Cuarto díaRevista del Secretariado Diocesano del Movimiento de Cursillos de Cristiandad de Córdoba

nº74 - Mayo 2014

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Estamos viviendo, de nuevo, un tiempo precioso para la Iglesia y para los cristianos, para cada uno de nosotros… Es el momento de gritar jubilosos que Cristo vive, que ha resucitado, y que con Él también nosotros tenemos ocasión de resucitar y VIVIR…

Sabemos la teoría… ¡Ahora sólo hay que vivir el encuentro con el Cris-to vivo! ¡Tan sencillo y tan difícil!

En este tiempo de Pascua yo me siento llamado a vivir de una manera especial el paso del Señor en mi vida, de sentir en mí la presencia de su Es-píritu, de ir haciendo realidad todas las luchas y los esfuerzos realizados en la cuaresma para ir muriendo a mi hombre viejo y dejar sitio al nuevo… La cuaresma, necesariamente, nos lleva a la Pascua.

A mí me enriquece recordar todo lo que he ido recorriendo en este tiempo de cuaresma, para poder acercarme más al Señor… ¡Y muchas veces no ha sido fácil! Pero me ayuda a aprender de los errores, de mis limitaciones, de mis miserias, sabiendo que, a pesar de todo, con su resurrección, Él me ha liberado y que me llama y me espera… En este camino recorrido me identifico con la sorpresa de los apóstoles cuando el Señor se ciñe la toalla y le lava los pies… ¿el Maestro y el Señor sirviendo como un esclavo? Y con los egoísmos de Judas, que no entiende qué quiere Jesús, y es capaz de venderlo… Y con los miedos de Pedro cuando le identifican como amigo de Jesús, y lo niega… Y con la sorpresa de Simón de Cirene, cuando le obligan a cargar con la cruz… ¡Si yo no tengo nada que ver con esto! Y con la decepción de los discípulos de Emaús, que caminan cabizbajos porque las cosas no han sido como ellos esperaban…

Esta ha sido mi lucha, pero también me he sentido identificado con la sorpresa y el gozo de las mujeres cuando se encuentran al Señor resucitado, con la ilusión y la inquietud de Pedro y Juan, que corren a ver al Cristo, con la alegría de Tomás cuando es capaz de ver y tocar a su amigo vivo…

Y este gozo, esta alegría de experimentar la resurrección del Señor, de saber que todo empieza ahora, y que nosotros somos parte interesada de esta historia (recordemos: “todo esto por mí…”) compensa sobradamente los momentos más difíciles del camino…

¡Cristo vive, ha resucitado, y con Él nosotros!

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Fco. Javier Martínez MorenoPresidente del MCC-Córdoba

Creo que tenemos que implicarnos en ser protagonistas de esta resu-rrección… Es momento de buscar con insistencia y con profundidad, un en-cuentro de verdad con el Señor Resucitado, cumpliendo la invitación del Papa Francisco, y sabiendo, como él dice, que «un encuentro con Jesús te cambia la vida y te llena de alegría». Creo que todos hemos experimentado, en algún momento, la alegría del encuentro con el Señor, en nuestros cursillos, en nuestros sagrarios, en nuestras eucaristías… Ahora es ocasión de disfrutar-lo, de vivir desde la alegría del Señor, que nos dará paz, una paz que nada ni nadie nos puede quitar, y que nos tiene que liberar de miedos y dudas en nuestro caminar…

Nos dice también el papa que tenemos que “volver a Galilea… Galilea es el lugar de la primera llamada, donde todo empezó. Volver allí, volver al lugar de la primera llamada. Volver a Galilea significa sobre todo volver allí, a ese punto incandescente en que la gracia de Dios me tocó al comienzo del camino. En la vida del cristiano hay también una «Galilea» más existencial: la experiencia del encuentro personal con Jesucristo. Es necesario volver allí, para ver a Jesús resucitado, y convertirse en testigos de su resurrección. No es un volver atrás, no es una nostalgia. Es volver al primer amor, para recibir el fuego que Jesús ha encendido en el mundo, y llevarlo a todos, a todos los extremos de la tierra.”

Yo quiero, en este tiempo, volver a mi amor primero, a sentir y sabo-rear el abrazo del resucitado, a disfrutar de la presencia de mi amigo, a gozar la una vida en plenitud, nueva, porque Él hace nuevas todas las cosas…

¡Cristo vive, ha resucitado, y con Él nosotros! Sólo se trata de saber vivirlo…

Así podremos verlo DE COLORES.

Consiliario

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Bienvenidos todos a la Pascua; bienvenidos seamos todos a la Vida. Volvemos a experimentar unos días de renovación espiritual, unos días que están llamados a prolongarse e intensificarse en lo coti-diano.

Pero el testimonio apostólico que nos llega también nos habla de alegría, desconcierto, dudas, miedos…; los mismos discípulos tar-daron en aceptar que Jesús estaba vivo. Y este testimonio no es ajeno a nosotros, no son reacciones que resulten extras en nosotros. Sin embargo, Jesús apuesta decididamente por unos testigos que, en prin-cipio, no serían modélicos al estilo humano.

Lo primero que encontramos es que Jesús se aparece “a las mu-jeres” y, entre ellas, a María Magdalena, “de la que había echado siete demonios”. No empieza por aparecerse a los “buenos”, sino a los “ma-los” convertidos. Y es que para Dios, lo que un día ha perdonado ya no existe más. A los Once les cuesta trabajo aceptar el testimonio que les llega; incluso Jesús es duro con ellos y les echa en cara su incredulidad y dureza de corazón. Y la razón de ello es que no había creído a los que le habían visto.

¿No hay un poco, o mucho, de todo esto en nosotros, manifesta-do de una u otra manera? A todos nos cuesta creer, y que nos crean. En nuestro Movimiento de Cursillos somos conscientes que son muchos los que no creen en la Iglesia porque la ven pecadora; incluso aquellos que cuestionan nuestro testimonio porque no siempre somos signo de fidelidad.

Y sin embargo, lo fundamental es que estamos rodeados de testigos; que incluso nosotros somos testigos para muchos a través de nuestras debilidades. Lo importante es que hayamos visto, que lo veamos y experimentemos, porque Él se revela a través de todo el que lo ha visto. Nuestra misma consciencia de pecado se ha de convertir en

“¡Bienvenidos a la vida!”

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MANUEL SÁNCHEZ GÓMEZConsiliario del MCC - Córdoba

experiencia de la necesidad que tenemos de Dios. Nuestro Sacramento bautismal lo renovamos con cada experiencia de perdón. Dios es así.

Y lo más increíble es que aquellos Once “duros de corazón e incrédulos” son enviados por el mismo Jesús a ser sus testigos: “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación”. Aquellos que no consideraban a los testigos dignos de crédito son los encarga-dos de llevar el anuncio al mundo.

San Pablo nos recuerda que “Cristo se rebajó y se sometió hasta la muerte…” La Pascua de Resurrección es ese tiempo precioso en el que Cristo, ahora, se “rebaja” a cada uno de nosotros, se rebaja a que todos nosotros, con lo bueno y malo que tengamos, seamos testigos de que sigue vivo.

¡Cristo cuenta contigo!, decimos en Cursillos. Pero esto sólo será posible si soy muy consciente que primero cuenta conmigo, para seguir echando las redes en su nombre, porque sólo Él hace posible la pesca milagrosa.Sigamos remando, mar adentro, atentos a su Palabra, gozando de su presencia en la Eucaristía y comunicando a nuestros hermanos lo que “hemos visto y oído”.

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Gaspar Villa Fernández, un hombre de Dios

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Siguiendo con la programación de las sesiones de escuela ter-minamos el mes de febrero con una escuela dedicada al tema de la Historia de Israel, el ponente nuestro Consiliario D. Manuel Sánchez Gómez.

El 4 de marzo se realizó un Acto Cuaresmal en la Capilla de San Pablo.

La siguiente semana la sesión estuvo dedica a la Oración dirigi-da, nuestro Consiliario fue el encargado de la misma.

El 18 de marzo dedicamos la escuela a una sesión informativa y normativa sobre diversos temas de nuestro Secretariado, el responsa-ble de la misma nuestro Presidente Javier Martínez Moreno.

Los días 25 de marzo y 1 de abril se trató el tema de la Exhorta-ción Apostólica. El ponente el Rvdo. D. Jesús Poyato Varo.

El día 8 de abril se realizó el Vía Crucis como paso previo de la Semana Santa.

El 22 celebramos la Pascua de Resurrección.

Con respecto a la Sede de la Sierra:

El 6 de marzo fue el Retiro Cuaresmal en el Viso a cargo del Rvdo. D. Fernando Martín Gómez.

20 de marzo la sesión se dedicó a Metodología Práctica, el po-nente Paco Ruiz.

El 3 de abril El Rvdo. D. Manuel Cantador Muñoz, habló sobre la Exhortación Apostólica.

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10 de abril la escuela se dedicó al Secretariado Nacional, el po-nente su presidente Álvaro Martínez Moreno.

Termina el mes de abril con la sesión del 24 dedicada a la reali-zación de la encuesta y evaluación del curso, el responsable Bernardo Crespo.

Con respecto a la Sede de la Campiña:

El 27 de febrero la sesión se dedica al tema de la Gracia. El po-nente el Rvdo. D. Pablo Calvo del Pozo.

La sesión del 13 de marzo se dedicó al Retiro Cuaresmal en Lu-cena a cargo del Rvdo. D. Pablo Lora Blasco.

El 27 se trató el tema de la Exhortación Apostólica. El ponente nuestro Viceconsiliario D. Francisco de Asís Roldán Alba.

El 10 de abril, el tema fue el Secretariado Nacional. La ponente nuestra Vicepresidenta Inmaculada Luna.

Termina el mes de abril con la sesión del día 24 dedicada a la Oración dirigida a cargo del Rvdo. D. Miguel David Pozo León.

En otro orden de acontecimientos, celebraciones etc. destacar los siguientes:

Terminamos febrero con la celebración de la Hora Apostólica en la parroquia del Camino.

El fin de semana del 1 y 2 de febrero se realizó una presentación del MCC en la parroquia de San Antonio de Padua.

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Se realizaron los Ejercicios Espirituales para la Escuela del 7 al 9 de marzo, dirigidos por D. Gaspar Bustos Álvarez.

La semana del 10 al 15 se de marzo se presentó el MCC a los distintos grupos de la parroquia de Santa Marina y el domingo en la celebración de la Eucaristía.

El domingo 23 de marzo hubo un encuentro convivencia para jóvenes en la parroquia de Santa Luisa de Marillac.

En las últimas semana de marzo presentó el MCC a los grupos de la parroquia de la Esperanza.

El 27 de marzo tuvimos la Hora Apostólica en Santa María de la Iglesia de Santa Rosa (Iglesia del colegio de la Inmaculada)

El 30 de marzo se celebró en Zaragoza un encuentro de Pastoral Juvenil, por Córdoba asistió Isaac.

El miércoles 2 de abril celebramos la Ultreya trimestral en la Casa de San Pablo. El ponente Miguel Ángel de la Torre.

El 3 y 4 de abril se realizó la presentación del MCC en Montoro y el domingo durante la celebración de la Eucaristía.

El fin de semana del 5 y 6 de abril se presentó el MCC en la pa-rroquia de Santa Beatriz de Silva.

El jueves 24 de abril tuvimos la Hora Apostólica en la parroquia de Beato Álvaro de Córdoba.

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FRANCISCO RUIZ ROMEROSecretario del MCC - Córdoba

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El “Vaticano”

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Con gran alegría he recibido vuestra invitación de contar mi expe-riencia como sacerdote del Movimiento de Cursillos de Cristiandad.

Desde los años de mi formación y preparación en el Seminario Mayor de San Pelagio, Cursillos de Cristiandad han estado muy unidos a mi vida. En esos años los seminaristas estábamos muy relacionados con los jóvenes de la Delegación de Juventud y muy relacionados con el Movi-miento de Cursillos.

A un servidor en especial, Dios ha puesto en mi camino a varias personas del Movimiento que me han enseñado y dado ejemplo del vivir el ser cristiano guiados por el Espíritu Santo, haciendo en todo su voluntad. Personas como: Curra, Álvaro y Juana, María Garijo, Laura y Manu, Fernan-do, Chiqui o Emi entre ellos, a los que le agradezco su amistad y todo lo compartido con este servidor.

En esos años del Seminario me ha llamado mucho la atención el sa-ber que era un Cursillo y como se vivía en un cursillo. Y llegó la hora de ir a vivir en primera persona la experiencia de un Cursillo. Llegó Octubre de 2007 y entré en esa bendita casa de San Pablo llegué con muchos miedos pero con ganas de vivir con profundidad esta experiencia. Y salí lleno del Espíritu Santo. Viendo lo grande que es la Iglesia, y Nuestro Señor Jesu-cristo. Y sobre todo viendo la grandeza de mi vocación al Sacerdocio en el servicio a los hermanos. Fue un impulso del Señor a responder y vivir con profundidad mi vida sacerdotal.

Al vivir mi cursillo y ordenarme de sacerdote meses más tarde, tenía cada día, más claro que yo iba a ser un cura de Cursillos. Y en el primer año de sacerdote me ofrecí, con gran ilusión de aprender, a vivir mi sacerdocio dentro de un cursillo. Viviendo yo el cursillo, acompañando y ayudando espiritualmente a los cursillistas fue una gran experiencia, unos días inolvidables que no se olvidan.

En estos seis años de ir a cursillos como sacerdote, han sido seis momentos diferentes de sentirse llamado por el Señor en este camino,

“Vivir el ser cristiano guiados por el Espíritu Santo”

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unos días de descansar en el Señor, de “Cargar las pilas” para seguir el trabajo diario, unos días en los que el Señor me va pidiendo más entrega y fidelidad.

Pero sobre todo es una experiencia en la que uno se ve y se siente pequeño, puesto que la fuerza, la Gracia no es nuestra, sino del Señor y uno siente y va viendo como el Espíritu Santo va actuando en los cursillis-tas y poco a poco van abriendo su corazón al Señor. Tanto los responsa-bles como los sacerdotes somos unos instrumentos unos “lápices” en las manos del Señor; quiere el Señor escribir en los corazones de los cursillis-tas grandes historias de Amor de Dios con nosotros.

Pero, por ello, el Señor nos pide a responsables y sacerdotes: más fidelidad, más, santidad, más entrega, más oración, ser más obedientes. Desde aquí, a todas las personas que lean este artículo les animo a rezar por el Movimiento, para que haya más personas que encuentren el amor del Señor por cada uno de nosotros, y un camino de santificación y viven-cia cristiana.

¡¡¡Feliz Pascua del Señor a todos!!!

D. Matías Fantini DiazPárroco de Nª Sª de la Anunciación

de BelmezPárroco de Nª Sª de los Reyes

de El Hoyo de Belmez

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“SIGNIFICADO DE LA RESURRECCIÓN DE JESÚS”

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“Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá. Y

todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees tú esto?” (Jn 11, 25).

A) LA RESURRECCION, PUNTO DE PARTIDA PARA DESCUBRIR A CRISTO

A partir de la resurrección y a su luz, los primeros creyentes vol-vieron a recordar la actuación y el mensaje de Jesús y, reflexionando sobre su vida y su muerte, fueron descubriendo la verdadera persona-lidad de Jesucristo. Legitimación de la vida y el mensaje de Jesús La muerte de Jesús en la cruz, abandonado por todos y conde-nado en nombre de la Ley, parecía dejar claro que Jesús era un falso profeta, abandonado también por Dios. Ahora los discípulos comprenden que no es así. Dios lo ha re-sucitado desautorizando a todos los que lo habían rechazado (Hch 2, 23-24). Al resucitarlo, Dios le ha dado la razón y ha legitimado y con-firmado con su gesto vivificador, el mensaje y la actuación de Jesús. Jesús tenía razón, Dios está con él. Los discípulos comprenden que en la vida y el mensaje de este hombre se encierra algo único e incomparable, que es necesario anunciar a todos los hombres: Jesús ofrece verdaderas garantías para alcanzar una liberación definitiva, in-cluso, por encima de la muerte. El valor salvador de la muerte de Jesús Si Dios ha resucitado a Jesús, ¿por qué ha permitido su muerte? El Dios que ha resucitado a Jesús, ¿qué hacía en la hora de su ejecu-ción? ¿Dónde estaba en el momento de su asesinato? Los discípulos han comprendido que la muerte de Jesús no ha sido un accidente, una desgracia cualquiera, una injusticia más. Esta muerte ha sido algo pre-visto y preparado en los designios de Dios. Esta muerte ha sido para salvación del hombre.

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Este Dios que en la resurrección se ha manifestado plenamente identificado con Jesús, estaba también con él en la cruz. Al abandonar a Jesús, en realidad, se estaba abandonando a sí mismo por amor a los hombres. En Cristo, moribundo en la cruz, estaba Dios compartiendo nuestra vida humana hasta el fracaso y la destrucción total, y realizan-do el máximo gesto de su solidaridad y su amor salvador al hombre. “En Cristo estaba Dios reconciliando al mundo consigo” (2 Co 5, 19) Jesús confesado como Mesías e Hijo de Dios Si Jesús ha sido resucitado por Dios, los discípulos comprenden que no deben seguir esperando a ningún otro Mesías. Las promesas de Dios han encontrado ya su cumplimiento en Jesús. Es Jesús el Mesías esperado, pero lo es de una manera que ha rebasado todas las espe-ranzas del pueblo. En este Mesías resucitado se encierra algo inesperado. La muer-te de Jesús ha dejado claro que el Mesías es un hombre débil, mortal como nosotros. La muerte nos iguala a todos y, si Jesús ha muerto, quiere decir que es hombre como todos nosotros. Pero, la resurrección, nos descubre en Jesús algo nuevo, que ciertamente Israel no esperaba. Si Jesús ha resucitado quiere decir que es un hombre que vive una relación única con Dios. En Jesús hay algo que no se puede encontrar en los demás hombres. A partir de la Re-surrección, los discípulos descubrirán cada vez con más claridad, que Dios estaba en él, que Dios en este hombre ha querido compartir nues-tra vida.

El Señor vive para siempre en Dios

La muerte de Jesús no ha sido su destrucción, sino su paso a la vida del Padre. Jesús estuvo muerto pero ahora está vivo (Ap 1, 17-18). Resucitado, vive en una condición nueva junto al Padre (Flp 2, 8-11). Con razón, se le puede llamar ya Señor de la vida y de la muerte (Rm 14, 7-9). Los cristianos ya no nos sentimos solos. Cristo no es un

“SIGNIFICADO DE LA RESURRECCIÓN DE JESÚS”

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difunto. Los creyentes sabemos que junto al Padre tenemos a Cristo, vivo para siempre, intercediendo y preocupándose por todos los hom-bres (Hb 7, 25; Rm 8, 34).

El Resucitado vive en medio de los creyentes

El Señor no sólo vive ahora para los hombres, sino entre los hombres. Los discípulos vivimos animados por la presencia viva del Resucitado (Lc 24, 13-35). Cuando hablamos del Resucitado no esta-mos hablando de un personaje del pasado, sino de alguien vivo que anima, vivifica y llena con su espíritu y su fuerza a la comunidad cre-yente. “Sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28, 20).

La comunidad creyente no se siente huérfana. El Resucitado ca-mina con nosotros como “autor de la vida” (Hch 3, 15). Es necesario saber descubrirlo en nuestras asambleas (Mt 18, 20), saber escucharlo en el Evangelio (Mt 7, 24-27), dejarnos alimentar por él en la cena eu-carística (Lc 24, 28-31), saber encontrarlo en todo hombre necesitado (Mt 25, 31-46).

El retorno del Resucitado

Cristo, resucitado por el Padre, sólo es el “primero que ha resu-citado de entre los muertos” (Col 1, 18-19). Él se nos ha anticipado a todos para alcanzar esa vida definitiva que nos está también reservada a nosotros. Su resurrección es fundamento y garantía de la nuestra (1 Co 15, 20-23). Uno de los nuestros, un hermano nuestro, Jesús de Na-zaret, ha resucitado abriendo una salida a esta vida nuestra que termi-na fatalmente en la muerte. Su resurrección nos abre la posibilidad de alcanzar la liberación última y total (1 Co 15, 22; Ef 2, 4-6). Si vivimos desde Cristo, un día resucitaremos con El. “Dios que resucitó al Señor, también nos resucitará a nosotros por su poder” (1 Co 6, 14).

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Por eso, los creyentes, en medio de las luchas, los sufrimientos y las dificultades de cada día, ponemos la mirada en el Resucitado que un día volverá a consumar y llevar a su término todos nuestros esfuer-zos de liberación: “Ven, Señor, Jesús” (Ap 22, 20)

B) LA RESURRECCION, BUENA NOTICIA PARA LOS HOMBRES

La resurrección de Cristo es la mejor noticia que podíamos recibir.

Ahora sabemos que Dios es incapaz de defraudar las esperan-zas del hombre que le invoca como Padre. Dios es Alguien con fuerza para vencer la muerte y resucitar todo lo que puede quedar muerto (2 Co 1,9; Ef 1, 18-20). Dios es Alguien que no está conforme con este mundo injusto en el que los hombres somos capaces de crucificar al mejor hombre que ha pisado nuestra tierra. Dios es Alguien empeña-do en salvar al hombre por encima de todo, incluso, por encima de la muerte.

Ya el mal, la injusticia y la muerte no tienen la última palabra. La vida no es un enigma sin meta ni salida. Conocemos ya de alguna manera el final. A esta vida crucificada, vivida con el espíritu de Jesús, sólo le espera, por el mismo espíritu, la resurrección (Rm 8, 11). To-dos aquellos que luchamos por ser cada día más hombres, un día lo seremos. Todos aquellos que trabajamos por construir un mundo más humano y justo, un día lo conoceremos. Todos los que, de alguna ma-nera, hayamos creído en Cristo y hayamos vivido con su espíritu, un día sabremos lo que es VIVIR.

José Mondéjar CastillejoResponsable Escuela del MCC

Gaspar Villa Fernández, un hombre de Dios

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Más allá de Córdoba “Encuentro en Zaragoza”

Y así centraba más el tema, Mons. Xavier Novell i Gomà, obispo de Solsona, el cual decía en su saludo: “Este primer encuentro lleva por lema “Id y

anunciad”, mandato de Jesús a sus discípulos y memoria de la última Jornada

Mundial de la Juventud de Río de Janeiro... Nuestro Encuentro, por lo tanto, se

centra en primer anuncio del Evangelio a los Jóvenes.”

Más adelante añadía con respecto a la necesidad de este acto pastoral: “... en el proceso de evangelización y urgente en una pastoral en el actual con-

texto de secularización. (...) Con esto, creemos que la mayoría necesitamos

conocer con detalle metodologías concretas que podamos poner en práctica y

nos ayuden a dar los primeros pasos de renovación de nuestra pastoral juve-

nil.”

Con esta intención: que tras los días de convivencia, trabajo y oración se encontraran líneas de acción renovadas para que el mensaje y la persona de Jesucristo -siempre joven- anide en el corazón de los jóvenes de todas las diócesis. El Movimiento de Cursillos de Cristiandad, que fue uno de los seis movimientos de primer anuncio que allí se encontraba, presentó un taller para este efecto.

Este taller duró aproximada unas 6 horas y se dividió en cuatro partes. Una primera parte consistió en presentar que era el Movimiento de Cursillos de Cristiandad y la historia del Movimiento desde sus inicios hasta la actualidad. Para ello se reseñaron los datos históricos más significativos y posteriormente se proyectó un video con imágenes del movimiento en dife-rentes diócesis intercalando fotos antiguas y contemporáneas.

Justo después se trabajaron unas dinámicas con palabras claves para el MCC, como son amistad, kerigma, encuentro, comunidad y ambientes. El resto del taller, que fue la mayoría del tiempo, se desarrollaron las tres fases de nuestro método (precursillo, cursillo, postcursillo). Cada parte se trabajó como en el cursillo trabajamos, con la dinámica de trabajos en grupo y expo-siciones.

“Id y anunciad” fue el lema escogido para el I Encuentro de Equipos de Dele-

gaciones Diocesanas y Movimientos Nacionales de Pastoral Juvenil, celebrado en Zaragoza del 28 al 30 de Marzo de este año 2014.

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La verdad que todo se desarrolló en un clima muy cómodo, cercano y muy vivencial. No se que podéis pensar pero... había unas 30 personas que vinieron al taller, un equipo de 10 personas y un sacerdote, ¡parecía un cursi-llo en toda regla!

Particularmente ese fin de semana, para mí, fue muy especial. Un fin de semana de encuentro, primero con el Señor y después con todas las per-sonas que allí había.

Sentí verdadera comunión con las personas del MCC de otras diócesis, personas de mi mismo rango de edad, que tiene una ilusión y un empuje des-medido por seguir al Señor a través del Movimiento. Me vengo con ilusiones no renovadas sino fortalecidas, con la frase de “los jóvenes no son el futuro de nuestra Iglesia sino el presente” con la que sentí un impulso a seguir tra-bajando pero de hacerlo como el Señor me pide a cada instante, que lo haga desde la sencillez, desde lo oculto, desde la oración y la formación pero so-bre todo sabiendo que Cristo es el centro de mi vida.

Me queda mucho que caminar, mucho que aprender y mucho que vivir pero lo mejor es hacerlo a través del MCC donde aprendí y sentí que la vida con el Señor se puede vivir de Colores.

Isaac Muñoz HernándezResponsable Escuela del MCC

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Nuestros corresponsales

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Estamos teniendo un curso intenso en la escuela de la Sierra,pero lo vivimos con ilusión, ganas de aprender más de nuestra Iglesia y de caminar unidos al Señor.

Este año, estamos teniendo más sesiones de escuela, ya que en la evaluación a final del curso pasado, todos estábamos de acuerdo en que nos quedábamos un poquito escasos y gracias a Dios y al esfuerzo de los que nos acompañan desde la escuela de Córdoba esto ha sido posible.

Seguimos comenzando cada escuela con un ratito de oración en el Sagrario, porque sabemos que es importante vivir la escuela esde la oración, y como no tenemos tiempo para celebrar la Eucaristía no queremos dejar de poner lo que hacemos en manos del Señor.

Nuestro proyecto más importante del curso era formar un gru-po de acogida, y poquito a poco vamos creciendo y estando más asen-tados. Además nos damos cuenta que el Señor quiere ese grupo que tenemos en Alcaracejos, porque en este curso hemos visto como va-rias personas de nuestros pueblos han hecho el cursillo y luego se han ido incorporando al grupo, lo cual les ayuda a caminar en su cuarto día. Nos sentimos contentos por el trabajo que hacemos pero no perdemos de vista que el Señor es quien hace y mueve todo y por eso de vez en cuando en el grupo celebramos una Eucaristía en acción de gracias.

Estamos felices con nuestra escuela y pedimos al Señor que nos siga bendiciendo a través de ella y que seamos capaces de dar todo lo que podamos para que cada vez esté más viva.

Escuela de la Sierra

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Cuando me dijeron que si que-ría dar mi testimonio del cuarto día me dije: “¿Cómo lo voy hacer?”. Pero en ese mismo instante pensé en aque-lla mariposa que un día me dijo que fuese al cursillo, bendita mariposa, que me dijo que si yo sería capaz de rechazar un regalo........ y gracias a Dios no lo rechacé.

Para mí el cursillo fue una mezcla de alegría, tristeza, nostal-gia, pena,etc...., porque tantas veces había oído a mis padres hablar del cursillo, que mientras duró el cursillo yo no hacía nada más que repetirme: “!porqué no viniste antes!”, pero acabé por creerme eso que tantas veces me decían: “porque este era tu cursillo,el 1025, no los de antes”. Pero mi padre, que el Señor lo debe de tener allí a su lado cuando EL ha decidido llevárselo, estuvo presente en todo momento, no sólo en el cursillo, sino que también lo está en mi cuarto día.

Mis padres me hablaban del Sagrario pero yo no le daba importan-cia, pero lo que viví en el cursillo fue un encuentro directo e íntimo con el Señor, fue algo inolvidable.También fue bonito poderlo compartir con mi mujer, que como el sacerdote de mi parroquia me dijo: “el cursillo es como si vas a Sierra Nevada solo y se lo cuentas a tú mujer, si vais los dos, lo vivís juntos y empezais juntos el cami-no”. En el cursillo descubrí a un Dios que antes no conocía, paciente,

bondadoso, que me perdona a pesar de que caiga en el pecado una y otra vez, lleno de Amor y que me acepta con todos mis defectos, que no son pocos.

En el momento que empezó el cuarto día, me dije que no podía vivir en solitario que tenía que ser en co-munidad y gracias a Dios pusieron en mí camino un grupo de acogida fan-tástico donde podemos vivir en comu-nidad este cuarto día.

Antes de hacer el cursillo nun-ca encontraba tiempo para la oración todo eran trabas para hacerlo, pero cuando me dijeron que la oración es primordial, y así lo estoy experimen-tando, le busco un hueco todos los días. También me implico más en mi parroquia, aunque no siempre lo que debería, lo que también me ayuda es haber puesto en mi camino la Adora-ción Nocturna, que es una buena ma-nera de estar con el Señor. Y aunque antes de ir al cursillo era catequista, ahora lo intento hacer desde otro pun-to de vista más profundo y todo gra-cias a la oración. Y así le pido a Dios que me haga su apóstol.

Desde mi humildad le doy GRACIAS a Dios por poner al movi-miento de cursillos de cristiandad en mi camino.

José Antonio Peinado AláezDos Torres

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Mi Vida con Dios

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El Ser humano va construyendo su vida, con proyectos, con ilusiones, con esperanzas…; muchas de ellas se van logrando a lo largo de la vida, mu-chas son irrealizables, y generan cierta angustia comprobar que no se logran; otras son posibles, pero al no estar en nuestras manos, no siempre se alcan-zan y llenan de ansiedad y desasosiego el corazón, al mantenerlo en vilo y siempre expectante ante una meta que nunca llega. A veces cuando logramos lo anhelado, sin saber por qué, sin comprender que ocurre, el corazón sigue sin estar en total armonía y lleno de paz. Y en seguida nos lanzamos a otro proyecto humano, necesitamos buscar otra meta que equilibre nuestro co-razón. Ese devenir de ilusión en ilusión, de esperanza en esperanza, agota y deja insatisfecho y vacío el interior del Hombre. Es cierto “que la esperanza es lo último que se pierde,”, pero no lo es menos, que las esperanzas huma-nas, caminar de una en otra, hastían el corazón y nunca logran colmarlo para alcanzar la felicidad que desea.

Y ante esta realidad, con frecuencia el ser humano cae en la apatía, en una vida sin motivación alguna, sin alegría, sin esperanza. Pero el creyente no puede contentarse, no puede caer en la desesperanza, ni en el hastío propio de los “hombres sin esperanza”. Debe buscar en los entresijos de su propia fe, de su religión, de Dios, una respuesta, que le ilumine para caminar hacia donde encuentre un remanso de Paz, de Armonía, una meta y una Esperanza que sacie el anhelo de felicidad que siempre tenemos. Solo cuando vivimos la Esperanza teologal, basada no en nuestros proyectos humanos sino en Jesucristo, es cuando nos encontramos con el Unico capaz de dar verdadera Esperanza y sentido a todo nuestro devenir, el Unico fundamento y piedra angular de nuestra vida, verdadero cimiento sobre quien construir un futuro cierto.

La esperanza cristiana, se fundamenta en Cristo, principio y fin de toda realidad. Es una esperanza abierta a Dios y garantizada por Dios, Como acto humano, es confianza humilde y segura en que Dios no va a frustrar sus promesas inscritas en el corazón del Hombre. Cada ser humano, realiza un acto amoroso y confiado en las promesas de Dios que no defrauda. Esperar en Cristo, es abrirse a reconocerle como Luz auténtica que guía nuestro pe-regrinar por el túnel de la vida, y meta sólida, donde está nuestra felicidad, la vida eterna, razón de nuestra vida, esperanza cierta de nuestro caminar.

VIVIR EN ESPERANZA

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Vivir la Esperanza cristiana, es vivir con Dios y desde Dios, siendo sinceros y coherentes con nuestra fe, viviendo implicados y comprometidos en este mundo, Si, pero con visión sobrenatural. “Buscad las cosas de allá arriba, donde está Dios, saboread las cosas del cielo, no las de la tierra”. De este modo la esperanza no es un asidero, para deambular por el mundo sin complicaciones ni inquietudes, sin tener nada que hacer o que poner de nues-tra parte. Esto no es esperanza, esto es comodidad. El que espera de verdad, luchará y se esfuerza por construir un mundo mejor, afrontará las exigencias de su humanidad y se implicará en la resolución de conflictos, ayudando a construir un mundo según el querer de Dios El creyente tiene una meta, alcanzar la vida de Dios para siempre, y por esa esperanza debe luchar y esforzarse por ser fiel, hasta el final. Este ideal, nunca lo sacará del mundo, sino que usará el mundo para hacer posi-ble y creíble esta esperanza, y empleará la vida para caminar por ella hacia la meta en la que cree y espera: Dios. Pues el fundamento de nuestra esperanza, no está pues en este mundo por muy perfecto que podamos llegar a cons-truirlo, sino que debemos ponerlo en la meta de nuestra vida, en la santidad a la que estamos llamados, en la plena comunión de vida y amor con Dios.

Vivamos así nuestra vida, con Esperanza, haciendo de ella un camino de vida con Dios, aquí en la tierra y plenamente en el cielo con El, donde se verán cumplidas todas nuestras esperanzas.

PABLO CALVO DEL POZOPárroco de S. Andrés

Presidente

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Jornadas de Actualización de la Escuela del MCC

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Cuarto día

AREA DE ACTIVIDADES EXTRAORDINARIAS

Ya estamos en la recta final de curso y la tenemos llena de actos im-portantes para nuestra Área y Vocalías. Se dice que el Señor nos manda “ORA et LABORA” y eso es lo que nosotros queremos hacer en este momento.

Lo más reciente fue nuestro VI ZOCO DE COLORES, que como sabéis lo celebramos cada dos años. Lo disfrutamos los días 2, 3 y 4 de Mayo en el Patio de San Hipólito como siempre. Fue un momento para vernos y compar-tir las “delicatesen” que se han ido preparando a lo largo de estos dos últimos años, compartiendo unos días geniales de convivencia. Todo fue organizado con esfuerzo y con mucha alegría; con la necesaria participación de muchas personas que han dado lo mejor de ellas mismas y su trabajo. Es un éxito como siempre y este año, con el buen tiempo, lo hemos pasado estupenda-mente.

Otro momento MUY IMPORTANTE dentro de nuestra Área será las 24 HORAS DE ADORACIÓN AL SANTÍSIMO EN NUESTRA CASA DE SAN PABLO. Lo organiza la Vocalía de Vida Comunitaria los días 17 y 18 de mayo. El año pasado fue un regalo del Señor y toda la Escuela solicito que se hiciera todos los años. Esperamos que sea un momento de Gracia para pedirle al Señor fuerzas para seguir adelante; “a Dios rogando y con el mazo dando”, como dice el refrán.

Se hacen turnos de dos horas. Empezaremos el sábado 17 a las 12 de la mañana y se clausurará el domingo 18 a las 10 ,30 con una Eucaristía a la que todos estamos invitados, celebrada por nuestro Consiliario Manolo Sán-chez.

Estará abierto de día y de noche y queremos que os apuntéis al turno que os venga bien solos o con vuestro grupo… como consideréis oportuno. Podéis llamar a Luisa Bustos para que coordinemos que tengamos personas todas las horas. Ni que decir tiene que animemos a nuestros grupos de pos-cursillo ya que está abierto a todos.

También le podéis decir el turno que os interese a las personas de la Vocalía que os recuerda la cadena de oración en cada cursillo.

Sólo queda animaros desde esta Vocalía a que sigamos pegando “chis-pazos” de comunión en estos momentos en los que tanto disfrutamos los unos de los otros.

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La Reseña

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¿Cuándo hiciste el cursillo?

Hace 35 años, en el año 1979, me invitaron al Cursillo Manolo Roldán y Maruja Ordoñez, y dije si. Mi rector fue Antonio Garijo y los directores es-pirituales, D. Alfonso Maestre y D. Rafael Cerrillo. En el equipo estaban Pepe Vacas, Adolfo López, Antonio Salas, Serafín… Rafi hizo el cursillo dos después que el mío.

Al salir del cursillo, Pepe Vacas me ofreció incorporarme a la Vocalía de Intendencia, y así lo hice. A final de mes, nos reuníamos Los Dolores y cada grupo exponía lo que había hecho, y D. Antonio Evans nos decía la misa. Más adelante, D. Felipe Tejederas nos cedió una casa que tenía en la calle Batane-ros. Yo estuve trabajando en esa casa, cuando salía de la construcción a las 6 de la tarde, porque había que hacerle muchas reformas, y allí estuve 5 ó 6 meses. Después seguí con mi labor en Intendencia.

Durante ese tiempo, Rafi y otras pocas mujeres tenían 1 día a la sema-na en que se reunían y organizaban las medicinas y la ropa.

¿Cuándo y cómo te incorporaste a trabajar en la casa?

La entrada aquí fue a través de Pepe García Bravo, que me dijo que el guarda se jubilaba. Yo hablé con D. Antonio Evans, quien supongo que hablaría con los responsables de la casa. Entonces estaba de presidente Pepe Canals y de tesorero José Manuel Sánchez-Tirado. Me llamaron, estuvimos hablando (y creo que ya traían hasta el contrato hecho) y empecé a trabajar aquí. Eso fue en noviembre de 1985, ¡hace ya 28 años!

¿Cómo fue todo al principio?

Yo no estaba acostumbrado a esto, sobre todo por los horarios. Yo terminaba de trabajar los sábados a medio día y hasta el lunes, pero aquí era diferente. Entonces yo vi todo esto muy gordo para mí. Yo vine con mis niños chiquitos, y el primer año estuve a punto de irme. Nos sentíamos un poco encerrados, sobre todo, Rafi. Cuando comenté la situación la cosa comenzó a cambiar. Y así ha ido llegando mi vida hasta hoy.

La entrevista

Luis Moya Carmona, edad 65 años (20 de marzo 1949). Casado con Rafi, pa-dre de dos hijos y con 2 nietas. Culé. Su comida favorita, el cocido. Y, sobre todo, nuestro “casero” durante 28 años.

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Yo recuerdo que cuando salía de trabajar de la construcción, me venía aquí con Juan José (el antiguo guarda) para que me enseñara qué había y cómo iba a ser mi trabajo. Yo cogí mucha amistad con él, porque era muy bella persona. Yo, a la persona que me sustituya, quiero ir ense-ñándola, como hicieron conmigo.

¿Qué echas de menos de esos primeros años?

Yo recuerdo con mucho cariño los lunes después de un cursillo cuando venía a limpirar la mujeres: Laurita, Mª Teresa, Salud, Rosario Campanero, Conchita Ureña, Matilde.... La misa que celebrabamos con Manolo Hinojosa y las meriendas con Paco Martínez.

¿Tú has disfrutado de todo esto durante estos años?

¡Yo, si! Yo quiero y he querido siempre mucho la casa, porque lo que aquí me enseñaron, eso, no se puede olvidar.

El enseñarme todo lo que me enseñaron, haber entrado a trabajar aquí… me voy con una satisfacción muy grande, porque llegas a querer a la casa mucho y tratas con mucha gente a la que llegas a querer mucho, porque aquí hay gente a la que yo quiero “p’a reventar”, aunque es verdad que a los más mayores los quiero mucho más que a los más jóvenes, aun-que ellos también se hacen querer.

¿Cómo es eso de vivir con el Sagrario tan cerquita, en tu propia casa? ¿Lo has disfrutado?

Claro que sí. Yo lo que sí te quiero decir que hay veces, no sé si por fallo mío, hay veces que no entro en la capilla: lo veo, paso, me santiguo, lo miro… son tantas las veces que paso que como sé que está ahí todo el día, es como una costumbre. Pero si estoy apurado sí que me entro, me siento y me quedo un buen rato hablando con Él. Lo que menos he disfru-tado, han sido las misas de los martes.

Pero también he vivido misas muy especiales. En una ocasión, mientras se celebraba un cursillo, llegó D. Alfonso Maestre y tenía que

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decir misa, me llama y me dice: “ven que vamos a celebrar una misa por el Cursillo” ¡Y allí los dos solos en la capilla! Aquello a mí me impresionó mucho.

En otra ocasión, estando yo haciendo una cocina, D. Rafael Mª nos dijo la misa en la cocina, (antes se decía una misa para el cursillo y otra para la cocina). Cuando terminó la misa nos lavó los pies a todos y nos los besó. Fue algo que no olvidaré jamás.

Además de tu primer cursillo ¿te ha permitido tu trabajo hacer cursillos de renovación o de matrimonios?

Rafi y yo hemos hecho 2 o 3 cursillos de matrimonios, no recuerdo bien. Yo también he hecho cursillos aniversario, que así se llamaban antes los de renovación, yen cocinas también hemos estado. Pero yo dormía en la habitación cincuenta y tantos (ja ja), me iba a dormir a mi casa (las ventajas de vivir aquí). ¿Qué es lo que más te preocupa cuando hay un cursillo?

Yo procuro, porque os conozco a todos, que siempre las cosas más necesarias de la casa tenerlas siempre bien: la calefacción; las máquinas, cuando las llevaba yo, que estuvieran siempre listas, y, sobre todo, estar pen-diente de todas las necesidades de la cocina.

Y ¿te molestamos mucho durante el cursillo? Sobre todo, en la co-cina que está encima de tu casa.

Algunas veces. En los años que llevo aquí he subido una vez nada más a decir algo, porque el jaleo era demasiado grande. Así que yo lo que procuro es cogeros la vez a los de la cocina, para dormirme antes de que se vayan al comedor, después de terminar el trabajo. Porque yo sé de la euforia de un cursillo, de la alegría, yo ¿cómo voy a subir a la cocina a llamarle la atención a nadie? Veo lo que tenéis aquí, si no me dejáis dormir, pues me aguanto, por-que yo he vivido esto, la cocina… porque yo estoy aquí trabajando para lo que estoy trabajando: para llevar unos dineros a mi casa y por Él y por vosotros. Esto es como os lo estoy diciendo.

La entrevista

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¿Cómo te planteas esta nueva etapa de tu vida?

No sé. Es algo que estoy pensando. Dedicaré más tiempo a mis nietas, a mis hermanos; ver cómo vincularme a la Iglesia, a Cáritas…

Yo lo que si pienso algunas veces en el día que yo me vaya de aquí y me levante la primera mañana, seguro que pensaré “Y ahora, ¿qué hago? Sé que me vais a echar de menos, como yo a vosotros, pero espero que no os acordéis de mí porque el nuevo encargado de la casa haya aprendido bien lo que tiene que hacer aquí. Yo, si es necesario al principio, subiré a echar una mano para que los cursillos y las cocinas vayan bien.

Cuando te vayas, ¿te olvidarás de nosotros?

De eso nada, yo para el año que viene ya “tengo dos cocinas”.

La verdad es que tengo muchas ganas de irme, porque quiero descan-sar. Pero me voy con pena, porque si fuera menos tiempo… he concocido a mucha gente aquí, a muchos de los que son ahora responsables los conozco desde niños y todos sois parte de mi vida.

Ahora estoy sintiendo mucho cariño por todos, hay mucha gente que me dice que le da mucha pena que me vaya, que me van a echar de menos.

Yo entré a trabajar aquí por lo que me enseñaron, querer a Dios, tra-bajar por Dios, que es para lo que estamos todos aquí.

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TesoreríaNuestros Grupos

Jesús nos dijo: “Cuando dos o más estén reunidos en mi nombre, allí

estoy yo en medio de ellos” (Mt 18, 20) y cuando tuvo que despedirse de sus amigos, sus compañeros de esos años, hizo una oración al Padre rogándole por ellos; “Padre santo, guárdalos en tu nombre, a los que me has dado, para

que sean uno como nosotros.” (Jn 17, 11), y en ese mismo momento también se acordó de todos nosotros: “no sólo por ellos ruego, sino también por los

que crean en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú

Padre en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el

mundo crea que tú me has enviado”.

Estas palabras hacen que el sentido de nuestros grupos vaya más allá de la amistad, el compartir nuestra Fe o el acompañarnos en la vida espiritual. Jesús conociendo nuestra naturaleza y necesidad de vivir en comunidad ya sa-bía que la Fe nos la trasmitiríamos de unos a otros y pide al Padre por nuestra unión y nos asegura su presencia. Yo pertenezco al grupo de Cruz Blanca, quizás a los que no “perte-nezcan” a ningún grupo les parezca excesiva esta afirmación, pero no lo es para los que nos sentimos miembros de una comunidad en la que a través de palabras, tratamos de acrecentar nuestra Fe. Son palabras de oración, co-mentarios, opiniones, preguntas...etc. Cada uno de nosotros pensamos que son las palabras de los demás las que nos llevan a acercarnos cada vez más al Señor, pero eso no es verdad y tenemos que ser conscientes de todos somos necesarios y que será Él, que nos acompaña y guía cada vez que nos reunimos en su nombre, quién inspirará lo que decimos y abrirá los corazones para que cada uno reciba lo que necesite en ese momento. Al terminar nuestro cursillo todos hemos recibido un regalo “extra”: la posibilidad de integrarnos en un grupo, y por lo tanto tenemos una obligación “extra”: ser instrumentos para que el Señor pueda seguir haciendo este regalo a los demás.

Carmen Cayuelas PorrasGrupo de Cruz Blanca

Pertenecer a un grupo...

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Cuarto día

Hablar de mi Grupo de San Miguel hace que irremediablemente apa-rezca una sonrisa en mi cara por la felicidad que siento de permanecer en él.

Cuando hace poco más de un año comenzamos a juntarnos no me po-día imaginar, en ningún momento, que en tan poco tiempo iba a coger tanto cariño a todas y cada una de las personas que allí nos juntamos. Es llegar el jueves y sentir como el cuerpo te pide ir a la reunión, evitando posibles tenta-ciones, y poder así realizar una formación continuada, coherente y precisa en nuestra vida cristiana.

Vivir en comunidad, a mi juicio, es una forma idónea y muy positiva para estar cerca del Señor y a través de este grupo lo estamos consiguiendo. Estamos llegando a muchas conclusiones y caemos en la cuenta de diversas maneras de entender la vida cristiana y querer más al Señor. La vida en grupo nos enriquece como personas, nos hace más humanos y nos permite escapar de la monotonía que reina en muchos momentos de nuestra vida. Hemos formado auténticas cadenas de oración. Los problemas de uno los tomamos como nuestros y rezamos con el corazón y de manera firme para que se solu-cione de la mejor manera posible.

A lo largo de este año hemos realizado distintas actividades de mane-ra comunitaria, desde ir a una cocina de Cursillos hasta ayudar en la carga de un contenedor de ayuda humanitaria.

Cada uno de las personas que forman el grupo es única y especial y sin duda cuando se ausenta, se le echa de menos. El Señor está siendo muy gene-roso con este grupo, ha conseguido que nos sintamos una auténtica Familia y que todas las personas que lo formamos nos sintamos como verdaderos hermanos. Es un orgullo pertenecer a este grupo tan maravilloso.

¡¡DE COLORES!!

Vivir en comunidad

Pablo Rumbao AguirreGrupo de San Miguel

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Seguir en el camino

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Hace unas semanas viví una de las experiencias más increíbles que Dios me ha podido regalar: ¡subí a una cocina de Cursillos de Cristian-dad!, cosa que a simple vista puede llamar poco la atención...voy a intentar expresar que ha supuesto para mí este regalo.

La mentalidad con la que yo subí a la cocina era para estar al servicio de los demás, llega el momento y todo se desmonta: me centro en mí, en mi “película” y siento que tengo que perdonar aquellas partes de mí que nunca antes había perdonado, para poder entregarme 100% a los demás. En el momento que puse en práctica el sacramento de la penitencia, donde sentí que si Dios me perdona ¿quién soy yo para no hacerlo?, algo dentro de mi cambia y me veo capaz para servir, reír,cantar, rezar y llorar de felicidad en comunidad, desde el AMOR y la humildad.

Me di cuenta de cómo, si las cosas se hacen menos desde no-sotros y más desde Dios, todo está a tu favor, y la actitud me cambió: disfruté de esos dos equipos que son un regalazo, de como ellos en esos tres días se convierten en tu comunidad, con los que compartes y sientes un cariño especial, y me sentí una privilegiada al ver como Dios actuaba en cada uno de los 33 cursillista que subieron al cursillo. Es sin duda vivir tu propio cursillo desde un cristal donde, a tra-vés de la oración y en el silencio, saboreas lo que allí dentro el Señor está haciendo con ellos, y lo más sorprendente, ingenua de mí, descu-bres que no tienes ni idea que Dios es tan grande que realmente ni me podía imaginar cómo estaba actuando. El resumen de mi experiencia de la cocina es que el Señor nos da siempre lo que necesitamos y que por mucho que creamos que lo sabemos todo, no tenemos ni idea porque cuando menos lo esperas va

“Vivir una cocina”

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y te sorprende, ha sido un gran regalo por muchas cosas pero la más significativa es el recordarme y sentir que sin oración no hay verdadera acción y que con Él todo se puede.

Sin duda es una experiencia increíble que todos deberíamos vi-vir porque, sin duda todo lo que viene de Dios nos hace crecer, y a mí en particular me ha hecho querer ser mejor, yo misma e intentar ser su reflejo día a día, para que sea mucho más fácil vivir plenamente mi vida DE COLORES!!!

Yessica Ocaña Molina21 años

Galería fotográfica

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Celebramos la Cuaresma para llegar a la Pascua de Resurrección.

Ejercicios Espirituales

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Vía Crucis

Pascua de Resurrección

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Galería fotográfica

Los Grupos celebran la Ultreya

Tablón de anuncios

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CUARTO DÍA

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FIESTA FIN DE CURSO

14 DE JUNIO

5-8 JunioCursillo mixtoCoordinadora

Curra Giovanetti

Responsable cocinaAlfonso Orti

24 HORAS DE ADORACIÓN AL SANTÍSIMO

17 Y 18 DE MAYO

CASA “SAN PABLO”