Mito de La Caverna

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TAREA ACADÉMICA DE COMPRENSIÓN LECTORA Mito de la caverna Nombre : María Alejandra Velásquez Profesor : Juan Segura Vásquez Curso : Lenguaje Carrera : Ingeniera industrial 14 DE ABRIL DE 2015 Universidad Privada Antenor Orrego

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tarea acadmica de comprensin lectora

tarea acadmica de comprensin lectoraMito de la caverna

Nombre : Mara Alejandra Velsquez Profesor : Juan Segura Vsquez Curso : Lenguaje Carrera : Ingeniera industrial

I. Transcripcin textual :PlatnLa Repblica (Libro VII)I. Y a continuacin segu compara con la siguiente escena el estado en que, con respecto a la educacin o a la falta de ella, se halla nuestra naturaleza. Imagina una especie de cavernosa vivienda subterrnea provista de una larga entrada, abierta a la luz, que se extiende a lo ancho de toda la caverna y unos hombres que estn en ella desde nios, atados por las piernas y el cuello de modo que tengan que estarse quietos y mirar nicamente hacia adelante, pues lasligaduras les impiden volver la cabeza; detrs de ellos, la luz de un fuego que arde algo lejos y en plano superior, y entre el fuego y los encadenados, un camino situado en alto; y a lo largo del camino suponte que ha sido construido un tabiquillo parecido a las mamparas que se alzan entre los titiriteros y el pblico, por encima de las cuales exhiben aqullos sus maravillas.Ya lo veo dijo.Pues bien, contempla ahora, a lo largo de esa paredilla, unos hombres que transportan toda clase de objetos cuya altura sobrepasa la de la pared, y estatuas de hombres o animales hechas de piedra y de madera y de toda clase de materias; entre estos portadores habr, como es natural, unos que vayan hablando y otros que estn callados.Qu extraa escena describes dijo y qu extraos prisioneros!Iguales que nosotros dije, porque, en primer lugar crees que los que estn as han visto otra cosa de s mismos o de sus compaeros sino las sombras proyectadas por el fuego sobre la parte de la caverna que est frente a ellos?Cmo dijo, si durante toda su vida han sido obligados a mantener inmviles las cabezas?Y de los objetos transportados? No habrn visto lo mismo?Qu otra cosa van a ver?Y, si pudieran hablar los unos con los otros, no piensas que creeran estar refirindose a aquellas sombras que vean pasar ante ellos?Forzosamente.Y si la prisin tuviese un eco que viniera de la parte de enfrente? Piensas que, cada vez que hablara alguno de los que pasaban, creeran ellos que lo que hablaba era otra cosa sino la sombra que vean pasar?No, por Zeus! dijo.Entonces no hay duda dije yo de que los tales no tendrn por real ninguna otra cosa ms que las sombras de los objetos fabricados.Es enteramente forzoso dijo.Examina, pues dije, qu pasara si fueran liberados de sus cadenas y curados de su ignorancia y si, conforme a naturaleza, les ocurriera lo siguiente. Cuando uno de ellos fuera desatado y obligado a levantarse sbitamente y a volver el cuello y a andar y a mirar a la luz y cuando, al hacer todo esto, sintiera dolor y, por causa del deslumbramiento, no fuera capaz de ver aquellosobjetos cuyas sombras vea antes, qu crees que contestara si le dijera alguien que antes no vea ms que sombras inanes y que es ahora cuando, hallndose ms cerca de la realidad y vuelto de cara a objetos ms reales, goza de una visin ms verdadera, y si fuera mostrndole los objetos que pasan y obligndole a contestar a sus preguntas acerca de qu es cada uno de ellos?No crees que estara perplejo y que lo que antes haba contemplado le parecera ms verdadero que lo que entonces se le mostraba?Mucho ms dijo.2II. Y, si se le obligara a fijar su vista en la luz misma, no crees que le doleran los ojos y que se escapara volvindose hacia aquellos objetos que puede contemplar, y que considerara que stos son realmente ms claros que los que le muestran?As es dijo.Y, si se lo llevaran de all a la fuerza dije, obligndole a recorrer la spera y escarpada subida, y no le dejaran antes de haberle arrastrado hasta la luz del sol, no crees que sufrira y llevara a mal el ser arrastrado y, una vez llegado a la luz, tendra los ojos tan llenos de ella que no sera capaz de ver ni una sola de las cosas a las que ahora llamamos verdaderas?No, no sera capaz dijo, al menos por el momento.Necesitara acostumbrarse, creo yo, para poder llegar a ver las cosas de arriba. Lo que vera ms fcilmente seran, ante todo, las sombras, luego, las imgenes de hombres y de otros objetos reflejados en las aguas, y ms tarde, los objetos mismos. Y despus de esto le sera ms fcil el contemplar de noche las cosas del cielo y el cielo mismo, fijando su vista en la luz de las estrellas y la luna, que el ver de da el sol y lo que le es propio.Cmo no?Y por ltimo, creo yo, sera el sol, pero no sus imgenes reflejadas en las aguas ni en otro lugar ajeno a l, sino el propio sol en su propio dominio y tal cual es en s mismo, lo que l estara en condiciones de mirar y contemplar.Necesariamente dijo.Y, despus de esto, colegira ya con respecto al sol que es l quien produce las estaciones y los aos y gobierna todo lo de la regin visible y es, en cierto modo, el autor de todas aquellas cosas que ellos vean.Es evidente dijo que despus de aquello vendra a pensar en eso otro.Y qu? Cuando se acordara de su anterior habitacin y de la ciencia de all y de sus antiguos compaeros de crcel, no crees que se considerara feliz por haber cambiado y que les compadecera a ellos?Efectivamente.Y, si hubiese habido entre ellos algunos honores o alabanzas o recompensas que concedieran los unos a aquellos otros que, por discernir con mayor penetracin las sombras que pasaban y acordarse mejor de cules de entre ellas eran las que solan pasar delante o detrs o junto con otras, fuesen ms capaces que nadie de profetizar, basados en ello, lo que iba a suceder, crees que sentira aqul nostalgia de estas cosas o que envidiara a quienes gozaran de honores y poderes entre aqullos, o bien que le ocurrira lo de Homero, es decir, que preferira decididamente ser siervo en el campo de cualquier labrador sin caudal o sufrir cualquier otro destino antes que vivir en aquel mundo de lo opinable?Eso es lo que creo yo dijo: que preferira cualquier otro destino antes que aquella vida.Ahora fjate en esto dije: si, vuelto el tal all abajo, ocupase de nuevo el mismo asiento, no crees que se le llenaran los ojos de tinieblas como a quien deja sbitamente la luz del sol?Ciertamente dijo.Y, si tuviese que competir de nuevo con los que haban permanecido constantemente encadenados, opinando acerca de las sombras aquellas que, por no habrsele asentado todava los ojos, ve con dificultad y no sera muy corto el tiempo que necesitara para acostumbrarse,no dara que rer y no se dira de l que, por haber subido arriba, ha vuelto con los ojos estropeados, y que no vale la pena ni aun de intentar una semejante ascensin? Y no mataran, si encontraban manera de echarle mano y matarle, a quien intentara desatarles y hacerles subir?Claro que sdijo.

III. Pues bien dije, esta imagen hay que aplicarla toda ella, oh, amigo Glaucn!, a lo que se ha dicho antes; hay que comparar la regin revelada por medio de la vista con la viviendaprisin y la luz del fuego que hay en ella con el poder del sol. En cuanto a la subida al mundo de arriba y a la contemplacin de las cosas de ste, si las comparas con la ascensin del alma hasta la regin inteligible no errars con respecto a mi punto de vista, que es lo que t deseas conocer y que slo la divinidad sabe si acaso est en lo cierto. En fin, he aqu lo que a m me parece: en el mundo inteligible lo ltimo que se percibe, y con trabajo, es la idea del bien, pero, una vez percibida, hay que colegir que ella es la causa de todo lo recto y lo bello que hay en todas las cosas, que, mientras en el mundo visible ha engendrado la luz y al soberano de sta, en elinteligible es ella la soberana y productora de verdad y conocimiento, y que tiene por fuerza que verla quien quiera proceder sabiamente en su vida privada o pblica.Tambin yo estoy de acuerdo dijo, en el grado en que puedo estarlo.Pues bien dije, dame tambin la razn en esto otro: no te extraes de que los que han llegado a ese punto no quieran ocuparse en asuntos humanos; antes bien, sus almas tienden siempre a permanecer en las alturas, y es natural, creo yo, que as ocurra, al menos si tambin esto concuerda con la imagen de que se ha hablado.Es natural, desde luego dijo.Y qu? Crees dije yo que haya que extraarse de que, al pasar un hombre de las contemplaciones divinas a las miserias humanas, se muestre torpe y sumamente ridculo cuando, viendo todava mal y no hallndose an suficientemente acostumbrado a las tinieblas que le rodean, se ve obligado a discutir, en los tribunales o en otro lugar cualquiera, acerca de las sombras de lo justo o de las imgenes de que son ellas reflejo y a contender acerca del modo enque interpretan estas cosas los que jams han visto la justicia en s?No es nada extrao dijo.Antes bien dije, toda persona razonable debe recordar que son dos las maneras y dos las causas por las cuales se ofuscan los ojos: al pasar de la luz a la tiniebla y al pasar de la tiniebla a la luz. Y, una vez haya pensado que tambin le ocurre lo mismo al alma, no se reir insensatamente cuando vea a alguna que, por estar ofuscada, no es capaz de discernir los objetos, sino que averiguar si es que, viniendo de una vida ms luminosa, est cegada por falta de costumbre o si,al pasar de una mayor ignorancia a una mayor luz, se ha deslumbrado por el exceso de sta; y as considerar dichosa a la primera alma, que de tal manera se conduce y vive, y compadecer a la otra, o bien, si quiere rerse de ella, esa su risa ser menos ridcula que si se burlara del alma que desciende de la luz.Es muy razonable asinti lo que dices.IV Es necesario, por tanto dije, que, si esto es verdad, nosotros consideremos lo siguiente acerca de ello: que la educacin no es tal como proclaman algunos que es. En efecto, dicen, segn creo, que ellos proporcionan ciencia al alma que no la tiene del mismo modo que si infundieran vista a unos ojos ciegos.En efecto, as lo dicen convino.Ahora bien, la discusin de ahora dije muestra que esta facultad, existente en el alma de cada uno, y el rgano con que cada cual aprende deben volverse, apartndose de lo que nace, con el alma entera del mismo modo que el ojo no es capaz de volverse hacia la luz, dejando la tiniebla, sino en compaa del cuerpo entero hasta que se hallen en condiciones de afrontar la contemplacin del ser e incluso de la parte ms brillante del ser, que es aquello a lo quellamamos bien. No es eso?Eso es.Por consiguiente dije puede haber un arte de descubrir cul ser la manera ms fcil y eficaz para que este rgano se vuelva; pero no de infundirle visin, sino de procurar que se corrija lo que, tenindola ya, no est vuelto adonde debe ni mira adonde es menester.Tal parece dijo.Y as, mientras las dems virtudes, las llamadas virtudes del alma, es posible que sean bastante parecidas a las del cuerpo pues, aunque no existan en un principio, pueden realmente ser mstarde producidas por medio de la costumbre y el ejercicio, en la del conocimiento se da el caso de que parece pertenecer a algo ciertamente ms divino que jams pierde su poder y que, segn el lugar a que se vuelva, resulta til y ventajoso o, por el contrario, intil y nocivo. O es que no has observado con cunta agudeza percibe el alma miserable de aquellos de quienes se dice que son malos, pero inteligentes, y con qu penetracin discierne aquello hacia lo cual se vuelve, porque no tiene mala vista y est obligada a servir a la maldad, de manera que, cuanto mayor sea la agudeza de su mirada, tantos ms sern los males que cometa el alma?En efecto dijo.Pues bien dije yo, si el ser de tal naturaleza hubiese sido, ya desde nio, sometido a una poda y extirpacin de esa especie de excrecencias plmbeas, emparentadas con la generacin, que, adheridas por medio de la gula y de otros placeres y apetitos semejantes, mantienen vuelta hacia abajo la visin del alma; si, libre sta de ellas, se volviera de cara a lo verdadero, aquella misma alma de aquellos mismos hombres lo vera tambin con la mayor penetracin de igual modo que ve ahora aquello hacia lo cual est vuelta .Es natural dijo.Y qu? dije yo. No es natural y no se sigue forzosamente de lo dicho que ni los ineducados y apartados de la verdad son jams aptos para gobernar una ciudad ni tampoco aquellos a los que se permita seguir estudiando hasta el fin; los unos, porque no tienen en la vida ningn objetivo particular apuntando al cual deberan obrar en todo cuanto hiciesen durante su vida pblica y privada y los otros porque, tenindose por transportados en vida a las islas de los bienaventurados, no consentirn en actuar?Es cierto dijo.Es, pues, labor nuestra dije yo, labor de los fundadores, el obligar a las mejores naturalezas a que lleguen al conocimiento del cual decamos antes que era el ms excelso y vean el bien y verifiquen la ascensin aquella; y, una vez que, despus de haber subido, hayan gozado de una visin suficiente, no permitirles lo que ahora les est permitido.Y qu es ello?Que se queden all dije y no accedan a bajar de nuevo junto a aquellos prisioneros ni a participar en sus trabajos ni tampoco en sus honores, sea mucho o poco lo que stos valgan.Pero entonces dijo, les perjudicaremos y haremos que vivan peor sindoles posible el vivir mejor?V Te has vuelto a olvidar, querido amigo dije, de que a la ley no le interesa nada que haya en la ciudad una clase que goce de particular felicidad, sino que se esfuerza por que ello le suceda a la ciudad entera y por eso introduce armona entre los ciudadanos por medio de la persuasin o de la fuerza, hace que unos hagan a otros partcipes de los beneficios con que cada cual pueda ser til a la comunidad y ella misma forma en la ciudad hombres de esa clase, pero no paradejarles que cada uno se vuelva hacia donde quiera, sino para usar ella misma de ellos con miras a la unificacin del Estado.Es verdad dijo. Me olvid de ello.Pues ahora dije observa, oh, Glaucn!, que tampoco vamos a perjudicar a los filsofos que haya entre nosotros, sino a obligarles, con palabras razonables, a que se cuiden de los dems y les protejan. Les diremos que es natural que las gentes tales que haya en las dems ciudades no participen de los trabajos de ellas, porque se forman solos, contra la voluntad de sus respectivos gobiernos, y, cuando alguien se forma solo y no debe a nadie su crianza, es justo que tampoco se preocupe de reintegrar a nadie el importe de ella. Pero a vosotros os hemos engendrado nosotros, para vosotros mismos y para el resto de la ciudad, en calidad de jefes y reyes, como los de las colmenas, mejor y ms completamente educados que aqullos y ms capaces, por tanto, de participar de ambos aspectos. Tenis, pues, que ir bajando uno tras otro a la vivienda de los dems y acostumbraros a ver en la oscuridad. Una vez acostumbrados, veris infinitamente mejor que los de all y conoceris lo que es cada imagen y de qu lo es, porque habris visto ya la verdad con respecto a lo bello y a lo justo y a lo bueno. Y as la ciudad nuestra y vuestra vivir a la luz del da y no entre sueos, como viven ahora la mayor parte de ellas por obra de quienes luchan unos con otros por vanas sombras o se disputan el mando como si ste fuera algn granbien. Mas la verdad es, creo yo, lo siguiente: la ciudad en que estn menos ansiosos por ser gobernantes quienes hayan de serlo, sa ha de ser forzosamente la que viva mejor y con menos disensiones que ninguna; y la que tenga otra clase de gobernantes, de modo distinto.Efectivamente dijo.Crees, pues, que nos desobedecern los pupilos cuando oigan esto y se negarn a compartir por turno los trabajos de la comunidad viviendo el mucho tiempo restante todos juntos y en el mundo de lo puro?Imposible dijo. Pues son hombres justos a quienes ordenaremos cosas justas. Pero no hay duda de que cada uno de ellos ir al gobierno como a algo inevitable al revs de quienes ahora gobiernan en las distintas ciudades.As es, compaero dije yo. Si encuentras modo de proporcionar a los que han de mandar una vida mejor que la del gobernante, es posible que llegues a tener una ciudad bien gobernada, pues sta ser la nica en que manden los verdaderos ricos, que no lo son en oro, sino en lo que hay que poseer en abundancia para ser feliz: una vida buena y juiciosa. Pero donde son mendigos y hambrientos de bienes personales los que van a la poltica creyendo que es de ah de donde hayque sacar las riquezas, all no ocurrir as. Porque, cuando el mando se convierte en objeto de luchas, esa misma guerra domstica e intestina los pierde tanto a ellos como al resto de la ciudad.Nada ms cierto dijo.Pero conoces dije otra vida que desprecie los cargos polticos excepto la del verdadero filsofo?No, por Zeus! dijo.Ahora bien, no conviene que se dirijan al poder en calidad de amantes de l, pues, si lo hacen, lucharn con ellos otros pretendientes rivales.Cmo no?Entonces, a qu otros obligars a dedicarse a la guarda de la ciudad sino a quienes, adems de ser los ms entendidos acerca de aquello por medio de lo cual se rige mejor el Estado, posean otros honores y lleven una vida mejor que la del poltico?A ningn otro dijo.VI. Quieres, pues, que a continuacin examinemos de qu manera se formarn tales personas y cmo se les podr sacar a la luz, del mismo modo que, segn se cuenta, ascendieron algunos desde el Hades hasta los dioses?Cmo no he de querer? dijo.Pero esto no es, segn parece, un simple lance de tejuelo [juego de habilidad y azar], sino un volverse el alma desde el da nocturno hacia el verdadero; una ascensin hacia el ser de la cual diremos que es la autntica filosofa.Efectivamente.No hay, pues, que investigar cul de las enseanzas tiene un tal poder?Cmo no?Pues bien, cul podr ser, oh Glaucn, la enseanza que atraiga el alma desde lo que deviene hacia lo que es? Mas al decir esto se me ocurre lo siguiente. No afirmamos que era forzoso que stos fuesen en su juventud atletas de guerra?6Tal dijimos, en efecto.Por consiguiente es necesario que la enseanza que buscamos tenga, adems de aquello, esto otro.Qu?El no ser intil para los guerreros.Desde luego dijo; as debe ser si es posible.Ahora bien, antes les educamos por medio de la gimnstica y la msica.As es dijo.En cuanto a la gimnstica, sta se afana en torno a lo que nace y muere, pues es el crecimientoy decadencia del cuerpo lo que ella preside.Tal parece.Entonces no ser esta la enseanza que buscamos.No, no lo es.Acaso lo ser la msica tal como en un principio la describimos?Pero aqulla dijo no era, si lo recuerdas, ms que una contrapartida de la gimnstica: educaba a los guardianes por las costumbres; les procuraba, por medio de la armona, cierta proporcin armnica, pero no conocimiento, y por medio del ritmo, la euritmia; y en lo relativo a las narraciones, ya fueran fabulosas o verdicas, presentaba algunos otros rasgos sigui diciendosemejantes a stos. Pero no haba en ella ninguna enseanza que condujera a nada tal como lo que t investigas ahora.Me lo recuerdas con gran precisin dije. En efecto, no ofreca nada semejante. Pues entonces, cul podr ser, oh bendito Glaucn, esa enseanza? Porque como nos ha parecido, segn creo, que las artes eran todas ellas innobles...Cmo no? Pues qu otra enseanza nos queda ya, aparte de la msica y de la gimnstica y de las artes?Si no podemos dar con ninguna dije yo que no est incluida entre stas, tomemos, pues, una de las que se aplican a todas ellas.Cul?Por ejemplo, aquello tan general de que usan todas las artes y razonamientos y ciencias; lo que es forzoso que todos aprendan en primer lugar.Qu es ello? dijo.Eso tan vulgar dije de conocer el uno y el dos y el tres. En una palabra, yo le llamo nmero y clculo. O no ocurre con esto que toda arte y conocimiento se ven obligados a participar de ello?Muy cierto dijo.No lo hace tambin dije la ciencia militar?Le es absolutamente forzoso dijo.En efecto dije, es un general enteramente ridculo el Agamenn que Palamedes nos presenta una y otra vez en las tragedias. No has observado que Palamedes dice haber sido l quien, por haber inventado los nmeros, asign los puestos al ejrcito que acampaba ante Ilin y cont las naves y todo lo dems, y parece como si antes de l nada hubiese sido contado y como si Agamenn no pudiese decir, por no saber tampoco contar, ni siquiera cuntos pies tena . Puesentonces, qu clase de general piensas que fue?Extrao ciertamente dijo si eso fuera verdad.

VII. No consideraremos, pues dije, como otro conocimiento indispensable para un hombre de guerra el hallarse en condiciones de calcular y contar?Ms que ningn otro dijo para quien quiera entender algo, por poco que sea, de organizacin o, mejor dicho, para quien quiera ser un hombre.Pues bien dije, observas lo mismo que yo con respecto a este conocimiento?Qu es ello?Podra bien ser uno de los que buscamos y que conducen naturalmente a la comprensin; pero nadie se sirve debidamente de l a pesar de que es absolutamente apto para atraer hacia la esencia.Qu quieres decir? pregunt.Intentar ensearte dije lo que a m al menos me parece. Ve contemplando junto conmigo las cosas que yo voy a ir clasificando entre m como aptas o no aptas para conducir adonde decimos y afirma o niega a fin de que veamos con mayor evidencia si esto es como yo lo imagino.Ensame dijo.Pues bien dije, te enseo, si quieres contemplarlas, que, entre los objetos de la sensacin, los hay que no invitan a la inteligencia a examinarlos, por ser ya suficientemente juzgados por los sentidos; y otros, en cambio, que la invitan insistentemente a examinarlos, porque los sentidos no dan nada aceptable.Es evidente dijo que te refieres a las cosas que se ven de lejos y a las pinturas con sombras.No has entendido bien contest lo que digo. Pues a qu te refieres? dijo.Los que no la invitan dije son cuantos no desembocan al mismo tiempo en dos sensaciones contradictorias. Y los que desembocan los coloco entre los que la invitan, puesto que, tanto si son impresionados de cerca como de lejos, los sentidos no indican que el objeto sea ms bien esto que lo contrario. Pero comprenders ms claramente lo que digo del siguiente modo. He aqu lo que podramos llamar tres dedos: el ms pequeo, el segundo y el medio.Desde luego dijo.Fjate en que hablo de ellos como de algo visto de cerca. Ahora bien, obsrvame lo siguiente con respecto a ellos.Qu?Cada uno se nos muestra igualmente como un dedo y en esto nada importa que se le vea en medio o en un extremo, blanco o negro, grueso o delgado, o bien de cualquier otro modo semejante. Porque en todo ello no se ve obligada el alma de los ms a preguntar a la inteligencia qu cosa sea un dedo, ya que en ningn caso le ha indicado la vista que el dedo sea al mismo tiempo lo contrario de un dedo.No, en efecto dijo.De modo que es natural dije que una cosa as no llame ni despierte al entendimiento.Es natural.Y qu? Por lo que toca a su grandeza o pequeez, las distingue acaso suficientemente la vista y no le importa a sta nada el que uno de ellos est en medio o en un extremo? Y le ocurre lo mismo al tacto con el grosor y la delgadez o la blandura y la dureza? Y los dems sentidos, no proceden acaso de manera deficiente al revelar estas cosas? O bien es del siguiente modo como acta cada uno de ellos, vindose ante todo obligado a encargarse tambin de lo blando el sentido que ha sido encargado de lo duro y comunicando ste al alma que percibe cmo la misma cosa es a la vez dura y blanda?De ese modo dijo.Pues bien dije, no es forzoso que, en tales casos, el alma se pregunte por su parte con perplejidad qu entiende esta sensacin por duro, ya que de lo mismo dice tambin que es blando, y qu entiende la de lo ligero y pesado por ligero y pesado, puesto que llama ligero a lo pesado y pesado a lo ligero?Efectivamente dijo, he ah unas comunicaciones extraas para el alma y que reclaman consideracin.Es, pues, natural dije yo que en caso semejante comience el alma por llamar al clculo y la inteligencia e intente investigar con ellos si son una o dos las cosas anunciadas en cada caso.Cmo no?Mas, si resultan ser dos, no aparecer cada una de ellas como una y distinta de la otra?S.Ahora bien, si cada una de ellas es una y ambas juntas son dos, las concebir a las dos como separadas, pues si no estuvieran separadas no las concebira como dos, sino como una.Bien.As, pues, la vista tambin vea, segn decimos, lo grande y lo pequeo, pero no separado, sino confundido. No es eso?S.Y para aclarar esta confusin, la mente se ha visto obligada a ver lo grande y lo pequeo no confundido, sino separado, al contrario que aqulla.Cierto.Pues bien, no es de aqu de donde comienza a venirnos el preguntar qu es lo grande y qu lo pequeo?En un todo.Y de la misma manera llamamos a lo uno inteligible y a lo otro visible.Muy exacto dijo.VIII. Pues bien, eso es lo que yo quera decir cuando afirmaba hace un momento que hay cosas provocadoras de la inteligencia y otras no provocadoras y cuando a las que penetran en los sentidos en compaa de las opuestas a ellas las defina como provocadoras y a las que no como no despertadoras de la inteligencia.Ya me doy cuenta dijo y as opino tambin.Y qu? El nmero y la unidad, de cules te parece que son?No tengo idea dijo.Pues juzga dije por lo expuesto. Si la unidad es contemplada o percibida por cualquier otro sentido de manera suficiente y en s misma, no ser de las cosas que atraen hacia la esencia, como decamos del dedo; pero, si hay siempre algo contrario que sea visto al mismo tiempo que ella, de modo que no parezca ms la unidad que lo opuesto a sta, entonces har falta ya quien decida y el alma se ver en tal caso forzada a dudar y a investigar, poniendo en accin dentro deella el pensamiento, y a preguntar qu cosa es la unidad en s, y con ello la aprehensin de la unidad ser de las que conducen y hacen volverse hacia la contemplacin del ser.Pero esto dijo ocurre en no pequeo grado con la visin de ella, pues vemos la misma cosa como una y como infinita multitud.Pues si tal ocurre a la unidad dije yo, no les ocurrir tambin lo mismo a todos los dems nmeros?Cmo no?Ahora bien, toda la logstica y aritmtica tienen por objeto el nmero.En efecto.9Y as resultan aptas para conducir a la verdad.S, extraordinariamente aptas.Entonces parece que son de las enseanzas que buscamos. En efecto, el conocimiento de estas cosas le es indispensable al guerrero a causa de la tctica y al filsofo por la necesidad de tocar la esencia emergiendo del mar de la generacin, sin lo cual no llegar jams a ser un calculador.As es dijo.Ahora bien, se da el caso de que nuestro guardin es guerrero y filsofo.Cmo no?Entonces, oh, Glaucn!, convendra implantar por ley esta enseanza e intentar persuadir a quienes vayan a participar en las ms altas funciones de la ciudad para que se acerquen a la logstica y se apliquen a ella no de una manera superficial, sino hasta que lleguen a contemplar la naturaleza de los nmeros con la sola ayuda de la inteligencia y no ejercitndola con miras a las ventas o compras, como los comerciantes y mercachifles, sino a la guerra y a la mayor facilidad con que el alma misma pueda volverse de la generacin a la verdad y la esencia.Muy bien dicho contest.Y he aqu dije yo que, al haberse hablado ahora de la ciencia relativa a los nmeros, observo tambin cun sutil es sta y cun beneficiosa en muchos aspectos para nosotros con relacin a lo que perseguimos; eso siempre que uno la practique con miras al conocimiento, no al trapicheo.Por qu? dijo.Por lo que ahora decamos: porque eleva el alma muy arriba y la obliga a discurrir sobre los nmeros en s no tolerando en ningn caso que nadie discuta con ella aduciendo nmeros dotados de cuerpos visibles o palpables: Ya sabes, creo yo, que quienes entienden de estas cosas se re del que en una discusin intenta dividir la unidad en s y no lo admiten; antes bien, si t la divides, ellos la multiplican, porque temen que vaya a aparecer la unidad no como unidad, sino como reunin de varias partes.Gran verdad asinti la que dices.Qu crees, pues, oh, Glaucn? Si alguien les preguntara: Oh, hombres singulares! Qu nmeros son esos sobre que discurrs, en los que las unidades son tales como vosotros las suponis, es decir, son iguales todas ellas entre s, no difieren en lo ms mnimo las unas de las otras y no contienen en s ninguna parte? Qu crees que responderan?Yo creo que diran que hablan de cosas en las cuales no cabe ms que pensar sin que sea posible manejarlas de ningn otro modo.Ves, pues, oh, mi querido amigo dije yo, cmo este conocimiento parece sernos realmente necesario, puesto que resulta que obliga al alma a usar de la inteligencia para alcanzar la verdad en s?Efectivamente dijo, s que lo hace.Y qu? Has observado que a aquellos a los que la naturaleza ha hecho calculadores les ha dotado tambin de prontitud para comprender todas o casi todas las ciencias , y que, cuando los espritus tardos son educados y ejercitados en esta disciplina, sacan de ella, si no otro provecho, al menos el hacerse todos ms vivaces de lo que antes eran?As es dijo.Y verdaderamente creo yo que no te sera fcil encontrar muchas enseanzas que cuesten ms trabajo que sta a quien la aprende y se ejercita en ella.No, en efecto.Razones todas por las cuales no hay que dejarla; antes bien, los mejor dotados deben ser educados en ella.De acuerdo dijo.

IX. Pues bien dije, dejemos ya sentada esta primera cosa. Pero hay una segunda que sigue a ella de la que debemos considerar si tal vez nos interesa.Qu es ello? Te refieres acaso dijo a la geometra?A eso mismo dije yo.Pues en cuanto de ella se relaciona con las cosas de la guerra dijo, es evidente que s que nos interesa. Porque en lo que toca a los campamentos y tomas de posiciones y concentraciones y despliegues de tropas y a todas las dems maniobras que, tanto en las batallas mismas como enlas marchas, ejecutan los ejrcitos, una misma persona proceder de manera diferente si es gemetra que si no lo es .Sin embargo dije, para tales cosas sera suficiente una pequea parte de la geometra y del clculo. Pero es precisamente la mayor y ms avanzada parte de ella la que debemos examinar para ver si tiende a aquello que decamos, a hacer que se contemple ms fcilmente la idea del bien. Y tienden a ese fin, decimos, todas las cosas que obligan al alma a volverse hacia aquel lugar en que est lo ms dichoso de cuanto es, lo que a todo trance tiene ella que ver.Dices bien asinti.De modo que si obliga a contemplar la esencia, conviene; y si la generacin, no conviene.Tal decimos, en efecto.Pues bien dije yo, he aqu una cosa que cuantos sepan algo, por poco que sea, de geometra no nos irn a discutir: que con esta ciencia ocurre todo lo contrario de lo que dicen de ella cuantos la practican.Cmo? dijo.En efecto, su lenguaje es sumamente ridculo y forzado, pues hablan como si estuvieran obrando y como si todas sus explicaciones las hicieran con miras a la prctica, y emplean toda clase de trminos tan pomposos como cuadrar, aplicar y adicionar; sin embargo, toda esta disciplina es, segn yo creo, de las que se cultivan con miras al conocimiento.Desde luego dijo.Y no hay que convenir tambin en lo siguiente?En qu?En que es cultivada con miras al conocimiento de lo que siempre existe, pero no de lo que en algn momento nace o muere. Nada cuesta convenir en ello dijo; en efecto, la geometra es conocimiento de lo que siempre existe.Entonces, oh, mi noble amigo!, atraer el alma hacia la verdad y formar mentes filosficas que dirijan hacia arriba aquello que ahora dirigimos indebidamente hacia abajo.S, y en gran manera dijo.Pues bien repliqu, en gran manera tambin hay que ordenar a los de tu Calpolis [=bello Estado] que no se aparten en absoluto de la geometra. Porque tampoco son exiguas sus ventajas accesorias.Cules? dijo.No slo dije las que t mismo citaste con respecto a la guerra, sino que tambin sabemos que, por lo que toca a comprender ms fcilmente en cualquier otro estudio, existe una diferencia total y absoluta entre quien se ha acercado a la geometra y quien no.S, por Zeus!, una diferencia absoluta dijo. Establecemos, pues, sta como segunda enseanza para los jvenes?Establezcmosla dijo.11X. Y qu? Establecemos como tercera la astronoma? O no ests de acuerdo?S por cierto dijo. Pues el hallarse en condiciones de reconocer bien los tiempos del mes o del ao no slo es til para la labranza y el pilotaje, sino tambin no menos para el arte estratgico.Me haces gracia dije, porque pareces temer al vulgo, no crean que prescribes enseanzas intiles. Sin embargo, no es en modo alguno despreciable, aunque resulte difcil de creer, el hecho de que por estas enseanzas es purificado y reavivado, cuando est corrompido y cegado por causa de las dems ocupaciones, el rgano del alma de cada uno que, por ser el nico con que es contemplada la verdad, resulta ms digno de ser conservado que diez mil ojos. Ahorabien, los que profesan esta misma opinin juzgarn que es imponderable la justeza con que hablas; pero quienes no hayan reparado en ninguna de estas cosas pensarn, como es natural,que no vale nada lo que dices, porque no ven que estos estudios produzcan ningn otro beneficio digno de mencin. Considera, pues, desde ahora mismo con quines ests hablando; o si tal vez no hablas ni con unos ni con otros, sino que eres t mismo a quien principalmente diriges tus argumentos, sin llevar a mal, no obstante, que haya algn otro que pueda acaso obtener algn beneficio de ellos.Eso es lo que prefiero dijo: hablar, preguntar y responder sobre todo para provecho mo.Entonces dije yo vuelve hacia atrs, pues nos hemos equivocado cuando, hace un momento, tomamos lo que sigue a la geometra.Pues cmo lo tomamos? dijo.Despus de las superficies dije yo tomamos el slido que est ya en movimiento sin haberlo considerado antes en s mismo. Pero lo correcto es tomar, inmediatamente despus del segundo desarrollo, el tercero. Y esto versa, segn creo, sobre el desarrollo de los cubos y sobre lo que participa de profundidad.As es dijo. Mas esa es una cuestin, oh, Scrates!, que me parece no estar todava resuelta.Y ello, por dos razones dije yo: porque, al no haber ninguna ciudad que los estime debidamente, estos conocimientos, ya de por s difciles, son objeto de una investigacin poco intensa; y porque los investigadores necesitan de un director, sin el cual no sern capaces de descubrir nada, y este director, en primer lugar, es difcil que exista, y en segundo, aun suponiendo que existiera, en las condiciones actuales no le obedeceran, movidos de su presuncin, los que estn dotados para investigar sobre estas cosas. Pero, si fuese la ciudad entera quien, honrando debidamente estas cuestiones, ayudase en su tarea al director, aqullos obedeceran y, al ser investigadas de manera constante y enrgica, las cuestiones seran elucidadas en cuanto a su naturaleza, puesto que aun ahora, cuando son menospreciadas y entorpecidas por el vulgo e incluso por los que las investigan sin darse cuenta de cul es el aspecto en que son tiles, a pesar de todos estos obstculos, medran, gracias a su encanto, y no sera nada sorprendente que salieran a la luz.En efecto dijo, su encanto es extraordinario. Pero repteme con ms claridad lo que decas hace un momento. Ponas ante todo, si mal no recuerdo, el estudio de las superficies, es decir, la geometra.S dije yo.Y despus dijo, al principio pusiste detrs de ella la astronoma; pero luego te volviste atrs.Es que dije el querer exponerlo todo con demasiada rapidez me hace ir ms despacio. Pues a continuacin viene el estudio del desarrollo en profundidad; pero como no ha originado sino investigaciones ridculas, lo pas por alto y, despus de la geometra, habl de la astronoma, es decir, del movimiento en profundidad.Bien dices asinti.Pues bien dije, pongamos la astronoma como cuarta enseanza dando por supuesto que la ciudad contar con la disciplina que ahora hemos omitido tan pronto como quiera ocuparse de ella.

Es natural dijo l. Pero como hace poco me reprendas, oh, Scrates!, por alabar la astronoma en forma demasiado cargante, ahora lo voy a hacer desde el punto de vista en que t la tratas. En efecto, me parece evidente para todos que ella obliga al alma a mirar hacia arriba y la lleva de las cosas de aqu a las de all.Quiz contest sea evidente para todos, pero no para m. Porque yo no creo lo mismo.Pues qu crees? dijo.Que, tal como la tratan hoy los que quieren elevarnos hasta su filosofa, lo que hace es obligar a mirar muy hacia abajo.Cmo dices? pregunt.Que no es de mezquina de lo que peca, segn yo creo dije, la idea que te formas sobre lo que es la disciplina referente a lo de arriba. Supongamos que una persona observara algo al contemplar, mirando hacia arriba, la decoracin de un techo; t pareces creer que este hombre contempla con la inteligencia y no con los ojos. Quiz seas t el que juzgues rectamente y estpidamente yo; pero, por mi parte, no puedo creer que exista otra ciencia que haga al alma mirar hacia arriba sino aquella que versa sobre lo que es y lo invisible; pero, cuando es una de las cosas sensibles la que intenta conocer una persona, yo afirmo que, tanto si mira hacia arriba con la boca abierta como hacia abajo con ella cerrada, jams la conocer, porque ninguna de esas cosas es objeto de conocimiento, y su alma no mirar hacia lo alto, sino hacia abajo ni aun en el caso de que intente aprenderlas nadando boca arriba por la tierra o por el mar.XI. Lo tengo bien merecido dijo; con razn me reprendes. Pero de qu manera, distinta de la usual, decas que era menester aprender la astronoma para que su conocimiento fuera til con respecto a lo que decimos?Del modo siguiente dije yo: de estas traceras con que est bordado el cielo hay que pensar que son, es verdad, lo ms bello y perfecto que en su gnero existe; pero tambin que, por estar labradas en materia visible, desmerecen en mucho de sus contrapartidas verdaderas, es decir, de los movimientos con que, en relacin la una con la otra y segn el verdadero nmero y todas lasverdaderas figuras, se mueven, moviendo a su vez lo que hay en ellas, la rapidez en s y la lentitud en s, movimientos que son perceptibles para la razn y el pensamiento, pero no para la vista. O es que crees otra cosa?En modo alguno dijo.Pues bien dije, debemos servirnos de ese cielo recamado como de un ejemplo que nos facilite la comprensin de aquellas cosas, del mismo modo que si nos hubisemos encontrado con unos dibujos exquisitamente trazados y trabajados por mano de Ddalo o de algn otro artista o pintor. En efecto, me figuro yo que cualquiera que entendiese de geometra reconocera, al ver una tal obra, que no la haba mejor en cuanto a ejecucin; pero considerara absurdo el ponersea estudiarla en serio con idea de encontrar en ella la verdad acerca de lo igual o de lo doble o de cualquier otra proporcin.Cmo no va a ser absurdo? dijo.Pues bien, al que sea realmente astrnomo dije yo, no crees que le ocurrir lo mismo cuando mire a los movimientos de los astros? Considerar, en efecto, que el artfice del cielo ha reunido, en l y en lo que hay en l, la mayor belleza que es posible reunir en semejantes obras; pero, en cuanto a la proporcin de la noche con respecto al da y de stos con respecto al mes y del mes con respecto al ao y de los dems astros relacionados entre s y con aqullos, no crees quetendr por un ser extrao a quien opine que estas cosas ocurren siempre del mismo modo y que, aun teniendo cuerpos y siendo visibles, no varan jams en lo ms mnimo, e intente por todos los medios buscar la verdad sobre ello?Tal es mi opinin contest ahora que te lo oigo decir.Entonces dije yo practicaremos la astronoma del mismo modo que la geometra, valindonos de problemas, y dejaremos las cosas del cielo si es que queremos tornar de intil en til, por medio de un verdadero trato con la astronoma, aquello que de inteligente hay por naturaleza enel alma.Verdaderamente dijo impones una tarea muchas veces mayor que la que ahora realizan los astrnomos.Y creo tambin dije yo que si para algo servimos en calidad de legisladores, nuestras prescripciones sern similares en otros aspectos.XII. Pero puedes recordarme alguna otra de las enseanzas adecuadas?No puedo dijo, al menos as, de momento.Pues no es una sola contest, sino muchas las formas que, en mi opinin, presenta el movimiento. Todas ellas las podra tal vez nombrar el que sea sabio; pero las que nos saltan a la vista incluso a nosotros son dos.Cules?Adems de la citada dije yo, la que responde a ella.Cul es sa?Parece dije que, as como los ojos han sido constituidos para la astronoma, del mismo modo los odos lo han sido con miras al movimiento armnico y estas ciencias son como hermanas entre s, segn dicen los pitagricos, con los cuales, oh, Glaucn!, estamos de acuerdo tambin nosotros. O de qu otro modo opinamos?As dijo.Pues bien dije yo, como la labor es mucha, les preguntaremos a ellos qu opinan sobre esas cosas y quiz sobre otras; pero sin dejar nosotros de mantener constantemente nuestro principio.Cul?Que aquellos a los que hemos de educar no vayan a emprender un estudio de estas cosas que resulte imperfecto o que no llegue infaliblemente al lugar a que es preciso que todo llegue, como decamos hace poco de la astronoma. O no sabes que tambin hacen otro tanto con la armona?En efecto, se dedican a medir uno con otro los acordes y sonidos escuchados y as se toman, como los astrnomos, un trabajo intil.S, por los dioses dijo, y tambin ridculo, pues hablan de no se qu espesuras y aguzan los odos como para cazar los ruidos del vecino, y, mientras los unos dicen que todava oyen entremedias un sonido y que ste es el ms pequeo intervalo que pueda darse, con arreglo al cual hay que medir, los otros sostienen, en cambio, que del mismo modo han sonado ya antes las cuerdas, y tanto unos como otros prefieren los odos a la inteligencia.Pero t te refieres dije yo a esas buenas gentes que dan guerra a las cuerdas y las torturan, retorcindolas con las clavijas; en fin, dejar esta imagen, que se alargara demasiado si hablase de cmo golpean a las cuerdas con el plectro y las acusan y ellas niegan y desafan a su verdugo y dir que no hablaba de sos, sino de aquellos a los que hace poco decamos que bamos a consultar acerca de la armona. Pues stos hacen lo mismo que los que se ocupan de astronoma.En efecto, buscan nmeros en los acordes percibidos por el odo; pero no se remontan a los problemas ni investigan qu nmeros son concordes y cules no y por qu lo son los unos y no los otros.Es propia de un genio dijo la tarea de que hablas. Pero es un estudio til dije yo para la investigacin de lo bello y lo bueno, aunque intil para quien lo practique con otras miras.Es natural dijo.XIII. Y yo creo dije, con respecto al estudio de todas estas cosas que hemos enumerado, que, sise llega por medio de l a descubrir la comunidad y afinidad existentes entre una y otras y a colegir el aspecto en que son mutuamente afines, nos aportar alguno de los fines que perseguimos y nuestra labor no ser intil; pero en caso contrario lo ser.Eso auguro yo tambin dijo. Pero es un enorme trabajo el que t dices, oh, Scrates!Te refieres al preludio dije yo o a qu otra cosa? O es no sabemos que todas estas cosas noson ms que el preludio de la meloda que hay que aprender? Pues no creo que te parezca que losentendidos en estas cosas son dialcticos.No, por Zeus! dijo, excepto un pequesimo nmero de aquellos con los que me he encontrado.Pero entonces dije, quienes no son capaces de dar o pedir cuenta de nada, crees que sabrn jams algo de lo que decimos que es necesario saber?Tampoco eso lo creo dijo.Entonces, oh, Glaucn! dije, no tenemos ya aqu la meloda misma que el arte dialctico ejecuta? La cual, aun siendo inteligible, es imitada por la facultad de la vista, de la que decamos que intentaba ya mirar a los propios animales y luego a los propios astros y por fin, al mismo sol. E igualmente, cuando uno se vale de la dialctica para intentar dirigirse, con ayuda de la razn y sin intervencin de ningn sentido, hacia lo que es cada cosa en s y cuando no desiste hasta alcanzar, con el solo auxilio de la inteligencia, lo que es el bien en s, entonces llega ya al trmino mismo de lo inteligible del mismo modo que aqul lleg entonces al de lo visible.Exactamente dijo.Y qu? No es este viaje lo que llamas dialctica?Cmo no?Y el liberarse de las cadenas dije yo y volverse de las sombras hacia las imgenes y el fuego y ascender desde la caverna hasta el lugar iluminado por el sol y no poder all mirar todava a los animales ni a las plantas ni a la luz solar, sino nicamente a los reflejos divinos que se ven en las aguas y a las sombras de seres reales, aunque no ya a las sombras de imgenes proyectadas por otra luz que, comparada con el sol, es semejante a ellas; he aqu los efectos que produce todo ese estudio de las ciencias que hemos enumerado, el cual eleva a la mejor parte del alma hacia la contemplacin del mejor de los seres del mismo modo que antes elevaba a la parte ms perspicaz del cuerpo hacia la contemplacin de lo ms luminoso que existe en la regin material y visible.Por mi parte dijo as lo admito. Sin embargo me parece algo sumamente difcil de admitir, aunque es tambin difcil por otra parte el rechazarlo. De todos modos, como no son cosas que hayan de ser odas solamente en este momento, sino que habr de volver a ellas otras muchas veces, supongamos que esto es tal como ahora se ha dicho y vayamos a la meloda en s y estudimosla del mismo modo que lo hemos hecho con el proemio. Dinos, pues, cul es la naturaleza de la facultad dialctica y en cuntas especies se divide y cules son sus caminos, porque stos parece que van por fin a ser los que conduzcan a aquel lugar una vez llegados al cual podamos descansar de nuestro viaje ya terminado.Pero no sers ya capaz de seguirme, querido Glaucn dije, aunque no por falta de buena voluntad por mi parte; y entonces contemplarlas, no ya la imagen de lo que decimos, sino la verdad en s o al menos lo que yo entiendo por tal. Ser as o no lo ser, que sobre eso no vale la pena de discutir; pero lo que s se puede mantener es que hay algo semejante que es necesario ver. No es eso?Cmo no? No es verdad que la facultad dialctica es la nica que puede mostrarlo a quien sea conocedor de lo que ha poco enumerbamos y no es posible llegar a ello por ningn otro medio?Tambin esto merece ser mantenido dijo.He aqu una cosa al menos dije yo que nadie podr afirmar contra lo que decimos, y es que exista otro mtodo que intente, en todo caso y con respecto a cada cosa en s, aprehender de manera sistemtica lo que es cada una de ellas. Pues casi todas las dems artes versan o sobre las opiniones y deseos de los hombres o sobre los nacimientos y fabricaciones, o bien estn dedicadas por entero al cuidado de las cosas nacidas y fabricadas. Y las restantes, de las que decamos que aprehendan algo de lo que existe, es decir, la geometra y las que le siguen, ya vemos que no hacen ms que soar con lo que existe, pero que sern incapaces de contemplarlo en vigilia mientras, valindose de hiptesis, dejen stas intactas por no poder dar cuenta de ellas. En efecto, cuando el principio es lo que uno sabe y la conclusin y parte intermedia estnentretejidas con lo que uno no conoce, qu posibilidad existe de que una semejante concatenacin llegue jams a ser conocimiento?Ninguna dijo.XIV Entonces dije yo el mtodo dialctico es el nico que, echando abajo las hiptesis, se encamina hacia el principio mismo para pisar all terreno firme; y al ojo del alma, que est verdaderamente sumido en un brbaro lodazal lo atrae con suavidad y lo eleva a las alturas, utilizando como auxiliares en esta labor de atraccin a las artes hace poco enumeradas, que, aunque por rutina las hemos llamado muchas veces conocimientos, necesitan otro nombre que se pueda aplicar a algo ms claro que la opinin, pero ms oscuro que el conocimiento. En algn momento anterior empleamos la palabra pensamiento; pero no me parece a m que deban discutir por los nombres quienes tienen ante s una investigacin sobre cosas tan importantes como ahora nosotros.No, en efecto dijo.Pero bastar con que el alma emplee solamente aquel nombre que en algn modo haga ver con claridad la condicin de la cosa?Bastar.Bastar, pues dije yo, con llamar, lo mismo que antes [en la alegora de la lnea dividida], a la primera parte, conocimiento; a la segunda, pensamiento; a la tercera, creencia, e imaginacin a la cuarta. Y a estas dos ltimas juntas, opinin; y a aquellas dos primeras juntas, inteligencia. La opinin se refiere a la generacin, y la inteligencia, a la esencia; y lo que es la esencia con relacin a la generacin, lo es la inteligencia con relacin a la opinin, y lo que la inteligenciacon respecto a la opinin, el conocimiento con respecto a la creencia y el pensamiento con respecto a la imaginacin. En cuanto a la correspondencia de aquello a que estas cosas se refieren y a la divisin en dos partes de cada una de las dos regiones, la sujeta a opinin y la inteligible, dejmoslo, oh, Glaucn!, para que no nos envuelvan en una discusin muchas veces ms larga que la anterior.Por mi parte dijo estoy tambin de acuerdo con estas otras cosas en el grado en que puedo seguirte.Y llamas dialctico al que adquiere nocin de la esencia de cada cosa? Y el que no la tenga, no dirs que tiene tanto menos conocimiento de algo cuanto ms incapaz sea de darse cuenta de ello a s mismo o darla a los dems?Cmo no voy a decirlo? replic.Pues con el bien sucede lo mismo. Si hay alguien que no pueda definir con el razonamiento la idea del bien separndola de todas las dems ni abrirse paso, como en una batalla, a travs de todas las crticas, esforzndose por fundar sus pruebas no en la apariencia, sino en la esencia, ni llegar al trmino de todos estos obstculos con su argumentacin invicta, no dirs, de quien es de ese modo, que no conoce el bien en s ni ninguna otra cosa buena, sino que, aun en el caso de que tal vez alcance alguna imagen del bien, la alcanzar por medio de la opinin,pero no del conocimiento; y que en su paso por esta vida no hace ms que soar, sumido en un sopor de que no despertar en este mundo, pues antes ha de marchar al Hades para dormir all un sueo absoluto?S, por Zeus! exclam; todo eso lo dir, y con todas mis fuerzas.Entonces, si algn da hubieras de educar en realidad a esos tus hijos imaginarios a quienes ahora educas e instruyes, no les permitirs, creo yo, que sean gobernantes de la ciudad ni dueos de lo ms grande que haya en ella mientras estn privados de razn como lneas irracionales.No, en efecto dijo.Les prescribirs, pues, que se apliquen particularmente a aquella enseanza que les haga capaces de preguntar y responder con la mxima competencia posible?Se lo prescribir dijo, pero de acuerdo contigo.Y no crees dije yo que tenemos la dialctica en lo ms alto, como una especie de remate de las dems enseanzas, y que no hay ninguna otra disciplina que pueda ser justamente colocada por encima de ella, y que ha terminado ya lo referente a las enseanzas?S que lo creo dijo.XV Pues bien dije yo, ahora te falta designara quines hemos de dar estas enseanzas y de qu manera.Evidente dijo.Te acuerdas de la primera eleccin de gobernantes y de cules eran los que elegimos?Cmo no? dijo.Entonces dije considera que son aqullas las naturalezas que deben ser elegidas tambin en otros aspectos. En efecto, hay que preferir a los ms firmes y a los ms valientes, y, en cuanto sea posible, a los ms hermosos. Adems hay que buscarlos tales que no slo sean generosos y viriles en sus caracteres, sino que tengan tambin las prendas naturales adecuadas a esta educacin.Y cules dispones que sean?Es necesario, oh, bendito amigo! dije, que haya en ellos vivacidad para los estudios y que no les sea difcil aprender. Porque las almas flaquean mucho ms en los estudios arduos que en los ejercicios gimnsticos, pues les afecta ms una fatiga que les es propia y que no comparten con el cuerpo.Cierto dijo.Y hay que buscar personas memoriosas, infatigables y amantes de toda clase de trabajos. Y si no, cmo crees que iba nadie a consentir en realizar, adems de los trabajos corporales, un semejante aprendizaje y ejercicio?Nadie lo hara dijo a no ser que gozase de todo gnero de buenas dotes.En efecto, el error que ahora se comete dije yo y el descrdito le han sobrevenido a la filosofa, como antes decamos, porque los que se le acercan no son dignos de ella, pues no se le deberan acercar los bastardos, sino los bien nacidos.Cmo? dijo.En primer lugar dije yo, quien se vaya a acercar a ella no debe ser cojo en cuanto a su amor al trabajo, es decir, amante del trabajo en la mitad de las cosas y no amante en la otra mitad . Esto sucede cuando uno ama la gimnasia y la caza y gusta de realizar toda clase de trabajos corporales sin ser, en cambio, amigo de aprender ni de escuchar ni de investigar, sino odiador de todos los trabajos de esta especie. Y es cojo tambin aquel cuyo amor del trabajo se comporta de modo enteramente opuesto.Gran verdad es la que dices contest.Pues bien dije yo, no consideraremos igualmente como un alma lisiada con respecto a la verdad a aquella que, odiando la mentira voluntaria y soportndola con dificultad en s misma e indignndose sobremanera cuando otros mienten, sin embargo acepta tranquilamente la involuntaria y no se disgusta si alguna vez es sorprendida en delito de ignorancia, antes bien, se revuelca a gusto en ella como una bestia porcina?Desde luego dijo.Tambin con respecto a la templanza dije yo y al valor y a la magnanimidad y a todas las partes de la virtud hay que vigilar no menos para distinguir el bastardo del bien nacido. Porque cuando un particular o una ciudad no saben discernir este punto y se ven en el caso de utilizar a alguien con miras a cualquiera de las virtudes citadas, en calidad de amigo el primero o de gobernante la segunda, son cojos y bastardos aquellos de que inconscientemente se sirven.Efectivamente dijo, tal sucede.As, pues, hemos de tener dije yo gran cuidado con todo eso. Porque, si son hombres bien dispuestos en cuerpo y alma los que eduquemos aplicndoles a tan importantes enseanzas y ejercicios, la justicia misma no podr echarnos nada en cara y salvaremos la ciudad y el sistema poltico; pero, si los aplicados a ello son de otra ndole, nos ocurrir todo lo contrario y cubriremos a la filosofa de un ridculo todava mayor.Sera verdaderamente vergonzoso dijo.Por completo dije. Pero me parece que tambin a m me est ocurriendo ahora algo risible.Qu? dijo.Me olvid dije de que estbamos jugando y habl con alguna mayor vehemencia. Pero es que, mientras hablaba, mir a la filosofa, y creo que fue al verla tan indignamente afrentada cuando me indign y, encolerizado contra los culpables, puse demasiada seriedad en lo que dije.No, por Zeus! exclam, no es esa la opinin de quien te escucha.Pero s la de quien habla dije. Mas no olvidemos esto: que, si bien en la primera eleccin escogamos a ancianos, en esta segunda no ser posible hacerlo. Pues no creamos a Soln cuando dice que uno es capaz de aprender muchas cosas mientras envejece; antes podr un viejo correr que aprender y propios son de jvenes todos los trabajos grandes y mltiples.Por fuerza dijo.XVI. De modo que lo concerniente a los nmeros y a la geometra y a toda la instruccin preliminar que debe preceder a la dialctica hay que ponrselo por delante cuando sean nios, pero no dando a la enseanza una forma que les obligue a aprender por la fuerza.Por qu?Porque no hay ninguna disciplina dije yo que deba aprender el hombre libre por medio de la esclavitud. En efecto, si los trabajos corporales no deterioran ms el cuerpo por el hecho de haber sido realizados obligadamente, el alma no conserva ningn conocimiento que haya penetrado en ella por la fuerza.Cierto dijo.No emplees, pues, la fuerza, mi buen amigo dije, para instruir a los nios; que se eduquen jugando y as podrs tambin conocer mejor para qu est dotado cada uno de ellos.Es natural lo que dices respondi.Pues bien te acuerdas pregunt de que dijimos que los nios haban de ser tambin llevados a la guerra en calidad de espectadores montados a caballo y que era menester acercarlos a ella, siempre que no hubiese peligro, y hacer que, como los cachorros, probasen la sangre?Me acuerdo dijo.Pues bien dije, al que demuestre siempre una mayor agilidad en todos estos trabajos, estudios y peligros, a se hay que incluirlo en un grupo selecto.A qu edad? dijo.Cuando haya terminado dije ese perodo de gimnasia obligatoria que, ya sean dos o tres los aos que dure, les impide dedicarse a ninguna otra cosa; pues el cansancio y el sueo son enemigos del estudio. Adems una de las pruebas, y no la menos importante, ser esta de cmo demuestre ser cada cual en los ejercicios gimnsticos.Cmo no? dijo.Y despus de este perodo dije yo los elegidos de entre los de veinte aos obtendrn mayores honras que los dems y los conocimientos adquiridos separadamente por stos durante su educacin infantil habr que drselos reunidos en una visin general de las relaciones que existen entre unas y otras disciplinas y entre cada de ellas y la naturaleza del ser.Ciertamente dijo, es el nico conocimiento que se mantiene firme en aquellos en que penetra.Adems dije yo es el que mejor prueba si una naturaleza es dialctica o no. Porque el que tiene visin de conjunto es dialctico; pero el que no, se no lo es.Lo mismo pienso dijo.Ser, pues, necesario dije yo que consideres esto, y que a quienes, adems de aventajar a los otros en ello, se muestren tambin firmes en el aprendizaje y firmes en la guerra y en las dems actividades, a stos los separes nuevamente de entre los ya elegidos, tan pronto como hayan rebasado los treinta aos, para hacerles objeto de honores an ms grandes e investigar, probndoles por medio del poder dialctico, quin es capaz de encaminarse hacia el ser mismo en compaa de la verdad y sin ayuda de la vista ni de los dems sentidos. Pero he aqu una labor que requiere grandes precauciones, oh, amigo mo!Por qu? pregunt.No observas dije yo cun grande se hace el mal que ahora afecta a la dialctica?Cul? dijo.Creo dije que se ve contaminada por la iniquidad.En efecto dijo.Consideras, pues, sorprendente lo que les ocurre dije y no les disculpas?Porqu razn? dijo.Esto es dije como si un hijo putativo se hubiese criado entre grandes riquezas, en una familia numerosa e importante y rodeado de multitud de aduladores y, al llegar a hombre, se diese cuenta de que no era hijo de aquellos que decan ser sus padres, pero no pudiese hallar a quienes realmente le haban engendrado. Puedes adivinar en qu disposicin se hallara con respecto a los aduladores y a sus supuestos padres en aquel tiempo en que no supiera lo de la impostura y en aquel otro en que, por el contrario, la conociera ya? O prefieres escuchar lo que yo imagino?Lo prefiero dijo.XVII. Pues bien, supongo dije que honrara ms al padre y a la madre y a los dems supuestos parientes que a los aduladores, y tolerara menos que estuviesen privados de nada, y les hara o dira menos cosas con que pudiera faltarles, y en lo esencial desobedecera menos a aqullos que a los aduladores durante el tiempo en que no conociese la verdad.Es natural dijo.Ahora bien, una vez se hubiese enterado de lo que ocurra, me imagino que sus lazos de respeto y atencin se relajaran para con aqullos y se estrecharan para con los aduladores; que obedecera a stos de manera ms sealada que antes y acomodara su vida futura a la conducta de ellos, con los cuales convivira abiertamente; y, a no estar dotado de un natural muy bueno, no se preocupara en absoluto de aquel su padre ni de los dems parientes supuestos.S; sucedera todo lo que dices respondi. Pero en qu se relaciona esta imagen con los que se aplican a la dialctica?19En lo siguiente. Tenemos desde nios, segn creo, unos principios sobre lo justo y lo honroso dentro de los cuales nos hemos educado obedecindoles y respetndoles a fuer de padres.As es.Pero hay tambin, en contraposicin con stos, otros principios prometedores de placer que adulan a nuestra alma e intentan atraerla hacia s sin convencer, no obstante, a quienes tengan la ms mnima mesura; pues stos honran y obedecen a aquellos otros principios paternos.As es.Y qu? dije yo. Si al hombre as dispuesto viene una interrogacin y le pregunta qu es lo honroso, y al responder l lo que ha odo decir al legislador le refuta la argumentacin y, confutndole mil veces y de mil maneras, le lleva a pensar que aquello no es ms honroso que deshonroso y que ocurre lo mismo con lo justo y lo bueno y todas las cosas por las que senta la mayor estimacin, qu crees que, despus de esto, har l con ellas en lo tocante a honrarles y obedecerlas?Es forzoso dijo que no las honre ya ni les obedezca del mismo modo.Pues bien dije yo, cuando ya no crea, como antes, que son preciosas ni afines a su alma, pero tampoco haya encontrado todava la verdad, existe alguna otra vida a que naturalmente haya de volverse sino aquella que le adula?No existe dijo.Entonces se advertir, creo yo, que de obediente para con las leyes se ha vuelto rebelde a ellas.Por fuerza.No es, pues, natural dije lo que les sucede a quienes de tal modo se dan a la dialctica y no son como antes deca yo, muy dignos de que se les disculpe?Y de que se les compadezca dijo.Pues bien, para que no merezcan esa compasin tus treintaales, no hay que proceder con la mxima precaucin en su contacto con la dialctica?Efectivamente dijo.Y no es una gran precaucin la de que no gusten de la dialctica mientras sean todava jvenes? Porque creo que no habrs dejado de observar que, cuando los adolescentes han gustado por primera vez de los argumentos, se sirven de ellos como de un juego, los emplean siempre para contradecir y, a imitacin de quienes les confunden, ellos a su vez refutan a otros y gozan como cachorros dando tirones y mordiscos verbales a todo el que se acerque a ellosS, gozan extraordinariamente dijo.Y una vez que han refutado a muchos y sufrido tambin muchas refutaciones, caen rpidamente en la incredulidad con respecto a todo aquello en que antes crean y como consecuencia de esto desacreditan ante los dems no slo a s mismos, sino tambin a todo lo tocante a la filosofa.Muy cierto dijo.En cambio dije yo, el adulto no querr acompaarles en semejante mana e imitar ms bien a quien quiera discutir para investigar la verdad que a quien por divertirse haga un juego de la contradiccin; y as no slo se comportar l con mayor mesura, sino que convertir la profesin de deshonrosa en respetable.Exactamente dijo.Y no es por precaucin por lo que ha sido dicho todo cuanto precedi, a esto, lo de que sean disciplinados y firmes en sus naturalezas aquellos a quienes se vaya a hacer partcipes de la dialctica de modo que no pueda aplicarse a ella, como ahora, el primer recin llegado que carezca de aptitud?Es cierto dijo.

XVIII. Ser, pues, suficiente que cada uno se dedique al estudio de la dialctica de manera asidua e intensa, sin hacer ninguna otra cosa, sino practicando con el mismo ahnco que en los ejercicios corporales durante un nmero de aos doble que antes?Son seis dijo o cuatro los que dices?No te preocupes dije: pon cinco. Porque despus de esto les tendrs que hacer bajar de nuevo a la caverna aquella y habrn de ser obligados a ocupar los cargos ataederos a la guerra y todos cuantos sean propios de jvenes para que tampoco en cuanto a experiencia queden por bajo de los dems. Y habrn de ser tambin probados en estos cargos para ver si se van a mantener firmes cuando se intente arrastrarles en todas direcciones o si se movern algo.Y cunto tiempo fijas para esto? dijo.Quince aos contest. Y una vez hayan llegado a cincuentenarios, a los que hayan sobrevivido y descollado siempre y por todos conceptos en la prctica y en el estudio hay que conducirlos ya hasta el fin y obligarles a que, elevando el ojo de su alma, miren de frente a lo que proporciona luz a todos; y, cuando hayan visto el bien en s, se servirn de l como modelo durante el resto de su vida, en que gobernarn, cada cual en su da, tanto a la ciudad y a los particulares como a s mismos; pues, aunque dediquen la mayor parte del tiempo a la filosofa, tendrn que cargar, cuando les llegue su vez, con el peso de los asuntos polticos y gobernar uno tras otro por el bien de la ciudad y teniendo esta tarea no tanto por honrosa como por ineludible. Y as, despus de haber formado cada generacin a otros hombres como ellos a quienes dejen como sucesores suyos en la guarda de la ciudad, se irn a morar en las islas de los bienaventurados y la ciudad les dedicar monumentos y sacrificios pblicos honrndoles como a demones si lo aprueba as la pitonisa, y si no, como seres beatos y divinos.Qu hermosos son, oh, Scrates exclam, los gobernantes que, como un escultor, has modelado!Y las gobernantas, Glaucn dije yo. Pues no creas que en cuanto he dicho me refera ms a los hombres que a aquellas de entre las mujeres que resulten estar suficientemente dotadas.Nada ms justo dijo, si, como dejamos sentado, todo ha de ser igual y comn entre ellas y los hombres.Y qu? dije. Reconocis que no son vanas quimeras lo que hemos dicho sobre la ciudad y su gobierno, sino cosas que, aunque difciles, son en cierto modo realizables, pero no de ninguna otra manera que como se ha expuesto, es decir, cuando haya en la ciudad uno y varios gobernantes que, siendo verdaderos filsofos, desprecien las honras de ahora, por considerarlas innobles e indignas del menor aprecio, y tengan, por el contrario, en la mayor estima lo recto, con las honras que de ello dimanan, y, por ser la cosa ms grande y necesaria, lo justo, a lo cual servirn y lo cual fomentarn cuando se pongan a organizar su ciudad?Cmo? dijo.Enviarn al campo dije a todos cuantos mayores de diez aos haya en la ciudad y se harn cargo de los hijos de stos, sustrayndolos a las costumbres actuales y practicadas tambin por los padres de ellos, para educarlos de acuerdo con sus propias costumbres y leyes, que sern las que antes hemos descrito. No es este el procedimiento ms rpido y simple para establecer el sistema que exponamos de modo que, siendo feliz el Estado, sea tambin causa de los ms grandes beneficios para el pueblo en el cual se d?S, y con mucho dijo. Me parece, Scrates, que has hablado muy bien de cmo se realizar, si es que alguna vez llega a realizarse.Y no hemos dicho ya pregunt yo demasiadas palabras acerca de esta comunidad y del hombre similar a ella? Pues tambin est claro, segn yo creo, cmo diremos que debe ser ese hombre.Est claro dijo. Y con respecto a lo que preguntas, me parece que esto se ha terminado. II. Interpretacin de hechos argumentales :En este mito nosotros los humanos somos los prisioneros y las sombras de los otro humanos que vemos y las cosas que se proyectan al pasar son las apariencias que captamos con nuestros sentidos y pensamos que es real y que esa es la verdad (el mundo sensible ) las cosas naturales de el mundo que esta afuera de la caverna y que nosotros los prisioneros no vemos sera el mundo real , el mundo de las ideas , en el cual la mxima idea del bien la representamos como el sol , y cuando uno de los prisioneros logra liberarse de las cadenas pero sufre en el intento por salir lo podemos interpretar en como nosotros los humanos sufrimos para llegar a esa realidad a esa verdad y conocimiento y dejar atrs esa visin falsa de la realidad , y cuando logra salir de la caverna conoce all el mundo real , y este mismo es el que debe volver por sus hermanos y dirijirlos y llevarlos al mundo exterior fuera de la caverna (el mundo real), a este prisionero se le podra representar tambin como filosofo por que piensa y medita sobre el mundo que nos rodea y no se queda callado por algo que pasa si no que busca una justificacin y es all a donde todos debemos ir , es decir buscar la verdad.III. Autocrtica:Lo que Platon quiso decir o dar a entender es que las cosas que vemos no es la realidad en si . esta son tan solo teoras , hay cosas que aun no logramos comprender por que esa realidad nunca ha existido para nosotros y es lo que pasa actualmente con lo que vemos en las noticias , radio , televisin , libros , todo lo que vemos all lo creemos , entonces nos hacemos prisioneros , y caemos atrapados en esas realidades, aquellas cadenas que nos atan los brazos , piernas y espeacialmente la mente y no nos dejan pensar y manifestar nuestra verdad, sin embargo lo que platon en el libro quera explicar era que la educacin no haba sido la correcta por eso aquellos hombres eran prisioneros , cuando uno no aprender a contemplar la realidad y aprendeemos a contemplar la realidad social , es como ser un prisionero que creemos a las noticias , la televisin , peridicos y toda la realidad tal y como se nos esta mostrando la creemos sin hacer un juicio critico , y en esa parte en que todas esas personas que te interpretan una realidad y tu lo vez y consideras que esas sombras que te estn proyectando atraves del fuego son verdaderas ,, por que a ellos les conviene que esas sombras seas verdaderas , por lo tanto nunca nos cuestionaremos , pero si logramos desencadenarnos y logramos salir de la caverna y dejamos de ver esas cosas y realidades falsas y empezamos a emitir juicios crticos sobre esa realidad , ser all donde encontraremos la verdad y descubriremos que fuimos engaados y que ahora si vamos a ver la realidad desde nuestra propio punto de vista critico .

IV. Decisin alternativa: