Narrativa anterior a 1936

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Durante los primeros años del s. XX continuaron las tendencias narrativas de finales del s.XIX. Muchos de los escritores de la novela realista prolongaron su labor literaria en estos años: Galdós, Pardo Bazán, Vicente Blasco-Ibánez (naturalista), y otros autores , como Felipe Trigo y Eduardo Zamacois, representantes de la novela galanteo erótica, se mantienen afines a la corriente realista. Sin embargo, es en esta época cuando se produce una reacción contra el Realismo y el Naturalismo. En los jóvenes novelistas del momento se observa una firme voluntad innovadora tanto en los temas como en las formas narrativas y empieza a producirse una notable transformación de algunos aspectos de la novela tradicional. En este contexto de reacción y renovación surge un grupo de autores conocidos como la Generación del 98. La Generación del 98: Con este nombre se conoce a un grupo de escritores que desarrolla su creación literaria a finales del s. XIX y principios del S XX y que surge como con secuencia de tres circunstancias: .- La crisis política, económica y moral de España a finales del s. XIX, agudizada por la pérdida de las últimas colonias en 1898 (Cuba, Puerto Rico y Filipinas) .- El agotamiento de las formas narrativas del Realismo y Naturalismo .- El influjo extranjero en el pensamiento de estos escritores, especialmente de Schopenhauer, Nietsche, Ibsen y Kierkegaad. En todos ellos se percibe la protesta contra la mentalidad positiva y el realismo burgués. Los autores del 98, Unamuno, Azorín, Baroja, Maeztu, Antonio Machado y Valle-Inclán, manifiestan su protesta contra las costumbres decadentes de la sociedad española y proponen una reforma total de las conductas sociales y morales de los españoles. Todos los autores desarrollaron un idealismo de carácter neorromántico frente al materialismo positivista del periodo precedente. La triste realidad española les causaba pesadumbre y pesimismo, pero miraban confiadamente hacia el futuro y pretendían crear con sus libros un nuevo espíritu y una España mejor. El idealismo y el tono crítico, sumados a una profunda actitud individualista, provocaron una defensa del subjetivismo, de la visión personal de las cosas frente a la fiel reproducción de la realidad que pretendían los autores realistas.

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Durante los primeros años del s. XX continuaron las tendencias narrativas de finales del s.XIX. Muchos de los escritores de la novela realista prolongaron su labor literaria en estos años: Galdós, Pardo Bazán, Vicente Blasco-Ibánez (naturalista), y otros autores , como Felipe Trigo y Eduardo Zamacois, representantes de la novela galanteo erótica, se mantienen afines a la corriente realista.

Sin embargo, es en esta época cuando se produce una reacción contra el Realismo y el Naturalismo. En los jóvenes novelistas del momento se observa una firme voluntad innovadora tanto en los temas como en las formas narrativas y empieza a producirse una notable transformación de algunos aspectos de la novela tradicional. En este contexto de reacción y renovación surge un grupo de autores conocidos como la Generación del 98.

La Generación del 98: Con este nombre se conoce a un grupo de escritores que desarrolla su creación literaria a finales del s. XIX y principios del S XX y que surge como con secuencia de tres circunstancias:

.- La crisis política, económica y moral de España a finales del s. XIX, agudizada por la pérdida de las últimas colonias en 1898 (Cuba, Puerto Rico y Filipinas)

.- El agotamiento de las formas narrativas del Realismo y Naturalismo

.- El influjo extranjero en el pensamiento de estos escritores, especialmente de Schopenhauer, Nietsche, Ibsen y Kierkegaad. En todos ellos se percibe la protesta contra la mentalidad positiva y el realismo burgués.

Los autores del 98, Unamuno, Azorín, Baroja, Maeztu, Antonio Machado y Valle-Inclán, manifiestan su protesta contra las costumbres decadentes de la sociedad española y proponen una reforma total de las conductas sociales y morales de los españoles.

Todos los autores desarrollaron un idealismo de carácter neorromántico frente al materialismo positivista del periodo precedente. La triste realidad española les causaba pesadumbre y pesimismo, pero miraban confiadamente hacia el futuro y pretendían crear con sus libros un nuevo espíritu y una España mejor.

El idealismo y el tono crítico, sumados a una profunda actitud individualista, provocaron una defensa del subjetivismo, de la visión personal de las cosas frente a la fiel reproducción de la realidad que pretendían los autores realistas.

No obstante, la inicial exaltación europeísta de los autores del 98 y su rebeldía contra lo que representaba la tradición española fueron evolucionando hacia una renuncia a la lucha por transformar la sociedad y hacia una creciente evocación nostálgica del pasado. Sucedió una actitud lírica y contemplativa que dio paso a un proceso de interiorización y de intimismo que les llevó a la búsqueda de la esencia de España y a la reflexión sobre el hombre y su destino.

TemasLos dos asuntos que más inquietaron a los autores del 98 son el tema de España y el tema existencial.

El tema de España, enfocado desde una visión subjetiva e individualista. No va a ser igual el planteamiento reformista y patriótico de Unamuno que la visión escéptica y pesimista se Baroja; o la percepción impresionista y lírica de la realidad que refleja Azorín en sus descripciones. En cualquier caso, en todos hay una intención clara, el descubrimiento del alma de España por medio de:

El paisaje, en especial, de de Castilla, en el que descubren el espíritu austero y sobrio del hombre castellano.

La Literatura, volviendo a los autores medievales como Berceo, Rojas o Manrique y a los clásicos olvidados como Góngora o Gracián. Especial interés muestran por

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Cervantes ( sobre todo, por El Quijote, obra en la que ven reflejadas fielmente las conductas de los españoles) y Larra.

La historia, pero no la de los grandes acontecimientos políticos o bélicos, sino la del hombre anónimo y la de la vida cotidiana, a la que Unamuno llamó intrahistoria.

El tema existencial, que abarca desde la preocupación por el sentido de la vida, pasando por los conflictos psicológicos que origina la personalidad del hombre, hasta los problemas de carácter religioso. Las distintas actitudes ante estos temas difieren entre unos autores y otros – angustia y obsesión por el deseo de inmortalidad en Unamuno, preocupación por la caducidad de lo terrenal en Azorín o incredulidad religiosa en Baroja.

EstiloLa técnica estilística y literaria también se vio afectada por el talante reformador. El aspecto más

característico es el rechazo a la expresión retoricista y grandilocuente. Todos ellos proclaman la necesidad de un retorno a la sencillez y la claridad, pero sin perder la fuerza expresiva.

Tienden a la precisión léxica, a la elección de la palabra justa para el momento y el concepto adecuados. Buscan vocablos que resulten extraños por su sabor local o arcaizante ( palabras terruñeras). Es un léxico impregnado de valoraciones subjetivas que desvelan sus sentimientos íntimos.

En cuanto a las construcciones sintácticas, evitan las oraciones excesivamente complejas por esa tendencia a la sencillez. De ahí prefieren las oraciones simples, o, en todo caso, la yuxtaposición .NOVELISTAS:

Valle-Inclán es uno de los escritores más vanguardistas del momento. Su obra, inicialmente modernista, evoluciona hacia esa creación tan particular como innovadora denominada esperpento. Su primera gran obra en prosa es las Sonatas – Sonata de otoño, Sonata de estío, Sonata de primavera, Sonata de invierno-. En ellas, se presentan las memorias del Marqués de Bradomín. Se caracterizan por una prosa modernista tendente al esteticismo, la sensualidad y el decadentismo , y los temas principales son el amor y la muerte. En Tirano Banderas intenta reflejar los aspectos lingüísticos y las costumbres de América. El tema central es el del dictador que tiraniza a los hombres, sometidos de este modo a su máxima degradación. Su última obra El ruedo ibérico es una trilogía incompleta de tema histórico.

José Martínez Ruiz, “Azorín” pretende que sus novelas sean un reflejo delicado y lírico de lo esencial de la realidad. Azorín es el escritor de lo minucioso, del talle. Desarrolla una técnica descriptiva sutil en la que prima la sencillez, la brevedad de las frases, la sensación de orden y pulcritud, la claridad. La preocupación por el tiempo que pasa se percibe en una prosa triste, melancólica y fluida que delata su afán contenido por apresar lo sustancial de las cosas.

Obras: La Voluntad, Antonio Azorín, Las confesiones de un pequeño filósofo, Don Juan y Doña Inés.

Miguel de Unamuno es el escritor más peculiar del 98 por su carácter crítico, independiente y obsesivo. Esa inquietud y angustia que muestra en todos los temas que aborda van a caracterizar su producción literaria, a la que impregna de un fuerte contenido filosófico. Por este motivo, sus novelas van a ser una proyección de sus inquietudes personales, suprimiendo, prácticamente, cualquier referencia a la realidad exterior de los personajes.

Obras: Paz en la guerra, Amor y pedagogía, El espejo de la muerte, Niebla, Abel Sánchez, La tía Tula, San Manuel Bueno, mártir.

Toda su obra posee un sentido coherente y unitario y, especialmente, dialéctico, basado en su preocupación por España y por la existencia, la fe, la relación entre Dios y los hombres, la eternidad, la razón, la muerte…Estos temas aparecen ya en sus primeras obras, pero es Niebla la que refleja mejor las características temáticas y formales de sus “nivolas”. El tema de la relación entre Dios y sus criaturas, junto con la angustia

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de la propia existencia, cobran particular interés en le protagonista de la obra, quien se rebela contra su creador, el mismo Unamuno. La confusión entre sueño y realidad, entre razón y fe, son los temas derivados de ese otro principal: la angustia de la existencia humana.En San Manuel Bueno, mártir trata el tema de la fe y la inmortalidad junto con dos temas importantes: el dilema entre la verdad dolorosa y la felicidad ilusoria, y la abnegación y el amor al prójimo como actitud vital.

Pío Baroja.Fue el mejor narrador de su generación. El tono agrio y pesimista es una constante en su carácter y en

sus obras. El tema principal va a ser la protesta contra la sociedad del momento, a la que critica por sus conductas hipócritas, sus falsas moralidades, sus dolorosas injusticias y su aburguesamiento regresivo. Frente la hipocresía, Baroja manifiesta una sinceridad total en sus ideas; frente a las injusticias una gran ternura por lo marginal; y frente al aburguesamiento, encuentra como única salida la acción. Las consecuencias de esta actitud serán: el escepticismo absoluto ( por los aspectos religiosos y éticos) que se refleja a través de sus personajes: tristes, descontentos, sin esperanza en el futuro; y la acción (muchas de sus novelas son un cúmulo de sucesos y episodios en los que la aventura constituye el argumento central.

Obras: Camino de perfección, La busca, El árbol de la ciencia, Zalacaín el aventurero, Las inquietudes de Shanti Andía, Menorias de un hombre de acción.

Su concepción novelística se basa en la espontaneidad y antirretoricismo. Predominan los párrafos cortos, más adecuados para su estilo rápido en el que se acumulan impresiones y acciones. Su léxico es claro y sencillo, con presencia de coloquialismos. La sintaxis es igualmente sencilla. Las descripciones son fugaces y los personajes son descritos de un modo rápido pero expresivo, y reflejan las impresiones del autor.

Narrativa novecentista: alcanzan su plenitud literaria en la segunda década del siglo XX. Se incluyen entre otros a Ortega y Gasset, Eugenio D´Ors, Gregorio Marañón, Ramón Pérez de Ayala, Gabriel Miró y Ramón Gómez de la Serna.

Como novelistas destacan Gabriel Miró y Pérez de Ayala. Una característica común a todos es la importancia que conceden al valor estético de la literatura, por encima de su función como testimonio de la realidad. Por esta razón, se observa en sus obras una gran preocupación por la forma y un exquisito cuidado del lenguaje.

La novela de Ramón Pérez de Ayala es reconocida por la presencia abundante del elemento intelectual, a través del cual manifiesta sus ideas sobre temas de diversa índole. Su concepción artística de la novela le lleva a experimentar continuamente con la técnica y con la forma. El lenguaje también está sometido a estas intenciones renovadoras. Léxico muy rico y seleccionado junto a frases tomadas del habla popular aparecen en sus obras.

Obras: Tigre Juan, critica las costumbres españolasEl curandero de su honra; Belardino y Apolonio

En esta misma línea de renovación y distanciamiento entre la realidad y la creación literaria encontramos a Gabriel Miró, quien utiliza la literatura para crear un mundo lleno de percepciones sensoriales. Las novelas se basan en descripciones, la acción apenas existe , todo está supeditado a la expresión sensorial. su estilo es muy elaborado y lírico, y, al mismo tiempo, lento y recargado.

Obras: Nuestro Padre San Daniel y la continuación El obispo leproso.

Entre el novecentismo y las vanguardias. Ramón Gómez de la Serna.

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Gómez de la Serna lleva la “deshumanización del arte” de que hablaba Ortega hasta el punto de convertir la literatura en un juego lleno de incoherencias. Es aquí donde el autor alcanza su mayor aproximación con el irracionalismo del arte de la vanguardia. Rompe con los moldes tradicionales de los géneros e incluyendo su creación original y propia, la greguería.

Escribió varias novelas – “novelas libres”, como las llamó- en las que el argumento es sustituido por digresiones sobre cualquier tema. Destacan El torero Caracho, visión humorística de la fiesta de los toros , y Seis falsas novelas, en la que parodia géneros literarios estereotipados.