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ECONOMÍA INDUSTRIAL N. o 345 • 2002 / III 29 La desigual integración del este en la Unión Europea En la pasada década, los países del este fueron protagonistas de un proceso de integración económica acelerada en los mercados comuni- tarios, que recibió el impulso decisivo tras el colapso de los sistemas de tipo soviético. La Unión Europea (UE) afrontó, tras la caída del muro de Berlín, el doble reto de reorganizar el mapa polí- tico europeo y ampliar hacia el este el mercado único. Los acuerdos de asociación constituyeron el fundamento jurídico para desarrollar las relaciones bilaterales entre la UE y los países del este. Uno de los objetivos cen- trales de los llamados acuerdos europeos era establecer una zona de libre comercio entre la UE y los países asociados de Eu- ropa central y oriental, eliminando gra- GABRIEL FLORES Economista. Miembro del Consejo de Redacción de Papeles del Este FERNANDO LUENGO Profesor de Economía Aplicada I. Universidad Complutense dual y progresivamente las barreras que limitaban los intercambios comerciales, especialmente los de productos industria- les. Estos acuerdos fueron precedidos y acompañados de apoyos humanitarios, técnicos y financieros que pretendían im- pulsar la orientación occidentalista de las reformas y su viabilidad política. Las decisiones de cooperación surgidas de las instancias estatales y comunitarias se desarrollaron al mismo tiempo que las de numerosas empresas occidentales y gran- des grupos multinacionales, que multipli- caron los vínculos económicos entre am- bas partes al intentar aprovechar las opor- tunidades que brindaba la liberalización y la apertura de las economías del este. A esos factores externos hay que añadir la voluntad política de los gobiernos que sur- gieron del desplome de los sistemas de ti- po soviético, que impulsaron reformas económicas cuya finalidad estratégica era la integración de sus economías en el mer- cado capitalista mundial —preferentemen- te, en el espacio económico europeo— y la construcción de nuevas formaciones

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La desigual integración del

este en la Unión Europea

En la pasada década, los países del este fueron protagonistas de unproceso de integración económica acelerada en los mercados comuni-tarios, que recibió el impulso decisivo tras el colapso de los sistemas

de tipo soviético. La Unión Europea (UE)afrontó, tras la caída del muro de Berlín,el doble reto de reorganizar el mapa polí-tico europeo y ampliar hacia el este elmercado único.

Los acuerdos de asociación constituyeronel fundamento jurídico para desarrollarlas relaciones bilaterales entre la UE y lospaíses del este. Uno de los objetivos cen-trales de los llamados acuerdos europeosera establecer una zona de libre comercioentre la UE y los países asociados de Eu-ropa central y oriental, eliminando gra-

GABRIEL FLORESEconomista. Miembro del Consejo de Redacción de Papeles del Este

FERNANDO LUENGOProfesor de Economía Aplicada I. Universidad Complutense

dual y progresivamente las barreras quelimitaban los intercambios comerciales,especialmente los de productos industria-les. Estos acuerdos fueron precedidos yacompañados de apoyos humanitarios,técnicos y financieros que pretendían im-pulsar la orientación occidentalista de lasreformas y su viabilidad política.

Las decisiones de cooperación surgidas delas instancias estatales y comunitarias sedesarrollaron al mismo tiempo que las denumerosas empresas occidentales y gran-des grupos multinacionales, que multipli-

caron los vínculos económicos entre am-bas partes al intentar aprovechar las opor-tunidades que brindaba la liberalización yla apertura de las economías del este.

A esos factores externos hay que añadir lavoluntad política de los gobiernos que sur-gieron del desplome de los sistemas de ti-po soviético, que impulsaron reformaseconómicas cuya finalidad estratégica erala integración de sus economías en el mer-cado capitalista mundial —preferentemen-te, en el espacio económico europeo— yla construcción de nuevas formaciones

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sociales y modos de producción, a ima-gen y semejanza de los que existían enlos países occidentales vecinos.

La decisión de los socios del Consejo deAyuda Económica Mutua (CAEM) de des-mantelar fulminantemente sus institucio-nes y acuerdos de colaboración, dandoprioridad a las relaciones con la UE frentea las regionales con los antiguos socios,alentaron la nueva integración. Las crisisbélicas yugoslavas y sus consecuencias,en forma de bloqueo y desarticulación derelaciones comerciales regionales, contri-buyeron, especialmente en los Balcanes,al fracaso de posibles alternativas al pro-yecto de integración que encarnaba la UE.

Una visión demasiado lineal del procesode integración europeo ha contribuido areforzar la impresión de que la insercióneconómica es la consecuencia casi auto-mática de una voluntad política comparti-da, capaz de concretar objetivos comunesy de generar políticas e instituciones paraconseguirlos.

Sin embargo, la secuencia de los aconte-cimientos que han permitido desarrollarla integración europea, al igual que lamayor parte de los procesos de integra-ción económica regional que se han des-arrollado con cierto éxito en el mundo,muestran un complejo entramado de de-cisiones políticas y económicas tomadaspor agentes privados e instituciones pú-blicas que impulsan la vinculación de laseconomías nacionales en mercados y en-tramados financieros y productivos su-praestatales. Más aún, las vinculacionesentre agentes económicos y empresas dediversos países responden más a la lógicapropia de los negocios y de la actividadeconómica que a la presión que puedaejercer o a las facilidades que pueda pro-porcionar cualquier acuerdo institucional.

Tras lograrse unas mínimas condicionesde seguridad y estabilidad sociopolítica yantes de iniciarse las negociaciones paraconcretar la adhesión formal a un espacioeconómico común, incluso antes de quese atisben posibilidades mínimas de lle-var a cabo la integración institucional, losagentes económicos privados toman me-

didas para disminuir costes, ampliar mer-cados o, más en general, reforzar su posi-ción y mejorar sus resultados, que contri-buyen de forma decisiva a la integracióneconómica.

Aunque, a efectos de exposición, convie-ne separar las diferentes formas queadopta la integración económica, no de-ben olvidarse la complementariedad y lasmúltiples interconexiones entre los as-pectos financieros, comerciales, producti-vos y tecnológicos de la misma. Todosesos ámbitos forman parte y constituyenun único proceso integrador que nuncaes exclusivamente económico, pues com-prende un denso entrecruzamiento de as-pectos políticos, sociales y culturales.

Los países de Europa central y oriental(PECOs) han experimentado una intensay desigual transformación, que ha afecta-do tanto a la configuración de sus econo-mías como a los vínculos que los unen alos mercados globales. Ofrecen, asimis-mo, un complejo balance de regiones ysectores productivos desigualmente inte-grados en los mercados comunitario ymundial y de sectores económicos y so-ciales ganadores y perdedores.

La disparidad de situaciones existentes y deresultados obtenidos en la transformaciónsistémica de las economías poscomunistasno permite diferenciar de forma nítida, nimucho menos permanente, agrupamientosestables de países con similares logros einsuficiencias. Las tipologías que, porejemplo, distinguen entre países reformis-tas y no reformistas, y que con tanta pro-clividad utilizan diferentes organizacionesinternacionales, pueden dar cuenta de al-gunas diferencias estructurales entre lospaíses que integran ambos grupos, perono parecen las adecuadas para captar lacomplejidad y diversidad de dinámicas detransformación e integración en curso, cu-yo estudio requiere una aproximación sec-torial y regional y análisis transversales delas reformas desarrolladas y de los resulta-dos obtenidos.

En el primer apartado de este artículo seanaliza cómo la integración en los merca-dos comunitarios y la transformación sis-

témica han producido una significativadiferenciación de los países del este can-didatos. En los cuatro apartados siguien-tes se estudian los ámbitos en los que laintegración se ha desarrollado con másintensidad y que revisten mayor trascen-dencia: los intercambios comerciales, lasubcontratación, la inversión directa ex-tranjera y la emigración de la fuerza detrabajo. En cada uno de esos apartados sepresta especial atención al dispar desarro-llo de esos vínculos, tanto en términos es-paciales como sectoriales, y a los contra-dictorios resultados de una integraciónque siempre refleja un amplio abanico desituaciones, tanto en lo que se refiere a laintensidad de la inserción como a su cali-dad. En el sexto y último apartado, pre-sentamos unas breves reflexiones sobrelas oportunidades y riesgos que aguardanal futuro de la integración económica delos países candidatos en los mercados co-munitarios y sobre sus potenciales costesy efectos positivos.

Integración, transformación y diferenciación

Los diez países del este candidatos a for-mar parte de la UE generaban en el año2000 un 4,6% del PIB de la UE, lo cual su-ponía un 60% del producto español al tipode cambio del mercado, y algo más, un10,7%, en paridad de poder adquisitivo,que apenas superaba en un 15% la aporta-ción española al producto comunitario.

La incorporación a la UE de los diez paísesdel este candidatos supondría una dismi-nución del PIB por habitante comunitariodel 18%, al pasar de 20.200 a 16.500 eu-ros, que en paridad del poder adquisitivose concretaría en un retroceso menor,pues la disminución sería de un 13,5%,pero suficiente para que el efecto estadís-tico de la ampliación dejase a España almargen del Fondo de Cohesión, al supe-rar el 90% de la nueva media comunita-ria, y para que sólo Extremadura y Anda-lucía siguieran consideradas como regionesmenos desarrolladas, con un nivel de ren-

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ta por habitante inferior al 75% de la nue-va media comunitaria, destinatarias de losfondos estructurales vinculados al des-arrollo de las regiones consideradas co-mo Objetivo 1.

La ampliación de la UE también implica-ría un notable aumento de las disparida-des regionales existentes en la actualidad,pues se añadirían, a las de la actual UE,las de los países candidatos: las diez re-giones comunitarias (NUTS nivel 2) másricas disponen de 3,2 veces más ingresospor habitante que las diez más pobres;entre los países candidatos, las diez re-giones con mayor renta por habitante son2,9 más ricas que las diez más pobres. Elabanico de esa desigualdad regional enuna UE ampliada a 25 socios aumentaríaen paridad de poder adquisitivo hasta 7,3veces. A los tipos de cambio del merca-do, las diferencias serían mucho mayores,tanto porque aumentarían las rentas delas regiones más ricas, en casi un 5%, co-mo porque disminuirían en mayor cuan-tía las de las más pobres del este, en casiun 70%.

Los países candidatos han aumentado, ala par que su integración en los mercadoscomunitarios, las diferencias que mante-nían entre sí cuando en 1989 comenzaronsu transformación procapitalista.

En el año 2000, el PIB por habitante era,en el país candidato más desarrollado, Es-lovenia, menor al de los países comunita-rios más atrasados, Grecia y Portugal, enun 16% y en un 13%, respectivamente, eneuros y al tipo de cambio del mercado;sin embargo, en paridad de poder adqui-sitivo el producto esloveno es superior algriego, que ocupa el último lugar entrelos comunitarios, en un 5%, y está próxi-mo al de Portugal.

La República Checa, el segundo país pornivel de renta por habitante, se situaba enel año 2000 en la mitad, aproximadamen-te, de los niveles de Grecia y Portugal, eneuros y al tipo de cambio del mercado;en paridad de poder adquisitivo el pro-ducto checo era también inferior al grie-go y al portugués, pero tan sólo en un14% y un 21%, respectivamente.

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GRÁFICO 1PRODUCTO INTERIOR BRUTO POR HABITANTE EN PARIDAD

DE PODER ADQUISITIVO ECUS/EUROS

FUENTE: The Vienna Institute for International Economic Studies, 2002.

25.000

20.000

15.000

10.000

5.000

0

BulgariaEslovaquia

HungríaPolonia

R. ChecaRumanía

EsloveniaEstonia

LetoniaLituania

España

Unión Europea

1990199519961998199920002001

A continuación se sitúan Hungría y Es-lovaquia, y a mayor distancia Polonia yEstonia, que son precisamente los cua-tro países que muestran una evoluciónmás positiva en su PIB por habitante alo largo de la pasada década o, en elcaso de Estonia, en la segunda mitad dela década. En el extremo opuesto, Bul-garia, Rumanía, Letonia y Lituania ocu-pan los últimos lugares y ofrecen laevolución del PIB por habitante másdesfavorable.

A partir de 1993 o 1994, según los casos,las economías del centro y este de Euro-pa comienzan una etapa de crecimiento yaceleran y diversifican su integración eco-nómica en los mercados comunitarios. Lamayoría de los países del este candidatosmantienen desde entonces una senda decrecimiento relativamente fuerte y estable—con las excepciones de Bulgaria, Ruma-nía y, en menor medida, República Checa,Lituania y Letonia—, que se concreta enuna gran diversidad de trayectorias, tantopor la desigual forma en la que el hundi-miento de los sistemas de tipo soviético ydel producto afectó a cada país, como porla dispar suerte que corrió su integracióneconómica en los mercados occidentalesy la calidad de la estabilización macro-económica conseguida.

Desde 1994, sólo tres países, Bulgaria, Ru-manía y República Checa, han empeoradosu posición relativa respecto al productode la Unión Europea; los dos primeros,porque han disminuido su producto porhabitante, y el tercero, porque creció enmenor cuantía que el de la UE. La distan-cia sigue siendo, no obstante, muy impor-tante: de mantenerse las tasas de creci-miento medio anual conseguidas en elperíodo 1995-2000, supuesto que implicaque al menos tres países —Polonia, Esto-nia y Eslovaquia— asegurarían un diferen-cial de crecimiento de más de tres puntosrespecto a la media comunitaria, sólo Es-lovenia alcanzaría y sobrepasaría en lospróximos 30 años la media de los 15 paísesque hoy forman la UE (cuadro 1).

En los países del este candidatos, las dife-rencias sectoriales en los niveles de pro-ductividad del trabajo son tan importan-tes como las desigualdades regionales. En1998, tras cinco años de fuerte crecimien-to en la mayoría de las economías posco-munistas, la productividad media de laUE era 2,5 veces la del conjunto de losPECOs (cuadro 2).

La productividad del trabajo de los paísescandidatos suponía, como media, un 40%de la comunitaria, con notables diferen-

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cias entre los países: la productividad delos más desarrollados (Eslovenia, Hun-gría, República Checa y Eslovaquia) esta-ba tan alejada de los niveles medios de laUE como de la mínima productividad quereflejaban las economías más atrasadas(Bulgaria, Letonia, Lituania y Rumanía).De hecho, existía más proximidad entrela productividad de los países candidatosmás desarrollados y la de las economíascomunitarias periféricas (Portugal, Greciae, incluso, España) que en el seno de losPECOs.

La menor productividad sectorial en lospaíses candidatos la ofrece la agricultu-ra, sector en el que el valor de este indi-cador es 3,6 veces el de los países can-didatos. Las agriculturas que alcanzan lamayor productividad entre los PECOs, laeslovena y la checa, multiplican por 7 lade las más atrasadas, la letona y la pola-ca. En general, los países en los que elpeso de la agricultura es mayor, por lapoblación ocupada (Rumanía, Bulgaria,Polonia, Lituania y Letonia) o por el va-lor añadido (Bulgaria, Rumanía y Litua-nia), son los que muestran la menorproductividad del trabajo (cuadro 3).

Las diferencias que ofrecen los paísescandidatos en la productividad de los de-más sectores, siendo notables, no son tanimportantes como en el sector primario.La productividad es mayor en los servi-cios que en la industria y, dentro del sec-tor secundario, mayor en la construcciónque en el sector manufacturero, dondelos países candidatos más productivosmuestran mayor atraso relativo respecto ala media comunitaria, pese a lo cual, Es-lovenia y la República Checa se sitúan,respectivamente, por encima de los nive-les de Grecia y Portugal.

Esa menor productividad del sector manu-facturero, tanto respecto a los demás secto-res de cada economía nacional como enrelación con la media comunitaria, podríaexplicarse por las dificultades para moder-nizar el tejido industrial que afrontan lospaíses con menores niveles de renta, débildesarrollo tecnológico endógeno y limitadacapacidad para invertir en la innovación desus procesos productivos y productos.

Los datos relativos a la productividad delsubsector financiero y de servicios a em-presas son ciertamente llamativos y pre-sentan rasgos tan contradictorios que no

permiten formular siquiera una hipótesisexplicativa, pero ayudan a ilustrar la com-plejidad de los procesos de transforma-ción sistémica. En efecto, el subsector fi-

Polonia 137,2 5,4% 20 39 90Estonia 133,8 5,0% 17 37 76Eslovaquia 130,4 4,5% 17 48 86Eslovenia 128,4 4,3% 44 71 120Letonia 124,8 3,8% 15 29 42Hungría 123,7 3,6% 22 52 72Lituania 121,0 3,2% 15 29 36UE-15 116,3 2,5% 100 100 100R. Checa 110,8 1,7% 23 58Rumanía 98,6 -0,2% 8 27Bulgaria 96,6 -0,6% 7 24

(*) PPA = Paridad de Poder Adquisitivo.

FUENTES: Eurostat (2001) y elaboración propia.

CUADRO 1DISPARIDADES EN LA EVOLUCIÓN DEL PRODUCTO

Crecimiento PIB per cápita PIB PIB per cápita de 2030PIB medio de 2000 per cápita (UE-15=100) en PPA (*)

de 2000 anual (UE-15=100) de 2000 y mismas tasas de (1994 = (1995- tipos de cambio (UE-15=100) crecimiento que

Países 100) 2000) de mercado en PPA (*) en 1995-2000

UE-15 100 100 100 100 100 100 100España 112 94 96 113 114 91 95Grecia 63 55 105 88 130 77 72Portugal 54 50 52 61 76 65 55Eslovenia 94 58 72 80 82 86 71R. Checa 88 53 72 63 54 54 58Hungría 77 49 54 67 99 52 58Eslovaquia 54 42 51 73 107 45 53PECOs-10 28 41 58 69 66 47 41Polonia 13 38 68 61 43 49 38Estonia 46 26 41 55 44 38 37Lituania 26 30 45 45 47 30 30Rumanía 24 31 53 60 77 28 32Letonia 12 29 39 42 31 27 27Bulgaria 37 20 29 27 69 21 25

(*) Productividad del trabajo definida aquí como el valor añadido bruto, estimado en paridad de poder ad-quisitivo, que genera cada sector en relación con el empleo. Los datos que se ofrecen como PECOs-10 co-rresponden al conjunto de los países del este candidatos y a Turquía, cuya productividad es ligeramente su-perior a la media de aquéllos; por tanto, la productividad media de los 10 países del este candidatosresultaría ligeramente inferior a la que figura en el cuadro.

FUENTE: Eurostat (2002).

CUADRO 2DISPARIDADES EN LA PRODUCTIVIDAD DEL TRABAJO EN 1998(*)

Agri- Manu- Cons- Comercio, Finanzas, Servicios Conjunto cultura facturas trucción transporte, servicios públicos de la

comunica- a empresas economíaPaíses ciones

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nanciero es el único en el que un paíscandidato, Eslovaquia, se sitúa por enci-ma de la productividad media comunita-ria y el único también en el que algunosde los países que ofrecen resultadosmás desfavorables, Bulgaria y Rumanía,se sitúan por encima de la media de losPECOs (cuadro 2).

La importancia de la agricultura en algu-nas de estas economías hace que, comomedia, el porcentaje del valor añadidobruto del sector sea en los países candi-datos cuatro veces mayor que en la UE.Si se compara el empleo sectorial, la di-ferencia aumenta a seis veces. Esos da-tos ponen de manifiesto los esfuerzosque todavía deben hacer varios paísescandidatos, los de mayor extensión ypeso demográfico, para ajustar el em-pleo del sector y aumentar su eficiencia.La extensión de la política agraria co-mún (PAC) a los países del este, en lostérminos que finalmente se aprueben,deberá hacer compatibles la moderniza-ción del sector con la protección de losafectados por el necesario ajuste delempleo y por el previsible incrementodel precio de los alimentos.

En los demás sectores productivos, la dis-tribución sectorial del VAB y del empleoguarda, en general, mayores semejanzascon las medias comunitarias, aunque lasdiferencias entre los propios países deleste no dejan de ser importantes.

Integración comercial:tendencias generales y especialización

La integración comercial fue la primeraen desarrollarse y la que ha conocidohasta el momento un crecimiento más in-tenso, especialmente en lo que se refierea los flujos desarrollados con la UE. Laexpansión del comercio con los paísescomunitarios no se ha concentrado enmomentos puntuales, antes bien ha sidopermanente a lo largo de toda la década,intensa y muy significativa, tanto en canti-dad como, de forma más localizada, en la

Estonia 6,3 9,1 46 21,2 25,9 26 6,4 7,3 41 66,0 57,7 46 37Letonia 4,3 17,6 12 23,4 18,4 29 6,9 6,1 39 65,4 57,9 33 27Lituania 10,3 21,5 26 23,9 20,0 30 8,6 7,1 45 57,3 51,4 41 30Bulgaria 21,1 26,2 37 24,9 26,5 20 3,7 4,1 29 50,2 43,2 39 25Rumanía 16,1 38,1 24 30,4 26,3 31 5,9 4,4 53 47,6 31,2 55 32Eslovenia 4,1 5,6 94 32,0 33,6 58 5,6 6,9 72 58,3 53,9 83 71Eslovaquia 4,6 8,3 54 28,1 30,1 42 7,1 9,3 51 60,2 52,3 75 53Hungría 5,5 7,5 77 28,2 28,0 49 4,6 6,2 54 61,7 58,3 57 58Polonia 4,8 25,2 13 27,6 23,4 38 8,7 6,1 68 59,0 45,3 51 38R. Checa 4,6 5,5 88 35,3 32,8 53 8,0 8,2 72 52,1 53,6 57 58UE-15 2,6 4,8 100 23,8 20,3 100 5,4 6,8100 68,1 68,1 100 100

FUENTE: Eurostat (2002).

CUADRO 3DISTRIBUCIÓN SECTORIAL DEL VALOR AÑADIDO BRUTO (VAB),

DEL EMPLEO (E) Y DE LA PRODUCTIVIDAD DEL TRABAJO (P), 1998

Agricultura Manufacturas Construcción Servicios Global

Países VAB E P VAB E P VAB E P VAB E P P

composición y la calidad de los produc-tos intercambiados.

Las estrategias de cambio sistémico colo-caron el objetivo de la estabilidad mone-taria en un lugar preeminente; el consi-guiente ajuste de la demanda internafavoreció la rápida expansión de las ex-portaciones y limitó el crecimiento de lasimportaciones, contribuyendo a mantenerel equilibrio de las cuentas exteriores enlos primeros años de la transición. La fir-ma de los acuerdos de asociación propi-ció un desarme arancelario generalizado—en la mayor parte de bienes industria-les— y asimétrico —la UE se comprome-tía a una liberalización más rápida— queconsolidó e impulsó el comercio mutuo.

La reorientación, primero, y el crecimien-to, después, del comercio exterior fueronconsecuencias de esa voluntad política deabrir las economías del este a la compe-tencia internacional y facilitar los inter-cambios comerciales con los vecinos oc-cidentales, pero el papel determinanteque jugaron los acuerdos de asociaciónno explica completamente el aumento delas exportaciones a los mercados comuni-tarios durante la segunda mitad de losaños noventa.

El capital humano y la calidad de una par-te del aparato productivo legados por lossistemas de tipo soviético, que general-

mente se ignoran como factores explicati-vos, se encuentran en la base de esa capa-cidad para vender en los mercados comu-nitarios. Igualmente, el establecimiento detipos de cambio, que depreciaron intensa-mente las monedas de los países del esterespecto a las divisas occidentales, dio unaventaja comparativa a los productos ex-portados por las economías poscomunis-tas, que influyó de manera notable en lareorientación de sus ventas exteriores ha-cia los mercados comunitarios.

Posteriormente, en la nueva fase de cre-cimiento económico que se inició en tor-no a 1993, las muy diferentes formas dedeslocalización de la actividad producti-va utilizadas por numerosas empresascomunitarias y las inversiones directasextranjeras, especialmente a partir de1995, desempeñaron un papel clave enel desarrollo del comercio exterior y,más reciente y parcialmente, en la trans-formación cualitativa de la estructura delos intercambios.

Tendencias generales

Las economías de los PECOs muestran ungrado muy notable de apertura externa,superior incluso al de la UE, excepto enlos casos de Polonia y Rumania, los dospaíses con mayor tamaño relativo y, portanto, con los mercados internos más am-

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plios y con mayores posibilidades de ex-pansión (cuadro 4).

En todos los países candidatos, el comer-cio exterior total supera ampliamente el50% del PIB y, por ello, la evolución delas exportaciones y de las exportacionesnetas determina en gran medida las posi-bilidades de crecimiento de su renta na-cional; en este sentido, PlanEcon Reportestima que una progresión del 1% en lademanda agregada de la eurozona generaun crecimiento en las exportaciones delos países del este del 3,6%.

La proximidad cultural y geográfica, eldesigual interés (o perspicacia) y capa-cidad de las empresas comunitarias paraaprovechar las oportunidades que ofre-cen las economías poscomunistas, elapoyo institucional instrumentado encada país comunitario por las autorida-des económicas para propiciar las rela-ciones económicas con los vecinosorientales y, como contrapartida, losobstáculos o las facilidades con que losgobiernos poscomunistas responden alas iniciativas de las empresas y gobier-nos occidentales son algunos de los fac-tores que explican la diferente evolu-ción de los flujos comerciales.

Junto a esos factores sociopolíticos y cul-turales, otras causas de naturaleza especí-ficamente económica, vinculadas a laevolución de costes, rentas, estabilidadmacroeconómica, productividad o tiposde cambio, contribuyen a explicar los re-sultados exportadores obtenidos por cadauna de las economías poscomunistas.Como consecuencia, algunos PECOs y al-gunos sectores y regiones presentanavances claros y notables en su comercioexterior; en otros candidatos, en cambio,el saldo de sus flujos comerciales con elexterior es más confuso y, en algunos ca-sos, estrictamente negativo.

La integración comercial no sólo ofreceresultados muy diferentes, presenta tam-bién rasgos de profunda asimetría. En elaño 2000, el comercio entre la UE y lospaíses candidatos alcanzó un valor totalde 221.200 millones de euros. Mientras laUE es el socio comercial dominante de

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Estonia 67,1 79,9 96,5 78,6 90,4 100,8 -11,5 -10,5 -4,3R. Checa 52,5 59,7 73,3 58,9 61,0 77,1 -6,4 -1,3 -3,8Eslovaquia 55,2 61,2 73,5 66,8 72,2 76,0 -11,6 -11,0 -2,5Hungría 38,9 50,6 62,5 39,9 52,7 66,7 -1,1 -2,1 -4,1Eslovenia 55,8 56,6 59,1 56,8 58,2 62,7 -1,0 -1,5 -3,6Bulgaria 62,9 48,0 58,5 59,8 50,9 64,1 3,1 -2,9 -5,6Letonia 50,9 51,3 45,8 59,0 64,8 54,3 -8,1 -13,5 -8,5Lituania 53,4 47,2 45,5 63,2 59,1 51,9 -9,8 .11,9 -6,4Rumanía 28,1 23,5 34,1 36,6 31,5 39,9 -8,4 -8,1 -5,8Polonia 24,3 28,2 31,2 25,8 33,4 38,1 -1,6 -5,2 -6,9UE-15 30,1 32,1 35,6 28,1 30,4 34,9 2,0 1,7 0,7

FUENTE: Eurostat (2001).

CUADRO 4EVOLUCIÓN DE LA DEMANDA EXTERNA EN PORCENTAJE DEL PIB

Exportaciones Importaciones Saldo comercial

Países 1996 1998 2000 1996 1998 2000 1996 1998 2000

Estonia 62,6 76,5 0,3 0,3Hungría 58,4 75,1 2,1 2,5Eslovenia 67,8 63,8 0,6 0,9R. Checa 62,0 68,6 2,1 2,5Polonia 61,2 69,9 2,3 3,6Rumanía 56,6 63,8 0,7 0,9Letonia 52,4 64,6 0,2 0,2Eslovaquia 48,9 59,1 0,7 0,7Bulgaria 44,0 51,1 0,3 0,3Lituania 43,3 47,9 0,2 0,3

FUENTE: Eurostat (2001).

CUADRO 5CUOTA COMERCIAL DE LA UE Y DE LOS PAÍSES

DEL ESTE CANDIDATOS EN EL AÑO 2000

Cuota (%) que representa Cuota (%) que representa la UE-15 en el comercio cada país candidato de cada país candidato en el comercio de la UE-15

Países Importaciones Exportaciones Importaciones Exportaciones

los PECOs, éstos apenas suponen el 11%-12% de los intercambios extracomunita-rios de la UE (cuadro 5), pese a lo cual sehan convertido en el segundo socio co-mercial de la UE, tras EEUU, cuyo comer-cio con los países comunitarios dobla elvalor del de los PECOs.

El principal socio de la UE entre los paísescandidatos es Polonia (25,6% del comer-cio total), seguido muy de cerca por laRepública Checa y Hungría (20,4% y20,3%, respectivamente); entre los tres su-man dos tercios de las transacciones co-merciales globales de la UE con los PECOs.La concentración del comercio comunita-

rio en estos tres países es correspondidacon la que se produce en la UE, dondeAlemania representa en torno al 40% delos flujos comerciales con los países can-didatos, seguida muy de lejos por Italia(alrededor del 12%) y por Francia, Austriay Reino Unido (que no llegan en ningúncaso al 10%).

Especialización comercial

Una primera aproximación al cambio es-tructural que se ha producido en la es-pecialización exportadora de los paísesdel este candidatos puede obtenerse al

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comparar la evolución de la composi-ción de las exportaciones en función dela intensidad de los factores utilizadosen su producción.

Los mayores cambios corresponden aHungría, la República Checa y Polonia,que han reducido drásticamente el por-centaje de manufacturas intensivas en re-cursos naturales y en trabajo vendidas enlos mercados comunitarios entre 1993 y2000, 35 puntos en el caso húngaro y entorno a la mitad en los otros dos países.Esos mismos tres países son los que re-flejan las mayores ganancias en el pesode las exportaciones, lo cual sugiereavances significativos en su reestructura-ción industrial.

En Hungría, los mayores avances se con-centran en los sectores «basados en laciencia» (industrias farmacéuticas, decomponentes electrónicos, telecomunica-ciones y espacial), caracterizados por lainnovación vinculada a altas inversiones

en I + D; en la República Checa y Polo-nia, las ganancias mayores se consiguenen las industrias denominadas de «ofertaespecializada», fundamentalmente, bienesde inversión.

El índice de contribución al saldo comer-cial (cuadro 6) permite caracterizar lacuantía del cambio estructural producidoy apreciar las diferencias en la calidad dela especialización de cada país candidatoa partir de los sectores que concentranlas mayores ventajas y desventajas en susrelaciones comerciales con la UE.

Algunas especializaciones actuales estándirectamente relacionadas con las infraes-tructuras y los equipos heredados de losregímenes de tipo soviético; así sucedecon las ventajas de Bulgaria en metalesno ferrosos (CUCI 68) y de Bulgaria y Es-lovaquia en el hierro y el acero (CUCI67). En los productos manufacturadosmás intensivos en trabajo (CUCI 8, excep-to el capítulo 87), todos los países candi-

datos muestran ventajas comparativas,concentradas especialmente en los sub-sectores de muebles, confección y pro-ductos de cuero; como era previsible, esaespecialización se intensifica en los paí-ses de menor renta por habitante y másbajos salarios (bálticos, con la parcial ex-cepción de Estonia, y balcánicos), confir-mando un modelo exportador basado enlas industrias intensivas en trabajo, queha sido fomentado por la demanda co-munitaria y por las estrategias de desloca-lización e inversión directa de las empre-sas occidentales.

Las diferencias fundamentales entre lospaíses candidatos no se establecen úni-camente por la importancia de las venta-jas comparativas en los productos másintensivos en trabajo y materiales, sino,sobre todo, por las tendencias que se ob-servan en su evolución. En unos casos(Hungría y la República Checa, clara-mente y, con menos intensidad y exten-sión, y mayores vacilaciones, Eslovenia,

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CUADRO 6DESIGUAL ESPECIALIZACIÓN COMERCIAL: CONTRIBUCIÓN AL SALDO COMERCIAL (*) 1999

CUCI-Rev, 3 div. Eslovenia Hungría R. Checa Eslovaquia Polonia Estonia Letonia Lituania Bulgaria Rumanía

24-madera y corcho 7 6 72 97 1328-minerales metalíferos 15 1633-refino de petróleo 14 18 1256-fertilizantes 1363-art. madera y corcho 7 5 16 2065-fibra textil -8 -12 -10 -6 -6 -19 -3167-hierro y acero 11 -8 18 568-metales no ferrosos 7 20 671-maqu. gener. energ. 43 -972-maquinaria especializ. -7 -9 -7 -6 -9 -13 -8 -9 -1174-maquinaria industrial -15 -11 -7 -13 -14 -11 -5 -575-equipos oficinas -6 17 -7 -5 -10 -5 -576-telecomunicaciones -7 11 -9 -7 37 -10 -9 -777-maquinaria eléctrica 15 -62 -14 -7 -678-vehículos de carretera 11 -26 26 40 -24 -19 -9 -16 -782-mobiliario 21 9 11 21 24 6 1084-confección 15 16 6 18 13 27 25 36 42 5585-calzado 7 6 1587-material científico -6

(*) Sólo se ofrecen los datos cuando el indicador supera un 5 por 1.000 del PIB. La trama más clara indica el sector que presenta mayor ventaja comparativa en cadapaís; la más oscura, el que refleja mayor desventaja comparativa. La «contribución al saldo comercial» es la diferencia entre el saldo observado o real de una industriay el saldo teórico que le correspondería a dicha industria en función de su peso en el total de los intercambios: (xj - mj) - (x - m) * (xj + mj) / (x + m). La «contribuciónal saldo comercial» se expresa en milésimas del PIB para facilitar las comparaciones entre países y puede ser interpretado como un indicador de las «ventajas compa-rativas reveledas», porque permite medir el resultado (saldo comercial) de una industria en relación con el saldo comercial del conjunto de la industria.

FUENTE: Eurostat (2001).

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Eslovaquia, Polonia y Estonia) dichastendencias apuntan al parcial debilita-miento de esas ventajas y a su sustituciónpor una especialización en sectores másintensivos en capital y trabajo cualificado(equipos de transporte, maquinaria noeléctrica y componentes electrónicos).En los demás países, las ventajas en pro-ductos intensivos en trabajo y materiales,que exigen costes mínimos y basan sucompetitividad en los precios, se consoli-dan y ensanchan, hasta el punto de quedeben considerarse un fruto del escaso yvacilante progreso de las reformas, perotambién como un obstáculo añadido alproceso de modernización.

Los países bálticos han consolidado susventajas comparativas en materias pri-mas y energía, gracias a una localizacióny a unas facilidades portuarias que loshan convertido en países de tránsito delpetróleo y de las materias primas rusas,bielorrusas y ucranianas, a los que en al-gunos casos también añaden valor, espe-cialmente en los del refino de petróleo(CUCI 33), materias primas y manufactu-ras del corcho y la madera (CUCI 24 yCUCI 63).

Aunque todos los países candidatosmuestran una relativa debilidad en la pro-ducción de bienes de capital y de pro-ductos más intensivos en investigación ydesarrollo, otra diferencia fundamentalque aumenta en los últimos años es elsurgimiento de nuevas ventajas compara-tivas en productos intensivos en tecnolo-gía, como los elementos de transporte olos productos eléctricos o electrónicos,aunque en el caso de estos últimos se lo-calizan preferentemente en Hungría y, enmenor medida, en Eslovenia, la Repúbli-ca Checa y Estonia.

El crecimiento del comercio intraindus-trial entre los países candidatos y la UEpermite apreciar nuevas facetas sobre lacalidad de la transformación de la espe-cialización productiva y comercial de al-gunos países del este en mercados yproductos más intensivos en tecnología,de demanda creciente y menor exposi-ción a la competencia de los países conbajos salarios.

Se considera que existe comercio intrain-dustrial «vertical» en el intercambio delmismo tipo de productos cuando la dife-rencia en el valor unitario de exportacio-nes e importaciones supera el 15%. Gene-ralmente, los países del este ocupan laposición inferior en ese tipo de comerciointraindustrial, es decir, compran los pro-ductos caros y venden los baratos; porello, si se pretende ponderar la calidadde la especialización comercial conviene,siguiendo la diferenciación que realiza K.A. Soós, analizar específicamente el co-mercio intraindustrial «no inferior», queincluye el de tipo «horizontal» (en el quelas diferencias en los valores unitariosson inferiores a un 15%) y el de tipo «ver-tical no inferior» (en el que el país del es-te ocupa la posición superior, es decir,exporta los productos caros e importa losbaratos, y deja la posición inferior a susocio comunitario).

Entre 1993 y 2000, el porcentaje del co-mercio intraindustrial «no inferior» respec-to al comercio total con la UE-12 progre-só en todos los PECOs; de forma muysignificativa en la República Checa, queaumentó en torno a 10 puntos el porcen-taje del 7% alcanzado en 1993; en Hun-gría, que sigue ocupando la primera posi-ción entre los países candidatos (algomás de un punto por encima de la Repú-blica Checa), tras experimentar un incre-

mento de 6 puntos; en Polonia, dondeaumentó en casi 5 puntos, pero sigue ale-jada de los niveles de los dos anteriores,y en Eslovenia, donde un incremento desólo 3 puntos le hizo perder la posiciónde cabeza, tras ser ampliamente rebasadapor Hungría y la República Checa.

Los progresos son también significativosen Bulgaria y Rumanía, que sobrepasana Grecia, que revalida el último lugar en-tre los países comunitarios, tras sufriruna pérdida relativamente importante enese período, y en Estonia y Lituania;aunque esos cuatro países, y especial-mente los dos bálticos, partían de nive-les muy bajos.

La adhesión a la UE tendrá múltiples con-secuencias en el comercio exterior de lospaíses candidatos implicados. En primerlugar, es previsible que aumenten aúnmás los flujos comerciales, tanto con lospaíses de la actual UE como con los nue-vos socios del este, a causa de la elimina-ción de obstáculos al libre movimiento debienes y servicios, que tendrá especial in-cidencia en los productos agrícolas, sec-tor en el que se han conservado mayoresniveles de protección.

En segundo lugar, y como consecuenciade la incorporación al mercado único, au-mentará la presión competitiva, que ten-drá, probablemente, consecuencias im-portantes sobre el nivel de empleo,reduciéndolo, y sobre la productividad,incrementándola, siempre que se concre-ten y aprovechen las economías de escalay la previsible reducción de los niveles deprecios en la UE; aunque respecto a losprecios hay que tener en cuenta que enlos países candidatos el efecto reductorse verá contrarrestado por el efecto con-trario, de acercamiento paulatino a los ni-veles de precios comunitarios, siempreque aumenten sus niveles de productivi-dad y renta a un ritmo similar que en elpasado inmediato.

En tercer lugar, habrá una pérdida de ingre-sos, debida a la eliminación de las barrerasarancelarias y a su reducción respecto a ter-ceros países, que algunas estimaciones si-túan en torno al 1% de PIB.

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Y en cuarto lugar, como probable conse-cuencia de los efectos anteriores, se agra-vará la delicada situación de la balanzacorriente, tanto en los países candidatosque aceleren la modernización de su apa-rato productivo por la vía de las importa-ciones de bienes de capital o de las inver-siones directas, como en los países menoscompetitivos que no puedan compensarcon mayores ventas en los mercados co-munitarios el previsible aumento de lasimportaciones y la pérdida de posicionesen sus mercados nacionales.

Algunos PECOs, los más desarrollados,tienen mayores posibilidades para apro-vechar las oportunidades de mayor acce-sibilidad a los mercados comunitarios yde reducción de costes que ofrece laampliación; también para afrontar los re-tos que conlleva una mayor competenciaen los mercados nacionales y la vulnera-bilidad asociada a su mayor dependen-cia de los mercados y redes productivasinternacionales.

En otros PECOs, los más atrasados, esasposibilidades son mucho menores, y sehan reducido aún más por la escasa ge-nerosidad mostrada por los negociadorescomunitarios en temas claves, como la re-forma de la PAC, la libre movilidad de lamano de obra y la distribución de losfondos estructurales y de cohesión.

Para los actuales países comunitarios, lonormal y lo más probable es que la am-pliación tampoco afecte de igual forma atodos los socios. En algunos países, losmás cercanos, abiertos y con economías demenor tamaño, que favorecen una mayorincidencia del comercio exterior en el con-junto de la economía, el crecimiento po-tencial inducido por la intensificación delos flujos comerciales con los PECOs podráconcretarse en un aumento mayor del PIBreal. Los trabajos que han estimado losefectos que sobre el crecimiento tendrá elredespliegue comercial propiciado por laampliación señalan que serán positivos,aunque poco significativos en las econo-mías comunitarias, pues en el conjunto delos 15 países de la actual UE apenas oca-sionarían una ganancia anual de crecimien-to del producto de un 0,05%; con impor-

tantes diferencias entre los que se presu-men más beneficiados, Austria, Irlanda yHolanda, y los que podrían verse afectadosnegativamente, España y Reino Unido.

Hay que señalar, no obstante, que los mis-mos estudios señalan que la ampliacióndel mercado único, cuya naturaleza y efec-tos son difícilmente desligables de los co-merciales, tendrá efectos mucho más be-neficiosos, ya que para el conjunto de laUE podrían generar un crecimiento anualdel producto de casi cuatro décimas.

Tráfico de perfeccionamiento pasivo El vehículo inicial y, probablemente, elfactor que más ha contribuido a desarro-llar la integración de las economías pos-comunistas en redes productivas interna-cionales ha sido el desarrollo de alianzasentre empresas y diferentes formas de co-operación. La heterogeneidad de esosacuerdos productivos entre empresas difi-culta su agrupamiento cuantitativo, elanálisis temporal de su evolución y lacomparación entre países. Por ello, debe-

mos centrar el análisis en el tráfico deperfeccionamiento pasivo, que es unaforma específica de subcontratación inter-nacional de fabricación de la que existendatos de carácter sistemático gracias a suespecial régimen aduanero.

Desde 1986 existe en el mercado comuni-tario un régimen aduanero particular parael «tráfico de perfeccionamiento pasivo deacabado», que sólo grava el valor añadido(diferencia entre exportación de la empre-sa comunitaria y reimportación de losbienes acabados por la empresa no comu-nitaria) y una modalidad específica paralos productos textiles y de confección, es-pecialmente favorable si los productosson originarios de la UE y si el valor aña-dido por la empresa subcontratante no so-brepasa el 50% del producto final de laempresa ordenante.

Los acuerdos europeos con los países deleste, al debilitar y eliminar restriccionescuantitativas, estimularon el tráfico de per-feccionamiento pasivo, especialmente enlas industrias intensivas en mano de obra,y reforzaron la dependencia productiva ycomercial de estos países con la UE.

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El país de la UE más implicado en el tráfi-co de perfeccionamiento pasivo es Ale-mania, que concentraba en 1997 el 60%de las reimportaciones procedentes de laseconomías del este. Al igual que en la UE,en los PECOs se da una mayor concentra-ción en el comercio vinculado al tráficode perfeccionamiento pasivo que en elcomercio total. Los países centroeuropeosque acaparaban buena parte del tráfico deperfeccionamiento pasivo han comenzan-do a perder cuota a favor de los Balcanes.En Polonia y Rumanía prevalecen losacuerdos en los sectores de textil y con-fección; mientras en la República Checapredomina en los productos eléctricos;Hungría ocupa una posición intermedia,con un mayor equilibrio entre productosintensivos en trabajo y los de cierto niveltecnológico.

El tráfico de perfeccionamiento pasivocreció aceleradamente entre 1989 y1993, pero a partir de ese año desacele-ró su crecimiento de manera regular,hasta 1997; como consecuencia, entre1993 y 1997, el comercio vinculado altráfico de perfeccionamiento pasivo dis-minuyó su peso en el comercio total en-tre la UE y los PECOs de un 9% a un7%, aproximadamente.

En líneas generales, la subcontratacióngenera vínculos económicos verticales y,por tanto, dependencia de los inputs ma-teriales, organizativos y tecnológicos queaporta la firma principal; la empresa nocomunitaria permanece subordinada alas normas de calidad y diseño que vie-nen determinadas y son controladas porla empresa occidental. Como contraparti-da, los acuerdos de tráfico de perfeccio-namiento pasivo pueden convertirse enun canal relativamente importante detransferencia de equipos productivos ytecnología, aunque al proliferar en sec-tores intensivos en trabajo, en los queson más apreciadas las diferencias en loscostes laborales, la integración tecnológi-ca que propicia suele ser de bajo nivel ypoca calidad.

El tráfico de perfeccionamiento pasivo sesitúa entre las dos vías tradicionales depenetración económica en los mercados

internacionales, la exportación y la inver-sión exterior, y puede considerarse comouna modalidad que combina rasgos delas dos anteriores: es un acuerdo de pro-ducción que impulsa los intercambios ex-teriores, primero de exportación, por par-te del país de la empresa ordenante, y,tras el acabado, de importación de loproducido en el otro país. Es, por tanto,algo más que comercio exterior, ya queimplica la existencia de instrucciones de-talladas, transferencia de tecnología y de«saber hacer» y la responsabilidad final so-bre el producto acabado y el control desu calidad por parte de la empresa orde-nante, pero algo menos que inversióndirecta, pues no supone desembolsos ocompromisos de aportaciones de capitalni implica mayores responsabilidades ocostes para la empresa occidental en ta-reas de dirección y gestión.

El tráfico de perfeccionamiento pasivotiene claras ventajas frente a la inversióndirecta en el exterior para la empresaprincipal ya que, al no ocasionar inver-sión accionarial ni tareas directas de di-rección o gestión en la firma subcontra-tante, permite trasladar costes, disminuirprecios, aumentar márgenes y disponerde capacidades adicionales de produc-ción que, de no utilizarse, no generanningún coste.

Para las economías del este, el tráfico deperfeccionamiento pasivo ha sido unfactor clave en la reestructuración deuna parte significativa del sector indus-trial intensivo en mano de obra, ya quela cooperación con firmas occidentalesfavoreció el aprendizaje técnico e indus-trial, así como la asimilación de los mé-todos de gestión. También permitiótransferencias de tecnología y una másfácil adaptación a la demanda occiden-tal, aumentó la competitividad y la su-pervivencia de parte del tejido producti-vo y contribuyó a que la pérdida deempleos no fuese mayor.

Pero, no todo puede considerarse positi-vo. En el balance global del tráfico deperfeccionamiento pasivo también hayque imputar algunos costes y reflejar di-versos efectos negativos o preocupantes.

Por ejemplo, la dependencia que generacon la red comercial de la empresa occi-dental y la más que probable destruccióny desbarajuste en las relaciones con susanteriores proveedores nacionales. Losdesajustes en las redes comerciales y pro-ductivas nacionales podrían consolidarlas diferencias con los niveles de desarro-llo de los socios occidentales y, en defini-tiva, afianzar un tipo de integración quegenere vínculos productivos y tecnológi-cos escasos y de baja calidad, que nopermiten sostener el impulso inicial delas exportaciones ni un desarrollo econó-mico suficiente para impulsar la conver-gencia en los niveles de renta por habi-tante y en la productividad.

De consolidarse una integración produc-tiva de baja calidad, con mínima transfe-rencia de tecnología y débil impulso mo-dernizador, asentada en los bajos costessalariales, las posibilidades de que el trá-fico de perfeccionamiento pasivo actúecomo factor de desarrollo sostenible sonescasas, dado que la renovación de esosacuerdos de subcontratación dependeen gran medida del mantenimiento debajos niveles salariales que permitan se-guir compitiendo con otros países de ba-jos salarios.

En la UE han predominado las conse-cuencias positivas del tráfico de perfec-cionamiento pasivo. En primer lugar, hapermitido disminuir costes en sectoressensibles, especialmente en el textil, laconfección y el calzado, pero tambiénen otros de mayor calado tecnológico,como la construcción mecánica o elequipamiento eléctrico, mejorando sucompetitividad y rentabilidad. Y, en se-gundo lugar, ha contribuido a que nu-merosas empresas comunitarias cono-cieran, de primera mano y con costesmínimos, mercados en crecimiento yevaluaran las oportunidades y los ries-gos de instalarse en ellos.

El único y muy limitado efecto negativoque el tráfico de perfeccionamiento pasivopuede ocasionar a la empresa ordenantees la ayuda involuntaria al surgimiento defuturos competidores, posibilidad que au-menta al tratarse de países de desarrollo

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medio, con empresas y trabajadores capa-ces de asimilar con rapidez las técnicas ymétodos de gestión que utiliza su sociooccidental; aunque ese riesgo se minimizacuando, como suele suceder, la marca y ladiferenciación comercial suponen inver-siones inalcanzables para la mayoría de lasempresas del este y los canales de distri-bución y venta están íntegramente en po-der del socio occidental.

En el futuro inmediato, y más aún tras laampliación, es previsible que se afirmenlas tendencias que en los últimos añoshan comenzado a percibirse y que eltráfico de perfeccionamiento pasivo sigadesplazándose en una doble dirección:hacia países del este menos desarrolla-dos, en los que los costes laborales sonmenores y crecen en menor cuantía quela productividad, y hacia sectores quegeneran más valor añadido, sin limitarsea los sectores intensivos en trabajo. Entodo caso, lo previsible es que ese se-gundo movimiento hacia sectores demayor densidad tecnológica sea coyun-tural, ya que lo normal será que la in-versión directa extranjera gane peso, endetrimento del tráfico de perfecciona-miento pasivo, y que la subcontrataciónacabe siendo, en muchos casos, un pasoprevio y preparatorio para la instalacióndirecta.

Inversión directa extranjera

La integración productiva de algunaseconomías poscomunistas recibió su im-pulso más espectacular de la inversióndirecta extranjera procedente de la UE.Actualmente, los grandes grupos multi-nacionales del mundo están instaladosen los PECOs.

En los primeros momentos de la transicióny posteriormente también en los paísescon mayor riesgo, como Rumanía o Bul-garia, el predominio correspondió a losproyectos que, como las empresas con-juntas, minimizan costes y riesgos y faci-litan el acceso a mercados prometedoresy el conocimiento de empresas y directi-vos locales.

La firma de los acuerdos de asociación,que liberalizaron la circulación de los flu-jos de inversión directa extranjera, y elavance de las reformas permitieron la in-tensificación de las inversiones foráneasen algunos de los PECOs. A partir de1995 se intensifica la instalación mediantefiliales o inversión accionarial mayorita-ria, fórmulas que exigen mayores desem-bolsos e implican asumir responsabilida-des plenas en la gestión y en la dirección.

A cambio, facilitan la puesta en pie defórmulas más complejas de integraciónvertical en redes de producción interna-cionales orientadas hacia los mercadoscomunitarios y mundiales.

En términos generales, en los PECOs pre-dominaron las inversiones destinadas a laadquisición total o parcial de una empre-sa ya existente, especialmente por la víade aprovechar las facilidades a la partici-pación extranjera en los procesos de pri-vatización de empresas públicas, que deforma muy desigual y en diferentes mo-mentos, otorgaron los nuevos gobiernosposcomunistas. Las inversiones de nuevaplanta, que necesitan mayores desembol-sos y compromisos financieros previos,comprometen más recursos y esfuerzos y,en caso de terminar en fracaso, provocanmayores pérdidas, sólo en los últimosaños y en algunos países han alcanzadouna posición dominante.

La inversión directa extranjera ha sidoalentada por las ventajas fiscales y de ins-talación que ofrecía el país de acogida ypor los bajos costes laborales —respectode los comunitarios—, factores que sinllegar a ser determinantes pueden frenaro impulsar las decisiones de inversión.Sin embargo, las cifras muestran de ma-nera evidente que las inversiones directas

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Polonia 2.797 2,9% 3.542 3,1% 4.328 3,4% 5.678 4,0% 6.821 4,7%Hungría 3.675 10,8% 1.803 5,1% 1.928 4,8% 1.815 4,3% 1.849 4,1%R. Checa 1.960 4,9% 1.125 2,5% 1.148 2,5% 3.303 6,5% 5.932 11,6%Estonia 154 5,7% 119 3,5% 235 5,8% 513 11,0% 284 5,8%Letonia 136 4,0% 301 7,4% 460 9,3% 318 5,8% 334 5,2%Lituania 55 1,2% 120 1,9% 313 3,7% 826 8,6% 456 4,6%Bulgaria 60 0,7% 86 1,1% 445 5,0% 479 4,4% 756 6,5%Rumanía 320 1,2% 207 0,7% 1.071 3,4% 1.812 4,9% 977 3,0%Eslovaquia 181 1,3% 279 1,8% 154 0,9% 504 2,7% 306 1,7%Eslovenia 235 1,6% 210 1,4% 414 2,6% 178 1,0% 78 0,4%

Total PECOs-10 9.582 7.792 10.497 15.425 17.794

(*) En millones de ecus/euros y en porcentaje del PIB al tipo de cambio de mercado. Los datos de 1995 y 1996 corresponden a una serie diferente a la de los añossiguientes, lo cual puede contribuir a una ruptura en la comparabilidad de los datos.

FUENTE: Eurostat (2002).

CUADRO 7INVERSIONES DIRECTAS EXTRANJERAS ANUALES EN LOS PAÍSES DEL ESTE CANDIDATOS

EN TÉRMINOS ABSOLUTOS Y COMO PORCENTAJE DEL PIB (*)

1995 1996 1997 1998 1999

Países Euros % PIB Euros % PIB Euros % PIB Euros % PIB Euros % PIB

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se concentran y desarrollan no en lospaíses de menores salarios sino en losque ofrecen un amplio abanico de venta-jas vinculadas a su productividad y esta-bilidad socioeconómica, que se han vistoreforzadas por la progresiva afirmaciónde la perspectiva de adhesión a la UE,potencial de crecimiento de sus merca-dos, proximidad cultural y geográfica,desarrollo de su capital humano o mejorade sus infraestructuras (cuadro 7).

Los PECOs acumulan un stock de inver-sión directa extranjera que supone un22% del PIB, porcentaje que se sitúa porencima de la media mundial, que era, en1998, del 14%, y que es superior, incluso,a la media de la UE, 17% en 1998. En Es-tonia (36%), Hungría (33%), RepúblicaCheca (26%) y Letonia (25%) esos por-centajes eran superiores al 21,5% que su-ponía en la economía española. En todocaso, a pesar de su relevancia, las inver-siones directas recibidas por todos lospaíses de Europa central y oriental sólosuponían, en 2000, un 2% del total mun-dial (gráfico 2), un 2,5% de las recibidaspor los países desarrollados y un 10,6%de las captadas por los países y economí-as en desarrollo.

Si el promedio anual de las inversionesdirectas recibidas entre 1990-1994 porlos países del este fue de 2.540 millonesde dólares, en el siguiente quinquenio,entre 1995 y 1999, ese promedio se mul-tiplicó por 5, alcanzando los 11.845 mi-llones de dólares. La capacidad crecien-te de los países poscomunistas paracaptar inversiones directas queda per-fectamente reflejada en el aumento sig-nificativamente inferior que experimen-taron en todo el mundo, que, en esemismo período, entre 1995 y 1999, semultiplicaron por 3,5.

La mayor parte de esas inversiones, el68% del total recibido por los PECOs, tu-vo su origen en la UE (68,4%). Por países,Alemania ocupaba a finales de 1999 elprimer lugar, con un 19% del stock total,seguida de Holanda (14%), Estados Uni-dos (10,7%), Austria (7,1%), Francia (7%),Reino Unido, Italia,... hasta llegar en losúltimos lugares al 0,5% de España, que se

orientó preferentemente hacia los paíseslatinoamericanos (gráfico 2).

Las posibilidades de desarrollo futurode la inversión directa extranjera en lospaíses del este están directamente rela-cionadas con la expansión de sus mer-cados nacionales, el potencial que ofre-ce su adhesión a la UE y la escasaimportancia relativa que todavía tienenlos flujos de inversión procedentes delos países comunitarios, ya que, a pesardel fuerte crecimiento de los últimosaños, la inversión directa extranjera enlos PECOs sólo supone un 5% de la in-versión total extracomunitaria.

Tres países, Polonia, República Checa yHungría, concentran las tres cuartas par-tes de las inversiones captadas por lospaíses candidatos. En los tres, la produc-tividad del trabajo en el sector manufac-turero se incrementó de forma notableentre 1995 y 1998, sin que pueda acha-carse dicha mejora a la reducción delempleo, ni en la República Checa o enPolonia, donde esa reducción fue, res-pectivamente, de un 2% y un 1%, ni, mu-cho menos, en Hungría, donde el nivelde ocupación creció en un 5%. La mayoreficiencia en la utilización del empleomanufacturero se debió, en buena parte,a las ganancias de productividad obteni-

das por las empresas que contaban conparticipación extranjera. Entre 1998 y1993, la distancia entre la productividadde las empresas que contaban con parti-cipación extranjera respecto a la de lasempresas domésticas aumentó en un31% en Hungría, un 15% en Polonia y un12% en la República Checa.

La importancia de las exportaciones reali-zadas en 1998 por empresas participadaspor capitales extranjeros refuerza el argu-mento anterior: en Hungría, el 85,9% delas exportaciones totales de manufactu-ras; en Polonia, el 52,4%, y en la Repúbli-ca Checa, el 47%. Algo similar ocurría conlas ventas totales del sector manufacture-ro, ya que dependían de las empresascon participación extranjera en un 70%,en Hungría; un 40,6%, en Polonia, y un32,1%, en la República Checa.

Por sectores, las instituciones de crédito yseguros (17,4%) han sido el destino privi-legiado de los inversores extranjeros enlos países candidatos; a continuación sesitúan el comercio, recuperación y repa-ración (12,5%), productos alimenticios,bebidas y tabaco (10%), material de trans-porte (7,8%), otros servicios destinados ala venta (7,1%), energía (6,2%), transportey servicios anexos (4,8%) o minerales yproductos no metálicos (4,8%)

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GRÁFICO 2LA INVERSIÓN EXTRANJERA DIRECTA EN LOS PECOs

PORCENTAJE SOBRE EL TOTAL MUNDIAL

FUENTE: Unctad, 2001.

2,5

2

1,5

1

0,5

0

PECOsBulgaria

EslovaquiaEslovenia

EstoniaHungría

LetoniaLituania

PoloniaR. Checa

Rumanía

1989199519992000

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En la Europa suroriental son los subsec-tores vinculados a recursos naturales(minas y petróleo) y ramas como maqui-naria y equipos los que parecen másatractivos a los inversores foráneos; enEuropa central, en cambio, son las acti-vidades de mayor valor añadido, auto-móvil o aparatos eléctricos y el sectorterciario, telecomunicaciones o bancario,los que concentran las preferencias. Lainversión directa extranjera se ha con-vertido en un mecanismo fundamentalde control exterior sobre sectores estra-tégicos (financiero y telecomunicacio-nes), de alta densidad tecnológica (pro-ductos eléctricos) y densidad media(productos mecánicos, automoción, ma-teriales plásticos).

Otros sectores, como el textil, la confec-ción, el calzado o el cuero, han experi-mentado una menor internacionalizaciónmediante la inversión directa extranjera,privilegiando formas diferentes, como eltráfico de perfeccionamiento pasivo, peroambas vías han conseguido que la pre-sencia exterior sea también significativaen algunos sectores maduros de tecnolo-gía débil.

La importancia de la inversión sectorialresponde a muy diferentes razones y fac-tores. En unos casos ha primado la esta-bilidad y la importancia de los mercadosregionales y domésticos, como en el dealimentos, bebidas y tabaco. En otros, larazón fundamental hay que buscarla en laposibilidad de reducir costes y, con esaventaja, ampliar sus cuotas en los merca-dos del este y comunitarios. También laposibilidad de sortear barreras arancela-rias, actuales y futuras, o razones de pro-ximidad, por ejemplo, en los materialesde construcción, han contribuido, en oca-siones, a la implantación de empresas ex-tranjeras en los PECOs.

Los beneficios de la transferencia de tec-nología y de la difusión de cultura em-presarial y técnicas de gestión que gene-ran las inversiones directas son, en laliteratura especializada, poco discutidos,al igual que las ventajas que impulsan almejorar la calidad de la oferta y aumentarla productividad del trabajo, la competiti-

vidad y, en definitiva, la eficiencia de em-presas y sectores.

La inversión directa extranjera ha permiti-do financiar, en el período 1995-2000, losdéficit corrientes cosechados por buenaparte de los países candidatos: amplia-mente en Bulgaria, República Checa yHungría, y en una cuantía menor en Esto-nia, Letonia y Eslovenia. En Eslovaquia,Rumanía, Polonia y Lituania, por el con-trario, el déficit corriente medio anual su-peró a la inversión directa extranjera; entorno a los 900 millones de euros, en elcaso de los dos primeros, y en cantidadessignificativamente menores en los otrosdos países.

La influencia de la inversión directa ex-tranjera en el crecimiento de las exporta-ciones ha sido muy notable. Algunas esti-maciones han intentado cuantificar suimportancia en los resultados exportado-res: un incremento de 100 euros en la in-versión directa extranjera por habitantepuede generar un crecimiento de las ex-portaciones del 5,3% en volumen. Elejemplo más notable de esta influenciaes, entre los países candidatos, Hungría,país en el que las empresas multinaciona-

les desempeñan un papel esencial en lasexportaciones. En el ámbito empresarial,pueden mencionarse, como botones demuestra, las filiales de Volkswagen en laRepública Checa (Skoda) y en Eslovaquia(VW Slovakia), que son los más grandesexportadores de sus países; algo similarocurre con VW, Opel y Fiat en Polonia.

Respecto a otras variables, como la crea-ción de empleo, la incidencia de la inver-sión directa extranjera ha sido menor ymenos positiva; pese a ello, las empresascontroladas por capitales extranjerosocupaban el 45% de la fuerza del trabajoen el sector manufacturero de Hungría;el 26%, en Polonia, y el 20%, en la Repú-blica Checa. La mayor propensión a par-ticipar en los flujos comerciales con elexterior de las empresas que cuentancon inversores foráneos ha sido un factoresencial en el desarrollo de las exporta-ciones e importaciones y en la integra-ción comercial de estas economías en losmercados comunitarios.

Sin embargo, los beneficios que generanalgunas inversiones directas son cuestio-nables y, en ocasiones, inferiores a loscostes. Algunas grandes empresas multi-

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nacionales que se han instalado en losPECOs han contribuido a reconstruir mer-cados oligopólicos, han utilizado su grancapacidad de presión para proteger susmercados y han propiciado más las com-pras a sus proveedores occidentales quelas exportaciones, contribuyendo así alaumento del déficit comercial. En el mis-mo sentido, dada la propensión de la in-versión directa extranjera a concentrarseen unos pocos países y a localizarse enlas capitales de los mismos, ha podidocontribuir de forma notable a aumentarlas disparidades regionales y salariales,sin que su influencia en la creación netade empleos pueda considerarse siemprepositiva ni, desde luego, decisiva.

Tampoco está claramente establecida laexistencia de relaciones directas de causaa efecto entre inversión directa extranjeray crecimiento económico del sector o dela región implicados, alegándose a menu-do como razón la débil inserción en el te-jido industrial local que generalmentepropicia la empresa de capital extranjeroy su inclinación a mantener relacionescomerciales con la empresa matriz y conlos proveedores occidentales.

El análisis de las interrelaciones entre in-versión directa extranjera y crecimientoeconómico en los PECOs revela vincula-ciones complejas y multidireccionales ysituaciones muy diversas en los paísesque muestran los niveles más altos, tantoen términos absolutos de inversión di-recta extranjera como en inversión direc-ta extranjera por habitante. En Hungríael crecimiento económico ha recibido unfuerte impulso de la notable presenciade multinacionales extranjeras; en la Re-pública Checa, en cambio, la inversióndirecta extranjera ha tenido consecuen-cias más positivas en la modernizaciónde la estructura productiva que en elcrecimiento global del producto; en Es-lovaquia, con gobiernos renuentes, hastafinales de 1998, a facilitar la participa-ción de inversores foráneos en los pro-cesos de privatización, la inversión di-recta extranjera parece haberdesempeñado un importante papel en elimpulso tanto del crecimiento como dela modernización tecnológica.

Polonia sólo recibió sustanciales entra-das de inversión directa extranjeracuando su crecimiento económico co-menzó a ser robusto, lo cual no impli-ca, necesariamente, una relación causalinversa a la que parece existir en Hun-gría, pues podría indicar simplementeun cambio en la predisposición de lasautoridades favorable a la venta de acti-vos públicos a inversores extranjeros.En Eslovenia, un crecimiento económi-co estable ha sido compatible con unapresencia pequeña de inversión directaextranjera.

En el futuro inmediato, y más aún trasla adhesión, lo más probable es que seproduzca, como en anteriores amplia-ciones, un nuevo impulso de la inver-sión directa extranjera. Los factores querespaldan esta previsión son numero-sos: ventajas de localización de algunospaíses y regiones en el eje de alto des-arrollo Londres-Milán, que implican me-nores costes en transportes y seguros, yeconomías de aglomeración que nopueden ofrecer países más alejados; sa-larios medios en el sector manufacture-ro situados en niveles muy bajos, queapenas representan un 16% de los espa-ñoles y un 11,5% de los de la UE; for-mación de la población, que en algunospaíses candidatos es similar a la de losmás avanzados de la UE.

Unas instituciones económicas y unas po-líticas reguladoras crecientemente homo-géneas con las de la UE y el anclaje for-mal, como socios, en la UE representaránun respaldo que impulsará los movimien-tos de capitales hacia los nuevos socios y,en consecuencia, una competencia cre-ciente para captar esos capitales.

Flujos migratorios

La transformación sistémica ha generadocambios sustanciales en los mercados la-borales de los países candidatos, sin quelos puestos de trabajo generados al calordel crecimiento económico compensasenlos empleos perdidos durante la fase re-cesiva. Entre las principales transforma-ciones cabe mencionar, por su relevancia,la disminución, en algunos casos de ma-nera drástica, de la población activa, elaumento del desempleo abierto y del em-pleo sumergido y las modificaciones en laestructura sectorial del empleo.

La tasa de actividad (respecto a la pobla-ción en edad de trabajar) no llega actual-mente, en ningún país candidato, al67,5% de la UE, y sólo en los casos deRumanía, Lituania, Estonia y RepúblicaCheca superaba ligeramente el 60% en1998, mientras las tasas de desempleo do-blaban el 8,2% comunitario en Eslova-quia, Polonia y Bulgaria, y lo superabanampliamente en los tres países bálticos.

La libre circulación de factores producti-vos que propicia el mercado único hacetan inevitables las migraciones de trabaja-dores desde los países candidatos hacialos actuales comunitarios como el movi-miento de los capitales en sentido contra-rio. Si el fenómeno y el sentido de la mi-gración están claros, no lo están tanto sucuantía ni, menos aún, sus consecuenciaseconómicas, sociales y políticas en lospaíses implicados.

Al final de la década de los noventa, untotal de 830.000 personas procedentes delos países candidatos residían legalmenteen la UE, de las que sólo algo menos de300.000 trabajaban con contratos en re-

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gla, cifra que apenas suponía un 5,5% deltotal de extranjeros que trabajaban encondiciones legales en la UE y un míni-mo 0,2% de la fuerza de trabajo total dela UE. Los trabajadores indocumentadosoriginarios de los países candidatos po-drían alcanzar una cantidad mayor, alre-dedor de 600.000, que serían especial-mente abundantes en las regionesfronterizas, tanto en trabajos temporalescomo en labores que pueden suponer elpaso de las fronteras, pero no exigen elcambio de residencia. Dos países comu-nitarios, Austria y, en cuantía muy supe-rior, Alemania, y dos países candidatos,Polonia y Rumanía, eran el destino y elorigen, respectivamente, del 70% de los830.000 residentes legales procedentesdel este.

La limitada apertura ofrecida al movi-miento de personas por los acuerdoseuropeos posibilitó una reducida emi-gración hacia la UE procedente de lospaíses del este, que apenas representóen la década de los noventa un 15% deltotal de inmigrantes recibidos por elconjunto de los países comunitarios yque sólo alcanzó cifras significativas enPolonia (435.000 personas) y Rumanía(155.000 personas). De los países bálti-cos, únicamente emigraron hacia la UEun total de 30.500 personas, y de Hun-gría, 77.000; cuantía esta última similar ala que en su conjunto procedía de Eslo-vaquia, Eslovenia y la República Checa.

Los estudios y modelos que cuantifican elimpacto potencial de las migraciones a laUE adolecen de cierta fragilidad, debido ala gran incertidumbre asociada a las pre-visiones y a las múltiples variables queincidirán significativamente en dicho im-pacto: evolución de las economías y delas diferencias en los niveles de renta ysalario, condiciones del mercado de tra-bajo, distancia geográfica y cultural, rela-ciones amigables o conflictivas históricasy actuales con los países vecinos, políticacomunitaria de inmigración que final-mente se aplique, acuerdos entre la UE ylos países candidatos sobre la libre circu-lación de trabajadores y la utilización delmargen propio del que dispone cada país

de la UE para desarrollar normas regula-doras específicas (cuadro 8).

La mayor parte de las estimaciones se in-clinan por prever flujos migratorios limi-tados hacia los mercados laborales comu-nitarios y consideran muy probable queel impacto se concentre, como hasta aho-ra, en unos pocos países. Los estudiosdisponibles apuntan flujos de desigualcuantía, pero en todos los casos limitada,de entre 70.000 trabajadores anuales(200.000 personas, si sumamos a los tra-bajadores sus familias) y 240.000, en con-diciones de liberalización completa de losmovimientos migratorios. El potencial mi-gratorio a largo plazo podría llegar a re-presentar un escaso 1% de la poblaciónactual de la UE, que sólo alcanzaría nive-les relativamente importantes en Alema-nia y Austria. No pueden menospreciarse,sin embargo, los efectos que una inmigra-ción, relativamente poco importante,puede ocasionar efectivamente en algu-nas regiones y en algunos aspectos rela-cionados con la degradación de los mer-cados laborales.

En todo caso, no conviene olvidar que lalibertad de movimientos es una parteesencial de los derechos básicos de laspersonas y del propio acervo comunitarioy que la transformación de las economíasdel este necesita que mercados exterioresmás desarrollados absorban parte de lapoblación trabajadora que no va a encon-trar, en sus propios países y a corto pla-zo, empleos sustitutivos a los que han

desaparecido en la pasada década y a losque aún deben ser destruidos por la in-evitable y pendiente reestructuración desus entramados productivos.

El libre movimiento de las personasconstituye uno de los capítulos funda-mentales, el segundo, en el que se ha di-vidido el acervo comunitario de cara alas negociaciones para la ampliación, yuno de los puntos que ha ocasionadomayores disensos y debates en las nego-ciaciones, incluso antes de que el refor-zamiento de la extrema derecha en algu-nos países comunitarios haya alentadoun nuevo tratamiento del fenómeno dela inmigración.

Sectores significativos de la población eu-ropea perciben con temor los posiblesefectos negativos que, a corto plazo, ten-dría un incremento de la inmigración so-bre sus empleos y salarios, sobre la capa-cidad financiera de sus Estados parasostener las políticas de bienestar social,sobre el debilitamiento del poder nego-ciador de los sindicatos o sobre la insegu-ridad ciudadana. El avance electoral de laextrema derecha xenófoba parece revelarla existencia en los países comunitariosde un bloque social emergente, que yaha empezado a condicionar el contenidode las negociaciones y de los acuerdossobre el capítulo del libre movimiento delas personas.

En los países del este, la propuesta co-munitaria de un período transitorio con

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Austria 103.000 1,3 40.547 30.020 17.739 5.107 286Alemania 554.869 0,7 218.430 161.720 95.560 27.510 1.539Italia 34.490 0,1 13.577 10.052 5.940 1.710 96Reíno Unido 39.000 0,1 15.353 11.367 6.717 1.934 108España 10.539 0,0 4.149 3.072 1.815 523 29

Total UE-15 853.128 335.843 248.649 146.926 42.297 2.366

FUENTE: Eurostat (2001).

CUADRO 8RESIDENTES EN LA UE PROCEDENTES DE LOS PECOs

EN 1998 Y PROYECCIONES PARA 2002-2030

Residentes Residentes de los de los Previsiones 2002-2030,

PECOs-10 PECOs-10 (% de en números absolutosla población) 2002 2005 2010 2020 2030

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una duración máxima de siete años, quecuenta con los precedentes de Greciaen 1981 y de España y Portugal en 1986,durante el que quedaría en suspensoesa libertad de movimientos, fue recibi-da como lo que parece: un tratamientodiscriminatorio que, de aplicarse, podríadar lugar a ciudadanos europeos de pri-mera y segunda categoría. Crítica queayuda poco en los países candidatos aconsiderar su adhesión a la UE como al-go más que una decisión necesaria e in-evitable.

La propuesta comunitaria no parece unasolución eficaz, pues sólo tiene en cuentalos temores, poco fundados, cuando noimaginarios, de una parte de la opiniónpública de algunos de los actuales paísesmiembros, mientras desconsidera las ne-cesidades reales de las economías y delas sociedades de los países candidatos.

La emigración a la UE, como en buenaparte de los procesos migratorios, depen-de tanto de la situación de los países deorigen como de las expectativas que ge-neran los de llegada; mientras esa situa-ción no varíe, no hay forma racional deadaptar la inmigración a las necesidadesexactas de los países más desarrollados.

Consideremos, por último, a título desimple hipótesis, que si finalmente seconfirmara como erróneo el diagnósticode que los problemas que afectan a losmercados laborales comunitarios soncausados y agrandados por la inmigra-ción o están directamente relacionadoscon el aumento de los flujos migratorios,tras un período de inútiles y costosos es-fuerzos, la inmigración seguiría siendoun problema, con el grave inconvenien-te de que los efectos económicos, socia-les y políticos de una inmigración no re-gulada habrían sido mucho más nocivosy seguirían las dificultades básicas de laseconomías comunitarias para generarempleo, aumentar la productividad ymejorar la especialización productiva yexportadora. Se habría perdido un tiem-po muy valioso y, en lugar de un pro-blema y un conflicto potencial relativa-mente benignos, tendríamos dos graves

problemas y multitud de conflictos dedifícil solución.

Además de ineficaz, la propuesta comu-nitaria no parece ni justa ni equilibrada.No es justa porque no contempla la dis-cusión de las medidas reguladoras delmercado laboral que pudieran minimizarlos potenciales costes sobre el empleo ylos salarios, ni considera los efectos eco-nómicos beneficiosos para ambas partes,que todos los estudios señalan comoconsecuencia de los flujos migratoriosprevistos: para los países de la UE, pe-queñas ganancias en términos de rentapor habitante y de recursos adicionalespara fortalecer las prestaciones sociales ypequeños perjuicios en términos de des-empleo para trabajadores comunitariosde baja cualificación y de presión sobrelos salarios en las regiones fronterizas;para los actuales países candidatos, ga-nancias potencialmente importantes, tan-to en los mercados laborales nacionalescomo en los presupuestos públicos, al dis-minuir la presión ejercida por los desem-pleados, y en la financiación exterior adi-cional que pueden representar las remesasde los emigrantes.

Tampoco es una propuesta equilibrada,porque trata de forma muy diferente losargumentos de cada parte y desconside-ra los posibles efectos negativos quepuede acarrear una decisión equivoca-da, especialmente en los países candida-tos, en forma de desajustes monetarios,financieros y presupuestarios, de inesta-bilidad social y política y de rechazo alproyecto europeo.

Hungría fué el primer país en aceptarprovisionalmente un período transitoriodurante el que no se aplicaría esa libertadde movimientos, a cambio de salvaguar-dar similar capacidad, más teórica queprevisiblemente efectiva, para someter aun régimen recíproco a los ciudadanoscomunitarios y durante el mismo períodode aplicación que establecieran sus paísesde origen. Esta solución fue aceptadatambién por Letonia y Eslovaquia, perorechazada inicialmente por el resto degobiernos, que consideraron un agravioinadmisible la propuesta comunitaria.

Las restricciones no afectarán, natural-mente, a aquellas personas cuya cualifica-ción sea necesaria en algunos países dela UE. La combinación de cuotas selecti-vas de inmigración para algunas catego-rías de trabajadores cualificados mientrasse establecen restricciones generales queimpedirán la migración de los de menorcualificación o con cualificaciones inne-cesarias tendrá implicaciones altamenteproblemáticas, tanto en la opinión quesobre la UE se formen las sociedades delos países del este como sobre la conver-gencia real de las economías poscomu-nistas, la financiación de sus sistemas deprotección social y la cohesión social.

El futuro de la integración de los países del este en la UE

La integración de las economías poscomu-nistas en los mercados comunitarios hagenerado durante la pasada década y ofre-cerá, tras la adhesión, múltiples posibilida-des de crecimiento y desarrollo, que po-drán aprovechar especialmente los paísescomunitarios más avanzados, pero queson esenciales también para la moderni-zación y convergencia real de las econo-mías poscomunistas.

Oportunidades no exentas de riesgoseconómicos y sociopolíticos que afecta-rán especialmente a algunos de los nue-vos socios, los que cuentan con equili-brios macroeconómicos y sociales másprecarios, menor estabilidad nominal yreducido potencial productivo y competi-tivo. Riesgos relacionados con la destruc-ción de tejido productivo potencialmentecompetitivo y con una moder- nización li-mitada, que podría aumentar la dualiza-ción de la estructura productiva y social,ocasionar divergencias crecientes con lospaíses centrales de la UE y deteriorar lascondiciones de vida de una parte signifi-cativa de la población.

A nuestro entender, la intensificación dela integración económica seguirá siendo,

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tras la ampliación, un objetivo impres-cindible y, en parte, el resultado másprobable, pero la adhesión no está ase-gurada ni es la estación de destino obli-gatorio de todos y cada uno de los diezpaíses del este candidatos, al menos enel horizonte previsible de esta primeradécada del siglo XXI.

En sentido contrario, tampoco la amplia-ción garantiza, en toda circunstancia ysin condiciones, que la integración delas economías poscomunistas en losmercados comunitarios siga desarrollán-dose y que sus efectos positivos superena los costes.

Una mayor integración económica noasegura una mayor eficiencia ni másbienestar en cada uno de los futuros paí-ses miembros de la UE y en el conjuntode una UE ampliada. Los efectos positi-vos que suelen asociarse a los procesosde integración económica requieren, paramaterializarse, el desarrollo de reformasestructurales e institucionales, que aún si-guen pendientes en la mayoría de los pa-íses del este candidatos y que constituyenuna condición necesaria para afianzar sucompetitividad y para generar crecimien-to económico sostenido en las condicio-nes que rigen en el mercado único euro-peo.

Durante la pasada década, la creciente in-tegración de las economías del este enlos mercados comunitarios no ha genera-do en todos los países crecimiento eco-nómico ni modernización. La diferencia-ción entre los países del este es uno delos resultados más evidentes de la inte-gración económica, en todos y cada unode los ámbitos analizados.

El análisis de los efectos contradictoriosque ha ocasionado la integración de laseconomías poscomunistas en los merca-dos comunitarios nos ofrece indicios sufi-cientes para no menospreciar los múlti-ples y difíciles obstáculos que aún debesalvar el proceso de ampliación ni losriesgos que conlleva, especialmente paralos PECOs, una mayor integración econó-mica sin desarrollar las reformas econó-

micas e institucionales internas que aúnsiguen pendientes.

Los riesgos para el conjunto del proyec-to europeo tampoco deberían conside-rarse nimios: el aumento de la heteroge-neidad económica real en una UEampliada no tiene por qué constituir, enteoría, un coste neto inasumible, ni si-quiera en el corto plazo, pero pareceríarazonable que la ampliación de la UEfuese acompañada del desarrollo o, almenos, el mantenimiento de las políticascomunes que en la actualidad impulsanla convergencia real e institucional y lacohesión territorial y social, y de loscompromisos financieros y mecanismosinstitucionales que permitiesen aplicaresas políticas comunitarias.

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LA DESIGUAL INTEGRACIÓN DEL ESTE EN LA UNIÓN EUROPEA

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G. FLORES / F. LUENGO

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