Mandoki, K - Las Tres Dimensiones Performativas y Su Grado de Peso (2002)

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Signos Literarios y Lingüísticos rv. 1 (enero-junio, 2002), 61 -73 LAS TRES DIMENSIONES PERFORMATIVAS Y SU GRADO DE PESO: ANÁLISIS DE UN CASO Katya Mandoki Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco PALABRAS CLAVE: ANÁLISIS CONVERSACIONAL, PATHOS, PASIÓN, FUERZA, PESO ILOCUTTVO Introducción E n la teoría de los actos de habla, John Searle ("A Taxonomy", "A Clasificaron") propuso una taxonomía de ellos, en los que distingue cinco tipos de fuerzas ilocutivas (1) asertiva, (2) declarativa, (3) comisiva, (4) directiva y (5) expresiva, en las cuales pueden establecerse ocho criterios de clasificación: propósito, dirección de ajuste (direction offit), estados psicológi- cos, fuerza, status del hablante, intereses, estilo y contexto institucional. Esta taxo- nomía fue desarrollada después por Daniel Vanderveken ("What is an Illocutionary" y "Meaning and Speech") en un intento de unificar a la semántica clásica con la teoría de los actos de habla. Vanderveken mantiene las mismas cinco fuerzas ilocutivas de Searle y siete componentes de la fuerza ilocutiva: punto ilocutivo, modo de realización, contenido proposicional, condiciones preparatorias, condicio- nes de sinceridad y dos tipos de grados de fuerza, las que conciernen al punto ilocutivo y las de las condiciones de sinceridad ("What is an Illocutionary" 181 -204). Aunque estos elementos son ciertamente pertinentes, y tanto Searle como Vanderveken fueron explícitos al distinguir entre actos ilocutivos de verbos y adver- bios ilocutivos, la verdad es que ambos ejemplifican sus casos basándose en verbos, adverbios y oraciones aisladas en vez de actos concretos, reales y contextúa!izados. Por ejemplo, distinguen entre los actos de "sugerir" y de "insistir" y los definen como RECEPCIÓN: 17/09/2001 61 ACEPTACIÓN: 11/04/2002

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Signos Literarios y Lingüísticos rv. 1 (enero-junio, 2002), 61 -73

LAS TRES DIMENSIONES PERFORMATIVAS Y SU GRADO DE PESO: ANÁLISIS DE UN CASO

Katya Mandoki Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco

PALABRAS CLAVE: ANÁLISIS CONVERSACIONAL, PATHOS, PASIÓN, FUERZA, PESO ILOCUTTVO

Introducción

En la teoría de los actos de habla, John Searle ("A Taxonomy", "A Clasificaron") propuso una taxonomía de ellos, en los que distingue cinco tipos de fuerzas ilocutivas (1) asertiva, (2) declarativa, (3) comisiva, (4)

directiva y (5) expresiva, en las cuales pueden establecerse ocho criterios de clasificación: propósito, dirección de ajuste (direction offit), estados psicológi­cos, fuerza, status del hablante, intereses, estilo y contexto institucional. Esta taxo­nomía fue desarrollada después por Daniel Vanderveken ("What is an Illocutionary" y "Meaning and Speech") en un intento de unificar a la semántica clásica con la teoría de los actos de habla. Vanderveken mantiene las mismas cinco fuerzas ilocutivas de Searle y siete componentes de la fuerza ilocutiva: punto ilocutivo, modo de realización, contenido proposicional, condiciones preparatorias, condicio­nes de sinceridad y dos tipos de grados de fuerza, las que conciernen al punto ilocutivo y las de las condiciones de sinceridad ("What is an Illocutionary" 181 -204).

Aunque estos elementos son ciertamente pertinentes, y tanto Searle como Vanderveken fueron explícitos al distinguir entre actos ilocutivos de verbos y adver­bios ilocutivos, la verdad es que ambos ejemplifican sus casos basándose en verbos, adverbios y oraciones aisladas en vez de actos concretos, reales y contextúa!izados. Por ejemplo, distinguen entre los actos de "sugerir" y de "insistir" y los definen como

RECEPCIÓN: 17/09/2001 61 ACEPTACIÓN: 11/04/2002

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"directivos", los primeros con menor grado de fuerza ilocutiva que los segundos. Sin embargo, como veremos después, hay casos en que sugerir puede tener mu­cho mayor peso que insistir si se toman en cuenta las condiciones contextúales.1

El problema con esta aproximación es la forzada reducción unidimensional que no permite detectar la complejidad y profundidad volumétrica, por así decirlo, de estos actos de habla. A diferencia de la lingüística o la langue saussureana (que, efectivamente, en un corte sincrónico del sintagma parecería una línea que se acopla al plano bidimensional del paradigma), \a parole o enunciado, en cam­bio, se constituye en un espacio multidimensional en el cual se cruzan varias tríadas de coordenadas desde las cuales el acto de habla adquiere su espesor y su mate­rialidad. Todo eso ocurre en la interacción sin dejar pistas de esta complejidad discursiva en el verbo o adverbio ilocutivo al cual reducen estos autores su análisis y, sin embargo, alteran significativamente la enunciación e interpretación del acto.

La tríada de coordenadas para el análisis del discurso a analizar aquí se conceptualiza desde las distinciones establecidas por la retórica clásica; mismas que se ejercen, constantemente, en los actos de habla cotidianos. En el segundo libro de la Retórica, Aristóteles señala que:

dado que la retórica existe para afectar la toma de decisiones —los oyentes deciden entre un orador político y otro, y un veredicto social es una decisión— el orador debe no sólo tratar de hacer el argumento de su discurso demostrativo y digno de fe; debe también hacer que su propio carácter se vea bien y poner a sus oyentes [...] en el estado mental o emocional adecuado. (1377)2

Así en "el argumento del discurso demostrativo" radica el logos de la retórica, en que el "propio carácter se vea bien" y el ethos en "poner a los oyentes en el estado mental o emocional adecuado" radica el pathos? En otras palabras, esta tríada de coordenadas en la que se inscriben los actos de habla se refiere al status del enunciante y del destinatario que definiré como ethos, a la coherencia del enunciado como logos y a la vehemencia en la ilocución como pathos.

1 Estos problemas los traté inicialmente en otro texto ("Acsthetics and Pragmatics"). Lo que propongo ahora es la ilustración de cómo operan las dimensiones en un caso concreto como el ilustrado más abajo en la conversación telefónica. 2 Las traducciones del original en inglés son mías. 3 Refiero al lector a Dascal en su desarrollo retórico pragmático del ethos.

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Entre los ocho componentes del acto ilocutivo, Searle y Vanderveken efectiva­mente mencionan el status del enunciante (no del intérprete, que también incide en el proceso comunicativo) y el contexto institucional, que podrían corresponder al ethos; el punto o propósito y la dirección de ajuste, que se relacionarían con el logos; la "fuerza ilocutiva" a la vez que los "estados psicológicos" y los "intere­ses", que se relacionarían con el ethos; finalmente el "estilo" permanece tan vago que no sabríamos cómo ubicarlo. Me parece que en este caso es aplicable la navaja de Occam por la tríada aquí propuesta, ya que concentra y especifica mejor al espacio en que se ejercen los actos de habla.

Analicemos su concepto de "fuerza". Para estos autores "sugerir" es siempre y en todos los casos más débil que "insistir" y es así como se definen los grados de fuerza de un acto. Sin embargo, es evidente que una sugerencia de una figura jerárquica pesa mucho más que la insistencia de una persona del mismo status o inferior que el destinatario o receptor del enunciado. Searle consideró el status del emisor, pero descuidó el del receptor, el cual es indispensable en la enunciación dado que estas jerarquías no son absolutas sino relaciónales.

La segunda coordenada de esta tríada que se escapa a estos autores, radica en el cómo se sugiere y se insiste (¿será esto lo que denominan como "estilo"?) con qué argumentos y razones, es decir, la dimensión logos del enunciado. Esta dimensión es tan importante que puede invertir el peso y la fuerza de un enuncia­do; es decir, una insistencia mal argumentada, con logos débil, pesa menos que una sugerencia bien argumentada.

Por último, entre sugerir e insistir puede ocurrir una diferencia debida al pathos en la enunciación, es decir, una sugerencia elocuente puede pesar más que una insistencia neutra y distraída (¿o es éste el "estilo"?). Esta dimensión fue señalada por Hermán Parret —cuando afirma que en cada actitud pro-posicional hay una performatividad donde:

el grado de fuerza funciona como el operador "con pasión" y por lo tanto expresa intensidad pasional. Aquí, es la estructura misma de los enunciados, sujeta a estas operaciones de fuerza codificada y comunicable, la que constriñe al pathos y la hace entrar en una lógica de "razones" gramaticales. De hecho, la performativización, como la figurativización (mientras sean técnicas retórico-gramáticas) hace posible para la economía discursiva del pathos el que se vuelva expresible y comunicable. (92)

Aunque efectivamente se reconoce la importancia de este nuevo operador "con pasión" señalado por Parret, considero necesario distinguir entre \afuerza y el

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peso de una ¡locución.4 La fuerza está dada por la elección de sintagmas desde el plano paradigmático de oposiciones y diferencias, y es estrictamente lingüística y semántica, mientras que el peso se genera tanto lingüística como extralingüísti-camente por asociación al contexto y es estrictamente pragmática. En suma, la eficacia ilocutiva puede ser cualificada no sólo por grados de fuerza sino por grados de peso de las tres dimensiones de pasión del pathos, coherencia del logos y la credibilidad del ethos. El ethos correspondería al Principio de Coope­ración de Grice, en especial en la Máxima de Calidad (no digas lo que creas que es falso o falto de evidencia); el logos está implícito en este Principio, particular­mente en la Máxima de Cantidad (sé informativo pero no más de lo necesario), la Máxima de Relevancia (sé relevante) y la de Modo (sé claro, sin ambigüedades, breve y ordenado) así como en el Principio de Cortesía de Leech y aun en el Principio de Caridad de Davidson en dar credibilidad e incluso autoridad al enunciante. Finalmente,pathos correspondería a la "intensidad pasional" de Parret, que podría ser definida como el Principio de Elocuencia o Vehemencia, involu-cramiento emocional o empatia entre el enunciante y el intérprete. El grado de peso incorpora la dimensión afectiva, la de autoridad y la entimémica o argumen­tativa en el enunciado.5

Desde una aproximación pragmática, que diverge de la aproximación semán­tica de Vanderveken donde este mareaje de fuerza siempre se sostiene, los crite­rios para distinguir la fuerza ilocutiva no pueden aislarla del amplio rango de las condiciones concretas de enunciación y no pueden operar basados exclusivamen­te en unidades gramaticales, sean estos los verbos performativos de Austin y Searle o las frase performativas de Vanderveken ("Meaning and Speech " 19).

Tal operador "con pasión" que señala Parret como expresión de intensidad pasional puede ser detectado claramente en el análisis conversacional por medio de marcadores clave que voy a desarrollar en este trabajo. Los operadores "con pasión" de hecho irrumpen a través del enunciado y lo alteran generando nudos, hoyos, abultamientos y deshebrados en el tejido discursivo. Para detectar la irrupción

* Agradezco a Marcelo Dascal el haberme señalado inicialmente las ambigüedades implícitas en el uso del término "fuerza" a esta problemática. 5 En otro trabajo (Prosaica. Introducción a ¡a estética de lo cotidiano) argumenté los problemas que se desprenden de lo que Parret denomina como "razones gramaticales" y cuestioné si es la estructura o más bien la desestructuración de los enunciados la manera como se puede indiciar al pathos. Mi posición es que el pathos desestabiliza o dinamiza la estructura del enunciado y es esta irrupción la que puede indicamos la presencia y actividad de esta dimensión ilocutiva en un acto.

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de pathos y su peso proponemos los siguientes indicadores: a) volumen, b) acento, c) extensión silábica, d) repetición, é) pausas,^) ritmo, g) titubeo, h) traslape.

Cada uno de estos indicadores tiene sus funciones específicas. Tanto el volu­men, como el acento, la extensión silábica y la repetición son indicadores claros de pathos pues son directamente proporcionales a éste: cuanto mayor volumen, acento, extensión o repetición de una palabra o frase, tanto mayor peso de pathos des­pliega. Las pausas y el ritmo, por el contrario, dependen directamente del contex­to y se articulan con el ethos. Básicamente hay dos tipos de pausas: las distractivas que disminuyen el pathos y las enfáticas que lo incrementan. Las primeras, que distraen al oyente, se deben a la falta de concentración del hablante; las segundas son para incrementar y hacer reverberar el peso de la última enunciación: detie­nen al oyente para que se concentre en ésta. En cuanto al ritmo, la velocidad del discurso, en situaciones de emergencia, opera como función expresiva de la ur­gencia e incrementa el pathos, pero también puede operar como naturalidad o espontaneidad en una conversación cotidiana como función expresiva de la vive­za del hablante. El titubeo, a su vez, puede manifestar ansiedad en tanto función expresiva, incrementando el peso del pathos, o bien, a manera de pausa en el primer sentido como falta de concentración; por tanto, es inversamente propor­cional al pathos. Por último, el traslape en la toma de turnos entre los participan­tes es otra modalidad cuya función es expresiva en tanto impaciencia, ansiedad y aceleración del ritmo.

Ilustraré estos marcadores a través de una conversación en inglés grabada y transcrita literal y detalladamente según las convenciones de anotación del análisis conversacional por Deidre Boden (263-264).6 Este ejemplo nos permitirá distinguir entre la fuerza ilocutiva de los actos de habla según Searle y Vanderveken, y el peso ilocutivo de las tres dimensiones que aquí proponemos en los enunciados.

Se trata de un segmento de una conversación telefónica entre el entonces presi­dente de Estados Unidos John F. Kennedy y el gobernador Roos Barnet del Estado de Mississippi el 30 de septiembre de 1962. Cabe recordar que Mississippi era, en ese momento, el centro del movimiento por los derechos civiles de los afroamericanos.

6 Sé que estoy cometiendo un pecado capital en el análisis del discurso por el simple hecho presentar una traducción, lo cual me exige alterar necesariamente muchas de las sutilezas significativas del intercambio. Tuve que hacerlo porque la fuente ha sido detallada con tal precisión que no podría igualarla con un original en español al no contar con la técnica de registro necesaria, pero he tratado de apegarme al máximo de fidelidad posible en la versión al español. Se anexa la versión en inglés para que el lector pueda cotejarla con mi traducción.

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A pesar de la decisión de la Suprema Corte, ya desde 1954, de dictaminar en contra de la segregación racial en las instituciones educativas, la integración no se ejerció sino hasta muchos años después. En 1962 James Meredith, un estudiante negro, intentó inscribirse en la Escuela de Leyes de la Universidad de Mississippi. Su admisión fue bloqueada y se generaron disturbios y enfrentamientos raciales.

JFK: V's que no tenemos- una hora para i:::r y eso no u:h- nosotros- nosotros quizá no tenga: :mos una hora que hay con este-

[ i GOB: Uh este hombre este hombre acaba de morir JFK: Murió? GOB: Sí señor

[ 1 JFK: ¿Cual ? ¿El policía estatal? GOB: Es'l policía estatal JFK: Sí:i, bueno ves que tenemos que hacer orden ahí y eso es lo que

pensa::mos que Íbamos a te:ner= [ ]

GOB: S'ñor =Pre::sidente POR FAVO::R: por qué usted uh- no podría usted dar la orden allá arriba de desaloja::r a Mer' dith

[ ] JFK: CÓMO PUEDO DESALOJA::RLO

GOBernador cuando hay un- un distu::rbio en la calle y puede salir del edificio y pasa::rle algo? No lo puedo desalojar en e::sas condiciones.

(1.0) GOB: U::::h- pero- pero- pero podemos-

[[ ] [ JKF: Vas hay que hacer o::rden allá y luego podemos hacer

algo sobre Meredith [ ]

GOB: podemos ro::dea::rlo con muchos 'oficiadles JFK: Bueno hay que conseguir a alguien allá ahora para hacer orden, y

detener el tiroteo y los disparos. Después nosotros- usted y yo vamos a habla: :r por teléfono sobre Meredith

(0.2)

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Pero primero tenemos que hacer or::den [[ ]

GOB: Sta::bbien Voy- Voy a llama:r y decirles que traigan cada- cada oficial que pue::dan?

CLAVE DE ANOTACIONES

[ traslape entonaciones (no signos gramaticales) [[ simultaneidad .abajo = sin pausa , sostenido (0.8) pausa por décimas de segundo ? arriba (.) pausa breve h inhalación cursivas énfasis, hh::exhalación MAYÚSCULAS volumen - (guión) corto ¡"extensión silábica

La fuerza ilocutiva, en el sentido de Searle y Vanderveken, es predominante­mente directiva y su grado de fuerza está en la elección de términos por los interlocutores. Kennedy habla en plural "tenemos, tengamos, pensamos, íbamos" que tiene mayor grado de fuerza que el singular; luego lo interpela directamente con el "ves" en relación con "hay que hacer orden ahí". Sin embargo, cambia al singular en "puedo desalojarlo" con lo que implica una responsabilidad personal, ex­cluyendo a Bamet, pues el "podemos desalojarlo" le daría la oportunidad al gober­nador, al estar incluido, de discutir más. Kennedy regresa al plural de "podemos, vamos a hablar, tenemos que hacer".

Los cinco tipos de fuerza ilocutiva de Searle aparecen en el enunciado CÓMO PUEDO DESALOJARLO en tanto enunciado asertivo por inversión, es decir, no es posible desalojarlo, declarativa en tanto "declaro que Meredith permanece donde está", comisiva implícitamente en tanto que Kennedy se compromete a resguardarlo, directiva en tanto que le ordena a Barnet controlar los disturbios y le prohibe desalojar a Meredith, y expresiva de la renuencia de Kennedy a actuar como lo solicita Barnet.

Hasta aquí llegaría el análisis desde el enfoque de grados de fuerza propuesto por estos dos autores. En cambio, respecto a los grados de peso tenemos los siguientes:

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Indicadores de pathos ilocutivo:

1) extensión silábica JFK: i:::r, tene::mos, pensa::mos, te:ner

DESALOJA::RLO, pasa::rle, e::sas, GOB: Presidente, FAV::OR, retira:::r, GOB:U::::h JFK:o::rden GOB: ro::de::arlo, oficiadles JFK:or::den GOB: Sta::bbien, pue::dan

2) volumen JFK: [CÓMO] PUEDO DESALOJA::RLO, GOBemador, GOB:PORFAVO::R:

3) Repetición JFK: 1. no tenemos -no tenga::mos, nosotros- nosotros 2. (cómo) PUEDO DESALOJA::RLO; (no lo) puedo desalojar 3. hay que hacer orden ahí, hay que hacer orden allá, hay que conseguir a

alguien ahí ahora para hacer orden, primero hay que hacer or::den 4) acento: no está registrado 5) pausas (1.0) después de la frase contundente de JFK; (0.2) durante la frase

más larga y de autoridad de JFK. 6) ritmo: Sin la grabación es difícil saber el ritmo de cada cual, pero dada la

situación puede inferirse que el ritmo de JFK es más lento que el de Barnet, quien está nervioso, y que el presidente, como buen orador y experto en el ejercicio de autoridad, probablemente use un ritmo más pausado para darle más peso a sus enunciados.

7) titubeo GOB: usted usted, pero pero - pero , Voy Voy, cada- cada.

En este caso la repetición es expresiva; el tartamudeo puede entenderse como un factor que substrae la fuerza ilocutiva. El titubeo del presidente se debe sólo al calcular el tiempo y la urgencia de actuar, y no, como en el gobernador, como resultado del intercambio y expresión de nerviosismo.

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8) traslape: los participantes se traslapan en turnos de conversación casi en los mismos términos; Barnet se traslapa a Kennedy y viceversa alternadamente cuando suponen que el enunciado está por terminar, aunque el traslape mis­mo corta el enunciado anterior. Así, en este caso se enuncia la prisa y la urgencia del acto.

Indicadores de Ethos ilocutivo

El ethos se expresa por indicadores léxicos como "GOB ernador" o "Señor Pre::s'dente", y en el acústico probablemente por el ritmo no registrado en la transcripción de esta conversación. Cada cual enuncia el status de su interlocutor, pero en el caso del Kennedy, el incremento de volumen trenza el pathos con el ethos para hacerle entender a Barnet que su estrategia es errónea. No se trata de desalojar a Meredith sino de calmar a los amotinados.

Indicadores de lagos ilocutivo

Si el logos se define por el principio de relevancia de Sperber y Wilson, el punto fundamental en esta conversación es el de orden para ambos participantes. Lo interesante en este caso es que cada cual enuncia la palabra con un significado totalmente distinto. El gobernador le pide al presidente que dé la orden para desa­lojar a Meredith, en cambio Kennedy le repite varias veces al gobernador que urge restablecer el orden como normalidad en las calles. Se da un desfase por la homo-nimia del término. Entre la orden y el orden la conversación termina con la autoridad del Presidente, que viene siendo la orden de Kennedy a Bamet de no tocar a Meredith.

Mientras Barnet presenta su petición precedida por el negativo "¿no podría usted..." y el interrogativo en el registro acústico debilitando su petición por polifo­nía aún más, Kennedy le repite hacer orden exactamente cuatro veces, la última una réplica de la primera, saturando por repetición y cerrando como en un ciclo la conversación y, por lo tanto, incrementando el peso del pathos y del logos. Es obvio quién lleva el liderazgo en esta interacción.

Cuando Kennedy pregunta ¿CÓMO PUEDO DESALOJARLO?, cuyo senti­do es retórico, Barnet la traduce al sentido literal y le contesta "podemos rodearlo con muchos oficiales". El sentido retórico se evidencia porque (1) la frase está seguida por la palabra "Gobernador" que empuja a Barnet hacia abajo por el peso

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del ethos al situarlo en su lugar de subordinado, seguido inmediatamente por (2) el logos de "cuando hay un disturbio en la calle y puede salir del edificio y pasarle algo? No lo puedo retirar en esas condiciones" que argumenta y a la vez responde a la pregunta retórica. Por último (3) el peso del pathos se configura porque ésta es la frase de mayor volumen acústico de toda la secuencia, y donde reverbera el POR FAVOR de Barnet. El intento de contestar de Barnet se invalida con la interrupción de Kennedy y el discurso traslapado.

La "intensidad pasional" mencionada por Parret se señala por las sílabas ex­tendidas, la repetición, el volumen y el traslape. Mientras el peso tridimensional de Barnet es débil porque titubea, presenta los enunciados en negativo, sólo enfatiza el suplicante POR FAVOR y sus turnos son más breves, Kennedy despliega es­tratégicamente, en un solo turno conversacional, las tres dimensiones ilocutivas con un grado de peso muy significativo. Cuando dice "Gobernador" tácitamente le recuerda su status presidencial y marca jerarquías imponiendo el ethos como cualificador de peso ilocutivo, seguido por el peso del logos al describir la situa­ción y argumentar las razones que justifican su decisión. Por último, al elevar el volumen de voz, cualifica al enunciado con el peso ilocutivo del pathos, haciendo que ese acento energético corte y penetre el volumen ordinario de la interacción.

En el contexto de esta conversación, hay que tomar en cuenta en el registro icónico que el Presidente habla desde la Oficina Oval de la Casa Blanca, símbolo de autoridad máxima. En el registro léxico, la decisión del Presidente está ampa­rada por la ley que protege al derecho de Meredith desde 1954 a inscribirse en la Universidad de Mississippi ? El más significativo de todos lo despliega Meredith en el registro quinésico, es decir, el enunciado no verbal sino corporal de arriesgar su integridad física al matricularse a sabiendas de la reacción racista que su acto provocaría. El enunciado de Meredith fue a su vez declarativo en tanto "declaro y afirmo mi derecho a ser estudiante de la Universidad", asertivo en tanto que la ley lo ampara, expresivo de su valor civil, directivo al obligar a las autoridades de la universidad a aceptarlo, y comisivo en su compromiso de mantenerse ahí a pesar de la resistencia furiosa del racismo en ese Estado. El peso del pathos del enunciado de Meredith está claramente indiciado (en tanto índice en sentido peirceano) por la magnitud de los disturbios que requirieron 5000 guardias nacio­nales para restablecer la calma, el peso del ethos en su valentía, y el peso del

7 Respecto a los modos de articulación de los diversos registros de la comunicación como el léxico, el quinésico, al acústico y el icónico, refiero al lector a Mandoki {Prosaica); la segunda edición corregida y aumentada está en proceso de publicación.

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logos en la ley antisegregacionista que lo ampara. Kennedy no hizo más que reconocer el peso monumental del enunciado de Meredith y apoyarlo, como era su obligación, al desalojar a los amotinados en vez de desalojar a Meredith como lo intentaba Barnet. Así se constituyó una nueva realidad por este acto ilocutivo que, entre otros, quebrantó la segregación racial en las universidades del sur de Estados Unidos.

Anexo

JFK: Y'see we don'- we got an hour t'go::: an' that's not u:h- we- we may not ha::ve an hour what with this-

[ ] Gov: Uh- this man this man hasjus' died JFK: Did he die? Gov: Yes sir

[ ] JFK: Whi ch one? State pólice? Gov: Tha's the State Pólice JFK: Yea:h, well you see we gotta get order up there an' that's what

we thou::ght we were gonna ha:ve= [ ]

Gov: Mitsuh =Pre::s'dent PLEA::SE why don't you uh- can't you give an order up there to remo::ve Mer' dith

[ ] JFK: HOW CAN I REMO::VE

HIM GOVernor when there's a- a ri::ot in the street an' he may step out of that building an' something ha::pen to him? I can't remove him under tho::se conditions.

(1.0) Gov: U::: :h- but-but- but we can-

[[ ] [ JFK: Y'go- let's get o::rder up there an' then we can do something about

Meredith t ]

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Gov: we can sur::rou::ound it with plenty 'voffi::cials

JFK: Well we've got to get somebuddy up there now to get order, and stop the firing and the shooting. Then we- you and I will ta::lk on the phone about Meredith

(0.2) But firs' we gotta get or::der [[ ]

Gov: A::rright FU-1*11 ca:ll an1 tell'em to get every- every official they ca::n?

Obras citadas

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