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    JORNADA INTERNACIONAL HANNAH ARENDTINSTITUTO GOETHE

    Noviembre 2006

    Hannah Arendt y la literatura: qu luz en la oscuridad de los tiempos.Beatriz Porcel - UNR

    Resumen

    Nuestro trabajo intenta leer los usos que realiza Hannah Arendt de laliteratura en varios de sus textos. Consideramos que es posible advertir

    perspectivas diferentes: una que podramos llamar sociolgica y que muestrade qu manera ciertos relatos contenan exactamente la imaginacin de supoca y fueron verdaderos exponentes o testigos de una sociedad; otra queanaliza a algunos escritores pero realzando sus particularidades y advirtiendoque ninguno debe ser ledo como representante o portavoz del Zeitgeist, y porltimo la que muestra a aquellos ubicados en el lugar privilegiado del Ya no,todava no. Planteamos que tanto este tercer aspecto, el del abismo temporal,como el de tiempos de oscuridad, pueden ser pensados como categorasfilosficas y polticas, como metforas que encierran ciertos puntos clave de lateora de Arendt: luz pblica, mundanidad, ruptura de la tradicin. Nosocuparemos brevemente de la primera perspectiva y desarrollaremos msampliamente las dos siguientes por considerar que presentan un innegableinters filosfico-poltico.

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    I. Introduccin

    ...estamos constantemente preparandoel camino para la poesa...como una

    potencialidad humana; estamos espe-rando constantemente que surja en al-gn ser humano.

    Hannah Arendt

    Casi no hay texto de Arendt que no recurra, de una u otra manera, afuentes literarias; entra en la tradicin de la literatura occidental con la mismacomodidad y desenvoltura con que lo hace en la tradicin de la teora poltica.Novela, poesa, tragedia, son convocadas por Arendt a propsito del desarrollode todas las cuestiones tericas relevantes1; sumemos a esto la gransignificacin e importancia que adquieren el relato y la narracin como formas

    privilegiadas de dar coherencia a los sucesos y, por sobre todas las cosas, deaportar comprensin a lo que los seres humanos hacemos. La autora recuperalo que de praxis tiene el relato2 juntando accin como narracin y narracincomo accin para transmitir a la vida lo especficamente humano. De la manode esto se advierte adems el inters de Arendt por ciertos procedimientosretricos como la metfora a la que se dedica in extenso en La vida delespritupara mostrar todo lo que aporta la intuicin fenomnica al pensamientoabstracto- o por el recurso a gneros hbridos como la parbola que en sudoble etimologa de comparacin y palabra da lugar a una narracin ficticia dela cual puede deducirse una enseanza o una especie de verdad-, o por elempleo del aforismo gnero fragmentario de fecunda trayectoria en laliteratura alemana, uno de los recursos favoritos del romanticismo alemn y deNietzsche-. La poesa es tambin un mbito literario realzado por Arendt; lapalabra potica, y el lenguaje propio de ella, es el arte ms humano y se hallaprxima al pensamiento que la origina3; por lo tanto, la poesa no puedecosificarse como objeto o como til sino que condensada, vuelta hacia elrecuerdo, restablece la esencia del lenguaje4; la poesa tiene, empero, comocontracara, que es tambin lo menos del mundo y prefiere alojarse en lasoledad5. Arendt lee a Yeats en estas mismas claves; cuando en El pensar ylas reflexiones morales explica de qu manera el significado poltico y moral

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    Uno de los lugares textuales privilegiados para corroborar nuestra afirmacin es La brechaentre el pasado y el futuro en el cual las ideas de Arendt se despliegan a partir de dos fuentesliterarias: un aforismo de Ren Char y una parbola de Kafka; cfr.Entre el pasado y el futuro,Barcelona, Pennsula, 1996.2Cfr.J.Kristeva: El genio femenino 1.Hannah Arendt, Bs.As., Paids, 2000.3Kristeva tambin analiza esta proximidad de pensamiento y poesa en vnculo con Heidegger;para Arendt la actividad del pensamiento es poiticaya que se enunciara como una poesaque tiende no a producir un objeto bello sino descubrir las frgiles y fragmentarias verdades dela experiencia depositadas en la concentracin que cada palabra porta y que el poema abre.Esta sera una manera de entender adems el recurso a la etimologa, tan caro a ambosautores; cfr.J.Kristeva, op.cit., p.211.4H.Arendt: Lacondicin humana, Barcelona, Paids, 199, p.201.5Para dar cuenta de la dimensin de la poesa en Arendt ella misma cultora ocasional del

    gnero- recordemos que a la muerte del poeta W.H.Auden escribi, en RememberingW.H.Auden, que poesa es voz del infierno o de la tristeza animal, elogio del mundo yaceptacin de la pena; The New Yorker, 20 enero 1975.

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    del pensar surge en ciertos raros momentos de la historia, sita al poetairlands en el lugar de aqul que supo expresarlo: las cosas se desmoronan:el centro no puede sostenerse;/pura queda suelta por el mundo;/los mejores notienen conviccin, y mientras los peores/estn llenos de apasionadaintensidad6.

    II. Uso sociolgico de la literatura.

    Lo que llamamos aqu, a falta de mejor expresin, uso sociolgicointenta mostrar que en determinadas oportunidades Arendt considera queciertos autores son representativos de su tiempo, es decir determinadosaunque sea en ltima instancia por su medio y que la obra que escribieron esun exponente, una ilustracin de contenidos sociales, histricos y polticos7. Es

    decir, se trata de una apelacin a los textos literarios no en tanto literariossino en tanto documentos de una poca. Las referencias son numerosas; enComprensin y poltica, ensayo incluido en De la historia a la accinArendt serefiere al poeta Paul Valery como aqul que fue el primero en detectar labancarrota del sentido comn en el mundo moderno y a otro poeta, C.DayLewis, como aqul que formul con tanta precisin la resignacincaracterstica en la Europa de la ltima guerra8.

    Los testimonios a los que aludiremos son dos: Proust y Cline. Elprimero es visto por Arendt como el mejor testigo de este perodo, como unverdadero exponente de esta sociedad especialmente porque se hallabainmerso en dos de los vicios ms a la moda en ese momento: el vicio de lajudeidad y el vicio de la homosexualidad9, que producan un sentimiento deorgullosa diferencia y originaban gestos apologticos y provocativos a favor desu constitucin como elite. El autor de En busca del tiempo perdidodescribe elmbito del filosemitismo profundamente antisemita de la aristocracia francesaen los momentos previos y posteriores al affaire Dreyfus y, segn Arendt,encuentra la mejor expresin para configurar al judo asimilado y a otrossectores sociales: cuando Proust escribe Ya no se trata, como para Hamlet, deser o no ser, sino de pertenecer o no pertenecer nuestra autora deduce a partirde ello todos los efectos adversos que produjo el desplazamiento del

    judasmo a la judeidad. La cuidadosa lectura de la serie narrativa de Prousthecha por Arendt se nutre de varios temas: las ambiciones sociales, el amor, lapasin y los celos, la mezcla de lo refinado, lo extico y lo monstruoso comomarca distintiva de la sociedad, elementos todos que le permitieron un uso dela novela capaz de dar cuenta de un mundo en desintegracin.

    6H.Arendt: Thinking and moral considerations. A lecture, 1971, en De la historia a la accin,trad.F.Biruls, Barcelona, Paids, 1995; p.136.7An cuando nunca suscribiramos por excesiva- la acusacin hecha a Arendt por Kristeva depracticar un sociologismo a lo Lukcs; cfr. J.Kristeva, op.cit.p.111.8H.Arendt: Understanding and politics, Partisan Review, 1953 en De la historia a la accin,

    op.cit.; p.32 y p.36s.9 H.Arendt: The Origins of Totalitarianism, N.York, H.Brace & co., 1951; Orgenes deltotalitarismo, trad.G.Solana, vol.1 Antisemitismo, Madrid, Alianza, p.134ss.

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    En cuanto a Cline, ste tena para Arendt exactamente la imaginacinideolgica de la que haba carecido el ms racional antisemitismo francs;nico verdadero antisemita en Francia10, representaba un aspecto clave de lateora sobre el totalitarismo de la autora: el acuerdo de las elites con elpopulacho. Cline tuvo una favorable recepcin entre los crculos intelectuales

    franceses, en parte debido a su talento literario y en parte por el novedosoataque a los judos, responsables para el escritor de todas las guerraseuropeas desde el siglo IX. Tanto Proust como Cline, y tambinT.E.Lawrence, Jnger, Barrs, Maurras, el formalismo y la exaltacin de latcnica de las vanguardias artsticas de entreguerras todas expresionesnarrativas y estticas mencionadas en los tres volmenes de Orgenes...-consuman el amplsimo espacio referencial de Arendt que a la postrecontribuye de modo fundamental a establecer dnde radicar el origen deltotalitarismo.

    III. Hombres en tiempos de oscuridad.

    Hombres en tiempos de oscuridades una coleccin de ensayos escritospor Arendt entre 1955 y 1968 que fueron reunidos y titulados por ella en elmomento de su publicacin11. La ocasin y el motivo de cada uno de ellosobedecen a diversas razones, ya que se trata de reseas bibliogrficas, undiscurso con motivo de un premio, prlogos y semblanzas.

    El recurso al ensayo no es privativo de este texto de Arendt; la autoraconfiaba en la plasticidad y ductilidad del ensayo en tanto unin de partes noacabada; crea en el gnero, tanto que observ Me parece, y espero que el

    lector est de acuerdo, que el ensayo como forma literaria posee una afinidadnatural con los ejercicios que tengo en mente. Como toda coleccin deensayos, este libro de ejercicios obviamente poda tener ms o menoscaptulos, sin que por eso variara su carcter. La unidad de sus elementos -queconsidero justificacin suficiente para publicarlos bajo forma de libro- no es launidad de un todo sino de una secuencia de movimientos que, como en unasuite musical, estn escritos en idntica tonalidad o en tonalidades afines. Lasecuencia misma est determinada por el contenido.12

    La supuesta asistematicidad de la forma ensayo le fue propicia aArendt precisamente por estar ms en consonancia con la actividad del

    pensar, actividad que puede ser practicada, incluso aprendida pero noenseada ya que carece de reglas y de prescripciones; la forma ensayo,adems, muestra un carcter impreciso por su aparente provisionalidad graciaso a pesar- de lo cual, las ideas pueden mostrar sus contrastes y sustensiones, tan propios del arsenal estilstico de Arendt. El pensar, tal como ellalo consideraba, no tiene un fin ms all de s mismo, es incesante, se repite, yno puede contestar sobre su significado ms que haciendo referencia a la viday a las experiencias; en este sentido, una coleccin de ensayos como

    10H.Arendt: Orgenesvol.3 op.cit.p.98.11 H. Arendt: Men in DarkTimes, N.York, Harcourt, Brace & World, 1968; trad.Hombres en

    tiempos de oscuridad, Anagrama, 1971 (parcial) y Gedisa 1998.12H. Arendt, Between Past and Future.Eight Exercises in Political Thought, N.York, V.Press,1968, trad.A.Poljak, Entre el pasado y el futuro, Barcelona, Pennsula, 1996.

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    Hombresdedicado a biografas intelectuales,evidencia esa preocupacin porexperiencias y acciones humanas que posibilitan un acceso directo al mundo.

    Hombres en tiempos de oscuridades un texto que, adems de ocuparsede determinados personajes y de intentar capturar la profunda unicidad de

    algunas vidas, tiene para nosotros un inters mayor en la medida en quepodemos leer en l casi todos los temas propios de la filosofa poltica deArendt: el totalitarismo, la cuestin juda, la importancia del mundo, larelevancia de la narracin, la naturaleza compleja de las existencias pblicas;la gran mayora de las claves necesarias para poder analizar el corpustericode la autora estn en estos ensayos que escribi en torno a las personas quejuzg, es decir, la entera galera de vidas de Hombres...

    Tiempos de oscuridad -o Tiempos sombros- son conceptoscargados de valor; en el Prefacio Arendt nos dice que el ttulo proviene de A laposteridad13, un poema escrito por Bertold Brecht en 1939, que describe los

    catastrficos eventos de la primera mitad del siglo XX y las atrocidades ydesesperanza que le siguieron, las primeras porque haba mucho mal, lasegunda porque haba poca resistencia a ese mal. Antes que Brecht, yaNietzsche haba elogiado la capacidad de una metfora, en principio,atmosfrica, con la que referirse a esos perodos histricos en que slo existe yse propaga la pesadumbre: "En Noruega se denomina tiempos oscuros a esapoca del ao en la que el sol permanece oculto en el horizonte durante todo elda mientras la temperatura desciende lentamente, cada vez ms. Es unhermoso smil con que definir a todos aquellos pensadores para los que demomento ha desaparecido el sol del futuro de la Humanidad"14.

    Tambin encontramos este modo de expresar la nota caracterstica deuna poca a partir de su oscuridad o de su luz en la conocida pregunta delpoeta Hlderlin a su amigo Heinze en la sptima estrofa de Pan y vino: paraqu poetas en tiempos de penuria?. Heidegger fue quien, basndose en laspalabras del poeta, afirm la pertinencia radical de esa pregunta en la escenamoderna, en el mbito de la poesa y del poetizar, ya que es tarea del poemainstaurarel ser y realizarel mundo en la palabra. El filsofo pronunci en 1946una conferencia con el ttulo Y para qu poetas? en ocasin del veinteaniversario de la muerte de Rilke15dedicndose a dilucidar el papel del poetaen tiempos de desamparo sobre todo de desamparo religioso-, de

    desacralizacin y dominio racional de un mundo sumido, as, en la noche de

    13 Verdaderamente, vivo en tiempos sombros Vosotros, que surgiris del marasmo en elque nosotros nos hemos hundido, cuando hablis de vuestras debilidades, pensad tambin enlos tiempos sombros de los que os habis escapado. Cambibamos de pas como de zapatosa travs de las guerras de clases, y nos desesperbamos donde slo haba injusticia y nadie sealzaba contra ella. Y sin embargo, sabamos que tambin el odio contra la bajeza desfigura lacara. Tambin la ira contra la injusticia pone ronca la voz. Desgraciadamente, nosotros, quequeramos preparar el camino para la amabilidad no pudimos ser amables. Pero vosotros,cuando lleguen los tiempos en que el hombre sea amigo del hombre, pensad en nosotros conindulgencia, B.Brecht, A la posteridad, tambin conocido como A los hombres futurosincluido en Poesas escritas en el exilio, Poesa alemana del Siglo XX, Bs.As., Ed.Libreras

    Fausto, 1974, trad.de R.Modern14F.Nietzsche : As habl Zaratustra, Madrid, Alianza, trad.A.Snchez Pascual, 1986.15M.Heidegger: Caminos de bosque, Madrid, Alianza, trad.H.Corts y A.Leyte, 1995.

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    una penuria que se definira, justamente, por el estar arrojado, sin resguardo,en lo abierto y riesgoso de la existencia, en la experiencia desnuda del ser ah,en su contingencia y su precariedad. Tiempo de penuria significa paraHeidegger un mundo sombro y oscuro porque se ha apagado toda luz quepueda provenir de la divinidad, noche del mundo, tiniebla. Es en este tiempo

    de indigencia, dice Heidegger, donde el poeta est llamado a actuar de manerams comprometida y temeraria. El poeta tendra que ser el ms arrojado de loshombres: aqul que, en medio de la penuria de los tiempos, alcanza antes elabismo de esta era a la que le falta el fundamento; se trata, por lo tanto, de unaindigencia ontolgica. En el ya citado Caminos de bosque el filsofo, alreflexionar sobre la noche del mundo que emerge, retoma la interrogacinnietzscheana respecto de si nosotros, los nacidos tardamente, podramosrecobrar los inicios del pensamiento y ser por lo tanto los prematurosprimognitos de un nuevo inicio16.

    Para Arendt, empero, el sentido brechtiano de tiempos de oscuridad

    es todava limitado; aqu la referencia al Heidegger de Ser y tiempo17es de lapropia autora, aludiendo adems al Sartre de La Nuseae indicando que ellava ms all para articular un concepto metafrico de tiempos de oscuridad.Explica as una idea reiterada en casi todos sus textos: ...es funcin de laesfera pblica echar luz sobre los sucesos del hombre al proporcionar unespacio de apariencias donde puedan mostrar de palabra y de obra, para bieno para mal, quines son y qu pueden hacer... 18 La oscuridad de una poca ala que refiere Arendt es la ausencia de la luz que proporciona a los sereshumanos la efectiva existencia de una esfera pblica; esa oscuridad es tambinposible por el despliegue de un discurso simulado, fingido, por la articulacin deun lenguaje que esconde ms de lo que revela, degradando toda verdad y todosignificado 19. En los tiempos de oscuridad hay que tener en cuenta cunto dela realidad hay encubierto y cmo aquello que es se manifiesta de modo opacoy sin sentido de la mano del mero discurso. Jerome Kohn recuerda queArendt, durante los ltimos aos de su vida, citaba como un estribillo unproverbio chino que dice que es un castigo vivir en tiempos interesanteshaciendo alusin a los ltimos desastres pblicos o crisis internacionales; lacita no puede no estar cargada de irona y alcanza para mostrar la paradoja deuna posicin que es la bsqueda de la comprensin de los sucesos del terriblesiglo, la pasin por entender el sufrimiento de este mundo nada bello, esdecir, su compromiso con los tiempos ms oscuros.

    Antes que una reflexin acerca de personas independientes, Hombresen tiempos de oscuridad se lee tambin como un manifiesto contra esostiempos en que el Estado, convertido en un aparato omnipotente al servicio del

    16Una reconstruccin crtica de estas ideas de Heidegger en K.Lwith: Heidegger, pensador de

    un tiempo sombro, Bs.As., FCE, 2006.17Para un anlisis de este aspecto de la relacin entre Arendt y Heidegger cfr.J.A.Barash: The

    Poliical Dimension of the Public World en L.May and J.Kohn: Hannah Arendt. Twenty YearsLater, MIT, 1997.18Hannah Arendt, Prefacio a Hombres en tiempos de oscuridad, op.cit.19 Algunos autores llegan a plantear la interesante idea de que el concepto de tiempos de

    oscuridad tiene en Arendt un significado epistemolgico; cfr.David Luban, Explaining DarkTimes: Hannah Arendts Theory of Theory, Social Research 50/1 1983; cit.en May L.y KohnJ.(ed.): Hannah Arendt Twenty Years Later, MIT Press, 1997.

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    mal, apaga la luz de ese espacio pblico donde cada hombre se prueba a smismo y se manifiesta tal como es en tiempos de libertad. Arendt escruta enrealidad ms de cincuenta aos de historia europea, desde la gestacin del malradical hasta los tiempos en que fue necesario desenmascarar tanta mentira ytanto crimen. Y ello a partir de un puado de personajes quiz poco relevantes

    para la causa del logro del bien general humano, pero destacables por elsimple hecho de que pensaron por cuenta propia, y que, se equivocaran o no,permanecern en el recuerdo como pequeas luminarias entre las crudastempestades del siglo XX: los cataclismos polticos, los desvos morales, elauge de las ciencias, las artes entre la distancia y el compromiso. Empero,advierte Arendt, ninguno debe ser ledo como representante o portavoz delZeitgeist o exponente de la Historia, seguramente para no pauperizar supresencia innovadora y para no desmerecer los efectos de lo que para ella erandistintivos o cualidades de una naturaleza nica.

    En el ensayo dedicado a Rosa Luxemburgo, Arendt explicita cul

    es para ella la pertinencia de la biografa, en tanto obra histrica: la biografaes bastante conveniente en el caso de aquellas personas cuyo inters paranosotros radica en la historia de su vida, como ocurre con las vidas de losartistas, de los escritores y en general de aquellos hombres y mujeres cuyogenio les hizo mantener el mundo a cierta distancia y cuya importancia radicafundamentalmente en sus obras, en las realizaciones que aadieron al mundo,no en el papel que jugaron en l...20 Estas explicaciones sealan tambinaquellas diferencias que Arendt plante entre lo pblico y lo privado, entre laobra y la accin; para ella, era un problema ver de qu modo artistas yescritores hacen esfuerzos para distanciarse del mundo, muchas veces paraabandonarlo. Arendt es adems consciente del riesgo de toda biografa en elsentido de deslizarse subrepticiamente a los asuntos estrictamente privados,que no nos conciernen pero nos atraen y por esto tom recaudos al tratar apersonas que haba conocido muy de cerca, como es el caso de Jaspers,Broch o Benjamin; Hombres en tiempos de oscuridadmuestra los efectos deuna escritura que traza una especie de tanteo por las zonas no iluminadas,queriendo aclarar aquello que la poca puso en sombras. La mayora de lasfiguras que Arendt analiza esquivan la eleccin entre los modelos quepropone o impone la modernidad; prefieren ser ellos mismos, permanecer fielesa su primera decisin, lo que les exige una fuerte determinacin; la mayorarehuye la pertenencia a alguna escuela, a un ismo, como si optaran por el

    deviene lo que eres! de nietzscheana memoria.Lessing es el nico escritor que, no perteneciendo al siglo, sufri

    tambin el acoso de un tiempo oscuro, en el que se mostr como un pensadoravanzado para su poca, severo y crtico con el poder que esclavizaba a losseres humanos privndolos de sus derechos fundamentales. El ensayo que lededica Arendt es una reflexin sobre cmo se puede acceder al mundo y alarealidad, de qu manera tenemos una capacidad que involucra la distanciaimprescindible para el juicio y, sobre todo, cul es el camino para que los sereshumanos vivan sin verdades absolutas; la posicin de Lessing, que Arendtcoloca tan cerca de la suya propia, es el rechazo de la opinin nica para que

    20H.Arendt: Hombres, p.43

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    no desaparezca el mundo, que solamente puede formarse en los intersticiosexistentes entre los hombres en toda suvariedad; este es para la autora unpensamiento poltico que reniega de las verdades de la historia, afirma lapluralidad humana y la necesidad de un discurso controversial para articular elespacio de las diferencias; Arendt cree que Lessing despliega un don particular

    para escribir de un modo que propicia tales mbitos; ella explica que la raznpor la cual el pensamiento de Lessing es esencialmente polmico es porqueno est orientado hacia la contemplacin, hacia el dilogo silencioso(platnico) entre yo y yo mismo sino hacia undilogo anticipado con otros21.Esta clase de disputa abre espacios pblicos en los cuales es posiblecomprometerse configurando un tipo de intelectual pblico ubicado en unaimparcialidad situada; cuando Arendt recupera de Lessing su pensamientoindependiente lo hace tomando en consideracin su negativa a declarar susolidaridad con una identidad o ideologa en particular; esta independencia,basada en la falta de objetividad para la polmica, es siempre una vigilanteparcialidad que no tiene nada que ver con la subjetividad porque est

    encuadrada no en trminos del yo sino en trminos de relacin del hombre conel mundo, en trminos de sus posiciones y opiniones. Lessing prefera lahumanidad y la amistad a "la verdad" y consideraba que deba celebrarse laexistencia de "muchas verdades", ya que entonces los seres humanos habrande intercambiarlas, estableciendo entre ellos el dilogo y reforzando losvnculos fraternos: tesis que, sabemos, suscribe enteramente Arendt, siempretan atenta al intercambio intelectual y contraria a cualquier imposicinideolgica, por "verdadera" que parezca. Tambin Jaspers es definido por laautora como un "filsofo de la comunicacin", como un hombre ntegro, que nose encerr en una torre de marfil ni elabor un pensamiento confuso yenmaraado -lo tpico en "filosofas de la soledad" como la de Heidegger-, sinoque transmiti sus ideas al conjunto del gnero humano en absoluta aperturapblica.

    El captulo dedicado a la escritora Isak Dinesenaparece precedido por eldictum balzaciano Las grandes pasiones son tan raras como las obrasmaestras. Esta novelista es, a su vez, la autora del epgrafe del apartadodedicado a la accin en La Condicin humana, un epgrafe que muestra lo quelos relatos y la escritura significaban para Arendt y que forman parte de unaserie de teorizaciones sobre la narracin y la comprensin de la historia: todaslas penas pueden ser soportadas si las conviertes en una narracin o narras

    una historia de las mismas; esta preocupacin de nuestra autora por lacapacidad de comprensin de los sucesos del mundo es reiterada y tiene unlugar central en su obra ya a partir de Los orgenes del totalitarismo: contar unahistoria significativa nos muestra el sentido de aquello que de otro modo nosera sino una serie inconexa de sucesos; los hechos, aun los horrorosos,deben ser guardados no para olvidarlos sino para juzgarlos y esta tareaencuentra su va regia en la escritura de los historiadores, los poetas, losnarradores, al modo de los bardos griegos.

    21H.Arendt, d.p.17

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    En el ensayo sobre Hermann Broch, Arendt se interroga acerca de quiendice que es poeta a pesar de s mismo, por la expresin de un malestar con laliteratura que, entre otros efectos, le impidi a Broch comprender la demandade juntar las diversas actividades del arte, la ciencia y la poltica e hizo que apartir de cierto momento Broch considerara que la literatura era superflua y que

    su compromiso tico era abandonarla por improductiva, por el hecho de seruna apuesta insuficiente y extremadamente subjetiva frente al mundo en el cualviva. Arendt no cuestiona ni corrige el desplazamiento operado por el artista,solamente da cuenta del alejamiento de la literatura en pos de una filosofacapaz de darle a la gente un absoluto terrenal y las dificultades de esteempeo indicando, con una terminologa muy propia de La condicin humana,la identificacin por parte de Broch de la accin con la labor y el trabajo. Arendtcree que la prdida para la literatura no result una ganancia para la filosofa.

    El polmico ensayo sobre Bertold Brecht o el mal comportamiento de los

    poetas parece dar vueltas sobre esta frase: es terrible la tentacin de serbueno en relacin con un tema caro a Arendt cual es el del vnculo entre moraly poltica; la autora quiso aclarar cmo Brecht, que intentaba ser bueno yprestar ayuda a los oprimidos y sojuzgados hizo un pacto con el mal y el preciode este juicio equivocado fue la prdida de su don potico: los pecados realesde los poetas son vindicados por los dioses de la poesa. As como laLuxemburg tuvo que pagar con la vida su honestidad, debemos entender queincluso para salvar al mundo hay que desaprender la bondad, algo que habrade experimentar Brecht, quien, en tanto que ser compasivo, es juzgado porArendt con condescendencia pues su vida muestra la discordia entrecompromiso terico y accin prctica. Con respecto a este escritor Arendtparece sugerir todava ms: que el exilio y la distancia, y no el compromiso, sonlas mejores circunstancias para que aparezca lo creativo. Es cierto, diceArendt, que Brecht entenda lo que estaba pasando con la revolucin rusa en lapoca de Stalin; de todas maneras err porque tena esperanzas en ella;recuerda tambin que el propio Brecht pens un castigo para ese pecado quees la compasin mal entendida, y se puede leer en su relato Me-tidonde sejuzga a un hombre bueno convertido en malo: Escuche [dice una voz alfinalizar el interrogatorio] sabemos que usted es nuestro enemigo. Por lo tanto,ser usted llevado al paredn; pero en consideracin a sus mritos y virtudes,ser un buen paredn, y le fusilaremos con buenas balas de buenos fusiles y le

    enterraremos con una buena pala en buen suelo... Pese a todo, saber sobreBrecht puede ensearnos la enorme dificultad de ser un poeta en este siglo oen cualquier otro porque, entre otras cosas, la tarea del poeta es acuar laspalabras por las que vivimos. Los complejos vnculos de Brecht con elcomunismo fueron el "error" de un hombre inteligente pero obnubilado por unostiempos en los que haba que arriesgarse a tomar partido. No obstante, entretanta contradiccin, el dramaturgo lleg incluso a denunciar la enormeevidencia del absurdo del totalitarismo estalinista; pronto descubri quequienes pretendan trabajar para instaurar el paraso "haban comenzado aestablecer el infierno en la tierra, sin que existiera maldad ni traicin que noestuviesen dispuestos a perpetrar".

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    Arendt trat de capturar la profunda unicidad de la vida en algunos delos ensayos de Hombres; debemos nuestra individualidad en parte a laidentidad personal nica, a la naturaleza, pero la segunda fuente de nuestraidentidad, nuestro destino, viene de la sociedad y la cultura; cada uno denosotros naci en y fue moldeado por el medio cultural, la lengua

    compartida, las creencias, historias y costumbres comunes, por esto losensayos biogrficos de Arendt enfatizan tambin el origen cultural de lossujetos. Es difcil entonces, si no debemos considerar a cada uno de estosescritores como portavoces de ningn Zeitgeist ni como exponentes de laHistoria segn la propia Arendt haba pedido- ver de qu manera la medida desus voces, las historias que cuentan y las vidas que cumplieron se vieron enalgn sentido configuradas por los tiempos sombros: qu luz en laoscuridad de los tiempos? as titulamos este trabajo- refiere precisamente aesta cuestin: hace falta la luz de ciertos hombres, son necesarios ciertoshombres en algunas pocas como preguntaba Hlderlin-, a qu pruebas essometida la literatura en un momento histrico apagado?22

    IV. Ya no, todava no.

    Analicemos ahora el tercer aspecto que hemos mencionado comoperspectiva de Arendt sobre la literatura, aqul del abismo temporal.

    La resea que hizo Arendt de La muerte de Virgiliode Hermann Brochen 1946 lleva por ttulo No longer and Not Yet23 -Ya no, todava no-,expresin de la que se servir la autora en este ensayo y, mucho tiempodespus, en el pstumo La vida del espritu, para reflexionar acerca deldeclinar de lo antiguo y el nacimiento de lo moderno, el espacio vaco que secrea cuando se rompe la cadena que une una generacin con otra, el abismo yel tiempo vaco que ponen delante nuestro la alternativa entre ir hacia delante ohacia atrs. Arendt cree que esta configuracin entre filosfica e histrica semuestra de la manera ms clara y precisa a partir de la literatura, apelando alos dos mayores maestros literarios de nuestro tiempo (p.197), Proust yKafka, entre medio de los cuales se ubicarn todos los dems poetas ynovelistas. Ya no, todava no significa aqu que cada uno de ellos, situados enun siglo preciso y en un momento preciso de ese siglo, remiten sin embargo aotro espacio y a otro tiempo que les pertenecen literariamente: la obra de

    Proust escrita como ltima cifra, como quiddel siglo diecinueve, del cual es ladespedida, el ya no, y la obra de Kafka, escrita desde la perspectiva y lamirada del adelantado, del que avizora el momento futuro, es decir desde eltodava no. La literatura es as la posibilidad de fundar y asentar eslabones

    22En 1966, en el Prlogo a Totalitarismo de Los orgenes del totalitarismo, Arendt hace unaconsideracin por lo menos extraa entre totalitarismo y produccin artstica; dice que la msclara seal de que la Unin Sovitica ya no puede ser denominada totalitaria en el sentidoestricto del trmino es, desde luego, la llamativa y rpida recuperacin de las artes de laltima dcada;aun cuando toda una corriente de literatura se difunda y divulgue de maneraclandestina padeciendo las consecuencias de la censura estn dadas ahora todas lascondiciones para que las gavetas de los escritores y artistasya no estn vacas; H. Arendt,

    Orgenes del totalitarismo, vol.3, Madrid, Alianza, 1982; p.414s.23H.Arendt: No longer and Not Yet, The Nation, septiembre de 1946; ahora en Ensayos decomprensin 1930-1954, Madrid, Caparrs Ed., 2005, trad.A.Serrano de Haro.

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    entre aquello que se ha perdido de modo irremediable y aquello que en cierne yexpectante an no est disponible; la literatura puede escribir lo muerto y lo nonacido. Para Arendt la historia europea desde 1914 no ha hecho ms queprofundizar y volver temible el espacio vaco entre el ya no y el todava nocortando el debilitado hilo de la tradicin y poniendo delante de los ojos un

    escenario cuyo carcter indito de oscuridad y mal los hombres comunes nopueden iluminar.

    Pareciera que Arendt -tambin aqu- acuerda con Benjamn cuando steafirmaba, comentando los cuentos de Kafka, que en ellos el arte narrativorecobra el significado que tena en la boca de la Scheherazade de Las mil yuna noches: posponer el futuro24. El Kafka de Arendt es el que ha sabidodetectar la enfermedad latente del europeo en la dislocacin de la existencia yen el olvido del sentido tradicional de las cosas. En su anlisis de la obra deKafka, Arendt no considera solamente el contenido de la narracin sinotambin la tcnica narrativa; para la autora lo que caracteriza la tcnica

    kafkiana no es el realismo literario del XIX pero tampoco el surrealismo;mientras los surrealistas, sostiene Arendt, utilizaban la tcnica del fotomontaje,Kafka usa la tcnica de la construccin del modelo. En las historias del checotodo aparece exagerado, todo es excesivo pero este sentido de exageracindesaparece apenas se lee la historia la ficcin- no como una situacin realsino como un modelo de la situacin real.

    En La hendidura entre pasado y futuro: el nunc stans, pargrafo de laPrimera Parte de La vida del espritu, Arendt vuelve a Kafka y a su parbolal para intentar revelar el lugar donde habita el Yo pensante25, enmarcndoloen la doble referencia a Nietzsche la alegora sobre el instante simbolizadopor el prtico bajo el cual se cruzan dos senderos- y a Heidegger el instanteno le sera dado al espectador como una visinsino a aqul que es l mismoel instante26 El ya-no-ms del pasado y el todava-no del futuro se vuelvenpresentes en la actividad del pensamiento; el combate que se libra en el relatoentre las fuerzas del pasado y del porvenir le sirve a Arendt para explicar dequ manera el ya no ms se convierte en algo que est detrsde nosotros yel todava no en el porvenir que se acerca hacianosotros desde adelante. Elaforismo de Kafka permite esclarecer el intervalo que en la vida de los hombresse llama presente: el continuum temporal se despliega en los tiemposgramaticales de pasado, presente y futuro y la oposicin entre el primero y el

    ltimo, igual que la oposicin entre el ya no y el todava no, se debe a lapresencia del hombre que en s mismo tiene un origen, su nacimiento, y un fin,su muerte, y se encuentra, por tanto, en todo momento entre ellos; esteintervalo se llama presente27. Nietzsche, Heidegger, Benjamn y ahora Arendthan intentado interpretar estas visiones del tiempo y de la historia28; el escritor

    24Walter Benjamn: Dos iluminaciones sobre Kafka en Imaginacin y Sociedad. IluminacionesI, Madrid, Taurus, 1987.25H.Arendt: The Life of the Mind, N.York, Harcourt,Brace,Jovanovich, 1978; La vida del espritutrad.R.Montoro Romero y F.Vallespn , Madrid, Centro Estudios Constitucionales, p.233.26d.p.233.27Ibid.p.233.28

    En el texto de Heidegger, ya citado, sobre la poesa de Hlderlin, es muy interesante leer queen la modernidad la penuria se refleja en una doble carencia: en el ya no de los diosesdesaparecidos y en el todava nodel dios por venir.

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    checo proporciona la clave para una metfora que dice que el ser humanohabita en el intermedio y que este intermedio es como un campo de batalla enel cual combaten lo muerto pero calmo- del pasado y lo incierto y temible delfuturo. Ahora bien, la parbola del tiempo en Kafka, dice Arendt, parece sersolamente aplicable al yo pensante -son vlidas en el marco de los fenmenos

    mentales29

    - un yo que se ha retirado del movimiento de la vida comn y delmundo, por lo que deberamos ir un paso ms adelante y plantear el tiempohistrico y el tiempo biogrfico concretos; en stos, el hiato, la hendidura en eltiempo, es coetneo a la existencia del hombre sobre la tierra. Arendtconsidera que es por esta experiencia del Yo pensante que la primaca delpresente, el ms transitorio de los tiempos en el mundo de los fenmenos, seconvirti en un principio casi dogmtico de la especulacin filosfica30. En sudeclarada aspiracin a desmontar la metafsica y la filosofa el paso msadelante de Arendt es partir del supuesto reiterado en tantas de sus obras-de que el hilo de la tradicin se ha roto, que no seremos capaces de renovarloy que los efectos de esta prdida son del orden de la historia poltica, es decir

    de la historia del mundo.

    Lo que ahora tenemos a la vista, al haber perdido la continuidad delpasado, es un pasado fragmentadoque ya no puede ser medido; aqu Arendt otra vez- toma el recurso de la literatura creyendo que unos cuantos versosson capaces de decir de manera ms concisa aquello que ha merecido suatencin: los fragmentos del pasado y el intento por rescatarlos aunque seacomo tales:

    Tu padre yace enterrado bajo cinco brazas de agua;se ha hecho coral con sus huesos;lo que eran ojos son perlas.Nada de l se ha dispersado;sino que todo ha sufrido la transformacin del mar

    en algo rico y extrao.Shakespeare, La tempestad, I, 2.

    29H.Arendt, Ibid.p.240.30Ibid.p.241.

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