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ISSN 1576-2068 Dep. Legal M-10186-2000 Número 74 Abril-Junio 2018 REVISTA DE LA FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE GENEALOGÍA Y HERÁLDICA Y CIENCIAS HISTÓRICAS A yala A yala Cuadernos de

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ISSN 1576-2068 Dep. Legal M-10186-2000 Número 74 Abril-Junio 2018

REVISTA DE LA FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE GENEALOGÍA Y HERÁLDICAY CIENCIAS HISTÓRICAS

A y a l aA y a l aC u a d e r n o s d e

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Es lugar común la creencia de que, en el Reinode España, todo Duque está condecorado, ipso iure,con la dignidad de la Grandeza de España. Pero esuna creencia errónea, al menos en par-te.

Durante toda la Edad Moderna,hubo Duques que no eran Grandes. Launión de los Duques y la Grandeza esrelativamente moderna, y no puede da-tarse antes de las postrimerías del rei-nado de Doña Isabel II, pues fue en losaños de 1864 cuando se reformó estadignidad creada en 1520 -más biencontinuadora de los Grandes de Casti-lla, que existieron con antelación-. Enaquellos días isabelinos, las tres clasede la Grandeza -de primera, de segun-da y de tercera u honoraria-, se resu-mieron en una sola, que es la que llegaa nuestros días.

Pero, curiosamente, no existeninguna disposición legal que una, atodos y cada uno de los títulos ducales,dicha suprema dignidad nobiliaria. Sinembargo, el hecho cierto, o mejor dichola situación de facto, es que en España todo Duque esGrande de España.

Si bien existe alguna excepción muy señalada:la del Ducado de Suárez, creado en el 25 de febrero de1981 sin la sólita aneja dignidad de la Grandeza de Es-paña. Y así también se ha producido la única sucesiónque en ese título se ha dado hasta hoy, en 2014. Sinos tomamos la molestia de consultar las páginas delBoletín Oficial del Estado del dia 28 de febrero de1981, en que aparece el real decreto de creación, nota-remos que no solamente no se menciona ningunaGrandeza, sino que el ducado se denomina literalmen-te título del Reino, a secas. Y en la misma publicación,del 3 de diciembre de 2014, en que aparece la suce-sión en dicha merced a favor de la nieta del concesio-nario, se reitera la omisión: la orden ministerial del 18de noviembre de ese año habla de título, y nada deuna Grandeza.

Este hecho, esta excepción, no deja de ser unaanomalía bien llamativa, máxime si consideramos lagran relevancia histórica del concesionario.

No es la única rareza. Es conocida la graveirregularidad que se cometió a la hora de rehabilitar en1983 el título napolitano de Duque de la Palata, creado

en 1646 sin la dignidad de la Grandezade España -porque entonces no seconcebía, ni en Castilla ni en Nápoles,que fuese aneja a ningún título nobilia-rio, ni siquiera el ducal-. Y así, ni elconcesionario ni ninguno de sus suce-sores la ostentaron. Sin embargo, el re-al decreto de 15 de julio de 1986 por elque se rehabilitó esta merced, publica-do en el Boletín Oficial del Estado del30 de octubre de aquel año, sí quemenciona expresamente la Grandezade España que se le anejó a la galana.Y que también figura en la orden minis-terial de 22 de febrero de 1989, apare-cida en el Boletín Oficial del Estado del8 de marzo siguiente.

El hecho es sorprendente, por-que ni se podía ni se puede rehabilitarsino una merced honorífica preexisten-te, pero no algo que jamás había existi-do.

Una decisión administrativa no solamente irre-gular en términos históricos y jurídicos, sino manifiesta-mente ilegal, toda vez que nos hallamos evidentementeante la creación, en 1986, de una nueva Grandeza deEspaña -y no de una rehabilitación de una Grandezaantiguamente otorgada-. Y para crear una nueva mer-ced nobiliaria era y es imprescindible, a tenor de la le-gislación vigente entonces y ahora -el real decreto de27 de mayo de 1912, en su artículo 2º-, que se hagapor real decreto con acuerdo del Consejo de Ministros,y que la relación de méritos y servicios del agraciadose publique en el periódico oficial; trámites que nuncase hicieron en el caso Palata. Por lo que no es aventu-rado sostener y denunciar que esa creación de 1986es ilegal, y manifiestamente nula de pleno derecho.

Sirvan estas breves consideraciones para ha-cer evidente el hecho de que en España no todos losDuques son Grandes de España de manera automáti-ca, sino que existen excepciones, y también ilegalida-des.

El Dr. Vizconde de Ayala

EDITORIAL

NUESTRA PORTADAAlegoría del Decreto de Unificación de las fuerzas nacionales (Ejércitos, Falange y Requeté) en 1937

por Carlos Sáenz de Tejada y Lezama (Segovia, col. Ceballos-Escalera)

LOS DUQUES Y LA GRANDEZA DE ESPAÑA:ALGUNA EXCEPCIÓN, ALGUNA ILEGALIDAD

Armas del I Duque de Suárez, porFernando Martínez Larrañaga: no-temos la corona cubierta y el man-to, que solo corresponde a losGrandes, entre los que no se en-cuentra este Título creado en 1981

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Descendiente por línea recta de varón dePedro Sáenz de Abajo, y de su mujer Ana de Teja-da; los dos naturales y vecinos de la Villa de Valde-osera, de la Divisa Regajal. Nació el 22 de junio de1897, en Tánger (Marruecos), por la circunstanciade estar su padre, don Carlos Sáenz de Tejada yGroizard, sirviendo como cónsul de España en esaciudad. Falleció en Madrid el 22de febrero de 1958, y fue enterra-do en el cementerio de la Almude-na; en 1972, sus restos se trasla-daron a la iglesia de Santa Maríade los Reyes, de Laguardia (Ála-va), de donde era originaria la fa-milia de su madre, doña María deLezama y González del Campillo,y en la que los Sáenz de Tejadaposeen una casa solariega.

Fue un notable y mundial-mente reconocido pintor. En 1916,ingresó en la escuela de la RealAcademia de Bellas Artes de SanFernando, donde fue alumno delgran Sorolla, y recibió la influenciade Anglada Camarasa. Se espe-cializó en la obra mural y decorati-va, y fue cartelista y publicista,profesor de pintura mural en la Es-cuela de Artes y Oficios Artísticosde Madrid (1941-1950), catedrático en la EscuelaSuperior de Bellas Artes de San Fernando (1942-1958), presidente de la Asociación de DibujantesEspañoles (1950) y socio de honor del Círculo deBellas Artes de Madrid (1955).

Mereció sucesivamente la medalla de fin decarrera, la medalla de la Institución Piquer, a meda-lla de oro de la Exposición Nacional de Artes Deco-rativas (1947), el premio de dibujo en el Concursode Dibujos y Grabados de Escenas y Libros Milita-res (1949), y la medalla de plata de Bellas Artes. En1977, la ciudad de Vitoria le dedicó una calle.

Entre las exposiciones colectivas en queparticipó destacan el IV Salón de Otoño de la Aso-ciación Española de Pintores y Escultores (1924),junto a Solana y Picasso; y la Exposición de Artistasibéricos de 1925. Aquel mismo año, el incendio desu estudio acabó con las muestras de varios añosde su primera pintura.

En el verano de 1936, alestallar la guerra civil, el pintor es-taba en su casa de Laguardia. Du-rante los primeros tiempos publicóilustraciones de la contienda parael Illustrated London News, el Dia-rio de la Marina cubano, el Berli-ner Illustrierte Zeitung, la Sphere,y L’Illustration francesa, y otrosperiódicos y revistas. Y más decien dibujos para la agencia artís-tica Johnson de Londres (perso-najes y escenas de guerra, princi-palmente). En 1937 empezó sucolaboración con la revista falan-gista Vértice, cuyos primeros nú-meros se publicaron en San Se-bastián. La participación de Sáenzde Tejada conjuga dos líneas: unaplasma el ambiente mundano, se-lecto y elitista, de los veraneosperdidos. La otra construye la ba-

se dialéctica del cartelismo bélico, dotado de unfuerte carácter expresionista. Su relación con Vérti-ce terminó después de diez números: algunos dibu-jos habían sido modificados sin su permiso. Fuetambién un desencuentro con la propaganda oficial:sintió que su obra había sido tergiversada, sin nin-gún pudor, en función de la propaganda. No obstan-te, los editores siguieron usando las imágenes sinsu permiso. Estas colaboraciones fijaron la imagende Tejada como pintor oficial del régimen, sin serlo;y, aunque poco consistente, supuso un descréditoen los ámbitos izquierdistas, que ha oscurecido sutrabajo y ocultado su obra.

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DE RE GENEALOGICA

CARLOS SÁENZ DE TEJADA Y LEZAMA(1897-1958)

NOTABLE PINTOR Y DESCENDIENTE DELSOLAR DE VALDEOSERA

por D. Luis Pinillos Lafuente, de la divisa de Pedro Sáenz de Velilla

Carlos Sáenz de Tejada y Lezama:autorretrato de juventud

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Tras la contienda, cada año, entre 1939 y1950, ilustró el calendario del Banco Central. Ejer-ció la dirección artística de la revista La Moda enEspaña (1943-1947), y de la Editorial Fournier des-de 1948. Entonces llegó a ilustrar barajas de nai-pes, y a crear toda una escena campesina para darimagen al año 1940 en el almanaque de la UniónEspañola de Explosivos.

Pero su obra fue muyvasta. Fue ilustrador de los dia-rios La Libertad (para el que lle-gó a realizar 3.000 dibujos);ABC, Chicago Tribune, El Libe-ral; y de las revistas Blanco y Ne-gro, La Esfera, Elegancias, Ars,Por esos mundos, Alas, NuevoMundo, Aire Libre, Aspas, Alfor,Castilla Gráfica, Jardín de Mo-des, Martín Fierro, Ladies, HomeJournal, Modes et Travaux, Hou-sehold Magazine, The Sketch,New York American, Daily Mail,Good House Keeping, Nach’sPall Mall Magazine, Harper’s Ba-zaar, Cosmópolis, Ladies homejournal New York American, Na-tional Magazine, Cartel y Ciudad,Mujer, y Revista de Occidente.

Trabajó asiduamente convarias editoriales para ilustrarsus libros, tanto ediciones popu-lares como para biblióficlos:Maudi, en Pobre Gente; CaroRagio, en Santa Mujer Nueva yEl Gran Torbellino del Mundo, dePío Baroja. Para la Novela de laLibertad realizó cerca de mil pá-ginas. También La Española In-glesa, de Cervantes; las Rimasde Bécquer; Don Juan Tenorio,de José Zorrilla; El Bosque Ani-mado, de Wenceslao FernándezFlórez; Zogoibi, de Enrique La-rreta; Los Intereses Creados, deJacinto Benavente; Platero y yo,de Juan Ramón Jiménez; Poemade la Bestia y el Ángel, y PorDios, por la Patria y el Rey, am-bas de José María Pemán; Escenas de la vida deSan Ignacio de Loyola; La Monja Alférez; y NuestroPatrón Santiago, de Federico García Sanchiz.

Y dibujó colecciones de moda y figurines: in-cluso para la prestigiosa revista Vogue, aunque su

relación laboral con Fémina -competidora de aque-lla-, impidió que llevaran su firma. Su colaboracióncon Teresa Clemenceau -hija del presidente de laRepública Francesa- dejó cerca de 1.000 páginasilustradas de modas que contribuyeron a difundir laimagen de la mujer estilizada, elegante y deportistade los años treinta.

Como muralista, destacansus obras Los Remeros, La NiñaTriste, Pim Pam Pum, Retrato dePaco Santa Cruz, Niña peinándo-se, Remeros en el puente de On-dárroa, El niño del orfanato (Se-govia), Viejos en la plaza(Buitrago), Caretas de la ÁfricaNegra, Los Soles, Las Chimene-as, El Jardín, la decoración muraldel Palacio de Hielo, y el Salón deArtilleros del Alcázar de Segovia.Una de sus obras fue el cartónpara el conocido tapiz de la con-quista de Granada. Otros muralesse conservan en el soberbio edifi-cio coetáneo de la Fábrica Nacio-nal de Moneda y Timbre.

De la misma categoría fue-ron los murales y grandes cua-dros decorativos que realizó paravarios buques de pasajeros debandera española: las naves Be-nicarló, Benidorm, Juan Sebas-tián Elcano, Explorador Iradier,Conde de Argalejo, Guadalupe yCovadonga.

Entre sus retratos, y de-jando aparte los de sus familiaresmás próximos, los de la señoritaFanny Myer, la señora de O’Don-nell Iselin, Antonia Mercé La Ar-gentinita (dibujo al guache), Chicade espaldas: Luisita.

Por último, diseñó pa-pel moneda y sellos de correos.También hizo algunos diseños in-dustriales para Walter Thomson.Y, en el mundo del teatro, hizo fi-gurines y escenografías paramontajes como Carmen y El Bole-

ro, de Ravel. Y carteles del Ballet Español, de Anto-nia Mercé la Argentinita.

De tan extensa obra, hay importantes mues-tras en el Museo Nacional Centro de Arte Reina So-fía de Madrid, Artium, Valle de los Caídos, Museo

Dos retratos de Carlos Sáenz de Tejadaen dos momentos de su vida

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del Ejército en Toledo, Instituto de InvestigacionesAgronómicas de la Ciudad Universitaria de Madrid,Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, Museo deBellas Artes de Bilbao, Museo de Arte Moderno deMadrid, Fundación Mapfre, y en muchas coleccio-nes particulares. La mayor parte de su colección seencuentra actualmente en-tre los fondos de Caja Vital(antes Caja de Ahorros deVitoria y Álava). Se trata,sin duda, de una obra des-conocida por el gran públi-co.

Durante décadas lagran obra, rica en variedady sutileza, de este polifacé-tico y gran pintor, cartelista,dibujante, escenógrafo, gra-bador, interiorista, ilustra-dor, retratista, muralista, fi-gurinista de moda, dise-ñador y publicista, quedóoculta tras espurios intere-ses políticos. Los esfuerzosde su hijo don Carlos Sá-enz de Tejada y Benvenutipor difundir la obra de ungran artista, han hecho queempiece al fin a ocupar elsitio que se merece en lahistoria del arte español delsiglo XX. Así, la exposiciónLa elegancia del dibujo, cró-nica de París, dedicada asu obra en Sevilla el pasa-do año 2017.

El artista se habíacasado con doña María dela Luz Benvenuti y Gonzá-lez del Campillo, natural dePuerto Real (Cádiz), falleci-da en Madrid el 29 de ene-ro de 1990. Y ambos fueronpadres de doña María Luz,doña María Teresa y donCarlos Sáenz de Tejada yBenvenuti.

GENEALOGÍA POR LÍNEA AGNATICIAPRIMERA GENERACIÓN

1> Pedro Sáenz de Abajo. Natural y vecino de Val-deosera. Divisero de la Villa y Señor. Figura comoalcalde ordinario de Valdeosera en la junta celebra-

da el 01-05-1578, donde el Concejo decide otorgaruna carta de poder y procuración con el fin de orga-nizar la forma de alcanzar unos acuerdos, que sir-van para regular la convivencia en el Solar de Val-deosera. De todo ello surgieron las OrdenanzasViejas, de 1579. Falleció en Toledo el 06-01-1594

(en dicha ciudad no hayconstancia de libros de di-funtos de esa fecha. Su ins-cripción aparece el libro 1ºde difuntos de Valdeosera,que va desde 1581 hasta1731, al folio 7, partida 2ª,año 1594). Casado con Anade Tejada, natural y vecinade Valdeosera, donde falle-ció el 19-04-1595 (libro 1ºde difuntos de Valdeosera,que va desde 1581 hasta1731, folio 7 vº, año 1595).Padres de Diego (I), Cos-me, Juan, Francisco, Mari-na, Bartolomé, Francisca, yCecilia Sáenz de Abajo yTejada.SEGUNDA GENERACIÓN11> Diego (I) Sáenz deAbajo y Tejada. Natural deValdeosera, vecino de Murode Cameros y de Rivabello-sa. Falleció en Muro el 14-03-1630 (según consta enel libro de difuntos, al folio146, de su parroquia deSanta Margarita). Este Die-go, hijo de Pedro Sáenz deAbajo, tomó el apellido desu madre, Tejada, paracomponer su nuevo apelli-do, Sáenz de Tejada, elcual pasó a ser el apellidopaterno con el que continuóen la saga de esta familiadescendiente de uno de lostrece hijos varones del Ge-neral Sancho Tejada. Fueconocido, como Diego Sá-enz de Rivabellosa, según

la partida de defunción de su mujer, y también co-mo Diego Sáenz bigotes. Casado en la parroquialde Santa María de la Asunción de Valdeosera, el13-05-1584 (según consta en el libro más antiguoque empieza en 1581, al folio 1 y en su primera par-tida), con Ana López, natural de Muro, vecina de

Arriba, el General ZumalacárreguiAbajo, mercado de San Vicente en Vitoria

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CUARTA GENERACIÓN1121> Juan Manuel Sáenz de Tejada y Benito.

Nacido en Torrecilla de Cameros. Casado,en primeras nupcias, con María Ro-mero y Merino; padres de Diego

Sáenz de Tejada y Romero. Ensegundas nupcias fue casado

con María Ortiz, siendo pa-dres de Juana Sáenz de Te-jada y Ortiz. Y en tercerasnupcias, se casó con Ma-ría Escudero Martínez;padres de Sebastiana Sá-enz de Tejada y Escudero.1125> Diego (III) Sáenzde Tejada y Ramírez deArellano. Nacido en Torre-cilla de Cameros el 1º de

mayo de 1655, y fallecidoallí el 28 de abril de 1715.

Casado en Torrecilla de Came-ros el 18 de septiembre de 1669

con María Sáenz-Díez y Ortiz deZárate. Fueron padres de Martín,

Francisco María, María Manuela, JuanFrancisco, Juan Francisco,María Manuela, María Josefa,Manuel, Diego, y Francisca

Sáenz de Tejada y Sáenz-Díez.

Rivabellosa, donde falleció el 7 de marzo de 1605(libro de difuntos, al folio 87, 2ª partida). Padres deMaría, Diego, Pedro, Andrés, Martín, Engra-cia, Sebastián, Ana, Juan, Francisco, yCatalina Sáenz de Tejada y López.Algunos se apellidaron, indistinta-mente, Sáenz de Tejada, Sáenzde Rivabellosa y Sáenz deMuro.TERCERA GENERACIÓN112> Diego (II) Sáenz deTejada y López. Nacidoen Muro el 22 de julio de1592 y muerto en Torreci-lla de Cameros el 27 deenero de 1660. Se casóen primeras nupcias, conMaría de Benito y Velillanatural de Muro, siendo pa-dres de: Juan Manuel, y Ma-ría Magdalena Sáenz de Teja-da y Benito. Y en segundasnupcias, con Juana Crespo; sien-do padres de Francisco Sáenz de Te-jada y Crespo. Contrajo matrimonio, enterceras nupcias, el 6 de juliode 1649, con María Ramírezde Arellano y Martínez de Pi-nillos. Estos fueron padres de Bernabé, Diego (III),y Antonio Sáenz de Tejada y Ramírez de Arellano.

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(+34) 670 826 300 - [email protected]

J o s é M i g u e lP e c o s

Antiguo Maestro Mayor

de

Cejalvo

Muchacha de espaldas:Luisita

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Isabel, José, y Antonio Sáenz de Tejada y Segura.Figura en el expediente incoado en 1767 para el in-greso en la Orden de Santiago, de su hermano ma-

yor Martín: de esta Villa deTorrecilla de los Cameros, yaviendo llegado a ella, vi-mos ser su fábrica de cali-canto, con dos altos, y en elprimero tiene un balcóngrande de Yerro que coje lamayor parte de la fachada,y encima de él, se halla unescudo grande de Piedra, yen él se dibisan quatroquarteles, en el primero dosTorres, en el Segundo unLeón Rapante, en el Terce-ro dos medias lunas rodea-das de trece estrellas, y enel quarto un Pino, y al tron-co un oso atado con unacadena, y en la parte supe-rior una corona que coje to-do el escudo.Y entrando en lo interior dedicha casa encontramos enella a Dn. Manuel Sáenz deTejada, a quien vajo de ju-ramento que hizo a Dios yuna cruz, le preguntamos,de quién era dicha casa, ya quién pertenecía el escu-do de armas que en su fa-chada principal había, dijoque dicha casa era propiade su Hermano maior Dn.Martín Sáenz de Tejada,heredada de sus Padres, yAbuelos, y que las armasson las correspondientes asu familia, como descen-diente del Noble Solar deBaldosera, y de una de susTrece Casas Solariegas, yDiviseras, llamada de la Di-visa del Regajal…Reconocimiento del Archibodel Noble Solar de la Villade Baldosera. En la Villa deBaldosera a seis días delmes de Diciembre de mil

setecientos sesenta y siete años. para lo qual nosllevaron a la Yglesia Parroquial de dicha Villa, en la

QUINTA GENERACIÓN11211> Diego Sáenz de Tejada y Romero. Naturalde Torrecilla. Casado con María Segura y Martínezde Azcoytia, de la misma.Padres de: Juan Manuel,Paula, y María Ignacia Sá-enz de Tejada y Segura.11258> Manuel Sáenz deTejada y (Sáenz) Díez. Na-cido en Torrecilla el 17 deseptiembre de 1696. Tomóposesión de la Divisa Rega-jal el 27 de septiembre de1760 (serie 5, tomo 13, folio307 vº, con Díez como se-gundo apellido). Manueltambién entregó la docu-mentación en Tejada peroesta pasó al libro de infor-maciones (no de inscripcio-nes). Maldonado dice a esterespecto: creo que se equi-vocó sencillamente de So-lar. Y estaba en lo cierto,pues como se compruebaen esta genealogía, su as-cendencia viene de un divi-sero del Solar de Valdeose-ra, nacido y residente, comosu esposa, en esta Villa. Ini-ció juicio de hidalguía, por síy por sus hijos, el 22 de di-ciembre de 1760; obtuvouna real provisión el 18 deseptiembre de 1761, paraque en Valdeosera se lescontinuase la hidalguía co-mo descendientes de dichoSolar; y otra el 16 de no-viembre de 1761, para To-rrecilla (legajo 960, número7, expedientes 18011 y18012). Casado, en prime-ras nupcias, el 20 de no-viembre de 1721, en Torre-cilla, con María JosefaGarcía y Castro. Fueronpadres de Manuel, Martín,Manuela, Juan Manuel, yAmbrosio Sáenz de Tejaday García. Fue casado ensegundas nupcias, el 17 de marzo de 1737, en To-rrecilla, con María Ambrosia de Segura y Grego-rio. Padres de Juan, Manuel, María Ignacia, Paula,

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Arriba, cartel de guerraAbajo, Soldados

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que, y al lado del Evangelio se halla dicho archibocon la elebación de estado y medio, y aviéndosepuesto una scala, se abrió la Reja de dicho archiboy los tres candados de Yerro que tiene pendientes,con sus tres llabes que entregaron dichos Archibe-ros, a Ciprián Manuel Fernández de Ybarra Escri-bano Real el que subió por dicha escala, y aviendodespués cada uno de nosotros subido por ella a finde Ver, y Reconocer dicho archibo, se le mandó va-jar de él a dicho Ciprián Martínezde Ybarra algunos libros y pape-les de él para el efecto de Reco-nocerlos, y Ver si en ellos se en-contraba alguna nota, o cosaperteneciente a la justificación denuestra comisión, y origen delPretendiente y sus Ascendientespor línea Paterna y Apellido deSáenz de Tejada, lo que ejecutópuntualmente dicho Ciprián, y en-tre los libros que Reconocimosfueron los siguientes: Primera-mente Vimos y Reconocimos unlibro de Becerro que contiene losasientos de los Hijosdalgo Solarie-gos que descienden por LíneaRecta de Varón del Noble, y Anti-guo Solar de Baldosera y sus tre-ce casas Solariegas que llamanlas trece Divisas; en cuios asien-tos, y lista al folio 82 se halla el si-guiente asiento: Manuel Sáenz deTejada Vecino de la Villa de Torre-cilla de los Cameros, como hijo le-gítimo de Diego Sáenz de Tejada,y de María Sáenz...

SEXTA GENERACIÓN112111> Juan Manuel Sáenz deTejada y Segura. Nacido en To-rrecilla. Casado con Josefa Pas-cual y Callejo. Padres de DiegoSáenz de Tejada y Pascual.112584> Juan Manuel Sáenz deTejada y García-Morales. Nacidoen Torrecilla el 27 de diciembre de 1730, finado allíel 12 de enero de 1801. Tomó posesión de la DivisaRegajal, del Solar de Valdeosera, el 28-09-1760(serie V, libro 13, folio 243 vº). En 1763 consta co-mo Mayordomo de Fábrica de la Iglesia Parroquialde San Martín. Casado en Torrecilla el 23 de abrilde 1753, con Manuela Callejo y Pinillos. Padresde Manuel Tomás, María Santos, María Francisca,María Ignacia Antonia y María Escolástica Sáenz deTejada y Callejo.

SÉPTIMA GENERACIÓN1121111> Diego Sáenz de Tejada y Pascual. Natu-ral de Torrecilla. Casado con María Cruz Gonzálezy de Asensio, de la misma. Padres de Diego Beni-to Sáenz de Tejada y González de Asensio.1125841> Manuel Tomás Sáenz de Tejada y Ca-llejo. Nacido en Torrecilla el 7 de marzo de 1755;bautizado el 9. Muerto en Viguera el 8 de julio de

1806. Tomó posesión de la DivisaRegajal, del Solar de Valdeosera,el 28 de septiembre de 1760 (se-rie V, libro 13, folio 243 vº). Fuealcalde ordinario de Viguera porel Estado Noble en 1784. Iniciójuicio de hidalguía el 7 de octubrede 1778, y obtuvo real provisiónde tal el 6 de julio de 1779 (legajo1004, número 7, expediente17997). Se casó en Viguera conTeresa Ignacia de Cabezón yTobía. Padres de Manuela Tere-sa, María Josefa, Rafael Ramón,María Teresa, Juana Estefanía,Andrea, María Brígida, Felipe In-dalecio, y Valentina Sáenz de Te-jada y Cabezón.

OCTAVA GENERACIÓN11211111> Diego Benito Sáenzde Tejada y González de Asen-sio. Nació en Torrecilla. Casadocon Ana Sáenz de Tejada y Az-coitia. Padres de Francisco Feli-pe Sáenz de Tejada y Sáenz deTejada.11258413> Rafael Ramón Sá-enz de Tejada y Cabezón. Naci-do en Viguera el 24 de octubrede 1784; bautizado el 26. Muertoen Rivabellosa el 4 de marzo de1853. A la muerte de su padre,heredó el Mayorazgo de Sáenzde Tejada. Tomó posesión de laDivisa Regajal, del Solar de Val-

deosera, el 1º de mayo de 1795 (serie II, libro 11,folio 51 vº). Ganó sentencia ejecutoria de hidalguía,como vecino de Torrecilla, el 27 de junio de 1815.Fue Teniente Comandante de la Compañía de Vo-luntarios Realistas de Torrecilla. Casado en Torreci-lla el 23 de abril de 1812, con Eustasia BalbinaManso de Velasco y Munibe, pariente cercana delos Condes de Superunda y Marqueses de Bermu-do. Padres de Baldomera, Celestino, José MaríaEzequiel, Eufrasia Josefa, María Acacia, Mariana,

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Dos de las publicaciones ilustradaspor Carlos Sáenz de Tejada

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María Hilaria, Higinio León, y An-drea Sáenz de Tejada y Mansode Velasco.

NOVENA GENERACIÓN112111111> Francisco FelipeSáenz de Tejada y Sáenz de Te-jada. Natural de Torrecilla. Casa-do con Jacinta de Frutos y Gar-cía, natural de Santa María deNieva. (Segovia). Padres de Fer-mín Sáenz de Tejada y Frutos.112584132> Celestino Sáenz deTejada y Manso de Velasco(Marco). Nacido en Torrecilla el 6de abril de 1814. Testó y fallecióen esa el 16 de febrero de 1854.Miembro de la Compañía de losVoluntarios Realistas de Torrecillade Cameros. Alférez de Ca-ballería, como cadete delEscuadrón de Álava –en elEjército Real carlista-, des-tinado a los Escuadronesdesmontados de Azpeitia.Se casó en Laguardia (Ála-va), el 6 de marzo de 1842,con Petra de Salazar y deZabala. Padres de Tomás,Braulio, y Julio Beda Sáenzde Tejada y Salazar.DÉCIMA GENERACIÓN

1121111111> Fermín Sáenzde Tejada y de Frutos. Na-tural de Segovia. Casadocon Ana Groizard y Gó-mez de la Serna, naturalde Segovia (hermana deAlejandro Groizard, ministrode Estado, de Gracia y Jus-ticia y de Fomento, caballe-ro del Toisón de Oro). Pa-dres de Carlos Sáenz deTejada y Groizard.1125841321> Tomás Sá-enz de Tejada y Salazar.Nació en la casa-palacio delos Salazar, en Laguardia(Álava) el 7 de marzo de1843; y falleció en Torrecillael 23 de marzo de 1895. Licenciado en Derecho ci-vil y canónico por la Facultad de Zaragoza, en elcurso 1868-1869. Concejal electo de Almarza en1891. Tomó posesión de la Divisa Regajal, el 26 de

septiembre de 1877 (serie II, Li-bro 12, Folio 28 vº). Casado enprimeras nupcias el 10 de marzode 1873 con Victoria Martínez yGarcía-Baquero. Padres de Ce-lestino, José María, Toribio Cesá-reo, María Isabel, y Victorina Sá-enz de Tejada y Martínez.Casado en segundas nupcias el23 de febrero de 1884, en Logro-ño, con Matilde Gil y López-Mar-quina. Padres de Balbina, Mari-na, e Ignacio María Sáenz deTejada y Gil.UNDÉCIMA GENERACIÓN

11211111111> Carlos Sáenz deTejada y Groizard. Nació en Se-govia el 5 de mayo de 1865 y

murió en abril de 1923. Li-cenciado en Derecho por laUniversidad Central, dotadode una vasta cultura y deunos conocimientos casienciclopédicos, fue escritor,poeta, músico folklorista,traductor, abogado de po-bres y funcionario de la Ad-ministración del Estado. Co-nocedor de más de mediadocena de idiomas y de al-gunos dialectos árabes, an-tes de cumplir los treinta ob-tuvo el número uno de supromoción en las plazas va-cantes para la Carrera Con-sular. Fue cónsul de Espa-ña en Tánger (Marruecos),en Oloron Sainte Marie(Francia), en Orán (Argeliafrancesa), y Gibraltar(1919). Se casó en Tánger,en el año 1896, con Maríade Lezama y González delCampillo, natural de Cuen-ca, fallecida en 1929. Pa-dres de Carlos Sáenz deTejada y de Lezama.11258413218> Ignacio Ma-ría Sáenz de Tejada y Gil.Nació en Torrecilla el 4 de

mayo de 1889 y fallecido en la misma el 18 deagosto de 1977. Tomó posesión de la Divisa Rega-jal, del Solar de Valdeosera, el 27 de octubre de1968 (serie 2, tomo 13, folio 37 vº). Juez y magistra-

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Carlos Sáenz de Tejada,ilustrador de la moda española e internacional

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do, sirvió destinos en la Audiencia Provincial de Lo-groño; Juzgado de Aliaga (Teruel); Secretaría de laAudiencia de Logroño; Juzgados de Coria (Cáce-res), Briviesca (Burgos) y San Se-bastián; Audiencia Provincial deHuesca; presidente de la de Lo-groño; presidente de la AudienciaTerritorial de Canarias y del ÁfricaOccidental Española, y por finMagistrado del Tribunal Supremo.Cofundador del Instituto de Estu-dios Riojanos (IER) en 1946. Ca-sado con Matilde Fernández deBobadilla y Echarri, natural deCenicero, nacida en 1891. Padresde Rafael, José María, Matilde,María del Pilar, María del Car-men, María Concepción, y MaríaTeresa Sáenz de Tejada y Fer-nández de Bobadilla.DUODÉCIMA GENERACIÓN

112111111111> Carlos Sáenz deTejada y de Lezama (1897-1958), artista pintor al que se re-fiere este artículo.112584132182> José María Sá-enz de Tejada y Fernández deBobadilla. Nacido en Logroño el11 de marzo de 1920, fallecido enMadrid el 7 de julio de 2016, e in-humado en el panteón familiar deLogroño. Tomó posesión de la Di-visa Regajal, del Solar de Valdeo-sera, el 12 de octubre de 1985(serie II, libro 13, folio 45). Artille-ro, teniente general del Ejércitodesde enero de 1984 a noviem-bre de 1986, en que pasó a la re-serva. Diplomado de Estado Ma-yor, fue condecorado con la gran cruz de la Real yMilitar Orden de San Hermenegildo y con la grancruz de la Orden del Mérito Militar. En el 23F (23 defebrero de 1981), fue el principal ayudante del capi-tán general de Madrid, Guillermo Quintana Lacaci,decidido a evitar el golpe militar; en aquella tardefrenética, jefe y subordinado se repartieron las lla-madas para desatar los nudos de la conspiración yfrenar el avance de los tanques de la División Aco-razada Brunete sobre la capital. Colaborador, juntocon otros compañeros de profesión, en la ediciónde varios libros sobre actuaciones de las FuerzasArmadas entre 1939 y 1996. Pero su mayor dedica-ción la aplicó a labores de dirección y promoción devoluntariado: durante diez años fue presidente de

Desarrollo y Asistencia, una organización que co-menzó en Madrid en 1995 con atenciones hospita-larias y continuó ayudando también a personas

aquejadas por la soledad, la dis-capacidad o la marginación, enresidencias, domicilios y colegiosde educación especial, que ac-tualmente cuenta con 1.300 vo-luntarios. Casado con María Do-lores Mut y Cardelli, padres deIgnacio, Matilde, Miguel, Isabel, yPablo Sáenz de Tejada y Mut.112584132186> María Concep-ción Sáenz de Tejada y Fernán-dez de Bobadilla. Nacida en Lo-groño en 1929 y fallecida en2014. Casada con don AmalioMarichalar y Bruguera, Condede Ripalda, fueron padres de donJaime de Marichalar, que se ca-só con S.A.R. la Infanta DoñaElena (hija del Rey Don JuanCarlos I). Son los padres de donFelipe Juan Froilán de Todos losSantos de Marichalar y Borbón,Sáenz de Tejada y Grecia, contratamiento de Excelencia y digni-dad de Grande de España. Primernieto de este monarca. Descen-diente -como lo demuestra la pre-sente genealogía- del muy Noble,Antiguo e Ilustre Solar, Señorío yVilla de Valdeosera, aunque alserlo por línea cognaticia no figu-ra en el Libro Becerro.

BIBLIOGRAFÍACeballos-Escalera Gila, Alfonso de.“Árbol de costados de don Jaime deMarichalar y Sáenz de Tejada”, en

Boletín de la Real Academia Matritense de Heráldica yGenealogía, 14 (1995), págs.16-17.

Maldonado y Cocat, Ramón José de. Hidalguías Rioja-nas - El Solar de Valdeosera. Madrid, 1949; y Logro-ño, 2001.

Moreno Santabárbara, Federico. Tejada, Obra Mural yDecorativa (1912-1957), con una cronología resumidadel artista, debida a por Penélope Ramírez Benito. Vi-toria, 2007.

Pinillos Lafuente, Luis. Valdeosera - El Solar de las TreceDivisas. Logroño, 2008.

Noticias y documentos facilitados por don Carlos Sáenzde Tejada Benvenuti, y su esposa Judith Gorman; ypor don José María Sáenz de Tejada y Fernández deBobadilla.

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Arriba, labra armera de los Sáenz deTejada en su casona de Laguardia

(Álava)Abajo, retrato del teniente generaldon José María Sáenz de Tejada

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Antonia Portocarrero y Mendoza, hija de donLuis Fernández Portocarrero y Bocanegra, IIIConde de Palma, y de doña Francisca de Mendo-za y Manrique.

Murió el Marqués enMadrid a 9 de octubre de1628. Testó en 1627, y porúltima vez en Madrid el 8de octubre de 1628 ante elescribano Diego Ruiz deTapia. Testó estando en-fermo en cama, y pidió serenterrado en la iglesia yconvento de San Francis-co de Guadalajara, patro-nato de los Duques del In-fantado. Por su almadebían decirse diez mil mi-sas, pagadas con limosnade a dos reales cada una.A la parroquia debía pa-garse la parte que le toca-se; mil quinientos reales alconvento de los ClérigosMenores; y de lo que que-dase, una parte para elconvento de San Felipe,otra para los religiososdescalzos de la Orden deSan Agustín, y otra para elconvento de la SantísimaTrinidad, todos ellos sitosen Guadalajara.

Su única hija legítimasuperviviente, doña Isabel Petronila de Mendo-za, fue declarada heredera universal, por lo quesolicitó que le sucediese en la Encomienda de lasIndias, dotada con seis mil ducados de rentaanuales. A la criada de su mujer, doña Inés deQuino, le dejó quinientos ducados de una vez, ysolicitó que se amparase al resto de sus criados.Al padre Juan Bernardo, de los clérigos menores,le dejó cuatrocientos ducados y una renta anualde doscientos ducados; era su confesor.

Don Juan Manuel de Mendoza y Luna, IIIMarqués de Montesclaros, Castil de Bayuela,Valconete y El Vado, Señor del Colmenar, Cardo-so de la Sierra y otros estados, administrador delas provincias españolasen América, XI virrey de laNueva España (1603-1607) y del Perú (1607-1615), caballero de la Or-den de Santiago en 1591,gentilhombre de la bocadel Católico Rey Don Feli-pe III, gobernador de Sevi-lla, consejero de Estadoen 1621, presidente delConsejo de Hacienda de1623 a 1626. Formó partedel llamado bando de Oli-vares: era partidario de laGuerra con Francia y deno renovar la tregua de losDoce Años con las provin-cias rebeldes de Holanda.Además, escribió poemas.

Nacido en Guadalajaraen enero de 1571, fuebautizado en la iglesia pa-rroquial de Santiago.

Luchó en la campañaportuguesa de 1596 comocapitán de lanzas, al ser-vicio del Duque de Alba en1596. En 1599 estuvo enValencia, en las bodas deDon Felipe III.

Se casó dos veces: la primera con doña AnaMessía de Mendoza, guarda mayor de la Reina.Muerta en la mar, dos días después de partir laarmada de Cartagena, y enterrada en el conventode San Francisco de La Habana el 11 de agostode 1616; hija de don Rodrigo Messía y Carrillo, IIMarqués de la Guardia, y de doña Isabel de Men-doza y Mendoza.

Se casó por segunda vez con doña Luisa

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PROLE DE DON JUAN MANUEL DE MENDOZA Y LUNAIII MARQUÉS DE MONTESCLAROS

por Dª Astrid Antuña y Lloréns, de la Académie Internationale d’Héraldique

DE RE GENEALOGICA

Don Juan de Mendoza y Luna,Marqués de Montesclaros

virrey de la Nueva España y del Perú(1571-1628)

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Caso dos veces: la primera con don Jeró-nimo de Butrón; y al segunda vez condon Juan Francisco Alfonso Pimentel,Conde de Benavente, caballero del Toi-són de Oro.

Con la señora doña Luisa de Mendoza, damade compañía de su esposa, que era viuda y naci-da en Lima, hija de don Pedro González de Men-doza y de doña Mayor de Olivares -a doña Luisa

el Marqués le dejó una rentaanual de alrededor de 300pesos de encomiendas va-cantes-, tuvo a:Doña María Magdalena odoña Ana Ventura de Men-doza o doña Ventura de Lu-na y Mendoza. Vivió en Li-ma, pues su padre la dejó encasa de Rodrigo de Mendo-za, sobrino del Marqués. Secasó en Lima el 12 de octu-bre de 1640 con don Agus-tín de Uceda, nacido en Ma-luga, hijo de Francisco deUceda y de doña Brígida deBascuñana. Esta señora tie-ne una amplia descendenciaen Perú, que llega hasta laactualidad.Don Antonio de Mendoza yLuna. Nació en Lima hacia1612, y su padre ordenó quese criase en casa de doñaBeatriz de Salinas (el virreyvisitaba a su hijo secretamen-

te en esta casa), casada con Pedro deVergara, tesorero general de aquellos rei-nos. Años después su padre le reclamó yvino a España, cursando estudios en laUniversidad de Alcalá de Henares. En1628, su padre le encomendó a la protec-ción del Conde Duque de Olivares: mástarde sirvió en Nápoles como teniente demaestre de campo general. Se cruzó ca-ballero de la Orden de Santiago en 1645.

Por fin, con otra señora cuyo nombre se ignora,tuvo a:

Doña Juana de Mendoza, nacida en1622, que fue monja en el convento fran-ciscano de la Piedad de Guadalajara.

También tuvo presente a sus hijos ilegítimos:don Antonio de Mendoza, colegial en el mayorde los Manriques de la Universidad de Alcalá deHenares, cuya educación se la encomendó a losDuque del Infantado; doña Antonia de Mendo-za, casada con don Gerónimo Buxon o Butrón,residente en la ciudad de Sevilla; doña MaríaMagdalena de Mendoza, a la que dejó en Perú acargo de su sobrino, Rodrigo de Mendoza; y do-ña Juana de Mendoza, deseis años, a la que dejó de-positada en el monasterio dela Piedad de Guadalajara.

Fueron sus albaceas susegunda mujer, la Marquesadoña Luisa de Portocarre-ro; fray Martín de León, de laOrden de San Agustín; el pa-dre Maestro Félix Palavessi-no, predicador de Suma Pro-vincial de la Orden de laSantísima Trinidad; el padreJuan Bernardo, de los cléri-gos menores; Luis de Baeza,su sobrino, y Gerónimo deCanencia.

El Marqués tuvo, como seha dicho, varios hijos, habi-dos en diferentes madres. Del primer matrimonio tuvo a:

Don Juan de Mendo-za, nacido en Guada-lajara el 8 de septiem-bre de 1596 y muertosiendo niño.

Del segundo matrimonio tuvo a:Doña Isabel Petronila de Mendoza yPortocarrero, que fue la IV Marquesa deMontesclaros. Nació en 1619 y murió en1626. Se casó en 1627 con don Rodrigode Sandoval y Mendoza, VII Duque delInfantado. Pero este matrimonio nunca seconsumó.

Con la señora doña Ana María de Salamanca,tuvo a:

Doña Antonia María de Mendoza, quefue poetisa, mujer de gran agudeza e in-genio, se la conocía en los ambientes lite-rarios madrileños como la divina Antandra.

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Armas del tercer Marqués de Montesclarosen un manuscrito limeño coetáneo

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SALINASDe la familia Salinas, antes mencionada

como depositaria de la persona de don Antoniode Mendoza, hijo ilegítimo del virrey, diremos quesu genealogía ajustada es la que sigue:1 Sancho de Salinas fue el padre de:2 Lope de Salinas, nacido en Medina de Pomar ,en las montañas de Burgos. Se casó con Juanade Escobar, naci-da en Sevilla, dela antigua casa deRodrigo de Esco-bar. Fueron pa-dres de:3 Diego de Sali-nas, abogado, na-cido en Lima. Secasó con doñaJuana de Silva yCórdoba (fue susegundo marido),nacida en Lima,hija de Diego Fer-nández de Córdo-ba y de doñaMencía de Silva,nacida en Lisboa.Fueron sus cincohijos:

A) Diego de Córdoba y Salinas, nacido enLima en 1591.B) Doña Mencía de Silva Córdoba y Sali-nas, que se casó con Jorge Manrique deLara, oidor de las Audiencias de Charcas yde Panamá, caballero de la Orden de San-tiago; hijo de Francisco Manrique de Lara,caballero de la Orden de Santiago (era hijoilegítimo) y de doña María de Cepeda (naci-da en Lima e hija de Fernán González, ca-pitán y conquistador de Perú, y de doñaJuana de Cepeda); nacido en Lima y muer-to en la ciudad de La Plata el 8 de diciem-bre de 1626.C) Magdalena de Silva, religiosa de SantaClara. D) Alonso (fray Buenaventura) de Salinas yCórdoba, nacido en la ciudad de Lima o delos Reyes a finales de 1594 o principios de1595 y muerto el 15 de noviembre de 1653en el convento de Cuernavaca, Méjico. A

los nueve años su tío Alonso Fernández deCórdoba lo llevó a servir como paje del ci-rrey Luis de Velasco. Fue secretario mayordel Gobierno de Perú hasta que decidió to-mar los hábitos en 1616, en la Orden deSan Francisco. En ella fue lector de Teolo-gía y calificador del Consejo Superior delSanto Oficio; comisario general de las Pro-vincias de la Nueva España y de Lima. Y vi-

vió en España du-rante unos años,desde 1637.E) Doña Franciscade Salinas, quetestificó en 1575ante el Santo Ofi-cio de Lima contrael dominico frayAndrés Vélez porel comportamientoinapropiado quetuvo con ella cuan-do aún era donce-lla. Se casó conAntonio Xuárez deMedina, mercader,regidor y procura-dor general. Estosfueron padres de:

a) Doña Beatriz de Salinas, nacida enMadrid y bautizada en la parroquial deSan Sebastián el 7 de mayo de 1575 (enotros documentos aparece como nacidaen Mondragón, Vizcaya). Se casó en Li-ma (Perú) el 8 de junio de 1595 con el li-cenciado Pedro de Vergara, oidor de laAudiencia de Méjico, tesorero general,nacido en Lima o Ciudad de los Reyes, ehijo de Miguel de Aroca y de doña Marinade Vergara. Fueron padres de:

a’) Francisco de Vergara, bautizado enel Sagrario de la catedral de Lima el13 de agosto de 1606.b’) José de Vergara, nacido en Ciudadde los Reyes y bautizado en el Sagra-rio de la catedral de Lima el 27 de juliode 1607. Se casó en Lima el 16 de di-ciembre de 1648 con doña GerónimaZapata Maldonado, nacida en Méjico,e hija de Fernando Zapata Maldonadoy de doña Mariana de los Ángeles.

Palacio del Marqués de Montesclaros en la Ciudad de los Reyes(estado actual, fotografía de David Segura)

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La primera vez que ví esta pintura, borrosa ymal reproducida en blanco y negro, fue en 1997, conocasión de auxiliar a mi buen amigo el despuésmerecidamente académico José Luis Díez en suempeño de formar el gran estudio monográfico sobrela vida y la obra del granpintor Vicente López Por-taña (Valencia 1772-1850).Un empeño que se viocoronado por un gran éxito,al publicarse ese estudiomagistral en dos grandes ygruesos tomos, en 1999.Díez fichó este retrato (tomoII, página 145), como P-589,fechándolo en 1818-1819, yañadiendo que era conocidotan solo por fotografía delServicio de Recuperación delos bienes robados oincautados durante la últimaguerra civi l –de ahí suescasa calidad-.

No pude, entonces,identif icar al personajeretratado, que me parecióque era muy importante ensu época ya que en el óleoviste uniforme de gala de capitán general de losReales Ejércitos, hacia 1815-1820, y se adorna conlas bandas de las Órdenes de Carlos III, de SanHermenegildo, y de la francesa de Saint-Louis. Amás, luce la medalla de los Prisioneros Militares enFrancia (creada en 1814), y la bellísima venera de laSociedad de los Cincinnatti, detalle definitivo paraidentificar al personaje, como luego diré. Pero lamala calidad de la fotografía de la que dispuseentonces, hicieron imposible ver o adivinar esascondecoraciones.

Sin embargo, he tenido siempre a la mano ymuy presente la fotografía que entonces me facilitóJosé Luis Díez, a la espera de que se presentaseuna ocasión para completar la identificación. Y así,hace algunos años, he podido ver el óleo original –ouna buena copia, no tengo preparación para

determinarlo- en el American Revolution Institute, enWashington, y he tenido oportunidad de examinarloy de disponer de una buena reproducción paraacometer la tarea de identif icar al personajeretratado.

No ha sido difícil, yaque los capitanes generalesde la época fueron pocos,los tengo biografiados atodos, y resulta que muypocos fueron grandes cru-ces de la Orden de San Lui,y solo uno de ellos fuemiembro de la Sociedad delos Cincinnati, creada paradistinguir a los generales yoficiales que participaron enla American Revolution de1775-1783.

Se trata de ClaudeAnne Rouvroy de Saint-Simon, Marqués de Saint-Simon, Grande de España,Señor de Montbleru (*cas-ti l lo de La Faye, Deviat,Angulema, Francia 16-mar-1743 y †Madrid 2-ene-1819). Vástago de una

nobilísima familia, como hijo de Louis-GabrielRouvroy de Saint-Simon, Señor de Montbleru ycapitán de Caballería, y de Catherine-Marguerite-Jacquette Pineau de Viennay. Se casó en París el28-mar-1773 con doña Françoise-Louise Thomas dePange (*1756 y †1-jul-1777), hija de un consejerodel Parlamento de París; con dos hijos, de los quesólo sobrevivió una hija, que permaneció soltera.

Cuando tan sólo contaba diez años ingresócomo cadete en el Colegio de Arti l lería deEstrasburgo, y fue promovido a teniente en 1755,con destino al Regimiento de Auvergne. Enseguidapasó a Alemania y tomó parte en la guerra de losSiete Años, participando en todos los combatesocurridos desde 1757 a 1759. Agregado alRegimiento de Picardie, y al frente de undestacamento de voluntarios, se distinguió

UN RETRATO DE VICENTE LÓPEZ: CLAUDE ANNE DE ROUVROY, MARQUÉS DE SAINT- SIMÓN

CAPITÁN GENERAL DE LOS REALES EJÉRCITOSpor el Dr. D. Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila, Vizconde de Ayala

DE ICONOGRAFÍA

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notablemente durante la batalla de Gravenstein,como después en las acciones de Munden, Crevelt yTondenhausen. Fue teniente de la Guardia Real delEstanislao de Polonia. En 1771 ascendió a coronel yobtuvo el mando del Regimiento de Poitou, y en1775 el del Regimiento de Touraine. En 1778 viajó aInglaterra con el grado de primer brigadier, y afinales del año pasó al puerto de Brest paraembarcarse con destino a laMartinica. A su retorno, en1780, ascendió a mariscalde campo y muy luego volvióa las Antillas para agregarseal ejército que a las órdenesde don Victorio de Naviaoperaba en la isla de SantoDomingo.

Después iría con laescuadra del Conde deGrasse a Norteamérica,donde se distinguió en lalucha contra los británicos yen favor de los colonosnorteamericanos rebeldes:allí asistió a la rendición delgeneral británico Cornwallistras el sit io y batalla deYorktown (19 de septiembre al 19 de octubre de1781), en la que resultó herido de gravedad. Vueltoa las Antillas para atacar las posesiones inglesas,logró apoderarse de la isla de San Cristóbal; pero lagravedad de su herida, que se había gangrenado, leobligaron a regresar a Francia, desembarcando enBrest en abril de 1782; diole entonces Luis XVI lagran cruz de la Orden Militar de San Luis. Fuegobernador de Saint-Jean-Pied-de Port en 1783, ydel Franco Condado en 1788.

Diputado en los Estados Generales en 1789,emigró en los primeros tiempos de la Revolución ehizo la campaña de 1792 en la Armée des Princes.Tras la decapitación de su soberano, como presuntoGrande de España que era -por ser el heredero desu tío el célebre Duque de Saint-Simon-, solicitó delRey Don Carlos IV continuar sus servicios en losReales Ejércitos, lo que se le concedió el 16 demayo de 1793, con el grado de mariscal de campo.Luchó, pues, contra sus compatriotas al frente de laLegión Real de los Pirineos, manifestando un valorsuicida en Castel-Pignon, los Alduides y Baigorri,recibiendo un balazo que le atravesó el cuello, yenseguida otro en el pecho en Euguí, pero sinabandonar el mando nunca. En octubre de 1793ascendió a teniente general, en 1795 fue segundojefe del Ejército de Navarra, y tras la paz de Basileafue capitán general interino de Castilla la Vieja. Enmarzo de 1801 recibió el mando del ejército de

Galicia, con el que participó en la campaña dePortugal, sirviendo allí hasta la paz con Inglaterra.Ese mando le valió la confirmación de su Grandezade España, y la gran cruz de la Orden Española.

Cuando la francesada, se negó a jurar aJosé Bonaparte, y cuando su hermano el granNapoleón se presentó a las puertas de Madrid, en

diciembre de 1808, defendióla puerta de Fuencarral contal denuedo y causandotales pérdidas al enemigoque, tras caer prisionero desus compatriotas, el Empe-rador le condenó a muerte.Indultado de esa pena inextremis, gracias a que suhija se echó a los pies deBonaparte y le suplicó lavida de su padre, fue con-ducido a Francia y ence-rrado durante seis años enla fortaleza de Besançon,en su recordado FrancoCondado.

Liberado allí por loscosacos del Zar Alejandro Ia la caída de Napoleón,

regresó a España y pidió continuar sus servicios enlos Reales Ejércitos, fidelidad que conmovió a DonFernando VII y le valió el tercer entorchado, el decapitán general de los Reales Ejércitos. Durante susúltimos años fue coronel del Regimiento de Guardiasde Infantería Valona, puesto que desempeñabacuando una pulmonía le produjo la muerte.

Fue caballero gran cruz de la Real yDistinguida Orden Española de Carlos III (1802),gran cruz de las militares de San Hermenegildo(1815) y de Saint-Louis francesa (1780), tuvo lamedalla de los Prisioneros Militares en 1814. y eláguila de la Sociedad de los Cincinnatti.

Así, siquiera sea con veinte años de retraso,he logrado identificar a otro de los retratados porVicente López, que teníamos pendientes José LuisDíez y yo. Laus Deo.

FUENTES

Archivo General Militar de Segovia, expedientepersonal. Gazeta de Madrid del 11 de febrero de 1819(necrología). Marqués de LOZOYA, La campaña deNavarra (1793-1795) en las cartas de la señora doñaJuana María de Escobar y Silva-Herrera, Marquesade Lozoya (Valencia, 1925), págs. XXV-XXXII. JoséLuis DÍEZ, Vicente López (1772-1850) (Madrid, 1999,dos tomos).

Clemencia de Napoleón hacia la señorita de Saint-Si-mon, en diciembre de 1808. Óleo de Charles Lafont(1810) en el Museo de Historia de Francia, Versalles

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El 28 de enero de 1929 se produjo el rarocaso del fallecimiento en el ejercicio del cargo delentonces presidente del Tribunal Supremo deJusticia, y ello motivó que se dictasen algunasnormas ceremoniales para honrar al difuntoy acompañar su cadáver hasta la sepultu-ra. Me ha parecido curioso transcribirlas,tal y como se publicaron entonces en laGaceta de Madrid del 29 de enero de1929.Ilmo. y Excmo. Sres.: Habiendo fallecido enesta Corte el Presidente del Tribunal Supre-mo de Justicia, Excmo. Sr. D. Rafael Bermejoy Ceballos-Escalera, Magistrado ilustre, unánime-mente respetado y estimado por sus virtudes y porsus méritos, que siempre se distinguió por la recti-tud de sus juicios y la elevación de su concepto delas funciones judiciales como por, la dignidad conque ejerció éstas, y debiendo ser trasladado su ca-dáver mañana martes, 29 de Enero, a las tres y me-dia de la tarde, desde la casa mortuoria, calle de Al-calá, número 48, a la estación de los ferrocarrilesdel Norte para ser trasladado a Valladolid, donde hade recibir, sepultura, S. M. el Rey (q.D.g.), para quesea honrada como; merece la memoria del finado,se ha servido disponer:1º Que se haga saber lo expresado a todos los fun-cionarios de las Carreras judicial y fiscal y a los Au-xiliares de la Administración de Justicia con residen-cia en esta Corte, para que, en cumplimiento de loque preceptúa la Real orden de 4 de Octubre de1878, asistan a los actos de conducción del cadá-ver, conforme al ceremonial acordado por el Tribu-nal Supremo en 1861, sin más excepción que losfuncionarios del Juzgado de guardia y los que a lahora señalada tengan que practicar diligencias ina-plazables.2º Que todo lo preceptuado en el número anteriorsea aplicable a los funcionarios de las Carreras judi-cial y fiscal y a los Auxiliares de la Administraciónde Justicia con residencia en Valladolid, respecto alsepelio del cadáver del Sr. Bermejo, y a los demásactos fúnebres dedicados a su memoria que en di-cha ciudad se efectúen.3º Que a los actos fúnebres que se celebren en Ma-drid concurran el Ministro firmante, los Directores

generales y los Jefes de Sección de este Ministerio;y a la conducción del cadáver, además, con ha-chas, seis Porteros del Ministerio, que velarán yescoltarán aquél, alternando con los de los Tri-bunales designados al efecto.4º Que el cadáver sea acompañado a Va-lladolid, hasta que reciba sepultura, poruna Comisión del Tribunal Supremo, quedesignará su Presidente interino, y por elDirector general de Asuntos judiciales yeclesiásticos, en representación del Minis-tro que dicta esta disposición, si el mismo Mi-

nistro, por sus ocupaciones ineludibles, no pu-diera acompañarle; y5º Que siendo públicos los beneficios dispensadosen varias ocasiones por el finado a la AsociaciónMutuo-Benéfica de Funcionarios de la Administra-ción de Justicia, queden autorizados dicha Asocia-ción y su Consejo de Administración para adoptarlos acuerdos qué estimen oportunos con el fin deque la memoria de su finado bienhechor sea honra-da debidamente. De Real orden lo digo a V.I y V.E. a los efectos Indi-cados. Dios guarde a V.I. y V.E. muchos años. Ma-drid, 28 de Enero de 1929. PONTE.Señores Director general de Asuntos judiciales yeclesiásticos y Presidente interino del Tribunal Su-premo de Justicia.

Tan solo hemos de añadir nosotros que elpresidente don Rafael Bermejo y Ceballos-Escalerahabía nacido en Soria el 3 de octubre de 1857. Per-sona muy ilustrada, siguió la carrera de leyes y lue-go la judicial: fue magistrado de las Audiencias deCádiz (1902) y Valladolid (1903), fiscal de la Audien-cia de Granada (1905), presidente de las Audien-cias de Valladolid (1906) y Pamplona (1906-1908),magistrado del Tribunal Supremo, y finalmente pre-sidente del Tribunal Supremo de Justicia (1926-1929). A más de senador del Reino por la provinciade Burgos (1914-1923) y gran cruz de la Real y Dis-tinguida Orden Española de Carlos III (1928). Fuecasado con doña Trinidad Díaz de Velasco y Bajo,natural de Burgos, y de esta unión nacieron varioshijos, pero todos premurieron a sus padres alcan-zando los doce años de edad, a causa de la hemo-filia.

DE RE CEREMONIAL

HONRAS FÚNEBRES DEL PRESIDENTE DEL TRIBUNALSUPREMO EN MADRID Y VALLADOLID, AÑO DE 1929

por el Dr. D. Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila, Marqués de la Floresta

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Sobre la presencia contemporánea en Es-paña de la Orden del Santo Sepulcro Jerusalén -esdecir, a partir de la re-creación de la Orden en1847, en Jerusalén-, se ha escrito mucho y bueno:me refiero principalmente a la obra del llorado P.Gonzalo Martínez Díez s.j., catedrático de la Uni-versidad de Valladolid, La Orden y los caballerosdel Santo Sepulcro en la Corona de Castilla (Bur-gos, 1995); y a la colectiva de Francisco Bueno Pi-menta, Manuel Montese-rín Álvarez y Luis Valerode Bernabé y Martín deEugenio, Historia de laOrden de Caballería delSanto Sepulcro de Jeru-salén (Madrid, 2001). Enellas se contienen rela-tos muy acuciosos acer-ca del re-establecimientode la Orden en España,tras la anexión a la Or-den de San Juan, decre-tada por el Papa Inocen-cio VIII en 1489.

Sin embargo, endichos textos no se tratan apenas algunos aspectosque creo de interés, no solo para las dos Lugarte-nencias españolas –durante algunos años fuerontres los capítulos hispanos: el de Madrid, el de Bar-celona y el de Valencia-, sino para el conjunto de lapropia Orden. Me refiero a las circunstancias de sureconocimiento oficial, por parte de la Corona y porparte del Estado: un reconocimiento oficial a la vezinsólito, y que creo de gran trascendencia.

Examinemos los hechos. Cuando, a partirde 1847, los sepulcristas hispanos comenzaron aser numerosos, la Reina Doña Isabel II firmó unareal orden de 27 de octubre de 1864, poniéndolosbajo la autoridad del comisario general de los San-tos Lugares, y con prohibición de reunirse sin su li-cencia. Esto no dejaba de ser una anomalía, ya queles sustraía del superior gobierno del Patriarca lati-no de Jerusalén, jefe de la Orden -y, en definitiva,

les separaba de la suprema autoridad del propioPapa romano-.

Pero, en el contexto de las libertades ciuda-danas que produjo el Sexenio revolucionario, la pri-mera Asamblea de los caballeros sepulcristas espa-ñoles se formó en Madrid en marzo de 1874 -alamparo de la Ley de Asociaciones de 1869-, y deella salió electa una Comisión, que en breve produ-jo un proyecto reglamentario, que fue votado en oc-

tubre del mismo año, ycomunicado, para su su-perior aprobación, tantoal Patriarcado Latino deJerusalén, como al Mi-nisterio de Estado espa-ñol. La respuesta de esteorganismo fue contrapro-ducente para los intere-ses de los sepulcristas,pues se les recordaronlas limitaciones impues-tas por la aún vigente re-al orden isabelina de1864.

Durante los años de 1876 a 1899, comoconsta en las bellas tarjetas de convite de mi propiacolección, la Orden del Sepulcro solía reunirse paracelebrar sus ceremonias religiosas en los templosmadrileños de San Antonio del Prado, de San Gi-nés, y sobre todo de Nuestra Señora del Carmen yde San Luis. En alguna ocasión, esas ceremoniasfueron conjuntas, es decir con los caballeros de laOrden de San Juan. En el número antecedente deestos Cuadernos de Ayala ya dimos cuenta de unacarta enviada a Roma por el nuncio en Madrid, de 7de diciembre de 1892, relatando que los sepulcris-tas hispanos no tenían ni iglesia ni capilla propias,porque no tienen rentas; que por su propia iniciativaescogen una iglesia, frecuentemente la de San Gi-nés, una de las más frecuentadas de Madrid, en laque solamente celebran el Jueves Santo y el Vier-nes Santo; y proponiendo que en adelante se lesautorizase a celebrar cada año la festividad del

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EL RECONOCIMIENTO OFICIAL EN ESPAÑADE LA ORDEN DEL SANTO SEPULCRO DE JERUSALÉN

(DE 1874 A 1980)por el Dr. D. Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila, Vizconde de Ayala

DE RE CABALLERESCA

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Santo Sepulcro, en el segundo domingo despuésde la Pascua.

Así las cosas, la promulgación de la Consti-tución de 1876 dio nuevo aliento a los sepulcristasespañoles, que redactaron un nuevo reglamentoasociativo en aquel mismo año, que fue aprobadopor el Gobierno Civil deMadrid. Pero el Ministe-rio de Estado volvió aponer trabas a las reu-niones capitulares de laOrden en España, sibien las autorizó a títuloprivado, y siempre enpresencia de un repre-sentante ministerial.

Durante los añosque siguieron, los caba-lleros de la Orden delSanto Sepulcro de Jeru-salén continuaron desa-rrollando sus actividadesen un contexto jurídicoalgo ambiguo: el Capítu-lo que habían formadono estaba reconocido niautorizado oficialmentepor el Patriarcado jeroso-limitano -que no lo apro-bó hasta 1891-, ni tam-poco en España. Perosus actividades se tolera-ban y se aceptaban porparte del Gobierno. Note-mos que esas activida-des públicas eran cadavez más concurridas -caballeros y damas sumabanya dos centenares y medio-, y cada vez más bri-llantes en términos ceremoniales, hasta el punto deque asistieron a ellas, en varias ocasiones, hasta elpropio presidente del Consejo de Ministros -recor-demos que lo fue, desde 1885, el caballero sepul-crista don Práxedes Mateo y Sagasta-, y varios desus integrantes, al lado de otras altas autoridadescoetáneas.

El impulso sagastino parece que fue deter-minante -don Práxedes presidió desde 1889 el pro-pio Capítulo-. Y, así, sería ya en las postrimerías deaquel siglo XIX cuando ya la Orden alcanzase unreconocimiento oficial pleno, tras la autorización delpatriarca de Jerusalén, lugarteniente de la Orden,dada el 10 de febrero de 1891, para la formacióndel Capítulo español. Fue mediante las reales órde-

nes de 23 de marzo de 1893 (por la que se recono-cía la dependencia directa del Capítulo español, dela propia sede romana de la Orden, y no ya del co-misario español de los Santos Lugares); de 4 deagosto de 1894 (por la que se autorizaba a los ca-balleros españoles a reunirse en Capítulo); y de 21

de febrero de 1899 (porla que se autorizaba alCapítulo sepulcrista areunirse en adelante enel templo de San Fran-cisco el Grande, seña-lándoles además el pa-tronato de su capilla delCalvario, y otras dos de-pendencias anejas paravestuario y almacén deefectos). En esas tresdisposiciones legales sehallan las bases del re-conocimiento oficial de laOrden en España.

Notemos que, al me-nos desde 1868, las au-torizaciones de uso enEspaña de las insigniassepulcristas se tramita-ron por el Ministerio deEstado y como si se tra-tase de las de una Or-den de Estado extranje-ra. Nada menos. Poreso, a partir de 1899 yhasta 1931, las resolu-ciones favorables se pu-blicaban regularmente

en la Gaceta de Madrid, donde pueden consultarse.De la década de 1870 data la regulación de

la licencia de uso de las insignias sepulcristas enlos uniformes del Ejército, que conocemos a travésde varios retratos de militares coetáneos. Esta auto-rización de uso de insignias sobre el uniforme mili-tar se ha mantenido en el tiempo, hasta el punto deque la Instrucción General, promulgada en noviem-bre de 2012 por el Jefe del Estado Mayor del Ejérci-to, la mantiene en vigor hasta ahora.

Pero hubo más: hubo la insólita vinculaciónde la Orden con la Corona de España. En 1894, ainstancia de los Capítulos sepulcristas de Madrid yde Barcelona, Su Santidad el Papa distinguió aS.M. la Reina Regente Doña María Cristina, y a laInfanta Doña Isabel, con el gran collar de la Orden;lo que ambas Señoras aceptaron complacidas. El

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española. Esto se intentó durante el gobierno dePrimo de Rivera, y se llevó tan adelante que inclusose llegó a redactar el real decreto correspondiente.La caída del dictador, en enero de 1930, se produjocuando estaba ya a punto de firmarlo el Rey DonAlfonso XIII, y después el asunto quedó ya en agua

de borrajas.Pocos años antes, ya

se venía intentando la in-corporación de la Ordendel Santo Sepulcro a laGuía Oficial de España,título que en 1873 tomóla veterana Guía de Fo-rasteros que se publica-ba desde 1722: es decir,la publicación guberna-mental que cada año re-cogía a todo el elementooficial de la España con-temporánea. La Ordenquiso así seguir a la deSan Juan de Malta quelogró tal privilegio en1910, a pesar de sertambién una Orden ex-tranjera –hoy sabemosque lo hizo mediante unsubterfugio bastante gro-sero-. Pero tampoco tu-vo éxito ese intento se-pulcrista.

Muy mayor importan-cia tiene, a mi juicio, encuanto se refiere al reco-nocimiento de la Ordenpor parte del Estado, el

hecho de su gravamen fiscal, que ha perdurado du-rante un siglo. Es sabido que las sucesiones y reha-bilitaciones de Grandezas de España y Títulos delReino están sujetas a un impuesto específico desde1846, cuando se suprimieron los más añejos gravá-menes de las lanzas y la media anata. Menos cono-cido es el hecho de que, a partir de 1814, la conce-sión de cruces de las Órdenes Reales españolastambién lo ha estado, como igualmente el de usoen España de cruces extranjeras. Y más aún a par-tir de 1847: de ese año data la imposición fiscal a lapertenencia y uso de insignias de pertenecer al Re-al Cuerpo de la Nobleza de Madrid, y a las cincoReales Maestranzas de Caballería.

Al acabar el siglo XIX se promulgó la Ley de5 de diciembre de 1899, reguladora del impuesto

22 de diciembre de 1906, S.M. el Rey Don AlfonsoXIII aceptó su nombramiento como gran bailío yprotector de la Orden en España; enseguida, reci-bieron el collar sepulcrista S.A.R. el Infante DonCarlos (1906), S.A.R. el Infante Don Alfonso de Or-leáns y Borbón (1907), y S.M. la Reina Doña Victo-ria Eugenia (1908). Y,tras la instauración de laMonarquía constitucionalen 1975, entre 1989 y1992 aceptaron el collarSS.MM. los Reyes DonJuan Carlos y Doña So-fía, y los Augustos Seño-res Condes de Barcelo-na; y la gran cruz S.A.R.el Príncipe de Asturias,SS.AA.RR. las InfantasDoña Elena y Doña Cris-tina, y S.A.R. el InfanteDon Carlos.

De la vinculaciónde la Orden del SantoSepulcro a la Corona y ala Real Familia derivó suinclusión en los ceremo-niales palatinos, y de Es-tado -en las CapitaníasGenerales y en los Go-biernos Civiles de lasprovincias-. Así la real or-den comunicada de 19de enero de 1926 (Gace-ta de Madrid del 20), in-cluyó a los miembros dela Orden en la depen-dencia del Ministerio deEstado, situando su precedencia después de -poreste orden- los caballeros no grandes cruces de lasÓrdenes de Carlos III, de Isabel la Católica y deSan Juan de Malta; y antecediendo a los condeco-rados de las Órdenes extranjeras.

Notemos que en esa disposición legal semenciona al Santo Sepulcro como Orden Militar, yque este mismo adjetivo lo usaba entonces habi-tualmente la Orden -por ejemplo, en el mismo de-creto del Patriarcado autorizando la formación delCapítulo español, en 1891-. Esto se hizo, sin oposi-ción alguna, en todas sus publicaciones, escalafo-nes y convocatorias.

Otro episodio del proceso de oficializaciónde la Orden del Santo Sepulcro en España, es sufallida conversión en una verdadera Orden Militar

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autoridades del Reino a título privado, hacia 1889;de la constitución legal por parte del Patriarcado en1891; del reconocimiento oficial por la del Estadomediante tres reales órdenes datadas entre losaños de 1893 a 1899, y por las leyes fiscales de1899 y de 1921; y del reconocimiento de la Corona,en fin, entre los años de 1894 a 1906.

Notemos, para concluir, que ese reconoci-miento oficial de la Coro-na y del Estado sitúa a laOrden del Santo Sepul-cro de Jerusalén, en Es-paña, en una posición ju-rídica extraordinaria,insólita entre todas lasÓrdenes y Corporacio-nes nobiliarias y caballe-rescas: es decir, a lamisma altura que goza-ron las cuatro ÓrdenesMilitares españolas has-ta 1931, y el Real Cuer-po de la Nobleza de Ma-drid, y las cinco RealesMaestranzas de Caballe-ría de Sevilla, Granada,Valencia, Ronda y Zara-goza, hasta hoy(1). Y esque es bien sabido que,hoy en día, solamenteson esas seis las Corpo-raciones que en Españapueden llamarse propia-mente nobiliarias, porgozar de ese doble reco-nocimiento legal de laCorona y del Estado.Reconocimiento que,hasta 1980 -vigente ya laactual Constitución Es-

pañola-, se alargaba hasta los mencionados aspec-tos fiscales: porque, ¿qué mayor reconocimientooficial que el de pagar impuestos?

N O T A S1) Ese no fue nunca el caso de la Orden de Malta, consi-derada siempre extranjera en España. Por eso la perte-nencia a ella, aunque siempre tuvo prestigio social, yaunque mereció ciertos privilegios, ha carecido de un re-conocimiento oficial semejante, y jamás ha tributado por-que jamás ha sido una institución oficial en España. Poreso mismo, en España esa Orden no puede considerar-se nobiliaria, en cuanto que, en este Reino, la pertenen-cia a ella carece de cualquier reconocimiento oficial o le-gal de la nobleza de sus ilustres integrantes.

especial de Grandezas, Títulos y Condecoraciones,y en la misma fecha su Instrucción Provisional, quefijó las tarifas correspondientes. Ambas entraron envigor en enero de 1900. En ellas se diferenciabantres epígrafes fiscales: las Grandezas y Títulos, losHonores, y las Condecoraciones nacionales y ex-tranjeras: las cruces de la Orden del Santo Sepul-cro tributaron desde entonces en el epígrafe de Ho-nores, junto a las insignias del Real Cuerpo de laNobleza de Madrid, y delas cinco Reales Maes-tranzas de Caballería.Exclusivamente: ese gra-vamen afectaba solo a laOrden y a esas seis Cor-poraciones –y a ningunaotra Orden o Corpora-ción-.

El primitivo im-puesto se fue actualizan-do en sus tarifas median-te la ley de 29 de abril de1920; la ley de reformatributaria de 27 de juliode 1922 -vigente durantedecenios-; el decreto-leyde 7 de julio de 1960; yla ley de 1º de julio de1967, del Impuesto Ge-neral sobre Transmisio-nes Patrimoniales y Ac-tos Jurídicos Documen-tados. La reforma de es-ta por la Ley 32/1980, de21 de junio, vigente deseel 1º de enero de 1981 -ya en plena Monarquíaconstitucional y demo-crática- produjo la des-gravación fiscal de lascruces de la Orden, como las del Real Cuerpo de laNobleza de Madrid y de las cinco Reales Maestran-zas de Caballería. Pero no cabe duda de que el re-conocimiento de la Orden quedó absolutamente fi-jado por esta circunstancia fiscal.

Como hemos expuesto, el camino seguidodesde 1874 por los caballeros de la Orden del San-to Sepulcro para alcanzar un reconocimiento plenopor parte del Estado y de la Corona, fue largo en eltiempo, pero se vio coronado por un gran éxito;aunque se jalonó con algunos fracasos menores.En ese camino se sucedieron los hitos del reconoci-miento del Capítulo como asociación privada en1876; del reconocimiento social y de las más altas

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La rota o rueda documental es aquel emble-ma, signo o marca de validación del que hicieron usoprincipalmente los monarcas leoneses y castellanosdesde mediados del siglo XII a fines del siglo XV. Suuso diplomático dio origen a un tipo documental espe-cífico denominado privilegiorodado, que al constituir elmás solemne que podía serexpedido por la Cancilleríaregia, quedaba reservado alos más importantes nego-cios, privilegios o donacionesefectua- das por los monar-cas en el ejercicio de su au-toridad.

En sí misma la rotallegará a constituirse en unsigno regio y, como tal, juntoal sello de cera o plomo, enel elemento validador másimportante y destacado delque hacía uso el rey. Aunquedispuso de un indudable ori-gen pontificio, tras su intro-ducción por el papa León IX(1049-1054) en las bulas ma-yores expedidas por su can-cillería –imitando en buenamedida la faz de sus sellos plomados-, y su posteriordesarrollo en el pontificado de Pascual II (1099-1118),prontamente influirá en otras cancillerías europeas,como las hispánicas.

Su introducción en los usos cancillerescos his-pánicos estuvo de la mano del arzobispo Diego Gel-mírez (1100-1140), prelado compostelano, desde1115, siendo imitado por algún que otro obispo gallegomás. Sin embargo, el primer reino peninsular que haráuso de la misma como signo regio será Portugal, don-de la vemos aparecer desde 1153, con Alfonso Henrí-quez. Aunque en un principio la rueda acogía el nom-bre de los principales miembros de la familia real –rey,reina e infantes-, desde 1189, la reina –doña Dulce-,como consorte regia, pasará a disponer de su propiarueda como signo validatorio y confirmatorio.

Le seguirá el reino de León, a la muerte delemperador Alfonso VII (1126-1157), de la mano del reyFernando II (1157-1188), aunque introduciendo un sig-no parlante en el campo de la rueda -un león pasantemirando a la izquierda-, rodeado de la leyenda “sig-

num Fernandi regis legionen-sis”. De manera análoga pro-cederá su hijo y sucesor, elrey Alfonso IX (1188-1230).

En el reino de Castilla,la tradicional cruz patada so-bre astil que ya utilizaran mo-narcas leoneses anteriores,aparece ahora ubicada en elcampo del signo rodado, queserá igualmente la marca va-lidatoria utilizada por los re-yes castellanos independien-tes en sus diplomas mássolemnes hasta el reinadodel monarca unificador, Fer-nando III (1217-1252) y de suhijo Alfonso X (1252-1284).Sin embargo, a diferencia delreino de León, el signo roda-do dispuso de una tardía im-plantación en el reino deCastilla, donde no le vemos

aparecer hasta el año 1165, en plena minoría de edaddel rey Alfonso VIII (1158–1214)(1).

Como reino heredado por el primogénito delemperador leonés, el efímero rey Sancho III, adopta-rá como signum regis la misma cruz griega patada so-bre astil con volutas a derecha e izquierda, de ascen-dencia visigoda(2), de la que hiciera uso la cancilleríade Alfonso VII, inserta ahora en el campo formado porun doble círculo que porta en su interior la leyendaidentificadora de su titular en latín: Signum regis Ade-fonsi. Con la llegada a la Cancillería del maestro Pe-dro de Cardona (1178-1182), tal artificio floral fue eli-minado consagrándose en adelante un nuevo diseñocrucífero en el que, sin abandonarse el alargado astilsobre el que posa, se aprecia como rasgo principal undestacado engrosamiento del patado de sus brazos,depurando su trazado.

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REGINALIDAD CANCILLERESCA: EL SIGNO RODADOY LOS SELLOS DE LA REINA BERENGUELA DE CASTILLA

(1217-1246)ALGUNAS CONSIDERACIONES ICONOGRÁFICAS

por el Dr. D. Félix Martínez Llorente, catedrático de Historia del Derecho, Universidad de Valladolid

DE RE SIGILOGRAFICA

Signo rodado de la reina Leonor, esposa de Alfonso VIIIde Castilla (1158-1214), en un diploma de noviembre de

1179 (Colección particular, en Francia)

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Una singularidad se va a producir en el reinode Castilla presidido por el rey Alfonso VIII (1158-1214) cual es la extensión del uso del signo rodado aotros miembros de su familia,como su esposa la reina Leo-nor de Inglaterra (1170-1214)o su hija la reina Berenguela(1180-1246).

De la reina Leonorconservamos dos diplomasque portan su signo rodado.El primero datado el 30 deabril de 1179(3) y el segundode 19 de noviembre del mis-mo año(4). Aunque el motivoprincipal recogido en el campodel signo rodado de ambos esel mismo –una mano extendi-da vista por su palma- sin em-bargo presentan algunas dife-rencias más. Por de pronto enel diploma de abril de 1179custodiado en la Catedral deToledo la palma diestra exten-dida de la reina aparece dibu-jada ocupando la totalidad delcampo circular, muy estilizaday exhibiendo los pliegos delropaje de su manga –como“símbolo jurídico de acción”,en indudable actitud de acep-tación del negocio y de com-promiso mutuo que obliga alas partes contratantes, ade-más de “roboratio” o “robra” que daba fuerza, publici-dad y eficacia en derecho al acto jurídico(5)-, en el sig-no rodado del diploma de noviembre de 1179 la manode la reina, que ocupa el mismo espacio en su campo,es de factura mucho menos elaborada, además de co-rresponder a la izquierda, sumándose a la misma através del dedo corazón una cruz patada sobre astilidéntica a la reproducida en los signos rodados de suesposo, el rey Alfonso VIII(6).

Aunque resulta aventurado y difícil interpretarla razón última de esta singular emblemática, es muyprobable que detrás de la mano de la reina Leonor asírepresentada, unida en su extremo digital a la Cruz re-gia de su esposo el rey Alfonso VIII, se haya pretendi-do reflejar simbólicamente una unidad de acción re-gia(7) en la que la soberana asume, sin embargo, unacuota de protagonismo político nunca antes desarro-llado por una consorte real y del que da fe la confec-ción de semejantes e inusitados privilegios rodados.Ello no haría sino confirmar el decisivo papel de cola-boración e influencia política que sin duda sabemosejerció la hija del poderoso rey de Inglaterra a lo largodel reinado de su esposo el rey Alfonso VIII de Castilladesde su casamiento(8).

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El uso por la reina Leonor de un privilegio ro-dado con inserción en el mismo de una rueda de ge-nuino, singular y exclusivo trazado constituye un caso

único entre las reinas consor-tes a lo largo de la historia deeste instrumento de validacióndocumental medieval castella-no y leonés.

Por lo que se refiere asu hija, la reina doña Beren-guela (1180-1246), de la queconocemos tan sólo el signorodado que comentamos, lle-gado hasta nosotros a travésde una copia imitativa insertaen el traslado que del diplomaoriginal datado en 15 de mar-zo de 1215 se hiciera en elTumbo del monasterio gallegode Santa María de Sobradode los Monjes, constituye uncaso algo diferente.

Por de pronto, la reinase encontraba ejerciendo poraquellos fechas y desde el fa-llecimiento de su madre, lareina Leonor, el 31 de octubrede 1214, la tutoría de su her-mano el rey Enrique I de Cas-tilla (1214-1217) en calidad deregente(9), de la que se le des-poseerá escasamente unosmeses más tarde, en abril de1215, por el conde Álvaro Nú-

ñez de Lara. Esta singular circunstancia le legitimabaplenamente a poder hacer uso de semejante elementovalidatorio regio, imitando en su diseño la cruz patadasobre astil de la que por aquel entonces venía hacien-do uso el rey castellano, aunque introduciendo en elespacio entre los círculos en donde se recogía la iden-tidad regia, la leyenda tomada del Libro de los Sal-mos, concretamente del séptimo de los penitenciales,el 143 (142) “DOMINE : DOCEME : FACERE :UOLVNTATEM : TUAM” o lo que es lo mismo, “Señor,enséñame a cumplir tu voluntad”(10).

Es probable que la soberana tomase prestadatal divisa o lema del que, por aquellas fechas, hacíauso el Papa Clemente III (1187-1191), y que podemosapreciar inserto en el círculo que rodea indefectible-mente su rota diplomática: DOCE ME, DOMINE, FA-CERE UOLUNTATEM TUAM. Contamos con algunavaliosa muestra de ello en el ámbito hispánico, comolos signos rodados de sendos documentos de dichoSumo Pontífice conservados en el archivo del RealMonasterio de Santa María de las Huelgas de Burgos,datados el 2 de enero y el 18 de mayo de 1188, res-pectivamente(11).

Signo rodado de la reina doña Berenguela (1215, mar-zo 15), copiado en el Cartulario del Monasterio de So-brado de los Monjes (A.H.N., Libro 976, folio 77r). Laleyenda que circunda el mismo es: DOMINE : DOCE-ME : FACERE : UOLVNTATEM : TUAM (Señor, ensé-ñame a cumplir tu voluntad), tomado del Salmo 143

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SELLOS CÉREOS DE BERENGUELA Y DE ENRI-QUE I (1214-1217)

Además de este signo rodado, del que lamen-tablemente carecemos de más reproducciones, queha motivado las precedentes líneas, la reina Beren-guela, reina consorte de León además de soberana ti-tular de Castilla a la muerte de su hermano el rey Enri-que I –de cuyos derechos al trono abdicará en favorde su hijo Fernando III, aunque conservando la regiatitulación, como corregente o correinante-, dispuso dehasta tressellos dife-rentes en ce-ra, de los quetan sólo nosha llegado lafactura deuno.

En ci-erta carta porla que la so-berana reci-bía en ampa-ro al monas-terio de Es-lonza, datadaen 1197, cu-yo original sinsello está depositado en el A.H.N. (Clero, c.966, nº 3),pendía aún en el siglo XVIII -como testimonia el Mss.18387, fol. 75 de la B.N.E.- un “sello de cera con leóny un caballero montado en caballo”, coincidente conaquel que, por aquellas fechas, venía haciendo uso suesposo, Alfonso IX de León.

Sin embargo, por otro privilegio poco posterior–de marzo de 1198- por el que la reina Berenguela to-maba bajo su amparo y defensa a la iglesia de Astor-ga, se nos ofrece noticia de una composición sigilaralgo diversa de la anterior, de lo que dejarán testimo-nio fehaciente los Mss. 717 (fol. 126v) y 6683 (fol. 82r)de la Biblioteca Nacional de España: “tiene un sellode cera con las armas de León, de la una parte, y unareyna de la otra”.

El último de los sellos regios, este sí un origi-nal llegado milagrosamente hasta nuestros días,adopta la forma de sello ojival –muy propio de du-eñas y eclesiásticos- reproduciendo en su anverso lasarmas de Castilla y en el reverso las de León. Se en-cuentra colgante de cintas de cuero de un diploma ori-ginal de la Catedral de Toledo (sign. Z.9.M.1.2.) expe-dido por su arzobispo, don Rodrigo Jiménez de Rada,el 2 de enero de 1215(12). De este mismo sello nosofrecen, también, detallada y precisa copia los dibu-jos a plumilla que realizara en su día Francisco J.Santiago y Palomares (1728-1796), tomándolos direc-tamente del original custodiado en el archivo catedrali-cio de Toledo, actualmente depositados todos ellos en

la Biblioteca Nacional de España(13).Mientras los dos primeros ejemplares enuncia-

dos serían fiel reflejo en su diseño de la condición dereina consorte de la que disfrutaba la titular –portandolas armas gentilicias del esposo, a saber, un león-, re-servando el reverso sigilar en el segundo caso a latradicional figuración femenina en bipedestación, en elcaso del último de los ejemplares –el único llegadohasta nosotros-, la reina hace invocación ya en lasdos caras del sello de aquellos emblemas que consi-

dera indistin-tamente comoarmas de dig-nidad –comotitular del tro-no- y de linaje–en cuantoque descen-diente del li-naje de los re-yes de León ala par que rei-na y soberanade León-, asaber, un leóny un castillo,de maneraequivalente.

En este mismo diploma toledano se llegaron adisponer, además del sello céreo de la reina Beren-guela ya enunciado, otros tres más: el del rey EnriqueI de Castilla, el del arzobispo de Toledo, don RodrigoJiménez de Rada, y el de F. Sancho, al frente del Ca-bildo catedralicio toledano. Así aparece registrado porel propio escribano en el escatocolo del documento:“et ut hec carta firmior habeatur, appositione sigillorumdomini regis Henrici et predicte regine legionis sororissue, necnon et sigillorum domini Archiepiscopi, et F.Sancii, et capituli toletani, et subscriptionibus Archie-piscopi et canonicorum fecimus comunire” [y para fir-meza de esta carta, pusieron sus sellos en ella el reydon Enrique y la enunciada reina de León, su herma-na, así como los sellos del señor Arzobispo y de F.Sancho y cabildo toledano, suscribiéndole comunal-mente arzobispo y canónigos].

De todos ellos tan sólo nos han llegado dos,además del de la reina Berenguela ya enunciado: eldel arzobispo Rodrigo Jiménez de Rada –en cera, enforma de doble ojiva o almendrada, pendiente de cin-tas de cuero, con el prelado sedente investido de pon-tifical todos sus atributos episcopales (mitra, báculo,palio) en actitud de bendecir y la leyenda circular + S: RODERICI : TOLETANI : ARCHIEPI : HISPANIARVM: PRIMATIS-, y el del Cabildo catedralicio toledano –sello de cera de una sola impronta en forma de dobleojiva pendiente de cintas de cuero, con la imagen se-dente de la Virgen María, con el Niño Jesús en los

Anverso y reverso del sello de cera de la reina Berenguela (enero de 1215)(Archivo de la Catedral de Toledo, sign. Z.9.M.1.2).

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mando, en cuya mitad superior luce ya unas armasheráldicas de dignidad –de rey de Castilla-, consisten-tes en un castillo de tres torres, rodeando todo ello la

leyenda + SIGILLVM REGISHENRICI. En el reverso, castillode tres cuerpos y tres donjoneso torres, más alta y gruesa lacentral, coronadas de dos mer-lones, tres la central, con venta-nas y puerta abierta, con la le-yenda circular +REX TOLETI ETCASTELLE(18).

N O T A S1) PARDO (1999), p. 246.2) Vid. al respecto OSTOLAZA(1996), p. 455; GONZÁLEZ DIEZ;MARTÍNEZ LLORENTE (2002), pp.34-62; CARRASCO (2012), pp. 83-84, 88, 97, 135.3) 1179, abril 30. Toledo (A.C.T.,sign. A.2.G.1.5. Perg. Orig. 260/355mm. Privilegio rodado con sello decera de la reina). Ed.: GONZÁLEZ(1960), II, doc. 324, pp. 542-543;GARCÍA LUJÁN (1982), II, doc. 119,pp. 301-302.4) 1179, noviembre 19. Burgos: lareina doña Leonor hace donación aun personaje de nombre Faeth dellugar de Villaordoño, en término deMuñó (Burgos). Ha sido objeto dereciente estudio, pendiente de edi-ción, por CERDA; MARTÍNEZ (en

prensa).5) GARCÍA DE VALDEAVELLANO (1971), pp. 92-93 y 100-101. Dicho fortalecimiento o “roboratio” se hacía mediante laimposición de las manos de los confirmantes o “roborantes” –habitualmente, la derecha- en el documento constitutivo delnegocio jurídico.6) OSTOS (1994), pp. 107-110; SÁNCHEZ GONZÁLEZ(2012), pp. 378-379.7) La reina no deja de manifestar, como no podría ser de otraforma, que actúa “cum domino meo rege Aldefonso”, equiva-lente a la fórmula habitualmente invocada por el monarca ensus documentos: “una cum uxore mea”.8) En palabras de MARTÍN PRIETO (2013), p. 216, “las pro-ducciones de cancillería se erigen como uno de los más rele-vantes y potentes instrumentos de transmisión de significadopolítico, gestión del poder y difusión más o menos conscienteo intencionada de mensajes de carácter ideológico o propa-gandístico capaces de influir en la sociedad modelando sumentalidad”, de manera que la confección de los documentos“es objeto de un control considerable” haciendo de ellos “pro-ducciones «no inocentes», sino preñadas de sentido e impli-caciones ideológicas, y poseídas de una función más o me-nos clara en la mente de sus redactores como vehículos depropagación de las intenciones, los programas y los valoresdefinidos y vigentes en la corte, y en general como instru-mentos de difusión de los actos y la auto-conciencia del po-der regio, que se manifiesta y hace visible a través de ellosproyectándose sobre la realidad social”. Sobre el matrimonio

brazos y la leyenda circular + SIGILLVM : TOLETANI :CONVENTVS-, cada uno en un extremo de la plicadel diploma.

Tanto en la obra manus-crita sin título pero conocida porColección de sellos españolesde reyes, papas, obispos, mo-nasterios, infantes, Órdenes Mi-litares y privados(14), como en ladenominada Colección de Sellosy Firmas de los Reyes de Espa-ña(15), ambas debidas a la plumade Francisco J. Santiago y Palo-mares (1728-1796) y custodia-das en la Biblioteca Nacional deMadrid, el autor nos proporcio-na, además de un amplio reco-rrido gráfico por un detalladocompendio de sellos en cera yen plomo existentes en el Archi-vo Capitular de la Catedral deToledo, la valiosa reproducciónde un fragmento –anverso y re-verso- del sello de cera pertene-ciente al rey Enrique I, que sehallaba colgante por aquellas fe-chas de un diploma de dichomonarca datado el 15 de febrerode 1216. La importancia de di-cha representación radica no só-lo en que se trataría de la únicade la que podemos valernos para dar cuerpo a la pie-za sigilar en cera de la que hiciera a lo largo de subreve reinado dicho monarca, sino también en queguardaría idéntico diseño con la pieza sigilar, tambiénen cera, que estuvo pendiente en su día a través decintas de seda verde del diploma que comentamos(16).

En el anverso el rey aparece representadomontado sobre un caballo sin cubiertas, embrazandoun escudo largo, apuntado, de tipo anglosajón, rectopor la parte superior, sin diseño heráldico en su cam-po. En el reverso, un castillo de tres torres ocupa todoel campo circular, siendo idéntico en lo esencial al tipoiconográfico clásico establecido en el reinado de supadre, Alfonso VIII, con profusión de ventanas y puer-tas abiertas.

Muy semejante a este será el único ejemplaren plomo conservado, datado el 31 de marzo de1217, pendiente de hilos de seda verdes, amarillos yrojos(17). En su anverso se representa una figuraecuestre regia, galopante hacia la izquierda, vistiendoloriga de mallas y casco semiesférico con nasal y cu-bre- nucas, que esgrime espada de hoja ancha, aca-nalada y aguda, pomo esférico y arriaz ligeramentecurvo hacia la punta de la hoja y rematado a los extre-mos por sendas esferillas, portando así mismo en subrazo izquierdo un escudo apuntado de tipo anglonor-

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Abajo, copia a plumilla del sello de la reina Be-renguela realizada por Francisco J. Santiago yPalomares (1728-1796) (BN, Mss. 2992, fol. 13)

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15) BN (Madrid), Mss. 2992, fol. 14r.16) El autor señala expresamenteque los fragmentos que reproducepertenecían al diploma de la Cate-dral de Toledo que lleva por signatu-ra Z.3.1.12 (Colección de Sellos yFirmas de los Reyes de España, BN(Madrid), Mss. 2992, fol. 14r), dondeya no existen. Sin embargo conser-vamos parecidos restos del que fue-ra sello colgante regio en cera deldocumento Z.3.D.1.11, de igual fe-cha, por el que el rey Enrique I con-fiesa haber pecado gravemente alhaberse apropiado de las terciaseclesiásticas para su propio benefi-cio, prometiendo no volver a hacerlo,siendo una auténtica réplica del mis-mo. Vid. uno y otro documento enHERNÁNDEZ (1985), docs. 367 y368, p. 331.17) A.H.N., Sigilografía, caja 4, nº 6.18) Respecto de los sellos en plomode este rey, vid. MENÉNDEZ PIDAL(1921), pp. 21-22; GUGLIERI (1974),I, pp. 27-29; CARRASCO (2012), p.108; MENÉNDEZ-PIDAL (1982), pp.54-55; (2011), pp. 89-90.

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de Leonor y el pacto entre Inglate-rra y Castilla, véase CERDA (2013),pp. 143-153.9) En un documento de 18 de ene-ro de 1215 del rey Enrique I por elque procede a dar cumplimiento auna de las cláusulas testamentariasde su padre el rey Alfonso VIII ha-ciendo entrega al obispo de Segoviade ciertos bienes, se declara por elrey niño que otorga el diploma “deconsensu et approbatione dominaeBerengariae, illustris Legionis regi-nae felicissimae memoriae, praedictidomini Alfonsi regis Castellae filiae,cui bonae memoriae regina Alienor,mater sua, procurationem regnicommiserat” (con consentimiento yaprobación de la señora Berengue-la, ilustre reina de León, de felicísi-ma memoria, hija del sobredicho se-ñor Alfonso rey de Castilla, a quienla reina doña Leonor, de buena me-moria, su madre, había encargadoel gobierno del reino) (GONZÁLEZ(1960), III, doc. 976, p. 683-685).10) A.H.N., Clero, Códices, L. 976,fol. 77r.11) LIZOAIN GARRIDO (1985),docs. 21 y 22, pp. 38-45.12) Sellos en cera de la reina doñaBerenguela y del rey Enrique I ,apuestos por sus titulares en el do-cumento de convenientia prestimo-nial suscrito por el arzobispo de To-ledo, don Rodrigo Jiménez de Radael 2 de enero de 1215, con consenti-miento del cabildo, con Ferrán Sán-chez, repostero del rey Enrique I deCastilla, y con su mujer, doña Alda,por el que ambos esposos entrega-ban al prelado, a perpetuidad, la vi-lla de Villaumbrales, junto a la Lagu-na de la Nava, en Tierra deCampos, con todos sus derechos,recibiendo a cambio, anualmente ymientras vivieren, 300 áureos de lastercias de las salinas de Belinchón,más 50 cahíces toledanos de trigodel concejo de Alcalá de Henares,pertenecientes al arzobispo, que entodo caso revertirán al mismo a lamuerte de ambos cónyuges (Archi-vo de la Catedral de Toledo,Z.9.M.1.2. Original, tres sellos, cartapartida por ABC. Ed.: FITA (1887),pp. 394-396; GRASSOTTI (1972),pp. 278-279. Parcialmente, HER-NÁNDEZ (1985), doc. 358, p. 359).13) B.N.E., Mss/7395, Colección de sellos españoles de re-yes, papas, obispos, monasterios, infantes, órdenes militares,privados..., fol. 64 (45 segunda foliación); Mss/2992, Colec-ción de sellos y firmas de reyes de España, fol. 13.14) BN (Madrid), Mss. 7395, fols. 157r.

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Dos ejemplares dibujados en el siglo XVIIIdel sello de la reina Berenguela

(BN, ms. 7395, fol. 45, olim 64, y fol. 157)

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Cuadernos de Ayala 74 - ABR/2018 [26]

Copia a plumilla por Francisco Santiago y Palomares (sigloXVIII) del sello del rey Enrique I (anverso y reverso) en laobra manuscrita Colección de Sellos y Firmas de los Reyes

de España (BN (Madrid), Mss. 2992, fol. 14r.)

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Al cumplirse este 14 de abril de 2018 el pri-mer centenario del matrimonio de mis abuelos pa-ternos, no quiero dejar pasar la ocasión de reme-morar aquellos festejos, ni de rendir un tributo dehomenaje a una pareja bendecida por el amor, y aquienes al fin y al cabo debo la vida.

Mi abuelo paterno, donRafael de Ceballos-Escalera ySola, nacido en Madrid el 30de octubre de 1894, vástagode los segundos Marquesesde Miranda de Ebro, era en-tonces un joven teniente de Ar-tillería, formado en la prestigio-sa Academia de Artilleríasegoviana, de la que salió ade-más con el título de ingenieroindustrial. Había conocido ytratado en la ciudad del Acue-ducto a mi abuela doña Angeli-na de Contreras y López deAyala, nacida en Segovia el 23de noviembre de 1897, sexta yúltima de las hijas de los sex-tos Marqueses de Lozoya, a laque por su pequeña estaturasu padre llamó siempre Miaja.La que, un año antes de lasbodas, había sido designadaalcaldesa de Zamarramala.

Y es que se conocieroncuando ambos eran aún muyniños, pues mi abuelo, a másde ser el heredero de los ricosmayorazgos segovianos de losMeléndez de Ayones, era sobrino del capitán gene-ral Conde de Cheste (1809-1906), frecuentaba lacasona de este prócer desde niño, y ese gran edifi-cio está frontero del de los Marqueses de Lozoya,balcón con balcón. El amor llegó cuando él ingresóbrillantemente en la Academia de Artillería, en 1911,y se estableció en Segovia para seguir sus estu-dios. Y ese amor perduraría ya todas sus vidas.

Mientras duró ese noviazgo, el mismo tiem-po de los estudios de Rafael en la Academia de Ar-tillería, la España alfonsina se desangraba en lasluchas sociales y en las campañas de Marruecos, yEuropa entera lo hacía con mayor ímpetu en lastrincheras de Verdún, del Marne, del Somme, y de

tantos otros lugares del conti-nente.

Pronto se ajustó el matrimo-nio, con toda satisfacción deambas familias, y cuando elnovio salió promovido a primerteniente, se llevó a efecto a lospocos meses. Las bodas tuvie-ron lugar, como he dicho, en lamañana del domingo 14 deabril de 1918, en el santuariode Nuestra Señora de la Fuen-cisla, patrona de Segovia y suTierra, oficiando la ceremoniadon Remigio Gandásegui yGorrochátegui, obispo de Se-govia, religioso de la Orden Mi-litar de Calatrava y prior de lasÓrdenes Militares. Los periódi-cos de la época informaron detodo, puntualmente, a sus lec-tores; por ejemplo, en el diarioEl Adelantado de Segovia sedio cuenta así de la petición demano, y de los preliminares dela boda:Los novios están recibiendomuchos y valiosos regalos desus numerosas amistades. En

los salones de la elegante morada de la señoramarquesa viuda de Lozoya se expondrá, en los dí-as 5, 6 y 7 el lujoso “trousseau” de su hija Angelina,que por nuestro conducto invita a las amistades desu respetable familia a contemplarlo, desde las seisde la tarde a las nueve de la noche.

Y en su edición del lunes 15 de abril, el mis-mo diario segoviano recordaba así las celebracio-nes nupciales:

AÑO 1918, CATORCE DE ABRIL:EN EL CENTENARIO DE LAS BODAS SEGOVIANASDE LOS MARQUESES DE MIRANDA DE EBROpor el Dr. D. Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila, Vizconde de Ayala y su nieto

DE RE FAMILIAR

Armas partidas de Ceballos-Escaleray de Contreras-Girón

correspondientes a los novios, hijos de losMarqueses de Miranda de Ebro y de Lozoyaacuarela de Manuel Fernández Padial

Segovia, 1956

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En el Santuario de la FuencislaBoda de la señorita de Contreras

Con pompa excepcional, con brillo inusitado, se ve-rificó ayer, a la hora anunciada, el enlace matrimo-nial de la señorita Angelina de Contreras y Lópezde Ayala, hija de la Marquesa viuda de Lozoya, conel joven primer teniente de Artillería, con destino enGranada, don Rafael Ceballos-Escalera, hijo primogénito de losMarqueses de Miranda de Ebro.La boda se celebró en el San-tuario de la excelsa patrona deSegovia, la Virgen de la Fuen-cisla, cuyo templo se hallaba de-corado con exquisito gusto artís-tico, especialmente el altarmayor, que ostentaba profusiónde luces y flores, formando ca-prichosos dibujos, y hallándosecubierto el suelo de magnificasalfombras.A la ceremonia nupcial asistie-ron buen número de familiasaristocráticas, emparentadascon el nuevo matrimonio, llenan-do por completo la ancha navedel santuario, y las cuales setrasladaron a éste en carruajes,que formaban una larga fila.La novia entró en el templo, por-tando la larga cola del lujosovestido que ostentaba, la encan-tadora niña Carmencita Hernán-dez de Contreras, hija de losvizcondes de Altamira y sobrinade la desposada, y los niños delos señores de Peñalosa y Solís.La señorita de Contreras realza-ba su belleza y gentil figura conprimoroso traje de tela Sarman-sé; manto de punto de Inglaterra con aplicacionesde Bruselas, regalo de la señorita Javiera de Ceba-llos-Escalera, hermana del Conde de Cheste; y yu-go también de punto de la misma clase. Se adorna-ba con las simbólicas flores de azahar. El noviovestía el prestigioso uniforme del Arma que pertene-ce.Apadrinaron a los contrayentes la señora Marquesade Miranda de Ebro, madre del novio, y el tío de lanovia señor Conde de Cedillo, que lucía el brillanteuniforme de caballero de Santiago.Bendijo la unión el excelentísimo señor Obispo dela diócesis, revestido de medio pontifical, el cual

después ofició la misa ayudado del capellán admi-nistrador del Santuario de Nuestra Señora de laFuencisla, don Lucas García Espinel, y del mayor-domo del Palacio Episcopal, don Valero Caudevilla.Firmaron el acta como testigos, por parte de la no-via: don Manuel López de Ayala, don Juan de Con-treras, Marqués de Lozoya, don Ildefonso Moreno,

don José López de Ayala, y elMarqués de Quintanas. Por par-te del novio: don Rodrigo de Pe-ñalosa, don Antonio GonzálezEcharte, don Juan de Ceballos-Escalera, Conde de Cheste, ydon Luis Martínez.Un nutrido coro de voces, dirigi-do por el R.P. Guardián del con-vento de Padres Franciscanoscantó, durante la celebración deeste acto religioso, preciososmotetes al Santísimo.Entre los distinguidos invitados ala ceremonia nupcial, en la quelas arras consistieron en mone-das de oro, figuraban las Mar-quesas de Lozoya, Miranda deEbro y Selva Alegre; Condesade Cedillo; y señoras de mansode Zúñiga, González Echarte,Muro, Piñana, Juliani, Bermejo,Ureta, Morales, Solís, Peñalosa,Sarthou, Flórez, Rey y Carrete-ro. Señoritas de Ceballos-Esca-lera, Pezuela, Contreras, Mansode Zúñiga, Romero de Lecea,Rey Orduña, Torrepando, More-no, González Echarte, Escude-ro, Lecea y Ceballos-Escalera,López de Ayala, Velluti y Carre-tero. Señores Conde de Cedillo,Marqués de Quintanar, Marqués

de Miranda de Ebro, Conde de Cheste, Moreno, Ju-liani, López de Ayala (don Manuel y don José), Sir-vent, Piñera, Zulueta, Colomés, Goicoerrotea, Muro,Piñana, Zayas, Torrepando, Solís, Peñalosa, Re-xach, Cabrero, González Echarte, Contreras, ReyBarrios, Morales, Altolaguirre, Galán, y otros mu-chos como cuyos nombres sentimos no recordar.Terminada la misa, los cónyuges, con su nutrido sé-quito, se dirigieron a la elegante morada de la ma-dre de la novia, donde se le sirvió un delicado al-muerzo por el restaurante “La Suiza”, pasando desesenta el número de comensales.Los contrayentes, a quien deseamos toda clase deventuras y una felicidad inalterable, se trasladaron

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ayer por la tarde al caserío del Ardido, en San Gar-cía, propiedad del señor Conde de Cedillo, en cuyodelicioso paraje se proponen pa-sar una corta temporada, saliendodespués para la bella capital an-daluza en que se halla cumplien-do el novio sus deberes militares.

Y el cronista de sociedadque firmaba León-Boyd (EnriqueCasal), en la revista madrileña Vi-da Aristocrática, lo hizo tambiénaquel lunes 15 de abril, en los si-guientes términos:Ayer vistió de fiesta la hidalga ciu-dad de Segovia con motivo delmatrimonio de la bellísima Angeli-na de Contreras y López de Aya-la, hija de la Marquesa viuda deLozoya, con el joven teniente deArtillería don Rafael Ceballos-Es-calera y Sola, primogénito de losMarqueses de Miranda de Ebro.La que un día fue alcaldesa deZamarramala unía su suerte alque hace poco tiempo era todavíaalumno de la Academia segovia-na, en el Santuario de NuestraSeñora de la Fuencisla.Nombres de ración abolengo en lahistoria de la provincia, una Virgenque cuenta por fervientes devo-tos a todos sus hijos, el glorio-so uniforme de los que en elviejo Alcázar aprendieron lareligión de la bandera…Todo se reunía para hacerinolvidable la ceremonia.Desde muy temprano, lascalles tortuosas se llena-ron de animación, y losseñoriales palacios pare-cían revivir tiempos pasa-dos y alegrarse un mo-mento en la juvenil sonrisade la felicidad y de la espe-ranza. Los Cáceres, los Con-treras, los Chaves, los Maldo-nado, todos los insignes vecinos,desaparecidos, de la antigua plazade San Pablo debieron sentir en el fon-do misterioso de sus moradas el deseo desalir a los balcones de sus casas para ver partir ha-cia la Fuencisla a la gentil novia, que, toda blanca,se lanzaba a continuar la vida y la tradición.

Muy gentil y muy bella iba, en verdad, la novia, y unmurmullo de admiración acogió su entrada en la

Iglesia, del brazo de su tío y pa-drino el conde de Cedillo, que lle-vaba el uniforme de los caballe-ros de Santiago, a los acordes dela marcha de las bodas de “Lo-hengrin” y ataviada magnífica-mente con el traje blanco y unmaravilloso velo de encaje depunto de Bruselas antiguo, regalode la señorita Javiera de la Pe-zuela, hermana del Conde deCheste.El novio daba el brazo a su ma-dre y madrina, la Marquesa deMiranda de Ebro, quien realzabasu hermosura y distinción con laclásica mantilla española.Bendijo la unión el Obispo de Se-govia y fueron testigos de la bo-da, por parte de la novia, su her-mano el Marqués de Lozoya, elMarqués de Quintanar y los se-ñores López de Ayala (don Ma-nuel y don José), tíos suyos, elcoronel Rexach, que manda elRegimiento de Sitio, y don Ilde-

fonso Moreno; y por la del novio, elConde de Cheste y los señores Pe-ñalosa, Muro, González Echartey Juliani.Terminada la brillante cere-monia, se trasladaron todoslos invitados a casa de lamarquesa viuda de Lozo-ya, donde se sirvió un“lunch” y más tarde unalmuerzo, al que asistie-ron, entre otras personasque lamentamos no re-cordar, las señoras y se-ñoritas de Sarthou, Man-so de Zúñiga, Marquesade Miranda de Ebro, Peña-losa, Juliani, Barrios, Conde-sa de Cedillo, Muro, Piñana,González Echarte, Morales, So-

lís, Marquesa de Selva Alegre,Ceballos-Escalera, Pezuela, Rey,

López de Ayala, Escudero, Velluti, Ca-rretero, Contreras, Romero de Lecea; y seño-

res Conde de Cheste, Cabrero, Rexach, Manso deZúñiga, Martín de los Ríos, Zulueta, Zayas, Mar-

La novia, en el día de su bodaAbajo, los Marqueses un año después,en 1919, con sus primeros vástagos:

las dos gemelas

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qués de Quintanar, Sir-vent, Juliani, Calleja, Pi-ñera, Peñalosa Maestre,Conde de Cedillo, Lópezde Ayala, Marqués deMiranda de Ebro, Piña-na, González Echarte,Morales, Solís, Barrios,Peñalosa y Muro.Todas las miradas seconcentraban en la figu-ra bondadosa y respeta-ble de la Marquesa viudade Lozoya, que tantaspenas tiene que lamen-tar en su vida, y que enmedio de la fiesta experi-mentaba el dolor de notener a su lado a sus hi-jos los Vizcondes de Al-tamira, a quienes reteníaen Madrid la grave do-lencia de uno de sus pe-queños.Después del almuerzopartieron los novios parauna finca próxima a Se-govia, desde donde setrasladaron a Granada.Deseamos ardientemen-te que su felicidad seaeterna.

El lector querrádisculpar la aparenteprolijidad, pero es que,entre ambos relatos delos hechos, hemos nota-do diferencias interesan-tes. Nosotros solo añadi-remos a esa crónica laimagen curiosa del menúque, con el timbre de losMarqueses de Lozoya,se sirvió aquel día en sucasona de la puerta deSan Juan -composicióngastronómica obra delchef Juan Álvarez Ude,de la afamada fonda “LaSuiza”-. Y también algu-nas imágenes familiares.

El matrimonio fue muy feliz, y produjo seishijos, nombrados Isabel, Blanca, Rafael, Antonio,Julia y María Teresa -los seis han muerto ya-; a más

de trece nietos. Y, yadespués de sus óbitos,treinta y dos bisnietos yotra porción de tataranie-tos. Por ahora.

Pero digamos algodel devenir vital de la pa-reja, pues desde 1918fueron pasando los años.La alegría del nacimien-to de los primeros vásta-gos -las gemelas, en1919-. Las preocupacio-nes por la incorporaciónsúbita de Rafael el ejér-cito de África en 1921,tras el desastre de An-nual. La satisfacción deedificar un soberbio hotelcon un gran jardín en elParque Metropolitanomadrileño. La salida deRafael del Cuerpo de Ar-tillería en 1927 y su in-corporación como inge-niero a las compañíasMengemor, InmobiliariaMetropolitana -por su tra-bajo en ella tiene miabuelo una calle en Ma-drid, en el barrio de Te-tuán de las Victorias-,Sevillana de Electricidad,y la del Ferrocarril deHaro a Ezcaray -que levalió el empleo de capi-tán de Ingenieros-. Elpreocupante golpe deEstado republicano en1931, y las turbulenciasque siguieron, en espe-cial el fallido golpe deEstado de las izquierdas,en octubre de 1934. Laguerra civil, que les sor-prendió en Madrid: la de-tención de Rafael por lasmilicias comunistas, suliberación in extremis porsu cuñado el Vizcondede Ayala cuando estabana punto de pasearle, su

refugio en las embajadas de Holanda y de Francia,su salida por Valencia y su incorporación a la Espa-ña nacional, las campañas del Ebro y de Cataluña

Los Marqueses de Miranda de Ebro en el jardín de su caso-na segoviana en 1950, con sus seis hijos, su yerno y sus

dos primeros nietos

Los novios en septiembre de 1914 (son los dos de la iz-quierda), jugando al croquet en el jardin de la casona de

Cheste con otros familiares y amigos

Los Marqueses de Miranda de Ebro en 1970

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como comandante de un Grupo de Artillería, suvuelta al Ejército hasta alcanzar el empleo de coro-nel en 1952. Sin dejar sus trabajos en la Sevillanade Electricidad y en otras compañías. Las estreche-ces económicas de la posguerra. Los estudios y losmatrimonios de los hijos, el nacimiento de los nietos-el primero en 1945, la última en 1987-. Después de1958, el retiro tranquilo: los meses de invierno enMadrid, hasta la Semana Santa, y los meses si-guientes en Segovia hasta el dia del patrón SanFrutos, 25 de octubre. Manteniendo hasta su muer-te el honroso cargo de patrono del Alcázar de Sego-via. El fallecimiento de Angelina en Segovia, en ma-yo de 1971, puso fin al matrimonio y causó enRafael una pena hondísima, que solo concluyó consu muerte en Madrid en febrero de 1980.

Ambos yacen sepultados en el panteón fa-miliar de los Marqueses de Miranda de Ebro, en lacapilla de los Junguito y Meléndez de Ayones quedesde el siglo XVII existe en la románica iglesia pa-rroquial de San Martín, en Segovia.

Los felicísimos cónyuges alcanzaron a cele-brar sus bodas de oro, en la primavera de 1968. Yorecuerdo bien aquella fiesta familiar, con las gran-des mesas puestas y servidas en la casona familiarde la calle Martínez Campos 1, y la concurrencia detoda la familia Ceballos-Escalera, más las agrega-das -Lozoya, Pezuela, Peñalosa, Hernández, Bas-soco, Bustamante, Esquivias, Cedillo, Palazuelos,Arco, Quintanar...- y tantos buenos amigos.

Mi tío abuelo Juan de Contreras y López deAyala, Marqués de Lozoya -que, a más de catedrá-tico, académico y eximio historiador del Arte espa-ñol, era un poeta galardonado nada menos que conel premio Fastenrath de la Real Academia Españo-la- dedicó entonces al matrimonio unos simpáticosversos, que no me resisto a transcribir aquí.

Año dieciocho, catorce de abril.Tiene nuevas flores el viejo pensil,y en el Pinarillo hay, alrededor

de caducos pinos, almendros en flor.Segovia es tranquila, pobre y aburrida.En calles vetustas apenas hay vida,pero aún está libre del trío fatal

de López, de Vega, de Pedro Escorial.El pasado estío, con noble tropel,visitó conventos la Infanta Isabel.

Si en casa de Cheste de tertulia están,se escuchan los gritos de Javiera y Juan.Hoy en la Fuencisla, la plebe se agrupa,pues en ella hay boda ¡y boda de aupa!.

Ya llegan los novios. Él es un tenienteque viene de gala, muy resplandeciente.Ella, muy menuda, bajo el regio velode encajes antiguos, se cree en el cieloporque su noviazgo ya tocó a su fin

(noviazgo más largo que de aquí a Pekín)Allí está el padrino, con su papa blanca;la guapa madrina, que también es Blanca,y doña Ramona, dulce y conmovida,y doña Ventura, flaca y distinguida,y un pobre poeta de rechoncha fachacon chaquet que evoca una cucaracha.Hay flores y luces ante la Patrona,

relumbran los oros del manto y corona.Hay plática y misa. Se cumple el ritual.Después, la solemne bendición nupcial.¡Bendición fecunda! ¡Bendición florida!Del antiguo tronco, surge nueva vida,la vida que fluye, que nunca se estanca.Isabel la docta, y la dulce Blanca.Rafa el silencioso, el gran cazador.

Julia, que en la vida va sembrando amor.Teresa la bella, y el Vizconde Antonio,el que reconcilia cualquier matrimonio.Y yernos, y nueras, multitud de nietos,jóvenes y críos, ruidosos e inquietos.Multitud de nietos, que aturde y agobia.El que le catean, el que tiene novia,y la niña gorda y el joven salvaje,

y el niño repipi, y el que mancha el traje.Hermanos, sobrinos, en alegre coro

harán más felices vuestras bodas de oro.Bodas de diamante la plebe os desea,aquí, en la Fuencisla. Y que yo lo vea.No pudo cumplirse el deseo del Marqués

poeta, pues apenas tres años después la muerte vi-no a romper el matrimonio. Pero sirvan estas bre-ves líneas para conmemorar aquella unión matrimo-nial tan feliz y tan fecunda, y la buena memoria desus dos protagonistas: un hombre inteligente y decarácter severo, dotado de una rectitud y una dis-creción famosas, y una mujer simpatiquísima y deuna elegancia moral superior, hasta el punto de quesu profunda piedad dejó en Segovia olor de santi-dad. Descansen ambos en la paz del Señor.

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DON FERNANDO MUÑOZ ALTEA

Don Fernando Muñoz Altea, rey de armas dela Real Casa de Borbón de las Dos Sicilias y reco-nocido genealogista de las familias de la noblezahispanoamericana, ha fallecido en la ciudad de Mé-xico, en la que residía desde hace muchos años, el2 de marzo de 2018.

Había cumplido casi los 93 años de su edad,como nacido en Madrid el 22 de noviembre de 1925,y fueron don José de Ciadoncha, Marqués de Rúju-la, cronista rey de armas de Su Majestad, y don Ju-lio de Atienza y Navajas, Barón de Cobos de Belchi-te, quienes le introdujeron en el ámbito de losestudios heráldicos y genealógicos. En aquella épo-ca, Muñoz Altea clasificó y catalogó numerosos ar-chivos municipales españoles.

Establecido en México, obtuvo la nacionali-dad mexicana en 1976, y en 1981 fue nombrado di-rector de la sección histórica del Archivo General deNotarías de la Ciudad de México. Su columna en eldiario Excelsior, más de siete mil artículos, fue du-rante largos años la más importante contribución alos estudios genealógicos y heráldicos en aquel pa-ís. Trabajador e investigador infatigable, fueron mu-chos los archivos que visitó, y muchísimas las publi-caciones que en ellos basó: entre sus trabajosprofesionales, blasonó las armas de la ciudad deSan Antonio y del Condado de Bexar, en Tejas.

El 10 de noviembre de 1962 fue nombradorey de armas de la Real Casa de Borbón de las DosSicilias por su entonces Jefe, S.A.R. el Príncipe DonRaniero, Duque de Castro. Desde entonces, MuñozAltea suscribió y firmó numerosas certificaciones dearmas, en nombre de su mandante, a quien suce-dieron después el Príncipe Don Ferdinando, y el

Príncipe Don Carlo María, actual Jefe de esa CasaReal. Además, don Fernando recibió la investiduracomo caballero comendador con placa de la Sacra yMilitar Orden Constantiniana de San Jorge, de laque fue nombrado delegado en México.

Don Fernando Muñoz Altea fue autor de va-rias publicaciones, entre las que se cuentan las titu-ladas Blasones y apellidos (1987 y 2002, en tres to-mos); Historia de la Casa de Los Pinos (1988, es laresidencia presidencial mexicana); El Condado deGustarredondo 1667-2005 (2005); Títulos novohis-panos concedidos a mexicanos, descendientes deestos o residentes en México (2008); Nobiliario de lavilla de Vilafranca de Oria, Guipúzcoa (2009); LosVirreyes de la Nueva España, perfiles genealógico-biográficos (2013); y Los firmantes del acta de inde-pendencia de la América Septentrional (1813) y delacta de independencia de México (1821), sus sem-blanzas (2014). También dejó publicados más de7.000 artículos.

Muñoz Altea fue también fundador y presi-dente de la Academia Mexicana de Estudios Genea-lógico y Heráldicos, miembro del Instituto Internacio-nal de Genealogía y Heráldica, de la SociedadMexicana de Geografía y Estadística, de la Socie-dad Novoleonesa de Historia y Geografía, consultornumismático del Banco de México y de la Casa deMoneda de México, ciudadano de honor del Estadode Texas y de las ciudades de Hosuton y San Anto-nio, consejero de la Asociación Cubana de la Ordende Malta, caballero de la Legión de Honor Mexicanaen grado distinguido, caballero de la Orden de SanLázaro de Jerusalén y su rey de armas, y fiscal de laReal Maestranza de Caballería de La Habana (Mia-mi), miembro de diferentes academias e institucio-nes históricas y culturales de España, Perú, Argenti-na, Guatemala, Cuba, Ecuador, Uruguay, PuertoRico, Venezuela, Brasil, República Dominicana, Es-tados Unidos y Nicaragua.

Descanse en paz este gran estudioso, e in-fatigable investigador y publicista.

Dr. Vizconde de Ayala

IN MEMORIAM

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Domingo Marcos Giménez Carrillo,LOS CABALLEROS DE LAS ÓR-DENES MILITARES CASTELLA-NAS ENTRE AUSTRIAS Y BORBO-NES. Almería, Universidad deAlmería, 2016. ISBN 978-84-16642-03-8. 446 páginas. La historia de lasÓrdenes Militares hispanas ha cono-cido un gran auge en los cinco últi-mos decenios, en particular a cuantose refiere a su devenir en la EdadModerna, cuando no eran ya sinouna reliquia del pasado, aunque aúnpoderosa y honorífica, y sin dudamuy interesante desde el punto devista del historiador de las mentalida-des. El profesor Giménez ha exami-nado en este importante estudio to-do el ámbito del honor, la graciaregia y la venalidad en el mundonobñilico-caballeresco, en el periodoa caballo de los siglos XVII y XVIII. Apartir de una investigación muy acu-ciosa, y habiendo consultado una in-gente masa documental y manejadouna cumplida bibliografía, el estudiose centra en los caballeros de hábitodel reinado de Felipe V (1701-1724),los modos de obtención y de promo-ción, las razones políticas y las es-trategias familiares. No tenemos du-da de que el resultado es muyestimable (MF).Miguel Fernando Gómez Vozmedia-no, FRANCISCO RADES DE AN-DRADE, CRONISTA Y LINAJISTA.ADICIONES A LA CRÓNICA DE LAORDEN Y CABALLERÍA DE CALA-TRAVA. Madrid, Consejo Superior deInvestigaciones Científicas, 2016.ISBN 978-84-00-10126-8. 466 pági-nas. Rades de Andrada fue el prime-ro que, en época temprana por cier-to, publicó una historia conjunta delas Órdenes Militares castellanas: sucélebre Crónica de las tres Órdenes

de Cavallería de Sanctiago, Calatra-va y Alcántara, aparecida en 1572, levalieron una gran fama en su tiempo.Pero hasta ahora no era mucho loque se sabía de su persona y de suvida, salvo que fue un religioso freilecalatravo y capellán de honor delRey Don Felipe II. Miguel FernandoGómez Vozmediano ha hecho ahoraesa semblanza biográfica, al tiempode dar a la luz un texto inédito deRades de Andrade, o sea unas Adi-ciones a su citada Crónica. Es untrabajo excelente, organizado en cin-co capítulos: a la persona del cronis-ta se dedica el primero de ellos, inte-grando el relato de sus orígenesfamiliares y de su trayectoria vital,puesta en el contexto del mundo enel que vivió Rades de Andrade. En elsegundo capítulo, Gómez Vozmedia-no analiza magistralmente la produc-ción escrita del cronista calatravo,sus fuentes, su valor historiográfico yla difusión que alcanzó, en el contex-to de una sociedad nobiliaria y esta-mental muy preocupada por las ge-nealogías legitimadoras del podernobiliario. En este punto, GómezVozmediano llama la atención sobreotros tres de sus escritos: Tratadoque cossa es nobleza, hidalgo, infan-zón y caballero (1593-1596), Prólogopara haber de tratar de la nobleza yreal sangre de el linaje y armas delos Sarmientos y Acuñas (1594-1599) y Genealogía de los Ponce deLéon (1598). Así, Rades de Andradese nos muestra como un eminente li-najista, cuya Crónica de las tres Ór-denes castellanas es también unelenco de los linajes y de los perso-najes relacionados con esas her-mandades caballerescas. Sigue lue-go un tercer capítulo dedicado aexponer la actividad cultural de los

calatravos durante la segunda mitaddel siglo XVI. El cuarto y el quinto ca-pítulos están dedicados a presentary glosar muy por menor la inéditaAdición (circa 1595) a la Crónica deRades de Andrade, desde la localiza-ción y trayectoria de la custodia delmanuscrito, hasta el examen de susdistintos aspectos -incluídos los que,siendo delicados o inconvenientesen aquella época, no aparecen en laobra, por haberse ocultado-. Esta esuna gran monografía histórica (MF).Astrid Antuña Lloréns, LA NIÑA A LAQUE NADIE QUISO: ¿ERA REAL-MENTE LA HIJA ILEGÍTIMA DELMARQUÉS DE LINARES?. Sevilla,Punto Rojo Libros, 2018. ISBN 978-84-17520-48-9. 264 páginas, conilustraciones en blanco y negro.Elprimer Marqués de Linares, José deMurga y Reolid, fue un importantehombre de negocios del siglo XIX.Culto, políglota y amante del arte,supo invertir con acierto su dinero,en todo tipo de empresas (fábricasde aceite, jabón, remolacha o bugí-as), compró terrenos y todo tipo deinmuebles. Se relacionó con loshombres más poderosos de su épo-ca y entró en la política. Sin duda al-guna, se ganó el respeto de todoslos que le conocieron. Todo lo apren-dió de su padre, Mateo de Murga,que había creado un gran imperio apartir de un negocio de venta de artí-culos coloniales, a lo que después sesumaron compras de inmuebles delas distintas órdenes religiosas, crea-ción de bancos, empresas de cons-trucción de carreteras … y que siem-pre se preocupó de que sus hijosestuvieran bien preparados, para locual los envió a estudiar al extranje-ro, donde aprendieron francés y ale-mán y donde visitaban las distintas

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fábricas que su padre tenía. Sin em-bargo, ni el padre ni el hijo se olvida-ron nunca de los más necesitados.Ambos recibían continuamente soli-citudes de ayuda por parte de perso-nas anónimas que acudían continua-mente a pedirles trabajo o dinero, yde organizaciones religiosas o enti-dades que necesitaban fondos paradiversas causas, como ocurrió enmuchas ocasiones (incendios, epide-mias, huérfanos…). Siempre acudíanen auxilio de aquellos que lo solicita-ban. Se llegó a decir que el Marquésde Linares usaba dos tercios de sufortuna en ayudar a los más necesi-tados, y por esa razón se le llamó elpadre de los pobres. Pero hasta hoyapenas se conoce su historia: nuncase ha escrito nada sobre su vida, nipública ni privada. Y es respecto deesta última en la que está basado ellibro de Astrid Antuña: una hija ilegíti-ma del Marqués de Linares, fruto deuna relación que en el siglo XIX hu-biese resultado escandalosa. Un li-bro que refleja la doble vida, la públi-ca y la privada, del Marqués. Dosrealidades paralelas. Una niña, quesiendo hija de un hombre tan adine-rado, vivió en la más absoluta de lasmiserias, sin poder decir su verdad,sin papeles, sufriendo en secreto yrodeada de personas que se aprove-charon de su situación tras la muertedel Marqués. Una novedosa aporta-ción a la historia oculta de la Noblezaespañola (FCP).Jesús Dolado Esteban y EduardoRobles Esteban, SEBASTIÁN ES-LAVA, UN HÉROE ROBADO A ES-PAÑA. Valladolid, Galland Books,2018. ISBN 978-84-16200-62-7. 48páginas con ilustraciones a todo co-lor. En los últimos años se ha venidoobservando un notable auge de los

estudios dedicados al sitio y defensade Cartagena de Indias (1740), perotambién se observa un marcado ses-go hagiográfico en la figura de unode sus principales defensores, donBlas de Lezo: sin embargo de que elmando superior de la plaza y la de-fensa correspondió a don Sebastiánde Eslava y Lazaga, entonces virreyde la Nueva Granada -que, segúnlos documentos coetáneos, fue elgestor indiscutible de aquella granvictoria hispana-. Su figura, pues, seha visto oscurecida por la de Lezo, ya darle la luz que merece se dirigeeste librito de Dolado y Robles. Na-varro nacido en Enériz en 1685, donSebastián fue vástago de una hidal-ga familia y sirvió al Rey en las cam-pañas de la guerra de Sucesión Es-pañola, ascendiendo a capitán deReales Guardias Españolas en 1715.Siendo ya caballero de la Orden deCalatrava, en 1718 ascendió a coro-nel y tuvo el mando del Regimientode Asturias, con el que hizo la cam-paña de Sicilia; y en 1731 el del Re-gimiento de Castilla, con el que hizodesde las del Milanesado y Orán,que le valieron el ascenso a mariscalde campo en 1734. Por fin, en 1739fue hecho teniente general de losReales Ejércitos, y se le nombró vi-rrey y capitán general de la NuevaGranada. Allí hizo frente, en 1740 y1741, al ataque inglés contra Carta-gena de Indias, logrando una seña-lada victoria, junto al general Lezo,su subordinado: aquella victoria levalió el título de Marqués de la RealDefensa. Tras reconstruir la plaza, yaumentar sus fortificaciones, Eslavaregresó a la Península en 1750; fuedirector de Infantería, y, desde 1754,secretario de estado de la Guerra.Desempeñando ese importante car-go le sorprendió la muerte en Madridel 21 de junio de 1759. Una sem-blanza biográfica oportuna, bien do-cumentada y bien ilustrada (MF).Pablo Sáez Miguel, SANTIAGO DETEJADA Y SANTA MARÍA (1800-1877). BIOGRAFÍA POLÍTICA E IN-TELECTUAL DE UN CONSERVA-DOR AUTORITARIO. Logroño,Instituto de Estudios Riojanos, 2017.46 páginas, con ilustraciones en co-lor y blanco y negro, y desplegables.El autor estudia por vez primera, y

de una manera íntegra y contextuali-zada, el periplo vital de aquel egre-gio intelectual riojano, en un recorri-do por los principales hitos de suvida: abogado de los Reales Conse-jos, fiscal del Tribunal Supremo deEspaña e Indias, emigrado en Ale-mania, letrado mayor de la Casa delos poderosos Infantes Duques deMontpensier, diputado a Cortes, vice-presidente primero del Senado, yfundador de la Real Academia deCiencias Morales y Políticas. Cargosque desempeñó con ejemplar integri-dad. Amigo íntimo del gran filósofocatólico Jaime Balmes y políticamen-te muy unido a su cuñado el Mar-qués de Viluma, jefe del ala más di-nástica del partido moderado,intelectualmente fue el introductor enEspaña de la filosofía krausista y ungran impulsor del naciente asociacio-nismo católico. Ideólogo del conser-vadurismo, ocupó altos cargos en lapolítica nacional, pero, insólitamente,se negó siempre a aceptar una solade las grandes condecoraciones na-cionales, que sí recibieron todos suscolegas; vistió con orgullo, eso sí, elhábito de la Orden Militar de Santia-go. La muerte de su única hija llevó asus padres a dotar con sus bienesuna importante fundación benéfico-docente, establecida en el antiguoconvento de San Francisco de Alfaro(La Rioja), cuya labor social cambióa mejor las condiciones de las muje-res de aquella ciudad y comarca. Suepitafio es el más bello que nuncahayamos leído: Aquí yace el Excmo.Sr. D. Santiago de Tejada. Tuvo des-de muy joven altas dignidades; peroen lugar de ser honrado con ellas,fue él quien las honró. Fue padre delos pobres y raro ejemplo de los ri-cos. No tuvo dia en su vida que nohiciera algún bien (ADQ).

REVISTA DE LIBROS

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IL MONDO DEL CAVALIERE, 69(enero-marzo 2018). Con un edito-rial dedicado a la realeza sacra insi-ta en el hombre de todos los tiem-pos, nos presenta, entre otros, losartículos de Alberto LEMBO, Gli Or-dini Cavalereschi conferiti da Capi diDinastie di Stati extraeuropei (terce-ra parte); Elia SATTI, Il sistema pre-miale della Repubblica di Cuba; yAlessandro SCANDOLA, Le ricom-pense della Croce Rossa Italiana(MF).ERASMO, Revista de Historia Bajo-medieval y Moderna, 5 (2018). Eneste número llemos, entre ortos, losartículos de Tamara GONZÁLEZLÓPEZ, La equitación y los usos so-ciales del caballo a través de lostextos del siglo XVIII en España; yde Sergio RAMIRO RAMÍREZ, Laherencia de Doña María de Mendo-za, VII condesa de Ribadavia, y ladispersión de la colección familiarde su palacio en Valladolid (MF).REVISTA DE HISTORIA MILITAR,2 (2017). Número monográfico dedi-cado al general O’Donnell, Duquede Tetuán, del que destacamos eltexto de Hugo O’DONNELL Y DU-QUE DE ESTRADA, El clan O´Don-nell, una saga de soldados (MF).MEMÒRIES DE LA REIAL ACADÈ-MIA MALLORQUINA D’ESTUDISGENEALÒGICS, HERÀLDICS IHISTÒRICS, 27 (2017). De esta en-trega mencionamos los artículos deMario GAGLIONE, Sancha de Ara-gón-Mallorca, una reina franciscana;y de Alfonso PÉREZ-MAURA DE LAPEÑA, Can Maura en Palma (1831-2001) (MF).NOBILTÀ, 143 (marzo-abril 2018).De su contenido anotamos los artí-

culos de Marcello SEMERARO, Unleone rampante con una fascia atraverso: lo stemma papale dellaChiesa di S. Giovanni Battista diOria, un caso di araldica ponticia im-maginaria; Alberto LEMBO, L’Ordinedei Santi Maurizio e Lazzaro. Con-sierazioni in ordine alla autorizzabi-lità all’uso in Italia delle onorificenze;y Roberto BADINI, I Pontefici Roma-ni: Giovanni Paolo I (MF).HISTORIA Y GENEALOGÍA, 7(2017). Incluye, entre otros, los artí-culos de José María GARCÍA RÍOS,Nuevas gentes y nueva sangre, pe-ro las mismas reglas del juego. Elconcejo de baza en el siglo XVIII;Carlos LÓPEZ-FANJUL ARGÜE-LLES, La autoría de los escudosconcedidos a los conquistadores deIndias; Javier FERNÁNDEZ MAR-TÍN, «Que yo nunca reçibí de lossusodichos ningunas buenasobras». Patrimonio y conflictividadfamiliar en la élite municipal de Gra-nada (c. 1601-1640); María VICENSHUALDE, De caballeros a cortesa-nos: evolución del linaje de los Zúñi-ga hasta el I marqués de Villamanri-que; Carlos AYLLÓN GUTIÉRREZ,El mayorazgo Vaca Sotomayor. Es-trategias familiares en la nobleza al-caraceña; Hilario RODRÍGUEZ DEGRACIA, «Macula Infamiae» en losexpedientes de limpieza de la Cate-dral de Toledo (1577-1623) (MF).HIDALGUÍA, 376 (2017). En estenúmero vemos, entre otros, los tex-tos de Alberto MARTÍN QUIRAN-TES, Los marqueses de Torre Alta:linajes moriscos al servicio del con-cejo de Almería, descendientes dela Casa Real granadina; José Igna-cio RODRÍGUEZ, La heráldica de laOrden Cisterciense en Portugal.Parte 2: monjas; José María deFRANCISCO OLMOS, Errores yomisiones falerísticas en los retratosde Carlos IV, Godoy y el CardenalBorbón Vallabriga; y José Miguel deMAYORALGO LODO, Conde de losACEVEDOS, Necrologio nobiliariomadrileño en el siglo XVIII (1701-1808). Años 1766 a 1770 (MF).CUADERNOS DE HISTORIA MO-DERNA, 42/1 (2017). Nos ofrece,entre otros, los artículos de Mafalda

SOARES DA CUNHA, Preocupacio-nes señoriales del “principal senhordestes reynos”. El legado de Teodó-sio I, V Duque de Braganza; Car-men SANZ AYÁN y Alejandra Fran-ganillo Álvarez, La nueva noblezafinanciera y el sostenimiento econó-mico de la Casa de la Reina (1621-1644); Mercedes GÓMEZ OREÑA,Juan Bautista Cassani Vivaldo. Unhombre de negocios genovés repre-sentante diplomático de los Canto-nes Esguízaros en el Madrid deCarlos II; y Laura MALO BARRAN-CO, Los espacios de religiosidad yla devoción femenina en la noblezamoderna. El ejemplo de los linajesAranda e Híjar (MF).TIEMPOS MODERNOS, 36 (2018).Notemos el texto de Domingo BEL-TRÁN CORBALÁN, La centraliza-ción de los archivos de las casas deVillafranca, Vélez y Medina Sidoniay la formación de su Archivo general(1741-1797) (MF).HIDALGOS, 554 (PRIMAVERA2018). Del denso contenido de estarevista, resaltamos los trabajos deJoaquín RUIZ DE VILLA LÓPEZ,Ramó Pelayo de la Torriente, I Mar-qués de Valdecilla; Vicenta MaríaMÁRQUEZ DE LA PLATA FERRÁN-DIZ, MArquesa de CASA REAL,Condesa de Parcent, Josefa UgarteBarrientos y Casaux (1854-1891);Miguel Ángel HERMIDA LÓPEZ, Elhidalgo en el teatro español. El ca-ballero de Olmedo, de Lope de Ve-ga; Luis VALERO DE BERNABÉ YMARTÍN DE EUGENIO, Marqués deCASA REAL, Heráldica y nobiliariade Venecia; José Manuel HUIDO-BRO MOYA, La influencia de la He-ráldica en las marcas de automóvi-les (MF).

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ACTO aCADÉMICO PROMOVI-DO POR EL ANTIGUO E ILUS-TRE SOLAR DE TEJADA

En el salón de actos de la RealAcademia de Jurisprudencia y Le-gislación ha tenido lugar en la tar-de del 3 de mayo una sesión pú-blica titulada El privilegioconcedido al Solar de Tejada en1460: estado de la cuestión y últi-

mas investigaciones. El hoy denominado Antiguo eIlustre Solar de Tejada es una antigua institución cor-porativa, nacida durante la Baja Edad Media y radica-da en la Sierra de Cameros, antes tierras sorianas yhoy de la La Rioja. Una primitiva asociación de propie-tarios forestales y ganaderos, reunidos para la mejordefensa de sus derechos bajo la forma de un señoríode behetría o colectivo. Una institución que ha sido va-rias cosas diferentes a lo largo de la historia -de al me-nos siete siglos-, y que en 1460 recibió de la Coronaun interesante privilegio nobiliario y heráldico. Ese pri-vilegio fue confirmado por los Reyes Católicos en1491, y sucesivamente por la mayor parte de los Re-yes de España, siendo hasta ahora el último en ha-cerlo Don Juan Carlos I en 1981. El Solar de Tejadamantiene una extensa propiedad comunal: unos mon-tes que hoy comprenden unas 500 hectáreas, dentrode los cuales se conserva una casona solariega y bla-sonada. Presidió el académico correspondiente Dr. D.Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila, Vizconde de Aya-la, y participaron como ponentes el Dr. D. Félix Martí-nez Llorente, catedrático de Historia del Derecho y delas Instituciones de la Universidad de Valladolid y tam-bién académico correspondiente; el heraldista Dr. D.Luis Valero de Bernabé y Martín de Eugenio, Marquésde Casa Real y presidente del Colegio Heráldico deEspaña y de las Indias; y D. Antonio de Castro y Gar-cía de Tejada, numerario de la Academia Melitense ycaballero de la Orden de Carlos III. Sus intervencio-nes, doctas y precisas, fueron seguidas con mucha

atención, como se manifestó en el turno de preguntasque sirvió de colofón al acto. Finalizadas las diserta-ciones, el Dr. Ceballos-Escalera anunció la convocato-ria de un encuentro científico sobre el Solar de Tejadaen sus aspectos históricos, jurídicos e institucionales;la publicación de un volumen de estudios sobre estosasuntos -abierta a cuantos investigadores quieran en-viar sus trabajos-; y la creación, por parte de la Acade-mia Melitense, del Premio Gran Maestre Ximénez deTejada. Asistieron al acto un centenar de personas,destacando entre ellas varios académicos y varios ma-gistrados del Tribunal Supremo -estos encabezadospor el presidente de la Sala V-, Grandes de España yTítulos del Reino, así como representantes de las másconspicuas Corporaciones nobiliarias oficiales -el RealCuerpo de la Nobleza de Madrid, las Reales Maestran-zas de Sevilla y Zaragoza-, y de otras entidades detradición nobiliaria y caballeresca -la Sacra y MilitarOrden Constantiniana de San Jorge, la Orden del San-to Sepulcro de Jerusalén, el Real Cuerpo de la Noble-za de Cataluña, la Real Asociación de Hidalgos de Es-paña, y la Maestranza de Caballería de Castilla-. A lasesión académica siguió, en los salones contiguos, unespléndido refrigerio, ofrecido por el Antiguo e IlustreSolar de Tejada.

REUNIÓN DE LA MAESTRANZA DE CABALLERÍADE CASTILLA

La iglesia de San Jerónimo el Real, que fueconventual del antiguo monasterio jerónimo fundadopor la Reina Doña Isabel la Católica en 1502 -y poreso una de las más antiguas de la villa y corte de Ma-drid-, ha acogido en la tarde del 27 de abril la misa deacción de gracias por el XXVI aniversario del estable-cimiento de la Maestranza de Caballería de Castilla -corporación nacida en Segovia en 1992, bajo los aus-picios del Augusto Señor Conde de Barcelona(q.S.G.h.)-, y por la concesión por S.M. el Rey Don Fe-lipe VI de la Corbata de honor de la Real Orden deIsabel la Católica; durante la cual tuvo lugar, además,

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la ceremonia de recibimiento de nuevos maestrantes.Ofició la Santa Misa solemne el propio cura párroco,reverendo señor don José Luis Bravo, acompañadode la música del organista titular, maestro don JesúsAlonso; y el acto de recibimiento el actual diputado de-cano, el Vizconde de Ayala y Marqués de la Floresta.Asistieron a esta solemnidad un centenar largo de ca-balleros y damas maestrantes. Durante la ceremonia,ordenada por don Rafael Feria, el Conde de Giraldeliy don José Felipe Garrido, hicieron la promesa estatu-taria y fueron recibidos en la Maestranza los Excmos.e Ilmos Señoras y Señores Don Francisco de Borbón,Conde de Hardenberg; Don José María Aguayo deEscalada, Marqués de Villaverde de Aguayo; DonMarc’Alvise de Vierno, Marqués Pallavicini; el coronelDon Manuel Aroca Corbalán, el teniente coronel DonFrancisco Javier Mendi Pompa; Don Javier Muñoz Ca-

brera, don Víctor Martínez Borrás, Don JorgeBernaldo de Quirós y Tri-

llas y Don Mario Ruizde la Torre y Cano; DonManuel Álvarez de Rony Sela, Don Manuel Lu-que y Llaudís, Don Víc-tor Otero y Prol, DonEnrique López-Pozas yLanuza y el Dr. DonRoberto Schiesari; Do-ña Gracia Calderón eHidalgo, y la Dra. Doña

Giovanna Dossena. Asistieron al acto repre-sentaciones de la Orden de Caballería delSanto Sepulcro de Jerusalén, de la Sacra yMilitar Orden Constantiniana de San Jorge,

de la Orden Militar y Hospitalaria de San Lázarode Jerusalén, del Real Cuerpo de la Nobleza deCataluña, del Real Estamento Militar del Princi-pado de Gerona, y de la Maestranza de Caba-llería de San Fernando. Concluida la Misa conun responso por los maestrantes difuntos y susfamiliares -en particular por el Duque de Coim-bra, Infante de Portugal; el Archiduque Jozsef Ar-pad; el Marqués de Almazán; Don José Manuel

Maza, Fiscal General del Estado; y Don Juan SunyéBlanco-, y con el canto de la Salve, la Maestranza y einvitados se trasladaron al cercano Hotel Westin Pala-ce, en cuyos salones tuvo lugar una animada cena dehermandad, durante la cual se brindó por S.M. el ReyDon Felipe y por España.

PREMIO “ÓRDENES MILITARES” A LORD JOHNELLIOTT

El 25 de mayo S.M. el Rey Don Felipe se hadignado hacer entrega al eximio historiador e hispa-nista lord John H. Elliott el primer Premio “ÓrdenesEspañolas”, creado recientemente por la asociaciónReal Consejo de las Órdenes de Santiago, Calatrava,Alcántara y Montesa, y dotado con 60.000 euros. Laceremonia de entrega, solemnísima, fue en el sober-bio escenario del monasterio del Escorial, acompa-ñando a S.M. el ministro de Justicia, el presidente dePatrimonio Nacional y el presidente de la asociación,junto a varios centenares de invitados -entre los cua-les se hallaba una representación de la Maestranzade Caballería de Castilla, encabezada por su diputadodecano el Vizconde de Ayala-. El presidente del RealConsejo de las Órdenes, don Pedro de Borbón-DosSicilias y Orleáns, glosó en su discurso de ofrecimien-to la figura de Elliott, y sus notables méritos y serviciosa España y a la historia de las Órdenes y de la Caba-llería europea. Seguidamente el Rey entregó al pre-

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miado la medalla y el diploma del premio, y lord Elliotttomó la palabra para agradecer la distinción, con sen-tidas y sensatas palabras, y para combatir tanto lasteorías excepcionalistas hispanas, como la leyendanegra antiespañola. Finalmente, S.M. el Rey dirigió alReal Consejo, a lord Elliott y a los propios caballerosde las cuatro Órdenes un discurso laudatorio pero exi-gente, que, por su relevancia, merece una glosa pormenor: la haremos, Dios mediante, en el próximo nú-mero de los Cuadernos de Ayala.

CAPÍTULO DE LA REAL Y MILITAR ORDEN DESAN HERMENEGILDO EN EL ESCORIAL

En la mañana del 12 de junio ha tenido lugaren el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorialel Capítulo de la Orden, creada en 1815 por el ReyDon Fernando VII para premiar y distinguir la constan-cia en el servicio militar y la conducta intachable delos miembros de las Fuerzas Armadas. Actualmente,los grados de la Orden son cuatro: cruz, encomienda,placa y gran cruz. El Capítulo, que se suele reunir ca-da dos años, ha sido presidido como es sólito porS.M. el Rey Don Felipe, a quien acompañaron la mi-

nistra de Defensa, el presidente de la Comunidad Au-tónoma de Madrid, el jefe del Estado Mayor de la De-fensa y el general gran canciller de la Orden. Tras lallegada de S.M. se le rindieron los honores de orde-nanza, pasó revista a las tropas de la Guardia Real, yocupó su lugar en la tribuna regia. Después impusolas insignias de la Orden, en sus cuatro grados, a unaveintena de nuevos condecorados; se realizó el ho-menaje a los caídos por España, y desfilaron las tro-pas ante el Rey, sobrevolando el monasterio la Patru-lla Águila. Concluidos los actos en la lonja delMonasterio, S.M. el Rey, autoridades, séquito e invita-dos entraron en la basílica, en la que tuvo lugar unbreve acto religioso, oficiado por el arzobispo castren-se. Luego S.M. y las jerarquías de la Orden se trasla-daron a la iglesia vieja, en donde se constituyó el Ca-pítulo y tuvieron lugar las deliberaciones deordenanza. Mientras tanto, los demás asistentes e in-vitados escucharon en la basílica un concierto de laescolanía y coro del Monasterio. Concluido el Capítu-lo, S.M. el Rey y las demás autoridades, asistentes einvitados fueron obsequiados con un vino de honor yconvite en el vecino patio de carruajes.

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VERSOS DE HISTORIA Y TIEMPO

Soneto funeral

Llego a Guadalajara en este punto,Marqués, donde el clamor de los metales

piadosos y las hachas funeraleslloran a un Duque y lo celebran junto

al hijo de mis huéspedes difuntosacan también la cruz de sus humbrales,

que un médico sin máquinas muraleses aquí otro Aníbal contra Sagunto.

Es mi cochero músico y poeta;más, tal cual es, mirando bien la suerte

de dos tan desiguales ataúdes,

ahora está clamando y dice “¡Oh muerte!¡oh mazo de batán, que así sacudes

el paño fino, como la bayeta!”

Bartolomé Leonardo de Argensola(Barbastro, 1562-1631)

Cuadernos de AyalaGaceta trimestral de información varia y miscelánea

sobre Historia institucional, Órdenes y condecoraciones,genealogía y heráldica, Historia nobiliaria, iconografía,

ceremonial y protocolodirigida por el Dr. D. Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila

CONSEJO DE REDACCIÓNDr. D. Félix Martínez Llorente (Universidad de Valladolid), Dra. DªAna Belén Sánchez Prieto (Universidad Complutense), Dr. D. JuanVan Halen (Universidad de Alcalá), D. Manuel Rodríguez deMaribona (Academia Asturiana de Heráldica y Genealogía), Dr. D.Luis de Cevallos-Escalera (Academia Melitense), D. José A. Dávila(Real Academia de Toledo), Dr. D. Fernando de Artacho (AcademiaAndaluza de la Historia), Dr. D. Luis Valero de Bernabé, Marqués deCasa Real (Colegio Heráldico de España y de las Indias), Dr. D.José Mª de Montells (Academia de Alfonso XIII), Dr. D. Antonio deSousa Lara, Conde de Guedes (Universidad de Lisboa), Dr. D.Fabio Cassani Pironti, Conde de Giraldeli (Universidad PontificiaRegina Apostolorum)

Edita Palafox & Pezuela S.L.Chopo, 1 - 28023 Madrid - España

www.cuadernosdeayala.es

En este número:[1] Editorial: Los Duques y la Grandeza de Espa-ña: alguna excepción, alguna ilegalidad[2-10] Carlos Sáenz de Tejada y Lezama (1897-1958), notable pintor y descendiente del Solar deValdeosera, por D. Luis Pinillos Lafuente[11-13] Prole de don Juan Manuel de Mendoza yLuna, III Marqués de Montesclaros, por Dª AstridAntuña Lloréns[14-15] Un retrato de Vicente López: Claude Annede Rouvroy, Marqués de Saint-Simon, capitán Ge-neral de los Reales Ejércitos, por el Dr. Vizcondede Ayala[16] Honras fúnebres del Presidente del TribunalSupremo en Madrid y Valladolid, año de 1929, porel Dr. Marqués de la Floresta[17-20] El reconocimiento oficial en España de laOrden del Santo Sepulcro de Jerusalén (de 1874a 1980), por el Dr. Vizconde de Ayala[21-26] Reginalidad cancilleresca: el signo rodadoy los sellos de la Reina Berenguela de Castilla(1217-1246), algunas consideraciones iconográfi-cas, por el Dr. Félix Martínez Llorente[27-31] Año 1918, catorce de abril: en el centena-rio de las bodas segovianas de los Marqueses deMiranda de Ebro, por el Dr. Vizconde de Ayala[32] In memoriam: Don Fernando Muñoz Altea[33-34] Revista de libros[35] Revista de revistas[36-38] Gentes de bien[40] Versos de historia y tiempo: Bartolomé Leo-nardo de Argensola, Soneto funeral. Humor canino

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