Ley de Bode

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¿EN QUÉ SE BASÓ BODE? Cuando hablamos de la Ley de Bode, nos referimos a una ley que es considerada como una de las más importantes en la historia de la Astronomía. Esta ley resulta ser efectiva casi por completo, fallando solamente en las distancias de Neptuno y Plutón por un margen muy considerable. Ahora, la gran efectividad que llegó a mostrar nos lleva a preguntarnos algo que sería interesante saber, y esto es: ¿En qué se basó Johann Bode para hacer tan increíble descubrimiento? ¿En qué teoría se sustentó este reconocido astrónomo? Tal vez la respuesta sea tan impactante como la ley misma. ACERCA DE BODE Y SU LEY Johann Elert Bode era un astrónomo alemán nacido en Hamburgo, en el año de 1747. Desde pequeño comenzó a sentir atracción a la ciencia, aunque la astronomía fue la que más le llegó a interesar. Bode decidió dedicarse a ésta siendo ya un adulto. Siendo un astrónomo muy reconocido, también llegó a ganar mala fama, debido a que “robaba” ideas a otros y las publicaba como efectuadas por él. No era el único en hacerlo, en la historia de la ciencia este caso se ha repetido muchas veces, aunque la verdad siempre sale a la luz. Bode también es reconocido por recomendarle a William Herschel el cambio de nombre al planeta que este último descubrió, pasando de “Georgium Sidus” a “Urano”, quedando así establecido el nombre del séptimo planeta que conforma nuestro Sistema Solar. A pesar de esta valiosa sugerencia, Bode tenía un punto muy flaco a la hora de bautizar a varias constelaciones, poniendo nombres tan inusuales como “Aparato Químico”, “Globo Aerostático”, “Oficina Tipográfica” y “Los Honores de Federico”, este último en honor al entonces emperador de Alemania.

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¿EN QUÉ SE BASÓ BODE?

Cuando hablamos de la Ley de Bode, nos referimos a una ley que es considerada como una de las más importantes en la historia de la Astronomía. Esta ley resulta ser efectiva casi por completo, fallando solamente en las distancias de Neptuno y Plutón por un margen muy considerable. Ahora, la gran efectividad que llegó a mostrar nos lleva a preguntarnos algo que sería interesante saber, y esto es: ¿En qué se basó Johann Bode para hacer tan increíble descubrimiento? ¿En qué teoría se sustentó este reconocido astrónomo? Tal vez la respuesta sea tan impactante como la ley misma.

ACERCA DE BODE Y SU LEY

Johann Elert Bode era un astrónomo alemán nacido en Hamburgo, en el año de 1747. Desde pequeño comenzó a sentir atracción a la ciencia, aunque la astronomía fue la que más le llegó a interesar. Bode decidió dedicarse a ésta siendo ya un adulto.

Siendo un astrónomo muy reconocido, también llegó a ganar mala fama, debido a que “robaba” ideas a otros y las publicaba como efectuadas por él. No era el único en hacerlo, en la historia de la ciencia este caso se ha repetido muchas veces, aunque la verdad siempre sale a la luz.

Bode también es reconocido por recomendarle a William Herschel el cambio de nombre al planeta que este último descubrió, pasando de “Georgium Sidus” a “Urano”, quedando así establecido el nombre del séptimo planeta que conforma nuestro Sistema Solar. A pesar de esta valiosa sugerencia, Bode tenía un punto muy flaco a la hora de bautizar a varias constelaciones, poniendo nombres tan inusuales como “Aparato Químico”, “Globo Aerostático”, “Oficina Tipográfica” y “Los Honores de Federico”, este último en honor al entonces emperador de Alemania.

En 1768 publicó un libro llamado “Manual de Instrucciones para el Aprendizaje de los Cielos Estrellados”, de aquí se desprende la ley que lo hizo famoso y la razón por la que existe este ensayo.

La ley de Bode expresa de manera fácil la distancia de los distintos planetas al Sol, usando una sencilla fórmula donde “a” es igual a “n” sumada a 4 para luego dividirse entre 10, “a” es la distancia buscada expresada en unidades astronómicas y “n” es un número perteneciente a la secuencia 0,3, 6, 12, 24, 48, 96, 192, 384, 768, etc. Utilizando esta fórmula con los números de la secuencia anterior, los resultados nos dan:

0,4 0,7 1 1,6 2,8 5,2 10 19,6 38,8 77,2

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Esto nos define con una increíble precisión la distancia de cada uno de los planetas al Sol expresada en UA.

Para aquella época, esta ley abarcaba hasta Saturno, y encajaba todo perfectamente, aunque lo verdaderamente curioso radicaba en que no había ningún planeta entre Marte y Júpiter, este hecho puso en duda la validez de la dichosa ley.

La credibilidad de esta norma pudo fortalecerse gracias al descubrimiento de Urano en 1781, ya que la posición de este planeta encajaba perfectamente con la Ley de Bode. Es debido a esto que Johann Bode logró obtener un gran respeto como astrónomo. Desafortunadamente, la ley aún adolecía del hueco existente entre Marte y Júpiter, ¿un planeta perdido era el dueño de ese lugar? Giusseppe Piazzi logró responder esta pregunta descubriendo a Ceres en 1801, el cual encajaba con la posición asignada según la predicción hecha por la Ley de Bode (2,8 UA). Ceres fue el primero de casi 1000 asteroides descubiertos a partir de esa fecha.

Un hecho importantísimo ocurrió 20 años después de la muerte de Bode, ya que Neptuno fue descubierto por Heinrich d´Arrest, y sorprendentemente este planeta no concordaba con la Ley de Bode, ubicándose a 30 UA, en lugar de los 40 que predecía esta ley. A pesar de esto, siguió teniendo validez. Luego Plutón fue descubierto y de nuevo la posición no concordaba con la impuesta en la Ley de Bode, de hecho, se posiciona en el lugar donde debería ir Neptuno.

CONCLUSIÓN

Ahora procedamos a la respuesta de la pregunta formulada al inicio de este escrito, ¿cuál fue la base que sustenta a esta Ley? Y tal como prometimos en un principio, la respuesta es por demás impactante, ya que la Ley de Bode no se basó en ninguna teoría o algo parecido. Esta ley resulta ser completamente empírica, pues Bode notó que una de varias series numéricas se adaptaba a la estructura del sistema. En ciertos términos, se podría considerar como una impresionante coincidencia.

Otro hecho interesante de esta Ley es que Bode no la descubrió realmente, sino que Johann Titius la encontró en 1766, él se la comentó a Bode para que luego este último, en 1772, la publicara como suya. Actualmente, muchos han decidido rebautizarla como “Ley de Titius-Bode”, dándole crédito a los dos alemanes, aunque honestamente, Titius merece el crédito absoluto de esta increíble y casi efectiva ley astronómica.