Manual Unidad Uno Panorama

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Unidad 1. Instituciones de Seguridad Pública Presentación de la Unidad Conocerás la importancia de contar con un sistema de seguridad pública que apoye la adecuada procuración e impartición de justicia inherente al buen desarrollo nacional. Mediante el estudio del origen, evolución, normatividad y aplicación de la seguridad pública como función del Estado a través de sus instituciones. Así mismo, reconocerás el marco legal de actuación al que están sujetas sus estructuras administrativas, lo cual constituyen en esencia una parte importante para lograr una mejor calidad en los servicios de seguridad pública. Propósitos de la Unidad En esta primera Unidad: 1. Identificarás la composición orgánica y normas aplicables a las instituciones de seguridad pública por ámbito de competencia. 2. Diferenciarás los ámbitos de competencia de cada institución. 3. Identificarás los factores que intervienen en la percepción ciudadana. 4. Contrastarás los resultados publicados por las instituciones de seguridad pública con los resultados obtenidos en encuestas de percepción ciudadana para identificar su grado de aceptación social. Competencia específica

Transcript of Manual Unidad Uno Panorama

Unidad 1. Instituciones de Seguridad Pública

Presentación de la Unidad

Conocerás la importancia de contar con un sistema de seguridad pública que apoye la

adecuada procuración e impartición de justicia inherente al buen desarrollo nacional.

Mediante el estudio del origen, evolución, normatividad y aplicación de la seguridad

pública como función del Estado a través de sus instituciones. Así mismo, reconocerás el

marco legal de actuación al que están sujetas sus estructuras administrativas, lo cual

constituyen en esencia una parte importante para lograr una mejor calidad en los servicios

de seguridad pública.

Propósitos de la Unidad

En esta primera Unidad:

1. Identificarás la composición orgánica y normas aplicables a las instituciones de

seguridad pública por ámbito de competencia.

2. Diferenciarás los ámbitos de competencia de cada institución.

3. Identificarás los factores que intervienen en la percepción ciudadana.

4. Contrastarás los resultados publicados por las instituciones de seguridad pública

con los resultados obtenidos en encuestas de percepción ciudadana para

identificar su grado de aceptación social.

Competencia específica

Describir los factores que influyen en la percepción de la ciudadanía para determinar el

desempeño de las instituciones de seguridad pública mediante la revisión del marco

normativo correspondiente. 1.1 . Marco Normativo de la Seguridad Pública en México

Se encuentra determinado por el ámbito y competencia de las instituciones de Seguridad

Pública y su relación con la Seguridad Nacional, representado en una pirámide, en donde

se identifican las principales leyes, tratados y acuerdos que regulan la función de

seguridad pública (Figura 1). A este respecto se pueden ver algunas diferencias teóricas

de Seguridad Pública y Seguridad Nacional.

―Seguridad Nacional y Seguridad Pública no son sinónimos, pero sí conceptos

estrechamente relacionados.

De acuerdo con la Constitución, la Seguridad Pública es una función concurrente a cargo

de los tres niveles de gobierno. Comprende la prevención, investigación y persecución

para hacerla efectiva, así como la sanción de las infracciones administrativas.

La Seguridad Pública puede convertirse en asunto de Seguridad Nacional en el grado en

que la manifestación del fenómeno criminal represente un riesgo para la integridad,

estabilidad y permanencia del Estado, para el orden constitucional, las instituciones

democráticas fundadas en el desarrollo social, económico y político, y en el grado en que

constituyan un obstáculo para que las autoridades actúen contra la delincuencia

organizada.

SEGURIDAD NACIONAL SEGIRIDAD PUBLICAObjetivos Tiene como propósito

mantener la integridad, estabilidad y permanencia del Estado Mexicano.

Su objetivo es salvaguardar la integridad y derechos de las personas, así como preservar las libertades, el orden y la paz públicos.

instrumentos Sus instrumentos son la operación de tareas de inteligencia y contrainteligencia para proponer medidas de prevención, disuasión, contención o neutralización de riesgos o amenazas.

Sus instrumentos son la prevención, persecución, sanción de las infracciones, así como la reinserción social de los delincuentes e infractores.

Autoridades responsables La Seguridad Nacional es materia federal. El Gobierno de la República establece mecanismos de cooperación con las autoridades estatales y municipales

La Seguridad Pública es una materia concurrente en la que los tres niveles de gobierno comparten la responsabilidad de la misma en los ámbitos de su competencia.

PRINCIPALES LEYES EN MATERIA DE SEGURIDAD PUBLICA Y SEGURIDAD NACIONAL

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos

Tratados Internacionales en materia de Seguridad

Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública

Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos

Ley Orgánica de la Administración Pública Federal

Ley Federal de Justicia para Adolescentes

Leyes de Seguridad Pública de los Estados

Leyes de Seguridad Pública Municipales

Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012

Acuerdos Presidenciales en materia de Seguridad Pública.

Acuerdos del Consejo de Seguridad Nacional en materia de Seguridad Pública

Acuerdos de la Secretaría de Gobernación en materia de Seguridad Pública

Reglamento Interior de la Secretaría de Seguridad Pública

Reglamento de Seguridad Pública

Reglamento de la Administración Municipal

Reglamento Interior de la Policía Municipal

Bando de Policía

1.1.1. Origen, evolución y normatividad de las instituciones de seguridad pública

Para fines de esta unidad se retomarán los conceptos y principios básicos que rigen a la

seguridad pública a fin de entender el contexto social en el que vivimos.

Como recordarás una de las prioridades del Estado, es la seguridad pública en función del

garantizar el bienestar de una sociedad basado en el respeto de los derechos

fundamentales de los ciudadanos y de la convivencia armónica entre los mismos.

En Junio de 2008 se publicó en el Diario Oficial de la Federación

, la reforma al artículo 21

Constitucional misma que se considera como la más importante en materia de seguridad

pública desde 1917. Algunos expertos en la materia sostienen que dicha reforma

representa un salto cuántico para mejorar el sistema de justicia; pero en otros sectores

significa un retroceso. Las características de la reforman implican la reestructuración del

sistema afrontando principalmente el problema de baja capacitación y profesionalización

de los integrantes de dicho sistema.

En la actualidad, en México el concepto de la Seguridad Pública en términos del artículo

21 de la Constitución es el siguiente: ―Es una función a cargo de la Federación, el Distrito

Federal, los Estados y los Municipios, que comprende la prevención de los delitos; la

investigación y persecución para hacerla efectiva, así como la sanción de las infracciones

administrativas, en los términos de la ley, en las respectivas competencias que esta

Constitución señala. La actuación de las instituciones de Seguridad Pública se regirá por

los principios de legalidad, objetividad, eficiencia, profesionalismo, honradez y respeto a

los derechos humanos reconocidos en esta Constitución.

Las instituciones de seguridad pública serán de carácter civil, disciplinado y profesional. El

Ministerio Público y las instituciones policiales de los tres órdenes de gobierno deberán

coordinarse entre sí para cumplir los objetivos de la seguridad pública y conformarán el

Sistema Nacional de Seguridad Pública, que estará sujeto a las siguientes bases

mínimas: es una función a cargo de la Federación, el Distrito Federal, los Estados y los

Municipios, que comprende la prevención de los delitos; la investigación y persecución

para hacerla efectiva, así como la sanción de las infracciones administrativas en los

términos de la ley, en las respectivas competencias‖. Así también el artículo segundo de

la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública, establece como otras

características de la Seguridad Pública el salvaguardar la integridad y los derechos de las

personas, así como preservar las libertades, el orden y la paz pública, comprendiendo esto la prevención especial y general del delito, la investigación para hacerla efectiva y las

sanciones de carácter administrativo que pudieran corresponder.

Una de las autoridades de prevención del delito, fundamental en la función de proximidad

social, es la Policía. Es importante precisar, que existe una distinción funcional marcada

con la Policía Ministerial, ya que esta última actúa como investigador y perseguidor del

delito, dependiente jerárquicamente del Ministerio Público.

Las primeras policías de las que se tiene registro en México, existieron entre los aztecas,

los cuales realizaban una función muy similar a la que ahora se conoce, ya que mientras

la función preventiva la realizaban los contec pam pixquex, quienes se encargaban de

cuidar el orden y de vigilar a todo sujeto con mala conducta o con antecedentes

criminales; la función persecutoria la realizaban los topilli, quienes aprehendían a los

delincuentes y los conducían ante la autoridad respectiva, al tiempo que los guerreros se

encargaban de imponer las normas del pueblo conquistador a los pueblos conquistados.

Posteriormente, en los tiempos de la colonia existieron también con funciones de

vigilancia los guardafaroles o serenos, fue en esta época donde se usó por primera vez el

término policía, quienes tenían la función de mirar por el buen gobierno y adorno de la

ciudad, y en la mayoría de los casos, eran los mismos ciudadanos quienes por voluntad

propia y en beneficio de su comunidad hacían estas labores. También existían los

alguaciles quienes eran funcionarios dependientes de los jueces, realizando diversas

diligencias, los cuales serían los antecesores de lo que hoy conocemos como la policía

ministerial. A esta etapa se le denomina etapa empírica.

En 1747 se estableció por primera vez de manera formal la policía en México, en el

gobierno del virrey conde de Revillagigedo Francisco de Güemes y Horcasitas.

En 1822, se organizó la Milicia Cívica que mezclaba las funciones de policía pública y

policía de seguridad, y 4 años después, por primera vez se utilizaba una placa con la

leyenda ―seguridad pública‖.

En 1838, se expidió un reglamento de Vigilantes o Cuerpo de Policía Montada, de

Vigilantes Nocturnos y Diurnos, en el cual en forma inédita, se puso énfasis en la

seguridad de los ciudadanos y sus bienes.

Así sucesivamente, fueron evolucionando las instituciones de policía y sus funciones,

hasta llegar a los años cincuenta; en 1953 se graduaron las primeras generaciones de la

Escuela profesional de la Policía Federal de Caminos y fue cuando, por un acuerdo con

los Estados Unidos, se inició la lucha contra el narcotráfico y se empezaron a gestar los

primeros esfuerzos por construir una policía más efectiva, llegando así a la etapa

científica, con lo cual se crearon el Servicio Secreto, la Dirección Federal de Seguridad y

la División de Investigación para la Prevención de la Delincuencia, siendo desaparecidas

estas dos últimas en el sexenio 1982 – 1988, debido a su doctrina y formas de operar.

En la década de los 60´s la actividad criminal, se circunscribía a un delito de bajo perfil,

que operaba con el principio de la habilidad y sagacidad del delincuente, en el que no

había enfrentamiento con la autoridad y un mínimo de agresión a las víctimas4

. Sin embargo, a partir de los 70´s el elemento criminal empieza a cambiar, mediante el

desarrollo de procesos de sofisticación de drogas, basándose en el acceso a nuevas

tecnologías y comunicaciones, pero de manera determinante al fenómeno de corrupción

en las fuerzas policiales, con lo que se favoreció su proliferación, generando además un

fenómeno inverso en el cual mientras el delito y el delincuente evolucionaban, la autoridad

se debilitaba y rezagaba, dejando de cumplir con la función para la que fue creada.

Un ejemplo de ello serían las negociaciones de un secuestro, que se hacían desde una

caseta telefónica. En 1960 había 10 teléfonos públicos, imagínalo ahora, hay cientos de

miles de ellos, además de millones de celulares.

En los años 80 con la desaparición de la Dirección Federal de Seguridad, debido a la

infiltración que sufrió a manos del narcotráfico, la Presidencia de la República creo la

Dirección General de Investigación y Seguridad Nacional DGISN, cuyo objetivo consistía

en integrar de manera eficiente las distintas fases de la producción de la inteligencia para

evitar duplicidad de funciones y eliminar prácticas que perjudicaron el desempeño y

prestigio de las instituciones.

Posteriormente para el año 1989, se creó el CISEN, Centro de Investigación y Seguridad

Nacional, cuya esencia consistía en ser un servicio de inteligencia y contrainteligencia civil

para la seguridad nacional, que sin embargo, en algunos casos, atraía investigaciones del

fuero común por su trascendencia en el contexto social.

Es así, que en las áreas de prevención del delito y derivado de la experiencia obtenida

con CISEN, en 1998 se crea la Policía Federal Preventiva, misma que se integra con el

personal de la hoy extinta Policía Federal de Caminos, una brigada del Ejército Mexicano

y los cuadros formados en el CISEN, quienes se incorporaron a la Coordinación de

Inteligencia para la Prevención.

Dicha corporación fue conformada con una visión que permitiera permear en la sociedad

mexicana, como una institución renovada y profesional, superior a los anteriores

esquemas de policía, a partir de una combinación de experiencia, juventud, convicción,

sistemas de inteligencia, y capacidad de reacción operativa, para consolidar la lucha

contra la delincuencia.

Finalmente, el 1 de junio de 2009 se consolida la última transformación policial a nivel

federal en México, y nace la Policía Federal5

, como una institución que busca responder a

las necesidades sociales a partir de un modelo de policía proactivo, basado en estándares

internacionales y cuya característica esencial es la actuación de su personal bajo métodos

científicos6

que le permitan desarrollar inteligencia policial para la prevención del delito.

Como podrás observar, la policía desde el significado de su palabra y hasta la concepción

de la Policía Federal actual, es un cuerpo que se renueva constantemente con el fin de

adaptarse a las necesidades de la población para mantener la armonía y sobre todo

respeto de los derechos, propiedades e integridad física de los mexicanos. Aquí es

importante aclarar, que la policía también cuenta con corporaciones en los órdenes de

gobierno estatal y municipal, con quienes se coordina en los términos establecidos por la

Constitución Federal para cumplir los fines de la seguridad pública.

La organización de la policía en México se encuentra dividida en tres ámbitos: Federal,

Estatal y Municipal, teniendo dos funciones específicas: prevención de delitos y

persecución de los probables responsables de la comisión de un delito, en apoyo al

Ministerio Público Federal o local, según su competencia para una adecuada impartición

de justicia.

La principal función de la policía es mantener el orden, la paz pública y la prevención del

delito, así como el bienestar y tranquilidad de la comunidad. La función de la policía está

compuesta por actividades del cuerpo policiaco y sus órganos auxiliares, de las que se

destacan las siguientes:

• Protección de la ciudadanía.

• Vigilancia, a fin de mantener estable el orden público.

• Prevención del delito.

• Detención de infractores y auxilio al Ministerio Público en la persecución de

presuntos delincuentes.

• Protección de los bienes, recursos materiales y medio ambiente.

• Orientación de la ciudadanía con relación al cumplimiento de las normas.

• Conservación del material, equipo y enseres propios de las funciones de la

seguridad pública

Principales Instituciones de Seguridad Pública relacionadas con la Procuración e

Impartición de Justicia y Seguridad Nacional.

Para el desarrollo y comprensión de este tema, se puntualizan los conceptos de

procuración e impartición de justicia.

Los Artículos 19, 20 y 21 Constitucionales, entre otras cosas, señalan que la Procuración

de justicia recaerá en el Ministerio público, quien será el encargado de la investigación,

persecución de los delitos y la presentación de los probables responsables ante el órgano

jurisdiccional (Juez).

Por otro lado, la impartición de justicia será facultad exclusiva del Poder Judicial, quien a

su vez, será el encargado de la aplicación de las normas jurídicas correspondientes

(penas).

―La actuación de las instituciones de Seguridad Pública se regirá por los principios de

legalidad, objetividad, respeto, eficiencia, profesionalismo, honradez y respeto a los

derechos humanos. Las instituciones de seguridad pública serán de carácter civil,

disciplinado y profesional. El Ministerio Público y las instituciones policiales de los tres

órdenes de gobierno deberán coordinarse entre sí para cumplir los objetivos de la

seguridad pública y conformarán el Sistema Nacional de Seguridad Pública‖ 7

. Por lo que el sustento legal de las instituciones de seguridad pública, se encuentra

previsto en el mismo artículo 21 Constitucional y en la Ley General del Sistema Nacional

de Seguridad Pública, cuerpo normativo reglamentario de éste, y es ejecutada por las

autoridades gubernamentales pertenecientes al Poder Ejecutivo denominadas: policía,

ministerio público, guardias y custodios del Sistema Penitenciario, mismas que actúan de

manera coordinada en su respectivo ámbito de actuación; pero que para efectos de

estudio en la presente unidad, las abordaremos de manera individual. Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN)

Es el Centro de Investigación y Seguridad Nacional, y es un órgano de inteligencia civil al

servicio del Estado Mexicano cuyo propósito es generar inteligencia estratégica, táctica y

operativa que permita preservar la integridad, estabilidad y permanencia del Estado

Mexicano, dar sustento a la gobernabilidad y fortalecer al Estado de Derecho. El papel del

CISEN consiste en alertar y proponer medidas de prevención, disuasión, contención y

neutralización de riesgos y amenazas que pretendan vulnerar el territorio, la soberanía, al

orden constitucional, las libertades e instituciones democráticas de los mexicanos, así

como el desarrollo económico, social y político del país.

Secretaría de Seguridad Pública (SSP)

La Secretaría de Seguridad Pública es la dependencia de la Administración Pública

Federal que tiene por objeto preservar la libertad, el orden y la paz públicos; así como

salvaguardar la integridad y derechos de las personas, auxiliar de la Procuraduría General

de la República y de los Poderes de la Unión, prevenir la comisión de delitos, desarrollar

la política de seguridad pública del Poder Ejecutivo Federal y proponer su política criminal,

administrar el sistema penitenciario federal, y el relativo al tratamiento de menores

infractores, en los términos de las atribuciones que le encomiendan la Ley Orgánica de la

Administración Pública Federal y otras leyes federales, así como los reglamentos,

decretos, acuerdos y órdenes del Presidente de la República. Sus principales funciones

son las siguientes:

1. Desarrollar las políticas de seguridad pública y proponer la política criminal

en el ámbito federal, que comprenda las normas, instrumentos y acciones

para prevenir de manera eficaz la comisión de delitos;

2. Proponer al Ejecutivo Federal las medidas que garanticen la congruencia

de la política criminal entre las dependencias de la administración pública

federal;

3. Presidir el Consejo Nacional de Seguridad Pública, entre otras. Secretaria de la Defensa Nacional (SEDENA)

De conformidad con la Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, Artículo 1o.,

el Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, son instituciones armadas permanentes que tienen

las siguientes misiones generales:

- Defender la integridad, la independencia y la soberanía de la nación

- Garantizar la seguridad interior

- Auxiliar a la población civil en casos de necesidades públicas

- Realizar acciones cívicas y obras sociales que tiendan al progreso del país; y

- En caso de desastre, prestar ayuda para el mantenimiento del orden, auxilio de las

personas y sus bienes y la reconstrucción de las zonas afectadas, entre otras

. Secretaría de Marina (SEMAR)

A la Secretaría de Marina corresponde el despacho de los siguientes asuntos:

1. Organizar administrar y preparar a la Armada

2. Manejar el activo y las reservas de la Armada en todos sus aspectos 3. Conceder licencias y retiros, e intervenir en las pensiones de los miembros de la Armada

4. Ejercer la soberanía en aguas territoriales, así como la vigilancia de las costas del territorio, vías navegables, islas nacionales y la zona económica exclusiva

5. Organizar, administrar y operar el servicio de aeronáutica naval militar

6. Dirigir la educación pública naval, entre otras

Procuraduría General de la República (PGR)

Es un organismo del Poder ejecutivo encargado de la investigación, prosecución e

investigación de los delitos y es el titular de la policía investigadora y los servicios

periciales como organismos auxiliares.

Ministerio Público

La función del Ministerio público es la de representar los intereses de los ciudadanos y

entre sus facultades se encuentran las de iniciar y dirigir la investigación de los hechos

presumiblemente constitutivos de un delito. Así como de brindar protección a las víctimas

y testigos de un delito.

Independientemente de la entrada en vigor de las reformas de 2008, al sistema penal en

nuestro país, en algunos Estados de la república se sigue manejando las antiguas

atribuciones del Ministerio Público respecto a la procuración de justicias:

1. Integración de la averiguación previa a partir de una denuncia, por lo que

debe observar y respetar las garantías individuales de los denunciantes con

absoluto apego a las ley y sin afectar la tranquilidad y seguridad de las

personas.

2. Otorgar al denunciante de una copia de su declaración (denuncia) de forma

inmediata y de manera gratuita.

3. La averiguación previa a la mesa de trámite e indicará al denunciante los

pasos a seguir.

4. Deberá informar al denunciante sobre el proceso de su denuncia.

5. Si la calidad del asunto lo amerita, remitirá al Juzgado correspondiente la

averiguación previa.

A continuación se transcribe la historia del Ministerio Público en México

El Ministerio Público tiene su origen en el derecho español, que preveía la existencia de

funcionarios denominados fiscales, encargados de promover justicia y perseguir a los

delincuentes. Durante la Colonia formaban parte de las Reales Audiencias, de acuerdo

con las leyes del 5 de octubre de 1626 y del 9 de octubre de 1812. Los fiscales

subsistieron en las constituciones de Apatzingán de 1814, y en la federal de 1824 fueron

incluidos en la organización del Poder Judicial; la primera contempló dos fiscales, uno

para lo penal y otro para lo civil, como partes del Supremo Tribunal de Justicia; en la

segunda integraba un fiscal a la Corte Suprema de Justicia y los promotores fiscales a los

Tribunales de Circuito. A su vez, la Ley de los Tribunales de Circuito y Juzgados de

Distrito del 22 de mayo de 1824 adscribió un promotor fiscal en cada Juzgado de Distrito.

Las Leyes Constitucionales de 1836 determinaron que la Corte Suprema de Justicia

estaría constituida por 11 ministros y un fiscal inamovible en el cargo, salvo la remoción

por enjuiciamiento ante el Congreso General. Las Bases Orgánicas de 1843 sólo hicieron

referencia al fiscal como miembro de la Corte Suprema. La Ley Lares de 1853, además

del fiscal "que será oído en las causas criminales", menciona por primera vez,

constitucionalmente, el cargo de Procurador General de la Nación con rango similar al de

Ministro de la Suprema Corte de Justicia, movible a voluntad del Ejecutivo Federal, con

funciones para intervenir en defensa de los intereses nacionales. La ley sobre

Administración de Justicia, expedida por el Presidente Juan Álvarez en 1855, instituyó dos

fiscales integrantes de la Suprema Corte.

La Constitución de 1857 conservó la fiscalía en los Tribunales de la Federación y un

Procurador General como integrante de la Suprema Corte de Justicia. En las discusiones

del constituyente de 1857 se mencionó, por primera vez, al Ministerio Público con

facultades para promover la instancia en representación de la sociedad, a pesar de lo cual

no llegó a prosperar al establecimiento de la Institución.

El Reglamento de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, expedido en 1862 por el

Presidente Benito Juárez, estableció que el Ministro Fiscal fuera " oído en todas las

causas criminales o de responsabilidad, en todos los negocios que interesen a la

jurisdicción o competencia de los tribunales, en las consultas sobre duda de la Ley y

siempre que él lo pida o el Tribunal lo estime oportuno". Además, señaló que el

Procurador General tendría intervención "en todos los negocios que se interese la

Hacienda Pública o de responsabilidad de sus empleados o agentes y en los que, por los

mismos motivos, se interesen los fondos de los establecimientos públicos".

Los Códigos de Procedimientos Penales de 1880 y 1894; el Código de Procedimientos

Federales de 1895 y las Leyes Orgánicas del Ministerio Público Común y Federal de 1903

y 1908, respectivamente, son documentos clave para comprender el funcionamiento del

Ministerio Público y de la Policía Judicial, antes de la Constitución de 1917.

La Ley de Secretarías de Estado de 1891 incluyó al Ministerio Público Federal dentro de

la Secretaría de Justicia e Instrucción Pública. En las reformas a los artículos 91 y 96 de

la Constitución de 1857, de mayo de 1900, se separa al Ministerio Público Federal y al

Procurador General de la República de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,

empleándose por vez primera el término de Ministerio Público Federal. La primera Ley

Orgánica del MPF se expidió en diciembre de 1908.

La Constitución de 1917 establece en materia penal, una doble función del Ministerio

Público Federal, como titular de la acción penal y como jefe de la policía judicial, asimismo

la persecución de los delitos del orden federal.

De igual forma se le otorgó al Procurador General de la República, de manera personal, el

cargo de Consejero Jurídico del Gobierno e intervenir en los negocios en que la

Federación fuera parte. Destaca el artículo 107 que establece las bases generales que

regulan el juicio de amparo, haciendo referencia al Ministerio Público Federal.

En agosto de 1919 se expidió la segunda Ley Orgánica en la cual se asigna al Ministerio

Público intervenir como parte en todos los juicios de amparo; una tercera se publicó en

agosto de 1934 en la cual se reestructura la Procuraduría.

Durante la administración del Presidente Lázaro Cárdenas 1934-1940, la Procuraduría

inició la lucha contra el tráfico de enervantes, impidiendo la siembra y la importación de

drogas. En enero de 1942 se expidió la cuarta Ley Orgánica, en la cual se inserta la

innovación de velar por el respeto a la Constitución por todas las autoridades federales y

locales. En 1951 se reforma el artículo 107, fracción XV de la Constitución, estableciendo

que el Procurador General o el agente del Ministerio Público será parte en todos los

juicios de amparo y podrá abstenerse cuando éste carezca de interés público, y la quinta,

expedida el 10 de noviembre de 1955 y publicada en el Diario Oficial de la Federación el

26 del mismo mes y año.

En su evolución el Ministerio Público Federal, se ha regido por diversos ordenamientos,

siendo los principales la Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República y su

Reglamento, los cuales se han modificado en distintas ocasiones, la última el 1º de

noviembre de 2001

1.1.2 Ámbitos de competencia de las instituciones de seguridad pública

En este tema revisarás el marco de acción de las Instituciones de Seguridad Pública, con

base en la Constitución Federal y las leyes que emanen de ésta.

a) Competencia constitucional

La Seguridad Pública, constituye una facultad constitucional de tipo concurrente. Los

artículos 21, párrafo noveno, y 73, fracción XXIII, de la Constitución Política de los

Estados Unidos Mexicanos establecen que la Seguridad Pública es una función a cargo

de la Federación, el Distrito Federal, los Estados y los Municipios, y que el Congreso de la

Unión tiene facultad para expedir las leyes que establezcan las bases de coordinación

entre dichos órdenes de gobierno.

Al respecto, la ―Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública establece

justamente las bases de distribución de competencias entre la Federación, el Distrito

Federal, los Estados y los Municipios, en la tarea de preservar la seguridad pública

b) Instancias de coordinación

El Sistema Nacional de Seguridad Pública, atendiendo al objetivo primordial que la

Constitución mexicana le asigna a la función de seguridad pública, se integra por distintos

órganos pertenecientes a todas las esferas de gobierno, a saber: Consejo Nacional de

Seguridad Pública, Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública,

Conferencias Nacionales de Procuración de Justicia y de Seguridad Pública, del Sistema

Penitenciario, de Seguridad Pública Municipal, y los Consejos Locales e Instancias

Regionales de Coordinación.

El Consejo Nacional de Seguridad Pública, distinto en composición y funciones al Consejo

de Seguridad Nacional, está presidido por el Titular del Ejecutivo Federal y se integra, por

parte de la Federación, por los secretarios de Gobernación, de la Defensa Nacional, de

Marina, de Seguridad Pública y por el Procurador General de la República; por parte de

las entidades federativas, por los Gobernadores de los Estados y por el Jefe de Gobierno

del Distrito Federal; y, finalmente, por el Secretario Ejecutivo del sistema nacional de

seguridad pública, quien depende directamente del Presidente de la República y se

encuentra formalmente adscrito a la Secretaría de Gobernación.

c) Fines y objetivos que se persiguen15

La Seguridad Pública, de conformidad con lo señalado en el artículo 21, párrafo noveno

de la Constitución mexicana, es una función a cargo de la Federación, el Distrito Federal,

los Estados y los Municipios, que comprende la prevención, la investigación e inteligencia

policial, así como la sanción de las infracciones administrativas. El artículo 2 de la Ley

General del Sistema Nacional de Seguridad Pública establece que los fines de la

seguridad pública son los de salvaguardar la integridad y derechos de las personas, así

como preservar las libertades, el orden y la paz públicos.

Por su parte, la Seguridad Nacional es una función a cargo de la Federación, que

comprende la operación de tareas de inteligencia y de contrainteligencia para enfrentar

amenazas y riesgos. El artículo 3 de la Ley de Seguridad Nacional, establece que los

fines de la seguridad nacional son los de preservar la integridad, la estabilidad y la

permanencia del Estado mexicano.

Los fines de la seguridad pública y de la seguridad nacional se distinguen claramente en

función de los sujetos que cada una de esas funciones del Estado tutela. Así, la función

de Seguridad Pública tiene como misión proteger a las personas consideradas

individualmente, en sus libertades, en su integridad física y en sus derechos

patrimoniales. En el caso de la función de Seguridad Nacional, el sujeto tutelado es el Administrativas.

Estado Mexicano, esto es, la entidad y organización social constituida por población,

territorio y gobierno.

d) Instrumentos de actuación

Para la consecución de los fines asignados a las funciones de Seguridad Pública, las

normas jurídicas proveen distintas herramientas o instrumentos de actuación estas son de

carácter coactivo, orientados a que prevalezca el monopolio legítimo del uso de la fuerza

por el Estado.

La función de Seguridad Nacional, en cambio, privilegia herramientas o instrumentos de

actuación de carácter no coactivo. Ello, sin embargo, no descarta la posibilidad de que el

Titular del Ejecutivo Federal emplee el uso de la fuerza para preservar la seguridad

nacional, tal y como ocurre con la facultad que tiene para disponer de las Fuerzas

Armadas, en los términos de lo previsto por el artículo 89, fracción VI de la Constitución

mexicana, para salvaguardar la seguridad interior y la defensa exterior de la Federación.

Una de las principales herramientas o instrumentos de actuación en la materia son las

investigaciones de seguridad nacional, tal y como lo prevén los artículos 73, fracción XXIX

de la Constitución mexicana, 27, fracción XXIX de la Ley Orgánica de la Administración

Pública Federal, y 41 del Reglamento para la Coordinación de Acciones Ejecutivas en

Materia de Seguridad Nacional (RCAEMSN). La ejecución de investigaciones de

seguridad nacional corresponde al CISEN y se traduce en la operación de tareas de

inteligencia y de contrainteligencia para prevenir, disuadir, contener o desactivar

amenazas y riesgos a la integridad, estabilidad y permanencia del Estado mexicano.

La inteligencia es, en los términos de lo dispuesto por el artículo 29 de la Ley de

Seguridad Nacional, el conocimiento obtenido a partir de acciones de recolección,

procesamiento, diseminación y explotación de información, para la toma de decisiones de

las autoridades correspondientes en materia de seguridad nacional. Por su parte, la

contrainteligencia se integra, de conformidad con lo señalado en el artículo 32 de la Ley

de Seguridad Nacional, por las medidas de protección en contra de actos lesivos

(contrainteligencia pasiva), así como las acciones orientadas a disuadir o contrarrestar su

comisión (contrainteligencia activa).

En síntesis, puede señalarse que, a pesar de los criterios descritos que apoyan la

distinción normativa entre las funciones de seguridad pública y de seguridad nacional, los

asuntos de seguridad pública pueden escalar a niveles de seguridad nacional en el grado

en que las manifestaciones delictivas actualicen una amenaza o riesgo para la integridad,

la estabilidad y la permanencia del Estado mexicano.

La coordinación del sistema de Seguridad Pública municipal con los y la federación

La función de seguridad pública en los municipios requiere de una coordinación y

cooperación de la policía municipal y sus órganos auxiliares con las corporaciones

Estatales y la Federación, esto se debe a la complejidad de las operaciones que se

realizan para proteger a la población y por el ámbito de competencia de cada una de las

instancias de gobierno.

Para tales efectos la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública (2009

D.O.F.), establece las disposiciones que orientan el Sistema Nacional de Seguridad

Pública; la coordinación entre la Federación, el Distrito Federal, los Estados y los

Municipios y define a las instituciones de seguridad pública en los tres órdenes de

gobierno, asimismo instituye que los mecanismos de coordinación entre las instituciones

de Seguridad Pública serán establecidos por los las Conferencias Nacionales integrantes

del Sistema Nacional de Seguridad Pública y será el Consejo Nacional de Seguridad

Pública la instancia superior de coordinación y definición de las políticas públicas en la

materia.

Para tal efecto revisaremos el artículo 11 de la ley en cita.

―Las Conferencias Nacionales establecerán los mecanismos de coordinación que

permitan la formulación y ejecución de políticas, programas, acciones necesarias para el

cumplimiento de sus funciones. El Secretario Ejecutivo realizará las acciones necesarias

para asegurar que la coordinación sea efectiva y eficaz e informará de ello al Consejo

Nacional.‖16

Desde la creación y aplicación de esta ley se formaliza la distribución de competencias

entre la Federación, el Distrito Federal, los estados y los municipios, como una materia

concurrente.

Materias de Coordinación

En el caso de la seguridad pública las materias de coordinación de las autoridades

federales, estatales y municipales, en la atención de situaciones y problemas que los

requieran, están establecidas en el artículo 109 de la Ley citada.

―Artículo 109.- La Federación, los Estados, el Distrito Federal y los municipios,

suministrarán, intercambiarán, sistematizarán, consultarán, analizarán y actualizarán, la

información que diariamente se genere sobre Seguridad Pública mediante los sistemas e

instrumentos tecnológicos respectivos.

El Consejo Nacional de Seguridad Pública, de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 12 de

la Ley General Sistema Nacional de Seguridad Pública, estará integrado por los

siguientes representantes de las instituciones de seguridad:

El Presidente de la República,

El Secretario de Gobernación,

Los Secretarios de la Defensa Nacional, de Marina y Seguridad Pública,

El Procurador General de la República

Los Gobernadores de los Estados

El Jefe del Gobierno del Distrito Federal y

El Secretario Ejecutivo del Sistema

La misma Ley en su artículo 14 dispone que el Consejo Nacional de Seguridad Pública

está facultada para conocer y resolver, entre otros asuntos, la coordinación del Sistema

Nacional de Seguridad Pública y la promoción de la homologación de los modelos

ministeriales, policiales y periciales de las instituciones de Seguridad Pública.

El artículo 32 del mismo cuerpo legal establece: ―La Conferencia Nacional de Seguridad

Pública Municipal, estará integrada por los Presidentes Municipales y titulares de los

órganos político-administrativos del Distrito Federal que participarán de conformidad con

las siguientes reglas:

I. Dos Presidentes municipales, de cada Estado, designados por el Consejo Local de

Seguridad Pública correspondiente.

II. Dos titulares de los órganos políticos administrativos del Distrito Federal serán

nombrados por el Consejo Local de Seguridad Pública.

Dicha Conferencia Nacional contará con un Presidente, que será designado de entre sus

miembros por el pleno de misma.

La Conferencia contará con un Secretario Técnico que será nombrado y removido por el

Presidente de la misma.

Principios generales de la Coordinación

Los principios generales de la coordinación se encuentran en la misma ley y a

continuación se comentan:

Artículo 34.- En el Distrito Federal y en los Estados se establecerán consejos locales

encargados de la coordinación, planeación e implementación del Sistema Nacional de

Seguridad Pública en sus respectivos ámbitos de gobierno. En el caso de los consejos

estatales, participarán los municipios atendiendo la normatividad de cada entidad

federativa. En las Entidades Federativas se establecerán consejos de coordinación delegacionales o

municipales, según sus características, para la realización de dichas actividades.

Artículo 36.- Cuando se requiera la participación de dos o más instituciones, ya sea de

una misma o de diferentes entidades federativas, podrán también establecerse instancias

regionales e intermunicipales de coordinación, con carácter temporal o permanente con

apego a los ordenamientos estatales correspondientes.

Artículo 37.- Los consejos locales y las instancias regionales se organizarán, en lo

conducente, de manera similar al Consejo Nacional y tendrán las funciones relativas para

hacer posible la coordinación y los fines de la seguridad pública, en sus ámbitos de

competencia.

Artículo 38.- Los consejos locales y las instancias regionales podrán proponer al Consejo

Nacional acuerdos, programas específicos y convenios sobre las materias de la

coordinación.

Para terminar este tema se revisará la participación ciudadana en el Centro Nacional de

Prevención del Delito, transcribiendo los siguientes artículos que a la letra dicen:

―Artículo 128.- El Centro Nacional de Prevención del Delito y Participación Ciudadana

establecerá mecanismos eficaces para que la sociedad participe en el seguimiento,

evaluación y supervisión del sistema, en los términos de esta ley y demás ordenamientos

aplicables.

Artículo 131.- Para mejorar el servicio de Seguridad Pública, las instancias de

coordinación que prevé esta Ley promoverán la participación de la comunidad a través de

las siguientes acciones:

I. Participar en la evaluación de las políticas y de las instituciones de seguridad pública.

II. Opinar sobre políticas en materia de Seguridad Pública;

III. Sugerir medidas específicas y acciones concretas para esta función;

IV. Realizar labores de seguimiento;

V. Proponer reconocimientos por méritos o estímulos para los Integrantes de las

Instituciones;

VI. Realizar denuncias o quejas sobre irregularidades, y

VII. Auxiliar a las autoridades competentes en el ejercicio de sus tareas y participar

en las Actividades que no sean confidenciales o pongan en riesgo el buen

desempeño en la función de Seguridad Pública.‖1.2. Percepción ciudadana respecto de las instituciones de Seguridad Pública

Como ya se había referido, las instituciones dedicadas a proporcionar el servicio público

de seguridad tienen un papel importante dentro de la organización política de un Estado.

En este tema revisarás la importancia que tiene la percepción ciudadana respecto a la

seguridad pública y su influencia en la toma de las decisiones de la voluntad política

relativas a este servicio público ya que la visión nacional sobre el tema de seguridad es

imprescindible para la toma de decisiones, para ello es importante definir a la percepción

como un ―proceso muy complejo del comportamiento humano, donde intervienen

situaciones que le dan un toque personal o grupal que debe tenerse siempre presente ya

que se trata de una habilidad humana que determina las acciones y la experiencia de

cada individuo se combina de manera compleja para determinar su reacción a un cierto

estimulo dado

Desafortunadamente, en los últimos años la violencia en el país ha aumentado de manera

considerable, el incremento en la comisión de los delitos de alto impacto se ha vuelto

cada vez más cercano a la comunidad. La confianza y la credibilidad en las instituciones

encargadas de brindar seguridad se ha ido mermando a través de los años como

resultado directo de la intervención de diversos factores que imposibilitan a los

organismos a cumplir sus objetivos de manera óptima y que se traduce en la pérdida de

credibilidad de la ciudadanía.

De acuerdo a las encuestas realizadas en la materia, en el país la mayoría de los

ciudadanos perciben a las instituciones de seguridad pública como incapaces garantizar

seguridad a la población. Las autoridades pueden informar en una disminución en la

incidencia delictiva y al mismo tiempo generar incredulidad, debido a que si el miedo al

ser víctima de un delito no se atiende pronto, se estaría hablando de una regresión, lo

cual dejaría secuelas en la credibilidad a las mismas y por ende la función máxima del

Estado de brindar seguridad a los ciudadanos en su persona, patrimonio y contexto social,

no funciona adecuadamente. La delincuencia presenta una dinámica conocida como

―círculo vicioso‖ que crece cada vez más: los delincuentes consideran mayor rentabilidad

en cometer ilícitos ante la gran impunidad en la que se desenvuelven, lo que hace sentir

inseguras a las personas, quienes gastan más en medidas de seguridad, en tanto que las

autoridades presumen de implementar acciones que combaten a la delincuencia, por lo

que para afrontar el fenómeno de la delincuencia es necesaria la acción conjunta de todos

los sectores de la sociedad.

1.2.1 Factores que intervienen en la percepción

Por la importancia que tiene la percepción sobre la inseguridad, es necesario partir de una

conceptualización que permita establecer que la percepción es una sensación a partir de

lo que los sentidos captan de alguna situación exterior e interior y de la cual se forma una

idea, un sentimiento de lo que es y cómo es la situación en cuestión.

La percepción se establece como determinante en las acciones que se desarrollan, a la

vez que lo que se hace influye poderosamente en lo que se piensa y todo esto se

retroalimenta de lo ocurrido dentro del contexto social en el que se vive.

Factores que intervienen en la percepción

―Uno de los fenómenos sociales que toca en mayor o menor medida los espacios

sociales, culturales e individuales es la violencia. La cual tiene múltiples causas y

dimensiones, en las que confluyen circunstancias individuales, familiares y sociales, que

inciden en los patrones de conducta doméstica y social. La opinión de los miembros de

una comunidad o grupo a cerca de los acontecimientos que les suceden en relación a la

violencia en su marco de referencia social se conforma un ―mapa mental‖ o

representación del ambiente en el que un individuo interactúa habitualmente en sus

actividades cotidianas de acuerdo a las representaciones constituidas en su

experiencia‖.

El miedo puede tener varias causas interrelacionadas como actos delictivos coyunturales,

ataques criminales difundidos por los medios de comunicación, deterioro físico, desorden

social, características de medio ambiente o conflictos de grupos. El miedo es muy fácil de

propagar y una persona atemorizada e insegura puede tener diversas reacciones ante el

peligro latente; puede actuar de forma instintiva y agresiva, lo que se traduce a una

violencia generada por la incertidumbre.

PERCEPCIÓN

o Miedo o Necesidado es propias o Acciones o Violencia o Experiencias y objetivos o Rol que desempeña (Estereotipos) o Cultura o Perjuicios o Relaciones emocionales o Medios de comunicación

La medición de la percepción de la inseguridad ha tenido críticas que por su representatividad, se liberan al considerar todas las variables que estarían influyendo en el estado de inseguridad actual, como son: contexto, demografía, población, zona del país, información sobre delitos, rutina diaria, edad, etc. Se debe diferenciar entre el temor a la violencia general y el temor al delito, el cual se refiere a la inseguridad subjetiva a un conjunto de fenómenos específicos como violación, robo, asalto con violencia entre otros.

1.2.2 Relación entre inseguridad e índices delictivos Las encuestas realizadas sobre inseguridad demuestran que los índices delictivos y la percepción de inseguridad se encuentran afianzados, esto tiene una base real en el aumento de los hechos delictivos y de violencia, pero también ha sido incentivada por la amplia cobertura realizada por los medios de comunicación electrónicos y escritos. Diversos organismos, en su mayoría de asociaciones civiles, han implementado instrumentos de medición de la percepción, algunos ejemplos de ellos es el Instituto Ciudadano de Estudios sobre Inseguridad, A.C. (ICESI), Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia A.C. (CASEDE), Sistema de Inteligencia en Mercado y

Opinión (SIMO), México Unido Contra la delincuencia A.C.; Consulta Mitofski las cuales periódicamente emiten diversos documentos relacionados con la inseguridad, basados en la aplicación de encuestas de diversa periodicidad y contrastados con los resultados sobre incidencia delictiva emitidos por las autoridades correspondientes lo que genera una dificultad en el análisis cualitativo y cuantitativo arrojando datos interesantes pero no precisos e infuncionables. La sociedad mexicana no tiene una cultura de denuncia, y de acuerdo a los resultados de las encuestas de percepción ciudadana y de victimización (ICESI), los ciudadanos denuncian cada vez menos los delitos de los cuales han sido víctimas, generando así la llamada ―cifra negra‖ y que son un indicador importante para evaluar el funcionamiento de las instituciones. Contrario a la percepción que se tiene en diferentes países del mundo, donde sus sistemas de impartición de justicia y de seguridad pública existe sincronización en lo establecido en sus leyes y reglamentos con el actuar de las instituciones y de los encargados de hacer valer y cumplir estas garantías. Un ejemplo de ellos, es nuestro país vecino, Estados Unidos de Norteamérica, en donde su Estado se ha preocupado por estar a la vanguardia en esta materia, contrario a nuestro sistema anacrónico en el que es común el involucramiento del de las autoridades con el crimen organizado. Un individuo que se sienta inseguro modificará sus actividades, buscando recobrar, en la medida de lo posible, la sensación de seguridad que le ha sido arrebatada. Cabe mencionar que las medidas de prevención que ha tomado la gente son mayores entre las personas que no han sido víctimas de delitos y en general los principales hábitos que ahora se acostumbran son los siguientes: • No Portar dinero en efectivo. • No usar artículos ostentosos como joyas y aparatos electrónicos.• Contratar servicios de seguridad privada. • Procuran no salir de noche o muy temprano si no es necesario. • Instalación de sistemas de vigilancia en el domicilio. • Usar transporte público. Cierre de la unidad Durante esta unidad se revisaron los siguientes puntos: Identificación de las principales instituciones relacionadas en materia de seguridad pública, sus funciones fundamentales, su marco normativo y el ámbito de competencia. Además, se estudiaron algunos de los factores que intervienen en la percepción ciudadana respecto del trabajo de las instituciones de seguridad pública. Es fundamental que tengas presente estos contenidos porque serán la base para las próximas unidades.

Análisis de la percepción de inseguridad Luis de la Barreda S. y Cecilia Sayeg Seade (2007)i Es obvio que la percepción no crea la realidad, pero la proposición inversa, que parece evidente, no necesariamente es cierta en todos los casos: la percepción no siempre se basa exclusivamente en los datos que aporta la realidad. Así, en un problema tan delicado y tan sensible como el de la inseguridad, no son solamente la prevalencia y la incidencia delictivas los factores que hacen sentir a la población que los niveles de seguridad son deficientes. El espacio y el tratamiento que los medios de comunicación conceden al tema, los relatos de amigos y familiares, las propias aprensiones e incluso los rumores más descabellados inciden de manera importante en la visión sobre el tema. El miedo es la primera de las emociones experimentada por nuestros ancestros. Vivían en considerable riesgo cuyas fuentes eran los predadores, el hambre, la enfermedad y las fuerzas de la naturaleza. Los peligros eran constantes y omnipresentes. Las mujeres y los hombres de hoy tenemos sobre todo a la probabilidad de sufrir un acto de violencia que afecte de manera grave nuestra vida. Un accidente de tránsito, terrestre o aéreo, una caída o un problema de salud pueden producir ese efecto; pero nada nos provoca tanta desazón como prever que podemos ser víctimas de un acto criminal que lesione alguno de nuestros bienes más apreciados, quizás se deba a la conciencia de lo injusto que resulta que un semejante, contrariando la vocación del ser humano a la vida gregaria, nos provoque intencionalmente un daño. Contra lo que podría pensarse por ciertos encabezados de los diarios, no todo el país vive un magno problema de inseguridad. Ésta se concentra principalmente en algunas áreas urbanas. Sin embargo, como podemos observar en la gráfica 1, en promedio, siete de cada 10 habitantes de las áreas estudiadas se sienten inseguras tanto en la entidad como en la ciudad donde viven, y seis de cada 10 en el municipio o delegación en que habitan (ver gráfica 2). Una hipótesis que puede explicar esta elevada proporción es la de la inquietud de que se replique en al propio municipio, delegación, ciudad o entidad, hasta ahora relativamente seguros, un incremento de la delincuencia que revoque la tranquilidad y vuelva al lugar tan inseguro como otros del país.De todos modos, por supuesto la situación real prevaleciente en determinada área es un elemento de mucho peso en la percepción de los habitantes. Es por eso que en el área urbana con mayor prevalencia e incidencia delictivas, a saber el Distrito Federal, nueve de cada 10 personas se sienten inseguras. En este caso, parece nítida la relación entre niveles de inseguridad y percepción de inseguridad. En efecto, en el Distrito Federal tres de cada 10 personas han sido víctimas e por lo menos algún delito durante su vida, mientras que el promedio en el resto de las áreas urbanas es de dos de cada 10. Esto supone que la probabilidad de ser victimizado en el Distrito Federal es sumamente alta. El punto suscita importantes reflexiones. Los habitantes de la ciudad capital comentan que prefieren no salir solos, no salir de noche o evitar paseos por temor a un asalto.

Y es que existe una correlación directa, como se aprecia en la gráfica 3, entre la victimización sufrida por una persona y la percepción del aumento en la delincuencia. Desde luego, no conocen la proporción de víctimas a que se ha hecho alusión, pero saben por las noticias que les llegan, o intuyen, que las calles capitalinas son riesgosas. Lo anterior no significa que para la percepción de inseguridad el conocimiento de lo que les ha pasado a otros, y la cantidad de los afectados según las noticias recibidas fue un papel decisivo. Al analizar la prevalencia de víctimas global por grupos de edad, observamos dos curvas muy semejantes en atención a la edad. Las personas en los rangos de los 20 a los 34 años de edad son las que se han visto más afectadas por la delincuencia y son también quienes tienen una percepción mayor del aumento en la delincuencia. Este mismo dato se puede analizar también desde otra óptica. Como se ejemplifica en la gráfica 4, la prevalencia de víctimas por zona urbana y la percepción de inseguridad corren en líneas paralelas. Y aunque el porcentaje es mayor en la percepción, la encuesta victimológica nos muestra que hay una concordancia entre los lugares con mayor número de víctimas y con una mayor percepción de inseguridad.Únicamente destaca el caso de Chihuahua en donde menos de la cuarta parte de la población se siente insegura, lo que no guarda relación con la prevalencia y la incidencia delictivas en esa ciudad, que son de las más bajas de las áreas analizadas por este estudio. Este dato, sorprendente a primera vista, quizás pueda deberse a la cercanía con Ciudad Juárez y a la reputación que ha ganado de ser una de las ciudades más peligrosas del país en materia delictiva por los asesinatos de mujeres. En el caso de Monterrey también observamos que aunque presentan bajas tasas en ambos rubros (incidencia y prevalencia) la mitad de sus habitantes se sienten inseguros; quizás por el impacto psicológico de algunas ejecuciones atribuibles presuntamente al crimen organizado o específicamente a bandas de narcotraficantes.

La gráfica número 6 que figura a continuación, nos muestra que son el transporte público y la calle los ámbitos percibidos como más inseguros, lo que concuerda con el hecho de que el robo a transeúnte abarca el 56 por ciento del total de la criminalidad. El sitio percibido como menos inseguro es la casa, seguida por el centro de trabajo y la escuela, todos ellos espacios cerrados. A pesar de lo anterior, la medida doméstica más socorrida de protección fue la colocación de cerraduras, las cuales protegen precisamente espacios cerrados: viviendas, oficinas, o negocios. La gente teme que aún en los lugares que considera menos inseguros puedan irrumpir los delincuentes. Por otra parte, sin duda ser victimizado en el propio hogar resulta considerablemente más traumático que el agravio criminal en la calle o en el transporte público.

Si bien al comparar si los índices de criminalidad entre la ENSI-3 por lo que respecta a las zonas metropolitanas y la ENSI-4/URBANA podemos apuntar que no se advierte un cambio estadísticamente significativo, casi la mitad de la población percibe que la delincuencia va en aumento, como se aprecia en la siguiente gráfica.

Una posible explicación puede ser de orden psicológico: al pasar el tiempo sin que se vea satisfecha la demanda ciudadana de mayor seguridad, la sensación de amplios

sectores de la población no es de que el problema permanece igual sino de que, al no haberse resuelto, sigue creciendo. En esta idea parece claro el influjo de noticias criminales de gran espectacularidad. El homicidio doloso en nuestro país ha venido descendiendo de manera verdaderamente notable en pocos años: bajó de 14 cometidos en 2000 a 10 perpetrados en 2004 —siempre por cada 100 mil habitantes—, y aunque en 2005 un ligero repunte lo elevó a 11, el decremento que se observa en tan solo un lustro es significativo. No obstante, las noticias sobre ejecuciones espectaculares que desde hace por lo menos un par de años han venido ocupando grandes espacios informativos, tienen el efecto de que mucha gente, incluso de la habitualmente más reflexiva, tienda a creer que los homicidios se están incrementando desmesuradamente. He aquí un ejemplo muy didáctico de la influencia de los medios de comunicación en la percepción sobre inseguridad. Al analizar la misma sensación del aumento o disminución de la delincuencia por grupos de edad, observamos que a menor edad es mayor la percepción de que los delitos han aumentado o siguen igual. La gráfica 8. muestra que no existe una opinión diferente a este respecto entre hombres y mujeres, pero sí entre la población de 30 a 34 años que es la que percibe un mayor aumento de los delitos, contra aquella de 70 años o más. Este dato es además interesante ya que concuerda claramente con la distribución de víctimas por grupos de edad, como veíamos anteriormente en la sección de victimización.Más de la mitad de la población considera que la criminalidad ha afectado su calidad de vida. Esta percepción no es engañosa. Si bien son dos de cada 10 personas quienes han sufrido algún delito a lo largo de su vida en las zonas urbanas analizadas en esta encuesta, otras muchas de las no victimizadas saben que podrían correr la misma suerte con tan sólo que se presenten las circunstancias propicias. Por su índole, la inseguridad es un fenómeno que no afecta únicamente a quienes han sido víctimas de la delincuencia, sino a amplios sectores de la población hasta ahora indemnes porque la zozobra por sí misma, sin más, impide que se disfruten todos los bienes de que se es titular y todas las oportunidades de disfrute que ofrece una ciudad. De ahí que la demanda ciudadana de mayor seguridad sea la que concita mayor suma de exigencias.La ENSI-4 incluye por primera vez una variable que mide el nivel de confianza en las instituciones. Se observa que es muy baja la aceptación tanto del Ministerio Público como de las corporaciones policíacas. Lo que tal vez sorprenda a los analistas es que los agentes del ministerio público son más descalificados aún que las policías preventivas locales. Sólo la policía judicial o ministerial obtuvo una calificación más baja que el Ministerio Público, pero no puede perderse de vista que esa policía es parte del propio Ministerio Público. En este rubro parece que son muchos más, y de mucho mayor gravitación, los datos fácticos que las noticias. Son muy conocidas las deficiencias que padecen los órganos de la acusación en México. El bajísimo porcentaje de presuntos responsables puestos a disposición del juez, incomparablemente más bajo que en los países industrializados, pone de manifiesto lo anterior. No se ha difundido suficientemente el hecho de que la queja más numerosa ante las comisiones públicas de derechos humanos es por la lentísima tramitación o por las irregularidades en la

integración de las averiguaciones previas. El Ministerio Público y los cuerpos policíacos son dos de las más importantes asignaturas pendientes en nuestro sistema de justicia. En otros países la policía es una institución altamente respetada, incluso admirada (puede citarse, por dar un ejemplo latinoamericano, el caso de Chile). En México en cambio, los frecuentes episodios de abusos en las detenciones, de corrupción y de simbiosis con la delincuencia, por no mencionar la patética falta de profesionalismo, son factores determinantes de la desconfianza ciudadana en sus cuerpos policíacos. Empero, tampoco puede dejar de mencionarse que las dos policías federales, la Agencia Federal de Investigación —AFI— y la Policía Federal Preventiva —PFP— obtienen notas mucho más altas que las policías locales. Es verdad que los ciudadanos tienen mucho menos contacto con estas dos policías que con las de su entidad o municipio. Aun así, no puede negarse que la formación de los elementos de ambas corporaciones federales es más sólida que las de sus homólogas locales. Y esto lo reconoce la población.