La Escuela de La Economía Moral

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LA ESCUELA DE LA ECONOMIA MORAL. ALGUNAS DE SUS LIMITACIONES PARA EL ANALISIS DE LO POLITICO EN LO CAMPESINO Alberto G. Flórez Malagón * RESUMEN en lo crítica I. INTRODUCCION Las ciencias son productos históricos que se desarrollan, muchas veces de manera funcional, dependiendo su avance, en gran medida, de los conflictos sociales por los que atraviesan las sociedades. Para el caso de los estudios rurales en Latinoamérica estos evolucionaron en un contexto académico muy preocupado por las preguntas acerca 'del de- sarrollo económico nacional desde las propuestas de un análisis dependentista y nacionalista el cual se desarrolló como alternativa a la tradicional visión dualista de las escuelas de la modernización. Sumado a esto, la notable influencia de las escuelas marxistas de corte economicista, tan en boga en los años sesenta en Latinoamérica contribuyó a que, en particular, los estudios sobre campesinos en América Latina surgieran bajo la importante influencia de las escuelas de economía campesina. Profesor-Investigador de la Maestrla en Desarrollo Rural de la Facultad de Ciencias Económicas y Adminis- trativas, Universidad Javeriana. Cuadernos de Agroindustria y Economfa Rural NSl 26. Primer Semestre de 1991 133

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Este artículo se inicia indicando algunas deficiencias del estudio de lo político en lo campesino para el caso Colombiano. Enseguida se hace la presentación crítica de la escuela de la economía moral, la cual puede ofrecer nuevas perspectivas analíticas para el desarrollo de nuestra ciencia política rural. Finalmente se ilustran, a través de algunos trabajos históricos, varias de las limitaciones que, en todo caso, presenta la escuela aquí analizada.

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  • LA ESCUELA DE LA ECONOMIA MORAL.ALGUNAS DE SUS LIMITACIONES PARA EL

    ANALISIS DE LO POLITICO EN LO CAMPESINO

    Alberto G. Flrez Malagn*

    RESUMEN

    en locrtica

    I. INTRODUCCIONLas ciencias son productos histricos que se desarrollan, muchas veces demanera funcional, dependiendo su avance, en gran medida, de los conflictossociales por los que atraviesan las sociedades.

    Para el caso de los estudios rurales en Latinoamrica estos evolucionaronen un contexto acadmico muy preocupado por las preguntas acerca 'del de-sarrollo econmico nacional desde las propuestas de un anlisis dependentistay nacionalista el cual se desarroll como alternativa a la tradicional visindualista de las escuelas de la modernizacin.

    Sumado a esto, la notable influencia de las escuelas marxistas de corteeconomicista, tan en boga en los aos sesenta en Latinoamrica contribuy aque, en particular, los estudios sobre campesinos en Amrica Latina surgieranbajo la importante influencia de las escuelas de economa campesina.

    Profesor-Investigador de la Maestrla en Desarrollo Rural de la Facultad de Ciencias Econmicas y Adminis-trativas, Universidad Javeriana.

    Cuadernos de Agroindustria y Economfa Rural NSl26. Primer Semestre de 1991 133

  • Por esta razn la mayor parte de los artculos sobre el tema en el medioLatinoamericano se dedicaron a debatir el famoso enfrentamiento "Chayanov-Lenn", (tambin llamado el debate entre "campesinistas y descampesinistas")referido al problema de la persistencia o desaparicin de los grupos campesinosante la agresividad del desarrollo cap~talista l.

    As, el eje de los estudis fue el problema econmico en un contexto en el quelos temas del desarrollo jugaban un papel central.

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    Para el caso Latinoamericano en general, esta tendencia hered e incorporinfluencias intelectuales universales; proceso que coincidi con una nueva posi-bilidad institucional que permiti la profesionalizacin de la investigacin ypropici un contacto directo y permanente entre los acadmicos latinoameri-canos.

    Sin embargo para el caso colombiano, y dadas las limitaciones en el de-sarrollo de las ciencias sociales en el paf$, el manejo acadmico de otros impor-tantes elementos diferentes a los generados por el tema de las economascampesinas, por ejemplo el tema de lo pqltico en lo campesino, no se nutri entoda su intensidad de los estudios que sobre este tema se empezaron a realizaren otros pases desde mediados del siglo. La presentacin de este aspecto de larealidad se limit a algunas organizaciones de carcter nacional con un clarosesgo "proletarista" en el que lo poltico slo era relevante cuando aparecanorganizaciones campesinas de "clase" directamente enfrentadas al estado insti-tucional2.

    Problemas tales como la diferenciacin social dentro de los grupos campe-sinos, la interaccin cotidiana entre diversas clases sociales rurales, los meca-nismos y las formas de accin poltica campesina y las conexiones de dichaaccin con las esferas de lo cultural fueron relativamente poco estudiadas ymenos en referencia al grueso de la literatura universal sobre el tema.

    1. Una muestra representativa de esta tendencia la obtenemos al revisar losarculos aparecidos en "EstudiosRurales Latinoamericanos", revista que se ha constituido en importante referencia para el desarrollo de losestudios campesinos en Latinoamrica.

    2. Como ejemplos importantes citaremos los trabaJos pioneros de Gonzalo Snchez, re-editados en Ensayos deHistoria Social y Polltica del Siglo XX. El Ancora Editores, Bogot, 1983; yel trabaJo de Lean Zamosc, LaCuesti6n Agraria y el Movimiento Cam~o en Colombia. Luchas de la ANUO, 1967-1981. CINEP, Bogot,1983. Sobre este ttimo tema se gener un verdadero "boom" de estudios entre los que VRie la pena destacarlos de Cristina Escobar, Una Experiencia de OrglURJCi6n Campesina en el Valle del Cauca. CINEP, Bogot,1987; Sllvia Rivera, La Asociacin Nacional de Usuarios Campesinos, ANUO. CINEP, Bogot, 1986; BruceBagIey y Fernando Botero, "Organizaciones Campesinas Contemporneas en Colombia: Un Estudio de laAsociacin Nacional de Usuarios Campesinos, ANUC" En Estudios Rurales Latinoamericanos. VoL 1 NI' 1,enero-abril, 1978. Vanse adems los estudios generales de Pierre Gilhodes, Las LuchasAgrarias en Colombia,Jess Antonio Bejarano, EnsIryoB de HistoriaAgrarle. CEREC, Bogot, y Hermes Tovar Pinzn, El MovimientoCampesino en Colombia durante los Siglos XIX y xx. Ediciones Libre, Bogot, 1975.

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  • A pesar de esto, es notable la vinculacin de muchos intelectuales yactivis-tas polticos a las luchas campesinas en los aos sesenta y setenta y no estequivocado Arturo Warman cuando afIrma que "los movimientos revoluciona-rios latinoamericanos tuvieron ms influencia que el anlisis intelectual"3, Poreso resultara injusto afIrmar que no hubo una preocupacin por lo poltico en locampesino, pero este tipo de trabajo se dio de una manera muy pragmtica y nosiempre se lo integr a la discusin ms general acerca de las formas de concep-tualizar las acciones campesinas.

    La ausencia relativa de reflexin terica en Colombia acerca del conceptointegral de "campesino", a diferencia de lo sucedido en otros pases latino,ameri-canos, especialmente Per, Bolivia, Mxico, Brasil y Argentina, trajo como con-secuencia que muchas veces las "nuevas" propuestas de anlisis presentaroncomo originales elementos y temas que haban sido desarrollados mucho antesen otros pases de manera comparativa y sin duda ilustradora'.

    A pesar de esto, para el caso colombiano existe una reciente preocupacinpor comprender fenmenos locales y regionales que trasciendan los aspectospuramente econmicos o del nivel nacional.

    Desde hace algunas dcadas, profesionales de las ciencias sociales empeza-ron a prestar mayor atencin a los grupos populares como actores primordialesde la formacin nacional. La primera aproximacin al problema intent unareivindicacin pica de dichos grupos. La tendencia que sigui a esta percepcinfue el estudio de movimientos de rebelin o de procesos de organizacin a nivelnacional, siguiendo una tradicin acadmica de tipo "estado-centrista" desarro-llada para el anlisis de la realidad colombiana. Procesos polticos referidos alEstado, al bipartidismo y al nivel nacional en general, ocuparon la escena de losestudios sociales. Al mismo tiempo, la preocupacin por las estructuras cliente-listas de poder local llamaron la atencin de algunos cientfficos polticos6,

    Desafortunadamente, este descubrimiento de "lo poltico" como un aspectoa estudiar, a nivel regional y local, adoleci del mismo problema que antes afect

    3. Warman, Arturo, "Los Estudios Campesinos: Veinte Aos despus", en Comercio Exterior. VoL 38, N" 7,Mxico, julio de 1988, pg. 664.

    4. No se pretende aqul minimizar la incorporaci6n de estudiOllsobre economla campesina para servir directa-mente a los movimientos campesinos o para servir a la planeaci6n estata1 en la formulacl6n de nuevosprogramas para el desarrollo rural. Lo que se quiere es evidenciar la falta de artlculac16n entre esos estudios yuna rica corriente intelectual que propone un anlisis mucho mAs compll\lo e Integral que el de la economlacampesina y que seguramente est a tiempo de enriquecer 1011nuevos caminos de 1011estudios campesinos enColombia en su dimensin acadmica.

    5. Dentro de los ms recientes trabaJos podemos referir el de1socl610go Jos MarIa Rojas, "Recomposlcl6n delCampesinado y Estructuras del Poder Local" en Fernando Bernal (ed.), El Campesino Contemporneo.Cambios Recientes en los PafsesAndinos. CERECyTercer Mundo Editores, Bogot, 1990; yel anlisis sobre elcaso de Santander de Francisco Leal y Andrs Dvlla L.; Clientelismo. Instituto de Estudios PoUtlcos, U.Nacional y Tercer Mundo Editores, Bogot, 1991.

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  • a los estudios con nfasis econmico: separaba las esferas de la realidad ymuchas veces producia estudios politicistas con un excesivo nfasis en lasrelaciones institucionales.

    Ahistoricismo y cuantificacin, determinismo econmico, exclusin deimportantes objetos de estudio como los campesinos "pasivos", limitacin a loinstitucional y a "lo organizado", preocupacin por la "falsa conciencia", nfasisen los procesos de proletarizacin, percepciones negativas de "parroquialismocampesino", todos ellos seran ejemplos de algunos de los prejuicios y limitacio-nes que dificultaron el acercamiento a la realidad de los campos6.

    En todo caso ha venido surgiendo un nuevo inters por los estudios polticosque adems responde a la exigencia de las comunidades de base campesinas poruna autorreflexin y un desarrollo ms participativo a todos los niveles, en elcontexto de la crisis orgnica que ha afectado a la sociedad colombiana en lasltimas dcadas 7.

    As, lo poltico en lo campesino (por supuesto en una perspectiva histrica yno puramente cuantitativa) ha empezado a ser una permanente preocupacinacadmica tan importante como lo han sido los aspectos econmicos y tcnicosreferidos a las sociedades rurales.

    n. LA BSRRA DB LO CULTURALCOMOBSPACIO MEDIADORUna de las preguntas ms interesantes dentro de la nueva preocupacin por lopoltico en lo campesino es el por qu se rebelan o no los grupos campesinos. Eneste sentido se han formado en la literatura universal varias lneas de interpre-tacin que intentar responder a esta pregunta.

    6. Aunque aqu sostengo que esta es una tendencia de las primeras aproximaciones a lo poltico, no quiero dl\arde mencionar que existen trab~o pioneros, prlnclpa1mente desde la nueva IiItorla8Oeta1, que han exploradotemas que resultan noved0808 para el caso colqmblano, a peor de 8Ureconocida importancia en otr08 pafIIesde Amrica Latina. El trab~ de John Leddy Phelan, El Pueblo y el Rey. Carlos Valencia Editores, Bogot,1980, da algunos indicios de lo que se discute ms adelante como "la economla moral"; el trabaJo de GonzaloSnchez y Donny Meertens, Bandoleros, Gamonales y Campesin08. El Ancora Editores, Bogot, 1983; lainclusin de los problemas de gnero en el anlisis del movimiento agrario en VIot, Cundinamarca deMichael Jimnez, "M1ijeres Incautas y sus Hijo8 Bastardos" en HlstoriB CrItica, N08. 3 Y4, Univenddad de LosAndes,Bogot, 1990; y los ~reciente8 de Fern4n Gonlez, Controverai& N08.161-13, CINEP, Bogot,1990;A1fredo Moiano,SWWendoel Corte. El AncoraEditores, Bogot, 1989 {entre otros); YLen Zamosc, "ElCampesinado y las Perspectivu para la Democracia Rural", en Len Zamoac y Francisco Leal (eda.), Al Filodel Caos. Univer8idad Nacional y Tercer Mundo Editores, Bogot, 1990; introducen nuevos elementos dean41lsis poltico en el sector rural.

    7. SerIa innumerable referir la produccin de tr~ generados en el nuevo activi8mo acadmico de los aosochenta que ha virado desde el vH:Io activI8mo polftico omprometido y partIdi8ta ~ el trabaJo concomunidades dentro de las propue8tas m "neutrales" de la investigacin participatlva. Vase por l\iemplolos articulos publicados en la revista "Cuadernos de Agroindustr1a y Economla Rural", Facultad de CienciasEconmicas y Administrativas, Pontitlcla Universidad Javeriana.

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  • En lo que sigue de este trabajo se har un ejercicio de presentacin y crticade una. de ellas, la escuela de la Economa Moral la cual lleva varios afios de habersido propuesta y la cual ha sido sometida a revisin, crtica y revaluacinconstantes.

    Una presentacin y revisin de esta propuesta puede sugerir elementos deanlisis, o por lo menos ilustrar acerca de las derentes Uneas de interpretacinque sobre el tema se han generado en lOs estudios rurales internacionales.

    Para este tipo de aproximaciones, el papel de las esferas poltica y cultural,ha sido de gran importancia. Al mirar la esfera poltica, por ejemplo, las escuelasneomarxistas especialmente interesadas en los problemas de la teora delEstado, ofrecen algunas interpretaciones generales v.lidas8.

    Sin embargo, es en relacin a la esfera cultural, donde recientes investiga-ciones centradas en el estudio de ia diversidad en el proceso de formacin deconciencia de clases, y dedicadas muchas de ellas a explorar los procesos deresistencia y rebelin originados en 10$procesos de desarrollo capitalista, hangenerado nuevos elementos conceptuales que permiten una aproximacin aprocesos histricos ms especficos, sin perder de vista los elementos de lamacro teora y sin depender de aproximaciones deterministas.

    Dentro de los ms promisorios de los nuevos conceptos tericos desarrolla-dos en esta relacin, el concepto de "economa moral" se ha popularizado desdelos aftos setentas. Este concepto integra al anlisis histrico, como se define msadelante, la percepcin que las comunidades tienen de ellas mismas y resalta lasvariables poltico-culturales que median entre la estructura econmica y lasformas de la accin en sociedades que pueden ser defmidas, con alguna ampli-tud, como rurales y precapitalistas.

    A continuacin discutir brevemente la amplia condicin del trmino eco-noma moral y las limitaciones de su uso para entender los elementos de laaccin en comunidades rurales y campesinas, una de cuyas caractersticascomunes ha sido su oposicin y resistencia al avance del desarrollo capitalistaque ha sido percibido como una amenaza de las condiciones tradicionales deautonoma y organizacin social.

    111. LOS ANTBCBDENTES DE LA ESCUELA DE LA "BCONOMIA MORAL"La discusin terica acerca de las determinaciones infraestructurales y supe-restructuraleS ha sido el centro de importantes debates dentro del desarrollo delas ciencias sociales.

    8. Algunos de estos conceptos estI incluidos dentro de las propuestas de Antonio Gr8III8C1acerca del uso de la"Hegemonla" y el "Bloque Hist6rico", como aspectos relevantes para interpretar Iu ieJaciones entre lasociedad civil y el Estado.

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  • Sin embargo, las propuestas interpretativas que "solucionan" de algunamanera esta dicotoma slo parecen desarrollarse con fuerza en la segundamitad del siglo xx.

    Como refiere Brooke Larson en un notable ensayo historiogrfic09, es KarlPolanyi quien por primera vez sita el problema de la cultura dentro del discursode las transiciones hacia el capitali$mo, enfocando la experiencia histrica dealgunas tribus africanas de finales del siglo XIX.

    Interesado en las consecuencias de la transformacin de la tierra y deltrabajo en mercancfas en el caso de culturas tradicionales, Polanyi encuentra degran significancia que la penetracin del mercado sea devastadora y desintegreel contacto cultural haSta el punto que polanyi considera el proceso como unetnocidio.

    Aunque Polanyi no estudia la capacidad de resistencia de las sociedadescampesinas, por lo menos da unos primeros iIuIicios sobre la importancia de locultural en los procesos de la "gran transformacin" o irrupcin del capitalismo.

    El siguiente paso en estos planteamientos lo dio el socilogo BarringtonMoore Jr. en un estudio ya clsico l0,en el cual dicho autor estudia el impactohistrico de las lites agrarias y del campesinado, en la creacin de los regmenespolticos modernos..

    Moore centra su anlisis en la interaccin entre las fuerzas materiales yculturales lo que implcitamente se relaciona con algunos de los argumentos dePolany, y defme algunos conceptos que ms tarde van a ser reformulados comola "economa moral" de las sociedades agrarias tradicionales.

    Si Polanyi hace una crtica del determinismo material, Moore lo hace para eldeterminismo cultural y, en ese punto de encuentro, surge un anlisis de proce-sos histricos concretos en los cuales fuerzas globales del desarrollo capitalista,especialmente el mercado y el estado, alteraron el tipo y alcance de los serviciosy obligaciones con que las lites y los campesinos contribuan a la reproduccinsocial de los grupos ruralesll.

    Moore insina, adems, que los valores morales del campesinado surgen dela experiencia colectiva de los riesgos que atentan contra la supervivencia y, quees a travs de ellos que se juzga el propio comportamiento y el de los dems.

    9. Larson, Brooke, "Explotacin y Economla Moral en el Sur de Los Andes. Una Reconsideracin Critica", enHistoria Critica, NI' 6, Departamento de Historia, Universidad de Los Andes, Bogot, 1991.

    10. Moore Jr., Barrington, OrIgenesSocia1es delaDictadur.J'laDemocracia.Penlns~ Barcelona, 1973. Vasetambin su libro The Social Bases ofObedience and Revolt. M.E. Sharpe, New York, 1978.

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  • As, a partir del anlisl de las normas de reciprocidad desigual (conjuntode deberes y derechos desiguales entre las clases), Moore, explicara que unaruptura de dicha normatividad sera el elemento determinante de las rebelionesy revoluciones campesinas.

    A partir de esta propuesta, la pregunta acerca de las condiciones de larebelin campesina se volvi central para las dlcusiones acerca de lo poltico enlo campesino, que vena estudindose con especial ~ters a partir del desarrollode la hltoria social que enfatizaba la percepcin de "los de abajo", ytambin conel "boom" hltrico de los estudios campesinos de los aos sesenta.

    Dentro de esta atmsfera aparecen dos trabaJos muy importantes queretaron las teoras economicltasde la accin poltica campesina 12yel punto deVltadel hombre pre-polticol3 como "horno-econmico" que reaccionaba Vlce-ralmente a las condiciones "objetivas" materiales.

    El primero de estos estudios que retorn la interaccin entre estructuras eideologa en grupos sociales tradicionales fue el famoso artculo de la nuevahltoriasocial europea escrito por Edward P.Thopmson 14acerca del campesi-nado ingls en el siglo XVIII, el cual demostr que haba una lgica y unadlciplina para la accin que obedeca a un consenso moral dentro de la comu-nidad.

    Thompson captur la Vlinhltrica y poltica del pueblo que actu deacuerdo con su propio sentido innato de derechos y costumbres. La gente pobreinvadi graneros y rompi imgenes religiosas, dice Thompson, no tanto porquetuviera hambre, sino porque perciba que sus derechos tradicionales eran viola-dos cada vez con mayor frecuencia: "un dao a los acuerdos morales, que implicprivaciones reales, fue la ocasin ms comn para la accin directa de dichogrupo"15,

    Esta aproximacin implica una racionalidad de economa moral expresadaen los contenidos del dlcurso de dominacin que regula las relaciones entre losseores y los campesinos, relaciones que segn Thompson son especialmenteilustrativas en casos en que las comunidades tradicionales confrontan la pre-

    11. cfr. Larson, Brooke, op. cit., pg. 2.

    12. En la consideracin determinista de la accin poHtica como retlejo supraestructural de las condiciones.objetivas" de la economla.

    13. Trmino justa o injustamente atribuido a los trablijos del historiador marxista ingls Eric Hobsbawrn, vasepor ejemplo Rebeldes Primitivos. Editorial Ariel, Barcelona, 1974.

    14. Thompson, E.P., "The Moral Econornyofthe English Crowd in the Eighteenth Century" en Past and Present. NI'50, Febrero 1971, pgs. 76-136.

    15. Comparar con Charles TIIIy ms adelante.

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  • sencia de un mercado capitalista formal. As, el autor en su trabajo pionero, serefiere al papel del mercado capitalista como uno de los ms importantes para lacomprensin de las expresiones de resistencia en los trminos de la economamoral pues "el resentimiento popular se levant cuando las viejas prcticas delmercado cambiaron"16.

    La visin de estas comunidades, completainente dirigidas por la evolucin ylos avances del mercado capitalista, es quizs uno de los mayores nfasis perotambin limitaciones del ensayo de Thompson. "El mercado fue el punto en elque los trabajadores ms a menudo sintieron su 'exposicin' a la explotacin yfue tambin el punto -especialmente en distritos rurales o asentamientosdispersos- para el cual ellos llegaron a organizarse ms fcilmente"17.

    Como ser mostrado ms adelante, la libre y definitiva penetracin delmercado no es tan evidente en casos no europeos. Por el contrario, una grancantidad de situaciones intermedias han sido ilustradas en la historiograffareciente. De hecho la incursin del mercado y del Estaqo burocrtico han sidoms destructivas en reas del Tercer Mundo que en la Ingaterra o Franciaprecapitalistas.

    El ensayo de 'l'hompson no se refiere a la "violenta" y repentina transicin elcapitalismo, como ha ocurrido en el Tercer Mundo. Su trabajo es ms unareivindicacin del papel de los campesinos en el proceso. Esto es coherente consu propuesta principal y parte de .su contribucin a la historia social moderna.Pero para los propsitos del presente anlisis, su ejemplo es limitado a causa delnfasis en el proceso clsico de transicin que difiere d los casos mencionadosms adelante. .

    El segundo trabajo que aqu se refiere es el libro escrito por el politlogoJames Scott18 quien elabor el concepto de "economa moral", a partir delestudio de las sociedades campesinas de Vietnam y Burma, al comenzar el sigloXX, y lo desarroll como un marco que le permita estudiar la rebelin o lano-rebelin campesinas.

    A estas alturas, y segn stos autores, el concepto de economa moralaparece como el elemento necesario para conceptualizar el problema de lamediacin entre las condiciones objetivas de una sociedad dada y las formas deaccin poltica, que se dan a travs de la esfera de lo cultural, y ms precisa-mente en el espacio de la normatividad social tradicional.

    16. Thompson, E. P., op. cit., pg. 79.

    17. Thompson, E. P., op. cit., pg. 90.

    18. Scott, James, The Moral Economyofthe Peasant. Rebe1lion &lid subsistance in SoutheastAsia. Vale UniversityPress, New Haven, 1976.

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  • Scott perfeccion el concepto elaborando una teona sobre limitaciones y-oportunidades de la economa campesina y los patrones normativos que gobier-nan y legitiman el comportamiento campesino. El planteamiento destacado porScott consistia en que los patrones de economa campesina se reflejaban en una"tica de subsistencia".

    El trabajo de Scott revela una situacin de "inmovilidad" de este campesi-nado en plena confrontacin con las fluctuaciones del mercado mundial. Comoresultado, los campesinos escogieron la "menos favorable" de las alternativas, latradicin, donde ellos podan controlar los costos de produccin y asegurar losniveles mfnimos de subsistencia. Esta fue la base de su resistencia, an si suaccin abogaba por la defensa de las relaciones tradicionales de dominacindonde ellos no mantenan una posicin necesariamente favorable.

    La aproximacin de Scott puede ser considerada algo "monolftica"ya que laactitud del campesino hacia el sistema social tradicional parece una determina-cin inevitable. Esto se evidencia en el trabajo de Scott cuando l examina otrasrelaciones sociales como campesinos/Estado y arrendatarios/ dueftos de la tie-rra y las presenta como si estuvieran desconectadasu1.

    Las aproximaciones de Scott y Thompson coinciden en aceptar el papelamenazador y destructivo de los mercados capitalistas, y como consecuencia, ladefensa, exitosao no, de los modelos tradicionales de relaciones sociales. Elmercado aparece en estos trabajos como el principal elemento que hace posiblela expresin de la economa moral. Esto significa que en sociedades amenazadas,que estn en el proceso de transicin al capitalismo, el modo de produccindominante, entendido como relacin social no es la nica alternativa percibidapor el campesinado yes slo en el contexto histrico donde es posible de!mir lastendencias y la imposicin, la articulaein o la desaparicin de uno u otro modode produccin.

    IV. LA ESCUELA DB LA BCONOIIIA MORAL

    La economa moral tiene por objeto de estudio las sociedades rurales y precapi-talistas, grupos campesinos por ejemplo, formadas por comunidades autosufi-cientes o por lo menos con un importante nivel de autonoma. Estas comunida-des se ven enfrentadas al dilema diario de la subsistencia y expresan criterioseconmicos a travs de un contenido normatiVo moral.

    La economa moral se concentra en el sistema de derechos y obligacionesque rodean las relaciones interpersonales e intraclase en sociedades rurales yexamina los patrones de la normatividad compartida de lo que constituye uncomportamiento apropiado.

    19. Scott, James, op. cit., pg. 45.

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  • En otras palabras, la totalidad de los derechos y obligaciones de los gruposdominantes y los subordinados (reciprocidad desigual) crea una compleja tra-dicin en la cual existen los fundamentos para una accin colectiva de rebelin.

    Segn James Scott, las obligaciones sociales permean la transferencia deexcedentes del campesinado a las clases no productoras, y la economa esentonces inseparable de la moralidad.

    Ya sea en rutinas normales locales o en la violencia de un levantamiento,aparece la estructura de un universo moral compartido,.una nocin comn de loque es justo. Es esta herencia moral la que, en revueltas campesinas, seleccionaciertos objetivos antes que otros, y la que hace posible una accin colectiva(aunque raramente coordinada).

    Como se mencion ms arriba, los dos principios morales que parecen serms importantes para este tipo de anlisis son la norma de reciprocidad y elderecho a la subsistencia. La reciprocidad sirve como una frmula moral centralpara la conducta interpersonaJ.. El derecho a la subsistencia en efecto, defme lasnecesidades mnimas que deben ser suplidas por los miembros de la comunidaddentro del contexto de la reciprocidad. Ambos principios corresponden a lasnecesidades vitales dentro de la "economa campesina"20.

    El campesino est obligado a pagar su renta, y el seor terrateniente estobligado a garantizar al campesino un mnimo nivel de subsistencia; los campe-sinos tienen derechos as como deberes, lo que no significa que estos derechos nohan sido nunca violados. Ciertamente, los campesinos alrededor del mundo handesarrollado muchas formas de protestas ante violaciones a sus derechos tradi-cionales, pasando por migraciones, adhesin a comunidades religiosas, levan-tamientos locales y hasta rebeliones regionales21.

    Scott ha sugerido que los campesinos crean y mantienen ideologas intrnsi-camente opuestas a la visin dominante del mundo. Los campesinos, en estavisin, desarrollan sus propios conceptos de justicia para interpretar sus con-flictos bsicos con sus seores. Esta ideologa popular est con frecuenciaespecficamente en reversa de la ideologa de las lites: "cualquier orden moralest destinado a engendrar su propia anttesis, por lo menos ritualmente, dentrode la cultura popular"22. Los campesinos pueden subordinarse a la ideologa delas lites, o pueden disentir con ella; cualquiera sea la alternativa que escojan

    20. Scott, James, op. cit., pg. 167.

    21. Vase por ejemplo Adas, Michael, "From Avoidance to Confrontatiorr. PeIj8IU\t Prote8t in Pre-Colonial andColonial Southeast Asia", en Comparative Studies in Society and History. NI 23, 1981, pgs. 217-247.

    22. Scott, James, "Protest and Profanation: Agrarian Revolt and the Little tradition" en Theoy and Society. NO4,1977, pg. 33.

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  • depende de la relacin material entre los campesinos y la lite. En cualquiercaso, los campesinos entienden que sus intereses difieren de los intereses de losseores.

    En cuanto a la vieja discusin acerca de la capacidad poltica del campesi-nado algunos exponentes de la economa moral argumentan que las ideologas einstituciones campesinas proveen elementos tiles para la construccin de lasrevoluciones. En tiempos de cambio estructllral, los terratenientes no responde-rn ms a las expectativas de los campesinos, y stos intentarn restablecer lamoralidad tradicional. De acuerdo a Scott el "universo alternativo" del campe-sino representa la cosa ms cercana a la conciencia de clase en sociedadesagrrias pre-industriales"23, lo que implica que la economa moral tradicionalpuede ser una ideologa efectiva para organizaciones rebeldes. Ciertamente unaideologa tal podra ser realmente revolucionaria, por buscar una alteracin delas nuevas condiciones estructurales.

    Otras versiones de economa moral generalmente toman una posicin msnegativa en relacin a las posibilidades de una revolucin realmente basada enel campesinado24. Esta versin no asume ni la solidaridad campesina ni laconciencia de clase. La ruptura de las sociedades campesinas bajo el capitalismopuede llevar a revueltas violentas, dicen ellos, pero estas revueltas no son nuncaefectivamente polticas. Los campesinos pueden tomar parte en revolucionesgenuinas, dirn estos autores, pero solamente como aliados de otros grupos.

    Aunque esta ltima versin de la economa moral ve al campesinado comoun grupo menos estable y menos unificado (especialmente bajo el capitalismo),tambin reconoce que los campesinos pueden co.ntar con una amplia variedadde tipos de sancin tradicional y de protesta25.

    V. LAS CRITICAS CLASICAS EN LA ESCUELA DE LAECONOMIA MORALZI

    En un trabajo, bastante conocido Samuel Popkin presenta una crtica al usodel concepto de economa moral27. Aunque Popkin enfatiza el papel del mer-

    23. Scott, James, Ibld., pg. 224.

    24. Vase Hobsbawm, Eric, "Class Conlldousness in HiIIt.ory" en l. Meaaros, (ed.), Aspects ofHlstory and ClsssConsciousness, Roultedge and Kegan Paul, London, 1971 yWolf, Eric, Las Luchas Campesinas del Slglo xx.Siglo XXI Editores, Mxico, 1972.

    25. Tilly, Charles, "Food Supply and Public Order in Modern Europe" en ChllTles Til.(y,(ed.), The Formation oftheNationaI States in Europe. Princeton University PresII, Princeton, 1975. pg. 389.

    26. Muchas de las ideas de esta /leCcin se toman de WelIer, Robert y Gugenheim, Scott, (edil.), Power andprotest in the CountlJl8ide. Studiee o/Rural Unrestin Asia, Europe, and LatinAmerJca.Duke UniYenity PresIIPo1icy Studie8, Durham, North CaroJina, 1982.

    27. Popkin, Samuel, The RationaI Peasant. University of CalIfornia 1're88, Berkeley, 1979.

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  • cado, insiste en el papel "racional" de las decisiones campesinas que los lleva aparticipar dentro de los mercados capitalistas, con el fin de buscar beneficio. Loscampesinos toman una decisin racional an con el riesgo de amenazar susniveles de subsistencia y consecuentemente, la sobrevivencia de sus familias. Deesta manera los mecanismos polticos, econmicos y culturales que regularan laeconoma moral no funcionan aqu y los vestigios de la "tradicin" son reempla-zados por una decisin de aprovechar las oportunidades y asumir los riesgos delmercado. Es lo que Popkin llama una economa poltica del campesinado refe-rida a la concepcin tradicional de la economa, en la que el mercado se regulapor s miSmo. "La natural operacin de oferta y demanda en el mercado libre quepuede maximizar la satisfaccin de todas las partes y establecer el biencomn"28.

    Popkin critica las teoras de la economa moral, porque considera que stasimplican una romantizacin e idealizacin del campesinado. Utilizando el casoVietnam para ilustrar su punto, Popkin argumenta que muchas de las institu-ciones que los economistas morales arguyen como promotoras de la redistribu-cin de riquezas realmente lo que hacen es acentuar la estratificacin. Muestraadems como la cornercializacin de la economa bajo el capitalismo no ame-naz la base de subsistencia campesina como una unidad; por el contrarioalgunos campesinos se beneficiaron de la expansin capitalista encontrandoalternativas a las formas locales de explotacin.

    Las instituciones campesinas tradicionales tales como el matrimonio y laherencia, los arreglos laborales, y las jerarquas rituales pueden contribuir a laexplotacin de los campesinos29. Toda esta evidencia crea dudas acerca de laidea de una economa moral tradicional de derechos y deberes mutuos.

    De todas maneras no todos los aspectos de la economa moral pueden serrechazados. Se gana de los economistas morales un nfasis en las normascompartidas, as se hayan romantizado las normas discutidas por algunosautores. "Las normas compartidas no necesitan ser una tica de subsistenciaromantizada; ellas pueden ser en cambio un repertorio de formas aceptadas deprotesta -incluyendo levantamientos por comida, bandidaje social, rebelionesy as sucesivamente- en respuesta a violaciones de varias clases y valores. Lasnormas compartidas adems no necesitan ser enteramente tradicionales; ellasen cambio pueden ser reacciones flexibles ante nuevas condiciones estructu-rales"30.

    28. Popkin, Samuel, op. cit., pg. 24.

    29. Canclan, Frank, Economies and Prestige in . JlIIJ'II Conununity. Stantord university Press, Stanford, 1965Cole, John W. y Wolf, ErIc. The H1dden Frontier: Ecology and Atnhlclty in an A/pine ValIey. Academic, NewYork, 1974; Terray, Emmanuel, "Marxism and "Primitive SocIetie8", en Jlonth.(yRevlew Pre8. New York, 1972.

    30. Cfr. WeUer P. y Guaenhelm, Scott E., op. cit., JI8II.3-7.

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  • VI. LALIJlITACION DBL USO DBLCONCBPTODB LA BCONOMIA MORALVISTA BN ALGUNOS TRABAJOS IUSTOBlCOS (EN SU RBLACIONCON EL DBSARROLLOCAPITALISTA)

    Un elemento que debe ser desarrollado como una crtica ms al uso despreve-nido del concepto de economa moral es el papel del mercado capitalista comoesencial en la configuracin de las acciones polticas de las comunidades campe-sinas. Como se mencion ms arriba, todos los autores clsicos de la economamoral concluyen que tan pronto como las fuerzas del mercado penetran, losmercados precapitalistas y las estructuras de trabajo inevitablemente comien-zan a desaparecer.

    Estas generalizaciones han sido referencias importantes para el estudio delas condiciones del campesinado en las regiones menos desarrolladas. El princi-pal problema que se ha generado en la prctica ha seguido los lineamientos quehan impuesto la tendencia a usar el concepto como un modelo rgido e invaria-ble. Esto claramente no conduce a una metodologa mejor y algunas veces hastase llega a la apariencia de un nuevo "determinismo de economa moral", por lomenos al replicarse estudios de caso que no necesariamente han generado unmodelo terico aunque s una referencia conceptual.

    En este contexto la interesante revisi~ de BroQke Larson del concepto,muestra la complejidad que implica utilizar la econo~a moral como la nicareferencia metodolgica. Cuando se aplica a casos especfIcos "las normas nosiempre pueden ser deducidas de la 'tica de subsistencia', aunque esto esquizs un buen punto conceptual de partida. La tarea de explorar las percep-ciones campesinas an en un amplio marco de estratificacin de clases, requierelentender la estructura de la comunidad no slo en momentos de tensin socialsino tambin en sus actividades econmicas diarias, en su situacin frente almercado... "31.

    Cuando se refiere al caso boliviano durante los siglos XVII y XVIII, Larsondemuestra en primer lugar una anomala en el uso del modelo laxo de economamoral. Si recordamos que "el Estado Colonial trat de preservar las bases desubsistencia de las aldeas andinas, y que esto trataba de legitimar las relacionescoloniales en trminos de las "obligaciones" jurdicas y protecionistas que se lesdeba a las aldeas, las consecuencias sociales especfIcas de la poltica estatalmuy frecuentemente desgastaron los recursos tradicionales de una subsistenciasegura y expusieron a los campesinos a un mayor riesgo en varios momentosdurante el perodo colonial"32.

    31. Larson, Brooke, op. cit., pg. 12.

    32. Ibld. pg.46.

    145

  • Es interesante ver que en la estructura social de las sociedades andinas,concretamente en el caso Cochabamba, estudiado por Larson, el mercado noera, en tales circunstancias, un elemento indispensable para ex,plicar la econo-ma moral de dichos grupos. Lo que fue relevante en este caso histrico particularfue el uso que la comunidad hizo de las relaciones nuevas y tradicionales en elcontexto de relaciones de clase variables, bastante diferente de la "racionalidad"lineal estudiada por Popkin.

    A menudo, el recurso de los campesinos de enfrentar una autoridad contraotra, fue la manera como ellos lucharon para mejorar su posicin negociadora.Como dice Larson: "Existen inmumerables ejemplos de campesinos en la Cocha-bamba colonial que manipularon el sistema paternalista social para protegerseterse ellos mismos contra las ex acciones tributarias en perdos de centralizacinestatal. Otras veces, cuando las relaciones de clases se deterioraban, los campe-sinos, con la misma facilidad volvan a la autoridad colonial como un recurso demediacin para su conflicto inmediato: por encima de los trminos de cambio desus seores. As, mientras la subsistencia y las estrategias polticas campesinascambiaban con respecto a las nuevas presiones, tambin lo hacan sus expecta-tivas acerca de las funciones propias de las lites superiores. En la historia comoen la vida real, la "economa moral" no fue nunca muy rgida"33.

    Despus de leer el renovador ensayo de Larson, es fcil referirse a todos losestudios sobre sociedades, precapitalistas para mirar la diversidad de los casos yla dificultad de aplicar un modelo rgido para su comprensin.

    Pero introd uzcamos todava ms dudas, esta vez desde el trabajo de StevenHahn sobre las comunidades de labradores en las plantaciones fronterizassureas de los Estados Unidos durante el siglo XIX, que ofrece otra alterantivainteresante. Hahn reconstruye muchas de las relaciones de la vida poltica ysocial del perodo antebellum y elabora los cambios importantes que dieronfruto a la guerra civil y a la llamada reconstruccin34.

    Su punto de partida, pertinente a nuestro tpico, es que "mientras que elcomercio predominaba en la naciente economa norteamericana, lase precapi-talista, este coexista con o, en verdad, demostrando un componente integral delos sistemas productivos organizados a lo largo de las lneas capitalistas36. Estetema, el de la funcionalidad y persistencia de los pre-capitalistas en el desarrollodel capitalismo, especialmente para el llamado "tercer mundo" es uno de los msllamativos y ofrece alternativas a interpretaciones desarrollistas.

    33. Ibid. pg. 17.

    34. Hahn, Steven, The Roots ol Sothern Populism. Yeoman Farmers and the 7TansformatJon of the GeorgJUpcountry, 186()..1890. Oxford UniYersity Presa, New York. 1983.

    35. Hahn, Steven, op. cit., pg. 3.

    148

  • Los habitantes de aquellas zonas marginales, pequeos propietarios, crea-ron comunidades que podan ser llamadas en un sentido amplio, autnomas.Ellas fueron especialnlente importantes porque crearon mercados no capitalis-tas regionales dirigidos a los mecanismos bsicos de subsistencia, que podranser descritos por las teoras de la economa moral. An ms interesante es larelacin de esas comunidades con el modo principal de produccin capitalista,cuando ste comienza a penetrar la regin durante el periodo antebellum y msfrecuentemente, durante y despus de la guerra civil. Esos momentos han sidoestudiados especialmente desde la perspectiva de la historia poltica por susconexiones con el movimiento populista. Como dice Hahn: "El movimientopopulista... tena menos que hacer con condiciones deterioradas o una pobrezaextendida, per se, que con las transformaciones de las relaciones sociales y unaclase particular de confrontaciones con la penetracin de las relaciones demercado en una sociedad de diferente organizacin y sensibilidad, y los conflic~tos provocados en consecuencia"36.

    El mercado capitalista en este caso no fue una fuerza omnipotente y lascomunidades de labradores mantuvieron una situacin autnoma, an con lacreacin de una base ms amplia del movimiento populista. "Los populistaspusieron atencin al apacible mundo de los cultivadores independientes yexpresaron su profunda desconfianza de la autoridad centralizada; anticipandolas exigencias de las masas sociales defendieron la propiedad gubernamental losmedios de transporte y comunicacin"37.

    De nuevo, como en el caso de Cochabamba, se observ en este mediocompletamente diferente, una compleja aunque relativa persistencia de lasrelaciones tradicionales coexistiendo con la penetracin lineal de las relacionessociales generadas por un modo dominante de produccin, resistencia quepuede ser entendida en un contexto evidente de economa moral.

    Finalmente, otros dos casos se pueden mencionar: el primero en una zonade colonizacin tarda, la Amazona Brasilera38, 1850-1920 y el segundo, en lasregiones mineras del Per Central3111900-1930. Esos.dos casos nos muestranotros aspectos diferenciadores de la economa moral en las relaciones precapi-

    36. Ibld. pg. 3.

    37. Ibld. pg. 2.

    38. Weinstein, Barbara,'"l'he Per8Jstence ofPrecapitalistic reIations ofproductlon in a tropical Export Economy:

    The Amazon Rubber Trade, 1850-1920" en Hanagan, Michaely Stephenson, Charlee, (eds.), Proletarlans andProtest: The Roots 01 clMlB Fonnation in an IndustriaJizing World. Greenwood Presa. New York, 1986.Ampliado en Weinstein, Barbara, The Amawn Rubber Boom, 1860-1920. Stanford Un1vers1ty Press, Stanford,Callfornla, 1982.

    39. MalIon, Florencla, "Labor Migratlon, Class Fonnatlon, and Class Consclousness lUIIong Peruvian Minera: TheCentral Highlands, 1900-1930" en Michael Hanagan YCharles Stephenson (eds.), op. cit..

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  • talistas. Ellos ilustran el eslabn entre las sociedades rurales tradicionales omodos de produccin precapitalistasy.fuerzas de proletarizacin que crecieroncon el avance del modo capitalista. En los d~ casos referidos, con la especialcaracteristica de la presencia de capital extranjero en las regiones estudiadas.

    En ~lprimer trab~o, la autora Barbara Weinstein aborda la situacin de losfamosos extractores de caucho (siringuer08), quienes desarrollaron una exitosaeconoma de subsistencia y al mismo tiempo se integraron a una econornfa deexportacin en un contexto de comerciazacin capitalista (al menos a nivelmacro). "La extraccin del caucho debfa parecer bastante atractiva al "campe-sino" amaznico, siempre que se pudiera combinar con otras actividades eco-nmicas (como caza, pesca y cultivos de pequea escala), y esto aseguraba larecoleccin de los seis ~eses del ao, en los que el caucho no era extrafdodurante la estacin lluviosa"40. Adems, "la habilidad de los caucheros parasobrevivir ~uahdo se enfrentaban a una severa cafda de los precios, demuestra lacontinua viabilidad, del sector de subs~tencia. De manera muy clara, an esosamaznicos que ~staban atados permanentemente a unas relaciones de con-sumo, no estuvieron completamente separados de los modos de produccin".!.Aun cuando las estructuras especificas de dominacin estuvieron siempre pre-sentes, se 'mantuvo una autonornfa relativa de los caucheros. Una forma particu-larmente seria de resistencia de los caucheros inclua la venta de caucho a unnegociante ambUlante ms que a los patrao permanentes de 10$caucheros unaviolacin de la relacin patrn -cliente que prevaleca en la regin. Esos gruposfueron tambin capaces de resistir a las tendencias de racionalizacin yaumento de la eficiencia que los capitalistas extranjeros trataban de imponer42.En este caso, es bastante claro que una estructura no capitalista de produccin,no necesariamente tradicional, pero relacionada con una economa moral,referida a la subsistencia y reciprocidad, fue desarrollada en la regin presen-tando una resistencia eVidente a la presencia definida del capital extraJ\jero.

    En el segundo caso, el artculo de Mapon . ilustra un proceso, que ha sidotradicionalmente considerado como una proletarizacin cllisica, con la caracte-rfstica que sta posee importantes conexiones con la economfa tradicional delos asentamientos rurales. Como Mallon expone, esto se debfa especialmente aque "en Amrica Latina la transicin del capitalismo no emergi orgnicamentede transformaciones internas en el sector rural, sino que fue introducida 'artifi-cialmente' a travs de inversiones extranjeras o de una produccin para laexportacin". La subsistencia tradicional o las economas campesinas no fueronextirpadas, sino que se reorganizaron o se reconstituyeron en relacin a los

    40. Welnsteln, Barbara, pg. 58.

    41. Welnsteln, Barbara, op. cito pg. 71.

    42. lbld., pg. 2.

    148

  • sectores en expansin, proveyendo trablijadores y bienes de subsistencia bara-tos para la expansin capitalista. Bajo estas condiciones, es razonable esperarque los trabajadores del sector capitalista, an estuvieran arraigados espiritualy materialmente a sus aldeas tradicionales43.

    Nuevamente, la persistenc~ de las relaciones precapitalistas que definenlas relaciones sociales de las explotaciones mineras del caso peruano, muestralas dificultades para explicar la transicin de las sociedades desde una perspec-tiva rgida de la historia social. Los trabaJadores de las minas seguan siendo unaparte integral de la economa de subsistencia de las aldeas ms que de unaexperiencia de trabajo proletario". Tanto las condiciones histricas comomateriales del desarrollo capitalista en el Per Central favorecieron el surgi-miento y mantenimiento de una perspectiva aldeana dentro de una concienciade clase trabajadora.

    Aunque estos dos ltimos ejemplos no son tratados por las autoras desde elpunto de vista de la economa rural, las similitudes con el modelo original soninteresantes, especialmente a causa de los problemas en la transicin a un modode produccin capitalista en una sociedad basada en patrones de subsistencia ypor la posesin de los medios de produccin. Como dira Mallon, "Elcapitalismoha probado que es capaz de usar muchas formas y relaciones de produccin,movindose a espaldas y frente a ellas"./).

    Lo que se quiere hacer ver en esta parte del trabajo es que los elementos deanlisis sugeridos por el uso literal del concepto de economa moral pueden serrotos muy fcilmente. Los mercados capitalistas y las vas para la proletariza-cin son demasiado diversos y tienen diferentes formas de afectar la economamoral de las igualmente distintas sociedades rurales, en las cuales ellos intentanpenetrar.

    El modo especfico de produccin precapitalista y las condiciones de laeconoma moral en cada caso no permiten una generalizacin nica acerca delos mecanismos de imposicin del capitalismo y la manera como ste afecta laeconoma moral de cada sociedad.

    Lo que s resulta una constante en estas sociedades es la relacin entreeconoma tradicional y formas de resistencia o dominacin frente a la penetra-cin capitalista mediadas por un espacio donde la relacin poltico-culturallocal es la que orienta las formas de la accin.

    43. MalIon, FIorencia, op. cit, pg. 198.

    44. !bid., pg. 202.

    46. !bid., pg. 223.

    149

  • En todo caso, resulta muy importante para el caso colombiano discutir lasposibilidades de esta propuesta o, por lo menos, conocer sus postulados pues esa partir de esta escuela que muchas de las nuEWasdiscusiones de la cienciapoltica rural se estn formulando.

    Es adems un ejercicio interesante el tratar de mirar el mundo rural conuna perspectiva nueva que nos ayude a entender que el campesino "reacciona-rio" no es ms que un estereotipo negativo generado, entre otras cosas, ennuestro desconocimiento de sus formas de accin poltica.

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    page 1ImagesImage 1

    TitlesAlberto G. Flrez Malagn * RESUMEN I. INTRODUCCION Cuadernos de Agroindustria y Economfa Rural NSl 26. Primer Semestre de 1991 133

    page 2Titles2. Como ejemplos importantes citaremos los trabaJos pioneros de Gonzalo Snchez, re-editados en Ensayos de 134

    page 3Titles135

    page 4Titlesn. LA BSRRA DB LO CULTURAL COMO BSPACIO MEDIADOR 138

    page 5Titles137

    page 6Titles138

    page 7Titles11. cfr. Larson, Brooke, op. cit., pg. 2. .objetivas" de la economla. 139

    page 8Titlessencia de un mercado capitalista formal. As, el autor en su trabajo pionero, se 140

    page 9TitlesIV. LA ESCUELA DB LA BCONOIIIA MORAL 19. Scott, James, op. cit., pg. 45. 141

    page 10Titles20. Scott, James, op. cit., pg. 167. Colonial Southeast Asia", en Comparative Studies in Society and History. NI 23, 1981, pgs. 217-247. 142

    page 11Titles23. Scott, James, Ibld., pg. 224. NationaI States in Europe. Princeton University PresII, Princeton, 1975. pg. 389. 27. Popkin, Samuel, The RationaI Peasant. University of CalIfornia 1're88, Berkeley, 1979. 143

    page 12Titles28. Popkin, Samuel, op. cit., pg. 24. 30. Cfr. WeUer P. y Guaenhelm, Scott E., op. cit., JI8II. 3-7. 144

    page 13Titles31. Larson, Brooke, op. cit., pg. 12. 32. Ibld. pg. 46. 145

    page 14Titles33. Ibid. pg. 17. Upcountry, 186()..1890. Oxford UniYersity Presa, New York. 1983. 35. Hahn, Steven, op. cit., pg. 3. 148

    page 15Titles147

    page 16Titles40. Welnsteln, Barbara, pg. 58. 148

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