LMOS EN LAS - Revista de Espiritualidad

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LOS S I\LMOS EN LAS CO;:\1STITUCIONES APOSTOLlCAS (*) DONAcrANO ALVAREZ, Pbro. INTRODUCCION 1-1 ABIENDO de tratar deI uso ascético y liturgico de los Salmos en las' Constituciones Apost61icas, no esta ra de mas dar una bre- ve Tloticia acerca de esta importantîsima 'obra. Las Constituciones Apost6licas 0 Constituciones de los Santos Ap6stoles son una extensa colecci6n de Derecho Can6nico, Litur- gia y exhortaciones morales y ascéticas. Por 10 t'lnto, no son Constituciones Apost61icas una bbra de caracter doctrinal, s;no mas bien disciplinar y practico, que nos da a conocer la constitucion de la Iglesia, la Liturgia de su tiempo y hasia no pocas manifesta- ciones de la vida espiritval, mas 0 menos universales, en el ambien- te en que la, ob ra se escribi6. Su importanda se renere, !ante todo, al conocimiento de la doctrina moral y organizaci6n eclesiastica y también, au'nque indirectamente, al conocÏmiento de la mlsma doctrina teol6gica y 'al de las' controv,ersias' de los cuatro prime- ras, siglos. ' Sin ser una obra original. y personal, son una compilaci6n, no del todo infeliz, de documentos anteriores, que el compilador adap- t6, con no pequeno artey mérito, a la situaci6n y exigencias histo- ricq-religiosas de su tiempo. De esta rraturalezaj de las Constituciones Ap,ostolicas depende . la diversidad de valor de sus distintas pues, aun siendo la eompilaci6n deI siglo IV 0 principios deI V J contiene no pocos ele- mentos que proceç1en del tiempo de los Apostoles 0 de épocas muy oercanas a ese tiempo. De todos modos, las COllstituciones Apostolicas son las mas importantes de las grand'es canonicas, compuestas los siglos IV y v J y una de las obms mas caracteristicas de la Iglesia siriaca de esta época (r). C*) Extraeto de la tesls doctoral pl'e5elltada en la Fllcuitad 'feo16glca de la POB-' l111cia Universidad Gregoriana. ' (1) BARDY, LiltératU1'e g1'ecque chrétienne, p. 119.

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LOS S I\LMOS EN LAS

CO;:\1STITUCIONES APOSTOLlCAS (*)

DONAcrANO ALVAREZ, Pbro.

INTRODUCCION

1-1 ABIENDO de tratar deI uso ascético y liturgico de los Salmos en las' Constituciones Apost61icas, no esta ra de mas dar una bre­

ve Tloticia acerca de esta importantîsima 'obra. Las Constituciones Apost6licas 0 Constituciones de los Santos

Ap6stoles son una extensa colecci6n de Derecho Can6nico, Litur­gia y exhortaciones morales y ascéticas. Por 10 t'lnto, no son Ia~3 Constituciones Apost61icas una bbra de caracter doctrinal, s;no mas bien disciplinar y practico, que nos da a conocer la constitucion de la Iglesia, la Liturgia de su tiempo y hasia no pocas manifesta­ciones de la vida espiritval, mas 0 menos universales, en el ambien­te en que la, ob ra se escribi6. Su importanda se renere, !ante todo, al conocimiento de la doctrina moral y organizaci6n eclesiastica y también, au'nque indirectamente, al conocÏmiento de la mlsma doctrina teol6gica y 'al de las' controv,ersias' de los cuatro prime-ras, siglos. '

Sin ser una obra original. y personal, son una compilaci6n, no del todo infeliz, de documentos anteriores, que el compilador adap­t6, con no pequeno artey mérito, a la situaci6n y exigencias histo­ricq-religiosas de su tiempo.

De esta rraturalezaj de las Constituciones Ap,ostolicas depende . la diversidad de valor de sus distintas p~rtes, pues, aun siendo la eompilaci6n deI siglo IV 0 principios deI VJ contiene no pocos ele­mentos que proceç1en del tiempo de los Apostoles 0 de épocas muy oercanas a ese tiempo.

De todos modos, las COllstituciones Apostolicas son las mas importantes de las grand'es compilac~ones canonicas, compuestas ~h los siglos IV y vJ y una de las obms mas caracteristicas de la Iglesia siriaca de esta época (r).

C*) Extraeto de la tesls doctoral pl'e5elltada en la Fllcuitad 'feo16glca de la POB-' l111cia Universidad Gregoriana. '

(1) BARDY, LiltératU1'e g1'ecque chrétienne, p. 119.

LOS SALMOS EN LAS CONSTITUCIONES APOSTOLICAS 57

Fué tanta en un principio la importancia de las Constituciones Apost6licas que hasta llegaron a figurar entre los libros canonicos en algunas Iglesias de Oriente, y aunque el Concilio de Trullo las exc'uye deI Canon, con toda continuaron infl.uyendo en Or2ente, coma 10 muestra el uso frecuente que de eUas hacen los escritores ec1esÎ<lsticos orietal·es (2). De ~e1lasse sirvieron también en sus con-troversias con los latinos. '

En Occident,e, por el contrario, excepto 50 canones (3), trans­mit!dos por DIONISIO EL EXIGUO en su C olecci61~ de C ânones, permanecieron completamente desconoddas toda la Edad Media. Su infl.uencia, por 10' mismo, en Occidente ha sido muy pequena, casi nula. '

A partir d~l, siglo XVI, merced a los trabajos de FRANCISCO TORRES Y JUAN CARLOS BOVIO, los dos egregios divulgadores de las Constituciones Apost6licas, empezaron a ser conocidas y apre­ci.a,das en Occidente, coma 10 muestran las numerosas ediciones y traduc.ciones que han tenido ,en estos {tltimos siglos.

En cuanto a su importancia, como fuente hist6rica de la vida de la Igles:a, todos admiten que ocupa uno de los primeros pues­tos. 'WEISS, en su Histori~ Eclesiâstica) da el siguiente juicio de las Constituciones 'Apost6licas: "Hoc opus pro doctrina morali, archeologia christiana, historia dogmatum et constitutionis Ec­c1esiae, pro liturgia et jure can6n.ico maximi momenti est" (4). Del mismo modo jllzga BARDY: "Les Constitutions Apostoliques n'en sont pas moins précieuses a consulter pour les canonistes et les historiens, qui ytrov,ent des renseignements de premier or-dre" (5). '

En decto, las Constituciones nos han transmitido las institu­ciones y la disciplinaec1esiastica, la liturgia completa de la misa, la mas antigua que se conoce, y muchas otras noticias de los si­glos IV y v. No es menor su mérito por habernos conservado la Didaché y laDidascalia, y el {tnico texto gdego que de esta {tIti ma se conoc:e.

Parrafo aparte mereœ, pOl' la ,especial relaci6n con nuestro trabajo, otro mérito de las Constituciones Apost6licas, que con gran acierto nota BOVIO en su proemio a la versi6n latina de las Cons­tituciones Apostalicas. Dioe asi: "Respecto a las prtrebas de esta obra debemos decir que todos sus argumentos los toma su autor de la autoridaJC!: de las Escrituras, pues ya trate de los preceptos

(2) FUNK, Djàa8ca!. et Const., v. II, pp. 14-39; Die Apost. Konst., pp. 322-333. (3) De los 85' cOTiocldos por el nombre de Canones de los Santos Ap6stoles. (4) Historia Ecclcsiastica, Viella 1907, ,v. l, p. 241. (5) Littérature grecque chrétienne, pp. 119-120.

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. morales, ya de asuntos ec1esiâsticos, ya de la ecoIiomla de Cristo y de las COsas divinas, todo 10 prueb:a 0 con la sagradas letras 0 sa­cando argumentos llecesarios de eHas, Y es preciso tribu tarie la alabanza de que ningull escritor sagrado se ha servi do de los lu­gares de la Escritura con tanta propiedad y oportullidad; por 10 que, entre muchas utilidades que estos libros contienen, debetell\':r­se por la principal la deentender por e1los la mayor parte de las sentencias verdaderas de las sagradas letras. Emple6 éstas de dos maneras: 0 sacando de eUis los testimonios para afirmar sus cli­chos 0 copiâ11Jdoias en susescritos" (6).

Puede decirse que toda la obra es un riqulsimo mosaico de tex­tos de la Sagrada Escritura. Mis de mil setecientas (1.700) citas seencuentran registradasen la edici6n de FUNK, y es muy de no­t.ar que la mayoria se debe al compilador, )'la que no se encuentran en las ob ras que le sirven de fuentes. Es precisamente su modo favorito de para'Üasear los documentos preexistentes que compilé.

A este elemento biblico de las Constituciones Apost6licas se cine lluestro estudio; restrig,iéndose a poner de manifiesto la suma importancia que en eUa se concede a los Salmos.

usa ASCETICO DE LOS SALMOS

ENSENANZAS MORALES PROBADAS POR MEDIO DE LOS SALMOS

'I. LA LIMOSNA

Su valor.-Las C. A. recomiendall en gran .. manera la limosna. Segùn elIas, la limoslla vorr:a los pecados y aumenta la gracia y estado de justicia. Expt,esamente y repetidas veces ensenan esta doctrina. Si tienes, da con tus manos, para que obres la reden­d6n de tus pecados, "pues par la lÙ1'~osna. y la te se perdon an los pecados" (Prov. 15, 27) (7). De esta manera ha de abundar vueStra justicia (misericordia) mis que la de los escribas y fari­seos, dando limosna segttn esta escrito: "Da a ,los pobres con dl­fusion"; su justicia (misericordia) "pet'tI111l}1.eCe par siglos de si­glas (Ps. III, 9) (8).

------, (6) FRANCISCO A. GONZÂLEZ, Colecci6n de Canones (le la 19les/(; espaflola (trad. e.s­

l1a!\ola de Juan Tej~,da y Ram,!'o), v. I. P. H8. (7) VII, 12, 1; MALDONADO, In Matt., p, 130,. (8) n, 35, 3.

LOS SALMOS EN LAS CONSTln;CIONES APOSTOLICAS .'>9

Quien da limosnaes bienaventurado y recibira de Dios la re­compensa: "F eliz del que atienJif: inteligl!nte al pabrt! y meneste'10-sa; en el dîa de la desgracia la librara YahVèh" (Pas. 40, 2) (9). .

La misma doctrina se contiene en la oradôn pOl' los que dan limosna:

"Oremos par los que hacen ob/ac/ones e!1 la 1 glesia sanlà y Jan "/imosna a los pobres.' .. para que Dias les recompeT$e con s'us. gracias celestiales y les clé el céntuplo en la vida presente y en iD! fu/ura la vida etema, y les conceda las cosas eternas por lcu fe171.1 porales, las celestiales pcr las terrenas" (10).

y también en la orac.iôn que poncn en labios de las viudas por los que les dieron lil110sna:

"l3endilo eres Dias, que consofasle a mi ccmviuda. Bellclice. Seno)", y glorifica al que l~ ha socorrido, y su obra suba, en oerclad, hasta ti y acuérdate 1 de él p~ra bien en el dia, Je su oisitacién{ y a mi Obispo que te sirvio 'reclamente y enseiïo sehicieral Wlporrr tUila limosna a mi ; conviuda·, que esta clesamparada, auméntaIe la visé/acion" (11).

Su organizacion.-Se establece como, regla general que los que Iilan limosna no 10 hagan >( 1 2) directamente a los pobres, sino que las echen en la corbona, 0 arca comùn, y el Obispo, que couoce las necesidades de los fieles, las distJ;ibuirâ oportunamente (13).

Existe, pues, una asistencia organizada bajo La direccion deI Obispo, que es el economo y procurador de los bienes edesiâsti­cos (14) y que ha de cuidar de todos (15), sirviéndose en este mi­nisterio de los diacol1os y diaconisas (16), que ~ependen dei Obis­po de taI manera que no les es licito dar una limosna contra la voIuntad dei Obispo (17).

A los fieles toca dar, al Obispo d'istribuir. Esta distribuciôn se haee proporcionalmente a las necesidades de los pobres (18). Se

. atiende a todos los necesil1ados de verdad, y no excluye ni siquiera a los gentiles. Prindpalmente, sin embargo, se habla de las viudas, huérfanos, invaJidos e imposibilitados para el trabaj6, enfermos, ancianos, prisioneros por causa de lia re1igiôn y de los clérigos, que

(9) lU, 4, 8. (10) VIII, 10; 12. (11) III, 13, 1. (12) II, 36, 8. (13) III, 4, 2; II, 27, 6. (14) II, 35, 3. (15) III, 4, 1. (16) III, 19, 1-7. (17) II, 31,1-2. (lB) II, 3, 2; 27, 6.

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habiéndose dedicado exc1usivamente al servicio de los altares te­nian el derecho de ser mantenidos por las oblaciones de los fieles. Todos ëstos recibian el nombre cie "matricularii" y eran alimen­tados por la Iglesia. Por esta razon se prohibe, 0 al menos se cen­sura, la conducta de las viudas, que piden y reciben sin medida, siendo causa de que s'e resfriara la caridad de muchos. Deben cou,­tentarse con 10 que reciben ,de la Iglesia y no andar de casa en casa recogiendo dinero (19).

Las fuentes de este tesoro eran las oblaciones voluntarias de los fieles, los diezmos y primicias (20), 10 que se economizaba los dias de ayuno (21) y también penitencias impuestas por los pe­cados (22).

Las C. A. recomiendan también otra forma de limosha,' que consiste en recibir a los huéfanos de algun cristiano (23) e invitar, a los convites a las viud:as que los diaconos les senalen como mas" necesitadas (24).

Se inc.ulca a los socorridos se conformen con 10 que se les da y 10 redbancon grande reverencia y den gracias a Dios, "que dq, comida a los ham,brientos" (Ps. 145, 7) y a El dirijan sus ojos, pues "El abre S~t mano y a todo vivien te colma de bendici6n" (Ps. 144, 16), da tri go a los jovenes, vi no a las virgenes y aceite para a1egria de los vivientes (Zach. 9, 17), "el heno para los ani­males y la yerba para servicio de los hombres" (Ps. I03, 14, 15), carnes a las bestias, semillas a las aves y la todos alimento conve­lliente ... ; por 10 tanto, deben alabar al Dios omnipotente, "que protege al huérfàno y a la viuda" (Ps. 145, 9) (25).

De quiénès no sè han de recibir limosnas.-Las C. A. determi­nan las personas de quienes. no se han de recibir limosnas; como son taberneros, pecadores publicos, codiciosos, adulteros, usureros, etcétera.

Quienes reciben limosnas de los pecadores y después alimentan con ellas a las viudas y huérfanos, se hacen reos ante el tribunal. El pan que se da a las viudas y huérfanos proveniente deI trabajo, aunqueen ]'lequena cantidad:, es mas digno que el que procede de la iniquidad y c:alumnia, segun 10 que dice la Escritura: "M ejor ~s lo poco del justo que las miUchas riquezas de los pecadores"

(19) III, 7, 1. (20) II, 25, 1; 34, 5; 36, 8, VIII, 29, 1-3, (21) V, 20, 18. (22) II, 48, 1. (23) IV, 1, 1. (24) II, 28, L (25) IV, 6, 1-4.

LO.S SALMOS EN LAS CONSTITUCIONES APOSTOUCAS 61

(Ps. 36, r6) (26). Mejor es per,ecer que recibir de los enemigos de Dios en contumelia y lud:brio de sus amigos, conforme a 10 que di ce el Profeta:'" Aceite de pecador nuncà engrasara mi cabeza" (Ps. qo, 5) (27). (Sentido acomodaticio);

Si alguna vez se vieren obligados a recibir limosnas de tales personas, deben emplear ese dineroen comprar lena y carbon, no alimentos, pues justo es que sea pabulo deI fuego, no alimento de los piadosos (28).

Segun esta nonna se proc0dia siempre. El diacono que recibia las obl:aciones habia de examinar si los que las ofredan estaban en jas condiciones exigidas para ser admitidos a ofrecer (29).

La razon de no admitir estas oblaciones es, no porque en si sean malas, sino por la mala disposicion de animo de los que ofre­oen (30).

II. EL AYUNO. CUANDO SE HA DE AYUNAR.

El ayuno .eSU11Ja buena disposidon para con~eguir de Dios la que pedimos.

Después de proponer los ,ejemplos de Moisés, Elias, Daniel, Ana, los Ninivitas, Ester, Mardoqueo y Judit, refieren las pala­bras de DAVID: "Mis rodillas estan debilitadas por el wyu,noJ y mi carne se ha mudado por el aceite (y enmagrecida mi carne sin gor­d~tra)" (Ps. ro8, 24). POl' 10 tanto, cuanto pi dais a Dios, pedidse-10 acompanando la petici6n con ayuno (3 r) .

. Deben ayunar toda la Cuaresma hasta el viernes que precede al Domingo de Ramos. También han de ayunar durante toda la Se­mana Santa, incluso el Sabado (32), ro~ando:a D:os por los peca­dores (33). Asim:smo han de ayunar la semana que sigue a la se­mana de Pentecostés (34).

Ademas, son dras de ayunoel miércoles y ei viern~s de todo el ano, el p'rünero porque en ese di!a fué traicionado Jesucristo, y el &egundo porque en él padeci6 (35). El ayuno terminaba ordinaria­

. mente a la hora de nona 0 de vlsperas, mas el Sibado Santo se

(26) (27) (28) (29) (30) (31 ) (32) (33)

\ (34) (35)

IV, 6, 1-9 .. IV, 8. 2. IV, ID, 1. IV, 8, 3. IV, 10, 3. V, 4, 20. V, 20, 15-18. V, 13, 3-4. V, 20, 14; VII. V, 1-4, 20; VII, 23, I·~.

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DONACIANO ALVAREZ, l'BRO.

prol9pgaba hasta el canto deI gano; al amanecer deI domingo se acababa èl ayüno (36).

En estos di as podian usar solamente pan, sai, legumbres y agua, absteniéndose de vino y carne (37). T:al parece haber sido poco mas 0 menos en todas partes la disciplina primitiva.

El ayuno se imponia frecuentemente como penitencia (38). Se exigia al catecùmeno antes dei bautismo (39). Se impone el ayuno como una imitacion .de Jesucristo y de los Ap1ostoles, que también ;ayunaron (40).

III. VIRTUDES QUE DEBEN PRACT1CARSE

1. La paz y concordia entre los fieles.-Es voluntad de Dios que todos los hombres, unidos y concordes, le alaben y adoren a semejanza de lasv,irtudes celestia!.es (Ps. ra2, 19-21; 148, 11-13,

ad sensum), y .poreso nos ensefi6 a arar, diciendo: "H agase tu vol~mtad asi en la tierra como en el cielo" (Mtt. 6, ra): Todos los fieles han de procurar aumentar el nùmero de los que se salvan; a todos Hama al apostolado. Para e3to deben estar en paz unos con otros. "Mas tmnbién vosobros, los laùos, vividl e1tJ, pa·z 111AttUaMtente, procurando con solicitud como prudentes acrecentar la iglesia (la asa1nblea) y 'l/olver a elta (converti!') a los que se tienen pO'I" sal­vajes, amans&rles y restituirles al primér estada." (41).

Por 10 tanto, si :alguna vez nos airasemos contra aIgu no, de­bernos reconcJiarnos al momento, a fin de que la ira, pennanecien­do constantemente, no se convierta en recuerdo de .la injuria y nos haga pecar. Por eso dice DAVID: "IrasC'Ï11'I,.ini et nolite pec­caré" (Ps. 4,5) (42 ).

Para que lluestras or,aciones sean escuchadas y nuestras ac­ciones de gracias aceptabl,es a Dios debemos estar siempre recon­ci1iélldos con nuestros hermanos. Dios manda amar a los enemigos . y no od'ar a los amigos, segùn dice DAVID: l' Si réddt'di retribuen­tibus mihi m~la." "Si devolvi mal par mal" (Ps. 7, 5). Debemos perdonar a nuestros pr6jimos, usando de la potestad, que Dios nos dio, de perdonarlos setenta veoes siete (43). Esta paz y concordia debe reinar también entre los Obispos (44).

(36) V, 19, 2. (37) V, j 8, i. (38) II, 16, 2; 17, 5; 41, 6. (39) VII, 22, 5. (40) VII, n, 4; V, 19, 1. (41) n,50, 1·4, (42) II, 53, 2. (43) II, 53, 6.< (H) TI, H,\!,

LOS, SALM05 EN LAS CONSTITUCIONES APOSTOLlcAS 63

2. La cœrida&-Es )111a de las virtudes que mas se inculcan en la C. A. Y:a 10 hemos visto 'al tratar .de la limos11a y aparece también de 10 que acabamos de decir acerca de la paz y concordia.

Da a qu.i,én te pida y al que quiera que le prestes, no le cierres la mana, "pues el varôn justo tie,ne misericordia y da presta­do" (Ps. lII,S).

El Padre cdestial quiere que se dé a todos, asi como El hace salir su sol sobre bucnos y malos, y llueve sobre justos e injustos. Es, pues, justo sum:llistra1' a todos de los honestos trabajos, pero prefi1'i'endo a los santos (45).

En esta consiste el camino de la vida: "en amar a Dias sobre todas las casas y al pr6jimo coma a SI mismo; bendecir a los que 110S maldic'en, y oral' par los que nos calumnian, y amar a los enemigos (46).

3. La humildad.-Recomiendan la humildlad cualldo aconse­jan que cada uno pe1'manezca en .el orden en que ha sido consti­tuido y 110 desee subir mas alto. Deben imitaI' a las casas inanima­das, qne conservan el lugar que les ha sida designado par el Crea­dol': "Les pusiste té1'1ninos q1te no traspasarân/' (Ps. J0 3', 9) (47). También la reconüendan cuando manc1an se acuerden de \aquel que dijo: "Yahveh, no se ha exaltadO' m'i corazôn. ni se han erguido mis ojos; no hé anda,do frCi'oS COSM grandes n~ ~ras mœra,villas qué

excedan del'lû. JAcaso no sentfa yo humUdementef" (Ps. 130, 1) (48). .

4. La sencillez.-Se aconseja 'en gran manera esta virtud. "No lendrâs doblez ni de ùltenciôn, 1J:i de 1 enguG, "frttéS para èl varô'n sus propios labios san 1in lazo fuerte" (Prov. 6, 2) "y el hombre deslenguado 'no tendrâ est(jlbilidad en la tiena" (Ps. 139, 12) (49).

Esta virtud debe adornar especialmente al Obispo (50). 5. La ma'l1sedu4'll,bre.-Se ponen como modelas de esta virtud

a Moisés pOl' ~quello de los Numeros "erat enim lM oyses vir mi­tissimus super omnes homù/,es qui morabantur in terra." (Num. 12

3), Y a David pOl' 10 deI Salmo 131 : "AC1Iérdate, YaI{veh, de Da­"[,id y de toda S1~ 1lwnsedumbre" (Ps. 13I 1 1) (5 1).

6. La 7Ji,qilancia.--Aconsejanestén preparados en todo mo­mento: "V cleul, fJUes, y a rad, "porqHe no (os) ve1~gl1o e'l sueno de la 1'I'1·uerte" (Ps. 12, 4), porque 110 os aprovecharan vuestras pri-

(45) VII, 2, 6, (46) VII, 2, 1-2. (47) VIII, 46, 1-2. (48) ,VII, 6, fi. (49) VII, 4, 2. (50) Ù, 6, 1. (51) VII, 7, 3.

64 DONACIANO ALVAREZ, PBRO.

meras buenas obras .si al fin de vuestra vida 0$ apar!tais de 1a recta fe (52).

IV. V1CIOS QUE DEBEN EVITARSE y SE PROHIBEN

1. La maledicencia.-Es ,indigna de cristianos el maldec.ir; par 10 tanto, hay que evitar el proferir maldici6n alguna y ade­mas porque recaera sobre quien la profiriere y a él dafiara, se-, gun la que dic.e DAVID: "Abrio tm foso y lo ahondo, y cary6' e~~ la hoya que él mismo abri6" (Ps. 7, 16) (53). Es ttna buena aCQ­modaci6n oextensi6n a la maledicencia; apl.icaci6n a un caso par-ticular. El Salmo habla de la maldad en general. '

2. La ira y la venganza.-Si alguno te diere una bofetada en la meji1la derecha ofrécele la lotra (Mtt. 5, 39), no porque sea mala toda venganza, sino porque es mejor la paciencia conforme a 10 que dice DAVID: "Si reddidi retribuentibus mihi mala = .~ devolvf mal por mal" (Ps. 7, 5) (54). Se prohibe, pues, la ira y la venganza. Lo mismo se deduoe de 10 anteriormente diCho sobr.e la concor,d:a.

3. Elj7èrjurio.-No seras perjuro, pues se dijo: " No j~tra~ ras absoluta11'l.ente" (Mtt. 5, 34), Y si 10 hicieres, al menos jura con piedad yen verdad, porque l' serân alabado$ cuantos por El juran " (Ps. 62, 12) (55).

4. La 1·nenteria.-N 0 mentiras, porque "destruyes a cuantos hablan mentira", (Ps. 5,7) (56).

5. La vanagloria.-N 0 seas amante de la gloria vana, ni or­gulloso, ni conocedor de cos:as elevadas, porque de todo estopro­cede la soberbia; acuérdate de aquel que dijo: "Yahven, no se ho . exaltado mi corazon, 1U se han erguido mis ojos; no he andado tras cosas grandes, ni tras maravillas q'ue excedam de mL. J Acaso no sentîa yo htMnildemc,litet" (Ps. 130, 5) (57). '.

6. Las conversaciones vanas y torpes.-Deben hLtir de las conversaciones vanas y torpes, pues ni en los domingos, que son dias de alegria, ,cs permitido decir 0 hacer algo inhonesto, pues dice la Escr'tura: "Servid temerosos a Yahvéh, alegréws temblo-1'OSOS ante El" (Ps. 2, II). La Diclasca1i:a en el lugar paralelo pre­senta la. misma cita mâsexbensamente: "Y ahora, reyes, tened entendimiento; jUèces de la tierra, dejâos enseiiar ... Servid te11U!-

(52) VII, 21, 6, (53) III, j 5, 3. (54) VII, 2, 4. (55) VII, 3, 4. (56) VII,~, 4. (57) VII, 6, 6.

LO$ SALMOS EN LAS CONSTITl!CIONES APOSTOLICAs 65

rosas a YahvéhJ alegrâos temblorosos antè El ... Recibid su ense­fianza, no sea que airado Yahvéh os haga desaparecer del camVno recto, cuando a la impensada arda Stt ira. jPelices cua.ntos e'n El confia,nt ... " (Ps. 2, 10-13). "Por lo tanto, convienè que os ale­gréis con temory temblor". Se prohiben las canciones paganas y obscenas (58).

No ha si do mi intento proponer, ni siquiera esquematiC!amente la doctrina moral y ascética de 'las C. A. Ella sola es materia su­fient,e para una disertacion.

He procurado solamente rec.oger y O1'denar las virtudes y vi­cios, en cuya recomendacion 0 p1'ohibicion se ,emplean: citas de Salmos.

La, parte moral de las C. A. se encuentran pr,incipalmente en el libro VII, -que reproduce mas extens:amente la doctrina de la Dvd}achésob1'e los dos -caminos: el de la vida y el de la muerte. En este libro,tomando pOl' fundamento el Decagolo, se presenta un tratado completo de ascesis cristiana.

Las C. A. en este punto nada anaden a la Didaché. La d6c­trina de la Didaché sobre el particular puede yèrse compendiada en JACQUIER (59): Deberes para con Dios, para con nosot1'os mis­mos y deberes para con el projimo, la familia y la sociedad.

De los precedentes capitulos, en que hem os ,estudiado los USO!!

dogmatico, apologéticb y ascéfco de los Salmos en las c. A., fluye, ruaturalmente, la conclusion, de que el Salterio es para el compilador de las C. A.. un verdadero lugar teologico, de donde saca los argumentos 0 razones suasivas de su doctrina, razones y argumentos, las mas de las vee:es, fundados en el sentido literaI de! texto, 3unque también son frecuentes los sentidos cOlls,ecuentes y !acomodaticio.

Si no con palabras, al menos con los hechos, nos presentan Jasc. A. el Salterio como "commune quodda'11-'t bonae doctrinae promptuarium." (60), "quasi C01tlpendiu,11t et SU41't111.(J) totius veteris instrM1Itènti" (61); como "consumrnatio totius Theologiae) totius Scripturae SU11Z<1na.riu,'J11,;, omnium insuper .awtiu1n, omni~mtque sâen­tiarum collectio et promfJtuari'U11't .. , quidquid dènique sacèr docet Theologus divinae. lztcis fulgore illustratusJ id fotum tanquam in Gmplissi1110 .quodam scielttiŒrum o 11tniuw;t,. thesauro in Davl:d'icis Psalmts recondihl111< repeyituv" (62).

(5'8) V, 10, 1-2. (09) Doctrina des douze ApOtres, pp. 165-179. (60) S. BASILIO, Hom. in Ps., 1, Mg'. 29, 211. (01) H. R. BELARMINO, Expl. tn Ps. Praefatlo. (62) CARD. BONA, P.salLentis Eeel., c. XVI, p. XI.

5

66 PONACIANO ALVAREZ, PHilO. )

V. Usa DE LOS SALMOS CaMO MEDIO DE SANTIFICACION

Las C. A. recomiendan èl use privado de los Salmos camo media de santificaci6n. No son muchas las indicaciones sobre este punto, pero si las suficientes para ensenarnos el aprecio en que teIlian la Sagrada Escritura y, en particular, los Salmos.

Al imponer el Obispo la penitencira al pec.ador arrepentido, entre otras recomendaciones que debe hacerle, se encuentra ésta: Il Amonéstele (t fvn de que permanezca hUtl'nt.ldt! y ruegue a Dios) y diga": Il Si te poneS, a .mirai' nuestras iniqu,idades} Yahvéh, dquibt, podra subsis#r ante ti? .. Aunquè s1,) porque en ti se. haUa el perdon" (Ps.· 129, 34) (63). Esta indicaci6n prueba el uso de este Salmo por los penitentes para pedir perd6n a Dios de sus pecados, pero al mismo tiempo, deja entreyer un mayor empleo de los. Salmos en la vida espiritual Y' ascétida, siendo el Sàlterio el ùnico devocionario y libro de oradon.

Esto mismo se deduce deI empleo de los Salmos en las rcunio­ues y oficios liturgicos, a los cuales debian asistir todos los fieles, pero que en c;asode no poder c.elebrarse a causa de los paganos, ('.ada uno debia, particularmente, catntar salmos, leer y orar, (64) .

. Po eso, de la boca de los fieles no debe salir ningùn jura~ento o maldici6n, sino bendiciones, SaZmos y escrituras divinas (65).

Esto va~e de todos los Heles, pero de una manera especial se exige el usa de los Salmos a las viudas, que, hacen profesi6n de viudez. Entre las cualidades de la verdadera viuda se encuentra el qu~ sea aficionada al canto de los Salmos, ya que ésta ha de sel' Su ocupacion favori ta: alabar a Dios siempre con Salmos) cânticos -e himnos (66). "Sino continen,te) mdJ!1sa, t'Yanqu!'la,'reltgiosa) Ver'­

gonzosG, que jJermQlJ1.ece en su casa; (recogida), q·ue canta Salmos, ora, Zee, vela, a'jIUina, conver'SCb con Dios a toalas horas COt~ c6mticos e hùnnos (Salmos)." .

Etsa recomendaci6n es semejante a la que hace ,el PSEUDO ATANASIO a las vil'genes:

"Psalterium habelo et psalmos edisce. Sol oriens lIbnrm oideai in m,anibus luis... tot psalmos red/a, quoi polerÏs ,'ando recitare; 'atque per psalmos sinjgulos oralio et genu{lexio perscllJatur, corI-­titendo cum lacrimis Dom;~o peccakl tua, et rogand" ut libi diJ mintanfur" (67).

(63) II, 16, 1 -3. (64) VIII, 34, 10. (65) Didascalia, V, 12, 5. (M) III, 7, 7. (07) De V'i7'gin'it(ltc, 12 y 20, i'ilg. e8, 206 y 275.

r

LOS SALMOS EN LAS CONSTITUCIONES APOSTOLICAS 67

Los Padres escribieron grandes alabanzas sobre los Sàlmos y una de las razones que mas, incu1can es su v;alorasc:,ético. Asi dice S. EFRÉN:

, ..... ·v- ..

"Cum Deo m.ulltis, cum hominibus paucis loquere. Psalmus in ore tuo ûl asJidue. Quoniam' /Jeus cu~ nomlnalur Doemones fugal, el psaltem santificat. Psalmus/ranquillitas es6 animae, designa/or pacis. Psalmus amiciti~ conciliator, dissidenlj1um unio, inimiccm­irum in~er se foedus ac pacificatio. Psalmus Angelorum ad subJ, veniendum induc,tio, praesidium limoris noelurni, requie~ a laboribu3 diurnts, infantium tutela, oma;menlum, senibus, majoTum natu con· sola/io, mulieribus aptissimum ornamentum. Hic sO'!itudines &Iha­bilat, conciont~s iemperat, rudibus est insiructio, proticientibus in­crementum, perféctorum firmamenltrm, et vox Ecclesiae. Hic les.la coUustral, hic dolorem secunidum Detrm operalur. Etenim psalmu§ ex lapideo eliam corde lacrymas exculit.. Psalmus A'fIgelorum opus esl; coeleste munus, alque administratio, incensumspirituale. Psa~mu8 mentiun. illtr~'m:~&o, ac corporum jSanctificatio. In, hoc" tratres, nunquam exercel'e desistamus et domui ei extra ln vUs, et dormien,­tes excitaii, loquenies nobismetipSl$ in psalmis d liimnis et canttci~ spiritualibus. Psdmus piorum gaudiwn: htc otioslloquium exlermin'lll, risum reprimi-t, judidum suggerig, anima~ in Dei laudem excitai cum A ngdis, choros agit" (68).

Del mismo modo se 'expresan S. Juan Cris6stomo (69), S. Ba­silio (70) y S. Jer6nimo (71). No son menas importantes las reco­mendaciones de las C. A.

Ademas de las precedentes recomendaciones de los Salmos coma media de santificaci6n, se encuentran otras camo medio de evitar la ociosidad y la ledura de los libros de los gentiles. En' ellas se trat~ de toda la S:agrada Esc.ritura y, por la t\lnto, tam­bién ,de los Salmos,

Las C. A. no quieren que los fieles esténociosos, sino que. cada uno se ocnpe en su arte 1.1 oficio, y si es rico y no neoesita trabajar para ganar su sl1stento, ni siquiera' entonces debe nndar ocioso y vagabundo, sino que debe conversar ,con los demas fie1es de cosas espirituales, 0 al menos, en su casa lea la Ley, los tibros de los Reyes, 10sProfetas, cante los Salmos de David y lea con diligencia el Evangelio complemento de todos estos (72).

El compilador de las C. A. es un enemigo declara,do de lps libros profanas y gcntilicos. Siempre que se le pfrec.e ocasi6n ha­bla en contra de ellos y prohibe absolutamente su lectura. En pri-

(68) De Psalmo (Asseman!, 1., III, p .. 18). (89) Exp. 'ln Psal. XLi; Mg. 55, 155. (70) Hort/ll. 'in Psal. 1; IIlg. 29, 2U. (71) Ep/st. 48; ML. 22, col. !g1. (72) I, 4, 1-2; 5, 1-2.

DONACIANO ALVAREZ. PBRO'.

mer lugar, porque tales libros son corruptores de la doctdna cris­tiiana, y de su lectura y estudio siguese mucho mal, y ademâs pOr-· que en la Sagrada Escritura se encuentra toda la verdad y no es: necesaria otra cienda. .

Por eso di ce :

"Absténte dl': lodos los libros de los genttles. pues è qué tienes lu que ver con los libros ajenos •. 0 con las leyes 0 falsos profq/,as~ que c1er[amerrleJ aparuM de /a fe a los débiles il é Pues qué falta etll

~a Ley de Dios, para que ape/cs a aqucllas fâbulas de los gentilesil Pues si deseas IceT historias, tierl:cs los Ubros dc los Reyes;i .n1 cosas soflsticas y poéticas, licnes los Profetas, a Job y Ql autorl de los. Proverbios; ell los cualcs hallaras mas irvgenio y agudez~ que en iodas las pocsfus y agudezas de !Vos sofistas, porque salt

> . palabras dei Sefior, que· es so[l;, sabio; si quieres canciones, lÎenes los SaImos; si historias antiguas, tienes el Génesis; si leyes. y preceptos, iierles la gloriosa Ley deI SenaT. Absténle, pues, con fortaleza de ~dos los librosajen.03y diabâlicos" (73).

y en otro lugar se repite 10 mismo: CI ; Pues por qué quierès partictpar dé los escritos de los clâsi­

cos gentiles) qtU? son Idie hombres mu!!rtos) que CO1'/, instinto diŒ­b6lico ensenan cosas mortiléras y destruC'toras de la fe y que Ï1t­ducen al politeismo a cuantos les pesta1'/, aUnci6n? VosotrosJ

pues) que veléiis por las leyes de Dios) reputadla,s por dl'! mas '/,tfi­lidad ,que las nêcesidades de tG vida) y honradlas mas" (74).

Ahora se comprende la insistenci:a de las C. A. en recomen­dar la Sagmda Escritura y su empeno d:~ aficionar a loS 'Heles a su Iectura y estudio. Para apartarlos de la lectum de libros per­ni cio sos les brindan otros mejores y les, ofrecen el Sal,terio coma el lugar de donde han de tomar sus canciones: "Ne daemones lasciva -et meretricia cantiaa ,introducentes, omnia everterent, Psalmos Deus opposuit, ut ex èa re s:mul caperetur voluptas et utilitas", dice San Juan Cris6stomo (75). . ,

En cuanto a la prohibici6n de la lectura de los~ libros. paganos es de notar que l:as C. A. no manifiestan el comun sentir de la Igles.ia, ni siquiera de su época. Puede verse 10 que sobre este punto clice Pastor en su "H:storiade los Papas" (76). ("La ne­cesidad ,de esta prohibici6n era mayor en los primeros siglos, pues

(73) l, 0, 1 -6. (74) II, 61, 3-4. (75) Exp. in Psal. XLI; Mg .. 55, 15'5 .. (76) Btst. de L08 Papas, v. 1, pp. 114-119. Verslôn espai10Ia deI P. Ruiz Amado.

Harcelona ! 910. '

r­!

l

LO~ SALMOS EN LAS CONSTlTUCIONES APOSTOLlCAS 69

entonces habia que abolir todos los vestigios dd paganismo, no solo los que se oponian :a la piedad cristiana, como los sacrificios y culto de los d~os~s, sino también todo 10 que con sus consejos podia refrescar la memoria deI error antiguo. Pero una vez· afir­mada ya la peligion, cuando ya los hombres no se convertian al cristianismo, sino que nadan cristianos, hubo mas libert3!d de leer Jos libros gentl1icos, aunque con juicio y dis,cern;miento, para que los fie:es pu dies en de ellos sacar frutos y aprovechasen para el fomento de la piedad".)

usa LITURGICO DE LOS SALMOS . . A) LUGAR DE LOS SALMOS EN LA LITURGIA

I. El Salterio, libro litt'irgico por e%celencia,

Antes de tratar deI uso liturgico de los Salmos en, las C. A. creo neces:ario trazar a grandes linèas el lugar que ac.tualmente ocupan en la Liturg;a de la Iglesia, yasi podremos apreciar me­jor el lugar que se les concede en la Liturgia .de las C. A.

Siempre ha sido la Biblia la fuenteprincipàl, y en 'cierto sen­tido unica, de la Liturgia. Todos sus libros se emplean en el Mi­saI y Breviario, y constituyen como "la trama de la Liturgia" (77).

Pero de todos los libros de la Biblia, sin lexceptuar el Evan­gelio, el Salterio ocupa,el primero y principal lugar; él es el libro pOl' excelencia de la or:acion publica y oficial de la Iglesia (78).

M:entras que los demas libros sagrados se emplean en el Bre­viario Ulla sola. vez durante ,el ano liturgic.o, el Salterio se emplea todo una vez por cada semana. Es, pues, el Salterio "como el larmazon de la liturgia" (79). '

El Sa~terio 'era también para los judiosel libro liturgico por excelencia, "su devocionario nacional" (80). De él sacaban sus oraciones 'para todos los ciias de la semana y para sus fiestas prin­dpales: Pentecostés, la Dedicacion, los Tabernaculos y la Pascua.

Suficientemente indican este, usa los titulosde algunos Sal­mos. He aqui algunos ejemplos: Salmo 23: "Para el primer dia de la semana"; Salmo 47: IIPara el segundo dia de la sernana";

(77) DOM CABROL, Le Uvre de la prière antique, c. l, p. 1. (7B) R .. GALDOS, Verbum Domint, 16 (1936), p. 23B; C, CALLEVAERT, Ltturgicae [no-

4ltutione8, 'v. '1, p, 117. (79) DOM CABROL, S.' C" c. II, p. 17. ~ (BO) CH. CALIPPE, Les psaumes dans la vie de l'Egllse. Cours et conférences de

la Semaine Liturgique de Maredsaus, 1012, p. 25.

'1 1

i,

70 J)ONACIANO A~VAREZ, l'BRO.

Salmo 9 1 : "Para el sabado"; Salmo 29: "En la dedicaci6n de hl Casa dei Senor" .", y muchos otros.

En la celebraci6n de la Cena Pascual se recitaban los sal­mos II2-II7 y el 135, que constituian el halle1 egipcio y el gran halle!.

,Estos Salmos solian cantarse también en las soleml1id:ades de la Ded:caci6n dt;l Templo, Pentecostés, los Tabernaculos y en las Neomeni'as 0 Novilunios.

Probablemente se refieren también al uso liturgico los Sal-1'IiJOS Gmduales (Il9-133), que cantab:an los ismelitas en su su­bida a Jerusalén y quizas también los levitas sobre las quinee gradas del Templo, y los Hamados "pro torcularibus" (8.80.83); canciones deI tiempo de la vendimla.

Algunos Salmos ft'teron compuestos directamente para el ofi­cio liturgico del Templo; otros, los 'mas, ·fueran acomodados a él posteriormente (8 1).

Es cierto que se usaban los Salmos en la sagrada liturgia del segundo Templo, como consta de los libros de ÈscIras y Nehe­mias (82) y de ,toda la tradici6n de los judios.

La Iglesi:a hered6 de la Sinagbga el Salterio, como libro li­tûrgico. El mismo J eSl1cristo se sirvi6 frecl1entemente de los Sal­inOS durante toda su vida, desde suentrada en el mundo dln aquellis palabras cIel Salmo 39 en sus labios: "Saerificium et oblationem noluisti ... tune di xi ecce venio"; hasta que diciendo aquelLas otras dei Salmo 30: "In manl1S tuas commelldo spiritum meum", expir6 en la cruz (83).

Los Ap6stoles (84) siguieron el ejemplo de J esucristo en el aprecio y uso de los Salmos, y de estos ejemplos pasaroll al cuIta de la S. Iglesia, tanto publico como privado.

(81) CORNELY, Int. Sllecialis, II, n. 186, p. 96. 82) Esd. 3, 10; Neh. 12, 24 M. (83) R. GALDOS, Ye7'bum Domil1Î, 12 (i932), p. 350: "Christo etenlm Domino in

terris agentl, Psalterium ext,itlt quasi Liller precum" ... , in vit a famlliari nazareLhana, ln aeglptlaco exsilio, ln ltinere 1'el potius in ltinerlbus ad Jerusalem, Psalmls Cl1rig­tn~ cantabat, ut ln ipsa ultima Caena Psalmls Christus oravit atque cantavlt ... Afflxus cruel PS, 21 aperta voee lncohavlt., in Imo postea corde lntegrum ps. persoluturus; pcrreetam prophetiarum adlmpletlonem ex PS, 68 repetivit; ultimasque mOl'lentls vo­ce q ex PS, 30 mutuans: "Pater, ait, in manus tuas commende splrltum meum." Atque' !tq Psaltel'li vocibllS vitam vere sacerctotalem AElterllus PontJrex ~ in cruce morlens Jlnivlt, quam voclbus' Item Psalterli in virg'ineo Mariae sinn IncollOl'ut; luxta Aposto­{um dicentem: Ideo lng-redlens mllndum, etc.-

(H) Act. Ap., 16; lI5; 1 Cor., 14.

LOS SAWOS EN LAS CONSl1TUCIONES APOSTOLICAS

II. Los iSalmos el't el Misal) BrevÎ!œrio, Pont1fical y Ritual Roman,os

J\

71

Los Salmos ocupan en el Misai un lugar importantisimo, no tan visible y \ apreciable hoy como en la antigüedad.

En Jas partes invariables de la Misa entran los Salmos 42~· 123, 84 Y 101, que constituyen el ante-Introito. Durante el La­v.abo reza el Sacerdote el Salmo 25, y de los Salmos II7, Ils y 17 se toman, respectivamente,el "Benedictus... Quid retri-buam ... y Laudans illvocabo ... " '

,J~s partes variables de la Misa: Introito, GraduaI, Tractq, Ofertorio y Communio, fueron en su origen Salmos completos o cierto numero de verslculos necesario para llelllar el espacio de una acc.i6n. En las mismas C. A. encontramos un ejemplo de esta cuado habtan deI Salmo 33, para el aeto de la Comuni6n. Roy han desaparecido por Salmos 'de estas partes varia-bles, 0 estan reducidos a uno maS\ versiculos. Las Misas de Cuaresma conservan mucho mas el caracter antiguo (85).

A nadie se. oeulca el lugar !principalisimoque ocupan los Sal­mos en el Breviario. Todo el Salterio se repitel,una vez por se­mana, constituyendo, por 10 tanto, el "nucleo y protoplasma" deI Oficio Divill0 (86). \

Entran también en grande escala los S'almos en el Po nt.ifi cal y Ritual Romanos (87). No hay funei6n ni rito\de la Iglesia en que no se usen mas a menos los ·Salmos.

La Iglesia ha eneontrado en el Salterio la forma mas eficaz, mas elocuente y mas :apropiada para expresar los sentimientos que la animan en el ejereicio deI culto divino:

"Intel' omn~dice MARTENE-quas in divinis cdebrandis ofJi~ dis aJhibere solet E~clesia. prÎncÎpem locum sibi merito vindicard' Jebet aureus 'liber pSGJ!morum, utpo~ci qutomnlurriJ or'atiO'Tlum species, Omn6$ cor,dis pios affectus in sc cOTII/t,nel, collata humano generll' bene/Ida. canota in memorl'am revocel, praeni/œ, virtuti promisS(Jj propona~, pecc(Jritl'bus 'terroremincull'at. omni aeUtti, omtti eoncli~ tiorl~ tt/ilis existai,., CUmi ergo Psalmorum ,liber lot gauJea! prero~ gativis, tot tlQbis exhibeat commoJa 'cl utill~fes, haudquaquam sane m/Tum ''OiJeri debel, ". ab ipsis Ecoles/ete tncunabul.is ad tlivinGS)' laudes pubUce celebrandm; a cundis chridianis, usurpatus sit" (88).,

(85) n. GALDOS, De Psalmi~ Sace1'Clotalibus, V. D. 16 (1936), pp. 233-233. (86) R. GALDOB, Psaltel'lt. U.9UI:t et momentum in Breviaria, V. D. 14 (1934), pt<­

fluas 74·77. (87) R. GALDOS, PsalierLi 1l8Us et rnornentu,m in relfqllis ltbl'is 1t11l1'gic!s, L o.,

pilglua 78. ' (S8)' MAlITJOO;1, De anUqua. l!,'ccl. disciplina ... Lugdunl, 1706, p., 16,

72 I>ONACIAN'O ALVAREZ, l'BRO.

III. Neeesario eonocimiento de los Salmos

De este frecuente uso liturgico procede princ.ipalmente que de todos los libros deI A. T. haya sido el mas comentado y,'anotado por los œadres y Doctores de la Iglesia (89).

Procede también de aqui el que su conocimiento seexigiese escrupulosamente a los clérigos" principalmente :a los· grados su-penores. \

Las C. A. ya exigen deI Obispo el conocimiento de toda la Sagrada Escritura, pero sin nombrar explicitamente los SaI­mos (90).

Posteriormente hablan deI necesario conocimientb de los Sal­mos el 'Concilio VIII de Toledo de 653 en Occidente, y en Orien- \ te el Concilio de Nicea de 787. "Sollicite constituitur :atque de­cernitur, ut nullus cujusque dignitatis ecclesiasticae deinceps per­cipiat gradum, qui non totumPsalterium, vel canticorum usnCL­Hum et himnorum ... perfecte noverit supplementum" (91). Asi se expresael Concilio de Toledo y en términos semejantes el de Nicea (92). San ] eronimo exige este conocimiento de los Salmos a las mismas mOlI jas: "Nec, lieet cuiquam sororum ignor:are PsaI­mos, et non de Scripturis sanctis quotÎ:die aliquid discere" (93).

IV. Propiedades litUrgicas del Saiterio

Las principales propiedades que h~m hecho deI Salterio el li-bro liturgico por excelencia son: .

r. Su car acter precatorio. 2. Su indole. universal. 3. Su caracter dogmâtico y ascético. I. Caracter precatorio.-El Salterio qmtiene en si "omnes

oratioltum spt?cies, amnt?s eordis pios aiieetus", como dice MAR­

TENE (94). La Iglesia encuentraen los Salmos las formulas ,Y ora­ciones adecuadas a todas las circunstandas y .. necesidades. Ade­mas, el Salterio ofrece la manera de alabar a Dios, como El quie. re sel' alabado de los hombres, segUndioe San Agustin: "Ut bene ab homme laudetur Deus, laudavit se ~pst!< Deus, et quia, dignatus

(8'1} CORNELY, Intl'od. Spec'ialis, Il2, pp. 123-125. (gO) II, 5, 4. (QI) MANS!, X, 1218, C. 8. (g2) MANS!, XIII, 748, C. 2 •. Mâs detalles pueden verse en GmSAR, Roma aJ/a fjM

aeE montlo anticof

pp. 765, 766, ed. 2.-, Roma, 1908. (US) Hpist. 108 ad Eust., ML. 22, 896. (U) L. c", p. 16. .

LOS MLMOS EN LAS CONSTlTUCIONES APOSTOLICAS 73

est laudare se) ideo invenit homo, quemadmodum laudet eum" (95). MANUEL DE AZEVEDO com~nta asieste lugal': "CUIm enim nemo

. Deum plene cognoscere valeat) nemo quoque eum pro dignitate lalUda1'e potest) nisi ~ ipse ra,tionem, qua colendus sit) nos edoceat. Rinc . Psalmodia omlti aevo potissùmam Divini Officii partem constituit" (96). .

O 2 . Indole universal.-Genel'almente, los SaItos fueron com­puestos con un fin particular y determinado, pers> es tal su indole que facJmente se acomodan a todos los ·estados de animo, nece­sida des y circunstancias de los hombres de {odos los tiempos y lugar~s, segùn nota con acierto San Hilario: "Psalmi enim nOn sui tantum temporis res en~mtiant, neque in eas solum aetales C'on­venïunt) quibus scripti sunt) sed universis, qui lm vitam venirent) Dei sermo consuluit) unjversae aetati ipse aptissimus est ad pro'­fectum" (97).!

No hay, .pues, circunstancia de la vida que no encuentre una f6rmula. propi'a y. adecuada .en los Salmos.

3. Carâcte1~ dogmâtico y ascético.-Una de . las .prop;edades del cuIto liturgico es el ser dogmatico. Por otra parte, el Salterio \es, s'~gùn el comun sentir de los Padres y Doctores· de la Iglesia, el libro mas teo:6gico del A. T. De aqui que la Iglesia se sirv\a de él, mas que de otro alguno, para proponer :a ros fieles las ver-

o dades y dogmas de la religi6n, pues como dice San Rob~rto Be­larmino: "Est en:m liber Psalmorum quasi compendium et sum~ ma totius veteris instrumenti: quidquid enim Moses vel in his­toria tradidit, vel il} lege praec.epit,et quidqt+id Prophetae caeteri vel exhortandoad virtutes, vel praedicendo futur a scripserunt, id totum in Psalmis David brevissime comprehendit" (98).

Ademas el SalterJo. tiene una especial virtud para moyer a los hombres a alabar a, Dios y a seguir el camino de la virtud, fines también éstos de La Sagtada Liturgia.

Este valor ascético dèl Salterio es una de las razones que .hail movido a la Iglesia a usar con tanta frecuen~ia los Salmos en la Liturgia.

Los S:almos han sido a través de los siglos el medio comun y oficial de manifestar a Dios los sentimieritos religiosos de los hombres y de la sociedad humana, "el devocionario oficial de la 19lesia" (99).

t\)5') In .Ps. iH, n. f, MI;. 37, i869. (96) De Div/no Officio ... , Exeréltatlo XXXIII, p, 113', Venetiis, 1783. (97) pral. in cantica /5 graduum, ML. 9, 643. (98) ExplanaUo in PB., Praefatlo, Romae, 193!. (90) R. GALDoa, V. D. 16 (1936), p. 238.