Las Ciencias de la Información y Documentación, Miradas desde ...
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LAS CIENCIAS DE LA INFORMACIÓN Y DOCUMENTACIÓN Miradas desde Venezuela y Colombia
Coordinadores:
Johann Enrique Pirela Morillo Nelson Javier Pulido Daza Lilia María Ferrer Morillo Ana Judith Paredes Chacín
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LAS CIENCIAS DE LA INFORMACIÓN Y DOCUMENTACIÓN
Miradas desde Venezuela y Colombia
Coordinadores:
Johann Enrique Pirela Morillo
Nelson Javier Pulido Daza
Lilia María Ferrer Morillo
Ana Judith Paredes Chacín
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LAS CIENCIAS DE LA INFORMACIÓN Y DOCUMENTACIÓN:
Miradas desde Venezuela y Colombia
Universidad del Zulia, Centro de Investigación y Desarrollo en Tecnologías del Conocimiento “Dr. Iraset Páez
Urdaneta”. Ciudad Universitaria “Dr. Antonio Borjas Romero”. Av. Guajira. Núcleo Humanístico, Facultad de
Humanidades y Educación. Bloque B. Oficina B107. Maracaibo, República Bolivariana de Venezuela. Teléf.:
0058 (261)4126292
Universidad de La Salle. Programa de Sistemas de Información y Documentación. Carrera 5ta, N° 59A-44.
Chapinero. Bogotá, República de Colombia. P.BX.: 348 80 00. Telefax: 217 08 81.
Depósito Legal: lf18520153004031
Publicado en la República Bolivariana de Venezuela, Maracaibo, 2016.
Esta obra no puede ser reproducida, integra o parcialmente, por ningún sistema de recuperación, sea
electrónico, mecánico, por fotocopia o por cualquier otro medio sin la autorización expresa de los
editores de la misma.
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Director del Centro de Investigación y Desarrollo en Tecnologías del
Conocimiento “Dr. Iraset Páez Urdaneta” – CIDTEC.
UNIVERSIDAD DE LA SALLE
Hno. Carlos Gabriel Gómez Restrepo, Fsc.
Rector
Hno. Carlos Enrique Carvajal Costa, Fsc.
Vicerrector Académico
Dr. Eduardo Ángel Reyes
Vicerrector Administrativo
Hno. Frank Leonardo Ramos Baquero, Fsc.
Vicerrector de Promoción y Desarrollo
Dr. Luis Fernando Ramírez Hernández
Vicerrector de Investigación y Transferencia
Dra. Patricia Inés Ortíz Valencia
Secretaria
Mg. Nelsón Javier Pulido Daza
Director del Programa de Sistemas de Información y Documentación,
Bibliotecología y Archivística
Dr. Edixson Caldera
UNIVERSIDAD DEL ZULIA
Dr. Jorge Palencia
Rector
Dra. Judith Aular de Durán
Vicerrectora Académica
Dra. María Guadalupe Núñez
Vicerrectora Administrativa
Dra. Marlene Primera
Secretaria
Dra. Doris Salas de Molina
Decana de la Facultad de Humanidades y Educación
Dra. Yamely M. Almarza Franco
Directora de la Escuela de Bibliotecología y Archivología
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CONTENIDO
PRÓLOGO
Dra. Francys Delgado……………………………………………………………….…………
8
I. LA MIRADA DESDE COLOMBIA
Eduardo Mancipe Flechas; Andrea Riviere López; Daniel Felipe Moreno Sarmiento y
Laura Camila Barragán Lizarazo
El diálogo multi-intercultural como referente de sentido en la función cultural de los estudios
de información-documental……………………………………………………………………...
16
Gilberto Suárez Castañeda, Johann E. Pirela Morillo y Vicente González
Responsabilidad social del bibliotecólogo en la sociedad digital mediante la alfabetización
informacional………………………………………………………………………………...……………..
39
Juan Carlos Sierra Escobar
El desarrollo de competencias informacionales en el entorno universitario: evolución,
tendencias y desafíos……………………………………………………………………………………….
51
Luis Fernando Sierra Escobar
Información, ciudadanía y Ciencias de la Información: ¿qué es y cómo se relacionan?.............
63
Nelson Javier Pulido Daza
Los documentos electrónicos y su valor probatorio……………………………………………………
76
Eduardo Mancipe Flechas y Andrea Riviere López
Modelos pedagógicos y formación ciudadana en procesos de enseñanza-aprendizaje de
estudiantes de Bibliotecología…………………………………………………………………………….
101
Ligia Hiomara Vargas Cubillos
Experiencia en el diseño de servicios y productos de información. Estudio de caso: Biblioteca
Universidad de la Salle……………………………………………………………………………………
120
Irene Sofía Romero Otero; Patricia Jissette Rodríguez Sánchez y
María Janneth Álvarez Álvarez
El profesor universitario: Solfeador de algunas olas tóxicas de la academia……………………..
136
II. LA MIRADA DESDE VENEZUELA
Johann Pirela Morillo y Edixson Caldera
Un sistema de competencias para la organización del conocimiento en contextos
globales………………………………………………………………………………………………………
160
Ana Judith Paredes Chacín
Competencias para el desarrollo de estudios de usuarios de información: un enfoque para su
gestión…………………………………………………………………………………………………….…
174
Francys Delgado
El documento electrónico como medio de prueba en la legislación venezolana…………………...
190
Lilia María Ferrer Morillo
La Bibliotecología y Ciencias de la Información en el Sistema de Clasificación Dewey.
Representación del estatuto epistemológico………………………………………….…………………
204
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Tania Peña Vera
Descripción y catalogación archivística…………………………………………………………………
224
Yamely M. Almarza Franco
La conservación preventiva del patrimonio documental, aliada en la prevención de
enfermedades laborales de los profesionales de la información…………………………………….
244
RESÚMENES…………………………………………………………………………….……. 256
INDICE ANALÍTICO…………………………………………………..…………………..…. 260
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PRÓLOGO
Dra. Francys Delgado1
Somos parte de los hacedores de información. Aquellos seres que desde la
diversidad del conocimiento se expresan y buscan trascender en sus ideas y
opiniones, transitando caminos que permiten reflexionar en contextos teóricos
diferentes de las Ciencias de la información, pero comprometidos en una visión
cooperativa, con la generación de nuevos conocimientos. Seres que parten de una
libertad interior para hacer y penetrar el mundo de la información, para Rendón
Rojas este es un mundo habitado por diferentes objetos de distinta naturaleza, y es
ese mundo de la información, parte de otro más amplio, que él denomina el mundo
posible, donde afirma, se encuentra al sujeto en quien el autor, pone el énfasis en
el manejo y predominio de ella. Su status es fundamentalmente ontológico, y así lo
manifiesta. Si no hay Sujeto, evidentemente desaparecería el mundo de la
información. Entonces formamos parte de ese sujeto y somos hacedores,
propulsores de la información, capaces de transcenderla, desde la perspectiva del
esfuerzo conjunto de miradas desde Venezuela y Colombia.
Esta obra recopila el esfuerzo de investigadores en la diversidad del conocimiento
centradas en el dominio de las Ciencias de la Información y Documentación como
un aporte estructurado en diversas áreas. Tiene como finalidad dos visiones
fundamentales, la primera, servir de guía y formación a nuestros estudiantes en
temas relacionados como: diálogo multi-intercultural, responsabilidad social del
bibliotecólogo; desarrollo de competencias informacionales, Información,
ciudadanía y Ciencias de la Información, el documento electrónico; sistemas de
competencias para la organización del conocimiento; modelos pedagógicos y
formación ciudadana; la Bibliotecología y Ciencias de la Información en el Sistema
de Clasificación Dewey, descripción y catalogación archivística, la conservación
1 Profesora de Legislación y Ética de la información en la Escuela de Bibliotecología y Archivología de la
Universidad del Zulia, Venezuela. Profesora de Epistemología de las Ciencias de la Información y de
Seminario de Tesis en la Maestría de Ciencias de la Información de esta Universidad. Investigadora activa
del CIDTEC. Correo electrónico: [email protected]
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preventiva del patrimonio documental, experiencias en diseño de servicios y
productos de información; el profesor universitario.
La otra visión está enmarcada en la reflexión, y análisis del conocimiento, como una
contribución al área de las Ciencias de la información y documentación que se
concibe desde dos miradas y ámbitos geográficos distintos, como lo son la
Universidad de La Salle y la Universidad del Zulia (LUZ), pero vinculadas en sus
propósitos de relacionar y profundizar el conocimiento.
A continuación, se presenta el resumen de cada investigador como una contribución
en conjunto de saberes en las Ciencias de la información y documentación.
En el primer trabajo, El diálogo multi-intercultural como referente de sentido en la
función cultural de los Estudios de Información-Documental, presentado por
Eduardo Mancipe, Andrea Riviere, Daniel Moreno y Laura Barragán, los autores
desarrollan una comprensión de lo que representa el dialogo inter-cultural en la
hermenéutica de Mauricio Beauchot y la fenomenología de Ortega y Gasset.
Analizan la hermenéutica analógica y su relación como modelo interpretativo con el
símbolo. En segundo punto, hacen lo mismo con la fenomenología orteguiana de la
cultura que se articula con el planteamiento de una hermenéutica analógica para
develar, por medio del estudio del símbolo.
Gilberto Suárez, Johann Pirela y Vicente González presentan un trabajo
denominado Responsabilidad social del bibliotecólogo en la sociedad digital
mediante la alfabetización informacional, en el mismo tratan la problemática de
usuarios en bibliotecas universitarias públicas y especializadas frente al manejo de
recursos especializados de información. También permiten visibilizar al
bibliotecólogo experto en manejo de información., quien actúa como agente
responsable y apoya el requerimiento de información de los usuarios para lograr
resultados exitosos en su búsqueda e investigación.
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En cuanto al trabajo de Sierra Escobar, El desarrollo de competencias
informacionales en el entorno universitario: evolución, tendencias y desafíos, se
puede apreciar cómo el autor se refiere al desarrollo de competencias como un
elemento fundamental para mantenerse actualizado y ser competitivo en esta
sociedad del siglo XXI. Parte del criterio, de acuerdo a la posición de Vélez (2011),
de que enseñar ya no consiste en “dictar clase”, sino en guiar al alumno en un
proceso que parte de su experiencia previa y busca llevarlo a un aprendizaje
significativo.
Por su parte, Juan Carlos Sierra Escobar, presenta el tema Información, Ciudadanía
y Ciencias de la Información, donde se pregunta qué es y cómo se relacionan estos
conceptos. Considera que tanto la información como la ciudadanía son dos caras
de la misma moneda, con esta afirmación adquiere sentido el indagar por las
relaciones que subyacen desde preguntas básicas como ¿Qué es?, ¿Cómo se
relacionan? Sustenta las relaciones desde tres perspectivas diferentes, la
epistemológica, la metodológica y la política. El texto lo fundamenta en autores de
reconocida trayectoria en el campo de las Ciencias Sociales, las Ciencias de la
Información y las Ciencias de la Educación. Se refiere a las posturas de Habermas
(1992), Arendt (1997), Rubio (2007), Linares (2005), Rios (2014), Petrus (1997) y
Arias (2006), entre otros.
Nelson Javier Pulido aborda el tema de los Documentos electrónicos y su valor
probatorio. Asume que la función archivística de valoración documental es
considerada como uno de los pilares del proceso de gestión documental, partiendo
de la reflexión sobre la problemática que presenta la aplicación de un modelo de
valoración documental de manera tradicional a los documentos electrónicos. A
través del objetivo de la investigación pretende generar preguntas en torno a la
valoración del documento electrónico, desde el punto de vista del Derecho como
prueba legal y la segunda desde la Archivística, dentro del marco jurídico
colombiano.
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Eduardo Mancipe y Andrea Riviere presentan Modelos pedagógicos y formación
ciudadana en procesos de enseñanza-aprendizaje de estudiantes de
Bibliotecología. Bajo esta perspectiva abordan el problema de la mediación a través
del análisis de los contextos relacionados con los procesos de enseñanza
aprendizaje, en la formación ético-política, realizando un análisis descriptivo de
algunos de los modelos pedagógicos modernos y postmodernos más importantes,
que ofrezcan elementos que justifiquen la necesidad de una mediación
interpretativa y pragmática que proponen se oriente por una racionalidad analógica.
Ligia Hiomara Vargas Cubillos, en su trabajo Experiencia en diseño de servicios y
productos de información. Estudio de caso: Biblioteca Universidad de La Salle,
presenta la experiencia docente en el desarrollo del espacio académico Servicios y
Productos de Información desarrollado como estudio de caso para la Biblioteca de
La Salle. La asignatura corresponde al séptimo semestre nocturno dentro de la
malla curricular del Programa Sistemas de Información y Documentación. Muestra
una estructura de cuatro momentos desarrollados en el transcurso de la materia
denominados: contextualización, fundamentación y desarrollo de la experiencia
docente, finalizando con algunas valoraciones de los participantes.
Irene Romero Otero, Patricia Rodríguez Sánchez y María Álvarez Álvarez, tratan el
tema El profesor universitario: Solfeador de algunas olas tóxicas de la academia.
Abordan la problemática a la que se enfrenta el docente universitario colombiano en
su quehacer diario. Se expone una aproximación de carácter histórico de las
tendencias del sistema educativo del país a finales del siglo XIX hasta el siglo XXI.
Se discute sobre la mercantilización educativa en términos de la calidad, la medición
por medio de indicadores y la evaluación del docente. Posteriormente, se desarrolla
la temática de la autonomía del profesor universitario y finalmente, se hacen
recomendaciones para la búsqueda de alternativas que humanicen la labor del
docente universitario sobre la humanización de la labor.
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Johann Pirela Morillo y Edixson Caldera, en su trabajo Un sistema de competencias
para la organización del conocimiento en contextos globales, proponen un sistema
de competencias para la organización del conocimiento en contextos globales, el
cual se deriva de un estudio que indagó las racionalidades planteadas en los perfiles
curriculares de las escuelas y programas de Bibliotecología, Archivología y Ciencia
de la Información de Venezuela, las expresadas por expertos de organismos
internacionales del ámbito bibliotecológico y archivológico y las de los docentes y
profesionales que se desempeñan como responsables de los procesos de
organización de conocimiento en servicios bibliotecarios universitarios de países
como: Venezuela, Colombia y Uruguay. La propuesta se basó en los siguientes
principios teóricos: la ubicuidad de la información, la reticularidad en los procesos
de creación y socialización del conocimiento y la apropiación socio-crítica de las
tecnologías.
Por su parte, Ana Judith Paredes Chacín trata el tema Competencias para el
desarrollo de estudios de usuarios de información: un enfoque para su gestión. A
través de un análisis sistémico presenta, desde un enfoque de gestión, el desarrollo
de competencias para la aplicación de estudios de usuarios en servicios de
información. Su estructura se fundamenta en teorías y diferentes prácticas cuyos
resultados superan debilidades que impactan en los usuarios. La conceptualización
otorgada a cada una de las etapas del proceso de gestión definido, ha sido
comparativamente evaluada entre la teoría y el método. Como resultado, se expone
un enfoque sistémico respaldado por un constructo epistemológico, con el fin de
que este sea considerado como un modelo didáctico de aplicación, según la
naturaleza de la Unidad de Información, lo cual ha de contribuir con el quehacer y
efectivo desarrollo de los estudios de usuarios en la denominada sociedad del
conocimiento.
Francys Delgado aborda el Documento electrónico como medio de prueba en la
legislación venezolana. Realiza esta Investigación con el propósito de analizar las
leyes y referencias sobre el documento electrónico en Venezuela y su valor como
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medio de prueba. Fue necesario debido al tipo de investigación, la revisión y análisis
de fuentes generales y legales relativas al documento electrónico. Se refiere la
autora al paso del documento tradicional al electrónico, cuya forma cambia
totalmente, y donde los riesgos a los cuales está sometido son cada vez más
complejos y requieren de mayor seguridad. Concluye que el documento electrónico
como medio de prueba en Venezuela es de reciente data. El Decreto Ley sobre
Mensajes de Datos y Firmas Electrónicas en su artículo 4 le otorga a los mensajes
de datos la misma eficacia probatoria otorgada a los documentos escritos. Se podría
decir que a pesar de los avances logrados mediante el Decreto-Ley, todavía hay
que cumplir con disposiciones que no hacen tan fácil el procedimiento legal para el
manejo del documento como medio de prueba.
Lilia M. Ferrer Morillo, en su investigación La Bibliotecología y Ciencias de la
Información en el Sistema de Clasificación Dewey. Representación del estatuto
epistemológico, realiza un estudio terminológico para explicar la representación del
estatuto epistemológico de la Bibliotecología y Ciencias de la información en el
Sistema de Clasificación Decimal Dewey (SCDD). Se considera la representación
de categorías, vertientes, objeto de estudio, fronteras disciplinares y modelo de
racionalidad del campo. Concluye que el SCDD no representa el estatuto
epistemológico y privilegia el uso de conceptos concretos que no expresan la
configuración teórica del campo.
Tania Peña Vera aborda el tema de la Descripción y catalogación archivística, en
una investigación de tipo investigación documental, donde integran las posturas de
cuatro autores clásicos en materia archivística: Aurelio Tanodi, Antonia Heredia,
Theodoro Schellenberg y Fredric Miller, tratando específicamente el tema de la
descripción documental y los instrumentos descriptivos derivados de ella. Se parte
de la definición de este proceso, su finalidad, características, alcance y su forma de
materializarse en herramientas de búsqueda de información concretas, diseñadas
atendiendo a propósitos determinados. De los modelos de instrumentos descriptivos
propuestos por cada autor se han esbozado los datos esenciales que han de
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distinguir a cada uno de ellos, así como su utilidad. Finalmente, analiza brevemente
el uso de las tecnologías en el ámbito de la descripción.
Yamely M. Almarza Franco, presenta La conservación preventiva del patrimonio
documental, aliada en la prevención de enfermedades laborales de los
profesionales de la información, donde resalta la importancia de la gestión de la
conservación preventiva del patrimonio documental y la responsabilidad que tienen
los profesionales de la información, no sólo en su éxito sino en la repercusión de
sus políticas para la prevención de enfermedades laborales. Profundiza en los
referentes conceptuales para gestionarla, destacando las diferencias entre los
soportes surgidos a la largo de la historia e identificando las causas de deterioro
intrínseco y extrínseco.
Finalmente, en esta obra colectiva, todos los investigadores, desde su propia
perspectiva, muestran una semblanza de la diversidad de temas relacionados con
las Ciencias de la información y documentación, en un contexto teórico-
epistemológico constituyéndose en un referente para la reflexión y análisis desde
las miradas de Venezuela y Colombia.
Francys Delgado Maracaibo, República Bolivariana de Venezuela
Año: 2015
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I. LA MIRADA DESDE COLOMBIA
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El diálogo multi-intercultural como referente de sentido en la función cultural de los Estudios de Información-Documental1
Eduardo Mancipe Flechas2, Andrea Riviere López3, Daniel Felipe Moreno Sarmiento4 y
Laura Camila Barragán Lizarazo5
Resumen: En este trabajo desarrollamos una comprensión de lo que representa el diálogo multi-intercultural en la hermenéutica de Mauricio Beuchot y la fenomenología de Ortega y Gasset. Para tal fin, en primer lugar, se ofrecerá un esbozo genérico de lo que es la hermenéutica analógica y su relación, como modelo interpretativo, con el símbolo. Esclarecido este punto, en segundo lugar, se analizará la fenomenología orteguiana de la cultura que se articula con el planteamiento de una hermenéutica analógica para develar, por medio del estudio del símbolo, lo que el hombre es a nivel cultural y las características que definen toda manifestación social o colectiva. Esto nos ha de proporcionar los elementos fundamentales que definen la multiculturalidad, consolidando una propuesta que aborde el reconocimiento intercultural, que es posible a través del diálogo. Así, nos encontramos ante una propuesta que permite un acercamiento al fenómeno simbólico desde una interpretación de las circunstancias del yo en el contexto de la colectividad cultural que puede ofrecer horizontes de sentido a los Estudios de Información Documental6. Palabras clave: Hermenéutica analógica, símbolo, interculturalidad, multiculturalidad, Estudios de Información Documental.
(Multicultural dialogue as a reference of the meaning of the cultural funtion of
Documentary Information Studies). Abstract: In this paper we develop an understanding of what the multi-cultural dialogue in the hermeneutics of Mauricio Beuchot and the phenomenology of Ortega y Gasset represents. To this end, first, a generic outline of analogical hermeneutics and their
1 Resultado del proyecto de investigación Formación Política, Ética y Ciudadana para la Construcción de Paz
en la Universidad de La Salle. Financiado por la Vicerrectoría de Investigación y Transferencia de la
Universidad de La Salle (Bogotá-Colombia). 2 Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, Universidad de La Salle. República de Colombia. Correo
electrónico: [email protected] 3 Facultad de Ciencias de la Educación, Universidad de La Salle. República de Colombia. Correo electrónico:
[email protected] 4 Escuela de Filosofía y Humanidades, Universidad Sergio Arboleda. República de Colombia. Correo
electrónico: [email protected] 5 Escuela de Filosofía y Humanidades, Universidad Sergio Arboleda (Bogotá-Colombia). Correo electrónico:
[email protected] 6 Con Estudios de Información-Documental (EID), se hace referencia al campo del conocimiento centrado en
estudiar las disciplinas informativo-documentales y su interrelación (Mancipe, 2013: 107), concibiendo su
objeto como “la red relacional informativo-documental” y el punto de vista desde el que se aborda el de “las
necesidades informativo-documentales humanas y sociales que hay que identificar, comprender y solventar,
con el fin de democratizar la información, el conocimiento y los saberes” (Mancipe, 2013: 131)
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relationship (as an interpretive model) with the symbol will be offered. With this in mind, Ortega’s phenomenology of culture and its llink to the approach of an analogical hermeneutics will be analyzed to reveal, through the study of the symbol, what man is in the cultural sense and the defining characteristics of all social or collective manifestation. This will provide the key elements that define multiculturalism, consolidating a proposal to address intercultural recognition, which is possible through dialogue. Thus, we establish a proposal that allows an approach to the symbolic phenomenon from an interpretation of the circumstances of the self in the context of cultural associations and interactions that can offer horizons of meaning to the study of documentary information. Keywords: Analogical hermeneutics, symbol, interculturalism, multiculturalism, Information-Documentary
Studies.
1. Introducción
Diversas ramas de las ciencias sociales han abordado, con cierto detenimiento,
la multiplicidad de expresiones culturales, siendo especialmente llamativo el
símbolo en cada una de estas manifestaciones. Esto nos ha permitido tener una
aproximación más concreta a la interpretación del símbolo, signo que nos ha
proporcionado una vía de acceso a la comprensión de la cultura y, por lo tanto, a un
entendimiento más completo de lo que son el hombre y sus circunstancias. Es por
esta razón que la hermenéutica posee una labor central en el presente abordaje,
pues sólo el ejercicio interpretativo puede descifrar aquello referencial y significativo
que subyace a las exteriorizaciones simbólicas.
No obstante, es importante analizar el fenómeno del símbolo desde el modelo de
una hermenéutica analógica que nos dé la posibilidad de acercarnos al ámbito de
lo multi-intercultural, puesto que son diversas las formas en las que cada etnia o
sociedad interactúa con su medio y revela nuevos matices del acontecer simbólico
de la cultura, que son ciertamente disímiles en su conjunto con otras formas de
expresión; y sólo la interpretación de estas construcciones sociales, que surgen bajo
la envestidura del símbolo, podrán conformarse los elementos referenciales que nos
permitirán comprender algunos elementos de la transición de lo multicultural a lo
intercultural, que trace una dialecticidad entre diversos contextos culturales, en los
que los opuestos no se destruyen, sino que se conservan y se dan en tensión.
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Es importante además analizar los aportes de la fenomenología orteguiana que se
hallan en consonancia con la noción clásica de analogía, desde la relación razón-
vida. Esto nos permitiría hablar de una fenomenología-hermenéutica analógica, que
observará desde otra perspectiva el plexo de la plurivocidad cultural y sus
manifestaciones simbólicas, aspectos que nos orientan a la conformación de un
proyecto intercultural que se funda en la dialogicidad de lo simbólico mismo.
De esta manera, en primer lugar, se ofrecerá un esbozo genérico de lo que es la
hermenéutica analógica y su relación, como modelo interpretativo, con el símbolo.
Esclarecido este punto, en segundo lugar, se analizará la fenomenología orteguiana
de la cultura que se articula con el planteamiento de una hermenéutica analógica
para develar, por medio del estudio del símbolo, lo que el hombre es a nivel cultural
y las características que definen toda manifestación social o colectiva. Esto nos ha
de proporcionar los elementos fundamentales que definen la multiculturalidad,
consolidando una propuesta que aborde el reconocimiento intercultural, que es
posible a través del diálogo.
2. La hermenéutica analógica como pensamiento tensional
Iniciemos entonces por aclarar que la hermenéutica es la disciplina de la
interpretación de textos en su contexto. Es importante referir que la noción de texto
a la que hacemos alusión no debe reducirse al documento escrito, ya que también
se pueden interpretar los diálogos y las acciones. También es fundamental que en
la hermenéutica se identifiquen tres elementos significativos, a saber, el autor, el
texto y el intérprete. De esta manera tenemos una intencionalidad objetiva, que
deviene del autor, y, por otro lado, una intencionalidad subjetiva, que surge del lector
o intérprete, mientras que el texto es el referente al que se dirigen autor y lector, en
otras palabras, el texto es el responsable de reunir dos intencionalidades (la objetiva
y la subjetiva), permitiendo así una convergencia de horizontes de comprensión.
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Sin embargo, para que el lector pueda entender el texto, se requiere además un
código, una competencia lingüística (o cultural) que haga posible captar la actuación
lingüística del autor, que es precisamente el texto que fue obra suya. Así, mediante
el código, el lector puede decodificar el texto que el autor encodificó (Beuchot, 2004:
35).
El intérprete, ubicando el texto en su contexto, descontextualiza para re-
contextualizar: Para ello necesita una tarea de análisis, elucidación y de
compresión. Interpretarnos frente al texto para reconocer las distancias entre el
texto y nosotros, para llegar a interpretar de una manera objetiva.
En el acto de interpretación confluyen el autor y el lector, y el texto es el terreno en
el que se dan cita, para extraer del mismo el significado. Según esto, podemos
señalar al menos dos posicionamientos frecuentes que conjuntan las diferentes
formas en las que el hombre interpreta. Unos, ponen el acento en el autor; otros, en
el texto. Unos, pretenden alcanzar una interpretación subjetiva y otros objetiva. Este
es el campo en el que hay que mediar, y se busca un modelo interpretativo que
adopte una estructura de mediación.
Se trata de una interpretación analógica, la cual pretende tener más sutileza de la
que admite la univocidad, que corre el peligro de pecar de sobre-simplificación, pero,
a la vez, más rigor que la que admite la equivocidad, la cual corre el peligro de abrir
demasiado el espectro de las interpretaciones. Su principal instrumento es la
distinción, más que el afirmar y el negar; es decir, trata de buscar la mediación entre
las posturas contrarias y contradictorias, para intentar la integración de lo que de
válido pueda encontrarse en ellas. Y esto es más difícil y complejo que el solo
aceptar o rechazar en bloque. (Beuchot, 2009b: 31)
Esto significa que la interpretación analógica ha de develar la tensión existente entre
dos modelos interpretativos: el de la univocidad y el de la equivocidad. El primero,
tiende a la univocidad objetivista, es decir, a la interpretación que está enmarcada
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por la reducción de la polisemia a la “validez” de una sola lectura comprensiva de
un determinado aspecto de la realidad, en la que sólo una apreciación es la que
prevalece, lo que vendría a definir la superioridad de la intención objetiva. Por otro
lado, tenemos un modelo hermenéutico equivocista, que se caracteriza por las
diversas interpretaciones que pueden llegar a tenerse de un caso específico, pero
sin delimitar los alcances que cada una de las lecturas realizadas proyecte, lo que
pone de manifiesto un panorama irreductible en el contexto de las diversas
consideraciones que se pueden obtener en la búsqueda de la compresión, como
término del ejercicio hermenéutico, razón por la cual se considera que éste es un
modelo interpretativo que da preponderancia a la intencionalidad subjetiva.
Sin embargo, “no se puede postular una lectura unívoca, que pretenda comprender
al autor de manera exhaustiva, como tampoco se puede permitir una lectura
equívoca, que deforme al autor según los intereses y aún las conveniencias del
lector; tiene que llegarse a una mediación proporcional, a un límite analógico”
(Beuchot, 2004: 37). Por lo que es necesario un modelo interpretativo que se
sustente en una racionalidad analógica, que pueda trazar un puente que permita la
fusión del horizonte intencional del autor y del lector, una “cohesión” entre
univocismo y equivocismo donde surja una proportio entre contrarios para develar
la verdad del textual, pero no de manera absoluta, sino siempre gradual y
perfectible.
Es así como emerge el planteamiento de una hermenéutica analógica que subsiste
en la tensión de dos posicionamientos antagónicos, aunque tendiendo más hacia la
diferencia. La analogía es además un método. Es un instrumento lógico que apoya
el pensar en cuanto ordena ya sea en jerarquía o relación de proporción de las
cosas. La analogía tiene por objetivo estructurar las cosas por sus relaciones a fin,
semejanza o por sus diferencias. Ella distingue, y pone en discusión las cosas por
medio del diálogo. La analogía redime las diferencias reconcilia las oposiciones,
ordena lo plural, vincula los antagonismos y finalmente crea un mundo de orden,
respeto y armonía. Fundar un nuevo orden de racionalidad que desborda la
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pluralidad de hermenéuticas propone los fundamentos de un nuevo modelo
ontosemántico que puede ser de utilidad a todos los que estudian la acción humana
desde diferentes ángulos y perspectivas. En palabras de Beuchot:
“…para la hermenéutica, lo más importante de la analogía es que se aleja de la univocidad, con lo cual permite abrir el espectro del conocimiento, dando margen para que no haya una sola verdad o una sola interpretación válida, sino varias; pero, como también se aleja de la equivocidad, esas varias posibilidades de verdad se dan jerarquizadas, y además se evita el relativismo; sólo se da cabida a un sano pluralismo (2004: 38-39).
De esta manera, la hermenéutica analógica proporciona una verdad interpretativa
que perdura en la confluencia que se da entre la intencionalidad objetivista o
univocista, característica del cientificismo, y la intencionalidad subjetivista o
equivocista que surge en virtud de la prevalencia que se le confiere a todas las
interpretaciones, un movimiento que se convierte en un rasgo particular en el
romanticismo, es así como la analogía aboga por un justo equilibro entre los
opuestos.
Para que la interpretación analógica sea posible, existen al menos dos condiciones
principales que se deben tener presentes para matizar cada uno de los aspectos
que se analizarán posteriormente. El primero de ellos, es la proporcionalidad, pues
es como tal lo que supone la analogía misma. Por otro lado, nos encontramos con
una segunda condición de posibilidad sine qua non, ya que si se omite es probable
que no se concretice un proyecto analógico, esta condición no es otra que el diálogo.
Anteriormente ya habíamos anunciado que la dialogicidad es uno de los factores de
importancia para llevar a buen término el presente abordaje, pues bien el diálogo
está precisamente fundado en la inclusión de la diferencia, es decir, en el diálogo
se incluyen las reflexiones individuales que son fruto de la exclusiva interioridad de
cada sujeto, es más, en el acto dialógico es de suma relevancia el acuerdo
intersubjetivo, lo que nos adhiere, de manera directa, a la validez que el colectivo
otorga a una interpretación que deviene de una intencionalidad subjetiva. Sin
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embargo, este no es un consenso que busca integrar todos los posicionamientos e
interpretaciones que surgen en el diálogo mismo, a manera de un eclecticismo
negativo, más bien, es un consenso con referentes que no desconocen sus
alcances y límites, sustentando el acuerdo en la validez inherente del texto
interpretado (recordemos que los textos pueden ser escritos, dialogados, e incluso
la acción misma), un eclecticismo positivo, como resultado de una dialogicidad
analógica.
Así, el acercamiento a la propia y a las otras culturas se da por el diálogo. Para esto
es necesario: (i) Preparar el dialogo, que ve su fundamento en la bildung; (ii)
construir el diálogo que ve su sustrato en la phrónesis. De este modo, también es
importante que en el diálogo se comprenda al menos de manera sucinta el otro
símbolo, lo ajeno culturalmente. El diálogo en una mirada analógica es mediadora
entre lo unívoco y lo equívoco, es conexión entre la diferencia.
Esto nos dará la posibilidad de abrir sin romper, y de sujetar sin atar, nos permitirá
tener amplitud de miras y de horizontes para ser sensibles a las diferencias
culturales, pero también para ser cuidadosos de no perder la comunicación o
universalidad cultural que asegure la dignidad del hombre o de la humanidad, y el
respeto a los derechos humanos. Dejará a las culturas la capacidad de preservar
sus peculiaridades propias, pero sin perder los elementos indispensables que
aseguran lo convivencia o vida en común de los estamentos reunidos en la sociedad
o en el Estado. Permitir lo particular, pero sin perder lo común, o salvaguardar lo
peculiar sin perder la comunidad es lo propio de la analogía. (Beuchot, 2009a: 33)
Este punto es realmente significativo para algunos temas ulteriores que también se
explicarán bajo la congruencia de estas condiciones de posibilidad, que se
convierten en un criterio de orientación en este análisis. Para continuar será
necesario que no perdamos de vista el planteamiento de una hermenéutica
analógica que nos ayudará a esclarecer lo que es el símbolo en su naturaleza
concreta, pero también ideal.
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Hemos enunciado ya que la simbolicidad es una manifestación sígnica central en
las expresiones culturales, pero, por el momento, vamos a dejar atrás esta noción y
consideraremos otra totalmente nueva. El símbolo es una dualidad, una dicotomía
dimensional, éste es el umbral de lo conocido y a la vez de lo desconocido, es el
signo que nos conecta desde lo particular a lo universal, que se encuentra entre lo
desocultado y el ocultamiento, reuniendo lo empírico con lo trascendental, es, en
una palabra, un claroscuro. Es evidente que tiene dos partes: “una es conocida, nos
pertenece; es con la que iremos en busca de la otra, la que embona con ella, con la
cual y sólo con la cual se cumple la simbolización, se lleva a cabo el acontecimiento
de la simbolicidad” (Beuchot, 2004: 144).
Es por esto que el símbolo es comprendido como un signo que conjunta dos
significados, uno que es explicable y otro que es inefable. Pero es la parte la que
logra llevarnos al todo, el símbolo, en este sentido, es una sinécdoque; reúne y
comunica, es un mediador como la analogía. Así, el símbolo “siempre conecta más
allá de lo que muestra, de lo que aparenta, de lo que da fenoménicamente. Es un
curioso fenómeno que conduce a su noúmeno, de lo accidental lleva a lo esencial,
de los efectos a las causas, de lo a posteriori a lo a priori. De las partes al todo”
(Beuchot, 2004: 144-145).
Sin embargo, es cierto que la parte del símbolo que se presenta como la más
evidente existe en la contingencia y la temporalidad humana, por lo que participa al
mismo tiempo, de cierta corporalidad y particularidad que son propias de lo diverso
y contrarias a lo Uno, es decir, se acercan más a la equivocidad y se alejan de la
univocidad. Es por esta razón que muchos posicionamientos han preferido afirmar
que el símbolo no se interpreta, sino que se vive, pero para la racionalidad analógica
no es así, el símbolo nos da la posibilidad de vivir una de sus partes, la concreta,
pero también de trascender hacia lo universal interpretándole.
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Por ello, únicamente quien pertenece por completo a un contexto puede entenderlo.
Y un foráneo no. Es un forastero, un extraño. Pero aquí es donde conviene decir
que el símbolo se puede interpretar a condición de vivirlo; esto es, mientras más se
viva mejor se interpreta, pero siempre analógicamente. De manera imperfecta. Pero
es susceptible de hermenéutica, sólo que una hermenéutica analógica (Beuchot,
2004: 145).
Además, el símbolo en su labor dialógica, conecta a los contrarios. En el hombre
mismo este signo es capaz de unir sus partes, reúne lo afectivo y lo racional, le lleva
a entramar una proporcionalidad entre el estadio inconsciente y el consciente,
enmarcando como tal lo que es el ser humano, natura y cultura. Esa mediación
simbólica “rompe los límites del lenguaje y nos hace acceder al mundo, tocar la
tierra nutricia del mundo, del ser, de modo que podamos conocer metafísicamente
la realidad” (Beuchot, 2004: 147).
También es llamativo que el símbolo, además de su dicotomía dimensional, se
correlaciona implícitamente con la metáfora y la metonimia. Pues, en virtud de esa
dualidad que le es inherente a toda manifestación simbólica le co-pertenecen dos
ejes paralelos que indican, por un lado, referencialidad y, por el otro, polisemia de
sentidos.
De hecho, la metonimia remonta la corriente de lo referencial, nos lleva a la realidad
misma, mientras que la metáfora, como una forma de analogía de proporcionalidad
impropia, se vale de la semejanza para revelar la multiplicidad de sentidos que se
pueden atribuir a un solo concepto. Es más, la metáfora y el símbolo son similares,
en el sentido en el que la metáfora, al igual que todo símbolo, conecta, enlazando
el significado literal con el significado figurado y precisamente esta es la labor central
de la semejanza, sustituir el sentido literal del término y reemplazarle por el sentido
figurativo, aspecto que caracteriza a la metáfora, pero también al símbolo.
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En efecto, éste último tiene así “una aspecto metonímico, además del
metafórico…El símbolo tiene las dos caras de la metáfora y la metonimia. El lado
metonímico del símbolo es referencial, porque tanto el símbolo como la metonimia
tienen un acceso a la referencia” (Beuchot, 2011: 52) y metafórico porque son
múltiples los sentidos que podemos llegar a asignar al símbolo mismo, claramente
dentro de un contexto determinado.
El símbolo es un signo lleno de significados es en la interpretación un objeto
sustancial de la interpretación, pero esta riqueza no se podrá alcanzar desde una
interpretación meramente equívoca o unívoca, pues si nos conducimos por alguna
de las dos vemos que ya estamos minimizando esa riqueza. Así pues, la analogía
será el seguro camino para llegar a ese perfectible ideal de interpretación, donde
prima la diferencia y la sutileza. Sin el símbolo es imposible que se den otras
herramientas para dar lugar a la apertura y a la transformación de la realidad.
De esta manera tenemos ya los elementos necesarios para hablar de una
hermenéutica analógico-simbólica, es decir, un modelo interpretativo que se
conjuga con la racionalidad analógica para comprender el símbolo. Es conveniente
que así sea, ya que no hay mejor perspectiva para interpretar cualquier fenómeno
simbólico que la analogía, pues como lo hemos observado el símbolo posee una
estructura evidentemente símil a la proporcionalidad o equilibrio que guarda la
analogicidad, por lo que podríamos decir que resulta adecuado hablar de una
analogía simbólica y una simbología analógica.
Así, la hermenéutica analógica está entonces íntimamente vinculada con la
naturaleza dialógica que posee el símbolo, ya que si consideramos la posibilidad de
hacer uso de otro modelo de acto interpretativo, a saber, del unívoco, tendríamos
como resultado una hermenéutica referencialista, por lo que se quedaría restringida
la interpretación misma del símbolo a una significación idéntica y restrictiva, en
otras palabras nos quedaríamos con lo metonímico de lo simbólico, por otro lado, si
nos amparamos en un modelo equívoco de hermenéutica obtendríamos una lectura
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de la diversidad de sentidos que nos transmite el símbolo, pero sin referentes, sería
una metáfora que se queda en el significado figurativo, perdiendo el significado
literal, por lo que la semejanza, propia de la metáfora tendría una labor laxa, sino es
que nula; el símbolo sería socavado en su papel central de mediador y se perdería
su sentido universal, mientras que prevalecería su sentido particular irreductible.
Nos encontramos entonces con dos modelos interpretativos que malogran la
comprensión del símbolo, mientras que la hermenéutica analógica puede
aprovechar la riqueza de las exteriorizaciones simbólicas, sin agotar el sentido que
nos puede comunicar el mismo símbolo, razón por la que siempre se puede
perfeccionar el entendimiento de la simbología, pero no a manera de una semiología
infinita, más bien una semiología perfectible que entiende el símbolo viviéndolo para
interpretarlo en la tensión proporcional de referencia-sentido, menester que es
propio de la racionalidad analógica.
Esta elucidación nos prepara el camino hacia una hermenéutica analógica que
comprendiendo el símbolo se acerca a la cultura, en otras palabras, nos
introducimos en el panorama de una filosofía hermenéutico analógico-simbólica de
la cultura. Este ámbito busca contextualizar cada uno de los fenómenos simbólicos
que se forman a nivel individual y colectivo en las diversas tradiciones culturales,
proporcionando a la persona un marco social de desarrollo cognitivo y afectivo.
También es importante que desde este planteamiento de una filosofía de la cultura,
bajo una hermenéutica analógico-simbólica, se forje una vía que nos permita
vincular las diferentes tradiciones culturales en el diálogo, el mismo símbolo nos
puede otorgar el elemento primario para esta empresa, esto con el objetivo de erigir
los pilares que sustenten la base de un proyecto intercultural, es decir, una labor
que marque un tránsito del multiculturalismo al entendimiento y cohesión entre
culturas, para constituir una identidad no sólo internacional, nacional, regional,
étnica o personal, sino simbólica.
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Es el símbolo el que permite que conforme a su interpretación análoga se le dé un
sentido más existencial y configurativo de cada una de las manifestaciones
culturales, las cuales permiten al hombre entretejer su identidad individual y
socialmente. A la luz de este análisis de la cultura a través de la interpretación y
comprensión del símbolo que se emprende desde la racionalidad analógica, se
procura consolidar dicho tránsito, que parta del reconocimiento de la diferencia para
entablar un diálogo inter-tradicional, que logre formar una identidad universal, no
sólo natural, sino cultural, siempre respetando las expresiones simbólicas de las
diferentes sociedades y culturas, que a la vez deben salvaguardar la identidad del
individuo particular que integra un grupo social determinado.
La identidad de una cultura radica no sólo en la existencia misma de instituciones
estatales y familiares, que conforma el núcleo de una sociedad, también la
constituye.
[…] su memoria, su entendimiento y su voluntad. Su memoria está recogida en la historia, que de ella se escribe; su entendimiento, en su ciencia y sabiduría; y su voluntad en las obras de su sentimiento y emoción, que es el arte. Pero en la historia se integran sus mitos, en su sabiduría sus ritos y en su arte es donde están más presentes los símbolos. (Beuchot, 2011: 36),
Y todo esto es identidad cultural, simbológica de la cual dispone toda sociedad. Es
así como el individuo está inmerso en una gran diversidad de identidades, marco en
el que prevalece una identidad mayor a las demás, que es la identidad nacional que
engloba a las otras identidades. Y es en este punto donde se genera una de las
grandes problemáticas a nivel social, pues muchas etnias no reconocen su identidad
nacional, pero pretenden que su identidad cultural sea respetada, sin tener presente
que su comunidad hace parte de una identidad mayor.
Este es un fenómeno común en Latinoamérica y que eventualmente ocasiona
desavenencias entre la entidad estatal y los pueblos indígenas. De manera tal que
nos podemos encontrar con posicionamientos extremos ya sea de la institución
P á g i n a | 29
estatal o de la misma comunidad indígena, por ejemplo, el Estado tiende a imponer
su marco cultural, minando la identidad de las diferentes comunidades y cuando
existe una intención de diálogo entre las partes relacionadas no se tienen claros los
referentes identitarios que les permitan establecer un acuerdo equilibrado.
Mientras que las diversas etnias procuran tener un reconocimiento de parte del
Estado, pero sin ceder espacios de interacción entre culturas, lo que no permite
fundar un acuerdo fructífero en el que se escuchen cada uno de los interlocutores
para consolidar un entendimiento recíproco, es más, en ciertas ocasiones, ni
siquiera se puede lograr un consenso en lo que se refiere a los derechos humanos.
Pero la hermenéutica analógica de la cultura puede ser el mediador entre el
posicionamiento de las instituciones estatales y la perspectiva que poseen las
comunidades o etnias que hacen parte de una nación. Desde luego, este proyecto
debe estar contextualizado en las circunstancias que caracterizan la problemática
social, realizando un diagnóstico que le permita orientar el diálogo entre las
tradiciones culturales comprometidas, siempre identificando los referentes de los
que debe partir el mismo diálogo para fundamentar el futuro acuerdo, que debe
ajustarse a una debida proporción entre los posicionamientos ideológicos,
asegurando en especial un equilibrio efectivo en el ámbito práctico.
Es por esto que la identidad cultural o identidad simbólica es fundamental en el
contexto multicultural, ya que nos brinda la posibilidad de trazar una ruta dialógica
que integra a las diversas tradiciones y sociedades. Este deber recae en una
hermenéutica simbólica que interprete las diferentes identidades culturales que
emergen en las manifestaciones y fenómenos sociales, de evidente expresión
simbólica. Una consideración que nos llevaría directamente a referir que existe una
identidad hermenéutica, que viene a ser la misma identidad cultural o simbólica, que
forjamos en la individualidad y cobra sentido en los proyectos de la colectividad.
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Así pues, como ya lo hemos mencionado, lo más propio del ser humano es el
símbolo. De este modo, el hombre es quien teje las tramas de significado y la cultura
es ese tejido. Es el texto cultural y vivencial del hombre.
La cultura, pues, tiene que darse; pero hemos de procurar que no dañe al hombre,
que le dé espacio para vivir, para existir de manera productiva y creadora, esto es,
amorosa. Tener apertura pero sin desbocarse; tener actitud abierta pero con ciertos
límites que impidan el caos y nos den un cauce, un camino, algo que tiene límite en
el sentido de marcar el camino. La cultura, (…) es un límite y, añado, un límite
analógico. (Beuchot, 2009b: 24)
De este modo, la cultura ha de proveer de espacio al hombre, dar una apertura que
dé sentido. Por ello la cultura es un límite analógico, no rígido que da una indicación,
que muestra el camino sin ser propiamente camino. Una cultura concebida de este
modo ayuda a la convivencia social satisfaciendo las necesidades naturales y
espirituales de cada sujeto. Así, razón y sentimientos se articulan de manera
coadyuvante. Entonces, por la analogía sobresale la diferencia, se da cabida a lo
emocional y a la razón. La cultura posibilita el dialogo, la escucha que se manifiesta
bajo el sustrato de una justicia que implica la formación de virtudes. La cultura se
entiende así como ethos que abarca lo ético, lo antropológico y lo ontológico.
3. Aportes de la fenomenología orteguiana a la comprensión del diálogo
intercultural
Luego de ofrecer una breve exposición de los desarrollos de la hermenéutica
analógica en su relación con el símbolo y la interculturalidad, podemos proseguir
con el planteamiento de la fenomenología orteguiana de la cultura que nos brinda
un enfoque que puede articularse con un modelo interpretativo que se desarrolla
desde la racionalidad analógica.
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Pero antes de presentar el vínculo que poseen estas dos perspectivas es importante
que se vislumbre lo que es una fenomenología de la cultura, según Ortega y Gasset.
Empecemos por la concepción que Ortega tuvo de la cultura en sus diversas etapas
de formación intelectual, esto nos permitirá no sólo ver el desarrollo teórico de la
filosofía de la cultura y las influencias que marcaron una huella indeleble a nivel
profesional en el filósofo español, sino también cómo se consolida una perspectiva
fenomenológica de la cultura misma.
El primer periodo de pensamiento de Ortega tiene una fuerte influencia de la filosofía
neokantiana, pensando la cultura como un objetivo prioritario, se pueden señalar al
menos tres derroteros que la misma modernidad había concebido y abordado como
pilares de la sociedad, a saber, la ciencia, la moral y el arte. Estas son las raíces de
la cultura, en el sentido de progreso ilimitado, un ideal superior, como lo enuncia
San Martín, “[…] el vivir mirando a un ideal sin límites. En su juventud, Ortega
consideraba este modo como el humano; los otros, los que están anclados en las
metas finitas, ni siquiera serían humanos, serían sólo posibilidades de lo humano”
(1999: 129).
Es llamativo que a pesar de que Ortega se mantiene inmerso en esta acepción de
la cultura y sus tres modos de manifestación (ciencia, moral y arte), hace a un lado
el arte porque este mismo tiene cierta dificultad para justificar su razón de ser en el
marco de lo cultural, “eso significa que ya en su época de mocedad la cultura se
vincula con la capacidad de dar razón, esto es lo que permite la convivencia civil.
La cultura, ya de entrada, queda ligada de ese modo con la capacidad discursiva,
dialogante o de razonar” (San Martín, 1999: 130), un aspecto que desde ya
manifiesta una de las condiciones de posibilidad para que emerja la analogía, de
manera que podemos afirmar que esta concepción de la cultura se acerca lo
suficiente a la perspectiva del filósofo mexicano Mauricio Beuchot.
Pero sin intentar detenernos en esta breve elucidación de una fenomenología de la
cultura, será propicio seguir el hilo conductor que Ortega irá hilvanando hasta la
P á g i n a | 32
conformación de una filosofía raciovitalista. Las Meditaciones del Quijote definen un
segundo periodo en el que aún subsisten algunas ideas sobre la cultura desde la
apreciación neokantiana, pero que empiezan a conjugarse con la fenomenología,
que había recibido de Wilhelm Schapp, quien tuvo la oportunidad de conocer a
Edmund Husserl, fundador de esta corriente filosófica, y que influye fuertemente en
Ortega.
Las Meditaciones es una obra temprana del filósofo español, realizada en respuesta
al desafío que Miguel de Unamuno había hecho a los europeístas, que propugnaban
por una europeización de España; específicamente la cuestión que enmarcaba
todos estos posicionamientos era el ideal de cultura más adecuado al contexto
español, Unamuno abogaba por un ideal de cultura que permitiera exaltar los
valores más humanos, viendo con cierta desconfianza el ideal de cultura europeo
que estaba impregnado de un acérrimo nihilismo, esta situación periférica era la que
rodeaba a España, y el objetivo fundamental era adaptar este panorama cultural al
país ibérico. La respuesta al desafío que había planteado Unamuno se consolidó
con la publicación de las Meditaciones, donde se presenta una filosofía de la cultura
integral para la España de principios del siglo XX.
Pero más allá de los hechos históricos que definían el contexto español, las
Meditaciones del Quijote se convertían en una de las grandes contribuciones a la
filosofía de la cultura. La apreciación de la cultura según Ortega permanecía
siempre en lo más inmediato y precientífico de la existencia, la cultura era el yo y
sus circunstancias. La realidad humana y su vivir histórico será el centro de su
atención. Los aspectos más nimios de la cotidianidad, los más usuales e intuitivos
del mundo de la vida representaban la cultura. “La nueva sensibilidad quiere
destacar, frente o antes de la política…, otras dimensiones de la vida, el amor, el
goce de las cosas, dimensiones estas que también deben merecer nuestra atención
y ser <<cultivadas>>. Con esto se anuncia un concepto de cultura: el cultivo de lo
inmediato y espontáneo de la vida” (San Martín, 1999: 134).
P á g i n a | 33
En el mundo vital hallamos funcionalmente lo más fundante del fenómeno cultural,
pero es importante que vislumbremos el sentido más íntimo, la razón de ser de la
particularidad existencial que nos es inherente en la condición de nuestra
contingencia. “Lo individual humano encierra un logos, un sentido, pero si no ha sido
extraído parece insignificante. Logos es sentido, conexión, unidad; es el hilo que
une la circunstancia, lo inmediato, lo vivido espontáneamente con el resto” (San
Martín, 2011: 135).
El Logos orteguiano y la racionalidad analógica convergen en este punto, son
mediadores, trazan caminos para reunir dos hemisferios, en el primer caso uno de
los extremos sería la espontaneidad de la vida, mientras que el otro extremo estaría
en el cultivo de lo vital en el ser humano (es decir, lo que trasciende la circunstancia),
pero esa interrelación sólo es posible a través del sentido (del Logos). En el segundo
caso, la racionalidad analógica se encuentra en la tensión entre dos antípodas, una
unívoca y otra equívoca, y su labor es permitir que se dé una proporcionalidad entre
estos dos posicionamientos que deben entrar en diálogo, sin que sea superior una
a la otra, pues la dialogicidad analógica es esencialmente equilibrio entre contrarios.
4. Aplicación de los supuestos teóricos orteguianos
En las Meditaciones del Quijote se atiende a las cosas más nimias. Al paisaje,
el modo de conversar de los trabajadores, los cantos populares, las peculiaridades
del idioma, las manifestaciones donde se revela una raza, una cultura. Ortega cuida
mucho el no confundir lo grande y lo pequeño, refiriéndose siempre a la necesidad
de una jerarquía. Pues, sin ella el todo se hace caos y nos alejamos de la reflexión
de lo que enrola a la propia persona. "el hombre rinde máximum de su capacidad
cuando adquiere la plena conciencia de sus circunstancias. Por ellas comunica con
el universo" (Maharg, 1992: 36)
P á g i n a | 34
La circunstancia, es lo que está a nuestro próximo derredor. Y toda necesidad se
puede convertir en un nuevo ámbito de la cultura. La cultura nos presenta la
circunstancia purificada.
Ortega ve el logos como un sentido más de la unidad, de enlace entre lo individual
y lo que se muestra como falto de significación. Entonces, la vida del hombre en
sociedad se da bajo la forma de vida individual de cada sujeto. Se configura la
cultura desde lo inmediato individual en miras al todo. De esto, se afirma que el acto
cultural es la creación. Es por medio de la cultura que extraemos el logos de lo que
antes podía ser considerado como insignificante (Maharg, 1992: 38).
Todo lo aprendido en la cultura es la vuelta que cada sujeto toma para hacerse
inmediato. Los que viven frente a una fuente de agua no perciben ya su sonido. Por
ello, es necesario poner una distancia entre nosotros y entre lo que nos rodea. Así,
nuestros ojos ven de nuevo, ven un nuevo sentido. Este abrir de nuevo los ojos
presenta la perspectiva considerada por Ortega, es por medio de la perspectiva que
podemos perfeccionar cada sentido de las cosas que se nos presentan en la cultura.
En esta perspectiva, para quien lo pequeño no es nada, no es grande lo grande. El
sujeto ha de buscar en su propia circunstancia, tal como ella es y se presenta, el
lugar adecuado de la perspectiva. "la reabsorción de la circunstancia es el destino
concreto del hombre" (Maharg, 1992: 38).
En Yo soy yo y mis circunstancias, se entrevé una interpretación que desemboca
de una necesidad del yo y del mundo, un mundo concreto, irrepetible, indiviso, del
que se ha de partir para entender no sólo al mundo sino al hombre. La realidad
radical de este todo unitario circunstanciado encuentra su fuente en la vida del
hombre. Así, el quehacer de la existencia humana -que es un quehacer, no una
cosa, ni materia, ni espíritu- es un drama individual, uno inevitable que sostiene el
vivir. La razón será una autognosis que se encuentra rebasado por las fases
venideras de la vida misma.
P á g i n a | 35
Ortega ve que la creación y el descubrimiento son bases de la cultura. En el
descubrimiento se abstrae de la condición primaria de la espontaneidad el sentido
(el Logos) vital de la existencia cotidiana, que yace oculto en el mundo intuitivo,
mientras que en la creación se concretiza el Logos, lo desoculta haciéndolo, de
cierta manera, más “inmediato” al hombre, permitiéndole trascender las mismas
circunstancias existenciales que lo envuelven.
El filósofo español “[…] cree de esta manera superar radicalmente un vicio de la
modernidad, el idealismo. El idealismo moderno consistía en vivir esas grandes
ideas o ideales, desconectados de la vida concreta. Hay otro idealismo que
absolutizar lo inmediato, hacer que mi circunstancia sea el mundo” (San Martín,
1999: 135). Podemos ver que Ortega ha identificado lo que anteriormente hemos
denominado como univocismo, refiriéndonos con esto al idealismo moderno y, por
otro lado, un equivocismo que radica en la absolutización de lo espontáneo de la
vida, lo que nos llevaría a pensar que cada sujeto conformaría su propia idealización
de sus circunstancias y, por lo tanto, nos encontraríamos con una polisemia
irreductible de idealizaciones subjetivas que no son sanas desde la visión del
descubrimiento-creación orteguianas. “Ambos idealismos han de ser superados.
Eso es «salvar la circunstancia», tomar conciencia de que la circunstancia tiene un
sentido, de que es una parte del universo” (San Martín, 1999: 135).
La tarea nuclear de la cultura es precisamente restituir el lugar de la circunstancia,
salvarla, abstrayendo de esta misma su Logos, es decir, el sentido de lo más
espontáneo, sólo ahí reside la valiosa labor del creador de cultura. Por lo tanto, “la
cultura…empieza en nuestra apertura al mundo; y la constitución del sentido en que
nos adherimos al mundo es el acto creador específico de la cultura” (San Martín,
1999: 140).
El bosque es una posibilidad en el hombre. Es un lugar en donde podría internarse,
reflexionar o cantar. Es una suma de factibles actos humanos, que si se realizan
pierden su sentido genuino. Así, lo que del bosque vemos y está cercano a nosotros
P á g i n a | 36
es un pretexto para que además se encuentre en un claro-oscuro. "los arboles no
nos dejan ver el bosque” pero por ellos mismos el bosque existe. La labor de los
arboles es hacer presente lo que no está latente. La invisibilidad, el estar en lo
oculto, es un asunto esperanzador, pues lo oculto trasforma la cosa, haciéndola una
nueva. No podemos ver el bosque, pero el bosque es lo latente.
Aquí, se evidencia de forma análoga, la multiplicidad de sentidos que el mundo
contiene dentro de sí. Hay cosas que en la existencia visible pierden sentido o valor,
al contrario, las ocultas llegan a tomar más sentido. No se puede exigir que lo
profundo se manifieste como lo superficial. Hay diversos matices de claridad. No se
puede disminuir el mundo a nuestra ceguera. Si actuamos de este modo,
suprimimos lo que es el mundo. No todas las cosas se tienen que presentar
totalmente sino que presentan una parte de ellas, y hemos de conformarnos con su
estricta manifestación. Pues, en ella se manifiesta lo necesario, ni más ni menos y
es el sujeto quien debe reflexionar sobre lo que está oculto. Con los ojos vemos una
parte de la cosa, pero no la podemos ver toda.
La historia humana, a diferencia de la historia natural, es creación, originalidad,
progreso. Los pueblos, las culturas, representan peculiaridades de sensibilidad y de
vitalidad (Ortega, 1914: 131). Tanto en la cultura como en cada individuo se
encuentra manifestada una pugna que busca adaptar el entorno a sus
intencionalidades, el hombre bajo esta mirada no busca subordinarse a las
condiciones que le impone una construcción social sino que busca la manera en
que sus circunstancias se encuentren abocadas en este ámbito y que sean ellas las
que configuren su entramado cultural. Para Ortega la “cultura no es la vida toda,
sino sólo el momento de seguridad, de firmeza, de claridad” (Ortega, 1914: 119).
A grandes rasgos es esta la fenomenología de la cultura orteguiana que según
hemos visto se encuentra íntimamente relacionada con la racionalidad analógica.
Las semejanzas que se han expuesto nos pueden servir como fundamento para
consolidar un proyecto que parta, por un lado, de una fenomenología orteguiana
P á g i n a | 37
que se sustenta en un raciovitalismo (o un sentido espontáneo de la vida), y de una
hermenéutica analógico-simbólica de la cultura, que nos permitan establecer un
enfoque teórico para abordar el tránsito de la multiculturalidad a la interculturalidad,
en función de una dialogicidad simbólica. Disponemos entonces de una
fenomenología hermenéutico-analógica que interpreta el símbolo para comprender
las múltiples manifestaciones culturales, procurando entablar un diálogo entre las
mismas.
5. Conclusión
Tanto el marco de la fenomenología como el de la hermenéutica analógica
trabajan la noción de la dialogicidad, y esto nos faculta para entrar directamente en
el contexto cultural de las diversas sociedades y matizar cada uno de los trasfondos
ideológicos, identitarios y simbólicos que tienen las distintas comunidades, con el
objetivo de acordar con estas mismas no sólo la emergencia de un espacio en el
que otra culturas foráneas puedan compartir los aspectos más importantes del curso
tradicional de una sociedad, sino que además, se funde un acuerdo que
salvaguarde las identidades culturales de las tradiciones que entran en un proceso
de interacción, las cuales forman parte del objeto de estudio de los Estudios de
Información-Documental8.
Un proyecto que está cimentado en la universalidad de un imaginario (simbólico)
común que nos concede esta instancia de diálogo intercultural, que supera el simple
reconocimiento multicultural. Resulta entonces de gran importancia entender que
sólo la dialogicidad simbólica que compartimos, como fenómeno subyacente en el
desarrollo social, nos permite pasar del marco pluricultural a un diálogo proporcional
entre culturas.
8 Para un análisis de la función cultural de los Estudios de Información-Documental ver Mancipe-Flechas (2014).
P á g i n a | 38
El símbolo en una fenomenología- hermenéutica analógica le da forma a otras
culturas, contextos. Con el símbolo entramos en contacto con lo particular y a la vez
con lo universal; con lo concreto y con lo abstracto; con lo finito y con lo infinito.
Comprendemos los actos del hombre, no tomándolos como un simple fenómeno
sino como todo un acto cargado de intencionalidades
Y terminemos con Ortega y Gasset cuando afirma que estos son los “hombres
decididos a no contentarse con la realidad” (Ortega, 1914: 186). La invitación para
los profesionales de los Estudios de Información-Documental se centra en
transformar el contenido cotidiano de la vida a lo extraordinario. Esta es una
propuesta que permite volcar la mirada hacia el otro, reconociéndolo en un contexto
y en un marco cultural, que demanda la formación en una interpretación análoga y
que ha de ser llevada a una vida dialógica.
Referencias bibliográficas:
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Mancipe Flechas, E. (2014). La función cultural de los Estudios de Información-Documental. M. A. Rendón (Ed.). El ser, conocer y hacer en Bibliotecología / ciencia de la información / documentación (pp. 85-104). México D.F.: Universidad Nacional Autónoma de México. Ortega, J. (1914). Meditaciones del Quijote, Madrid, Residencia de Estudiantes San Martín, J. (1999). Teoría de la cultura. Madrid, España: Síntesis.
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Responsabilidad social del bibliotecólogo en la sociedad digital mediante la alfabetización informacional
Gilberto Suárez Castañeda1, Johann Pirela Morillo2 y Vicente González3
Resumen: Este capítulo presenta las problemáticas de usuarios en bibliotecas universitarias, públicas y especializadas frente al manejo de recursos especializados de información. También permite visibilizar al bibliotecólogo experto en manejo de información, quien con seguridad y profesionalismo, actúa como agente responsable y apoya el requerimiento de información de los usuarios para lograr resultados exitosos en su búsqueda, e investigación.
Palabras clave: Responsabilidad social; Sociedad digital; Bibliotecólogos; Alfabetización informacional.
(The librarían resposability about digital society on information literacy)
Abstract: This chapter presents the problems of users in university, public and special libraries against the management of specialized information resources. It also allows to visualize the expert librarian in information management, with security and professionalism who acts as the official responsible and supports the request for information users to achieve successful results in your search, and research.
Keywords: Social responsability; digital society; librarians; information literacy.
1. Introducción
Dentro de las líneas trazadas por el Sistema de Investigación de la Universidad
de La Salle (SIUL), está el fomento de la cultura de investigación en el aula, en el
marco de la línea de trabajo y conocimiento que brinde soluciones a las
problemáticas de la sociedad colombiana, sobre la base de principios de desarrollo
humano integral y sustentable, ecología integral e investigación pertinente, en
1 Programa de Sistemas de Información y Documentación, Bibliotecología y Archivística. Universidad de La
Salle. República de Colombia. Correo electrónico: [email protected] 2 Programa de Sistemas de Información y Documentación, Bibliotecología y Archivística. Universidad de La
Salle. Correo electrónico: [email protected] 3 Programa de Sistemas de Información y Documentación. Universidad de La Salle-Colombia. Correo
electrónico: [email protected].
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sintonía con las demandas de la sociedad y del sector productivo, todo lo cual alude
a la necesidad de desarrollar acciones atendiendo a los criterios de la
responsabilidad social y creación de valor social compartido.
Es por ello, que nos despierta interés y curiosidad investigar sobre la cultura de
acceso a recursos de información en el ámbito educativo y empresarial en
bibliotecas universitarias, públicas y especializadas. Colombia, tiene
manifestaciones muy ricas y variadas, producto de las necesidades de investigación
de ciudadanos de estas comunidades.
Sin embargo, se ha visto a lo largo del tiempo que a pesar de tener suficientes
recursos bibliográficos y hemerográficos, tales como: catálogos en línea, bases de
datos académicas y comerciales, entre otros, para lograr mayor acceso a la
información global y producir conocimiento, el usuario ha preferido utilizar internet y
específicamente Google y Wikipedia, para acceder a la información y producir textos
escritos. Esto lo han manifestado bibliotecólogos, en encuentros de alfabetización
informacional en Colombia (Red Capital de Bibliotecas Públicas, 2010)
Este ensayo es el producto de un proceso de “formación a lo largo de la vida”
(Alejandría, 2005) y corresponde a la línea de investigación que se denomina
“Información, conocimiento y sociedad”. Los intereses sobre el tema, se centran en
las preocupaciones que ocupan a bibliotecólogos, relacionadas con el manejo de
información en el siglo XXI.
Por lo anterior, se plantea la siguiente pregunta ¿Cuál es el motivo entonces, por el
que no se ha logrado aún la incorporación plena, de la alfabetización informacional,
para una óptima recuperación de información, en bibliotecas universitarias, públicas
y especializadas de Colombia?
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2. La responsabilidad social universitaria como componente transversal en la
formación de bibliotecólogos.
La responsabilidad social universitaria se define como la posibilidad concreta de
que desde el currículo y sus apuestas formativas derivadas se generen alternativas
para transferir los conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes en la
superación de problemas sociales presentes en el entorno. En este sentido, los
fundamentos teóricos que apoyan los principios y criterios de la responsabilidad
social, en el contexto de la educación superior, pueden ser relacionados con los
argumentos de Vallaeys (2014), según los cuales la noción de “universidad
socialmente responsable” apela a la construcción de una cultura de justicia social y
de diálogo participativo con la sociedad, entendiéndolo como posibilidad estratégica
que fundamentar la formación profesional sobre la base de los problemas y
necesidades sociales, desde donde se generan insumos medulares para apalancar
procesos de desarrollo sostenible.
Otra idea que puede ayudar a guiar la concepción de la responsabilidad social
universitaria es la noción de currículo incardinado en la sociedad, planteada por
Rincones (2006), quien propone una formación significativa desde la detección de
necesidades prioritarias a las cuales debe dárseles respuestas sobre la base de una
formación profesional integral, alineada con los planes de desarrollo regional y
nacional y comprometida con la superación de los problemas sociales más
apremiantes. De ahí que sea fundamental impulsar relaciones sustantivas entre
todos los estamentos de la sociedad y la cultura para establecer los mecanismos
desde los cuales se generen diálogos permanentes con el entorno.
El planteamiento central en el que sustentamos la idea de formación en el marco de
la responsabilidad social universitaria se concretan en el diseño de alternativas
dirigidas a garantizar la inclusión social y la articulación con el desarrollo nacional;
el aprendizaje y la innovación” (Núcleo de Vice Rectores Académicos de las
Universidades Venezolanas, 2010). Esta concepción alude a la construcción de un
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nuevo modelo de universidad, centrado en la responsabilidad social, desde la cual
el conocimiento opera al servicio del desarrollo, formando profesionales para la
ciudadanía y la participación, sobre la base de la transversalidad curricular como
estrategia que permea y filtra, a partir del microcurrículo, la racionalidad formativa
actual, con miras a fortalecer la pertinencia, mediante la incorporación de los
saberes y las prácticas a las realidades del entorno.
Siguiendo estas ideas, Ramos (2010) también se ha referido al Modelo que se debe
transitar en las instituciones de educación superior, en relación con la incorporación
de los criterios y principios de la responsabilidad social, con objeto de formar
profesionales cada vez consustanciados con la superación de los problemas
sociales. En tal sentido, Ramos (2010), señala que una de las manifestaciones más
singulares de la ética organizacional, al condensar el compromiso de la institución
universitaria con todos los agentes sociales. De ahí que los máximos responsables
universitarios de la gestión estratégica y operativa tienen el deber ético y legal de
cooperar con el desarrollo de aquellas políticas públicas destinadas a lograr el bien
común.
Pero consideramos que el reto va mucho más allá, cuando se trata de formar
bibliotecólogos, como profesionales de la información, quienes deberán diseñar,
implantar y evaluar acciones de alfabetización informacional como una estrategia
esencial que permite la reducción de las brechas informativas, cognitivas y de
apropiación social de las tecnologías, como base de la construcción de nuevas
dinámicas, articuladas en torno a la información y su uso estratégico.
La responsabilidad social de los bibliotecólogos implica que se asuma la
alfabetización informacional como un componente fundamental que permite
construir sociedad del conocimiento, en la cual los usuarios de bibliotecas
universitarias, públicas y especializadas, día a día, apliquen de manera significativa
los procesos de búsqueda, filtro, evaluación y uso ético-legal de la información para
resolver problemas de orden académico y personal-social. Se trata de superar el
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problema que muchos usuarios sienten en cuanto al fracaso en el intento al plantear
su búsqueda, cuando la recuperación de la información, no satisface su
requerimiento.
Resulta evidente para el bibliotecólogo, que niños, jóvenes y adultos, desde su
comunidad educativa o empresarial, piensan y procesan la información, con el
propósito de poder recuperarla y accederla, para generar un nuevo conocimiento
(Marti, 2007). Además de los hábitos, sobre el cómo acceder a la información, los
usuarios están enmarcados, en el uso creciente y dogmático del "gigante" Google;
donde de manera significativa, se acrecientan sus destrezas, para acceder a ciertos
recursos de información, a través de Internet.
Niños, jóvenes y estudiantes, son expertos para acceder a recursos digitales en la
red y su tema de interés principal son las industrias culturales; en particular,
descarga de videojuegos y música. Por otro lado, adultos, con otros intereses para
acceder a información, de tipo financiero, económico o científico, de igual manera
se consideran que tienen algo de experticia. Para estos tres segmentos de usuarios,
mencionados en el párrafo anterior, las dificultades para acceder a la información
especializada y recuperarla de manera exitosa, se convierten en una frustración y
pérdida de tiempo. Es decir, que ellos sienten que Google, ya no es la solución.
Lo anterior, se presenta como resultado de un ejercicio de observación, que se
aprecia diariamente en bibliotecas universitarias, públicas y especializadas. Para el
caso, se cita a manera de ejemplo, bibliotecas especializadas en seguros, banca,
finanzas y comercio, entre otras. Allí el comportamiento de los usuarios frente a la
formulación de búsqueda de información especializada, para la recuperación
exitosa de datos confiables y de calidad, genera tensiones y se convierten en un
problema, para ellos.
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3. Acción profesional del Bibliotecólogo frente a los nativos digitales
Frente al planteamiento, a veces ingenuo de los denominados “nativos digitales”
(Prensky, 2006), concebidos como ciudadanos con alta pericia en el dominio de las
tecnologías digitales, se destaca la contribución que el bibliotecólogo puede hacer
para desarrollar competencias que permitan acceder a información, evaluarla y
comunicarla de manera adecuada.
A manera de ejemplo, se puede señalar una solicitud de información especializada
¿cuál es número de siniestros causados por accidentes de tránsito en Bogotá y el
valor total de pago de las pólizas de seguro, frente a dichos siniestros, para el año
2014? Requerimientos de información con este nivel de especificidad, hacen del
nativo digital, un usuario más en la biblioteca, con habilidades para utilizar
herramientas tecnológicas, pero con dificultades para recuperar dicha información.
Para dar respuesta a esta pregunta especializada, el usuario “nativo digital” debe
consultar al bibliotecólogo, experto en manejo de información, quien con seguridad
y profesionalismo, le ayudará con su requerimiento de información para lograr
resultados exitosos en su búsqueda.
El término “nativos digitales” utilizado en el mundo académico y urbano, no se refleja
en su actuar. Es por ello, que en bibliotecas universitarias, públicas y
especializadas, los usuarios presentan dificultades para utilizar recursos de
información, llámense: catálogos en línea, bases de datos académicas o
comerciales, bibliotecas digitales y repositorios digitales. Es decir, que estos
usuarios, desconocen la existencia, de productos de información, de alta calidad,
para realizar su búsqueda y recuperación de documentos que respondan a sus
inquietudes en el proceso de investigación.
Lo anterior convoca a preguntarse ¿Google es la solución a las necesidades de
información de los usuarios en una biblioteca universitaria, pública, o especializada?
Estos usuarios de los tipos de bibliotecas mencionadas, sólo reaccionan cuando
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sienten que pasan varias horas navegando en Internet, sin lograr éxito en su
búsqueda de información. Es decir, la pérdida de tiempo, lleva a los usuarios a
preguntarle al bibliotecólogo de qué manera, pueden encontrar información
confiable, de buena calidad y oportuna, sobre su tema de investigación. El concepto
de información especializada, responde a una demarcación por calidad y temas de
investigación y se refiere por tanto, a todas las disciplinas académicas que se
imparten en la universidad, en cualquier rama del conocimiento, Martínez (2013).
En precisamente en este contexto, que los bibliotecólogos, como actores sociales,
acuden al llamado del usuario, escucha con atención su requerimiento de
información, indaga, profundiza, consulta herramientas especializadas, desarrolla el
tema solicitado y procede a plantear una estrategia de búsqueda, para lograr una
óptima recuperación de información en diversos recursos que posee la biblioteca.
El usuario, se sorprende, cuando de manera estructurada y oportuna, el profesional
de la información le entrega resultados exitosos, con documentos pertinentes, sobre
su tema de investigación.
Por tal razón, el bibliotecólogo debe sentirse responsable socialmente, acompaña y
asesora al usuario en su proceso de búsqueda y recuperación de información. El
experto en manejo de datos, autor intelectual de ciertos productos, tales como:
catálogos en línea y repositorios digitales, entre otras; impacta de manera positiva
al investigador, con la forma como le explica para acceder a recursos de información
a través de su entrevista. También le ofrece, fuentes institucionales que producen
la información que él busca en la biblioteca. Por consiguiente, el mismo
bibliotecólogo está convencido que Google es la última opción que él utilizaría, para
buscar información especializada.
La razón por la cual, el bibliotecólogo experto logra este recorrido exitoso con el
usuario, se debe al conocimiento profundo que él tiene sobre los recursos y fuentes
de información, que posee en su biblioteca y las bibliotecas con las cuales tiene
convenios de cooperación, para lograr acceder a ellas, de manera eficaz y oportuna,
para generar nuevo conocimiento, respetando los derechos de autor (Martí, 2007).
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Los nativos digitales deben ser conjugar las competencias técnicas y tecnológicas
que ya poseen con otros tipos de competencias que son aquellas mediante las
cuales se agrega valor a la información. En este sentido, si bien, la google-manía
tiene anonadados e inmersos a niños, jóvenes y adultos en un mar de información,
que intenta estar organizada, clasificada, desde las bibliotecas se deben desplegar
acciones que permitan aplicar estándares de descripción en el análisis de
información a sus productos, con el fin de hacer fácil la búsqueda y recuperación e
intercambio de recursos bibliográficos. Frente a la producción excesiva y
exponencial de información, se requiere cada vez más que los bibliotecólogos sean
los formadores y desarrolladores de competencias informacionales en los usuarios,
para ofrecerles catálogos en línea para acceder a textos impresos, digitales y bases
de datos, que le facilitan la recuperación de información y con ello estar en mejores
condiciones para participar en la construcción del tejido social.
A partir de lo anterior, se generan interrogantes, tales como ¿Por qué la sociedad
del conocimiento y la información, requieren bibliotecólogos que acompañen al
ciudadano en su proceso de investigación?, ¿Por qué el bibliotecólogo, no ha sido
desplazado por la google-manía y se mantiene como un referente intelectual para
el ciudadano? La respuesta es sencilla. Porque el bibliotecólogo, es una persona
que tiene una formación académica, que lo acredita, para dar respuesta a las
necesidades de información de los usuarios.
Cinco años de estudio en pregrado, un año de especialización, dos de maestría,
unos tantos años de doctorado, son argumentos suficientes, para considerar al
bibliotecólogo un sujeto experto en temas relacionados con manejo de información,
en cualquier área del conocimiento. Por lo anterior, él es capaz de dar respuestas
oportunas al derecho que tienen los ciudadanos de “informar y ser informados”
(Constitución Política de Colombia, Art. 20).
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En los últimos cinco años, bibliotecólogos y documentalistas, vienen participando
en diferentes encuentros nacionales e internacionales que se ocupan del quehacer
de la profesión. Se destacan, la “Jornada Académica de Alfabetización
Informacional” (2010), Bibliotic (2014) y el más reciente, “II Seminario Internacional
de Bibliotecología: Las Bibliotecas Frente al Desarrollo Sostenible”, organizado por
la Universidad de La Salle, bajo la dirección del Programa Sistemas de Información
y Documentación (2015).
Allí, se han debatido experiencias y preocupaciones para el desarrollo de
competencias informacionales, se han analizado las distintas formas de ofrecerle al
usuario, acceso a la información. De la misma manera, se han puesto sobre la mesa,
oportunidades que brindan la participación activa del bibliotecólogo, en la política
pública, para que las bibliotecas se conviertan en tema de interés, de los gobiernos
locales, departamentales y del gobierno nacional. Dichos esfuerzos, conllevan a la
inclusión de las bibliotecas públicas en los planes de desarrollo de los gobiernos en
las diferentes regiones del país. (Alejandría, 2005 y Lyon, 2014).
La razón por la cual, los ciudadanos de la sociedad de la información han perdido
el norte para acceder a recursos de información de calidad, con respaldo
institucional y con prestigio de autoridad personal, se debe en parte, al mito o
creencia, que el usuario tiene, con relación al uso de herramientas para recuperar
la información. “San Google", como suele ser llamado, en un lenguaje coloquial, es
la fuente principal de consulta del ciudadano. No se demeritan las bondades que
ofrece este prospecto de biblioteca, no estandarizada, pero, sí, se critica la forma
como envuelve al ciudadano y lo aparta del acceso a recursos de información de
alta calidad.
Buscar culpables o responsables, sobre el por qué no utilizar unos y otros recursos
de información, no es el tema principal de este ensayo. La reflexión que nos convoca
es ¿por qué se pierde más tiempo buscando información, con el universo y, millones
de registros de documentos en diferentes formatos que tenemos en la web? Lo
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anterior, quiere decir, que algo le falta al ciudadano de esta sociedad de la
información. Me atrevería a pensar, que una de las debilidades que se evidencian
en los ciudadanos, es el desconocimiento de herramientas especializadas, que le
facilitan la búsqueda de información. Es decir, que niños, jóvenes o adultos,
presentan las mismas dificultades, para acceder a diversos recursos de información
especializada.
Hechas estas consideraciones, se asigna un alto valor al bibliotecólogo como actor
social e intelectual, capaz de desarrollar promover y ejecutar programas de
alfabetización informacional que contribuyan en la formación de ciudadanos del
siglo XXI. Lo anterior, destaca el compromiso y responsabilidad del bibliotecólogo
con el país. Su reto, consiste en llegar a todos los rincones de Colombia, con
programas de formación, en alfabetización informacional, que se conviertan en una
oportunidad para los ciudadanos de la región.
Para finalizar, se puede afirmar, que los ciudadanos del siglo XXI, requieren de
acompañamiento del bibliotecólogo como actor social, para acceder a la información
especializada a través de diferentes herramientas de consulta, fuentes y recursos
bibliográficos, que posee una biblioteca universitaria, pública o especializada.
4. Conclusiones
La responsabilidad social universitaria se traduce en acciones concretas que
deben desarrollar las instituciones de educación superior para establecer sinergias
creativas entre el conocimiento producido y las necesidades sociales reales, todo lo
cual implica la realización de estrategias para formar profesionales en sintonía con
la superación de problemas en los entornos socio-productivos. Esta perspectiva
debe impregnar la formación de bibliotecólogos como profesionales de la
información, quienes deberán asumir el reto de convertirse en desarrolladores de
competencias informacionales, como una estrategia que garantiza la reducción de
las brechas de información y de conocimiento.
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Esta cultura de saber acceder a recursos de información, para el ámbito educativo
y empresarial en Colombia, tiene manifestaciones muy ricas y variadas, producto
de las necesidades de investigación, información y formación de los ciudadanos de
estas comunidades. Es por ello que la misión del profesional bibliotecólogo con
relación al uso de recursos de información, se centra en desarrollar programas de
formación y gestión bibliográfica, que incluyan la formulación de estrategias de
búsqueda de información, la entrevista de referencia, entre otros temas, para formar
ciudadanos del siglo XXI, que tengan como propósito, convertirlos en usuarios
autónomos, frente a la búsqueda de información y en ciudadanos responsables,
socialmente con el uso de la misma.
Referencias bibliográficas Gutiérrez Martín, A. (2003). Alfabetización digital algo más que ratones y teclas. Barcelona, España: Gedisa. Martí Lahera, Y. (2007). Alfabetización informacional. Buenos Aires: Alfagrama Ediciones. Martínez, Luis J. (2013) Cómo buscar y usar información científica: guía para estudiantes universitarios. España: Biblioteca, Universidad de Cantabria. Núcleo de Vice Rectores Académicos de Venezuela (2010) Orientaciones para la transformación curricular universitaria del Siglo XXI. (Disponible en línea) http://www.pregrado.luz.edu.ve/images/descargas/orientaciones_curriculares_siglo_xxi_cnc.pdf. Consultado: 17-03-15. Prensky, M. (2006). Nativos e Inmigrantes Digitales. Madrid, España: Institución Educativa SEK. Ramos, César (2010). La universidad de servicio. Propuesta de un modelo interactivo entre instituciones socialmente responsables y el entorno socioproductivo. Editorial de la Universidad del Zulia. Maracaibo Rincones, L. (2007) El currículo cooperativo incardinado. Trama teórica de sustentación. Tesis doctoral. Doctorado en Ciencias Humanas. Disponible en línea: http://tesis.luz.edu.ve/tde_busca/arquivo.php?codArquivo=274. Consulta: 12-05-15.
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Universidad de La Salle (2015). Sistema de investigación universitario Lasallista (SIUL) 2015-2020. Bogotá: Ediciones Unisalle. Vallaeys, F. (2014). La responsabilidad social universitaria: un nuevo modelo universitario contra la mercantilización. Disponible en línea: https://ries.universia.net/article/download/137/188. Consulta: 12-05-15
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El desarrollo de competencias informacionales en el entorno universitario: Evolución, tendencias y desafíos
Juan Carlos Sierra Escobar1
Resumen: El desarrollo de las competencias informacionales y el aprendizaje a lo largo de la vida se han constituido en un elemento indispensable para mantenerse actualizado y ser competitivo en la sociedad del siglo XXI, hoy más que nunca la universidad tiene un nuevo reto en la formación de sus profesionales, pues “aprender ya no es saber datos sino saberlos localizar, evaluar, utilizar y comunicar. Asimismo, enseñar ya no consiste en “dictar clase”, sino en guiar al alumno en un proceso que parte de su experiencia previa y busca llevarlo a un aprendizaje significativo” (Vélez, 2011: 123). En este sentido el presente capítulo es resultado de la investigación desarrollada para el montaje programa de desarrollo de competencias informacionales de la biblioteca de la Universidad Externo de Colombia y da cuenta de la evolución que ha tenido el tema en el entorno universitario, así como las tendencias en la articulación con las funciones académica, investigativa y de extensión y los desafíos para asegurar el éxito en el desarrollo de un programa de esta naturaleza al interior de la universidad. Palabras Clave: Competencias informacionales; Universidad; Desarrollo de competencias; Normas técnicas;
Estudio de tendencias
(Development of information skills in the university environment: Evolution, trends and challenges)
Abstract: The development of information skills and learning throughout life have become indispensable to keep up and be competitive in the XXI century element, today more than ever the university has a new challenge in training their professionals, as "learning data is no longer know but know they locate, evaluate, use and communicate. Also, teaching is no longer to "give lessons", but to guide students in a process of their previous experience and are looking to take a significant "learning (Velez, 2011: 123). In this sense this chapter is the result of research carried out for the installation program to develop information skills of the library of the External University of Colombia and realizes the evolution that has been the subject in the university environment and trends in coordination with the academic, research and extension functions and challenges to ensure the successful development of a program of this nature within the university.
Keywords: Information Literacy; College; Skills development; technical standards; Study trends
1 Programa de Sistemas de Información, Bibliotecología y Archivística de la Universidad de la Salle. Correo
electrónico: [email protected]
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1. Introducción
Ante la gran cantidad de información que se produce en la actualidad y las
nuevas exigencias que la sociedad ha colocado en los profesionales del siglo XXI,
los cuales tienen que actualizarse permanentemente y adaptarse a los cambios
tecnológicos, informacionales (acceso, uso y evaluación de la información) etc.; las
universidades se enfrentan a un cambio en el proceso educativo, el cual no solo
debe permitir el crecimiento personal y académico de los estudiantes y su
preparación para responder a las realidades de cada contexto, sino que
adicionalmente debe prepararlos para aprender de manera autónoma a lo largo de
su vida.
A partir de esta nueva realidad, el desarrollo de competencias informacionales ha
tomado una gran relevancia al interior de la universidad y se ha constituido en una
de las estrategias para asegurar la autonomía y actualización que requiere cualquier
profesional actualmente; así mismo se ha articulado con algunos de los elementos
fundamentales del proceso educativo, como son el aprendizaje y la investigación,
siendo “el aprendizaje el proceso de buscar significados, y la investigación una
herramienta óptima para hacerlo porque permite, además, desarrollar las destrezas
necesarias para ser competentes en el manejo de información, habilidad
fundamental en el mundo académico y profesional de hoy” (Vélez, 2011: 122).
2. Desarrollo conceptual de las competencias informacionales
El concepto de desarrollo de competencias informacionales ha venido
evolucionando a través del tiempo, pasando de centrarse en el proceso de aprender
a manejar la información en contexto a centrarse en el sujeto social y su relación
con la información; en este sentido Marciales, González, Castañeda y Barbosa
(2008) proponen que el desarrollo de la competencia informacional corresponde al
“entramado de relaciones tejidas entre las adhesiones y creencias, las motivaciones
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y las aptitudes del sujeto epistémico construidas a lo largo de su historia en
contextos situados de aprendizaje, formales y no formales (p. 651).
Bajo este nuevo concepto, el desarrollo de la competencia informacional, no se
limita a un uso instrumental de la información, sino que los sujetos se relacionan
con la información de acuerdo con las experiencias previas que hayan tenido con
ella y las motivaciones y actitudes que los orienten; en esta medida el proceso de
aprendizaje para el desarrollo de la competencia informacional debe ajustarse a las
condiciones específicas del sujeto, permitir su crecimiento escalonado y contar con
un acompañamiento individualizado que asegure el éxito del proceso.
Como lo mencionan Castañeda, González, Marciales, Barbosa y Barbosa (2010),
es importante tener en cuenta que para desarrollar competencias informacionales
se requieren tres elementos fundamentales; por una parte el desarrollo de un saber,
el cual se encuentra relacionado con el manejo del ciclo información (definición y
articulación de la necesidad, localización, evaluación, organización, uso y
comunicación y uso ético de la información); por otra parte el desarrollo de un hacer,
el cual se articula con la solución de problemas prácticos de información en
contextos específicos; y finalmente la formación de un sujeto social, el cual este en
la capacidad de asumir la diversidad y complejidad con la que se accede a la
información, es decir, con la plena conciencia del proceso que está realizando y las
implicaciones que este tiene.
3. Evolución normativa en el desarrollo de competencias informacionales
En los últimos años se han desarrollado una serie de normas o estándares
internacionales que establecen las competencias informacionales con las que
deben contar los sujetos, para ser considerados alfabetizados informacionalmente
y responder eficientemente a las necesidades o problemas informativos que se
presentan en la vida cotidiana; en el caso específico del contexto universitario, como
lo menciona Sierra (2013), se dispone de las normas sobre alfabetización
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informacional para la educación superior aprobadas por la Association of College
and Research Libraries (ACRL–ALA) en enero del año 2000, las normas CAUL
(Council of Australian University Librarian) y las norma ANZIIL (Australian and New
Zealand Institute for Informatión Literacy) en su segunda edición año 2001 (Tabla
N° 1).
Tabla N° 1 Cuadro comparativo normas alfabetización informacional
ALA CAUL ANZIIL
Es capaz de determinar la naturaleza y nivel de la información que necesita.
Reconoce la necesidad de información y determina la naturaleza y nivel de la información que necesita
Determina la naturaleza y nivel de la información que necesita
Accede a la información requerida de manera eficaz y eficiente
Accede a la Información requerida de manera eficaz y eficiente.
Encuentra de manera eficaz y eficiente la información que necesita
Evalúa la información y sus fuentes de forma crítica e incorpora la información seleccionada a su propia base de conocimientos y a su sistema de valores
Evalúa la información y sus fuentes de forma crítica e incorpora la información seleccionada a su propia base de conocimientos y a su sistema de valores
Evalúa críticamente la información y el proceso de búsqueda de la información
Clasifica, almacena, manipula y reelabora la información reunida o generada
Gestiona la información reunida o generada
Utiliza la información eficazmente para cumplir un propósito específico
Amplía, reestructura o crea nuevos conocimientos integrando el saber anterior y la nueva comprensión
Aplica la información anterior y la nueva para elaborar nuevos conceptos o crear nueva comprensión.
Comprende muchos de los problemas y cuestiones económicas, legales y sociales que rodean al uso de la información , y accede y utiliza la información de forma ética y legal
Comprende los problemas y cuestiones culturales, económicas, legales y sociales que rodean el uso de la información, y accede y utiliza la información de forma respetuosa, ética y legal
Utiliza la información con sensibilidad y reconoce los problemas y cuestiones culturales, éticas, económicas, legales y sociales que rodean el uso de la información.
Reconoce que el aprendizaje a lo largo de la vida y la participación ciudadana requieren alfabetización en información
Fuente: Sierra (2013)
Como puede observarse en el cuadro comparativo, desde los normas o estándares
internacionales, para ser considerados competentes en manejo de información, los
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sujetos deben ser capaces de reconocer su necesidad de información, determinar
el alcance de la información que necesitan, identificar las fuentes y recursos de
información de calidad que se ajusten a su necesidad, saber elaborar estrategias
de búsqueda que les permita acceder a la información con eficiencia, evaluar la
información y las fuentes recuperadas, seleccionar la información adecuada a su
necesidad, incorporar la información seleccionada a su propia base de
conocimientos y crear nueva información.
No obstante lo anterior, es importante aclarar, que delimitar el desarrollo de las
competencias informacionales únicamente a lo establecido en las normas o
estándares y dejar de lado las relaciones previas y las motivaciones que los sujetos
tienen para acercarse a la información, es desconocer su propia naturaleza y reducir
el tema a su mínima expresión, es decir, la instrumentalización del desarrollo de las
competencias informacionales a través del uso de herramientas.
4. Desarrollo de competencias informacionales en el entorno universitario
Las universidades juegan un papel fundamental en el desarrollo de las
competencias informacionales, “asegurándose de que los individuos poseen las
capacidades intelectuales del razonamiento y del pensamiento crítico, y
ayudándoles a construir un marco para aprender a aprender, las instituciones
universitarias ofrecen la base para un crecimiento continuo a lo largo de sus carrera”
(ACRL/ALA, 2000, párrafo 6).
a. Tendencias administrativas
De acuerdo con la investigación realizada por Uribe (2014), los programas de
desarrollo de competencias informacionales cuentan con diversos grados de
avance, los cuales influyen significante en el impacto real que el programa tiene al
interior de la universidad; en este sentido y como puede observarse en la figura Nº
1, se encuentran desde instituciones desconocedoras del tema hasta instituciones
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comprometidas, en las que el desarrollo de las competencias informacionales no
solo parte del interés particular de los docentes o la biblioteca, sino que hace parte
de la política institucional y en consecuencia permea a toda Universidad.
Figura Nº 1. Tendencias administrativas alfabetización informacional
Fuente: Uribe (2014)
Dentro de las experiencias administrativas exitosas que han desarrollado las
universidades que se encuentran comprometidas con el tema, se destacan aquellas
que han logrado incluir los procesos de formación en desarrollo de competencias
como parte de la oferta académica a la que pueden acceder los estudiantes, así
como las que exigen como requisito de grado el dominio certificado de las
competencias informacionales.
b. Tendencias metodológicas y perfil informacional
A nivel metodológico se observa que dentro de las experiencias que se han
desarrollado en el contexto universitario, se cuenta con buenas prácticas, dentro de
las que se resaltan la incorporación del programa de desarrollo de competencias
informacionales con procesos de aprendizaje significativo y aprendizaje basado en
problemas, la valoración de los conocimientos previos, el desarrollo de talleres
prácticos, la incorporación de herramientas tecnológicas, la utilización del proceso
de investigación como herramienta para abordar las competencias, el desarrollo de
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ciclos de formación articulados con los estándares internacionales y los temas de
interés de los participantes y la evaluación como un proceso transversal que permita
medir el avance real del sujeto.
Como producto de la investigación realizada por Castañeda, González, Marciales,
Barbosa y Barbosa (2010), se encontró que a la universidad ingresan diversos
perfiles informacionales, los cuales deben ser tenidos en cuenta al momento de
desarrollar los procesos de formación; como puede observarse en la figura N° 2,
existen tres tipos de perfil informacional que varían según las experiencias positivas
previas que haya tenido el sujeto en relación con el acercamiento a la información,
el manejo de las fuentes de información académica, las motivaciones que se tengan
para acceder a la información y en general, la capacidad para utilizar la información
en contexto.
Figura Nº 2 Perfiles informacionales
Fuente: Castañeda, González, Marciales, Barbosa y Barbosa (2010)
La identificación del tipo de perfil al que pertenece el sujeto le permitirá a la
institución establecer procesos de formación diferenciados y realizar un
acompañamiento individualizado que responda a las características y necesidades
específicas de cada sujeto.
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El desarrollo de competencias informacionales al interior de la universidad, debe
ser un compromiso de toda la institución, el cual parte de una política institucional y
se materializa en programas de formación que se articulan con las características
específicas de los participantes y que abordan metodologías dinámicas que
favorezcan el aprendizaje significativo y la incorporación de la investigación como
estrategia para desarrollar las competencias informacionales.
5. Articulación de las competencias informacionales y las funciones de la
Universidad.
Para lograr un desarrollo integral de las competencias informacionales al interior
de la universidad, estas se deben articular con cada una de las funciones que la
universidad desarrolla, es decir, con las funciones académicas, de investigación y
de extensión; a continuación se referencian los principales puntos de articulación
con cada función:
a. Articulación con la función académica
Para desarrollar competencias informaciones en el ámbito universitario, se debe
tener presente que “el proceso es más importante que el producto final. Asimismo,
es el proceso el que permite la integración real de la biblioteca y la academia: el
profesor y el bibliotecario actúan como equipo” (Veléz, 2011: 123), es decir, que el
programa de desarrollo de competencias informacionales debe ir mucho más allá
de acciones aisladas o talleres esporádicos, debe integrar al profesor como experto
temático y debe permitirle al estudiante avanzar en el desarrollo de la competencia
“ir de un estado inicial a un estado esperado”
Como puede observarse en la figura N° 3, la articulación con la función académica
debe permitir la integración de toda la comunidad universitaria, es decir, que el
programa no solamente debe estar dirigido a los estudiantes, sino a profesores,
personal de servicios y administrativos, de tal forma que el desarrollo de las
competencias informacionales sea un eje transversal a toda la universidad; por otra
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parte para lograr un impacto real del programa, este debe soportarse en una
propuesta curricular, que le permita al sujeto avanzar progresivamente en el
desarrollo de la competencia (contenidos, metodología, evaluación), así mismo para
integrar los diversos perfiles y grados de desarrollo el programa debe contar con
diversos niveles de tal forma que cada sujeto pueda avanzar a su propio ritmo.
Figura Nº 3 Articulación con la función académica
Fuente: Elaboración propia
b. Articulación con la función de investigación
La investigación se constituye en la herramienta fundamental para desarrollar
competencias en manejo de información; como se observa en la figura N° 4 el
proceso debe integrar a los profesores y bibliotecarios como mediadores que
trabajan en equipo (el uno es experto temático y el otro experto en la búsqueda y
recuperación de información respectivamente), los elementos fundamentales sobre
los que se puede abordar la investigación como herramienta para desarrollar las
competencias son: la exploración, identificación, reconocimiento, recolección y
presentación de la información.
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Figura Nº 4 Articulación con la función de investigación
Fuente: Elaboración propia a partir del artículo de Vélez (2011)
c. Articulación con la función de extensión
Teniendo en cuenta la importancia que hoy en día tiene para la universidad el
proceso de extensión, en la figura Nº 5, se observa como el tema puede articularse
en la medida que el desarrollo de currículos, materiales, recursos no sea asumido
de manera individual, sino que se constituyan consorcios de formación en los que
las universidad de puedan compartir los diferentes recursos; así mismo ampliar la
oferta formativa a los egresados de la universidad a través de cursos de
actualización, a las comunidades menos favorecidas dentro del proceso de
proyección social y al sector productivo a través de cursos de extensión
universitaria.
Figura Nº 5 Articulación con la función de extensión
Fuente: Elaboración propia
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6. Desafíos en el desarrollo de competencias informacionales en el entorno
universitario.
Hoy más que nunca la universidad adquiere un reto con el desarrollo de
programas de competencias informacionales y un largo camino por recorrer, en el
cual puede aprovechar la experiencia de las instituciones que han logrado
implementar con éxito este tipo de programas; en este sentido se mencionan a
continuación algunas estrategias y buenas prácticas que pueden a portar en el
camino que la universidad debe seguir en este tema:
- El desarrollo de programas de competencias informacionales debe hacer parte
del corazón de la institución, como parte de las políticas institucionales y ser
liderado desde las dependencias que cuenten con la autoridad jerárquica para
asegurar su implementación al interior de toda la institución.
- El desarrollo de una propuesta curricular es fundamental para asegurar el
crecimiento progresivo de los participantes.
- La incorporación del aprendizaje significativo y la investigación como
herramienta para desarrollar competencias informacionales aseguran en gran
medida el éxito del proceso y potencializan la integración de la biblioteca con la
universidad.
- El desarrollo del programa de competencias informacionales debe incorporar
las características particulares de los grupos e integrarse con los intereses de
los participantes y las temáticas abordadas al interior de las asignaturas.
- Debe hacérsele seguimiento al proceso de cada individuo, y así poder ayudarle
a pasar de una etapa a otra.
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Información, Ciudadanía y Ciencias de la Información: ¿Qué es y
Cómo se relacionan?1
Luis Fernando Sierra Escobar2
Resumen: Tanto la información como la ciudadanía son dos caras de la misma moneda, con esta afirmación adquiere sentido el indagar por las relaciones que subyacen desde preguntas básicas como ¿Qué es?, ¿Cómo se relacionan?, etc. De tal modo, que las relaciones aquí expuestas se sustenten desde una triple perspectiva; la epistemológica, la metodológica y la política. Por lo anteriormente expuesto, el texto es simplemente un acercamiento al concepto de información y ciudadanía, un esbozo de sus relaciones en el contexto de la Ciencias de la Información y una reflexión que engloba los dos anteriores elementos. Finalmente, el texto se sustenta desde autores de reconocida trayectoria en el campo de las Ciencias Sociales, las Ciencias de la Información y las Ciencias de la Educación. Siendo estos las posturas de (Habermas, 1992); (Arendt, ¿Qué es la Politica?, 1997); (Rubio, 2007); (Linares, 2005); (Rios, 2014); (Petrus, 1997) y (Arias, 2006), entre otros. Palabras Clave: Información, Ciudadanía, Ciencias de la Información, Conceptos, Contextos
(Information, Citizenship and Information Sciences: ¿What is it and do they relate?)
Abstract: Both the information and citizenship are two sides of the same coin, with this statement makes sense to investigate the relations the underlying from basic questions like What ?, How ?, etc. relate Thus, the relationships presented here are sustained from a triple perspective; epistemological, methodological and policy. By the above, the text is merely an appetizer to the concept of Information and Citizenship, an outline of their relations in the context of Information Science and a final reflection that encompasses the two previous items. Finally, the text is supported from renowned authors in the field of Social Sciences, Information Sciences and Educational Sciences. As these postures (Habermas, 1992); (Arendt, 1997); (Rubio, 2007); (Linares, 2005); (Rios, 2014); (Petrus, 1997) and (Arias, 2006), among others. Keywords: Information, Citizenship, Information Sciences, Concepts, Contexts
1 Capitulo resultado del proyecto de la Tesis Doctoral denominada “Relaciones teórico-prácticas entre
información y ciudadanía en la propuesta formativa de las escuelas de Ciencias de la información en
Colombia”, del Doctorado en Educación y Sociedad de la Universidad de La Salle. 2Universidad de La Salle, Facultad de Ciencias Económicas y Sociales. Correo electrónico:
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1. Introducción
Tanto la información, como la ciudadanía presentan un vínculo indisoluble por el
objeto que persiguen y comparten, dicho objeto es el acceso a la información y al
conocimiento por parte de los ciudadanos, como garante de la responsabilidad
social, política e histórica, para entender el mundo, la sociedad y el sujeto, para la
transformación de la realidad social.
En cuanto a la estructura del texto, se propone desde dos aristas; la primera que
responde a la pregunta ¿Qué es?, y se concibió desde una visión de conceptos
básicos, en la cual se tuvo en cuenta las aportaciones de autores como: (Real
Academia Española, 2012), (Hoyos, 1994), (Linares, 2005), (Magendzo, 2004),
(Rios, 2014), (López, 1996) y (Rubio, 2007).
Para el caso de la segunda arista busco responder la pregunta ¿Cómo se
relacionan?, y se concibió desde la visión de conceptos fundamentales, en la cual
se tuvo en cuenta las aportaciones de autores como: (Arendt, ¿Qué es la Politica?,
1997) (Habermas, 1992) (Petrus, 1997) y (Arias, 2006).
Así mismo es importante aclarar al lector, que el texto es de tipo introductorio; razón
por la cual está limitado a elementos básicos y fundamentales, que permitan tener
una visión global de los conceptos de información, ciudadanía y ciencias de la
información; en los contextos epistemológicos, metodológicos y políticos que
orienten el camino de la formación de un ciudadano ético-político desde el seno de
las escuelas en bibliotecología, archivística y documentación.
En tal sentido, el capítulo no es una obra completa, ni terminada, pues es apenas
un avance de la tesis doctoral del autor; y su fin último es aportar algunos elementos
de discusión en los espacios académicos destinados a: bibliotecas, archivos y
sociedad; bibliotecas y democracia y archivos y ciudadanía.
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Dicho lo anterior, la reflexión final se orientó a proponer dichas relaciones en el
marco de la educación social (ES) para las escuelas de Ciencias de la información;
de acuerdo a (Petrus, 1997) la ES se define como la “acción educativa que tiene a
la comunidad como referente, se realiza en la comunidad y tiene en ella el principal
elemento metodológico”.
Finalmente, este capítulo es fruto de dos reflexiones, la primera de ellas, del
novelista Tom Clancy, afirma “Si puedes controlar la información, puede controlar a
la gente”. En la segunda, el astrónomo y escritor Clifford Stoll, expresa “Los datos
no son información, la información no es conocimiento.”
2. ¿Qué es?
El siguiente punto trata de llevar al lector a una comprensión más acorde de los
conceptos y contextos que conlleva hablar de Información (I); ciudadanía (C) y
ciencias de la información (CI), a partir de la interpelación ¿Qué es?, y la postura
conceptual de algunos autores, en cada uno de los temas propuestos.
Lo anterior, buscando dar salida al objetivo general del anteproyecto de tesis
doctoral; que origino el presente capitulo y el cual se expresa en los términos
siguientes: construir conocimiento sobre las relaciones teórico-prácticas entre
información y ciudadanía, en las escuelas de ciencias de la información en Colombia
y establecer los aspectos que en este campo, se requieren para su fortalecimiento.
En este orden de Ideas, veamos los planteamientos que subyacen a cada concepto:
a. Información
Hablar de Información implica tener variedad de contextos, esto debido a la
amplitud y cobertura del término a cualquier disciplina o ciencia conocida por el
hombre. Sin embargó, es importante aclarar que no es lo mismo “información” en el
contexto de la Medicina, que “información” en derecho, ingeniería, educación o
bibliotecología.
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En este sentido, también conviene aclara que como cuerpo de conocimiento las
ciencias de la información, hoy día aun no cuentan con una definición propia y
exclusiva para su quehacer.
Se parte entonces, de las aportaciones del Diccionario de la (Real Academia
Española, 2012), en el cual se presentan los significados posibles para esta
expresión:
- Acción y efecto de informar
- Oficina donde se informa sobre algo - Averiguación jurídica y legal de un hecho o delito - Pruebas que se hacen de la calidad y circunstancias necesarias en una
persona para un empleo u honor - Comunicación o adquisición de conocimientos que permiten ampliar o
precisar los que se poseen sobre una materia determinada - Conocimientos así comunicados o adquiridos - Propiedad intrínseca de ciertos biopolímeros, como los ácidos nucleicos,
originada por la secuencia de las unidades components; y - Educación, instrucción.
De lo anteriormente expuesto, es posible concluir que no existe una voz única para
la definición de información; pero que si es muy notoria su presencia como elemento
connatural a cualquier actividad humana. Más aún, cuando la Información en un
contexto propio como el de las CI, contempla que esta es universal, democrática e
inagotable; y además que debe ser clara, objetiva, apropiada, lógica y veraz, de
acuerdo a (Hoyos, 1994).
En resumen,
“teoría de la información, la sociedad red, las sociedades del conocimiento, la el término información se convirtió en un concepto esencial para la bibliotecología y otras disciplinas afines. El significado adecuado de este vocablo depende necesariamente del contexto epistémico en que se utiliza. Por otra parte, su carácter intrateórico y polisémico ha multiplicado los sentidos en que se ha utilizado, como es el caso de la teoría de sistemas, la psicología cognoscitiva y, por supuesto, la bibliotecología” (Rios, 2014).
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b. Ciudadanía
En relación con la ciudadanía, se parte de la definición que aporta la (Real
Academia Española, 2012), en la cual subyacen las siguientes interpretaciones:
- Cualidad y derecho de ciudadano. - Conjunto de los ciudadanos de un pueblo o nación, y - Comportamiento propio de un buen ciudadano.
Nótese que dichas aportaciones, incluyen el concepto de “ciudadano”, el cual está
acotado al “habitante de las ciudades antiguas o de estados modernos como sujeto
de derechos políticos y que interviene, ejercitándolos, en el gobierno del país” (Real
Academia Española, 2012)
Otro rasgo de la ciudadanía, y de acuerdo a (Rubio, 2007) es que
“a estas alturas el concepto se ha convertido en un concepto polisémico. Parece indispensable rotularlo con algún adjetivo para poder indicar el punto de vista adoptado: ciudadanía <<Integrada>>, <<ciudadanía republicana>>, ciudadanía <<diferenciada>>, ciudadanía <<postnacional>> y hasta <<ciudadanía ecológica>>”.
Visto así, tanto Información (I), como Ciudadanía (C ), se suscriben al ciudadano
como fin último de su actuar, y el cual no puede ser un sujeto de derechos y
deberes, sino identifica, analiza y comprende de manera adecuada la información
que maneja.
Hay que mencionar, además que “en la actualidad la discusión respecto a la
ciudadanía se circunscriben a dos grandes paradigmas cada uno con sus propios
matices internos; por un lado, la perspectiva liberal y por otro, la comunitarista,
separadas ambas no sólo a partir de la definición de ciudadanía, sino en su relación
con democracia, política, sociedad y sujeto” (Magendzo, 2004). En este contexto, la
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información adquiere validez, pues se configura el puente que permite hacer visible
en las diversas relaciones propuestas.
En definitiva, hablar de ciudadanía implica tener en cuenta tres elementos a
considerar (Rubio, 2007):
- Educar no es adoctrinar; - El ciudadano se hace en el ejercicio de la ciudadanía, y - Realmente se educa en y para la ciudadanía.
c. Ciencias de la información
Con respecto a las ciencias de la información, se puede afirmar que no es tan
antigua como muchas personas, colegas y letrados podrían afirmar; pues apenas
data del siglo pasado. Situación contraria al campo de la Información, en donde se
reconoce su existencia desde tiempos inmemoriales, y está acotada a la misma
existencia de la humanidad.
Se admite entonces que “el acta de nacimiento de las ciencias de la información
señala a 1962 como el año de constitución formal de esta disciplina en EE.UU.,
aunque el primer uso oficial del vocablo ocurrió en 1958, al fundarse el Institute of
Information Scientists (IIS), en Gran Bretaña” (Linares, 2005); razón por la cual, es
cada día es más notorio la necesidad de empezar a dotar a las ciencias de la
información, de un anclaje que le permita generar su propio conocimiento desde lo
social, lo administrativo, lo tecnológico, lo pedagógico, lo cultural, entre otros.
Conviene subrayar, que (Hoyos, 1994) citando a Harol Borko (1968), considera que:
“Ciencia de la información es una disciplina verdadera que investiga las propiedades comportamientos de la información que gobiernan el flujo y los medios de procesar la información para hacerla accesible y de uso óptimo. Está relacionada con ese cuerpo de conocimiento que tiene que ver con el origen, colección, organización, almacenamiento, recuperación, interpretación, transformación, difusión y uso de la información”.
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Además, las ciencias de la información integran otras tres disciplinas afines, pero a
su vez diferentes en su tratamiento. Nos referimos a la bibliotecología como la
“ciencia que estudia las bibliotecas en todos sus aspectos” (Real Academia
Española, 2012); a la archivística como la “disciplina que trata los aspectos teóricos,
prácticos y técnicos de los archivos” (Archivo General de la Nación, 2006), y la
documentación como “disciplina general, auxiliar de todas las demás, que les
impone sus normas desde el momento en que ellas transmiten sus resultados en
forma de documentos” (López, 1996). En síntesis,
“la interdisciplinariedad es una necesidad. No es posible enfrentar el estudio del segmento de la realidad propio de la Ciencia de la Información sin la contribución de conceptos, procedimientos y teorías provenientes de otras áreas cognitivas que interceptan la información (…). Por tanto, hasta ahora y lamentablemente, aunque el carácter interdisciplinario de esta área es incuestionable, la relación ocurre en un solo sentido y no puede afirmarse cómo influye la Ciencia de la Información en otras áreas de conocimiento” (Linares, 2005).
Precisamente la interdisciplinariedad necesaria en el quehacer profesional, es el
pretexto que sirve paso a estudiar los contextos propios de la I, la C y las CI y sus
relaciones.
3. ¿Cómo se relacionan?
Con respecto a las relaciones existente entre información, ciudadanía y ciencias
de la información; estas se justifican desde lo epistemológico, lo metodológico y lo
político; entendiendo Epistemología como la “doctrina de los fundamentos y
métodos del conocimiento científico“ (Real Academia Española, 2012); la
metodología como “Ciencia del método y Conjunto de métodos que se siguen en
una investigación científica o en una exposición doctrinal” (Real Academia
Española, 2012) y lo político como “Actividad del ciudadano cuando interviene en
los asuntos públicos con su opinión, con su voto, o de cualquier otro modo y
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orientaciones o directrices que rigen la actuación de una persona o entidad en un
asunto o campo determinado” (Real Academia Española, 2012).
Lo anterior, buscando dar respuesta a las preguntas centrales del anteproyecto de
tesis doctoral; que dieron origen al presente capitulo:
- ¿Cuáles son los referentes que permiten fundamentar las relaciones teórico-
prácticas entre información y ciudadanía?
- ¿Cómo se establece la relación teórico-práctica entre información y
ciudadanía, en la propuesta formativa de las Escuelas de Ciencias de Ia
Información?
- ¿Qué aspectos se requieren potenciar en las propuestas formativas de las
ECI, para fortalecer las relaciones entre información y ciudadanía?
En este orden de ideas, veamos los planteamientos que subyacen a cada uno de
los tres contextos propuesto:
a. Contexto epistemológico
La relación teórico-práctica que subyace en el campo epistemológico entre
información y ciudadanía en el contexto de las ciencias de la información, se
propone desde la teoría de la acción comunicativa de (Habermas, 1992).
En concordancia con el contexto epistemológico que aquí se propone, se parte “que
la acción comunicativa es aquel tipo de interacción en la que los sujetos tratan de
entenderse entre sí para coordinar y ejecutar, sobre la base del entendimiento
previo, y sus planes individuales de acción” (Gallego, 2008).
Por cuanto las ciencias de la información puede hacer uso de este contexto, al partir
de la noción que la información es universal “porque pertenece a la comunidad
mundial”; es democrática “porque puede obtenerla todas las personas sin distinción
de credos políticos, religiosos o educativos” e Inagotable “porque por mucho que se
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emplee o se consuma no se deteriora y antes bien es fuente generadora de nuevos
conocimientos” (Hoyos, 1994).
Ahora bien, la acción comunicativa como fundamento epistemológico plantea tres
mundos de la vida (Habermas, 1992), los cuales se consideran cardinales para
“Identificar la relación teórico-práctica entre información y ciudadanía” -Objetivo
Especifico 1. En este orden de ideas, veamos la siguiente figura resumen de los
mundos, aplicado a las CI:
Figura N° 1. Resumen Contexto Epistemológico
Fuente: Elaboración propia
b. Contexto Metodológico
La relación teórico-práctica que subyace en el campo metodológico entre
información y ciudadanía, en el contexto de las ciencias de la información; se
propone desde la teoría de la Educación Social de (Arias, 2006).
En concordancia con el contexto metodológico que aquí se propone, se parte de la
de una educación social, que “enmarca al sujeto dentro de sus circunstancias
individuales, familiares, escolares, barriales, socio-culturales y productivas,
teniendo en cuenta las interrelaciones y la interdependencia entre estos niveles y
Información
Universal
Información
Democrática
Información
Inagotable
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las posibles contingencias y problemáticas, que pueden poner en condiciones de
vulnerabilidad social al sujeto y a la sociedad” (Arias, 2006).
Visto así, las Ciencias de la Información hacen uso de este contexto, al partir de la
noción que la información tiene como propiedades la claridad, objetividad, es
apropiada, lógica y veraz.
Ahora bien, la educación social, como metodología, plantea cuatro dimensiones
formativas (Arias, 2006), las cuales se consideran esenciales, para “formular una
propuesta participativa para el fortalecimiento de las relaciones teórico-prácticas
entre información y ciudadanía en las Escuelas de Ciencias de la Información” -
Objetivo específico N° 3.
En este orden de ideas, veamos la siguiente figura resumen de las dimensiones
aplicado a las CI:
Figura N° 2. Resumen Contexto Metodológico
Fuente: Elaboración propia
Información Clara: o sea
desprovista de falsas
interpretaciones
Información Objetiva:
que describa realmente
el objeto como es
Información Lógica: de acuerdo
a criterios coherentes
Información Veraz:
independiente de falsas
interpretaciones
Información Apropiada: a
las necesidades
específicas del individuo
o del grupo
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c. Contexto Político
La relación teórico-práctica que subyace en el campo político entre información
y ciudadanía en el contexto de las Ciencias de la Información; se propone desde la
Teoría Política de (Arendt, ¿Qué es la Politica?, 1997)
En concordancia con el contexto político que aquí se propone, se parte de que
“la política es una necesidad ineludible para la vida del hombre; provee la subsistencia de la sociedad y asegura la vida del individuo. Si algo tiene que ver con la libertad es únicamente en el sentido de que ésta es su fin, es decir, algo fuera de la política y para lo que la política es sólo un medio. Pero el sentido de una cosa, a diferencia de su fin, está incluido en ella misma. Por lo tanto, si la libertad es el fin de la política, no puede ser su sentido” (Arendt, ¿Qué es la Politica?, 1997).
Por tanto las ciencias de la información pueden hacer uso de este contexto, al
aplicar la noción que la información es Poder y
“Para que la información se constituya en poder se requiere unos mecanismos que la hagan conocer, mejorar, aplicar y asimilar. No es suficiente tenerla o saber que existe, es necesario que se tenga un nivel de cultura que permita seleccionarla y utilizarla debidamente” (Hoyos, 1994).
Ahora bien, la esfera política como fundamento plantea la existencia de dos
supuestos libertad + pluralidad (Arendt, ¿Qué es la Politica?, 1997), los cuales se
consideran fundamentales para “caracterizar y analizar las relaciones entre
información y ciudadanía, presentes en las propuestas formativas de las ECI” -
objetivo específico N° 2.
4. Reflexión Final
El producir nuevo conocimiento en temas de Información y sus relaciones con la
ciudadanía; se gesta como un trabajo pionero en el ámbito latinoamericano para
P á g i n a | 75
cualquier escuela de ciencias de la información, al buscar identificar, caracterizar y
formular una propuesta participativa en la cual el concepto de información siempre
ha estado presente en temas de formación ciudadana desde lo político, lo social y
lo cultural (participación ciudadana).
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Recuperado el 11 de Octubre de 2015, de sitio web del Diccionario de la lengua
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Los documentos electrónicos y su valor probatorio
Nelson Javier Pulido Daza1
Resumen: La función archivística de valoración documental es considerada como uno de los pilares dentro del proceso de gestión documental, partiendo de la reflexión sobre la problemática que presenta la aplicación de un modelo de valoración documental de manera tradicional a los documentos electrónicos. El objetivo de este documento pretende generar preguntas en torno a la valoración del documento electrónico, desde el punto de vista del derecho como prueba legal y la segunda desde la archivística, en un entre cruce con el marco jurídico colombiano. Tampoco pretende en ningún caso disminuir la exclusividad de la competencia archivística sobre el proceso de valoración documental. Es indiscutible, sin embargo, que aunque se mantenga indemne sometimiento a la metodología clásica de la teoría archivística, su aplicación al entorno digital no produce el mismo efecto que cuando se aplica a documentos en soportes tradicionales. Es más: aunque no se planteen aspectos teóricos, estos surgen al primer intento de instituir una respuesta a una problemática de evidencia probatoria o valoración documental que combinen documentación hibrida (digital y papel). Palabras clave: valor probatorio, evidencia electrónica, documento electrónico, validez jurídica
(Electronic documents and their probative value)
Abstract: The archival function documentary assessment is regarded as one of the pillars within the document management process, starting from reflection on the issues presented by the application of a valuation model documentary traditionally electronic documents.The purpose of this document is intended to raise questions about the valuation of the electronic document, from the point of view of law as legal evidence and the second from the archives, a junction between the Colombian legal framework. Nor in any way it seeks to reduce the exclusive competence archival documentary about the process of valuation. It is indisputable, however, that although the submission hold harmless the classical methodology of archival theory, its application to the digital environment does not produce the same effect as when applied to traditional media documents. What is more, although not theoretical issues arise, they arise the first attempt to establish an answer to a problem of supporting evidence or documentary assessment documentation combining hybrid (digital and paper). Key words: probative value, electronic discovery, electronic document legal validity
1 Director del Programa de Sistemas de Información, Bibliotecología y Archivística de la Universidad de la
Salle. Correo electrónico: [email protected], [email protected]
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1. Introducción
El texto que se presenta a la comunidad académica aborda las tendencias
regulatorias sobre la materia del documento electrónico, su validez probatoria y
algunos elementos de evaluación que como documento se pueden realizar des la
disciplina archivística aborda el marco normativo nacional y en algunas cosas
comparándolo internacionalmente, pero teniendo presente las principales
incidencias de las tecnologías en el derecho privado, para concluir con los asuntos
más relevantes en la relación de las tecnologías de la información con el derecho
público. El enfoque de este capítulo es más práctico y aterrizado a la realidad
empresarial y gubernamental, pero no por ello descuida la necesaria y rigurosa
revisión de la teoría que envuelve la materia.
En ese orden de ideas, hay que tener presente que "el término valoración o
evaluación documental se ha asociado con los de selección, descarte y expurgo”,
en distintos momentos de la evolución de la Archivística como disciplina y según las
distintas tradiciones, pero siempre han jugado un papel importante, las
formulaciones hechas por Theodoro Schellenberg en 1956 y que han sido recogidas
y reinterpretadas en distintos contextos. En ese sentido, se considera a
Schellenberg como uno de los teóricos más influyentes en cuanto a la valoración
que recoge el pensamiento de Hilary Jenkinson, puesto que los archivos como
evidencia imparcial y de Karl Otto Muller, para quien lo que no merece preservarse,
nunca debería ser admitido en un archivo. (Kolsrud 1992:30).
2. Noción de documento
En principio el documento, del lat. Documentum para el Diccionario de la Real
Academia de la Lengua Española (ed.23, 2014), tiene dos acepciones referidas a:
- Escrito en que constan datos fidedignos o susceptibles de ser empleados como tales para probar algo.
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- Cosa que sirve para testimoniar un hecho o informar de él, especialmente del pasado. Un resto de vasija puede ser un documento arqueológico.
En este sentido, y con la claridad de que los documentos son bienes muebles de
carácter material, podemos decir que el documento, como lo conocemos, es una
representación del pensamiento, por ello se considera así a todo objeto producido,
directa o indirectamente, por la actividad del hombre y que, representa una cosa, un
hecho o contiene una manifestación del pensamiento o de la voluntad de quien lo
produce.
Con la sanción del Decreto número 1400 de 1970 "Por el cual se expide el actual
Código de Procedimiento Civil", se establece en el artículo 251 que: “Son
documentos los escritos, impresos, planos, dibujos, cuadros, fotografías, cintas
cinematográficas, discos, grabaciones magnetofónicas, radiografías, talones,
contraseñas, cupones, etiquetas, sellos y, en general, todo objeto mueble que tenga
carácter representativo o declarativo y las inscripciones en lápidas, monumentos,
edificios o similares.
Es decir, que la definición y descripción de documento que resulta contenida en el
artículo 251 del Código de Procedimiento Civil., acoge la especie de los llamados
documentos electrónicos, pero también contiene un elemento gramatical de
carácter enunciativo “partícula” que enuncia “Y en general todo objeto mueble que
tenga carácter representativo o declarativo”).
3. Noción de documento electrónico
Son documentos electrónicos, los contenidos en soportes electrónicos o
máquinas informáticas y cuyo contenido pueden ser “magnitudes físicas que
representan en forma codificada unas declaraciones o representaciones y que son
susceptibles de registro, proceso y transmisión.
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Así mismo la posición de la Superintendencia Financiera de Colombia, frente al
documento electrónico, se refleja el Concepto 2007062815-001 del 22 de octubre
de 2007 en el que fija una postura frente al tema en discusión.
“Síntesis: Cualquier persona natural o jurídica se encuentra facultada para implementar los sistemas de archivo de información que considere más convenientes, a condición de que acate el contenido de la Ley 527 de 1999, en particular las reglas sobre equivalencia funcional. Dicho sistema deberá garantizar, de forma adecuada, la limitación en el acceso de la información, de suerte que en todo momento se conserve la reserva bancaria sobre el comportamiento de las inversiones personales. « (...) consulta sobre la posibilidad de archivar en medios magnéticos los soportes de los cierres de los fondos. Sobre el particular se hacen los siguientes comentarios: La Ley 527 de 1999, constituye el régimen general de acceso y uso de los mensajes de datos para Colombia, para lo cual establece un conjunto de directrices encaminadas a determinar lo que doctrinariamente se conoce como la equivalencia funcional, en el sentido de posibilitar que los mensajes de datos, entendidos como el envío y recepción de datos por medio electrónico, puedan ser jurídicamente equiparables a cualquier comunicación escrita. Sobre el particular, el artículo 6° de la mencionada disposición preceptúa que cuando “cualquier norma requiera que la información conste por escrito, ese requisito quedará satisfecho con un mensaje de datos, si la información que éste contiene es accesible para su posterior consulta”. (Superintendencia Financiera de Colombia, 2007)
En igual sentido, el artículo 7° de la Ley 527 de 1999, establece que la presencia de
una firma manuscrita se entenderá satisfecha si se utiliza un método que permita
identificar el iniciador del mensaje de datos y su aprobación en el contenido del
mensaje, siempre que dicho método sea tanto confiable como apropiado para el
propósito por el cual el mensaje fue generado o comunicado.
Así mismo, para la conservación de ciertos documentos o información, el artículo
12 de esta ley, establece que ese requisito quedará satisfecho siempre que se
cumplan las siguientes condiciones: (1) Que la información que contengan sea
accesible para su posterior consulta. (2) Que el mensaje de datos o el documento
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sea conservado en el formato en que se haya generado, enviado o recibido o en
algún formato que permita demostrar que reproduce con exactitud la información
generada, enviada o recibida, y (3) Que se conserve, de haber alguna, toda
información que permita determinar el origen, el destino del mensaje, la fecha y la
hora de envío o recibo del mensaje o documento.
4. Artículo 2 de la Ley 527 de 1999
El hablar del valor probatorio del documento electrónico convoca recoger
posturas de los entes como la Superintendencia de Industria y Comercio, que fija
su posición frente al tema en el concepto 04044586, del 18 de Junio de 2004 en el
que señaló: “En virtud del principio de los equivalentes funcionales consagrados en
la Ley 527 de 1999, a través de las técnicas electrónicas se pueden otorgar
cumplimiento a los propósitos y funciones del documento escrito, siempre y cuando
el mensaje de datos de que se trate contenga con los requisitos de fiabilidad,
inalterabilidad y rastreabilidad.
(...) los documentos electrónicos están en capacidad de brindar similares niveles de seguridad que el papel y, en la mayoría de los casos, un mayor grado de confiabilidad y rapidez, especialmente con respecto a la identificación del origen y el contenido de los datos, siempre que se cumplan los requisitos técnicos y jurídicos plasmados en la ley.”
Igual criterio lo encontramos en la Corte Constitucional, en Sentencia C-662 de
2000, la cual manifestó:
“El mensaje de datos como tal debe recibir el mismo tratamiento de los documentos consignados en papel, es decir, debe dársele la misma eficacia jurídica, por cuanto el mensaje de datos comporta los mismos criterios de un documento. Dentro de las características esenciales del mensaje de datos encontramos que es una prueba de la existencia y naturaleza de la voluntad de las partes de comprometerse; es un documento legible que puede ser presentado ante las Entidades públicas y los Tribunales: admite su almacenamiento e inalterabilidad en el
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tiempo: facilita la revisión y posterior auditoria para los fines contables, impositivos y reglamentarios; afirma derechos y obligaciones jurídicas entre los intervinientes y es accesible para su ulterior consulta, es decir, que la información en forma de datos computarizados es susceptible de leerse e interpretarse.” (Corte constitucional, 2000).
Aplicando las anteriores consideraciones y en concordancia con el Art. 64 del
Código de Comercio, cualquier persona natural o jurídica, se encuentra facultada
para implementar el sistema de archivo de información que considere más
conveniente para su necesidad, a condición de acatar el contenido de la Ley 527 de
1999, en particular las reglas sobre equivalencia funcional.
En todo caso, dicho sistema deberá garantizar, de forma adecuada, la limitación en
el acceso de la información, de suerte que en todo momento se conserve la reserva
bancaria sobre el comportamiento de las inversiones personales.
5. Documento electrónico y el principio de representación
En el avance que hemos presentado con anterioridad para definir “documento”
y luego la expresión “documento electrónico” que es un lexema, que en el Código
de Procedimiento Civil y apoyados en los criterios del tratadista Francesco
Carnelutti, otorgan soporte a una declaración o una representación, es decir, que
esa representación es algo distinto a sí mismo para que tenga la categoría de
“documento”, no importando el contenedor (soporte) y que la expresión en el amplio
sentido de la palabra se encuentre en idioma “de máquina”, sea esto para entender
que debe ser leído por una máquina.
“En resumen; es posible que una representación se forme sin intervención de la mente humana (y en esto tiene razón Carnelutti, cuando afirma que la manifestación del pensamiento no es el único medio para la representación de los hechos); pero tal representación no será documento hasta que un autor la haga suya, una vez constatada su correspondencia, con la propia representación mental”.
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- Independencia de la representación
Para Quijano (2006) tratadista del derecho, la representación “existe
independientemente de que la capte el hombre o no, lo importante, como lo
adelantamos, es que el objeto que represente, sea producto de la elaboración
directa o indirecta del hombre. Si una máquina realiza cálculos, y entrega
resultados, en esas operaciones no interviene directamente el hombre, pero la
máquina es producto de una labor suya, encaminada a que dicho aparato efectúe
cálculos o registros; por ello, el resultado es un documento. Por otro lado, un
documento para ser tal no necesita autor, pues esto adquiere importancia, tan sólo,
en el momento de la valoración de la prueba.
Asimismo, en contra del contenido de cualquier documento se podría oponer el error
y tal excepción no le quitaría su carácter de documento. Si alguien, verbigracia, en
un documento hace constar que dona, cuando lo que quiere decir es que vende,
podrá demostrar, en el momento oportuno, el error en que incurrió, sin que el
documento deje de serlo; igual situación se presentaría en el caso de la persona
que, queriendo fotografiar a otras, por defectos en la lente u otra anomalía técnica,
aparecen en posiciones distintas a las que tenían en el momento de la impresión de
la placa; sería viable, pues, el acreditar de tales circunstancias; empero, aunque
equívoco, no se le despoja de su naturaleza documental”.
Con un enfoque diferente Denti había sostenido algo cercano a las afirmaciones de
González (2007): “si el objeto no es procesado por la mente” y aceptado por el autor,
no es documento. Cuando éste es un objeto que tiene la virtud de contener una
declaración o representar algo distinto, otra cosa es que para su valoración necesite
ser interpretado por el hombre.
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- La Inmediatez de la representación en el documento
En un buen desarrollo de Carnelutti, podríamos decir la inmediatez; al desplazar
la formación del hecho representativo (el documento) a un momento anterior al
proceso, al contrario del testimonio que se forma en el proceso (aun en los
documentos declarativos, provenientes de terceros, si se quiere), sustrae esa
representación a “todas las influencias corruptoras que los intereses en conflicto
dentro del proceso puedan ejercitar y, además, garantiza la mayor fidelidad, que
puede quedar comprometida por la acción del tiempo sobre la memoria humana; la
permanencia facilita la que cabría llamar disponibilidad del hecho representativo” .
Siendo como se ha dicho, el documento una vox mortua (prueba perdurable),
inflexible, no pasible de influencias, garantiza que no se producirán perturbaciones
en las representaciones plasmadas en el objeto, siempre la representación estará
allí e idéntica. Pero esas ventajas del documento no hay que exagerarlas, porque
siendo tan rígida su representación, tiene en ese aspecto una ventaja la
representación lograda con el testimonio, que la lograda con la prueba física
documental, ya que el juez con la vox viva (testimonio), puede lograr que el testigo
se adapte a sus exigencias y cuidar con mayor medida aquellas partes de la
representación que al averiguador interesen, detallando, aclarando, repitiendo; el
documento, vox mortua, carece por completo de esa flexibilidad” .
6. El documento electrónico en el Derecho comparado
Existe la idea fundada, que cuando se habla de documentos tenemos
necesariamente que referirnos a los escritos; pero cuando nos encontramos con un
documento electrónico, la tendencia es a asimilarlo u homologarlo a documento
escrito, (que sea del carácter declarativo); que deja entrever la existencia de una
especie de temor a llamarlo documento electrónico.
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El documento electrónico, es una evolución de los documentos y no requiere
asimilarlo a ningún medio probatorio. Es simplemente un documento, en
consecuencia:
- Tiene un continente (cuerpo): un soporte material (cintas, disquetes, memorias).
- Tiene un contenido, un “mensaje” “electrónico”, que puede ser de texto, voz, datos, video, imágenes, etc.
- Está escrito en un código determinado. - Tiene grafía y puede ser atribuido (autenticidad) a una persona determinada.
Según Barcia (2009), asimilarse, sugiere un par de connotaciones:
“Según la primera, asimilarse es tanto como semejarse, y las dos palabras se derivan del adverbio latino simul, simultáneamente, porque las cosas simultáneas tienen la semejanza natural e inevitable del lugar, del tiempo de la acción. Ambas palabras implican la idea de dos o más cosas parecidas o semejantes, porque entre ellas puede establecerse comparación o símil”.
De esta manera, la segunda permite ver que:
“Asimilarse, envuelve la idea de transformación de tal manera que perdemos la sustancia y la forma que teníamos para ser parte de otra sustancia y de otra forma. No perdemos los principios, pero los adherimos a un principio ajeno y nosotros quedamos sin el carácter o representación que nos comunica el principio propio. Me asimilo a fulano, quiere decir que me fundo en él, que adhiero mi existencia a la suya, de modo que él es su existencia y la mía. No soy naturaleza propia sino naturaleza asimilada”.
Sin embargo, no es necesario, y por el contrario evita afrontar la realidad, recurrir a
todas estas evasiones. No hay duda, que dentro de los documentos escritos, hay
una especie de ellos, en virtud del cual las declaraciones que contiene se expresan
en signos o símbolos dotados de significado inteligible y plasmado en un soporte
electrónico.
La reforma del Código Civil Francés, considera prueba literal la plasmada en un
soporte electrónico y las declaraciones expresadas mediante signos o símbolos
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dotados de significado inteligible. En efecto dice el artículo 1316 del Código Civil
Francés (Ley Número 2000-230 de 13 de marzo de 2000, Art. I Diario Oficial de 14
de marzo de 2000), lo siguiente:
“La prueba literal, o prueba por escrito, resulta de una secuencia de letras, caracteres, cifras o todo otro signo o símbolo dotados de significado inteligible, cualquiera sea su soporte y sus modalidades de transmisión”.
Resulta conveniente reseñar que la Ley 2000-230 de 13 de marzo de 2000, que
reforma el Código Civil Francés, se pronuncia en forma abstracta sobre el escrito
electrónico en cuanto a prueba y lo apoya sobre el escrito en papel, otorgándole la
misma fuerza probatoria que en el contenido en él, siempre que se cumplan unos
requisitos. En efecto el artículo 1316-1, dice:
“El escrito en forma electrónica está admitido como prueba con igual fuerza que el escrito en soporte papel, bajo reserva de que pueda ser debidamente identificada la persona de que emana, y que sea generado y conservado en condiciones que permitan garantizar su integridad”.
El artículo impone dos exigencias: a) La autenticidad que se traduce en la
identificación de la persona de quien emana; b) Que sea generado y conservado en
condiciones que permitan garantizar su integridad, que puede significar el que no
haya sido adulterado.
Se consagra libertad probatoria, para acreditar cual es el título más probable, en
caso de conflicto de prueba literal. En efecto, en el artículo 1316-2 (introducido por
la Ley 2000-230 de marzo de 2000), del Código Civil Francés se lee:
“Cuando la ley no haya fijado otros principios, y a falta de acuerdo válido entre las partes, el juez resolverá los problemas de prueba literal determinando por todos los medios el título más verosímil, sea cual fuere su soporte”.
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Se establece un valor y además un criterio de interpretación y en efecto se lee, en
el artículo 1316-3 del Código Civil Francés (introducido por la Ley 2000-230 de 13
de marzo de 2000 Articulo 3 del Diario Oficial de 14 de marzo de 2000): “El escrito
sobre soporte electrónico tendrá la misma fuerza probatoria que el escrito sobre
soporte papel”. Con estos antecedentes del Código Civil Francés, haremos algunas
cercanías con el marco jurídico Colombiano.
Todo para el ser humano parte de una necesidad o de un problema y por ello si
buscamos que un documento conste por escrito, el Articulo 6 de la ley 527 de 1999,
estipula que el requisito de “Escrito” o cuando cualquier norma requiera que la
información conste por escrito, ese requisito quedará satisfecho con un mensaje de
datos, si la información que éste contiene es accesible para su posterior consulta.
Lo dispuesto en este artículo se aplicará tanto si el requisito establecido en cualquier
norma constituye una obligación, como si las normas prevén consecuencias en el
caso de que la información no conste por escrito.
La mencionada Ley 527 de 1999, contiene una presunción de legalidad, al presumir
la autenticidad y la integridad del documento electrónico cuando este contenga una
firma digital, como mecanismo de validez de su paternidad. En el artículo 28 puede
leerse:
“Atributos jurídicos de una firma digital. Cuando una firma digital haya sido fijada en un mensaje de datos se presume que el suscriptor de aquella tenía la intención de acreditar ese mensaje de datos y de ser vinculado con el contenido del mismo”.
Debe tenerse en cuenta, que la norma contiene unos condicionantes que validan la
fuerza probatoria del documento y lo equiparan al documento cartular o impreso en
los siguientes términos.
Parágrafo: El uso de una firma digital tendrá la misma fuerza y efectos que el uso
de una firma manuscrita, si aquella incorpora los siguientes atributos:
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- Es única a la persona que la usa.
- Es susceptible de ser verificada.
- Está bajo el control exclusivo de la persona que la usa.
- Está ligada a la información o mensaje, de tal manera, que si éstos son
cambiados, la firma digital es invalidada.
- Está conforme a las reglamentaciones adoptadas por el Gobierno Nacional.
7. El documento electrónico: medio y objeto de evidencia probatoria
Es de amplio conocimiento que el documento posee dos grandes funciones o
finalidades de carácter probatorio, que en principio le corresponde la que persigue
con su existencia propiamente dicha y es de carácter sustancial (solemne) y la
segunda corresponde a la prueba propiamente dicha (cuando prueba un hecho o
un acto jurídico) es un medio de prueba, pero incontables veces puede ser objeto
de prueba, como cuando nos dedicamos a averiguar su autenticidad, es decir quién
es el autor, si el documento fue alterado, en qué momento lo fue, en qué lugar fue
otorgado, dónde ha estado el documento como objeto.
El mundo en el que vivimos, reclama seguridad, la gente tiene muchas veces que
confiar en la buena fe de los demás, y en los documentos producidos y entregados
por estos, que cuando se viola ese principio, le generan a las personas muchos
problemas, como los documentos producidos o impresos por los computadores o
por medios tecnológicos, en ese caso el documento es un objeto, se convierte en
objeto de prueba y, es necesario establecer quién lo elaboró o por cuenta de quién
se elaboró, a quién se le puede imputar su paternidad jurídica. Cuando nos
dedicamos a establecer la autoría del documento (jurídicamente), el documento
queda como estático y lo hacemos objeto de prueba, e inclusive se podría decir que
será en ese microcosmos, tema de prueba. Teniendo como marco la legislación
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colombiana, es necesario hacer un análisis del documento electrónico como medio
de prueba de la siguiente forma:
Frente a la admisibilidad y fuerza probatoria de los mensajes de datos, la Ley 527
de 1999, en su Artículo 10 prescribe que “Los mensajes de datos serán admisibles
como medios de prueba y su fuerza probatoria es la otorgada en las disposiciones
del Capítulo VIII del Título XIII, Sección Tercera, Libro Segundo del Código de
Procedimiento Civil.
En toda actuación administrativa o judicial, no se negará eficacia, validez o fuerza
obligatoria y probatoria a todo tipo de información en forma de un mensaje de datos,
por el sólo hecho que se trata de un mensaje de datos o en razón de no haber sido
presentado en su forma original.”
Respecto a la prueba documental, el Capítulo VIII, del Título XIII, Sección Tercera
del Libro Segundo del Código de Procedimiento Civil, manifiesta que se entienden
incorporados a la legislación en el aspecto referenciado y se apreciarán teniendo
en cuenta las disposiciones, plasmadas en los artículos del 251 al 301 del Código
de procedimiento Civil.
Para la valoración de la fuerza probatoria de los mensajes de datos a que se refiere
la Ley 527 de 1999 en su Artículo 11, se establecen criterios para valorar
probatoriamente los mensaje de datos y para ello se tendrán en cuenta las Reglas
de la Sana Crítica y demás criterios reconocidos legalmente para la apreciación de
las pruebas, por consiguiente, habrán de tenerse en cuenta:
- La confiabilidad en la forma que se haya generado, archivado o comunicado
el mensaje,
- La confiabilidad en la forma en que se haya conservado la integridad de la
información,
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- La forma en que se identifique a su iniciador y cualquier otro factor
pertinente”.
Atendiendo el esquema mencionado, debemos indagar a cerca del valor probatorio
de los documentos electrónicos:
a. El documento electrónico, en principio, se puede clasificar en documento
público y documento privado. Al tenor del documento impreso, manuscrito, el
documento electrónico es un documento público, que goza de presunción de
autenticidad y legalidad cuando es otorgado por funcionario público en
ejercicio de su cargo o con su intervención. Así mismo es un documento
privado cuando no reúne los requisitos para ser documento público. (Artículo
251 del Código de Procedimiento Civil.
b. Debemos afirmar que el documento escrito por medios electrónicos, de
carácter privado, que posee una firma digital, ingresa al mundo probatorio
como auténtico y además íntegro, siempre y cuando se cumpla con lo
preceptuado en el artículo 28 de la Ley 527 de 1999.
c. La realidad es bien distinta, lo cierto es que un individuo realiza una serie de
actos, hechos y como si fuera poco los hace visibles o conocidos por otros
utilizando el correo electrónico sin que el documento emitido o producido
tenga una firma digital; en ese momento surgen la preguntas ¿Qué valor
probatorio tienen esos documentos privados sin ningún tipo de firma?
En efecto, como hay tanta confusión con relación a este cuestionamiento, cuando
nos referimos a un principio de evidencia de prueba por escrito, no estamos
indagando sobre la autenticidad del documento, sino sobre el contenido, y por ello
resulta pertinente considerar lo dicho con anterioridad. Por su parte, Echandía
argumenta que para hablar de principio de prueba por escrito, es necesario que se
reúnan las siguientes exigencias:
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a. Que provenga de la parte a quien se opone o de su representante o causante.
b. Que goce de autenticidad o que ésta se pruebe.
c. El escrito debe hacer verosímil o probable el hecho alegado.
Es necesario tener presente que con estos elementos, no se puede hablar que un
documento electrónico que no esté firmado, sea un principio de prueba por escrito,
por cuanto es un concepto equivocado; además para que sea un principio de prueba
por escrito, es necesario establecer su autenticidad.
No podríamos afirmar que es un indicio, puesto que el indicio es un hecho, que por
inferencia y utilizando las Reglas de la Experiencia conduce a otro hecho, que es el
que interesa para la investigación. Mientras que el documento que no está firmado
es declarativo, contiene manifestaciones, hace reconocimientos y debe ser
apreciado como documento, pues lo es; de otra parte lo que corresponde es
establecer su autenticad e integridad, pero la pregunta se mantiene ¿qué es ese
escrito electrónico? y la respuesta no se hace esperar, es un documento y es
auténtico o ¿qué debemos hacer para que la tenga?
Las respuestas están al orden del día, de una manera general podemos decir que
aportar el documento electrónico en soporte papel, es decir, impreso de manera que
pueda identificarse a su origen o productor y acompañar un soporte electrónico con
el documento, buscando individualizar el documento, las situaciones o escenarios
en que se produjeron, la ocasión y acompañar al mismo certificado la existencia de
la cuenta de correo y para quién está creada y habilitada. Si la parte contra la cual
se exhibe el documento guarda silencio a pesar de la censura como autor, el
documento adquiere autenticidad y se considera integro.
La postura descrita con anterioridad, posee cimientos en el Artículo 326 numeral 2
de la Ley de Enjuiciamiento Civil de España, que enuncia:
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“Fuerza probatoria de los documentos privados. Los documentos privados harán prueba plena en el proceso, en los términos del artículo 319, cuando su autenticidad no sea impugnada por la parte a quien perjudique”
Esta norma, para ser aplicada en cualquier legislación, requeriría quitarle la tarifa
legal y cuando se trate de documento electrónico con firma electrónica avanzada,
invertir en caso de impugnación la carga de la prueba, es decir, como el inciso 2 del
artículo 326, de la Ley Enjuiciamiento Civil de España, regla:
“Cuando se impugnare la autenticidad de un documento privado, el que lo haya presentado podrá pedir el cotejo pericial de letras o proponer cualquier otro medio de prueba que resulte útil y pertinente al efecto. “Si del cotejo o de otro medio de prueba se desprendiere la autenticidad del documento, se procederá conforme a lo previsto en el apartado tercero del artículo 320. Cuando no se pudiere deducir su autenticidad o no se hubiere propuesto prueba alguna, el tribunal lo valorará conforme a las Reglas de la Sana Crítica”
No resulta equilibrado colocar la carga de la prueba, en cabeza de quien aportó el
documento, cuando se trata de documento electrónico, que tiene firma electrónica
avanzada y además reconocida (Artículo 3 de la ley 57 de 2003), en caso de
impugnación. En este caso y para que tenga algún sentido, utilizar este tipo de firma,
la carga de la prueba debería soportarla quien impugna.
Se nos podría hacer un reproche: ¿Cómo es posible que un documento impreso,
sin firma, admita su interpretación? El numeral 2 del artículo 326 de la Ley de
Enjuiciamiento Civil de España no exige la firma. Si el documento no es impugnado
surte sus efectos, es decir, se tiene como auténtico. Por otra parte, la autenticidad
se puede probar por otros medios que no sea centrar la actividad probatoria en la
firma. Las personas utilizan, como ya hemos dicho, el correo electrónico, sin ningún
tipo de firma, quizá con mayor facilidad que con relación al documento escrito
tradicionalmente, tenemos una constelación de signos que nos permite demostrar
la autenticidad del mismo. (El número de cuenta por ejemplo 08203757, con alguna
empresa, en empleo de la clave del correo, el nombre del correo, el texto del
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mensaje, etc.). Y nuestra afirmación resulta corroborada, por lo que dice el artículo
812 de la Ley de Enjuiciamiento Civil Española, y se pueda acreditar la deuda (se
refiere al proceso monitorio).
“1. Mediante documentos, cualquiera que sea su forma y clase o el soporte físico en que se encuentren, que aparezca firmado por el deudor o con su sello, impronta o marca o con cualquier otra señal, física o electrónica, proveniente del deudor”.
8. Los documentos electrónicos sin firma digital
La autenticidad de un documento electrónico en Colombia, está contenido en el
principio de legalidad, pues se presumen auténticos y la carga de la prueba de su
falsedad corresponde a quien se le hace la censura de la paternidad. Atendiendo lo
esgrimido, el Artículo 252 del Código de Procedimiento Civil establece que es:
“Auténtico un documento cuando existe certeza sobre la persona que lo ha
elaborado, manuscrito o firmado.”
Así las cosas, el inciso 4 del numeral 5 del artículo 252 que dice: “En todos los
procesos, los documentos privados presentados por las partes para ser
incorporados a un expediente judicial con fines probatorios, se reputarán auténticos,
sin necesidad de presentación personal ni autenticación”. Todo ello sin perjuicio de
lo dispuesto en relación con los documentos emanados de terceros.
Es bueno considerar que en Colombia, el artículo 11 de la Ley 527 de 1999,
establece que el estándar probatorio, para valorar los mensajes de datos, son las
Reglas de la Sana Crítica; por cuento se debe tener en cuenta que:
- El juez tiene una libertad reglada para valorar la prueba. El juez no puede
contradecir las reglas de la experiencia, las reglas de la lógica, las reglas de
la ciencia, ni las reglas de la técnica.
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- Como lo dijo la Corte Constitucional mediante Sentencia C-662-005 de 8 de
junio de 2000, Magistrado Ponente Dr. Fabio Morón Díaz. “La prueba no
pertenece al mundo del psiquismo, en que las cosas ocurren, sino que, en la
perspectiva del juez, es un proceso de adquisición del conocimiento, que éste
debe pilotar de forma consciente, es decir, con criterio racional y para hacerlo
discurrir en todo su iter por los cauces de lo justificable, es decir, de lo que
es susceptible de motivación”.
Por consiguiente, el juez, para otorgar valor probatorio o de evidencia probatoria de
los mensajes de datos, debe tener en cuenta: “la confiabilidad en la forma en que
se haya generado, archivado o comunicado el mensaje”, como ejemplo: si tenemos
un documento con firma digital, habrá una mayor confianza de lo preceptuado en la
ley; pero si no tenemos firma digital, lo que tenemos finalmente es un indicio
electrónicos.
9. La valoración archivística de los documentos electrónicos
La valoración documental, puede ser definida según el Diccionario de
terminología archivística como "la fase del tratamiento archivístico que consiste en
analizar y determinar los valores primarios y secundarios de las series
documentales, fijando los plazos de transferencias, acceso y conservación o
eliminación total o parcial" de igual manera según María Luisa Conde " es el proceso
de análisis y selección cuyo objetivo es establecer los plazos de transferencias,
conservación y acceso de las series documentales" Así mismo, el reglamento
general de archivos de Colombia la define como " el proceso por el cual se
determinan los valores primarios y secundarios de los documentos con el fin de
establecer su permanencia en las diferentes fases de archivo"
En ese sentido, la NTC-ISO-15489-1 define valoración documental como "la labor
intelectual por la cual se determinan los valores primarios y secundarios de los
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documentos con el fin de establecer su permanencia en las diferentes fases del ciclo
vital"
"Una vez que se encuentran identificados los tipos documentales y definidas las series documentales, así como la jerarquía entre ellas, corresponde proceder a su valoración en miras de su disposición final”.
En la actualidad, el volumen documental está generando uno de los principales
desafíos con que ha de enfrentarse la persona encargada de organizar y mantener
un Sistema de Gestión de Archivos. El volumen documental, por una parte, nace
del aumento de gestión de las instituciones; sin embargo, se incrementa
mayormente por la facilidad que proporciona la tecnología para la multiplicación de
reproducciones de la documentación original; consecuentemente, tal volumen crea
necesidades de espacio para su almacenamiento y de personal con las
competencias necesarias para su organización y descripción.
Desde el punto de vista archivístico, no es dable encontrar justificación a la
eliminación de documentos, por cuanto es imposible establecer con certeza
absoluta cuándo los componentes de una serie documental no se volverán a usar.
Tampoco es del todo válido el criterio de destruir documentos de los cuales existen
copias, pues cada copia está en una oficina distinta y las copias le sobreviven en
otras dependencias de la misma institución, sean estas de carácter físico o
electrónico.
Teóricamente, todos los documentos deberían conservarse, pero la producción
actual ha crecido en tal proporción que resulta muy difícil plantear su conservación
total. Por esta razón, es actualmente aceptada la corriente norteamericana que
plantea la necesidad de una valoración documental con vistas a la selección, en la
que es razón de peso la consideración de los costos de almacenamiento y
conservación.
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Por las razones expuestas, la eliminación estará precedida de una selección de los
documentos, tras una evaluación que analice sus valores (de ahí su nombre de
valoración): primario para la propia institución que los origina y que nace en el
momento de la producción del documento archivístico (administrativos, fiscales,
legales, entre otros); secundario que perdurara tras su uso corriente para referencia
e información de los investigadores o para la generación de nuevo conocimiento.
Pueden existir criterios generales para la valoración, teniendo como base el ciclo
vital de los documentos y el funcionamiento institucional; por ello para tales efectos
es importante tener en cuenta el uso, su frecuencia y las normas que regulan la
producción documental. Estos criterios permitirán determinar si un documento está
en su fase activa, semiactiva o inactiva; puesto que las dos primeras fases hacen
relación a los VALORES PRIMARIOS en tanto que la tercera puede contener o no
documentos con VALORES SECUNDARIOS."
10. ¿Para qué se hace la valoración documental?
La valoración, ante todo es el proceso técnico de análisis intelectual de la
producción documental de la entidad productora que tiene como objeto identificar
los valores primarios y secundarios de los documentos y de esta manera establecer
el tiempo que deben permanecer tanto en el archivo de oficina, como en el archivo
central y señalar su disposición final.
Por otra parte, la valoración también posee un objetivo en sí misma que corresponde
a la preservación de los documentos que informan y testimonian sobre el desarrollo
institucional, sociocultural, científico y tecnológico de las entidades y la población
que los produjo.
Dado que la valoración tiene como fin último la conservación y la preservación de la
documentación que posee valor secundario; esta labor tiende a constituir el
patrimonio histórico documental; puesto que como resultado del proceso se deben
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conservar no solo los documentos de valor permanente, sino también la visión de
quienes los valoran; todas las decisiones respecto a la valoración de series o
asuntos deben registrarse y documentarse en las tablas de valoración documental.
En el caso de los fondos acumulados, la valoración de los documentos y la viabilidad
para la aplicación de la tabla de valoración documental debe ser liderada por el
Comité de Archivo de la entidad y en lo posible por un equipo interdisciplinario en el
cual se recomienda incluir un profesional con experiencia en investigación histórica.
"En voces de Casilimas (2011) "La valoración implica un trabajo de cuidadoso
análisis documental y de erudición y no un mero procedimiento como lo ven algunos,
ya que implica entender factores tales como la historia del creador o productor de
los documentos, las funciones, las atribuciones legales, la estructura organizacional,
los procesos de toma de decisiones, los procedimientos de creación de
documentos, la naturaleza, la organización y administración de los documentos y
los cambios ocurridos en el tiempo.
La teoría de la valoración debe buscar especificar aquellos atributos genéricos,
interconexiones y puntos de intersección especiales o de conflicto que existen, entre
los creadores de documentos y los patrones o sea las funciones, las actividades y
los programas."
11. ¿Qué metodología usar en la valoración archivística del documento
electrónico?
La Archivística es considerada como ciencia por unos o protociencia por otros,
lo cierto es que para su estudio pueden reconocerse tres dimensiones, a saber: los
archivos, los documentos y la información. Sobre los dos últimos pesa la idea
tradicional de la individualidad en virtud de la naturaleza física de los dos soportes.
La discusión se inicia al tratar de entender los documentos electrónicos, pues el
soporte y la información no están ligadas entre sí permanentemente, pues la
versatilidad de los procesos tecnológicos de "fijación" y migración de la información
a uno u otro soporte, o bien a cientos de ellos al mismo tiempo, así como la
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posibilidad de transformar la información sin perder la esencia, hace que esté unión
sea solo virtual.
Esta idea genera a su vez una serie de interrogantes sobre el tratamiento
archivístico de los documentos contenidos en los soportes electrónicos, pues la
metodología tradicional señala el ciclo de vida como fundamento de la Valoración
Documental; es decir, el origen, utilidad y finalización (o conservación) del
documento, el cual, es visto luego de que este se haya producido y analizado sus
valores.
El record continuum (registro continuado) como propuesta metodológica, se basa
en la idea de la gestión de documentos como un proceso continuo (no intervenido,
sin etapas) desde el momento de la concepción o producción, pero observable en
cuatro dimensiones: la del acontecimiento, la del registro documental, la del riesgo
y la del impacto social.
En este orden, desde el punto de vista archivístico, se obliga a valorar previo a
gestar el documento, pues la decisión fundamental recae en expectativas del
soporte en cuanto a conservación, accesibilidad y diversas investigaciones sobre el
tema pueden encontrarse en normas, guías proyectos y modelos con más
participación internacional e interdisciplinaria. Al respecto, pueden destacarse DLM
fórum, de cuyo seno se provee la Guía de información Electrónica, que en realidad
ofrece una serie de recomendaciones generales sin que llegue al tratamiento
específico de la valoración del documento electrónico. De su misma simiente, el
modelo de Requisitos para la administración de archivos electrónicos, también
conocido como Moreq (1999), destaca una serie de requisitos funcionales y
generalizados para un sistema de gestión de documentos electrónicos de archivo
(SGDEA) que trae una serie de elementos por considerar, sin llegar a ser puntual
en temas de valoración de documentos.
En tal sentido, Jordi Serra citado por Srut (2009) propone una clasificación de primer
orden del fenómeno del documento electrónico para su mejor entendimiento y
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tratamiento. Propiamente, considera desarrollar estrategias de valoración
independientes para los documentos ofimáticos, los correos electrónicos, el
ambiente web y las bases de datos. Así mismo, describe diez principios y
aplicaciones puntuales que van desde establecer tablas de plazos hasta los sitios
de custodia que correspondan. Siendo este aporte recomendable para su análisis."
12. Conclusión
A manera de cierre, es bueno establecer varias claridades:
- El proceso de valoración documental es un acto intelectual de manera
transversal que apoya la generación de la prueba documental, pero no deben
confundirse puesto que el uno tiene sus inicios en la archivística y su
preocupación llega a la preservación de los documentos; pero la producción
de un documento electrónico y que este sea aceptado en un tribunal como
prueba de un hecho o acto jurídico convoca situaciones técnicas de ciencias
afines por cuanto los requisitos de constitución, conservación y admisibilidad
de las pruebas aunque sean estas documentales de carácter cartular o
tecnológicas refiriéndonos a los documentos electrónicos son de carácter
legal.
- La definición y descripción de documento contenida en el artículo 251 del
Código de Procedimiento Civil., acoge lo que hemos denominado la especie
“documentos electrónicos” significa que no se requiere otra norma para
hablar de este tipo de documentos.
- La Ley 527 de 1999, es el documento normativo que define el régimen
general de acceso y uso de los mensajes de datos para Colombia y establece
lo que doctrinariamente se conoce como la equivalencia funcional, en el
sentido de posibilitar que los mensajes de datos, entendidos como el envío y
recepción de datos por medio electrónico, puedan ser jurídicamente
equiparables a cualquier comunicación escrita, siempre y cuando el mensaje
de datos de que se trate contenga los requisitos de fiabilidad, inalterabilidad
y rastreabilidad.
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- La expresión “documento electrónico” es un lexema, que en el Código de
Procedimiento Civil y que apoyados en el tratadista Francesco Carnelutti,
otorgan soporte a una declaración o una representación, es decir, que esa
representación es algo distinto a sí mismo para que tenga la categoría de
“documento”, no importando el contenedor (soporte) y que la expresión en el
amplio sentido de la palabra se encuentre en idioma “de máquina”, sea esto
para entender que debe ser leído por una máquina.
- Se ha escrito mucho sobre el documento electrónico, pero lo que se debe
decir es que corresponde a una evolución de los documentos y no requiere
asimilarlo a ningún medio probatorio. Es simplemente un documento, que
posee un continente (cuerpo), un contenido, un (mensaje electrónico) está
escrito en un código determinado y tiene grafía que permite ser atribuido
(autenticidad) a una persona determinada.
- El Código Civil Francés, apoya la tesis sobre el escrito electrónico en cuanto
a prueba y lo equipara al escrito en papel, otorgándole la misma fuerza
probatoria, siempre que se cumplan unos requisitos. a) La autenticidad que
se traduce en la identificación de la persona de quien emana; b) Que sea
generado y conservado en condiciones que permitan garantizar su
integridad, que significa el que no haya sido adulterado.
Referencias bibliográficas Archivo General de la Nación Colombia. Reglamento General de Archivos; 3a edición. Bogotá, D.C., 2003. p. 45. Bada Rosales, Amanda. Valoración documental antecedentes. [en línea] http://adabi- ac.org/investigacion arch civil/articulos/arch civil anterior/04art arb02.htm [citado en 16 de Octubre de 2011] Casilimas Rojas, Clara Inés. Fondos acumulados, manual de organización. Archivo General de la Nación. [en línea] http://www.slideshare.net/guestc44b69/manual-fondos [citado en 16 de octubre de 2011] Chile. Guía para el diseño e implementación de un sistema de Gestión de archivos. Gobierno de Chile. 2011. p. 43
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Colombia. Ley 527 DE 1999 por medio de la cual se define y reglamenta el acceso y uso de los mensajes de datos, del comercio electrónico y de las firmas digitales, y se establecen las entidades de certificación y se dictan otras disposiciones. Colombia. Superintendencia de Industria y Comercio. Concepto 04044586, del 18 de Junio de 2004. Colombia. Corte Constitucional. Sentencia C-662 de 2000. Colombia. Código de Comercio. Art. 64 Colombia. Código de Procedimiento Civil. Art. 251 y ss. Cook, Terry. La Valoración documental. Universidad de Manitoba. Canadá.2011. Devis Echandia, Hernando. Teoría General de la Prueba Judicial. T. II. 3ª. Edic., Víctor P. de Zavalía – Editor, Alberti – Buenos Aires, 1974, pág. 490. Diccionario de terminología archivística, "Normas Técnicas de la DAE", n° 1, Madrid, 1993. Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. http://goo.gl/wlXAcN Del lat. documentum. Enero de 2016. España. Ley de Enjuiciamiento Civil de España. Artículo 326 numeral 2. Francia. Código Civil Francés, artículo 1316. Gutiérrez, Luis Alfonso. El archivista de hoy, valoración documental fundamento teórico de la archivista [en línea] http://luisgutierrezjimenez.blogspot.com/2008/04/valoracion- documental.html [citado el 30 de enero de 2016] Instituto Colombiano de Normas Técnicas. NTC-ISO-15489 – 1. 2010. La identificación y valoración de los fondos documentales de la administración estatal: problemas y metodología: actas de las primeras jornadas para la identificación y valoración. p. 18. Parra Quijano, Jairo. I convención internacional de derecho informático, documentación y documento electrónico “el documento electrónico y su alcance probatorio”. Octubre 18, 19 y 20 de 2006. SRUH RODRIGUEZ, Yainer. Archivo nacional de costa rica, Memoria Congreso Archivístico Nacional 2009. p. 84. Trejos Ramírez, Xinia. La valoración documental en Costa Rica: colección cuadernillos del Archivo
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Modelos pedagógicos y formación ciudadana en procesos de enseñanza-aprendizaje de estudiantes de Bibliotecología1
Eduardo Mancipe Flechas2 y Andrea Riviere López3
Resumen El texto aborda el problema de la mediación a través del análisis de los contextos relacionados con los procesos de enseñanza aprendizaje, en la formación ético-política, realizando un análisis descriptivo de algunos de los modelos pedagógicos modernos y postmodernos más importantes, que ofrezcan elementos que justifiquen la necesidad de una mediación interpretativa y pragmática que proponemos se oriente por una racionalidad analógica. Palabras clave: Mediación pedagógica; Formación ciudadana; Modelos pedagógicos; Phronesis; Hermenéutica
analógica.
(Pedagogical models and civic education in teaching-learning processes of librarianship students)
Abstract: The text addresses the problem of mediation through the analysis of contexts related to teaching and learning processes in ethical and political education by making a descriptive analysis of some of the most important modern and postmodern pedagogical models. These models offer elements that justify the need for an interpretive and pragmatic mediation, which, we propose, must be directed by an analogical rationality. Keywords: Pedagogical mediation, Civic education, Pedagogical models, Phronesis, Analogical hermeneutics.
1 Resultado del proyecto de investigación Formación Política, Ética y Ciudadana para la Construcción de Paz
en la Universidad de La Salle. Financiado por la Vicerrectoría de Investigación y Transferencia de la
Universidad de La Salle (Bogotá-Colombia).
2 Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, Universidad de La Salle. República de Colombia. Correo
electrónico: [email protected]
3 Facultad de Ciencias de la Educación, Universidad de La Salle. República de Colombia. Correo electrónico:
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1. Contexto actual de la formación ciudadana en el marco de una reflexión
pedagógica.
Formar ciudadanos en un mundo complejo como el nuestro es tarea esencial del
presente y del futuro; y exige redefinir nuestros paradigmas de conocimiento para
comprender por qué dicha formación no es meramente subsidiaria del complejo
cognitivo dominante en la educación media y superior, y tampoco es un añadido de
la educación en general, sino que en la tensión teoría-praxis es absolutamente
necesaria. De allí la importancia de resaltar que tanto las competencias cognitivas,
como el saber son esenciales para la formación de un buen ciudadano, que tenga
una permanente interacción con la sensibilidad estética, la ética, la imaginación y la
creatividad.
En el ámbito de la educación en la escuela son múltiples y de gran interés las
cuestiones que se plantean en torno a la relación del individuo con la sociedad,
consigo mismo y con el medio: los roles de la familia, la escuela y la ley en la
formación moral; la posibilidad y conveniencia de una educación en supuestos
"valores neutros"; los espacios de convergencia de lo público y lo privado; los
derechos en el terreno educativo; y las implicaciones comunicativas, lingüísticas y
pedagógicas que surgen de la vida en comunidad, entre otras. Igualmente,
cuestiones como ¿la dimensión social forma parte de la esencia del hombre?,
¿cómo educar hoy en una sociedad multicultural?, ¿cómo conectar diferentes
actores a partir del diálogo y la interacción?, ¿cómo fomentar comunidades de
aprendizaje donde sea posible transmitir elementos de una tradición que entre en
diálogo con la innovación?, ¿qué importancia tiene la tradición en la formación de la
personalidad humana y en la comunicación? y ¿cómo explicar los quiebres en las
tradiciones y la aculturación?
Un estudio acerca de las diversas comprensiones pedagógicas de la formación
ciudadana que tenga en cuenta la variedad de fines enfocados históricamente y los
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medios efectivos para alcanzarlos, sería una ayuda indirecta para clarificar algunas
de estas cuestiones en el contexto del desarrollo ético-político.
En pedagogía se podría entender, como punto de vista básico, que la educación
está pensada como una práctica social, cuyo principal propósito es ayudar a los
otros a desarrollar las capacidades de su ser individual con respecto a su entorno.
Hay así una estrecha conexión entre los conceptos de: educación, persona y
sociedad. La enseñanza es por tanto, una práctica social en un espacio
determinado, realizada desde la reflexión con el lenguaje y a partir de la praxis
personal, de acuerdo con una tradición social; no es simplemente una transacción
entre individuos aislados. Una práctica social es guiada por un modo de ver y asumir
la realidad, y de transmitir elementos de una tradición.
Subrayar la tradición no es negar la posibilidad de creación o cambio pues estos
son posibles por la tradición, sin la cual no habría nada que cambiar, ni tampoco
ningún fin para la creatividad. En la tradición se pueden distinguir al menos dos
elementos: las habilidades o técnicas y los modos de ver el mundo. Centrarse
solamente en uno de ellos es negar el otro para caer en la esterilidad y el
estancamiento. Todo observar es visualizar, ̶ con base en una perspectiva y una
historia ̶, los modos de ver son variadísimos, adquiridos, compartidos, interpretados
y modificados con otros.
Parte del aprender a ser persona, esencia de la educación, es enfocarse en la
reflexión del ser como un agente moral en una comunidad moral. Esta es una
conclusión consistente con la idea de Aristóteles, según la cual, la formación moral
es una parte esencial y central de la educación. Del mismo modo, otro aspecto del
aprender en el desarrollo de la dimensión ético-política personal es aprender a
tomar parte en las actividades teóricas y prácticas de la comunidad y a ocupar roles
sociales que permitan el diálogo, la argumentación y la deliberación sobre lo público,
así como la regulación sobre el uso de los recursos y los espacios por parte de entes
privados.
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La participación en la vida política aparece hoy más que nunca como una cuestión
problemática, a pesar de ser uno de los principios fundamentales del sistema de
gobierno democrático. En efecto, la democracia debería consistir en la participación
y el ejercicio del poder por parte del pueblo, pero la experiencia histórica acumulada
en los últimos dos siglos ha mostrado que es posible llegar por esta vía al
totalitarismo, y que las democracias evolucionan de hecho con suma facilidad a
formas sutiles de despotismo, en las que el poder es ejercido por minorías
oligárquicas, debido, en gran parte, a que la comunicación entre los agentes se
rompe y se crean formas mitificadas de comunicación que no permiten que los
ciudadanos adquieran -a partir de la educación- una conciencia crítica que les
permita reflexionar y decidir acerca del devenir social e individual.
Para evitar que la democracia sucumba ante tales peligros, se ha insistido
tradicionalmente desde diversas ideologías políticas en la necesidad de profundizar
en ella una vez que sus instituciones políticas han sido instauradas. Se argumenta
que, dado que los partidos políticos pueden acabar siendo controlados por los
grupos de presión, habría que crear y fomentar múltiples cauces legales de control
a los gobernantes por parte de los ciudadanos.
El intento de crear entes jurídicos "autónomos" integrados por intelectuales,
profesionales o ciudadanos de "reconocido prestigio" responde a semejante
convicción, pero en realidad no resuelve el problema e incluso lo agrava, bien
porque sus miembros son elegidos por los propios partidos políticos, con lo cual
difícilmente podrán ser independientes, bien porque se plantea la cuestión de quién
"controla a los controladores" que al ser muy pocos, tienen aún mayor poder que
los políticos, y son potencialmente más peligrosos desde el punto de vista de la
preservación de las libertades.
Dado que parece imposible controlar el sistema desde dentro del sistema, una
solución sería que el mismo sistema se dejara “controlar” desde fuera. Se trataría
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de constituir contrapoderes sociales que limiten la influencia del poder político y
económico. En el marco del llamado Estado de bienestar, esto implica una cesión
de soberanía por parte de las instituciones políticas en beneficio de la sociedad civil
o, si se quiere, equivale, para garantizar la justicia y la igualdad, a dejar en manos
de la libre iniciativa de los propios ciudadanos, esferas de acción que los poderes
públicos han invadido de manera progresiva.
Aunque se trata de un proceso que muchos gobiernos y determinados partidos
políticos no están dispuestos a poner en marcha, e incluso ha sido rechazado por
muchos ciudadanos, estamos ante una realidad que se impone por la fuerza de los
hechos. Las cuentas del Estado de bienestar no cuadran, a pesar de ciertas mejoras
en la gestión económica introducidas en los últimos tiempos, y cada vez parece más
claro que la anónima y mecánica solidaridad que este ejerce en nombre de la
sociedad ha de ser complementada por las iniciativas de los particulares. El auge
de las ONG y del voluntariado es una buena muestra de que una parte de la
ciudadanía percibe con claridad que ese es uno de los principales retos que se
plantean hoy en día las sociedades occidentales.
Ahora bien, en la transición de una sociedad en la que el Estado, mediante las leyes
y a través de los servicios públicos es el único garante de la solidaridad, a otra en
la que los propios ciudadanos gozan de una mayor libertad, y al mismo tiempo
actúan como copartícipes y corresponsables de la realización de la justicia social,
se plantean dos graves problemas. El primero, tiene que ver con la actitud de los
propios individuos. Parece evidente que una gran parte de la ciudadanía no tiene la
menor conciencia de sus responsabilidades cívicas o ningún deseo de asumirlas, y
las transfiere de modo automático al Estado, a quien entrega sus impuestos para
que cargue con ellas, aunque percibe que ese modelo de política social es muy
difícil de sostener a mediano o largo plazo. Semejante actitud se enraíza,
probablemente, en la desconfianza de los ciudadanos, que conduce a preferir el
control y la planificación estatal, al desorden de las iniciativas cívicas, que pueden,
P á g i n a | 107
sin embargo, estar animadas por una lógica más eficaz y un orden moral superior
al de la pura racionalidad burocrática.
El segundo problema, la desconfianza a la que nos acabamos de referir, es
explicable e incluso lógica en aquellas naciones en las que el Estado ha sido
tradicionalmente el único garante de la justicia social. En ellas, los ciudadanos
entienden que es legítimo buscar el interés particular sin tener presentes los
derechos ajenos ni el bien común, que quedan protegidos por las barreras
impuestas por la ley. Surge así una cultura de la queja, fundada en la reclamación
de los propios derechos y reforzada por la existencia de una alta presión fiscal, que
ahoga cualquier tipo de solidaridad cuyo cauce no sea estatal o paraestatal. De ahí
que antes de transferir cualquier tipo de responsabilidad cívica a los ciudadanos,
sea necesario prepararlos para ejercerla, suscitando en ellos la conciencia de que
todas sus decisiones personales tienen implicaciones sociales, culturales y
políticas.
Se trataría de proporcionarles una formación, que denominamos "ciudadana" , que
les permita descubrir qué pueden hacer a título personal para contribuir al bien
común, y generar nuevas actitudes, que sofoquen la cultura de la queja y de la
sospecha, basadas en el sentido de la responsabilidad, del diálogo constructivo, del
espíritu de cooperación y de la capacidad de iniciativa. Se llegaría así a una
reconceptualización de la idea de "participación" ciudadana, ya no sola como un
derecho político, sino, ante todo, como un deber cívico y una forma de vivir.
Nadie duda hoy del papel de la educación en la construcción de una nueva
ciudadanía y de una cultura de paz y comprensión internacional, sin embargo, hay
quienes preguntan si existe oposición entre identidad ciudadana y lealtad cultural.
En algunos planteamientos de la ciudadanía democrática así parece entenderse y
nos vemos forzados a elegir.
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El multiculturalismo nos invita a reconsiderar la mayoría de los conceptos de la
teoría política: fronteras, ciudadanía, soberanía, derechos de los grupos y de los
individuos, pluralismo, tolerancia, democracia. Pero sobre todo exige una reflexión
acerca de los fines y medios educativos.
¿Cómo podemos educar a los jóvenes en una sociedad multicultural y democrática
de modo que, simultáneamente les ayude a reconocer su identidad cultural, les
transmita y fomente ideales, y les permita asumir actitudes democráticas? ¿Cómo
lograr la ciudadanía democrática en un marco multicultural a través de la educación?
Son estas y muchas otras las cuestiones que surgen cuando ponemos en relación
la ciudadanía democrática con la educación en una sociedad plural. Está en
cuestión el papel que otorgamos a la educación en el ámbito democrático y en la
sociedad política para armonizar las distintas culturas.
A la hora de llevar a cabo la educación cívica encontramos diversas propuestas.
Ante la variedad y riqueza de enfoques, podemos afirmar unos cuantos puntos: En
primer lugar, su necesidad y posibilidad en un marco más amplio de la educación
moral. En la praxis, en cuanto a cómo llevarla a cabo, se podría destacar la
importancia y a la vez insuficiencia de la enseñanza de unos contenidos específicos,
junto a los cuales hay que suscitar la adquisición de hábitos, de auténticas virtudes
sociales, en el ambiente necesario para ello, que es necesario promover en las
aulas, y que muchas veces el espacio físico del salón limita o impide.
Nuestra propuesta es, que si entendemos bien los fines de la educación y la
sociedad política, no nos veremos abocados a esa disyuntiva de identidad
ciudadanía/identidad cultural, ya que ambas facetas están interrelacionadas. La
identidad cultural nutre la identidad ciudadana. En el fondo tenemos la disyuntiva
clave en la educación cívica, dentro del marco de la educación moral, entre tradición
y autonomía -en el desarrollo de la identidad personal-, cuya armonía o síntesis será
posible acudiendo a un concepto como el de “hábito”, en su variante de virtud, más
concretamente en su dimensión sociopolítica.
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La formación "política" del hombre -en el sentido griego del término-, su preparación
para asumir responsabilidades en la vida social, ha sido una de las preocupaciones
esenciales de la educación desde la antigüedad. Sin embargo, con la Modernidad y
la emergencia paralela del "individuo" como unidad básica de la sociedad, tal
exigencia y tal preocupación se han vuelto problemáticas. En buena medida, puede
decirse que hoy vivimos en una "sociedad de individuos" en la que la dimensión
social de la persona ha ido perdiendo valor como fuente de sentido para la vida. Por
el contrario, el individuo moderno ordena su conducta fundamentalmente por
referencia a sus aspiraciones y experiencias privadas, por lo que algunos autores
han hablado de la existencia de un espacio público muerto, vacío, de consumo o de
conflicto permanente por intereses particulares.
Dicha situación es el resultado de un largo y complejo proceso histórico, cuyo inicio
se situaría en la etapa final de la Edad Media. Estudiando este proceso en su
génesis estaremos en condiciones de comprenderlo mejor y paliar, en la medida de
lo posible, las consecuencias que de él se derivan, bien patentes en la sociedad de
nuestro tiempo, como lo han hecho diversos autores desde el campo de la historia
y la sociología histórica.
Por otra parte, también en el campo de la psicología se decantan visiones de la
identidad menos autocentradas, que señalan que el yo no se puede concebir sin
alusión a un grupo de referencia. Cada vez se aprecia con más vigor la atención a
los aspectos sociales, al papel del contexto en la conformación de la identidad
individual y a la proyección de la identidad personal en el ámbito de lo social. No
parece razonable que mantener una idea de la propia individualidad tenga que llevar
necesariamente a la exclusión de los otros. De hecho la carencia de "sentirse
miembro de" o "perteneciente a algo", “pertenecer” solo posible en la medida de
consumir, son los motivos por los que actualmente se vive en un mundo que
exacerba el narcicismo y hedonismo a costos muy altos no solo para la sociedad y
el individuo (alienado de su voz social), sino también para el planeta.
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Las nuevas orientaciones señalan la importancia de desarrollar habilidades de
autoconocimiento, de promover su autoestima, de estimular su capacidad de
autocontrol, no sólo con la perspectiva de conseguir la propia satisfacción personal,
sino buscando favorecer el establecimiento de relaciones interpersonales de
calidad, el desarrollo de actitudes de solidaridad, la empatía como base de las
conductas altruistas y de cooperación , y el compromiso en la construcción de la
comunidad como núcleo de la sociedad. Se reconoce que el desarrollo de la
identidad personal y de la autonomía implica la definición del humanismo como ser
social que va precisando su proyecto personal de ciudadano libre y responsable y
que organiza su vida en sociedad, a través de un proceso que guía y orienta el
quehacer -hacia la autonomía- desde los primeros pasos, tal como lo indica su
etimología: paidos, agein: conducir al niño.
2. Desarrollo de algunos de los modelos pedagógicos modernos y
postmodernos.
En el presente apartado describiremos de modo muy breve, las principales
aportaciones que en el proceso de enseñanza-aprendizaje se han planteado por
algunos de los modelos pedagógicos modernos y postmodernos, que inciden de
modo directo o indirecto en la formación ciudadana, en la que es importante analizar
evidenciar ciertas respuestas a planteamientos como: ¿Cómo se aprende?, ¿Cómo
enseña?, ¿Cuál es el papel del maestro?, ¿Cuál es el papel del alumno?, ¿Cuál
es el papel del desarrollo y de la maduración?, ¿Cuál es el papel del ambiente?,
¿Qué influencias principales ha recibido esta teoría?, ¿Cuáles son sus principales
aporte teóricos?, ¿Cuáles son sus principales implicaciones pedagógicas?
Piaget (1985) preocupado por el desarrollo del individuo desde la infancia advierte
que las estructuras mentales no son invariables, puesto que cambian a lo largo del
desarrollo como estructuras organizadas. Para él, la inteligencia es una
construcción continua que se inicia en el momento de nacer y concluye en la edad
P á g i n a | 111
adulta, caracterizada por una marcha continua hacia el equilibrio, sobre la base de
la experiencia como fundamento del conocimiento. Por tanto, es factible estimular
el desarrollo de las aptitudes intelectuales del niño que lo induzcan al conocimiento
ético-político, lo cual permite la interiorización como mecanismo para la obtención
del conocimiento a través del tránsito de lo externo a lo interno. Así, la capacidad
cognitiva y la inteligencia necesitan de la continua interacción con el medio
ambiente. Tal evolución de la inteligencia es la búsqueda de un equilibrio progresivo
de la razón.
Ya desde los albores de la pedagogía moderna, María Montessori (1998), llamó la
atención sobre aspectos claves metodológicos del enseñar como una acción de
doble vía en la que tanto el profesor como el alumno aprenden siempre y cuando
se despierte el interés por la formación ciudadana, reconociendo las diferentes
habilidades que el alumno posea y estimulando aquellas menos arraigadas,
mediante la transmisión clara de los mensajes, conceptos, ideas y finalidades
perseguidas y respetando el ritmo de trabajo de cada uno; el alumno puede cometer
errores, pues estos hacen parte del aprendizaje. Para ella, el entorno contribuye a
orientar el desarrollo independiente de la mente del alumno, así como su capacidad
de análisis, de síntesis, la crítica y la interpretación, entre otras, para transformar el
conocimiento obtenido y utilizarlo en su praxis ética y social. En su opinión, libertad
y autodisciplina estimulan al alumno a trabajar y a disfrutar su trabajo, facilitan la
concentración individual y crean un clima social armonioso.
Pero su propuesta va más allá; engloba todos los aspectos del ser humano: físicos,
psíquicos, intelectuales, morales y espirituales, y establece una clara relación con
el universo que nos rodea; de ahí el énfasis que esta educación pone en el estudio
de la naturaleza y el respeto por todos los seres vivos que forman el medio
ambiente. Puntualicemos que el programa Montessori basado en la propia
dirección, quiere explotar al máximo la sensibilidad y las capacidades de
aprendizaje del niño como etapa privilegiada para el aprender, lo ayuda en el
P á g i n a | 112
desarrollo de su autoimagen y a la confianza para enfrentar retos y cambios con
optimismo.
En esta misma línea de pensamiento, Gagné (1975) considera que el aprendizaje
es un proceso que involucra la interacción con el medio ambiente externo; tiene
lugar cuando ocurre una transformación o modificación en la conducta, y persiste a
lo largo de períodos prolongados en la vida de un individuo.
Es un proceso que recordando lo aprendido, se aplica a los contextos nuevos y
diferentes, induciendo la comprensión. El aprendizaje puede emplear la información
verbal, las habilidades adquiridas, los conocimientos prácticos y sobre todo una
dimensión actitudinal. Se puede afirmar que el ideal de tal orientación es construir
seres independientes, con pensamiento crítico, capaces de interrogarse, y sobre
todo, de solucionar problemas y de generar nuevo conocimiento.
Suárez (2005), centrándose en aspectos cognitivos, llama la atención sobre las
etapas en la adquisición del conocimiento. Su propuesta apunta al desarrollo de la
inteligencia, a incentivar el pensamiento creativo basándose en estrategias escritas,
audiovisuales y simuladas que deben realizar creativamente los docentes
explorando las habilidades sensoriales y la creación artística.
En su opinión, el papel del maestro es diferente para cada acto de aprendizaje
según el resultado que se pretenda obtener y dependiendo de la forma como se
imparta la instrucción, e involucra procesos de expectativa, atención, percepción
selectiva, codificación-cifrado, acumulación, búsqueda y recuperación,
transferencia, respuesta y afirmación.
Los períodos de maduración, para Suárez se centran el aprendizaje en las
habilidades intelectuales, en cuanto a conceptos definidos, reglas y reglas
superiores, operativas y sensomotoras, todas relacionadas con el entorno del niño.
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El maestro debe generar los espacios para que el estudiante sea capaz de expresar
y poner en práctica la información deseada; y evaluar las diferentes etapas de
aprendizaje: motivación, comprensión, adquisición, retención, recordación y
generalización, que conforman respuestas y afirmaciones en los estudiantes, en la
fase de desempeño y realimentación, diariamente, manteniendo el interés sobre lo
aprendido, a través de una evaluación acorde al contexto. Otro aspecto fundamental
del papel del maestro está en fortalecer la capacidad para la comunicación de ideas
y el análisis de los actos.
En este orden de ideas, el objetivo fundamental de Gardner (1987) en la educación
es ayudar a comprender mejor a los estudiantes. A partir de la visión universalista
de la mente y de la escuela centrada en el individuo, comprometida con el
entendimiento óptimo y el desarrollo del perfil cognitivo de cada estudiante, el autor
diseña la escuela ideal del futuro, con fundamento en dos hipótesis: la primera, es
que no todo el mundo tiene los mismos intereses y capacidades: no todos
aprendemos de la misma manera; la segunda, es que en nuestros días nadie puede
llegar a aprender todo lo que hay que aprender.
Su esquema de aprendizaje parte de su teoría de las inteligencias múltiples que
hace énfasis en las capacidades de cada alumno. Todos los individuos aprenden
de manera diferente, afirma, por ello se debe tener en cuenta las diferencias
individuales, para ello, el maestro debe buscar los conocimientos del alumno y poner
en práctica metodologías múltiples hasta dar con el modelo adecuado que le permita
al estudiante un fácil aprendizaje. En consecuencia, la escuela debe asociar
individuos, no sólo con áreas curriculares, sino también con formas particulares de
impartir esas materias. El conocimiento, opina Gardner, se desarrolla a través de
procesos, más que de resultados; con la estimulación adecuada los estudiantes
potencian su capacidad de resolver problemas o generar productos para la
sociedad. Su concepción de la enseñanza lleva a concluir que todos pueden
aprender. Aprendemos a medida que tenemos un contacto con el medio que nos
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rodea y establecemos relaciones con el entorno. Todas las personas involucradas
en el proceso educativo tienen el objetivo común de aprender.
La capacidad necesaria para resolver diferentes problemas o para elaborar
productos que son de importancia en un contexto cultural o en determinada
comunidad exige que para abordar una situación de enseñanza, el maestro se
oriente por un objetivo y determine el camino adecuado que conduce a dicho
objetivo. No se puede improvisar; se requiere de un programa estructurado de
acuerdo con los propósitos de la enseñanza.
La segunda parte de la definición de inteligencia de Gardner es la creación de un
producto cultural para la adquisición y transmisión de conocimientos o la expresión
de las propias opiniones o sentimientos. Aquí entra en juego la posibilidad de
orientar la enseñanza en forma interdisciplinaria. Otro aspecto que debe tener en
cuenta el maestro es el relacionado con la evaluación de las capacidades y de las
tendencias individuales, lo que significa compromiso con el entendimiento óptimo y
el desarrollo del perfil cognitivo de cada estudiante. Tarea que no es fácil. Es variar
la concepción unificada y uniforme para enseñar y para evaluar.
Para este autor, el proceso de enseñanza es el más importante en la educación. Sin
lugar a dudas, el papel que pueda cumplir el docente, los padres y hasta los
hermanos mayores, en algunos casos, es catalogado como trascendental en todo
el complejo proceso enseñanza, que es una tarea cooperativa en la que el adulto o
educador debe tener en cuenta a fin de desarrollar las múltiples inteligencias que
puede poseer el alumno; para ello debe buscar los conocimientos del alumno y
poner en práctica metodologías múltiples hasta dar con el modelo adecuado que le
permita al estudiante un fácil aprendizaje. El estudiante, la institución y los modelos
pedagógicos deben formar una trilogía que permitan alcanzar logros importantes en
el proceso de enseñanza, por difícil y complejo que este sea. Aquí es importante
explicar que cada alumno requiere de una forma de enseñanza.
P á g i n a | 115
Freire (1979) establece una pedagogía orientada fundamentalmente a la formación
del individuo en función del bienestar social, en la relación individuo-sociedad. Vida
diaria y praxis social procuran generar situaciones de aprendizaje, pues para Freire,
es fundamental reflexionar y analizar el mundo en que se vive, no para adaptarse a
él, sino para reformarlo; la mejor manera de aprender, dice, es mediante el diálogo
y la palabra como elementos de transformación de los educadores y de los
educandos, liberándose de los paradigmas que puedan generar violencia, para lo
cual es necesario emplear los medios didácticos adecuados: cartillas, fotografías,
etcétera y elaborando una pedagogía “con el individuo” y “no para el individuo”, en
la que teoría y práctica deben ir de la mano. Así, el educador debe armonizarse con
su formalidad ética, debe predicar la fuerza del amor y sobre todo, permitir al
individuo tomar conciencia de su contexto histórico y antropológico de su realidad,
llevándolo a la reflexión para que este busque su transformación. La toma de
conciencia social, en su opinión, se da partiendo de lo individual a través del diálogo.
No menos importante es la propuesta de Morin (2000) quien reflexiona sobre la
necesidad de cambiar la fragmentación del conocimiento impuesto por el estudio de
cada disciplina separadamente y que impide establecer el vínculo entre las partes y
las totalidades, dar paso a un modo de conocimiento capaz de aprehender los
objetos en sus complejidades, de acuerdo con la aptitud natural de la inteligencia
humana para ubicar todas sus informaciones en un contexto y en un conjunto. Por
tanto, hace énfasis en la necesidad de enseñar los métodos que permiten
aprehender las relaciones mutuas y las influencias recíprocas entre las partes y el
todo en un mundo complejo.
Hay siete saberes «fundamentales» que la educación del futuro debería tratar en
cualquier sociedad y en cualquier cultura sin excepción alguna ni rechazo según los
usos y las reglas propias de cada sociedad y de cada cultura. Además, el saber
científico sobre el cual se apoya este texto para situar la condición humana no sólo
es provisional, sino que destapa profundos misterios concernientes al Universo, a
la Vida, al nacimiento del Ser Humano. Aquí se abre un indecidible en el cual
P á g i n a | 116
intervienen las opciones filosóficas y las creencias religiosas a través de culturas y
civilizaciones. Los siete saberes son: 1. Las cegueras del conocimiento: el error y la
ilusión. 2. Los principios de un conocimiento pertinente. 3. Enseñar la condición
humana. 4. Enseñar la identidad terrenal. 5. Enfrentar las incertidumbres. 6.
Enseñar la comprensión. 7. La ética del género humano.
Para desarrollar tal comprensión, se necesita una reforma de las mentalidades; de
acuerdo con Morin (2000), esta debe ser la tarea para la educación del futuro. Su
propuesta hace énfasis en la importancia de las relaciones interpersonales, en la
comprensión mutua. De allí, la necesidad de estudiar la incomprensión desde sus
raíces, sus modalidades y sus efectos. Este estudio sería tanto más importante
cuanto que se centraría, no sólo en los síntomas, sino en las causas de los racismos,
las xenofobias y los desprecios. Constituiría, al mismo tiempo, una de las bases más
seguras para la educación por la paz, a la cual estamos ligados por esencia y
vocación.
Morin (2000) considera que la educación, debe conducir al alumno a una «antropo-
ética» teniendo en cuenta el carácter ternario de la condición humana, de ser a la
vez individuo, sociedad y especie. En este sentido, la ética individuo/especie
necesita un control mutuo de la sociedad por el individuo y del individuo por la
sociedad, es decir la democracia; la ética individuo-especie convoca la ciudadanía
terrestre en el siglo XXI. La ética debe formarse en las mentes a partir de la
conciencia de que el humano es al mismo tiempo individuo, parte de una sociedad,
parte de una especie.
De igual manera, todo desarrollo verdaderamente humano debe comprender el
desarrollo conjunto de las autonomías individuales, de las participaciones
comunitarias y la conciencia de pertenecer a la especie humana. De allí, se esbozan
las dos grandes finalidades ético-políticas del nuevo milenio: establecer una relación
de control mutuo entre la sociedad y los individuos por medio de la democracia y
concebir la Humanidad como comunidad planetaria. La educación debe no sólo
P á g i n a | 117
contribuir a una toma de conciencia de nuestra Tierra-Patria, sino también permitir
que esta conciencia se traduzca en la voluntad de realizar la ciudadanía terrenal.
Su propuesta muestra cómo es necesario elaborar planes de formación que se
orienten más hacia la comprensión de la complejidad humana, que a cualquier otro
dominio experiencial, para poder garantizar la autonomía moral e intelectual de la
humanidad. Conocer al ser humano en toda su dimensión interior, exterior, singular,
plural, cultural, social, conciencia de sí, conciencia social y la conciencia global,
deberá de ser la misión que oriente los procesos de formación docente universitario.
3. La phrónesis como modelo de mediación deliberativo en procesos
formativos.
Con este bagaje tendremos elementos de juicio adecuados para valorar cómo
se presenta hoy esta cuestión en la legislación educativa, concretamente en los
programas transversales, así como en algunos diseños curriculares realizados. Se
trata de una cuestión urgente que suscita interés y ha comenzado a ser estudiada,
pero -a nuestro juicio- de un modo excesivamente pragmático
Tal vez, como contrapunto a los excesos que se han producido por alentar el
fomento de la autoestima y la preocupación por los intereses e impulsos personales,
que conducen a un aumento de la violencia y una alienación disfrazada en el mundo
de las redes sociales, la sobrecomunicación y el consumo, ahora se reclama el
autocontrol, la autodisciplina y el compromiso con los valores cívicos, morales y
ambientales, a los que se debe llegar a través del fomento de habilidades
emocionales y sociales fundamentales y no mediante el adoctrinamiento normativo.
No es extraño el auge de la bibliografía en torno a lo que se ha dado en llamar
"entrenamientos en habilidades sociales" que partiendo del autoconocimiento
buscan desarrollar la capacidad de autocontrol (demorar la gratificación, canalizar
los impulsos) para abrir las puertas a la comprensión de los demás, a la empatía, al
P á g i n a | 118
respeto, a la tolerancia y al desarrollo de habilidades para convivir con los demás,
controlar la agresividad y resolver los conflictos interpersonales de modo
constructivo, para lo cual es necesario incentivar dinámicas del lenguaje que activan
la participación de los estudiantes de manera que desde allí también se construyan
las formas de la democracia, tal como lo establece R. Barthes (1970:10), ya no
para privilegio de las clases altas, sino como herramienta de la actividad ciudadana
que en su sentido moral limita los “desvíos” del lenguaje pasional.
Es aquí en donde emerge la necesidad de acudir a la comprensión que deviene de
procesos hermenéuticos, La educación, vista desde una perspectiva hermenéutica-
analógica sabe ofrecer elementos de referencia y de sentido que formen no sólo la
dimensión intelectiva o cognoscitiva, sino también la volitiva o afectiva. “En el lado
cognoscitivo, se ve centrada en la formación del juicio, tanto teórico como práctico
o prudencial. Es, en el fondo, la formación del criterio, y reside en la educación en
virtudes” (Beuchot, 2015: 24). Son los hábitos conducentes a la consolidación de
virtudes los que hacen manifiesto no sólo el reconocimiento de los valores, sino su
vivencia, que hacen confluir, las reglas, leyes o principios y el ejercicio continúo. En
otras palabras:
[…] la educación analógica es, también, formación de virtudes. Ésta va más allá de la formación en valores; no la elimina, sino que le da complemento y buen encauzamiento, ya que dice por dónde pueden realizarse, en la práctica, esos valores que se pretenden. Además, es una educación en el sentido, es decir, buscadora y dadora de sentido para vivir, para la existencia humana. Y esto es muy importante y decisivo, porque solamente la educación sirve si es significativa para el hombre. (Beuchot, 2015: 25)
Es importante resaltar que la única educación que permanece en el ser personal es
la que ofrece sentido, la que resulte significativa, que se inserte en la cotidianidad,
y es por esto mismo que la educación necesita de la hermenéutica, porque es la vía
que nos orienta hacia una escucha continua de sentidos, que resalten las
intencionalidades cognoscitiva, y volitiva o afectiva, en definitiva es una formación
P á g i n a | 119
del juicio tanto teórico como práctico, una formación de los sentimientos. De allí
emergen una serie de virtudes:
En el lado teórico, con las virtudes epistémicas; en el lado práctico, con las virtudes éticas; y en el lado afectivo, emocional o de los sentimientos, con la phrónesis o prudencia, que, según Aristóteles, era la que operaba a través de la tragedia griega, para dar proporción a las pasiones, de modo que no fueran demasiado fuertes ni demasiado débiles. (Beuchot, 2015: 24)
La educación ético-política por tanto, ha de propender de modo especial por la
formación de la phrónesis o de la virtud que emite el juicio prudencial el principal
objetivo de la educación. En efecto, la phrónesis o prudencia es lo que ahora
consideramos la razón práctica, o lo principal de ella. Y es la formación de la razón
práctica lo que se constituye como el fin más preciado de toda educación humana.
4. Conclusión
Hemos ofrecido un contexto de la multiplicidad de cuestiones que atañen a la
formación ciudadana y su correlación con una mediación pedagógica que ha dado
cuenta de manera descriptiva de diversas aportaciones desarrolladas por los
modelos pedagógicos modernos y postmodernos. Se evidencia una gradual
transformación en los procesos de enseñanza-aprendizaje, que demandan una
dialogicidad, esto es una hermenéutica proporcional, o analógica, que articule de
manera tensional teoría y praxis, valores y virtudes, normas y conducta, que genere
sensibilidad y correspondencia entre los hábitos intelectivos y volitivos o afectivos.
De allí la necesidad de equilibrar dichas dicotomías a través de la adquisición de la
phrónesis, vital en el acto interpretativo, que involucra la deliberación, que pondera
los pros y los contra de modelos o paradigmas rivales que tienden a la univocidad
o al relativismo en la educación ético-política. Es la phrónesis, en su estructura
semejante a la analogía, y esta a su vez es fundamento de una hermenéutica
analógica y también de una pragmática analógica, que han de orientar la reflexión
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y la acción de las personas, las comunidades y los sectores sociales, en procesos
de mediación acordes con la condición humana.
Referencias bibliográficas: Barthes, R (1970). Investigaciones retóricas I. La antigua retórica. Ayudamemoria. Buenos Aires: Tiempo Contemporáneo. Beuchot, M. (2015). Pensamiento tensional y razón práctica en la hermenéutica analógica. HASER. Revista Internacional de Filosofía Aplicada, (6), 13-28. Freire, P. (1979). Pedagogía del oprimido, México: Siglo Veintiuno Gagné, R. M. (1975) Principios básicos del aprendizaje e instrucción. México: Diana. Gardner, H. (1987) La teoría de las inteligencias múltiples, México: Fondo de Cultura Económica. Kant, E. (1784). Berlinische Monatsschrift. Respuesta a la pregunta: ¿qué es la Ilustración? Traducción de R., Jaramillo V. Universidad Externado de Colombia, Bogotá: Educación y Sociedad, 1984, I (2). Montessori, M. (1998) La educación de las potencialidades humanas. Buenos Aires: Errepar. Morín, E. (2000). Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. Bogotá: ICFES. Ramírez, L. A. (2004). Discurso y lenguaje en la educación y la pedagogía. Bogotá: Magisterio. Suárez C., C. (2005). La inteligencia, el aprendizaje y el pensamiento creativo. Bogotá: Editorial Serpiente Emplumada. Touraine, A. (2006) ¿Podremos vivir juntos? 3° reimpresión. México: Fondo de Cultura Económica.
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Experiencia en el diseño de servicios y productos de información.
Estudio de caso: Biblioteca Universidad de la Salle
Ligia Hiomara Vargas Cubillos1
Resumen: El texto presenta la experiencia docente en el desarrollo del espacio académico Servicios y Productos de información, desarrollado como estudio de caso para la Biblioteca de la Universidad de la Salle. La asignatura corresponde al séptimo semestre nocturno dentro de la malla curricular del Programa Sistemas de Información y Documentación. El texto presenta una estructura de cuatro momentos desarrollados en el transcurso de la materia, los cuales denominé: contextualización; fundamentación y desarrollo de la experiencia docente, finalizando con algunas valoraciones de los participantes. Palabras clave: Unidades de información; Servicios de información; Productos de información; Práctica
docente; Información y Documentación.
(Experience design information services and products. Case Study Library Salle
University) Abstract: The text presents my teaching experience in the development of academic space information services and products developed as a case study for the library of the University of La Salle. The subject corresponds to half seventh night in the curriculum of Information Systems and documentation program. The text has a structure developed four times over the course of the matter, which I called: contextualization; foundation and development of teaching experience, ending with some assessments of the participants. Keywords: Units of information, Information services, Information products; Teaching practice; Information
and Documentation.
1. Introducción
El propósito de este capítulo de libro es mostrar la forma como desarrollé el
espacio académico Servicios y Productos de Información, correspondiente a
1 Programa de Sistemas de Información, Bibliotecología y Archivística de la Universidad de la Salle. Correo
electrónico: [email protected]
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séptimo semestre de la malla curricular del programa sistemas de información y
documentación.
El desarrollo de la experiencia docente se dio durante el primer semestre de 2015,
por una iniciativa del director del programa quien me manifestó estudiar la
posibilidad de tomar como laboratorio experimental la Biblioteca de la Universidad
de la Salle.
La estructura se presenta en cuatro momentos desarrollados en el transcurso de la
asignatura los cuales denominé: contextualización; fundamentación: espacio
académico de Servicios y Productos de Información, desarrollo de la experiencia
docente: creación de servicios y productos de información y finaliza con algunas
valoraciones de los diferentes participantes.
El primer momento presenta la contextualización de la experiencia docente, la cual
muestra el entorno, la motivación, los participantes y la duración; el segundo
momento dedicado a la fundamentación, presenta el espacio académico (nombre
dado un al Universidad de la Salle a las materias que conforman las diferentes
mallas curriculares) de servicios y productos de información, la perspectiva teórica,
metodológica y la evaluación; el tercer momento está dedicado al desarrollo de la
experiencia, es decir, la creación de los servicios y productos de información, aporte
hecho a la Biblioteca de la Universidad de La Salle; el documento termina con
algunas consideraciones finales evidenciadas en la práctica docente.
La práctica docente requiere del apoyo en la formación de profesionales
comprometidos con los problemas de la sociedad, los cuales se evidencian en el
diario vivir de las unidades de información. Por lo anterior, invitamos a descubrir
esta práctica docente, esperando les permita tomar aires en el desempeño
profesional y les invite a asumir nuevos retos docentes y profesionales.
P á g i n a | 123
2. Contextualización de la Experiencia Docente
a. Entorno de la Experiencia
La experiencia se ha desarrollado en el contexto del ambiente académico de
la Universidad de la Salle, sede Chapinero de Bogotá (Colombia). La actividad
práctica se sitúa en los estudios de pregrado del Programa de Sistemas de
Información y Documentación, en el espacio académico de “Servicios y Productos
de Información”, que corresponde al séptimo (7°) Semestre dentro de la malla
curricular.
b. Participantes
- Programa Sistemas de Información y Documentación: participación del
director del Programa, Dr. Nelson Pulido, quien propuso desarrollar este
espacio académico, durante el primer semestre del año 2015, utilizando
como laboratorio de práctica la Biblioteca de la Universidad de La Salle. Para
el desarrollo de la práctica se dispusieron los recursos necesarios y se contó
con la supervisión permanente de la Secretaria académica, Dra. Diana León,
quien realizó con los estudiantes las evaluaciones del desempeño docente.
- La Biblioteca de la Universidad de la Salle: se contó con la participación
activa de la directora de la Biblioteca, Dra. Diana Carolina Martínez, quien
mostró un gran interés en desarrollar la práctica, apoyando todas las
actividades propuestas por la docente y participando activamente en algunas
clases conjuntas con los estudiantes. Asimismo, asignó personal de la
biblioteca con responsabilidades explícitas para apoyar las actividades que
requerían ser realizadas desde la Biblioteca.
- Los Estudiantes, quienes desarrollaron la experiencia y para el momento,
cursaban séptimo semestre en el turno nocturno. Participaron 33 jóvenes,
distribuidos en dos grupos de trabajo de 16 y 17 alumnos respectivamente.
P á g i n a | 124
Respecto al desempeño académico de los estudiantes, Vargas Cubillos
expone:
“Prácticamente todos trabajan en unidades de información, valoran el costo de la matrícula y aprenden para proyectar un mejor desarrollo profesional. Estas condiciones les permiten ser puntuales, responsables, dedicados, puesto que durante el día se encuentran ocupados en sus actividades laborales y en la noche deben afrontar la carga académica, además de las familiares y personales. Durante el desarrollo del espacio académico entregaron lo mejor de sus experiencias y mostraron que son generaciones de reto y de proyección social (Vargas Cubillos, Diseño de productos de información: una experiencia pedagógica para su desarrollo profesional, 2013, pág. 127)
- Los usuarios de la Biblioteca, el espacio académico manejó un componente
teórico denominado Diseño Centrado en el Usuario o DCU (del inglés User-
Centered Desing). Es un enfoque de diseño que se centra en el usuario de
un producto o una aplicación para crear un determinado producto digital. […]
implica que el diseñador estudie a fondo las necesidades, los deseos y las
limitaciones [de los usuarios] al que va dirigido el producto final” (Pratt &
Nunes, 2013, pág. 12), razón por la cual no se pueden diseñar servicios y
productos para unidades de información sin involucrar a los usuarios
directamente en el proceso. Para el desarrollo de esta práctica docente
involucramos diferentes usuarios de la biblioteca tales como, docentes,
estudiantes en tesis, administrativos, estudiantes de primeros semestres,
entre otros.
- La docente: Bibliotecóloga, egresada de la Pontificia Universidad Javeriana,
M.B.A. en Administración de Empresas de la Universidad Externado de
Colombia y Docente Cátedra de la Universidad Javeriana y Universidad de
La Salle” (Vargas Cubillos, Estrategias de evaluación del aprendizaje en
mercadeo de la información)*. Una persona que ama lo que hace y que se
* Documento en proceso de publicación.
P á g i n a | 125
apasiona con su quehacer, procurando establecer una relación de mutuo
aprendizaje con el estudiante.
c. Motivación
Muchos elementos motivaron la realización de la experiencia de cátedra
tomando como laboratorio de aprendizaje la Biblioteca de la Universidad. La
motivación se sintetiza en cinco ítems a saber:
- Vivir una experiencia de aprendizaje productiva;
- Posibilitar en los estudiantes el desarrollo de sus habilidades;
- Evidenciar en los estudiantes un aprendizaje agradable y de proyección
social;
- Permitir a los estudiantes aportar ideas de innovación consolidadas en
servicios y productos de información para la biblioteca de su universidad;
- Establecer trabajo colaborativo para mostrar que no se trabaja solo, por el
contrario, fortalece el quehacer y beneficia a los involucrados cuando se unen
fuerzas.
Finalmente, la fuerte motivación de poder desarrollar esta práctica en la Biblioteca
de la Universidad, constituye un pretexto para fortalecer relaciones y, de alguna
manera, posibilitar la satisfacción de necesidades de los usuarios de la biblioteca y
permitir que los estudiantes vieran una aplicación real de lo aprenden.
3. Fundamentación del espacio académico de Servicios y Productos de
Información.
Este ítem muestra brevemente la fundamentación del espacio académico de
Servicios y Productos de Información, en cuanto a la perspectiva teórica,
metodológica y evaluativa. El objetivo de la asignatura es desarrollar los
fundamentos teóricos y prácticos a tener en cuenta para el diseño de servicios y
productos de información mediante el desarrollo de un proyecto en unidades de
P á g i n a | 126
información, con el fin de despertar el interés en los estudiantes por crear un
portafolio de servicios atractivos que satisfagan las necesidades de información de
los usuarios.
a. Componente teórico del espacio académico:
La asignatura proporciona los principales temas a tener en cuenta en el diseño de
servicios y productos de información. Se cubren cuatro temas macro, con la
correspondiente competencia a desarrollar en los estudiantes. (Figura N° 1)
Figura N° 1 Perspectiva teórica del espacio académico
Servicios y Productos de información
Fuente: Elaboración propia
Contenidos
P á g i n a | 127
Estos temas son investigados por los estudiantes, quienes los socialización con sus
compañeros mediante foros, exposiciones, lúdicas, lecturas entre otras dinámicas.
Por su parte, el docente orienta y refuerza a nivel teórico – práctico. En resumen
está conformado por los siguientes ítems:
- Información como servicio y producto (concepto, evolución, clasificación,
atributos-elementos o características y ciclo de vida de los servicios y los
productos de información);
- Diseño de servicios y productos (concepto, evolución, clasificación,
características, ciclo de vida, gestión de la información);
- Diseño de servicios y productos, caracterización de la Unidad de Información
(Biblioteca Universidad de la Salle), identificación de usuarios, identificación de
necesidades, Diseño Centrado en el Usuario (DCU).
- Desarrollo de servicios y productos (innovación y creatividad, generación y
filtrado de ideas, desarrollo de la idea, arquitectura de la información, desarrollo
de prototipos, pruebas de mercado, análisis de negocio y diseño definitivo)
b. Componente metodológico:
La forma como se desarrolla la asignatura tiene varios componentes, desde el
primer día de clase se realizan diversas actividades con el fin de conocer a los
estudiantes más allá de lo tradicional. Es importante propiciar la creación de nexos
de unión, confianza y fraternidad. Adicionalmente se entrega y socializa con los
estudiantes la programación de todas las actividades del semestre, con el fin de que
se apropien y conozcan la meta a cumplir. La metodología está orientada en el
Trabajo por proyectos que incluyen dos componentes, teoría y práctica:
“Teoría constituye un conjunto de leyes, enunciados e hipótesis que configuran un corpus de conocimiento científico, sistematizado y organizado, que permite derivar a partir de estos fundamentos reglas de actuación”. […] En educación podemos entender la práctica como una praxis que implica conocimiento para conseguir determinados fines. La práctica es el saber hacer…” (Clemente, 2007, pág. 28 )
P á g i n a | 128
De acuerdo a lo planteado, en las clases, los estudiantes conocen la teoría,
evidencian un problema real manifestado por los usuarios de la biblioteca y con el
apoyo del conocimiento estudiado, plantean una solución. Esta estrategia posibilita
el trabajo en equipo, la reflexión, el análisis, la generación de conocimiento, la toma
de decisiones y la satisfacción de ver reflejadas sus capacidades y el desarrollo de
habilidades humanas, con un ingrediente de responsabilidad y compromiso social.
Para desarrollar el componente práctico, se tomó como unidad de trabajo o como
laboratorio la Biblioteca de la Universidad de la Salle. Inicialmente se formaron
grupos de trabajo de tres o cuatro integrantes, las sesiones de clase se separan de
tal forma que puedan realizarse intercaladas entre teoría y práctica. Las sesiones
teóricas son realizadas mediante presentaciones cortas de cada uno de los temas,
los cuales son investigados por los estudiantes y posteriormente socializados, por
medio de presentaciones, videos, fotos, entre otras. Cerrando con una
retroalimentación realizada por la docente tratando de enfatizar en los puntos más
importantes de los contenidos y dando una explicación del desarrollo práctico que
deben hacer frente a la temática vista.
La siguiente sesión de clase incluye el componente de práctica, la cual se hace bajo
la metodología de tutorías personalizadas a cada uno de los grupos. Normalmente
se realizan en salones de cómputo, con el fin de integrar el uso de las Tecnologías
de la Información y la Comunicación (TIC). Normalmente el docente repasa con
cada grupo las dificultades presentadas, aportando sugerencias al grupo.
Adicionalmente, se cuenta con sesiones lúdicas de trabajo en otro idioma,
particularmente el inglés; se socializa la lectura de un libro y se participa en
actividades de lectura y escritura en biblioteca. **
** La perspectiva metodológica es realizada en base al mismo ítem del capítulo presentado para el Primer
Congreso Virtual de Innovación Didáctica al Servicio del Docente y Profesional en Ciencias Documentales, con la ponencia titulada “Diseño de Productos y Servicios de Información: Práxis docente con Estudiantes de Sistemas de Información, Bibliotecología y Archivística”
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c. Componente evaluativo
El espacio académico incluye, como en todas las asignaturas, un proceso
evaluativo, por lo tanto, se siguen los criterios establecidos por la Universidad, la
cual establece la realización de dos evaluaciones parciales y un examen final. Este
aspecto involucra la participación y el aprendizaje de los actores del proceso, para
el caso, profesor y alumnos. A pesar de existir diferencias entre evaluación y
calificación, las mismas no pueden separarse, por tanto se tienen en cuenta los dos
aspectos como parte de la formación del grupo. Se realizan tres tipos de evaluación:
diagnóstica, continua y final.
“la evaluación diagnóstica nos proporciona información adecuada para articular el proceso enseñanza-aprendizaje…Por su parte, la evaluación continua o formativa nos proporciona información sobre cómo se van desarrollando las actuaciones previstas con objeto de ir corrigiendo las posibles disfunciones que se vayan produciendo, Por último, la evaluación final o sumativa, pone de manifiesto la posible discrepancia entre lo que se planificó y los resultados obtenidos…” (Díaz Alcaraz, 2002, pág. 323)
Cuando se inicia el semestre, se realiza la evaluación diagnóstica con el fin de
conocer las habilidades de entrada de los estudiantes y cuáles se deben fortalecer.
Para ello se realiza una matriz DOFA para identificar habilidades, debilidades,
fortalezas y amenazas. Por su parte, la evaluación continua, se hace mediante la
revisión de las actividades prácticas, es decir, cada tutoría es calificada y evaluada,
además de las investigaciones sobre los diferentes temas y las correspondientes
socializaciones y trabajos en clase, entre otras. La evaluación final corresponde al
lanzamiento del servicio o producto desarrollado, bajo parámetros de evaluación y
calificación acordados entre los estudiantes y la docente.
En conjunto con los estudiantes, se planea el examen final con un evento de
lanzamiento de productos realizado en uno de los auditorios de la Universidad,
contando con la participación del Director del Programa, la Secretaria académica
del mismo y algunos profesores, por parte de la Biblioteca la participación de la
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directora y jefes de servicios y de formación de usuarios; algunos estudiantes de
otros semestres y egresados del Programa.
d. Desarrollo de la experiencia: creación de servicios y productos de
información. Biblioteca Universidad de La Salle.
En este apartado se presenta brevemente, y bajo permisos de derechos de autor
de los respectivos estudiantes, el trabajo realizado por ellos durante el trascurso del
semestre, es decir, los diseños de servicios y productos de información que podrá
o no implementar la Biblioteca, de acuerdo con sus planes de desarrollo. Se
comparte por igual el afiche realizado entre estudiantes y docente para el evento de
lanzamiento.
Figura N° 2. Afiche del evento
Nombre Servicio / Producto
(Usuarios) Reseña Integrantes Fotografía
TIPS PARA TU TESIS
Estudiantes de últimos semestres de diferentes programas académicos (Jornada Nocturna).
Conferencia en línea para recibir orientación en tiempo real sobre la forma de realizar el proyecto de grado
Alejandra Sierra. Edilberto Medellín. Yeimmy Cruz.
¿QUÉ ESTÁS BUSCANDO? Servicio de Referencia
Portfolio de Servicios
Para los estudiantes, docentes y usuarios tanto internos como externos.
Plataforma web interactiva que presenta los servicios de la Biblioteca.
Claudia Poveda. Yamile Martínez. David Rincón.
CONOCE TU UNIVERSIDAD
Estudiantes de primeros semestres y usuarios externos
Mapa interactivo que ofrece información sobre sitios de Universidad, eventos, ocio, y lugares de apoyo para la Comunidad Lasallista.
William García. Héctor Castellanos. John Gómez.
P á g i n a | 131
SEMANARIO DIGITAL TU Y LA LECTURA “Una
ventana al conocimiento”
Todo tipo de usuarios a nivel interno y externo
sección web que permite realizar lanzamiento de libros digitales, audiolibros, links de libros relacionados y música, presentados con rotación semanal
Pilar Cedeño. Catalina Laguna. Luisa Delgado. Yulieth Díaz.
CAFETÉ GUÍA
Cualquier tipo de usuarios de la comunidad Lasallista.
Conversatorio para propiciar encuentros y discutir temas variados. Incluye conversatorio, repositorio y blog para interactuar con la biblioteca.
Evelyn Rodríguez. Andrea Sánchez. Ponce Valencia.
BIBLIOKIOSKO
Estudiantes Becarios del programa ‘Ser pilo paga’ vinculados a la Universidad de La Salle en sus diferentes programas académicos
Kiosko portable para salones de clase. Mecanismo de extensión de fuentes de información al salón de clase. Paralelamente promociona la biblioteca y sus servicios.
Leonardo Villareal. Edwin Yanquen. Alejandro Castillo.
BIBLIONET Bases de Datos a Tu Alcance
Estudiantes de posgrado
Tutorial web que de forma práctica e interactiva permite mostrar a los usuarios presentaciones dinámicas y talleres prácticos para el uso de las bases de datos que tiene en suscripción la Universidad.
Yina Suárez Adriana Echeverría. Edwin Martínez.
P á g i n a | 132
e. Consideraciones de los participantes
A continuación se transcriben algunas apreciaciones dadas por los diferentes
participantes.
“El trabajo realizado por la profesora Hiomara Vargas con los estudiantes de Servicios de Información, responde a las dinámicas de construcción de conocimiento de forma colaborativa, con grandes elementos de innovación, aplicación de conocimiento técnico en la organización de la información y el conocimiento (Bibliotecología) y búsqueda en los estudiantes
DISFRUTA Y CONOCE TU BIBLIOTECA
Estudiantes de pregrado de primer semestre nocturno.
Visita Guiada interactiva de la Biblioteca (instalaciones y servicios)
John Alexander Casallas. Yuliana Sepúlveda. Andrés Restrepo.
¿CÓMO
ENCUENTRO
INFORMACIÓN?
¡Venga
le muestro¡
Semilleros de investigación
Programa de formación de usuarios: Estrategias de búsqueda, recuperación, análisis y uso asertivo de los recursos de información.
Camilo Cabra. Jaime Sarria. Sergio Romero.
Mr. REFERENCE
Toda la Comunidad Lasallista y público externo
Aplicación Web que permite la formación interactiva sobre software para elaboración de citas y referencias bibliográficas
Erika Díaz. Sindy Baracaldo. Daissy Lagos. César Páez.
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de proyección de servicios que hagan de las distintas unidades de información, espacios útiles y creativos que aporten a la construcción de conocimiento en apoyo a la consolidación de la ciudadanía en la sociedad de la información.” (Doctor Nelson Javier Pulido Daza, Director del Programa Sistemas de Información y Documentación). “Los procesos de aprendizaje resultan más efectivos cuando se basan en la solución de problemas reales. El trabajo desarrollado en la asignatura de Mercadeo de servicios de información con la Biblioteca permitió acercar a los estudiantes a la realidad y dar respuestas concretas a problemas concretos lo cual, en mi concepto, fue una oportunidad inmensa de aprendizaje para los estudiantes. A su vez, significó para nosotros como institución, la oportunidad de valorar espacios diferentes de innovación, en los que los estudiantes, que también son nuestros usuarios, nos evalúan, nos piensan y aportan al mejoramiento de nuestros servicios. Esta iniciativa académica se constituyó como un espacio valioso de comunicación entre la biblioteca y los estudiantes.” (Doctora Diana Carolina Martínez, Directora de la Biblioteca Universidad de la Salle). “Realmente cuando escuché el nombre, me imaginé información técnica involucrada con Administración, Economía y Mercadeo, una estructura netamente empresarial, y vaya sorpresa que me llevé, con las clases de la profesora Hiomara. Principalmente, resaltó la metodología de clase totalmente participativa, a través de talleres y el desarrollo de productos y servicios para una unidad de información, en ese caso particular, para la biblioteca de la universidad de La Salle, la cual requerían la participación de todos. Así mismo, resalto el interés y compromiso de la docente, a partir de tutorías y sesiones de retroalimentación, fundamentales para el logro de los objetivos planteados en la materia. El enfoque respecto a que las unidades de información, pueden ser consideradas pequeñas empresas con capacidad de producir utilidades intangibles a largo plazo, nos acercó a una realidad que se vive en el entorno actual, una sociedad de la información al alcance de todos, pero siempre y cuando se reevalúe el papel del profesional de información en estos lugares. Finalmente, se presentó el producto a la directora de la biblioteca, y el hecho, de ser nosotros quienes realizáramos la presentación de nuestro producto frente a un público, nos acercó más aún a lo que puede llegar a ser el cierre de la carrera, algo que agradezco enormemente a la docente. La materia dejó entrever que los estudiantes requerimos de una clase que nos permita desarrollar habilidades comunicacionales a la hora de relacionarnos con colegas, gerentes y directores de empresas, ya que hoy día los negocios funcionan bajo criterios de relacionamiento y afianzamiento de las relaciones ya
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establecidas.” (Andrea Sancadilla, estudiante del Programa Sistemas de Información y Documentación, Universidad de La Salle. Octavo Semestre). “Para mí fue realmente algo motivante el hecho de poder ver la materia Productos y servicios de información dentro de mi pensum, ya que descubrí en mí cosas de las cuales no tenía ni idea fuera capaz de realizar: En las actividades de clase pudimos descubrir hasta donde es capaz de llevarnos nuestra imaginación en el momento de leer un libro; teniendo claro que ya había leído mucho libros anteriormente y no había descubierto esto, fue algo maravilloso que marcará mi vida. Hablando ya más específicamente del proyecto que presentamos, fue un trabajo ameno que se desarrolló a lo largo del semestre y el cual al final dio un resultado sorprendente, ya que no solo nuestro proyecto fue único e innovador sino el de todos mis compañeros. Ese día descubrimos que realmente tenemos potencial y que si lo seguimos desarrollando así, las bibliotecas y archivos de nuestro país van a ser los mejores del mundo.” (Pilar Lorena Cedeño Díaz, estudiante del Programa Sistemas de Información y Documentación. 7º. Semestre).
“Durante el transcurso de la materia se adoptó un modelo pedagógico particular, en donde seleccionamos como objeto de estudio la Biblioteca de la Universidad de La Salle y sus usuarios, dando como resultado un producto o un servicio que responde a unas necesidades específicas de los mismos. No solo aprendimos a centrar al usuario y su contexto como principal fuente de información, sino que se requiere de compromiso y creatividad para generar mejores respuestas a los usuarios que visitan un centro de información, con el fin de que sean principales fuentes de formación, información y conocimiento." (William García. Estudiante del Programa Sistemas de Información y Documentación. 7º. Semestre). “Es un caso excepcional encontrar un docente que te motive a continuar con tus proyectos a pesar de todas las circunstancias que puedan presentarse…Yo tuve la oportunidad de conocer a ese docente excepcional, que sin importar qué, siempre inicia las clases con una sonrisa, siempre nos demuestra que podemos dar más de nosotros mismos, siempre nos incentiva a crear, a proyectar, a entender, a mejorar, y que siempre, e incondicionalmente, está para nosotros. Cada clase se convirtió en una competencia con nosotros mismos, era una oportunidad de innovar y de conocer otras facetas de la materia y de la carrera. Cada clase rompía el esquema de docencia, que sin duda alguna nos permitió, como estudiantes, un desarrollo íntegro y una experiencia de vida inolvidable.” (Evelyn Rodríguez Gómez, Estudiante del Programa Sistemas de Información y Documentación. 7º. Semestre).
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“Una experiencia gratificante a nivel docente, profesional y
personal. Trabajar con grupos de estudiantes comprometidos
con su desarrollo académico, con entusiasmo y verdadero
sentimiento de amor por su profesión, hace que la labor del
docente cobre mayor satisfacción. Fue la oportunidad para
contribuir desde la cátedra con el desarrollo de productos y
servicios de información a la Biblioteca de la Universidad.
Normalmente se critica, pero no se aporta, con el desarrollo de
la experiencia docente, se hizo un aporte significativo, no solo
en beneficio de la gestión de la unidad de información, también,
a nivel de satisfacción de necesidades de información de los
usuarios involucrados. Agradezco a la Biblioteca y al Programa,
la oportunidad de desarrollar una catedra con compromiso
social”. (Ligia Hiomara Vargas. Docente del Programa Sistemas
de Información y Documentación).
Referencias Bibliográficas
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educación. Teoría de la Educación: Revista Interuniversitaria, 19, 25-46.
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n+y+calificacion&hl=es&sa=X&redir_esc=y#v=onepage&q=evaluacion%20y%2
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Barcelona: Editorial Océano.
Vargas Cubillos, L. H. (2013). Diseño de productos de información: una
experiencia pedagógica para su desarrollo profesional. En G. Londoño Orozco,
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Universidad de la Salle.
Vargas Cubillos, L. H. (s.f.). Estrategias de evaluación del aprendizaje en
mercadeo de la información. Bogotá.
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El profesor universitario: Solfeador de algunas olas tóxicas de la academia
Irene Sofía Romero Otero1; Patricia Jissette Rodríguez Sánchez2 y
María Janneth Álvarez Álvarez3
Resumen: El presente capítulo, de carácter reflexivo, aborda algunas de las principales problemáticas a las que se enfrenta el docente universitario colombiano en su quehacer diario. Inicialmente se expone una aproximación de carácter histórico de las tendencias del sistema educativo de Colombia a finales del siglo XIX hasta el siglo XXI. Luego, se discute sobre el efecto de la mercantilización educativa en términos de la calidad, la medición por medio de indicadores y la evaluación docente inmersa en los procesos pedagógicos. Posteriormente se desarrolla la temática de la autonomía del profesor universitario en donde se logra evidenciar una “libertad” en el aula influenciada por un sistema condicionado por distintos factores de calidad, que en ocasiones generan problemáticas psicosociales como es el caso del síndrome de Burnout. Para concluir, se hacen algunas recomendaciones sobre la búsqueda de alternativas que humanicen la labor docente universitaria de Colombia. Palabras clave: Educación universitaria; Mercantilización de la educación; Autonomía de cátedra; Síndrome de Burnout; Evaluación docente.
(University teacher: surfer of some toxic academy waves)
Abstract This reflective chapter addresses some of the main problems to which the colombian university teachers face in their daily work. An approach of historical trends of the Republic of Colombian education system in the late nineteenth to the twenty-first century is exposed. Then discusses the effect of educational marketization in terms of quality, measurement through indicators and teacher evaluation immersed in learning processes. Later it is develop the issue of autonomy of university teacher where it manages to demonstrate a "freedom" in the classroom influenced by a conditioned system on various quality factors, which sometimes generate psychosocial problems such as the Burnout syndrome. In conclusion, some recommendations around trying to find alternatives that humanize the university teaching in the country are made. Keywords: University education; Commercializing education, Autonomy chatedra, The Burnout síndrome; Teacher evaluation.
1 Profesora del Programa de Sistemas de Información y Documentación. Universidad de La Salle-
Colombia. Correo electrónico: [email protected] 2 Profesora del Programa de Sistemas de Información y Documentación. Universidad de La Salle-
Colombia. Correo electrónico: [email protected] 3 Profesora del Programa de Sistemas de Información y Documentación. Universidad de La Salle-
Colombia. Correo electrónico: [email protected]
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"La educación tiene dos fines: por un lado, formar la inteligencia; por el otro, preparar
al ciudadano. Los atenienses se fijaron más en lo primero; los espartanos, en lo
segundo. Los espartanos ganaron. Pero los atenienses perviven en la memoria de los
hombres".
Bertrand Russell
1. Contextualización de la educación universitaria colombiana de finales del
siglo XX y siglo XXI.
En las últimas décadas se han desarrollado una serie de modos de
regulación de las políticas educativas basadas en ideas económicas neoliberales
como proceso de la internacionalización y de las nuevas formas de intervención,
razón por la cual las políticas educativas han reformado los sistemas
pedagógicos en América Latina con orientaciones señaladas en los
compromisos acordados en las diferentes versiones de las Cumbres de América,
en donde se presentan discursos sobre educación, el sistema y las
organizaciones que se han focalizado tanto en la política como en los procesos
educativos, así como en la aparición de la autonomía escolar (Feldfeber, 2009).
Por su parte, el sistema educativo colombiano se ha visto impactado a lo largo
del siglo XX por una serie de políticas sociales, económicas y, por supuesto,
educativas, a merced de la ideología política del gobierno de turno que ha dejado
serios atrasos en materia de generación de conocimiento, ciencia, tecnología e
innovación. De acuerdo con Zuluaga & Ossenbach (2004b), la educación en
Latinoamérica es el resultado de cinco importantes momentos que a lo largo del
último siglo han determinado las políticas educativas de los Estados:
- La independencia hasta finales del siglo XIX.
- Desde finales del siglo XIX hasta comienzos del siglo XX
(caracterizado como propios de los Estados oligárquicos).
- Desde comienzos del siglo XX hasta la primera mitad de este siglo
(propio de Estados populistas).
- Desde mediados del siglo hasta la década de los ochenta (identificado
con Estados desarrollistas).
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- Una nueva etapa iniciada en la década de los noventa (de los Estados
neoliberales).
En la tabla N° 1 se presentan las principales acciones del Estado colombiano en
materia de educación, en cada uno de los cinco momentos anteriores y la
relación entre la universidad y la sociedad en estos mismos periodos:
Tabla N° 1. Relación entre el accionar del Estado, la universidad y la sociedad en el sistema educativo
Momento/ Período de Tiempo
Acciones del Estado colombiano en la educación
Relación Universidad y Sociedad
1. Desde la independencia hasta finales del siglo XIX.
- Es potestad del Estado educar a los ciudadanos.
- La educación es obligatoria, gratuita y laica. - Surge la escuela, la pedagogía, el sistema
institucionalizado, organizado y controlado por el Estado.
2. Desde finales del siglo XIX hasta comienzos del siglo XX.
- El Estado toma la iniciativa del sistema de instrucción pública como estrategia modernizadora para impulsar el equilibrio social, la igualdad y la democracia.
- Se busca homogeneizar la educación con la europea sin tener en cuenta la particularidad de la población.
- Entre los años 20 y 30 se consolidó: una clase media poco productiva, la industria nacional y se formaron las grandes ciudades.
- Se crea la escuela tradicional promovida por sociedades agrarias, controlada por terratenientes y comerciantes. Se busca la escuela avanzada promovida por la industrialización, la urbanización, la nueva clase media, la burguesía y la gran ciudad.
- Surgen la Universidad Nacional, de Antioquia y la Escuela de Minas de Medellín.
Existen dificultades de cobertura y acceso. La sociedad con pocos ingresos no puede realizar estudios superiores. Las instituciones de educación superior (IES) se preocupan por la investigación, los nuevos pensamientos y metodologías. Hay preocupación de los humanistas por el destino del país. La universidad se concibe como una institución nacional, científica, experimental y unificadora.
3. Desde comienzos del siglo XX hasta la primera mitad de este siglo.
- (1930) Presión de la iglesia y el Partido conservador por la centralización y unificación de la educación pública. Como consecuencia interviene el Estado en la educación privada unificando los programas de educación escolar.
- (1946-1953) Contrarreforma educativa que llevó al ocaso de la pedagogía activa. Recatolización de la educación. Se volcó de la democratización de la educación a formas clásicas de disciplina, vigilancia y control.
Los desplazamientos del campo a la ciudad, presionan el acceso de la clase media y trabajadora al sistema educativo. Sector productivo poco interesado en la educación: La capacitación técnica era más barata en el lugar de trabajo. No se requiere de mano de obra calificada, pues importa la tecnología de bajo nivel. Las universidades oficiales pierden su autonomía y se debilita su carácter democrático por vincularse a la voluntad estatal. Se comienza a educar para la formación de minorías elitistas que regirán el país.
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Momento/ Período de Tiempo
Acciones del Estado colombiano en la educación
Relación Universidad y Sociedad
4. Desde mediados del siglo hasta la Década de los ochenta.
Políticas educativas sometidas a los organismos internacionales (Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional) e intereses de los Estados Unidos después de los años 60. Reformas en los sistemas educativos que tienden a:
1. Relacionar la educación y la economía: articulación para el desarrollo económico y social. Educación como inversión para la selección de la demanda laboral, aumento de la productividad, ascenso social y progreso técnico.
2. Crear servicios de formación en relación a las empresas. La educación prioritaria es la técnica y profesional (carreras cortas, especializaciones, posgrados).
3. Introducir la planeación e internacionalización de la educación nacional con indicadores cuantitativos dejando a un lado lo cualitativo.
La universidad a merced de la estructura ocupacional, las necesidades de la economía y las demandas del mercado laboral. Se fortalece el discurso de planeación y desarrollo y la libertad académica. Se crearon universidades públicas y privadas consolidando la élite técnica que acompañó el desarrollo industrial. Se crea la educación vocacional en ciencias, tecnología y artes para lograr la vinculación inmediata a la vida laboral al terminar los estudios secundarios.
5. Una nueva etapa iniciada en la década de los noventa (de los Estados neoliberales)
- El neoliberalismo propone el modelo de economía de mercado y su liberalización.
- Reducción del gasto público y fiscal y de los costos administrativos. Se busca la autonomía institucional, optimizar la eficiencia del gasto, mejorar los métodos de evaluación y seguimiento.
- El conocimiento ahora es un factor de producción que se revaloriza, lo que despierta el interés de los particulares por la educación. El Estado entonces masifica la enseñanza pública, mientras la oferta privada se volvía más elitista.
- Hacia el año 2000 el gobierno se propuso
desmantelar la educación pública y privatizarla con el fin de reducir el gasto público. Entre las principales acciones estuvo el cerrar la educación pública para los estratos superiores al dos, es decir educación para los pobres, ya no es pública para todos.
La constitución política en 1991 estableció la autonomía de las universidades, la libertad de enseñanza, investigación y cátedra y el fomento a la ciencia y la cultura. La educación superior es vista como "factor de desarrollo científico, cultural, económico, político y ético" (Quiceno, Sáenz & Vahos, 2004). En pro de la autonomía institucional se plantea la autonomía profesional mediante el mejoramiento de la situación laboral, cualificar la formación y profesionalización.
Fuente: Elaboración propia con base en Álvarez Gallego (2004); Quiceno, Sáenz y Vahos (2004); Zuluaga y Ossenbach (2004).
Es importante resaltar que hacia finales del siglo XIX se identifica la importancia
de la educación como mecanismo o estrategia utilizada por el Estado colombiano
para lograr la inserción de la población a procesos de democratización, igualdad
y desarrollo económico. Desde principios de siglo XX la universidad fue
considerada uno de los principales motores democráticos del desarrollo
económico que acompañaría el crecimiento industrial del país en la época de
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industrialización y formaría el capital humano que requería la industria. Sin
embargo, también sería un elemento de segregación entre las clases medias y
la élite del país, ya que, aunque fue creada con el fin de formar a la población en
las habilidades que se requerían, sólo unas pocas familias podrían acceder a
ellas. Es decir, la educación superior en Colombia jugó un papel formador de
conocimiento pero también fue un actor económico a la merced del Estado en la
que se comenzó a tejer disparidades sociales y brechas educativas.
Contrario a lo sucedido en Europa y Estados Unidos en sus procesos de
industrialización, en donde la población fue la que impulsó los procesos
educativos, en Colombia, la clase media no tomó la iniciativa frente a la
educación, sino que fue el Estado quien implantó una educación homogeneizada
(en Lectoescritura, Cálculo, Historia, Geografía), basada en modelos europeos,
sin tener en cuenta las particularidades de la población (Quiceno, Sáenz y
Vahos, 2004).
En la primera mitad del siglo los gobiernos estuvieron enfocados en desarrollar
un conjunto de políticas sociales, económicas, industriales y educativas en pro
del proceso de modernización y de desarrollo económico, pero a la vez debían
responder a las presiones políticas del Partido conservador y la iglesia que no
estaban de acuerdo con la democratización de la educación. En respuesta a
dichas presiones se impusieron en el sistema educativo formas clásicas de
disciplina, vigilancia y control, lo que llevó a las universidades oficiales a perder
su autonomía y debilitar su carácter democrático por vincularse a la voluntad
estatal. Estos procesos de vigilancia y control respondieron también a la
inserción de la noción de planeación y con ello la internacionalización de la
educación en el país, lo que trajo consigo la educación privada, la unificación de
programas, la medición cuantitativa por medio de indicadores de eficiencia,
cobertura, deserción, repetición, relación docente-alumno, dejando a un lado las
preocupaciones cualitativas (Ocampo, 2002).
Es así como el Estado condujo a la universidad a formar el talento humano del
país, no para la creación de innovaciones, ciencia y tecnología en diferentes
áreas del conocimiento, sino específicamente para las necesidades de la
P á g i n a | 141
industria. Paradójicamente, a pesar que la universidad, a voluntad del Estado, se
enfocó en formar y educar en pro de las demandas de la empresa, aún hoy hay
dificultades para que los vínculos universidad-empresa generen el conocimiento
científico-tecnológico que ambos componentes buscan1.
Desde mediados del siglo XX la dinámica económica y política del país llevó a
que se introdujeran elementos que se creían propios de la empresa (como la
planeación por medio de indicadores de medición cuantitativa y cualitativa) a la
organización y funcionamiento del sistema educativo. De igual forma, se
implementaron técnicas de evaluación que requerían de uniformidad en los
métodos, contenidos y formas de enseñanza dadas a través de guías y manuales
de enseñanza, una especie de producción modular propiciador del control como
estrategia ante la escasez de recursos técnicos y financieros que permitirían
racionalizar los recursos y reducir costos (Quiceno, Sáenz y Vahos, 2004).
En las décadas de los 60 y 70 estuvo en auge la Pedagogía como una técnica
de teorías, enfoques metodológicos y fórmulas sistemáticas que conducían al
aprendizaje. Reinó en las universidades la Ciencia de la conducta y la
Administración (conductismo) en las que se impulsaba la eficiencia del maestro,
lo fundamental era la técnica y no el maestro. Se pensaba en una especie de
"transferencia de tecnología" (de procesos educativos) de Estados Unidos a
Colombia que planteaba la manera detallada de enseñar en la educación
primaria y secundaria. Este diseño conductista disminuye la autonomía, la
creatividad y la iniciativa (Ocampo, 2002; Quiceno, Sáenz y Vahos, 2004).
Pedagógicamente esto tiene una implicación no solo en la forma en la que se
enseña, sino también, en la forma en la que aprende y reaprende la sociedad
colombiana.
1 Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe y la Secretaría General Iberoamericana, ¨La universidad y la empresa llevan adelante esta tarea con competencias, finalidades y criterios muy distintos y a veces difícilmente conciliables¨ (CEPAL, SEGIB, 2010, p. 59). Las universidades se dedican a la formación y a la generación de conocimiento a través de la investigación básica, con una finalidad y uso de los resultados típicamente académicos. Las empresas, por el contrario, actúan motivadas por otros intereses. La mayoría de las veces, el incentivo es la investigación aplicada y la apropiabilidad y rentabilidad de dicho conocimiento. (CEPAL/SEGIB, 2010).
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Ya en los años noventa, la Constitución Política de 1991 plantea la libertad de
cátedra y la autonomía institucional de la educación, pero el conductismo y
posteriormente el constructivismo atentaban con imponer una ideología en la que
no importaba la pedagogía, la ciencia, la tecnología ni el aprendizaje; sólo la
fórmula de gestión gerencial. Posteriormente, llegó la moda del constructivismo
(la construcción del conocimiento de los fenómenos) en la que se implantó la
evaluación, el plan de estudios, la administración, los lineamientos del currículo.
Se reemplaza la autonomía escolar y se propone la autonomía "real" de carácter
financiero y manejo de personal, es decir la autofinanciación y la auto vinculación
del personal.
El Estado no puede asumir solo la responsabilidad de la modernización y el
desarrollo que requiere el país, por tanto disminuye su intervención, mientras el
sector privado adquiere un rol principal. Se aplican criterios gerenciales y
administrativos de la empresa privada para resolver las deficiencias de calidad
en la educación, lo que llevó a que después de casi medio siglo de centralización
se optara por una estrategia de descentralización en lo administrativo y financiero
de la educación (Quiceno, Sáenz y Vahos, 2004).
Desde 1999 hasta la fecha, se introdujo en la educación colombiana una
investigación enfocada en la pedagogía de la humanización donde encuentra “su
sentido en la vivencia real de la calidad de vida de todos los que interactúan en
la escuela o en la universidad” (Romero, 2011, p.8), es decir que se centra en
las buenas relaciones, en los procesos de formación de la autonomía, en la
orientación de personas con responsabilidad social y con sentido.
La pedagogía de la humanización es “una perspectiva educativa flexible,
dinámica, propositiva e interactiva que está en permanente diálogo con múltiples
disciplinas preocupadas por la formación del ser humano comprometido con la
calidad de vida” (Romero, 2011, p. 3). Sin embargo, en el transcurso del siglo
XXI, en los procesos de enseñanza, se enfatiza más en los procesos cognitivos
que en lo social y afectivo donde lo antropológico sigue quedando a un lado
(Romero, 2011, p.8).
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2. Algunas olas tóxicas de la educación superior universitaria en Colombia
2.1. Primera ola: La mercantilización educativa
A partir de la implementación de políticas internacionales de los últimos
treinta años, la educación se encuentra inmersa en un triángulo, el cual se ha
denominado como el triángulo de Clark. Este se compone de potestades propias
de la educación: en un extremo se ubica el Estado, en el otro se encuentran los
círculos académicos (oligarquía académica y corporación académica) y en el
extremo faltante se ubica el mercado (estudiantes, profesores, recursos,
prestigio), estos tres elementos desarrollan una interacción de coordinación del
sistema educativo, y en este orden de ideas, es el Estado quien define las reglas
actuando a partir de políticas (Brunner, 2014).
Como se mencionó en el anterior apartado, el Estado colombiano carece de la
capacidad suficiente para solventar la demanda educativa del país dando lugar
a la intervención de entes privados en la educación. Al no tener en cuenta el
incremento progresivo de la demanda frente a una oferta limitada de cupos (sub-
oferta), dirigida a una población con una limitada capacidad de pago; la
educación se ha convertido poco a poco, para los Estados, en una carga fiscal
insostenible, un gasto más que una inversión, razón por la cual tienden hacia su
mercantilización.
El sistema educativo, inmerso en un proceso de globalización y reformas
implementadas desde los años setenta, tiene el afán de financiarse y brindar
servicio a sus clientes (estudiantes), para lo cual los actores académicos
(proveedores del servicio) deben cumplir con una serie de indicadores
cuantitativos estandarizados que le dan validez a la institución-empresa
(universidad) en el mercado del sistema universitario (Tejeda, 2013). Se pueden
identificar actualmente indicadores cuantitativos que evalúan la producción
intelectual de los docentes como el número de publicaciones en revistas
indexadas (de prestigio internacional, determinadas a su vez por factores de
impacto y elementos de calidad), número de libros científicos publicados, número
de patentes (u otros elementos de propiedad intelectual), indicadores medición
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del impacto científico como número de citaciones de un trabajo por otros
científicos.
Es importante mencionar el conjunto de razones que contribuyen con los
indicadores de la educación, como: la tendencia de limitar el acceso a la
educación es diferenciado por la estratificación socioeconómica, la ubicación
geográfica, las limitaciones tecnológicas y de infraestructura; también a procesos
de adaptación originados por la presión social, por las fallas presentadas en el
sistema educativo (como cubrimiento geográfico, asignación de docentes,
ampliación de sedes educativas, etc.) por el cumplimiento de agendas políticas,
las restricciones de orden fiscal y los problemas de orden público, entre otras.
Las reformas de los sistemas apuntan a una mercantilización de las
universidades en la búsqueda de incrementar libertades o eliminar barreras. Esta
situación crea una serie de libertades en cuanto a la fijación de precios y
utilización de recursos (las entidades educativas del contexto privado tienen
libertades propias para la fijación de costos de funcionamiento educativo). Los
usuarios son quienes hacen la selección de la universidad, a partir de elementos
propios, determinados por el tipo de programa, la ubicación geográfica de la
entidad, las actividades, el mismo acceso a la información ubicada en páginas
web, la publicidad, entre otros (Escobar, 2011).
Por lo anterior, la educación ha iniciado un cambio de oferta en los últimos años,
son los mercados y la economía quienes orientan la dinámica de la gestión
universitaria. Las instituciones de educación superior han ingresado a la
dinámica de la autofinanciación, de buscar aquella solvencia económica que les
permita sostenerse y continuar desarrollando sus funciones de formación,
educación e investigación.
Este nuevo marco de actuación ejerce una presión competitiva por el ingreso y
la creación de nuevas alianzas. La gestión de este tipo de instituciones se
orienta al lucro (aunque su objeto sea sin este ánimo), se verifican los retornos
del mercado y la distribución de utilidades. Las prácticas actuales en la
universidad, permiten la distribución de dinámicas de gestión para el desarrollo
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de actividades con otros agentes involucrados en el sistema educativo y
económico del país, como por ejemplo, las empresas (start up), la formación de
sociedades y fundaciones, la contratación con el estado, la participación en
programas sociales y culturales, suministro de asesoría especializada, la
intervención, cooperación de equipos de docentes, investigadores en
licitaciones, concursos y eventos y la ejecución de proyectos que
indudablemente incluye la intervención de directivos, profesores, estudiantes,
egresados y otros (Rama, 2012).
Para el caso colombiano, el Estado estableció que las universidades pueden
funcionar como sociedades o instituciones sin fines de lucro, también presenta
algunos beneficios tributarios que a la hora de establecer vínculos comerciales
con otro tipo de organizaciones resulta interesante e invita a trabajar
directamente con estas instituciones por las ventajas económicas y productivas
desde el orden fiscal (Rama, 2012). Esta propuesta fue considerada por algunos
como una forma de obtener fuentes y recursos financieros significativos, donde
instituciones del sector privado y público pudiesen agruparse en una categoría
mixta, que además de representar expansión y mejoramiento del sistema
educativo, sirviera como mecanismo de incentivo desde el sector privado y su
contribución con la educación.
Lo anterior conlleva a que los efectos de la mercantilización generen inseguridad
debido a varios factores, el primero, son los estados los encargados de revisar
las tendencias internacionales y del mercado, en segundo lugar, es la academia
quien se rige bajo estas tendencias lo que la invita a elaborar procesos de
análisis y debate para constituir nuevas formas de trabajo, que en la mayoría de
las veces representa sobrecargas de trabajo adicionales para los docentes que
deben cumplir no sólo con las exigencias educativas propias de la profesión sino
con actividades de gestión de posicionamiento de las instituciones educativas
bajo estándares de calidad internacionales.
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2.2. Segunda ola: El remolino de la pérdida de autonomía
Actualmente, los profesores universitarios en Colombia, además de dictar
las clases, deben cumplir labores administrativas, convirtiéndose en una de las
mayores dificultades en relación con el manejo del tiempo debido a la imposición
de tareas diferentes a la docencia, lo que necesariamente requiere de lapsos de
tiempo para asistir a reuniones, elaboración de informes, presentación de
propuestas y otras actividades administrativas que sean requeridas por la
entidad (Cisneros, Druet, 2014). Este tipo de acciones demuestran una tendencia
hacia la exigencia y el control establecido por las instituciones educativas,
además de estar incluida y cuantificada como responsabilidades frente a los
procesos de evaluación de los docentes.
El docente tiene un poder legítimo en el aula de clase, allí maneja una potestad
frente al aprendizaje y comportamiento de los estudiantes. Así pues, los
procesos de individualidad docente se han enmarcado en el conjunto de
actividades que dentro de su clase ejecuta el profesor. Es entre paredes, a puerta
cerrada, que el docente tiene una especie de libertad para el “manejo y control”
de su clase, sin embargo, aunque la autonomía está ligada a la libertad y el
control sobre sí mismo esto no debe confundirse con la autonomía del docente.
La autonomía profesional representa la capacidad de operar, desarrollarse y tomar decisiones, lo que permite fijar objetivos propios, organizar sus actividades y regirse por medio de reglas, formuladas por los integrantes de dicha profesión… En el caso de la profesión docente la autonomía profesional está relacionada con la aplicación de conocimientos especializados y criterios profesionales para tomar decisiones en el contexto del aula y de manera global (Stramiello & Ferreyro, 2011, pág. 9).
La toma de decisiones que se relaciona directamente con la autonomía se deriva
de la experiencia personal y profesional del docente, con los procesos de
socialización con sus pares, con sus estudiantes, con el aprendizaje permanente
y mejora de sus conocimientos, pero además con los procesos que como ser
humano desarrolla de forma individual (Rojas, 2004).
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El desarrollo de la autonomía supone la capacidad de pensar por uno mismo con sentido crítico, teniendo en cuenta muchos puntos de vista, tanto en el ámbito moral como en el intelectual. Autonomía significa, por tanto, gobernarse a sí mismo. Es lo contrario de heteronomía, que significa ser gobernado por los demás (Sarramona, 2012, pág.11).
El actuar autónomo no responde a un actuar individual, sino por el contrario, este
auto-gobierno no puede realizarse sin la permanente relación con otros, ese
vínculo social que permite identificar si se está actuando con autonomía moral e
intelectual por el bien de una sociedad. Es así como el concepto de autonomía
no supone un acto egoísta o egocéntrico en el cual el docente dentro y fuera de
su clase actúa en pro de su libre albedrío, sino que por el contrario, su autonomía
lo llevará a la toma de decisiones en pro de lo que considere mejor para él y para
los demás, en este caso, los estudiantes, compañeros y la universidad como
organización que lo direcciona.
No debe olvidarse además que la autonomía profesional está enmarcada dentro
de unas competencias, habilidades, conocimientos y experiencias que hacen del
docente un conocedor especializado de su campo y es desde aquí donde la toma
de sus decisiones, acorde con la interpretación de una situación, debería tener
validez para sus colegas y directivos.
La autonomía profesional representa la capacidad de operar, desarrollarse y tomar decisiones, lo que permite fijar objetivos propios, organizar sus actividades y regirse por medio de reglas, formuladas por los integrantes de dicha profesión. Es decir, la persona autónoma es aquella que establece fines y escoge medios adecuados para realizarlos, pudiendo establecer las razones que orientaron tal decisión (Stramiello y Ferreyro, 2011, pág. 8).
La autonomía es un elemento de alineación de la personalidad que marca el
comienzo de la conciencia y la confianza, además es la encargada de determinar
el comportamiento en diferentes escenarios como el familiar, el escolar, el social,
razón por la cual su adquisición siempre ha tenido un interés en el ámbito
educativo. Es diferente si la autonomía se refiere al docente, Rojas de Rojas
(2004) menciona que la autonomía en primera instancia hace referencia a la
P á g i n a | 148
libertad, a la independencia cuando en este caso el profesor se convierte en un
modelo y mediador de un proceso que ayuda con el conocimiento e identidad del
estudiante.
De acuerdo con Sarramona (2012), la autonomía se encuentra seriamente
afectada, cuando el profesional tiene responsabilidades contractuales con una
institución educativa, que no deja margen para la autonomía docente y niegan al
profesorado la consideración y libertad de acción dentro del estado del desarrollo
científico y técnico de su profesión, experiencia y reflexión personal. Es así como
la autonomía encierra una serie de factores que limitan y controlan el actuar del
docente. Los objetivos, fines y propósitos de la educación son impuestos desde
el exterior lo que origina necesariamente un condicionamiento de la labor y de la
misma libertad de enseñanza.
Uno de los principales factores que limitan este aspecto es la medición de sus
actividades de forma cuantitativa. Los indicadores llegaron a las instituciones de
educación superior, tanto públicas como privadas, y se imponen a los docentes
con métricas estandarizadas con las cuales califican las autoridades políticas y
económicas.
Porque de otro modo no podrían asignar recursos a lo que se va haciendo dentro de las universidades. Categorías como "interesante", "cálido", "participativo", "público", "emocionante", etc., no son útiles para la asignación de recursos, en cambio sí lo son las cuantificaciones del tipo "tasas de retención", "número de doctorados", "edad promedio", "papers publicados en revistas indexadas", "citaciones", etc. (Tejada, 2013, p. 156).
Por lo anterior, la autonomía docente ha sido cuestionada a partir de las
diferentes reformas educativas que se han venido implementando, por los
diversos factores que limitan, imponen o restringen según el caso. Es así como
el Congreso de Colombia mediante la Ley 1740 de 2014 ha establecido distintas
herramientas de medición a la calidad de las actividades en las instituciones de
educación superior y por ende a la actividad docente, entre ellos está el proceso
de evaluación que cada vez es más recurrente en las universidades y en el caso
colombiano se ha establecido como un mecanismo que apoya, fomenta y
P á g i n a | 149
dignifica la educación superior inmerso en la inspección y vigilancia (Congreso
de la República de Colombia, 2014).
Para el cumplimiento de esta actividad, la autoevaluación, por ejemplo, es un
ejercicio de reflexión del propio docente, relacionado con los conocimientos,
capacidades y necesidades particulares, en donde el profesor revisa su
actuación frente a los estudiantes con el fin de encontrar pertinencia y procesos
de efectividad de su labor desarrollada en un período de tiempo (de Diego Correa
& Rueda, 2012).
Otro elemento de evaluación se refiere a las competencias docentes, como una
acción que permite determinar si los conocimientos, habilidades y valores
desarrollados en las rutas educativas fijadas por los docentes al inicio del curso
o espacio académico han cumplido con el desarrollo del conocimiento por parte
de los estudiantes (de Diego Correa & Rueda, 2012).
Por otra parte, de Diego Correa y Rueda (2012) señalan que, en el marco del
Proyecto SEP-CONACyT -61295 en México, los resultados de la evaluación para
revisar el cumplimiento de metas formativas fue contradictorio, dado que en un
principio el propósito central estaba direccionado hacia la mejora de la función
educativa, pero la práctica mostraba otros resultados vinculados.
Por ejemplo la autoevaluación, determina como resultado que la gran mayoría
de los docentes lo hacen en forma eficiente. Pero cuando se refiere a la
evaluación de las competencias relacionadas específicamente con el proceso de
enseñanza-aprendizaje, se percibe como un proceso de retroalimentación de
mayor trabajo entre docente y estudiantes, debido a la retroalimentación y
evaluación constante durante el espacio de desarrollo de las clases, que incluye
además la identificación de estrategias y materiales para alcanzar los objetivos
señalados que al final permitan una adecuada valoración por parte de los
estudiantes.
A partir de lo cual, se puede establecer que la autonomía es un tema bastante
complejo para el sector educativo, en el cual se encuentran comprometidos
P á g i n a | 150
varios factores y componentes, son las instancias educativas, administrativas,
los docentes y la propia educación las encargadas de generar nuevas
representaciones valorativas en la búsqueda de un equilibrio en coordinación
para garantizar el cumplimiento de los objetivos de la educación y equidad de la
misma sociedad.
2.3. Tercera ola: Un tsunami llamado Burnout
En el actual quehacer académico el profesor universitario se encuentra en
un entorno en el que debe realizar al mismo tiempo las funciones de docencia
(preparar e impartir clases de distintas materias, calificar, asesorar, entre otras),
investigación (diseñar, ejecutar y publicar productos científicos tales como
artículos de alto impacto, capítulos, libros, póster, patentes, participar en
seminarios, congresos, mesas de trabajo, entre otras) y de gestión administrativa
(realizar distintas tareas de gestión interna y externa para la institución
académica para la que trabaja).
Es aquí donde surge uno de los principales problemas pues “consiste en la
necesidad de un balance entre las tareas” (Fondón, Madero & Sarmiento, 2010,
p. 25) teniendo en cuenta que cada uno de ellas requiere, desde el punto de vista
del individuo, habilidades, destrezas, competencias profesionales específicas y
desde un proceso de gestión, el tiempo para la preparación, ejecución y
evaluación de dichas actividades realizadas.
En un marco ideal donde el profesor universitario tuviera una pequeña carga
docente, con un número de alumnos reducido, la realización de las tres funciones
no sería ningún inconveniente, pero normalmente en países en vía de desarrollo
como Colombia los profesores universitarios deben responder a un gran
demanda de estudiantes durante los ciclos académicos semestrales los cuales
solicitan un número significativo de horas para calificar, preparar clases y
exámenes, realizar tutorías o asesorías, etc. Por ejemplo en Finlandia y Holanda
hay una distinción clara entre profesores docentes y profesores investigadores.
En el caso de “Bélgica refuerza la formación docente en aquellos profesores con
más del 50% del tiempo dedicado a la docencia. En Dinamarca, la formación
P á g i n a | 151
docente en educación superior, como en otros países, se consagra por ley… En
los Estados Unidos, un docente puede dedicar tramos distintos de su vida
profesional bien a la investigación, bien a la docencia” (Rué, 2013, p. 22-23).
Lo anterior evidencia la necesidad de que las universidades identifiquen las
competencias profesionales de los profesores y de acuerdo a sus habilidades,
cualidades y destrezas estos puedan desarrollar las funciones en las que son
más competentes y productivos, incrementando de esta manera la calidad en la
ejecución de sus funciones ya sean de docencia, investigación o gestión
administrativa.
La triple función que actualmente desarrolla la gran mayoría de profesores
universitarios en distintas instituciones de educación superior del país está
desencadenando cada vez más el incremento en los índices de estrés laboral y
la aparición del síndrome de Burnout que según Farber lo define “como un
síndrome relacionado con el trabajo. Surge por la percepción del sujeto de una
discrepancia entre los esfuerzos realizados y lo conseguido. Sucede con
frecuencia en los profesionales que trabajan cara a cara con clientes necesitados
o problemáticos. Se caracteriza por un agotamiento emocional, falta de energía,
distanciamiento y cinismo hacia los destinatarios, sentimientos de
incompetencia, deterioro del auto concepto profesional, actitudes de rechazo
hacia el trabajo y por otros diversos síntomas psicológicos como irritabilidad,
ansiedad, tristeza y baja autoestima” (Quiceno & Vinaccia, 2007, p. 118-119).
Fernández et al. Afirman que “el síndrome se produce como consecuencia del
estrés crónico y se caracteriza por cansancio emocional, despersonalización y
disminución del sentimiento de realización profesional” (Fernández et al, 2006,
359). El cansancio o agotamiento emocional se manifiesta por la pérdida,
desgaste, agotamiento y fatiga de los trabajadores y estos sienten que ya no
pueden dar más de sí mismos a nivel afectivo, sus recursos emocionales están
al límite; la despersonalización se manifiesta por actitudes negativas, frías,
insensibles, cínicas e impersonales hacia las personas destinatarias del trabajo
ya sean alumnos, clientes, pacientes, etc.; y la falta o disminución de la
P á g i n a | 152
realización personal se caracteriza por la tendencia del trabajador a evaluar su
propio trabajo de manera negativa (Gil, 2003, p. 21-22).
Reflejo de lo anterior se evidencia en los resultados de varias investigaciones
llevadas a cabo en diferentes universidades públicas y privadas del país. Viloria
y Paredes realizaron un estudio con el profesorado de la Universidad de los
Andes con una muestra de 194 docentes y en sus hallazgos detectaron que
estos profesionales parecen estar especialmente vulnerables y propensos a
padecer este problema debido a los altos niveles de tensión laboral a los que
permanentemente se encuentran expuestos en “su conjunto presentan un grado
medio de Burnout, caracterizado por niveles medios de despersonalización, de
agotamiento emocional y de autoestima profesional” (Viloria & Paredes, 2002, p.
33).
En otro estudio llevado a cabo en dos universidades privadas de Popayán con
44 docentes universitarios que participaron de la investigación, se detectó una
tasa alta (frecuencia del 9%) de despersonalización, es decir, actitudes negativas
y de insensibilidad hacia los estudiantes y colegas (Correa, Muñoz & Chaparro,
2010, p. 597).
En el caso de la Universidad Autónoma de Occidente, en la ciudad de Cali, con
una muestra de 619 profesores se evidenció que los docentes de tiempo
completo son más vulnerables a obtener el síndrome “ya que son ellos quienes
presentan un nivel moderado alto en una o dos de las dimensiones del Síndrome
de Burnout en cuanto a su agotamiento emocional, su despersonalización o su
baja realización personal” (García & Rodríguez, 2013, p. 64).
Asimismo, hay resultados similares que se pueden encontrar en diferentes
estudios (Ibáñez, et al 2011, Caballero, et al 2009), los cuales han evidenciado
niveles medios o altos del síndrome de Burnout en porcentajes altos de
profesores universitarios de planta en diferentes Instituciones de Educación
Superior públicas y privadas del país.
P á g i n a | 153
El panorama expuesto anteriormente, refleja un escenario de complejidades
específicas a los cuales se encuentran expuestos los profesores universitarios
de planta en diferentes ciudades del país, impactando no solamente su salud
física, sino también mental, lo que hace que disminuya notablemente su
productividad laboral y sobre todo su bienestar y calidad de vida. Asimismo, a la
luz de los estudios mencionados se evidencia que el síndrome persiste en el
tiempo.
No obstante, es una realidad que los docentes universitarios actualmente se
deben desempeñar en las tres facetas laborales (docencia, investigación y
gestión administrativa) y para esto se hace necesario que las Instituciones de
Educación Superior de la nación se detengan a evaluar los riesgos psicosociales
de los docentes universitarios y de esta manera puedan contribuir a disminuir o
mitigar el síndrome de Burnout.
Por su parte, Botero sugiere que “se debe retomar la Resolución 2646 de 2008,
la cual establece disposiciones y responsabilidades a los empleadores frente a
la identificación y monitoreo de factores de riesgo psicosocial y la determinación
de enfermedades causadas por el estrés ocupacional” (Botero, 2012, p. 128).
Igualmente, se hace necesario “una asignación racional de las labores docentes,
inclusión en el diseño de políticas universitarias y actividades alternas de
bienestar y ocio que mejoren su calidad de vida laboral” (Ferrer, Pedraza &
Rubio, 2010, p. 15) y además “es necesario realizar evaluaciones más precisas
de las afectaciones tanto personales como institucionales para realizar cambios
que favorezcan y contribuyan a la mejoría de las interacciones entre estudiantes,
compañeros de trabajo y jefes o supervisores para garantizar una verdadera
calidad en la educación” (Unda, 2014, p. 61).
3. Conclusiones: Y después de la tormenta, sale el sol
Luego de reflexionar en torno a algunas problemáticas que actualmente
afectan directamente a los profesores de planta de las universidades públicas y
privadas del país, es momento de detenerse a repensar el papel significativo que
desde siempre estos profesionales han desempeñado y seguirá haciéndolo
P á g i n a | 154
como formadores de nuevos ciudadanos con pensamiento crítico e impacto
social.
Por lo tanto, el profesor, como mediador de procesos de cambio concebidos
desde la universidad, vista esta como un espacio de encuentro donde se
intercambian y debaten ideas, pensamientos, opiniones, debe seguir siendo
desde su aula de clases y desde su libertad de cátedra, un facilitador que
promueva el crecimiento integral tanto intelectual como personal de sus
estudiantes y estos a vez deben ver y tratar a estos profesionales con respeto,
pero sobre todo con dignidad, pues es una realidad que actualmente en un medio
mercantilizado de la educación en algunas ocasiones el docente se convierte en
un elemento oprimido más del sistema.
La mercantilización de la educación ha traído consigo procesos que
deshumanizan la actividad docente al enfrascar las actividades de formación e
investigación en indicadores de medición que privilegian las publicaciones en
revistas con alto prestigio internacional que son leídas por científicos más no por
el común de la sociedad. Esta dinámica mercantilista privilegia el
posicionamiento institucional en rankings mundiales sobre la búsqueda de
soluciones a las problemáticas sociales de los pueblos y desdibuja la función
social que tiene respecto a la difusión de conocimiento a la sociedad, no sólo al
mundo científico.
El profesor universitario se ha convertido indudablemente en un buen solfeador
de olas tóxicas de la educación, sin embargo, todos los que directa o
indirectamente hacen parte del sistema educativo universitario (profesores,
administrativos, estudiantes, egresados, entre otros) deben hacer conciencia
que es necesario humanizar los procesos y repensar las funciones de los
docentes en términos de las diferentes dinámicas educativas que requiere el
país, no de las tendencias internacionales que inciden en su actuar y el de las
instituciones.
En las Instituciones de Educación Superior del país, es fundamental que se
preocupen por llevar a cabo acciones de promoción y prevención para disminuir
P á g i n a | 155
el malestar de los profesores universitarios y para ello las “directivas
universitarias necesitan ser más conscientes de los riesgos para la salud de los
profesores, asociados al incremento de la presión de las instituciones para
mejorar su competitividad y la calidad de sus servicios. Esta calidad se mide
usualmente con indicadores tales como el número y tipo de publicaciones y otras
que no necesariamente reflejan el bienestar o la salud de los miembros de la
comunidad que produce esos resultados” (Gómez, Perilla & Hermosa, 2015, p.
198-199).
En este documento se discutió la autonomía desde las aulas y la actuación
docente-estudiante como parte de la toma de decisiones y la libertad para ello,
sin embargo es necesario crear espacios de discusión que permitan analizar la
incidencia de los nuevos estándares de calidad internacionales en las múltiples
actividades docentes para la formación del capital humano del país. De igual
forma, debe discutirse acerca de lo que quieren las instituciones y lo que
realmente necesita el país en términos de investigación social que contribuya a
la solución de los problemas de la población. Todos estos elementos claramente
inciden en la autonomía profesional universitaria, no sólo indicando en dónde
publicar, qué tipo u temas de investigación emprender, sino que además la poca
autonomía está viciada por incentivos perversos en las remuneraciones
salariales y aumento en el escalafón docente en la medida que se cumpla con
dichos estándares.
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II. LA MIRADA DESDE VENEZUELA
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Un sistema de competencias para la organización del conocimiento en contextos globales
Johann Enrique Pirela Morillo1 y Edixson Caldera Morillo2
Resumen: Se propone un sistema de competencias para la organización del conocimiento en contextos globales, el cual se deriva de un estudio que indagó las racionalidades planteadas en los perfiles curriculares de las Escuelas y Programas de Bibliotecología, Archivología y Ciencia de la Información de Venezuela, las expresadas por expertos de organismos internacionales del ámbito bibliotecológico y archivológico y las de los docentes y profesionales que se desempeñan como responsables de los procesos de organización de conocimiento en servicios bibliotecarios universitarios de países como: Venezuela, Colombia y Uruguay. La propuesta asume como principios teóricos: la ubicuidad de la información, la reticularidad en los procesos de creación y socialización del conocimiento y la apropiación socio-crítica de las tecnologías. El sistema de competencias se organiza en función de tres ámbitos que conforman un modelo envolvente y concéntrico, el cual sigue una lógica deductiva. De esta forma se plantea una macro-competencia de la que se derivan meso-competencias y micro-competencias. Igualmente se señalan algunas estrategias para la instrumentación del sistema y se formula un plan para garantizar su operatividad. Como conclusiones se señalan que la organización del conocimiento sigue siendo el área esencial y fundante que identifica, caracteriza y distingue este campo de conocimiento y le otorga identidad propia al ejercicio del profesional de la información, sobre todo en los actuales entornos, caracterizados por la complejidad, el dinamismo y la interactividad. Palabras clave: Organización del conocimiento; Competencias profesionales; Profesional de la
información; Sistema de competencias
(A competency system for knowledge organization in global contexts)
Abstract: A competency system for the knowledge organization in global contexts is proposed, derived from a study aimed to explore the rationale established in: the curricular profiles required by the Schools and Programs of Library, Archival and Information Science of Venezuela; the experts’ discourse from international organizations who belong to the archival and librarianship field, and from the teachers and professionals working as responsible for knowledge organizational processes within university library services in countries such as: Venezuela, Colombia and Uruguay. The theoretical principles assumed by the proposal are: the ubiquity of information, the reticularity in the creation and socialization of knowledge processes and the socio-critical appropriation of technology. The
1 Programa de Sistemas de Información y Documentación, Bibliotecología y Archivística. Universidad de
La Salle. Correo electrónico: [email protected]
2 Director del Centro de Investigación y Desarrollo en Tecnologías del Conocimiento, CIDTEC. Profesor
de Análisis de la información de la EBA-LUZ. Correo electrónico: [email protected]
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competency system is organized around three areas that conforms a concentric shell model, which follows a deductive logic. In this way, a macro-competency is set, deriving meso-competencies and micro-competencies. Also some strategies for implementing the system are identified and a plan to ensure its operation is formulated. The conclusions pointed out that knowledge organization remains as the essential and foundational area that identifies, characterizes and distinguishes this field of knowledge and gives identity to the exercise of information professional, especially in the current environment, characterized by complexity, dynamism and interactivity. Key words: Knowledge organization; Information professional’s competencies; Global contexts.
1. Introducción
Ante el vertiginoso avance de la ciencia y de la tecnología, así como la
exponencial producción de conocimiento científico que se genera, resultado de
las actividades intelectuales, se está exigiendo a los profesionales de la
información el dominio de competencias puntuales (conocimientos, habilidades,
destrezas y actitudes) para organizar los contenidos de una manera creativa,
crítica, significativa y sustentada en el uso de tecnologías digitales, todo lo cual
permite poner a disposición de los usuarios el conocimiento, muchas veces
disperso o difícil de localizar.
Por ello, los servicios bibliotecarios y de información enfrentan en este momento
el reto de organizar, representar y difundir, vía mediación tecnológica, el
conocimiento producido. Este proceso recibe el nombre de organización del
conocimiento (OC) y se realiza sobre la base de la detección de necesidades
específicas de los usuarios, en sintonía con los estándares internacionales y
alineados con las últimas tendencias que se están desarrollando en los países
que registran un alto grado de avance en esta materia, pero sin descuidar las
particularidades del contexto socio-cultural y el modelo de desarrollo de nuestro
país.
Al mismo tiempo, la OC está emergiendo como una nueva disciplina incardinada
en el contexto de las denominadas ciencias de la información. Esta disciplina se
enfoca hacia el estudio complejo de la interacción de diversas perspectivas y
enfoques (ciencias cognitivas, ciencias del lenguaje, inteligencia artificial,
P á g i n a | 162
procesamiento de la información) para ampliar la comprensión e impacto de las
operaciones cognoscitivas; también las técnicas vinculadas con el análisis
documental formal (clasificación y catalogación) y de contenido (indización y
condensación). Tales operaciones en este momento se hacen mucho más
interactivas al incorporar de una manera transversal el manejo de las tecnologías
de información y comunicación.
En este contexto teórico, se presenta una propuesta de sistema de competencias
sobre organización del conocimiento, la cual se estructura con base en las
características y particularidades de los actuales contextos globales, en los
cuales la complejidad, globalidad, interacción y reticularidad se constituyen en
los principios articuladores. La propuesta surge del análisis teórico-conceptual y
del procesamiento de la información empírica recogida a partir de entrevistas en
profundidad realizadas a ocho actores vinculados con las dinámicas de los
procesos de organización del conocimiento de Venezuela, Colombia y Uruguay.
El sistema de competencias que proponemos, más que expresar cuáles serían
el conjunto de conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes, se asume
también como un instrumento heurístico para emprender investigaciones acerca
de la OC como campo medular de las ciencias de la información y como espacio
práctico que le otorga identidad a la labor de los profesionales de la información.
Dicha propuesta se distancia de los criterios de racionalidad solo instrumental
del proceso de organización del conocimiento y se ubica en una perspectiva
crítica, interactiva y mediadora del proceso, confiriéndole un carácter mucho más
dinámico e interdisciplinario, debido a que no solo se consideran los
conocimientos propios del acervo bibliotecológico y de ciencias de la
información, sino de otras disciplinas como las ciencias cognitivas y las ciencias
de la comunicación.
También se incluyen estrategias que garantizarán la operatividad de la propuesta
y su permanente monitoreo, revisión y reestructuración, todo ello en aras de
consolidar y hacer aún más efectivo el proceso de formación del profesional de
la información en el país, sobre todo en lo que respecta al desarrollo de
competencias para organizar el conocimiento, esencia y principal conjunto de
P á g i n a | 163
saberes y prácticas propios de la Bibliotecología, Archivología y Ciencia de la
información.
2. Fundamentación teórica
Los fundamentos teóricos del Sistema que se propone apuntan hacia la
caracterización de los contextos globales definidos a partir de premisas básicas,
enunciadas por Pirela (2007). Para fundamentar la propuesta de sistema de
competencias, como guía de la formación profesional en el área de
Bibliotecología, Archivología y Ciencia de la Información, se tomarán tres de las
premisas señaladas por el autor: 1. los contextos globales se estructuran en
torno a la ubicuidad, 2. Los contextos globales son reticulares y 3. En los
contextos globales se requiere formar para la apropiación socio-crítica de la
información y las tecnologías. Tales premisas pueden ayudar a explicar la
naturaleza, alcance e impacto de la organización del conocimiento como proceso
mediador en el ámbito de las instituciones de información.
La ubicuidad de los contextos globales define una de las principales propiedades
de la información y el conocimiento en dichos contextos. La información está en
muchas partes a la vez y fluye a través de diferentes nodos, ello plantea que la
construcción del conocimiento parte de una lógica que implica la presencia
múltiple y abarcadora de la información en la sociedad, gracias a las redes de
socio-informativas y digitales. Una información puede ser accedida e
interpretada a un mismo tiempo real y en diferentes puntos ubicados
espacialmente.
La reticularidad es un principio teórico que debe orientar la acción de
organización de conocimiento, como acción mediadora en las instituciones de
información (bibliotecas, archivos, centros de información y documentación),
porque el conocimiento con el cual se trabaja en estas organizaciones se
produce muchas veces a partir de la no solo de la interconexión de redes
tecnológicas sino también y mucho más importante de la acción de redes
sociales (grupos de investigación, grupos organizados para el procesamiento de
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la información, dedicados a la acción ciudadana), cuyo acceso es posible gracias
a Internet, y también a los productos hipermediales y virtuales que hacen cada
vez más interactivo y holístico los procesos asociados con el tratamiento de la
información y la organización del conocimiento.
La concepción reticular como principio orientador introduce también la idea de
“conocimiento redificado” planteada ya por Caballero (2000), según la cual los
sujetos conectados por las redes comparten sus inteligencias y formas de
aproximarse al mundo.
La tercera premisa teórica en la que se fundamenta el Sistema es que en los
contextos globales se debe formar para la apropiación social y crítica de la
información y las tecnologías, la cual puede definirse como un proceso para cuya
realización es imprescindible el desarrollo de acciones de alfabetización
informativa y tecnológica, en virtud de que hoy día cada vez se está requiriendo
no solo “saber utilizar y darle significado a la información” en su sentido más
amplio, sino también hacerlo por medio de los medios digitales, lo cual requiere
de entrenamiento sistemático y sostenido desde la educación formal y desde las
organizaciones de conocimiento.
La garantía del acceso igualitario junto a la apropiación social y crítica de la
información y las tecnologías son la base de la construcción colectiva de una
sociedad del conocimiento centrada en la persona y el incremento del arsenal
intelectual, ya que no se trata sólo de invertir en conexión telemática, sino
también de formación del ciudadano para dotarlo de las habilidades que le
permitirán convertirse en un usuario receptor activo y crítico, es decir en un
mediador significativo de la información y del conocimiento que fluye en distintos
niveles y medios por la sociedad.
Ahora bien, para configurar el sistema de competencias que se propone, se
asumen como metáfora lo envolvente, contenido en tres esferas de
competencias que al engranarse funcionan de manera óptima para garantizar el
desarrollo del proceso de organización del conocimiento en los contextos
globales. Tales esferas de competencias se ensamblan una dentro de la otra
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para delinear el andamiaje requerido que permite desarrollar en los futuros
profesionales de la información la organización del conocimiento con miras a
generar maximización del acceso a los contenidos y democratización del
conocimiento, todo ello mediado por tecnologías de información y comunicación.
3. Estructura del Sistema
El sistema funciona como una estructura envolvente y concéntrica, que
comprende tres esferas: la esfera 1, donde se ubica la macro-competencia, la
esfera 2 que integra meso-competencias y la esfera 3 que contiene micro-
competencias. La estructura del sistema se apoya en la idea de que para
organizar conocimiento de forma efectiva, se deben mostrar evidencias de los
dominios teóricos y prácticos que suponen analizar información con un sentido
de transformación organizacional y social.
Figura N° 1. Sistema envolvente e integrado de competencias para
organizar el conocimiento en entornos globales.
Fuente: Elaboración propia.
En la primera esfera se ubica la macro-competencia, que tiene una naturaleza
integradora y abarcadora. Es la competencia para organizar el conocimiento que
envuelve al resto de las esferas: la que contiene las meso-competencias y las
micro-competencias.
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Al analizar el contenido de la macro-competencia se aprecia el verbo medular:
organiza el conocimiento, con el propósito de maximizar su acceso, apropiación
social y uso crítico. En esta expresión subyace el para qué de la organización
del conocimiento, lo que lleva consigo también la visión interdisciplinaria e
integradora a la cual se ha hecho referencia, luego de haber develado las
concepciones de los informantes que participaron en las entrevistas. (Ver Figura
N° 2).
Figura N° 2 Macro-competencia del Sistema
Fuente: Elaboración propia.
La segunda esfera contiene las meso-competencias, definidas como
desempeños o dominios más específicos y vinculados directamente con
aspectos conceptuales, operativos y aplicativos de la organización del
conocimiento, a saber: el manejo de lenguajes especializados, la utilización
adecuada de sistemas, normas, reglas y estándares, las aplicaciones
tecnológicas para organizar el conocimiento, entre otros. (Ver Figura N° 3).
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Figura N° 3. Meso-competencias del Sistema.
Fuente: Elaboración propia.
Finalmente, se propone la esfera 3, contentiva de las micro-competencias, en la
cual se incluyen conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes
fundamentales, que constituyen la base de la organización del conocimiento. Si
no se cuenta con el desarrollo de estas competencias no será posible realizar el
engranaje de las dos esferas que contienen las micro competencias y hacen
funcionar al sistema completo como un engranaje. Dentro de esta esfera se
incluyen habilidades como la aplicación de procesos cognitivos, sobre todo los
de comparación, clasificación simple y jerárquica, análisis y síntesis.
También la elaboración de recursos de simbolización y representación como los
mapas conceptuales y mentales, las habilidades investigativas, el manejo de
fuentes, entre otros. El conjunto de estas microcompetencias permitirá una
mayor comprensión y efectividad en el desarrollo de las mesocompetencias y la
suma de los dominios competencias anteriores hará posible la realización de la
macro-competencia de organización del conocimiento. (Ver Figura N° 4).
P á g i n a | 168
Figura N°4. Micro-competencias del Sistema
Fuente: Elaboración propia.
El sistema integrado y envolvente que se presenta constituye una propuesta
curricular para ser validada y aplicada en los diseños curriculares de las Escuelas
y Programas de Bibliotecología, Archivología y Ciencias de la Información.
También puede asumirse como punto de partida de una agenda de investigación,
innovación y desarrollo en el área de organización del conocimiento, instrumento
para orientar los procesos de reflexión del Grupo permanente que se propone
conformar a nivel nacional.
Su ejecución plantea un reto para la formación de los profesionales de la
información, de modo particular la didáctica que se requiere para lograr el
desarrollo pleno de estas competencias en los futuros egresados.
4. Estrategias para instrumentación del Sistema integrado
Para concretar la propuesta del Sistema en la práctica, se requiere llevar
adelante las siguientes estrategias: 1) Conformación de una Red Nacional de
Investigación, Innovación y Docencia en organización del conocimiento, 2) Validación
del Sistema para organizar el conocimiento en el ámbito nacional y 3) Creación de un
P á g i n a | 169
nodo temático en el Observatorio sobre formación profesional en Ciencias de la
Información, referido a la organización del conocimiento.
- Conformación de una Red Nacional de Investigación, Innovación y
Docencia en organización del conocimiento.
La conformación de una Red Nacional de Investigación, Innovación y Docencia
en organización del conocimiento tendrá el reto de reunir a los docentes e
investigadores del área de organización del conocimiento, adscritos a las
Escuelas y Programas en Bibliotecología, Archivología y Ciencia de la
Información del país, con objeto de dar a conocer la propuesta como punto de
partida para llevar adelante procesos de reflexión permanente sobre las
competencias que se deben formar en los profesionales de la información, sobre
todo aquellas que tienen que ver con el procesamiento de información.
Uno de los retos que tendrá esta red será impulsar un proceso de actualización
y replanteamiento de la práctica docente en el área, lo cual podría concretarse
mediante una formación docente consustanciada con la naturaleza y alcance de
la organización del conocimiento como campo medular, integrador,
interdisciplinario, pero también como macro-competencia que define y
particulariza el ejercicio profesional en Ciencias de la Información en los actuales
contextos globales.
El formador del profesional de la información como mediador-organizador del
conocimiento deberá realizar esfuerzos sistemáticos de creatividad en el uso
efectivo de estrategias innovadoras de aprendizaje para lograr los desempeños
esperados. El formador y aplicador de este sistema de competencias deberá
trabajar en equipo con visión interdisciplinaria y debe articular su acción en aras
de conformar comunidades de aprendizaje, de reflexión y de práctica acerca de
cuáles serán las vías y los mecanismos más pertinentes para hacer del sistema
una realidad.
P á g i n a | 170
- Validación del Sistema para organizar el conocimiento en el ámbito
nacional.
La validación del Sistema es una de las estrategias que debe impulsar con
prioridad la Red Nacional de Investigación, Innovación y Docencia en
organización del conocimiento. El proceso de validación se hará efectivo
mediante la inclusión en los diseños curriculares de la macro, meso y micro-
competencias propuestas en el Sistema.
Dicha validación supondrá además la conformación de grupos interdisciplinarios
a lo interno de las instituciones de educación universitaria que cuentan con
Escuelas y Programas de Bibliotecología, Archivología y Ciencia de la
Información. Los grupos interdisciplinarios deben estar conformados por
docentes de otras áreas como la lingüística, literatura, ciencias de la
comunicación, educación y desarrollo del pensamiento.
- Creación de un nodo temático en el Observatorio sobre formación
profesional en Ciencias de la Información, referido a la organización del
conocimiento.
Esta estrategia apunta hacia la constitución de un nodo temático en el
Observatorio sobre formación profesional en el área de Ciencias de la
Información, proyecto que actualmente se lleva adelante en la Universidad del
Zulia. El propósito de esta estrategia será disponer en el espacio virtual que se
creará con el Observatorio de un módulo o sección para la discusión,
socialización e intercambio permanente de las innovaciones y productos que se
deriven a partir de la validación del Sistema de competencias que se plantea y
de otras actividades que realice la Red Nacional de Investigación, Innovación y
Docencia en organización del conocimiento.
P á g i n a | 171
- Plan para la ejecución del Sistema de competencias para organizar el conocimiento en entornos globales
Estrategias Acciones Responsables
1. Conformación de una Red Nacional de Investigación, Innovación y Docencia en organización del conocimiento
1.1. Convocatoria a una reunión técnica nacional para someter a consideración la idea de la Red. 1.2. Organizar la reunión sobre la conformación de la Red en la Universidad del Zulia. 1.3. Socializar la propuesta del Sistema en la primera reunión de conformación de la Red.
Investigadores del Centro de Investigación y Desarrollo en Tecnologías del Conocimiento de LUZ que trabajan en el área de organización del conocimiento. Docentes e investigadores del área de organización del conocimiento de las instituciones de educación universitaria que cuentan con Escuelas y Programas de Bibliotecología, Archivología y Ciencia de la Información
2. Validación del Sistema para organizar el conocimiento en el ámbito nacional
2.1. Incorporar la macro, meso y micro-competencias del Sistema en los diseños curriculares de las Escuelas y Programas de Bibliotecología, Archivología y Ciencia de la Información. 2.2. Diseñar estrategias didácticas y de evaluación para el desarrollo de la macro, meso y micro-competencias. 2.3. Generar los reportes de la validación y discutirlos para la realización de los posibles ajustes.
Docentes e investigadores de organización del conocimiento de las instituciones.
3. Creación de un nodo temático en el Observatorio sobre formación profesional en Ciencias de la Información, referido a la organización del conocimiento.
3.1. Incluir la organización del conocimiento como nodo temático del Observatorio sobre formación profesional. 3.2. Establecer la estructura del nodo con los elementos que lo organizarán para difundir los resultados de los trabajos de la Red, sobre todo en lo que respecta a la validación del Sistema.
Equipo de Investigación del Centro de Investigación y Desarrollo en Tecnologías del Conocimiento que llevan adelante el proyecto del Observatorio.
5. Conclusiones y recomendaciones
Las competencias sobre organización del conocimiento (OC) que deben
incorporarse en el currículo de Bibliotecología y Archivología a la luz de las
tendencias y desafíos planteados por los contextos globales e interactivos,
deben partir del hecho de que la OC se erige como el área medular y fundante
que identifica, caracteriza y distingue este campo de conocimiento y le otorga
P á g i n a | 172
identidad propia al ejercicio del profesional de la información, sobre todo en los
actuales entornos, caracterizados por la complejidad, el dinamismo y la
interactividad.
Las siguientes recomendaciones van dirigidas a las instituciones de educación
universitaria que en Venezuela tienen el compromiso de formar profesionales del
área de Bibliotecología, Archivología y Ciencia de la Información, de modo
particular las Escuelas y Programas académicos de las Universidad Central de
Venezuela, la Universidad del Zulia, la Universidad Politécnica Territorial de Lara
y la Universidad de Yacambú.
Lo primero que se recomienda es la necesidad de impulsar un encuentro de
trabajo con los docentes e investigadores de estas Escuelas y Programas, con
objeto de conformar un Grupo Nacional de Docencia, Investigación y Desarrollo
en el área de organización del conocimiento.
Se recomienda que el área de organización de conocimiento forme parte no
solamente de un eje medular del currículo, sino de un área-línea y eje
permanente de investigación, innovación y desarrollo para transferir
conocimiento teórico y tecnológico y con ello dar respuestas concretas a la
formación profesional y a los problemas que enfrentan diferentes tipos de
organizaciones en lo que respecta a la organización del conocimiento.
Se requiere profundizar en la comprensión de la organización del conocimiento
como una perspectiva integradora e interdisciplinaria, para lo cual es necesario
emprender estudios que trasciendan lo disciplinario y se ubiquen en un diálogo
con áreas de conocimiento: la psicología cognitiva, la lingüística, la filosofía, la
inteligencia artificial y las ciencias de la comunicación y de la educación, desde
cuyos marcos de referencia teórico y metodológico será posible nutrir a la
Bibliotecología, Archivología y Ciencias de la Información, de modo particular la
organización del conocimiento como campo medular complejo e integrador.
Se requiere realizar un esfuerzo permanente de actualización de la teoría y la
práctica de la organización del conocimiento, mediante la evaluación sistemática
P á g i n a | 173
de nuevas visiones y aplicaciones tecnológicas, todo ello con miras a fortalecer
la democratización del conocimiento.
Se recomienda asumir el sistema de competencias sobre organización y
representación del conocimiento para su inserción en los diseños curriculares de
las Escuelas de Bibliotecología y Archivología, el cual considere el dinamismo
de los contextos globales.
Referencias bibliográficas
Caballero, S. (2000) Organizaciones emergentes que surgen en el ciberespacio. Tesis Doctoral. Doctorado en Estudios del Desarrollo (CENDES). Universidad Central de Venezuela. Caldera, E. (2014). Competencias para la organización y representación del conocimiento en el currículo de las escuelas y programas de bibliotecología, archivología y ciencias de la información. Tesis doctoral (No publicada). Doctorado en Ciencias de la Educación. Universidad Rafael Belloso Chacín. URBE. Maracaibo-Estado Zulia. Venezuela. Pirela, Johann (2007). Las tendencias educativas del Siglo XXI y el currículo de las Escuelas de Bibliotecología, Archivología y Ciencia de la Información de México y Venezuela. Revista Investigación Bibliotecológica: archivonomía, biblioteconomía e información, 21(43):73-105.
P á g i n a | 174
Competencias para el Desarrollo de Estudios de Usuarios de Información: un enfoque para su gestión
Ana Judith Paredes Chacín1
Resumen: A través de un análisis sistémico, se presenta desde un enfoque de gestión el desarrollo de competencias para la aplicación de estudios de usuarios en servicios de información. Su estructura se fundamenta en teorías y diferentes prácticas cuyos resultados superan debilidades que impactan en los usuarios. La conceptualización otorgada a cada una de las etapas del proceso de gestión definido, ha sido comparativamente evaluada entre la teoría y el método. Como resultado, se expone un enfoque sistémico respaldado por un constructo epistemológico, con el fin de que este sea considerado como un modelo didáctico de aplicación, según la naturaleza de la Unidad de Información, lo cual ha de contribuir con el quehacer y efectivo desarrollo de los estudios de usuarios en la denominada sociedad del conocimiento. Palabras Clave: usuarios de información; Servicios de información; Unidades de información; Enfoque de
gestión.
(Skills Development Studies Users and Information Services:
an approach to management)
Abstract: Through a systematic analysis it is presented from the perspective of management skills development for the implementation of user studies in information services. Its structure is based on different theories and practices whose results exceeded weaknesses that impact on users. The conceptualization given to each of the stages of defined management has been comparatively evaluated between theory and method. As a result, a systemic approach backed by an epistemological construct, so that this is considered as a didactic model of application, depending on the nature of the Information Unit, which is to contribute to the activities and effective development of exposed user studies in the so-called knowledge society. Keyword: users information, information services, information units, management approach.
1. Introducción
La búsqueda constante de transformación de las Unidades de Información
(UI) concebidas estas desde el entorno de las bibliotecas, archivos y centros de
documentación, en la actualidad trasciende considerando el equilibrio entre la
1 Profesora de Gerencia de la información y Modelos gerenciales de la EBA-LUZ y de la Maestría en
Ciencias de la Información de la Universidad del Zulia, Venezuela. Investigadora activa del CIDTEC.
Correo electrónico: : [email protected]
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eficiencia de gestión del conocimiento, como de la asertividad de estudios de
usuarios de información, considerados ambos como componentes básicos para
el desarrollo de servicios y productos de información con características
distintivas.
Desde esta perspectiva, el poder concebir que los estudios de usuarios permiten
entre una diversidad de aspectos, identificar para quien se conciben los
productos y los servicios que han de garantizar la accesibilidad de la información
y el conocimiento, constituye parte esencial del porqué de su aplicación, es
decir se reafirma lo planteado por la UNESCO (1981) cuando refiere a los
estudios de usuarios como un subgrupo de la investigación de las ciencias
sociales dedicadas al estudio de los individuos y sus actividades, actitudes,
opiniones, valores e interacciones.
Es a partir de estas premisas, que se reafirma la importancia de la aplicación de
estudios de usuarios y para lo cual se requiere del dominio de competencias
basadas en el dominio de métodos y técnicas investigativas. Su alcance
contribuye con la evolución del aprendizaje que permite al profesional de la
información desde una visión sistémica emprender su gestión basada en lo
cognitivo-técnico-operativo, donde la interrelación de los diferentes componentes
que ameritan ser considerados en las UI proyecten el verdadero rol del usuario
y este se convierta en parte esencial de la razón de ser en el contexto de los
servicios de información.
En tal sentido, proponer un enfoque de gestión desde una perspectiva sistémica
para la aplicación de estudios de usuarios, genera implicaciones que se traducen
en el cómo, para qué y por qué, cuyos resultados permiten al profesional de la
información comprender aspectos relacionados con la trilogía usuarios-servicios-
unidades de información, de los cuales se destacan: identificación del usuario,
problemas, causas que lo generan, aplicación de métodos, planificación,
organización, dirección-diseño, servicios y productos de información, pruebas de
factibilidad, evaluación-control.
P á g i n a | 176
Cada uno de los procesos mencionados al ser analizados de forma integral,
permite orientar las acciones de la UI, basadas en tendencias que garantizan la
efectividad de gestión de la información y el conocimiento en el contexto de una
sociedad global.
2. Desarrollo de competencias investigativas en el contexto de las unidades
de información.
La importancia concebida al desarrollo o fortalecimiento de competencias en
los profesionales que lideran las unidades de información ya identificadas como
las Bibliotecas, Archivos y Centros de Documentación, constituyen en la
actualidad un reto por afianzar, sobre todo en lo referente con la aplicación de
estudios de usuarios de la información, si se considera que para toda UI , uno de
sus objetivos, prevé garantizar de forma efectiva el uso de los principales
recursos de las organizaciones como lo son, la información y el conocimiento.
En tal sentido, la asertividad para definir estrategias que permitan garantizar e
incrementar la eficiencia en las formas de recuperar y acceder al conocimiento,
así como determinar su importancia para soportar el desarrollo de la
investigación e innovación en la sociedad, se constituye en el impulso que busca
de forma constante alcanzar la competitividad en las UI.
Ahora bien, como parte fundamental para concebir el modelo propuesto, se
plantea una de las etapas del desarrollo de competencia centrada en el dominio
investigativo para respaldar el desarrollo de estudios de usuarios, y que se
fundamenta epistemológicamente desde la perspectiva de la autora mediante el
Modelo Constructivista, el cual concibe la competencia según Levy (2003) no
solo a partir de la función, sino desde una dimensión personal (aptitudes y
rasgos de personalidad) por lo que enfatiza en la capacitación de las personas y
en la organización de la actividad laboral.
Miguel (2005) expone el desarrollo de competencias basados en métodos
considerados buenas prácticas para la formación por competencias de
aprendizaje basado en problemas (ABP) y aprendizajes orientados a proyectos
(AOP). Según los fundamentos conceptuales antes expuestos, se concibe desde
P á g i n a | 177
una visión hermenéutica que la dimensión usuario-unidad de información y sus
incidencias, surgen a partir de la caracterización de cada una de ellas. Es decir,
la necesidad de identificarlos e interrelacionarlos como componentes
estratégicos de la gestión de las Unidades de Información, constituye parte de la
importancia de los estudios de usuarios de información.
En este orden de ideas, se plantea la hermenéutica como paradigma de la
Ciencia de la información, postula justamente la diferencia entre pre-
comprensión, oferta de sentido y selección, tomando como marco de referencia
no la pre-comprensión de un sujeto-usuario aislado, sino la de una comunidad
determinada, así como la de un campo específico de conocimiento y/o de acción
en la que el usuario está implícitamente o explícitamente insertado. (Capurro,
2007: 22).
Desde esta perspectiva, se destaca que resulta necesario promover procesos
formativos para generar habilidades metacognitivas, así como habilidades y
destrezas para lograr un mejor desenvolvimiento, que impacte de forma continua
en la efectividad del desarrollo de competencias que inciden en conductas
sistemáticamente organizadas que para Lévy-Leboyer (2003) surgen en el seno
de una estructura mental también organizada y relativamente estable, como
también movilizable cuando es preciso.
3. Estudios de usuarios de información y su impacto en la sociedad
Diversos han sido los fundamentos teóricos, emitidos por organizaciones y
autores para definir los estudios de usuarios, de los cuales se mencionan la
Unesco (1981), Sanz (1994), González (2005), Núñez (2004) quienes de forma
coincidente hacen referencia sobre cómo estos estudios permiten identificar las
necesidades de información para el desarrollo efectivo de sus actividades, así
como también a través de los métodos cuali-cuantitativos se contribuye con el
análisis inherente con la identificación y comportamiento de los usuarios.
P á g i n a | 178
Para los efectos, se presentan en la Figura N° 1, los autores y principales
conceptualizaciones consideradas para soportar la construcción del presente
referente teórico.
Figura N° 1 Fundamentos Teóricos
Fuente: Paredes (2015). Compilación
Como aspectos principales a considerar en la aplicación de los estudios de
usuarios, se hace referencia según los conceptos emitidos, que para llegar a los
postulados en referencia se hace necesario la efectividad del proceso de
investigación, para determinar caracterización y comportamiento del usuario
basado en intereses y ámbitos de ocupación, sin embargo, desde la perspectiva
del contexto actual.
Asimismo, se requiere promover la razón de ser y el alcance de estos estudios,
como parte de la estrategia para la gestión de las unidades de información:
Bibliotecas, Archivos, Centros de Documentación, y en cualquier otro contexto
según se requiera, cuya aplicación concebida de forma periódica permitirá la
generación de valor agregado e innovación de productos y servicios de
información adaptados a nuevos escenarios donde lo digital, el conocimiento y
sus formas de accederlo marcan la diferencia en sistemas sociales constituidos.
Es decir, la concepción de los estudios de usuarios constituye parte del enfoque
de la denominada gestión social, que se respalda mediante el dominio de
competencias investigativas por parte del profesional de la información, para
determinar a través de métodos y técnicas, no sólo la identificación integral del
P á g i n a | 179
usuario como ente activo y transformador de la sociedad, sino también para
trascender ante las demandas de productos, servicios indistintamente cual sea
su formato, técnicas documentales, y por ende la contextualización de la unidad
de información en pro de afianzar el rol de estas unidades en la denominada
sociedad del conocimiento.
Basándose en lo expuesto, se plantea, como parte del impacto social que
generan los estudios de usuarios, el análisis de los componentes concebido
como parte integrante de la trilogía: usuario (objeto de análisis central),
información/ conocimiento (valor agregado para su gestión) y el servicio/producto
de información (atributos y medios para disponerlos), sin lugar a dudas la
vinculación de los resultados en el contexto de las unidades de información se
proyectan en la efectividad de los servicios de información que se esperan en el
marco de la exactitud, cientificidad, disponibilidad, veracidad, oportunidad y
accesibilidad que son requeridos ante las transformaciones sociales que impone
el entorno tecnológico-digital y el elevado volumen de producción de
conocimiento cuya organización y sistematización amerita estar regida por los
criterios de accesibilidad ante una sociedad global.
4. Enfoques, métodos y técnicas metodológicas para el desarrollo de
estudios de usuarios.
La diversidad de enfoques, métodos y técnicas de investigación, concebidas
para llevar a efecto los estudios de usuarios, permite a los profesionales de la
información, seleccionar entre un portafolio de opciones soportadas mediante el
uso de métodos y técnicas seleccionadas según el fin y el alcance de lo que se
pretende investigar.
Las incidencias surgidas a partir de la aplicación de los métodos y técnicas
seleccionadas, parten de la capacidad de análisis e interacción entre el usuario
y la unidad de información, por lo cual se destaca de igual forma el servicio y
productos requeridos por los usuarios. Desde esta perspectiva, se hace
referencia a los enfoques que durante décadas se han destacado como parte
esencial para caracterizar al usuario, como el denominada estudio socio
P á g i n a | 180
psicológico, el cual, según Núñez (2004), plantea que las necesidades de
información existen de forma inconsciente en el hombre, de tal forma las
necesidades de cada individuo son particulares y dependen de sus intereses,
asimismo, se basan en el desempeño de su profesión y de la actividad que este
realice.
Para una mayor comprensión se presenta en Figura Nº 2, la interpretación
relacionada con la compilación de conceptos emitidos por diversos autores y que
pueden ser operacionalizados considerando factores de índole individual como
contextual
Figura Nº 2. Basamento del Enfoque socio psicológico
Fuente: Paredes (2015). Compilación
Como consideraciones complementarias ante el enfoque socio psicológico, se
prevé que su metodología permite la apropiada categorización del usuario y por
tanto genera un impacto social desde el mismo momento en que el profesional
de la información, mediante su aplicación, implícitamente fundamenta el
desarrollo de competencias investigativas.
P á g i n a | 181
La efectividad de los estudios de usuarios, basados en este enfoque, promueve
el diseño, desarrollo y utilización de técnicas de investigación para identificar en
el usuario habilidades, actitudes, aptitudes y dominio cognitivo, entre otros
aspectos. Por otra parte, se determina la importancia sobre el diseño o la
reingeniería de procedimientos técnicos documentales, interpretación de las
demandas y requerimientos de los usuarios basados en contenidos informativos
fácilmente disponibles, por lo que su complementariedad con los estudios
informétricos, bibliométricos y cienciométricos constituyen parte de los
componentes que ameritan ser analizados como parte de la gestión que ha de
impactar en el colectivo de usuarios.
En este orden de ideas, se caracterizan los fundamentos teóricos que diferentes
autores exponen desde la perspectiva de los denominados Métodos directos,
seleccionados en el marco del objeto de estudio, donde Córdova (1996) expone
que se justifica la aplicación de los métodos de estudios de usuarios para captar
la necesidad de información, los hábitos de uso y consumo de información, su
comportamiento, aptitudes y su satisfacción con relación a los productos y
servicios disponibles.
Con respecto a la técnica, aún resulta de mayor alcance y dependerá de la
selección por parte del investigador, en función del objetivo que desee alcanzar,
por lo cual, dentro de las opciones, Goulding (1997) expone que una de las
técnicas de mayor frecuencia es la de grupos focales como herramienta posterior
a la recolección de datos en la investigación.
Por otra parte, Oppenheim (1995) propone el uso de la técnica de la observación
sobre el estudio de necesidades de información, cuyos resultados demuestran
la importancia de explorar métodos y técnicas denominados no convencionales
con el fin de profundizar en el comportamiento de usuarios.
Desde el punto de vista operativo, la aplicación de los métodos, así como de las
técnicas y su asertiva selección, han de permitir de forma integral responder,
como también trascender más allá de la detección de necesidades de
información (DNI) en el usuario o la caracterización del perfil como tal, es decir
permite determinar los flujos y transferencia de información sobre todo en el
P á g i n a | 182
contexto de la era digital, así como también, evaluar los procedimientos
comunicacionales, la difusión, divulgación, utilización y consumo de la
información, pertinencia de los productos y servicios de información, sin dejar de
destacar como otro aspecto fundamental las condiciones físico espaciales y
contextuales de las unidades de información.
Asimismo, se hace referencia a los métodos indirectos, los mismos permiten
deducir las características de los usuarios individuales y colectivos, la obtención
de información relacionada con sus habilidades, necesidades, demandas y
requerimientos en función de las características intrínsecas y extrínsecas de los
documentos y contenidos informativos que frecuentemente solicitan.
Para soportar el desarrollo de este método, se considera el análisis de referencia,
análisis de requerimientos de información, seguimiento e identificación de
debilidades en el proceso de interacción usuario-profesional de la información,
exigencias y demandas no cubiertas, este último constituye un factor estratégico
para tener una visión sobre las áreas del conocimiento de interés social.
A partir de los aspectos mencionados, cuya aplicación se respalda en los
enfoques cuali-cuantitativo, se promueven las condiciones para interpretar de
forma integral la representación de los ya conocidos procesos de accesibilidad,
visibilidad, usabilidad, pero a su vez trascendiendo uno de los aspectos más
importante tanto para el usuario como para las unidades de información,
referido al consumo de información y conocimiento por parte de la sociedad,
donde su asertividad se complementa con la aplicación de los estudios
bibliométricos, cienciométricos e informétricos.
5. Enfoque del modelo sistémico para la aplicación de estudios de usuarios
de la información
Para la Unesco (2007), en el marco de su estrategia 2008-20013, en su
objetivo número 12, plantea mejorar el acceso universal a la información y el
conocimiento, se promueve fortalecer las capacidades de los usuarios para
acceder a una información que responda a sus necesidades, analizar y
determinar su pertinencia y calidad.
P á g i n a | 183
Se prevé que para ser viabilizado este precepto, requiere ser soportado mediante
la objetividad de los resultados que se obtengan de la aplicación de los estudios
de usuarios, al ser concebidos estos desde una perspectiva integral conlleva a
la clara definición de los objetivos que se persiguen en el contexto de la unidad
de información.
De tal manera, resulta relevante demostrar la importancia no sólo de dirigir el
proceso, sino también evaluarlo con las implicaciones que este genera, tanto
para el usuario como para el sistema de gestión técnico documental y sus
incidencias en el diseño de productos y servicios de información. Sin dejar de
destacar como parte del proceso estratégico el diseño de instrumentos de
acuerdo con el uso de técnicas metodológicas (modelos y diseños a presentar
en una segunda entrega), donde la definición de variables, dimensiones e
indicadores serán adaptadas en función de los objetivos que se deseen alcanzar.
Con base a lo expuesto, se describen las principales fases que son concebidas
y fundamentadas mediante el uso de métodos y técnicas del modelo sistémico
para la aplicación de los estudios de usuarios, donde su operatividad permite la
interacción con el usuario y el sistema, concebido este, desde el contexto de la
unidad de información, el conocimiento/colecciones, la gestión técnica
documental, las tecnologías, el usuario y el profesional de la información, las
cuales, al integrase, permiten visualizar el impacto que genera la concepción de
estrategias distintivas que marcan la diferencia y competitividad en las unidades
de información y en las sociedades de avanzada.
Desde esta visión, el enfoque propuesto parte del principio expuesto por Herner
(1954, citado por Casado, 1994) quien plantea que los estudios de usuarios
investigan y estudian los canales de información más utilizados por científicos
experimentales y tecnólogos y divide los sectores y analiza la demanda de
información y los documentos utilizados, coincidiendo con Paisley (1968) , quien
expone que estos estudios determinan los factores que influyen sobre los hábitos
y necesidades de información de los científicos experimentales (culturales,
políticos, de comunicación, entre otros).
P á g i n a | 184
Resulta evidente destacar que desde hace más de seis décadas, ya se
visionaban los estudios de usuarios como una necesidad para contribuir con el
desarrollo de la ciencia; sin embargo, en la actualidad aún falta por promover su
importancia y su incidencia en el proceso formativo de los estudios de educación
universitaria, quizás para superar barreras cuando sólo un aproximado del 73 %
de las universidades, en el ámbito latinoamericano, ofertan los estudios en
Ciencias de la información, Bibliotecología y Archivología o Biblioteconomía
donde se imparten asignaturas relacionadas con los estudios de usuarios a
pesar de considerarse este, como uno de los procesos formativos estratégico
que impacta en la cadena de valor del proceso de gestión de las unidades de
información.
Como aspecto fundamental del modelo propuesto, se presenta una sinopsis de
las fases que pueden ser ampliamente desarrollados mediante ejercicios
prácticos para su aplicación en una segunda entrega, y para su visualización se
representan en la Figura N° 3.
Figura N° 3. Modelo sistémico de estudios de usuarios - Propuesta
Fuente: Paredes (2015)
P á g i n a | 185
En líneas generales, cada una de las fases responde implícitamente al conocido
proceso administrativo, donde la capacidad de planificación, organización,
dirección, evaluación y control del proceso investigativo se asume de forma
sistémica para el desarrollo de estudios de usuarios. El modelo propuesto integra
las siguientes fases:
- Fase Nº 1 Aplicativa: Que permite concebir la aplicación de los estudios
de usuarios desde una perspectiva multidimensional donde la diversidad
de aspectos a considerar en los usuarios- servicios- unidades de
información son determinantes para la efectividad de gestión.
- Fase Nº 2 Análisis del contexto: Para la identificación de debilidades y sus
incidencias en el usuario, aspecto clave para la selección de métodos y
técnicas que respalden el Aprender - Hacer investigación centrada en los
estudios de usuarios.
- Fase Nº 3 Selección de población de estudio, métodos y técnicas de
investigación: Considerada como la fase determinante para la asertividad
de los resultados esperados por los estudios de usuarios, donde la
capacidad de identificar desde los aspectos cognitivos, psicológicos,
sociológicos, así como las condiciones biosicosociales y la
multiculturalidad de los usuarios, hasta la naturaleza de la gestión
emprendida por el profesional de las unidades de información, han de ser
sustentado mediante el diseño de instrumentos coherentemente
estructurado en función de las variables e indicadores a evaluar,
permitiendo de esta forma responder ante los escenarios de un sistema
social activo
- Fase Nº 4 Procesamiento y sistematización de resultados: Etapa de
avanzada, que permite mediante el análisis crítico y objetivo interpretar la
diversidad de datos e información suministrada por los informantes, donde
se espera un alto porcentaje de confiabilidad previa coherencia y
estructura de los instrumentos previamente diseñados, sin dejar de
P á g i n a | 186
destacar la importancia de la aplicación de las técnicas métricas
informetría, bibliometría y cienciometría como estrategia de amplitud para
la evaluación integral de los indicadores de gestión en las unidades de
información
- Fase Nº 5 Definición de Estrategias: Basadas en el análisis de resultados,
cuya matriz surge de los factores que se proyectan previa detección de
necesidades del usuario individual y colectivos, requerimiento en el
desarrollo de colecciones, formas de garantizar la recuperación de la
información, respuesta ante el portafolio de opciones para acceder y
recuperar información, principales aspectos considerados en el marco de
competencias informacionales y alfabetizadoras
- Fase Nº 6 Interacción-corresponsabilidad: Entendida esta en el marco de
la complejidad del tejido social, donde se proyecta desde una visión de
inclusión e integración al usuario como parte fundamental para la
concreción de una cultura de servicios por parte de las unidades de
información pero que a su vez este de forma comprometida interactúa
mediante la generación de conocimiento que redunda en el desarrollo
investigativo e innovativo de la sociedad
- Fase Nº 7 Resultados-propuestas. Prevé determinar la proyección de los
componentes centrados en:
Usuario: identificación del perfil y condiciones biosicosocial
(usuarios con discapacidad), requerimientos, demandas y
necesidades
Información: pertinencia, vigencia, veracidad, asertividad,
Contexto: considera los ambientes de las unidades de información
internos y externos, así como la incidencia de ambos en el proceso
de gestión y su proyección en mercados competitivos.
Organización: contextualización, fortalezas, debilidades,
amenazas y oportunidades de la unidad de información,
segmentación y su proyección en escenarios competitivos.
P á g i n a | 187
Tecnologías: recursos de soportes basados en el software y el
hardware cuyo dominio genera características distintivas en la
unidad de información.
Productos y servicios: evaluación centrada en la disponibilidad de
colecciones indistintamente cual sea su formato y contenidos,
calidad, características, oportunidad de respuestas, disponibilidad,
accesibilidad, visibilidad, así como su consumo.
Accesibilidad del conocimiento: centrada en el dominio de
competencias para garantizar la democratización, transferencia y
socialización del conocimiento mediante la superación de la brecha
informacional y tecnológica.
6. Consideraciones finales
Se presenta en una primera fase, parte del modelo para el desarrollo de
estudios de usuarios de información, que puede ser contextualizado según la
unidad de información que corresponda, de allí su importancia en el contexto de
una sociedad globalizada donde la información y el conocimiento, amerita
respaldarse mediante la gestión de profesionales de la información donde el
desarrollo de competencias, no sólo se basen en los paradigmas de las ciencias
de la información, cognitivo, físicos, sino también en la investigación social.
De allí, parte de la fundamentación del presente constructo teórico, cuyos
aportes permiten el desarrollo del modelo de gestión para los estudios de
usuarios como estrategia que permite de forma asertiva contribuir con el proceso
denominado Investigación para dar paso a los conocimientos teóricos, los cuales
al ser organizados y sistematizados afianzan el hacer ciencia, y la vinculación
entre investigación y ciencia conlleva hacia el establecimiento de métodos que
respaldan de forma sistemática los estudios de usuarios.
Sin embargo, la dualidad entre la teoría y la práctica en diversos casos amerita
ser analizada en función de la gestión de las unidades de información:
Bibliotecas, Archivos, Centros de Documentación y por ende de la relevancia y
significado como lo indica Capurro (2007) de la hermenéutica de usuarios
P á g i n a | 188
capaces de interpretar sus necesidades con respecto a ellos mismos, a
intermediarios y al sistema.
En líneas generales, el dominio de competencias investigativas se concibe como
parte de la estrategia que garantiza desde una visión sistémica identificar las
principales debilidades que afectan la gestión de servicios de información o en
su defecto la escasa pertinencia del portafolio de productos de información que
una sociedad demanda.
En tal sentido, la necesidad de responder ante los desafíos del crecimiento y
evolución de la información, el conocimiento y las tecnologías de información
requieren de la articulación, según la especificidad que el usuario establezca
para que su recuperación, accesibilidad y la socialización de estos recursos sean
coordinadamente gestionadas.
Con base de lo expuesto, se considera que la adaptación del modelo propuesto,
según los escenarios de las unidades de información que corresponda, amerita
ser viabilizado mediante el dominio de competencias investigativas que de forma
coordinada logren el análisis integral de los componentes: usuarios-
información/conocimiento-tecnologías-unidades de información
Referencias bibliográficas: Calva, J. (1995). Surgimiento y manifestación de las necesidades de información en los investigadores. Revista Investigación Bibliotecológica. México. Vol. 9 Nº 19. Capurro, Rafael (2007) Epistemología y ciencia de la información. Revista Enl@ce. Vol. 4 (1), 11-29. Córdova, S. (1996) Estudiando las necesidades del usuario a partir de su práctica AIBDA XVII (2). Julio-Diciembre. González T. A. (2005) Los estudios de necesidades de información: fundamentos y perspectivas actuales. España. Gráficas Ápel. Goulding, A. (1997). Being agressive and shuting people up: the use of focus groups in LIS research. Educaction for information. 15:331-341.
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El Documento electrónico como medio de prueba en la legislación venezolana
Francys Delgado1
Resumen: Se realiza esta Investigación con el propósito de analizar las leyes y referencias sobre el documento electrónico en Venezuela y su valor como medio de prueba. Para el desarrollo de la investigación fue necesario la revisión y análisis de fuentes generales y legales relativas al documento electrónico. El recurso informacional estudiado, permitió conocer el auge que ha tenido la tecnología en estos tiempos y los importantes cambios producidos en el ámbito jurídico entre otros. La tecnología ha logrado penetrar en todos los ámbitos produciendo importantes transformaciones tanto en la conducta o forma de proceder de las personas como en la interrelación y compenetración del hombre y su máquina. La actitud global ya no es la misma. Pasamos del documento tradicional, al electrónico cuya forma cambia totalmente, y donde los riesgos a los cuales está sometido son cada vez más complejos y requieren de mayor seguridad. Como resultado de esta investigación se puede concluir que como medio de prueba el documento electrónico en Venezuela es de reciente data. El Decreto Ley sobre Mensajes de Datos y Firmas Electrónicas en su artículo 4 le otorga a los mensajes de datos la misma eficacia probatoria otorgada a los documentos escritos. Se podría decir que a pesar de los avances logrados mediante el Decreto-Ley todavía hay que cumplir con disposiciones que no hacen tan fácil el procedimiento legal para el manejo del documento como medio de prueba. Palabras clave: Documento electrónico; Medios de prueba electrónicos; Tecnologías de la información
(The electronic document as evidence in Venezuelan legislation)
Abstract: This research was performed in order to analyze the laws and references to the electronic document Venezuela and its value as evidence. For the development of the research was necessary review and analysis of general and legal sources concerning the electronic document. Informational resource studied allowed to know the boom has technology these days and important changes in the legal field among others. Technology has managed to penetrate all areas producing major changes both in behavior or deliberate from people like the interrelation and interpenetration of man and machine. The overall attitude is not the same. We changed the traditional document to electronic document whose shape changes completely and where the risks to which it is subjected are becoming more complex and require greater security. As a result of this investigation it can be concluded that as evidence the electronic document in Venezuela is of recent data. Decree Law on Data Messages and Electronic Signatures in Article 4 gives data messages, the same probative value given to written documents. It means that despite the progress made by Decree-Law, there are still comply with
1 Profesora de Legislación y Ética de la información de la EBA-LUZ y de Epistemología de las Ciencias
de la Información y de Seminario de Tesis de la Maestría en Ciencias de la Información de la Universidad
del Zulia, Venezuela. Investigadora activa del CIDTEC. Correo electrónico: [email protected]
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provisions that do not make it so easy the legal procedure for handling the document as evidence. Keywords: Electronic document; Evidence electronic document; Information technology.
1. Vision general del documento
El documento, en su sentido más amplio y general, es todo aquello
representativo o declarativo de algo. Como tal, constituye un medio a través del
cual se han transmitido grandes testimonios a la humanidad, porque el hombre
en su afán de expresar sus conocimientos y legarle a la posteridad su riqueza
interior, ha buscado dentro del género de su competencia y sabiduría para
exteriorizar su pensamiento, el medio documental más idóneo, sea este, táctil,
visual, auditivo, electrónico, o cualquier otro surgido del avance de la tecnología.
Así, se han podido conocer grandes obras musicales, escritos, pinturas, obras
de arquitectura y escultura, cada una de ellas, legado de su creador, de una
época, de un lugar y la prueba de quién fue ese creador, esa época y ese lugar.
Por ello se puede afirmar, que el documento constituye un medio probatorio por
excelencia, que permite el conocimiento de hechos tanto presentes como
pasados. Sin embargo, considerando el documento en su concepción filosófica,
vemos que el hombre como ser humano profundo, sensible, reflexivo, expresa o
exterioriza su sentir y lo hace perdurable a través de cualquier medio o soporte,
como testimonio tangible en todas sus manifestaciones, bien sea visual, gráfica,
cinematográfica, táctil, discos, cintas magnéticas, reproducciones, música, entre
otros, de manera que pueda servir a su vez, como medio probatorio para
comprobar la verdad o falsedad de un acto. Con respecto a sustentarlo como
medio de prueba, Ruiz y Ruiz (2009) consideran que “la prueba es un medio de
verificación, aportadas por las partes al proceso judicial, respetando los derechos
y garantías constitucionales…” (p.16)
Sin duda el documento involucra muchas acepciones y puntos de vista, que
hacen posible su expansión hacia las distintas áreas del conocimiento, por
cuanto está inmerso en cada una de ellas. A su vez, recibe y formaliza en algún
P á g i n a | 192
tipo de soporte, todas las expresiones del pensamiento sin perder su esencia.
Dentro de esas diversas acepciones expresadas, Cabanellas, (2006) afirma que
el documento es:
“Escrito, escritura, instrumento con que se prueba, confirma, demuestra o justifica una cosa o, al menos, que se aduce con tal propósito. En la acepción más amplia, cuanto consta por escrito o gráficamente; así lo es tanto un testamento, un contrato firmado, un libro o una carta, como una fotografía o un plano; y sea cualquiera la materia sobre la cual se extiende o figure, aunque indudablemente predomine el papel sobre todas las demás. Cualquier comprobante o cosa que sirva para ilustrar. Diploma, inscripción, relato y todo escrito que atestigüe sobre un hecho histórico” (p. 331).
Con esta definición el autor amplió el concepto de documento, extendiendo su
visión hasta la materia, o medio a través de la cual se vaya a plasmar el
contenido, aun cuando el predominio lo siga teniendo el papel. Deja abierta la
posibilidad para todo cuanto pueda ser considerado documento como producto,
-en este caso-, de las nuevas tecnologías y por supuesto, debido al surgimiento
del documento electrónico, ya una realidad de nuestro tiempo, el cual se concibe
como “el conjunto de información binaria que reside en un determinado
soporte…” (Serra, p.16). Esto desde luego, en cuanto a estructura, establece
importantes diferencias entre el documento electrónico y el tradicional en papel,
que de hecho Serra (2008), estima como el aspecto determinado (color,
tipografía, resolución); distribución de la información (cabeceras, tablas,
formularios); funcionalidades (controles, enlaces), a los cuales se les denomina
propiedades significativas del documento electrónico.
Al referirse al concepto de documento, Peñaranda (2008) expresa, …"debe ser
lo suficientemente amplio como para dar cabida a cualquier objeto que contenga
una información representativa de un hecho, cualquiera que sea su naturaleza,
su soporte, su elaboración o su tipo de firma.” (p .7).
Como puede apreciarse, tanto Peñaranda como Cabanellas, consideran la
amplitud del término, por cuanto el documento constituye la representación de
un hecho, que puede materializarse en cualquier soporte. Es a su vez, producto
P á g i n a | 193
de una actividad realizada por el ser humano, que no puede limitarse ni a un
estilo, ni a un medio de almacenamiento único. Ahora bien, considerando otros
puntos de vista sobre el documento, Salcedo (2007), lo concibe como "la
exteriorización de un pensamiento que luego perdura sensiblemente, sobre todo
tangible, visible o audible" (p. 29). Esto significa no tan solo, la representación
del producto de un conocimiento y lo que implica llegar a él, sino aquel que
simboliza un pensamiento, un hecho, una realidad, una manifestación de
voluntad plasmada como testimonio en cualquier medio material.
La noción de documento puede ir desde criterios amplios hasta aspectos más
específicos, pero dentro de la concepción siempre de un acto humano, que
puede ser percibido a través de los sentidos y que representa en sí mismo, una
prueba para la demostración de actos que así lo ameriten, bien sea a través de
acciones públicas o privadas. Las definiciones expuestas tienen elementos en
común, aun cuando en la óptica de los autores, se vislumbren perspectivas
diferentes. Estos elementos están reflejados, en la concepción del documento
como algo manifiesto y representativo que puede servir para testimoniar -en
sentido general-, todo cuanto ha sido concebido y expresado por el hombre a
través del tiempo y sobre cualquier medio sensible.
El documento o instrumento abarca en su forma y fondo un campo tan amplio y
tan complejo, que involucra inclusive, una extensa variedad de formas impresas
donde cada una de ellas, tiene sus propias características. Por consiguiente,
donde se le ubique, constituye una prueba o testimonio de un hecho presente y
pasado, y como tal, puede ser una fuente de derechos y obligaciones.
Puedo sintetizar afirmando que el documento, es una representación de un
hecho que expresado en forma escrita o a través de un medio sensible,
manifiesta en su contenido, tanto las condiciones que se establecen, debido a
las convenciones surgidas de las interrelaciones humanas, como las de cualquier
manifestación del pensamiento, que en su esencia, constituyen un testimonio
que puede servir como medio de prueba en la legislación venezolana.
P á g i n a | 194
Aun cuando se podría hacer referencia a otras diferentes acepciones que
involucran al documento, es innegable lo que representa dentro del
campo jurídico, donde constituye básicamente un medio de prueba y que los
procesalistas lo aprecian de dos maneras. Una tradicional donde se plasme por
escrito toda una manifestación del pensamiento humano, y de otra manera, con
un significado más alusivo a la representación del pensamiento pero en forma
distinta a la conocida tradicionalmente.
Esta última concepción permite mayor amplitud en la definición de documento y
campo de la prueba documental, así lo manifiesta Salcedo (2007).
“La ciencia jurídica al servicio del Derecho Positivo, tiene que irse adaptando a los avances de la ciencia y la técnica. Por eso, en futura reforma del Código de Enjuiciamiento Criminal tendrán que aceptarse una serie de documentos que aún sin ser escritura puedan ser aceptados como prueba documental”. (p.32).
Los avances de la tecnología imponen nueva forma de soporte documental, para
plasmar el pensamiento de manera distinta a las convencionales o tradicionales
como el papel, de modo que en cualquier dimensión y forma, puedan ser
utilizados para representar el pensamiento del hombre, mediante dispositivos de
alta sensibilidad, y a su vez, sirvan como testimonio o prueba de un hecho
determinado. En este sentido, Salcedo (2007), asume que "el documento es un
medio de prueba objetivo que puede ser declarativo de voluntad (si la declaración
crea, modifica o extingue un derecho) o meramente representativo (que sirve
para representar un hecho, por medios distintos de la escritura, como la
fotografía). Es además un acto extraprocesal.” (p. 31) Significa con esto último,
que el mismo es hecho o creado antes de que se siga un proceso o juicio.
Prevé el Código de Procedimiento Civil venezolano (1990) en el artículo 502:
“El Juez, a pedimento de cualquiera de las partes y aún de oficio, puede disponer que se ejecuten planos, calcos y copias, aún fotográficas, de objetos, documentos y lugares, y cuando lo considere necesario, producciones cinematográficas o de otra
P á g i n a | 195
especie que requieran el empleo de medios, instrumentos o procedimientos mecánicos”. (p. 394).
Como se puede observar, esta disposición del Código de Procedimiento Civil,
amplia aún más el campo de apreciación de la prueba documental, y
conceptualmente, introduce nuevas categorías o elementos que cotidianamente
se utilizan en el desarrollo de las distintas actividades, que no están configurados
por el documento en su forma escrita, sino que obedece a otro género de
documentos igualmente importantes, desde el punto de vista jurídico y que
corrobora lo antes expresado por Salcedo.
Todo lo expuesto induce a concluir, que siendo el documento en cualquiera de
sus manifestaciones, el mejor testimonio y elemento probatorio de una verdad
contemporánea e histórica, es primordial su estudio y conocimiento desde el
punto de vista de las consideraciones legales, a objeto de su preservación y
conservación.
2. El documento electrónico como medio de prueba
Las tecnologías de la Información y las Comunicación denominadas (TIC), han
contribuido notablemente al desarrollo de la sociedad y a la generación de
cambios a nivel social, educativo, económico, administrativos, así como también,
en el impulso de proyectos científicos. Su ámbito de penetración ha sido en todas
las áreas del conocimiento, provocando una transformación y revolución
tecnológica, sin precedentes. Las TIC afirma Rico (2003) constituyen “el conjunto
de tecnologías que permiten la adquisición, producción, almacenamiento,
tratamiento, comunicación, registro y presentación de informaciones en forma de
voz, imágenes y datos, contenidos en señales de naturaleza acústica, óptica o
electromagnética…” (p. 2)
Es tan amplio el campo de acción, que involucra tres áreas importantes, referidas
por la autora citada: la electrónica, la informática y las telecomunicaciones.
Éstas, permiten integrar funciones, crear, innovar en todos los ambientes, lo que
ha permitido importantes cambios. En el campo de la información por ejemplo,
se ha generado el documento electrónico como una nueva herramienta que
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facilita el comercio electrónico y que amplía el espacio de las relaciones
comerciales. Serra al referirse a él (2008), expresa, es “aquel documento que
precisa de una máquina que funcione de forma electrónica, sea analógica o
digital, para poder ser reproducido o visualizado” (p. 15).
Considerando la importancia y todo cuanto implica el desarrollo de las TIC,
Mireles (2003) sostiene que ellas están, en esa convergencia de las diferentes
tecnologías, y estima han contribuido al cambio radical en conceptos y género,
dada la forma tradicional de concebir, en este caso, el documento. Afirma en
sentido general, que las TIC “transformaron dramáticamente las concepciones
territoriales, espaciales, económicas, políticas y culturales de la sociedad
durante el último siglo.” (p. 89).
El tratamiento informático generado a través de las TIC, ha producido
modificaciones importantes en la forma de concebir el documento, tanto a nivel
de su estructura, como en sus soportes. Por supuesto, esas transformaciones,
han comprometido su forma y fondo, tal cual lo concebíamos en el pasado, y han
incidido en el proceso de la gestión documental desde su producción,
desincorporación y conservación, de conformidad con lo establecido
técnicamente, para el cumplimiento de estos procesos, donde ha sido necesario
revisar medios de almacenamiento, valoración hasta la disposición legal, sobre
todo en lo referente a la desincorporación de documentos. Igualmente ha incidido
en el medio comercial global, e influido en la formalidad de establecer las
relaciones y en la manera de operar los servicios, donde es necesario determinar
la legislación y jurisdicción respectiva.
A estos fines y como complemento, en la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela (1999), artículo 110, se determina: “el Estado
reconocerá el interés público de la ciencia, la tecnología, el conocimiento, la
innovación y sus aplicaciones y los servicios de información necesarios por ser
instrumentos fundamentales para el desarrollo económico, social y político del
país…” (p. 115). Esto le concede especial interés a los avances tecnológicos,
científicos y los servicios de información, como baluarte para el desarrollo en
esas áreas fundamentales.
P á g i n a | 197
En cuanto al documento electrónico y su concepción en el ordenamiento jurídico
venezolano, Peñaranda (2008) expresa que…“es aquel documento que
provenga de cualquier medio de Informática o que también sea formado o
realizado por ésta…” (p. 8). Se puede inferir, que el documento electrónico posee
un lenguaje convencional (bits), que no se corresponden con el documento
clásico en papel, y cuyo soporte es electrónico o informático. No obstante, ambos
constituyen un medio de prueba. Aun cuando, para el documento electrónico el
valor probatorio, tal como lo establece Rico (2003) “…depende de su
autenticidad, esto es de la posibilidad de identificar a su autor. Esta situación nos
hace considerar los extremos requeridos para que un documento electrónico sea
considerado como auténtico y obligue legalmente a su emisor.” (p. 99).
Agrega la autora, que la forma de adquirir la autenticidad va a estar relacionada
con la firma de quien suscriba el documento y comprende asimismo el nombre y
apellido, los cuales se colocan al final del escrito, en respaldo de todo lo
expresado. Estas características conforman asimismo, las funciones jurídicas de
una firma que según Fuentes (2007), son: “a) La identificación de un sujeto con la
misma; y b) la manifestación expresa del consentimiento de dicho sujeto con el
contenido o texto al cual se suscribe su firma.” (p. 250).
Por supuesto que la firma autógrafa, tal cual la conocemos, le imprime al
documento la aprobación del contenido por parte de su autor, y ese aval le otorga
responsabilidad y compromiso institucional, laboral o personal, por cuanto
constituye prueba fehaciente de quien lo emitió. La Ley Decreto sobre Mensajes
de Datos y Firmas Electrónicas en su artículo 16, se refiere al vínculo que se da
entre el signatario y el mensaje de datos y la atribución de autoría, cuando
determina que “…tendrá la misma validez y eficacia probatoria que la ley otorga
a la firma autógrafa…” (p .44) y según el artículo 17 de la misma ley, “la firma
electrónica que no cumpla con los requisitos señalados en el artículo anterior no
tendrá los efectos jurídicos que se le atribuyen en el presente Capitulo; sin
embargo, podrá constituir un elemento de convicción valorable conforme a las
reglas de la sana crítica.” (p. 44). Siendo esta última utilizada por el juez para
dar valor probatorio mediante el uso de la razón, la lógica, las máximas de
experiencia, la analogía, la costumbre y los conocimientos científicos.
P á g i n a | 198
El legislador venezolano concede a las partes que intervienen en un proceso o
juicio, cuando hay hechos que han sido narrados o alegados por ellas y en los
que no están de acuerdo o existe contradicción, ciertos elementos para que
puedan comprobarlos o demostrarlos, y estos son llamados medios de prueba o
medios probatorios, que según La Roche (2004),…”constituyen el instrumento,
el vehículo, es decir, los modos aceptados por la ley para trasladar al
conocimiento del juez el resultado de la prueba…” (p.178) y los mismos permiten
la verificación de los expresados hechos, para que el juez encuentre los motivos
de su convicción o certeza sobre ellos y proceda a dictar la decisión o sentencia
que resuelva ese conflicto presentado entre las partes.
A estos fines, el documento electrónico se ha convertido en un medio de contacto
y en una forma fácil de establecer relaciones comerciales en forma distinta a la
tradicional realizada a través del instrumento escrito. Por lo tanto, para
determinar su valor como medio de prueba, es necesario considerar
fundamentalmente su carácter de original o copia. Desde luego, es una dificultad
inicial, por cuanto independientemente del soporte y el medio de trasmisión,
siempre podría pensarse que el original lo es, tanto el que está en la memoria
del computador, como aquel que ha sido enviado por correo electrónico.
Para diferenciarlos hay dos posturas, como sostiene Rico (2003), un sector que
se basa en el criterio cronológico y el otro, opina que lo más prudente es el criterio
de inalterabilidad del documento. No obstante, quienes asumen los criterios
mencionados, buscan darle mayor soporte al documento electrónico. En
Venezuela, Rico (2003) sobre este particular afirma, que “el criterio de
inalterabilidad es aplicable pero sólo a la grabación de un documento electrónico
en un soporte informático distinto al que se utilizó en su generación” (p. 94). Lo
pretendido en el manejo de la inalterabilidad, es la conservación de este tipo de
documento, en forma íntegra, lejos de manipulaciones, alteraciones que puedan
presentarse debido a su vulnerabilidad.
Sin duda el documento electrónico ha venido a transformar la forma global de
hacer negocios. Su acceso es a través de un computador, el cual permite
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interconectarse a Internet y generar los tipos de comunicación disponibles. La
forma como habitualmente estamos acostumbrados a conocer el documento es
en su versión escrita. Las relaciones mercantiles eran diferentes y se plasmaban
en papel como soporte de la negociación y la seguridad jurídica era otra. Ya no
es tanto el uso del documento escrito, cambia notablemente, por cuanto la
Informática ha modificado las tendencias comerciales creando nuevas
condiciones. Por supuesto, el hecho de representar una innovación y una
manera fácil de acercamiento comercial global, también ha traído problemas de
confidencialidad, seguridad, manejo técnico, que ameritan atención constante.
En el campo jurídico, por supuesto, es y será necesario, la fundamentación legal
que proteja las actuaciones y transacciones que se realizan a través de la
Internet.
En Venezuela, el Decreto Ley sobre Mensajes de Datos y Firmas Electrónicas,
en su objeto y aplicabilidad, reconoce la eficacia y el valor jurídico de la firma
electrónica. En el artículo 4, determina que “Los mensajes de datos tendrán la
misma eficacia probatoria que la ley otorga a los documentos escritos, sin
perjuicio de lo establecido en la primera parte del artículo 6 de este Decreto-
Ley…” (p. 39). Y en la exposición de motivos de la misma, se afirma que dichos
mensajes:
“… gozan de tarifa legal y producen plena prueba entre las partes y frente a terceros de acuerdo a su naturaleza. Asimismo, todo lo concerniente a su incorporación al proceso judicial donde pretendan hacerse valer, se remite a las formas procedimentales reguladas para los medios de prueba libres contenidas en el artículo 395 del Código de Procedimiento Civil”. (p.32).
La ley es clara y contundente al hacer notar que si en algún momento es
necesario el cumplimiento de solemnidades o formalidades, éstas se realizarán
siguiendo los mecanismos descritos en el mencionado artículo 6 de dicho
Decreto- Ley.
Como medio de prueba, el documento electrónico en Venezuela, es de reciente
data y se podría decir que, a pesar de los avances establecidos en la ley, todavía
hay que cumplir con disposiciones que no hacen tal fácil el procedimiento legal.
Salcedo (2007) hace una referencia en este sentido, apoyándose en el Código
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Orgánico Procesal Penal “…que consagró el principio de la libertad de la prueba,
inspirado en el Código de Procedimiento Civil de 1986, que en su artículo 395,
abrió, con la amplitud que proporcionan los avances científicos y técnicos, los
medios probatorios …” (p. 96).
El documento electrónico puede ser un medio de prueba en caso de un delito
informático o de otra naturaleza. El Código de Procedimiento Civil venezolano
establece en su artículo 395:
“Son medios de prueba admisibles en juicio aquello que determina el Código Civil, el presente Código y otras leyes de la República. Pueden también las partes valerse de cualquier otro medio de prueba no prohibido expresamente por la ley, y que consideren conducente a la demostración de sus pretensiones…” (p. 349).
Esto permite el uso de cualquier medio probatorio, surgido según el avance de
la ciencia y la tecnología, con las condiciones de que no estén prohibidos
expresamente por la ley y sean adecuados y apropiados para la demostración
de los hechos en el juicio civil.
Desde luego, es importante porque formaliza lo que este tipo de documento
representa como medio de prueba. Sin embargo, requiere del cumplimiento de
ciertas condiciones para ser admisible y demostrar su autenticidad, las cuales, a
criterio de Rico (2007) son las siguientes: a) calidad tanto en el hardware, como
en el software. Esto es obvio, debido al medio de transmisión del documento; b)
la veracidad de la información. Importante, por cuanto no puede haber diferencia
entre el autor y el receptor del mensaje. Ambos deben tener la misma
conformación.
En este sentido, el Decreto Ley sobre Mensajes de Datos y Firmas Electrónicas
(LMDFE), como complemento de lo expuesto por la autora, en el artículo 7
establece: “…A tales efectos, se considerará que un Mensaje de Datos
permanece íntegro, si se mantiene inalterable desde que se generó…” (p.40); c)
conservación del mensaje, el cual no debe estar sometido a deterioro. Los
medios de conservación y la posibilidad de recuperación son fundamentales,
P á g i n a | 201
dada la vulnerabilidad de este tipo de documento y la exposición constante a los
virus informáticos; d) la legibilidad. El documento electrónico, se conforma en un
lenguaje distinto al documento tradicional, por lo tanto su posibilidad de lectura,
requiere de sistemas traductores, que permitan la comprensión del mismo; e)
autenticidad del mensaje para acreditación de autoría; f) fiabilidad de los
sistemas.
Todas estas condiciones señaladas están relacionadas con la admisibilidad,
pero también contempla la promoción de la prueba y en este sentido, manifiesta
su inquietud, en cómo se va a incorporar este nuevo medio de prueba. La
promoción de este tipo de prueba, una vez admitido en el proceso judicial,
necesita para llevarse a cabo de especialistas en el tema. Así lo afirma Rico
(2003)
“…Los mensajes de datos deben promoverse, en principio, bajo la prueba documental. No obstante, al tratarse de un procedimiento que emplea la técnica en la generación del soporte documental, es necesario el auxilio de una experticia…” (p. 91)
Considerando los criterios anteriores, el documento electrónico, aun cuando se
pudiese considerar análogo con el documento tradicional, tiene una
conformación distinta. Su soporte es electrónico, pero al igual que el documento
en papel, es también en su contenido una manifestación de voluntad, como lo
expresó Carnelutti. Al ser producto de un acto humano, y representación de un
hecho, necesariamente implica un medio de prueba frente a un proceso judicial.
Por lo tanto, amerita de condiciones diferentes para su promoción en juicio, como
las mencionadas anteriormente por Rico.
En Venezuela, el valor probatorio del documento electrónico, requiere de
procedimientos diferentes al convencional, pero igualmente la legislación
venezolana en las leyes mencionadas, ha considerado esta nueva tendencia, y
es factible, que en las próximas reformas de códigos y leyes se amplíen los
criterios y se establezcan otras maneras de concebir el documento electrónico y
se reglamenten procedimientos, para proteger los derechos y deberes en esta
etapa de relaciones virtuales. Más aún, cuando su uso ya forma parte de la nueva
P á g i n a | 202
manera de hacer negocios y de interactuar, cada vez más, con operaciones
comerciales a través de la Internet.
El valor probatorio del documento en el ordenamiento jurídico venezolano, ha
sido destacado por diferentes autores, entre ellos Rico (2003) y Peñaranda que
hace mención a Rico, en su posición de que en materia probatoria pueden
presentarse dificultades con el documento electrónico, debido a que éste aún no
se encuentra mencionado en forma expresa en las leyes procesales, y queda
a criterio del juez su aceptación o no.
Sin embargo, Ollave (2008) plantea que en Venezuela la admisión del
documento electrónico no representa ningún problema como medio de prueba,
pero dada la forma y facilidad con la que puede ser creado o modificado, es
necesario que se combinen los procedimientos técnicos con las normas jurídicas,
a fin de que los intervinientes, puedan tener prueba de la operación electrónica
realizada y que ésta sea similar al negocio cuando se plasma en papel.
A pesar de los avances logrados mediante el Decreto-Ley, todavía hay que
cumplir con disposiciones que no hacen tan fácil el procedimiento legal para el
manejo del documento como medio de prueba. Si se amplía en las leyes la
posibilidad de promover las pruebas que se puedan obtener del avance de la
ciencia y la tecnología, a través de medios de pruebas legales, que estuvieran
determinados expresamente, se lograría promoverlas directamente en el
proceso y contribuir con su realización al esclarecimiento de los hechos y a la
aplicación de la justicia, determinando expresamente el procedimiento que se
debe seguir para su promoción y evacuación, con toda la seguridad requerida
para otorgarles confiabilidad, inalterabilidad, conservación de su contenido y la
posibilidad de su recuperación. Se lograría así un gran avance en materia
probatoria y daría mayor impulso al documento electrónico como medio de
prueba.
Referencias bibliográficas
Asamblea Nacional. (2001). Decreto Ley de Mensaje de Datos y Firmas Electrónicas de Venezuela. Caracas. Venezuela. Gaceta Oficial Nº 37.148 del 28 de febrero
P á g i n a | 203
Asamblea Nacional. (2000). Constitución de la República Bolivariana de Venezuela”. Caracas. Venezuela. Gaceta Oficial N° 5.453 del 24 de marzo de 2000. Cabanellas, G. (2006). Diccionario de Derecho Usual. Tomo III: D-E 29a ed. Buenos Aires: Heliasta Congreso de la República de Venezuela (1990). Código de Procedimiento Civil. Gaceta oficial N° 4209 del 15 de septiembre de 1990. Fuentes, P. F. (2007). Marco Legal de la Informática y la Computación. Caracas, Venezuela: Vadell Hermanos Editores. La Roche, A. (2004). Anotaciones del Derecho Procesal Civil. Procedimiento Ordinario. Maracaibo, Estado Zulia: Centro de Estudios Jurídicos (CEJUZ.) Mireles Cárdenas, C. (2003). Del Documento al Objeto Digital. Revista Investigación Bibliotecológica. Volumen 17. Número 34. México: Centro Universitario de Investigaciones bibliotecológicas. Ovalle, N. (2008). Valor Probatorio del Documento Electrónico en Venezuela y otros países de Latinoamérica. Tesis de Maestría no publicada. Universidad del Zulia. Maracaibo. Peñaranda Quintero, H. (2008). El documento Electrónico (Comercio Electrónico, Actos cibernéticos procesales).Venezuela, Maracaibo: Editorial Universidad del Zulia (Ediluz). Rico Carrillo, M. (2003). Comercio Electrónico, Internet y Derecho. Venezuela: Editorial Legis. Ruiz, W. y Ruiz, D. (2009). Medios de Prueba y Criminalística. Venezuela, Barquisimeto: Editorial Horizonte C.A. Salcedo Cárdenas, J. (2007). La Prueba Documental. 2ª.ed. Caracas: Editorial Gráficas León, C. A. Serra Serra, J. (2008). Los Documentos Electrónicos. Qué son y cómo se tratan. España: Ediciones Trea, S.L.
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La Bibliotecología y Ciencias de la Información en el Sistema de
Clasificación Dewey. Representación del estatuto epistemológico
Lilia María Ferrer Morillo1
Resumen: Se hace un estudio terminológico para explicar la representación del estatuto epistemológico de la Bibliotecología y Ciencias de la información en el Sistema de Clasificación Decimal Dewey (SCDD). Se considera la representación de categorías, vertientes, objeto de estudio, fronteras disciplinares y modelo de racionalidad del campo. Se concluye que el SCDD no representa el estatuto epistemológico y privilegia el uso de conceptos concretos que no expresan la configuración teórica del campo. Se recomienda ampliar el estudio de otros sistemas clasificatorios, así como de las teorías de campos del conocimiento cercanos a la Bibliotecología y Ciencias de la información (Documentación, Museología, etc.). Palabras clave: Bibliotecología; Ciencias de la información; Estatuto epistemológico; Sistema de
clasificación Decimal Dewey; Representación del conocimiento.
(The representation of the epistemological statute of Librarianship and Information Science in the Decimal Dewey Clasification System). Abstract: A terminological study to clarify the representation of the epistemological statute of Librarianship and information science in the Decimal Dewey Classification System (DDCS) is made. This Investigation have considered the representation of categories, aspects and objects of study, disciplinary boundaries of knowledge on this area, and models of rationality of this field of study. So, concluded that DDCS not represent the epistemological statute, the specific use of concepts, neither express the theoretical field configuration. It is recommended to extend the study to other classification systems and theories of fields near to the Librarianship and information science (Documentation, Museology, etc.). Key Word: Library; Information science; Epistemological statute; Dewey Decimal Classification system;
Knowledge representation
1. Consideraciones preliminares
En los últimos años se han extendido los estudios que desde la
Organización del conocimiento explican los paralelismos, ausencias
1 Profesora de Análisis de la Información de la EBA-LUZ y de Organización del conocimiento en la
Maestría en Ciencias de la Información por la Universidad del Zulia. Investigadora activa del CIDTEC.
Correo electrónico: [email protected]
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conceptuales, distanciamientos teóricos, históricos y ontológicos de campos y
dominios científicos y su representación en sistemas de organización del
conocimiento (SOC), tales como tesauros y sistemas de clasificación, entre
otros.
Ha sido esta tendencia la que ha guiado la reorientación de los estudios de
Organización del conocimiento (OC) en la Escuela de Bibliotecología y
Archivología de la Universidad del Zulia, Venezuela y de su Maestría en Ciencias
de la Información, mención Gerencia del Conocimiento. El interés aquí se ha
centrado en el abordaje de la OC y de la representación del conocimiento (RC),
entendidas como nuevos campos del saber que ponen su acento en los
conocimientos registrados, su estructuración, así como en las notaciones
simbólicas que constituyen los metalenguajes empleados en la dinámica
informativo-documental tanto para describir discursos como para establecer
puentes de conexión lingüística entre los productores sentido y sus usuarios.
La OC interpela a los sistemas de organización del conocimiento, mediante la
fijación de correlaciones, divergencias y distanciamientos conceptuales y
lingüísticos de los discursos científicos partiendo, como en el presente caso, del
estudio del estatuto epistemológico de los dominios y su representación en
taxonomías del conocimiento.
La necesidad de profundizar en el estudio de los sistemas de clasificación, de
sus categorías, conceptos y de sus relaciones dialógicas con el discurso propio
de cada campo científico, nos llevan a situar las indagaciones en el denominado
campo bibliotecológico, ciencia bibliotecológica y de información o ciencia de la
información, como la denominan autores como Alfaro López (2000), Rendón
Rojas (2000) y Linares Columbié (2005), entre otros autores que han realizado
contribuciones significativas para la dotación de un corpus teórico sólido a este
ámbito científico.
De esta forma, en la Universidad del Zulia, se adelantan investigaciones cuyo
epicentro está constituido por el estudio de la representación del conocimiento
en áreas diversas tales como las ciencias ambientales, artes plásticas, la
P á g i n a | 206
innovación, los saberes semióticos y, más recientemente, en el campo
bibliotecológico.
La elección del estudio de la representación de la Bibliotecología y Ciencias de
la Información en el Sistema de Clasificación Decimal Dewey (SCDD), y no en
otro sistema clasificatorio, obedece al uso extendido del mismo en más de 135
países y a su amplio posicionamiento en Bibliotecas venezolanas, tanto
públicas como escolares y universitarias.
Por otro lado, se toma en cuenta que, en el caso de las universidades autónomas
nacionales que administran programas de pregrado y postgrado en el campo
bibliotecológico y de las ciencias de la información (Universidad del Zulia y
Universidad Central de Venezuela), las mismas utilizan el SCDD en la
clasificación de las colecciones de la especialidad. Lo mismo ocurre con la
Biblioteca Pública María Calcaño (estado Zulia, Venezuela). Aunque no es una
biblioteca de la especialidad, posee obras importantes del campo que están
clasificadas mediante el SCDD.
La investigación se corresponde con el análisis de dominio, específicamente en
lo referido a estudios terminológicos que propician el análisis triangulado de los
conocimientos registrados en la literatura propia de una especialidad o dominio
de conocimiento, su registro en la lengua formalizada mediante herramientas
terminológicas (diccionarios, enciclopedias, etc.) y su representación en
sistemas de organización del conocimiento (clasificaciones universales y
especializadas, tesauros, entre otros).
2. El estatuto epistemológico de la Bibliotecología y Ciencias de la
información.
De la introducción que hiciera el Dr. Miguel Ángel Rendón Rojas a la
compilación de las contribuciones del “Seminario internacional sobre teoría y
epistemología de las ciencias bibliotecológicas y de la información”, celebrado
en la Universidad Nacional Autónoma de México en 1999 (Rendón Rojas, 2000),
se desprenden las siguientes categorías medulares, delineadas como
P á g i n a | 207
fenómenos, que han de ser descritos, explicados y comprendidos como teorías
propias de la Bibliotecología y Ciencia de la información:
- Información y conocimiento;
- Flujo de la información y comunicación social documental;
- Acceso y uso de la información;
- Documento y texto;
- Institución informativa;
- El hombre en el proceso informativo (autor, usuario, cliente, profesional de la
información)
Nótese aquí la utilización de conceptos concretos y abstractos conjuntados para
definir los límites posibles de un campo con una historia centenaria que busca
su consolidación teórica y su autonomía científica. Tales conceptos superan,
incluso en su vertiente transdisciplinar, la visión tradicionalista según la cual el
epicentro de la Bibliotecología es el libro y la biblioteca.
No obstante, en las conclusiones del evento se acuerda que, puesto que no
existe un cambio total de paradigmas en el estudio de la información documental,
los nuevos fenómenos pueden ser abordados sin necesidad de desechar la
tradición acumulada; por lo que no hay necesidad de crear una nueva disciplina
desvinculada por completo de la “antigua” Bibliotecología (Rendón Rojas, 2000).
Es así como se propone un núcleo teórico central que dote de identidad a la
disciplina, con una dinámica que debe ir de lo tradicional a lo innovativo y cuyo
contenido no debe ser prerrogativa de un solo elemento (libro, documento,
biblioteca, usuario, información) o una actividad (conservación, organización,
difusión, etc.), sino de un sistema informativo documental o proceso informativo
documental.
En años subsiguientes, Rendón Rojas ha realizado nuevas e importantes
contribuciones para el fortalecimiento de la Ciencia bibliotecológica y de la
información. Aquí nos detendremos en la conceptualización que el autor hace
sobre el objeto de estudio de esta ciencia, lo que él denomina “Sistema
P á g i n a | 208
informativo documental” (SID), formado por la interacción de las categorías
información, documento, usuarios e institución informativo documental. Según
expone el autor (2008), estas categorías reflejan tanto la naturaleza social y
humana de la Ciencia bibliotecológica como el abordaje necesariamente
interdisciplinario que ha de hacerse de las mismas. (Tabla N° 1)
Tabla N° 1. Categorías estructurantes del Sistema Informativo documental (SID)
CATEGORÍA DESCRIPCIÓN
INFORMACIÓN
Abordada desde una perspectiva pragmática por su dependencia del sujeto que la produce. Es además concebida como lo hacían los griegos con el logos pensamiento, ideas, conceptos, sentidos, significados y palabras internas.
DOCUMENTO
Objetivación de la información con independencia de su naturaleza material (soporte) o simbólica (signo estructurante). La intencionalidad es determinante para la consideración de un objeto como documento.
USUARIO Ser humano con necesidades informativas.
INSTITUCIÓN INFORMATIVA DOCUMENTAL
Creada para proporcionar condiciones conducentes a la satisfacción de necesidades informativas en el SID.
PROFESIONAL DE LA INFORMACIÓN
Agente activo constructor y garante de la existencia del SID. Es también constructor de conocimientos.
Fuente: Adaptado de Rendón Rojas (2008)
Desde el enfoque de la teoría de sistemas, se observa una relación de
interdependencia entre las categorías, las cuales hacen parte de dinámicas
eminentemente humanas, tanto en los procesos productivos/generativos como
en los de satisfacción de necesidades informativas. Más adelante se constatará
el abordaje que sobre estas y otras categorías identificadas, hace el SCDD.
Puede notarse aquí la precisión conceptual de las categorías que, aunque no
coincidentes plenamente con las esbozadas en años previos (Rendón Rojas,
2000), se aprecia el trabajo logrado en la configuración del SID, el cual supone
un salto desde una visión reduccionista centrada en objetos materiales (libros,
bibliotecas, etc.) o actividades (conservación, organización, difusión, etc.), a una
P á g i n a | 209
visión crítica, social y humanística de categorías esenciales que estructuran el
entramado teórico y de prácticas del campo bibliotecológico.
En las indagaciones sobre teoría de la bibliotecología y Ciencias de la
información, nos hemos cruzado además con la obra de Alfaro López (2000)
quien realiza una disertación interesante acerca de los fundamentos de la
constitución y autonomía del campo bibliotecológico.
Basta para los fines de esta investigación, el reconocimiento que el autor hace
del campo bibliotecológico como un campo autónomo con una práctica social,
con un horizonte integrador, con un discurso idiosincrático y, por sobre todo, su
asunción del libro como extensión cultural y como un logro de la razón que le
permite trascender a su condición de mero objeto físico y material para trasmutar
en una función viviente. Es así como el análisis nos llevará a buscar indicios en
el SCDD de esta propuesta socio histórico situado en el contexto español, pero
válida para nuestro contexto.
A propósito del énfasis dado al caso español, el autor aporta elementos sobre la
constitución del campo bibliotecológico y su autonomía, a partir del
reconocimiento de una vertiente pragmática y otra teórica develadas desde los
procesos socio históricos españoles pero con íntima conexión con países de la
América Latina receptoras de la diáspora seguida a la derrota de la II República
española por el fascismo franquista en 1936. La diáspora humana es así
dibujada como la diáspora de las ideas y del conocimiento científico de campos
significativos de la actividad humana.
Para explicar aspectos de constitución del campo bibliotecológico, el autor
adapta la teoría sociológica sobre los campos de actividades o prácticas sociales
de Pierre Bourdieu no solo para una reconstrucción histórica del campo sino, y
más importante aún, para aportar los fundamentos y elementos conceptuales
referidos al desenvolvimiento del campo bibliotecológico (Alfaro Gómez, 2000).
Para efectos de la investigación, interesan tanto las prácticas sociales como los
fundamentos teóricos estructurantes del campo y su representación en el SCDD.
P á g i n a | 210
Es importante destacar cómo el autor profundiza en la vertiente pragmática del
campo a partir del estudio exhaustivo del “Plan de Bibliotecas” de María Moliner
y, en la vertiente teórica, desde la obra “Misión del Bibliotecario”, del insigne
intelectual José Ortega y Gasset; ambos documentos presentados en el marco
del II Congreso Internacional de Bibliotecas y Bibliografía, realizado en la
Universidad de Madrid, España, en 1935. La tabla N° 2 sintetiza las
características esenciales de tales vertientes.
Tabla N° 2. Características de las vertientes Pragmática y Teórica del campo bibliotecológico
VERTIENTE DESCRIPCIÓN
PRAGMÁTICA
- En el discurso predominan los conceptos concretos empleados en la descripción de hechos inmediatos y que se encuentran en una relación de medios y fines de los que se extrae una utilidad.
- Se atribuye un sentido misional al bibliotecario. - Problemática del campo bibliotecológico: Carencias en prácticas de
lectura y en la organización bibliotecaria. - Ideal del Plan de Moliner: “… Hay que aspirar, como ideal, a una
organización tal que permita que cualquier lector en cualquier lugar pueda obtener cualquier libro que le interese” (Moliner, 1935; citada por Alfaro Gómez, 2000: 66).
TEÓRICA
- Predominio de conceptos abstractos que explican y dan razón y explicación abstracta a la constelación de actos intencionales del campo bibliotecológico.
- El libro se presenta como extensión cultural y como logro de la razón.
Trasciende a su condición de objeto material y se convierte en función viviente.
- El libro se presenta como función pública y política, hecho
determinante en el inicio de la autonomía del campo. - El libro como conflicto, lo que supone la creación de una nueva
técnica bibliográfica rigurosa para apuntalar la ciencia y darle el rigor necesario.
- El bibliotecario ha de ser quien sistematice la bibliografía, regule la
producción del libro y sea un filtro entre el exceso de libros y el lector. - El libro es la “piedra de toque sobre la que se erige el campo
bibliotecológico” - Coincide con la vertiente pragmática en la visión misional del
bibliotecario.
Fuente: Adaptado de Alfaro Gómez (2000)
P á g i n a | 211
Tal y como hemos expresado hasta aquí, tanto el conjunto de conceptos
concretos como abstractos estructurantes de las vertientes pragmática y teórica
del campo bibliotecológico desde su constitución, hasta su consolidación como
campo autónomo, son de nuestro interés para la constatación de su
representación en el Sistema de Clasificación Decimal Dewey (SCDD).
Ya para concluir el estudio sobre categorías y conceptos estructurantes de la
Bibliotecología y Ciencia de la Información, hemos seleccionado la obra del Dr.
Radamés Linares Columbié, insigne teórico con quien hemos tenido oportunidad
de interactuar y seguir atentamente desde las participaciones que ha tenido en
eventos de trascendencia internacional que han sido organizados por el Centro
de Investigación y Desarrollo en Tecnologías del Conocimiento “Dr. Iraset Páez
Urdaneta”, de la Universidad del Zulia (CIDTEC).
El más destacado de estos eventos fue el “Simposio internacional en Ciencias
de la información: tendencias en la construcción teórico –epistemológica”,
realizado en la ciudad de Maracaibo, del 21 al 23 de noviembre de 2012. Aun se
escuchan las palabras del Dr. Linares Columbié quien en dicha ocasión afirmaba
que tal evento constituía una experiencia histórica, puesto que por primera vez
en la región iberoamericana se convocaba a un evento para disertar sobre
epistemología de las Ciencias de la Información y para discutir sobre los
paradigmas, enfoques, corrientes, conceptos y categorías fundantes de lo que
somos y hacemos.
En este contexto presentó su libro1 Ciencia de la información: Su historia y
epistemología (Linares Columbié, 2005), del mismo sintetizamos aspectos
referidos al estatuto epistemológico de la Ciencia de la información, a propósito
de lo cual afirma:
“Cada ciencia se define por el segmento de la realidad que estudia y por el modelo de racionalidad o esquema de comprensión que utiliza para hacerla inteligible, es decir, por sus estatutos ontológicos y epistemológicos” (Linares Columbié, 2005: 37)
1 Bogotá, D.C.: Rojas Eberhard Editores Ltda., 2005
P á g i n a | 212
De lo anteriormente expuesto puede desprenderse un autorreconocimiento de la
Ciencia de la Información como un campo diferente al campo bibliotecológico,
con el cual posee un vínculo fuerte, equivalente al vínculo que tiene con las
ciencias computacionales o la Administración. A continuación presentamos la
síntesis de aspectos destacados en los planteamientos del autor (Tabla N° 3).
Tabla N° 3. Estatuto epistemológico de la Ciencia de la Información
DIMENSIÓN DESCRIPCION
OBJETO DE ESTUDIO
- Etapa fundacional (1942): Información; recuperación de la información; gestión de la información.
- Belkin (1978): Facilitar la comunicación efectiva de la información deseada entre el generador y el usuario humano.
- Vickery (1987): Estudio científico de la comunicación de información en la sociedad.
- Tefko Saracevic (1992): Efectiva comunicación del conocimiento y de registros de conocimiento entre seres humanos en el contexto de usos sociales de la información.
- Bates (1999): el mundo de la información registrada y producida por la acción humana.
FRONTERAS DISCIPLINARIAS
- En la actualidad se plantea su pertenencia a las ciencias sociales (finales del siglo XX)
- La interdisciplinariedad es una necesidad y es evidente en cada una de sus etapas históricas.
- Tiene un fuerte vínculo con la Bibliotecología, Tecnologías Computacionales, Comunicación, Psicología, Lingüística, Ciencias Cognitivas y Administración.
- Tiene una conexión más débil con la Semiótica, Investigación de operaciones, Sociología, Educación, Epistemología y Economía.
MODELO DE RACIONALIDAD
- - Positivismo (en su etapa fundacional): Se propugna la
estructuración de una disciplina en el contexto de las ciencias empíricas y/o naturales y se descarta la alineación al entorno de las ciencias sociales.
- Integración de una perspectiva crítica por las investigaciones dentro de la teoría crítica y la hermenéutica (Harris, 1985)
- Elevada influencia del enfoque cognitivo en las elaboraciones conceptuales del campo.
Fuente: Adaptado de Linares Columbié (2005)
La crítica más severa a la Ciencia de la información es la afirmación según la
cual la racionalidad positivista gobierna hasta a sus “investigadores más serios”,
cosa que se ha de revertir con la aproximación que se ha ido gestando en
racionalidades críticas que la han llevado a plantear su pertenencia a las
Ciencias sociales, propiciadora del cuestionamiento necesario de todo cuanto
P á g i n a | 213
es, no por el cuestionamiento mismo sino por el emerger de nuevas rutas que
hagan posible la consolidación de los fundamentos teóricos de la ciencia como
una ciencia social y humana. Más adelante se constatará la presencia o ausencia
de los indicios conceptuales del estatuto epistemológico propuesto por Linares
Columbié en el SCDD.
3. Representación del estatuto epistemológico en el SCDD
A continuación se exponen los hallazgos más significativos, resultantes del
análisis comparativo de las categorías estructurantes de la teoría del campo
bibliotecológico y de las Ciencias de la información y su expresión y
representación en el SCDD. Es importante destacar que, como parte de la
metódica de la investigación, para efectos del estudio de la estructura
conceptual, categorial y relacional de la disciplina bibliotecológica en un sistema
de clasificación, ha sido seleccionada la Edición 21 en español del SCDD
(Dewey, 2000).
Es necesario advertir que el estudio de la representación de la Bibliotecología y
Ciencias de la información en sistemas de organización del conocimiento (SOC)
constituye un proceso en construcción, necesario para explicar la dinámica
representacional de la disciplina con miras a generar en el mediano y largo plazo
productos que afiancen los aspectos positivos de la representación
(coincidencias conceptuales, actualización discursiva, etc.); al igual que la
detección de las rupturas teóricas, sesgos, parcialidades, ausencias
conceptuales, entre otros aspectos, que conducen a la representación incorrecta
del campo bibliotecológico.
Los aspectos cubiertos por el estudio incluyen: a) Representación de las
categorías que nuclean la dinámica teórica del campo bibliotecológico y de las
ciencias de la información; b) Representación de vertientes del campo y c)
Representación de conceptos medulares del estatuto epistemológico.
La representación se entenderá aquí como el conjunto de procesos de
simbolización notacional o conceptual del saber humano en el ámbito de
P á g i n a | 214
cualquier disciplina (Barité, 2013) formalizados en sistemas lingüísticos para su
empleo en la estructuración de la información producida y registrada. Estos
sistemas lingüísticos, como el SCDD, constituyen metalenguajes que integran
conceptos y relaciones estructurales, sistemáticas, de asociación y de distinción
con una dimensión significativa en la simbolización de la información. (San
Segundo, 2003).
Es así como, en esta primera aproximación al estudio de la representación del
estatuto epistemológico de la Bibliotecología y Ciencias de la información, el foco
de atención se coloca en los conceptos y conjunto de relaciones empleados para
estructurar los saberes de este campo localizado, a nuestro parecer, de forma
incorrecta, como una de las “categorías sombrilla o herramienta” del SCDD
(Dewey, 2000).
De acuerdo con lo anterior, la Bibliotecología se sitúa en el SCDD en la gran
clase 000 (Generalidades) la cual es definida como clase donde se localizan dos
tipos de categorías, una denominada “categoría sombrilla o herramienta” donde
se insertan disciplinas relacionadas o aplicadas a muchas otras disciplinas como
la CIENCIA DE LA COMPUTACIÓN, BIBLIOGRAFÍA, MUSEOLOGÍA y el
PERIODISMO.
El segundo tipo de categorías de la gran clase referida es la denominada “obras
multidisciplinarias”, la cual se estructura a partir de la incorporación de
conceptos que nombran únicamente fuentes de información representadas
desde la dimensión de forma (enciclopedias, publicaciones seriadas, catálogos,
etc.). Son los elementos externos o de forma que caracterizan y permiten fijar
una amplia tipología de publicaciones los que van a determinar una taxonomía
de obras multidisciplinarias. Aquí aparecen el LIBRO (001), las OBRAS
ENCICLOPÉDICAS GENERALES (030) y su extensa desagregación, junto a las
PUBLICACIONES SERIADAS GENERALES (050), MEDIOS
DOCUMENTALES… (070) y las COLECCIONES GENERALES (080). Sin lugar
a dudas, este tipo de categorías de la gran clase 000 son una expresión del éxito
de las formas sobre el fondo, del soporte sobre el contenido, del significante
inconexo del significado.
P á g i n a | 215
En Generalidades abundan los soportes documentarios y de información en
tanto objetos materiales y con ellos coexiste la Bibliotecología,
autoclasificándose desde los objetos materiales y desde la exaltación del
proceso desarrollado más allá de sus propios límites. Aquí, en 020 la
Bibliotecología espera por su redimensión como parte de una taxonomía del
saber y de la ciencia, en justa correspondencia con su identidad teórica y de
práctica social.
Podemos afirmar que, al situar a la Bibliotecología en la clase 000 se limita
grandemente la posibilidad de representarla como disciplina científica,
promoviéndose una visión estrictamente utilitaria y auxiliar de la misma. De
entrada, el SCDD se plantea la no adscripción de la Bibliotecología y Ciencias
de la información al entramado que por más de ciento treinta años ha
representado una ficción taxonómica del saber y del conocimiento.
Aunque en párrafos previos hemos indicado que el análisis representacional se
hace considerando la edición N° 21 del SCDD en español, los usuarios
hispanohablantes tendrán que esperar la traducción de la edición 23 donde se
ha cambiado la denominación de la gran clase 000, la cual pasa a denominarse
Ciencias de la computación, Información y Obras generales. Puede notarse aquí
que por primera vez aparece el concepto que nombra al objeto de estudio de la
Bibliotecología y Ciencias de la información, la INFORMACIÓN, la gran ausente
en las versiones en español.
a. La representación de las categorías del campo bibliotecológico en el
SCDD.
Respecto a la representación de las categorías que, según Rendón Rojas
(2000, 2008), nuclean la dinámica teórica del campo bibliotecológico y de las
ciencias de la información, hemos constatado la ausencia del conjunto de
conceptos abstractos que conforman el núcleo teórico central del campo.
En la Tabla N° 4 se indican las categorías ausentes (NO) y presentes (SI) en el
campo 020 del SCDD. Nótese cómo las categorías que constituyen el núcleo
P á g i n a | 216
teórico de la Bibliotecología y Ciencias de la información no aparecen en el
cuerpo de conceptos de la especialidad.
Tabla N° 4. Categorías del campo bibliotecológico AUTOR CATEGORÍAS REPRESENTACIÓN
EN EL SCDD
RENDÓN ROJAS, M. A.
(2000)
Información y conocimiento NO
Flujo de la información y comunicación social documental
NO
Acceso y uso de la información NO
Institución informativa SI
El sujeto en el proceso informativo: autor, usuario, clientes, profesionales de la información
NO
RENDÓN ROJAS, M. A.
(2008)
SISTEMA
INFORMATIVO DOCUMENTAL
(SID)
Información NO
Documento SI
Usuario NO
Institución informativa documental
SI
Profesional de la información
NO
Fuente: Adaptado de Rendón Rojas (2000, 2008)
Tal y como se constató en los planteamientos del autor, INFORMACIÓN y
CONOCIMIENTO son objetos de estudio del campo, no inconexos del sujeto
creador ni de su condición lingüística y semiótica. En el SCDD, INFORMACIÓN
es un concepto subordinado al ámbito de las ciencias sociales y está relacionado
directamente con los derechos civiles, la sociología, la administración pública y
la economía doméstica; no así con la Bibliotecología y Ciencias de la
información.
Por su parte, el CONOCIMIENTO es un concepto que tiene un lugar propio en el
sistema (001), independiente y sin relación interdisciplinaria alguna con la
Bibliotecología y Ciencias de la información.
Es importante destacar las faltas en el desarrollo de las subdivisiones comunes
en la notación simbólica correspondiente a .1-.9, puesto que consideramos que
es aquí donde mejor pueden expresarse las categorías abstractas del núcleo
teórico del campo. Solo tres de estas subdivisiones registran contenidos,
destacando como aspecto positivo el que sea en la edición que analizamos
donde se incluye por vez primera la subdivisión 020.7 EDUCACIÓN,
P á g i n a | 217
INVESTIGACIÓN, TEMAS RELACIONADOS, abriendo así la posibilidad de
integrar categorías abstractas del campo.
Respecto a la representación del SUJETO EN EL PROCESO INFORMATIVO,
la Edición 21 subsana en gran medida la anulación del sujeto en ediciones
previas. No obstante continúa ausente el gran SUJETO de la dinámica
informativo-documental: el USUARIO. El sistema da mayor preponderancia a los
SERVICIOS que al SUJETO.
Podemos concluir que el SCDD no representa las categorías abstractas
esenciales del núcleo teórico de la Bibliotecología y Ciencias de la Información.
Se tiene así que únicamente incluye las categorías que nombran conceptos
concretos: DOCUMENTO e INSTITUCION INFORMATIVO DOCUMENTAL,
siendo esto insuficiente para la representación del núcleo teórico.
b. Representación de vertientes del campo bibliotecológico
Al identificar los conceptos que Alfaro López (2000) utiliza para explicar las
vertientes del campo bibliotecológico a partir del análisis de la obra de María
Moliner y de José Ortega y Gasset, hemos constatado en el SCDD, la
preeminencia de conceptos concretos, así como de las prácticas de organización
bibliotecaria, de lectura y de acceso al libro y a la biblioteca. (Tabla N° 5)
Tabla N° 5. Vertientes del campo bibliotecológico
Fuente: Adaptado de Alfaro López (2000)
AUTOR VERTIENTES REPRESENTACIÓN EN EL SCDD
ALFARO LÓPEZ, H. G.
(2000)
PRAGMÁTICA (María Moliner: Plan del bibliotecario, 1935)
Predominio de conceptos concretos SI
Sentido misional del bibliotecario SI
Prácticas de organización bibliotecaria SI
Prácticas de lectura SI
Acceso al libro SI
TEÓRICA (José Ortega y Gasset: Misión del bibliotecario, 1935)
Conceptos abstractos NO
El Libro como extensión cultural NO
El libro como logro de la razón NO
El Libro trasciende a su condición de objeto material para convertirse en función viviente.
NO
El libro como función pública y política NO
El libro como conflicto NO
Rol del bibliotecario SI
Sentido misional del bibliotecario SI
P á g i n a | 218
El uso casi exclusivo de conceptos concretos para la representación del campo
bibliotecológico puede obedecer a la política general del SCDD que orienta la
preferencia de la clase de cosas sobre la parte, lo concreto sobre lo abstracto, la
cosa material sobre el proceso y el proceso sobre el agente. (Dewey, 2000).
Mientras que esto ocurre con los conceptos que estructuran la vertiente
pragmática del campo bibliotecológico, se evidencia la ausencia casi absoluta de
conceptos abstractos que constituyen el núcleo teórico del campo. No obstante,
son inexcusables tales omisiones más si consideramos que en el SCDD
sobreabundan tales conceptos abstractos, para ilustrarlo anotamos aquí algunos
ejemplos:
- Teoría de la filosofía de la religión (210.1)
- Teoría de funciones (515)
- Teoría de muestreo (519.52)
- Principio de identidad (111.82)
- Principios de nutrición (631.811)
- Leyes de Mendel (576.52)
Ya en párrafos preliminares hemos advertido el inconveniente de la falta de
desarrollo de las Subdivisiones comunes en 020 (.1-.9), la cual no explicita los
conceptos abstractos que nuclean y representan la dimensión teórica del campo.
Respecto a la representación que el SCDD hace del LIBRO, hemos referido
cómo, en el análisis de la obra de Ortega y Gasset, Alfaro Gómez (2000) rescata
y demuestra la vigencia de los postulados del intelectual español en materia del
libro: el LIBRO como extensión cultural, como logro de la razón, como función
viviente, como conflicto y como función pública y política. Sumado a esto, el autor
destaca el vínculo indisoluble del LIBRO con el campo bibliotecológico, es su
objeto de estudio y el mismo trasciende su condición de objeto físico, de forma,
de materia. Así ha de ser entendido por el campo bibliotecológico, superando
una visión estrictamente física y material.
P á g i n a | 219
Sin embargo, el LIBRO es otro AUSENTE en la taxonomía que sobre la
Bibliotecología y Ciencias de la información hace el Dewey. Únicamente existe
una práctica (profesional, social, económica, educativa) traducida en
OPERACIONES BIBLIOTECOLÓGICAS desarrolladas más allá de sus propios
límites teóricos que nos hace pensar que las notaciones simbólicas están allí
para clasificar la realidad en la cual se desarrolla dicha práctica y no el universo
de la abstracción sobre tal realidad y su maravilloso registro en la literatura y
textos/discursos de la especialidad.
El LIBRO no existe en la notación 020, está fuera de ella y antes de ella (notación
002). Aunque con ello se expresa también su carácter interdisciplinar, el libro es
representado, a un mismo tiempo, como tierra de todos y de nadie1. La notación
dedicada expresamente al libro contiene únicamente dos notaciones, la genérica
002 y la específica .074, esta última referida a Museos, colecciones y
exposiciones. Ninguna de ellas acentúa la visión que Ortega y Gasset
magistralmente dibuja sobre este objeto cultural.
Ortega y Gasset, en los tumultuosos años 30 del pasado siglo XXI, declaraba al
LIBRO como epicentro de la misión del bibliotecario. Quienes han venido
después de él así lo han reconocido, no obstante aparece en el SCDD en una
relación semántica horizontal con la Bibliotecología, externa a dicho campo.
En relación a la representación del BIBLIOTECARIO este aparece con mayor
énfasis desde la visión de la ADMINISTRACIÓN DE PERSONAL, en lo referido
a cargos (profesionales y técnicos, administrativos), descripción de cargos,
adiestramiento, entre otros aspectos menores.
El BIBLIOTECARIO multidimensional, agente y no paciente, creador de
conocimientos y de sentido, con una misión de alta incidencia en la dinámica
educativa y de gestión global de los contextos organizacionales y
socioculturales, no aparece representado en el SCDD. Las INSTITUCIONES
BIBLIOTECARIAS, los PROCESOS y las ORGANIZACIONES
1 Concepto situado en un terreno teórico que no corresponde a ninguna disciplina científica, no obstante,
todas hacen uso del mismo y reconocen, incluso, su carácter interdisciplinar. Como metáfora invocamos aquí la TIERRA DE NADIE de la Universidad Central de Venezuela (UCV), territorio del campus universitario que pertenece, a un mismo tiempo, a todos y a nadie.
P á g i n a | 220
INTERNACIONALES, NACIONALES Y REGIONALES ocultan al
BIBLIOTECARIO, no lo explicitan y lo invisibilizan en el SCDD.
Todo lo anterior nos lleva a afirmar que el SCDD representa la vertiente
pragmática del campo bibliotecológico y no su vertiente teórica, desdibujando
con ello la rica y extensa literatura que demuestra el crecimiento y consolidación
de la Bibliotecología y Ciencias de la Información.
c. Representación de conceptos medulares del estatuto epistemológico del
campo
Tal y como lo expone Linares Columbié (2005), En la línea de tiempo iniciada
en 1942, con los orígenes de la denominada CIENCIA DE LA INFORMACIÓN, y
que llega hasta nuestros días, se puede identificar un conjunto de conceptos
abstractos que nuclean este campo científico: INFORMACIÓN, su ESTUDIO
CIENTÍFICO, la COMUNICAICÓN DEL CONOCIMIENTO y el universo de la
INFORMACION REGISTRADA y producida por la ACCIÓN HUMANA. Todos
ellos están ausentes en la notación 020 de Dewey. (Tabla N° 6)
Tabla N° 6. Estatuto epistemológico de la Ciencia de la información
Fuente: Adaptado de Linares Columbié (2005)
AUTOR ESTATUTO ESPISTEMOLÓGICO REPRESENTACIÓN EN EL SCDD
LINARES COLUMBIÉ, R.
(2005)
OBJETO DE ESTUDIO
Información, recuperación de la información y gestión de la información (1942)
NO
Estudio científico de la información en la sociedad (1987)
NO
Efectiva comunicación del conocimiento y de registros del conocimiento (1992)
NO
El mundo de la información registrada y producida por la acción humana (1999)
NO
FRONTERAS DISCIPLINARES
Pertenencia a las ciencias sociales y humanas NO
Relaciones interdisciplinares NO
MODELO DE RACIONALIDAD
Positivista SI
Perspectiva crítica NO
Enfoque cognitivo NO
P á g i n a | 221
Creemos que la adición del término CIENCIAS DE LA INFORMACIÓN para
enunciar la notación 020, se realiza para lograr la integración de CENTROS DE
INFORMACIÓN y de OPERACIONES ANALÍTICAS que ponen su acento en el
TRATAMIENTO DE LA INFORMACIÓN más allá del soporte en el cual pueda
estar registrada.
Podemos afirmar que, según la estructura del SCDD, el OBJETO DE ESTUDIO
de la BIBLIOTECOLOGÍA y CIENCIAS DE LA INFORMACIÓN lo constituye un
conjunto de OPERACIONES BIBLIOTECOLÓGICAS, BIBLIOTECAS,
ARCHIVOS, CENTROS DE INFORMACIÓN (GENERALES Y
ESPECIALIZADAS), ADMINISTRACION DE PERSONAL, PLANTA FÍSICA y
ORGANIZACIONES. Como adición novedosa aparece la relación de las
bibliotecas, archivos y centros de información con la COMUNIDAD,
INSTITUCIONES EDUCATIVAS y el GOBIERNO.
La LECTURA se adiciona como MEDIO DE INFORMACION y SERVICIO, mas
no se fija un correlato con la cultura, la educación y la lectura. Enfatiza más las
reseñas de obras y los servicios de lectura para grupos etarios por encima de lo
que podemos denominar una visión sociológica del LIBRO y la LECTURA.
En relación a las FRONTERAS DISCIPLINARES, la notación 020 no contiene
notas del tipo “Clasifique obras interdisciplinarias en…”, ideadas por el SCDD
para la clasificación de tópicos vinculados a dos o más disciplinas. La sola
ausencia de tales notas nos lleva a afirmar que, más allá del argumento que la
propia clasificación proporciona para justificar la incorporación de una disciplina
en GENERALIDADES como categoría interdisciplinaria, consideramos que los
mismos son nulos, no validos puesto que la sola ausencia de otros campos
verdaderamente interdisciplinarios o más aun transdisciplinarios, le restan valor
a tales consideraciones.
Queremos destacar que la inserción de la BIBLIOTECOLOGÍA Y CIENCIAS DE
LA INFORMACIÓN en la gran clase 000 GENERALIDADES niega el carácter
social y humano de esta ciencia, aspecto suficientemente explicado por los
teóricos del área. Al desconocer su carácter de CIENCIA SOCIAL Y HUMANA
P á g i n a | 222
se puede entender la AUSENCIA DEL SUJETO y la preeminencia del OBJETO
en la notación 020.
Insistimos que, más allá del CONOCIMIENTO, la MUSEOLOGÍA, el
PERIODISMO y la BIBLIOTECOLOGÍA Y CIENCIAS DE LA INFORMACIÓN, la
gran clase GENERALIDADES es una clase que invisibiliza la taxonomía del
conocimiento privilegiando los SOPORTES DOCUMENTARIOS que registran
tales conocimientos.
Respecto al MODELO DE RACIONALIDAD, resulta obvio que la sola
preeminencia de los OBJETOS MATERIALES sobre los CONSTRUCTOS
TEÓRICOS que sustentan el campo bibliotecológico, niega cualquier posibilidad
de perspectiva teórica crítica o social del campo.
4. Conclusiones y recomendaciones
En el cierre de esta contribución, queremos destacar las conclusiones que
ponen su acento en la dinámica de representación del conocimiento que sobre
la Bibliotecología y Ciencias de la Información hace el SCDD.
- El SCDD no representa las categorías abstractas esenciales del núcleo
teórico de la Bibliotecología y Ciencias de la Información. Únicamente
incluye las categorías que nombran conceptos concretos, siendo esto
insuficiente para la representación del núcleo teórico. En relación a la
consideración del carácter interdisciplinar y sistémico de las categorías,
se tiene que el SCDD no considera tales relaciones esenciales en el
campo analizado.
- El SCDD representa la vertiente pragmática del campo bibliotecológico y
no su vertiente teórica, desdibujando con ello la rica y extensa literatura
que demuestra el crecimiento y consolidación teórica de la Bibliotecología
y Ciencias de la Información.
P á g i n a | 223
- El SCDD no representa el estatuto epistemológico del campo
bibliotecológico expresado en: a) su objeto de estudio: el mundo de la
información registrada y producida por la acción humana; b) No considera
la naturaleza interdisciplinar del campo; c) No expresa las lógicas de
sentido y modelos de racionalidad tradicionales o emergentes del campo.
- Se recomienda profundizar el estudio de la representación de la
Bibliotecología y Ciencias de la información y campos relacionados en
otros sistemas de organización del conocimiento.
Referencias bibliográficas
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autonomía del campo bibliotecológico: la bibliotecología española 1898 – 1936.
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Clasificación, Indización, Terminología / Mario Barité y equipo. 5a
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la Edición 21 en inglés. Bogotá: Rojas Eberhard Editores Ltda., 2000. 4
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Chan, L. M.; Comaromi, J. P.; Mitchell, J. S. y Mohinder P., S. (2000).
Clasificación Decimal Dewey: Guía práctica. Segunda edición revisada para el
SCDD21. Traducción de Octavio G. Rojas L. Bogotá: Rojas Eberhard Editores
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Linares Columbié, Radamés (2005). Ciencia de la información; su historia y
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la ciencia bibliotecológica y de la información: discusión y análisis. México:
UNAM, Centro Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas, 2000.
------------------------------------- (2008). Ciencia bibliotecológica y de la información en el
contexto de las ciencias sociales y humanas. Epistemología, metodología e
interdisciplina. En: Investigación Bibliotecológica, vol. 22(44). México. Pp. 65-76
San Segundo Manuel, Rosa. (2003). Nueva concepción de la representación del
conocimiento. En: Frías, J. A. y Travieso, C. (Ed.). Tendencias de investigación en
organización del conocimiento. Salamanca: Ed. Universidad de Salamanca, 2003. p.
395-402.
P á g i n a | 224
Descripción y Catalogación Archivística
Tania Peña Vera1
Resumen: El presente trabajo constituye el resultado de una investigación documental, mediante la cual se integran las posturas de cuatro autores clásicos en materia archivística: Aurelio Tanodi, Antonia Heredia, Theodoro Schellenberg y Fredric Miller, tratando específicamente el tema de la descripción documental y los instrumentos descriptivos derivados de ella. Se parte de la definición de este proceso, su finalidad, características, alcance y su forma de materializarse en herramientas de búsqueda de información concretas, diseñadas atendiendo a propósitos determinados. De los modelos de instrumentos descriptivos propuestos por cada autor se han esbozado los datos esenciales que han de distinguir a cada uno de ellos, así como su utilidad. Finalmente, se analiza brevemente el uso de las tecnologías en el ámbito de la descripción. Palabras clave: Descripción de documentos, catalogación de documentos, descripción y catalogación en
archivos
(Archival Description and Cataloguing)
Abstract: This work is the result of a documentary research, in which the positions of four classic authors are integrated in archival material: Aurelio Tanodi, Antonia Heredia, Theodore Schellenberg and Fredric Miller, specifically addressing the issue of documentary description and descriptive tools derived therefrom. It from of the definition of this process, its purpose, characteristics, scope and form of search tools materialize in concrete information, designed in response to specific purposes. Descriptive models instruments proposed by each author has outlined the essential data to distinguish each of them as well as their utility. Finally, we briefly discuss the use of technology in the field of description. Keywords: description documents, document cataloging, description and cataloging files
1. Introducción
La descripción y la catalogación archivística constituyen procesos contiguos
y concatenados cuya ejecución debe estar en permanente revisión,
mejoramiento y adecuación; en primer lugar, a los cambios que se susciten en
el uso y manejo de la información; en segundo lugar, a las preferencias
informativas de los usuarios, y en tercer lugar, a la diversidad de soportes
1 Profesora de Análisis de la Información y Coordinadora de Prácticas Profesionales de la EBA-LUZ.
Investigadora activa del CIDTEC. Correo electrónico: [email protected]
P á g i n a | 225
documentales que surgen como resultado de la implementación de nuevas
tecnologías.
El tema de la descripción y catalogación de documentos en archivos ha sido
abordado por varios autores, cada uno ha emitido criterios que si bien buscan
ser de aplicación general, van siempre impregnados de las particularidades del
contexto al que se circunscribe su experiencia. Sin embargo, la comparación
entre algunas posiciones en relación a los instrumentos descriptivos,
representan un aporte que sin duda permitirá al lector ampliar el espectro en
cuanto a los datos que pueden incorporarse en cada herramienta descriptiva; así
como también la utilidad y/o conveniencia de estos, dependiendo del tipo de
unidad de información y el perfil de sus usuarios.
2. Procesos de Descripción y Catalogación. Definiciones
El término descripción desde un punto de vista amplio significa la
enumeración de las cualidades esenciales de un objeto, esta definición, aunque
general, resulta también aplicable a los documentos. Sin embargo, la descripción
como proceso archivístico dirigido específicamente a los fondos documentales,
ha sido definida de diferentes formas, resaltando como aspectos esenciales de
ella los siguientes:
- En principio se enuncia como proceso u operación, destacando que incluye
una serie de pasos o subprocesos, que de forma coordinada permiten
alcanzar un fin o propósito mayor; tiene entonces amplitud o generalidad con
respecto a otros procesos más puntuales.
- Consiste en determinar, identificar, enumerar, sintetizar o analizar
características, rasgos o propiedades de los documentos en particular o de
sus agrupaciones, los mismos pueden referirse a su contenido, condición o
aspecto físico, ubicación, incluso del manejo que se les haya dado, o de los
entes que los han producido o con los que se encuentran asociados de alguna
manera.
- Su propósito es comunicar, poner en conocimiento de otros, ofrecer
información a los interesados, facilitar la mediación de los contenidos
P á g i n a | 226
documentales, bien sea para fines administrativos, contables, de
investigación, culturales o cualquier otro en el que se requiera la consulta de
alguna fuente.
En esencia, la descripción es un proceso mediador por excelencia, entre los
soportes documentales y los usuarios de la información contenida en ellos; lo
cual arropa al análisis documental como mecanismo de obtención de datos e
información relevante a los usuarios.
Cuando se describen documentos, señala Schellenberg (1961), se despliegan
dos acciones, la primera consiste en la identificación de la unidad documental
(fondo, sección, serie y pieza), y la segunda en la enumeración de los caracteres,
cualidades o atributos de los documentos referidos tanto a su estructura, como
a la substancia de ellos. De esto depende si se trata de descripciones generales
o detalladas según la cantidad de datos descriptivos que se tomen en cuenta. O
si se aplica a todos los documentos existentes en un archivo, o solo a un
segmento.
Miller (1994) destaca que la descripción constituye una actividad continua,
porque demanda permanente revisión y mejoramiento de la información a
medida que crecen los fondos, se transforman las organizaciones, se crean
herramientas tecnológicas que facilitan la gestión y el dinamismo del servicio de
información que se ofrece a los usuarios. En un sentido integral, la descripción
archivística no solo refleja la documentación, sino también el modo en que se
utiliza y administra.
Antes de iniciar la labor descriptiva, se debe considerar el uso que se hará de los
documentos, si serán utilizados por la administración, en qué términos, con qué
frecuencia, el tipo de actividad que avalan; o si serán empleados para la
investigación es preciso determinar: el tipo de investigación, los intereses
académicos del investigador, periodos de mayor interés, temática, y otras
características. El análisis de estos factores permite conducir el trabajo
descriptivo más acertadamente, evitando incurrir en especificaciones
innecesarias o soslayando aspectos relevantes de los fondos documentales.
P á g i n a | 227
Las descripciones, según Schellenberg (1961) deben reflejar con fidelidad y
exactitud la naturaleza y caracteres de los documentos. Igualmente, deben ser
de fácil comprensión, objetivas, claras, exhaustivas, completas y garantizar el
respeto al origen o procedencia orgánica de los documentos de archivo, lo cual
les imprime significación colectiva como testimonios de actividades de personas
naturales o jurídicas. En esto también cobra importancia el contexto en que
fueron creados o administrados dichos documentos, vale decir, las actividades
que los originaron, la estructura organizacional.
Miller (1994), destaca que la descripción tiene además funciones que van más
allá de proveer acceso a los usuarios, sirve también a importantes propósitos
administrativos, como lo es informar sobre qué material se tiene, dónde está
situado y cómo fue ordenado. Este autor sostiene que en realidad la descripción
constituye un sistema integrado por tres partes esenciales: la información acerca
de los documentos y sus creadores; los auxiliares descriptivos utilizados para
presentar la información; y las normas o estándares establecidos para la
creación de estos últimos.
Con respecto a la Catalogación en el ámbito archivístico, consiste en registrar en
forma sistemática los datos obtenidos de la descripción hecha a los documentos,
con el fin de elaborar algún instrumento descriptivo, tales como guías, índices,
inventarios, catálogos, etc. La catalogación se define también como el proceso
que consiste en analizar y registrar los datos que caracterizan a los documentos,
con el objeto de elaborar alguna herramienta que facilite la recuperación de la
información. Dichos instrumentos constituyen el producto resultante de la
catalogación, ya que en ellos se agrupan datos de diferentes niveles de
especificidad, que permiten conocer las series, grupos o piezas que integran el
archivo, así como también, las características de los soportes de información que
conforman el fondo documental.
Delgado (1996) comenta, acerca de la catalogación, que su aplicación es de
mucha importancia para controlar el volumen documental que a diario se genera
en las organizaciones, ya que permite sistematizar la información contenida en
los documentos y cambiarla en nuevas opciones de consulta para los usuarios.
P á g i n a | 228
La mencionada autora, señala que debe haber un cambio en los esquemas
tradicionales, de manera que se optimice la información, creando las referencias
necesarias para la consulta inmediata que sirva de apoyo a los niveles de
dirección de la empresa o a la investigación.
Delgado (1996), considera que la catalogación archivística comprende varias
fases que van desde la planificación y diseño de instrumentos descriptivos, hasta
la diseminación de estos entre las unidades usuarias de los documentos
catalogados. Sin embargo, solo la comprensión de los datos contenidos en
dichas productos y la utilidad que presten en el servicio de información,
evidenciará la pertinencia y eficacia del proceso general.
Instrumentos Descriptivos
A partir de la aplicación de un proceso descriptivo se obtienen instrumentos o
auxiliares que varían dependiendo del grado de detalle de la información
suministrada acerca de los documentos o de la unidad documental seleccionada
para ser descrita.
Por instrumento o auxiliar descriptivo se entiende que en principio es un producto
informacional o documento secundario, en tanto que trata que otros
considerados primarios u originales; a estos últimos los representa, o sea que
los vuelve a presentar, de manera condensada, sintética, transformada y
comprensible. De modo que tiene la finalidad de servir para simplificar el hallazgo
o acceso a fuentes particulares imbuidas en grupos más amplios a los cuales
pertenecen, a la vez que permite llevar un control administrativo e intelectual de
los documentos existentes en organismos o unidades de información. Para Miller
(1994) son la evidencia material de haber aplicado los procesos de descripción
y catalogación.
Los instrumentos descriptivos constituyen un brazo ejecutor en el ofrecimiento
de un servicio rápido y preciso, en tanto que dinamizan efectivamente la
recuperación y uso de la información, por cuanto el empleo de estas
herramientas permite al usuario asumir un rol más independiente, incluso puede
P á g i n a | 229
evaluar las fuentes documentales y determinar si satisfacen o no sus
necesidades de información, y de qué forma puede acceder a ellas.
Miller (1994) indica que los instrumentos descriptivos en general deben proveer
datos acerca de tres aspectos esenciales, a saber:
a. Los documentos: vale decir, su creador, tipología documental, periodo
que comprende, el origen/función, un extracto de su contenido,
ocupación/función del creador, y el lugar de creación. También debe
indicarse la existencia de otros instrumentos de búsqueda y los términos
utilizados para acceder, así como las vinculaciones de contenido que haya
con otros documentos, los datos sobre el volumen total, número y tipo de
unidades de almacenamiento, formato y soporte, condición física y
cualquier otro aspecto de naturaleza técnica. Así mismo ha de señalarse
lo concerniente a la ubicación, restricciones para el uso, y las
autorizaciones necesarias para acceder a los documentos o reproducirlos.
b. El origen y contexto de los documentos, esto apunta hacia la institución o
persona (en caso de colecciones) que generó los soportes de información,
es decir, el nombre actual y los que haya tenido la institución o persona,
los de sus instancias superiores, antecesores o sucesoras, fechas
respectivas, resumen de su basamento legal, historia administrativa y
principales funciones o actividades. En el caso de individuos, la
información consistirá en un resumen de su biografía. Estos datos también
pueden utilizarse como descriptores o términos claves para localizar la
información.
c. Las operaciones archivísticas y el control de la descripción, consiste en
llevar un seguimiento de las actividades de recepción, selección,
procesamiento técnico y preservación aplicado a cada grupo documental.
Ha de especificarse el tipo de operación aplicada y las fechas, los
nombres de las personas responsables, autorizaciones requeridas y
restricciones impuestas. Con respecto al control de la descripción, el autor
en cuestión considera importante y útil llevar un sumario o esquema de
los términos y/o descriptores utilizados, los cuales servirán como guías en
la búsqueda y recuperación de los documentos, porque constituyen una
P á g i n a | 230
suerte de vocabulario estandarizado que garantizará que las consultas
semejantes produzcan resultados igualmente semejantes.
Para la elección y estructuración de descriptores es conveniente estudiar las
necesidades de los usuarios, lo que contribuye a adaptar el proceso de
descripción a las cambiantes situaciones en el uso de los documentos.
Lo fundamental en todo esto es lograr diseñar instrumentos descriptivos que
sean útiles para mantener el control intelectual, físico y administrativo de la
documentación. Algunos de ellos serán más específicos que otros, pero cuando
se elaboran de manera integrada y coordinada existirá complementariedad y
refuerzo entre los mismos, y se evitará la duplicidad de datos y, por ende, de
esfuerzos.
Heredia (1980), plantea que resulta conveniente establecer niveles de
descripción, en paralelo con las agrupaciones o unidades documentales, de
modo que la descripción vaya realizándose progresivamente de lo general a lo
particular. Comenzando con descripciones panorámicas y, en la medida que la
administración o los investigadores requieran, profundizar o detallar en aspectos
más específicos. Para los archivos, fondos y secciones se utilizan las guías; para
las series documentales, los inventarios; y para las piezas singulares, el
catálogo, el registro y el índice.
A continuación se delimita brevemente la concepción, objetivo y utilidad de cada
instrumento descriptivo.
- Guías
Son definidas como el primer punto de orientación para cualquier usuario,
son instrumentos descriptivos que ofrecen información general o una visión
panorámica que permite hacer valoraciones globales acerca de la utilidad o no
de los grupos documentales que describe. Su contenido enfatiza en la historia
de los organismos productores y sus fondos, la génesis documental y las
interrelaciones entre las secciones y las series, por ende, poseen carácter
P á g i n a | 231
genérico. En ocasiones una misma guía puede reunir información sobre distintos
archivos y detallar además las facilidades de consulta que ofrecen estos centros
de información
Las guías pueden apuntar a aspectos diferentes, bien sea al total de documentos
existentes en uno o varios archivos, o a grupos documentales seleccionados de
distintos fondos referidos a ciertos periodos, áreas geográficas o temas
específicos, o bien pertenecientes a un mismo tipo o clase documental.
Tanodi (1978), divide a las guías en: generales y específicas; las primeras, son
aquellas que describen sistemáticamente todo el acervo documental existente
en un archivo, o grupo de ellos; mientras que en las guías especiales solo se
describe un sector o grupo de documentos seleccionados, en base a una función
administrativa determinada, a un tema de investigación, a una época, u otro
aspecto.
En cuanto a su contenido, los autores en cuestión recomiendan:
- Iniciar con los datos institucionales o contextuales, que describan el origen
orgánico de los documentos, vale decir: especificación de la estructura
organizativa, nombre de los funcionarios, breve historia y naturaleza de la
entidad productora y del archivo; ello en aras de facilitar la compresión de
los documentos.
- Utilizar descriptores depurados de ambigüedad.
- Organizar los datos descriptivos atendiendo a la estructura orgánica de la
entidad que produjo los documentos. Empezando por aquellos que le
permitan al usuario determinar o no la utilidad de las fuentes de
información en relación a sus requerimientos.
- Evitar ahondar en detalles que no contribuyan a esclarecer el contenido
de índole del fondo documental.
- Incorporar siempre datos complementarios que permitan establecer
vínculos semánticos, temáticos u orgánicos con otros grupos
documentales, cuyo contenido pueda enriquecer la búsqueda de
información, aportando información conexa.
P á g i n a | 232
- Considerar la incorporación de los datos de localización y acceso a la
información, tales como: dirección, teléfonos, fax, correo electrónico,
página web, días horas y condiciones de acceso al público, facilidades de
consulta, servicios de reproducción y otros medios de comunicación
documental,
La información que ofrecen las guías es general, panorámica y, hasta cierto
punto, breve, pero a la vez completa de todos los documentos conservados en
un archivo o grupo de ellos. De tal manera que, los usuarios puedan tener una
noción certera acerca de la existencia o no de los datos que puedan ser de
alguna utilidad para su investigación.
Utilidad de las Guías
La guía es el instrumento descriptivo utilizado para establecer el primer contacto
con el usuario de la información, quien, por lo general, es investigador, ya que la
necesidad de guías está más presente en los archivos históricos que en los
administrativos. Y de allí deriva su uso en el desarrollo de trabajos de
investigación, por cuanto facilitan la localización de fuentes de información
documental de una forma manejable y precisa.
En palabras de Tanodi (1992), las guías juegan un papel muy importante en el
método histórico, debido a que permiten conocer las posibles fuentes
documentales necesarias en las investigaciones, y la ubicación de los archivos
que las contienen.
Inventarios
Son instrumentos descriptivos que describen las series documentales existentes
en cada fondo o sección de archivo, guardando relación con su origen,
remitiendo además a su localización física, permitiendo así su control y consulta.
El objetivo principal de todo inventario es describir la totalidad del acervo
documental existente en una entidad, comunidad o que posea una persona
natural o jurídica. Dicha descripción toma como unidad mínima a las series
P á g i n a | 233
documentales y aun dentro de estas a las unidades de instalación o
conservación.
Dependiendo del nivel de especificidad descriptiva que tengan los inventarios,
esto da lugar a distintas tipologías, algunos poseen los mínimos datos necesarios
para dar a conocer la denominación asignada a los expedientes y su ubicación
física; otros adicionan información somera acerca del contenido de cada unidad
de instalación, sean carpetas, tomos, cajas, u otros, hasta llegar a descripciones
más pormenorizadas que ofrecen datos individualizados de las fuentes de
información contenidas en las series documentales.
En relación a la estructura de los inventarios existes varias posturas, pero en
esencia estos instrumentos descriptivos deben contener los datos necesarios
para identificar a las series en tres dimensiones: origen orgánico, asuntos o
temáticas incluidos en ellas y su ubicación física. Para lograr este cometido es
preciso incorporar datos sobre la identificación de las unidades de instalación,
autor institucional de los documentos, gestiones o asuntos tratados en ellos,
fechas, descriptores y códigos asignados en el esquema de clasificación
utilizado, y los elementos que permitan conocer el estado o condición física de
los soportes, vale decir: volumen, formato, estado de conservación, entre otros.
Tal como se observa, entre los datos descriptivos que debe contener un
inventario figuran los elementos que aporta el sistema de clasificación; sin
embargo, se presenta cierta disyuntiva en relación al orden de ejecución en las
operaciones de clasificación e inventariación, ya que para estructurar cualquier
cuadro de clasificación es necesario inventariar los asuntos que tratan los
documentos, además de analizar la estructura orgánica del ente que los ha
generado, así como también indagar sobre la forma cómo los usuarios solicitan
la información; todas estas actividades constituyen pasos previos que aportan
los insumos necesarios para diseñar o elegir un sistema de clasificación cónsono
con las exigencias y particularidades de cada organización.
No obstante, puede concluirse que la labor descriptiva que se realiza sobre los
documentos con el fin de elaborar un inventario es más exhaustiva, y a la vez
P á g i n a | 234
más general, que la ejecutada para fines de clasificación. Es más exhaustiva en
el sentido que abarca tanto caracteres externos como internos de los
documentos, en cambio, el otro proceso apunta solo hacia el asunto o tema que
tratan. Y es más general porque toma como unidad archivística a la serie,
mientras que, el otro proceso detalla a cada unidad o pieza individual, aunque
no en su totalidad sino un número reducido de ellas, algo así como una muestra.
Miller (1994) agrega a la estructura del inventario elementos protocolares tales
como lo que él llama Información Introductoria que comprende un índice de
contenido, reconocimientos, prefacio, indicación de las subdivisiones de la
documentación, explicación de la forma cómo debe utilizarse el instrumento
descriptivo y especificación de las normas o condiciones para consultar los
documentos. Este autor también considera necesario incluir una breve historia
de la dependencia o biografía de los creadores (en caso de colecciones de
manuscritos), en la cual se detallen las funciones y actividades de las personas
naturales o jurídicas que dieron origen a los documentos.
Los inventarios tienden a desactualizarse con facilidad, ya que diariamente se
producen nuevos documentos y otros pierden vigencia y son desincorporados,
en ese sentido el uso herramientas tecnológicas se hace imprescindible para
mantener la eficacia en el control y facilitar la consulta de los usuarios.
Utilidad de los Inventarios
Indica Tanodi (1978) que el inventario cumple dos finalidades esenciales, una es
la de control sobre los fondos documentales, por cuanto permite conocer el total
de documentos y ello facilita la vigilancia y detección de cualquier extravío o
pérdida; la otra es que proporciona los datos necesarios para efectuar consultas,
y prestar servicio a los usuarios internos y externos a la organización.
El inventario constituye el instrumento que permite abordar el trabajo descriptivo
partiendo de lo general, pero a la vez enfatizando en la particularización de las
diferentes series que integran los fondos documentales. Los inventarios son
entonces el punto intermedio en la labor descriptiva, y el paso previo necesario
antes de emprender descripciones más detalladas.
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- Índices
Con respecto a este instrumento los autores analizados refieren que solo
indica la ubicación física de las fuentes de información, tomando como descriptor
principal de los documentos algún aspecto resaltante de su contenido (nombres
de individuos, lugares o asuntos). Son herramientas muy útiles y fáciles de
elaborar, en ocasiones se consideran como complementos de los catálogos,
inventarios o guías, y no como instrumentos descriptivos en sí mismos,
argumentando que son sólo listas de conjuntos documentales, necesarios
únicamente para acceder a la información.
Se entiende entonces que el objetivo primordial de los índices es señalar o
indicar algún aspecto del contenido de los documentos, y por ello son más
enumerativos que descriptivos. Los índices pueden ser onomásticos y por
materias. En el primer tipo los descriptores prevalecientes son los nombres de
personas con relación a actividades, lugares, fechas, u otros; aunado al símbolo,
titulo, notación o signo que identifica la unidad documental que contiene la
información.
El segundo tipo, que son los índices por materias, proporciona información
acerca de los lugares, corporaciones, cosas y trámites/gestiones tratados en los
documentos. La elaboración de este tipo de índice requiere de una adecuada
selección de los descriptores que han de representar el contenido sustancial o
medular de las piezas documentales.
En su confección los índices demandan la utilización de términos que
representen de manera unívoca la temática o asuntos de aquellos documentos
cuya localización especifican. Estos descriptores pueden provenir del lenguaje
natural o documental, en cualquiera de los casos deben permitir una
recuperación pertinente de la información. En su selección han de usarse
técnicas de análisis de contenido e indización.
P á g i n a | 236
- Utilidad de los Índices
En principio ayudan a identificar rápidamente los tópicos tratados en los
documentos y su ubicación espacial, es decir, su función consiste básicamente
es referir al usuario hacia los documentos que contienen determinada
información. Los índices pueden elaborarse directamente de los documentos
primarios o de otros instrumentos descriptivos, de los que en muchos casos
constituyen anexos.
La facilidad de elaboración y uso que ofrecen los índices queda sujeta a la
organización física o digital de los documentos propiamente dichos, por cuanto
ha de existir plena correspondencia entre los datos de localización que este
aporta y la efectiva distribución u ordenación de los soportes, y además en
relación con los símbolos o notaciones utilizadas para identificarlos, los cuales
forman parte de los datos que se incorporan en los índices.
Catálogos
De acuerdo con los autores en cuestión el catálogo describe individualmente las
piezas documentales o las unidades archivísticas de una serie o de un conjunto
documental, que guardan entre ellas una relación o unidad tipológica, temática
o institucional. En tal sentido, se emplea para describir documentos individuales
selectos, de cuyo tratamiento particular se obtiene un extracto de su contenido
substancial, además de los datos necesarios para acceder a ellos.
De los catálogos también existen varios tipos, que se diferencian en atención a
la clase de unidad documental que describen: colecciones, series o piezas
individuales. Este último tipo de catálogo solo se recomienda su elaboración
cuando se trate de documentos de sumo valor histórico o pertenecientes a
colecciones particulares que hayan sido reunidos sin considerar su procedencia
orgánica sino atendiendo a variables artificiales. Mientras que los documentos
producidos en actividades orgánicas deben catalogarse de manera colectiva,
pues forman secuencias de eventos o gestiones que carecen de atributos
individuales, debido a la intrincada vinculación entre ellos y con respecto a las
actividades que testimonian; es en conjunto que estos soportes de información
P á g i n a | 237
reflejan los hechos o actividades que originaron su creación de una manera
lógica y global.
La elaboración de los catálogos demanda mucho tiempo y esfuerzo, ya que es
un trabajo minucioso y lento que ha de emprenderse solo en los casos donde los
resultados que se obtengan sean satisfactorios en relación a la importancia de
los documentos y a la utilidad que ellos representen para los usuarios de la
información.
En el ámbito archivístico es posible diseñar catálogos que tomen como elemento
central la entidad o dependencia que produjo los documentos, o los tipos
documentales o las funciones principales del organismo generador de los
documentos.
En relación con los datos que los catálogos de archivos deben considerar, es
preciso partir de las necesidades o requerimientos de cada institución; pero en
términos generales deben proporcionar información acerca de: la entidad
productora, los atributos particulares del tipo documental (fechas, formatos,
volumen, tradición, estado de conservación, u otros), especificación del
contenido, y los datos sobre el uso y localización de los documentos. Un valor
agregado que pueden aportar los catálogos son los datos de vinculación
temática, orgánica o funcional que unos documentos tengan con otros, e incluso
con fuentes de índole bibliográfica y referencial, establecer esos puntos de
conectividad representa un plus de carga informativa que es posible viabilizar
desde una herramienta descriptiva de este tipo.
- Utilidad de los Catálogos
Tanodi (1978) señala que “el objetivo del catálogo es dar a conocer el
contenido de documentos individuales con la primordial finalidad para que sirva
como auxiliar heurístico a las investigaciones históricas…”. No obstante, es
preciso indicar que la utilidad del catálogo no solo se circunscribe a servir de
apoyo a la investigación histórica, sino que también puede ser de mucha ayuda
en las gestiones administrativas donde en ocasiones se requiere de
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descripciones más profundas, que suministren datos precisos acerca del
contenido y ubicación de documentos específicos, claro está que la elaboración
de catálogos no es tarea fácil en relación al volumen documental que
actualmente se maneja en todas las organizaciones. Es por ello que ha de
catalogarse solo un segmento del total de documentos existentes en un fondo
de archivo, aquellos cuyo uso demanden por parte de los usuarios descripciones
más detalladas.
Por otra parte los catálogos ofrecen datos específicos de los documentos sin
necesidad de acceder a ellos directamente, esto se traduce en ahorro de tiempo
y esfuerzo en el acceso a la información. No sustituyen las consultas de los
originales, pero sí dan a conocer los aspectos esenciales de su contenido, lo cual
en muchos casos puede satisfacer la necesidad de los usuarios y además
simplifica la lectura de contenidos más extensos.
- Otros Instrumentos Descriptivos
Además de los instrumentos descriptivos analizados, existen los llamados por
Tanodi (1978) “auxiliares de menor relieve”, los cuales facilitan también el control
y la consulta de los documentos o proporcionan información general acerca de
los archivos como conservadores de importantes fuentes de información,
Heredia (1980) los considera auxiliares de los primeros, en el sentido que los
complementan e incrementan el control sobre el fondo documental. Estos
auxiliares son:
a. Listas: las listas descriptivas, denominadas así por Schellenberg, son
aquellas que permiten reunir los datos de los documentos referidos a un
determinado asunto o seleccionar los documentos de mayor importancia
sobre aspectos específicos, a fin de facilitar su utilización y dar a conocer
su existencia e importancia para usos potenciales.
En estos instrumentos se incluyen aquellas fuentes documentales cuyo
contenido informativo revista especial interés para los usuarios, poniendo
en evidencia el asunto que tratan, su procedencia e importancia,
P á g i n a | 239
restricciones de uso si las hubiere o los caracteres y atributos que las
hacen de algún modo especiales y comunes entre sí.
En tanto que los documentos descritos en una lista obedecen a una
selección intencional por parte del profesional de la información, es
menester realizar un estudio de las necesidades informativas de los
usuarios de la unidad de archivo, y en atención a sus perfiles de interés,
diseñar productos cuyo contenido satisfaga requerimientos especiales o
no convencionales a los que habitualmente se reciben.
b. Registros: Este tipo de instrumento es más de control interno para las
unidades archivísticas, su finalidad esencial es dejar constancia de los
documentos emitidos o recibidos por cualquier organización, lo cual a su
vez implica el inicio de un trámite o gestión posterior o la desvinculación
de cierta responsabilidad, según sea el caso. Los registros han sido
ampliamente utilizados, tradicionalmente su formato manual tenía forma
de planillas o libros encuadernados de gran tamaño. En la actualidad, aún
se mantiene en algunas entidades, pero en muchos casos se lleva en
forma automatizada, aumentando con ello su eficacia en la recuperación
de datos precisos.
Generalmente los registros contienen el número de orden de recepción,
signatura del expediente, fecha de recepción, lugar de procedencia, una
breve síntesis o indicación del contenido y nombre del funcionario, oficina
o dependencia a quien se envían los documentos. En ciertas ocasiones
suele considerarse un espacio para la firma del destinatario, con el fin de
dejar prueba fehaciente de la recepción de los mismos.
Existen también los registros de seguimiento, cuyo propósito es reflejar el
recorrido que realizan los documentos en diferentes instancias por las que
transitan para efectos de revisiones y aprobaciones sucesivas; en estas
circunstancias han de especificarse las fechas de las progresivas
remisiones, nombres de las oficinas internas o entes externos, fechas y
firmas de recepción en cada estadio, sellos y la decisión o resolución final
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a la que se llegó. Este tipo de registro resulta de especial importancia
cuando se desea ubicar algún documento que se encuentra en plena
tramitación.
El registro se utiliza para asentar los datos descriptivos de las piezas
individuales que ingresan o egresan a los departamentos o a la
organización en general, se pudiera decir entonces que constituye el
primer instrumento que describe, aislada y sucintamente cada
documento. De aquí que permite controlar el flujo documental y además
cuantificar los documentos emitidos o recibidos, dato que sirve para
estimar el crecimiento mensual, anual etc., de cualquier fondo de archivo.
Sin embargo, puede resultar limitado para reflejar el orden o ubicación de
aquellos.
c. Censos: son instrumentos que ofrecen una visión panorámica de la
existencia y situación que presentan los archivos de una localidad, región
o país, su contenido puede constituirse en insumo para generar guías
sobre archivos cuya temática se relacione o que funcionen en un mismo
ámbito geográfico.
Su objeto de descripción no son los documentos propiamente, sino los
archivos donde se encuentran almacenados, por ello son más amplios
que las guías, ya que se refieren a conjuntos de archivos. De los acervos
documentales y su organización ofrecen datos breves. A través de los
censos se puede saber: la cantidad de archivos existentes, el estado de
conservación de los documentos que reposan en ellos, los equipos, el
personal encargado, requisitos para el acceso o consulta, las fechas
extremas de los fondos, y otros.
Los censos sirven para orientar al investigador que aún desconoce la
ubicación y características de los fondos que pueden serle útiles, este
instrumento viene a ser el primer contacto o indicio en la búsqueda de
información.
P á g i n a | 241
Para elaborar los censos es necesario formular encuestas o cuestionarios
a los organismos públicos y privados, aun a particulares que pueden
poseer colecciones de interés general. Los censos también contribuyen a
proveer medios de protección para aquel patrimonio documental que
corre el riesgo de ser destruido.
d. Directorios: son listas enumerativas de archivos, cuya finalidad es
informar sucintamente sobre las direcciones y facilidades de acceso a
dichas unidades de información, no detallan sus condiciones de
funcionamiento. Solo aportan brevísimos datos descriptivos sobre los
fondos documentales. Son de utilidad sobre todo a los investigadores que
requieran establecer contactos con los archivos para solicitar información
acerca de los documentos, los mecanismos de acceso, los medios de
reproducción, y otros.
Se construyen también en base a encuestas, y son necesarios para
mantener actualizadas las direcciones, teléfonos, correos de las
entidades archivísticas, aportan menos datos descriptivos que los censos.
3. Uso de las herramientas tecnológicas en las labores de descripción
documental.
Con el vertiginoso desarrollo tecnológico se han incorporado alternativas
diversas para efectuar el proceso de Descripción Documental, y algunos de los
instrumentos descriptivos parecieran haber perdido vigencia o quedar en
desuso. No obstante, la esencia de los productos informacionales permanece,
porque continúan ofreciendo elementos de interés para el uso de las fuentes de
información. Por cuanto el núcleo de la labor descriptiva está en el valor
agregado que desde el análisis de contenido realiza el profesional de la
información. Vale decir, la síntesis y vinculación temática, semántica, funcional y
de cualquier otro tipo que se puede establecer a partir de necesidades puntuales.
La versatilidad y rapidez en el suministro de los datos y con ello la considerable
disminución del tiempo en la localización de los documentos, vienen a ser
P á g i n a | 242
potenciadores tanto en la elaboración como en el uso de los auxiliares
descriptivos, ya que permiten vincular metadatos con documentos específicos y
hacer rastreos exhaustivos en los fondos documentales de fuentes asociadas a
asuntos, funciones o entes orgánicos. Esta simplificación o facilidad en la
recuperación de la información no debe considerarse como la inoperancia de las
herramientas descriptivas, sino como el complemento necesario para que estas
funcionen en un nivel de mayor efectividad.
Con la incorporación de herramientas tecnológicas al proceso descriptivo, han
desaparecido los problemas en cuanto a la elección del soporte y/o formato más
idóneo para la confección de cualquier instrumento descriptivo, por cuanto los
medios digitales de almacenamiento de información poseen gran capacidad de
memoria. Aunado a la posibilidad de acceder a los soportes de información que
ahora pueden quedar en el mundo inmaterial de lo digital, dando paso a una
gestión documental electrónica o digital. En la cual sigue siendo necesaria la
planificación y ejecución de los procesos de organización y representación del
conocimiento, con los matices que devienen de este nuevo entorno, pero que
igualmente parten de modelos de acceso de comprobada trayectoria en el
tiempo.
La representación del conocimiento echa mano de las técnicas y herramientas
descriptivas para lograr su propósito, que es integrar de maneras diversos
contenidos informativos que pueden estar dispersos o cercanos, pero ante los
cuales se abren nuevas y amplias posibilidades de presentación, conexión y
visualización.
Referencias Bibliográficas
Schellenberg, T. (1961). Técnicas Descriptivas de Archivos. Documento presentado en la Primera Reunión Interamericana de Archivos, Washington D.C. Tanodi, A. (1978). Inventario, Catálogos e Índices. Córdoba: Universidad Nacional de Córdoba. Heredia, A. (1980). Planificación de los Instrumentos de Trabajo en los Archivos. Boletín Interamericano de Archivos, V (VII), p. 87. Córdoba: Centro Interamericano de Desarrollo de Archivos.
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---------------- (1991). Archivística General. Teoría y Práctica. Sevilla: Excma. Diputación Provincial de Sevilla. Tanodi, A. (1992). Temas Archivísticos: reedición de algunos trabajos. Córdoba: Centro Interamericano de Desarrollo de Archivos. Miller, F. (1994). Ordenación y Descripción de Archivos y Manuscritos. Washington: Organización de los Estados Americanos. Delgado, F. (1996). Los Procesos Descriptivos en las Unidades de Archivos: la descripción y catalogación. Maracaibo. (Papel de trabajo no publicado). Peña, T. (1996). Descripción y Catalogación de Documentos en los Archivos de la Universidad del Zulia. Maracaibo. (Investigación no publicada).
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La conservación preventiva del patrimonio documental, aliada en la
prevención de enfermedades laborales de los profesionales de la
información
Yamely M. Almarza Franco1
Resumen: El propósito es resaltar la importancia de la gestión de la conservación preventiva del patrimonio documental y la responsabilidad que tienen los profesionales de la información, no sólo en su éxito sino en la repercusión de sus políticas para la prevención de enfermedades laborales. Para tal fin, se pretende profundizar en los referentes conceptuales para gestionarla, destacando las diferencias entre los soportes surgidos a la largo de la historia e identificando las causas de deterioro intrínseco y extrínseco. Palabras Clave: conservación preventiva, patrimonio documental, enfermedades laborales.
(Preventive conservation of documentary heritage, an ally in the prevention of
occupational diseases information professionals)
Abstract: The purpose is to highlight the importance of preventive conservation management of the documentary heritage and responsibility of information professionals, not only in his success but the impact of its policies for the prevention of occupational diseases. To this end, it aims to deepen the conceptual references to manage it, highlighting the differences between the media emerged throughout history and identifying the causes of deterioration intrinsic and extrinsic.
Keywords: preventive conservation, documentary heritage, occupational diseases.
1. Introducción
La gestión de la conservación preventiva del patrimonio documental, es un
tema que ocupa al profesional de la información, por su impacto en la prevención
de enfermedades profesionales, lo cual conlleva a ahondar en lo que involucra
tal gestión y cómo permea los procesos todos los procesos.
De tal manera que en este apartado, se abordan los aspectos que involucran la
gestión de la conservación preventiva del patrimonio documental, más
1 Profesora del eje patrimonial de la Escuela de Bibliotecología y Archivología de la Universidad del
Zulia. Investigadora activa del CIDTEC. Correo electrónico: [email protected]
P á g i n a | 245
específicamente el documento plasmado en papel, por ser el soporte más
vulnerable al deterioro y una vez que sucede, genera un ambiente tóxico para
los profesionales de la información que los resguardan.
Por ello, se considera el deterioro por una infraestructura enferma o inadecuada
que puede desencadenar una catástrofe, la manipulación y uso extensivo e
inapropiado, las condiciones de almacenamiento, elementos climáticos,
químicos y biológicos a los cuales se exponen y que ocasionan enfermedades.
Al no existir tal gestión, el profesional de la información se ve afectado, muchas
veces sin darse cuenta, pues el ambiente donde se desenvuelve es tóxico debido
a los documentos enfermos, aún si utiliza el equipo de protección necesario. Por
ello, conviene mantener los documentos sanos lo cual se hace posible a través
de una adecuada gestión de la conservación preventiva.
De tal manera que al gestionar la conservación preventiva, no sólo se estaría
trabajando para evitar los daños que sufre el patrimonio documental, que
involucra elevados costos y coarta la consulta de los documentos por parte de
los usuarios, sino que también se estaría cuidando la posibilidad de desarrollar
alguna enfermedad laboral, por lo que es necesario comprender la importancia
y principalmente la responsabilidad que los profesionales de la información
tienen en el éxito de dicha gestión.
Por otra parte, es pertinente aclarar que existen marcadas diferencias entre los
documentos plasmados en papel antiguo y los que están en papel
contemporáneo, debido a que hay factores intrínsecos de su proceso de
fabricación y materia prima utilizada que determinan su durabilidad y resistencia.
En cuanto a las reacciones de los documentos a los factores de deterioro
extrínseco es muy importante que se conozca el ¿por qué se deterioran? y ¿a
qué son susceptibles?, pues muchas acciones que se realizan en detrimento de
los documentos se dan por desconocimiento y en ello resultan afectados los
soportes y quienes están en contacto con ellos.
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2. La conservación preventiva y sus implicaciones
En torno a este tema, es pertinente aclarar que existen dos posturas. La
primera es la anglosajona que nace en Inglaterra o Estados Unidos y la segunda
que tiene origen latino, por ello al darse la traducción se genere confusión de los
términos, vocabulario confuso y técnico, pero lo más preocupante es la
imprecisión. En el año 1876 ya se aceptaba que las “unidades o centros de
información tienen la responsabilidad de asegurar la conservación física de los
materiales y darle al usuario el acceso a los mismos”. (Higginbotham, 1990:7)
Así, “la preservación constituía la segunda prioridad en la administración de
bibliotecas públicas, sólo superada por la selección y uso de libros”, los cuales
son aspectos que hoy día se incluyen dentro del concepto de la preservación.
(Higginbotham, 1990: 8). Con los años el problema con los términos se ha ido
acrecentando, han surgido algunos tantos pero que lejos de ser similares, los
mismos involucran procedimientos diversos.
Resulta confuso entonces, que los alemanes, franceses o españoles mencionan
la Conservación y los anglosajones lo llaman preservación, consecuencia del
uso idiomático ya que los dos vocablos en inglés tienen similitud en sus
significados.
Los anglosajones abordan la Conservación, dividiéndola a su vez en
Preservation, que determina las medidas preventivas de permanencia y
durabilidad de los documentos, y la Conservation, que determina las medidas a
tomar para la restauración de los documentos deteriorados”. (Carpallo, A., 2004:
429)
Por su parte, la corriente latina considera una única disciplina llamada
Conservación, de la cual forman parte la Preservación y la Restauración. La
primera, también denominada Conservación Preventiva, se ocupa de la
prevención del deterioro y la segunda de la reparación y recuperación funcional
de los documentos deteriorados. (Carpallo, A., 2004: 429)
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La Federación Internacional de Asociaciones e Instituciones Bibliotecarias (IFLA)
en el año 1979, fue pionera en la intención de fijar una terminología en el ámbito
que luego sería ampliada por Dureau, J y Clemenents, D (1986) y que se
convirtió en un código deontológico de la conservación documental, donde la
preservación “incluye todas las consideraciones gerenciales y financieras, así
como las pautas para el almacenamiento y ubicación, niveles de personal,
políticas, técnicas y métodos aplicables a la preservación de los materiales de
archivo y biblioteca y a la información contenida en ellos”.
La conservación “designa todos los procedimientos específicos que se
relacionan con la protección de materiales de archivo y de biblioteca, para evitar
su deterioro, daño y destrucción, incluyendo métodos y técnicas diseñadas para
por personal técnico”. La restauración “se ocuparía de aquellas técnicas y
razonamientos utilizados por el personal técnico responsable de estabilizar los
materiales de bibliotecas y archivos deteriorados por el tiempo, el uso y los
factores”. (Dureau, J y Clements, D., 1986:5)
No es sino hasta los años 90 que se establecen diferencias entre los términos y
se reduce el papel de la conservación. Surge un nuevo planteamiento sustentado
en tres niveles de trabajo, donde el primero se ocupa de la gestión de programas,
el segundo de las colecciones y su entorno, el tercero trabaja de manera directa
con las obras de manera aislada. (Gracy, D., 1990: 5-7)
3. Enfermedades laborales en las unidades de información
En todo trabajo existe de por sí un riesgo de acuerdo a los materiales,
maquinarias, equipos y herramientas con las cuales el personal entra en contacto
en su ambiente laboral. Pero lo que más destaca en cuanto a las enfermedades
laborales, son las características de las áreas; ambiente (humedad, temperatura,
iluminación, ventilación); ausencia de normas de trabajo, no utilización de
protección personal, factores de riesgo químico y biológico, carencia de un plan
contra catástrofes y siniestros, etc.
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Asimismo, el trabajo puede agravar problemas de salud ya existentes,
provocados por más de un agente. “En una enfermedad cardiovascular
intervienen factores como el cigarrillo, exceso de colesterol y sedentarismo, pero
características del trabajo como turnos de noche, jornada extensa o el exceso
de calor o frío pueden agravar el problema” (Parra, M., 2003: 3)
Así, la prevención de las enfermedades laborales, manteniendo un ambiente
equilibrado donde el calor no lesione al personal pues “un ambiente húmedo
impide que el mecanismo de sudoración del cuerpo actúe libremente y, al impedir
la sudoración, se inhibe una de las formas más importantes del organismo para
eliminar calor y bajar la temperatura interna”. (Parra, M., 2003: 9)
El frío también resulta incómodo en el ambiente laboral y requiere que el
organismo haga un mayor esfuerzo muscular y de allí las lesiones. También
“ocasiona desconcentración, disminuye la sensibilidad de la piel, con riesgo de
accidentes, produce efectos sobre el aparato respiratorio, favoreciendo la
aparición de todo tipo de infecciones respiratorias, convirtiéndose también es
agravante en enfermedades cardiovasculares”
Las sustancias químicas inmersas en las fumigaciones inadecuadas,
permanecen en el ambiente y son absorbidas por la celulosa que compone el
papel, por ser un soporte higroscópico, se liberan de él y permanecen por largo
tiempo en el aire.
Los agentes biológicos que pueden ser microrganismos tales como hongos y
bacterias o macrorganismos, plagas que pueden ocasionar graves
enfermedades en el ser humano y que están presentes en las unidades de
información producto de la falta de monitoreo, planes de control de plagas e
inexistencia de políticas que impidan el ingreso de alimentos a las instalaciones.
Estos factores pueden generar enfermedades fúngicas; afecciones respiratorias
(neumonías, bronquitis, broncoespasmos y asma); (leptospirosis) debido a la
bacteria que transmiten los roedores; los (paramixovirus) responsables de
enfermedades infecciosas tales como el sarampión, neumonía, paperas, gripe o
P á g i n a | 249
encefalitis y que son transmitidas por los murciélagos; La (salmonelosis,
colibacilosis, criptococosis, histoplasmosis, neumonías, hepatitis, afección
cerebral y ectoparásitos) que se encuentran en los excrementos y alas de las
palomas.
4. Conservación preventiva y las enfermedades laborales
La conservación preventiva no puede ser considerada a corto plazo, es una
cuestión del día a día y de todos los días que permea cada etapa de desarrollo
de la unidad de información, cada proceso, pero también influyen en tal gestión,
las características propias de los documentos o colecciones.
Conviene destacar entonces, que en el transcurrir del tiempo han sido muchos
los soportes documentales, con diversas susceptibilidades al deterioro. Por ello,
desde lo intrínseco se destaca que en el momento en el cual se fabrica un
soporte documental, la materia prima y el proceso de fabricación tienen un gran
impacto en la durabilidad y resistencia del soporte, así como en la reacción que
éste tenga con el medio ambiente, condiciones de almacenamiento,
principalmente si se trata del soporte papel.
Dicho soporte de fabricación artesanal, era la posibilidad de obtener papel de
gran calidad y químicamente estable, con una materia prima de origen vegetal
(trapos viejos) aunque su proceso de fabricación era tedioso y tardío. Fue así
como la gran demanda, obligó a la industria papelera de entonces a emplear un
proceso de fabricación mecanizado, para ello se sustituyeron los trapos viejos
por pulpa de madera como materia prima, sacrificando con ello la calidad y
estabilidad química, pues es una pulpa que carece de fibras morfológicas, lo cual
influye en su resistencia, resulta un papel débil si se le compara con el de fibras
de lino u algodón.
Aunado a ello, en la madera existen “componentes perjudiciales como la lignina,
resinas, hemicelulosas, ácidos turpénicos”. Éste componente es lo que ocasiona
que el papel contemporáneo obtenga una tonalidad amarillenta rápidamente.
(Sánchez Hernampérez, A., 1999:62).
P á g i n a | 250
Por otra parte, la madera es muy rígida y es por ello que se necesitan altas
temperaturas, maquinarias y productos químicos para poder elaborar la pasta,
de ello resultan fibras rotas y cortas que no logran enlazarse con fuerza y de allí
la inestabilidad y falta de resistencia de los papeles contemporáneos, los cuales
se deterioran rápidamente al ser expuestos a los factores ambientales, la
iluminación, la humedad relativa y la temperatura.
Con respecto a la grafía, hay diferencias también, pues se pasó de utilizar tintas
minerales, orgánicas e inofensivas a las tintas químicas donde predomina el
benceno y sus derivados.
En este contexto, donde nos enfrentamos con documentos que en su mayoría
desde su génesis ya vienen enfermos, debido al PH ácido que ocasionan los
componentes químicos incorporados en la fabricación, es imperante la gestión
de la conservación preventiva la cual debe estar presente en todo momento y
permear todos los procesos que se desarrollen en la unidad de información para
aminorar el acelerado deterioro documental.
De tal manera que desde el proyecto de instalación de una unidad de
información, la conservación preventiva debe ser un lineamiento considerado por
los arquitectos, quienes deben trabajar de la mano de los profesionales de la
información para que aporten en torno a este tema y así evitar deterioros
derivados de una edificación inadecuada o enferma. Una vez lista la edificación,
debe darse el constante y permanente monitoreo para detectar fallas y realizar
los correctivos. Asimismo debe hacerse con los documentos, ellos manifiestan
físicamente el deterioro, un diagnóstico oportuno y planificado puede evitar
graves problemas.
Por ello, toda unidad de información debe tener como prioridad, en principio el
monitoreo de la infraestructura física donde se albergan las colecciones y ellas
mismas por supuesto. Si se tienen documentos deteriorados, ello indica que la
edificación está enferma, lo que vemos en los documentos es una consecuencia
de no detectar a tiempo un problema estructural.
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Al monitorear-evaluar los estados de conservación de los documentos se podrá
detectar si se está en presencia de factores de deterioro extrínsecos o externos,
que están en el ambiente u edificación y que causan enferman los soportes y por
ende la edificación, entre ellos destaca:
a. Físico-ambientales (temperatura, humedad relativa, iluminación y
ventilación)
b. Físico mecánicos (almacenamiento, uso y manipulación)
c. Químico ambiental (elementos tóxicos)
d. Biológicos (macrorganismos y microrganismos)
Para realizar una exhaustiva evaluación de estos factores, se debe diseñar un
instrumento para recabar información y proponer posibles correctivos y políticas
de conservación tendentes a lograr la estabilidad física y química de los
materiales.
El diagnóstico, considera el microclima (humedad relativa, temperatura,
iluminación y ventilación), instalaciones eléctricas, aguas servidas o potables,
estanterías, fuentes generadoras de humedad y/o contaminantes e identificar
cualquier anormalidad. Abarca las áreas de almacenamiento, administrativas,
públicas, de funcionamiento e incluso los depósitos.
En cuanto a los factores físico ambientales, el microclima dentro de la unidad de
información es de vital importancia para que los documentos se mantengan
sanos. Es importante destacar que el papel es higroscópico, es decir que libera
y absorbe la humedad relativa del ambiente, por ello no deben darse
fluctuaciones en cuanto a la temperatura (T) y humedad relativa (HR) pues ello
derivaría en la proliferación de hongos, deformación de las encuadernaciones,
ablandamiento de los encolados, producto de la inestabilidad química generada.
Lo conveniente es mantener la temperatura (T) y humedad relativa (HR) para las
colecciones bibliográficas en (HR 40-45%) y (T 18-20 °C). En colecciones
audiovisuales, los valores idóneos son (HR 30%) y (T 17°C). Asimismo, deben
hacerse mediciones con termómetros (T), sicrómetros, termohigrógrafos e
P á g i n a | 252
higrógrafos (HR) para conocer los valores y poder controlar el microclima con
deshumidificadores si hay mucha humedad o humidificadores si la misma es
escasa. En ello incide el nivel freático de los suelos, por lo que no se recomienda
la cercanía de lagos, ríos o mares.
El exceso de humedad relativa se genera por una temperatura baja y ello puede
desencadenar en el profesional afecciones respiratorias, alergias, asma e
incluso afecciones fúngicas, si por el contrario es baja quiere decir que la
temperatura es alta y puede conllevar a la proliferación de bacterias que se
transportan a través del polvo y que son respiradas, entran en contacto con los
ojos, piel y oídos, que pueden conllevar a complicaciones graves.
En cuanto al aire que circula dentro de la unidad, la (ventilación natural), estará
sujeta a la ubicación, si la zona es poblada, circulan muchos vehículos, hay
industrias o fábricas cercanas. Por ellos, las ventanas deben estar cerradas pero
no clausuradas, lo cual evita la entrada de gases tóxicos, pero pueden utilizarse
en situaciones de emergencia, como vías de escape o para tratar
contaminaciones fúngicas, donde deben airearse los espacios para hacer salir
las esporas y controlar la humedad relativa.
Los acondicionadores de aire (ventilación artificial), deben mantenerse limpios y
sus filtros reemplazados periódicamente, esto hará el aire más puro a la vez que
evitara que el aire emita agua hacia las colecciones lo cual además alteraría la
temperatura y humedad relativa. Es muy importante que el aire circule y para
ello, las estanterías no deben estar adheridas a las paredes.
La iluminación, ocasiona daños a los materiales, debido al deterioro fotoquímico,
pues la iluminación actúa como “catalizador en la oxidación, conduce al
debilitamiento y friabilidad de las fibras de la celulosa y puede tornar el papel
amarillento y quebradizo”. Biblioteca Nacional de Venezuela, 1998:6)
Por tal motivo, la (iluminación natural) contendrá barreras protectoras como
persianas o papel ahumado para que los rayos ultravioletas no incidan
directamente y las unidades de instalación deberán estar alejadas de ella. Para
P á g i n a | 253
medir su incidencia se utilizará el ultraviolímetro. En cuanto a la (iluminación
artificial), estará dotada de pantallas protectoras y bombillas que no generen
calor por lo que la luz fluorescente es la más utilizada. Para medir su incidencia
se utilizarán instrumentos como el luxómetro o la cámara réflex. Asimismo, la
exposición de los documentos a la iluminación debe estar en su máxima potencia
sólo cuando hay consulta por parte de los usuarios, de lo contrario su intensidad
debe bajarse a través de interruptores graduales.
El factor físico mecánico se relaciona con las unidades de instalación,
manipulación y uso. Al respecto, las unidades de instalación deben ser acordes
al documento, fabricadas en metal, con cubierta no tóxica, de igual modo deben
ser suficientes para la cantidad a almacenar, ya que el apilamiento y
abarrotamiento ocasiona daños en ellos. También deben estar en buen estado,
no solo para evitar daños en el soporte sino un accidente laboral.
En cuanto a la manipulación, es importante considerar que el trato que se le da
al soporte es determinante para su permanencia, tirarlo, golpearlo e incluso
extraerlo de la estantería colocando el dedo en el túnel del lomo, logrará dañar
la encuadernación, también si se dobla, raya o mutila. Las reparaciones sin
criterios de conservación, ocasionan daños irreversibles al utilizarse en ellos
productos químicos y no los vegetales. Es recomendable el diseño de
dispositivos de almacenamiento PH neutro (7) como estuches y cajas rígidas, no
sólo ayudan con el deterioro físico, sino químico y ambiental.
El procesamiento técnico debe limitar la colocación de los sellos en los bolsillos
externos y no dentro de la obra. El fotocopiado debe racionalizarse, pues la
presión ejercida en tal procedimiento deteriora los encolados y rompe las
costuras, hacer cambios de formato permite ofrecer al usuario opciones digitales
de consulta.
El factor químico ambiental, se refiere a la incidencia de elementos como: el
óxido de azufre presente en los combustibles domésticos y que deben evitarse
en las limpiezas de la unidad; óxido de nitrógeno que emiten los escapes de los
vehículos; ácido sulfúrico emanado del gas quemado; sulfuro de hidrógeno de
P á g i n a | 254
los pantanos y cañadas; ácido clorhídrico presente en el salitre de mar; así como
el polvo que transporta bacterias, humo de cigarrillo y el tóner de las
fotocopiadoras, elementos que no deben estar presentes en el área donde se
encuentras los documentos.
El factor biológico, se relaciona con las plagas que pueden darse en forma de
microrganismos, grupo donde se encuentran los hongos y bacterias, que se
manifiestan como consecuencia del desequilibrio en los elementos del
microclima. Mientras que los macrorganismos, se relacionan con toda una serie
de organismos que en líneas generales depositan en los documentos heces y
orina que deteriora física y químicamente el papel. En el caso de los bibliófagos,
incluso se alimentan del papel.
Estos problemas dentro de la unidad, se relacionan con falta de políticas de
conservación, monitoreo y control de plagas. El consumo de alimentos lo
desencadena, así como la falta de limpieza, ya que partículas microscópicas de
alimentos caen al suelo y atraen a estos huéspedes indeseables.
Cabe destacar que el factor biológico, es el más nocivo para el ser humano,
causa enfermedades graves e incluso la muerte, pues además de los hongos y
bacterias, en los macrorganismos destacan las palomas, murciélagos, roedores,
insectos y otros.
Por ello, deben planificarse limpiezas periódicas y esporádicas que impliquen la
planificación, movilización y limpieza de las obras. Por su parte, las fumigaciones
deben realizarse con los componentes idóneos al tipo de colección y problema
a atacar, sin pensar que los químicos son la solución de los problemas de
contaminación, ellas acaban con las plagas pero dejan gran deterioro en los
materiales y en el ser humano por la toxicidad. Las trampas y cebos, sirven para
el control y son inofensivas, claro está si no se ha llegado a una contaminación
a gran escala.
Es evidente entonces, como a través de la planificación y debida gestión de la
conservación preventiva, pueden lograrse espacios menos tóxicos al ser
P á g i n a | 255
humano y a los documentos, ellos son la razón de ser de los profesionales de la
información y por ende deben ser protegidos, resguardados y cuidados, más aún
si el descuido podría incluso ocasionar la muerte de sus custodios.
Referencias bibliográficas Carpallo Bautista, A. (2004). El papel de la conservación documental como disciplina al servicio de los profesionales de la Documentación. Universidad Complutense de Madrid, España. Dureau, J. M.; Clements, D.W.G. (1988). Principios para la preservación y conservación de los materiales bibliográficos. Madrid: Dirección General del Libro y Bibliotecas, Ministerio de Cultura. Gracy, D. (1990). Between muffins and Mercury: the elusive definition of Preservation. En New Library Scene, vol 9, n° 6, 1, 5-7 pp. Higginbotham, B. (1989). Custodianshio to conservation: building on the preservation foundations of our forebears, en Building on first century: Proceedings of Fifth National Conference of association of College and Research Libraries. Cincinati, Ohio, April 5-8, editado por Janice C. Feller, 298-302 pp. Instituto Autónomo Biblioteca Nacional de Venezuela. (1987). Longevidad el libro. En Conservaplan, documentos para conservar. N° 2, 13 pp. Parra, M. (2003). Conceptos básicos en salud laboral. Oficina central del trabajo: Santiago de Chile. Disponible en línea: http://www.edpcollege.info/ebooks-pdf/ser009.pdf Sánchez Hernampérez, A. (1999). Políticas de conservación en bibliotecas. Madrid: Arco/Libros
P á g i n a | 256
- A -
ALMARZA FRANCO, Y. La conservación
preventiva del patrimonio documental, aliada en
la prevención de enfermedades laborales de los
profesionales de la información. Pág. 244.
Resumen: El propósito es resaltar la importancia
de la gestión de la conservación preventiva del
patrimonio documental y la responsabilidad que
tienen los profesionales de la información, no
sólo en su éxito sino en la repercusión de sus
políticas para la prevención de enfermedades
laborales. Para tal fin, se pretende profundizar en
los referentes conceptuales para gestionarla,
destacando las diferencias entre los soportes
surgidos a la largo de la historia e identificando
las causas de deterioro intrínseco y extrínseco.
Palabras clave: conservación preventiva,
patrimonio documental, enfermedades laborales.
- D -
DELGADO, F. El Documento electrónico como
medio de prueba en la legislación venezolana.
Pág. 190.
Resumen: Se realiza esta Investigación con el
propósito de analizar las leyes y referencias sobre
el documento electrónico en Venezuela y su
valor como medio de prueba. Para el desarrollo
de la investigación fue necesario la revisión y
análisis de fuentes generales y legales relativas al
documento electrónico. El recurso
informacional estudiado, permitió conocer el
auge que ha tenido la tecnología en estos
tiempos y los importantes cambios producidos
en el ámbito jurídico entre otros. La tecnología
ha logrado penetrar en todos los ámbitos
produciendo importantes transformaciones tanto
en la conducta o forma de proceder de las
personas como en la interrelación y
compenetración del hombre y su máquina. La
actitud global ya no es la misma. Pasamos del
documento tradicional, al electrónico cuya forma
cambia totalmente, y donde los riesgos a los
cuales está sometido son cada vez más complejos
y requieren de mayor seguridad. Como resultado
de esta investigación se puede concluir que como
medio de prueba el documento electrónico en
Venezuela es de reciente data. El Decreto
Ley sobre Mensajes de Datos y
Firmas Electrónicas en su artículo 4 le otorga a
los mensajes de datos la misma
eficacia probatoria otorgada a los documentos
escritos. Se podría decir que a pesar de los
avances logrados mediante el Decreto-Ley
todavía hay que cumplir con disposiciones que
no hacen tan fácil el procedimiento legal para el
manejo del documento como medio de prueba.
Palabras clave: Documento electrónico; Medios
de prueba electrónicos; Tecnologías de la
información.
- F -
FERRER MORILLO, L. M. La Bibliotecología
y Ciencias de la Información en el Sistema de
Clasificación Dewey. Representación del
estatuto epistemológico. Pág. 204.
Resumen: Se hace un estudio terminológico para
explicar la representación del estatuto
epistemológico de la Bibliotecología y Ciencias
de la información en el Sistema de Clasificación
Decimal Dewey (SCDD). Se considera la
representación de categorías, vertientes, objeto
de estudio, fronteras disciplinares y modelo de
racionalidad del campo. Se concluye que el
SCDD no representa el estatuto epistemológico y
privilegia el uso de conceptos concretos que no
expresan la configuración teórica del campo. Se
recomienda ampliar el estudio de otros sistemas
clasificatorios, así como de las teorías de campos
del conocimiento cercanos a la Bibliotecología y
Ciencias de la información (Documentación,
Museología, etc.).
Palabras clave: Bibliotecología; Ciencias de la
información; Estatuto epistemológico; Sistema
de clasificación Decimal Dewey; Representación
del conocimiento.
- M -
MANCIPE FLECHAS, E. y RIVIERE
LÓPEZ, A. Modelos pedagógicos y formación
ciudadana en procesos de enseñanza-
aprendizaje de estudiantes de Bibliotecología.
Pág. 101.
Resumen: El texto aborda el problema de la
mediación a través del análisis de los contextos
relacionados con los procesos de enseñanza
aprendizaje, en la formación ético-política,
realizando un análisis descriptivo de algunos de
los modelos pedagógicos modernos y
postmodernos más importantes, que ofrezcan
elementos que justifiquen la necesidad de una
mediación interpretativa y pragmática que
proponemos se oriente por una racionalidad
analógica.
P á g i n a | 257
Palabras clave: Mediación pedagógica;
Formación ciudadana; Modelos pedagógicos;
Phronesis; Hermenéutica analógica.
MANCIPE FLECHAS, E.; RIVIERE
LÓPEZ, A.; MORENO SARMIENTO, D. F. y
BARRAGÁN LIZARAZO, L. C. El diálogo
multi-intercultural como referente de sentido en
la función cultural de los Estudios de
Información-Documental. Pág. 16.
Resumen: En este trabajo desarrollamos una
comprensión de lo que representa el diálogo
multi-intercultural en la hermenéutica de
Mauricio Beuchot y la fenomenología de Ortega
y Gasset. Para tal fin, en primer lugar, se ofrecerá
un esbozo genérico de lo que es la hermenéutica
analógica y su relación, como modelo
interpretativo, con el símbolo. Esclarecido este
punto, en segundo lugar, se analizará la
fenomenología orteguiana de la cultura que se
articula con el planteamiento de una
hermenéutica analógica para develar, por medio
del estudio del símbolo, lo que el hombre es a
nivel cultural y las características que definen
toda manifestación social o colectiva. Esto nos ha
de proporcionar los elementos fundamentales
que definen la multiculturalidad, consolidando
una propuesta que aborde el reconocimiento
intercultural, que es posible a través del diálogo.
Así, nos encontramos ante una propuesta que
permite un acercamiento al fenómeno simbólico
desde una interpretación de las circunstancias del
yo en el contexto de la colectividad cultural que
puede ofrecer horizontes de sentido a los
Estudios de Información Documental.
Palabras clave: Hermenéutica analógica,
símbolo, interculturalidad, multiculturalidad,
Estudios de Información Documental.
- P –
PAREDES CHACÍN, A. J. Competencias para
el Desarrollo de Estudios de Usuarios de
Información: un enfoque para su gestión. Pág.
174.
Resumen: A través de un análisis sistémico, se
presenta desde un enfoque de gestión el
desarrollo de competencias para la aplicación de
estudios de usuarios en servicios de información.
Su estructura se fundamenta en teorías y
diferentes prácticas cuyos resultados superan
debilidades que impactan en los usuarios. La
conceptualización otorgada a cada una de las
etapas del proceso de gestión definido, ha sido
comparativamente evaluada entre la teoría y el
método. Como resultado, se expone un enfoque
sistémico respaldado por un constructo
epistemológico, con el fin de que este sea
considerado como un modelo didáctico de
aplicación, según la naturaleza de la Unidad de
Información, lo cual ha de contribuir con el
quehacer y efectivo desarrollo de los estudios de
usuarios en la denominada sociedad del
conocimiento.
Palabras Clave: usuarios de información;
Servicios de información; Unidades de
información; Enfoque de gestión.
PEÑA VERA, T. L. Descripción y Catalogación
Archivística. Pág. 224.
Resumen: El presente trabajo constituye el
resultado de una investigación documental,
mediante la cual se integran las posturas de
cuatro autores clásicos en materia archivística:
Aurelio Tanodi, Antonia Heredia, Theodoro
Schellenberg y Fredric Miller, tratando
específicamente el tema de la descripción
documental y los instrumentos descriptivos
derivados de ella. Se parte de la definición de este
proceso, su finalidad, características, alcance y su
forma de materializarse en herramientas de
búsqueda de información concretas, diseñadas
atendiendo a propósitos determinados. De los
modelos de instrumentos descriptivos propuestos
por cada autor se han esbozado los datos
esenciales que han de distinguir a cada uno de
ellos, así como su utilidad. Finalmente, se analiza
brevemente el uso de las tecnologías en el ámbito
de la descripción.
Palabras clave: Descripción de documentos,
catalogación de documentos, descripción y
catalogación en archivos.
PIRELA MORILLO, J. E. y CALDERA
MORILLO, E. J. Un sistema de competencias
para la organización del conocimiento en
contextos globales. Pág. 160.
Resumen: Se propone un sistema de
competencias para la organización del
conocimiento en contextos globales, el cual se
deriva de un estudio que indagó las
racionalidades planteadas en los perfiles
curriculares de las Escuelas y Programas de
Bibliotecología, Archivología y Ciencia de la
Información de Venezuela, las expresadas por
expertos de organismos internacionales del
ámbito bibliotecológico y archivológico y las de
los docentes y profesionales que se desempeñan
como responsables de los procesos de
P á g i n a | 258
organización de conocimiento en servicios
bibliotecarios universitarios de países como:
Venezuela, Colombia y Uruguay. La propuesta
asume como principios teóricos: la ubicuidad de
la información, la reticularidad en los procesos
de creación y socialización del conocimiento y la
apropiación socio-crítica de las tecnologías. El
sistema de competencias se organiza en función
de tres ámbitos que conforman un modelo
envolvente y concéntrico, el cual sigue una
lógica deductiva. De esta forma se plantea una
macro-competencia de la que se derivan meso-
competencias y micro-competencias. Igualmente
se señalan algunas estrategias para la
instrumentación del sistema y se formula un plan
para garantizar su operatividad. Como
conclusiones se señalan que la organización del
conocimiento sigue siendo el área esencial y
fundante que identifica, caracteriza y distingue
este campo de conocimiento y le otorga identidad
propia al ejercicio del profesional de la
información, sobre todo en los actuales entornos,
caracterizados por la complejidad, el dinamismo
y la interactividad.
Palabras clave: Organización del conocimiento;
Competencias profesionales; Profesional de la
información; Sistema de competencias.
PULIDO DAZA, N. J. Los documentos
electrónicos y su valor probatorio. Pág. 76.
Resumen: La función archivística de valoración
documental es considerada como uno de los
pilares dentro del proceso de gestión documental,
partiendo de la reflexión sobre la problemática
que presenta la aplicación de un modelo de
valoración documental de manera tradicional a
los documentos electrónicos. El objetivo de este
documento pretende generar preguntas en torno
a la valoración del documento electrónico, desde
el punto de vista del derecho como prueba legal
y la segunda desde la archivística, en un entre
cruce con el marco jurídico colombiano.
Tampoco pretende en ningún caso disminuir la
exclusividad de la competencia archivística sobre
el proceso de valoración documental. Es
indiscutible, sin embargo, que aunque se
mantenga indemne el sometimiento a la
metodología clásica de la teoría archivística, su
aplicación al entorno digital no produce el mismo
efecto que cuando se aplica a documentos en
soportes tradicionales. Es más: aunque no se
planteen aspectos teóricos, estos surgen al primer
intento de instituir una respuesta a una
problemática de evidencia probatoria o
valoración documental que combinen
documentación hibrida (digital y papel).
Palabras clave: valor probatorio, evidencia
electrónica, documento electrónico, validez
jurídica.
-R-
ROMERO OTERO, I. S.; RODRÍGUEZ
SÁNCHEZ, P. J. y ÁLVAREZ ÁLVAREZ, M.
El profesor universitario: Solfeador de
algunas olas tóxicas de la academia. Pág. 136.
Resumen: El presente capítulo, de carácter
reflexivo, aborda algunas de las principales
problemáticas a las que se enfrenta el docente
universitario colombiano en su quehacer diario.
Inicialmente se expone una aproximación de
carácter histórico de las tendencias del sistema
educativo de Colombia a finales del siglo XIX
hasta el siglo XXI. Luego, se discute sobre el
efecto de la mercantilización educativa en
términos de la calidad, la medición por medio de
indicadores y la evaluación docente inmersa en
los procesos pedagógicos. Posteriormente se
desarrolla la temática de la autonomía del
profesor universitario en donde se logra
evidenciar una “libertad” en el aula influenciada
por un sistema condicionado por distintos
factores de calidad, que en ocasiones generan
problemáticas psicosociales como es el caso del
síndrome de Burnout. Para concluir, se hacen
algunas recomendaciones sobre la búsqueda de
alternativas que humanicen la labor docente
universitaria de Colombia.
Palabras clave: Educación universitaria;
Mercantilización de la educación; Autonomía de
cátedra; Síndrome de Burnout; Evaluación
docente.
- S -
SIERRA ESCOBAR, J. C. El desarrollo de
competencias informacionales en el entorno
universitario: Evolución, tendencias y desafíos.
Pág. 51.
Resumen: El desarrollo de las competencias
informacionales y el aprendizaje a lo largo de la
vida se han constituido en un elemento
indispensable para mantenerse actualizado y ser
competitivo en la sociedad del siglo XXI, hoy
más que nunca la universidad tiene un nuevo reto
en la formación de sus profesionales, pues
“aprender ya no es saber datos sino saberlos
localizar, evaluar, utilizar y comunicar.
Asimismo, enseñar ya no consiste en “dictar
clase”, sino en guiar al alumno en un proceso que
parte de su experiencia previa y busca llevarlo a
un aprendizaje significativo” (Vélez, 2011: 123).
En este sentido el presente capítulo es resultado
P á g i n a | 259
de la investigación desarrollada para el montaje
programa de desarrollo de competencias
informacionales de la biblioteca de la
Universidad Externo de Colombia y da cuenta de
la evolución que ha tenido el tema en el entorno
universitario, así como las tendencias en la
articulación con las funciones académica,
investigativa y de extensión y los desafíos para
asegurar el éxito en el desarrollo de un programa
de esta naturaleza al interior de la universidad.
Palabras Clave: Universidad; Competencias
informacionales; Desarrollo de competencias;
Normas técnicas; Estudio de tendencias.
SIERRA ESCOBAR, L. F. Información,
Ciudadanía y Ciencias de la Información: ¿Qué
es y Cómo se relacionan? Pág. 63.
Resumen: Tanto la información como la
ciudadanía son dos caras de la misma moneda,
con esta afirmación adquiere sentido el indagar
por las relaciones que subyacen desde preguntas
básicas como ¿Qué es?, ¿Cómo se relacionan?,
etc. De tal modo, que las relaciones aquí
expuestas se sustenten desde una triple
perspectiva; la epistemológica, la metodológica y
la política. Por lo anteriormente expuesto, el
texto es simplemente un abreboca al concepto de
Información y Ciudadanía, un esbozo de sus
relaciones en el Contexto de la Ciencias de la
Información y una reflexión final que engloba los
dos anteriores elementos. Finalmente, el texto se
sustenta desde autores de reconocida trayectoria
en el campo de las Ciencias Sociales, las Ciencias
de la Información y las Ciencias de la Educación.
Siendo estos las posturas de (Habermas, 1992);
(Arendt, 1997); (Rubio, 2007); (Linares, 2005);
(Rios, 2014); (Petrus, 1997) y (Arias, 2006),
entre otros.
Palabras Clave: Información, Ciudadanía,
Ciencias de la Información, Conceptos,
Contextos.
SUÁREZ CASTAÑEDA, G.; PIRELA
MORILLO, J. E. y GONZÁLEZ, V.
Responsabilidad social del bibliotecólogo en la
sociedad digital mediante la alfabetización
informacional. Pág. 39.
Resumen:
Este capítulo presenta las problemáticas de
usuarios en bibliotecas universitarias, públicas y
especializadas frente al manejo de recursos
especializados de información. También permite
visibilizar al bibliotecólogo experto en manejo de
información, quien con seguridad y
profesionalismo, actúa como agente responsable
y apoya el requerimiento de información de los
usuarios para lograr resultados exitosos en su
búsqueda, e investigación.
Palabras clave: Responsabilidad social; Sociedad
digital; Bibliotecólogos; Alfabetización
informacional.
-V-
VARGAS CUBILLOS, L. H. Experiencia en el
diseño de servicios y productos de información.
Estudio de caso: Biblioteca Universidad de la
Salle. 120.
Resumen: El texto presenta la experiencia docente en el
desarrollo del espacio académico Servicios y
Productos de información, desarrollado como
estudio de caso para la Biblioteca de la
Universidad de la Salle. La asignatura
corresponde al séptimo semestre nocturno dentro
de la malla curricular del Programa Sistemas de
Información y Documentación. El texto presenta
una estructura de cuatro momentos desarrollados
en el transcurso de la materia, los cuales
denominé: contextualización; fundamentación y
desarrollo de la experiencia docente, finalizando
con algunas valoraciones de los participantes.
Palabras clave: Unidades de información;
Servicios de información; Productos de
información; Práctica docente; Información y
Documentación.
P á g i n a | 260
ÍNDICE ANALÍTICO
Alfabetización informacional, 39
Autonomía de cátedra, 136
Bibliotecología, 204
Bibliotecólogos, 39
Catalogación de documentos, 224
Ciencias de la información, 63, 204
Ciudadanía, 63
Competencias informacionales, 51
Competencias profesionales, 160
Conceptos, 63
Conservación preventiva, 244
Contextos, 63
Desarrollo de competencias, 51
Descripción de documentos, 224
Descripción y catalogación en archivos, 224
Documento electrónico, 76, 190
Educación universitaria, 136
Enfermedades laborales, 244
Enfoque de gestión, 174
Estatuto epistemológico, 204
Estudio de tendencias, 51
Estudios de Información Documental, 16
Evaluación docente, 136
Evidencia electrónica, 76
Formación ciudadana, 101
Hermenéutica analógica, 16, 101
Información y Documentación, 120
Información, 63
Interculturalidad, 16
Mediación pedagógica, 101
Medios de prueba electrónicos, 190
Mercantilización de la educación, 136
Modelos pedagógicos, 101
Multiculturalidad, 16
Normas técnicas, 51
Organización del conocimiento, 160
Patrimonio documental, 244
Phronesis, 101
Práctica docente, 120
Productos de información, 120
Profesional de la información, 160
Representación del conocimiento, 204
Responsabilidad social, 39
Servicios de información, 120, 174
Símbolo, 16
Síndrome de Burnout, 136
Sistema de Clasificación Decimal Dewey,
204
Sistema de competencias, 160
Sociedad digital, 39
Tecnologías de la información, 190
Unidades de información, 120, 174
Universidad, 51
Usuarios de información, 174
Validez jurídica, 76
Valor probatorio, 76
P á g i n a | 261