Las naves de la locura - Mundo Académico y...

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  • La maldición milenaria de los Antiguos Mercaderes de Mitonar se vaerosionandopocoapocobajolamanodehierrodeunnuevosoberanocorrupto. LosVestrit aguardanel regresode sunao rediviva, unbarcomágicoconstruidocontronconjuro, lamaderaqueestableceunvínculomístico de las embarcaciones con aquellos que las gobiernan. AltheaVestritviveconelúnicopropósitoderecuperarlanave,queconsideralaherenciaqueundíalefuenegada,ynavegarconellaporlosmares.Sinembargo, la Vivacia ha sido capturada por el capitán pirata Kennit.Altheaysuantiguocamaradadeaventurasmarítimas,Brashen,sehanpropuesto liberar a la nao rediviva, pero quizá su plan resulte máspeligrosoqueelhechodedejar laVivaciaen lasmanoscodiciosasdeKennit.

  • RobinHobb

    LasnavesdelalocuraLasleyesdelmar2

    ePubr1.0magnus31.08.13

  • Títulooriginal:TheMapShipRobinHobb,1999Traducción:RaúlGarcíaCampos

    Editordigital:magnusePubbaser1.0

  • PrólogoRecuerdodeunasalas

    Los lechos de algas sobre los que descansaban las serpientes se mecían consuavidadalsondelamarea.Aquílasaguaserancálidas,tantocomoloeranenelsurantesdequemigraran.ApesardequeMaulkinhabíadecididoqueyanoseguiríanmás al donante plateado, su aroma tentador se extendía por el aguasalada.Noestabalejos;aúnlaseguían,peromanteniendoladistancia.Shreeverconsideró la posibilidad de enfrentarse a Maulkin, pero al final decidió nohacerlo.Miraba ansiosa a su líder. Las heridas queMaulkin sufrió durante subreve pelea con la serpiente blanca se le estaban curando poco a poco. Lasheridas lehabíanestropeadoeldibujodesusescamas.Losfalsosojosdoradosquecubríantodosucuerpoproclamándoloprofetayanobrillabanconellustredesiempre.

    Shreevertambiénsesentíaextenuadaydeslustrada.Habían recorridounagrandistanciadesdeque iniciaron labúsquedadeLa

    queRecuerda.AlprincipioMaulkinestabamuyseguro,peroahoraparecíatanconfundido como lo estaban ella y Sessurea. Ellos tres eran los únicos quequedaban de la gran maraña de serpientes marinas que habían comenzado lamigración.LosdemáshabíanperdidolafeenunmomentouotrodelabúsquedaydecididoabandonaraMaulkin.LoúltimoqueShreeversupodeellosesqueseguían a un enorme donante oscuro y que se iban alimentando de todos losdespojosquelesechaban.Deaquellohacíayavariasmareas.

    —Aveces—leconfesóMaulkinaShreevermientrasdescansaban—sientoquemedesorientoeneltiempo.Tengolasensacióndehaberpasadoyaporaquí,dehaberhechoyaestooaquello,quizáinclusodehabercompartidoantesestaspalabras.Aveceslasensaciónestanintensaquecreoquehoyesenrealidadunrecuerdo o un sueño. Pienso entonces que tal vez no necesitemos hacer nada,

  • puestoquecuantonoshaocurridonosvolveráasuceder.—Suvozsonabadébilysinconvicción.

    Shreeversecolocóasulado.Dejabanondularsuscuerposalcompásdelacorriente y solomovían las aletas paramantener la posición. Debajo de ellosestaba Sessurea, que agitó la melena de repente para esparcir una ráfaga detoxinasconlaqueavisarlos.

    —¡Mirad!¡Alimento!—exclamó.Plateado y destellante, el cardumen avanzaba hacia ellos como una

    bendición.Pordetrásdelbancodepeces,ensombreciéndoloyengullendoloquecapturaba por sus extremos, se acercaba otra maraña de serpientes. Tres eranescarlatas, una verde y dos azules. Los cazadores no componían una granmaraña,peroofrecíanunaspectoenérgicoysaludable.Susrelucientespielesysuscuerposfornidoscontrastabanmarcadamentecon lasescamasdébilesy loscostadoshundidosdelosmiembrosdelamarañadeMaulkin.

    —Venid—ordenóMaulkinparaquelosiguieranhastaunirsealfestíndelosrecién llegados.Shreever emitió undébil sonidode alivio.Por fin llenarían lapanza. Quizá los otros se unieran a la maraña de Maulkin cuando se dierancuentadequeeraunprofeta.

    Sus presas no eran peces extraviados, sino todo un banco, plateado yreluciente,quelesllenabalosojos.Semovíancomosifueranunaúnicacriatura,si bien podían separarse y escapar de un cazador torpe. Las serpientes de lamarañadeMaulkin eran cazadores avezados, demodoque los tres avanzabancon elegancia tras el pescado. Los componentes de la otra maraña emitieronvariosbramidosdeaviso,peroShreevernovioningúnpeligro.Diouncoletazo,se introdujo de lleno en el banco y atrapó por lomenos tres peces almismotiempo.Dilatólagargantaparatragarlos.

    De pronto dos serpientes escarlatas se apartaron y se lanzaron contraMaulkin,alquegolpearonconelhocicocomosifuerauntiburónoalgúnotroenemigocomún.UnadelasazulessaliódetrásdeShreeverconlasmandíbulasextendidas.Shreeverserevolvióconagilidadyconsiguióesquivarla.LuegovioquelaotraescarlataestabaintentandoenvolveraSessurea.Habíadesplegadosumelena rojiza y expulsaba veneno al tiempo que bramaba obscenidades yamenazas. Sus improperios, gruñidos de rabia pura, carecían de sentido ysintaxis.

  • Shreeverhuyóchillandodemiedoyconfusión.Maulkinnolasiguió.Agitósuespesamelenayliberóunanubedetoxinasqueaturdióalasescarlatas,queseretiraronsacudiendolasmandíbulasyforzandolasagallasparafiltrarelveneno.

    —¿Quéospasa?—preguntóMaulkinalosextrañosreciénllegados.Giróenespiral, extendió la melena con aire amenazador para dirigirse a ellos e hizodestellarconlevedadlosfalsosojosdesucuerpo—.¿Porquénosatacáiscomobestiashambrientasydesalmadas?¡Losdenuestraespecienosomosasí!Inclusoaunquehubierapocospeces,elpescadoperteneceaquienloatrapa,noaquienloveprimero.¿Habéisolvidadoquiénessois,loquesois?¿Oshanarrancadolarazón?

    Duranteunosinstanteslosmiembrosdelaotramarañasequedaronflotandoinmóviles,exceptoporlosdébilescoleteosconqueseestabilizaban.Elbancodepecessealejóhastadesaparecer.Después,comosilacorduradelaspalabrasdeMaulkinloshubieraprovocado,losseisreciénllegadosseabalanzaroncontraélconlasmandíbulasabiertasdeparenparparamostrarsuscolmillos,lasmelenasextendidas para dispersar toxinas y dando latigazos con las colas. Shreeverobservóconhorrorcómolorodeabanyarrastrabanhastaelfango.

    —¡Ayúdame!—gritóSessurea—.¡Lovanaasfixiar!Sus palabras hicieron reaccionar a Shreever. Descendieron disparados a la

    par para golpear y azotar a lamaraña que había inmovilizado aMaulkin.Losreciénllegadosatacaronferozmenteasulíderconloscolmillos,comosiélfueralapresa.Mientrasluchabaporliberarse,susangrefueformandounadensanubeconsustoxinasysusfalsosojosdestellabanentreellodoquesehabíalevantado.Shreevernopudoevitargritardeespantoantelabrutalidadabsurdadelataque.Aun así consiguió desgarrarles la piel con los colmillos mientras Sessureaaprovechabasumayorlongitudparafustigarlos.

    Encuantotuvoocasión,SessureaenvolvióelcuerpomalheridodeMaulkinconel suyoy loalejóde laenrabietadamaraña.HuyósinsoltaraMaulkinenningúnmomentoyShreeversealegródepoderponerfinalapeleayseguirlos.Los recién llegados no los persiguieron sino que, frenéticos por el efecto delveneno,regresaronconsuscompañerosrugiendoinsultosydesafíos.Nisiquierapensabanloquedecíanmientrasseretorcíanycoleaban.Shreevernosemolestóenmiraratrás.

    Mástarde,mientrasShreeverextendíaunpocodelcienocurativoquecubría

  • sucuerposobrelasheridasdeMaulkin,estelehabló.—Carecen de memoria. Han olvidado por completo quién y qué son.

    Demasiadotiempohatranscurrido,Shreever.Hanperdidotodatrazaderecuerdoypropósito.—HizounamuecadedolorcuandoShreeverlecolocóensusitiounjiróndecarne,sobreelqueesparcióunacapademucosidad—.Ellossonaquelloenloquenosotrosnosconvertiremos.

    —Nosigas—ledijoShreever con suavidad—.Nohables.Descansa.—Seenroscóalrededordetodosucuerpoparasujetarloconfirmezayseagarróconlacola a una roca para que no los arrastrara la corriente. Enredado entre ellos,Sessurea dormía ya.O quizá se limitaba a guardar silencio y escucharlos conimpasibilidad, presa del mismo desaliento que carcomía a Shreever. Éstaesperaba que no. Le quedaba el coraje justo para no desesperarse. Sessureatendríaquerecuperarsesolo.

    Era Maulkin el que más le preocupaba. Había cambiado desde que seencontraron con el donante plateado. Los otros donantes que pasaban de laCarencia a laAbundancia solo eran fuentes de alimento fácil. El plateado eradistinto.Suolorhabíadespertadorecuerdosentodosellos,quelopersiguieroncon la certeza de que su fragancia los guiaría hasta La que Recuerda. Sinembargo,nisiquieraeradesuespecie.Antesdeperderlaesperanzadeltodolollamaron,peronorespondió.Alaserpienteblancaque lesuplicabasolo lediocarne.MaulkinseapartódeéldiciendoquenopodíaserLaqueRecuerdayqueyanoloseguiríanmás.Noobstante,durantelasmareasquesiguieron,suolornohabíaterminadodedesaparecer.Aunquenolopudieranver,Shreeversabíaquenoestabalejos.Maulkinaúnloseguíayellosloseguíanaél.

    Maulkinemitióungruñidodébilantesdecambiardeposición.—Me temoque esta es la últimavez que realizamos este viaje como algo

    másquemerasbestias.—¿Qué quieres decir?—preguntóSessurea con inquietud. Se retorció con

    dificultad hasta que pudo mirarlo a los ojos. Tenía múltiples heridas, aunqueninguna era grave. El profundo tajo que le habían abierto junto a una de lasglándulasdeveneno, justo tras laarticulacióndelamandíbula,eraelquepeoraspecto presentaba. Hubiera muerto víctima de sus propias toxinas si estashubieranpenetrado.Lasuertehabíaqueridoquetodossiguieranconvida.

    —Buscaentretusrecuerdos—leinstóMaulkincontonopesaroso—.Busca

  • nosoloentrelasmareasylosdías,sinoentrelasestacionesylosaños,entrelasdécadas que precedieron a las décadas.Nosotros ya estábamos aquí entonces,Sessurea.Todaslasmarañassehanunidoyhanmigradohaciaestasaguas,noenunaúnicaocasión,sinomultituddeveces.Noshemosdesplazadohastaaquíenbuscadeaquellosque recuerdan,aquellospocosa losquese lesconfiaron losrecuerdos de todos los de nuestra especie. La promesa era clara. Debíamosreunimos.Recuperaríamosnuestrahistoriayseríamosllevadosaunlugarsegurodondecompletarnuestratransformación.Allírenaceríamos.Sinembargo,hemossufridoincontablesdesengaños.Unayotraveznoshemoscongregadoyhemosesperado.Ysiemprehemosacabadoperdiendolaesperanza,olvidandonuestropropósito y regresando a las cálidas aguas del sur. Cada vez, aquellos denosotros que guardaban algún recuerdo decían: «Quizá nos hayamosequivocado. Tal vez no es elmomento, la estación, el año de la renovación».Perosíqueloera.Nuncacometimosningúnerror.Losquedebíanreunirseconnosotrosnosfallaron.Noacudieron.Novinieronentoncesypuedequetampocoaparezcanahora.

    Maulkin se quedó callado. Shreever seguía sujetándolo para que no se lollevara la corriente. Suponía un gran esfuerzo para ella. Aunque no hubierahabidocorriente,aquínohabíanadadebarrobalsámicoenelquehundirse,soloalgas ásperas y piedras sueltas. Debían buscar un sitio más adecuado paradescansar.Noobstante,noqueríatrasladarsehastaqueMaulkinnosecuraradeltodo. Además, ¿adónde se iban a marchar? Después de haberse trasladado afavoryencontradeestacorrientesaturadadesalesextrañasyanopensabaqueMaulkinsupieraadondelosestabaguiando.Sisequedabasola,¿adóndeiría?Derepentelacuestiónempezóaatormentarla.Noqueríapensarmás.

    Selimpióloscristalinosdelosojosymirósucuerpo,quemanteníaenredadoentrelosdesusdoscompañeros.Elcolorescarlatadesusescamaseraintensoybrillante, pero quizá solo en contraste con la piel apagada deMaulkin, cuyosdoradosojosfalsoshabíancobradodiversostonosmarrones.Ademássusheridassupurantes los habían estropeado aún más. Necesitaba alimentarse, crecer ymudar lapiel.Eso leharía sentirsemejor.A todos lesharía sentirsemejor.Sedecidióadecirloquepensaba.

    —Necesitamos alimentarnos. Todos tenemos hambre y nos hemosdebilitado.Missacosdetoxinasestáncasivacíos.Puedequedebamosdirigirnos

  • alsur,dondeabundalacomidayelaguaescálida.Maulkinsegiróylamirópreocupadoconsusenormesojos.—Hasempleadogranpartedetusfuerzasparacuidarme,Shreever—ledijo.

    Shreeverpercibióelesfuerzoquesupusoparaélsacudiryextendersumelena.Un segundo movimiento liberó una nube tenue de toxinas que a Shreever lesirviópara espabilarse.Sessurea los envolvióa ambosyabrió las agallasparaabsorberpartedelastoxinasdeMaulkin.

    —Nos recuperaremos—afirmó Sessurea para animar a Shreever—. Estáscansadayhambrienta.Todosloestamos.

    —Estamosextenuados—confirmóMaulkinconvozapagada—.Ymuertosdehambre.Lasnecesidadesdelcuerpolimitanelrendimientodelamente.Peroprestad atención los dos. Escuchadme y nunca olvidéis esto. Aunque perdáistodoslosrecuerdos,nuncaolvidéisloqueosvoyadecir.Nopodemosregresaral sur. Si abandonamos estas aguas, será lo último que hagamos. Mientraspodamos pensar, debemos permanecer aquí y buscar a La que Recuerda. Elinstinto me lo dice. Si no conseguimos renovarnos ahora, ya nunca más loharemos.Nosotros y todos los de nuestra especie pereceremos y ya nadie nosrecordaránienelmar,nienelcielonienlatierra.—Hablabamuydespacioy,poruninstante,Shreevercasirecordóloquequeríadecir.NosereferíasoloalaAbundancia y a la Carencia. La tierra, el cielo y elmar, los tres polos de susoberanía,queensudíafueronlastresesferasde…algo.

    Maulkin sacudió la melena de nuevo. Esta vez, tanto Shreever comoSessurea abrieron bien las agallas para recoger sus toxinas y atrapar susrecuerdos.Shreevermirólosbloquesderruidosdepiedratrabajadaquecubríanel lecho marino, los racimos de percebes y los hierbajos acuáticos que seanclabanalArcodelConquistador conformandounaespesacortina.Lapiedranegra de vetas plateadas solo asomaba por algunas zonas. La tierra la habíaderribadoyelmarselahabíatragado.Unavez,incontablesvidasatrás,ellaseacomodósobreesearco;primeroaleteóydespuésvolvióaplegarsusinmensasalassobreloshombros.Conlacariciadelalluviafrescadelamañana,aullósudicha para que su compañero la oyera y en seguida un reluciente dragón azulbramó en respuesta.Una vez los antiguos la recibieron con flores dispersas ygritosdebienvenida.Unavez,enestaciudad,bajounluminosocieloazul…Sedesvaneció.Noteníasentido.Elrecuerdoseesfumócomounsueñoaldespertar.

  • —Sed fuertes —les exhortó Maulkin—. Si no estamos destinados asobrevivir,entoncesalmenosluchadhastaelfinal.Dejadqueseaeldestinoynonuestra falta de coraje lo que acabe con nosotros. Por los de nuestra especie,permanecedfielesaloquesomos.—Seleinflóelcuelloconveneno.Unavezmás,parecíaellídervisionarioquesehabíaganadolalealtaddeShreeverhacíayatantotiempo.Suscorazonesselehinchierondeamorporél.

    Cuandounasombrapasósobreellos,Shreevermiróhaciaarriba.—No,Maulkin—dijoconsuavidad—.Noestamosdestinadosamorir,nia

    olvidar.¡Mirad!Un oscuro donante iba arrojando alimento a medida que avanzaba con

    pesadez sobre ellos.La carne, llevada por la corriente, descendía poco a pocohaciaellos.Eranbípedosmuertos;unodeellosestabaenvueltoencadenas.Nonecesitaríanlucharparacomerestacarne.Lesbastaríaconabrirlaboca.

    —Ven—le dijo a Maulkin cuando Sessurea se desenroscó para ascenderansioso a recibir el alimento. Con mucha delicadeza subió a Maulkin pararecogerjuntosloqueeldonantelesofrecía.

  • Primavera

  • Capítulo1Lasnavesdelalocura

    La brisa que le acariciaba el rostro y el pecho era juguetona y fría, aunqueanunciabaquelaprimaveranotardaríayaenllegar.Elaireolíaayodo;lamareadebíadeestarbaja,demaneraquepodríanverseloslechosdequelpopróximosa la orilla. Notaba bajo su casco que la gruesa arena estaba húmeda por lasúltimaslluvias.ElhumoprocedentedelapequeñahogueraquehabíaencendidoÁmbarhacíaquelepicaranlasfosasnasales.Elmascaróndeproa,ciego,volviólacarayserascólanariz.

    —Hace una tarde estupenda, ¿no crees? —le preguntó Ámbar confamiliaridad—.Elcielosehadespejado.Todavíaquedanalgunasnubesperoyavanapareciendolalunaylasprimerasestrellas.Herecogidoalgunosmejillonesy losheenvueltoenalgas.Cuandoel fuego sehayaavivadounpoco, retiraréalgunas ramas y los cocinaré en las brasas. —Guardó silencio esperando laaprobacióndelanao.

    Dechadonodijonada.—¿Te apetece probarlos cuando los haya cocinado? Sé que no necesitas

    comer,peroquizásientascuriosidad.Dechadobostezó,seestiróysecruzódebrazos.Seencontrabamuchomás

    cómodo que Ámbar. Durante los treinta años que llevaba varado en la playahabía aprendidoa serpaciente.Viviríamásqueella.Sepreguntó siÁmbar seenfadaríaoentristeceríaestanoche.

    —¿De qué nos sirve a ninguno de los dos que te niegues a dirigirme lapalabra?—preguntóÁmbar,quenoveía lógicaalgunaen laactituddelbarco.Dechadopercibióqueseleibaagotandolapaciencia.Nisiquierasemolestóenencogersedehombros.

  • —Dechado, tu imbecilidad no tiene remedio. ¿Por qué nome hablas? ¿Esquenovesquesoylaúnicaquetepuedesalvar?

    «¿Salvarmede qué?», le hubiera preguntado la nave si se hubiera dignadodialogarconella.

    La oyó ponerse de pie y caminar hasta la proa para colocarse frente a él.Dechado,comoquiennoquierelacosa,volvióaunladosurostrodesfigurado.

    —Muybien.Fingequemeignoras.Nomeimportaquemerespondasono,perotendrásqueescucharme.Teencuentrasenunasituaciónmuypeligrosa.Séqueteoponíasaquetecompraraatufamilia,perodetodosmodosfuiyoquienhizolaoferta.Elloslarechazaron.

    Dechadosepermitióresoplarcondesdén.Porsupuestoquelarechazaron.Élera lanao redivivade la familiaLudoventura.Pormuydesgraciadoque fuera,jamás lo venderían.Lo habíanmantenido encadenado y anclado en esta playadesde hacía unos treinta años, ¡pero jamás lo venderían!Ni aÁmbar ni a losNuevosMercaderes.Nunca.Siemprelohabíasabido.

    Ámbarprosiguiócontenacidad.—Hablédirectamente conAmisLudoventura.Mecostómuchovermecon

    ella. Cuando hablamos fingió sorprenderse por mi oferta. Insistió en que noestabas en venta, que no tenías precio. Dijo lo mismo que tú, que ningunafamiliademercaderesdelMitonarvendería sunao rediviva.Queeso era algoquenosehacía.

    Dechado no pudo seguir disimulando una sonrisa que poco a poco le fuecambiandoelsemblante.Todavíasepreocupabanporél.¿Cómopodíahaberlodudado? En cierto modo le estaba agradecido a Ámbar por haber presentadoaquella ridícula oferta de compra. Quizá Amis Ludoventura se decidiera avisitarlo ahora que había admitido ante alguien de la calle que él todavíaformaba parte de la familia. Una vez queAmis lo fuera a ver, podría ocurrircualquiercosa.Talvezvolvieraasurcarlosmaresconunamanoamigasobresutimón.Noleresultódifícilabandonarseasuimaginación.

    LavozdeÁmbarloarrastróbrutalmentederegresoalarealidad.—Fingióqueleirritabaelhechodequecorrieranrumoresacercadetuventa.

    Me quería hacer creer que era un insulto al honor de la familia. Luego mecomentó…—AquíÁmbarbajólavozysusurróenuntonoquesedebatíaentreeltemorylaira—:Mecomentóquehabíacontratadoalgunoshombresparaque

  • teremolcaranytesacarandelMitonar.Quelomejorseríaquetodosseolvidarandetiloantesposible.—Dichoesto,guardóunsilenciovalorativo.

    Dechado sintió que algo se retorcía y desgarraba dentro de su pecho detronconjuro.

    —Demodoquelepreguntéaquiénhabíacontratado.Al oír estoDechado se tapó los oídos. No quería saberlo. Ámbar quería

    aprovecharse de sus temores. De manera que su familia tenía planeadotrasladarlo.Esonosignificabanada.Levendríabiencambiardepaisaje.Quizácuando lo volvieran a varar lo dejaran derecho. Ya se había hartado de estarsiempreescorado.

    —Mecontestóquenoerademiincumbencia.—Levantólavoz—.EntonceslepreguntésieranmercaderesdelMitonar.Selimitóamirarmefijamente.AsíqueluegolepreguntéadondeteibaallevarMingsleyparadesarmarte.

    Dechado sepusoa tararearcondesesperación,casigritando.Ámbarsiguióhablando.Dechado no podía oírla. Se negaba a oírla. Se apretó aún más lasmanoscontralasorejasycantóenvozalta:

    —Un penique para comer, un penique para beber, un penique para lascarrerasyveraloscaballoscorrer…

    —¡Mesacóapatadasdesucasa!—gruñóÁmbar—.CuandosalíalacalleylegritéquellevaríaelasuntoalConsejodeMercaderesdelMitonarmesoltólosperros.¡Casimedevoranesasmalditasfieras!

    —Bájame al suelo, súbeme luego, álzame después derecho al cielo.—Dechado recitaba sin parar tonadillas infantiles. Ámbar estaba equivocada.Debía estarlo. Su familia lo remolcaría a un lugarmás seguro.Nadamás. Enrealidad daba igual a quién contrataran para ello. En cuanto lometieran en elagua, iría gustoso. Les demostraría lo sencillo que era gobernarlo. Sí.Aprovecharía la oportunidadparademostrarles loquevalía.Lesharíaver quelamentabatodocuantolehabíanobligadoahacer.

    Ámbaryasehabíacallado.Pocoapoco,Dechadofuedejandodecanturrearysequedótarareando.Exceptoporsuvoz,elsilencioeraabsoluto.Conmuchacautela,sedestapólosoídos.Nooíanada,soloelsiseodelasolas,elsoplodelviento arrastrando la arenay el crepitarde lahogueradeÁmbar.Levino a lacabezaunapreguntaqueformulóenvozaltaantesderecordarquenoledirigíalapalabra.

  • —¿Seguirásviniendoavermecuandomellevenaminuevohogar?—Dechado.No te engañes. Si te sacan de aquí será para hacer leña de tu

    tronconjuro.Elmascaróndeproaintentófingirquenoleafectaba.—Medaigual.Debedeseragradableestarmuerto.Ámbarhablóenvozbaja,abatida.—Noestoyseguradequemurieras.Metemoquetesepararíandelbarco.Si

    eso no te mata, probablemente te trasladarán a Jamaillia, donde te venderáncomo rareza. O puede que te entreguen al sátrapa como regalo a cambio dedonacionesyfavores.Nosécómotetrataríanallí.

    —¿Medolerá?—preguntóDechado.—No lo sé.Todavíanocomprendomuybien loque eres.Te…Cuando te

    cortaronenlacara,¿tedolió?Dechadovolvióelmaltratadorostro.Alzólasmanosysepasólosdedospor

    lamaderaastilladaquequedabadondeunaveztuvolosojos.—Sí.—Frunció el ceño. Respiró hondo y añadió—:No lo recuerdo. Hay

    muchascosasdelasquenomeacuerdo,yasabes.Noconservomiscuadernosdebitácora.

    —Avecesnorecordareslomásfácil.—Creesquemiento,¿verdad?Piensasquemeacuerdodetodo,peroqueme

    niegoaadmitirlo.—Queríadiscutir.—Dechado.Nopodemoscambiarelayer.Estamoshablandodelmañana.—¿Vienenmañana?—¡Nolosé!Hablabaensentidofigurado.—Seacercóaélypególaspalmas

    de lasmanosasucasco.Llevabaguantesparaprotegersedel fríode lanoche,peroaDechadolebastabaasí.Lanaopodíasentirelcalordesusmanossobresutablazón—.No quiero ni pensar que te llevaran para trocearte. Aunque no teduela,aunquenotematen.Noquieronipensarlo.

    —No puedes evitarlo —dijo Dechado. De pronto se sintió maduro porhaberloadmitido—.Nadiepuedeevitarlo.

    —Esosontonteríasfatalistas—protestóÁmbar.—Claro que podemos hacer algo. Juro que por lomenosmequedaré aquí

    paraplantarlescara.—Nolesvencerías—insistióDechado—.Seríaunaluchaabsurda,sabiendo

  • quellevaríaslasdeperder.—Puede —dijo Ámbar—. Espero que no sea necesario. No me gustaría

    llegar auna situación tandesesperada.Quierohacer algoantesde llegar a eseextremo.Dechado,necesitamosayuda.AlguientienequehablarpornosotrosenelConsejodeMercaderesdelMitonar.

    —¿Túnopuedes?—Ya sabes que no. Si solo losAntiguosMercaderes pueden asistir a esas

    reuniones, muchomenos me iban a permitir hablar. Necesitamos que alguienvayaylesconvenzadequedebenimpedirquelosLudoventurahaganalgoasí.

    —¿Quién?—Esperabaquetúconocierasaalguienquepudierahablarentunombre—

    respondióÁmbarconvozqueda.Dechadoguardósilencioduranteunosinstantesyluegoserioconaspereza.—Nadiequerráhablarpormí.Esunapérdidade tiempo,Ámbar.Piénsalo.

    Noleimportoniamipropiafamilia.Séloquedicendemí.Quesoyunasesino.Además, es la verdad, ¿no? Toda la tripulación muerta. Volqué y todos seahogaron.Ynoocurriósolounavez.LosLudoventurahacenlocorrecto,Ámbar.Deberían venderme y aprovechar mi leña. —Una fría e intensa ola dedesesperación lo sacudió con más fuerza que ninguna tormenta que hubieraconocido—.Quieromorir—afirmó—.Deseoponerfinatodoesto.

    —Nolodicesdeverdad—susurróÁmbar.Dechadopercibióenel tonodesuvozqueenelfondoÁmbarsabíaquesíhablabaenserio.

    —¿Tepuedopedirunfavor?—preguntóDechadodepronto.—¿Cuál?—Mátametúantesqueellos.DechadonotócómoÁmbarsesobrecogió.—Yo…No.Nopodría.—Sisupierasquevanaveniradesarmarme,podrías.Tediréloquehayque

    hacer.Debesprenderme fuego.Nomequemes solounaparte, sinoentero; asínos aseguramos de que no lo puedan apagar para aprovecharme. Si recogesmaderaseca,unpococadadía,ylaapilasenmibodega…

    —Nopiensesesascosas—dijoÁmbarconunhilodevoz.Comosinquerer,añadió—:Debería ir poniendo losmejillones al fuego.—Dechado oyó cómoavivaba las llamas y el chisporroteo de las algasmojadas al secarse sobre las

  • ascuas. Estaba asando vivos los mejillones. Pensó en decírselo, pero luegodecidióquesoloconseguiríamolestarlaenlugardeconvencerla.Esperóaquesevolvieraaacercaraél.Ámbarsesentóenlaarenayseapoyócontrasuescoradocasco. Sus cabellos eranmuy finos.Al apoyar la cabeza en la tablazón, se lequedarontrabadosalgunospelosentrelashendiduras.

    —No te entiendo —dijo Dechado con tono afable—. Primero juras quelucharías pormí, aun sabiendoqueperderías. Pero luego te niegas a darme elaliviodelfuego.

    —Morirabrasadonoesningúnalivio.—Claro.Esmuchomásplacenteroquetedesaparejen,desdeluego—replicó

    Dechadosarcásticamente.—Veoquenotecuestanadapasardelasrabietasinfantilesalalógicamás

    fría—dijoÁmbarconasombro—.¿Eresunniñoounhombre?¿Quéeres?—Puedequeambos.Peronocambiesdetema.Venga.Prométemelo.—Queno—gimióÁmbar.Dechado suspiró.Ámbaracabaríaaccediendo.Podíaadivinarloporel tono

    de su voz. Si era la únicamanera de salvarlo, lo terminaría haciendo. En esemomentosintióunescalofríopunzante.Eraunavictoriaextraña.

    —Ybarrilesdeaceite—añadióDechado—.Cuandovengan,quizánotengasmuchotiempo.Elaceiteharáquelamaderaardabienyrápido.

    Ningunodelosdosdijonadaduranteunbuenrato.CuandoporfinÁmbarvolvióahablar,letemblabalavoz.

    —Intentaránremolcarteensecreto.Nosécómopretenderánhacerlo.—Talvezdelmismomodoquemearrastraronhastaaquí.Esperaranaque

    subalamarea.Lomásprobableesqueaprovechenlapleamarmásaltadelmes,por la noche. Traerán rodillos, burros, marineros y barcas. No será una tareafácil,peroentreunoscuantosmarinerosexperimentadosnotardaránmucho.

    Ámbarsequedópensativaunosinstantesyluegodijo:—Tendré que meterte mis cosas. Dormiré a bordo para protegerte. Ay,

    Dechado —sollozó de súbito—. ¿De verdad que no conoces a nadie que tepuedarepresentarenelConsejodeMercaderesdelMitonar?

    —Soloati.—Lointentaré.Perodudoquemedenlaoportunidad.EnelMitonarsoyuna

    forastera.Yallísoloseescuchanentreellos.

  • —UnavezmedijistequeenelMitonarterespetaban.—Comoartesanaycomocomerciantesíquemehacencaso.Nopertenezco

    a los Antiguos Mercaderes, así que no tendrán mucha paciencia conmigo siconsideranquememetoen susasuntos.Podríaperder a todosmisclientes.Oaún peor. La ciudad se encuentra cada vez más dividida entre los AntiguosMercaderesyloslinajesdelosreciénllegados.SerumoreaqueelConsejodelMitonar ha enviado una delegación con el fuero original para reunirse con elsátrapa.Le pedirán que honre la palabra del sátrapaEsclepius. Se dice que leexigirán que recuerde a los Nuevos Mercaderes y que cancele todas lasconcesionesdetierrasqueleshayahecho.TambiénquierenqueelsátrapaCosgose rija según el viejo fuero y se abstenga de seguir repartiendo tierras sin elprevioconsentimientodelosmercaderesdelMitonar.

    —Paraserunrumorparecebastantecompleto—observóDechado.—Megustaestarbienal tantode loschismorreos.Esalgoquemásdeuna

    vezmehasalvadolavida.Sequedaronensilencio.—Ojalá supiera cuándo va a volver Althea —dijo Ámbar con aire

    meditabundo—.Podríapedirlequenosrepresentara.DechadonosabíasipronunciarelnombredeBrashenTrell.Brashenerasu

    amigo y se ofrecería a hablar en su nombre. Pertenecía a los AntiguosMercaderes,peropordesgracialohabíandesheredado.Brashenrepresentabalamisma desgracia para la familia Trell queDechado para los Ludoventura.Noganaría nada siBrashen hablara por él, aunque consiguiera que elConsejo deMercaderesdelMitonarloescuchase.Seríacomosiunaovejanegraintercedieraporotra.Nadielesprestaríaatención.Sepasólamanoporlacicatrizdelpecho,ocultando por unmomento la tosca estrella de siete puntas con que lo habíanmarcado. Con las yemas de los dedos recorrió todo su contorno. Suspiró yrespiróhondo.

    —Losmejillonesyaestánlistos.Puedoolerlos.—¿Quieresprobaruno?—¿Porquéno?—Debíaexperimentarcosasnuevasmientraspudiera.Quizá

    nolequedaramuchotiempoantesdequeyanotuvieraoportunidad.

  • Capítulo2Lapiernadelpirata

    —Cuando vivía en elmonasterio, Berandol solía decir que para olvidarse delmiedo y seguir adelante con decisión hay que pensar en lo peor que te puedepasaraconsecuenciadetusacciones.—Segundosdespués,Wintrowañadió—:Berandolcreíaquesieresconscientedelopeorquetepuedeocurrirypiensasencómoteenfrentaríasaello,podrásactuarconaciertollegadoelmomento.

    Vivacia lo miró de soslayo. El muchacho llevaba casi toda la mañanaapoyadoenlabarandilladeproacontemplandolasagitadasaguasdelcanal.Elvientolehabíaalborotadosuscabellosnegros.Loquequedabadesusrasgadasvestidurasmarronessemejabamáslosharaposdeunmendigoquelasotanadeun sacerdote. Elmascarón de proa era consciente de su presencia, pero habíapreferidocompartirsusilencioysuestadodeánimo.Pocopodíandecirseelunoalotroquenosupieranya.Elmuchachosolohablabaenvozaltaparaponerenordensuspropiasideas,noconlaintencióndequelanaoleaconsejara.Vivacialosabíaperoaunasílepreguntó:

    —¿Yquéeslopeorquenospodríasuceder?Wintrowexhalóunpesadosuspiro.—Alpiratanodejadesubirleybajarlelafiebre.Cadavezqueleviene,se

    quedapeorquecuandoseleva.Evidentementeesporculpadelainfecciónquetieneenelmuñóndelapierna.Cualquieranimaltepuededejarunaheridasucia,peroen lamordedurade serpientemarinaparecequequedamásvenenode lonormal.Sedebeamputarlaextremidadenconada,ycuantoantesmejor.Kennitseencuentrademasiadodébilparaunaoperaciónasí,peronoveoindiciosdequesevayaarecuperar.Porlotanto,creoquedebotomarunadecisióncuantoantes.Tambiénséquehaypocasprobabilidadesdequeserepongadelaamputación.Si

  • nosobrevive,tambiénmoriremosmipadreyyo.Ésefueeltratoquehiceconél.—Se quedó callado unos segundos y después prosiguió—. Yo moriría. Enrealidadesonoesloquemásmepreocupa.Lopeoresquetequedaríassolayqueesospiratastetomaríancomoesclava.

    Wintrow no dejó de contemplar el baile de las olas en ningún momentocuandoprosiguió:

    —Asíqueyasabesporquéhevenidoati.Enestotútienesmásvozqueyo,cosa que no tuvemuy en cuenta cuando hice el trato con Kennit. Apostémimuerteylademipadre.Almismotiempo,sinpretenderlo,tambiénmejuguétuvida.Peronomecorrespondíaamíapostar.Metemoquetútienesmuchomásqueperderqueyo.

    Vivaciaasintióconlacabezapero,enlugardemeditarsobreloqueWintrowleacababadedecir,sesumióensuspropiospensamientos.

    —Noescomoyocreíaquesonlospiratas.MerefieroalcapitánKennit.—Prosiguióconairepensativo—.Hablasdeesclavitud.Peroyonocreoquemeconsideresuesclava.

    —Kennit tampoco encarna mi idea de pirata. Sin embargo, a pesar de suencantoysuinteligencia,nonosconvieneolvidarloquees.Además,debemostener en cuenta que si fracaso, no será él quien te gobierne. Porque estarámuerto.Nosabríadecirquiénteposeeríaentonces.PodríaserSorcor,suprimeroficial.O talvezEtta, sumujer.AunquequizáSa’Adar te reclamaradenuevocomopropiedadsuyayde losesclavos liberados.—Wintrowmeneó lacabeza—.Nopuedoganar.Silaoperaciónsalebien,verécómoKennitteseparademí.Siempreandahalagándoteycongraciandocontigo,ysutripulacióncuidadetuscubiertas.Yoyanopuedodecirmuchomásdecuantoocurreabordodeti.VivaomueraKennit,dentrodepocoyanopodréseguirprotegiéndote.

    Vivaciaencogióunodesushombrosdetronconjuro.—¿Ycuándolohashecho?—preguntóconfrialdad.—Supongo que nunca—respondió el muchacho con tono de disculpa—.

    Pese a todo, imaginaba lo que cabía esperar. A los dos nos han pasadodemasiadascosasendemasiadopocotiempo.Hemosvistodemasiadamuerteydemasiadoscambios.Noquedatiempoparalamentarse,niparameditar.Yacasinoséniquiénniquésoy.

    Sequedaronensilencio,pensandoenloquesehabíandicho.

  • ***

    Wintrow sentía que había perdido el control de su existencia. Su vida, suverdadera vida, quedaba muy lejos, en un silente monasterio perdido en uncálido valle alfombrado de huertos y campos. Estaba convencido de que sipudierasalvardeunsaltolosdíasyladistanciaqueloseparabandesuhogar,sisepudieradespertarenelcatreestrechodesufrescacelda,conseguiríagobernareltimóndesusdías.Nohabíacambiado,sedecíaasímismounayotravez.Enrealidadno.Poresoechabademenossudedo.Habíaaprendidoaconvivirconello.Además el tatuaje de esclavoque tenía en la cara no había traspasado lafronteradesupiel.Nuncahabíasidounverdaderoesclavo;eldibujosoloeralacruel venganza de su padre por su intento de fuga. Seguía siendo Wintrow.Dentro de pocos días se reencontraría con el pacífico sacerdote que llevabadentro.

    Aunque no hasta que saliera de aquí. Los últimos sucesos le habíanprovocado tantas emociones que ya casi no sentía nada. Vivacia estaba tanconfusacomoél,porquetambiénhabíapasadoporvariasexperienciasbrutales.Kyle Haven había obligado a la joven nao rediviva a servir como barco deesclavos y sufrir las penas de su desdichada mercancía. Wintrow, parienteconsanguíneo de la familia fundadora de Vivacia, no había sido capaz deconsolarla. Su servicio involuntario a bordo había estropeado lo que deberíahaber sido un vínculo natural entre ellos.El distanciamiento entre ambos solohabía servido para agravar el sufrimiento de Vivacia. Con todo, continuaronjuntosadelante,comoesclavosunidosporunosmismosgrilletes.

    Unatormentosaysangrientanoche,ellevantamientodeloscautivoslaliberódelacapitaníadeKyleHavenyacabóconsupapeldebarcodeesclavos.Delatripulación original solo quedaron Wintrow y su padre. Cuando el amanecerencendió el cielo, los piratas ya habían tomado lamaltratada embarcación. ElcapitánKennit y sus hombres, sinmover apenas un dedo, se quedaron con laVivacia como premio. DespuésWintrow cerró un trato con Kennit: intentaríasalvarlavidadelpiratasiestelesperdonabalavidaasupadreyaél.Sa’Adar,sacerdoteesclavizadoycabecilladelmotín,perseguíaotrosobjetivos.Pretendíano solo culpar de todo aKyle, el padre deWintrow, sino también queKennit

  • entregara laVivacia a los esclavos porque era el premio que les correspondía.Dabaigualquiénseimpusieraalfinal;elfuturoerainciertotantoparaWintrowcomo para la embarcación. Aun así, Vivacia parecía haberse decantado ya afavordelpirata.

    Pordelantede ellos avanzababriosa laMarietta surcando las olas rizosas.Vivacia seguía su estela con resolución. Ambas se dirigían a alguna fortalezapirata;esoeratodoloqueWintrowsabía.Aloeste,elhorizontedesaparecíaenla costa brumosade lasOrillasMalditas.Los revueltosyvaporosos ríosde laregión entregaban sus cálidas aguas sedimentadas al canal, lo que provocabanieblasybrumasquecubríandemaneracasipermanenteunasiemprecambiantelíneadecosta sembradadebajíosydebancosdearena.Durante losmesesdeinviernoerafrecuentequeestallaranderepenteferocestormentas,einclusoenlaépocamásapacibledelveranotambiénseproducíaalgunaqueotra.Lasislaspiratasnoestabancartografiadas.¿Quésentidoteníacartografiarunacostacuyoperfilcambiabacasiadiario?Lomássabioeramantenerseadistanciaydejarlasatrás lo antes posible. Sin embargo, la Marietta avanzaba hacia ellas condecisiónylaVivacialaseguía.Sindudalospiratasestabanmuyfamiliarizadoscontodosestoscanaleseislas.

    Wintrow se volvió y contempló la totalidad de la Vivacia. Los piratas semovíanenloaltodelaparejoconenergíayexactitudalsondelasórdenesquelesgritabaBrig.WintrowtuvoqueadmitirquenadiehabíagobernadonuncalaVivacia con tanta habilidad como ellos. Serían piratas, pero también eranexcelentesmarinerosquesemanejabancondisciplinaycoordinación,yconunaprecisióntalqueparecíanextensionesdelaembarcaciónavivada.

    A pesar de todo, había otros elementos en cubierta que estropeaban tanbonitocuadro.Lamayoríadelosesclavoshabíasobrevividoalarebelión.Peseaque ya se habían quitado las cadenas, todavía no parecían personas normales.Aúnselesnotabanlasmarcasdelosgrilletesylostatuajesquelosidentificabancomoesclavosnoseleshabíanborradodelacara.Ibanvestidosconharaposy,segúnseadivinabaporloqueseveíaatravésdelosrasgones,estabanpálidosyesqueléticos.EnlaVivacianohabíaespaciosuficienteparatodos.Aunqueahoraocupabantantolascubiertascomolasbodegas,seguíanpareciendoganadoquealguien transportara de un puerto a otro. Formaban pequeños grupos en lascubiertasatestadasysolosemovíancuandolostripulantesleshacíangestospara

  • que se apartaran de su camino.Algunos de losmás saludables limpiaban condesganalascubiertasylasbodegasdelaVivaciaconlaúnicaayudadeuntrapoyuncubodeagua.Elsemblantedemuchosdeellosrevelaba la insatisfacciónqueloscorroía.Wintrowtemíaquehicieranalgoalrespecto.

    Sepreguntabaquésentíaporellos.Antesdequesesublevaran,élloshabíacuidado abajo. Entonces se apiadaba de ellos. Por otro lado, nunca les habíaservido de gran consuelo: el dudoso alivio del agua salada y un trapo paralimpiarnoeranloqueentendíanporpiedad.Habíaintentadocomportarsecomounsacerdoteconellos,peroerandemasiados.Ahora,cadavezquelosmiraba,enlugardecompadecerserecordabalosgritosylasangrequeoyóyviocuandoasesinaronatodossuscompañerosdetripulación.Noconseguíadeterminarquésentíacadavezquepensabaen losantiguosesclavos.Unamezclademiedoyrabia,deascoycompasión,leabrasabaelalmaconlasascuasdelavergüenzasiempre que meditaba sobre ello. Ese tipo de dudas no era propio de unsacerdotedeSa,demodoqueescogiólaotraalternativa:nosentirnada.

    Quizáalgunosdelosmarinerossehabíanganadounamuerteatrozsihabíaquejuzgarlos.Pero¿ySute,conelquehabíaentabladoamistad?¿YelviolinistaFindow?¿YeljovialComfreyytodoslosdemáshombresbuenos?Ellossíquemerecíanunfinalmásamable.LaVivacianoeraunbarcodeesclavoscuandoembarcaron.PermanecieronabordocuandoKyledecidiódarleeseuso.Sa’Adar,elsacerdoteesclavizadoquequedólibretraselmotín,opinabaquetodoslosquehabíanmuertoselohabíanganado.Predicabaqueporelhechodequehubierantripulado un barco de esclavos se habían convertido en enemigos del justo.Wintrowteníamuchasdudasalrespecto.PreferíalareconfortanteideadequeSanoleexigíaquejuzgaraalprójimo.SedecíaasímismoqueSaeraelúnicoquepodía decidir el castigo de los demás, puesto que solo el Creador poseía lasabiduríanecesariaparapoderjuzgar.

    Los esclavos que viajaban a bordo no compartían su opinión. Algunos lomiraban y parecían recordar las palabras de consuelo que les susurraba en laoscuridady los traposmojadosconque losrefrescaba.Otrosencambiocreíanque era un falso, el hijo del capitán jugando a ser piadoso, pero en realidadhaciendomásbienpocoparaliberarloshastaquenofueranellosmismoslosquetomaran la iniciativa.Todos sin excepción lo evitaban.No podía culparlos.Éltambiénsemanteníaalejadodeellosypreferíapasarlamayorpartedeltiempo

  • en la cubierta de proa, cerca deVivacia. Los piratas solo aparecían por aquícuandoeranecesarioparagobernarlanao.Elrestodeltiempolosalejabadelaproalamismasupersticiónquemanteníaapartadosalosesclavos.Elmascaróndeproaparlantelosasustaba.SiestolemolestabaaVivacia,nolomanifestabadeningunamanera.AWintrowporsupartelegustabaquetodavíaquedaraunrincónenelbarcodondepudierameditarenrelativasoledad.Apoyólacabezacontralabarandillaeintentópensarenalgoquenoledoliera.

    Encasayacasi seríaprimavera.Losárbolesde loshuertosdelmonasteriodebíandeestarfloreciendo.SepreguntócómoleestaríayendoaBerandolconsusestudiosysisututorloecharíademenosalgunavez.Sepreguntóconpesarqué estaría estudiando ahora si se encontrara allí. Se miró las manos. Anteshabíancompuestomanuscritosyelaboradovidrierasdecolores.Eranentonceslasmanosdeunmuchacho,ágilesperoalmismotiempodelicadas.Sinembargoahorateníalaspalmascubiertasdecallosylefaltabaundedo.Eranlasmanosrudasdeunmarinero.Yanuncapodríallevarunanillodesacerdoteenesededo.

    Aquí el clima era distinto. El velamen hacía ruidos secos al compás delviento revoltoso y frío. Sobre ellos pasaban bandadas de pájaros piantes queemigraban. Las islas de ambas orillas del canal se habían cubierto de unavegetación exuberante entre la que los pájaros discutían por el espacio paraanidar.

    Derepente,algolehizovolveralmundoreal.—Tupadretellama—ledijoVivaciaenvozbaja.Porsupuesto.Lohabíasentidoatravésdeella.Laexperienciadelatormenta

    sirvióparaestrecharyreforzarelvínculomentalyespiritualquelouníaconelbarco.YanolemolestabacomoantesyteníalasensacióndequeaVivaciayanole parecía tan bien como al principio. Parecía que en este aspecto lossentimientos de ambos habían alcanzado una especie de acuerdo. Desde latormentaVivaciahabíasidobuenaconél,peronadamás.Igualqueunamadrepreocupadaporunhijoquerequieretodasuatención,pensó.

    —En cierto modo, hemos intercambiado nuestros papeles desde quepartimos—dijoVivacia.

    Wintrowasintió;noteníaniintenciónnifuerzasparanegarlaverdad.Luegopusoloshombrosderechos,sepasóunamanoporelpeloyapretólamandíbula.Nopermitiríaquesupadresedieracuentadelainseguridadquelomartirizaba.

  • Cruzólacubiertaconlacabezaalta,evitandolosgruposdeesclavosyalostripulantesqueestabantrabajandoenella.Nadielomiróalosojosnilodesafió.Luego pensó que era una tontería creer que todos se fijaban en él. Habíanganado. ¿Por qué les iba a importar lo que hiciera uno de los tripulantessupervivientes?Almenosélhabíasalidofísicamenteileso.

    TodavíanosehabíanborradolashuellasqueellevantamientohabíadejadosobrelaVivacia.Lasmanchasnohabíandesaparecidoniseborraríannuncapormucho que los marineros las frotaran con piedras pulidoras. El barco seguíaoliendo como un esclavo, a pesar de que Brig había ordenado que no seinterrumpieranenningúnmomentolaslaboresdelimpieza.Ademáslatormentahabíaprovocadogravesdañosenelvelamen;erafácildistinguirentrelasvelaslos apresurados parches con que los piratas habían intentado repararlos. En elcastillodepopa,laspuertasestabandestrozadasporquelosesclavoslasforzaronparadarcazaalosoficialesdelbarco.Elrelucientemaderamenhabíaquedadoastillado y desencajado. La Vivacia ya no era la espléndida nave en la queembarcóenelMitonar.Derepentesesintiótanavergonzadoporqueestefueraelbarco de su familia como se hubiera sentido de haber visto a su hermanavendiendo su cuerpo en cualquier tabernucha. Se compadeció deVivacia y sepreguntóquésuertehabríacorridoélsihubieraembarcadoporvoluntadpropia,comogrumete,porejemplo,paraservirbajolasórdenesdesuabuelo.

    Después se quitó todas esas cosas de la cabeza. Se dirigió a una puertaestropeadaqueguardabandoscaramapasdeaspectohosco.Pasóentre losdosantiguosesclavoscomosinoloshubieravistoyllamóalapuertadelcamarotede Gantry —al menos había pertenecido al primer oficial mientras vivió—.Ahora esta habitación saqueada de paredes desnudas solo era la celda de supadre.Entrósinesperaraquelerespondiera.

    Su padre estaba sentado en el borde del camastro, al que habían quitadotodas susmantas.MiróaWintrowcondificultad.Teníaunojoenrojecidoquedestacabaenmediodesurostroinflamadoypálido.AjuzgarporlaposturadeKyleHaven,sediríaqueestabadoloridoydesesperado,peroesbozabaunaácidasonrisasarcástica.

    —¡Cómomealegrodequeno tehayasolvidadodemí!Creíaqueestabasdemasiadoocupado lamiéndoles lospies a tusnuevosamos.Wintrowcontuvounsuspiro.

  • —Vineantes,peroestabasdurmiendo.Penséquedescansarunpocoteharíamás bien que cualquier cosa que yo pudiera ofrecerte. ¿Cómo tienes lascostillas?

    —Ardiendo. La cabeza se me infla con cada latido del corazón. Y tengohambreysed.—Levantóunpocolabarbillaparaseñalaralapuerta—.Esosdosnomedejansalirniparaquemedéelaire.

    —Antestedejéunpocodecomidayagua.¿Nohas…?—Sí, ya lo vi.Un escupitajo de aguay dosmendrugos de pan—dijo con

    rabiaconTenira.—Fuetodoloquepudeconseguirte.Lacomidayelaguapotableescaseana

    bordo.Durantelatormentaelaguasaladaestropeógranpartedelosalimentos…—Querrásdecir que los esclavos lodevoraron casi todo.—Kylemeneó la

    cabezaconindignaciónehizounamuecadedolor—.Noselesocurriópensarquetendríanqueracionarlasprovisiones.Matanenplenatormentaalosúnicoshombresquesabengobernarelbarcoyluegosezampanoestropeanlamitaddelas raciones que quedan a bordo. No tienen más capacidad de cuidar de símismosqueunaveríodepollos.Esperoquetehayasquedadosatisfechodespuésdehaberlosliberado.Lomismodamatarlosquesoltarlos.

    —Seliberaronsolos,padre—dijoWintrowconobstinación.—Peronohicistenadapordetenerlos.—Deigualmodoquenohicenadaparaevitarquelossubierasencadenados

    abordo.—Wintrow respiróhondopara continuar, pero al final sedetuvo.Pormucho que se esforzara por justificar lo que había hecho, su padre jamásaceptaríasusrazones.LaspalabrasdeKylerevolvíanlaconcienciamagulladadeWintrow. ¿Era culpable de lamuerte de la tripulación porque no había hechonada?Enesecaso,¿tambiénseríaresponsabledelamuertedelosesclavosquemurieron antes del motín? La cuestión le dolía demasiado como para seguirmeditándola.

    Convozinsegura,prosiguió:—¿Quieresquetecurelasheridasoquetevayaabuscaralgodecomida?—¿Hasencontradolossuministrosmédicos?Wintrowmeneólacabeza.—Nohanaparecido.Nadiehadichoqueloshayacogido.Puedequecayeran

    porlabordadurantelatormenta.

  • —Bien, sin ellos nopuedes hacermuchopormí—le espetó su padre concinismo—.Sinembargomevendríabiencomeralgo.

    Wintrownoqueríaenfadarse.—Veréquépuedohacer—musitóWintrow.—Desdeluego—dijosupadrecontonosarcástico.Luegobajólavozpara

    preguntar—:¿Yquépiensashacerconelpirata?—Nolosé—admitióWintrowconfranqueza.Miróasupadredirectamente

    alosojosyañadió—:Tengomiedo.Séquedebointentarcurarlo.Peronoséquéespeor,siquesobrevivaynosotrossigamossiendosusprisionerosoquemueraydespuésmuramosnosotrosyelbarcosequedesolo.

    Supadreescupióenelsuelo,algotanimpropiodeélquelesorprendiócomosiderepentelehubierandadounbofetón.Susojosdestellaroncomotémpanosdehielo.

    —Tedesprecio—gruñó—.Tumadredebióde acostarse conuna serpienteparapariralgocomotú.Quévergüenzaqueseasmihijo.Mírate.Lospiratastehanarrebatadoelbarcodetufamilia,elsustentodetumadre,detuhermanaydetuhermanomenor. ¡Que siganvivosdependedeque recuperesonoestanao!Pero no te has parado a pensar en eso. ¡Qué va! Te quedas preguntándote sitienesquematarocuraralpirataqueteestápisandoelcuello.Nisiquierasetehaocurrido conseguirnos armasopersuadir a la naoparaque se enfrente a éligualquesemeencaróamí.¡Contodoeltiempoquedesperdiciastehaciendodeniñera con esos esclavos cuando estaban encadenados! ¿Has intentandoconvencer a algunopara que ahora te preste su ayuda?No.Tepaseas de aquíparaalláyayudasaesemalditopirataacuidardelbarcoquenosharobado.

    Wintrowmeneólacabeza,pensativoyapenado.—No eres razonable. ¿Qué esperas de mí, padre? ¿Se supone que debo

    enfrentarmeyosoloaKennitysutripulaciónyobligaralosesclavosaquesigansiendomeramercancíaparallevarlossinqueprotestenhastaChalaza?

    —¡Estebarcoytúyanosderrocasteisamíyamitripulación!¿PorquénoponesaVivaciaensucontraigualquelopusisteenlamía?¿Porquénopuedesactuar por una vez a favor de tu familia?—Su padre se puso de pie con lospuños apretados como si fuera a golpearlo. Entonces se llevó lasmanos a lascostillas y boqueó por el calambre que acababa de darle.El tono de su rostropasódelrojodelairaalblancodeldolorysebalanceó.Wintrowseacercóaél

  • parasostenerlo.—¡No me toques! —gruñó Kyle con tono amenazador antes de regresar

    entretambaleoshastaelbordedelcamastro.Sevolvióasentarenélymiróasuhijoconelceñofruncido.

    Wintrowsepreguntabaquéveríasupadrecadavezque lomiraba.Supusoque para este hombre alto y rubio él debía de suponer una gran decepción.Wintrow, bajo, moreno y delgaducho como su madre, jamás alcanzaría laestaturadesupadreni loigualaríaenfuerza.Aloscatorceañosteníaaúnmásaspectodeniñoquedehombre.Aunquenoerasoloenelplanofísicoenloquelehabíafalladoasupadre.Suespíritununcatendríanadaqueverconeldesuprogenitor.

    Wintrowhablóconcalma.—YojamáspuseaVivaciaentucontra,padre.Fuistetú,portratarlatanmal.

    Yoyanopuedoconvencerladenada.Loúnicoquepuedohaceresrezarporquenonosmaten.

    KyleHavenapartólavistadesuhijoylaperdióenlapared.—Veabuscarmealgodecomida—leordenócomositodavíafueraélquien

    gobernaralanave.—Lointentaré—dijoWintrowconfrialdad.Sediomediavueltaysaliódel

    camarote.Alcerrarlapuertadestrozada,unodeloscaramapassedirigióaél.Cuando

    lehabló,Wintrowsefijóenlostatuajesqueelfornidohombreteníaportodoelrostroyqueindicabanlosmúltiplesamosquehabíatenido.

    —¿Porquéselopermites?—¿Elqué?—preguntóWintrowconfundido.—Tetratacomoaunperro.—Es mi padre. —Wintrow intentó que no se notara lo sorprendido que

    estabadequehubieranescuchadosuconversación.¿Lohabríanoídotodo?—Esunindeseable—comentóelotroguardiaconaspereza.Miródesafiante

    aWintrow—.Loqueteconvierteenelhijodeunindeseable.—¡Cállate!—legritóelprimerguardia—.Elmuchachonoesmalo.Puede

    quetúnoteacuerdesdequiénseportóbiencontigocuandoestabasencadenado,peroyosí.—VolvióamiraraWintrowconsusojosprofundos.Señalócon lacabeza hacia la puerta cerrada—.Yopuedo hacer que se arrastre ante ti. Solo

  • tienesquepedírmelo.—No—dijoWintrowconfirmeza—.Noquieroeso.Nodeseoquenadiese

    arrastre ante mí. —Consideró que era algo que debía dejarle muy claro alhombre—.Porfavor,nohagáisdañoamipadre.

    Elcaramapaseencogiódehombros.—Túmismo.Telodigoporexperiencia,muchacho.Eslaúnicamanerade

    tratar a un hombre así.O él se arrastra ante ti o tú ante él.No entenderá otracosa.

    —Puede—admitióWintrow a regañadientes. Hizo ademán de marcharse,perosedetuvo—.Nosétunombre.

    —Villia.TúeresWintrow,¿verdad?—Sí, yo soyWintrow. Me alegro de saber tu nombre, Villia.—Wintrow

    miróexpectantealotroguardia.Elhombrefruncióelceñoconfastidio.—Deccan—dijoporfin.—Deccan—repitióWintrowparagrabárseloen lamemoria.Lomiróa los

    ojosyasintióconlacabezaantesdemarcharse.SabíaqueaVillialedivertíayqueloaprobaba.Eraunamaneraincidentaldedefenderseporsímismo,aunquelehabíaservidoparasentirsemejor.Alsubiracubierta,pestañeandofuerteparaprotegerse del intenso sol primaveral, Sa’Adar le salió al paso. El corpulentosacerdote aún ofrecía un aspecto macilento por haber pasado tanto tiempoencerrado. Los grilletes le habían dejado las muñecas y los tobillos en carneviva.

    —Te he estado buscando —le dijo. Otros dos caramapas lo flanqueabancomoperrosdepeleaadiestrados.

    —¿Deverdad?—dijoWintrowcomosinada.Cuadróloshombrosymiróalos ojos al otro sacerdote—. ¿Has ordenado tú que esos dos hombresmontenguardiaenlaentradadelcamarotedemipadre?—inquirió.

    Elsacerdoteerrantenoseinmutó.—Sí. Debe permanecer encerrado hasta que se le pueda llevar ante un

    tribunalysehagajusticia.—ElsacerdotemiróaWintrowdesdelasuperioridadqueleconferíansualturaysuedad—.¿Noestásdeacuerdo?

    —¿Yo? —Wintrow pareció meditar la respuesta—. ¿Por qué te iba apreocuparsiestoydeacuerdoono?Siyofueratú,nomepreocuparíaporloque

  • piensaWintrowVestrit, sino por cómo reaccionaría el capitánKennit al saberquemeheotorgadosemejanteautoridad.

    —Kennitseestámuriendo—replicóSa’Adarconaudacia—.Brigesquienestáalmandoynoparecediscutirmiautoridadsobrelosesclavos.TransmitesusórdenesatravésdemíynohaprotestadoporquehayacolocadovigilanciaanteelcamarotedelcapitánHaven.

    —¿Esclavos? Creía que ahora eran personas libres. —Wintrow sonreíamientrashablabayfingíanohabersepercatadodelinterésconqueloscaramapasestabansiguiendolaconversación.Losantiguosesclavosqueholgazaneabanenlacubiertatambiénlosescuchaban.Algunosinclusoseacercaronparaoírmejor.

    —¡Yasabesloquequierodecir!—exclamóSa’Adarconenfado.—Por logeneralunhombredice loquequieredecir…—Wintrowhizoun

    silenciovalorativoy a continuaciónañadió convoz templada—:Habíasdichoquemebuscabas.

    —Asíes.¿HasidoaveraKennithoy?—¿Porquélopreguntas?—respondióWintrowconfirmeza.—Porqueme gustaría conocer sus intenciones.—El sacerdote, que poseía

    unavozmuyentrenada,empezóahablarparaque todos looyeran.Másdeuncaramapasevolvióparamirarlo—.SegúnsecuentaenJamaillia,cadavezqueel capitán Kennit toma posesión de un barco de esclavos, asesina a toda latripulaciónyentregalanavealosqueanteserantransportadoscomomercancíapara que ellos también se puedan convertir en piratas y se unan a él en suparticularcruzadacontralaesclavitud.Esoeraloqueélcreíacuandoaceptamossu ayuda para gobernar el barco que nosotros habíamos tomado. Nuestraintencióneraquedárnoslo.Confiábamosenqueseríaunaherramientaparaquetodospudiéramosiniciarunanuevavida.PeroelcapitánKennithablacomosidesearaadueñarsedeél.Contodoloquehemosoídosobreestehombre,nolecreemoscapazdearrebatarnosnuestraúnicapertenenciadevalor.Porlotanto,deseamoshablarconél sin rodeosycon franqueza,paraquenosdigaaquiéncreequeperteneceestebarco.Wintrowlomiróconecuanimidad.

    —Si quieres hacerle esa pregunta al capitánKennit, yo te animo a que lohagas.Aunquesurespuestasoloserásuparecer.Encambio,simelopreguntasamí,noobtendrásunasimpleopinión,sinolaverdad.—HabíahabladomásbajoqueSa’Adarapropósitoparaquequienesdesearanoírlotuvieranqueacercarse.

  • Muchosyalohabíanhecho,incluidosalgunosdelospiratas,queteníancaradepocosamigos.

    Sa’Adaresbozóunasonrisasarcástica.—Supongoquetuverdadesquelanaveteperteneceati.Wintrowmeneólacabezayledevolviólasonrisa.—Lanaoredivivaperteneceasímisma.Vivaciaesunserlibreconderechoa

    decidirsobresupropiavida.¿Oacasotú,queconoceselpesodelosgrilletesdela esclavitud, pretendes hacer a otros lo que con tanta crueldad sufriste túprimero?

    EnaparienciahabíahabladosoloparaSa’Adar.Nomiróasualrededorparaverlareaccióndelosdemás.Sequedócallado,comosiesperaraunarespuesta.Instantesmástarde,Sa’Adarseriocondesdén.

    —Nopuedehablarenserio—exclamóparaquelooyeralamultitud—.Porarte de algún encantamiento, el mascarón de proa puede hablar. Es unainteresante muestra de la superchería del Mitonar. Pero un barco solo es unbarco,unacosa,nounapersona.¡Yporderechoestanaveesnuestra!

    Solo algunos de los esclavos mascullaron su aprobación, puesto que encuantoterminódehablarunpiratalehizofrente.

    —¿Nopretenderásorganizarunmotín?—preguntóelmarineroentrecano—.Porquedeserasí,saltarásporlabordaantesdequevuelvasatomaraliento.

    Dicho esto, el hombre sonrió con malicia deliberada, mostrando susmúltiples mellas. El pirata que había a su izquierda tosió una risa gutural yenderezóloshombros,gestoqueloscaramapasdeSa’Adarinterpretaroncomouna demostración de fuerza. Los dos hombres tatuados se pusieron firmes yentrecerraronlosojos.

    Sa’Adarparecíaconfuso.Obviamente,noseesperabaalgoasí.Recuperólacomposturaycontinuóhablandoconindignación.

    —Noesunasuntodetuincumbencia.Elfornidopiratagolpeóenelpechoalsacerdoteconeldedo,ylomantuvo

    allímientrasledecía:—Kennit es nuestro capitán. Lo que él dice, nosotros lo cumplimos.

    ¿Entendido?—Alverqueelsacerdotenorespondía,elpiratasonrió.Sa’Adarseapartó para quitarse el dedo de encima. Cuando se dio media vuelta paramarcharse, el marinero le lanzó una advertencia—.Más te vale no criticar a

  • Kennit.Sialgonotegusta,veaveralcapitánydíseloalacara.Esunhombreduro,perojusto,asíquenohablesmaldeélasusespaldas.Sicausasproblemasabordodeestebarco,sufriráslasconsecuencias.

    Sin mirar atrás, los piratas volvieron a sus tareas. Ahora Sa’Adar era elcentro de atención. Los ojos le destellaron de rabia, pero su voz sonó infantilcuandodijo:

    —TenporseguroqueinformaréaKennitdeesto.Tenloporseguro.Wintrowmiróalsuelodelacubierta.Talvezsupadretuvierarazón.Talvez

    existiese una manera de rescatar el barco de su familia de las manos de losesclavosy lospiratas.En todoconflicto siemprequedaesperanza.Mientras sealejabanotóque el corazón le latíamás rápidode lonormaly sepreguntódedóndehabríansurgidosemejantespensamientos.

    ***

    Vivacia estaba inquieta. Aunque había perdido la mirada en la popa de laMarietta,suverdaderapreocupacióneraotra.Elhombrequesehabíacolocadoaltimónlagobernabaconfirmeza;lostripulantesquebrincabanporsuvelameneran todos auténticos marineros. Le estaban limpiando la porquería de lascubiertasylasbodegas;ademásleestabanreparandoelmaderamenypuliendolas superficies metálicas. Por primera vez en muchos meses, no tenía dudassobrelahabilidaddesucapitán.Podíaabandonarseasuspropiospensamientos,porqueteníalaseguridaddequequieneslagobernabansabíanloquesehacían.

    Una nao rediviva, por medio de su esqueleto de tronconjuro, podía estarsiempre al tanto de todo cuanto acontecía a bordo de ella. Por lo general setrataba de cosas mundanas que no merecían que se les prestara atención:restaurar un cabo, pelar una cebolla en la cocina… Eran cosas que no leafectaban porque no cambiarían su vida. En cambio Kennit sí. El enigmáticohombre dormía con desasosiego en la cama de su camarote.Vivacia no podíaverlo,perosísentirlo,deunamaneraqueloshumanosnoalcanzabanadescribircon palabras.De nuevo le estaba subiendo la fiebre. Lamujer que lo atendíaestaba muy angustiada. Hizo algo con agua fría y un trapo. Vivacia queríaconocer los detalles, pero no existía vínculo. Todavía no los conocía losuficiente.

  • KenniteramuchomásaccesiblequeEtta.Susfebrilessueñosmanabandeélcon despreocupación y se derramaban sobre Vivacia igual que la sangre quehabía teñidosuscubiertas.Losabsorbía,aunquenopodíaentenderlos.Veíaunniñoatormentadoquesedividíaentrela lealtadaunpadrequeloamaba,peroquenoteníaniideadecómoprotegerloyunhombrequecuidabadeél,peroquenoalbergabalamenortrazadeamorensucorazón.Unayotravez,unaserpienteemergíadelasprofundidadesdesusueñoylecercenabaunapierna.Laheridaqueleinfligíansusterriblesmandíbulaseraacidaygélida.Desdelomáshondodesualma,Kennitqueríaaferrarseaella,aalgoconfusoenloquesoloveíaunrecuerdoborrosodeunainfanciaperdida.

    —Hola,¿quéesesto?¿Odeberíadecirquiénesesto?En sumente oyó una voz, la voz deKennit, que le susurraba. Sacudió la

    cabezayelviento ladespeinó.Elpiratano lehablaba.Nisiquieradurantesuscomuniones más intensas con Althea y Wintrow le habían llegado lospensamientoscontantaclaridad.

    —NoesKennit—murmuróparasí.Deesoestabasegura.Sinembargonolecabíadudadequeerasuvoz.Ensucamarote,elcapitánpiratacogíaairey loexpulsabaconfuerzaaltiempoquemascullabanegativasymaldiciones.

    —No.NosoyKennit—confirmóladébilvozcontonodivertido—.ComotampocoerestúlaVestritquecreesser.¿Quiénerestú?

    Vivaciasequedódesconcertadaalsentircómolamentelatanteaba.Rechazóelcontactodeformainstintiva.Ellaeramuchomásfuertequeél.Cuandosezafódeél,yanolapudoseguir.AunquetambiénhabíaperdidoeldébilcontactoconKennit.Sesentíafrustradaysehabíapuestomuynerviosa.Apretólospuñosytomómuymal la siguiente ola, demanera que chocó contra ella en lugar desurcarla.Eltimonelsemaldijoasímismoycorrigióelrumbo.Vivaciaselamióloslabiosparaquitarseelaguasaladayseapartóelpelodelacara.¿Quiényquéeraaquellamente?Sincomunicaranadiesuspensamientos,intentódeterminarsiestabamásasustadaqueintrigadaoviceversa.Percibióciertoparentescoconelserquelehabíahablado.Sehabíaliberadodelfisgónsinningunadificultad,peronolehacíaningunagraciaquehubieranintentadoinvadirsumente.

    Decidió que no lo permitiría. Fuera quien fuera el intruso, lodesenmascararía y se enfrentaría a él. Sin bajar la guardia, no pudo evitarasomarse de nuevo al camarote dondeKennit se retorcía con desconsuelo. En

  • seguidaencontróalpirata.Seguíalibrandosufebrilguerraoníricaescondidoenun armario mientras algún ser de ensueño lo acechaba y lo llamaba con unaengañosavozdulce.Lamujerlecolocóuntrapomojadoenlafrenteyotroenelmuñónabotagadodelapierna.Vivaciacasipudosentirelaliviodelenfermo.Lanaoredivivasiguióbuscando,conmástesónaún,peronopercibióanadiemásaquí.

    —¿Dóndeestás?—inquirió,iracunda,desúbito.Kennit se revolvió y gritó cuando el ser que merodeaba por sus sueños

    repitió lapreguntaque el barcoacababade formular.EnesemomentoEtta seinclinósobreélylesusurrópalabrasdealivioaloído.

    Vivacianoobtuvoningunarespuesta.

    ***

    Kennitsedespertóyjadeómientrasrecuperabalaconcienciadesímismo.Tardóun ratoen recordardóndeseencontraba.Una leve sonrisadeplacerestiró suslabios resquebrajadospor la fiebre.Sunao rediviva.Estabaabordode sunaorediviva,enlosbienamuebladosaposentosdelcapitán.Unafinasábanadelinocubríasucuerposudoroso.Por toda lahabitación,acogedorayelegante,habíamueblesrelucientesyobjetosdelatón.OíaelborboteodelaguaamedidaquelaVivaciaavanzabaporelcanal.Casipodíasentirasualrededorlaconcienciadesu nave abrigándolo. Su nao era como una segunda piel que lo protegía delmundo. Suspiró de alivio y se atragantó con los mocos que se le habíanacumuladoensugargantareseca.

    —¡Etta!—legraznóalaputa—.Agua.—Latienesaquí—ledijocontonobalsámico.Eracierto.Sorprendentemente,lameretrizestabajustoasuladoconunvaso

    deaguaenlamano.Lepusosusdedosfríosylargosenlanucaparaayudarloaincorporarse. Una vez que Kennit hubo bebido, Etta le dio la vuelta a laalmohadacondestrezaantesdequevolvieraaapoyar lacabeza.Conun trapoempapadoleenjugóelsudordesurostroyluegolelavólasmanosconunpañohúmedo.Kennit sedejabahacer sinmoversenidecirnada, agradecidopor loscuidadosquelamujerlededicaba.Porunmomentosintióunapazabsoluta.

    No duró mucho. En seguida le sobrevino de nuevo el dolor de su pierna

  • inflamada. Era un latido punzante que iba cobrando intensidad cada vez quecogíaaire.Suheterapermanecíasentadajuntoalacamacosiendoalgo.Lamirócon languidez.Tuvo la sensacióndequeeramásviejade loque la recordaba.Lasarrugasde las comisurasde sus labiosyde su frente eranmásprofundas.Tenía despeinado su corto pelo bruno y su rostro parecía aúnmás enjuto queantes,loqueresaltabalainmensidaddesusojosfuliginosos.

    —Tienesunaspectohorrible—lereprochó.EttadejósulaboraunladoysonriócomosiKennitlehubieradedicadoel

    máscortésdeloshalagos.—Se me hace muy difícil verte así. Cuando estás enfermo…, no puedo

    dormir,nopuedocomer…¡Qué mujer tan egoísta! Primero le había dado su pierna a una serpiente

    marinaparaqueselacomierayahorasehacíaladesdichada.¿Sesuponíaquedebíasentirlástimaporella?Prefiriónopensarenello.

    —¿Dóndeestáesemuchacho?¿Wintrow?Ettasepusodepie.—¿Quieresverlo?Lapreguntaeraestúpida.—Claroquequieroverlo.Sesuponequemepuedecurarlapierna.¿Porqué

    nolohahechoya?La mujer se inclinó sobre la cama y le sonrió con ternura. Kennit quiso

    apartarladeunempujón,peronoteníafuerzas.—CreoqueprefiereesperaraquetomemospuertoenlaensenadadelToro.

    Necesita tenermuchas cosas amano antes de… curarte.—De pronto Etta seapartó del lecho de enfermo de Kennit, pero no antes de que este viera laslágrimasquehabíanasomadoa susojos.Se lehabíanencorvado sushombrosanchosyyanoparecía lamujer altayorgullosade siempre.Habíaperdido laesperanzade que sobreviviera.Kennit se percató de ello de repente, lo que loasustótantocomoloenfadó.Paraél,ellayanoeramásqueunavulgarfulanaquedeseabasumuerte.

    —¡Ve a buscar a ese muchacho! —le gritó con rabia, sobre todo con laintencióndeperderladevista—.Recuérdale…Recuérdalequesiyomuero,élysupadrevendránconmigo.¡Díselo!

    —Haréquetelotraigan—dijoconvoztrémulaantesdedirigirsealapuerta.

  • —No.Melovasatraertú,yamismo.Ahora.Ettaseacercóaélyleacaricióelrostro,gestoquemolestóaKennit.—Siesoes loquequieres—ledijocon tono tranquilizador—, te lo traeré

    ahoramismo.Kennitnoquisomirarlamientras salía,peroescuchóel ruidode suspasos

    apresurados. Cuando salió empujó la puerta con suavidad, pero se cerró porcompleto.Despuésoyócómolehablabaaalguienconirritación.

    —No.Vetedeaquí.Nodejaréquelomolestenahoracontonterías.—Luegobajólavozyañadiócontonoamenazador—:Atréveteaponerlamanoenesapuertayyomismatelaarrancaré.—Fueraquienfuera,lehizocaso,puestoquenadiellamóalapuerta.

    Kennitentrecerrólosojosysedejómecerporlamareadesudolor.Lafiebrelehacíaverelmundoconmayornitidezyconcoloresmásintensos.Leparecióque el acogedor camarote se estrechó a su alrededor amenazando condesmoronarsesobreél.Sequitólasábanadeencimaeintentóinhalarairefresco.

    —Muybien,Kennit.¿Quépiensashacerconesegolfillocuandovenga?Elpiratacerrólosojosconfuerzaparaintentarespantarlavozdesucabeza.—Qué gracia. ¿Crees que no te puedo ver si cierras los ojitos?—dijo el

    amuletoconcruelinsistencia.—Cállate.Déjameenpaz.Ojalánuncahubieraencargadoquetefabricaran.—¡Ay,ahorasíquehasheridomissentimientos!¡Cómomedicesesascosas,

    despuésdetodoloquehemospasadojuntos!Kennitabriólosojos.Alzólamuñecaymirólapulsera.Elpequeñoamuleto

    detronconjuro,quellevabatalladosupropiorostrosaturnino,lomiróyesbozóunaafablesonrisa.Unas tirasdecuero loapretabanconfirmeza justosobreelpuntodondemásseapreciabaellatidodesupulso.Porefectodelafiebrecreyóqueeladornoseleechabaencima.Cerrólosojosdenuevo.

    —¿Deverdadcreesqueesecríotevaaponerbueno?No.Nopuedessertanidiota.Aunque, claro, estás tan desesperado que insistirás hasta que te intentesanar.¿Sabesquéesloquemásmesorprende?Quedetantomiedoqueletienesa la muerte has reunido el coraje suficiente para enfrentarte a la hoja delcirujano.Todaesacarneinflamada…Latienestansensiblequeapenassoportaselrocedeunasábana.Dejarásquetelarebaneconsupuñal,consurefulgenteyafiladacuchilla,cuyadestellanteplatabrillarásolohastaquelasangrelatiñade

  • carmín…—Amuleto.—Kennitentreabriólosojos—.¿Porquémeatormentas?Eltalismánfruncióloslabios.—Porquepuedo.Probablemente soyelúnicoen todoelmundoquepuede

    martirizaraltemiblecapitánKennit.ElLibertador.ElaspiranteareydelasIslasdelPirata.—Eldiminutorostrosoltóunarisitaburlonayañadióconmordacidad—: Bravo Cebo de las Serpientes del Paso Interior, dime, ¿qué quieres delmuchacho sacerdote? ¿Lo deseas? Aparece en esos febriles sueños que terecuerdanloquefuiste.¿Lotrataráscomotetrataronati?

    —No.Amínunca…—¿Atinuncaqué?—Elamuletodetronconjuroserioconcrueldad—.¿De

    verdad crees que me puedes engañar, vinculados como estamos? Lo sé todosobreti.Todo.

    —¡Te tallaron para ayudarme, no para torturarme! ¿Por qué te has vueltocontramí?

    —Porqueodioloqueeres—leespetóelfetichedespiadadamente—.Medaascoestarconvirtiéndomeenpartede tiyayudándoteen loquehaces.Kennittomóairecondificultad.

    —¿Qué quieres de mí? —exclamó. La pregunta sonó como un grito derendición,comounasúplicadeclemenciaocompasión.

    —Nuncatelohabíasplanteadohastaestemomento.¿Quéquierodeti?—Elamuleto hizo suya la cuestión, que saboreó con deleite—. Tal vez desee quesufras. O puede que solo me divierta atormentarte. O… En ese instante seoyeronunospasosqueseacercabanalapuerta.EraelruidodelasbotasdeEttaydelaspisadasligerasdeunospiesdesnudos.

    —PórtatebienconEtta—ordenóelamuletoaKennitconvozapresurada—yquizáyo…

    Encuanto lapuerta seabrió, el talismánsequedómudo.Denuevonoeramásqueuntrozodemaderainerteatadoalamuñecadeunenfermo.Wintrowentróenelcamaroteseguidoporlafurcia.

    —Aquílotienes,Kennit—anuncióEttaalcerrarlapuerta.—Muybien.Déjanossolos.—Sielmalditoamuletosehabíapensadoquelo

    obligaríaahacercualquiercosa,estabamuyequivocado.Ettaseafligió.

  • —Kennit…¿Creesqueeslomejor?—No.Creoqueesabsurdo.Poresotepedíquelotrajeras,porquedisfruto

    haciendoidioteces—leespetóconvozsusurrante.Luegomirólacarita talladaquellevabaenlamuñecaparaversilehacíaalgúngesto.Elamuletopermanecióinmóvil,perosusminúsculosojosrefulgieron.

    Quizátramabasuvenganza.Noleimportaba.Mientraslequedaraunhálitodevida,noseamedrentaríaanteunavulgarastilla.

    —Saldeaquí—insistió—.Déjamesoloconelchico.Ettasepusoderechaysalió.Cerrólapuertaconfirmeza,aunquesinllegara

    darunportazo.Encuantoperdióalamujerdevista,Kennitseincorporóhastaquedarsentado.

    —Acércate—ledijoaWintrow.Cuandoelmuchachosearrimóalcamastro,Kennitcogióunapuntadelasábanaylaechóaunlado.Enesemomentopudoverseloquelequedabadepiernaentodosuputrefactoesplendor.

    —Aquílatienes—ledijoKennitconrepulsión—.¿Puedeshaceralgo?Elmuchachopalidecióalverlamasadecarnesanguinolenta.Kennitsedio

    cuentadequeel jovenmédicotuvoquerespirarhondoantesdeacercarseparaexaminarmejor la herida, cuyo olor le hizo arrugar la nariz.Wintrowmiró aKennitconsusojosdeazabacheylehablóconsencillezyfranqueza.

    —No lo sé. Tienemuymala pinta.—Dicho esto, siguió examinándole lapierna y luego volvió amirar a Kennit—.Vamos a afrontarlo de la siguientemanera:sinointentamoscurartelapierna,morirás.Asíquenoperdemosnadaporprobar.

    Elpirataseesforzóporesbozarunapétreasonrisa.—¿Soloyo?Amímeparecequenoseréelúnico.Recuerdaquetuvidayla

    detupadrependendeunhilo.Wintrowseriocondesgana.—Bienséquemividasetomarácomoprendasimueres,meesfuerceono

    porsalvarte.—Inclinóunpocolacabezaparaseñalaralapuerta—.Ellajamáspermitiríaqueyotesobreviviera.

    —Tienesmiedodeesamujer,¿verdad?—Kennitsonriódeorejaaoreja—.Haces bien. Entonces, ¿qué propones? —preguntó para seguir haciéndose elduro.

    El muchacho miró su pierna. Frunció el ceño y se quedó pensativo. Laprofundidad de su meditación no sirvió sino para ponderar su ya de por sí

  • evidentejuventud.Kennit bajó la vista hasta el pútrido muñón. Asqueado, prefirió mirar a

    Wintrow a la cara. El pirata hizo una involuntaria mueca de dolor cuando elmuchachoextendiólasmanoshaciasupierna.

    —Notevoyatocar—prometióWintrowconunhilodevoz—.Peronecesitosaber dónde se junta la parte sana con la parte inútil.—Colocó lasmanos enformadecuencoinvertido,comosiquisierarecogeralgoconellas.Comenzóporlaheridaypocoapocolassubióhastaelmuslo.Habíacerradolosojoscasiporcompleto e inclinado la cabeza como si escuchara algo con atención. Kennitobservaba cómo Wintrow movía las manos. ¿Qué sentía? ¿Calor corporal oquizáalgomássutil,comolaaccióncorrosivadelveneno?Eladolescenteteníalasmanos curtidaspor el duro trabajo en el barco, si bien conservaban la ágilprecisióndelasdeunartesano.

    —Solotienesnuevededos—observóKennit—.¿Quélepasóaldécimo?—Fueunaccidente—respondióWintrowconairedistraído—.Silencio—

    pidió.Kennitfruncióelceño,perohizocasoaljoven.Entoncesempezóasentirsus

    manos según las iba deslizando sobre su piel. Su presión fantasmal volvió asometerloalritmodeundolorpalpitante.Kennitapretólosdientes,tragósalivaeintentóexpulsarlodesumenteunavezmás.

    Wintrowyahabía llegadoa lamitaddelmuslodeKennit.Enesepuntosedetuvoylevantóunpocolasmanos.Arrugóaúnmáslafrente.Surespiraciónsehizomáspesadaymonótonaycerrólosojosporcompleto.Suspestañaslargasyoscuras bajaron hacia sus mejillas, que, al igual que su mentón, ya habíanperdido la redondez propia de la infancia, aunque no se veía señal alguna debarbaincipiente.Juntoalanarizllevabatatuadoelselloverdequeindicabaqueunavezpertenecióalsátrapa.Juntoaesamarcateníaotramásgrande,undibujotoscoenelqueKennitpudoreconocerelmascaróndeproadelaVivacia.Enunprincipio lemolestó que alguien hubieramancillado la belleza del chico, peroluegose fijóenque lamerabastedaddel tatuajecontrastabaconsu inocencia.Ettatambiénhabíasidoasícuandolaconoció;todavíarecordabalaprimeravezquevioaaquellajovencitavivarachaenelsalóndeunlupanar.

    —¿CapitánKennit?¿Meoyes?Elmarineroabriólosojos.¿Cuándoloshabíacerrado?Wintrowasentíapara

  • sí.—Aquí—dijoencuantoelpiratalomiró—.Sicortamosporaquí,creoque

    yaserálapartesana.Las manos del muchacho señalaban una sección demasiado próxima a la

    ingle.Kennitrespiróhondo.—¿Dicesqueesaparteestábien?¿Nodeberíascortarpordebajoentonces?—No. Se debe retirar también un poco de lo que se ha salvado porque la

    carnebuenasanamásrápidoquelaenvenenada.—Wintrowhizounapausayseapartóelpelodelacaraconambasmanos—.Nopuedodecirqueelvenenonohayainvadidotodalapierna.Perocreoquesicortamosporestazonatendremosmás oportunidades. —Se quedó pensativo—. Primero necesitaré aplicarsanguijuelasenlasecciónmásbajaparareducirlainflamaciónyeliminarpartedelaponzoña.Enelmonasterio,unoscuranderospreferíanelsangradomientrasque otros eran partidarios de las sanguijuelas. Por supuesto, según lacircunstancias,unasvecesconvieneunacosayotras esmejor laotra,peroyodiríaqueenestecasolasangreespesadaporlainfecciónlaextraeránmejorlassanguijuelas.

    Kennit tuvo que esforzarse para mantener la compostura. El joven estabasumidoensuspensamientos.LerecordabaaSorcorintentandourdiralgúnplan.

    —Después aplicaremos una ligadura por aquí, bien amplia, para queralenticeelflujodesangre.Debepresionarlacarneconfuerza,perosinllegaraaplastarla.Luegocortarépordebajo.Intentaréconservartodalapielquepuedapara tapar laherida.Los instrumentosquenecesitaré sonuncuchilloafiladoyunasierradedientefinoparaelhueso.Lahojadelcuchillodebeserlobastantelarga para tajar con limpieza, es decir, sin movimiento de sierra.—Mientrasdecíaestoibacalculandolalongitudconlosdedos—.Paralospuntos,hayquienemplearía hilo fino de tripa de pescado pero enmimonasterio decían que losmejorespuntossedansiempreconloscabellosdelenfermoporqueelcuerpolosreconoce como propios. Tú tienes cabellos largos y finos, y tus rizos son lobastanteampliosparaquesepuedatirardelpelosinquesetrabe.Sonperfectos.

    Kennitsepreguntósielcríopretendíaponerlonerviosoosihabíaolvidadoporcompletoqueestabahablandoconunapersona.

    —¿Yparaeldolor?—preguntóconfingidoentusiasmo.—Tendrásquereunir todo tucoraje.—Elmuchacho lomirófijamentecon

  • susojosprofundos—.Nopodréirdeprisa,peropondrésumocuidado.Antesdeempezartomaalgodecoñacoderon.Sinofueratanescasaytancara,tambiéndeberíamos obtener esencia de corteza de kwazi. Nos vendría muy bien paraentumecer la herida. Eso sí, solo actúa si la sangre está limpia, con lo queúnicamente sería efectiva después de realizar el corte. —Wintrow meneó lacabeza con aire meditabundo—. Quizá tengas que elegir bien qué hombresquieres que te sujeten durante la operación. Convendría que fueran altos yfuertesyquetesepanignorarsilesordenasquetesueltenolesamenazas.

    De repenteKennit fuepresadeunaoladenegación.Noqueríaprestarseaunaexperienciatanhumillanteeindigna.Dejóaunladolaideadequeeraalgoinevitable.Debíadeexistirotramanera,algunaalternativaaldolorinsoportableylaimpotencia.¿Cómoibaaelegiranadiesabiendoqueinclusoenelcasodequesuperara laoperaciónseguiríacorriendoungravepeligrodemuerte?¡Quéimbécillocreeríanentonces!

    —…asíquehayquesacarlosunpoquitoycerrarlosconunpuntoodos.—Wintrowsedetuvocomosiesperaralaaprobacióndelpirata—.Nuncahehechoestoyosolo—admitiódepronto—.Quieroquelosepas.Perohevistohacerlodosveces.Laprimeravezfuepararetirarunapiernainfectada.Lasegundaparaamputarunpieaplastadohastael tobillo.Enambasocasionesmeencarguédeasistiralcurandero,depasarinstrumentos,sostenerelcubo…—Sefuecallandopocoapoco.SehumedecióloslabiosymiróaKennitabriendolosojoscadavezmás.

    —¿Quétepasa?—lepreguntóelcapitán.—Tuvidaestáenmismanos—respondióabstraído.—Ylatuyaenlasmías—lerecordóelpirata—.Yladetupadre.—Nomerefieroaeso—dijoWintrowcomosihablaraensueños—.Túestás

    acostumbrado a este tipo de autoridad. En cambio es algo que yo jamás hedeseado.

  • Capítulo3ElGalloCoronado

    Las pisadas de Jani Khuprus iban produciendo una resonancia hueca en elinmensopasilloamedidaqueloatravesabaapasoligero.Segúnavanzaba, ibaacariciando con las yemas de los dedos la larga tira de jidzin que habíaincrustadaen lapared.El roce iba levantandouna leve estela luminosaque laacompañaba por el oscuro corredor que la conducía a las profundidades dellaberínticopalaciode losVetulus.Enunpardeocasiones tuvoque rodear loscharcosdeaguaturbiaquesehabíanformadoenelsuelodepiedra.Enambasocasionesmemorizósusituación.Cadavezquevolvíanlaslluviasprimaveralessufríanelmismoproblema.Lagruesacapadeporqueríay lasraícesretorcidasqueseabríanpasoporellaempezabanaganarlaarduabatallacontralaantiguaestructurasubterránea.

    Lapasadanochesehabíaproducidounterremoto,nodemasiadointensoparalosestándaresdelosTerritoriosPluviales,perosímásviolentoy largoquelossuavestembloresqueporaquísolíansacudirelsuelo.Noquisoseguirpensandoen ello mientras corría por los penumbrosos túneles. Estos muros habíanresistidoalgrandesastrequehabíaniveladolamayorpartedelaciudadantigua,de modo que confiaba en que aguantaran un poco más. Al final llegó a unadescomunal puerta metálica abovedada. Cuando pasó las manos por susuperficie,elGalloCoronadoquehabíagrabadoenellarefulgiócomosicobraravida.Siempreleimpresionaba.Podíaentendermuybienquesusantepasadoslohubieran convertido en su emblema heráldico al descubrirlo. El ave de metalteníaunespolónlevantadoylasalassemiextendidas,loqueleconferíaunaireamenazador.Lebrillabantodasycadaunadelasplumasdelpescuezo,queteníaestirado.Lagemaquellevabaincrustadaenelojodespedíadébilesdestellos.El

  • animaleraundechadodeeleganciayaltivez.Janicolocólapalmadelamanosobreelpechodelgalloyempujóconfuerzahastaabrirlapuerta.Laoscuridadlediolabienvenida.

    Loúnicoqueevitóquesecayeramientrasdescendíaporlosescalonesbajosquellevabanalagrancámaraeraelhechodequeyaselosconocía.NodejódefruncirelceñomientrasprofundizabaenlanegrurainsondabledelaCámaradelGallo Coronado. Al fin y al cabo no había encontrado a Reyn. Había bajadohasta aquí buscando a su hijo y solo había conseguido perder el tiempo. Sedetuvojuntoalapareddelfinaldelasescalerasymiróasualrededorsinapenasconseguirdistinguirnada.CasiselesalióelcorazónporlabocacuandoReynlehabló.

    —¿Algunaveztehasimaginadoquéaspectodebíadetenerestasalacuandolaconstruyeron?Piénsalo,madre.Enundíacomoeldehoy,elsoldeprimaverahubieraatravesadolacúpuladecristalyhubierahechovibrarloscoloresdelosmurales. ¿Qué hicieron con todo esto?A juzgar por las grietas profundas delsuelo y el desorden de las mesas, no creo que este sea el lugar en el queguardaban los leños de tronconjuro.No.Más bien, diría que los trajeron aquíapresuradamenteparasalvarlosdeldesastrequeestabaenterrandolaciudad.Asíque,antesdetodoaquello,¿cuáleralautilidaddeunacámarataninmensa,consu cúpula de cristal y sus paredes decoradas?A juzgar por las viejasmacetasllenasdetierra,esdesuponerqueladecoraronconplantas.¿Eraestounsimplejardíncubiertodondesepodíavenirapasearcontranquilidadinclusodurantelosdíasdetormentaoeraencambio…?

    —Reyn,yabasta—exclamósumadremolesta.Tanteóconlosdedoshastaencontrar la tira de jidzin de la pared. La apretó con fuerza y en seguida seencendieronconuna luz tenuevariospanelesdecorativos.Arrugóelentrecejo.Recordabaquecuandoellaera jovenbrillabanconmuchamás intensidadyseencendía hasta el último pétalo de cada flor. En cambio ahora cada día lescostabamásencenderse.Noquisopensarqueseestabanmuriendo.Luegodijocon irritación—: ¿Qué haces aquí, si no se ve nada? ¿Por qué no estás en elpasillooestesupervisandoalosobreros?Hanencontradootroportal;estáocultoen un muro de la séptima cámara. Necesitan el consejo de tu intuición paradecidircómoabrirlo.

    —Querrásdecircómodestruirlo—corrigióReyn.

  • —¡Oh,Reyn!—suspiróJanicondesaliento.Estabahartadediscutirtodoeltiemposobreelmismotemaconsuhijomenor.AvecesparecíaqueReyn,queposeíaundonextraordinarioparadesentrañarlossecretosdelasmoradasdelosVetulus, era precisamente el quemás se negaba a aprovechar su habilidad—.¿Qué quieres que hagamos? ¿Que dejemos enterrado todo lo que hemosencontrado y nos olvidemos de ello? ¿Que abandonemos los TerritoriosPluvialesynosretiremosalMitonarparavivirconnuestra familiadeallí?Nonosserviríadegranconsuelo.

    Jani oyó cómo su hijo arrastraba los pies amedida que rodeaba el últimogran leño de tronconjuro que quedaba en la Cámara del Gallo Coronado. Semovíacomounsonámbulomientrasrodeabaelextremo.Asumadreselecayóelalmaalospiescuandoviocómoandabasuhijo,queacariciabaconlosdedosel gigantesco tronco según avanzaba. Iba cubierto con una capa y llevaba lacapuchapuestaparaprotegersedelahumedadyelfríodelacámara.

    —No—dijoenvozbaja—.AmolosTerritoriosPluvialestantocomotú.Nodeseo irme a vivir a ninguna otra parte.Ni creo quemi gente deba continuarviviendoescondida.Tampococonsideroque tengamosqueseguir saqueandoydestruyendo las antiquísimas propiedades de los Vetulus solo para garantizarnuestra seguridad.Opino que en lugar de eso lo que tendríamos que hacer esrestaurarydisfrutardetodoloquehemosdescubiertoaquí.Deberíamosremoverlaporqueríaylacenizaquecubrentodalaciudadparaquelosrayosdelsolydelalunavuelvanailuminarla.DeberíamosexpulsaralsátrapadeJamailliadesuposicióndegobernadorsupremo,eliminarsus impuestosysusprohibicionesycomerciar con libertad allá donde nos plazca.—Bajó la voz cuando vio a sumadreentrecerrarlosojos,peronosecalló—.Mostrarnossinvergüenzaydecirque vivimos dondey de lamanera en que lo hacemos, no por bochorno, sinoporqueasílohemoselegido.Esoesloquecreoquedeberíamoshacer.

    JaniKhuprussuspiró.—Eresmuyjoven,Reyn—dijoJani.—Siquieresdecirestúpido,diestúpido—sugiriósinmalicia.—Noquierodecirestúpido—replicósumadreconamabilidad—.Hedicho

    joven,porqueesloquehequeridodecir.LacargadelasOrillasMalditasnopesasobre ti y sobre mí tanto como sobre otros mercaderes de los TerritoriosPluviales.Enciertomodo,esonosponelascosasmásdifíciles,nomásfáciles.

  • VisitamoselMitonar,dondeaprovechamoslaproteccióndenuestrosvelosparadecir:«Peronosoy tandistintode loshombresquevivenaquí.Conel tiempome aceptarán y viviré con libertad entre ellos». Puede que hayas olvidado loduro que sería paraKys o para Tillamon quitarse el velo ante los ojos de losignorantes.

    Aloír losnombresde sushermanasReynbajó lamirada.Nadie sabíaporquéladesfiguracióncomúnatodoslosniñosdelosTerritoriosPluvialessehabíacebadotantoconellasytanpococonél.Aquí,entrelossuyos,noeraunacargatan difícil de soportar. ¿Por qué le iba a impresionar a un hombre el rostrobulbosoysaturadodecolgajosdeotrosiofrecíaelmismoaspectoqueelsuyo?Sin embargo le desalentabapensar en suhermanastramenor,Kys, paseándosesinelveloporlascallesdelMitonar.Janipodíaleerlospensamientosdesuhijoconlamismafacilidadquesiestefueraunpergaminodesenrollado.Reynarrugóelceñoporloinjustoqueleparecíatodo.

    Cuandosiguióhablando,suvozbrotabaempapadadeamargura.—Somosunpuebloacaudalado.Nosoytanniñonitanestúpidocomopara

    no saberquepodríamos comprarnuestra integración.Porderecho, deberíamosvivirentrelasfamiliasmásopulentas;loquepasaesqueelsátrapanospisaelcuello y nosmete lamano en el bolsillo. Recuerda lo que te digo,madre. Silográramosdesembarazarnosdelyugodesusimpuestose impedirquecoartaranuestralibertaddecomercio,nonecesitaríamosdestruirlosdescubrimientosquenosenriquecen.Podríamosrestaurarestaciudadyabrirlaalexteriorenlugardesaquearsustesorosparamalvenderlosenotraspartes.Lagentevendría,pagaríaparasubirríoarribaennuestrosbarcosysequedaríansatisfechos.Nosmiraríana la cara en vez de apartar la vista, porque siempre se ama al rico.Dispondríamos entonces del tiempo necesario para buscar las llaves que nospermitirían desentrañar los secretos que ahora martilleamos y podríamosanunciarlos. Si de verdad fuéramos un pueblo libre podríamos desenterrar lasincreíbles maravillas que esta ciudad alberga. La luz del sol inundaría estacámaraigualquelohizoantañoylareinaqueyaceaquíencerrada…

    —Reyn…—lesusurrósumadre—.Apartalamanodelleñodetronconjuro.—Noesunleño—dijotambiénélenvozbaja—.Losdossabemosquenoes

    unleño.—También sabemos los dos que las palabras que estás diciendo no te

  • pertenecen solo a ti. Reyn, poco importa cómo lo llamemos.Ambos sabemosademásquehaspasadodemasiadotiempoenestacámaraestudiandolosmuralesycontemplandolosgrabadosdelascolumnas.Tevaabsorbiendolamenteysevaapropiandodeti.

    —¡No!—exclamóconbrusquedad—.Noesverdad,madre.Admitoquehepasado mucho tiempo en esta cámara y que he investigado las señales quedejaron losVetulus.Heestudiado tambiénaquelloquesacamosdel interiordelos otros «leños» que había antes aquí.—Cuando sacudió la cabeza sus ojoscobrizosdestellaronrasgandolapenumbra—.Ataúdes.Deniñoesoesloquemedecíasqueeran.Perono lo son.Yomásbiendiríaque soncunas.Además, sisabiendo lo que sé ahora, deseo despertar y liberar la única que queda, nosignificaquehayacaídobajo su influencia.Soloquieredecirquemehedadocuentadeloqueseríacorrectohacer.

    —Lo correcto es ser leal a unomismo—replicó sumadre con enfado—.Reyn,telovoyadecirmuyclaro.Haspasadotantotiempoencompañíadeesteleñodetronconjuroqueyanodistingueslafronteraentretuspensamientosysustaimadasintenciones.Tusdeseos,peseaserhonrados,nodejandeserinfantiles.Piensaenloquehashechohoy.Sabesquetenecesitan.Ysinembargo,¿dóndeestás?

    —Aquí.¡Dondemássemenecesita,porquenotieneanadiemásqueabogueporella!

    —Lomásprobableesqueestémuerta—leespetósumadreconfranqueza—.Reyn,todoesosoncuentosparabebés.Elleñoyaestabaahímuchoantesdequedescubriéramoseste lugar.Fuera loque fuera loquecontenía,murióhacemuchoysolodejólosecosdesuansiadeluzyaire.Yaconoceslaspropiedadesdeltronconjuro.Unleño,despojadodesucontenido,puederecibirlosrecuerdosypensamientosde aquellosqueestánencontactoconél adiario,peroesonosignificaquelamaderaestéviva.Sicolocaslasmanossobreél,puedesescucharlosrecuerdosatrapadosdeunserqueperecióenunaépocaremota.Esoestodoloqueson.

    —Siestástansegura,¿porquénocomprobamostuteoría?Expongamosesteleñoa la luzyalaire fresco.Sientoncesnobrotadeélningunareinadragón,admitiréqueestabaequivocadoynovolveréaoponermeaqueloconviertanencuadernasparaconstruirungranbarcoparalafamiliaKhuprus.

  • JaniKhuprusexhalóunhondosuspiro.Luegohablóconvoztemplada.—Reyn,daigualqueteopongasono.Eresmihijomenor,nomihijomayor.

    Cuandollegueelmomento,noserástúquiendecidaquésehaceconelúltimoleñodetronconjuro.—Alverquesuhijoagachabalacabezacreyóquelehabíahablado con excesiva severidad. Pese a que era muy testarudo, también erainusitadamentesensible.Janitemíaqueesteúltimorasgolohubieraheredadodesu padre. Intentó que comprendiera sus razones—. Hacer lo que proponesimplicaquelosobrerospierdaneltiempocontareasquenolescorresponden,locualnonospodemospermitirsiqueremosseguiringresandodineroenestacasa.Elleñoesdemasiadogrande.Laentradaqueutilizaronparaintroducirloaquísederrumbó hace mucho. Es demasiado largo como para transportarlo por lospasilloshastaelexterior.Laúnicaalternativaesquelosobrerosabranunclaroen el bosque que queda por encima y luego excaven un pozo hasta aquí.Tendríamosquederribarlacúpuladecristalysacarlocongrúasypoleas.Seríaunatareamonumental.

    —Sitengorazón,mereceríalapena.—¿Túcrees?Supongamosquetienesrazón;¿quépiensashacersiloexpones

    alaluzyeclosiona?¿Cómopuedessaberquelacriaturaquesalgadeélnonoshará daño o que reparará siquiera en nosotros? Has leído más pergaminos ygrabados de los Vetulus que ningún otro hombre. Tú mismo dices que losdragonesqueconvivíanconellosen lasciudadeseranunos seresarrogantesyagresivoscon tendenciaaapropiarsede todocuantodeseaban.¿Liberaríasunacriaturaasíparaquevivieraentrenosotros?Oloqueespeor,¿ysiseenfadaconnosotrosonosempiezaaodiarpor loque leshicimosa lossuyosen losotrosleños sin saberlo?Mira qué tamaño tiene esemadero, Reyn. ¿Liberarías a unenemigotantemiblesobretupueblosoloparasatisfacertucuriosidad?

    —¡Curiosidad!—exclamóReyn echando saliva—.No esmera curiosidad,madre.Sientolástimaporelserquehayahídentro.Sí,ymesientoculpableportodoslosquehemosidoasesinandocontantadespreocupaciónalolargodelosaños. Los remordimientos y la necesidad de expiación pueden ser tan fuertescomolacuriosidad.

    Janiapretólospuños.—Reyn, no pienso seguir discutiendo esto contigo. Si quieres continuar

    debatiendoesteasunto,deberáshacerloenmi salón,noenestacuevahúmeda

  • conesa…cosaqueteabsorbelospensamientos.Ynohaymásquehablar.Reynsepus