LA DETERMINACIÓN DE LA PENA - unav.es 9 Iuspoenale... · Cumplimiento íntegro de las penas. ......

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http://www.unav.es/penal/iuspoenale 157 9.ª LA DETERMINACIÓN DE LA PENA I. Criterios generales: proporcionalidad, individualización y motivación.– II. Reglas aritméticas comunes.– 1. Pena superior e inferior en grado.– 2. Mitad superior e inferior.– 3. Reglas materiales generales.– III. Reglas materiales generales.– 1. Grado de ejecución.– 2. Formas de participación.– 3. Circunstancias especiales.– 4. Circunstancias ordinarias.– IV. Reglas materiales específicas.– 1. Delito continuado.– 2. Concurso ideal.– V. Concurso real: acumulación material y jurídica.– 1. Límites generales.– 2. Límites especiales.– 3. Cumplimiento íntegro de las penas.– VI. Reglas específicas de las «penas» a personas jurídicas.I. Criterios generales: proporcionalidad, individualización y motivación.La determinación de la pena es una de las labores más complejas para todos los operadores jurídicopenales y, en especial, para los Jueces y Tribunales. Consiste en el proceso por el que se trasforma una pena imponible, de acuerdo con lo establecido en un determinado tipo del Código penal, en la concreta pena correspondiente al responsable de un hecho delictivo, de acuerdo con la gravedad del hecho cometido y sus circunstancias personales. Dicho de otra forma, previendo el Código penal la pena de diez a quince años de prisión, para el autor de un homicidio, a través del proceso de determinación de la pena, el Juez debe decidir cuál es la concreta pena que resulta merecida por (o adecuada a) el responsable del hecho. Esta no es una decisión arbitraria sino que responde a una serie de procesos informados por las reglas de determinación de la pena, que el Juez debe observar escrupulosamente, con independencia de los escasos márgenes de discrecionalidad de que goza. De esta forma, no le corresponde la misma pena al autor de un delito consumado que al de un delito intentado; como tampoco tiene el mismo tratamiento el autor y el cómplice del mismo hecho delictivo. Se valora de forma distinta si alguien actúa en error de prohibición o concurriendo una eximente incompleta de alteración psíquica que si alguien lo hace actuando con pleno conocimiento de la antijuridicidad o con sus facultades mentales intactas. En fin, existen una multitud de factores que se concretan en las reglas de determinación de la pena, que han de ser tenidos en cuenta por los Jueces y Tribunales en la imposición de las penas.

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9.ªLA DETERMINACIÓN DE LA PENAI. Criterios generales: proporcionalidad, individualización y motivación.– 

II. Reglas aritméticas comunes.– 

1. Pena superior e inferior en grado.– 

2. Mitad superior e inferior.– 

3. Reglas materiales generales.– 

III. Reglas materiales generales.– 

1. Grado de ejecución.– 

2. Formas de participación.– 

3. Circunstancias especiales.– 

4. Circunstancias ordinarias.– 

IV. Reglas materiales específicas.– 

1. Delito continuado.– 

2. Concurso ideal.– 

V. Concurso real: acumulación material y jurídica.– 

1. Límites generales.– 

2. Límites especiales.– 

3. Cumplimiento íntegro de las penas.– 

VI. Reglas específicas de las «penas» a personas jurídicas.–

 

I. Criterios generales: proporcionalidad, individualización y motivación.‐ 

La determinación de la pena es una de las labores más complejas para todos los operadores  jurídico‐penales  y,  en  especial,  para  los  Jueces  y  Tribunales. Consiste en el proceso por el que se trasforma una pena imponible, de acuerdo con lo establecido en un determinado tipo del Código penal, en la concreta pena correspondiente  al  responsable  de  un  hecho  delictivo,  de  acuerdo  con  la gravedad  del  hecho  cometido  y  sus  circunstancias  personales. Dicho  de  otra forma, previendo el Código penal la pena de diez a quince años de prisión, para el autor de un homicidio, a través del proceso de determinación de la pena, el Juez debe decidir cuál es la concreta pena que resulta merecida por (o adecuada a) el responsable del hecho. Esta no es una decisión arbitraria sino que responde a una serie de procesos informados por las reglas de determinación de la pena, que el Juez debe observar escrupulosamente, con independencia de los escasos márgenes de discrecionalidad de que goza. 

De  esta  forma,  no  le  corresponde  la  misma  pena  al  autor  de  un  delito consumado  que  al  de  un  delito  intentado;  como  tampoco  tiene  el  mismo tratamiento  el  autor  y  el  cómplice  del mismo  hecho  delictivo.  Se  valora  de forma  distinta  si  alguien  actúa  en  error  de  prohibición  o  concurriendo  una eximente incompleta de alteración psíquica que si alguien lo hace actuando con pleno conocimiento de la antijuridicidad o con sus facultades mentales intactas. En  fin,  existen  una  multitud  de  factores  que  se  concretan  en  las  reglas  de determinación de  la pena, que han de  ser  tenidos  en  cuenta por  los  Jueces y Tribunales en la imposición de las penas. 

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9.ª Uno  de  los  criterios  que  informa  la  determinación  de  la  pena  es  la proporcionalidad  (subprincipio  de  interdicción  de  la  desproporción:  lección 2.IV.1).  Dice  la  STS  de  12  de  noviembre  de  20021,  que  «el  principio  de proporcionalidad debe su elaboración a la jurisprudencia alemana posterior a la Segunda  Guerra  Mundial  habiéndose  enriquecido  con  las  aportaciones efectuadas por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Por lo que se refiere al Ordenamiento Jurídico Español, si bien no aparece expresamente recogido en la Constitución,  su  reconocimiento y  alcance  constitucional no  ofrecen dudas como se afirma en numerosas sentencias del Tribunal Supremo. Los valores de libertad y  justicia a los que se refiere el art. 1.1 de la CE son los pilares básicos de  la  construcción  del  principio  de  proporcionalidad.  La  libertad  en  cuanto opción valorativa de  realización preferente, dota de  contenido al principio de proporcionalidad, ya que en caso de duda, habrá que estar por la vigencia del favor  libertatis.  El  valor  justicia,  en  cuanto  que,  en  sí  mismo,  integra  la prohibición de excesividad y conecta con la idea de moderación, medida justa y equilibrio. 

»También  resulta  básico  para  el  contenido  del  principio  que  se  comenta,  que  como 

todos  los  principios  constituyen  mandatos  de  actuación  para  la  realización  del 

contenido  de  un  determinado  valor  y  que  está,  fundamentalmente,  dirigido  al 

legislador en cuanto que es autor de las normas  jurídicas, aunque no debe estimársele 

destinatario exclusivo de este principio, ya que en virtud del principio de efectividad 

contenido en el art. 9.2 de la CE, también el sistema judicial en cuanto que intérprete y 

aplicador de la Ley, es el responsable de la realización del derecho concreto a través del 

enjuiciamiento  de  los  casos  que  le  son  presentados,  y  por  tanto  responsable  de  la 

consolidación  del  cuadro  de  valores  superiores  que  definen  nuestro  Ordenamiento 

Jurídico, bien que esta vinculación sea derivada y opera a  través del sometimiento al 

imperio de la Ley ‐art. 117 CE‐, no de una manera automática y mecanicista, sino desde 

el  respeto  y  efectividad  de  tales  valores.  La  vigencia  del  principio  ha  quedado más 

consolidada  si  cabe  con  su  explícito  reconocimiento  en  la  Carta  de  Derechos 

Fundamentales  de  la  Unión  Europea  ‐aprobada  por  el  Parlamento  Europeo,  por  el 

Consejo de la Unión y por la Comisión Europea el 7 de Diciembre de 2000‐, cuyo art. 49, 

que  lleva  el  significativo  título ʺde  los principios de  legalidad y  la proporcionalidad de  los 

delitos y de las penasʺ, prevé en su párrafo 3º que ʺ....la intensidad de las penas no deberá ser 

desproporcionada en relación a la infracción....ʺ. 

»En definitiva podemos afirmar que el principio de proporcionalidad,  junto con el de 

culpabilidad,  aquel de  naturaleza  objetiva,  y  este  subjetivo,  se  convierten  en  los dos 

referentes a tener en cuenta para individualizar judicialmente la pena, porque esta debe 

ser la justa compensación al grado de culpabilidad del sujeto y a la gravedad intrínseca 

del  delito,  de  suerte  que  en  ausencia  de  circunstancias  modificativas  de  la 

responsabilidad criminal,  la pena a  imponer debe  ser el precipitado de  las exigencias 

derivadas de ambos principios en la medida que concurran en el supuesto enjuiciado». 

1 RJ 10491. Citando, a su vez, las SSTS de 12 de mayo de 1999 (RJ 4666) y 1 de junio de 2000 (RJ 4150). 

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9.ªEl aspecto que más relevancia ha cobrado en los últimos años es la motivación de  la  individualización  de  la  pena.  Es  decir,  la  exigencia  a  los  Jueces  y Tribunales  para  que  razonen,  de  forma  que  sea  plenamente  comprensible  y excluya  cualquier  sospecha  de  arbitrariedad,  por  qué  deciden  imponer  una concreta pena y no otra, siempre que se hallen dentro de los límites establecidos por las reglas de determinación de la pena. Así, puede leerse en la STS de 11 de junio  de  2003  que  «conocida  es  la  doctrina  de  esta  Sala  y  del  TC  que,  en aplicación del deber de motivar  las  sentencias  impuesto por  el  art.  120.3 CE, viene  concretando  tal  deber  en  el  derecho  penal,  entre  otros  aspectos,  en  la necesidad  de  razonar  la  cuantía  concreta  de  la  sanción  o  sanciones  que  se imponen  (individualización). Únicamente venimos  considerando no necesaria tal motivación cuando las penas se fijan en el mínimo legal permitido o cuando se  quedan  próximas  a  dicho mínimo  legal.  Pero  cuando  se  alejan  de modo significado  de  ese  mínimo,  es  obligado  expresar  en  el  propio  texto  de  la sentencia las razones por las cuales se acuerda la cuantía o duración concreta de la penalidad ordenada por la ley.» 

En  sentido  parecido,  dice  la  STS  de  9  de  octubre  de  2003  que  «el  legislador permite al  juez recorrer  toda  la banda punitiva, pero argumentando en base a dichas consideraciones subjetivas y objetivas, cuál debe ser el reproche concreto que  la  ley  concede  al  supuesto  enjuiciado.  Se  trata,  pues,  de  un  ejercicio  de discrecional reglada, que debe ser  fundamentadamente explicado en  la propia resolución judicial (...). Su inexistencia no determina la nulidad de la Sentencia con devolución para su explicación por el Tribunal de  instancia, si dentro del marco  de  la  fundamentación  jurídica  o  concordancia  fáctica  de  la  Sentencia existen  elementos de donde  se pueda deducir  tal  individualización,  si quiera sea  implícitamente.  Ello  no  significa,  naturalmente,  que  se  releve  a  los redactores  de  la  Sentencias  penales  de  dedicar  uno  o  varios  apartados  a  tal función, que tiene una suma importancia práctica, ya que la Sala sentenciadora, una vez que razonó sobre la existencia del delito y de su autor, debe acometer la importante misión de atribuir al hecho punible la sanción que el Código penal prevé  en  la medida  que  considere  justa,  o  sea,  legalmente  aplicable  al  caso concreto enjuiciado, haciendo uso razonado de tal discrecionalidad.»2. 

Por  su parte,  la STS de 27 de  septiembre de 2002  (RJ 9241)  recoge  los  cuatro casos en que resulta imprescindible la motivación: a) cuando la pena se exaspera imponiéndola en la mitad superior sin motivación expresa3; b) cuando se hace uso de  la  facultad atribuida por  la  ley para aplicar una pena de grado  superior a  la inicialmente predeterminada  (último párrafo del art. 506 del Código Penal de 1973  o  párrafo  segundo  del  art.  74  del  Código  Penal/1995,  por  ejemplo);  c) 

2 Cfr. las STS de 14 de mayo de 2003 (RJ 5278), 19 de mayo de 2004 (RJ 3302) y 24 de junio de 2005 (RJ 5327). 

3 SSTS de 4 de febrero de 1992 (RJ 1010), 26 de abril de 1995 (RJ 3535), 4 de noviembre de 1996 (RJ 8571) y 25 de junio de 1999 (RJ 5983). 

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9.ª cuando  uno  de  los  autores  de  los  mismos  hechos,  en  quien  no  concurren específicas  circunstancias  de  agravación,  es  sancionado  con  una  pena notoriamente superior a  la de los demás, sin motivo aparente; o d) cuando por unos mismos hechos se impone a varios coautores una pena idéntica, siendo así que en uno de ellos concurre una circunstancia modificativa de la responsabilidad que no  resulta  aplicable  a  los  demás,  existiendo margen  legal  para  valorar  el  efecto atenuatorio o agravatorio de la circunstancia4. 

Las exigencias jurisprudenciales –fundamentadas en la Constitución y las reglas del  art.  66–  se  han  visto  plasmadas  en  la  nueva  redacción  del  art.  72  que establece, con absoluta claridad, que «los  Jueces o Tribunales, en  la aplicación de la pena, con arreglo a las normas contenidas en este capítulo, razonarán en la sentencia el grado y extensión concreta de la impuesta». 

Para la correcta aplicación de las reglas de determinación de la pena, es preciso conocer  en  primer  lugar  las  reglas  aritméticas  comunes. Debe  recordarse,  en este punto, que  con  el  sistema de determinación de  la pena  instaurado  en  el Código penal de 1995, estas reglas son las mismas para la totalidad de las penas existentes. Así, la pena superior en grado se calcula de la misma forma para la pena de prisión,  la pena de  inhabilitación absoluta o especial,  la privación de permisos, las distintas prohibiciones, las multas ordinarias y proporcionales y la localización permanente. Y ello por la razón de que se trata de realizar sencillas operaciones aritméticas sobre unidades (que corresponden a las distintas clases de penas). 

 

II. Reglas aritméticas comunes.‐ 

II.1. Pena superior e inferior en grado.‐ 

De acuerdo con lo dispuesto en el art. 70.1.1ª, la pena superior en grado se forma partiendo de la cifra máxima señalada por la ley para el delito de que se trate y aumentando a ésta la mitad de su cuantía, constituyendo la suma resultante su límite máximo. El  límite mínimo de  la pena superior en grado será el máximo de la pena señalada por la ley para el delito de que se trate, incrementado en un día o en un día multa según la naturaleza de la pena a imponer. El único aspecto novedoso de la reforma de 2003 consiste en el incremento del límite mínimo de la pena inferior en un grado en un día. Y ello es correcto, en la medida que, con la  anterior  redacción,  no  era posible  conocer  si, por  ejemplo,  la pena de  tres años de prisión por un tráfico de drogas era el máximo de la señalada para las 

4 SSTS de 3 de octubre de 1997 (RJ 6999) y de 22 de noviembre de 2000 (RJ 8945). 

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9.ªsustancias que no causan grave daño a la salud o el mínimo de las que sí causan grave daño.5 

Ejemplos:  

1º) Pena superior en grado a la pena de dos a cinco años de prisión: pena de cinco años y un día a siete años y seis meses de prisión. 

7 años y seis meses     

                Pena superior en grado 

5 años   

 

                Pena tipo 

2 años 

2º) Pena superior en grado a la pena de tres a seis meses de multa: pena de seis meses y un día a nueve meses de multa. 

9 meses    

                Pena superior en grado 

6 meses  

                 

Pena tipo 

3 meses 

3º) Pena  superior  en grado a  la pena de  cuatro a ocho años de  inhabilitación especial: pena de ocho años y un día a doce años de inhabilitación. 

12 años    

                Pena superior en grado 

8 años   

                 

Pena tipo 

4 años 

La pena inferior en grado se forma partiendo de la cifra mínima señalada para el delito  de  que  se  trate  y  deduciendo  de  ésta  la  mitad  de  su  cuantía, constituyendo el resultado de tal deducción su límite mínimo. El límite máximo de la pena inferior en grado será el mínimo de la pena señalada por la ley para el  delito  de  que  se  trate,  reducido  en  un  día  o  en  un  día  multa  según  la 

5 La STS de 19 de enero de 1998 (RJ 19) afirma que «sí se desprende claramente del tenor literal del  propio  art.  70  del  nuevo  Código  Penal,  cuando  establece  que  las  penas  superiores  o inferiores en grado se formarán partiendo de las cifras máximas o mínimas señaladas por la Ley para  el  delito  de  que  se  trate,  y  precisamente  estas  cifras  se  integran  en  la  nueva  pena constituyendo  su punto de  arranque o de  llegada  a  su punto máximo, de  tal manera que  el máximo de la pena inferior coincide con el mínimo de la pena superior». 

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9.ª naturaleza de la pena a imponer. Respecto a la reducción del día nos remitimos a las consideraciones efectuadas en el cálculo de la pena inferior en grado.6 

Ejemplos:  

1º) Pena inferior en grado a la pena de dos a cinco años de prisión: pena de uno a dos años menos un día de prisión. 

5 años     

                Pena tipo 

2 años 

                 

Pena inferior en grado 

1 año 

 

2º) Pena inferior en grado a la pena de tres a seis meses de multa: pena de un mes y quince días a tres meses menos un día de multa. 

6 meses  

                Pena tipo 

3 meses 

                 

Pena inferior en grado 

1 mes y 15 días 

 

3º) Pena  inferior  en  grado  a  la pena de  cuatro  a  ocho  años de  inhabilitación especial: pena de dos años a cuatro años menos un día de inhabilitación. 

8 años   

                Pena tipo 

4 años 

                Pena inferior en grado 

2 años 

6 Destaca la STS de 9 de febrero de 1990 (RJ 654) que «se ha abandonado el criterio de establecer un tracto sucesivo entre las diferentes clases de penas privativas de libertad que existían en el antiguo Código, si bien más con un carácter nominal que efectivo. Ahora se sigue el sistema de tramos que confluyen en un determinado punto de llegada o de partida de la pena de prisión. Así  se desprende  claramente del  tenor  literal del propio artículo 70 del nuevo Código Penal, cuando establece que  las penas superiores o  inferiores en grado se  formarán partiendo de  las cifras máximas o mínimas  señaladas por  la  ley para el delito de que  se  trate, y precisamente estas cifras se integran en la nueva pena constituyendo su punto de arranque o de llegada a su punto máximo, de tal manera que el máximo de la pena inferior coincide con el mínimo de la pena superior». 

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9.ªDe  acuerdo  con  lo  dispuesto  en  el  art.  71,  en  la  determinación  de  la  pena inferior  en  grado,  los  Jueces  o  Tribunales  no  están  limitados  por  las  cuantías mínimas señaladas en la ley a cada clase de pena, sino que pueden reducirlas en la forma  que  resulte  de  la  aplicación  de  la  regla  correspondiente,  sin  que  ello suponga  la  degradación  a  falta.  No  obstante,  cuando  por  aplicación  de  las reglas  de  determinación  de  la  pena  proceda  imponer  una  pena  de  prisión inferior a tres meses, ésta será en todo caso sustituida conforme a lo dispuesto en la sección 2ª del capítulo III de este Título, sin perjuicio de la suspensión de la ejecución de la pena en los casos en que proceda.  

II.2. Mitad superior y mitad inferior 

Para la determinación de la mitad superior e inferior el Código penal no recoge ninguna regla especial. La única referencia es la contenida en el art. 70.1.3ª que, a  esos  efectos,  considera  indivisibles  el  día  o  el  día‐multa,  actuando  como unidades penológicas de más o menos, según  los casos. Una sencilla forma de calcular  la mitad de una pena  consiste  en  sumar  el  límite mínimo y  el  límite máximo y dividirlo entre dos. En preciso destacar, además, que en el cálculo de la mitad inferior o superior no debe añadirse el día de la forma en que se hace con la pena superior  o  inferior  en  grado7.  Es  decir,  entre  quince  y  treinta  días  de multa,  la mitad  sería  veintidós  días  y medio.  Por  tanto,  la mitad  inferior  abarcaría  de quince días a veintidós días (unidad penológica de menos) y de veintitrés días (unidad penológica de más) a treinta días8. 

Ejemplos: 

1º) Mitad inferior de la pena de diez a quince años de prisión: de diez a doce años y seis meses de prisión. 

15 años  

                Mitad superior 

12 años y 6 meses 

                 

Mitad inferior 

10 años 

 

 

7  Véase,  en  el  mismo  sentido,  la  Circular  de  la  FGE  2/2004,  de  22  de  diciembre:  «(…)  la inexistencia de previsión  legal expresa unida a  la complicación que para el sistema supondría asumir tal interpretación –que por lo demás no generaría ningún beneficio– ha de llevar a optar por entender que no es precisa la separación formal de mitades dentro del mismo grado». 

8 Cfr., en el mismo sentido, la Circular de la FGE 2/2004, de 22 de diciembre. 

 La determinación de la pena 

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9.ª 2º) Mitad inferior de la pena de tres a nueve meses de multa: de tres a seis meses de multa. 

9 meses 

                Mitad superior 

6 meses 

                 

Mitad inferior 

3 meses 

3º) Mitad superior de la pena de tres años y seis meses a cinco años de prisión: de cuatro años y tres meses a cinco años de prisión. 

5 años 

                Mitad superior 

4 años y 3 meses 

                 

Mitad inferior 

3 años y 6 meses  

4º) Mitad superior de la pena de nueve a doce años de inhabilitación absoluta: de diez años y seis meses a doce años de inhabilitación absoluta. 

12 años 

                Mitad superior 

10 años y 6 meses 

                 

Mitad inferior 

9 años 

En diversas ocasiones es necesario calcular la mitad inferior o superior de una pena inferior o superior en grado. 

Ejemplos: 

1º) Mitad inferior de la pena inferior en grado a la pena de diez a quince años de prisión: de cinco años a siete años y seis meses de prisión. 

    15 años 

                                                 Pena tipo           

    10 años 

 

       

    7 años y 6 meses           Pena inferior en grado 

           

 

    5 años 

Mitad inferior

La determinación de la pena 

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9.ª2º) Mitad superior de la pena superior en grado a la pena de diez a quince años de prisión: de dieciocho años y nueve meses a veintidós años y seis meses de prisión. 

 

22 años y 6 meses 

           

18 años y 9 meses 

                  Pena superior en grado 

       

 

15 años 

           

 

10 años 

 

3º) Mitad superior de la pena inferior en grado a la pena de quince a veinte años de inhabilitación absoluta: de once años y tres meses a quince años menos un día de inhabilitación absoluta. 

20 años 

           

   

15 años  

       

 

11 años y 3 meses             Pena inferior en grado   

     

 

7 años y 6 meses 

4º) Mitad inferior de la pena superior en grado a la pena de dos a cuatro meses de multa: de cuatro meses y un día a cinco meses de multa. 

 

6 meses 

           

   

5 meses     Pena superior en grado 

       

 

4 meses            

 

   

2 meses 

 

En otras, en cambio, será preciso hallar la pena superior o inferior en grado a la mitad inferior o superior de una determinada pena. 

 

Mitad superior

Pena tipo

Pena tipo

Mitad superior

Mitad inferior

Pena tipo

 La determinación de la pena 

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9.ª Ejemplos: 

1º) Pena superior en grado a la mitad superior de la pena de dos a cinco años de prisión: de cinco años y un día a siete años y seis meses de prisión. 

 

7 años y 6 meses 

                

   

5 años  

       

              Mitad superior de la pena de 

3 años y 6 meses          2 a 5 años de prisión     

 

   

2 años 

 

2º) Pena superior en grado a la mitad inferior de la pena de dos a cinco años de prisión: de tres años y seis meses y un día a cinco años y tres meses de prisión. 

5 años y 3 meses 

       

 

3 años y 6 meses           

              Mitad inferior de la pena de 

              2 a 5 años de prisión. 

2 años 

 

3º) Pena inferior en grado a la mitad superior de la pena de dos a cinco años de prisión: de un año y nueve meses a tres años y seis meses menos un día de prisión. 

5 años  

               

              Mitad superior de la pena de 

              2 a 5 años de prisión. 

3 años y 6 meses   

 

 

 

1 año y 9 meses 

 

 

 

 

Pena superior en grado

Pena superior en grado

Pena inferior en grado

La determinación de la pena 

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9.ª4º) Pena inferior en grado a la mitad inferior de la pena de dos a cinco años de prisión: de uno a dos años menos un día de prisión. 

3 años y 6 meses  

               

              Mitad inferior de la pena de 

              2 a 5 años de prisión. 

2 años     

 

 

 

1 año  

 

III. Reglas materiales generales.‐ 

Dispone  el  art.  61  que  cuando  la  ley  establece  una  pena,  se  entiende  que  la impone a los autores de la infracción consumada. Por tanto, la consumación y la autoría son las bases de las que parten las penas que se prevén en los tipos de la parte especial. Así, al castigar con la pena de diez a quince años el homicidio, el Código  penal  parte  de  la  base  del  homicidio  consumado  cometido  por  una persona  a  título  de  autor.  Esto  es  lo  que  podría  denominarse  pena  tipo.  En cualquier caso, en ocasiones no resulta sencillo averiguar  la pena  tipo, ya que para  ello  hay  que  hacer  alguna  de  las  operaciones  descritas  en  el  apartado anterior. 

Ejemplo: 

El robo con uso de armas (art. 242.3) se castiga con la pena del robo básico (art. 242.1) en su mitad superior. De ahí que para conocer la pena del autor del delito consumado de robo con uso de armas sea preciso averiguar  la mitad superior de la pena de dos a cinco años de prisión: de tres años y seis meses a cinco años de prisión. 

5 años  

               

               

 

Pena tipo 

3 años y 6 meses   

 

 

 

2 años 

Por  lo demás, el proceso de determinación de  la pena, pasa por el análisis de cuatro  aspectos:  grado  de  ejecución,  participación,  concurrencia  o  no  de circunstancias especiales y concurrencia o no de circunstancias ordinarias. 

Pena inferior en grado

Mitad superior

 La determinación de la pena 

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9.ª III.1. Grado de ejecución.‐ 

En atención al grado de ejecución, los delitos pueden ser intentados o realizarse únicamente los denominados actos preparatorios. La regla relativa al castigo de la  tentativa  está  en  el  art.  62:  «A  los  autores  de  tentativa  de  delito  se  les impondrá la pena inferior en uno o dos grados a la señalada por la ley para el delito  consumado,  en  la  extensión  que  se  estime  adecuada,  atendiendo  al peligro inherente al intento y al grado de ejecución alcanzado.»9 El problema, en este punto, consiste en decidir qué criterios han de seguirse para rebajar la pena uno o dos grados. La  STS de  28 de marzo de  2004  (RJ  2812),  afirma que  «es doctrina del Tribunal Supremo que caso de encontrarse interrumpidos los actos de  ejecución  se  está  en un  supuesto de  tentativa que  integra  los dos  estadios existentes  en  el  anterior Código  penal  de  tentativa  y  frustración,  debiéndose rebajar  la  pena  en  un  grado  en  caso  de  tentativa  acabada  ‐equivalente  a  la antigua  frustración que  supone  la  realización de  todos  los actos ejecutivos‐, y dos grados en caso de tentativa estricto sensu,  inicio de  los actos de ejecución». Por otro lado, es preciso tener en cuenta que los Jueces y Tribunales sólo están sujetos a las reglas del art. 66 cuando optan por la rebaja en un grado, pudiendo recorrer toda la extensión del grado libremente y sin sujeción a dichas reglas, en el  caso  de  que  hayan  optado  por  la  aplicación  de  la  pena  inferior  en  dos grados.10  

Respecto  a  los  actos  preparatorios  (conspiración,  proposición  y  provocación) hay que destacar que sólo se castigan cuando la ley expresamente lo prevea (art. 17 CP). Y en los diferentes preceptos de la parte especial se castigan con la pena inferior  en  uno  o  dos  grados,  siendo  obligatorio  (dada  la  redacción  de  los artículos) la rebaja en, al menos, un grado.11. 

 

 

 

 

 

9 Cfr., además, las SSTS de 2 de julio de 2001 (RJ 7182), 31 de julio de 2001 (RJ 8336), 26 de abril de 2002 (RJ 4790), 28 de mayo de 2002 (RJ 5476), 30 de mayo de 2002 (RJ 6037), 12 de  julio de 2002 (RJ 7772) y 3 de febrero de 2005 (RJ 2193). 

10 Cfr., entre otras muchas,  las SSTS de 23 de abril de 1998  (RJ 3812), 16 de  julio de 2001  (RJ 7694), 12 de  julio de 2002  (RJ 7772) y 24 de  julio de 2004  (JUR 206536). Esta doctrina ha sido confirmada por el Acuerdo de Pleno no jurisdiccional de la Sala Segunda del Tribunal Supremo de 1 de marzo de 2005. 

11 Véanse los arts. 141, 151, 168, 269, 304, 373, 477, 488, 519, 548, 553, 578, 585 y 615 del CP. 

La determinación de la pena 

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9.ªEjemplos: 

1º) Pena  imponible al autor de un delito de homicidio  (pena de diez a quince años de prisión) en grado de tentativa: pena de dos años y seis meses a cinco años menos un día  (rebajando dos grados) o de cinco años a diez años menos un día de prisión (rebajando un grado). 

15 años  

               

               

               

10 años    

 

              Pena rebajada en un grado 

 

5 años 

 

 

15 años 

                

   

10 años  

       

               

5 años                  

 

              Pena rebajada en dos grados 

2 años y 6 meses 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Pena tipo

Pena tipo

 La determinación de la pena 

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9.ª 2º) Pena imponible al autor de un delito de robo con intimidación (pena de dos a cinco años de prisión) en grado de tentativa: pena de seis meses y un día a un año menos un día (rebajando dos grados) y pena de un año a dos años menos un día de prisión (rebajando un grado). 

5 años  

               

               

               

2 años    

 

              Pena rebajada en un grado 

 

1 año 

 

 

5 años 

                

   

2 años  

       

               

1 año                  

 

              Pena rebajada en dos grados 

6 meses 

 

 

III.2. Formas de participación.‐ 

Hasta las reformas de 2003, la única forma de participación con relevancia para las reglas de  la determinación de  la pena era  la complicidad. Así, el art. 61 ha venido disponiendo que «a  los cómplices de un delito consumado o  intentado se les impondrá la pena inferior en grado a la fijada por la ley para los autores del mismo delito», que no plantea mayores problemas.12 La LO 15/2003, de 25 de  noviembre  introdujo  una  importante  novedad  en  esta materia  (art.  65.3), consistente en la posibilidad que se otorga a los Jueces y Tribunales de aplicar la pena inferior en grado a la señalada por la ley a los cooperadores necesarios y los  inductores  cuando  no  concurran  las  condiciones,  cualidades  o  relaciones personales que fundamentan la culpabilidad del autor.13 

  12 Cfr.  las  SSTS de  8 de  febrero de  1980  (RJ  454),  18 de  septiembre de  1985  (RJ  4410),  16 de octubre de 1989 (RJ 7688), 22 de enero de 1998 (RJ 128) y 22 de julio de 2004 (RJ 6267). 

13 Hasta ahora, el único tratamiento privilegiado que recibían estas figuras era la apreciación de una atenuante por analogía. Al respecto, cfr. por todas la STS de 28 de marzo de 2001 (RJ 751). 

Pena tipo

Pena tipo

La determinación de la pena 

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9.ªEjemplos: 

1º) Pena imponible al cómplice de un delito de lesiones del art. 150 (pena de tres a seis años de prisión): pena de prisión de un año y seis meses a tres años menos un día de prisión. 

6 años  

               

               

               

3 años    

 

              Pena rebajada en un grado 

 

1 año y 6 meses 

 

2º)  Pena  imponible  al  cómplice  de  un  delito  de  homicidio  (pena  de  diez  a quince años de prisión) en grado de tentativa acabada (rebajando un grado): de dos años y seis meses a cinco años menos un día de prisión. 

15 años 

                

   

10 años  

              Pena rebajada un grado 

              por tentativa 

5 años                  

 

              Pena rebajada en otro grado 

2 años y 6 meses            por complicidad 

 

 

III.3. Circunstancias privilegiadas.‐ 

Son aquellas cuya concurrencia permite  reducir  la pena en uno o dos grados, siendo obligatorio la rebaja de, al menos, un grado. En primer lugar, el error de prohibición  vencible;  en  segundo  lugar,  la  concurrencia  de  una  eximente incompleta y, en tercer lugar, la concurrencia de dos o más atenuantes ordinarias o una o más muy cualificadas y ninguna agravante (art. 66.2ª). 

Error de prohibición vencible. De acuerdo con lo dispuesto en el art. 14.3, el error invencible sobre la ilicitud del hecho constitutivo de la infracción penal excluye la  responsabilidad  criminal.  Si  el  error  fuera  vencible,  se  aplicará  la  pena inferior en uno o dos grados. Al  igual que sucede con  la  tentativa y  los actos preparatorios, debe destacarse  la obligatoriedad de  la  rebaja, al menos, de un grado y la no vinculación de las regla del art. 66 si el Juez o Tribunal opta por la rebaja en dos grados. 

Pena tipo

Pena tipo

 La determinación de la pena 

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9.ª Ejemplos: 

1º) Pena imponible al autor de un delito de tráfico de drogas que causan grave daño a la salud (pena de tres a nueve años de prisión), concurriendo un error de prohibición vencible: pena de un año y seis meses a tres años menos un día de prisión (rebajando un grado) y de nueve meses a un año y seis meses menos un día de prisión (rebajando dos grados). 

9 años  

               

               

               

3 años    

 

              Pena rebajada en un grado 

 

1 año y 6 meses 

 

9 años 

                

   

3 años  

               

               

1 año y 6 meses                  

 

              Pena rebajada en dos grados 

9 meses      

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Pena tipo

Pena tipo

La determinación de la pena 

173 http://www.unav.es/penal/iuspoenale 

9.ª2º) Pena  imponible  al  cómplice de un delito de  tráfico de drogas que  causan grave daño a  la  salud  (pena de  tres a nueve años de prisión)  en  cantidad de notoria  importancia  (pena  superior  en  grado  a  la  anterior),  concurriendo  un error de prohibición vencible: pena de dos  años y  tres meses  a  cuatro  años y  seis meses menos un día de prisión  (rebajando un grado) y de un año, un mes y quince días a dos años y tres meses menos un día de prisión (rebajando dos grados). 

13 años y 6 meses 

           

   

9 años      

             Pena rebajada un grado  

              por complicidad 

4 años y 6 meses           

 

              Pena rebajada un grado  

2 años y 3 meses           por error de proh. venc. 

 

13 años y 6 meses 

           

   

9 años      

             Pena rebajada un grado  

              por complicidad 

4 años y 6 meses           

  Pena rebajada un grado  

              por error de proh. venc. 

2 años y 3 meses            

 

            Pena rebajada dos grados 

1 año, 1 mes y 15 días              por error de proh. venc. 

 

Eximente  incompleta. De  acuerdo  con  lo  dispuesto  en  el  art.  68,  «en  los  casos previstos  en  la  circunstancia  primera  del  artículo  21,  los  jueces  o  tribunales impondrán  la  pena  inferior  en  uno  o  dos  grados  a  la  señalada  por  la  ley, atendidos el número y la entidad de los requisitos que falten o concurran, y las circunstancias personales de su autor, sin perjuicio de la aplicación del artículo 66 del presente Código»14. 

14 El aspecto más novedoso de  la  reforma de 2003  fue  la  sustitución de  la expresión «podrán imponer» de  la anterior redacción por  la de «impondrán». Ciertamente,  la reforma careció de efectos  prácticos  en  la medida  que  el  Tribunal  Supremo  había  concluido  –en  contra  de  la opinión de la Fiscalía General del Estado plasmada en la Consulta nº 1/1997, de 19 de febrero‐ que  la expresión «podrán  imponer» exigía  la  imposición de  la pena  inferior en, al menos, un grado siendo facultativa  la rebaja en dos grados. Así  lo estableció en el Acuerdo del Pleno no jurisdiccional de 23 de marzo de 1998, al que siguieron las SSTS de 23 de diciembre de 1999 (RJ 9437), 25 de septiembre de 2001 (RJ 8094), 20 de octubre de 2001 (RJ 9065), 1 de marzo de 2002 (RJ 3915), 15 de abril de 2002 (RJ 4776), 14 de octubre de 2002 (RJ 8892), 10 de febrero de 2003 (RJ 2438), 12 de febrero de 2003 (RJ 2440), 19 de febrero de 2003 (RJ 2444), 9 de mayo de 2003 (RJ 

Pena superior a la de 3 a 9 años

Pena superior a la de 3 a 9 años

 La determinación de la pena 

                                                                                                     http://www.unav.es/penal/iuspoenale  174

9.ª Ejemplos:  

1º) Pena  imponible al autor de un homicidio  (pena de diez a quince años de prisión) concurriendo  la eximente  incompleta de estado de necesidad: de cinco años  a diez  años menos un día de prisión  (bajando un grado) y de dos  años y  seis meses a cinco años menos un día de prisión (bajando dos grados). 

 

15 años  

               

               

10 años           

                        Pena rebajada en un grado 

 

5 años             

 

15 años 

           

   

10 años      

              

               

5 años             

 

              Pena rebajada dos grados  

2 años y 6 meses           . 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

5268), 17 de septiembre de 2003 (RJ 6992), 17 de octubre de 2003 (RJ 7640) y 6 de mayo de 2004 (RJ 3052). 

Pena tipo

Pena tipo

La determinación de la pena 

175 http://www.unav.es/penal/iuspoenale 

9.ª2º) Pena imponible al autor de un delito de asesinato (pena de quince a veinte años de prisión) concurriendo la eximente incompleta de anomalía o alteración psíquica: de siete años y seis meses a quince años menos un día de prisión (bajando un grado) y de tres años y nueve meses a siete años y seis meses menos un día de prisión (bajando dos grados). 

20 años  

               

               

15 años           

                                      Pena rebajada en un grado 

7 años y 6 meses             

 

 

20 años 

           

   

15 años      

              

               

7 años y 6 meses             

 

             Pena rebajada dos grados 

3 años y 9 meses. 

Para  la  concurrencia de  eximentes  incompletas  y  circunstancias  ordinarias  la doctrina del Tribunal Supremo ha desarrollado una especie de subreglas.  

Primera:  si  el  Juez  o  Tribunal  opta  por  la  rebaja  en  un  grado  debe  tener  en cuenta  las circunstancias atenuantes o agravantes, mientras que si opta por  la rebaja en dos grados, puede recorrer todo el grado sin sujeción al resto de reglas del  art.  66.15 Esta  subregla ha quedado  recogida  en  el  art.  66.8ª:  «Cuando  los jueces o tribunales apliquen la pena inferior en más de un grado podrán hacerlo en toda su extensión». 

Segunda:  rebajando  la  pena  un  grado  y  concurriendo  una  agravante,  puede 

aplicar la mitad inferior.16 Esto no significa, por supuesto, que rebajando la pena  15 Cfr. la STS de 5 de noviembre de 1996 (RJ 8049). 

16 Cfr.  la STS de 22 de  enero de 1996  (RJ 10): «al  juzgador  se  le  reconoce para optar  entre  la bajada  de  uno  o  dos  grados,  de  modo  que,  si  conforme  a  tal  facultad,  concurriendo  una circunstancia agravante, como es el caso, tenía posibilidad de imponer entre 2 meses y 1 día y 6 meses de arresto mayor (de haber optado por bajar dos grados) y también la de sancionar con otra pena que abarca entre 2 años y 4 meses y 1 día y 6 años de prisión menor (bajando un solo grado), sería contrario a las más elementales reglas del sentido común no reconocer que la ley en estos casos también le autoriza a castigar con alguna de las penas intermedias comprendidas entre aquellas otras.» Esto,  trasladado a nuestro actual  sistema de penas  sería así:  si un  Juez puede aplicar  la mitad superior de  la pena  inferior en dos grados, resulta absurdo obligarle a aplicar  la mitad  suprior, para  el  caso de que opte por  rebajar un grado, debiendo por  tanto reconocérsele la posibilidad de aplicar el tramo intermedio, esto es, la mitad inferior de la pena inferior en un grado. 

Pena tipo

Pena tipo

 La determinación de la pena 

                                                                                                     http://www.unav.es/penal/iuspoenale  176

9.ª en un grado y concurriendo una agravante, no pueda imponerse la pena en su 

mitad superior.17 

Tercera:  concurriendo  dos  eximentes  incompletas  y  dos  atenuantes  no  ha  de 

imponerse  la pena  inferior en  tres grados  si no que procede  imponer  la pena 

inferior en dos grados18. 

Ejemplos:  

1º) Pena  imponible al autor de un delito de homicidio  (pena de diez a quince 

años de prisión) concurriendo la eximente incompleta de legítima defensa y la 

circunstancia  agravante  de  reincidencia:  al  concurrir  una  agravante  no  cabe 

aplicar la pena en su mitad inferior, por lo que abarcará desde tres años y nueve 

meses  (límite mínimo de  la mitad  superior de  la pena  inferior  en dos grados) 

hasta diez años menos un día de prisión (límite máximo de la mitad superior de la 

pena inferior en un grado). 

 

 

 

 

 

17 Al respecto, cfr.  la STS de 23 de diciembre de 1999  (RJ 9437): «Esta Sala Segunda considera que  la disposición aplicable en estos casos es el art. 68 CP, degradándose obligatoriamente  la pena  señalada por  la Ley en un grado y  conservando  el  juzgador  la  facultad discrecional de ampliar  la  rebaja  penológica  en  otro  grado más,  con  la  exigible motivación  razonada  de  la decisión  que  se  adopte  y,  sobre  la  pena  resultante,  tomar  en  consideración  el  resto  de  las circunstancias  agravantes  o  atenuantes  ordinarias  concurrentes  para  individualizar definitivamente  la  sanción.  Entendemos  que  éste  es  el  criterio  legalmente  correcto  por  las siguientes  razones:  la  doctrina  científica  y  la  jurisprudencia  de  esta  Sala  han  puesto  de manifiesto  la  correlación  existente  entre  la  regla  4ª  del  art.  66  y  el  art.  68 CP,  en  cuanto  la primera contempla específicamente la presencia de una atenuante muy cualificada y la segunda la de una eximente incompleta; esta correlación se acentúa cuando advertimos que el nuevo CP ha suprimido del texto de la regla 4ª del art. 66 la expresión «no concurra agravante alguna» que se  contenía  en  el derogado  art.  61.5ª, de manera que  la degradación penológica del  art.  66.4 vigente no está condicionada por la necesidad de que junto a la atenuante muy cualificada, no concurra ninguna agravante, sino que pueden coexistir ambas, que es lo mismo que se previene en el art. 68 cuando se trate de la concurrencia de eximente incompleta. Partiendo de esta base, es de significar que la doctrina de esta Sala ha consolidado el criterio de que la regla 4ª del art. 66 establece el carácter preceptivo de la rebaja en un grado y facultativo en dos (véanse, entre otras, las SSTS de 10 de junio y 17 de noviembre de 1997 [RJ 4672 y 8052], y 15 de enero y 14 de abril de 1998 [RJ 66 y 4026]), y que esta interpretación debe extenderse a la aplicación del art. 68 vigente, al tratarse de supuestos de armónica equivalencia al contemplado en el art. 66.4ª (…)». 

18 Cfr. la STS de 12 de febrero de 2003 (RJ 2440). No obstante, la Circular de la FGE 2/2004, de 22 de diciembre considera que «una vez aplicado el art. 68 y rebajada la pena en uno o dos grados, podrá volverse a rebajar en grado si concurren dos o más atenuantes o una muy cualificada y no concurren agravantes (…)». 

La determinación de la pena 

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9.ª15 años 

           

     

10 años      

             Mitad superior de la pena 

              inferior en un grado 

7 años y 6 meses           

    

             Extensión “lógica”  

5 años            

           Mitad superior de la pena 

            inferior en dos grados   

3 años y 9 meses               

 

 

2 años y 6 meses 

 

2º) Pena  imponible al mismo autor  con  la misma  eximente y  concurriendo  la atenuante de reparación: al concurrir una atenuante no cabe aplicar la pena en su mitad superior, por  lo que abarcará desde  los dos años y  seis meses de prisión (límite mínimo de la mitad inferior de la pena inferior en dos grados) hasta  los siete años y seis meses (límite máximo de la mitad inferior de la pena inferior en un grado). 

15 años 

           

   

10 años      

              

              

7 años y 6 meses           

   Mitad inferior de la pena 

               inferior en un grado 

5 años            

             Extensión “lógica” 

              

3 años y 9 meses               

           Mitad inferior de la pena    

           inferior en dos grados 

2 años y 6 meses 

 

Dos o más atenuantes ordinarias y ninguna agravante. Dispone la regla 2ª del art. 66 que  «cuando  concurran  dos  o más  circunstancias  atenuantes,  o  una  o  varias muy cualificadas, y no concurra agravante alguna, aplicarán la pena inferior en uno o dos grados a  la establecida por  la  ley, atendidos el número y  la entidad de dichas circunstancias atenuantes». Esta sí que es una novedad  relevante, ya que hasta ahora, la regla se refería a la concurrencia de dos o más atenuantes o 

Pena tipo

Pena tipo

 La determinación de la pena 

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9.ª una muy  cualificada,  sin  exigir que, para  la  rebaja  en grado, no  concurrieran agravantes. Por esa  razón el Tribunal Supremo decidió aplicar a este  caso  las mismas consecuencias penológicas que a las eximentes incompletas. 

Ejemplo: 

Pena  imponible  al  cómplice  de  un  delito  de  asesinato,  concurriendo  dos atenuantes y ninguna agravante: la pena para el cómplice (rebaja en un grado) abarca desde siete años y seis meses hasta quince años menos un día de prisión. A partir de ahí se debe rebajar la pena en uno o dos grados, por lo que la nueva pena será de un año, diez meses y quince días hasta tres años y nueve meses de prisión menos un día (bajando dos grados) y desde tres años y nueve meses hasta siete años y seis meses menos un día de prisión (bajando un solo grado). 

 

20 años 

           

   

15 años      

             Pena rebajada un grado  

              por complicidad 

7 años y 6 meses           

  Pena rebajada un grado  

              por dos atenuantes 

3 años y 9 meses            

 

            Pena rebajada otro grado 

1 año, 10 meses y 15 días         por dos atenuantes 

 

III.4. Circunstancias ordinarias.‐ 

Las  circunstancias  ordinarias  son  las  comúnmente  conocidas  como circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal (arts. 21, 22 y 23 del Código).  Sólo  son  aplicables  estas  reglas  en  el  caso  de  los  delitos  dolosos  y responden a la necesidad de distinguir las diferentes variables que surgen de la combinación de la concurrencia o no de atenuantes y/o agravantes y se recogen en el art. 66. 

1ª) Cuando concurra sólo una circunstancia atenuante, aplicarán  la pena en  la mitad inferior de la que fije la ley para el delito (art. 66.1ª)19. 

 

 

19 Cfr. las SSTS de 4 de octubre de 2001 (RJ 8728) y 25 de octubre de 2001 (RJ 9223). 

Pena tipo

La determinación de la pena 

179 http://www.unav.es/penal/iuspoenale 

9.ªEjemplos:  

Pena  imponible al autor de un delito de robo con  intimidación (pena de dos a cinco años de prisión), concurriendo la atenuante de drogadicción: de dos años a tres años y seis meses de prisión. 

5años  

               

               

3 años y 6 meses           

                                       

 

2 años             

 

Pena  imponible al cómplice de un delito de homicidio  (pena de diez a quince años de prisión),  concurriendo  la  atenuante de  confesión:  de  cinco  años  a  siete años y seis meses de prisión. 

 

15 años  

           

   

10 años      

               

               

7 años y 6 meses         Pena rebajada un grado   

              por complicidad 

 

5 años 

 

2ª) Cuando  concurra  sólo  una  o  dos  circunstancias  agravantes20,  aplicarán  la pena en la mitad superior de la que fije la ley para el delito (art. 66.3ª)21. 

Ejemplos:  

Pena  imponible al autor de un delito de robo con  intimidación (pena de dos a cinco  años  de  prisión)  y  uso  de  armas  (mitad  superior  de  la  pena  anterior), concurriendo la agravante de reincidencia: partimos de la mitad superior de la pena de dos años a cinco años de prisión, es decir, de  tres años y seis a cinco años de prisión y calculamos la mitad superior: de cuatro años y tres meses a cinco años de prisión. 

20 Aunque no se exija expresamente, esta regla no será aplicable si concurre una atenuante, ya que estaríamos ante el presupuesto fáctico de la regla 7ª del art. 66. 

21 Cfr. las SSTS de 29 de diciembre 1997 (RJ 9098), 18 de mayo de 2001 (RJ 5517), 11 de marzo de 2002 (RJ 3399) y 11 de abril de 2002 (RJ 5279). 

Mitad inferior

Pena tipo

Mitad inferior

 La determinación de la pena 

                                                                                                     http://www.unav.es/penal/iuspoenale  180

9.ª 5 años  

           

              Pena para el robo con uso 

4 años y 3 meses          de armas 

               

               

3 años y 6 meses                            

 

 

2 años             

 

Pena  imponible al cómplice de un delito de tráfico de drogas que causa grave daño a  la salud  (pena de  tres a nueve años de prisión) en cantidad de notoria importancia  (pena  superior  en  grado  a  la  pena  anterior),  concurriendo  la agravante de reincidencia: de seis años y nueve meses a nueve años menos un día. 

 

13 años y 6 meses  

           

               

9 años              

               

               

6 años y 9 meses           Pena rebajada en un grado 

                  por complicidad 

 

4 años y 6 meses             

 

3ª)  Cuando  concurran más  de  dos  circunstancias  agravantes  y  no  concurra atenuante alguna22, podrán aplicar  la pena  superior  en grado a  la  establecida por la ley, en su mitad inferior (art. 66.4ª). Es importante destacar, en esta regla, que  el  legislador  emplea  la  expresión  «podrán  aplicar»,  lo  cual  excluye  su aplicación obligatoria y resulta reforzado el deber de motivar, en el sentido que hemos visto. 

Ejemplos: 

Pena  imponible al autor de un delito de asesinato  (prisión de quince a veinte años),  concurriendo  las  agravantes  de  disfraz,  reincidencia  y  abuso  de superioridad:  la  pena  superior  en  grado  a  la  del  delito  de  asesinato  abarca desde veinte años y un día hasta treinta años de prisión. Como no cabe rebasar 

22 Si concurrieran dos o más agravantes y una atenuante estaríamos ante el presupuesto fáctico del art. 66.7ª, por lo que procede la compensación y determinación de si, en su caso, concurre un fundamento cualificado de agravación. 

Mitad superior

Mitad superior

La determinación de la pena 

181 http://www.unav.es/penal/iuspoenale 

9.ªla mitad inferior, la pena imponible es de veinte años y un día a veinticinco años de prisión. 

30 años 

           

   

25 años             Pena superior en grado 

 

 

20 años            

   

  Mitad superior de la 

  pena tipo23  

  17 años y 6 meses        

            

 

  15 años           

Pena  imponible al autor de un delito de robo con  intimidación (pena de dos a cinco años de prisión) concurriendo tres agravantes: la pena superior en grado al delito de robo con intimidación abarca desde cinco años y un día hasta siete años y seis meses de prisión. Como no cabe rebasar  la mitad  inferior,  la pena imponible es de cinco años y un día a seis años y tres meses.  

 

7 años y 6 meses 

           

   

6 años y 3 meses           Pena superior en grado 

 

 

5 años            

   

  Mitad superior de la 

  pena tipo24  

  3 años y 6 meses        

            

 

  2 años            

4ª)  Cuando  concurra  la  circunstancia  agravante  de  reincidencia  con  la cualificación  de  que  el  culpable  al  delinquir  hubiera  sido  condenado ejecutoriamente, al menos, por tres delitos comprendidos en el mismo título de este Código, siempre que sean de la misma naturaleza, podrán aplicar la pena superior en grado a la prevista por la ley para el delito de que se trate, teniendo 

23 Que habría de ser aplicada, en todo caso, si el Juez o Tribunal no hace uso de la facultad de imponer la pena hasta la mitad inferior de la pena superior en grado. 

24 Que habría de ser aplicada, en todo caso, si el Juez o Tribunal no hace uso de la facultad de imponer la pena hasta la en mitad inferior de la pena superior en grado. 

Mitad inferior

Mitad inferior

 La determinación de la pena 

                                                                                                     http://www.unav.es/penal/iuspoenale  182

9.ª en  cuenta  las  condenas  precedentes,  así  como  la  gravedad  del  nuevo  delito cometido. A los efectos de esta regla no se computarán los antecedentes penales cancelados o que debieran serlo (art. 66.5ª).  

Se recupera por el legislador la antigua figura de la multirreincidencia que fue derogada 

por la reforma de 1983. Dos aspectos son destacables. En primer lugar, que el carácter de la 

aplicación de  la pena  superior en grado es  facultativo  («podrán aplicar») y, en  segundo 

lugar, la existencia de dos criterios que han de ser valorados para la aplicación de la pena: 

la gravedad del hecho  (del nuevo delito y no de  los anteriores) así  como  las condenas 

precedentes, siendo lógico pensar que éste ha de venir referido tanto a la gravedad de los 

hechos  que motivaron  las  condenas,  como  al  número  de  estas.  Es  de  esperar  que  el 

Tribunal  Supremo  no  recupere  la  antigua doctrina  sobre  el  acceso  a  la  casación de  la 

impugnación del  ejercicio de  los Tribunales de  la potestad  en  la  aplicación de  la pena 

superior en grado25, máxime si se siguen los actuales postulados sobre la motivación de 

las penas.  

Respecto  a  los  criterios  para  determinar  si  nos  hallamos  ante  delitos  de  la  misma 

naturaleza, deben ser aplicados  los mismos que ha desarrollado el Tribunal Supremo a 

propósito de la agravante de reincidencia (art. 22.8ª). Para el caso de que el Tribunal no 

haga uso de la facultad concedida, debe aplicarse la pena, al menos, en la mitad superior, 

ya que concurre una agravante.  

El principal problema que se va a plantear con esta regla es qué hacer cuando junto a la 

multirreincidencia,  concurra  una  circunstancia  atenuante  (y  la  grave  adicción  a  las 

drogas, será muy frecuente), ya que a diferencia de lo que sucede, por ejemplo, en la regla 

4ª  del  art.  66,  no  se  exige  como  presupuesto  fáctico  de  la  aplicación,  la  ausencia  de 

atenuantes. A priori hay dos soluciones. La primera consistiría en aplicar primero la regla 

5ª del art. 66 subiendo la pena en un grado y aplicar la mitad inferior por concurrir una 

atenuante. Sería algo parecido a lo que se hace con la eximente incompleta y la presencia 

de una agravante pero a la inversa. En contra de esta solución, hay que argüir el carácter 

facultativo  de  la  subida  en  grado,  frente  al  obligatorio  de  la  rebaja  en  el  caso  de  la 

eximente incompleta. La concurrencia de la atenuante limitaría la pena superior hasta la 

mitad  inferior  de  la misma.  La  otra  solución  consiste  en  considerar  que,  en  tal  caso, 

estamos ante el presupuesto  fáctico del art. 66.7ª, esto es, concurrencia de atenuantes y 

25 Así se podía leer en la antigua Sentencia de 30 de mayo de 1983 (RJ 2797) «que atendiendo a su  planteamiento  formal  el  recurso  podría  ser  desestimado  exponiendo  simplemente  que  la regla 6.ª del art. 61 concede a  los Tribunales de  instancia una facultad discrecional  ‐«se podrá aplicar  la  pena  superior  en  grado»‐  que  está  sustraída  a  la  revisión  casacional  cuando  se  ha impuesto la pena, en este caso la de multa, dentro del grado superior, correctamente formado con sujeción a las normas del art. 76 del Código; empero, no elude esta Sala el tema sustancial planteado en la fundamentación del recurso, para afirmar la concurrencia de los requisitos de la agravante  aplicada,  como  son  la  preexistencia  de  condenas  plurales  por  delitos,  no  sólo pertenecientes al mismo Título del Código, sino de  la misma naturaleza  ‐emisión de cheques desprovistos‐,  habiendo  determinado  una  de  ellas  la  estimación  formal  de  la  reincidencia, siendo irrelevante en este caso la fecha o data de las sentencias anteriores porque consta que el hecho  enjuiciado  tuvo  lugar  el  10  enero  1977, y  en  la S. de  19  junio  1975 ya  se  apreciaba  la reincidencia, irrelevancia que se extiende al dato de la cuantía y de las penas impuestas, dada la naturaleza  delictiva  de  los  hechos  precedentes  a  que  antes  se  hizo mérito;  procede,  por  lo expuesto, rechazar el recurso, cuyo único motivo ha sido planteado por la vía del art. 849‐1.º de la L. E. Crim. 

La determinación de la pena 

183 http://www.unav.es/penal/iuspoenale 

9.ªagravantes,  por  lo  que  procedería  la  valoración  y  compensación  entre  ellas  y  la 

aplicación,  en  su  caso,  de  la mitad  superior  si  se  entendiera  que  hay  un  fundamento 

cualificado  de  agravación.  Cabría  objetar  que  el  legislador,  debiera  haber  incluido 

expresamente la expresión «no concurriendo ninguna atenuante».  

Ejemplos: 

Pena  imponible al autor de un delito de robo con  intimidación (pena de dos a cinco años de prisión) concurriendo multirreincidencia: de tres años y seis meses a siete años y seis meses de prisión. 

7 años y 6 meses     

              Pena superior en grado 

               

5 años            

  Mitad superior de la   

              pena tipo26 

            

3 años y 6 meses  

             

              

2 años 

 

Pena imponible al autor de un delito de asesinato (pena de quince a veinte años de prisión) concurriendo multirreincidencia y la atenuante de grave adicción a las  drogas:  de  aplicarse  la  primera  de  las  soluciones  propuestas,  se  calcula primero  la pena superior en grado y se  limita a  la mitad  inferior, de  la misma forma que sucede en el caso previsto en el art. 66.4ª, esto es, de veinte años y un día a veinticinco años de prisión. 

30 años 

           

   

25 años            Pena superior en grado   

              

               

20 años            

    

              

15 años            

5ª) Cuando no concurran atenuantes ni agravantes aplicarán la pena establecida por  la  ley para  el delito  cometido,  en  la  extensión que  estimen  adecuada,  en atención a  las circunstancias personales del delincuente y a  la mayor o menor gravedad del hecho (art. 66.6ª). 

26 Que habría de ser aplicada, en todo caso, si el Juez o Tribunal no hace uso de la facultad de imponer la pena superior en grado. 

Mitad inferior

 La determinación de la pena 

                                                                                                     http://www.unav.es/penal/iuspoenale  184

9.ª Esta  regla  no  plantea  ningún  problema  desde  el  punto  de  vista  de  las  operaciones 

aritméticas.  Conviene  destacar  que  esta  es  una  de  las  reglas  en  las  que  el  Tribunal 

Supremo viene exigiendo el refuerzo de  la motivación. Así, señala  la Sentencia de 9 de 

octubre de 2003 (RJ 7464), que «evidentemente, la gravedad del hecho a que se refiere este 

precepto  no  es  la  gravedad  del  delito,  toda  vez  que  esta  «gravedad»  habrá  sido  ya 

contemplada por  el  legislador para  fijar  la banda  cuantitativa penal que  atribuye  a  tal 

delito. Se  refiere  la  ley a aquellas  circunstancias  fácticas que el  Juzgador ha de valorar 

para  determinar  la  pena  y  que  sean  concomitantes  del  supuesto  concreto  que  está 

juzgando; estos elementos serán de todo orden, marcando el concreto reproche penal que 

se  estima  adecuado  imponer.  Las  circunstancias  personales  del  delincuente  son  aquellos 

rasgos  de  su  personalidad  delictiva  que  configuran  igualmente  esos  elementos 

diferenciales para efectuar tal individualización penológica. Ni en uno ni en otro caso se 

trata de circunstancias modificativas de  la responsabilidad criminal, ya que, en tal caso, 

su  integración  penológica  se  produce  no  como  consecuencia  de  esta  (antigua)  regla 

primera del art. 66, sino de las restantes reglas. Aquí el legislador permite al juez recorrer 

toda la banda punitiva, pero argumentando en base a dichas consideraciones subjetivas y 

objetivas, cuál debe ser el reproche concreto que la ley concede al supuesto enjuiciado. Se 

trata,  pues,  de  un  ejercicio  de  discrecional  reglada,  que  debe  ser  fundamentadamente 

explicado en la propia resolución judicial, y controlable en casación, por la vía de la pura 

infracción de  ley  (art. 849‐1º de  la Ley de Enjuiciamiento Criminal). Su  inexistencia no 

determina la nulidad de la Sentencia con devolución para su explicación por el Tribunal 

de instancia, si dentro del marco de la fundamentación jurídica o concordancia fáctica de 

la Sentencia existen elementos de donde se pueda deducir tal individualización, si quiera 

sea implícitamente. Ello no significa, naturalmente, que se releve de los redactores de la 

Sentencias penales de dedicar uno o varios apartados a tal función, que tiene una suma 

importancia práctica, ya que la Sala sentenciadora, una vez que razonó sobre la existencia 

del delito y de su autor, debe acometer la importante misión de atribuir al hecho punible 

la sanción que el Código penal prevé en la medida que considere justa, o sea, legalmente 

aplicable al caso concreto enjuiciado, haciendo uso razonado de tal discrecionalidad. En 

la Sentencia de instancia, en el octavo de sus fundamentos jurídicos, únicamente se toma 

en  consideración  «la  evidente  gravedad  de  los  hechos»  para  imponer  al  acusado 

Bernardo la pena de ocho años de prisión y multa de veinte meses. Nada se expone de la 

concurrencia  de  circunstancias  modificativas  de  la  responsabilidad  penal,  nada  se 

especifica acerca de la gravedad del hecho enjuiciado, salvo el propio enunciado, lo que 

produce en definitiva una pena no  justificada por el Tribunal sentenciador, conforme a 

los  parámetros  legales  que  se  disciplinan  en  la  regla  primera  del  art.  66  del  Código 

penal.»  

6ª) Cuando  concurran  atenuantes  y  agravantes,  las  valorarán  y  compensarán racionalmente para  la  individualización de  la pena. En el caso de persistir un fundamento cualificado de atenuación aplicarán la pena inferior en grado. Si se mantiene  un  fundamento  cualificado  de  agravación,  aplicarán  la  pena  en  su mitad superior (art. 66.7ª). 

La principal novedad de esta  regla es  la  inclusión de  los  fundamentos cualificados  (de 

atenuación y agravación) para el caso de  la concurrencia de circunstancias agravantes y 

atenuantes.  Es  evidente  que  el  legislador  ha  huido  de  las  meras  compensaciones 

aritméticas, por lo que resulta perfectamente posible que, concurriendo una atenuante y 

una  agravante,  el  Juez  o Tribunal  entienda  que  persista  uno  u  otro  fundamento. Más 

La determinación de la pena 

185 http://www.unav.es/penal/iuspoenale 

9.ªdifícil de  justificar resultará considerar  la persistencia de un  fundamento cualificado de 

agravación  si, por  ejemplo,  concurren dos  atenuantes  y una  agravante  y,  a  la  inversa, 

aplicar  el  fundamento  cualificado  de  atenuación  con  dos  agravantes  y  una  atenuante 

ordinaria; no, en cambio, si concurre una atenuante muy cualificada con dos agravantes. 

En cualquier caso, la Jurisprudencia nos ofrecerá criterios para seguir funcionando. 

Ejemplos: 

Pena  imponible  al  autor  de  un  delito  de  estafa  (prisión  de  seis meses  a  tres años), concurriendo las atenuantes de reparación y confesión y la agravante de reincidencia.  Si  se  entendiera  que  persiste  un  fundamento  cualificado  de atenuación, la pena abarcará de tres a seis meses menos un día de prisión. 

 

3 años  

               

               

6 meses           

                          Pena inferior en grado             

 

3 meses             

Pena  imponible  al  cómplice  de  un  delito  de  lesiones  del  art.  149  (pena  de prisión  de  seis  a  doce  años,  concurriendo  las  agravantes  de  reincidencia  y alevosía  y  la  atenuante  de  grave  adicción  a  las  drogas.  Si  se  entendiera  que persiste un  fundamento  cualificado de  agravación,  la pena  abarcará  de  cuatro años y seis meses a seis años menos un día de prisión. 

 

12 años 

           

   

6 años      

              

               

4 años y 6 meses          Pena inferior en grado (cómplice) 

     

    

3 años       

            

 

 

 

 

 

Pena tipo

Mitad superior

 La determinación de la pena 

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9.ª RESUMEN DE LAS REGLAS MATERIALES GENERALES 

Primera regla: a los autores de tentativa, se les impondrá la pena inferior en uno o dos 

grados (art. 62) 

Segunda regla: a  los autores de actos preparatorios punibles se  les  impondrá  la pena 

inferior en uno o dos grados (parte especial). 

Tercera regla: a los cómplices se les impondrá la pena inferior en grado (art. 63). 

Cuarta regla: a los inductores o cooperadores necesarios que no reúnan las cualidades 

exigidas para  fundamentar  la  culpabilidad,  se  les podrá  imponer  la pena  inferior  en 

grado (art. 65.3).  

Quinta  regla: a quien actúe en error de prohibición vencible  se  le  impondrá  la pena 

inferior en uno o dos grados (art. 14.3). 

Sexta regla: a quien se le aprecie una eximente incompleta ha de imponérsele la pena 

inferior en uno o dos grados (art. 68). 

Séptima  regla:  a quien  se  le  aprecien dos o más  atenuantes ordinarias o una o más 

atenuantes muy cualificadas y ninguna agravante ha de  imponérsele  la pena  inferior 

en uno o dos grados (art. 66.2ª). 

Octava regla: cuando concurra sólo una circunstancia atenuante, aplicarán  la pena en 

la mitad inferior (art. 66.1ª). 

Novena regla: cuando concurra sólo una o dos circunstancias agravantes, aplicarán la 

pena en la mitad superior (art. 66.3ª). 

Décima regla: cuando concurran más de dos circunstancias agravantes y no concurra 

atenuante alguna, podrán aplicar la pena superior en grado a la establecida por la ley, 

en su mitad inferior (art. 66.4ª). 

Undécima  regla:  cuando  concurra  la  circunstancia  agravante  de  reincidencia  con  la 

cualificación de que el culpable al delinquir hubiera sido condenado ejecutoriamente, 

al menos, por  tres delitos  comprendidos en el mismo  título de este Código,  siempre 

que sean de la misma naturaleza, podrán aplicar la pena superior en grado (art. 66.5ª). 

Duodécima  regla:  cuando  no  concurran  atenuantes  ni  agravantes  aplicarán  la  pena 

establecida por la ley para el delito cometido, en la extensión que estimen adecuada, en 

atención a las circunstancias personales del delincuente y a la mayor o menor gravedad 

del hecho (art. 66.6ª). 

Decimotercera  regla:  cuando  concurran  atenuantes  y  agravantes,  las  valorarán  y 

compensarán  racionalmente  para  la  individualización  de  la  pena.  En  el  caso  de 

persistir un fundamento cualificado de atenuación aplicarán la pena inferior en grado. 

Si se mantiene un fundamento cualificado de agravación, aplicarán la pena en su mitad 

superior (art. 66.7ª). 

La determinación de la pena 

187 http://www.unav.es/penal/iuspoenale 

9.ªIV. Reglas materiales específicas.‐ 

IV.1. Delito continuado.‐ 

El art. 74 del Código penal castiga al que, en ejecución de un plan preconcebido o  aprovechando  idéntica  ocasión,  realice  una  pluralidad  de  acciones  u omisiones  que  ofendan  a  uno  o  varios  sujetos  e  infrinjan  el mismo  precepto penal o preceptos de  igual o semejante naturaleza, como autor de un delito o falta  continuados  con  la  pena  señalada  para  la  infracción más  grave,  que  se impondrá en  su mitad  superior, pudiendo  llegar hasta  la mitad  inferior de  la pena superior en grado. 

Si se trata de infracciones contra el patrimonio, se impondrá la pena teniendo en cuenta  el  perjuicio  total  causado.  En  estas  infracciones  el  Juez  o  Tribunal impondrá,  motivadamente,  la  pena  superior  en  uno  o  dos  grados,  en  la extensión  que  estime  conveniente,  si  el  hecho  revistiere  notoria  gravedad  y hubiere perjudicado a una generalidad de personas. 

El legislador otorga a los Jueces y Tribunales la facultad de ampliar el marco de la pena  imponible hasta  la mitad  inferior de  la pena superior en grado. Pese a que en la anterior regulación, el Código penal empleaba (y lo sigue haciendo) la expresión  «impondrá»,  el Tribunal  Supremo ha venido  estableciendo que,  en los delitos patrimoniales no es obligatoria la imposición de la pena en su mitad superior por  lo que  los  Jueces y Tribunales pueden  recorrer  toda  la extensión típica.  

Con el ejemplo anterior, el autor de un delito continuado de robo con intimidación puede 

ser condenado a una pena de dos años de prisión. En efecto, estima el TS que «el párrafo 

2 de ese art. 74 constituye una norma especial con  relación a  la genérica del párrafo 1, 

sobre  aplicación  de  la  pena  para  las  infracciones  continuadas  de  carácter  patrimonial, 

consistente  en una doble disposición: A)  Suma  total de  las  infracciones parciales para 

obtener la cuantía del delito continuado. B) Pena superior en uno o dos grados cuando el 

hecho revistiere notoria gravedad o hubiere perjudicado a una generalidad de personas. 

Consideramos que estas disposiciones sobre determinación de la pena, especiales para los 

delitos continuados de contenido patrimonial, excluye la aplicación de la norma general 

del párrafo 1 del mismo art. 74 en cuanto que manda aplicar la pena correspondiente en 

su mitad superior. Todo ello para permitir que  la sola naturaleza continuada del delito 

obligue a imponer la sanción en esa mitad superior cuando el criterio primero, según los 

que nos ofrece el art. 249, ha de ser el importe del objeto del delito, en estos casos, el de 

las cantidades  indebidamente apropiadas, ya que puede existir un delito continuado de 

cuantía  pequeña  para  el  cual  esa  mitad  superior  sea  desproporcionada,  lo  que  es 

particularmente grave cuando por ese carácter continuado se ha convertido el hecho en 

delito por haberse sumado cuantías que, aisladas, sólo permitirían condenas por falta al 

no superar las 50.000 ptas. (...)»27. 

27 STS de 7 de mayo de 2002 (RJ 6327). Cfr., además, las SSTS de 13 de febrero de 2001 (RJ 1271), 5 de marzo de 2001 (RJ 1301), 4 de mayo de 2001 (RJ 2109), 23 de julio de 2001 (RJ 6507), 29 de octubre de 2001 (RJ 9087), 19 de abril de 2002 (RJ 6699), 7 de junio de 2002 (RJ 7582), 19 de junio 

 La determinación de la pena 

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9.ª De  ahí  que  pueda  afirmarse  que  existe  una  regla  especial,  según  la  cual, tratándose de delitos  contra  el patrimonio,  se  impondrá  la pena  teniendo  en cuenta  el  perjuicio  total  causado,  pudiéndose  elevar  aquélla  en  uno  o  dos grados,  si  el  hecho  revistiere  notoria  gravedad  y  hubiere  perjudicado  a  una generalidad  de  personas28. Debe  tenerse  presente  que  esta  regla  especial  no excluye la aplicación de la regla general, por lo que en los delitos patrimoniales el cálculo penológico deberá partir, en principio, de la pena señalada por la Ley, en su mitad superior29. No obstante, y como excepción a lo anterior, cuando la continuidad  delictiva  tenga  su  origen  en  la  comisión  de  una  pluralidad  de acciones  u  omisiones  que  individualmente  constituyen  faltas  contra  el patrimonio (por ejemplo, hurto, estafa, daños, etc.), se estimará la existencia de un  delito  continuado  por  el  perjuicio  total  causado,  cuando  éste  excede  de cuatrocientos euros, pero no será de aplicación la regla penológica contenida en el apartado primero del art. 74 CP (mitad superior de la infracción mas grave)30.  

Es  importante destacar, por último, que sobre esta pena base así determinada, operarán las reglas de individualización derivadas del delito específico de que se  trate,  del  concurso  de  delitos,  del  grado  de  ejecución  o  de  las  formas  de participación, tal como señalan las SSTS de 16 de julio de 1992 (RJ 6646), 31 de diciembre de 1997 (RJ 9230), 8 de mayo de 1998 (RJ 3439) y 12 de febrero de 1999 (RJ  855).  Así,  primero  ha  de  calcularse  la  pena  correspondiente  al  delito continuado.  Una  vez  establecido  el  marco,  se  procede,  por  ejemplo,  a  la reducción en un grado para el cómplice, en uno o dos grados si concurre una circunstancia  privilegiada,  aplicándose  finalmente  las  reglas  relativas  a  las circunstancias ordinarias. 

Ejemplo: 

Pena imponible al autor de un delito continuado de robo con intimidación y uso de  armas,  en quien  concurre  la  atenuante de grave  adicción  a  las drogas. En primer  lugar,  calculamos  la pena  tipo,  que  sería de  tres  años  y  seis meses  a cinco años. Al tratarse de un delito continuado, el Tribunal debe hacer uso o no de  la  posibilidad  de  incrementar  la  pena.  Si  la  incrementa,  la  pena correspondiente al delito continuado será de cinco años a seis años y tres meses de  prisión.  En  ese  marco  no  puede  rebasarse  (por  la  atenuante)  la  mitad inferior, por  lo que  la pena  finalmente  imponible  es de  cinco  años  a  cinco  años, siete meses y  quince días de prisión. Si no  la  incrementara,  la pena por  el delito 

de 2002 (RJ 7601), 8 de julio de 2002 (RJ 7643), 11 de julio de 2002 (RJ 7653), 24 de septiembre de 2002 (RJ 8170), 22 de octubre de 2002 (RJ 9708), 1 de marzo de 2004 (RJ 1451) y 29 de marzo de 2004 (RJ 2776). 

28 Cfr. las SSTS de 12 de diciembre de 1981 (RJ 5000) y 17 de marzo de 1998 (RJ 8183). 

29 Cfr. la STS de 31 diciembre 1997 (RJ 9230). 

30 Cfr. las SSTS de 23 de diciembre de 1998 (RJ 9848) y 31 de julio de 2000 (RJ 7480). 

La determinación de la pena 

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9.ªcontinuado es de cuatro años y tres meses a cinco años. Al aplicar la atenuante se reduce de cuatro años y tres meses a cuatro años siete meses y quince días.  

 

7 años y 6 meses 

           

   

6 años y 3 meses     

             Pena resultante haciendo 

             uso de la facultad (Posibilidad 1) 

5 años              

   

              Pena resultante sin hacer 

                       uso de la facultad (Posibilidad 2) 

4 años y 3 meses  

             

              

3 años y 6 meses 

 

 

Posibilidad 1 

 

6 años y 3 meses  

               

               

5 años, 7 meses y 15 días 

                                                

             Mitad inferior 

5 años             

 

 

 

Posibilidad 2 

 

5 años  

               

               

4 años, 7 meses y 15 días 

                                                

             Mitad inferior 

4 años y 3 meses 

 

 La determinación de la pena 

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9.ª IV.2. Concurso ideal.‐ 

En  virtud  de  lo  dispuesto  en  el  art.  77,  tanto  el  concurso  ideal  (un  hecho constituye dos o más  infracciones) como el concurso  real medial  (un delito es medio necesario para la comisión del otro) se castigan de la misma forma: con la infracción más grave en su mitad superior. 

La mitad  superior de  la pena prevista para  la  infracción más grave no pueda exceder de  la que  representa  la  suma de  las que  correspondería  aplicar  si  se penan separadamente las infracciones. Si la pena excede del límite, se castigarán las infracciones por separado.  

El  art.  77 maneja  dos  criterios  respecto  a  la  fijación  de  las  penas. Ordena  la imposición de la pena correspondiente al delito más grave en su grado máximo, hasta  el  límite  que  representa  la  suma  de  las  que  pudieran  imponerse penándolos  separadamente,  de  modo  que  cuando  la  pena  así  computada excede  de  tal  límite  se  sancionarán  los  delitos  por  separado.  Es  decir,  ha  de determinarse,  por  un  lado,  la  suma  de  las  penas  a  imponer  por  separado respecto  de  cada  delito,  y  por  otro  lado  el  grado  máximo  de  la  pena correspondiente al delito más grave de los concurrentes, determinación que en ambos casos ha de hacerse en concreto, esto es, teniendo en cuenta, no sólo  la pena  en  abstracto prevista por  la Ley para  los delitos  correspondientes,  sino también  el  grado  de  ejecución,  la  clase  de  participación  y  las  circunstancias modificativas aplicables a  las  respectivas  infracciones en  el  caso específico de que se trate31 

Determinar cuándo es más favorable el castigo conjunto o por separado dista de ser  sencilla.  Es  preciso  decidir,  en  cada  caso,  de  acuerdo  con  las  concretas circunstancias concurrentes. Sirvan, como ejemplo, dos casos analizados por el Tribunales Supremo.  

El primero lo aborda la STS de 28 de septiembre de 2001 (RJ 8103). El acusado fue condenado, como autor de un delito continuado de falsedad en documento mercantil y otro  también  continuado de  estafa,  en  relación de  concurso  ideal por haber sido el primero medio necesario para la comisión del segundo, sin la concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidad penal, a las penas de un año y nueve meses de prisión y nueve meses de multa por el delito de  falsedad  y  seis  meses  de  prisión  por  el  de  estafa,  habiendo  optado  el Tribunal de instancia, en consecuencia, por la aplicación de la regla establecida en el apartado 3 del art. 77 CP por entender que  la punición por separado de ambas infracciones era más beneficiosa para el acusado que la aplicación de la pena prevista para el delito más grave, en su mitad superior, que establece el apartado 2 del mismo artículo. Nos dice el TS que «del criterio seguido por el 

31 Cfr. la STS de 22 de mayo de 1993 (RJ 4248). 

La determinación de la pena 

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9.ªTribunal  de  instancia  en  la  individualización  de  las  penas  cabe  deducir legítimamente  que,  de  haberse  aplicado  la  regla  del  art.  77.2 CP,  se  hubiese impuesto también el mínimo de la mitad superior de la pena establecida para el delito más grave que es, indiscutiblemente, el de estafa, puesto que la privación de  libertad  con que  se  le  castiga  está  comprendida  entre  seis meses y  cuatro años. El mínimo de la mitad superior de esta pena se encuentra en los dos años y tres meses que es justamente la privación de libertad que le ha sido impuesta al acusado castigando por separado  los dos delitos, en concurso  ideal, por  los que ha  sido condenado. Pero como, de esta  forma,  le ha debido  ser  impuesta también  la  pena  de multa  prevista  para  el  delito  de  falsedad,  se  llega  a  la conclusión de que la aplicación de la regla subsidiaria contenida en el apartado 3 del art. 77 CP no era en este supuesto necesaria, toda vez que la aplicación de la  regla del apartado 2, que  tiene en principio carácter prioritario, no hubiese llevado  a  imponer,  habida  cuenta  de  los  criterios  de  individualización observados en este concreto caso, una pena superior a la resultante de castigar separadamente las infracciones apreciadas en la Sentencia. Es, por el contrario, la punición de los dos delitos por separado lo que ha determinado la imposición de dos años y tres meses de privación de libertad y además una multa de nueve meses».  

La Sentencia TS de 15 de enero de 2004  (RJ 2134),  señala, a propósito de esta cuestión, que  

«el  artículo  77  del  Código  Penal,  al  regular  el  concurso  ideal  establece  una  regla 

penológica  de  carácter  general  al  disponer  que  en  estos  casos  se  aplicará  la  pena 

correspondiente  a  la  infracción más  grave,  en  su mitad  superior. A  renglón  seguido 

establece un límite a la anterior disposición, consistente en que la pena resultante de la 

aplicación de esa regla general no podrá ser superior a la que resultaría de penar ambas 

infracciones  independientemente, en cuyo caso deberán sancionarse por separado. En 

principio se trata de una regla que supone un cierto favorecimiento penológico de  los 

supuestos  de  concurso  ideal  o medial  frente  a  los  del  puro  concurso  real,  pues  no 

permite  la  imposición  separada  de  las  penas  correspondientes  a  cada  delito  en  el 

máximo legal, que en ocasiones pudieran resultar procedentes en función de las reglas 

del artículo 66 del Código Penal, ya que siempre resultaría posible aplicar en esos casos 

la  regla  general  con  carácter  prioritario  sin  infringir  el  límite  que  se  establece  a  la 

misma.  

La  doctrina  de  esta  Sala  ha  entendido  que  para  realizar  los  cálculos  que  resultan 

obligados a consecuencia de esta previsión  legal, debe partirse de  la  individualización 

de la pena para cada uno de los delitos cometidos, de forma que debe tenerse en cuenta 

la pena concreta que correspondería a cada uno de ellos según  los razonamientos del 

Tribunal  en  relación  con  el  caso  enjuiciado,  prescindiendo  de  la  pena  asignada  en 

abstracto por  la Ley. De esta  forma, el Tribunal debe precisar como paso previo cuál 

sería  la  pena  a  imponer  a  cada  delito  separadamente  considerado  en  atención  a  los 

criterios  contenidos  en  los  artículos  61  y  siguientes  del  Código  Penal,  y,  una  vez 

determinada, aplicar las normas especiales del artículo 77, pues no resulta posible saber 

si la pena correspondiente al delito de mayor gravedad en su mitad superior excede o 

 La determinación de la pena 

                                                                                                     http://www.unav.es/penal/iuspoenale  192

9.ª no de las que correspondería aplicar si se penaran separadamente ambos delitos hasta 

que estas últimas no están adecuadamente precisadas en el caso concreto. 

En numerosos casos será posible  llegar a  la misma extensión de pena por ambas vías. 

Pero  resulta exigible un  razonamiento  expreso  sobre  el particular. En  la  sentencia de 

instancia  se  acude  a  la  pena  correspondiente  a  la  infracción más  grave  en  su mitad 

superior, individualizada en el mínimo señalado en nueve años de prisión. Aunque es 

cierto que, como se señala en la sentencia, la compensación de atenuantes y agravantes 

permite al Tribunal recorrer la pena en toda su extensión, conforme al artículo 66.7ª, tras 

la modificación  operada  por  la  Ley Orgánica  11/2003,  coincidente  en  síntesis  con  la 

redacción  del  artículo  66.1ª  anterior,  ello  no  supone  que  tal  posibilidad  no  deba  ser 

razonada en atención a los criterios determinados legalmente, como reiteradamente ha 

establecido esta Sala.  

En el presente caso, el Tribunal ha descrito unos hechos que son graves en sí mismos, 

agravados aun más por el hecho de que el acusado se  introdujo en  la vivienda de  la 

agredida y especialmente por el empleo de una violencia física desproporcionada, que 

ha dado lugar a unas lesiones y secuelas importantes, de carácter físico y psíquico, que 

incluso  podrían  haber  justificado  una  calificación  más  grave  por  parte  de  las 

acusaciones. La pena de nueve años podría haber resultado superada por la suma de las 

sanciones separadas de ambos delitos, concretando la individualización en cada caso en 

una extensión cercana al máximo de la mitad inferior, en atención a los aspectos que se 

acaban  de  resaltar.  Por  ello,  la  aplicación  de  la  regla  general  del  artículo  77  que 

determina la imposición de la pena de nueve años como mínimo de la mitad superior 

de la infracción más grave, tal como ha sido aplicada por el Tribunal no supera el límite 

de la sanción separada, por lo que no infringe las previsiones legales». 

 

V. Concurso real: acumulación material y jurídica.‐ 

V.1. Límites generales.‐ 

Dispone  el  art.  73  que  al  responsable  de  dos  o  más  delitos  o  faltas  se  le impondrán todas las penas correspondientes a las diversas infracciones para su cumplimiento  simultáneo,  si  fuera posible, por  la  naturaleza  y  efectos de  las mismas. Este precepto regula lo que se conoce como acumulación material. Su significado es sumamente sencillo. Toda persona que ha sido condenada a dos o más delitos debe  cumplir,  si es posible,  las penas de  forma  simultánea. En el caso de la pena más frecuente, la prisión, resulta obvio que no resulta posible el cumplimiento simultáneo de dos penas distintas. Así, si alguien es condenado a una pena de  seis  años de prisión  y  a  otra de  nueve  años de prisión,  resulta obvio que no puede cumplir a la vez dichas penas. El cumplimiento simultáneo sólo  es  posible  con  penas  de  diferente  naturaleza.  A  excepción  de  las peculiaridades que hemos visto a propósito de  las penas de prohibición para con  la  víctima  y  su  entorno32,  las  penas  de  diferente  naturaleza  podrán  ser 

32 En las que el cumplimiento, en algunos casos, debe ser sucesivo y no simultaneo. 

La determinación de la pena 

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9.ªcumplidas simultáneamente. Así, la pena de inhabilitación y prisión, la pena de prisión y  la pena de multa,  la pena de multa y suspensión de empleo o cargo público, etc. 

Debido a la imposibilidad de cumplimiento simultáneo de las penas privativas de  libertad,  el  art.  75  dice  que  «cuando  todas  o  algunas  de  las  penas correspondientes  a  las  diversas  infracciones  no  puedan  ser  cumplidas simultáneamente  por  el  condenado,  se  seguirá  el  orden  de  su  respectiva gravedad para su cumplimiento sucesivo, en cuanto sea posible». En el caso de las penas privativas de libertad, la gravedad se determina por su duración.33 

Lo  anterior  es  lo  que  se  conoce  como  acumulación  material.  Es  decir,  el cumplimiento de las penas que resulten de la suma aritmética de las diferentes penas  impuestas.  Atendiendo  exclusivamente  al  art.  75  hay  que  cumplir  la totalidad de las penas impuestas. 

Ejemplo: una persona  es  condenada,  como autor de  seis delitos de  robo, a  la pena de cuatro años de prisión, por cada uno de ellos; como autor de un delito de tráfico de drogas, a la pena de siete años de prisión; como autor de un delito de homicidio en grado de  tentativa, a  la pena de seis años de prisión y, como autor de un delito de  violación,  a  la pena de diez  años de prisión. La  suma aritmética de  las penas  (y, por  tanto,  la pena a cumplir con el art. 75) sería de cuarenta y siete años. 

El Código penal contempla,  sin embargo, una  serie de  límites generales a esa acumulación material. Es  lo que se conoce como  la acumulación  jurídica. Señala el art. 76 que «no obstante  lo dispuesto  en  el artículo anterior,  el máximo de cumplimiento efectivo de  la condena del culpable no podrá exceder del  triple del  tiempo por  el que  se  le  imponga  la más grave de  las penas  en que haya incurrido, declarando extinguidas las que procedan desde que las ya impuestas cubran dicho máximo, que no podrá exceder de veinte años».34 

Para el cálculo del  tiempo de cumplimiento efectivo  (acumulación  jurídica) es preciso realizar una doble operación. En primer lugar, calcular el triple de la más grave y, en  segundo  lugar,  comprobar  si dicha pena excede o no de  los veinte años de prisión. 

Siguiendo con el ejemplo anterior, la persona había sido condenada a penas que sumaban la cantidad de cuarenta y siete años. Aplicando el límite del triple de 

33 Así, si una persona ha sido condenado a una pena de seis años de prisión, otra de ocho años de prisión y una  tercera de dos de prisión, deberá  cumplir  en primer  lugar  la pena de ocho años; en segundo lugar la pena de seis años de prisión y, en tercer lugar, la pena de dos años de prisión. 

34 Véanse  las SSTS de  30 de noviembre de  1996  (RJ  8682),  4 de  julio de  2000  (RJ  6822),  8 de noviembre de 2000 (RJ 8712), 26 de octubre de 2001 (RJ 9620) y 11 de marzo de 2004 (RJ 1326). 

 La determinación de la pena 

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9.ª la más grave  (diez años), el máximo de cumplimiento efectivo será de  treinta años.  Como  quiera  que  treinta  años  es  una  pena  superior  a  veinte  años,  el máximo de cumplimiento efectivo es de veinte años de prisión. 

Supongamos que la persona hubiera sido condenada, por el delito de violación, a  la pena de  seis años y por el delito de  tráfico de drogas a  la pena de  cinco años. La suma aritmética varía en la medida que arroja el resultado de cuarenta y un años de prisión. También cambia el tiempo de cumplimiento efectivo. La pena más grave es, con esta variante del ejemplo, seis años de prisión. Por tanto, el  triple  de  la  pena más  grave  es  dieciocho  años  de  prisión.  En  la  segunda comprobación,  observamos  que  dieciocho  años  de  prisión  son  inferiores  a veinte  años  de  prisión,  por  lo  que  el máximo  de  cumplimiento  efectivo  se concreta en dieciocho años de prisión. 

El  mayor  problema  relacionado  con  la  acumulación  jurídica  se  centra  en determinar qué penas son acumulables y cuáles no. Es decir, se trata de decidir si, por ejemplo, resultan acumulables todas las penas que una persona reciba en su  vida  o,  por  el  contrario,  existen  ciertos  límites  de  carácter  temporal  que impiden  realizar  la  acumulación  jurídica.  De  entrada  la  ausencia  de  límites determinaría que una persona condenada a veinte años de prisión, gozaría de la más absoluta impunidad en la medida que cualquier otro delito que cometiera con  posterioridad  a  la  primera  acumulación  sería  acumulable  a  esta.  Una situación diferente sería la de quien, por ejemplo, ha cometido diversos delitos en un corto período de tiempo (no habiéndosele aplicado el delito continuado) pero  que  tampoco  resultan  juzgados  los  hechos  en  un mismo  proceso,  por diferentes circunstancias,35 pese a que, de acuerdo con  las reglas de conexidad de la Ley de Enjuiciamiento Criminal pudieron haberlo sido. 

Para los mencionados supuestos dispone el párrafo tercero del art. 988 de la Ley de  Enjuiciamiento  Criminal  que  «cuando  el  culpable  de  varias  infracciones penales haya  sido  en distintos procesos que pudieron  ser objeto de uno  sólo, conforme  a  lo  previsto  en  el  artículo  17  de  esta  Ley,  el  Juez  o  Tribunal  que hubiera dictado la última sentencia de oficio, o a instancia del Ministerio Fiscal o  del  condenado,  procederá  a  fijar  el  límite  del  cumplimiento  de  las  penas impuestas conforme a la regla 2ª del artículo 70 del Código penal [actualmente, el artículo 76]».  

El  Tribunal  Supremo  ha  venido  desarrollando  una  completísima  doctrina  en esta materia, que se plasma adecuadamente en su Sentencia de 20 de noviembre de 2002 (RJ 10493):  

«Es doctrina de esta Sala que el procedimiento que establece el artículo 988 de la Ley de 

Enjuiciamiento Criminal ha de ser contemplado desde una perspectiva constitucional36  35 Por ejemplo, que los hechos son cometidos en partidos judiciales distintos. 

36 Cfr. la STS de 24 de noviembre de 1998 (RJ 8984) y la STC 130/1996, de de 9 de julio. 

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9.ªy lo mismo puede afirmarse, en concreto, de la limitación de las penas del artículo 70 ‐

hoy 76 CP vigente‐37, porque puede afectar a derechos fundamentales. Su trascendencia 

explica que el  legislador previera  la posibilidad de recurso de casación en estos casos. 

En los últimos años la jurisprudencia de esta Sala se ha ido matizando gradualmente, en 

un  considerable  y  sostenido  giro,  para  flexibilizar  en  favor  del  reo,  por  razones 

humanitarias, los requisitos establecidos, sobre todo el de conexidad, que además de su 

carácter  procesal,  extraño  a  un  mandato  sustantivo,  no  solo  contradice  el  criterio 

general  del  artículo  76.1  del  Código  Penal  y  su  finalidad  de  evitar  una  excesiva 

prolongación  de  la  privación  de  libertad,  sino  la  propia  finalidad  constitucional  de 

resocialización de las penas consagrado en el artículo 25 de la Constitución Española38, 

aunque  el  precepto  no  genere  un  derecho  fundamental  ni  excluya  otros  fines 

primordiales  de  las  penas.  La  conexión,  más  que  como  requisito  impeditivo,  se 

configura  como una posibilidad de  extender  el  supuesto  contemplado por  el artículo 

988.3º  de  la  Ley  de  Enjuiciamiento  Criminal  ʺdando  prevalencia  a  las  normas 

sustantivasʺ39, por estimarse ʺque lo relevante, más que la analogía o relación entre sí, es 

la conexidad ʺtemporalʺ, es decir que los hechos pudiesen haberse enjuiciado en un solo 

proceso, atendiendo al momento mismo de su comisiónʺ40, lo que constituye exigencia 

legal insoslayable que no puede dejarse al albur de la mayor o menor celeridad de los 

procesos41,  ni mucho menos  indefinidamente  ilimitada  en  el  tiempo  para  evitar  un 

sentimiento de impunidad en el condenado contrario a los fines de prevención especial 

que tienen las penas42, por lo que sólo serían acumulables todas las condenas por delitos 

que  no  estuviesen  ya  sentenciados  en  el momento de  la  comisión del  hecho  que da 

lugar  a  la  última  resolución,  con  independencia de  que  tuviesen  analogía  o  relación 

entre sí, pues todos ellos podrían haber sido enjuiciados en un solo proceso43. 

La  sentencia de  29  de mayo  de  1999  (RJ  3384)  recordaba  a  este  respecto  ʺque  no  se 

puede  acceder  a  una  acumulación  a  ultranza,  cuando  nos  encontremos  con  delitos 

cometidos con posterioridad a  la  firmeza de anteriores  resoluciones, ya que ello sería 

tanto  como  reconocer  a  la  persona  una  especie  de  patrimonio  penitenciario  que  le 

permitiría  cometer  impunemente  toda  clase  de  delitos  en  la  seguridad  de  que  su 

condena  no  se  vería  incrementada,  al  haberse  alcanzado  los  topes  legales  en  las 

impuestas con anterioridadʺ». 

37 Cfr. las SSTC 11/1987, de 30 de enero y 147/1988, de 14 de julio. 

38 Cfr. la STS de 6 de marzo de 1998 (RJ 1775). 

39 Cfr. la STS de 24 de noviembre de 1998 (RJ 8984). 

40 Cfr. la STS de 14 de enero de 1999 (RJ 125). 

41 Cfr. la STS 24 de noviembre de 1998 (RJ 8984). 

42 Cfr. la STS 28 de septiembre de 1998 (RJ 8032). 

43 Cfr.  las SSTS de 14 de enero de 1999 (RJ 125), 26 de enero de 2001 (RJ 1653), 15 de  junio de 2001 (RJ 9973), 2 de julio de 2001 (RJ 7034) y 18 de enero de 2002 (RJ 3063). 

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9.ª  

V.2. Límites especiales.‐ 

Excepcionalmente,  este  límite máximo  de  veinte  años  de  prisión  puede  ser incrementado en las condiciones señaladas en el art. 76, de la siguiente forma:  

1º) Pena de veinticinco años, cuando el sujeto haya sido condenado por dos o más delitos y alguno de ellos esté castigado por la Ley con pena de prisión de hasta veinte años. La expresión «con pena de prisión de hasta veinte años» se refiere a aquellos delitos que, de  forma abstracta,  tengan  la posibilidad de ser castigados con dicha pena.44  

2º) Pena de treinta años, cuando el sujeto haya sido condenado por dos o más delitos y alguno de ellos esté castigado por la Ley con pena de prisión superior a veinte años. 

3º) Pena de cuarenta años, cuando el sujeto haya sido condenado por dos o más delitos y, al menos, dos de ellos estén castigados por la Ley con pena de prisión superior a veinte años. 

4º) Pena de cuarenta años, cuando el sujeto haya sido condenado por dos o más delitos referentes a organizaciones y grupos  terroristas y delitos de  terrorismo del  cap.  VII  del  título  XXII  del  Libro  II  del  Código  y  alguno  de  ellos  esté castigado por la Ley con pena de prisión superior a 20 años. 

La limitación de veinte años se aplicará aunque las penas se hayan impuesto en distintos procesos si los hechos, por su conexión o el momento de su comisión, pudieran haberse enjuiciado en uno solo. 

Ejemplos: 

1º) A una persona le han impuesto las siguientes condenas: dos de seis años de prisión, por dos delitos de detención  ilegal;  tres de cinco años de prisión, por tres delitos de estafa; una de cuatro años de prisión, por un delito de tráfico de drogas; una de diez años de prisión, por un delito de violación y  tres de  seis años, por tres delitos de homicidio en grado de tentativa. 

Suma aritmética: cincuenta y nueve años de prisión.  

Triple de la más grave: treinta años de prisión. 

Cumplimiento efectivo: veinte años de prisión.  

44 Así, el delito de asesinato del art. 139 tiene una pena de hasta veinte años de prisión. No en cambio, el delito de tráfico de drogas del art. 369 o el delito de violación del art. 179. 

La determinación de la pena 

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9.ªComo no hay ninguna pena de hasta veinte años de prisión, no entran en juego ninguno de los límites especiales. 

2º) Una persona es condenada a las siguientes penas: por cinco delitos de robo con violencia, a la pena de tres años de prisión por cada uno de ellos; por cuatro delitos de robo con uso de armas, a la pena de cuatro años de prisión por cada uno de ellos; por dos delitos de hurto, a la pena de un año de prisión por cada uno de ellos; por dos delitos de estafa, a la pena de dos años, por cada uno de ellos. 

Suma aritmética: treinta y siete años de prisión.  

Triple de la más grave: doce años de prisión. 

Cumplimiento efectivo: doce años de prisión.  

Como no hay ninguna pena de hasta veinte años de prisión, no entran en juego ninguno de los límites especiales. 

3º) Una persona  resulta  condenada a  las  siguientes penas: por  tres delitos de robo con violencia, a la pena de cinco años de prisión por cada uno de ellos; por seis delitos de homicidio, a la pena de catorce años de prisión por cada uno de ellos. 

Suma aritmética: noventa y nueve de prisión.  

Triple de la más grave: cuarenta y dos años de prisión. 

Cumplimiento efectivo: veinte años de prisión.  

Como no hay ninguna pena de hasta veinte años de prisión, no entran en juego ninguno de los límites especiales. 

4º) Una persona es  condenada a  las  siguientes penas: quince años de prisión, por  cada  uno  de  los  tres  delitos  de  homicidio;  ocho  años  de  prisión  por  un delito  de malversación  de  causales  públicos,  catorce  años  de  prisión  por  un delito de tráfico de drogas del art. 370. 

Suma aritmética: sesenta y siete años de prisión.  

Triple de la más grave: cuarenta y cinco años de prisión. 

Cumplimiento efectivo: veinte años de prisión.  

Como el art. 370, para las drogas que causan grave daño a la salud, contempla una pena de trece años y seis meses a veinte años y tres meses, entra en juego el primero  de  los  límites  especiales  por  lo  que  el  cumplimiento  efectivo  será  de veinticinco años de prisión. 

5º) Una persona es condenada a las siguientes penas de prisión: veinte años por un delito de asesinato del art. 140; dieciocho años por un delito de asesinato del 

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9.ª art. 139; diez años por un delito de homicidio; ocho años por un delito de tráfico de drogas; seis años por un delito de lesiones; cinco años por un delito de robo y dos años por un delito de hurto. 

Suma aritmética: sesenta y nueve años de prisión.  

Triple de la más grave: sesenta años de prisión. 

Cumplimiento efectivo: veinte años de prisión.  

Como entre  las  impuestas hay una pena superior a veinte años y, además, ha sido condenado a más de dos delitos, entra en  juego el segundo de  los  límites especiales por lo que el cumplimiento efectivo será de treinta años de prisión. 

6º) Una persona es condenada a las siguientes penas: veintitrés años de prisión, por un delito de asesinato; veinte años de prisión por otro delito de asesinato; quince años de prisión por un delito de violación; doce años de prisión, por un delito de  tráfico de drogas; diez años de prisión por un delito de homicidio y nueve años de prisión por un delito de lesiones. 

Suma aritmética: ochenta y nueve años de prisión.  

Triple de la más grave: sesenta y nueve años de prisión. 

Cumplimiento efectivo: veinte años de prisión.  

Como entre las impuestas hay dos penas superiores a veinte años y, además, ha sido  condenado a más de dos delitos,  entra  en  juego  el  tercero de  los  límites especiales por lo que el cumplimiento efectivo será de cuarenta años de prisión. 

La reforma de 2003 introdujo dos nuevos límites a la acumulación  jurídica con un incremento de más del 30% respecto a los existentes. Con independencia de otras  consideraciones,  cabe  criticar  esta  medida  por  su  absoluta  falta  de justificación. Estos  límites especiales se  introdujeron en nuestro ordenamiento jurídico  en  el  año  1996.  Por  tanto,  han  podido  ser  aplicados  a  los  hechos cometidos  con posterioridad  a dicha  fecha. La  eficacia de  los mismos  (desde cualquiera de los fines de la pena que se postule: prevención general o especial) no  hubiera  podido  ser  analizada  hasta  aproximadamente  mediados  de  la década  de  los  años  dos  mil  veinte.  Siendo  esto  algo  indiscutible,  resulta sumamente  sorprendente  la decisión del  incremento de  los  límites  sin  la más mínima base estadística sobre la eficacia de las medidas anteriores. 

V.3. Cumplimiento íntegro de las penas.‐ 

Es preciso distinguir el cumplimiento efectivo de la pena, que deriva, como hemos visto, de los límites propios de la acumulación jurídica, del cumplimiento íntegro. En  efecto, pese  a  que,  en  virtud de  lo dispuesto  en  el  art.  76,  el  sujeto deba cumplir una pena máxima del  triple de  la más  grave, de  veinte,  veinticinco, treinta o cuarenta años de prisión, ello no significa que dicha pena haya de ser 

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9.ªcumplida  íntegramente. A dichos  límites,  como  regla general,  se  les  aplica  el régimen  ordinario  en  materia  de  beneficios  penitenciarios  y  acceso  a  los regímenes abiertos (tercer grado y libertad condicional): cfr. lección 13. 

El legislador de 1995 introdujo en el art. 78 la posibilidad de que los límites de cumplimiento efectivo fueran cumplidos íntegramente por los penados, con las siguientes características: 

En primer lugar, era necesario que, como consecuencia de los límites (generales y especiales) del art. 76, la pena a cumplir fuera inferior a la mitad de la totalidad de las impuestas. Así, cumplirá este requisito quien haya sido condenado a un total de cien años de prisión y el cumplimento efectivo se vea reducido a treinta años de prisión, por que la pena a cumplir (treinta años de prisión) es inferior a la mitad (cincuenta años de prisión) de la totalidad de las penas impuestas (cien años de prisión).  

En segundo  lugar, al cumplimiento  íntegro se  llegaba a  través de computar  los beneficios  penitenciarios  y  el  cómputo  para  la  libertad  condicional  desde  la totalidad de la pena impuesta. En el caso anteriormente expuesto, esto significa que  si  el  condenado  recibe  un  indulto  de  tres  años,  le  restarán  por  cumplir noventa y siete años (y no veintisiete años como sería en el régimen general u ordinario). De  la misma  forma,  la  libertad  condicional  (tres  cuartas partes)  la alcanzará a  los setenta y cinco años. En consecuencia, dicha persona cumplirá efectiva e íntegramente el límite de los treinta años de prisión. 

En tercer lugar, la aplicación de esta medida (aunque concurriera el presupuesto fáctico  descrito  anteriormente)  era  una  facultad  y  no  una  obligación  de  los Jueces y Tribunales. 

En cuarto y último  lugar, en función de  la evolución del tratamiento, el Juez de Vigilancia Penitenciaria, valorando, en su caso, las circunstancias personales del reo,  la  evolución  del  tratamiento  reeducador  y  el  pronóstico  de  reinserción social, podía acordar razonadamente, oído el Ministerio Fiscal, la aplicación del régimen general de cumplimiento. 

En su Sentencia de 6 de febrero de 2001 (RJ 497) el Tribunal Supremo definió al art. 78 como «un mecanismo de corrección de la regla de acumulación  jurídica de  penas  establecido  para  actuaciones  delictivas  de  extrema  gravedad  que atenten contra una pluralidad de bienes  jurídicamente  tutelados, con el  fin de procurar  que  la  aplicación  mecánica  de  dicha  regla  acumulativa  puede desembocar  en una generalizada  conciencia de  impunidad de  las actuaciones criminales que superen el  límite prevenido en el art. 76: es decir que a partir, por ejemplo, de uno o dos homicidios, la privación de la vida de cualquier otra persona  carezca  en  la práctica de  efecto punitivo alguno porque  las primeras agresiones ya han superado el límite legal». Recuerda la Sala Segunda que esta 

 La determinación de la pena 

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9.ª norma «recibió un sentido más en consonancia con los principios generales del Derecho Penal al establecerse como una regla general y no discriminatoria para una tipología de autores», adaptándose «a la función rehabilitadora de la pena mediante el establecimiento de un paliativo consistente en que si a la vista del tratamiento  penitenciario  resultase  procedente  la  superación  de  esta medida especial,  el  Juez  de  Vigilancia  Penitenciaria  valorando  las  circunstancias personales del reo,  la evolución del tratamiento reeducador y el pronóstico de reinserción  social, podrá  acordar  razonadamente,  oído  el Ministerio Fiscal,  la aplicación del  régimen general de cumplimiento». Destaca  la Sentencia que el art.  78  «dispone  que  el  Juez  o Tribunal  “podrá”  acordar, por  lo  que  la  regla tiene carácter potestativo, correspondiendo en exclusiva la competencia para su aplicación al Tribunal sentenciador, que es quien ha podido valorar a través del juicio  oral  la  gravedad  de  los  hechos  y  las  circunstancias  personales  del acusado. Para ello el Tribunal debe en primer lugar constatar la concurrencia de una  circunstancia  objetiva,  que  constituye  un  requisito  necesario  aunque  no suficiente: que el límite del cumplimiento sucesivo de las penas que resulte de aplicar las reglas del art. 76 no alcance el 50% de las impuestas y que debieran ser cumplidas (...) Concurriendo este requisito previo, indispensable, la decisión del Tribunal debe considerar como parámetro legal expreso la peligrosidad del acusado (“atendida la peligrosidad criminal del penado”, dice la Ley)». Señala, además, que en «el debate parlamentario se optó por establecer este parámetro subjetivo como único criterio  legal, prescindiendo de otros parámetros objetivos ajenos a la personalidad del reo, como “la alarma y perturbación social que los hechos  hayan producido”,  que  figuraba  en  los  textos prelegislativos, pues  lo congruente  con  las  finalidades  constitucionalmente  admisibles  de  la  pena  es tomar  en  consideración  a  efectos  de  cumplimiento  este  factor  subjetivo  de peligrosidad puesto de manifiesto  en  la plural  actividad  criminal pero no un factor que es ajeno a  las circunstancias personales del  reo, como el de alarma social.» 

La reforma de 2003 introdujo importantes novedades. Dice, en la actualidad, el art. 78 lo siguiente: 

«1. Si a consecuencia de las limitaciones establecidas en el apartado 1 del artículo 76 la 

pena a cumplir resultase inferior a la mitad de la suma total de las impuestas, el juez o 

tribunal sentenciador podrá acordar que  los beneficios penitenciarios,  los permisos de 

salida,  la  clasificación  en  tercer  grado  y  el  cómputo  de  tiempo  para  la  libertad 

condicional se refieran a la totalidad de las penas impuestas en las sentencias. 

2. Dicho acuerdo será preceptivo en los supuestos previstos en los párrafos a), b), c) y d) 

del apartado 1 del artículo 76 de este Código,  siempre que  la pena a  cumplir  resulte 

inferior a la mitad de la suma total de las impuestas. 

3. En estos casos, el Juez de vigilancia, previo pronóstico individualizado y favorable de 

reinserción  social  y  valorando,  en  su  caso,  las  circunstancias  personales del  reo  y  la 

evolución  del  tratamiento  reeducador,  podrá  acordar  razonadamente,  oídos  el 

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9.ªMinisterio  Fiscal,  Instituciones  Penitenciarias  y  las  demás  partes,  la  aplicación  del 

régimen general de cumplimiento. Si se tratase de delitos referentes a organizaciones y 

grupos terroristas y delitos de terrorismo del capítulo VII del Título XXII del Libro II de 

este  Código,  o  cometidos  en  el  seno  de  organizaciones  o  grupos  criminales,  y 

atendiendo  a  la  suma  total  de  las  penas  impuestas,  la  anterior  posibilidad  sólo  será 

aplicable: 

a) Al tercer grado penitenciario, cuando quede por cumplir una quinta parte del límite 

máximo de cumplimiento de la condena. 

b) A  la  libertad  condicional,  cuando  quede  por  cumplir  una  octava  parte  del  límite 

máximo de cumplimiento de la condena.» 

De esta forma el cumplimiento presenta las siguientes características: 

En primer lugar, abandona un sistema absolutamente potestativo para los Jueces y  Tribunales,  en  su  aplicación,  e  implanta  un  sistema mixto:  potestativo  en algunos casos y preceptivo, en otros. Así, es preceptivo cuando entra en  juego cualquiera de  los  límites excepcionales: veinticinco,  treinta o cuarenta años de prisión  y  potestativo  en  el  resto.  Ejemplo:  una  persona  es  condenada,  como autora de diez robos, a la pena de cinco años de prisión por cada uno de ellos. Siendo la suma aritmética cincuenta años, el límite es el triplo de la más grave, esto  es,  quince  años  de  prisión.  Como  este  límite  es  inferior  a  la  mitad (veinticinco años de prisión) de  la  totalidad  (cincuenta años de prisión) de  la pena impuesta, los Jueces y Tribunales pueden acordar el llamado cumplimiento íntegro.  

Veamos si su aplicación es preceptiva o potestativa en los ejemplos expuestos al tratar de los límites especiales de la acumulación jurídica (cfr. supra, V.2). 

En  el primero,  la  suma  aritmética de  las penas  ascendía  a  cincuenta y nueve años de prisión, el triple de la más grave era treinta años de prisión, por lo que el  límite de cumplimiento efectivo era de veinte años de prisión. Como dicho límite  es  inferior  a  la mitad  (veintinueve  años y  seis meses de prisión) de  la totalidad de las penas impuestas, puede ser aplicado el art. 78.  

En el segundo, la suma aritmética era treinta y seis años de prisión; el triple de la más grave, doce años de prisión, por lo que el cumplimiento efectivo era de doce años de prisión. Como ese límite es inferior a la mitad (dieciocho años de prisión) de la totalidad de las penas impuestas, puede ser aplicado el art. 78.  

En el tercero, la suma aritmética era noventa y nueve años de prisión; y el triple de  la  más  grave,  cuarenta  y  dos  años  de  prisión,  por  lo  que  el  límite  de cumplimiento efectivo era de veinte años de prisión. Como ese límite es inferior a la mitad (veintiocho años y seis meses de prisión) de la totalidad de las penas impuestas, puede ser aplicado el art. 78. 

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9.ª En el cuarto, la suma aritmética era sesenta y siete años de prisión; el triple de la más grave, cuarenta y cinco años de prisión y el cumplimiento efectivo era de veinticinco  años  (había  una  pena  por  delito  de  hasta  veinte  años).  Como  el límite es  inferior a  la mitad  (treinta y  tres años y seis meses de prisión) de  la totalidad de las penas impuestas, y ha entrado en juego un limite especial, debe aplicarse obligatoriamente el art. 78.  

En el quinto, la suma aritmética era sesenta y nueve años de prisión; el triple de la más grave, sesenta años de prisión y el cumplimiento efectivo era de treinta años  (al haber más de dos delitos y unos de ellos  con pena  superior a veinte años de prisión). Como el  límite es  inferior a  la mitad  (treinta y cuatro años y seis meses de prisión) de  la  totalidad de  las penas  impuestas, y ha entrado en juego un limite especial, debe aplicarse obligatoriamente el art. 78. 

En el sexto y último ejemplo,  la suma aritmética era ochenta y nueve años de prisión;  el  triple  de  la  más  grave,  sesenta  y  nueve  años  de  prisión,  y  el cumplimiento efectivo era de cuarenta años (al haber más de dos delitos y dos de  ellos  con  pena  superior  a  veinte  años  de  prisión).  Como  el  límite  no  es inferior  a  la  mitad  (cuarenta  y  cuatro  años  y  seis  meses  de  prisión)  de  la totalidad de las penas impuestas, no se aplicar obligatoriamente el art. 78. 

En  segundo  lugar,  los  Jueces  y  Tribunales  no  tienen  ningún  criterio  para  la aplicación  del  cumplimiento  íntegro.  La  posibilidad  de  aplicarlo  debía fundamentarse, en  la anterior redacción, en  la peligrosidad criminal del sujeto mientras  que  ahora  el  Código  no  ofrece  ningún  criterio.  Ello  no  excluye  la necesidad  de  motivación  (pese  a  que  el  legislador  haya  suprimido expresamente el “motivadamente” de  la anterior  redacción) de  la medida por exigencias del propio art. 120.3 de la Constitución.  

En  tercer  lugar,  el  cumplimiento  íntegro  afecta,  no  sólo  a  los  beneficios penitenciarios y a  la  libertad condicional –como en  la anterior redacción‐ sino que se amplía a los permisos de salida y el tercer grado de cumplimiento. 

En cuarto y último  lugar, en el regreso al régimen general del cumplimiento se implanta la necesidad de dar audiencia a las partes, lo que incluye, obviamente, a las víctimas y, además, se introducen restricciones para los delitos referentes a organizaciones y grupos  terroristas y delitos de  terrorismo, de  tal  forma que, pese a regresar al régimen general, no alcanzarán el tercer grado penitenciario hasta llevar cumplidas las cuatro quintas partes y la libertad condicional hasta las siete octavas partes. 

 

VI. Reglas específicas de las «penas» a personas jurídicas.– 

Remisión a lo tratado en la lección 8.III.