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CRITICÓN, 81-82, 2001, pp. 229-245. La fragua de la interlocución en un diálogo renacentista: los Coloquios de Palatino y Pinciano de Juan Arce de Otálora José Luis Ocasar Ariza Universidad Complutense Aunque el manuscrito fue medio privilegiado de la difusión literaria hasta el siglo XVIII, su ámbito forzosamente más restringido ha planteado siempre dificultades y problemas para la investigación. Los manuscritos áureos frecuentemente presentan un carácter fragmentario, compósito o marginal por razón misma de su existencia individual, sujeta a las circunstancias de su elaboración, que siempre son únicas. La edición traspasa las circunstancias determinadoras y elabora un producto indiferenciado, unificado para su difusión 1 (si bien las últimas ediciones de clásicos como £/ Quijote o La Celestina obliguen a poner estas consideraciones parcialmente entre paréntesis). El manuscrito, con sus pérdidas, interpolaciones, tachaduras, huellas de lectores, anacolutos, errores, omisiones, epígrafes, dibujos, diferencia de papeles, encuademaciones, etc. es siempre un producto individual e irrepetible. El tiempo y los hombres dejan en él sus huellas, e irlas interpretando, desbrozando los diferentes rastros, constituye una labor que todos los investigadores conocen bien. Este carácter especial de cada manuscrito lo hace precioso y raro. Cuando nos referimos a manuscritos autógrafos o apógrafos 2 , su escasez acrecienta su valor. No abundan los autógrafos del siglo xvi, y poder acceder a alguno de ellos es un raro 1 De entre las últimas aportaciones a la relación entre el manuscrito y el producto mecanizado de la imprenta, destaca el sugerente ensayo de Rodríguez de la Flor, 1999, esp. pp. 162 y ss. 2 Utilizaremos siempre la nomenclatura que da Blecua, 1987, pp. 39-40.

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CRITICÓN, 81-82, 2001, pp. 229-245.

La fragua de la interlocuciónen un diálogo renacentista:

los Coloquios de Palatino y Pincianode Juan Arce de Otálora

José Luis Ocasar ArizaUniversidad Complutense

Aunque el manuscrito fue medio privilegiado de la difusión literaria hasta el sigloXVIII, su ámbito forzosamente más restringido ha planteado siempre dificultades yproblemas para la investigación. Los manuscritos áureos frecuentemente presentan uncarácter fragmentario, compósito o marginal por razón misma de su existenciaindividual, sujeta a las circunstancias de su elaboración, que siempre son únicas. Laedición traspasa las circunstancias determinadoras y elabora un productoindiferenciado, unificado para su difusión1 (si bien las últimas ediciones de clásicoscomo £/ Quijote o La Celestina obliguen a poner estas consideraciones parcialmenteentre paréntesis). El manuscrito, con sus pérdidas, interpolaciones, tachaduras, huellasde lectores, anacolutos, errores, omisiones, epígrafes, dibujos, diferencia de papeles,encuademaciones, etc. es siempre un producto individual e irrepetible. El tiempo y loshombres dejan en él sus huellas, e irlas interpretando, desbrozando los diferentesrastros, constituye una labor que todos los investigadores conocen bien.

Este carácter especial de cada manuscrito lo hace precioso y raro. Cuando nosreferimos a manuscritos autógrafos o apógrafos2, su escasez acrecienta su valor. Noabundan los autógrafos del siglo xvi, y poder acceder a alguno de ellos es un raro

1 De entre las últimas aportaciones a la relación entre el manuscrito y el producto mecanizado de laimprenta, destaca el sugerente ensayo de Rodríguez de la Flor, 1999, esp. pp. 162 y ss.

2 Utilizaremos siempre la nomenclatura que da Blecua, 1987, pp. 39-40.

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acontecimiento. En el caso del diálogo que nos va a ocupar, tenemos la circunstancia deposeer tres códices elaborados (como mínimo) bajo el control del autor, si es quealguno de ellos no es autógrafo3.

Desde que en 1995 publicamos los Coloquios de Palatino y Pinciano4, hemosdedicado nuestra atención al cotejo de los tres manuscritos Ml, Z y B .̂ La vinculaciónentre los tres es clara y sucesiva: Arce, sobre la redacción original, corrigió tres veces elmanuscrito MI (como muestran las anotaciones marginales al pie de cada cuaderno«Corregido en 2a / 3a instancia»); posteriormente, realizó un original muy cuidado alque, no obstante, volvió a someter a arreglos y posiblemente a la lectura y opiniones deun grupo de amigos. Con todo este armazón de enmiendas, se realizó la tercera copia enlimpio, ésta con muy pocas alteraciones, que suponemos presentan un texto depuradode elementos inconvenientes para ser editado. Sin embargo, por motivos que por ahoradesconocemos, tal edición nunca se llevó a cabo.

En nuestro cotejo hemos establecido y comentado textualmente, sólo para las tresprimeras jornadas, 562 variantes de importancia que, en muchos casos, constituyentextos enteramente alternativos. Estas variantes las hemos clasificado y agrupado parasu estudio en 79 conceptos que corresponden al siguiente esquema de análisis devariantes: 1) Punto de vista formal; 2) Estilístico; 3) Estructural; 4) Lingüístico; 5)Ideológico, 6) Material; 7) Dialógico. Para presentar, en estas jornadas sobreinterlocución, algunos rasgos de interés acerca de cómo un autor del siglo xvi estableceun texto definitivo, nos ha parecido adecuado exponer tres puntos que se inscribendentro del capítulo consagrado a las variantes relacionadas con el arte del diálogo: enconcreto cómo éstas determinan la caracterización del marco y la de los personajes, ycómo a través de ellas se nos presenta la figura del autor6.

C A R A C T E R I Z A C I Ó N D E L M A R C O

Para comenzar a entrar en la cuestión, presentamos la variante 88-89, la cualestablece algunos aspectos dialógicos que afectan al marco y a las circunstacias delcoloquio:

3 Ocasar Ariza, 1992, pp. 81-85; y también la introducción a la edición de 1995.4 Coloquios de Palatino y Pinciano, ed. de 1995.5 Son, respectivamente, eJ ms. 12. 884 de la Biblioteca Nacional de Madrid (e] borrador de la obra), el

ms. 9484 del Seminario de San Carlos de Zaragoza (un original autógrafo o apógrafo realizado sobre Ml), yel ms. Egerton, 578 de la British Library de Londres (copia apógrafa o idiógrafa presumiblemente preparadapara imprenta). El ms. M2 (ms. 10.725 y 10.726 de la Biblioteca Nacional de Madrid) es copia del xvmrealizada sobre Z y sin apenas valor para la constitutio textus.

6 La introducción anterior ayuda a establecer la mecánica del análisis de variantes efectuado y supresentación: en cada caso se presentará siempre en primer lugar el ms. MI, con el texto redactado en la caja;subrayado, la parte que presenta tachaduras, si las hubiere, y con llamadas mediante asteriscos se señalan laslecciones escritas al margen \mg.] o sobre la línea [s.l.\. El texto de la derecha presenta las versionesestablecidas en el resto de los manuscritos, según lo publicado en la edición de 1995; si Z o B presentanalguna otra variante, se hace constar en un tercer cajetín intermedio. La numeración de las variantescorresponde al corpus provisional que será objeto de análisis completo; los folios de cada manuscritoaparecen al final de la variante, y la página de la edición, al principio del texto de la derecha.

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88-89. M. Arto mal obrar es dezir mal y aunes peligroso oficio* pero por el camino quiennos a de escuchar y oir sino las aves del aire.M. Esas*[s.l. y mg.] O / No puede aver buenaconversación sin un grano de murmuración q.dizen q. es el 5o elemento por amor de vos0

sera venial y sin pjuizio de tercero y sin miedode parleros pues por estos campos no nos hande oyr ° [s.L] la murmuración

59. PALATINO Harto mal obrar será decirmal y murmurar.PINCIANO No puede haber buenaconversación sin un grano de murmuración,que dicen que es el quinto elemento. Lamurmuración será en general y sin perjuicio deterceros y sin miedo de parleros, pues por estoscampos no nos han de oír sino las aves del aire.PALATINO Esas

El autor corrige y amplia la primera redacción, estableciendo una vinculación entrela materia del diálogo (el tbema, que incluye la murmuración) y la necesidad delsecreto. En esta jornada primera ya se encuentran establecidas las premisas delcoloquio: como vía intelectual, la digresión, que evita el fastidium de esclavizarse a unasola cuestión (y permite así la «libertad de hablar en todo», p. 58); y como vía física, elcamino, que favorece la soledad y la libertad de los estudiantes. El empleo dialógico delcamino no es abundante en el Renacimiento, aunque cuenta con varios ejemplosdestacados7. Lo importante es que el decoro establece que la diversidad de espacios quepresenta el camino se corresponde con una diversidad de temas8, por lo que digresión yespacio aparecen como categorías vinculadas funcionalmente en los Coloquios dePalatino y Pinciano. Frente a la generalidad de los diálogos renacentistas para los que,en palabras de Jesús Gómez, «el espacio es un elemento literario accesorio»9, en nuestrocaso aparece como un elemento estructurador de toda la obra.

Resulta constante en estos Coloquios la presentación en cada jornada de treselementos espacio-temporales cotidianos en la vida de los estudiantes dialogadores: eldespertar, la misa y la comida. Frente al ámbito abierto de los espacios libres, quepermite la correlativa libertad en el discurrir de la conversación, estos tres jalonescotidianos pertenecen a espacios cerrados que acotan mucho más el tema de laconversación. Así, el inicio del día, aún en la cama, suele servir para comentar el sueñoy trazar planes para la jornada que se avecina; mientras que las comidas son universosen sí mismos, autónomos y autorreferidos. Del tratamiento de este marcoconversacional se pueden extraer conclusiones interesantes sobre la construcción deldiálogo. Valga como ejemplo la variante 261:

7 Como los Diálogos de la vida del soldado, de Diego Núñez Alba, el Diálogo en alabanza de Valladolid,de Damasio de Frías, el comienzo del Viaje de Turquía o en otros de Erasmo, como el Coloquio de viejos.

8 En esto los Coloquios se apartan de la práctica inicial y más rigorista del diálogo, que establece que ladigresión es contraproducente y perjudicial. Torquato Tasso dice en su Discorso dell'arte del dialogo que«quale é favola nel poema, tale é nel dialogo la questione... Perô s'uno è la favola, uno dovrebbe esser ilsogetto del quale si propongono i problemi» (p. 125). Igualmente, Pallavicino en Trattato dello stile e deldialogo, pp. 363-365. Sobre el particular, vid. Cox, 1992 pp. 110 y ss.

9 J. Gómez, El diálogo en el Renacimiento español, Madrid, Cátedra, 1988, p. 37.

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261. y uvas que no las hallaremos tales entodas partes OTA / Mas dexemos la fructapara la rectaguardia y bayan los torreznosdelante que haze fresco para començar enubas ME / Esa es regla de medicina OTA / Demedicina y mia y vra. que sois mas curiosoME Pues agora no usemos della cada unocoma de lo que mejor le supiere questa es otraregla mas universal* OTA / Sea asi quevoluntad es vida Ayalo v.m. * * con elelemento de la tierra yo lo abre con el delfuego y me aberne con un torrezno y luegovendre a esa gallina pues por vra. sentencia lopuedo hazer sin mala crianza ME* * *comienze v.m. * * * * a partirla que yo llefare alrepartirla y ayudare0 no de mala sino de muybuena gana que esa00 ventaja os quiero darOTA No es muy grande000 hazerme trinchante* [mg.\ Deténgase v.m. bien en la fruta q. yoporque haze fresco me quiero pasar a estetorrezno**[mg.] con la fruta yo lo abre con este*** [s.l.] coma v.m. lo que**** [mg.] por do quisiere y sea buentrinchante pues sabe partir°[s.l.] a su tiempo°°[mg.] q. esta°°°fs./.1 ventaja [f. 87v. / 88r.]

118. ciruelas y uvas, que no las hallaremos talesen todas partes.PINCIANO Deténgase vuestra merced en lafruta, que yo, porque hace fresco, me quieropasar a este torrezno, y luego vendré a esagallina.PALATINO Coma vuestra merced lo quequisiere y sea buen trinchante, pues sabe partir;que yo llegaré al repartir y ayudaré a su tiempo,que esta ventaja os quiero dar.PINCIANO No es muy grand ventaja hacermetrinchante

La versión inicial presenta una gran riqueza de acotaciones que sugieren un diálogorelajado, fresco y distendido, pero que desde el punto de vista del diálogo didácticoapenas tienen funcionalidad. Aunque compartimos la opinión de Ana Vian de que, deforma indirecta, todo efecto estético tiene repercusiones argumentativas10, no hayargumentos ni cuestión disputable en este tipo de escenas, puro diálogo-conversación; labase literaria hay que buscarla, en mi opinión, tanto en las escenas similares de laliteratura celestinesca como en la vertiente anacreóntica que derivará en la Cena jocosade Baltasar del Alcázar y otras obras posteriores. La versión inicial de esta variante es,sin duda, más rica y sugerente que el resultado final, pero el Arce que establece lasdiferentes revisiones de la obra es diferente del que comienza a escribir: él tiene ya lavisión de la obra en conjunto, posiblemente terminada, y conoce que este tipo deescenas de recreación, a modo de remansos en la discusión de los temas, son numerosas(al menos una por jornada). Entonces, intentando evitar el tedium, que según laspreceptivas causa la repetición y el alargamiento en la materia, corta en ocasiones losabundantes elementos descriptivos que aparecen en estos trances. El Arce corrector,pues, actúa posteriormente a la primera redacción, y esta visión global justifica unas

10 Vian, 1992a, pp. 7-10.

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reducciones que aparentemente empobrecen, pero que en realidad aligeran un elementoconstante en estos Coloquios.

Frente al camino y las comidas, que constituyen elementos de libertad y derecreación, las diarias asistencias a misa cumplen una función muy diferente, cuyahuella se deja ver en las variantes. La n° 461, por ejemplo:

461. abemos parlado arto estamañana ME acava ya derrezar, pues la misa es acavadaque es cosa sospechosa ver dosmocos solos en la yglesia a estaoraff. 147r. / v.l

Z. habernos parlado estamañana arto 0 ME acava yade rrezar, que es cosasospechosa ver dos mocossolos en la yglesia a esta ora[f. 88v.]

176. habernos parlado estamañana harto.PALATINO Acaba ya derezar, que es cosa sospechosaver dos mozos solos en laiglesia a esta hora

En principio, la supresión de la frase «pues la misa es acavada» podría tambiénparecer contraproducente, pues elimina una importante referencia temporal que expresael paso del tiempo. Este tiempo ha sido ocupado por el silencio dialógico (representadoen el manuscrito Z por un calderón, que se repite en la variante 482, únicos momentosque indican separación o paso del tiempo sin conversación reproducible); la misa, eneste sentido —y por extensión, la iglesia, marco de este segmento— se erige en elterritorio de la no-palabra, el recinto del silencio. Si la iglesia era, en el Diálogo de lascosas acaecidas en Roma de Alfonso de Valdés, el ámbito donde la palabra podíarefugiarse!!, en la obra de Arce de Otálora ésta se manifiesta repetidas veces como unlugar donde el hablar tiene un carácter peligroso o heterodoxo, como sin dudacorrespondía a la realidad histórica, pues numerosos testimonios nos han llegado acercadel rigor (no siempre cumplido) que marcaba la permanencia en la Casa de Dios. Larelación evidente entre el recinto religioso y el silencio se muestra también en la variante484:

484. suele ser lo que en masmiran los geronimos MEmal rrecaudo ay que me dizesu rreverençia que si noesperamos que se acave elsilencio no podemos ver masde lo visto / OTA puesquédese para la vuelta*[s.l.]\ [f. 154r./v.]

Z. suele ser lo en que masmiran los jheronimos (ME)*mal recaudo que me dize SuReverencia que si no esperamosa que se acabe el silencio nopodemos ver mas de lo visto(OCT) pues quédese para lavuelta»[s.¿.1PALA[mg.] (OCTA desde aquí vantrocadas las personas

184. suele ser lo que en másmiran los Jerónimos. Malrecaudo hay, que me dice SuReverencia que si no esperamosa que se acabe el silencio, nopodemos ver más de lo visto.PINCIANO Pues quédese parala vuelta

En este caso, la variante muestra un cambio de interlocutor, por lo que entrará parasu análisis en una sección posterior; pero aquí nos interesa como refrendo a la

^ El arcediano invita a Lactancio a entrar en San Francisco con una frase similar a la de Palatino yPinciano: «Pues estamos aquí donde nadie nos oye...» (ed. 1994, p. 89). Sobre este uso de la iglesia comolugar decoroso del diálogo valdesiano, vid. Vian Herrero, 1994, pp. 101 y ss.

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precaución que en torno al medio siglo separaba la palabra libre de los ámbitosreligiosos, aún acogedores para el diálogo treinta años antes12: el silencio impide laprogresión dentro del recinto sacro, por lo que éste debe ser soslayado.

CARACTERIZACIÓN DE tos PERSONAJES

Dicho esto, está claro que los fenómenos más importantes que afectan a lainterlocución se refieren a la conformación de los personajes, pues ellos son lasconstrucciones literarias definidas por el intercambio dialógico. El lector de la versióndefinitiva de los Coloquios de Palatino y Pinciano podía contar con un elemento queguiaba previamente su lectura en este punto: el prólogo, donde el supuesto amigo delautor le alaba el hecho de que las personalidades de los dialogantes se mantengan a lolargo de la obra:

Y así se verá que aquella llaneza y sinceridad que en la primera jornada se da a Palatino durahasta el fin, exprimiendo al vivo su condición tan de veras que ninguno lo podrá creer nigustar deste primor, sino quien de veras lo conociere; y aquella poca de curiosidad dePinciano no menos. Y ambos guardan en todo el camino sus primeros afectos y condiciones...(p. 18)

Los atributos que el propio autor otorga a Palatino y Pinciano son, respectivamente,«llaneza y sinceridad» y «curiosidad» (es decir, «deseo, gusto, apetencia de ver, saber yaveriguar las cosas como son, suceden o han pasado», según la definición deAutoridades). El deseo de oponer la erudición y el conocimiento al sentido común (o, deotro modo, la construcción cultural al impulso subjetivo) se encuentra en la base de lacaracterización. Para el lector del xvi, tal oposición aproxima este diálogo a laestructura Maestro-Discípulo, la más frecuente en el diálogo didáctico, pues uno de losinterlocutores es el poseedor de la información y la orientación correcta, elementos quese trata de trasvasar al interlocutor adánico o mal orientado13. Sin embargo, estaverdad debe ser matizada con otras consideraciones.

Abundan las correcciones y enmiendas que contribuyen a asignar este papel de doctoa Pinciano y el de sincero y familiar a Palatino, como las variantes 64,134 y 262.

12 Si bien conviene recordar que en el diálogo de Valdés (en lo que a este respecto puede interpretarsecomo premonitorio), los dialogantes son expulsados de la iglesia, lo que supone el final del coloquio.

13 Vid. Gómez, 1988, pp. 26 y ss.

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64. que bien se que soi algo lerdo y descuidado peroesto tengo de medrar en este camino y en vra.compañía, verdad es que quanto al concierto del gastarestoi por arrepentirme agora antes que me engañéis.01. no podéis sin mi consentimiento ques contratonombrado* de compañia el que otorgamos. M. Ansi lacompañía** es ynominata y nunca consenti puramente. Mas con todo esto quiero hazer del ladrón fielque tanto peligro y aun mayor es llevar yo la volsayendo vos conmigo como dárosla, por eso quieroganar onrra entregandosla con todo mi caudal* [mi-\ 1- sunt. C de acti et obliga/.

1- si. pecunia, de cond. ob cam. \í. 22r.l

52. que bien sé que soy algodescuidado. Esto tengo de medrar eneste camino en vuestra compañía, yporque me paresce que es tanto peligrollevar yo la bolsa yendo vos conmigocomo dárosla, quiero ganar honra yhazer del ladrón fiel, entregandoslacon todo mi caudal,

La variante omite una intervención de Octaviano/Pinciano y elude enrevesardemasiado la cuestión con tecnicismos jurídicos, aunque es reseñable la intenciónpuramente humanística de incorporar los saberes escolares a la vida cotidiana. En laprimera redacción, el personaje de Menesandro/Palatino se autoatribuye lascaracterísticas de «lerdo y descuidado», lo cual, lejos de pertenecer al terreno de la falsamodestia, establece unas condiciones argumentativas que ponen a este interlocutor ensituación de aparente inferioridad respecto a Pinciano. El cual aparece desde elprincipio revestido de aquella curiosidad que observaba la Carta y que conllevageneralmente la carga de la erudición, de tal manera que cuando a veces Palatino tiñe sudiscurso de sapiencia y cultura, una posterior enmienda redistribuye la materia,asignando ésta a su compañero:

40. M. El tpo. bueno es ni imbierno ni estiosino otoño septiembre ques mes templado yequinoçial y no nos dará pena el sol aunqueel* de oy es recio* \s.l.} sol ff. 8v.1

41. PALA.-E1 tiempo bueno es, aunque el sol dehoy es recio,

La corrección se hace en primera redacción, porque en el siguiente párrafo, y encaja, es Octaviano el que menciona el dato de que septiembre es mes equinoccial. Pareceque Arce redistribuye la materia, otorgando a Pinciano la carga de erudición. E inclusola seriedad de este último provoca que, conforme al decoro, se supriman rasgoshumorísticos que romperían con su caracterización genuinamente académica (incluso enun contexto tan satírico como este diálogo):

134. porque la locura es nativa o dativa comotutela quiero dezir que o es heredada o dadarf. 50r.l

81. porque la locura, o es heredada o dada,

Pinciano es el que todo lo sabe; de cualquier tema tiene conocimientos y estádispuesto a mostrarlos, recayendo en ese arquetipo de hombre renacentista hábil envarias materias y gran conversador, y que desde Castiglione tantas obras quinientistas

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nos han legado. De hecho, en alguna ocasión, cuando Pinciano se muestra ignorante,Arce se inclina a corregir esta «debilidad» del personaje, como en la variante siguiente:

262. hazerme trinchante sin saber cortar*MEN / Antes por** gue*** sois buen officiaidello es bien que uséis el off°* [i./.] serlo**[mg.] q. bien sabéis cortar*"[s./.ly [f. 88v.l

118. hacerme trinchante sin serlo.PALATINO Antes porque sabéis bien cortar ysois buen oficial, es bien que uséis el oficio,

He aquí al primer ignorante Octaviano/Pinciano, al que ya en la réplica siguiente lees restituido el conocimiento. Arce no consideró suficiente la interesada réplica dePalatino —que, al fin y al cabo, persigue no trabajar cortando el ave que está en lamesa— y corrige en 2a ó 3a instancia para que Pinciano asegure no que no sabe cortar,sino que su oficio no es trinchante. La caracterización, pues, opera como unacoherencia que estructura al personaje en todo el proceso de escritura: al proyectarsesobre todas las situaciones, los personajes se van enriqueciendo; resulta evidente lapretensión de Arce de Otalóra de elaborar unos personajes complejos, no merasesquematizaciones14.

La caracterización de los personajes, como era corriente en el diálogo desde Platón,se efectúa en relación con la materia tratada. En este sentido asistimos en esta obra a uncuidado extremo a la hora de determinar la posición de los interlocutores con relaciónal thema. Cuando, a lo largo de la jornada segunda, Palatino y Pinciano dialogan sobrelas órdenes religiosas, las enmiendas y correcciones nos permiten asistir a la creación desus discursos. Entre decenas de variantes referidas a este asunto, seleccionamos dos:

321. lo ageno ME/ Para una cosa me parezen a mi que son muy buenos ysirven a Dios en ella que es en acompañar los ahorcados ques obra decharidad y de grandissima humildad. OTA * en otras muchas cosas**sirven a Dios sin esa A fee que si no fuera por lo dicho que en lo demásde pobreza y humildad yo lo llevara bien y sin pesadumbre ME/ A miparezer no es tan unibersal la falta como vos la hazeis que muchos ayletrados y muy discretos OTA En Salamanca ***yo lo confieso y aunqueno ubiera mas solo el ****castillo que aya gloria y castro y vega suplíanlas faltas de toda su orden y sin ellos ay otros* * * * * muy doctos ygrandes predicadores mas fuera della mucha hijada ay entrellos ME Entodas las ordenes ay de todos sabios y nescios OTA. Es verdad pero enlos dominicos menos ME Trinitario seriades*[s.l.] no se puede negar sino q. en esas y en**[s./.] cosas***[s./.] y en Valladolid ay algunos****[s./.] buen***** \tng.] letrados y predicadores mas son pocos [f. 102v.1

129. lo ageno.PALATINO DigaErasmo lo quequisiere, que no seles puede negar sinoque en ésas y enotras cosas sirven aDios. Y a fe que porlo que decís yo nodejara de serlo. Yaque no fuésedesfrancisco, ¿seriadestrinitario?

14 Sobre la caracterización de los personajes del coloquio, vid. Vian, 1994b, pp. 1176-1177.

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C O L O Q U I O S D E P A L A T I N O Y P J N C I A N O 2 3 7

384. Para mí mayor travajoes el estudio de losdominicos que[f. 126r.]

Z. Para mí* mayor travajo es elestudio* * de los dominicos que*[s./.]Por* *\mR.] se tiene el estudio ¡f. 75r.]

149. Por mayor trabajo setiene el estudio de losdominicos que

En el primer caso, nos encontramos con una importante variación que afecta tanto ala extensión como a la caracterización de los personajes, variación que resulta solidariade otras anteriores; la redacción original muestra una mayor carga crítica, siempre conmucha ironía, que resulta aligerada en la versión final. En la 384, se trata de un no muycorriente caso de generalización, pues es norma en los Coloquios de Palatino y Pincianovincular las aseveraciones con el personaje que las emite, relativizando y convirtiendo elconocimiento del mundo en producto de la experiencia, según la máxima repetida en laobra de «voluntad es vida». Está claro, en esta variante, que a la primera versión, quesituaba la preferencia por los dominicos al nivel de la subjetividad, Arce ha superpuestootra que pretende una expresión más generalizadora. Este deseo de Pinciano porapuntalar su opción en una convicción general a favor de los dominicos pone demanifiesto, primero, que no se abandona la voluntad de respaldar las opcionespersonales con el argumento de las mayorías —una suerte de objetividad por el número.Pero, sobre todo, al recaer la elección de Pinciano sobre los dominicos —que, aunquefrailes e inquisidores, representan una religiosidad «fría» e intelectual—, se muestra aéste como partidario de una visión racional de la religión, minoritaria y erudita. Frentea él, su compañero se decanta por la religiosidad sentimental e indocta de losfranciscanos.

No obstante, estas posibilidades están planteadas desde una continua crítica a lasórdenes, por lo que no son realmente planteamientos vitalmente vinculantes, sino merojuego imaginativo, pues de una forma jocosa, como amplificación del ya mencionadoColoquio de viejos erasmiano, se ha pasado revista a todas las reglas, desacreditándolaspor muy variadas razones, casi todas más o menos risibles15. Así, la elección de reglapara vivir no es, como en Erasmo, producto de una experiencia, sino un ejercicio lúdicosin compromiso ni consecuencias, pues claro está desde el principio que ninguno de losdos estudiantes tiene intención alguna de profesar. Esta circunstancia sitúa en unterreno resbaladizo la responsabilidad de cada interlocutor con sus propias palabras: sila conversación es un juego, la sospecha se instala en el lector, y éste se aleja de lacertidumbre que se supone se encuentra siempre detrás de la «fermosa cobertura» delcoloquio, que encubre con su agrado un mensaje inequívoco16. Necesitamos, pues, darun paso más en el análisis de las variantes para penetrar en la forma en que se construyela interlocución discursiva en este diálogo de mediados de siglo.

1 5 Como el hecho de no comer carne, lo ceñido de los hábitos, no traer calzas de la rodilla arriba, escupiren celemines de ceniza o arena, etc. De ese modo, la conclusión no puede ser otra que «desta vez no nosconcertaremos para ser frailes, pues en cada orden hallamos inconvenientes» (p. 135).

16 La disposición del diálogo como un juego en el que el compromiso de los interlocutores con suspalabras no se lleva de modo riguroso se encuentra ya en los Dialoghi Ad Petrum Histrum de LeonardoBruni, en el cual Niccolô Niccoli elabora un discurso muy elocuente contra la elocuencia, para, al díasiguiente, admitir que hablaba para provocar a los demás y emitir otra brillante disertación en sentidocontrario. Las «falsas palabras» no son menos convincentes que las auténticas. Vid. Batkin, 1990.

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E L D I S C U R S O Y L O S P E R S O N A J E S

Como hemos analizado, la personalidad de los dialogantes se encuentra definidadesde el prólogo y se lleva de modo coherente. No obstante, esta coherencia seenriquece cuando podemos contemplar correcciones que nos hacen advertir que Arceinició un proceso de indiferenciación o de transferencia entre los parlamentos de losdialogantes. Volvamos, para entenderlo, al principio: Palatino y Pinciano sonestudiantes salmantinos: ¿qué características literarias les son atribuidas desde elprincipio por un lector del xvi? Sin duda las de juventud (es decir, adolescencia: falta deseso), alegría, un cierto descaro y rasgos próximos a la picaresca; por otro lado, sinduda, proximidad a la cultura y perspectivas de un futuro superior a la media. Estacaracterización les es común y, por consiguiente, opera como un factor de unión dealcances estructurales. Aunque las características individualizadoras que Arce deOtálora quiso plantear en el prólogo se cumplen sin duda, a medida que el coloquioavanza —y las variantes reseñadas y otras más operan en ese sentido—, nosencontramos con otras que señalan orientaciones diferentes. Por ejemplo, cuando en lavariante 484, ya vista, el autor se enfrenta a un problema meramente material (el hechode que, al repetir un epígrafe por error, los parlamentos de los interlocutores quedanalterados), la solución, por encima de engorrosas correcciones —pues se trata de unerror encadenado— consiste en suprimir una de las intervenciones, con lo que laspalabras originariamente atribuidas a Menesandro/Palatino pasan a su compañero. Enprimer lugar, estaríamos ante una transgresión del principio «poético» de la creación depersonajes: en el diálogo literario cada dialogante está definido únicamente por suspalabras, él «es» sus palabras. En segundo lugar, supone un atentado contra el decoro,pues desde el principio ambos personajes aparecen netamente diferenciados y esto,como hemos visto, repercute en la posición que adoptan ante los problemas objeto dedebate. Los ejemplos de este proceso se multiplican17; nos basaremos en un par devariantes más.

303. los que sePara que veáisv no para massabréis dezir[f. 98v.l

pusierenmal gozoy aun no

asardellosme

Z. los que se pusieren a asarME/ Para que veáis mal gozodellos y aun no me sabréisdecirrf. 63r.l

126. los que se pusieren aasar, para que veáis el malgozo dellos.PALATINO Aún no mesabréis decir

304. por que no salten*yo no lo se** preguntaldoalgund curioso en estasparezeme a mí que porque** son pacientes[s.l. y mg.] q. entre todos losproblemas de Aristóteles nopuso este ni jamas lo heleido ni oido**ímg-] l°s cornudos sonTf. 98v.l

Z. Por que no salten? Porque entretodos los problemas de Aristótilesno puso éste. (MEN)* preguntaldea algún curioso aunque** meparesce a mi que es la causa porquelos cornudos son pacientes y sufrenmucho y nunca saltan, aunque lestoque*[s.p.] (OTA)**[$./.] no la he leído, mas me a miparescer deve ser [f. 63r.]

126. ¿Por que no salten?Porque entre todos losproblemas de Aristótiles nopuso éste.PINCIANO No le he leído,mas a mi parescer debe serla causa porque loscornudos son pacientes ysufren mucho y nuncasaltan, aunque les toque

1 7 Son los marcados con los números 89, 232, 296, 301, 303, 304, 322, 348, 352 y 412.

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COLOQUIOS DE PALATINO Y PINCI AN O 239

En muchos casos como éstos, fragmentos de los parlamentos van y vienen de uninterlocutor a otro, siendo atribuidos por Arce indistintamente a Palatino y a Pinciano.La caracterización común de la que hemos hablado actúa como un elemento unificadorque acaba fundiendo algunos de los caracteres personales. No nos encontramos anteuna relación puer-senex tal y como se entiende normalmente. Palatino participa detodos los elementos culturales de Pinciano, incluida la edad, siendo el uno y el otrocompañeros en los estudios de Salamanca. El dominio del latín, la lectura de libroscomunes, todos los aspectos que determinan la educación de un legista en el xvi actúancomo factores unificadores que tienen su correlato en un proceso de indiferenciación ala hora de la asignación del discurso. Es decir, aunque hay materia que pertenecedecorosamente a cada dialogante y que Arce considera importante adjudicarcorrectamente, hay otro tipo de materia, de acarreo erudito o meramente informativo,comentarios frivolos, etc., que resulta indiferente asignar a uno o a otro, en virtudprecisamente de los rasgos que comparten, que les hace partícipes de una sustancialigualdad dialógica.

Realmente, la comunidad de caracterización se erige también en una categoríametaliteraria: frente a la generalidad de los diálogos renacentistas (y aquí hagoabstracción de las categorías de didáctico, circunstancial, filosófico, etc., que sonimprescindibles para definir genéricamente el coloquio), el hecho de que Palatino yPinciano participen de unas mismas características culturales sobrepasa los límites delmarco y determina un receptor que forme también parte de este círculo cerrado deletrados de medio siglo. Que el texto debió de circular por un grupo de lectores loponen de manifiesto tanto los usos habituales de las copias privadas como el número demanos que escriben y anotan la obra. Así, Palatino y Pinciano representan un procesocomunicativo necesitado de la libertad del aire libre y entre iguales, en un pequeñocírculo en el que apenas se da la persuasión, porque falta ya definitivamente laesperanza de convencer a alguien de una verdad que no existe o que no es convenientedecir. Podemos interpretar este diálogo como un producto cultural de una época en laque el pensamiento libre debe replegarse, y este factor histórico tiene su correlatoliterario en los Coloquios de Palatino y Pinciano a través de las relaciones y procesosmencionados.

Los dos estudiantes están en pie de igualdad, dialógicamente hablando: lasuperioridad cultural del uno sobre el otro es más nominal que real, pues no suponeindefensión dialéctica del segundo, que es capaz de ironizar y de responder al otro consus propias armas. Esta igualdad opera en la elaboración del diálogo como un factorunificador, y a través de las variantes asistimos a un proceso en el que se produce unatransferencia de discurso que, lejos de responder a una cierta facilidad caracterizadora(en la cual el escritor se acogería acríticamente a una tipología tradicional que leevitaría el trabajo de centrarse en los personajes para estructurar el contenido),corresponde a un enriquecimiento de los caracteres individuales, que interactúan. Creo,en efecto, que este proceso unificador, que en principio podría pensarse comouniformador y por consiguiente como un rasgo empobrecedor, supone más bien unintento por parte de Arce de huir de una caracterización simplista o rígida y permitirque los personajes efectúen «incursiones» en el terreno del otro.

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De este modo, en la definición de los personajes operan dialécticamente dos tipos decomponentes con los que Arce reelabora la obra a través de las enmiendas: en primerlugar, unos componentes individualizadores, que se desarrollan en el nivel de los gustospropios y que obedecen a la historia e idiosincrasia personales que vienen marcadasdesde el prólogo; por otro lado, los componentes tipificadores, aquellos rasgos quepermiten la adscripción del dialogante a una categoría (los estudiantes) reconocida porel receptor y que genera unas expectativas, pues atribuye al ente literario unascaracterísticas que se dan por supuestas, ya que pertenecen al patrimonio cultural y a latradición. Entre ambos tipos de rasgos existe una relación ambivalente que explica laaparición de tendencias diversas en las correcciones y enmiendas que lleva a cabo elautor a lo largo del proceso de composición de la obra. El discurso, así, no esexactamente una unidad que se vincule con cada personaje de forma inequívoca, comoes común en todo diálogo, sino que muestra ser lábil, fluido, precisamente por lacomunidad de rasgos que presentan los interlocutores. Podríamos decir que hasta ciertopunto Palatino y Pinciano constituyen un único personaje desdoblado en aras deconseguir lo que Arce de Otálora establece en la Carta inicial:

que el diálogo parece todo contradictorio de propósito, quiero decir que en todas las razonesy opiniones se contradijesen Pinciano y Palatino, y dijese cada uno su opinión y razón, a fin deque si el uno errase en ella, el otro necesariamente hubiese de acertar [...], por que así a cadauno de los lectores le quedase su libertad de arrimarse a la parte que más le agradase, pues enel mundo siempre hubo y hay diferentes gustos y pareceres y cada cual siente y se aficiona a loque su condición y entendimiento le guía. (p. 17)

Sin entrar en el fundamental aspecto ideológico que ponen de manifiesto estaspalabras, refrendadas a lo largo de la obra, sí podemos concluir que este discursocontradictorio, sin apenas conclusiones terminantes, marcado por el juego y elrelativismo, estructura la propia forma de la obra y el cuidado y la precaución delpropio autor al elaborar pacientemente el texto. Sin duda, hay mucho del propio Arceen sus dos personajes, y con las huellas que el autor deja en la obra vamos a cerrar estebreve análisis.

L A S H U E L L A S D E L A U T O R

La biografía de Arce de Otálora, hasta donde la conocemos, sugiere que existe unagran cantidad de materia autobiográfica reflejada en la obra18. Arce, como jurista queera, vuelca desde su experiencia su visión de la vida del jurista y de todo letradoapasionado por el conocimiento. Palatino y Pinciano, civilista el uno y canonista elotro, son, como decíamos anteriormente, las diversas voces de un fiscal y oidorlicenciado in utroque iure. La reseña detallada de las correcciones que se establecen enel proceso de composición deja ver, detrás de la construcción de los parlamentos, losrastros de la figura que escribe y que, oculto con la máscara del diálogo (como la delautor teatral), no precisa nunca mostrase como narrador. Analicemos algunos ejemplos:

18 Ya lo vio O'Connor, en su trabajo de 1952, que contiene datos de importancia sobre la obra y la vida.Vid. también Ocasar Ariza, 1992,1995 y 1996; y sin ningún dato nuevo en cuanto a su vida, Lorca, 1997.

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COLOQUIOS DE PALATINO Y PINCIANO 241

50. mantengámonos a medias como buenoscompañeros y no se repartan ansi los officios queme pareze a lo que dizen lleva vos marido el artesaque no pesa que yo llevare el cedazo que pesa comoel diablo no es razón que v. m. sea tan presto ovdorhasta que sea graduado y entre en un collegio y lleveuna cathedra y aun entonzes sera menester fabor.Yo no ando a buscar oyentes hasta que salga a leerlo justo sera que \y/ hablemos a vezes [f. llv.]

43. mantengámonos a medias, comobuenos compañeros y hablemos a vezes,

154. y fuéremos por el camino* començaremos. acontar nuestros* * travajos*** y ruin vida yofficio**** y si el quento dello saliere bueno* [s.L] solos y ociosos podremos**[s./.]los***[s./.]delasletrasyla****\s.L] de los que las siguen [f. 55r.]

89. y fuéremos por el caminoociosos, podremos comenzartrabajos de las letras y la ruinoficio de los que las siguen. Ysaliere bueno

solos ya contar losvida ysi el cuento

En el primer caso, Arce detalla brevemente toda la carrera de un oidor,mencionando la necesidad de ser favorecido por algún catedrático. La segunda variantees más sutil; Pinciano, en MI, afirma que hablarán de sus trabajos y de su ruin vida yoficio. El texto definitivo generaliza la expresión, asignándola a todos los que persiguenlas ciencias, y no a ellos mismos, que aún no han pasado las experiencias de las que vana conversar; eso sólo lo puede saber Arce de Otálora desde la cúspide de su carrera.

En otros casos, Arce tiene cuidado de borrar su rastro, sobre todo con respecto apersonajes contemporáneos, a los que elimina después de mencionarlos en la primeraredacción. Hay varios ejemplos, de los que seleccionamos los siguientes:

426. armado en blanco como* el marques devillafranca / o aver caminado*\mg.\ dizen q. haze un señor del rreino [f. 137r.]

164. armado en blanco, como dicen que lohace un señor del reino? ¿O a habercaminado

512. un decreto que dize que noay cosa tan clara y aberiguada*que no tenga** dubda / OTA esees el decreto que trae luis gnovtsf es la boca nichill est tanclarum et indubitantum quodsolía tan non possit rreciperidubitationem*** dezia a supadre que por que avia debuscar lo vmposible que jura va adios que asta que se aberiguase

Z. un decreto que dize que noay cosa tan clara y aberiguadafuera de nuestra fe que no tengamucha dubda / OTA ese es eldecreto que trae Luis Goncalezes la boca nichill est tan clarumet indubitantum ouod solia tannon possit rreciperidubitationem quando dexo elestudio dixo a su padre pordisculpa padre yo me bengo a

195. un decreto que diceque no hay cosa tan clara yaveriguada, fuera denuestra sancta fe, que notenga mucha dubda.PINCIANO Cuando dejóel estudio, dijo a su padrepor desculpa: «Padre, yome vengo a serviros y adesengañaros que nogastéis conmigo más

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fuera de nuestra fe**[s./.] mucha***[s.l. y mg.] quando dexo elestudio dixo a su padre pordisculpa padre yo me bengo aserviros y a desengañaros que nogastéis comigo mas dineros ensalamanca por que en pocotiempo que alla e estado eentendido que es cosa perdidaesto del estudio y letras por quebuscar sciencia es buscar loinposible tras esto dixo quejuraba ff. 162v.]

serviros y a desengañaros queno gastéis comigo mas dinerosen salamanca por que en pocotiempo que alla e estado eentendido que es cosa perdidaesto del estudio y letras por quebuscar sciencia es buscar loinposible tras esto dixo quejuraba que jurava a dios queasta que se aberiguase[f. 98r.]

dineros en Salamanca,porque en el poco tiempoque allá he estado, heentendido que es cosaperdida esto del estudio yletras, porque buscarsciencia es buscar loimposible». Y tras esto dijoque juraba que hasta quese averiguase

A semejanza de la variante 321 antes transcrita, que evita mencionar a una serie defranciscanos de la Universidad de Salamanca, la 426 omite la alusión al marqués deVillafranca, de quien se afirma que podía recorrer 50 leguas en un día; el carizinverosímil de tal proeza (la posta corría a lo sumo 15 leguas diarias) explica lasupresión19. La variante siguiente es más problemática: descartado que se esté hablandode Luis Gonçalves, el biógrafo de san Ignacio de Loyola, ¿quién puede ser ese LuisGonzález en cuya boca se ponen afirmaciones de claro cariz escéptico? En general,parece que la supresión de huellas personales es una característica de varios diálogos demedio siglo, lo que indica una corriente bastante generalizada20. No obstante, hay querecordar que a partir de 1551 incurre en delito de herejía todo autor queintencionadamente deje anónima su obra —lo que, evidentemente, ocurre con el autordel Crotalón, sea o no Villalón, y quizá rondó a Arce de Otálora21.

De cualquier modo, a pesar de sus intentos ocultadores, es clara la presencia de unautor que recoge la dicotomía Palatino-Pinciano en su propia figura, presencia quetrasluce a través de los parlamentos de los dos estudiantes. En algunos casos, la manoautorial debe rehacer pequeños deslices que sólo se hacen ver en las enmiendas. Porejemplo:

446. las seis oras que manda* el arancel de losestudiantes pues*\s.L] nro. [f.

169. las seis horas que manda nuestroarancel, pues

550. y que trabajoso y rruincamino abemos seguidoff. 176v.l

Z. y que trabajoso y rruincamino abemos* seguido

començado [f. 106v.1

210. qué trabajoso caminohabernos comenzado.

19 Pues se sugiere una hazaña mágica, como el viaje del doctor Torralba y otros similares analizados porCaro Baroja, 1990, vol. Il, pp. 225-286.

2 0 Ha sido estudiado sobre todo por Ana Vian con relación a El Crotalón, en Vian, 1992b, pp. 13-30.2 1 Márquez Villanueva, 1980, p. 160. Se podría aventurar que el hecho de que el primer manuscrito de

los Coloquios de Palatino y Pinciano, anónimo y bajo otro título, fuera anterior a esta fecha. Las sucesivascopias, bajo el control del autor, podrían ser posteriores a 1551.

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COLOQUIOS DE PALATINO Y PI NCI ANO 243

En ambos casos se hace notar la corrección que tiende a adaptar el discurso a unpersonaje que se encuentra en un estadio vital muy diferente al del autor.Efectivamente, no es enteramente lógico que un estudiante hable de su grupo en tercerapersona, y de ahí la sustitución por el posesivo en la variante 446; del mismo modo, laelección del verbo en la 550 viene dada por el momento vital de los estudiantes, reciéncomenzada su andadura vital. En ambos casos la versión inicial hubiera sin dudapasado desapercibida, pero la explicación de la enmienda sólo se puede dar a partir dela figura de un autor que borra su sombra de la figura de sus personajes, e intentaconcederles una autonomía de discurso.

Para finalizar, diremos que, en una ocasión, Arce —él, tan irónico, crítico, analíticoy tan precavido que su pensamiento queda siempre oculto tras sus personajes— se dejallevar por sus sentimientos. Cuando Palatino y Pinciano hablan de los trabajos que lesquedan por sufrir, afirma Pinciano que no podrán hablar de ellos hasta que los pasen;sin embargo, corrigiendo su propio texto, Arce anota al margen unas palabrasesclarecedoras:

490. asta que lossepamos y gustemos yayamos triumfadodellos ME yo os beso lasmanos[f. 156v.]

Z. hasta que los sepamos ygustemos y hayamos triunphadodellos*. (ME) Yo os beso lasmanos*{mg.] y entonces sera dulce sumemoria, especialmente si loscontamos con salud y prosperidad,quia dulce est in prosperitatepreteritorum laborem recordatio.ff. 94r.l

187. hasta que los sepamos ygustemos y hayamos triunfadodellos, y entonces será dulce sumemoria, especialmente si loscontamos con salud yprosperidad, quia dulce est inprosperitate preteritorumlaborem recordatio.PALATINO Yo os beso lasmanos

Es casi la única vez que a lo largo de nuestro trabajo la figura de un autorrememorando su juventud desde la cumbre de su posición de jurista de éxito aparece enel proceso de composición de la obra. Así, contemplar la gestación de una obra literariadel siglo xvi aporta, entre dificultades interpretativas y dudas ecdóticas, la posibilidadde contemplar a la persona que escribe, posibilidad tanto más gratificante cuanto queesta persona desea ocultarse; lo desea o no tiene otra oportunidad.

CONCLUSIÓN

A lo largo del presente trabajo hemos advertido ya la gran aportación que losColoquios de Palatino y Pinciano constituyen dentro del canon de nuestro diálogoáureo: la transferencia de la ficcionalidad y la novelización desde el contenido (dedonde no está, por supuesto, ausente22) hacia el marco.

En este texto, cuya comice resulta llamativamente rica en relación a los demáscoloquios del Quinientos, tenemos la ocasión poco frecuente de asistir a la composiciónde una obra a través de las sucesivas variantes que el autor establece. En particular,

22 Como ha estudiado Gómez, 1992 y 1998. A él y a Ana Vian les agradezco las observaciones con lasque se ha enriquecido este artículo; a la amabilidad y confianza de esta última, junto a Marc Vitse, debo mipresencia en estas jornadas sobre interlocución.

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muchos de los procesos que hemos analizado sin duda podrían extenderse a otrostextos, pues posiblemente las leyes internas que operan en los Coloquios de Palatino yPinciano con respecto a la formación de los personajes sean predicables de otrosdiálogos. Sin embargo, es en el análisis de los procesos por los que un autor redacta ypule su obra donde podemos asomarnos privilegiadamente al establecimiento de esasleyes y a esos personajes in fieri. El carácter provisional de nuestras conclusiones no esmás que el reflejo de la necesidad de matizar continuamente la interpretación del corpusde variantes, corpus que alumbra fenómenos redaccionales complejos y ambiguos.

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COLOQUIOS D £ PALATINO Y PIN CI ANO 2 4 5

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Resumen. Juan de Arce de Otálora escribe entre 1550 y 1561 los Coloquios de Palatino y Pinciano, de cuyotexto poseemos cuatro manuscritos, tres de ellos relevantes para la constitutio textus. Basándose en lascorrecciones y enmiendas efectuadas en los códices, el autor de este artículo formula hipótesis plausibles parainterpretar las causas y motivos de las reformulaciones textuales. En particular, se analizan las líneas deelaboración del marco conversacional y de los personajes, así como de su interrelación. En última instancia,se desvelan algunos procedimientos en los que, tras los discursos de los interlocutores, aparece encubierta lafigura del autor.

Résumé. Juan de Arce de Otálora compose, entre 1550 y 1561, les Coloquios de Palatino y Pinciano dont ilnous reste aujourd'hui quatre manuscrits, dont trois utilisables pour la constitutio textus. À partir descorrections et des amendements qu'on y repère, sont proposées des hypothèses permettant d'interpréter lescauses et les raisons de ces réécritures. L'accent est mis sur l'élaboration du cadre conversationnel et sur celledes personnages, ainsi que leur relation réciproque. Finalement sont étudiés certains procédés qui, derrière lediscours des interlocuteurs, laissent voir la figure cachée de l'auteur.

Summary. Berween 1550 and 1561, Juan de Arce de Otálora wrote the Coloquios de Palatino y Pinciano, ofwhich four manuscripts (three of them relevants to the constitutio textus) remain. Based on the correctionsand changes carried out on the codex, the author of this paper develops plausible hypothesis in order tointerpret the causes and reasons for textual reformulations. In particular the lines of élaboration of theconversational frame and of the characters, as well as their interrelations, are analized. Finally, someprocédures for hiding the author behind the words of the characters, are revealed.

Palabras clave. Diálogo del xvi. ARCE DE OTÁLORA, Juan de. Coloquios de Palatino y Pinciano. Críticatextual. Reescritura. Interlocución.

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LECCIONESCALDERONIANAS

COORDINADAS POR

AURORA EGIDO

Prólogo 9

Aurora EgidoUniversidad de Zaragoza

Los casos de la honra: el dilema enLa vida es sueño 11Alberto BlecuaUniversidad Autónoma de Barcelona

Novela y comedia de Cervantes a Calderón: el caso de La damaduende "Anthony CloseUniversidad de Cambridge

Autos de fe y autos sacramentales en los teatros del mundo . 53Aurora EgidoUniversidad de Zaragoza

Si naciera sembrada la hermosura: discurso del afecto y retóricadel dolor en la silva elegiaca de Calderón «Dedicada a doñaMaria de Zapata» 7 5

José Lara GarridoUniversidad de Málaga

Calderón se quita la máscara: teatro cómico breve 105Evangelina Rodríguez CuadrosUniversitat de Valencia

El auto sacramental de Calderón como género. Un ejemplo: Psi-quis y Cupido 1 2 5

Enrique Rull Fernándezttnivprsidad Nacional de Educación a Distancia

ZARAGOZAIbercaja, 2001