APROXIMACIÓN A LA COMPONENTE FORESTAL …age.ieg.csic.es/geografia_rural/Actividades de...

8
Juan Carlos Guerra Velasco (et all.) 178 APROXIMACIÓN A LA COMPONENTE FORESTAL DE LOS PAISAJES AGRARIOS DE CASTILLA Y LEÓN 1 Juan Carlos GUERRA VELASCO Eugenio BARAJA RODRÍGUEZ Cayetano S. CASCOS MARAÑA Departamento de Geografía, Universidad de Valladolid [email protected], [email protected], [email protected] 1. INTRODUCCIÓN En algo más del veinticinco por ciento de la superficie de Castilla y León está presente el monte arbolado. Son más de dos millones y medio de hectáreas en las que, bajo diversas manifestaciones, aparece el árbol, ya sea mediante formaciones cercanas a la imagen que tenemos del bosque (un dieciocho por ciento lo constituyen formaciones densas) u otras más abiertas o próximas a un matorral alto (MARM, 2007; JCYL, 2007). La anchura de esta ocupación del suelo es equivalente a su significado paisajístico, pero no a su trascendencia agraria. Se pueden encontrar notables extensiones en las que el árbol es el elemento que da forma y textura al paisaje, pero son pocos los espacios en los que su aprovechamiento teje en la actualidad procesos con relevante significado espacial y productivo. Pero a través de su dimensión paisajística y la de otros valores asociados, con frecuencia inmateriales y de difícil cuantificación, el bosque trasciende su reducido peso agrario. Es más, posee un lugar privilegiado en la actual mirada paisajística del mundo rural y en las demandas sociales que ella contiene. Incluso, como señalan algunos autores, la noción de paisaje está unida a la existencia del bosque, al descubrimiento de las vertientes estética y, más tarde, higienista de estos espacios supuestamente naturales (GÓMEZ, 2002; GHFF, 2009). Es decir, que el bosque está ahí aunque, eso sí, de una manera distinta a como lo estuvo durante siglos hasta hace sólo unas décadas (fuente de materias primas universales). Ahora adquiere distinto un distinto valor patrimonial al proyectarse sobre él las necesidades de una sociedad fundamentalmente urbana. 2. LA PERCEPCIÓN PAISAJÍSTICA DEL ÁRBOL Y DEL BOSQUE Como señala Joan Nogué, el bosque posee un lugar relevante en nuestro imaginario colectivo. No es sólo un fondo escénico derivado de su presencia física, sino que posee una gran capacidad simbólica y poder de atracción gracias a sus dimensiones material y espiritual (NOGUÉ, 2009). Del bosque se extrae la madera, útil para la construcción, la fabricación de utensilios o proporcionando energía a través de su combustión; pero también es, para el hombre occidental, el “lugar de nuestros legendarios miedos”, como lo llama Gastón Roupnel (ROUPNEL, 1932). Es el equivalente europeo del místico desierto oriental, en el que huir de la cultura para convertirse en un hombre de la naturaleza, como señaló Jacques Le Goff en Lo maravilloso y lo cotidiano en el occidente medieval (LE GOFF, 1996). ¿De dónde proviene esa intensa capacidad evocadora del bosque? En primer lugar de su aspecto opaco. Esto lo hace inhóspito, evoca un mundo habitado por animales salvajes, por personas emboscadas, alejadas de la vida sedentaria propia del agricultor. Y, en segundo 1 Este trabajo ha sido elaborado al amparo del Proyecto VA038A09 Estudio de los paisajes arquetipo de la agricultura en Castilla y León, así como del Proyecto de I+D+i Las unidades básicas de paisaje agrario en España: identificación, caracterización y valoración. La España Interior, Septentrional y Occidental (Ref: CSO2009-12225-C05-01)

Transcript of APROXIMACIÓN A LA COMPONENTE FORESTAL …age.ieg.csic.es/geografia_rural/Actividades de...

Page 1: APROXIMACIÓN A LA COMPONENTE FORESTAL …age.ieg.csic.es/geografia_rural/Actividades de grupo/Documentos... · Eugenio BARAJA RODRÍGUEZ Cayetano S. CASCOS MARAÑA ... actualidad

Juan Carlos Guerra Velasco (et all.)

178

APROXIMACIÓN A LA COMPONENTE FORESTAL DE LOS PAISAJES AGRARIOS DE CASTILLA Y LEÓN1

Juan Carlos GUERRA VELASCO Eugenio BARAJA RODRÍGUEZ Cayetano S. CASCOS MARAÑA

Departamento de Geografía, Universidad de Valladolid [email protected], [email protected], [email protected]

1. INTRODUCCIÓN En algo más del veinticinco por ciento de la superficie de Castilla y León está presente el monte arbolado. Son más de dos millones y medio de hectáreas en las que, bajo diversas manifestaciones, aparece el árbol, ya sea mediante formaciones cercanas a la imagen que tenemos del bosque (un dieciocho por ciento lo constituyen formaciones densas) u otras más abiertas o próximas a un matorral alto (MARM, 2007; JCYL, 2007). La anchura de esta ocupación del suelo es equivalente a su significado paisajístico, pero no a su trascendencia agraria. Se pueden encontrar notables extensiones en las que el árbol es el elemento que da forma y textura al paisaje, pero son pocos los espacios en los que su aprovechamiento teje en la actualidad procesos con relevante significado espacial y productivo. Pero a través de su dimensión paisajística y la de otros valores asociados, con frecuencia inmateriales y de difícil cuantificación, el bosque trasciende su reducido peso agrario. Es más, posee un lugar privilegiado en la actual mirada paisajística del mundo rural y en las demandas sociales que ella contiene. Incluso, como señalan algunos autores, la noción de paisaje está unida a la existencia del bosque, al descubrimiento de las vertientes estética y, más tarde, higienista de estos espacios supuestamente naturales (GÓMEZ, 2002; GHFF, 2009). Es decir, que el bosque está ahí aunque, eso sí, de una manera distinta a como lo estuvo durante siglos hasta hace sólo unas décadas (fuente de materias primas universales). Ahora adquiere distinto un distinto valor patrimonial al proyectarse sobre él las necesidades de una sociedad fundamentalmente urbana. 2. LA PERCEPCIÓN PAISAJÍSTICA DEL ÁRBOL Y DEL BOSQUE Como señala Joan Nogué, el bosque posee un lugar relevante en nuestro imaginario colectivo. No es sólo un fondo escénico derivado de su presencia física, sino que posee una gran capacidad simbólica y poder de atracción gracias a sus dimensiones material y espiritual (NOGUÉ, 2009). Del bosque se extrae la madera, útil para la construcción, la fabricación de utensilios o proporcionando energía a través de su combustión; pero también es, para el hombre occidental, el “lugar de nuestros legendarios miedos”, como lo llama Gastón Roupnel (ROUPNEL, 1932). Es el equivalente europeo del místico desierto oriental, en el que huir de la cultura para convertirse en un hombre de la naturaleza, como señaló Jacques Le Goff en Lo maravilloso y lo cotidiano en el occidente medieval (LE GOFF, 1996). ¿De dónde proviene esa intensa capacidad evocadora del bosque? En primer lugar de su aspecto opaco. Esto lo hace inhóspito, evoca un mundo habitado por animales salvajes, por personas emboscadas, alejadas de la vida sedentaria propia del agricultor. Y, en segundo

1 Este trabajo ha sido elaborado al amparo del Proyecto VA038A09 Estudio de los paisajes arquetipo de la agricultura en Castilla y León, así como del Proyecto de I+D+i Las unidades básicas de paisaje agrario en España: identificación, caracterización y valoración. La España Interior, Septentrional y Occidental (Ref: CSO2009-12225-C05-01)

Page 2: APROXIMACIÓN A LA COMPONENTE FORESTAL …age.ieg.csic.es/geografia_rural/Actividades de grupo/Documentos... · Eugenio BARAJA RODRÍGUEZ Cayetano S. CASCOS MARAÑA ... actualidad

Aproximación a la componente forestal de los paisajes agrarios de Castilla y León

179

lugar, por el elemento que da forma a estos paisajes: el árbol. Sus características morfológicas facilitan su transformación simbólica. Simboliza, con sus variaciones estacionales, el movimiento cíclico del tiempo (metáfora de la vida y la muerte) y, con su forma vertical, el eje que conecta el mundo de lo visible con lo invisible, ya sea subterráneo o celeste (DUMAS, 2002). El bosque es un elemento objetivable del espacio agrario y, como tal, forma parte de su materialidad. Pero el bosque, como paisaje, incorpora una fuerte componente subjetiva a través de las emociones que provoca su percepción. Ésta es indisociable del fondo cultural de cada observador y de los códigos de lectura construidos colectivamente (CORBIN, 2001). Hoy, aunque permanezca de alguna forma la visión del bosque como un “desierto” en los términos expresados por Le Goff, nuestros códigos de lectura están alejados de los propios del hombre medieval. Predominan dos paradigmas: el del productivismo y el de lo ecológico. Estos dos determinan en gran medida la unión entre los parámetros materiales y objetivables del bosque y los subjetivos y emocionales que guían su percepción. Algunos autores han reflexionado recientemente sobre los distintos métodos puestos en práctica para la diferenciación y clasificación de paisajes (PUENTE, 2009). No pretende esta comunicación introducir una lengua más en la torre de babel que, según de la puente, se ha transformado la identificación de paisajes en España, sino contribuir a definir, en lo posible, unos criterios de orden general aplicables, en este caso, a Castilla y León. Obras que hablen de los paisajes forestales hay muchas. Desmenuzan su composición florística, determinan cuáles son los elementos dominantes, establecen los requerimientos ambientales de cada conjunto y las relaciones que se establecen entre ellos. El resultado son las clasificaciones de corte geobotánico que distinguen entre dominios, biomas y formaciones vegetales. Bosques esclerófilos, mesófilos, etc., serían sus denominaciones. Responden al objetivo para el que fueron creadas, la de sistematizar un hecho físico como es la vegetación, pero cabe preguntarse de una forma razonable si son capaces de expresar el conjunto de fenómenos vinculados con el aprovechamiento humano y los procesos actuales de transformación o de valoración que subyacen en el concepto de paisaje. Creemos que no. Los paisajes forestales no son necesariamente lo mismo que los medios o los ecosistemas forestales. No existe una relación unívoca entre medio y paisaje, aunque bien es cierto que los factores físicos y la historia ambiental determinan en gran parte el contenido biológico de estos paisajes o su productividad. Gómez Mendoza señala a los ingenieros de montes como creadores de paisajes forestales (GÓMEZ, 2002). Lo son ciertamente en dos sentidos: a través de las labores de repoblación, que crean nuevos ámbitos arbolados allí donde no los había, o mediante la organización del monte; es decir, el establecimiento de unos objetivos económicos y de uso. Para ser justos, habría que señalar que los ingenieros de montes no son los únicos con la capacidad de producir la génesis de los paisajes del árbol. En realidad, los han creado todos aquellos grupos que, con un objetivo productivo definido y aunque aplicasen sólo técnicas o prácticas silvícolas basadas en la experiencia y no en el conocimiento silvícola, han intervenido de forma duradera en el bosque. Son estos objetivos (el abastecimiento de leñas, la obtención de maderas, resinas, la elaboración de carbón, el aprovisionamiento de fruto, la compatibilización con el pasto y la labor, la producción de biomasa para la producción de pasta de papel o la generación de energía, el ocio, la protección hidráulica, la conservación de la biodiversidad, etc.) los que son capaces de generar fisonomías que se traducen en tipologías de paisajes forestales. Éstas presentan un carácter general que rebasa en sus principales aspectos divisiones de orden fitogeográfico. Las masas productoras de fruto requieren, por ejemplo, una forma de copa y un espaciamiento de los individuos determinado, lo que marca notablemente su fisonomía y percepción, de la misma forma que la densidad de las masas de turno corto

Page 3: APROXIMACIÓN A LA COMPONENTE FORESTAL …age.ieg.csic.es/geografia_rural/Actividades de grupo/Documentos... · Eugenio BARAJA RODRÍGUEZ Cayetano S. CASCOS MARAÑA ... actualidad

Juan Carlos Guerra Velasco (et all.)

180

con orientación industrial poseen una densidad y características estructurales del arbolado y de las masas también claramente definidas. Al igual que con los paisajes agrícolas y ganaderos, objeto de otra comunicación a este coloquio, la orientación técnico productiva tienen una extraordinaria capacidad para generar paisajes. Su consideración como espacios humanizados es la que proporciona trascendencia cultural y ambiental a estos paisajes a la vez que permite reconstruir su proceso de construcción social e histórica y recuperar, desde una perspectiva patrimonial, la huella humana que a lo largo del tiempo les ha otorgado carácter y contextualizarlos en una realidad rural más amplia (KÜSTER, 2009; KRZYWINSKI, O’CONNELL Y KÜSTER, 2009). Un buen ejemplo es la obra Paysages des Fôrets, subtitulada Aux portes du visible, realizada bajo el impulso de la francesa Office National des Fôrets y en la que se reconocen tipos de paisaje en función de las estructuras resultantes del aprovechamiento cultural del bosque (VIDAL, 2003). 3. LOS PAISAJES DEL MONTE ARBOLADO EN CASTILLA Y LEÓN La tipología de paisajes forestales para Castilla y León parte de los trabajos previos que se desarrollan dentro de los proyectos de investigación Estudio de los paisajes arquetipo de la agricultura en Castilla y León y Las unidades básicas de paisaje agrario en España: identificación, caracterización y valoración. La España Interior, Septentrional y Occidental. De ellos toma los niveles más altos de la clasificación (dominios y categorías), genéricos por otro lado, y desarrolla los niveles, descendentes, de clases, unidades y, de forma tentativa, arquetipos. Los dominios definidos son, dentro de la lógica agraria del trabajo de donde provienen, el mediterráneo y el atlántico que contienen dos categorías: paisajes forestales mediterráneos y paisajes forestales atlánticos. El criterio de definición de las clases es el de las grandes orientaciones técnico-productivas y sociales presentes en los montes arbolados españoles.

Cuadro 1. Superficie aproximada de las categorías de paisaje forestal Monte Natural Monte Productor Monte cultivado Monte bajo 381.208 Ha. 892.667 Ha. 20.602 938.744

3.1 Los paisajes del monte “natural” Determinados paisajes forestales, por la fisonomía y la estructura de las masas que los componen, evocan una fuerte sensación de naturalidad. En general se trata de sectores que, por su difícil acceso o por haber conocido en las últimas décadas una reducción notable de los aprovechamientos, cuando no desaparición, o por estar sometidos a modelos de gestión basados en la conservación de la biodiversidad, proyectan la imagen de montes arbolados “naturales”. Son montes altos, es decir, se reproducen de forma natural por semilla. Son, a su vez, masas irregulares en la que están íntimamente mezclados individuos de diferente edad y, por último, la perdurabilidad de este tipo de paisaje es elevada Al no estar sometido a aprovechamientos, o ser éstos de baja intensidad, no se producen cortas, claras o entresacas que afecten a la permanencia del conjunto o que introduzcan cesuras vinculadas con distintos momentos del aprovechamiento del monte arbolado. Se han reconocido cuatro grandes unidades de paisaje que se distribuyen de forma pareja entre los paisajes forestales atlánticos y los mediterráneos: los bosques caducifolios de la montaña cantábrica y los pinares relictos de la montaña cantábrica para la primera categoría, y los enebrales de la montaña media y los grandes bosques de ribera de las vegas interiores para la que se corresponde con los paisajes mediterráneos.

Page 4: APROXIMACIÓN A LA COMPONENTE FORESTAL …age.ieg.csic.es/geografia_rural/Actividades de grupo/Documentos... · Eugenio BARAJA RODRÍGUEZ Cayetano S. CASCOS MARAÑA ... actualidad

Aproximación a la componente forestal de los paisajes agrarios de Castilla y León

181

Son unidades de características contrapuestas. Mientras que las propias del domino atlántico representan el paisaje nemoroso por excelencia, cerrado y húmedo, los sabinares son paisajes abiertos, más ásperos e ingratos, que han tenido en toda la montaña media del oriente de Castilla y León un aprovechamiento ganadero extensivo como principal esquilmo, pero que hoy conocen un notable proceso de reconstrucción forestal.

Figura 1. Clases de paisaje forestal y unidades de relieve en Castilla y León

3.2 Los paisajes del monte productor El monte productor, en sus distintas variantes, representa uno de los componentes forestales del paisaje agrario de Castilla y León más extendido. De una forma u otra, todos los montes arbolados generan algún tipo de producción, ya sea de orden económico o de tipo social o ambiental. Sin embargo, bajo esta definición nos referimos a aquellas masas

Page 5: APROXIMACIÓN A LA COMPONENTE FORESTAL …age.ieg.csic.es/geografia_rural/Actividades de grupo/Documentos... · Eugenio BARAJA RODRÍGUEZ Cayetano S. CASCOS MARAÑA ... actualidad

Juan Carlos Guerra Velasco (et all.)

182

que con una silvicultura media, es decir, turnos de corta que superan los setenta y cinco años, tienen por objeto la producción de rentas a través de la extracción de leñas, resina y fruto a través del piñón.

Cuadro 2. Taxonomía de paisajes forestales

Dominio Categoría Clase Unidad

Sabinares de la montaña media Monte “natural”

Grandes Riberas arboladas de las vegas interiores

Pinares de la Cordillera Central

Pinares de la Cordillera Ibérica

Pinares de fruto de las campiñas arenosas

Pinares de resina de las campiñas arenosas

Monte productor

Pinares de los piedemontes graníticos de León y Palencia

Montes cultivados o de la silvicultura intensiva

Choperas de repoblación de las grandes vegas interiores

Montes bajos de la montaña media calcárea

Montes bajos de los piedemontes detríticos

Montes bajos de los páramos calcáreos

Mediterráneo Paisajes Forestales Mediterráneos

Montes bajos tradicionales de leña, carbón y pasto

Montes bajos de las terrazas bajas

Bosques caducifolios de la montaña cantábrica

Monte “natural”

Pinares relictos de la montaña cantábrica

Monte productor Montes de frondosas maderables Atlántico Paisajes Forestales

Atlánticos

Montes cultivados o de la silvicultura intensiva

Pinares de desenrrollo de la montaña atlántica

Son estas masas las que han tejido los paisajes del monte arbolado más elaborados de Castilla y León. En su componente visible, estos paisajes se extienden por miles de hectáreas, decenas de miles en algunos casos, hasta nominar con su presencia vastos espacios de la región: La Tierra Pinariega de Burgos y Soria o la Tierra de Pinares, a caballo entre Valladolid, Segovia y Ávila. Su espesor histórico es notable y su transformación cultural a lo largo del tiempo ha dependido de la evolución en la demanda de sus principales producciones: madera sobre todo, pero también resina y piñón. Su explotación y transformación dio lugar a otros paisajes rurales en los que la pequeña industria de aserrado y primera transformación, envasado de piñón o producción de miera estaba profusamente repartida. Hoy ha desaparecido en gran parte y estos paisajes se

Page 6: APROXIMACIÓN A LA COMPONENTE FORESTAL …age.ieg.csic.es/geografia_rural/Actividades de grupo/Documentos... · Eugenio BARAJA RODRÍGUEZ Cayetano S. CASCOS MARAÑA ... actualidad

Aproximación a la componente forestal de los paisajes agrarios de Castilla y León

183

enfrentan a una reconsideración de su uso con la entrada de nuevos paradigmas de corte ambiental y urbano. Son los pinares serranos, gran parte de los pinares de llanura y también hayedos y robledales sometidos a explotación maderera. Representan el arquetipo para la ciencia forestal y el dominio de la propiedad pública de los montes. Son todos montes altos, de composición mayoritariamente monoespecífica, entendida como indicador de la presencia de una especie dominante. Con el objeto de facilitar la explotación y hacerla sostenida en el tiempo, habitualmente aparecen ordenados o sometidos a prescripciones técnicas en su gestión y explotación. Estas prescripciones tenían hasta hace unas décadas un objetivo productivo, si bien hoy, bajo el paradigma de la gestión forestal sostenible, se intenta integrar objetivos múltiples entre los que aparecen los de carácter socioambiental.. En consonancia, la estructura por edades del arbolado puede variar desde coetánea hasta irregular, si se quiere mantener un cierto aspecto de naturalidad, aunque lo frecuente son distribuciones del primer tipo. La silvicultura aplicada es media, lo que se traduce en perdurabilidades de las masas y de los paisajes que generan altas. Los turnos de corta son elevados, dando cierto aspecto de inmutabilidad a estos ámbitos, por más que la obtención de aprovechamientos genere una lenta sucesión de facies en la que aparecen parcelas de arbolado maduro, cercanos al turno de corta, con otras recién realizadas o en distintos estadios de desarrollo. Las unidades distinguidas para Castilla y León son seis, cinco de ellas para los paisajes forestales del mundo mediterráneo. Dentro de los paisajes forestales atlánticos es posible reconocer el monte de frondosas maderables, mientras que en los mediterráneos se identifican los pinares serranos maderables de la Cordillera Central, los pinares también serranos de la Cordillera Ibérica, los pinares de fruto de las campiñas arenosas, los pinares de resina y madera de las campiñas arenosas y los pinares de los piedemontes detríticos de León y Palencia.

Cuadro 3. Características principales de las categorías de paisaje forestal

MONTE NATURAL

MONTE PRODUCTOR MONTE CULTIVADO MONTE BAJO

Forma fundamental de masa

Monte alto Monte alto Monte alto / bajo MMonte Bajoonte bajoM

Monte bajo

composición específica

Pluriespecífica / Monoespecífica

Monoespecífico / Pluriespecífico

Monoespecífico Pluriespecífico

Forma principal de masa

Irregular Coetáneo / iregular Coetáneo Irregular

Orientación productiva

Madera, resina, frutos Past a de papel, madera de baja

calidad

Leñas y pasto

Perdurabilidad Permanente Alta (60 y 120 años) Baja (15-35 años) Media/baja (15_25 años)

Silvicultura Baja Media Alta Media/Baja

3.3. El monte cultivado: populicultura y pinares de desenrrollo Este tipo de paisaje representa la máxima expresión de la integración industrial del espacio forestal. En Castilla y León son paisajes con no más de unas décadas de antigüedad. La forma fundamental de masa es la de monte alto y las necesidades de la intensa industrialización hace que sean masas monoespecíficas, de carácter coetáneo y sometidas a

Page 7: APROXIMACIÓN A LA COMPONENTE FORESTAL …age.ieg.csic.es/geografia_rural/Actividades de grupo/Documentos... · Eugenio BARAJA RODRÍGUEZ Cayetano S. CASCOS MARAÑA ... actualidad

Juan Carlos Guerra Velasco (et all.)

184

un marco regular de plantación que les proporciona un aspecto geométrico. El tipo de silvicultura es intensivo, con turnos de corta entre los 15 y los 35 años, lo que implica una escasa perdurabilidad de las masas o, lo que es lo mismo, un paisaje forestal con ritmos de renovación altos, apoyados en cortas mayoritariamente a hecho. En Castilla y León se reconocen dos unidades dentro de esta categoría de paisaje: los pinares de desenrrollo del Bierzo y del Valle de Mena dentro del dominio atlántico y la populicultura intensiva asociada a alguna de las grandes vegas interiores de la margen derecha del Duero. Los primeros aprovechan sectores de elevada productividad forestal, con precipitaciones abundantes y una cierta integral térmica, mientras que los segundos explotan la presencia de mantos freáticos abundantes, propicios para el buen desarrollo de variedades de crecimiento rápido de chopo. El destino de esta madera es el desenrrollo en el caso de los pinares de Pinus radiata y los elaborados de baja calidad para el chopo. Por otra parte, este tipo de monte ha convertido en silvicultores a pequeños propietarios. Su desarrollo y extensión se ha basado en un mosaico de pequeñas parcelas, producto no pocas veces del abandono de usos agrícolas, que se ha traducido en un ritmo y textura del paisaje singular. 3.4 El monte bajo de leña, carbón y pasto El monte bajo es la máxima expresión de la intensa transformación del bosque basada, principalmente, en el desarrollo de modelos de gestión tendentes a la obtención de leñas. En este caso, la permanencia de la masa se fía a la capacidad que tienen algunos taxones para reproducirse vegetativamente y, aunque es propia de bastantes géneros, alcanza su máximo desarrollo en diversos Quercus. Son los montes bajos de encina, quejigo y rebollo. En España alcanzan su máximo desarrollo en la Cuenca del Duero y, de hecho, suponen su principal clase de paisaje forestal. Su aprovechamiento habitual era el de leñas y pasto, además de la obtención de carbón vegetal, si bien en las últimas décadas, con la aparición de otros tipos de combustible ha disminuido, cuando no desaparecido, su explotación. El tipo de silvicultura actual es prácticamente inexistente, lo que resalta aún más su carácter de herencia en el paisaje. Bajo condiciones normales de explotación su permanencia es media o baja, con turnos de corta que se sitúan en torno a los catorce años y rara vez sobrepasan los veinte. En Castilla y León se distinguen los montes bajos de la montaña media calcárea, los montes bajos de los piedemontes detríticos, los montes bajos de las terrazas bajas y los montes bajos de los páramos calcáreos, todos ellos dentro de la categoría de paisajes forestales mediterráneos. Por lo general son montes olvidados para el gestor forestal. No tienen hoy en día un elevado interés silvícola, más allá de las rentas que pueda generar a través de la caza, y aunque en ocasiones se ha planteado su transformación en monte alto, lo cierto es que no se han desarrollado modelos de gestión que los hayan puesto en valor. Su situación y la disminución de su valor de uso provocó que conociesen el impacto de las desamortizaciones del siglo XIX y que se viese afectado por los pulsos roturadores de ese siglo y de la primera mitad del siglo XX. 4. CONCLUSIONES Se propone un modelo de tipificación de la componente forestal de los paisajes agrarios que, en una primera aproximación, sirve para el caso de Castilla y León. Pone el acento en las estructuras y texturas que, a diversas escalas, generan los grandes modelos de explotación forestal y se centra únicamente en el monte arbolado. No se contempla el árbol fuera del monte arbolado y tampoco ocupaciones del suelo con una fuerte componente ganadera y agrícola como son las dehesas. El estudio de casos particulares, los arquetipos,

Page 8: APROXIMACIÓN A LA COMPONENTE FORESTAL …age.ieg.csic.es/geografia_rural/Actividades de grupo/Documentos... · Eugenio BARAJA RODRÍGUEZ Cayetano S. CASCOS MARAÑA ... actualidad

Aproximación a la componente forestal de los paisajes agrarios de Castilla y León

185

determinará cómo combinar las estructuras y texturas antes señaladas con su contenido biológico. BIBLIOGRAFÍA CORBIN, A. (2001) L’homme dans le paysage, Edt. Textuel, París. DUMAS, R. (2002) Traité de l’arbre. Essai d’une philosophie occidentale. Edt. Actes Sud, Arles. GÓMEZ, J. “Paisajes forestales e ingeniería de montes” en ZOIDO ET AL (2002) Paisaje y Ordenación del Territorio, Edt. Junta de Andalucía y Fundación Duques de Soria, Sevilla, pp. 237-254 GROUPE D’HISTOIRE DES FORÊTS FRANCAISES (2009) Materiales del Coloquio Internacional Forêt et Paysage, Xe-XXIe siècle, Besançon. JUNTA DE CASTILLA Y LEÓN (2007) Atlas Forestal de Castilla y León, Edt. JCYL, León. KRZYWINSKI, K, O’CONNELL, M. Y KÜSTER, H. –Coord.- (2009) Cultural Landscapes of Europe. Fields of Demeter, Haunts of Pan, Edt. Aschenbeck Media, Bremen. KÜSTER, H. (2009) Storia dei boschi. Dalle origini a oggi. Edt. Bollati Boringhieri, Turín. LE GOLF, J. (1996) Lo maravilloso y lo cotidiano en el Occidente medieval. Edt. Gedisa, Barcelona. MINISTERIO DE MEDIO AMBIENTE Y MEDIO RURAL Y MARINO (2007) Anuario de Estadística Forestal, Madrid. NOGUÉ, J. (2009) Entre paisajes, Edt. Ámbit, Barcelona. PUENTE FERNÁNDEZ DE LA, L. (2009) “Tipos y unidades de paisaje: la necesidad de diferenciar lo general de lo particular”, en Geografía, Territorio y Paisaje: estado de la cuestión. Actas del XXI Congreso de la Asociación de Geógrafos Españoles, Edt. UCM-AGE, Ciudad Real. ROUPNEL, G. (1932) Histoire de la campagne française. Edt. Graset, París. VIDAL, C. -Drctor.- (2003) Paysages des forêts. Aux portes du visible. Edt. Monza, París.