LA MEMORIA DE LA HISTORIA: PENSANDO LA ENSEÑANZA DE LA HISTORIA COLOMBIANA A TRAVÉS DE LA MEMORIA

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LA MEMORIA DE LA HISTORIA: PENSANDO LA ENSEÑANZA DE LA

HISTORIA COLOMBIANA A TRAVÉS DE LA MEMORIA1

Obra inscrita en derecho de autor en Colombia 2: Libro 10, tomo 337, partida 361.

Por: Yuri Magnolia Arias Montenegro3

“La educación es el punto en el que decidimos si amamos al mundo lo bastante como para asumir una responsabilidad por él y así salvarlo de la ruina que, de no ser por los nuevos y los jóvenes, sería inevitable. También mediante la educación decidimos si amamos a nuestros hijos lo bastante como para no arrojarlos de nuestro mundo y librarlos a sus propios recursos, ni quitarles de las manos la oportunidad de emprender algo nuevo, algo que nosotros no imaginamos, lo bastante como para prepararlos con tiempo para la tarea de renovar un mundo común”

Hannah Arendt.

INTRODUCCIÓN

El ejercicio de pensar cómo se “enseña” cualquier área del conocimiento debería

ser el punto cero para iniciar un periodo académico. En el caso de la enseñanza

de la historia colombiana, preguntar por el cómo, el para qué y cuál es el sentido

1 Este artículo presenta, en primer lugar, las reflexiones que dieron origen a la propuesta metodológica

aplicada en las clases de Historia y Problemas Colombianos, denominada: La memoria de la historia, orientados por la docente Yuri Magnolia Arias, en La Fundación Universitaria del Área Andina. En segundo lugar, presenta los resultados de la aplicación de esta metodología. 2 Ministerio del interior y de Justicia. Dirección Nacional De Derecho De autor. Unidad Administrativa

Especial. Oficina de registro. Yuri Magnolia Arias. 19 de Julio del 2012 3 Filósofa, Universidad Nacional de Colombia. Magister en Investigación Social interdisciplinaria, Universidad

Francisco José De Caldas. Docente de Historia, Ética y Socioantropología.

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de mostrar lo que ha pasado en Colombia, se torna urgente porque definir que ha

pasado en Colombia no es tan fácil, si se quiere ir más allá del evento, de

reseñar fechas, protagonistas, héroes y anti héroes, vencidos y vencedores. El

devenir de Colombia es tan complejo, que ni aún si se quisiera mostrar desde una

simple narración de hechos se lograría un acuerdo unívoco. No hay acuerdo, esto

porque responder por el cómo nos hicimos Colombia, y cómo es Colombia es en

último término responder por lo qué somos y por qué somos como somos, es

decir, es responder por la configuración de nuestra realidad.

La complejidad de esta realidad requiere de una visión interdisciplinaria, para

poder a más de dar cuenta por la historia como registro del pasado, por los otros

elementos que entretejen lo histórico con lo social, cultural, político, económico,

lo colectivo, lo subjetivo.

Ahora bien, si abordar la realidad de Colombia se torna complejo, enseñar una

cátedra que pretende mostrar su historia lo es aún más, no sólo por lo

anteriormente mencionado sino porque se debe tener en cuenta que las personas

que están ahí al frente esperando lo que se les va a mostrar, esa historia que se

les va a contar, están motivados, las más de las veces, tan sólo por la obligación

académica de tomar la materia, es decir, con poco interés, posición que se debe

aceptar como válida, pues ¿por qué deben los estudiante, a priori, interesarles la

historia de Colombia?

La respuesta fundamentada en la autoridad suele ser: Ser colombiano es razón

suficiente para querer aprender la historia de Colombia. Esta respuesta no basta

porque justamente ahí está el problema, ser colombiano no es una razón que

propicie por sí sola sentir que es importante lo que ha pasado en Colombia, esto

porque claramente, casi se podría enunciar como una característica natural del ser

humano, sólo sentimos interés por aquello que tiene que ver con nosotros, o dicho

de otra manera, sólo nos importa aquello de lo que hacemos parte, con lo cual nos

identificamos y la mayoría de las veces los estudiantes no encuentran una

relación directa entre la historia del país y ellos.

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Afortunadamente, que la historia de Colombia no tenga una relación con la vida

de cada uno de las personas que se encuentran en las clases de historia

(estudiantes y docentes) es una situación aparente. Toda la historia de Colombia

tiene que ver con sus nacionales desde siempre y hasta el presente, y desde el

presente hasta el futuro, porque ¿qué es la historia de un país sino el recuento de

lo que le ha pasado a sus habitantes, a sus pueblos y sus culturas y de lo que ha

pasado con y en su territorio?

La historia contiene tres categorías principales: el tiempo, (que trascurre) el

espacio y los sucesos, entonces, cuando se cuenta una historia, básicamente se

da cuenta por lo que pasó, dónde paso y cuándo paso; se pueden agregar otros

elementos de análisis como: por qué pasó lo que paso; aunque la mayoría de las

veces la enseñanza de la historia se limita a las tres primeras categorías. Cabe

preguntar: ¿enseñar historia de esta manera, logra trasmitir a los estudiantes un

sentido de pertenencia y de identificación como parte de un grupo social, en este

caso, sentirse miembros de la nación colombiana? La primera respuesta que se

vislumbra es no. “Enseñar” historia de esta manera, dificulta evidenciar la relación

que tiene lo sucedido con la vida individual –familiar de cada uno, y con el

acontecer actual de la nación a la que pertenecemos.

Esta pregunta y sobre todo la preocupante respuesta, generó la necesidad de

buscar una metodología que propiciara en los estudiantes mayor interés por la

historia de Colombia, con la cual se pudiera mostrar la relación de lo histórico con

la realidad actual, y sobre todo, mostrarle a los estudiantes la relación que existe

entre la historia de sus familias con la historia del país y de esta manera propiciar

que los estudiantes desde su intelectualidad y afectividad se asumieran partícipes

de la sociedad colombiana, así surgió abordar la enseñanza de la historia de

Colombia desde la memoria4.

4 Esta metodología surge en un proceso de experimentación en el primer semestre de 2010, mientras

cursaba mis estudios en la maestría de Investigación Social Interdisciplinaria” en la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Esto fue posible porque tuve la oportunidad de tomar clases cuya temática aborda la realidad colombiana desde diversos aspectos incluyendo el histórico, sumado a la realización de mi investigación “Prácticas Curativas Populares: La tensión entre la memoria hegemónica y la memoria

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Con el fin de clarificar los elementos teóricos y prácticos que sustentan esta

metodología, en el apartado siguiente se esbozan los conceptos memoria e

historia.

LA HISTORIA, LA MEMORIA

Los conceptos de historia y memoria tienen puntos de afinidad, de cercanía y otros

en los que se presentan irreconciliables. Como el ejercicio que se desarrolló se

hizo pensando en fortalecer la enseñanza de la historia retomando elementos de

la memoria, no se profundizó en las diferencias sino que se indagó por elementos

que se podrían denominar “memoria de la historia”, es decir, la vivencia de

algunas personas sobre eventos históricos.

La historia y la memoria miran el tiempo pasado, en esto se encuentran y se

desencuentran. Al respeto plantea Pierre Nora5:

“Memoria e historia funcionan en dos registros radicalmente diferentes, aun cuando es evidente que ambas tienen relaciones estrechas y que la historia se apoya, nace, de la memoria. La memoria es el recuerdo de un pasado vivido o imaginado. Por esa razón, la memoria siempre es portada por grupos de seres vivos que experimentaron los hechos o creen haberlo hecho. La memoria, por naturaleza, es afectiva, emotiva, abierta a todas las transformaciones, inconsciente de sus sucesivas transformaciones, vulnerable a toda manipulación, susceptible de permanecer latente durante largos períodos y de bruscos despertares. La memoria es siempre un fenómeno colectivo, aunque sea psicológicamente vivida como individual. Por el contrario, la historia es una construcción siempre problemática e incompleta de aquello que ha dejado de existir, pero que dejó rastros. A partir de esos rastros, controlados, entrecruzados, comparados, el historiador trata de reconstituir lo que pudo pasar y, sobre todo, integrar esos hechos en un conjunto explicativo. La memoria depende en gran parte de lo mágico y sólo acepta las informaciones que le convienen. La historia, por el contrario, es una operación puramente intelectual, laica, que exige un

disidente”, en la cual se toma como una de las categorías de investigación el concepto de memoria. Así, los elementos teóricos e investigativos y el ejercicio pedagógico en las clases de historia y problemas colombianos, ha permitido durante cuatros semestres un proceso constante de revisión en la aplicación de la metodología. 5 Historiador francés. 1931. Ha pensado y escrito diversos libros y artículos sobre la identidad nacional y la

memoria, eso lo convirtió en un referente teórico obligado para diseñar el ejercicio pedagógico de enseñar la historia desde la memoria.

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análisis y un discurso críticos. La historia permanece; la memoria va demasiado rápido. La historia reúne; la memoria divide.”6

Así, la historia funda su pretensión de objetividad en el análisis crítico, intelectual,

por ello, no hay un referente propiamente a la experiencia, no hay un sujeto o un

colectivo de sujetos que le den emoción, por decirlo de alguna manera. La historia

es desencarnada, su narrativa refiere el evento, instaura una versión del evento

sin la vivencia. Por el contrario, la memoria es emoción, no pretende objetividad,

porque lo vivido no se puede por principio narrar de manera objetiva, narrar lo

vivido no hace referencia a lo que pasó sino a lo que se asume desde lo subjetivo

que pasó, en una palabra, la memoria es pura experiencia.

Podría pensarse de manera errónea que el concepto de experiencia refiere a un

individuo, pero no es así, no cuando la experiencia se convierte en memoria, esto

porque el recuerdo siempre se da en contextos colectivos. La memoria individual

no se encuentra completamente cerrada y aislada, pues una persona para evocar

su pasado tiene necesidad de apelar a los recuerdos de otros, poniéndose en

relación con puntos de referencia que existen fuera de él y que son fijados por la

sociedad. Aún más, el funcionamiento de la memoria individual no es posible sin

los instrumentos que son las palabras y las ideas, que el individuo no ha

inventado, y que son tomadas de su medio7; en palabras de Paul Ricoeur (2004)

la memoria es: “el relato que los miembros de un grupo comparten sobre su propio

pasado y que constituye su identidad”, es decir, la memoria es ante todo un relato

colectivo que vincula a los miembros de un grupo de manera afectiva y crea una

representación de un “nosotros”, esto porque al narrar lo que se recuerda se

trasmite “la experiencia de vida”.

6 Entrevista a Pierre Nora, realizada por Luisa Corradine. “No hay que confundir memoria con historia”.

Publicado en impreso en Los intelectuales, el mundo y la nación. Consultado en: http://www.lanacion.com.ar/788817-no-hay-que-confundir-memoria-con-historia-dijo-pierre-nora 7 HALBWACHS, Maurice. Los Marcos Sociales de la Memoria. Barcelona: Anthropos, 1994. p. 45.

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La trasmisión de memoria en Colombia está en crisis, o somos un país que desea

el olvido, que no tiene tiempo para escuchar, ni los relatos construidos de manera

juiciosa por la historia, ni menos aún, los recuerdos de aquellos que estuvieron ahí

mientras la historia pasaba. Por eso tanto la historia como la memoria han sido

remplazadas por versiones perversas trasmitidas por televisión.

Desde este panorama se convierte en un imperativo educativo recomponer para

las generaciones jóvenes la enseñanza de la historia y la transmisión de memoria.

La primera sirviéndose del rigor intelectual de la historia como ciencia social, de la

filosofía de la historia, y de todas las disciplinas que nutren su comprensión. La

segunda, buscando en la fuente familiar y social de los jóvenes, los que por

derecho propio son los llamados a trasmitir sus experiencias de vida. Para lograr

este propósito, se implementó la realización de investigaciones en las cuales se

indaga por las vivencias de personas cercanas a los estudiantes sobre el suceso o

la época abordada, entonces, los eventos históricos se encarnan en la memoria

del abuelo, el vecino, los padres, y ellos transmiten desde sus experiencias vitales

la posibilidad de entender, analizar y ver en la historia una relación con la vida de

cada uno. Conocer la memoria de la historia es asomarse a la propia historia de

vida familiar, porque cada pasaje de la historia del país puede ser ubicado en el

propio linaje familiar.

¿QUIÉN VIVIÓ LA HISTORIA?

La historia puede parecer un esqueleto, al punto que resulta difícil creer que

alguien haya vivido esos eventos que nos presenta. Sería deseable que los

eventos trágicos no los hubiese vivido nadie y que la historia fuese tan sólo una

ficción más de la vida, pero no es así. La verdad es que la historia sustrae de la

vivencia el hecho histórico y los personajes que vivieron eso que pasó, están en

alguna parte con sus recuerdos, tejiendo eventos para componer una totalidad de

experiencias.

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Lo sorprendente no es que alguien haya vivido la historia, la sorpresa surge

cuando se descubre que ese quién es cercano, entonces la historia se ve desde

la memoria.

RESCATANDO LA MEMORIA DE LA HISTORIA

Cuando se les pidió a los estudiantes que preguntaran a sus familiares o vecinos

lo que habían vivido en la época que se estaba abordando en clase, la mayoría

supuso que se quería saber por un saber académico, algo así, como verificar que

tanto sabían sus padres, abuelos y vecinos sobre estos eventos. Por eso, muchos,

en realidad casi todos, se sorprendieron, porque las personas consultadas no

respondieron desde un saber teórico sino que empezaron a hablar de su vida. A

continuación se presentan algunos ejemplos.

Abuelo que escuchó del bogotazo:

“ que mataron a Gaitán, ese día mi corazón sufrió en silencio porque murió el que nos iba a salvar a nosotros los pobres, había muerto el candidato del pueblo, estaban ya la policía y los chulos o godos también llamados, nos perseguían. Por eso me fui para el Huila, me hice amigo de Don Floro Díaz, godo de cuna y la verdad le salve la vida, lo iban a linchar los liberales,” yo le dije vámonos”. En este tiempo hija, no se podía ver godos con liberales, pero él en gracia a que le salve la vida fue conmigo hacia el Huila, en el camino compartimos hazañas para salvarnos la vida muchas veces.

Hay muchas cosas que decir de este tema, lo único claro es que fueron muchas muertes y fue muchos lo cadáveres que tuve que pasar por encima y sin poder hacer nada.

Lo único bonito de mi llegada al Huila fue que conocí a su abuela Barbará Rivera de Culma.”8

La estudiante contó que para ella fue no sólo una sorpresa sino un impacto

emocional muy fuerte descubrir que su abuelo había tenido que huir de su tierra, 8 Conversación con el señor Vicente Culma.

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que la violencia lo había marcado tanto. Dijo sentir especial emoción con la

narración que hiciera su abuelo de la “historia de amor” con la abuela. Con esta

historia y otras, recuperadas por otros estudiantes, se hizo un riguroso análisis de

la época de la violencia en Colombia, del bogotazo, de la figura de Jorge Eliécer

Gaitán, y se trató de entender por qué su muerte desencadenó esta violencia.

Otra historia que quisiera presentar es la de una señora que ante la pregunta de

su hijo de cómo había vivido ella y su familia la violencia, decidió escribir el relato.

Esta historia de la cual se ponen aquí solo unos apartados9, muestra como la

historia del país está entretejida con la historia de vida.

“Nací el 10 de Julio de 1941 en San Pedro, corregimiento del municipio de Armero Tolima, en una finca llamada “El Vergel”, propiedad de mis padres (la que yo siempre he considerado como un paraíso). Yo fui la segunda de cuatro hermanos. Mi familia era liberal y católica por tradición más no practicantes, pero siempre nos hemos considerado hijos de Dios y tratamos de vivir bajo sus mandatos y protección….

El 9 de abril de 1948 todo cambió. En ese fatídico día, digo yo, toda nuestra felicidad se fue y llego la tristeza, el miedo y el dolor y la impotencia ante tal situación, no solamente de nuestros padres sino de todos aquellos que como yo no teníamos nada que ver en un conflicto de tal magnitud y que marcaría el resto de nuestras vidas con los trágicos recuerdos de una violencia atroz.”

Es contundente escuchar que la vida de alguien cambio con la muerte de Gaitán,

no porque la historia no indique que la vida misma del país se vio seriamente

afectada por este suceso, sino porque el que sea la mamá de alguien conocido le

da cuerpo y sentimiento, más cuando la señora que cuenta la historia considera

que a partir de este evento cambio el rumbo del “destino” familiar.

“El 10 de abril de 1948, llegó a nuestra casa la primera misión de exterminio, a las 11 de la noche golpearon a la puerta, al preguntar mi madre quien era, le respondieron:

-“La policía, venimos a buscar al “cachiporro” (así llamaban a los liberales) Arcadio Ramírez. Tenemos órdenes de matarlo”.

9 La historia total que el estudiante compartió en clase es de ocho cuartillas, fue leída en su totalidad en

clase. Es necesario clarificar que la historia no fue intervenida de ninguna manera, ni siquiera en su redacción, esto es significativo porque por sí mismo lo que la señora presentó, tal vez sin saberlo, es una historia de vida temática.

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Rápido mi madre nos escondió, a mi hermano mayor y a mí, debajo de las camas, mi padre salió y se lo llevaron y a mi mamá la dejaron por mi hermanito de cuatro años y la bebé que no tenía sino 3 días de nacida. Aquí nuestras vidas cambiaron porque nos quedábamos sin uno de los seres más amados y quien era la fortaleza que nos guiaba. Solamente el llanto y las oraciones a Dios y a la Virgen nos acompañaban.”

El resto de la narración dan cuenta por todo lo que pasó con la familia desde ese

día, toda la historia es un ejemplo de la vivencia de la violencia en Colombia,

incluyendo la capacidad de sobrevivencia de las victimas y la sádica creatividad de

los victimarios. Como era de esperarse aparece también no sólo la posición que

adoptó la señora que narra la historia sino además su análisis político.

“Fueron muchas las atrocidades que se vivieron en esa guerra en donde nadie ganó, todos perdimos.

…La venganza no deja buenos resultados, pero no todos los humanos podemos sobrevivir al horror, terror y dolor que causaron en nosotros esas criaturas que no parecían ser humanos.”

Escuchar esta historia por todos nosotros (estudiantes y profesora) hizo que los

conceptos que hablan de la experiencia y del sentimiento que se trasmite a través

de la memoria, dejaran de ser sólo teoría. Era evidente que más allá del

aprendizaje teórico, se había despertado comprensión emocional y la posibilidad

de reconocer(se) como parte de ese pasado narrado.

Como parte final de este artículo quisiera presentar lo que escribieron los

estudiantes sobre la metodología, sobre la experiencia de indagar con personas

cercanas la memoria de la historia.10

“Lo que vivimos hoy en día es consecuencia del pasado, ahora lo entiendo, por eso me parece triste que toda esa historia de nuestros mayores no la hayamos sabido antes. Que impactante es escuchar los hechos de la historia de nuestro país de la boca de nuestros seres queridos, de la memoria del abuelo se aprende más que de los libros”.

10

Los estudiantes, sin identificarse, escribieron sus apreciaciones sobre el proceso. Se escogieron tres de éstos, que considero muy significativos.

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“El relato plasmado por nuestros seres amados tocan nuestro corazón y abren puertas para soñar con un futuro mejor. La vivencia de aprender la historia desde la memoria nos deja muchas enseñanzas y sensibiliza nuestro pensamiento para hacer siempre el bien.”

“La memoria de nuestro pueblo no muere, no hay que dejarla morir, es nuestra responsabilidad es una herencia que recibimos de nuestros antepasados y será obligación trasmitirla a nuestros descendientes, a esas futuras generaciones para que nuestra historia y sobre todo nuestra memoria no muera.”

Amerita destacar: Sienten tristeza por no haber conocido antes la historia, les

impacta escuchar la historia de la boca de sus seres queridos, se sienten

sensibilizados para hacer siempre el bien y consideran una obligación trasmitir esa

memoria a las futuras generaciones. Estas frases resumen de manera

contundente lo que posibilita mirar la historia desde la memoria.

Bibliografía

HALBWACHS, Mauricio. Los Marcos Sociales de la Memoria. Barcelona

Anthropos. 1994.

NORA Pierre, Entrevista realizada por Luisa Corradine. “No hay que confundir

memoria con historia”. Publicado en impreso en Los intelectuales, el mundo y la

nación. Consultado en : http://www.lanacion.com.ar/788817-no-hay-que-confundir-

memoria-con-historia-dijo-pierre-nora

RICOEUR Paul, La Memoria, la Historia y el Olvido. México Fondo de Cultura

Económico. 2004.

BÁRCENA Fernando. Enseñanza de la historia y memoria ejemplar. Consultado

En: http://educ.queensu.ca/publications/encounters/volume3/barcena.pdf.

ARENDT Hannah. Entre el pasado y el futuro. Barcelona: Península. 1996.

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