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Consejo editorialJorge Rodríguez GómezFelipe SaldiviaGustavo Borges Revilla

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editor jefeCarlos Cova

direCtora de arteEdarlys Rodríguez

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loGÍstiCaIdania BracamonteDaniela FernándezEdi Cordero

Colaboran en esta ediCiónClodovaldo Hernández, Ángel Méndez, Naile Manjarrés,Freddy Fernández, Miguel Posani, Mayleni Curros, Indira Carpio, Jessica Mena, L. “Razor” Balza, Henry Rojas y Neptalí Segovia. Archivo Ciudad CCS.Fotografía de portada: Michael Mata.

impresión Complejo Editorial Alfredo ManeiroImprenta Nacional.

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Comercialización y Ventas: 0212-8080323/0426-5112114Distribución: 0212-8085843 Depósito Legal: pp201202dc4166Una publicación de la

Contenido

Revista GRatuita CirCula los domingos Con el diario Ciudad CCs búsCala de lunes a viernes en nuestra sede: esq. san jaCinto, edif. gradillas “C”, piso 1, al lado de la taquilla úniCa de serviCios muniCipales y en la librería-bar el teCho de la ballena, edif. gradillas “a”, planta baja, bulevar del eterno retorno

Premio Nacional de Periodismo “Simón Bolívar”, 2014 y 2015.Premio Municipal de Periodismo “Guillermo García Ponce”, 2014.

02 — perfilBob Dylan

05 — el menjurje Mancheta y demás

07 — Ciudad La ruta del frescor

10 — músiCa “Cómo fue” con Elena Gil

13 — foto-reportajeLo que somos en un mar de letras

19 — libremente¿En qué crees?

22 — entrevistaGeraldina Colotti

26 — CrÍtiCa y mediaTelevisión y oralidad

06 — mitos Ronaldinho en el ocaso

12 — filo y borde Temperamento de diálogo

18 — sexodiversidadDisfraces

20 — GastronomÍaPichones de sibarita

27 — poesÍao nada

28 — CruCiCulturaCrucigrama

29 — la bitáCorade amón-ra

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PERFIL02

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POR CLodovaLdo HERnándEz • [email protected] / IlUSTRacIóN aLFREdo RaJoY

Encarnó El Espíritu contEstatario dE las juvEntudEs dE los años 60 y 70. sE EnfrEntó a la industria dE la guErra

y sE hizo figura mundial a pEsar dE la maquinaria capitalista dEl EntrEtEnimiEnto, quE nunca lo quiso biEn.

hoy, con 75 años, Es El prEmio noblE dE litEratura

A lo largo de la historia, la Academia Sueca ha despertado bastan-te polémica con los grandes escritores a los que ha ignorado año tras año, quienes murieron sin recibir el Nobel de Literatura. En-tre ellos están nada menos que James Joyce, Franz Kafka, Virginia Woolf, Graham Greene, Marcel Proust, Émile Zola, León Tolstoi, Henrik Ibsen y el gigante argentino Jorge Luis Borges. Este año, la controversia es diferente, pues el premio ha sido otorgado a un músico: Bob Dylan.

La irreverente decisión del jurado del premio literario más impor-tante del mundo generó muchas reacciones a favor y otras tantas en contra. Alguien dijo que ahora sí es verdad que se decretó la muerte del libro, que quedará relegado al rol de adorno en las ca-sas de intelectuales analógicos. El escritor escocés Irvine Welsh se mostró cáustico, al decir que Dylan fue premiado por unos hippies descontinuados, aquejados de problemas prostáticos.

Más allá de lo corrosivo del comentario, la verdad es que Dylan, originalmente conocido como Robert Allen Zimmerman (Minne-sota, Estados Unidos, 1941), encarna el espíritu de los años 60 y 70, caracterizado por la rebeldía que floreció en las juventudes de las sociedades industrializadas y de las que el movimiento hippie fue un emblema.

“Conocí a Bob Dylan hace ya más de 50 años y lo primero que me conmocionó fue, sin duda, la voz de aquel tipo. Y no solo era lo rís-pido y raído de ella sino cómo la utilizaba para remarcar acentos. Podía ser sugestiva, enfurecida, coloquial, irritada o confidencial y no solo de canción a canción sino de estrofa en estrofa dentro del mismo tema”, dice Xulio Formoso, músico y artista plástico vene-zolano nacido en Galicia. “En ese momento no entendía nada de lo que decían sus letras, pero lo importante para mí no era tanto lo que decía sino cómo lo decía”.

Quienes le otorgaron el premio Nobel se basaron en lo que Dylan dijo y en la forma como lo ha dicho. Así al menos lo expresa el

dictamen: “Por haber creado una nueva expresión poética dentro de la gran tradición de la canción estadounidense”.

El poeta William Osuna, presidente de la Casa Nacional de las Le-tras Andrés Bello, agradece la influencia que tuvo el autor esta-dounidense en la hechura de los creadores de su generación y valo-ra el mensaje político de los poemas cantados de Dylan: “Nos trajo por la carretera del rock a la selva de la poesía, pretendió detener la maquinaria de la guerra y, en cierto modo, con su canto poético arrojó por la bajadita ‘Like a Rolling Stone’ (‘Como una piedra ro-dante’) al Ejército imperial. Te queremos, Bob. Aquí, en este patio, los tiempos están cambiando”.

Ciertamente, casi todas las canciones de Dylan llevan un mensaje contestatario, pero algunas fueron directamente cuestionadoras de la industria bélica. Así pasa en “Masters of War” (“Señores de la guerra”), un tema en el que expresó: Vengan señores de la guerra, / ustedes que construyen todas las armas, / ustedes que construyen aviones de muerte, / (...) ustedes que se ocultan tras escritorios, / solo quiero que sepan / que puedo ver más allá de sus máscaras / (...) Cuando el número de muertos asciende / se esconden en sus mansio-nes / mientras la sangre de los jóvenes / se escapa de sus cuerpos y se entierra en el barro.

Con tal actitud, Dylan nunca fue un favorito de la maquinaria ca-pitalista del entretenimiento. Antes bien, puede decirse que se con-virtió en una figura universal a pesar de ella.

Incluso desde una óptica conservadora, se pondera el rol que cum-plió Dylan en aquellos años. El articulista Luis Xavier Grisanti destacó el escenario de contradicciones en el que germinó la obra del cantautor: “Pionero de la protesta social, Dylan produce sus mejores composiciones en la turbulenta década de los años 60. Pu-ritanismo y destape sexual. Pujante clase media y opulencia de los grandes capitales. Libertad sin igual y discriminación racial. De-mocracia interna y apoyo a las dictaduras latinoamericanas. De-

BoB Dylan EL REbELdE quE LE Puso músICa aL nobEL

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Edición Número Doscientos cuatro. Año 04. ÉPaLE CCsCaracas, 13 de noviembre de 2016.

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mocracia plena y guerra de Vietnam. Cohesión social y asesinatos de John y Robert Kennedy y Martin Luther King. Estas contradic-ciones son recogidas por el joven veinteañero”.

En el lado revolucionario del espectro, Dylan es lo que se llama un artista de culto. El periodista y melómano Douglas Bolívar con-fiesa ser uno de sus hinchas: “Creo que ya la frase está patentada: Bob Dylan es al mundo lo que Silvio Rodríguez a América Latina y Alí Primera a los venezolanos y las venezolanas: cantores que se valieron de la poesía para encarnarnos en nuestros anhelos de un mundo más justo. Fue fácil que iniciáramos militancia en su músi-ca y en su obra, que es la de un redentor. Por tanto, siempre me he sentido seguro y grande sabiéndome uno más de sus legionarios”.

Bolívar explica que profesa “una mayor admiración a Dylan no tanto por su poesía, que es inmensa, sino por su todavía más asom-broso talento por los géneros, incluyendo el rock and roll. Los hace todos con maestría, como maestro es Silvio y fue Alí. Siempre que escucho a Dylan hago lectura de su poesía por la instrumentación ecléctica de sus canciones”.

En este punto, volvamos con el músico Xulio Formoso, quien tam-bién se impresionó, desde un principio, con las virtudes musicales del galardonado: “Tiene una forma de tocar guitarra aparentemen-te elemental y engañosamente tosca. Un estilo bastardo, mestizo y absolutamente perfecto. Y a todo eso había que sumarle una armó-nica esquinada que sonaba a un híbrido de cadencias entre coun-try, folk y blues del delta. Una armónica, una guitarra y una voz que parecían andar a contramano de las señas, enemistadas con los rebordes que impone la melancolía; una armónica, una gui-tarra y una voz plebeyas y de vigor primario que salmodiaban el desarraigo y borraban el nombre a las heridas. Una armónica, una guitarra y una voz arropando una lírica poderosa e irreverente, que conformaban algo único y sustantivo, un sello de lacre indeleble y jodidamente magnífico”.

Formoso, quien se dio a conocer como compositor de las piezas musicales de la mítica obra de teatro Tu país está feliz, del Grupo Rajatabla, afirma que por Dylan incursionó en la guitarra y decidió aprender inglés para saber qué decían sus canciones. “Mis prime-ros álbumes tienen una influencia directa de él e, incluso, en los últimos siguen apareciendo siempre sus proyecciones y ascendien-tes. Hubo una época en que solo escuchaba a Dylan. Si alguien ha tenido influencia en mi vida y en mi obra ha sido él”.

Otro que puede reivindicar su admiración por Dylan como algo de vieja data (en lugar de la moda en que se ha convertido actualmen-te) es el poeta Tarek William Saab, defensor del Pueblo, quien, du-rante su ejercicio como gobernador de Anzoátegui, ordenó erigir un busto del músico en el parque Andrés Eloy Blanco de Puerto La Cruz. Muchos lo criticaron y lo llamaron ridículo, sobre todo por-que en el pedestal dice que Dylan es “candidato al premio Nobel de Literatura”. El dictamen de la Academia Sueca les ha tapado la boca a esos críticos.

“Dylan resume, por su influencia universal, el arte de los últimos 50 años. Es una bisagra que une la historia del rock, la poesía y la rebeldía de varias generaciones durante los siglos XX y XXI, deta-lle que automáticamente lo convierte en un inmortal”, dijo Saab.

La cronista argentina Leila Guerriero, en un artículo, expresó el sentimiento de muchas otras personas. “Todavía no sé qué pienso acerca de que le hayan dado el Nobel. A veces estoy de acuerdo, otras no. Y tengo sentimientos encontrados: de a ratos me gusta el gesto de la Academia —su enloquecida extravagancia— y de a ratos me ofusca que quiera meter en el sistema lo que siempre ha estado contra él”.

Guerriero abordó otro de los aspectos controversiales que ha te-nido, hasta ahora, la edición 2016 del Nobel de Literatura: el largo paréntesis de silencio que hizo Dylan antes de aceptarlo, visto por algunos como arrogancia y desparpajo. Dijo Guerriero: “Siempre he pensado, además, que no todo es algarabía al recibir un premio de esta naturaleza, porque puede verse como una lápida, un final de camino: después del Nobel, qué. (…) No es descabellado que un artista complejo reaccione de forma compleja a un reconocimiento así. (…) Pero pasaba el tiempo y Bob no decía nada. Ni ‘el premio apesta’ ni ‘gracias’. Mientras estuvo desaparecido, pensé en una fra-se de La Rochefoucauld (…): ‘Quien rechaza un elogio es porque quiere dos’ (…). Pero ahora Bob apareció, dijo que la noticia lo había dejado sin palabras y que irá a la ceremonia de entrega... si puede. Yo no creo en Dios. Creo en la buena educación. No sé si la displicencia es parte de las cosas que la conforman”.

aLguIEn dIJo quE aHoRa sí Es vERdad quE sE dECREtó La muERtE dEL LIbRo, quE quEdaRá RELEgado aL RoL dE adoRno En Las Casas dE IntELECtuaLEs anaLógICos. EL EsCRItoR EsCoCÉs IRvInE WELsH sE mostRó CáustICo, aL dECIR quE dYLan FuE PREmIado PoR unos HIPPIEs dEsContInuados, aquEJados dE PRobLEmas PRostátICos—

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Edición Número Doscientos cuatro. Año 04. ÉPAle CCSCaracas, 13 de noviembre de 2016.

Gaitas en caracas

Pedro Moya y Su Orquesta conti-núan el ciclo “Y llegó la Navidad” de Conexión Cultural Cantv. La agrupación interpretará recono-cidos temas gaiteros con arreglos propios de la salsa. Hoy, a las 11 am, en el auditorio de la sede principal de Cantv, ubicada en la avenida Libertador.

El próximo viernes 18 de noviem-bre, la gaita tomará la Sala de Teatro 1 del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Galle-gos (Celarg) para rendir homena-je a la Virgen de la Chinita. A los miembros de Gaiteros de Primera se unirán las agrupacio-nes Tradición, Gaita y Parranda; Octava Gaitera y Hermanos Gaiteros de Caracas en un evento previsto para las 7 de la noche, que incluye la presentación del monólogo Las vivencias de un gaitero. La entrada tiene un costo general de Bs. 2.500.

También es una feria, también es internacional, pero lo más pa-recido a un libro que encontrará son los booklets de los CD, es decir, esos cuadernillos que, en el peor de los casos, tienen una sola página con la ficha técnica de la producción discográfica. Es la Fimven (Feria Internacional de Música de Venezuela) que, en su segunda edición, rendirá homenaje a Serenata Guaya-nesa. Durante el evento, individualidades y agrupaciones mos-trarán sus propuestas musicales para la valoración y el disfrute del público y de programadores provenientes de distintos países del mundo, mediante galas musicales y conciertos promociona-les. También habrá espacio para el cine, la gastronomía y otras disciplinas artísticas. Del 14 al 19 de noviembre en el Teatro Teresa Carreño y el Eje del Buen Vivir.

revoluciónal dente

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Alias Bambi C4, de Eduardo Barbe-rena, se exhibirá desde hoy hasta el próximo jueves 17 en la Cinemateca Nacional (Museo de Bellas Artes) a las 5:30 pm. La cinta, distribuida por Amazonia Films, está basada en la voladura de un avión de Cubana de Aviación organizada por el terrorista anticastrista Luis Posada Carriles, ocurrida en 1976.Puede consultar el resto de la progra-mación en www.cinemateca.gob.ve.

Que aunque EEUU tenga presidente nuevo, seguirá jodiendo

El adelanto en el pago de las utilidades

y ahora la fimven

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MITOS

ronaldinho en el ocaso

Creo que una de las partes importantes de un niño fanático del fútbol es la figura, el modelo a seguir. Ese individuo, en la infancia, se denomina el “jugador favorito’’ y todo el deporte, simplemente, se reduce a esa figura de culto. A veces, si se vive en un país no fut-bolístico, donde el fanatismo no lo demarca la geografía sino otros factores, se puede encontrar con lo que me encontró a mí: la afición a los equipos era decretada por el jugador al que le había entregado previamente el alma. Por eso, gracias a Rivaldo conocí al AC Milan; después, gracias a Ronaldinho conocí al Barcelona FC.

Todos los fanáticos lo deberían recordar: un negro con el pelo lar-go y rulo, con su sonrisa siempre desplegada y la boca abierta, con-secuencia de sus labios anchos y sus grandes encías. Es un tipo feo, pero al que no puedes decretar como tal. Cuando lo ves, algo en ti se arruga y lo calificas de bello y utilizas recursos prefabricados como “hay algo que trasciende lo físico’’. Y de verdad que sí lo hay.

El brasileño Ronaldo Asis de Moreira tenía una forma interesan-tísima de jugar. Fue descubierto cuando el Barcelona pasaba por una crisis futbolística: no se veían resultados, los jugadores se iban del club y la hinchada, por ende, estaba insatisfecha. El Barça de esa época no era el titán de la negociación que es hoy. Tenía menos plata y alguno que otro título conquistado en sus años de oro. Joan Laporta pensó en contratar a David Beckham, pero el Spice Boy decidió irse al Real Madrid. La segunda opción, arriesgada, fue la del brasileño proveniente del Paris Saint-Germain, donde era famoso no solo por dejar regados a los rivales —como si todo eso fuera un juego de niños—, sino por no ir a entrenar.

Para la sorpresa de muchos, Ronaldinho llegó a las instalaciones del Barcelona y estrenó la camiseta con un golazo inusual contra el Sevilla. Su forma de jugar, como refiere el escritor mexicano

POR AndEr dE TEjAdAILUSTRACIÓN jESSICA MEnA

Juan Villoro, era de lo más extraña: “Según los registros de Fran-ce Football, el motor del Barça utilizaba el balón de la siguiente manera: 34 por ciento del tiempo permanecía en la misma zona, 28 por ciento retrocedía, 24 por ciento se desplazaba en forma lateral y solo 14 por ciento de las veces avanzaba’’. En medio de esos despliegues inusuales era, sin embargo, cuando ocurría la magia. De pronto aparecía la famosa elástica, el sombrero, el re-gate que dejaba a dos o tres tirados en el suelo y, por último, el sprint en diagonal, que a veces prosperaba o a veces se moría por su terquedad.

Hay un factor que Juan Villoro refiere como el decisivo, como el que hizo que ese desorden pasional llamado Ronaldinho se enca-rrilara y diera frutos constantes. Ese elemento determinante fue un africano llamado Samuel Eto’o: “El ariete camerunés hizo que la más caótica evolución de Ronaldinho adquiriera sentido de la amenaza. Si el brasileño retrocedía, parecía hacerlo para buscar un hueco rezagado desde donde filtrar el balón al centro delantero’’.

No sé si a Ronaldinho, después de su retiro —anunciado reciente-mente para el año que viene—, se le recordará como un triunfador. Pero estoy seguro de que, si por él fuera, no le importaría nada dicha connotación. Sabría de antemano que para ser un deportis-ta tipo hay que reprimirse casi con totalidad, dándole la vida a la institución deportiva. Ronaldinho, en ese sentido, era un rebelde. Siempre que tenía chance se escapaba a satisfacer las demandas de su otra pasión: la fiesta. Sin embargo, y por esto es tan especial, Ronaldinho lo ganó todo: Liga Española, UEFA Champions Lea-gue, Mundial de Fútbol y Copa Libertadores sin borrar de su cara la sonrisa del niño que se encuentra con un balón, o del adulto que entra a un salón de fiesta y verifica que las garotas bailan y la música suena.

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CIUDAD

La ruta deL frescor

escogimos una ruta de forma arbitraria para darle una alternativa a la gente. esto, con un final feliz:

beberse un jugo que solo cuesta 450 bolívares y cuya calidad y ambiente lo hacen casi obligatorio

POR AnDEr DE tEjADA / FOTOGRAFÍAs EnrIqUE hErnánDEz

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frenos: el cruce de carros amenaza. Por ende, hay que asomar bien la cabeza y procurar no pelar un pedal.

Zigzagueamos entre los charcos y llegamos al parque Los Caobos, también repleto de lagunas formadas tras las lluvias de los días anteriores. Continuamos el movimiento de serpiente, como aquella que no vimos en-tre las matas. Los frenos se me mojaron y comenzaron a chillar como una chicharra. Llegado el final —o el principio— de la ruta del parque, se puede ver cómo esta va ascen-diendo entre cada colina que te acerca a la Plaza de los Museos. Es como una carrete-ra desierta larguísima. El punto de fuga que uno ve en educación artística de séptimo grado queda ejemplificado perfectamente.

Subimos poco a poco mientras hablába-mos con Maikel, nuestro baquiano en ese terreno conocido, pero al que —por lo me-

Las rampas del parque Los Caobos

Enrique y yo nos montamos en la estación de Plaza Venezuela. Agarramos nuestras bicicletas y fuimos escoltados por Maikel Carrera, quien terminaba su turno de la ma-ñana como operador de punto. Con él des-cendimos a toda velocidad por la vía hacia el parque Los Caobos. Fuimos dejando atrás aquella amplitud para subir hacia el puente de la plaza Rueda Libre, una especie de Gol-den Gate miniatura, sombreado por varios árboles de gran tamaño. Después del puente, al dar la curva, Maikel juró haber visto una serpiente escabulléndose entre unos mato-rrales. Nos acercamos los tres, tratamos de divisarla entre los arbustos pero no vimos nada. Enrique, entre risas, dijo que mejor era irse antes de salir picado. Volvimos a montar y seguimos.

El descenso es de lo más agradable. Una cur-va cerrada te hace coger velocidad pero, a unos cuantos metros, tienes que apretar los

nos yo— no le dedico el tiempo necesario. Es ahí cuando se ve la belleza del parque, el silencio que lo abarca todo y el frescor que existe gracias a que el sol nunca puede en-trar. Lo único necesario podría ser un refor-zamiento de la seguridad, ya que esa misma amplitud, esa misma oscuridad relajante y ese camino de laberintos escondidos pue-den tornarse aterradores en algún momen-to de la tarde.

Cada tanto nos deteníamos para las fotos. Maikel posó para el lente experimentado de Enrique y nos habló un poco del sistema: tres veces han cambiado de bicicletas. Hubo unas anaranjadas, frágiles, que duraron poco; des-pués arribaron unas verdes que están actual-mente en mantenimiento por la inundación del depósito en donde se encontraban; ahora cuentan con unas bicicletas color vino tinto que, a su vez, hacen que todo el sistema cam-bie: si recuerdan, hace aproximadamente un

Maikel Carrera fue nuestro "rutero"

La verdudería y frutería Esquina Ño Pastor es un proyecto apoyado por la Gran Misión Saber y Trabajo

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hortalizas, con el objetivo de conocer más a fondo su proceso de producción, y llegaron a visitar fincas para conocer desde el con-tacto directo con lo estudiado. Tras esto, les aprobaron un proyecto local y les entrega-ron el sitio junto con los materiales para que ellos mismos construyeran sus guacales de madera. Son tres hermanos: Ramona, Jo-hany y Johander Hidalgo, quien nos atendió en ese momento. Los tres viven en la Misión Vivienda. Su plan es emplear a otros tres de la comunidad.

Pedimos un batido de cambur cada uno. Nada mejor que eso después de bicicletear. Johander se calzó unos guantes, se puso un tapaboca y se cubrió el pelo con una malla, con una delicadeza que te hacía pensar que lo que el hombre elaboraba no era jugo sino alguna pócima mágica... o algún explosivo. Esto último nos dice mucho del cuidado con que hacen su trabajo. En pocos segun-dos estuvo listo el batido. Espeso, en su punto de dulzor, servido en generosas can-tidades. Succionado por Enrique en cinco segundos. Por mí, que soy más de darme mi tiempo, en algo como diez minutos. Después nos miramos. Todo perfecto. Los ratos distin-tos son posibles. A veces, solo hay que ir a una frutería o usar una bicicleta.

Batidos de cambur junto al reflejo de Parque Central

año se podía ver a los trabajadores operando el sistema de préstamo con unas computa-doras portátiles. En uno de los puntos fueron víctimas de un atraco a mano armada. Deci-dieron, como es lógico, cambiar a otro siste-ma, un poco más inconstante (a veces podía ser muy rápido, a veces muy lento): te acer-cabas, anotaban tu datos y posteriormente llamaban a la central, donde verificaban y te asignaban el serial de tu bicicleta. Este siste-ma está en “veremos’’, porque las nuevas bi-cis no tienen seriales. Por ende —y también por un acto de negligencia de los usuarios, quienes hacen los cambios bruscamente y se desvían de la ruta—, ahora funcionan con un “rutero”. El que ocupa esta labor se encarga de acompañar a la gente a través de su ruta. Van pasando por los puntos de destino hacia donde los usuarios se dirigen y después con-tinúan con otros. Así, con ese mecanismo de vigilancia, las personas no se salen de la ruta. Hurtos de bicicleta, afortunadamente, no ha habido. Lo que nos dice es que, simplemente, la gente se quiere divertir, desea las bicicletas para algo más que el transporte.

Continuamos nuestro camino con el guía Maikel. Le damos las gracias a él y a su com-pañero Erlis Barrios, quien es operador de punto, por toda la ayuda prestada.

Nuestro sitio anhelado después de esa trave-sía era Parque Carabobo. Ahí, en el Misión Vivienda ubicado al lado de la avenida Bo-lívar, queda un sitio llamado Esquina Ño Pastor (vecino de un restaurante al que un día le otorgaremos un espacio en la sección “Pichones de sibarita”). El sitio para sentar-se es una terraza en unas mesas de madera limpias y cómodas, donde pega un viento que no sé muy bien de dónde viene, ya que golpea por cualquiera de los puntos cardi-nales, pero mantiene esa imagen de frescor de nuestra ruta. El lugar, para ir al asunto, es un frutería que se distingue estéticamente de todo lo que conocemos como frutería. Ahí, todo hecho de madera con un minimalismo que sirve a la belleza, propio de los sitios gas-tronómicos del momento. Esa sencillez tan magnífica está hecha solo con guacales de madera, comunes y corrientes.

Todo comenzó cuando la familia Hidalgo, hace dos años, montó un toldo en la parte baja del mismo edificio en donde vendían sus frutas y hortalizas. La Misión Saber y Trabajo, al verlos, les hizo un seguimiento para observar las características del sitio, así como el precio y la calidad de los productos. Les propusieron, entonces, un cupo en la formación de proyectos relacionados con las

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MÚSICA

Con ElEna Gil uno adivina “Cómo fuE”

La boLerista pemona brindó un concierto íntimo en eL teatro aLameda de san agustín, tempLo saLsero

donde cantara eL bárbaro benny moré

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POR ÁngEL MÉndEz ⁄ FOTOGRAFÍAs EnrIquE hErnÁndEz

SwinG latino

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La mesa estuvo servida desde tempranas horas de la tarde. San Agustín es lento cuando no se habla de salsa y el teatro Alameda es celoso y reticente. “Allí como que falta más promoción, un equipo que maneje con soltura eso de los medios”, nos comenta un parroquiano que “se tiró” de arriba abajo el concierto de boleros de Elena Gil. Total, allí estuvieron quienes tenían que estar. No fue masivo el público, pero eso sí, bien selecto. Desde una silla al fondo nosotros nos “tripeamos” la presentación y hasta el bautizo simbólico de un CD de La Pemona.

Por allí debíamos comenzar: decir que no se trataba de una presentación cualquiera. Ya habíamos charlado con nuestra pemona, que ya nos apropiamos de ella. En esa conversación hablamos del amor, de los encuentros y desencuentros; de tantos corazones rotos y lamentos desteñidos a lo largo del camino. Ella que cantaba —y canta— boleros aquí y en La Habana, sin que lo haya presenciado el difunto Cabrera Infante, asiente nuestra afirmación con esa voz de jilguero que se gasta. Un gorrión que no nació en París sino en la Gran Sabana, territorio que está en su mente, en el alma, en todo su ser porque, aunque no se crió entre curiaras y alfondoques, ella es tan pemona como la que más.

“Mantengo mis raíces y estoy perennemente conectada con mi pueblo. Navego los ríos con mi canto y arrullo a los niños con mi voz. Pronto iré a mi tierra para regalarles un concierto y que ellos me regalen su presencia. No lo he hecho aún, pero me preparo para ello”.

Elena Gil, la que canta boleros. Sus rasgos no son “tintoreros” ni nada parecido. Lo de ella es indigenismo puro, y se siente orgullosa de su estirpe. Habla la lengua pemón porque su madre se empeñó en que así fuera. Ella lo agradece y entona una canción en su lengua. Tú me acostumbraste a todas esas cosas, y tú me enseñaste que son maravillosas... Se conoce todos los boleros del mundo porque ella es un amor, y su manera de querer tiene mucho que ver con todo eso. Para Elena el bolero, con todo su pentagrama, es su manera de decir que aborda con pasión el más efectivo mecanismo para arroparse con

ese sentimiento, que el público internaliza por pedacitos y digiere con gula. Es el mal que nos cobija, la alegría lacrimosa que desborda, el susurro que ella pregona cada vez que se monta en una tarima. Ha perdido la cuenta de cuántas veces ha pronunciado el ansiado “te quiero” en tiempo de bolero.

ELLA CAnTA BOLErOS Una y otra vez recurro a Guillermo para hablar de la pasión encerrada en este género. Ya no le digo Cabrera Infante porque, de tanto nombrarlo, se ha hecho íntimo, presente. Cabrera Infante es algo así como mi confidente, gracias a sus maravillosos escritos. Me cuesta un mundo apartar el bolero de su presencia porque, hasta ahora, ningún tratado sobre el bolero ha podido superar sus letras, ni siquiera José Balza o Helio Orovio, quienes se atrevieron a meterse tan seriamente en esas honduras. Digo que no es fácil tratar el tema sin que la melodía nos devore...

Cómo fue, no sé decirte cómo fue; no sé explicar lo que pasó, pero de ti me enamoré. Fue una luz, que iluminó todo mi ser; tu risa como un manantial, regó mi vida de inquietud... Lo dije en una oportunidad, es mi canción preferida y la he bajado de YouTube en diferentes voces. Allí tengo en mi disco duro a Elena Gil, en esa confesión entrecortada. “Cómo fue”, pieza hermosa de Ernesto Duarte Brito de la que se adueñaron Benny Moré, Lucho Gatica, Pedro Vargas, Oscar D’ León, Ibrahim Ferrer, Omara Portuondo y tantos otros para convertirla en uno de los boleros más versionados de la historia. En el video vemos a Elena montarse en la canción sin ensayo alguno, en una reunión de amigos, acompañada de guitarra y flauta por David Martínez, Carlos Cordero y Luis Gil. Al escucharla nos dijimos: “Ella canta boleros”, como la del libro.

Ya dije que Elena no es “tintorera” sino muy pemona, aunque “no se crió en el barrio”, para decirlo de alguna manera. Es pequeña, de ojos achinados y abundante cabellera, y se siente orgullosa de serlo. Dicharachera, alegre, lleva las letras de las canciones en su boca y hasta se atreve a hacer chistes de ellas. Pemón, vida de mi vida, pemón si es que te he

faltado... Ríe y nosotros la acompañamos en la ocurrencia: lo hacemos y nos repetimos. Ella canta boleros con mucha soltura y demasiado sentimiento. Se presentó en San Agustín, y quienes tuvimos el privilegio de escucharla disfrutamos de ellos.

Elena me hubiese gustado más al estilo de Cortijo, con bomba y plena, pero se presenta con el tumbao de Lino Borges con quien, por cierto, cantó en 1990, cuando el cubano visitó nuestro país para celebrar los 25 años de “Vida consentida”, la canción de Homero Parra que su pianista, el profesor Joaquín Mendível Guerra, convirtiera en bolero. Fue el profesor Mendível quien la invitó a participar por vez primera en un festival del bolero. Ella creyó que era un evento más. No sabía que se trataba del Festival de Boleros de Oro de Cuba, ese evento tan importante para toda América Latina que, año tras año, se celebra en Matanzas.

“Allí tuve el privilegio de cantar al lado de la Señora Sentimiento (la gran Elena Burke), compartir con Isolina Carrillo (compositora de ‘Dos gardenias’), Enriqueta Almansa, el mismo Lino Borges y Martín Rojas, quien me acompañó con la guitarra en el teatro Fausto en Matanzas. Es decir, tuve el privilegio, la maravilla, de compartir en 1990 con esas joyas que ya se fueron. Sí, ese fue un privilegio”.

El bolero se está poniendo de moda. En verdad no hay muchos exponentes porque los románticos prefieren la balada, pero hay muchos “mohicanos”, como Elena y el Festival de Boleros, que no permiten el olvido. Ella es asidua participante en el evento. Un espectáculo de primera que el próximo año tendremos la oportunidad de presenciar, porque se comenta que habrá una edición internacional en el Teresa Carreño. Allí estaremos para escuchar a Elena Gil, la bolerista pemona, con todo ese vozarrón que se gasta. Ella tiene feeling, porque nació emparentada con ese movimiento cubano.

Fueron tus ojos o tu boca, fueron tus manos o tu voz; fue a lo mejor la impaciencia, de tanto esperar tu llegada. Mas no sé, no sé decirte cómo fue; no sé explicarme qué pasó, pero de ti me enamoré.

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FILO Y BORDE

Hace mucho tiempo me contaron que en 1968, cuando Estados Uni-dos y Vietnam acordaron iniciar negociaciones en París, la delegación estadounidense alquiló el último piso de un hotel para establecer sus oficinas, mientras que la contraparte vietnamita compró una casa. Am-bos gestos constituían, en sí, un mensaje político muy claro: Estados Unidos tenía mucha prisa; Vietnam, mucha paciencia. No sé si esa narración de las negociaciones de París forma parte de una visión mi-tológica de la heroica guerra patriótica que libró el pueblo vietnamita. Las negociaciones duraron cinco años, tuvieron 202 sesiones públicas y 24 privadas. Fue también otro terreno de combate, no militar. Fue un enfrentamiento de inteligencia y diplomacia.

También me contaron que las negociaciones comenzaron con la exi-gencia de Estados Unidos, de cumplimiento inmediato, de que Viet-nam del Norte realizara movimiento de tropas y cesara las acciones militares. A estas exigencias Vietnam del Norte contrapuso el cese de los bombardeos a su territorio. También que las negociaciones estable-cieran, primero, los puntos en los que tenían naturalmente acuerdos y, luego, se revisaran los que constituían elementos de confrontación. Ambos aspiraban a la paz, todos querían el cese de la guerra y la pro-tección de sus hijos, entre otros temas.

Repito: no sé si se trata de una suerte de mitología. Si así fuera, rescato de esa narración la sabiduría de dos hechos que sobresalen: la paciencia y la construcción de una vía de negociación que privilegia los intereses comunes antes que los desacuerdos.

Mientras que Vietnam asumió las negociaciones como parte de su mi-lenaria lucha por la soberanía y la independencia, el gesto vietnamita de disposición al diálogo fue leído por Henry Kissinger como una se-ñal de debilidad de Vietnam del Norte. Creyó que estaban muy cerca de capitular, por lo que se ordenó multiplicar los bombardeos contra el pueblo vietnamita. La sabiduría estratégica y táctica de Vietnam se impuso en el terreno militar y en el campo diplomático. La victoria vietnamita fue completa, resonante y brillante. Se asumió como una victoria propia de todos los pueblos del mundo.

Hoy, cuando Venezuela emprende un camino de diálogo nacional, se espera que prevalezcan los intereses comunes de todos los venezolanos antes que los temas que nos diferencian. Se espera que cese el chantaje y la amenaza. Estoy convencido de que todos queremos la paz y la protec-ción de nuestros niños. Me atrevo a soñar que la inmensa mayoría as-pira a que se fortalezcan nuestra independencia, soberanía, democracia y la ruta de justicia social que conquistó la Revolución Bolivariana.

POR FREDDY FERnánDEz@filOybORde

ilUSTRACiÓN HEnRY ROJAS

TemperamenTo de diálogo

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lo que somos en un mar de letras

foto-reportajetexto y fotografías michael mata

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claros y plenos como la luna llena

respira profundo y se deleitael placer de leer

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los pequeños también disfrutan de escoger sus cuentos

títulos que concitan interésrespira profundo y se deleita

La capacidad de dibujar lugares agradables en plena oscurana es una cualidad innata de la ciudad, que nos invita a constituir una relación estrecha con la pasión y el placer.

La Feria Internacional del Libro, FILVEN 2016 —que clausura el día de hoy— se volvió el espacio íntimo en el que se encuentran y sonríen la pasión por el objeto deseado y el placer de descubrir lo desconocido, relación que desarrollan por igual los amantes y los lectores apasionados.

Ese encuentro mágico permite que la sensación de satisfacción se apodere de los sentidos, recreando un mundo de fantasía desde los afectos y pensamientos más profundos. Al final de la jornada nos redescubrimos como seres entusiastas detrás de lo que excita nuestra satisfacción y alegría.

Ese olorcito de lluvia, ese respiro profundo, ese deleite en pleno alboroto, ese goce secreto son efectos del placer de leer. Los libros nos hacen libres. Seamos amantes en este mar de letras, que nos revuelca en las emociones más humanas, revolucionan-do nuestras formas...

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sumergirse en universos paralelos a la vuelta de una página

las maestras siempre son madres de libertadores

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leer por placer, leer con placer

al encuentro de múltiples citas propiciadas

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SOBERANÍAS SEXUALES

Era una noche importante. Compró Bigen en Capitolio y tiñó su larga cabellera de negro azabache.“¿Qué me pongo?”, pensó ante el clóset. Sacudió el polvo de un minivestido ceñido a la cintura y de un blazer gris. Masajeó con aceite de almendras su piel. Revistió sus largas piernas con una pantimedia negra. Quitó telarañas a unos bo-tines negros de tacón alto, comprados años atrás pero aún sin estre-nar. Se aplicó compacto y con un trazo de eye-liner acentuó sus ojos verde fulgurante. Lista. Un arrebato de seducción y seguridad le sa-cudió los nervios y, emocionada, pensó: “Verme distinta le gustará”.

Encontró a su amor en el lugar acordado. El blazer la asaba, los pies le dolían (nula maestría en el uso de tacón), pero valía el esfuerzo: eran diez años de aniversario con sinfónica, había que celebrarlos. El formalismo del evento la encendió, contaba los minutos para que culminara y él la liberase: rompiera sus medias, la pusiera de espal-das, bajara el cierre de su falda y besara sus hombros y nalgas des-cubiertas. Que con una mano acariciara su melena y con la otra la descubriera empapada. Ansiosa, fantaseaba sentada en la butaca...

—Mira (inserte efecto rewind y voz masculina), estaba pensando: a ti como que te gusta que te digan que eres bonita, la coquetería; y a mí me SIRVEN más las mujeres que no llamen tanto la atención, sencillas.

“¿WHAT?”, gancho al hígado, a la libido, a la autoestima; herida de guadaña a cada una de sus fantasías. ¡Fenómeno! No tenía mucho que envidiarle a El Niño y su capacidad de generar la más desespe-rante sequía; ella, por carajita, obvió las alertas de machismo con mascarilla progresista: “Vi cómo te miraba ese tipo, tú lo incitaste”, “hay COSAS que solo quiero para mí”, “sabes que con maquillaje no me gusta besarte”, “yo pago los hoteles, sin cobrarte”, “para qué decirte bonita si tú lo sabes” y demás que, al dar #Error su intuición femenina, la hacían sentir culpable.

La noche pasó de especial a espeluznante (nadie desnudó a nadie), pero no dejó de ser importante: ella empezó a cuestionarle. Recordó a Elena Poniatowska decir que la culpa es la peor arma de tortura contra las mujeres y a algunas feministas inspirarse en Janis Joplin para no maquillarse, pero ¿era eso o la voluntad de reinvención y de carácter lo que hacía valer a Janis? Así, de joven pasó a mujer que no intenta satisfacer necesidades. Así, supo que mercenarios hay por doquier y con ellos no hay cabida para actos de soberanía (menos las sexuales). Ahora se cuida de asesinos silenciosos: el azúcar, las hari-nas, las inseguridades y de expertos en manipulación que sí saben de maquillaje y disfraces.

POR NAiLE MANjARRÉSILUSTRACIÓN L. “RAZOR” BALZA

Disfraces

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libremente

Piensa en algo negativo que siempre te dices, escúchate. Tal vez es algo como “no puedo hacer tal cosa” o “esto es muy difícil”, “esto no es para mí”, “solo unos pocos lo consiguen”.

Escribe una lista de estas creencias negati-vas sobre ti.

Luego, enfócate en cada una de estas creen-cias y pregúntate:

¿Qué me hace suponer que soy así? Escríbelo.

¿Con qué otra creencia positiva podría reemplazar la que ahora me limita?, ¿una creencia que sea la opuesta a la anterior? Escríbelo.

Si esa afirmación fuera cierta, ¿cómo te sentirías?

Ahora, desde esa sensación positiva que te genera la afirmación positiva, imagínate realizando lo que quieres.

Repite esto cada vez que esa creencia nega-tiva surja.

No sé si lo has pensado alguna vez o te has dado cuenta en algún momento. Tal vez nunca has reflexionado sobre lo que te voy a decir y eso no te ha permitido ser más crítico contigo mismo, o lo que consideras tu realidad.

Tal vez no te has dado cuenta nunca de que lo que crees no es “real”.

Todas tus creencias son opiniones, no son datos de la realidad.

No podemos vivir en un mundo sin significados indesci-frables para nosotros, así que generamos creencias que son como mapas que nos mantienen tranquilos, cómodos y segu-ros en “nuestra realidad”.

Las creencias son explicaciones que nos damos sobre las cosas, son teorías que asumimos inconscientemente como verdades; y estas generan expectativas, predisposiciones, pre-juicios que nos manipulan y conducen en nuestras escogen-cias en la vida.

Si las creencias que tienes se corresponden a las de un ámbito social, familiar o cultural, entonces no hay problema. El problema surge cuando tus creencias no tienen apoyo social y cultural.

Ahora, en lo que aquí nos corresponde, lo importante es identificar cuáles creencias limitantes y negativas tienes sobre ti y cómo modificarlas.

Por miguel Posani / mayleni curros@mPosani / @maylenicurros

ilusTraciÓn jessica mena

¿En qué crEEs?

EjErcicio para cambiar crEEncias

Como su nombre lo indica, las creencias limitantes son aquellas que nos frenan a la hora de ser o hacer las cosas que queremos. Este tipo de creencias son muy peligrosas ya que nos sabotean constantemente.

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“no puedes convencer a un creyente de nada porque sus creencias no están basadas en evidencia, están basadas en una enraizada necesidad de creer”

Carl Sagan

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GASTRONOMÍA

NaturlaNdia: para los amaNtes del moNte POR MARLON zAMbRANO@maRlOnzambRanO

FOTOGRaFÍas MiChAEL MATA

PICHONES DE SIBARITA

En verdad no huele a nada. No se parece a nada. No inspira ni invita.

En la 8va Transversal, entre la avenida Sucre y la calle Ávila de Los Dos Caminos, hay una facha-da esterilizada, con un letrero mínimo de casa de la cultura a pocos pasos del Centro de Arte Los Galpones.

Ingresas por una puerta como de casa de fa-milia y atraviesas un salón inodoro con vigas de metal y mostradores vacíos. Pero ahí no es. Sigues por el pasillo y te vienen a la memoria los largos pasadizos de las casonas solariegas de Catia que daban finalmente a un comedor y a la cocina, donde se reunían las familias apretu-jadas sobre una baldosa de medio metro, pro-firiendo proclamas alrededor de algún ingre-diente, mientras parecían sobrar 400 metros de construcción civil.

Aún no se adivina ningún olor ni la sensación de condumio o de ventorrillo caraqueño, clási-cos por desbordarse de complacencia y algara-bía, sino que sigues por el pasillo monástico que da la impresión de ir trasladándote en peregri-naje hacia una especie de purgatorio donde vas a expiar tus culpas con penitencias mínimas, como rezar arrodillado sobre semillas de ca-raota o azotándote el espinazo con una fusta de cuero de becerro.

Pero de pronto, así no más, como quien va re-moviendo una ostra de superficie áspera y tupi-da y llega a encontrar, al final, un huevo perlado de fastuoso resplandor, traspasas hacia otra di-mensión, en un saloncito de mesas simétricas, donde pequeños grupos de gente —que pueden calificarse del target “adulto contemporáneo”— se apiñan en animadas conversas de mediodía, mirando hacia un pequeño patio andaluz con farola central y baldosas rematadas en azulejos lustrosos, atravesadas por un huerto de ramas

aromáticas, como romero y limoncillo, que se desbordan entre palmeras y flores frescas.

En Naturlandia, solo los domingos desde la 1:30 de la tarde, se dan cita los fanáticos del monte. Ojo, pero no cualquier monte: se trata de almuerzos pensados en términos de sabor y vida, con un concepto que prioriza la ar-monía entre cuerpo y alma, comiendo sano, bonito y sabroso.

TOdO EN uNOEs normal que uno se aventure a probar una comida que prescinda de carnes con cierta aversión, e incluso odio. “Ni que mi mamá hubiera parido cabras”, suelen decir los más prosaicos. Pero, finalmente, al embarcarse en la dura ruta de los cuatro platos (entrada, sopa, seco y postre, y de paso infusión) quedas con-vencido de que la purga valió la pena. Tanto que un sibarita probado en las más letales ba-canales del perro caliente, carne sanguinolen-ta, golfeados chorreantes de almíbar y empa-nadas refritas, Michael Mata, quedó satisfecho y contento, sin nada que objetar.

Se sirven menús distintos cada domingo, para sorpresa del desprevenido.

Instigados por Federico Zapata, uno de los encargados del local, la ofensiva dio inicio con una horchata de cebada, linaza y “otras cositas” que nos abrió las puertas de la imaginación y nos permitió especular en torno a las pócimas

hORARiOS

PRECiOS

FORMAS dE PAGO:

Domingosa partir de la 1:30 pm

Menú (entrada, sopa, seco, postre, infusión): Bs. 2.800

Efectivo Débito

Cesta Ticket Crédito

✓ ✓

Tarjeta de alimentación

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Caracas, 13 de noviembre de 2016.

Av. S

ucre

Cen

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Naturlandia

Calle

Ávila

8 Transversal de los dos caminos

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Ambiente

Calidad

Atención

A su ri

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Se puede ir

Impelab

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milenarias acariciadas por los duendes de Ma-racapana. Nuestro anfitrión, colombiano que arribó a Venezuela en 2004 y no ha querido despegarse de estas tierras, donde finalmente pudo ser operado de un padecimiento que no logró costear en ningún otro país por sus elevados precios, continuó con una ensalada fresca de lechuga, zanahoria, aguacate y sal-sa agridulce capaz de establecer una distan-cia dialéctica entre el hambre y la paciencia, mientras arribaba el otro plato: una sopa a la Parmentier que devoramos en tres zarpazos furiosos y optimistas, porque los sabores iban colmando el paladar en pequeñas y extrañas dosis de placer. En el ínterin, el músico de planta, también anfitrión y todero Andrés Pal-mar (de los Palmar de los puertos de Altagra-cia en el Zulia), tomó su mandolina y se largó un breve repertorio venezolano que arrancó los aplausos de los comensales mientras la tar-

de iba bañando de ocres el patio andaluz tupi-do de sombras.

La refriega se intensificó con un crujiente pas-tel de auyama acompañado de berenjena asa-da y esquites mexicanos. Lo que en principio era una animadversión, tirando a rencor, por lo que nos disponíamos a comer, se convirtió en una cada vez más grata sorpresa al des-cubrir el encanto sobrenatural de lo natural. Una opción válida y necesaria en el trapicheo impuesto por las falsas necesidades de carne y químicos. ¿Usted sabía que todos los aceites procesados llevan en su preparación un deri-vado del petróleo? Yo tampoco.

Con disimulo meritorio, la voz de Lourdes “Chepa” Ledezma se instaló al lado de Palmar y el repertorio venezolano retumbó en la casa larga y chata, al tiempo que Aída Luqueño, la

cocinera mexicana —enamorada de nuestro país y enraizada también, como Zapata— nos explicó que nada es al azar en Naturlandia. “Nosotros tenemos nuestro instituto de inves-tigación, por lo que los platos surgen de años de indagación que han permitido comprobar que la alimentación no es solamente nutrir al cuerpo sino que viene de nuestra cultura, de cómo nos educan en casa, de qué es lo que to-mamos de la sociedad”.

Finalmente, una torta de jojoto aderezada con ajonjolí nos convenció de la trascendencia del sino culinario del domingo, cuando una moneda al aire nos puso a escoger entre un cruzado de rabo y carapacho de pollo y esto, queriendo el destino que llegáramos a donde teníamos que llegar por causalidad.

El corolario: una clase magistral de misticismo, fe, misión social de la ciencia, advenimiento de una era del saber a través de la Suprema Orden del Aquarius, vehículo de la Gran Fraternidad Universal fundada por el escritor y astrólogo francés Serge Raynaud de la Ferrière, a la que está adscrito el restaurante, la Casa de la Cultu-ra Dr. David Juan Ferriz Olivares, la panifica-dora Pansalud, así como tres fundaciones que interactúan en el espacio, además de fungir de instituto de capacitación nutricional y vegeta-riana y ofrecer cursos y talleres cada sábado, se-gún nos explicó su director nacional, Rodrigo Rodríguez, quien me tentó con dos libracos de conocimientos fundacionales difíciles de leer mientras degustábamos, como ñapa, un yogur macrobiótico bañado con salsa de papelón.

Nada es exagerado ni apoteósico ni rim-bombante. Es, sencillamente, comida sana y suficiente para alegrar al paladar e invocar el sosiego de una tarde caraqueña a las fal-das del Waraira Repano, a unos pasitos de una oblación.

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ENTREVISTA

geraldina colotti: amor en pasta

Hicimos el amor con Geraldina, así, con ese nombre sonoro a “a”, a principios, a esperanza. Y ella,

por supuesto, también nos amó. porque el amor entre los pueblos también se Hace así,

cuando una italiana revolucionaria viene a tu país Y cocina la salsa para la pasta

POR guSTAVo mÉRIdA • @gusmeRida1 ⁄ FOtOgRaFías mIChAEL mATA

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Ella cargaba una pasta de cebolla en un envase igual a los de la pasta de dientes e iba a cocinar la pasta al dente; todo muy lógico, muy natural, tan natural como cuando la sacó de su bolso mágico lleno de vituallas. Su acento italiano se derra-maba, literalmente, en el aspecto del plato: una montaña de espaguetis que sostenía la salsa secreta con tocino, sin reservas, he-cha con cariño. Maldita publicidad: cuesta mucho no acordarse del jingle del comer-cial de pastas Ronco. Maldita publicidad: si alguien, al leer esto, le provoca la pasta Ronco, he hecho el mismo trabajo de tanto tonto útil que por allí pululamos: usted va a hacer que el dueño (o dueña) de la pasta de marras gane más dinero —como hace Lorenzo Mendoza cada vez que usted elige su birra— gracias a este tonto útil, porque ni él ni ella ni Lorenzo nos pagan algo por el trabajo de ayudarles a vender su marca. Tipo Marea Socialista, pues.

O a lo mejor pastas Ronco sí me paga algo y todo esto es una mentira. Lo que sí no es mentira es la solidaridad y el cariño (¿ven?, los de Marea también insisten y hacen como que no) que la italiana nos tiene.

—¿Cómo SoN NuESTRAS PIzzAS?—No soy nacionalista. Pero, claro, así como jamás voy a hacer una arepa como la haces tú, así ustedes jamás van a... (risas).

No come muchas pizzas aquí, además, por-que no tiene dinero: siguen siendo los chi-nos “lo más barato”.

Llovió durante toda la cena, o la entrevis-ta, o durante todo el rato que duró —¿o dura?— el amor. Colotti habla a través de la experiencia que da vivir una condena de más de 25 años por haber participado con las Brigadas Rojas en la guerrilla ita-liana. Es periodista del diario de izquierda independiente Il manifesto y directora de la edicion italiana de la revista de política internacional Le Monde diplomatique. Ha escrito muchos libros de ensayo y poesía. En Venezuela ha publicado Lo vi, no me lo

contaron (Vadell Hermanos Editores), que trata sobre el proceso bolivariano; y ahora El secreto (Fundación Editoria El Perro y la Rana).

Pronunciar la última letra de su nombre rima con su sonrisa fácil, con su seriedad profunda, con su respeto por este proceso. En la presentación de El secreto, en Libre-rías del Sur del Teatro Teresa Carreño, Co-lotti recordó a Robert Serra y a su compa-ñera María Herrera. Está preocupada por el desinterés de la juventud mundial y es-

peranzada por el interés en la de este país. “Este librito puede ser útil porque dice cómo estaban las cosas en el siglo anterior y qué va a pasar si eso vuelve. Apenas ayer el alcalde Jorge Rodríguez contaba cuan-do su padre fue aprehendido y torturado y ellos fueron a verlo en prisión. No pudo sentarse, tenía torturas en todos lados y en ese momento Delcy, hermana del Alcalde, sufrió su primera crisis de asma producto de una bomba lacrimógena. Eso era nor-mal en el pasado. Posada Carriles estaba aquí en Venezuela torturando y haciéndose llamar Comisario Basilio”.

Geraldina conoce tanto nuestra historia que nos apena no saber nada de la suya. Me mira con la cortesía correspondiente y no logra más que se sienta más amor entre pueblos, cara a cara.

“En el siglo anterior era normal hablar de internacionalismo proletario. Es decir, que el primer deber de un comunista es hacer Revolución en su propio país; si no, tú no tienes derecho de palabra. A los que vienen aquí a Venezuela a hacer talleres de revo-lución nosotros los llamamos grilloparlante (tipo blablablá, tipo —ya ustedes saben— Marea). Después de la caída del campo so-cialista, el neoliberalismo destruyó en los jóvenes la posibilidad de reconocerse en un discurso de ideales universales. Que sepan y reconozcan que si en Bangladés queman a una obrera porque en la maquiladora don-de trabaja la enferman, eso es tu problema también. Esta relación entre los pueblos se perdió porque el capitalismo a nivel global te hace creer que solo el individuo es quien importa, que el colectivo es una mierda, que mientras más cosas haces solo, más maravilloso eres y no te hace ver que en esa sociedad de masas, también en el sur del mundo, todas las mercancías uniforman las actitudes de las personas: hacemos to-dos las mismas cosas, todos en los mismos coches, todos comiendo en McDonald’s, una cosa serializada. Todo el mundo fren-te al televisor pero todos se creen únicos, especiales, que tienen que hacer las cosas solos y no en colectivo, con su gente. No se

“EN EL SIgLo ANTERIoR ERA NoRmAL hAbLAR dE INTERNACIoNALISmo PRoLETARIo. ES dECIR, quE EL PRImER dEbER dE uN ComuNISTA ES hACER REVoLuCIóN EN Su PRoPIo PAíS; SI No, Tú No TIENES dERECho dE PALAbRA. A LoS quE VIENEN Aquí A VENEzuELA A hACER TALLERES dE REVoLuCIóN NoSoTRoS LoS LLAmAmoS gRILLoPARLANTES” —

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reconocen, no tienen gratitud con respecto a su clase. El hecho de que Venezuela ha empezado este nuevo camino de solidari-dad, de alianzas intercontinentales, con el Norte, con el Bronx, con los pueblos...”.

Geraldina va y viene de la olla a la mesa, bebe vino argentino, da vueltas, parte y comparte.

y No SE quEdA CoN LA mEjoR PARTEColotti escribió un libro intitulado Talpe a Caracas (Topos en Caracas). “La cosa más bella que siempre he visto aquí es la posi-

bilidad de encontrar muchísimos mundos: los motorizados, las mujeres...”. Geraldina, otra vez, va y revisa sus ollas. Va y viene, conversa, sonríe. Confundimos signifi-cados y la deliciosa búsqueda de palabras para comprendernos y asumir la rima con Italia.

Hay gente que habla de la Revolución, o de los colombianos, o de los inmigrantes, o del tema humano que más importante le parezca, y lo hace con respeto, sin la arro-gancia europea, llena de reyes trasnocha-dos o reinas de no se qué. Geraldina habla así, con respeto, de nuestro intento de so-

cialismo. “El respeto se falta con la actitud, con posturas neocoloniales que te miran desde la vieja Europa. Europa aconsejan-do, haciendo talleres. Hay ejemplos: Heinz Dieterich. En todos lados los dogmáticos son así. Cuánto más intentas una cosa grande, cuánto más puede haber traidores, sicarios y la gente que se cansa. La gente que se cansa existe. Hacer Revolución no es fácil. Estás en un terreno que no es el tuyo, estás en terreno de la burguesía”.

Geraldina ve a Brasil, a Argentina y se mor-tifica. No solo estamos enfermando entre nosotros por causa de tanta queja estúpida y necia, que es lo mismo, sino que también estamos mortificando a gente más allá de nuestras fronteras. Francamente, pena nos debería dar.

—¿Cómo SE AmAN LoS PuEbLoS?—Ante todo se tienen que desarrollar pro-yectos comunes y hacer revolución en tu propio país, luchar contra tu propia bur-guesía. ¡Así tú ves la solidaridad! Siempre es en la lucha donde se construyen relacio-nes fuertes. No es, jamás, solo con la pala-bra. Lo que pasó en Grecia, de inmediato Maduro lo reconoció. Desafortunadamen-te Tsipras no es Chávez y no organizó un poderoso movimiento de resistencia con-tra el Fondo Monetario Internacional.

En un comunicado oficial de la Cancillería venezolana, fechado el 1° de agosto de este año, mediante el cual se rechaza un supues-to vacío en la presidencia pro tempore de Mercosur, se lee que “detrás de este plan es-tán quienes siempre han conspirado contra la unión suramericana con el objetivo de imponer el Consenso de Washington, en la falsa convicción de que llegó el momento de desaparecer la Revolución Bolivariana. Es la Triple Alianza de la derecha y el Plan Cóndor contra el bolivarianismo y las con-

Es su segundo libro en Venezuela

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Sabe lo suficiente de judo, jiu-jitsu y aikido

quistas socioeconómicas de nuestros pue-blos. Fuerzas retrógradas y neoconserva-doras intentan traer de vuelta las nefastas políticas neoliberales que sumieron a los pueblos del Sur en pobreza, miseria, des-igualdad y exclusión de sus derechos hu-manos. El Gobierno Bolivariano alerta a los pueblos del Mercosur frente a las men-tiras de los enemigos de la integración y la unión de nuestra región, que desconocen, con sus dobleces y omisiones, la letra y el espíritu de esta historia común en donde los trabajadores tienen un papel protagó-nico”. Veo a Colotti y entiendo de qué va el comunicado y cómo se puede alertar a los pueblos: viéndonos las caras, comiendo juntos, construyendo juntos.

Comimos juntos. Bebimos juntos. Le vi la mirada que tiene quien ha vivido la lucha armada y tiene la serenidad que da el sa-ber cuándo te toca asumir lo que se tiene que asumir. Tomamos café juntos y soña-mos, también, juntos. “Creo que el presi-dente Maduro sigue siendo subestimado

por el parangón con el presidente Chávez, pero Nicolás va creciendo. Son locos los de Marea Socialista”. Y lo dijo con esa mirada serena.

Para el final, este es un extracto de la pre-sentación de su libro El secreto:

“Los jóvenes tienen derecho a conocer las tentativas revolucionarias que les prece-dieron, para evaluarlas con el fin de volver a tomar el liderazgo y construir nuevas victorias. Pero esto es exactamente lo que asusta a las clases dominantes: el ejemplo de aquellos que, a lo largo de los siglos, han sacrificado su vida por la redención de las clases populares. Ennegrecer con calum-nias o dañar la memoria de los símbolos de la revuelta es, por lo tanto, un elemen-to fundamental de la opresión capitalista, un elemento crucial en la guerra mediáti-ca que en la actualidad prepara ataques a pueblos que, como la Venezuela Socialis-ta, constituyen, nuevamente, un ejemplo”. Gracias por tanto cariño, italiana. Topos en Caracas

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crítica y media26

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Hasta la aparición de César Millán, pocos concebían el entrenamiento de perros como un oficio de bien. Avan-zado el siglo XX todavía se adiestraba domésticamente a los caninos a través de las terapias reforzadoras. Esto es: periodicazos para las faltas y galletitas para los aciertos. Y aunque tales usan-zas resultaran efectivas, solían dificul-tarse cuando los lebreles mostraban una conducta menos instintiva. Uno de los grandes avances del hombre moder-no consistió en ese descubrimiento: los animales también tienen psique, por lo que son susceptibles a los cambios de humor, el estrés o la depresión. Resulta crucial para la historia televisiva el que un inmigrante ilegal, en el país con ma-yor cantidad de mascotas per cápita del mundo, se apercibiera de ello. Una vez asentado en tierras norteamericanas, Millán comenzó a poner en práctica las enseñanzas de una infancia pródiga en cuadrúpedos.

Su trabajo como entrenador llegó a ha-cerse notorio al sur de California, ámbi-to principal del espectáculo estadouni-dense, lo que se tradujo en una fama

automática. De allí a contar con su pro-pio reality show solo hubo que cumplir ligeros requisitos. Tras sus diez tempo-radas, El encantador de perros convirtió a Millán en el adiestrador televisivo por excelencia y a sus pautas de trabajo en modelo global. A España llegaría con una propuesta depurada de su labor anterior. En El líder de la manada el avezado instructor orientaba al dueño de la mascota para convertirse en lí-der de grupo y no tanto en amo, sutil matiz que bien haría en observar todo mentor. El periplo de este mexicano-estadounidense, que nada tiene de ve-terinario y sí mucho de psicólogo, cul-minaría en la serie César 911 (Nat Geo Wild), suma de experiencias puesta a la orden de las familias desesperadas. En un país que sanciona el ejercicio ilegal de la profesión, César debe cuidarse de evidenciar lo que no puede ser más evidente: su faena se reduce a un tra-tamiento psicológico de emergencia... pero a los dueños de las mascotas.

Por Carlos Cova@CarlosCobero

A golpe de control

el susurro del amodicho tontoasí la vida es un jamón o quien Calla, otorga.en realidad el asunto es el cansancio. es de hu-manos cansarse por lo que es muy tonto espe-rar que a nadie le suceda. la diferencia está en la actitud que se toma para descansar: usted se aparta del camino, cierra el pico y se concentra en respirar, tomar aire lentamente y expelerlo con suavidad, como que si le gustara respirar, como que si le gustara vivir sin temor, sin bajar la cabeza, sin arrepentimientos. es decir, usted no se cansa, se aparta del camino y se pone a hablar pendejadas. no. usted se cansa, se apar-ta del camino y no se desdice, no se despecha, no se suma al coro que ataca porque usted fue, hasta hace apenas unos segundos, antes de que se cansara de verdad, como ser humano que es, uno de esos revolucionarios patria, socialismo o muerte y Chávez y el amor pero que maduro tal y cual... no caiga en eso, ex compañero de sueño socialista que no sabemos cómo coño se hace pero que estamos construyendo así, en medio de todo este peo y/o guerra económica y/o dólar tudei. no caiga en eso, compañera. está usted cansada, se nota ya, se le ve en el rostro, en la queja, en la mirada. descanse usted, excompa-ñera, que a cualquiera le puede pasar. a quien le pase, si le pasa, descansar es lo más justo. Pero descanse bien, compañera, excompañero. respire hondo, no pierda tiempo de descanso hablando pistoladas muy parecidas a las que habla Freddy guevara, por ejemplo, y que hace poquito, antes que usted se cansara, a usted tanto le molestaban por su falta de honestidad, coherencia y eso que llaman amor por la patria. Ya las consignas le parecen tontas, las marchas son una ladilla, lo que quiere es gastar las uti-lidades y quedarse pelando bolas otra vez y ha-blando paja del gobierno que hasta apenas hace unos segundos quería, apoyaba y respetaba justo antes de que se cansara. descanse usted, camarada, a un ladito. quédese por ahí cerca, no se vaya tan lejos, descanse sin alharacas, sin aspavientos, sin tanta contradicción. descanse en paz, dese cuenta... y regrese. si no, así la vida es un jamón o quien calla, otorga.

el dicho tonto de la próxima sec-ción o columna —si la hubiere— es —o sería— “dime con quién andas y te diré quién eres”.

gustavo mérida

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Ya no quiero más casa

que la lluviasobre mis ojos

porque el aguadentro del agua

no es intemperie.

escribirpara ahuyentar la angustia que describesus círculos de cóndorsobre la presa(...)el dolor es la sendael dolor es el mediopor el dolor la fuerzaque combate el dolory lo transformapor el dolor deshagomi dolor en lo ajenoy el ajeno en el mío(...)¡y qué mas da!:

hay demasiado doloren el pozo de este cuerpopara que me resulte importanteuna cuestión de este tipo.Escribo

para que el agua envenenadapueda beberse.

Por LiLa Biscia (argentina)

Por María auxiLiadora ÁLvarez (venezueLa)

Por chantaL MaiLLard (BéLgica)

Los que escriben ni siquiera son una raza. ni una casta. ni una clase. ni uno. detienen el privi-legio de vivir como mujeres en un mundo de científicos. detrás de espesos lentes, la corte no se opaca nunca. se tienen todas las prerrogativas: desde la filoso-fía hasta la ira, pasando por las relaciones conyugales, y la lon-gitud de los párrafos. entre los derechos del hombre figura el escribir largamente, para sí pri-mero, para los otros luego, con un propósito bien o mal definido: inundar las vitrinas, las paredes, los países, las casas. o en fin de cuentas, suicidarse.

Miyó Vestrini (Venezuela)

s/T

DEsABAsTECIDA

AGUA

EsCRIBIR

la palabra alimenta el peso de la herida.ya no hay candor capaz de abastecer.hago bosque de mis entrañas.el silenciohará de mí vestigios.

P

OE

SÍA

“Fuiste la primera en escribirme / y en preguntar si sentía / que la sangre es un racimo de pájaros” @oriettedangelo

DiAnA MOncADA.@MOncADADiAnA

TRINOs

@indira_carpioPOR INDIRA CARPIO

Hazme niña cuando deje las entrañas del aire, quiero ser una niña, nunca un héroe. Déjame al resguardo de un tronco macho, bajo la violencia de los árboles sin frutos. Déjame sola quiero estar sola saber estar sola cuando al fin sepa cómo morir. No quiero misericordia ni milagro. No quiero regresar. Quiero dormir.

ÚLTIMOPor Mundia MagdaLeno

Edición Número Doscientos cuatro. Año 04. ÉPALE CCsCaracas, 13 de noviembre de 2016.

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POR NePtalí SegOvia

1. Rómulo..., el novelista venezolano más importante del siglo XX. 8. Ernesto “...” Guevara, revolucionario latinoamericano. 10. Personaje bíblico, primera esposa de Jacob. 11. “...” pepiada, emblemática variedad de la arepa venezolana (inv.). 13. Haz “...” sin mirar a quién, expresión popular. 14. Nelson..., ex presidente surafricano.

16. Composición para dos voces o instrumentos18. Dominio de internet de Estonia. 19. Van de un lugar a otro dando pasos. 21. Vigesimotercera letra del alfabeto griego (inv.). 24. Símbolo @, en inglés. 26. Siglas de importante organización internacional. 27. “Gloria al Bravo...,” Himno Nacional de la República Bolivariana de Venezuela.

29. Fidel..., revolucionario, estadista y político cubano. 32. Símbolos del cloro y oxígeno. 33. Una vocal abierta y una cerrada del alfabeto español. 34. Plural de vocal. 35. José Félix..., prócer de la Independencia de Venezuela. 36. Símbolo químico del titanio. 38. Símbolos del área, electrón y carbono.

39. José Tadeo..., uno de los héroes más importantes de la Independencia de Venezuela. 43. Siglas de universidad venezolana. 46. Sobrenombre dado a Eva Perón, política argentina. 47. Sinónimo de alabanza, elogio, encomio. 48. Centro del sistema solar (inv.). 49. Juan José..., el autor de la música del “Gloria al Bravo Pueblo”.

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2. El cantor del pueblo. 3. Bruce..., rey de las artes marciales. 4. Conservatorio Nacional de Música Juan José... 5. Mamífero artiodáctilo rumiante cérvido. 6. Indio de la tierra del fuego. 7. Dios-Luna entre los asirios. 8. Tiene por cierto, acepta como verdad. 9. Personaje bíblico, madre de Set. 12. Partícula de pretérito regular de los verbos ingleses. 13. Antonio Guzmán..., El Ilustre Americano. 15. Antónimo de desleal, innoble, detractor. 17. Río de Venezuela en el estado Anzoátegui. 20. Raíz cuadrada del número cuatro. 21. Decimosexta letra del alfabeto griego (inv.). 22. Antonio José de..., Gran Mariscal de Ayacucho. 23. Obra cinematográfica. 25. Estatua sin cabeza, brazos ni piernas (pl.). 28. ...“Come Dulce” Abreu, beisbolista venezolano. 30. Prefijo con significado de uno mismo. 31. Caso dativo del pronombre vosotros. 37. Batalla de Santa..., la más importante de la Guerra Federal. 38. Pasan un manjar por el fuego antes de comerlo. 39. Mil quinientos cincuenta en números romanos. 40. Abreviatura de avenida. 41. Gustavo..., recordado beisbolista venezolano. 42. Amarra, impide el movimiento. 44. Personaje bíblico relacionado con el Diluvio. 45. Comer en inglés.

CRUC

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