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LOS PAISAJES DEL LITORAL ASTURIANO1

Felipe FERNÁNDEZ GARCÍA Marta HERRÁN ALONSO

José Antonio GONZÁLEZ DÍAZ

Departamento de Geografía. Universidad de Oviedo felipe@uniovi.es; herranmarta@uniovi.es

1. INTRODUCCIÓN Con 334 kilómetros de costa, Asturias dispone de un importante recurso, que ha sido objeto de diferentes formas de aprovechamiento a lo largo de la historia. De esta forma, además del paisaje natural, se han ido generando a través del tiempo otros paisajes modelados por el hombre, que son resultado de la puesta en explotación de algunos de los recursos que el litoral ofrecía. Históricamente, el más importante de los recursos del litoral objeto de aprovechamiento ha sido la pesca, y aunque desde el punto de vista económico esta actividad ha ido perdiendo importancia de una forma casi constante a lo largo de las últimas décadas, aún perviven en el paisaje los elementos que constituyen la expresión más geográfica de la actividad: los puertos y los poblados de pescadores, independientemente de que nuevas actividades y funciones, caso del turismo y el recreo, hayan contribuido a alterar, en mayor o menor medida, la morfología de puertos y pueblos. De otro lado, un recurso natural, como es el caso de los arenales que en un número muy apreciable se reparten por la costa de la región, se ha convertido a lo largo de la segunda mitad del siglo XX en el soporte de nuevas actividades, las turísticas, como consecuencia de los cambios habidos en las formas de aprovechar el tiempo de ocio por parte de la población (veraneo, turismo de playa...). De resultas de este proceso, en función del grado de presión existente sobre las distintas zonas del litoral y ante la ausencia hasta tiempos muy recientes de una protección específica para las zonas más singulares, se han producido distintos grados de transformación del paisaje natural, siendo su máximo exponente la aparición de urbanizaciones que ocupan la práctica totalidad del frente playero. Si prescindimos de las zonas costeras muy alteradas, como es el caso de los sectores próximos a Gijón y Avilés, son escasas las actividades que se desarrollan en el litoral y que no corresponden al grupo de las pesqueras, las agro-ganaderas tradicionales o las turístico-recreativas, pues el catálogo se limita a las escasas fábricas conserveras que aún se mantienen en actividad, a la papelera CEASA (Navia) o a los Astilleros de Figueras y Navia. 2. LA DELIMITACIÓN DEL LITORAL ASTURIANO La primera operación a la que nos tuvimos que enfrentar a la hora de abordar el estudio de los paisajes del litoral asturiano, fue la delimitación del área que entendíamos como “litoral”, recurriendo para ello a trabajos previos en los que se abordan las distintas formas de entender este espacio (BARRAGAN MUÑOZ, 1994; ORTEGA ALBA, 1992), así como a propuestas efectivas de delimitación (Figura 1). En nuestro caso, hemos optado por una delimitación del litoral asturiano basada en criterios paisajísticos, para lo que hemos partido de la identificación de unidades de paisaje siguiendo en primer término unos criterios de orden físico, pero sin perder de vista que, aunque de una manera más atenuada que en los valles interiores y en la montaña de la región, en la costa también se ha producido históricamente una adecuación entre las

1 Este trabajo se ha realizado en el marco del proyecto MEC-07-SEJ2007-66099

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unidades humanas de organización del territorio (aldeas y parroquias) y las unidades físicas que servían de soporte a tal organización, dándose la circunstancia en este caso de que la carencia o escasez dentro del término agrario de elementos imprescindibles para el normal funcionamiento de la economía agro-ganadera (el monte, de manera muy particular), se suplía con el recurso al desplazamiento temporal, de radio medio, del ganado (movimientos trasterminantes), a los pastos de verano de la divisoria Cantábrica.

Figura 1. Delimitación de las unidades de paisaje del litoral asturiano según el Atlas

de los paisajes de España (MATA OLMO y SANZ HERRÁIZ, 2003)

La delimitación del litoral obtenida por este procedimiento (Figura 2) ha debido ser adaptada, necesariamente, a la división administrativa que debía servir de soporte la el análisis a partir de datos de carácter administrativo.

Figura 2. Unidades y subunidades de paisaje del litoral asturiano

En unos casos ha sido la división municipal o concejil la unidad territorial adoptada, si bien en otros, cuando ha sido posible, por existir estadísticas con ese nivel de desagregación, hemos recurrido al análisis parroquial. Además, en este nivel de análisis ha sido posible matizar más y establecer una diferencia entre los sectores de frente de costa y aquellos que, formando parte de las unidades de paisaje, no tienen, desde el punto de vista de su cuenca visual, una relación directa con el frente marítimo (Figura 3).

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Figura 3. Delimitación del litoral asturiano resultante de la adaptación entre las variables físicas y las divisiones administrativas.

3. CARACTERIZACIÓN SOCIOECONÓMICA DEL LITORAL ASTURIANO A mediados del siglo pasado los municipios costeros asturianos estaban bastante poblados y la distribución de los efectivos demográficos era bastante equilibrada. La mayor parte de los concejos periféricos registraban densidades que oscilaban entre los 50 y los 100 hab/km2; tan sólo Navia superaba esta cifra registrando una situación similar a la de los municipios de la zona centro donde se alcanzaban densidades superiores a los 100 hab/km2. En los cincuenta y siete años transcurridos entre la situación reflejada en el mapa 1 y el 2 la realidad demográfica de los municipios costeros varió considerablemente evidenciándose una tendencia a la polarización. En la zona oriental los cambios fueron de escasa trascendencia, puesto que la mayor parte de las entidades municipales presentaban densidades de población similares a las de la fecha de partida. Esa situación de estancamiento se repetía en la costa central, si bien aquí cabe señalar el fuerte aumento de la población registrado en Gijón y en Avilés, así como en el municipio de Corvera. Pese a que tanto en la costa centro, como en la oriental, el crecimiento vegetativo fue negativo, la llegada de foráneos permitió al menos mantener una situación de equilibrio. Por el contrario, en la marina occidental pocos fueron los municipios que lograron mantener sus habitantes, poniéndose de manifiesto una tendencia al despoblamiento. Dicho retroceso de

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la población fue más acusado en los municipios que podríamos denominar “bisagra”, es decir aquellos más próximos al centro (Cudillero, Pravia), dado que esta cercanía impulsó los movimientos migratorios hacia los núcleos urbanos.

Figura 4. Densidad de población de los municipios litorales asturianos en 1950 y 2007.

La figura 5 nos permite matizar el apartado anterior, puesto que se analiza la costa asturiana a escala de detalle tomando como base territorial la parroquia. En primer lugar cabe destacar la dualidad que se produce dentro de mismo municipio, puesto que por lo general las parroquias que están localizadas en el frente marítimo están más densamente pobladas que aquellas que están en el interior (obsérvese por ejemplo el caso de Gijón). En el año 2007 esa realidad se acentúa, de manera que prácticamente todas las parroquias que no son litorales pasan a tener densidades de población menores a los 50 hab/km2. Cabe también señalar que este vaciamiento de las zonas rurales se produjo tanto en los municipios de la costa occidental como en la oriental pese a que, como señalábamos con anterioridad, la costa oriental había logrado estabilizar su densidad a lo largo de este período. Esta situación aparentemente contradictoria responde a una progresiva concentración de la población en las cabeceras municipales. En efecto, los núcleos semiurbanos crecieron de manera considerable gracias a los intensos movimientos migratorios de corto radio que se produjeron en sus áreas de influencia, así como a la llegada de emigrantes atraídos por el empleo que generaba la progresiva terciarización de las villas marineras.

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Figura 5. Densidad de población de las parroquias de los municipios litorales asturianos en 1950 y 2007.

Los cambios en la distribución de la población a los que hemos hecho referencia con anterioridad tienen su origen en el fortísimo éxodo rural que desencadenó la industrialización de los años sesenta. En las últimas décadas esa polarización de la población no ha hecho más que aumentar, como se refleja en las figuras 6 y 7.

Figura 6. Dinámica demográfica de los municipios litorales asturianos.

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La dinámica de crecimiento de los municipios costeros entre los años 1991 y 2007 pone de manifiesto que tan sólo Navia, Avilés, Gijón, Ribadesella y Llanes experimentaron exiguos aumentos de población mientras que el resto tuvo saldos negativos. La situación se agrava cuando se toma como referencia la parroquias, puesto toda la franja costera sufrió considerables pérdidas de población a excepción de Gijón y su área de influencia, así como de las villas marineras de carácter semiurbanos que ganaron habitantes a costa del área rural circundante.

Figura 7. Dinámica demográfica de las parroquias de los municipios litorales

asturianos.

Para caracterizar los municipios del litoral asturiano desde el punto de vista funcional hemos recurridos a los datos de empleo, resultando que sólo 5 municipios del sector costero occidental, aquellos en los que todavía persiste una actividad ganadera relevante, pueden ser calificados como diversificados con fuerte influencia agraria (más del 25% del empleo es agrario). En el resto, o priman netamente los empleos terciarios (más del 60 % del total), o presentan un cierto equilibrio entre el secundario y el terciario, con los valores del primario siempre por debajo del 25 %, o bien, finalmente, por contar con focos de empleo industrial importantes, presentan unos valores en el sector secundario que sobrepasan el 40 % (Figura 8) A partir del análisis de las variables demográficas y económicas, y teniendo en cuenta de manera complementaria otras valores, como los usos del suelo, el estado de las infraestructuras de transporte o los niveles de accesibilidad, hemos realizado una caracterización sintética de los municipios del litoral asturiano (Figura 8) De esta síntesis se deduce la presencia de dos ámbitos claramente urbanos, coincidentes con la ubicación de las dos principales ciudades costeras (Gijón y Avilés), que aparecen flanqueados por áreas fuertemente urbanizadas, de carácter periurbano. Unas áreas que presentan unas densidades de población elevadas, una dinámica positiva, una estructura relativamente joven; que cuentan con un dominio de los empleos y activos terciarios, aunque con cierta significación la actividad industrial; que alcanzan unos niveles de renta medios o altos; que presentan un claro predominio de los usos del suelo de carácter urbano; y que disponen de unas condiciones de muy alta accesibilidad. En el sector costero occidental la presencia de Navia como centro de empleo industrial y la de Vegadeo como cabecera comarcal distribuidora de bienes y servicios es la única

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alteración que se produce a un dominio del carácter rural, con bajas densidades de población, una dinámica por lo general regresiva, un apreciable envejecimiento, unos niveles de renta medios, y una elevada potencialidad agraria, siendo el empleo agrario el dominante, aunque con diferentes niveles de diversificación, y contando la zona con unas buenas o medias condiciones de accesibilidad. Por su parte, los municipios del sector costero oriental, aunque participan en la mayoría de los parámetros que los clasificarían como pertenecientes a la zona rural, presentan un efecto de distorsión que se deriva de una cierta especialización funcional terciaria, y del hecho de contar con algún importante centro comarcal distribuidor de bienes y servicios.

Figura 8. Indicador de funcionalidad de los municipios litorales asturianos, según empleos

Figura 9. Caracterización de los municipios del litoral asturiano (síntesis de variables)

4. LOS USOS DEL SUELO EN EL LITORAL ASTURIANO La influencia ejercida por las ciudades de Gijón y Avilés en el litoral inmediato, a este y oeste, hay que entenderla dentro de los mecanismos propios de la periurbanización, un proceso que en Asturias se desencadena cuando, en los primeros momentos de la etapa conocida como el "desarrollismo", esto es, en la década de los sesenta del pasado siglo, las ciudades experimentaron un significativo crecimiento demográfico y espacial, consecutivo al naciente proceso industrializador. En los sectores del espacio rural asturiano más próximos a las ciudades es donde más claramente se pueden apreciar los efectos generados por la proliferación de usos de origen

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urbano. Aprovechando la disponibilidad de infraestructuras y una vez que el crecimiento de las ciudades alcanzó su umbral crítico, algunas actividades y usos, no encontrando una ubicación adecuada conveniente en el interior de la ciudad, fueron invadiendo lo que hasta entonces era un espacio con predominio de las actividades agroganaderas y, en lo que concierne al litoral, pesqueras. Pero la ocupación del espacio rural no se dio de una forma indiscriminada, pues los mecanismos de segregación que previamente habían operado en el espacio urbano, lo hacían ahora en el rural, volviendo a producirse rechazos entre actividades (industrias-residencias de calidad) o, al contrario, vinculaciones (espacios residenciales-espacios de ocio; espacios de producción-hábitat obrero, etc). La disposición de las infraestructuras de transporte sería ahora la que actuaría de guía en las primeras fases del crecimiento periurbano: gran industria allí donde confluían ferrocarriles y puertos marítimos; polígonos industriales, almacenes, centros comerciales y pequeñas y medianas industrias apoyándose en las principales carreteras; o espacios residenciales siguiendo esas mismas pautas o aprovechándose de la densa red de carreteras de segundo orden y de caminos existente en la región.

Figura 10. Usos del suelo enn el sector costero central de Asturias (en trazado discontinuo, las tres subunidades de paisaje)

La industria ha sido, sin duda, la principal consumidora de espacio periférico en este proceso que se ha venido desarrollando a lo largo de las últimas décadas; en unos casos han sido grandes instalaciones las que han ocupado el campo, y lo han hecho, por su estrecha dependencia del transporte marítimo, en las cercanías del litoral, caso de ENSIDESA, ENFERSA, ENDASA, Cristalera Española o Dupont en la periferia de Avilés, o de la planta de Veriña y las instalaciones de la ría de Aboño en la de Gijón; en otros, al operar como determinantes otros factores de localización, la ocupación se ha realizado más alejada del litoral, y se ha hecho bajo la forma de polígonos industriales , o, por ser la accesibilidad el principal factor de localización, las instalaciones se han ceñido a las principales carreteras, generando unos corredores en los que se suceden almacenes, talleres, pequeñas fábricas, plantas de embotellado, etc. La segunda actividad a considerara en lo que se refiere a consumo de espacio periférico en general y litoral en particular ha sido la residencial. Lo más sustancial del proceso de

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expansión residencial, si exceptuamos los contados casos de construcciones vinculadas a actividades productivas concretas, es la búsqueda, al menos en la teoría, de una calidad paisajística y ambiental que la ciudad ya no podía ofrecer (sin olvidar las connotaciones sociales, a veces situadas en primer término). Fue de esta forma como hicieron su aparición los espacios residenciales de calidad en la periferia de las principales ciudades, teniendo una especial representación en el caso del sector litoral central de Asturias; unos espacios que presentan, además, una clara tendencia a coincidir con otros también propios del proceso de periurbanización y también con una notable presencia en el litoral, los de ocio y recreo. La influencia de Gijón y de Avilés sobre el litoral central de Asturias se concretó, en las primeras fases de la urbanización contemporánea, en una ocupación física de los bordes costeros próximos a las ciudades y en una influencia funcional sobre los espacios ligeramente más alejados, pero en la medida en que el crecimiento urbano se aceleró y que la demanda de suelo periférico se incrementó, la influencia física, aunque de menor intensidad y con unos rasgos morfológicos diferentes a los de la fase inicial, se extendió hasta afectar, cuando menos, a todo el sector que media entre la ría de Villaviciosa al este y la de San Esteban de Pravia el oeste.

Figura 11. Usos del suelo enn los sectores costeros occidental (arriba) y oriental

(abajo) de Asturias (en trazado discontinuo, las subunidades de paisaje)

Además de esa clara influencia física del proceso urbanizador en las áreas inmediatas, en los sectores costeros occidental y oriental (Figura 11) los efectos, más allá de las transformaciones funcionales que, en mayor o menor medida han afectado a la totalidad de la costa, han tenido un carácter muy localizado, de manera tal que son los usos agrarios y los forestales los dominantes. De esta forma, son pocos los lugares del litoral donde nos podemos encontrar con actividades que no sean las pesqueras o las encuadrables dentro del sector turístico y residencial, destacando entre las excepciones las actividades localizada en Figueras (astilleros Gondán) o en Navia (el astillero Armón y la fábrica de pasta de papel CEASA).

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