Literatura Realista y Nauturalista en Hispanoamérica.

3
REALISMO Y NATURALISMO HISPANOAMERICANO. (Compendio de varios archivos en internet). La vigencia del Realismo en Hispanoamérica se puede situar aproximadamente entre mediados del siglo XIX y mediados del siglo XX.Convive con el Romanticismo y comparte con él el costumbrismo.* Esta tendencia estética cultiva fundamentalmente la narrativa y, con menor resonancia, el teatro. El representante más importante de la narrativa realista hispanoamericana es el chileno Alberto Blest Gana (1830-1920). El costumbrismo y el realismo están presentes en sus novelas La aritmética en el amor, Martín Rivas, El ideal de un calavera, Durante la reconquista, Los trasplantados (sobre la vida de los latinoamericanos en París) y El loco Estero. Sin embargo, en Hispanoamérica los escritores pronto reciben la influencia del Naturalismo, especialmente en Argentina, donde sobresalen voces como las de Eugenio Cambaceres (1843-1888), autor de Sin rumbo (1885); Lucio Vicente López, que en La gran aldea (1884) retrata las «costumbres bonaerenses» de 1840, o Julián Martel. La riqueza de este movimiento se evidencia en las tendencias filosóficas y científicas que confluyen en su concepción literaria, formulada con incomparable profundidad y coherencia en los ensayos de Emile Zola. El "retorno a la naturaleza" propiciado por el Naturalismo fue recibido por los países hispanoamericanos como una vía para el encuentro entre su producción literaria y su propia realidad; como un instrumento apropiado para crear un lenguaje narrativo funcional al proyecto de independencia cultural. El realismo de fines del siglo XIX había estado influenciado, entre otras cosas, por las corrientes naturalistas y realistas europeas, por la práctica escrituraria de intelectuales que prefiguraban una conciencia nacional para los nuevos Estado-Nación, y por la necesidad de mostrar la realidad hispanoamericana. Este período ve surgir el teatro realista de Florencio Sánchez (1875-1910), en Uruguay; el costumbrismo y el retrato de los tipos humanos de Clorinda Matto de Turner en Perú; la narración naturalista de Manuel Zeno Gandía en Puerto Rico; la combinación de realismo y naturalismo de Baldomero Lillo en Chile (Subterra y Subsole), el naturalismo fuertemente basado en el determinismo social y biológico de Eugenio Cambaceres en

description

REALISMO Y NATURALISMO HISPANOAMERICANO.(Compendio de varios archivos en internet).

Transcript of Literatura Realista y Nauturalista en Hispanoamérica.

REALISMO Y NATURALISMO HISPANOAMERICANO.(Compendio de varios archivos en internet).

La vigencia del Realismo en Hispanoamérica se puede situar aproximadamente entre mediados del siglo XIX y mediados del siglo XX.Convive con el Romanticismo y comparte con él el costumbrismo.* Esta tendencia estética cultiva fundamentalmente la narrativa y, con menor resonancia, el teatro.

El representante más importante de la narrativa realista hispanoamericana es el chileno Alberto Blest Gana (1830-1920). El costumbrismo y el realismo están presentes en sus novelas La aritmética en el amor, Martín Rivas, El ideal de un calavera, Durante la reconquista, Los trasplantados (sobre la vida de los latinoamericanos en París) y El loco Estero. Sin embargo, en Hispanoamérica los escritores pronto reciben la influencia del Naturalismo, especialmente en Argentina, donde sobresalen voces como las de Eugenio Cambaceres (1843-1888), autor de Sin rumbo (1885); Lucio Vicente López, que en La gran aldea (1884) retrata las «costumbres bonaerenses» de 1840, o Julián Martel.

La riqueza de este movimiento se evidencia en las tendencias filosóficas y científicas que confluyen en su concepción literaria, formulada con incomparable profundidad y coherencia en los ensayos de Emile Zola. El "retorno a la naturaleza" propiciado por el Naturalismo fue recibido por los países hispanoamericanos como una vía para el encuentro entre su producción literaria y su propia realidad; como un instrumento apropiado para crear un lenguaje narrativo funcional al proyecto de independencia cultural.

El realismo de fines del siglo XIX había estado influenciado, entre otras cosas, por las corrientes naturalistas y realistas europeas, por la práctica escrituraria de intelectuales que prefiguraban una conciencia nacional para los nuevos Estado-Nación, y por la necesidad de mostrar la realidad hispanoamericana. Este período ve surgir el teatro realista de Florencio Sánchez (1875-1910), en Uruguay; el costumbrismo y el retrato de los tipos humanos de Clorinda Matto de Turner en Perú; la narración naturalista de Manuel Zeno Gandía en Puerto Rico; la combinación de realismo y naturalismo de Baldomero Lillo en Chile (Subterra y Subsole), el naturalismo fuertemente basado en el determinismo social y biológico de Eugenio Cambaceres en Argentina, los relatos regionalistas, como en los casos de José Eustasio Rivera en Colombia, y Mariano Azuela en México. Este último sentó las bases de la novela de la revolución y de temática social.

El impacto de la Revolución Mexicana (1910), la primera Guerra Mundial, el surgimiento de las vanguardias europeas, el inicio de la Guerra Civil española, la difusión del anarquismo, y los grandes flujos migratorios que ya se habían iniciado hacia fines del siglo XIX fueron el motor de un espíritu de reflexión renovado en los escritores hispanoamericanos que se tradujo en nuevas tendencias estéticas.

En la narrativa esto se refleja en un creciente interés por los problemas psicológicos y filosóficos, por los regionalismos, y por el estudio del individuo en la ciudad. La descripción del mundo interior de los personajes, sobre todo de los problemas mentales y su contraste con las imposiciones de la realidad, o la omnipotencia de la naturaleza, se observa en escritores como Horacio Quiroga (Uruguay), con el cuento “El hijo”. El regionalismo recoge sobre todo el universo de la naturaleza, sus detalles, y también los tipos humanos que la habitan. Un ejemplo de esta narrativa se encuentra en La vorágine (1924), del colombiano José Eustasio Rivera, o en Don Segundo Sombra (1926), del argentino Ricardo Güiraldes. Con un tono de protesta social, y concentrada en hechos sociales específicos, la narrativa indigenista expresó la situación desesperada del indio. En especial esta literatura se desarrolla en los países andinos, donde indios y mestizos abarcan una gran parte de la población. En las obras se refleja una raza despojada y oprimida, con una dolorosa

descripción de la realidad social, que sirve de denuncia o protesta. Escritores como José María Arguedas o Ciro Alegría, ambos peruanos, entre otros, plantearon en sus textos los derechos de los indígenas.

*El costumbrismo literario es la aplicación del movimiento artístico conocido como costumbrismo a las obras literarias. El costumbrismo literario consiste en reflejar los usos y costumbres sociales sin analizarlos ni interpretarlos, ya que de ese modo se entraría en el realismo literario, con el que se haya directamente relacionado. Así, se limita a la descripción, casi pictórica, de lo más externo de la vida cotidiana. Por lo general se da en prosa más que en verso, lo cual no quiere decir que sea privativo; el género teatral ha dado grandes obras costumbristas.

Dentro de obras de mayor calado y de diferentes estilos se da el incluir cuadros costumbristas a lo largo de toda la historia de la literatura y no sólo en el siglo XIX, cuando tuvo su apogeo este tipo de literatura, especialmente en la literatura española.

El cuadro de costumbres es un subgénero propio del costumbrismo o literatura costumbrista en que se describen tipos populares y actitudes, comportamientos, valores y hábitos comunes a una profesión, región o clase por medio de la descripción, con frecuencia satírica o nostálgica, en ocasiones con un breve pretexto narrativo, de los ambientes, costumbres, vestidos, fiestas, diversiones, tradiciones, oficios y tipos representativos de una sociedad. En Chile, José Joaquín Vallejo, (1811-58), Jotabeche, el costumbrista por excelencia; testigo del pionerismo y auge minero. Hay cuadros costumbristas en Recuerdos de treinta años, de José Zapiola (1804-85), Recuerdos del pasado, de Vicente Pérez Rosales (1807-86), Román Fritis (1829-74), Pedro Ruiz Aldea (. 1833-70). Las novelas de Alberto Blest Gana (1830-1920), el mejor novelista hispanoamericano de su tiempo, revelan clara inclinación costumbrista.