enunciado designan alguna ndole propia o nota de los objetos; otra perspectiva es "extensional", pues seala o alude al tipo o conjunto de cosas u objetos a los cuales se aplican las propiedades indicadas en los signos o enunciados.

    Evitamos aqu aplicar el trmino semntica a otros sistemas forma-les, como la teora de los modelos de Tarski o la de Goguen, que estn teniendo aplicaciones en los actuales estudios sobre los lenguajes de programacin informtica."

    La semntica se diferencia de la fonologa, que estudia los sonidos de la lengua; e igualmente, de la sintaxis gramatical, qu analiza los sistemas de clasificacin y combinacin de las unidades lexicales. En cambio, las fronte-ras que separan la semntica de la semitica son ms difusas e imprecisas. La Escuela de Pars consider la semitica como una extensin tuna espe-cializacin de la semntica. Nosotros pensamos que la semntica es ms bien una disciplina descriptiva y tcnica de los significados de un determinado lenguaje; o sea, la entendemos como semntica cognitiva. Su instrumental es aplicable no slo a los textos verbales sino, tambin, a los audiovisuales. En cambio, la semitica asume una perspectiva ms global y terica del conjun-to de todos los lenguajes; en consecuencia y desde este ngulo, la semntica debe considerarse entonces corno una rama subordinada a la semitica.

    I8 U. Eco: Los lmites de la interpretacin, Lumen, Barcelona, 2000, p. 288. N

    La llamada "Teora de los modelos" tuvo su principal exponente en Tarski (1901-1983). Dicha teora apunt a estudiar las estructuras matemticas considerando las leyes que le obedecen. Tarski describi los conceptos funda-mentales de esa semntica, cuyo lenguaje fue aplicado a la programacin. A la vez, el investigador en informtica Goguen afirma en su Teora ck las Instituciones que la teora general de la abstraccin es una teora semntica.

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    b) La pragmtica

    Tambin puede estudiarse la relacin de los signos con los intrpretes, con las personas que los utilizan de modo concreto, pues una semntica independiente del uso del lenguaje no servira de nada. En este caso, aparece la dimensin pragmtica de la semiosis, y su estudio, dice Morris, recibir el nombre de "pragmtica".

    De hecho, en la historia de los estudios del lenguaje, la semntica nunca fue considerada como disciplina autnoma. La semntica generativa muestra que el lenguaje se construye llevando en su seno una referencia constante a la pragmtica porque, al sealarse modelos de significados, es necesario incluir en ellos dispositivos pragmticos para interpretar los signosf'de modo especial, cuando se dan expresiones sin vinculaciones previas a un significado concreto y que, por consiguiente, exigen un contexto lingstico para su comprensin. La semntica instruccional formula criterios relativos al contenido, por ejemplo, de las deixis y de otras expresiones contextuales. En algunos lugares de Amrica Latina, los lmites o las con-tinuidades del lenguaje derivan del "pensamiento totalizador oral" propio de colectividades indgenas que asocian el pasado al presente en una cul-tura eminentemente hablada y de memoria compartida donde toda la comunicacin se modula en funcin del hablar y del or. El sentido de los conceptos no proviene de significados establecidos de una vez por todas, sino que funcionan como constelaciones de significaciones dentro del cir-cuito pragmtico de pertenencia y cohesin colectiva conversada."

    En resumen, no parece posible el funcionamiento de una semntica desvinculada del contexto pragmtico, por lo que aparece necesario establecer como postulado de significado, no slo la relacin entre las representaciones semnticas y una "enciclopedia ideal", sino tambin la `competencia semntica" con sus marcas orientadas a la pragmtica.

    Dentro de las ciencias del lenguaje, la pragmtica es la disciplina que analiza las formas y las estrategias concretas que asumen las expresiones comunicativas, con el fin de descubrir las leyes que las rigen y establecer sus caractersticas generales. Le interesa el estudio de los dilogos conversacionales, los casos que reporta la etnolingstica y los enunciados de los medos masivos en sus diversos contextos, situaciones, circunstancias.

    Espino, Gonzalo: La literatura oral, Abya-Yala, Quito 1999, p. 33.

    La pragmtica comparte con otras disciplinas algunos aspectos de su universo mental (por ejemplo, con la psicologa, la sociologa, la antropologa, etc.), ya que trata de descubrir los ejes modlicos del lenguaje y en generaldel comportamiento humano comunicacional en sus realizaciones prcticas.

    c) La sintctica

    Finalmente se ha de considerar la relacin formal de los signos entre s. Esta relacin se incorpora en la definicin de los signos, puesto que el uso habitual de ellos incluye necesariamente la presencia de un sistema s gnico que funciona con correlaciones internas y sugiere mecanismos mnemnicos y sealadores sintcticos. La sintaxis se interesa por los sistemas formales (lla-mados "gramticas") diseados para analizar los lenguajes.

    Es muy difcil imaginar la existencia de un lenguaje sobre la base de signos aislados. Potencialmente, al menos, todo signo tiene relaciones con otros signos, puesto que tanto los emisores de mensajes como los destina-tarios slo logran interpretar un signo cuando lo ven puesto en combina-cin estructural con otros. La presencia de estas relaciones y combinaciones sgnicas establece una dimensin de la semiosis tan importante como las dos anteriores (semntica y pragmtica). sta es la dimensin sintctica de la semiosis, y su estudio recibe el nombre de sintaxis.

    La semitica se relaciona con estas diversas extensiones de la semiosis que hemos brevemente explicado y trata de dar razn de los fenmenos comunicativos que de ellas se derivan. Es imposible abordar los procesos de semiosis aislando alguna de estas tres facetas o enfoques. Sera como pretender analizar un partido de ftbol sin tomar en cuenta, al mismo tiempo, los movimientos de los jugadores, de la pelota y el desplazamiento de ambos elementos en las distintos espacios de la cancha. La semitica es una totalidad formada por tres dimensiones, pero cada una de ellas posee su propia naturaleza y dominio.

    q Palabras clave para recordar

    Semitica/semiologa: es la ciencia o el conjunto de conocimientos que anali-zan y explican los signos y los fenmenos comunicativos, los sentidos y las significaciones que se producen en la sociedad a travs de la acti-vidad de la semiosis.

  • 34 VICTORINO ZECCHETTO

    Semiosis: es la actividad misma de la comunicacin. Es el proceso de interaccin comunicativa que se produce entre las personas, los grupos sociales y las instituciones.

    Semntica: (del griego semantikos = lo que tiene sentido) es el estudio del significado de los signos, de los enunciados y de cualquier texto o discurso meditico, dentro del proceso que asigna tales significados.

    CAPTULO 2

    Lo dado, lo creado y lo adquirido: naturaleza y cultura

    Bibliografa sugerida para este captulo

    Barthes, Roland: Elementos de semiologa, Alberto Editor, Madrid, 1971, (existen tambin ediciones posteriores.)

    Chandler, Daniel: Semitica para principiantes, Abyaala, Quito, 1998. Del Coto, Rosa Mara: De los discursos a los cdigos. Una aproximacin a los

    lenguajes contemporneos, Docencia, Buenos Aires, 1996 (ver "La se-mitica de primera generacin", pp. 33-75; "La semitica de segunda generacin", pp. 240-250; pp. 274-300).

    Magarios de Morentn, Juan A.: Los fundamentos lgicos de la semitica y su prctica, Edicial, Buenos Aires, 1996.

    Morris, Charles: Fundamentos de la teora de los signos, Planeta-Agostini, Bar-celona-Mxico-Buenos Aires, 1994 (ver cap. 2: "Semiosis y semitica").

    Todo sistema semitico existe siempre dentro de una cultura.

    Csar Gonzlez O.

    p ara el estudio de la semitica, resulta importante recordar que nues-tras creaciones cognoscitivas son fruto de una actividad distinta de lo que sucede en el mundo fsico y csmico que nos rodea. Esta distincin ayuda a no confundir los niveles de vida y a darse cuenta de la peculiaridad del obrar humano.

    1. Dos dimensiones de un mismo mundo

    El origen etimolgico de las palabras naturaleza (del latn, natura -ae) y de cultura (tambin del latn "cultura", cultus -um) designa dos dimen-siones capitales y complementarias de la vida humana: por un lado, la presencia del mundo natural y, por otro, la actividad primordial del ser humano en contacto con ella. Naturaleza y cultura constituyen, pues, un binomio en mutua relacin dinmica donde, sin embargo, la potencia cultural, o sea, la iniciativa y creatividad de la persona, es ms fuerte y agresiva que la mansa naturaleza.

    Antiguamente, cultura designaba sencillamente la tarea de cultivar la tierra, labrar los campos y atender los cultivos; indicaba tan slo el trabajo humano sobre la naturaleza.

    Mientras que el sentido de la palabra naturaleza se ha mantenido ms o menos estable a travs de los siglos, no ha pasado lo mismo con el trmino cultura, que ha estado sujeto a varias transformaciones.

  • 36 VICTORINO ZECCHETI-O

    Durante la poca iluminista (siglo XVIII), la palabra cultura asumi un sentido elitista y design al individuo que "cultivaba" el conocimiento, el espritu y la mente, en oposicin a la tosquedad e "incultura" de la naturaleza. As se impuso el trmino como sinnimo de "saber", "ser ins-truido"; o sea, "tener cultura", ser una persona "culta".

    Aunque se mantiene muy vivo hasta el presente este significado reductivo de cultura porque los medios de comunicacin social y los gobiernos siguen usndolo en su acepcin aristocrtica, en los ambientes cientficos hoy esa palabra ha desbordado cualquier significacin unvoca y se utiliza en forma metafrica para indicar gran diversidad de tareas huma-nas. Se habla, entonces, de cultura campesina, o bien de cultura fisica, de cultura culinaria o de cultura artstica.

    La diversidad de contextos impide el uso unificado del trmino. Y es normal que as sea Cada rea humana en la que se aplique hace necesaria una definicin adecuada de su sentido, pues los criterios semnticos de-ben atenerse a las significaciones contextuales. Ciertas disciplinas han institucionalizado su propio significado de cultura. La sociologa habla de "cultura juvenil", de cultura feminista o de cultura obrera. En antropolo-ga se hace referencia a la cultura prehistrica, a la cultura mgica y a la cultura afrobrasilea. En agricultura existen la viticultura y la apicultura; en educacin, la puericultura.

    En resumen, resulta dificil, si no imposible, abarcar, bajo una sola acep-cin analtica de cultura, la variedad o extensividad de discursos significantes, ya que para conocer la denotacin exacta del trmino hay que atender a los contextos en los que se utiliza. Pero gracias a esta diversificacin semntica se ha enriquecido la comprensin del concepto y algunas disciplinas cient-ficas han aportado a su estudio nuevos enfoques.

    A continuacin, esbozaremos en primer lugar los rasgos generales que caracterizan la naturaleza y la cultura. Despus nos detendremos en el anlisis ms profundizado de esta ltima con respecto a la semitica.

    2. El mundo natural y la impronta cultural

    En el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos suscrito en 1966 por los pases miembros de las Naciones Unidas se lee:

    CAPTULO 2: Lo DADO, LO CREADO Y LO ADQUIRIDO: NATURALEZA Y CULTURA

    El derecho a la vida es inherente a la persona humana. Este derecl 1,, protegido por la ley. Nadie podr ser privado de la vida arbitrariamente (Artculo 6,1).

    El contenido de este texto nos abre el camino a lo que queremos explicar sobre la naturaleza y la cultura. Se dice que el derecho a la vida es un derecho natural, o sea, proveniente de la naturaleza. Y se trata, en pri-mer lugar, de la vida biolgica del ser humano, aquella que se recibe por nacimiento, la vida del cuerpo humano que crece y se desarrolla en el espacio y en el tiempo. A travs de los siglos fue comprendindose ( :ida vez mejor el valor de la vida humana. Por eso, las sociedades han creado el derecho (leyes, tribunales) para protegerla y defenderla. La vida (= natu-raleza) y la actividad humana cristalizadas en la ley (= cultura) se dieron la mano. Dos nociones incluidas una en la otra.

    a) Naturaleza

    Es todo aquello que existe, que nace, crece, se desarrolla y se reprodu-ce en forma autnoma segn leyes que le son propias. De los peces que nadan en el mar, las liebres que corren por el monte o los pjaros del bosque que vuelan libres por el cielo, decimos que estn en su hbitat natural. Igualmente es natural cuanto hay en el cosmos: sus astros, estrellas, galaxias y las leyes que rigen los movimientos del inmenso espacio sideral.

    Llamamos, entonces, natural, a lo que deriva directamente de la natu-raleza y est sometido a sus leyes. En los seres humanos son naturales fenmenos como el hambre, la sed, el sueo, el nacimiento, la muerte. . La naturaleza tiene una organizacin previa; es decir, no construida a pos ni tampoco dada por s misma.

    El modo de gravitar de la Tierra en torno al sol es una ley natural. Lo mismo que la velocidad de la luz, la ley de gravedad y tambin, la evolucin de la materia viviente que hizo eclosin en el ser humano. E igualmente son ley natural las infinitas secuencias y cadenas de los cuatro nucle tidos (A, T, C, G) que integran el genoma humano.

    La naturaleza es opuesta a los seres no determinados. Un objeto natural no tiene artificios, sino slo la forma que le es dada, sin posil n ili, I ad de variaciones, excepto aquellas que le permiten su programacin ya fijada una vez para siempre, incluso los funcionamientos caticos e imprevisibles.

    37

  • VICTORINO ZECCHETTO 56

    Estructuralismo: en general es la forma de abordar el conocimiento des-componiendo el objeto de estudio para analizar sus partes y luego recomponerlas con el fin de comprender la totalidad. Aplicado a la cultura y a la semitica, el trmino indica que los fenmenos que se analizan son solidarios, de modo que cada uno de ellos depende de otros y que su valor depende de su relacin con los dems. El princi-pio bsico del estructuralismo es: "conocer por diferenciacin".

    Industria cultural: expresin que se refiere a la produccin industrial de mercancas culturales para ser consumidas masivamente. Con ello se quiso criticar, en un primer momento, un tipo de cultura moderna reducida a mera mercanca. En la actualidad, esta expresin es asumi-da por la visin globalizada de la sociedad y proyecta una imagen de vida caracterizada por la participacin ciudadana al consumo exten-dido de bienes y servicios, con invitaciones apoyadas por los medios de comunicacin social.

    Bibliografa sugerida para este captulo

    AA.VV.: Cultura popular y cultura de nasa. Conceptos, recorridos y polmicas, Paids, Buenos Aires, 2000.

    Garca Canclini, Nstor y Moneta, Carlos (coords.) y otros: Las industrias culturales en la integracin latinoamericana, Eudeba, Buenos Aires, 1999.

    Lotman, Juri: Semitica de la cultura, Ctedra, Madrid, 1979. Martn-Barbero, Jess: Procesos de comunicacin y matrices de cultura. Itinera-

    rio para salir de la razn dualista, FELAFACS GG, Mxico, 1987. Piscitelli, Alejandro: Ciberculturas 2.0 en la era de las mquinas inteligentes,

    Pads, Buenos Aires, 2002.

    CAPTULO 3

    Los vericuetos histricos del signo

    La semitica tiene una historia larga e interesante. Omar Calabrese

    E n este captulo presentamos en forma resumida un panorama his- trico de la nocin de signo y su evolucin a lo largo de los siglos en el pensamiento occidental. Ese proceso merece nuestra atencin porque ayuda a entender mejor y con ms profundidad las explicaciones que daremos en el prximo captulo, cuando tratemos especficamente el tema de la semitica de los signos.

    1. Los signos en la filosofa griega

    En la cultura griega de la antigedad, se hablaba de los signos dndole al trmino diversos significados. El mdico Hipcrates, para referirse a los sntomas de una enfermedad, usaba la palabra semein (signo); el filsofo Parmnides indicaba como signos las pruebas de veri-ficacin de algn hecho.

    a) Platn

    Platn formul su teora del conocimiento afirmando que la mente conoce mediante la reminiscencia de cosas que el alma haba olvidado (anmnesis). Ense que los objetos del mundo son estmulos sensoriales que nos ayudan a reconstruir la verdad a travs del recuerdo. Es conocida la comparacin utilizada por Platn para explicar el proceso de nuestro

  • 58 VICTORINO ZECCHETTO CAPTULO 3: Los VERICUETOS HISTRICOS DEL SIG NO 5 9

    conocimiento. Dice que nuestro modo de recordar las ideas es semejante a un grupo de personas colocadas delante del fuego a la entrada de una caverna y cuya luz refleja sus sombras sobre las paredes de la misma; esas sombras son las nicas seales borrosas que podemos adquirir de la ver-dad trascendente de las ideas.' Para Platn, ese mundo trascendental de las ideas constituye la realidad superior y verdadera; por el contrario, las cosas del mundo que perciben los sentidos slo producen opiniones ms o menos falsas de lo real y, en consecuencia, nos dan un conocimiento imperfecto de la verdad. A esta doctrina platnica se la conoce con el nombre de dualismo gnoseolgico.

    b) Aristteles

    La posicin del filsofo Aristteles (ao 320 a.C. ca.) contrasta con la de Platn. Afirma que es posible conocer la verdad, aunque hay grados de mayor o menor acercamiento a la misma. Entre la verdad y el error puede haber un espacio de incertidumbre, de verosimilitud o de opiniones. La retrica es la tcnica y el arte para comunicar con claridad los argumentos y las explicaciones que hacen crebles las cosas que queremos afirmar. En su Retrica (Tekns retoriks), escrita hacia el ao 350 a.C., Aristteles afirma que es posible conocer la realidad mediante los signos que tenemos de ella. Pero no identifica sin ms las palabras de la lengua con los signos. Las palabras sirven para darle nombres (noma) a las cosas, y en este punto Aristteles concuerda con Platn, segn el cual las palabras estn en lugar de las cosas. Sin embargo, las palabras o vocablos, para Aristteles, no son signos (semeia); ms bien se trata de smbolos (smbola) destinados a recono-cer los estados interiores del alma, es decir, cumplen con la funcin de ser marcas para que la mente reconozca algo. Notemos cmo Aristteles esta-blece la distincin entre signo lingstico, mente (alma, razn) y realidad representada (o semejada) por el signo. 2

    El lenguaje en cuanto dimensin del signo nos permite expresar la definicin real o esencial de los entes (realidad representada) impresa en el alma del hombre. En este sentido, Aristteles introduce una concepcin cognitiva del conocimiento de las categoras. Sus ideas acerca de la relacin

    La Repblica (Libro VII). 2

    Ver el clsico texto de Aristteles sobre el signo en: Sobre la interpretacin (Peri hermeneias), 16, 5.

    entre el lenguaje, el significado y la constitucin de los entes en film ion de una esencia establecen tambin los lineamientos de lo que se conoce corno teora clsica del significado.

    Al referirse a los signos, Aristteles se da cuenta de que stos pueden ser de diversas clases. Por ejemplo, cuando trata de los entimemas, es decir, de aquellos silogismos que slo constan de una oracin antecedente y otra consecuente, dndose por sobreentendida una de las premisas, utili-za el trmino signo (semeion) para referirse a los indicios o pruebas de alguna cosa: "... es como si alguien dijera que ese indicio (semeion) de que alguien est enfermo el tener fiebre, o de que ha parido el tener leche, y eso es necesario; el cual es el nico entre los indicios que es argumento concluyente, pues es el nico que, si fuere verdadero, es irrefutable". En este contexto de los silogismos, es posible observar que la nocin de indicio aparece como una de las diversas formas o clase de signos.

    En el citado Sobre la interpretacin, Aristteles sostiene que las pala-bras en s mismas no son ni verdaderas ni falsas, slo designan cosas y por eso son smbolos convencionales para nuestra mente. En cambio, las pro-posiciones pueden ser verdaderas o falsas, por cuanto en ellas se enlazan las palabras para afirmar o negar algo; en una proposicin, nuestra mente pone en relacin la expresin lingstica y la verdad, es decir, el noma con el logos. Al inicio de Sobre la interpretacin se encuentra esta clebre defini-cin: "Las expresiones orales son smbolos, y las palabras escritas son sm-bolos de las palabras habladas..., pero todas ellas son signos (semeia), son conceptos mentales igual para todos los hombres, de la misma manera que las cosas que la lengua reproduce son las mismas. Por naturaleza y segn su sonido, una palabra no tiene ningn significado, slo adquiere uno cuando se convierte en smbolo, el significado que la convencin establece". 4 Para Aristteles, pues, el signo es propiamente la ide , .l ue tenemos en la mente y que, por ser universal, compartimos con nuestros semejantes. En forma convencional, las palabras representan los objetos. ta onmata simbola... ton pragmatn= las palabras son smbolos de las cosas, y nuestra mente capta la idea de las mismas.

    En conclusin, la reflexin de Aristteles sobre el signo es rica, pero no logra definirla claramente en relacin con todos los movin t os

    Aristteles: Retrica, 1.357 b, 15. Utilizamos la edicin bilinge preparada por Antonio Tovar, Instituto de Estudios Polticos, Madrid, 1971.

    4 Aristteles: Sobre la interpretacin (Peri hermeneias): 16: 1-10 .

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    VICTORINO ZECCHETTO

    y con la retrica del lenguaje, ni tampoco hace una clasificacin clara de los signos.

    c) Los estoicos

    El estudio del lenguaje y de la lgica acapar grandemente la aten-cin de los filsofos estoicos de los siglos III y II a.C., que arrojaron nueva luz sobre la comprensin del signo. Su aporte consisti fundamentalmen-te en intuir por primera vez aunque de manera no totalmente clara a causa de las premisas filosficas en que basaron su pensamiento la distin- cin entre signo, significante y significado, casi anticipndose a las modernas doctrinas semiticas.

    Los estoicos se refieren al signo lingstico como ente portador de un doble componente: las palabras en cuanto expresin dicha y el contenido de las mismas. Ambos elementos se unen para referirse a una realidad distinta, el referente. He aqu un texto famoso de Sexto Emprico que explica la doctrina estoica al respecto: 5

    Tres cosas se juntan: la cosa significada, la significante y la que existe. De stas, la cosa significante es la voz (por ejemplo la palabra "Din"); la cosa significada es el mismo objeto que se indica, objeto que nosotros percibimos en su presentacin real a travs de nuestro pensamiento, mientras que los brbaros (extranjeros), aunque escuchen la voz que lo indica, no lo com-prenden; en fin, est lo que existe fuera de nosotros, por ejemplo Din mismo en persona. De estas tres cosas dos son cuerpos, o sea, la voz y lo que existe realmente, y una es incorprea que es el objeto significado, y es lo expresado (lektn), y esto ltimo puede ser verdadero o falso.'

    Podemos observar que los estoicos admitan adems de las cosas existentes y de las palabras significantes otro elemento: los contenidos del' pensamiento, los significados que denominaban semainmana y que

    Sexto Emprico fue un prolfico filsofo griego de principios del siglo III. Entre sus obras se cuenta Contra los matemticos (Pros tous matematics), donde refuta a los lgicos naturalistas. En la segunda parte de esa obra se halla tambin recopi-lado el pensamiento y la doctrina de los estoicos. Los libros Contra los matemticos fueron traducidos al latn por G. Hervet y editados en 1718 en Amberes. Sexto Emprico: Contra los matemticos, VIII, 11.

    CAPTULO 3: LOS VERICUETOS HISTRICOS DEL SIGNO

    consideraban meros lekt, es decir, cosas expresadas, enunciadas o dichas, y que son incorpreas (asmata). A las lekt les asignaban poca importancia y las juzgaban imperfectas. Por qu? Precisamente por ser incorpreas, por ser algo meramente conceptual, espiritual, no perceptible a los sen-tidos. Recordemos que toda la filosofa de los estoicos parte de su visin materialista y corprea de cuanto existe. En consecuencia, lo perfecto son las cosas reales, concretas e individuales, mientras que el pensa-miento y las ideas son universales y carecen de una existencia real y particular. El lektn inmaterial, como concepto (semainmenon), represen-ta tan slo un efecto, una consecuencia de la realidad, menos consistente que el ser corpreo y material. El signo, para los estoicos, tiene entonces un espesor dbil, representa un ente imperfecto e inmaterial, se reduce al lekton dicho y expresado por las palabras, su percepcin es slo mental y, por tal motivo, representa un estado de cosas transitorio, aunque es innegable que dentro del marco de la lgica estoica tiene validez semitica.'

    2. Pensadores del Medioevo

    Vale la pena recoger las reflexiones sobre el signo que hicieron algunos grandes filsofos cristianos medievales.

    Comenzaremos por el original San Agustn, aunque l todava no fue un hombre medieval, sino de la poca del decadente Imperio Romdo.

    a) San Agustn (354-430)

    Nacido en el norte de frica cuando sta era una colonia romana, fue un pilar importante en la historia de la reflexin sobre el signo. Fue un agudo pensador y trat el tema del signo, sobre todo en dos obras: De magistro (El maestro) y De doctrina dzristiana (La doctrina cristiana). En la prime-ra aborda el tema del lenguaje humano verbal, y afirma que en l se hacen presentes tres elementos: la "locucin", o sea, la palabra proferida que manifiesta la voluntad de significar algo; la "palabra interior" (verb"), que

    Sobre el tema especfico del signo segn los estoicos, vanse las reflexiones de U. Eco: Semitica y filosofa del lenguaje, Lumen, Barcelona, 1990, pp. 45-50.

    60 61

  • 62 VICTORINO ZECCHETTO CAPTULO 3: Los VERICUETOS HISTRICOS DEL SIGNO 63

    expresa la vida del alma; y la "fuerza recursiva", mediante la cual la palabra hace venir a la memoria las cosas mismas (...facit venire in mentem res ip.sas). 8

    En este marco y matriz del lenguaje, Agustn desarrolla su nocin del signo, que describe de la siguiente manera: "El signo es toda cosa que adems de la fisonoma que en s tiene y presenta a nuestros senti-dos hace que nos venga a la mente otra cosa distinta. As, cuando vemos una huella pensamos que pas un animal que la imprimi; al ver el humo conocemos que debajo hay fuego". 9

    Agustn estableci, adems, la distincin entre signos naturales y signos convencionales y con ella dio inicio a un sinfn de polmicas a lo largo de la historia hasta el presente:

    Los signos, unos son naturales y otros instituidos por los hombres. Los natu-rales son aquellos que, sin eleccin ni deseo alguno, hacen que se conozca mediante ellos, otra cosa fuera de lo que en s son. El humo es seal de fuego, sin que l quiera significarlo; nosotros con la observacin y la experiencia de las cosas comprobadas reconocemos que en tal lugar hay fuego, aunque all nicamente aparezca el humo. (...) Los signos convencionales son los que mutuamente se dan todos los vivientes para manifestar, en cuanto les es posible, los movimientos del alma, como son las sensaciones y los pensamien-tos. No tenemos otra razn para sealar, es decir, dar un signo, sino el sacar y trasladar al nimo del otro lo que tena en el suyo aquel que dio tal seal)"

    Agustn clasific los signos de acuerdo con los sentidos que reciben sus estmulos:

    De los signos con que los hombres comunican entre s sus pensamientos, unos pertenecen al sentido de la vista, otros al del odo, muy pocos a los dems sentidos. Efectivamente, al hacer una seal con la cabeza solamente damos signo a los ojos de la persona a quien queremos comunicar nuestra

    Este tema lo desarrolla con amplitud Valerio Cricco en su interesante trabajo Semitica agustiniana. El dilogo El Maestro de San Agustn, Ed. Universidad de Morn, Buenos Aires, 2000, pp. 39-49. San Agustn: De doctrina christiana, Lib. II, c. I, 1. Hemos utilizado la edicin bilinge preparada por Balbino Martn. C.A.C., Madrid, 1969. En adelante, las citas de Agustn son de este mismo volumen. Ibd., Lib. II, cap. II, 2. 3.

    voluntad. Tambin algunos dan a conocer no pocas cosas con el movimien-to de las manos: los cmicos con los movimientos de todos sus miembros dan signo a los espectadores, hablando casi con los ojos de quienes los miran. Las banderas e insignias militares declaran a los ojos la voluntad del jefe, de modo que todos estos signos son como ciertas palabras visibles. Los signos que pertenecen al odo, como dije antes, son mayor en nmero y principalmente los constituyen las palabras

    Son precisamente las palabras de una lengua los signos conv e I it io-nales por excelencia, ya que no hay otros que tengan tanta extensin y fuerza como ellas:

    Las palabras han logrado ser entre los hombres los signos ms principales para dar a conocer todos los pensamientos del alma, siempre que cada uno quiera manifestarlos. (...) La innumerable multitud de signos con que los hombres declaran sus pensamientos se funda en las palabras, pues toda esta clase de signos que por encima he sealado, los pude dar a conocer con palabras, pero de ningn modo podra dar a entender las palabras con aquellos signo , ' 2

    Las reflexiones de Agustn sobre los signos, sobre las palabras y la lengua permitieron construir en el futuro toda una teora lingstica.

    b) El Medioevo

    Los pensadores del Medioevo recogieron las ideas estoicas de los signos y profundizaron con sumo inters su estudio. Durante esos siglos dominaba en Occidente la filosofa escolstica, la cual reconoca tres cien-cias: la ciencia natural, la filosofa moral y la lgica; sta ltima era la doctrina de los signos: Logica est doctrina principaliter de signis ("La lgica es principalmente la doctrina de los signos").

    En sus reflexiones sobre los signos, los pensadores cristiane el

    Medioevo buscaban elementos que manifestaran la verdad de Dio:, . De ah su inters en distinguir entre el signo y el referente. Un enunciado es

    Ibd., Lib. II, cap. III, 4. 12 Ibd. 13

    Frase del filsofo Leonino de Padua, citado por Wilfred Nth en "Panorama da semitica, de Plato a Peirce", Annablume, So Paulo, 1998, p. 35

    9

    io

  • 65 64 I VICTORINO ZECCHETTO CAPTULO 3: Los VERICUETOS HISTRICOS DEL SIGNO verdadero por la lgica interna que lo sostiene, pero se refiere a algo fuera del mismo, es la cosa exterior lo que garantiza la verdad de algo. Deca Anselmo de Aosta (1033-1109): "Una cosa es verdadera cuando existe la cosa que ella enuncia"."

    Podemos decir que la escolstica medieval estaba construida como un saber semitico global que penetraba todo el pensamiento filosfico. Era una construccin de ideas cuya tnica dominante la constitua la re-flexin sobre las representaciones de la realidad. Los estudios modernos sobre los signos provienen de estas races filosficas medievales.

    Por razones de brevedad, aqu slo recordamos algunos autores y doctrinas semiticas ms relevantes.

    Toms de Aquino (1225 -1274)

    El estudio del lenguaje de Toms de Aquino estuvo vinculado a su inters por determinar qu son en su ncleo esencial las palabras, veh-culos de acceso al conocimiento de la realidad. Sostuvo que las palabras son una realizacin peculiar del signo y su funcin consiste en ser vehculo del conocimiento. Y qu es un signo? Dice Toms: "Signo es aquello median-te lo cual alguien llega a conocer algo de otro" .16

    Aunque la definicin subraya el aspecto cognoscitivo del signo, para Toms de Aquino el signo abarca un gran nmero de fenmenos. Son signos las palabras, pero tambin los brotes de las plantas que anuncian la primavera o el rubor del rostro que denuncia el sentimiento de vergenza. En cualquier caso, siempre son las palabras los signos por excelencia. Ellas no son solamente vox, es decir, un sonido, pues tambin los animales emiten sonidos. Son verba (palabras) porque poseen un significado simblico para otro que las oye. En este punto, Toms sigue a Aristteles, que consideraba las palabras smbolos que nombraban las cosas. La palabra, entonces, es un smbolo significati-vo destinado a comunicar conocimiento. Pero esto no es todo. En el signo-palabra, Toms descubre algo que muchos siglos despus volvera a ana-lizar Charles Peirce, y es que la palabra externa, es decir, la que se dice y pronuncia (locutio), deriva de una palabra previa, el concepto interior, que es un signo inmediato de las cosas. Escribi Toms de Aquino: "Lo hablado

    Anselmo de Aosta: De veritate, 1 1 . 15 . Szgnun est per quod aliquis devenil in cognitionent alterius, Summa Theologica I, 34,1.

    es un signo audible de un concepto interior".' 6 Mientras la palabra exte-rior y hablada tiene una significatividad indirecta, la palabra interna o concepto posee un significado directo e inmediato y ambas son signos.

    William de Ockham (1280 -1349)

    Este fraile franciscano naci cerca de Londres y estudi en Oxford. Ms tarde fue titular de una ctedra de teologa y pronto brill por sus ideas. Acusado de sostener tesis de dudosa ortodoxia, ftie llamado a Avin donde resida entonces la corte papal para responder ante un tribunal disciplinar. Tras abandonar Francia, se refugi en Pisa.

    Su principal obra, donde trat el tema del lenguaje, es Summa logicae (1324). Ockham fundament el conocimiento humano en la primaca de la experiencia individual:Denomin conocimiento intuitivo a aquel que posee-mos de las cosas concretas, existentes y contingentes. ste es el conocimien-to fundamental del cual se adquieren a continuacin todos los dems; tam-bin, el llamado conocimiento abstractivo, o sea, el referido a muchos entes y que por tal motivo se hace universal y necesario. Por lo tanto, slo las ideas mentales y las cosas individuales sont.ificientes para explicar las ideas ge-nerales. La relacin objetiva entre esos conceptos y la realidad exterior est asegurada por diversos niveles de similitud, que es uno de los conceptos centrales de Ockham. Es esa similitud la que nos permite explicar tambin la existencia del tipo general de objetos. En sntesis, para Ockham, la realidad slo es particular e individual y lo que llainamos ideas universales slo .'Zon nombres, pues no hay esencias especficas universales de los objetos. A stos slo los designamos por medio de las palabras, instrumentos de la mente humana mediante la cual y con una serie de relaciones lgicas, se les otorga un estatuto universal. Las ideas o conceptos sirven pra aunar y sintetizar muchos entes individuales y cuya existencia con caractersticas similares nos dan el conocimiento intuitivo reiterado y que se suele llamar concepto univer-sal, porque lo genrico y abstracto no tiene existencia. ste es el nominalismo conceptualista de Ockham, y consiste en que el efectivo conocimiento del intelecto es meramente individual. No hay ni entes ni leyes generales o universales. Slo hay conceptos abstractos que configuran juicios generales en torno a mltiples seres empricamente conocidos.