Mallos de Riglos El poderoso hechizo del · PDF filedescansar y a disfrutar de otro mirador...

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24 lmv 25 lmv El paisaje impacta tanto que muchos de los mejores artistas no se han resistido a su hechizo. Aquí, un excelente óleo de José Luis Aguilar Mallos de Riglos El poderoso hechizo del paisaje texto Felipe Guinda fotos Felipe Guinda y Javier Melero Vista aérea de los formaciones geológicas frente a los mallos de Riglos y del valle del río Gállego foto javier melero

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El paisaje impacta tanto que muchos de los mejores artistasno se han resistido a su hechizo. Aquí, un excelente óleo deJosé Luis Aguilar

Mallos de Riglos

El poderosohechizo del paisajetexto Felipe Guindafotos Felipe Guinda y Javier Melero

Vista aérea de los formaciones geológicas frente a losmallos de Riglos y del valle del río Gállegofoto javier melero

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Un escalador sobre la imponente cara norte delPisón. Y al fondo, el majestuoso Firé

No hay mejor paisaje que el inesperado. Cuando, de repente, encon-tramos sin esperarlo un paisaje deslumbrante, que impresiona y pa-ra el que no estábamos preparados, la imagen no circula de nuestrosojos a nuestra mente para que podamos transformarla, sino queimpacta directamente en el corazón. Por eso, los recuerdos de estasprimeras huellas son tan profundos y vivos, porque han tocadonuestra sensibilidad y nuestras emociones de forma repentina.Y, a veces, el paisaje que emociona lo tenemos tan cerca, tan accesi-ble que apenas nos acercamos a él. Se suele pensar que lo impresio-nante tiene que estar lejos, muy lejos seguramente.Montañas y paredes rocosas existen en prácticamente todo el mun-do, pero un paisaje como los mallos de Riglos, con sus característi-cas tan especificas, siempre nos impresionará y nos sorprenderá.Los mallos se presentan como guardianes del Pirineo. Una líneafrontal de vanguardia que, a modo de ejército de élite, protege contoda su fuerza la entrada a la cadena pirenaica. Una línea formadapor los mallos de Agüero, Peña Ruaba, Riglos, Salto de Roldán ymallos de Ligüerri dibujan el frente de esta singular línea de defen-sa. Todos ellos son asombrosos, pero ninguno iguala el poderosohechizo de los mallos de Riglos. Sus poderosas formas, sus líneasvertiginosas, sus hermosos rincones inesperados y sus coloresllameantes nos atraerán como en un hechizo imposible de curar. Ynos atraparán para siempre.Justo al llegar a Riglos, en la curva a derechas que da acceso al pue-blo, (conocido como Punta Cantera) el paisaje nos cae de repente.Impactados, nos vemos obligados a detener el vehículo en este lu-gar para disfrutar y asombrarse de lo que vemos. Delante la figurade los mallos principales. El Firé a la izquierda, separado delconjunto, una flecha vertiginosa hacia el cielo. Justo en su frente, elcoloso Pisón, y entre ambos el majestuoso Circo Norte. Justo enci-ma de la iglesia del pueblo, el Cuchillo, que con su afilado filo pare-ce cortar el aire. Y a la derecha del todo, la Visera, unos de losdesplomes rocosos más asombrosos del mundo.

El mejor modo de conocer el pasaje de los mallos de Riglos esencontrando sus pequeños secretos caminando. Además de la esca-lada, los mallos de Riglos ofrecen otras actividades al aire libre muyatractivas. Para los que la escalada no les seduce, Riglos ofrece unmarco incomparable para recorrer a pie. Aquí os presento tres acti-vidades para hacer, las tres igualmente sencillas y cortas, en las queseguro nos los pasamos muy bien de forma más tranquila. Unavuelta a los mallos, un placentero paseo hasta el Mirador de losBuitres y una vuelta por la sierra hasta la Foz de Escalete. Dos sepueden hacer por la mañana, para llegar a tomar el vermú alpueblo, o por la tarde, disfrutando de los suaves rayos de sol que elatardecer regala sobre estos paisajes.El pueblo de Riglos está tan unido a los mallos como el corazón alcuerpo. Sus habitantes están ya no solo acostumbrados a los esca-ladores, sino que existe un completa red de mezcladossentimientos, amistades y afectos.Pero aunque ellos están complacidos de compartir este lugar contodo el que vaya, no debemos olvidar que disfrutamos de prestadoesta maravilla de la naturaleza, que no nos pertenece, y quedebemos pasar casi de puntillas por sus tierras y sus paredes, contodo el respeto que da saber que los mallos solo se pertenecen aellos mismos, que se han construido a sí mismos y que somos unosprivilegiados de poder escalar por sus paredes. La mejor, y casi úni-ca, forma de llegar a Riglos es por carretera. Aunque todavía pasa eltren, sus frecuencias y lentitudes hacen que apenas sea utilizado,muy lejos de aquel canfranero que hace unos años se llenaba de vi-da y de aventuras.Se accede tomando un desvío en la N-240 entre Huesca y Pamplo-na, justo entre los pueblos de Ayerbe y Murillo de Gállego, en el km250. Una carretera bien asfaltada nos lleva directamente al puebloen 7 km. Solo habrá que ir despacio y tener precaución en algunacurva, no vaya a ser que nos encontremos de repente a otro coche ofurgoneta.

Y un poco más alejados, los mallos pequeños. Menos grandes peroigual de hermosos, que ofrecen uno de los mejores paseos de atar-decer de toda la geografía aragonesa.Los mallos están formados por una roca especial conglomerada,roca construida a base de cantos de tamaño medio y grande(conocidos como bolos), aglutinados junto a arcillas y arenas me-diante un cemento calizo. El conjunto es de una dureza increíble,aunque a veces esos bolos de roca se puedan soltar. Este tipo de ro-ca permite unas formaciones muy verticales y extraplomadas conabundante relieve, a veces en formas abombadas (conocidas comopanzas entre los escaladores). Por esta razón, los mallos fascinan alos escaladores, que se sienten irremediablemente atraídos por pa-redes muy verticales y altas, y que gracias a la abundancia de bolosse pueden ascender mediante una escalada muy atlética y aérea.

El pueblo de Riglos se encuentra a una latitud sobre el nivel delmar de 670 m, y las cimas de los mallos rondan los 1.000 m. La po-blación fija ronda los 70 habitantes, aunque en vacaciones esa cifrase multiplica por mucho.Existen unos grandes aparcamientos en la entrada del pueblo. Uno,para autobuses en la curva de entrada, junto a la piscina. Otro, en-seguida a la derecha y otro grande para coches y furgonetas justo ala entrada del pueblo a la derecha, casi enfrente del refugio.Siempre aparcaremos en estas zonas señaladas, ya que el acceso alpueblo está reservado únicamente para residentes y vecinos. Sus es-trechas calles y sus cuestas dificultan el tráfico. Además, desde elaparcamiento se alcanza sin problemas y en muy poco tiempo elcomienzo de todas las excursiones.

El árbol más valiente que conozco. En la cima de losFils. Solitario, con climatología adversa, doblado porsu lucha constante contra el viento. Pero todavía vivo

Típica postal de Riglos

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El Camino del CieloUn recorrido circular que rodea los mallos. Uncamino que nos lleva al cielo de la sierra desde dondecontemplar tanto los mallos como sus paisajesinfinitos. Este es el Camino del Cielo. Aunque el paseopuede costar apenas dos horas si vamos deprisa, osrecomiendo encarecidamente recorrerlo en el doble detiempo, suavemente, sin prisas, reposando el tiempoque haga falta en lugares donde el tiempo se detiene.Disfrutad del regalo y del paisaje. Seguro que a su finte sientes con esa paz interior que solamente algunoslugares pueden transmitir.El Camino del Cielo se puede recorrer en ambasdirecciones. Yo prefiero la que aquí presento, pues deesta forma veremos de frente el espectacular descensopor el Circo Norte. El desnivel es de unos 400 metros.No tiene mucha pérdida, pero hay que prestaratención en algunos momentos. Salida y regreso desde el parking del pueblo.Comenzamos subiendo la cuesta cementada que,frente al bar El Puro, nos lleva hasta la plaza delpueblo. Justo antes podemos coger agua de la fuenteque hay en la misma calle, arriba a la derecha.Atravesamos la plaza para coger a la derecha la calletodavía cementada que continúa subiendo. Enseguidacomienza la tierra. Continuamos recto, dejamos a laizquierda una pista privada, para enseguida llegar a undesvío con una cruz de piedra en medio. Seguimos elsendero de nuestra izquierda (1), que serpenteasuavemente entre huertos para, después de una cortasubida y justo antes de llegar a una balsa, nos giramosa la izquierda, justo al lado de unos antiguosabrevaderos de piedra (2), en una pequeña pradera.El sendero se endereza y ataca de forma directa lacuesta hacia los mallos pequeños, con los mallosColorado y Chichín enfrente de nosotros a lo lejos.Seguimos subiendo primero recto y luego en zigzag.

En una fuerte curva a la derecha, encontramos unsendero a nuestra izquierda que acaba en pocosmetros. Este lugar es un espléndido mirador sobre losmallos principales (3), donde descansar unos minutosadmirando el paisaje y haciendo fotos. Volvemos luego al sendero y continuamos subiendopor él hasta encontrarnos de frente con el malloColorado, que, de repente, se ha vuelto grande (4). Anuestra derecha, el pequeño mallo Chichín.Continuamos subiendo en largos zigzag, hasta quellegamos a un pequeño collado (5) donde podemosobservar la cara norte del Colorado, la cima de laVisera detrás y la sierra. Desde aquí podemos ver loque nos queda de subida, no mucho.Continuamos por el sendero, ahora bastante plano,donde hay que prestar un poco de atención en elcruce de alguna pedrera. Nos adentramos poco a pocoentre arbustos hacia la sierra. En pocos zigzag, elsendero llega a la parte alta, donde existe una pequeñacabaña. El sendero pasa por delante de la misma,atravesando hacia la izquierda, sin subir más altura.En pocos metros llegamos a un mirador natural (6),justo en el canto de la elevación rocosa, donde hayque detenerse el rato que nos apetezca. Sentados sobrela roca con los pies colgando nos vamos a sentir bien.

El infinito paisaje frente nosotros nos recordará loirrelevante que es el ser humano comparado con lanaturaleza que nos rodea y con el espacio que noscreó. Un buen lugar para sentirse mejor.Luego continuamos el descenso volviendo al senderoprincipal. Primero suavemente entre espigas y luegoen un corto pero fuerte descenso, hasta encontrarnoscon el sendero que viene de la cima de la Visera.Ahora viene un tramo de sendero verdaderamentehermoso. En el cruce seguiremos por la derecha, entravesía horizontal, sobre el bosque colgado al final detodo el circo, con la imponente figura del Pisón y delFiré abajo en el paisaje. Continuamos por el senderollano hasta un pequeño colladito, marcado por ungran hito de piedras junto a un árbol. Bajamos pornuestra izquierda, de frente al circo, en fuertedescenso, primero entre arbustos y luego entrepiedras. Llegaremos a una pequeña aguja rocosa (7)que nos pedirá a gritos que paremos un rato adescansar y a disfrutar de otro mirador magnífico, conel fabuloso circo de verano a nuestros pies.Continuamos bajando hacia una lado, todavía enfuerte descenso, en busca del collado que culmina elcirco, justo a los pies de la caliza Peña Torcida. Aquí seune al sendero que viene de la Foz de Escalete.Continuamos bajando ya por un gran sendero depiedras muy marcado que nos adentra en el circo.Mientras tanto admiramos las fortalezas rocosas quedefienden este precioso rincón, cuando el caminollega frente a la fabulosa pared norte del Pisón (8).Aquí hay que pararse a observar la verticalidad de susparedes, y a buscar escaladores entre sus rocas. ElPisón delante, a nuestra izquierda el mallo de losCastellanos, y a nuestra derecha el fabuloso Firé. Unfascinante espectáculo para nuestros ojos y nuestraalma. Seguimos descendiendo, ya queda muy pocopara el llano. Con dos últimos zigzag llegamos a labase del Pisón (9) donde podremos torcer bien elcuello para arriba en busca de de las cimas de losmallos. En esta zona suele haber escaladores en lasvías bajo el Puro, pues es una zona excelente parahacer boulder o vías cortas bien equipadas. La pista enla que estamos nos llevará en unos minutos al pueblo,donde habremos completado el gran círculo que nosha llevado en busca de los secretos de los mallos.

La escalada es parteindisoluble de Riglos, ylos escaladores ya parecenintegrados en el pasajecomo parte de él

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El mirador de los BuitresUn paseo para todos los públicos por los rinconesmágicos del reino de los mallos. Uno de los mejoresbalcones desde donde sentir todo el extenso eimpresionante paisaje de Riglos. Y fácilmenteaccesible. ¿Qué más podemos pedirle? Que el caminosea tan hermoso como el lugar a donde vamos. Datiempo de sobras de recorrerlo por la mañana, pero sinos llevamos comida y disfrutamos despacio de él,pasaremos una jornada completa estupenda.Todo esto se cumple, así que vamos a por ello.Comenzando en el parking del pueblo, subimos porla cuesta hacia la plaza, la cruzamos y continuamospor la calle, primero cementada y en seguida detierra. Llegamos a la bifurcación de la cruz y cogemosel sendero de nuestra izquierda que serpenteandosuavemente nos lleva hasta una pequeña balsa y a losdepósitos de agua del pueblo. Hasta aquí es comúncon el Camino del Cielo.En este lugar hay un pequeño cerro, el cerro de SantaCruz. Hasta aquí llegaba el antiguo vía crucis que,con sus grandes cruces de piedra, terminaba en laahora en ruinas ermita de Santa Cruz. Este pequeñolugar es uno de mis preferidos en Riglos. Lástima quela hayamos dejado morir. En mis primeras visitas aRiglos, dormía al raso e dentro de la ermita amenudo. Y ya entonces sentía sensaciones especialesaquí, compartidas con mis compañeros. La visióncircular es espectacular y completa. Del todo

fascinante. Vemos los mallos principales, los mallospequeños casi encima de nosotros, los Fils y la sierra,más lejos. Todo extraordinario. Y por la noche, no hevista más estrellas en mi vida. No paséis de largo sindisfrutar unos minutos de este olvidado peromagnífico rincón.Continuamos nuestro camino por la pista que pasajunto a los depósitos y ya se adentra a lo largo delpaisaje. Esta pista pasea suavemente por debajo detodos los mallos pequeños y de los Fils. A nuestraizquierda vamos dejando el Colorado, el Chichín, elCapaz, el Magdalena, el maravilloso DuendeEscondido (a la vuelta se ve mejor), el Cored, la AgujaRoja... Poco a poco vamos adentrándonos hasta elfinal del valle, cuando vemos, justo en la derecha delcamino, junto a una roca en el camino un roble. Esteroble guarda uno de los corazones más hermosos deeste lugar. No dejéis de saludarle a vuestro paso. Eneste punto, tenemos a nuestra izquierda el fantásticomurallón del Paredón de los Buitres, con su enormetecho. No hace falta explicar la razón de su nombre. Ya nuestra derecha todo el Macizo de los Fils,espectacular, con la Peña Don Justo delante.El camino pronto gira a la derecha, justo al llegar alfondo del valle, cruzando un pequeño barranco, y sepone cuesta arriba. Dos zigzag fuertes y, justo arriba,con un mojón de piedras señalando, tomaremos unsendero a nuestra izquierda, entre bojes. El lugar esimpactante.

Seguimos por el sendero, primero entre bojes, luegoentre pinos, para finalmente, después de una fuertependiente hacia la izquierda, la vegetación desaparecey, poco más arriba, llegamos al lugar conocido comoSantorromán, una pequeña pradera justo en el crucede la pista que viene de la Foz de Escalete y el pueblode La Peña. Seguimos por la pista de la derecha, sinpérdida, que nos llevará bordeando todo el macizo delos Fils hasta otro cruce, frente a una castillo enruinas. Bien merece acercarse a él un momento parallenarnos de historia antes de continuar el camino.Desde este cruce, una buena pista a la derecha seadentra poco a poco por el macizo de los Fils. Estapista muere directamente en el Mirador.Lugar impresionante el Mirador de los Buitres. Pocosbalcones tan bellos nos regalan este paisaje. Los mallospequeños a nuestra derecha, los principales abajo, y alfrente la hermosa mole de Peña Ruaba (Peña Ruega oPeña Ruaga), y más al fondo, los hermosos mallos deAgüero. Un pequeño refugio de piedra permiteobservar este cuadro desde sus ventanas abiertas.Veremos buitres, desde luego, muchos buitres.

También alimoches y toda clase de aves. Este esconditeestá pensado para que ellos no nos vean.Pero el paisaje mejor verlo desde fuera, que nos de elaire y el sol. Podemos estar aquí todo el tiempo quenos apetezca. El lugar merece ser cuidado y nosllevaremos todos nuestros desperdicios. La pistapermite llegar en vehículo hasta aquí, lo que haceposible a todo el mundo disfrutar de este lugar.Cuando decidamos volver, emprenderemos la marcha.El camino, aunque con una hermosa variante, recorreel camino de ida. Pero contemplaremos un paisajediferente. Así que regresamos por la pista que poco apoco va descendiendo hacia el castillo. Llegados alcruce, nos desviamos por la izquierda. La pista noslleva hasta Santorromán, donde la abandonamos a laizquierda, por un sendero entre la pradera. Hay queprestar atención a un mojón de piedras, que nosseñala un poco más abajo que el sendero va por laizquierda, y no recto como parece.Continuamos por el sendero que poco a poco seintroduce en el bosque y en los boj. Justo cuandoacaba, en el gran mojón de piedras, en medio del circode paredes verticales, abandonamos el caminoprincipal que baja fuerte por la derecha, paradescender a nuestra derecha, cruzar en dos saltos elriachuelo y ponernos bajo la gran bóveda de piedras.Este lugar se conoce como la Fuente de los Clérigos.

Vista desde el interior del miradorde los Buitres. No hay ventana conmejor paisaje

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Por la derecha, pegados al principio a la pared sedistingue un sendero que se adentra luego directoentre los grandes bojes. Este precioso sendero nosllevará de vuelta pero por el otro lado de la pista, bajolos mismo Fils, hasta encontrarnos un desvíoseñalado, que cogeremos a la derecha, totalmentehacia abajo. Una vez cruzado el torrente, en pocosmetros estamos de nuevo en la pista, bajo el Paredónde los Buitres.Continuamos bajando. Una vez pasada la Aguja Rojay después el Cored, veremos delante nuestro, a laderecha, el claro perfil de la cabeza del Gran DuendeGuardíán de los mallos, Konglom. Os reto aencontrarlo.El camino nos lleva de vuelta a la balsa y por elsendero suavemente hasta el pueblo. Este último tramonos regala con unas estupendas vistas sobre el malloVisera y los demás principales, especialmente salvaje lavista de perfil del mallo Pisón. Entramos al pueblo porla plaza, y giramos a la izquierda en fuerte pendiente,que nos lleva de frente al bar o al parking. Paraprimero donde quieras.

Riglos-Foz de Escalete-Riglos, por CarcavillaEste recorrido es más largo, de unos doce kilómetros,ideal para una jornada completa plácida y sincomplicaciones. La ruta sigue hacia el norte paralela alrío Gállego y la vía del tren hasta llegar al embalse deLa Peña, donde tras atravesar la impresionante Foz deEscalete, comienza su andadura entre pinares en buscade los mallos de Riglos.Desde el parking atravesamos el pueblo por la calleque continúa la carretera de acceso, hasta situarnosdebajo del mallo Pisón. Antes de llegar a unaexplanada, tras la última casa del pueblo, un desvío ala izquierda señalado con un cartel nos dirige hacia laFoz de Escalete. Aquí comienza el PR-HU 98.Descendemos por pistas, bajo la sombra impresionantedel mallo Firé, continuamos bajando. La pista pronto seconvierte en sendero y nos sitúa debajo de un puentedel ferrocarril. Es la Fuente de las Pabletas.Continuamos por el claro sendero, por las faldas de lasvías del tren, arriba a la derecha. Grandes vistas de losmallos a nuestra espalda y de Peña Ruaba delante.Continuamos por el bonito sendero hasta que, enaproximadamente tres km desde Riglos, llegamos aCarcavilla, una pequeña central hidroeléctrica.Seguimos por el sendero del PR paralelos al ríoGállego, a la carretera y a la vía del tren, hasta que enpoco más de 1 km llegamos a la presa del embalse deLa Peña. Junto a la misma presa nace una pista quebordea el pantano en línea recta. Caminamos por ellahasta encontrarnos un desvío a la derecha, cruzandola vía. Aquí nos unimos al sendero GR 95, que nosguiará hasta la Foz de Escalete, gran hendidura rocosacon un gran ambiente de vértigo. En las dos agujas deun lado y otro encontramos vías de escalada sobreuna roca caliza de excelente calidad. Cruzamos elaéreo puente y continuamos por la pista la PardinaEscalete. Aquí tenemos dos opciones: por la derecha elPR-HU 98 nos llevará a Riglos por sendero más cortoque asciende hasta la cima de la sierra para alcanzar elCirco Norte y descender entre los mallos Firé y Pisón.Esta opción es más corta pero más dura.La otra opción es continuar por la pista por la quetranscurre el GR 95, entre pinares que suavemente nosllevarán hasta el plano de Santorromán, cuatro kmmás arriba. Aquí abandonamos la pista y nosdirigimos por sendero (GR 1) hacia los mallospequeños (ver recorrido al mirador de los Buitres).

A mitad de camino entre Riglos y Carcavilla encontramospequeños rincones para observar grandes paisajes