La Escuela Que Proponemos

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LA ESCUELA QUE PROPONEMOS Red IRES (Investigación y Renovaci ón Escolar) www.redires.net Hace unos años, los miembros de la Red IRES, preocupados por la difusión masiva de creencias poco rigurosas sobre la escuela española que distorsionaba n gravemente la realidad, reaccionamos haciendo pública nuestra posición contraria y promoviendo un movimiento social en torno a un documento que pretendía realizar un análisis más complejo de la educación y avanzar propuestas alternativas. Así surgió en 2008 el Manifiesto pedagógico “No es verdad” (http://www .redires.net/s ites/default/file s/NO_ES_VER DAD.pdf) . En dicho Manifiesto se rechazaban frontalmente esas creencias dominant es y se apor- taban algunos principios orientadores para construir una escuela alternativa: la es- cuela que necesitamos y que queremos. En este documento desarrollamos, sintética- mente, esos principios, que consideramos pueden ser útiles para la transformación de la educación. Así, pues, la escuela que proponemos ha de ser una escuela… 1. Centrada en los estudiantes y en su desarrollo integral  En la escuela que proponemos, el alumnado es el protagonista. Los estudiantes cons- truyen sus conocimientos, en interacción con su entorno, desde edades muy tempra- nas y llegan a la escuela con todo un mundo de significados, sentimientos e intereses que han de ser tenidos en cuenta. Por eso queremos una escuela donde nuestro alumnado se sienta escuchado, querido y respetado, en donde mantenga las ganas de conocer, investigar y compartir. Una escuela para la vida, donde los niños y las niñas sean felices como personas que co- laboran en el desarrollo de su comunidad. Una escuela interesada por cómo aprenden los estudiantes. Abierta a la creatividad y a la diversidad, en la que la singularidad sea reconocida como un valor y la diferencia como una oportunidad. Compensadora de desigualdades, en la que cada niño y cada niña tenga posibilidad de desarrollar sus propias capacidades. Una escuela abierta al entorno y centrada en la formación de ciudadanos críticos, activos y comprometidos con su medio, en el marco de unos valores humanos irrenunciables para una sociedad plural y democrática. Algunas medidas concretas:  - Reconocimiento del derecho de los estudiantes a expresar sus ideas acerca de todo lo que les afecte (Declaración universal de los derechos del niño y la niña), y particularmente en el proceso de enseñanza-aprendizaje. - Enfoque de las actividades escolares hacia el desarrollo integral de la persona y no sólo hacia los aspectos conceptuales y meramente racionales.  

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LA ESCUELA QUE PROPONEMOSRed IRES (Investigacin y Renovacin Escolar)www.redires.net

Hace unos aos, los miembros de la Red IRES, preocupados por la difusin masiva de creencias poco rigurosas sobre la escuela espaola que distorsionaban gravemente la realidad, reaccionamos haciendo pblica nuestra posicin contraria y promoviendo un movimiento social en torno a un documento que pretenda realizar un anlisis ms complejo de la educacin y avanzar propuestas alternativas. As surgi en 2008 el Manifiesto pedaggico No es verdad (http://www.redires.net/sites/default/files/NO_ES_VERDAD.pdf).

En dicho Manifiesto se rechazaban frontalmente esas creencias dominantes y se aportaban algunos principios orientadores para construir una escuela alternativa: la escuela que necesitamos y que queremos. En este documento desarrollamos, sintticamente, esos principios, que consideramos pueden ser tiles para la transformacin de la educacin. As, pues, la escuela que proponemos ha de ser una escuela

1. Centrada en los estudiantes y en su desarrollo integral

En la escuela que proponemos, el alumnado es el protagonista. Los estudiantes construyen sus conocimientos, en interaccin con su entorno, desde edades muy tempranas y llegan a la escuela con todo un mundo de significados, sentimientos e intereses que han de ser tenidos en cuenta.

Por eso queremos una escuela donde nuestro alumnado se sienta escuchado, querido y respetado, en donde mantenga las ganas de conocer, investigar y compartir. Una escuela para la vida, donde los nios y las nias sean felices como personas que colaboran en el desarrollo de su comunidad.

Una escuela interesada por cmo aprenden los estudiantes. Abierta a la creatividad y a la diversidad, en la que la singularidad sea reconocida como un valor y la diferencia como una oportunidad. Compensadora de desigualdades, en la que cada nio y cada nia tenga posibilidad de desarrollar sus propias capacidades. Una escuela abierta al entorno y centrada en la formacin de ciudadanos crticos, activos y comprometidos con su medio, en el marco de unos valores humanos irrenunciables para una sociedad plural y democrtica.

Algunas medidas concretas: Reconocimiento del derecho de los estudiantes a expresar sus ideas acerca de todo lo que les afecte (Declaracin universal de los derechos del nio y la nia), y particularmente en el proceso de enseanza-aprendizaje. Enfoque de las actividades escolares hacia el desarrollo integral de la persona y no slo hacia los aspectos conceptuales y meramente racionales. Fomento del trabajo colectivo y cooperativo como la forma habitual de la actividad escolar.

2. Con contenidos vinculados a las problemticas relevantes de nuestro mundo

Los contenidos trabajados en la escuela tienen que responder a las necesidades de los estudiantes, deben servir para construir respuestas tiles para comprender el mundo y promover su transformacin. Por tanto, los contenidos no pueden ser ajenos a los problemas sociales y ambientales ms relevantes, debiendo contribuir a la formacin de una ciudadana responsable en un mundo global.

Estos contenidos deben ofrecer diferentes perspectivas sobre las cuestiones trabajadas, de forma que permitan a los alumnos superar dogmatismos y construir sus propias respuestas. Se favorecera as la relativizacin y democratizacin del conocimiento, frente al tradicional absolutismo presente en la cultura escolar. Ello implica admitir que los conocimientos se van aprendiendo mediante un proceso de construccin gradual, con formulaciones intermedias, y que, en ese camino hacia un conocimiento ms complejo, los errores, ms que objeto de sancin, deben ser oportunidades para aprender mejor.

En ese sentido, es necesario distinguir entre lo fundamental y lo accesorio, de forma que se pueda dedicar ms tiempo, en la enseanza, a los contenidos de mayor potencialidad educativa.

Algunas medidas concretas:

Revisin de los currculos para que conecten de forma clara con los asuntos sociales y ambientales relevantes y con las necesidades y problemas propios de cada edad. Concepcin del currculo escolar como un marco general que facilite la construccin autnoma, colectiva y contextualizada del conocimiento. Seleccin de los contenidos estableciendo una distincin entre contenidos fundamentales y organizadores y contenidos complementarios.

3. Con metodologas investigativas que favorezcan los aprendizajes funcionales y la capacidad de aprender a aprender

Los estudiantes ya tienen conocimientos sobre los contenidos que van a ser objeto de enseanza. La escuela les tiene que ayudar a cuestionar esos conocimientos y a opinar con libertad y autonoma. As aproximaremos los asuntos que se tratan en la escuela a los que son realmente importantes en la vida, de forma que el esfuerzo necesario para aprender tenga autntico sentido.

Para ello defendemos un modelo didctico basado en la idea de investigacin escolar (una investigacin diferente de la cientfica, pero no reductible a la mera exploracin en la vida cotidiana), que promueva el aprendizaje trabajando en torno a problemas sociales y ambientales relevantes. Esta investigacin se fundamenta en la motivacin intrnseca de querer saber, valorando tanto el proceso de aprender como el resultado de lo aprendido.

Para ello es imprescindible la figura de un docente capaz de promover el crecimiento de las personas, creando las condiciones para que madure el autntico conocimiento. Este docente tambin investiga y aprende, en colaboracin con sus alumnos y en conexin con la realidad

Algunas medidas concretas:

Realizacin de actividades educativas centradas en la investigacin de los estudiantes, frente a la memorizacin mecnica de los contenidos. Desarrollo de proyectos de trabajo globalizados sobre problemas del entorno, con participacin de la comunidad local. Supresin de los deberes tradicionales. Cuando convenga realizar tareas en casa, stas deben ser motivadoras, vinculadas a los procesos de investigacin y compatibles con los momentos necesarios de juego e interaccin social.

4. Con recursos modernos y variados

La escuela tiene que disponer de medios y recursoseducativos modernos y variados, que favorezcan el aprendizaje y faciliten la democratizacin del saber. En todo caso, los recursos no deben constituir un fin en s mismos, sino que han de estar al servicio de una metodologa investigadora y crtica, para trabajar con un conocimiento que est en continuo proceso de cambio.

Los recursos deben propiciar el trabajo en equipo y favorecer la cooperacin. Han de ser accesibles y estar al alcance de las posibilidades e intereses del alumnado. No tienen que pertenecer exclusivamente al centro educativo, pueden ser comunitarios o del entorno natural.

Nuestrosestudiantes deben utilizar funcionalmente estos medios (libros, revistas, vdeos, documentales, TIC), de forma que la escuela sea un lugar de intercambio, donde alumnado y profesorado aprendan juntos a construir un conocimiento ms complejo.

Algunas medidas concretas:

Sustitucin del uso convencional de los libros de texto por el de materiales didcticos diversos en forma de bibliotecas de aula. Disponibilidad de conexin a internet en las aulas ydotacin de pizarras digitales. Disponibilidad de espacios para el estudio y la experimentacin, como huertos escolares, laboratorios funcionales, salas de teatro y de proyecciones

5. Con formas de evaluacin formativas y participativas que involucren a todos los implicados

Consideramos la evaluacin como un medio til para mejorar los procesos educativos. Por tanto, tiene que formar parte de la planificacin de la enseanza y del aprendizaje, teniendo en cuenta los diferentes elementos y agentes que intervienen en dicho proceso y evitando una burocratizacin sin sentido, propia de una concepcin tecnocrtica de la educacin.

La evaluacin tiene que partir de la singularidad y de las necesidades de cada estudiante, contando con su implicacin, de forma que sea una herramienta para conocer la evolucin de su desarrollo personal, sus logros, sus dificultades; pero la evaluacin tambin tiene que servir para analizar la actuacin del profesorado, la idoneidad de las propuestas didcticas y el funcionamiento de los centros escolares y de la administracin educativa.

Optamos, por tanto, por instrumentos y estrategias que favorezcan una evaluacin formativa, alejada de exmenes que inducen a la memorizacin repetitiva y de pruebas externas que estandarizan los procesos de enseanza y dificultan la igualdad de oportunidades.

Algunas medidas concretas:

Sustitucin de las calificaciones tradicionales por informes de evaluacin, partiendo de la realidad de cada estudiante y de las actividades de enseanza realmente realizadas. Sustitucin de los exmenes memorsticos convencionales por actividades que impliquen reflexiones y posibilidades de mejora. Participacin en los procesos de evaluacin de todos los actores implicados: profesorado, alumnado, familias y administracin.

6. Con docentes bien formados e identificados con su profesin

La escuela que queremos necesita docentes con una gran vocacin y preparacin, pues promover en todos los estudiantes aprendizajes de calidad es una tarea difcil y compleja. Adems, deben estar capacitados para la colaboracin profesional entre ellos, con las familias, los estudiantes y las entidades del entorno.

A ser un buen docente no se aprende memorizando teoras sin conectarlas con la realidad escolar, ni repitiendo una enseanza basada en lo que siempre se ha hecho, sino desarrollando un conocimiento actualizado sobre la prctica que sirva para tomar decisiones fundamentadas sobre para qu ensear, qu ensear, con qu metodologa y de qu manera evaluar.

Esto implica cambios importantes en la formacin inicial de los futuros profesores y profesoras, de manera que entre universidad y escuela exista un intercambio horizontal de conocimientos. Asimismo, son necesarios cambios en la formacin permanente y en procesos administrativos como la seleccin del profesorado, la eleccin de destino y la estructura laboral del puesto de trabajo.

Algunas medidas concretas:

Incorporacin de docentes con buenas prcticas a la formacin inicial. Aumento del nmero de horas de prcticas en la formacin inicial. Apoyo a la creacin de Redes para la innovacin y la mejora de la prctica.

7. Con una ratio razonable y en la que los docentes puedan disear, evaluar, formarse e investigar

Si se quiere transformar el sistema escolar tradicional es indispensable que haya una ratio profesor/alumnado razonable y que se pueda trabajar con grupos ms pequeos en las aulas, superando la enseanza basada en la mera transmisin y favoreciendo la interaccin entre profesorado y alumnado y la atencin a la diversidad.

Asimismo, es absolutamente necesario modificar los tiempos de trabajo para que el profesorado desarrolle, en su horario laboral y de forma cooperativa, funciones indispensables, adems de la imparticin de las clases, como preparar materiales didcticos, tutorizar al alumnado, mantener el contacto con las familias, atender a su propia formacin como profesionales y evaluar e investigar su prctica docente.

Algunas medidas concretas:

Rebaja de la ratio profesor/alumnado a valores adecuados para la etapa educativa y el contexto de los centros. Como referencia general, 15 alumnos/as por aula. Nueva estructura laboral docente: 50% del tiempo para clases y 50% para actividades de diseo de materiales, evaluacin, formacin, atencin a las familias, etc. Disponibilidad de profesorado ayudante y en prcticas que se forme junto al profesorado ms experto y que colabore en todas las actividades educativas del centro.

8. Con un ambiente acogedor, donde los tiempos y los espacios respeten las necesidades y los ritmos de los menores

La escuela ha sido con frecuencia un espacio de disciplina y sumisin. Paradjicamente, este hecho entra en conflicto con los fines declarados del currculo, que dicen promover la autonoma, la cooperacin y la construccin de la ciudadana.

En ese sentido, se necesita una arquitectura escolar coherente con los propsitos educativos, que frente al modelo habitual de centros homogeneizados, cerrados y desproporcionados, disponga de lugares originales y acogedores, con espacios abiertos al entorno y con un tamao adecuado. Con sillas y mesas que permitan tanto tareas individuales como de grupos; rincones agradables que faciliten el debate y la interaccin; con talleres, laboratorios y espacios mltiples...

De la misma manera, la vida en los centros no debera estar organizada segn los horarios de la tradicin escolar, que coartan las iniciativas interdisciplinares, dificultan los procesos de aprendizaje colaborativos e imponen una rigidez y una fragmentacin contrarias a la construccin colectiva del conocimiento.

Proponemos, por tanto, una escuela con mdulos horarios amplios y flexibles que permitan el desarrollo de actividades educativas en espacios ms humanos.

Algunas medidas concretas:

Normativa para los centros de nueva creacin que garantice una arquitectura pedaggica. Autonoma de los centros para elaborar un horario escolar abierto y flexible. Autonoma de los centros para impulsar reformas en los espacios adaptndolos a las necesidades y ritmos de los menores.

9. Co-gestionada por toda la comunidad educativa y comprometida con el medio

Queremos una escuela en la que el alumnado viva la democracia da a da. Donde pueda opinar sobre las cosas que le afectan y tomar decisiones con el resto de la comunidad educativa; implicndose en la vida escolar y aprendiendo a debatir, argumentar y pensar cmo querran que fueran las cosas y a luchar por conseguirlo. Si los estudiantes viven su centro como algo propio, que depende de sus actos y decisiones, lo cuidarn con cario y no sern necesarias tantas normas restrictivas y prohibiciones.

Una escuela participativa y co-gestionada entre todos. Porque alumnado y familias pueden tener opiniones muy vlidas sobre el proceso de enseanza y aprendizaje y sobre el funcionamiento escolar. Se trata de crear un ambiente colaborativo donde la participacin no se viva como una intromisin o una amenaza, sino como algo valioso y enriquecedor.

Queremos una escuela abierta y comprometida con los problemas del entorno, porque la tarea de educar es muy amplia y compleja y la escuela no puede afrontarla en solitario, sino cooperando con la sociedad.

Algunas medidas concretas:

Creacin del Consejo de Delegados de Clase como rgano real de participacin y representacin estudiantil en los centros. Eleccin democrtica directa por todos los miembros de la comunidad educativa del Equipo Directivo y del Consejo Escolar. Creacin de Consejos Locales de Educacin como rganos de participacin y colaboracin de los agentes educativos y sociales de una zona. Participacin de la comunidad educativa en la gestin de problemas concretos de la localidad.

10. Pblica, laica, democrtica y de calidad

La escuela es un derecho de la ciudadana que no admite privilegios. El estado debe garantizar ese derecho con una red pblica y gratuita de centros educativos de calidad. La propiedad estatal es condicin necesaria pero no suficiente. La concepcin pblica de la escuela implica otros valores imprescindibles.

Ha de ser laica, es decir, ha de respetar todas las creencias consecuentes con la declaracin universal de los derechos humanos y de los derechos de los menores. La escuela no es un lugar de adoctrinamiento sino de formacin de una ciudadana libre, autnoma, crtica y comprometida.

Ha de ser democrtica. La participacin deseada y promovida, el dilogo basado en argumentos, la construccin colectiva de conocimientos y la lucha contra el poder arbitrario, la injusticia y la exclusin han de ser referentes del sistema educativo.

Ha de ser una escuela de calidad. Pero la calidad no se basa en la obsesin normativa y en el control tecnocrtico. Calidad y profesionalidad son dos caras de la misma moneda. La dignificacin profesional y social del profesorado es la que garantiza, como en otros mbitos, la autonoma y la responsabilidad para el desarrollo de una escuela innovadora y coherente con los avances de la investigacin educativa. Por tanto, la sociedad ha de establecer un consenso sobre los fines y principios de la escuela deseable y depositar en los docentes y en la comunidad educativa la confianza para desarrollarlos.

Lo que planteamos no es un espejismo. Hay docentes, familias y estudiantes que lo estn haciendo realidad. Por eso, frente a la escuela que tenemos, afirmamos que:

Otra escuela es necesaria, ya existe y es posible.