Nicomedes Guzmán: Pateando piedras en el río Mapocho · Santiago de Chile, un nuevo focus que...

12
www.revistachilenasemiotica.cl 122 número 10 – enero de 2019 ISSN 0717-3075 [ARTÍCULO] Nicomedes Guzmán: Pateando piedras en el río Mapocho Gloria Favi Cortés Universidad de Santiago de Chile Email: [email protected] Recibido: 7 de octubre, 2018 Aceptado: 12 de noviembre, 2018 Publicado: 10 de enero, 2019 Nicomedes Guzmán: Kicking stones in the Mapocho river Cómo citar este artículo: Favi, G. (2019) Nicomedes Guzmán: Pateando piedras en el río Mapocho. Revista Chilena de Semiótica, 10 (122–133). Resumen Se intenta crear una lectura de la ciudad de Santiago de Chile, desde la resignificación de los contextos virtuales que la sostienen, y, con estos propósitos, hemos considerado el texto La Sangre y la Esperanza (1942) por su relación con los contextos escenificados desde la zona poniente de Santiago en los inicios del siglo XX. Pero ¿qué significa el espacio habitado y contemplado desde el espejo de la literatura? ¿cómo se experimenta ese fantasmagórico habitar sobre las palabras enunciadas en un texto literario. Desde esa perspectiva socio-semiótica nuestra lectura debe ser analizada como un intercambio social de sentidos, y, más general como un hecho sociológico de intercambio comunicativo virtual, cuyas intenciones intentan resignificar y recrear, en el lenguaje ficcional de la literatura, una interacción social continuamente modelada y modificada cuya coherencia global la asigna finalmente el lector. Palabras clave Marginalidad, Ciudad, Literatura, Identidad, Ficción. Abstract We try to create a reading of the city of Santiago de Chile, from the re- signification of the virtual contexts that support it, and, for these purposes, we have considered the text “La Sangre y la Esperanza” (1942) for its relationship with the contexts staged from the west of Santiago in the early twentieth century. But what does the space inhabited and contemplated from the mirror of literature mean? How is this ghostly dwelling on the words enunciated in a literary text experienced? From this socio-semiotic perspective, our reading should be analyzed as a social exchange of meanings, and more generally as a sociological fact of virtual communicative exchange, whose intentions try to resignify and recreate, in the fictional language of literature, a continuous social interaction modeled and modified whose global coherence is finally assigned by the reader. Keywords Marginality, City, Literature, Identity, Fiction

Transcript of Nicomedes Guzmán: Pateando piedras en el río Mapocho · Santiago de Chile, un nuevo focus que...

Page 1: Nicomedes Guzmán: Pateando piedras en el río Mapocho · Santiago de Chile, un nuevo focus que conlleva la puesta en acción de una cultura de la “planificación urbana” compartida

www.revistachilenasemiotica.cl

122

número 10 – enero de 2019 ISSN 0717-3075

[ARTÍCULO]

Nicomedes Guzmán:

Pateando piedras en el río Mapocho Gloria Favi Cortés Universidad de Santiago de Chile Email: [email protected]

Recibido: 7 de octubre, 2018 Aceptado: 12 de noviembre, 2018 Publicado: 10 de enero, 2019

Nicomedes Guzmán: Kicking stones in the Mapocho river Cómo citar este artículo: Favi, G. (2019) Nicomedes Guzmán: Pateando piedras en el río Mapocho. Revista Chilena de Semiótica, 10 (122–133).

Resumen

Se intenta crear una lectura de la ciudad de Santiago de Chile, desde la resignificación de los contextos virtuales que la sostienen, y, con estos propósitos, hemos considerado el texto La Sangre y la Esperanza (1942) por su relación con los contextos escenificados desde la zona poniente de Santiago en los inicios del siglo XX. Pero ¿qué significa el espacio habitado y contemplado desde el espejo de la literatura? ¿cómo se experimenta ese fantasmagórico habitar sobre las palabras enunciadas en un texto literario. Desde esa perspectiva socio-semiótica nuestra lectura debe ser analizada como un intercambio social de sentidos, y, más general como un hecho sociológico de intercambio comunicativo virtual, cuyas intenciones intentan resignificar y recrear, en el lenguaje ficcional de la literatura, una interacción social continuamente modelada y modificada cuya coherencia global la asigna finalmente el lector.

Palabras clave

Marginalidad, Ciudad, Literatura, Identidad, Ficción.

Abstract

We try to create a reading of the city of Santiago de Chile, from the re-signification of the virtual contexts that support it, and, for these purposes, we have considered the text “La Sangre y la Esperanza” (1942) for its relationship with the contexts staged from the west of Santiago in the early twentieth century. But what does the space inhabited and contemplated from the mirror of literature mean? How is this ghostly dwelling on the words enunciated in a literary text experienced? From this socio-semiotic perspective, our reading should be analyzed as a social exchange of meanings, and more generally as a sociological fact of virtual communicative exchange, whose intentions try to resignify and recreate, in the fictional language of literature, a continuous social interaction modeled and modified whose global coherence is finally assigned by the reader.

Keywords

Marginality, City, Literature, Identity, Fiction

Page 2: Nicomedes Guzmán: Pateando piedras en el río Mapocho · Santiago de Chile, un nuevo focus que conlleva la puesta en acción de una cultura de la “planificación urbana” compartida

www.revistachilenasemiotica.cl

123

número 10 – enero de 2019 ISSN 0717-3075

La ciudad virtual

Nuestra lectura intenta crear un contrapunto temporal desde el cual

intentaremos descifrar y auto configurar algunos fragmentos de la historia

cultural de Santiago de Chile situado en la primera mitad del siglo XX.

Fragmentos que estarían reflejados en el texto La Sangre y la Esperanza

publicada por Nicomedes Guzmán en 1943. Este texto nos ha señalado el

advenimiento comparativo entre nuevas sensibilidades ciudadanas diseñadas

y construidas en los inicios del siglo XXI por las actuales reflexiones de la

geografía urbana quienes actualmente articulan la dialéctica entre la

globalización y las nuevas identidades ciudadanas, en tanto, han generado en

Santiago de Chile, un nuevo focus que conlleva la puesta en acción de una

cultura de la “planificación urbana” compartida con los designios del “diseño

urbano” y que se ha materializado en los actuales “ghettos verticales”

construidos en la zona poniente de Santiago; la futura Smart-City, cuya

controversia con la ciudad literaria surge ajena a su historia, intereses,

pasiones y resistencias y casi tan neutra y universalista como el discurso de

“los tecnócratas” que al reproducir su ideología solo buscan maximizar la

eficiencia y las ganancias en los diminutos espacios asignados para la

población vulnerable.

Nos preguntamos ¿de qué modo la literatura ilumina y completa, en la

actualidad, los fragmentos de los espacios que habitamos? ¿Qué rincones, en

esos esos espacios olvidados, son susceptibles de crear nuevas

significaciones?

Sabemos que en el discurso literario nos pertenece el habitar en la

virtualidad de la memoria, más allá de las ruinas arquitectónicas y el

recuerdo material del pasado, así, con nuestra lectura, hemos logrado

perdurar en una memoria activa para develar las sensibilidades e identidades

urbanas como marcas culturales inscritas en el lenguaje de la narrativa

chilena y señalar, a través del campo teórico que nos proponen la Semiótica

de la Cultura y la Teoría del Texto, en tanto, ambas se constituyen como

lugares de articulación entre la Antropología, Sociología, Historiografía y la

Geografía Social, cuya transversalidad en sus discursos, completan y

restituyen la herencia de nuestro patrimonio cultural inmaterial.

Nuestra lectura propone un conjunto de instrumentos de análisis de

textos para conocer el espacio donde el sentido se produce (Verón, 2013) y así

descifrar los mecanismos de significación, en este caso, el sentido social y

culturalmente pertinente que se asigna a un modo de habitar el espacio virtual

en la zona Poniente de la ciudad de Santiago de Chile en la primera mitad del

siglo XX representada en el texto La sangre y la esperanza (Nicomedes

Guzmán, 1943). De esta manera, demostramos, en primer lugar, que este texto

construye espacios singulares para dibujar “ciudades interiores” dentro de lo

que parecía ser la representación objetiva de la ciudad de Santiago; y mientras

en esta interacción de subjetividades que se produce en la lectura, nacerían

otros espacios y otras identidades (queridas, producidas o auto producidas).

Así, la oposición ciudad real/ciudad imaginaria (véase Silva, 1992) no estaría

Page 3: Nicomedes Guzmán: Pateando piedras en el río Mapocho · Santiago de Chile, un nuevo focus que conlleva la puesta en acción de una cultura de la “planificación urbana” compartida

www.revistachilenasemiotica.cl

124

número 10 – enero de 2019 ISSN 0717-3075

centrada en las circunstancias geográficas y arquitectónicas de la “ciudad

real”, sino en la individualidad de los comportamientos lingüísticos,

corporales y afectivos con los que los personajes literarios escenifican el

simbolismo psicológico y espacial que los ha transformado en parias en el

interior de la ciudad imaginada.

Nuestra lectura destaca el aspecto discursivo del texto literario como

proceso semiótico que en su discurrir sintáctico va produciendo sentido y esa

relación interna de significación, se va transformando en el lenguaje virtual

que no lo relaciona directamente con el mundo exterior. Desde esa

perspectiva socio-semiótica nuestra lectura puede ser analizada como un

intercambio social de sentidos, y, en forma más general como un hecho

sociológico de intercambio comunicativo virtual, donde dichas intenciones

intentan resignificar y recrear, en el lenguaje ficcional de la literatura, una

interacción social continuamente modelada y modificada cuya coherencia

global la asigna finalmente el lector, así, La Teoría de la Recepción nos señala

que el significado de un texto nace con la experiencia de la lectura ( H. J. Jauss,

W. Iser), de esta manera, el mundo virtual que genera el habla de quienes

habitan en la zona poniente de Santiago nos permite ingresar- sin prejuicios –

en el espacio imposible de los relatos y en un diálogo activo con el habla de

huelguistas, prostitutas, rufianes y matarifes.

Acudimos, para completar nuestra búsqueda teórica, a algunos

fundamentos teóricos de la Semiótica de la cultura y el concepto de texto

(Lotman, 2003), considerada actualmente como una multidisciplina —eje

unificador— que interpreta todos los signos que quedan impresos en una

cultura [1]. También incorporamos las actuales proyecciones de la geografía

cultural (Sennet, 1994; Cosgrove, 1985) [2] para señalar la historia de las

ciudades desde la perspectiva de los movimientos corporales de quienes las

habitan.

En general, nos interesa todo el acontecer cotidiano y la diversidad de

actuaciones que se dan en conexión con los espacios naturales y culturales,

para conocer cómo los grupos sociales se relacionan con dichos espacios y se

mimetizan con ellos. Consideramos necesarios, además, los escritos de Mijail

M. Bajtin (Estética de la creación verbal, 1982), cuyas teorías califican el texto

literario como un lugar de tiempo y recuerdo, una contingencia que puede

tener efectos ilimitados, porque el texto es siempre responsivo y responde

desde sus márgenes a textos del pasado, del presente o del futuro [3]. Esta

polifonía es la multiplicidad de voces de una cultura que revela la entropía

constante del texto y del significado. El texto literario, según estos postulados,

adquiere memoria y entra en una compleja relación con el lector y el contexto

cultural, porque la entropía constante del significado lo transforma en

memoria cultural colectiva y le otorga la capacidad de enriquecerse en el

tiempo, sin interrupciones. De esta forma, nuestra lectura reconstruye y activa

en el recuerdo la memoria de nuestra ciudad, de sus plazas y esquinas, y

reaviva las antiguas sensaciones corporales, que adquieren nuevas

dimensiones en un imaginario que se reanima continuamente en el proceso

de la lectura.

Nos interesa destacar la concepción sobre el discurso de la literatura

que sostiene Michael Foucault [4] para reflexionar sobre la doble relación que

Page 4: Nicomedes Guzmán: Pateando piedras en el río Mapocho · Santiago de Chile, un nuevo focus que conlleva la puesta en acción de una cultura de la “planificación urbana” compartida

www.revistachilenasemiotica.cl

125

número 10 – enero de 2019 ISSN 0717-3075

mantiene el discurso marginal de la literatura con el discurso de la realidad

histórica; la literatura en su condición de artificio produce efectos de realidad

en la búsqueda insidiosa de lo inconfesable, mientras la transgresión y el

escándalo de su decir, contribuyen a poner en cuestión los códigos y estatutos

estereotipados en el mundo histórico, para así completarlos.

Pateando piedras en el río Mapocho

Desde la falda del cerro San Cristóbal, Pedro de Valdivia señala los

terrenos donde resolvió fundar, entre los dos brazos de la corriente del río

Mapocho, la ciudad de Santiago de Nueva Extremadura el 12 de febrero de

1541.

El río Mapocho, con la segunda fundación que se va generando a través

del lenguaje de la novela La sangre y la esperanza publicada por Nicomedes

Guzmán en 1943, señala la memoria dramática e irresuelta que filtra el habla

y la conciencia de los marginados de la sociedad liberal en la mitad del siglo

XX. Las riberas del río Mapocho, hacia el sur, eran los espacios precarios que

contenían a las familias obreras en los inicios del siglo XX. El río era el sendero

que encauzaba las vidas de Enrique Quilodrán y de su familia, para ilustrar su

transcurso en esa zona de Santiago que eran los espacios de los carretoneros,

areneros, hojalateros, obreros y lanzas, antes de ser erradicados a fines del

siglo XX a los suburbios de la ciudad.

¿Qué experiencias imprevisibles en el espacio y el tiempo hallaremos en

este tejido civil ruinoso? ¿Qué formas de vida identitaria encontraremos

implicadas en estos juegos de lenguaje? Porque el río se va creando con la

agresión física de un particular lenguaje, simulación que genera, con la lectura,

la experiencia vicaria de la violencia que va atenuando la percepción del dolor

real de la ciudad bárbara en la mitad del siglo XX. El río, vínculo identitario

con la ciudad, se va encarnando en las diferentes realizaciones del habla para

exhibir las condiciones oscilantes en un mundo que nos conecta con los

insospechados e inquietantes trayectos de nuestra historia.

—¡Yo tenía que matarlo! ¡Ja, ja, ja. ¡Yo, yo! ¡Se pescó a mi hija! ¡La tengo allá! (…)

¡Vengan! ¡Vengan!... ¡Ja, Ja, Ja! Carajo, ¡se pescó a mi hija! ¡Pobre mi hija!... ¡Vean,

vean! ¿No ven, no ven? ¡Se la pescó y me la mató! (p. 266).

La interpelación directa se convierte en un testimonio en sí mismo de la

experiencia angustiada e infeliz del cuerpo y en el reflejo ficticio de violencia

y muerte en la ciudad real de los arrabales refundada por la realidad social de

la migración campesina. Suceso acontecido en los finales del siglo XIX y

provocado por las sucesivas crisis que afectaron la economía del país entre

1873 y 1890. Fue esta situación la que produjo la dispersión de masas

enormes de campesinos y vagos sin oficio. Es conocido que las autoridades

rurales vaciaron la población campesina hacia las ciudades, la cual llegó a

constituir el 62 % de la población urbana. Los gobernadores de provincias, sin

saber qué hacer con los desocupados, decidieron enviarlos a Santiago [5]. En

1898, el intendente de Tarapacá envió a la zona central del país treinta mil

obreros cesantes. Santiago se transformó en “una inmensa cloaca de infección

Page 5: Nicomedes Guzmán: Pateando piedras en el río Mapocho · Santiago de Chile, un nuevo focus que conlleva la puesta en acción de una cultura de la “planificación urbana” compartida

www.revistachilenasemiotica.cl

126

número 10 – enero de 2019 ISSN 0717-3075

y de vicio, de crimen y de peste, un verdadero “potrero de la muerte” que se

oponía al “Santiago propio, la ciudad ilustrada, opulenta, cristiana’” según los

calificativos del intendente Benjamín Vicuña Mackenna (De Ramón, 2000:

146–147).

Pero nuestra lectura conjetural no pretende constituirse en un discurso

informativo del espíritu social de una determinada época en Chile (1902–

1943), solo intenta superar, en el texto, los efectos de la monótona simplicidad

de la crítica literaria de finales del siglo XX, que se ha remitido a describir el

tiempo estancado en convenciones históricas señaladas por la crítica literaria

de corte neorrealista [6] que ha neutralizado las inquietantes significaciones y

trayectorias de un tiempo móvil y los imprevisibles juegos de actualización en

el lenguaje. Entonces, necesitamos vivir en el tiempo y en el esquema

perceptivo de ese lenguaje que va construyendo este tejido civil ruinoso,

Santiago de Nueva Extremadura y los límites del sector que señala el río

Mapocho desde el centro hacia el poniente; “río menguado, tan chico y ruin”,

según el decir de los ediles coloniales, a cuyas riberas eran llevadas todas las

basuras de la ciudad y donde nacían las barriadas que se nutrían de todos esos

desechos (De Ramón, 2000:192).

Río azul de sueños triunfantes es el Mapocho en los recuerdos de

Enrique Quilodrán, el niño que construye sus recuerdos desde la narración de

La sangre y la esperanza, ahora relatados desde la apatía y el desencanto de

una vida de adulto. El río azul ha tomado su propio derrotero, se ha

transformado en el río de las vacaciones y los juegos de infancia que en la

memoria guardan la liberación y esperanza en este mundo de sombras y sin

cauces, donde el lenguaje va poblando una ciudad con basurales, calles,

rancheríos y pantanos que van revelando la complejidad y sutiles

articulaciones existenciales de los seres que la habitan.

Mugía el río famélico, como un toro ciego estremeciendo las costillas de sus

aguas. Se oía cantar a los areneros, paleando ripio dentro de los hoyos que el

propio tesón abrió a sus plantas. Cantos retorcidos. Cantos sudados.

Humeantes de cansancio. Viejos cantos olor a vino y a escabeche (p. 260).

Ciudad y alma se entrelazan en los suburbios del lenguaje para generar

un nuevo asentamiento urbano habitado por cantos retorcidos y sudados con

olor a vino y escabeche. Allí el río gris se transforma en animal violento y

hambriento. Las figuras retóricas, especialmente las sinécdoques, metáforas y

personificaciones, auto-señalan y despliegan en el nivel semántico, la

fragmentada identidad de los areneros, cuyo exceso de vitalidad produce

cantos, vértigos de alegría y dolor que mantienen, en el tiempo, el miedo

histórico a este mundo subterráneo.

Sabemos que el mundo cotidiano aparece con otras formas en el

discurso literario y son estas representaciones las que generan

contradicciones con el mundo histórico, porque la realidad de la literatura

radica en la relación dialógica entre texto y lector, en tanto, se recrea un

tiempo múltiple que alberga universos oscilantes cuya variada actualización

va creando supuestos que constantemente se regeneran, se niegan, y

finalmente anulan los límites complejos, estereotipados y definidos en la

Historia Oficial del pueblo de Chile.

Page 6: Nicomedes Guzmán: Pateando piedras en el río Mapocho · Santiago de Chile, un nuevo focus que conlleva la puesta en acción de una cultura de la “planificación urbana” compartida

www.revistachilenasemiotica.cl

127

número 10 – enero de 2019 ISSN 0717-3075

La conciencia que despliegan las variedades del habla en la novela La

sangre y la esperanza encuentra una actualizada conexión temporal y emotiva

con nuestra historia y experiencia en el siglo XXI, en tanto, nos reconocemos

en los espacios de estos sujetos desterrados del tiempo que se deshacen en la

memoria activa de una historia triunfalista que a sangre y fuego les ha negado

toda representación social y política. Son estos sujetos anacrónicos y

confinados a los márgenes quienes nos señalan las formas de congregarse y

moverse en esta fantasmal ciudad creada en el sector poniente del río

Mapocho (Salazar y Pinto 2002).

Al atravesar el puente Manuel Rodríguez, las aguas turbias y bullentes del

Mapocho fueron como otro novedoso objeto para mi curiosidad. Hornillas

abrió a nuestras pupilas los ojos ficticiamente azules de sus baches y la

mercocha gris de sus barrizales cortada por el paso de los carretones (p. 320).

Pero el texto no es la historia lineal que acontece; los inicios de 1920, la

huelga de los tranviarios, el represivo primer gobierno del general Ibáñez y

las protestas que realizaron en la Alameda de las Delicias los trabajadores

desocupados de las salitreras (De Ramón, 2003: p. 131), allegados en los

conventillos de Santiago en 1927, estas son las deshilvanadas crónicas de la

memoria en los recuerdos desencantados de Enrique Quilodrán, que anulan

el supuesto realismo crítico y panfletario de la denominada novela

neorrealista. Entonces, esa es la verdadera historia que acontece en un

lenguaje que se va adecuando a la pura angustia interior, sin tesis obvias.

¡Vengan a ver, vengan a ver!, ¡un muerto, un muerto! (p. 236).

Nos llaman las voces imperativas desde la ciudad bárbara, pero el

acuario imposible de este texto nos impide zambullirnos en su turbulencia y

desde los márgenes intentamos ingresar en el acontecer de esas vidas a la

deriva, para conjeturar sobre las particulares identidades que se van

construyendo con el uso de un lenguaje cuya emotividad está señalada en la

funcionalidad estilística de sus exclamaciones, preguntas retóricas,

murmullos, llantos y susurros que convierten estos recursos retóricos en las

escenificaciones de un habla sitiada en esos lugares baldíos y pestilentes y que

representan, en nuestro presente inmediato, el desamparo y la fealdad que

encierra el drama irresuelto de los desheredados.

¿Qué intuiciones intentamos abrir con este juego de posibilidades de

actualización, implicadas en el texto La sangre y la esperanza? ¿Qué formas de

vida descifraremos en estas acciones del lenguaje? Y respondemos; la

dignidad y la solidez ideológica que se respira en el hogar imaginario de

Enrique Quilodrán y que representa las micro resistencias y utopías en estos

lugares olvidados que no ingresan en los estudios socio-urbanísticos

tradicionales y que marcan los rumbos existenciales de Luisa, la joven

modista, la abuela y la madre, fantasmales y silenciosos pilares de la familia

obrera. De la misma manera, las identidades de los huelguistas, dirigentes

sindicales y cesantes de las salitreras, se convierten en caóticos instrumentos

de combate y protesta contra la simetría perfecta de un universo determinista

que los condena a la miseria y al fracaso.

Page 7: Nicomedes Guzmán: Pateando piedras en el río Mapocho · Santiago de Chile, un nuevo focus que conlleva la puesta en acción de una cultura de la “planificación urbana” compartida

www.revistachilenasemiotica.cl

128

número 10 – enero de 2019 ISSN 0717-3075

El contacto con las formas del lenguaje, que son a la vez las

construcciones concretas en este universo desgarrado, produce respuestas

emocionales frente a los estímulos físicos que crean las acciones del lenguaje

(gemir, gritar, suplicar, sollozar). Reflexionamos que es solo en la concreción

de su propia forma poética y no en las circunstancias históricas de la época,

que el texto logra conferir un sentido en sus intentos por entregar significados

al mundo propuesto. La homogeneidad de este universo se construye a

expensas de variables que son progresivamente abandonadas con el fin de

construir micro unidades semánticas, situaciones y acciones que solo pueden

ser comprendidas en el contexto fragmentado y dialógico con un tiempo

eterno que está simultáneamente presente y operante en este mundo

construido en la mitad del siglo XX [7].

La homogeneidad discursiva de un mundo popular organizado en

sólidos ritos familiares e institucionalizado laboralmente con su

representación en los sindicatos y federaciones de trabajadores de la época,

se destruye frente a la caótica irrupción de unas voces dislocadas que

corresponden a los secretos microcosmos abandonados en el tiempo y la

historia y cuya ausencia discursiva está reemplazada por la gestualidad

gutural de sus voces:

- ¿Qué mira tú? ¿Qué mira?... ¿Querer pegar también? ¿Querer pegar? ¡Tú niño

bueno, no pega! ¡No pega niño bueno! (…) ¡De veras! ¡Tú niño bueno, no pega,

no pega! ¿Cierto? (p. 126).

En las voces deshilvanadas del personaje Pan Candeal, excluido y

marginalizado desde su propio territorio miserable, están contenidas las

violentas historias no escritas de los postergados y son sus figuras

contrahechas, sus piernas rengas y sus ojos bizcos los que hablan de oscuras

cosas del norte, de unas minas, de un apaleo legal donde les quiebran el

espinazo, pero estas vagas historias de miserables y tiñosos hacinamientos

que nadie quiere creer, no pertenecen al mundo lineal que ahora acontece en

el relato.

Los albergados, como bestias grises, como enormes asnos de piel sangrante,

más allá de los conventillos, parecían lamerse las llagas a las plantas callosas

del otoño. En sus vísceras podridas, los hombres mataban las horas, a la caza

del piojo y del mendrugo limosneado. Los rotos pampinos, esmirriados por la

espera de días, que ya se alargaban en años, humillaban su existencia en el

vórtice macabro de una cesantía forzada… (p. 338).

El texto construye micro unidades semánticas que van tejiendo

pluralidades de tiempos y espacios para contener las vidas de unos Personajes

aún silenciados en el interior de estos universos olvidados, pero cuyos débiles

balbuceo (8) señalan su presencia para desplazarse más allá de los discursos

de un Narrador que controla la institucionalidad en estos mundos. Así, ¿cómo

olvidar a la hija parturienta de Pan Candeal muerta en las escaleras de un

conventillo? ¿Cómo olvidar la protesta social de los allegados en los

conventillos que marcharon días, semanas y meses desde el norte, cuando

cerraron las salitreras? ¿A los asesinados en las riberas del Mapocho? ¿A los

solitarios habitantes de los basurales?

Ellos configuran el silencio en unos discursos aún no formalizados en la

Page 8: Nicomedes Guzmán: Pateando piedras en el río Mapocho · Santiago de Chile, un nuevo focus que conlleva la puesta en acción de una cultura de la “planificación urbana” compartida

www.revistachilenasemiotica.cl

129

número 10 – enero de 2019 ISSN 0717-3075

legalidad racional del lenguaje, pero representados en la gestualidad de sus

cabellos, sus ropas, su andar y sus cuerpos quebrados para ser acomodados

en las cunetas y en las escaleras violentas de los conventillos.

El texto crea entre líneas sus propios objetos fantasmales (periódicos,

carteles, anuncios, invitaciones), formas sin realidad que amplían o restringen

los límites de las informaciones enmarcadas en el mundo del relato. Así

leemos, en los titulares de un periódico, la muerte a tiros del poeta

revolucionario, Abel Justiniano, cuando se realizaba una reunión de obreros

cesantes del salitre al pie del monumento de O’Higgins en la Alameda.

Trágico epílogo de un Comicio. Un poeta y un caballo muerto

______________________

Los Hechos

La personalidad de Abel Justiniano

Las marcas significativas que cumplen los titulares del periódico y que

están inscritas en ese mundo del relato, realizan un doble juego de realidades.

Por un lado, nos integran como espectadores, lectores y participantes de la

vida y en los signos espectaculares en este mundo ficcional; y, por otro, se nos

expulsa sutilmente diciéndonos: “como se informó al público en nuestra

edición de ayer”, “desgraciadamente, cuando se daba principio a tal reunión,

hechos que más tarde expondremos...”, y así se nos excluye de ese tiempo

ajeno que construye “un ayer y un más tarde”, para narrar, en el tiempo del

relato, las circunstancias misteriosas que completarían y explicarían la

muerte de Abel Justiniano, pero que se nos ocultan en el presente inmediato

de nuestra lectura.

La creatividad del tiempo y la trayectoria imprevisible del lenguaje en

la novela modifican y cuestionan la percepción histórica y oficial de la

marginalidad social que ha construido la institucionalidad democrática en el

siglo XX. Es tal vez la verdadera recepción que el texto La sangre y la esperanza

esperaba en la mitad del siglo XX: el intentar apelar, desde el pasado, a las

concertaciones políticas que han sido utilizadas para acallar a los reventados

y olvidados en la historia.

Conclusiones

Desde el eje de teorías historiográficas y textuales que nos facilitaron

analizar algunos textos literarios escritos en la primera mitad del siglo XX, en

tanto fueron leídos como atmósferas significativas que podrían complementar

las contingencias culturales propias en la historia de Chile, nos unimos a los

pasos de unos parias urbanos construidos con gestos y acciones del lenguaje

y que se activan tras los agobiantes y segregados territorios de la ciudad

imaginaria; Enrique Quilodrán y familia, parias construidos en las fronteras

territoriales de la segregación, en tanto son productos del debilitamiento de

un modelo que intentaba crear espacios urbanos a escala humana.

Page 9: Nicomedes Guzmán: Pateando piedras en el río Mapocho · Santiago de Chile, un nuevo focus que conlleva la puesta en acción de una cultura de la “planificación urbana” compartida

www.revistachilenasemiotica.cl

130

número 10 – enero de 2019 ISSN 0717-3075

En nuestra condición de huéspedes errantes y no deseados en el tiempo

ajeno del relato y en el juego de posibilidades de actualización de lo real,

hemos revivido vidas atrapadas entre líneas y ambulado sobre soportes

fantasmales que sostienen el universo de ciertos personajes, los mismos que

con la proyección de sus anhelos, sueños, frustraciones y fantasías han

alterado y modificado la proyección cotidiana en nuestra ciudad.

La lectura ha registrado nuestras oscilantes percepciones sobre la vida

citadina y las relaciones no formuladas en su totalidad, para dotar de sentido

a la atmósfera significativa que ha envuelto nuestro tránsito a través de la

historia de Chile en la mitad del siglo XX, desde la lógica que se filtra en la

tensión problemática de los gestos, emociones y acciones del lenguaje

decolorado de personajes novelescos y su narratividad des-construida y

alterada.

Nuestra reflexión ha pretendido iluminar lo efímero y fugaz en los

modos de pertenecer y participar en la ciudad, desde la arquitectura,

decorados y transformaciones urbanas relacionadas con los cambios sociales

proyectados. Finalmente, en el tránsito atormentado de los marginados de la

sociedad liberal en La sangre y la esperanza (1943), que des- construyen el

centro social citadino para anular las fronteras territoriales que desde 1872

había demarcado el intendente Benjamín Vicuña Mackenna quien había

declarado, que para los efectos de la “edilidad”, la ciudad debía dividirse en

dos sectores; “la ciudad propia sujeta a los cargos beneficios del municipio y

[otra] los suburbios, para los cuales debe existir un régimen aparte, menos

oneroso y menos activo” (De Ramón, 2003, p. 222). La confrontación entre “el

Santiago propio, la ciudad ilustrada, opulenta y cristiana” y “la ciudad bárbara

injertada en la culta capital de Chile”, “toldería de salvajes”, “pocilgas

inmundas”, “una inmensa cloaca de infección y de vicio, de crimen y de peste,

un verdadero potrero de la muerte” (Ibid., p. 147), según el decir de Benjamín

Vicuña Mackenna en 1873 cuando inició la remodelación que ordenó y fijó el

trazado de la ciudad y cuyos posteriores desajustes del plan Brunner-

Humeres (1934) (Ibid., p. 222), culminaron con el Plan Intercomunal para

Santiago del 10 de noviembre de 1960. Dicho plan incluyó todas las comunas

que concentraban la realidad urbana del “Gran Santiago” y que marcaron el

reconocimiento del Santiago Antiguo solo en su condición representativa del

centro urbano. Se trató de hechos histórico administrativos que culminaron

con el éxodo de la elite criolla desde el centro de Santiago hacia la conquista

de nuevos territorios (Pedro de Valdivia Norte, Providencia, Ñuñoa) y el

ingreso de nuevos pobladores en áreas cercanas a la ciudad antigua.

Entonces, la nostalgia por nuestra vieja cultura de vecindario va

activando sobre la superficie de las casas, las calles y las plazas, la palabra

poética que recuerda y reconstruye las sensaciones y experiencias corporales

vividas y sentidas en nuestra antigua ciudad. Este espacio social del acontecer

ciudadano, en tanto se constituye como una actividad dialógica con el pasado,

creado con el trasfondo de voces fantasmales y ritos sociales que nos unen y a

la vez organizan significados que darían sentido y pertenencia identitaria con

nuestra ciudad en el siglo XXI.

Page 10: Nicomedes Guzmán: Pateando piedras en el río Mapocho · Santiago de Chile, un nuevo focus que conlleva la puesta en acción de una cultura de la “planificación urbana” compartida

www.revistachilenasemiotica.cl

131

número 10 – enero de 2019 ISSN 0717-3075

Notas

1. Lotman (1996) afirma: “El texto cumple la función de memoria cultural colectiva.

Como tal, muestra, por una parte, la capacidad de enriquecerse

ininterrumpidamente; y, por otra, la capacidad de actualizar unos aspectos de la

información depositada en él y de olvidar otros temporalmente o por completo”

(p. 80). El mismo Lotman (2000) señala: “La cultura en general puede ser

presentada como un conjunto de textos; sin embargo, desde el punto de vista del

investigador es más exacto hablar de la cultura como un mecanismo que crea un

conjunto de textos y de los textos como de la realización de una cultura” (p. 178).

2. Consideramos necesarias las propuestas de Richard Sennet para señalar la

historia de las ciudades desde la perspectiva de la afectividad y los movimientos

corporales. Su teoría demuestra que no solo la arquitectura y la planificación

urbana son condicionantes de las identidades territoriales, porque los lazos

afectivos configuran nuevas realidades espaciales. Son importantes, además, los

estudios sobre la geografía social desarrollados por Denis Cosgrove (1985) en

relación con la doble dimensión social y material del espacio, que incluye la

imaginación y los sentidos.

3. Utilizamos el enunciado: “No existe nada muerto de una manera absoluta: cada

sentido tendrá su fiesta de resurrección” (Bajtin, 1982, p. 393), para afirmar que

la memoria cultural perdura, aunque sea redefinida constantemente, y

corresponde a lo que M. Bajtin califica como la entropía constante del texto y del

significado.

4. Nos referimos al “discurso de la infamia”, calificativo que define, según Foucault

(1996).

5. Nos remitimos a Bauer (1994), cap. 6, “El ‘bajo pueblo’ campesino desde 1850 a

1930”.

6. Me refiero a la denominación “generación literaria neorrealista”, de 1942,

clasificada por Goic “La segunda generación contemporánea reaccionando contra

el universalismo de las preferencias superrealista (…) retomó los modos de

representación del realismo tradicional (…) volvió también a concebir la literatura

con sentido utilitario y función político-social llegando en muchos casos a lo

francamente panfletario” (p. 47).

7. Véase Bajtin (1982) y la turbulencia de las voces responsivas y atemporales que

se encuentran en los márgenes de los textos.

8. Me refiero a Bajtin (1982) y su concepción de las voces responsivas en el interior

de los textos literarios que hablan silenciosamente, desde los márgenes, sobre las

contingencias del pasado, del presente y se proyectan en el futuro: “Cuando en los

lenguajes, jergas y estilos comienzan a percibirse voces, aquéllos dejan de ser un

medio de expresión potencial y llegan a ser expresión actual y realizada: la voz

entró en ellos y se apoderó de ellos” (p. 313).

Referencias

ANGENOT, M., Bessiére, J., Fokkema, D. & Kushner, E. (Eds). (2002). Teoría

literaria. México: Siglo XXI.

BAJTÍN, M. [1979] (1982). Estética de la creación verbal. México: Siglo XXI.

BAUER, A. J. (1994). La sociedad rural chilena. Desde la conquista española

hasta nuestros días. (Paulina Matta, trad.). Santiago: Andrés Bello.

Page 11: Nicomedes Guzmán: Pateando piedras en el río Mapocho · Santiago de Chile, un nuevo focus que conlleva la puesta en acción de una cultura de la “planificación urbana” compartida

www.revistachilenasemiotica.cl

132

número 10 – enero de 2019 ISSN 0717-3075

CLAVAL, P. (1998). “El enfoque cultural y las concepciones geográficas del

espacio”. Boletín de la AGE (Asociación de Geógrafos Españoles) (Madrid), 34,

21–39.

COLLIER, S. y Sater, W. (1998). Historia de Chile, 1808–1994. Madrid:

Cambridge University Press.

COSGROVE, D. (1985). “Prospect, perspective and the evolution of the

lanscape idea”. New Series, 10(1), 45–62. Recuperado de:

http://www.jstor.org/stable/622249

CULLER, J. (2002). “La literaturidad”. En M. Argenot, J. Bessiére, D. Fokkema &

E. Kushner (Eds.), Teoría literaria (pp. 36–50). (Isabel Vericat, trad.). México:

Siglo XXI.

DE RAMÓN, A. (2000). Santiago de Chile. Santiago: Sudamericana.

____ (2003). Historia de Chile. Desde la invasión incaica hasta nuestros días

(1500–2000). Santiago: Catalonia.

FOUCAULT, M. (1996). La vida de los hombres infames. Buenos Aires: Altamira.

GODOY, H. (1977). El carácter chileno. Santiago: Universitaria.

GOIC, C. (1968). La novela chilena. Santiago: Universitaria.

____ (1972). Historia de la novela hispanoamericana. Valparaíso: Ediciones

Universitarias de Valparaíso.

GOIC, C. et al. (1973). La novela hispanoamericana: descubrimiento e invención

de América. Valparaíso: Ediciones Universitarias de Valparaíso.

GROSS, P. (1991). “Planificación urbana y modelos políticos”. EURE,

17(52/53), 27–52.

GUZMÁN, N. (1972). La sangre y la esperanza. Santiago: Quimantú.

HONOLD, D., J. (2010). “Visión general de los problemas del Gran Santiago”.

Revista de Urbanismo, 0(7). doi: 10.5354/0717-5051.2003.6208

LOTMAN, I. (1996). La Semiosfera I. Semiótica de la cultura y del texto. Madrid:

Cátedra.

____ (2000). La Semiosfera III. Semiótica de las artes y de la cultura. Madrid:

Cátedra.

____ (1998). Cultura y Explosión. Barcelona. Gedisa

POZUELO YVANCOS, J. M. (1994). Teoría del lenguaje literario. Madrid:

Cátedra.

SALAZAR, G. (2007). Ser niño “huacho” en la historia de Chile (siglo XIX).

Santiago: Lom.

SALAZAR, G. y Pinto, J. (1999). Historia contemporánea de Chile. Vol. I: Estado,

legitimidad, ciudadanía. Santiago: Lom.

SEARLE, J. [1969] (1994). Actos de habla. Buenos Aires: Planeta.

SENNET, R. (1994). Carne y piedra. El cuerpo y la ciudad en la civilización

occidental. Buenos Aires: Alianza.

Page 12: Nicomedes Guzmán: Pateando piedras en el río Mapocho · Santiago de Chile, un nuevo focus que conlleva la puesta en acción de una cultura de la “planificación urbana” compartida

www.revistachilenasemiotica.cl

133

número 10 – enero de 2019 ISSN 0717-3075

SILVA, A. (1992). Imaginarios urbanos. Bogotá: Tercer Mundo.

TODOROV, T. [1968] (1975). Poética. Buenos Aires: Losada.

VAN DIJK, T. A. (1993). Texto y contexto (Semántica y pragmática del discurso).

México: Rei.

VERÓN, E. (2013). La Semiosis social 2. Buenos Aires: Paidós

Datos de la autora

Gloria Favi Cortés es Profesora de Castellano, Magister en Literatura, ©Doctora en

Literatura Hispanoamericana por la Facultad de Filosofía y Humanidades de la

Universidad de Chile. Profesora e Investigadora en la Facultad de Ciencias Sociales.

Escuela de Antropología Universidad de Chile desde 1996-2006. Autora del libro

Crónicas de la Marginalidad, bandidos, huachos y gañanes en la literatura chilena del

siglo XX, editado por Bravo& Allende con el auspicio de la Corporación de Desarrollo

de las Ciencias Sociales (2012). Actualmente es Directora Suplente de la Asociación

Chilena de Semiótica y socia de la Federación Internacional de Semiótica (IASS).

Profesora de Lenguaje y Comunicación y Directora de Tesis en la Facultad de Ciencias

Económicas de la Universidad de Santiago.