La Falsa Medida Del Hombre - S.S. Gould

8/4/2019 La Falsa Medida Del Hombre - S.S. Gould

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Perspectivas sobre fa raza y el racism a 359

Geometria racial

A menudo hay historias interesantes codificadas en nombres que parecen ca-

prichosos 0mal construidos. l,Por que, por ejemplo, se llama «izquierdistas»

a los radicales en politica y «derechistas» a su contrapartida conscrvadora? En

la mayor parte de los parlarncntos curopcos; los micmbros mas distinguidos

se sientan a la derecha del presidente, siguiendo una costumbre de cortesia tanantigua como todos nuestros prejuicios a favor de la mana que predomina en

la mayor parte de la gente. (Estos prejuicios son profundos y afectan a bastante

mas cosas que los abrelatas y los escritorios, hasta I1egar al lenguaje mismo,

donde «diestro» viene de la palabra latina para «derecha» y «siniestro» de la

que significa «izquierda».) Dado que los distinguidos nobles y magnates ten-

dian a defender opiniones conservadoras, la derecha y la izquierda del parla-

mento vienen a dcterminar una geometria de las opiniones politicas.

Entre estos nombres aparentemente caprichosos de mi campo de la biolo-

gia y la evolucion, ninguno me parece mas curiosa, y ninguno despierta mayor

euriosidad por parte de los corrcsponsales y de quienes hacen preguntas des-

PLlfsde las conferencias, que el que designa oficialmen~e a las personas de piel

clara originarias de Europa, Asia occidental y norte de Africa: caucasicos. l,Por

que ha de denominarse este grupo racial, muy abundante en el mundo occiden-tal, por una caclena de rnontarias de Rusia? 1. F . BIumenbach (1752-1840), el

naturalista aleman que estableci6 la mas influyente de todas las c1asificaciones

raciales, invent6 este terrnino en 1795, en la tercera edicion de su trascendental

obra De generis humani varietate nat iva (Sobre la variedad natural de! genero

humano). La definicion original de Bhlmc"i-tbach cita dos razoncs para csta clcc-

ci6n: la"'slIperior belleza de los originarios de esa pequeria region y la posibili-

dad de que los seres humanos fueran creados por primera vez en esa zona. B1u-

menbach escribio:

. Varicdad caucdsicu. lie iomudo cl nombrc de esia varicdad de los montes del

Caucaso, tanto porque sus vecinclades, y especialrnente la ladera meridional, pro-

ducen la raza de hombres mas bella como porque ... en estas regiones, mas que

en ninguna otra, podemos situar con las mayores probabilidades las aut6ctonas

[forrnas originales] de la especie humana.

Blumenbach, uno de los mayores y mas reconocidos naturalistas de la Ilus-

tracion, perrnanecio durante toda su carrera de profesor en la Universidad de

Gotinga, en Alcmania. Prcsent6 por primera vez su obra De generis humani

varietate nativa, como tesis doctoral, en la facultad de medicina de Gotinga,

en 1775, ala vez que los milicianos de Lexington y Concord iniciaban la Revo-

lucian nortcamcricana. Despues edito cl texto en forma de libro a la.venta en.

1776, micntras una irrevocable reunion proclamaba cn Filadelfia nuestra inde-

penclencia. La coincidencia de tres grandes documentos en 1776 -Ia Declara-

cion de Indcpcndcnciu de Jefferson (sobrc In politica de la libcrtad), La riqueza

•j



360 La fa/sa medida de/ hombre

de las naciones de Adam Smith (sobre el individualismo cconornico) y el trata-

do de Blumenbach sabre la clasificacion racial (sobre la ciencia de la diversi-

dad humana)- da cuenta de la agitacion social de aquellas decadas y establece

eI contexto general que hace la taxonomia de Blumenbach, y su decision de

Hamar caucasica ala raza de toda Europa, tan importante para nuestra histo-

ria y nuestras actuales preocupaciones.

La solucion de los grandes rompecabezas a menudo depende de mimisculas

curiosidades, faciles de descuidar 0 de pasar por alto. Propongo que la clave

para comprender la clasificacion de Blumenbach, el fundamento de 10 que en

tanta rnedida sigue influyendonos y perturbandonos actualmente, radica en el

peculiar criterio que utilize p~~ deno.!TIinar raza caucasica a los europeos: la

supuesta belleza superior deawgenGi de esa region. l,Por que, para empezar,

debe nadie conceder tal importancia a una valoraci6n tan evidentemente subje-

tiva; y par que, en segundo lugar, ha de convcrtirse un criicrio cstetico en la

base para UII juicio cicnt ifico sobrc cl lugar de origcn? Para responder a cstas

preguntas debemos volver a la forrnulacion original de Blumenbach en 1775

y pasar despues a los eambios que introdujo en 1795, cuando los caucasicos

recibieron su nombre.

La definitiva taxonomfa de Blumenbach de 1795 dividfa a todos los seres

humanos en cinco grupos definidos tanto por la geografia como par la apa-riencia; en su ordenacion: la «variedad caucasica», para las personas de piel

clara de Europa y zonas adyacentes; la «variedad mongolica», para los habi-

tantes de Asia oriental, incluidos China y Jap6n; la «varied ad etiopica», para

las personas de piel oscura de Africa; la «variedad americana», para las pobla-

ciones nativas del Nuevo Mundo; y la «varied ad malaya», para l~s' polinesios

ymelanesios de las islas del Pacifico y para los aborigenes australianos. Pero

la clasificaci6n original de l3lumenbach de 1755 s610 rccoriocia cuatro de estas

cinco variedades e incluia la «variedad malaya» entre los dernas pueblos de Asia,

a quienes mas tarde Blumenbach denornino «mongolicos».

Nos encontramos ahora con la paradoja de la reputaci6n de Blumenbach

C0l110 inventor de la modcrna clasificacion racial. EI sistema original de cuatro

razas, como ilustrare en su momento, no surgio de las observaciones ni de las

teorizaciones de Biumenbach, sino que solo representa, como esta dispuestoa admitir este autor, la clasificacion adoptada y promovida por su guru, Lin-

nea, en el documento fundador de la taxonomfa, el Systema naturae de 1758.

Por tanto, la posterior adicion de una «varicdad malaya», compucsta por algu-

nos pueblos del Pacifico originalmente incluidos en un grupo asiatica mas am-

plio, representa la unica contribuci6n original dc Blumenbach a Ia cIasifica-

cion racial. Estc cambia parccc de I11UY cscasa irnportancia. Entonces, lPor que

acreditarnos a Blumenbach, en lugar de a Linneo, como el fundador de la cla-

sificacion racial? (Se pod ria preferir decir «desacreditarnos», dado que el em-

pefio, por buenas razones, no disfruta en estos tiempos de buena reputacion.)

Deseo defender que el cambio de Blumenbach, en apariencia pequefio, senala

en realidad un cambio teorico que no podia haber tenido mayor amplitud, ni

ser mas portentoso, en su alcance. Este cambio ha sido oIvidado 0 mal inter-



Perspectivas sobre la raza y el racismo 361

pretado en Ia mayor parte de los comentarios, porque los cientificos posterio-

res no han aprehendido el principio vital, hist6rico y filosofico, de que las teo-

rias son modclos somct ides a rcprescntacion visual, por regIa general cn terminos

geometricos cIaramente definibles.

Al pasar del sistema de cuatro razas de Linneo a su esquema de cinco razas,

Blumenbach cambi6 radicalmente la geometrfa del orden humano, sustituyen-

do un modelo de fundamento gcografico y sin jerarquizacion explieita por una

doble jerarquia de valor, curiosa mente basada en la belleza percibida y que se

abria en dos direcciones a partir del ideal caucasico. La adicion de la categoria

malaya, como veremos, fue crucial para esta 'nueva forrnulacion geornetrica y .

eI cambio menor lIevado a cabo por Blumenbach entre 1775 y 1795 se convier-

te, por tanto, en la clave para una transforrnacion conceptual en lugar de ser

un simple refinamiento de la informaci6n factica contenida en el anterior es-

quema. (Por su aguda percepcion de que las revoluciones cientificas encarnan

estes carubios gcomctricos, csroy en dcnda con mi csposu, Rhonda Roland Shea-

rer, que recreaestos ternas en sus esculturas yen su pr6ximo libro, TheFlatland

Hypothesis, Ilamado asi por la gran obra de ciencia-ficci6n de Abbott,* que

data de 1884, sobre las limitaciones que la geometria impone a nuestra concep-

cion general de las tcorias socialcs.)

l3lumcnbach idolatraba a su maestro Linneo. En la prirncra pagina de la

edici6n de 1795 de su c1asificaei6n racial, Blumenbach ac1amaba «al inmortal

I(i\nnco, un hombre absolutarncntc crcado para invcstigar las caracteristicas delas obras de la naturalcza y organizarlas en un ordcn sistematico». Tambicn

reconocfa Blumenbach a Linneo como la Fuente de su original c1asificaci6n cua-

druple: «He seguido a Linneo en el mimero, pero he definido mis variedades

por otros limites» (edici6n de 1775). Posteriormente, al agregar su «varied ad

malaya», Blumenbach identificaba su cambio como un alcjamiento de su viejo

guru, Linneo: «Quedo muy en claro que ya no era posible adherirse a la divi-

si6n hecha por Linneo de la especie humana; por la cual raz6n yo, en esta obri-

ta, cese como otros de seguir a aquel hombre ilustre».

Linneo dividio Stl cspccie Homo sapiens en cuatro variedades, definidas en

primer lugar por la geografia y secundariarnente por tres palabras que indica-

ban el color, eI temperarnento y la postura. (Linneo tam bien incluia otras dos

variedades falsas 0 fantasticas dentro de Homo sapiens:ferus, para los <minos

salvajcs» que sc habfan dcscubicrto en algunas ocasioncs cn los bosques, pro-bablcmente criados por anirnalcs [Ia mayor parte de los cualcs rcsultaron ser

j6venes retrasados 0enfermos mentales abandonados por sus padres]; y mons-

trosus, para los cuentos de viajeros sobre gentes peludas con cola y otras fabu-

las variopintas.)

Linneo presentaba, pues, las cuatro prineipales variedades ordenadas por

la geograffa y, 10 que tiene interes, no cIasifieadas segun 1a eseala que ~referia

1amayor parte de la tradici6n raeista europea. Se ocupaba, sueesivamente, de

Americanus, Europeus, Asiaticus y Afer (0 africano). AI hacerlo asi, Linneo

• .I

• Hay versi6n espanola: Planilandia, Ediciones Guadarrama, Madrid (1976). (N. del I.)

:ia



362 La falsa medida del hombre

no prcsentaba nada en absoluto original, sino que se limitaba a situar a los se-

res humanos de acuerdo con las cuatro regiones geograficas de la cartografia

convencional.

En la primera llnea de sus descripciones, Linneo caracterizaba a cada uno

de los jres grupos con tres palabras sobre el color, el temperamento y la postu-

ra, en este orden. De nuevo, ninguna de estas tres categorias implica ninguna

escala de valor. Sobre todo, Linneo sc inclina de nuevo antc las tcorias taxono-micas clasicas antes que acerca de sus propias observaciones a la hora de tomar

decisiones. Por ejernplo, su division por temperamento (0 «humor») recoge la

teorla antigua y medieval de que el estadode animo de las personas surge del

equilibrio entre los cuatro f1uidos (humor es la palabra latina para «humedad»):

la sangre, la flema, la colera (0 bilis amarilla) y la melancolia (0 bilis, negra).

Una de las cuatro sustancias seria dominante y, por tanto, la persona seria san-

guinea (el alegre reino de la sangre), flematica (perezosa), colerica (dada a la

colora) 0melancolica (tristc). Cuatro regioncs geograficas, cuatro hurnorcs, cua-

tro razas.

Sobre Ia varied ad americana, Linneo escribio: «rufus, cholericus, rectus»(roja, colerica, erecta); sobre la europea: «albus, sanguineus, torosus» (blanca,

sanguinca , m usculosa ); sobrc la asi;'l! ica: «luridus, melancholicus, rigidus» (ama-

rilla clara, mclancolica, rigid a); y sobre la africana: «niger, phlegmaticus, la-xus» (negra, flernatica, relajada).

No pretendo negar que Linnco tuviera creencias convencionalcs acerca de

la supcrioridad de SII propia varicdad curopca sobre las dcnuis. Es scguro 4 1 1 e ,sostcnia el casi universal racismo de su tiempo; y ser sanguineo y musculoso

por europeo, con toda seguridad que sonaba mejor que ser melancolico y rigi-

do por asiatico. Adcrnas, Linneo incluyo una denominaci6n mas elaramente

racista en la ultima linea de su descripci6n de cada una de las varicdadcs. Trata

ahi de resumir el supuesto comportamiento en una unica palabra, a continua-

cion del enunciado «regitur» (dominados): para los americanos, consuetudine

(por habito); para los europeos, ritibus (por costumbre); para los asiaticos, opi-

nionibus (por creencia); y para los africanos, arbitrio (por capricho). Con se-

guridad. 1 3 regulacion mediante 1 2 . . .'\")~!!:~:~':-;;_"":-__,:-~~~L,- : j . .~.'1 .'" p . _ . ... : , ; " " ~ ; . 1 . . ~ . ~ ~:~:'\.::~5!~

regia irrerlexiva, 10 que conduce a Ia irnphcita y convencional clasificacion ra-cista de los europeos primero, los asiaticos y los americanos en medio, y al fi-

nal los africanos.

. No obstante, y a pesar de estas implicaciones, Ia patente geometria del mo-

delo de Linneo no es lineal ni jerarquica. Cuando resumimos mentalrncnte su

esquema como una imagen esencial, vcmos un mapa del mundo dividido cn

cuatro rcgiones, con las personas de cada region caractcrizadas por una lista

de rasgos distintos. En suma, Linneo utiliza la cartografia como principio ba-

sico para ordenar a los seres human os; si hubiera deseado que la graduacion

fuese la imagen esencial de la varied ad de los seres humanos, seguro que habria

enumerado a los europeos en primer lugar y a los africanos los ultimos, pero

en vez de eso ernpezo por los nativos american os.

EI paso de la ordenacion geografica de la diversidad humana a la jerarqui-

ca sen:

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Perspectivas sobre fa raza y ef racismo 363

ca senala una transicion irrevocable en la historia de la ciencia occidental; pues,

salvo los ferrocarriles y las bomb as nucleares, l,que es 1 0 quemas impacto prac-

tico ha tenido, en este caso casi enteramente negativo, en nuestra vida colectiva

y en nuestras nacionalidades? Ironicamente, Blumenbach es el foco de este cam-

bio; pues su esquema de cinco razas se ha vuelto canonico y fue el quien cam-

bio la geometria del orden Immano procedente de la cartograffa de Linneo por

la clasificacion lineal scgun supuestos mcritos.

Y digo que es ironico porque Blumenbach fue el menos racista, el mas igua-litario y el mas genial de todos los autores ilustrados sobre el tema de la diversi-

clad hurnana. Que curioso que cI hombre n',:\s eomprometido con la unidac! tic

la especie humana, y con la inconseeuencia de las diferencias rriorales e intelec-

tuales entre los grupos, haya transformado la geometria mental del orden hu-

mano en un esquema que ha fomentado desde entonces el racismo convencio-

nal. Sin embargo, si se piensa bien, esta situacion no es tan peculiar ni tan rara;

plies sicmprc ha habido muchos cientificos que no se han percatado de la tra-

moya mental ni, mas concretamente, de las implicaciones visuales 0 geornetri-

cas que hay detras de toda teorizacion.

Una vieja tradicion de la ciencia proclama que los cambios de la teoria de-

ben ser promovidos por la observacion. Puesto que en su mayor parte los cien-

tificos creen en esta formula simplista, asumen que sus propios cambios de

interpretacion solo sefialan su mejor cornprension de los hechos recien descu-'piertos. Por 10 tanto, los cientificos tienden a no ser conscientes de sus propias

I, Imposiciones mentales sobre los hechos confusos y ambiguos del mundo. Estas

irnposicioncs mentales surgen de una diversidad de fuentes, inc1uidas la predis-

posicion psicologica y el contexto social. Blum enbach vivio en una epoca en

que las ideas de progreso y de superioridad cultural de la vida europea domina-

hall cl mundo politico y social de SliS coutcmpornncos. Las nocioncs de jcrar-

quizacion racial, auncjue formuladas de manera implicita y vaga (0 incluso in-

consciente), encajaban bien con esta vision del mundo; casi cualquier otro

esquema taxonornico habria siclo anomnlo, ;\1 trunsforrnar la gcornctrla del or-

den humane en un sistema de clasificacion por rncritos, dudo de que Blumcn-

bach hiciera conscientemente nada al abierto servicio del racismo. Creo que solo

recogia, yen buena medida pasivamente, las concepciones sociales dominantes

en su tiempo. Pero las ideas tienen consecuencias, eualesquiera que sean losmotivos 0 intenciones de quienes las promueven.

Es indudable que Blumenbach pensaba que su cambio, del sistema de cua-

tro razas de Linneo a su esquema de cinco razas =-la base de su irrevocable

cambio geornetrico, como veremos, pasando de la cartografia a la jerarquia-,

procedia de su mejor comprensi6n de los hechos de la naturaleza. Asi 10 expu-

so en la segunda edicion (1781) de esta obra, al anunciar el cambio: «Antes,

en la primera edicion de esta obra, dividi toda la especie humana en cuatro

varicdadcs; pcro c J C S P l l C S de haber invest.igado mas activamente las distintas na-

ciones de Asia oriental y America y, por asi decirlo, de haberlas estudiado mas

de cerca, me vi obligado a renunciar a tal division y sustituirla por las siguien-

re s cinco varicdudcs, por scr mas consonantcs con la naturalcza». Y en cl pre-

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364 La [alsa medida del hombre

facio a Ia tercera edicion, de 1795, Blumenbach afirma que renuncio al esque-

ma de Linneo a fin de reorganizar «las variedades de los hombres de acuerdo

a la verdad de la naturaleza». Cuando los cientificos adoptan cl mitoyde que

la teoria surge exclusivamente de la observaci6n, y no examinan las influencias

person ales y sociales que nacen de su propiapsique, no s610 se les escapan las

causas de sus cambios de opini6n, sino que tarnbien pueden no lIegar a captar

10profundo y pcnetrante que es cl cambio mental codificado en su nueva teoria.Blumenbach sostuvo energicarnente la unidad de la especie humana frente

al punta de vista contrario, que entonces iba ganando popularidad (y segura-

mente conducia mas directamente a form as convencionales de racismo), de que

cada una de las grandes razas habia sido creada por scparado. Conduy6 la tcr-

cera edici6n de su tratado escribiendo: «Ninguna duda puede ya quedar de que

ten em os raz6n muy probablemente cuando remitimos todas las variedades de

hombres ... a una unica y misma especie».

Can rcspccto a su principal argurncnto a favor de la unidud, Blulllenbach

scnalu que lodos los supucstos caractcrcs racialcs pusan de Ionua gradual de

un pueblo a otro y que no puede determinarse ningun grupo independientey

circunscrito.

Refuta en especial Ia afirmaci6n cornun de que los afrieanos ncgros, por scr

los inleriorcs ell la escala racista eonvencional, tcngan rasgos que scan cxclusi-

vos de su inferioridad: «No hay ni un solo caracter tan peculiar y tan universal

entre los eti6picos, sino 10que, por una parte, puede observarse en todas partes

en las ··dem{lsvaricdadcs de hombres».

Blumenbach creia que Homo sapiens habia side crcado en una unica re-

gi6n, desde la que se habia extendido a todo el globo. Nuestra diversidad ra-cial, argi.iia puesvera el resultado de nuestro traslado a otros dimas y topogra-

fia~, y de la consccucntc adopcion de habiros y for IIIas de vida clistintox ell esas

diversas regiones. Siguiendo la terrninologia de su tiempo, Blumenbach se refe-

ria a estos camb ios como «degeneraciones», sin pretender que esta palabra tu-

viese el moderno sentido de deterioro, sino elliteral de alejamiento de la forma

inicial de la humanidad en la crcacion (de, dcsdc, y genus, que sc rcficrc a nuestro

linaje original).

La mayor parte de estas degeneraciones, sostuvo Blumenbach, proceden di-

rectamente de las diferencias climaticas; las cuales abarcan desde pautas tan

extcnsas como Incorrclaci6n de la piel oscura con los ambicntcs tropicalcs has-

ta atributos especiales (y Iantasiosos), incluida la cspcculaei6n de que los ojos

rasgados de algunos australianos podrian haber surgido en respuesta a las «cons-

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Pues aunque pareee haber tan grandes difercncias entre las naciones muy dis-tantes, que se puede facilmente tomar a los habitantes del Cabo de Buena Espe-

ranza, a los groenlandeses y a los circasianos por otras tantas especies distintas

de hombres, sin embargo, cuando se considera el asunto globalmente, se ve que \

todas se continuan unas en otras y que cada variedad de la especie humana s~.

transforrna tan imperceptiblemente en otra que no es posible rnarear Iimites entre

elias.



Perspectivas sabre fa raza y el racismo 365

tantes nubes de mosquitos ... que harlan contraerse las facciones naturales de

los pobladores». Otros cambios se originaron como consecuencia de las diver-

sas forrnas de vida adoptadas en las distintas regiones. Por ejernplo, las nacio-

nes que comprimen las cabezas de los nifios, mediante tablaso mediante los

transportadores de los indios americanos, acaban teniendo los craneos relati-

vamente alargados. Blumenbach sostiene que «casi toda la diversidad de for-

mas de la cabcza en las distintas nacioncs hay que atribuirla al modo de vida

y al arte».

Blumenbaeh no niega que tales cambios, fomentados a 10 largo de muchas

generaciones, pueden en ultimo terrnino volverse hereditarios (mediante un pro-

ceso gcncralmcnte llamado hoy «lamarck ismo», 0 «hcrcncia de caractcrcs ad-

quiridos», pero expuesto segun la sabiduria popular de finales del siglo xvm

y no como nada especifico de Lamarck, como ilustra el que Bhimenbach 10

defendiera), «Can el paso del tiempo -escribe Blumenbach-, el arte .puede

. degenerar en una scgunda naturaleza.»

Pcro Blumenbach sostuvo can firrneza que las mayores variaciones raciales,

al ser imposicion superficial del clima y del modo de vida, pod ian facilrnente

alterarse 0 invertirse mediante el traslado a una nueva regi6n 0mediante la adop-

cion de nuevas formas de comportumicnto. A los blancos curopcos que viven

durante generaciones en el tropico puede oscurecersele la piel, mientras que los

africanos trasladados como esclavos a altas latitudes pueden ala larga volverse

blancos: «El color, cualquiera que sea su causa, es a todos los efectos algo ad-

venticia y facilmente modificable, y nunca puede constituir una diversidad de

e~~eci es» . . . .. . . .:IRespaldado por estas opiruones sobre la superficialidad de las vanaciones

raciales, Blumenbach defendi6 can decisi6n la unidad moral y mental de todos

los pueblos. Sostuvo opiniones cspccialrncntc firmes sobre la condici6n cqui-

parable de los negros africanos y los blancos europeos, quizas porque los afri-

canas habian sido los mas estigmatizados por las creencias racistas conven-

cionales.

Blumcnbnch crco ell SlI casu una bibliotcca especial, dcdicada cxclusivarncntc

a textos de autores negros. Tal vez fuese condescendicnte cuando alabo «Ia buena

disposici6n y facultades de nuestros hermanos negros», pero el paternalismo

es mejor que el desprecio. Hizo campafia por la abolici6n de la esclavitud cuando

csas opiniones no gozaban de general aprobaci6n y afirm6 la superioridad de

los esclavos sobre sus captores, hablando de una «natural ternura del corazon,

que no ha sido entorpecida ni extirpada a bordo de los buques de transporte

ni en las plantaciones de azucar de las Indias Oceidentales por la brutalidad

de los vcrdugos blancos»,

Blumenbach afirmaba «Ia perfectibilidad de las facultades mentales y de

los talentos de los negros» y hacia una lista de las buenas obras de su bibliote-

c1, alabando de manera especialla poesfa de Phillis Wheatley, una esclava de

Boston cuyos cscritos s610 rccicntcmcntc han sido rcdcscubicrtos y rcirnprcsos

en Estados Unidos: «Poseo poemas en ingles, holandes 'i latin por varios [au to res

negros], entre los que destacan sobre todos los de Phillis Wheatley, de Boston,

._/



366 La falsa medida del hombre

que es justamente famosa por cllos y mcrccc scr mencionada aqui». Finalrnen-

te, Blumenbach sefialaba que much as naciones caucasicas no podian presumir

de un tanbuen plantel de autores y estudiosos como habian producido los afri-

canos ncgros bajo las mas dcprimentes condiciones, entre los prejuicios y la

esclavitud: «No seria dificil mencionar provincias enteras bien conocidas de

Europa en las que no seria facil contar con encontrar as! como as! tan buenos

autores, poetas, fil6sofos y corrcsponsalcs de la Academia de Paris».No obstante, cuando Blumenbach present6 su implicito cuadro mental de

la diversidad human a -su trasposici6n de Ia geografia a la clasificaci6n jerar-

quica-, eligi6 identificar un grupo central, el mas proximo al ideal creado, y

luego caracterizar a los dernas grupos por los distintos grados de alejamiento

de ese modelo arquetipico. Concluy6 con un sistema (vease la ilustraci6n de

la pagina 367, procedente del tratado) que situa a una unica raza en el pinaculo

de la mayor aproxirnacion ala creaci6n original, y concibi6 doslineas sirnetri-

cas que sc a1cjan de cstc ideal hacia una dcgcncracion cada vez mayor.

Podernos volver ahora al enigma del nombre caucasico y al significado de

que Blumenbach agregara una quinta raza, la variedad malaya. Blumenbach

eligio considerar su propia variedad europea como la mas cercana al ideal crea-

do y lucgo busco, dcntro de la varicdad curopca, UII grupo mellor COil la mayor

perfeccion: la superior de la superior, por as! decirlo. Como hemos visto, iden- I,

tific6 los pueblos de alrededor de la cordillera del Caucaso como la encarna- 1 , Icion mas proxima al ideal pristino y luego denornino a toda la raza europea I

con el nombre de sus represcntantcs mas herrnosos.

Pero Blumcnbach se enfrentaba ahora a un dilema. Ya habia afirmado la

igualdad mental y moral de todos los pueblos. Por 10 tanto, no podia utilizar

las normas convencionales de la c1asificaci6n racista para establecer los grados

de relativo alejamiento con rcspccto al ideal caucasico. En lugar de cso, y por

muy subjetivo que nos parczca cI critcrio hoy, Blumenbach eligio la belleza fi -

sica como guia para su cIasitJefci~.\t.firmo sencillamente que los europeos

eran los mas hermosos, con l~e~VIel Caucaso en el pinaculo mas alto del

donaire «(Jc ahf su vinculacion, en la cita prcscniada al principio de este articu-

lo, de la maxima belleza con ellugar de origen de los hombres; pues Blumen-

bach consideraba todas las posteriores variaciones un alejamiento del ideal crea-do y , por 1 0 tanto, las personas mas hermosas deb ian ser las que mas cerca

vivieran de nuestro primer hogar). .

Las descripciones de Blumcnbach cstan imbuidas de su personal percepci6n

de la belleza relativa, pero las presentaba como si estuviera hablando de una

propieclad objetiva y cuantificable, no de algo sujcto a dudas y dcsacucrdos.

Describe cl cninco de Hila georgiana (de las inmcclincioucs de lu cordillera del

Caucaso) de su colccciou COlllO «vcrdadcramentc la forma mas hermosa de era-

neo que ... siempre atrae por si solo todas las miradas, por poco observador

que se sea». Despues defiende su modelo europeo por razones esteticas:

En primer lugar, ese linaje exhibe ... la forma mas hermosa de craneo, a par-

tir de la cual, como de un tipo medio y originario, las dernas divergen mediante

ii -

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Perspectivas sabre fa raza y ef racismo 367

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y

de

3. Caucasico

-

por

fi-

del

a-

1. Oriental/

,,_(

4. Malaya

5. Africano

La geometrfa racial de Blumenbach, con dos lineas de «degeneracion», pasa par las

fases intermedias a partir del «ideal» caucasico que ocupa el centro. De Anthropologi-cal Treatises, .I . 1'. Hlumcnbuch, IH6S.

las gradaciones mas naturales ... Adernas, es de color blanco, que podemos asu-

mir lcgltimumcntc que ha sido el color primitivo de la cspccic hurnana, puestoque ... es muy facil que este degenerase en pardo, pero mucho mas dificil que

10 oscuro se convirtiera en blanco.una

del

era- Blumenbach presentaba, pues, toda la variedad humana en dos lineas que

se van alejando progresivamente del ideal caucasico hasta terminar en las dos

formas de humanidad mas degeneradas (menos atractivas, no moralmente in-

dignas ni mentalmente obtusas): los asiaticos, por un lado, y los africanos, por

el otro. Pero Blumenbach tambien querfa determinar formas interrnedias entre

la ideal y las mas degeneradas; sabre todo, dado que la misma gradaci6n cons-par-

-----------

. /



368" La falsa medida del hombre

tituia su argumento fundamental a favor de la unidad de la especie humana.

En su sistema original de cuatro razas, pudo identificar al nativo americano

como el intermediario entre los europeos ylos asiaticos, pero i.quien serviria

de forma intermedia entre los europeos y los africanos?

El sistema de cuatro razas no contenia ningun grupo que se prestara y no

podia, pues, transformarse en la nueva geometria de un pinaculo con dos miern-

bros sirnctricos que supusicran cI maximo alcjarnicnto de la forma ideal. Perola invencion de una quinta categoria racial para las Iorrnas intcrrncdias entre

los europeos y los africanos completaria la nueva geometria; y , por 1 0 tanto,

Blumenbach agrego la raza malaya, no como un refinamiento factico de me-

nor importancia, sino como 10 que pcrrnitio una transformaci6n gcomctrica

global de las teorias (cuadros mentales) de Ia diversidad humana. Como inter-

mediaria entre los europeos y los african os, la variedad malaya proporciono

la crucial simetria ala taxonomia jerarquica de Blumenbach. Esta adici6n ma-

laya, por 10 tanto, complete la transfomiacion gcornctrica, sustituycndo cl Il10-

delo geografico no jerarquizado por la jerarquia convencional, con valores irn-

plicitos, que ha alimentado desde entonces tantos agravios sociales. Blumenbach

resumi6 su sistema en estos terrninos geornetr icos, defendiendo explicitamente

el papcl ncccsario de la adicion malaya:

\.i

He otorgado el primer lugar a la caucasica ... 10 que hace que la estime la

originaria. Esta diverge en ambas direcciones en dos mas alejadas y muy dist in-las entre sf; portilla parte, a saber, la ctiopica y, por la otra, la mongolica. Las

dos rcstantc ocupan las posicioncs intcrrncdias entre la varicdad originaria y es-

tas dos variedades extremas; es decir, la americana entre la caucasica y la mongo-

lica y la malaya entre la caucasica y la eti6pica.

Los estudiosos suponen a menu do que las ideas acadcmicas deben perdu-

rar, en el peor de los casos, por scr inofensivas y, en el mejor, por ser mas bien

divertidas e inc1uso instructivas. Pero las ideas no habitan en la torre de marfil

de nuestras consabidas metaforas sobre la irrelevancia acadernica. Las perso-

nas, como dijo Pascal, son caiias que piensan, y las ideas motivan la historia

humana. ;,Que habria sido de Hitler sin el racismo, de Jefferson sin la libertad?

Blumenbach vivio toda su vida como profesor enclaustrado, pero sus ideas re-

verberan a 10 largo de nuestras guerras, nuestras conquistas, nuestros sufrimien-

los y nucstras cspcranzus. Por 10 tanto, acabo volviendo a la coiucidcucia de

1776, cuando Jefferson redactaba la Declaracion de lndependencia mientras

B1umenbach publicaba la primera ediei6n de su tratado en latin. Considcrcnsc

las palabras de lord Acton sobre cl poder de las ideas para irn pulsa r la h isto ria ,

COIllO cjcmpli fica cI paso potencial dcsdc cl latin a la ucciou:

Fue desde America desde donde esas ... ideas largo tiempo eneerradas en eI

pecho de los pensadores solitarios, y escondidas entre los folios en latin, estalla-

ron como un conquistador sobrc cl mundo que cstaban dcstinadas a transfer-

mar, bajo Ia denominaci6n de Dercchos del Hombre.

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La Falsa Medida Del Hombre - S.S. Gould

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