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La Paz, marzo de 2018 Página Periódico mensual Marzo 2018 Qollasuyu Bolivia Año 12 Número 139 Edición electrónica LA ESTÉTICA PLURINACIONAL es colonial: suplanta edificios con decorado ajeno, empero cumpliendo la misma función. Reproduce la arquitectura del nacionalismo revolucionario, sin lograr su grandeza. A la izquierda, ejemplo de arquitectura neotihuanacota del MNR, en la parte de arriba el frontis del monumento a la Revolución Nacional de 1952, cuya vista frontal la tenemos abajo. A la derecha, ejemplo de arquitectura plurinacional del MAS, la maqueta de la «casa del pueblo».

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La Paz, marzo de 2018 Página

Periódico mensualMarzo 2018QollasuyuBoliviaAño 12Número 139

Ediciónelectrónica

LA ESTÉTICA PLURINACIONAL escolonial: suplanta edificios condecorado ajeno, empero cumpliendo lamisma función. Reproduce laarquitectura del nacionalismorevolucionario, sin lograr su grandeza.

A la izquierda, ejemplo de arquitectura neotihuanacota del MNR, en la parte de arriba el frontisdel monumento a la Revolución Nacional de 1952, cuya vista frontal la tenemos abajo.

A la derecha, ejemplo de arquitectura plurinacional del MAS, la maqueta de la «casa del pueblo».

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Director:Pedro Portugal MollinedoComité de redacción:Nora Ramos SalazarDaniel Sirpa TamboCarlos Guillén

Colaboran en este número:Jatha Wara WarathaAntonio PérezPedro Hinojosa PérezGuido Jesús Alejo MamaniFreddy ZárateCecilia Wahren Lo

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ILUSTRACIÓN DE LA TAPA: Fuentes fotos: http://www.comunicacion.gob.bo/?q=20141031/17247https://carlosdmesa.com/2012/01/14/el-monumento-a-la-revolucion/

Libertad de expresióny agresión cultural

A fines del mes de febrero losmedios culturales y artísticos sevieron conmocionados por lacensura de autoridades y repre-sentantes de grupos folklóricosdel departamento de Oruro auna pintura de la artista RildaPaco, que representa a la Virgendel Socavón portando ropainterior denominada tanga.

El hecho depasó el ámbito ar-tístico propiamente dicho (lapintura es un boceto sin granvalor artístico), alcanzandoniveles de debate de sociedad,incluso con tintes políticos.

El secretario municipal de Cultura de Oruro declaró que eseGobierno municipal "con el respaldo de las instituciones locales"iniciaría un proceso penal contra la autora de esa pintura quedesprestigia "nuestra santísima Virgen del Socavón y pretendedestruir la patrimonialidad e intangibilidad del Carnaval de Oruro".

Según denuncias de la misma Rilda Paco, habría recibio insultospor medios electrónicos e incluso amenazas contra su integridadpersonal.

En las redes, el apoyo a esta artista por medios intelectualesfue mayoritario, dándose una curiosa división de opiniones: Elpueblo llano se siente ofendido e insultado en su identidad religiosay mellado su orgullo por su Carnaval; los medios intelectualesproclaman que se trata de un ataque a la libertad de expresión.El asunto se politizó, pues al ser las autoridades de Oruro delpartido gobernante, el MAS, los defensores de la artista, en sumayor parte intelectuales que el pasado 21 de febrero se destacaron(al menos en las redes sociales) en la protesta contra el gobierno,indican que el ataque a la artísta es la reimplantación de laInquisición del Medievo, escribiendo esta última palabra MedioEvo, en alusion al presidente Evo Morales.

En realidad la obra de Rilda Paco es una mala producción hechacon intensión iconoclasta e inscrita en la tendencia posmoderna.La reproducción de esa obra fue distribuida, según informó lacadena Tele Mundo, en cercanías de las iglesias de la ciudad deLa Paz. La pintora Rilda Paco, señaló «que ese material es unaforma de protesta ante el excesivo consumo de bebidas alcohólicasen la fiesta del Carnaval de Oruro».

La «libre expresión» posmoderna es así también un ataque a lalibre expresión de otras formas cuturales. A los defensores deRilda Paco les extraña que para muchos sea motivo de escándalouna pintura de la Vírgen María exhibiendo ropa interior tanga,pero a ellos mismo les escandaliza que en la fiesta de Carnavales,en Oruro, se consuma alcohol mientras se reverencia a la Virgendel Socavón. En realidad, detrás de estos hechos se solapa unaprofunda división cultural, en la que una, la posmoderna,subestima y denigra la tradicional de raíces indígenas en Bolivia.

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Detrás de estoshechos se solapa

una profundadivisión cultural, en

la que una, laposmoderna,subestima y

denigra latradicional de

raíces indígenas

A partir del presente número presentamos un espacio de caricatura.Contamos con la colaboración de Lucio Guarachi Balatazar, De

pseudónimo artístico JATHA WARA WARATHA (semilla de lasestrellas).

Jatha Wara Waratha es artista plástico, poeta, filósofo indígena yarquitecto. Incursiona también en la caricatura y crítica periodística.

Expropiado de manera pasiva. ¡Neocolonialismo!

"..¿cómo se puede promover una políticacultural cuando se sucumbe a la ideologíaque la obstaculiza? Sería por el contrario

muy necesario persuadirse que una culturano está viva más que cuando permanece

irredenta, “cimentada” y comprometida conla historia de un pueblo. Una cultura no

está viva más que cuando da lugar a una“civilización”, en competencia dinámica

con otras civilizaciones..." Guillaume Faye

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Urbanismo y etnocentrismo:

Los abuelos de Adán poblarontambién AméricaAntonio Pérez

Uno de los rasgos de lacivilización occidental que másme irritan es su adanismo. Si noscreemos su propaganda, el mun-do comenzó con Adán —¿y Eva?—, y, si nos ponemos científicos,en Neanderthal, en Mesopotamiao en las pirámides de Egipto.Falso de toda falsedad. No es sóloque el Mediterráneo estaba su-mamente poblado en los tiemposbíblicos sino que, además, loestaba toda la Tierra. Sin em-bargo, este hecho incontestablees censurado sistemáticamentepor el eurocentrismo dominante,un imaginario de frenopático quevive de loar las gestas imperialesy, en especial, de olvidar susmiserias, esas podredumbresque saldrían a la luz al primerensayo comparativo. De ahí quela comparación con otros conti-nentes sea anatema. Ejemplo:cuando, a principios del siglo XV,el almirante chino Zheng Herealizó sus siete periplos por elÍndico —llegó hasta Mozambiqueen unos barcos colosales—,Europa era un corral de cabras ysus marinos navegaban en bar-quichuelas.

Por ello, me complace observarque cada día son más numerososy mejor fundamentados los estu-dios que pintan un planeta muydistinto al que propagandea eleurocentrismo. Es obvio que,para presumir de adanismo, loseuropeos necesitan dibujar unmundo en el que los otros conti-nentes estaban vacíos. En el casoasiático —y no digamos, chino—, el intento era tan absurdo queenseguida fue abandonado. Y, enÁfrica, los eurocéntricos de re-lumbrón estaban y están obliga-dos a practicar un funambulismocronológico puesto que no pue-den admitir que estuviera den-samente poblada pero, ay!, porotro lado siguen creyendo que laHumanidad propiamente dichanació en la grieta del Rift.

Excluidos dos continentes —tres, con Australia—, al adanismoeurocéntrico sólo le quedaban lasYndias americanas. Aquí se cebóaunque fuera agarrándose a unclavo ardiendo: las Américas te-

nían obligatoriamente que estardespobladas o, todo lo más, reco-rridas de tarde en tarde por unasbandas nómadas que proveníande Asia —o sea, que eran euro-peas de segunda—. Huelga aña-dir que esas bandas tenían queser poco numerosas, ¡bah!, mon-toneras compuestas por pocasfamilias de alpargatúos. De ahíque, hasta hace pocos años, lasestimaciones de la poblaciónamerindia pre-1492 oscilabanentre los ocho y los cien millonesde personas, con el establishmentacadémico proclive a la cifra másbaja y horrorizado por la cifra másalta.

Por fortuna, las investigacionesactuales se están centrando endemostrar que, antes de la Inva-sión, áreas culturales como lamaya o la mexicana estuvierontan densamente habitadas que,ahora, deben ser clasificadas co-mo civilizaciones urbanas. Dosejemplos recientes recogidos porlos medios mainstream: los alre-dedores de Tikal y la ciudad ex-tendida de Angamuco, en los al-rededores del lago de Pátzcuaro,ayer y hoy territorio de los Puré-pecha —antes, tarascos—.

Ahora sabemos que Tikal erauna ciudad tres veces más grandede lo que conocíamos —una ciu-dad que ocupaba más de 100kilómetros cuadrados—. Y, ojo,según sus investigadores actua-les: “Todavía no hemos encon-trado sus límites”.  Igual ocurriócon otros centros arqueológicosrelativamente cercanos; porejemplo, El Palmar, una ciudadcuyo centro urbano es 40 veces

más grande de lo que registranlos mapas existentes. Y DosAguadas, cuya área de habita-ción, que incluye otros centrosceremoniales, fue 20 vecessuperior a lo conocido hasta hoy.

La obstinación por negar laevidencia de unas Yndias densa-mente habitadas sólo se ha res-quebrajado cuando Occidente haadmitido que las ciudades notienen por qué ser colmenas derascacielos; más aún, cuando seha ‘descubierto’ que las mega-lópolis son una calamidad en sí yque ningún núcleo humano-ur-bano debería pasarde los 50.000 o100.000 habitan-tes. Pero, hasta queel hacinamiento fueconsiderado comoperverso, a los estu-diosos les parecíainconcebible que losamerindios hubie-ran vivido en aque-llos asentamientosno-tan-dispersosque hoy pueden seretiquetados comourbanos.

Sin embargo, aladanismo europeole quedaba unabaza: el Amazonas,arquetipo del mun-do deshabitado. Du-rante cuatro siglos,el “vacío amazóni-co” se había conver-tido en una frasehecha. Pues bien, aligual que en Tikal yen Angamuco, en la

Amazonía también se han en-contrado “ciudades perdidas”. Y,desde luego, sumamente físicas,ciudades que nada tienen en co-mún con las ciudades ‘a lo Eldo-rado’ que han buscado cientos deaventureros y de charlatanes,desde los Conquistadores hastamentecatos como el llamado‘coronel’ Fawcett.

El vacío amazónico era todo unsistema de imbecilidad acadé-mico-popular que se adornabacon otros lugares comunes. Eleslogan “tierra sin gente paragente sin tierra” fue uno de sus

Crear dos, tres Tikales... Fuente foto: http://www.latinamericanstudies.org/tikal-ancient.htm

Siempre de moda, el mito de las ciudades perdidas en elAmazonas. Esta vez, llevado al absurdo. Generalmente,los occidentales cuando encuentran grandezas en otras

civilizaciones las atribuyen a su propia influencia....aunque solo sea imaginadamente.

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Foto extraída del artículo: Angamuco, la ciudad milenaria en México con tantosedificios como Manhattan, que muestra una imagen de la ciudad de Angamuco vista

mediante la técnica Lidar, que es una técnica de teledetección óptica que utiliza la luzde láser para obtener una muestra densa de la superficie de la tierra produciendo

mediciones exactas en tres dimensiones. Fuente foto: https://elpais.com/cultura/2018/02/16/actualidad/1518781085_402213.html

Reconstrución gráfica de la ciudad Angamuco para ilustrar la densidad de edificios yde población, según el artículo Descubren en México ciudad prehispánica purépecha

tan grande como Manhattan. Fuente foto: https://news.culturacolectiva.com/ciencia/descubren-angamuco-ciudad-purepecha-del-tamano-de-manhattan/

núcleos de palmas. En resumen,el indígena —paleo o moderno—, ha alterado en tan gran medidael medio amazónico que sólo po-demos colegir que lo hizo porqueera ubicuo.

Un detalle más en la argumen-tación a favor de una Amazoníamuy trabajada por el amerindiodesde hace muchos más años delo que se creía hasta hoy: nues-tros siguientes investigadores,analizaron 1.091 cuadrículas ytransectos de toda la Amazoníay en ellas encontraron 85 es-pecies de plantas leñosas de lascuales un 25% eran de especieshiperdominantes. Pues bien —como se indica en los gráficos alfinal de este artículo—: todosestos árboles presentaban al-gunas evidencias de haber sidodomesticados por amerindiospre-Invasión (Levis et al: líneas340-408).

Sabemos que el Homo sapiensestá domesticando plantas des-de, al menos, hace 10.000 años.Igualmente, sabemos que, enAmazonia, este tipo de domes-ticación comenzó hace más de8.000 años. Ergo, ni siquiera delrincón más salvaje del planetapodemos decir que estaba vacíoo que su ocupación es reciente.

En pocas palabras, si miramosfuera de Europa, observaremosque el jovenzuelo Adán no co-menzó nada: el mundo que hoynos parece inteligible, es obra delos abuelos de Adán. QED.

Armstrong-Fumero, Fernando, y HoilGutierrez, Julio, editores. 2017. Legaciesof space and intangible heritage :archaeology, ethnohistory, and the politicsof cultural continuity in the Americas.University Press of Colorado. LCCN2016056647, ISBN 9781607325710 (cloth),ISBN 9781607326595 (pbk), ISBN9781607325727 (ebook)

Levis, C, Costa, FRC, Bongers, F et al.(y 150 autores más) 2017. “Persistenteffects of pre-Columbian plantdomestication on Amazonian forestcomposition.” Science, 355 (6328). pp.925-931. ISSN 0036-807 https://doi.org/10.1126/science.aal0157

más mefíticos retruécanos. Gene-ralmente, era acompañado porotras vaciedades como “el indí-gena como freno al desarrollo”,la inconmensurable fertilidad delos suelos amazónicos o la uni-formidad de sus biotopos.

Si nos olvidamos de los mitosbaratos y los eslóganes ridículos,recordaremos que la arqueologíaamazónica dio un giro especta-cular con los trabajos de Roosevelt—desde 1991— y Piperno y Pear-sall —desde 1998—. Pero hoy, en

términos populares, el más cono-cido es Heckenberger quien, des-de 2004, viene ‘descubriendo’ciudades perdidas. Lo que une atodos estos autores es que handemostrado que la Amazoníaestá colonizada desde hace unos11.000 años —o más— y que,además, estuvo densamentepoblada. A ellos, añadiríamosDenevan, investigador de los“campos elevados” de la periferiaamazónica, colinas y estanquesartificiales que regulaban los flu-

jos hídricos de sequía e inunda-ción.

Hago un inciso: cuando empecéa conocer un poco la selva tropicallluviosa de la cuenca amazónica,en los viajes por avioneta measombraba observar la abundan-cia de palmas que se distinguíanen zonas deshabitadas en tiem-pos históricos. Como en aquellosaños estaba convencido de quelas palmas necesitan del Hombrepara subsistir en ese hábitat,cada una de ellas me parecía eltestimonio de algún anciano pue-blo indígena. Pues no estaba tandescaminado. Hoy, estudiandolos dos textos del reciente año2017 que incluyo como biblio-grafía, leo que la mismísimaRoosevelt escribe lo siguiente:

“Al final de la estación lluviosay comienzo de la seca, lospaleo-indios de Monte Alegreque vivían en aquella cueva,centraron su atención en losgrupos de palmas (de losgéneros Attalea y Astrocaryum)característicos de las fértiles yonduladas tierras por encimade las inundaciones” (Roose-velt: 220, en Armstrong et al).Y, unas cuantas páginas más

allá, subraya la relación palmas-indígenas:

“Los Nukak de la Amazoniacolombiana nororiental, dijeronal antropólogo Gustavo Politisque ellos gustaban de caminarhasta el centro de su territorio,especialmente hasta las anti-guas macollas de palmas do-mesticadas como las pupunha[Guilielma, antes Bactris], por-que creían que eran obra de susancestros y que, por ello, allípodían comunicarse con susespíritus” (Politis 2007, cit. enRoosevelt: 230, ibid).Más tarde, la misma arqueóloga

señala varias veces que algunaspartes del Bajo Amazonas y/o desu delta, están “literalmente cu-biertas por densos y antrópicos”

Hace ocho o diez mil años,cientos de plantas amazónicas yaestaba domesticadas (apud C.Levis y, literalmente, 150 autoresmás). Estos datos muestranademás el efecto transformador delmedio ambiente por parte de losindígenas, contradiciendo elestereotipo de «coexistencia»natural con su entorno que algunosles atribuyen. Ilustración proporcionadapor el autor del artículo.

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Análisis:

El populismoen América LatinaPedro Hinojosa Pérez

¿Qué es el populismo?Se trata de un concepto político

que permite hacer referencia alos movimientos que rechazan alos partidos políticos tradicionalesy que se muestran, ya sea en lapráctica efectiva o en los dis-cursos, combativos frente a lasclases dominantes.

El populismo apela al pueblopara construir su poder, enten-diendo al pueblo como las clasessociales bajas y sin privilegioseconómicos o políticos. Suelebasar su estructura en la denun-cia constante de los males queencarnan las clases privilegiadas.Los líderes populistas, por lotanto, se presentan como reden-tores de los humildes.

El término populismo tiene sen-tido peyorativo, ya que hace refe-rencia a las medidas políticas queno buscan el bienestar o el pro-greso de un país, sino que tratande conseguir la aceptación de losvotantes sin importar las conse-cuencias. Todos los gobiernos in-tentan tener de su lado al pueblo.En consecuencia, el populismo seconvierte en una tentación per-manente. Un gobernante astutosabe que decir la verdad puedeir en contra de sus intereses per-sonales como líder y tambiénsabe que cierta retórica resultaatractiva para el pueblo, aunqueno se corresponda con la realidadde los hechos. Al no haber unaprueba concluyente sobre qué espopulismo y qué no, estamos an-te un término muy ambiguo, im-preciso y complejo. De algunamanera, el calificativo de popu-lismo depende más de la inten-ción manipuladora de un gobier-no o un gobernante que de lapropuesta política concreta.

De acuerdo a un análisis realiza-do se tiene un concepto del popu-lismo que está en boga. Se ad-vierte que el populismo siemprees peligroso cuando se les otorgacarta blanca. Los populistas nie-gan el pluralismo inherente a lademocracia al reivindicar el mo-nopolio moral de la representa-ción. Siempre acaban diciendoque todos sus rivales por el poderson ilegítimos. Hay que satani-zarlos o sembrarles pruebas decualquier ilícito para anularlos po-líticamente. Entonces, la política

no es una cuestión de debatirsobre políticas, que sería lo nor-mal. Los populistas siempre aca-ban llevando la batalla a lo per-sonal, a lo moral. Los populistasterminan cuestionando que quie-nes no les apoyan no forman par-te de lo que llaman “pueblo”.

Para los latinoamericanos ha-blar del populismo hace parte dela realidad política. Líderes queofrecen promesas mesiánicascomo: “llegó la hora del cambio”,“llegó el tiempo de los menos fa-vorecidos”, el “problema son losextranjeros”, los “latinoameri-canos somos más”, “fuera losgringos”, “el enemigo es el paísvecino”, “es la hora de poner fina la corrupción”, “fuera las corpo-raciones”, “arriba el producto na-cional”, “ la derecha”, “el impe-rio”... Estas y otras palabras, ha-cen parte de la retórica que esta-mos acostumbrados a escuchar.

A los populistas les encanta ele-var el espíritu nacional, predicarque reivindican a los sectores dela población que han sido olvida-dos y recriminar las falencias delestablecimiento de entonces.Chávez, Kirchner, Pinochet, songrandes representantes del ar-quetipo populista de la izquierda

y la derecha en Latino-américa.La transición bipolar entre la

extrema izquierda y la extremaderecha ha tenido la misma con-secuencia: Desigualdad social,caudillismo, bajo acceso a la edu-cación, más corrupción, una ex-cesiva dependencia de las mate-rias primas; por eso, la bipolari-dad de nuestro sistema nos haatrapado en una región con undesarrollo tecnológico incipiente.

Los latinoamericanos, con algu-nas pocas excepciones, no hemossido capaces de “agrandar el pas-tel” de la economía, así que he-mos estado atrapados en dosmodelos nefastos:

Modelo Ultra Izquierda: La dis-tribución de la miseria. Pregonan-do igualdad social crean un siste-ma que aparentemente generamás bienestar social en el cortoplazo. El problema es el gran cos-to. Los populistas de la izquierdaaumentan las burocracias, sata-nizan la ganancia económica, vio-lan la libertad de emprendimien-to y debilitan los marcos institu-cionales del progreso económico.

Modelo Ultra Derecha: El juegodel monopolio. El populismo dela ultraderecha favorece la crea-ción de monopolios. Nada dife-

rente al juego de mesa de los her-manos Parker donde al final unospocos jugadores se quedan contodo a costa de pobreza y miseriadel resto. El populismo de la dere-cha en Latinoamérica concentróel poder alrededor de la tierra yno del capital humano y del cono-cimiento.

Pero un momento, si ambossistemas son tan nefastos, ¿cómoes posible que estos modeloshayan perdurado en la historiade la política y economía latino-americana?

Y la respuesta está en los re-cursos naturales. Los petrodó-lares o los ingresos derivados porla exportación de materias pri-mas han pagado las facturas quealimentan los bolsillos de losgrupos de interés necesarios pa-ra permanecer en el poder.

El punto relevante es que desdeel año 2014 se acabaron lospetrodólares que alimentaban losbolsillos de los populistas. Estegran cambio a nivel global estágenerando una gran tensión enla economía y política latino-americana que posiblementeorigine otras tendencias.

Algo que forma parte de laidiosincrasia del latinoamericano

El populismo, según el caricaturista Sergei Tunin. Fuente ilustración: https://www.cartoonmovement.com/cartoon/11287

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es su incesante búsqueda, encualquier elección presidencial,de un Mesías, de esa persona querápidamente y de la forma menosdolorosa, acabe con los problemassocio-económicos del país. Gra-cias a esto, los hábiles políticosdel patio entonan discursos, re-flejo de lo que quieren oír las cla-ses menos favorecidas (las cualesson la mayoría en nuestra Latino-américa), pero muy alejados delo que realmente necesitan parasalir de las estadísticas depobreza.

A esta manera de hacer políticase le denomina Populismo. Es laerrónea concepción de que seataca la pobreza redistribuyendolos ingresos y la riqueza, sin to-mar en cuenta que la variableclave es el crecimiento económi-co (y las inmensas trabas a lainversión privada, su principalmotor). El populismo es un fe-nómeno netamente político, noeconómico, el cual siempre esta-rá destinado al fracaso. Para locual capturan la justicia, el parla-mento, las cortes electorales,etc. Como se verá, son variospuntos de vista y también variaslas conclusiones que se puedeobtener.Ejemplos de populismosen Latinoamérica

• En Venezuela tenemos laspresidencias de Carlos AndrésPérez entre los años 1989 y 1993,Hugo Chávez de 1999 y 2013 y,finalmente, el de Nicolás Madurodesde el año 2013 a la actualidad.

• En Ecuador encontramos a lospresidentes José María VelazcoIbarra en sus múltiples gobiernosy a Rafael Correa a partir del2007.

• En Bolivia tenemos a la pre-sidencia de Evo Morales desde elaño 2006 en adelante.

• En Brasil encontramos trespresidencias populistas comoVargas en sus múltiples gobier-nos, Lula desde el 2002 hasta el2006 y Dilma Rousseff desde el2011.

• En Chile existe una únicapresidencia como exponente deeste tipo de política, la de MichelleBachelet.

• En el caso de Argentina, variosanalistas han caracterizado comopopulistas a todos los gobiernoselectos.

• En Costa Rica podemos ver lapresidencia de Rafael ÁngelCalderón Guardia entre los años1940 y 1944.

• En Puerto Rico hubo una solapresidencia populista, la de LuisMuñoz Marín entre los años 1949y 1965.

• En México tenemos el gobier-no de Lázaro Cárdenas entre 1934y 1940.

El populismo le genera a unagran parte de la población laesperanza de que el gobierno le

redistribuirá la riqueza de losricos entre ellos, por lo que si alpoco tiempo de instaurado elgobierno, los pobres no percibenuna mejora significativa en sustatus de vida, se sienten obliga-dos a realizar protestas callejeraspara refrescarle a quien eligieronlo prometido. A la larga el torpemanejo de la economía, tratandode mantener la popularidad delgobierno, desencadenará fuertesdesequilibrios macroeconómicos,que ponen en peligro la gober-nabilidad y la democracia.

Mantener un discurso que mag-nifique la diferencia económicaentre grupos, atenta contra el es-tado de derecho, ya que refuerzala mentalidad discriminatoria“ellos y nosotros”. Recordemosque cada individuo tiene el de-recho de ser tratado igual a sussemejantes, sin importar sucolor, religión o nivel socio-económico.

En la gran mayoría de los casos,estos gobiernos populistas ter-minan generándoles fuertes de-sequilibrios económicos a sus paí-ses, lo que hace que paradójica-mente se incremente la brechaentre ricos y pobres. Viven cons-tantemente al borde del caos,pero sin caer.

Los populistas siempre realizandos movimientos que excluyenal resto. Uno a nivel de partidospolíticos, porque dicen que elresto de rivales son ilegítimos. Yotro al nivel de la población,diciendo qué gente forma partedel pueblo y cuál no. Esto siem-pre hace daño a la democracia.

Los populistas siempre hacendaño al sistema democráticoreivindicando que ellos son losúnicos que representan a la ma-yoría. En esta lógica, por defini-ción, debe haber algo mal ennuestro sistema democrático,porque ellos no están en el poder.Para ellos, los partidos tradicio-nales manipulan el sistema paraque ellos no estén en el poder. Lairrupción del populismo en dife-rentes regiones y lugares, en épo-cas similares o diacrónicas mues-tran la característica, en ciertomodo, adaptativa y ecléctica, deresponder a determinadas condi-ciones comunes de atraso y de-sigualdad social y económica quetraspasan las barreras del tiempoy del espacio.

Por ello, el populismo tenía bas-tantes motivos para resurgir —con variantes, obviamente— enlos países del llamado «TercerMundo». Y América Latina dio elprimer paso.

El populismo latinoamericanoaparece como un fenómeno urba-no; su base social y económicaestá en las ciudades más desa-rrolladas y en las que los sectoressecundario y terciario tienen ma-yor dinamismo.

Características delpopulismo

* El populismo latinoamericanoes una manifestación política ysocial de rechazo y sustitución delrégimen oligárquico de los Esta-dos que fueron incapaces de ade-cuar las estructuras políticas ysociales del Estado al nuevo es-cenario generado por la indus-trialización, como por ejemplo, laprestación de los servicios bási-cos para satisfacer las nuevasnecesidades básicas de la pobla-ción de los asentamientos urba-nos marginales. Tiene un propó-sito de inclusión social.

* Como régimen político, entanto sustituto del régimen oli-gárquico, adolece de institucio-nes políticas fuertes o sólidas, deallí que se pueda afirmar que erasu dimensión más débil; lo queevitó que el sistema democráticoque teóricamente debió afianzar-se, con escasas excepciones, nose consolidó. Es más, fue oscilan-te entre democrático o aparente-mente democrático y autoritario.

* La base del desarrollo delEstado se sustenta en la industrianacional. El Estado dicta políticaseconómicas que buscan que laproducción industrial tenga comofinalidad la manufactura local deaquellos productos que anterior-mente eran importados a fin deque se pueda contribuir a la dis-minución de su costo en bene-ficio de las grandes mayorías.Este modelo económico nacionaltiene como finalidad fomentar eldesarrollo industrial nacionalsobre los intereses extranjeros.

* En lo social se sustenta en unproyecto nacional o de nacióncuyo propósito es el cambio dela estructura social existente,promovida en un inicio por la clasetrabajadora que buscaba rei-vindicar derechos que histórica-mente les fuera negados y, luego,por los grandes movimientos demasas colectivas de orden políticoe ideológico y, además multicla-sistas, que buscaban la transfor-mación social progresista queconstituía el fundamento motiva-cional de sus acciones revolucio-narias.

* En el ámbito de los derechos,se reconoce y permite el accesoa los derechos de corte socialcomo a los derechos políticostanto en su manifestación indivi-dual como colectiva.

* Presenta rasgos clientelistas,en la medida que el líder vitalizasu relación con las masas a travésde la persuasión continua del dis-curso político que es empleadocomo el medio fundamental decohesión líder-masa.Cambios en el horizonte

Después de 15 años de popu-lismo parece que está llegando asu fin. Al respecto Andrés Oppen-heimer manifiesta: Estoy de

acuerdo. Estamos viendo el co-mienzo de un nuevo ciclo políticoen América Latina. Después de15 años en que los caudillos po-pulistas de izquierda se benefi-ciaron de la mayor bonanza eco-nómica de la historia recientegracias al boom mundial delpetróleo y de otras materiasprimas, ahora sus gobiernos seestán desmoronando. Todo pare-ce indicar que la población perte-neciente a la clase media y quees mayoría, está contrariada deesta forma de gobierno.

Con los precios de las materiasprimas en picada, ya no tienendinero para repartir, y la genteestá cada vez más enojada porla rampante corrupción de susgobiernos.

Lo triste es que la próxima gene-ración de líderes latinoameri-canos tendrá que hacer frente ala recesión económica que here-daron, y adoptar medidas deausteridad. Y en pocos años, losantiguos caudillos populistas levan a estar diciendo a la gente:“Conmigo te compraste tu pri-mer auto”.

Si América Latina quiere rom-per su ciclo recurrente de regíme-nes populistas, la nueva gene-ración de presidentes pragmá-ticos debe tratar de incluir en susconstituciones controles estrictoscontra el despilfarro, y destinarun porcentaje fijo de los ingresosnacionales a la educación de ca-lidad, la salud y la infraestructura.Ese sería el mejor legado de lanueva era del pragmatismo deAmérica Latina.

El momento político tiene superiodo de surgimiento, desa-rrollo y declinación y lo que esperala población es, que la transiciónsea lo más tranquila posible y queno afecte al ritmo económico quese está viviendo. Para la CEPAL,las economías de los países deAmérica Latina y del Caribe ten-drán una recuperación moderadaen 2018 y en promedio creceránun 2,2%. El organismo afirmóque el contexto económico mun-dial será favorable en los próxi-mos años e indicó que el desa-rrollo de la economía mundialcerrará el 2018 en 3%.

Extraído de:http://www.monografias.com/

trabajos11/ El populismo en Américalatina durante la primera mitad del sigloXX.

http://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/populismo-en-l a t i n o ame r i c a - aumen ta - po r -guillermo-valencia/243676

http://concepto.de/populismo/#http://blog.pucp.edu.pe/blog/

orlandobecerra/2012/02/02/el-populismo-en-america-latina/

http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/andres-o p p e n h e i m e r - e s /article62919167.html

https://www.definicionabc.com/politica/populismo.php

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La Paz, marzo de 2018 Página 7

Sociedad:

Estética indígena yarquitectura estatal en BoliviaGuido Jesús Alejo Mamani*

* Guido Jesús Alejo Mamani es arquitectoUMSA Posgrados en Educación SuperiorCEPIES y especialización en DiseñoParticipativo, [email protected]

Introducción1

Dado que “la arquitectura es elproducto de las condiciones polí-ticas, sociales y económicas, enlas cuales y para las cuales se hagenerado”2, la arquitectura esta-tal boliviana obedece a las accio-nes y a la visión de país que tienenlos grupos de poder que adminis-tran el Estado; por ende, la Es-tética —entendida como la esen-cia y la percepción de lo bello yfeo— responderá a las preferen-cias de estos grupos dirigentes.

Actualmente se realizan gran-des y polémicas obras estatalesque irrumpen en los centros his-tóricos republicanos de ciudadescomo La Paz, cuya estética estáen discusión y que la narrativaplurinacional la compara con laépoca del nacionalismo bolivianoy del frustrado proyecto del Es-tado-Nación. Así, La Paz se cons-tituye en un libro en el que sepueden leer los procesos histó-ricos desde la fundación de la Re-publica hasta el Estado Plurina-cional contemporáneo, pasandopor el Nacionalismo del siglo XX.

El protagonista, al menos sim-bólico, es el “indio” o “indígena”,ignorado constructor de ciudadesen la época republicana, “inclui-do” en el nacionalismo y “sujetohistórico” en la plurinacionalidad.Utilizado por los grupos de poderde turno como recurso estético,en los últimos años va creandouna estética propia con grandesperspectivas. Para entender me-jor esto se debe retroceder a laépoca republicana.La estética eurocéntrica dela élite republicana

Durante el siglo XIX la élite boli-viana, heredera de la época colo-nial, no estuvo empeñada en di-señar un nuevo país y “la cons-trucción del Estado-Nación fuerelegada a un segundo plano. Asíse entiende que el centralismolingüístico-cultural implementa-do por los países europeos a partirdel siglo XVIII no fuese adoptadopor la recién creada Bolivia”.(Gomes, 2012)

Así como en la Colonia la élite

española usa ensus construccio-nes estilos arqui-tectónicos comoel manierista y elbarroco, en laépoca republica-na se usan estiloseuropeos comoel neo-clásico, elbeaux arts y eleclecticismo.

“En todo elmundo, espe-cialmente enAmérica, hay eldeseo de dar unesti lo a lasconstruccionestanto públicascomo privadas.Hasta hacetreinta años, lasformas tradicio-nales de Europaservían admira-blemente paraesto. Está de-más decir queFrancia, herede-ra del sentidoartístico de Grecia, fue el paíspreferido como fuente deinspiración”3.De 1825 a 1900 el neoclasicis-

mo y el academicismo francés seimponen en el diseño de edificiosestatales, como el Palacio Legisla-tivo (actual Asamblea LegislativaPlurinacional), el Palacio de Go-bierno de La Paz4 y el Palacio Na-cional en Sucre.

La matriz occidental en la arqui-tectura de la élite gobernantehace parte del patrimonio histó-rico arquitectónico de ciudadescomo La Paz. Ello no implica queel “indio-indígena” haya carecidode arquitectura, sino que elcriollo-mestizo invisibiliza esasexpresiones, como en la épocacolonial los españoles destru-yeron la arquitectura prehispá-nica en los pueblos donde seasentaron.El surgimiento delnacionalismo

Luego de la derrota en la Guerradel Pacífico la casta dirigentesiente la necesidad de consolidarel territorio del Estado; debe“sentar soberanía” y para ello —interés económico mediante—procede a arrebatar las tierras delas comunidades “indígenas”.

Con el ascenso de los gobiernosliberales, tras la derrota conser-vadora en la Guerra Federal, seacelera la desintegración de lasformas comunitarias como sinó-nimo de consolidación de la na-ción, tanto hacia la moderni-zación (tecnológica y mercantil)como hacia la modernidad (Go-mes, 2012).

En este afán se emprende lamodernización del Estado quepara el “indio” implica la integra-ción a través de la aculturación,aceptado a veces por los “indíge-nas” para disponer de instrumen-tos idóneos para defenderse delhacendado. “El proceso de nacio-nalización iba indisolublementevinculado a la obtención de dere-chos políticos y el acceso a la pro-piedad de la tierra por parte delcampesinado quechua, aymara ode otras culturas indígenas. Losderechos políticos, como se havisto quedaron aplazados…”(Gallego, 1991)El Estilo Neotihuanacota

Para Bourdieu “el Estado mol-dea las estructuras mentales eimpone principios de visión y dedivisión comunes, (…) contribu-yendo con ello a elaborar lo quese designa comúnmente como la

identidad nacional” (Bourdieu,1994). La identidad nacional valigada a la consolidación de unEstado Nación con un “capitalsimbólico”, un imaginario de re-cursos estéticos que se plasmaráen la arquitectura estatal.

Para el nacionalismo bolivianoel capital simbólico en la arquitec-tura tuvo dos fuentes de inspira-ción:

* El pasado virreinal: Una ar-quitectura nacional en función alpasado hispano-criollo (Mesa,1984) que se traduce en el “EstiloNeocolonial” cuyos ejemplos sonel edificio de la Caja Nacional deSalud, el Ministerio de Minería yel edificio San Francisco.

* El pasado prehispánico: Cuyaarquitectura utiliza los recursosestéticos de la cultura prehispá-nica de Tiwanaku, que se traduceen el “Estilo Neotihuanacota”, yque trata de la visión de la estética“indígena” desde el Estado.

Desde principios de la RepúblicaTiwanaku cumple un importantepapel simbólico para la élite go-bernante. A principios del sigloXX Arturo Posnansky realizó va-rios estudios en el centro arqueo-lógico; así, la política y la cienciase complementarían, dando ori-

La antigua vivienda de Arturo Posnansky (arqueólogo e investigador que mezcló ciencia con especulación),hoy Museo Nacional de Arqueología en La Paz, que fue uno de los referente en los que se basó el estilo

arquitectónico nacionalista Neotihuanacota, en Bolivia. Fuente foto: http://mapio.net/pic/p-10756621/

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gen a la arqueología nacionalista.Esta arqueología “participó ac-

tivamente en el fortalecimientoideológico de estos gobiernos yrecibió a cambio soporte institu-cional y apoyo financiero. Consi-guientemente, sus resultados anivel académico estuvieron limi-tados por su inherente sesgo polí-tico” (Capriles, 2005). Con el es-tudio de las ruinas arqueológicas,Tiwanaku tuvo valor “en la cons-trucción de una estética políticaque sirve de fundamento para laformulación discursiva del senti-miento nacional boliviano entrelos años 30 y 60, justamentecuando se elaboró un proyectode y para la élite letrada, el cualdebía ante todo asegurar sudominio sobre la imaginería dela nación” (Loza, 2008)

En arquitectura ello se traduceen el estilo denominado “Neoti-huanacota”, caracterizado porrecrear iconografía, colores ymateriales pétreos de Tiwanakuen construcciones de funcionali-dad contemporánea.

Ese estilo tiene antecedente enla vivienda de Arturo Posnansky(Palacio Tiwanaku) construida en1918, donde funciona ahora elMuseo Nacional de Arqueología,cuya iconografía emula Tiwanakuaunque su concepción y formasea la de un palacio europeo.“…está íntegramente construídoen piedra y sus característicasestructurales responden a losmoldes repetidos de las grandesresidencias de la burguesía euro-pea de la época” (Mesa, 1984).Posnansky también realizará “LaPlaza del Hombre Americano”(1940), hoy plaza Tejada Sorza-no, réplica del templete semisub-terráneo de Tiwanaku.

Otro ejemplo es el edificio de laEscuela Ayllu de Warisata, pro-yecto aprobado por el Estado en1932. “Tiene una construcción dedos pisos de estilo Neotihua-nacota, rodeada de sembradíos.El edificio diseñado según unosplanos del Instituto Americanotiene un patio de 752 metroscuadrados, con arbolillos, y jar-dín. El frente y los dos costadosson de dos pisos (…) Se levantasin necesidad de ingeniero niarquitecto en solo un año de febrilactividad” (Basso, 2008).

El arquitecto Emilio Villanueva,uno de los principales referentesde esa arquitectura, afirma:

“… Hemos conocido una nuevacultura, un nuevo sentido de lavida social, una nueva compren-sión de sus problemas, nuevastécnicas y nuevos métodos. Porconsiguiente, es natural que unnuevo estilo tenga origen. Empe-ro, estamos en la época de sugerminación, en la época de suformación. Además, un estilo nose crea artificialmente. El estilotoma forma como una raza tomaforma, como una nación se con-forma; es la forma fundamental

de la patria, que está cantandoa través del alma…”5

Emilio Villanueva que antes ha-bía realizado edificios de estiloneoclásicos, art decó, academi-cista francés y neocolonial, en1928 asume el estilo Neoti-huanacota influido por Posnanskyy diseña el Estadio “PresidenteHernando Siles”, inaugurado en1930, de diseño simétrico y conreproducciones iconográficas ti-wanacotas, que se complemen-taría luego con la plaza del tem-plete semisubterráneo realizadapor Posnansky en 1940.

La obra más importante de Vi-llanueva será el edificio del Mono-block Central de la UniversidadMayor de San Andrés estrenadaen 1948, en el que aplica la con-cepción espacial de Tiwanaku conlas últimas tendencias de la ar-quitectura de vanguardia, racio-nalista y funcionalista. Esta obraes una de las más importantesde la Arquitectura boliviana delsiglo XX.

Durante la Revolución Nacionaldestaca el “Monumento a la Re-volución Nacional” diseñado porHugo Almaraz en homenaje a laRevolución de 1952. Fue inaugu-rada en 1956, “con una volume-tría inspirada en una pirámideescalonada mesoamericana (…)con algunos diseños Tiwanakotasen alto relieve” (Frade, 2014).

La búsqueda de una Arquitec-tura Nacional desde enfoqueestatal baja de intensidad en lasegunda mitad del siglo XX.Visión nacionalista yestética “indígena”

Para el nacionalismo “el proyec-to de Estado nacional boliviano fue(…) el de una clase que aspirabaa su propio engrandecimiento yque lo llamaba nacional porque noconcebía ni se planteaba queotros tuviesen derecho a ello”.6

La élite dominante decide quées feo y bello, lo que se debe igno-rar y lo que se debe rescatar parasu “inclusión” figurativa. La esté-tica real del “indígena” no tienevalidez para la construcción deun imaginario nacional.

Se recurre a restos arqueológi-cos desligándolos de los “indios”de inicios del siglo XX. El mismoPosnansky planteó hipótesis enese sentido7. Se recurre a unacultura que en teoría habría al-canzado un alto grado de desa-rrollo y se desestima a otras cul-turas del territorio boliviano.Tiwanaku es el estandarte bajoel cual Bolivia debería identifi-carse, como los peruanos preten-dían con los incas o los mexica-nos con los aztecas.

El “indio” no diseñó los edificiosneotihuanacotas, no tenía accesoa la educación superior, la profe-sión de arquitecto estaba reser-vada a la élite criollo mestiza. El“indio” era el constructor de losedificios que en teoría lo identifi-

caban. Emilio Villanueva expre-sa: “Si yo pudiera dar un premio,se lo daría al albañil indio, quienhace posibles mis proyectos, quehace para ellos los adobes másperfectos que yo utilizo…”8

La visión estética nacionalistaes una visión del “otro” desligadodel “indio” actual, rescatado e in-corporado en el imaginario nacio-nal de obras arquitectónicas cuyoepicentro es la Ciudad de La Paz.La estética “indígena” preplurinacional

La estética “indígena” en la ar-quitectura privada y pública estávigente desde fines del siglo XXhasta el presente. Esas obrasarrastran la inercia del uso simbó-lico de Tiwanaku, si bien en edifi-cios aislados: el Edificio Entel enla calle Ayacucho, el Hotel Gloriaen la Plaza de las Culturas.

También se realizaron obras es-tatales en La Paz, como la Casade la Cultura con iconografía Ti-wanaku en su fachada posterior,la Plaza de las Culturas, con sufuente con cabezas de puma ti-wanacotas, un muro de conten-ción en la calle Murillo que imitalos muros con cabezas clavas delTemplete semisubterráneo; algu-nas referencias en el Palacio deComunicaciones y el edificio dela Corporación Andina de Fomen-to, ambas obras del ArquitectoJuan Carlos Calderón. En los mu-nicipios paceños, en estilo Neoti-huanacota se construye el edificiode la Municipalidad de Tiahuanacoy el Museo Lítico en la mismapoblación, así también la plazaprincipal de Pucarani.

Un caso destacado es el “neo-wankarani” nuevo estilo basadoen la cultura Wankarani (anteriora Tiwanaku) que se caracterizabapor el uso ritual de cabezas clavasde llamas de piedra. El arquitectoRicardo Achá utiliza esas cabezasestilizadas como remate en susedificios, además de cruces andi-nas. Ejemplos del estilo neowan-karani en La Paz son los edificios

Amadeus ubicado en la plaza Bo-livia, y Maquisacru y Luis Espinal,en la Av. Ecuador, Sopocachi.La Plurinacionalidad

El Estado boliviano “se ha cons-truido históricamente no sólo almargen de las mayorías sociales,sino incluso en contra de éstas,de manera que no ha logradoconstruir una identidad nacionalcompartida que haya podidolegitimar su existencia y afianzarsu monopolio del asunto social”(Marakan, 2016).

Ese Estado “colonial” se carac-terizó por sus fricciones con el“indígena” desde la creación dela República, la exvinculación detierras comunitarias, los movi-mientos de caciques y apodera-dos generales, hasta el surgi-miento del indianismo-katarismocomo contrapeso al discurso na-cionalista. En la última décadadel siglo XX el Estado Bolivianose define como “multicultural yplurilingüe”: solo buenas inten-ciones y recurso retórico.

Las movilizaciones aymaras yquechuas iniciadas en el año2000 culminan en el 2003, con ladenominada “Guerra del Gas”9,consolidando la asunción de EvoMorales como presidente y laaprobación de una nueva Consti-tución a partir de 2009, que se-ñala a Bolivia como Estado Pluri-nacional con libre determinaciónde las “naciones y pueblos indí-gena originario campesinos” enel marco de la unidad estatal,dejando el modelo de Estado–Nación que el nacionalismo nopudo consolidar.Obras estatalesplurinacionales

La visión plurinacional utiliza lossímbolos “indígenas” como so-porte ideológico del nuevo Es-tado. “En este contexto tambiénse estudia a Tiwanaku —similara lo que ocurrió en el curso delnacionalismo revolucionario—escogido por las instancias esta-tales para promover las princi-

El monoblock de la Universidad Mayor de San Andrés, en La Paz, considerado el mejorexponente del estilo Neotihuanacota. Fuente ilustración: https://carlosdmesa.com/2014/01/

23/el-monoblock-de-la-umsa-obra-maestra-de-la-arquitectura-boliviana-del-s-xx/

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pales celebraciones de posesiónpresidencial o los solsticios y deallí que estas ruinas se cons-tituyen en el lugar mítico para elorigen del nuevo orden estatal,en este caso específico, para elEstado Plurinacional” (Torrez yArce, 2014).

Los recursos estéticos de Tiwa-naku y de otras culturas del país,se emplean en la construcción deedificios de importancia políticacomo el nuevo edificio de laAsamblea Legislativa Plurina-cional y la “Casa Grande delPueblo”.

El Nuevo Edificio de la Asam-blea Legislativa Plurinacional, enconstrucción desde 2016 previoconcurso de proyectos arquitec-tónico en 2011, es según el vice-presidente Álvaro García Linera,“símbolo de un Estado Plurina-cional transformado que acoge atodos los bolivianos, donde esta-rán símbolos de todas nuestrasregiones, pinturas y arte de nues-tros pueblos…”10 Tiene 20 plantasy está diseñado con criterios dearquitectura bioclimática, conahorro energético y muros ver-des. En su estética sobria y sim-ple, en la que lo “indígena” no estan evidente, sobresale el escudoboliviano que estará grabado entodo su frontis11.

La Casa Grande del Pueblo, re-sultado de un concurso de pro-yectos el 2012, inicia su construc-ción en 2014. Su estética se basaen Tiwanaku12 pero difiere nota-blemente de las construccionesnacionalistas de estilo Neotihua-nacota. Tiene 28 plantas y se de-cora con obras de arte “expre-sando la identidad y la fuerza denuestras culturas”13. Su estéticaes sobria y sencilla.

Otra obra que rescata elemen-tos estéticos “indígenas” son el“Museo de la Revolución Demo-crática y Cultural” en Orinoca queusa elementos de la fauna andina(puma, llama y quirquincho) con

una portada que fusiona icono-grafía Wankarani y Tiwanaku.

Entre las obras de vivienda so-cial se destaca el condominioWiphala, ciudad de El Alto, sietebloques de 12 plantas con pintu-ras de fachada del artista aymaraMamani Mamani; y las viviendascirculares l lamadas “TúpacKatari” construidas en Ayo Ayo.

Otros edificios estatales son delInstituto Comercial Superior dela Nación (INCOS), en la ciudadde El Alto, construido en 2014,con portales inspirados en Tiwa-naku; similar es el nuevo “Palaciode Justicia” construido en 2016y ubicado en también en El Alto.El Campo Ferial “Chuquiago Mar-ka” en la ciudad de La Paz tieneuna fachada con vidrios de colo-res que imita figuras escalonadastiwanacotas.

Otra obra importante es el “Edi-ficio emblemático” de la Univer-sidad Pública de El Alto (UPEA)inaugurada en 2012, cuya plantaestá basada en la cruz cuadradaandina e iconografía Tiwanaku.Visión plurinacional yestética “indígena”

La construcción del Estado Pluri-nacional está ligada al Movimien-to al Socialismo y a la gestión deEvo Morales; por ende, la visióndel gobierno central es preponde-rante respecto a una visiónestatal de la estética “indígena”.

La retórica plurinacional hacedel “indígena” el sujeto históricodel “proceso de cambio”, comoel “mestizo” lo fue del nacionalis-mo. Así, los símbolos “indígenas”tienen finalidad estética y deapoyo simbólico al ejercicio delpoder, legitimando a los actoresdel gobierno como portadores deun “legado ancestral”.

El ex ministro Juan RamónQuintana (actual embajador enCuba) refiriéndose a la CasaGrande del Pueblo señala: “Cadaépoca crea sus símbolos, cadaciclo histórico crea sus símbolos

y era importante que nuestroproceso de cambio forjara susímbolo arquitectónico y hoy laCasa Grande del Pueblo será unsímbolo del proceso de cambio”.Jorge Silva sostiene que “el poderpolítico no solo se reduce al ám-bito de ejercicio, sino también ala simbología y es necesarioestablecer algún tipo de políticaspúblicas monumentales para de-jar un recuerdo”.

La Casa Grande del Pueblo y laAsamblea Legislativa Plurinacio-nal, por su simbolismo y empla-zamiento, son los referentes másimportantes de la arquitectura dela plurinacionalidad. No estánexentos de polémica, como el de-bate entre el Vicepresidente Ál-varo García Linera y el Ex presi-dente Carlos Mesa sobre su con-traste con el entorno patrimonialrepublicano14. Lo cierto es queestos nuevos edificios reproducenlo ocurrido durante la “coloniza-ción”: un edificio suplanta otro15

con una estética ajena a su con-texto, pero cumpliendo la mismafunción. El simbólismo es claro;pero, tiene ciertos matices:

* Los nuevos edificios guberna-mentales no expresan la escala,proporción y armonía de las cons-trucciones prehispánicas respec-to a su entorno y usan su icono-grafía sin reparar en su signi-ficado e ignorando su función.

* Tampoco expresan los cáno-nes del nuevo movimiento arqui-tectónico genuinamente aymaraque se desarrolla en El Alto16 yotras expresiones estéticas“indígenas” contemporáneas.

* Los nuevos edificios guberna-mentales no alcanzan la calidadarquitectónica que se evidenciaen edificios Neotihuanacotasnacionalistas, como el Monoblockde la UMSA.

El Estado Plurinacional no plan-tea una arquitectura plurinacio-nal, pues sus obras carecen de lafuerza de las construcciones Neo-tihuanacotas nacionalistas. Laidea de una estética plurinacionalesgrimida por García Linera17 noes clara ni se expresa en la mayo-ría de los nuevos edificios esta-tales o en los espacios que gene-ran, que siguen tendencias euro-peas y norteamericanas, como eldel Ministerio de Economía y Fi-nanzas (estilo organicista), y losde estilo minimalista: la Procu-raduría General del Estado, el edi-ficio de la AJAM y el nuevo edificiode YPFB (que además es hightech). Los coliseos, terminales,sedes sociales y estadios respon-den a criterios racionalistas yfuncionalistas y no a una “estéticaindígena plurinacional”: Compa-remos el Nuevo Estadio Municipalde El Alto con el antiguo EstadioHernando Siles de estilo neoti-huanacota.

Como ocurrió en el nacionalis-mo, en la Bolivia Plurinacional el

“indígena” es el constructor deobras, no su diseñador. La visiónestética “indígena” es una visióndel “otro”, pero un “otro eclécticodel pasado”, pues no se tomanen cuenta las expresiones con-temporáneas de los pueblosahora denominados “indígenas”.La estética aymaragenuina

La arquitectura de la academiano impregnó el imaginario dequechuas y aymaras: “no involu-cra las percepciones del gruesode la población que a fines delsiglo XX emigra hacia las ciuda-des con imaginarios propios y queconforman nuevas entidades ad-ministrativas como es el caso dela Ciudad de El Alto”. (Alejo, 2017)

Al margen del Estado surge ungrupo social aymara con poderíoeconómico, los “qamiris” que“consolidaron una lógica de vidabasada en la generación de capi-tal económico” para “acceder acapitales sociales y simbólicos”(Llanque, 2011), siendo la arqui-tectura uno de esos capitalessimbólicos. Surge una élite conpoder económico que puede in-vertir, en su búsqueda de pres-tigio, en grandes construccionescon su propia estética.

Característica de esta nueva es-tética es la incorporación de fuen-tes de inspiración contemporá-neas pero arraigadas en la tra-dición, como el awayu, y de ele-mentos de la subjetividad de losqamiris, a los que se suman figu-ras Tiwanakotas.

Sus características son: la cargasubjetiva en la estética de cadavivienda, la evasión de las normasde construcción y de confort, lanovedosa composición en base areferencias ancestrales (Tiwana-ku) y de ficción (Transformers),los juegos de color y de materia-les, la fiesta y ostentación comoobjetivo simbólico y el lucro co-mercial como objetivo económi-co. Esta nueva arquitectura res-ponde, pues, más a parámetrosposmodernos que modernos18.

Esta arquitectura ha sido deno-minada “cholet”19 de manera pe-yorativa y sin reflexión teórica.Creemos que por sus caracte-rísticas y el grupo social que lousa, su denominación más ade-cuada es de “Arquitectura Posmo-derna Aymara”.

Los artífices de esta arquitec-tura no son arquitectos de la aca-demia, sino maestros albañilesque han interpretado mejor losgustos estéticos de los nuevos ri-cos aymaras; los dos más cono-cidos mediáticamente son: San-tos Churata y Freddy Mamani.

“Este estilo se expandirá geo-gráficamente allá donde los “qa-miris” se expandan entretejiendoredes comerciales y culturales, yserá una arquitectura relevante

El nuevo edificio de la Asamblea Legislativa Plurinacional, de "una estética sobria ysimple, en la que lo indígena' no es tan evidente", pero que fue presentada por sus

diseñadores como inspirada en la Madre Tierra y con un eje de reflexión y análisisconceptual centrado en "la cosmovisión Andina e indígena boliviana". Fuente ilustración:

http://octopusarquitectura.blogspot.com/2011/11/concurso-de-ideas-arquitectonicas-1er.html

Continúa en la página 11

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«Tierras al pueblo, minas al Estado»:

El comunismo en el incario,según Tristán MarofFreddy Zárate

En la segunda década del sigloXX, Gustavo Adolfo Navarro(1896-1979) publicó el libroPoetas idealistas e idealismo dela América Hispánica (Gonzalesy Medina editores, La Paz, 1919),la cual lleva una carta prólogo dela poetisa Gabriela Mistral. Enestas páginas, el autor hace unbreve estudio de los poetas Ama-do Nervo, Arturo Capdevilla, JoséMartí, Fabio Fiallo, Gabriela Mis-tral, Franz Tamayo, entre otros.Al final del texto, Navarro incluyeuna conferencia que dictó enSantiago del Estero (Argentina).En estas breves páginas se puedeadvertir las tempranas ideasacerca de su concepción delcomunismo en el incario.

Según relata Navarro, en esosaños de turbulencia política entreel ocaso del liberalismo y la emer-gencia política del republicanis-mo, tuvo que viajar en una “aven-tura lírica, cuando andaba errantey proscrito”, se detuvo momentá-neamente en Santiago del Es-tero, ahí conoció un núcleo entu-siasta de jóvenes congregados enla “Sociedad Sarmiento”, en don-de pronunció su conferencia titu-lada: El concepto de la civilizaciónamericana entre los quechuas yEl comunismo entre los incas.

La tesis que formuló GustavoA. Navarro fue la “idea comunal”que estuvo muy desarrolladaentre los quechuas, al grado dealcanzar —por poco— la “per-fección sindicalista”. Esta ideaexigida “por todos los que sufren(…), por los que golpean con suspuños miserables las puertas delcapital”. Para explicar su versiónedulcorada del incario, Navarrorememoró a “Manco Cápac, hijorebelde Atkao y Huaynay y Organ,sus abuelos que allí en las tierrasdel Asia se habían propuestoreformar las instituciones y lasleyes, tropezando con la férreaimposición amarilla, pasaron aAmérica y fue aquí donde esta-blecieron la más sólida reglamen-tación común, que estaba funda-da no por una convención huma-na o social, sino sobre el sentidomoral y la idea de purificaciónidealista”. Esta afirmación no

tiene asidero histórico, pero, esparte de la construcción de laleyenda dorada del incario.

En esta primera etapa, Navarroafirma que existió un comunismocon “dulzura inefable y una sua-vidad estratégica” reflejada a tra-vés de las enseñanzas de MancoCápac a sus súbditos. Ellosaprendieron a cultivar la tierra ylos frutos que producía fueran re-partidos entre sus habitantes, ytodos (a excepción de los impe-didos) estaban obligados a traba-jar. Aún los niños y los inválidostenían ocupación, cuidando losrebaños o tejían en los hilares,en pocas palabras, “la pereza eraabominable”.

A decir de Navarro, en estasociedad no “había división declases sociales”, pero existía unacasta superior que estuvo confor-mada por los sacerdotes adora-dores del Sol y todos aquellos queprestaron servicios a su comu-nidad, Gustavo Navarro es enig-mático y contradictorio en susloas igualitarias en el incario alaceptar de modo positivo unacasta “superior” destinada agobernar de modo verticalista.

Con respecto a la vida cotidiana,Navarro alega que la “amistadfalsa” y la “risa hipócrita” eranreprochables. Había un respetoa los ancianos que era visto comouna costumbre tradicional, enpocas palabras, en la sociedad delincario: “Todos se amaban, todosse querían. Es así que se fundóel imperio del Tawantinsuyo”.

Tras retornar a Bolivia de sudestierro, el presidente BautistaSaavedra designó a Gustavo A.Navarro Cónsul en Francia (pos-teriormente en Italia y Escocia).Al llegar a París en 1921, el jovenNavarro sintió en carne propia elinicio de la fiebre socialista. Ensu estadía en la grande nationconcluyó el texto intitulado El in-genuo continente americano, pe-ro fue advertido que era peligrosoque firmase con su nombre,puesto que desempeñaba un car-go diplomático y su libro hacíaalusión a la Guerra del Pacifico conChile (capítulo segundo El crimende América). Es así que surgió laidea de utilizar un pseudónimo:

“Quise hacerlo na-turalmente con elnombre de Iván,pero un amigo es-pañol que tenía,Darius Frosti (Ama-deo Lehua) me su-girió que adoptarael nombre de Tris-tán. Acepté la su-gestión y le di elapellido de Marof,que ni siquiera esruso, sino búlgaro”,declaró años mástarde Navarro.

El primer libro pu-blicado con el pseu-dónimo de Maroffue El Ingenuo con-tinente americano(Editorial Maucci,Barcelona, 1922);este texto causópolémica llegandoa protestar el Cón-sul de Chile en LaPaz, “estaba de pre-sidente don Bau-tista Saavedra,hombre de luces yde gran capacidadintelectual. Ordenóque respondieran alos de Chile que elautor Marof eradesconocido y queel Cónsul se llama-ba Navarro (…).Don Bautista queme quería mucho,me trasladó aGénova, tambiéncomo Cónsul”, diceNavarro. Durantesu permanencia enGénova, Marof pu-blicó la novela Sue-tonio Pimienta. Me-morias de un diplo-mático de la Repú-blica Zanahoria, (Editorial Bia-gini, 1924). Por esos años TristánMarof se encontraba en Bruselas,allí hizo amistad con el escritorbelga Víctor Orban que le instódivulgar su manuscrito sobre elimperio incaico. Es así que salióa luz —dos años des-pués— elensayo La Justicia del Inca (LaEdición Latino Americana, Bru-

selas, 1926).Hoy puede ser considerado el

escritor boliviano Tristán Marofuno de los precursores en divul-gar —tanto a nivel nacional e in-ternacional— los principios que-chuas del ama sua (no seas la-drón), ama llulla (no seas menti-roso) y ama quella (no seas flojo),al unísono de propagar la utopía

GustavoAdolfo Navarro es el protótipo del intelectualmarxista criollo que teoriza sobre lo indígena. Generalmente

ubicado en las esferas de poder por sus relaciones decasta, idealiza al indígena porque así lo funcionaliza parasus intereses políticos. Ayer les convenía presentar a lassociedades antiguas como ejemplos de «armonía social»,ahora lo hacen como portadoras de «armonía cósmica».Fuente caricatura:http://www.pacarinadelsur.com/home/figuras-e-

ideas/480-el-exiliado-boliviano-tristan-marof-tejiendo-redes-identidades-y-claves-de-autoctonia-politica?

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del incario, enfatizando que erauna época feliz en donde “no seconocía la política y por consi-guiente no habían bandos perso-nalistas y sanguinarios que sedestrozasen entre sí. La vida eratranquila, sencilla, laboriosa y sedeslizaba cantando églogas sinotra aspiración que la dicha de lacomunidad por el trabajo (…). To-do habitante tenía asegurada suvida y su porvenir”. Marof enno-bleció a los incas como grandesestadistas que gobernaron consabiduría a su pueblo, pero estehecho fue olvidado premeditada-mente por los españoles y su des-cendencia. La conquista, la colo-nia y la vida republicana trajeron“una serie de problemas e inquie-tudes que hasta hoy no se puedenresolver, que no se resolveránsino el día que regresemos a latierra y demos a cada habitantesu independencia económica, esdecir, junto con la tierra la ideadel trabajo organizado y en co-munidad”, enfatiza Marof.

Para Tristán Marof, la civilizaciónincaica “no solo era previsora sinotambién fraterna y de alta moral(…). Civilización que no hacía li-teratura de la moral y que casti-gaba con penas severas a los pe-rezosos, a los falsos y a los ladro-nes”. El propio autor reconoceque su “imaginación se exalta”,y sugiere organizar con “los últi-mos descendientes del Inca [pa-ra] volver a la fraternidad, dandoa cada habitante tierra y pan yburlémonos de todos los charla-tanes democráticos del globo”. Eneste punto Marof se inclina envolver al autoritarismo del incarioen donde prevalecía la mano duray se desconocía la idea de demo-cracia, y primaba sobre ellos elcastigo con penas “severas, rígi-das y justas” a todos aquellos queinfringían los preceptos del inca-rio, este dato nos da pistas paraponer en cuestionamiento elparaíso en el incario, puesto quesi existían sanciones era justa-mente por la existencia y recu-rrencia de las mismas.

El escritor Marof señaló que laidea del comunismo no era no-vedosa, sino que hace siglosatrás se practicaba en el Imperiode los Incas “con el mejor de loséxitos y formaron un pueblo felizque nadaba en la abundancia(…). Nadie podía quejarse demiseria sin pecar de injusto. Todoestaba previsto maravillosamen-te y reglado económicamente(…). El Estado incaico girabaalrededor de un sistema de ar-monía”. Se puede advertir queMarof no precisa de modo teóricolo que significó realmente elcomunismo en el incario, sino caeen divagaciones que se disipanen largas peroratas que llegan a

dogmatizar la idea celestial delimperio de los incas: “Del Estadoson pues, las tierras, los anima-les, los pastizales, el oro, la plata,las piedras preciosas. El incareparte celosamente todos losproductos y garantiza la existen-cia económica del imperio, ad-ministrándolo por medio de unacontabilidad rigurosa. Todo llegaa su conocimiento. Sabe cuántoshabitantes tiene una comarca,cuantos nacen en un año, cuan-tos han fallecido. Una casta es-pecial de empleados le pone alcorriente de los ínfimos detalles”.En este último punto, Marof espartidario del control políticoincrustado en el incario, que diocomo resultado una restricción ycensura a toda libertad política.

Uno de los postulados intere-santes que planteó Tristán Marofel ensayo La Justicia del Inca fuepedir tierras al pueblo y minas alEstado: “Detrás de las espaldassufridas del pueblo y de la claseindígena, se reparten las ganan-cias, tiburones de diferente ban-do: los Montes, los Patiño, losAramayo, los Escalier, los Loaiza,el francés Sux, los Mendieta, lascompañías chilenas, las america-nas y miles de patrones en mayoro menor escala según su rango.La única fórmula salvadora esesta: tierra al pueblo y minas alEstado”. La idea de la nacionali-zación de las minas y expropia-ción fue replicada en el texto Latragedia del altiplano (EdicionesClaridad, Argentina, 1934).

La prematura propuesta de Ma-rof no tuvo eco en su momento;décadas después, sus ideas fueronapropiadas y amplificadas por losideólogos del Movimiento Nacio-nalista Revolucionario, cuyo proce-so político culminó con la reformaagraria, el voto universal, la nacio-nalización de las minas y la refor-ma educativa. Quedando olvidadoy arrinconado el “viejo soldado”(como se solía llamar a Marof) porla coyuntura movimientista demediados del siglo XX.

Una de las páginas interiores de LaJusticia del Inca. Fuente foto: https://

docslide.com.br/documents/la-justicia-del-inca.html

en la medida en que esta éliteacceda al poder ya que el podereconómico conlleva al poderpolítico” (Alejo, 2017). Por ende,existe la posibilidad que a futurouna élite aymara pueda aspirar atomar el poder del Estado, lo quesignificaría una nueva etapa, co-mo lo fue el nacionalismo y es laplurinacionalidad. Sin embargo,eso ya entra en la categoría desimple especulación.Conclusiones

* La élite empoderada en laBolivia republicana usó una esté-tica eurocéntrica que respondíaa sus preferencias y convenien-cias, dejando de lado las expre-siones de la mayoría “india” enel país, lo que se expresa en losedificios actualmente denomina-dos patrimoniales.

* El nacionalismo boliviano fueun esfuerzo de la casta dirigentepara engrandecerse y legitimarsemediante una apertura simbólicaal “indígena”, sumándolo comomestizo al Estado-Nación. Paraello buscó una arquitectura na-cional en la que se fundieran elpasado (Tiwanaku) y el presente(racionalismo-funcionalismo). Elestilo Neotihuanacota fue elresultado de una estética nacionalque no logró consolidarse por lafalta de continuidad, reinvencióny voluntad política.

* La estética “indígena” conti-nuó como recurso recreado enedificios e instancias estatalesdurante la segunda mitad delsiglo XX. Sin embargo, comoparte de visiones particulares yya no de un proyecto de Arqui-tectura Nacional.

* El Estado Plurinacional propo-ne al “indígena” y sus símboloscomo sujeto histórico y reinter-preta una estética más ecléctica,con Tiwanaku como núcleo, espe-cialmente en los nuevos edificiosdel Ejecutivo y del Legislativo;sin embargo, hace uso masivo ymayoritario de una estéticaeuropea y norteamericana en susconstrucciones, quedando la“estética plurinacional” en solodiscurso.

* La visión del Estado-Nación ydel Estado Plurinacional respectoal “indio-indígena” es de alteridadlimitada. El “indio-indígena”sigue siendo el “otro” de quiense toma recursos estéticos, lo quedemuestra que en la prácticacontinúa la exclusión, a pesar delos cambios valorables que seestán dando los últimos años.

* Ha surgido una estética ay-mara notable, ajena al Estado ya la Academia, que se expresaen las suntuosas construccionesde los qamiris, como símbolo desu éxito económico, siendo portanto elitista y de gran vitalidady perspectivas: es la ArquitecturaPosmoderna Aymara.

1 El presente texto es una condensaciónde la ponencia “Visión estatal de laestética ‘indígena’ desde la arqui-tectura del nacionalismo al pluri-nacionalismo”, presentada en la Mesa5 del 1er Congreso de Historia Indíge-na, Universidad Pública El Alto, del 11al 13 de octubre de 2017.

2 Frase de David Watking en su obra“Moralidad y Arquitectura”, citado porSánchez Hinojosa en “ArquitecturaModerna en Bolivia”.

3 Emilio Villanueva, “Relación descriptivay explicativa del edificio principal de laUniversidad Mayor de San Andrés”.Arquitectura y planificación Nos. 6 y7, p. 45. Citado Por Carlos Mesa en“Emilio Vil lanueva: hacia unaArquitectura Nacional”.

4 El Palacio de Gobierno de La Paz fueterminado en 1853, incendiado en1875 y reformado varias vecesposteriormente.

5 Frase de Emilio Villanueva citado porSánchez Hinojosa en su obra“Arquitectura Moderna en Bolivia”.

6 Frase de Marta Irurozqui, citado porDavid Gomes en su obra: “Estado,nacionalismo y exclusión ciudadana:apuntes históricos desde el casoboliviano”.

7 Para Posnansky los “khollas” (casiextintos) habrían desarrollado lasgrandes culturas andinas y los “aru-wakes” serían la población gobernaday dominada, los “indígenas” actualesserían sus descendientes.

8 Frase de Emilio Villanueva citado porSánchez Hinojosa en su obra “Arqui-tectura Moderna en Bolivia”.

9 La “Guerra del Gas” no fue en realidaduna guerra, sino una masacre.

10 Cita extractada de Revista Oxígeno(2016) “El nuevo edificio de laAsamblea Legislativa costará USD 70millones”.

10Ver SAGARNAGA, Rafael (30-01-2017)“La Paz y los nuevos edificios delPoder”. Periódico Los Tiempos, Edicióndigital.

12“...los detalles simbólicos que seaplicaran en la obra, buscan rescatar,revalorizar la historia y las culturas delos pueblos indígenas originarios,puesto que estará inspirado en laarquitectura de la civilización deTiwanaku, a diferencia de la estructuracolonial del actual edificio, construidoen 1551”. (La Razón, edición digital).

13 Ver: Ministerio de Culturas y Turismo(2017) “Culturas apertura sobres delconcurso nacional artístico cultural queplasmará el talento de artistas bolivia-

nos en la Casa Grande del Pueblo”.14 Ver Página Siete (11-07-2017)

“Vicepresidente dice que Mesa seaferra a la estética republicana, racistay clasista”.

15 Durante la época colonial, losespañoles construyeron iglesias sobre“wak’as” imponiendo consigo unanueva arquitectura, estética y cultura.

16 Ver: ALEJO Mamani, Guido J. (2017)“Un estilo en apogeo: ArquitecturaPosmoderna Aymara” RevistaComunidad Critica Nro.1, EdiciónDigital, La Paz.

17 Ver Página Siete (11-07-2017)“Vicepresidente dice que Mesa seaferra a la estética republicana, racistay clasista”

18 Ver: ALEJO Mamani, Guido J. (2017)“Un estilo en apogeo: ArquitecturaPosmoderna Aymara” RevistaComunidad Critica Nro.1, EdiciónDigital, La Paz

19 “Cholet” es un juego de palabras deChalet (edificio unifamiliar aislado) yChola-Cholo, grupo social al quealgunos investigadores identificaroncomo “burguesía Chola”.

Viene de la página 9Estética Indígena y...

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Ideología:

El «ser nacional» en la reflexiónde Eduardo Nina QuispeCecilia Wahren*

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La práctica educativa de NinaQuispe** estuvo acompañada deuna intensa actividad dentro delámbito legislativo. En esta, al igualque en la primera, se vislumbra unobjetivo que es la mejora de las con-diciones de vida de la población in-dígena al interior de la nación boli-viana. En una solicitud enviada a laCámara de Diputados, la misma enla que celebraba la iniciativa de laSemana Indianista, comunicabaque: “Anhelamos que desaparezcapor completo el trato brutal, el abusoy el atropello al indio, tanto de partede algunos mestizos, de algunosafincados, de las pequeñas autorida-des administrativas y de todos losque están acostumbrados a amasarfortunas con el sudor del indio. Que-remos que haya más humanidad,más comprensión, más piedad paranuestra clase, si quiera por un senti-miento de egoísmo nacional” (BAHALP/Solicitud de indígenas con informes.Caja 93. Informe 28). El acto de anclarsu reclamo en un “sentimiento deegoísmo nacional” marca el modoen que Quispe fijaba al movimientoindígena no en oposición sino dentroy como parte del Estado nación. Suadhesión a la nación boliviana la ma-nifestó cabalmente a raíz de la Gue-rra del Chaco cuando proclamó: “in-culcaremos en las escuelas indíge-nas el deber de sacrificarnos pornuestra hermosa bandera nacionaly por nuestra amada patria” (ALP/EP. Caja136,“De los títulos…”: 11).

Asimismo, como hemos visto, par-ticipó de los desfiles cívicos del 16de julio con sus alumnos y también,en ocasión del congreso indigenal,envió una carta de “aliento y felicita-ción a los generales [y] a los cadetesdel colegio militar” (Mamani Condori,1991: 132). Esta integración tam-bién implicaba el abandono de cier-tas prácticas indígenas como la ves-timenta típica. Al respecto opinabaque “sería mejor que desterráramosel poncho. Nuestro traje hace quelos extranjeros nos miren con recelosy nos coloquen de inmediato la má-

quina fotográfica; además la dife-rencia de nuestro vestuario da lugara que nos cataloguen en el plano delas bestias humanas” (El Norte, 28-10-1928, citado en Choque Canqui,2012, Anexo 1). Quipe no sólo enmar-có su práctica educativa y legislativadentro de la República, sino quetambién identificó el progreso delindio con el de la nación. En unanota, que tenía en el centro una fotode Nina Quispe junto a un avión,este ponía a conocimiento de la so-ciedad la fundación de una nuevaasociación presidida por él: la So-ciedad República del Collasuyo.Planteaba “que habiendo nosotrosproclamado la República Collasuyodentro de la constitucionalidad delpaís para velar por el progreso de laclase indígena, tanto del Altiplano,como de los valles y de los Yungasde nuestro territorio, nos hemos em-peñado en la tarea de efectuar tra-bajos agrícolas y ganaderas (sic) pa-ra reconstruir nuestras fuerzas comovalor positivo para la marcha progre-siva de nuestra raza y de nuestrapatria”. Asimismo, sus reclamos porlas tierras comunitarias se encontra-ban acompañados por una preocu-pación por los límites del territorionacional: “Otro de los fines que per-seguimos esencialmente es la inte-gridad territorial por la que siemprereclamaremos esperando tener den-tro de poco autonomía sobre Cala-ma, Tocopilla, Mejillones y el pueblode Antofagasta, así como hacer res-petar siempre nuestra autoridadsobre los territorios del Chaco boli-viano” (El Diario, 9-8-1930).

Este fervor patriótico pareciera ali-mentar la idea de que el proyectode Nina Quispe contenía un compo-nente asimilacionista conducente adisolver la indianidad en el ser nacio-nal. Pero al mismo tiempo que predi-caba una indiscutida integración delindio a la nación, es posible ver enla práctica de Nina Quispe algunosaspectos que entran en conflicto conla idea de nación promovida por laselites y que encarnan una reivindica-ción de autonomía. Observar la labory los supuestos de la Sociedad Re-pública de Collasuyo puede contri-buir a analizar este aspecto. Paraello abordaremos el escrito de NinaQuispe denominado “De los títulosde composición de la corona de Es-paña”. Este documento constituyeuna fuente fundamental para re-construir el pensamiento de NinaQuispe, por lo cual ha sido analizado

en profundidad en diversos estu-dios1. En este apartado haremos ecode lo postulado por ellos, pero focali-zaremos especialmente en la articu-lación del discurso de Nina Quispecon el forjado por las elites, en parti-cular con su visión folklorizada de laindianidad. En dicho documento seencuentran reunidos solicitudes deindígenas, proyectos de ley, debatesparlamentarios, correspondencia yescritos de Nina Quispe en tantopresidente de la Sociedad Repúblicade Collasuyo, encabezados por unaprimera hoja que de un lado conteníael escudo de Bolivia y del otro unafotografía de Quispe vestido de tra-je2. En conjunto estos documentosabarcan un extenso período que seremonta a la época colonial y recorrelo acontecido en cuanto a la legisla-ción indígena durante todo el perío-do republicano. A lo largo del año1932, este escrito acompañó diver-sos pedidos de alinderamientos yavivamiento de mojones con el fin

de evitar usurpaciones de hacenda-dos y también conflictos intracomu-nitarios enviados a los subprefectosde las respectivas provincias (ALP/EP. Caja 346, 1932). La asociación en-tre estos pedidos y la legislación co-lonial se desprendía de los efectosde la ley del 23 de noviembre de1883, que establecía que las “cédu-las de composición conferidas porlos visitadores de tierras” duranteel coloniaje constituían las bases deprobanza para evitar las continuasrevisitasdispuestas por las leyes del5 de octubre de 1874 y del 1° deoctubre de 1880 (Choque Canqui,2012: 72). De este modo, NinaQuispe anclaba la legitimidad de susreclamos actuales en el arsenal deleyes coloniales y republicanas, yen sus propios escritos.

Más allá de la utilización de “Delos títulos de composición de la coro-na de España” en la lucha legal, unanálisis interno de este escrito per-mite profundizar en las ideas conte-

* Este artículo reproduce el inciso «Tierra,autonomía y nación: Nina Quispe y la SociedadRepública del Collasuyo», del capítulo 4 «Lafolklorización disputada. El proyecto de naciónde Eduardo Nina Quispe» en el libro de CeciliaWahrenEncarnaciones de lo Autóctono. Prácticasy Políticas Culturales en torno a la Indianidad enBolivia a comienzos del siglo XX, Teseo, Univer-sidad de San Andrés, Buenos Aires, 2016.** Eduardo Nina Quispe fue un aymaraapoderado, uno de los protagonista másdestacado de la lucha legal durante las primerasdécadas del siglo XX.

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nidas en la Sociedad República delCollasuyo. En uno de sus fragmen-tos Nina Quispe escribe: “La Repú-blica de Bolivia está dividida en nue-ve departamentos que son: Chuqui-saca, La Paz, Cochabamba, Potosí,Oruro, Santa Cruz, Tarija, El Beni yEl Litoral. En las comunidades de larepública, linderos o mojones se en-cuentra el Centro Educativo ‘Colla-suyo’ de la América”. La existenciade la Sociedad es puesta como parteintegrante, pero diferenciada, almismo nivel que las divisiones repu-blicanas. Todas son parte de “nuestrapatria Bolivia”, la cual de todos mo-dos es historizada: “antes se llama-ba Alto Perú, tan solo desde el año1825 tomó el nombre actual en ho-menaje al gran libertador de la Amé-rica del Sud General Simón Bolivar”(ALP/EP. Caja 346, “De los títulos…”: 1).Esta historización puede remontar-se (y a la vez proyectarse) aún mássi consideramos otro fragmento delescrito en el que se resalta “la admi-rable labor de Nina Quispe que silen-ciosamente está trabajando por lagrandeza del Collasuyo, dedicándoletodas sus atenciones y energías parasu resurgimiento” (ALP/EP. Caja 346,“De los títulos…”: 4). La referencia aBolivia en tanto Collasuyo (denomi-nación que la zona andina de Boliviarecibió dentro del Estado incaico) yAlto Perú (durante la colonia), pro-duce una desnaturalización e histo-rización de los límites del Estadonación dentro de los cuales se sitúala Sociedad República del Collasuyo.Esta inserción, de todos modos, im-plica una circunscripción de la pobla-ción indígena, ya vista en el ámbitolegislativo, ahora en términos geo-gráficos. Es posible, incluso, pensaren esta circunscripción también co-mo un espacio de autonomía políti-ca. Gotkowitz ha mostrado cómo loscaciques apoderados designaronautoridades cantonales y departa-mentales, fundaron escuelas imi-tando la estructura, sellos y órdenesdel Ministerio de Instrucción, y pro-mulgaron leyes, configurando inclu-so sus propios códigos legales (Got-kowitz, 2011: 142). También se cons-tituyeron como interlocutores delpoder central salteando a las autori-dades estatales locales. Tal fue elcaso de Pacajes, donde ante la mal-versación de la contribución territo-rial de los indígenas por parte delsubprefecto, que había impedidoque llegaran esos fondos al tesoronacional “en estos momentos enque la Patria necesita más que nuncadinero para mantener a sus soldadosy demás usos”, los indígenas de laprovincia encabezados por NinaQuispe resolvieron que “el segundosemestre de contribución será de-positado por el Ilacata Tomás Surco,miembro de esta sociedad en el Te-soro de la administración” (ALP/PTD.Caja 37, 1932). Estas característicasque tomó el movimiento de caci-ques apoderados han conducido aGotkowitz (2011: 142) a plantear queeste instituyó “su propio Estadodentro del Estado”. En este mismo

sentido, Mamani Condori (1991:151) plantea que Nina Quispe bus-caba avanzar hacia la fundación deuna “república india” teniendo comoinstrumento fundamental a la So-ciedad Centro Educativo Collasuyoque se había insertado en los linderosy mojones del país.

Si bien podemos pensar como unaparadoja la convivencia del anhelode integración a la nación y la bús-queda de autodeterminación políti-ca, esta deja de serlo si observamoscuál es la propuesta de nación acu-ñada por Nina Quispe. Un fragmen-to de “De los títulos de composiciónde la Corona de España” se manifies-ta en este sentido: “La Repúblicade Bolivia está dividida en nuevedepartamentos que son: Chuquisa-ca, La Paz, Cochabamba, Potosí,Oruro, Santa Cruz, Tarija, El Beni yEl Litoral. Todos los bolivianos obede-cemos para conservar la libertad.Los idiomas aimará y quechua, ha-bla la raza indígena, el castellano,lo hablan las razas blancas y mestiza.Todos son nuestros hermanos” (ALP/EP. Caja 346, “De los títulos…”: 5). Estaconcepción de una Bolivia considera-da como un todo pero donde clara-mente existe una diferenciación dediversos sectores, siendo el indíge-na, identificado con el habla aimaray quechua, uno fundamental3, nospermite volver sobre el interroganteacerca de si su propuesta de integra-ción a la nación resulta un proyectoasimilacionista. En contraposición aesto último, en el planteo de NinaQuispe existe una clara delimitaciónde la indianidad, pero a diferenciade la noción construida por la elite,esta no es folklorizada. El rechazodel poncho que convierte al indioen una postal ante los extranjeros yen “bestias humanas” ante los boli-vianos, se oponía al énfasis que losbailes organizados por el Estado ylas elites letradas ponían en la nece-sidad de que las tropas de bailarinesindígenas concurran con sus trajestípicos. La fotografía de Nina Quispecon la vestimenta habitualmenteasociada a las elites mestizo criollas,así como la que lo presenta posandojunto a un avión, contrastan con lasfotografías folklorizantes de indíge-nas junto a Tiwanaku que, como he-mos visto en los capítulos anteriores,circulaban en el período. El sentidodel progreso y la incursión al mundourbano iban a contrapelo del este-reotipo del indio rural y anclado enel pasado. Y el acceso a la alfabetiza-ción disputaba el destino prefigura-do del indígena como trabajadormanual y potenciaba su agencia po-lítica. Como ha planteado Gotkowitz(2011: 134), la incorporación a la na-ción boliviana no era una preocupa-ción abstracta, no ser consideradosbolivianos conllevaba consecuenciastangibles. La incorporación significa-ba el acceso a las instituciones públi-cas y el idéntico amparo ante la ley.Significaba, también, el derecho acruzar las fronteras y participar delcomercio a larga distancia. En estecontexto, la propuesta de Nina Quis-

pe logró postular la integración a lanación sin caer en un proyecto asi-milacionista. Lejos de resultar disol-vente de la indianidad forjó una no-ción de esta que se opuso a su folklo-rización, abriendo a la población in-dígena, como tal, la posibilidad dereclamar por derechos civiles, tierrasy autonomía política4. Esta nociónimplicaba un cuestionamiento a lasbases de la estratificación social co-lonial vigente en Bolivia que conver-tía la diferencia en jerarquía, así co-mo a los preceptos del liberalismopara los cuales la eliminación de es-ta última requería una negación dela diferencia cultural. Subyacía, así,un contenido ideológico que postu-laba la igualdad de derechos en ladiferencia cultural, y que aun cuandono resultaba del todo explícito setraducía en las prácticas educativasy legislativas. En este sentido, suparticipación en la maquinaria legal,educativa, e incluso ritual de la elitegobernante gestaba un profundocuestionamiento de su sistema dedominación.1 Principalmente Mamani Condori (1991),Choque Canqui (2012), Choque Canqui yQuisbert (2006 y 2010) y Gotkowitz (2011).2 Nos referimos al traje asociado a las elitesmestizo criollas compuesto por pantalón y sacode pana y camisa.3 Esta visión ha llevado a Mamani Condori(1991: 152) a hablar de un pachakuti que implica-ba el retorno del Qullasuyo, y a Gotkowitz (2011:87) de “una visión de armonía intercultural”.4 Esta interpretación nos conduce a revisar al-gunas proposiciones acerca del rol de la pobla-ción indígena en el proceso de conformación dela nación. En sus estudios sobre esta problemá-tica, Irurozqui (2000) plantea que los objetivosindígenas no eran de resistencia sino de contri-bución activa al proyecto nacional. Para la autora,su reclamo no aspiraba a transformar los dise-ños nacionales de la elite y los criterios de delimi-tación de la ciudadanía, sino ser admitidos den-tro de esta, tal como estaba definida. Por otraparte, plantea que los conflictos frente al Estadose desprendían de su defensa de las tierrasmás que de su reconocimiento como indígenas,por lo cual “si la mantenían no se negarían a in-tegrarse a la nación” (ibíd.: 360). Todo esto laconduce a afirmar que “los indios no queríanser tales, sino ciudadanos bolivianos” (ibíd.:379). Y efectivamente, para Irurozqui, las prácti-cas electorales funcionaron como un elementode politización y democratización de la sociedadboliviana entre 1880 y 1925, dando participaciónpolítica a sectores que formalmente estaban ex-cluidos por el voto censitario y forjando senti-mientos de pertenencia nacional. La reconstruc-ción de la práctica política de Nina Quispe, sinembargo, demuestra que indianidad y ciuda-danía no sólo no son categorías excluyentessino que, en este caso, la búsqueda de la ob-tención de la ciudadanía está estrechamenteligada a la reproducción, material y subjetiva,de la indianidad.Fuentes citadas en el artículo: DocumentalesArchivo de La Paz, Expedientes de la Prefectura(ALP/EP).Archivo de La Paz, Fondo Administración de lasProvincias de Ingavi, Pacajes y Omasuyus (ALP/P-TD).Biblioteca y Archivo Histórico de la AsambleaLegislativa Plurinacional (BAH ALP).Publicaciones periódicas: El Diario, El NorteBibliografía:Choque Canqui, R. (2012), Historia de una luchadesigual, La Paz, UNIH-PAKAXA.Choque Canqui, R. y Quisbert, C. (2006),Educación indigenal en Bolivia, La Paz, UNIH-PAKAXA.______ (2010), Líderes indígenas aymaras, LaPaz,UNIH-PAKAXA.Gotkowitz, L. (2011), La revolución antes de laRevolución, La Paz, PIEB-Plural.Irurozqui, M. (2000), A bala, piedra y palo. Laconstrucción de la ciudadanía política en Bolivia,1826-1952, Sevilla, Diputación de Sevilla.Mamani Condori, C. B. (1991), Taraqu. 1866-1935: Masacre, guerra y “Renovación” en labiografía de Eduardo L. Nina Quispe, La Paz,Ediciones Aruwiyiri.

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Tres medios alternativos —RimayPampa, Hora 25 y Pukara— hemos

decidido emprender tareas conjuntasde difusión, en espera de niveles

comunes más integrados.En cada número de Pukara

presentaremos un resumen deinformaciones o comentarios

publicados en Hora 25 y RimayPampa, sugiriendo la lectura delmismo por nuestros lectores, así

como el conocimiento del conjuntode artículos de esos medios.

Los medios de información sonnecesarios en una sociedad que se

quiere plural y democrática.Saludamos la calidad en ese ámbito

de Rimay Pampa y Hora 25.

«Evo perdió 30% de apoyoen El Alto y 20% en dos

poblaciones del Chapareentre 2009 y 2016.

En las elecciones nacionalesde 2009, el entonces

candidato Evo Morales logró96% de apoyo en Villa

Tunari, su cuna política; enel referendo del 21 de

febrero de 2016 bajó a 87%,según cuadros elaborados

por el analista de datos,RafaelLópez.La in-

forma-ción

produci-da porLópez

establece que, durante esemismo periodo, el apoyo a

Morales cayó casi en un30%...»

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2018/02/evo-perdio-30-de-apoyo-en-el-alto-y-20.html

«Fernando Solanas presentósu Viaje a los pueblos

fumigados en el festival:“Mientras comemos, nos

envenenamos”

El director de Memoria delsaqueo, premiado con el Oso

de Oro a la trayectoria en2004, volvió ayer al festivalalemán donde presentó su

nuevo documental deinvestigación, esta vez

dedicado a los tremendosefectos de los agrotóxicos.

Si hay un director argentinoque tiene historia en losprincipales festivales...».

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http

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