LIAHONA AGOSTO 2015 - Español - PDF

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 LA IGLESIA DE JESUCRISTO DE LOS SANTOS DE LOS ÚLTIMOS DÍAS • AGOSTO DE 2015 Los discípulos y la defensa del matrimonio, págs. 18, 28, 80 Seguridad en las normas de Dios, pág. 24 Publicaciones, pines, tweets: inundar la tierra con la verdad, pág. 48

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LIAHONA AGOSTO 2015 - Español - PDF

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  • LA IGLESIA DE JESUCRISTO DE LOS SANTOS DE LOS LTIMOS DAS AGOSTO DE 2015

    Los discpulos y la defensa del matrimonio, pgs. 18, 28, 80Seguridad en las normas de Dios, pg. 24Publicaciones, pines, tweets: inundar la tierra con la verdad, pg. 48

  • Por sus frutos los conoceris. Se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?

    As, todo buen rbol da buenos frutos, mas el rbol malo damalos frutos

    As que, por sus frutos los conoceris.Mateo 7:1617; 20.

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    SECCIONES8 Cuaderno de la conferencia

    de abril de 2015

    10 Lo que creemos: Creemos en ser humildes

    12 Noticias de la Iglesia14 Nuestro hogar, nuestra familia:

    Un reencuentro gloriosoPor SusanL. y C.Terry Warner

    16 Prestar servicio en la Iglesia: El poder de la orientacin familiarPor JeffB. Marler

    17 Reflexiones: La ventana hacia la piscinaPor Becky Heiner

    38 Voces de los Santos de los ltimos Das

    80 Hasta la prxima: Me ense el orden divino de la eternidadPor el lder ParleyP. Pratt

    Liahona, agosto de 2015

    MENSAJES4 Mensaje de la Primera

    Presidencia: Sean una luzPor el presidente ThomasS. Monson

    7 Mensaje de las maestras visitantes. Los atributos divinos de Jesucristo: manso y humilde

    ARTCULOS DE INTERS18 Los discpulos y la defensa

    del matrimonioPor el lder RussellM. NelsonDebemos defender el matrimonio tradicional y proclamar la volun-tad de Dios.

    24 Las normas inalterables del Padre CelestialPor el lder Allan F. PackerEl vivir las normas de Dios ahora nos preparar para el Juicio Final.

    28 La Proclamacin sobre la Familia: Trascender la confusin culturalPor el lder Bruce C. HafenEl matrimonio y la paternidad son hebras cruciales en el diseo de nuestro tapiz social.

    34 Los hombres Santos de los ltimos Das y el divorcioPor Brent ScharmanDurante y despus de la tragedia del divorcio, es esencial mante-nerse unidos a los hijos y firmes en el Evangelio.

    EN LA CUBIERTAAl frente: Fotografa por Leslie Nilsson. Cubierta interior del frente: Fotografa por grapix/iStock/Thinkstock. Cubierta interior de atrs: Fotografa por mycola/iStock/Thinkstock.

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    2 L i a h o n a

    42 Paciencia: Ms que esperarPor Hillary OlsenPaciencia significa seriamente hacer cuanta cosa est a nuestro alcance (D. y C. 123:17).

    46 La misin o el dinero?Por Gelzcke Felix NogueiraValdra la pena hacer el sacri-ficio econmico para servir en unamisin?

    J V E N E S A D U L T O S

    48 Inundar la tierra a travs de las redes socialesPor el lder DavidA. BednarEl Seor nos ha bendecido con tecnologa nueva para ayudarnos a inundar la tierra con la verdad.

    54 Preguntas y respuestasMis padres se divorciaron; cmo puedo perdonarlos?

    56 Receta para una familia felizPor Mindy Anne LeavittLa proclamacin sobre la familia nos ayuda a fortalecer a nuestra familia y a establecer un hogar feliz.

    60 El da de reposo es una deliciaJvenes de Europa del Este explican por qu y cmo santifican el da de reposo.

    62 Esperar con fePor Mikaeli Duarte da SilvaSe uniran a la Iglesia alguna vez los otros miembros de mi familia?

    J V E N E S

    64 La carrera de ShellyPor Jan PinboroughShelly estaba nerviosa por tener que hablar con su pap, hasta que recibi una bendicin del sacerdocio de parte de su obispo.

    66 Socorro! Alguien se va a divorciarPor Katherine NelsonAlgunas respuestas que tal vez te ayuden si tus padres estn a punto de divorciarse.

    68 Corramos, que nos alcanza!Por Amie Jane LeavittTendra Lauren el valor de defender a Ally?

    70 Defiende el bien71 Msica: Muestra Valor

    De GeorgeL. Taylor y A.C. Smyth

    72 Una decisin difcilPor Amanda MichaelisCuando Diego ve un videojuego malo, tiene que tomar una deci-sin difcil.

    74 Testigo especial: Cmo puedo mantenerme libre?Por el lder QuentinL. Cook

    75 Te puedes arrepentir y perdonar76 Clara y el programa de la

    PrimariaPor Jane McBride Choate

    78 La hora de las Escrituras: Jess le devuelve la vida a Lzaro

    N I O S

    Busca la Liahona que est escondida en este ejemplar. Pista: Haz t lo justo

  • AGOSTO DE 2015 VOL. 39 N 8LIAHONA 12568 002Publicacin de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los ltimos Das en espaol.La Primera Presidencia: Thomas S. Monson, Henry B. Eyring, Dieter F. UchtdorfEl Qurum de los Doce Apstoles: Boyd K. Packer, Russell M. Nelson, Dallin H. Oaks, M. Russell Ballard, Richard G. Scott, Robert D. Hales, Jeffrey R. Holland, David A. Bednar, Quentin L. Cook, D. Todd Christofferson, Neil L. AndersenEditor: Craig A. CardonAsesores: Mervyn B. Arnold, Christoffel Golden, LarryR. Lawrence, James B. Martino, Joseph W. SitatiDirector administrativo: David T. WarnerDirector de operaciones: Vincent A. VaughnDirector de Revistas de la Iglesia: Allan R. LoyborgGerente administrativo: Garff CannonEditor administrativo: R. Val JohnsonEditor administrativo auxiliar: Ryan CarrAyudante de publicaciones: Lisa Carolina LpezRedaccin y revisin: Brittany Beattie, David Dickson, DavidA. Edwards, Matthew D. Flitton, Lori Fuller, Garrett H. Garff, LaRene Porter Gaunt, Mindy Anne Leavitt, Michael R. Morris, Sally Johnson Odekirk, Joshua J. Perkey, Jan Pinborough, RichardM. Romney, Paul VanDenBerghe, Marissa WiddisonDirector administrativo de arte: J. Scott KnudsenDirector de arte: Tadd R. PetersonDiseo: Jeanette Andrews, Fay P. Andrus, Mandie M. Bentley, C. Kimball Bott, Thomas Child, Nate Gines, Colleen Hinckley, Susan Lofgren, Eric P. Johnsen, Scott M. Mooy, Mark W. Robison, Brad Teare, K. Nicole WalkenhorstCoordinadora de Propiedad Intelectual: Collette Nebeker AuneGerente de produccin: Jane Ann PetersProduccin: Connie Bowthorpe Bridge, Julie Burdett, Katie Duncan, Bryan W. Gygi, Denise Kirby, Ginny J. Nilson, Gayle Tate RaffertyPreimpresin: Jeff L. MartinDirector de impresin: Craig K. SedgwickDirector de distribucin: Stephen R. ChristiansenCoordinacin de Liahona: Francisco Pineda, Patsy Carroll-CarliniDistribucin:Corporation of the Presiding Bishop of The Church of Jesus Christ of Latter-day SaintsSteinmhlstrasse 16, 61352 Bad Homburg v.d.H., GermanyInformacin para la suscripcin:Para suscribirse o para cambios de direccin, tenga a bien contactar a servicios al clienteTelfono gratuito: 00800 2950 2950Tel: +49 (0) 6172 4928 33/34Correo-e: [email protected] lnea: store.lds.orgEl precio para la suscripcin de un ao: EUR 5,25 para Espaa; 2,25 para las Islas Canarias y 7,5 para Andorra.Los manuscritos y las preguntas deben enviarse en lnea a liahona.lds.org; por correo a Liahona, Room 2420, 50 E. North Temple Street, Salt Lake City, UT 84150-0024, USA; o por correo electrnico a: [email protected] (un trmino del Libro de Mormn que significa brjula o director) se publica en albans, alemn, armenio, bislama, blgaro, camboyano, cebuano, coreano, croata, checo, chino, chino (simplificado), dans, esloveno, espaol, estonio, fiyiano, finlands, francs, griego, holands, hngaro, indonesio, ingls, islands, italiano, japons, kiribati, letn, lituano, malgache, marshals, mongol, noruego, polaco, portugus, rumano, ruso, samoano, suajili, sueco, tagalo, tailands, tahitiano, tongano, ucraniano, urdu, y vietnamita. (La frecuencia de las publicaciones vara de acuerdo con el idioma.) 2015 por Intellectual Reserve, Inc. Todos los derechos reservados. Impreso en los Estados Unidos de Amrica.El material de texto y visual de la revista Liahona se puede copiar para utilizarse en la Iglesia o en el hogar, siempre que no sea con fines de lucro. El material visual no se puede copiar si aparecen restricciones en la lnea de crdito del mismo. Las preguntas que tengan que ver con este asunto se deben dirigir a Intellectual Property Office, 50 East North Temple Street, Salt Lake City, UT 84150, USA; correo electrnico: [email protected] los lectores de Mxico: Certificado de Licitud de ttulo nmero 6988 y Licitud de contenido nmero 5199, expedidos por la Comisin Calificadora de Publicaciones y revistas ilustradas el 15 de septiembre de 1993. Liahona es nombre registrado en la Direccin de Derechos de Autor con el nmero 252093. Publicacin registrada en la Direccin General de Correos nmero 100. Registro del S.P.M. 0340294 caractersticas 218141210.For Readers in the United States and Canada: August 2015 Vol. 39 No. 8. LIAHONA (USPS 311-480) Spanish (ISSN 0885-3169) is published monthly by The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints, 50 East North Temple, Salt Lake City, UT 84150. USA subscription price is $10.00 per year; Canada, $12.00 plus applicable taxes. Periodicals Postage Paid at Salt Lake City, Utah. Sixty days notice required for change of address. Include address label from a recent issue; old and new address must be included. Send USA and Canadian subscriptions to Salt Lake Distribution Center at the address below. Subscription help line: 1-800-537-5971. Credit card orders (Visa, MasterCard, American Express) may be taken by phone. (Canada Poste Information: Publication Agreement #40017431)POSTMASTER: Send all UAA to CFS (see DMM707.4.12.5). NONPOSTAL AND MILITARY FACILITIES: Send address changes to Distribution Services, Church Magazines, P.O. Box 26368, Salt Lake City, UT 84126-0368, USA.

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    Ideas para la noche de hogar

    EN TU IDIOMALa revista Liahona y otros materiales de la Iglesia estn disponibles en muchos idiomas en languages. lds. org.

    TEMAS DE ESTE EJEMPLARLos nmeros indican la primera pgina del artculo.

    Acoso, 68Albedro, 24, 70, 72, 74Amistad, 68, 72Amor, 18, 56, 68Arrepentimiento, 56, 75Asistir a la Iglesia, 38, 60Bendiciones del

    sacerdocio, 64Conversin, 14, 62Da de reposo, 60Diezmos, 46Dignidad, 24Divorcio, 34, 54, 64, 66

    Ejemplo, 4, 48, 68El Libro de Mormn, 41Espritu Santo, 40Familia, 14, 17, 18, 28, 56,

    62, 80Historia familiar, 39Humildad, 7, 10Integridad, 24Jesucristo, 7, 78Matrimonio, 18, 28, 80Normas, 24, 70Obediencia, 24, 70Obra del templo, 14, 62

    Obra misional, 41, 46, 48Oracin, 39, 40, 56, 64, 76Orgullo, 10Orientacin familiar, 16Paciencia, 42, 62Perdn, 54, 56, 66, 75Redes sociales, 48Sacrificio, 46Ser padres, 28, 34Testimonio, 4, 48Trabajo, 56Valor, 64, 71, 72, 76

    Este ejemplar contiene artculos y actividades que se podran usar para la noche de hogar. A continuacin figuran dos ideas:

    Los discpulos y la defensa del matri-monio, pgina 18: Piense en cmo puede ser un mejor defensor del matrimonio en su propio hogar. Alguna vez ha mante-nido una conversacin con sus hijos acerca de su futuro matrimonio o de cmo el concepto de la Iglesia respecto al matrimo-nio difiere del concepto del mundo? Ha compartido alguna vez con sus hijos sus sentimientos en cuanto al matrimonio? Les ha explicado las enseanzas de los profetas y apstoles sobre el matrimonio? Durante una noche de hogar, considere la posibilidad de hablar sobre estos temas utilizando La Familia: Una Proclamacin para el Mundo (Liahona, nov. de 2010, pg. 129).

    Inundar la tierra a travs de las redes sociales, pgina 48: Despus de leer este artculo, analicen como familia la manera en que [usarn] las redes sociales para transmitir mensajes del Evangelio, como dice el lder Bednar, siguiendo las pautas que l sugiere. Podran compartir citas de las Autoridades Generales en su pgina de Facebook o publicar imgenes de sus pasa-jes favoritos de las Escrituras en Instagram. Su familia podra incluso crear su propia etiqueta (hashtag) para usarla cuando publiquen imgenes o citas relacionadas con el Evangelio (al igual que los miembros que crearon la etiqueta #LDSconf).

  • 4 L i a h o n a

    He tenido el privilegio de asistir a muchas celebra-ciones culturales que se han llevado a cabo en conjunto con las dedicaciones de templos. Todas me han gustado mucho, incluso la ms reciente a la que asist en Phoenix, Arizona, EE. UU., el pasado mes de noviembre.

    Los jvenes Santos de los ltimos Das que participan en las celebraciones culturales presentan programas ma-ravillosos y memorables. El ao pasado, en Phoenix, justo antes de la celebracin, les dije a los participantes: Ustedes son hijos de luz.

    Me gustara que todos los jvenes de la Iglesia sepan que son hijos de luz. Como tales, ellos tienen la responsa-bilidad de ser luminares en el mundo (Filipenses 2:15); tienen el deber de compartir las verdades del Evangelio. Son llamados a ser como un faro del templo, y reflejar la luz del Evangelio en un mundo cada vez ms oscuro; tienen la responsabilidad de mantener su llama encendida y ardiendo con intensidad.

    Para que seamos ejemplo de los creyentes (1 Timoteo 4:12), nosotros mismos debemos creer; debemos obtener la fe necesaria para sobrevivir espiritualmente y para transmi-tir esa luz a los dems. Debemos nutrir nuestro testimonio hasta que llegue a ser un ancla en nuestra vida.

    Entre las maneras ms eficaces de obtener y mantener la fe que necesitamos hoy en da, se encuentran el leer y estudiar las Escrituras y el orar con frecuencia y constan-cia. Alos jvenes de la Iglesia les digo: si no lo han hecho todava, establezcan ahora el hbito diario de orar y de estudiar las Escrituras. Sin estas dos prcticas esenciales, las influencias externas y las realidades de la vida, que en oca-siones son duras, pueden debilitar o aun extinguir su luz.

    Los aos de la adolescencia no son fciles; son aos importantes en los que Satans los tentar y har cuanto

    pueda para alejarlos del camino que los conduce de re-greso al hogar celestial. Sin embargo, a medida que lean y oren, a medida que presten servicio y obedezcan, llegarn a conocer mejor la luz que brilla en las tinieblas (D. y C. 6:21), nuestro Ejemplo y fortaleza, aun el Seor Jesucristo. l es la Luz que debemos sostener en alto para disipar las crecientes tinieblas (vase 3 Nefi 18:24).

    Con un testimonio fuerte del Salvador y de Su evange-lio restaurado, tienen oportunidades ilimitadas de brillar; se presentan a su alrededor todos los das, sin importar las circunstancias en las que se encuentren. A medida que sigan el ejemplo del Salvador, tendrn la oportunidad de ser una luz, por as decirlo, en la vida de aquellos que los rodean, ya sean miembros de su propia familia, compaeros de clase o del trabajo, simples conocidos o completos extraos.

    Al ser una luz al mundo, las personas que los rodeen sentirn un espritu especial que les har querer relacio-narse con ustedes y seguir su ejemplo.

    Ruego a los padres y a los lderes de nuestros jvenes que los ayuden a defender la verdad y la rectitud; ayuden a abrir ampliamente ante su vista las puertas del aprendi-zaje, del entendimiento y del servicio en el reino de Dios;

    Por el presidente ThomasS. Monson

    M E N S A J E D E L A P R I M E R A P R E S I D E N C I A

    SEAN UNA LUZ

  • edifiquen en ellos la fortaleza para resistir las tentaciones del mundo; infundan en ellos el deseo de caminar por las sendas de la virtud y de la fe, de orar siempre y de mirar hacia el cielo para que sea su ancla constante.

    A nuestros jvenes les digo: nuestro Padre Celestial los ama; y espero que tambin sien-tan el amor que los lderes de la Iglesia tienen por ustedes. Ruego que tengan el deseo de servir a su Padre Celestial y a Su Hijo, que siempre caminen en el sendero de la verdad ysean una luz entre los hijos de Dios.

    CMO ENSEAR CON ESTE MENSAJE

    Considere la posibilidad de analizar con las personas a quienes ensea lo que significa ser un [hijo] de luz. Qu responsabilidades conlleva? Podran hablar de ocasiones en que

    su luz haya sido especialmente brillante y qu fue lo que la

    hizo brillar. Tal vez podra pe-dirles que piensen en una per-

    sona en particular, por ejemplo en un joven, un compaero de trabajo o un miembro de su fami-lia, que tal vez tenga necesidad de luz. Despus, podran orar juntos para saber la manera de compartir la luz con esa persona.

  • 6 L i a h o n a

    Deja que brille tu luz

    Como hijo o hija de Dios, t eres un hijo o una hija de luz. Puedes obtener ms luz al seguir a nuestro Salvador, Jesucristo. Jesucristo y el Padre Celestial te aman y desean que tu luz brille ante los dems y los gue a Cristo. Puedes brillar simplemente siendo t mismo al guardar los mandamientos, como hacer tus oraciones y leer las Escrituras. Escribe dentro de las siguientes estrellas ideas de cmo puedes ser una luz para los dems al ser un ejemplo de Jesucristo. Las dos primeras ya se han llenado. Colorea las estrellas.

    Un faro de luz

    El presidente Monson ensea que los jvenes de la Iglesia son llamados a ser como un faro del templo, y reflejar la luz del Evangelio en un mundo cada vez ms oscuro, y da algunas ideas de cmo hacerlo:

    Compartir el Evangelio

    Creer

    Cultivar la fe

    Ser una luz para los dems

    Nutrir el testimonio hasta que llegue a ser un ancla en la vida

    Leer y estudiar las Escrituras

    JVENES

    NIOS

    Orar con frecuencia y constancia

    Servir

    Obedecer

    Considera la posibilidad de calificarte del 1 al 5 en cada uno de estos aspectos y estudiar en las Escrituras aquellos temas en los que hayas obtenido una calificacin ms baja, o bien buscarlos en LDS.org. Despus de estudiar esos temas, podras pensar en maneras en las que puedes fortalecer esos aspectos y fijarte metas para hacerlo.

    Ir a la Iglesia

    Ayudar a mi familia

    IMAG

    EN D

    E UN

    FARO

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    R DZ

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    .

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    Los atributos divinos de Jesucristo: manso y humildeEste artculo es parte de una serie de mensajes de las maestras visitantes que presentan atributos divinos caractersticos del Salvador.

    Jess dijo: el mayor entre voso-tros sea como el menor, y el que dirige, como el que sirve. Porque, cul es mayor, el que se sienta a la mesa o el que sirve? No es el que se sienta a la mesa? Sin embargo, yo es-toy entre vosotros como el que sirve (Lucas22:2627).

    el Salvador es nuestro ejemplo supremo del poder de la humildad y de la sumisin. Despus de todo, al someter Su voluntad al Padre llev a cabo el ms grande y aun el ms po-deroso acontecimiento de toda la his-toria. Tal vez algunas de las palabras ms sagradas en las Escrituras sean, sencillamente, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya (Lucas22:42)1.

    Como discpulas de Jesucristo, siempre procuramos ser como l. Lamansedumbre es vital para que lleguemos a ser ms como Cristo, dijo el lder Ulisses Soares, de los Setenta. Sin ella no seremos capaces de desa-rrollar otras virtudes importantes. Ser manso no significa ser dbil, sino que

    significa comportarse con bondad y gentileza, mostrando fortaleza, sereni-dad, sana autoestima y autocontrol2. A medida que nos esforcemos por adquirir este atributo, descubriremos que cuando nos sometemos con hu-mildad a la voluntad del Padre, se nos otorga el poder de Dios, o sea, el po-der de la humildad, el cual es el poder para enfrentarnos a las adversidades de la vida, el poder de la paz, el poder de la esperanza, el poder de un cora-zn que late con fervor con el amor y el testimonio del Salvador Jesucristo, asaber, el poder de la redencin3.

    Escrituras adicionalesMateo 26:39; Juan 5:30; Mosah 3:19; Helamn 3:35

    Estudie este material con espritu de oracin y procure saber lo que debe compartir. De qu manera el entender la vida y las funciones del Salvador aumentar su fe en l y bendecir a las hermanas que estn bajo su cuidado en el programa de maestras visitantes? Si desea ms informacin, visite reliefsociety.lds.org.

    De las EscriturasUno de los momentos ms dul-

    ces e impactantes del ministerio de Cristo fue cuando lav los pies de Sus discpulos. se levant de la cena, y se quit su manto y, tomando una toalla, se la ci. Luego puso agua en un lebrillo, y comenz a lavar los pies de los discpulos y a secrselos con la toalla con que estaba ceido (Juan 13:45).

    Cuando el Salvador les pre-sent esta ordenanza, puede que los discpulos se sintieran desconcertados por el hecho de que su Seor y Maestro se arro-dillara ante ellos y realizara tan humilde labor. Entonces, Jess explic las lecciones que l de-seaba que ellos y todos nosotros aprendiramos:

    Pues si yo, el Seor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros tambin debis lavaros los pies los unos a los otros.

    Porque ejemplo os he dado, para que as como yo os he hecho, vosotros tambin hagis (Juan 13:1415).

    Fe, Familia, Socorro

    JES

    S LA

    VA L

    OS

    PIES

    DE

    LOS

    AP

    STO

    LES,

    PO

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    L PA

    RSO

    N.

    Considere lo siguienteDe qu forma el tener humildad puede ayudarnos a amar como el Salvador am?

    M E N S A J E D E L A S M A E S T R A S V I S I T A N T E S

    NOTAS 1. RichardC. Edgley, El poder que otorga la

    humildad, Liahona, noviembre de 2003, pg. 99.

    2. Ulisses Soares, Sean mansos y humildes de corazn, Liahona, noviembre de 2013, pg. 9.

    3. RichardC. Edgley, El poder que otorga la humildad, pg. 99.

  • 8 L i a h o n a

    CUADERNO DE LA CONFERENCIA DE ABRIL DE 2015

    Al repasar la conferencia general de abril de 2015, puede utilizar estas pginas (y los cuadernos de la conferencia de futuros ejemplares) para ayudarle a estudiar y aplicar las enseanzas recientes de los profetas y apstoles vivientes y de otros lderes de la Iglesia.

    Lo que yo, el Seor, he dicho, yo lo he dicho sea por mi propia voz o por la voz de mis siervos, es lo mismo (D. y C. 1:38).

    Las ofrendas de ayuno producen un cambio en el coraznActualmente, en la Iglesia se nos ofrece la oportunidad de ayunar una vez al mes y dar una ofrenda de ayuno generosa por medio del obispo o el presidente de rama para el beneficio del pobre y delnecesitado

    Parte de la ofrenda de ustedes y de la ma de este mes se emplear para ayudar a alguien, en algn lugar, cuyo alivio el Seor sentir como si fuera Suyo.

    La ofrenda de ayuno de ustedes har ms que alimentar y vestir cuerpos; sanar y cambiar co-razones. El fruto de una ofrenda voluntaria puede ser el deseo en el corazn de quien la ha recibido de ayudar a otras personas ne-cesitadas. Eso sucede en todo elmundo.

    U N A P R O M E S A P R O F T I C A

    P U N T O S D O C T R I N A L E S D E S T A C A D O S

    Cmo santificamos el da de re-poso? En mi juventud estudiaba las listas que otras personas haban re-copilado de lo que se poda y lo que no se poda hacer en el da de re-poso. No fue sino hasta ms adelante que aprend de las Escrituras que mi conducta y mi actitud en el da de reposo constituan una seal entre mi Padre Celestial y yo. Con ese en-tendimiento, ya no necesit ms lis-tas de lo que se poda y no se poda hacer. Cuando tena que tomar una decisin en cuanto a si una actividad

    Un da de reposo sagradoera o no era apropiada para el da de reposo, simplemente me preguntaba a m mismo: Qu seal quiero darle a Dios?. Esa pregunta hizo que mis opciones respecto al da de reposo fueran bienclaras

    La fe en Dios conduce a tener amor por el da de reposo; la fe en el da de reposo conduce a tener amor por Dios. Ciertamente, un da de re-poso sagrado es una delicia.

    lder RussellM. Nelson, del Qurum de los Doce Apstoles, El da de reposo es una delicia, Liahona, mayo de 2015, pgs. 130, 132. Presidente HenryB. Eyring, Primer Consejero de la Primera Presidencia, No es [ste] ms

    bien el ayuno que yo escog?, Liahona, mayo de 2015, pgs. 23, 24.

  • A g o s t o d e 2 0 1 5 9

    SALIE

    NDO

    DEL

    JARD

    N D

    E ED

    N, P

    OR

    JOSE

    PH B

    RICK

    EY; D

    ETAL

    LE D

    E O

    H, M

    I PAD

    RE, P

    OR

    SIM

    ON

    DEW

    EY.

    Para leer, ver o escuchar los discursos de la conferencia general, visite conference.lds.org.

    RESPUESTAS PARA USTEDCada conferencia, los profetas y apstoles dan respues-tas inspiradas a preguntas que los miembros de la Iglesia puedan tener. Utilice el ejemplar de mayo de 2015 o visite conference.lds.org para encontrar las respuestas a estas preguntas:

    Qu es el temor del Seor, y cmo puede ser una bendicin en nuestra vida? Vase de DavidA. Bednar, Por tanto, calmaron sus temores, pg. 46.

    Cules son las tradiciones religiosas ms importantes dentro del hogar que ayudan a los hijos a saber que se les ama y se les protege? Vase de QuentinL. Cook, Jess es mi luz, pg. 62.

    En qu forma el entender la relacin que existe entre la merced, la justicia y el amor puede ayudarnos a entender la Pascua de Resurreccin y la expiacin de Jesucristo? Vase de JeffreyR. Holland, Merced, justicia y amor, pg. 104.

    EL PLAN DE SALVACINSe necesitan por lo menos cuatro cosas para el xito de ese plan divino, dijo el lder D. Todd Christofferson. Busque las respuestas para llenar los espacios en su discurso: El porqu del matrimonio, el porqu de la familia, pg. 50.

    1. La creacin de la ___________ como el lugar donde moraramos.2. Con [la cada de Adn y Eva] vino un reconocimiento de ___________

    y __________ y del poder para __________. Por ltimo, la Cada trajo la __________ fsica, que era necesaria para que nuestro tiempo en la tierra fuese temporal, a fin de que no vivisemos para siempre en nuestros pecados.

    3. Vemos la funcin que tiene la muerte en el plan de nuestro Padre Celestial; pero ese plan se volvera nulo sin una manera de vencer la muerte al final, tanto ___________ como __________. Por tanto, un Redentor, el Hijo Unignito de Dios, Jesucristo, sufri y muri para expiar la transgresin de Adn y Eva, yproporcionar as la __________ y la inmortalidad para todos.

    4. Dios orden que los hombres y las mujeres deban casarse y dar a luz hijos, y crear as, en colaboracin con Dios, los cuerpos fsicos que son indispensables para la ________ de la mortalidad, y ___________ para la gloria eterna con l.

    Respuestas: 1. Tierra; 2. lo bueno, lo malo, escoger, muerte;

    3. fsica, espiritual, resurreccin; 4. prueba, esenciales

  • 10 L i a h o n a

    elementos de ese pecado, su ncleo, su esencia, no est en ellos. l dijo: La caracterstica principal del orgullo es la enemistad [odio u hostilidad]: enemistad hacia Dios y enemistad hacia nuestros semejantes1.

    La hostilidad hacia Dios se pone de manifiesto en la actitud de decir: Que se haga mi voluntad y no la Tuya Los orgullosos no pueden aceptar que la autoridad de Dios d direccin a su vida Los orgullosos quieren que Dios est de acuerdo con ellos; pero no tienen inters en cam-biar de opinin para que la de ellos est de acuerdo con la de Dios2.

    Cuando nos convertimos en miem-bros de la Iglesia de Jesucristo, hacemos convenio de recordarle siem-pre, tomar sobre nosotros Su nombre y guardar Sus mandamientos (vase D. y C. 20:77). Cualquier pecado que cometamos impide que cumplamos con ese convenio; pero hay un pe-cado, por encima de todos los dems, que debemos evitar, porque conduce a muchos otros: el orgullo.

    La mayora de nosotros piensa en el orgullo como egocentrismo, vani-dad, jactancia, arrogancia o altivez, ense el presidente Ezra Taft Benson (18991994); aunque todos estos son

    CREEMOS EN SER HUMILDESLos orgullosos temen ms al juicio de los hombres que al juicio de Dios. La idea de qu pensarn los dems de m? pesa ms para ellos que la de qu pensar Dios de m?. Presidente Ezra Taft Benson

    L O Q U E C R E E M O S

    EL HOMBRE MS HUMILDEEl hombre ms grande, ms capaz y ms consumado que jams haya caminado sobre la tierra fue

    tambin el ms humilde. Parte de Su servicio ms impresionante lo brind en momentos privados, con unos pocos testigos, a quienes pidi que a nadie dijesen lo que haba hecho [vase Lucas 8:56]. Cuando alguien

    La enemistad hacia nuestros se-mejantes se manifiesta de muchas maneras: la crtica, el chisme, la calumnia, la murmuracin, el gastar ms de lo que tenemos, la envidia, la codicia, la supresin de la gratitud y el elogio que podran elevar a otra persona, y el rencor y los celos3.

    El orgullo entorpece nuestro pro-greso, hace dao a nuestras relaciones y limita el servicio que prestamos. El presidente Benson propuso una solucin: El antdoto contra el orgullo es la humildad, la mansedumbre, la sumisin; es el corazn quebrantado y el espritu contrito4. Ense que la humildad responde a la voluntad de Dios, al temor a Sus juicios y a las necesidades de las personas a su alre-dedor Elijamos ser humildes5.

    Las siguientes ilustraciones mues-tran maneras en las que podemos elegir ser humildes. Las Escrituras hacen muchas advertencias en cuanto al orgullo, por ejemplo en Proverbios 16:18; Ezequiel 16:4950; Doctrina yConvenios 23:1; 38:39.NOTAS 1. Enseanzas de los Presidentes de la Iglesia:

    Ezra Taft Benson, 2014, pg. 253. 2. Vase Enseanzas: Ezra Taft Benson,

    pgs.253254. 3. Vase Enseanzas: Ezra Taft Benson,

    pg.257. 4. Enseanzas: Ezra Taft Benson,

    pg. 260. 5. Enseanzas: Ezra Taft Benson,

    pgs. 251, 260.

    le llamaba bueno, rpidamente desviaba el cumplido insistiendo en que solo Dios es verdaderamente bueno [vase Marcos 10:1718]. Esobvio que la alabanza del mundo no significaba nada para l Haramos bien en seguir el ejemplo de nuestro Maestro.

    Presidente DieterF. Uchtdorf, Segundo Con-sejero de la Primera Presidencia, El ser genui-nos, Liahona, mayo de 2015, pg. 83.

  • A g o s t o d e 2 0 1 5 11

    Aceptar consejos y amonestaciones.

    Servir en una misin.

    Prestar servicio con abnegacin.

    Podemos elegir ser humildes al:

    ILUST

    RACI

    ONE

    S PO

    R DA

    VID

    HABB

    EN.

    Hacer la obra de historia familiar y asistir con ms frecuencia al templo.

    Orar con verdadera intencin.

    Vase Enseanzas de los Presidentes de la Iglesia: Ezra Taft Benson, 2014,pgs. 260261.

  • 12 L i a h o n a

    NOTICIAS DE LA IGLESIA

    L a Primera Presidencia ha anunciado cambios en las asignaciones de los lderes de rea, que sern efectivos a partir del 1 de agosto de 2015. Todos los miembros de las Presidencias de rea pertenecen al Primer o al Se-gundo Qurum de los Setenta.

    Los Setenta son llamados por reve-lacin, bajo la direccin de la Primera Presidencia, para ayudar al Qurum de los Doce Apstoles en su ministerio en todo el mundo.

    La historia de los Setenta realmente se remonta al Antiguo Testamento, dijo el presidente BoydK. Packer, del

    frica Sureste

    StanleyG. Ellis

    Primer Consejero

    CarlB. Cook

    Presidente

    KevinS. Hamilton

    Segundo Consejero

    frica Oeste

    Terence M. VinsonPrimer

    Consejero

    LeGrandR. Curtis Jr.

    Presidente

    DavidF. Evans

    Segundo Consejero

    Asia

    RandyD. Funk

    Primer Consejero

    GerritW. Gong

    Presidente

    Chi Hong (Sam) Wong

    Segundo Consejero

    Presidencia de los Setenta

    Ronald A. Rasband

    L.Whitney Clayton

    Donald L. Hallstrom

    RichardJ. Maynes

    CraigC. Christensen

    Ulisses Soares LynnG. Robbins

    Qurum de los Doce Apstoles1. La primera referencia que se hace a los Setenta se encuentra en xodo 24:1, yse los vuelve a mencionar en N-meros 11:1617, 25, cuando se re-nen para ayudar a Moiss.

    Durante Su ministerio terrenal, Cristo llam a los Setenta, los instruy de modo similar a los Doce Apsto-les, y los envi delante de s, expli-cndoles que aquellos que oyeran las palabras de ellos oiran Su voz (vanse Mateo 10:1, 1617; Lucas 10).

    Creemos en la misma orga-nizacin que existi en la Iglesia

    primitiva, dijo el presidente Packer. Y eso incluye Setentas. (Vase Artculos de Fe 1:6). En la Iglesia actual, que crece tan rpidamente, los Setenta desempean una fun-cinimportante para ayudar a los Doce. Los Setenta, por delegacin, puedenhacer cualquier cosa que lesmanden los Doce, dijo el presi-dente Packer2.

    NOTAS 1. Boyd K. Packer, en Los Doce y los Setenta,

    Primera parte: La revelacin y la funcin de los Setenta (video), LDS. org.

    2. Boyd K. Packer, en Los Doce y los Setenta.

    Si desea ms informacin sobre noticias y eventos de la Iglesia, visite news. lds. org.

    Se asigna a nuevos lderes de Area

    Ayuda en todas las reas

    Utah NorteUtah

    Salt Lake CityUtah Sur

    Norteamrica Noreste

    Norteamrica Noroeste

    Idaho Norteamrica Sureste

    Norteamrica Suroeste

    Norteamrica Oeste

    Norteamrica Centro

  • A g o s t o d e 2 0 1 5 13

    Asia Norte

    Kazuhiko YamashitaPrimer

    Consejero

    Scott D. Whiting

    Presidente

    Yoon Hwan Choi

    Segundo Consejero

    Brasil

    Jairo Mazzagardi

    Primer Consejero

    ClaudioR.M. Costa

    Presidente

    Marcos A. AidukaitisSegundo Consejero

    Caribe

    ClaudioD. Zivic

    Primer Consejero

    J.Devn Cornish

    Presidente

    Hugo E. Martnez

    Segundo Consejero

    Centroamrica

    Adrin Ochoa

    Primer Consejero

    Jos L. Alonso

    Segundo Consejero

    Kevin R. Duncan

    Presidente

    Europa

    PaulV. Johnson

    Primer Consejero

    Patrick Kearon

    Presidente

    TimothyJ. Dyches

    Segundo Consejero

    Europa Este

    Jrg Klebingat

    Primer Consejero

    BruceD. Porter

    Presidente

    Larry S Kacher

    Segundo Consejero

    Mxico

    PaulB. Pieper

    Primer Consejero

    Benjamn De Hoyos

    Presidente

    Arnulfo ValenzuelaSegundo Consejero

    Medio Oriente/frica Norte

    LarryR. Lawrence

    WilfordW. Andersen

    Administrada desde las Oficinas Generales

    de la Iglesia

    Pacfico

    O.Vincent HaleckPrimer

    Consejero

    KevinW. Pearson

    Presidente

    S.Gifford Nielsen

    Segundo Consejero

    Filipinas

    Shayne M. BowenPrimer

    Consejero

    Ian S. Ardern

    Presidente

    AllenD. Haynie

    Segundo Consejero

    Sudamrica Noroeste

    W.Christopher WaddellPrimer

    Consejero

    JuanA. Uceda

    Presidente

    CarlosA. Godoy

    Segundo Consejero

    Sudamrica Sur

    Francisco J. Vias

    Primer Consejero

    WalterF. Gonzlez

    Presidente

    Jos A. Teixeira

    Segundo Consejero

  • 14 L i a h o n a

    Era una bella maana de abril de 2012 cuando John Ekow- Mensah entr al Templo de Accra, Ghana. Este hermano anciano, de ms de 80 aos, haba viajado con un grupo de santos desde Nkawkaw, donde viva solo. Los planes del grupo consistan en pasar la noche en unos cuartos cerca-nos para los participantes del templo y pasar dos das prestando servicio enel templo.

    Mientras el hermano Ekow- Mensah aguardaba sentado en el interior para participar en las orde-nanzas iniciatorias, un hombre ms joven se sent a su lado. Ese hombre, de 54 aos, haba planeado realizar una sesin de investidura esa maana con su esposa, pero como llegaron tarde para la sesin, decidi hacer ordenanzas iniciatorias.

    De dnde es?, le pregunt el hermano Ekow- Mensah.

    De Sekondi, respondi el hombre.

    De qu parte de Sekondi?, pre-gunt el hermano Ekow- Mensah.

    De Ketan, respondi el hombre, de la zona donde estn las escue-las. Durante la conversacin, ambos

    UN REENCUENTRO GLORIOSOPor SusanL. y C.Terry Warner

    N U E S T R O H O G A R , N U E S T R A F A M I L I A

    Dcadas de separacin y angustia llegaron a su fin cuando el Seor reuni a un padre y a un hijo en el templo.

    hombres intuyeron adnde podran estar llevndoles las preguntas.

    Impulsado por una sensacin cre-ciente de haberlo reconocido, el hom-bre mir al hermano Ekow- Mensah y dijo: Usted es mi padre. Cmo se llama?.

    John Ekow- Mensah.Yo tambin me llamo as, respon-

    di el hijo.Tras prestar servicio en el tem-

    plo, ambos hombres se sentaron un buen rato en el saln celestial, reco-nectando sus vidas y reavivando su

  • A g o s t o d e 2 0 1 5 15

    amor. Si bien todo lo que hizo y dijo el hermano Ekow- Mensah, hijo, fue respetuoso y pertinente, pareca no estar listo para abrazar a su padre sin reservas, hasta que supo por qu haba tenido que dejarlos y no haba podido comuni-carse con su familia.

    Casi 50 aos antes, el hermano Ekow-Mensah, padre, se haba casado con una mujer cuya abuela por aquel enton-ces, la matriarca de ms edad ejerca un poder dominante sobre la tribu. Tristemente, la matriarca se haba opuesto al ma-trimonio de John con la nieta de ella y, ante su in-sistencia, la pareja termin por separarse cuando el hijo mayor, John, hijo, tena cuatro o cinco aos. John, hijo, recordaba a su

    abuela como una mujer fuerte y trabajadora, no como la persona responsable de haberle impedido relacionarse con su padre biol-gico por casi 50 aos.

    Esencialmente, que lo expul-saran de la familia haba cortado ILUS

    TRAC

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    todos los lazos, y la falta de telfonos o de servicio de correos impidi que John, padre, se mantuviese en con-tacto con su familia. Su bsqueda de empleo lo llev a muchas horas de distancia. Vivi en Mankessim desde 1963 hasta 1989, donde dirigi una pequea imprenta. De all se traslad a Ada, donde una mujer que viva en el edificio que l estaba pintando le dio a conocer el evangelio de Jesu-cristo. El hermano Ekow- Mensah, padre, se uni a la Iglesia en 1991.

    Dado que el hermanoEkow Mensah, hijo, era tan pequeo cuando se disolvi el matrimonio de sus padres, no saba mucho acerca de su legado familiar. De vez en cuando, su madre mencionaba que l era una copia exacta de su padre, pero eso era todo lo que saba.

    Cuando creci y se cas, John y su esposa, Deborah, decidieron buscar una iglesia a la que unirse. John estaba en la Universidad de Ghana, en Accra, cuando vio un ejemplar de la revista Liahona en una estantera. La tom y el conte-nido le interes, de modo que se fij en quin la publicaba: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los lti-mos Das.

    Al regresar a su casa en Sekondi, despus del perodo de clases, su es-posa se mostr ansiosa por hablarle

    de una iglesia que haba conocido a travs de una amiga y cuyo nom-bre era La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los ltimos Das. John le dijo que sa era la iglesia de la que haba ledo en una revista en la universidad.

    A John y a Deborah se les ense el Evangelio y se bautizaron en 1999. Una dcada ms tarde, se sellaron en el Templo de Accra, Ghana, junto con tres de sus cinco hijos.

    En ese mismo templo, en 2012, las lgrimas baaron los ojos del padre y el hijo cuando se reconocieron. Su gozo fue an mayor al darse cuenta de que cada uno haba decidido unirse a la Iglesia y asistir al templo aquella hermosa maana. Los autores viven en Utah, EE. UU., y han prestado servicio en la Misin Ghana Accra.

    Padre e hijo reunidos en el templo tras una separacin de cerca de 50 aos.

  • 16 L i a h o n a

    Se me asign ser maestro orienta-dor con el hermano Erickson, un miembro anciano del barrio que era un maestro orientador devoto. l me pidi que planificara las visitas, lo cual no me molestaba.

    Una de nuestras familias, la familia Wright (el nombre ha sido cambiado) no participaba activamente en la Iglesia. Cuando les llam por telfono, el hermano Wright dijo: No vuelva a llamarnos.

    Le cont al hermano Erickson lo sucedido. Al mes siguiente, cuando me pidi que volviera a llamar a los Wright, le record que el esposo no quera que lo llamsemos. El hermano Erickson insisti en que lo llamara de todos modos, as que lo hice. Cuando elhermano Wright contest el tel-fono, le ped que no colgara y le dije que mi compaero de orientacin familiar haba insistido en que lo lla-mara. Le pregunt si podamos hacer la orientacin familiar por telfono cada mes y l accedi.

    A partir de entonces llam a los Wright todos los meses. Cada vez que lo haca, el hermano Wright me deca: Ya hizo su llamada, y me colgaba. Yo no tena problema con eso y el hermano Erickson se contentaba conello.

    Pero, pasaron varios meses y el hermano Erickson sugiri que ayun-semos por la familia Wright. Estuve de

    acuerdo, as que un domingo oramos y ayunamos para encontrar una ma-nera de llegar al corazn del hermano Wright. A la maana siguiente, al pasar por la casa de los Wright de camino al trabajo, vi que l sala de lacasa. Not que haba un camin de juguete bajo una de las ruedas traseras del vehculo, as que me detuve y se lo dije. l me dio las gracias.

    Por cierto, le dije, yo soy su maestro orientador.

    De nuevo me dio las gracias mien-tras yo volv a emprender mi camino hacia el trabajo.

    Llam al hermano Erickson y le cont lo que haba sucedido; entonces l me pidi que llamara al hermano Wright y fijara una cita de orientacin familiar para la noche siguiente, lo

    EL PODER DE LA ORIENTACIN FAMILIARPor JeffB. Marler

    P R E S T A R S E R V I C I O E N L A I G L E S I A

    Cmo bamos a visitar a una familia que ni siquiera nos dejaba entrar en su casa?

    cual hice. El hermano Wright contest amablemente y acept. La visita con la familia fue muy buena y fijamos otra cita. Sal de la casa con un testimo-nio mayor del ayuno y la oracin, as como de la importancia de ser maes-tro orientador.

    Al final de esa semana, nos enteramos de que el hermano Wright haba permitido a los misioneros de tiempo completo que empezaran a ensear a su hija que tena quince aos. Ella llevaba meses orando para que a su padre se le ablandara el co-razn y le permitiera bautizarse. Con el tiempo, la familia empez a asis-tir a la Iglesia y el hermano Wright termin por acceder a que su hija se bautizara; de hecho, fue l quien la bautiz.

    Me siento agradecido porque el hermano Erickson estaba en armona con el Espritu. Su discernimiento du-rante esa experiencia me ayud a ga-nar un mayor testimonio del poder y el potencial de la orientacin familiar que se lleva a cabo con dedicacin. El autor vive en Arizona, EE. UU.

  • A g o s t o d e 2 0 1 5 17

    Ya se acababan nuestras vacaciones y aquella maana, mientras desa-yunbamos, planificamos cmo apro-vechar al mximo el tiempo que nos quedaba en el hotel antes del largo viaje de regreso a casa. Mi esposo decidi llevar a nuestras tres hijas a la piscina por ltima vez y yo apro-vechara la mquina de caminar que haba en el gimnasio del hotel.

    La mquina que seleccion miraba hacia una enorme ventana desde la que se vea la piscina. Al poco rato, vi a una familia, mi familia, llegar a la piscina. Las toallas, el calzado y las camisetas volaron por el aire mientras las nias, animadsimas, se preparaban para lanzarse al agua. Por lo general, yo estara detrs de ellas recogiendo la ropa y el calzado y, sinceramente, algo molesta por tener que hacerlo. Sin embargo, ahora vea a la familia desde

    afuera, como si la ventana gigante fuera la pantalla de un cine. Observ la escena mientras mis pies caminaban rtmicamente por la cinta.

    Vi lo felices que estaban todos, cmo rean y jugaban juntos, y pens en las veces en que me haba sentido desanimada por las pequeas discusio-nes que inevitablemente surgen en una familia y por la intranquilidad de que, a pesar de mis mejores intenciones, no lograba ensear a mis hijas a amarse las unas a las otras. Pero, mientras las observaba, vi a personas que eran felices juntas; descubr que s estaba ensendoles a amarse mutuamente, slo que no era capaz de apreciarlo.

    Vi a una de las nias saltar una y otra vez desde el borde de la piscina a los brazos de su pap; pens en todos los grandes saltos que dara en la vida y tuve la esperanza de que confiara

    LA VENTANA HACIA LA PISCINAPor Becky Heiner

    R E F L E X I O N E S

    Las relaciones familiares pueden ayudarnos a aprender, entender y vivir el Evangelio.

    en que su Padre Celestial la agarrara cada vez que lo hiciera. Saba que con cada salto estaba aprendiendo a tener confianza y que ser parte de nuestra familia era una manera segura de adquirir esa confianza.

    Otra hija procuraba perfeccionar una tcnica de natacin y vi cmo su familia la alentaba a seguir intentn-dolo. En la vida tendra momentos en los que iba a necesitar ese mismo apoyo durante pruebas ms difciles.

    Entonces vi cmo a nuestra tercera hija la empujaban accidentalmente a la piscina. Molesta y enojada, logr salir del agua balbuceando y se sent en una silla. Su familia se percat de inmediato de su ausencia y vi cmo cada uno la animaba de manera amorosa para que volviera con ellos. Ella finalmente lo hizo, y pens en su futuro, en todas las veces en que se hara dao y tendra el deseo de ren-dirse. Esperaba que siempre pudiera hallar en el amor de su familia lafor-taleza para perseverar.

    De pronto ca en la cuenta: nuestra familia puede ser una parte esencial para que logremos aprender, entender y vivir el Evangelio. Nefi indic que por pequeos medios el Seor puede realizar grandes cosas (1Nefi 16:29); y as es con las familias. S, los padres tienen dificultades, pero cada esfuerzo por ensear, formar y amar, aun cuando sea pequeo, importa.

    Mi pequea pelcula lleg a su fin. Al apagar la mquina de caminar y ver a mi familia recoger la ropa, sent la determinacin renovada de seguir adelante haciendo las cosas pequeas que a veces me preocupa que no es-tn marcando ninguna diferencia. La autora vive en Utah, EE. UU.ILU

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  • A g o s t o d e 2 0 1 5 19

    Existe gran fortaleza en una unin slida; juntos, los verdaderos compaeros pueden lograr ms que la suma de lo que pueda hacer cada uno por s solo. Si son verdaderos compaeros, uno ms uno es mucho ms que dos. Por ejemplo: los doctores William J. Mayo y su hermano, Charles H. Mayo, fundaron la Clnica Mayo; los abogados y otros profesionales forman juntos sociedades impor-tantes. En el matrimonio, el esposo y la esposa pueden establecer la sociedad ms trascendental de todas: una familia eterna.

    En cualquier empresa, las mejoras perdurables dependen de la colaboracin y del estar de acuerdo; los grandes lderes y socios adquieren la habilidad de com-partir ideas y esfuerzos, y la norma de llegar a un acuerdo. Los grandes socios son completamente leales; dominan el ego a cambio de ser partcipes en crear algo ms grande que ellos mismos. Las grandes sociedades dependen de que cada uno de los socios perfeccione los atributos de su carcter.

    Por el lder Russell M. NelsonDel Qurum de los Doce ApstolesLos discpulosy

    la defensa del matrimonio

    Los discpulos del Seor somos defensores del matrimonio tradicional; no podemos transigir. La historia no es nuestro

    juez; y tampoco lo es la sociedad secular; Dios es nuestro juez!

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  • 20 L i a h o n a

    Guardianes de la virtudParece que sta es una poca en que me toca asistir

    a funerales; en ellos he presenciado a muchas familias cuando se despiden por un tiempo de seres queridos a los cuales han sido sellados. Muchas veces, al salir, me pregunto: Qu me gustara que dijeran de m en mi funeral?.

    No es demasiado temprano en la vida para hacerse la misma pregunta: Qu les gustara que dijeran de ustedes en su funeral?

    Espero que se diga que fueron un buen esposo y padre o una buena esposa y madre; que tenan integridad, que eran bondadosos y pacientes, humildes y trabajadores; que eran una persona virtuosa.

    Los guardianes supremos de todas las virtudes son el matrimonio y la familia; parti-cularmente las virtudes de la castidad y la fidelidad, las cua-les son necesarias para crear una sociedad matrimonial y relaciones familiares perdura-bles y totalmente gratificantes.

    El hombre y la mujer fueron creados para lo que puedan hacer y llegar a ser, juntos. Para traer a un hijo al mundo, se re-quiere de un hombre y de una mujer. La madre y el padre no son intercambiables; el hombre y la mujer son diferen-tes y se complementan. Los hijos merecen la oportunidad de criarse con una madre y un padre1.

    Es probable que ustedes encuentren que haya cada vez ms debate sobre la definicin del matrimonio; mu-chos de sus vecinos, colegas y amigos no habrn odo nunca verdades lgicas e inspiradas sobre la importancia del matrimonio, tal como Dios mismo lo defini. Con su ejemplo elocuente, ustedes tendrn muchas oportunida-des de fortalecer la comprensin de lo que dice el Seor en cuanto a este tema, tanto en forma individual como enfamilia.

    El apstol Pablo previ nuestras actuales circunstancias cuando dijo:

    en los postreros das vendrn tiempos peligrosos.

    Porque habr hombres amadores de s mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a sus padres, ingratos, impos,

    sin afecto natural, implacables, calumniadores aborrecedores de lo bueno

    amadores de los deleites ms que de Dios.Y termina, diciendo: a stos evita (2Timoteo 3:15).Despus de su extraordinaria profeca en cuanto a nues-

    tra poca, Pablo aadi esta advertencia: Y tambin todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jess, pade-cern persecucin (2Timoteo 3:12).

    Mediten sobre eso! Significa que en estos tiempos pe-ligrosos, la vida no ser fcil para los verdaderos discpu-los del Seor Jesucristo, pero tendremos Su aprobacin. l nos dio esta promesa: Y bien-aventurados son todos los que son perseguidos por causa de mi nombre, porque de ellos esel reino de los cielos (3Nefi 12:10).

    En resumen, por ser disc-pulos, a cada uno de nosotros se nos pondr a prueba. En todo momento, todos los das, tenemos el privilegio de esco-ger entre el bien y el mal; es

    una batalla perpetua que comenz en el mundo premortal y se vuelve cada vez ms intensa, da tras da. La fortaleza de carcter de ustedes, individualmente, se necesita ahora ms que nunca.

    No hay discpulos de tiempo parcialYa pas la poca en que se poda ser un cristiano pasivo

    y descansado; la religin de ustedes no es slo ir a la Igle-sia los domingos, sino ser un verdadero discpulo desde el domingo por la maana hasta el sbado por la noche, veinticuatro horas al da, todos los das de la semana! No hay tal cosa como un discpulo de tiempo parcial del Seor Jesucristo.

    Jess invita a todo el que desee ser Su discpulo a to-mar su cruz y seguirlo (vanse Mateo 16:24; Marcos 8:34; D.yC. 56:2; 112:14). Estn listos para unirse a las filas?, IZQU

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  • A g o s t o d e 2 0 1 5 21

    ose avergonzarn del Evangelio? Se aver-gonzarn del Seor y de Su plan? (vase Mormn 8:38). Cedern a las voces de los que quieren que se unan a ellos en el mbito popular de la poca contempornea?

    No! La juventud de Sion no fallar! Creo que sern valientes y proclamarn la verdad de Dios con claridad y bondad, aunque Su verdad no sea polticamente popular. Pablo estableci ese modelo cuando declar: Porque no me avergenzo del evangelio de Cristo; porque es poder de Dios para salvacin a todo aquel que cree (Romanos 1:16; vase tambin 2Timoteo 1:8).

    Los discpulos del Seor somos defensores del matrimonio tradicional; no podemos tran-sigir. La historia no es nuestro juez; y tampoco lo es la sociedad secular; Dios es nuestro juez! Para cada uno de nosotros, el da del jui-cio se llevar a cabo a la manera de Dios y en Su propio tiempo (vanse Romanos 2:5; Alma 33:22; ter 11:20; D. y C. 88:104; 133:38).

    La disposicin de ustedes para expresar un testimonio solemne del Seor y vivir de

    acuerdo con Su evangelio determinar el futuro del matrimonio y de infinidad de vidas humanas. El entrar en las aguas del bautismo y tomar sobre nosotros el nombre de Jesu-cristo ofrece gran proteccin. El rey Benjamn lo explic de esta manera: Ahora pues, a causa del convenio que habis hecho, seris llamados progenie de Cristo, hijos e hijas de l, porque he aqu, hoy l os ha engendrado espiritualmente; pues decs que vuestros corazones han cambiado por medio de la fe en su nombre; por tanto, habis nacido de l y habis llegado a ser sus hijos y sus hijas (Mosah 5:7; vase tambin el versculo 8).

    Me gusta lo que dijo la hermana Sheri Dew, que fue miembro de la Presidencia General de la Sociedad de Socorro en el pasado, en una conferencia para mujeres que tuvo lugar re-cientemente en la Universidad Brigham Young: El principio fundamental de llegar a ser un discpulo es hacer lo que prometemos cada vez que tomamos la Santa Cena: [recordar] siempre al Seor. Eso quiere decir recordarlo al elegir los medios de comunicacin a los que

    Una de las oportunidades msapremiantes de nuestro tiempo es la de defender la verdad en cuanto a la naturaleza sagrada del matrimonio.

  • 22 L i a h o n a

    estamos dispuestos a exponer a nuestro esp-ritu; significa recordarlo al considerar la forma en que pasamos el tiempo y al decidir entre un constante rgimen de cultura popular ode la palabra de Dios; significa recordarlo enme-dio de la oposicin o cuando la tentacin nos amenace; quiere decir recordarlo cuando los crticos ataquen Su Iglesia y se burlen de la verdad; y quiere decir recordar que hemos tomado Su nombre sobre nosotros2.

    El mensaje de la hermana Dew concuerda con uno del presidente HowardW. Hunter (19071995), cuando dijo: Si nuestra vida y nuestra fe se centran en Jesucristo y en Su evangelio restaurado, nada ir permanente-mente mal si nuestra vida no est centrada en el Salvador ni en Sus enseanzas, ningn otro xito ser permanentemente para bien3.

    Proclamemos la voluntad de DiosDondequiera que vayamos, ustedes y yo,

    como discpulos del Seor, tenemos la so-lemne responsabilidad de proclamar la vo-luntad de Dios a toda la gente; y una de las

    oportunidades ms apremiantes de nuestro tiempo es la de defender la verdad en cuanto a la naturaleza sagrada del matrimonio.

    Nuestro mensaje se basa en la doctrina divina, canonizada en la Biblia:

    En el principio cre Dios los cielos y la tierra (Gnesis 1:1).

    Y cre Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo cre; varn y hembra los cre (Gnesis 1:27).

    Y los bendijo Dios y les dijo Fruc-tificad y multiplicaos; y henchid la tierra (Gnesis 1:28).

    Por tanto, dejar el hombre a su padre y a su madre, y se allegar a su mujer, y sern una sola carne (Gnesis 2:24).

    Y llam Adn el nombre de su mujer Eva, por cuanto ella fue la madre de todos los vivientes (Gnesis 3:20; vase tambin Moiss 4:26).

    Dios es el Padre de todos los hombres y las mujeres; son Sus hijos. l fue quien or-den el matrimonio como la unin entre un hombre y una mujer. El matrimonio no fue

    La carga del discipulado es pesada; como discpulos del Seor, ustedes sern los defensores del matrimonio.

  • A g o s t o d e 2 0 1 5 23

    creado por legisladores ni jueces humanos; no fue creado por un grupo de investigadores en la materia, ni por el voto popular, ni por blogueros famosos ni por eruditos; no fue establecido por un grupo de activistas que presionan a los legisladores; el matrimonio fue creado por Dios!

    En los Diez Mandamientos se prohben el adulterio y la codicia (vanse xodo 20:14, 17; Deuteronomio 5:18, 21); yesos antiguos mandamientos se dieron de nuevo al pueblo en la poca del Nuevo Testamento (vanse Mateo 5:2728, 19:18; Romanos 13:9) y en la del Libro de Mormn (vanse Mosah 13:22, 24; 3 Nefi 12:27). En la revelacin moderna, el Seor ha vuelto a afirmarlo: Amars a tu esposa con todo tu corazn, y te alle-gars a ella y a ninguna otra (D. y C. 42:22).

    La verdadera intimidad de una pareja, tal como nuestro Creador la decret, se logra solamente dentro de la unin sagrada del esposo y la esposa, porque la enaltece la verdad y la ennoblece el cumplimiento de los convenios que ellos hacen entre s y con Dios. Es esencial tener en cuenta que la absoluta fidelidad a esos convenios pro-hbe la pornografa, la lujuria y cualquier clase de abuso.

    Las presiones sociales y polticas para cambiar las leyes sobre el matrimonio han dado como resultado prcticas contrarias a la voluntad de Dios en cuanto a la naturaleza eterna del matrimonio y a sus propsitos. El hombre no puede convertir en moral lo que Dios ha declarado inmo-ral; el pecado, aunque sea legalizado por el hombre, sigue siendo pecado a los ojos de Dios.

    Hermanos y hermanas, sostenidos por la verdad in-controvertible, proclamen su amor por Dios! Proclamen su amor por todos los seres humanos, sin malicia hacia nadie, con caridad por todos4. En calidad de hijos de Dios, ellos son nuestros hermanos y hermanas y valoramos sus derechos y sus sentimientos; pero no podemos aprobar esfuerzos por cambiar la doctrina divina, porque el hombre no tiene derecho a cambiarla.

    El amor implica obedienciaDios ama a Sus hijos; y si ellos lo aman, demostrarn

    ese amor obedeciendo Sus mandamientos (vanse Juan 14:15, 21; 1 Juan 5:2; D. y C. 46:9; 124:87), incluso el de la castidad antes del matrimonio y la fidelidad total despus de contraerlo. Las Escrituras advierten que la conducta contraria a los mandamientos del Seor no solamente privar a las parejas de una intimidad que tenga aproba-cin divina, sino que tambin acarrear sobre ellas los severos juicios de Dios (vanse Levtico 26:1520; Salmos 89:3132; Mateo 5:19).

    El anhelo ms noble del corazn humano es lograr un matrimonio que perdure ms all de la muerte; la completa fidelidad a los convenios efectuados en los santos tem-plos permitir que el esposo y la esposa queden sellados a lo largo de toda la eternidad (vase D. y C. 132:7, 19).

    La carga del discipulado es pesada; como discpulos del Seor, ustedes sern los defensores del matrimonio; y si son leales y fieles, l no slo los ayudar y proteger (vase D. y C. 84:88), sino que tambin bendecir a su familia

    (vanse Isaas 49:25; D. y C. 98:37).Ustedes son beneficiarios de la infinita expiacin del

    Seor; gracias a l, al final, recibirn la recompensa de la inmortalidad; y por causa de l, podrn disfrutar de la ben-dicin de la vida eterna con l y con su familia. Tomado del discurso Disciples of ChristDefenders of Marriage, pronun-ciado durante la ceremonia de graduacin de la Universidad Brigham Young, el 24 de agosto de 2014. Para el texto completo en ingls, vase speaches.byu.edu.

    NOTAS 1. Vase La Familia: Una Proclamacin para el Mundo, Liahona,

    noviembre de 2010, pg. 129. 2. SheriL. Dew, Sweet above All That Is Sweet, discurso pronunciado

    en la Universidad Brigham Young durante la conferencia de la mujer, el 1 de mayo de 2014, pg. 7; ce.byu.edu/cw/womensconference/transcripts.php.

    3. HowardW. Hunter, Fear Not, Little Flock, devocional de la Universidad Brigham Young, 14 de marzo de 1989, pg. 2; speeches.byu.edu.

    4. Abraham Lincoln, segundo discurso inaugural, 4 de marzo de 1865.DERE

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  • 24 L i a h o n a

  • A g o s t o d e 2 0 1 5 25

    Mi primer trabajo despus de terminar los estudios universitarios fue en una importante fbrica de aviones. Mientras estaba all, aprend que para que los aviones fueran seguros, la compaa tena espe-cificaciones para cada una de sus piezas, y se tena que certificar cada una de ellas para asegurar que cumpliera todos las normas estndar, entre ellas la forma, el tamao, el material y las tolerancias.

    Si la pieza cumpla con el estndar, se colocaba en el inventario para fabricar un avin; si no, se rechazaba y se devolva al abastecedor. Los abastecedores de las piezas se aseguraban de comprender y satisfacer todos los requisitos, incluso las tolerancias.

    Estaran ustedes dispuestos a viajar en un avin fabri-cado con piezas de calidad inferior? Por supuesto que no! Querran que todas las piezas excedieran el estndar. Sin embargo, hay personas que parecen muy dispuestas a adoptar normas de inferior calidad en su conducta. Slo si ustedes conocen, entienden y viven la doctrina de Cristo, podrn adoptar la conducta requerida para ser merecedo-res de la exaltacin.

    Tolerancia es una palabra que se oye con frecuencia en la sociedad de hoy, generalmente en el contexto de tolerar o aceptar las culturas o conducta de los dems. A veces, la usan las personas que buscan la aprobacin para hacer algo sin considerar el impacto que pueda tener en la so-ciedad o en los que los rodean. No es mi intencin hablar sobre esa definicin, sino concentrarme en la definicin

    del vocablo como se usa en ingeniera y en la aplicacin que tiene para nosotros.

    Tolerancia es el margen de diferencia o variacin acep-table de un estndar establecido. En una pieza fabricada, la tolerancia puede especificarse diciendo que es de unos 13 cm de largo, ms o menos 0,0025 cm. Otra pieza quizs tenga la especificacin de estar hecha de un material deter-minado con una pureza del 99,9 por ciento, como lasba-rras de oro. El Seor ha establecido mrgenes de tolerancia para ayudarnos a ser merecedores de la exaltacin.

    Las normas y el criterio para juzgarLos estndares o normas para la salvacin se llaman

    mandamientos, y es nuestro Padre Celestial quien los ha establecido. Esas normas se aplican a todas las partes de nuestra vida y en todo momento; no se aplican en forma selectiva a un determinado momento ni a cierta situacin. Los mandamientos definen los mrgenes de tolerancia que seexigen para merecer la exaltacin.

    Existe un criterio que, en cierto sentido, es como el proceso de certificacin que debe pasar una pieza para un avin. As como hay pruebas para calificar las piezas de una aeronave, nuestro Padre Celestial tiene un criterio para determinar si pasamos la certificacin, y nos beneficiara el conocer y satisfacer las normas dentro del margen de tolerancia que el Seor ha establecido.

    Recordarn que las diez vrgenes en la parbola del Salvador fueron invitadas a la fiesta de bodas y que cuando

    Por el lder Allan F. PackerDe los Setenta

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    Las normas de Dios son inalterables y nadie puede cambiarlas; a las personas que piensan que eso es posible les espera una gran sorpresa en el Juicio Final.

    normas INALTERABLES DEL PADRE CELESTIAL

  • 26 L i a h o n a

    lleg el novio, cinco tenan aceite y pudieron entrar con l, mientras que las otras cinco llegaron tarde y no pudieron entrar. (Vase Mateo 25:1- 13).

    Con respecto a esa parbola, el lder DallinH. Oaks, del Qurum de los Doce Apstoles, dijo: Los clculos de esta parbola son espeluznantes. Las diez vrgenes obviamente representan a los miembros de la Iglesia de Cristo, porque todas fueron invitadas a las fiestas de bodas y todas saban lo que se requera para ser admitidas cuando el esposo llegara; pero slo la mitad estuvo lista cuando l lleg1.

    Las primeras cinco vrgenes cumplieron las normas, ynosotros tambin debemos hacerlo.

    Dios nos cre a Su propia imagen. El plan para nosotros en esta tierra es obtener un cuerpo, ganar experiencia, recibir las ordenanzas y perseverar hasta el fin; y se han establecido estndares y mrgenes de tolerancia que debemos cumplir para merecer la exaltacin. Dios ha prometido que podemos ser exaltados, pero tambin ha dicho: Yo, el Seor, estoy obligado cuando hacis lo que os digo; mas cuando no ha-cis lo que os digo, ninguna promesa tenis (D. y C. 82:10).

    Las normas y el albedroEn el plan de salvacin de Dios, se nos modela, se

    nos forma y se nos pule para que lleguemos a ser como l; es algo que cada uno de nosotros debe experimentar individualmente.

    Porque, he aqu, sta es mi obra y mi gloria: Llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna del hombre (Moiss 1:39).

    Dios ha decretado lo que debemos hacer y los estnda-res (o normas) que debemos cumplir. Lo verdaderamente extraordinario es que l nos da el albedro moral de decidir si aceptamos o no cumplir esas normas; no obstante, nues-tras decisiones tienen consecuencias. l nos dio el albedro, pero no nos da la autoridad para cambiar las normas ni las consecuencias de nuestras decisiones.

    Dado que hay normas y que tenemos el albedro para decidir, hay un Juicio Final en el cual se evaluar a cada uno de nosotros para ver si cumplimos con el estndar o, en otras palabras, si hemos vivido de acuerdo con las normas y las tolerancias que Dios ha decretado. Su juicio ser final.

    La doctrina del arrepentimiento nos permite corregir o rectificar los defectos, pero es mejor concentrarse en cum-plir las normas de Dios que pensar en invocar el principio del arrepentimiento antes del Juicio. Yo aprend esa leccin cuando era jovencito.

    En mi adolescencia, pasaba los veranos trabajando en la hacienda de mi abuelo, situada en Wyoming, EE. UU. Era un establecimiento ganadero de ms de ochocientas hectreas, adems de los campos de pastoreo. El trabajo de la hacienda requera gran cantidad de equipo, y como el centro ms cercano para repararlo estaba muy lejos, mi abuelo nos ense a mantenerlo con mucho cuidado y a inspeccionar todo antes de salir a trabajar. Si algo se rompa, por lo general era a varios kilmetros de distancia de la casa, lo que implicaba tener que hacer una larga caminata.

    No me llev mucho tiempo aprender la ley de las con-secuencias; siempre era mejor evitar los problemas que tener que caminar tanto. Lo mismo sucede con los man-damientos de nuestro Padre Celestial; l conoce la dife-rencia entre alguien que est luchando sinceramente por llegar a ser como l y una persona que est empujando los lmites pero tratando de mantenerse apenas dentro de lo aceptable.

    Las normas y la oposicinActualmente, en el mundo hay quienes procuran dese-

    char o cambiar las normas establecidas por Dios; pero eso no es nada nuevo.

    Ay de los que a lo malo llaman bueno, y a lo bueno malo; que ponen tinieblas por luz, y luz por tinieblas; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo! (2Nefi 15:20).

    No debemos dejarnos engaar ni prestar atencin a lo que digan los que traten de convencernos de que las normas de Dios han cambiado; ellos no tienen autoridad para cambiarlas; solamente el diseador, el Padre Celestial, puede cambiar las especificaciones.

    Todos reconocemos lo ridculo que sera que un abaste-cedor de piezas de avin prestara atencin a un inexperto en la materia que le aconsejara hacer cambios a las especi-ficaciones o tolerancias de una pieza; ninguno de nosotros querra viajar en un avin fabricado con esa pieza.

    Del mismo modo, nadie acusara de desconsiderado ni de intolerante a un fabricante de aviones que rechazara ese tipo de pieza; y el fabricante no se dejara intimidar ni permitira que lo obligaran a aceptar piezas que no le fuera posible certificar; el hacerlo pondra en peligro su negocio y la vida de los pasajeros que viajaran en sus aviones.

    Eso tambin sucede con las leyes y los mandamientos de Dios; Sus normas son inalterables y nadie las puede

  • A g o s t o d e 2 0 1 5 27

    cambiar; a las personas que piensan que eso es posible les espera una gran sorpresa en el Juicio Final.

    El cumplir con las normasNuestro Padre Celestial es el diseador del Plan de

    Salvacin, y l ha proporcionado todo lo que necesitamos para hacernos merecedores de regresar a Su presencia. Las normas se han establecido, se conocen y estn disponibles para cada uno de nosotros.

    El Salvador nos ha dicho que todos somos capaces de cumplirlas. La Palabra de Sabidura es una evidencia de esto; explica que se da como un principio con promesa, adaptada a la capacidad del dbil y del ms dbil de todos los santos, que son o que pueden ser llamados santos (D. y C. 89:3; cursiva agregada).

    El Salvador tambin nos ensea que ninguno de noso-tros va a ser tentado ms de lo que pueda resistir (D. y C. 64:20), pero que debemos velar y orar incesantemente (Alma 13:28).

    Ustedes tienen el poder para hacerlo, porque el poder est en [ustedes], y en esto vienen a ser sus propios agen-tes. Y en tanto que los hombres hagan lo bueno, de nin-guna manera perdern su recompensa (D. y C. 58:28).

    Ustedes pueden cumplir las normas y las tolerancias; tie-nen la capacidad para hacerse merecedores de la exaltacin.

    La gua del Espritu SantoAprendemos las normas al asistir a la Iglesia, al estudiar

    las doctrinas que se encuentran en las Escrituras y en las palabras de los profetas modernos, y al actuar de acuerdo con ellas.

    La mejor fuente de gua son las impresiones del Espritu Santo, quien nos ensear todo lo que debemos hacer (vase 2Nefi 32:23). Con la ayuda del Espritu Santo y la luz de Cristo (vase Moroni 7:1618), podemos discernir el bien del mal y tener esa gua a lo largo de la vida; experi-mentamos sentimientos en el corazn y nos vienen pensa-mientos a la mente que nos brindan consuelo y direccin; y eso es verdad aun en el caso de los nios.

    Dios ha prometido que nos ayudar en nuestro em-peo por cumplir Sus normas. As como no estaramos dispuestos a viajar en un avin fabricado con piezas de calidad inferior, tampoco debemos aceptar ni practicar una conducta inferior. Slo si conocemos, entendemos y vivi-mos la doctrina de Cristo podemos ser merecedores dela exaltacin. Tomado del discurso Standards and Tolerance, pronunciado en un devo-cional de la Universidad Brigham Young- Idaho, el 13 de noviembre de 2012. Para leer el texto completo en ingls, vase byui.edu.

    NOTA 1. Vase de Dallin H. Oaks, La preparacin para la Segunda Venida,

    Liahona, mayo de 2004, pg. 8.FOTO

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    As como no estaramos dispuestos a viajar en un

    avin fabricado con piezas de calidad inferior, tampoco

    debemos aceptar ni practicar una conducta inferior.

    Slo si conocemos, entendemos y vivimos la doctrina

    de Cristo podemos ser merecedores de la exaltacin.

  • 28 L i a h o n a

    Por el lder Bruce C. HafenPrest servicio como miembro de los Setenta desde 1996 hasta 2010

    LA Proclamacin SOBRE LA

    Familia: TRASCENDER LA CONFUSIN CULTURAL

  • Los compromisos permanentes hacia el matrimonio y la paternidad son como dos hebras principales que corren a lo largo del diseo de nuestro tapiz social.ARR

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    Qu es lo que ms le preocupa?, le pregunt un reportero al presidente Gordon B. Hinckley (19102008) en junio de 1995, poco antes de que cumpliera 85 aos; a lo que l respondi: Me preocupa la vida familiar en la Iglesia. Tenemos gente maravillosa, pero tenemos demasiadas familias que se estn desintegrando Creo que [esa] es mi mayor preocupacin1.

    Tres meses despus, el presidente Hinckley ley pbli-camente La Familia: Una Proclamacin para el Mundo2.

    No fue casualidad que esa declaracin solemne se emi-tiera precisamente cuando el profeta del Seor consider que, de todas los asuntos que llevaba en la mente, la vida familiar inestable en la Iglesia era su mayor preocupacin. Ms tarde agreg que el ms grande desafo que afronta-ban tanto los Estados Unidos como el resto del mundo, era el problema de la familia, provocado por padres insensa-tos y resultando en hijos descarriados3.

    La proclamacin no era simplemente una coleccin de comentarios a favor de la familia; era una seria advertencia proftica con respecto a un grave problema internacional. Ahora, veinte aos despus, el problema est empeorando, lo cual demuestra cun proftica fue la advertencia en 1995.

    Antes de que analicemos lo que eso significa para noso-tros, consideremos cmo la cultura moderna ha llegado al punto en el que se encuentra en la actualidad.

    Una historia de amor universalEl argumento histrico ms antiguo de la humanidad,

    el que brinda ms esperanza, tiene una trama familiar: el muchacho conoce a la joven, se enamoran, se casan, tienen hijos y esperan vivir felices para siempre. Esa historia universal de amor es tan fundamental en el gran plan de felicidad que dio comienzo con Adn y Eva, y para la ma-yora de los miembros de la Iglesia, an gua nuestra vida como la Estrella Polar.

    El gozo del amor humano y de pertenecer a una familia nos brinda esperanza, propsito y un deseo de vivir mejor. Nos hacen aorar el da en que tomaremos las manos que han sostenido las

    ste es el primero de dos artculos escritos por el lder Hafen que servirn para conmemorar el vigsimo aniversario de La Familia: Una Proclamacin para el Mundo. El segundo artculo se publicar en el ejemplar de la revista Liahona de septiembre de 2015.

    nuestras y juntos entraremos en la presencia del Seor. All abrazaremos a nuestros seres queridos y permaneceremos con ellos para siempre y nunca ms [saldremos] fuera (Apocalipsis 3:12).

    Durante muchos aos, la sociedad, en general, apoyaba ese anhelo innato de pertenencia. Por supuesto, las familias tenan problemas, pero la mayora de las personas todava crean que establecer el vnculo del matrimonio creaba una unidad familiar relativamente permanente; y esos vnculos mantenan unida la estructura de la sociedad, teniendo entre-lazados sus corazones con unidad y amor (Mosah18:21).

    Sin embargo, en generaciones recientes, la estructura se ha ido deteriorando al experimentar lo que algunos escrito-res llaman el colapso del matrimonio4. Muchas personas fuera de la Iglesia ya no consideran el matrimonio como una fuente de compromisos a largo plazo; ms bien, ahora ven el matrimonio, e incluso la crianza de los hijos, como opciones personales temporales. No obstante, los compro-misos permanentes hacia el matrimonio y la paternidad son como dos hebras principales que corren a lo largo del diseo de nuestro tapiz social. Cuando esas hebras se des-hilachan, el tapiz se puede desintegrar y podemos perder la trama de la historia de amor universal.

    He observado esa desintegracin desde mi propia pers-pectiva de padre, de miembro de la Iglesia, y de maestro

  • 30 L i a h o n a

    en derecho de familia. A principios de la dcada de 1960, el movimiento de derechos civiles gener nuevas teoras legales acerca de la igualdad, los derechos individuales y la liberacin. Esas ideas sirvieron para que los Estados Unidos empezaran a superar su vergonzosa historia de discrimina-cin racial. Tambin sirvieron para que el pas redujera la discriminacin contra la mujer. Esas protecciones contra la discriminacin son parte de los intereses individuales de cada ciudadano.

    No obstante, ciertas formas de clasificacin legal son en realidad benficas. Por ejemplo, la ley discrimina a favor de los nios en base a su edad: no pueden votar, manejar un auto, ni firmar un contrato vinculante; y reciben aos de educacin sin costo alguno. Esas leyes protegen a los nios y a la sociedad de las consecuencias de la falta de capaci-dad de los nios, mientras que a la vez los preparan para que lleguen a ser adultos responsables.

    Las leyes tambin han dado un estatus privilegiado a las relaciones basadas en el matrimonio y el parentesco, no para discriminar a personas solteras y sin un parentesco, sino para animar a los padres biolgicos a casarse y a criar sus propios hijos estables, que son la clave para un socie-dad estable y continua. De ese modo, esas leyes expresan los intereses sociales que la sociedad tiene en sus nios y en su propia fortaleza y perpetuidad futuros.

    Histricamente, las leyes mantenan un equilibrio prc-tico entre los intereses sociales y los intereses de la persona, porque cada elemento desempea un papel importante en una sociedad sana. Sin embargo, en las dcadas de 1960 y 1970, los tribunales estadounidenses comenzaron a interpre-tar las leyes de familia de una manera que dio a los intereses personales una prioridad mucho mayor que a los intereses sociales, lo cual desequilibr el sistema jurdico y social. Ese cambio fue slo una parte de la transformacin de la ley de familia estadounidense, el mayor cambio cultural en las acti-tudes en cuanto al matrimonio y la vida familiar en quinien-tos aos. Ilustrar esa transformacin con algunos ejemplos de la ley estadounidense, aunque las leyes de los pases ms desarrollados han seguido tendencias similares.

    Un cambio en la culturaEn pocas palabras, los defensores comenzaron a valerse

    de fuertes ideas de liberacin individual para desafiar las le-yes que durante tanto tiempo haban apoyado los intereses de los nios y de la sociedad en las estructuras familiares estables. Los tribunales y las asambleas legislativas acepta-ron muchas de esas ideas individualistas, incluso cuando stas daaban intereses sociales mayores. Por ejemplo, el divorcio sin culpa se aprob por primera vez en California

    en 1968, y luego se extendi a lo largo de los Estados Unidos. El trmino sin culpa cambi considerablemente el modo de pensar de la gente con respecto al matrimonio. Bajo las antiguas leyes de divorcio, las personas casadas no podan simplemente decidir poner fin a su matrimonio; ms bien, tenan que demostrar mala conducta conyugal, como adulterio o abuso. En aquellos das, slo un juez que representaba los intereses de la sociedad poda determinar cundo el divorcio se justificaba lo suficiente para superar el inters social en la continuidad matrimonial.

    Tal como se concibi originalmente, el divorcio sin culpa tena metas loables; aada la ruptura irreparable delmatrimonio, independientemente de la culpa personal, como base para el divorcio, lo cual simplificaba el proceso del divorcio. En teora, slo un juez, quien todava repre-sentaba los intereses de la sociedad, poda decidir si un matrimonio ya no se poda reparar. Pero en la prctica, los jueces de los tribunales de familia accedan a las preferen-cias personales de la pareja y finalmente liberaban alcn-yuge que quera acabar el matrimonio.

    Esos cambios legales aceleraron un cambio cultural mayor que ya no consideraba el matrimonio como una institucin social relativamente permanente, sino ms bien como una relacin temporal y privada que se poda termi-nar por propia voluntad, sin considerar seriamente cmo el divorcio daaba a los hijos, y mucho menos cmo daaba a la sociedad. En poco tiempo, las dudas de los jueces sobre el derecho de la sociedad de hacer valer los votos matri-moniales dieron a las parejas casadas la falsa impresin de que sus promesas personales ya no tenan gran valor social ni moral. De modo que, ahora, cuando los compromisos matrimoniales se interponen a las preferencias personales, las personas son ms propensas a abandonar la relacin; ven el matrimonio como un compromiso no vinculante, sea lo que sea que signifique esa contradiccin.

    Como reflejo de esas nuevas actitudes, los tribu-nales ampliaron la potestad de los padres solteros

  • A g o s t o d e 2 0 1 5 31

    y comenzaron a dar derechos de custodia y adopcin de los hijos a las personas solteras. Eso cambi totalmente la preferencia, establecida desde hace mucho tiempo, que las leyes familia-res daban, siempre que fuera posible, a la fami-lia de dos padres biolgicos casados. Tanto la experiencia como la investigacin en las ciencias sociales haba demostrado claramente y toda-va demuestra que una familia encabezada por padres biolgicos casados casi siempre propor-ciona el mejor ambiente para la crianza de los hijos. Pero, con el tiempo, los casos de padres solteros contribuyeron a elevados ndices de cohabitacin de personas solteras y a nacimien-tos fuera de los lazos del matrimonio, y fueron influenciados por ellos.

    Adems, en 1973, la Corte Suprema de Esta-dos Unidos concedi a la mujer el derecho de elegir el aborto, rechazando as las creencias culturales mantenidas por tanto tiempo acerca de los intereses sociales de los nios an por nacer y de los legisladores electos que hasta entonces haban decidido colectivamente el interrogante tan delicado e importante de cundo comienza la vida.

    Hablar sobre el divorcio sin culpa conduce lgicamente a un breve comentario sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo. Ese se ha convertido en un tema difcil y doloroso, pero tngase en cuenta que hace slo diecisiete aos, ningn pas en el mundo haba reconocido legal-mente el matrimonio entre personas del mismo sexo. En-tonces, cmo poda esa idea misma del matrimonio entre personas del mismo sexo irrumpir en el mbito internacio-nal, precisamente cuando el concepto histrico del matri-monio haba perdido tanto valor ante el pblico durante las cuatro dcadas anteriores?

    Una posible respuesta es que la teora de la autonoma personal del primer caso a favor del matrimonio homo-sexual en los Estados Unidos, en 2001, simplemente aplic el mismo concepto legal individualista que haba creado el divorcio sin culpa. Cuando un tribunal confirma el derecho de una persona de dar fin a un matrimonio, sin importar las consecuencias sociales (como puede suceder con el divorcio sin culpa), ese principio tambin puede parecer que apoya el derecho que tiene una persona de comenzar un matri-monio, sin importar las consecuencias sociales (como puede suceder con el matrimonio entre personas del mismo sexo).

    En otras palabras, cuando la gente ve el matrimonio entre un hombre y una mujer como una cuestin de prefe-rencia personal y no como la institucin social fundamental de la sociedad, no es de extraar que muchos digan ahora sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo que toda persona debe ser libre de casarse con quien desee. Eso es lo que puede suceder cuando dejamos de conside-rar el inters que tiene la sociedad en el matrimonio y los hijos. Obviamente, Dios ama a todos Sus hijos y espera que nos tratemos unos a otros con compasin y tolerancia, sin importar la conducta privada que podamos o no entender. Pero es un asunto muy diferente el apoyar o fomentar esa conducta mediante la alteracin de un concepto legal el matrimonio cuyo propsito histrico era promover el inters de la sociedad en que los padres biolgicos criaran a sus propios hijos en hogares estables.

    La Corte Suprema de Estados Unidos se bas en la teora de la autonoma personal, entre otras teoras legales,

    El matrimonio crea una unidad familiar relativamente per-manente que mantiene unida la estructura de la sociedad, teniendo entrelazados sus corazones con unidad y amor (Mosah 18:21).

  • 32 L i a h o n a

    cuando emiti el decreto del 26 de junio de 2015 que esta-blece que las leyes no pueden prohibir que las personas del mismo sexo se casen. Por lo tanto, el matrimonio entre personas del mismo sexo ahora es legal en todos los esta-dos de Estados Unidos.

    Sin embargo, es significativo que la opinin mayoritaria de la corte tambin puso nfasis en que las religiones, y aquellos que se adhieran a doctrinas religiosas, pueden continuar abogando con total y sincera conviccin que, por precepto divino, no se puede aprobar el matrimonio entre personas del mismo sexo. La primera Enmienda garantiza que a las organizaciones y las personas religio-sas se les d la proteccin debida a medida que procuran ensear los principios que les traen tanta satisfaccin y son fundamentales para su vida, su fe y sus hondas aspi-raciones de continuar con la estructura familiar que han venerado por tanto tiempo. Lo mismo se aplica a quienes se oponen al matrimonio entre personas del mismo sexo por otras razones5.

    Los efectos del matrimonio en los hijosConsideremos ahora el efecto que esos cambios tienen

    en el matrimonio y en los hijos. Aproximadamente desde 1965, la tasa de divorcios en los Estados Unidos ha aumen-tado ms del doble, aunque ha disminuido ligeramente en los ltimos aos (en parte debido a que el nmero de parejas solteras ha incrementado cerca de 15 veces, y sus frecuentes disoluciones no estn incluidas en el ndice de divorcios). Hoy en da, alrededor de la mitad de todos los matrimonios que se llevan a cabo por primera vez terminan en divorcio, y lo hacen tambin cerca del sesenta por ciento de los que se casan por segunda vez. En todo el mundo, Estados Unidos es el pas ms propenso al divorcio6.

    Actualmente, el cuarenta por ciento de los recin naci-dos en Estados Unidos tienen padres que no estn casados. En 1960, la cifra era del cinco por ciento7. Alrededor del cincuenta por ciento de los adolescentes de hoy en da considera que el tener hijos fuera de los vnculos del matri-monio es un estilo de vida que vale la pena8. El porcen-taje de nios de familias monoparentales desde 1960 se ha cuatriplicado, del ocho por ciento al treintain por ciento9. Ms de la mitad de los matrimonios estadounidenses de hoy son precedidos por la cohabitacin sin estar casados10. Lo que era sumamente anormal en la dcada de 1960 es la nueva normalidad.

    En Europa, el ochenta por ciento de la poblacin ahora aprueba la cohabitacin sin casarse. En partes de Escan-dinavia, el ochenta y dos por ciento de los hijos primog-nitos nacen fuera de los lazos del matrimonio11. Cuando vivimos en Alemania, hace poco, nos dimos cuenta de que entre los europeos, en muchos sentidos, el matrimonio ha dejado de existir. Como lo expres un escritor francs, el matrimonio ha perdido su magia para los jvenes, quie-nes cada vez ms piensan que el amor es esencialmente un asunto privado que no da lugar a que la sociedad diga nada acerca de su matrimonio ni de sus hijos12.

    Sin embargo, los hijos de padres divorciados o no ca-sados tienen cerca de tres veces ms problemas graves de conducta, emocionales y de desarrollo que los nios de familias con dos padres. Segn todos los ndices que analizan el bienestar de los nios, esos nios estn mucho peor, y cuando los nios son disfuncionales, la sociedad se vuelve disfuncional. A continuacin aparecen algunos ejemplos, reconociendo que algunos elementos de esas tendencias generales pueden tener mltiples causas. En lasltimas cinco dcadas:

    La delincuencia juvenil ha aumentado seis veces. Todas las formas de abandono y de abuso infantil

    sehan quintuplicado. Los trastornos psicolgicos en los nios han em-

    peorado, desde el abuso de drogas hasta trastornos alimentarios; y la depresin entre los nios ha au-mentado mil por ciento.

    La violencia domstica contra la mujer ha aumentado, y hay cada vez ms cantidad de nios que viven en la pobreza13.

    Cun graves son esos problemas? Tal como afirm el presidente Hinckley en 1995, esos asuntos eran su mayor preocupacin; y las tendencias que lo perturbaban en aquel entonces son ahora mucho peores. Un escritor de larevista Time lo expres de esta manera: IZQU

    IERD

    A: IL

    USTR

    ACI

    N FO

    TOG

    RFIC

    A PO

    R JA

    NAE

    BING

    HAM

    .

  • A g o s t o d e 2 0 1 5 33

    No hay ninguna otra fuerza individual que cause tanta penuria y sufrimiento humano en este pas como el colapso del matrimonio; daa a los nios, reduce la seguri-dad econmica de las madres y ha afectado con particular devastacin a quienes menos pueden soportarlo: la clase marginada del pas

    Los pobres [han separado] la paternidad del matrimo-nio, y los que tienen seguridad financiera [destruyen] sus [propias] uniones si ya no se estn divirtiendo14.

    Volver nuestro coraznUna hebra dorada rada en el tapiz social deshilachado

    refleja el ncleo del problema: los hijos; hueso de nuestros huesos, carne de nuestra carne. Algo cierto, e incluso sa-grado, sobre la posteridad los hijos, la procreacin y los lazos eternos del afecto resuena profundamente en el in-terior de los acordes msticos de nuestra memoria colectiva.

    El vnculo entre el hijo y el padre es tan importante que Dios envi a Elas el Profeta, en 1836, para volver el cora-zn de los padres hacia los hijos, y de los hijos hacia los pa-dres. l dijo que, si esos corazones no se volvan el uno hacia el otro, el mundo entero [sera] herido con una maldicin y totalmente asolada antes de que Cristo vuelva (D. y C. 110:15; Jos SmithHistoria 1:39; vase tambin Malaquas 4:6). En el mundo actual, parece que esos corazones se estn volviendo ms lejos el uno del otro en vez de acercarse.

    Estamos viviendo ya en el tiempo de la maldicin? Tal vez. Los nios de hoy (y por lo tanto la sociedad, la tierra) realmente estn siendo asolados (devaluados, inutilizados, desamparados) por cada asunto que se ha analizado aqu.

    La doctrina es clara, y lo corroboran aos de investigacin. No tenemos que volver a las leyes de familia de antao, pero si slo nos preocupramos ms por nuestros hijos y su fu-turo, la gente se casara antes de tenerlos; se sacrificara ms, mucho ms, para seguir casados; y siempre que fuera posi-ble, a los hijos los criaran sus padres biolgicos. Idealmente,

    no existiran los abortos electivos ni los nacimientos fuera de los lazos del matrimonio. Naturalmente, existen algu-nas excepciones; algunos divorcios son justificados, y con frecuenci