Lo Vernaculo

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LO VERNÁCULO _ IVAN ILLICH El dominio de lo vernáculo "El término vernáculo proviene de una raíz indo-germánica que implica la idea de enraizamiento, raigambre, morada. En latín vernaculum designaba todo lo que había sido criado, tejido, cultivado, hecho en casa”, también era vernáculo todo lo que se obtenía de los commons o ámbitos de comunidad; lo cual era distinto de lo que se obtenía a través del intercambio económico. Vernáculo, asimismo, se refiere "a todo aquello que un hombre podía defender y proteger aunque no lo haya comprado ni vendido en el mercado" “El sustento obtenido a través de estructuras de reciprocidad inscritas en cada aspecto de la existencia, diferentes del sustento que proviene del intercambio monetario o de la distribución vertical”. Illich retoma el término vernáculo ya que lo considera el más adecuado "para designar las actividades de la gente cuando no actúa movida por las ideas del intercambio”; es decir, para designar todas aquellas "acciones autónomas, fuera del mercado, a través de las cuales la gente satisface sus necesidades cotidianas; acciones que, por su naturaleza misma, escapan del control burocrático”. Lo vernáculo puede definirse como aquello que no pasa por las manos de los profesionales sino que está controlado de manera autónoma por cada comunidad. El mercado -el sitio en donde los profesionales crean bienes y servicios escasos- nada tiene que ver con lo vernáculo. Lo vernáculo es una forma de vivir, es la manera particular de preparar la comida, de adquirir la lengua, la forma de diversión, de parir, de vestir; es lo característico de una comunidad específica Pese a lo importante que lo vernáculo es para cualquier comunidad, la era industrial, y en especial la era del desarrollo se han encargado de desplazarlo. Es decir, con

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LO VERNACULO COMO OPUESTO A LO INDUSTRIALIZADO Y MERCANTILIZADO

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LO VERNCULO _ IVAN ILLICH

LO VERNCULO _ IVAN ILLICH

El dominio de lo vernculo

"El trmino vernculo proviene de una raz indo-germnica que implica la idea de enraizamiento, raigambre, morada. En latn vernaculum designaba todo lo que haba sido criado, tejido, cultivado, hecho en casa, tambin era vernculo todo lo que se obtena de los commons o mbitos de comunidad; lo cual era distinto de lo que se obtena a travs del intercambio econmico.

Vernculo, asimismo, se refiere "a todo aquello que un hombre poda defender y proteger aunque no lo haya comprado ni vendido en el mercado"

El sustento obtenido a travs de estructuras de reciprocidad inscritas en cada aspecto de la existencia, diferentes del sustento que proviene del intercambio monetario o de la distribucin vertical.

Illich retoma el trmino vernculo ya que lo considera el ms adecuado "para designar las actividades de la gente cuando no acta movida por las ideas del intercambio; es decir, para designar todas aquellas "acciones autnomas, fuera del mercado, a travs de las cuales la gente satisface sus necesidades cotidianas; acciones que, por su naturaleza misma, escapan del control burocrtico.

Lo vernculo puede definirse como aquello que no pasa por las manos de los profesionales sino que est controlado de manera autnoma por cada comunidad. El mercado -el sitio en donde los profesionales crean bienes y servicios escasos- nada tiene que ver con lo vernculo.

Lo vernculo es una forma de vivir, es la manera particular de preparar la comida, de adquirir la lengua, la forma de diversin, de parir, de vestir; es lo caracterstico de una comunidad especfica

Pese a lo importante que lo vernculo es para cualquier comunidad, la era industrial, y en especial la era del desarrollo se han encargado de desplazarlo. Es decir, con la era industrial toma importancia un fenmeno homogeneizador que atenta contra lo vernculo. Las comunidades vernculas no tienen cabida en un mundo globalizado y homogneo, el cual es regido por supuestos econmicos entre los que sobresale como el ms importante el de la escasez.

Las comunidades tradicionales o vernculas, pese al hostil ataque del mundo moderno y todas sus implicaciones -ataques disfrazados como promesas de bienestar, desarrollo, modernizacin, educacin, etc.- an subsisten en la mayora de los pases del Sur o subdesarrollado

Los profesionales consideran lo vernculo como sntoma de atraso, no productivo, folklore, y por tanto; las comunidades vernculas son vistas como comunidades subdesarrolladas y atrasadas, las cuales dadas sus condiciones deben ser ayudadas para desarrollarse.

Ayuda para el desarrollo; ayuda que implica integrar a estas comunidades al gran sistema, o mejor dicho al gran mercado.

El habla verncula est hecha de palabras y expresiones cultivadas en el mismo dominio de aquel que se expresa como contrapuesto a lo que ha sido cultivado en otro lugar e introducido. Por el contrario, la lengua materna es aquella que es enseada sino por profesionales al menos si como trabajo fantasma, es decir, como parte del sistema de mercado -o tercer modelo de integracin de la economa en la sociedad descrito por Polanyi-."Hasta el siglo XI, la lengua verncula, en oposicin a la lengua culta, especializada, -el latn para la Iglesia, el frncico para la corte- era dominio de los pueblos.

El paso radical de la lengua verncula a la lengua enseada anuncia el paso del pecho al bibern, de la subsistencia a la asistencia, de la produccin para el gasto a la produccin para el mercado... Antes, no haba manera de salvarse fuera de la Iglesia; ahora, no habr ni lectura ni escritura -ni tampoco, si es posible, habla- fuera de la esfera de la educacin.

Generalmente somos ciegos a ver que cuando se sustituye lo vernculo hay cosas importantes que van implcitas en esta sustitucin. Implica la expansin de la occidentalizacin, es decir, la ampliacin del discurso homogeneizador y universalista que versa sobre la escasez de bienes y servicios que deben pasar por la manos de profesionales.

Para millones de personas la lengua materna enseada ha adquirido un monopolio radical sobre el habla de la misma forma como los transportes sobre la movilidad o, ms generalmente, la mercanca sobre los valores vernculos. Esta analoga igualmente es vlida para ser aplicada a cualquier monopolio radical, como son la educacin, la medicina, etc.

El concepto actual de produccin surgi cuando sta fue redefinida como la fuente de valor

David Ricardo, quien "redujo los poderes generativos del suelo a meros factores cuantificables del trabajo productivo. Logr as igualar el bienestar y la riqueza al valor de cambio considera al trabajo no slo como un factor productivo ms, sino como el factor que determina el valor de todos los dems factores que intervienen en la produccin.

La subsistencia tambin adquiri una nueva definicin; por subsistencia se comienza a entender la "supervivencia sociobiolgica del productor individual bajo condiciones de la acumulacin de capital." No es casualidad que la poca en que se instauraron estas nuevas concepciones de produccin y de subsistencia sea la misma en que se comenz a perder la proporcionalidad que caracterizaba a las comunidades vernculas.

Es el inicio de la era en que "las antiguas formas de economa comunitaria, que en otros tiempos aseguraron el sustento de grupos limitados de hombres que compartan algn sentido de la buena vida pueden ahora ser reprimidas y pronto desmanteladas en nombre de un imperativo productivo."

Lo vernculo comenz a ser definido por la mente del homo oeconomicus como improductivo y por tanto indeseable. Pero esta concepcin slo es vlida para quienes han asumido el paradigma economicista -o tercer modelo de integracin de la economa en la sociedad descrito por Polanyi-, el cual tiende a reducir todo a produccin, escasez, indicadores econmicos, mercado, necesidades y a su afn por tener control sobre todo

Robert no exagera al decir que "los economistas se ensaan tanto contra el orden comunitario tradicional precisamente porque permite subsistir sin producir valores econmicos."

En las comunidades vernculas se lleva a cabo una economa de subsistencia. Es decir, ellas mismas producen lo que consumen casi en su totalidad -y a veces, incluso en su totalidad-. Se trata de comunidades que no necesitan recurrir al mercado para satisfacer sus necesidades. En otras palabras las comunidades vernculas son prcticamente autosuficientes; la produccin que existe en este tipo de comunidades es concebida en el antiguo sentido del concepto; este tipo de produccin no obedece a las leyes del mercado sino a tradiciones y reglas vernculas. Lo producido en las comunidades vernculas no es considerado como una mercanca ni se comercializa.

Pese a que la produccin verncula, como podramos llamarle a la forma de producir en los grupos vernculos, es suficiente para toda una comunidad, la mayora de las actividades vernculas productivas, bajo una ptica moderna, son definidas como improductivas y subdesarrolladas.

Robert afirma que es necesario acabar con lo vernculo, es decir, "devaluar los patrones culturales heredados, acabar con la posibilidad de subsistir fuera de la economa mercantil, negar el sentido local de la buena vida y hasta subvertir los significados acostumbrados de las palabras" , para el buen funcionamiento de la produccin moderna; puesto que, una vez aniquilado lo vernculo es ms fcil hacer dependientes a las personas que pertenecan a una comunidad tradicional, de los bienes y los servicios que ofrece el mercado. Y con ello, adems es ms sencillo insertar como fuerza de trabajo o mano de obra a aquellos hombres que unos cuantos aos antes ni siquiera hablaban de tener un trabajo.

La destruccin de lo vernculo, su desvalorizacin, es el ingrediente ms conveniente para los planes modernos, pues con ello la gente se convierte en poblacin, en energa, en parte de una estadstica... Y con tal cosa, ayuda a crear el campo propicio para el funcionamiento de lo que Illich llama la mega-mquina y Polanyi la sociedad econmica.

Un axioma constitutivo de este mundo-mercado es a su vez que la productividad -es decir, lo que vimos que Polanyi llamaba economizacin o maximizacin- es la norma universal segn la cual todo comportamiento particular ser o no legitimado

Los expertos establecern despus la lista de los pocos premiados y de los muchos frustrados." Aunque de antemano ya se sabe que los primeros lugares estn asegurados, y slo es una ridcula y frustrante farsa.

La pobreza modernizadora como prdida de lo vernculo

"Hasta el presente, toda tentativa de sustituir un valor vernculo por una mercanca universal ha desembocado, no en la igualdad sino en una modernizacin jerarquizada de la pobreza. En el nuevo esquema de reparticin los pobres no son aquellos que sobreviven gracias a sus actividades vernculas porque no tienen ms que un acceso marginal, o ningn acceso en absoluto, al mercado. No, los pobres modernizados son aquellos cuyo dominio vernculo, en palabra y en accin, es el ms restringido, aquellos que sacian el mnimo de satisfaccin de las pocas actividades vernculas a las que pueden an entregarse. Ivn Illich, Shadow Work

Como hemos visto a lo largo de este trabajo las comunidades vernculas o tradicionales tenan un tamao proporcional que les permita mantener un balance dentro de su comunidad

La produccin de una comunidad verncula era suficiente para satisfacer los quereres materiales de la misma, salvo en casos extraordinarios como una guerra o una peste. Este tipo de comunidades tenan lo indispensable para subsistir, incluso llegaban a tener excedentes, de acuerdo con los cnones modernos sus condiciones de vida son precarias y no adecuadas para el ser humano.

Las categoras modernas obedece a la lgica economicista que nos ensea que todos debemos por derecho vivir igual, pues somos homos aequalis.

En la antigedad era impensable que dos comunidades vivieran de la misma manera, y mucho ms difcil pretender que alguna de ellas impusiera su modo de vida a otras.

La forma en que una comunidad pierde la proporcionalidad, es decir, la forma en que una sociedad pasa de las nociones del bien y del mal para evaluar la accin humana, a las de los del valor y el desvalor, generalmente tiene los siguientes elementos: la incursin del monopolio radical en algunos mbitos; la creacin de escasez; y por ltimo la asuncin de escasez.

1) Para la incursin del monopolio radical se utilizan diversas estrategias. Una de ellas consiste en degradar aquellas cosas que la propia comunidad produce

2)volviendo urgente sustituirlas por cosas producidas de manera industrial.Creando la escasez.

3) Como ya vimos, la implantacin del monopolio radical en una sociedad, crea y hace asumir escasez. Crea escasez en la medida en que de hecho destruye o cerca los mbitos de comunidad. Hace asumir escasez, en la medida en que los habitantes de dicha comunidad sienten necesitar aquello que ofrecen los monopolios radicales.

El PIB. Con esta nocin las burocracias, los profesionales y la lite, dicen poder medir el retraso o adelanto de un pueblo. Claro est, las nociones retraso y adelanto son creadas a partir de esquemas creados en sociedades econmicas.

"El PIB per cpita, el indicador bsico del nivel de vida, se convirti en el criterio fundamental para medir el nivel de desarrollo

En las comunidades tradicionales y en los grupos de base, podemos decir que hay tantos modos de vida como comunidades.

En Trabajo Fantasma leemos que en las sociedades tradicionales no existe algo que sea equivalente al trabajo asalariado, de hecho las personas que tenan que recurrir a la obtencin de un salario eran aquellas cuyo hogar no era autosuficiente, eran vistas como miserables, pero nunca pobres.

"La concepcin de que trabajar honradamente y conseguir un salario que nos permita satisfacer nuestras necesidades en el mercado es lo bueno, lo correcto, es muy reciente. Dicha concepcin empieza a formarse en siglo XVII en la Europa Protestante y en el siglo XVIII en Francia

Es en ese momento que comienzan a ser considerados los vagabundos y holgazanes como pobres; de manera que deban ser transformados de mendigos a hombres tiles, es decir, a trabajadores. Los indigentes del siglo XVIII, as como la mayora de la gente, se resistan de manera violenta a su conversin hacia seres aptos para el trabajo

A la par del trabajo asalariado surgi el trabajo fantasma. Segn Ivn Illich el trabajo fantasma es: "el esfuerzo no pagado del consumidor que agrega a una mercanca un valor adicional necesario para hacerla til a la unidad de consumo en s."

Con el trmino de trabajo fantasma Illich se refiere, por una parte, a todas aquellas actividades no remuneradas que realizamos diariamente y gracias a las cuales es posible llevar a cabo el trabajo asalariado. Y por otra parte a esas actividades necesarias para el agregar valor de uso a los bienes.

el trabajo fantasma est en todos lados y lo desempeamos todos, como tal podemos identificar la compra de vveres, la mayor parte del trabajo que realizamos los estudiantes para aprobar los exmenes, as como todo el proceso de formacin de nuevos y prximos trabajadores, la transportacin, etc.

El trabajo fantasma slo es posible en la sociedad econmica, debido a que es el complemento necesario del trabajo asalariado. De hecho, en el trabajo fantasma invertimos ms tiempo y esfuerzo que en el asalariado

Illich retoma el concepto de trabajo debido a que el trmino mismo nos indica prdida de tiempo, adems, de que es un trmino neutro, es decir, carente de gnero, caracterstica propia de las sociedades econmicas.

Illich descubre que el trabajo fantasma, pese a que generalmente es ignorado, es an ms importante que el trabajo asalariado mismo para el funcionamiento de las sociedades econmicas

De esta manera estamos hablando del binomio trabajo fantasma + trabajo asalariado = trabajo industrial frente a las actividades vernculas o de subsistencia.

En las comunidades vernculas se desempean actividades de subsistencia. Como su nombre lo indica, son todas aquellas actividades que permiten que la comunidad subsista, debemos recordar que el tamao de este tipo de comunidades es proporcional, limitado. Dichas actividades estn designadas con base en el gnero. No as en las sociedades econmicas, en donde el trabajo industrial nos indica neutralidad. Por tanto, una supuesta igualdad para desempear cualquier trabajo.

El principio de igualdad de la ideologa moderna nos lleva a pensar que cualquier individuo puede ser doctor, maestro, albail, arquitecto, o lo que desee; no importando si se es hombre o mujer.

A partir de dicha ideologa Illich habla de una prdida la de lo vernculo, lo cual deriva en una serie de relaciones de envidia y competencia bajo el supuesto de igualdad entre todos.

El gnero

Al descubrir Illich que lo vernculo es socavado por la occidentalizacin, se percata tambin de que las relaciones entre hombres y mujeres se modifican.

Estas relaciones son determinadas por el gnero

"una diferenciacin en la conducta que es universal en todas las culturas vernculas. Distingue lugares, tiempos, herramientas, tareas, formas de lenguaje, gestos y percepciones asociados con hombres de los que estn asociados con mujeres. Esta asociacin constituye el gnero social porque es especfico de una poca o un lugar. Le llamo gnero vernculo porque tal conjunto de asociaciones es tan peculiar de un pueblo tradicional (en latn, gens) como lo es su habla verncula.

Utilizo la palabra gnero de una nueva manera para designar una dualidad tan obvia en el pasado que ni siquiera cabra darle un nombre y que hoy nos es tan distante que a menudo la confundimos con el sexo.

Al decir sexo me refiero a una polarizacin en aquellas caractersticas comunes que, a partir de fines del. siglo XVIII, se atribuye a todos los seres humanos" . Illich concluye que lo vernculo siempre tiene gnero

La relacin entre los hombres y las mujeres, en las sociedades vernculas -es decir, con gnero- pueden ser calificadas como relaciones de complementariedad ambigua:

"La complementariedad entre gneros es tanto asimtrica como ambigua. La asimetra implica una desproporcin en el tamao o valor, en la fuerza o el peso; la ambigedad no. La asimetra indica una posicin relativa; la ambigedad el hecho de que los dos no embonan de manera congruente (...) Siempre que la ambigedad constituye las dos entidades que tambin relaciona, engendra nuevas incongruencias parciales entre hombres y mujeres que constantemente trastornan toda tendencia hacia la jerarqua y la dependencia.

La relacin entre gneros en las sociedades vernculas suele ser una relacin de dominios diferentes. La diferencia que queda instituida en dichas relaciones no conlleva a la dominacin ni a la competencia entre gneros, pero si a una exclusin de un gnero por el otro. Es decir, el dominio femenino queda vetado para los hombres, y el dominio masculino deja al margen a las mujeres.

En las sociedades vernculas los quereres materiales se satisfacen con base en las tradiciones, las posibilidades materiales y los planes de crecimiento y destruccin de la produccin. De tal suerte que el mercado es una institucin marginal.

Por otra parte, en las sociedades econmicas la dependencia al mercado afecta tanto a hombres como a mujeres, es decir, el mercado es neutro -carente de gnero-. Las mercancas, que slo pueden adquirirse en el mercado, tienen el papel central en la satisfaccin de los quereres materiales, para lo cual es preciso conseguir un patrn que nos vincule con ellas. Este patrn se denomina dinero. El dinero es neutro puesto que tanto hombres como mujeres lo requieren para adquirir mercancas. Y, para obtenerlo es necesario que hombres y mujeres se conviertan en un ente sin gnero llamado fuerza de trabajo.

Esos dos dominios, el masculino y el femenino, son abatidos por una neutralidad econmica. Una vez instituida la sociedad econmica, la nica diferencia que queda entre hombres y mujeres, es su sexo.

Una vez que el reino del gnero ha sido roto, ideolgicamente hombres y mujeres son iguales. Pero slo ideolgicamente pues en realidad lo moderno no trae consigo la igualdad entre el hombre y la mujer.

En estas sociedades que se pretenden igualitaristas, quien lleva la peor parte es la mujer, puesto que una vez que ha perdido el amparo que le proporcionaba el gnero es desplazada de su dominio vernculo, ya que los mbitos que por tradicin le correspondan han sido invadidos por los hombres; adems es discriminada en el mercado de trabajo y cuando realiza trabajo fantasma.

A medida en que el crecimiento econmico es cada vez mayor, y que el capitalismo avanza aplastando a lo vernculo, dicha discriminacin se vuelve mayor.

La concepcin del hombre y la mujer como seres neutros -i.e. fuerza de trabajo- y la dependencia del mercado en las sociedades econmicas son los principales factores que han contribuido, segn Illich, a la desaparicin de esa caracterstica esencial de todo lo que es vernculo, el gnero.

De la mano de la desaparicin del gnero, desaparece tambin esa relacin proporcional que existe en las sociedades vernculas, entre hombres y mujeres. De dicha desaparicin resultan nuevas relaciones entre hombres y mujeres, mismas que se caracterizan por ser de envidia y competencia.

Argumento que la prdida del gnero vernculo es condicin decisiva para el auge del capitalismo y un estilo de vida dependiente de mercancas industrialmente producidas.

La decadencia del sexismo requiere como condicin necesaria, si bien insuficiente, la contraccin del nexo monetario y la expansin de formas de subsistencia ajenas al mbito de la economa y el mercado.

Pero la reduccin del nexo monetario, es decir, de la produccin y la dependencia de mercancas, no est en el reino de la fantasa. Tal repliegue, es cierto, significa la renuncia a las expectativas y los hbitos cotidianos hoy considerados "naturales al hombre". Mucha gente, incluyendo algunos que saben que dar marcha atrs es la alternativa necesaria al horror, considera imposible esta opcin, pero un nmero rpidamente en aumento de gentes experimentadas, junto con un creciente nmero de expertos (algunos convencidos y otros oportunistas) coinciden en que es la decisin ms sabia. La subsistencia que se basa en una desconexin progresiva del nexo monetario parece ser hoy una condicin de supervivencia.

Sin un crecimiento negativo es imposible mantener el equilibrio ecolgico, lograr la justicia entre regiones del mundo o fomentar la paz de los pueblos.

Hay dos modos de existencia que denominar el reino del gnero vernculo y el rgimen del sexo econmico. Los trminos mismos indican que ambas formas de ser son duales y que las dualidades son de clase muy distinta. Al decir gnero social me refiero a la dualidad circunscrita a un tiempo y un lugar que coloca a hombres y mujeres en circunstancias y condiciones que les impiden decir, hacer, desear o percibir "la misma cosa".

Al decir sexo econmico o social me refiero a la dualidad que se tiende hacia la meta ilusoria de la igualdad econmica, poltica, legal o social entre hombres y mujeres. En esta segunda construccin de la realidad, como lo demostrar, la igualdad es casi pura fantasa.

. nicamente la grotesca metamorfosis de los mbitos de comunidad en recursos se puede comparar con la del gnero en sexo. Describo esta ltima a partir de la perspectiva del pasado. Del futuro no s ni dir nada.

LA CONVIVENCIALIDAD

Llamo sociedad convivencial a aquella en que la herramienta moderna est al servicio de la persona integrada a la colectividad y no al servicio de un cuerpo de especialistas. Convivencial es la sociedad en la que el hombre controla la herramienta.

Convivencial es la herramienta, no el hombre. Al hombre que encuentra su alegra y su equilibrio en el empleo de la herramienta convivencial, le llamo austero.

La austeridad forma parte de una virtud que es ms frgil, que la supera y que la engloba: la alegra, la eutrapelia, la amistad.

La solucin de la crisis exige una conversin radical: solamente echando abajo la slida estructura que regula la relacin del hombre con la herramienta, podremos darnos unas herramientas justas.

La herramienta justa responde a tres exigencias:

Es generadora de eficiencia sin degradar la autonoma personal;

no suscita ni esclavos ni amos; expande el radio de accin personal.

El hombre necesita de una herramienta con la cual trabajar, y no de instrumentos que trabajen en su lugar.

Bajo convivencialidad entiendo lo inverso de la productividad industrial. Cada uno de nosotros se define por la relacin con los otros y con el ambiente, as como por la slida estructura de las herramientas que utiliza.

stas pueden ordenarse en una serie continua cuyos extremos son la herramienta como instrumento dominante y la herramienta convivencial. El paso de la productividad a la convivencialidad es el paso de la repeticin de la falta a la espontaneidad del don.

Trasladarse de la productividad a la convivencialidad es sustituir un valor tcnico por un valor tico, un valor material por un valor realizado.

Cuando una sociedad, no importa cul, rechaza la convivencialidad antes de alcanzar un cierto nivel, se convierte en presa de la falta, ya que ninguna hipertrofia de la productividad lograr jams satisfacer las necesidades creadas y multiplicadas por la envidia.

La institucin industrial tiene sus fines que justifican los medios. El dogma del crecimiento acelerado justifica la sacralizacin de la productividad industrial, a costa de la convivencialidad.

A la amenaza de un apocalipsis tecnocrtico, yo opongo la visin de una sociedad convivencial. La sociedad convivencial descansar sobre contratos sociales que garanticen a cada uno el mayor y ms libre acceso a las herramientas de la comunidad, con la condicin de no lesionar una igual libertad de acceso al otro.

En nuestros das existe la tendencia a confiar a un cuerpo de especialistas la tarea de sondear y anunciar el futuro. Se entrega el poder a hombres polticos que prometen construir la megamquina para producir el porvenir.

Se acepta una creciente disparidad de niveles de energa y de poder, puesto que el desarrollo de la productividad requiere la desigualdad. Mientras ms igualitaria es la distribucin, ms centralizado es el control de la produccin. Las propias instituciones polticas funcionan como mecanismos de presin y de represin, que doman al ciudadano y vuelven a domar al desviado para conformarlos a los objetivos de produccin. El Derecho se subordina al bien de la institucin. El consenso de la fe utilitaria degrada la justicia al simple rango de una distribucin equitativa de los productos de la institucin.

Los valores de base son la supervivencia y la equidad, y la autonoma como poder de control sobre la energa define el trabajo convivencial.

Una estructura convivencial de la herramienta hace realizable la equidad y practicable la justicia; ella constituye la nica garanta de supervivencia.

La convivencialidad no tiene precio, pero se debe saber muy bien lo que costar desprenderse del modelo actual. El hombre reencontrar la alegra de la sobriedad y de la austeridad, reaprendiendo a depender del otro, en vez de convertirse en esclavo de la energa y de la burocracia todopoderosa.

Nos encontramos en la poca de los hombres-mquina, incapaces de considerar, en su riqueza y en su concrecin, el radio de accin que ofrecen las herramientas modernas mantenidas dentro de ciertos lmites. En su mente no hay un lugar reservado al salto cualitativo que implicara una economa en equilibrio estable con el mundo.

En su cerebro no hay un hueco para una sociedad liberada de los horarios y de los tratamientos que les impone el incremento de la instrumentalizacin. El hombre-mquina no conoce la alegra que tiene al alcance de la mano dentro de una pobreza querida; no conoce la sobria embriaguez de la vida.

Una sociedad en donde cada cual apreciara lo que es suficiente sera quizs una sociedad pobre, pero sera seguramente rica en sorpresas y sera libre.

Una pluralidad de herramientas limitadas y de organizaciones convivenciales estimulara una diversidad de modos de vida, que tendra ms en cuenta la memoria, es decir la herencia del pasado, o la invencin, es decir la creacin

Slo hay una forma de liquidar para siempre a los dirigentes: demoliendo la maquinaria que los hace necesarios. Una especie se extingue cuando ya no tiene razn de ser.

En el centro de una sociedad convivencial est la vida poltica

La redefinicin del proceso de adquisicin del saber, en trminos de escolarizacin, no slo ha justificado a la escuela, al darle apariencia de necesidad, sino que una vez que se acepta ser definido por una administracin, segn su grado de conocimientos, se acepta despus, sin dudar, que los burcratas determinen sus necesidades de salud, que los tecncratas definan su falta de movilidad... Una vez moldeado en la mentalidad de consumidor-usuario, ya no puede ver la perversin de los medios convertidos en fines, inherentes a la estructura misma de la produccin industrial tanto de lo necesario como de lo suntuario.

En realidad, la industrializacin de las necesidades reduce toda satisfaccin a un acto de verificacin operacional, sustituye la alegra de vivir por el placer de aplicar una medida.

Liberarse de la opresin del sin sentido y de la falta, reconociendo cada uno su propia capacidad de aprender, de moverse, de descuidarse, de hacerse entender y de comprender. Esta liberacin es obligadamente instantnea, puesto que no hay trmino medio entre la inconsciencia y el despertar.

La falta, que la sociedad industrial mantiene con esmero, no sobrevive al descubrimiento que muestra cmo las personas y las comunidades pueden, ellas mismas, satisfacer sus verdaderas necesidades.

Una sociedad convivencial es la que ofrece al hombre la posibilidad de ejercer la accin ms autnoma y ms creativa, con ayuda de las herramientas menos controlables por los otros.

La productividad se conjuga en trminos de tener, la convivencialidad en trminos de ser.