“Porque muchos son los invitados y pocos los escogidos”

Lectio Divina Familiar Domingo XXVIII TOA Mateo 22, 1 - 14

“El reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo”

Qué lindo que el Señor nos salga al encuentro en una nueva semana. Él nos invita y nosotros queremos aceptar esa invitación con un corazón abierto para escuchar.

Jesús nos sigue hablando por medio de parábolas del Evangelio de Mateo.

Pidámosle a nuestra Madre Admirable que nos tome de la mano y nos ayude a comprender el mensaje que hoy nos quiere regalar el Señor.

Oración InicialPadre Bueno,

ayúdame, a confiar de verdad

en tu fuerza y en tu gracia.

Ayúdame a creer

que puedes hacer de mí una persona nueva,

testimonio coherente y alegre

de tu presencia en mi vida.

Ayúdame a estar atento

a la Palabra que ahora voy a meditar

y a lo que me quieres decir a través de ella.

Amén.

“Todo está listo, ¡vengan a la boda!”Antes de ir al evangelio de este domingo, observen las siguientes palabras o frases y conversen acerca de qué creen que hablará la lectura de hoy:

Reino de los cielos rey banquete de bodas

hijo del rey sirvientes invitados que se niegan a ir

maltrato asesinato

invitación a todos salón del banquete lleno

traje apropiado para entrar al banquete

muchos invitados, pocos elegidos

“Parábola del Banquete de Bodas”En un ambiente dispuesto lean atentamente la lectura de hoy:

Mateo 22, 1-14

Evangelio Domingo XXVIII Tiempo Ordinario Ciclo A 11 de Octubre de 2020

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 22, 1-14

Jesús habló en parábolas a los sumos sacerdotes y a los fariseos, diciendo:

El Reino de los Cielos se parece a un rey que celebraba las bodas de su hijo. Envió entonces a sus servidores para avisar a los invitados, pero éstos se negaron a ir.

De nuevo envió a otros servidores con el encargo de decir a los invitados: “Mi banquete está preparado; ya han sido matados mis terneros y mis mejores animales, y todo está a punto: Vengan a las bodas”. Pero ellos no tuvieron en cuenta la invitación, y se fueron, uno a su campo, otro a su negocio; y los demás se apoderaron de los servidores, los maltrataron y los mataron.Al enterarse, el rey se indignó y envió a sus tropas para acabaran con aquellos homicidas e incendiaran su ciudad. Luego dijo a sus servidores: “El banquete nupcial está preparado, pero los invitados no eran dignos de él. Salgan a los cruces de los caminos e inviten a todos los que encuentren”.

Los servidores salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, buenos y malos, y la sala nupcial se llenó de convidados.

Cuando el rey entró para ver a los comensales, encontró a un hombre que no tenía el traje de fiesta. “Amigo, le dijo, ¿cómo has entrado aquí sin el traje de fiesta?”. El otro permaneció en silencio. Entonces el rey dijo a los guardias: “Átenlo de pies y manos, y arrójenlo afuera, a las tinieblas. Allí habrá llanto y rechinar de dientes”.

Porque muchos son llamados, pero pocos son elegidos.

El que lee: “Palabra de Dios” Todos: “Gloria y honor a Ti Señor”

¿Qué dice el texto de la lectura?En este momento podemos decir sólo lo que está escrito en la lectura.

¿Qué nos dice la lectura?Ahora pensemos lo que Dios nos quiere decir a cada uno para luego ponerlo en común.

Recemos Juntos…Agradezcámosle al Señor este momento de oración en familia en el que hemos podido abrir nuestro

corazón.

Algunas preguntas que podrían ayudar en la reflexión

1.-¿Me identifico con algún personaje del texto bíblico? ¿por qué?

2.-¿Algo resonó en mi corazón? ¿me acuerdo de algo?

3.-¿Recuerdo haber sido emisario de nuestro Padre en alguna oportunidad? ¿qué le pude responder en ese momento?

4.- ¿Cómo he respondido cuando el Señor me invita a su banquete?

5.-¿Cómo me “visto para la ocasión”?

“Tú preparas ante mí una mesa, frente a mis enemigos; unges con óleo mi cabeza y mi copa rebosa”. (Salmo 23, 5)

“El reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo”

Es tan grande el amor y felicidad de nuestro Padre por nosotros que nos invita al Reino de los Cielos.Para expresarlo Jesús usa la imagen de la alegría de un padre que celebra el matrimonio de su hijo con un gran banquete invitando a todos, sin excepción. Es un banquete distinto, porque Sus criterios son diferentes a los nuestros. Es una fiesta de Paz, Amor, Alegría, Misericordia, abierta a todos…

¿Hemos podido experimentar o visualizar la felicidad y alegría de un padre que celebra la boda de su hijo(a)?

¡Gracias querido Jesús por ayudarnos a mirar e ir entendiendo el Reino de los Cielos!

“Tengo el banquete preparado, todo está listo; vengan a la boda”

¡Todo está listo y preparado! ¡Solo tenemos que aceptar e ir a la boda!

Dios Padre se ha encargado de todo para que nosotros y todos los que Él ha invitado podamos celebrar. Nuestro Padre quiere que seamos felices y plenos. La felicidad y plenitud la vamos encontrando al ser amigos de Jesús, al conocerlo en Su Vida y Palabra; al percibir la grandeza y ternura que encontramos en la Eucaristía.

¡Hoy, te quiero contar Jesús que quiero ser tu amigo(a), quiero estar en constante comunión contigo!

“Otros agarraron a los sirvientes, los maltrataron y los mataron”

Nos llama la atención que alguien no acepte una invitación a una fiesta de matrimonio donde se disfruta de la compañía y buena comida.

¿Qué pasa con estos invitados que maltratan y matan a los enviados de Dios?

¿Será que no conocen Quién es el que invita? ¿ No creen que sea verdad la generosa y

desinteresada invitación?

¡Querida Mater te doy gracias por querer darme a conocer siempre a tu Hijo. Te pido que transformes mi

corazón en una antorcha que arda por Cristo y no rechace Su invitación!

“Vayan e inviten a cuantos encuentren a la boda”

Con estas palabras Jesús dice que, TODOS están invitados, nadie queda fuera de Su llamada para vivir y disfrutar de la vida junto a ÉL.Él nos convida a su fiesta , y además nos llama a ser portadores de su invitación para que llegue a todos los que quieran acogerla, sin distinción. Preparémonos para la fiesta con lo mejor que tenemos para ofrecerle, abriéndonos a Su Gracia.

Padre Bueno, queremos aceptar esa invitación y queremos ayudarte para que todos puedan también aceptarla desde el

corazón, para disfrutar la alegría de estar junto a Tí.

“Cuando el rey entró, observó a uno que no llevaba traje adecuado”

Cómo nos vestimos para un matrimonio es muy relevante. Es un momento muy importante que trasciende en la vida de las personas y esa importancia la expresamos vistiéndonos bien para no desentonar, como el que llegó sin el traje adecuado.

¿Cuál será el traje adecuado para la fiesta de Jesús?Nos parece que el traje adecuado para el banquete del Reino es abrir el corazón a la Gracia de Dios Padre, es experimentar Su Amor, tratando de hacer Su voluntad, buscar la sintonía con Él través de la oración, en la Santa Eucaristía… ¡La Conversión!

¡Espíritu Santo te pido que me regales la gracia necesaria que vista mi alma dignamente para poder disfrutar del banquete

celestial!

“Porque son muchos los invitados pero pocos los elegidos”

Jesús nos señala al final de esta parábola que no todos los invitados permanecen en el banquete.

¿Qué ocurre con los convidados a esta fiesta que no llegan a celebrar?

Algunos nos podemos distraer con las preocupaciones del mundo o poner excusas, otros no se preparan... Nuestra libertad y voluntad son importantes para escuchar y aceptar el llamado de Dios Padre. Él no obliga, al contrario, nos da la libertad para decidir. Pidamos la gracia de decir Sí a Su invitación y permanecer fieles a Él viviendo como Jesús. ¡Es una llamada a ser felices!

¡Espíritu Santo te pido que me regales la gracia que necesito para escuchar, seguir y llegar al anhelado Reino de los Cielo!

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