LA INUNDACIÓN DE ALBOX - Somos Albojenses

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LA INUNDACIÓN DE ALBOXDEL 26 DE JUNIO DE 1900

MIGUEL ÁNGEL ALONSO MELLADO

INTRODUCCIÓN

Albox comenzó el nuevo siglo con una población dealgo más de 10.000 habitantes, seguía manteniendo suestatus de centro del comercio comarcal, en suscomercios se podía encontrar de todo y en sus mercadosse reunían un ingente número de personas para vendero adquirir productos venidos de distintas zonasgeográficas, que comprendían el levante, el Almanzoray zona norte de la provincia de Granada. Apenas habíantranscurrido algo más de 9 años desde que en lamañana del 11 de septiembre de 1891 una inundacióndesmesurada destrozó todo el centro de la poblacióny démosle gracias a que sucedió en horas de luz, de locontrario hubiera sido una verdadera desgracia en loque a vidas personales se refiere. En esos días Alboxse convirtió, junto con la localidad de Consuegra, en elcentro de todas las miradas, de todos los cariños. Graciasa la Suscripción Nacional y la creación de la ComisaríaRegia, se pudo reconstruir el centro urbano, ayudar a

los más necesitados e incentivar a los propietarios detierras para poder volver a poner en valor sus cultivos.Sobre todo se construyó un flamante muro de silleríade "Los Marcelinos" con una altura de 3,80 metros y363 metros de longitud, inaugurado en diciembre de1891 y el cual no dejó del todo conforme a una partede la población pues debido a falta de presupuesto uotros motivos más oscuros, se dejó inacabado el proyectoinicial del ingeniero Intilini, por el cual la ramblica de"Carrasco" o "Meana", se dejó fuera del proyectofinalmente.

En la tarde del 26 de junio de 1900, un cielo plomizoinsinuaba que una gran tormenta se estaba "preparando",en Albox por las experiencias vividas no se les teme alas nubes de la cabeza del rio Almanzora, si no que alas que se les teme son a las "Nubes Partaloberas"puesto que son las que al descargar en la cuenca dela rambla de Oria y la del Saliente, se precipitan demanera violenta sobre la población. A las 7 de la tardecon gran aparato eléctrico pareció desplomarse el cieloy una oscuridad casi total envolvió la población. A lasnueve de la tarde comenzó el diluvio a mostrarse demanera violenta y con distintas exhalaciones, a cadainstante arreciaba la lluvia, una gran cortina de aguaenvolvió Albox, las escasas personas que se encontrabanen las calles y cafés esa tarde de verano, se dispersaronapresuradamente refugiándose dentro de las casas queencontraron abiertas. Un rumor prolongado cuyaintensidad crecía por segundos, se distinguía claramentedel fragor de la tempestad y a la luz de los relámpagos

Foto de la Plaza Mayor de Albox, 1903. Puede verse al fondo la fuente de mármol blanco que construyó la Comisaría Regia para el primer abastecimiento de Albox. Colección Miguel Angel Alonso

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se vio caminar con horribles contorsiones, una disformemontaña de agua entarquinada, que destruyendo cuantosobstáculos se encontraba, golpeó como si de un arietese tratara, sobre el muro de defensa que poco pudohacer ante tal avenida. La dirección natural del caucede la rambla era la de encontrarse de frente con lapoblación, justo en la zona de la plaza y como es lógicoel agua pretendió seguir su camino rebasando la defensadel muro, fue una gran revolución hidráulica, un choqueespantoso de los elementos. Desde poco antes de las10 de la noche en que la crecida desbordó la población,hasta poco mas de las 11 y media, en que se inició eldescenso de las aguas se produjeron innumerablesescenas desgarradoras, con el estertor de aquellacatarata, se confundían millares de gritos desesperadosen busca de socorro. Por todas partes se descubríanlas negras siluetas de vecinos que salvabanprecipitadamente sus vidas. Muchas familias se vieronobligadas a encaramarse en los tejados, hasta dondellegaron varias veces las embestidas de la rambla. Hubouna mujer desnuda, que se salvó agarrada a los hierrosde su balcón, otros pudieron escapar de sus viviendasinundadas, taladrando los tabiques de las casascontiguas. Tampoco falta quien después de haber sidosepultado por el agua, salió completamente ileso, sinotro desperfecto que su indumentaria destrozada. Unade las viviendas más afectadas en la anterior inundaciónde 1891 fue la del farmacéutico Don José María SánchezNavarro (convento), la cual fue destruida en casi sutotalidad y posteriormente reedificada y destinada porvoluntad de su dueño a albergar un hospital y unaescuela. El día 21 de noviembre de 1896 habían llegadoa esta villa cuatro hermanas "Hijas de la Caridad deSan Vicente de Paul", siendo la superiora Sor SeverinaInza de Teo, de 48 años y proveniente de Estella(Navarra), junto a ella, llegaron las hermanas Vicenta,María y Evarista. El día 1 de enero de 1900 se habíainaugurado la capilla, con una imagen de la virgen delas Angustias traída el día anterior. Ya en la tarde de lainundación bajó Don José María a proteger el "reservado"

y el agua, en el patio, le llegaba al cuello, con muchotrabajo tuvo que retroceder y subir como pudo, dondese refugió en el camarín junto a las hermanas de lacaridad y dos niñas internas, todos los de la casa pedíanperdón y misericordia a tan buena Madre. Por unaescalera oculta subió la superiora para ver a los enfermosalbergados en la zona destinada a hospital, todos losocupantes de la vivienda tenían los oídos "taladrados"de tanto oir caer tabiques, puertas, cristales…era tantala fuerza que traía el agua que se llevó el compendiode mapas y todos los enseres de la clase de párvulos,la dejó desierta, como asimismo la botica Alfredo Ortega,sobrino de D. José Mª Sánchez Navarro que estabamontada por todo lo alto en este edificio, recordar queen la riada de 1891, destruyó la farmacia que tenía sutío en el mismo lugar. Todos miraban al techo esperandoel momento en que este se les viniera encima ysucumbieran entre las ruinas. Todo este suceso lo dejó

Plaza Mayor de Albox tras la inundación del 11 de Septiembre de 1891

Muro que realizó la Comisaría Regia. Se puede apreciar elMonolito que desapareció en la inundación de 1900

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Ezequiel Sánchez Martínez. Cortesía de la familia BerbelLiria

Pedro Rodriguez Montagut, profesor de música

escrito la superiora para que las hermanas que lessucedieran estuvieran alerta y prevenidas. La iglesia delhospital fue completamente anegada, hasta el punto quelas aguas entraron por los balcones hasta más arriba delAltar mayor, llevándose las Sagradas Formas e infinidadde objetos religiosos, las hermanas a pesar de peligrarsus vidas no quisieron abandonar el hospital mientras nose pusieran a salvo a los enfermos, cosa que ocurriódespués de las once cuando empezaron a descenderlas aguas y un grupo de vecinos con el alcalde AndrésPio a la cabeza, los encontraron abrazados la imagen deMaría, a continuación los sacaron del hospital y losllevaron a la Casa Consistorial donde estuvieron 10 días,mientras pudieron volver.

Las aguas superaron en varios metros la inundación de1891, la cual se creía que era el listón máximo que podíavenir a esta desdichada población, las aguas superaronlos dos metros y medio en las calles del centro, en algunasde ellas al quedar obstruidas por enseres y arbolado, sellegaron a casi seis metros de altura. Otra de las causasfundamentales de este desastre fue sin duda que lasaguas embalsadas de la ramblica, al no poder desaguaren la rambla, entraron por la zona donde no había murode defensa y avanzaron por la parte de la Parrilla,destrozando esta zona, la plaza y calles más bajas. Enla zona de Oria decían sobre la tormenta que "parecíanabiertas todas las cataratas del cielo y fue tal el empujede las aguas y la rapidez de la nube, que se llevó tresganados que pastaban en los márgenes de la rambla deOria, llevándose la corriente dos molinos harineros".

ACTOS HEROICOS Y FALLECIDOS

En la iglesia parroquial entraron las aguas de maneratorrencial, teniendo estas hasta la altura de un metro, elpiso de mármol de dicho templo, se hundió por diferentessitios, los confesionarios fueron transportados de un sitio,en el presbiterio fueron destrozadas las dos puertasprincipales, quedando hundido este, las cancelas hechasastillas. La imagen de San Roque salió libremente flotandopor la puerta de la iglesia y gracias al esfuerzo del párrocoPedro Sánchez López, que pudo recuperarla cuando sequedó retenida en una vivienda de la plaza. La familiade Manuel Mirón (padre de D. Cristino) se vio seriamentecomprometida al inundarse su vivienda de la calle delPósito. El médico Ezequiel Sánchez Martínez, secretariopersonal del presidente del partido republicano, RuizZorrilla, al divisar desde su vivienda de la plaza que variaspersonas estaban a punto de ser arrastradas por lacorriente, no dudó un segundo y se lanzó a nado pararescatarlos de un muerte segura, acto que fue festejadode manera unánime, también efectuaron actos de valorel excelente profesor de música Pedro RodríguezMontagud y Herminio Sánchez, carrero y primo-hermanode Ezequiel. Mención especial se ha de hacer a losmiembros de la benemérita, por su incansable trabajo enesos momentos inciertos, el comandante de puesto elsomontinero, Pedro Acosta Oliver (padre del tenienteAcosta, que en 1936 fue sacado del cuartel de Albox yejecutado, sin antes rendir el cuartel y exigir que su vidapor la de sus compañeros, "según palabras de su hijaCarmen, que aunque muy mayor, aún vive en Somontín"),otros héroes fueron su paisano el guardia Juan Martínez,junto con Rafael Cintas de Vera y el guardia Ruiz, estosseñores acabaron prácticamente sin sus ropas por la

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Andrés Pío. Foto realizada en 1891 con motivo desu elección como alcalde

Miguel Sánchez MirasCortesía de Domingo García Fernández

lucha constante contra la feroz avenida. En la calle Hospital(caño de San Felipe), llegaron las aguas en la casa delayudante de obras públicas a una altura de 3 metros, sufamilia se salvó como otras muchas, saliendo por el tejadode la vivienda. Junto a la actuación del alcalde Andrés Pioen el rescate de las personas que había en esos momentosen el hospital, también colaboró el abogado Miguel SánchezMiras y el guardia municipal Francisco Reche.

En la plaza, a la derecha de la parrilla, en la "Puerta deGranada", en el número 5 vivía el comerciante Luis RodríguezPérez de 34 años con su familia, Leocadia Sánchez Martínez(hija de Don Mateo) y sus hijos María de 12 años, LuisRodríguez de 7 años (futuro jefe de los exploradores),Federico de 2 años y el pequeño Antonio de tan sólo 19días. Luis tenía una ferretería en la que vendía conservas,cristal y loza, productos de droguería, quincalla y ultramarinos,esa tarde fatídica estaba toda la familia en la tienda viendocomo se sucedían los acontecimientos, creyendo estar asalvo, les sorprendieron las traicioneras aguas de la ramblica,que desbordadas entraron por la parte trasera de la vivienda(huerto de Mateo), destrozando todo a su paso, en revueltotropel, Luis intentando salvar la vida de sus hijos, hizo subirsobre el mostrador a su esposa Leocadia, que tenía cogidoen brazos a uno de los pequeños, le dio el bebé a María leordenó que se subiera a una estantería, mientras el padreagarraba con sus brazos al otro pequeño subido con él, enel mostrador, las aguas fueron ascendiendo vertiginosamentehasta el punto de empezar a alcanzar a la familia, en esadifícil y angustiosa situación estuvieron algún tiempo hastaque la hermana mayor, María, dominada por el espanto ovacilando en su inseguro apoyo o quizás intentando acercarsedesde la estantería al mostrador, no pudo sostener al bebéy acto seguido se le escapó de sus infantiles brazos, presosde inmenso dolor, los desventurados padres contemplaronaquella desgracia, momento en el que el padre, LuisRodríguez, entregó al menor que llevaba en brazos a Leocadiay se lanzó a por el bebé, enganchado con sólo un par dededos a una manilla de hierro que estaba sujeta a la pared,y pendiente de ella todo su cuerpo, sumergiendo el otrobrazo en las turbias aguas, pudo rescatar al bebé, aún convida, pero debido a la cantidad de agua que tragó el infantey el encharcamiento de los pulmones, falleció el pequeñoAntonio por asfixia a las 6 de la tarde del día siguiente. ALuis se le tuvo que amputar varios dedos de la mano a causade la gangrena que cogió al infectarse la mano después delesfuerzo titánico por no soltar al pequeño. Hace un par deaños localicé en Sevilla a Antonio Rodríguez Mármol, nacidoen Albox, aunque desde los años 40 reside en la capitalandaluza, es nieto de Luis R. P. e hijo de Luis R. S. (jefe delos exploradores), le pregunté por la inundación de 1900 yme dijo que sabía que ocurrió una desgracia pero no teníamuchos detalles, lo que si sabía es que su abuelo murió alpoco tiempo a causa de una infección que cogió a causa dela riada. Por lo que el dolor de perder al pequeño Antonio,se acrecentó con el fallecimiento posterior de Luis, otro héroede Albox, sin duda.

La familia de Martín Miras García, de 34 años, vivía en elcallejón de la calle Carmen, el era "buhonero" o lo que eslo mismo, se dedicaba a la venta ambulante por los mercadosy por los cortijos, bien vendía o bien intercambiaba la pequeñamercancía que llevaba por otros productos como aceite,harina, huevos… Su mujer, María Encarnación SerranoGarcía, de 30 años, era oriunda de Albanchez, sus padresJuan Serrano, de profesión arriero y María García, se habíanvenido a Albox hacía tan sólo tres años, vivían en la calleBarco (c/ José Manuel Serrano) junto con los hermanos de

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Guillermina Miras. Foto gentileza de su nieta Guillermina Fernández Fernández

José Antonio Sáez García, hijo del fallecido AngelSáez. Foto gentileza de José Antonio Sáez

Encarnación, Juan, Guillermina y Ventura. El matrimonio deMartín y Encarnación tuvo tres hijos: Guillermina, la mayorcon ocho años y los mellizos de 13 meses Alberto y Maríade los Dolores. La calle Carmen, como la mayoría de lascallejuelas del centro de Albox, mide algo más de 3 metrosde anchura, por lo que esa tarde noche del 26 de junio, lasaguas se dejaron sentir pronto, en revueltos torbellinospenetraban en la reducida vivienda de Martín y su angustiadafamilia, por lo que este decide llevarse a lugar seguro a lamayor de los tres, a Guillermina, ayudado por el abogadoJosé Antonio Alascio del Águila, momento en que la pequeñaGuillermina le dirigió una frase que sería una sentencia"suéltame, suéltame aunque me ahogue, pero salva primeroa mí mamá", mientras a pesar de que le dijeron que nosaliera de la casa y que esperara al regreso de su marido,al verse con los dos pequeños y ante la situación de pánico,decide coger a los bebes, cada uno debajo de un brazo eintentar buscar refugio en las calles altas, evitando así quelas aguas no la atraparan dentro de la vivienda. La infortunadamujer, sobrecogida de espanto, temiendo por la vida de sushijos y la de su marido, con el ansia de reunirse con ellos,instintivamente sigue el camino que había tomado MartínMiras, pero con la pesada y valiosa carga, sus miembros nopueden resistir en impulso de las impetuosas aguas que,cargadas de leños, escombros y mil objetos más, ruinas dela destrucción que va ocasionando, azotan a la pobre Encarnay la hacen caer, arrollándola con sus dos pequeños. Con lasprimeras luces del día localizaron a la madre, a tan sólo cienmetros más debajo de la población, enganchada debajo deuna higuera y lo más desgarrador aún, tenía cogido todavíaal pequeño Alberto con sus brazos, síntoma de que luchocontra este cruel elemento hasta el último momento. La otrapequeña fue a parar al mar, en Garrucha la encontraron,donde las olas la llevaron a posar sobre la blanda arena dela orilla. El astro rey, al iluminar aquel triste cuadro, no parecesino que quería ceñir una corona de luz sobre la augustafrente de aquella honrada mujer, mártir del amor de madrey del amor de esposa. En las actas de defunción de madree hijo se señala la hora de fallecimiento "como a las diez dela noche" y la causa "asfixia por inmersión". Me contabaGuillermina, bisnieta de Martín Miras, que las desgracias nose acabaron esa noche de verano de 1900. A raíz de tanmagna desgracia, el alcalde Andrés Pio le ofreció un puestode sereno a Martín, posteriormente este emigró a Franciapero regresó porque no le fue del todo bien, instalado denuevo en Albox, volvió a casarse y tuvo 3 hijas. Empezó atrabajar como relojero, pero al perder visión debido al"tracoma" que padecía, decidió como otras muchas familiasemigrar a Brasil y después de vender todo, justo cuandoembarcaba, no le permitieron subir al barco debido a laenfermedad contagiosa que intentaba disimular. Su esposae hijas continuaron viaje esperando el regreso de Martín,pero el tracoma no perdonaba y este no pudo seguirtrabajando para conseguir un billete para Brasil, a finales delos 70 apareció por Albox un familiar de esa mujer, procedentede Brasil y preguntó a la familia de Martín el por qué no fueen busca de su esposa y que esta había fallecido esperandoa que algún día apareciera por esas tierras.

Ángel Sáez Serrano, molinero, vivía con su familia en laPlaceta de San Antonio nº 6, su mujer se llamaba MaríaGarcía López y tenía 47 años, los hijos eran Magdalena de15 años, Rosario de 13, Ana María de 10 y el pequeño JoséAntonio de 8. El molino de Ángel Sáez estaba justo en elsolar que hay al sur de la plaza de abastos, junto al molinotenía unas cuadras para criar algún cerdo y alguna gallina,todas las tardes a última hora solía ir a echarle de comer alos animales, siempre acompañado de su hijo José Antonio.Según me contó hace unos meses Pedro Sáez, hijo de José

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Antonio, esa tarde en cuestión del día 26 de junio, supadre no quiso ir al molino y por mucho que lo llamaráÁngel, el chiquillo se escondió debajo de la cama y oíaa su padre llamarlo "José Antonio… José Antonio…"pero este prefirió irse a jugar con los amigos antes queacompañar al padre en las tareas. Por lo visto al empezara inundarse las cuadras intentó salvar a los animalesy en la repentina crecida, fue sorprendido por la violenciadel agua y arrastrado sin posibilidad de salvación, elhecho de que José Antonio Sáez no fuera con su padreesa tarde desgraciada, fue lo que le salvó la vida, puesseguro que con su corta edad hubiera sido otra víctimamás de la inundación. Entre las una y las dos de lamadrugada, en Cuevas del Almanzora, cerca de la casadel diputado Sr. Soler, un joven que con ayuda de unfarol recorría el límite de la inundación, halló en unextremo de un bancal el cuerpo sin vida de nuestropaisano Ángel Sáez, entre fango, las ramas de árbolesy muebles rotos. El cuerpo estaba completamentedesnudo y al contemplar la escena, el vecino FranciscoAlarcón se despojó de sus ropas, incluso la ropa interiory vistió al desdichado molinero, acción que elogiaronlos presentes que habían acudido al conocer tan tristenoticia, a las 6 de la mañana fue depositado el cadáveren el cementerio de Cuevas y ese mismo día al enterarsela familia de que había aparecido el cuerpo, lo trajeronpara Albox y se le dio sepultura en el cementerio deSan José.

Otra persona fallecida, fue una mujer llamada MaríaGarcía Soto, pero no he podido averiguar de quien setrataba, sólo que se encontraba en su establecimientode bebidas en la plaza. Todas estas historias de tragediaspersonales he querido reflejarlas, puesto que me parecíade mal gusto que no se honrara como es debido a las6 víctimas de la inundación de 1900, por eso he queridoaveriguar de quien se trataba, ponerles cara y mostrarque sucedió esa maldita noche del 26 de junio.

EL DESPERTAR DEL DÍA 27 DE JUNIOde 1900

A primeras horas de la mañana, un vapor que cruzabafrente a la desembocadura de rio Almanzora se vioseriamente comprometido cuando su proa envistió unaextensa bardomera formada por multitud de despojosque flotaban sobre el mar. Desde muy temprano losbarcos que habían salido de pesca en la zona deGarrucha, vuelven cargados de maderos y otros objetosque han sido arrastrados hacia el mar, desde tierra sedistinguía la gran mancha entarquinada en el agua,repleta de despojos arrebatados de las fértiles campiñasque bordean el Almanzora. A juzgar por la estampa quese veía desde tierra y lo que las olas empujaban hastala playa, desde Garrucha se temían lo peor, algo terribledebía haber sucedido al igual que en 1891 cuando sevio el mismo cuadro. Infinidad de personas se ocuparontodo el día de sacar del mar trozos de árboles, la orillaestaba completa de despojos del campo como: melones,chumbos, tomates; también ramas de higuera y demanzano; animales de todas clases como galápagos,culebras, cerdos, pero lo que más asustaba eran losobjetos que iban apareciendo: trozos de imágenes,útiles de iglesia, puertas, ventanas, sillas, estanterías,latas de petróleo , sacos de harina, todo hacía presumirque la corriente no había respetado ni casas, nicomercios, ni templos.

Con las primeras luces del día 27 se hizo realidad esamaldita pesadilla que persigue a esta población desdetiempo inmemorial, desde bien temprano estaban lascalles llenas de vecinos contemplando tan magnodesastre, se percibía el olor nauseabundo del cieno quehabía cubierto las riberas de la rambla, árboles enterosarrancados en posiciones inverosímiles, que interrumpíanla marcha por los caminos, al pisar el lecho de la rambla,

Plaza mayor de Albox. Está tomada alrededor del año 1910

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costaba pensar que ese miserable hilillo de agua queaún bajaba, ya casi cristalino, hubiera adquirido pocashoras antes tan monstruosas proporciones.

Ya dentro de la población, se hacía difícil el tránsito porlas zonas bajas del pueblo debido a las grandes grietasy hoyos que se habían formado en el piso, algunos deellos convertidos en verdaderas lagunas. El cuadro queofrecía la plaza, era como si estuviéramos ante lasruinas de la mítica "Itálica". Artefactos, mueblesenterrados en tarquín, libros y cofres enfangados, restosde dormitorios, puertas vidrieras e incluso el herraje deun balcón anudado como un cordel, la gruesa puerta

del convento hecha astillas, lanzada a cuarenta metrosde distancia, justo al pie de un andamio de una obra enconstrucción, manzanas enteras de casas reducidas aun montón de escombros, edificios recientementeconstruidos después del 11 de septiembre de 1891,arrebatados de sus cimientos mantenían un equilibrioinexplicable, una gran pila de mármol fue lanzada abastantes metros de su origen. También había una hilerade edificios, los cuales parecían una sola estructurapues el agua había destrozado los tabiques que habíaentre ellos, un edificio de dos pisos transformado enuna sola habitación porque las aguas borraron los techos,carruajes en los que sólo se aprecia una rueda tragadospor el barro. La corriente arrasó por completo tres casasde tres pisos y una de dos plantas, del mismo modoquedaron seriamente afectadas 23 edificios de trespisos, 86 de dos y 140 de uno solo. Se dio el caso deuna mula, ahogada en medio de la calle, que habíaentrado por la bravura de las aguas por el balcón deuna vivienda y salió por la puerta de la planta baja, entrela maleza que quedó en las calles se encontrabaninnumerables trapos negruzcos cubiertos de lodo queen su día fueron blancos mantones de Manila, numerosashabitaciones desiertas que el día anterior eran ricosestablecimientos de comercio, sin rótulos, sin estanterías,sin mostradores, sin existencias porque de todo eso seapoderó el irritado elemento. En la plaza a los vecinosse les notaba en el rostro, la consternación y el espanto,contemplando el triste panorama.

El comercio de Albox quedó nuevamente postrado anteeste desastre, recibe otro golpe duro, que difícilmentese recupere en su totalidad. La gran mayoría de loscomercios del centro sufrieron daños de consideración,la mayoría de ellas han perdieron casi todos los génerosque almacenaban, en el caso de la sucursal que teníanen esta villa los "Hijos de Francisco Bernal" las pérdidasfueron absolutas, abundantemente surtido en tejidos,sedas y paños, no quedó nada que mereciera la pena,ni una sola tabla, ni una sola astilla quedó de la estantería,tan solo quedaron ocho o nueve piezas , convertidasen cenagosos trapajos, el dueño de este local, MatíasBernal abandonaría esta plaza para buscar otras másseguras. El comerciante huercalense, Diego García sehabía instalado hacía poco tiempo en este pueblo, teníauna tienda de tejidos justo en la casa de Miguel SánchezMiras , a la izquierda de la iglesia. Según me contó subisnieto, el amigo Diego Martín-Gil (hijo del médico Gil-Utrilla), después de perder todo el género, Diego Garcíano desesperó y pensó que si de entre todo lo que habíale daban algo, lo daría por bueno, pues rebajó los lienzosa un precio más que popular y de la aceptación quetuvo entre los albojenses agotó rápidamente lasexistencias, por lo que fue a la zona de Alicante a pormás género que también consiguió vender rebajado,como si restos de la inundación fueran. Por eso sepuede decir que las rebajas se inventaron en Albox, conel dinero que ganó con esta operación consiguió abrirotra tienda en la calle once de septiembre (calle delmuro), que continuarían su hijo José García Cortés y elyerno de Diego, llamado Diego Granados García. Lastres farmacias quedaron muy mal paradas, en esa épocaeran la de Alfredo Ortega situada en el convento, la deRafael Mirón Giménez en la calle Sacristía y la de JoséMaría Sánchez Sánchez (padre de la tambiénfarmacéutica Dª Carmen Sánchez) en el callejón de laiglesia. Contaba Don Cristino Mirón que en una de estasfarmacias, las aguas habían llegado en ese día hasta

Diego GarcíaGentileza de Diego Martín-Gil Granados

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casi el techo, justo donde estaban los tarros sobre unaleja y se da la casualidad que esos mismos tarros seescaparon en la inundación de 1891 cuando llegaronlas aguas al mismo nivel, o sea que sobrevivieron a dosinundaciones históricas.

También afectados fueron los negocios de quincalla, elde Luis Rodríguez en la Puerta de Granada, el de TadeoOller (centro moda) y el de Eliseo Rodríguez (hermanode Luis Rodríguez) en la plaza San Vicente de Paúl ode la verdura. La tienda de paños de Pedro AntonioSoto en calle Carmen. Pedro también era sastre al igualque su padre que falleció en el derrumbe de la Posadade Don Mateo cuando la construían en 1882. Losrelojeros Fernández y salas. La posada de Don Mateo,ahora regentada por su sobrino Herminio Sánchez,quedó prácticamente nada más que la fachada,llevándose la corriente dos tartanas, un carro y sietecaballerías, propiedad de su hermano Amador (elcanano). También sufren grandes pérdidas el sombrereroJuan Jordán Rodríguez natural de Vélez Rubio y quevivía en la placeta del Pósito nº3 ,padre de las "Jordanas"que también tendrían años después una sombrereríaen la plaza. El peluquero de la plaza Vicente Ramos.La imprenta- papelería-librería de la calle Hospital,propiedad de Pedro María Fernández Chacón, habíasido maestro anteriormente, a este negocio le quedarontodos los enseres inservibles. En la secretaría delayuntamiento se presentaron 16 bajas comercialesmotivadas por la pérdida total del negocio, se estimaronlas pérdidas en riqueza industrial por un valor de 2millones de pesetas.

La casa cuartel de la guardia civil, ubicada en la calleTetuán nº6 (C/Andalucía) se inundó por completo,

perdiéndose los muebles y el vestuario que había dentro.El puente del ferrocarril de la línea Lorca-Baza sobre larambla de Albox en el Km 62, con cuatro tramos metálicosde 20 metros cada uno y sostenidos sobre tres pilastrasde mampostería y una altura de 10 metros sobre elcauce y con una superficie de desagüe de 200 metrospor cada ojo del puente, fue alcanzado por las bravasaguas, destruyendo las dos estructuras metálicascentrales, mientras que las pilastras quedaron intactas,se nota que los ingenieros de antes trabajaron con unaeficacia que hoy en día desconocemos. Me cuenta mipaisana de Almanzora, Lola Oller "la lola del horno"con 90 años cumplidos en septiembre pasado, recuerdaque siendo pequeña comentaban que en la riada quese llevó el puente de la rambla, encontraron los hombresde Almanzora los raíles justo a 500 metros donde sejunta con el rio Almanzora. Se da la casualidad quecuando estaban construyendo el puente en 1891, en lafase de cimentación, fue destrozada toda la obra porlas aguas del 11 de septiembre. En esta del 26 de junio,interrumpió el tráfico ferroviario durante casi un mes, eldirector del ferrocarril e ingeniero constructor de la línea,Gustavo Gillman, ideó con éxito, mientras fabricabanlas partes metálicas, una estructura de vigas de maderaque soportara el peso de las locomotoras. También lasaguas provocaron el corte de la carretera Huércal Overaa Baza, justo en el badén que cruza la rambla hadesaparecido y en el tramo de carretera de unos 14Km, en la zona de Albox, había nueve tramos cortados.

La riqueza rústica constaba, en ambos márgenes de larambla, era de 3600 fanegas de tierra de regadío, losdaños fueron incalculables puesto que 3000 fanegashan sido totalmente arruinadas y no por haber sidocubiertas de arena con en la inundación de 1891, sino

Reconstrucción del puente del ferrocarril sobre la Rambla de Albox en almanzora tras lainundación del 26 de junio del 1900. Foto de Gustavo Gillman

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que esta vez las aguas arrastraron toda la superficie decultivo. Las vegas quedaron como lecho de rambla, secalculaba la cosecha de maíz en unas 55.000 fanegasy no se recogió ni una quinta parte. Pagos enterosdeshechos, bancales, bancales, higueras, álamos, todose lo llevó la corriente, quedando solamente eriales paramayor desconsuelo de pequeños propietarios y colonos.En los márgenes de la rambla aparecían todo tipo deanimales ahogados, mulas, cerdos, gallinas. Los molinosde la ribera al estar necesariamente junto al cauce,buscando la motricidad del agua para hacer funcionarsus "ingenios" fueron arrasados en su mayoría, por loque faltaban harinas para la población desde el primermomento. Se conocen de historias de padres con sushijos en brazos subidos en las ramas de los árbolespidiendo auxilio, los peores recuerdos de la inundaciónde 1891 volvían a darse en este pueblo. A primerashoras de este día 27 de junio el alcalde envía untelegrama desde Huércal, ya que la línea estaba dañadaen Albox a causa de un rayo que cayó la tarde-nochedel 26, en este comunicado Andrés Pio decía: "Unahorrorosa inundación, más terrible y espantosa que laocurrida en septiembre de 1891, ha afligido la pasadanoche a este vecindario. Las aguas han subido 4 metrosmás que en aquella fecha…" , también se envía estetelegrama a la prensa para que acuda a este pueblo ycontemple la ruina que se cernía sobre él. La avenida

del día 26 demostró la bondad del muro en perfil y lade la mano de obra, puesto que permaneció intacto elcuerpo del mismo, sólo fue destruida la parte superior,la destinada a "pretil" o sea la parte que hace de muretepara proteger de las caídas desde la calle a la rambla.Este pretil era de unos 80 cm. En la inauguración endiciembre de 1892, se colocó un monolito sobre el murocon una inscripción que recordaba que se había realizadola obra mediante una suscripción nacional, este monolitofue destruido en su totalidad en la inundación de 1900y sólo queda un resto del mismo, un pequeño pedestalvisible desde la rambla. Las obras que se estabanrealizando por la Comisaría Regia para el abastecimientode aguas potables de la población quedaron enterradaspor completo y las galerías destruidas, el coste de estasobras era de 40.000 pts. Desde la fuente Marqués seestaba haciendo una conducción rambla abajo y con elefecto sifón subir esas aguas hasta un depósito que seestaba construyendo en la calle Hospital (aún quedaalgún resto visible), desde aquí se distribuiría hasta unaserie de fuentes públicas, la del "Caño San Felipe", lade la Plaza y la de la plaza de San Francisco. El actualconde de Albox le dijo en una ocasión a un hijo de Albox,que su abuelo, el Comisario Regio D. Manuel Eguilior,primer Conde de Albox, tuvo que poner dinero parapoder afrontar este nuevo contratiempo.

Mateo Sánchez LópezGentileza de Juan Luis Alfonso Silvente

Andrés Pío FernándezGentileza de Jesús Alonso Soto

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V ISITA DEL GOBERNADOR YC O M I S I Ó N M U N I C I PA L D ESOCORROS

La jornada del día 28 de junio fue pródiga en emociones,durante las primeras horas de la mañana, algunas nubesencapotaban el cielo, ya durante la tarde se condensaronen espesos y negros nubarrones, que estallaron enformidables truenos en la cabeza de la rambla de Oria,estando la rambla literalmente llena de criaturas,aprovechando el agua limpia que bajaba y al no poderutilizar las anegadas fuentes, estas gentes estabanocupadas en las tareas de lavar y secar millares deropas entarquinadas por la corriente. Ante el primertrueno fue el toque desesperado de "sálvese quienpueda", en un minuto quedó la rambla desierta. Unahora después las aguas turbias anunciaban una nuevaavenida, esta vez mediana y sin consecuencias. Comotodos los habitantes se había refugiado en el Barrio deSan Antonio, los rateros aprovecharon para entrar enlas casas abandonadas y saquearlas, aprovechandoque el alumbrado público había desaparecido con lainundación y no se patrullaban las calles estos días, deahí la afición al robo de algunos granujas con laindignación de los demás vecinos. El pan escaseaba ya veces no se encontraba, los medicamentos había quebuscarlos en otros pueblos. Los vecinos comentabanque al menos las cosas se gestionaran como en lainundación de 1891, que aunque dieran poco dinero, almenos que no fuera como en las de 1879, en las quese emplearon las 25.000 pts destinadas a Albanchez,en hacer una fuente y poner en ella el nombre delsecretario de la junta de socorros que era hijo del pueblo,no destinándose el dinero al fin propuesto, que era lade ayudas personales a los damnificados . Menos malque hemos aprendido y ya no se hacen cosas de estas¡!!. A consecuencia de todo este desastre el pánico sehabía apoderado de todos los ánimos y no podría venirla tranquilidad hasta que se asegurase su supervivenciacon sabias y sólidas defensas, estando Albox expuestaen ese momento al desastre en el caso de nuevasavenidas. Mucho se habló de los daños de ese día peropoco de las verdaderas causas de esta catástrofe.Desde la familia de Don Mateo Sánchez se acusódirectamente al ingeniero Sr. Sanz, como constructorde la defensa de Albox. Estos muros inaugurados endiciembre de 1891, según estas personas, erandeficientes puesto que dejaban desamparada toda la"ramblica meana", cuando se hicieron las obras delmuro, una parte de la población y sobre todo esta familia,que vivía en la manzana de la Parrilla, pidieronjustamente que la Comisaría Regia continuara con elproyecto del ilustre Ingeniero Intilini y se desechara eldel Sr. Sanz, quejas que fueron desatendidasrealizándose este último proyecto, recordemos que elSr. Intilini después de volver de Albox, donde habíaestado haciendo los estudios del muro y vivir en suscarnes otra inundación de la rambla el 19 de octubrede 1891, sabía de la furia de estas traicioneras aguas,cuando volvió a Madrid a presentar el proyecto y verque quizás sería recortado en la zona de la ramblica,pidió la dimisión. También otro posible motivo de nodefenderse esa zona, fue sin duda, que era propiedadde Don Mateo, máximo rival de Don Andrés PioFernández. Durante este día 28 de junio de 1900, elgobernador de Almería, Sr. Esteban Angresola, envía

un telegrama al ministro de gobernación: "El alcalde deAlbox me participa que en la noche anterior una horribleavenida destruyó gran parte del muro de defensaconstruido por la Comisaría Regia, penetraron lasaguas…la vega está arruinada… he convocado a lacomisión provincial para arbitrar los recursos másurgentes, salgo para Albox hoy". El senador por Almeríay jefe de los liberales Sebastián Pérez, los diputadosCárdenas, Cuesta y La Serna, se reunieron este día enMadrid con el presidente del consejo Sr. Silvela y conel ministro de agricultura Sr. Gasset, para pedirlesauxilios que remedien la penosa situación de los pueblosafectados por la riada, también expusieron la necesidadde repoblar los montes para evitar que las aguasdiscurran con esa violencia. Después recibió el Sr. Dato(ministro de fomento) al ministro de obras públicas y ledijo que había acordado junto con Silvela que de losfondos de la Comisaría Regia se destinen 100.000 ptspara socorros y obras públicas de reconocida utilidad.El ministro escribió un despacho al gobernadorcomunicando que la Reina y el gobierno lamentabanlos grandes de desastres de la tormenta. El ministro deagricultura pidió información detallada de los daños parapoder valorar con eficacia los recursos necesarios paramitigar el daño. El alcalde de Albox publicó un bandocon las palabras del telegrama del ministro de agriculturaenvió a Albox y así alentar el espíritu de los vecinos,necesitados de consuelo. Andrés Pio envía otro alministro diciendo: "Le ruego, con lágrimas en los ojos,venga y aprecie personalmente la inmensa proporciónde la catástrofe, la pérdida de casas… tierras…comercios… dejan en tan espantosa miseria a estepueblo, que no se vislumbra otra esperanza que lo quevuestra excelencia proponga después de que presencie

El ministro de agricultura Gasset

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los desastres". Anteriormente, en las inundaciones de1888 en el Almanzora y la de 1891 en Albox, visitaroneste pueblo sendos ministros de fomento, Canalejas ySilvela.

Después de 16 horas de viaje, llegó el día 29 de junio,a las 11 de la mañana a Albox el gobernador Sr.Angresola, había partido de Almería en tren hasta Guadixy luego siguiendo viaje en diligencia hasta Baza,prosiguiendo en tren hasta Cantoria y en caballeríahasta Albox, debido a la desaparición absoluta de loscaminos. Acompañaban al gobernador, el comandantede la guardia civil Sr. Díaz, los diputados provincialesSr. Mena y Sr. Martínez, el arquitecto provincial Sr.López Rull, el ayudante de ingenieros Sr. Quiñones, elrepresentante del periódico "El Ferro-Carril" el albojenseSr. Amador Ramos, por "El Regional" Sr. Aparicio y por"La Crónica Meridional" el Sr. Berruezo. A la llegada aAlbox, el Gobernador pudo comprobar que la desolaciónque le anunciaron era cierta y comprobó in-situ laconsternación de la población, entrando a duras penasen las primeras calles, el vecindario le vitoreaba y seagolpaba a su paso pidiéndole auxilios. Comprobandoel Sr. Angresola el grandísimo desastre ocurrido en estavilla, citó esa misma mañana en el ayuntamiento a losmayores contribuyentes y a los diputados provinciales,(incluido José de Arvide Sevilla, albojense, médico ydiputado provincial) para celebrar sesión extraordinaria.También asistió el cura párroco Diego Fernández, eljuez municipal Miguel Sánchez Miras y la prensa.Hablaron en este acto el gobernador, que con palabrafácil manifestó "la pena que sentía ante esta catástrofe,prometiendo ayudas en el terreno oficial para que enparte, se pusiera remedio a esta penosa situación",siguieron las palabras del alcalde, el vicepresidente dela comisión provincial, el párroco y el director del periódicoAmador Ramos. El gobernador entregó al alcalde 3.000pts, dos mil de ellas del fondo de calamidades, como

donativo de la diputación para socorrer a los damnificadosde la inundación. Con el mismo objeto entregó el alcalde1000 pts. de su propio bolsillo. El pueblo recibió conjúbilo la noticia de estos donativos. En la sesión delayuntamiento se acordó, entre otras cosas, la delsaneamiento de las calles, a fin de evitar enfermedadesdebido a la enorme cantidad de tarquín acumulado portodo el pueblo y a los rigores del verano. Se acordótambién socorrer a los vecinos que se han quedado enla miseria y pedir al gobierno que se finalice el muro dedefensa. Se constituyó en ese momento una junta desocorros la cual solicitaría al gobierno ayuda económicapues las ayudas hasta la fecha eran insuficientes paraatender todas las necesidades. El gobernador visitódespués la población dando fe del desastre. El arquitectoprovincial Sr. Rull reconoció los edificios que amenazabanruina, mandando demoler los más afectados, apuntalarotros y desescombrar los restantes. También recibió elgobernador a las distintas comisiones de los pueblosvecinos, Arboleas, Zurgena, Cantoria, Fines, Suflí,Purchena… que quisieron exponerle los daños de lasaguas en sus respectivos municipios. En la noche deldía 30 de junio, ante el llamamiento del Sr. Angresolay del alcalde, llegaron las esperadas harinas, pero node Huércal ni de Lorca, sino de Baza.

Recogía la prensa de ese día 30 que "No hay, ni habráen el mundo provincia más desdichada que esta provinciade Almería. Suspiran los labradores porque lluevasiquiera lo bastante para poder sembrar, pero no lluevey la sequía más espantosa quema y destruye laesquilmada tierra; pero cuando se ha perdido laesperanza, cuando ya la lluvia no es necesaria, cuandola lluvia puede constituir un peligro, entonces llueve yde un modo torrencial y espantoso, asolando camposy destruyendo las vegas, llevando la miseria y el espantoa los pueblos, la fatalidad nos persigue, es nuestro sino".

Restos del monolito que había en el muro y que arrastró la inundación del 26 de junio de 1900

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Una comisión de Albox formada por el alcalde AndrésPio, el abogado Miguel Sánchez Miras, el tambiénabogado y ex-alcalde en 1894 y 1899 Francisco JiménezQuílez, que marcharon a Madrid, con objeto de pedirque se remedien como es justo las calamidades ydesdichas que habían caído sobre este pueblo. En lamañana del día 9 de julio de 1900, visitaron al Marquésde Aguilar de Campoo, primer Comisario Regio eimpulsor del muro de defensa de Albox, esa mismamañana se reunieron con el que era Comisario Regioen ese momento, Manuel Eguilior (futuro Conde deAlbox). Por la tarde visitaron al ministro de Obras PúblicasSr. Gasset, pidiéndole que remedie la miseria que existíaen aquella villa a causa de la inundación, el ministroofreció voluntad en ayudar en los socorros. Esa tardese reunieron con el político Echegaray. Al día siguientese reunieron con la colonia almeriense de Madrid , lacual estaba organizando espectáculos a beneficio delos inundados. El colegio de farmacéuticos de Oviedoabrió una suscripción para ayudar a sus compañerosde Albox, acto seguido todos los colegios farmacéuticosde España siguieron el ejemplo de los Cántabros,remitiendo todas las ayudas al colegio de Madrid paraque se reenviara a Albox. El librero albojense PedroMª Fernández constituyó una junta gestora para recabarde todas las cámaras de comercio de España, ayudaspara Albox.

El Alcalde Andrés Pio, a pesar de ser analfabeto y algotosco, tenía un sexto sentido para las cosas, gracias aeste olfato hizo una gran fortuna. No tardó en darsecuenta que los socorros prometidos por lasadministraciones nunca llegarían, por lo que dispusoque se hiciera una suscripción voluntaria para laspersonas que vivieran o tuvieran casa en la parte delpueblo inundable, este donativo estaba dirigido a laspersonas que estuvieran en condiciones de poder darloy a los cuales se les entregaría resguardo de la entrega,también debido a la importancia de la obra, seespecificaba que en el listado de personas que debíancontribuir, en el caso que por cualquier pretexto no lohiciesen, se debía añadir en el listado junto a sunombre:"negose a contribuir". El ayuntamiento donópara la obra 11.000 pts, Miguel Sánchez Miras 800 pts,Andrés Pio 750 pts, Vicente Teruel Ramos y ManuelPérez Navarro 500 pts. Mateo Sánchez cedió todos los

terrenos para el emplazamiento de la obra y depósitode materiales, los médicos Juan Granados y José Arvide250 pts,… Con la suscripción hecha por los vecinos deAlbox se reedifico la parte de muro que habíadesaparecido con la riada e incluso se le dio mayoraltura, es fácil distinguir desde la rambla los dos tonosdistintos de muro, debido a que aún siendo la mismapiedra, corresponden a distintas épocas la parte deabajo es del muro original de 1892 y la parte superiorde 1900.

Las inundacionesson una constante secular que hamoldeado la vida y las costumbres de los albojensesdesde tiempo inmemorial, incluso su desarrollourbanístico hacia La Loma fue debido a la rambla y asus caprichos, el muro de defensa de Albox pertenecea nuestro patrimonio y debemos protegerlo entre todos.Las inundaciones de 1891, 1900 y 1973 forman partede la historia de este pueblo, acontecimientos que hanmarcado a todos los que las vivieron, demos graciasque todas han sucedido durante el día, si hubieran sidoen la madrugada, estaríamos hablando de medio millarde victimas seguramente. Las causas de que afectaranlas avenidas tan duramente a esta población las comentóacertadamente, el amigo Kiko, en su artículo "LaConstrucción del Muro de Defensa de Albox" de larevista El Arriero 2013, donde decía que: "la causafundamental de las inundaciones en Albox, era que latrayectoria que sigue la rambla se dirige directamenteal pueblo, a la altura de la plaza y es muy complicadoque cualquier defensa, por muy buena que sea, nosproteja de las impetuosas aguas". En efecto siemprese repite lo mismo: tormenta, rambla, meona, desastre.La mayor aportación a la seguridad de este pueblo enlos últimos 100 años, fue la canalización en 1976 de larambla, por lo que desviaba la trayectoria de la misma,dejándola paralela al pueblo y no como anteriormente,que se debía enfrentar obligadamente a la plaza deAlbox.

El año pasado relaté la inundación del 11 de septiembrede 1891, ahora hemos vivido la del 26 de junio de 1900,por lo tanto queda pendiente para finalizar esta "trilogía",contar lo que pasó la mañana del 19 de octubre de1973.

Plano de Albox de 189745