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    La escritura en psicoterapia: regulacin emocional y

    funcionamiento reflexivoPublicado en la revista n025

    Autor:Lanza Castelli, Gustavo

    La regulacin y contencin de la vida emocional es uno de los objetivosfundamentales de toda psicoterapia, tal como dicen Luborsky y Crits-Christoph:Cuando los pacientes buscan un tratamiento psicoteraputico, a menudo la raznes que se hallan abrumados por conflictos vinculares y los sntomasconsiguientes; la meta prcticamente universal de la psicoterapia es la promocindel dominio (mastery) sobre esos problemas (....) Definimos el dominio (mastery)como la adquisicin de control emocional y autocomprensin intelectual en elcontexto de relaciones interpersonales (Luborsky, L; Crits Christoph, 1998, p.262).

    En los ltimos aos se han realizado una serie de interesantes investigacionessobre el tema del control o regulacin emocional. Desde el punto de vista de laneurociencia, los trabajos deLeDoux y Damasio constituyen aportes del mayorinters para comprender el funcionamiento y las posibilidades de regulacin de lasdiversas clases de emociones (Damasio, 1994; LeDoux, 1994b).En el enfoque de la psicologa, los trabajos de Gross, Richards y Feldman Barret,entre otros, ofrecen una serie de interesantes experiencias y valiosas conclusionessobre los tipos de regulacin emocional y su relacin con el bienestar psicolgico yla salud fsica (Feldman Barret,Gross, Conner Christensen, Benvenuto,

    2001; Feldman Barret, Gross, 2001; Gross, 2005).En lo que hace al punto de vista psicoanaltico, cabe sealar que desde losorgenes de su obra, Freud puso en relacin dicha regulacin con la ligadura quelas representaciones producen sobre las magnitudes de afecto, as como con laaccin de las diversas operaciones defensivas. En lo que hace a la eficacia de lasrepresentaciones, en una obra temprana (Freud, 1896) postula la existencia dediversos estratos representacionales, cualitativamente distintos, que surgen enperodos diferentes de la vida y que poseen una capacidad tambin diversa degestin, ligadura o contencin del empuje pulsional y la experiencia emocional,caracterizados en ese momento en trminos de energa o proceso excitatorio. De

    este modo, los distintos niveles de representaciones (trazos sensoriomotrices,imgenes, palabras) aseguran la continencia y la gestin de laexcitacin pulsional y con ello protegen al sujeto contra una descarga refleja,consistente en una alucinacin o en un pasaje al acto. Por lo dems, es tambin larepresentacin la que gua hacia el encuentro del objeto en el que realizar laaccin especfica, aligerando con ello el empuje pulsional (Freud, 1895, 1900a). De un modo u otro, la mayora de los psicoanalistas concuerdan con este planteosobre la importancia de dicha funcin de las representaciones, por ms que

    http://www.aperturas.org/revistas.php?n=030http://www.aperturas.org/revistas.php?n=030http://www.aperturas.org/revistas.php?n=030http://www.aperturas.org/autores.php?a=Lanza-Castelli-Gustavohttp://www.aperturas.org/autores.php?a=Lanza-Castelli-Gustavohttp://www.aperturas.org/autores.php?a=Lanza-Castelli-Gustavohttp://www.aperturas.org/autores.php?a=Lanza-Castelli-Gustavohttp://www.aperturas.org/revistas.php?n=030
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    sostengan, en sus desarrollos, una base terica diferente ala metapsicologa freudiana (Cfr., entre otros, Du Parc, 1995, 1998; Fonagy et al.,2002).Tambin desde el punto de vista del cognitivismo, diversos autores han subrayadola importancia de los sistemas simblicos verbal y no verbal para la regulacin delos esquemas emocionales (Bucci, 1997), o han detallado una serie de estrategiasutilizadas para dicha regulacin (Semerari et al., 1999; Dimaggio, Semerari, 2003).Por su parte, el psicoanalista Peter Fonagy ha ligado el proceso de regular lasemociones al funcionamiento adecuado de la Funcin Reflexiva o Mentalizacin.Sus desarrollos acerca de esta funcin aportan un modo novedoso de comprenderel funcionamiento mental y permiten postular como objetivo fundamental de lapsicoterapia el desarrollo y optimizacin de esta capacidad mentalizadora(Fonagy, 1991, 1995b; Fonagy, et al.,1993; Fonagy, Target,1996;Target, Fonagy, 1996; Fonagy, Target, Steele, Steele,1998; Fonagy, Gergely, Jurist, Target, 2002; Allen, 2003; Allen, Bleiberg, Haslam-

    Hopwood, 2003; Bateman, Fonagy, 2004).

    La Funcin Reflexiva incluye un componente auto-reflexivo y un componenteinterpersonal que torna posible reaccionar no slo al comportamiento efectivo delotro, sino tambin a las creencias, pensamientos, deseos, sentimientos, etc., queuno supone que ste posee como determinantes de su accionar. De este modo, laconducta de los dems se vuelve predecible y la experiencia del comportamientopropio y ajeno se organiza en trminos de estados mentales.

    La capacidad de mentalizar permite realizar una serie de discernimientos acercade la naturaleza y funcionamiento de los estados mentales, en un mismo y en losdems. Por citar slo algunos de ellos, diremos que permite advertir la opacidadde dichos estados en los otros, lo cual implica que las inferencias que los tomanpor objeto son siempre conjeturales y falibles. Permite tambin advertir laposibilidad que tiene el sujeto de disfrazarlos, los nexos comprensibles (causales yde otra ndole) que los vinculan, las limitaciones del insight respecto de losmismos, la naturaleza defensiva de algunos de ellos, el impacto que tienen en elpropio comportamiento y en el de los dems, el reconocimiento de que distintaspersonas pueden tener visiones diferentes de un mismo hecho, el discernimientode que el propio estado mental puede distorsionar el modo en que se percibe a losdems, etc. (Fonagy et al., 1998).

    En su dimensin autorreflexiva esta capacidad habilita al sujeto para registrar e

    identificar sus propios sentimientos, deseos, pensamientos, etc., discernir losmotivos del surgimiento de los mismos, as como aprehender los diversos nexosque poseen con otros elementos de su vida mental. Favorece, asimismo, laposibilidad de pensar sobre la propia vida emocional, pero no de un modointelectual y desapegado, sino en profunda conexin con la misma. Se trata, enese caso, de una afectividad mentalizada (Fonagy et al., 2002). De igual modo,permite pensar sobre los propios pensamientos y mantener respecto a ellos una

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    perspectiva tal que los discierne como sucesos mentales, diferencindolos de larealidad efectiva.

    Mltiples estudios parecen indicar que el adecuado desarrollo de esta capacidadmentalizadora depende de la calidad de las relaciones de apego vividas con losprogenitores. As, el nio que posee un apego seguro, con padres sensibles a susnecesidades y que poseen ellos mismos una elevada capacidad dementalizacin, tiene las mayores posibilidades de poseer, a su vez, un elevadofuncionamiento reflexivo, mientras que un nio con apego inseguro odesorganizado ver afectada su capacidad de mentalizar, en mayor o menormedida (Fonagy, 1999; Fonagy et al., 2002)

    En el contexto de la psicoterapia esta hiptesis sugiere que el incremento de lamentalizacin se ver favorecida por una relacin de apego segura con unterapeuta emptico en el cual sea posible confiar (Fonagy et al., 2002). A su vez,el incremento en la capacidad mentalizadora promover mejores relacionesinterpersonales (Allen, 2003).

    La capacidad de mentalizar puede variar de una situacin a otra, as como enfuncin de con quien se lleve a cabo la interaccin en la que se pone en juego. Deeste modo, un psicoterapeuta puede tener una alto grado de funcionamientoreflexivo (empata y conexin consigo mismo) cuando est trabajando en suconsultorio, pero verse privado de l, en gran medida, en una acalorada discusincon su pareja.

    En tanto se trata de una habilidad, la mentalizacin puede ser estimulada,incrementada y optimizada y, como toda habilidad, requiere prctica para suafianzamiento y desarrollo (Allen,Bleiberg, Haslam-Hopwood, 2003).

    En el presente trabajo, parto de la base de que hay diversas formas de ayudar alpaciente a que incremente su funcionamiento reflexivo y la capacidad de regularsus emociones. Una de ellas, en la que deseo poner el acento en esta ocasin,consiste en la escritura de un diario personal, (o diario de autoexploracin, LanzaCastelli, 2004b) realizada por el paciente en la semana, como actividad entresesiones, que considero posee mucho valor para llevar a cabo la prctica de estaactividad mentalizadora y favorecer los procesos de mentalizacin en las msvariadas circunstancias de la vida cotidiana de los pacientes.En este diario el paciente puede retomar, en el tiempo que transcurre entre unasesin y otra, alguno de los temas surgidos durante el trabajo en comn con el

    terapeuta que le parecieron significativos, y vincularlos con acontecimientosocurridos durante la semana, los cuales suelen aparecer bajo una nueva luzdespus de los esclarecimientos logrados en sesin. Puede tambin tomar notade los pensamientos y vivencias que le surgen en determinadas situacionesproblemticas, cuya deteccin y registro se revela de inters para el trabajoconjunto. O, mediante la anotacin de alguna experiencia perturbadora puedelograr, por s mismo, el esclarecimiento de un tema que le era conflictivo yentender el origen y sentido del mismo. Esta conquista ha de permitirle, entonces,

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    una mejor regulacin de sus estados emocionales. Posteriormente, el pacienteincluir estos discernimientos en la tarea compartida con su terapeuta. La experiencia muestra tambin otro beneficio de esta actividad, y es que, a travsde esta prctica de escritura el paciente se va apropiando del proceso teraputico,incrementa su motivacin e involucramiento y advierte que l tiene mucho que vercon los resultados del mismo.Postulo, entonces, que la actividad de escritura en el diario personal posee unaserie de beneficios para el proceso y los resultados de la psicoterapia, en tantoactiva, estimula e incrementa el funcionamiento reflexivo y favorece la regulacinemocional, los cuales constituyen los dos objetivos centrales para las msdiversas orientaciones psicoteraputicas.En lo que sigue, deseo hacer algunas referencias a la utilidad de la escritura enrelacin a la mentalizacin de la vida afectiva, particularmente en lo atinente alprocesamiento que con dicha escritura es posible realizar de

    afectos hiperintensos que abruman al sujeto y lo sumen en estados de profundomalestar, o lo impelen a acciones impulsivas con riesgo para s y para terceros.Utilizo para este fin dos testimonios escritos; el primero de ellos corresponde a unpasaje de un libro de la escritora Louise DeSalvo (DeSalvo, 1999), libro en el quedicha autora se extiende sobre diversas funciones tiles de la escritura. Elsegundo consiste en el fragmento del diario de un paciente.1) En un pasaje de su libro, DeSalvo relata una experiencia que la lleva a trabajarsobre la misma con su diario:

    Ayer, cuando me senta triste, saqu mi diario de la repisa, tom mi lapicera de la suerte,un regalo de mi alumno Andrew, y comenc a escribir. Escrib lo que haba ocurrido el da anterior. Cmo haba visto una joven madre consolandoa su pequeo hijo mientras yo estaba comprando comida. De repente, inexplicablemente,me encontr llorando y sal corriendo del lugar hacia mi auto. La vista de esa madre,inclinada sobre su hijo, acariciando su pelo, dicindole que todo estara bien, me hizo sentirque me faltaba algo.Escrib que el da anterior, muy temprano, haba estado limpiando un armario en mi stano.Ah encontr la vieja bata de bao roja de mi madre, un regalo que yo le haba hechoalgunos aos antes de que muriera. Tras su muerte, no pude desprenderme de esa bata;tena su olor, un ligero toque de White Shoulders, el perfume que usaba.Pero ahora, aos despus de su muerte, imaginando que ya haba hecho mi duelo ypensando que no necesitaba guardar ese ttem por ms tiempo, la haba puesto en una

    valija de ropas viejas que estaba juntando para dar, valija que haba dejado en mi caminohacia el supermercado.Mi dolor por su muerte, por lo visto, segn entend mientras escriba, no haba pasado. Talvez nunca pasara totalmente. La vista de esa madre y su hijo me record profundamentemi prdida. Me hizo tambin anhelar una madre dedicada, confortante, una madre como lama no poda ser cuando estaba deprimida.Escrib sobre mis sentimientos, sobre el haberme desprendido de la bata de mi madre ysobre cunto echaba de menos esa bata porque la echaba de menos a ella. Escrib cmo,

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    en ese supermercado, el dolor me supo a pnico, como si cayese en un agujero en latierra.Escrib tambin algunas reflexiones. Sobre cmo el recuerdo de ella leyndome mientrasmi padre haba partido para la guerra, era un recuerdo sanador, que me consolaba, y alque haba retornado muchas veces.Para finalizar, como de costumbre, escrib que estaba agradecida por el hecho de que elacto de escribir haba sido para m una fuente slida y confiable de consuelo a lo largo delos aos. Y escrib tambin cules eran mis esperanzas, mirando a mi nieto Esteban yhaciendo pan de maz con l.Despus de veinte minutos de estar escribiendo, si bien todava estaba triste, missentimientos haban sufrido una sutil pero real transformacin. Un panadero amigo mo lollama sentirse levadura: vivo y creciendo y cambiando. Esto es lo que siento a menudodespus de escribir: levadura.Haba examinado mis sentimientos, los haba conectado con algo que haba ocurrido y conmi pasado. Si bien segua teniendo sentimientos referidos a la prdida de mi madre, stosya no me abrumaban. Ahora me senta conectada con mis sentimientos y con la historia de

    mi vida. Estaba conciente de que haba aceptado mis sentimientos de prdida y que loshaba transformado en lenguaje, por lo cual los tena de modo diferente. Advert tambinque estoy comprometida con la escritura y con el alimento que sta me provee

    (DeSalvo, 1999, pp. 7-8, las cursivas son mas).Si bien el ejemplo en s mismo y los comentarios de la autora son suficientementeelocuentes, deseara hacer algunas puntualizaciones para destacar con msclaridad algunos conceptos. Para ello diferencio dos momentos: el previo a laescritura y aqul en el que la autora se pone a escribir. En el primero de estos momentos, DeSalvo encuentra la bata de su madre, lapone en una valija con ropa vieja para dar, sin tomar conciencia del dolor que leproduce separarse de la misma y, antes bien, creyendo que ya haba realizado suduelo. As las cosas, entrega esta valija y prosigue rumbo al supermercado. Eneste lugar contempla una escena: una madre consolando a su hijo, acaricindolo ypreguntndole qu le pasa.Esta gestalt visual-global desencadena en la autora una respuesta emocionalautomtica, masiva, incomprensible, abrumadora, que la hace llorar y salircorriendo. DeSalvo consigna que, en ese momento, esto que le ocurra leresultaba inexplicable y que el sentimiento que tena era de que le faltaba algo,con un dolor intenso que saba a pnico, como si se cayera en un agujero en latierra. Vemos que el afecto despertado por esta imago no puede ser contenido ni

    regulado y lleva a la autora a correr para alejarse de la situacin que lodesencaden. Uno de los motivos del carcter no inhibible del mismo reside en elalto grado de condensacin de esta representacin, que se desplegar en unsegundo momento, en el que -por mediacin de la escritura- este estado de cosascambiar.Cuando DeSalvo se pone a escribir, realiza en este acto un despliegue narrativo.En efecto, nos informa que realiz relatos, relacionados entre s, referidos a la

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    escena de la bata que pone en la valija y luego entrega, la situacin vivida en elsupermercado, sus sentimientos al desprenderse de la bata, reflexiones yrecuerdos de cuando la madre le lea mientras el padre estaba en la guerra, suestar agradecida a la escritura por ser fuente de consuelo, sus esperanzasreferidas a su nieto, con quien hace pan de maz. Los procesosque ocurren durante la escritura consisten en el despliegue, en unaserie de relatos, de una representacin condensada que desencaden unaexperiencia abrumadora. En el transcurso de esta tarea, DeSalvo se conecta conel dolor por la muerte de su madre y con la nostalgia que siente por la misma, ascomo con el anhelo de una madre confortante. Se ha incrementado, en esteproceso, su capacidad de identificar distintos aspectos de su vida emocional de unmodo ms fino y matizado, en comparacin con la respuesta emocional masivainicial, lo cual constituye un incremento en su capacidad de mentalizacin(Fonagy et al., 2002;Carccione et al., 2003; Dimaggio, Semerari, 2003). De igual modo, logra discernir nexos entre la escena en el supermercado y la

    escena de la bata, conectada a su vez con recuerdos de cuando se la regal a sumadre y del momento en que decidi conservarla porque tena el olor del perfumeque ella usaba; tambin surgen nexos con otros recuerdos, como los referidos alas escenas en que su madre le lea. La situacin actual se conecta, no slo conestos momentos del pasado, sino que se proyecta hacia un futuro esperanzadoque incluye la relacin con su nieto.El incremento en el funcionamiento reflexivo (mentalizacin), por mediacin de laescritura, se evidencia tambin en la deteccin de estos nexos, la inclusin de lavivencia actual en un decurso temporal ms amplio (memoria autobiogrfica yactividad prospectiva), y en la comprensin que logra del significado de la escena

    de una madre consolando a su hijo.

    Al proceder de esta forma y poder pensar sobre su vida emocional, toma unaposicin activa en relacin al sentimiento que, en un primer momento, la abrum.La nueva respuesta afectiva, que surge durante esta actividad, es cualitativamentediferente a la primera, ya que no resulta abrumadora sino que puede ser conteniday albergada en el interior de la experiencia conciente, en el contexto de lacomprensin de su significado y de su conexin con diversos acontecimientos dela propia vida. La experiencia emocional ha sufrido una sutil pero realtransformacin, que podemos denominar regulacin, modulacin, o mentalizacinde la misma. (Fonagy et al., 2002).Hacia el final de la escritura aparecen nuevos sentimientos; en primer trmino, elsentimiento de gratitud por el hecho de que el acto de escribir fuera para ella unafuente slida y confiable de consuelo a lo largo de los aos, posteriormente, elsentimiento de esperanza enlazado con su nieto y la relacin que con l mantiene.Estos nuevos sentimientos parecen enlazados con un cambio en la posicinsubjetiva deDeSalvo. En efecto, si prestamos atencin al tema del consuelo,

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    reiterado varias veces en el texto, vemos que en un primer momento aparece en laescena del supermercado, donde un hijo es consolado por su madre. Podemosconjeturar que la autora sinti ah que le faltaba el consuelo de la suya (me hizosentir que me faltaba algo). Posteriormente refiere cmo haba acudido muchasveces al recuerdo de su madre leyndole, recuerdo que le resultaba sanador y que

    la consolaba. Su mencin de que la escritura la ha consolado a lo largo de losaos y le ha provisto de alimento puede ser entendida, creo, como que ella seconsolaba a s misma al escribir, identificada con la posicin de una madre queconsuela.Por ltimo, los sentimientos de esperanza enlazados con su nieto, parecen surgirdesde la identificacin de la autora con una madre que da amor y que comparte atravs del alimento (haciendo pan de maz con l). Conjeturo que la posibilidad de consolarse a s misma, as como de reencontrar, altrmino de su texto, el lazo esperanzador con su nieto vivido desde la posicin-madre, fue facilitado por la posicin activa que supone el hecho de ponerse a

    escribir (Lanza Castelli, 2005c).2) En otros casos son diversos los procesos mentales que se ponen en juego yque forman parte tambin del funcionamiento reflexivo, procesos que consisten enla posibilidad de conquistar una perspectiva diferente respecto del propiofuncionamiento mental.En determinadas situaciones de alta activacin emocional, puede ocurrir que unsujeto realice una interpretacin muy sesgada y parcial de las intenciones ocomportamientos del otro, interpretacin que no reconoce como tal y a la queconsidera totalmente objetiva, como si fuera un reflejo cabal de dicha realidad.

    En ese estado emocional el sujeto ha perdido la capacidad de cuestionar yrelativizar los propios pensamientos y de considerarlos como una perspectivaposible, entre otras, acerca de la realidad del otro.El poner por escrito los propios procesos mentales favorece que, al verlos desdecierta distancia, sea posible advertir su carcter de pensamientos, o sea, advertirque no son un reflejo de la realidad exterior, sino que son representacionessubjetivas, falibles, interiormente motivadas y basadas en una perspectiva enparticular, que es slo una de varias posibles.Un ejemplo tal vez pueda ilustrar esta idea:

    Un paciente de 42 aos, recientemente separado, entra en estados de furiacuando su ex mujer, con quien viven los dos hijos de ambos, y que todavadepende econmicamente de l, realiza gastos que el paciente considerainnecesarios con la tarjeta de crdito que an conserva.

    En una sesin relata que ha vuelto a producirse una de esas situaciones:hablando por telfono con su ex esposa, sta le refiri una serie de compras quehaba hecho con la tarjeta. El paciente se enfureci, le grit algunas cosas y cort.

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    Durante largo rato trat de realizar actividades en su casa sin poder concentrarseni calmarse, pues le segua dando vueltas en la cabeza lo que haba ocurrido.

    As las cosas, decidi tomar su diario y ponerse a escribir:

    [Nota: dada la extensin del texto del paciente, selecciono algunos fragmentos que

    ilustran el proceso]

    Otra discusin con Silvina por la plata, siento que lo hace para cagarme, que gasta de msporque sabe que es la forma que tiene de joderme. Me dice que es para los chicos porquecon eso me tapa la boca y yo, como un boludo, termino pagando aunque me enfurezca. Metoma de boludo, eso es lo que me da bronca, se aprovecha y me aprieta con esto comouna forma de vengarse. Ah le asoma esa cosa vengativa que tiene que siempre mepareci tan jodida ()

    Me hace acordar a Susana [amiga de ambos] que lo jodi a Santiago [ex marido deSusana], le hizo juicio, lo persigui y le arruin la vida porque l la haba dejado. No parhasta verlo casi en la lona. Y todo porque estaba llena de odio y quera vengarse.

    Cuando Silvina me jode con la plata por venganza...ahora que escribo estocreo darmecuenta que la estoy demonizando, como ya ha pasado otras veces cuando la sientovengativa. La comparacin con Susana me parece excesiva...Silvina ha sido siemprebuena conmigo aunque tenga cosas de vengarse, pero no hasta ese puntos, me pareceque con este tema me enrosco demasiado y la miro con mala onda, y termino vindolacomo una bruja... [las cursivas son mas].

    En la primera parte, el paciente expresa su malestar por las actitudes de la exmujer con el dinero, a las que les adjudica, de modo paranoide, unaintencionalidad hostil [lo hace para cagarme es la forma que tiene de joderme]

    Atribuye a los argumentos que ella le da la intencin de impedirle todocuestionamiento y dejarlo, de ese modo, sin la posibilidad de reaccionar [Me dice

    que es para los chicos porque con eso me tapa la boca] lo cual lo dejaentrampado y lleno de furia impotente [y yo, como un boludo, termino pagandoaunque me enfurezca].

    A rengln seguido, le adjudica una intencin menoscabante [Me toma de boludo,eso es lo que me da bronca] as como un deseo vengativo [se aprovecha y meaprieta con esto como una forma de vengarse]

    Un incremento de la furia lo lleva a equipararla con esa amiga en comn que, llenade odio, le arruin la vida a su ex marido [Me hace acordar a Susana que lo jodia Santiago () lo persigui y le arruin la vida () No par hasta verlo casi en la

    lona. Y todo porque estaba llena de odio y quera vengarse] Tras esta equiparacin, vuelve a hablar de la actitud vindicatoria de Silvina[Cuando Silvina me jode con la plata por venganza..] y es ah que se produce ungiro importante: el foco del paciente cambia, ya no es sobre Silvina y su supuestavenganza que recae su atencin, sino sobre su propia forma de verla, a la quecaracteriza como estarla demonizando [ahora que escribo esto creo darmecuenta que la estoy demonizando]. Cabe destacar que, como el paciente mismo

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    consigna, este cambio tiene lugar por el hecho de poner todo esto por escrito[ahora que escribo estocreo darme cuenta].

    Surge, a continuacin, el recuerdo de que esa operacin mental de demonizarlaya ha tenido lugar en otras ocasiones. Acto seguido, cuestiona la equiparacin queacababa de hacer entre Silvina y Susana [La comparacin con Susana meparece excesiva...] y resalta otros rasgos de su ex esposa que matizan el cuadroque pinta de ella [Silvina ha sido siempre buena conmigo aunque tenga cosas devengarse, pero no hasta ese punto].

    Tras esto, se abre para el paciente la posibilidad de discernir en s mismo unadimensin sintomtica; en este caso, una sensibilidad excesiva y problemtica enrelacin al tema del dinero y la venganza [me parece que con este tema meenrosco demasiado], y de identificar una forma de considerar a su ex esposamotivada por su propia hostilidad [la miro con mala onda]. Por ltimo, atribuye aestos aspectos suyos la razn de ser de la imagen de Silvina que haba tenidomomentos antes, y que ahora reconoce, claramente, como construida por l [y

    termino vindola como una bruja...].

    Esta operacin, que discierne al pensamiento como una construccin falible (y, eneste caso, equivocada) e internamente motivada, produce tambin unaaminoracin de la furia con la que haba comenzado a escribir. En estemovimiento podemos diferenciar dos aspectos; uno referido al contenido delpensamiento, que se modifica en la medida en que se produce este viraje: Silvinadeja de ser vista como movida por el afn de venganza y equiparable a su amigaSusana y aparecen otros aspectos suyos que matizan el conjunto. Otro, referido ala deteccin y modificacin de una intencionalidaddemonizante en el paciente, lacual es puesta en cuestin y depuesta en la medida en que es advertida.

    Esta diferenciacin tiene la mayor importancia clnica. Tanto las elaboracionesde Fonagyacerca de la mentalizacin, como ciertos desarrollos recientes enterapia cognitiva, en torno a laMindfulness Based Cognitive Therapy (Cardaciotto,2005) y a los procesos metacognitivos en los trastornos de personalidad(Dimaggio, Semerari, 2003) enfatizan fuertemente la importancia de que elpaciente pueda considerar a sus pensamientos como slo pensamientos y nocomo reproducciones adecuadas y fiables de la realidad (Teasdale, et al., 2000).Las estrategias dirigidas a favorecer esta diferenciacin forman parte importantedel abordaje teraputico y muestran una considerable eficacia en el tratamiento deuna serie de condiciones patolgicas (Dimaggio, Semerari,2003; Bateman, Fonagy, 2004; Cardaciotto, 2005).

    Sin duda que el resultado no es siempre tan inmediato como en este ejemplo.Otras veces el voltaje emocional es tan intenso en el momento mismo en que elpaciente escribe, que impide poner en perspectiva los propios procesos mentales.Esto suele suceder con pacientes que tienen tendencia a los estallidos de furia olos episodios de violencia, sobre los cuales no acostumbran reflexionar. El tomarnota detallada de lo que ocurre en esa situacin, aunque no logre modificar en elmomento mismo el enfoque del paciente y su estado anmico, queda como un

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    registro valioso para que, al da siguiente, o algn tiempo despus, cuando latormenta emocional haya pasado, pueda volver sobre sus anotaciones y mirar conotros ojos, desde otro estado mental, ms reflexivo, a se que fue en el momentoen que estaba embargado por la furia.

    El registro de lo acontecido constituye tambin un valioso material para sertrabajado en sesin. La identificacin de los sucesos activadores de estos accesospuede ser de mucha utilidad para pensar estrategias destinadas a evitar que sedesencadenen, o para que el paciente aprenda a identificar sus primeros signoscon el objetivo de poder controlarlos. Este registro tambin es de utilidad, sinduda, para ayudar en la exploracin conjunta del modo de funcionamiento mentalque hace posibles estos estados, as como de los distintos factores responsablesde su aparicin y mantenimiento.

    Cabe plantear ahora la pregunta acerca de cul fue la razn por la que la escrituraresult de utilidad en estos casos y cules fueron las operaciones que implic,tales que su puesta en prctica favoreciera los desenlaces mencionados

    Para responderla, deseo consignar nuevamente, en forma resumida, los procesosmentales que tuvieron lugar en ambos ejemplos, en el curso de la escritura:

    Ejemplo 1:

    Registro diferenciado de sentimientos (dolor, nostalgia, anhelo de una madreconfortante)

    Transformacin del sentimiento inicial (...sutil pero real transformacin)

    Aparicin de nuevos sentimientos (gratitud, esperanzas)

    Establecimiento de nexos (causales, temporales, etc.).

    Comprensin de lo previamente inexplicable (significado de su reaccinemocional ante la vista de la escena en el supermercado).

    Ejemplo 2:

    Giro de la atencin, de su ex esposa hacia sus propios procesos mentales.

    Puesta en perspectiva de sus procesos atribucionales y cuestionamiento de los

    mismos.

    Comprensin de que stos no son un reflejo de la realidad de Silvina, sino unaconstruccin de su propia mente.

    Discernimiento de una intencionalidad distorsionadora de la realidad del otro(demonizante), la cual produce las atribuciones mencionadas.

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    Deteccin de un pattern recurrente en la aparicin de dicha intencionalidad(...como ya ha pasado otra veces cuando la siento vengativa...).

    Inteleccin del motor de esta intencionalidad en su propia hostilidad (...la miro conmala onda y termino vindola como una bruja).

    Aprehensin de un rasgo de su personalidad consistente en una sensibilidadconflictiva con el tema del dinero y la venganza (...con este tema me enroscodemasiado).

    Todos estos procesos son expresiones de la actividad de la Funcin Reflexiva, lacual, como podemos ver, es una funcin compleja que engloba una serie deoperaciones diferentes. Por lo dems, las que aqu aparecen son slo algunas deellas (Fonagy, Target, Steele, Steeele, 1998;Fonagy, Gergely, Jurist, Target,2002; Allen, 2003).

    Ahora podemos retomar nuestra pregunta de por qu el hecho de escribir propiciel funcionamiento de esta actividad mentalizadora.

    Postulo que la razn por la cual la actividad de la escritura personal favorece elfuncionamiento reflexivo, radica en una serie de operaciones que le soninherentes. En estos ejemplos se pusieron en juego cinco de ellas: despliegue,delimitacin en unidades diferenciadas,externalizacin, ubicacin en unlugar, corporizacin (Lanza Castelli, 2006).

    Despliegue, delimitacin en unidades diferenciadas: la imagen que desencadenla reaccin en el supermercado era una Gestalt altamente condensada, de ah laintensidad de la reaccin de DeSalvo, lo indiferenciado del sentimiento abrumadorque experiment en ese momento y lo no inhibible del mismo. La traduccin de

    esta experiencia en escritura implic un cambio de formato y un proceso quepodramos llamar de descondensacin (despliegue). El conjunto depensamientos y sentimientos condensados se fue desplegando en una serie derelatos que posean un formato secuencial-lineal. Cada uno de ellos estabaformado, a su vez, por un conjunto de representaciones verbales consistentes enunidades de significacin acotada y delimitada (delimitacin en unidadesdiferenciadas). Fue este proceso de despliegue el que permiti la diferenciacin delas distintas series de pensamientos y la discriminacin de los diversossentimientos ligados a ellos. Este trabajo de construccin de mltiples unidadesdiscretas permiti tambin el discernimiento de los nexos que las vinculaban.

    Externalizacin, ubicacin en un lugar, corporizacin: me refiero con esto a tresprocesos que estn siempre presentes en la escritura personal. Quienescribe externaliza sus procesos internos, los corporiza en una serie designificantes grficos y los aloja en un lugar exterior a la propia mente, el diario ola hoja de papel.

    Estos procesos son significativos debido a la distancia que posibilitan respecto alos propios procesos mentales, ya que al escribir sobre los mismos se pone en

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    juego una conciencia reflexiva que supone algn tipo de distancia entre el self queexperimenta, piensa, etc., y el que observa estas actividades.El hecho central, en lo que tiene que ver con este tema es que, en la medida enque introducimos una distancia, un hiato, entre estos dos aspectos del self, mayores la conciencia que tenemos de la propia experiencia y mayor la nitidez con questa resalta.

    Alain Morin, en una serie de trabajos sobre el habla interna (inner speech), en laque el sujeto se habla a s mismo, postula que sta nos permite identificarverbalmente y regular, tanto nuestras experiencias mentales habituales, comonuestras caractersticas personales y comportamientos. Agrega que este discursointerior es de la mayor importancia a los fines de la autoconciencia yelautoconocimiento, ya que la observacin slo es posible cuando se constituyealguna distancia entre el observador y lo observado. El habla interna, agrega, nospermite crear esta distancia que se establece, justamente, entre la experienciasubjetiva y la representacin lingstica que la nombra (Morin, 1995b, 2004b,

    2005).Por mi parte, postulo que si el habla interna permite crear cierta distancia, dentrode nuestra propia mente, entre el self que observa y los contenidos de laexperiencia observados, la escritura permite crear una distancia an mayor. Enefecto, el hecho de traducir por escrito nuestra experiencia vivida comparte con elhabla interna el redireccionamiento de la atencin, del mundo exterior hacianosotros mismos y la traduccin de dicha experiencia en representacionesverbales, con el procesamiento y el cambio de formato de la misma que estoimplica [Lanza Castelli, 2006]. Pero la escritura agrega algo ms:la externalizacin de los propios procesos mentales, actitudes y comportamientos

    en un espacio exterior a la propia mente, la pgina o el diario personal, con lo quela posibilidad de instaurar una distancia y la perspectiva que se logra con estaoperacin, son claramente mayores que en el hablarnos a nosotros mismos.

    Asimismo, la corporizacin de los pensamientos en el trazo escrito, los vuelve msntidos y reales, con lo que la identificacin de los mismos se incrementa, ascomo se optimiza el pensar que los toma por objeto.

    Postulo entonces que es esta distancia, lograda a travs de la escritura, la quefavoreci la puesta en perspectiva de las atribuciones distorsionadoras, as comodel resto de los procesos correspondientes al ejemplo 2, resumidos ms arriba.

    Por lo dems, en este caso fue la disminucin de la distorsin en dichas

    atribuciones el mecanismo responsable del decrecimiento de la furia, ya que stase basaba en una atribucin en la que el sujeto crea y que gobern supensamiento hasta que ste se puso a escribir.

    Si tratamos de graficar los procesos mencionados, tendramos el siguienteesquema:

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    Ejemplo 1

    Ejemplo 2

    El grfico permite advertir con mayor claridad cmo el funcionamiento reflexivo seve facilitado por las operaciones inherentes a la escritura personal. De ah laafirmacin hecha al comienzo, de que la prctica de la escritura entre sesiones, enun diario de autoexploracin, constituye un valioso auxiliar de la psicoterapia y unaherramienta para que el paciente ejercite e incremente en la semana su capacidadmentalizadora, considerada como una habilidad que puede serdesarrollada(Colman, 1997; Allen, Bleiberg, Haslam-Hopwood, 2003; LanzaCastelli, 2004b, 2005a, 2005b, 2005c).Por ltimo, los anlisis precedentes nos muestran que hay distintos tipos deregulacin emocional y que en cada caso ser de utilidad determinar culesprocesos de la Funcin Reflexiva se han puesto en juego y sobre cules puntosdel circuito de la emocin han actuado (Gross, 2005).

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