Noticia especial Carlos Llano

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2010 junio 1932-2010 Carlos Llano In Memoriam

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Órgano informativo de la Universidad Panamericana. Especial de Carlos Llano

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1932-2010Carlos Llano In Memoriam

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Hasta siempre

RA

No habrá evento ni ceremonia que logre demostrar todo el agra-decimiento que la comunidad de la UP tiene para Carlos Llano Cifuentes. Sin embargo, miembros de todas la áreas que confor-man esta institución estuvieron presentes el pasado 18 de mayo para ofrecer sus oraciones por el eterno descanso de este ejemplar hombre en la misa celebrada por el padre Ramón Salas.

Al finalizar la misa, con un Auditorio repleto de asistentes, el alumno Carlos Jiménez leyó una semblanza que escribió junto con el doctor Héctor Zagal. Posteriormente se presentó el video realiza-do por CineUP con emotivos testimonios y semblanzas sobre Carlos Llano y al finalizar el coro de la UP, dirigido por Horacio Cerrutti, cantó Solamente una vez, canción preferida del doctor Llano.

lo largo del mes de mayo, au-toridades de gobierno, em-presarios y otros protagonis-tas de la vida pública del país, hicieron llegar sus condolen-cias por el fallecimiento del doctor Carlos Llano. Aquí presentamos algunas de esas muestras de solidaridad.

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R“Tú —si eres apóstol— no has de morir.

—Cambiarás de casa, y nada más”San Josemaría Escrivá. Camino, 744

eferirse a Carlos Llano supone necesariamente hablar de una mente inspiradora, de un ánimo incansable y de un espíritu emprendedor. Gracias a su generosidad, instituciones como la UP y el IPADE pudieron concretarse hasta convertirse en sólidas realidades.

Su inagotable impulso permitió que en muy poco tiempo, la UP se convirtiera en una de las universidades privadas de mayor prestigio en México e hizo del IPADE la mejor escuela de negocios en Latinoamérica.

Además de ese legado, Carlos Llano dejó una profunda huella en quienes lo conocimos porque supo vivir y transmitir fielmente el mensaje de san Josemaría Escrivá: trabajo bien hecho y servicio a los demás.

Estos dos pilares sostienen la tarea diaria de quienes formamos la comunidad universitaria de la UP y el IPADE; sin ellos no se entendería la labor académica que aquí impulsamos y hacemos.

Se trata de una enseñanza que no sólo se palpa en cada clase impartida, en cada libro publicado o en cada proyecto de investigación; también es una lección que está en el cuidado de los jardines, de las aulas, de los espacios donde la universidad ocurre.

Y, lo más importante, en el trato con los demás, algo que todos aprendimos de Carlos Llano con viveza y fuerza.

En esta edición especial de Noticia se reúne sólo una pequeña parte del enorme legado que Carlos Llano dejó. La presentamos con enorme agradecimiento y con la alegría de saber que su ejemplo y esfuerzo no han sido en vano.

Dr. Jorge Gutiérrez VillarrealRector UP-IPADE

Con una profunda admiración y un claro agradecimiento

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Nace Carlos Llano el 17 de febrero de 1932 en la Ciudad de México, hijo de Estela Cifuentes, cubana y Antonio Llano, español.

Integrante de familia numerosa sus hermanos María Elena, José Antonio, Estela, Rafael, Cristina, Alejandro, Ignacio, Carlos y Álvaro tuvo. Estudia la primaria en el colegio Marista de la ciudad de México.

Su padre socio fundador de la fábrica de chocolates, La Suiza. Cuando tenía 10 años, Carlos Llano y su familia se trasladan a España donde termina la primaria, y cursa el bachillerato en el Colegio del Pilar.

A la edad de 15 años sufrie una enfermedad que lo mantiene prácticamente encerrado y en cama por un año, el pequeño Carlos en lugar de ver un obstáculo en este incidente ve una oportunidad y durante ese año, se dedica a estudiar filosofía por su cuenta, estudió a Des-cartes, Kant, etc.

Después de estudiar un año Economía decide centrar-se en la Filosofía. Aunque su decisión no fue del agrado de su padre, y acuerda con él que al concluir sus estudios se dedicara a los negocios familiares.

Termina la carrera de Filosofía en la Universidad de Estudios de Santo Tomás, en Roma, donde también se doctoró. Posteriormente regresa a México y toma cursos doctorales de filosofía en la UNAM.

El origen

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Rompe el estereotipo del filósofo que se limita a contemplar y espe-cular, y aplica la filosofía al ámbi-to empresarial.

En 1994 obtiene la Medalla de Honor al Mérito empresarial por la Cámara Nacional de comercio de la Ciudad de México; además de los premios Eugenio Garza Sada (1999), Nacional a la Exce-lencia “Jaime Torres Bodet” (2001), Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Piura (2001) y miembro del Salón del Empresario (2004), entre otros notables re-conocimientos. Se estima que su obra marcó la formación de más de 20 mil hombres de negocios en México y otros países, que buscarían hacer la diferencia en el mundo de la empresa con la formación ética y humanista que él les inspiró.

Dedica los últimos cuarenta años de su investigación filosófi-ca al campo específico de la an-tropología de las organizaciones. Sus libros publicados constituyen un conjunto que podría denomi-narse Antropología de la Acción Directiva.

Investigador nivel II del Siste-ma Nacional de Investigación, presidente del Consejo Superior del IPADE, conferencista y con-sejero de administración de mu-chas empresas destacadas.

A su muerte, Carlos Llano era presidente de Montepío Luz Savi-ñón IAP, activo fundador del Icami, asociado de la fundación México en Harvard A.C., miembro de los

consejos de Administración de Grupo Posadas y Fundación Mexica-na para la Calidad Total y profesor de Teoría del conocimiento en la Universidad Panamericana y de Antropología en el IPADE.

El 30 de abril de 2010, durante su última clase del seminario de Epistemología a los alumnos de 6º y 8º semestre de Filosofía dijo “La persona no se define por sí misma, sino en relación con otro. (...) La pluralidad del ser se exi-ge para que yo pueda ser yo (...) De algún modo tenemos una sed metafísica del otro. La otredad subsiste en la posibilidad del ser amado; en el anhelo de la perso-na ausente. El amor significa que-rer con la otra persona”

Y les compartió el poema Des-pués del amor de Miguel Her-nández (fragmento).

No pudimos ser. La tierrano pudo tanto. No somoscuanto se propuso el solen un anhelo remoto.Un pie se acerca a lo claro.En lo oscuro insiste el otro.Porque el amor no es perpetuoen nadie, ni en mí tampoco.El odio aguarda su instantedentro del carbón más hondo.Rojo es el odio y nutrido.El amor, pálido y solo.Cansado de odiar, te amo.Cansado de amar, te odio.

Muere el 5 de mayo a la edad de 78 años.

Carlos Llano no perdió de vista su res-ponsabilidad familiar y como lo prome-tió a su padre, desde muy joven se involu-cra en las cuestiones empresariales.

Fue jefe de compras en La Suiza y llegó a ser gerente de esa área.

En 1958 inicia con varias personas su primera aventura fundacional: una revis-ta de pensamiento humanista que pre-senta a lectores con inquietud cultural, lo que verdaderamente vale la pena y conviene saber. Al año siguiente se pu-blica el primer número de Istmo, revista del centro de América, el doctor Llano es el primer director, cargo que ocupa hasta 1984, aunque siguió impulsando de cerca su desarrollo.

En 1966 junto con empresarios como Manuel Senderos y Gastón Azcárraga fundan el Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas, el IPADE, del que fue director fundador y profesor del Área de Factor Humano. Asimismo, fue miembro fundador de la Universidad Panamericana y rector de 1967 a1994.

Empresa-Filosofía

Hombre de ideas y de acción

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Hombre con visión y pasión por la vida universitaria

Los rectores de los tres campus destacan el legado de Carlos Llano como directivo, profesor, filósofo y sobre todo como ser humano

“Ciencia y fe, tema que para muchos agnósticos es un tema divorciado, un tema que no tiene conexión alguna pero creo que un homenaje a grandes inte-lectuales, es decir, cómo no hay tal incompatibilidad, tal como con Carlos, quien llevó una vida religiosa profunda, y a la vez fue un hombre tremendamen-te activo, con una recia actividad interior. En Carlos Llano hubo una complementariedad absoluta, fue un científico que vivió su fe.

El quehacer de Carlos Llano estaba basado en la hu-mildad, recuerdo que en las juntas de Consejo era el último en opinar, porque primero escuchaba las opi-niones de todos y se daba cuenta que, por ser el fun-dador su opinión pesaba y por lo mismo se reservaba, incluso si no veía conveniente opinar no lo hacía.

Él nos daba la oportunidad incluso de “meter la pata”, en ocasiones me tocó a mí equivocarme duran-te las reuniones de Consejo, pero él me respaldaba en la junta y ya a solas me hacía el comentario y me hacía ver el error. Ese es el líder que está en la reta-guardia para, desde ahí, ver el desenvolvimiento de aquellos a los cuáles está preparando para ejercer ese liderazgo, y no convertirse él en el imprescindible de ese grupo humano. Él supo, en su momento, dejar la posición a sabiendas que había alguien para tomar las decisiones”

Juan de la Borbolla RiveroRector del campus Guadalajara

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“El doctor Llano tuvo la visión de concebir una insti-tución que no está centrada en la figura de una perso-na. Ciertamente, no tuve la oportunidad de convivir con él tan cercanamente como muchas otras perso-nas que lo ayudaron a sentar las bases de lo que es hoy la Universidad Panamericana; me parece incluso que en este momento, ya somos varios los que ocupamos cargos directivos y que no nos tocó trabajar con él es-trechamente y aún así, definitivamente no me siento excluido de las ideas de Carlos, al contrario, me siento plenamente depositario de su estilo de dirección y del espíritu con el que diseñó la Universidad Panamerica-na y el IPADE y sé que ahora somos nosotros quienes tenemos la responsabilidad de entender ese espíritu, vivirlo y hacerlo vivir ahora y en el futuro.

Rafael Hernández CázaresRector del campus Aguascalientes

“Hace poco más de cuarenta años inició la andadura de la UP. Al frente de sus primeros pasos se encontró con un hombre apasionado por la tarea universitaria. A lo largo de este tiempo, dejó huella como directi-vo, profesor y ser humano. Fue un hombre profundo, nunca perdió el foco de la educación la formación de la persona humana.

La UP tiene una deuda grande con él, no sólo por lo dicho, sino sobre todo por lo hecho. Un profesor dedicado: puntual en sus clases, ameno en su exposi-ción, profundo en los conceptos e interesado en sus alumnos. Un directivo de tarea incansable. Supo es-forzarse para pedir siempre porque daba.

Nos lega una obra escrita donde estudia con pro-fundidad la fundamentación de la metafísica, el aná-lisis de la decisión y la tarea empresarial. Sus libros reflejan su vida: el empeño por combinar teoría y ac-ción. Y tras ellos puede descubrirse su más profundo empeño formativo: influir para lograr en los jóvenes universitarios la amalgama entre pensar y hacer, entre obrar y ser. Conseguir forjar vidas logradas.”

José Manuel Núñez PliegoRector del campus México

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Su obra... su vidaAnálisis de la Acción Directiva Carlos LlanoLimusa, México 1979

Es el primer libro sobre dirección que escribió, seguramente citado en numerosas publicaciones y utilizan-do como libro de texto en escuelas de negocios. Combinar el rigor filosófico de quien busca la verdad con la realidad de la empresa fue el difícil reto que enfrentó el autor. El resultado es una obra profunda e interesante que hace reflexionar sobre la naturaleza de la empresa y el papel de quien la dirige.

De acuerdo con el autor, la dirección es resultado de combinar elementos, y habilidades y virtudes de quien dirige.

Carlos Llano es claro cuando su-giere que la dirección combina tres elementos: realizar un diagnóstico de la situación, tomar una decisión para determinar a dónde quiero dirigir-me y finalmente, mando y ejecución, es decir, ordenarme primero antes que a los demás.

El rescate ético de la empresa y el mercado Carlos Llano y Héctor ZagalTrillas, México 2001

No cualquiera puede ser empresario. Se requiere vo-cación de servicio, gusto por la crisis y resistencia para los obstáculos cotidianos.

En este libro, los doctores Llano y Zagal invitan a reflexionar sobre la necesidad de la ética en los nego-cios. Las personas no son activos fijos. Son valores para la empresa. La ética no es “moralina”, ni un recetario para sacudir la conciencia. Lo dicen sin miramientos: “Vamos a hablar de virtudes, valores, formación, com-promiso y libertad”.

Para Llano, en el mundo de los negocios no posee valor la máxima Business is Business. Tampoco es ren-table, ya que la empresa consistiría en descubrir los puntos débiles del otro y a manera de Dalila, cortar cabelleras.

La figura paradigmática de esta visión es Don Cor-leone y el principio es el del honor entre los ladrones. El padrino no propone, ni cede, no confía. Quien no está con él está en su contra y elige su aniquilación. Trato cerrado.

Pocos hombres se dan el tiempo para dirigir, enseñar, investigar y aportar conocimientos útiles. En cada uno

de sus libros, Carlos Llano se adentra en la esencia misma del hombre a través de sus reflexiones y de

contrastar sus teorías con la realidad

Encuentra la bibliografía completa en www.up.edu.mx

Dentro de la prolífica obra de Llano podemos ob-servar: el acto libre, la decisión, la amistad, el co-nocimiento de la idea del no ser, del singular, así como la dirección empresarial, que son algunos de los temas que estudió.

En total, Llano publicó 27 libros de autoría per-sonal, 7 en coautoría, 249 artículos, precisamente

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Su obra... su vida Etiología de la idea de la nada Carlos LlanoFCE, México 2004

Llano tiene algunas aficiones un poco extrañas, como es su interés por redactar libros de filosofía en los que se ocupa de tema capitales y complejos.

En este, le impulsa una preocupa-ción que denomina “la convivencia con la nada”, es decir, una sensación de tedio y vacío inaugurada tal vez por Nietzsche y por filósofos exis-tencialistas y que parece ser caracte-rística de nuestro tiempo.

Sin embargo, no es un escrito de motivación personal para remediar lo que la tradición filosófica alema-na ha denominado langeweile, tedio o aburrimiento. Es un trabajo que se ocupa de un asunto perenne de la filosofía: la nada. Dice “una me-tafísica del ser que pretenda llegar a buen puerto quedaría sin orien-taciones a menos que emprendiera al mismo tiempo una indagación sobre el sentido, el contenido y la etiología de la nada”.

Ensayos sobre José Gaos: Metafísica y fenomenología Carlos LlanoUniversidad Autónoma de MéxicoInstituto de Investigaciones Filosóficas 2009

La loable labor de análisis que el doctor Llano hace para señalar en qué sentido puede hablarse de metafísica y fenomenología en el pensamiento filosófico gaosiano, así como sus límites y áreas de competencia son parte de este libro.

Este volumen es particularmente significativo para el propio autor, quien fue discípulo directo del transterrado español en la etapa de su labor docente en la UNAM. Ello permite al doctor Lla-no presentar una obra con un tono familiar y de cercanía al propio Gaos, y a la vez con admiración patente hacia su maestro, no se limita a una mera exposición de las ideas de Gaos, sino que las com-para y juzga desde otras perspectivas filosóficas.

Se trata de un diálogo fecundo y un estudio filosófico del pensamiento de José Gaos, cuyo respeto a la metafísica y su aproximación feno-menológica ante sus problemas capitales, pueden contarse entre los hitos más señalados de su filo-sofía, y parte de su herencia en la cultura intelec-tual de México.

Pocos hombres se dan el tiempo para dirigir, enseñar, investigar y aportar conocimientos útiles. En cada uno

de sus libros, Carlos Llano se adentra en la esencia misma del hombre a través de sus reflexiones y de

contrastar sus teorías con la realidad

Encuentra la bibliografía completa en www.up.edu.mx

sobre filosofía especulativa y acerca de la antropo-logía en la dirección de empresa, trabajo que se llevó a cabo en casi sesenta años.

La correspondencia completa del autor supera los 150 volúmenes de varios cientos de páginas cada uno, que en su mayor parte se refiere a asun-tos administrativos de la UP y el IPADE.

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La UniversidadPanamericanaSu huella en...

A todos los trabajadores nos junto una vez en un salón y nos decía, la Rectoría no porque esté en la parte más alta es lo principal, lo principal son las bases que hay abajo, que son los de intendencia, los jardineros, de esa magnitud nos ponía a nosotros; no por estar en la parte de abajo éramos lo menos, sino que éramos los que sosteníamos la mayor parte.

Carlos Ramírez, mesero de Rectoría 1984-1994

Lo que yo más valoré de él fue su amabilidad, siempre se daba tiempo para uno. En los pasillos se detenía para saludarte, todo el mundo le tenía cariño

María José Pietrini, alumna de Filosofía

Con su franca sonrisa espontánea a todos quería y de todos exigía lo que él

sabía que podían aportar. El doctor Llano no distinguía

niveles y sabía valorar a cada persona. Así lo atestigua cada persona con la que

compartió su conocimiento y dio ejemplo de vida a través de sus acciones.

Comida ex-seleccionados basquetbol-2008

Fundada hace cuatro década gracias a la visión y apoyo de muchas personas, la UP ha contribuido al bien de Méxi-co con un intenso trabajo de formación humana. Todas llevan la huella de uno de sus fundadores, Carlos Llano Cifuentes, quien ha enfatizado la trascendencia del desa-rrollo personal y no sólo del aprendizaje profesional.

El IPADE fue la primera piedra de la Universidad Pana-mericana, de la que es al mismo tiempo su lugar de origen y actualmente escuela de negocios.

En unas cuantas décadas, la Universidad ha logrado si-tuarse entre las mejores de México. Imparte 33 licenciatu-ras y numerosos programas de posgrado en sus tres cam-pus: Guadalajara, Aguascalientes y ciudad de México.

El doctor Carlos Llano como rector fundador dejó un gran legado de disciplina y el trabajo centrado en el hombre. Un ejemplo en concreto su labor en el área de Deportes de la UP. Él creo el departamento de Activida-des Deportivas, y fue fundador del equipo de baloncesto varonil hace 34 años.

El más grande de los triunfos que ha tenido el área de deportes ha sido la formación que fue sembrada en cada uno de los integrantes que han portado con orgullo y res-peto los colores de las panteras a lo largo de su historia, los cuales han sido dignamente representados y defendi-dos gracias al apoyo que siempre dedicó el doctor Carlos Llano a lo largo de los años.

Su entusiasmo y espíritu deportivo, no solamente ha sido aprendido y demostrado en las canchas durante años, sino que perdurará por siempre al ser heredado por cada uno de los jugadores a sus familias y generaciones futuras.

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La filosofíaSu huella en...

La doctrina llanista representa un intento filosófico amplio y valioso. Sin embargo y de modo lamentable, aún es desconocida.

Doctor Óscar Jimenez, colaborador como adjunto de cátedra de Carlos

Llano 1999-2010

Carlos Llano Cifuentes dice en sus obras que un líder lo es porque tiene al mismo tiempo orientación especulativa y pragmática, esto es, la facultad de ejercitar con profundidad el intelecto práctico y el intelecto especulativo, lo cual constituye lo que él denomina la “bicefalia” del director. Precisamente, en su obra encontramos tanto el ejercicio del pensamiento metafísico, -entiéndase el plano teórico o filosófico “puro”-, así como el planteamiento de problemas prácti-cos o pragmáticos del ámbito empresarial. Podría afirmarse que no existe en la actualidad algún autor mexicano destacado en ambos campos de estudio.

Respecto de su pensamiento especulativo, en el cual se basan sus aserciones prácticas, Llano sigue la línea de la tradición aristotélica, en su vertiente tomista. Sin embargo, no fue ajeno a las perspectivas propias de los filósofos del siglo XX, como la fenomenología, que en Llano está imbuida de la doctrina de su maestro, el profesor hispa-no-mexicano José Gaos (1900-1969), o el existencialismo dentro de la línea de Tomás de Aquino (1225-1274).

La colección Bases noéticas para una metafísica no racionalista forma-da por cuatro volúmenes, titulados Abstractio, Separatio, Demonstratio y Reflexio, representa el fundamento de la filosofía llanista. Según Llano, el “racionalismo” da mayor importancia a la idea del ser que al ser mismo; de ahí que el título de su obra indique un punto de partida filosófico no racionalista.

En concreto, las Bases noéticas están ordenadas a exponer el papel de la abstracción y su resultado, que es el concepto, ya matemático (Abstractio); o a distinguir entre el acto de enjuiciar y demostrar (Separatio y Demonstratio); o entre el acto de reflexionar y su obje-to específico, que es el conocimiento directo, según cánones de la doctrina aristotélica (Reflexio). Precisamente, en Reflexio se enun-cia el principio de la filosofía llanista, que resumimos en la fórmu-la: res sunt, ergo eas cogito (las cosas existen, luego las pienso), que se encuentra en diálogo con el principio filosófico cogito, ergo sum (pienso, luego existo) de René Descartes (1596-1650), quien marcó la modernidad filosófica en Europa.

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La empresaSu huella en...

La experiencia de haber conocido un maestro como Carlos Llano es única en la historia de una persona, era un expositor extraordinario, tenía una gran capacidad para comunicar las ideas y lo hacía con simpatía y hasta con cierta travesura, realmente lo sacudía a uno, tenía una habilidad extraordinaria para hacerse entender.Siento muy profunda su pérdida, he perdido un muy querido amigo, un maestro, un guía, un líder, repito, México, los empresarios, la sociedad, la iglesia misma han perdido un hombre extraordinario.

Lorenzo Servitje, fundador del grupo Bimbo

Carlos Llano logró equilibrar su vocación con los negocios. Heredó el espíritu emprendedor de su abuelo materno quien fue fundador de la empresa Partagas, una de las más importantes cigarreras de su tiempo, en la Habana, Cuba.

Su padre, establecido en México desde los 8 años, lle-gó a ser socio fundador de la fábrica de chocolates, La Suiza.

A pesar de inquinarse por la Filosofía, el doctor Llano, nunca perdió de vista su responsabilidad familiar y como ya le había prometido a su padre desde muy joven comen-zó a involucrarse en las cuestiones empresariales.

La primera actividad que realizó fue en La Suiza, como jefe de compras, trabajo que desarrolló durante varios años hasta llegar a ser gerente de esa área.

En 1958 fundó la revista Istmo, dedicada a la difusión del pensamiento humanístico. Su espíritu empresarial lo llevó a ser pilar de diversas instituciones como el IPADE, del cual es fundador junto con empresarios como: Ma-nuel Senderos Irigollen y Gastón Azcárraga Tamayo.

“No solamente me preocupé por la educación del Ma-nagement, sino también por la preocupación social de ellos, que me infundió san Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei, a quien conocí y de quien recibí la inquie-tud de que las empresas debían de trabajar con un senti-do social cristiano”, afirmó en una entrevista.

Además de haber ocupado durante su trayectoria di-versos cargos directivos y haber sido consejero en diversas empresas, fue miembro del Consejo de Grupo Posadas de México y Presidente de la Fundación Montepío Luz Saviñón. Carlos Llano dedicó los últimos cuarenta años de su in-vestigación filosófica al campo específico de la antropolo-gía de las organizaciones, tanto públicas como privadas.

Lorenzo Servitje y Carlos Llano en el IPADE.

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La vidaSu huella en...

A los verdaderos amigos se les conoce en las buenas y en las malas. Manzoni dice que “en la cárcel y en el hospital”. Yo les aseguro que tuve un amigo de verdad.

Ing. Rubén Elizondo, profesor del Área de Humanidades de la UP

Apesar de su apretada agenda, hacía una pausa para salu-dar con un firme apretón de manos y demostrar su interés por quien tuviera delante. En uno de sus escritos el doctor Carlos Llano afirma que el lugar propio de la amistad es la persona. Bastan dos personas para que surja este fenóme-no tan importante de la vida humana.

Para él lo más profundo de la vida, son las relaciones familiares, los nexos de amistad, los vínculos de compañe-rismo y los ideales del voluntariado. Saludaba a todos por su nombre y siempre buscaba la forma de hacerte sentir especial.

Los recuerdos y añoranzas del doctor Llano –comparte el profesor Rubén Elizondo- desembocan en significados que perfilan la figura de un jefe, o más bien de un amigo que lo fue de verdad. Recuerdo la finura y el cariño que demostraba en el trato personal como una cualidad in-trínseca a una persona que sabía querer, que se interesaba realmente por atender a sus colaboradores. Yo me sentía –de verdad- parte de un proyecto educativo de enormes perspectivas de servicio al país y a la sociedad. Recuerdo la última conversación con Carlos el año pasado. Le pedí consejo en relación con la orientación profesional de cier-tos estudios que pretendía realizar. Con varias pinceladas maestras me ayudó a establecer los puntos de apoyo para tomar la mejor decisión.

Añoro ese trato tan fino y tan amable. Sabía exigir con guante blanco y sabía estar al lado de quien sufre. Por ejemplo, cuando yo estuve internado varios días en el hos-pital, en el año 2007, Carlos pasó a visitarme un viernes por la tarde. Yo estaba solo en la habitación, no me acompaña-ba nadie ese día y realmente sentía el dolor de la soledad, que se mitigó casi inmediatamente al recibir su compañía. Conversamos de cosas sin importancia como lo requería la ocasión, y la visita me dejó huella profunda en el alma.

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Testimoniales

AgradecimientosA la revista Istmo por su acervo fotográfico y apoyo editorial; a los colaboradores Óscar Jiménez, Rubén Elizondo, Héctor Za-gal, Carlos Jiménez, Carlos Díaz, Eduardo Urdiales, Marcela Chavarría, Rubén Márquez y Adán Aguilar; así como a la Rectoría UP-IPADE y al doctor Arturo Picos.

No se puede entender a las generaciones de la UP sin la influencia que este hombre extraordinario ha

dejado en todos nosotros. Las palabras de Llano son como los golpes de martillo y cincel, con los que un

artista labra la piedra, fuertes pero con sentido.

Rubén Márquez

*Testimonios extraídos y editados de : www.up.edu.mx

Lo conocí en 1972, cuando tomé el D-1 en el IPADE. Años más tarde lo encontré en la presentación de un libro, me preguntó qué

estaba haciendo ahí, le dije que era parte del cuerpo académico, se acordó de mis escritos en

la columna, y me preguntó si podía retomar mis estudios en el IPADE, pidió que me becaran y

no falté a ninguna sesión, pensando en el gran regalo que me había dado.

Me dedicó su último libro con la nota: “Sigue escribiendo, tocayo, y que Dios te bendiga” Estoy

seguro que Dios le llamó para que impartiera conferencias en un plano superior.

Carlos Díaz

Conocí al doctor Llano en 1986; cuando dictó el discurso en mi graduación, fue

extraordinario; al final le pedí si me enviaba una copia. A las dos semanas llegó a mi casa

una carta firmada por él y su discurso, aún lo conservo. Años después logré que diera una conferencia a la Comisión Reguladora de Energía, fue su testimonio de vida y nos

emocionó. Al final lo saludé y me dijo: “tú eres Urdiales ¿verdad?” le dije “Sí doctor”, “¿Sabes

que –dijo– Urdiales es una región de España?” y me estrechó la mano y nos dimos un abrazo.

Eduardo Urdiales

Hoy lo recuerdo, con gratitud a Dios por la oportunidad de conocerlo y disfrutarlo, como maestro, rector,

consejero y amigo. Como pedagoga quiero resaltar su figura como

Educador, por sus extraordinarias dotes intelectuales, su natural aptitud para la docencia y sus

virtudes humanas, que hicieron su vida fecunda en valores, que donó

generosamente clase a clase, valores que quedan grabados en nuestras

almas, para la eternidad.

Marcela Chavarría

En la presentación de su último libro, el doctor Llano nos dio un ejemplo de humanidad y entrega.

Los asistentes estábamos atentos a ayudarlo, sin embargo, él rehusó toda ayuda. El olvido de sí mismo

no quedó en esto, el doctor Luis Villoro, profesor del doctor Llano, y 10 años mayor que él, compartió

panel con él y éste, en lugar de ocuparse por sus propias necesidades, estuvo presto a auxiliar al

doctor Villoro y no dejó de mostrarle su admiración y agradecimiento, a través de ese trato respetuoso, nos

dio una lección de humildad intelectual y grandeza humana, una demostración de la inquebrantable

relación maestro-discípulo.

Adán Aguilar

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Hoy más que nunca, debemos mirar hacia Carlos Llano para comprender la hondura y el calado de la expre-sión “formación integral”. Sé que a él le disgustaría esta mención, pero quiero aprovecharme de su ausencia física para darle las gracias por el em-puje de su ejemplo.

¿Quién era, quién es, Carlos Llano? De inmediato me vienen a la mente las mil y un actividades en las que par-ticipaba. Fue uno de los fundadores de esta Universidad, un empresario, un magnífico orador, un profesor divertido y atento, un amigo entraña-ble, un escritor prolífico, un jefe exi-gente, un filósofo incisivo, un compa-ñero de trabajo leal, un consejero, un gran conversador, un amante de las caminatas. ¿Tenía defectos? Sin duda. Pero quienes tuvimos la suerte de co-nocerlo más de cerca, sabíamos que luchaba contra ellos y, en más de al-guna ocasión, nos pidió disculpas por alguno de esos rasgos de su carácter.

Su personalidad era de una riqueza sorprendente, precisamente porque se esforzaba en desarrollar integral-mente sus capacidades humanas. Su muerte me ha llevado a pensar que él encarnó el afán formativo de la Panamericana. Lo mismo se preocu-paba por la limpieza de un aula, que por responder adecuadamente una pregunta, lo mismo por la salud de una persona, que por la ortografía de otro. ¡Cuántas veces le escuchamos decir a un estudiante “No sé, lo inves-tigaré…”! y, unos días después, reci-bir por escrito, de su puño y letra, la respuesta a nuestra pregunta. Tras su muerte, somos muchos quienes tene-mos que agradecerle por algún deta-lle personal hacia nosotros. Siempre

estuvo dispuesto a ayudarnos. En sus manos, el conocimiento era un ins-trumento para hacer el bien. Puso al servicio de Dios, de la Iglesia, y del prójimo su prestigio, su trabajo, su fortuna, su tiempo. Creo que esto es lo que definía su talante personal: un hombre que supo amar. Este fue el eje que articuló las múltiples facetas de su vida.

Muchos de sus alumnos pensaban que no era lo mismo recibir sus cla-ses en estos últimos años que veinte o treinta años antes. Probablemente te-nían razón. Todos notábamos que se cansaba cuando daba sus sesiones. In-cluso él mismo se llegaba a dar cuen-ta, y esto dicho por él mismo, que el cuerpo va siendo más débil cuando el alma es mucho más fuerte. Pero, me atrevo a decir que esta visión no era del todo acertada. Carlos Llano seguía modulando su voz como sólo él sabía. Seguía golpeando el escrito-rio en el momento preciso, con tan-ta energía, con tal decisión, que nos seguíamos dando cuenta que nunca dejó de darse a sí mismo en el salón de clases.

Al final, su vida fue plena, rica, una vida lograda, porque concibió su existencia en términos profunda-mente cristianos. El doctor Carlos Llano conoció personalmente a san Josemaría, de quien aprendió que una existencia cristiana es, también, una aventura intensa. Hoy no nos queda la menor duda, de que Carlos Llano vivió extraordinariamente su vida ordinaria. Estamos tristes por su ausencia pero, al mismo tiempo, ale-gres, esperanzados, sabedores de que Dios paga el ciento por uno a quienes lo aman.

Vivir extraordinariamentela vida ordinaria

Carlos Jiménez Héctor Zagal

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Así como Karl Jaspers, filósofo alemán (1883-1969), decía

que la existencia es más cierta de cara a la muerte, el doctor

Carlos Llano, afirmaba que la muerte era sólo un paso hacia

la trascendencia.Con su andar, consolidó su actuar en el mundo dejando

una profunda huella en quienes lo conocieron, y sus enseñanzas

trascenderán su existencia y reafirmarán la nuestra.