LIDIA SANTOS. Kitsch tropical. Los medios en la literatura y el arte en América Latina

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    LIDIA SANTOS. Kitsch tropical. Los medios en la literatura y el arte en Amrica Latina. [2001]Madrid: Iberoamericana, 2004.

    En la que fue quizs su ltima entrevista en 1983, Angel Rama reflexionaba: A m loque me admira es que un hombre como Arguedas trabaje con materiales tan humildes, tanabsolutamente humildes, que nadie es capaz de tener un ojo para ver que son elementospasibles de arte, pues son esos que casi uno no quiere ver: un mosquero infame metidodentro de la chichera en el suelo de tierra. Es una audacia y una demostracin de talentoefectivamente agarrar todo eso y construir una literatura. Casi veinte aos despus LidiaSantos plantea que su libro intenta responder a una pregunta fundamental. Por quel mal gusto, presente principalmente en los medios de comunicacin de masas, pasa a serincorporado a las narrativas latinoamericanas consideradas significativas para el curso dela cultura en que se inscriben? Cul es el significado de ese uso? En otras palabras, buscopensar hasta qu punto los medios y lo kitsch adquieren un papel en la literatura y la crticade Amrica Latina a partir de su utilizacin en las obras literarias (11).

    De Arguedas, incorporando lo pobre y proscrito, al uso resistente que hacen lasvanguardias latinoamericanas de lo cursi y lo feo, parece haber un abismo. Un abismodonde lo que cambia no son los materiales del arte sino todo el arco de la mirada crticasobre la representacin y las formas de apropiacin cultural; pues es la misma propiedadde la cultura la que cambia de estatuto y su refraccin en los medios la carga de nuevosvalores. Este cambio en las preguntas, en definitiva, atiende a la forma en que el modeloletrado clsico comienza, tardamente, a resquebrajarse y comienza a resquebrajarsetambin la idea de arte. Habra que rebobinar entonces y centrarse, quizs, en el cambioms radical que se produce a partir de los aos setenta, el que permite la entrada de losmedios en todos los resquicios de la vida privada y colectiva, pero, fundamentalmente, elque introdujeron las luchas polticas en el subcontinente que desembocaron en dictadurasen pases como Brasil y todo el Cono Sur; un cambio en el concepto de poltica, de poder,de cultura y, por tanto, de resistencia y su relacin con la alteridad.

    Un libro muy importante de los ltimos aos, Alegoras de la derrota (Santiago deChile, Cuarto Propio, 2000) de Idelber Avelar, se dio a revisar la tradicin de losnarradores del boom y proponer un sistema para leer cierta narrativa posterior, en Brasily el Cono Sur. Lidia Santos tambin parte de una revisin de la narrativa de los sesentay empieza en el lmite entre la literatura eufrica del realismo mgico y las propuestascontestatarias, con mucho de vanguardia, pero que se colocan al margen de las fbulas deidentidad. Novedosamente, Santos analiza fenmenos que exceden el campo de lanarrativa, como el movimiento Tropicalista en Brasil, algunas pelculas, fenmenosartsticos como el Instituto Di Tella, la muestra Tucumn Arde, las obras de HelioOiticica y la poesa de Haroldo de Campos. Entre los narradores, Santos elige a ManuelPuig, Jos Aggripino de Paula, Severo Sarduy, Clarice Lispector, Luis Rafael Snchez yCsar Aira. Con este corpus diseminado y que no responde a una divisin espacial nitemporal, sino al conglomerado de tendencias estticas que aparecen como resistentes alrealismo y a los planteos reificados sobre lo nacional/popular, Santos nos coloca en un ejede problemas nuevos para pensar las ltimas dcadas del siglo XX en Amrica Latina.

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    En su hiptesis, la cultura de los medios es central en esta nueva esttica y afirma:Transformados [los medios] en artificios estticos, pasan a ser usados como herramientasexperimentales adecuadas para cuestionar el proyecto realista contenido, por ejemplo, enlas narrativas del boom literario de los aos setenta, especialmente las del realismomaravilloso (14). Si bien desde los aos sesenta el estudio de los medios provoc a losinvestigadores de las humanidades y las ciencias sociales, este libro nos propone ligarlospor igual a la esttica y la poltica. Lo realmente interesante es el modo en que Santosvincula los medios a la vanguardia, como para cuestionar la inmovilidad de las operacionesmimticas/contestatarias de la cultura latinoamericana: Pretendo evidenciar que laoriginalidad de los autores aqu seleccionados reside en la mezcla de una tradicin de loviejo (en este sentido reafirman por anttesis la tradicin de lo nuevo propia de lasvanguardias histricas), representada por la utilizacin del clich y de lo kitsch con unatradicin experimental, fundamentada en la permanente ruptura con el arte establecido(18).

    El trasfondo de las teoras sobre el latinoamericanismo y las relaciones con lasvanguardias europeas y americana, estn problematizados en el texto tambin a travs dela revisin de algunos crticos, especialmente Roberto Schwartz. La reflexin de Santos,a partir de la idea de kitsch, sobre la copia, la imitacin y la relacin con los modelosmetropolitanos, quizs sea una de las ms ricas del libro y la idea que mejor sustenta sucorpus pues estudia el uso de la copia, al interior de la cultura nacional, como modelo parapensar, verticalmente, las relaciones entre sectores sociales y consumidores y cmo lasburguesas nacionales impusieron sus paradigmas de gustos y valores. Esto le permite, asu vez, a partir de las hiptesis de Globot, interrogarse sobre el cambio en el paradigmade lo nacional y la presencia ominosa del mercado: Hacia el final de los aos setenta ya lo largo de la dcada de los ochenta, lo nacional comenz a ser sustituido por ncleoslocalizados de consumo cultural, en obras que se desarrollaban a partir de una ciudadotras veces de un barrio, y hasta de un bar (129).

    Kitsch tropical. Los medios en la literatura y el arte en Amrica Latina se detiene enuna cuestin que la tradicin crtica del subcontinente plante en muchas formas, larelacin entre vanguardia esttica y vanguardia poltica. As sostiene que La cultura demasas hizo su entrada en el arte latinoamericano a travs del arte poltico. Punto de partidapara las propuestas conceptuales de las artes plsticas de los aos sesenta, el lenguajeverbal de los medios fue utilizado en las obras visuales como instrumento para denunciarla manipulacin de las informaciones por parte del Estado (201). El arte latinoamericanoha sido visto una y otra vez como poltico; quizs un camino que requiera exploracines ver qu queremos decir cuando hablamos de poltica en Amrica Latina y, especialmente,en las producciones culturales. Est claro que no nos referimos, como se pone demanifiesto en este libro, a un uso referencial de la poltica (aunque tambin se trata deeso) pero habra que seguir avanzando sobre los efectos de eso poltico que tan biensabemos detectar.

    Los recientes libros de Francine Masiello, The art of Transition. Latin American cultureand neoliberal crisis (Durham: Duke University Press, 2001) y Jean Franco, The Fall ofthe Lettered City. America Latina during the Cold War (Cambridge-London: Harvard

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    University Press, 2002) tambin apuntan a delimitar esa productividad dispersiva de lopoltico en el presente. Dictaduras, Mercado, Democratizacin, Poscolonialismo, ytambin Neobarroco, Posmoderno, Global, son ejes de lectura de todos esos discursos yprcticas que preguntndose por la produccin esttica contempornea, se preguntan enrealidad por el presente de pases que parecen no concluir en su espiral de tocar fondo yque siguen generando asombro y confusin por las diferencias que los habitan. La cuestinnacional, lo nacional-popular, parece algo muy difcil de ser conservado como marco enel cual pensar los problemas contemporneos, pero habra que comenzar, quizs, porentender su progresiva desintegracin en el paradigma moderno y Santos abre muchoscaminos para entender de otro modo la relacin de Amrica Latina con los modelosculturales, polticos, tericos. Ser la ciudad, los espacios urbanos sectorizados, los quemuchos de estos discursos tematicen; ellos parecen anticiparse incluso a la fragmentacinde lo moderno y lo nacional. Porque despus de las confrontaciones que estos discursosponen en escena, despus de operaciones como por ejemplo la de la narrativa de LuisRafael Snchez, que realiza segn l la legalizacin de la cursilera, qu viene?, qu quedade la vieja institucin esttica?, cmo queda delimitado el borde entre las diferentesprcticas que han cruzado el cerco? Para Santos, el problema de los diferentes sectoressociales, sigue siendo central y afirma que el gusto apareci en mi corpus como metforade la confrontacin social (210).

    Pero entre las muchas cuestiones que este libro abre, queda pendiente seguirpensando una de sus conclusiones: El papel predominante que ocupan en las obras aquanalizadas personajes que se mueven en el mercado informal, en el subempleo y en laantigua desclasificacin marxista del lumpen indica que la perspectiva de estos autoresest claramente dirigida a ellos. El anlisis etimolgico de las palabras iberoamericanasque designan lo kitsch demostr la interrelacin entre sus significados y la desclasificacinsocial (203). Dirigidos a quin? La divisin severa del pblico y los consumidores siguesiendo un enigma para la literatura latinoamericana y su crtica.

    Este libro, que recibi el premio Mejor libro sobre Brasil en perspectiva comparadaen LASA 2003, ya se haba destacado entre los lectores y lectoras que rpidamentesupieron ver la novedad y la provocacin de sus planteos y organizacin, y por elloagotaron la primera edicin. Santos dice en el prlogo a la segunda que nos espera a todosen su prximo libro. All estaremos.

    Universidad Simn Bolvar GRACIELA MONTALDO