La mujer de rojo

Editorial Redma

Maria Fernanda Molina Pacheco

Maria Fernanda Molina Pacheco, nació el 3 de Mayo de 1995 en la ciudad de Barranquilla, estudiante de tercer semestre de Comuni-cación Social y Periodismo de la Universidad Autonónoma del Caribe.

La mujer de rojo es conocido como su primer libro, actualmente trabaja en su segun-do trabajo literario.

LA MUJER DE ROJO.Marttina kane, una mujer misteriosa y atractiva toma poseción de sus victimas, todos y cada uno de ellos son hombres, en este caso ella se venga de su novio, quien por un largo tiempo la ha traicionado y con alguien a quien ella le confiaba todo. La gran velada se lleva a cabo en una noche fria de un 31 de Octubre en la ciudad de Bogota, es para ella quizá el dia mas esperado de los últimos tiempos.

La mujer de rojo

Maria Fernanda Molina Pacheco

Editorial Redma

La mujer de rojo

Maria Fernanda Molina Pacheco

Editorial Redma

Este libro no podrá ser copiado ni reproducido sin autorización, se reservan los derechos de autor.

©Maria Fernanda Molina Pacheco.©Editorial: Redma, 2013.

Título original: La mujer de rojo.Primera edición: Mayo 2013.

Impreso por: Impresiones Ballestas.Calle 47 Nº 8d-04 Barranquilla, Colombia.

AgradecimientosPara mi es muy importante resaltar a todas las personas que me apoyaron tanto en el desarrollo como en la elabo-ración de este libro. Primeramente quiero agradecer a mi profesor de Introducción Audiovisual Francesco Vitola, quien me impulso en la literatura, asi mismo a mi pro-fesora de Diagramación Electronica Lucia Hernandez, quien me ayudó en la elaboración digital del libro y por último a la Universidad Autónoma del Caribe, quien me dió la mayoria de los recursos, muchas gracias.

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La mujer de rojo

En un apartamento templado, oscuro, un poco estrecho y de ras-gos retro, ubicado en la Avenida Norte de Bogotá, una mujer toma posesión de sus victimas, quienes siempre son hombres; su nom-bre es Marttina Kane. Es un día como los otros, frío, es finalmente 31 octubre, ella se dispone a emprender una más de sus fechorías, pero en este caso, quizá la más grande y gustosa que jamás haya hecho. Se dirige al supermercado con un semblante muy alegre y tranquilo, se dispone a comprar lo que utilizará para la cena de la noche, toma alguna frutas, en especial fresas y uvas, un poco de vegetales para la ensalada y como plato fuerte unas pastas con champiñones, pero como nunca le puede faltar en todas las noches de su diario vivir el vino. Regresa a su apartamento y se dispone, primero que todo, a recordar con cabeza fría como realizar el cri-men perfecto y para ella satisfactorio, en esta ocasión no necesi-tará de mucho como las veces pasadas, solo un poco de presencia, un buen vestido y dos copas de vino, pero lo mas importante, el anfitrión de la noche, su novio de hace siete años, quien le ha sido infiel hace tres con su mejor amiga, su nombre es Santiago Villar-eal, un hombre de 25 años de edad de origen paisa pero quien ha vivido 18 años en Bogotá. Marttina lo llama y le hace la invitación a cenar en su casa a las 8 de la noche, pero le recalca la puntu-alidad, no le gusta esperar y menos en un día tan especial como lo era hoy. Ella toma un poco de dinero y va al salón de belleza, quiere verse regia para la tan anhelada noche, la que por 3 años estuvo esperando. Pide que por favor tiñan su cabezo rubio de toda la vida por uno negro total, que se lo dejen completamente liso y con un camino por la mitad, será la primera vez que en años

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lo use así. Muy contenta con el resultado del cambio que quiso hacer, va camino hacia su tienda de ropa favorita, en busca de un vestido corto y de color rojo, preferiblemente ajustado, luego de buscarlo tanto, lo encuentra, se lo mide y en definitiva, es el vestido perfecto. En el mismo lugar compra unos tacones altos de color negro, cerrados.

Son las siete de la noche y con ansias de que lleguen las ocho, empieza a preparar la cena, deja la ensalada lista, pone las pas-tas a cocinar y las frutas a enfriar, ya todo esta listo. Un buen baño es lo que necesita para relajarse un poco, sale de la ducha y comienza a cambiarse y maquillarse para la ocasión, se coloca sus zapatos y ya esta lista. Llegó la hora, son las ocho en punto de la noche y su novio toca la puerta, ella coloca una gran sonrisa, toma su copa de vino y abre la abre, él la recibe con un beso y unas rosas blancas. Es hora de cenar cariño, le dice ella, ambos se dirigen a la pequeña mesa, donde la comida esta servida, ella sirve los respectivos platos a él. La cena termina alrededor de las nueve, lo invita a que por favor ambos pasen a la recamara, ella muy sutilmente comienza a deshacerse de la ropa y ambos disfrutan de un placentero sexo. Desnuda en su cama se dirige a la cocina, sirve dos copas de vino y se acuesta, mientras él la bebe, ella le pregunta que tal es su mejor amiga en la cama y si es mejor o peor que ella, el hace gestos de no saber a lo que se refiere, lo se todo desde el momento que empezó, no te reclamo nada porque al igual que tu no te he sido fiel, aunque lo mio solo ha durado máximo un día, pero como todos, tienes que pagar, dijo ella. Yo te amo mas que ha nada en este mundo y te pido perdón por todo, dice él, ella sonríe y se dispone a decirle una ultima cosa… Cariño mio, yo jamás te he amado, ni a ti ni a na-die, el único sentimiento que en mí habita es el odio y el rencor

por malditos como tu, que de cosa sirven en la cama, pero no… eso no basta, quizá estoy hecha de piedra y en estos momentos no siento ni la mas mínima compasión, ni por ti ni por los demás, que ya han pasado por lo que tu estas apunto de pasar, solo tienes que relajarte y cerrar los ojos, ojala hayas disfrutado de la última copa de vino que tomarás, ¿Estaba deliciosa no crees?, su novio empieza a retorcerse y a convulsionar mientras ella coloca música clásica y lo ve morirse por una sobredosis de cocaína liquida que puso en remplazo del vino blanco, como lo planeado, el murió.

Luego de cinco minutos de ella observar la placentera escena, se sienta al lado del cuerpo sin vida de él, y mueve su cabeza a ritmo de la música, mientras bebe… Esa, fue una mas de las muchas noches que lo hacia.

Maria Fernanda Molina La mujer de rojo

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