Mamí.docx

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Recuerdo lo polvoriento de mis pies descalzos confundidos en una nube de arena y polvo, la brisa chocante en mi pecho descamisado mientras corría; recuerdo por supuesto mi aliento fatigado, a causa de mis afanes pueriles de andar siempre a la carrera por las calles descubiertas del barrio y del calor sofocante de los veranos de mi infancia. Recuerdo mis pies enlodados, sumergidos en los arroyuelos; recuerdo mi cuerpo tembloroso y mis manos pálidas y arrugadas después de haber jugado con mis amigos en los aguaceros del invierno. Recuerdo mis proyectos inconclusos, mis locuras sin sentido a través de los años, mis afanes desmotivados, mis derrotas y dolores, mis triunfos y alegrías. Recuerdo tantas trivialidades de mi vida, sin embargo no he logrado, ni creo que alguien pueda hacerlo, recordar tan importante momento en la vida, tú si lo haces: el día que nos conocimos. Sin embargo ya sea curando las heridas de mis pies desnudos, aplacando el calor de las noches de verano, abrigando mi cuerpo del frio invernal, enfadándote por mis tonterías, sufriendo mis penas, gozando mis triunfos; el recuerdo de tu presencia en cada uno de los momentos de mí vida, no son más que el significado de tu total entrega con cada uno de nosotros. Sin importar lo que yo haga, tú siempre has estado ahí y eso siempre lo recuerdo. María Cecilia Oviedo gracias por comprender y perdonar los desquicios de mi vida. Feliz día mami.

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Recuerdo lo polvoriento de mis pies descalzos confundidos en una nube de arena y polvo, la brisa chocante en mi pecho descamisado mientras corría; recuerdo por supuesto mi aliento fatigado, a causa de mis afanes pueriles de andar siempre a la carrera por las calles descubiertas del barrio y del calor sofocante de los veranos de mi infancia. Recuerdo mis pies enlodados, sumergidos en los arroyuelos; recuerdo mi cuerpo tembloroso y mis manos pálidas y arrugadas después de haber jugado con mis amigos en los aguaceros del invierno. Recuerdo mis proyectos inconclusos, mis locuras sin sentido a través de los años, mis afanes desmotivados, mis derrotas y dolores, mis triunfos y alegrías. Recuerdo tantas trivialidades de mi vida, sin embargo no he logrado, ni creo que alguien pueda hacerlo, recordar tan importante momento en la vida, tú si lo haces: el día que nos conocimos. Sin embargo ya sea curando las heridas de mis pies desnudos, aplacando el calor de las noches de verano, abrigando mi cuerpo del frio invernal, enfadándote por mis tonterías, sufriendo mis penas, gozando mis triunfos; el recuerdo de tu presencia en cada uno de los momentos de mí vida, no son más que el significado de tu total entrega con cada uno de nosotros. Sin importar lo que yo haga, tú siempre has estado ahí y eso siempre lo recuerdo. María Cecilia Oviedo gracias por comprender y perdonar los desquicios de mi vida. Feliz día mami.