La vuelta de cordón- Maniobra de Somersault(Buceando en la Web)
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La vuelta de cordón, el perfecto
chivo expiatorio
Como primera entrada de mi blog, decidí
escribir sobre una pequeña obsesión mía: el
miedo que me da el manejo rutinario que
se hace habitualmente de los cordones
nucales (cordones umbilicales alrededor
del cuello) durante el nacimiento. Es un
tema que comenzó a llamarme la atención
durante mi doctorado, y que ha ido
creciendo y evolucionando desde entonces.
He escrito y hecho presentaciones sobre
este tema y he aburrido sobremanera a las
personas que han cometido el error de
mencionarlo en mi presencia. Así que, a
pesar de haber prometido a mis colegas que había terminado ya con mis charlas sobre "las
vueltas de cordón", voy a volver a sacar el tema. El contenido de este artículo está basado
en revisiones científicas.
Por qué y cómo acaban los bebés con el cordón enrollado alrededor del cuello La presencia de vueltas de cordón alrededor del cuello del bebé durante el parto es algo
muy común. Aproximadamente un tercio de los bebés nacen con el cordón umbilical
alrededor del cuello. El motivo por el que acaba enrollado y el momento en que se enrolla
es diferente en cada bebé. Curiosamente es más frecuente en chicos, quizá porque tienen
habitualmente cordones más largos. También se vuelve más común cuanto más larga sea la
gestación, simplemente porque hay más tiempo para que se enrolle. Y aunque el lazo
formado por el cordón no haya aparecido durante el embarazo puede surgir durante el
parto, ya que el bebé, mientras baja por la pelvis, va rotando y puede acabar con el cordón
alrededor de su cuello.
Un "chivo expiatorio" versátil Los cordones nucales se han convertido en los perfectos chivos expiatorios, ya que
trasladan la culpa de una posible complicación durante el parto a la madre o al bebé en vez
de buscarla en el profesional o el sistema. El resultado es que el miedo a las vueltas de
cordón ha conseguido introducirse en nuestra cultura profundamente. Cada vez que leo
alguna historia sobre un parto inesperado fuera del hospital parece que lo primero que
aparece es el tema de la vuelta de cordón. La historia empieza siempre con la suerte que ha
tenido el bebé de sobrevivir a los peligros de las vueltas de cordón sin la ayuda de expertos
que supiesen manejar esta situación. También he tenido que escuchar demasiadas historias
de partos donde las complicaciones resultantes eran culpa de la presencia de un cordón
nucal.
Antes de abordar algunos de estos mitos vamos a
revisar rápidamente un poco de anatomía y
fisiología. El cordón umbilical está diseñado para
poder ser "llevado" alrededor del cuello sin causar
ningún daño. Está cubierto de la gelatina de
Wharton y enroscado sobre sí mismo. Esto protege
a los tres vasos sanguíneos que lo forman del tipo de
estiramiento y compresión que puede aparecer al
estar unido a un bebé en movimiento. El cordón
umbilical también es suficientemente largo (la
longitud media es 55 cm) para poder envolver confortablemente el cuello de un bebé sin
quedarse corto.
Embarazo No existe ninguna investigación que sostenga la creencia de que las vueltas de cordón estén
asociadas con más muertes de bebés durante el embarazo. Sin embargo, la realidad es que
desafortunadamente algunos bebés mueren antes de llegar a nacer. A menudo se desconoce
la razón por la cual ocurre esta terrible desgracia y este desconocimiento puede sumar dolor
a la devastación del momento. Al nacer es habitual observar que estos bebés tienen el
cordón umbilical alrededor del cuello (al igual que un tercio de todos los bebés) y, aunque
puedo entender la necesidad de encontrar una razón a lo que ha ocurrido y escoger la que
parezca más obvia, no creo que culpar a las vueltas de cordón del fallecimiento de estos
niños sea de ayuda a largo plazo. Los padres necesitan respuestas honestas sobre la pérdida
de su bebé, incluso si la respuesta es "no sabemos qué ha podido ocurrir".
Parto Durante el parto el cordón umbilical no causa problemas. El bebé no está colgando en alto
"sostenido" por el cordón ya que todo el "paquete" (el fondo de útero, la placenta y el
cordón) está moviéndose en conjunto. El útero "se encoge" (se contrae) moviendo al bebé
hacia abajo, a la vez que empuja a la placenta adherida y su cordón. No es hasta que la
cabeza del bebé entra en la vagina cuando son necesarios unos centímetros extras (ver el
momento del nacimiento, más abajo). Sin embargo, es habitual que cuando se realiza una
cesárea por estrés fetal o por falta de progreso durante el parto, la presencia de una vuelta
de cordón sea frecuentemente utilizada como excusa... "¡Ah! ¡Mira! Tu bebé estaba
estresado porque tenía una vuelta de cordón" o "...el cordón estaba impidiéndole
descender". Es muy poco probable que el cordón tenga algo que ver con el estrés o la falta
de progreso. Más bien son otras intervenciones realizadas durante el parto las que han
llevado a este escenario final (como el uso de oxitocina sintética y/o el "no querer esperar.")
Nacimiento (última parte del parto) La vuelta de cordón permanece alrededor del cuello del bebé mientras su cabeza sale del
útero y atraviesa la vagina. Habitualmente la vuelta continúa "floja", ya que tiene margen
suficiente de longitud para ello. Una vuelta de cordón floja no causa ningún tipo de
problema. La sangre continúa circulando a través de los vasos exactamente como lo ha
hecho durante el embarazo y el parto.
A veces el cordón se estira y la vuelta se aprieta durante la última parte del parto, cuando
nace la cabeza. Es posible que no haya suficiente longitud de cordón o que haya quedado
atrapado entre la pelvis y el cuerpo del bebé, algo que podría ocurrir con un cordón más
corto de lo habitual que se hubiese enrollado alrededor del cuello del bebé varias veces. En
cualquier caso, el bebé no se está estrangulando, ya que aun no respira por la nariz. El
oxígeno le llega a través del cordón, no por vía aérea. Mientras que el cordón se estire y
comprima, los vasos sanguíneos transferirán menos oxígeno (pero todavía algo). Como
resultado el bebé sufre una hipoxia (suministro de oxigeno reducido) a corto plazo, que se
resuelve una vez que el cordón se afloja tras el nacimiento y retorna la circulación
sanguínea. Puede que estos bebés nazcan un poco comprometidos, pero se recuperan con
mucha rapidez, si se deja el cordón en paz. Desafortunadamente, son las maneras en las
que se manejan estas situaciones (ver más adelante) las que pueden acarrear problemas
posteriores. Se culpa a la vuelta de cordón de la necesidad de realizar una resucitación en
vez de a la intervención que el profesional ha realizado sobre el cordón.
Riesgos asociados al clampaje y corte de una cordón nucal prieto Una vez que se ha clampado (pinzado) el cordón, la circulación sanguínea entre el bebé y la
placenta cesa, reduciendo el volumen sanguíneo del bebé y el suministro de oxígeno. Esto
hace que la resucitación sea más necesaria y difícil una vez que el bebé ha nacido.
Cualquier retraso en el nacimiento del bebé (por ejemplo, por una distocia de hombros)
aumentará extremadamente el riesgo de hipoxia severa. Si se clampa el cordón mientras se
espera el nacimiento, el bebé pasa de tener limitado el suministro sanguíneo a NO tenerlo
en absoluto. En Estados Unidos ya han tenido lugar acciones legales contra obstetras por
haber cortado un cordón nucal justo antes de aparecer una distocia de hombros.
Un estudio (Sadan y otros 2007) mostró que tanto cortar el cordón como no cortarlo no
afectaba de manera adversa al estado de los bebés tras el nacimiento. Sin embargo, dentro
del estudio no existía ningún caso cordones nucales prietos y, en todos los casos estudiados,
el cordón había sido siempre cortado después del nacimiento del hombro anterior.
¡En un bebé que viene con vueltas prietas de cordón lo peor que se puede hacer es clampar
y cortar el cordón!
Riesgos asociados a estirar y desenrollar una vuelta floja de cordón Una práctica mucho más común es la de estirar para crear una holgura y desenrollar una
vuelta floja de cordón. La mayoría de los profesionales la realizan, ya que así se les enseñó
en sus años de estudio. Sin embargo, manipular el cordón estimula la contracción de las
arterias umbilicales reduciendo con ello el flujo de sangre. Además, el movimiento de
aflojar el cordón involucrará habitualmente algún tipo de tracción que podría causar que el
cordón se rompiese con el subsiguiente sangrado (del bebé). Siendo estudiante de matrona
"se me rompió" un cordón mientras lo desenrollaba por encima de la cabeza del bebé.
Afortunadamente mi supervisora lo clampó rápidamente, pero ¡no antes de que me hubieses
salpicado de sangre toda la cara! Más tarde fue cuando descubrí que los bebés podían nacer
con el cordón alrededor del cuello. O nacen a través de la vuelta, o nacen con el cordón
todavía alrededor.
Comprobar si existe vuelta de cordón Si no vas a cortar o sacar el cordón por encima de la cabeza del bebé, ¿para qué quieres
hacer un tacto a la mujer para ver si existe una vuelta de cordón? Realizar esta
comprobación interfiere con el proceso fisiológico del parto. También refuerza la
percepción de que es una complicación que hace peligrar al bebé, en vez de una situación
común. Decir a la mujer que deje de empujar e introducir tus dedos en su vagina puede ser
doloroso y desempoderante.
Sugerencias para los profesionales de la salud
Habla con los padres antes del parto sobre la posibilidad y normalidad de las vueltas
de cordón
Durante el parto no hagas NADA con el cordón
Si el cordón no deja que el bebé descienda una vez que ha salido la cabeza (algo
extremadamente raro) usa la "técnica de Somersault" (Schorn & Blanco 1991, ver
más adelante)
Una vez que el bebé haya nacido, deshaz las vueltas de cordón (la madre o algún
familiar puede hacerlo)
Si el bebé se ha visto comprometido durante el nacimiento, anima a los padres a
hablarle mientras que la circulación placentaria restablece el volumen normal de
oxígeno y sangre para el bebé (no cortes el cordón ni te lleves al bebé para
resucitación)
El bebé de la foto al inicio del artículo nació en casa, en un parto en el agua. Traía
dos vueltas prietas alrededor del cuello. En la foto, la matrona está en el proceso de
desenrollar el cordón mientras trae al bebé a la superficie y a los brazos de su
madre. Tardó cerca de un minuto en empezar a respirar mientras que la circulación
de su placenta restablecía el volumen sanguíneo y de oxígeno. Su padre sopló en su
carita suavemente y el niño tomó su primera bocanada de aire.
La maniobra de Somersault