Quizás nadie entienda mejor el valor de la lealtad que aquella persona que ha sido traicionada en algún momento.

Esta claro que todas las personas esperamos la lealtad de los demás, y que nadie le gusta ser traicionado, o saber que esa persona hablo mal de nosotros

Es el amor o gratitud que muestran al hombre algunos animales.

Si somos leales, logramos llevar la amistad y cualquier otra relación a una etapa más profunda, con madurez.

La lealtad es un valor, pues quien es traidor, se queda solo.

Necesitamos ser leales con aquellos que nos han ayudado.

En este sentido, la lealtad es una llave que nos permite tener un autentico éxito en nuestras relaciones.

Fidelidad al compromiso de defender lo que creemos y en quienes creemos, en los buenos y en los malos momentos.

Cuando alguien nos ha dado algo bueno, le debemos mucho más que agradecimiento.

Como la confianza y el respeto que debe haber entre padres e hijos.

La lealtad implica defender a quien nos ha ayudado, en otras palabras “ sacar la cara”.

Es la relación de corazón a corazón la lealtad desarrolla la confianza mutua.

No me importa recibir una serie de golpes, por muy traicioneros que sean, si con ello un amigo se ve libre.

Alianzas pactadas en las sombras porque no se atreven a obrar a la luz del día.

“ Si no es correcto, no lo hagas. Si no es verdad, no lo digas”. No hay mayor amor que el de quien da la vida por las personas.

Dios es el mejor amigo del hombre y su plan es el que el hombre corresponda con su lealtad.

El verdadero arte será reflejo y expresión del espíritu del hombre en todas sus dimensiones.

La lealtad no es consecuencia de un sentimiento afectivo, Sino el resultado de una deliberación mental para elegir lo que es correcto.

Por mantener incólume, por evitar un daño, me enfrento a quien sea.

La lealtad es un corresponder, una obligación que se tiene con los demás, es un valor que no es fácil de encontrar.