La Doctrina Social y El Derecho Laboral

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Universidad Panamericana Facultad de Jurisprudencia Licenciatura en Ciencias Jurídicas La Doctrina Social y el Derecho Laboral Cátedra: Derecho Laboral I Catedrático: Yanira Vanessa Villalta Zelaya Alumnos: * Wendy Mayrena Argueta López * Mario Ernesto Cisneros Lovo * Carlos Rigoberto Contreras Peña * José Edenilson Palacios Ramos * Estenia Noemi Reyes Montoya * Carlos Eduardo Rodríguez Méndez San Vicente, 3 de septiembre de 2013

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Universidad Panamericana Facultad de Jurisprudencia

Licenciatura en Ciencias Jurídicas

La Doctrina Social y el Derecho Laboral

Cátedra: Derecho Laboral I

Catedrático: Yanira Vanessa Villalta Zelaya

Alumnos: * Wendy Mayrena Argueta López

* Mario Ernesto Cisneros Lovo

* Carlos Rigoberto Contreras Peña

* José Edenilson Palacios Ramos

* Estenia Noemi Reyes Montoya

* Carlos Eduardo Rodríguez Méndez

San Vicente, 3 de septiembre de 2013

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ÍNDICE

Pág.

Introducción i

Objetivos 3

Objetivo General 3

Objetivos Específicos 3

1.0. La Doctrina Social Católica 4

1.1. Las Doctrinas Sociales Extra proletarias 6

2.0. Encíclica Papal Rerum Novarum 9

2.1. Crisis Europea 10

2.2. Defensa de la Propiedad 11

2.3. Justicia Social 11

2.4. Sindicalismo 12

2.5. Efectos 12

3.0. Encíclica Papal Quadragesimo Anno 13

3.1. Contenido 14

3.2. Propuestas 16

4.0. Encíclica Papal Mater et Magistra 17

4.1. Contexto 17

4.2. Contenido 18

5.0. Encíclica Papal Laborem Exersens 20

6.0. Otros Documentos Magisteriales y de Inspiración Cristiana 22

6.1. Documentos Papales: Otras Formas de Doctrina Social 24

6.2. Radiomensaje “Solennitá” 24

6.3. Populorum Progressio 24

6.4. Octogesima Adveniens 25

6.5. Redemptor Hominis 25

6.6. Sollicitudo Rei Socialis 25

6.7. Centisimus Annus 26

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6.8. Caritas in Veritate 27

Conclusión 28

Bibliografía 30

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i

INTRODUCCIÓN

Doctrina social y el derecho laboral: defínase a la primera como el conjunto de

enseñanzas de la Iglesia sobre los problemas de orden social o el conjunto de

conceptos que el Magisterio escoge de la ley natural y de la revelación y que

adapta a los problemas sociales de su tiempo con la finalidad de ayudar a los

pueblos y a los gobiernos a organizar una sociedad humana y más conforme con

los designios de Dios sobre el mundo; otra definición más actual la encontramos

en el número 45 de la Solicitudo Rei Socialis de Juan Pablo II, define la Doctrina

Social como la cuidadosa formulación del resultado de una atenta reflexión sobre

las complejas realidades de la vida del hombre en la sociedad y en el contexto

internacional, a la luz de la fe y de la tradición eclesial; el segundo se define como

aquel que tiene por finalidad principal la regulación de las relaciones jurídicas

entre empresarios y trabajadores y de uno y otros con el Estado, en lo referente al

trabajo subordinado, y en cuanto atañe a los profesionales y a la forma de

prestación de los servicios, y también en lo relativo a las consecuencias jurídicas

mediatas o inmediatas de la actividad laboral.

Enfocado desde un ángulo religioso, conoceremos como la iglesia católica influyo

de una manera esencial en el desarrollo y conquista de muchos de los derechos

laborales que hasta la fecha se mantienen y que han ido mejorando en el paso de

la historia.

Podremos descubrir cuatro de las encíclicas más importantes que resaltan el

pensamiento y la convicción de algunos pontífices y la posición de la Iglesia

Católica para con los seres humanos y en especial a las relaciones laborales,

Encíclicas como Rerum Novarum (de las cosas nuevas), escrita por el Papa León

XIII el 15 de mayo de 1981; Cuadragésimo Anno (en el cuadragésimo año) escrita

por el Papa Pío XI, promulgada el 1 de mayo de 1931; Mater et Magistra (madre y

maestra), promulgada por el Papa Juan XXII, el 15 de mayo de 1961 y Laboren

Exercens (Trabajo laboral), redactada por el Papa Juan Pablo II, el 14 de

septiembre de 1981, en el noventa aniversario de la encíclica Rerum Novarum.

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ii

Todas estas encíclicas precitadas están íntimamente relacionadas, debido a que

el pensamiento principal de cada una de ellas es la igualdad de las personas, el

respeto a la dignidad del ser humano y la exhortación a las buenas relaciones y

respeto entre patronos y trabajadores desde la óptica cristiana.

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3

OBJETIVOS

OBJETIVO GENERAL

Indagar sobre la doctrina social y su relación con el derecho laboral, las

Encíclicas Papales en torno a la cuestión social de los siglos XIX y XX, y las

posturas de la iglesia en el ámbito del trabajo.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS

Exponer el contenido de las encíclicas papales relativas a la cuestión social,

contexto histórico de suscitación y consecuencias surgidas a partir de su

promulgación.

Dar a conocer las causas y efectos de las encíclicas papales en el Derecho

Laboral, las exhortaciones hechas por el Vaticano al mundo desde la

perspectiva social cristiana y con enfoque en los documentos emitidos por

la Iglesia Católica.

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4

1.0. LA DOCTRINA SOCIAL CATÓLICA

Por la misión de rectora espiritual de la humanidad y como orientadora al menos

de los fieles en sus grandes problemas terrenales, la Iglesia católica no podía no

permanecer al margen de la cuestión social; puesto que ella, al promediar la

centuria decimonovena, se había erigido ya en la preocupación y hasta obsesión

de las masas obreras y de los Poderes públicos en los países que se encontraban

a la vanguardia mundial.

Las latentes ideas católicas sobre la igualdad esencial entre todos los hombres y

la el ennoblecimiento del trabajo encontraron solemne consagración en la

encíclica Rerum Novarum, dada por León XIII el 15 de mayo de 1891. Reconoce

la situación calamitosa tanto en lo material como en lo moral y social, de la

inmensa mayoría de los trabajadores. La Iglesia, sorprendiendo hábilmente a

muchos de sus adeptos más reaccionarios y desconcertando no menos a muchos

de sus enemigos más enconados, admitía en principio lo fundado de las

aspiraciones de los trabajadores y dejaba para siempre de lado la estrecha

interpretación que se escudaba en la eternidad de ricos y pobres como inexorable

decreto divino. Entre otras manifestaciones para entonces revolucionarias, el

calificado como el Papa de los obreros se pronunciaba por el derecho asociación

obrera, por el descanso dominical, por la limitación del trabajo diario, por la

prohibición del trabajo infantil, por la especial protección de la mujer trabajadora,

por la fijación de un salario mínimo justo y por las obras de previsión social, entre

otras medidas favorables para la salud y los intereses de las clases laboriosas,

obligadas a soportar por entonces, según las palabras pontificias, un yugo que

poco difería del de los esclavos.

Para recordar tal actitud, y para confirmar la llamada Carta Magna del Catolicismo

Social, en época de confusión internacional, y social a la vez, el Papa Pío XI

publicó otra encíclica: la Quadragessimo Anno, que a los cuarenta años de la

anterior no solo reiteraba la libertad de asociación, sino que tendía sobre el

corporativismo hipócrita y jactancioso que imperaba entonces en Italia, la condena

tácita e volverse nostálgico hacia los gremios medievales que combinaban las

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5

solidaridad y convivencia del trabajo con elevado espíritu de hermandad y

religión.

Por tercera vez en un 15 de mayo, el de 1961, al cumplirse los setenta años de la

toma de posición de la Iglesia en la cuestión social, Juan XXIII publicó su Encíclica

Mater et Magistra, que completa e impulsa el pensamiento católico en este vital

problema de la humanidad. El Pontífice reconocía la angustiosa realidad del

incierto presente sin esconder las llagas y errores de una sociedad que recuerda

por demás sus derechos y olvida sus deberes. En un mundo beligerante de ideas

y doctrinas, la Iglesia ocupa un lugar de vanguardia, pero no para conquistar

territorios ni lograr adeptos, sino para mostrar su preocupación ante los problemas

que afligen a los trabajadores, agobian a las multitudes y subyugan a pueblos y

naciones.

La preocupación por lo social se revela en las distintas jerarquías eclesiásticas,

así, en 1920, el Cardenal Merciar fundó en Malinas la Unión Internacional de

Estudios Sociales, con la finalidad de analizar los problemas sociales a la luz del

moral cristiana, ese organismo elaboró el documento conocido como Código de

Malinas que aborda con criterio cristiano y social a la vez la vida familiar, la civil, la

profesional, la económica, las asociaciones privadas, la internacional y hasta la

vida sobrenatural cual coronamiento de la terrena.

Por último el Concilio Vaticano II ha proclamado el derecho y el deber de la iglesia

para intervenir con su palabra y con su posible acción, en todos los grandes

problemas sociales de nuestro tiempo y hasta en los más concretos de los

distintos países a través de sus jerarquías en ellos. Posteriormente, por la voz de

Paulo VI se ha proclamado, con particular énfasis la necesidad de defender a las

clases humildes, decidiendo el que más tiene algo en beneficio del que menos

posee, en una formulación de innegable avance que ha sido recibida por algunos

como un medio para sembrar confusiones y por otros cual sistema encaminado a

encubrir determinadas reivindicaciones de carácter extremistas, dando a las

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6

palabras del sabio pontífice una interpretación propia, apartada tanto de su espíritu

como de su letra.1

La doctrina social de la Iglesia católica (no plenamente idéntica a la doctrina social

cristiana, que tiene un sentido más amplio, pues ésta incluiría documentos no

magisteriales pero siempre de inspiración cristiana) es un conjunto de normas y

principios referentes a la realidad social, política y económica de

la humanidad basado en el Evangelio y en el Magisterio de la Iglesia católica. El

Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia y el Catecismo católico la definen

como un cuerpo doctrinal renovado, que se va articulando a medida que la Iglesia

en la plenitud de la Palabra revelada por Jesucristo y mediante la asistencia del

Espíritu Santo, lee los hechos según se desenvuelven en el curso de la historia.2

1.1. LAS DOCTRINAS SOCIALES EXTRAPROLETARIAS

También contribuyeron a crear un ambiente favorable a los grandes cambios

sociales, de los que surgirá el derecho del trabajo, diversas doctrinas de origen

extra proletarias. Todas ellas renunciaron como las anteriores el desorden de la

economía, así como la penosa situación en la que vivían los pobres y aspiraban a

remediarla con diversas medidas ocasionales. Pero solamente en parte estas

ideas encontraron el apoyo de las organizaciones obreras. Si bien, como decimos,

no fueron doctrina de clases como el socialismo, el sindicalismo, etc. Todas

tenían un cambio a modificar el carácter de las relaciones económicas, y por eso

mismo, influyeron también como las anteriores, en la formación del nuevo

derecho. En este caso se encuentra el solidarismo, el cristianismo social, su

cooperativismo. Estos nuevos puntos de vistas dan lugar a intervenciones del

Estado, y configura una tendencia que se inclina, por distintas razones, a que el

Estado intervenga y corrija, por medio de medidas oportunas, las injusticias

1 CABANELLAS de Torres, G. (4° edición 2001). Compendio de Derecho Laboral Tomo I. Buenos Aires: Heliasta. Pág. 53 2 Doctrina social de la Iglesia - Wikipedia, la enciclopedia libre. (n.d.). Wikipedia, la enciclopedia libre.

Accesado 1 de septiembre de 2013, desde http://es.wikipedia.org/wiki/Doctrina_social_de_la_Iglesia

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sociales, aliviando de alguna manera la miseria del humilde. Merced a estas

doctrinas el Estado desde mediados del siglo pasado empezó a intervenir, movido

avécese por la predica del solidarismo y otras veces por la acción de ciertas a la

moderada del partido socialistas o por la autoridad moral y las palabras

misericordiosas del cristianismo social.

Las Encíclicas. Por otra parte, no las fuerzas políticas del cristianismo sino la

propia Iglesia, en dos encíclicas famosas, fijo la posición de los cristianos frente a

la cuestión social.

En la primera de ellas, la encíclica Rerum Novarum (1891), su santidad León XIII,

después de analizar las causas del malestar social y las desigualdades reinantes,

sugirió:

a) que los gobernantes siguieran las enseñanzas del Evangelio;

b) que los obreros soportaran con resignación sus pobreza y creyeran más en el

espíritu tutelar de la iglesia;

c) que los ricos moderaran su codicia;

d) que todos comprendieran que la desigualdad humana era inevitable y por lo

tanto no debía seguir dividendo a los hombre;

e) que los patronos, finalmente, no trataran a los obreros como esclavos, sino

como hombres y cristianos; que el trabajo no fuere considerado una mercancía

y que se pagara al trabajador un justo salario.

Aconseja, así mismo, establecer el descanso semanal, la limitación de la jornada

de trabajo y la determinación de una edad de admisión a la industria a fin de

defender a los menores. La encíclica sugiere además la adopción de medidas que

tendieran a no alejar a la mujer del hogar, y que inculcaran en los obreros el hábito

del ahorro y la continencia.

La encíclica QUADRAGESIMO ANO (13 de mayo de 1931), debido a Pio XI,

también se ocupó de un modo especial de los trabajadores y de la división y

resentimiento que existía entre los miembros de la sociedad como consecuencia

de la forma en que está distribuida la riqueza.

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Considera, sin embrago la encíclica, que el salario es el régimen más apropiado a

las condiciones actuales que para mejorar las relaciones entre los patrono y los

obreros convendría introducir en los contratos de trabajo algunos elementos de la

sociedad llamado a los trabajadores a participar en algunas medida en la dirección

de la empresa y en la propiedad de esta.

La encíclica reconoce la legitimidad de las huelgas y sostiene que los sindicatos,

cuya importancia destaca, deben tener un carácter privado y no depender del

poder público. Se pronuncia en favor de la intervención del Estado la cual, sin

embargo, debe ser prudente y limitarse a lo que sea indispensable para mantener

la paz social y al dejar los peligros que amenazan al hombre.

Pronunciándose, en el fondo, contra el gigantismo estatal y las formas políticas

conocidas (el fascismo, El nacismo y comunismo), la encíclica advierte sobre los

males de un exagerado estatismo, señalando la conveniencia de no destruir los

grupos que se organizan espontáneamente para confiar al Estado o a las

organizaciones paraestatales las tareas y las funciones de dichos grupos reconoce

además la importancia de todos los esfuerzos d origen privado destinados a

mejorar las condiciones materiales de vida (mutualismo, cultura, cooperativismo,

sindicalismo. Etc.)

Posteriormente la carta papal conocida con el nombre de MATER ET MAGISTRA,

dirigió a la cristiandad al cumplirse el septuagésimo aniversario de las encíclica

Rerum Novarum, si bien en muchos aspectos es una exaltación de la condición

humana y si ella ve en el hombre “el fundamento, el fin y el sujeto de todas las

instituciones en las que se expresa la vida social”, difiere, en cambio, de las

anteriores por la continua referencia que hace a los fenómenos de la producción, a

los quien trata abecés en un plano técnico empleando conceptos y expresiones

que recuerdan el lenguaje y los análisis de los economistas contemporáneos

cuyas sombrías conculcaciones comparte no sin temor.

En este sentido la encíclica MATER ET MAGISTRA señala y comprende

adelantos de la ciencia, y su lectura parece indicar, que, tanto como en el amor del

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hombre y en su sentimiento de caridad, confía en las posibilidades de la ciencia

para conjugar los peligros que amenazan en este momento a la humanidad3

2.0. ENCÍCLICA PAPAL RERUM NOVARUM

Una encíclica es una carta que dirige el Papa a obispos o fieles en donde expone

la doctrina de la Iglesia en puntos concretos.4

Rerum Novarum (latín: “De las cosas nuevas” o “De los cambios políticos”) es la

primera encíclica social de la Iglesia católica. Fue promulgada por el papa León

XIII el viernes 15 de mayo de 1891. Fue una carta abierta dirigida a todos los

obispos y catedráticos, que versaba sobre las condiciones de las clases

trabajadoras. En ella, el papa dejaba patente su apoyo al derecho laboral de

“formar uniones o sindicatos”, pero también se reafirmaba en su apoyo al derecho

de la propiedad privada. Además discutía sobre las relaciones entre el gobierno,

las empresas, los trabajadores y la Iglesia, proponiendo una organización

socioeconómica que más tarde se llamaría corporativismo.

Aun cuando se ha debatido sobre sus posiciones o declaraciones particulares, es

claro que este trabajo fue notable como resumen de muchos asuntos planteados

por la revolución industrial, por el creciente problema obrero y las sociedades

democráticas modernas. Con esta encíclica la Iglesia pretendió, entre otras cosas,

paralizar la “descristianización” de las masas trabajadoras, en un período en el

cual la credibilidad de la Iglesia se veía disminuida debido a que los sectores

populares de la cristiandad e incluso del clero, se inclinaban por las ideas

revolucionarias o que las soluciones vendrían de las acciones conjuntas de la

Iglesia, del estado, el patrón y los trabajadores. Precisó los principios para buscar

3 DE FERRARI, F. (2o edición, reimpresión). Derecho del Trabajo. Buenos Aires: Depalma. Pág. 75 4 Catholic.net - Rerum Novarum. (n.d.).Catholic.net - El lugar de encuentro de los Católicos en la red. Accesado 1 de septiembre de 2013, desde http://es.catholic.net/abogadoscatolicos/429/1057/articulo.php?id=18578

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la justicia social en la economía y la industria. Se acepta generalmente que la

encíclica Rerum Novarum es la carta de fundación de la democracia cristiana y

una pieza clave de la Doctrina social de la Iglesia.5

La Revolución Industrial, supuso un cambio brutal en la sociedad, sobre todo para

los trabajadores. La cuestión obrera fue un drama muy doloroso debido a que la

tecnología relegó al trabajador a la categoría de máquina. El más fuerte ganaba, a

costa siempre del débil. Al final la clase trabajadora sufrió una explotación muy

grande, y claro, terminó protestando y creando malestar social.

La Iglesia no podía hacer oídos sordos ante unos derechos humanos que estaban

siendo pisoteados. Al principio, su postura ante este problema se limitó sobre todo

a las ayudas caritativas. Pero el Papa León XIII decidió mojarse con la encíclica

Rerum novarum. Ya no se trataba sólo de caridad, sino de justicia. “Es inhumano

abusar de los hombres, como si fueran cosas, para sacar provecho de ellos”,

dice.

¿Cuál es el remedio que propone el Papa? Dice que la Iglesia, el Estado, el

empresario y el trabajador tienen que trabajar juntos. La Iglesia debe interesarse

por los aspectos religiosos y morales; el Estado tiene que intervenir para que haya

Justicia; y los trabajadores y empresarios deben organizar asociaciones que les

protejan (sindicatos). Y todo esto lo expone la Encíclica con mucho detalle. Han

dicho que es el mejor documento escrito sobre el tema.6

2.1. Crisis Europea

El Papa señala los orígenes y características de la crisis social que

atravesaba Europa indicando que sus causas se deben al abandono de la fe:

Disueltos en el pasado siglo los antiguos gremios de artesanos, sin ningún apoyo

que viniera a llenar su vacío, desentendiéndose las instituciones públicas y las

5 Rerum novarum - Wikipedia, la enciclopedia libre. (n.d.). Wikipedia, la enciclopedia libre. Accesado 1 de septiembre de 2013, desde http://es.wikipedia.org/wiki/Rerum_novarum 6 Catholic.net - Rerum Novarum. Ídem

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leyes de la religión de nuestros antepasados, el tiempo fue insensiblemente

entregando a los obreros, aislados e indefensos, a la inhumanidad de los

empresarios y a la desenfrenada codicia de los competidores.

Encíclica Rerum Novarum, núm. 1

2.2. Defensa de la Propiedad

Frente a las ideas socialistas la Iglesia señaló:

“Al pretender los socialistas que los bienes de los particulares pasen a la

comunidad, agravan la condición de los obreros, pues, quitándoles el derecho a

disponer libremente de su salario, les arrebatan toda esperanza de poder mejorar

su situación económica y obtener mayores provechos”

En el documento hay influencias del liberalismo: hay una defensa de la propiedad

privada.

Sostenía que la propiedad privada era un “derecho natural”, dentro de los límites

de la justicia, haciendo referencia al iusnaturalismo.

2.3. Justicia Social

La encíclica también condenó al capitalismo como causa de la pobreza y

degradación de muchos trabajadores, retomando el concepto de John Locke de

que la apropiación excesiva era injusta.

Recordó a los ricos y patrones que:

“No deben considerar al obrero como un esclavo; que deben respetar la dignidad

de la persona y la nobleza que a esa persona agrega el carácter de cristiano”

Afirmó que cada trabajador debe recibir un salario que le permita subsistir y tener

una vida razonablemente cómoda y que, si aceptaba malas condiciones laborales

debido a la necesidad o al temor, el trabajador era una víctima de la injusticia.

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Partiendo de la competencia del magisterio de la Iglesia en cuestiones sociales

manifestó la necesidad de adoptar medidas en favor de los obreros, con la

consiguiente intervención del Estado (normas de higiene y seguridad en el trabajo,

tutela del descanso dominical, limitación de horarios y jornadas laborales, etc.).

2.4. Sindicalismo

Fue un elemento indispensable para el fomento de las mejoras en las condiciones

de los obreros, la constitución y fomento de asociaciones obreras católicas (junto a

las ya existentes por aquella fecha). Esta encíclica constituye, pues, un importante

estímulo para el incipiente catolicismo social.

Recomendó a los católicos, si lo deseaban, organizar partidos laboristas propios y

uniones de trabajadores bajo principios católicos.

Se marcan los deberes de los obreros:

“Poner íntegra y fielmente el trabajo que libre y equitativamente se ha contratado;

no perjudicar de modo alguno el capital, ni hacer violencia personal contra sus

amos; al tratar de defender sus propios derechos, abstenerse de la fuerza y no

armar sediciones, ni asociarse con hombres malvados y pérfidos que falsamente

les hagan concebir desmedidas esperanzas.”

2.5. Efectos

Conjuntamente con el resto de su obra, durante su período como papa (1878-

1903), la encíclica tuvo un efecto profundo en la Iglesia católica, en su jerarquía y

en el mundo moderno. En esa época, su apoyo a los sindicatos de trabajadores y

un salario justo fueron vistos como radicalmente izquierdistas. Otras declaraciones

también parecían ser opuestas al capitalismo.

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13

Muchas de las posiciones de Rerum Novarum fueron completadas por encíclicas

posteriores, especialmente Quadragesimo Anno (1931) de Pío XI, Mater et

Magistra (1961) de Juan XXIII, y Centesimus Annus (1991) de Juan Pablo II.

Provocó una reforma en medio de una Iglesia donde varios sectores reclamaban

que se abandonaran posiciones políticas afines a los gobiernos y a los sectores

dominantes para que la Iglesia se encargara únicamente del oficio religioso

ecuménico.

Como conclusión puede señalarse que Rerum Novarum diseñó una estrategia

que logró contribuir a salvar el período de crisis que enfrentaba la Iglesia y que la

reestructuración doctrinal y práctica que provocó, delineó la nueva imagen de la

Iglesia católica actual.

El arzobispo de Westminster, cardenal Henry Edward Manning, influyó mucho en

la redacción de Rerum Novarum.

Pareciera que en esos tiempos no sería tan trascendente el llamado que se hacía

por parte de la Iglesia Católica tanto a patronos como a trabajadores por una

igualdad de clase, por una mejor remuneración y a la vez por un salario que

supliera las necesidades de ambos para una mejor estabilidad tanto laboral como

social.7

3.0. ENCÍCLICA PAPAL QUADRAGESIMO ANNO

Quadragesimo Anno es una carta encíclica del Papa Pío XI, promulgada el 15 de

mayo de 1931, con ocasión de los 40 años de la Encíclica Rerum Novarum, de allí

su nombre en latín, Quadragesimo anno (en el cuadragésimo año). Trata sobre la

restauración del orden social y su perfeccionamiento en conformidad con la ley

evangelizadora y está dirigida a los Obispos, sacerdotes y fieles católicos.

7 Rerum novarum - Wikipedia, la enciclopedia libre. Ídem

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14

3.1. Contenido

Tras hacer un resumen de las intervenciones anteriores de León XIII en los temas

más sociales, hace un elogio de la Rerum novarum sea por su oportunidad (la

penetración de un nuevo sistema económico y el desarrollo industrial habían

producido una fuerte división de clases sociales). Luego resume la misma

encíclica recordando el modo en que León XIII se hizo cargo del problema de los

obreros sin pasar por el liberalismo ni por el socialismo. El Papa Pío XI recuerda

también los frutos que dio la encíclica: el hecho de que los gobernantes que

hubieron de reconstruir el mundo después de la Primera Guerra Mundial se

rigieran en cierta medida por los principios enunciados por la Rerum Novarum, la

mejora de la situación de los obreros y las líneas dadas sobre sus asociaciones.

A continuación el Papa Pío XI retoma las enseñanzas del Papa León XIII sobre la

capacidad que la Iglesia tiene de intervenir en los problemas económicos y

sociales con oportunas líneas e indicaciones por parte del Magisterio.

Afronta el tema de la propiedad privada recordando que León XIII no hizo una

defensa a ultranza de la propiedad privada a costa de la comunidad o de la

sociedad, sino que mostró su doble carácter haciendo hincapié en el problema que

en aquel entonces más se debatía ante las teorías socialistas. Quienes niegan el

carácter social y público del derecho a la propiedad pueden caer en

el individualismo; pero quienes disminuyen o rechazan este carácter caen el

en colectivismo. De ahí que, como se dice en la Rerum novarum el derecho de

propiedad se distinga de su ejercicio.

Defiende el Papa Pío XI el salario aunque aconseja que los contratos de los

trabajadores se hagan no tanto como “contratos de trabajo” sino como “contratos

de sociedad”. Luego recuerda que al fijar el sueldo se han de tomar en cuenta

diversos factores y no solo el valor del fruto producido por el trabajador. Éste ha de

recibir lo necesario para afrontar el sustento de su familia y tal sustento se viera

afectado por aumentos de precios de productos de necesidad u otros de esa

índole, esos cambios deberían darse también de manera proporcional en el

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sueldo. También ha de considerarse la situación de la empresa y del dador de

trabajo.

La encíclica ofrece una renovada condena del comunismo al recordar los

numerosos crímenes que se le achacan en Europa del Este y Asia. Asimismo, el

Papa da unas guías para quienes deseen hacer apostolado entre los socialistas

(que mitigan tanto la concepción de la lucha de clases como de la propiedad

privada): no se permite ninguna connivencia con el error sino buscar y mostrar

claramente la verdad. En efecto indica:

“considérese como doctrina, como hecho histórico o como “acción” social, el

socialismo, si sigue siendo verdadero socialismo, aun después de haber cedido a

la verdad y a la justicia en los puntos indicados, es incompatible con los dogmas

de la iglesia católica, puesto que concibe la sociedad de manera sumamente

opuesta a la verdad cristiana.” (núm. 17 de la Encíclica.)

Ante los diversos males que la ambición y la avaricia, “tristes consecuencias del

pecado original”, traen a la sociedad y la economía, el Papa Pío XI pide que sean

los valores, las virtudes y la doctrina cristianas las que imbuyan a fondo estas

realidades poniendo en el primer lugar a Dios y considerando lo demás como

medios. Esta encíclica surgió como respuesta a la Gran Depresión de 1929 y

propone un nuevo orden social y económico basado en la subsidiariedad. El

Papa Pío XI da una gran importancia en su encíclica a la restauración del principio

rector de la economía, basado en la unidad del cuerpo social. Esta unidad no

puede basarse en la lucha de clases, como el orden económico no debe dejarse a

la libre concurrencia de fuerzas, que cae fácilmente en el olvido de su propio

carácter social y moral.

El libre mercado es beneficioso, pero no puede gobernar el mundo únicamente la

economía, como muestra la dura experiencia de los obreros, ni tampoco

convertirse en una dictadura económica que se rige por sí misma.

La caridad y justicia social debe ser el alma del nuevo orden, defendida y tutelada

por la autoridad pública. También son necesarios tras las dos instituciones

internacionales y compre para una buena organización de la sociedad.

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16

A pesar de defender la existencia de los sindicatos, se prohíben las huelgas y se

critica duramente a las organizaciones socialistas. Como alternativa se proponen

las estructuras de la Acción Católica.

El texto ataca, mediante un análisis lúcido, real y terrible, a la acumulación de

poder y recursos en manos de unos pocos, que los manejan a su voluntad. Esta

realidad produce tres tipos de lucha: por la hegemonía económica, por adueñarse

del poder público y entre los diferentes Estados.

En referencia al capitalismo, la encíclica critica con dureza la libre concurrencia del

mercado, especialmente con la mezcla y confusión entre el estado y la economía

con olvidando el bien común y la justicia. Son funestos tanto el

"nacionalismo o imperialismo económico" como el "internacionalismo" del dinero,

que sólo tiene patria en sí mismo.

3.2. Propuestas

Se propone llevar a la práctica los principios de la recta razón y de la filosofía

socialcristiana sobre el capital de trabajo y su mutua coordinación. Es necesario

evitar tanto el individualismo como el colectivismo, sopesar con equidad y rigor el

carácter individual y social del trabajo, regular las relaciones económicas conforme

a las leyes de justicia conmutativa, con ayudas de la caridad cristiana y someter el

libre mercado a la autoridad pública siempre que sea ésta última el garante de la

justicia social dentro de un orden sano para todos.

Todas las propuestas de la encíclica se centran en la vuelta a la doctrina

evangélica, de las que defiende su intemporal validez.

Algunas propuestas más concretas son:

Reforma ajustada de la economía a la razón iluminada por la caridad cristiana.

Colaboración mutua y armoniosa de todas las actividades humanas en la

sociedad.

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17

Reconstrucción del plan divino para todos los hombres.

El enriquecimiento es lícito siempre que no menoscabe los derechos ajenos.

"Ley de la templanza cristiana" contra los apegos desordenados, que son una

afrenta a los pobres, y que se basa en "buscar primero el reino de Dios y su

justicia".

"Ley de la Caridad", mucho más amplia que la pura justicia.

Igualdad radical de todos los hombres en la misma familia de hijos de Dios,

encarnado en el hijo de un carpintero, para potenciar mutuo amor entre ricos y

pobres.8

4.0. ENCÍCLICA PAPAL MATER ET MAGISTRA

Mater et Magistra (latín: “Madre y Maestra”) es una carta encíclica del Papa Juan

XXIII que fue promulgada el 15 de mayo de 1961. Trata sobre el reciente

desarrollo de la cuestión social a la luz de la Doctrina Cristiana y presenta a

la Iglesia como Madre y Maestra, de allí su nombre en latín Mater et Magistra. Fue

anunciada el día anterior ante miles de personas en un discurso dirigido "a todos

los trabajadores del mundo".9

4.1. CONTEXTO

Ya habían pasado setenta años de que León XIII había escrito la encíclica

conocida como la Carta Magna del Trabajo , cuando el 15 de mayo de 1961 Juan

XXIII dio a conocer su enseñanza social en Mater et Magistra.

Los problemas sociales de más de un siglo todavía persistían y después de

setenta años se requería más precisión en las enseñanzas de León XIII.

8 Quadragesimo anno - Wikipedia, la enciclopedia libre. (n.d.). Wikipedia, la enciclopedia libre. Accesado 1 de septiembre de 2013, desde http://es.wikipedia.org/wiki/Quadragesimo_anno 9 Mater et magistra - Wikipedia, la enciclopedia libre. (n.d.). Wikipedia, la enciclopedia libre. Accesado 1 de

septiembre de 2013, desde http://es.wikipedia.org/wiki/Mater_et_magistra

Page 21: La Doctrina Social y El Derecho Laboral

18

¿Hasta dónde ha de darse la intervención de Estado en la Economía? ¿El deseo

de participar responsablemente en la vida económica y social por parte de los

trabajadores es legítimo? Mater et Magistra también tenía que abordar la cuestión

de la explosión demográfica, pues se necesitaba la voz defensora que

resguardara la dignidad de la persona.

Se daba todavía la confrontación de unas naciones contra otras, por lo que se

esperaba que el Romano Pontífice se pronunciara por el entendimiento

internacional de carácter ético ya que sin moral y sin Dios, la violencia podría traer

el aniquilamiento de la humanidad con el empleo de armas de destrucción masiva.

4.2. Contenido

Mater et Magistra revisa los puntos más importantes de las encíclicas anteriores

Rerum Novarum y Quadragesimo Anno. Ante las necesidades de su época SS.

Juan XXIII, advierte que la cuestión social tiene una dimensión mundial y que así

como se puede hablar de personas pobres, también se ha de hablar de naciones

pobres. Insiste categóricamente en la importancia y trascendencia de la dignidad

de la persona humana, en la valoración del trabajo y en su justa remuneración.

Reconoce que la economía es ante todo obra de la iniciativa de los particulares,

pero que se necesita la intervención subsidiaria de los poderes públicos. Subraya

la importancia de la creciente sociabilidad humana en sus diversas

manifestaciones en el mundo.

Reafirma las enseñanzas anteriores sobre el salario, cuyos parámetros para fijar

un monto menciona: la dignidad de la persona humana y de su familia la

aportación efectiva del trabajador; la posibilidad económica de la empresa; la

situación económica de la nación y la situación de la economía a nivel mundial.

Enseña una vez más la dimensión ética de las estructuras económicas de la

propiedad con función social.

Muestra el derecho de los trabajadores de sindicalizarse. Reafirma lo inaceptable

del liberalismo. Reconoce la importancia de la familia. Resalta el destino universal

de los bienes y la opción del orden social fundado en la justicia y en la caridad. Por

Page 22: La Doctrina Social y El Derecho Laboral

19

primera vez destaca el problema del campo y sugiere algunas soluciones.

Recuerda que la Doctrina Social de la Iglesia tiene como fundamento, causa y fin

al hombre integral. En todo el documento aparece la necesidad de la justicia en los

diversos niveles de la convivencia social. Pugna porque las relaciones humanas

se construyan en la verdad, la justicia y el amor fraterno.10

Juan XXIII, advierte que la cuestión social tiene una dimensión mundial y que así

como se puede hablar de personas pobres, también se ha de hablar de sectores

pobres y naciones pobres. El desarrollo de la historia muestra cómo las exigencias

de la justicia y la equidad atañen tanto a las relaciones entre trabajadores

dependientes y empresarios o dirigentes, como a las relaciones entre los

diferentes sectores económicos, y entre las zonas económicamente

más desarrolladas y las zonas económicamente menos desarrolladas dentro de

una misma nación; y, en el plano mundial, a las relaciones entre países en diverso

grado de desarrollo económico-social. Un problema de fondo es cómo proceder

para reducir el desequilibrio entre el sector agrícola, y el sector de la industria y

los servicios; y para que mejore la calidad de vida de la población agrícola-rural.

Sostiene que la justicia y la equidad exigen que los poderes públicos actúen para

que las desigualdades entre zonas económicamente más desarrolladas y menos

desarrolladas sean eliminadas o disminuidas y en las zonas menos desarrolladas

se aseguren los servicios públicos esenciales.

Reafirma el carácter de "derecho natural" de la propiedad privada y también de su

efectiva difusión entre todas las clases sociales.

Enfatiza en el derecho de los trabajadores de sindicalizarse y en la necesidad de

que los salarios estén de acuerdo con la dignidad humana del trabajador y de su

familia, con la aportación efectiva del trabajador la posibilidad económica de la

empresa y la situación económica general.

10 Catholic.net - Mater et Magistra, para entender y reflexionar la Encíclica. (n.d.).Catholic.net - El lugar de encuentro de los Católicos en la red. Accesado 1 de septiembre de 2013, desde http://es.catholic.net/empresarioscatolicos/721/1057/articulo.php?id=16937

Page 23: La Doctrina Social y El Derecho Laboral

20

Juan XXIII sostiene que una economía justa no sólo depende de la abundancia y

distribución de bienes y servicios sino que incluye el papel de la persona humana

como sujeto y objeto del bienestar. Propone la cristianización de la familia, la

empresa y la sociedad; la vocación de la Iglesia y de cada cristiano es superar la

excesiva desigualdad entre los distintos sectores de la sociedad y resistir los

procesos económicos y políticos que ponen en peligro la dignidad humana y la

libertad.11

5.0. ENCÍCLICA PAPAL LABOREM EXERCENS

Laborem Exercens (latín: Trabajo laboral) es la tercera encíclica de Juan Pablo II.

Fue publicada el 14 de septiembre de 1981 en el 90º aniversario de la

encíclica Rerum novarum.

Está dirigida a los obispos, sacerdotes, familias religiosas, fieles católicos y a

todos los hombres de buena voluntad.

Esta encíclica trata la concepción del hombre y del trabajo a 90 años de la

encíclica Rerum novarum. El enfoque general responde a un análisis de la época

moderna, en que se han desarrollado con enorme profusión experiencias de

carácter económico, social, histórico, teológico, antropológico, etc. Generalmente

acerca del trabajo humano, se ha ignorado su concepto exacto.

La encíclica va más al fondo, llega al corazón del concepto mismo del trabajo

humano. En lugar de trazar un modelo ideal, Juan Pablo II ayuda a comprender lo

que ha acontecido y sigue aconteciendo en la historia, de qué modo puede el

hombre transformarse con su trabajo, hacerse más hombre. Además, Laborem

Exercens muestra cómo los socialismos tratan a los seres humanos como

instrumentos de producción y no como personas-sujetos de trabajo. Por otra parte,

11

Quadragesimo anno - Wikipedia, la enciclopedia libre. Ídem

Page 24: La Doctrina Social y El Derecho Laboral

21

en el mercantilismo se les trata como mercancía sujeta al mercado de la oferta y

la demanda. Con la proletarización de los intelectuales y su desempleo, se

incrementa el problema social.

Enfatiza los elementos de una espiritualidad del trabajo: los seres humanos

comparten sus actividades con la acción de Dios; el trabajo imita la acción de Dios

y otorga dignidad al trabajador. Nuestro Señor Jesucristo fue un hombre de

trabajo. Hay en la Sagrada Escritura muchas referencias al trabajo; el Concilio

Vaticano II dice que “el trabajo es necesario para el progreso terreno y para el

desarrollo del Reino”.12

Con la Laboren Exercens la Iglesia va más al fondo, llega al corazón del concepto

mismo del trabajo humano. En lugar de trazar un modelo ideal, Juan Pablo II

ayuda a comprender lo que ha acontecido y sigue aconteciendo en la historia, de

qué modo puede el hombre transformarse con su trabajo, hacerse más hombre”.

En este sentido, esta encíclica es un intento bastante acabado de ir al fondo de lo

que es el trabajo, y de su importancia para el ser humano. Desarrolla la

significación que tiene el trabajo como fuente de realización de la exigencia de

felicidad que todos los hombres son. Lo anterior, abre la posibilidad de una

realización plena de la condición que todos los seres humanos viven: la de

trabajadores.

“Juan Pablo II reconstruye las certezas metafísicas tradicionales de la fe a partir

del hombre, a partir de una reflexión profunda sobre lo que es el hombre. De la

experiencia de la vida del hombre remonta a su esencia y hace de la antropología

introducción y preámbulo de la fe. En otras palabras, la filosofía del hombre viene

a ser el verdadero acceso a la filosofía del ser. De esta filosofía del hombre forma

parte de modo esencial la filosofía del trabajo humano, que concierne a los

12

Laborem exercens - Wikipedia, la enciclopedia libre. (n.d.). Wikipedia, la enciclopedia libre. Accesado 1 de septiembre de 2013, desde http://es.wikipedia.org/wiki/Laborem_exercens

Page 25: La Doctrina Social y El Derecho Laboral

22

terrenos de la experiencia humana, anteriormente apropiados por la filosofía

marxista de la praxis”. (Rocco Buttiglione).

La civilización occidental se ha preocupado sobre todo de desarrollar el lado

objetivo del trabajo para someter a la naturaleza y liberar al hombre de

condiciones de vidas de gran pobreza y miseria. Ha logrado de modo

extraordinario acrecentar el control del hombre sobre la naturaleza. Sin embargo,

el lado subjetivo del trabajo ha sido totalmente descuidado.

El hombre ha elegido las formas de su cooperación en el trabajo y, por ende, su

organización social en total independencia de la exigencia de asegurar el justo

desarrollo de la persona humana en su trabajo. El resultado es que hoy nos

hallamos infinitamente más seguros que en el pasado frente a las amenazas que

provienen de la naturaleza (carestía, sequía, inundación, etc.), pero mil veces más

inseguros ante las amenazas que nos vienen de los demás hombres o que surgen

de nuestra propia intimidad personal (crisis económica, guerras, alienación,

neurosis de las grandes concentraciones urbanas...).

He ahí la reflexión de su SS. Juan Pablo II, quien nos dice en esta encíclica: "El

trabajo humano es una clave, quizá la clave esencial de toda la cuestión social, si

tratamos de verla verdaderamente desde el punto de vista del bien del hombre”.13

6.0. OTROS DOCUMENTOS MAGISTERIALES Y DE INSPIRACIÓN

CRISTIANA

Existen diversas formas de documentos que la Iglesia Católica emite, y que, de

acuerdo al contenido que estos posean, pueden llegar a formar parte de la

doctrina social de la Iglesia, con tendencias cristianas, pero no plenamente

idéntica a la doctrina social cristiana, por poseer esta última un sentido más amplio

al incluir documentos no magisteriales o sea los emitidos por el Santo Padre.

13 Catholic.net - Carta Encíclica Laborem Exercens. (n.d.). Catholic.net - El lugar de encuentro de los Católicos en la red. Accesado 1 de septiembre de 2013, desde http://es.catholic.net/empresarioscatolicos/721/1057/articulo.php?id=8622

Page 26: La Doctrina Social y El Derecho Laboral

23

Clases de documentos magisteriales:

- Encíclica

- Constitución Apostólica

- Bula Papal

- Breve Apostólico

Con anterioridad se ha definido la encíclica, por lo que se procede a mencionar la

Constitución Apostólica: el más alto nivel de decreto publicado por el Papa de

la Iglesia católica. Por su naturaleza, las constituciones apostólicas son públicas y,

como tales, expuestas a toda la Iglesia. Tratan sobre las materias más solemnes

de la Iglesia, tales como la promulgación de estatutos o de enseñanzas definitivas.

Las Constituciones Apostólicas se publican como Bulas Papales debido a su

forma solemne, pública. La categoría más alta siguiente, después de una

Constitución Apostólica, es una Letra Encíclica.

Una bula es un documento sellado con plomo sobre asuntos políticos

o religiosos en cuyo caso, si está autentificada con el sello papal, recibe el nombre

de bula papal o bula pontificia. Desde un punto de vista formal, la bula es solemne

y muy característica. Llevaba un sello de plomo con una cruz en el centro y una

representación de San Pedro y San Pablo, mientras que en el reverso se

consignaba el nombre del Papa del momento de su publicación y el año del

pontificado. Normalmente se envía al arzobispo de la diócesis, quien a su vez la

hará llegar a la parroquia. Está escrita en latín y si aparece en castellano es por la

traducción hecha desde el arzobispado; en ese caso se la considera una copia. En

cuanto a su contenido, las bulas expresan diversos mandatos en materia de

ordenanzas y constituciones, condenaciones doctrinales, concesión de beneficios,

juicios de la Iglesia, decretos de indulgencias, de señoríos eclesiásticos, etcétera.

Cuando la bula es de extensión y/o importancia menor se denomina breve.

Breve Apostólico o Pontificio es un tipo de documento circular firmado por

el Papa y refrendado con la impresión del anillo del Pescador, que generalmente

tiene una longitud menor y una importancia inferior a los demás documentos

Page 27: La Doctrina Social y El Derecho Laboral

24

papales, como la bula, la encíclica o la carta apostólica. Generalmente por su

tamaño, no contiene ni preámbulo, ni prefacio y se refiere a un solo tema; por

ejemplo, Pablo VI anuncia mediante breve, la clausura del Concilio Vaticano II, el 8

de diciembre de 1965.

6.1. DOCUMENTOS PAPALES: OTRAS FORMAS DE

DOCTRINA SOCIAL

6.2. Radiomensaje "Solennitá"

50 años de la encíclica Rerum Novarum (1941): El Papa Pío XII justifica la

promulgación de la encíclica emitida cincuenta años atrás por León XIII.

Recalcando la necesidad del llamado de atención a las naciones respecto a la

cuestión social y laboral de la época. Considerándose además que por medio de

la Rerum Novarum se habían aportado las herramientas necesarias para la

defensa de la clase obrera.

6.3. Populorum Progressio

Latín: El desarrollo de los pueblos: es la carta encíclica del Papa Pablo

VI promulgada el 26 de marzo de 1967.

La encíclica está dedicada a la cooperación entre los pueblos y al problema de los

países en vías de desarrollo. El Papa denuncia que el desequilibrio entre países

ricos y pobres se va agravando, critica al neocolonialismo y afirma el derecho de

todos los pueblos al bienestar. Además presenta una crítica al capitalismo y al

colectivismo marxista. Finalmente propone la creación de un fondo mundial para

ayudar a los países en vías de desarrollo.

Es una de las más famosas e importantes de Pablo VI aun cuando en su momento

fue objeto de debates (por ejemplo, en cuanto al derecho de los pueblos a

rebelarse incluso con la fuerza contra un régimen opresor) y críticas por parte de

Page 28: La Doctrina Social y El Derecho Laboral

25

los ambientes más conservadores. La encíclica fue el motivo de fundación del

movimiento MSPTM (Misioneros Siervos de los Pobres del Tercer Mundo)

6.4. Octogesima Adveniens:

El advenimiento de la octogésima: es una carta apostólica del Papa Pablo

VI publicada con motivo del LXXX aniversario de la publicación de

la encíclica Rerum Novarum el 14 de mayo de 1971. Trata igualmente de ampliar

la Doctrina Social de la Iglesia. Fue dirigida al cardenal Mauricio Roy, en ese

entonces, presidente del consejo para los seglares (hoy Pontificio Consejo para

los laicos) y de la Pontificia Comisión Iustitia et Pax (la justicia y la paz).

La sociedad política, según el Papa, tiende cada vez más a

modelos democráticos, pero ha de estar basada en un proyecto en relación con la

vocación humana y sus expresiones en la misma sociedad sin imponer

ninguna ideología.

6.5. Redemptor Hominis

(Latín: El Redentor del Hombre) es el nombre de la primera encíclica escrita por

el papa Juan Pablo II. Con ella, marca una senda para su pontificado al explorar

los problemas contemporáneos del hombre y proponer soluciones basadas en una

más profunda comprensión del ser humano. Establece los derechos humanos

como principio fundamental para todos los programas, sistemas y regímenes

6.6. Sollicitudo Rei Socialis

(latín: Preocupación social) es la carta encíclica del Papa Juan Pablo II,

promulgada el 30 de diciembre de 1987, con ocasión del vigésimo aniversario de

la encíclica Populorum Progressio, acerca de la preocupación social de la Iglesia.

Page 29: La Doctrina Social y El Derecho Laboral

26

En la introducción el Papa Juan Pablo II recuerda el hito que marcó la publicación

de la encíclica Rerum Novarum y los documentos del Magisterio.

En la primera parte, el Papa recuerda la ocasión y la novedad de las enseñanzas

que Pablo VI ofreció con su encíclica. Pero también menciona el tema del empleo

y de la deuda externa como aspectos emblemáticos de la situación.

La tercera parte de la encíclica está dedicada al tema del desarrollo humano

integral (opuesto ya como concepto por Pablo VI al del “progreso” de

origen iluminista). El aumento de bienes o la mayor facilidad de acceder a

servicios, afirma Juan Pablo II, se ha mostrado insuficiente y que lleva a una

especie de “superdesarrollo” que es inmoral pues implica el dejar la supremacía al

“tener” sobre el “ser”. Un desarrollo basado solo en aspectos económicos no es

suficiente.

Define la Doctrina Social como la cuidadosa formulación del resultado de una

atenta reflexión sobre las complejas realidades de la vida del hombre en la

sociedad y en el contexto internacional, a la luz de la fe y de la tradición eclesial

6.7. Centesimus Annus

Carta Encíclica del Papa Juan Pablo II, promulgada el 1 de mayo de 1991, con

ocasión del Centenario de la encíclica Rerum Novarum, de ahí su nombre

en latín Centesimus Annus.

Está dirigida a los Obispos, al Clero, a las Familias religiosas, a los Fieles de

la Iglesia Católica y a todos los Hombres de Buena Voluntad. Trata los rasgos

característicos de la Encíclica Rerum Novarum, y compagina las enseñanzas de la

misma, con el mundo actual, encaminadas hacia “las cosas nuevas” como

literalmente se señala en el capítulo III de la Centesimus Annus

Page 30: La Doctrina Social y El Derecho Laboral

27

6.8. Caritas in Veritate

(Latín: La caridad en la verdad) es el nombre de la tercera encíclica del Sumo

Pontífice Benedicto XVI firmada el 29 de junio de2009, Solemnidad de los Santos

Apóstoles Pedro y Pablo y presentada el 7 de julio del mismo año.

Retoma temas sociales contenidos en la Populorum progressio, escrita por el

Siervo de Dios Pablo VI en 1967, se propone profundizar en algunos aspectos del

desarrollo integral de nuestra época, a la luz de la caridad en la verdad: La

doctrina social de la iglesia y el desarrollo sostenible a la luz de las pobrezas y

desigualdades existentes en el mundo y la actual crisis económica global.

Page 31: La Doctrina Social y El Derecho Laboral

28

CONCLUSIÓN

La doctrina social, se compone de temas diversos que interesan a la colectividad,

y solamente como doctrina social cristiana es relativamente amplia.

Concretamente tratamos pues la doctrina social de la Iglesia Católica y los

documentos que públicamente exponen la postura del clero ante los embates y

dolencias sociales que aquejan a la humanidad con el surgimiento de las grandes

revoluciones en Europa. Por un lado los grandes descubrimientos científicos de la

época junto a la industrialización y el comercio masivo, en el otro extremo la

persona deshumanizada y reducida a objeto con las atrocidades cometidas:

jornadas laborales excesivas, remuneraciones mínimas, carentes condiciones de

trabajo. La Iglesia, lanza las cartas magnas del trabajo en primer lugar con la

Encíclica Rerum Novarum, primera encíclica social de la Iglesia, y que daría origen

al compendio doctrinario hoy conocido.

Los diversos documentos magisteriales (entiéndase por estos, los emitidos por el

Papa en cualesquiera de las clases de documentos de la Iglesia existentes)

componen exhortaciones al mundo, sobre la importancia de dar un puesto digno al

trabajador, a través de la intervención de los gobernantes para la salvaguarda de

los Derechos fundamentales y en base al iusnaturalismo en el que cada persona

merece igualdad de condiciones. El llamado a los patronos a no aprovecharse de

sus obreros, y a los obreros a trabajar con diligencia y honradez para con los

patronos.

Se presentan las coordenadas de la promoción moderna de justicia y paz. La

Iglesia logra estatuir, una base firme para el surgimiento del derecho del trabajo

basado en los derechos humanos, y logrando para los trabajadores una bandera

esperanzadora.

Indagar sobre doctrina social de la Iglesia, antes que proporcionar una base

histórica para la acentuación del Derecho Laboral, requiere una compilación

exhaustiva respecto del contenido fidedigno de las Encíclicas Sociales de la

Iglesia, amerita no solo lectura, sino el análisis confrontativo con los documentos

Page 32: La Doctrina Social y El Derecho Laboral

29

auténticos en discusión. Puesto que la doctrina literaria impresa, es insuficiente

para la determinación del significado real y estructural de la doctrina social, se

torna infalible el uso del internet a expensas de la veracidad informativa, por lo que

anticipadamente se procura una investigación amplia, y el contraste de contenidos

entre una fuente de información y la otra. Resulta arduo señalar una bibliografía en

particular, puesto que una parte significativa del informe finalizado está compuesto

de comentarios que como alumnos pre monitoreamos a partir de las de las fuentes

históricas consultadas. Sin embargo, permanecen latentes herramientas en común

que facilitan el acopio de información.

Page 33: La Doctrina Social y El Derecho Laboral

30

BIBLIOGRAFÍA

CABANELLAS de Torres, G. (4° edición 2001). Compendio de Derecho

Laboral Tomo I. Buenos Aires: Heliasta.

DE FERRARI, F. (2o edición, reimpresión). Derecho del Trabajo. Buenos

Aires: Depalma.

SITIOS WEB

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