Nº 21 75 aniversario. Junio 2007

Periódico Escolar SUPLEMENTO ESPECIAL 75 ANIVERSARIO Junio 2007 C.P. “Ramón Menéndez Pidal” C/ Saavedra, 69 33208 Gijón (Asturias) Tfno. y Fax 985 389 332 [email protected] web.educastur.princast.es/cp/ramonmen

NUESTRO COLEGIO CUMPLE 75 AÑOSNUESTRO COLEGIO CUMPLE 75 AÑOSNUESTRO COLEGIO CUMPLE 75 AÑOSNUESTRO COLEGIO CUMPLE 75 AÑOS

SUMARIO Breve historia Pág. 2, 3, 4 y 5 Alumnos Pág. de la 6 a la 24 Actividades del A.M.P.A. Pág. 25 Acto institucional Pág. 26 y 27 Exposición Pág. 28

A cuantos niños que por aquí pasaron, aquellos cuyas mentes, po-co a poco se abrieron a las fuentes del saber, su recuerdo aún perdura entre nosotros, a todos ellos … ¡Gracias!

A los profesores que, lentamente su vida desgastaron, tratando de inculcar a sus pupilos valores y conocimientos, no sólo como me-ros transmisores, sino con su propia implicación personal. “La Es-cuelona” os dice … ¡Gracias! Y gracias , sobre todo, a tantos y tantos padres, que en tan di-latado tiempo, año tras año nos entregaron sus más preciados “tesoros”: ¡sus hijos! Gracias. A las autoridades, que nunca se olviden de aquellas palabras de Jovellanos: “La primerafuente de prosperidad de los pueblos es la Institución Pública” ¡Gracias a todos!

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La Escuelota SUPLEMENTO ESPECIAL 75 ANIVERSARIO Junio 2007

BREVE HISTORIA

LA ESCUELONA La historia de la enseñanza en El Llano empieza en 1902. Con subven-

ción del Ayuntamiento se contrata una maestra para abrir una Escuela Unita-ria en El Llano.

En 1913 se alquilan locales a D. Antonio Piñole Obies en los bajos de

los números 8 y 10 de la carretera Carbonera, actual Avenida Schulz. A partir de 1917 y hasta final de los años 20 es el Ateneo Casino Obre-

ro 2ª Sucursal de El Llano de Gijón el que gestionará con subvenciones del Ayuntamiento y del propio Ateneo la enseñanza primaria en esta zona. Cada año hacían una fiesta de “prau” para recaudar fondos y poder sostener la es-cuela.

En 1929 y hasta finales de 1932 la Fundación Valdés-Hevia, a través

del Arzobispado de Oviedo, ofrece sus servicios para gestionar la enseñanza pública en El Llano; exigían cierta condiciones como, por ejemplo, que “la enseñanza estará , entre otros aspectos, basada en la religión y el amor pa-trio”.

PRIMERA ESCUELA DE EL LLANO

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BREVE HISTORIA

A finales de l932 empieza a funcionar un nuevo edificio, lo que actual-mente se llama La Escuelona de El Llano. Eran dos escuelas unitarias. Re-cordando entre los primeros maestros a D. Julio García y Dña. Rafaela Pérez.

En el año 33 comienzan clases para adultos analfa-betos en horario nocturno dentro del propio edificio de La Escuelona y una Escuela Ensayo (aula especial de for-mación para la adquisición de nuevas técnicas pedagógi-cas para maestros). En el 34 se crean oficialmente dos Escuelas Gradua-das (Escuelas Graduadas de El Llano) con directores di-ferentes uno para niñas y otro para niños , que funcionan en el mismo edificio. Duraron hasta los años 60.

LUISA GÓMEZ INFIESTA FUE LA PRIMER CONSERJE DE LA ESCUELONA.

La encontramos también en la fotografía superior pasando por delante del Colegio.

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BREVE HISTORIA

En el curso 66-67 pasan a unificarse en un solo colegio con la amplia-ción de 18 aulas y desde entonces pasa a llamarse Colegio Nacional Ramón Menéndez Pidal.

Posteriormente, en los años 70 se amplían 10 aulas más con un edifi-

cio sito en la C/ La Serena (lo que es hoy en día es La Escuela Infantil La Se-rena) y más tarde se utilizaron 3 aulas en los bajos de las Casas de los maes-tros y 2 aulas más en los salones de la Parroquia de La Milagrosa. El Colegio llegó a tener 46 aulas y algo más de 1800 alumnos.

Y de igual manera que fue evolucionando el Colegio fue cambian-

do el barrio. Ciudadela en la ac-tual C/ Eleuterio Quin-tanilla que pervivió has-ta l os años 80.

C.P. RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL EN LA ACTUALIDAD

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BREVE HISTORIA

El tranvía por la avenida Schulz funcionó desde 1905 hasta 1963.

Inundaciones en El Llano en 1905.

Calles sin asfal-tar en los años 70.

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ALUMNOS AÑOS 30

Dolores Gómez Infiesta (hija de la primera conserje) Al cumplirse 75 años de la Escuela Graduada del LLano, me vienen a la me-moria recuerdos de mis tiempos como alumna parvularia. Teníamos un profesor de música y canto que se llamaba Don Angel Envil. Me gustaban sus clases por-que nos enseñaba canciones. Recuerdo la letra de una de las canciones: "En el jardín de mi casa ha nacido un arbolito todo lleno de amapolas, si lo vieras que bonito alondrito, alondrito..." Don Angel era muy amable, al contrario de la maestra doña Felicita, que era extremadamente severa y de la que recuerdo que nos pegaba coscorrones en la cabeza con el puño cerrado. Con el tiempo, estudié peluquería y fue clienta mía durante años. También re-cuerdo con mu-cho cariño el tiempo en que mi madre estuvo tra-bajando en el co-legio, de conserje hasta su falleci-miento en 1962. La figura del con-serje en la escue-la se creó porque el colegio sufrió varios avatares, como robos, rotu-ras de cristales... Por ese motivo el Ayuntamiento construyó una casa adosada al colegio (la casa del conserje) en la que viví junto con mi madre y un hermano durante años y de la cual salí para casarme. La gente decía en la época que en la escuela había un fantasma, y recuerdo que mi madre a las 12 de la noche, solía ir a mirar por las aulas, porque era una mujer muy valiente, (ella sola se encargaba de echar a los indigentes que mero-deaban los exteriores de la escuela por las noches) pero nunca vio ningún fantas-ma. Sin embargo me acuerdo de oir rechinar madera, el viento silbar en los pasi-llos y aulas, y un eco extraño producido por los árboles que había alrededor y que daba mucho miedo. A todos ustedes les agradezco el interés que demuestran en mis recuerdos y los de mi familia.

D. ISIDORO CON SUS ALUMNOS EN 1937 Y DOÑA RA-FAELA (la de la izquierda, encima de la escalera)

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ALUMNOS AÑOS 30 Margarita Gómez Infiesta La Escuelona surgió porque la escuela nacional que había entonces en la Calle El Arroyo (conocida como "escuela de balde", por-que era gratuita), era solo de niñas. Esta escuela estaba dirigida por doña Rafae-la. Cuando se inaugura La Escuelona, entonces cierran la "escuela de balde", y doña Rafaela pasa a ser la directora de la Escuelona, además de maestra. Fotos: doña Rafaela tenía una asistenta Engracia (de oscuro), y esta a su vez te-nía una hermana Aurora vestida de claro. En esta foto que hay colgada en vuestra web, puedo distinguir a cuatro per-sonas:

La persona que hay con círculo rojo, era Doña Rafaela, la directora. Doña Rafaela tenía una asistenta interna en su casa, llamada Engracia, y ésta a su vez tenía una hermana llamada Aurora. Son las que están marcadas con círculo verde: Aurora viste con ropa clara y Engracia con ropa oscura. Lo ex-traño es que aparecieran en la foto porque no tenían ningún vínculo con el cole-gio. Y por último la niña que está rodeada con círculo azul es mi hermana Dolo-res (Maruja para la familia). Respecto a mis recuerdos como escolar son muy escasos porque yo estudié en otra escuela que había en la avenida de Schultz, y en la Escuelona apenas es-tuve un año (mi último año de colegio), ya que por necesidad enseguida me puse a trabajar. Esta es mi pequeña contribución de los recuerdos que tengo de la escuela como colegial. De lo que si guardo muchos recuerdos es de la casa de mi madre (la conserje), ya que en esa casa celebramos varios acontecimientos familiares durante muchos años.

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ALUMNOS AÑOS 30

En el año 1935, según nos cuentan Lolina y Chelo(hermanas) estaban impartiendo clase, en la planta baja, Dña. Rafaela (en lo que hoy en día es el aula de música) y D. Isidoro (en la actual Secretaría) y en el primer piso, Dña. Esperanza y Dña. Paz, Dña. Felicitas también se encontraba arriba con los párvulos . No había niveles como en la actualidad. Cuando llegabas a la escuela ibas con los más pequeños y a medida que ibas aprendiendo, independiente-mente de la edad, ibas ascendiendo de grado y cambiando de aula. Según nos cuenta Lolina, ella, primeramente vivía en el centro e iba a una escuelita situada en la C/ Covadonga con Dña. Aurora, después pasó a otra escuela de El Llano en la C/ Electra y, por último a nuestro colegio, a la clase de Dña. Rafaela, primero, y luego con D. Isidoro. En esta época había también una escuela para los más pequeños en la C/ Colón llamada de los “Muñequinos”. Dña. Rafaela era una buena maestra, no pegaba, te amenazaba con pe-garte, hacía ademán pero terminaba haciendo una caricia. Celebraba su san-to y había que regalarle algo, en una lista ponía lo que cada alumna le había dado. En lo que ahora es dirección guardaba los regalos que le iban dando. Traía un bisoñé de color rojizo y tenía la costumbre de llevarse la mano al pecho estilo Julio Iglesias. En esta foto, Lolina es la niña sentada en la fila de abajo, la 2ª por la iz-quierda. Otras niñas de la foto son: Ángeles, Isabel, Simonita, Carmina y Rosina, Olga y Lidia, Argentina, Camelia, Margó, Justina, Rosalía, Otilia, Irma, hermanas Rebollina, Azucena, Angelita, Pilar Taján ...

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ALUMNOS AÑOS 30

D. Isidoro era el maestro de los que tenían más conocimientos. Era co-jo, le faltaba una pierna. Al principio llevaba una “pata de palo” y más tarde llevaba una bota en esa pierna tiesa y usaba bastón. Aquí se ve a D. Isidoro a Fernando (hermano de Lolina, 2º por la iz-quierda) y otros alumnos: Melero, Luisito, Pelayo... En esta otra está D. Isidoro con: Chus Fuentes, Elio, Rogelio Llana, Fernando...

Sus juegos favoritos eran el “pio campo” , a hacer la instrucción como los soldados, a la rasa (cascayo), a “les piedrines”… Jugaban por toda la ex-planada.

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ALUMNOS AÑOS 40

1941

1941

1942

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ALUMNOS AÑOS 50

CURSO 54-55

HACIENDO GIMNASIA

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ALUMNOS 60

CURSO 63-64

DÑA. ISIDORA CON SUS ALUMNAS. CURSO 63-64

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ALUMNOS 60 RECUERDOS

Julián Herrero

Dos imágenes con cuarenta años de distancia quedarían incom-pletas si no fueran acompañadas de algunos de los recuerdos de mi época de alumno, aunque posiblemente distorsionados por el paso del tiempo –más de cuarenta años- y la tendencia de algu-nos humanos a pensar que “todo tiempo pasado fue mejor…” Recuerdos que de pronto se hicieron más presentes hace unos días cuando me acerqué por la “Escuelona” a primeros del mes de Mayo y ya se estaba retirando la exposición de fotos y mate-rial escolar antiguo, pero una persona del centro con toda ama-bilidad me brindó la oportunidad de una privilegiada visita –así me sentí yo: un privilegiado- por las dependencias que constituían lo que había sido mi antigua escuela. Recuerdos que brotaron entre la emoción de entrar en aquel lugar donde tantos años hacía que no pisa-ba y las sensaciones difusas que han quedado de aquellos tiempos infantiles. Ya en el vestíbulo del edificio y nada más transpasar la puerta de entrada vienen a mi mente las filas las de niños formadas al empezar la jornada escolar, las oraciones que el director Don Justo López Jácome iba dejando deslizar como una letanía, para acto seguido pasar por grupos a las clases respectivas. Son recuerdos de semanas con seis días lectivos –lunes a sábado- en horario de mañana y tarde excepto los Jueves y Sábados en que no había clases por la tarde. Son recuerdos de las “permanencias” –aquellas clases añadidas de una hora al final de la jornada escolar y que en aquellos tiempos en que yo no entendía nada de economía doméstica mi madre consideraba una buena inversión y de paso como decía ella “ se le daba algo a ganar al maestro”.

1964

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ALUMNOS 60 Recuerdos de rezos de rosario en la mañana de los sábados con todos los grupos de chicos apoyados co-ntra las paredes del aula de cuarto curso, la más gran-de en aquella época y donde ahora está instalada una sala de estudio y ordenadores y en la que al asomarme con el paso de los años tuve la sensación de que era más pequeña…pero sólo fue sensación y la realidad es que se mantiene en la misma forma. También desfilaron por mi mente recreos con descam-pados de prados a modo de inmenso patio y de saltos sobre la parte abierta del colector de aguas residuales que atravesaba la zona que nosotros llamábamos el “Río Cutis”. Me vienen a la mente descubrimientos de “tesoros” que nos permitían sin nosotros saberlo ser autodidactas en improvisadas lecciones de física y quí-mica con aquellas piedras grisáceas que ahora no re-cuerdo bien de donde salían y que tenían un intenso y penetrante olor y que al contacto con el agua reaccionaban despidiendo luz, calor y un humo denso y muy blanco…así entre juegos conocí el carburo. De las clases me han quedado menos detalles salvo la nota curiosa de que en los primeros cursos había co-menzado estudiando con la enciclopedia “Álvarez” (que lo contenía todo) y al final de mi paso por la escuela ya en cuarto curso utilizaba libros distintos para cada materia . No falta un recuerdo a los pupitres dobles y estrechos de madera que nos hacían mantener obligada rela-ción con el compañero, pupitres de madera gastada con asientos que bajábamos a su posición al iniciar las clases y recogíamos al finalizar, pupitres con manchas de tinta alrededor de los huecos de los tinte-ros de china que nunca utilicé y que asocio con un olor peculiar : mezcla de olor a tinta, lápices de ma-dera, papel usado y sudor. Recuerdos de una biblioteca con estanterías de puertas de cristal –aun queda alguna en el mismo sitio donde estaban entonces- que guardaban de forma ordenada unos libros que en su mayoría estaban a medio camino entre el “tebeo” y el libro tradicional y que en tiempos en que la televisión aun no era co-mún en la mayoría de los hogares servían de entretenimiento y de incitación al “vicio” de la lectura: pa-ra mi madre no era igual que estuviera leyendo un “tebeo” que un libro por muchos dibujos e historietas que tuviera…así eran aquellos “Clásicos Bruguera” que de vez en cuando exigían una labor de restau-ración a base de “goma arábiga” y papel marrón de embalaje para mantenerlos en buen estado..eran los tiempos en que el maestro del cuarto curso Don Francisco Menéndez tenía la biblioteca a su cargo…Eran otros tiempos, y luego vino el instituto (Jovellanos), la formación profesional (la Escuela de Maes-ría Industrial) , el trabajo y la vida de cada día que nos ha llevado a convertirnos en lo que cada uno somos hoy. Me gustaría que estos recuerdos sirvieran de homenaje y reconocimiento a todas aquellas personas que formaban la comunidad escolar en aquel tiempo y a las que han hecho posible llevar a cabo la celebra-ción de este 75 aniversario y un recuerdo muy especial para Don Francisco, aquel maestro con nariz de boxeador y que sin saber muy bien de qué manera pienso que tuvo una influencia decisiva en mi vida… es mi recuerdo más apreciado.

2004

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ALUMNOS 70

Hola: Mi nombre es: José Antonio Fernández Casas. Soy un antiguo alumno del Colegio Público Ra-món Menéndez Pidal o “La Escuelona”. Mi periplo es-colar en dicho centro, se remonta al curso académico 1972/1973, iniciando estudios de párvulos, en los bajos de “Las Casas de Los Maestros”, en la c/ Eleuterio Quintanilla (antiguamente c/ San Ezequiel). Posterior-mente del año 1973 al 1981 realizo los 8 años corres-pondientes de E. G. B. (Educación General Básica), siendo declarado apto para la obtención del título de

GRADUADO ESCOLAR con la calificación de suficiente, el 20 de junio de 1981. Los tres primeros cursos de E. G. B. los realice en el antiguo edificio del colegio y los cinco cursos restantes en las dos primeras plantas del nuevo edificio. Los chicos y las chicas nos encontrábamos separados. Las niñas uti-lizaban la última planta y el edificio de la c/ La Serena, que actualmente al-berga la Escuela Infantil de La Serena. Recuerdo que hasta el año 1976, todos los días a la hora de entrada y a golpe de silbato del profesor D. Francisco, formábamos todos los alumnos en el patio, para posteriormente rezar una pequeña oración. Relación de los profesores que me impartieron clase:

• Manuel Carballo Pérez (1º E. G. B.).

• Demetrio Ercilla Minguez (2º E. G. B.).

• Jesús Farto Cuende (3º E. G. B.)

• Francisco Menéndez Pé-rez (4º E. G. B.)

• Manuel Pérez Fernández (5º E. G. B.)

• Antonio Segundo Váz-quez Portomeñe (tutor de 6º, 7º y 8º E. G. B.)

Un saludo y muchas gracias.

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ALUMNOS 70 Jesús de la Fuente Galván (Ex-alumno)

Volver a visitar el Colegio Ramón Menéndez Pidal, la Escuelona, sig-nificó encontrarme con imágenes de hace más de 35 años, el antiguo come-dor que era mi clase de 1º curso, justo debajo del lugar de la exposición; el salón de actos donde íbamos al cine los sábados por 25 pts; el patio interior donde formábamos en filas por cursos para rezar el Padre Nuestro, siguiendo la fuerte voz de D. Francisco antes de entrar en clase; los recreos de fútbol, carreras, sudor, jugando con balones hechos de bolas de papel y hasta con alguna piedra; los pasillos, las aulas, los mapas, la eterna fila de percheros, …

Después de visitar la exposición eché en falta a los verdaderos prota-gonistas de todos estos años, los alumnos y los maestros, y para remediarlo traigo esta foto, la única que tengo del curso 8ºA del año 1978.

Quiero nombrar a todos. De pie de izquierda a derecha: D. Delfín, Monteserín, Jesús, Trapiella,

Aquilino, Hevia, Eloy, Marcos, Calzón, Daniel, Monje, Carballo y Nicolás. Otros cuatro de pie a la derecha: Roberto, Raúl, Ranilla y Colomo. Una segunda fila de nueve: Hidalgo Germán, Outerial, Jose, Porto,

Maximino, Freire, Quiroga y a la derecha Montenegro. De rodillas: Crespo, Alija, Mariano, Amado, Ignacio, Fernando, Julio,

Cabal, Joaquín, César, De la Fuente y Villaverde. Los verdaderos protagonistas del proceso de enseñar y educar son los

Maestros, mis tutores durante los 8 años de EGB fueron: 1º curso 1.971 D. Bernardo Fernández Iglesias. 2º y 3º curso 72-73D. Jesús Farto Cuende. 4º curso 1.974 D. Casto Vázquez Rando. 5º curso 1.975 D. José Alonso Alonso. 6º curso 1.976 D. Manuel Carballo Pérez. 7º curso 1.977 D. José María García. 8º curso 1.978 D. Delfín Ángel Herrero. Y nombrar algunos más que me dieron clase como D. Sixto, que era

un artista con la tiza en sus clases de dibujo, D. Zacarías, D. Manuel, D. Francisco …

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ALUMNOS 70

Foto 8ºA Año 1978, Jesús es el segundo empezando por la derecha de la fila de abajo.

ALUMNOS 80

YOLANDA CRISTINA Y SU CLASE

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ALUMNOS 90

ARACELI CON SUS ALUMNAS

JESÚS QUIROGA Y SUS ALUMNOS

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ALUMNOS 90 Jorge Coscarón Parcero (exalumno)- El hecho de tener mala memoria y no acordarse dbien de lo que comiste ayer o de cuántos años lleva el Spor-ting en segunda, viene muy bien cuando te piden que hagas un esfuerzo y re-c u e r d e s c o s a s d e t u é p o c a e n e l c o l e , q u e en mi caso debió ser al terminar la segunda guerra mundial más o menos, porque me parece que han pasado siglos desde que terminé octavo de EGB... Viene bien porque, ya puestos a recordar pocas cosas, uno se acuerda más fácil de las buenas que de las malas. Por ejemplo no recuerdo en absoluto cuando mi madre (doña Begoña) me echó de clase una vez por hablar con el compañero o aquella vez en parvulitos en la Serena que me castigaron de cara a la pared por quien sabe que tontería o aquella otra que. nada, que no me acuerdo de nada malo, vaya. ¿De lo bueno? Pues todos mis demás trozos de recuerdos supongo. Los compañeros que por mi mala cabeza y por esto de emigrar de Asturias he olvidado casi del todo, los profesores: don José Anto-nio, don Zacarías, doña Elena, doña Margari, Galende, doña Begoña y un montón más. Los patios del recreo, por dónde ibas pasando según te cambia-ban de curso, la sirena (¿o era un timbre?) de entrar a clase, el gimnasio, la clase de música en la que se me daba fatal tocar la flauta. O sea, supongo, que más o menos lo que todos los de mi quinta. Pero ante todo me queda el recuerdo de una época por suerte feliz y sin preocupaciones que no me importaría repetir, si terminase de funcionar una máquina del tiempo en la que llevo unos años trabajando. Pero eso es otra historia. Besos y abrazos para todos los que me recuerden (un niño moreno, poca cosa, con gafitas.algo así) y para los que no, también. Y que estemos todos los que somos para celebrar el Centenario

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ALUMNOS 90

Jaime Coscarón Parcero. Barcelona, 12 de abril de 2007 Por donde empezar,... todos los recuerdos que me vienen a la cabeza son agradables. Afortunadamente se puede decir fue una de la etapas mas bo-nitas de mi vida. Me acuerdo cuando estábamos en clase de párvulos ( ahora llamado p3, p4 o algo así... ) cuando la única preocupación que tenía era no salirme de la raya al pintar y que la señorita Aurora no me riñera, aunque di-cho sea de paso, no recuerdo ni una sola bronca en mi etapa en La Serena. Me acuerdo también de los semáforos verde y rojo, que te permitían ir al ba-ño o de las mesas y sillas tamaño liliputiense, que con el tiempo te hace pen-sar, en como es posible que alguna vez cupiésemos allí. La vida iba pasando entre patio y patio, jugando con pelotas hechas de cinta aislante, tamaño pelota de tenis, con la que recuerdo haber jugado los partidos y meter los goles mas increíbles mi vida, teniendo que regatear no solo a los del equipo contrario sino a los profesores, niños jugando a pillar y niñas saltando a la comba. Lo malo era cuando algún profesor nos quitaba la “pelota” y teníamos que hacer otra para que el día siguiente nos la quitase otra vez… ( donde estarán todas aquellas pelotas… ) El paso de La Serena a La Escuelona lo recuerdo como uno de los gran-des pasos, donde allí ya estaban los “mayorones” y empezaba una nueva eta-pa. Recuerdo con mucho cariño a Don Manuel que nos enseñaba de todo, desde una raiz cuadrada hasta como se hacía un barco con palillos. Debió ser también por aquella época cuando me apunté a atletismo con Galende, una muy bella persona de la que siempre tendré un recuerdo muy cariñoso en mi corazón… Otro salto curioso fue de quinto a sexto ( no se como se llamará ahora, porque con tantos cambios de la ley uno se pierde… ). A partir de entonces ya teníamos un profesor para cada asignatura y nos sentíamos mayores de verdad… Por allí estaba Doña Elena, que me dio por primera vez un carné del que llevo fardando toda la vida., y lo mejor es que era gratis ( era por hacer los comentarios de las frases bien, y te acreditaba para poder enseñar a otros niños, o algo así porque ya se me mezclan los recuerdos ) También es-taba Quiroga con sus matemáticas o la señorita Puri , o Don Zacarias con su inglés, Loli la profesora de religión, y el insustituible Félix, que nos hacía feliz a todos cuando tocaba la sirena. Recuerdo, como no, a Carmen Llavata, Margari o Araceli a las que agradezco públicamente el cariño que siempre me han tenido, tanto ellas, co-mo todos los profesores del colegio que sin duda marcaron mi educación.

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ALUMNOS 90

También como no, mis antiguos compañeros a los que desgraciadamen-te perdí la pista cuando salí del colegio, pero que los recuerdo como si fuera ayer cuando estábamos sentados en clase y se sus nombre y apellidos com-pletos ( es increíble como es la memoria verdad?? ) Jorge Dïaz Albuerne, o Ruben Fidalgo u Oscar Cueto (espero que os vaya la vida muy bien ) o tantos otros con los que pase años y años jugando al fútbol en el patio y la famosa “pista”. Y poco, que seguiría escribiendo y escribiendo, y recordando cosas, como mi viaje de fin de curso a Galicia, las famosas excursiones a Lagisa etc… porque podría llenar un libro de recuerdos, todos ellos maravillosos, donde la única preocupación que tenía era la de tener una pelota de papel en el patio para jugar al fútbol. Permitidme por último mandar un beso muy fuerte a mi madre, Doña Begoña, o mama para mí, que sin ella, sin duda, el colegio no hubiera sido lo mismo. Mis mejores deseos para todos.

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ALUMNOS 90 Carlos Coscarón (Ex-alumno) Hola a todo el mundo. Antes de nada felicitar a toda la gente que ha hecho posible que el “ Pidal” haya llegado a cumplir los 75 años de historia. Me gustaría colaborar en esta celebración recordando los mejo-res momentos vividos en el colegio. Si tuviera que escribir los mejo-res recuerdos, bueno de hecho lo estoy haciendo, empezaría por uno de los primeros que tengo y que es el de mi primera excursión estan-do en parvulitos, y no fue una excursión cualquiera, fue una visita desde La Serena hasta el “colegio de los grandes” y nada menos que para ir a ver a Don Justo, el Director por aquellos años. Otros recuerdos que me vienen a la cabeza son las clases de atletismo que hacíamos con Galende en los Pericones, mis compa-ñeros de clase, los partidos interclases que jugamos contra los del “B”,el cambiar de piso según el curso que hacías, tener a mi madre de profesora ( una experiencia irrepetible ), el viaje de estudios y la granja escuela y de como no, de todos los profesores que tuvieron la paciencia de aguantarme y enseñarme, Don Jose María, Don Gas-par, Don Santiago.. Gracias a ellos y a todos los demás por haberme hecho pasar una buena niñez y ayudarme a ser la persona que soy ahora. Un abrazo a todos.

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ALUMNOS 90 Alejandro López Llavata (Ex-alumno)

Queridos compañeros, profesores y por encima de todo amigos: Os escribo desde Santoña donde me encuentro ahora mismo (y eso que es sabado) en régimen de internado prepa-rando mi ascenso a Suboficial del Ejér-cito de Tierra. El motivo de mi correo no es otro que el de felicitaros por vuestros “pocos” años de historia, y digo pocos pues me parece que fue ayer cuando aun corría por el patio o recibía clases en sus aulas. Son un montón de recuerdos y senti-mientos los que aun conservo hacia mi cole, compañeros y profesores. Son tantos que me sería difícil enumerarlos todos. Recuerdo con un cariño especial mi primera etapa de preescolar, en los bajos de “las viviendas de los maestros”. El pedir que me quitaran los tiran-tes para ir al servicio y esperar a que el semáforo se pusiera en verde para poder entrar en el. También recuerdo como no, a mi señorita Maria y sus di-vertidas clases. ¡Jo, que tiempos! Posteriormente pase al colegio, ya me sentía mayor, deje de usar tiran-tes. Recuerdo el donuts del recreo, el acuario que tenia mi madre en su clase con los tritones, los hámsters de Don José Antonio, las visitas a la Coca-cola, Chocolates La Herminia, el viaje de estudios, etc. Guardo un recuerdo muy especial de muchos profesores a los cuales tengo mucho que agradecer como a Don Gaspar que me enseño a disfrutar de las matemáticas, Don José Maria Galende el cual además de darme clase me incito a realizar actividades deportivas extraescolares, Doña Aurora y Doña Agustina dos maravillosas personas, en general todos lo fueron pero no pue-do citarlos a todos. Bueno pues mandando desde aquí un gran abrazo me despido con un hasta siempre esperando poder asistir a la espicha el próximo viernes.

Un saludo muy especial para la directora de este centro, mi madre, que aunque a su pesar este a punto de jubilarse seguro que aun tiene muchísimas cosas que enseñarnos. Un besazo a mi “dire preferida”

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ALUMNOS 90

PROFESORES AÑOS 70

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ACTIVIDADES DEL AMPA

VIAJES

EXCURSIONES

CONCURSOS Y JUEGOS

Abril 1972 con Tere Rojo Pariente

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ACTO INSTITUCIONAL

El 2 de mayo se celebró un acto institucional con la presencia de la alcaldesa Paz Fernández Fel-gueroso, la concejala de Cultura Carmen Rúa, la Concejala de Deportes Teresa Ortiz, la Inspectora Isa-bel Alvarado y la directora General de Centros e Infraestructuras Mª Jesús Otero. La parte central del acto consistió en una conferencia a cargo de Paco Abril titulada “Obsesión por divertir y la atención desatendida”.

LA ALCALDESA, PACO ABRIL, Mª TERESA OTERO, MARIBEL Y CARMEN

CAMISETAS CONMEMORATI-VAS DEL 75 ANIVERSARIO

FOTO REPRESENTATIVA DEL ACTO. UNA MADRE, UNA PRO-FESORA, UN ANTIGUO PRESI-DENTE DEL A.P.A. Y UN AN-TIGUO PROFESOR

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ACTO INSTITUCIONAL

Paco Abril durante la conferencia que resultó ser muy interesante por el tema y el buen hacer de este gran comunicador. También nos dejó su comentario en el libro de fir-mas.

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EXPOSICIÓN

Exposición de material escolar y libros antiguos:

LIBROS Y MATERIAL ESCOLAR

DIPLOMA Y FOTOS ESCOLARES

NUESTRO AGRADECIMIENTO A LOS QUE DE UNA MANERA U OTRA HAN COLABORADO CON NOSOTROS

Nº 21 75 aniversario. Junio 2007

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