Los Ritos de Paso

106
! (,( 1'( ,,( ,1 ,"( ,-,- --- "1 ~., o>,/'~~":'::'¿1.! ("~'/ ,,\ 1\ fI:'-;: ti) '{., ," " r;'j. \ F ~1¿; ,',:;, ',I'~~,,:? ..."..,'-'~ - - t r. - .J~-.. 0 ( 1 \ fffi >' """~'::~' f I')'\'\'~ (\ ';--, 1'8 "'¡- , ,'1¡;'t O"~ I ~': '~>:\ " t ,.(lr¡)!i'~' ) , .¿' ",':-1' '!' ~ (\!l;'" " / ,... .." \ I t~,i t ,1' 'cr¡b"S~~, :~t<' -<{J¡IQ:¡:.1;c;t""'l1iJ.P . : ',.( ,( 'J :( Acontecirniel1los como la ndopción de un nuevo miembro por el grupo, el derecho dé asilo, el destierro, 1:1e\C<HlllIlli")Il, la scpnración de 1.1mujer élUbara%ada dc su grupo scxual }' 5\1 reilHegrnción tras el parro, exigen 1.1divcrsifiCll1a celebr:lcil')n de la secuencia de los riros de paso, Van Gcnnep l11ues¡ra que, c\lanto menos civilizndn es una socieJ:ld, cuamo menor es la diferenciaciÓn de lo proLlI1o con respectO a lo sagr:IJo, tanto menos perme:lble:s sou elllre lasceldilLls dc la collllcnasocial: cambiar de grupo, d<: e;;(¡ldo, de: calq~oría, implica entOnces requisitos rilu:de:s l1I¡íscoe:rcitivos, ceremonias que deben sancionnr el abandono d<:1universo anterior y la armoniosa agreg:lciÓn al nuevo, I } , I ~r :~; /[: ¿' ~ :0 ~ ,;" -.J -=- ~, -:1 { ( l't"'-'.~':""'.w. ~" :,'->O:!."'\i~~-':.:.:~~L.X:i.i; d~~--.:I.;;...:.J,..>...i;.:,:,~~~ , ;,l } I \ I 11 -" 0 - :'::j -r: ,:~~ , " ;1 (1 11 I! '1 O ~" i ~J!i! ! ~ ~f~ I V) 1111 1811 I . t'-> " ; ~ '( -V) I o' I~\; , '1 ; !¡' I ~ij ' 1 IJ, r ' 1 ~~~ 1 ~f ~ ! - 1, I ! " '/ I J'j " IIJ ! 1', , I ~ I " - ; ¡(;(; '. :11rf, -,:( "" F' N este libro, lino de los grandes clásicos de la - .-J etnología contemporánea, el antropólogn y fol. Ic~orista francés Arnold van Genncp lleva a c..ho un .iglll'OSO c::;llIdio cOl11p,II-¡ltivo de los .'¡Ios ell Ia~; civi. !i1.aciollcs p1'illliliv<ls, cJ¡¡sic<ls e inclllso colllcl1JpO' níllcas. Con la' investigaciÓn de los ritos de paso, el aulol" se adelantó, profélicamcnk, a I<IS fÓl'll1Ubs del anÜlisis' estructural. . . ,' /-1.r1'1o/(1 V{¿rl GenYlt'p , -- Los ritos clepaso taurus T

Transcript of Los Ritos de Paso

Page 1: Los Ritos de Paso

! (,(1'( ,,(,1 ,"(

, -,- ---

"1 ~.,o>,/'~~":'::'¿1.!("~'/ ,,\ 1\fI:'-;:

ti) '{., ," "r;'j.\F~1¿; ,',:;, ',I'~~,,:?..."..,'-'~

-

-

tr.-

.J~-.. 0(1 \ fffi >'"""~'::~' f I')'\'\'~ (\';--, 1'8"'¡- , ,'1¡;'t O"~ I ~':'~>:\ "t,.(lr¡)!i'~'

), .¿'",':-1' '!'~(\!l;'" " / ,....."\I t~,i t ,1'

'cr¡b"S~~, :~t<'-<{J¡IQ:¡:.1;c;t""'l1iJ.P

.: ',.( ,( 'J : (

Acontecirniel1los como

la ndopción de un nuevo miembro por el grupo,el derecho dé asilo, el destierro, 1:1e\C<HlllIlli")Il,

la scpnración de 1.1mujer élUbara%ada dc su grupo scxual}' 5\1 reilHegrnción tras el parro,

exigen 1.1divcrsifiCll1a celebr:lcil')nde la secuencia de los riros de paso,

Van Gcnnep l11ues¡ra que,c\lanto menos civilizndn es una socieJ:ld,

cuamo menor es la diferenciaciÓn de lo proLlI1ocon respectO a lo sagr:IJo,

tanto menos perme:lble:s sou elllre sílasceldilLls dc la collllcnasocial:

cambiar de grupo, d<: e;;(¡ldo, de: calq~oría,implica entOnces requisitos rilu:de:s l1I¡íscoe:rcitivos,

ceremonias que deben sancionnrel abandono d<:1universo anterior

y la armoniosa agreg:lciÓn al nuevo,

I

}

,

I

~r

:~; /[:

¿'~ :0

~ ,;" -.J -=- ~, -:1{ (

l't"'-'.~':""'.w. ~" :,'->O:!."'\i~~-':.:.:~~L.X:i.i; d~~--.:I.;;...:.J,..>...i;.:,:,~~~, ;,l

}I\I

11

-"

0-

:'::j

-r:

,:~~,";1(111I!

'1 O ~"

i ~J!i!! ~ ~f~

I V) 11111811I

. t'-> "; ~ '(

-V)

I

o'

I~\;, '1

; !¡'

I ~ij'

1

IJ,r '

1 ~~~

1 ~f

~

!

-

1,

I

! "

'/

I J'j

" IIJ

! 1',, I

~

I " -; ¡(;(; '.

:11rf,

-,:( ""

F' N este libro, lino de los grandes clásicos de la- .-J etnología contemporánea, el antropólogn y fol.Ic~orista francés Arnold van Genncp lleva a c..ho un.iglll'OSO c::;llIdio cOl11p,II-¡ltivo de los .'¡Ios ell Ia~; civi.!i1.aciollcs p1'illliliv<ls, cJ¡¡sic<ls e inclllso colllcl1JpO'níllcas. Con la' investigaciÓn de los ritos de paso, elaulol" se adelantó, profélicamcnk, a I<IS fÓl'll1Ubs

del anÜlisis' estructural.

.., '

/-1.r1'1o/(1 V{¿rl GenYlt'p,

--

Los ritos clepaso

taurus

T

Page 2: Los Ritos de Paso

Título original: Les rifes de passage

Editor: Librairie critique fMILE NOURRY.París, 1909@ 1969, MOUTON & Co. and MAl SON DES

SCIENCES DE L'HoMME

A SUZANNE y ALFRED BÉTANT

@ 1986, ALTEA, TAURUS. ALFAGUARA.S. A.TAURUS EDICIONES

Príncipe de Yerganl, 81, 1.° - 28006 MADRIDISBN: 84-306-1266-1

Depósito Legal: M. 35.394-1986PRINTED IN SPAIN

Page 3: Los Ritos de Paso

I

I

I

II!

PRÚLOGO

Sé muy bien que a este cuadro le faltan muchostrazos. pero una primera edición no es nunca másquc un ensayo.

Las descripciones detalladas y los trabajos monográficos re-ferentes a los actos mágico-religiosos se han acumulado duranteestos últimos años en cantidad lo bastante elevada como paraque pueda parecer oportuno intentar una clasificación de talesactos, es decir de los ritos, en conformidad con los progresos dela ciencia. Varias categorías de ritos son ya bien conocidas: meha parecido que un elevado número de otros ritos podían asi-mismo ser ordenados en una categoría especial. Se hallan, comose verá, en numerosas ceremonias. Pero no parece que se hayacaptado hasta ahora su vínculo íntimo ni su razón de ser, nique se haya comprendido el motivo de sus semejanzas. Y sobretodo, no se había mostrado por qué se ejecutan siguiendo undeterminado orden.

Ante un tema tan amplio, la dificultad consistía en no dejarseahogar por los materiales. Sólo he utilizado una mínima partede los que he reunido, preferentemente tomados de las más re-cientes y detalladas monografías, remitiendo lo más posible, paraotros hechos y sobre todo para las referencias bibliográficas, alas grandes recopilaciones comparativas, De otro modo, cadacapítulo hubiera exigido un volumen. Creo, sin embargo, quemi demostración será suficiente, y ruego al lector quc 10 com-pruebe aplicando el Esquema de los Ritos de Paso a los hechosde su ámbito personal de estudio.

Una parte de la sustancia del presente libro ha sido objetode comunicación, casi en forma de cuadro general, en el Con-greso de Historia de las Religiones celebrado en Oxford el pa-

VOLTAIRE

NOTA DEL TRADUCTOR

La edición que sirve de base a esta traducción incluye al finaldel texto un ArmENDUMcon las correcciones realizadas por el pro-pio Arno]d van Gennep, a pluma y a lápiz, en su ejemplar personalde Los ritos de paso. La mayor parte de tales correcciones serefieren a errores de imprenta, signos de puntuación. supresión ointroducción de mayúsculas, cambios de tiempos verbales, sustitu-ción de sinónimos, tIC.; en ninguno de esos casos, así como tam-poco cuando se trata de correcciones de estilo cuyo valor se pierdeal pasar al castellano. parece su interés lo bastante elevado comopara justificar la traducción completu tkl apéndice. lIemos optudoen consecuencia por traducir el texto con esas correcciones incor-poradas, indicando los cambios en Notas del Traductor únicamentecuando se trata de añadidos o supresiones de "cierta importancia,cuando tales cambios afectan en algo al sentido o cuando aportanalgún matiz interesante, por leve que sea.

9

Page 4: Los Ritos de Paso

I

¡

Ii

iIi

sado mes de septiembre; prescntaron el trabajo los señores Sid-ney Hartland, J.-G:-Frazer y P. Alphancléry.

Estoy, asimismo, agradecido a mi editor y amigo, M. E. Nouny,bien conocido -bajo seudónimo- por los folcloristas: se hainteresado por el desarrollo de este volumen, me ha comunicadodocumentos, y me ha dejado en libertad para remad elarlo .a miantojo. De modo que el editor ha sufrido en carne propia tantoal sabio como al amigo. Espero, sin embargo, que, 'al menos,no sea también víctima del lector.

CAPITULO PRIMERO

CLASIFICACIÚN DE LOS RITOS

A. v. G.

Clamar!, diciembre de 1908.

EL MUNDO PROFANO Y EL MUNDO SAGRADO

Cada sociedad general incluye varias sociedades especiales,que son tanto más autónomas y de contornos tanto más precisosr;:uantomenor es el grado de civilización en que se halla la socie-dad general. En nuestras modernas sociedades, sólo hay. una sepa-ración algo neta entre la sociedad laica y la sociedad .religiosa, ,.entre lo profano y 10 sagrado. Desde el Renacimiento, las rela-ciones entre estas dos sociedades especiales han experimentado,en el interior de las naciones y de los Estados, todo tipo de osci-laciones. Pero esa división se registra en todos los Estados deEuropa, y es de tal género que las sociedades laicas, por unaparte, y las sociedades religiosas, por la otra, se mantienen sepa-radas entre sí por sus bases esenciales. Asimismo, la nobleza,las finanzas, la clase obrera, atraviesan las naciones y los Esta-dos, sin preocuparse, teóricamente a] menos, por las fronteras.Cada una de estas categorías contiene a su vez categorías demenor amplitud: alta nobleza e hidalgos rurales, grandes y pe-queños financieros, profesiones, oficios diversos. Para pasar deuna a otra, para que un campesino se convierta en obrero, eincluso para que un peón se haga albañil, es preciso cumplirdeterminadas condiciones que tienen, sin embargo, en común losiguiente: son únicamente de carácter económico o intelectua];a diferencia de ]0 que ocurre cuando se pasa de laico a sacer-dote, o a la inversa: en este caso, es preciso realizar ceremonias,es decir actos de un tipo especial, que suponen una cierta incH-

1011

Page 5: Los Ritos de Paso

~-;ji~¡~~i

nación de la sensibilidad y una cierta orientación mental. Entreel mundo profano y el mundo sagrado hay incompatibilidad;hasta tal punto que la transición del uno al otro precisa de unperíodo intermediario.

A medida que se desciende en la serie de las civilizaciones-tomando esta palabra en su más amplio sentido-, se constataun mayor predominio del mundo sagrado sobre el mundo pro-fano; en las sociedades menos evolucionadas que conocemos,engloba casi todo: nacer, parir, cazar, etc., son en ellas activi-dades vinculadas a lo sagrado por múltiples dimensiones. Asi-mismo, las sociedades especiales están organizadas sobre basesmágico-religiosas, y el paso de una a otra adquiere el aspectodel paso especial que entre nosotros se señala mediante ritosdeterminados: bautismo, ordenación, etc. También aquí ciertassociedades especiales atraviesan varias sociedades generales; así,por ejemplo, un grupo totérnico constituye una misma unidad através de las tribus de Australia, y sus miembros se consideranhermanos a idéntico título que todos los sacerdotes católicoscualquiera que sea el país en que vivan. El caso de las castases ya más complejo, puesto que a la noción de parentesco seañade una especialidad profesional. Si, en nuestras sociedades,la solidaridad sexual se halla reducida a un mínimum teórico,entre los semicivilizados juega un papel consideruble en virtudde la separación de los sexos en materia económka, política ysobre todo mágico-religiosa.La familia, por su parte, constituyetambién entre ellos una unidad fundada sobre bases bien másestrechas, bien más amplias que entre nosotros, pero en cual-quier caso estrictamente delimitadas. Cada tribu, forme o noparte de una unidad más amplia tendente a la nación, poseeuna individualidad :;uya rigidez recuerda la imperante en lasciudades griegas. En fin, a todos estos modos de agrupami~!1t9._-se añade otro, que ~arece--de eqUivalente exacto entre nosotros:eJ' de las -geil"eracioneso clases de edad.

ciones están separadas, este paso va acompañado de actos espe-ciales, que por ejemplo en el caso de nuestros oficios constituyenel aprendizaje, y que entre los semicivilizados consisten en cere-monias, porque ningún acto es entre ellos absolutamente inde-pendiente de lo sagrado. Todo cambio en la situación de unindividuo comporta acciones y reacciones entre 10 profano y 10sagrado, acciones y reacciones que deben ser reglamentadas yvigiladas a fin de que la sociedad general no experimente moles-tia ni perjuicio. Es el hecho mismo de vivir el que necesita lospasos sucesivos de una sociedad especial a otra y de una situa-ción social a otra: de modo que la vida individual consiste enuna sucesión de etapas cuyos finales y comienzos forman con-juntos del mismo orden: nacimiento, pubertad social, matrimo-nio, paternidad, progresión de clase, especialización ocupacio-nal, muerte. Y a cada uno de estos conjuntos se vinculan cerc--monias cuya finalidad es idéntica: hacer que el individuo pasede una situación determinada a otra situación igualmente det~l'-minada. Al ser el mismo su objeto, es del todo necesario quelos medios para alcanzarlo sean, si no idénticos en los detalles,al menos análogos, modificándose, por lo demás, el individuo,puesto que va dejando tras de sí varias etapas y franquea variasfronteras. De ahí la semejanza general de las ceremonias delnacimiento, de la infancia, de la pubertad social, de los espon-sales, del matrimonio, del embarazo, de la paternidad, de lainiciación a las sociedades religiosas y de los funerales. Por lodemás, ni el individuo ni la sociedad son independientes de lanaturaleza, del universo, que se halla también sometido a ritmosque ejercen su efecto reactivo sobre la vida humana. Tambiénen el universo hay etapas y momentos de transición, marchashacia adelante y estadios de detención relativa, de suspensión.También se deben relacionar con las ceremonias de paso huma-nas las que se refieren a las transiciones cósmicas: de un mes aotro (ceremonias de la luna llena, por ejemplo), de una estacióna otra (uolsticios, equinoccios), de un año a otro (día de AñoNuevo, etc.).

LAS ETAPAS DE LA VIDA INDIVIDUAL

La vida individual, cualquiera que sea el tipo de sociedad,consiste en pasar sucesivamente de una edad a otra y de unaocupación a otra. Allí donde tanto las edades como las ocupa-

EL ESTUDIO DE LOS RITOS

Me parece, por consiguiente, racional agrupar conjuntamentetodas estas ceremonias, siguiendo un esquema cuya elaboración

12 13

Page 6: Los Ritos de Paso

íi&-,

delullndn CS,sin embargo, difícil lodavía. Si bien, en efeclo, elestudio de los ritos Iw rcalizado grandes progresos estos (¡]timosaños, eslnmos lejos de conocer cn todos los casos sus rnzones deser y su mecanismo con la suficiente certidumbre como parapoder categorizarlos con seguridad. El primer punto obtenido'hit sido la distinción entre dos clases de ritos: 1, los ritos sim-páticos1; 2, los 1'1109UCcontagio,

l'

;,

'1¡

LA ESCUELA ANIMISTA y LA ESCUELA DEL CONTAGIO

Son ritos simpáticos los que se fundamentan en la creenciaen la acción de lo semejante sobre lo &cmejante, de lo contrariosobre lo contrario, del continente sobre el contenido y a la in-versa, de la parte sobre el todo y a la inversa, del simulacrosobre el objeto o el ser' real y n la inversa, de la palabra sobrc.el acto, Han srdo delimitados por E. B. Tylor 2 y estudiados envarias de sus formas por la escuela éll1imista:A. Lang 3, E. Clodd 4,E. Sidney Hartland 5, etc.; en Francia por A. R¿ville6, lo Ma---

I Conservo a propósito el término simpático, por más que Frnzer,H. Bubert, Baddon, etc., hayan atlmitido unn magia simpática que sesubdividida en magia de colltagio y magia homeopálieu. Ello les obligaa crear una sección especial para la magia dinamista¡ y. por otra parte, ahomeopática habría que agregnr alop¡ítica, o enanteropálicu, elc. (eL mirecensión de las Lectllres 011 lIle early history 01 the Killgshi[J, de FRA-lER, Rev. l/ist. Rel. 1906, t. LIII, pp. 396.401). Asimismo, la clasifica-ción de HUIJERT y M.\uss, Esquisse d'lllJe théorie gélJérale de la lIIagie,pp. 62 Y ss.; 66 y ss., .es demasiado artificial; terminan por hacer de las«representaciones abstractas e impersonales de similaridad, conligUidady contrariedad, tres caras ti.: una misma noción», la noción de lo sngra-do, que coincide lambién con la noción de /llana, la cllal a su vez «esel género del que lo sagrado es la especie».

, E.-B. TYI.OR, PrimitiJle CIII/ure, 2 yol., Londres, l.' eJ., 1871; trad.fr. de la 2.' ed., París, 1876; 4." cd., Londres, 1903.

, A. LANG,Myt/¡, Rilual ami ReligiolJ, 2 vol., Londres, l.' ed. 1891;Irad. fr. 1 vol., ParíR, 1898; The IIJakillg o/ Religioll, Londres, l.' eJ.1899; 2.' ed., 1900; Magic alld I?eligioll, 1901, cte.

. E. CLanD, 1'01/1 Tit Tal, Londre~, 1898., E. SIDNEY 1IAnTLAND, The scic!Ilce 01 lairy tales, Londres, 1891;

T/¡e Legelld o/ I'erscus, 3 vol., 1895-1896, algunos cupítulos..A. RÉVILLE, I'rolégo/lliJ/Jes dI'. I'his/oire des religiollS. París, 1881;tes reli¡¡iolls ¡[es [Je/lplcs lIo/l-cil,ilisés, Purís, 2 vol., ¡¡¡aJ, cle., cuyospuntos de vista siguen siendo toJavíu los de M. REVON, lA! s"illlllolsl/le,París, 1905-1906.

14

rillicr 7, etc.; en Alemania por Liebrecht 8, R. Andrce 9, Th.Koch 1°, }I, Schulze 11, ete.; en Holanda flor Tiele 12, A. \Vil-ken 13, A, C. Kruijt 14, etc,¡ en 13élgica por E. Monseur 15, A. deCock; en los Estados Unidos por Brinlon 16. etc. Es digno dedestacar. sin embargo. que la escuela Roimista no haya elaboradouna clasificación rigurosa de las creencias y de los ritos quc hadelimilndo, y quc los obrns de los sobiosde estaescuelaseanenmenor medida ensayos de sistematización que recopilaciones deparalelismos, considerados aisladamente de sus medios y sin rela-ción con las secuencias rituales, Hay que ver en ello, sin duda,la influcnda de A. Bastian que, tras haber elaborado en su juven-tud la teoría de los Voelkergedal1ke. se atuvo a el1a hasta elfinal de su larga carrera. Esta influencia está en la- base mismade la Cil'ilizacióll Primitiva de Tylor. obra que durante unatreintena de años ha servido de marco para todo tipo de inves-ligaciones complementarias. ~

Una (JJicntación diferente había smgido a la luz con r...1ann-hart 17, q,¡1: permaneció ignorado hasta que su continuador,J.-O. Frazer 18, mostró el. partido que se podía sacar de esta-----

1,

, L. MARILUER,La sllrJlíJlancede /'ilme et I'idée de jlls/ice, Pares,1894; numerosos análisis en la Revlle de /'Histoire des Religions, hasta1906.

o LmoREcHT. Zur VolksklCllde, 1879.. R. ANDREE,Etlmograp/¡isc/¡e Parallelen, dos series; Leipzig, 1878

y 1889.. R. ANDREE,Et/¡nograp/¡isc/¡e I'arallelen, dos series, Leipzing, 1878

den, 1900.10 T H. Y.oc H, ZUIII AllilllislllllS del' Siidamerikanisclren Indianer, Ley-

den, 1900.I! F. S,~HULlE.Del' f'etisc/¡isIllIlS,Leipzig, 1871; Psyclwlogie der

NatuTI,ülker. Leipzig, 1900." TInr:, l/istoire des Religions, elc." J.-A. WIl_KEN, l/et anilllisllle bij dell l'olkell vall dcn Indisc/¡en ll'-

c/¡ipcl, Indische Gids, 1885-1886,etc.. lO A. C, KRUIIT,lle/ animislllein den lndisdlen Arclripel, Lo Haya,

1907." E. ~10NSEUR,«L'ame pupilline» , Rel'. llht. Rel., 1. XLI (1905),

pp. 1-2), y «L'ame poucct» , ibid., pp. 361-375." D. E. BnINToN.Tlle Religioll 01 primilive peol'les, Nucvo York,

1897, clc.11MANNHAnDT,Anlike Wald -Imd Feldklte, \.' cd., 1877; 2." ed"

1905; Myt!lOlogísclle Forscl/lJIIgell(póslumu), 1884." j..G. I'nAlER, Tire Goldell BolIglr, l." cd., 2 vol., Londres, 1890;

2.a cd.,] vol., 1900;3."cel., 1907y ss.

15

Page 7: Los Ritos de Paso

dirección nueva. Mannharut y Frazer, a su vez, hicieron escuela,al tiempo que Robertson Smith 19 venía a aportarles un filónnuevo, el estudio de lo santo, de 10 sagrado, de ]0 puro y ]0impuro. Esta escuela comprende entre otros sabios: Sidney Hart-]and 2°, E. Craw]ey 21,A. 13.Cook 22, Miss E. Harrison 23, B. Te-vons 24,en Ing]aterra; A. Dieterich 2S, K. Th. Preuss 26, en Alema-nia; Sa]omon Reinach 27, Hubert y Mauss 28, en Francia; Hoff-mann-Krayer 29, en Suiza, etc. De hecho, las escuelas de Bas-tian y Ty]or, por una parte, de Mannhardt, Robertson Smith yFrazer por otra, se relacionan estrechamente entre sí.

lizoÍsmo o polizoolatrismo 32) y fundaron la teoría dinamista, quefue luego desarollada por K. Th. Preuss, en Alemania 33; porlo R. Farnell 34, A. C. Haddon 3Sy Sidney Hart]and 36, en Ingla-terra; Hubert y Mauss 37, A. van Gennep 38, en Francia, etc., teo-ría que recluta cada vez más seguidores en ]a actualidad.

CLASIFICACIÓN DE LOS RITOS: ANIMISTAS O DlNAMISTAS,

SIMPÁTICOS O DE CONTAGIO, POSITIVOS O NEGATIVOS,DIRECTOS O INDIRECTOS

I

¡

!IIII

¡

LA ESCUELA DINAMISTAEsta doble corriente ha permitido constatar que junto a ritos

simpáticos y ritos con base animista, existen grupos de ritos debase dinamista (impersonal) y ritos de contagio, fundándose es-tos últimos en la materialidad y la transmisibilidad, por contactoo a uistancia, ue las cualidades naturales o auquiridas. Los ritossimpáticos no son necesariamente animistas, ni los ritos de con-tagio necesariamente dinamistas; se trata de cuatro categoríasindependientes entre sí, pero que han sido agrupadas por pare-jas por dos escuelas que estudian los fenómenos mágico-religio-sos desde un punto de vista diferente.

Además, un rito puede actuar directa o indirectamente. Porrito directo se entenderá aquel que posee una virtud eficienteinmediata, sin intervención de agente autónomo: la imprecación,el hechizo, etc. Por e] contrario, el rito indirecto es una especiede choque inicial, que pone en movimiento una potencia autó-noma o personificada, o toda una serie de potencias de ese orden,por ejemplo, un demonio o una clase de espíritus, o una divi-nidad, los cuales intervienen en beneficio de aquel que ha rea-

Entretanto nacía una escuela nueva, la escuela dinamista;R. R. Marett 1°,en Inglaterra, y ). N. B. lIewilt 31,en los EstadosUnidos, adoptaron una posición netamente en contra de la teoríaanimista, mostraron su insuficiencia ya entrevista por Tiele (po-

" Robertson SMITH, The Religio/1 01 the Semites, Londres, l." ed.,1889: nueva ed., 1907; trad. al. por Stiibe, Die Religio/1 der Semite/1,Friburgo de Brisgovia, 1899, traducción que será la única que aquí secita. .

'°, E. SIDNEY HARn.ANn, «The Lengend oí I'crseus» , algunos capítu-los, y numerosos análisis en Fo/k-tore, Londres.

" E. CRAWLEY,The Mystic Rose, Londres, 1903.21 A.-B. COOK, «The European Sky-god» , Folk-Lore, 1905-1908, y ar-

tículos en The Classical Review.

2J E. HARRISON, Prolegome/1a to tIre stl/dy 01 greek religio/1, Oxíord,1903.

" JEVONS, l/1trodl/ctio/1 to tIre history 01 religio/1, Londres, 1896." A. DIETERICH,Eine Mithras Lítl/rgie, Leipzig, 1903; Ml/tter Erde,

Leipzig, 1905, cte.26 K.-T H. PREUSS, «Phallische Fruchtbarkeitsdamonen als Trager des

a1tmexikanischen Dramas», Archill liir Allthropologie, 1904.]1 S. REINACH, Cl/ltes, /Ily'hes et Religiolls (recopilación de artícu-

los publicados desde 1892), 3 vol., París, 1905-1908." H. HUIIERT y M. MAUSS, «Essai sur la nalurc et la fonclion du sa-

erifiee» , A IlIlée soci%gique, t. 11, 1898." HOFFMANN-KRAYER,Die Fruchtbarkeitsritell ill der Schweiz, Archi-

vos suizos de tradiciones populares, 1908.]O R.-R. MARErT, «Preanimistie Rcligion», Fo/k-Lore, t. XI (1900),

pp. 162-182; «Fr011l spell to praycr», ibid., t. XV (1904), pp. 132-165.J1 J. N. B. HEWITT,«Orenda and a definition of religion», American

Anthrop%gist, nueva serie, t. IV (1902), pp. 33-46.

J2 C. P. 'fIELE, Religiolls (Encycl. Brit.) y passim en sus obras.]J K. TH. PREUSS, «Del' Ursprung del' Religion und Kunst», Globus,

24 noy. 1904 a 29 junio 1905, in-4, 54 p.J4 lo R. FARNELL,The ello/utio/1 01 religioll, Londres, 1905.JI A. C. IIAnDoN,Magie alld Fetishislll,Londres, 1906.J6 S. I-IARTLAND,Address to tIre allthro/J. sect. llrit. Ass. Adv. Se.,

York, 1906, in-16, 14 p.J7 H. HUBERT y MAUSS, «Esquisse d'une théorie générale de la ma-

gie» , AII/1. Soc., t. VII (1904), pp. 1-146." A. VAN GENNEP, Tabol/ et Totémisme a Madagascar, París, 1903-

1904; Mythes et Légelldes d'Al/stralie, París, 1906; «Animisme et dyna-misme», De Bewegi/1g, Amsterdam, 1907, pp. 394-396.

16 17

Page 8: Los Ritos de Paso

lizado el rito: voto, oración, cultos en el sentido habitual de lapalabra, etc. El efecto del rito directo es automático; el del ritoindirecto, por reacción. Los ritos indirectos no son necesaria-mente animistas: al frotar una flecha contra cierta piedra, elnativo de Australia Central la carga con una potencia mágicallamada arungquiltha, y al lanzarla en dirección al enemigo,cuando la flecha cae, la arungquiltha sigue la tangente y golpeaal enemigo 39: la fuerza se ha transmitido, por tanto, con ayudade un vehículo, yel rito es dinall1ista, por contagio e indirecto.

En fin, cabe aún distinguir ritos positivos, que son volicio-nes traducidas en aclo, y ritos ncgativos. nslos reciben habitual-mente el nomhbre de tavLÍes. El tabú es una prohibición, unaorden de «no hacer», de «no actuar». Psicológicamente, respon-de a la /lo/u/ltad, como el rilo positivo a la volu/ltad, es decirtraduce también una manera de querer: es un acto y no la nega-ción de un acto. Pero así como vivir no consiste en un no-actuarcontinuo, así mismo el tabú no puede constituir por sí solo unritual, y menos aún una magia4°. En este sentido el tabú no esautónomo; no existe más que en cuanto contrapartida de losritos positivos. Dicho de otro modo, cada rito negativo poseeciertamente su individualidad propia si se le considera aislada-mente, pero el tabú en general no puede ser comprendido másque en relación con los ritos «activos», con los que coexiste enel ritual: el defecto de Jevons, de Crawley, de Salomon Rei-nach, etc., es no haber captado esta relación de dependenciarecíproca.

Un mismo rito puede, por tanto, entrar en cuatro categoríasal mismo tiempo, y hay por ende dieciséis posibilidades de cla-sificación para un rito dado, al eliminarse las cuatro contrarias,conforme al cuadro siguiente:

Ritos animistas

Ritos simpáticos

Ritos positivosRitos directos

Ritos de contagioRitos negativosRitos indirectos

Ritos dinamistas

. Así, en el caso de una mujer encinta, no comer moras porqueel i1iño quedaría marcado, es ejecutar un rito dinamista conta-gionista directo negativo; para un marino que ha estado en peli-gro de perecer, ofrecer como exvoto un barquito a Nuestra Se-ñora de la Guardia, es ejecutar un rito animista simpático indi-recto positivo. Y así sucesivamente. Quizás se descubran aúnotras clases de rito. Pero éstas ya engloban un número conside-rable. La dificultad consiste inicialmente en saber con exactitud,en cada caso, cómo interpretar el rito, y elIo tanto máscuanto que si un mismo rito es susceptible de varias interpreta-ciones, también es frecuente que una misma interpretación valgapara varios ritos muy diferentes por su forma. La dificultad con-siste sobre todo en distinguir si un rito determinado es esencial-mente animista o dinamista, si, por ejemplo, tal rito de traspasode una enfermedad tiene por objeto el traspaso de la enfermedaden tanto que cualidad, o la expulsión del cuerpo del pacientede una enfermedad personificada, de un demonio o espíritu dela enfermedad. Y más en concreto: el rito de pasar bajo o através de algo, que más adelante se discutirá, se presta a variasinterpretaciones, animista e indirecta la una, dinamista y directa

.la otra. Hay que reconocer que, de cara a esta investigación, lostratados generales, en los que casi siempre el autor se ha limi-tado a presentar, de un rito, aquellos elementos que le eranactualmente útiles, sólo con escasa frecuencia aportan algunaayuda de cara a una sistematización aceptable; por lo demás,suelen clasificar los ritos con arreglo a sus semejanzas formales(cL los trabajos de los folcloristas) más que según sus meca-nismos.

En un mismo conjunto de ceremonias, la mayor parte delos ritos pormenorizados entran en una misma categoría. Así, lamayor parte de los ritos de embarazo son dinamistas contagio-nistas directos y negalivos; la mayor parte de los de parto sonanimistas simpáticos indirectos positivos. Pero nunca se lra la

J9 CL Mylhes el Lég. Ausir., p. LXXXVI.40 Sobre el tabú como rilo negativo, c. A. VANGENNEP,Tabo/l et 1'01.

Mad., 1904, pp. 26-27, 298, 319: HunERT y MAUSS, Esquisse, p. 129; Ysobre el tabú como magia negativa, l. G. FnAzER, Killgship, pp. 52, 54,56, 59, así como mi recensión de ese libro, Rev. de /'Hisl. des reI., 1906,t. LlII, pp. 396.401: y MARETT,«Is taboo a negativc magic?» , Alllhrop. Es-says preselllecJ lo E. U. '{y/ur. Oxford, 19tJ7, pp. 219-234. Como es másfácil enumerar lo que no se debe l1<Jcerque lo qll!' se debe o puedehllcer, los teóricos, al ellcontrar ell todos los Plleblos IIlllplias series delabúcs, prohibiciones, impedimentos, ele., hall soureestillwdo su impor-tancia.

18 19

Page 9: Los Ritos de Paso

Huís que' de una proporciÓn: en el centro mismo de un ritui11animista positivo se hallurá, como contrapartida, un grupo deritos dinamistas positivos, o unimistas contagionistas indirectos.Limitaciones de espacio me han impedido en cada caso indicarla categoría en que se clasifica cada rito pormenorizado;, perorecuérdese al menos que no interpreto los numerosos ritos a losque aquí se pasa revista en el sentido de una explicación unila-teral de los mecanismos.

EL ESQUEMA DE LOS RITOS DE PASO

Una vez establecidi1 la clasificación de los mecanismos, sevuelve relativamente fácil comprender las razones de las secuen-cias ceremoniales. Es de destacar que también en este caso, ape-nas han intentado los teóricos establecer una clasificación deesas secuencias. Existen excek:nles trabajos sobre este () aquelelemento de una secuenda, pero pueden citarse muy pocos quepersigan de principio a fin una secuencia entera, y menos aúnque estudien esas secuencias relacionándolas unas con otras(cL el Cap. X). A un intento de ese género está consagrado elpresente volumen, en el que he intentado agrupar todas las se-cuencias ceremoniales que acompañan el paso de una situacióna otra y de un mundo (cósmico o social) a otro. Dada la impor-tanéiá ,de estas transiciones, considero legítimo distinguir unacategoría especial de ritos de paso, los cuales se descomponen,al analizarlos, en ritos de separación, ritos de, ínargen y ritos deagregación. Estas tres categorías secundarias no se hallan igual-mente desarrolladas en una misma población ni en un mismoconjunto ceremonial. Los ritos de separación están más desarro-llados en las ceremonias de los funerales; los ritos de agregación,e'n las del matrimonio; en cuanto a los ritos de margen, puedencon~tituir una sección importante, por ejemplo en el embarazo,el noviazgo, la iniciación, o reducirse a un mínimo en la adop-ción, el segundo parto, el nuevo casamiento, el paso de la se-gunda a la tercera clase de edad, cte. Si el esquema completode los ritos de paso incluye, por consiguiente, en teoría, rilospreliminares (separación), liminares (margen) y postliminares(agregación), en la práctica dista mucho de haber una equiva-lencia de los tres grupos, bien por su importancia, bien por sugrado de elaboración.

20

~

I!

Por lo demás, en algunos casos el esquema se desdobla: tales el caso cuando el margen se halla lo bastant~ desarrolladocomo, para constituir una etapa autónoma. De este modo, por

, ejemplo, el noviazgo se configura como, un' período marginal, ent~ la adolescencia y el matrimonio; pero' el paso de la ado-

lescencia al noviazgo (los esponsales), comporta una, serie espe-cial de ritos de separación, de margen y de agregación al mar-gen; y el paso de los esponsales (noviazgo) al matrimonio, unaserie de rilos de separación del margen, de tnai-¡gensecundarioy de agregación al matrimonió *. Este encabilga'miento se' cons-tata también en el conjunto constituido por los ritos del emba-razo, del parto y del nacimiento. No por intentar agrupar todosestos rito:>con la mayor claridad posible se me oculta que, altratarse de actividades, es imposible alcanzar en estas materiasuna clasificación tan rígida como pueda serIo la de los botánicos,por "ejemplo.

Lejos de mí pretender que todos los ritos del nacimiento,de la iniciación, del matrimonio, ete., no son más que ritos depaso. Pues además de su objeto general, que es asegurar uncambio de estado o el paso de una sociedad mágico-religiosa oprofana a otra, cada una de estas ceremonias tiene su propio ob-jeto. Asimismo, las ceremonias del matrimonio comportan ritosde fecundación; las del nacimiento, ritos de protección o depredicción; las de los funerales~ ri~os de defensa; las de la ini-ciación, ritos de propiciación; las de la ord~l}acjón, ritos deapropiación por la divinidad, etc. Todos estos ritos, que tienenun fin especial y actual, se yuxtaponen a los ritos de paso o secombinan con ellos, a veces de manera tan íntima que no sesabe si tal rito pormenorizado es, por ejemplo, un rito de pro-tección o un rito de separación. Este problema se plantea, entreotros casos, a propósito de las diversas, formas de los ritos lla-mados de purificación, que pueden ser bien una simple suspen-

.

\

* La palabra francesa f;aI¡~ail/es se utiliza para designar tanto elllOv;azgo como los esponsales, es decir, tanto el aclo' de 'promelcr~c enmatrimonio, que establece e inaugura ,el noviazgo (acto habitualmcnteacompañado de una ceremonia más o menos compleja), cuanto el periodode noviazgo propiamente dicho que media entre dIcha promesa y elcasamiento efectivo: según se trate de lo uno a lo otro hemos tradu-cido f;al¡~ail/es por esponsales' o por noviazgo. Téngase esto en cuentan lo largo de todo el cap. VII. [N. del T.]

21

Page 10: Los Ritos de Paso

sión de tabú, que se limita a suprimir la cualidad impura, bienritos propiamente activos, que otorgan la cualidad de pureza.

LA NOCIÓN DE LO SAGRADO

Esto me lleva a hablar rápidamente de lo que puede llamar-se la rotación o bivalencia * de la noción de sagrado. Esta repre-sentación (y los ritos que le corresponden) se caracteriza por elhecho de que es alternativa. Lo sagrado no es, de hecho, unvalor absoluto, sino un valor que indica situacioríes respectivas.Un hombre que vive cn su casa, en su clan, vive en lo profano;vive en 10 sagrado desde el momento en que parte de viaje yse halla, en calidad de extranjero, en las proximidades de uncampamento de desconocidos. Toda mujer, al ser congénitamen-te impura, es sagrada en relación a todos los hombres adultos;si queda encinta, se convierte además en sagrada para las demásmujeres del clan, a excepción de sus parientes próximas; y sonestas otras mujeres liJSque pasan entonces a constituir frente aella un mundo profano que incluye también en ese momento alos niños y a los hombres aJullos. Todo brahmán vive en elmundo sagrado por su nacimiento; pero existe una jerarquíaentre las familias de brahmanes, que convierte en sagradas unasen relación a otras. En fin, al cumplir los ritos llamados depurificación, la mujer que acaba de parir se incorpora a la socie-dad general, pero sólo en secciones especiales: su sexo, su fami-lia, etc.; permanece en lo sagrado por lo que se refiere a loshombres iniciados y a los actores de las ceremonias mágico-religiosas. De tal forma que se registra alternativamente un des-plazamiento de los «círculos mágicos» en función del lugar quese ocúpe en el marco de la sociedad general. Quien pase porestas alternativas a lo largo de su vida sentirá, en un momentodado, en virtud del juego mismo de las concepciones y clasifi-caciones, que gira 41sobre sí mismo y contempla lo sagrado en

* En el Addel1dum a que nos referimos en la primera N. del T.,al comienzo del texlo (cL p. 8), se nos informa que en el margende la primera línea de csta página. como probable alternativa a la pa-labru pivo/emellt (rotación). aunque sin explícita remisión al texto,A. vlln Gencp había 11110111<10la pulabrn bivalellcc (bivulencia). [N.del 'J'.]

" Este giro ya lo había captado bien Robertson SMITH, Die Religiollde, Semi/ell, pp. :"n-328, e índice s. v. tabú. CL los pasos de 10 sagra-

22

11,

lugar de lo profano, o a la inversa. Tales cambios de estado noocurren sin que se perturbe la vida social y la vida individual,siendo precisamente el objetivo de un buen número de ritos depaso, el aminorar los efectos nocivos de esas perturbaciones.Hasta qué punto se contempla ese cambio como real y grave,lo demuestra la repetición, en todo tipo de ceremonias y en lospueblos más 'diversos, de los ritos de muerte al mundo anteriory de resurrección al mundo nuevo de que se habla en el capí-tulo IX, ritos que constituyen la forma más dramática de losritos de paso.

RELIGIÓN y MAGIA

Me queda por precisar brevemente el sentido de las palabrasempleadas. Por dinamismo se entenderá la teoría impersonalistadel mana; por animismo, la teoría personalista, bien sea la po-tencia personificada un alma única o múltiple, una potenciaanimal o vegetal (tótem), antropomórfica o amarra (Dios). Estasteorías constituyen la religióll, cuya técnica (ceremonias, ritos,culto) llamo magia. Como esta práctica y esta teoría son indiso-lubles -convirtiéndose en metafísica la teoría sin la práctica,y en ciencia la práctica fundada en otra teoría- emplearé siem-pre el adjetivo mágico-religioso.

Se obtiene así el siguiente cuadro:l.

1.° TEORtA (Religión)I

I Idinamismo animismo

(monista; impersonalista) (dualista, ete.; personalista)I

I I I Itotemismo espiritismo polidemonismo teísmo

(con los estadios intermedios)

2.° TJ:CNICA (Magia)(Ritos)

I I Isimpáticos directos positivos- - -

de contagio indirectos negativos(tabú)

I

! ~

do a lo profano, y viceversa, entre los tarahumara y los huichol deMéxico (LUMH OLTZ,Ul1k,lOWMexico, Londres, 1900, 2 voL, passim).

23

Page 11: Los Ritos de Paso

CAPiTULO IJ

EL PASO MATERIAL

rHONTEIV\S y LIMITES

A fin de fijU!" las ideas, hablaré en primer lugar del pasomaterial. En nuestros días, y salvo para los escasos países quehan conservado el pasaporte, ese paso es libre en las regionescivilizadas. La frontera, línea ideal trazada entre mojones y pos-tes, no es visible más que en los mapas, exageradamente. Perono quedan muy lejos los tiempos en que el paso de un país aotro y, en el interior de cada país, de una provincia a otra,incluso antiguamente de un dominio señorial a otro, iba acom-pañado de formalidades diversas. Estas formalidades eran deorden político, jurídico y económico; pero eran támbién de tipomágico-religioso; por ejemplo, las prohibiciones para los cris-tianos, los musulmanes, los budistas, de entrar y residir en laparte del globo no sometida a su fe.

Es este elemento mágico-religioso el que aquí nos importa,y para verJo actuando en toda su plenitud, es preciso remontarsea tipos de civilización en donde lo mágico-religioso usurpa, ousurpaba, un terreno que en la actualidad es ya únicamentedominio laico.

T ADÚES DE PASO

Aunque por regla gcneral el territorio ocupado por una tribusemicivilizada esté definido sólo por accidentes naturales, sus

24

habitantes y sus vecinos conocen muy bien los límites territo-riales a que se extienden sus derechos y prerrogativas. Pero ocu-rre a veces que el límite natural es una roca o un árbol, un ríoo un lago sagrados, que está prohibido franquear o rebasar bajopena de sanciones sobrenaturales. Este caso parece, sin embargo,bastante raro. Con frecuencia el límite está marcado por unobjeto, poste, pórtico, piedra en pie (mojón, término, etc.), quehan sido 1Jituados en ese lugar con acompañamiento de ritos deconsagraciÓn. La protección de la prohibición puede ser inme-diata o mediata (divinidades de las fronteras, representadLJs,por ejemplo,sobre los kudurru babilónicos; Hermes, Príapo 1, (:t-cétera, divinidades de los límites, etc.). Mediante la colocacióno la fijación ceremonialesde los mojoneso de los límites (carro,piel de animal cortada en tiras, foso, etc.), una agrupación de-terminada se apropia de un determinado espacio del suelo, detal manera que penetrar, siendo extranjero, en ese espacio reser-vado,. es cometer un sacrilegio a idéntico título que penetrar,siendo profano, en un bosque sagrado, un templo, etc. ~~J"@....confundid~ a veces esta santidad del tenitorio así delimitado,C~JI1la creencia en la santidad de la tierra entera, en tanto queTierra-Madre 2. En C.hina, según los doc~mentos ínás ant~no era la Tierra la que era una divinidad 3: pero cada parcela

I .i

I Sin prejuicio de ulterior demostración, ésta es mi interpretación dela asociación casi universal de los límites con el falo: se da: 1.", asi-milación entre la estaca o la piedra en pie y el pene en erección; 2.°,i<.lea <.leunión, por asociación con el acto sexual que tiene un valor decoadyuvante mágico; 3.", idea de protección, en virtud del poder de lascosas puntiagudas (cuernos, dedos, etc.) para «reventar» la influencia

. maléfica, el genio maligno, etc.; 4.°, muy raramente idea de fecundacióndel territorio y de sus habitantes. El elemento fálico de los postes, her-mas, etc., no tiene, por tanto, casi nada de sexual propiamente dicho.

, Más a<.lelante, a propósito del nacimiento y de la infancia, podráverse la discusión de varias interpretaciones, falsas en mi opinión, deA. DIETEHICII. Mutter En/e, Leipzig, 1905.

I «Ilnbfu un <.lios del suelo [en la antigua religión china] en cudacantón [sin duda para 25 familias]; el rey tenía un dios del suelo purasu pueblo y uno para su uso personal; lo mismo ocurría con cada señorfeudal, con ca<.la grupo de familias, más tarde con cada dinastía impe-rial; estos dioses presidían la guerra concebida como castigo; se les re-presentaba' por una pieza de madera y estaban asociados a las divina-<.lades <.le las cosechas. To<.lo parece in<.licar que la diosa.tierra es pos-

25

Page 12: Los Ritos de Paso

de suelo era un bien sagrado para sus habitantes y sus poseedo-res. Al igual que Loango, al parecer, y lo mismo ocurríacon el territorio de las ciudades griegas, de Roma 5, etc.

La prohibición de penetrar en tal territorio tiene por tantoel carácter de un interdicto propiamente mágico-religioso, inter-dicto que se expresa en el mundo clásico con ayuda de mojones,de muros, de estatuas, y con ayuda de medios más simples entrelos semicivilizados. Obvifllnentc estos signos no se colocan a lolargo de toda la línea fronteriza como entre nosotros los postes,sino sólo en los lugures de paso, sobre los caminos o en las encru-cijadas. El medio más simple consiste en colocar en medio, o através del camino, un paquete de hierbas, un trozo de madera,una estaca provista de un haz 6, etc.

Más complicada resullu ya la erección de un pórtico, acom-pañado o no de objetos naturales 7 o de estatuas más o menos

terior, resultante de varios sincretismos.» CL Ed. C 11AVANNES,«Le dieudu sol dans I'ancicnne rcligion <.:hinoisc», Nev. e/e /'11ist. e/es I~el., 1901,1. XLIII, pp. 124-127, 140-144.

. Comp[írese E. DENNETT, At the [J(/ck o/ tIre black I1lWZ'S l1liml,Londres, 1906, y PECII lJEI.-LOESC11E, Volkskllmle VOIZtolinga, Stuttgarl.1907.

I Véase la interesante discusión de W. Warde FowlER sobre la IlIs-tratio pagi, en A/lthropology (lml tire Classics, OxFord, 1908, pp. 114-178; los lectores del presente volumen admitirán más bien, así lo es-pero, que la IlIstratio no es otra cosa que un rito de separación territo-rial, cósmica o humana (regreso de la guerra, etc.).

, A las referencias dadas por H. GRIERSON, Tlze si/ent trade, Edim-burgo, 1903 pp. 12-14, nota 4 (en donde desaFortunadamente se con-Funden los ritos de apropiación y los tabllcs de paso), hay que añadir:DENNETT, loco cit., pp. 90, 153, nota, 192; PE(;IIUEL-LoESCIIE, loco cit.,pp. 223-4, 456, 472, Clc.; I3liTTIKOFER,Reisebi/der (lI/S Liberia, Leyden,1890, 1. 11, p. 304; A. VAN GENNEI', 'f'abol/, Tot. Mad., París, 1904,pp. 183-186 (tabúes de paso); J.-M.-M. VANDER I3URGT,L'lIrwu/i..., Bar-le-Duc, 1904, S. V. Iviheko, etc. La costumbre de hincar en tierra unaestaca coronada por una gavilla de paja, para prohibir el paso por unsendero o la entrada a un campo, se halla muy difundida en Europa.

, Du C H AtLLU, eA/riqlle S(IIIIIage, París, 1868, p. 38: pórtico conplantas sagradas, cráneo de chimpa<.:é, etc. (Congo); pórticos Formadospor dos eslncas clavadas en tierra sostcnicndo una vara transversal dela que cuelgan cráneos, huevos. etc., son Frecucnles en la Costa deMllrril COl110 tllbúe~ de pllSO )' protección COll11'll I()~ CSp(ritll~ (conllllli.

cación oral de Muurice Ddufussc)¡ I'E(;lllIEI.-LoES(;IlE, Volkskwule 11011Loallgo, Stuttgl1rt, 1907, fig. de la págs. 224 y 472; ete.

26

1:

l' .toscas 8, procedimientos diversos que no es del caso describiraquí en detalle 9.

LAS ZONAS SAGRADAS

Entre nosotros, actualmente, un país toca con otro; no ocu-rría lo mismo cn otros tiempos, cuando cl suelo cristiano noconstituía ,aún más que una parte de Europa; en torno a esesuelo existía toda una banda neutra, dividida en la práctica en"5ecciol1cs,las marcas.~stas fueron poco a poco reculando, hastadesaparecer, pero el término literal de marca conservó el sentidoliteral de paso de un territorio a otro a través de la zona neutra.Las zonas de este género jugaron un importante papel en la anti-güedad clásica, sobre todo en Grecia; eran el lugar de mercado,o el lugar de combate 10. Entre los semicivilizados, se halla estamisma inslilución de la zona; pero sus límites son menos pre-cisos, porque los territorios ya apropiados son poco numerososy están a la vez poco habitados. Estas zonas son, por lo general,un desierto, un pantano y sobre todo la selva virgen, donde cada

Il'

!

I CL entre otros para Surinam, K. MARTlN en Bijdr. Taal-Lalle/"Volkelkll/llle Ned. ¡lidie, t. XXXV (1886), pp. 28-29, y fig. 2, con unaestatua de doble rostro que yo he comparado con el «Janus bifrons»,Rev. Trad. pop., 1907, pp. 97-98, lo que confirma la teoría de J.-G.FRAZER, Kingship, Londres, 1906, p. 289.

. A vec{:s se coloca una empalizada atravesando el camino (DlICHAILLU, ic'c. cit., p. 133) para impedir a las enfermedades que entmnen el territorio de las aldeas, coom en Loango; BüTTIKoFER, loco cit.,

p. 304: barrera de esteras para impedir el acceso al bosque sagrado donde. se realizan los ritos de iniciación; tal es quizá el sentido dc la barrera

de ramajcs o de esteras que se levanta, en el mismo lugar, en Austra-lia, en Nueva Guinea, y no sólo, como suele creerse, para esconder alos profanos lo que allí ocurre,

In Sobre estas zonas sagradas y bandas de territorio neutro, cL H.GIERSON, loco cit., pp. 29, 56-59, Y sobre las fronteras y marcas de fron-teras sagradas en Palestina y Asirio-Babilonia, H. GRESSMANN,«Mythi-sche Reste in der Parauieserzahlung», Arch. far Religiollslllissellschajt,t. X (1907), pp. 361-3, nota. Sobre la fiesta de las Termillalia en Roma,Warde FO\VLER, The Romall Festivals, Londres, 1899, pp. 352-327; pa-rece probable que el monte Capitolino haya sido originariamente uoode esos terrenos neutros de que hablo (cL ibidel11, p. 317), haciendo derronteru entre la ciudad del Palatino y la del Quirinal; cL también Nos-cher's Lexikon, s. v. Iuppiter, col. 668, y W. FpWLER. en Allthropologyalld the ClCisics, Oxford, 1908, pp. 181 y ss., sobre el pol11erium. ..

27

Page 13: Los Ritos de Paso

I1

cual puede viajar y cazar con pleno derecho. Dada la rotaciónde la noción de sagrado, los dos territorios apropiados son sagra-dos para quien se halla en la zona, mientrus que la zona es sa-grada para los habitantes de los dos territorios. Ouienquiera quepase de uno a otro se halla así materialmente y mágico-religio-samente, durante un tiempo más o menos prolongado, en unasituación especial: flota enlre dos mundos. Es esta situación laque designo con el nombre de margen, y uno de los objetos delpresente libro es demostrar que este mm'gen, ideal y material ala vez, se halla presente, de forma más o menos pronunciada,en todas las ceremonias que acompañan al paso de una situaciónmágico-religiosa o social a otra.

Dicho esto, veamos algunas descripciones de ceremonias depaso material. Cuando un rey de Esparla partía hacia la guerraofrecía un sacrificio a Zeus; y si los hadas eran favorables, unporta fuego tomaba fuego del altar y lo llevaba al frente delejército hasta la frontera; allí, el rey sueril'icaba de nuevo, y silos hadas eran de nuevo favorables, pasaba la frontera y el 1'01'-tafuego seguía precediendo al ejército 11. Se ve aquí claramenteen acción el rito de separación del territorio propio en el mo-mento de entrar en el territorio neutro. Varios ritos de paso defronteras han sido estudiados por Ctay Trumbull'z, que cita elsiguiente: cuando el general Grant Ifegó a Assiout, lugar fronte-rizo, para desembarcar, se sacrificó un buey cuya cabeza y cuer-po se colocaron a uno y otro lado de la pasarela, de tal formaque Grant tuvo que pasar entre ambos, a horcajadas sobre lasangre derramada 13.Este rito de pasar entre un objeto cortadoen dos, o entre dos ramas, o bajo alguna cosa, es un rito que hayque interpretar, en cierto número de casos, como un rito directode paso, alusivo a que se sale así de un mundo anterior paraentrar en un mundo nuevo H.

" CL J.-O. FRAZER, '[/¡e Go/dell Bol/g/¡, 2.' ed., Londres, 1900, 1. 1,p.305.

11 H. CIAY TRUMIIUIl, 7'/¡e l}¡resllO/d COI'CIIOIII,Nueva York, 1896,pp. 184-196. Esle libro, muy difícil de encontrllr, me lo hll prest¡ldoSalomon Reinach, a quien quicro aquí hacer Pllblico mi agradecimiento.

I! La tesis de Trumbull cs que .Ia sangre dcrramada es un símbolo,si no un Agente de alianza.

" Una compilación de estos ritos se ha publicado en Me/usilla; al-'gunos implican la transferencia de una enfermedad, pero los común-

28

I \!

LA PUERTA, EL UMBRAL, EL PÓRTICO

Los procedimientos de que hemos venido hablando se apli-can, no sólo cuando se trata de un país o de un territorio, sinotambién de un pueblo, de una ciudad, del barrio de una ciudad,de un templo, de una casa. Pero entonces la zona neutra se estre-cha progresivamente, hasta reducirse (salvo para el prOI/(IOS,elfiar/ex, el vestibulum, etc,) a una simple piedra, a una viga, aun umbral 15, El pórtico-tablt-de-paso se convierte aquí en la po-terna de las murallas, en la puerta de los muros de barrio, enla puerta de la casa. También puede ocurrir que el caráctersagrado no se localice únicamente en el umbral, sino que seanasimismosagrados los dinteles y el arquitrabe 16. Toda la arma-dura de la puerta forma un conjunto, y si los ritos especialesdifieren es por motivos técnicos inmediatos: se rocía el umbralcon sangre, con agua lustral; se embadurnan los montantes consangre, con perfumes; se cuelgan o se clavan sacra en ellos, aligual que en el arquitrabe. Por no haber comprendido esto, ClnyTrumbull, en la monografía que ha consagrado a «la alianza porel umbral», ha pasado justo al lado de la interpretación natural,aunque haya escrito, a propósito del umbral de bronce en Gre-cia: «se trata de un sinónimo arcaico del límite exterior del

dominio espiritual». Precisamente: la puerta es el límite entreel mundo exterior y el mundo doméstico cuando se trala de una

mente conQcidos como ritos de «purificación» implican la idea del pasode lo impuro a lo puro. Todas estas nociones, y como consecuencia losritos que les corresponden, se amalgaman casi siempre en un mismocomplejo ceremonial.

IS Para los detalles de los ritos de paso del umbral, remito al libro. de Trumbull: es frecuente prosternarse ante el umbral, besarlo, tocarlo

con la mano, pisar sobre él, o bien, por el contrario, quitarse el calzado,o salvarlo de una zancada, o ser transportado por encima, etc. CL tam-bién W. CROOKE, «The lifting of the bride», Fa/k-Lore, 1. XIII (1902),pp. 238.242. Todos estos ritos varfan de un pueblo 11otro y se complicanclI1II1IIoel umbrol cs lo sedc del genio de la casa o de la fllmilia, o deun dios del umbral, cte.

16 CL una lisia detallada de las prácticas chinas relativasa las pucr-tas en DOOLlTTLE, Socia/ lile o/lIle Chillase (Fou-Tchou) , Nueva York,1867, t. 1, pp. 121-122, Y t. 11, pp. 310-312; W. ORUBE, Pekillger Vo/ks-kllllde, Berlín, 1902, pp. 93-97; para las ornamentaciones mágicas, sobrt~Iodo el armazón de la puerta, cL TRUMBULL,loco cil., pp. 69-74 Y 323.

29

Page 14: Los Ritos de Paso

habitación común; enlre el mundo profano y el mundo sagradocuando se trata de un templo17. Así, «pasar el umbral» signi-fica agregarse a un mundo nuevo. Constituye también un actoimportante en las ceremonias del matrimonio, de ]a adopción,de ]a ordenación y de los funerales.

No insisto más aquí en los ritos de paso de la puerta porquevarios de ellos aparecerán descritos en los capítulos siguientes.Obsérvese que los ritos realizados en el umbral mismo son ritosde margen. Como ritos de separación del medio anterior, hayritos de, «purificación» (lavarse, limpiarse, etc.), seguidos de ritosde agreg<lción (presentación dc la sal, comida cn común, etc.).Los ritos del umbral no son, por consiguiente, ritos «de alianza»propiamente hablando, sino rilos de preparación para la alianza,precedidos a su vez por rilos de preparación a] margen.

Propongo en consecuencia llamar ritos prelimil1ares a losritos de separación del mundo antcrior, ritos limil/ares a los ritosejecutados durante cl estadio dc margen, y ritos postlil11il/aresa]os ritos de agregación al mundo nuevo.

El pórlico rudimentario de África es muy probablemente ]aforma inicial de los pórticos aislados, que han alcanzado tan grandesarrollo en Extremo-Orientc 18, donde no sólo se han convertidoen monumentos independientes, de un valor arquitectónico pro-pio (pórticos de divinidades, de emperadores, de viudas, etc.),sino que, además, al menos en el sinloísmo y en el taoísmo, sonutilizados como instrumentos ceremoniales (véase en los ritosde la infancia). Esta misma evolución, del pórtico mágico almonumento, parece haber sido la del arco de triunfo romano:el triunfador tenía primero que separarse del mundo enemigo,mediante una serie de ritos, para poder entrar -por su pasobajo el arco- en el mundo romano; el rito de agregación era

11 No hay por qué interpretar, con TnuMBuLl., el umbral como elaltar primitivo y el altar como el umbral trasplantado, ni por qué atri-buir a la sangre, en los ritos relativos al umbral, una importancia ma-yor" que al agua o al simple contacto como rito de agregación o dealianza.

11 En China: GISDEnTCO~IDAZ,Sé/mltures impériales de la Chille,Bruselas, 1907, pp. 27-33; DoOLlTTLE. luc, cit., t. 11, pp. 299-300; enInpón: W.-E. GHIFFIS, al'. TIWMIIUI.I., loc. cit,. apénúice, pp. 320-324;B.-H. CHAMBEltLAll'l, 'J'hil/gs laplIIlese. Tokio y Lonúres, 11590. p. 356,s. v, lorii; R. MUNIW, I'ril1litive ClIl/lIre il/ lapall. Tokio, 1905, p. 144.

'30

aquí el sacrificio a Júpiter Capitalino y a las divinidades protec-toras de la ciudad 19.

LAS DIVINIDADES DEL PASO

l'

Hasta aquí el pórtico ritual ha actuado directamente. Pero,en otros casos, es la sede de divinidades especiales. Estos «guar-dianes del umbral», desde el momento en que adquieren, comoen Egipto, en Asirio-Babilonia (dragones alados, esfinges, mons-truos de todo tipo) 2°,en China (estatuas), unas proporciones mo-numentales, desplazan la puerta. y el umbral a la categoría detelón de fondo; las oraciones y los sacrificios se dirigen en ade-lante sólo a ellos: el rito de paso material se ha convertido enun rito de paso espiritual. Ya no es el acto de pasar lo queconstituye el tránsito, es una potencia individualizada la queasegura ese paso inmaterialmente 21.

Ahora bien, es raro que estas dos formas se presenten ais-ladamente: en la inmensa mayoría de los casos se combinan.Y se puede asistir, en efecto, en las diversas ceremonias, a laalianza del rito directo con el rito indirecto, del rito dinamistacon el rito animista, bien sea para suprimir los obstáculos quepuedan oponerse al paso, bien sea para efectuar tal paso.(

Los RtTOS DE ENTRADA

Entre los ritos de paso material conviene aún citar los delpaso de los puertos de montaña, que incluyen el depósito de

I

I

I

" Para la secuencia de los ritos úel triunfo, véase MONTFAUCON,

Al1tiqllilés expliquées, París, 1719, fol., 1. IV, pp. 152-161.20 Sobre estas diviniúades y los ritos relacionados con ellas, véase

E. LEFEBVRE, Rites Egypliells; collstructio/1 et protectioll des édifices.Publ. Ec. Lettres d'Alger, París, 1890; para los toros alados asirios, eLp.62.

" Sobre las divinidades del umbral, d. además de TRUMDULL,op. cil"pp. 94 y ss.; FARNELL,Allthropological Essays prese/lled lo E. B. Tylor,Oxford, 1907, p. 82; I.-G. FRAZER.ib., p. 167; China: por lo general,She/l-S/llI y lii-Lü (cL DE GROOT-CHAVANNES,Les féles a/lllue/lemellt cé-lébrées a Emouy, París, 1886, pp. 597 y ss.), pero en Pekín también Ch'ill-Ch'itmg y Yü-chih-ku/1g (eL GRUDE, Pek. Volksk.. pp. 93-94); lapón: Is.BIRI). Ullbeatell Tracks i/1 lapall. Lonúres, 1. 1, pp. 117, 273; MichclREVON.«Le Shinntolisme», Rev. de l'lJistoire des Rel., 1905, t. LI, pp. 389Y 390; MUNRO, Primitive culture i/1 lapall, Yokohama, 1906, p. 114; etc.

31

Page 15: Los Ritos de Paso

diversos objetos (piedras, trapos, pelos, etc.), ofrendas, invoca-ciones al genio del lugar, ctc.: Marruecos (kerkllr), Mongolia,Tíbet (obo), Assam, Andes, Alpes (capillas), etc. El paso ue unrío va acompañauo con frecuencia ue ceremonias 22,y como ritonegativo correspondiente se halla la prohibiciÓn, para el rey oel sacerdote, de atravesar este o aquel río, o los cursos de aguaen general. Asimismo, el embarque y desembarco, el acto de

" Véanse, entre olros, H. G,~IIJ()z. Le c/iell galllois c/II soleil. París, 1886,p. 65; son de destacar las ceremonias dc conslrucci6n y de primcra uti-lización de los puentes (cL pcJ///ijex) , En cuanto a los ritos consistentesen pasar entre o por debajo tic algnna cosa. han sido recopilados enI'vlélusinc y por casi todos los folcloristas. No cslal'Ía fucra de lugar dis-cutirlos todos de llueva, pero no puetlo cmprelltler aquí esa tarca. Melimitaré por tanto a citar lo siguiente, toll1udo de KI\¡\SC11ENINNIKOV,/lis/oire e/ descrip/icJ/1 .111 !\<IIII/('/l<I/ka./ll/Is/l'r1l<ll1l. M. M. Iky, 176O,1. 1, pp. nO-ni, y d, p. no:

«Puco después se truj<:run u la yurta (eubuñu laponu) rumus de ube-tlul, cun arreglo al nlllnelU de familius. Cudu kal1lh:hutlol cogió unn deesas ran1nS para su familia, y tnls haberla doblutlo en círculo, hizo quepasaran a través tIc ella por dos veces su mujer y sus hijos, los cualesal salir dc dicho círculo se pusieron a dar vucltas en torno. Entre ellosse llama a esto purificarse de sus faltas,» Pues bicn, las detalladas des-cripciones de Kra~cheninnikov revelan que el abedul es un árbol sa-grado pam los kallltchadales y que es utilizado ritualmente en la mayorparte de las ceremonias; la inlcrprdación. pUl' (anto, puetlc ser: l.", hahabido santificación direclu por influjo del abedul, que es pllro; 2,",ha hnhido trnnsferencia de la impllreza de las gen les ni uhedul, lo queconeordaríu con la continuación de la ceremonia: «Cuando todos sehubieron purificado, los kal11lchadales salieron de la yurta con esas pe-queñas ramas por la jupana o por el primer hueco, siendo seguidos porIodos sus parientes de ambos sexos. Una vez que estuvieron fuera de layurta, pasaron por segunda vez a través del círculo de abedul, despuésde lo cual clavaron en la nieve esas varas o pequeñas ramas, inclinando

la punta hacia Ol'Íente. Los kamtchadales, tras haber tirado en ese lugartodo su tonchitche y haber sacudido sus vcstidos, entraron cn la yurtapor su verdadera boca y no por la jupana.» Dicho de otro modo, sequitan de cncima: las impurezas materiales sagl'udas ucumuladas cn losvestidos; el objeto I'Ítual más importante, el tonchilehe, que constituyecon <da hierba dulce», etc., lu categoría de los sacra; y IlIs ramas con-vertidos en recipientes de lo sugrudo.

El paso bajo los arcos sagrados hace desaparecer automáticamenteen quienes los atrllviesan el carácter sagrado que habían adquirido al eje-cutar las complicadas ceremonias cuyo final marca este rito, yesos arcosson el pórtico que separa el mundo sagrado del mundo profano; Irassu regreso a lo profano,' los actores de lu ceremoniu pueden utilizar denuevo la gran puerla de la cabaña.

32

montar en coche o en palanquín, de montar a caballo para salirde viaje o de bajarse de él, etc., van frecuentemente acompa-ñados por ritos de separación al partir, de agregación al volver.

Los SACRIFICIOS DE FUNDACIÓN

En fin, en algunos casos, los sacrificios llamados de Íunda-ción y de construcción entran en la categoría de los ritos de paso.Llama la ¡¡tención que se los haya estudiado aisladmnente, cuan-do forman parte de un conjunto ceremonial homogéneo, la cere-monia del cambio de residencia23. Toda casa nueva permanecetablí hasta que, mediante ritos apropiados, se la convierte enI1va24.Este levantamiento de tabú es, por sus formas y su meca-nismo, el mismo que cuando se trata, por ejemplo, de un terri-torio o de una mujer, ete" sagrados: hay lavado, o lustración,o comensllliJad. Otras prácticas tienen por objeto hacer que lacasa se mantenga entera, no se derrumbe, etc. Y se equivocanquienes han querido ver en muchas de ellas supervivencias y de-formaciones de un antiguo sacrificio humano. A los ritos de su-presión de tabú, de fijación de un genio protector, de transfe-rencia de la primera muerte, de seguridad futura de todo orden,suceden ritos de agregación: libaciones, visita ceremonial, con-sagración 'de las diversas partes, reparto del pan, de la sal, deuna bebida, comida en común (en Francia: «pendre la crémail-lere» *). Estos ritos son propiamente ritos de identificación de

I

I

II

,

2J Sobre los sacrificios de construcción, véase P. SARTORI, «Ueber dasBauoprep> , Zeitsclrrilt lür Ethllologie, 1898, pp. 1-54, que no se ha dadocuenta de que algunos son ritos de apropiación. Para los ritos franceses,cL P. SÉBILLOT, Le Folk-Lore de Frallce, París, 1907, t. IV, pp. 96-98, ypara diversas teorías, TRUMBULL, loco cit., pp. 45-47; WESTERMARCK,Tire origill ami deve/opmelll 01 /l/oral ideas, Londres, t. 1, 1906, pp. 461y ss. Estos ritos entran en una categoda más amplia a la que denominorilos e/e la primera \'ez (cL capftulo IX). El hechizo 43, 3-15 del KausikaSutrn (W. CALAND,Al/i//(lisclres Zal/berrilllal, La Haya, 1900, pp. 147.148) se refiere no sólo a In construcción y a la enlradu, sino que haceasimismo mención al cambio de residencia de personas y animales.

.. CL para una ceremonia tfpica" HILDBURGH, «Notes on sinhalese roa-gic», !ol/m. Allthrop. IIIS/., t. XXXVIII (1908), p. 190.

* La locución francesa «pendre la crémaill~re» tiene hoy el sentidogenérico de «festejar el estreno de una casa»; su significado literal, «col-gar las llares» (cadena de hierro pendiente en el cañón de la chimenea,

33

Page 16: Los Ritos de Paso

los habitantes futuros con su nueva residencia. Cuando son lospropios habitantes, por ejemplo, un novio o un joven esposoayudado por su familia o su mujer, etc., los que han construidola casa, los ritos se inician al comienzo mismo de la construc-ción.

Los RITOS DE SALIDA

A los ritos de entrada en la casa, el templo, etc., <.:urrespon-den ritos de salida, que son ya idénticos, ya inversos. En la épo-ca de Mahoma, los ¡írabes, al entrar o al salir, acariciaban conla mano al dios doméstico 2'; el mismo gesto era, por tanto, se-gún el momento, un rito de ugregación o un rito de separación.Asimismo, todo judío piadoso, cadu vez que atraviesu la puertaprincipal de su casa, toca COI!el dedo de su mano derecha lamaZl/za, cofrecillo fijado al montante de la puerta, en el que hayun papel, una tira de tela, etc., que tiene escrito o bordado elsagrado nombre de Dios (ShadchÚ); a continuación se besa undedo y dice: «iEl Señor preserva tu salida y tu entrada a partirde este momento y para siempre jamás!» 26, üI"1adiémlose aquí elrito verbal al rito manual. Es de señalar que, por lo general,sólo la puerta principal, bien consagrada por un rito especial,bien en virtud de su oricntación en una dirección favorable, esla sede de ritos de entrada y de salida, careciendo el resto delas abertut'as de ese mismo carácter de margen entre el mundofamiliar y el mundo exterior.

De ahí la preferencia de los ladrones (me refiero a las ci-vilizaciones distintas a la nuestra) por entrar a través de sitiosdistintos a la puerta 27;de ahí la costumbre de hacer que el ca-dáver salga por la puerta de atrás o por la ventana, la de nodejar entrar y salir a la mujer durante su embarazo o sus reglas

con un gancho inferior para colgar la caldera), remite sin duda al actoculinario quc precedía a la comida en común con quc se fcstcjaba lainauguración de un hogar.

Digamos también quc en el Addellcllllll a que nos rdcl'Íl1Ios al comicn-zo figura la siguiente indicación: «Frase a slIprimir: Estos ritos... nue-va residencia». [N. del 1'.]

" I~obcrlson SM1T11.Die Ueligioll cler Semi/ell, p. 187.lo Cluy TUUMIIIJlI., 'rI,rc'.,/"'/c/ ('UI'C!//II//(, pp. úY-70 (Sirill)." I [E1.BIG(lIola aiiudidu en el Aclclellc/llm).

34

11

\;¡;l'

I

más que por la puerta secundaria, la de hacer que el cadáverdel animal sagrado sólo penetre por la ventana o por una bre-cha, etc. Estos ritos tienen por objeto no polucionar un paso quedebe permanecer libre una vez que ha sido consagrado comotal por ritos especiales; asimismo, en él no, se debe ni escupir,ni correr, etc.

A veces, el valor sagrado del umbral se repite en todos losumbrales de la casa: en Rusia he visto casas en las que sobreel umbral de cada habitación estaba clavada una de esas peque-ñas herraduras que protegen el tacón de las botas: en esas ca-sas, cada habitación tenía su icono.

En todo caso, para comprender los ritos relativos al umbral,conviene recordar que el umbral no es más que un elemento dela puerta y que la mayor parte de estos ritos deben tomarse enel sentido directo y material de ritos de entrada, de espera parala agregación o de salida *, es decir, de ritos de paso.

Ii

!

I

!

,

* Donde el original dice «ritos de entrada, de espera y de salida)}.el Addendu/II corrige: «ritos de entrada, de espera para la agregación o dcsalida», al ticmpo que nos informa de una duda o vacilación de] aulor(\Ion Gennl'p) en la corrección: «La palabra sor/ic (salida) -dice elAddem/lllll'- había sido sustituida por séjollr (cstancio) y posteriormcn.tc rcslabledda». [N. del 1'.]

35

Page 17: Los Ritos de Paso

, (

CAPíTULO 111

LOS INDIVIDUOS Y LOS GRUPOS

LA SITUACIÓN Y EL CAHÁCTER DEL EXTHANJEIW

Sc pucdc considerar cada socicdad general como una espe-cie de casa dividida el1 habitaciones y pasillos de paredes tan-to menos espesas y con puertas de comunicación tanto más am-plias y menos cerradas cuanto más cerca se halle esa sociedadde las nuestras en cuanto a la forma de su civilización. Entrelos semicivilizados, por el contrario, estos compartimentos sehallan cuidadosnmente aislados los unos de los otros, y paratransitar entre ellos se precisan formaJidades y ceremonias quepresentan una estrechísima analogía con los ritos de paso ma-terial a los que acabamos dc referimos.

Todo individuo o agrupación que no posea, ni por su na-cimiento ni por especiales cualidades adquiridas, un derecho in-mediato a entrar en una determinada casa dc ese tipo y a insta-larse en una de esas subdivisiones, se halla en virtud de elloen un estado de aislamiento manifiesto de dos maneras, que pue-den darse en forma separada o combinada. En la medida en quese hallan fuera de esa sociedad especial o general, son débiles;son fuertes en cuanto pertenecientes al mundo sagrado, al cons-tituir dicha sociedad, para sus micmbros, el mundo profano. Deahí la variable conduclu de las poblaciones: mientras unas ma-tan, saquean, maltratan al extranjero sin mayores diligencias J,otras le temen, le miman, utilizándole como un ser poderoso

I En los casos de bandidaje organizado, por ejemplo, de caravanas,o de derecho de naufragio, el fenómeno es sobre todo económico y ju-

36

IIr o adoptando contra él medidas defensivas de carácter mágico-

reJigioso.La consideración del extranjero, por parte de un elevado nú-

mero de pueblos, como un ser sagrado, dotado de potencialidadmágico-religiosa, sobrenaturalmente benéfico o maléfico, ha sidopuesta de relieve en numerosas ocasiones, especialmente porJ.-G. Frazer 2 y E. Crawley 3; ambos explican, en base al terrormágico-religioso experimentado ante la presencia del extranjero,los ritos a que se le somete, cuyo fin no sería otro que conver-tide, bien en neutro, bien en benéfico, «desencantarle» en suma.H. Grierson admite ese mismo punto de vista, pero interesándo-se además por la situación económica y jurídica del extranje-ro 4; sus referencias eran ya numerosas. Las de Westermarck 5lo son más aún; enumera además otros motivos adicionales quepueden condicionar la conducta para con el extranjero (sensibi-Jidad, interés positivo o sobrenatural, etc.) y rechaza la teoríadel contagio postulada por Crawley (que no veía en los ritosrelativos aJ extranjero más que un medio de levantar el «tabúdel aislamiento individual»), proponiendo en su lugar otra aÚnmás limitada: tales ritos tendrían por objeto destruir el mal deojo y la «imprecación condicional» que todo extranjero poseeIl priori 6. Por otro lado, Jevons había r<;:stringidoel sentido deestos ritos, viéndolos como ritos de purificación concernientesúnicamente a los vestidos y bienes de! extranjero, pero no al ex-tranjero mismo 7.

I

~

I

¡

f

rídico, pero no afecta más que en escasa medida a lo mágico-religioso.A veces, sin embargo, como en Fiji, el derecho de naufragio parece te-ner por objeto impedir la entrada de extranjeros mágicamente peligrososeñ el tcrritorio de la tribu.

¡ , ..G. FRAZER, 'fhe Goldel! Bollgh, 2.' ed., t. 1, pp. 297-304; TRU~f-\JUl.l., loco cit., pp. 4-5 Y passim, no considera más que los ritos de en-trada en relación con la sangre y el umbral.

! E. CRA\vLEY, The Mystic Rose, pp. 141, 239,250 Y ss.. H. GRJERSON, The Si/ent Trade, pp. 30-36 Y 70-83., E. WE~'!'I¡RMAHCK, The origill a/l(/ deve/orment 01 moral ideas. t. 1,

Londres, 1906, pp. 570-596., CL esp,~cialmente pp. 586.592 Y las conclusiones verdaderamente

simplistas de la p. 390., F. B. JEVONS, Introductiol1 to the history 01 religion, Londres, 1896,

p. 71. No se comprende cómo pueden ser impuros, peligrosos, tabuados,vestidos y bienes diversos sin que lo sea asimismo su poseedor, que lostiene consigo o los lleva puestos.

37

Page 18: Los Ritos de Paso

RITOS DE AGREGACiÓN DEL EXTRANJERO

Cada uno de los anteriores puntos de vista vale para unaserie más o menos amplia de hechos concretos: pero sería im-posible comprender de ese modo el sentido del mecanismo delos ritos relativos al extranjero, ni la razón de ser del orden enque se suceden, ni el motivo en fin de las analogías entre esassecuencias rituales y las secuencias de los ritos de la infancia, dela adolescencia, del noviazgo, del matrimonio, etc.. Si se consultan los documcntos que describen en detalle elceremonial a que son sometidos extranjeros aislados o gruposde extranjeros (caravanas, expediciones científicas, etc.), se des-cubre tras la variedad de las formas una notable unidad de lassecuencias. La llegada de extranjeros en grupo genera como re-acción actos de rcforzamiento de la cohesión socia] local: loshabitantes desertan en masa del pucblo y se refugian en lugaresbien defendidos, colinas, bosques; o bien cierran las puertas, to-man las armas, hacen señales de agrupmniento (fuego, toquede trompas, tambores, etc.); o bien el jefe se presenta, solo ocon sus guerreros, ante los extranjeros, en calidad de represen-tante de la sociedad y en virtud de una mejor inmunización quelos demás contra el contacto con ellos. En otros lugares se en-vían intermediarios especiales o delegados elegidos. Por otra par-te (salvo excepciones de orden político, por ejemplo), los extran-jeros no pueden penetrar de inmediato en el territorio de la tri-bu o en el, pueblo; deben probar desde lejos sus intencionesy soportar un período de prueba cuya forma conocida es la fas-tidiosa «palabre» africana *. Es el estadio preliminar, que duraun tiempo más o menos prolongado. A continuación viene el pe-ríodo de margen: intercambio de regalos, oferta de vituallas porlos habitantes, puesta a punto del alojamiento8, etc. Finalmente,

* El significado más concreto y estricto del término francés palabreparece ser precisamente. segÚn el diccionario Hacheue, el de «entrevis-la (con un reyezuelo negro»>, alcanzando después -por extensión peyo-rativa- la acepción más general de «palabrería» o «cháchara» «<discu-sión interminable y ociosa», en glosa del diccionario Robert). [N. del T.]

. Quc puede ser, bicn la «casa conllllHll» de los jóvcnes o guerreros,bicn un locnl especinl perteneciente al jefe o n un noble. bien inclusoun cnrnvanserrullo, dc.. bien finalmente un aparlamento en unu casahabitada por una familia local, en cuyo caso es frecuente quc se dé agre-gación dcl cxtranjcro a esa familia y, a su través, a la sociedad general.

38

,

¡

II

!.

la ceremonia' termina con los ritos de agregación: entrada solem-ne, comida en' común, intercambio de apretones de mano, etc.

Cada una de estas etapas de aproximación entre extranjerose indígenas varía, según los pueblos, en duración y complica-ción 9. Pero tanto si se trata de colectividades como de indivi-duos, el mecanismo es siempre el mismo: detención, espera,paso, entrada, agregación. En sus detalles concretos, los ritos Ime-den consistir en un contacto propiamente dicho (palmada, apre-tón de manos, etc.); en intercambios de regalos alimenticios,preciosos, etc.; en comer, beber o fumar «<pipa india») juntos;cn sacrificios de animales; en aspersiones de agua, de sangre, etc.,o en uncioncs; en atarse, cubrirse juntos, sentarse en el mismoasiento, etc. El contacto indirecto se realiza a través del «porta-voz», o bien tocando simultánea o sucesivamente un objeto sa-grado, una estatua de divinidad local, un «poste fetiche», etc.Esta enumeración se podría incrementar a voluntad, y aquí nodispongo de espacio para examinar con cierto detalle más quealgunos d¡: estos ritos.

i

I

II

l'

LA COMENSALIDAD

La comensalidad, o rito de comer y beber juntos, del que sevolverá a hablar con frecuencia en este volumen, es claramenteun rito de agregación, de unión propiamente material 10, lo quese ha llamado un «sacramento de comunión» 11. La unión asíconstituida puede ser definitiva. Pero lo más frecuente es quesólo dure el tiempo de la digestión, hecho éste constatado porel capitán Lyon entre los esquimales: todos y cada uno le con-sideraban su huésped únicamente durante veinticuatro horas 12.Con frecuencia la comensalidad es alternativa: hay entonces in-

, CL descripciones comparadas en mi Tabou, To/. Mad., pp. 40-4-7.CAbe incluir en esta categoría el protocolo de las recepciones dc misio-nes de embajadores, etc., que haccn resaltar el contacto entre dos colee-,tividades. Señalo en pnrticular el ritual rclativo a la «bicnvenida» de losaustralianos centrales; d. SI'ENCERy GILLEN, l'he lJOr/hem Tribes vICel/tral Australia, Londrcs. 1905, pp. 568.579.

10 CL C\{AWI.EY,Mystic Hose. pp. 157 Y ss., 214, 456 Y ss.11 nob. SMITI¡", Die Heligion der Semitell, pp. 206.210; SJONEYHART-

LAND,The Legend 01 Perseus, passim en los 3 vol.12 The prívate ioumal 01 cap/. G.-F. LyolI, Londres, 1824,p. 350.

39

Page 19: Los Ritos de Paso

tercambio de víveres, lo que constituye un vínculo reforzado.A veces el intercambio de víveres se realiza sin comensalidad,y entra entonces en la vasta categoría de los intercambios de re-galos 13.

Los INTERCAMBIOS COJ\IO RITODE AGREGACIÓN

Estos intercambios poseen una eficacia directa, un poderconstrictivo: aceptar un regalo de alguien es quedar vinculadoa él. Es lo que en parte supo ver Crawley 14 y no llegó a com-prender Ciszewski en su monografía sobre la confraternizaciónentre los pueblos eslnvos de los Bnlcanes, de Rusia 1" e(c. Inter-¡neta los ritos dI.: lIgrq~¡¡eiÓIl como «silllbólieos», rl.:collocklldocuatro principalcs: la col!ll.:llsalidad (bebl.:r y eollwr), d acto dI.:atarse juntos, el ue darsl.: Ull beso y el «símbolo de la /lall/me

imilalio» 16. Dejo de lado este último (parto simulado, etc.), quees de tipo simpático, para señalar que los ritos descritos a lo

largo de su investigación por Ciszewski se clasifican del siguien-te modo: comensalidau individual o colectiva 17; comunión cris-tiana simu!t¡Ínea 18; estar atados con una misma cuerda o cin-to 19; cogerse de la mano 2°; rodcarse mutuamente con los bra-

zos 21 (abrnzarse); ingresar 11 la vez I.:n d ¡Ímbilo del hogar 22;intercambiar regalos 23(telas, vestidos), armas 24, monedas de oro

IJ Para refer. bib!., véase H. GRIEHSON, loco cil., pp. 20-22 Y 71; WES-TERMARCK,Orig. 01 moral ideas, t. 1, pp. 539-594.

.. Myslie Rase, p. 237; interpreta, sin razón alguna, las anulacionesde tabú y los ritos de unión desde un punto de vista únicamente indivi-dualista, pp. 237-257.

IJ Stan. C¡SZEWSKI, Kiinslliche Verw(//1(lschul/ bei den Siidsluvell,Leipzig, 1897.

" [bid., p, 141.11[bid., pp. 2, .13, 35, 39, 43.45, 54, 57." [bid., pp. 34, 63." [bid., pp. 3, 38, 40.M [bid., p. 35.21 [bid., pp, 46, 54, 55." [bid., pp. 45, 47.IJ [bid., pp. 27, 33, 34, 45, 46, 55." [bid., pp. 32, 57, 69.

40

o de plata 25,ramos de flores 2°,coronas 21,pipas 28,Hilillos2'1,bl:-sOS3°, sangre 31,sacra cristianos 32(cruz, cirio, icono); bl:sar losmismo sacra,33(icono, cruz, evangelio); pronunciar un juramen-to 34.Ahora bien, si nos remitimos a la monografía de Ciszewskiconstataremos que en todas y cada una de las ceremonias espe-ciales se da siempre una combinación de varios de estos proce-dimientos de unión, y que en todos hay un rito de intercambio,cuando no varios. Por consiguiente, es éste el que ocupa el lu-gar central, de modo análogo a como ocurre -ya lo veremos-en los ritos del matrimonio. Se trata en este caso de un pro-cedimiento de mutua transferencia de la personalidad, cuyo me-canismo es tan simple como el consistente en atarse juntos, encubrirse con un mismo manto o velo, etc. Por lo dem¡Ís, el in-tercambio de sangre, aunque más tosco o cruel, no es más pri-mitivo que el intercambio de una parte del vl:sLido,de un ¡milloo dl: UIIbeso 35.

A los intercambios citados hay que añadir el de hijos (enChina, por ejemplo), hermanas y mujeres (Australia, etc.); dela vestimeríla completa, de divinidades, de sacra de todo tipocomo los cordones umbilicales 36, Entre algunos amerindios sep-

J5 [bid., pp. 43-45." [bid., pp. 43-46."[bid.,p.41." [bid., p. 57." ¡bid., p. 42.JO¡bid., pp. 27, .33, 37, 38, 41-43, 45.JI [bid., pp. 27, 45, 60-69,J! [bid., pp. 37, 56-57." [bid., pp. 34, 37, 39, 55, 56.H [bid., p. 4C etc. P. 33, CISZEWSKIcita un caso interesante de fra-

ternización por etapas (en tres estadios: pequeña, media y gran frater.nización), que recuerda las etapas de la iniciación y de la agregación alas clases de edad.

J! Sobre la fraternización,véase también el informe de la Rev¡¡edes'J'radi/iolls Pop¡¡lllires y de Mél¡¡sil1e; G. TAMASSIA, L'Allra(ellalllelllo,Turín, 1886; Rob. SMITII, Religioll del' Semi/el1, pp. 239-248; J. Rü-nINSO11N, PsycllOlogie der Nalllrvülker, Leipzig, 1896, pp. 20-26. Segúnel propio testimonio de CISZEWSKI, p. 94, la fraternización (social) creaun parentesco más poderoso que la consanguinidad natural.

J6 TAPLIN, The Narril1yeri, 2,' ed., Adelaida, 1878, pp. 32-34. Este in-tercambio crea la relación llamada I1gia I1giampe, sobre la que CRAWLEY,loco cil., ha edificado su teoría de la «inoculación mutua entre indivi-duos», sin ver que todas las formas de intercambio están exactamente

41

Page 20: Los Ritos de Paso

tentrionales (salish, ele.), este intercambio ha adquirido la for-ma de una instiLUción: el pollalch, que ~Crealiza periódicamentey por sucesión alternante 37, del mismo modo que una de lasobligaciones de la realeza, cntre los semicivilizados, consiste enredistribuir a los súbditos los «regalos» ofrecidos obligatoriamen-te. En fin, este «toma y daca», este tráfago de objetos entre gen-tes que constituyen un grupo delimitado, crea la continuidad delvínculo social entre los individuos a idéntico título que la «co-munión».

LA CONr-HATEHNIZACIÓN

Como rito de unión del mismo orden que I¡¡ confraterniza-ción, citaré también la reaJízación conjunta de un mismo actoceremonial (padrinazgo, peregrinaje, ctc,), unión qll(~sólo puederomperse mediante un rito de sepamciÓn especial.

El mccanismo directo y simple dd rito de agregación del ex-tranjero aparece muy claro en la ceremonia él que se sometióThomson en el momento de cntrar cn d territorio de los massai':«Al día siguiente, un desertor suahelí vino a ofrecennc paz y fra-ternidad de parte del jefe del distrito; traen una cabra, la cojopor una oreja, y tras haber declarado ante todos los presentesla finn1iclad de mi viaje, proclamo que no le deseo mal algunoa nadie y que no soy en absoluto experto en II-chaui (magin ne-gra). El embajador del sultán se apodera de la segunda oreja ypromete, en nombre de su amo, que no nos hará ningún maly que nos suministl"aní víveres; en caso de robo, los objetos arrc-batados nos senín devueltos. A continuación se sncrifiea al ani-mal; se le arranca de la frente una lira de piel en la que sepractican dos incisiones. Tomándola entre sus manos, el m'sua-heli hizo entrar cinco veces uno de mis dedos en la hendidurainferior, empujándola finalmente hasta la base de la falange,donde In conservé, al tiempo que hacía repetir al mensajero In

en un mismo plano. Sobre la acción social de la fratel'l1ización, cL CIS-ZEWSKI, loco di.. IIIISsil1l, sobre Iodo p, 29, La rralernización pucdc serdefinitiva o tcmporal; en eslto: caSIJ, cabe renovada; d. CISL,EWSKI.loc,di., pp. 7, 4S, 49, ele.

J1 er. C. HILL-ToUT, ¡oumal 01 Ihe Alllhropological ["slill/le,t. XXXVIt (1907), pp. 311-312, entre olras obras.

42

I

lIIi

I

I

1,

!

misma ceremonia con la hendidura superior, Terminada la opc-n;ción, se (,ortó la tira en dos, dejando eada mitad en nuestrosdedos respectivos; en adelante el sultán de Chira es el hermanodel viajero blanco 38.» Entre los wazaromo, wazegura, wasaga-ra, cte., se da el intercambio de sangre: los dos individuos semantienen sentados uno frente a otro con sus piernas entrecru-zadas, mientrus un tercero blande un sable sobre ellos, pronun-ciando una imprecación contra aquel que rompa el vínculo defraternidad .19;aquí es el contacto lo que une al mismo tiempoque el intercambio de sangre, viniendo luego un intercambio deregalos ,lO.Si he citado este documento ha sido sobre todo paramostrar que es una equivocación aislar arbitrariamente en lasceremonias de agregación los ritos en que se da utilización desangre, ptte¡¡ en realidad estos ritos especiales muy pocas vecesconstituyen por sí solos la ceremonia completa. En ]a inmr~nsamayoría d{; los casos, el proceso comporta al mismo tiempo ri.tos de conlacto, de comunión alimenticia, de intercambio, deunión (atadura, etc.), de «]ustración», ctc.

La combinación de estos distintos ritos de agregación porcontHeto directo aparcce con toda claridad, por ejemplo, en lassiguientes costumbres de una tribu árabe, los shammar. «Entrelos shammar -dice Layard-, si un hombre puede coger elcabo de una cuerda o de un hilo que su enemigo tiene agarradopor la otra extremidad, se convierte al instante en su protegido(dakhil). Si toca la tela de la tienda o si puede lanzar contraella su baslón, se convierte en protegido del habitante. Si puedeescupir sobre un hombre o tocar con sus dientes cualquier ob-jeto quc le pertenezca, se convierte en su dakhil, excepto encaso de robo... Los shammar no saquean nunca una caravana quese encuentre a la vista de su campamento~ pues en la medidaen que un extranjero pueda ver sus tiendas le consideran WIUOf;Udakhil 41,>; hasta la visión es en este caso un contacto. Los ri.tos de csle tipo juegan un importante papel en el ceremonia]"---

J! l. TI1OMSON,AlI pays des Massdi, "uds, 1886, pp. 101-102." H. BUllTON, The Lake Uegiolls vi Celllral Aldea, Londres, 1860,

I.I,p.lloI.'"//lidelll, p. ttS.u LAYAlllJ, Discoveries ill Ihe milis 01 Nillel'eI¡ ami lIa/lyloll, Lon-

dres, pp. 317 Y ss. Sobre el dakhil, eL también Rob. SMITH, Killship(/m/lI1a1'riage in early Arabia, nueva ed., Londres, 1907, pp. 48-49, lIola.

43

Page 21: Los Ritos de Paso

del derecho de asilo 42. Asimismo, el solo hecho de pronunciaruna palabra o una fórmula, como el salam para los musulmanes,tiene por efecto crear una unión, cuando menos temporal: ésa esla razón de que los musulmanes busquen todo tipo de rodeospara no dar el salam a un cristiano 43.

Los RITOS DE SALUTACIÓN

Las distintas formas de saludo pertenecen asimismo a la ca-tegoría de los ritos de agregación; varían en función de quequien IIega sea más o menos extraño a los habitantes de lacasa o ti quienes encuentra. Los distintos saludos de los cristia-nos, algunas dc cuyas formas arcaicas siguen vigcntes en los paí-ses eslavos, renovaban a cada paso el vínculo místico creado porla pertenencia a una misI1JiJreligiÓn, al modo como lo hace el .salam entre los musulmancs. Leyendo algunas descripciones de-taIladas puede observarse que entre los semicivilízados estos sa-ludos tienen por efecto: l.", cuando se trata de parientes, de ve-cinos, de miembros de la tribu, la renovación y reforzamientode la pertenencia a una misma sociedad más o menos restringi-da; 2.", cuando se trala de un extranjero, su introducción en unasociedad restringida en primer lugar, seguida, si ta] es su deseo,de la introducción a otras sociedadcs restringidas y al mismotiempo a la sociedad general. También aquí se da el apretón demanos o el frotamiento de narices; la separación del mundo ex-terior, quitándose los zapatos, el manto o el sombrero; la agre-gación, comiendo o bebiendo juntos, ejecutando ante las divi-nidades domésticas los ritos prescritos, etc. En suma, se proce-de de una u otra manera a un acto de identificación ante aque-llos a los que se encuentra, aunque sea por un momento. En-tre los a¡'nos, por ejemplo, saludarse es propiamente realizar un,

" Sobre el derecho de asilo, véase TnllMIILJl.l., loc, cil" pp. 58-59:HELLWIG, Das Asyl/'cchl c/e/' Nalll/'I'ülke/'. Berlín, 1903, no hll visto cIlado mágico-religioso, ni sobre todo la ligazón que con el tabú y losritos de agregación tiene el derecho de asilo entre los semicivilizados,parcialmente estudiado ya desde este punto de vista por Rob. SMIT H,/?el. c/e/' Semilel/, pp. 53-57 Y 206-208, Y CISZEWSKI, loco cil" pp. 71-86,etcétera.

" DOUTTÉ, Memlkech, t. /, pp. 35-38,

44

~~.

.~~ acto religioso'¡'¡. Las mismas secuencias rituales se vuelven a ha-

llar en el intercambio de visitas, que tiene también esencialmen-te el valor de un vínculo, en cuanto intercambio, intercambioque, por ejemplo, es una auténtica costumbre intertribal entrelos australianos.

I

I'.I

RITOS SEXUALES DE AGREGACIÓN

En ]a categoría de los ritos de agregación contagionistas di-rectos conviene incluir un cierto número de ritos sexuales, comoel intercambio de mujeres, Cuando el rito es unilateral, nos ha-llamos ante el préstamo de mujeres (esposa, hija, hermana, pa-riente, mujer del anfitrión, o de ]a misma clase o tribu que él 45).Aunque en algunos casos el objetivo de este préstamo sea ob-tener niños él los que se cree mejor dotados y más poderosos(a consecuencia dell11ana inherente a todo extranjero) 46, por logenera], sin embargo, el rito tiene claramente el sentido de unrito de agregación al grupo, más o menos restringido, del queforma parte la mujer prestada. De hecho, es un equivalente dela comensalidad. Entre los nativos de Australia Central se envíacomo mensajeros un hombre y una mujer, o dos hombres y dosmujeres, que llevan como signo de su misión paquetes de plumasde cacatúa' y hucsos de nariz (que se ponen en el septum per-forado). Tras una discusión de negocios entre los mensajeros y

H Véase el detalle de los ritos en J. BATCHELOR,The Ait!ll and theirfolk-Ia/'e, Londres, 1891, pp. 188-197. CL CHAMBERLAIN, Thil/gs lapa-l/ese, 1890, pp. 333-339 (Tea ce/'emonies); HUTTER, Kamenm, pp. 135-136 Y 417-418, y, en general, los siguientes epígrafes temáticos en lasmonografías ctnográficas: urbanidad, etiqueta, saludo, hospitalidad.

4\ CL para las teorías y las referencias: WESTERMARCK,The origin ol!!lIman marriage, Londres, 1891, pp. 73-75; CRAWLEY, Mystic Rase,pp. 248, 280, 285, 479; Marco Polo, ed, Yuye y Cordier, Londres, 1905,t. /, p. 214; !. 1/, p. 48, n. 4; pp. 53-54; POTTER, Sohrfib ami RClstem,Londrcs, 1902, pp. 145-152. DouTTÉ, Merrakech, t. 1, París, 1905.pp. 149-150; en Marruccos, como entre los kubylas de Argelia, el prés-tamo de las hijas sólo tiene lugar con los «huéspedes de la tienda», perono con los «huéspedes del común».

" Este caso se incluye en la categoría general de los ritos de mul-tiplicación, p. ej., el préstamo de mujeres referido por MARCO POLO,loc, cil., 1/, 53, tiene por objeto asegurar buenas cosechas y, en general,«un gran aumento de prosperidad materia!».

45

Page 22: Los Ritos de Paso

los hombres del campamento, los primeros se llevan a tus dosmujeres a cierta distancia de éste y se van. Si los hombres delgrupo visitado aceptun la negociación, mantienen todos ellos re-laciones sexuales con las mujeres; en caso contrario, no van abuscar/as. Asimismo, cuando una partida de guerreros en ex-

pedición de vendetta se halla cerca del campamento en el quetienen intención de matar a alguno de sus habitantes, se lesofrecen mujeres; si tienen relaciones sexuales con ellas la que-rella se termina, pues tamaña aceptación es un signo de amis-tad; aceptar las mujeres y continuar la vendetta sería una gruvefalta a las costumbres intertribules 47, El coito es claramente, enambos casos, un acto de unión y de iuentificación, lo cual con-

cuerda con otros hechos, que en otro lugar 48 he citado, y queprueban que entre nativos ue Australia Central el acto sexual esun coadyuvante mágico, pero no un rito de multiplicación. Asíse explican también, como ritos de agregación a una agrupaciónunida por un vínculo religioso, buen número de casos de pros-titución sagrada, en los que precisamente estas prostitutas estánreservadas, por expresa estipulación, a los extranjeros, palabraque en este caso se entiende de una manera nHís laxa como equi-vulente sin duda a «no-iniciados» o «no-udoradores especiales dela divinidad a la que se hallan vinculadas las prostitutas» 49,

EL DOJlIICIUO DEL EXTRANJERO

El protocolo de recepción del extranjero se combina con fre-cuencia siguiendo reglas que sería interesante destacar. El ex-tranjero, por ejemplo, recibe con frecuencia como alojamientouna «casa comunal», como el lapa en Madagascar, que tiene,más o menos, según los pueblos, el carácter de «casa de jóve-

" SrENCER y GILLEN, Natil'e Tribes 01 Central Australia, Londres,1899, p. 98.

.. Mytltes et légendes d'Australie, París, 1906, pp. LVI-LVI/; sobreel préstamo de mujeres en Australia, cL Nat. Tr., pp. 74, 106, 108, 267;Norlltenr Tribes, Londres, 1904. pp. 133-139.

" er. para los hechos SIIJNEY IIAUTlAND.At (he temple al Mylitta,Anlhrop. EsslIYs preso por E.-I!. 'I'\'I.ou, pp. IHlJ-202; talllbién los librosde DULAURE, FRAZER,etc.

46

nes» O de «casa de hombres adultos» o de «casa de guerreros» 5°.En virtud de ello se ve agregado, no a ]a sociedad general, enefecto, sinoa la sociedad especial que mejor responde a su pro-pio carácter de hombre activo y poderoso. Esta hospitalidad con-cede a] extranjero cierto número de derechos militares, sexua-les, políticos. Esta costumbre se halla difundida sobre todo enlndonesia, en Polinesia, en ciertas regiones de África, mientrasque en otras es el jefe o el rey, personaje santo, quien asigna alextranjero su domicilio. El karavanserai' de Oriente comportael siguiente estadio, y al antiguo rito 'de agregación le sustituyentributos de diversa naturaleza; se inicia así el estadio puramen-te económico.

Hasta ahora sólo hemos considerado al extranjero en cuantotal, desde el punto de vista de aquellos individuos o grupos conlos que entra en contacto, Pero todo extranjero tiene también,por regla general, su «hogar» o «patria», de donde sería ex-traño que hubiera podido partir sin pasar por ceremonias desentido inverso a las ceremonias de agregación a que nos hemosvenido refiriendo. Por otra parte, siempre que un extranjero hasido agregado a un grupo, debe teóricamente someterse a ritosde sepuración al abandonar ese grupo. Y, efectivamente, en lapráctica se constata un perfecto balanceo. A los ritos de llegadacorresponden los ritos de despedida: visitas, último intercambiode regalos, comida en común, «tomar la espuela», deseos y vo-tos, acompañamiento durante un «trecho del camino», a veceshasta sacrificios. Se hallarán hechos de este tipo en la mayorparte de los relatos de exploradores, En todo caso he aquí al-gunos: «La religión contiene, entre los musulmanes en particu-lar, numerosos preceptos relativos a los viajes. Los libros de ha-difhs, los libros de adabs consagran todo un capítulo a los via-jeros,.. En Africa del Norte se arroja agua a los pies del queva a partir. Cuando en 1902 abandonamos Mogador para haceruna gira por el interior, un miembro de la familia de uno demis compafieros musulmanes salió de su casa en el momento departir y lanzó un cubo de agua a los pies de su caballo» ". Esposible que se trate de un rito «de purificación», o de un rito

50 eL 1-1. SCHURTZ, Altersklassen !/Ild Mallllerbiinde, Derlín, 1902.

pp. 203-213, sobre todo para las diversas [armas de casa comunal y suevolución,

" DOUTTÉ, Merrakech, pp. 31, 91.

47

Page 23: Los Ritos de Paso

I

!

f

«destinado Q destruir I()~ maleficios fnturos o pasados», comocr~e Doutté siguiendo ja~ interpretaciones de Frazer 51; en miopinión, se trata más bien de un rilO de separación; el viajero«franquea un Hllbicón» artifidal. Estos ritos de separación, en-tre otros, se Iwllan muy elaborados en China para el cambiode provincia de los rnandarines, el salir de viaje 53,etc. Me pa-rece que todos los ritos de salir de viaje, de expedición, ete., tie-nen como finalidad hacer que la escisión no sea brusca, sinoprogresiva, del mismo modo <llle la agregación sólo se realizapor lo general gradualmente, por etapas.

EL VIAJERO: RITOS DE PARTIDA Y DE HETORNO

En cllanto & los ritos del reto/'JlO del viajero, comportan ri-tos de limpieza de las i1l1purt~zas contraídas en el viaje (separa-ción) y ritos de ngregación progresiva; así OCUIT~con ciertosritos de bestialidad y ciertas ordalías en Madagascar 54. Estosritos son visibles sobre todo cllnndo las ausencias, del maridopor ejemplo, SOI1 periódicas.

El viajero, sin cmbargo, no se halla, por el hecho de supnrtidn, totalmente separado ni de Sil sociedad e~;encial ni de la

\l rnAzEn, Golcloll lJollglz. 1. 1, p. 303; d. lumhién 11, GnlliltSON,Silellt Tracle, pp. 33.34, 72.74; WES.tEH~IAncK,~Jural Ideas, 1. 1, pp. 589,594.

" «Desde el momcnto en que .el mandadn Sl~dispone a partir, todoslos habitantes acuden a los caminos reales; se alinean sin dejar huecosdesde la puerta de la ciudad por donde debe pasar hasl" dos o fn:s le-guas más allá; por lotlas partes se ven 111<;8n5bcllurlH;lIlr~ barnizudas,envuellas en raso y cubierti1s por dlllces, licores y té. (,vIII}'a su pes:Jr.todo el mundo le para cuando pasa, obligándole a sentnrse, a comel' ya beber... Lo más curioso es que Iodo el mundo quiere haccr:;c con algode su propiedad. Unos le quilan sus botas, olros su gOITO, 011'05 su ga.bán, pero al mismo liempo se le entrega 011'0, de lal forllla quc alltr:s dellegar a verse libre de esa muchedumbre, oculTe a veces quc calza trejnlapares de botas diferentes.» Le 1'. LE CO~ITE, No/l!'. fIIéll1. de la Chille.París, 170O, 1. 11, pp. 53.54. l':Jr:J más delalles modernos, cL DOOLlTTI.E,Social Lile 01 the Chillese (Fou-Tehou), 1. 11, pp. 235.216 Y 302.303.

" Taboll, Tot. !\fad" pp. 249.251 Y ] 69-170; sobre los rilos de .'elol"11o

en general, véase FRAZER,Golde" no/lgh, t. 1, pp. 306.307; para los 8"e-n'eros, LAF!TAU, Moellrs des SCllIl'ages IllIléric/lICI;IlS, París, 172.1. t. 11.pp. 194-195. 260; sobre los ritos dd viaje ell In India nllli[1l1a, CA1.M111,.lI/illC/isclles %(/lIbe,ritlllll. I.n Ilayu, Ac. Nccl!. de Cicncias. 1905, pp. .1ú,63.ó4; cte.

48

sociedad o la quc se había ngl"cgndoen el lranscurso de su I"uta.De ahí la existencin, dumnte su ausencia, de reglas de conducta'para la familia, consistentes en In prohibición de todo acto quepudiera dañar por simpatía o directamente (por telepatín) al :lO"sente 55; dc ahí también la costumbre de proveer al viajero, encada partida. de un signo de reconocimiento (bastón, tésera, car-ta, ete.) que le agrega automáticamente a olras sociedades es-peciales, Así es como entre los votiak, en caso de enfermedad,de epizoolia, etc., se recurre a un usio-tuno (variedad de cha-mán): «Se le hace venir de lejos con objeto de que no conozcaa nadie. Se le lleva de un pucblo a olro con arrcglo a las necc-sidadt:s. Cuando se va de Sil casa, exige unn "fianza" al puebloque le reclama. Esta fianza consiste en un trozo de madera enel qne Iodos los cabezns de familia han inscrito su lall1ga (mar-ca de don y de propiedad). El listo-tuno deja esle trozo de ma-dera en su hogar, a fin de que su mujer pueda exigir que sele devuclvn su marido, Y esta formalidad se repite en cada lras-lado de] LIsto.luno a otro pueblo, quedando ¡::iemprcel trozo demadera con 'os tamga del pueblo siguiente en manos del amade casa de Ié, mansión que el liso-tlino nbandona» 5°.Asimismo,los pasos tI€: los mensajeros australianos n través de los claneso las tribus están claramente ritualizados 57, y se conocen lasprácticas de la Edad Media europea y oriental que regulabanlas llegadas y partidas de los mercaderes.

LA ADOPCIÓN

Se vuelve a encontrar la l11ismnsecuencia en el ritual deadopción. En Roma comprendía: 1.°, la cletestatio sacrorum, con-junto de ritos de separación de la clase patricia, de la gens, del_._-

" Lo ruisrr.o ocurre con motivo de la ausencia de los pescadores, delos cazadores, :Ie los guerreros, Cf. FRAZER,ea/den Bolleh, t. 1, pp. 27-35; TC/boll, 'J'(}!.Macl., pp. 171.172, con ref~~l'el1ciasu rtncollrl, ClItal, alas qtlc hoy ql'e añadir ELLlS, Hist. 01 Mad., t. 1, p. 167; en 1J0rneo, FI.E. tIEIVI1'J',Seme Sea-Dayak lablls, Man, 1908, pp. ]86-187.

" 1. VASlllEV, Obozrii!l1ie iazytc!Jeskik!J obriaclolJ, suel'Íerií l/ ~'iero.ve/lli; \!utiakal' Kazcl/lsk<i"ii "ialsk(1"; gll/¡emii, Kazal1, 1906, p, H. CL hc~lc respecla las publicucioncs sobre las vurus de mCII$Hjcro, etc.

" CL SI'ENCElI y Gll.LEN, Na/ive Tribes. pp. 97, 159, 274; /'IartheraTribes, pp. 139, 551; A.-W. HOWITT, T!Je Native Tribes 01 Sol/th EastAustralia, Londres, 1904, pp. 678-691.

49

Page 24: Los Ritos de Paso

antiguo culto doméstico, de la antigua familia estrecha; 2.", latransitio in sacra, conjunto de ritos de agregación a los nuevosmedios 58. El ritual chino comporta también un abandono delclan y del culto domésticos antiguos a favor de los nuevos. Losritos pormenorizados de la adopción son idénticos a los que yase han señalado: intercambios (de sangre, de regalos, etc.); ata.dura, velo, asiento comunes; lactancia real o simulada; nacimien-to simulado, etc. Los ritos de separación se han observado me-nos; apunto por mi parte que cntre los eslavos del sur hayritos que separan individuos a los que se considera emparen-tados a causa de haber nacido el mismo mes. Entre los cham-mar de la rndia, en los casos de adopción, todos los miembrosdel clan se reúnen, y los padres del muchacho dicen: «Tú erasmi hijo por una mala acción (pap); ahora eres el hijo de fulanopor una acción santa (dharl1l»>;los miembros del clan roCÍan alniño con ¡¡r!"OZ,y quil:1I lo ha prohijado ofrece unu comida ce-remonial a todos los asistentes \9. Finalmcntc, entre cicrtos amc-rindíos, el ritual de la adopción se hallu relucionudo con lusideas sobre el mana (orenda, 11/(1IIitll , ctc.) y sobre lu reencurna-

ción; la recepción del nombre juega aquí un importante papel,porque es con arreglo al nombre como el individuo se catego-riza en secciones clánicas y matrimoniales diferentes; por otraparte, se atribuye al adoptado una edad ficticia, y ello aun cuan-do se trate de un grupo (adopción de los tuscorara como «hi-jos» por los oncida; adopción de los dclawurc como «cocineros»por la Liga de las Cinco Naciones; de ahí su traje especial -fe-menino- y su cambio de actividad económica) 6°.

EL CAMUIO DE SEÑOR

Los ritos de cambio de señor, en el caso de un cliente o unesclavo, se explican de la misma manera: cuando un esclavo da

" Ver DAREMDERGy SAGLlO, Die/ioll/l. des AI/tiq. greeqlles e/ ro-mail/es, s. V., adoptio, eOllsecmtio. de/es/a/io. elc.; sobre In adopción en-tre los semicivilizados, d. S. IIAltTUND. 'J'lze I.egel/(I vI l'erSell.l', t. 11,pp. 417 Y ss.; FHAZEH,Goldel/ Hallglz. 1. 1, pp. 21 Y Ss.; cnln: los cslnvos,CISZEWSKI, loco cit., pp. 103-109.

" \Y. CHOOKE, en CellslIs 01 II/dia 1901. Ethnographical Appendices,CnleullI, 1903, p. 171.

'" Véase !-!EWITT, en «1landbook of American 1ndians», 811//. 811r.Am. Ethllol., núm. 30, t. 1, 1907, s. V. Adoptiol1, pp. 15-16.

50

:J[1'~

un hijo a su señor no sólo modifica con ello su posición soci¡¡l,sino que además tal modificación va acompañada por ritos deagregación que, en algunos casos, recuerdan las ceremonias delmatrimonio. Los ritos de agregación se relacionan en este casocon los ritm; del derecho de asilo. Como rito de agregación ci-tar¿ el violento bastonazo que el esclavo de Loango propina alnuevo señor escogido por él 61, Y la ceremonia llamada tol11bika(o shil11bika) de los kimbunda 62.Recordaré a continuación lasceremonias del cambio de clan, de casta, de. tribu, las de la na-turalización, etc., cuyo mecanismo comporta asimismo ritos deseparación, de margen y de agregación, y algunos de cuyos ca-sos concretos se estudiarán más adelante.

GUERRA, «VENDETTA», PAZ

Idéntico mecanismo se registra tmnbién cuando se tmta noya de inuividuos, sino de grupos: los ritos de separación inclu-yen aquí la declaración de guerra, sea tribal, sea familiar. Losritos de lu vendella europea y semítica han sido bien estudia-dos; citaré en consecuencia las detalladas descripciones de lavendella australiana 63, en las que se verá cómo el partido en-cargado de la operación se separa al principio de la sociedadgeneral para adquirir una individualidad propia, y sólo se in-cOl'pora a aquélla de nuevo tras la ejecución de ritos que leprivan de esa individualidad temporal y le reintegran a la so-ciedad general. La vendetta, así como también en ciertos casosla adopción, tiene por objeto la regeneración de una unidad so-cial que se ha visto destruida en alguno de sus puntos. De ahí lasemejanza de varios de sus elementos con las ceremonias depaso. La detención de la vendetta, al igual que la de la guerra(ritos de paz) 64acaba con ritos idénticos a los de confraterni-zación 6Sy adopción de grupos inicialmente extranjeros.

61 PECIIUEI.-LOESCHE, Volkskllllde val! Loal/go, Stuttgart, 1907, pá-ginns 245-246.

" Refcrenclas en POST, Alrik. /lIris¡m/(!eIIZ, Lcipzig, 1887, t. 1, pá-ginas 102-105.

" CL SPENCERy GILLEN, Northem Tribes, pp. 556-568." Véase 'wbre estos ritos: S. HARTLAND,loco cit., pp. 250-251; CRAW-

LEY,Mys/ic Rase, pp. 377, 239-246; HUTTER,Kal11enll1,pp. 435-438." Y a los de reconciliación individual: En Borneo, «si dos enemigos

mortales se encuentran en una casa, se niegan a mirarse hasta que se

51

Page 25: Los Ritos de Paso

Conviene finalmcntc recordar cn este capítulo los rilos dealianza con un dios o con un grupo de divinídades. La Pascuajudía 66 (la palabra misma significa paso) es una de esas cere-monias de agregación que, por un proceso de convergencia, seha ido vinculando por una parte con las ceremonias del pasode una estación a otra, y por otra' con la salida de Egipto, elpaso por Babilonia y el retorno a Jerusalén: de suerte que el ri-tual de esta fie3ta presenta combinados varios tipos de ritos depaso estudiados en este vDlumen.

haya matado un pollo, con cuya sangre se les rocía; cuando dos tribushacen la paz, tras la conclusión de compromisos solemnes, se mata uncerdo cuya sangre cimenta el lazo de amistad». Spencer SAINT JOIIN,Lile in tire lorest 01 the Far-east, Londres, 1862, t. 1, p. 64. La palabracimentar debe entenderse en sentido material y no en sentido simbólico,como Iwbilunlmente sc hace. Este rito no tiene nada en COmlll1 con elumbml, como creía TRUMIIUI.I.,loco cit., p. 21.

M Desconozco si esta interpretación, tan simple, hu sido ya propues-ta: cxplica la secuencia ritual de la Pascua judía, así como la intcgraciónen la Pascua cristiana de la idca de muerte y renacimiento, sin necesi-dlld de un préstamo de los ritos de Adonis, etc. Siendo desde el prin-cipio un ceremonial de paso, esta fiesta ha ido poco a poco atrayendohacíll sí y ahsorbiendo todo tipo de elementos que en otros pueblos SOI1aún independientes.

52

,,1

CAPITULO IV

EL EMBARAZO Y EL PARTO

.í 1

Las ceremonias del embarazo y del parto constituycn,por logeneral, un todo, de tal forma configurado que con frecuenciase realizan en primer lugar ritos de separación que excluyen a lamujer encinta de la sociedad general, de la sociedad familiary, a veces, incluso de la sociedad sexual. Luego vienen los ritosdel embarazo propiamente dicho, que es un período de margen.Finalmente, .los ritos del parto tienen por objeto reintegrar a lamujer a las sociedades a que anteriormente pertenecía, o ase-gurarle en la sociedad general una situación nueva, en tanto quemadre, sobre todo si se trata de un primer alumbramiento y hasido niño.

LA RECLUSIÓN, LOS TABÚES, LOS RITOSPROFILÁCTICOS Y SIMPÁTICOS

Los mejor estudiados de todos estos ritos son los de sepa-ración durante el embarazo y el parto: J.-G. Frazer y E. Craw-ley I han l1amado la atención sobre algunos de el1os, en espe-cial sobre I:i reclusión en cabañas especiales, o en un lugar es-pecial de la. mansión habitual; también sobre los tabúes, sobretodo alimenticios, suntuarios y sexuales; y en fin sobre los ritosllamados «de purificación», que deben ser entendidos bien como

I J.-O. FRAZER.The ea/den Bol/gh,!. 1, pp. 326-327, Y !. TI, p. 462;E. CRAWLEv', The Mystic Rase, pp. 213, 414-4t6, 432; Ploss-Bartels, enlos pasajes citados más adelante.

53

Page 26: Los Ritos de Paso

,II

ritos de supresión dc tabúes, bien como ritos de reintegraciónefectiva. Se ha podido así establecer que cn ese momento lamujer se halla situada en un cstado de aislamiento, ya en cuan-to impura y peligrosa, ya porque en virtud del hecho mismo deestar encinta se halla en un estado psicológico y social tempo-ralmente anormal: nada más natural, por tanto, que hacerla ob-jeto de un tratamiento análogo al que se dispensa al enfermo,al extranjero, etc.

Los ritos del embarazo, como los del parto, comprenden, porlo demás, un elevado número dc ritos simpáticos o de contagio,tanto dil'cctos como indircctos, tanto unimistas como dinalllistas,que tienen por objcto facilitar el parto y proteger a la madrey al hijo (también muchas veces al padrc o los padrcs, a todala familia o al clan entero) contra las malas influencias, imper-sonales o personificadas. Estos ritos han sido estudiados en nu-merosas ocasiones, sin duda porque son a la vez los más numc-rosas y los más visiblcs 1. No mc vaya ocupar de ellos aquí, ysólo los cito para dejar apuntado que no hago cntrar en bloquetodos estos ritos cn la categoría de los ritos de paso. Con frc-cuencia es difícil distinguir con nitidez, en cada caso particular,si se trata de un rito de paso o de un rito de protección o, enfin, de un rito simpático (antojos, por ejemplo).

La secuencia de los ritos del embarazo y del parto entre lostoda de la India es la siguiente 3: l.", una mujcr encinta no debeentrar en los pueblos ni en los lugares sagrados; 2.", el quintomes, ceremonia conocida como «abandono del pueblo»: la mu-jer debe vivir en una cabaña especial, y es ritualmente separadade la Jechería, industria sagrada que es el pilar de la vida socialde los toda; 3.°, la mujcr invoca a dos divinidades, Pirn y Piri;4.°, se quema ambas manos en dos lugares distintos; 5.", cere-

J E.-I\. TnoR, l'rimilil'e Cut/l/re, 4.' ed., Londres, 1903, t. 11, p. 305;E. S. lIARTLAND,The Legel/d ojl'erseus, t. 1, Londres, 1894, pp. 147-181;V. HENRY, La magie dal/s {'[¡ule al/liql/e, París, 1904, pp. 138-144; W.-W. SKEAT, IIJalay Magic, Londres, 1900, pp. 320-352; J)ourrÉ, Magie elReligiol/ da/ls t'A/fiql/e dl/ Non/, Argel, 1908, p. 233; P. SÉIIILLOT, Lepuga/lisl11e colllemporaill chez les peuples cello-Iati/1S, París, 1908, pp. 16-

-33; A. RIÉIJJKO, Nelchislaia sital' sl/clibakh shel/chlchÍllY-lI1aleri, Etnogruf.Obozricnie, J899, lib. 1-2, pp. 54-131. compilación considerable de he-chos, sobre (ouo rusos, siberinnos y cnucusiunos, qtle he resumido enla Rel'. de I'Hisl. des Re/., 1900, 1. XLII, pp. 453-464.

) 1-1.RIVERS, The Toda, Londres, 1906, pp. 313-333.

54

monia de salida de la cabaña: la mujer bebe leche sagrada;6.°, vuelve a vivir a su domicilio hasta el séptimo mes; 7.°, elséptimo mes, «ceremonia del arco y la flecha» que asegura alfuturo hijo, un padre social, ya que los toda practican la polian-dria; 8.°, la mujer vuelve a su casa. Estas dos ceremonias sólotienen lugar durante el primer embarazo, o si la mujer ha des-posado un nuevo marido, o si quiere para' sus futuros hijos otropadre que el anteriormente escogido; 9.°, la mujer pare en sucasa, en presencia de cualquiera y sin ceremonias especiales;10,°, dos o tres días después, la madre y el hijo se van a vivira una cabaña especial, repitiéndose los ritos de partida de lacasa, partida de la cabaña y retorno a la casa referidos en lasdos ceremonias anteriores; 11.°, llegados a la cabaña, la impu-reza llamada ic/1c/1j{mancilla a la mujer, al marido y al hijo;12.°, las demás ceremonias protegen contra el espíritu malignokeirt; el retorno a la vida corriente se realiza bebiendo lechesagrada. La lectura de la detallada descripción de estos ritos porRivers nos permite ver que su objeto no es otro que separar a lamujer de su medio, mantenerla en un margen más o menos pro-longado por tres veces y no reintegrada al medio habitual sinopor etapas; viviendo, por ejemplo, en dos casas intermediariasdesde la cabaña tabuada hasta la vivienda habitual.

EL EMBARAZO COMO PERíODO DE MARGEN

Para los detalles de otros procedimientos de separación du-rante el embarazo (reclusión, prohibiciones sexuales y alimenti-

cias, paralización de la actividad económica,etc.), remito a Ploss-Bartels 4: allí se verá que el embarazo es claramente un período

, PLOss-BARTELS, Das Weib, 8.' edic., Leipzig, 1905, t. 1, pp. 843-846

Y 858.877. CL también mi Tabou e/ Totemisme a Mad., París, 1904, pá.ginas 20, 165.168 Y 343; los ritos malgaches de separación, de margenyde reintegración son muy claros; los antimérina (hova) miraban in-cluso a la mujer encinta como si estuviera muerta y después del partola felicitaball por haber resucitado (ibid., p. 165); cL a este respecto eleapítulo IX del presente volumen. (Según informa el Addelldull1, VANGENNEP.ell sus correcciones, había añadido lo siguiente: «Al parecer,ciertos textos [dos cuadros del Mammisi de Edfu] se refieren a unaconcepción del antiguo Egipto, según la cu~l se consideraba a la mujcrcomo muerta durante el período de reclusión en los pequeños templos[cabañas] llamados mammisi y se entendía que resucitaba cuando paría,

55

Page 27: Los Ritos de Paso

marginal dividido en ctapas, que se corresponden con ciertos me-ses considerados más o menos importantes, por lo general losmeses tercero, quinto, séptimo, octavo y noveno 5, El retorno ala vida corriente no suele hacerse de modo brusco, sino que sedan también etapas que recuerdan los grados de la iniciación.De tal forma que el parla no es el momento terminal del perío-do de margen, que se prolonga aún para la madre durante untiempo más o menos plOlongado, según los pueblos. Sobre estaúltima etapa viene a injerlarse el primer período marginal dela infancia, que será abordado en el capítulo siguiente.

He aquí, sobre este punto, dos documentos norte-amerindios.Entre los orai'bi de Arizona6 el parto es un «momcnto sagradopara la mujer». Por regla general, su madre le ayuda en el tra-bajo, para cuya rea Iilación la mujer perma nece en casa; perola nwclre no debe asistir al parto propiamente dicho, como tam-poco el Illflrido, los hijos ni otro cu<llqllicra. CII<lndo el niñoha nacido, acude la madre, saca la placenta y va a enterradajunto con la manta, la arena, ctc" ensangrentadas, en un lugarsagrado, «1a colina de las plaeentas». Durante veinte días, la jo-ven madre se ve sometida a tabúes alimenticios, y cuando setrata de su primer embarazo no debe salir de su casa, cosa quepuede hacer a partir del quinto día si ha tenido ya hijos. Losdías quinto, décimo y decimoquinto se procede a un lavado ri-tual de cuerpo y de cabeza; el vigésimo día, csta ceremonia serealiza con la mujer, el niiio, la madre, el marido y los parien-tes. Ese día, las mujeres del clan ponen nombres al niño, alque se presenta entonces al Sol. A continuación, toda la familiay las mujeres que han puesto nombre al niño toman parte enuna comida, a la que se invita a todos los habitantes del pue-blo mediante un pregonero especial. A partir de ese día, todo

o más bien cuando abandonaba dicha cabaña para reintegrarse a la vidasocia! habitual. En cualquier caso, estos ritos de reclusión y alumbra-miento son muy similares a 105 ritos funerarios de deportación y de "aper-tura de la tumba"». CL lo CIIASSINAT, «A propos dc deux tableaux duMammisi d'Edfoll», separata del 81/1/, l. Ir, Arcl!, Or" t. X, pp. 28-30.Consultar su edic. crítica del fllall1l1lisi de Edil/,)

5 CL entre otras ]as descripciones de 105 ritos hindúes y musulmanesen el Pencljab ofrecidas por H,-A. RasE, fol/m, 01 Ihe AIIIltrop, IlIsI.t. XXXV (1905), pp. 271-282.

. H,-R. VOT1(, Oraibi 11(/1(/[Cl/slol1ls, Field Columbian Musellm, Chi-cago, Anthr. ser" t. VI, fase, 2 (1905), pp, 47-50.

56

recupera su ritmo normal en la casa, para la madre, el niño, lafamilia y el pueblo. La secuencia es, por tanto, como sigue:1.°, separación; 2.°, período de margen con supresión progresivade las barreras; 3.°, reintegración en la vida habitual. En lasceremonias de los musquakie (utagami o zorros) se asiste a laintervención' de la sociedad sexual: se separa a la mujer encintade las otras mujeres y sé le reintegra a su medio, tras el parto,mediante un rito especial,' en el que una determinada mujer"que desempeña un importante papel en las otras ceremonias, ac-túa corno intermediaria 7.

Con mucha frecuencia se registra un encabalgamiento de losritos de paso con los ritos de protección, que explica muy bienpor qué no se ha concedido a los primeros la importancia quemerecen. La mayor parte de los ritos bÚlgaros, por ejemplo, tie-nen por objeto poner a la madre y al feto, después al niño, alabrigo de las potencias maléficas, asegurarles una buena salud,etcétera. Ocurre lo mismo, por lo demás, entre todos los eslavosy en la mayor parte de los pueblos europeos. Sin embargo, ladetallada descripción de las ceremonias búlgaras ofrecida porStrauss 8 permite discernir ritos de separación, de margen y deagregación. Tal es el caso de los siguientes ritos, que enumero,no obstante, sin la pretensión de tener razón en todos y cadauno de los casos sin excepción, y sin suponer que otros, quehe omitido, no sean ritos de paso. Desde el día de San Ignaciohasta la fiesta de las Calendas (Kolieda), la futura madre nodebe lavarse la cabeza, ni limpiar su ropa, ni peinarse tras caerla noche; no debe salir de su casa durante el noveno mes; nodebe quitarse en toda la semana las ropas que llevaba puestasel día del parto; se conserva encendido el fuego hasta el bau-tismo, y se rodea el lecho con una cuerda; a continuación sepreparan unos pasteles, cuyo primer trozo debe comer la re-cién parida, repartiéndolo con los parientes y cuidando de queninguna migaja salga de la casa; los parientes hacen regalos ycada uno dl~ellos ensaliva tanto a la madre como al hijo (ritos

, Miss OWEN, Fo/k-Lore 01 Ihe Musquakie India/ls, Publ. Folk-Lorc:Soco t. LI, Londres; 1904, pp. 63-65. para buenas descripciones de 105 ri-tos de] parla en Africa del Sur, ver entre otros )UNOO, Les Ba-Ronga,Nel/chále/, 1898, pp. 15-19, e IRLE, Die Herero, GÜlersloh, 1906, pp. 93-99.

. STRAUSS,Die Bu/garen, Leipzig, 1898, pp. 291-300.

57

Page 28: Los Ritos de Paso

de agregación evidcntes); acuden a vcrla durante toda la pri-mera semana. El octavo día tiene lugar e] bautismo. El día de-cimoquinto, la joven madre prepara pasteles e invita a comerlos alas vecinas y mujeres conocidas; cada invitado aporta su porciónde harina. La joven madre no puede abandonar su casa ni supatio, ni tener relaciones sexuales con su marido durante cua-

renta días. Terminado ese plazo, coge las monedas de plata o lasnueces consagradas en el primer baíio del niíio y va a la iglesiacon su hijo, su marido y su madre, o bien <.:onuna mujer ancia-na o la comadrona; allí, l'I sacerdote los bendice; a la vuelta,la comadrona, la madre y el niílo entran en tres casas, donde re-ciben regalos y se rocía al niño con harina. Al día siguiente, to-dos los parientes acuden a visitar a ]a joven madre, que as-perja con agua sagrada todos los lugares de la casa y de] patioen que ha permanecido durante cuarenla días, y la vitla normalvuelve a su curso habitual.

Los lUTOS DE HEINTEGHACIÓN y EL nEToHNOSOCIAL DEL I'AHTO

A los ritos de reintegración en la familia y la sociedad se-xual, se añatlen en este caso ritos tle reintegración en la societlatlrestringida formatla entre los eslavos por la «vecindatl» (sosiedsl-wo), sociedad que merecería una monografía.

Las etapas de la reintegración son aún más visibles entre loskota de los nilghiri: inmediatamente después del parto, la mu-jer es trasladada a una cabaña especial, muy alcjatla, en la quepermanece durante treinl~ tlías; el mes siguiente lo pasa en otracabaña especial; el tcn;ero, en otra más; luego, reside durantealgún tiempo en la casa de un pariente, mientras el marido «pu-rifica» la residencia familiar con aspersiones de agua y de estiér-col 9. La duración tic esta scparación, más o menos absoluta,varía según los pueblos entre dos, cuarenta, cincuenta, o comoen este caso, cien días. De donde se tletluce quc el aspecto fisio-lógico del retorno del parto no se loma aquí en considcración,sino quc hay un relamo social de[ par/o; igllul que hay un parcn-----

, I'Luss.IIAIITEl.s. /ve. di" 1. 11, p, 401; para otros hechos, véuse ibid..pp. 414-418.

58

tesco sodal distinto del parentesco físico 10, un matrimonio (so-cial) distinto de la unión (sexual) o, como veremos, una puber-tad social que no coincide con la pubertad física.

Este reto/'llO social del parto tiende a coincidir en nuestrassociedades'con el retorno físico del parto 11, tendencia que seobserva también en las demás instituciones enumeradas, y queestá en rclación directa con el progreso de los conocimientos so-bre la naturaleza y sus leyes. La ceremonia recibe entre nosotrosel nombre de «purificación», y aunque tenga un carácter másmundano que mágico-religioso, deja aún traslucir lo que era enla Etlad Mcdia 12: una reintegración de la mujer a su familia,a su sexo y a su sociedad general.

En fin, todos estos ritos de paso se complican en caso tleanomalía, esp~cialmente si la madre ha dado a luz gemelos: entrelos ishogo 13(Congo), la madre queda confinada en su cabañahasta que los dos niños sean mayores; no puede hablar más quea los miembros de su familia; sólo su padre y su madre tienenderecho a entrar en su cabaña; todo extraño que penetre en ellaes ventlido como esclavo; debe vivir absolutamente 'casta; lesgemelos son asimismo aislatlos de los demás niños; la vajilla ytodos los utensilios que utilizan están tabuados. La casa está se-ñalada con dos postes, plantados a cada lado tle la puerta, coro-nados por un trozo de tela; el umbral aparece adornado por unamultitud de pequeñas clavijas fijadas al suelo y pintadas deblanco. Tales son los ritos de separación. El período de margendura hasta que los niños pasen de los seis años. He aquí el ritualde reintegración: «Durante todo el día dos mujeres, con el rostroy las piernas pintados de blanco, permanecieron de pie ante lapuerta de la casa. Una era la madre (de los gemelos), la otra unadoctora. La fiesta se inició con un paseo de las dos mujeres alo largo de la calle, una de ellas tocando el tambor a ritmo lentoy la otra arll)onizando su canto a ese acom,pañamiento. A con ti-

10 Mythes et Lég. d'Austr., p. LXIII; N.-W. THOMAS,Kil1s/¡ipami 1/1(/-rriage il1 Australia, t906, pp. 6-8; RIVERS, Tlle Toda, p. 547.

11 Pura un rilo de rclorno fisiológico de parto, cL H.-A. ROSE, locoCIt., p. 27t.

11VéUSl' a csle respecto, PLoss-DAHTELS, loco cit., t. 11, pp. 402-435,donde se 11IillurIÍuna descripción de los signos de Iu prohibición de en-Imr en \u hubilueión, cte., del mismo lipo que los lubúes del puso male-riul l1uís urriba eiludos.

IJ Du CHAILLU, L'A/rique sauvage, París, 1868, pp. 226-227.

59

Page 29: Los Ritos de Paso

I

I

I

II

nuación empezaron las danzas, los cantos y la orgía, que durarontoda la noche. Una vez acabada la ceremonia, los gemelos que-daron en libertad para ir y venir como los demás niños.» Elpaseo ritual por el territorio de la sociedad general y la comen-salidad son ritos de agregación de tipo conocido, cuyo alcancesocial es evidente.

EL CARÁCTER SOCIAL DE LOS HITOS DEL PARTO

de ser una simple mujer a convertirse en matrona, de esclava oconcubina a mujer igual a los hombres libres o legítimos. Eneste caso, en muchas poblaciones poligínicas, musulmanas o no,hay ritos de paso del primer estado al nuevo. Asimismo, en po-blaciones en que el divorcio es fácil, está, sin embargo, prohibidoo resulta difícil de obtener cuando la mujer ha tenido uno ovarios hijos. De todo ello resulta que es preciso ver en los ritosdel embarazo y del parto ritos de amplio alcance individual ysocial, y que, por ejerilplo, los ritos de preservación o de facili-tación del parto (ejecutados con frecuencia por el padre) y detransposición de personas (cavada o seudocovada) hay que in-elulir1os, sin ningún género de duda, en una categoría secundariade ritos de paso, puesto que aseguran precisamente al padre ya ]a madre futuros el ingreso en un compartimento especial dela sociedad, el más importante de todos y algo así como su nÚ-cleo pernHlilentc.

Señalo finalmente el hecho siguiente: entre los ngenle, clande los lushd bilis, en el Assam, hay cada otoño una fiesta detres días en honor de todos los niños nacidos durante el año;las dos primeras noches, todos los adultos se sientan a comery beber; el tercer día, hombres disfrazados de mujer o de pOI(clan vecino) van de casa en casa visitando a todas las madresdel año, que les dan de beber y les hacen pequeños presentes,a cambio de los cuales bailan 15.Tenemos aquí un paralelo exactocon las fiestas anuales de los muertos, y un ejemplo interesantede caso en que ]a fecundidad no es ritualmente festejada porun grupo restringido (familia) únicamente, sino por una agru-pación general.

En sus detalles concretos, los ritos del embarazo y del partopresentan, por ]0 demiÍs, numerosas analogías con los que hemosvisto en los capítulos precedentes, así como con los que veremosen los siguientes: pasar por encima o a través de algo, sacrifi-cios y plegarias en común, etc. Hay que destacar el papel de los.intermediarios, que, tanto aquí como en las demás ceremonias,no sólo tienen por objeto neutralizar la impureza, o atraer sobreellos los maleficios, sino tal1lbi~n servil' realmente de puente, decadena, de vínculo, en definitiva facilitar que los cambios de es-tado se realicen sin sacudidas sociales violentas ni detencionesbl'llscas de la vida individua] y colectiva.

El primer parto tiene una importancia social considerable,que se manifiesta de distintas maneras en los diferentes pueblos.En ocasiones, como entre los bontoc-igorrot de las Filipinas yen otros lugares, una chica no puede casarse si no ha tenidoantes un hijo, probando de ese modo que podrá servir de animalreproductor.

En las poblaciones para las que el matrimonio sólo se con-valida definitivamente tras el nacimiento de un niño, los ritosdel embarazo y del parto constituyen los últimos actos de lasceremonias de] matrimonio (tal es el caso entre los toda), y elperíodo de margen se extiende para la mujer desde el comienzodel noviazgo hasta el nacimiento del primer hijo. El hecho deconvertirse en madre eleva su posición moral y social 14; pasa

socie/ies. Nueva York, 1907. p. 90. cte., que no han captado la vincula-ción de la te<:nonimia con los demás elementos arriba enumerados, re-lación que es, por ejemplo. muy clara entre los wabemba del Congo:«Hasta el nacimiento del primer hijo. la mujer nunca llama al maridopor su nombre; se dirige a él únicamente con los nombres comunes de/JlI'l/IlrI (señor) o mll'el/ulIIgl/ (compañero). A partir del momento en que elpudre reconoce u su rcloño, lu mujer lIuma u su marido por el nombrcdel niño precedido de si (padre de...) y ella misma recibe el nol11-bre del recién nacido precedido de na (madre de...); Ch. DELHAISE,«Ethnographie congolaise; chez les Wabemba», B1/1I.Soe. BeIge de géogr.,t908. pp. 189-190.

" DRAKE-BROCKMAN, en

Appendices, Calcuta, 1903,Cel1SI/S 01 Il1dia 1901, t. 1, E/hl1ographicalp. 228.

" EII muchos pueblos oculTe lo mismo con el padre. y ello se ma-niriesla enlre olros indicios pUl' la ICCIIUllilllill: picrde Sil lIumbre y sele llama l'adre-de-ulI-lal o l'adre-de-uIHHal. El cambio de lIombre es unode los ritos del baulismo, de la illiciación. del matrimonio. de la entroni-zación: es también. por tanto. como UII rito' de paso. de calegorizaciónen un nuevo grupo especial, como conviene interpretar la tecnonimia.Sobre la Iccnollimia, d. entre olros: CI!AIVLEY. Tile Mistie Rase, pp- 428-435; MEI!KER. Die Masai. IJcrlín. 1904. p. 59; WEUSTEI!.Primitiva secret

60 61

Page 30: Los Ritos de Paso

CAPfTULO V

EL NACIIvIIENTO y LA INFANCIA

Algunos de los rilos a los quc hemos pasado revista en elcapítulo precedente se rclacionaban no sólo con la madrc, sinotambién con el niño. En las poblaciones donde la mujer encintaes considerada impura, esta impureza se transmite normalmentea su hijo que, en virtud de ello, se ve sometido a un cierto nú-mero de labúes, y cuyo prinler período de margen coincide conel úilimo período liminar -hasta el rdomo socia! de! parto---de la recién parida. Asimismo, los divcrsos ritos de preservación,contra el mal de ojo, los contagios, las enfermedades, los demo-nios de todo tipo, ete., valen al mismo tiempo para ]a madre ypara el niño; o bien, en el caso de que estén destimldos especial-mente a este último, su mecanismo no presenta ;lada de particu-lar en relación a las demás prácticas del mismo género.

Aquí también volvemos a encontrar la secuencia dc los rilosde separación, de margen y de agregación. Así, Doutté haencontrado en Marruecos, entre los rehamna, una opinión quepodría estar más extendidu de lo que en principio parece, y qucofrecería una explicación satisfactoria de cierto número de prác-ticas: el recién nacido no sólo es considerado «sagrado», sinoque «no puede nacer mús que tras haber obtenido el favo\' detodos los asistentes» l. Hay aquí, como puede vcrsc, una actitudde defensa del misl11o tipo quc la que adopta la colectividadante cl cxtranjcro.---

I DouTTÉ, ¡.,terrokech, t. 1, pp. 343, 354.

62

Ahora bien, del mismo modo que el extranjero, el niño debeen primer lugar separarse de su medio anterior. Estc mediopuede ser simplemente la madre: de ahí, pienso yo, la prácticade confiar el niño durante los primeros días a otra mujer, prác-tica que catece de toda relación con el tiempo de subida de laleche. Lu pl'incipal separaciónde este lipo se indica medianteel cortc ceremonial del cordón umbilical (COIIayuda de un cu-chillo de piedra o de madera, etc.) y por los ritos relativos altrozo de cordón que, una vez seco, cae por sí mismo al cabode un número variable de días 2.

EL canTE DEL CORDÓN UMBILICAL

Hay que sefíalar que a veces los instrumentos utilizados cnla ceremonia de corte del cordón umbilical pertenecen a la cate-goría de lÍtiks propios de la actividad especial de cada sexo. Sila criatura e!j un chico, se corta el cordón con un cuchillo o conel jul1eo de '111hombre de la familia ya entrado en años, enPendjab, soblc una flecha, entre los oraibi del Arizona, cte.; sies una niña, con un huso, en el Pendjab, sobre un palo paraapretar grano en las tinajas, entre los oraibi J, cte., como si setratara entonces de fijar definitivamente el sexo del niño; lomismo octll're en Samoa 4. En muchos casos el corte del cordónva a(~ompañado de comidas comunitarias, de fiestas de familia,siendo en tal caso claramente un rito de alcance colectivo y noya sólo individual. Lo que se hace con el cordón varía: a veceses el propio niño el que lo conserva, de igual modo que con-serva sus cabellos o sus uñas cortadas, con objeto de evitar cual-quier disminución de su personalidad o para que nadie se apo-dere de ella. Pero, en otras ocasiones, es un pariente el que sehace cargo eJ.d cordón, ya sea con objeto de proteger así la per-sonalidad del niño (es la teoría del alma exterior), ya sea con---

! El Kaldlll;l~ de los Narrinyeri, cte.J H.-A. Ro';¡" ni/ldu bir/h observances in the PlIl1jab,Tauro. Anthrop.

Inst, t. XXX\'~I, 1907, p. 224; H.-R. VOTIJ, Omibi /la/al cllslums andcerell1ol1ies. Col. Mus. Chicago, t. VI, núm. 2. 1905. p. 48. Sobre eljallco, o hiJo sagrado, eL llld. Antiqllary, 1902, p. 216, Y W. CHOOKE,'["'illgo f/lltiall, Londrcs, 1906, pp. 471.473.

. TUHNEIt, Samoa a hwulred yea/'s ago Gnd lo/lg be/ore, Londrcs,1885, p. 79.

6.3

Page 31: Los Ritos de Paso

objeto de mantener vivo el vínculo de parentesco entre el niñoy su familia, representada por el depositario del cordón, En otroscasos es entenado lejos, al abrigo de todos, o bien bajo el um-bral o en la habitación; y también en estos últimos casos mesiento inclinado a ver ritos directos «de emparentamiento», Idén-ticos tratamientos, con variaciones segÜn los pueblos, reciben laplacenta y el prepucio tras la circuncisión; en efecto, todas estasoperaciones tienen en común el hedlO de marcar una separaciónque debe ser compensada, temporalmente al menos, por medidasde precaución. Ltls escucbs inglesa y alemana htln demostradoque algunos de estos rilos son de canícter simpático y preparanal niño pam una mejor utilización de sus miembros, de su fuerza,de su habilidad. Pero otros son daramente ritos de separacióndel mundo asexuado, o del mundo anterior a la sociedad hu-mana, y ritos de agregación a la sociedad sexual y a la familiaestrecha o IImplia, 111clan o n In lrihu. El "rinll.:r baño, el lavadode cubeza, cl rilo de frutal' 111nii1o, elc., aun cuando tengan unadimensión higiénica, parecen enlrar al mismo tiempo, cn cuantorilos de purificación *, en la categoría de ritos de separaciónde la madre; y lo mismo puede decirse de ritos como el con-sistente en pasar al niño por encima, a través o por debajo dealguna cosa, o el depositar al niño en el suelo, por más que A.Dieterich haya entendido este último 5 comoun rito de agregacióna la Tierra-Madre.

LA MORADA DE LOS NIÑOS ANTES DEL NACIMIENTO

No obstante, algunos de los ritos señalados por Dieterich serefieren efectivamente a la Tierra misma, mas no por ello dejande ser ritos de separación 6. Kourotrophos: hay que entenderliteralmente esta expresión: la Tierra es la morada de los niñosantes de su nacimiento 7, no simbólicamente, en cuanto madre,

* Según el A rldelld 11111, Van Gennep había añadido ]0 siguiente, amodo de divisa del cap. V: «Schon del' Anblick des Tades wcist ihn nufcine unbekunnlc Wcll und die Geburt l1Iulct ihn (dcn Mcnschcn) an wiceinc Bolschart nlls del' dcl11 sclbcll Rcichc», 11. SI. Chnl1lbcrlnin, Grund.)agcn, 1, 465. [N. de/ T.)

, A. DIETEIIICII, MIII/er En/e, Lcipzig, 1905, pp. 1-21..CL para los detalles, ibidelll, pp. ')1 Y ss., 39,7 lbidem, pp. 57 Y ss. CL UUHTON,T/w Lake Regiolls 01 Celltra/ Alri-

ea, Londres, 1860, 1. 1, p. 115; entre los wozaromo del Arrico Oriental:

64

sino en el sentido material, del mismo modo que es la moradade los muertos. De ahí las semejanzas de detalle entre ciertosritos del nacimiento y ciertos ritos funerarios. Si un niño muer-to antes del rito de agregación al mundo de los vivos era ente-rrado y no incinerado, era, en mi opinión, para devolverlo a sulugar de origen, Dieterich ha citado creencias alemanas (las hayidénticas en Australia, en África, etc.), seglll1 las cuales las al.mas por nacer (tomando la palabra alma en el más amplio sen-tido) viven bajo tierra, o entre peñas, También se cree en distin-tos pueblos que viven en árboles, matorrales, flores o legumbres,en el bosque, etc.8. Muy extendida asimismo se halla la ideade que los niños por nacer viven primero en manantiales, fuen-tes, lagos, aguas corrientes 9.

Siendo esto así, interpreto como ritos de paso todos aquellosque tienen por objeto hacer que el niño entre en el período limi-nut, quc dura, scgún los pueblos, de dos a cuutenta días, e in-cluso más,

Los RITOS DE SEPARACIÓN Y DE AGREGACIÓN

Allí donde existe la creencia en la transmigración y en lareencarnación, los ritos que tienen por objeto la separación delrecién nacido del mundo de los muertos y su agregación a lasociedad de los vivos, general o especial, están mejor sistema-tizados. Tal es el caso entre los arunta, los kaitish, los warra-munga, etc., de Australia Central 1°. EÚtre los tchwi del golfode Guinea, cuando un niño nace se le muestran diferentes obje-tos que han pertenecido a miembros muertos de la familia, yaquel que el niño escoja le identifica con uno u otro de susantepasados J:, rito éste que basta para crear la agregación a lafamilia. Por lo demás, esta creencia en la reencarnación coexiste

«en caso de falso parto o cuando el niño nace muerto, dicen: "ha regre-sado", es decir: a su morada en [a tierra».

I CL mis Mytlzes el Légencles d'AlIslralie, pp. XXXI, XLlV.LXVII;almos de los aína en la mimbrera, BATCHELOR, T/Ie A inu and I/leirFo/k-Lore, Londres, 190t, p. 235. .

. DIETERICH, /oc, cil., p. 18; Don M'KENZIE, «Children and Wells» ,Fo/k-Lore, 1. XVIII (1907), pp. 253-282.

10 CL entre otros, SPENCERy GILLEN, Norlhern Tribes, pp. 606-608.11 M.-H. KIMGSLEY,Travels in Wesl-Alrica, Londres, 1897, p. 493.

65

Page 32: Los Ritos de Paso

la mayor parte dc las veces con muchas otras teorías. Tal es elcaso entre los aino, quc alegan lo siguiente como razón de serdel período liminar en que vivcn la madre, el padre y el niñodurante los primeros días posteriores al nacimiento: admitenque es la madre la que da al niño su cuerpo, mientras que elpadre le da el alma; pero esto sólo ocurre de forma progresiva,durante el embarazo por lo que se refiere al cuerpo, y en cuantoal alma, primero en los seis días consecutivos al nacimiento-duranle los cuajes el padre se va a vivir a la choza de unamigo- y luego en los scis días consecutivos al regreso a suchoza; únicamente al cabo de doce días el niño es UI1individuocompleto y autónomo 12. Puede que ésta sea una explicacióna posferiori de un conjunto de ritos; pero también es posible,y yo pienso que probable, que esta idea de quc se precisan va-rios días de vicia reul para que el niño se individualice se halleen la base de un buen nlÍmero de ritos de reclusión y de protec-ción de! recién nacido.

Los ritos de separaciÓn comprenden en general todos aque-llos en los que se corta algo; especialmente el primer corte depelo, el afeitado de la cabeza; lucgo, el rito de vestir al niño porvez primera. Los ritos dc agregación, quc ticncn por erecto, sc-gún la expresión dc los wayao del Africa OricntallJ, «introduciral niíio en el mundo» o, como dicen los dajak de Bakarang,«arrojar el niño al mundo», como un barco al agua 14,son losritos de la denominación, de la lactancia ritual, del primer dien-te, del bautismo, etc.

a las negras tinieblas; queda salvado; ve hacia la luz de losvivos ante ~j15,etc.» Este rito se realiza el décimo día, el últimode la reclusión de la madre; se le dan entonces dos nombresal niño, uno ordinario que le agrega a los vivos en general, yotro que sólo debe conocer su familia. El tercer día de la terceralunación clara (creciente), el padre presenta el niño a la luna,rito que yo interpreto como una agregación cósmica. La primerasalida (cuarto mes) y la primera alimentación sólida (sexto mes)van acompañadas asimismo de ceremonias. El tercer año tienelugar la ceremonia de] primer corte de pelo: el hecho de quecada familia tenga su peinado particular por el que se la reco-noce, y que se impone al niño, hace que aquí este rito, que ensí mismo e:¡ un rito de separación 16,sea además un rito de agre-gación a la sociedad familiar. Luego, la infancia se prolongahasta el importante rito de «la entrada a la escuela» (a los ocho.diez o doce años), que marca el comienzo de ]a adolescencia.

En el Pendjab moderno, el período de margen (de impureza)para la madre y para el niño es de diez días para los brahma-nes, de doce para los khatris, de quince días para los vaisyas yde treinta para los sudras; en sentido inverso, por tanto, a ]a«pureza» de la casta. Pero la reclusión en la casa dura cua-renta días, durante los cuales la mujer y el niño pasan por unaserie de ceremonias cuyo rito principal es el baño y que tienenclaramente por objeto reintegrar progresivamente a la madrea la sociedad familiar, sexual y general. El niño es agregado ala familia por el rito de la recepción del nombre, la horadación

INDIA, C I-IINA" Para los hechos, véase H. OLDENBEfiG,La religion du Véda, París.

1903, pp. 363 Y 397-398; V. HENRY, La l1Iagie dans l'lnde a¡¡tiqlle, París,1904, pp. 82-83; W. CALAND,Altindisches Zauberritual, La Haya, 1900,p. 107.

" M. OWENBERG, loco cit., pp, 361-366, ha observado que el corte delpdo, de las uñas, etc., es un elemento frecuente en numerosas ceremo-nias, y hace de él ante todo un «rito de purificación, una lustración».Lo cual es exacto cuando se trata del sacrificio, que comporta un pasode lo profano a lo sagrado; pero estos términos son excesivamente es-trechos cuando se trata de transiciones en el ámbito de lo profano, comolas de una edad a otra, o de una situación social a otra, casos en losque la ablación de una parte cualquiera del cucrpo, o un baño, o uncambio de atuendo, no implican idea alguna de impureza a rechazar nide pureza a udquirir. Así mismo ver también CALAND,«Ecn indoger-mnunseh Lustrntie gcbruik», Vorsl. Med, Ak. Wet. Al1Ist., 1898, pp. 277Y ss., cn su interpretación de la triple circunvalación.

Como rito de paso citaré, en la India védica, el recitado delhimno a cuyo final se le ata al niño un talismán de puflldru(especie de madera resinosa): «Toma posesión de este sortilegiode inmorta]idad... Yo te concedo el aliento y la vida; no vayas

" BATCHELOR, The Aillll. p. 240, Y pura los ritos del parto, de ladenominación, etc., pp. 235-237.

" 1\. \VEHNEIt, Thu NOlil'cs 01 Urilish ('u//lnI! I1lri('(l, Londres, 1906,pp. 102-10'\.

"11. I.INO I{UTII, 'J'hu NOli,'cs 01 Surall'ok 01/(/ Urilish Norl UV/'llCO.Londrcs, 1896, t. l. p. 102.

6667

Page 33: Los Ritos de Paso

de las orejas, el primer corte de pelo (entre un año y tres me-ses y cuatro años); el rito de la agiga ha sufrido entre los mu-sulmanes del Pendjab influencias hinduistas 11, pero parece sermás bien, como en general en el Islam, un rito de agregación ala comunidad de los fieles.

Veamos ahora el esquema de las ceremonias de la infanciaen Fu-TcheuI8. Conviene ante todo recordar que los niños chi-nos de los dos sexos tienen como protectora, hasta los dieciséisaños, una divinidad lIamuda «Madre», y que las ceremoniasson idénticas para chicos y chicas, por más que estas últimassean menos estimadas socialmente que aquéllos.

El tercer día después del nacimiento se lava al niño por vezprimera; sacrificios a la «Madre», envío de vitllallus, regalos, et-cétera, por los parientes y amigos. Después del baño, ceremoniade «la atadura de las muñecas» con un cordelillo de algodónrojo que sostiene monedas ulltiguas, juguetes de plutu cn minia-tura; el cordel tiene una longitud de dos pies, y las muñecaspueden apartarse entre sí alrededor de un pie (33 cm); todo ellose retira el decimocuarto día, sustituyéndolo por dos pulserasde cordelillo rojo que se llevan durante varios meses o un año:la explicación china es que el rito vuelve tranquilos y obedientesa los niños. El tercer día se cuelga, asimismo, de la puerta dela habitación el signo que indica la prohibición de entrar (véa-se Cap. 1I), consistente en un rollo quc contiene pelos de perroy de gato «para impedir que los penas y gatos de la vecindadhagan ruido y asusten al niño», carbón «para hacer que seaespiritual e inteligente», médula de cierta planta «para que seafeliz y rico». Se cuelga del lecho un calzón del padre con unpapel escrito cuyos caracteres ordenan «a todas las influenciasdesfavorables que entren cn el pantalón en lugar de hacerla enel niño». El decimocuarto día se quita el paquete y el calzón

y se hacen diversos actos en acción de gracias a la «Madre». Alfinal del mes, la madre y el niño salen de la habitación porprimera vez, y un barbero, o alguien de la familia, afeita porprimera vez la cabeza del niño delante de la «Madre» o de lastablillas ancestrales.

Todos los parientes y amigos son invitados a la fiesta; apor-tan regalos (alimento, etc., sobre todo 20 huevos de pato pinta-dos y pasteles dulces, con pinturas que representan flores, obje-tos, etc., de buen augurio; las pinturas blancas están prohibidasal ser el blanco color de luto). La abuela materna juega un papelimportante. Los meses segundo y tercero, los padres ofrecen alos parientes y amigos regalos a cambio de los que han recibidodurante el parto y al final del primer mes (galletas redondas).En el cuarto mes se rinde acción de gracias a la «Madre'», ofre-ciéndole regalos que aporta o envía la abuela materna; comidaen comÜn de la familia y de los invitados; luego se instala cere-monialmente por primera vez al niño en una silla, y se le dapor primera vez alimento animal. Al cabo del año, ofrenda ala «Madre», con presentes enviados por la abuela materna que,en teoría, corre con todos los gastos de la fiesta; comida de fa-milia; se colocan delante del niño varios juguetes que represen-tan herramientas de distintos oficios, y aquel que coja primeroindica su futuro carácter, profesión, condición social, etc. Entodos los ritos realizados ante la «Madre» o las tablillas ances-trales se le hace participar al niño activamente, haciéndole mo-ver las ma11OS,etc. En cada aniversario, hasta los dieciséis años,a menos que se haya realizado la ceremonia de «abandonar lainfancia», se ofrecen a la «Madre» y a las tablillas acciones degracias de las que no volveré a hablar más. Cuando el niñoempieza a andar, un miembro de la familia toma un gran cuchi-llo de cocina, se acerca a él por detrás y simula que le cortaalgo entre las piernas: es la ceremonia de «cortar las cuerdasde los pies», que tiene como finalidad facilitar el aprendizaje dela marcha.

Según las familias, cada año, cada dos años (primero, terce-ro, etc.) o cada tres años (tercero, sexto, etc.) y hasta la cere-monia de «salida de la infancia» -en caso de enfermadad, va-rias veces al año, e incluso una o dos veces al mes- se procedeal «paso por la puerta». Se hace venir por la mañana a variossacerdotes taoístas que constrl!yen el altar superponiendo varias

11 Para los detalles, remito a los artículos de H.-A. RasE, «\-lindu(and) Muhammedan I3irth observances in the Punjab», loum. Alllhr.lI1SI., t. XXXVII (1907). pp. 220-260.

11 CL DOOLlTTlE,Social Lile allhe Chillese, Nueva York, 1867, t. 1,pp. 120-140; sobre las ceremonias de la infancia en Pekín, cL W. GRUBE,Zur Pekil1ger Volkskul1de, Berlín, 1901, pp. 3-10; cL, entre otras, pp; 8-9, las ceremonias de cesión de crianza a una nodriza, que comportan lasecuencia de paso y son análogas al rito de adopdón (mamar era, por lodemás, tlllO de los procediIlliellfos de emparentar): las dos familias seconsideran en adelante COll10pell-c:hia (miembros de un mismo clan).

6869

Page 34: Los Ritos de Paso

mesas en las que colocan platos con manjares variados, cande-labros, imágenes de los dioses, etc. Con la mÚsica y las invoca-ciones apropiadas, invitmi a las divinidades a que acudan aprobar las ofrendas, sobre todo a la «Madre» y a las diosasprotectoras de los niños. En la parte anterior de la habitación,denominada «ante los ciclos», colocan una mesa con platos, et-cétera, y siete montones de arroz que representan la Osa Mayor;encienden las luces y llevan a cabo «la adoración de la Medi-da», siguicndo el rito ordinario. Hacia la caída de la noche seconstruye la puerta en el ccntro de la habitaciÓn. Está hecha debamblles recubiertos dc papel rojo y blanco, y tiene 7 pies uealto y 2,5 ó 3 de ancho. Los muebles de la habitación estánsituados de t¡¡! forma que permitan las evoluciones sin que seapreciso volver sobre los propios pasos.

Uno de los sacerdotes coge con una mano una campanilla oun suble udol'Iludo con campanillas y con la otra un cucrno, yrecita sortilegios. Personifica a la «l\'ladre» apartanuo de losniños las influencias perniciosas. El padre dc familia reÚne atodos los hijos. Toma en sus brazos al que no anda aún o alque está enfermo, mientras todos los demás niños se hacen conun cirio encendido. El sacerdote, soplilndo el cuerno, pasa len-tamente bajo la puerta, seguido del paler familias y de los hijos,uno tras otro. Los demás sacerdotes tocan el tambor sagrado, et-cétera. El silcerdote que dirige la procesión blande su sable oun látigo y hace como que golpea algo invisible. Luego, se tras-lada la puerta sucesivamente a las cuatro esquinas de la habita-ción, y la procesión se repite en cllas de la misma manera, antesde hacerla de nuevo, finalmente, cn el centro. A continuación, lapuerta es demolida, quemándose los despojos en el patio dela casa o en la calle. Por cada ejecución de esta ceremonia seconfecciona una pequeña estatua de madera, que representa alniño en cuyo favor tiene lugar la ceremonia; esta estatuilla seconserva hasta la edad de dieciséis allos, y se la coloca por logeneral al lado de la representación de la «Madre», en el dor-mitorio. Si el niño muere antes de los dieciséis años, se entierrala estatuilla con él; si está muy enfermo, es a la estatuilla a laque se le hace pasar bajo lu puerta. Bajo esta puerta deben pusarno sólo el hijo o los hijos enfermos, sino todos los niños de lacasa, incluidos los sobrinos, sobrinas, etc., que estén aHí en esemomento.

Evidentemente, cabe interpretar toda esta ceremonia comoun rito de transferencia del mal, rito que se halla muy difundidobajo la forma de «pasar debajo o a través de algo». Por lodemás, el rito es parcialmente animista, como lo es el taoísmocasi por entero. Sin embargo, el hecho de que el objeto bajo elque se pasa sea un pórtico, unido a la santidad de los pórticosen todo el Extremo Oriente, así como de los pórticos africanosa que nos hemos referido más atrás, debe tener un sentido, di-recto en mi opinión: los niños pasan de un mundo peligroso aun mundo favorable o neutro cuya entrada es la puerta; y 10hacen progresivamente, con la ayuda de la séxtuple repetición,cuyo sentido no es otro que convertir la habitación completa enun medio sano para los niños, mediante el desplazamiento de lapuerta desde el centro a las cuatro esquinas y de nuevo al cen-tro. Y esta interpretación de una parte de la ceremonia comoun rito de paso la confirma lo siguiente: su repetición, de ma-nera aún m¡is solemne, en el momento de la «madurez» de loshijos, a la cdad de dieciséis años. Por el contrario, «la adoraciónde la Medida», es decir de constelaciones relacionadas con lavida y la muerte, se realiza para los enfermos cualquiera qucsea su edad 19.

Dejo de lado las fiestas escolares (de entrada a la escuela;en honor de Confucio; para la buena marcha de los estudios, et-cétera) para detenerme en la ceremonia de «salida de la infan-cia» 2°.«Recuerda mucho a la ceremonia del paso por la puerta,salvo en que es más impresionante y más teatral.» La teoría esque a los dieciséis años el chico abandona la infancia para entraren la adolescencia y la chica se hace mujer 21. Una vez realizadala ceremonia, la divinidad de los niños, la «Madre», deja detener a éstos bajo su custodia y el individuo cae bajo la auto-ridad de los dioses en general. Por eso la ceremonia recibe confrecuencia el nombre de «Agradecimiento a la Madre».

Doolittle insiste a continuación en el hecho de que esla edad de los dieciséis años la que señala el comienzo de «laedad de la madurez»; por lo demás, la ceremonia puede adelan-tarse si el niño debe casarse pronto, o retrasarse por pobreza, et-

" eL DOOLlTTLE.ibid., pp. 134-136.20 DOOLlTTLE, loco cit., pp. 137-138." CL más adelante lo que se dice de la «pubertad social».

70 71

Page 35: Los Ritos de Paso

cétera. El rito esencial siguc sicndo pasar bajo ]a puerta artifi-cial: y cabe aquí, o bicn suponer que la infancia, consideradacomo una cualidad positiva (como la enfermedad), ha sido trans-ferida a la puerta y destruida, o bien -y ésta es la interpreta-ción que preficro- que la puerta es e] límite entre dos perío-dos de la existencia, dc tal modo que pasar bajo ella es salirdel mundo de la infancia para entrar en el de la adolescencia.La destrucción del objeto que ha servido para el rito puede ex-plicarse por el hecho, constatado en Australia 22y América delSur 23entre otros lugares, de que los sacra no deben servir másque una sola vez: una vez terminada una fuse ceremonial espreciso destruidos (es la idea central del sacrificio) o dejarlosde lado, en cuanto vaciados de su poder; y para cada fase nuevase necesitan nuevos sacra, ya se trale de una ornamentación cor-poral, de un atuendo o de ritos verbales nu\;VOSH. En fin, re-cuerdo que ell China, cada aniversario de nacimiento, y sobretodo cada etapa de diez años a partir de los cincuenta 25, dalugar a ceremonias, a ritos que marcan también e] paso de unperíodo a otro.

Veamos ahora el rito de las puertas en Blida26.«El séptimodía después del nacimiento, tras haber aseado al niño, la coma-drona ]0 toma y lo extiende en sus brazos. Sobre el pecho delbebé fajado se coloca de plano un espejo redondo. Este espejosostiene el huso de hilur de la casa, tina muñeca llena de índigo,en fin, una pizca de sal, objetos todos dl: uso frecuente cn lasoperaciones mágicas. La comadrona, sosteniendo en sus brazos

" CL Mythes el Lég. el'Auslr., pp. 134-135,nota 3.2J KocH-GRÜNBER, carta particular.

" Del mismo modo, los ojibway (como muchos otros semiciviliza-dos) construían cabañas especiales, de formas diferentes para cada ac-tividad especializada y en cada ocasión nueva, cabaña que sólo servíauna vez y que a continuación se abandonaba: consejo de guerra, consejode paz, comida de fiesta, curación de un enfermo, cabaña para aislara un chanHín, a llll adivino, a una mujer encinta, a un niño por iniciar,etcétera. CL Ko H l., Kilschi-Gilmi, llremcn, J859, t. 1, p. 60.

21 CL DOOLlTTI.E, loco cit., 1. 11, pp. 217-228. TRUMUULL,Threshold

COVenill!t, p. 176, recuerda la costumbre (¿inglesa?) consistente en gol-pear a un niño, caela aniversario, tantas veees como años ha cumplido;rito que cabe entender como un rito de separación de \osaños ya gas.tados.

" DESl'ilHMET, <d.a MulIrcsqllc cl les lIlaludics dc \'cnfancc», Rev.des Et. Ethnogr. el Social., 1908, p. 488.

72

al niño con estos pertrechos, se acerca a la puerta de ]a habi-tación y ]e balancea siete veces por encima de la «mdjiria» oconducto de descarga. Hace otro tanto en cada puerta, particu-larmente en la puerta de los retretes, que con frecuencia estánen el vestíbulo, y finalmente en la puerta de la calle, pero enel interior. Se llama también a este séptimo día el día de lasalida del niño (iollln khroud el meziolld), ¿No resulta evidenteque esta ceremonia, en el momento en que el niño va a salirde la habitación materna, tiene por finalidad presentado a losespíritus de la casa y hacérselos propicios, particularmente losque presiden las entradas y salidas?»

He citado con bastante detalle los ritos chinos porque permi-ten comprender la secuencia de los ritos que conducen gradual-mente al individuo de] nacimiento a ]a edad adulta en las socie-dades que carecen de clases de edad propiamente dichas. Elperíodo comprendido entre el nacimiento y la entrada en laadolescencia, iniciación, etc., se descompone en etapas más omenos largas y numerosas según los pueblos. Así, por ejemplo,entre los bantúes meridionales 27, el período que va de la primeraa la segunda dentición comprende: 1.°, los ritos anteriores a laaparición del primer diente; 2.°, un margen de la primera a lasegunda dentición; 3.°, cuando ésta comienza, se supone que elniño «se ha adueñado de su sueño»; ésa es la razón de que lamadre vaya a la selva a quemar secretamente la estera que leservía de lec:ho; 4.°, a continuación empieza el período de ins-trucción: se enseña al chico a no sentarse ya más con las muje-res, se le impide que aprenda su lenguaje secreto; ya no vivemás que con los chicos de su edad o mayores y debe inclusosalir de la cabaña cuando entra en ella su padre. Durante elperíodo entre la primera y la segunda dentición no se ha infor-mado al niño sobre los fenómenos sexuales; a partir de] mo-mento en que ésta comienza se ]e instruye sistemáticamenteacerca de ellos. En ese momento dejan de realizarse diversasoperaciones mágicas, de carácter protector, y sólo entonces estápermitido hacerIe trabajar los campos, Así, entre los bantúesmeridionales, la aparición de la segunda dentición -y «éstaes una regla absoluta en ciertas tribus», no tanto en atta s- mar-ca un cambio completo de existencia para el niño. Se le extrae

21 Duelley KIDD, Savage Childhooel, Londres, 1906, pp, 81-89.

73

Page 36: Los Ritos de Paso

de la sociedad femenina e infantil propiamente dicha, pero sólopenetrarií en la sociedad dc los adolescentes mediante las cerc-monias de iniciación, y en la de la edad madura mediante lasceremonias del matrimonio. Para otras secuencias rituales, re-mito a las numerosas monografías citadas a lo largo de estevolumen.

Un esquema sumario comprendería los ritos siguientes: cor-te del cordón; aspersiones y baños; caída del resto del cordón;recepción del nombre; primer corte de pelo; primera comida enfamilia; primera dentición; primeros pasos; primera salida; cir-cuncisión; primer atuendo sexual, etc. Ilablaré de la circuncisiónen el capítulo siguiente. Por el momento, conviene decir algunaspalabras de la recepción del nombre y del bautismo.

LA HFCEI'CrÓN DEI. N(J~IBI(E

Los ritos de la uenominación merecerían por sí mismos unamonografía especial. Ilan siuo esludiauos en nulllerosas ocasio-nes 28,pero en mi opinión nunca han sido consiucrauos delulla-damente ni en su verdadera dimensión. Mediunle la recepcióndel nombre, el niño: l.", es individualizado; 2.°, es agregado ala sociedad, bien a la sociedad general (en cuyo caso la fiestaes públicn, todo el pucblo parlicipn en ella, especialmente si setrata de un varón, y nllís aún si ese varón es un hijo de jefe),bien a una sociedad restringida (familia que incluye las doslíneas de ascendientes, o familia paterna únic<llllcnle, o familiamaternn Ünicamcnte). Lns variaciones de detalle son innumcra-bles. Ora se le da al niiio un nombre genérico, que sólo indicasi es chico o chica, o que es el tercero o el séptimo hijo. O biense le da el nombre de uno de sus antepasados, sea en una línea,sea en otra. O incluso se le deja escoger su nombre. O, en fin,cambia de nombre tantas veces como cambia de categoría deedad en la infancia: de tul modo que, con frecuencia, recibeprimero la denominación vaga, luego un nombre personal cono-

JI Cf. TYLOH,Pril/lilil'e Cu/ture. 4.' ed.. Londres. 1903. !. 11, pp. 430.437,441, etc. 1'111'0rilos de denolllinuei¡\n. d. tulllhién VOTlI, OraiIJi. loe.cit., pp. 55, 57; SKEAT-BLAGIJEN.lVilti TriIJes 01 Mafay l'ellillsu/a. Lon-dres, 1905, t. 11, pp. 3 Y ss.; DOUTTÉ, Merrakeclr, passim, etc.

74

cido, a continuación un nombre personal secreto, más tarde unnombre de familia, de clan, de sociedad secreta 29, ete.

No creo que haya necesidad de demostrar prolijamente queel rito de la recepción del nombre por el niño es un rito deagregación: los documentos anteriormente citados lo pruebanpor sí solos. Veamos otro todavía: en Gabón, antaño, cuandonacía un niño; «un pregonero público anunciaba su nacimientoy reclamaba para el niño un nombre y un lugar entre los vivos.Alguien, al otro lado de la aldea, respondía que se daba porenterado del hecho y prometía, en nombre del pueblo, que elrecién nacido [iería recibido en la comunidad y tendría todos losderechos y ventajas de que gozaba el resto del pueblo. La pobla-ción se reunía entonces en la calle, se llevaba allí al recién na-cido y se le exponía a la vista de todos. Se llevaba una cubetallena de agua, y el jefe de la aldea o de la familia le rociabacon agua, le ponía un nombre y pronunciaba una invocación afin de que tuviera buena salud, creciera hasta la edad de hom-bre o de mujer, tuviera numerosa progenie, numerosas rique-zas 3°, etc.»

EL BAUTISMO

Se observará que con el rito de la denominación coexistíaen Gabón un rito que presenta una sorprendente analogía conel bautismo. Casi siempre se ha visto este último como una lus-tración, un rito de purificación o catártico 31,es decir, en defi-

-" Señalo desde ahora que el nombre del adulto también pucde variar

a lo largo de su vida, bien con motivo de actos ocasionales (hazañas,torpezas); cL E. BEST, «Maori nomenclature» , jourI1. Ant/¡r. IlISt.,t. XXXII (1902), pp, 194-196. bien de modo sistemático (nacimiento dehijos, paso de una clase de edad o de un grado «secreto» al siguiente, et.cétera); cL un caso interesante de cambio de nombre en cada «etapade vida ascendente» entre los pawni, Alice FLETCHER, «A pawnee ritualused when changing a man's name», Am. Ant/¡rop., New. Ser., t. 1(1899), pp. 85.97.

" WII.SON, Weslem Alrica, citado por H. NASSAU, Fetis/¡islII ;'1 WestAlrica, Londres, 1904, pp. 212-213. Se podrían comparar entre si las in-formaciones dd doctor LASNETen Une lI1issioll au Sélléga/, París. 1900,pp. 24 (lI1oros) , SO (peuls), M (IRobé), 76 (tucolores), 88 (mandingas),127 (uolofs), 145 (sereras).

JI CL E.-B.TYLOR,lococit., t. 11, pp. 430 Y ss., que incurrió en la

75

Page 37: Los Ritos de Paso

nitiva, como un rito de separación respecto al mundo anterior,bien profano en general, bien impuro. Sin embargo, no se debepasar por alto que este mismo rito puede tene:' también un sen-tido de rito de agrcgación, como ocurre cuando se utiliza aguaconsagrada en lugar de agua ordinaria. Pucs en este caso el bau-tizado no sólo pierde una cualidad, sino que además adquiereotra. Lo cual nos lleva a examinar una nueva categoría de ritos,los llamados habitualmente ritos de iniciación.

LA PRESENTACIÓN Y LA EXPOSICiÓN AL SOL Y A LA LUNA

Antes, sin embargo, conviene recordar quc cabría interprc-tar como ri los de paso ciertos rí los de exposición aI sol, a laluna, a la lierra, cuyo senlido exacto no hall comprendido, enmi opinión, J.-U. Jo'¡azcr y ;\. Dietcrich. En decto, allí donde,como entre los buntúes y los al1lerindios -sobre louo los pue-blos y los amerindios centrales- se concibe la vida social y lavida cósmica en íntima vinculación, es normal que existan ritosde agregación del recién nncido al mundo cósmico o, lo quc eslo mismo, a sus principales elementos. De ahí los ritos de presen-tación a la luna y al sol, de contacto con la licITa 31, etc. Deigual manera, si el tolcmismo es en definitiva un sistema dcfinalidad económica, es normal también qlle, cn lino u otro mo-mento, el niño sea agn;gudo a su tótem, aunque ya se halle em-parentado con él por su nacimiento. Estos ritos de agregación

confusión señRlada en el texto. Sobre el bautismo COll10 rito de inicia-

ción, véase R. FARNELL, The El'olutíOIl 01 Relígioll, Londres, 1905, pp. 56,57 Y 156-158.

JZ El sentido de la presentación al sol como rito de agregación estámuy claro entre los tarahumara (LuM 11OLTZ, UllkllOlVl/ Mexico, Lon-dres, 1903, t. 1, p. 273). los oraibi (cL más arriba, p. 62), los znni(!'vI.-C. STEVENSON,«The Zuni», XXIII, A111/, Re/!. Bur. Aum. Etlll1o/"s. v. /Jirth), etc. Para casos de presentación a la lul1a, vé¡¡se J.-G. FUA-ZER, Adonis, Atis, Osiris. 2,' ed.. Londres, 1907, pp. 373 y ss. La ma-yoría de los ritos que cita son efectivamente simpáticos, en base a laidea de que el crecimiento de la luna favorece el crecimiento del niiío,Recuérdese, en fin. que la l\lna, el sol. etc., son a veces totems y queen ese caso, como entre ciertos amerindios, la presentación DI astroes \In rito de agregación al grupo totélllico; a veces es un rito dc agrega-ción a la divinidad, considerándose cn adel¡¡nte ul recién nucido como«el hijo del sol».

76

al grupo totémico antropo-animal o antropo-vegetal o antropo-planetario, son la exacta contrapartida de los ritos de agregacióna la familia, a la que parece, sin embargo, que el recién nacidodebería pertenecer también automáticamente, por el hecho mis-mo de haber nacido de cierta madre y quizá de cierto padre.Pero esto nos lleva de nuevo a considerar los ritos de agregacióna sociedf1des especiales determinadas.

77

Page 38: Los Ritos de Paso

CAPíTULO VI

LOS RITOS DE INICIACION

Las clases de edad y las sociedades secretas han sido objetorecientemente de dos monografías, una de 11. Schurtz 1, otra de\Vebster 2, en las que, sin embargo, no se ha concedido sufi-ciente atención al estudio de las ceremonias que aseguran elacceso a las mismas. Aunque H. Webstcr ha consagrado ademásun capítulo a los ritos, sólo los ha estudiado aisladamente, y nodeja de ser curioso que no se le haya ocurrido comparados des-de el punto de vista de sus secuencias. Por añadidura, estos dosautores, imbuidos de la idea de que la iniciación coincidía conla pubertad y de que todas estas ceremonias tienen como puntode partida ese fenómeno fisiológico, se han dejado llevar a teo-rías generales inadmisibles. Schurtz remite todo al «instinto desociabilidad», a lo que podríamos llamar el instinto gregario,pero sin conseguir hacemos comprender ni las variaciones delas instituciones consideradas, ni la naturaleza de las institucio-nes correspondientes. Webster construye a priori un tipo primi-tivo de clase de edad y de sociedad secreta y casi no ve otracosa por todas partes que desviaciones y degeneraciones de esetipo hipotético.

LA PUBERTAD FISIOLÓGICA Y LA 1'1IIIEHTAD SOCIAL

En el presente capítulo sc empezará por demostrar que lapubertad fisiológica y la «pubertad social» son dos cosas escn-

, 11. Se 1I111ITZ, IlIlcrok/asscl/ l/l/el M<IIlIlcrbiilHlc, Leipzig, 1902.2 1-1. WEIISTEH, Primilil'e sccrel socielies, Nueva York, 1908.

78

cialmente diferentes y que sólo en raras ocasiones convergen.A continuación, se examfnarán las ceremonias de iniciación detodo tipo, es decir, no sólo aquellas que dan acceso a las clasesde edad y a 'las sociedades secretas, sino también las que acom-pañan a la ordenación del sacerdote y del mago, a la entroni-zación del rey, a la consagración de los monjes y las monjas,de las prostitutas sagradas, etc.

En el caso de las chicas, la pubertad física se manifiesta porel hinchamiepto de los senos, el ensanchamiento de la pelvis, laaparición de pelo en el pubis, y sobre todo por el primer flujomenstrual. Parecería sencillo, por tanto, fechar en ese momentoel paso de la infancia a la adolescencia, En realidad, las cosasdiscurren de modo muy distinto en la vida social, lo cual seexplica en primer lugar por hechos que son también de tipo fi-siológico: 1.°, el goce sexual no depende de la pubertad, sino quese experimenta, según los individuos, bien antes, bien después;el espasmo puede producirse incluso varios años antes; de talforma que la pubertad sólo tiene importancia por lo que se re-fiere a la eapacidad de concebir; 2.", la primera sangre no apa-rece a la misma edad en las distintas razas ni en los diferentesindividuos dentro de una misma raza. Estas variaciones son ex-tremadamente considerables 3, hasta tal punto que resulta incon..

J PLOSS.I3ARTELs,Das Weib, 8.' ed., Leipzig, 1905, t. 1, pp. 394-420,han reunido una considerable cantidad de documentos sobre la primeraaparición, tanto normal como anormal (a partir de dos meses, etc.) delas reglas en lo.; diversos pueblos. La fecha de las primeras reglas de.pende a la vez: del clima, del alimento, de la profesión y de la herencia.A los observadores, médicos en su mayoría, les cuesta tanto ponerse deacuerdo acerca de ]a edad media de las primeras reglas, en una pobla-ción un poco considerable, lomada en bloque (Francia, Rusia, etc.), o in-cluso en una región limitada (gran ciudad, p. ej.), que supondría convertiren excelenies estadísticos a los negros, pobladores de Oceanía, etc., elsuponerles capaces de haber podido descubrir la media para sus propiastribus, antes de toda investigación metódica sobre ]a influencia del cli.ma y de la nutrición. El cuadro para 584 mujeres de Tokio es el si-guiente:

A los once arios, 2: a los doce años, 2; a los trece años, 26; a los ca-lorce años, 78; a los quince años, 224: a los dieciséis años, 228; a losdiecisiete años, 68; a los dieciocho años, 44: a los diecinueve años, 10;a los veinte uños, 2.

Lus IlIcdius para Africa son las siguientes:Wolofs, once a doce años; Egiplo, diez a trece años (Pruner.Bey), o

nueve a diez años (Rig]er); bogos, dieciséis años; suaheli, doce a trece

79

Page 39: Los Ritos de Paso

cebible que pueda fundarse una instituclól1 sobre un elementotan poco determinable y tan poco constante como la pubcrtad.Incluso en Europa, estas variaciones no responden a las pres-cripciones legales. En Roma, las chicas son legalmente nÚbilesa los doce años, pero sólo la duodécima parte de las jóvenesromanas tiene sus reglas a esa edad; la inmensa mayoría no lastiene hasta los catorce o quince años, y algunas, cxccpcionalmen-te, desde los nueve flños. En París, 1ft edad Icgal pam casarsees de quince (?) años y seis meses; pero 1ftmedifl de la pubertades de crttorce años y CUfltromeses, según Bricrre de Boismont,y de quince años y cuatro meses, según Amn, siendo anteriorpflra Ins cInses ricas que para las clases obreras. Así, pues, enRoma la pubertad social es GIlferiar, y en París posterior, a lapubertad fisiológica.

M<Ísvaldrífl, por tanto, dcjar de llamar ritos de la pubertada los ritos de iniciación. Nada Imis lejos de mí, sin embargo, quela intención de negar la existencia de ritos de la pubertad [isio-lógicfl, ritos que cn algunos CflSOSexcepcionales coinciden conritos de iniciación. En tales casos se flísla a las chicas e inclusoa veces se IrIs considem primero muertas, luego resucitadas 4;en cambio, otros pueblos 5 crtrecen de cualquier tipo de rito enese momento, por más que posean ritos de iniciación social.

Todo induce a pensflr que la mflyoría de estos ritos, cuyocarácter propiamente sexuül no cabe negar, y de los que se dicequc convierten en hombre o en mujer -o quc conceden la ap-titud parü serIo--, pertenecen a la misma categoría que ciertosritos del corte del cordón umbilical, de la infancia o de la ado-lescencia; son ritos de separflción del mundo flsexuado, seguidosde ritos de agregacióh al mundo sexual, a la sociedad restringi-da constituida por los individuos de uno o de otro sexo, socie-

años; wanjamwesi, doce a trece años; beréberes de Egipto, quince a die-ciséis; Somalia, dieciséis años; Loango, catorce a quince, raramente do-ce; árabes de Argel, nueve a diez; Fezzan, diez a quince años.

. Numerosos datos han sido reunidos por J.-O. FRAZER, GoldollBolIgh, 1. 111, pp. 204.233; cL también IluTTER, Nord.Hilllerlalll/ 1'011Kalllerllll, Brunswick, 1902, p. 427; STEVENSON,«The Zuni», XXIII AmI.Rep. Bllr. Elllol, pp. 303.304, etc.; C.-G. Du BOIS, The religion of IheLuisenio Indialls of SoLllhern California, Univ. Ca!. Pub!., 1. VIII, nú-mero 3, 1908, pp. 93-96.

, JENKS, T¡'e Bonloe /gorrol, I'hilippines Dep. Inl. Ethno!. SurveyPub!., 1. 1, J904, pp. 66 Y ss.

80

dfld estaque atraviesa todas las demás sociedadesgeneraleso es-peciales. Esto es válido sobre todo a propósito de las chicas 6, alser la actividad social de la mujer mucho más simple que la delhombre.

La cuestión es más complicada en el caso de los varones:aquí la variabilidad es aÚn más considerable, dado que la pri-mera emisión de esperma puede verse precedido por emisionesde mucus, dado que con frecuencia pasa inadvertida para el su-jeto y que, en fin, suele producirse en la mayor parte de losindividuos por influencia de un choque exterior CUYfIfecha de-pende de circunstancias imposibles de prever ni de dirigir. Deello se sigue que la pubertad de los chicos la cifra la opinióngeneral en el crecimiento de la barba, de los pelos del pubis, etc.Pero también en eso las vflriaciones étnicfls e individuales sonconsiderables.

Así pues, lunlo para uno como para otro sexo la pubertfldfísica es un momento muy difícil de fechar, y esta dificultad ex-plica que sean pocos los etnógrafos y exploradores que han he-cho investigaciones sobre ella. Lo cual hace aÚn más imperdo-nable el haber aceptado la expresión «ritos de pubertad» paradesignar fll conjunto de ritos, ceremonias y prácticas de todotipo que mari:an en los diversos pueblos el paso de la infanciaa la adolescencia. Conviene, por consiguiente, distinguir la pu-bertad social' ue la pubertad física. uel mismo modo que se dis-tingue entre un parentesco físico (consflnguinidad) y un parentes-co socia!, entre una madurez física y una madurez social (mayo-ría de edad), etc.

Merece la pena destacar que incluso observadores prudentes,y que han publicado, cuando menos, elementos precisos de apre-ciación, no han sabido ver que se trataba de dos fenómenos dis-tintos y se han servido, por tanto, de la palabra pubertad en unou otro sentido alternativamente. Veamos algunos ejemplos de esta

6 Llegar/amos a resultados idénticos comparando la edad a que serealizo la desfloración artificial (perforación del himen) con la de lapubertad: salvo raras excepciones, una y otra no se hallan en relaciónen un mismo pueblo; además, la perforación del himen no es única-mente una preparación para el coito, sea nupcial, séa anterior al matri.monio, o para los esponsales. Sobre este rito, d., entre otros, H. SIDNEYHARTLANO,«Al. the temple of Mylitta», en Anlhrop¡ Essays presentadospor E.-B. TYLOR, Oxford, 1907, pp. 195-198.

81

Page 40: Los Ritos de Paso

confusión: tras haber dcscrito cuidadosamente las «ceremoniasde la pubertad» de las muchachas entre los indios thomson, cere-monias que se realizan lejos dcl pucblo, en una choza espccial,y que comportan tabúes, lavados, ritos simpáticos 7, etc. Teit aña-de: «con frecuencia se prometía a las muchachas siendo aún ni-ñas con hombres veinte años mayores que eJlas, pero sólo se lasconsideraba hábiles para casarse cuando habían terminado todaslas ceremonias concernientes a ]a llegada a la pubertad, es de-cir, alrededor de los diecisiete o dieciocho aí1os, y a veces a losveintitrés 8». Se concederá que la pubcrtad física difícilmentepuede ser la causa principal de ccrcmonias tan largas y que com-prenden cn sus detalles varias cUlpas. En el caso de los varones,se dice claramente 9 que el tipo de ceremonias a realizar depen-de de la profesión (cazador, guerrero, ete.) que se proponganabrazar, y que cada adolescente las inicia a partir dcl día en queha soí1ado por vez primcra con una flccha, una canoa o unamujer, lo cual, por lo general, OCUITCentre los doce y los dieci-séis años. Asimismo, en las «cercmonias dc la pubcrtad» entrelos lillooet de la Columbia Británica10 nada indica que sc tratede pubertad física, sino quc todo, por el contrario, y en especialel hecho de que para los jÓvenes aspirantes a convertirse en cha-manes el período dure muchísimo tiempo, prueba que se trata,como entre los chinos 11,de la «pubertau social». Tampoco en-tre nosotros coincidc la edad en que se permite a los jóvenes ca-sarse con el momento de su pubertad fisiológica: si un día lle-gan a coincidir estos dos momentos, uno social, el otro físico,será como consecuencia del progreso científico.

. Entre los hotentotes, los varones permanecían en la sociedadfemenina e infantil hasta los dieciocho HIlOS12;en cambio, entrelos e]ema del golfo Papú, la primera ceremonia se realiza cuan-do el niño tiene cinco años; la segunda, cuando liene diez, y ]a

7 J. TEIT, The ThomsO/l I/!(lians 01 British Columbia, Tes. N. Pacif.Exped., t. 1 (Nueva York, 1898-1900), pp. 311-321.

. Ibidem, p. 321., Ibidem, pp. 317-318.

10 j. TEIT, The Lillooet Indiatls, Jesup. N. Paco Exp., lo 11, I.eiden yNuevo York, 1906, pp. 236-267.

" Cr. I1l1ísurribu, pp. 7<). 115." 1'. KULlIEN, 'rhe f!rest!/It sil/te ul Ihe Cape 01 Uuutl l/ofJe, 1. 1,

p. 121, citado por WEBSTER, loco cit., pág. 23.

82

tercera no parece llegar sino mucho tiempo después, puesto quehace del niño un guerrero propiamente dicho, libre para casar-se 13.En definitiva, a ]a cuestión que plantea Leo Frobenius 14sin intentar siquiera responderla con precisión -«¿coincide elmomento del noviciado en cierta medida con la madurez se-xual?»-, contesto claramente: no; y lo hago con tanto más én-fasis por cuanto que las ceremonias de la primera menstrua.ción 15o biell existen en pueblos que carecen de ritos de inicia-ción, o bien,. poseen un carácter más acusado sólo porque setrata en efecto de la primera aparición 16 de un fenómeno, queposteriormente irá siempre acompañado de ritos especiales debi-dos a la cualidad impura tanto de la mujer como tal cuanto desu sangre menstrual.

La distinción entre ]a pubertad física y la pubertad social seaprecia aÚn con mayor claridad en ciertas ceremonias de lostoda 17, que practican la poliandria y se prometen en matrimo-nio desde los tres años. Poco tiempo antes de la pubertad fisio-lógica, un hombre de sección diferente a la sección del. prome-tido de la muchacha acude de día al pueblo de ésta y extiendesu capa de manera que les cubra a los dos; permanecen así al-gunos minutos y luego el hombre se va. Quince días después,un hombre bien conformado y fuerte, sin que importe la seccióny clan a que pertenece, viene a pasar la noche en compañía dela muchacha y la desvirga. «Esto debe ocurrir antes de la pu-bertad, y pocas cosas desacreditan tanto a la mujer como no eje-cutar esta ceremonia; puede hasta impedirle casarse.» Y las ce-remonias del matrimonio propiamente dicho no empiezan has-ta los quince o dieciséis años, o sea, algunos años después dela pubertad.

IJ J. HOI.MES,«Initiation ceremonies of the natives of the Papual1Gu1f», JOUrtI.Anthr. Inst., t. XXXII (1902), pp. 418-425.

" lo FHOBENIUS, «Die Masken und Geheimbiinde Afrikas», NovaActa Leopuldi/w, e/c. Halle, 1898, p. 217.

J5 CL, entre otros, J.-G. FHAZER,Golden Bough, 2.' ed., t. 1, p. 326.* Según figura en el A ddellll U111,Van Gennep suprimió en su ejem-

plur personal desde «o bien existen...» hasto «..., o bien», ambos inclu-sive. [N. del T.]

16 eL l11ásudclontc,cupoIX.11 H. RIVERS, J'he Toda, Londres, 1905, pp. 502-503.

83

Page 41: Los Ritos de Paso

LA CIRCUNCISiÓN

Las variaciones en la edad a que se practica la circuncisiónhubieran debido hacer comprender por sí solas que se trata deun acto de carácter sociul y no fisiológico 18. En un elevado nú-mero de pueblos la operación se realiza a intervalos bastantealejados, por ejemplo, cada dos, tres, cuatro o cinco años, desuerte que se circuncida al mismo tiempo a niños de desarrollofísico-sexual diferente. AdenHís, en una misma región, habitadapor poblaciones del mismo tipo somático (raza), se observan no-tables variaciones. Así, por ejemplo, en las regiones de Marrue-cos 19 exploradas por Doullé nos encontramos con que la cir-cuncisión se realiza: entre los dukkiila, de siete a ocho días des-pués de nacer o a los doce o trece años; entre los rehamma, delos dos a los cinco años; en Fez, entre los dos y los diez años;cn T¡ínger, n los ocho aiios; cntre los jhala, de los cinco u losdiez uiios; en los ulrcdedures de Mogador, de los UOS11los CUII-tro aiios; en Argeliu, entre los musulnHlnes orlouoxos, a los sieteu ocho años, cuando no u los siete días justos de nacer, o almenos lo más pronto posible2°. Se podría trazar un cuadro se-mejante con ayuda de los materiales reunidos por R. Andree 21,

por el doctor Lasnel en Senegal22, etc. Así pues, un mismo rito

" Véase 11qué exlraííus resultados se ha VislU llevado WEIISTEi!. locodt., caps. 11 y 111, Y pp. 36, 20U-201, 205-20ú.

" DouTTÉ, Mel'rcikech, París, 1904, pp. 262-263, 351-352, ctc.

'" Quc la cxtirpación dcl clítoris también es independiente dc la pu-bertad fisiológica, pero determina lu puberlud social (aquí, cl dcrccho acasarse)"sc desprende del cuadro siguicntc, quc claboro a partir de PLOSSy BARTELS,Das Weib, 8.' cd., 1905, t. 1, pp. 248-249:

Arabia, algunas semanas después dcl nacimiento; Somalia, tres acuatro aíios; Egipto meridional, nucvc a diez aíios; Nubia, primera in.fancia; Abisínia, hacia los ocho aíios o cl 80." día después del naci.micnto; Delta o Níger, durante la infancia, sin edad fija; malinkés, bam-baras, doce D quince aíios; mulayos, cte., cn cl momcnto de comcnzarID segundD dcntición; javancses, seis a siete mios; makussares, tres usiete mios; gul'Ontulos, nueVl:. ducc () quincc IIlios; clc.

lO R. ANIJIIEE,«Beschncidung», en ¡::lllIIo~/'(/I"'isL"'e¡'aral/e/el/, 2.' sc-rie, Leipzig, 1889, pp. 166.212.

11 En: VI/e missiol/ (/11Sél/égal, París, 1900, p. 14 (moros, siete aíios),108 (khassonké, a partir de la infuncia y lunto más lurdc, hasta los quin-cc años, cuan lo más rica sca la familia); la cdad habitual (peuls, p. 64;malinké, p. 88; sereres, p. 145, ctc.) es dc diez a quince años, pero las

84

marca bien la entrada en la infancia, bien la entrada en la ado-lescencia, pero sin que tenga nada' que ver con la pubertad fí-sica.

Hay pocas prácticas sobre las que se haya disertado tantoy tan alegremente. De todos los trabajos que conozco sobre lacircuncisión, el de Richard Andree sigue siendo el que mejorda cuenta de, la complejidad del problema. Sin embargo, no hapuesto de relieve el importante hecho de que no se puede com-prender la cii'cuncisión si se la examina aisladamente; convienesituada dentro de la categoría de prácticas del mismo género, esdecir, en la categoría de aquellas prácticas que, por ablación,seccionamiento o mutilación de cualquier parte del cuerpo, mo-difican de forma visible para todos la personalidad de un in-dividuo. Con toda razón ha asimilado Doutlé 23 la circuncisiónal primer corte de pelo y a las ceremonias de la primera denti-ción, o Lusch 24y Wcstcrmarck 2Sa otras mutilnciones corpora-Ics; pero Lasch sc equivocó al entendcrIas como ritos de puri-ficación, y Westermarck, al interpretar toda la serie de mutila-ciones como prácticas destinadas a atraer al sexo femenino. Cor-tar el prepuCio equivale exactamente a sacar un diente (Austra-lia, etc.), a cortar la última falange del dedo meñique (Áfricadel Sur), a cortar el lóbulo de la oreja, a perforar el lóbulo, elseptum, el himen o a practicar tatuajes o sacrificios, a cortar elpelo de cie."tn manera; se saca al individuo mutilado de la hu-manidad común mediante un rito de separación (idea de corte,de perforación, etc.), que automáticamente le agrega a un grupodeterminado; y de tal manera que, al dejar la operación huellasindelebles, la agregación sea definitiva. La circuncisión judía noofrece nada de particular: se presenta claramente como «un sig-no de alianza» con una determinada divinidad y como la señalde pertenencia a una misma comunidad de fieles 26.

circuncisiones se realizan a intervalos más o menos alejados, scgún elnúmcro de hijos.

" Do IJTT1'", MerrakecIJ, t. 1, p. 353... H. LASC", Milleilll/1gclI de la SOCoAnth. de Vlena, 1901, pp. 21

Y ss." WESTERMARCK,Moral ideas, t. 1, p. 205." La teoría de J.-G. FRAZER (The [ndependant Rcview, 1904, pp. 204

Y ss.), para quien se sacrifica una parte del individuo con objeto de sal-var el resto del mismo, no da cuenta más que de algunos hechos; lade CRAWLEY(:rIJe Myslic Rose, pp. 396, 397), para quien la circuncisión

85

~ ,- -.,

Page 42: Los Ritos de Paso

En definitiva, si sc tiene en cuenta también la extirpacióndel clítoris y de los labios mayores 17, la perforación del himeny la sección del perineo, así como la subincisión, se constata queel cuerpo humano ha sido tratado como un simple trozo dc ma-dera que cada cual ha tallado y arreglado a su ¡nodo: se ha

. cortado 10 que :mbresalía, se han agujereado las paredes, se hanlabrado las superficies planas, y a veces con auténticos derro-

ches de imaginación, por ejemplo en Australia. Entre todas es-tas prácticas, la circuncisión es aún una de las más simples y delas menos gravEs; de cara a su interpretación normal, es verda-deramente lalllcntuble que la hayan pructicado los judíos, puesa consecuencia de ello los innumerables comentaristas de la Bi-

blia le han asignado un lugar aparte, al que no tiene ninglll1derecho. Si los judíos se hubieran vinculado a Jahvé perforán-dose el septum, ¡cuántos errorcs se habría ahorrado la literaturaetnográ fica!

Hay varias razoncs para no concebir la circuncisión comoalgo relacionado con la procreación: 1.', porque la edad en quese la practica varía entre el séptimo día y los veinte años (o mástarde en caso de adopción, de conversión al judaísmo, al Islam,etcétera); 2:, porque la pr<Jclican, junto a otras mutilacioncs dclos órganos sexuales, poblaciones quc ignoran el mecanismo fi-siológico de la procrcación 28; 3.', porque parece más bien opo-

y la perforación del himen tienen como finalidad «remediar el peligrohylo-idealístico que resulta de un cierre aparente», es un tanto fantás-tic; In de Ad. REINACH«<La lutle de Jncob et de Moise avec Jnhvé etl'origine de la circoncision» , Rev. des El. Elhllogr. e/ Sociol.,1908, pá-ginas 360, 362), paro quien la circuncisión es una especie de bloodco-ve/Jall/, introduce un elemento inútil, el de la sangre (pues Iwbría quedemostmr que la sangre de la herida, y suele producirse bien po<.:a,sere<.:ogíay era objeto de ritos ulteriores); aun cuando valga para los ju-díos, no explica ni la drcundsión ni la extirpación entre los semidvi-Iizados. También R. ANDREE,loco cil., pp. 206-207, se adhiere en lilti-ma instancia 11111explicación por la santidad de la sangre derramada.

17 La longitud del clítoris varía con los individuos y las razas. Enalgunos casos, puede ser que la extirpación tenga por objeto suprimirel apéndice en virtud del cual la mujer se asemeja al hombre (lo cuales exacto desde el punto de vista anatómico) y que no se trate más quede un rito de diferenciación sexual del mismo género que la primera im-posi<.:ión (rilual) del vestido, de los instrumentos y ¡¡tiles, cte., especia-les de <':111111sexo.

" eL IIIls IIlyt},es t:I I.t'gelllles tI'Australle, Clip. V, Y 1\1(//1, 1907 Y1908.

86

nerse al coito, al disminuir el deseo como consecuencia de la me-nor sensibilidad del glande. Asimismo, la extirpación del clítoris(es decir, la ablación de un centro erógeno), la sección del pe-rineo y la subincisión del pene disminuyen también la excitaciónsexual. En cl fondo, los semicivilizados no han querido llegartan lejos: han tallado órganos que, del mismo modo que la na-riz o la oreja, atraen la mirada porque sobresalen, y que pue-den, a consecuencia de su constitución histológica, sufrir todotipo de tratamiento sin daño alguno para la vida ni para la ac-tividad individual 29,

LAS MUTILACIONES CORPORALES

Desde la perspectiva del presente libro, carece por completode interés la cuestión de si cada tipo de mutilación se ha in-ventado una sola vez, transmitiéndose a continuación en présta-mo de pueblo en pueblo, o si se ha inventado varias veces de

" El prepucio cortado se tira o se conserva, etc. Las maneras de ac-tuar varían infinitamente a este respecto, como ya se dijo a propósitodel cordón umbilical, de los cabellos, etc., cL más artrás, p. 63. Téngasepresente que la longitud del prepucio varía según las razas y que, rela-tivamente corto entre los pueblos rubios de Europa, alcanza entre losnegros y los ¡írabes longitudes desproporcionadas. ~ste es otro de lospuntos sobre el que serían muy útiles encuestas de cierta amplitud. Lavieja teoría dC la significación sexual la sostiene alin el P. LAGRANGE(E/udes sur 1m; religiolls sémitiques, pp. 242 y ss.): «Es como una con-sagración, por, un sacrificio sangriento, de la vida sexual en la que enadelante se admite al joven», y por el P. SCHMIDT (en AI1/hropos,1908, pp. 602.603, nota): «Parece cada vez más manifiesto que en lospueblos semicivilizados la circuncisión debía, segÍln sus ingenuas y erró-neas suposiciones, facilitar el acto de la generaci6n, practicándose, enla mayoría de los casos, durante esas misteriosas fiestas de la pubertad,cuando se alcanza la edad viril.» Sería imposible acumular en menospalabras tantos errores teóricos como los expuestos por estos eruditos.En cuanto a PREUSS, en Globus, t. LXXXVI, p. 362, piensa que la cir-cuncisión facilita «el soplo generador» mediante el cual el padre trans-mite su alma al niño; del mismo modo, Sc H URTZ cree que la circun-cisión tiene por objeto facilitar la generación (loc. cil., pp. 96-97). Todoesto estaría muy bien si los semicivilizados supieran, tan bien como nues-tros médicos y mejor que nuestros campesinos, a qué atenerse sobre elmecanismo de la concepción. Aconsejo vivamente a quienes estén inte-resUlJos por eolas cuestiones que lean los É/lIdes de Psychologle sexuel/e,de Ilavcloá ELlIS, Das Weib de PLOSS y BARTELS,y, en general, tra-taJos detallados de fisiología y de psicología sexuales.

87

Page 43: Los Ritos de Paso

modo independiente. Señülo únicümente que, al ser cada tipode mutilación un procedimiento de diferenciación colectiva, elpréstamo no puede realizarse entre tribus limítrofes, siendo po-sible únicamente en el caso de que dicha forma, aún descono-cida, pueda servir para diferenciar más a un grupo dado de susvecinos.

Las mutilaciones son un medio de diferenciación definitivo;hay otros, como el llevar un atuendo especial o una máscara,o también las pinturas corporales (con tierras de color, sobretodo) que marcan una diferenciación temporal. Veremos cómoéstos desempeñan un papel considerable en los rilos de paso,pues se repiten con modificaciones a cada cambio en la vida delindividuo.

lento -o que al menos lo parece- se le separa definitivamentede su madre, que con frecuencia estalla en llanto. Como diceHowitt de los kurnai: «La intención de todos los actos de estaceremonia es acarrear un cambio momentáneo en la vida delnovicio; el pasado debe ser separado de él (cut off) por un in-tervalo que nunca podrá ser nuevamente salvado. El parentescocon su madre en calidad de niño es bruscamente roto y, a partirde ahí, queda adscrito a los hombres. Debe abandonar todos losjuegos y todos los deportes de su infancia, al mismo tiempo quese rompen los antiguos vínculos domésticos entre él y su madreo sus hermanas. Se convierte ahora en un hombre, instruido yconsciente de los deberes que le incumben en su calidad demiembro de la comunidad murring 34.» Lo que Howitt dice delas ceremonias de los kurnai vale para las de las demás tribusdel Sur, del Sureste, de la Australia central, etc.

En algunas de éstüs se considera al novicio como muerto, ypermanece muerto mienlrus dura el noviciado. I?sle se prolongapor un tiempo más o menos largo y consiste en un debilitamien-to corporal y mental del novicio, destinado sin duda a hacerleperder toda. memoria de su vida infantil. A continuación vieneuna parte positiva: enseñanza del código consuetudinario, edu-cación progresiva por ejecución ante el novicio de las ceremo-nias totémicas, recitado de mitos, etc. El acto final es una cere-monia religiosa (allí donde existe la creencia en Daramulun, etc.)y, sobre Iodo, una mutilación especial, que varía con las tribus(se extrae un diente, se practica una incisión en el pene, etc.)y que hace al novicio idéntico por siempre a los miembros adul-tos del clan. A veces la iniciación se realiza de una sola vez;otras veces, por etapas. Allí donde se considera al novicio comomuerto, se le resucita y se le enseña a vivir, pero de modo dis-tinto a como lo ha hecho durante la infancia. Cualesquiera quesean las variaciones de detalle, se llega siempre a distinguir unasecuencia conforme al esquema general de los ritos de paso 35.

CLANES TOTÉMICOS

Dicho esto, conviene examinar en detalle algunas secuencias.Empiezo por la iniciación a las sociedades totémicas.

Gracias sobre todo a Spencer y Gil1en 3°, a W. E. Roth 31,a A. W. Howitt 32y a R. H. Matthews 33,se conocen hasta en susmás mínimos detalles las ceremonias de iniciación al grupo toté-mico en varias tribus australianas. Transcurren entre el décimoy el trigésimo año. El primer acto consiste en ulla separaciÓn delmedio anterior, mundo de las mujeres y de los niños; como cnel caso de la mujer encinta, hay reclusiÓn del novicio en la sel-va, en un lugar especial, en una cabüña especial, etc., acompa-ñada de tabúes de todo tipo, sobre todo alimenticios. La vincu-lación del novicio a su madre dura aún algún tiempo; perosiempre llega un momento en que, por un procedimiento vio-

JOSI'ENCER y GILLEN, T/¡e Natil'e tribes 01 Celltral Australia, Lon-dres, 1899, pp. 212-386; T/¡e Nort/¡em tribes 01 Celltral Australia, Lon-dres, 1904, 1'1'.328-379.

JI \V.-E. RoTl', Etll/lological StlUlies alllollg the Nort/¡-West-CelltralQueellslaml Aborige/les, Brisbanc, 1897, Y Nurlh Quec/lsllllul Etll/logrcJp/¡yBulletillS, años 19tH y ss. .

JI A.-\V. HOWITT,T/¡e NatiJle tribes 01 Sout/¡ ami South-East Austra-lia, Londrcs, 1904. pp. 509-677.

" R.-H. MATT11EWS, numerosos arIículos en las Rcvistas de las So-ciedadcs dc Antropología dc París, ViCIlU, Londres, Washington y lassociedades cienlíficas de Australia.

14 HOWIT1!, S.-E. Tr., p. 532." Por lo !:eneral, se atribuye una importancia exagerada al destino

del trozo de prepucio cortado; como ya he dicho, este pedazo del indi-viduo participa sin duda de su antiguo portador, pero no más que loscabellos cortados, los recortes de uñas, la saliva, la orina, etc., o quelos dientes extraídos, también como rito de iniciación. En las tribus aus-tralianas que ejecutan este rito, el diente es recogido y conservado con

88 89

Page 44: Los Ritos de Paso

(

FRATERNIDADES MÁGICO-RELIGIOSAS y pierde todo carácter específico. l. H. Kohl ha descrito con de-talle 37las ceremonias de admisión a «la orden de los midé» en-tre los ojibwe. La secuencia es la siguiente: construcción de unacabaña sagrllda 38;se ata el niño a una tabla y se comporta du-rante toda la ceremonia como si hubiera perdido toda perso-nalidad; se viste, pinta, etc., a los participantes; procesión gene-ral en el interior de la cabaña; los jefes-sacerdotes-magos matana todos los asistentes; a continuación resucitan uno tras otro;la procesión, la masacre y la resurrección se llevan a cabo truscada escena importante de la ceremonia; el padre, acompañadopor los padrinos y madrinas, presenta su hijo a los jefes y a con-tinuación baila con los que le acompañan. Así hasta el medio-día; por la tarde se exponen los sacra, ramajes cubiertos poruna tela en el centro de la choza, marchando en procesión a sualrededor una vez, cinco veces, cte., hasta que la tela quedacubierta por un montón de conchas coloreadas que cada cualha ido dejando caer de su boca; luego la procesión vuelve a em-pezar, recogiendo al pasar una concha cada uno, que se utili-zará como poderosa «medicina» al haberse vuelto sagrada. Des-pués, y por turno, todos los asistentes, fumando si son hombres(acto ritua)), se acercan a tocar el tambor sagrado y a cantar unaespecie de ()ración. Hacia el anochecer, recepción por los jefesy sacerdotes de los regalos ofrecidos por el padre, a quien dana cambio «medicinas», amuletos, etc.; discurso del gran-sacerdo-te solicitando «la bendición divina de Kitschimanitu»; comidaen común, de maíz cocido en agua, en la que los niños recibensu parte; durante la ceremonia el niño recibe un nombre.

Entre los zuni de Arizona, cada niño varón debe ser red-bido en el Ko'tikili (fraternidad mitológica), asociándole a unode los kiwitsiwe (casa de ceremonias sagradas, especie de tem-plo), que tiene que ser el del marido, o bien el del hijo primo-génito o hermano primogénito de la comadrona que ha traídoel niño al mundo; ese mismo hombre sirve al niño de padrinodurante la iniciación, sea ésta involuntaria (a temprana edad) ovoluntaria (hacia los doce o trece 'años 39).Cada individuo, hom..

Las «fraternidades» mágico.religiosas están fundadas esen-cialmente en la organización de clan, es decir, de individuos so-cialmente emparentados; pero son, sin embargo, otra cosa. Almenos, aun cuando en la Columbia Británica el clan totémicosubsista aún idéntico a la fraternidad, existe aparte y junto aella en las llanuras, y ha desaparecido entre los indios pueblo,donde la fraternidad es de base territorial (eL los tusayan, loshopi, e.tc.). Para las ceremonias de iniciación 'de los kwakiutl, re-mito a la memoria de Boas )6. Entre los australianos, el derechoa formar parte del clulI totémico se trunsmite heredituriumente;entre los kwakiutl, se adquiere udemás por el matrimonio; perode todas maneras, el individuo sólo se incorporu a él graciasa las ceremonias de paso, que le separan de su medio anteriorpara agregarle al nuevo medio restringido. Si entre los australia-nos se separa al niño de su madre, de las mujeres y de los ni-ños, entre los kwakiutl el mundo anterior lo personifica un «es-píritu» que se truta de exorcizar, punto dc vista idéntico 111delos cristianos que exorcÍzan a Satán durante el buutismo. La ideade muerte y de resurrección también la volvcmos a encontraraquí. En fin, la agregación a la sociedad consiste en la adqui-sición del «espíritu» protector colectivo del clan, equivalente deltótem australiano.

El animismo es más pronunciado entre los amaba, ojibwe,etcétera, donde el protector a adquirir está más individualizado

esmero (l-IoWITT, S.-f.. Tf.. pp. 542.562, 565, 569. etc.; SPENCERy GIL-LEN. Noflh. Tf., p. 594). () bkn pulverizado. mezclado COII cnrne e in-gurgitado por lA madre o la abuela del iniciado, seglín sea éste hembrao VArón, o bien finalmente elllerrado (Noflh. 1'f., pp. 593, 594); estediente es siempre un objeto en alguna medida sagrado (ibid., pp. 594,595); sin embargo, entre los bli'lish se deja el diente en lierra, dondehaya caído,. y no se cree que pueda ser utilizado para operaciones demagia (ibid., p. 589). Por consiguiente, si sólo nos basamos en los ritos,no veo en virtud de qué el prepucio habría de ser la sede de la fuerzavital en mAyor medida que el pelo, los dientes, las uñas, la orina, lasangre, o las defecncioncs; seguramente 110es ni la sede de la fuerza dereproducción ni una especie de cmbrión Ullil1Judo C ilH]cpcmlicllte.

" BOAS, CII Ueflofl [111. SI. Nal. Mas. 1",. 1/N5. Wushillgloll, 1897,ll1emorill ullulizudu dclulladulllcllte por Schlll't (sulvo pum los ritos) ypor Webster; d. Iumbiéll I/alll/buok 01 Ihe AlIle,.;call lm/icl/ls, I. 1, Wush-ington, t907, s. v. Kwakiutl.

-J1 1.-1-1. KOIIL, Kitschi.Gami, Bremen, 1859, t. 1, pp. 59-76.

JI lbid., I. 11, p. 71.J9 M.-C. STEVENSON,«The Zuni Indians, their mYlhology, esolcric fra-

lernites IInd ceremonies» , XXIII, A 1111.Rep. Bur. Am. Etlmol., WlIshing-Ion, 1904, p. 65.

90 91

Page 45: Los Ritos de Paso

bre o mujer, forma parte además de varias «fraternidades», dela lluvia, etc" o mágico-religiosas, etc., para cada una de lascuales difieren lo" ritos de iniciación4°, El esquema de los ritosde entrada duran le la iniciación voluntaria al Ko'tikili es el si-guiente:

y éstas únicamente suelen darse en la iniciación de las mujeres,a las que se toca por otra parte con sacra especiales (espiga concuatro granos muy apretados, todo ello fijado a cuatro ramasde yuca). Se toca con estos sacra y se rocía con harina sucesi-vamente la planta de los pies, las palmas y los antebrazos, laparte superior del pecho y las clavículas, los omóplatos, los dosvértices de la cabeza, Obsérvese la analogía de estos ritos conlos del bautismo cristiano: son ritos de agregación a la comu-nidad. Debo añadir que no hay edad fija para la iniciación yque ésta se debe repetir cuatro veces con la misma secuenciapara que el individuo pueda asistir a todas las ceremonias sinexcepción y llevar máscaras sagradas. Los últimos actos son:t.", revestirse de la máscara; 2.°, la aspersión de la máscara porel novicio con' el polvo sagrado; 3.°, la inhalación por el can-didato de humo sagrado. Al principio se había volcado un re-cipiente pura que sirviera de tumbor; uhoru se le vuelve bocaurribu y la ccrcmonia se termina. Antes de examinar otras sc-cuencias, insisto en destacar que el acto central, tanto en Amé-rica del NorJe como en Australia, consiste en desvelar a los no-vicios que los Ogros de su infancia son simples sacra, rombo enAustralia 44,máscara en América; por lo demás, es privilegio deliniciado poder manipular sin peligro sobrenatural los sacra si-guiendo reglas precisas, yesos dos elementos constituían tam-bién los puntos culminantes de la iniciación a los misterios asiá-ticos, griegos, etc.

Sumamente interesante es el ritual de los bautismos repeti-dos a que se someten los sabeos, cuya religión, sedicentementefundada por San Juan Bautista, es una amalgama de mazdeísmo,judaísmo, cristianismo, islamismo, etc. Hay tres categorías debautismo: 1.°, el del niño (con un año); 2.°, como purificaciónde manchas diversas; 3.°, el bautismo colectivo, durante los cin-co días de la fiesta anual Pancho, Se es saheo de nacimiento;ninglll1 extl'!1lljero puede ser admitido a la religión de los suba:no hay, por tanto, ritos de separación 45.Esto asigna a la socie-dad sabea un lugar especial.

t .°, el padrino introduce al novicio en el killlitsill'e; 2.°, dosmujeres colocan sobre las espaldas del novicio cuatro tapicesplegados en cuatro; 3,°, el padrino envuelve la cabeza del no-vicio con una tela, de manera que no pueda ver nada; 4.°, elnovicio recibe de cada una de las cuatro divinidades sayathlia(hombres que llevan máscaras) golpes de ramas de yuca en laespalda por cuatro veces; 5.°, cada mujer recibe de cada sa-yathlia un golpe de yuca cn la espalda, y sc retiran los cuatrotapices; 6.", el joven recibe de nuevo cuatro golpes de cadadios; 7.", el padrino quita la Ida y fija ulla plul11l1de Ílguilu, 01'-namcn[o sagrado, u la cabellera dd novicio; 8.", los cua[ro dio-ses se quitan su máscara y el novicio reconoce que se trata dehombres; 9.°, cuatro novicios son conducidos ante los cuatrosayathlia y reciben de ellos una máscara y una rama de yuca;10.°, los novicios golpean a cada sayalhlia con esa rama en losbrazos derecho e izquierdo y en los tobillos derecho e izquierdo;t 1.°, los novicios devuelven su máscara a cada sayathlia; 12.°, és-tos vue]ven a ponerse su máscara y golpean a cada padrino enlos brazos y los tobillos, tenninándose así la iniciación 41. Ob-sérvese que en toda esta ceremonia la flagelación tiene clara-mente el sentido de un rito de separación al principio, de unrito de agregación más tarde. Se registra una aplicación idénti-ca de la flagelación 42 en los ritos de iniciación de los navaja 43,

cuya secuencia es casi la misma que la precedente, variando úni-camente el número de actores divinos, de golpes recibidos, etc.Por lo demás, los novicios son objeto de aspersiones de harina,

40 CL ibidem, sobre (odo pp. 490-511, 522-527, 532-549, 550-564, 570-572, 578 Y ss.; en !;egundo lugar, 413, 415, 421, 426, etc.

.. 1bidem, pp. 103-104; para la iniciación de los niños en edad tem-prana, cL ibid., pp. 94-101.

42 Sobre la flagelación corno rito de iniciación, d. datos interesan-tes en LAFITAU,Moellrs des Salll'ages AlIlériquaills, París, 1724, t. 1, p. 273.

4.1 Wash. MATTH EWS, «'('he Night Chant, a Navaho cerernony", Mem.Am. Mus. Na/. Hist., Nueva York, t. VI (1902), pp. 116-120.

.. CL sobre estos Ogros divinos, mis Mythes et Légendes d'Australie,cap. VII, Les deux doctril1es religieuses et le rhom/Je sacré.

" Para los detalles, véase N. SIOUFFI, Etudes sur la religioll des Sou/J-bas Oll Sa/Jéel1s, lellrs dogmes, leurs moeurs, París, 1880, pp. 76-82.

92 93

Page 46: Los Ritos de Paso

SOCIEDADES SECRETAS

Las «sociedades secretas», tanto de Oceanía (excepto Aus-tralia) como africanas, no tienen por objeto, como los clanes 10-témicos y las fraternidades, un control de la naturaleza, sino que,aun presentando un canícter m~gico-religioso, poseen más bienuna finalidad política y económica, en el sentido humano de lapalabra. Por su aspecto general, e incluso a veces en los uetalles,los ritos de iniciación son, con todo, semejantes a los que aca-bamos de estudiar. El paralelismo es especialmente llamativo enel caso de los ritos dd Congo, detalladamente dcsl:l'itos porM. de Jonghe46, que desafortunadamente los consideró «ritos dela pubertad», por más que la edad de los novicios oscilara entresiete y veinte años, siendo la edad n1<íscomún de diez a quin-ce 47: pero se ignora la edad exacta de la pubertad fisiológicaentre los negros del Congo. Por otra parte, no todos los miem-bros de las tribus del Bajo Congo esttÍn obligados a afiliarse alIIkil1lba o al niell/bo, lo cual no sólo muestra que se trata sinlugar a dudas de sociedades especiales restringidas, a las que se-guiré llamando «secretas» 4H,sino también, y sobrc todo, que lapubertad, la generación y el derecho a casarse no intervienenpara nada en las ceremonias que dan acceso a aquéllas. Estas so-ciedades secretas, tanto en el Congo como en el golfo de Gui-nea, atraviesan las tribus (unidades geográficas). Casi no se ad-mite en ellas más que a los hijos m~s inteligentes de hombreslibres o de esclavos ricos. La duración de las ceremonias oscilaentre dos meses y seis aíios, según la tribu y los obscrvauorcs.estas comprenden ritos negativos (tabt.'lcs)de toJo tipo y ritos po-

46 Ed. DE JONGHE, Les sociélés secreles l/l/ /las-Collgo, Bruselas, 1907;sólo con exlremada prudencia cabe consulrAr A Leo FnoBENluS, Die Mas-

kell l/lid Ceheimbiinde A/rikas, Halle, 1898; completar De Jonghe conH. NASSAU, Felishism ill \Vesl A/rica, Londres, 1904, pp. 250 Y ss., 263,y con PEclluEL-LoEscIIE, Volksklllule \1011 Loatlgo, Slutlgarl, 1907,p. 452.

" CL su discusi(Ín, loco cil., pp. 21-23.

.. Este término es incxacto, porquc Iodos los micmbros corrientesde In tribu subcn I11UYbien qui~n rorma o no rol'l1lU partc dc lu so-ciedad, a dil'l:rcnciu dc lo quc OCUITCcntrc nosolros, dondc sc ignora,al menos en leoría, quién es o no francmasón, por ejemplo.

94

sitivos. La secuencia de los ritos es la siguiente: se separa alnovicio uc su medio anterior (reclusiónen el bosque 49, tras con-ducirle a él; Il1stración; flagelación; intoxicación por el vino uepalma, con dectos anestésicos so), en relación con el cual ha«muerto», y se le agrega al nuevo medio. Luego viene el perío-do de margen: mutilaciones corporales (circuncisión, que a ve-ces se practica en edad temprana, sin conexi6n con la sociedadsecreta),pinturascorporales(en blanco5t, en rojo); los noviciosvan desnudos durante toda la práctica de las pruebas: es que,al estar muertos, no deben salir de su retiro ni mostrarse a lagente de fuera; introducción por el nganga (sacerdote-mago);lengua especial; alimento especial (tabúes alimenticios). A conli-nuación vienen los ritos de reintegración al medio anterior, ele-mento que no tiene razón de existir para los iniciados al clantotémico o a la fraternidad: los iniciados simulan que no sabenandar, ni comer, etc., en suma, actúan como recién nacidos (re-sucitados) y aprenden de nuevo todos los gestos de la vida ordi-naria; precisan para ello de varios meses. Antes se han bañadoen un río, se ha quemado la cabaña secreta. En definitiva, hayun doble escenario: ritos de separación uc! meuio habitual, ri-tos de agregación al medio sagrado; margen; ritos de separacióndel medio sagrado local; ritos de reintegración al meuio habi-tual. Pero de este paso a través del mundo sagrado le queda aliniciado una cualidad especial, mágico-religiosa. A este esque-ma responden asimismo las ceremonias de iniciación de los yaun-

lO Dudo que el primer acto de la mayorla de las ceremoniAs exami-nadas en este libro es una reclusión más o menos estricta y prolongada,parece inútil discutir las extrañas interpretaciones de M. de JONGHE,loct. cil., p. 30, Y de Leo FRODENIUS,loct. cil., passim.'" La anestesia del novicio es un elemento importante de los ritos de ini-ciación; en América se consigue mediante la ingurgitación de tabaco,de toloache, dr. peyotl; y en otros sitios, por medio de fumigaciones,flagelaciones, malos tratos, suplicios, etc. La finalidad es «hacer quemuera» el novicio, hacerle perder el recuerdo de su personalidad pri-mera y del mundo anterior.

SI CL, a este respecto, J.-G. FRAzEn,Colde/1 Bouglt, t. lB, p. 430,notn, y unA nota de WEUSTER,Secrct socielies, p. 44, en la que muestraquc con frecll\:ncia se considera el blanco como el color que toman losmuertos; por consiguiente, esta práctica indicaríu también quc el no-vicio está «muerto».

95

Page 47: Los Ritos de Paso

dé del Camerún meridional 52 y, en general, de los pueblos de]golfo de Guinea (sociedades puna, egbo, oro, mumo-jumbo, etc.).

Para ]as sociedades secretas en Melanesia, remito al excelentelibro de Codrington53, en el que se hallarán descritas las cere-monias de iniciación en fjji, en las islas Bank y en las NuevasHébridas. No es cierto quc cstas sociedades estén relacionadascon el totemismo5~. Heckntcmcntc, R. Parkinson 55ha aportadoinformaciones nuevas sobrc las sociedades secretas llamadas Duk-duk en el archipiélago IJbmarck y en las islas Salol11ón.esta esla secuencia de los ritos, cuya variación, de una localidad a otra,es muy pequeña incluso en los detalles 56: 1.°, se conduce al no-vicio al lugar sagrado; 2.°, allí recibe azotes de vara, más o me-nos fuertes según la edad, asestados por el tllbllan, especie deogro divino; 3.°, a los alaridos del novicio responden a lo lejoslas lamentaciones de su madre y de sus otros parientes; 4.", elpadrino distribuye regalos u los asistentes y se da de comer alnovicio; 5.", el //lbl/(/II se desnuda por completo y los noviciosreconocen que se trata de un hombre; 6.", las vestimentas del/ubuan se mantienen en pie gracias a su armadura, lo cual prue-ba que están impregnadas de poder (mana melanesio); 7.°, losasistentes bailan y enseñan a los novicios su danza, así como lossecretos de la sociedad; 8.°, todos los asistentes toman parte enuna comida en común; 9.°, cada novicio recibe una ropa cere-monia] si tiene alrededor de doce años; si es aún pequeño, tie-ne que esperor cierto número de años. El don de vestirse, con elque termina la iniciación, tiene lugar otro día y siguiendo unceremonial especial. Por tanto, hay claramente de nuevo ritosde separación, un período de margen y ritos de agregación 57.

Lo mismo ocurre con las ceremonias fijianas, en las que elnovicio debe, entre otras cosas, pasar en medio de dos supues-tos cadáveres, pintados de negro de los pies a la cabeza y conlas entrañas fuera (que pertenecen a cerdos sacrificados) 58.

SOCIEDADES POLíTICAS Y GUERRERAS

" CL para los detalles, FROBENIUS,loco cil., pp. 67-74, según ZENKER,Mi/leil. (II/S de/1 Delllsch. Schlllzgeb., 1. VIII (1895).

" Rev. H. CODRINGTON, "/"he Melu/1esillllS, Oxford, 1891, pp. 69-100." Sobre el totem:smo melanesio, ver la discusión de A. LANG, So-

cia/ OrigillS, Londre~, J903, pp. 176-207.

" R. P ARKI NSON, Dreissig !lIhre il/ der Siidsee, Stullgart, 1907, pÍ!-ginus 567.612." 1bidelll, pp. 582-586.

" Los jóvenes de la península de la Gacela se afilian a la sociedadllamada Marmvol o ll/giel desde la infancia, mediante un don en mo-neda locnl a la sociedad secreta por parte del padre o del tío; pero sunoviciado, consistente en hacerles aprender danzas especiales muy com-plicadas, dura mucho tiempo. Esta sociedad, por lo que de ella dice

La sociedad política, guerrera y saqueadora de los a¡'eoi, enTahití y en otros lugares de Polinesia, comprendía siete clases,grados o escalones, cuyos miembros se distinguían mediante ta-tuajes progresivamente complicados y numerosos según se as-cendía en la jerarquía 59.Se reclutaba en todas las clases de lasociedad general. Quienquiera que quisiera convertirse en miem-bro se exhibía vestido y adornado de forma inhabitual, simulan-do por sus monems estar perturbo do de espíritu. Tras ]0 cuol,si le considclulJun útil, los m'coi le auoptaban como scrvidor.Así, pues, el primer acto consistía en mostrar que se difería delvulgo, y yo veo en esta ceremonia un rito de separación volun-taria. Al cabo de cierto tiempo, era agregado el novicio: 1.°, sele cambiaba el nombre; 2.°, debía matar a sus hijos; 3.°, debíaaprender cierta postura necesaria para cantar cierto canto sa-grado; 4.°, se apoderaba del vestido de la mujer del jefe y en-traba así en la séptima clase. El paso de un grado al siguientese hacía así: 1.°, la reunión de todos los areoi en atuendo cere-monia]; 2.°, invocación al cerdo sagrado en los templos naciona-les y enumeración de los nombres de los candidatos con el gra-do a que aspiraban; 3.°, entrada procesional al templo y ofren-da a] dios, por el candidato, de un cerdo sagrado, que se ma-taba y comía en común o al que se dejaba en libertad tras mu-tilarlo a modo de señal; 4.°, gran comida en común, con supre-sión de los tabúes sexuales y alimenticios a que estaba obligadocada grado en época ordinaria; parece deducirse del texto deEIlis 60 que no sólo había desenfreno heterosexual, sino también---M. PARKINSON.pp. 598 Y ss., me parece que entra más bien en la mislJ1ucategoría que cicrtas fraternidades mágico-médicas de los zuni.

" CL una descripción detallada, que completa las de Fison y Joske,en Basil THOMSON, The Fijial/s, Londres, 1908, pp. 148-157.

" W. ELLlS, Po/Y/1esia/1 Researches, Londres, 1829, in-8.", 1. 1, pá-ginas 319-324.

60 CL ELLlS, ibidem, p. 325.

96 97

Page 48: Los Ritos de Paso

sodomía; 5.", música, danza, representaciones tlrarn~ticas; 6.°, ta-tuaje del candidato según su nuevo grado.

Las ceremonias de elltrada y dc paso de un grado a otro enMelanesia61 son más simples. Los elementos centrales son: unintercambio ceremonial de monedas (Mota, islas de Banks) o deesteras (isla de los Leprosos); la donación de cerdos a los miem-bros de la sociedad (llamada sI/que, 11IIque,etc.) y comidas cere-moniales en común, kole 62,que recuerdan los potla/ch de la Co-lumbia británica. Aunque el suqe sólo tenga una importanciasocial y económica, el elemento m~gico-religi()so queda en élpatente por cuanto el grado de riqueza, que condiciona el pasode un grado a otro (en las islas Banks IIDY 18), depende delmalla del individuo y, adcnH1s, cuanto más elevado es el rangode ese individuo en el SlIqe, tanto más se Ic considera comoposeedor de malla 63, rcsultando así que cada grado de slIqeposee una cantidad de malla más o menos elevada, al modocomo las fraternidades al1lcrindiasposeen IIIGllitu,orenda, Ilallal,etcétera.

CLASES DE EDAD

Por lo que concierne a la iniciación a las clases de edad, aquísólo examinaré detalladamente las ceremonias de edad entre losmasa¡'; en el caso de varias tribus australianas, el hecho de quelos ritos se repartan a lo largo de un período más o menos am-plio ha hecho que Schurtz 64 y Webster 65 tomen los ritos deiniciación al grupo totéll1ico por ritos de paso a las sucesivasclases de edad.

Entre los masal «la pubertad se produce hacia los doceaños» 66; la circuncisión de los muchachos tiene lugar «a par-.;

" CODIUNGTON,Tlle /IIela¡¡esiCllls, pp. 101-115.

61 CL íbídelll, pp. 110-112, un pasaje muy interesante para el valormágico.religioso de las comidas ceremoniales cn común.

6J Ibidem, p. 103,

" H. SCHUHTZ,loc, cit., pp. 141-151; introdujo adcmás cn su discu-sión otra categoría, la de los grupos matrimoniales o fmtdas.

.. WEnsmH, loco cil., pp. 84.85.

.. M. MEltKER, Die Masai, Bcrlín, 1904, p. 55; se tralll sin dudo dcIn pllberlnd fisiológicu, pero 110 se dice si es In dI.: los t:hicos o In delas chicas.

98

tir del momento en que son lo bastante fuertes, es decir, entredoce y dieciséis años», a veces antes, si los padres son ricos,pero más tarde si son pobres, cuando pueden disponer de me-dios para pagar los gastos de la ceremonia: prueba de que tam-bién aquí la pubertad social difiere de la pubertad física. Lacircuncisión. tiene lugar cada cuatro o cinco años, y todos losque son circuncidados al mismo tiempo forman una clase de'edad conocida por un nombre especial escogido por el jefe 67.

Entre los masal ingleses, un chico o una chica no pueden sercircuncidados más que si su padre se ha sometido a una ce-remonia llamada «paso del seto», en virtud de la cual aceptaconvertirse en «un anciano» y llamarse en adelante el-padre-de(su hijo), cambiando, por tanto, de categoría social 68; la secuen-cia de las ceremonias es entre ellos la siguiente: 1.°, todos loscandidatos se reúnen, sin armas; 2.°, se embadurnan de arcillablanca y durante dos o tres meses corren de kraal en kraal;3.°, se les rasura la cabeza, a continuación se mata un buey oun carnero; 4.°, al día siguiente van a cortar cada uno un ár-bol (asparaglls, sp.) que las muchachas plantan ante la choza decada candidato; 5.°, al día siguiente se exponen al aire frío y selavan con agua fría (para insensibilizarse, Merker); 6.°, el en-cargado de la operación corta el prepucio, colocando sobre ellecho de cada joven la piel de buey que contiene .Ia sangre de-rramada; 7.°, permanecen encerrados cuatro días; 8.°, luegosalen e incordian a las chicas, y se visten con frecuencia demujeres; se retocan el rostro con arcilla blanca; 9.°, se ciñenla cabeza con pajarillas y plumas de avestruz; una vez curados,se les afeita y a partir del momento en que el pelo les vuelve acrecer lo bastante largo como para poder trenzarlo, reciben elapelativo de il-murall, guerreros. En cuanto a las chicas: 1.°, semata un buey o un carnero; 2.°, la operación se realiza en lacasa; 3.°, se ciñen la cabeza con hojas de palmera dum o coahierbas; 4.°, una vez curadas,se les hacecontraer matrimonio 69.

Entre los masai' alemanes la secuencia es la misma, salvo que:1.°, después de la operación hay un gran banquete, en el queparticipan los padres de los circuncisos y todos los hombres de

" MEltKEn, ibidem, pp. 60.61... A. IloLLlS, 'fiJe Masai, Oxrord, 1905, pp. 294-295." Ibídem, pp. 296-299.

99

Page 49: Los Ritos de Paso

la vecindad; 2.°, los jóvenes guerreros (solteros) bailan y se di-vierten con sus jóvenes amantes; 3.", la reclusión de los opera-dos dura siete días; 4.", el día de la primera salida matan unmacho cabrío blanco, repartiéndose luego su carne y arrojandosus huesos al fuego. En cuanto a las chicas: 1.", son circunci-dadas varias a la vez; 2.°, se les afeita la cabeza; 3./), permane-cen en su casa hasta que lu herida haya cicatrizado; 4.°, se ci-ñen la cabeza con hierbas, entre las que clavan una pluma deavestl'llz, y se embadurl1un el rostro con urcilla blanca; 5.", to-das las mujeres del knwl participan en una camilla en COI11(II1;6.", inmediatamente después, el novio paga lo que aún ackudade la dote y el matrimonio tienc lugar en seguida7°. De dondese deduce que las ceremonias en cuestión, aunqt,le sean indepen-dientes de la pubertad, tienen al menos un carácter sexual, pues-to que mediante su matrimonio se agregan los circuncisos a lasociedad sexual adulta. Obsérvese que cuando además la opera-ción tiene como fin el matrimonio, ello ocurre en la medida queéste es una institución social, pero 110como unión de sexos,Pues antes de la circuncisión, y a partir de una edad que Mer-ker no indica, las jovencitas viven en el haal de los jóvenes gue-rreros (primera clase de edad), teniendo cada una su o sus aman-tes, con la condición absolutamente estricta de no quedar em-barazadas 71.

La siguiente clase de edad para 1as chicas es la de las mu-jeres casadas; el pelo gris y la menopausia marcan la últimaclase de edad. Los varones han sido primero mozos {((i;Ollí),lue-go candidatos (siboli); durante dos años, como guerreros, sonnovicios o aprendices {l)(l/'llotil. convirtiéndose tras esle períodoen guerreros propiamente dichos (lIlOriilli). Siguen siéndolo has-ta los veintiocho o treinta años; luego se casan y se hacen adul-tos (momo) 71, Como se ve, las ceremonias del matrimonio tie-nen aquí, como en otros muchos pueblos, el carácter de un ritode paso de una clase de edad a otra.

No puedo dejar de referirmc también a los rilos de los wa-yao, porque participan a la vez de los rilos de clases de edad

10 MERKER, foc. ci/., pp. 60.66.71 1billcm, p. 83.

71 ["illcm, pp. 66-67; n:milo 111 libro de Merker puro lo~ detlllles:

casarsc, cntrc los musa"i, supone cambiar dc urribu abajo la l11unernde vivir, dc modo muy distinto ¡¡ CO/llOocurre entre nosolros.

100

y de los ritos de etapas y márgenes sucesivos del tipo de loshallados, por ejemplo, entre los toda de la India. El unyago delas muchachas wayao se divide en cuatro etapas: 1", c/¡ipulu;de la edad de siete, ocho o nueve años hasta la primera mens-truación; reclusión, instrucción de tipo sexual, deformación sis-temática de los labios vaginales de las pequeñas hasta siete cen-tímetros de longitud e incluso más, danzas eróticas, etc.; se casaa la niña; 2.', l11atengusi;fiesta de la primera menstruación; du-rante el chipulu, la muchacha ha contraído matrimonio, pero apartir de las primeras reglas abandona a su marido; reclusión;se le enseñan los tabÚes relativos al período de las reglas; 3.", chí-luumbll; conjunto de ritos del primer embarazo; el quinto messe le afeita el pelo; el sexto, reclusión; instrucción en las cosasde la maternidad y en los tabúes de las muejeres encintan; 4.",w((mwu/la: primer parto; el derecho a reanudar las relacionessexuales sólo le es concedido al marido, tras pedírse10 al jefe delpoblado, cllando el niño puede sentarse o cuando tiene seis o sic-te meses. En todas estas ceremonias, la solidaridad sexual scexpresa muy claramente 73. Se puede aprcciar la extensión quealcanzan entre los wayao los «ritos de iniciación».

Entre algunos amerindios (arapaho74,etc.), el paso de unaclase a otra comporta un ritual de aspecto más mágico-religioso,pero en la mayoría de los pueblos en que existen clases de edadson las proezas en la guerra o en razzias, o también dones detodo tipo y el ofrecimiento de festines, 10 que determina el pro-greso, sin que la edad entre nunca en juego de modo muy es-tricto.

MISTERIOS ANTIGUOS

Paso a continuación a los ritos de entrada en el cristianismo,el Islam y los misterios antiguos, por más que estos últimos per-tenezcan a la misma categoría que las fraternidades mágico-reli-

giosas de los indios pueblo. Pcro el cristiano ha recibido tan-tos préstulllos de los misterios egipcios, sirios, asióticos y griegos

1J K. WEUI.E,Wisscnschaf/fic{¡e Ergebnisse meiner ethnographischellforscllllllgsrcise in dcn SUelos/en Oslafri/ws, Berlín, 1908, Mittcil. Deutsch.Schutzgeb. Ergiinz.-1Idt. núm. 1, 4.°, pp. 31-34.

14 eL A.-L. KHOEIIER, «Thc Arnpnho» , /1111/.Am. MlIs. Nat. Hisl.,Nucvn York, l. XVIII (1904), pp. 156-158.

101

Page 50: Los Ritos de Paso

que resulta difícil comprender aquél sin tener en cuenta éstos.La finalidad económica, bien especialmente agraria, bien eco-nómica general (multiplicación de todos los medios de subsis-tencia y de vida, animales, vegetales, fecundidad de la tierra,irrigación, etc., curso regular de los astros divinos que condi-ciona ]a vida general), de los misterios antiguos (Osiris, Isis,Adonis y Diosa siria, Atis, Dionisos, e incluso orfisl11o, etc.),ha quedado establecida por las investigaciones de Mannhardt 75,J. G. Frazer76, S. Reinach 71, miss Ilarrison 78, Goblet d'Alvie-lIa 79,Fr. Cul11ont8°,etc. Pero los ritos que constituyen estas cere-monias sólo han sido bien estudiados en tanto que ritos simp¡Í-ticos de multiplicación o de fecundación y de coerción sobre elmecanismo cósmico y terrestre.

Sus secuencias, en c1lIllbio, al)L~IHlShan sido exuminmlas 81,cuando el estudio de ciertos rituales modernos conocidos contodo ddalle (Australia, indios pueblo), así como el de los docu-mentos ritológicos antiguos (Egipto, India), prueba que el ordenen quc los ritos se suceden y deben ejecutarse es ya por sí mis-mo (en sus líneas principales siempre, y a veces hasta en losmenores detalles) un elemento m¡Ígico-religioso de esencial im-portancia. El objeto principal de este libro (:S precisamente reac-cionar contra el procedimiento dolclorista» o «antropológico»,consistente en extraer de una secuencia diversos ritos, bien seanpositivos o negativos, y considemrlos aisladamente, priv¡Índolesasí de su principal razón de ser y de su situación lógica en elmecanismo de conjunto.

Miss Harrison 81entiende por «misterio»; «un rito en el quese exhiben ciertos sacra quc sólo puede ver aquel adorador que

" W. ¡'vIANN11ARIJT. \IIald l/lid feldkl/I/e. 2: ed.. Berlín. 1904.70 J.-G. FI¡AZEn, The Goldell /Jough y ¡Idollis, Alis. Osiris. 2: ed..

Londres, 1907.

- 71 S. REINACH. CHIles, /I/ylhes el religiolls. 3 vol., 1906-1908; eL so-bre todo t. l. pp. 85-122.

11 Miss HARIUSOr-i.I'rolego111cllalo t!te sltllly o! greck religioll. Cal11-bridge, 1903.

" GOBLET n'ALVIEl.LA, Rel'lIe de /'l1isl. des religiolls. 1902 y 1903." Fr. CUMONT, Les religiol1s orie/llalcs dalls le pagllllis111e romaill.

París, 1907.

11 Miss ¡-¡'IHltlSON. 101.'. cil.. p. 151, escribe incluso: «¡el urden cxac(o

de lus diversus ritos de iniciaciÓn es ciertamcnte de poca importancia!»" Loc. cil., p. 151.

102

haya experimentado una cierta purificación». Yo entiendo por«misterios»; el con;unto de ceremonias que, al hacer pasar alneófito del mundo profano al mundo sagrado, le ponen en comu-nicacióll direCta, continua y definitiva con este Último. La exhi-bición de los sacra, tanto en Eleusis como en Australia (churin-ga, rombo sagrado) o en América (máscaras, espigas sagradas,katcinas, etc.) es el rito culminante, pero no constituye por sísola los «misterios», He aquí la secuencia de los ritos de ini-ciación en Eleusis 83: 1.°, se reúne a los candidatos, y el hiero-fante, mediante una prohibición (tabú), coloca aparte a todoslos que tienen impuras las manos y hablan de manera ininteli-gible 8~;esta elección se registra también en Africa, durante lainiciación a las sociedades secretas, estando encargado de ellaun sacerdote mago; 2.°, se introducía a estos neófitos en el Elet!-sinion y se sacralizaban, al penetrar en el recinto, con un jarrónde agua sagrada situado junto a la puerta (eL nuestras pilas deagua bendita); 3.°, ¡Alade l11ysthaí!: se lleva (¿corriendo?) a losneófitos al borde del mar; esta carrera recibe el nombre deelasis, expulsión o destierro, sentido que vuelve a hallarse quizáen pompe 85;hasta ahora se ha interpretado este rito como un«alejamiento de las malas influencias, o de los demonios, o delmal»; yo lo considero un rito de separación del profano de suvida anterior, rito preliminar reforzado por el siguiente; 4.°, baño

" Para los misterios de Eleusis he utilizado el ya citado libro demiss Harrison; también: P. FOUCART,Recherches sur /'origil1e el la lla-tI/re des mysleres d'Elel/sis: 1, «Le evIte de Dionyssos en Attique» , Pa-rís, 189), y 11, «Les grands mysteres d'Eleusis», París, 1900; GOBLET o'AL-VIELLA, «De quelques problemes relatifs aux mysteres d'Eleusis», Rev.de /'Izist. des Rd., 1902, t. XLVI, pp. 173-203 Y 339-362; 1903, t. XLVII,pp. t-33 Y 14J. t 73; dejo de lado, en cuanto carentes de toda relacióncon la iniciación propiamente dicha, las ceremonias de los 13 (partidade los efebos hacia Eleusis) y 14 (porte de los sacra -l1iera- a Atenas)Boédr0111ion. Como se sabe, el conocimiento de los ritos, la direcciónde IlIs ceremonias, la protección de los sacra, etc., estaban reservadosa ciertas familias (Eumolpidas, etc.); del mismo modo, en Australia, en-tre los pueblo, etc., los que «poseen los misterios» son determinadosclanes (toté111icos o no). Sobre los instructores (mistagogos) eL FOUCART,loco cil., pp. 93-95.

.. CL FOUCAIlT, loco cil., 1, pp. 31-33, Y 11, pp. 110-111; GODLETJ>'ALVIELLA,loco cit.. pp. 354-355.

" IIAHltlSON. loc. cit., p. 152, Y S. REINACH, loco cit., t. 11, pp. 347-362.

103

Page 51: Los Ritos de Paso

en el mar; éste es un rito de pmificación; lo que se somete alavado es la cualidad de profano e impuro del neófito; cada neó-fito llevaba un cerdo al que bañaba al mismo tiempo que a símismo, rito que recuerda un gran número eJe ritos melanesios 86;5.°, retorno al Eleusinion y sacrificio, ceremonia que clausurael primer acto, Los mystos que habían tomado parte en las cere-monias de los 15 y 16 Boédromion y recibido la instrucción enlos pequeños misterios, los neófitos, no aparecían ya en públicotras la carrera al mar y el sacrificio, sino que esperaban cnretiro (tabúes alimenticios, cte.) la partida para Eleusis; 6.",19-20 l3oédromion, procesión de Atenas a Eleusis (20 km), trans-portando sacra y a Yaco hasta el Eleusinion, con numerosas es-taciones a lo largo del camino: en el barrio de la Higucra sa-grada, en el palacio de Crocon (azafr<Ín), en los eJominios eJeRada (suelo sagrado), en el pozo Callichoros, cn la piedra deDeméter, ctc., estaciones todas ellas quc tiencn un canÍc;lcr agra-rio 87; 7.", entrada al interior del recinto, cuyos elevados murostenían por objeto, COll10en Atenas, ocultar a los profanos loque ocurría en ei mundo sagrado; la prohibición de entrar afec-taba al temenos completo y tenía por sanción la muertc, al me-nos los días de misterios. En cuanto a lo que venía después,carecemos de información sobre los detalles dc las ceremonias.Se sabe al menos que la iniciación comportaba 88: a) un viajea través de una sala dividida en compartimentos sombríos, cadauno de los cuales representaba una región de los infiel'l1os; laascensión de una escalera; la llegada a regiones vivamente ilu-minadas y la entrada en el megaron con exhibición de los sa-cra 89; b) una representación dcl rapto de Coré, con elcmcntosdesconocidos por los profanos y no incluidos en la leyenda difun-dida entre el vulgo. Esta parte responde exactamente a las repre-sentaciones de los actos de los antepasados del Alcheringa enciertas ceremonia~ australianas. La primera parte es asimismocasi universal: los novicios, mucrtos ya para el mundo profano,

.. cr. los trabajos citado de W. Ellis. CodringlOI1. elc., y para Oe-meter-Cerda, GO/lLET n'ALVIEIIE, luc. cil.. pp. 11>9-t<)0.

17 CL sobre estas dos primeras estaciones, S. REINACH, luc. cil.,t. 111, pp. 102-104.

.. Cf. FOUCA!!"',loco cit., 1, pp. 43-74. Y /l. pp. 137-139." Sobre estos sa.:!"a y Sil canjeter, véase IIAIUUSON. luc. cil., pp. 158-t61.

104

recorren el Hades y renacen después, pero al mundo sagrado 90;

8.°, luego veI1ían ritos de todo tipo, cánticos, danzas, procesio-nes, sobre lo:; que no se tienen informaciones precisas 91,

Como se ve, la iniciación a los misterios de Eleusis respon-den a grandes rasgos, en cuanto a la secuencia de los ritos, aceremonias de la misma categoría que las ya examinadas. Estamisma secuencia la hallamos de nuevo igualmente, junto a ladramatización de la muerte y renacimiento del novicio, en lainiciación al OI'fismo, a las sociedades religiosas !l'acias, de Dio-Ilisos,de Mitra92 (iniciación por etapas), de Alis, de Adonis, deIsis, ctc. La iniciación a la «fraternidad isíaca» es bastante cono-cida, y «el paso por los elementos» de que habla Apuleyo ex-presa, mejor aÜn que el viaje por el Hades 93,la idea de muertedel neófito, puesto que se admitía inc1uso, al parecer, que sedescomponía para a continuación recomponerse Y formar un in-divieJuo nuevo.

La misma idea late también en los ritos de iniciación al cultode Atis. Recordemos en primer lugar que Alis, Adonis y lasdivinidades de la vegetación en general mueren en otoño y rena-cen en primavera, y que las ceremonias de su culto comportan:

90 Por eso tlecía Plutarco: «iniciarse es morir»; en cambio, la inicia-ción a los misterios órficos era «un matrimonio sagrado» o un «naci-miento sagrado». .

" Por supuesto, la teoría de M. Foucart sobre el origen egipcio delos misterios de Eleusis no me parece admisible ni para el conjunto nipara los detalles: lo que condiciona las semejanzas que M. Foucart in-terpreta como préstamos no es sino la necesidad de expresar medianteactos las ideas de paso de un estado a otro; ¿y cómo explicar la exactasimilitud de los ritos griegos, egipcios o asiáticos con los de los austra-lianos, los negros bantúes o guineanos y los indios de América delNorte?

" CL sobre la iniciación a los siete grados y el paso sucesivo delalma del neófito a través de las siete esferas planetarias, las referenciasy la discusiónde CUMONT, loco cit., pp. 299-300Y310.

9J Sobre estos viajesal país de los muertos,d. L. DEFÉLICE,L'Autremonde, l1lylhrs el légendes,le purgaloire de saint Polrice, París, 1906,quc no ha visto. sin embargo, que estos mitos y leyentlas pucdcn, I:nalgunos casos, no ser sino los residuos oralcs de rilos de iniciación;pues no hay que olvidar quc, en las ceremonias de iniciación sobre to.do, los ancianos, instructorcs, jefes de ceremonias, ctc., relatan lo qucotros micmbros dc la «sociedad" ejecutan; ef., entre otros, mis Mylhes

el LégclUles d'Auslralie, cap. IX, «Mythe et Rite». Para la teoría general,véase el cap. VIII del presente volumen.

105

Page 52: Los Ritos de Paso

1.°, ]a representación dramática de esa muerte, con tabúes fune-rarios (luto, etc.), lamentaciones; 2.°, el período de margen, conparalización de la vida ordinaria; 3.°, la resurrección, o másbien el renacimiento. Así lo han establecido del modo más mi-nucioso Mannhardt, Frazer 9~y sus discípulos, pero no han visto'que estos conjuntos ceremoniales son conjuntos de ritos de pasosimultáneamente cósmico, religioso y económico, que no consti.tuyen más que una fracción de una categoría mucho más amplia,cuya delimitación tiene por objeto el presente libro. Así lo paten-tiza el hecho de que la muerte, el margen y la resurrección seantambién elementos de líls ceremonias del embarazo, del parto,de la iniciación a sociedades sin finalidad agraria, de los espon-sales, del matrimonio y de los funerales 95.D;ldo que Atis muerey luego renace, se concibe que los ritos de iniciación hagan tam-bién morir y renacer a su flltlll"Oadmador: l.", ayuna, es decirhace que la impureza profana salga de su cuerpo; 2.", conu: ybebe en los sacra (tambor y címbalo); 3.", tras descender a unafosa, recibe sobre todo su cuerpo la sangre de un toro sacri-ficado encima de él96 Y sale luego de la fosa, rojo de pies acabeza; 4.", durante varios días se le alimenta sólo con leche,como a un recién nacido. Me parece por consiguiente que el ritosangriento, en el que se ve por lo general un bautismo en elsentido cristiano de la palabra, en cuanto rito de remisión delos pec;ldos (prestando crédito a informadores, después de todobastante recientes, como Clemente de Alejandría, Finnicus Ma-ternus, etc.) tenía originariamente un sentido directo y material:el neófito salía ensangrentado de la fosa como el recién nacidosale ensangrentado del cuerpo materno.

RELIGIONES UNIVERSALISTAS: EL BAUTISMO

Bajo el influjo de cultos Ull1toasiáticos como griegos y egip-,cios, la comunidad de los cristianos, inicialmente uniforme, se

,. J..G. FRAZEH. Adonis, A lis, Osiris, 2: ed., pp. 229-230.91 Véase más adelante, en el capítulo IX.

?6 Carezco de espacio para discutir el lauróbol0 y el crióbolo; perome parece que no se puede admitir ninguna de las interpretaciones pro.puestas hnsla ahora, dados ciertos paralelos scmicivilizados y lo que aquíse dice de los ritos de paso.

106

repartió poco a poco en clases correspondientesa los grados delos misterios 91;los ritos de admisión se complicaron poco a pocoy fueron sistematizados en el ordo baplismi (comienzos del si-glo XI)y en el manual sacramental de Gelasio. Gracias a la rápidadifusión del cristianismo, pronto l1egó el momento en que nohubo nuís que niños para bautizar; pero el ritual conservó du-rante mucho tiempo numerosos rasgos que sólo convienen a unbautismo de adultos. Es éste, por tanto, el que aquí examinaré.El primer grado era el de los catecúmenos; la entrada a estegrado incluía: 1.°, la exsuflación, con una fórmula de exorcismo;2.", el signo de la cruz sobre la frente; 3.°, la administración desal exorcizada. Como se ve, estos ritos no son ya directos comoentre algunos semicivilizados, sino animistas 98,como entre cier-tos negros y amerindios; el primer rito es un rito de separación;el segundo separa y agrega a la vez y equivale al mareado«()'(ppa:yY¡)de los misterios griegos y del cristianismo primitivo YY;el tercer rito es un rito de agregación, en virtud sobre todo dela oración que le acompaña 10°.Luego viene el período de mar-gen: el catecúmeno, del mismo modo que el iniciado a los pe-queños misterios, puede asistir a las asambleas religiosas, tieneun lugar especial en la iglesia, pero debe retirarse antes delcomienzo de los verdaderos misterios (misa). Se le sometía perió-dicamente a exorcismos con objeto de separarle cada vez músdel mundo no cristiano; se le instruía progresivamente, se le«abrían Jos oídos». Después de un último exorcismo venía eleJJeta: el sacerdote, tras humedecer su dedo con saliva, tocabala parte alta del labio superior y las orejas de cada catecúmeno;los candidatos se desnudaban, se les ungía la espalda y el pechocon aceite consagrado 101,renunciaban a Satán, juraban su com-promiso con Cristo y recitaban el Credo. Acaba con el1o el pe-

;; Véanse lo, trabajos citado> de Goblet d'Alviella, S. Rcin¡,d, y (;11múnt; l"mt,ifn E. IhIlII, lhe ínlluenc:e vi yeek idea. utd u :~'%"~(11""1¡he C/¡riHirJII CI.urc:/¡ IIlihttrt I,,;t;lUrt. , I({.ó), !..vndrcl, 1',(,1, i "1.1.111.t-.f., Les origines du c:utte c:/¡rérien, 3.' ed., 1t¡{J2.

" eL sobre los orígenes de estos ritos animiMas, H""lell, luc:. dI.,p. 20, nota \, y S. REtNACH, loco ci/., lo 11. pp. 359-361 (abrelllllltialio).

" Véase HATC H, loco cit., p. 295 Y nota.100DUCHÉNE, lacIo cit., pp. 296.297.", CL el rito pueblo, citado más arriba, pp. 92-93, Y la secuencia en la

extremaunción, que es un rito de paso del mundo de los vivos cris-tianos al de los muertos cristianos.

107

Page 53: Los Ritos de Paso

dodo de margen, que comprende a la vez ritos de separación yritos preparatorios para la agregación; la duración de este períodono estaba limitada; se podía permanecer en él hasta la vísperade la muerte. Luego venían los ritos de agregación propiamentedichos. Se bendecía el agua Ifl2, se roci<lbacon ella al catccltmenoy éste era así rege/leral/lS,recvllcebido,segltn los propios térmi-nos de 1<1oración pronunciada dur<lnte el rito siguiente 101,Losbautizados se quitaban sus vcstidos para ponerse otros blancoscon ayuda dc sus padrillos y madrinns 1111. Se agrupaban ante elobispo, quc los «marcaba» con ei sigilo de la cruz, rito evidentede apropincicin por la di\'illid:ld 111; y dI.: agregaciÓn a la COIIIll-nidad de los fieles. Sólo entonces se admitía a los neófitos a lacomunión, Tras lo cual se /es IHteíabeber una bebida consagradaunos momentos [mtes, hecha de mid, agua y leche, que Usenerha relacionado --equivocadamente según Duchene- con losmisterios de Dionisos, y a propósito de la l.;ual hay que dcstacarsobrc todo lo siguiente: era y es aún eÚ muchas zonas ruralesdc Europa la bebida qul.: SI.:da a los recién nacidos, sin dudaallles de In subida de la !edle lila k 1'11a , El «rcnacimÍL:llto» lomarcaba finalmente una procesión de los bautizados, llevandocirios encendidos; la (;ran Luz recordaba la de los misteriosgriegos c indicaba en todo caso que los «nlllertos» habían nacidoa la luz del «verdadero día»,

lO! Vénse DUCIIENE, fae. cit" pp. 311, 321, Y DIETEIUCIf, MlIIter

Enle, pp. 114-115. cuya interpr~tación ~exual direcla dcbc completnrsecon lo siguiente; los ealeclÍllIcnos, igual que el niño brahmÚn. e~l¡ínlI1uertos y deben ser concebidos de nuevo, Oh~érvc~e quc cn las mÚsatltigllas ip,lesi1l~niSli1l111lS,el b1lPlblerio sc h1l1)1Ihaell el exterior de laiglesia, de suerte que hasta lu Ld1ld l\1cdiu los calecÚmenos, pellilenle~,redén nacidos y nuevos b¡,ulilmlos dcbíall pel'llJunecer en una regiónliminar. 1'01' lo dernÚs, los lemplos dc lodo~ lo~ pueblos tienen tum-bién un palio, un vestíbulo. unu pue/'la gir1ltoria, que impiden cl pasobru~co dc lo profano a lo ~agrauo,

lO' El vcrbo regellerareuchc tomurscen sentido literal.104 En Ins preguntns hccha~al padrino y a la madrina, y en sus rcs-

puestas, es donde mejor ~e illdica cl destino primario dc todo este ritual;compÜrcse, desde este punlo dc vi~la. el rilual o/'lodoxo y lus prÜcticasde lo~ eslnvos modcrnos, C,reLeo de esp1leio p1lm un estudio del pa-rentesco especi1l1 crcudo por cl p1ldrilla/go en los rilos de iniciación,lunlo sclllicivilizndos eonll1 .:1bti1l1l0S,

lo" el'. sobre'" puso de tu culldiei,',,) 11111111111;1n 111condiciÚn divina,!'A!lNE!.!., f:l'ullltioll 01 Ndigiol1, Londres, ¡90S, p. 49; S. REINACIf. lococit., 1. 1. p. 127.

108

Tal es el escenario del ritual romano; las mismas ideas y lamisma secuencia las volvemos a hallar en el ritual galicano. Nohay que olvidar, sin embargo, que toda esta sistematización delritual del bautismo es relativamente reciente y que en los prime-ros siglos los ritos eran menos numerosos y menos complicados,Ha habido una poderosa influencia del gnosticismo, que poseíatambién grados y ritos de iniciaciones sucesivas que entran ennuestro esquema de los ritos de paso 106, El bautismo cristianoprimitivo comprendía: 1,°, un ayuno; 2,°, una inmersión o unaaspersión de agua consagrada, Por lo demás, según los lugaresy las épocas, se han ido añadiendo a la secuencia fundamentaltodo tipo de ritos de detalle (de purificación, de exorcización, et-cétera) b<ljoel influjo de creencias y prácticas locales,

Tampoco 1;ería nada difícil mostrar cómo el ritual de la misaestá constituido por una secuencia de ritos de separación, demargen y de agregación; ]0 único que distingue teóricamente lainiciación y la misa es que ésta es una iniciación periódicamenterenovada, como ]0 es también el sacrificio del soma cn la Indiavédica y en general los sacrificios que tienen por objcto asegurarel curs'? normal dc las cosas a la vez cósmicas y humanas.

Como es sabido, la admisión al Islam se realiza mediante lacircuneisión y e] recitado de ]a fatiha; sin embargo, un estudiodetallado, tanto de relatos de notoria conversión como de las va-riaciones del ritual de ]a circuncisión en los diversos pueblosmusulmanes, haría ver que allí donde se registra tendencia aun desarrollo ritual, por ejemplo en Asia Menor, en el Cáucaso,en Asia Central, en la India, se distingue igualmente el esquematripartito aquí destacado,

Volvemos a hallar también la misma secuencia en el mo-mento del paso de una religión a otra, consistiendo entonces elrito de separación en la abjuración 107,En el ritual cristiano de]a penitencia, por ejemplo, se consideraba al penitente en el mo-mento de volver a la religión primitiva como un cristiano quehabía perdido, por una u otra razón, su iniciación y se esforzabapor recuperada; la instrucción religiosa y los exámenes eransustituidos por «ejercicios ascéticos»; no casarse, romper un ma-

106eL, clllre otros, GOII!.ETt>'ALVIELl.A.loco cit., pp. t45-146."" Sobrc el rilllll! dI.: 111IIbjurllción del Islul11, véllse MONTET. en lu

l?el'. de /'//;st. des Re/" 1906, 1. LlII, pp. t45-163, y EIJEItSOLD.ibid,.\. LlV, pp. 230-231.

109

Page 54: Los Ritos de Paso

trimonio ya concertado, dimitir de sus funciones, austeridad ali-menticia y suntuaria; en resumen, se «separaba» mucho másdel mundo profano al penitente que al catecÚmeno; la penitenciaterminaba con una imposición de manos del obispo, con unaconfesión pÚblica del penitente que, a continuación, debía po-nerse de luto o retirarse a un convento, y con la ceremonia dereagregación a la comunidad de los fieles, que incluía una amo-nestación, una plegaria de «reconciliacióll» y, en España, la ce-remonia de la indLllgclltia lORo

COFRAOfAS RELIGIOSAS

Paso a continuación a los ritos de iniciación a las cofradínsreligiosflS. Dejaré de lado las ceremonias de cntrada a las corrn-días budislns, sobre las qlll: los docllmentos son fácilmente ac-cesibles I!Y',y citaní la de la entrada a la secla de los sikh 110:seconsagra, con oraciones, agua azucarada que se remueve con unpequeño puñal; se arroja ese agua a la cabeza y los ojos delneófito, que bebe lo que puede; luego come, con los consagra-dores, una clase especial de «paté»; «esto regenera al neófito»que, en respuesta a las cuestiones planteadas, debe decir, cual-quiera que sea su nacionalidad, que ha nacido en Patna, quevive en Aliwalia, lugar de nacimiento y domicilio del glll'ú Go.vind Singh, y que es el hijo de Uovind Singh, el último de losDiez gurÚes de los sikh. En las ceremonias de iniciación a la

secta chamar del Sinnánlyani, hay un noviciado de cinco días;luego el neófito lava el dedo gordo del pie del gurÜ, se bebeel agua y reparte pasteles entre los miembros de la cofradía;además se quema alcanfor 111,etc.

108 DUCI!ENE, Les origilles dll Cl/tte chrétiell. 3.' ed, 434.445,109 Cf., entre otros. OL.DENIIERG,Le l1ulIl/dllh, Sil \líe, Sil doctril1e. sa

COI1J/llU/lCIlIté,París, 2.' ed,. 1902; sobre los ritos de iniciación a la sectabudista china, llamada Lung.hwa, cL DE GIWOT. Sectariallism allel re-ligiol/s perseclItioll ill Chilla, 1. 1, Amslndam. 1903. pp. 204.220,

110 J. .C. OMAN, Cutis, customs, slIperslitiul1s al IlIdia. Londres, t908,p. 95.

111 Cellsl/s 01 [lidia /901, Ethnographical appendices, Calcuta, 1903,pp. 173.174. Un gU/'Ií es una especie de sacerdote, de director de con.ciencia y de moral, de confesor; recuérdese que no hay clero organizadoy jerarquizado en la India.

110

La iniciación a las cofradías musulmanas recibe en Marrue-cos el nombre de ouird-descenso al abrevadero, acto de apagarla sed- y el acto de beber o ingurgitar un líquido, o de reci-birlo en la boca, es en efecto el rito de agregación principal: paraafiliarse a la orden de los ai'ssaua, el neófito abre mucho la boca,y por tres veces el jefe de ceremonias le escupe en la garganta;a este rito central se añaden otros 112.

El ahd, o rito de iniciación, es, segÚn Lane, aproximadamenteel mismo para las diversas cofradías de El Cairo: el novicio sesienta en tierra frente al shei'kh y se dan la mano derecha, levan-tando los pulgares y apretándolos uno contra otro bajo la mangadel she'ikh, que recubre sus manos, mientras el novicio repite trasel sheikh ciertas fórmulas sagradas un número determinado deveces. Luego. el nuevo iniciado besa ]a mano del shei'h. Estosritos son idénticos a los del contrato de matrimonio, salvo enqtl(~ las manos del novio y del representante de la novia estáncubiertas por un pañuelo, las fórmulas son jurídicas y el noviosólo besa las manos de los asistentes si es de condición socialinferior 113.

En las ceremonias católicas de afiliación a una orden reli-giosa, hay siempre una parte que permanece fija de una vez portodas conforme al ritual, sea romano, sea galicano, etc., y unaparte que varía con la orden religiosa. Así, por ejemplo, la en-trada a los carmelitas comporta ritos funerarios seguidos de ritosde resurrección.

VÍRGENES y PROSTITUTAS SAGRADAS

Las vírgenes y prostitutas sagradas, para acceder a su nuevasituación, se someten también a ceremonias construidas siguiendoel esquema de los ritos de paso. Ésta es, para empezar, la se-

111 CL MONTET, «Les eonfréries religieuses de l'lslam marocain»,Ue\l. de /'Hisl. des Re/., 1902, t. XLV, p. ti; cL también DOUTTÉ, Me.rrflkech, p. 103, nota 3. Sobre la saliva como rito de agregación, S. BART-LAND,LégeIHI al Persel/s, t. 11, pp. 258.276; pero escupir sobre alguienes a veces también un rito de separación, NASSAU, Fetishisll1 ill WestAlrica, Londres, 1904, p. 213, Y de expulsión de la comunidad: gitanos,101//'/1.Oypsy-/ore Soc., 11.ser., t. 11 (1908), p. 185.

'" E. W. LANE, Malll1ers al1d CIIStOIl1S 01 lile mode/'/1 Egyptia/IS, ed. de1895, 8.", pp. 252.253 Y 174.175.

111

Page 55: Los Ritos de Paso

cucncia cn la consagraciÓn dc las vírgcncs cah:¡licus, scgún elPontifica! Romano114: l.", las vírgcncs acudcn revestidas conel hribito del noviciado, «sin velos, ni Illuntos, ni capuchones»;2.°, encienden sus cirios y se ulTodillan dc dos en dos; 3.", portres veces el pontífice les dice: venid, y ellas se acercan a él entres etapas; 4.°, se poncn de pie en círculo y a continuaciónvan de una en una a prometerle la consagración de su virginidad;5.°, él les pregunta si aceptan «ser bendecidas, consagradas y uni-das como esposas de N. S, Jesucristo»: «Lo deseamos»; 6.", elobispo canta el Velli Crea/O/' spiri/lIs y bendice los futuros hri-bitos de lns vírgenes; 7.", sc quitan sus vcstidos habitualcs y serevisten con los otros; 8.", el obispo bendice los vclos 115,luegolos anillos, luego las cororHls; 9.", las vírgenes cantan: «He des-preciado el reino del mundo y todo cl ornarnen lo del siglo [...]mi corazón ya no se contiene, es al rey a quien me he consa-grado. A rl, a quien hc visto»; 10.",cl pontíficc reza, luego recitael vete digllllll1...; vuelve a ponerse su mitra y dice: «Ven, almaquerida, ttí serás mi trono; el rey ha buscado tu uni6n»; 11.",ellas se adelantan de dos cn dos, se arrodillan, y «el pontíficecoloca el velo sobre la cabeza de cada una, lo hace descender

sobre los hombros y sobre el pecho y lo adelanta hasta los ojos,diciendo: «Recibid el velo sagrado como prueba de que habéisdespreciado el mundo y de que [...] os habéis [...] constituidocomo la esposa de Jesucristo»; 12.°, estando todas tapadas porsus velos, él las llama: «Venid a celebrar vuestras bodas, etc.»,y les pone el anillo en el anular de su mano derecha diciendo:«Yo os uno, cte.»; 13.", idéntica ceremonia con la corona; 14.",cantos litúrgicos, oraciones, aleluya, comunión, bendición, y enel caso de los conventos en que las monjas tienen derecho acomenzar las horas canónicas y a leer el oficio en la iglesia, en-trega ritual del breviario; 15.°, finalmente, entrega de las vírge-nes consagradas a la abadesa. Las ideas traducidas a la prácticason: la separación del mundo profano por el cambio de hábito

"4 l'vIIGNE,Ellcyclopée/ie Ilté%giiJlle, 1. XVII; BOISSONNET, [);cticm-lra;re e/es cérélllollies el e/es riles sacrés (1. 111), <;01.539-563.

'" No hllY deseJ'Ípdón IIntigllll de cslos rilos; ell clIlllqllier cuso, cstevcllll11ielllo 110 ticlIC IllIda qne ver COII el velo. sustituto de la piel decarnero 1'0111111111,COI1 que se cnlJl'iu a los csposos úurulIlC el llIutrilllO-nio cristiano primilivo.

112

y el cubrirse con un velo; la agregación al mundo divino median-te un matrimonio con Jesucristo (el anillo y la corona son tam-bién los objetos rituales del matrimonio secular). Es de señalarque aquí los ritos de separación finalizan el período de margen(noviciado), que está marcado por una semireclusión; la reclu-sión completa sigue a la consagración, y tanto el noviciado comola consagración están señalados también por una separación ma-terial (convento, reja, ete.) del mundo profano.

Estamos mal informados sobre el ritual de consagración delas prostitutas sagradas de la antigÜedad 116.Citaré en consecuen"cia algunos ritos hindúes. En la casta de los kaikólan músicos,de Coimbatore, al menos una chica de cada familia debe serconsagrada al servicio del templo como bailarina, música y pros-tituta. La primera serie de ceremonias equivale a los esponsales,y la segunda serie al matrimonio: un brahmán le ata el tfifí (equi-valente de nuestro anillo) alrededor del cuello como en los espon-sales y el matrimonio; el tío materno 'le ciñe la frente con unacinta de oro y la expone ante la gente sobre una tabla. Du-rante el primer coito, se coloca inicialmente un sable entre lasdos personas durante algunos minutos, rito nupcial muy difun-dido en la India. En resumen, las ceremonias de consagracióna la divinidad no difieren más que en pequeños detalles de lasceremonias nupciales ordinarias; lo mismo ocurre entre los kai-kólan tejedores 117. Mejor aún, en las ceremonias de consagraciónde las basavi (prostitutas sagradas) del distrito de Bellary, sepone al lado de la novicia sentada una espada que representaal novio ausente y que aquélla empuña con la mano derecha;tras diversos ritos, se levanta y va a depositar la espada en elsantuario del dios; si se trata de una bailarina sagrada, el novioes sustituido por un tambor ante el que aquélla se inclina. Lasbasavi llevan atada el ttUi y tienen tatuados el tchakra (discoahuecado en el centro) y una concha (tllrbillella rapa) 118.

116 Aquí no me ocupo de la proslilución sagrada temporal (Mylitta,Heliópolis, Ana'ilis); eL H.-S. HARTlAND,Al tlle temple 01 Mylitta, An-thropological Essays, préscntcú lo E.-B. Tylor, OxCorú, 1907, pp. 189-902.

'" E. T 11URSTON, Etllllograp¡'¡c /1O/es in Southem India, Madrás,1906, pp. 29-30.

111 Ibidel1l, p. 40; eL también p. 41.

113

Page 56: Los Ritos de Paso

CLASE~ CASTAS Y PROFESIONES

Por más que la pertenencia a esta o aquella casta o clasesocial sea hereditaria, como lo es la pertenencia a los diversosgrupos totémicos, mágico-religiosos, ctc., es raro que se considereal niño como un miembro propiamente dicho, «completo», des-de su nacimiento. A una edad variable según ios pueblos, le espreciso agregarse mediante ceremonias que se distinguen de lasanteriormente estudiadas en que el elemento mágico-religiosoes en ellas menor, siendo por el contrario de mayor importanciael elemento político-jurídico y social general. Entre los lekugnen,de la Columbia británica 119, hay cuatro clases: clase de los jefes(hereditaria), de los nobles (hereditaria), de los plebeyos y de losesclavos; hay endogmnia de clase y IIn rígido protocolo en lavida cotidiana (lugar en la meS:I, ele.). la perlenencia a estao uquclla clase viene indiemJa por el nomhre; de ahí la ceremo-nia de la denominución, poslerior siempre u las ceremonias dela pubertad. El padre orgnniza un gran festín; una vez reunidostodos los invitados, lleva a su hijo, acompañado por los padrinos,al tejado de la casa (cuyo interior está excavado en el suelo);luego canta y baila uno de los cánticos y danzas de la familia.Después viene una distribución de regalos en nombre de losantepasados. El padre solicita a una cuarentena de miembros dela nltn nobleza que sirvan de testigos. Dos jefes de edad avan-zada se adelanton, dejando quc el jovcn se sitúe cntre ombos, yel más viejo proclama en voz alta el nombre y los títulos delantepasado escogido por el padre para su hijo; por lo general,son los del abuelo. El consentimiento de los asistentes se expresamediante aplausos y gritos. Nueva distribución de regalos a losasistentes, y si el padre es rico, a los plebeyos llegados a curio-sear. A continuación viene la comida en común y en adelantesólo se conocerá al joven por el nombre y el título así adquiridos.Se trata, como puede verse, de una forma semicivilizada de cere-monias minuciosamente elaboradas en otros muchos lugares,como en la Europa de la Edad Mcdia (d. su semejanza con lavigilia de armas y el noviciado), en el Japón, etc. Las señales

'19 C. HILL-TouT, «Report on the Ethnology 01 Ihe South-EasternTribes 01 Vancouver-Island. British Columbia», /u/lm. AII/hrup. IIIS/.,\. XXXVII (1907), pp. 308-310.

114

exteriores son aquí los blasones, a los que corresponden la repre-sentación del tótem en el caso de las clases totémicas, y las esca-rificaciones, tatuajes, etc., en el caso de las clases de edad ysociedades secretas. La imposición del blasón es claramente,como la de la marca totémica, etc., un rito de agregación delmismo tipo que la «marca» de los misterios: sólo las formas va-rían según los pueblos y el género de grupo restricto12°,

La pertenencia a la casta es, por definición, hereditaria; ade-más, cada casta está especializada profesionalmente y tiene sulugar asignado en una jerarquía precisa 121.Así pues, la agrega-ción a la casta sólo se presenta en condiciones definidas: 1.0,agregación del niño; estas ceremonias pertenecen a la categoríade las ceremonias de la infancia estudiadas en el capítulo V. Porsupuesto, la utilización ritual de los instrumentos especiales dela profesión adquiere aquí un lugar importante; no es ya, comoen los pucblos sin castas, un rito simpático ordinario, sino unverdadero rito de agrcgación del individuo a una colectividaddelimitada; 2.", no se puede pasar de una casta inferior a unasuperior, sino solamente ir de arriba abajo. De donde se sigueque los ritos de agregación, o bien se simplifican, o incluso giran:pues es a la casta inferior a la que se honra, no a los reciénllegados. Por otra parte, ciertas castas, en algunas regiones dela India. son primariamente tribus; en este caso, los ritos deagregación parecen hacer abstracción de la valoración basadaen la casta, para conservar únicamente los caracteres de las cere-monias realizadas en lugares distintos a la India para la agre-gaciónde un extranjero al clan o a la tribu 122; en fin, los ritosde separación desempeñan aquí un importante papel, por m:1s

120Desarrollaré este punto en mis «Débuts du Blason» , en prepa-ración; cL mientras tanto mi «Héraldisation de la marque de propriété» ,París, Revue Héraldique, 1906.

'" Sobre la teoría de las castas, consúltese: C. BOUGLÉ,Essais surle régillledes cas/es, París, 1908.

'" Para casos de este tipo (comida en común, rito de agregaciónalimentaria especial), el. RISLEY, Tire Iribes al1d costes 01 Bellgal, Cal-cula, 1896, t. 11, pp. 41, 49, etc. Recuérdese que la agregación a la castapuede hacerse también mediante el matrimonio.. En las tribus de losNilghiri Hills, las jóvenes cambian de casta en virtud del matrimonio;de ahí la ceremonia llamada «el Tajo tribal»: las mujeres de la tribu pre-paran una comida a la que invitan a la novia, apartándola así de sucasta primitiva y admitiéndola en la suya.

115

Page 57: Los Ritos de Paso

que el elemento consciente y voluntario pueda estar ausente;cada casta está separada de las demás por tabúcs, y basta tocara un individuo de una casta inferior, comer con él, o acostarseen su cama, o entrar en su casa, para scr automátkamcnte expul-sado de la propia casta sin que ello implique, por otra parte,la agregación a la casta del individuo al que se ha tocado. Ocu-rre con frecuencia cn este caso, por ejemplo en Bcngala 123,queel sin-casta se haga musulmán, al no admitir el Islam, al menosen teoría y en algunas rcgioncs dc la India, la jerarquía de lascastas. Asimismo, en las cofradías rcligiosas budistas verdaderaso en las «sectas» resultantes del compromiso, cn grados diversos,entre el hinduísmo, cl brahmanismo, el budismo y el Islam-como cl aryasamU{lj, cl sini\riiyani, ctc.--, pueden cntrar indi-viduos dc todas las castas.

En fin, la entrada cn las profesiones comportaba entre noso-tros ceremonias especiales, incluyendo algunos ritos al menos dcnaturalcza rcligiosa, sobre todo cuando las corporaciones coin-cidían con cofradías religiosas de carácter especial. El aprendi-zaje, antaño, si no implicuba una separación del mcdio anterior,terminaba con ritos de agregación (comida en común, cte.). Comoes sflbido, el reclutamicl1tu de las corporacioncs cslaba estric-tamente reglamentado. Nu obstante, no hay por qué pensar quchoy en día han desaparéciclo todas las barrcras en el interiorde las mismas profesiones u oficios, o cntre los diversos oficiosy profesiones. Los obstáculos opuestos al paso de uno a otro notienen sin duda nada de ritual, pero conviene, sin embargo, deciraquí algunas palabras, porquc esta forma nueva corresponde atendencias que sr. expresan también en ritos de paso, aunquesobrc otras bflses. Así, por ejemplo, el ayudante (tanto el pin-chc de herrero I.:omo el peón de I.:arpinlcro, cte.) tiende a se-guir siendo flyudante toda su vida, sin que pucda pasar, cuales-quiera que sean sus aptitudes personales y salvo ocasiones excep-cionalcs (a veces por matrimonio), a lu sccción adYflcente (hcrre-ro, cflrpintero, etc.). La forma aguda de esta tendencia se hamanifestado frecuentemente en los Estados Unidos, cn forma,por ejemplo, de lucha entre los peones de albañil y los albañiles,que prohibían a aquéllos servirse de los instrumcntos propios

111 eL A. VAN GENNEI'. ,,)'ollrqlloi on ~C fui! nll1~lIll1lun uu Bcngulcn,Uellue des I dées del 15 dc dicicmbrc de 1908, pp. 549 Y ss.

116

de éstos 12~(paleta, etc.). Como ha demostrado C. Cornélissen 125,

esta distinción no depende de aptitudes personales (fuerza, des-trcza, etc.), sino más bicn de una especie de presión tradicionalquc obliga al individuo a progresar únicamente en el marco dela estrecha sección en que ha debutado; se es aprendiz de peón-albañil o aprendiz-albañil: y toda la vida ulterior depende deeste primer paso. Pero en el interior de los ayudantes y de losobreros o artesanos, se pasa con bastante facilidad de una cate-goría amplia a otra: de peón-albañil a ayudante de cantero; decarpintero de armar a carpintero de muebles o ebanista. Porotra parte, si se examinan todos los niveles salariales teniendocn cuenta todos sus factores, se constata que oscilan entre dosextremos, mínimum y máximum, y que también aquí existe unmargen que s~ trata de franquear antes que el individuo alcancela plena satisfacción de sus necesidades en un país, época yoficio dados 126.

La clasc de los brahmanes, de los «dos-veces-nacidos», marcala transición entre la casta y la profesión mágico-sacerdotal. Estetérmino de «dos-veces-nacido» indica claramente el verdaderopupcl de los ritos de paso, en cl scntido de que el brahmán, quepertenece fI su casta por nacimiento y es agregado a ella porlos ritos de la infancia, se ve después sometido a ceremonias deiniciación en las que muere al mundo anterior y renace al mun-do nuevo, ceremonias que le otorgan el poder de entregarse a laactividad mágico-religiosa en que consiste su especialidad profe-sional. Al ser el brahmán un sacerdote-innato, no cabe en modoalguno hablar dc una ordenación del brahmán, en el sentido cató-lico del término 127; pero, piense lo que piense C. Bouglé 128, clnoviciado y la iniciación son necesarios, sobre todo a causa dela importancia dc las fórmulas y de su «pronunciación correctu»en el ritual brahmánico. Se nflce brahmán, pero es preciso apren-der para actuar como brahmán. Dicho de otro modo, en el inte-

'" HuI/. Bur. 01 Labor, nov. 1906, Was., pp. 746-747.'" C. CORNÉLISSEN,Tlléorie c/u salaire el c/u Iravail salarié. París,

\908, pp. 173-201.tI' [bicJem,p. 658.m CL BUHNOUI',Essai sur le Véda, pp. 283-285, Y Jlou(;I.t!. Uégime

des CIIS/es, pp. 73-76.'" [bic/em, p. 77. Mi interpretación concilia I()~ puntos de vi~ta de

Burnour y de Oldenberg.

117

Page 58: Los Ritos de Paso

rior del mundo sagrado en que vive el brahmán desde su naci-miento, hay tres compartimentos: uno preliminar, hasta el LIpa-nayama (introducción ante el preceptor); otro, liminar (novicia-do); el último, postliminar (sacerdocio). La sucesión de estos pe-ríodos es para el brahmán idéntica a la que vive un hijo de reysemicivilizado: ambos evolucionan siempre en el interior delmundo sagrado, mientras que un no-brahmán o un negro cual-quiera no evolucionan, salvo durante períodos especiales (inicia-ción, sacrificio, etc.), más que en el interior del mundo profano.

las cerémonias comprenden 129: la tonsura, el baño, el cam-bio de vestido, la toma de posesión del corazón, el cambio denombre, el apretón de manos: el niño está muerto. Ya novicio

(brahll1aclÍrilJ), se le somete a tabÜes de todo tipo; se le instruyeen la literatura sagrada, aprende las fórmulas y los gestos. Launión del niño y del prcl:cptor se idcnlifica a un matrimonio;lucgo, cl prcccplor «colH.:ibc» cn el l11olncnlo cn quc coloclI lumano sobre el hombro dd niiio; al tcrccr día, cuando se recitael savitri, el niño renace; según otros textos, el nacimiento delbrahmán tiene lugar «en el momento en que el sacrificio se incli.na hacia él». Así, contrariamente a lo que se ha constatado en elcaso de las ceremonias de iniciación australianas, congoleñas, et-cétera, la muerte del novicio no dura todo el tiempo del novi-ciado. El del brahmán se prolonga hasta un momento cuya épocano precisan los textos. Luego viene la ceremonia del «retorno»(sal1lavarlmw): el novicio se despoja de las insignias del novi-ciado (cinturón, bastón. piel de antílope) y las arroja al agua; sebaña y se reviste con nuevas ropas 13°.Helo ya reintegrado en lasociedad sagrada general, por separación del margen, tambiénél sagrado.

lA ORDENACiÓN DEL SACERDOTE Y DEL MAGO

No insistiré en el noviciado y las ceremonias de ordenaciónde los sacerdotes católicos y ortodoxos. Puede reconocerse enellas la misma secuencia de ritos de separación, de margen y de

'" CL OWENDERG, La religioll clll Vécla, París, 1903, pp. 399-402.no CL OLDENDERG,loco di., p. 350. Para otros detalles, véase V. HEN-

RY, La magie c/alls /'IlIde alllique, París, 1904, pp. 84-85, etc.

118

agregación, pero sistematizada, siguiendo direcciones propias 131.la «tonsura», que es a la vez un rito de separación y de agre-gación (al igual que cubrirse con un velo), es el rito principal,dado que constituye una señal permanente. Una vez ordenado,aún debe el sacerdote decir su primera misa y este acto ritualadquiere también, en algunos casos, la forma de un matrimonio.Frecuentemente se combina con ritos nupciales locales, cornoen algunas comunas del Tirol132: en ellos, una jovencita, her-mana o parienta próxima del cura, de edad comprendida entrelos ocho y los doce años, personifica a la 19lesi.a.De igual modoque si se tratara de una novia ordinaria, se pugna por «robarla»,es decir por Jlevarla a un mesón distinto de aquel en que seha preparado la comida nupcial que sigue a la primera misa;se disparan tiros de fusil, se hacen explotar petardos, se cantancanciones nupciales, incluso eróticas, aunque durante la comida,la presencia de los sacerdotes amigos del cura y la de sus ayu-dantes o padrinos consiga calmar el entusiasmo ritual. Las auto-ridades eclesiásticas han conseguido, por lo demás, hacer quedesaparezcan estas costumbres en algunas diócesis, pero en otras-como la de Salzburgo, por ejemplo- se siguen manteniendo,

En mi opinión, hay actualmente pocos grupos que posean unritual tan preciso de lo puro y de lo impuro corno los subba osabeos de los alrededores de Bagdad. En el momento del pasode uno de lo:; grados eclesiásticos a otro, el bautismo juega unimportante papel, al igual que en toda la vida de los novicios,diáconos, sacerdotes y obispos. El novicio debe ser hijo legítimode sacerdote o de obispo y carecer de todo defecto corporal; sitras un examen se le juzga digno, recibe un bautismo especial,estudia de siete a diecinueve años y luego es ordenado diácono.Al cabo de seis meses o un año, si el pueblo reunido lo quiere,se le ordena sacerdote. Se le encierra en una cabaña de cañas;

no debe ensuciarse ni dormir durante siete días y siete noches;cambia cada día de vestido y debe dar limosnas. «El octavo día,se celebran funerales en su honor, puesto que se le considera

1)1 Véase, entre otros, BOISSONNET.loco cil., cols. 985.t032 y cols. 1032-1043, las «ordenaciones generales» que corresponden a las circuncisio-nes, matrimonios, etc., múltiples sincronismos. Para los grados y el ri-tual antiguos (romano, galicano y oriental), véase DUCHfNE, loco cil.,pp. 344.378.

lJ2 Fr. KOHL, Die Tiroler Bauernhochzeil, Viene, 1908, pp. 275-281.

119

Page 59: Los Ritos de Paso

muerto; después de lo cual, se dirige al río en compañía de cuu-tro saccrdotes, que le administran el bautismo.» Durante los se-senta días siguientes, se baña tres veces al día; si tiene unapolución nocturna, debe reanudar de nuevo su jornada; los díasen que su madre o su mujer menstrúan tampoco le cuentan, ete.;de tal forma que para llegar a los sesenta días libres de todamancha necesita a veces cuatro o cinco meses. Tabúes alimenti-cios; limosnas. El acto especial del sacerdote es administrar elbaustismo. El del obispo es administrar el matrimonio. El obis..po es elegido por los sacerdotes; separación sexual durante tlosmeses; bautismo; explicación en público de los libros sagrados;asistencia (rito obligatorio) u la muerte tle un «bucn sollbba» ,que se encarga de transmitir un mensaje a la tlivinidad Avather;tres días después, plegaria por ese muerto; bendición (rito obli-gatorio también) del matrimonio de un sacerdote; un bautismode todos los sacerdotes es cI rito finallH.

Con la iniciación dcl mago, entnllllOS en una categoría dehechos de carácter híbrido. En efecto, los magos no estéÍn somc-tidos a ritos de unión a un grupo humano determinado, salvocuando, como en la Américu Noroccidental, forman una espe-cie de clase o incluso de custa. Pero tienen que agregarse al mun-do sagrado, lo cual no puede hacerse más que poniendo en prác-tica el esquema de los ritos de paso.

Para los australianos, remito a las fuentes citadas en unamonografía de Mauss IH; en ellu se verá que el mago australianocambia de personalidad, a veces hasta el punto de morir paraa continuación resucitar (extracción de órganos; viaje en sueñosal otro mundo, etc.). El clzalllálZuralo-altaico 135:l.", es nerviosoe irritable desde su juventud; 2.", es «poseído» varias veces porespíritus (alucinaciones, fobias, epilepsia, trances, catalepsia, et-cétera); de ahí la idea de muertes temporales; 3.", se retira albosque, la soledad, la tundra, ctc.; se somete a privaciones diver-

sos, o un cntrenamiento psicológico y ncuropático; 4,", divcrsosespíritus, antropomórficos o animales, enemigos o protectores,aislados o numerosos, se le aparecen cada vez con más frecuen-cia y le enseñan las cosas del oficio, etc.; 5.", o bien el chamánmuere y su alma se traslada al país de los espíritus, de los dio-ses, de los muertos, para aprender su topografía y asimilar losconocimientos necesarios para domeñar los malos espíritus yatraerse la ayuda de los buenos; 6.", el chamán vuelve a la vida,renace; luego vuelve a su casa o va de pueblo en pueblo, ctc. Enfin, hecho importante, aunque no distintivo del chamanismo: la«chamanización», o conjunto de actos del chamán durante unaceremonia, comprende la misma secuencia: trances, muerte, via-jes del alma al otro mundo, retorno, aplicación al caso especial(enfermedad, etc.) de los conocimientos adquiridos en el mundosagrado: es, por tanto, un equivalente exacto del sacrificio detipo clásico.

Veomos ahora la iniciación de un piaye caribe: 1.", se va avivir con un «anciano», a veces durante diez años; hasta losveinticinco o trcinta años se somete a pruebas, a un ayuno pro-longado, etc.; 2.", los ancianos piayes se reúnen, se encierran enuna cabaña, azotan al novicio con un látigo y le hacen bailarhasta que cae desvanecido; 3.", se le somete a un «vaciado desangre» por hormigas negras, se le hace «ir arriba y abajo» mien-tras se le fuerza a tragar jugo de tabaco; 4.", se le somete a unay'Uno de tres años, progresivamente menos riguroso, y absorbe,de cuando on cuando, jugo de tabaco 136.El sentido interno deesta secuencia ritual. lo ponen de relieve estas descripciones de'Van den Steinen: i .", se extenúa y se hiperestesia al novicio;2.", éste se duerme y muere; 3.", su alma sube al cielo y luegovuelve a bajar; 4.°, se despierta y resucita convertido en piaye 131.Entre los warundi, del África Oriental alemana 138, se llega a serkirallga (sacerdote-maga-brujo): 1.°, por herencia y ordenación:el padre o la madre entrega la lanza sagrada al hijo o la hijaprimogénitos antes de morir; 2.", por haber sido herido por un111 N. SIOUFFI. E/lides sur ICIreligioll des SollbbClS, pp. 66-72.

1" M. MAuss, L'origille des polIl'oirs /lllIgic/lles dcl/Js les sot'Íetés (/(IS-/ralielllles, París, 1904.

IJ! Este esquema es la sustuncia de vurios capítulos de un libro,desde huce tiempo en preparación. sobre lo/! S/¡w/I(l/Jisl/Ja c/rez las po/m-lal;OIIS de l'Ellrope e/ de ['Asia s/!p/e/l/ricJ/lClles, husado sobre todo en losdocumentos rusos, finlundeses y 11t'lIIguros. Por supuesto, lus vuriucioncsde detalle enlre los diversos pueblos son considerables.

'" LAI'ITAU,Moellrs des Sallvages A l11ér;qlla;ns, Pads, 1724, 1. 1, pá.ginas 330-334; eL p. sig., otras descripciones (Moxas, cte.).

'" K. VaN .DENSTEINEN.UII/er den Na/urvülkem Zen/ral Brasiliens,2.8 ed., Berlín,' 1897, pp. 297-298, 300-301 (Baka'iri, AuetO, cte.).

'" '.-M.-M.. VANDEI!RURGT,L'UrllluJj e/ les WarL/IId; (extracto delDicliolllw;re J(;rund;), Bois-]e-Oue, 1904, p. 107.

120 121

Page 60: Los Ritos de Paso

/1;!

rayo; 3.°, por una vocación súbita: «Durante una de las "cere-monias de la lanza», un joven o una joven se levanta bruscamen-te, se sitúa frente al kir(//Iga oficiante, o más bicn frcntc a lalanza sagrl1da, se inclina hl1cia él o ella, Ic mira fijamente contoda la cncrgía de su ser hasta que él (o clla) empieza a temblary cae finl1lmente desvaneciJo, como muerto... se acuesta a lapersona desvanecida sobre una estera, se la lleva con precaucióna su casa, donde duerme de tres a cuatro días. Cuando vuelveen sí es ya en adelante persona sagrada, sacerdote o sacerdotisa-esposa del dios. Se llama a los vecinos y vecinas; se realiza la"ceremonia de la 11111Z11"y el nuevo kira/lga preside y oficia porvez prilllerl1.» Por consiguicntc, hipnosis, muerte, margen y re-surrección. «Esta idea de unu mucrtc momcntánca cs un temageneral tanto de la iniciación nHígica como dc la iniciación reli-giosa», seiiall1n con razón Ilubert y Mauss 139,quc citan hechosesquimales, chames, griegos, inuoncsios, mclanesios y norteame-rindios del mismo tipo. Lo que aquí nos importa es la consta-tación, en los detalles de estas ceremonias, de una secuencia idén-tica a l11sde muchos otros pasos de un estado a otro.

LA ENTRONIZACiÓN DEL JEFE y DEL REY

Todo lo que acabamos de decir de los sacerdotes y los magosse aplica igualmente al jefe y al rey, cuyo carácter sagrado, y aveces divino, ha sido sobradamente puesto de relieve por J.-G.Frazer 14°.También las ceremonias de entronización 141o de coro-nación presentan la mayor semejanza en sus detalles esencialesy en sus secuencias con las ceremonias de la ordenación. Se pue-den considerar dos casos: o bien el sucesor es entronizado envida de su predecesor, o bien lo es tras la muerte de éste. Aveces incluso, la sucesión se abre con un rito especial en el queel sucesor da muerte a su predecesor. En ambos casos hay, como

IJ9 H. HUIJERT y M. MAUSS, «Esquisse d'une théorie générale de lamagie», Allllée sociofogiql/e, 1. VII (1904), pp. 37.39.

'40 J.-G. FRAZER, The Gofdell Bol/gh y Lec/mes 011 /he earfy his/ory01 tire killgslrip, Londres, 1905.

'" Prefiero este término al dc coronación, pucs con mucho más fre-cuencia q\le \lnll clnlll o una corOIlO, la illsigniu de lu realeza suele serun asiento especial.

122

...1.'~

en la iniciación y la ordenación, entrega y apropiación de lossacra, aquí llamados regalía: tambores, cetro, corona, «reliquiasde los antepasados» 142,asiento especial, que son a la vez signoy receptáculo del poder real-mágica-religioso.

El período de margen lo volvemos a hallar también aquí, enforma de preparación y retiro, con tabúes de todo tipo e ins-trucción especial, a veces desde la infancia; es el equivalentedel noviciado. Otro período de margen es el que transcurre entrela muerte del predecesor y el acceso al trono del sucesor (sedevacante), Se manifiesta en la vida general por una suspensiónde la vida social del mismo género que la de los novicios deque más adelante hablaremos.

La referencia a descripciones detalladas nos hará ver fácil-mente que el esquema propuesto es válido también aquí 143;sólocitaré dos casos, el de la entronización del faraón en el antiguoEgipto y el del hagan de los habbé, en la cuenca del Níger. EIl.esta misma categoría entran las ceremonias de la investidura, dela entrega temporal de poderes, etc. El mecanismo está aquí tam-bién condicionado por la separación del medio anterior y la agre-gación progresiva o inmediata a un medio nuevo, originariamenleel medio sagrado.

f.sta es la secuencia ritual durante la entronización del fa-raón, según la excelente monografía de A. Moret 144,El futurofaraón naCÍa dios 145;sin embargo, entre su nacimiento y el mo-menlo de su entronización, debía haber perdido su carácter sa-grado absoluto, puesto que el primer rito le «purificaba», esdecir le reagregaba al mundo sagrado y le volvía a identificar conlos dioses al ser amamantado 146por una diosa, entre otros pro-cedimientos, Luego, el monarca reinante le presentaba al pue-

141 CL mi Tabou, Tol. Madag., pp. 115-117,Y fiobre los regalía en ge-neral como receptáculo del poder real, FRAZER,Killgship, pp. 120-124.

1" CL para una buena descripción secuencial, PATTAS,Le sacre elCOllronllemell1de Louis XVI, précédé de recherches sllr fe sacre desRois de Fratlcedepllis CfOllis,etc., París, 1775.

'44 A. MORET,Vu caraclere relígieux de fa roY(llllé pharaolliqlle, Pa-rfs, 1903, pp. 75-113; idénticas secuencias y ritos de detalle para lainauguración ,del templo; cL A. MORET,Ri/uef du cuije dillin joumalíer,París, 1902, pp. 10-15; cL también ibide"" pp. 25.26, nota 1, 101, 29-32Y 111pl. 1, en 4 cuadros quc rcspondcn a las 4 fases de la secuencia.

1" Sobre la teogamia, cL Royau/é pfJaraol¡ique, pp. 49-52 Y 59.73.'46Sobre In lactancia divina, ibidem, pp. 63-65 Y 222.

123

Page 61: Los Ritos de Paso

,',:i'i;,1'¡

i';

blo, le tomaba en sus brazos y hacía sobre él los pases que con-ceden el fluido vital. El rito siguiente consistía en otorgar losnombres y título del nuevo faraón, dispersándose luego entregrandes gritos y saltos (¿rituales?), mientras se levantaba acta delos nombres y títulos a fin de que nadie los ignorara. Luego, elrey proclamado «recibía las coronas de los jefes de las moradasdivinas», es decir de los dioses, coronas sostenidas por una cintasagrada; al mismo tiempo, se le entregaban los otros regalia (col-millo, ¡¡ítigo, cetro); luego venía la «reunión de las dos regio-nes» (Egipto del sur y del norte) por sus diosas, que las transmi-tían al nuevo faraón, el cual tomaba posesión de las mismasmediante una circunvalación, «la vuelta al muro», del mismomodo que el muerto convcrtido en dios «tomaba posesión» delas moradas de Horus y de Sil. El rey se dirigía luego proce-sionalmentc al santuario del dios y éste líltilllo «le abrazaba,d/Índole así el fluido vital» y quedando consolidada la diadcnHlsobre la cllbeza. Era la consagnlcilJn ddiniliva, equiv:denle a latranscripción de los nombres y [Í(ulos. Estos ritos datan de lamás remola antigüedad y se han mantenido hasta la época delos iolomeos y parcialmente en Etiopía. Había finalmente pere-grinajes a diverso:; santuarios, festejos pÚblicos sufragados porel rey, dotaciones religiosas, reparaciones en los templos, etc. Ve-mos, por tanto, que la ceremonia se inicia con un rito de separa-ción de lo profano, continÚa con ritos de agregación a lo sa-grado, ritos de toma de posesión del mundo divino y terrestre,y que todo ello se realiza por etapas; por lo demás, carecemosde informes sobre los períodos de margen.

Los habbé de la Meseta nigeriana están gobernados por ha-ganes, que tienen un carácter a la vez político, jurídico y religiosoy son tanto grandes-sacerdotes como reyes elegidos. Los regaliason, al mismo tiempo, los sacra del templo en que habita: collarcon un ópalo, brazalete de hierro en la pierna derecha, anillo decobre en la oreja derecha y anillo de plata en el dedo mediode la mano izquierda, señales evidentes de la agregación a la divi-nidad; luego, una caila especial, vestidos especiales, etc. No sele debe tocar, y su nombre anterior a la entronización no debeya ser pronunciado; sólo se le habla en el viejo dialecto sara-kolé; tiene derecho a las primicias y está sometido a régimenalimenticio especial. Hay un hogon por tribu o clan y un gran-hagan; el primero es entronizado mediante la entrega de las in-

signias y la conducción al templo que le servirá en adelante deresidencia. Tras la defunción de un gran-hagan, hay tres añosde interregno durante los que se oculta su muerte al pueblo. Acontinuación. se anuncia dicha muerte, se solicita su opinión a ladivinidad, hay grandes fiestas y bailes públicos, el Consejo pro-cede a la elección y se le entregan al nuevo hagan sus insignias.«Acompañado por la muchedumbre de dignatarios y de jóvenesbailando, el nuevo hagan se dirige entonces al templo de ladivinidad, cabaña muy adornada que en adelante será su habita-ción sagrada. Este paseo es considerado como el cortejo fune-rario del hagan; pues desde su entrada en la casa hogonal, trashaber tomado posesión de los "signos de alianza", el servidorgran-sacerdote de la divinidad es considerado como muerto porsu familia» 147.

LA EXCOMUNIÓN Y LA EXCLUSIÓN

La contrapartida de los ritos de iniciación son los ritos dedestierro, de expulsión y de excomunión, que son por esenciaritos de separación y de desacralización. Los de la Iglesia cató-lica son bastante conocidos. Es interesante señalar que, comoha visto bien Rob. Smith 148, el principio de la excomunióny dela consagraci5n es el mismo: poner aparte un objeto o un serdeterminados; de ahí la identidad de cierto número de ritos dedetalle.

El orden en que he clasificado las diversas sociedades espe-ciales para examinar sus ritos de admisión no está basado en elazar, sino en la distinción precisa de los elementos que caracte-rizan a cada una de ellas. Lo cual implica que no admito laclasificación ni las teorías de Schurtz, como tampoco las deWebster. Este último, sobre todo, ve degeneraciones donde yotiendo a ver formas inaugurales. En cuanto a Schurtz 149, im-

'" lo DESPLAGNES, Le Plateal/ Celltral Nigériell, París, 1907, pp. 321-328: en una tribu de la llanura del Barasana, los Udio de Uol, las cere-monias son Uli. poco diferentes e incluyen, entre otros, un rito de recha-zo sobre el que puede verse mi Religiol1s, Moel/rs et Légelldes, pp. 137-154. También aquí se considera al hogon como muerto para su medioanterior.

,.. Rob. SMITH, Die Religiol1 der Semitel1, pp. 118-119.'" H. SCHURTZ, Altersklassel1 I/l1d Miil1/lerbüllde, p. 392.

124 125

Page 62: Los Ritos de Paso

presionado por la sorprendente semejanza que presentan entresí los ritos de iniciación a las sociedades totémicas, a las frater-nidades, a las sociedades secretas y a las clases de edad, ha deri-vado de ta] semejanza la identidad de las instituciones enume-radas. Se podría llegar lejos por este camino, pero no puede ex-trañar que ]a teoría de Schurtz me parezca inadmisible150, dadoque e] objeto del presente volumen es precisamente mostrar quese trata más bien, en esos casos como en muchos otros, de unacategoría perfectamente caracterizada de ritos, cuya semejanzaderiva de que tienen un mismo objeto.

A ]0 largo de toda la duración del noviciado, los vínculosordinarios, tanto económicos como jurídicos, sc modifican, a vc-ces incluso se rompen por completo. Los novicios están fucra dela sociedad, y la sociedad carece de todo podcr sobre .ellos, tantomás cuanto que son propiamente sagrados y santos, y, en conse-cuencia, intangiblcs y peligrosos como lo serían los dioses. Desuerte quc si, por una parte, los tabÜes, en tanto que ritos nega-tivos, levantan una' barrera entre los novicios y ]a sociedad gene-ra], por otra, ésta carece de defensa contra las en1presas de losnovicios. Así se explica, con la mayor simplicidad del mundo,un hecho que ha sido destacado en numcrosos pueblos y queha permanecido incomprcllSible para los observadores. Me re-fiero a que durante el noviciado los jóvenes pueden robar y sa-quear a su antojo, o alimentarse y engalanarse a expensas de lacomunidad. Dos ejemplos bastarán por el momento. En Liberia,mientras que por una parte se instruye a los jóvenes val en lascostumbres jurídic:as y políticas de su pueblo, por otra «no pa-rece que, por ]0 que se refiere a los novicios en cuanto tales, seconsidere el robo como un delito, pues sc entregan, bajo la direc-ción de sus profesores, a ataques nocturnos contra los pueblosde la vecindad, y roban, con artimañas o a la fuerza, todo ]0 quepueda servfr para algo (arroz, plátanos, gallinas y otros mediosde subsistencia), lIevándoselo luego al bosque sagrado», por más

'1<>Inaceptable, por demasiado estrecha, es la teoría de FnAzER, TheGolden Bol/gil, t. 1, pp. 344 Y ss., rctolllada por HUIJEHTy MAUSS,«Essaisur la nalure et la fonction du sacrifice, Alllrée sociologiql/e, t. ", p. 90de la scparata, de que los ritos de iniciación tiencn por objeto introdu-cir un alma en un cllcrpo; si así ruera. sc cncontrada loda lIlIU serie derilos precisos del cambio de ull11a, ullÚlogos a los de ulgullus eerell1()-nias médicas.

126

que tengan además plantaciones especiales que les suministranlos alimentos necesarios 151, De igual manera, en el archipiélagoBismarck, los miembros del Duk-duk y del Ingiet pueden, du-rante las ceremonias de iniciación, robar y saquear cuanto quie-

, ran en las casas y plantaciones, pero cuidándose de dejar intactoslos bienes de los otros miembros de la sociedad secreta 1S2. Allí,como en toda Melanesia, estas exacciones han adoptado la formade entregas forzadas en moneda local.

EL VERf 000 DE MARGEN

E] carácter casi general del hecho en cuestión es por ]0 demássuficientemente conocido 153,pero para comprender su mecanismoen el caso indicado, conviene recordar que una liccncia general,una suspensión de ]a vida social, marcan igualmente los inteneg-nos y e] período de margen entre los funerales provisionales ylos funerales definitivos. Así podría quizá explicarse también,al menos en parte, la licencia sexual que en cierto número depueblos impera entre el comienzo de los esponsales y ]a termi-nación del matrimonio mediante apropiación de ]a mujer porun hombre determinado (Australia, etc.). Si la suspensión de lasreglas ordinarias de vida no conduce siempre a tales excesos, nopor ello constituye menos un elemento esencial de los períodosde margen.

111 J. BÜTTIKOFER,Reisebi/der aus Liberia, Leiden, 1890, t. 11, pp. 305-306.

m CL R. PARKINSON,Dreissig Jalrre i/l der Siidsee, Stuttgart, 1907,pp. 609-610.

'" En el Africa Occidental Francesa, la marca de iniciación es lacircuncisión, y el derecho al robo para los novicios dura desde el co-mienzo de la cicatrización de la verga hasta su cicatrización completa,o scu, u1l'cded,)1' de tres selllunus. LASNET, Missioll all Sénégal. París,1900, p. 50 (p.:ul), 65 (Iaobé). 77 (toucouleurs), 89 (malinkéJ, 101 (so-ninké), 127 (khassonké), 145 (séreres), etc,

127

Page 63: Los Ritos de Paso

CAPiTULO VII

LOS ESPONSALES Y EL MATRIMONIO

parranda considerable. Este período es 10 que se conoce COmll\1-mente por noviazgo t. En gran número de pueblos, los esponsalesconstituyen una sección especial, autónoma, dentro de las cere-monias del matrimonio. Incluyen ritos de separación y ritos demargen, culminando con ritos, bien de agregación preliminar alnuevo medio, bien de separación del margen considerado comomedio autónomo. Luego vienen los ritos del matrimonio, quecomprenden sobre todo ritos de agregación definitiva al nuevomedio y con frecuencia, aunque menos de lo que en principiocabría esperar, ritos de unión individual. Así pues, el esquemade los ritos de paso es aquí más complicado que en las ceremo-nias ya estudiadas.

Por lo que se refiere al tema del presente capítulo, abundanlos documentos detallados, faltan las monografías explicativasy difieren extremadamente las interpretaciones ofrecidas. Tam-bién aquí se descubre el esquema de los ritos de paso, y se caeen la cuenta de la necesidad de las sccuencié!s rituales. Lé!razónde que los teóricos se hayan perdido en interpretaciones estre-chas, aunque con frecuencia complicadas, estriba en que hanconsiderado los ritos aisladamente, en lugar de comparar entresí las ceremonias completas.

Hemos visto la admisión de] niño a la adolescencia por me-dio de la pubertad social. El estadio siguiente es la edad ma-dura, cuya más clara seña] es ]a fundación de una familia. Estecambio de categoría social es el más importante, porque acarreapara uno de los dos cónyuges al menos un cambio de familia,de clan, de pueblo, de tribu; a veces incluso, los nuevos espososvan a vivir a una casa nueva. Este cambio de domicilio quedaindicado en las ceremonias, de tal forma que los ritos de sepa-ración se relacionan siempre esencialmente con este paso ma-terial.

CATEGORíAS DE RITOS QUE CONSTITUYEN LAS CEREMONIASDE LOS ESPONSALES Y DEL MATRIMONIO

En las descripciones siguientes, cuyos paralelismos serán sub-rayados, se verán las secuencias en acción; se insistirá asimismoen un hecho que vuelve inútil toda discusión de la teoría indi-vidualista y contagionista de Crawley 2: el matrimonio es unacto propiaménte social.

Algunos ritos se clasifican tal y como se dijo en el capítuloprimero y a propósito del embarazo, el nacimiento, etc.: lo cualquiere decir que las ceremonias del matrimonio comprenden tam-bién ritos de protección y de fecundación, que pueden ser sim-páticos o contagionistas, animistas o dinamistas, directos o indi-rectos, positivos o negativos (tabúes). Precisamente ésta es la

EL NOVIAZGO COMO PERíODO DE MARGEN

I El mejor estudio que conozco sobre los esponsales estudiados almismo tiempo desde el punto de vista ritual y jurídico es el de R. COR-SO, «GIi sponsali popolari» , Rev. des El. Elhnogr. el Social., 1908, nov.-dic.: no se pu(:(le, sin embargo, admitir con el aulor que los ritos (beso,regalo, velamiento, ramo, cinturón, unión de manos, anillo, zapato, be-~o, intercambio de 1'1111,de frutos, de vino, etc.; acostarse uno al lado delotro. ete.) tielll:11 sólo un valor simbólico: ligan materialmente.

2 cr. CRAWLEY,Myslic Rase, pp. 321, 350, cte. S. Hartland havisto bien el carácter colectivo de los ritos de agregación; la mayoríade los demá~ teóricos de la familia han dejado de lado el estudio deta-llado y si~lemático de las ceremonias, sobre todo de las de los espon-sales.

Por otra parte, dado el número e importancia de los gruposafectados por esta unión socializada de dos de sus miembros, esnatural que el período de margen haya adquirido aquí una im-

128 129

Page 64: Los Ritos de Paso

categoría de ritos que ha sido nuís estudiada hasta ahora 3, yhasta tal punto ha atraído la atención, que se ha l1egado al ex-tremo de no ver en los ritos del matrimonio más que ritos pro-filácticos, catárticos y fecundadores. Conviene reaccionar contraesta simplificación, cuya estrechez se constata con sólo leer (;ui-dadosamente descripciones detalladas de las ceremonias del ma-

trimonio en una poblución cualquiera de Europa o de África, deAsia o de Oceanía, antigua o viva, civilizada o semicivilizada.

Dado que estos ritos han sido bien estudiados, los dejaré delado en las discusiones que siguen, en el sobrentendido de quesi en este estudio pongo en primer plano los ritos de separacióny de agregación como tules, y en sus secuencias, no es porquequiera reducir a estos ritos tínícamente todos los elementos delas ceremonias del n1<ltril11onio.liaré dcsta(;ar, por otra parte,que los ritos de protccción y de kcundación parccen intcrcalarscentre los ritos de paso pl'lJpiall1cn!e dichos (;omo al tuntllll. All:Omparar descripcioncs de las (;crclI1onias del matrimonio rea-lizadas por varios observadores en un mismo pueblo, se apreciacómo la secuencia de los ritos de paso se presenta con una cons-tancia. perfecta, y cómo el desacuerdo sui'ge Ünicall1ente sobrela fecha, el lugar y los dctal1es de los ritos de protección y defecund"ción. Es nuís, nunca se cstá muy seguro de qué interpre-tación eI"r a (;<ldarito pormcnorizado, 10 cual hacc quc las dosenumeraciones oFrecidas nuís udelante llt:ban considerarse muyincompletas. Se verá que para varios ritos he rechazado lasinterpretaciones más aceptadas, indudablemente no de modo ab-soluto para cada cuso particular en que dicho rito se realiza,sino cuando menos de una manera general. Presentar en cada

ocasión las pruebas reunidas hubiera convertido este capítuloen un volumen.

La complejidad de los ritos, y de los seres y objetos a el1ossometidos, puede variar segÜnel tipo de familia a constituir4;

pero de todas maneras, salvo en el «matrimonio libre», colecti-vidades más o menos amplias están interesadas en el acto deunión de dos individuos. Las colectividades en cuestión son:1.°, las dos sociedades sexuales, representadas a veces por !osmozos y damas de honor o por los parientes masculinos de unaparte y femeninos de la otra; 2.°, los gmpos de los ascendientes,bien por línea paterna, bien por línea materna; 3.°, los gmpos

d~ ~os ascenclien.tes, s~,§..

, ytt.

~asdos líneas a la vez, es decir, la~ ~a-mlltas en el sentIdoor1fJ.tHmode la palabra, y a veces las famIliasen el sentido amplio;~1ncluyendo a todos los parientes; 4.", lassociedades especiales (clan totémico, fraternidad, clase de edad,comunidad de fieles'8'Corporación profesional, casta) a las qucpertene(;en lino u otro'de los jóvenes, o ambos, o sus respedivospadre y madrc, o todos'sus parientes; 5.°, el grupo local (aldea,pueblo, barrio de ciudad, gran hacienda, etc.).

CARÁCTER SOCIAL Y ECONÓMICO DEL MATRIMONIO

Hay que recordar además que un matrimonio tiene siempreuna dimensión económica, que puede ser más o menos amplia,y que los actos de tipo económico (fijación, pago, reversión dela dote, bien de la joven, bien del joven, precio de wmpra de lajoven, arriendo de 10,~".Servicios del novio, etc,) se encabalgancon los ritos propiam?nte dichos. Ahora bien, los grupos enume-rados más arriba est¡Ín todos ellos más o menos interesados en

las negociaciones y ~p ~los arreglos de tipo económico. Si lafamilia, el pueblo, el'9ldh deben perder una fuerza viva de pro-

J¡ ¡e

. La clasificación dc N.':W. TMOMAS,Killgship alld marriage ill Aus-tralia, Cambridgc, t906, pp. t04-109, cs la siguiente: A. Promiscuidad;1), no reglamentada: a) primaria, b) sccundaria: 11), rcglamcntada: a)primaria, b) secundaria; B. Matrimonio: 111), Poligamia, primaria o secun-daria, simplco adélfica, unilateral o bilateral; IV), Poliandria; V), Po-liginia, idéntic¡ls divisioncs, pero siempre unilaterales; VI), Monogamia;laf. trcs formas dcl matrimonio pueden ser matrilocales, de rctorno, y pa-trilocales; VII), la Unión libre, y VIII), el Lío (con sanción socia\); todasestas formas pueden ser temporales o permanentes. No parece que la for-ma dc la familia influya sobre la secuencia de los ritos dc los esponsa-Ics y dcl matrimonio.

J La actitud general de los teóricos la indica bien la frase siguientede W. CROOKE, The Natil'es of Northem [IH/ill, Londrcs, 1907, p. 206:«el matrimonio implica quc las partes se hallan bajo la influcncia deltabÚ y los ritos tienen por objeto contrarrestar sus peligros, espccialmcn-te los que impiden quc la unión sea fecunda». Dcbo destacar quc, cnvirtud de lo quc hemos dicho cn el capítulo I dcl presente volumcn,el «!abÜ» no puede «ser un peligro». sino que es, en cierto nlllnero dccasos, un medio dc preservación del IJl,ligro.

130 131

Page 65: Los Ritos de Paso

ducción, muchacha o varón, ¡que haya al menos alguna com-pensación! De ahí las distribuciones de víveres, tle vestidos, dejoyas, y sobre todo los numerosos ritos en que se «I"escata» algo,en especial el paso libre hacia la nueva residencia. Estos «resca-tes» coinciden siempre con ritos ue separación, y ello hasta talpunto que cabe considerados en sí mismos como ritos de sepa-ración propiamente uichos, al menos parcialmente. En toJo CflSO,el elemento económico, por ejemplo el kalYIII de los turco-mon-goles, es tan importante que el rito que concluye uefinitivamenteel matrimonio no se lleva a cabo hasta que el kalYIll conlpletoha sido abonado, lo cual supone a veces esperar varios años. Eneste caso, el período tic margcn aumenta sin que se vean afec-tadas, no obstante, las relaciones sexuflles entre los cónyuges.

Así se explica que entre los bashkir 5 los matrimonios pue-dan decidirse cuanuo los futuros consortes son aún muy niños;los que J/evan las negociaciones económicas son unos interme-diarios (que corresponden a los sJla(y de los eslavos); cuantía,fecha de pago, etc., del kalYII/ o «precio ue compra» de la mu-chacha, que legalmente le pertenece a ésta (,. El acueruo sobreel kalym queda sellado con una comida comunitaria, seguida devisitns recíprocas de las dos familias, con intercHlllbios de n.:galosofrecidos por los parientes, sus amigos y sus vecinos. Duranteestas visitas se registra un reparto ue sexos en dos habitacionesseparadfls. Una vez terminado el intercambio de regalos, el no-vio puede ir libremente a ver fI la novia a su casa, e inclusovivir en ella cuando aquélla reside en otro pueblo; para ellodebía antaño cumplir las siguientes condiciones; /.', no debía

mostrarse ante su suegra; 2.', no debía ver el rostro de su novia;por eso acudía de noche. El hijo nacido durante este períodode margen era confiado a los cuidados de la madre de la joven.«En resumen, las relaciones entre los dos jóvenes son propia-mente maritales y sólo la muerte puede romperlas»; en estaÜltima circunstancia se daba el levirato, tanto en uno como enotro caso.

y a este respecto, destacaré que el levirato está fundado nosólo en razones de tipo económico, sino también en razones ritua-les; al haber sido agregado un nuevo miembro a la familia, seríannecesarias ceremonias especiales para hacerle salir de ella; ahorabien, el llueva lazo ha vinculado no sólo a dos individuos, sinoante todo a dos colectividades, que ahora tienen que conservarsu cohesión 7. Esto se pone de relieve también en los ritos dedivorcio.

Volviendo a los bashkir: cuando el kalym ha sido abonadoíntegramente, cosa que a veces no ocurre sino al cabo de variosaños, el padrc de la chica organiza, a expensas del joven, tinacomida a la que invita a todos los miembros de las dos familiasy ..1 IIIIII/a/¡(saceruote musulmán); los cónyugcs comcn cn unahabitación aparte, cn la quc no entran más que los parientesprÓximos. Al,llegar la noche, las amigas de la chica se la llevany la esconden en el patio o en el pueblo; el joven la busca, aveces durante toda la noche. Cuando la encuentra, se la entregaa las muchachas y vuelve a la habitación especial, en la quese han reunido todos los invitados. Pero antes de entrar en ella,debe romper con el pie un hilo rojo que dos mujeres sostienenatravesando la puerta; si no ve el hilo y cae, todo el mundo sebUl'la dc él. Luego se sienta, y los huéspedes sc van unos trasotro; cuando se queda solo, las amigas le llevan a la novia y sevan. esta le quita sus botas y él quiere abrazarla; ella le rechaza;él le da una moneda de plata y es ella la que le abraza. Al díasiguiente, la d1Íca, en compañía de sus amigas, va a despedirsede cada miembro de su familia; sube a una telega y se va a vivircon la familia del marido; no debe enseñar su rostro a su suegrodurante más de un año. La ruptura del hilo es un rito de paso;esconder y enc:ontrar a la novia, un rito de separación del grupo

, P.' NAZ,\ftOV, «K. etnograría 13ashkir». Elllogra!ilclzeskoeobozri(!l/ie,fase. IV (1890), pp. 186-189. ..Si se estudia con detalle el importe del kalYIIl entre los uralo-altai-cos, y se compara con el precio de compra de lus bestius, si a continua-ción se hace el descuento de los regalos y gastos de bodas, que correnpor cuenta de los padres de la chica, y finalmente se observa (/ quiénpertenece legalmente el kalyn, bien en su totalidad bien en parte, seconstata que los términos de «precio dc compnl» y de <,dotc» SOIl inex.ac-tos; hay ahí toclo un sistema de «compensaciones» que constituye unainstitución especial y equivale, paru tlll economista. al sistema del pot-Iulch de los amcrindios, a las grandcs ricstas' dm)¡ls por los jefes IIC-graso cte. Hay una e'~lItralizucitÍlI y UIIUdcsccntralización altcl'llutivus delas riquczas, orgllnizudus con vi,tas u evitar 'u conecntrueión ten el scn-tido dc Mnrx). 1 D. K. ZELENIN.O leviralie i niekolorykh obylcluiiev Bashkir

Skal. olliesda. Etn. oh., 1908, liv. 78, pp. 78 Y ss.

132 133

Page 66: Los Ritos de Paso

(

sexual local. Como se ve, los esponsales incluyen ]a unión se-xual, pero el matrimonio como acto social no concluye sino trasliquidar las estipulaciones económicas.

aiio después de[ nyen, se celebra la ceremonia changthoong: a)un mago determina el día más favorable para que la novia dejela casa de sus padres; b) se organiza una gran fiesta, a la que soninvitados lamas; e) dos hombres, apodados en ese momento «la-drones», entran por la fuerza en la casa con objeto, según dicen,de raptar a la novia; se libra un combate simulado; los «ladro-nes» son apaleados y se les mete en la boca carne a medio cocer;escnpan a ese trato dando dinero a los guardianes de la novia.Dos días después se rinden honores a los «lndrones», lIamán-doseles ahora ,dos-estrategas-felices»; d) los invitados entre-gan presentes a la novia y a sus padres; e) cortejo de partidacon festejos; f) el padre y la madre del chico acuden al encuen-tro del cortejo y 10 conducen a su casa; fiestas durante dos otres días; g) la joven y sus parientes vuelven a su casa. 7.° Denuevo un año después, ceremonia llamada palokh; los padresde [a chica le entregan su dote (el doble de lo que se fUIpagadopor ella o nHís) y éstu es conducida en grupo a casa de[ novio,donde esta vcz se queda definitivamente 10. Las ceremonias de[os esponsales y del mntrimonio duran por consiguiente entre losbhotia por lo menos tres años, y son también independientes delacto sexual, sociales por tanto.

EL MARGEN ENTHE LOS KALMYK (POLIGíNICOS),

LOS TODA Y LOS B H OTTIE (I'OLlÁNDIUCOS)

Se llega a idénticas conclusiones a[ estudiar las ceremoniasde una población no ya po]igínica, sino poliándrica. Las «etapas»quedan marcadas con nitidez en las ccremonias toda, detalladn-mente descritas por H. Rivers 8; pero para entcndcrlas sería con-veniente entrar en prolijos detalles sobre el sistema de paren-tesco y el sistema de clanes entre los toda. RecOl'daré únicamenteque estas ceremonias empiezan antes de la pubertad y se pro-longan hnsta después del embarazo~. Por lo tanto, citaré lasecuencia de estus ceremonias entre los bothia dcl Tíbet meri-dional y del Sikkim: l." Unos magos determinan si el matrimo-nio proycctado será favorable. 2." Los líos de la chica y los delchico se reúnen en la casa de éste; luego se dirigen a la deaquélla y In piden en matrimonio. 3.° Si los presentes que hanaportado son nceptados (ceremonia de l/(/lIgchang), el asunto haconcluido; se determina el importe de [a dote. 4.° Se ofrece alos intermediarios una comida ritual acompañada de omciones(ceremonia llamada khelen). Tras estas dos ceremonias, quecomo se ve son ritos de agregación preliminar de las dos fami-lias, los dos jóvenes pueden verse con toda libertad. 5.° Un añodespués viene la ceremonia nyell: es una comida (con cuyosgastos corren los padres del novio) a la que asisten todos losparientes de ambas ramas; se paga el precio de la chica. 6.° Un

Los RITOS DE SEPARACiÓN: LOS RITOS

LLAMADOS DE ROBO O DE RAPTO

Tratando de los ritos de separación, no puedo dejar de ha-blar, en primer lugar, de toda una clase de ritos, muy semejantesentre sí, considerados por lo general como «supervivencias delmatrimonio por rapto o por robo» 11,Semejante procedimiento

" A. EARLE. Note 011 polyandry i/1 Sikkim alld Tibet, Census of In-dia, 1901, t. VI, part. 1, Appendice V, pp. XXVIII-XXIX.. 11 POST, Alrikanische !urisprudenz, Oldenburgo y Leipzig, 1887, t. 1,p. 324, distingue: A), el rapto contra la voluntad de la muchacha: 1.°,por la guerra; 2.°, por un joven y sus amigos, sea I:n o fuera de su tri-bu; n), (rus convenio entre los interesados: 1.°, tras estipulación de laque resullará el matrimonio; 2.", tras convenio entre las dos familias;CJ, como «juego de matrimonio». Parece evidente que los tres úllimoscasos son simplemente ritos, que los dos primeros son individuales yesporádicos y que, en fin, el primero suministra esclavas, pero no mu-jeres que gocen de los derechos tribales. WESTERMARCK,Origin al llll-

. H.-H. R¡VERS, '[he Torta, Londres, 1906, pp. 502.539.

. Para otro caso de ritos de matrimonio formando un Iodo orgánicocon los ritos de la iniciación y los ritos del embarazo, véase Ch. DEL-IIAISE, «Ethnographie Congolaise: chez les Wabcmba», Bul/. Soco BeigeGéogr., 1908, pp. 185.207. Las sccuelH;ias responden ul esqucma gcnc-ral. En cuanto a 1m; cusos de «cncubalgamicnto». son mucho más nu-merosos y sistematizados de lo que inicialmente había pensado, hasta talpunto que merecerían una monografía especial, tanto más cuanto queese fenómeno, muy importantc pura lu intcligeneia del funcionamientode las sociedades semicivilizadas, mc parece quc no ha sido cstudiadohasta ahora.

134 135

Page 67: Los Ritos de Paso

de ullióll social permallellte sólo muy pocas veccs se ha encontra-do en forma de institución, y hay que aceptar sin objeción algunala opinión de E. Grosse de que se trala de una forma individua],esporádica y anormal. Adem~s, las mujercs obtenidas de esemodo por grupos enteros, por ejemplo por medio de razzias, sequedan luego como esclavas o concubinas, que sercin siempre,por regla general, inferiores n las mujeres del mismo clan o tribuque los raptores y a las que éstos se unen mediante ceremoniasespeciales, que no tienen lugar cuando se (rata de mujeres deotras tribus o de otros clanes, conseguidas a la fuerza.

POI' otra parte, si dos enamorados quieren unirse definitiva-mente contra la voluntud de sus fall1ilius, u violundo reglas so-ciales que les p[lrecen IIHíso menos illútiles o ubsurdas, habitual-mente hay conciliación; o bien se trnnsige ante el hecho consu-mado, o bicn se realiza sólo ulla purle de lBs ccremonius; peroel conjunto de estas ceremonias 110pUl' ello deja de existir enforma estable para todos cuantos concluyen un matrimonio con-forme a las costumbres habituales de la tribu. De tal modo quela pretendida institución de] matrimonio por rapto se fundamen-ta, no en los hechos directamente observados, sino en la inter-pretación de toda una catcgoríu de rilos especiales que de otromodo no se sabría cómo explicar.

Basta leer sin prejuicios descripciones pormenorizadas, com-parando los ritos «de rapto» con anMogus rilos de iniciación,para comprender que se trata efectivamente de un rapto, perono en el sentido generalmente aceptado de una supervivencia ins-titucionnl. No hay en este asunto supcrvivencia alguna, sino unhecho actual, que se repite en cada iniciación y en cada matri-monio, como en cada mllerte: el cambio de medio y de estadode individuos determinados. 9asarse es pasar de la sociedad !.!l-~antil o .adolescente a la sociedad madu!a; de cierto clan ~trQjde una familia a otra; con frecuencia, de un pueblo a otro. EstaesciSión de un Individuo respecto a ciertos medios debilita estosmedios, pero refuerza otros; el debilitamicñiocs-¡¡-]¡,"veznlií1{é-rico (por tanto, dinámico), económico y sentimentnl. De nhí lasprácticas por medio de las cuales los que se hacen más fuertes

malz marriage, 1891, no ha añadido nada a los puntos de vista de Post,así como tampoco lo han hecho los demás hislorimlorcs de lu fulllilia;I'uru documentos sohrc los dios dc 1IIIIIdlllonio cn África, d. POST.ibidelll, pp. 326-398.

136

compensan en cierta medida el debilitamiento de medios con losque se hallan vinculados por lazos de consanguinidad, de con-nacionalidad o de reciprocidad, bien actuales, bien en potencia.Lo que se expresa con los ritos IInl11adosde rapto o de robo esla resistencia que oponen los medios afectados; segÚn el valorque se conceda al miembro que se va, la resistencia ser~ más ()menos viva, así como también segÚn la riqueza comparada delas partes. las compensaciones adquirirán la forma de dote, deregalos, de festines, de festejos públicos. de moneda entregadacomo rescate por este o aquel obstáculo interpuesto inicialmentepor los interesados. En fin, también tienen cabida sentimientosque, si bien sólo entre nosotros han hallado expresión en la lite-l'ntura y las fórmulns populares, existen igualmente entre los se-micivilizados. Cuando una joven abnndona a su madre, se vier-ten lcigrimas que, no por ser con frecuencia rituales, respondenmcnos a un real sentimiento de aflicción; Ins compañeras y cama-radas de los futuros esposos pueden también sentirse apenadosy manifestarlo por caminos a veces muy diferentes de los nues-tros.

Dicho esto, resumo una de las descripciones que se han citadocon m~s frecuencia como prueba de ]a teoría de un antiguo «ma-trimonio por rapto», Se trata de la descripción de las ceremo-nias de] matrimonio entre los árabes del Sinaí ofrecida por Burc-khardt'2: 1.°, el joven y otros dos compañeros se apoderan dela chica en el monte y se la llevan a la tienda de su propio pa-dre; 2.°, cuanto más se defiende ésta, «más le aplauden sus com-pañeras»; 3.°, los jóvenes la trasladan a la fuerza al cuarto delas mujeres; 4.°, un pariente de su futuro esposo la cubre conuna tela y grita: «Ningún otro que (y nombra a] futuro) te cu-brirá»; 5.°, la madre de la joven y sus parientes la visten cere-monia]mente; 6.°, se ]e instala sobre un camello, pero ella con-tinÚa debatiéndose mientras los amigos del novio ]a sujetan;7.°, se le hace dar así tres vueltas a su tienda, y sus compañerasse lamentnn; H.o, luego es conducida al cuarto de las mujeresde la tienda del novio; 9.°, si dicha tienda se halla lejos, lloradurante todo el camino. Es patente que se trata aquí de unaseparación de la joven respecto a] grupo formado por ]ns mu-chachas de su lugar de origen, y que para que hubiera supervi-

" BURCKHARDT,Voyage ell Arabie, 1. tiC pp. 190 Y ss.

137

Page 68: Los Ritos de Paso

venda dc nlplo I¡¡¡ría falta qUl: toda la ral1lilia y toda la tribude la chica se resistieran a los propósitos de la tribu, de la fami-lia y de los compaí1cl'Os <Id joven. En lugar de esto, encontra-mos que sólo dos clases de edad están representadas en la lucha.

cada a la sociedad sexual ni «primariamente» ni secundaria-mente: puesto que no cambia de sexo. Pero sí que abandonauna cierta sociedad sexual restringida, tanto familiar como local.Esto aparece claramente indicado en el siguiente rito de los sa-moyedos17. Los samoyedos «buscaban una chica en una familia.distinta a la suya» (exogamia del clan); un intermediario llevalas negociaciones del kalym, que pertenece mitad por mitad alpadre y a 1m;demás parientes de la contrayente; comida a ex-pensas del suegro y del joven; el padre prepara el «presente dela tornaboda». El día fijndo, «el pretendiente, acompañado porvarias mujeres ajenas a la ramilia de la chica, va a buscar a sumujer; se visita a todos los parientes quc han tcnido parte en elkalym; éstos entregan un pequeño presente a los esposos; lasmujeres que ha llevado el marido cogen a la novia, la suben ala fuerza a un trineo, la atan a él y se van»; se cargan en lostrineos los presentes recibidos; el novio va en el último; llegadosa la yarla (cabaña lapona) del esposo, la joven prepara la camapara ella y su marido; se acuestan en el mismo lecho, pero lasrelaciones sexuales 'sólo tienen lugar al cabo de un mcs; el ma-rido hace un presente a su suegra, si su mujcr era virgen; luego,periódicamente, la joven va a ver a su padre y éste debe, en cadaocasión, hacede muchos presentes (compensaciones al kal)//1l);en caso de muerte de la mujer o de separación, el suegro de-vuelve el kalym.

Se aprecia que no sólo el «precio de compra» (kalym) dela novia es ampliamente compensado por los regalos que se lehacen obligatoriamente, sino también que son las representantesde la nucva socicdad sexual restringida las quc, por la rucrza,arrancan a la chica de la sociedad de su adolesccnda. Entrc los

RITOS DE SOLlDI\IUf)Af) SEXUAL RESTRINGIDA

Con frecuencia ocurrc así; pero muchas vcces también, lasque prestan ayuda a la chica son no sólo las jóvenes, sino todaslos mujeres, jóvenes o viejas, casadas o viudas, de su paren[elao de su tribu. En ese casu, que es d lk los khund, como n1<ísadelante se verá, no se trala ya ue unu soliduridud de clase deedad, sino de una solidaridad sexual restringida. No conozconinglIn caso en que la solidaridad sea general, es decir, en quelas chicas y mujeres de la familia, del clan y de la tribu del jovense opongan por su partc H la incorporación de la novia. Y estobasta para cchar por los suelos la teoría de CrHwley, que havisto bicn 11-después de Fison, Westerlllarck H y E. Grosse 15-que «la supervivencia del matrimonio por rapto» es una rantasía,pero ha pretendido quc «la jovcn es arrancada primariamcntcal sexo, pero no a la tribu ni H la familia» 16. No puede ser arran-

11 E. CR"WLEY, The Myslie Uose, pp. 333, 354 Y SS., 367 Y SS., etc." Tiende a adoptar la teoría de Spencer, para quien la resistencia de

la novia es una expresión del pudor quc se ha convcrtido en tradicio-nal; esto vale para casos individuales, pero no explica por qué las par-tes en lucha no son siempre las mismas. ni que esta lucha no sea unainstitución tan universal como el propio matrimonio.

11 E. GROSSE, Die forlllell del' Fwlli/ie l/I/(I die FO/'l/lell del' Witsclw/I.Friburgo de flrisgovia, 1896, pp. 107-108, quiere ver en esta ceremonia unasupervivencia deformada del verdadero rapto por la guerra entre pue-blos que se han vuelto pacíficos, ipero consideran honroso conservarun renombre de bravura!

16CRAWLEY, loco cit., pp. 351-352, 370, ctc. Los ritos de solidaridad

sexual están particularmerite desarrollados en el Islam, donde por lodemás la separación sexual vale para toda la vida social. Compáresepara África del Norte las descripciones ofrecidas por GAUDEFROy-DE-MOMnnYNES, Les eéréll/(JI/ies du lIIariage ('hez {es Íluligi'lles de' I'A{gerie,PalÍs, 1901, y "Coutlll,les de mariage en AIgerie», Exlr. Uev. Trad. I'op.,1907; DOtJTTÉ, Merrákee/¡, /wssilll (bibliografía detallada para Áfriea delNorte, p. 334); los Are/¡i!'es l\1awcailles y la Uevue A/ricaille, passil1l;K. NAltIlEs¡IUIIEII, Al/s c/elll l.e/Jell da A1'lI/,isc/lell lIel'bl/({!/'llllg ill S/ax,Leipzig, 1907, pp. 11-16 Y notas: E. DES',.,\lNG, Eluc/e sl/r le dialeele ber-

bere des l3elli-$IIOIIS, t. 1, París, 1907, pp. 287-291, donde encontramosque el novio, para entrar en la habitación donde le espera la joven, esobligado a saltar por encima de la madre de ésta, acostada sobre el um-bral (p. 289); en todas estas ceremonias, con frecuencia muy compli-cadas, volvemos a hallar siempre, bajo la multiplicidud de lo~ rito~ depreservación y de fecundación, la trama constituida por los rilo~ depaso. y como en las demús ceremoniu8 norteufriclllluij, huy por d".quier combinación de elementos berebereij indfgenuij y de elelll\.:III(IIImusulmanes o estrictamente árabes.

11 I'AI.LAS, I'oyages ¡(cms p{usieurs pI'(JII{/I(;e.~¡(e n:/III,lre (la !I/I".',iHel dans {'Asie septenlrionale, nueva ed., París, uña 11, pp. 171-174.

138 139

Page 69: Los Ritos de Paso

khond de la IlIdia meridional 13, el p:lI'lido de la joven incluyeno sólo a sus «compañeras», sino también a las «mujeres jóve-nes elel pucblo». Cl1é1ndo todo ha lJucdmlo convenido entre lasfamilias, se viste a la chica con una tela ruja y es conducida porsu tío mate1'l10 haci¡¡ el pnddo de! novio, CI1 ClJll1pañía de lasmujeres jóvcncs de su pueblo; el cortejo Ilcvu los regalos desti-nndos nI novio. ~ste, acol11pnríndo por los .ióvl.:ncs de su pueblo,armados todos ellos con varus de bambÚ, se ha apostado en elcamino; las mujcrcs atacun a los jóvenes a bastonazos, a petlra- 'das, a terronazos, contra los que ~stos se defiel1dcn con sus bam-

búes. Poco a poco fC van aproximando al pueblo, y en seguidacesa la lucha; el tío del Ilovio coge a lu novia y s'; la lleva a lacasa de este Último. «El cornbutc~no es un juego, y con frecuen-cia los holnbrcs rcsl¡]lan gruvcl11enle heridos.» Luego vic:ne unacomida en com(1I1 a cl)~ln del n()vio. Esk rilo se repite en loduslas tribus khond. con vnri~¡l'iolll:s de detalle. Lo cito. porqucThurslun 1') hn visto cn 1:1 «llll cxcelenle l:jemplu de la antigua

costumbre del matrimonio por rapto». Ahora bicn: l.", es el par.tido de la novia el que hace reculnr nI del novio; 2.", hay luchaentre dos grupos de sexo y de localidad diferentes. Esa es la ra-zón de que yo lo vl~a como un rito de separación de la chicade su grupo sexual anterior, a la vcz grupo de e<lild.de familiay de pueblo.

RITOS DE SOLIDARIDAD CON BASE EN EL PARENTFSCO

En fin, en el caso que sigue desaparece el elemento sexui1ly la lucha se libra entre el pretendiente y los colaterales socialesde la chica; la palabra «hermano» debe entenderse aquí en elsentido que tiene en el sistema clasificatorio, representando sinduda los hermanos al clan totémico: en Mabuiag (islas del es-trecho de Torres) era la chica la que proponía el matrimonio alchico; fabricaba una pulsl.:ra de hierbas que la hermana del chicole atabn a la muñeca; y a cnlllbio él enviaba un 1//1Ikalllak,que

JI E. TIIURSTON. Etllllogra¡;hic lIotes ill Sollllrel'll IlIdia, Madrás,1<)06, pp. 8-1.). En esle lilJlo pucde leer~c, cn las p¡iginHs 1 a 131. IIn:lcxcclcntc monogrnrfn dctnlJ¡1<hl dc 1:15ccrcll1onias del matrimonio en lasdive,"", tribus de 111Indlll IIIcIidillllill.

IJ lbidcm, p. 8.

140

la chica se ataba a 1<:1pierna; ambos jóvcnes concertaban citas dedía y de noche y mantcní<:lnrelaciones sexuales; el chico prestabapequeños ~ervic;os al padre y a la madre de la chica, que simu-laban no enterarse; pero los hermanos emprendían con el ena-morado una luchu simulada, hiriéndale línicamente en la piernay, finalmente, e:1 la cahezn, clt: un mazazo. Innh:dintalllcnle, unhcrmanode In chicaIn cogíadeIn monoy la entl'cgnbaal joven.f:ste acumulaba entonces todo tipo de riquezas 'j las amontona-ba un día fijado sobrc una estera, colocada en un lugar pÚblico,a cuyo alrededor se sentaban en cuclillas todos los parientes dela chica. Tras ser vestida y pintada ceremonialmente, ésta eraacompañad<:l 1'01'las mujeres de dos de sus hermanos mayores,que tomaban 10$presentes y se los daban para que ella los distri-buyera a sus hl~rl1lnnos.Luego, había una comida en comÚn yel matrimonio IIlH.:dabaconcluido 2°, CO/llOpuede verse, el actosexu¡t! es independiente de la unión social; primero hay ritosde agrcgncidn individual, un período de margen, un rito de sepa-ración y un rito de agregación sociales, y, finalmente, una com-pensación por la pérdida sufrida por el grupo familiar 21, fun-dado en el sistelna totémíco y clasificatorio; sin embargo, la mu-jer no se convertía en miembro del clan de su marido y este úl-timo em su propietario <:Ibsoluto«tras haberla pagado» 22.

Entre los OS~Hlksdel Irtysch 2J, a ¡)intir del momentoen que elcortejo nupcial se pone en marcha para ir al pueblo del joven,los mozos del pueblo de la novia detienen su trineo con unacuerda, que 5610 sueltan a cambio de un obsequio en dineroque les arroja la novia; pero de nuevo vuelven a atrapada, re-ciben otra vez dinero, repiten nuevamente y sólo tras el tercerrescate dejan partir al trineo; debo recordar que hay un númc-ro insuficiente de mujeres entre los citados ostiaks, muchos delos cuales viven en unión libre con mujeres rusas.

!U A.-C. ¡IADIJeN. Call1bridge wztlrrvpological expeditioll to TorresStmits. l. V (1904), pp. 223-224; eL lal1lbiéll pp. 224-229. Y 1. VI (19tH),pp. 112-1 t9.

11 CL esta ¡dc.! expresadn ibidelll, p. 225.11 ['lira Ins «compensaciones» de orden económico, c. ibid., pp. 230-

232.

1! S. I'ATKANoV. Die lrtysclz-Ostiaken. t. l., San Petersburgo, 1897,p. 141.

141

Page 70: Los Ritos de Paso

RITOS DE SOLlDAI\IDAD LOCAL vida de la infancia o de los solteros; deshacer el peinado, cor-tar, afeitar los cabellos, la barba; cerrar los ojos; quitarse lasjoyas; dedicar a una divinidad los propios juguetes (muñecas,etcétera), joyas, vestido de niño; perforación del himen y todaslas demás mutilaciones; romper la cadenilla llamada de la vir-ginidad; desat::¡rse el cinturón; cambios de menú y tabúes ali-menticios temporales; repartir entre los amigos de infancia lospropios juguetes, joyas, o distribuir «recuerdos» entre ellos;golpear, injuriar a los compañeros de infancia o ser golpeado,injuriado por ellos; lavarse los pies o hacérselos lavar; bañarse,ungirse, etc.; estropear, destruir, transportar el hogar, las divi-nidades, los sacra de la familia primitiva; cerrar las manos,cruzar los brazos, etc.; cubrirse con un velo, encerrarse en unalitera, un palanquín, un coche, etc.; ser empujado, maltratado;vomitar, etc.; cambiar de nombre, de personalidad; sometersea tabúes, temporales o definitivos, de trabajo, sexuales, etc.

Incluyo además en esta categoría dos ritos más complejos.El rito consistente en hacer que pase todo el cortejo, o los no-vios, o s610 lulo de ellos, por encima de alguna cosa, puede in-terpretarse sin. dmla de distintas maneras, o al menos lo que sededuce .de las descripciones es que un acto a primera vista idén-tico no es concebido como tal por los participantes. Se puedemontar a horcajadas sobre el obstáculo, y en tal caso, cuandoes la chica la que lo hace, puede tratarse de un rito de fecun-dación; a veces se salta, y en ese caso puede que sea para saltarde un mundo IIotro, de una familia a otra; se toca o no se tocael obstáculo, según se trate de un rito de paso, de fecundacióno de sacralización (preservación); otras veces, se es alzado, tra-tándose entonces de un rito de paso, lo mismo que cuando serompe un obstáculo (hilo atravesando una puerta, barrera sobreel umbral, etc.) o se derriba una puerta, o se la hace abrir me-diante gestos coercitivos o súplicas. En suma, un estudio de esterilo sólo puede hacerse reproduciendo detalladamente los docu-mentos 25.

Con frecuencia, y éste es un hecho sobre el quc quiero lla-mar la atención, se consideran tan poderosos los lazos del jo-ven o de la joven con sus anteriores medios (de edad, de sexo,de tribu) que se hace preciso insistir varias veces para rom-perlas; de ahí las huidas y persecuciones múltiples en el bos-que o la montaña, las entregas a plazos de dote o de rescales,las repeticiones de ritos. De igual manera, a veces la agregacióna los nuevos medios (familia, clase wcial de las mujeres o delos hombres casados, o ue los individuos que han perdido suvirginidad, clan, tribu, etc.) no se consuma al primcr cnvitc;durante un tiempo más o menos prolongado, el recién llegadoes un intruso, sobre todo por lo que se refiere a la familia res-tringida. En mi opinión, es esto lo que explicaba los tabúes desuegro y de suegra para yerno y nucra, las fluctuaciones delestatuto de la mujer hasta el embarazo o hasta el nacimientode un hijo. A veces es preciso cimcntar el acercamiento de lasdos familias, ya establecido por las ccrcmonias antcriorcs a launión sexual de los cónyuges, meuiantc nucvos rcgulus, fcstincsen común; en suma, por tina serie de ceremonias posteriores almatrimonio y que duran, por ejemplo, siete días en Africa delNorte. De las descripciones ofrecidas por Gaudefroy-Demom-bynes 2~ para Tlemcen, se deduce que los hombres de las dosfamilias, por una parte (después, todos los hombres), y las mu-jeres de las dos familias, por otra (después, todas las mujeres),agregan al nuevo hombre y a la nueva mujer a su sociedad es-pecial; en Constantina, parece que esta agrcgación sólo vule paralos hombres y mujeres tle las dos familias. Sc crca así un nucvoestado dc equilibrio de los grupos sexuales.

RITOS DE SEPARACiÓN

Además de los ritos de «rapto» de quc acabamos de hablar,citaré como ritos de separación los siguientes: los cambios devestido; vaciar una jarra de leche y hacer explotar tres bayas(galla); cortar, romper, arrojar algunu cosu en relación con la

2S Para documentos, referencias y teorías diferentes de la mía, véase:S. J(AUTI.ANI>,l.eg/!/lI1 o/ l'erseus, t. 1, pp. 173 Y ss.; E. CRAWl.EY,Mys-tic Uose, p. 337; W. CROOKE, «The lifting of Ihe bride", Fo/k-Lore.t. X X11 (t 902), pp. 226.244; THUMIJULL,"fiJe tiJresiJolcl COllellCl/lt, pá-ginas 140-14.3.

" GAUIJEFI!OY'[)EMU~IIIYNES.I.es cérélllulI;es c/u IIl<Ir;ageciJez les ill-c/ig¡mes eIe I'A/gérie, París, 1901, pp. 71-76.

142 143

Page 71: Los Ritos de Paso

Asimismo, el rito de sustitución de ]a novia o de los no-vios 26puede tener por objeto en algunos casos, como cree Craw-

ley, desplazar el peligro de «la inoculación», pero con arregloa las descripciones detalladas yo crco que casi siempre el ritotiene como finalidad evitar el debilitamiento dc los grupos in-teresados (clase de edad scxual, familia, etc.), procurando entre-

gar o unir individuos de menor valor social general, y sobretodo económico (niñita o vieja, crío, ctc.); su m<Ís claro indicioson las burlas dirigidas a los sustitutos y las furiosas reclama-ciones de los amigos y parientes del novio y de la novia 27.

RITOS DE AGREGACIÓN

Vamos ya con los ritos de agregaciÓn. Con bastante frecuen-cia, en las descripciones detalladas que diversos observadoresnos ofrecen de las cerelllunias del 11Iatrilllonio, se tonHln buen

cuidado en señalar euÚI es el rito de lIIayor importancia y queculmina definitivamenle el conjunto Je las negociaciones. Porlo general, tal rito es la comida en común, consecutiva a la úl-tima entrega del kolYI1l o de la dote; o bien es una comida encomún sin conexión con las estipulaciones económicas; o tam-

bién puede ser ]a participación colectiva en una ceremonia pro-piamente religiosa. Cabe distinguir, entre los ritos de agrega-ción, aquellos que tienen una trascendencia individual y queunen entre sí a los Jos jóvenes: Jan o intercambio Je cinturo-

nes, de pulseras, de anillos 2d,de los vestidos que se llevan pues-tos; atarse uno a otro con un mismo lazo; anudar entre sí par-tes de los respectivos vestidos; tocarse recíprocamente de una u

" Cf. para los hechos, entre Olros, 1-1.HEI'DING, «Dies falsche Rraut»,llessische mal/er ¡iir Vulksklllule, t. V (1906), pp. 161-164: E. TIIUIISTON,Etllllugr. Notes in Scillth. II/dia. Madr~s, 1906, pp. 3, 29: obsérvese queaquí es el c<ls<ldo el qlle se va a vivir a c¡¡sa de su mujer; asimismo, esa él a quien se sustituye.

" A título indicativo, citaré los (¡¡blleS de suegr¡¡ ¡¡ yerno, de suegroa nuera, cte., en los que '1'\'101{ quería ver un ellttil/g, un rilo de sepa.ración (/0111'11.;I/ltllru/,. IIIS/.. 1. XVIII (1887), pp. 2'10 Y ss.), pero queson clasificados por CHAWIEY, lue. cil., p. "00, en la categoría m~s am-plia de los tabtÍes de solidaridad sexual.

" Sobre el poder c'Jaclivo del anillo nupcial, como tema de leyenda,d. P. SAINTYVES,Les scli/lts SlIccessellrs des diellx, Paris. ¡<JO7,pp. 255-257.

144

otra manera 29;utilizar los objetos que pertenecen a] otro (leche,betel. tabaco, utensilios profesionales, etc,); ofrecer al otro a]-guna cosa de beber o de comer; comer juntos (comunión, COIl-¡arrea/io); envolverse en un mismo vestido, velo, etc.; sentarseen el mismo asiento; beber el uno ]a sangre del otro; comer unmismo manjar o en un mismo plato; beber un mismo líquidoo en un mismo recipiente, ete,; darse masaje, frotarse, ungirse(sangre, arcilla), lavarse mutuamcnte, entrar en la nueva casa, etc,estos son propiamente ritos de unión; los ritos de agregacióntienen una dimensión colectiva, bien sea que vinculen entre síindividuos o grupos nuevos, bien sea que unan dos o variosgrupos. Entran cn esta categoría: los intercambios de regalos 3D,

los intercambios de hermanas (Australia; bassa-komo, del Áfri-ca Occidental, etc,), la participación en ceremonias colectivas,como las danzas rituales, las comidas de esponsales y de bodas;los intercambios de visitas; los recorridos de visitas; revestirsecon el truje Je las mujeres y de los hombres casados o adultos;para la mujer, estur encinta o parir. A]gunos ritos son a la vezindividuales y colectivos: así, por ejemplo, ]a aceptación de unregalo tiene un poder constrictivo no sólo para el individuo que]0 acepta, sino también para los grupos a que pertenece; esterito es con frecuencia el primero de los esponsales.

Corno rito de agregación especial señalaré el «matrimoniocon e] árbol», que ha intrigado con frecuencia a los teóricos:es fácilmcnte inteligible si sc recuerda que el matrimonio CS,enalgunos casos, entre los kol de Benga]a, por ejemplo 31,una ce-remonia de iniciación, en tanto que agregación al clan totémico.En nuestros días, e] matrimonio se celebra entre los dieciséis ylos dieciocho años, para los chicos, y entre los catorce y los dieci-séis años, para las chicas, pero antaño se realizaba a una edadmucho más avanzada. Los hechos sobre los que deseo llamarla atención son éstos: las almas de los muertos van a una re-

" Más Jetalladamente: juntar las manos, enlrelazar los deJos, besar-se, abrazursc, aprc'llIl'las cllbezus una conlru olra, sentarse uno sobre 011'0o uno junIo u olro, echarse uno lit lado de otro, elc.

)0 Reehazm' el regalo es signo de no-aceptación de la unión propues-ta; y en el caso de esponsülcs anteriores al nacimiento o en edad tem-prana, la devolución del regalo es el signo de la ruptura del acuerdo.

11 F. IIA11N, l!i/1¡iihnlllg i/1 das Gebiet e/er Kolslllissioll, GÜlersloh,1907, pp. 74.82, 87-88, Los kol son una sección de los munda.

145

Page 72: Los Ritos de Paso

gión especial; pero los niiios no IJllclkn ir a ella, dado que notienen alma; tampoco pueden convertirse cn dcmonios; hasta clmatrimonio, el niiio no sc halla sometido a los tablics alimcnti-cios de su clan, y puede tener relaciones sexuales sin preocupar-se de la regla exogámica; es el matrimonio el que le concedeun alma, al agregmle al clan; los clanes kol son totcmistns; lostotems principales son el mango y el mnhun (bazzia fati/olía);uno de los ritos del matrimonio kol consiste en cnsnr primero,mediante un abrazo, al chico con el mango y a In chica con elmahua. Este conjunto de hechos me incita a pensnr que en elmatrimonio «ficticio» hay quc vcr no una transferencia dc pcr-sonalidad para «asegurar el éxito de la verdadera ceremonia» \1,sino un rito de iniciación al clnn totémico, entrelazado con Insceremonias del matrimonio, las cuales son cn bloque, entre loskol, ceremonias de entrada al clan. Un individuo excluido del~Ian por una u otra razón puede reincorporarse a él reuniendoa representantes de los diversos pueblos y haciendo sacrificarpor el sacerdote del suyo una cabra o un buey blancos; luegobebe un poco de su sangre, o bien rocía con ella el techo de sucasa invocnndo al Dios-Sol; finalmente, todos los representantesdel clan comcn la carne del animal 33.

Todos estos ritos dc agrcgación debcn tomarse no en un scn-tido simbólico, sino en el sentido matcrial más cstricto: la cucr-da que ata, el anillo, la pulsera, la corona que ciñen, etc., tie-nen una acción real, coercitiva. Sumamente interesantes, desdeeste punto de vista, son los ritos relativos al umbral 34y a laspuertas; se traspasan violentamente o con el consentimiento delos habitantes del mundo en que se penetra. Así, por ejemplo,en Palestina, la joven se acerca, con una jarra llena de agua enla cabeza, a la casa de su futuro esposo, quc hace cacr la jarraen el momento en que la joven traspone el umbral; en modo al-guno se trata de una libación, como cree Trumbull, sino de unaseparación del antiguo medio y una agrcgación al nuevo por una

J1 CRAWLEY, The MYSlic Uose, pp. 340-341. El rito del matrimoniocon el árbol, descrito por DALTON. ElllIlology 01 Bengal, p. 194, segúnH.-H. RISLEY, CenslIs 01 India, 1901, 1. 1, ElllIlographic Appe/!(lices,habría caído en desuso; sin embargo, Hahn parece hablar como testigoocular; el'. también TlIlII!STUN, loCo cit., pp. 44-47.

"IIAIIN,Ioc.cil.,p.159." Clay TltlIMBUU., The Ihreshol" co I'CI/i/nI, pp. 26-29.

146

especie de bautismo. De modo similar, en la isla de Skarpantose rompe un bastón atravesado en la puerta. M. Chavannes meindica un rito chino interesante en el que el paso material nose realiza de una sola vez, sino que tiene lugar por etapas 35:en una tribu del grupo étnico de los ha-mi (Yunan meridional),cuando el futuro yerno va a buscar a su mujer a la casa de sufuturo suegro, «el suegro acompaña al yerno, haciéndole pasarpor la segunda y la tercera sala y atravesar el pabellón dc loslibros para introducirle en el pabellón de aseo. En cada pucrta,un ayudante anuncia en voz alta cl rito que hay que realizary (el yerno) se pros terna dos veces. Es lo que se llama la «pros-tcrnación en las pucrtas» ([mi men). La razón de que (el suc-gro) conccda importancia a las puertas y ponga dificultadcs alyerno es que va a dejarle ver a su hija 36.

Entre los tcheremisos 37, el cortejo que va a buscar a la no-via es detenido a las puertas del patio de la hacienda habitadapor sus padres; el sabus (director de ceremonias) entra en elisba, donde el señor le da de comer y de beber; el sabus soli-cita para el cortejo el derecho a entrar; el padre pregunta si nose ha perdido .nada; sí, dice el sabus, un fulano (el novio) haperdido una de las mangas de su chaqueta y venimos a ver siestá en vuestra casa; el padre dice que no, el sabus se va, lue-go vuelve, y hasta la tercera vez no dice el padre que sí, que seabran las puertas y que los ritos de agregación empiecen.

LA AMPLITUD Y SIGNIFICACIÓN DEL PERÍODO

DE MARGEN

El período de margen puede o no tener una significaciónscxual. En algunos pueblos, el novio se acuesta con su novia,y los niños concebidos o nacidos durante este período se consi-deran legítimos (cL los casos citados más arriba). En otros si-tios, la separación de los dos jóvenes es absoluta y el niño quenaciera de una desobediencia a esta regla vería cómo se le de-niega un lugar regular en la familia o la sociedad. Así, por ejem-

JS T'ollng-Pao, dic. 1905, pp. 602-603.J6 En nota, el traductor ve en este rito, erróneamente por supuesto,

una supervivencia del matrimonio por rapto.n G. IAKOVl.EV.Ueligiosnyic obriady Tslzerel1lis (ceremonias religio-

sas de los cheremisos), Kazán, 1887, pp. 55.56.

147

Page 73: Los Ritos de Paso

plo, «los lapones no permiten nunca que los novios se acuestenjuntos antes del día de sus bodas, y si tal cosa ocurriera, el niñosería considerado bastardo, por más que se probara que habíasido concebido después de los esponsales y una vez realizada lapromesa. Sea varón o hembra, ese niño será siempre el Últimoentre sus hermanos y hermanas, el más desprcciable; si llegaa crecer, y .se observa que los renos mejoran mucho con suscuidados, se le expulsa con frecuencia de la casa» 38.Este Últimodetalle es interesante por cuanto muestra que el niiio conservalus cualidmlcs y las imperfecciones contraídas por el hecho dehaber sido concebido durante el período impuro (taimado).

Esta actitud la comparten los wmlschagga del Africa Orientalalemana, cuyas ceremonias matrimoniales se dividen en etapasmuy claras: l.", el muchacho (dieciséis años), que ha puesto susojos en una joven (doce años), le pide su opinión; 2.", si ésta esfavorable, el padre del jovcn va a vcr al jefe de la familia y,para que autorice los l'sIH)nsales, le entrq',a 111];1cabra .Ycuatrojarras de bebida fermentada; 3.", luego va a ver al padre de lajoven y les pide a ambos su consentimiento; 4.", el chico le en-trega a la chica perlas y una pulsera; la madre del joven invitaa la muchacha a comer y la retiene durante una noche en lacabaña; estas invitaciones se renuevan con frecuencia; S.", lajoven pasa 10s dos últimos meses de noviazgo en la cabaña desu suegra; 6.°, el noviazgo dura varios años, duran le los cualesel novio paga poco a poco el «precio de compra» a sus suegrosy parientes siguiendo un protocolo fijado; 7.", el Ültimo acto con-siste en la matanza de un buey, cuyos cuartos tr<lseros y unomóp!uto corresponden al padre de la chica, a quien se ofrend<luna cabra que el novio trae a ]a cubaiia del suegro ataua conhojas de dracena. Esta cabra tr<lída <1 la cabuña del suegroconstituye lu pieza central del festín de bodas, al que asistentodos los parientes de los dos novios; 8.°, después de lo ctlalse uirigen todos a la cabaña dd joven, marchando la chica de-trás de él con las manos sobre sus hombros. Los parienles de lajoven se deshacen en lamentaciones, pura indicar que la familiaha perdido una hija, una hermuna, e(c. En esto consiste el ritode separnción; 9,°, Juego, transcurren [res meses, durante los cua-

" J. SCIIEHEH, llis/o;re (/e/a Lul'(Jl/;e. trad. por el P. AlIg. Luhin,París, 1678, p. 395, COl110complemento a la p. 275.

148

]es lu joven no debe hacer absolutumente nuda, quedando todoel trabajo para ;su madre o su suegra, que le instruyen en la ma-nera de llevar' una casa; de iguul modo el joven es instruidopor su p<ldre y su suegro; 10.°, este período de aprendizaje setermina con la. fiesta lIamuclu lIali, «imprescindible para que elmatrimonio sea válido»; todo niño nacido con anterioridad esconsiderado ilegítimo. Esta fiesta tiene lugar entre los dos y cin-co meses después del comienzo de lu vidu en comÚn, según laépoca de la cosecha de lu eleusina. Se invita a la fiesta, consis-tente sobre todo en absorción de wari (bebida fermentadu), enbailes, cantos, etc., a todos los parientes, vecinos y amigos. Loscantos son en su mayoría eróticos. El joven entrega a su mujerun pesudo anillo de cobre, que ésta se pone en el brazo izquier-do. Si está ya encinta, sólo se invita a los ancianos. El tercer díase mutan unas cabr<ls para comerlas en eom(lI1; una vez ter-minada la fiesta, la mujer debe Irabajar 3~.Oueda claro que has-ta la fiesta llllli, cI m<ltrimonio h<l sido un acto que sólo jntc-res<la individuos y grupos restringidos (sexual y familiar), y quela fiesta lIali otorga a este acto su trascendencia social y ge-neral.

Entre los siéna «que hun permanecido fieles a sus costum-bres nacionales, el joven que deseu cusarse con una chica secuida mucho de hacer partícipe de sus proyectos a esta Últimao a su familia. Pero, al ucecho de las idas y venidus de lospudres de la joven, si descubre u la madre de éstu dirigiéndosea lu selva pura recoger leña seca, lu espera a su vuelta en elsendero y se apresuru amablemente a descargarla de su peso,poniéndoselo sobre su cabeza. En otrn ocasión, ayuda asimismoal padre de lu joven a transportar a su casa trozos de termiterndestinados a las gallinas. A los pocos días, el pretendiente vaél mismo a recoger una carga de leña y la lleva a la casa desu amada. Luego, habiendo conseguido algunus nueces de kola,va a ofrecérselas al padre de ésta; no tarda en regalarle unpollo y después algunos cauríes. El padre de la chicu reúne en-lances u su familia y convoca a la reunión a un notable delpueblo; expone que un fuluno se muestra muy atento con ély que le encuntaría recompensarle por sus atenciones concedién-

.19 M. MEHKE[{,«Rechtsverhaltnisse und SitIen del' Wadschaggn», Pe-temo Afilleil. SlIppl.. núm. 138, 1902, pp. 4-6.

149

Page 74: Los Ritos de Paso

dole a su hija en matrimonio. La asamblca aprucba, y cl nota-ble va a anunciar al pretendiente que pucdc considerarse accp-lado. Pero los esfuerzos del futuro marido no han terminado:cuando se acerca la estación de la siembra, debe rcunir a sus hcr-manos y amigos y acudir con ellos a labrar el campo de su futurosuegro; una vez realizada la siembra, va a escardar las malas hicr-bas; luego, compra cerveza de mijo e invita a beber a toda lafamilia de la novia. 5610 entonces se procede a las capitulacio-nes oficiales. Con mucha frecuencia, la joven dista mucho deser núbil en ese momento. Permanece cn casa de su padre hastasu nubilidad y durante csc Jh:ríudu dc cspcra el novio debe sc-guir ayudando a la familia dc su novia con su trabajo y sus rc-cursos. Cuando la joven es núbil, el padre la entrega al novio,quc hace un rcgalo de dnco a diez francos de caurícs al padrey otro dcl mismo valor a la madrc. Cuando los jóvenes espososIIcvan un mes cohabitando, el padre se lleva a su hija dc nuevoa su casa durante dos o tres meses, para devolvérsela despuésal marido a cambio de diez francos de cauríes. Este segundoperíodo de cohabitación dura asimismo un mes, al cabo del cual,el padre recupera otra vez a su hija durante dos o tres meses,para cntrcg:írscla definitivamente a su marido a cambio de unanueva suma de diez francos. Si la mujer queda cmbarazada du-rante este pcríodo preparatorio, su padre debe ofrecer al ma-rido un taparrabos en el momcnto que nazca el niilo. Esta cos-tumbre, dicen los ancianos, ticnc como finalidad conceder a los

futuros esposos todo el tiempo preciso para conocerse y apre-ciarse, impidiendo así las uniones desacertadas40».

En cl siguiente caso vcmos eslabonarse de tal manera el. pe-ríodo marginal de los esponsales con cl pcríodo marginal ue lainiciación, que desde el comienzo uc ésta hasta la culminaciónde la unión sexual socializada, no huy más quc un único pe-ríodo.

Entre los val de Liberia, la separación sexual se halla enalgunos casos reforzadu por el hccho de que la muchacha nosale del sol1dy más que pura casarse. El sal1e/y es un lugar sa-grado, en el bosquc, ni quc son conducidas todas las chicas ha-cia los uiez años o :1I1tes,y en el que permanecen hasta su pri-

mera menstruación o hasta más tarde; como a los chicos en elbelly 41, se les considera como muertas mientras están allí, lomismo que a las ancianas que acuden a visitarles; se les ins-truye cn los actos domésticos y sexuales; la fiesta de salida, anual,es un renacimiento. Ahora bien, es frecuente que los padrespromctan a una hija en matrimonio mientras está en el salldy,en cuyo Caso ésta no lo abandona durante la fiesta anual, sinoque debe permanecer en él hasta su primera menstruación 42.Inmediatamente después de este acontecimiento se informa a lospadres de la chica; éstos advierten al novio, el cual envía susrcgulos al s(///(Iy; sc frota a la chica con aceite perfumado, etc.;se le poncn sus joyas, etc., y sus padres van a buscarla a lu en-traua del bosque sagrado. Tras una comida ceremonial, la ma-drc ue la chica la conuuce a la cabaña del novio; el coito seconsuma durante una comida a la que asisten las dos familiasy sus amigos; terminado el acto, el marido sale de la caba-ña y toma parte en la comida. El ceremonial es el mismo si losesponsales se han realizado después de la salida del sal1dy43.

Así pucs, entre los val, el período de noviazgo sc entrelaza conel período ue iniciación, y la primera menstruación sólo adquie-re importancia de cara a la salida del salldy cuando la chicaestá ya prometida; la pubertad fisiológica es por lo demás unacondición legal del matrimonio entre los val, al igual que enmuchos otros pueblos. Además, la separación sexual entre losnovios está en este caso garantizada por el carácter sagrado delsane/y.

Lo que se deduce con toda evidencia de estas descripcionescs quc las etapas del matrimonio, y especialmente la principal,los esponsales, tienen una uimensión económica entre otras. Ade-más, todo matrimonio, precisamente porque no son sólo dos in-dividuos los que están en juego, sino varios medios más o me-nos amplios, es una perturbación social. Un matrimonio con-lleva el desplazamiento de cierto número de elementos, los unosen rclación con los otros, y este desplazamiento,obrando gradual-mente, determina una ruptura del equilibrio. Este fenómeno es

" nÜTTlKCH'ER,Rcischilclcr al/s Lihcria, I.eiden, 1890, t. ", pp. 304-10M.

" Prucho de que lompoco en este eoso lo ceremonia de lo inicia-ción lienc nada quc vcr con la pubcrlad.

" BÜTTIKOFER, loco cil., pp. 308-313.

" M. J)EL,IFOSSE, «Lc pcllplc Siélla ou Sénoul'u» , Uel'. des lil.EI/mogr. el Sociol., 1908. p. 457.

150 151

Page 75: Los Ritos de Paso

poco perceptible en nuestras grandes ciudades, pero ya destacamás en algunos remotos rincones de nuestro campo. En ellos, conocasión de las bodas, se paraliza la producción, se gastan los aho-rros, se sobreexcita la sensibilidad, habitualmcntc apática, etc.¡'vlásnotorio resulta en las tribus turco-Illongolas o árabes, cn losoasis, y más aún finalmcnte entre los selllicivilizados, quc vivensiempre en grupos poco numerososy muy coherentes. Eslc efec-to reactivo del matrimonio sobre la vida general explicaría, enmi opinión, tan aceptublemcnte como la teoría biológica de Wes-termarck y de Havelock Ellis, por qué los matrimonios tienenlugar en primavera, en invierno y cn otoiío, es decir, cn malaestación y no en época dc trabajo en los campos. No es mi in-tención negar la persistencia dc antiguas épocas de celo, o lainfluencia de los ciclos cósmicos patente en las renovacionesde la vegetnción y en la exeitaei¡in sexual animal y hunJaIHI.Pero esto npenas e;¡pliea la IlIltltiplieidad de malrilllonios en010i10; eonlrn lo quc frecuentemente se dice, esta ~poca se es-coge de buena gana porque entonces los trabajos agrícolas es-tán terminados, los graneros y las arcas están llenos y es unabuena ocasión para que los solteros se arreglen una casa parael invierno. De ahí que no pueda aceptar la tan difundida in-terpretación de que el matrimonio simultáneo de parejas máso menos numerosas es una supervivencia, bien del período decelo, bien de un antiguo Illalrimonio de grupo. no siendo la«promiscuidad primiliva» otra cosa que una fantasía.

Los MATRIMONIOS MÚLTIPLES SINCRÓNtCOS

En suma, al tener todos estos actos una importancia social ge-neral, el sistema en cuestión no es sino la forIJ1a extrema me-diante la cual se señala este carácter social general. En lugarde ceremonias en las que sólo participan grupos restringidos(familia, c1an, cte.) se han instituido ceremonias en las queparticipan todos los grupos constitutivos de la sociedad ge-neral. Así se patentiza, por ejemplo, en las curiosas ceremo-nias del matrimonio en Uargla, descritos cuidadosamente porM. Biarnay 45.

A veces, por el contrario, el período de margen y los ritosde los esponsales se reducen a poca cosa. Así, por ejemplo, en-Ire los herero 46,el joven entrega a la chica una perla de hierro,que ésta adhiert: a su delantal; luego él se va y no debe vedahasta la ceremonia eJe! matrimonio ni entrar en su han!. Losclementos típicos eJe esta ceremonia son: una comieJa claramen-te sagrada, en la que se señala la solidarieJaeJde 1:.1chica con suscompaiíeras y con su clan; ni el joven ni sus amigos asistena esta comida. Una vez terminada la comida, van a buscada y lallevan a su haal. Luego vienen los ritos de agregación de lamuchacha al nuevo culto doméstico y a la nueva sociedad tri-bal. Después de la comida, la madre había puesto a su hija el«sombrero» y las ropas de las mujeres casadas, antes, por tanto,de la unión sexual, que tiene lugar en el kraal del marido; éstedevuelve ceremonialmente a la madre el «delantal eJe doncella»de la nueva esposa. Los herero tienen el kalym y están organi-zados en clanes totémicos.

Me parece además que los matrimonios múltiples sincróni-cos, sea en uno, eJos o más momentos eJe! año, deben ser asi-milados a los demás sincronismos ceremoniales: fiesta de todos

los niños nacidos un mismo eJía, o el mismo eJía que un hijode rey o de príncipe, o el mismo mes, o en el mismo año; fiestaanual en honor de la$ mujeres que han dado a luz el mismo ai1o(Lushei); fiestas periódicas dc la repetición, o del aniversario dela iniciación, y sobre Iodo iniciacioncs dc cicrto l1I~mcro dc ni-

ños al mismo tiempo, bien cada año, bien cada dos o trcs ai1os,etcétera; conmemoraciones y gran fiesta anual de los mucrtos 44.

" Rcné Bassct ha tenido la amabilidad de poner a mi disposi-

ción las pruebas del libro de M. Biarnay sobre Uargla. Allí los matrimo-nios tienen lugar, Iodos los años cn primavera; la serie de ritos sigueuna secuencia muy clara; inicialmcntc sólo toman parte en ellos losindividuos interesados y las dos socicdadcs sexuales; dcspués los ritosse socializan cada vez más; participan cn ellos las familias, luego lassecciones del oasis y finalmente el oasis entero. Lamenlo no poder ofre-cer siquiera una descripci6n resumida de estos ritos, que M. Biarnay harecogido con el mayor detalle, teniendo en eucnta todas las variacio-nes de pcrsonas, dc localidad, dc mccanismo mágico-religioso, etc. CLBIAHNAY,l,tllCle slIr le dialecte de Ollargla, París, 1909; cL Ap. pp. 379-492.

.. J. ¡RLE, Die Herefo, Gütcrsloh, 1906, pp. 105-109... Dedicación, anualmcnte rcnovada, de las iglesias cntre los sllbba de

la regi6n de Bagdad; N. SIOUFFI. {ve. cil., t20.

152 153

Page 76: Los Ritos de Paso

SEMEJANZAS ENTHE LAS CI:HUIONIAS

DEL I\IATRIMONIO y LAS DE LA ADOPCIÓN,LA ENTRONIZACIÓN, LA INICIACIÓN

de que si las c.~remonias del divorcio son tan simples, scgÚn laliteratura etnográfica, es porque los observadores o bien no sehan interesado por ellas, o bien no han comprendido el sentidode ciertos actos y, sobre todo, no han visto en la separación cor-poral y el divorcio más que un acto jurídico y económico. Esnormal, sin embargo, que un vínculo a la vez individual y co-lectivo, que ha sido establecido con tantos cuidados y compli-caciones, no pueda romperse un buen día por un gesto Único.Se sabe, por ejemplo, que en la Iglesia católica el divorcio noes ni siquiera admisible y que se necesita una anulación del ma-trimonio que sÚJose obtiene tras una investigación, sin que hayaen todo ello, sin embargo, nada propiamente mágico-religioso.Por el contrario, los judíos han elaborado un ceremonial del di-vorcio muy complicado, hasta tal punto que es en sí mismo unobstáculo a los deseos de numerosos individuos. La carta diri-gida a la mujer está ritualizada, en el sentido de que debe estarescrita con tanta perfección como un escrito sagrado; el rabinoarroja esta carta al aire y uno de los testigos de la mujer debeatraparla al vuelo; en caso contrario, todo debe volver a empe-zar; éste es el rito definitivo de separación48. Entre los habbéde la meseta nigeriana, si el matrimonio ha sido consagrado poruna ceremonia del culto doméstico, es necesario, como en ¡a an-tigüedad clásica, un sacrificio para romper el vínculo con ¡asdivinidades familiares del cónyuge que se marcha 4Y. Entre losesquimales, el marido mira a su mujer, luego sale de la chozasin decir palabra. Entre los chuvaches, un marido que esté des-contento de su mujer y quiera separarse de ella, se apodera desu velo y lo desgarra; este rito se encuentra también entre loscheremissos, los mordvinos, los votiaks y los vogulos 5°; en Java,el sacerdote corta la «cuerda de matrimonio» 51.Entre los gallameridionales, si una mujer es maltratada por su marido, su her-mano puede ir a buscarla, pero no tiene derecho a entrar en lacabaña ni en el pueblo si el marido se lo impide; debe esperarque salga su hermana a por agua, por ejemplo, y entonces se la

A quien recuerde que mediante el matrimonio se trata en

definitiva de agregar a un grupo un extraño, no podrá sorpren-der/e que las ceremonias matrimoniales present.en analogías, ycon frecuencia hasta identidades de detalle, con las de la adop-ción. Así, por ejemplo, entre los aino. indistintamente es el ma-rido el que se va a vivir con la familia de su mujer o la mujerla que se va a vivir con la del marido, habiendo participaciónde IIl\1bosen el culto dol\1~slico: pucs bien, csla incorporacióna una familia inicinlmente extmñn se identifica claramente conuna adopción 47. De igual manera, las ceremonias del matrimo-nio presentan con frecuencia semejanzas de detalle con las dela entroniznción: velo tendido por encinw del rey o de los es-posos; corona; objetos sagrados distintivos de los novios, al modode los regalia del futlll'o rey. Las semejanzas son l1larcndas sobretodo nllí donde, como en África del Norte, ciertas rcgiones dela Indin, el ritual del matrimonio cristiano, ete., el novio es rey,sultáll o príllcipe y la joven es reilla, sultillla o prillcesa, o don-de, como en China, el novio es «mandnrín». Si raros son loscasos en que se mira el matrimonio como un renacimiento, nolo son tanto nquellos en que es visto como una iniciación o unaordenación. Todas estas semejanzas e identificaciones quedanmarcadas mediante ritos de paso que se basan siempre en unamisma idea, la materialidad del cambio de situación social.

Se hace necesario decir ahora algunas palabras sobre las ee-remonins que conslituyen la contrapartida a las del matrimonio:las ceremonins del divorcio y la viudez.

Los RITOS DEL DIVORCIO

Los ritos del divorcio p¡¡recen reducidos, en la mayoría delos pueblos, a su más simple expresión. Por lo general es sufi-ciente que In mujer se vnya del domicilio conyugal y vuelva a lacasa de sus padres, o bien quc el marido expulse materialmentea la mujer de la casa conllín. Sin embargo, tengo la impresión

.. Cfr.. entre otros, JUNGENDRES,Jiidisches Zeremolliel/ oda Beschreib-l/IIg. etc., Nuremberg, 1726; Jelvish Ellcycloped;a, eIc.

" DEsI'LAGNES, Le P/atellll celltra/ lI;gérie/l. París, 1903, p. 222.'" J.-O. OEORGI. RI/ss/alld, Beschreiblll1g al/er Natiollen des RI/ssis-

chell Ueiches, cte., Leipzig, 1783, in-4." menor, t. 1, p. 42." CRAWLEY,The Mystic Rose, p. 323.

" CL nATCI/ELOR, T/w A;/II/ lI/III their lo/k-/ore, Londres, 1901, pá-ginas 224-225.

154 155

Page 77: Los Ritos de Paso

lleva consigo; una mujer divorciada de esta manera no puedeya volver a casarse y su marido no tiene derecho a reclamada,pero las dos colectividades interesadas se reconcilian mediante

un pago en carneros o en cabras 51. Entre los Wl1zaromo, el ma-rido hace saber 11su mujer que quiere romper con ella, dándoleun tipo especial dc caña, y en el unyof'O, el marido corta en

dos un trozo de cucro, una de cuyas mitades se guarda y envíala Otra al padre de su mujer 5). En el Islam, el rito de separa-ción es verbal: basta que el marido diga tres veces a su mujer:«Estás divorciada» o «Me divorcio de ti», y ella debe irse con

los objetos que le pertenezcan, devolviendo el marido por lo ge-neral un tcrcio de la dote; pero si es la mujer la quc quieredivorciarse, es preciso un juicio del cadí, cuya función y ju-risprudencia son, ((lmo se sabe, de ordcn fundamentalmente rc-ligioso. Originariamente, esta triple repetición era una verdadera

fórmula m:ígica. Ticne I:lIlIbién cste car¡íclcr cn la India y cnlrelos suuheli 54. ¡\ veces se reÚne el consejo dí: la tribu, que pro-nuncia el divorcio en beneficio económico de una u otra de laspartes. Pero el procedimiento nHís difundido con mucho no es

ceremonial ni ritual: consiste en el despido o la partida puray simple de uno u otro de los cónyuges.

. Esto, sin embargo, no aporta nada en contra del esquema delos ritos de paso ni de ]a explicnción sociológica propucsln, puesuna vez consumado el matrimonio, ambos jóvcncs quedan in-cOl'porados a ]a categoría de ]ns mujeres y hombres socialmenteadultos, y nada podría hacerles retroceder, ni divorcio ni viu-dez. Asimismo, el vínculo creado entre las familias no se rom-

pe por el hecho de que los dos cónyuges se sepnrel1, pues todaamenaza de ruptura queda .precisamente descartada por las ne-gociaciones para determinar ]a situación futura de los separadoso divorciados. Todo ello, salvo excepciones individuales de tiposentimental. El vínculo colectivo subsiste sobre todo cuando hay

" E.-S. WAKErIElD,«Mnrriage custOI11Sof Ihe Southern Callas», Folk-Lore, t. XVIII (1907), pp. 323-32-1.

" POST, Alrikclllische IlIris/mlllellZ, t. 1, p. 452." W. CnooKE, «The Folk-Lore in Ihe Legcnds of the Panjab», Folk-

Lore. t. X (1899), pp. 409-410. Para las fórmulas entre los suaheli (noquiero tener nada más que ver con tu desnudez, etc.), d. VElTEN,Sillen/llleJ Gebriillche der Sll<lheli. Gutingu, 1903, pp. 237-238. Lu cana deruptura es asimismo habiluul en el Islum, en Marruecos, en Palestina, enTurquía, entre los suaheli, elc.

156

niños, hasta el punto de que en muchos pueblos no se permiteel divorcio en ese caso. En suma, sin tener la pretensión deque el esquema y el sistema de interpretaciones propuestas seande una absoluta rigidez y universalidad, me parece que la ausen-cia de rituales elaborados del divorcio no puede servir dc obje-ción en su contra.

Es de destacar, además, quc cstc lazo que el divorcio rompetan fácilmente, la muerte lo relaja apenas, o incluso no lo tocaen absoluto (suicidio de las viudas). No se me oculta que el lutocomprende un gran número de ritos que son simplemente pro-filácticos o protectores; no obstante, las ceremonias funerariasen que participan los viudos incluyen también otras cosas ade-más del luto, y de tales características que es forzoso reconocer-les, en teoría general, un sentido social 55.Así se aprecia, entreotros, en el ri10 hupa, scgún el cual la viuda, para liberarse, tie-ne que pasar entre las piernas de su marido antes de que éstesea sacado de casa; de no haccrlo, permanecería ligada a élpara el resto de su vida, y cualquier infidelid¡¡dall11uerto le aca-rrearía desgracias 56,

Los nuevos casamientos, de viudos o dc divorciados, son mu-cho más simples desde el punto de vista ceremonia], por razonesexpuest¡¡s más adelante.

No parece que haya ritos de la menopausia o del encaneci-miento dcl cabello, que son, sin embargo, las señales de la en-trada en una nueva fasc dc la vida muy importantc entre lossemicivilizados. En efecto, las ancianas, o bien son asimiladasa hombres y participan entonces en sus ceremonias, en su ac-ción política, etc., o bien adquieren en la sociedad sexual unasituación especi¡¡l, de directoras de ceremonias principalmente;en cuanto a los ancianos, son los individuos que gozan de ma-yor consideración so"da!.

" El rito judío siguienteentra igualmenteen la categoríade los ritosde paso: una viuda que no quiere convertirseen la mujer del herma-no de su marido muerto (levirato) se quita su sandaHa,escupe en tic.rra y recita una fórmula determinada (fell'ish Encycfopedia, pp. 170 Y ss.,s. v. Halizal; d. p. 174,para las interpretaciones,la mayoría inadmisi-bles); se trata claramente en este caso de un rito de separación de lafamilia del marido, rito destinado a asegurar el paso a la categoría biende viudas libres, bien de mujeres casadas de nuevo.

" P. E. GODDARO,Lile and cullure 01 lIle Hupa, Calif. Univ. Pu-blic., t. 1, fusc. 1, Berkeley, 1903, p. 70.

157

Page 78: Los Ritos de Paso

CAPfTULO VIII

LOS FUNERALES

tos, y para más complicación se entiende que, una vez acaecidala muerte, no es idéntico el destino de los diversos elementoscon que se considera que el hombre está formado: cuerpo, fuer-za vital, alma-soplo, alma-sombra, alma-pulgar, alma-animal, al-ma-sangre, alma-cabeza, etc. Algunas de estas almas sobreviven,para siempre o 1'01'algún tiempo; otras mueren, ctc. En lo quesigue, haré abstrucción de todas estas variaciones, teniendo encuenta que sólo tienen influencia sobre la complejidad formal delos ritos de paso, pero no sobre su estructura interna.

EL LUTO: RITOS DE SEPARACIÓN Y RITOS

DE MARGEN

IMPORTANCIA RELATIVA DE LOS HITOS

DE SEPAHAClóN. DE MAH(;I':N y IIE A<iHF<;A('IÚN

EN LAS CEREMONIAS FUNERAHIAS

El luto, en el que al principio I sólo había visto un conjuntode tabúcs y de pl'lícticus negutivm; indicudorus del uisJumiento res-pecto a la sociedad general de aquellos a quienes la muerte, con-siderada como cualidad real, material, había puesto en un es-tado sagrado, impuro, se me aparece ahora como un fenómenomás complejo. En realidad, se trata de un estado de margen paralos supervivientes, en el que entran mediante ritos de separa-ción y del que salen mediante ritos de reintegración a la socie-dad general (ritos de supresión del luto). En algunos casos esteperíodo marginal de los vivos es la contrapartida del períodomarginal del muerto, coincidiendo a veces 2 el cese del primerocon el cese del segundo, es decir, con la agregación del muertoal mundo de los muertos. Así, por ejemplo, entre los habbé dela meseta nigeriana, «el período de viudez corresponde, segúnse dice, a la duración del viaje del alma errante del difunto has-ta el momento de su regreso al conjunto de los cspíritus divinosancestrales o de su reencarnación» 3.

Durantc el luto, los parientes del muerto constituyen una so-ciedad especial, situada entre el mundo de los vivos, 1'01' una

I Tabou el Tal. a Mad., pp. 40, 58-77, 88, 100-103, 338-339, 342.2 Es lo que ya había visto Wilken para Indonesia (ueber das Haarop-

fer, eco Revue coloniale inlernationale, 1886, t. 11, y 1887, t. 1; cL p. 254),seguido por R. HERTZ,que generaliza, loco cil., pp. 82-83, 101, lOS, 120,etc. En realidad, la duración del luto depende casi siempre, como sedice más abajo, de olros dos faclores.

I DESI'LAGNES.Le Plalcall ccI¡lral I/;gér;c/I, París, 1907, p. 221; sobrelas creencias relativas al aIre mundo, cL ;bid., pp. 262-268.

A primera vista podría parecer que en las ceremonias fune-rarias el lugar más importante debiera estar siempre reservadoa los ritos de separación, mientras quc los ritos dc margen y deagregación se hallaban poco desarrollados. No obstante, el cstu-dio de los hechos revela que en modo alguno ocurre así, y que,por el contrario, los ritos de separación son poco numerosos ymuy simples, que los ritos de margcn ticnen una lal duración ycomplejidad, que obligan a veces a reconocerles una especie deautonomía y quc, en suma, los ritos de agregación del muertoal mundo de los muertos son, entre todos los ritos funerarios, losmás elaborados y aquellos a los que se atribuye la mayor impor-tancia.

Aquí una vez más tendré quc contcntanne con algunas indi-caciones rápidas: toclo el mundo sabc que nada varía tanto, se-gún sea el pueblo, edad, sexo y posición social del individuo,como los ritos funerarios. No obstante, dcntro de la extraordi-naria multiplicidad de variacioncs de detalle, cabe descubrir cicr-tas dominantes, algunas de las cuales catcgorizaremos aquí con-juntamente. Adel11éÍs,los ritos funerarios se complican, por cuan-lo quc un mismo pueblo posee por lo general acerca del mun-do de ultratumba varias concepciones conlradictorias o difcrcn-tes que se enmarañan, lo clIal tienc su repercusión sobrc los ri-

158 159

Page 79: Los Ritos de Paso

parte, y cl mundo dc los mucrlos, por otra, y de la que los pa-rientes salen antes o después según sea el grado de cercanía desu parentesco con el lIluerlo. También las estipulaciones del lulo

dependen del grado de parentesco yse sistematizan con arregloa la modalidad especial de cada pueblo de contal' dicho parcn-tesco (paternnl, maternal, de grupo, etc.). Como es natural, sonel viudo o la viuda los que pertenecen durante miÍs tiempo aeste mundo especial, del que sólo salen medÍ<lIlte ritos apropia-dos y en un momento tal quc ni siquiera pueda ya sospecharsesu pertenencia física (por cmbarazo, por ejemplo). Los ritos de

suspensión de todas las prohibicioncs y dc todas las reglas (ropaespecial, etc.) del luto hay que considerados, por consiguiente,COl110ritos de reintegración a la vida social, bien restringida, biengeneral, del mismo género que los ritos de reintcgración del no-vicio. Durante el luto, la vida social queda suspendida para to-dos los afectados, y duranlc (anto nHís tiempo: l.", cuanto másestrecho sea el vínculo natural con el mucrto (viudos, parientes);2.", cuanto más elevada sea la posición social del muerto. Si elmuerto era un jefe, dicha suspensión afecta a la socicdad en-tera. De ahí los «períodos de liccncia» consecutivos a la l11uertcdc cicrtos reyezuelos africanos, las ceremonias públicas de due-

lo, los días de asueto, etc. Recientemente hemos vislo cómo, enChina, nuevas necesidades políticas, económicas y administra-tivas tienden a suprimir los considerables efectos colectivos de

la muerte del Emperador y de la Emperatriz-regcnte; antaño, lavida social qucdaba en China absolutamente suspcndida en estas

ocasiones, hasta en sus forlllas domésticas, y ello durante lar-

gos meses, suspensión que en nuestros días supondría pura y sim-plemente un cataclismo.

Los FUNERALESEN DOS ETAPAS

El período de margen en los ritos funerarios lo scñala mate-rialmente, en primer término, la cstancia nHíso menos prolongadadcl cadáver o del féretro en la alcoba morllloria (vclaluriu), enel vestíbulo de la casa, ete. Pero se trata sólo de UIHl forma ate-nuada de toda una serie de ritos cuya importancia y univcr-salidad había apuntado ya tafitall.

t60

«En la mayoría de las naciones salvajes, los cuerpos muer-los están sólo a modo de depósito en la sepultura donde se lesha dejado inicialmente. Tras un cierto tiempo, se les hacennuevas exequias y se acaban saldando las obligaciones con ellosmediante nuevos deberes funerarios» 4. Describe a continuación

los rilos de los caribes: «están convencidos (de que los muer-tos) sólo van al país de las almas cuando se quedan sin carne».La existencia de este período de margen había interesado tam-bién a Mikhai'lowski s. El rito principal consiste, bien en privar-les de las carnes, bien en esperar que éstas caigan por sí mis-mas; en esta idea se basan, por ejemplo, las ceremonias de losbelsileo de MmJagascar, que tienen una primcra serie de ritos

(de espera), hasta que el cad¡íver se haya descompuesto en suvivicnda (se acliva la putrefacción con la ayuda de un gran fuc-go), seguida de .olra serie de ritos de sepultura del esqueleto 6.

Adcmás, esta chipa se descompone a veces en otras varias,y en el período posliminar este fenómeno se sistematiza en for-ma de conmemoraciones (ocho días, quince días, un mes, cua-renta días, llll año, etc.) del mismo género que los ritos de la re-petición de bodas, dc la repetición del nacimiento, a veces dc larepetición de la iniciación.

Estudiadas ya con atención las etapas de los funerales en rn-

donesia 7, citaré casos recogidos en otras regiones. Las ceremo-nias de los toda tienen el mismo carácter: cremación, conserva-

ción de las reliquias y ritos de margen muy elaborados; poste-rior incineración de las reliquias y entierro de las cenizas conplantación de un círculo de piedras en pie; todo ello dura va-rios meses; los muertos van al Amnodr, país subterráneo, lla-mándose allí los amalol; el camino para dirigirse allí es distintopara cada clan; tal camino eslá ateslado de obstáculos; los «l11al-

. LAFITAU, Moeurs des Sauvages alllériquai/1s comparées aux moeursdes premiers lelllps, París, 1724, t. 11, p. 444.

s N.-M. MIKI-IA'iLOWSKI, S/WlllalIStVO, fase. 1, MoscÚ, 1892, p. 13.. Véunse Ins referencias en mi Tabou el Totélllisme (i Madagascar,

cap. V 1 Y pp. 277-278.1 CL IIEHTZ, «Contribution a "étude d'une représentu!ion collective

de In 11101'1".11111":" s/ld%¡:itlllC. t. X (1907), pp. 50-bú; pllcde hnllnrseunü rccupilUl:ión tic descripciones de!ulludus del Inundo ue ultrullIlHba,

de los viujcs pura dirigirse a él, cte., en A.-C. KRUI,T, Hel Allil1lisme illdel/ {I/(lisdlel/ /Irchipe/, La lIuyu, 1906, pp. 323-385, obra basada, por

10 dcm¡is, en las tl:orías y puntos de vista de Tylor, Wilken y Letoul'llcau.

161

Page 80: Los Ritos de Paso

vados» caen, de un hilo que sir've de puente, a un río, en cuyasorillas viven durante algún liempo, mezclados con individuospertenecientes a todo tipo de tribus; los búfalos se dirigen tam-bién al Amnodr; allí, los amalol andan mucho, y cuando suspiernas se han gastado hasta las I'Odillus, vuclven a lu tierra 8.

Entre los ostiak de Obdorsk 9, se saca de la casa todo lo que hayen ella, excepto los útiles del muerto; se le viste; se le pone enuna canoa cortada; un chamán le prcgunta por qué razón ha

muerto; se le lleva al lugar de sepultura de su clan; se depositala canoa sobre la tierra helada, eon los pies hacia el Norte, y sedispone a su alrededor todo )0 que necesitaní en el otro mundo;se celebra allí mismo una comida de adiós en la que se suponeque el muerto participa, y se van. Las mujeres con él emparenta-das hacen una muñeca a su imagen, a la que se viste, lava y ali-menta todos los dí¡¡s durante dos años y medio si el muerto eraun hombre, dos níios si era IIIIn l11ujer 111, IIev¡índola después a latumba.

tunto ritos preliminares, un margen y funerales definitivos cuan-do el muerto ha encontrado su definitivo domicilio. Los ostiakseptentrionales sitúan este país de los muertos más allá de ladesembocadura del Ob, en el océano Glacial1z; está iluminadoúnicamente por la luz de la luna. No lejos de este mundo, trescaminosdivergentesconducena tres entradas, una para los ase-sinados, los ahogados, los suicidas, etc., otra para los demáspecadores y la tercera para los que han vivido una vida normal.Para los ostiak del 1rtish, el otro mundo estaba en el cielo;se trata de un país delicioso al que se accede por escalerns de100 a 300 metl'Ós cada una, o trepando a lo largo de una ca-dena; por cllas a veces descienden de nuevo a la tierra los dio-ses, los osos sagrados, totems quizá 13,y los muertos: así lo pro-claman antigua¡¡ leyendas épicas 14.En definitiva, me parece quedebe existir una relación entre el tiempo de conservación de lasmuíiecas y la duración que se atribuye al viaje al otro mundo.

Las ceremonias funerarias de los kol de la India 15 suminis-tran un buen ejemplo de combinación de ritos profilácticos co-nocidos y de ritos de paso. Su secuencia es la siguiente: J.", in-mediatamente después de la muerte, se deposita el cadáver enel suelo, «a fin de que el alma encuentre más fácilmente el cami-no de la mansión de los muertos», situado bajo tierra; 2.° sele lava y se le pinta de amarillo, a fin de ahuyentar a los demo-nios que detendrían al alma en su viaje; 3.°, a idéntico fin seorientan los alaridos de lamentación que lanzan los padres yvecinos reunidos; 4.° se coloca el cadáver sobre un andamiajede bambú, con los pies hacia delante para que el alma no en-cuentre el camino de vuelta a la cabaña, y se sigue una ruta\1ena de desvíos y rodeos con idéntico objetivo; 5.°, en el cortejono pueden figurar niños ni niñas; las mujeres gritan, los hombresse callan; 6.°, cada uno de éstos lleva un trozo de leña seca

11 No comprendo por qué Gondatli, seguido por PATKANOV,loco cit.,p. 146,dice a continuación, de ese mundo, que es «subterráneo», cuandoes submarino; por lo demás, que ha habido una infiltración cristiana(diublo, infierno, suplicios) en las creencias de los vogul y de los os-link sobre este punto es algo fuera de duda.

" CL mi resumen en la Rev. de I'Hist. des Rel., 1899, 1. XL, de lamemoria de N. K 11AIIOUZINEsobre Le serme/lt par l'ol/rs el le cl/lle del'ol/rs enlre les (Jsliak y les Vogl/l.

14 I'ATKANOV, loco cit., p. 146.1\ CL 11, HA11N, Geb;et del' Kolsm;ssioll, pp. 82-88.

EL VIAJE DE ESTE MUNDO AL OTJW

Pero el luto por un hombre dura cinco meses y pOI' unamujer, cuatro meses. Los mucrtos se van, por un camino largoy tortuoso, hacia el Norte, donde se halla el país de los muertos;a\1í hace frío y está oscuro "; la duración del viaje parece coin-cidir con la duración de la conservación de la muñeca; hay por

I 11. RIVERS,The Toda, Londres, 1906, pp. 336-404; para la descrip-ción de los rilOs. eL también E. T JI unSTON. l:'t1l/lOgralhic l/oles i/l SOI/-III/!m Inclia, Madnís, 1906, pp. 145.146; 172-1/\4.

. Conservo este nombrc, que les da e! inrortnadol', por más quc cstosostiak de Obdorsk sean una mczcla de vel'daucl'Os ostiak y de samoye-dos; cL A. VAN GENNEI'. Origine el lorll/I/e dl/ 1/01/1de fiel/pIe «Oslia/o"Kelcti Szcllllc, 1902, pp. 13-22.

10 GONDATTI, Sliédy iazylcheSll1ra 11 il/orodlsel1 Siel1erv-Zafldl/ol Si-hirii (lluellas de paganismo entre los indígcnas de! Asia nol'occidenlal),1\1os¡;tí. 1888, p. '43, habla de seis meses. Si el nlllcl'!o era un hombre,la viuda la acuesta a su fado; enl/'<.:los ostiak lid Irlysdl, según I'AT"A-NOV, Die Irlysch-OSliakel/, San I'clcrsburgo, 1/\97. p. 146, la muñeca essustituida actualmente por la ¡dmohada y la ropa in(¡;rior del difunto.

" BARTENEV, l'ogreballlyia ohylclllli O/¡¡[orskikh ()stiakoJl (los ritosfuncrarios de los OSlillk de Obdorsk), ShivaÚI Slarina, 1. V (I'J01), pp. "Xl-492; GONDATTI, loco cit., p. 44.

162163

Page 81: Los Ritos de Paso

que arrojará a la hoguera; 7.", se deposita arroz o instrumentos,según el sexo; en la boca del mucrto se han puesto pancs deanoz y moncdas dc plata p¡lra su viaje, dado que cl alma con-serva una «sombra de cuerpo»; 8.", las mujeres se van, y seprende fuego a la hoguera 16, qucmando las parihuelas para im-pedir el retorno del muerto; 9.", los hombres recogen los huesoscalcinados, los ponen en una vasija que llevan a la casa delmuerto, donde se la cuelga de un poste; 10.", se siembran gra-nos de arroz en el camino, y se dejan alimcntos ante la puertapara que el muerto, en caso de que volviera a pesar de todaslas precauciones, tenga qué comcr sin hacer daño a nadie; 11.",sc trasladan a un lugar Icjano Iodos los ulcnsilios, quc se hanvuelto impuros, y en previsión además de que el muerto se hayaescondido en ellos; 12.", se purifica la casa mediante una comi-da consagrada; U.", al cabo de cierto ticmpo viene la ceremo-nia de los «esponsales» o de <da unión del nlllcrto con los habi-tantes del mundo inferio!'». Se cantan los canlos del matrimonio,se baila, y la mujer que lleva la vasija da saltos de alegría; 14.°,se va en cortejo ceremonial, con música, cte., hasta ccrca delpueblo de donde son originarios el mucrto y sus antepasados;15.°, se deposita la vasija cn una pequeíio hoyo, sobre el quc sehinca una piedra erguida; J6.", a la vuclta, todos los partici-pantes deben bañarse. Pero todos los mutilados, muertos porataque de un tigre o por accidente, etc., se convierten cn malosespíritus y no pueden ir al país de los muertos. Este país es lamorada de los antepasados; sólo los individuos que han estadocasados 17 pueden dirigirse a él; de cuando en cuando vuelven ala tierra, y cuando lo desean, se reencarnan en los primogénitos,especialmente los abuelos y los bisabuelos I~.

Los OBSTÁCULOS MATERIALES OPUESTOS

AL PASO DE LOS MUERTOS

Este no es el lugar para describir comparativamente los mun-dos de ultratumba 19.La idea más difundida es que ese mundoes análogo al nuestro, pero más agradable, y que en él la socie-dad está organizada como aquí abajo. De tal modo que cada cualvuelve a encontrarse allí categorizado en el clan, la clase deedad, la profesión, etc., que tenía en la tierra. Es lógico porconsiguiente que los niños todavía no agregados a la sociedadviva no pucdan estar categorizados en el otro mundo. Así, porejemplo, los niflos muertos antes del bautismo católico perma-necen eternamente en su período marginal, el limbo; de igualmodo, el cadáver de un pequeño semicivilizado, aún sin nombreo incircunciso, ete., es enterrado sin las ceremonias habituales, oarrojado por ahí, o quemado, sobre todo si el pueblo conside-rado piensa que no tenía aún alma.

El viaje al otro mundo y la entrada en él comportan unaserie de ritos de paso cuyos detalles dependen de la distancia yde la topografía de ese mundo. Señalaré cn primer lugar lasIslas de los Mucrtos (Egipto 2°, Asiria-Babilonia 21,el Hades delcanto XI de la Odisea, griegos de diversas épocas o regiones n,celtas 23, polinesios 24, australianos 25, etc.). De ahí proviene sinduda la práctica de dar al muerto su canoa o una canoa en

sólo tienen alma desde el día de su matrimonio) y no tienen derecho air al pllís de los antepasados, siendo precisamenteel objetivo de la cre-mación abrir el acceso al mismo. Así se derrumba también otra teoríadc DIETEI!1CII. loco cit., pp. 21-25.

19 Véase, cntrc otros, E.-B. TYLOR,Primitive ClIltllre, cap. XII I.20 CL, sobre los campos e islas de lalu, el juicio y el viaje del muerto,

G. MASI'ÉRO,Hisloire ancienne des pellples de /'Orient c1assiqlle, t. 1,pp. 180 Y ss., con la bibliografía.

" MASI'ÉRO,ibidem, pp. 574 Y ss.21 Véanse, entre otros, E. Ro H DE, Psyché, 2.' eJ. Friburgo de B., 1898;

A. DIETEI!1CH, Nekyia, Leipzig, 1893; Ad. j.-REINACH, «Victor Bérardet \'Odyssée», Les Essais, 1904, pp. 189-193.

11 1(. MEYERY A. NuTT, The voyage 01 Bran (Grimm Library), Lon-dres, 1895.

" J. ZEMMRICH, «Toteninseln und verwandte geographische Mythen»,1111.Arehiv. liir Et/mogr., t. IV.

21 ef. STRE11Low-LEON H ARD!, Die Aranda lInd Lurit;a-Stiimme, Franc-fort, 1907, t. I (1907), p. 15 Y t. 11 (1908), p. 6. .

" Si llueve demasiado. se entierra el caníver siguiendo determinadosrilos, para desenterrarlo después de la cosecha y quemado; en estecaso, la ceremonia consta de (res ctapas.

11 CL más arriba, p. 146.

18 He citado también este documento porque suministra l'na prucbade lo que sc ha dicho más arriba, p. 64, a propósi!o dcl rilo dc dcpo-sitar en cl suelo a los recién nacidos (como lo hacen también los kol;cL HA11N, loco cil., p. 72) Y los cadáveres, rito dcl que DIElEIUC H, Mul-ter Erele, pp. 25-29. ha reunido paralelos que él explica como «un rclornoal scno de la Tierra-Madrc»; es evidente quc, cuando menos cn cstccaso. esa teoría es inadmisible. Dcbo aiiadir que los kol eulierran a losnilios mucrtos, pcro no los qucman «porquc no tienen alllla» (los kol

164165

Page 82: Los Ritos de Paso

miniatura, y remos. Otros pueblos ven el olro Inundo como unaciudadela rodeada de muros, al modo del Scheol1f. de los he-breos, provisto de puertas con cerrojos, o el Aralu de los babí-lonios 27, o bien como unél región col11partimentada(el Duat delos egipcios), o situada sobre una alta montaña (Dayaks, cte.), oen el interior de una montaña (India védica, cte.). Lo que aquínos importa es que, ante el viaje 28 que el muerto se ve obligadoa realizar, los supervivientes se preocupan de suministrarle todoslos objetos necesarios, tanto materiales (vestidos, alimentos, ar-mas, instrumentos), como m<Ígico-rcligiO00s(amulctos, signos ycontraseñas, cte.), que le aseguren, como si de un viajero vivose tratase, un camino o travesía -y finalmenle una acogida--favorables., Vemos también que algunos detalles permiten iden-tificar estos ritos con los ritos estudiados en el capítulo 11[ deeste volumen. Así, por ejemplo, los lapones se cuidaban de matarun reno sobre la tumba, para que el muerto pudiera efectuarsobre él, antes de alcanzar su morada definitiva, su penoso viaje,que duraba tres semanas segllll unos, tres aiíos seglín otros 2').Sepodría citar una gran cantiJad de hechos análogos. El paso seseñala, entre otros, en el rito del «óbolo a Caronte» '°; ha sidoencontrado en Francia, donde se entregaba al muerto la másgrande de las monedas de plata poseídas, «a fin de ser mejorrecibido en el otro mundo» 31; subsiste en la Grecia moderna.

Entre los cslavos, el dinero está destinado a pagar los gastosdel viaje, pero entre los budistas japoneses es entregado a ]aanciana que hace pasar el Sandzu; los badaga lo emplean parael paso por encima del hilo de los muertos. Los musulmanesno pueden pasar el puente, formado por un sable afilado, másque si son puros, o «buenos»; en el Avesta, el puente Cinvat esguardado por perros, al macla como en el Rig-Vcda los perrosde Yama, moteados, con cuatro ojos, guardan los c¡¡minos queconducen a una de las mansiones de ultratumba de los antiguoshinc!l'les, especie de caverna «tapiada, cubierta y cerrada», a laque se accede por un sombrío subterráneo 32.

A veces, potencias especiales (magos, demonios, divinidades)están encargadas de mostrar a los muertos el camino, o de con..dllcirles por grupos (psicopompos). Este papel de lsis y de Her-mes Mercurio es bastante conocido. Entre los musquakie (zo-ITOSo utagamil:s), el guía del muerto hacia las praderas de ultra-tumba se halla incluso representado, en cl momento de levantarel luto, por un jovcn gucrrcro que adopta el nombre dcl muerlo,galopa unas cuantas millas, du un rodco y vuclvc; conscrva enadelante ese nombre y se considera como el hijo adoptivo de losparientes del muerto 33.

TOPOGRAFÍA DEL MUNDO DE LOS MUERTOS

" CL SCHWALLY. Das Lehel/ I/aelr del/! Tode. cte., Giessen, 1892.21 MASPÉRO, loco cil., t. 1, pp. 693 Y ss.

" Sobre los mundos de los muertos, según las creencias sabeas, d. N.SlOUFFl, Ellldes Sl/r la religioll des Sol/hiJas. París, 1880, pp. 156-158;sobre los caminos que conducen ti ellos y los vinculan entre sí, ibidem,pp. 126-129, Y sobre los rilos funerarios correspondientes, ibid., pp. 120,121 nota, 124-126. El alma tarda setenta y cinco días en hacer el viaje,pero el luto no dura más que sesenta días; la comida colectiva y lascomidas de conmemoración son absolutamente obligatorias; el rito del

«último bocado» provee al muerto en el otro mundo de «algo más quesu ración habitual, que es por lo general insuficiente».

H N. K IIAIWUZINE. RlIsskie Lo[Jary, Moscú, 1890, pp. 157-158; paraotros hechos del mismo género, d. Mil<;If ÚLOWSKI, SIr(/I/!{//lsll'o. pp. 19-24.

JOCL R. ANDREE. Tolelll/!iillze. Elhnogr. Parall.. 2." ser., 1889, pp. 24-29; rifé/l/sil/e. passíl1l.

JJ J.-O. TIIIEI\S, Trailé ells sllperslilicms, París, 1667; pura otl'OS pura-lelos francl:Sl:S, vénsl: 1'. SÉII/LI.OT. /.e /;o/k-/o/'e de /-'ral/ce, t. 1. p. 419,donde Sl: hullanín informuciolll:s sob!l: la Inlvl:sía del mar interior p.m!dirigirse al Infierno.

En fin, los luisenio de California tienen una ceremonia dra-mática que, por una acción directa: 1.°, aleja, de la tierra losespíritu:, de' los muertos; 2.°, los «ata», los fija, como por unlazo material, a las cuatro secciones del cielo y más especial-mcnte a la Vía Láctea 34.

u CL Ol.DENBERG, La religiol1 c/u Véda, trad. V. Henry, París, 1903,pp. 450-462; otra morada está en el cielo; Oldenberg tiene razón alcreer que estas dos concepciones son independientes y yuxtapuestas; perono constituyen elementos de un sistema dualista. Esta coexistencia decreencias diferentes en un mismo pueblo es un hecho frecuente, y cuan-do se da la localización de ciertos muertos en uno de los mundos yde otros en los otros, ello ocurre según un principio no ya ético, sinosocial y m¡ígico-rcligioso.

JI Miss OWI'.N, Pu/k-Lore of Ihe MlIsqllakie, Londres (Folk-Lore So-ciely), 1902, pp. 83-86.

.. C. OOI>l),\IW IJl! 110/5, The I<eligioll ofllre LlIiscllio /1lC/ialls, Univ.Cal. Pub!., t. VIII. núm. 3, Oerkeley, 1908, pp. 83-87.

166 167

Page 83: Los Ritos de Paso

Trataré ahora con bastante detalle acerca de las ideas quelos haida se hacen del otro mundo 35, a causa de la combinaciónque presentan de temas conocidos. La ruta que conduce a esepaís alcanza las orillas de una especie de bahía, al otro lado dela cual está el país de las almas; un alma envía al muerto unabalsa que se mueve por sí misma. Al llegar a la otra orilla, elmuerto se pone a buscar a su mujer, lo cual le lleva muchotiempo, ya que los pueblos están muy desperdigados, como losde los haida, y a cada muerto le está asignada una sola mujer.Al morir, el hombre indica en qué pueblo quiere vivir, y se leenví!1n mensajeros que le guían en su viaje. Cada ofrenda almucrto se multiplica para su w;o; y los cantos funerarios haccnquc el muerto entre en su pueblo con la cabeza bien alta. Losmuertos envínn riquezas a sus paricntcs pobres terrestres. En elpaís de las almas se ejccutan danzas sagradas. sc disfruta. Músallá dc cse país habita Ull jefe llamado Uran Nubc Moviente,de quien depende la abundancia de salmón. Al cabo de algúntiempo, el muerto equipa ulla canoa, relllle sus bienes, y entrelas lamentnciones de sus compañcros, parte hacia el país llamadoXada; ésta es su segunda muerte; luego pasa por una tercera yuna cuartn. A su quintn mucrtc, vuclvc a la licITa COl110moscaazul. Otros piensnn que las cuatro mucrtcs sólo ticncn lugnrdespués de varios renacimientos humanos. En fin, hay países dife-rentes para los ahogados, los fallecidos de muerte violenta, loschamanes, etc.

Veamos ahora los ritos funerarios para un muerto ordina-rio 36.Se pinta el rostro del muerto, se le pone un tocado sagradoen la cabeza, y se le sienta en el féretro; permanece así de cuatroa seis días. Se cantan cantos mágicos especiales. Los «cánticos»los recitan en primer lugar los micmbros dc su clan, lucgo losdel clan opuesto. Se arroja a un «fuego de lamentación» todolipa de víveres y de bebidas y hojas de tabaco que el muertose llevará al otro mundo multiplicadas; los parientes adoptan lossignos del luto (se afeitan la cabeza y se manchan la carn conpez); se sacn el féretro por un agujcro en la pared, para ponerloen la «casn funeraria», donde sólo pueden depositarse los del

mismo clan. Durante diez días, la joven viuda se sirve de unapiedra a guisa de almohada y se baña cotidianamente, pero sinlavarse la cara, etc. Luego reúne a los niños del clan opuesto yles ofrece una comida «para poder casarse» (los haida son exó-gnmos); otro informador le dijo a Swanton que los ritos del luto«se parecen mucho a los de las muchachas en el momento desu pubertad», Estos ritos, en fin, al tener por objeto reunir elcadáver con los de los miembros de su clan, y suministrar1ctodo lo necesariopara el viaje y la estanciade ultralumbn,sonal mismo tiempo profilácticos animistns (la abertura en la paredde la casa, el féretro, el panteón, etc., impiden el retama) y pro-filácticos conlagionistas (luto, baños, etc.).

EL HENACII\IIENTO COTIDIANO DEL MUERTO

EN EL ANTIGUO EGIPTO

Los ritos funerarios del antiguo Egipto suministran un buenejemplo de un sistema de ritos de paso con vistas a una agl'e-gnción al mundo de los muertos. No examinaré aquí más que elritual osiriano 3? La idea fundamental es la identidad de Osirisy del muerto por una parte, del sol y del muerto por otra; enmi opinión, debió de haber inicialmente dos rituales distintos quese unieron en torno al tema de la muerte y el renacimiento. ComoOsiris, el muerto es desmembrado y luego reeonstituido; estámuerto y renace al mundo de los muertos, de ahí una serie deritos de resurrección. Como Ra-Sol, el muerto muere todas lastardes: ni lIegnr al límite del Hades, su momia es arrojada aun rincón y abandonada; pero la serie de ritos por los que pasa,en la barca del sol, durante la noche, le resucitan y, poco a poco,por la mañana, helo ahí de nuevo vivo, presto a reemprendersu viaje cotidiano en la luz, por encima del mundo de los vivos.Estos renacimientos múltiples del ritual solar se han combinadocon la reconstitución única, en la primera llegada del muerto al/

Hades, del ritl~al osiriano, de suerte que esta reconstitución ha

)7 G. MAsI'Éno,«Les hypogées royaux de Thebes», Et. de lIIyth. et¡/'ard/. ég., t. 11 (1893), pp. 1-187; G. /ÉouIEn. Le lillre de ce qu'i/ y(/ dalls /'Hacles, París, t894; A. ManET, Le rituel du culta divill juurl/alier,Puris, 1902, y J)u cure/ctere religieux de la ruyauté pllllruullique, Puris,1903.

1\ J.-R. SWANTON,Colltri/JllliollS lo tlle etllllUlogy o/ the I/aida, JesupNorlh l'ucHic Expcúitiol1, t. V, parle 1. Nueva York y Leiden. 1905, pá-ginns )4.37.

lb V¿ase purn los rilos. ibidelll, pp. 52-54 Y 34-35.

168 169

Page 84: Los Ritos de Paso

llegado a opernrse cotidiUlHllIlcl1le. Esk feIH)I11eno de convergen-cia respondía además a la idea general de que lo sagrado, ]0divino, lo mágico, lo puro sc pierden si no son renovados porritos periódicos.

los dc la cuarta y siguicntcs cran: «La quc oculta corrcdorcs»;«El pilar de los dioses»; «La guarnecida de espadas»; «La por-tada de Osiris»; «La que se mantiene en pie, inmóvil (7»>; «Laguardiana de la,inundación»; «La mayor entre los seres, la gene-radora de formas»; «La que contiene los dioses del Hades». Ala salida había también un vestíbulo.

A estas «aperturas de puertas» correspondía, en el ritual delculto diario, la apertura de las puertas del naos: 1.°, se rompíala atadura; 2.°, sc liberaba la tierra sigilar; 3.°, se hacían des-]izar los ccrrojos 43. Luego venía la desmembración y reconsti-tución del dios, rito que formaba parte también de los ritos fu-nerarios (apertura de la boca 44, etc.). La segunda apertura delnaos confirmaba la primera; se aseaba al dios con agua e in-cienso, se le vcstía con vendas sagradas, se le ungía con maqui-lIajc y accitcs pcrFumados. Finalmente, se volvía a colocar laestatua eu el IHIOSinstahíndola sobrc la arcna, al modo de la111lHIliay la estatua del muerto en cl ritual Funcrario, y se cerrabade nuevo ritualmente el naos, como rito principal de salida delsantuario 45. Pero la finalidad del culto divino era que resuci-tara diariamente el sol, Ra-Osiris, del mismo modo que los ritosfunerarios: 1.°, resucitaban al muerto, deificándole mediante lamomificación y los diversos ritos; 2.°, impedían, por la recons-titución y el renacimiento nocturnos, la muerte verdadera y defi-nitiva 46. De ahí el paralelismo 47 entre los ritos funerarios, elculto diario, la inauguración del templo y el ritual de la entroni-zación. Este paralelismo es ciertamente el caso extremo y el mássistematizado, entre los que conozco, de la representación dra-

PLURALIDAD DE MUNDOS DE LOS MUERTOS

Veamos ahora el esquema sincretista segLÍn cl Libro de loque hay en el Hades y el Libro de llls Puerlas IH. La reprcsenta-ción del Ouat (Hades) varía segÚn las épocas y lugares: a fuerzade soldaduras y combinaciones, los sacerdotes tebanos elabora-ron un plano completo; es «como 1111inmenso templo, muy largo,dividido en un cierto número de c<Ímaras separadas por puertascon un patio exterior en cada extremidad y un pilÓn que dabaa la vcz al mundo interior y al 1IHllldocxterior» 11.¡\ primerashoras dc la lIoche, el sul ya IIlllCllu se hace abrir \;ISpuertas guar-dadas por cinocéfalos y gcnios, Iras haber acogido en su barcaa las almas «purClS», es dccir amol'lajadas según los ritos y pro-vistas de los talismanes necesarios; los demás muertos vegetaránallí, en el vestíbulo, eternamente ;°. Según el Libro de las Puer-las, éstas, idénticas a las de las Fortalezas, están guardadas a laentrada y a la salida por un dios momiforme, estándolo las esqui-nas por dos ureus que lanzan llamas y por un grupo de nueve dio-ses-momias; se obtenía el paso con un conjuro ;1. A continuaciónempezaba el viaje, conforme a la Guía del Viajero en el Otro"[un do 42. Para los detalles, remito a los trabajos citados, y hagonotar que cada compartimento estaba separado del precedente ydel siguiente por puertas que cra necesario hacer abrir ritual-mente; se ignora el nombre de las tres primeras y de la última;

4J ManET. TWuel, pp. 35 Y ss... Tbidem. pp. 73-83 Y 87-89; d. MAspÉna, «Le rituel du sacrificie

funéraire», Eludes, etc., t. II, pp. 289-318.45 Ibidem, pp. 102-2t2 y la pl. 111.46 ManET, Rilrlel, p. 226; cL ibidem, pp. 10-15 Y aquí arriba.4J Lo¡ compartimentos del Hades pertenecen a dos sistemas primiti-

vamente distintos ~uando menos. El renacimiento definitivo se obtiene ala hora XII segllll el ritual tebano, mediante el paso de la barca divinaa través, de cola a cabeza, de la gigantesca serpiente «La Vida-de-Ios-Dioses», imagen, dice M. JÉOUIER,de la renovación, en virtud de lafacultad de la serpiente de cambiar de piel todos los años, loco cit., pá-ginas 132-133. Pero esto no explica el sentido de] paso a través de lasdos cabezas de toro (MAsrÉna, loco cit., t. 11, pp. 169-171); sobre lahora XII, cL ibidem, pp. 96-101.

'1 Este Libro se compu:,o para conciliar la teoría solar con la teoríaosiriana, que en absoluto se tiene en cuenta en el Libro de lo que hayen el Hades; véase el resumen que de ello ofrece G. MASI'ÉRO,EllIdesde mylh. et d'arch. eg., t. 11, pp. 163.179.

" /ÉOUIEH, loco cil., p. 19.

" JÉUUIER. loco cit., pp. 20, 34-41; I\IASI'I:RO. 1fypogées, pp. 43-44;cL el discurso del dios a los cillocéfalos para <da apcrtura de las pucr-tas».

" M,\SI'ÉRO,loco cit., pp. 166-168; sobrc la pucrta que se ahrc cn ellugar del juicio, véase U/no de los fI[lIertus. cap. ex x V, l. 52 Y ss.

" MASPÉRO, Eludes, 1. 1, p. 384.

170 171

Page 85: Los Ritos de Paso

mática del tema de la muerte y la resurrección, por la muerte yel renacimiento, simultáneamente, del Sol-Ra, de Osiris, de Ho-rus, del rey, del sacerdote y de cada muerto «puro». Afiadiréfinalmente que el nacimicnto a la vida tcrrestre era ya en símismo Un ren<lcimiento48.

que no se ha dado nombre, o no iniciados, están destinados auna existencia lamentable, sin poder jamás penetrar en el mundode los muertos, ni agregarse a la sociedad en él constituida. Sonlos muertos má~ peligrosos: desearían reagregarse al mundode los vivos, y al no poder h<lcerlo,se comportan para con él comoextnllljeros hostiles. Carecen de los medios de subsistencia quelos demás muertos encuentran en su mundo, y deben por consi-guiente procurárselos a expensas de los vivos. Además, estosmuertos sin casa ni hogar experimentan con frecuencia un ásperodeseo de venganza. Así pues, los ritos de los funerales son almismo tiempo ritos utilitarios de largo alcance: ayudan a lossupervivientes a desembarazarse de enemigos eternos. La clasede muertos de que se trata se recluta de distinto modo en losdiferentes pueblos: además de los individuos citados, se incluyenlos desprovistos de familia, los suicidas, los muertos durante unviaje, o por violación de un tabú, los fulminados por un rayo,etc, Dicho sea todo esto como teoría general: pues el mismo actono acarrea las mismas consecuencias en todos los pueblos, einsisto de nuevo en que no pretendo que el esquema de 103ritos de paso sea universal y absolutamente necesario.

A este respecto citaré las variaciones de la suerte de los sui-cidas en ultratumba. R, Lasch 53ha hallado cuatro categorías:1,", se considera el suicidio como un acto normal y la suerte delsuicida es la misma que la de los muertos ordinarios; más aún,en caso de enfermedad grave, mutilación, etc" el suicidio es unmedio para que el alma se halle en buen estado, y no debilitadani mutilada; 2.", el suicidio es recompensado en el otro mundo(suicidio del guerrero, de la viuda, etc,); 3,", el suicida no puedeagregarse a los otros muertos y debe errar entre el mundo delos muertos y el de los vivos; 4,", el suicidio es castigado en elotro mundo, y el suicida debe errar entre los dos mundos hastaque se haya cumplido el tiempo que hubiera vivido normalmente;o bien no es admitido más que en una región inferior del mundode los muertos, o en fin es castigado con suplicios, etc, (infier-no). Obviamente, según en cuál de estas cuatro categorías entreel suicida, los ritos funerarios son distintos, tanto los ritos profi-lácticos y purificatorios como los ritos de paso,

MUERTOS QUE NO PUEDEN AGREGARSE A LA SOCIEDADGENERAL DE LOS MUERTOS

Todos estos ritos impedían al lIlucrto morir dc nuevo cadadía, h~cho quc nllll1crosos pucblos miran como posible y quese combinn a veces con la idea de quc en cada ocasión elmucrto pnsa de una morada a Olra, como hcmos visto cn elcaso de los haida; del mismo modo, los tchercmisos creen, obien que cl muerto Plll:de morir, o bien (lcher~lIlisos de Viatka)que el hombre puede morir sict~ veces, pasando de Un mundo aotro, parn transformarse a continuación en pez 49, Los ritos tche-remisos consisten GIlalimcntar aln1l1(;rlo con fr~cuencia primero,periódicamente despul;s, mediante «conm~moraciones», i\sí cscomo s~ explican todavía en parte los ritos alimenticios y sun-tuarios dc los vogul y de los ostiak, algunos de los cuales creenque el alma del muerto vivc dunJnte cierto tiempo cn el mundosubmarino o celeste 5°, disminuyendo luego poco a poco hastareducirse a ]a talla de cierto pequeño insecto o transformarse enese insecto, y desaparecer por completo después 51, La doctrinade los mundos superpuestos cstaba adcmás muy difundida enAsia y existía en cl mitraísmo (los siete mundos planetarios, coniniciaciones sucesivas) 51.

Aquellos individuos para quienes no se han realizado losritos funerarios, lo mismo que los niños no bautizados, o a los

" CL, entre otros, MASPÉRO, loc. cit., t. /, pp. 23 Y ss., 29. Obsérveseque la momificación liene prccisamente como finalidad permitir el rena-cimiento. la vida dc ultratumba.

" S~lInNov.BoYEn, Les fJo/JI//a/io/IS /il//lOises de la Volga et c/e laKallla. t. 1, París. 1898, p. 138.

\.) Véase nHís alnís p. 163 Y las fuentes citadas." GONDATTI, 1'.39.

51 CL l'oWEI.L, XIX//¡ AI/n. RefJ. 11. l~.. pp. LXXXI-LXXXII (notaanadida por V. G. en el Adc/el/(JIIIII).

51 R. LAsc 11, Die Verbleibsor/e der abgeschiedel1el! Seele der Selbsl-lIlürder, Globus, t900, t. LXXVII, pp. t 10-115. '

172 173

Page 86: Los Ritos de Paso

RITOS DE RENACIlIlIENTO y DE REENCARNACIÓN reencarnado ,s. Cuando el niño nace, se matan dos pollos; luegola madre se lava y lava al niño. Los siete primeros días los pasael alma del niño posada, como si fuera un pájaro, sobre lasropas o el cuerpo de sus padres; esa es la razón de que éstosse mantengan lo más posible sin moverse y se apacigÜe al diosdoméstico con sacrificios. Luego vienen ceremonias de todo tipo,durante una de las cuales el pariente más próximo por vía ma-terna da un nombre al niño, es decir le reagrega de nuevo alclan.

Volvemos a topamos de nuevo con estos últimos en los ritosde resurrección y de reencarnaciÓn. En efecto, aun cuando elalma se haya separado de los vivos y haya sido agregada almundo de los muertos, puede ir a continuación en sentido in-verso y reaparecer entre nosotros, sea por propia iniciativa, seapor coacción de otros. El mecanismo es a veces muy simple:basta que el alma ,se reencarnc en una mujer y reaparezca enforma de niño: tal es el caso, entre otros, en los arunta de Aus-tralia, que piensan que las almas estrin emboscadas en piedras,árboles, etc., y desde allí se arrojan sobre las mujeres .jóvenes,gruesas y apetitosas. Los ritos de reintegraciÓn al mundo de losvivos son entonces los ya estudiados a propósito del nacimientoy la denominación. Las ceremonias de los lushei del Asasm 54

ofrecen un buen ejemplo de este «retorno eterno». Se reviste ulmuerto con sus mejores ropas y se le at¿l, en posición sentada, aun andumiaje de bambÚ; se colocan a su lado los utensilios yarmas propias de su sexo; se mata un cerdo, una cabra y unperro, cuya carne se reparten (odos los parientes, amigos y veci-nos; se le da también de comer y de beber al muerto. Luego, alcaer la noche, se le coloca en una fosa excavada justo al ladode la casa; su pariente más próximo se despide de él y le pideque lo prepare todo para los que irán a reunirse con él. Enefecto, el alma, acompañada por las almas del cerdo, la cabray el perro, sin las cuales no hallaría su camino, se dirige vestida yequipada al país de Mi-thi-hua, donde la vida es dura y penosa.Pero si el muerto ha matauo hombres o animales de caza, o siha ofrecido fiest¡¡s al pueblo clltero, va a un país agradable, alotro lado de un río, donde se entrega a una comilona continua:las mujeres, al no poder combatir, ni cazar, ni dar fiestas, nopueden ir a ese bello país más que si las llevan sus maridos.Al cabo de cierto tiempo, el alma abandona estas regiones, t¡¡ntola una como la otra, y regresa a esta tierra en forma de avispón;tms un nuevo período de ticmpo, se transforma en agua, eva-porándose luego en forma de IOcío; y si una gota dc rocío cacsobrc un hombre, este hombre tcndni un hijo que sení el muerto

RITOS CUANDO EL DOMICILIO DEL MUERTO ES SU CASA,

SU TUMBA O EL CEMENTERIO

Recordaré finalmente que, a veces, las almas de los muertosse reencarnan directamente en animales, vegetales, etc" especial-mente en los totems. En este caso, hay rito de agregación delmuerto a la especie totémica.

No siempre existe un lugar de ultratumba destinado espe-cialmente a los muertos: o al menos ocurre con frecuencia quesus domicilios sean los alrededores de la casa, la tumba (llamadala «Isba del Muerto» por los votiak), o el cementerio (llamadoel «Pueblo de los Muertos» por los mandan). En este caso, elverdadero rito de agregación al mundo general de los muertoslq constituye el entierro. Esto es muy claro entre los cheremisosque, por otra parte, creen también, quizá por la influencia mu-sulmana de los tatar, en otro mundo 56,análogo al cielo de losostiak y al que se accede bien con una pértiga que sirve depuente por encima de una caldera, bien por una escalera. Asi-mismo, los muertos mordvinos tienen por domicilio la tumbao el cementerio 57.El vínculo con los vivos, y por tanto el perío-do de margen, dura entonces más tiempo, renovando éstos pe-riódicamente tal vínculo, como ya se ha dicho, bien mediantecomidas en común, o de visitas, bien alimentando al muerto (agu-jero en la tierra y el féretro, caña, vituallas depositadas en la

" Es uno tic los casos, muy raros, tic reencarnación por el padre." SMIRNOV (trad. P. Boycr), Les poplllaliofJs ji"IIoises des bassifJs

de la Vo[ga el de la Ka/1la, 1. 1, Cheremisos y Mordvos, París, 1898,pp. 133-144.

\1 1bidelll, pp. 357.376." El comandante SII"KESI'L,\HE en CCIlSllS o/II/(!i<l, 1901,1. 1, Ethno-

grapllica[ AppeJ/(lices, Calcula, 1903, p. 225.

174 175

Page 87: Los Ritos de Paso

tumba, etc.). Pero siempre llega un momento en que este víncu-lo se rompe, tras haberse ido relajando poco él poco. En tal caso,es la última conmemoración, o la última vi~ita, ctc., lo queclausura los ritos de separación, respecto al muerto, y de recon-ciliación de la sociedad, restringida o amplia, de los vivos.

LISTA DE RITOS DE SEPARACiÓN Y DE AGREGACIÓN

comidas que tienen por finalidad renovar entre todos los miem-bros de un grupo superviviente, y a veces también con el difunto,la cadena que se ha visto rota por la desaparición de uno de suseslabones. Con frecuencia, una comida de este tipo tiene lugartambién en el momento de levantar el luto. Cuando los fune-

rales se hacen cn dos etapas (provisionales y definitivos), hay porlo general al final del primero una comida de comunión cntrelos parientes, a la que se supone que asiste el muerto. En fin, ~ila tribu, el clan o el pueblo están en juego, el modo de convocar(tambor, pregonero, mensajero, etc.) refuerza más aún el carácterritual colectivo de la comida a que se convoca a los miembrosde los grupos interesados.

En cuanto a los ritos de agregación al otro mundo, son elequivalente a los ritos de hospitalidad, de agregación al clan, demlopción,etc. Con frecuencia se alude a ellos en las leyendas quetienen por tema centml un descenso a los infiernos o un viajeal país de los muertos, casi siempre en forma de tabúes: no hayque ccmer con los muertos, ni comer o beber algo que se hayaproducido en su país, ni dejarse tocar, o abrazar por ellos, niaceptar de ellos regalos, etc. Por otra parte, beber con un muertoagrega a la comunidad de los muertos, permitiendo por consi-guiente viajar entre ellos sin peligro, del mismo modo que abo-nar el peaje (moneda, cte.). Entre los ritos de detalle citaré elmazazo en la cabeza que dan los muertos al recién llegado 6°; laextremaunción cristiana; poner el muerto en lierra. En fin, esen esta categoría quizá en la que hay que clasificar las «danzasde los muertos» ejecutadas por algunos amerindios, por los an-yanja 61 de África, etc., por los miembros de las sociedades secre-tas II otras sociedades mágico-religiosas especiales.

Veamos ahora una lista de los ritos de paso consideradosaisladamente, lista que, como las demás presentadas en este vo-lumen, no tiene ninguna pretensión de ser completa.

Entre los ritos de separación, algunos de los cuales ya hemosexaminado, es conveniente clasificar: los diversos procedimien-tos de transportar al exterior el cadáver; el incendio de lostítiles, de la casa, de las joyas, de la~ riquezas del muerto;el dar muerte a sus mujeres, sus esclavos, sus animales favoritos;los lavados, unciones, y, en general, rilos llamados de purifica-ción: zanja, féretro, cementerio, valla, colocación en los árboles,montones de piedras, etc., los cuales se construyen o se utilizanritualmente, terminando con frecuencia el rito entero de unamanera particularmente solemne con el cierre del féretro o dela tumba. Como ritos co]ectivo~, cstán las ceremonias periódicasde expulsión de las almas fuera de la casa, del pueblo, del terri-torio de la tribu. Al «rapto» de la novia corresponden las luchaspor e] cadáver, tan extendidas en África, y cuyo verdadero sen-tido no parece haberse comprendido hasta ahora: únicamente ala fuerza se resignan los vivos a perder a uno de sus miembros,pues ello supone una disminución del poder social; estas luchasson tanto más violentas cuanto más elevada sea la poskión delmuerto en la sociedad 58. En cuanto a la destrucción misma de]cadáver (incineración, putrefacción rápida, ete.), tiene por objetodisgregar los componentes, cuerpos y almas diversos; aunqueHertz 59no lo crea así, sólo muy raramente constituyen los res-tos (huesos, cenizas) el cuerpo nuevo del muerto en la otra vida.

Como ritos de agregnción, citaré en primer lugar las comidasconsecutivas a los funerales y las de las fiestas conmemorativas, ,. "AnDO N, Call1bridge expeditioll to Torres Straits, t. Y., 1906, pá-

gina 355; este mismo rito es uno de los del matrimonio; eL más arriba,p. 141.

61 Yéase A. WERNER,Tire Natives 01 British East Alrica. Londres,1906, p. 229; R..S. RATTRAY,Sollle lolk-Iore, stories ami sollgs ill Chi-lIyallja, Londres, 1907, p. 179.

" Para referencias, véase HERTZ, loco cit., p. 128,11. 2." Loc. cit., p. 78, modificando una teoría demasiado absoluta de

KteinpulIl.

176177

Page 88: Los Ritos de Paso

CAPíTULO IX No obslant,c, en el caso de algunos de los ritos que interpre-to como ritos de paso, es preciso que ofrezca, aunque sea r¡ípi-damente, mis razones:OTROS GRUPOS DE RTTOS DE rASO

SonRE ALGUNOS RITOS DE PASO CONSIDEHADOS

AISLADAMENTE: 1.°, CABELLOS; 2.°, VELO; 3.", LEN<HJAS

ESPECIALES; 4.°, HITOS SEXUALES; 5.°, GOLPESY FLAGELACIÓN; 6.°, LA PIU~IEHA VEZ

1.° Cabeflos.-Han sido objeto de una monografía de WiI-ken 3, cuyas opiniones han sido aceptadas y desarrolladas, entreotros, por Robertson Smith 4, Sidney Hartland, etc. En reali-dad, 10 que se llama «el sacrificio de los cabellos» comprendedos operaciones distintas: a) cortar el pelo; b) dedicado, con-sagrarIo o sacrificado. Pucs bicn, cortarse el pelo cs separarsedel mundo anterior; dedicado es vincularse al mundo sagrndoy mÍ1sespecialmente a una divinidad o a un demonio, con quiende ese modo se emparenta. Pero ésta es sólo una de las formas deutilización del pelo cortado, en el cual reside, como en el pre-pucio o en las uñas cortadas, una parte de la personalidad.Con mucha frecuencia, esta idea no existe, y no se hace nadaen absoluto con los desperdicios. En otros lugares sí que exis-te y son enterrados, quemados, conservados en un saquito, con-fiados a un pariente, etc. Asimismo, el rito de cortar el peloo una parte de la cabellera (tonsura) se utiliza en muchas cir-cunstancias diferentes: se afeita la cabeza del niño para indicarque entra en otro estadio, la vida; se afeita la cabeza de lamuchacha en el momento de casarse, con objeto de cambiadade clase de edad; de igual manera, las viudas se cortan el pelopara romper el lazo creado por el matrimonio, reforzándose elrito con el depósito de la cabellera sobre la tumba; a veces esal muerto al que se le corta el pelo, siempre con la misma idea.Pues hay una razón de que el rito de separación afecte a loscabellos: es que éstos son, por su forma, su color, su longitudel modo de disponedos, un carácter distintivo fácilmente reco-nocible, tanto individual como colectivo. «Cuando son muy jó-venes, las niñas de los rehamna (Marruecos) llevan la cabezaafeitnda, excepto los cabellos de delante y un mechón sobre elvértex; cuando llegan a la pubertad, dejan crecer sus cabellos,conservando los que están sobre la frente y enrollando los de-más sobre la cabeza; cuando se casan, se dividen los cabellos

Convendría ahora cxalllinnr cnda rito dc paso y dcmostrarque se trata en credo de un rito de separación, de margcn o deagregación. Pero hacerla daría materinl para varios volúmenes,'¡jada que todos y cada uno de los ritos determinados, o casi,pueden ser interpretados de varias maneras, según formen parte~e un sistema completo o se trate de un rito aislado, según seejecuten de una manera o de otra '. Se han presentado enume-raciones en varias ocasiones 2, Y todos aquellos ritos que com-portan el acto de cortar por una parte, y de atar por otra, ape-nas ofrecen materia de discusión. Así, por ejemplo, he expli-cado la circuncisión corno un rito de separación, y hemos vistola extraordinaria difusión del uso del «lazo sagrado», de la«cuerda sagrada», del nudo, así como de sus análogos, el cintu-rón, el anillo, la pulsera y, también, sobre todo en los ritos delmatrimonio y de la entronización, la corona, cuya forma primi-tiva era el pañuelo.

I Compárense a este respecto los rilos señalados por E. Monseur, «Laproscription religieuse de I'usage réccllt» , Re!'. de I'/Iis/. des Ud., t. LlII(1906), pp. 290-305.

1 Vé<Jsc m¡ís atrás, pp. 24.27, 38.42, 4Y-SO, 60. 64, 66, 74, 142.143. ]44-145, ]46.147, t76.177.

J l.-A. WILKEN, «Das Haaropfen> , Revlle c%nia/e ln/ema/iona/e,t. ] 11; cL además FRAZER, Go/den BolIglt, op. ci/., t. 1, pp. 368.369, parauna buclla colccción de hechos.

. Rob. S~IIT 11, Die Religion der Semi/en, pp. 248-255.

178 179

Page 89: Los Ritos de Paso

en dos trenZ[lS que quedan colgando por detrás; pero a partirdel 11l0mento en que son madres, se pasan esas dos trenzas de-lante eJe! pecho, por encima de los hombros» ó. El peinado sirveasí a las mujeres rehamn<l para l1larC<lrlos períodos de su viday su pertenencia a esta o aquella e<ltegoríade la wciedad fe-menina. Serí[l fácil citar muchos otros documentos del mismogénero. Lo que quería indicar es que el tratamiento dispensado<l los cabellos entra con mucha frecuencia en la clase de losritos de paso 6.

moJo, cu[lndo los romanos «consagrnban» a los dioses, enten-dían que, cubriendo con un velo a las víctimas designadas, lasseparaban de este mundo para agregadas al otro, divino y sa-grado. El rito cristiano que hemos señalado existía en el mo-mento de la iniciación a los misterios, y la explicación es lamisma en los dos casos.

2." Velo.-«¿Por qué -se preguntaba I'luUII'Co--- ponerseun velo sobre la cabeza para adorar a los diuses'!» I.a rcsplfl:sta essimple: para separarse de lo profano (ya que hasta la vista, comose dijo a propósito de los shammar, es un contacto) y para novivir ya más que en el mundo s[lgrado. En la adoración, en elsacrificio, en los ritos del matrimonio, elc., el «velamiento» estemporal. Pero en otros casos, la separación o la a~~regación, o<1Inbas, son definitivas. Tal es el caso para las mujcres musul-manas, las judí,¡s de T t'lIle/., elc., que, al pertenecer por unaparte a la sociedad sexual, por la otra a una sociedad familiardeterminada, deben aislarse del resto del mundo resguardándosecon un velo. Qel mismo modo, en el catolicismo, pasar del esta-9io liminar (noviciado) al estadio de agregación definitiva a lacomunidad, es «tomar el velo», De igual manera, en fin, en-ciertos pueblos una viud<l se separa de su madeJa muerto, bienÚnicamente durante su luto, bien p[lra siempre, o incluso de lasdemás mujeres casadas y de los hombres, llevando un velo. Cu-briéndose con un velo tras haber bebido la cicuta, Sócrates seseparaba del mundo de los vivos para agregarse al mundo delos muertos y de los eJioses; pero habiendo tenido que reco-mendar a Critón que sacrificara un gallo a Esculapio, es decir,queriendo de nuevo actuar como vivo, se descubrió el rostro,para volver a cubrírselo inmediatamente después 7. Del mismo

3.0 Lellguas especiales.-Durante la mayoría de-las ceremo-nias de que hemos hablado, y sobre todo durante los períodosde margen, se emplea un lenguaje especial que, a veces, compor-ta todo un vocabulario desconocido o inusitado en la sociedad

gendal y, otras veces, sólo consiste en la prohibición de emplearciertas palabras de la lengua común. Hay así lenguas para lasmujeres, para los iniciados, para los herreros, para los sacer-dotes (lengua litúrgic<l), etc. No hay que ver en ello más que unfenómeno del mismo tipo que el cambio de ropa, las mutila-ciones, la alimentación especial (tabúes alimenticios), etc., esdecir, un procceJillliento de dircrenciación perfectamente normal.No insisto cn este punto, puesto que ya lo he discutido en otrolugar rmís detalladamente 8.

4.° Ritos sexuales.-La prohibición del acto sexual es unelemento de la mayoría de los conjuntos ceremoniales y, al igualque las lenguas especiales, no debe ser clasificado aparte. Enlos pueblos en que el coito no implica ni impureza ni peligromágico-religioso, el tabú en cuestión no se presenta: pero allídonde esta opinión existe, es natural que el individuo que deseeentrar en el mundo sagrado y, tras entrar en él, actuar, deba al-canzar un estado de «pureza» y mantenerse en él. Pero, por otraparte, y ésta es una de las formas de la rotación de la nociónde sagrado a que nos hemos referido en el capítulo 1, al tiem-po que es impl1l'o, el coito es «poderoso»; esa es la razón de que

\ E. [)OUTTÉ, Memlkech. t. 1, París, 1905, pp. 314-315., Rob. SMITII, foco cil., pp. 2')().252. ha acL'lt¡tdo a ver que cortar

o trasquilar el pelo es un rito de iniciación nluy extendido. pl:1'U loidentifiea eon una consagración; es Huís exacto decir qUl: l:ste nlisll1Orito existe a la. vez cn el ritual de paso y en el rilual de consagrm;ión.

7 Contra lo que postula S. HEINAC(1, en su estudio sobre «el velo dela oblacitÍn» (CI¡{/es, fl.tylhes el f~eligi()l/s, 1. 1, pp. 299-311), no hay mo-tivo para hacer intervenir aquí la idea de quc «la visitÍn de un cadáver

hubiera nlOnchado la luz celeste», Más adelante (p. 309) entrevé unaexplicación del mismo género que la ofrecida por mí, pero sin llegarhusta el finul del urgumento; lu «col'I'clacitÍn cntre lu purificación, lupenitcncia y el luto», más tarde entre el mutrimonio romano y nistiuno,de un velo comlÍn durante los ritos del matrimonio romuno y cristiano,habría podido mostrarle el sentido de rito de separación y de agregacitÍna la vez de las prácticas en cuestión.

. A. VANGENNEI', «Essai ú'une théorie des langues spéciales», Rel'uedes Eludes Etllllographiques el Sociofogiques, 1908, pp. 327-337.

180181

Page 90: Los Ritos de Paso

]0 encontremos empleado como un rito de una eficacia superior.Está claro que el coito con una prostituta consagrada a una di-vinidad no es rmís que uno de los medios, del mismo género quela comunión, para agregarse a ]a divinidad, o incluso identifi-carse con ella 9. Pues conviene asignar al acto su sentido mate-rial, de penetración. Otros ritos, como el de Mylitta (toda mu-chacha debía ofrecerse una vez a un extranjero y recibir dc éluna moneda), son más complejos. Su mejor il11terpretación la hadado Westermarck: piensa que era un medio para asegurar lafecundidad de la muchacha, basado en el poder sagrado del ex-tranjero 10.esta no era, propiamente hablando, una rrostituta sa-grada; el acto se realizaba <:n len<:lIo sagrado; es posiblc' que sufinalidad fuera al mismo tiempo agregar el extranjero a la di-vinidad o a la ciudad. También interpreto como rito de agre-gación el coito en cuanto acto terminal de las ceremonias de ini-ciación: así, por ejemplo, en Australia el <:oito es un rito de estetipo para ngregar un mensajero a una tribu ", mientras que enotros <:asos es un rito destinado a asegurar la buella marcha delas ceremonias en eurso 12 y <:notros, todavía es un acto de con-fraternización (préstamo e intercambio de las mujeres, de lashermanas, etc.).

En cuanto a ]a «licencia sexual», consecutiva a las ceremo-nias de iniciación, en virtud de la cual, al igual quc en las ce-remonias de ciertas sectas rusas, los hombres y las mujeres seunen a su antojo o al az¡¡r, lejos de ver en ella una supervi-vencia de ]a pretendida «promiscuidad primitiva», la veo comouna expresión completa de esta misma idea de agregación: esel equivalente exacto de la comida en común, en la que parti-cipan todos los miembros de un mismo grupo especial. ¿Con-sideraría alguien la existencia universal de comidas comunita-

rias como un argumento a favor de la propiedad comunista pri-mitiva de las materias ulilllenticias? También en este momento

se olvidan los derechos de propiedad personal y, en un modestopie-Ilie, todos comen de lo que cada cual ha aportado. De igualmanera, todos se unen a todas, a fin de que la unión entre losmiembros de la sociedad especial (totémicu, herética, etc.) seaprofunda y completa. En cuanto a las mutilaciones que afectana los órganos sexuales, e incluso en el caso de perforación delhimen por Un coito preliminar ul matrimonio, no tienen ningu-na significación sexl1ul propiamente dicha, como he expuestoen numerosas ocasiones.

Todo lo que se acaba de decir sobre las prácticus hetcro-sexuales vale exactamente igual para las prácticas homosexua-les. Pero como aquí las discusiones han sido más confusas y losdocumentos son menos detallados, conviene citar algunos ejem-plos. Durante la iniciación en ciertas Ingiet (cL más arriba, pá-ginas 96-97), un miembro entrado en años de la sociedad se des-J1t((.Juy se embadurna de cul de los pies a la cabeza. Sujeta enuna mano Ifl extremidad de una estera y da la otra u uno delos novicios; ambos tiran y luchan alternativamente hasta qucel anciano cae sobre el novicio y se realiza el acto; todos losnovicios deben, sucesivamente, someterse a idéntica operación;uhora bien, la pederastia no está considerada como un vicio entrelos melanesios, sino como un acto gracioso 13. Por otra parte,se sabe que el acto homosexual era un acto normal en las anti-guas sociedudes de efebos, como lo sigue siendo aún, a títulode pacto de amistad, entre los albaneses y, para los habitantes delas «casas comunales», allí donde no se da vida en común entrechicos y chicas 14, de tal modo que en ese caso el primer actopederasta es un rito de confraternizución. No es necesario traeraquí a colación, como hace Ad. J.-Reinach, la idea de una «trans-ferencia de la fuerza viril del poderoso guerrero al efebo, dccuya educación militar y cívica se le ha encargado» 15. A las

1J R. PARKINSON,Dreissig jahre i/1 del' Südsee, Stuttgart, 1907, p. 611;la sodomía es asimismo practicada como rito de iniciación en NuevaGuinea: J. CH ALMERS, «Notes on the Bugilai, Brirísh New-Guinea».¡oum. Alllh/'op. 1/ISI., t. XXXIV (1904), p. 109.

" Para hechos y referencias, véase I-Iaveloek EU.1S. 111udes de l'syc/¡o-logie sexuelle, 1. 11, la Illl'ersici/1 sexual. París, 1909; WESTElIMAIICK,Ori-l:i/1 a/l(/ devc,'{lp/llelll 01 /IIoral ideas, 1. 11, 1908, pp. 456-489, Y el peri{;-dico de r.-s. KHAUSS,AIlI/¡ropophyleia, Leipzig, 5 volúmenes aparecidos.

" Ad. J.-RElNACH, «La lutle de Jacob avec Jahveh», ete., Ret'. desEludes Elhllogr. el Social., 1908, p. 356,. nota 5.

, Considero inútil discutir todas las teorías anteriores de Crawley,Frazer, etc.; es difícil encontrar un procedimiento mejor para expresaruna agregación estrecha. Intima; la eomells¡didad misma aparece comocomplicada ni lado del coila.

10 WESTEIIMAIICK, 'fhe urigill ((lid del'dol'/IlclIl uf /Iloral idcos. t. 11.Londres, 1908, pp. 445-446.

11 CL más arriba, pp. 45-46.

J2 Véanse mis MYlhes el Lég. el'Auslr.. París. 1906, pp. LVI-LVII.

182 183

Page 91: Los Ritos de Paso

prostitutas sagradas, kedeshólh, correspol1díUI1 entre los ju-díos !os kcdeshim, hombres dedicados a la divinidml y quc scsometían a la pederastia pasiva; también aquí el acto era unrito de agregación. No puedo ocuparme aquí de los hombres-mujeres: es preciso, no obstante, recordar el rito de Cos: lossacerdotes de Hércules llevaban durante el mismo, vestidos demujer y el novio se vestía también dc mujcr para acoger a sunovia 16. Este paralelismo se aplica fácilmente admitiendo:1.°, que los sacerdotes eran las «mujeres» de Hércules y, portanto, la agregación a este dios comportaba un aclo homosexual;2.", el novio actuaba del mismo modo que las parejas de chama-nes koryak, en I.as que el marido es la mujer y la mujer, elmarido 17, de suerte que el paralelismo en cuestión no es másque una coincidencia; a menos que supongumos que el rito delmatrimonio ha influido cn el rito del templo, y el1 ese caso,cuulquiera que sea la razón de que el novio Sl: disfracl:, IHIl:deque el rito dcl templo no sea una vez m,ís sino un rito de agre-gación a la divinidad 18.La pederastia ritual se da también en-tre los indios pueblo, c¡ue afcminan expresamente a ciertos jó-venes (los 1I111jerados),de los que se sirven duH1I1tcdiversas ce-remonias 19, con la misma finalidad sin duda que los arunta, cuan-do se sirven ritualmente de mujeres, siendo en ambos casos elacto un «lubrificante mágic9».

" J..G. FRAZER,AdOllis, /llIis. Osiris. 2- ed., Londres. 1907, p. 433."CL JOCIIELSON, T/¡e Kor)'ak; religioll 1II1l11/lylh, Jesup Nonh I'u-

cific Exp., t. VI, part. 1, Nueva York y Leiden, 1905, pp. 52-54." Sin embargo, el ntuendo femenino de los sacerdotes y magos es

un hecho lo bastante extendido como para que se deba quizá buscarotra explicación; cL la interesante nota de JOCIIEI.SON,The Koryak, p. 53;}.-M..M. VAN DEn I3UI\GT, L'UrlIl1cli el les Wal'll/ldi, Bar-le-DIJe, 1905,p. 107; J.-G. FnAzER, Adollis, AI/is, Osiris, 2.' ed., Apéndice, pp. 428-435.La idea de este cfllnbio de atuendo seria que el saeerdote se cree ani.mado por un espíritu femenino o una diosa con la que quiere identi-ficarse. FRAZER cita, p. 434, el mismo rito en tanto que rilo demalrimonio, y cre que tiene como finalidad asegurar el nacimiento dehijos varones. Esto es inadmisible: de ser así, ¡el novio parida niiHls, ono procrearía más que niñas! En mi opinión, se trata de un rito deagregación del muchacho a la familia de la chica, y de ésta a la familiadel novio, o mejor incluso, de un simple rito de unión entre los dosindividuos, idéniico 111intercambio de anillos, de alimentos, etc.

" F. KARSCH, «Uranismus oder Pi¡derastie und Trilwdie bei den NI1-turvolkern», Ja/¡rbllch jiir sexllelle Zlvisc/¡eIlSllljel1, t. 111 (1901), pa-ginas 141-145.

Bastarán asimismo algunos ejemplos para mostrar que la bes-tialidad puede ser, en cienos casos, un rito de agreg:h:ión. Sepresenta en forma muy clara en Madagascar; entre los <1ntai-moro, un hombre que vuelve de viaje, no puede tener relacionessexuales con !)u mujer más que después de haberlas tenido conuna novilla e~,pecialmente cuidada, a la que se engalana con flo-res y guirnaldas: el apodo de los antaimoro es «novios de va-cas», y el rito podría estar en reladón con el totemismo 20. Enalgunas tribus de Nueva Guinea británica, la bestialidad es unode los ritos de las ceremoniasde iniciación21. La representacióndramática de la bestialidad, si no el acto mismo, juega un im-portante papel en estas mismas ceremonias, al menos entre al-gunos australianos y amerindios, y también entre los bosquimanosdel Kalahari, que ejecutan la danza del toro y de las vacas, o ladanza del pavo, o la danza del puerco-espín, simulando el coitode estos animales con la mayor exactitud 22. En fin, la eficaciamágico-religiosa del coito con animales, queda patente en las si-guientes descripciones, observadas en Oalmacia por el doctorAl. Milrovics. Para librarse de la consunción, hay que copularcon una gallina o un pato hembra; de la blenorragia, con una gal1i-na, a la que se corta el cuello durante el acto; para hacerse maes-tro en el arte diabólico, con una vaca; para tener suerte, con unagallina; para aprender el lenguaje de los animales, con una ser-piente hembra; para que las vilas (hadas malignas) no causenmalcs a las bcstias, con una yegua; para robar sin ser cogido,con una gata; para que haya dicha en el hogar, hay que copu-lar con una cabra, recoger el semen y frotar con él la puerta de]a casa 23. Sin duda, la bestialidad anamita (gallinas, patos, et-cétera), tan extendida que un europeo no debe comer jamás unode estos volátiles si no ha sido muerto en su presencia, remite aopiniones del mismo tipo.

5." La flagelació/1 es uno de los actos que, aun cuando nose ejecuten más que ritualmente, no dejan de poder ser inter-pretados de varias maneras. Es sabida su importancia en la psi.

2° CL mi Taboll, Tot. Mad., pp. 249-251, 280-281, 343." J. C 11ALMEns, loco cil., p. 109." I'ASSARGE,Die BlISch111iil1l1erdel' Kalahari, Berlín, 1907, pp. 101-104.2J Fr.-S. Kl'fltlss y R. Reiskel, trad. con complementos de DuLAUREDes

divinilés généralrices, Leipzig, 1909, p. 181.

184 185

Page 92: Los Ritos de Paso

cología sexual; es un medio el'Ológeno de los más podcrosos.Pero hasta en este caso, como en los ritos, se pucde hacer en-trar la flagelación en una categoría más amplia, la de los golpes,ya dados una sola vez, ya repetidos, y considerar todo ello con-juntamente como una de las formas del sadismo. Como rito, laflagelación y los golpe~j pueden actuar a veces sexuallllente. Allídonde tal cosa no OCUlTe,conviene completar las interpretacio-nes admitidas hasta ahora, según las cuales no son más queun rito de expulsión del demonio del mal, de la impureza, etc.Salomon Reinach 24 ha reunido los hechos antiguos de flagela-ción ritual y ha expuesto la teoría de Mannhardt, para quien,en las Luperc¡¡les, la fustigación tiene por efecto alejar los de-monios; Frazer quiere ver en ello un rito de purificación 25;Tholllsen ve un medio para hacer que pase al cuerpo del pa-ciente la fuerza y la vitalidad, bicn del 1Írbol (avellano), bicndel animal (maeho cabrío o cabra), con cuyos fragmenlos seazot¡¡. S. Reinacl, adopta esta teoría y vc en la fl¡¡gclación un«rito de comunión», lo que yo llamo un rito de agregación.Est¡¡ interpretación debe scr admitida tanto para las Lupercalcscomo para la flagelación en el altar dc Arlcmis Ortia. La flagc-lación es un rito importante en numcrosas ccrcmonias dc inicia-ción (lo vimos en el caso de los zuni) 26 y equivale al rito con-sistente cn Nueva Guinea en dar un mazazo en la cabcza paraagregar al individuo ¡¡I clan totémico, a la familia, al mundo delos muertos 27.Sin embargo, conviene seilalar que la flagelacióno los golpes sirven en algunos casos (Liberia, Congo) de ritomaterial de separileión respecto al mundo anterior; golpear equi-vale cntonces también a cortar o a rompcr. Rccordaré finalmcn-tc que el rito de aporrear un objCIO l:~l¡í baslantc cxtcndido, yquc entre los ritos de apropiación est1Í cl de «golpl:ar el suelo»o el de «golpear los límites» lB.

6.° La primera vez.-«Sólo cuenta la primera vez», afir-ma un dicho popular, y no carece de interés señalar que no sóloesta idea es propiamente universal, sino que se manifiesta entodas partes, con más o menos fuerza, por medio de ritos espe-ciales. Hemos visto en varias ocasiones que los ritos de pasosólo se presentan en su forma completa, o se patentizan más (oincluso sólo entonces existen), en el momento del primer pasode una categoría social o de una situación a otra, Para no sobre-cargar aún más un libro ya bastante farragoso, también aquíme contentaré con algunas indicacione~. Recordaré en primerlugar que en esta categoría entran todos los ritos de fundacióny de inauguración (casa, templo, pueblo, ciudad); incluyen cere-monias de separación de lo común o de lo profano, y una apro-piación o una consagración; en los detalles, estas ceremonias com-prenden ritos de profilaxia, de propiciación, etc., pero su arma-dura real es el esquema de los ritos de paso, especialmente vi-sible en los ritos de la primera entrada. Igualmente, para el ex-tranjero hay ritos de la primera entrada, siendo luego libre devolver a salir y de entrar de nuevo. El primer embarazo y elprimer parto son ritualmente los más importantes, por más queaquí, motivos higiénicos y médicos, ticndan a hacer que dismi-nuyan las diferencias entre la primera vez y las demás. El na-cimiento de\' primer hijo, y sobre todo del primer varón, sonacontecimientos más importantes, y el punto de vista en cues-tión se manifiesta jurídicamente en el derecho de mayorazgo oprimogenitura. El primer corte de pelo, el primer diente, la pri-mera nutrición sólida, los primeros pasos, las primeras reglas:otras tantas ocasiones para ceremonias, variadas por sus formas J

idénticas en cuanto a su idea fundamental, paralelas por su es-quema central. Los primeros esponsales cuentan más que losdemás, y es conocido el descrédito en que cae una muchachacuyo noviazgo se ha roto. El primer coito de la mujer tiene uncarácter ritual, de ahí toda la serie de ritos relativos a la pér-dida de la virginidad. El primer matrimonio es el más impor-tante, no sólo a causa de la virginidad perdida, pues en numel'C)-sas poblaciones, o bien ha habido un período preliminar de coi-t03 con los jóvenes (casa comunal de las Filipinas, etc.), o bienla muchacha sólo le es entregada al novio tras una desfloraciónprevia. Vemos también cómo las ceremonias del matrimonio sesimplifican (o incluso se parodian: charivari) con ocasión dc

" S. REINACH,«La fIagellation rituellc», en C/t/les. fllyllles el Reli-givlls. l. 1, pp. 173-183.

J5 J.-C. FRAZER. Tlle Go/del/ !/ollgll. 1. 11. pp. 149 Y ss." Cf. nuís arriba, pp. 92-93. Y para 0(1'0 caso típico, 11. WEBSTER,

J'rilllitil'e sccrel societies, p. 113.11 ef. l11<Ísarriba, p. 177."CL IIU;\ND. Popu/ar I\UtilIUili/'s. C¡Q'. XXXVI: W;lIdc F{)wl.l.u.

'J'/Ie /'UlIllll/ Festiva/s, p. '519; clc.

186 187

Page 93: Los Ritos de Paso

¡os nUevas nupcias de una divorciada o 1111<1viuda. T¡:J es el

.casÓ en Uargla, y cito las observaciones de M. Biat'lHlY2<; porquetienen un valor general:

a cerrar hcnntticamente. Del mismo modo, cl primer sacrificiodel brahmiÍn, b primera misa del sacerdote católico, ocupan unlugar especial,: lo cual se expresa por todo un conjunto de ritosespeciales. Lo> primcros funerales son mlÍs complicados que lossegundos, y ailadiré que los funerales del primer niño en morirdentro de una familia tienen a veces una com¡::Jejidad o una sig-nificación especiales. En fin, las mejores ofrendas son las de losprimogénitos, de los primeros frutos (primicias), cte.

Esta rápida enumeración pone de relieve que una explica-ción de los «ritos de la primera vez» debe presentar un carácterde generalidad que estaba muy lejos de suponer H. Schmtz 3\que sólo se ocupó <.Jeellos a propósito de los ri tos de iniciaciÓn;en la simplificación progresiva de los ritos de iniciaci6n veíauna consecuencia, primero, de quc el secreto no sea ya nece-sario a medida que sc élsciende de grado, y segundo, de que losmiembros de los grados superiores «~e mantengan tras tus bus-

tidores», interpretación evidentemente inadmisible para todos los<.Jemáscasos citados. Estos ritos son simplemepte ritos de entra-da de un dol1l.nio o de una situación en otra, y es natural quchabiendo elJtnJo en un dominio o una situación nuevas, la repe-tición del prÍlr'et" acto sólo tenga ya una importancia decrecien-te. Por lo dcmás, psicológicamente, el segundo acto no ofrece yanada nuevo y marcéI el comienzo del automatismo.

Hay que distinguir (en UArgla) cuatro categorías de matrimonio:

l." El matrimonio entre dos jóvenes que uullea han estado casados,ni uno ni 011'0. Durante las fiestas y ceremonias que acolllpaiian o pre-ceden al matrimonio, y cuyo conjunto recibe el nombre de islc/ll. al jo-ven se le lIamn nsU y a la jovcn, tas/eI o tasclt;

2." El matrimonio entre un hombre viudo, divorciado o y¡¡ casadocon una o varias mujeres. y una jovcn virgen: es cl matrimonio delbllllliilld y de la tase/t; .'

3.° El matrimonio de un joven que nunca ha estado c:~sado (asli),con una mujer viuda o divorcida (ttlI1lCt'OIl/);

4." El mAtrimonio de dos personas que han estado ambas casadas.

Las diversiones y fiestas a que da lugar el matrimonio "mi dismi-nuyendo en nlll11el'O e importancia desde los ml1lrinlUllios de la Inimcraedtcgorín, n los que se puede IlIIn1llr n1ll(rinlOllios CIJlllpletoS. hasla losde la cuarta catcgoría, que JlO esliíll ya considerados silla como ullabanal formalidad quc sólo intcr~sa a los futuros cónyuges.

Añadiré que en los pueblos poligínicos la mujer desposadaen primer lugar tiene sobre las demás derechos definidos. Laprimera paternidad regula, entre los toda poliándricos .'°, variaspaternidades sucesivas, y un marido sablava poligíníco tienebuen cuidado de asegmarsc, por un rito eslJl.~cial,la paternidadde su primer hijo, él fin de ser también el padre de los siguicn-les .11.En fin, con frecuencia los ritos de] matrimonio sÓlo ter-minan con el nacimiento del primer hijo, que en algunos luga-res, como el Camerún 32,categoriza a la joven esposa incorporán-oDIa a la clase de las mujeres propiamente dichas.

Los ritos de iniciación son también, como lo indica el térmi-no, los más importantes, por cuanto aseguran la presencia o laparticipación definitiva en las ceremonias de las Fraternidadesy de los misterios. Ver por vez primera un objeto sagrado es unacto grave, esto universalmente; se rompe así por vez primera elcírculo nHígíco, que para el mismo individuo no podní volverse

CEREMONIAS ANUALES, ESTACIONALES, MENSUALES,

COTIDIANAS

En la categoría de las ceremonias de paso entran tambiénlf1s que acompañan y, según los casos, aseguran el cambio deaño, de estaci~,n y de mes. Estos ciclos han sido estudiados pordiversos autores, Mannhardt y Frazer sobre todo, pero desde unpunto de vistn especial y sin que se haya puesto, al parecer, enrelación su sertido esencial con los demás ritos de paso.

Ln~ ccrem::nias de fin de año y de Año Nuevo son lo bastan-te conoddlls como para quc sca inútil insistir J.I. En Pekín 35,el

-----" BIAHNAY.loco cil. Apéndice." 11. RIVEHS,Tlle Toda. pp. 322, 517.

JI A. \VALEN, «'['he Sakahva», AlltmtallariFo AIl/II/al, fasc. VIII (1884),pp. 53-54.

11 Las chicas y mujeres van desnudas hasta el nacimiento del primcrhijo; IlunEII, Nore/-Hinterland JlUII Kum C/'lIIl, Brunswiek. 1902, p. 421.

" H. Se 1/ \JHTZ, Altersk/assen llIld Miinnerbiínde, pp. 354.355.H eL, entre otros, Warde FOWLER,The Toman festiva/s, pp. 35-43,

48-50.

)\ W. GnlJ/JE, ZlIr Pckinger Volkskllllde, Bcrlín, 1901, pp. 93 y 97-98.

188 189

Page 94: Los Ritos de Paso

Üllimo día del año, una comida reÜne a todos los miembros dela familia, incluso a los habitualmente separados por desavenen-cias. El rito del «perdón» es secundario; es un rito preparatorioque tiene pOI' objeto dar coherencia a todo el grupo. Luego «sedespide» el año que se va; kOllí ante los antepasados por todoslos miembros de la familia, primero los de méÍs edad, exceptolas chicas de la casa, ya que estéÍn destinadas a entrar en otrafamilia; visitas del hijo mayor n casa de las familias emparcntn-das, etc.

El período de margen comprende aquí, segÜn los pueblos,bien la noche entera, bien de medianoche a una de la m1111a-l1a, bien algunos minutos, el tiempo justo para el cambio. Así, porejemplo, en Pekín se ciel'1'a durante una media hora la puertaentre los barrios tatar y chino; se pegnn a las puertas de la casa,de los armarios, etc., pedazos de papel rojo, etc. Luego vienenlos ritos de recepción del nuevo año; en Pekín: sacrificio a losaniepasados, a las divinidades, comida en comtín de los parien-tes, cte. El período de margen adoptn aquí la forma de dín, se-mana o mes de fiesta o de asueto: como el mes de paro adminis-trativo, que comienza en China con el «precinto dc los sellos»y que acabn con «In apertura del sello» ló. El día de /\ño Nuevoes en muchos pueblos un día de paralización de In vida gene-ral, hasta el punto de que en Indochina hasta los muertos sa-len de sus tumbas y acuden a tomarle gusto de nuevo a la vidaterrestre 37; asimismo, el período de los Doce Días o de las DoceNoches es un margen cuyo estudio es muy instructivo desde elpunto de vista de los ritos de paso.

Los volvemos a hallar también, y siempre conforme al es-quema habitual, en las ceremonias relativas a las estaciones, quecaen con frecuencia en el solsticio de verano y el solsticio de in-vierno (en Europa, estas ceremonias se combinan con las de finde año), en el equinoccio de primavera y en el equinoccio deotoño. Observaré únicamente que el rito de separación consisteen este caso en la expulsión del inviel'llo 38y el de agregación,

en la aportación al pueblo del verano 39; en otros casos el in-viel'llo muere y el verano, o la primavera, renace.

Ahora bien, las estaciones sólo tienen interés para los hol1l-

bres por su repercusión económica, tanto sobre la vida más bienindustrial del inviel'llo como sobre la vida más bien agrícola ypastoril de la primavera y el verano. En virtud de ello, los ritosde paso propiamente estacionales tienen su exacto paralelo enlos ritos destinados a asegurar el renacimiento de la vegetación,tras el margen constituido por la disminución del ritmo vegctativodurante el invierno; se asegltl'a la reactivación de la vida sexualanimal con vistas a un aumento de los rebaños. Todas estas cc-remonias comprenden: l.", ritos de paso; 2.", ritos simpéÍticos di-rectos o indircctos, positivos o negativos, de fecundación, demultiplicación y de crecimiento. Es de destacar que sólo estosÜltimos han alraíuo la atención de Mannhardt, de J.-C. Frazery de sus t:Ontinuadorcs, como Horrmann-Krayer 4°. Estos sabioshan publicado con bastante detalle sus documentos, de tal modoque cualquiera puede darse cuenta de que, en efecto, el esquemade los ritos de paso coexiste en estas ceremonias con la segun-da categoría de que hemos hablado. El elemento más sobresa-liente del esquema, cuando la potencia estaciona! y económicaes individualizada (p. ej., Osiris, Adonis, etc.), es la dramatiza-ción de la idea de muerte, de espera y de renacimiento 41. Desuerte que se celebran por Adonis funerales solemnes, se llevaluto por él y toda la vida social queda en suspenso; renace, serenueva el vínculo que le unía a la sociedad, y la vida social sereanuda. En fin, señalaré también el hecho, puesto de relievepor Beuchat y Mauss 42,de que entre los esquimales la vida so-

" Ibidel1l. t. 1, p. 208, Y l. /1, pp. 91 Y ss.40 HOFFMAN-KRAYER,«Die Fruchtbarkeitsritcn im schwcizcrischcn

Volksbrauch» , Archives suisses des Trad. Pop., l. XI (1907), pp. 238-286." CL FnAzER, Golde/1 Bouglt, casi todo el 2." voL, y t. III, pp. 138-200:

Adonis, A/lis, Osiris, 2.' ed., pp. 187-193; 219-230; 254-259; 299-345; Fr.CUMONT,I-es religio/1s orientales cla/ls le pag(1I1isl1lerO/ll(/ill,París, 1907,pp. 300, 310; S. REINACH,Cultes, Mytltes el Religio/ls. 3 vol. passil1l.

" BEUCHAT y MAUSS, «Essai sur Ics varialions saisonniéres des so-cietés cskimos», AI1/1éesociologique. t. IX (1906),pp. 39-132.Los auto-res no han cons:igrado un estudio especial a las prácticas en uso duranteel cambio de residencia, pero sc las hallará descritas (mudanza, cortejo,propiciaciones divcrsas, cte.) en las ruentes citadas por ellos. Compá-rcnsc los ritos dcl paso de la vida en el valle a la vida en la monlaña (Iras-

" cr. Do OLlTTLE. Social lile ul lIle Chinese. 1867, t. 11, pp. 38-40,Y GHUIIE. loco cil., pp. 98-99.

.11Para los hechos, véase J.-O. FHAZEH. Ado/lis. A/lis. Osiris. 2." ed.(1907). pp. 306 Y ss.

.. FRAZEH, Golclell Bough, l. 111, pp. 70 Y ss.

190 191

Page 95: Los Ritos de Paso

cial se construye con arreglo a diferentes bases en verano y eninvierno; que la transición de una de estas formas a la otra seexpresa por ritos de paso caracterizados.

Toda una categoría distinta de ritos ha sido interpretada com-pletamente en falso por desconocimiento del esquema de los ri-tos de paso: se trata de las ceremonias relacionadas con las fa-ses de la luna. l.-C. Frazer ha reunido y descrito un gran nÚ-mero de ellas 43, pero sin ver otra cosa que uno solo de sus ele-mentos, los ritos simpáticos. Esta correspondencia entre las fasesde la luna y la alternativa de ascenso y descenso de la vida ve-getal, animal y humana es una de las nuís viejas creencias de lahumanidad, y responde en efecto a una correspondencia apro-ximada real, en el sentido de que las fases de la luna son ellasmismas un elemento de los grandes ritmos cósmicos, a los queestán sometidos desde los cuerpos celestes a la circulación dc lasangre 11. Pero haré notar que cuando no hay luna, hay parali-zación tle la vida, no sólo física, sino también social, ya general,ya especial 45, es decir, períotlo de margen, y que las ceremo-nias en cuestión tienen precisamente por objeto terminar esteperíodo, asegurar elmáxilllo vital esperado y, en el momento dedescenso, hacer que éste no sea definitivo, sino temporul. De ahíla dramatización, en estas ceremonias, de la idea de renovación,de muerte y de renacimiento periódicos, y el carácter de ritos deseparación, de ritos de entrada, de ritos de margen y de ri-tos de salida de las ceremonias relativas, bien a la luna en to-das sus fases, bien a ]a luna llena únicamente.

No siendo la semana más que una división del mes, no hayritos de paso relativos a ella, excepto por lo que se refiere a surelación con la celebración de los mercados (sobre todo en Áfri-ca). Pero se conocen ritos de este género relativos al día, porejemplo, en el Egipto antiguo 46,Y todas las ceremonias destina-das a asegurar el curso cotidiano del sol eomportan, entre otroselementos, el esquema de los ritos de paso.

Todos estos ritos, que tienen por finalidad la l11ulliplicaciónde animales y: vegetales, la periodicidad de las inundaciones fer-tilizantes, la fecundación de la tierra, e] crecimiento normal y lamaduración de eereales y frutos, ete., no son sino medios parala obtención de una buena situación económica. Lo mismo oeu-rre con los ritos de pesca y caza, eon las ceremonias de multipli-cación del tótem (lntichillma, en Australia Central, etc.), y, encierta medida, finalmente, con los ritos de guerra y las ceremo-nias del matrimonio. No ha lugar aquí para estudiar este aspectoeconómico tle ciertos ciclos ceremoniales, ni para ocuparse delas señales exteriores del paso de una situación a otra, sin im-plicaciones de elemento mágico-religioso alguno.

El fenómeno del margen puede constatarse en muchas otrasactividades humanas y se repite en la actividad biológica gene-ral, en las aplicaciones de la energía física, en los ritmos cósmi-cos. Pues es una necesidad que dos movimientos en sentido con-trario estén separados por un punto muerto, que se reduce almínimo en mecánica por la exeéntrica y no existe ya más queeh potencia en el movimiento circular. Pero si un euerpo puedemoverse circularmente en el espacio con una velocidad constan-te, no ocurre ya lo mismo cuando se trata de actividades bioló-gicas o sociales, pues éstas se desgastan y deben regenerarse aintervalos más o menos próximos. Es a esta necesidad funda-mental a la que responden en definitiva los ritos de paso, hastael punto de adoptar a veces la forma de ritos de muerte y rena-cimiento.

lado estival del ganado en Saboya. en Suiza, en el Tirol, en los Cárpatos, c(-célera}, en los que la partida y el regreso comportan siempre comidas eneomÚn, fiestas de pueblo, procesiones y bendiciones, elc. En esta categoríase incluyen todos los ritos del mismo tipo del que se da en Rusia, una vezacabado el invierno, cuando el ganado sale por vez primera, consistenteen hacerle pasar por encima de una barra colocada sobre el umbral(TRUMBULL, Tilresilold cavel/(lIl/, p. 17), con objeto evidentemente desepararlo del mundo doméstico cerrado y reagregarlo al mundo exte-rior, al aire libre.

.. CL FnAzEH, Colden Bol/gil, 1. 1, pp. 156-160, y Adonis. A/lis, Osi-ris, 2.' ed., pp. 369-377. Para Sin, el dios-luna usirio-bubilonio, el'. El.CO~IBE, /-lis/aire du el/l/e de Sin, París, 1908.

.. Véase Ilavelock Etus, 1?tudes de psyellOfogie sexl/c:/Ic:, t. 1 (1908),pp. 120-225.

" CL la partida del bosque de los miembros del duk-duk, durunte elcuarto menguante, WEBSTEH, Prillli/ive seere/ socie/ies, p. I t4.

MUERTE y RENACIMIENTO

Como hemos dicho algunas páginas más arriba, uno de loselementos más sorprendentes de las ceremonias estaciona les es

46 Véase má[; atrás, p. 169, Y más adelante, pp. 198-t99.

192193

Page 96: Los Ritos de Paso

la representación dramática de la muerte y renacimiento dc laluna, de la estación, del año, de la vegetaci6n y dc las divini-dades que presiden esta Ú!tima y la regulan. Pero este mismo ele-mento se encuentra en muchos otros ciclos ceremoniales y, sinque sea necesario, para explicarse este paralelismo, suponer prés-tamos o contaminaciones de uno de estos ciclos a aIroso La idcactl cuestión se halla, por tanto, bien indicada, bien dramaliza-

da: en las ceremonias estaciona les, en el momcnto del embarazo ydel parto 47, del nacimiento en los pueblos que admiten la rcen-carnación 48, de la adopción 49, de la pubertad 5°, de la inicia-ción51, dellllatrimonio5z, de la enlronización5J, de la'ordena-ción 54,del sacrificio 55,de los funerales en los pueblos que creen

cn una supervivencia individual o, además, en la reencarna-ción 56,Y quizá se la podría encontrar igualmente en el voto y enel peregrinaje. «La idea lógica» de estos patalelismos, algunosde los cuales habían sido observados por H. Schurtz -idea queél no había podido encontrar y cuya existencia parece inclusoncgar 57_, es que pasar de un estado a otro es «desoJlar al hom-bre viejo», «criar una nueva piel», literalmente. Es difícil, sincmbargo, decidÍ!' si la idea de muerte y resurrección es una cau-sa o una consecuencia. Parece ser consecuencia en las ceremo-

nias de iniciación y de ordenación, las cuales comprenden, entreotros elementüs, éxtasis, exteriorizaciones 58 o incluso, como en-tre muchos mnerindios, un sueño o sólo el sueño; así, porejemplo, entre los musquakíe (utagamios o zorros), la ÚJtima no-che de la iniciación (que dura nueve años), los novicios seacuestan en el suelo de la casa-de-danzas, se duermen y despier-tan hombres 51.También es consecuencia en las ceremonias es-tacionales, cuando «la naturaleza se duerme» y «se despierta»;pero es la causa de los rituales especiales, dramáticos, utilizadosen el culto de Osiris, de Adonis, de Atis, cte., y vive con vidapropia en el cristianismo (muerte y resurrección del Salvador,punto de partida de la interpretación simbólica de la muerte yrenacimiento de los novicios, etc.). Por el hecho mismo de quese la encuentra con independencia de los ritos de iniciación, sedebe concluir que esta idea no es sólo una interpretación de lashipnosis, catalepsias, amnesias temporales y demás fenómenospsicopáticos. ::;e trata, en suma, de una idea simple y normal sise parte de la siguiente opinión: el paso de un estado a otroes un acto grave, que no podría llevarse a cabo sin precaucio-nes especiales60. En fin, la muerte y la resurrección rituales pue-

" Así, por ejemplo, en l'vladaguscar una mujer encinta est¡í «muertu»,y después del p<1rtoes felicitada por Il<1ber«resncitado»; d. '['a[¡oll. '['ot.!l/lIeI., p. 165.

" CL m{¡salnís, p. 65." CL m{¡s atr{¡s, p. 50.Iú CL más atr{¡s, pp. 79-80, Y el caso muy claro citado por J.-G. FHAZER,

Go/de/! BolIglz, t. [11, p. 210 (l3orneo).H Véase más atrás, p. 105, En J..G. fHAZEH, The Goldell /JolIgh.

2.' ed., 1900, t. [11, pp. 422-446, puede hallarse una huena colección decasos de muerte y de resurrección durante ceremonias de iniciación. Perola explicación que da Frazer es inadmisible. Piensa que se trata de unrito de exteriorización del alma en uras de una identifieución con eltótem. Ahora bien, no sólo estu teoría careceríu de aplicación a los ritosidénticos puestos cn práctica en las ceremonias que yo enumero, sino

que nada prueba que la unión o la identificación con el tótem ten¡;¡aesencialmente una base animista; pueden realizarse directatilente, p&ejemplo, comiéndolo ritualmente (comunión totémica de Hob. Smith),cual es el cuso en la Australia central. Sobre la ll1uerte y la resurreccióndmante los ritos de la iniciación. véase también: KuLlseIlEH, Zeitschri{t{iir Etllll%gie, t. XV, pp. 194 Y ss.; WEBSTER, l'rimitil'e secret socie-

líes, pp. 38 Y ss.; GORLET O'ALVIELLA, Rel'lIe de /'Histoire des Religiolls,1902, t. 11, pp. 341-343 (misterios de Eleusis); J.-E. HARRISON, Pro lego.mella lo the stl/dy o{ greek religiol1 , p. 590 (orfismo); fARNELL, The evo-II/Iio/! o{ religiOl1, Londres, 1905, p. 57 Y nota; A. DIETEtuCII, Eille AJí.Ihraslitllrgie. Leipzig, t902, pp. 157-178; H. SCIIUHTZ, Altersk/lIssell lIIlIl

M¿itlllcrbiillde, Leipzig, 1902, pp. 98, 99-108. para l11s generalidades yf!1I5sim para los delalles; Schurtz no ha 'sabido ver que los ritos que elra-mutizan la muerte y la resurrección se hullan dispuestos entre los denHísritos de la iniciación, siguiendo tina secuencia neccsuria.

" Véase m{¡s atrás, pp. 150, 154.53 Véase más atrás, pp. 124-125." Véase más atrás, pp. 120-122." CL HUllERT y MAuss, «Essai sur la nature et la fonetion du sacri-

fice», Année Sociologique, t. II (1898), pp. 48, 49, 71, 101, de la se-parata.

" CL más arriba, passim y eL HERTZ, «La représentation co1lectivede la morl», Allllée Sociologiqlle, t. X, t907, p. 126.

" 11. Se IIIJlITZ. loco cit., pp. 355-356." O. STOLI., Sllggeslion llIld IIY/J/lotismlls in c/er Vü/kerpsydlOlogie,

Leipzig, 1904, pp. 289 Y ss." Miss OWLN, Fo/k-Lore o{ ¡he Mllsqllokie [ndiolls, p. 69.60 En algunos casos, la inhumación en posición de euclillas puede

ser una expre!¡iónde la idea de renacimiento en ultratumba: pero que'este rito no tiene esa significación en todas partes, e incluso que tal

194 195

Page 97: Los Ritos de Paso

den, en algunos casos, provenir de una asimilación de Ins eta-pas de la vida humana a las fases ue la luna: es al menos unhecho a revelar aquí que, en Ull gran nÚmero de pueblos 61, elorigen o la introducción de la muerte se atribuye a la luna.

SACIUFICIO, PEREGRINAJE, VOTO

miento-uc-Pieuras); luego, ritos de separación del santuario yritos de regreso a la vida social, general y familiar. IJéntico me-canismo se da en la devotio, considerada como un sacrificio desí mismo o como una forma especial de sacrificio ordinario; ladevotio se relaciona además por su principio con los ritos de ini-ciación M.

La serie tipo de los ritos de paso (separación, margen y agre-gación) suministra el esqueleto del sacrificio y ha sido sistema-rizada en ese sentido hasta la minucia en los rituales hindÚesy judíos anliguos 6!, a veces también en la peregrinación y en ladevotio. Es conocido que para las peregrinaciones católicas exis-te un cierto número de reglas de santificación previa que, antesde su partida, hacen salir al peregrino del mundo profano y leagregan al mundo sagrado, lo cllal se manifiesta exteriormenteen el porte de signos especiales (amllletos, rosario, concha, etc.),y en la conducta del peregrino, por tabÚes alimenticios (vigi-lia) y de otro tipo (sexuales, sulltuarios, ascetismo temporal). En-tre los musulmanes 63, el peregrino que ha hecho voto de ira La Meea se halla en un estado espeial, l1amauo ilmlm. desde elmomento en que franquea los límites del territorio sagrado (LaMeca y Medina); pero, según la antigua costumbre, el peregri-no se revestía de ese carácter sagrado, del ihrám, desde que aban-donaba su domicilio. De suerte que todo peregrino estaba, desdela partida al retorno, fuera de la vida común, en un período demargen. Lo mismo ocurre en el budismo. Obviamente, al partirhay ritos de separación; al llegar al santuario, ritos especiales deperegrinación, incluyendo, entre otros, ritos de agregaci6n a lodivino (tocar la Piedra-Negra y primitivamente quizá el Lanza-

Los MÁRGENES

Sin querer ser absolutamente exhaustivo en este primer en-sayo sobre lus diversas ocasiones en que el esquema de los ritosde paso entra más o menos en juego, es preciso que señale al-gunos casos de margen que poseen una cierta autonomía en tan-to que sistema secundario intercalado en conjuntos ceremoniales.Así, por ejemplo, entre las prácticas casi universales en las di-versas ceremonias por las que se pasa a lo largo de la vida,se halla la de ser transportado; el sujeto de la ceremonia nodebe, durante un tiempo más o menos largo, tocar la tierra. Sele lleva en brazos, en litera, se le sube a caballo, a lomos debuey, en coche; se le instala sobre un emparrillado m6vil o fijo,sobre un andamiaje o en un asiento elevado, en un trono. Esterito es esencialmente diferente al de montar a horcajadas sobrealguna cosa o al de ser transportado por encima de algo, pormás que a veces se combinen ambos. La idea estriba en que debeuno ser levantado o sobrealzado. No es que el rito, como sueleadmitirse, tenga por finalidad impedir la polución de la tierraconsiderada como sagrada, o de la Tierra-Madre, por el contac-to de un ser impuro. Dado que el rito vale: para el nacimiento,la pubertad, la iniciación, el matrimonio, la entronización, la or-denación, los funerales, los desplazamientos de un personaje sa-grado (rey, sacerdote, etc.), hay que encontrar aquí de nuevouna explicación general, y lo más simple, en mi opinión, esentender este rito como un rito de margen; para mostrar que enese 1110menloel individuo no pertenece ni al mundo sagrado nial mundo profano, o también que, perteneciendo a uno de losdos, no se quiere que se reagregue inoportunamente al otro, se

idea no es su base esencial, es algo sobradamente demostrado por R. AN-DREE,«Ethnologische Betrachlungen liber Hockerbestattung», Are"i\! fiirAnthropologie, N. F., t. IV (1907), pp. 282-307, contra A. Dieterich ymuchos otros teóricos.

61 Véase, entre otros, mis My/hes el Uge/1(les d'AlIslmfíe. pp. 181-184;I-IOu.IS, 'f'he Masai, p. 271; cte.

" 11. HUBEIHy Marcel MAuss, «Essai sur la nature et la fonction dusacrifice» , Année Sociologique, t. 11 (1898).

" Véase, entre otros, Rob. SMIT 11, /?eligicm der Sell/i/ell, pp. 255-259,cuyas interpretaciones deben ser completadas pUl' la nuestra; CISZEWSKI.ioc. cil., pp. 4 Y ss., para los ortodoxos.

M Cf. DAHEMBERGy SAGLlO, Dicl. des all/iq. gr. el rOI11.,s. v. devotio,para las fuentes; HUVELIN, Les labtes 1I1agiqlles el le elroil roll/l/in.

196 197

Page 98: Los Ritos de Paso

le aísla, se le mantiene en una posición intermedia, se le sos-tiene entre ciclo y tierra, de modo similar a como el muerto, so-bre su emparrillado o en su féretro provisional, ete., se hallasuspendido entre la vida y la muerte verdadera.

I~as ceremonias de la venganza comportan a veces un ritualmuy complicado y es un hecho general que un grupo que parteen expedición de vendetta se vea sometido dun1l1te la persecu-ción y al regreso a ritos detenninauos en los que volvemos aencontrar una - vez más el esquema ue los ritos de paso. Hayconsagración, margen y desacralizaeión. Estudiaré en olra oca-sión este conjunto de hechos, en sí mismos y en su relación conel derecho de asilo; me contento aquí con inuicar que en Aus-tndia y en Arabia el esquema se patentiza con nitidez.

Los diversos ritos de apropiación, que comportan imposicio-nes y suspensiones de tabúes, dc., y tienen por objeto extraer deldominio común para incorporar a un uominio especial, com-prenden igualmente elementos del esquema. Sei1alaré que en Ara-bia, a los ritos de apropiación sagrada (por una divinidad, etc.)de tierras nuevas sucedía un período de margen, cuya expira-ción era requisito imprescindible para que las tierras pudicranscr puestas en explotación b5, hccho que sin duda sc constataríatambién en Oceanía y en Africa.

El traslado de reliquias comprende también un período demargen entre la partida del lugar en que sc hallaban inicialmen-te conservadas y el lugar en que serán depositadas definitivamen-te; existe a este respecto en la Iglesia católica un ritual especial,cuyo período marginal coloca a todos los participantes en el tras-lado en una situación sflgrada especial. 1.0 mismo oculTe conmotivo del desplazamiento de estatuas de dioses o dc santos, ode los viajes de un rey-saceruote-dios, siendo en este caso eltransporte uno de los ritos de margen.

dados tic la vida a otro, o de una situación social a otra, sinotambién de varios sistemas autónomos que se utilizan para elbien de las sociedades generales en su totalidad, de las socieda-des especiales o del individuo. Se descubre así un paralelismoentre totlos estos sistemas ceremoniales, no sólo por lo que se re-

fiere a algunas de sus formas, sino en cuanto a sus estructuras.Este paralelismo ha sido incluso conscientemente desarrollado porlos egipcios, que le han aplicado su tendencia a la sistematiza-ción. En el Egipto de la época tebana, en efecto, los mismos ele-mentos rituales fundamentales valen: 1.°, para la entronizaciÓndel faraón t6; 2.", para el servicio divino ejecutado por el faraónen culidad de sacerdote 67; 3.°, para la agregación del muerto almundo de los muertos y de los dioses 68.En todos los casos hayidentificación con Horus, según una secuencia fija, lo mismo queen otro sistema ritual hay identificación con Osiris: 1.°, en otroservicio divino 69; 2.°, en otro procedimiento de agregación almundo de los muertos 7°; 3.", en el ritual de alcance cósmico, queobliga al so! a levantarse cada mañana para seguir sin eclipscs SlJvía normal y ponerse por Occidentc, volviendo luego, por el paísde los mucrtos, a Oriente 71.Esta distinción de dos rituales esen-cialmente diferentes 72, no parece que la haya visto A. Moret, sinduda a causa de su combinación sobre la base del tema del «des-membramiento de Horus», siendo el tema fundamental del ritualosiriano el «desmembramiento de Osiris» 73. Ahora bien, tantoen uno como en otro ritual se trata del paso de un estado a otro,

y los ritos de detalle (santificación, lactancia, denominación, «as-censos a la cámara sagrada», paso de una cámara o región a otra,adquisición de ropa e insignias especiales, comida de comunión,etcétera) son del tipo dc los que hcmos venido encontrando con-tinuamente a lo largo de nuestro estudio sobre los ritos de paso.

6\ CL Ron. SMIT11, Die Ucligirm e/er Semi/ell, p, 124 Y nota.

" Descrita más atrás, pp. 123-124." CL A. Mulun, Dl/ carne/are religiel/x de la royal//é I'lraraol1iql/e,

París, 1903, pp. 209-233.(,8A. MonET, Ri/l/el dl/ cl/l/e dilli/1 ;ol/malier, París, 1902, pp. 95.100

Y 228-229." MoItET.Uoy. plrar., pp. t50-t67; 176-183; 232-233.70 CL l11á~;un'iba, pp. 169-172.JI Véusc, <:ntrc otros, MUItET, Cl/l/e divin, p. 9t; Roy. pll(/r" p. 98.11 Ignoro bi esta descripción na sido propuesta ya por algún egipté-

lago, y no sflhría fechar el momento de la convergencia.JI El terc~r ritual es el del 501(Ra).

PARALELISMO HITUAL SISTEMATIZi\DO

EN EL ANTIGUO EGIPTO

El esquema de los ritos de paso vuclve a darse, por consi-guiente, en la bnsc no sólo de los conjuntos ceremoniales queucompaiian, facilitan o condicionan cI paso de uno de los pe-

198 199

Page 99: Los Ritos de Paso

En fin, hay un caso en que podemos ver realizada de segui-do, y en un período de tiempo bastante corto, toda la serie deritos de paso relativos a los diversos períodos de la vida: asíocurre cuando un hombre al que se ha dado por muerto reapa-rece en su casa y desea reintegrarse a su posición anterior. Espreciso en tal caso que vuelva a pasar por todos los ritos del na-cimiento, de la infancia, de la adolescencia, cte.; es preciso quese haga iniciar de nuevo, que se vuelva a casal' con su propiaesposa, ete. (Grecia, India, etc.71). Sería indispensable que unetnógrafo pudiera asistir a tal sucesión, inmediata, de ci~rto nÚ-mero de cntre las ceremonias aquí estudiadas y dcscribicra conel mayor cuidado sus diversas fases. Tendríamos cntonces lamejor prueba, y directa, de que la presente sistematización noes pura construcción lógica, sino que responde a la vez a loshechos, a las tendencias subyacentes y a las necesidades sociales.

CAPITULO X

CONCLUSIONES

Tenemos ya terminado nuestro rápido examen de los ciclosceremoniales por los que pasa el hombre en todas las circuns-tancias gra ves de su vida. Se trata apenas del esbozo de unamplio cuadro, cada uno de cuyos detalles tendría que ser cui-dadosamente estudiado.

Hemos visto al individuo categorizado en compartimentosdiversos, sincrónica o sucesivamente, y obligado, para pasar deuno a otro a fin de poder agruparse con individuos categoriza-dos en otros compartimentos, a someterse, desde el día de sunacimiento al de su muerte, a ceremonias frecuentemente dis-tintas en sus formas, semejantes en su mecanismo. Ora el indi-viduo estaba solo frente a todos los grupos, ora como miembrode un grupo determinado estaba separado de los demás. Las dosgrandes divisiones primarias eran: bien de base sexual, hom-bres por una parte, mujeres por otra; bien de base mágico-reli-giosa, lo profano de un lado, lo sagrado del otro. Estas dos di-visiones atraviesan todas las sociedades, de un extremo a otrodel mundo y de la historia. Luego están los grupos especiales quesólo algunas sociedades generales comparten: sociedades religio-sas, grupos totémicos, fratrías, castas, clases profesionales. Enel interior de cada sociedad aparecen a continuación la clase deedad, la familia, la unidad político-administrativa y geográficarestringida (provincia, comuna). Al lado de este complejo mun-do de los vivos está el mundo anterior a la vida y el de despuésde la muerte. Tales son los puntos de referencia constantes, a losque se han añadido los acontecimientos particulares y tempora-

74 ¿Por qué aquellos a quienes se ha dado falsamente por muertosen el extranjero y regresan después no son recibidos en la puerta, sinoque suben al tejado para desde allí deslizarse a la casa? (Cllestiones [{o-mallas, 5. Plutarco.)

Rep... Aristinus, que había comprendido bien el oráculo, se puso,como un recién nacido, en manos de las mujeres para que éstas le lava-ran, le envolvieran en pañales y Ic ofrecieran sus pechos. Este ejemplofue imitado, en lo sucesivo, por todos los denuís, y sc les IInll1ubu losResllcitados. id. .

'" hc hl1d jllst I1rrivcd, I1nd had gonc through thc ccrcmony. of l11akinghis entrunce ovcr Ihc roof, inslead of Ihc door; for such is Ihe CllS(OIllwhcn aman who has becn thought dead rclllrl1S home alive.

Morier, Hajji Baba (Persia), 1190 (Nota añadida en el Adde/l{[lIm).

200 201

Page 100: Los Ritos de Paso

les: embarazo, enfermedades, peligros, viajes, etc. Y siempre unmismo fin ha condicionado una misma forma de actividad. Paralos grupos, como para los individuos, vivir es un incesante dis-gregarse y reconstituirse, cambiar de estado y de forma, moriry renacer. Es actuar y luego detenerse, esperar y descansar, paramás tarde empezar de nuevo a actuar, pero de otro modo. Y siem-pre hay nuevos umbrales quc franquear, umbralcs del veranoo del invierno, de la estación o del año, del mcs o de la noche;umbral del nacimiento, de la adolescencia o de la madurez; um-bral de la vejez; umbral de la muerte, y umbral de la otra vida-para quicncs creen en ella. .

Ciertamente, no soy cl primero al que han llamado la ¡¡ten-ción tas analogías, bien de conjunto, bien de detalle, que presen-tan entre sí varios elementos dc las cercmonias aquí exal1linad¡¡s.Así, por ejemplo, Sidney Hartland " Fustel de Col1langcs y S¡¡n-ter han observado la semejanza existente cntre ciertos ritos deiniciación y ciertos ritos del matrimonio; J.-lI. Frazer 2, la quese da entre ciertos ritos de la pubertad y de los funerales; Cis-zewski J, entre ciertos ritos del bautismo, de la confraterniza-ción, de la adopción y del matrimonio; Oiels4, seguido porA. Dieterich s y por R. Herlz 6, entre cicrt¡¡s ceremonias del na-cimiento, de la iniciación, del matrimonio y dc los funerales, alas quc Hertz 7 añade las dc la inauguración de una nuev¡¡ casa(pero sin demostración) y dcl sacrificio; Goblet d'Alviell¡¡ 8, lasdel bautismo y de la iniciación; H. Webster, entre los ritos deiniciación a las sociedades secretas y los de la ordenación delchamán 9, etc.

Pero excepto Hertz, que se ha interesado por la secuenciade los ritos funerarios y ha hecho alusión a lo que llama «el es-tado transitorio» del período que va del matrimonio al naci-miento del primer hijo 10, y que responde al «estado transitorio»de los muertos en Indonesia (sobre todo en Borneo), todos estossabios, al igual que Crawley 11,no han llegado a percibir másque semejanzas de detalle. Así, por ejemplo, la comida en co-mún (el sacrificio de comunión de Rob. Smith), la alianza porla sangre y otros muchos ritos de agregación han suministradoa Sidney Hartland material para varios capítulos interesantes. Dclmismo modo, ciertos ritos de separación, como la reclusión tem-poral, los tabúes alimenticios y sexuales, los han encontrado re-petidos Frazer y Crawley en un grnn Olímero de ciclos cen':lllo-nialcs. Diels, A. Dieterich y en general Iodos los qlle bC hallocupado má::;especialmente de las religiones clúsicas han demos-trado la importancia en estas religiones de los rilos llamado::; depurificación (unción, lustración, etc.). Era indefectible que al ais-lar un rito determinado, el intercambio de sangre, por ejemplo,y al tratarlo monográficamente, salieran a la luz semejanzas másamplias, puesto que se superponían los contextos.

Un verdadero ejército de etnógrafos y de folclorisl¡¡s ha de-mostrado que en la mayoría de los pueblos se hallan ritos idén-ticos con vistas a un fin idéntico y en todo tipo de ceremoni as.Así se han echado abajo, gracias inicialmente a Bastian, luegoa Tylor, a A. Andree y a J.-G. Frazer, un gran número de teo-rías unilaterales. El interés actual de esta orientación radica en

que permitirá a la larga determinar ciclos culturales y áreas decivilización.

El objeto del presente libro es muy distinto. No son los ri-tos en su detalle lo que nos ha interesado, sino más bien susignificación esencial y sus situaciones relativas en conjuntos ce-remoniales, su secuencia. De ahí ciertas descripciones un pocolargas, a fin de mostrar cómo los ritos de separación, de margeny de agregación, tanto provisionales como definitivos, se sitúanlos unos respecto a los otros con vistas a t1'l fin determinado. Su

I SIDNEY HARTLAND, '[he Legel/(/ 01 l'ersel/s, Londres, 1895, t. 11,pp. 335, 355, 398-399, ete.

! J.-O. FHAZEH, Tlle Oulden l/ol/gll, 2.' ed., pp. 204-207, 209, 210y ss., 4t8,ete.

J CISZEWSKI, Kiinstliche Verw(//u/schalt bei den Siidslavell, Leipzig,1897,pp.I-4,3t,36,53,54,107-111, 114,ete.

. DIELs, SybyIlillische lJ/iílter, p. 48.I A. DIETERlcH, Multer Enle. Leipzig, 1905, pp. 56-57., R. HERTZ,«Contribution a une étude sur la représcntntion eolleetive

de la mort», Allllée Sociologique, 1907, pp. 117, 126-t27.1 Loc. cit., p. t04.I OonLET Ú'ALVIELLA,«De quelqucs problemcs relatifs nux Mysteres

d'Elcusis», Rev. de I'/list. des Religions, 1902, 1. 11, p. 340., 11. WEIISTEH, l'rilllitive secret societies. Nucyu York, t908, p. 176,

nola 2.

10 Loc. cit., p. 130, nota 5.11 E. Cro.wLEY, '[he Mystic Rose, Londres, 1905, señala las semejan-

Z¡JS form¡J!cs dc los ritos del matrimonio y de los funemlcs, p. 369, Y delmatrimonio y la inici¡Jci6n, p. 236; sobre este último punto, eL tambiénS. REINACH, Cultes, Mythes et Religiul1s, t. 1 (París, 1905), p. 309.

202203

Page 101: Los Ritos de Paso

.-J.. .~ -! d -~ -_!...-l - - -~ -- --- .-.

lugar varía según se trate del nacimiento o de la muerte, de lainiciación o del matrimonio, etc., pero únicamente en los de.talles. Su uisposición tendcncial es cn todas partes la misma y,bajo la multiplicidad de formas, se halla siempre, sea consciente-mente expresada, sea en potencia, una secuencia tipo: el esque-lila de los ritos de paso.

El segundo hecho a señalar, y cuyo carácter general no pa-rece haber percibido nadie, es la existencia de los márge/les,que a veces adquieren una cierta autonomía: noviciado, noviaz-go, embarazo, luto. Esta interpretación permite orientarse fácil-mente, por ejemplo, en la complicación de los ritos preliminaresal matrimonio y comprender la razón de ser de sus secuencias.

Un tercer punto, en fin, que mc parece importantc es la iucn-tificación uel paso a través de las diversas situaciones socialescon el paso lIIaterial, con la entrada a un pueblo o a una casa, conel paso de una habitación a otra, o a través de calles y pla-zas. ésa es la razón de que, con tanta frecuencia, pasar de unaedad, de una clase, ete., a otras se exprese ritualmente median-te el paso bajo un pórtico 12o mediante una «apertura de puer-tas». Sólo muy raramente se trata aquí de un «símbo]o»; el pasoiueal es propiamente, para los sel11icivilizados, un paso material.En efecto, entre los semicivilizauos, en el intel'Íor de la organiza-ción social general, hay una separución material ue los gruposespeciales. Los niños viven hasta una euad uctcrminada con lasmujeres; los jóvenes de uno y otro sexo viven aparte ue las pcr-sanas casadas, a veces en una casa especial, o en un barrio, o unkraal especiales; en el momento del matrimonio, uno u otro delos cónyuges, cuando no los dos, cambia ue residencia; los gue-rreros no frecuentan a los herreros, y a veces cada clase profe-sional tiene asignaua su residencia (suks); en la Edad Media,los judíos estaban recluidos en sus ghetlos, al modo como loscristianos de los primeros siglos vivían en barrios apartados; laseparación material uc los cIanes es también muy precisa 13, y encaso de marchn, cada grupo australiano acampa en un lugar de.

11TRUMIIULL ha señalado incluso, The ThresllO/d coveml/lt, pp. 252-257, la identificación entre la mujer y la puerta en los chinos, los grie-gos, los hebreos, etc.

u Véase el reparto de los clancs en las aldeas pueblos; cL, entre otros,C. MINIJELEFI', «Localizatíon of Tusayan clans», XIXIII A 11/1.Rep. Bur.Eillllot., 1. 11, Wash. 1'100, pp. 635.653.

204

J -_J "-1 .a-1 -1-~_! ..-i ""1._-,

. terminado 14(en la guerra: gentes romanas, Grecia, masai, nan-di, tuaregs, etc.). En suma, el cambio de categoría social impli-ca un cambio de domicilio, hecho que se expresa mediante losritos de paso en sus diversas formas.

Lejos de mí pretender, como ya he dicho en varias ocasio-nes, quc. todos los ritos del nacimiento, de la iniciación, cte.,no sean más que ritos de paso, ni quc todos los pueblos hnyallelaborado para el nacimiento, la iniciación, etc., rituales de pasocaracterizados. Así, por ejemplo, puede ocurrir que las ceremo-nias funerarias especialmente, en virtud del tipo local de creen-cias acerca del destino después de la muerte, no presenten sinounos pocos elementos del esquema-tipo y consistan más bien enprocedimientos de defensa contra el alma del muerto o en re-gias UC prorilaxis ante la muerte-contagio. Pero aun así, con-viene desconfiar: ocurre muchas veces que el esquema no apEl-rece en una descripción, ya corta, ya resumida, de las ceremo-nias funerarias en un pueblo dado, pero se distingue muy biencuando se estudia una descripción detallada. Asimismo, ocurrecon frecuencia que no se considere impura a la mujer durante suembarazo, o que todo el mundo pueda asistir al parto, que no esentonces sino un acto ordinario, doloroso pero normal. Pero eneste caso se hallará el esquema traspuesto a los dIos de la in-fancia, o a veces incluido en las ceremonias del noviazgo y delmatrimonio.

En efecto, en algunos pueblos al menos, las distinciones nose corresponden con las habituales entre nosotros, o en la ma-yoría de los pueblos, y a las cuales responden los capítulos dee3te libro. Hemos dicho, por ejemplo, que entre los toda hay,desde la adolescencia de los padres hasta el nacimiento del pri-mer hijo, un ciclo de ceremonias que forma un todo y en el quesupondría un corte arbitrario la separación en ceremonias preli-minares a la pubertad, de la pubertad, del matrimonio, del em-barazo, del parto, del nacimiento y de la infancia. Este encabal-gamiento se halla en muchos otros grupos; pero, en definitiva,ello no afecta a este ensayo sistemático. Pues si bien el esquemade los ritos de paso se presenta en este caso bajo' otro aspecto,no por ello deja de existir, y elaborado con nitidez.

" C/., entre otros, HOWITT,Native tribes 01 South East Australia,pp. 773.777 (Campillg rules).

205

Page 102: Los Ritos de Paso

Se impone ot ra observación general. La observ¡¡ción prece-dente obliga a caer en la cuenta de que la posición r~lativa delos comportamientos sociales varía, pero el espesor de sus sepa-raciones varía' tnmbién, yendo desde el de una simple línea idealhasta el de una amplia región neutra. De suerte que se podríatrazar para eadn pueblo algo así como un diagrama en el que lascimas superiores de la línea en zig-zng representarían los esta-dios, y las cimns inferiores, las etapas intermedias; estas cimasserían bien puntos, bien recIas horizontales más o menos lar-gas. Así, por ejemplo, en algunos pueblos no encontramos, por'así decirlo, ritos de esponsales, sino una comida en comÚn en elmomento de la conclusión del acuerdo preliminar, comenzandolas ceremonias del matrimonio inmediatamente después. En otros,por el contrario, desde los esponsales a eortn edad hasta el re-torno a la vicia común de los jóvenes esposos, hay toda unaserie cle etapas, cada una de las cuales posee una autonomíarelativa.

Cualquiera que sea la complicación del esquema, desde elnacimiento hasta la mucrtc, se trata de un esquema casi sicm-pre rectilíneo. En algunos pueblos, sin embargo, como los lushci,presenta una formn circular, de forma que todos los individuospasan sin fin por una serie de estados y de pasos, de la vidaa la muerte y de la muerte a la vida. Esta forma extrema, cícli-ca, del esquema, ha adquirido en el budismo una dimensión éti-ca y filosófica, y en Nietzsche, en la teoría del Eterno Retorno,una dimensión psicológica.

En fin, la serie de los pasos o tránsitos humanos se relacio-na también en algunos pueblos con la de los pasos o transicio-nes cósmicas, con las revoluciones de los planetas, con las fasesde la Luna. Y es sin duda una idea grandiosa la de vincular lasetapas de la vida humana a las de la vida animal y vegetal, re-lacionándolas luego, por una especie de adivinación precientí-Cica, con los grandes ritmos del Universo.

fNDICE ONOMÁSTICO

Alphaodéry, P., 10Andree, R., 15, 84, 86o, 166o,

196n, 203Aran, 80

Dartels, 55, 58n, 590, 790, 840,870

Barleoev, 1620Basset, Reoé, 153nBastiao, A., 15, 16Batchelor, J., 45n, 65n, 66n,

1540Dest, E., 75nBcuchat, 191Biarnay, M., 153, 188nDird, Is., 31nBladgen, 740Boas, 90Bois, C.-G. du, 800Boissonnet, ¡] 20, 1]90Bouglé, C., ]15n, 117Huycr, 17211Hratll.l. 186oBrierre <.leBoismool, 80Brinlon, 15Brockman, 610Burckhardt, Jakob, 137

206

Durgt, J.-M.-M. van der, 26n,121o, 184n

Burnouf,117nBuhloo, R., 43o, 64nBullikofer, J., 26n, 27n, 127n,

151n

Caland, W., 33n, 480, 67nCiszewski, 40-42n, 44n, SOn,

196n, 202Clodd, E., 14Cock, A. de, 15Codrington, H., 96n, 98n, 104nCombe, f.t., 192nCook, A.-B., 16Cornélisseo, C., 117Corso, R., 129nCrawley, E., 16, 18, 37, 39n-

610, 450, SIn, 53, 600, 85n,129,138,143,144,1460,15511,182n, 203

Crooke, W., 290, 500, 6311,130n, 14.3n, 156n

Cul1lont, Fr., 102, 105o, 107n,191n

Chaillu, du, 26n, 270, 59nChall11crs,J., 183n, 1850

207

Page 103: Los Ritos de Paso

Chamberlaín, B.-H.. 30n, 45n,64n

Chassinat, lo, 56nChavanner, Ed., 26n, 31n, 147

Oalton, 146nDaremberg, san, 197nDe Groot, 31n, 110nDelafosse, M., 150nDclhaisc, Ch., 6111, 13411Dcmombyncs, 138n, 142Del1nclt, E., 2611Dcsparl1\e!, 72nDcsplagl1es, L., 12511, 155n, 15911Destaíl1g, E., 138nDíels, 202, 203Dieterích, A., 16, 25n, 64n, 65n,

76n, 198n, 164n, 16511, 19411,19611, 202, 203

Doolíttle, 29n, 48n, 68n, 7111,72n, 190n

Doutté, E., 44n, 45n, 47n, 48,54n, 62n, 74n, 84,8511, 1111,138n, 180n

Drake, 6111Duchene, 107n, 108, 11On, 11911Dulaure, 4611, 185n

Earle, E., 13511Ebersold, 10911Ellis, Havelock, 4911, 87n, 152,

183n, 192nEllés, W., 97n, 104n

Fml1ell, L. R., 17, .31n, 7611,10811, 194n

Félíce, L. de, 105nfisol1, 138

Fletcher, Alice, 75nFowler, W. Warde, 2611, 27n,

18611, 18911Frazer, J..G., 70, 14n-16, 1811,

27n, 28n, 3111, 37,4611,48-5011, 53, 76, 80n, 8311, 8511,9511, \02, 106n, 122, 123n,12611, 179n, 182n, 184n, 186n, .19011-192, 19411, 202, 203

Frobenílls, Leo, 83, 94n-9611Follcarl, P., 103n, 104n, 10511FlIskl de Coulal1gcs, N..D., 202

Harllal1d, Sidney, 10, 14, 16,17,3911, 4611, SOn, Sin, 54n, 81n,11111, 113n, 129n, 143n, 202,203

Hatch,E., 10711Hclbíg, 3411Hcllwig, 4411HeI11'Y, Y., 5411, 6711, 11811Hepding, B., 14411Hertz, R., 159n, 16111, 176n, 202,

203lIewitt, J. N. n., 16, 49n, SOnHiltlburgh, 33nHiII-Tollt, C., 4211, 114nIloffl1\al1l1, 16, 191lIollis, A., 9911, 196nl-Ioll1\es, J., 83nHowitt, A.-W., 4911,88-90n, 205nHubert, B., 14n, 16-18n, 122,

126n, 195n, 19611Huller, 45n, Sin, 80n, 188nIIlIvclin, 197n

Gaítloz, 11., 3211Gautlcfroy, 13811, 142Gel1nep, A. van, 17, 1811, 2211,

2611, 5511, 6411, 11611, 162n,181n

Georgi, J.-G., 155nGillel1, 3911, 4611,4911, 5111, 6511,

88, 9011Gisber! Combaz, 30nGoblet d'Alvíella, 102-104n,

10711, 109n, 194n, 202Goddard, P. E., 157nOoddard du Hoís, C., 167nOonclatti, 162n, 16311, 172nOrcssmann, 11., 27nGríersol1, 11.,2611,2711,3711,4011,

4811

Griffis, W.-E., 30nOrosse, E., 136, 138Orube, W., 2911, 31n, 6811, 189nOriiber, 7211

lakovlev, O., 14711Irle, 5711, 15311

Jel1ks, 80nJéquier, G., 169n, 170n, 171nJevol1s, B., 16, 18, 37Jochelsol1, 18411Jol1ghe, M. de, 94, 9SnJungenclres, 15511Ju11ocl, 57n

lIatltlol1, Aro C., 1411, 17, 141n,17711

lIahl1, F., 14511,14611, \63n, 16411Harríson, E., 16, 102-10411, 194n

Karsch, F., 18411Kharouzine, N., 16311, 166nKiclJ, DuJley, 73nKingsley, M.-R, 6511

208

Kleil1paul, 17611Koch, Th., 15, 7211Kohl, J.-H., 72n, 91, 11911Kolber, P., 82nKrascheninnikov, 32nKrauss, F.-S., 183n, 185nKrayer, 16, 191Kroebcr, A.-L, 1O1nKruijt, A. C., 15, 161nKulischer, 19411

Lafitau, 48n, 92n, 121, 160,161n

Lal1e, E. W., 11111Lang, A., 14Lasch, R., 85, 173Lasnet, doctor, 75n, 84, 127nLayal1d,43Le Col11te, P., 4811Lefebvre, E., 3111Lcol1harJi, 16511Letourneau, 16111Liebrecht, 15Loesche, 2611,51n, 9411Lumholtz, 2311, 76n

Mannhart, 15, 16, 191Marco Polo, 45nMarclt, R. R., 16, 18nMarillier, L, 14, 15n

. Martin, K., 2711Maspero, O., 165n, 16611, 169n-

17211Malthews, R. H., 88Matlhews, Wash., 92Mauss, Marcel, 14n, 16-18n, 120,

122, 12611, 191, 195n, 1960Mcrker, M., 60n, 98n-l00n, 149nMcyer, K., 16511Mígne, 11211

209

Page 104: Los Ritos de Paso

Mikhallowski, N.-M., 161, 166nMindeleff, C., 204nMitrovics, AL, 185Monsem, E., 15, 178I'vlontet, 109n, l11nl\lontfallcon,3Inl\lord, A., 123, 169n, 17111, 19911Mul1tfallcOI1, 3111

Narbeshllber, K., 138nNassau, B., 74n, 94n, 111nNazarov, P., 132nNíetzsche, Fr., 206NOllITY, M. E., 10NlIlI, A., 16511

Oldenberg, H., 67n, 110n, 117n,118n, 167n

Oman, J.-C., 110nOwen, miss, 57n, 16711, 19511

Palias, 139n

Parkinson, R., 96n, 97n, 127n,183n

Passarge, 185nPatkanov, S., 14111, 162n, 163nPalias, 123nPechuel, 26n, Sin, 94n1'1055, 55, 58n, 59n, 79n, 84n,

8711Plutarco, 105nPost, Sin, 135n, 136n, 156nPoller, 45nPowell, l72nPrclIss, K. Th., 16, 17, 87nHullray, R.-S., 17711Rcinaeh, Ad.-J., 86n, 165n, 183

Reil1uch, Salomon, 16, 18, 102-104n, 10711, 10811, 180n, 186,191n, 203n

Reiskel, 185nRéville, A., 14Rcvon, Michcl, 14n, 3111Riédjkoo A.o 5411Ri~ky, 11511, 1:1611IUvers, 11., 54n, 59n, 83n, 134,

162n, 188nRobinsohn, J., 41nRohde, E., 165nRose, H.-A., 56n, 59n, 63n,

68n

Rolh, 11. !,jl1g, 66n, 88

Strehlow, 165nSwanton, J.-R., 168n

Saglio, SOn, 197nSaint Johl1, Spcncer, 52nSail1tyves, P., 14411Santer, 202Sartod, P., 3311Scheffer, J., 14811Schulze, F., 15Sehmtz, 4711, 78, 8711, 98, 125,

18911, 19411, 195Schwally, 166nSchmidt, P., 87nSébillot, P., 33n, 5411, 166nShakespeare, William, l74nSiollffi, N., 93n, 120n, 152, 166nSkeat, W., S4n, 74nSmirnov, 17211, 175nSmith, Robertsol1, 16, 2211, 3411,

39n, 4111, 4311, 4411, 12511,179n, 194n, 19611, 198n, 203

Spencer, 3911,46n, 49n, SIn, 65n,88, 9011, 138n

Steinen, K. VOI1del1, 12111Stevel1son, M.-C., 76n, 8011, 91nSloll, O., 19511Strauss, 57

Tamassi¡¡, G., 41nTeít, J., 8211Tide, 15, 16Thiers, J.-B., 166nThomas, N.-W., 59n, 131nThol11son, Dasil, 97nThol11son, J., 43nThurston, E., 113n, 140, 144n,

14611, 162nTodo, C. HilL, 42nTl'IIl11hull, 11. CIar, 28. 29-1In,

3111, 1'111, '1411, 5211, 7211, 14311,

14611, 192n, 204nTurner, 63nTylor, E. B., 14-16, 46n, 54n,

74n, 76n, 81n, 113n, 144n,161n, 165n, 203

210

Vasiliev, l., 49nVelten, 156nVoltaire, Fr. M. Arouet de, 8Voth, H. R., 56n, 63n I

I

III1

II

Wakcficld, E.-S., 156nWalcn, A., 188nWebstcl', H., 60n, 78, 8211, 9511,

98, 186n, 192n, 194n, 202Werner, A., 66n, 177nWestermarck, 33n, 37, 4011, 4511,

4811,85, 135n, 138, 152, 18211,18311

Wellle, K., 101nWilken, J.-A., 15, 15911. 16111,

179nWilsol1, 7511

Zelenil1, D. K., 13311Zemmrich, J., 165nZenker, 96n

211

Page 105: Los Ritos de Paso

INDICE GENERAL

PRÓLOGO oo' ... ... .oo oo. oo' oo. .oo oo' oo. oo. oO, oo. oo. oo'

Capítulo 1. CLASIFICACIÓN DE LOS RITOS... oo. oo. oo. oo.

El mundo profano y el mundo sagrado, 11.-Las etapasde la vida individual, 12.-EI estudio de los ritos, 13.-La escuela anímista y ]a escuela del contagio, 14.-1.aescuela dínamista, 16.-Clasificl1ción de los ritos: ani-mistas o dinamistas, simpáticos o de contagio, positivoso negativos, directos o indirectos, 17 EI esquema delos ritos de paso, 20.-La noción de sagrado, 22.-Re-ligión y magia, 23.

Capítulo JI. EL PASO MATERIAL .oo .oo .oo ." .oo oo. .oo oo'

rronleras y límites, 24.- T¡¡búes de pl1S0, 24.-Ll1S zonl1Ssl1gradas, 27.-La puerta, el umbral, el pórtico, 29.-Lasdivinidudes del paso, 31.-Los ritos de entrada, 31.-.Lossacrificios de fundación, 33.-Los ritos de salida, 34.

Capítulo 111. Los INDIVIDUOS Y LOS GRUPOS ... ... ...

La situación y el carácter de extranjero, 36.-Ritos deagregación del extranjero, 35.-La comensl1lidad, 36.-Los intercambios como ritos de agregación, 40.-La con-fruternización, 42.-Los ritos de su]utación, 44.-Ritossexuuks de ugregación, 45.-EI domicilio del extranje-ro, 46.-EI viajero: ritos de partida y de retorno, 48.-La adopción, 49.-EI cambio de señor, 50.-Guerra,vendetta, paz, 51.

213

9

11

24

36

Page 106: Los Ritos de Paso

Capítulo IV. EL EMOAHAZO y EL PARTO ... oo' oo. .oo oo.

La reclusión, los tabÚcs, los ritos profillÍcticos y simplÍti-cos, 53.-EI embarazo como períouo de margcn, 55.-Los ritos de reintegración y el retama social del par-to, 58.-EI carácter social de los ritos del parla, 60.

Capítulo V. EL NACIMIENTO Y LA INFANCIA oo. oo. oo,, oo. oo.

El corte del cordón umbilical, fi3.-La morada de losniños antes del nacimiento, 64.--Los ritos de separacióny de agregación, 65.-lndia, China, 66.-La recepción delnombre, 74 EI baulisnlO, n.-La prcscntación }' la ex-posición al sol y a la luna, 76.

Capílulo VI. Los HITOS DE INICIACIÓN oo. oo. .oo oo. oo. oo.

La pubcrtad psicol6gicH y la pu),ellad social, 7M.--,La cir-cllncisillll, M4.--Lm; Illlltilm:iul1l:s Cl)lpUrales, !!7.-Clanestotémicos, 88.-Fratcl'I1idades mágico-religiosas, 80.-50-ciedades secretas, 94.-Sociedades políticas y guerre-ras, 97.-Clases de edad, 98.-!\1islerios antiguos, 101.-Religiones universalistas: el bautismo, 106.-Cofradías re-ligiosas, 1tO.-Vírgenes y prostitutas sagradas, 111.-Cla-ses, castas y profesiones, 114.-tu ordenación del sa-cerdote y de] mago, ] 18.-La entronización del jefe y delrey, 122.-La excomunión y la exclusión, 125.-EI períodode margen, 127.

Capítulo VII. Los ESPONSALES Y EL MATRIMONIO oo. oo.

El noviazgo como período de margen, 128.-Categorías deritos que constituyen las ceremonias de los esponsalesy del matrimonio, 129.-Carácter social y económico delmatrimonio, ]31.-EI margen entre los kalmyk (poligíni-cos), los toda y los bholia (poliándricos), 134.-l..os ritosde separación: los ritos llamados de robo y de rapto, 135.-Ritos de solidaridad sexual restringida, I 38.-Ritos dc so-lidaridad en base al purenleseo, 140.-Ritos de solida-ridad local, 142.-Ritos dc separación, 142.-Ritos deagregación, 144.-La amplitud y la significación dcl pe-ríodo de margen, 147.-Los matrimonios múltiples sin-crónicos, 152.-Semejanzas entre las ceremonias del ma-trimonio y las de la adopción, la cntronización, la ini-ciación, 154.-Los ritos del divorcio, 154.

214

53 Capítulo VIII. 158Los FUNERALES... oo. oo. ... oo' oo. .oo oo.

62

Importancia rclativa de los ritos de separación, dc mar-gen y dc agregación en las ceremonias funerarias, 158.-El luto: ritos de separación y ritos de margen, 159.-Los funerales en dos etapas, 160.-EI viaje de este mun-do al otro, 162.-los obstáculos matcrialcs opuestos alpaso de los mucrtos, 165.-Topografía del mundo dc losmucrtos, 167.-EI renacimiento cotidiano del mucrto enel antiguo Egipto, 169.-Pluralidad de los mundos de losmuertos, 170.-Muertos que no pueden agregarse a lasocicdad general de los muertos, In.-Ritos de renaci-miento y ]a reencarnación, 174.-Ritos cuando el domi.cilio dcl muerto cs su casa, su tumba 'o el cementc-rio, 175.-Lista dc ritos dc separación y de agrega-ción, 176.78

Capítulo IX. OTROS GRUPOS DE RITOS DE PASO ... 'oo ... 178

Sobre algunos ritos de paso considerados aisladamente:1.°, cabellos; 2.°, velo; 3.°, lenguas especiales; 4.°, ritossexuales; 5.°, golpes y flagelación; 6.°, la primeravez, 178.-Ceremonias anuales, estacionales, mensuales,cotidianas, 189.-Muerte y renacimiento, 193.-Sacrifi-eio, peregrinaje, voto, 196.-Los márgenes, 197.-Paralc-lismo ritual sistematizado en el antiguo Egipto, 198.

128Capítulo X. CONCLUSIONESoo. .oo oo. .oo ... oo. ... .., ... 201

INDICE ONOMÁSTICO oo. oo. oo. ... ... ... ... ." ... 'OO... .oo .oo 20~1

215