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LA IMAGEN EN EL CINE Es el extraño destino del cine: fabricar ilusión con seres reales, fabricar realidad ilusión de cartón piedra. Edgar Morin El cine o el hombre imaginario Cómo conocer la cantidad de películas que aluden a Tijuana, ¿que la han incorporado -como referencia, locación o esce- nario- a su repertorio temático y como uno más de la extensa . serie de estereotipos recreados a partir del cine? ¿Qué tan "imaginaria" es la realidad tijuanense representada por esas p&ículas? ¿Pueden considerarse como una hente importante para comprender la manera en que se ha ido forjando la representa- ción imaginaria de Tijuana? Y, por lo mismo, ¿en qué consiste el imaginario flmico tijuanense? ¿Cuáles son los valores trasmitidos a través suyo? Si se acepta que el cine,junto con la televisión, es uno d e los principales forjadores del imaginario colectivo en el mundo contemporáneo, tenemos que aceptar que en la repre- sentación imaginaria de Tijuana el papel del cine ha sido deter- minante. Tal vez mucho más determinante que el desempeñado por la literatura o por los llamados corridos de narcotraficantes. Hasta donde se sabe, la cantidad de películas que de un modo u otro se refieren a Tijuana abarcan a la fecha un numero bastante considerable. Desgraciadamente no hay un trabajo de investi- gación que permita conocer con mayor amplitud la cantidad y la importancia de estas peliculas. Por lo que nosotros habremos de

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  • LA IMAGEN EN EL CINE Es el extraño destino del cine: fabricar ilusión con seres reales, fabricar realidad ilusión de cartón piedra.

    Edgar Morin El cine o el hombre imaginario

    Cómo conocer la cantidad de películas que aluden a Tijuana, ¿que la han incorporado -como referencia, locación o esce- nario- a su repertorio temático y como uno más de la extensa

    . serie de estereotipos recreados a partir del cine? ¿Qué tan "imaginaria" es la realidad tijuanense representada por esas p&ículas? ¿Pueden considerarse como una hente importante para comprender la manera en que se ha ido forjando la representa- ción imaginaria de Tijuana? Y, por lo mismo, ¿en qué consiste el imaginario flmico tijuanense? ¿Cuáles son los valores trasmitidos a través suyo? Si se acepta que el cine, junto con la televisión, es uno d e los principales forjadores del imaginario colectivo en el mundo contemporáneo, tenemos que aceptar que en la repre- sentación imaginaria de Tijuana el papel del cine ha sido deter- minante. Tal vez mucho más determinante que el desempeñado por la literatura o por los llamados corridos de narcotraficantes.

    Hasta donde se sabe, la cantidad de películas que de un modo u otro se refieren a Tijuana abarcan a la fecha un numero bastante considerable. Desgraciadamente no hay un trabajo de investi- gación que permita conocer con mayor amplitud la cantidad y la importancia de estas peliculas. Por lo que nosotros habremos de

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    limitarnos a revisar, habida cuenta de la imposibilidad (fisica y material) de analizar la totalidad de la "filmografía tijuanense", 10s pocos estudios que de alguna manera han dado cuenta de su presencia a través del cine, t ~ t o mexicano como estadunidense. Su revisión nos permitirá, así sea en forma totalmente indirecta, determinar la importancia del cine en la construcción imagina- ria de Tijuana. Los estudios son los siguientes:

    a) En su extensa obra editada en varios tomos, México visto por el cine extranjero (1987), el investigador Emilio Garcia Riera ha documentado una gran cantidad de peliculas extranjeras que tratan de México o acerca de los mexicanos. La mayoría de esas películas fueron filmadas en Estados Unidos, y entre ellas hay un número considerable que alude directamente a la frontera mexicana, y en particular a Tijuana. Algunas corresponden a la época del cine mudo, en tanto que otras son de épocas mucho más recientes.

    Es tal el número de películas extranjeras que se refieren a la frontera mexicana, que incluso Garcia Riera dedica varios apar- tados de su obra para comentarlas por separado. Señala, por ejemplo, que ha podido contar un total de 75 películas hollywoo- denses, hechas entre 1921 y 1928, en las cuales se alude a la frontera entre México y Estados Unidos.' De éstas, seis ubicaban su acción, o parte de ella, en Baja Califomia. "Pero Tijuana (o Tía Juana), que no tenía aun ni los ocho mil y pico de habitantes a que llegaría en 1930, mereció mucha más atención que la dispensada al estado (entonces territorio) de Baja California" (1987:130), pues sólo una de esas peliculas no tuvo que ver con Tijuana. Las películas son Riders Up (1924), A Day in Tijuana (1925), Te11 It to the Marines (1926), Golf Windows (1928) y The Speed Classic (1928).

    Garcia Riera transcribe, asimismo, algunos fragmentos del capítulo "Tía-Juana 1921 " que aparece en el libro Hollywood d'hier

    'Por su parte, Juan José Camacho Romo menciona que en 1917 se filmó la película titulada El hombre de Tijuana o Tía Juana. vease "Imágenes de Tijuana en el cine ir", en Identidad, suplemento cultural de El Mexicano, núm. 1264,2 de mayo de 1998, pp. 4-5.

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    et d'aujourd'hui (1948) del cineasta e historiador francés Robert Florey; y agrega, que "la atención que Tijuana merecena por parte del cine norteamericano, aunque puede suponerse que su descrip- ción por Hollywood no pudo dar sino una idea muy superficial y precavida de esa suerte deinfierno atisbado por Florey y separado por la frontera de la ciudad y base naval califomiana de San Diego" (Garcia Riera, 1987:131).

    El "infierno atisbadon seguiría siendo abordado por el cine norteamericano en muchas otras peliculas a lo largo de los siguientes años. Como sucedió en True to the Navy (1930), Sweepstakes (1931), Winner Take Al1 (1932), The Champ (1931), Coronado (1935), Bordertown (1934), In Caliente (1935) -comedia musical filmada en el Casino de Agua Caliente-, Forged Passport (1939), Hold Back the Dawn (1941), Timetable (1955), The Wings of Eagle (1956), The Tijuana Story (1957), The Young Captives (1959), Petulia (1968) y The Tijuana Toads (1969), película de dibujos animados. En todas, y en muchas otras más que apare- cenan en años posteriores, como apunta García Riera, se continuó "viendo en Tijuana la expresión más pecadora -y atractiva- del no man's land fronterizo".

    b) En su estudio comparativo El norte: The U.S.-Mexican Border i in Contemporary Cinema (1990), David R. Maciel encuentra que

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    hay algunas características que son muy similares a las produc- ciones comerciales de Hollywood y de México. En ambos casos, ya sea desde la perspectiva de Hollywood o desde el punto de vista de la ciudad de México, los productores se enfocan más a recrear los estereotipos de la región fronteriza que a ahondar en el conocimiento de la realidad social. La representación de la frontera, afirma Maciel, ha sido usualmente negativa y superficial (Maciel, 1999:197-214).

    c) Entre yerba, polvo y plomo. Lo fronterizo visto por el cine mexicano (1991), de Norma Iglesias, aporta también una importante información respecto a la imagen que el cine mexicano ofrece acerca de la frontera. Aunque el trabajo de Norma Iglesias

    t no hace hincapié en Tijuana, salvo en aquellos aspectos que lo

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    requiere su investigación, sí permite conocer la visión que el cine ha establecido sobre la frontera mexicana y sus respectivas ciudades.

    Para Norma Iglesias la frontera vista por el cine mexicano ha sido, entre otras cosas, un lugar fantástico y violento, lleno de apaches, mineros, mujeres fuertes y sensuales, de cantina y saloon, pistoleros temerarios y ladrones que huían de la justicia. En muchas ocasiones es el lugar de la perdición y del vicio; el lugar -casi mitológico- del placer: sexo, drogas e ilegalidad. Ha Sido considerada también como el gran prostíbulo y el camino previsto para el narcotráfic~.~ " ~ s t a s imágenes" -afirma la investiga- dora- "han jugado un papel fundamental en la creación de mitos y estereotipos sobre la frontera; han creado todo un estilo cine- matográfico fronterizo que desvirtúa u la realidad" (1991 : 18).

    d) Un texto igualmente importante es el ensayo de Carlos E. Cortés, Cómo ver al vecino: El libro de texto hollywoodense sobre México (1989). Es este un trabajo enfocado a conocer la ,manera en que Hollywood ha estructurado la percepción de México y de los mexicanos. Desde las iniciales The Greaser's Gauntlet (1908), ' Tony the Greaser (1911), The Greaser's Revenge (1914) y The Girl and the Greaser (1915), pasando por algunos ciclos temáticos y varios géneros a lo largo de más de medio siglo, hasta llegar a películas como La Bamba (1987) y Born in East L.A. (1987), el autor nos advierte de los cambios y las recurrencias que han dado forma a la visión de México elaborada desde Hollywood. Señala que:

    Los mexicanos han sido el vehículo perfecto para la estructuración cinematográfica de los retos, respuestas, dilemas, resoluciones y exposiciones ideológicas de los angloamericanos. Aunque los guiones han tomado un sinnúmero de formas, el mensaje subyacente, casi inevitable, ha sido una reafirmación explícita o implícita de la superioridad angloamericana: superioridad mental, física y moral.

    ZEn su clasificación temática del cine mexicano, Jorge Ayala Blanco ubica las peliculas del narcotráfico fronterizo dentro del apartado denominado "La frontera grifa", vease La condición del cine mexicano, México, Posada, 1986, pp. 146-152.

    Por lo que hace a Tijuana, Carlos E. Cortés menciona solamente trec9 películas. Losin'it (1983), dice, "se adapta también a la imagen acrual de la depravación en la frontera mexicana. El México froatenzo, y en especial Tijuana, se han convertido en la fuente coi~veniente para Hollywood de un trasfondo de pecado y ame- naza". En Born in East L.A. (1987) "Tijuana sigue siendo la frontera mexicana peligrosa y, en ciertos sentidos, corrupta del saber popular de Hollywood; sin embargo, también está llena de gente buena''. Mientras que en La Bamba (1987), el músico y cantante Richtie Valens encuentra en Tijuana la fuente de "inspiración musical para su mayor éxito. Pero también es fuente de tentación y peligro".

    e) En su ensayo "Hollywood's Heterotopia: US Cinema, The Mexican Border and the Making of Tijuana", Tim Girven (sin fecha) apunta que las primeras representaciones cinematográficas de Tijuana datan de 1915, cuando el noticiero Pathe's Weekly informó de la construcción de una "pista de carreras de un millón de dólares" en Califomia. De manera indirecta otras películas hicieron referencia a la frontera mexicana básicamente como un lugar de veraneo. Pero entre 19 16 y 1922, al menos cinematográfi- camente, Tijuana y el vicio poco a poco empezaron a ser consi- derados como sinónimos.

    Según el autor de este ensayo, la primera película en emplear locaciones en Tijuana fue Heart of Paula (1916), notable por su conformidad con los estereotipos angloamericanos acerca de los mexicanos. Mientras que en la película Gambler (1916) aparece por primera vez una casa de juego en la frontera, en Western Border ~ a i d e l protagonista se disfraza como dueño de un casino. En A Bird of Prey (191 8 ) se hace referencia a un "famoso centro turístico", y en Hills of Missing Men (1922), aunque se dramatiza las historia contemporánea de Baja Califomia, no se menciona la aparición de Tijuana como una ciudad turística.

    Excluyendo A day i n Tguana (1925), primera película en nom- brar a Tijuana en su título y en la que se tipificaba el surgimiento de la ciudad como una "locaciónn específicamente identificada

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    por el cine de Hollywood, Tim Girven encuentra que entre 1924 y 1935 se produjeron 19 peliculas que aluden a Tijuana. Algunas contienen escenas filmadas directamente en Tijuana y otras en estudios montados ex profeso. En estas peliculas Tijuana y el "ocio" (vicio) y sus repercusiones sociales se volvieron sinónimos. Las películas pueden dividirse como sigue: 10 evocan a la ciudad primariamente en términos de carreras de caballos y los visitantes apostando (Rider Up, 1924; Te11 it to the Marines, 1926; Sunset Derby, 1926; Golf Windows, 1928; Neck and Neck, Sweepstakes, 1931; Fast Companions, 1932; Race Track, 1933; Racing Luck, The Unwelcome Stranger, 1935), dos en términos de boxeo (The Champ, 1921 ; Winner Takes All, 1932), reencarcelación (Speed Classic, 1928; Coronado, 1935), escenas de baile en club nocturno (True to the Navy, 1930; In Caliente, 1935) y escape (Sky Raiders, 1931; Pursuit, 1935), y la última, una reyerta en una casa de juego (The Marines are Coming, 1934).

    Para Tim Girven casi todas las peliculas de esa época tienen como núcleo temático el tropo del "nightclub de la frontera". Pero si la pelicula In Caliente (1935), protagonizada por Dolores del Río, constituyó la culminación de las peliculas producidas dentro y acerca de Tijuana y Agua Caliente, es también la película que marcó el surgimiento de la última figura relacionada con el centro turístico tijuanense: Rita Hayworth. En esta pelicula Rita Hayworth (entonces Margarita Carmen Cansino) aparece fugaz- mente bailando al lado de su padre.

    J1 "Imágenes de Tijuana a través del cine", un artículo de Víctor Soto Ferrel, es el primero de los trabajos dedicados exclusivamente a revisar las películas en las que se hace alusión a Tijuana. En este trabajo Soto Ferrel sostiene que "Contrabandistas, tahures con dados cargados, coristas, hacen un peculiar conjunto en la historia del cine. A la 'leyenda negra de Tijuana' le corresponderá un cine negro" (1997:29-33).

    Después de mencionar vanas de las peliculas que tienen que ver con la imagen de Tijuana, entre las que se encuentran The Champ (1931), Contrabando (1931), In Caliente (1935), Citizen

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    Kane (1940), El cuerpo del diplomático, Rhapsody (1954), The Tguana Stoy (1957) y Petulia (1968), además de un capítulo de la comedia de televisión I Love Lucy, Soto Ferrel concluye su ensayo con la siguiente aseveración: "En resumen, la imagen conocida internacionalmente de nuestra ciudad se debe en mucho a que su nombre fuera pronunciado por los labios de las más brillantes estrellas de Hollywood, como James Dean, Marylin Monroe o Mick Jagger y tantos otros ángeles terribles que por aquí han pasadon.

    g j ~ t r ~ trabajo interesante en cuanto a la imagen cinematográ- fica de Tijuana es el libro Imágenes de plata. El cine en Baja California, de Gabriel Trujillo Muñoz (1997). Para este escritor, son cuatro los géneros cinematográficos utilizados por Hollywood que se refieren a la frontera mexicana: el western, el bélico, el thriller y el de criminales. En las numerosas peliculas que aluden a la frontera, ésta aparece como un "escaparate de todo lo que puede ser vendido o comprado, independientemente de su legalidad o ilegalidad, ya sea el cuerpo de una muchacha, un cargamento de drogas, un indocumentado o una bomba terrorista':

    En lo que se refiere a Tijuana, Trujillo Muñoz señala que "El mito es el mismo en ambos lados, en ambos países. La frontera -y especialmente Tijuana- como la zona de desfogue, del party, de la cura interminable".

    h) Una faceta quizá menos conocida en cuanto a la historia de las peliculas filmadas en Tijuana, o que la refieren de alguna manera, es la que tiene que ver con el cine pornográfico ilegal. En su artículo "Tijuana, escenario clandestino. La meca del cine porno (1930-1943)", Miguel Ángel Morales hace un recuento de este tipo de películas filmadas en Tijuana y los temas que en ellas se tratan. En la parte medular de su artículo Miguel Ángel Morales (1998) señala que:

    El crack bursátil de 1929 vino a colapsar económicamente a Tijuana, lo que explica la presencia de productores para filmar, a bajo costo, peliculas pornográficas cuyas protagonistas eran viejas pero per-

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    vertidas prostitutas europeas y adolescentes mexicanas. En Dirty Movies (1976), Al Di Lauro y Gerald Rabkin señalan que las películas, la mayoría cortos, que se filmaron en esa ciudad fronteriza a principios de los treinta fueron El bohemio (1930), Pancho (Como quiere un mexicano) (1932), El satario (1932), y las habilidades del Rin Tin Tin mexicano que descubrió un nuevo e inédito mercado filmico mundial: la canofilia. El doble mexicano del pastor alemán hollywoodense protagonizó durante este periodo La dama de negro (1832) y Mexican Lady and Dog (1833). Presumiblemente, un ardiente y digno representante de Agua Caliente protagonizó Wild Gal (1933).

    En Sólo para adultos (1996), el historiador cinematográfico español Casto Escópico asegura que este boom filmico en Tijuana se dio por la "permisividad de una policía fácilmente sobornable y la posibilidad de encontrar chicas de la calle dispuestas a someterse a cualquier tipo de desviación sexual pueden explicarse que en México se desarrollase un subgénero perseguido y penalizado en otros países".

    Otras películas que menciona Miguel Ángel Morales son: Genie (1935 ó 1936), Mexican Dream c Mexican Dance (1935), Toreador (1935 ó 1939), La víbora (1939), la anticlerical Mexican Honey- moon (1935 ó 1939) o Shirley Temple enamorada (1939), relacionada con la padofilia. "Una vez terminado el ciclo del Rin Tin Tin mexicano, otros perros heron las estrellas de las cintas canófilas. Con ese sesgo se filmaron El perro masajista (1935), Un cazador y s u perro (1939) y Prew Pup o Super Dog (1939)". Además de cintas sobre lesbianas como Tortilla Girls (1943), de ardientes esposas, Office WLfe (1940), o de ambientes. gitanos como Gypsies (Gitanos) (1943). Menciona también algunas de las películas que pudieron haberse filmado en Tijuana: The Lady a n the Maid (La señora y la sirvienta) y la bautizada en la Filmoteca de la UNAM con el tíhilo de Las cazadoras.

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    LA iMAGEN EN EL CINE

    EL ESTEREOTIPO CINEMATOGRÁFICO

    Como lo hemos podido confirmar mediante el repaso de los textos aludidos, la frontera mexicana, y Tijuana en particular, aparecen dentro del imaginario cinematográfico provistas de una carga semántica totalmente negativa. Desde principios del siglo xx, tanto el cine estadunidense como el cine mexicano, y aun el chicano, contribuyeron a fomentar una impresión perniciosa del México fronterizo. Las películas que lo proyectan reflejan la forma en que este fenómeno ha sido tradicionalmente percibido y valorado, al mismo tiempo que se establecía su representación simbólica. Refieren de manera totalmente inequívoca -un escenario inconfundible de perversiones sin límite, de vicio, prostitución, violencia y contra- bando. Todo lo cual ha dado como resultado la consolidación de un estereotipo cinematográfico que hoy resulta difícil de eludir (Maciel, 2000). Surgió durante la década de los años veinte y se consolidó pelicula tras pelicula a lo largo de más de medio siglo, sin que hasta la fecha se perciban cambios notables en cuanto a su forma de representación. '

    Tal estereotipo, que no es otra cosa que una evidente simplifi- cación de la realidad fronteriza, estaría integrado por la amalgama

    ,- de prejuicios, generalizaciones, lugares comunes, imagenes distor- sionadas, elementos reales y ficticio^.^ En conjunto, todos estos elementos contribuyeron también a configurar lo que podríamos definir como la identidad cinematográfica de Tijuana. En efecto,

    - el cine articuló la visión predominante de Tijuana. Y su eficacia fue tal que aún persiste como fuente de imaginación. De ahí

    3Dice Julia Tuñón Pablos que "El estereotipo es un recurso filmico que implica la simplificación de las caracteristicas de los roles representados, sea por omisión, por reducción o por medio de simple deformación. Un estereotipo tiende, una vez introyectado, a fortalecerse, repetirse, incidir. Se puede decir que se reifica. [...] Los estereotipos cumplen una función esencial en el cine, porque permiten el reconoci- miento: podemos decir que se convierten en simbolos aceptados por un colectivo. En parte eso se genera por la propia cultura cinematográfica, es decir, el propio juego de imágenes y su historia genera su repetición y de ahí se pasa a la reificación ...", Mujeres de luz y sombra en el cine mexicano. La construcción de una imagen, 1939-1952, MPxico, El Colegio de México/Instituto Mexicano de Cinematografia, 1998, p. 78-79.

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    proviene en buena medida la imagen que aún hoy perdura de Tijuana y lo tijuanense.

    Se trata de una imagen cinematográfii-a, puesto que, como lo - señala Edgar Morin (1960), el cine entrelaza lo real con lo ima- , ginario, haciendo imaginario lo real y real lo imaginario. A través de este doble proceso de estructuración se configuran y toman cuerpo las imágenes que más tarde ser.in consideradas como representativas de una determinada visión de la realidad. Una película, dice Ramón Carmona, "conlleva un trabajo de construcción de un espacio de representación" (1993:117). Las peliculas, como las obras de ficción narrativa, re-construyen lo real, lo re-significan o re-simbolizan, en la medida en que lo do- tan de un nuevo significado. El lenguaje cinematográfico, más que un reflejo de la realidad, es una forma del lenguaje simbólico a través del cual se reproduce una cierta visión de la realidad;4 es decir, el cine constituye un "aparato semiótico" de represen- tación y mediación simbólica (Tuñón, 1995:47-70), productor de significados y de valores sociales, y no sólo una forma de entretenimiento.

    Así pues, en la representación imaginaria de Tijuana el cine ha jugado un papel relevante. No sólo transmitiendo una versión, real o supuesta, de lo que sena Tijuana; sino también construyén- dola de manera simbólica. Esto es, estableciendo su representación cinematográfica dentro del amplio terreno del imaginario social. Las numerosas peliculas que de una u otra forma se refieren a Tijuana son la mejor prueba de la manera como el cine ha contri- buido a establecer dicho imaginario social, aunque no siempre haya sido de la manera más adecuada. A partir de los primeros años de su existencia, Tijuana ha sido para el cine símbolo de degradación moral, locación fílmica para mejor ambientar la serie de películas que habrían de repetir un mismo estereotipo (el nightclub de la frontera); así como el marco idóneo que

    ¶Ya que, como afirma Pierre Sorlin: "El filme sólo persuade porque se conforma a un saber anterior, que en cierta forma viene a autentificar", véase Sociología del cine: La apertura para la historia de inaiiana, México, FCE, 1985, p. 33.T

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    ~ermitía ubicar sin mayores dificultades cualquier argumento cuyo tema central se relacionará con la explotación del vicio y sus múltiples y muy variadas modalidades, tales como juegos de azar, casinos de lujo, perversión moral, prostitución... y apenas un poco más tarde: evasión de la justicia (de éste y del otro lado), narcotráfico, cruce de indocumentados, violencia intermi- nable, "ficheras", los numerosos asesinatos que se suceden como si se tratara apenas de las secuencias cinematográficas de una misma película, desarraigo social, miseria ... en suma: todos aquellos aspectos que terminarían por convertir a Tijuana en una versión escasamente remozada de las ciudades pervertidas de la historia.

    Ha sido tanta la fuerza del estereotipo tijuanense construido por el cine que incluso los esfuerzos mejor intencionados no han podido librarse totalmente de su influencia. Como sucedió, por ejemplo, con la película EZ j&dín del Edén (1994), de la mexicana Mana N ~ v a r o . ~ Refiriéndose a esta película, Carlos Fabián Sarabia escribió que "Aunque existe la certidumbre de que en El Jardín del Edén se reincide de alguna u otra forma en los viejos estereotipos, donde muchos tijuanenses reconocerán una imagen parcial de la realidad fronteriza, la película es una importante aportación de un cine que a s p i m - s e r objetivo y ofrecer un testimonio de l a realidad que cotidianamente viven los fronterizos ..." (Sarabia, 1994:25). Pero es apenas un primer esfuerzo para contrarrestar la influencia de las películas que aún recurren a la visión estereotipada de Tijuana.

    5Entrevistada por Rosina Conde, Mana Novaro le hizo el siguiente comentario: "Me acuerdo que cuando tenia que explicar la pelicula a los productores, les decía que era una reflexión sobre quiénes somos los mexicanos frente a Estados Unidos. Pero cuando yo mencionaba que iba a filmarla en Tijuana, decían: '¿¡en Tijuana!?, pero si filmaste en Veracruz, que es tan bonito, Veracruz tan precioso, y ¿vas a filmar en Tijuana?', y ponían cara de horror. ¡El estereotipo no te deja ni ver! Y yo creo que la frontera carga una cruz impresionante en ese sentido", "Rosina Conde, entrevista con Mana Novaro, Con una pata alla y otra acá", en La jornada semanal, Nueva época, núm. 71, 14 de julio, 1996.

  • TIJUANA RIMA CON MARIHUANA Salieron de San Ysidro

    procedentes de Tijuana. Traían las llantas del carro

    repletas de yerba mala. Eran Emilio Varela

    y Camelia la Texana. Ángel Gonzalez

    Contrabando y traición

    E 1 auge del narcotráfico, notoriamente visible durante y después de la década de los años setenta, inaugura formalmente en los noventa una nueva etapa en cuanto a promoción y consoli- dación del mito tijuanense. En ese' orden. Y 'un ue el tráfico P q ilegal de estupefacientes, tanto como su extensa secuela de aprehensiones, decomisos y asesinatos no puede en modo alguno considerarse como un hecho privativo de Tijuana, en el reparto de responsabilidades compartidas a ella le ha correspondido ocupar un lugar privilegiado, junto con ciudades,como Culiacán, Ciudad Juárez, Nuevo Laredo, Matamoros, Guadalajara, entre otras más.'

    Por lo que hace a Tijuana, el fenómeno del narcotráfico no se agota en ninguno de los reportajes periodísticos que han dado cuenta de los múltiples decomisos de fármacos prohibidos. No se

    d 'Como observa el periodista Francisco Ortiz Pinchetti: "Hay diferencias obvias, derivadas de la actividad especifica que en cada localidad desarrollan los narcos. Tijuana es lugar de tráfico, centro de control de exportgciones a Estados Unidos. Culiacán es el núcleo de una vasta región productora, sobre todo de mariguana y de amapola. Guadalajara es refugio seguro de familias y bienes, centro financiero"; Véás?'"De la cuna al cementerio, la cultura del narco no se oculta: Invade, corrompe, contagia, se vuelve anhelo", en Proceso, núm. 1086, 24 de agosto de 1997.

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    limita a los numerosos y cada vez más frecuentes arrestos por delitos contra la salud y10 posesión ilegal de armas. Y en el peor de los casos, tampoco se reduce a los asesinatos por ajustes de cuentas o por simples disputas territoriales entre grupos rivales. A decir verdad, las referencias sobre Tijuana siempre acabarán por ir más allá de los titulares de la nota roja o de la crónica policiaca, para terminar inscribiendo a Tijuana dentro de los es- cenarios de la violencia social y del contrabando internacional de estupefacientes. Es por eso que en el tránsito metafórico que borra los pormenores de cada hecho particular se ha reafirmado el sentido del mito tijuanense, cuya mayor virtud consiste precisamente en no tener ninguna. 0, en todo caso, ninguna

    ,, - virtud moral que atenúe en algo la representación imaginaria de Tijuana como uno de los principales centros del narcotráfico internacionaL2

    Un hecho representativo entre muchos otros podría servimos para ilustrar lo dicho: a finales de 1993 la policía mexicana descubrió casi por accidente la construcción de un túnel para pasar a Estados Unidos grandes cantidades de estupefacientes. El "narcotúnel", como se le conocería poco después, era una obra de ingeniería puesta al servicio de quienes buscaban eludir la vigilancia policiaca de este y del otro lado de la frontera (de unos 350 metros de longitud y 25 de profundidad). Iba desde una bodega ubicada en una zona cercana al aeropuerto intema- cional de Tijuana, hasta los terrenos de la enlatadora Tía Anita Cannery, en Otay Mesa, California. La noticia de su descubri- miento no pasó desapercibida. En poco tiempo ocupó la atención de los medios informativos nacionales y extranjeros. Tijuana volvía a reafirmar su condición de ciudad inmiscuida en la explotación del narcotráfico.

    =Sebastian Rotella apunta que "Baja was a complicated place; geography made the state a magnet for industry, jobs and hardworking, politically sophisticated migrants who laid the seeds for progress. But the state's proximity to drug-hungry California also made it an ideal base for international organized crime. As a U.S. crackdown in the Caribbean pushed drug smuggling to the Mexican land route in the late 1980s and early 1990s. Tijuana became a world capital of the narcotics trade", Twilight on the Line. Underwords and Politics a t tlle U.S.-Mexico Border, New York, W.W. Borton, 1997, p. 38.

    Pero no ha sido el Único. Otros hechos más, antes y después, han ido tejiendo paulatinamente la imagen de Lna ciudad entregada al tráfico, distribución y venta de eshi~efacientes. Aunque tal vez ningún hecho ha llegado a tener la iesonancia publicitaria como el que habría derivado de la exijtencia del llamado "cártel de Tij~ana''.~ Tal como había sucedido eii Colombia con el "cártel de Medellín", que pasó primero a idenkificar a la ciudad de esF nombre y más tarde a una nación entera, estigma- tizándolas con la invención imaginaria de un nuevo fantasma, la criminalización de Tijuana se ha visto también relacionada con la persecución del cártel que por desgracia aparece asociado con su nombre.

    Debido a que el narcotráfico es también una fuente inagotable en cuanto a la producción de imágenes perversas (Silva, 1997: 163- 181), además de ser una empresa comercial y un delito, la existencia del "cártel de Tijuana" ha sido durante los Últimos años una de las principales fuentes que han nutrido la repre- sentación imaginaria de T i j ~ a n a . ~ ~ a s t a w e r en cuenta la forma en que Tijuana ha sido referida por los periódicos, la televisión y la radio, lo mismo nacionales que extranjeros, para advertir de qué manera los medios de comu~iicación han terminado por estigmatizar su representación.

    Para Armando Silva, quien se refiere principalmente al "cártel de Medellín" y a los medios comunicación de Colombia y del ex- tranjero, el hecho se debe a que no es sólo la droga como tal la que excita la imaginación, sino al hecho de que haya cárteles lejanos y depravados que asesinan y trafican. Este hecho ha

    3En el reportaje de seis artículos dedicados a los cárteles mexicanos el periódico Reforma apunta que "El narcotráfico en esta frontera no nació con los hermanos Arellano Félix, pero sí se hizo mundialmente conocida a raíz de los de la década de los ochenta por la impunidad en la que se les permitió operar, fuerza que conservan a la fecha". "Tijuana, ¿aun corre la impunidad?", en Reforma, 13 de septiembre de 1997.

    4Conviene citar lo escrito por Rossana Reguillo Cruz: "El narcotráfico -construido desde los poderes políticos y económicos con un buen apoyo de los medios de comunicación como una fuerza ubicua, todopoderosa, inasible y por consiguiente invencible-, ha penetrado el imaginario social para instalarse como una fuerza/sujeto emblemática del deterioro sociopolitico de nuestras sociedades", véase "La construc- ción social del miedo. Narrativas y prácticas urbanas", en Susana Rotker (ed.), Ciudadanias del miedo, Venezuela, Nueva Sociedad, 2000, pp. 185-201.

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    contribuido a convertir al narcotrafico en una nueva amenaza para la estabilidad mundial. En su opinión: "El gran aliado en este trance imaginario ha sido la prensa y los medios, que encon- traron en el cártel (y en los otros cárteles) una nueva justificación, no sólo para mostrar lo inmundo que tanto atrae y vende en esta posmodernidad virtual dispuesta al vértigo en la diversión cotidiana de sus medios, sino para dividir otra vez el mundo entre los buenos y los malos" (1997:170).

    EL AROMA DE ORIENTE

    Con todo, el fenómeno del narcotráfico no es un hecho reciente en la historia de Tijuana. Tal como lo refiere el historiador Pablo L. Martínez, ya en 1916 el coronel Esteban CantÚ, entonces gobernador del Distrito Norte de la Baja Califomia, había expedido un decreto que autorizaba el comercio público de drogas heroicas (opio) en Tijuana y Mexicali (Astorga, 2000: 82). Eso sí, siempre - que se pagaran puntualmente los derechos de importación, fabricación y venta del opio (Martínez, 1991:533). Poco antes el mismo gobernador había autorizado también la instalación de casas de juego, cantinas y prostíbulos como la manera más efectiva y rápida de obtener recursos para revitalizar las exiguas finanzas publicas. Como consecuencia se multiplicaron las cantinas y aparecieron los fumaderos de opio, instalados estos Últimos en la calle primera de Tijuana. Se habla incluso de la venta de mariguana en pequeños paquetes envueltos como si se tratara de té chino.

    En su novela TZjuana In (1932), cuya historia aparece ambien- tada en la década de los años veinte, Fernando de Corral/ Hernán de la Roca dedica el capitulo "Aroma de Oriente" a recrear la atmósfera que correspondería a uno de los varios fumaderos de opio instalados en Tijuana. Tal vez con mucha más fantasía que realismo, puesto que el autor añade un tono de exotismo que quizá sólo existió en su imaginación: "Gloria y Rodolfo fumaban solos la droga de las sutilezas y la sabiduría, sin más compañía

    ' TUüANA RiMA CON MAUENANA 293

    que la del chino enigmático, que les cocinaba las pipas, y que venía a ser como un sacerdote obligado del rito". Para narr:r a continuación las fantasías eróticas de la pareja, presentando al opio como un afrodisiaco: "La hembra, en plena vesania del opio, febril, jadeante, se aglutinó materialmente al macho, forjando la escultura del viejo motivo bíblico, y mordía ... arañaba ... gimierdo convulsiva: ... tómame ... soy tuya ..." (Roca, 1932:113).

    De 1920 a 1937, los años dorados del auge turístico, el consumo y la venta de drogas no parece haber encontrado mayores obs- táculos. Pero la producción, comercio y consumo de cualquier manera seguía siendo una actividad prohibida y perseguida tanto de éste como del otro lado de la frontera. En un mensaje enviado al delegado sanitario de Baja California, Harvey S. Smith, le comenta que "los grandes traficantes radican en temtorio norte- americano y reexportan en pequeñas cantidades, pof- medio de agentes, para la venta en temtorio 'mexicano" (Nexos, 2000:27- 34). Sin duda, porque las dificultades en las vías de comunicación hacían poco probable que el contrabando se realizara desde terri- torio mexicano. Era más probable que la droga viniera de Califomia.

    Durante los siguientes años, una vez que el gobierno federal prohibió los casinos y se cerraron las cantinas, todo parecía volver a la normalidad. No fue así. La Segunda Guerra Mundial y la , guerra de Corea demandaron la apertura de nuevos tugurios y trajeron a Tijuana un numero considerable de marines. Desde principios de los años sesenta hasta finales de los setenta el fenómeno del narcotráfico, principalmente de mariguana y pastillas sicotrópicas, fue un negocio floreciente (Logan, 1968). Aunque no se dispone de estadísticas al respecto, es probable que durante este período el tráfico hacia Estados Unidos haya aumentado en forma considerable.

    Al intensificarse el fenómeno internacional del tráfico de drogas ilícitas, ya en plena década de los años n ~ v e n t a , ~ el

    5Véase al respecto el interesante libro de Luis A. Astorga, El siglo de las drogas. Usos, percepciones y personajes, Mexico, Espasa Calpe, 1996.

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    narcotráf i~~ paulatinamente se convirtio en otra más de las referencias obligadas acerca de Tijuana. Fi.e también el pretexto que sinrió para reafirmar de nueva cu-nta una imagen ya establecida de antemano. Según esta imagen, que luego se vena reforzada a través de los distintos medios dc información masiva, Tijuana era uno de los puntos más importantes de la frontera por donde habría de cruzar el tráfico de drogas hacia Estados Unidos (Bugann, 1997).

    En numerosas películas sobre contrabandistas o narcotra- ficantes (llamadas narcothrillers), "ficheras", "pollerosW, bandidos famosos y policías honestos que lo amesgan todo en aras del cumplimiento de su deber (tema predilecto en las inverosímiles películas de los hermanos Almada); en las series televisivas que hacen eco de la mala reputación de Tijuana (Tony Tijuana) o en las numerosas canciones (narcoconidos), se fue fraguando paula- tinamente una versión de la ciudad cuyos signos más evidentes se localizan en la corrupción, la violencia, la prostitución, el tráfico de indocumentados y, sobre todo, en el contrabando ilegal de estupefacientes. Pero si la imagen que de ello deriva no es del todo ajena a la realidad que se proyecta, sí dista en cambio de ser una imagen imparcial y, en todo caso, objetiva.=

    Un estribillo infantil: "Tijuana, pura mariguana"

    La banda la perseguía en la Unión Americana también mandaron su gente

    Tomo lo ha visto Norma Iglesias en su libro sobre la frontera norte vista por el cine mexicano: "Las ciudades fronterizas fueron el espacio (cerrado la mayoría de las veces) en donde cualquier valor negativo para la sociedad se podía dar vuelo. La frontera fue el lugar en donde se podía hablar de narcotrafico, el hampa, la prostitución, sin generar tanta censura. Ciertamente en la frontera había y hay narcotráfico y prostibulos. No es que esta situación no existiera o que se quiera negar [...] Sin embargo, es lamentable que esta imagen, sin duda real en el pasado, y con muchos matices actualmente, haya sido mantenida por el cine mexicano como única caracterización de la frontera norte, ignorando y dejando de lado el dinamismo econ6mic0, social, cultural y politico que también es característico de esta parte del pais", véase Entre yerba, polvo y plomo, vol. 1. México, El Colegio de la Frontera Norte, 1991, p. 32.

    TiJUANA RIMA CON MARíHüANA

    a buscarla hasta Tijuana sólo Dios podría salvar a Camelia la Tejana

    Ya encontraron a Camelia \ Los Tigres del Norte

    El tema del narcotráfico en Tijuana ha sido recreado ya (o mas exactamente, caricaturizado) y no se limita a ningún género en particular, como bien lo prueban las telenovelas Nada personal y Demasiado corazón, producidas y transmitidas por Televisión Azteca, y Dos mujeres, un camino, esta ultima producida por Televisa. Pero entre todos los géneros posibles de aportar su propia versión de los hechos, ha sido precisamente el cine -llamado erróneamente "cine fr~nterizo"-,~ así como la extensa serie de corridos y canciones que han ido surgiendo al calor de hechos delictivos, los que hasta hoy han prestado una mayor cobertura al tema del trafico ilícito de estupefacientes al norte del pais. Tal vez porque son éstos los génerós que mejor se han prestado para referir la versión épica de quienes, de un modo u otro, se han visto involucrados en las redes del contrabando.

    Por alguna razón que no resulta fácil de dilucidar todavía, el cuento y la novela se han quedado rezagados en la tarea de registrar los pormenores del narcotráfi~o.~ No es que no haya novelas sobre el tema, sólo que su número es bastante reducido y se limitan a señalar lo obvio o lo ya sabido (con excepción quizá de la excelente novela Un asesino solitario, de Elmer Mendoza, 1999). Según lo asienta Federico Campbell en su libro sobre el tema del crimen y el poder en México, Máscara negra: "Ni los periodistas ni los novelistas y ni siquiera los cineastas

    7Para Jorge yala Blanco: "Más que un género, el cine sobre la frontera norte se ha \e vuelto en pocos años, de 1976 a la fecha, un emporio de peliculas 'piratas' de bajisimo presupuesto y pésima factura, en ocasiones subprofesional y fraudulenta. Más que un género en si, un vaciadero de todos los géneros". La coizdición de1 cine mexicano (1973- 1985). México, Editorial Posada, 1986, p. 147.

    OEntre los pocos trabajos de investigación dedicados al tema se encuentra el ensayo de Lancelot Cowie, 'El imperio del narcotráfico en la novela mexicana de este fin de siglo", en Cuadernos americanos, núm. 86, 2001, pp. 49-54.

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    son los que realmente están contando la verdadera his::oria de nuestra criminalidad, tampoco los poetas y muchísim J menos los eruditos narcotraficólogos como Sergio García Ramírez, sino los trovadores: primero, Los Alegres de Terán y Ramóii Ayala; ahora, Los Tigres del Norte" (1995:158).

    Como había sucedido con el cancionero de la migración, también extenso aunque quizá menos difund$do,' el carcionero del narcotráfico ha sido a su modo la suma de vidas cotidianas decantadas en el alambique de la nota musical. Y podría considerarse, tal como lo propone Luis A. Astorga en su excelente trabajo sobre la Mitología del "narcotraflcante" en México, como un documento generador de nuevos mitos y creencias socialmente compartidas. Los corridos de narcotraficantes, como afirma este autor, "han sido y siguen siendo (la) sublimación y mitificación de una forma de vida, pero también objeto de censura. Aquí nos interesa como documento sociológico y mitológico" (1995:93).

    A la pregunta sobre el extraordinario éxito alcanzado por los comdos de narcotraficantes, Luis A. Astorga responde con varias preguntas que son otras tantas hipótesis de su investigación. Reproduzco la que, desde mi punto de vista, me ha parecido la más importante de todas: "¿Por que crean mitos y arquetipos sociales locales fácilmente identificables?" (1995:45). Por lo que hace al caso de Tijuana tal es, creo, la respuesta posible. Entre otras razones, porque el corrido incide también en lo real y contribuye a transformar su percepción social.

    En efecto, la presencia de Tijuana se alimenta de una certeza básica: los corridos cuentan lo mismo de lo que hablan los periódicos todos los días. Se nutren de lo evidente, de todo aquello que circula como parte del rumor social. Así, el universo discursivo establecido en y desde el corrido del narcotráfico se integra sobre

    gVéase a propósito de este tema el libro de Gustavo López Castro, El río Bravo es clzarco. Cancionero del migrante (México, El Colegio de Michoacán, 1995). Así como el ensayo de María Herrera-Sobek, "Corridos y canciones de la frontera: Representaciones del emigrante mexicano a través de corridos y canciones contemporáneas", en Patncia Galeana (comp.), Nuestra frontera norte, México, Archivo General de la Nación, 1999, PP. 161-178.

    TIJUANA RlMA CON MAiüHüANA 297

    todo de los materiales que puntualmente le irá procurando la memoria colectiva. Y es a su modo el portador de los saberes asimilados y luego musicalizados en relación con el tráfico ilícito de drogas, sus secuelas y consecuencias socia le^.'^ O cuando menos, es el portador de la manera en que un amplio sector de los mexicanos percibe e interpreta el fenómeno del narcotráfico.I1 Si el comdo es una especie de historia oral que recoge lo ya conocido, su cuota de verdad se verá reafirmada a partir del reconocimiento de un hecho social identificable: el narcotráfico es desde hace tiempo un fenómeno que se halla presente en la vida cotidiana del país.

    Pero es mucho más que mimesis o un simple reflejo de la realidad. Desde una perspectiva basada en los aportes hechos por la sociocntica, se puede interpretar el comdo del narcotráfico como un tipo de discurso que retrabaja o recompone también los saberes compartidos por una sociedad que ha visto incrementarse el tráfico de drogas ilícitas (Romero, 1998:6 E). El marco de tales narraciones tiene como "cotexto" el cúmulo de hechos que aparecen referidos, sobre todo, a través de los medios de comu- nicación masiva.I2 Pero debido a que el corrido es una forma discursiva como cualquier otra, realiza, asimismo, una función persuasiva (hacer creer), ya que formaliza lo que nombra y contribuye a la construcción simbólica de aquello que refiere en cada caso, dotándolo a su vez de una significación particular. Es a su manera un creador de universos simbólicos, un instrumento

    1°De acuerdo con Luis A. Astorga A., los corridos contribuyen sobre todo a romper el monopolio simbólico del Estado en cuanto a la representación social del narcotráfico, Mitología del "narcotráficante" en México y El siglo de las drogas. Usos, percepciones y personajes, México, Espasa Calpe, 1996.

    "Federico Carnpbell considera que "La percepción que se tiene del narcotraficante entre las clases medias y en los medios políticos no es la misma que se vive en los estratos más bajos de la sociedad, en el imaginario colectivo más recóndito -riquisimo en fantasías- donde triunfa el mito y se disuelve en la historia oral que cuentan los ancianos del pueblo y los trovadores", véase "El narcotraficante", en Enrique Florescano (coord.), Mitos nzexicanos, México, Aguilar, 1995, pp. 283-292.

    12Como lo explica Mario Quintero, de Los Tucanes de Tijuana: "We have an abundance of material. Al1 you have to do watch the news or buy a newspaper", Sandra Dibble, "Tijuana hand has fans hooked on dnigs-war ballads", San Diego Union- Tribune, 30 de marzo de 1998.

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    de y de mediación social.I3 El código del corrido 1 del narcotráfico establece los temas asociados con la práctica del contrabando de estupefacientes y les confiere una dimensión de carácter emblemático.

    Por todo ello el hacer del corrido, que responde también a un . hacer formal, informa a su modo sobre el fenómeno del narcotrá- , fico; pero al mismo tiempo tiene repercusiones performativas, ya que produce una realidad y una manera de percibirla, o por lo menos, de interpretarla. El corrido, a través de determinados "efectos de realidad", reconstruye la realidad social a la cual alude. Así, por medio de las referencias que se encuentran en los corridos del contrabando se van construyendo las representaciones simbólicas de lugares, personajes, nociones y maneras de percibir el narcotráfico. El conjunto de temas o de tópicos puede variar de , un comdo a otro, pero su función social se encuentra determina- da por la capacidad para articular una manera de representar aquello que se reconoce como parte de una misma realidad social. Como lo advierte José Manuel Valenzuela Arce en su extenso análisis del comdo y la cultura en la cual aquél se asienta: "Los narcocorridos son recreaciones ancladas en escenarios sociali- zados. De ahí emana su condición fáctica, que se asemeja a la realidad, pero también proporciona códigos para interpretarla o para proponer caminos diferentes" (2002:236).

    Como acto enunciativo, el corrido del narcotráfico construye, proyecta o reafirma explícitamente la imagen perniciosa de Tijuana. En otras palabras, escenifica la visión que se tiene de una ciudad entregada al narcotráfico y a la violencia. Y es por ello otro más de los medios de producción simbólica de que se ha válido el mito tijuanense para su permanente reproducción. En tales corridos Tijuana se conceptúa generalmente como un espacio proclive a la violencia, a la corrupción o el contrabando.

    "En opinión de José Manuel Valenzuela Arce: "Mediante el corrido se recrean los mitos, las leyendas, los eventos significativos, que se propalan de pueblo en pueblo, de batalla en batalla, de abajo a todas partes''. Nuestros piensos: Culturas populares en la frontera México-Estados Unidos, México, Culturas Populares de México, 1998, pp. 109- 177.

    ' TLRlANA RIMA CON MARiHUANA 299

    Por lo que su sentido no es muy distinto del que puede encon- trarse en muchas otras obras, como sucede en las obras literarias, televisivas o cinematográficas. De hecho todas estas 3bras poseen los mismos mitemas negativos de significación s ~ i a l que se pueden encontrar en otro tipo de textos.

    De traición y contrabando

    Margarita de su bolsa le enseñaba un cargador Yo descargué tu pistola presentía tu traición sonaron cuatro balazos Julián bien muerto cayó y áquel fajo de bjllétis'

    '

    Margarita se los llevó por tener cuentas pendientes a Tijuana no volvió.

    Margarita la de Tijuana Lupe Tijenna

    En las canciones y comdos, conocidos popularmente como de "narcotraficantes", de "contrabandistas" o de la "mafia", el mito y la leyenda negra de Tijuana ocupan un lugar sobresaliente. No es sólo uno más de los lugares reconocibles dentro de la extensa geografía del narcotráfico mexicano, como Ciudad Juárez, Matamoros, Culiacán o Guadalajara. Es sencillamente uno de los centros más importantes del confrahando internacional de drogas. El comdo del narcotráfico, al utilizar las estrategias discursivas propias del corrido norteño tradicional, contribuye a marcar la ubicación temporal y espacial de sus temas predilectos: "asume el espacio como su lugar de exposición, remarcando también la historicidad de su construcción" (Vergara, 1996: 43-52).

    Aunque, a juzgar por la forma mediante la cual se ha temati- zado a Tijuana a través de estos corridos, tal vez no se trate de un espacio geográfico concreto sino, por el contrario, de un sim- ple símbolo o de un emblema al que se puede recumr con suma

  • 300 TLTUANA LA HORRIBLE TiJUANA RIMA CON W A N A

    facilidad. De cualquier manera la representación de Tijuana tiene una consistencia bastante uniforme:

    . .

    Por kilos o toneladas yo siempre trabajo igual por Tijuana o Mexicali mis trailers logran pasar mi contrabando es muy fino es coca de calidad.

    El rey de la mafia Daniel Sanchez

    Desde "Margarita la de Tijuana", pasando por la interminable saga mediante la cual se ha venido narrando la odisea de "Camelia la Texana" -personaje de ficción que se hizo célebre a partir de la década de los años setenta en canciones y peliculas. como "Contrabando y traición", "Ya encontraron a Camelia", "El hijo de Camelia", etcétera-: a los comdos sobre pistoleros famosos en los que se relatan las hazañas del narcotraficante convertido en una nueva versión del héroe popular, Tijuana aparece siempre referida como uno de los lugares por donde habrá de cruzar el contrabando en su camino hacia Estados Unidos.14 En la mayoría de los casos sin que haga falta agregar ninguna explicación adicional. Como símbolo social dentro de estos corridos, Tijuana tiene ya una consistencia inconfundible.

    Cuántos hombres sinaloenses pasan hoy la Rumorosa la frontera de Tijuana pero rodean Santa Rosa

    I4La saga de Camelia la Texana esta integrada por la serie de películas: Contrabando y traición (Camelia la Texana) (1976). Mataron a Camelia la Texana (1976). La hija del contrabando (1977), La mafia de la frontera (1979), Emilio Varela vs. Camelia la Texana (19791, Ya encontraron a Camelia, El hijo de Camelia la Texalza (1989) y La muerte de Camelia. Estas y otras películas dieron forma a lo que Jorge Ayala Blanco definió como la "frontera grifa" en su libro La condición del cine mexicano, México, Editorial Posada, 1986, PP. 146-152. !

    llevando su contrabando desde hierba, goma y coca

    Arriba Sinaloe Los Pelados del Norte

    El corrido habrá de ubicar siempre a Tijuana como un espacio suficientemente conocido, e incluso familiar para los oyentes. Tal y como se puede advertir en una gran cantidad de ejemplos:

    - Por causa de 80 kilos que agarran en San Clemente les decomisó la DEA 200 mil de los verdes no detuvieron a nadie a Tijuana se fue el jefe ... Le formaron un complot para poder detenerlo la DEA no se lo llevó había lana de por medio ...

    Se desgranó la mazorca Los Tucanes de Tijuana

    Dentro de la sirnbologia del narcotráfico el papel de Tijuana es, pues, inconfundible. Y no parece requerir de información alguna para justificar su incorporación al repertorio temático de tales corridos. Si está ahí es porque ya ha sido previamente esta- blecida su función dentro del escenario del narcotráfico o de la violencia asociada con el contrabando:

    300 kilos de opio era lo que transportaban y en la ciudad de Tijuana iba a ser elaborada y en la ciudad de Chicago ya la tenían tratada.

    Eran de Badiraguato La Rebelión Norteña

  • TLTUANA LA HORRIBLE TLRiANA RIMA CON -ANA 303

    El comdo, en efecto, no se detiene a , justificar la presencia de Tijuana; su valoración se da siempre por asentado. Por su parte el autor del comdo se atiene siempre a lc. que se sabe y se comenta, empleando para ello una especie de "narcolenguaje":

    En carrizos de SLS jaulas un periquero de Xuiz llevaba la carga blanca a Tijuana y a San Luis se pasaba hasta Ensenada paseándose muy feliz.

    Periguero de Ruiz El Coyote de Xalisco

    En todo caso, su presencia ayuda a reforzar el sentido que se va instaurando desde los relatos épicos que hay en cada corrido. En "La denuncia de Chihuahua" Fiden Astor, uno de los composi- tores más populares del género, lo confirma con suficiente énfasis:

    Volaban las avionetas con cargas de hierba mala unas para Houston, Texas, otras allá por Tijuana de diferentes estados.

    El pistolero famoso, que vive y muere para refrendar de esa manera la fama del comdo que habrá de inmortalizarlo, es otro de los tópicos bastante frecuentados dentro del cancionero del contrabando. En este terreno las referencias sobre Tijuana son también numerosas. Su función en estos corridos consiste en proporcionarle un espacio de verosimilitud a la historia (casi siempre trágica) que se narra en cada caso. Puede ser el relato de una venganza, de una traición o de un asesinato a mansal'va; puede tratarse también de un enfrentamiento con las autonda- des, de este o del otro lado de la frontera; o bien puede tratarse de un ejemplo de la valentía de quienes integran el mundo del

    narc~tráfico.'~ De cualquier manera, Tijuana es el escenario que ayuda a precisar con. suficiente claridad el ambiente de la narración:

    Ahí lo vieron por Sonora iba con rumbo a Nogales lo encontraron en Tijuana por Chihuahua y Ciudad Juárez en busca del Gallo Negro el que le mató a su padre

    El gallo de San Juan Indalecio Anaya

    Welcome to Tijuana, tequila, sexo y mariguana

    De Culiacán a Tijuana se ha visto este cargamento también El Paso y Nogales tienen que ver con el cuento nadie sabe cómo le hacen pero van a Sacramento

    Cuerno de chivo Paulino Vargas

    La enumeración de los corridos podría continuar, pero es total- 3% -!$ 1 mente innecesario multiplicar los ejemplos. Su amplio número .* ~ $ 1 -- rebasa ya cualquier consideración al respecto.I6 Lo que en todo

    I5De hecho "El héroe en el comdo del narcotráfico hereda el papel adjudicado al protagonista del corrido tradicional: un individuo con carisma que se enfrenta a situa- ciones peligrosas -frecuentemente, al margen de la ley y arriesgando la vida- y que ponen a pmeba su serenidad, valor y energía", Guillermo Hemández, "El comdo ayer y hoy. Nuevas notas para su estudio", en José Manuel Valenzuela Arce (coord.), Entre la magia y la historia. Tradiciones, mitos y leyendas de la frontera, México, El Colegio de la Frontera Norte /Plaza y Valdes, 2000, pp. 319-337.

    I6Luis A. Astorga considera que a través de los conidos del narcotráfico se ha librado una lucha simbólica en tomo a la representación del narcotráfico y que los corridos ofrecen la visión desde el otro lado de la barrera. "Al versificar y musicalizar la tradición oral, así como los esquemas de percepción de los propios traficantes y la gente de su entorno, al imaginar y recrear su visión del mundo y lanzar el producto al mercado de masas, los compositores rompieron, sin proponérselo conscientemente, el monopolio de la representación legitima, hasta entonces patrimonio de las autoridades", véase "El traficante de drogas: La identidad en construcción", en El cotidiano, núm. 95, mayo-junio de 1999, pp. 98-103.

  • caso importa aquí es consignar la fuerte persistencia del arquetipo tijuanense, el cual habría de encontrar en los corridos norteños o del narcotráfico un nuevo espacio para su proyetsción y conse- cuente consagración mitológica.

    No obstante, sena un grave error reducirlo todo a los corridos del narcotráfico. La estigmatización de Tijuana aprrece también tematizada en canciones aparentemente inocentes, como sucede en el comdo "El cachanillan cuando al referirse a Tijuana la voz enunciativa vuelve a recordarnos su condición de ciudad perni- ciosa: "y en mi coqueta Tijuanal traigo perdido un amor"; en comdos que refieren los asesinatos del periodista Héctor "Gato" Félix (Los Tigres del Norte: "Voy a cantar un comdo de alguien que yo conocí/ periodista distinguido por su pluma era temido/ desde Tijuana a Madrid./ Le decían el Gato Félix porque se le oía decir/ que era como los felinos1 que tenía siete destinos/ y los tenía que cumplir") y del candidato Gesidencial Luis Donaldo Colosio;" o en el disco compacto Yo, mí, me contigo, del español Joaquín Sabina, en donde se cuenta de una prostituta de Tijuana llamada Viridiana. Mientras que en su canción "Welcome to Tijuana" Manú Chao, del grupo Mano Negra, canta simplemente: "Welcome to Tijuana,/ tequila, sexo, mariguana,/ con el coyote no hay aduana". Lo que prueba, por si acaso fuera necesario, que el mito tijuanense se ha reproducido a través de distintos géneros artísticos.

    I7En su investigación "Voy a dar un pormenor: Comdos y Cultura popular", José Manuel Valenzuela Arce analiza gran cantidad de estos corridos publicados en el semanario Zeta, véase Nuestros piensos: Culturas populares en la frontera México- Estados Unidos, México, Culturas Populares de México, 1998, pp. 109-177.

  • Uno llega a Tijuana pensando que va a vivir un thriller. No es para menos: el hogar de los Arellano Félix, la Sodorna de Charles Chaplin, Orson Welles y Rita Hayworth; los casinos de Al Capone, el asesinato del jefe de la policía, Federico Benitez; las calles de las sagradas putas, los cholos, el muro de metal y vergüenza para que San Diego duerma sin rechinar los dientes.

    Ciro Gómez Leyva "Ya vamos llegando a Mexico"

    P odríamos organizar la exposición de este capítulo a partir de una serie de diapositivas para dibujar con ellas el retrato de un singular escenario: el escenario construido por y desde los medios de comunicación masiva. En particular, para dibujar el escenario que ha hecho de Tijuana una ciudad violenta en extremo, sin ley. Y, según todo parece indicar, sin que se avizore en el corto plazo una modificación sustancial.

    LOS ESCENARIOS DE LA VIOLENCIA

    Uno. 1994 es un año crucial en cuanto al proceso social que revitaliza y continua por otros medios la imagen negativa de Tijuana. Gracias sobre todo a la enorme difusión que lograría alcanzar a través de los diferentes medios de información masiva, lo.mismo locales que nacionales o extranjeros. En efecto, a lo largo de ése y los siguientes años tienen lugar numerosos acontecimientos delictivos que va,n a reafirmar o a magnificar

  • 368 TLRlANA LA HORRIBLE

    su condición de ciudad inmersa en la violencia y de poca o nula seguridad social.' ' Sin ánimo de ser exhaustivo enumero a continuación algunos de los acontecimientos más sobresalientes de estos años, a reser- va de muchos otros que igualmente habrían de aportar su cuota para el desprestigio social de Tijuana:

    - la muerte violenta del candidato residencial Luis Donaldo Colosio Murrieta, ocurrida en la colonia popular Lomas Taurinas;

    - el asesinato (no aclarado todavía) del comandante de la policía municipal Federico Benítez López;

    - las pesquisas para dar con el paradero de los hermanos Arellano Félix, presuntos narcotraficantes y cabezas visibles del mal llamado "cártel de Tijuana"; tambiéncpresumiblemente respon- sables de varios asesinatos, entre ellos el del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo (ex obispo de Tijuana) en el aeropuer- to de Guadalajara;

    - la muerte de varios ex delegados y ex comandantes de la Procuraduna General de la República, entre las que se cuenta la del tijuanense Arturo Ochoa Palacios;

    - los continuos enfrentamientos entre judiciales y narcotrafican- tes, que en ocasiones no son sino disputas por el control del mercado o simples ajustes de cuentas entre las distintas fracciones de un mismo grupo criminal;

    - el intento de asesinato del periodista Jesús Blancomelas y la muerte de su guardaespaldas;

    - el artero asesinato de Alfredo de la ~orre~~director de Policía y Tránsito municipal;

    - la muerte del hij6 de la cantante Beatriz Adriana; - la muerte, ocurrida en Mazatlán, de Ramón Arellano Félix y

    las investigaciones para determinar su identidad; 1

    'Véase, por ejemplo, el libro de Sebastian Rotella, Twilight on the Line. Undenuords and Politics at the U.S. Mexico Border, New York, W.W. Norton, 1997.

    - la aprehensión de varios miembros importantes del llamado "cartel de Tiju.anan, entre ellos la detención de Benjamín Arellano Félix .

    - a esto se añade la violencia cotidiana, en cierto modo similar a la de cualquier otra ciudad mexicana, pero que igualmente contribuye al establecimiento de una visión distorsionada de Tijuana.

    Frente la avalancha de evidencias empíricas que ayudan a reafirmar semejante opinión -rumores, testimonios, relatos extraídos de la nota roja, noticias sobre ajusticiamientos, robos, decomisos de estupefacientes, balaceras, cateos domiciliarios a cargo del ejército- no parece haber objeción alguna que valga: Tijuana es una ciudad violenta en e x t r e m ~ . ~ En esto coinciden por igual funcionarios públicos, periodistas, partidos políticos, ciudadanos angustiados y turistas extranjeros que desisten de viajar a Tijuana por temor al clima de inseguridad que, divulga- da desde la televisión y los periódicos, se va estableciendo como el único referente posible .acerca de la ciudad.

    'Las fotografías que exhiben el cuerpo ensangrentado de Luis Donaldo Colosio, así como los videos que muestran el momento exacto en el que la mano criminal oprime el gatillo, dan literal- mente la vuelta al mundo y contribuyen a reforzar lo que, a partir de entonces, aparecerá ya como la única conclusión posible en este caso: si a pesar del enorme aparato de seguridad que cuidaba al candidato del partido oficial éste fue alevosamente asesinado entre la multitud que lo rodeaba, qué pueden esperar los ciudadanos y los turistas que no tienen más protección que su misma indefensión. Así lo percibe cuando menos un amplio sector de los mexicanos para quienes la violencia constituye el principal elemento a la hora de identificar a Tijuana. No faltará

    %egÚn cifras dadas a conocer por el Instituto Nacional de Estadistica, Geografía e Informática (INEGI) Tijuana es la ciudad de la frontera con el índice más alto de muertes causadas por asesinatos y accidentes. "Tijuana, la ciudad con mas violencia", en El mexicano, 13 de agosto de 2001.

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    quien asegure, con indolente desprecio por el trasfondo político que hay detrás del hecho mismo, que el crimen del candidato

    1 presidencial Luis Donaldo Colosio sólo podía ocurrir en una ciudad como Ti j~ana .~

    i Dos. TLjuana D.C. (Tijuana Después de colo si^).^ Y en los múltiples reportajes periodísticos, que a modo de investigaciones judiciales van supliendo poco a poco la falta de resultados convincentes en las investigaciones oficiales para dar con el o los autores intelectuales del crimen de Lomas Taurinas, el nombre de Tijuana se reproduce de manera ininterrumpida. Se prodiga a lo largo de innumerables folios, entrevistas, crónicas policiacas, revelaciones, pesquisas, descubrimientos ... para convertirse, - finalmente, en el emblema de la violencia misma. De ahí a la conclusión que se erige simultáneamente en veredicto incrimi- natorio sólo hay un paso: si Luis Donaldo. Colosio murió asesinado fue porque tuvo la mala suerte de visitar Tijuana. De no ser por eso, otra habría sido la historia.

    El despliegue informativo que habría de suscitar el crimen de Lomas Taurinas terminará por marcar a Tijuana de un modo totalmente decisivo. Desde entonces Tijuana ha ocupado los en- cabezados de los periódicos y ha acaparado 1.a atención de los noticieros de televisión a nivel internacional. Aparece como un sitio en donde proliferan las ejecuciones estilo gansteril y la pre- sencia del narcotráfico es la única actividad económica recono-

    3Como lo registra la investigadora Leticia Calderón Chelius: "Desde otro lado, y a nivel de imágenes no es ninguna casualidad que el asesinato de Colosio, por ejemplo, se diera en Tijuana. Donde el manejo del suceso, permitió que se activaran en la opinión pública los prejuicios, ideas y percepciones socialmente construidas respecto a la fron- tera. No hay que olvidar que entre los supuestos motivos del asesinato del candidato del PRI a la presidencia, se ha señalado como posible móvil del crimen el aval que Colosio dio al primer gobiemo estatal de oposición en la historia de México, precisamente en Baja Caiifomia en manos del PAN. Con este tipo de crímenes y las secuelas políticas que ha tenido para la vida local, en el imaginario colectivo nacional se ha reforzado la idea de que la frontera norte es un lugar de paso,,en transito permanente, con mayor conflicto social, violencia, e inseguridad que cualquier djra ciudad del país e incluso que el propio Distrito Federal, aunque las cifras y las estadísticas insistan en lo contra- rio", véase "Imágenes de desencuentro: visiones de la frontera norte desde el Distrito Federal", en El cotidiano, núm. 77, julio-agosto de 1996, pp. 11-14.

    4La frase se debe al periodista Edmundo Lizardi, "Encuentros fronterizos: De La Paz '84 a Tijuana '97", en Bitácora, 9 de mayo de 1997.

    cible. Tanto así que en un exceso de tremendismo algunos periodistas llegarán a decir que Tijuana es semejante a la ciudad de Chicago durante los años treinta.5

    A la lista anterior se agregan otros insomnios más. Tales como asaltos a mano armada, secuestros (el más famoso de los cuales fue el del empresario japonés Mamuro Konno), el robo de automóviles, el acoso sistemático a los mexicanos que buscan cruzar ilegalmente la línea internacional, las numerosas muertes de quienes intentan llegar a Estados Unidos, los sicarios del barrio Logan de San Diego que habrían de convertir a Tijuana en su campo de batalla, los muertos sin identificación y con evidentes señales de tortura que aparecen un día sí y otro también en parajes y lotes baldíos ... El espiral de la violencia diaria fortalece los discursos que construyen los medios de comunicación.

    Tres. Como quiera que sea, éstos y otros hechos similares fortalecen o renuevan continuamente la imagen de una ciudad al margen de la ley, puesta a merced de bandas organizadas de "polleros", asaltantes de bancos y casas de cambio, secuestradores y narcotraficantes; y a los cuales se agregaría más tarde el caso de los "juniors" tijuanenses metidos a lugartenientes de los principales narcotraficantes (conocidos desde entonces como narcoj~niors).~

    En su oportunidad los distintos medios de comunicación, lo mismo nacionales que extranjeros, se solazan refrendando las distintas imágenes que reiteran lo ya sabido o aceptado de ante- mano por la opinión pública internacional (cualquier cosa

    5En su reportaje "Epidemic of Drug-Related Murders Plagues Tijuana", la periodista Anne-Mare O'Connor escribió que los "Traficantes tienen como blancos a policías y fiscales en su cruzada de la droga. La ciudad se asemeja al Chicago de 1930", Los Angeles Times, 10 de octubre de 1996. La crónica, 5 de enero de 1998. p. 2A. También "Tijuana's elite young criminals", de Gregory Gross, The San Diego Union-Tribune, junio 1, 1997, A-l.

    %egÚn el periódico Reforma: 'Los Arellano Félix trajeron a Tijuana una nueva . modalidad en la distribución de enewantes: 'juniors' y 'gente bien' fue la que éstos reclutaron. Adiós a las joyas ostentosas y a la vestimenta vaquera': "Cárteles mexicanos. Sexto de una serie. Tijuana, Laun corre la impunidad?", Norma de la Vega y Eva Solís, "Narcojuniors, peones de la mafia", 13 de septiembre de 1997.

  • 312 TLRlANA LA HORRIBLE

    esto sisnifique): Tijuana es una ciudad peligrosa, con un alto índice de criminalidad y de una violencia tal que no conoce límite alguno. Aunque su tratamiento a través de los medios de comu~iicación no logra trascender del todo el ámbito de la nota roja, el tema se va incorporando de lleno al terreno de los escán- dalos que van más allá de cualquier venficacibn posible. Lo que da pie para que, ya en la década de los noventa, se hable medro- samente de la "colombianización" de T i j~ana .~ Y como afirmaría un periódico nacional en su primera plana: "Tijuana, tierra sin ley; cuna del narco y el ~rimen".~

    Cuatro. La violencia social, por supuesto, no es privilegio exclusivo de ninguna ciudad mexicana en particular. Pero en el caso de Tijuana el tema rebasa con creces lo ocurrido en tal o cual acontecimiento particular, en tal o cual hecho delictivo, para quedar inmediatamente inscrito enLel marco de una mitología previa que le sirve de soporte y que, al mismo tiempo, le confiere el dudoso honor de convertirla en noticia -si no de las primeras planas, si con la capacidad suficiente como para llamar la atención de los potenciaies lectores. Dicha mitología se encuentra asociada a un pasado no superado del todo y que retorna puntualmente con cada nuevo hecho de vi~lencia.~ No hay más que revisar la prensa diaria, tanto nacional como extranjera, para advertir la enorme cobertura que desde entonces recibe cualquier aconte- cimiento ocumdo en Tijuana.Io Tampoco es extraño que se haya

    7Adnana Garay, "Lomas Taurinas llega a Hollywood. La película llevaría el titulo de Acción simple", Reforma, 29 de octubre de 1996.

    8E1 articulo "Tijuana, tierra sin ley; cuna del narco y el crimen" apareció en la primera plana de El Financiero, 21 de diciembre de 1997.

    gPor ejemplo, las recientes detenciones de los presuntos narcotraficantes Jesús Labra e lsmael Higuera, "El Mayel", ocuparon las primeras planas de los periódicos y acapararon la atención de los noticieros televisivos y radiofónicos, Refonnn, 12 de marzo del 2000.

    'ONo deja de llamar la atención el hecho de que ninguna otra ciudad mexicana reviste tanto interés para los medios nacionales de comunicación, sobre todo cuando se trata de noticias relacionadas con la violencia o él narcotráfico. El ejemplo más notorio se encuentra en La jornada. El corresponsal de est6periódico. Jorge Alberto Cornejo, se ha encargado de llevar a cabo la contabilidad casi diana de los crímenes que se cometen en Tijuana. Lo que ha traido como consecuencia que Tijuana aparezca como si se tratara de la ciudad mexicana con el más alto índice de criminalidad del pais. Otro tanto se puede decir del periódico Reforma y de los noticiarios 24 Horas y Hechos.

    considerado a Tijuana como una especie de sensor en cuanto a la seguridad pública en el país."

    Se puede argumentar que la violencia en Tijuana no ha llegado a "un estado de excepción; (que) sus calles no son las de Saigón, Beirut o Medellín. Ni tuvo jamás los niveles colombianos, o a lo visto en Culiacán durante la guerra sucia contra la insurgencia universitaria en los años setenta. La de Tijuana es una violencia selectiva, pragmática, al servicio de la defensa y ampliación de territorios de acción o del ajuste de cuentas" (Saravia, 1994:2- 3). Se puede afirmar también que la violencia y los crímenes son exógenos, producidos por factores externos o ajenos a Tijuana (Bustamante, 1996). Aun así, lo único cierto es el hecho de que el lugar común se ha convertido ya en una verdad incontrovertible que se refuerza con el paso de los años. El estereotipo de la violencia se ha establecido más allá de las controversias o de las polémicas estériles, por lo que cualquier referencia sobre Tijuana remite inmediatamente a su pasado. Por eso la lógica en estos casos suele ser siempre implacable: un crimen cualquiera, entre narcotraficantes o de cualquier otra índole, sólo puede darse en una ciudad que posee un pasado tan turbio como ha sido el de Tijuana.

    Cinco. En el relato "La herradura dorada" del escritor norte- americano Dashiell Hammett, la voz narrativa hace la siguiente consideración: "Voy a tomar el tren de la tarde para San Diego. Apuesto lo que quiera a que el crimen se planeó en Tijuana" (1990:25). Y sí, el crimen se había planeado en Tijuana, dónde más si no. Los asesinos viven en Tijuana, son parte de la atmósfera social que no hace más que.confirmar las sospechas iniciales del investigador privado: "Tijuana no había cambiado mucho en los dos años que llevaba yo sin visitar la ciudad. Allí seguían, idén- ticos, los doscientos metros de calle sucia y polvorienta que se abría entre dos filas casi continuas de bares y cantinas. En las mugrientas calles laterales se refugiaban los tugurios que no habían hallado cabida en la calle principal".

    "Roberto Zamampa, "Tolvanera. Coctel Tijuana", en Refonna, 13 de mano del 2000.

  • 314 TiJüANA LA HORRIBLE

    Publicado durante los años treinta como parte del volumen El agente de la Continental, el relato de ~ash ie l l Hammett puede verse a la distancia como el pálido anticipo de lo que vendría después: los crímenes ya no se planifican en Tijuana, se cometen allí mismo.

    Seis. La actitud de los ciudadanos .en tomo de la violencia social ha estado centrada, básicamente, en condenar el clima de inseguridad que se vive en la ciudad, al mismo tiempo que se demanda de las autoridades correspondientes una mayor decisión para erradicarla. Sin embargo, para los comerciantes, empresarios, promotores turísticos y no pocos funcionarios públicos, la violencia es sobre todo un problema de mercadotecnia, v. gr: a mayor violencia social menor inversión extranjera y, simultá- &;mente, menor afluencia de turistas. La prensa local informa al respecto:

    El vicepresidente de Turismo de la Cámara de Comercio de Tijuana, arquitecto Alejandro Ruiz Arretche, dijo ayer que aunque los resultados que se dierori por los festejos del 'Memorial Day' en la Unión Americana y que hoy concluye, no fueron los que se esperaban, han sido satisfactorios para el comercio organizado en general. Desgraciadamente pesa mucho la mala imagen que de la ciudad se tiene en el extranjero, dijo el entrevistado.12

    Como resultado surgen a!gunas iniciativas y se despliegan vanas campañas que buscan afanosamente una respuesta de las autoridades en contra de la violencia. A la misma campaña se suman también los llamarnientos para dignificar el buen nombre de la ciudad que promueven, entre algunos otros, varios grupos de comerciantes, profesores y estudiantes universitarios, unos cuantos periódicos de circulacibn local y varias estaciones de radio y televisión. Así no se reconozca como tal, el lema es uno invariablemente: "Por una TiJuana digna''. Pero al carecer de

    1 j I2"Pesa mucho la mala imagen de Tijuana en el extranjero", El mexicano, 27 de

    mayo de 1996.

    respuestas tangibles e inmediatas, la demanda habrá de naufragar entre las glorificaciones propias del chauvinismo local, en la retórica autocomplaciente o en la exaltación que es simultanea- mente el reconocimiento de lo que a toda costa se quiere ocultar. Como lo muestra un ejemplo publicado a plana entera por los directivos del periódico El mexicano:

    Tijuana, ciudad digna

    . Los tijuanenses luchamos contra la invasión- filibustera, . Construimos la Ciudad más Visitada del Mundo, .

    - Formamos la Frontera más Importante de México, Tenemos la Ciudad más próspera de América Latina, Somos de los mexicanos más nacionalistas del país

    Somos un pueblo honrado, trabajador y digno, que ha afrontado la adversidad con entereza, que luchó y acabó con la Leyenda Negra, que ha edificado con tesón, una región rica y pujante, que en la solidaridad ha superado la tragedia, que ha luchado unido contra acechanzas de intereses extraños,

    Un pueblo de gentes de todas las entidades, crisol de culturas de todo el país, Un pueblo alegre, que hoy es víctima de la violencia que no es responsable de magnicidios, ni asesinatos.I3

    Siete. Pese a todo los reclamos prosiguen. El 7 de marzo de 1996 la diputada federal Franciscana Krauss Velarde envía al entonces titular de la Procuraduna General de la República, Antonio Lozano Gracia, la solicitud formal para que esa depen- dencia se abstenga de identificar a los grupos de presuntos . narcotraficantes que operan en la ciudad como "el cártel de TiJua- na" 14 . A cambio se proponía que se diera el patronímico de

    "El mexicano, 5 de julio de 1994. l4"Piden a la PGR se abstenga de llamar a grupo de narcos como 'Cartel de Tijuana'",

    El mexicano, 8 de marzo de 1996. ,

  • 316 TIJUANA LA HORRlBLE TIJUANA ES UN THHLLER 317

    cualquiera de las'personas que encabezan la asociación delictiva (no se dice, pero puede fácilmente deducirse: el cártel de los Arellano Félix, por ejemplo). El argumento de la carta, por si acaso hiciera falta, quiere ser contundente en sus razonamientos: Tijuana, se afirma, "es una sociedad de trabajo no de traficantes"."

    Sin embargo, la solicitud no logró encontrar respuesta alguna, ni por parte de la Procuraduna General de la República, que mejor decidió guardar.silencio sobre la petición; ni por parte de los medios de comunicación, quienes seguirán invariablemente refiriéndose a Tijuana en los mismos términos.16 Si alguna conclusión puede desprenderse de este hecho en particular es en el sentido de que la realidad (Tijuana) ha trascendido cualquier consideración de tipo moral o de política administrativa.17

    - 1

    . . LOS IMAGINARIOS DE LA VIOLENCJA

    Lo dicho hasta aquí sirve apenas como meros ejemplos para ilustrar el tema que en realidad nos interesa destacar: la represen-

    I5En su columna "Astillero" Julio Hernandez se refiere a esta operación como un mecanismo de "presunto lavado de nombre (que) suelen usar los gobiernos de Tijuana, Ciudad Juarez y Cancún para buscar que los carteles asentados allí no sean identifica- dos geográficamente sino patronimicamente, con los apellidos de los principales jefes", La jornada, 15 de noviembre de 2001, p. 14.

    '=No fue sino cuatro años más tarde cuando la Procuraduna General de la República emitió la circular 001/2000 en la que pide a sus funcionarios que ya no se refieran a los carteles de la droga por el nombre de la ciudad donde radican sino que éstos sean identificados por el nombre de la organizacibn delictiva. "De tal forma que el cártel de Juarez se llamara en documentos oficiales el cártel de Amado Carrillo o Vicente Carrillo y el cartel de Tijuana sera el cártel de los Arellano Félix. La institución pretende que no se vincule a las ciudades del país con las organizaciones del narcotráfico porque afecta la imagen de las poblaciones", Pablo César Carrillo, 'Responde PGR a peticiones. Modi- fican nombres a carteles", Reforma, 12 de enero de 2000.

    I7Una solicitud parecida fue enviada el 1 4 de enero de 2000 al presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, al director del FBi, al de la DEA y al de la Oficina de Politica contra las Drogas, Bany McCaffrey, para que no se utilizara el nombre de "cártel de Juárez" al

    ' referirse a la organización que dirigia Amado Carrillo. La solicitud fue enviada por el presidente municipal de Ciudad Juárez, Gxstavo Elizondo Aguilar. El 22 de diciembre de 1999 se habia dirigido con la misma solicitud al procurador general de la República, Jorge Madrazo Cuéllar.

    En carta fechada el 1 5 de febrero y dirigida al presidente municipal de Ciudad Juárez, el presidente de Estados Unidos (Bill Clinton) se comprometió a que las agencias del gobierno estadunidense no utilizanan más el nombre de "cártel de Juárez". Un poco antes se habia comprometido el titular de la PGR, El universal, 13 de marzo del 2000.

    I8Como señala Gerard lmbert: "Cualquier practica socio-discursiva contribuye a instituir simbólicamente la realidad y va más allá de la simple reproducción de un - - referente presuntamente obietivo", Los escenarios de la violencia. Conductas anomicas

    -7: 1 tación imaginaria de Tijuana creada a t r e s de los discursos '; I "2 ip -

    periodísticos que se refieren a la violencia social. El interés radica .LG 1 i'l w' en demostrar la manera como esos mismos discursos sobre la

    y orden social en la ~ s ~ a i z a actual, España, Icaria, 1992, p. 62.

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  • 318 TIJUANA LA HORRIBLE TIJUANA ES UN THRILLER 319

    intereses de los medios o de los periodistas; estos medios selec- cionan, interpretan, manipulan, para construir la noticia y la manera de transmitirla. Con intención o sin ella, los medios de comunicación instauran modos de visibilidad y percepción; influyen en el comportamiento y las opiniones, los mitos y las creencias. Hay pues un proceso de codificación de los mensajes por medio del cual las noticias aparecen asumidas siempre como si se tratara de la verdad objetiva. Desde este punto de vista habría que hablar entonces de la construcción de la realidad social a través de los relatos periodísticos. "Los periodistas son, como todas las personas, constructores de la realidad de su entorno. Pero además dan forma de narración a esta realidad y, confundiéndola, la convierten en una realidad publica" (Rodrigo, 1996:15).

    Para Gerard Imbert, autor de Los escenarios de la violencia (1992:14), por ejemplo, el espectáculo de la violencia escenificada por y a través de los mass media es un motivo suficiente para llevar a cabo el análisis semiótica de esta clase de discursos. Ya que, asegura, al margen de la violencia sociológica "hay una violencia 'representada' que puede ser tan real como la otra e incluso incidir en los comportamientos colectivos (así se conforma una opinión 'publica'). Es la violencia tal y como la representan los medios de comunicación en sus discursos tanto referenciales (la información) como creativos (las obras de ficción: cine, televisión e incluso publicidad, entre otros). Es un hecho discursivo y, como tal, tiene sus propias leyes, crea su propia realidad objetiva ('escenifica' siempre, en mayor o menor grado, la realidad objetiva, el 'referente' social)".

    Ese referente social es sobre todo una realidad mediada o , construida simbólicamente, e influye en los significados atribuidos

    al mundo objetivo. Tiene una existencia, dice Gerard Imbert, "a nivel tanto discursivo (proceso de enunciación), como narrativo (producción de relatos) y semántico (producción de sentido); se plasma en construcción de textos: hay un 'discurso periodístico', lo mismo que hay un discurso político o publicitario" (Ibidem:62).

    El resultado no es otro más que la visibilización de la violencia social, su conversión en espectáculo publico, en materia de diversos géneros discursivos, incluidos ahí 10s periodísticos. Y por supuesto, los literarios, los cinematográficos, los musicales, etcétera; tal como ha venido sucediendo con los diversos discursos que refieren la violencia en Tijuana.

    Lo anterior, referido preferentemente a Tijuana, nos ayudaría a comprender el proceso discursivo mediante el cual se ha venido generando una representación social de la ciudad a través de los medios periodísticos y que habría de terminar imponiéndose como la única referencia reconocible y aceptada en forma mayoritaria. Esto ayudaría a explicar también por qué para un buen número de mexicanos y de extranjeros decir Tijuana equivale a decir violencia, crímenes, secuestros, narcotráfico; así, sin mayores atenuantes que ayuden a modificar en algo la impresión tan arduamente trabajada desde las primeras planas de los periódicos o desde los noticieros de la televisión y la radio. Tanto es así que resulta difícil separar a Tijuana de la violencia. Apenas escucha- da o leída, la palabra "Tijuana" aparece cargada de una fuerte connotación negativa que no resulta fácil eludir. Puede que, en efecto, Tijuana no sea más violenta que Los Ángeles, Guadalajara o el Distrito Federal. No importa, las estadísticas no lograrán desmentir del todo lo que, por la inercia o por la credulidad, los periódicos se han empeñado afanosamente en confirmar. Ningún argumento será lo suficientemente convincente como para aligerar en algo la imagen de Tijuana previamente establecida. Tijuana ha pasado a representar el emblema de la violencia social sin .control alguno. Es una parte inconfundible de la identidad imaginaria que se sobrepone a las demás imágenes trasmitidas por los medios públicos de comunicación.

    Se trata pues de una configuración mediática que hunde sus raíces en los procesos discursivos que se realizan a través de los medios de comunicación masiva (A. van Dijk, 1996). Los periódicos, como la televisión, la radio o el cine, no sólo registran o informan acerca de lo sucedido, sino que recrean la realidad -o

  • 320 TUUANA LA HORRIBLE

    10 que se supone que es la realidad social- y modelan la percep- ción de la violencia. Son los instrumentos de la producción p-formática de lo real y, al mismo tiempo, de su experiencia y elaboración subjetivas (Subirats, 2001 : 100). Y no tanto por prejui- cios personales o ideológicos, que existen sin duda. El poder performativo del discurso periodístico, que es también un po- der formal y de significación, consiste precisamente en dar cuerpo a la realidad mediada que refieren. Es sin duda un importante dispositivo mediático de producción y representación simbólica de la realidad social (De Fleur y Ball-Rokeach, 2001:337). La narración mediática asume un carácter productivo y se proyecta hacia adelante como si se tratara de una representación objetiva, imparcial. l9

    P Ó ~ eso, también, si los medios de comunicación han logrado establecer,una versión sensacionalista y prejuiciada de la violencia en Tijuana se debe en gran medida a la capacidad que tienen -los periódicos y los demás medios informativos- para instituirse como los referentes privilegiados que construyen toda realidad significativa. La violencia de Tijuana, como representación sim- bólica, tiene lugar principalmente porque los discursos perio- disticos así la han venido forjando desde tiempo atrás. En su reproducción mediática se da cuenta de la violencia real pero también se proyecta la cnminalizacibn de Tijuana. Aparece corno una ciudad a la que puede culparse de la inseguridad y co- mo una verdadera pesadilla.20 Lo que a la postre incrementa el prejuicio de la inseguridad.

    I9El interés sociocultural, la inteipretacióa y la traducción de los acontecimientos esperados por la empresa periodistica forman parte de la demarcación conceptual que el diario utiliza para codificar lo social a partir de bases creadas por el propio medio, según sus intereses, para interpretar la realidad ordinaria y traducirla como un diario de circulación cotidiana", véase Armando Zacarias: "La construcción de la realidad comentada: periodistas e intelectuales", en Celia del Palacio Montiel (comp.), Historia de la prensa en Iberoamérica, México, Altexto, 2000, pp. 465-486.

    20Sobre el tema de la construcción social del miedo puede consultarse el interesante ensayo de Rossana Reguillo Cruz, "La construcción social del miedo. Narrativas y practicas urbanas", en Susana Rotker (ed.), Ciudadanías del miedo, Venezuela, Nueva Sociedad, 2000, pp. 185-201.

    I

    ' l TIJUANA ES UN THRILLER 321 Su representación es parte de lo que se ha denominado como

    los "imaginarios maléficos". En el sentido que da a este término Katherin Mondaki:

    Lo más maléfico de estos imaginarios es que lejos de ser ficticios, encarnan la tensión social y el antagonismo de clases. En este sentido, gozan de plena materialidad y un certificado de realidad. Se trata de especie de monstruos con los que efectivamente tenemos que lidiar en la vida diaria, y que toman formas determinadas en función al estrato social. Los planteo como imaginarios porque se constituyen en una experiencia similar al nivel onírico de la pesadilla y las historias de horror. Los imagina'nos maléficos tienen la característica común a los monstruos de las películas de que permanece la sensación de su presencia amenazante más de su aparición concreta (1998:211).

    1 Las ciudades también están co.nstruidas por los miedos (reales o imaginarios) que son capaces de suscitar. Por eso es que la imagen violenta de Tijuana sigue siendo, en lo fundamental, un

    l producto de los medios de comunicación masiva; ha penetrado en e! imaginario social para conv