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    lnstituciones educatiuasde poltica nacional

    UEHE5UENPOUilMN"El Estado popular debe cuidar, sobre todo, de que nisiquiera una'sola generacin sea formada por quienessitan el espritu hogareo por encima de todo." Estaes la consigna que seal Hitler a la educacinnacionalsocialista. El 20 de abril de 1933, primercumpleaos del "Fhrer,, tras la toma del poder, quedinaugurada la primera institucin educativanacional-poltica del nuevo rgimen. Las "n?polas",se las conoca, estaban destinadas a proporcionarestudios de bachillerato a chicos y chicas selectos, enuna funcin paralela a la de los institutos y escuelasComo responsables de estos centros fueronconvocados viejos militantes del partido. Ello respondaa la repulsa generalizada de Hitler respecto del cuerpo

    profesores ordinario. Caracterstica bsica era que semuy poco valor a la formacin intelectual, paralas condiciones educativas del deporte y de laAs se daba cumplimiento pretenciosamentea una antigua mxima pedaggica: "Fuertes de cuerpoy alma', con la que generaciones pasadas habantratado de formar a la juventud. Sin embargo las-napolas> se diferenciaban notablemente de susprecedentes. En poco tiempo se infunda a los jvenescapacidad de lucha y una urbanidad y se trataba deabarcar el ideal de una educacin polifactica apoyada]a realidad de una formacin militar estricta. Sobre ese'enrneno tratan los siguientes relatos personales.

    l'l.rr'r* S*.q..

    :i.-{.}...",,.

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    iTe falta coraie !De un relato escrito por elalumno de "napola,,R. Gruhl.iegf ried Leutwein perteneca ?un grupo cuyo jefe se llama:aHarms: Uwe Harms.En l todo era puramente ge'-mnico. Cabellos sedosos. ce asincoloras, ojos saltones, casi desorbi:a-dos cuando lmparta sus rdenes. Au"le faltaba la mirada de bronce, pe.cUwe ensayaba esa actitud a la pri me'aocasin, mirndose en un espejito c:bolsillo.Poda hinchar el trax y apretar rec a-mente los puos. Cada taconazo suycpareca un disparo. Sus muslos tarr-bin, estaban formados germnicamer',-te. Se perfilaban con esa plstica mus-

    cular que los haca adecuados para ramarcha del campo y la flexin de rod -llas, tan propias del jefe de juventudes.Cuando marchaba, las plantas de suspies resonaban con f uerza contra eempedrado y haca que el plinto setambalease al dar el salto..Te falta coraje!', le deca a un mu-chacho de su grupo. "Tienes buenavoluntad, pero falta reciedumbre. Cmovas a dar a Alemania hasta lo l-timo de ti?' Siegfrred Leutwein no losaba, por supuesto. Slo saba que lareciedu mbre era algo incmodo. Suscabellos eran tan sutiles como sus pier-nas. No se desmelenaba ni sus muslosadquiriran jams formas germnicas. Eraun tipo de la cuarta categora. Durante elprimer medio ao las cosas fueron bienen el centro de formacin estatal dePln. De repente apareci el coman-dante y Standartenfhrer Schenk, pardoy tieso, y el centro recibi la consignade convertirse en la primera institucineducativa nacional-poltica del Reich."T te llamas Siegfried", dijo Harms."Siegfried. Sabes qu significa estenombre? Conoces las obligacionesque comporta llamarse as? No, no losabes. No haces otra cosa que arrastrarel trasero por el suelo."Todo se articulaba de un modo mons-truosamente rgido. Siegfried pertenecaa la sala Schill, llamada as en memoriade Ferdinand Schill, muerto heroica-mente en 1809. Harms contemplabamuchas veces su imagen con granenvidia. Presida el grupo que dormaen aquella sala. Cuatro de esos gruposformaban la .Cuarta', o segunda sec-El deporte ocupaba en las"napolas" un lugar prelerente.l-as escuelas estabanmagnificamenfe dotadas detoda clase de aparafosde gimnasia.

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    cin de las cuatro que integraban lasegunda centuria.Klaus Reinhart era el jef e de estasegunda seccin. Su porte no corres-ponda precisamente a ese cometido,muy a pesar suyo. No era un germ-nico puro. Llevaba gafas y su rostro separeca al del conocido judo que eraLassalle, de donde le vena al mucha-cho su apodo. Encorvado hacia adelan-te, sus piernas apenas podan sostenerel tronco. Klaus Reinhart Lassalle losupla todo con voluntad, dureza y acti-tudes. Las rdenes de mando queimparta iban invariablemente precedi-das por una casi amenazadora:"Aaaa, derecha!""Aaaa, carrera, un, dos, un, dos!".Aaaa, vista al frente... ya!'El jefe de la institucin jams habatenido un colaborador as.El jefe, prof esor y educador de lasegunda seccin era el jefe de centuriaDruck, responsable al tiempo de lasegunda centuria.Darl Gottlob Druck borr por su cuentay riesgo su segundo nombre tras latoma del poder por los nazis. Lo hizoen atencin a su significado: "Loadosea Dios." El indivi.duo meda un metrosesenta y ocho. Sus hombros erantremendamente anchos; su cabeza, decorte dolicocfalo. Por su propio es-fuerzo haba llegado a asesor de estu-dios. El reconocimiento y la alta estimaen que Druck tena al Fhrer no cabeen palabras humanas. Su objetivo pro-fesional era terminante: llegar a directorde una.napola'. Durante los ejerci-cios, Druck gritaba por los altavoces:.Si la centuria no me sigue, en mediode quin voy a sentarme luego?"Ciento dieciocho chicos, silenciososhasta el momento, gritaban entonces:.Con Druck, jefe de centuria." "Exacto.El sol brilla y calienta nuestra mochila.'La centuria lo coreaba.Slo Druck dominaba el arte del saltodesde la tabla a tres metros de altura.Slo poda hacerlo Druck.El lefe del centro, Schenk, tena predi-:eccin por los actos solemnes de lar oche.El da de la tormenta en Annabergs;rgi de la oscuridad a la luz de lasantorchas, y su imagen, recortada ena niebla, pareca el espectro de un:aido en el campo de batalla. Esa^:che se representaba un cuadro es-:nico en el patio cuadrado. El temaera la muerte de un joven militante dei-naberg. El muchacho deba extin-g- rse mientras repeta que no estaba: spuesto a dar toda su vida por Ale-a"ria. Entonces pregunt Siegfried_e-twein a su veCino: "y pOr qun)au Su compaero le mir; y sUSo entes castaeteaban.fre^ovacin del servicio milrtar obligato-rc !' general en marzo de 1934. Ocu-

    pacin de Renania en 1936. Da enmemoria de los hroes.Y por fin el 28 de junio.Da de Versalles.Este era el programa de los diferentescuadros escnicos.Alarma nocturna. Posicin de firmes'por un momento.Maldito recua, pens Leutwein. "Fueracon ellos, fuera con ellos", rugi Rein-hart Lassalle en la sala Schill..Lasegunda seccin es la primera. Pro-blema de tiempo?"Lo malo es que careca de reloj parasolucionar este problema horario. Tam-bin en eso se pareca al Fhrer.Las centurias estaban entumecidas,mientras marchaban por aquel patiosombro. El castillo se alzaba, amena-zador, hacia un firmamento dominadopor la oscuridad de la noche. Lasantorchas humeaban. Los hombrecitosavanzaban somnolientos, aplastadospor las mochilas.Schenk se col en la mitad, con su.barbilla angulosa, recio como el acero,vestido de gris verdoso. El jefe de laprimera centuria reprendi con grandesvoces a 18 profesores y 274 mucha-chos. Luego, volvi la cabeza haciael horizonte y su mirada se perdi en elinfinito. .Hombres jvenes de la insti-tucin de Pln para la educacinnacional-poltica", diio Schenk en tonode recriminacin. Por supuesto an nose le poda exigir el que hubiese adqui-rido ya los tonos que salan de lagarganta del Fhrer.Luego coment el motivo por el que seencontraban todos all.28 de junio de 19.19.Sala de los espejos de Versalles.Las malditas plumas de los traidoresaranan el papel gabacho.Quince partes, con cuatrocientos cua-renta artculos, la mayor ignominia queconocieron los siglos. Y la mentira ve-nenosa de la culpabilidad de la guerra.Ay de aqul a quien, el da de maanano le hirviese la sangre: tenamos quemantenernos inflamados hasta que laignominia quedase reparada!Marcha en silencio al parque, rodeadospor el fulgor de las antorchas. Cuadroal aire libre, envuelto en la oscuridad.Una cancin: La patria sacrosanta, enpeligro.Recitado: Alarma, alarma, avisan lascampanas de torre en torre. DietrichEckart. Leutwein bosteza con la manopuesta en la barbilla. Cancin: Puebloen armas.Locutor: Quien ha prestado juramentosobre la bandera de Prusia... ya notiene nada que le pertenezca.Alocucin del jefe de centuria vonBenthien. Su padre fue propietario dealgunas tierras en la Marca del Norte.Colofn: Nuestro director, comandantey Standartenfhrer Schenk, aparece

    vistiendo el uniforme gris verdoso ytocado con el casco de acero. Es elmediador entre dos millones de muer-tos de la primera Guerra Mundiat ynosotros.Locutor: T no eres nada... Tu puebiclo es todo.Palabras finales de Schenk: Precisa-mente en ese momento hay que recu-rrir a la memoria humana para agrade-cer a quien hace posible que estemosaqu. A nuestro caudillo Adolf Hitler.Sieg, Heill (tres veces).Himno de la nacin. Marcha en silen-cio, de regreso. Por fortuna todavapodramos dormir tres horas.En clase, exposicin detallada de laguerra mundial, incluidos antecedentes.todo ello, desde luego, muy dentro dela visin nacionalsocialista. lncluso elprof esor de ingls habl en aquellaocasin en alemn y subray sus mri-tos como of icial en la reserva. S:'')esperaba volver a lnglaterra y entravsu pas al frente de una compaa.En matemticas calculbamos la sumatotal de las reparaciones exigidas por elTratado de Versalles.Al medioda celebrbamos una veladaen la sala de los caballeros del castillo.Los huecos de las ventanas, que dabanal patio y al lago, estaban cubiertoshabitualmente con trapos negros. Enesas ocasiones se descubran. Luegose colgaban otros paos ms impene-trables a la luz, se situaba junto a ellosun pupitre negro y, atravesado por unpual, un libro igualmente negro.Era el Tratado.La obra del infierno. La vergenza de largnominia. El estigma de los corazones.El engendro de las potencias imperialis-tas. El vmito de Clmenceau. A am-bos lados del pupitre pendan cadenasnegras ya enmohecidas,. aportacin q_-pecial de los de la primera superioJdesmontadas por ellos del acceso alaparcamiento.Eran las cadenas de Versalles.Con miradas de acero, el semicrculono apartaba sus ojos de los traposnegros.Gemidos entrecortados.Qu les pasa a esos exactamente,pens entonces Siegfried Leutwein.

    Arriba: un aspecto de la clase, En lapizarra, el inevitable tema de ,as teoriassore ,a herencia gentica. En el centro:formacin premiltar. Un jee de seccin (esdecir prol*or) se ejercita con sus alumnosen la intetpretacin de mapas y en losmtodos de oilentacin en el campo, Abajo:tambin habia *napolas' parc las chicas,Las lneas sicas de su educacin eranfundamentalmente igual* a las de losmuchachos. Todo ello estaba calcado de laconsigna de Hitler:

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    No interesanmiopes ni prshitasCondiciones paraingresar en una "napola".

    n su calidad de centros para laeducacin nacional-poltica co-munitaria, las "napolas' tenanla misin de conseguir hombresdisponibles para el pueblo ale-mn, que hubiesen crecido en un climade sacrificio y exigencia, capaces deser la generacin rectora en un futuroinmediato. Para ello su educacin debiade ser multiforme, especialmente rgiday prolongada durante aos.Para cumplir esa funcin precisabantales centros de un plantel de aspiran-tes sanos, racialmente puros, de buencarcter y muy dotados en cuanto acondiciones anmicas.Los candidatos que no cu mpliesenesas condiciones sublimes podan re-nunciar de antemano al ingreso. De unmodo especial se insista, para rechazarinscripciones no deseadas, que unasituacin econmica def iciente o u naposicin social deprimida de los padresno eran razn alguna para que setuviese que acceder a la admisin delmuchacho aspirante a un puesto en uncentro de f ormacin nacional-poltica.Tan slo era decisivo para que se leabriesen las puertas, el que contasecon una disposicin especial que, unavez dentro del colegio, deba plasmarseen capacidad y buen comportamiento.Junto a la necesaria formacin cientf icay al moldeamiento del carcter, se pro-curaba, segn la hoja de condtciones,en todos estos centros que el alumnodesarrollase su figura corporal medianteel ejercicio de numerosos deportes yjuegos. La formacin terica y la edu-cacin fsica tenan una especial mani-festacin en primavera y otoo, en losque se realizaban ejercicios conjuntos ycampeonatos, excursiones, viajes y sa-lidas al extranjero. El ao escolar termi-naba al superar el alumno una pruebade madurez que le permita ingresar enla universidad o en una escuela tcnicasuperior.Ni los miopes ni los prsbitas, comotampoco los sordos, reciban conside-racin alguna cuando solicitaban elingreso.Una vez dentro de una "napola" habaque pagar una pensin anual (inclutdala matrcula), proporcionada a la situa-cin econmica de los padres del mu-chacho, que se acercaba a los 50marcos mensuales. Aparte de eso ha-ba becas otorgadas por determinadoscrculos. f,

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    Prueba de valorB. Baumann, alumno de unar'r?Pol?,,, recuerda aqu ella poca.

    lleg el da de la prueba de va-lor. Nos condujeron a una ha-bitacin del primer piso en elprimer pabelln, cuya ventanadaba directamente sobre la ex-principal de Schulpforta. Lay una rampa deatravesada, llevaba directa-la ventana. Entonces sereuni a los que bamos a some-a la prueba junto a la paredde la habitacin, se nos en-nota escrita y se nos soltpequea conferencia. Tenamosrecordar la imagen del Fhrerda tras da, en la guerra, corracesar avanzando entre el fuegopara llevar noticias importan-Ahora nosotros tenamos que de-que ramos unos hombres he-y derechos, capaces de rcorrerrampa sin pensarlo y de lanzarse alLuego debamos recorrer un tre-para llevar unlo ms rpidamente posible apunto sealado de antemano. Quienel primero con la nota a lael vencedor. lmpresio-y arriesgado, pens yo entonces.por supuesto que volveramos alcon los huesos rotos. Con todo,pude evitar detenerme cuando me

    ya en la rampa. Luego, mirIa ventana una lona tendida ade cama elstica, y salt. Des-una vez en el suelo, recorr elrcuito de cestas y barreras trazado eno que fue jardn conventual, atrave-el arroyo y el campo de Schulp-Sobre el riachuelo se haba ten-una cuerda que haba servidocomo amarra de un avin sinTenamos que cruzar la corrientepor la maroma. Cuandonos encontrbamos en la mitadcauce nuestra posicin era incmo-hasta el punto de que debamosrarnos todo lo que pudisemos paracaer en el arroyo. Eso no hu-:se constituido problema alguno si noporque entonces, antes de Pas-ei agua no estaba completamentey haba an nieve. En previ-: - de cadas se haba cortado lacie de tmpanos un par de me-a un lado y otro de la cuerda, deque no pudisemos caer en el:: SrlC en el agua.' 'al pareca. un nmero de rodeo.amos eue cabalgar a lomos de unc que an no haba aceptado lai ar:mal giraba en crculo, atado a'a-a. E alumno se lanzaba a la,: te. a cue ag.jantar todo lo que

    Arriba: un alumno se deslizapor Ia cuerda sobre unaoyo. Una prueba de valormuy estimada.Derecha: en el patio de la"napola, de Schulplorta. Enesta antigua escuela deprncipes se formaron variasgeneracones de alumnosselectos antes de gue seapropiasen de ella los nazis.

    pudiese. Para los cursos superiores erauna diversin grandiosa ver cmo losnuevos trataban de hacerse con elcaballo y caan sin excepcin.Cualquiera poda romperse los huesos yalgunos de nosotros terminamos as.Nuestros educadores lo comentabandespus citando a Nietzsche: "Alabadosea todo aquello que nos hace duros."