Material Teorico Introduccion a las Cienicias Sociales

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FOGAR, Mariela (2011) La Modernidad como punto de referencia y crítica del pensamiento contemporáneo. Clase Teórica N° 1 Introducción En esta materia vamos a hablar de las Corrientes del pensamiento contemporáneo. Éstas se apoyan en tradiciones provenientes de las ciencias, la filosofía y el pensamiento religioso, con que se va configurando el pensamiento actual dominante y no dominante en Occidente. Nos vamos a remontar a la Ilustración, movimiento cultural en que se expresaron las ideas de Modernidad, sobre las que se fundaron los Estados y las instituciones, las leyes y las prácticas sociales dominantes. Las corrientes del pensamiento contemporáneo se comprenden solamente si nos remitimos a la Modernidad. De ella devienen las diferentes posturas. Ya sea que se la critique o que se la defienda se postule la necesidad de recrear la Modernidad, lo cierto es que ella es el ámbito del que aún hoy se participa, algunas veces de manera ingenua y complaciente, otras en oposición explícita a través de la problematización de los supuestos y sistema de creencias en los que se funda. Gran parte del pensamiento contemporáneo gira, pues, en torno a la discusión acerca de la modernidad como proyecto. La modernidad desató una diversidad de corrientes de pensamiento imposibles de abordar en un cuatrimestre, por lo que nos centraremos en las concepciones epistemológicas, antropológicas, éticas y políticas desarrolladas por distintas vertientes del pensamiento de los Siglos XVII al XX, en articulación con los procesos económicos y políticos en torno a los que se gestaron y desarrollaron. Nos vamos a centrar en la filosofía y el papel que jugó ese saber con pretensiones de totalización o “saber de los saberes”, en la construcción de cosmovisiones (o visiones del mundo, de la realidad) en los procesos históricos desatados en torno al desarrollo del capitalismo en su vertiente económico-política y sociocultural. La Modernidad nos remite a Europa entre los siglos XVII y XVIII. Tiempo de ruptura con los supuestos sobre los cuales se fundaba la vida social que se iba modificando aceleradamente, debido a las transformaciones en el ámbito de la ciencia, la tecnología, la economía. Tiempo, sobre todo, de nuevas subjetividades, de nuevas formas de conocer y ser en el mundo, en un mundo diferente que necesita ser explicado, cuestión a la que, desde el inicio de la Modernidad, va a contribuir la filosofía. Hablar de modernidad es, como veremos más adelante, hablar de crítica. La Modernidad (como crítica) y la crítica de la modernidad constituyen el eje estructurante de la asignatura. En los siglos XVII, XVIII y mediados del XIX, el principal objeto de reflexión de la filosofía era el conocimiento, pero también el poder político, ante la necesidad de fundamentar el Estado burgués, que luego, pensadores como Marx y Nietzsche – desde posiciones opuestas - se van a ocupar de criticar. Ahora bien, cuando decimos que la Modernidad nos remite a Europa, estamos señalando que la filosofía (como cualquier otro conocimiento) es un saber situado o, más precisamente, geopolíticamente situado. La Modernidad se gesta en Europa y se despliega hacia Amércia Latina a la par del “desarrollo” geopolítico en la modalidad de la conquista de los territorios, los sujetos y las ideas. Hablar de la Modernidad implica, en este sentido, hablar de pensamiento dominante y de expresiones emergentes y otras más desarrolladas de un pensamiento no dominante, gestado en los territorios conquistados, “los márgenes”, “la periferia”, “los bordes”. Con pensamiento emergente nos referimos a aquel que se produce en América Latina, en África, en los países conquistados por la misma Europa que, mientras predicó la libertad y postuló la igualdad y la fraternidad como principios de las revoluciones burguesas del Siglo XVIII, puso en práctica mecanismos de dominación y explotación sobre los que finalmente se fundó su desarrollo económico. En 1776 los Estados Unidos de América declaran su independencia de Inglaterra. La revolución norteamericana es la primera de las colonias del continente. En 1789 se produce la Revolución Francesa, en1698 la Revolución Inglesa y en 1651, la holandesa. 1

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FOGAR, Mariela (2011) La Modernidad como punto de referencia y crtica del pensamiento contemporneo. Clase Terica N 1 Introduccin En esta materia vamos a hablar de las Corrientes del pensamiento contemporneo. stas se apoyan en tradiciones provenientes de las ciencias, la filosofa y el pensamiento religioso, con que se va configurando el pensamiento actual dominante y no dominante en Occidente. Nos vamos a remontar a la Ilustracin, movimiento cultural en que se expresaron las ideas de Modernidad, sobre las que se fundaron los Estados y las instituciones, las leyes y las prcticas sociales dominantes. Las corrientes del pensamiento contemporneo se comprenden solamente si nos remitimos a la Modernidad. De ella devienen las diferentes posturas. Ya sea que se la critique o que se la defienda se postule la necesidad de recrear la Modernidad, lo cierto es que ella es el mbito del que an hoy se participa, algunas veces de manera ingenua y complaciente, otras en oposicin explcita a travs de la problematizacin de los supuestos y sistema de creencias en los que se funda. Gran parte del pensamiento contemporneo gira, pues, en torno a la discusin acerca de la modernidad como proyecto. La modernidad desat una diversidad de corrientes de pensamiento imposibles de abordar en un cuatrimestre, por lo que nos centraremos en las concepciones epistemolgicas, antropolgicas, ticas y polticas desarrolladas por distintas vertientes del pensamiento de los Siglos XVII al XX, en articulacin con los procesos econmicos y polticos en torno a los que se gestaron y desarrollaron. Nos vamos a centrar en la filosofa y el papel que jug ese saber con pretensiones de totalizacin o saber de los saberes, en la construccin de cosmovisiones (o visiones del mundo, de la realidad) en los procesos histricos desatados en torno al desarrollo del capitalismo en su vertiente econmico-poltica y sociocultural. La Modernidad nos remite a Europa entre los siglos XVII y XVIII. Tiempo de ruptura con los supuestos sobre los cuales se fundaba la vida social que se iba modificando aceleradamente, debido a las transformaciones en el mbito de la ciencia, la tecnologa, la economa. Tiempo, sobre todo, de nuevas subjetividades, de nuevas formas de conocer y ser en el mundo, en un mundo diferente que necesita ser explicado, cuestin a la que, desde el inicio de la Modernidad, va a contribuir la filosofa. Hablar de modernidad es, como veremos ms adelante, hablar de crtica. La Modernidad (como crtica) y la crtica de la modernidad constituyen el eje estructurante de la asignatura. En los siglos XVII, XVIII y mediados del XIX, el principal objeto de reflexin de la filosofa era el conocimiento, pero tambin el poder poltico, ante la necesidad de fundamentar el Estado burgus, que luego, pensadores como Marx y Nietzsche desde posiciones opuestas - se van a ocupar de criticar. Ahora bien, cuando decimos que la Modernidad nos remite a Europa, estamos sealando que la filosofa (como cualquier otro conocimiento) es un saber situado o, ms precisamente, geopolticamente situado. La Modernidad se gesta en Europa y se despliega hacia Amrcia Latina a la par del desarrollo geopoltico en la modalidad de la conquista de los territorios, los sujetos y las ideas. Hablar de la Modernidad implica, en este sentido, hablar de pensamiento dominante y de expresiones emergentes y otras ms desarrolladas de un pensamiento no dominante, gestado en los territorios conquistados, los mrgenes, la periferia, los bordes. Con pensamiento emergente nos referimos a aquel que se produce en Amrica Latina, en frica, en los pases conquistados por la misma Europa que, mientras predic la libertad y postul la igualdad y la fraternidad como principios de las revoluciones burguesas del Siglo XVIII, puso en prctica mecanismos de dominacin y explotacin sobre los que finalmente se fund su desarrollo econmico. En 1776 los Estados Unidos de Amrica declaran su independencia de Inglaterra. La revolucin norteamericana es la primera de las colonias del continente. En 1789 se produce la Revolucin Francesa, en1698 la Revolucin Inglesa y en 1651, la holandesa.

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La relacin de Amrica Latina con Europa ser una relacin dialctica, contradictoria, conflictiva, pues de la misma situacin colonial emergen las luchas por la independencia, inspiradas en los pensadores de la Ilustracin francesa (Diderot, Montesquieu, Rousseau y Voltaire) (3) Hablar de Modernidad desde Amrica Latina, dice Walter Mignolo (2001) implica hablar de la colonialidad del ser. El ser se conquista va imposicin de un aparato ideolgico y conceptual a travs del cual los hombres se representan el mundo. Pero la conquista del ser se logra gracias al genocidio cometido contra los pueblos indgenas por parte de Espaa y Portugal y, en el siglo XIX, ya consolidado el capitalismo, contra los pueblos de Asia y frica. En la idea de pacto social de la burguesa revolucionaria no tienen cabida los indgenas de Amrica ni los negros de frica, que sern utilizados como mano de obra, sin la cual el desarrollo econmico de los autodenominados hoy pases desarrollados o del primer mundo, no hubiese sido posible. La Modernidad es sinnimo de utopa, basada en la conviccin de que el hombre es capaz de conocer el mundo y transformarlo. Confianza ciega en la razn, fuente del desarrollo y el progreso. Razn universal que conduce al conocimiento. Nueva forma de comprensin de lo real, del mundo y de s misma; o sea, nueva forma de comprensin del sujeto, del yo que conoce. La Modernidad como forma de racionalidad - acua la crtica del mundo y de s misma. La nueva forma de comprensin de lo real se funda en la ruptura con la concepcin teocntrica del mundo que domin durante la Edad Media, marcada por la hegemona del poder eclesistico (del Cristianismo). En ese perodo, la gnesis del mundo se explica por la existencia de dios, y la historia personal y colectiva - as como su sentido- se presentan como resultado de un destino preestablecido por Dios, que culmina, en la vida eterna. Ese mundo sacralizado y su sentido se quiebran con la Modernidad, dominada por la razn cientfica que genera en el hombre una sensacin de poder, no experimentada en la Edad Media. El quiebre conduce progresivamente a un proceso de secularizacin, donde la razn es el tamiz por el cual debe pasar todo conocimiento pretendidamente verdadero; la razn se separa de los sentimientos, lo afectivo, lo trascendente. Hablamos, por supuesto de procesos de transformacin de lo real (y de la subjetividad como parte de lo real) complejos, contradictorios y conflictivos en trminos polticos y sociales. La Modernidad tiene como antecedente el Renacimiento europeo de los Siglos XV y XVI, caracterizado por la invencin cientfica y el humanismo que signific la vuelta a los cnones clsicos en el arte. El desarrollo de la cartografa posibilit la conquista de Amrica por parte de Espaa y Portugal, expresiones del capitalismo mercantil emergente. Los viajes de conquista generan una ruptura con la concepcin geocntrica del mundo en una Europa en la que la constitucin de los Estados nacionales corre paralela al desarrollo de una burguesa que predica y practica el individualismo - concebido como fundamento del progreso - que en el siglo XVII, Locke se encargar de fundamentar. A ello contribuyeron las traducciones de las obras griegas, sobre todo de Platn y Aristteles. A travs de los logros cientficos (sobre todo en el mbito de la fsica) -tcnicos y las traducciones de las obras clsicas, se pone en cuestin el carcter absoluto de las verdades provenientes de la iglesia y de la tradicin acadmica. Dios no es ya la nica fuente de conocimiento. La razn humana, capaz de conocer, pone al hombre en el centro del universo; esto es, en trminos sintticos lo que genera el paso del teocentrismo (dominante en la Edad Media) al antropocentrismo. La verdad de los conocimientos cientficos puede demostrarse. Los conocimientos provenientes de la ciencia se hacen cosa, se traducen en objetos que funcionan, en mquinas que contribuyen a mejorar la vida del hombre. Pero, adems, esos conocimientos van a incidir en las ideas polticas. Si es posible producir una mquina y transformar el trabajo, es posible transformar un gobierno, esto es, las relaciones de poder. Es que la Modernidad coincide con el desarrollo del proyecto burgus que requera de la transformacin poltica para su desarrollo, que se expresaba en trminos del capitalismo industrial emergente.

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Del geocentrismo a la nueva imagen universo En la Edad Media imperaba la concepcin geocntrica del universo postulada por Ptolomeo en la antigedad clsica y sostenida por Aristteles, segn el cual el centro del universo (nico, finito y esfrico) es la Tierra. En el universo tienen lugar dos movimientos naturales: el rectilneo y el circular. El movimiento circular corresponde a los cuerpos celestes, que se mueven eterna y regularmente alrededor del centro del universo. El movimiento rectilneo tiene lugar en el entorno de la Tierra, bajo la ltima de las esferas celestes (regin sublunar) Puesto que el universo es esfrico, caben dos formas de movimiento rectilneo: de arriba hacia abajo, y de abajo arriba, es decir, hacia la periferia (as el humo que asciende) Hacia abajos e mueven los cuerpos pesados; hacia arriba, los ligeros. El lugar natural de los cuerpos pesados es el centro del universo; el lugar natural de los cuerpos ligeros es la zona superior de la regin sublunar () puesto que la Tierra es pesada, su lugar natural es el centro del universo () en el cual () reposa: el universo es, pues, geocntrico por causas () fsicas () puesto que los cuerpos celestes se mueven circularmente () son de otra naturaleza que los cuerpos sublunares. Son sustancias incorruptibles e inalterables, solamente afectadas de movimiento local, pero ajenas a cualquier () cambio () Esta visin del universo, geocntrico y finito constitua una imagen familiar y habitual para los hombres medievales. En un universo as se senta como en su casa. Tal imagen () se acomodaba armnicamente a la concepcin cristiana, teolgica, del universo y del hombre: la distancia que separa al creador de lo creado encuentra una expresin adecuada en la finitud del universo; la importancia especial del ser humano, como criatura suprema, encuentra una expresin igualmente adecuada en el geocentrismo: la Tierra, morada del hombre, se encuentra en el centro del universo (Navarro Cordn, J. M. y Calvo Martnez, J.J., 2003. Historia de la Filosofa 2. ANAYA: Madrid, pp 87,88) En 1543 Nicols Coprnico postula el heliocentrismo, basado en la concepcin formulada por Aristarco de Samos hacia el 300 a. C. La ciencia de la poca le permite a Coprnico emplear clculos matemticos para sostener la hiptesis de que el centro del universo es el Sol y en torno a l giran los planetas. Adems, la nocin de la Tierra en movimiento pone en cuestin la nocin de espacio finito. El heliocentrismo signific un quiebre en la cosmovisin dominante acerca de lo real, al poner en cuestin el carcter irrefutable de las verdades consagradas y dar cuenta de la posibilidad de conocer del hombre. Desde esta concepcin de espacio infinito, Giordano Bruno afirm la existencia de innumerables sistemas solares, con la probable existencia de seres vivos y racionales. Estas ideas se estructuran en torno a supuestos organicistas (del universo como ser vivo, animado) presentes en el Timeo de Platn que define el mundo como ser vivo, animado e inteligente y pantestas (identificacin del universo con Dios) Los desarrollos posteriores de la fsica, gracias a las investigaciones de Newton (1) y la filosofa racionalista de Descartes, incidirn en un cambio radical en la imagen orgnica del mundo, hacia la imagen del mundo mquina, un mundo conformado por materia sometida a las leyes de la matemtica. Esta concepcin del mundo, conocida como mecanicismo, va a dominar el pensamiento hasta el desarrollo de la fsica relativista de Einstein. Es que con la fsica cartesiana newtoniana se rompa conceptualmente con el aristotelismo escolstico y el naturalismo renacentista de Giordiano Bruno y Tomasso Campanella. En oposicin a la nocin de inmanencia de Dios en el mundo, en este esquema mecanicista, el Dios trascendente es causa del universo y garanta de la libertad del hombre y del conocimiento. La concepcin dominante del conocimiento hasta el siglo XVI Decamos que en la Modernidad, la reflexin filosfica se centra en el conocimiento y el poder poltico, problemas que devienen del desarrollo capitalista en Europa. Esto no quiere decir que la Modernidad haya inaugurado la reflexin sobre el conocimiento, sino que el conocimiento y su sentido se definirn, a partir del siglo XVI, de manera particular. Segn la concepcin clsica de la ciencia, expresada por Platn y Aristteles, esta consista en especulacin o reflexin no orientada a alguna aplicacin prctica. De aqu que en Greciasalvo episodios accidentales- la ciencia no haya tenido gravitacin en el desarrollo de las tcnicas. En absoluta vinculacin y dependencia de la filosofa, la ciencia se presentaba a los griegos como un saber intil en relacin con sus posibles aplicaciones tcnicas. En esta concepcin de carcter elitista subyace la conviccin de que la bsqueda del conocimiento est

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reservada al hombre libre, al ciudadano, mientras las actividades manuales son consideradas inferiores. Efectivamente, la mayora de las ciencias (biologa, matemtica, psicologa, fsica, historia) tienen su origen en saberes desarrollados en la Grecia clsica, y surgen de ncleos de intereses de un grupo de intelectuales que en una sociedad claramente jerarquizada determinaron cules eran los campos temticos ms importantes. Investigaciones histricas dan cuenta de que entre los griegos existieron fabricaciones de ingeniera. Se supone incluso que Heron de Alejandra, ingeniero conocido por la invencin entre otras cosas de una mquina de vapor, jams existi, pues heron no era un nombre propio, sino un trmino que designaba al ingeniero. Pero la ingeniera tena un fin ldico y guerrero. La falta de inters por la tecnologa aplicada a la produccin provino del hecho de que los griegos contaban con abundante mano de obra esclava. Esta concepcin de la ciencia comienza a cuestionarse en la Europa del Renacimiento, aunque todava se observa en la prctica la dicotoma (social) propia de la concepcin clsica (...) el mdico clnico es un egresado universitario que diagnostica a partir de antiguos tratados de medicina hipocrtica (y no desdea consideraciones astrolgicas), mientras que el cirujano es un artesano que se ocupa de realizar intervenciones quirrgicas tales como entablillar un hueso fracturado o extraer muelas (Pensamiento Cientfico PROCIENCIA- CONICET- 1996). La revalorizacin de las artesanas y el trabajo manual deviene de las demandas de la industria, esto conducir progresivamente al desarrollo las ciencias experimentales o de la naturaleza, que utilizan la observacin controlada y la experimentacin, como puntos de partida para la especulacin terica orientada hacia la tcnica aplicada en la industria. El proceso histrico por el cual se produce este cambio de perspectiva en relacin con la concepcin clsica de la ciencia es complejo y abarca transformaciones econmicas, polticas y culturales. Sus races se encuentran en el Siglo XI, con el surgimiento del capitalismo en Europa, y en la denominada Revolucin cientfica de los siglos XVI y XVII. Europa hacia la Revolucin Industrial En el siglo XVI los factores de fractura de la Iglesia, existentes desde el siglo XIV, se expresan en la Reforma Protestante de Lutero y Calvino. En el Siglo XVII se manifiestan profundas contradicciones generadas por las nuevas formas de la industria, propias de la actividad econmica de la burguesa y de las estructuras polticas en las que persisten rasgos del sistema feudal. El ascenso de la burguesa al poder era la condicin necesaria para el desarrollo del modo de produccin capitalista. Entre 1640 y 1688 sucesivos movimientos revolucionarios instauraron en Inglaterra un rgimen poltico en el que el gobierno fue ejercido por monarcas con atribuciones fuertemente restringidas por un parlamento controlado por la burguesa, lo que acarre una serie de libertades polticas consagradas como derechos constitucionales. Hacia el Siglo XVIII la acumulacin de capital por parte de la burguesa, gener una nueva forma de capitalismo: el capitalismo industrial (en reemplazo del capitalismo manufacturero) de produccin mecnica posibilitada por innovaciones tcnicas. Los artesanos se volcaron masivamente a las ciudades, en las que las fbricas prometan trabajo a cambio de un salario. El impacto de la revolucin cientfico tcnica en la industria y la organizacin de las sociedades y la economa, es lo que se denomina Revolucin Industrial, episodio fundamental en la formacin de las sociedades modernas de las que somos herederos y en el que la protagonista indiscutible fue la mquina de vapor. La cultura, o espritu de la poca, generada a partir del desarrollo del capitalismo, fundado en el desarrollo industrial, es lo que se llama Modernidad. En ella se conjugan la confianza en la capacidad racional del hombre y la nocin de progreso indefinido de la historia, producto del despliegue de la razn tecno-cientfica. La Modernidad (siglo XVII hasta 1914) El Siglo XVII estuvo marcado en Europa por un extraordinario despliegue intelectual. Los postulados cientficos de Galileo abren paso a la ciencia experimental; Ren Descartes postula el ejercicio radical de la duda como va de acceso al conocimiento indubitable, claro y distinto; Baruch de Espinoza (filsofo sefaradita holands) aplica la crtica racional a la moral y a la religin, Bayle (pensador protestante) y Bousset (obispo catlico) buscan una explicacin

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racional de la historia tendiente a desarticular las explicaciones mticas. A travs de la filosofa y la ciencia se revelan los mecanismos de poder que subyacen en las tradiciones sagradas y se pone en evidencia la imposibilidad lgica de la mayor parte de los relatos contenidos en la Biblia. En 1620, Francis Bacon publica el Novum organum scientiarum, obra de claro optimismo, en la que postula la capacidad del hombre para dominar la naturaleza, segn lo cual el conocimiento es sinnimo de poder. Hacia 1700, la burguesa triunfante forj un programa de accin cultural y cientfica denominado en su vertiente intelectual y filosfica Ilustracin. Este programa se basaba en la conviccin de que la difusin del saber o la ilustracin de los hombres, sin distinciones, acarreara un estado de bienestar y felicidad universal. El proyecto ilustrado gener polmicas y crticas provenientes incluso de la misma ilustracin. A esta crtica se denomina crtica ilustrada de la ilustracin. Con la Modernidad se instala la idea de razn universal como fundamento del conocimiento y del progreso material (a travs de la aplicacin de la ciencia al desarrollo de las fuerzas productivas) y espiritual (mayor autoconciencia, libertad y poder) de la humanidad. Para Kant, por la razn es posibile encontrar fundamentos universales de las normas y principios morales. En 1805- 1806, Hegel comienza a dar forma a su filosofa poltica en la que la nocin de Estado ocupa un lugar central. Su obra se constituir en la obra clmine del pensamiento moderno y, a la vez, en el la fuente de la que se va a nutrir gran parte de la crtica de la modernidad y el pensamiento contemporneo en general, en sus vertientes ideolgicas de izquierda, centro y derecha. La concepcin de historia como proceso contradictorio y conflictivo, la idea del deseo como motor de la subjetividad y de lo social, el lugar de la religin en la constitucin de lo social, son algunas de las ideas hegelianas que se van a corporizar en teoras filosficas, psicolgicas y sociolgicas. En el Siglo XIX momento de mayor esplendor de la idea de progreso - la vertiente crtica de la Ilustracin estar representada por el Romanticismo, Marx y Nietzsche. La crtica romntica de la modernidad (sobre fines del siglo XVIII) se expresa como crtica del racionalismo ilustrado difundido en Europa mediante la conquista napolenica. Frankenstein, la obra de Mary Schelley de 1816 denuncia los efectos de la concepcin arrogante y soberbia de la ciencia, concebida como saber incuestionable y todopoderoso. El Romanticismo surge en Alemania y se extiende al Reino Unido y otros pases de Europa y Amrica (Argentina y Mxico). Nos interesa, sobre todo, el desarrollo en Alemania por la influencia que va a tener en la filosofa hasta el siglo XX. Mientras el Renacimiento signific una ruptura con los valores medievales y una vuelta a la tradicin clsica, el Romanticismo cuestin los cnones racionales universales de esa tradicin y reivindic elementos de la cultura medieval. Contra el racionalismo ilustrado postul el valor de lo particular y de los sentimientos. Incidi en el Modernismo hispanoamericano y en el Surrealismo europeo de principios del siglo XX. El trmino romntico aparece por primera vez en un texto de James Boswell, en referencia a lo inefable, aquello que no se puede expresar con palabras. En 1819, Friedrich Bouterwek emplea el trmino Romantiker como denominacin de una escuela literaria. Otro origen del trmino es el que relaciona romntico con la expresin romana que alude a las lenguas romances (2) distinguindolas de la antigedad clsica representada por el latn. El mismo nombre de esta corriente de pensamiento remite a la reivindicacin de lo particular, lo local, lo individual, lo propio, la cultura propia, en oposicin a lo clsico y el Clasicismo. Lo individual es lo diferente, lo no comn, lo original y creativo, en sentido de no adecuado a los cnones de la cultura clsica. La obra de arte se concibe como imperfecta, inacabada, inconclusa. En el arte, el Romanticismo signific la ruptura de normas estticas (por ejemplo: reformas con respecto a la mtrica en poesa) y cuestionamiento de la moral dominante. Esto se expresa claramente en la vida y obra de Lord Byron que recrea los valores romnticos: defensa del deseo de libertad, las pasiones y los instintos. Los romnticos reivindican la naturaleza (smbolo de lo verdadero y genuino frente a la civilizacin), la magia y la supersticin, y recuperan las expresiones estticas populares (los romances o baladas annimas, los cuentos tradicionales, las coplas y refranes) y las lenguas regionales (galica, escocesa, provenzal, bretona, catalana, gallega, vasca). A diferencia del clasicismo, inspirado en la cultura hegemnica, el Romanticismo se inspir en las culturas

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brbaras. (2) La exaltacin de lo instintivo y sentimental frente a lo racional, los condujo a afirmar que La verdad consiste en la belleza. La supremaca de los sentimientos por sobre lo racional y la reivindicacin de lo local dieron origen a la nocin de Volksgeist o espritu del pueblo, sobre la que va a gravitar parte importante del pensamiento filosfico y poltico de los Siglos XIX y XX. El trmino es retomado por Hegel, que culmina la obra iniciada por los filsofos burgueses; y, en el siglo XX, por los nazi, que utilizarn la nocin para justificar el genocido cometido principalmente contra el pueblo judo, pero tambin contra los negros, los homosexuales, los gitanos. Se reconoce como precedente importante del Romanticismo alemn el movimiento literario alemn Sturm und Drang ('Tormenta e mpetu') del siglo XVIII. Entre los romnticos ms destacados estn Goethe y Hlderling (literatura), Beethoven (msica) y Brentano, Fichte, Schelling y Schiller (filosofa) En poltica los romnticos se inclinaban por el liberalismo, pero hubo un Romanticismo reaccionario, representado por Chateaubriand, que predicaba la vuelta a los valores de la Edad Media. En el caso de Marx, la crtica se centra en los efectos sociales devastadores del desarrollo industrial, las contradicciones de la Revolucin Francesa y la imposibilidad de desarrollo igualitario de los hombres y los pueblos. Hacia 1850 triunfa el capitalismo en Europa y se consolida la burguesa, propietaria principal de la tierra, de la nueva industria fabril, los bancos y las compaas de transporte. La burguesa ejerce el poder poltico (a travs de su participacin en los parlamentos, en los cargos de la justicia y de la administracin ejecutiva de los gobiernos) e ideolgico cultural (hegemona en las universidades y academias) La poltica de expansin de los pases capitalistas adquiere la dimensin de imperialismo desde las naciones europeas hacia frica y Asia. En Amrica del Norte, Estados Unidos se consolida como potencia de la mano de la burguesa, la que protagoniza en Amrica del Sur las luchas por la cada de los imperios coloniales de Espaa y Portugal. Hacia 1840, sobre la base de las ideas de Modernidad, Marx postula la lucha de clases, la que segn ste la desarrollar la clase obrera. Marx est pensando en un hombre que, a diferencia de cmo lo conceba Descartes, se constituye en sujeto ya no en el acto de pensar sino en la praxis. La praxis revolucionaria - que se monta sobre las contradicciones del sistema capitalista - es el motor que conducir al progreso inexorable, irreversible y gradual de la humanidad hacia la sociedad sin clases. La crtica del capitalismo que hace Marx, da lugar a una idea de progreso contradictorio, opuesto a los modelos mecanicistas basados en la fsica de Newton. Hacia fines del Siglo XIX, Nietzsche embiste contra la cultura europea, a travs del develamiento de las relaciones de poder subyacentes en la ciencia y la moral occidentales. En el Siglo XX se desarrollarn otras corrientes que pondrn en cuestin la idea de progreso. La nocin marxista de ideologa como ocultamiento o distorsin de la realidad, permite poner en el tapete la idea moderna de conocimiento. Sobre los inicios del Siglo XX se desata la Primera Guerra Mundial (1914/ 1918), lo que marca un punto de inflexin en la lnea de pensamiento moderno, y revela a los ojos de algunos pensadores brillantes como Fred, que la sociedad fraterna, que la Modernidad supona producto de una racionalidad ascptica es, en realidad, el producto de la necesidad de goce del sujeto, que Descartes concibi como esencialmente racional y Fred lo pensar como inconciente, sujeto deseante y no ser, cuyo ser est dado porque habla y es hablado. La nocin de inconsciente como real psiquismo destruye la razn cartesiana considerada fuente de conocimiento verdadero. La violencia se explica por la pulsin de muerte y la cultura como producto de la sublimacin de la libido. Walter Benjamin (1940) alude al progreso como tormenta y, hacia fines de los 60, Michel Foucault devela los mecanismos por los cuales las estructuras del poder capitalista utilizan la ideologa del progreso cientfico para el control social. Las corrientes de pensamiento que mencionamos hasta ac son solo algunas expresiones de la Modernidad, pero constituyen puntos neurlgicos para el desarrollo de otras corrientes. Solo queda anunciar que, tal como decamos al principio, la Modernidad acua la crtica del mundo y de s misma; en la crtica gravitan las dos vertientes a travs de las cuales se desarrolla la racionalidad moderna: la vertiente liberal (burguesa) y la vertiente socialista.

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1) Isaac Newton (1642 - 1727): ingls hijo de granjeros, estudi en la Universidad de Cambridge, trabajando para pagarse los estudios. All se puso en contacto con los principios de la ciencia formulados por Galileo, Bacon, Descartes, Kepler y otros. A los 29 aos y siendo profesor en Cambridge, formul teoras que dominaron el desarrollo de la ciencia moderna hasta el siglo XX. Fue uno de los protagonistas de la Revolucin cientfica del siglo XVII y el padre de la mecnica moderna. Gran parte de sus ideas sobre el universo circulaban en el ambiente cientfico de la poca; pero l las sistematiz a travs de la formulacin de una teora general en que se apoy la fsica y la ciencia hasta la formulacin de la mecnica cuntica por parte de Max Plank, desarrollada por Niels Bohr y Heisenberg en el Siglo XX. Realiz aportes en matemticas y fundamentalmente en Fsica, a travs de las leyes del movimiento, entre las cuales es bien conocida la Ley de la gravedad o de gravitacin universal, que segn la leyenda le fue sugerida por la observacin de la cada de una manzana del rbol. La mecnica de Newton forma parte de la fsica clsica. En 1900, con la publicacin de Planck, de la teora de los Quantum, nace la fsica moderna que problematiza las nociones de espacio y tiempo. Forman parte de ella la Mecnica Cuntica, la Teora de la Relatividad de Einstein, la Fsica Atmica, la Fsica Nuclear, la Fsica de las partculas elementales y la ptica Electrnica. El lmite entre la fsica clsica y la moderna no es claro, ya que la segunda se apoya en la primera y no ofrece herramientas para una interpretacin de la totalidad de los fenmenos fsicos. La mecnica relativista comprende la mecnica clsica de Newton la cual es slo un caso particular de la teora de Einstein cuando la velocidad o la energa verifican las condiciones del espacio y el tiempo. Newton fue dos veces miembro del Parlamento ingls y despus de la Revolucin, director de la Casa de la Moneda, cargo para el que se lo eligi por su inteligencia y honradez que permitiran poner lmite a las falsificaciones. 2) Las lenguas romances son una rama de lenguas indoeuropeas estrechamente relacionadas entre s, que provienen del latn popular que se hablaba en el sur europeo del antiguo Imperio Romano. Su desarrollo se produjo en distintas direcciones, pero lo comn en ellas es que mantienen la raz latina de los trminos. Los giros en la lengua fueron introducidos sobre todo por soldados y comerciantes y respondieron a la complejidad de la gramtica, inaccesible a todos los hablantes, que introdujeron cambios fonticos que devinieron en cambios gramaticales. Esto origin la eliminacin de algunos vocablos del latn culto o clsico. El trmino indoeuropeo remite a los pueblos que hablaban lenguas de flexin procedentes de un tronco comn basado en una estructura lingstica abstracta y emigraron desde la India hacia hacia Europa, aproximadamente entre el 2000 y el 1500 a.C. Las ramas lingsticas constitutivas de este modelo, llamado tambin ario o indogermano, son: indoirnica, armenia, griega, italocltica, germnica y baltoeslava. (3) Brbaro (el que balbucea) es un trmino peyorativo con el que los griegos nombraban a los extranjeros, que no hablaban el griego y cuya lengua sonaba a sus odos como un balbuceo incompresible u onomatopeya. El carcter peyorativo del trmino deviene de la consideracin de inferiores por incultos, de los pueblos a los que se aplicaba. Los romanos aplicaron el trmino a los pueblos que invadieron el imperio romano y tomaron occidente. Estos pueblos formaban tres grupos: los avaros y hunos (amarillos), los vendos provenientes de la actual Polonia, los srmatas (en el Danubio) y los alanos (ubicados a orillas del mar Negro (blancos eslavos); y a los pueblos que habitaban los actuales pases de Francia, Blgica, oeste de Suiza, Holanda y Alemania (blancos no eslavos) La denominacin de brbaros se apoya en una concepcin evolucionista y etno eurocntrica de la cultura. A partir de ella se establece la dicotoma civilizacin barbarie. Sirvi a la legitimacin de las conquistas y el sometimiento de los pueblos por parte de pases dominantes. 3) Entre las figuras ms destacadas del poltico e intelectual de la Revolucin de Mayo, que se inspiraron en los racionalistas franceses estn Castelli, Belgrano y Moreno.

Bibliografa - Casullo, Nicols y otros. Itinerarios de la Modernidad: corrientes de pensamiento y tradiciones intelectuales desde la ilustracin hasta la posmodernidad. Eudeba, Buenos Aires, 2004. - Feinmann, Jos Pablo. Filosofa y Nacin. Estudios sobre el pensamiento argentino. Legasa, Buenos Aires, 1982.

Clase Terica N 2 Los siglos XVII y XVIII: Racionalismo y Empirismo (1) Dos corrientes opuestas de pensamiento se despliegan durante los siglos XVII XVIII, se sintetizan en las ideas de la Ilustracin y nutren el pensamiento de los siglos XIX y XX: el Racionalismo y el Empirismo. Se trata de corrientes epistemolgicas, es decir, que se ocupan del problema del conocimiento, ms especficamente de los orgenes del conocimiento y la cuestin de la verdad. Profundamente ligadas al proyecto burgus, estas corrientes tuvieron expresiones diversas en Francia e Inglaterra. En Francia, Ren Descartes postula el principio de la subjetividad a travs del ego cogito, el yo pienso, como verdad indubitable y garanta del conocimiento. En Inglaterra, a partir de sus ideas acerca del conocimiento, John Locke fundamentar la propiedad privada. Antes de adentrarnos en las ideas de estos pensadores, veamos los postulados generales de cada corriente. Racionalismo - Confianza en la razn y neutralidad del conocimiento: La razn es una y universal, capaz de conocer toda la realidad. Proporciona conocimientos verdaderos y universalmente vlidos

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mientras el conocimiento sensible es engaoso y relativo. Hay una nica forma de razonar correctamente. La razn es independientemente del devenir histrico, por lo que el conocimiento que proprciona es neutral. - Innatismo cognoscitivo: La razn posee en s misma la capacidad de conocer; encierra principios innatos que hacen posible el conocimiento. - Postulacin del mtodo deductivo matemtico: El punto de partida para el conocimiento son los principios y las evidencias que proceden de la razn. El conocimiento matemtico es modelo de rigurosidad que conduce a un conocimiento universal y verdadero. - Verdad como correspondencia entre pensamiento y realidad: Cuando razonamos correctamente, las ideas que surgen en nuestra mente se corresponden con la realidad sensible, con las cosas tal como son en s. - Recurso a Dios: Dios es la garanta de la verdad; por su poder, sabidura y bondad, Dios no puede querer que nos equivoquemos. Empirismo: Surge en la primera mitad del 1600 de la mano de John Locke, sobre el supuesto realista de que nada puede existir en la mente que no haya pasado antes por los sentidos. Pero tiene sus antecedentes en Bacon, quien en Novum Organon, opuso al mtodo deductivo tradicional su mtodo inductivo basado en la observacin. La fuente del conocimiento verdadero es la experiencia sensible. La nica tarea de la razn es organizar y sistematizar los conocimientos provenientes de las impresiones sensibles. En el siglo XVIII, con David Hume, el empirismo adoptar una postura ms alejada del realismo y ms cercana a lo que algunos autores denominan idealismo emprico, segn la cual la conciencia y la imaginacin desempean un papel importante en el proceso cognoscitivo. El modelo inductivista de la ciencia se expresar en el Siglo XIX en el Positivismo de Comte en forma radical y en el siglo XX en el Positivismo Lgico. El empirismo postula: - No hay ideas innatas, todo conocimiento proviene de la experiencia y no puede superar las condiciones fcticas que sta le impone. - Escepticismo: No sabemos nada de la realidad ms all de la experiencia sensible, la cual constituye el nico criterio de verdad. - Fenomenismo y negacin de la metafsica: La mente no puede captar la cosa en s, pues nuestros sentidos muestran nicamente hechos, fenmenos. - Relativismo: Si la experiencia es el criterio de verdad, y sta es siempre individual, el conocimiento tambin lo es. Por ello no hay verdades absolutas; la objetividad en sentido universal no existe. De aqu que la filosofa deba estudiar la validez de nuestras facultades cognoscitivas. Hume afirma que no podemos estar seguros de nada. El conocimiento se reduce a ciertos fenmenos y es relativo a una situacin y condiciones particulares. - Neutralidad del conocimiento cientfico: Conocimiento experiencial no quiere decir, subjetivo, sino relativo a la situacin, no absoluto. - Crtica del dogmatismo racionalista: Si el conocimiento es relativo, debemos actuar con prudencia y tolerancia, defender la libertad y respetar a los otros. - Liberalismo poltico: Estas ideas se plasmaron en los principios polticos liberales de defensa de la pluralidad y la igualdad y el rechazo al origen divino del poder, proveniente del pueblo a quienes se deben los gobernantes, de aqu la conveniencia de la divisin de poderes (legislativo, ejecutivo y federal) Para concebir mejor las ideas que recibimos de la sensacin, nos ser til considerarlas en relacin con los diferentes modos con que llegan a nuestra mente y las percibimos. Primero: existen algunas que llegan a nuestra mente slo por un sentido. Segundo. Las hay que llegan a nuestra mente por ms de un sentido. Tercero: hay ideas que se adquieren por la reflexin (experiencia interna: pensamiento y volicin) solamente. Cuarto: ha y algunas que se adquieren por los caminos de la sensacin y la reflexin (John Locke. Ensayo sobre el entendimiento humano) Ahora bien, Cmo es que David Hume puede afirmar que no podemos estar seguros de nada a la vez, que afirma que la experiencia es el criterio de verdad?, Afirmar que no podemos estar seguros de nada no es estar seguros de algo?

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Racionalismo y Empirismo se van a sintetizar en el siglo XVIII, en el Idealismo Trascendental de Kant, principal exponente de la Ilustracin.1) Emprico: Relacionado con la experiencia, que se refiere a hechos reales. En Epistemologa: que pertenece al conocimiento obtenido a posteriori. Aquella parte del mtodo cientfico en la que la referencia a la realidad permite a una hiptesis erigirse en ley o principio general.

El Racionalismo de Descartes. El principio de la subjetividad. Mariela Fogar (2011) Clase Terica N 2 Decamos que en los siglos XVII y XVIII la filosofa se desarrolla como epistemologa, ms precisamente como gnoseologa o teora del conocimiento. Estamos en la Modernidad, cultura de la poca de la burguesa, que protagonizar las revoluciones britnica (1688) y francesa (1789) La Modernidad propiamente dicha se inaugura con Descartes (1596 1650) y su filosofa de la conciencia o filosofa del sujeto, de la subjetividad burguesa, sujeto poltico fundamental en el desarrollo del capitalismo, a cuya legitimacin contribuy la filosofa desde los inicios mismos de la modernidad y, hasta la aparicin en escena de Marx. El centro del pensamiento de Descartes es la duda. A travs de ella va a afirmar la subjetividad como principio de la certeza. Para ello necesita desmontar el aparato conceptual a travs del cual se explicaba el mundo medieval y renacentista. Qu mejor que la duda, como actitud y como mtodo, como punto de partida para edificar una nueva filosofa que pudiera dar cuenta del mundo en transformacin, y legitimar las transformaciones orientadas por la burguesa, nuevo sujeto de la historia. Descartes es un filsofo burgus. Siente y piensa como burgus; su filosofa es burguesa. La duda le permite poner en cuestin el edificio filosfico sobre el que se haba montado el esquema feudal y monquico. La puesta en duda de ese sistema de creencias la va a realizar poniendo en cuestin los fundamentos sobre los cuales se asientan las aparentes verdades en las que se apoyan la economa, la poltica y la vida cotidiana. Descartes quiere construir una filosofa que conduzca a conocimientos ciertos y verdaderos. Su formacin de matemtico lo conduce a aplicar a esa filosofa, el mtodo deductivo. En este esquema, la duda es el camino para llegar a lo indubitable (aquello de lo que no se puede dudar), dado el carcter de evidente con el que se presenta a la conciencia. En 1637 Descartes publica Discurso del Mtodo. Reglas para la direccin de la mente. En esta obra esboza las ideas fundamentales de su pensamiento, que desarrolla en las que le siguen. En ella expone el principio de la subjetividad en su clebre frase cogito, ergo sum (pienso, luego, existo). Esta es una obra revolucionaria en dos sentidos. En primer lugar, porque el principio de la subjetividad es un requerimiento para la construccin del mundo simblico en el contexto de desarrollo burgus, pero adems porque es una obra publicada en francs, en lengua vulgar, la lengua que habla el pueblo, cosa inusitada en una poca en que la lengua culta y oficial de la filosofa era el latn. Esta actitud puede considerarse una crtica de la tradicin intelectual a la vez que una afirmacin de su fe racionalista. En 1641 publica Meditaciones Metafsicas, donde demuestra la existencia de Dios y la inmortalidad del alma. La Meditacin Primera. De las cosas que pueden ponerse en duda, comienza con un planteo acerca del conocimiento. Para exponerlo, Descartes recurre a la exposicin de su situacin personal frente al conocimiento legitimado como verdadero, el que se le presenta como dudoso, por lo que se propone investigar a fondo la cuestin, a fin de determinar si hay algo verdadero en el mundo o si lo nico cierto es que la certeza no existe, que no existe ninguna verdad. El mtodo que se propone aplicar se basa en la duda, de modo que considerar falso todo aquello que d lugar a la duda. No se trata de una actitud escptica frente al conocimiento. La duda cartesiana es una "duda metdica" (un camino para llegar a la verdad, lo indubitable, criterio de certeza, evidencia) e "hiperblica" (exagerada o llevada al extremo, dado que pone en duda su propia existencia); es un recurso para dar cuenta de que es posible el conocimiento verdadero, no dudoso.

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La tarea de indagacin que se propone Descartes, no consiste en analizar uno por uno los conocimientos considerados verdaderos, sino en examinar los principios en los que se fundan esos conocimientos. Por ello, en la primera meditacin examina los principales motivos de duda que pueden afectar a todos sus conocimientos. Encuentra como motivos: la falibilidad de los sentidos (como al introducir un palo en el agua parece quebrado o cuando una torre cuadrada parece circular en la lejana), la confusin entre el sueo y la vigilia (situacin en que Descartes extiende la duda de lo sensible a lo inteligible o al pensamiento) y la existencia del Genio maligno y engaador. Pero hay algo, un hecho, que a Descartes se le presenta como indubitable: el hecho de su propia existencia como sujeto pensante. Cmo lo sabe? Porque duda. La evidencia entonces es evidencia de s mismo como sujeto que piensa, y se expresa a travs del siguiente razonamiento. Si dudo, pienso y si pienso, existo, o, tal como lo expresa Descartes: cgito, sum La evidencia del pensamiento es la garanta del conocimiento, de que todo conocimiento que provenga de la razn es verdadero. La subjetividad se convierte as en el principio en el cual se apoya el conocimiento verdadero. "De modo que luego de haberlo pensado y haber examinado cuidadosamente todas las cosas, hay que concluir, y tener por seguro, que esta proposicin: pienso, existo, es necesariamente verdadera, cada vez que la pronuncio o la concibo en mi espritu" (Descartes, Segunda Meditacin) De este planteo deduce que los nicos conocimientos de los que no puede dudar son los conocimientos matemticos, pues no provienen de la experiencia, sino de la razn. Sin embargo, es probable que stos tambin sean engaosos, que Dios haya podido crear al hombre de tal manera que cuando formula juicios matemticos, se equivoque. Es probable que, as como de hecho a veces nos equivocamos, nos equivoquemos siempre. Pero, es posible que Dios, que es pura bondad y perfeccin, quiera que nos equivoquemos siempre? Esto es imposible. Por tanto, debe existir un Genio maligno que, interviniendo en el conocimiento, haga que consideremos verdadero aquello que es en realidad, falso. Esta concepcin de la razn como garanta del conocimiento verdadero se denomina racionalista. Para Descartes el conocimiento proviene de las ideas. Existen tres tipos de ideas unas ms perfectas que otras: 1) Ideas innatas: son necesarias y verdaderas porque son evidentes, y son evidentes porque son claras y distintas (el cgito, la idea de infinito, de perfeccin, de Dios); 2) Ideas adventicias: derivan de la experiencia, se refieren en general a las cosas naturales que captamos a travs de los sentidos; 3) Ideas facticias: derivan de otras ideas, son inventadas (centauro, sirena) Estas ideas se unen en la glndula pineal. Si bien el cogito es cronolgicamente la primera idea, la idea de un ser perfecto es la ms clara de todas, en relacin con la cual la razn concibe los seres finitos y limitados. Esta idea no pudo haber sido puesta en el hombre sino por un ser perfecto, o Dios. Pues si el hombre es un ser imperfecto, la perfeccin no puede provenir de ste. Por qu Descartes apela a Dios? La apelacin a Dios parece absurda o impropia en una poca en que se est produciendo un proceso de secularizacin del conocimiento. Antes de la publicacin del Discurso del Mtodo, Descartes se encuentra concentrado en su obra Tratado del Mundo, en la que expone sus ideas acerca del sistema mundo y del hombre, apoyadas en la fsica de Galileo. Cuando estaba a punto de publicarla se entera de que el Santo Oficio de la Inquisicin haba condenado a Galileo por haber postulado el movimiento de la Tierra. Los brazos de la Inquisicin se extendan todava por Europa. Galileo abjura, pero Descartes teme por su vida y decide renunciar a la publicacin y dedicarse a la produccin de las Meditaciones Metafsicas (1) en las que demuestra la existencia de Dios y del alma, a travs de una jerarquizacin de las ideas de menos a ms perfectas. La idea de Dios proviene de la idea de perfeccin, y de ella deriva la concepcin de los seres finitos y limitados. Para Descartes se tiene conocimiento verdadero cuando algo se presenta a la conciencia como evidente por s mismo; es decir, como claro y distinto. Claridad y distincin son

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propiedades de las naturalezas simples que se captan por intuicin directa y verdadera del espritu. Que algo es evidente por s mismo quiere decir que se muestra tal como es, independientemente de la tradicin y la autoridad (la Iglesia, Aristteles) y permite deducir (lgicamente) de esa evidencia, las dems verdades. Toda evidencia por s misma es una evidencia apodctica. El punto de partida de la evidencia es la intuicin. O sea, que este punto de partida es innato a los hombres, a la razn humana. La primera verdad que a Descartes se le presenta como evidente, o sea, en forma clara y distinta, es el cogito. Dada la centralidad de esta idea de Descartes, nos preguntamos Qu connotaciones tiene este planteo? El ego cogito, el hecho de que el hombre piense, es la garanta del conocimiento, garanta que radica en la conciencia misma, en el yo. Hay algo entonces que queda fuera de toda duda, eso es el yo, el sujeto pensante, el sujeto racional. Por qu entonces el recurso a Dios? Descartes encuentra la evidencia del cogito en s mismo, pero cmo hace para demostrar la existencia de la realidad externa al sujeto? Aqu radica el problema principal de la filosofa de la conciencia, la que queda encerrada en la conciencia. La subjetividad es el principio que permite afirmar el conocimiento; su limitacin es la imposibilidad de salir del sujeto. Porque fuera del yo no hay nada claro y distinto. Entonces apela a Dios para demostrar la existencia de la realidad exterior. A esta altura resulta claro que Descartes cae en un crculo vicioso argumentando que, a partir del cogito, como primera evidencia, se demuestra la existencia de Dios. Esto es lo que ha llevado a definir al Dios cartesiano como Deux ex machina, introducido a la fuerza en su sistema. La apelacin a Dios le sirve a Descartes para dar un salto fuera de la conciencia, pero cuando tiene que dar cuenta de la existencia de Dios vuelve a la conciencia. El mecanicismo o mecanismo cartesiano Hay una nica idea adventicia que es clara y distinta: la idea de extensin. La extensin es esencial al mundo, constitutiva del mundo, puesto que es la esencia de la materia, nica propiedad esencial que se puede predicar del mundo. Las otras (sabor, color, sonido, peso) son secundarias y no puedo tener de ellas una idea clara y distinta, porque no puedo pensar nada sin la extensin, aunque puedo pensar la extensin sin otras propiedades o cualidades. La extensin es tambin una propiedad del hombre, que tiene cuerpo. As, el mecanicismo cartesiano deviene en un dualismo: el hombre es res extensa (cuerpo) y res cogitans (alma). El mundo tambin. La res cogitans es el mundo espiritual, de la ciencia; la res extensa es el mundo material. Ambos son distintos e irreductibles entre s. El mundo fsico, el reino animal y el cuerpo humano ya no se explican por la intervencin de Dios en la Tierra, sino a travs de los principios de la Mecnica (conservacin e inercia), pues son materia y movimiento representables gracias a la geometra y la matemtica que Descartes sintetiza en la geometra analtica (2). Mientras tanto, en el sistema cartesiano, Dios va a operar como garanta del conocimiento.NOTAS (1) En el prlogo de las Meditaciones Metafsicas, Descartes pide perdn de antemano a los telogos de la Sorbona por el hecho de que, de su sistema, no se sigue necesariamente la existencia de Dios. (2) La geometra analtica consiste en la aplicacin de operaciones algebraicas a la geometra, gracias a lo cual puede liberarla de las figuras.

Bibliografa Descartes, Ren (1983) Discurso del mtodo. Buenos Aires: Hyspamrica. (2009) Meditaciones Metafsicas. Buenos Aires: Colihue. Bentez Grobet, Laura (1993) El mundo en Ren Descartes, Mxico: IIF, UNAM.

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MEDITACIONES METAFSICAS MEDITACIN PRIMERA De las cosas que pueden ponerse en duda Hace ya mucho tiempo que me he dado cuenta de que, desde mi niez, he admitido como verdaderas una porcin de opiniones falsas, y que todo lo que despus he ido edificando sobre tan endebles principios no puede ser sino dudoso e incierto; desde entonces he juzgado que era preciso acometer seriamente, una vez en mi vida, la empresa de deshacerme de todas las opiniones a que haba dado crdito, y empezar de nuevo, desde los fundamentos, si quera establecer algo firme y constante en las ciencias. Mas parecindome muy grande la empresa, he aguardado hasta llegar a una edad tan madura, que no pudiera esperar otra ms propia luego para llevar a bien mi proyecto; por lo cual lo he diferido tanto tiempo, que creo que cometera una falta grave si perdiera en deliberar el que me queda para la accin. Hoy, pues, habiendo () librado mi espritu de toda suerte de cuidados, sin pasiones que me agiten, por fortuna, y gozando de un seguro reposo en un apacible retiro, voy a aplicarme seriamente y con libertad a destruir en general todas mis opiniones antiguas. Y para esto no ser necesario que demuestre que todas son falsas, lo que acaso no podra conseguir, sino que por cuanto la razn me convence de que a las cosas, que no sean enteramente ciertas e indudables, debo negarles crdito con tanto cuidado como a las que me parecen manifiestamente falsas, bastar, pues, para rechazarlas todas, que encuentre, en cada una, razones para ponerla en duda. Y para esto no ser necesario que vaya examinndolas una por una, pues sera un trabajo infinito; y puesto que la ruina de los cimientos arrastra necesariamente consigo la del edificio todo, bastar que dirija primero mis ataques contra los principios sobre que descansaban todas mis opiniones antiguas. Todo lo que he tenido hasta hoy por verdadero y seguro, lo he aprendido de los sentidos o por los sentidos; ahora bien: he experimentado varias veces que los sentidos son engaosos, y es prudente no fiarse nunca por completo de quienes nos han engaado una vez. Pero aunque los sentidos nos engaen, a veces, acerca de cosas muy poco sensibles o muy remotas, acaso haya otras muchas, (), de las que no pueda razonablemente dudarse, aunque las conozcamos por medio de ellos; como son, por ejemplo, que estoy aqu, sentado junto al fuego, vestido con una bata, teniendo este papel en las manos, y otras por el estilo. Y cmo negar que estas manos y este cuerpo sean mos, a no ser que me empareje a algunos insensatos, cuyo cerebro est tan turbio y ofuscado por los negros vapores de la bilis, que afirman de continuo ser reyes, siendo muy pobres, estar vestidos de oro y prpura, estando en realidad desnudos, o se imaginan que son cacharros, o que tienen el cuerpo de vidrio? Mas los tales son locos; y no menos extravagante fuera yo si me rigiera por sus ejemplos. Sin embargo, he de considerar aqu que soy hombre y, por consiguiente, tengo costumbre de dormir y de representarme en sueos las mismas cosas y aun a veces cosas menos verosmiles que esos insensatos cuando velan. Cuntas veces me ha sucedido soar de noche que estaba en este mismo sitio, vestido, sentado junto al fuego, estando en realidad desnudo y metido en la cama! Bien me parece ahora que, al mirar este papel, no lo hago con ojos dormidos; que esta cabeza, que muevo no est somnolienta; que si alargo la mano y la siento, es de propsito y a sabiendas; lo que en sueos sucede no parece tan claro y tan distinto como todo esto. Pero si pienso en ello con atencin, me acuerdo de que, muchas veces, ilusiones semejantes me han burlado mientras dorma; y, al detenerme en este pensamiento, veo tan claramente que no hay indicios ciertos para distinguir el sueo de la vigilia, que me quedo atnito, y es tal mi extraeza, que casi es suficiente para persuadirme de que estoy durmiendo. Supongamos, pues, ahora, que estamos dormidos y que todas estas particularidades, a saber: que las manos y otras por el estilo, no son sino engaosas ilusiones; y pensemos que, acaso, nuestras manos y nuestro cuerpo no son tales como los vemos. Sin embargo, hay que confesar, (), que las cosas que nos representamos durante el sueo son como unos cuadros y pinturas que tienen que estar hechas a semejanza de algo real y verdadero, y, por lo tanto, que esas cosas generales, a saber: ojos, cabeza, manos, cuerpo, no son imaginarias, sino reales y existentes. Pues los pintores, cuando se esfuerzan con grandsimo artificio en representar sirenas y stiros, por medio de extraas y fantsticas figuras, no pueden, sin embargo, darles formas y naturalezas totalmente nuevas, y lo que hacen es slo una cierta mezcla y composicin de las partes de diferentes animales; y aun suponiendo que la imaginacin del artista sea lo bastante extravagante para inventar algo tan nuevo que nunca haya sido visto, y que as la obra represente una cosa puramente fingida y absolutamente falsa, sin embargo, por lo menos, los colores de que se compone deben ser verdaderos. Y por la misma razn, aun cuando pudieran ser imaginarias esas cosas generales, como cuerpo, ojos, cabeza, manos y otras por el estilo, sin embargo, es necesario confesar que hay () algunas otras ms

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simples y universales, que son verdaderas y existentes, de cuya mezcla estn formadas todas esas imgenes de las cosas, que residen en nuestro pensamiento, ora sean verdaderas y reales, ora fingidas y fantsticas, como asimismo estn formadas de la mezcla de unos cuantos colores verdaderos. Entre tales cosas estn la naturaleza corporal en general y su extensin, y tambin la figura de las cosas extensas, su cantidad o magnitud, su nmero, () el lugar en donde se hallan, el tiempo que mide su duracin y otras semejantes. Por lo cual, acaso haramos bien en inferir de esto que la fsica, la astronoma, la medicina y cuantas ciencias dependen de la consideracin de las cosas compuestas, son muy dudosas e inciertas; pero que la aritmtica, la geometra y dems ciencias de esta naturaleza, que no tratan sino de cosas muy simples y generales, sin preocuparse mucho de si estn o no en la naturaleza, contienen algo cierto e indudable, pues duerma yo o est despierto, siempre dos y tres sumarn cinco y el cuadrado no tendr ms de cuatro lados; y no parece posible que unas verdades tan claras () puedan ser sospechosas de falsedad o de incertidumbre. Sin embargo, tiempo ha que tengo en el espritu cierta opinin de que hay un Dios que todo lo puede, por quien he sido creado como soy. Y qu s yo si no habr querido que no haya tierra, ni cielo, ni cuerpo extenso, ni figura, ni magnitud, ni lugar, y que yo, sin embargo, tenga el sentimiento de todas estas cosas, y que todo ello no me parezca existir de distinta manera de la que yo lo veo? Y es ms an: como yo pienso () que los dems se engaan en las cosas que mejor creen saber, qu s yo si Dios no ha querido que yo tambin me engae cuando adiciono dos y tres, o enumero los lados de un cuadrado, o juzgo de cosas an ms fciles que sas ()? Mas acaso Dios no ha querido que yo sea de esa suerte burlado, pues dcese de l que es suprema bondad. Sin embargo, si repugnase a su bondad el haberme hecho de tal modo que me equivoque siempre, tambin parecera contrario a esa bondad el permitir que me equivoque alguna vez, no obstante lo cual no es dudoso que lo haya permitido. A esto dirn quiz algunos, que prefieren negar la existencia de tan poderoso Dios, que es lcito creer que todas las dems cosas son inciertas. Mas por el momento no les opongamos nada y hagamos, en su obsequio, la suposicin de que todo cuanto se ha dicho aqu de un Dios es pura fbula; sin embargo, cualquiera sea la manera en que supongan haber yo llegado al estado y ser que tengo, atribyanla a algn destino o fatalidad, refiranla al azar o explquenla por una continua consecuencia y enlace de las cosas o de cualquiera otra suerte, puesto que errar y equivocarse es una imperfeccin, cuanto menos poderoso sea el autor que asignen a mi origen, tanto ms probable ser el que yo sea tan imperfecto que siempre me engae. A estas razones nada tengo () que oponer; pero () heme aqu obligado a confesar que todo cuanto yo crea antes verdadero, puede, en cierto modo, ser puesto en duda () por muy fuertes razones (); de suerte que, en adelante, si he de hallar algo cierto y seguro en las ciencias, deber abstenerme de darle crdito, con tanto cuidado como si fuera manifiestamente falso. Mas no basta haber hecho las anteriores advertencias; he de cuidar adems de recordarlas siempre: que esas viejas y ordinarias opiniones tienden a menudo a ocupar mi pensamiento, pues el trato familiar y continuado que han tenido conmigo les da derecho a penetrar en mi espritu sin mi permiso y casi aduearse de mi creencia; y nunca perder la costumbre de inclinarme ante ellas y entregarles m confianza, mientras las considere como efectivamente son, a saber: dudosas en cierto modo, como acabo de mostrar, pero muy probables, sin embargo, de suerte que ms razn hay para creer en ellas que para negarlas. Por todo lo cual, pienso que (), adoptando () un sentir contrario, me engae a m mismo y finja por algn tiempo que todas esas opiniones son enteramente falsas e imaginarias; hasta que, por fin, habiendo equilibrado mis antiguos y mis nuevos prejuicios, que no pueda inclinarse mi opinin de un lado ni de otro, no sea mi juicio en adelante presa de los malos usos y no se aparte del camino recto que puede conducirlo al conocimiento de la verdad. Pues estoy bien seguro de que () no puede haber peligro ni error en ese camino, y de que no ser nunca demasiada la desconfianza que hoy demuestro, pues no se trata ahora de la accin, sino slo de la meditacin y el conocimiento. Supondr, pues, no que Dios, que es la bondad suma y la fuente suprema de la verdad, me engaa, sino que cierto genio o espritu maligno, no menos astuto y burlador que poderoso, ha puesto su industria toda en engaarme; pensar que el cielo, el aire, la tierra, los colores, las figuras, los sonidos y todas las dems cosas exteriores no son sino ilusiones y engaos de que hace uso, como cebos, para captar mi credulidad; me considerar a m mismo como sin manos, sin ojos, sin carne, sin sangre; creer que sin tener sentidos, doy falsamente crdito a todas esas cosas; permanecer obstinadamente adicto a ese pensamiento, y, si por tales medios no llego a poder conocer una verdad, por lo menos en mi mano est el suspender mi juicio. Por lo cual, con gran cuidado procurar no dar crdito a ninguna falsedad, y preparar tan bien mi ingenio contra las astucias de ese gran burlador, que, por muy poderoso y astuto que sea, nunca podr imponerme nada.

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Mas este designio es penoso y laborioso, y cierta dejadez me arrastra insensiblemente al curso de mi vida ordinaria; y como un esclavo que suea que est gozando de una libertad imaginaria, al empezar a sospechar que su libertad es un sueo, teme el despertar y conspira con esas gratas ilusiones para seguir siendo ms tiempo engaado, as yo vuelvo insensiblemente a caer en mis antiguas opiniones y temo el despertar de esta somnolencia, por miedo de que las laboriosas vigilias que haban de suceder a la tranquilidad de mi reposo, en lugar de darme alguna vez el conocimiento de la verdad, no sean suficientes para aclarar todas las tinieblas de las dificultades que acabo de remover. - Identifique en el texto, los elementos del pensamiento de Descartes trabajados en clase.

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Friedrich Hegel. La fundamentacin del Estado moderno Fogar, Mariela (2011) Introduccin Para el abordaje de Hegel nos vamos a centrar en su filosofa poltica, ncleo de todas sus preocupaciones filosfcas. La filosofa poltica hegeliana se centra especialmente en el Estado. Vamos a seguir el esquema de los dos textos de Rubn Dri que figuran en la bibliografa. Algunos apartados, van a ser una mera transcripcin de uno de los textos, para los que vamos a respetar totalmente o, en parte, los ttulos utilizados por el autor. En otros casos, se van a encontrar con una exposicin, producto de sntesis realizadas especialmente para facilitarles la comprensin de un pensamiento tan vasto y complejo. Por eso tambin, incluimos algunos breves planteos personales, alusiones a la influencia de Hegel en distintas corrientes del pensamiento de los siglos XIX y XX, as como planteos sobre educacin que devienen de la filosofa hegeliana y estn formulados como interrogantes. El conocimiento de la filosofa poltica del Estado posibilita comprender no solo el desarrollo del capitalismo, sino las luchas revolucionarias desatadas como consecuencia de la profundizacin de las contradicciones del esquema capitalista. Con todo esto, queremos invitarlos a leer la bibliografa que utilizamos como fuente para esta Ficha de ctedra. 1. El momento histrico de Hegel. Etapa de la Revolucin Burguesa La revolucin burguesa es el proceso econmico, social, poltico y cultural, con epicentro en Europa, que se extiende desde el siglo XVI al XIX, como resultado del cual la burguesa toma el poder y modela la sociedad a su imagen y semejanza, es decir, realiza todas las transformaciones sociales requeridas para asegurar sus intereses. En el nivel econmico, el dinero y la mercanca se transforman en capital, que presupone la escicin de los trabajadores y la propiedad sobre las condiciones de la realizacin del trabajo (Marx, El Capital: 893) La condicin indispensable para el desarrollo de la sociedad burguesa es la separacin de los trabajadores en relacin con su propio trabajo (o separacin de los medios de produccin). En la sociedad feudal el hombre se encontraba anclado en su situacin. Formaba parte inescindible de la tierra el feudo- estaba en posesin de los instrumentos de trabajo. Encontraba su vida totalmente encuadrada, estructurada y orientada econmica, poltica e ideolgicamente. Con la revolucin burguesa se produce la separacin de la sociedad civil (que para Hegel abarca la esfera de lo econmico) y la sociedad poltica. El secreto de la separacin est en la sociedad civil, producto de la acumulacin originaria, o proceso histrico de escisin entre productor y medios de produccin. Esta escisin no fue un acto simple ni pacfico. Implic una serie de escisiones y el uso de la violencia en sumo grado. Se echaron a la calle las mesnadas feudales para volcarlas al mercado de trabajo; se expuls a los campesinos de sus tierras, con lo cual se obtuvo mano de obra barata y compradores para las mercancas y campos para la cra del ganado lanar. (1) Con la manufactura, paso intermedio entre la cooperacin simple y la gran industria, comienza la era capitalista. En esta etapa hay una no correspondencia entre la propiedad que es capitalista, y la apropiacin real de la naturaleza en el proceso productivo, porque el capital subsume el trabajo artesanal y campesino y al trabajador mismo. Por tanto se requiere un Estado que no responda a los intereses de las clases feudales, sino a los de la burguesa, clase en ascenso, y apresure el proceso de acumulacin propio del capitalismo incipiente. Se requiere la formacin del mercado nacional mediante la anulacin de las aduanas interfeudos, la aniquilacin de los feudos, la adopcin de una moneda nica y la uniformidad en las pesas y medidas; pero sobre todo, el Estado debe cumplir con la funcin de separar al trabajador de sus medios de trabajo. Esta funcin la cumplir el Estado absolutista, defendido por Maquiavelo y Hobbes. Este ltimo sintetiza mejor que ningn intelectual de la poca, el argumento para tales reformas: El hombre es, por naturaleza el lobo del hombre. Cuando el hombre vive sin un poder que atemorice a todos, se encuentra en estado de guerra de todos contra todos. En esta situacin no hay lugar para la industria y la vida del hombre es pobre, solitaria, embrutecida y breve. Se necesita pues un soberano que gobierne.

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Con el desarrollo de la gran industria, el trabajador es separado radicalmente de los medios de produccin; saparados de su base artesanal o manufacturera, stos se independizan del obrero y le imponen sus leyes, la mquina individual es desplazada aqu por un monstruo mecnico cuyo cuerpo llena fbricas enteras y tiene una fuerza demonaca (Marx, El Capital: 464) En este momento la economa capitalista ha alcanzado tal desarrollo que ya no necesita del Estado absolutista que la proteja. Al contrario, requiere de un Estado que no se inmiscuya en la economa, que funcione de acuerdo con la lgica del mercado, que tiene sus propias leyes internas. La lgica de la economa capitalista se apoya en el principio individualista que manda resguardar los propios intereses. Segn Adam Smith, si cada cual cuida de sus intereses promover el bien comn sin saberlo. Las contradicciones sociales generadas por el modelo de acumulacin capitalista, ser denunciado por Rousseau, quien va a advertir que, esos argumentos sirven en realidad para ocultar los intereses de quienes se benefician de la lgica de la acumulacin. Surgen las filosofas que postulan el pacto social como solucin al problema de la separacin de la sociedad civil. A travs del pacto se crea la voluntad general. Pero la sociedad de pacto roussoniano, por cuya va se va al socialismo, supone una democracia directa, contraria a la lgica social en el sistema de mercado. Dentro de estas filosofas del pacto, pensadores como Benjamin Constant y Tocqueville, llaman la atencin sobre el peligro que representan las concepciones como la de Rousseau, para lo que consideran el derecho fundamental del individuo: el disfrute de la propiedad privada. Entre estos ltimos se ubica Locke. Rousseau ve en la religin - en la creacin de una nueva religin civil- el elemento de cohesin social capaz de poner fin a la fragmentacin generada por l nuevo esquema econmico. Esta idea incidir en Hegel y su posicin con respecto al Cristianismo. El pensamiento de Hegel se desarrolla pues, en un contexto caracterizado por: 1. La consolidacin expansin del capitalismo y el modo de desarrollo industrial. 2. La divisin de la sociedad en sociedad civil y sociedad poltica o Estado. En la primera, los individuos se encuentran aislados, solos, angustiados, frustrados, en lucha. De aqu la necesidad de producir teora sobre las relaciones entre el individuo y la sociedad, la particularidad y la universalidad, el aislamiento y la comunin. 3. La construccin de distintas respuestas al problema de la sociedad civil: absolutismo (absorcin del individuo en la totalidad por fuerza coercitiva externa), liberalismo (lgica del mercado), contractualismo o teoras del pacto social. 4. La situacin particular de Alemania Alemania se encuentra desgarrada internamente debido a la falta de unidad y el retraso de la revolucin burguesa en relacin con los otros pases de Europa (Inglaterra, Holanda, Francia). Esto ltimo preocupa a Hegel: Alemania ya no es un Estado y se ha percatado de ello en la guerra con la repblica francesa (Hegel. La Constitucin de Alemania, pp 8-9) En el 962, en pleno feudalismo, se constituy el sacro imperio romano germnico, como Estado. Pero, a partir de la guerra de los treinta aos, ha ido perdiendo territorios al punto de quedar dividido en ms de 300 Estados independientes (bajo el dominio de dos Estados mayores: Prusia y Austria) con gobiernos despticos (de prncipes) al estilo feudal, en un momento en que las burguesas nacionales de los pases vecinos constituan el sujeto de la unidad nacional indispensable para la formacin del mercado nacional, necesario para el desarrollo de las fuerzas productivas. La disolucin del imperio en Estados independientes se produce despus de la paz de Westfalia y de tratados posteriores. El problema radica para Hegel en el hecho de que, la fragmentacin geopoltica ha generado que los habitantes de Alemania han dejado de constituir un pueblo y se han convertido en una multitud (Ob. cit: 86) y la religin fue motivo de profundas separaciones, con lo que ha contribuido ms que nada a desgarrar la unidad poltica y a legalizar toda desgarradura (Cit: 81) Pero el desgarramiento de Alemania es doble, pues las ideas revolucionarias provienen de la experiencia de Francia y entrarn en Alemania, impetuosamente, de la mano del invasor Napolen. El proyecto napolenico es contradictorio con las aspiraciones nacionales. As, el hecho paradjico es que la unidad nacional ser impulsada por fuerzas conservadoras provenientes de Prusia. Mientras la democracia ser impulsada desde el extranjero.

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2. El proyecto poltico y terico de Hegel Hegel es indudablemente el filsofo de la revolucin moderna, el que desarrolla con ms amplitud la racionalidad que se despliega en la modernidad. Es el pensador que sistematiza conceptualmente los logros de la prctica social de la burguesa que, a travs del modelo de produccin industrial del siglo XVIII avanz sobre los continentes y las culturas. La nocin de Estado surge del anlisis que hace Hegel del Estado alemn, mientras es profesor en la universidad de Jena (1800 a 1806). En 1802 termina su investigacin sobre la realidad alemana, publicada ms tarde como La constitucin de Alemania. Alemania ya no es un Estado. Se ha fragmentado en pequeos estados que funcionan como feudos. A esta fragmentacin contribuy el Cristianismo *. El Derecho poltico alemn surgido de esta disgregacin es, por tanto, el derecho privado que garantiza los derechos a separarse del todo, que han conseguido los estados particulares. Cuando existe el Estado, en la paz los particulares (hombres individuales) gozan del paternal gobierno y, en la guerra, se aglutinan, se muestran en la totalidad para la defensa de la totalidad de lo que es de su propiedad. La defensa no es mera intencin, sino resistencia. La alusin a la mera intencin de defenderse va dirigida crticamente al concepto kantiano de buena voluntad Si la buena voluntad no puede pasar a la accin, el Estado es solo una idea, no una realidad. En Hegel, la idea no est separada de la prctica. Prctica e idea (conciencia) conforman una totalidad dialctica. Alemania est unida por las leyes, no por la prctica. Un verdadero Estado tiene elementos esenciales y elementos accidentales. Lo esencial es una autoridad poltica y defensa comunes. Las diferencias de costumbres, idiomas y educacin son accidentales. El Estado exige lo necesario, dejando amplio margen para la libertad espontnea del ciudadano. Como vemos, Hegel est fundamentando el Estado moderno, sobre cuyos principios se edific y desarroll el Estado burgus. Para Hegel, que recibi la influencia de Rousseau, la religin es condicin fundamental del Estado, en tanto elemento de cohesin. Esto no significa que el Estado deba depender de la autoridad religiosa; el poder del Estado es un poder profano. Pero el Cristianismo ha contribuido a la fragmentacin del Estado. 3. El Estado en diversas obras de Hegel 3.1. En Filosofa real (Curso de Jena, 1805-1806) Este texto corresponde a la etapa de juventud de Hegel. Contiene una Filosofa de la naturaleza y del espritu. Para Hegel el Estado es un sujeto colectivo. Por ello, el punto de partida para sus planteamientos es el estado de naturaleza del hombre como sujeto social. El estado de naturaleza Nunca puede haber un individuo aislado, pues siempre est en relacin con otro; pero esta relacin es tensa, es una relacin de exclusin mutua expresada en la propiedad obtenida por medio de la apropiacin de una porcin de tierra a perpetuidad, por medio del trabajo. Esa relacin es el estado de naturaleza. La salida del estado de naturaleza La realiza el hombre mediante el movimiento del reconocimiento. Reconoce y es reconocido. Sale del aislamiento y la inmediatez. Esta salida lo coloca en la dimensin jurdica (de los derechos y deberes), primer plano de la eticidad. El primer momento del movimiento de reconocimiento es el contrato, primer momento de la razn, o sea, el momento del entendimiento. La salida del estado de naturaleza requiere de la lucha, de la voluntad de negar, del trabajo de lo negativo para superar dialcticamente (conciencia y prctica) a travs del concepto, ese estado. Lo que Hegel est diciendo con esto es que, para la construccin del Estado, es necesario, en primer lugar, que sea, pensado, una operacin racional que es ya, accin, prctica. La formacin del Estado moderno A partir de la salida del estado de naturaleza, el sujeto se despliega dialcticamente en su constitucin, que coincide con la constitucin de los Estados en cada momento histrico.

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En los Estados Antiguos (repblica platnica y estados lacedemonios) la conciencia no se sabe a as misma. En el Estado Moderno, el sujeto gana en libertad interna, de pensamiento, en detrimento de la libertad externa y real. Se produce el saber de s mismo en el s mismo de todos, por lo cual el espritu se realiza. El saber de s mismo y el s mismo de todos son dos momentos dalcticos que se producen en el Estado moderno. El saber de s mismo es la autoconciencia, saber de s como individuo particular capaz de decidir por s mismo, independientemente del momento del s mismo de todos, de la voluntad general. El Estado al que se refiere Hegel es la monarqua constitucional. Esto no puede ser considerado como una concesin a la realidad alemana, pues Hegel est desarrollando el concepto filosfico de Estado y cuando escribe este texto Alemania ya no era un Estado. El monarca permanece en el estado de naturaleza. Los miembros de la comunidad que se mantiene cerrada en s misma, independientemente de l son los que han llegado a ser, en su proceso de formacin, que comenz con la lucha por el reconocimiento. El desarrollo del Estado moderno se completa con tres momentos esenciales: la tica comunitaria, la moralidad y la religin. 3.2. En Fenomenologa del espritu (1806, Cap. I - V)) En esta obra Hegel desarrolla el movimiento del reconocimiento, pero no se orienta directamente a la formacin del Estado sino a la del sujeto como tal, cuestin principal que Hegel tiene en cuenta para llegar al Estado. El movimiento del sujeto en su proceso de formacin comienza con la conciencia, que siempre es conciencia de objetos. El sujeto en su momento de pura conciencia cree que el objeto est fuera y va en su bsqueda para apoderarse de l. No sabe que su bsqueda es autobsqueda, que cuando quera conocer, quera conocerse. El sujeto va transitando desde lo que cree la experiencia puramente sensible, hasta darse cuenta de que en esa experiencia ya estaban presentes representaciones, imgenes, conocimientos que sobrepasan lo puramente sensible. As pasa de la certeza sensible a la percepcin. El sujeto busca indagar ms all de la percepcin y hace funcionar el entendimiento, rgano por excelencia de las ciencias. Pero el entendimiento solo abstrae y fija las realidades con las que se encuentra. Gracias al entendimiento descubre en lo que cree es el interior de la realidad, leyes, es decir, abstracciones fijas, que constituyen el esqueleto de lo buscado, no lo buscado mismo. Al intentar explicar o desarrollar el objeto, descubre que eso le produce satisfaccin, lo cual significa que en lo buscado se encontraba l. Que mientras buscaba, se buscaba, que detrs del teln, que debe cubrir el interior, no hay nada que ver, a menos que penetremos nosotros mismos tras l, tanto para ver, como para que haya detrs algo que pueda ser visto (Hegel, Fenomenologa del espritu: 104) Conocer es pues, conocerse, la conciencia es autoconciencia. As comienza la dialctica de la autoconciencia. La dialctica de la autoconciencia. La lucha por el reconocimiento Con la autoconciencia entramos en el reino propio de la verdad. La autoconciencia es la verdad de la conciencia. La autoconciencia es en s y para s () porque es en y para s para otra autoconciencia, es decir, slo en cuanto se la reconoce (Hegel, Fenomenologa: 113) La dialctica del movimiento del reconocimiento tiene estos pasos: 1) la autoconciencia duplicada; 2) la lucha de las autoconciencias contrapuestas; 3) el seor y el siervo. Este ltimo pasa por una triple experiencia: la de la angustia, la del servir y la del trabajo formativo, que le permite pasar al otro nivel, el de la libertad, que tiene pasos: 1) estoicismo, 2) escepticismo, 3) conciencia desgraciada, de la que se sale a la razn. 1) El movimiento del reconocimiento exige la presencia de dos autoconciencias. El primer momento es el de la presentacin de estas autoconciencias. 2) Momento de la posicin. Primero, el sujeto es objeto para otro, recin posteriormente y a travs de la lucha por el reconocimiento, el sujeto ser sujeto para otro. Pero en este momento ya sabe que es sujeto objeto, que el momento objetual le es esencial, porque sin l desaparece, ya que el sujeto (autoconciencia) no puede ser representado, est ms all de lo

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objetual, es su negacin. Entonces es necesario arribar a la noche de la autoconciencia. Para ello debe eliminar el obstculo que se le opone, el momento objetual de la inmediatez. De este modo, la lucha de las autoconciencias es una lucha a muerte, en la que cada una, que todava lo es en s, o sea, no estn puestas como autoconciencias, debe ponerse como tal, como autoconciencia (eliminar ese momento objetual de la inmediatez) para reconocerse mutuamente como autoconciencias. La lucha a muerte es as una lucha de aniquilamiento de lo objetual - a travs de la abstraccin absoluta tanto en s misma como en la otra. La autoconciencia o sujeto es pues una totalidad sujeto objeto. Sin lucha a muerte por el reconocimiento, no se es en verdad sujeto. Para ser sujeto es necesario ponerse efectivamente como autoconciencia. As, podrn encontrarse frente a frente como sujeto frente a sujeto o autoconciencia frente a autoconciencia. Para ello cada sujeto debe realizar un doble movimiento de negacin de la objetualidad, para consigo mismo y para con el otro. A travs de este movimiento los sujetos podrn reconocerse mutuamente como tales. Dijimos que el sujeto no puede ser representado. El sujeto no se ve, no se siente, no se oye, no se huele. Sin lucha por el reconocimiento, se lo percibe en su condicin objetual. Siempre se encuentra contenido en un momento objetual y es necesario que as sea. Se encuentra en una familia, en un grupo, en una institucin, est protegido por un ttulo reconocido socialmente. En la relacin de sujeto a sujeto, lo primero que aparece es el momento objetual, que necesariamente debe morir: La presentacin de s mismo como pura abstraccin de la autoconciencia consiste en mostrarse como pura negacin de su modo objetivo o en mostrar que no est vinculado a ningn ser ah determinado () Esta presentacin es el hacer duplicado; hacer del otro y hacer por uno mismo. En cuanto hacer del otro cada cual tiende, pues, a la muerte del otro. Pero en esto se da tambin el segundo hacer, el hacer por s mismo, pues aquel entraa el arriesgar la propia vida (Hegel, ob.cit: 115- 116) Se arriesga la propia vida cuando el sujeto tiene que hacer una opcin que hace tambalear el mbito objetual en que se afirma (familia, amigos, la propia cultura) Se trata de la muerte de la vida, de lo objetual en que se afirmaba. Por eso genera angustia, miedo, sensacin de no hacer pie, de desaparecer y tentacin de volverse para tras, a pisar el suelo firme del momento de la objetualidad. El que vuelve para atrs queda como siervo (o esclavo), mientras que el otro se convierte en seor (o amo). No se trata pues de la muerte fsica, porque si as fuera no podra lograrse el mutuo reconocimiento de los sujetos. Se trata de una muerte simblica, pero real, que es tal, cuando el sujeto se pone efectivamente como tal. Aparentemente quien ha triunfado es el seor, mientras que el siervo ha sido derrotado. Pero esto es falso, porque la lucha no era para ver quin venca al otro en fuerza, en poder o en propiedades. La lucha a muerte era para lograr el reconocimiento como sujeto, que es la nica manera de ser sujeto. Pero el seor reduce al otro a objeto, por lo cual no logra ser reconocido por otro sujeto. Ese camino, el del seor es un callejn sin salida, es el camino de la derrota. El camino de la realizacin del sujeto se abre por parte del siervo, a travs de la triple experiencia de la angustia, del servir y del trabajo formativo. Dice Hegel sobre el momento de la angustia: Esta conciencia (la del siervo) se ha sentido angustiada no por esto o por aquello, no por este o por aquel instante, sino por su esencia entera, pues ha sentido el miedo de la muerte, del seor absoluto. Ello la ha disuelto interiormente, la ha hecho temblar () y () estremecerse cuanto haba en ella de fijo. Pero este movimiento universal puro, la fluidificacin absoluta de toda subsistencia es la esencia simple de la autoconciencia, la absoluta negatividad, el puro ser para s (ob.cit:119) El retroceso del siervo tiene que ver con el miedo al seor absoluto, la muerte. La muerte de todo lo que es fijo (su pas, su trabajo, su lengua, sus costumbres, sus amigos), que se fluidifica, pierde consistencia y queda solo la noche de la autoconciencia, la absoluta negatividad, el puro ser para s, el puro sujeto. A travs del servir (el trabajo) la autoconciencia (o sujeto) supera su supeditacin al mundo natural y la angustia, pues, como necesita volver a encontrar lo fijo, el momento objetual, (y volver a negarlo, en un movimiento dialctico que no tiene fin), tiene que crear ese momento y ese objeto; al crearlo se crea a s mismo. Por tanto, mediante el trabajo, crea el objeto y se crea a s mismo. Hegel distingue entre el deseo o apetencia (Begierde) propia del seor y el trabajo, deseo reprimido del siervo. El deseo se reserva aqu la pura negacin del objeto y, con ella, el

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sentimiento de s mismo (Selbstgefhl) sin mezcla alguna. Pero esa satisfaccin (Befriedigung) es precisamente por ello algo que tiende a desaparecer, pues le falta el lado objetivo o la subsistencia (Hegel, ob. cit.: 120) Quizas este sea un buen momento para hacerse algunas preguntas sobre el conocimiento, la educacin y la prctica docente, a partir de los planteos de Hegel. Por ejemplo, Si cuando conoce, el hombre se conoce, qu debera ensear la escuela? Proporcionan las ciencias conocimiento verdadero? Por qu genera tanta angustia elegir una carrera? Qu instituciones funcionan como amo? Cmo funciona el mercado? En qu posicin estn los jvenes que se pasan la semana consumiendo alcohol, ropa de marca, drogas, Tinelli, Gran Hermano, o los chicos que miran Disney todo el da? En qu posicin estn los padres, maestros, medios de comunicacin? La maestra dice a las practicantes de la facultad que van al jardn No s qu hacer, todo el da juegan a los piqueteros y no saben otra cosa, en qu posicin estn la maestra, los chicos, los padres? Antes de continuar con el desarrollo de las ideas de Hegel, queremos mencionar que estos planteos incidirn no solo en la filosofa de Marx, sino tambin en el Existencialismo, en el Psicoanlisis (Fred-Lacan) y en el Estructuralismo en general. En trminos de Fred, no se llega a ser sujeto sin agustia. La angustia es angustia de ser sujeto libre, aunque tambin est la angustia cuando el otro me objetualiza (como ocurre con la tortura, por ejemplo) Los planteos de Hegel con respecto a la condicin de objetualidad del sujeto inciden a travs de Marx- en el Estructuralismo, que asume que no hay sujeto sin estructura. El sujeto nace en una estructura (econmica, social familiar, lingstica) de la que no puede escapar y lo determina en trminos absolutos. Althusser se refiere a la estructura econmica y burocrtica del Estado, y Lacan, a la estructura del lenguaje. Marx haba reconocido el papel determinante de la estructura econmica en la subjetividad, pero esta podr ser superada, transformada, a travs de la conciencia de las determinaciones y la accin poltica revolucionaria. Para Hegel, la estructura constituye al hombre como sujeto objeto. Debe matar su condicin de objeto, romper con la sujecin de la estructura para ser sujeto. Esa estructura es, para Hegel un momento del sujeto, el momento objetual y supone un movimiento dialctico constante. El Existencialismo, por su parte, al asumir que el hombre no nace, se hace, se construye en la existencia, con los otros, recupera la nocin hegeliana de ser- en s, para- s, productivo. El deseo Para Hegel, el seor tiene deseo o apetencia (Begierde), a diferencia del deseo reprimido propio del siervo. El deseo del seor o amo es deseo animal, deseo que se abalanza sobre el objeto para apropiarse de l, negacin del objeto que se quiere poseer. Su posesin produce satisfaccin pasajera y provoca un sentimiento de autoafirmacin que desaparece pronto y vuelve la necesidad de renovacin al infinito, sucesin de particularidades que nunca pueden satisfacer al sujeto. El deseo del siervo o esclavo implica una relacin productiva con el objeto, una relacin negativa a travs de la cual destruyo el objeto para convertirlo en otra cosa. Es una relacin que permite mantener la independencia del objeto en relacin con el sujeto, porque el sujeto no se apropia de l, as sin ms, sino que lo construye. A travs del sujeto, la relacin negativa con el objeto se convierte en la forma del objeto; (producido por el sujeto) y, por tanto, en algo permanente. Porque la relacin no se agota en el objeto, sino que es una relacin que, a travs de la creacin/produccin abre a la posibilidad del objeto y de s mismo (del propio sujeto) en la relacin con el objeto. El deseo que mueve al objeto es, pues, deseo reprimido, en sentido de retrasado. El deseo de apoderarse de la comida se retrasa porque antes de comer hay que transformar el objeto. Tengo que salar la carne, cortarla, prepararla, cocinarla. La carne de la que se apodera el deseo animal no es la misma de la que se apodera el trabajo. El animal la toma tal cual es, el sujeto la transforma, le da forma. La conciencia o ser para s se manifiesta en el trabajo, fuera de s y, a travs del trabajo, llega a la intuicin del ser independiente como de s mismo (cit: 120) El trabajo es as, formativo.

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La conciencia o sujeto que trabaja, todava en el momento de la conciencia tiene la intuicin de que el objeto transformado es l mismo o, mejor, de que l se encuentra en el objeto transformado. Entre l y el objeto no hay separacin. El sujeto comienza a verse a s mismo en el mundo que crea. La superacin de la angustia ante la muerte, por medio del trabajo se debe a que ahora advierte que lo permanente en lo que se afirma es producto de su propia creacin, de la forma que transfiere al objeto mediante su propia negatividad. En el trabajo, el hombre se objetiva, se transforma en la totalidad sujeto objeto. Siempre est el peligro de que domine la objetivacin, por eso, a ella le sigue siempre al mismo tiempo, la desobjetivacin. Desde la perspectiva de Hegel, el mundo que tenemos es el mundo que hicimos, que hacemos cotidianamente. Pensemos entonces, ofrece el mundo contemporneo - dominado por el capitalismo y su ideologa consumista que todo lo colma con objetos - posibilidades de realizacin del sujeto? Ofrece la educacin cuando agota su funcin en colmar de palabras, de informacin vaca, de fotocopias, de mandatos, de tiempo lleno esa posibilidad? Cmo son nuestras relaciones con las cosas y con los otros sujetos? El deseo que mueve al estudiante a asistir a la universidad con el slo propsito de recibirse, o rendir para aprobar, es un deseo humano o animal? Cmo es el deseo del militante poltico, que se alinea en un partido para obtener un cargo, el del jefe que explota a su subalterno, el del padre que obliga al hijo a estudiar una carrera que el hijo no desea, el de la maestra que corrige al alumno indgena para que abandone su lengua y hable correctamente? Para Hegel, el sujeto se autocrea en un proceso que se interrumpe con la muerte. El sujeto es el proceso de realizarse, el subjetualizarse. Hegel, dice Marx, concibe la objetivacin como desobjetivacin y para Fred, no hay sujeto si no hay deseo (humano) que lo mueva; tampoco hay sujeto de una vez y para siempre; el sujeto est siendo, en la medida en que habla desde la posicin de sujeto. En la totalidad sujeto objeto, siempre debe dominar el sujeto. Al objetivarse, el sujeto se aliena, se enajena, se hace otro; se aliena en la actividad de crear, que es su esencia, para desalienarse en el mismo momento. El sujeto se desarrolla alienndose y superando la alienacin. La creacin es trabajo y el trabajo es creacin del objeto, del entorno y de s mismo. Marx advierte que Hegel capta la esencia del trabajo, el que no se reduce a una mera operacin mecnica, simple gasto de energa o fuerza. Ese es el trabajo alienado, propio de la sociedad alienada que naturaliza la explotacin del hombre a travs del trabajo (o, en las ltimas dcadas, a travs de la falta de trabajo) El hombre verdadero, real (wirklich) es el hombre realizado, que ha creado el objeto y a s mismo. Independizado, el sujeto comienza su lucha por la libertad, desarrollndos