Luce López Baralt

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EN BUSCA DE UN PROFETA PERDIDO EL VIAJE MARAVILLOSO DE BULUQUÍA A LOS CONFINES DEL UNIVERSO EN UNA LEYENDA ALJ AMIADA DEL SIGLO XVI LUCE LÚPEZ-BARALT lb D on Quijote se sintió preso de un temor insti nt i- vo cuando supo que su "verdadera histor ia" -y. lo que es peor, acaso también su misml:si- ma persona- eran producto de la febril fabulación de un árabe. El miedo al simbólico narrador Cide Hamete Benengeli estaba justificado. La literatura árabe se d is- tingue precisamente porque ha elaborado los elementos maravillosos a lo largo de casi toda su prosa de ficción :' son los que hemos venido admirando en Occidente desde que conocemos las Mil y una noches. El conjunto de la prosa espanola medieval y renacentista, sin em- bargo, siempre ha parecido refractaria a tales excesos imaginativos. Aún en el siglo XX Ramón Menéndez Pi- da! nos habla del "i nvencible desvto que la inventi.va ibérica siente por las quimeras fantásticas".' No siempre ha sido ast. La literatura secreta de los últimos mus\11- rnants de Espat\a se sitúa en las antlpodas de este cau- teloso realismo líterario hispánico. Exploraremos aqul el caso de la leyenda aljamiada de Buluqula, que adap- ta, a la prosa espatlola esta familiaridad gozosa con la Li- teratura de mirabília que caracteriza a la narrati'va fantástica árabe. Buluqula es un piadoso personaje de origen israelita que en tiempos del Rey Salomón tiene acceso a unos misteriosos textos de la Tora que predicen la venida de Mahoma, que habrá de ser el último y el sello de LÓs Profetas. Nuestro protagoni.sta decide lanzarse en . su busca, describiendo un periplo que habrá de llevarlo a los confines últimos del universo. Los prodigios que encuent.ra en su itinerario escatológico darán un rotun- do menús al supuesto realismo de las letras hispánicas, en las que nuestra leyenda viene a insertarse por dere- cho propio. Conmueve pensar que habla escritores tan quimeristaS como Cide Hamete -sólo que de carne y hueso-- conviviendo en la Penlnsula con Cervantes. Algún dla sabremos lo que de verdad conocla el padre de la novela moderna acerca de estos escritores arábigos de libérrima inventiva en cuyas manos dejó, entre iró- nico y admirado, la responsabilidad narrativa de su obra maestra. He editado la leyenda de Buluqula.' que se remonta en última instancia. según Juan Vemet, a fuentes indo- persas y sumerias como el Gilgamcsh, a partir de un ma- nuscrito aljamiado del siglo XVII catalogado como Junta VIII.' Existe otra versión fechada en 1587, pero ha sufri- do los efectos de la humedad y es parcialmente ilegible. He dado además con dos originales árabes de la leyen- da -las Mil y una noches y sobre todo las Qisas • o los profttas de AI-Ta'alibi.' Aunque el anis- ta copia con bastante fidelidad sus modelos originales. amplifica los pasajes de terna religioso con el fm de sub- rayar el mensaje islamizan te del relato. Anwar Chejne tenia razón cuando pensaba que la literatura aljamiada resulta fundamentalmente didáctica. incluso cuando adapta los relatos fantásticos árabes que les dan origen. Pese a este afán pedagógico.• la leyenda posee un ni- vel estético considerablemente más alto que el de la rnayorla de las letras moriscas, con la excepción de al - gunas narraciones maravillosas de semejante colorido y . alíento imaginativo. Esto no se debe a la complejidad 1 estillstica de su prosa. sino. por el contrario . a la senc· lla direccionalidad con la que comunica su contenido narrativo. Ya dejamos dicho que el anóni mo autor re- funde una historia lnsena en las Qisas de Ta'alibi y en las Mil y una nochts. Pero el caso es que ambas fuentes arábigas están escritaS precisamente en el mismo estilo simple cuando no desalitlado del códice aljamiado. Por eso los árabes nunca consideraron anlsticamente rele- vantes estos relatos fantásticos que tanto habrlan de gustar en Occidente a panir del siglo XVIII. ' Justamen- te, sin embargo, debido a que la ficción narrativa en árabe nunca alcanza verdadera categorta estética. no se convencionaliza como otros géneros árabes más cultos talla casida. Mia Gerhardt ve ahl el secreto de la univer- salidad" de estos cuentos breves. que suenan bien en cualquier época y en cualquier lengua. Las palabras de los distintos idiomas a los que han sido traducidos re- sultan prácticamente intercambiables porque se atienen al propósito principal de narrar una historia, sin poner panicular cuidado en la expresividad líteraria. Por eso, un lector extranjero puede entender un cuento bi en tra- ducido prácticamente en el mismo nivel del lector de la lengua origil)al. De ahl la popularidad de las Mil y una noches que . pese a su ambiente oriental, consuenan bien en inglés, en alemán. en persa, o en francés. O en castellano aljamiado. La leyenda de Buluqula es uno de ' los pocos textos moriscos para los que se puede recla- mar categorta estética y universalidad anlstica. La leyen- 10 V UELTA 221

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En busca de un profeta perdido

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  • EN BUSCA DE UN PROFETA PERDIDO EL VIAJE MARAVILLOSO DE BULUQUA A LOS CONFINES DEL UNIVERSO EN

    UNA LEYENDA ALJ AMIADA DEL SIGLO XVI

    LUCE LPEZ-BARALT lb

    Don Quijote se sinti preso de un temor instinti-vo cuando supo que su "verdadera historia" -y. lo que es peor, acaso tambin su misml:si-ma persona- eran producto de la febril fabulacin de un rabe. El miedo al simblico narrador Cide Hamete Benengeli estaba justificado. La literatura rabe se dis-tingue precisamente porque ha elaborado los elementos maravillosos a lo largo de casi toda su prosa de ficcin :' son los que hemos venido admirando en Occidente desde que conocemos las Mil y una noches. El conjunto de la prosa espanola medieval y renacentista, sin em-bargo, siempre ha parecido refractaria a tales excesos imaginativos. An en el siglo XX Ramn Menndez Pi-da! nos habla del "invencible desvto que la inventi.va ibrica siente por las quimeras fantsticas".' No siempre ha sido ast. La literatura secreta de los ltimos mus\11-rnants de Espat\a se sita en las antlpodas de este cau-teloso realismo lterario hispnico. Exploraremos aqul el caso de la leyenda aljamiada de Buluqula, que adap-ta, a la prosa espatlola esta familiaridad gozosa con la Li-teratura de mirablia que caracteriza a la narrati'va fantstica rabe.

    Buluqula es un piadoso personaje de origen israelita que en tiempos del Rey Salomn tiene acceso a unos misteriosos textos de la Tora que predicen la venida de Mahoma, que habr de ser el ltimo y el sello de Ls Profetas. Nuestro protagoni.sta decide lanzarse en .su busca, describiendo un periplo que habr de llevarlo a los confines ltimos del universo. Los prodigios que encuent.ra en su itinerario escatolgico darn un rotun-do mens al supuesto realismo de las letras hispnicas, en las que nuestra leyenda viene a insertarse por dere-cho propio. Conmueve pensar que habla escritores tan quimeristaS como Cide Hamete -slo que de carne y hueso-- conviviendo en la Penlnsula con Cervantes. Algn dla sabremos lo que de verdad conocla el padre de la novela moderna acerca de estos escritores arbigos de librrima inventiva en cuyas manos dej, entre ir-nico y admirado, la responsabilidad narrativa de su obra maestra.

    He editado la leyenda de Buluqula.' que se remonta en ltima instancia. segn Juan Vemet, a fuentes indo-persas y sumerias como el Gilgamcsh, a partir de un ma-nuscrito aljamiado del siglo XVII catalogado como Junta

    VIII.' Existe otra versin fechada en 1587, pero ha sufri-do los efectos de la humedad y es parcialmente ilegible. He dado adems con dos originales rabes de la leyen-da -las Mil y una noches y sobre todo las Qisas al~nbia '

    o Historia~ los profttas de AI-Ta'alibi. ' Aunque el anis-ta copia con bastante fidelidad sus modelos originales. amplifica los pasajes de terna religioso con el fm de sub-rayar el mensaje islamizan te del relato. Anwar Chejne tenia razn cuando pensaba que la literatura aljamiada resulta fundamentalmente didct ica. incluso cuando adapta los relatos fantsticos rabes que les dan origen.

    Pese a este afn pedaggico. la leyenda posee un ni-vel esttico considerablemente ms alto que el de la rnayorla de las letras moriscas, con la excepcin de al -gunas narraciones maravillosas de semejante colorido y

    . alento imaginativo. Esto no se debe a la complejidad 1 estillstica de su prosa. sino. por el contrario. a la senci lla direccionalidad con la que comunica su contenido

    narrativo. Ya dejamos dicho que el annimo autor re-funde una historia lnsena en las Qisas de Ta'alibi y en las Mil y una nochts. Pero el caso es que ambas fuentes arbigas estn escritaS precisamente en el mismo estilo simple cuando no desalitlado del cdice aljamiado. Por eso los rabes nunca consideraron anlsticamente rele-vantes estos relatos fantsticos que tanto habrlan de gustar en Occidente a panir del siglo XVIII. ' Justamen-te, sin embargo, debido a que la ficcin narrat iva en rabe nunca alcanza verdadera categorta esttica. no se convencionaliza como otros gneros rabes ms cultos talla casida. Mia Gerhardt ve ahl el secreto de la univer-salidad" de estos cuentos breves. que suenan bien en cualquier poca y en cualquier lengua. Las palabras de los distintos idiomas a los que han sido traducidos re-sultan prcticamente intercambiables porque se atienen al propsito principal de narrar una historia, sin poner panicular cuidado en la expresividad lteraria. Por eso, un lector extranjero puede entender un cuento bien tra-ducido prcticamente en el mismo nivel del lector de la lengua origil)al. De ahl la popularidad de las Mil y una noches que. pese a su ambiente oriental, consuenan bien en ingls, en alemn. en persa, o en francs. O en castellano aljamiado. La leyenda de Buluqula es uno de

    ' los pocos textos moriscos para los que se puede recla-mar categorta esttica y universalidad anlstica. La leyen-

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  • EN BUSCA DE UN PROFETA PERDIDO

    da pierde muy poco al ser venida a una lengua rornan- mar encuentra multitud de serpientes, y entre ellas una ce: el modesto desalit\o que podemos observar en la "con semblante de camello" que proclamaba la fe isl-prosa del re.fundidor aljamiado es prict.icamente el mis- mica. l.l.l ilkaM ila Allah wa Mulaami!Uid r4SW Allah. Es mo que podemos observar en sus originales Arabes. Los una de las culebras infernales con las que Al castiga a destinatarios de estas versiones literarias eran, de otra los descreyentes, y le explica al atnito viajero que el pane, fundamentalmente los mismos: personas de con- calor del yahannam es tan extremo que, en su ebulli-dicn humilde cuya actividad literaria habla quedado cin, expulsa a la culebras dos veces al at'lo para luego relegada a la oscura anonimia de una plaza o de un plie- reabsorberlas. go de cordel. La refundicin que el morisco prepar pa- Buluqula llega a otra isla que preside una serpiente ra los oldos de sus lastimados hermanos de fortuna de color amarillo, que se llamaba, segQn el morisco y apenas se puede decir que haya perdido belleza: lo digo Ta'alibt, Tamlija. Scheherezade nos dice que se trata de como quien ha leido tanto las versiones Arabes como la la Reina de las serpientes, que es blanca como el cristal tardla aljamlada. Pero un texto saboreado en la libertad y que descansa sobre una bandeja de oro que Ucva so-gozosa de los espacios abienos de un zoco marroqul o bre sus lomos otra culebra del tamat\o de un elefante. persa no sabe igual cuando se escucha en un recinto se- los tres relatos contln\lan su estructura narutiva para-creto y se asume como instrumento protector una iden- lela cuando el joven se despide de la serpiente y llega a tidad nacional en peligro de extincin. Hay que "la kasa de beytu almaqdis", es decir, ajerusal~n. Alll confesarlo: la leyenda de Buluqula no slo mantiene in- encuentra a Alfan," un docto lector de escrituraS anti-tacta la belleza de sus fuentes agarenas sino que gana in- guas. &e llena a Buluqula de desAnimo cuando le di-tensidad literaria en manos criptomusulmanas. ce que el Profeta que busca alln no ha hecho su

    Un cotejo minucioso del texto aljamiado frente a la aparici~ en el tiempo, y que pasarm "tiemps largos y versin de las Mil y una noc.hes y de las Qisas nos revela heladas muchas" antes de que nazca. El sabio propone que el morisco tuvo mAs en cuenta a Ta'alibi que a She- al joven que lo lleve donde la serpiente Tamlija, porque herezade. Esto no es de extrat\ar, dado el carActer plo de capturarla heredartn "gran rrelsmo" y podrm alean-de las Hlstor145 tk los profetas. Advieno, sin embargo, zar el tiempo futuro de la Yellida de Mahoma. Buluqula que comparo versiones que acaso no fueran las mismas accede, y lleva a Alfan donde la Reina de las serplcnles. que manej el refundidor morisco. Me sirvo de la edi- ste lleva una caja de hierro con dos alcuzas de plata, dOn artbiga de las Q1sas editada en el Cairo (sin fecha). una llena de vino y otra de leche. Engalla a la seqmte que he venido al espatlol. En el caso de las Mil y una no- para que se las beba y cuando queda profundamente c.hcs, manejo la versin espaftola de Juan ~met, tra- dormida la captura y la introduce en la caja de hierro. ducida de la edicin Arabe de Bulaq (que tenemos, a. Ambos compatleros siguen de camino y advienen , nuestra vez, presente en su Arabe original)." sorprendidos, que las planw que van encontrando han

    El "Kapltulo de Buluqiya", inseno entre los folios adquirido la propiedad del habla. (En la versin de 8lv-107r del manuscrito junta VIII , se inicia dando fe: Scheherezade la intencin de Affan se hace mAs clara, ya de sus fuentes con la tradicional cadena del lsnad. que habla capturado a la Reina de las se.rpientes para que Cuatro autoridades musulmanas narran los hechos en los condujera donde esw hierbas prodigiosas). Conti-el cdice aljamiado, que las Qisas limitan a una. Sche- nuando con el relato aljamiado, nuestros personajes dan herezade cede la narracin a la Reina de las serpientes,. con un Arbol que se llama Algarsi," quien explica a Affan que cuenta sus aventuras al comienzo de la noche cua- que de sus hojas exprimidas se obtiene un zumo ponen-trocientos ochenta y seis." Una vez salvadas estas di fe- toso que dota a quien se lo aplique en la planta de los rencias, los tres relatos comienzan a unirse. A la pies del poder de andar sobre el agua. Alfan exprime el muene de su padre, Buluqula encuentra en el palacio zumo y lo guarda en una de las alcuzas. libera enton-un arca que contenta a su vez una caja sellada; Intriga- ces a la culebra, que sale volando por los cielos. do, hace forzar la caja y descubre que contiene dentro Affan y Buluqula se untan los pies con el zumo mi-otra caja de oro. Esta rinde al fin su tesoro espiritual. gico y caminan sobre las aguas hasta que llegan a la mar tan celosamente guardado: los escritos de la Tora que primera. Allf hallan un monte de almizcle y azafrAn so-relatan la historia del futuro Profeta del Islam. El albo- bre el que divisan una cueva. Al descender encuentran rozo que a continuacin expresa el joven israelita un mancebo encantado que nos recuerda al que descu-besando los legajos proftticos y poni~ndolos jubilosa- bre Don Quijote en la cueva de Montesinos. Slo que mente sobre su cabeza, en un paroxismo religioso de aqul se trata del Rey Salomn, que yace flanqueado por

    reci~n convenido, corre por cuenta del morisco, que, dos culebras protectoras." En su mano izquierda luce en su afAn proselitista isiAmico, amplific.a sus fuentes un anillo de oro y piedras preciosas, con cuatro asatras Arabes. o lineas escriw en las que figuran los nombres de Al.

    Buluqula se lanza a la bsqueda del Profeta anuncia- Salomn es una figura sobrehumana en la tradicin po-do a tierras de "Asam" o Siria. En una isla que surge del. puJar islatnica:" sabia el lenguaje de los pAjaros y los

    Allll DE 1995 11

  • LUCE L PEZ-BARALT

    JahanJJr tOINindo a Nur Jahan mitm.ras M: da Url3 copa dt vino q~ Ir. ofr.a uN suvicnla. Cuadro de Govardhan.

    genios le labraban palacios con la materia prima del ai-re. Su anillo contenla --aunque el morisco no lo deta-lla-el clebre sello salomnico en fonna de hexgono estrellado con el nombre de Dios, con el que se podia predecir el futuro y develar los secretos del pasado,. Afian propone a Buluquia robar la joya al rey yacieitte para asl poder heredar su set\ono"' y alcanzar los tiem-pos de Mahoma. Buluquia aconseja cautela a Arfan. porque recuerda que Salomn habla rogado a Dios que le diese un reino que nadie despus de l pudiese obte-ner (la referencia, que omite el autor aljamiado. es a la azora XXXVIII, 35 del Corn). Es un momento de gran tensin en el relato: Affan replka a su compa"ero que no tema, porque ha traldo consigo la escritura de la Tawl'at con los nombres de Dios, que le ordena leer" mientras l procede a retirar el anillo. El ambidoso sa-bio avanza hacia el cuerpo inerte mientra.s la culebra guardiana resopla amenazadoramente. Buluqula inte-rrumpe su rezo im:antatorio, y observa espantado cmo Yibril -el arcngel Gabriel- desciende de los cielos con un alarido tan fuene que trema y confluyan los ma-res entre si. Affan )' Buluqula caen amortecidos por la tierra y la serpiente resufla un fuego relampagueante que redu.ce a cenizas al desdi.chado Arfan. Buluqula se

    ha salvado porque los nombres de Al lo han protegido, y vuelve a untar sus pi.es con el zumo mgico para em-prender nuevo camino. Hasta aqul el morisco traduce casi al pe de la letra a Ta'alibi , slo que amplifica. como es su c.ostumbre. los pasajes islamizantes.

    Buluquia ahora alcanza la mar "seisena" y la mar "se-tena". En la mar sptima encuentra una isla de oro en-gastada con piedras preciosas. en cuya tierra d e finisimo azafrn nacen datileras y granados (Ta 'alibi a"ade olivos, mientras que Schehere.zadc trae en su lu-gar jazmineros y arrayanes. ) El fatigado viajero cree es-tar en el Paraso, y se dispone. a tomar de la fruta de uno de los arboles. El rbol advie.ne a Buluqua que no se acerque. (Es Scheherezade quien nos dice que se trata del manzano donde nuestros primeros padres desobe-decieron a su Creador.) El viajero se detiene y se en-frenta a un segundo prodigio: lo rodea una "compa"a" de guerreantes con sus espadas en alto. Cuando stos ven al joven peregrino, envainan las espadas y excla-man la profesin de fe musulmana: son unos genios be-nvolos que creen en la revelacin islmica. Llevan a Buluquia ame su Rey Mahzun, que le explica cmo Al cre una criatura de siete bocas, en cada una de las cua-les puso siete lenguas. con la potestad de hablar siete lenguajes cada una. Hamlaytu, uno de estos seres. era un macho con figura de len y cola de culebra, mien-tras que el otro, Tamlaytu, era hembra y tenia figura de lobo con cola de alacrn. Al !.es ordena procrear y de su unin monstruosa nacen siete culebras, a las que Al vuelve a ordenar a su vez que tengan descendencia. Es-ta fue la creacin de la estirpe de los alyinnes. El israeli-ta pide entonces a su interlocutor ayuda para regresar a casa donde su madre. Todo parece indicar que tanta aventura ultramundana ha agotado las energlas de

    nuestro hroe. Est lejos de saber que an l.e aguardan sucesos portentosos.

    El texto aljamiado se ha separado de las Mi/ y u.na no-ches, que suplen detalles que tambin se echan de me-nos en las Qisas. En su excursus Scheherezade nos da cuenta de las aventuras del hroe por la sucesin de los ocanos, que el morisco y Ta'alibi reducen a los mares sexto y sptimo. Aqui Buluquia visita islas de fino cris-tal con flores de oro que al caer la noche iluminan el lu-gar como si fuesen luceros. Todo el oro de la tierra se extrae del elixir de estas flores iridiscentes. El joven is-raelita tambin ve bailar sirenas y descubre rboles cu-yos frutos semejan cabezas humanas colgando de los cabellos y pjaros que penden por los pes. Unos frutos rlen y otros lloran. Otro prodigio que se ofrece a los ojos asombr~dos de Buluqula es la tienda del Rey de los

    1 genios: era de seda roja con pivotes de oro y plata, de una anchura de mil codos. en cuyo interior se encon-traba un trono de oro rojo incrustado de aljfares. Los tres textos vuelven a coincidir cuando el rey de los ge-nios proporciona a Buluqula un l~baHo mgico para su

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  • viaje de regreso. Emociona pensar que hemos dado con el prototipo del Claviletlo del Quijot(. El origen de este caballo que vuela por los aires es rabe -Vemet nos re-cuerda tambtn que deriva, en hma instancia. del Va-sud,vahindl de Sangadasa-" pero ahora lo tenemos documentado en un manuscrito hispnico del siglo XVI. Y nos preguntamos s seria a travs de los moriscos que Cervantes re.cibi el motivo literario ya espatloliza-do. Sea como fuere, Buluquia viaja en el caballo al otro extremo del mar hasta que encuentra a un anciano con un mancebo, y les dice que ha cabalgado cerca de se--tenta leguas. Estos observan, sin embargo. que el caba-llo se encuentra sudado y que sus alas ~s ahora que el 1 joven las ve por vez primera- estn "espeluznadas de bolar". Le informan al viajero atnito que ha volado na-da menos que la andadura de 52
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    hecho de luz fulgurante que riela sobre el agua. dejAn-dota re.splandenciente. Mis adelante encuentra otros mancebos luminosos sobre las aguas: elllltimo de ellos le dice que son los Angeles Iszafil, Mikail y Yibril. Sche-herezade atladc un cuano Angel, Azrael. Intentan devol-ver al Yahannam unas serpientes gigantescas que la mis imaginativa Schehen:zadc transmuta en dragones.

    Un nuevo personaje sale ahora al encuentro de Bulu-quta. Es Salih, un joven que se encuentra sentado entre las tumbas de sus padres, por quienes hace reparacin hasta el dla de su propia muene." Es Scheherezade quien da cuenta de la versin completa de las razon-es por las que este joven, cuyo rostro irradia luz, vela los sepulcros de sus progenitores. Desde el punto de vista estructural, esamos ante un relato dentro del relato, que abarca desde la noche . Suott Uni \"trsity ol Nc-w York Prtu. Albany. 1983). Stllala Vtrntt qut los allljlts comitnzan a admirar $U$ rdalos bft ws cuando causan luror tn Euro,.. a. su tsiUdio prtliminar. la stgunda tdicioo nplftola dt las Mil J """ IVXha, p. L.XVl. Tambitn llst Uchswtstadttr aludt a los 'modtrn Arab purists' qut rtltpn las M/ 1 ulflr IIOCha a la cattgor1a dt Urtratura lolklortca dt tstilo inltrior a 11 categor1a culta dtl adal> (op.ciL, p. 115). Pero no rodas los arabts cultos dtspreciaron los rtlalos folkl6ricos dt su M! 1 """ odtts: ... abouttht moddle olrht Abbasid ptriod. rhtrt was a ttmporary crau lor rht l"'oow

  • hl. u clancbd ckl discurso !Urano ck las Mil 1 """ ~ no o:s oboce pon qut los anclnmOs autom msayaran coda-"" ck a- ' ponmmtos m lo qut a las ctcnlcas nanauvas ,., ~fin-t. Gntwd1 a~uclia d 1tt11n0 ck las c:aas dunas, los ~latos ''*"os y mmar-cados. los JWTadorcs qox ,. convlmcn en tnup ck la obn. nu~ ocros complr;os rcaarsos ~ (op.dl p. 382 y ss.).

    Muchos ~latos arabn ,., transnullrtan por v1a oral en la Es.lla

    criptomusulmana. poro m d CMO ck la ltymda hlspanl:ada ck Bu-luqula, su ccrcanla a las lll murdal'lo lbn 'Arabl. el "Dis-clpulo de jadir- tra ti mlSiico que cartela de un gula csplricual oftcmo. y 11t coloc:abe c:ni.OnCtS t.jo la pco~ccclclft ck au matStro lnvbible, qox no era. m el fondo. sino d -~1 C.brict o el "&-ptrlnl Sao' ck 111 propio "" La ' dirtcdn espirilual- ck jadir no COIIIilll& pua m conduc:lr a .... disdpulos ck manera 111\iformt a un lllllmo cmlno. 111 t1qu1cra a una misma ceo(anla. Po< d COCIIJa rio. COIIdlada a cada uno a su propia ceo(anla. a su ddo lnlab. a la bma propia ck su fCT. al Nombor Dmno boijo d cual d ~ conoce a 0101 y Dlollc COIIIICC. Tmcluddo a ltmllno5 moclclllO$. jadlr ~prucn11 pues tl.jwr sdf de cada C'lll!. Salla a la v!JU.

    ~. qox t i jodlr ckl !dato aljmliado no a sino una poo pulari.Dcilln ckl tolllcado &rqlltllpiCD mlslico ck lbn 'Arab y sus compentros suRes. (Para mas Informacin sobre Jadir. ~mito al lutor a Hau1 Coltlln. ~ crtGlrfu olouu k toufi-t II'IIM 'Arotlol. Flammarlon. Par1s, 1958).

    " ED la prXIala nodlt la Rdna ck las 5Clpicrues, Qll< llcvab. el hilo cklrtlalo, pi'O$Iguc au dlaloso con su lncerlocucor Hastb ICarim ai-Din.

    Adwntmoa una wz ma. qut cxbUn dilerm1es wnioncs ckl ~la!o ck Buluqula en lat Mil y """ nJon y en lat Qls